Busqueda y Encuentro PDF
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FERNANDEZ MARQUEZ
BUSQUEDA Y ENCUENTRO
Vida y contemplacin en Adviento y Navidad
Introduccin
Quisiera que estas pginas le ayudasen a vivir el Adviento y la Navidad. A contemplar y celebrar en tu corazn y
en familia la encarnacin de Dios y el nacimiento de Jess.
Quisiera, con estas pginas, encender en tu alma un aliento de esperanza y de luz.
Quisiera abrir, con estas pginas, las puertas de un camino que te ayude a avanzar por los caminos de Dios. Que
eso es Adviento, sed y bsqueda ilusionada. Y la Navidad, cumplida esperanza y encuentro gozoso con el Seor que
se nos manifiesta en Jess.
Eso es vivir y caminar en mi realidad concreta de cada da, en mi senda, seducido por la luz que brilla en Beln.
Desde la encarnacin, la luz de Dios brilla en Jess y, desde entonces, en nuestro rostro humano y hermano, el
rostro de los hombres, el de todos los hombres.
El Adviento y la Navidad es, pues, caminar hacia Beln y encontrar a Jess. As fue entonces y as es hoy, si se
vive en el corazn. Eso es vivir. Volver a encender, una y otra vez, nuestra luz. Abrir las puertas de nuestro corazn
y descubrir en l la plenitud del Seor.
En Adviento y Navidad se despiertan en nosotros nostalgias y aoranzas, deseos y esperanzas, gozos y llantos de
nuestra pobre tierra y de nuestra humanidad dolida. Suspiramos por el Seor, que derramara sobre nuestra casa y
nuestra tierra la semilla del cielo. Eso es Navidad. Dios en nuestra tierra y en nuestra casa. Dios en Jess.
Cuntos deseos brotan cuando se acerca la Navidad. Soamos aprovecharla mejor que los aos de nuestro ayer
y dar ese paso que sentimos an falta. Quisiramos ver crecer en estos das la luz que brilla un tanto mortecina
en nuestro corazn. Quisiramos abrir el cofre que encierra el cielo dentro de nosotros, y disfrutar con todos del
regalo infinito del Seor.
Esta es nuestra aventura en Adviento y Navidad. En ella quisiera acompaarte, como peregrino, compartiendo
la misma senda hacia Beln. se es mi mayor deseo; porque yo tambin lo aoro y lo busco. Y ms que deseo es
una sed de infinito. Como tu sed. Por eso puede ser una aventura compartida, por los mismos caminos, en silencio,
desde nuestras circunstancias concretas, las de cada uno. Buscando al Seor en Beln, con nuestras limitaciones
y cansancios, con nuestras dudas y esperanzas, con alegra y seguridad de llegar hasta Jess, como los magos de
Oriente, que lo encontraron con Mara y Jos.
En estos das de Adviento y Navidad, en este caminar que es nuestra vida, quiero compartir contigo estas
pginas, estas vivencias y aoranzas, estas oraciones y silencios.
No pretendo con ellas hacer un tratado teolgico ni una serie de comentarios bblicos sobre la encarnacin de
Dios, ni estudios exegticos o histricos sobre la anunciacin a Mara o el nacimiento de Jess.
Pretendo que en este tiempo litrgico de Adviento y Navidad podamos abrir nuestro corazn a una experiencia
ms fuerte de nuestra salvacin en Jess. Vivir, contemplar y celebrar comunitaria y familiarmente el misterio de
nuestra salvacin.
Los tiempos litrgicos son unos momentos fuertes de crecimiento interior que nos ayudan a seguir las huellas
de Jess. La liturgia desarrolla, paso a paso, nuestro crecimiento en Cristo Jess, a travs de las diversas etapas
de su vida, hasta nuestra plenitud de identificacin y transformacin en l.
Corremos el peligro de separar la fiesta litrgica, el Adviento y la Navidad, de nuestra vida diaria, o vivirla
como simple cambio ambiental para superar nuestra monotona o aburrimiento.
Quisiera ayudarte a vivir tu adviento y tu navidad como una experiencia profunda y real en medio de tu vida
diaria. Vive esa conciencia de Adviento y Navidad en tus trabajos y descansos, en tus tareas y en tu convivencia
diaria, en las dificultades y alegras. Haz presente tu sed de Dios y la presencia salvadora de Jess en tus xitos y
fracasos, en tus cualidades y en tus zonas oscuras, en tus das radiantes y tus das grises...
No es un libro para leer y terminarlo cuanto antes, dejndolo de nuevo en la estantera. Es un libro prctico,
con sugerencias, evocador de vivencias y de sencillas contemplaciones. Encontrars pautas concretas para ir
realizndolas con paciencia y constancia.
Este libro, en un principio, slo quera ser un sencillo complemento de los Ejercicios de Oracin y
Contemplacin grabados en tres casetes sobre Adviento y Navidad.
Poco apoco se fueron aadiendo pequeas reflexiones y sugerencias, oraciones e invocaciones, breves
comentarios y sencillas contemplaciones... Fue creciendo as con el nimo de compartir vivencias y experiencias.
Tmalas as, como el deseo de ofrecerte una ayuda que te acompae en tu Adviento y Navidad.
No busques en ellas ms que un pequeo grano de mostaza que al sembrarlo en tu corazn te cree un clima
donde pueda brotar una experiencia grande y plena del Seor.
Como consejo prctico, te dira que no lo leas todo seguido. Procura vivir los diversos temas ms que
reflexionar sobre ellos framenfe. En pequeas dosis bien similadas, pueden crear un buen clima para contemplar y
vivir el misterio. Ten en cuenta que la sencillez, la humildad y lapobreza de corazn son la llave para adentrarnos
en el mundo santo de Dios. Por eso, busca siempre una ambientacin favorable para tus ratos de lectura, de
oracin, de silencio y contemplacin.
Las sugerencias que voy poniendo en los diversos temas son para que procures vivirlas ms que reflexionar
sobre ellas.
Los ncleos fundamentales del libro son Adviento, Navidad, Epifana y Nazaret. Dentro del Adviento encontrars
varios contenidos, que no pretenden dividir el Adviento por semanas, sino por temas y actitudes propias del
Adviento, que pueden cambiarse de orden o mezclarse segn convenga y favorezca la necesidad interior. Lo mismo
ocurre con las contemplaciones, sugerencias y oraciones de Navidad y Nazaret.
Al final, aado unas notas y sugerencias sobre Nazaret. Despus de la fiesta, vuelve la vida diaria. Esa, la que
ms nos ocupa, tambin podemos vivirla con sentido. La sagrada familia nos puede desvelar el secreto de la vida
en s misma, prescindiendo de sus circunstancias y especificaciones.
Ojal que estas Navidades vivas y celebres en familia o en comunidad la presencia salvadora de Jess. Ojal que
este Adviento y esta Navidad sean para ti tu Adviento y tu Navidad, tu bsqueda de Jess y tu encuentro con l.
Adviento
Reflexin personal
Qu es el ADVIENTO para ti?
Te entra tristeza, nostalgia, esperanza, alegra...?
Por qu?
Esperas de verdad la venida de Jess o ya es un poco
de rutina el adviento?
Qu tendras que hacer para vivir ms intensamente
el adviento?
Qu piensas que podra ayudar en tu familia o comunidad
para vivir estos das un ambiente de recogimiento y
esperanza?
Qu se te ocurre que podras hacer para revivir en ti el
silencio de Mara junto con una fe y seguridad en Dios?
Estad siempre
despiertos
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Vivimos en una sociedad donde nos programan, donde se fomenta la ansiedad, la prisa, la competitividad, el ser y tener ms que otro.
Estar siempre despierto... a tantas cosas que me ocurren y ocurren a mi alrededor..., a
tantas cosas que vivo sin darme cuenta..., a tantas cosas que estan ah y no las veo...
Despierta a tu vida, a lo que vives y deseas vivir, a tus esclavitudes conscientes, esas propias tuyas, esas que conoces..., esas que a veces ni siquiera te atreves a confesarte y que estn
ah, en tu vida, en tu mundo, y que te aprisionan en sus garras.
Despierta... y camina...
El hombre camina desde la sed y en la sed. El hombre camina desde el vaco y en la posesin, desde la luz y la oscuridad...
Todo nuestro ser aora la posesin de algo infinito que le rompa la crcel que lo aprisiona. En realidad, nuestra vida, est organizada desde Dios, o desde la pequeez de nuestro
egosmo? Vivimos en la luz liberadora, o en la noche esclavizante?
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Despierta... Estad siempre despiertos... La luz se hace tinieblas sin apagarse en la noche.
La vida se agota en el vaco sin extinguirse el aliento. La fuerza se debilita en la misma conquista sin llegar a desmoronarse. Mantn siempre encendida la llama de la esperanza.
Qu quieres? Qu suena tu alma? Qu sed te ilumina? Qu luz te desorienta? Qu camino te obnubila?
Despierta... Estad siempre despiertos... Ser posible que quieras lo inalcanzable? Ser
posible que aores la luna llena de la noche oscura? Camina. Sigue caminando... y buscando. Lo
que aora tu alma est ms all... o mas ac..., porque no hay espacio que lo posea.
Busca... Sigue buscando... Tu sed siempre es ms grande que el pequeo sorbo que bebes
con tus manos. Sigue buscando siempre... entre la posesin y la esperanza, entre el hoy y el
ayer. Entre el maana y el futuro infinito est tu esperanza. O... es que se agota tu esperanza?
No has avanzado an lo suficiente? Ser que mientras vivas an queda camino por recorrer?
Ser que la vida es camino..., es esperanza... y no el llegar Y e! poseer?Ser que la vida
es vivir despierto... y caminar...?
Textos bblicos
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Sugerencias
* Toma conciencia de tu cuerpo y de tus sentidos:
tu capacidad de ver,
de escuchar,
de sentir,
de oler,
de gustar,
de palpar.
* Dedica algn rato a despertar la conciencia de tus sentidos.
* Mira conscientemente...
Date cuenta de las cosas que ves:
su forma. ...
su color....
sus tonalidades,
etc.
* Escucha los sonidos:
de lejos y de cerca....
sus matices...,
su variedad....
sus diversos tonos....
etc.
* Siente en tu rostro y en tus manos:
el calor del sol....
Ia frescura de la brisa....
Ia humedad....
etc.
* Siente tus pies en contacto con el suelo:
Las articulaciones de tus pies y de tus rodillas....
La dureza o suavidad del suelo....
etc.
* Percibe la sensacin de tus manos:
al tocar las cosas....
La dureza o suavidad de los objetos....
etc.
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* Despierta y percibe:
el aroma de las flores....
Ia luz y la oscuridad....
el gusto del paladar....
el aire que respiras....
el movimiento de las hojas de un rbol balanceadas por el aire....
etc.
* Observa lo que haces en este momento...
y date cuenta de como lo haces...
* Despierta y observa:
Los sentimientos que vives ahora....
el estado de animo que tienes...
* Despierta y observa:
tu mente....
Los pensamientos que tienes ahora....
La dispersin de tu mente....
el continuo parloteo.. ..
Ia variedad de pensamientos, recuerdos..., reflexiones,
imgenes... que continuamente cruzan la pantalla de
tu mente....
etc.
* S consciente de ti mismo:
cuando hablas....
cuando escuchas. . ..
cuando andas....
cuando ests quieto....
etc.
***
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Me importa vivir!
Slo me importa vivir,
aunque no sepa,
porque dormir me embrutece
y no apaga mi sed.
Tienes los ojos abiertos,
pero no ves,
porque la mente ciega tu mirada.
Qu limpios los ojos
que simplemente ven!
Por qu no purificas tus
labios y ablandas tus manos,
para que besen y amen tal como son?
Ablanda tu corazn y tus manos....
deja que Dios las gue...
Slo me importa vivir!
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Ejercicio:
Vivir la respiracin
1)
2)
OBSERVAR la respiracin.
3)
de cada inspiracin....
de cada espiracin...
VIVIR CADA RESPIRACION
4)
(no pensarla,
no slo observarla...).
NOTA: Este ejercicio puede ayudarte a tomar conciencia de ti mismo, a parar y silenciar tu mente y a centrarte.
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Mi vida:
un adviento
Mi vida: un adviento
El Adviento es el eco de la humanidad a lo largo de la historia, suspirando por Dios.
Vivir es esperar. Siempre estamos esperando algo o a alguien. Vivir es desear algo...;
siempre estamos deseando que se cumplan algunos proyectos, planes o aspiraciones...
Vivir es esperar... A veces son pequeas cosillas de la vida diaria, como esperar al
amigo que llega de viaje, esperar que se me quite el catarro que tengo o que llegue
el fin de semana.
Nuestra vida est llena de deseos, unas veces muy triviales y otras no tanto.
Qu esperas tu...?
A quin esperas tu...?
0 no esperas nada... ni a nadie...?
Existe en nosotros, como trasfondo, una esperanza. Esperamos vivir ms intensamente. Ms intensamente... Qu? Qu se yo! Cada uno tiene que escarbar en su
trastienda y abrir el bal de ese vivir ms y descubrir que contenido tiene su bal.
Sera positivo que dedicases algn que otro momento a descubrir ese mundo innumerable de deseos, esperanzas... en sus ms diversos aspectos y contenidos.
En definitiva..., qu esperas...?
Espero vivir ms toda la realidad que soy, que se cumplan mis mayores aspiraciones
y que acierte yo a desarrollar todas mis capacidades. Que se cumplan mis ilusiones, y
llegue a vivir con plenitud en la vida.
Esperamos que se haga realidad en nosotros la paz. Vivir en paz, en la luz, en la profundidad y riqueza de nuestra vida, en las races de nuestro ser... Esperamos vivir en
la verdad, en la transparencia y sencillez. Esperamos ser y vivir la riqueza de una vida
llena de amor y comprensin. Vivir en el amor y desde el amor, llevndonos bien con
nuestra familia o comunidad.
En realidad, nuestro bal de los deseos y esperanzas est lleno de una esperanza
nica: vivir ms la presencia liberadora y plenificante de Dios salvador: liberacin y
salvacin; desatarme de mis esclavitudes y llenar mi vida de Dios.
Nuestra vida es, en verdad, un adviento. El Adviento nos enmarca de una manera
clara y sugerente ese grito del hombre por la salvacin: Ven, Seor, Jess! En Adviento nos situamos ante nuestra vida en su ms existencial crudeza de impotencia y limitacin, de sed y vaco, de angustia y aoranza, de nostalgia y posesin inminente...
Ven, Seor, Jess.
En Adviento nos colocamos en la fila de los hombres que a lo largo de la historia han
llorado, ao tras ao, por su Salvador, por el Dios de las promesas, que algn da derramara su misericordia sobre sus hijos desamparados.
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Reflexin personal
vivir mejor?,
conquistar unas metas propuestas por ti?,
una situacin familiar o comunitaria ms favorable?,
una superacin de tus limitaciones o fallos?,
una ruptura de esquemas de vida que te aprisionan?,
una vida interior ms jugosa?,
dejar ms sitio en tu vida al Seor?
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Textos bblicos
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Sugerencias
* Vive en una actitud despierta....
vigilante...
y atenta...
* Dedica algn rato a observar tus deseos, aspiraciones y
esperanzas... Cules son tus sueos locos y tus deseos
ms profundos y radicales...?
* Procura caer en la cuenta de donde proceden esos deseos y
esas esperanzas... De qu zona de tu vida surgen y
brotan...? De tu yo ntimo y profundo o de tu yo
superficial?
* Vive esos deseos... sualos con tu imaginacin y observa
qu sentimientos producen en ti.
* Sera posible y conveniente convertir esos deseos y
aspiraciones en realidades? Pinsalo.
* Descubre los obstculos que sientes en ti mismo para
hacer realidad esos deseos y esperanzas...
* Fomenta en ti deseos de paz, de llegar a vivir lleno de luz y
de amor...
* Intenta liberarte de las dificultades y esclavitudes que te
lo impiden...
* S consciente de tus deseos de liberacin. Cmo viviras
t si estuvieses ya liberado de tus esclavitudes...?
* Este adviento es un buen momento para volver a empezar.
Todos los grandes caminos empiezan por un paso.
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***
Es bueno esperar
Es bueno esperar.
Es necesario esperar.
Sin esperanza la vida se cierra....,
se oscurece y se apaga.
Esperar dilata el corazn
y ensancha el alma.
Es bueno y necesario esperar....,
aunque slo sea el maana,
aunque solo sea llegar o volver a empezar.
Esperar es vivir.
Esperar eres t si miras a tu corazn,
que con nada se aquieta
ni descansa....
porque busca al Seor.
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La oracin en adviento
La oracin en adviento se hace esperanza. Siempre es esperanza la oracin, siempre es
deseo y bsqueda. Siempre es nostalgia de Dios.
Cuando oramos, esperamos... Por eso vamos a la oracin, porque esperamos encontrar...
al Seor, vivir en comunin con l...
La oracin busca esa experiencia de Dios donde nos sintamos fundidos con l, perdidos en
l..., en comunin con l. Por eso, la oracin es un momento cumbre, inexpresable en palabras,
que slo el que lo ha gustado sabe lo que es.
Estos momentos cumbres de la experiencia de Dios ocurren, suceden en la misma intimidad del hombre, en ese ncleo central donde el hombre se pierde en Dios, donde se diluyen las
diferencias, donde se caen las barreras, donde desaparecen las distancias y fronteras. Ah, en
lo nuclear y esencial del ser persona; ah, donde no hay griego ni judo, donde no soy hombre ni
mujer, donde no soy ni cuerpo ni mente ni sentimiento, ah, donde soy todo y nada..., donde soy
plenitud y vaco, donde simplemente soy y me experimento como tal, en la ms pura y genuina
existencia, sin ms.
Esta experiencia como tal no es algo que se produzca como resultado de mi esfuerzo. No
es algo que hago yo como fruto de una serie de medios... No es algo que est en mi tener o no
tener. Esta experiencia de Dios es puro regalo y don gratuito suyo. Es la lluvia sobre mi tierra
seca o el calor del sol radiante, que no son fruto de mi esfuerzo, sino puro regalo del cielo.
Esta realidad de la experiencia de Dios no es, por tanto, algo que est en mi mano tenerla o no. Es algo que sucede y que ocurre en la intimidad del hombre.
Nuestra propia experiencia, y no slo el filosofar sobre ello, es lo que nos acaba convenciendo de que las cosas son as. Ninguno de nosotros podemos programar una serie de medios
para que hoy en la oracin, en el rato que voy a dedicar a ella, viva una experiencia de Dios.
Cuntos desnimos y frustraciones hemos vivido a causa de creer lo contrario. A veces hemos
pensado que hoy, con el tema que llevo a la oracin y con las cosas que yo voy a hacer all, lo
normal es que tenga consolacin y viva un rato de encuentro jugoso con el Seor. Sin embargo,
la realidad vivida consiguiente fue una sequedad, apata y mltiples distracciones.
Por tanto, la experiencia de Dios es algo que sucede, que viene del cielo y nos impregna
de su calor, como el sol de cada da.
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Salir a tomar el sol... Prepararme para esa experiencia. Salir al campo, si quiero mojarme, y esperar a que llueva.
A veces nosotros nos ponemos a pensar y reflexionar sobre las maravillas del sol y a filosofar sobre l o sobre sus ventajas y beneficios para nuestra persona. No basta. Si queremos
de verdad tomar el sol y que sus rayos caigan sobre nuestra piel, tenemos que salir de nuestro
cobijo, despojarnos de nuestras vestiduras y salir al campo, donde tarde o temprano acabar
saliendo el sol y nos envolver con su luz y su calor. Entonces viviremos su dulzura y riqueza
para nosotros y se dar la verdadera experiencia, no producida por nuestro esfuerzo, sino por la
gratuidad admirable del sol. Nuestro papel fue muy simple en este encuentro. Simplemente salir
de nuestro cobijo, desnudarnos de los ropajes y esperar al sol.
Esta experiencia de Dios que buscamos en la oracin es como algo esencial en la vida del
hombre. En Adviento esta realidad de nuestra experiencia de Dios, de su bsqueda, queda acentuada con todos los matices ms genuinos .
Si siempre hemos de preparar el camino al Seor, ahora en Adviento es el tiempo propicio
para que todas las fibras de nuestro ser se pongan en marcha para preparar su venida. El Seor
est cerca, viene ya... y nos impulsa a vivir en este Adviento nuestra oracin con ms nfasis,
con ms conciencia de que la venida del Seor a nuestra vida y a nuestro mundo no es fruto de
nuestro esfuerzo o de nuestros medios. Dios viene, el Seor est cerca... Es una promesa repetida a lo largo de la historia de la humanidad, que es historia de la salvacin de Dios.
Si, el Seor viene, est cerca... La oracin una vez ms, y ahora ms consciente e ilusionadamente, se convierte en esperanza. En Adviento parece que se ponen todas las circunstancias a favor de vivir la oracin como esperanza. Prepararme para recibir en mi hogar al Seor...,
salir de mi cobijo... porque deseo y aoro encontrarme con el Seor que viene.
Yo dira que tenemos la oportunidad de vivir esta oracin nuestra con ms cuidado y delicadeza. Sabemos que son momentos privilegiados donde poder disponernos y prepararnos mejor.
Como consejos prcticos para la oracin de estos das, te propongo que vayas cambiando,
en primer lugar, de perspectiva.
En la oracin de cada da podemos ir a hacer cosas... Por ejemplo, a preparar las lecturas
de la eucarista..., o a reflexionar sobre la grandeza de nuestra salvacin en Jess, o a caer en
la cuenta de nuestra miserable condicin y a agobiarnos con ello. Tambin podemos ir a cumplir
con nuestros compromisos religiosos, porque le hemos prometido al Seor dedicarle un rato al
da. Otras veces en la oracin nos dedicamos a pensar en nuestros comportamientos... y sacar
conclusiones y propsitos sobre ello; y otras veces la convertimos en una larga e interminable
letana de peticiones para impetrar benevolencia de Dios sobre las infinitas necesidades del
mundo. Es verdad que todas estas cosas pueden a veces ocupar y justificar nuestra oracin. Pero
yo te pregunto: Ests satisfecho de tu oracin? Ests contento con tu vida de oracin, o te gustara que fuera de otra manera? Cmo? Formlate t cmo te gustara que fuera.
Es posible que al formularte como te gustara que fuese tu vida de oracin digas: Me
gustara vivir un rato de intimidad con el Seor... Me gustara experimentar ms la cercana del
Seor... o el cario del Seor... Que fuese ms jugosa..., ms llena de la presencia del Seor...
Estas o parecidas pueden ser tus aspiraciones... Y por qu no es as tu oracin? Te has parado
a caer en la cuenta de las causas? No seamos fciles en responder que el Seor no me lo da... o
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Puedo, en realidad, salir en su bsqueda... Prepararme y disponerme para recibir al Seor, que viene siempre. Puedo crear la situacin y el clima que favorezcan el encuentro amoroso
con el Seor.
Siguiendo cierto orden en un proceso de crecimiento y maduracin en ese disponerme
para el encuentro, y sin nimo de agotar todas las posibilidades, estas son algunas actitudes que
se deben cuidar.
Conviene subrayar que esta parte que me corresponde a m es lo nico que yo puedo
hacer. Si a pesar de salir al campo..., despojarme de mis vestiduras y esperar al sol... ste se
halla oculto por una serie de nubes, yo no puedo hacer ms que lo que a m me corresponde... y
esperar con paciencia la presencia del Seor radiante o entre nube y nube...
Siempre debemos empezar tomando conciencia de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestro corazn..., de los sentimientos o estados de nimo que tenemos... Ser consciente de todo nuestro ser. Si no estoy yo aqu y ahora para vivir la oracin,
quin est? Cuanta mayor conciencia tengamos de todo nuestro ser, cuanto ms presentes nos
sintamos en esos momentos, ms conscientemente podemos vivir nuestra oracin.
Es posible que entonces percibamos muchos ruidos en nosotros. Ruidos corporales, emocionales o mentales. Nuestra mente muy dispersa y distrada. Llena de pensamientos, recuerdos
o imaginaciones. Estados de nimo o sentimientos que nos perturban y nos inquietan. Disgustos,
preocupaciones, ansiedad, tensiones, agobios...
Todo este ruido interior nos impide centrarnos. Por eso debemos procurar SILENCIARNOS
por dentro. Pacificando nuestros sentimientos, serenando nuestros estados de nimo y buscando
la quietud y la calma interior.
Esta pacificacin del corazn la subraya san Juan de la Cruz como esencial para el encuentro con Dios: ... que no consiste en trabajos con la imaginacin, sino en reposar el alma y
dejarla estar en su quietud y reposo, lo cual es ms espiritual (Subida II, c. 12,6).
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A veces nos parece que perdemos el tiempo cuando dedicamos un rato a pacificarnos y
pensamos que eso no es necesario para la oracin. Y si, como habemos dicho, le hiciere escrpulo de que no hace nada, advierta que no hace poco en pacificar el alma y ponerla en sosiego y
paz, sin alguna obra y apetito... (Subida II, c. 15,5).
El mayor ruido, sin duda, est en nuestra mente, llena de pensamientos, reflexiones, distraccin, recuerdos e imaginaciones, etc.
Todos sabemos, por experiencia, que ese continuo parloteo de nuestra mente nos impide
centrarnos en la oracin. Es el mayor obstculo para vivir la oracin.
Nos dice san Juan de la Cruz: ... para que el entendimiento est dispuesto para esta
divina unin, ha de quedar limpio y vaco de todo lo que pueda caer en el sentido, desnudo y
desocupado... (Subida II, c. 9,11).
Este silencio de nuestro mundo afectivo y de nuestra mente, esta pacificacin y quietud
de todo nuestro ser, es algo que debemos buscar y procurar con todo inters. As iremos acallando todos los ruidos y distorsiones que experimentamos dentro de nosotros.
Solo en el silencio y la quietud de todo nuestro ser puede darse la experiencia ntima e
inefable de Dios. El Padre slo ha dicho una palabra, su Hijo, y en su silencio eterno la ha dicho
siempre. El alma debe tambin orla en silencio (SAN JUAN DE LA CRUZ, mxima 147).
El silencio es el clima en donde podemos escuchar, recibir... El silencio acoge y recibe...
El silencio libera y transforma. El silencio habla... cuando t callas.
Silencio y apertura de nuestra mente y nuestro corazn. Simplemente estar abiertos,
vulnerables, abiertos a la posibilidad de que suceda en nosotros la vivencia amorosa del Seor.
Vivamos en esos momentos, al menos, sin puertas ni ventanas. Tengamos nuestras puertas y ventanas abiertas de par en par, al menos para el Seor.
Ordinariamente permanecemos cerrados. Somos prisioneros, cerrados en nosotros mismos. Cerrados en nuestros esquemas mentales y pensamientos, estados de nimo y emociones.
Cerrados en nuestro pequeo mundo. No hay aberturas. Hemos creado barreras para defendernos de los dems..., de Dios. Una existencia as, cerrada, no puede desarrollarse porque esta
incapacitada para dar y recibir.
La apertura de nuestro ser, de nuestra mente, de nuestro corazn, de nuestro espritu es
una actitud indispensable para poder recibir la llegada del Seor, que viene siempre. Mira que
estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entrar en su casa y cenar
con l, y l conmigo (Ap 3,20).
Al Seor se le oye en el silencio y desde el silencio, y se le recibe desde la apertura.
Silencio, pues, y apertura son como dos pilares de ese prepararse para la venida del Seor, que
puede presentarse en cualquier momento o situacin.
Un corazn y una mente que vivan en silencio y que estn siempre abiertos a cuanto le
ofrezca la vida, siempre dando la bienvenida a todo cuanto es y cuanto se presente; una mente
y un corazn silenciosos y abiertos a las sorpresas de Dios, siempre mayor que nuestros esquemas y previsiones, estarn disponibles para el encuentro.
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Otra disposicin interior que facilita el encuentro es ser totalmente receptivos. Sin expectativas ni ansiedades... Humildemente receptivos... Pacientemente receptivos... As puede
ser nuestro husped el Dios siempre mayor, siempre sorprendente, que puede presentarse con
cualquier rostro y en cualquier situacin... Incluso en un Nio en Beln de Jud, en un portal a
las afueras de la ciudad... porque no haba sitio en la posada. Esto tendris por seal: encontraris al Nio envuelto en paales y acostado en un pesebre... (Lc 2,12).
El silencio, la apertura y la receptividad nos dispondrn para descubrir al Seor, nos ayudarn a preparar el camino del Seor, que es el Hijo del carpintero, y en donde algunos se detuvieron, por falta de silencio, apertura y receptividad.
As pues, qu hacer yo en la oracin? Abrir las puertas. Disponerme para el encuentro
creando ese clima que, en silencio, apertura y receptividad, me ayude a esperar humilde y
pacientemente la venida del Seor. Bueno es esperar en silencio la salvacin del Seor (Lam
3,26).
La experiencia de Dios es pura presencia gratuita de Dios, que se encarna en Jess, hacindose visible y palpable. Experiencia de Dios que tambin deja ver su huella en la creacin,
en todo lo que nos rodea y en la intimidad de nuestro corazn.
A nosotros nos toca, nos corresponde, preparar el camino al Seor... esperando en silencio el rostro de Dios.
As nuestra oracin, siempre y ms en Adviento, se hace ms viva desde el silencio, la
apertura, la receptividad y la esperanza...
La oracin en Adviento se hace silencio..., se hace esperanza del Seor que viene..., viene siempre.
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Poema
Seor, me cansa la vida,
tengo la garganta ronca
de gritar sobre los mares, l
a voz de la mar me asorda.
Seor, me cansa la vida
y el universo me ahoga.
Seor, me dejaste solo,
solo con el mar a solas.
O T y yo jugando estamos
al escondite, Seor,
o la voz con que te llamo
es tu voz.
Por todas partes te busco,
sin encontrarte jams.
Y en todas partes te encuentro
slo por irte a buscar.
ANTONIO MACHADO
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Ejercicio:
Mi vida: un Adviento
1)
2)
3)
Mi vida: un adviento:
4)
35
5)
36
37
38
Preparad
el camino al Seor
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Si supiera preparar el camino al Seor...! Seor, si supiera preparar el camino para
cuando t llegues...! A estas horas ya habra llegado si hubiese sabido preparar los caminos al
Seor. Tantas veces lo he procurado e intentado, que no s si ya merece la pena volverlo a intentar.
Cuando en estos das de Adviento me quedo a solas conmigo y siento que aoro al Seor,
surgen del fondo nimos y desnimos. Animos, porque no puedo ocultar las ganas que tengo de
ver al Seor. Desnimos, porque no acabo nunca de conseguirlo, por ms que vuelvo a empezar.
Es que ser imposible preparar el camino al Seor?
Anoche, cuando lea el evangelio de Lucas (3,3-5), volv a leer despacio, muy despacio y
callado, una voz grita en el desierto... (Y qu desierto siento yo en mi corazn!), preparadle el camino al Seor...; si, eso quiero yo..., y senta que el corazn aceleraba su ritmo como
si con ansiedad quisiera ya ponerse en marcha de nuevo. Qu tendr que estrenar otra vez que
no est usado y repasado!; claro, s, allanad sus senderos... Mis senderos no estn llanos. Lo
s. Estn llenos de altibajos. No se avanza bien por ellos. Cuando se camina inadvertidamente,
se tropieza uno con las piedrecillas y ramajes que se cruzan. Cuntos estorbos en mis senderos!
Los sabr descubrir estando ms atento? Quiz con un poco de atencin no tropiece tanto. Aunque el Seor no tropieza en los ramajes ni en las piedras de los senderos de mi vida, soy yo el
que me enredo. Ser posible allanar los senderos, Seor? Por qu no lo intentamos de nuevo?
Seor, ayudame!
***
... Despus de un rato en silencio, como parado y en sueos, me vi caminando deprisa,
con una ntima sensacin de gozo. Pareca que el sendero se iluminaba y el Seor se aproximaba
por dentro.
No s cuando me encontr de nuevo leyendo: que los valles se levanten y que los montes
se abajen... Sin entender me qued mirando... Que los valles se levanten... Se podr levantar un valle?; y si se levanta, no dejar de ser valle? Por qu tendr que cambiar el valle? Que
el monte y la colina se abajen. Ser posible que el monte se abaje? No dejar de ser monte?
Por qu Juan el Bautista nos predicaba este cambio? No cambio, sino transformacin, porque un
monte que se abaje y un valle que se eleve dejan de ser monte y valle. No s interpretar esto,
Seor. Qu ser para m el valle? En mi vida hay valles y montes. Qu ser en mi vida el monte? Habr cosas hundidas desde donde no se ve el horizonte? Ser que tengo cosas tan bajas,
tan hundidas, tan rastreras, que me ciegan o me aplastan y no me dejan verte...? Cules sern
mis valles? Y los montes.... verdad que ellos me elevan, sacndome de mi tierra? Verdad que,
hundido, en su ladera el monte me ciega? Seguro que tendr en mi vida montes y colinas que me
impiden ver.
41
Cuantas cosas opacas que me ciegan, que me frenan y me acaparan. Cuantas cosas que
me impiden ver a travs de ellas. Y en lo alto del monte me des-tierro, me evado y sueo. Me
ensoberbezco y desprecio a los otros. Cules sern mis montes y colinas, Seor? Porque hay muchas cosas que me ocultan tu presencia, me absorben y evaden, y me llevan a olvidarme de ti.
Descbreme mis valles, montes y colinas. No s que har con ellos, cuando los descubra. Pero...
si ests t, a lo mejor los veo de otra manera. Seor, que mis valles se levanten y que mis montes y colinas se abajen. Seor, que se abajen..., y se levanten...
***
... Tras unos instantes en ese susurro silencioso y confiado, segu leyendo: que los caminos torcidos se enderecen..., que los caminos torcidos se enderecen... Los caminos...
Qu bellos son los caminos... Tienen algo de incgnita siempre. A dnde acabarn llevndote?
Existen tantos caminos! A veces creo que s el camino, que lo conozco, pero no s si estoy
caminando. Otras veces en que me siento caminando, no s si he acertado el camino. No todos
los caminos conducen a la meta. Ojal siempre, por cualquier camino, llegsemos hasta donde
queremos. Pero no. La experiencia nos demuestra que hay caminos que no llegan, o que nos estancan. Caminos que nos confunden y nos ciegan. Caminos que nos desconciertan. Ya nos dices
t, Seor, que tus caminos no son nuestros caminos. Y los tuyos llegan... y los nuestros ciegan.
Como enderezar los caminos mos si a veces ni soy consciente de su orientacin errada. Seor,
si conociera mis caminos torcidos...! Que difcil es creer que no estoy en lo cierto. Siempre creo
que llevo razn. Por eso no aprendo de otros, ni me fijo como son otros caminos, ni dudo de mis
desvos. Quiero dudar de mis caminos seguros y ciertos, y descubrir tus caminos rectos...
Me observo en silencio, quieto..., mirando... sin mirar a nada..., perdida mi mirada tras
un camino infinito perdido all, a lo lejos, en un punto... y brotando del horizonte, donde el
cielo se hace tierra y la tierra cielo, la silueta de un rostro divino: Jess..., que se proyecta en
el camino.
l es el camino. Acaso no eres t el camino? Jess, me hubiese gustado escucharte que
t eres el Camino.
Quisiera enderezar mi camino recorriendo tu Camino. Jess, quiero dejar mis caminos
torcidos para que t seas mi camino...
Si t eres mi camino, no tengo que preparar el Camino. Eres a la vez camino y fin. Te
busco a ti y te encuentro recorrindote a ti... Ser algn da comprensible esto? Ser asequible
encontrarte sin perderte, tenerte sin poseerte, recorrerte sin abarcarte? Seor, s t mi camino
mientras te busco..., y cuando te encuentre, no dejes de ser mi camino para seguir buscndote.
Seor, endereza mis caminos... Seor, s t mi camino.
***
42
Me pareca que todo esto era suficiente para preparar el camino al Seor. Pareca que no
quedaba ms.... cuando..., mirando al evangelio, veo que an me dice Juan el Bautista: que lo
escabroso se iguale.... Lo escabroso estremece, asusta. Lo escabroso repele, distancia. Claro, por eso dice que se iguale..., se suavice. Habr algo escabroso en mi? Quiz yo lo ignore,
y otros, los que viven a mi lado, lo sepan. Qu puedo tener yo de escabroso que distancie a
otros? Ante esto, me quedo un poco desarmado. Yo no lo s. Ni me gusta saberlo. Tengo yo, Seor, algo escabroso, algo desagradable...? Ojal lo descubriese..., aunque me duela. A todos nos
gusta agradar..., no ser escabrosos. Vemos ms lo escabroso en los dems que en nosotros. Y...
sin embargo, lo escabroso... nos perturba, nos distorsiona, nos violenta, nos deforma... y nos
separa mucho de los dems. Que lo escabroso se iguale... Cmo igualar y ablandar lo que hay
en m de escabroso? Cmo suavizar lo desagradable...? Seor, lo escabroso mo t lo sabes...
Por qu no me lo dices? Te estorba a ti para aceptarme y acercarte?
Yo s que a ti no te separa..., sino que a m me estorba. Bien s que me aceptas y me
acoges como soy... Pero a m lo escabroso me estorba para encontrarte, porque me altera y me
perturba..., porque me ciega y me cierra a los dems. Seor, quiero que lo escabroso se iguale.
Seor, aydame con tu mirada y aliento a igualar lo escabroso. Seor..., quiero que lo escabroso
se iguale...
***
Todo parece que vuelve a su cauce. Como si la oscuridad de la noche aquietase el corazn
y las estrellas iluminasen el alma. Todo ha vuelto a su sitio. De quietud y de silencio se impregna
el aire que respiro. Hasta las paredes y el suelo, el cielo y la tierra, se callan. Y en esa quietud
y calma, en esa paz y armona... brilla en el silencio elocuente una nueva PALABRA: y todos vern la salvacin de Dios. Y... me quedo escuchando: Bueno es esperar en silencio la salvacin
de Yav...
***
Reflexin personal
Cmo preparo el camino al Seor?
Qu actitudes favorecen la acogida al Seor?
Hay muchas cosas torcidas en m?
Tengo cosas escabrosas que igualar?
Tengo muchos ruidos, distracciones y angustias...?
Sabr silenciar todo mi ser para poder percibir y escuchar al Seor?
Mi vida es un constante preparar el camino al Seor?
43
Textos bblicos
44
Sugerencias
45
Ejercicio:
2)
3)
LIBERTAD...
- Deseos de libertad...
autoafirmacin como persona,
disponer de m mismo,
saber lo que quiero y quererlo,
sentirme seguro,
desarrollar mi vida sin retraimientos....,
sin inhibiciones.
- Vivir esos deseos profundos...
Qu siento?
4)
MIS ESCLAVITUDES...
Caer en la cuenta de ellas:
(algunas las conozco, otras las ignoro, pero
experimento sus efectos):
dependencia de los dems,
que las cosas salgan bien,
sentirme programado,
sobresalir,
modo de trabajar,
ansiedad,
necesidad de recibir,
dominar,
angustias, inhibiciones, estados de nimos,
falsas riquezas y valores,
expectativas mas y de los otros....
etc.
46
5)
Interiorizacin:
Descubrir en nuestra profundidad:
deseos de soltar ataduras,
de desprenderme
de esclavitudes,
de ser libre...
Escuchar en mi corazn:
Para ser libres, nos liber Cristo...
Descubrir en mi interior:
espacios humanos... llenos de amor..., de paz.
Sintate libre por dentro... gil...
Sintete sin ataduras...
Vvete as por dentro
Inmensidad...,
mar sin orillas....
paz infinita...
Deja que aflore dentro de ti:
de la verdad...,
la infinitud
de la vida...,
y la inmen-
de la luz...,
sidad
del amor...
6)
47
Ejericicio:
2)
3)
4)
5)
6)
48
Seor, ensame a
preparar el camino de tu venida
Seor, yo s que mis caminos no son tus caminos.
Ensame a descubrir tus caminos...,
ensame a allanar mis senderos...
Seor, ensame a preparar el camino de tu venida,
poniendo en orden mi casa, por dentro y por
fuera....,
creando en mi vida una actitud limpia y transparente.
Seor, ensame a preparar el camino de tu venida..,
purificando mi mente...,
liberndola de todo pensamiento negativo y an
gustioso... y llenndola de un solo pensamiento:
tu venida.
49
Escuchar, dentro y fuera de nosotros, la palabra que nos muestra los caminos de Dios.
Hoy escuchamos la palabra y... no nos atraviesa el corazn ni nos hiere el alma. Nos hemos acostumbrado a escuchar, dormidos.
El pueblo de Israel, el resto que permaneci fiel, se mantuvo alerta y esperando, porque saba escuchar humildemente la palabra del profeta, que continuamente le interpelaba a
esperar, a vivir caminando en la confianza del cumplimiento de la promesa del Seor: Os enviar un Salvador.
El pueblo de Israel mantena su espera, su seguridad en el Dios que salva. Se mantena
siempre a la escucha para percibir y descubrir la Palabra que brotaba de sus profetas.
Una voz grita en el desierto... Juan, el precursor del Seor, nos interpela..., nos convoca
a una conversin cuyo signo es un bao ritual acompaado de la confesin de los pecados, pero
que exige una renovacin: Apareci Juan el Bautista en el desierto proclamando un bautismo
de conversin para perdn de los pecados (Mc 1,4).
Juan nos invita a situarnos ante nuestra vida y enfrentarnos con la radicalidad de una
existencia cerrada en nuestros valores y esquemas, alejados de Dios y empobrecidos por nuestras miserias, y a que escuchemos la voz que grita en el desierto de nuestro corazn sin Dios.
Solo en el desierto, vitalmente vivido, nos acordamos del oasis, del paraso perdido, del hogar
paterno.
El testimonio de Juan nos invita a despertar de nuestro sueo y a que salgamos en busca
del Seor.
52
Juan nos habla de conversin, de preparar el camino al Seor, que vendr y nos bautizar
en Espritu. Detrs de m viene el que es ms fuerte que yo; ante el cual no merezco inclinarme para desatar las correas de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero el os bautizara
con el Espritu Santo (Mc 1,7-8).
Cada nuevo adviento es necesario que despertemos un poco ms de nuestro adormecido
estado, desrtico y estril. Es tiempo de gracia donde el Seor pasa de nuevo a nuestro lado.
La lectura de Isaas, de Juan y de tantos signos profticos que nos hablan incluso hoy, vuelven a
ponernos delante nuestra ceguera, nuestro letargo, nuestras rutinas, nuestro pasar por la vida
sin vivir, para que nos convirtamos.
Volvamos hoy, maana y cada da a escuchar la palabra que nos interpela, que cuestiona
nuestra vida y nos invita, nos grita la necesidad de preparar el camino al Seor.
Esta invitacin a escuchar la palabra sigue teniendo vigencia a lo largo de los siglos y a
lo largo de nuestra vida. Cada situacin y cada persona que encontramos en nuestra vida diaria
pueden ser para nosotros llamadas a convertirnos, a preparar el camino al Seor. Toda circunstancia profundamente vivida puede ser un nuevo sendero que nos acerque al Seor, que nos
aproxime a las huellas del Seor, que se acerca una y otra vez a nuestra vida.
As, en esta actitud de escucha, de apertura a los signos, a la voz de los profetas de ayer
y de hoy, desvelaremos poco a poco al Seor, que ya ha venido y sigue llegando; al Seor, que se
aproxima y se esconde, a la luz que se intuye y se oculta; al Seor, que se presiente y se acerca.
La palabra de Dios, dnde la descubro?, dnde la escucho? Estoy abierto a todas las
manifestaciones con que Dios me habla?
Si voy despertando mis sentidos..., si mi vida es escuchar la palabra de Dios..., Jess me bautizar con Espritu Santo (cf Mc 1,8)
Slo el sediento acaba encontrando agua. Slo el que agudiza mucho sus odos y escucha, acaba
oyendo, acaba encontrndose con la palabra de Dios. Jess os bautizara con Espritu Santo.
Jess ser nuestra fuerza en la debilidad, nuestra constancia en el desaliento, nuestra razn de
ser en la desesperacin, nuestra luz en la oscuridad... Jess nos bautizar con su Espritu y ser
as nuestra salvacin y la nica fuente de nuestra transformacin.
Vivamos, pues, este adviento de hoy y de todos los das, escuchando la voz que grita en
nuestro desierto, escuchando la palabra de Dios que nos interpela a poner nuestra esperanza en
el Seor que viene...
Vivamos este adviento en oracin..., en esperanza.... en splica al Seor... En adviento la
oracin se intensifica, se cuida y se vive desde las ms hondas races de nuestro ser. En advlento
nuestra oracin es luz y aoranza de nuestro nico Seor.
53
Textos bblicos
* Esto dice el Seor.
Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y
el mal. Si cumples lo que yo te mando hoy, amando al
Seor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus
preceptos, mandatos y decretos, vivirs y crecers; el
Seor, tu Dios, te bendecir en la tierra donde vas a entrar
a poseerla. /.../ Hoy cito al cielo y la tierra como testigos
contra vosotros: os pongo delante la vida y la muerte, la
bendicin y la maldicin; elige la vida, y vivirs t y tu
descendencia amando al Seor, tu Dios, escuchando su voz,
pegndote a l, pues l es tu vida y tus largos aos de
habitar en la tierra que el Seor prometi dar a tus
padres, Abrahn, Isaac y Jacob (Dt 30,15-20).
* Mirad que llegan dasorculo del Seor en que
cumplir la promesa que hice a la casa de Israel y a la
casa de Jud. En aquellos das y en aquella hora suscitar a
David un vstago legtimo, que har justicia y derecho en
la tierra. En aquellos das se salvar Jud y en Jerusaln
vivirn tranquilos, y la llamarn as: Senor nuestra-justicia (Jer 33,14-16).
* ~Pronto, muy pronto, el Lbano se convertir en vergel,
el vergel parecer un bosque; aquel da oirn los sordos
las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad vern los
ojos de los ciegos. Los oprimidos volvern a alegrarse con
el Seor y los pobres gozarn con el Santo de Israel Is
29,17-19).
* Decid a los de corazn intranquilo:
Animo, no temis!
Mirad a vuestro Salvador que viene.
l es la recompensa.
l vendr y os salvar (Is 35,4-5).
54
55
Sugerencias
* El silencio me abre los espacios interiores y deja abierto el
camino a la Luz...
* Fomenta el silencio dentro de ti... y escucha el silencio de
tu alrededor...
* Qudate algunos momentos en SILENCIO, mirando las
cosas...
* Observa en silencio LA QUIETUD de las cosas, de los rboles
y de los caminos...
* Date cuenta de los sonidos y silencios que se producen a tu
alrededor...
* Observa tus pensamientos, como mirando a una pantalla,
donde aparecen y desaparecen continuamente, sin
seguirlos ni rechazarlos. Slo mirarlos...
* Siempre se escucha en silencio... Fomenta el silencio.
* Cuando t callas... se calma el ruido y el alboroto...
* Lee diariamente algunos textos bblicos propios de
Adviento lenta y serenamente.
Escchalos en silencio...
Interiorzalos y djate empapar por ellos.
56
Hombre
El hombre, el hombre es lo que importa.
Ni el rico
ni el pobre importan nada...
Ni el proletario,
ni el diplomtico,
ni el industrial,
ni el arzobispo,
ni el comerciante,
ni el soldado,
ni el artista,
ni el poeta en su sentido ordinario y domstico
importan nada.
Nuestro oficio no es nuestro destino.
No hay mas oficio ni empleo que aquel que ensea
al hombre a ser hombre.
El hombre es lo que importa.
El hombre ah,
desnudo bajo la noche y frente al misterio,
con su tragedia a cuestas,
con su verdadera tragedia,
con su nica tragedia...
La que surge, la que se alza cuando preguntamos,
cuando gritamos en el viento;
Quin soy yo?
Y el viento no responde... y no responde nadie.
Quin es el hombre...?
Tal vez sea Cristo...
Porque Cristo no ha muerto...
Y el Cristo no es el Rey, como quieren los cristeros
y los catlicos polticos y tramposos...
El Cristo es el hombre...
La sangre del hombre.
Esto lo afirmo, no lo pregunto.
No puedo yo afirmar?
57
Ejercicio:
2)
Silencio interior...
3)
Observar en silencio..
4)
Qu descubro?
Qu estoy viviendo...?
5)
LUZ
58
Ejercicio:
2)
3)
4)
5)
Oracin-contemplacion...
- Repite esa frase o palabra
con tu mente...,
con tu corazn...,
como un eco de tu alma...
- (no es necesario reflexionar ni discurrir sobre su
significado...).
- Gusta y saborea internamente...,
vive en silencio su contenido...
Qudate en silencio amoroso ante la presencia amorosa de Dios...
***
59
Mara
esperaba...
Mara de Nazaret
Cuando pensamos en Mara, a veces no sabemos qu decir. Son tantas las cosas que sabemos de ella, o quiz tan pocas, que preferimos dejar en silencio nuestras palabras.
Sin embargo, ante ti, Mara, no podemos callar nuestra alma. Cuantos sueos y nostalgias
surgen cuando evocamos tu hogar, tu presencia, tu rostro y tu compostura.
Qu poco sabemos de ti! Por eso nos gusta soar. Algunos te han visto ensalzada en tronos majestuosos, con anillos y coronas. Otros, con suntuosos mantos de terciopelo y diademas.
Cuntas imgenes, ttulos y ermitas. Todos los hombres, a lo largo de la historia, han querido
elevarte y expresar con smbolos, ttulos y nombres su devocin y cario.
Hoy nos gusta verte de otra manera. En Nazaret. Como una ms de las nazarenas que
vivan la vida vulgar y corriente de su pueblo. As te imaginamos y te vemos en las tareas diarias
de tu pequea casa. En qu ocupabas tus horas cada da? Qu hacas en tu casa...? Aunque nosotros dibujemos tu casa, mejor sera que tu nos describieses cada rincn de tu hogar. No sabemos, Mara, qu trabajos tendras, como te ganaras el pan, qu muebles y utensilios usaras...
Pero nuestra imaginacin te sita siempre entre cosas sencillas y simples, entre vasijas de barro
y sillas corrientes. Como las de tus vecinas. Esa sera tu vida?, o sera ms complicada? Acaso
cabe complicacin en ti? Tus vecinas lo saben bien. Te buscaban como un imn. Tu sencillez las
pacificaba. Junto a ti descansaban de sus trabajos y dolores. Se alegraban con tu sonrisa y encontraban paz en tus palabras y silencios acogedores.
Cmo te buscaban tus vecinas y disfrutaban con tu compaa! T lo sabas bien. Lo notabas.
Lo descubras en su mirada. Y t, Mara? Te sentas a gusto con ellas? Quiz, en medio de la
vida, como todos los hombres, vivas muy sola. Sola con tu soledad y con el secreto de tu alma.
Con quin charlabas de tu intimidad? Es tan difcil abrir hasta el fondo la riqueza y la miseria
de nuestro corazn... Con quin intimabas? Todos nosotros en algunos momentos necesitamos
abrir el alma... Intuyo que t, mirando al cielo y al Seor de tu corazn, encontraste siempre
remanso, consuelo y esperanza. Qu intimidad tan gozosa cuando se siente uno en el Seor. Y t
lo vivas, que es mas que saberlo y pensarlo.
Oye, Mara, se me est ocurriendo una pregunta importante, sobre todo hoy, y adems un
poco molesta cuando nos la hacemos a nosotros mismos. Rezabas mucho? Te gustaba rezar...?
Qu preguntas...! Parece mentira que los hombres hagamos preguntas as. T no rezabas. De
rutina, claro. Ni por obligacin. T amabas. Tu corazn estaba lleno de amor porque el Seor lo
posea. As estabas siempre con el Seor.
Por qu te quedabas absorta al amanecer mirando al horizonte? Veas algo de la otra
orilla? Era el Seor que desde la maana te sonrea con un saludo y t le abras las ventanas de
tu casa? Es difcil dejar al Seor a un lado cuando todo te habla de l, cuando tu corazn suspira por l, cuando los pjaros te cantan sus maravillas, cuando tu alma lo gusta en silencio, sin
saber por qu.
Mara, que senta tu alma da y noche? Si nuestros santos sentan el alma herida de Dios,
cmo sera tu alma, que siempre estaba sumergida en l!
El atardecer de cada jornada siempre estaba reservado a l. Deseabas quedarte rumiando los
salmos, cantando al Seor. Qu llena estaba tu vida por dentro y qu despojada por fuera! Por
fuera, s..., donde nosotros la llenamos tanto... y por eso nos olvidamos del tesoro que llevamos
62
dentro. Por fuera tu vida estaba desnuda, pobre, simple, desapercibida y transparente. Todo era
transparencia... Hasta tus palabras y silencios, tus vestidos y tus actitudes... Nos gusta verte
as, Mara, porque tuvo que ser as. Bien lo muestran tus silencios... y tus palabras...
Qu paso el da que te visit el ngel? Cuantos sueos, libros y cuadros han expresado este
encuentro. Los hombres somos as. Se aproxima alguno a lo que t viviste? T s que lo sabes y
qued para siempre, como todas las cosas grandes, en el secreto de tu corazn.
T esperabas... Claro que esperabas... Tu corazn y tu alma suspiraban como el eco virgen de toda la humanidad. Eres el brote puro y limpio del resto de Israel que fielmente confiaba
en la venida del Mesas, el Salvador. Te gustaba acariciar esa esperanza en tu corazn virgen,
consagrado en silencio y en totalidad a tu Seor. T eras del Seor. As te vivas. Y pedas en tu
oracin poder ver al Mesas...
Aquella tarde, recogida y gustando tu intimidad con Dios, brot en tu alma una luz nueva.
Distinta. Era ms fuerte. Ms intensa. Era la misma presencia viva del Espritu que sobrecoge y
ablanda, que estremece y serena, que desborda y plenifica...
Qu viviste...? Existen palabras que puedan balbucir ese encuentro? Quisiera quedarme
en silencio... Ante ti.... mirando desde mi corazn tu alma. Me gustara hacer silencio... y mirarte. Contemplarte con mis ojos suaves y mi corazn ardiente. Me gustara or un susurro, una
palabra, un beso de tu alma a mi alma... As, slo as... comprendera y saboreara un poco lo
que ocurri ese atardecer...!
El mayor mensaje jams odo en la tierra se grab en tu alma. La mejor noticia, la que
esperabas desde siempre... Y sin embargo, te extra... Cmo...? Yo...? Cmo puede ser...?
Ante Dios todo es posible, se disuelven nuestras pegas y dificultades. Nuestras incomprensiones
y problemas son nada ante el Seor. Cuando se escucha a Dios, se deshacen nuestros esquemas y
proyectos..., se ablanda el alma y el corazn se enamora... Barro blando en manos de su Creador. As fuiste t, Mara... Hgase lo que t quieras... Claro que s! Qu gozo... ! Qu alegra
contenida e ntima... ! Acaso puede ser de otra manera? Dios toca el alma y la transforma. Dios
te pidi tu s para entrar en nuestra tierra, y t se lo diste con sencillez y humildad.
Ah cambio tu vida, Mara. Sigui igual y empez a ser distinta. T eras la misma, pero
en ti sentas el latir de Dios. Tus tareas eran las de todos los das, pero sentas una misin y un
nuevo cauce en tu vida. Seguas con tus vecinas, pero tu ntima soledad dej de estar tan sola.
As de simple y grandiosa. As de humana y divina empez a ser tu vida desde aquel atardecer.
Mara esperaba... y se encontr con los caminos de Dios. Mara fue humana y el Seor la
hizo casi divina. Mara fue sencilla y pobre y en ella se irradi la luz del cielo y la habit el Espritu.
Mara..., qu feliz se volvi el ngel al cielo! T lo notaste... Casi te diste cuenta de la
sonrisa que se dibuj en sus labios.
Hoy tambin queremos mirarte como el ngel. Sonrerte y decirte: Bendita t entre las
mujeres...!
63
Mara esperaba...
Mara esperaba...
Mara esperaba, porque era pobre...;
slo los pobres esperan,
slo los pobres miran ms all,
slo los pobres aoran el cielo estrellado,
slo los pobres levantan sus ojos al cielo,
slo los pobres abren sus manos,
slo los pobres esperan que otro las llene...
Mara esperaba, porque era pobre...,
con sus manos abiertas,
con sus ojos serenos,
con su corazn sencillo,
con su alma transparente...
Mara esperaba, porque era pobre...,
en silencio...,
levantando su corazn al cielo...,
calladamente..., en silencio...
Mara esperaba, porque era pobre...,
aorando la bendicin de Yav,
esperando la lluvia en su tierra mansa...
Mara esperaba en el secreto de su alma...,
ms all de la esperanza humana,
ms all de la lluvia cercana,
ms all de la luz del alba,
ms all de las fuerzas humanas...
Mara esperaba en silencio...,
callada...,
como una msica sin notas,
como una luz inadvertida,
como una palabra guardada...
Mara esperaba en la paz de su alma,
en la claridad de su mirada,
en la sonrisa insinuada...
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Mara esperaba,
como jams nadie esper....
por eso encontr como jams nadie so...
Mara esperaba contra toda esperanza,
sin pensar en nada...,
como los pobres, que en su humildad
encuentran grata la vida de cada da...
Mara esperaba..., porque era pobre...
Mara esperaba en silencio...
la salvacin de Yav...
65
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Textos bblicos
* Bueno es esperar en silencio
la salvacin de Yav (Lam 3,26).
* Algrate, la estril, que no dabas a luz;
rompe a cantar de jbilo
la que no tenas dolores,
porque la abandonada
tendr ms hijos que la casada,
dice el Seor.
Ensancha el espacio de tu tienda,
despliega sin miedo tus lonas,
alarga tus cuerdas, hinca bien tus estacas,
porque te extenders a derecha e izquierda.
Tu estirpe heredar las naciones
y poblar las ciudades desiertas.
El que te hizo te tomar por esposa:
su nombre es el Seor.
Tu redentor es el Santo de Israel,
se llama Dios de toda la tierra (Is 54,1-3.5).
* En aquellos das dijo el Seor a Acaz:
Pide una seal al Seor tu Dios
en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.
Respondi Acaz:
No la pido, no quiero tentar al Seor.
Entonces dijo Dios:
Escucha, casa de David,
no os basta cansar a los hombres,
sino que cansis incluso a Dios?
Pues el Seor, por su cuenta,
os dar una seal.
Mirad: la virgen est encinta y
va a dar al uz un hijo,
y le pondr por nombre Emmanuel
(que significa: Dios-con-nosotros)
(Is 7,10-14).
* Brotar un renuevo del tronco de Jes,
y de su raz florecer un vstago.
Sobre l se posar el espritu del Seor:
espritu de prudencia y sabidura,
espritu de consejo y valenta,
espritu de ciencia y temor del Seor.
(Is 11, 1-2)
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68
Sugerencias
* Mara viva en silencio... y en armona... Obsrvala en
silencio . . .
* Imagnatela en su casa..., llena de paz y de bondad... Djate
contagiar de su paz... y bondad.
* Viva una vida corriente..., sencilla.
As la vemos con los ojos limpios de nuestro corazn...
Contmplala.
* Su corazn era slo para Dios, su nico Seor. Llena
siempre del Seor. Toda ella era oracin, unin con Dios.
Ora tu un rato contemplando a Dios en ella.
* Su mente y su corazn esperaban la venida del Salvador.
Esperaba en silencio...
Obsrvala serenamente..., y contgiate de sus deseos de la
salvacin..., del Seor...
* Evoca los sentimientos de la Virgen en la anunciacin del ngel...
Mrala..., obsrvala..., escchala...
* He aqu la esclava del Seor...
Cmo dira Mara estas palabras?
Qu estara sintiendo?
* Hgase en mi segn tu palabra.
Docilidad..., esfuerzo..., resignacin..., obediencia...
Barro blando en manos del Seor...
Deja que ella te exprese su vivencia...
* Evoca los sentimientos que vivira Mara durante estos
das prximos al nacimiento de Jess.
* Procura sintonizar con los sentimientos y vivencias de la
virgen Mara. Pdeselo a ella...
* Vive en un s constante al Seor. Repite: Hgase en m segn tu palabra...
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Nia del si
Todo estaba pendiente de tu boca.
Igual que si los hombres, de golpe, se sintieran
con la vida en las manos, detenida
como un reloj callado y a la escucha.
Como si Dios tuviera que esperar un permiso...
Tu palabra sera la segunda palabra
y ella recreara el mundo estropeado
como un juguete muerto que volviera a latir sbitamente.
T pondras en marcha, otra vez, la ternura.
Orilla virginal de la palabra
nia del s preada con el Verbo,
sin la ms leve sombra de no, toda en el da:
Dios encontraba en ti,
desde el primer albor de tus latidos, l
a respuesta cabal a su pregunta
sobre la nada en flor...
T le hacas dichoso desde el tiempo.
Tu corazn se abra como una playa humilde,
sin diques fabricados,
y en la arena sumisa de tu carne
el mar de Dios entraba enteramente...
Nia del s, perfecto en la alabanza
como una palma de Cades invicta;
jugoso en la alegra rebrotada, como la vid primera;
pequeo como el viento de un prpado cado,
y poderoso como el clamor del Gnesis.
Nia del s desnudo, como un tallo de lirio
bajo el filo implacable de la gloria...
Cuanto ms cerca de la luz vivas,
ms en la noche de la fe topabas,
a oscuras, con la Luz
y ms hondas races te arrancaba tu s,
nia del s ms ciego!
T diste ms que nadie, cuando ms recibas,
infinita de seno y de esperanza.
T creste por todos los que creen
y aceptaste por todos...!
Creas con los ojos y con las manos mismas,
y hasta a golpes de aliento
70
PEDRO CASALDALIGA
71
Ejercicio:
2)
3)
4)
La miro en silencio...
sencillez..., transparencia....
humildad..., silencio...
Mara esperaba en silencio la manifestacin de la
salvacin de Dios.
Mara esperaba porque era pobre,
humilde,
confiada.
5)
6)
72
Ejercicio:
Recitar lentamente...,
desde dentro...: EL AVE MARIA.
2)
Contemplacin de la ANUNCIACION.
3)
Contemplacin de la VlSITACION.
4)
Recitar lentamente...,
desde dentro...: EL MAGNFICAT.
Variantes:
- Tratando de penetrar en el alma de Mara.
- Identificndome con su vivencia.
- Sintindome yo el que PROCLAMA esa oracin.
- Con sencillez y humildad...
***
73
Por ejemplo:
74
75
Magnifcat
76
Navidad
78
Pero... la vivimos?
Es verdad que muchos de nosotros celebramos las Navidades. Es una fiesta social. Es
como toda la sociedad celebra la Navidad. Son das en que todos nos felicitamos, nos hacemos
regalos, nos reunimos con los familiares que hace tiempo no vemos, invitamos a los amigos...
Navidad es una fiesta que ha adquirido ya una extensin y un volumen que pesa en la vida de
todos nosotros.
Es Navidad una fiesta que nosotros celebramos..., o celebramos fiestas con ocasin de
los das de Navidad?
La causa de nuestra fiesta, es que nuestro corazn se esponja, se goza y grita de alegra
por el nacimiento de Jess? Si es as, entonces nosotros vivimos la Navidad. Todo nuestro ser
esta impregnado de la alegra de la venida del Seor, como nos alegramos de ver a un ser muy
querido para nosotros. As la alegra nos inunda el alma, y el corazn vibra explosivamente por
dentro, porque el Seor est entre nosotros y eso nos llena de gozo.
Esa vivencia interior del nacimiento de Jess nos inunda de tal manera que nos sale
a borbotones y la expresamos por fuera, con cantos, felicitaciones, alegra compartida con
otros... Entonces organizamos fiestas, celebramos la venida del Seor, evocamos su presencia
entre nosotros y la compartimos con otros que comparten nuestra fe.
En Beln no se celebro la Navidad. Nadie conoca el nacimiento del Salvador. Bueno, si.
Los pastores a quienes se lo anunci el ngel. Ellos vivieron el nacimiento del Seor con asombro, con temblor y sorpresa. Ellos no celebraron fiesta. Fueron y contaron lo que vieron. Todos
los que lo oan se admiraban de lo que les decan los pastores (Lc 2,18).
Ellos, los pastores, fueron los primeros que conocieron y vivieron el nacimiento del Seor.
Nosotros hoy celebramos la Navidad quiz muy lejos de conocer y vivir el nacimiento del Seor. Hemos convertido la Navidad en una fiesta social o familiar, en muchos casos al margen del
nacimiento de Jess. Qu pena! Si en el origen de nuestra Navidad, en su contexto, estuviese
Jess...; si en nuestra Navidad Jess fuese el protagonista...; si en nuestra Navidad Jess fuese
el aire que respiramos... No sera ms gozosa y profunda nuestra Navidad?
Necesitamos, pues, recuperar a Jess para nuestra Navidad y renovar en nosotros el conocimiento y el amor hacia l, nuestro Mesas, el Salvador.
79
Necesitamos vivir la Navidad como una expresin del gozo que sentimos en nuestro
corazn en comunin con Jess.
Necesitamos que toda nuestra convivencia se haga eco de Jess entre nosotros
y que la Navidad deje de ser unas vacaciones para ser una fiesta cristiana
en torno al nacimiento del Seor.
Necesitamos celebrar la Navidad comunitariamente, como una renovacin
de nuestra vida familiar que crece y comparte a Jess.
Ojal estas Navidades nos gocemos personal y comunitariamente
por el nacimiento de Jess.
80
Reflexin personal
Qu es para ti la Navidad?
Sientes tristeza, nostalgia, alegra...? Por qu?
Qu sentimientos y vivencias son la constante durante estos das?
Interiormente supone un mayor acercamiento y experiencia del Seor?
En qu lo notas?
Cmo te gustara celebrar las Navidades? Por qu?
En qu sentido te estn llenando o decepcionando estas Navidades?
Eso de nacer el Seor en nosotros, te suena a poesa, recuerdo, rutina, consideracin
piadosa, esperanza, realidad vital...? Por qu?
En el pasar ordinario de tu vida, qu suponen las vacaciones de Navidad? Por qu?
En la experiencia del desarrollo de tu mundo interior, qu est suponiendo esta
Navidad? En qu lo notas?
Qu ests viviendo con ms intensidad y profundidad?
Qu es lo ms importante en realidad para ti durante estas fiestas?
81
La encarnacin
de Dios
Contemplacin
de la encarnacin de Dios
Slo desde la contemplacin podemos adentrarnos en el misterio. Con demasiada frecuencia reflexionamos con nuestra mente sobre realidades que no abarcamos y que quedan a
nuestros ojos empobrecidas y devaluadas. Esto puede ocurrir con el misterio de la encarnacin
de Dios. Lejos de las especulaciones filosficas, contemplamos en silencio, con una mirada limpia y humilde, lo nuclear de nuestro cristianismo: Jess, Dios que se hace hombre.
Que Dios nos ayude a contemplar a Jess, que por nosotros se hace hombre... Que el
Seor nos conceda la gracia inmensa de recibir en nuestra mente y corazn una experiencia real
del misterio de la encarnacin.
No podemos penetrar en el misterio de la encarnacin ni descubrir su sentido al margen
de la historia de nuestro mundo. Todas nuestras experiencias vitales, que siempre vivimos desde
nosotros, deberan iluminar nuestra realidad concreta.
Al querer contemplar el misterio de la encarnacin, partimos de nuestro mundo. Un
mundo ansioso de Dios, aorando la salvacin, porque se vive desquiciado, amenazado y superficial. Y es que la historia de nuestro mundo es una historia de salvacin... En medio de nuestro
desarrollo histrico ha existido un momento, eterno y puntual, donde ha surgido una iniciativa
por parte de Dios: Salvar. El Dios del universo, infinito y eterno, trascendente e inefable. El Dios
del cielo y de la tierra, del sol y de las estrellas, del mar y de los bosques...; nuestro creador y
Seor ha tenido una definitiva intervencin: Salvar a los hombres.
Toda nuestra historia, la del pueblo elegido, Israel, est marcada por esa promesa de salvacin, que mantena la fe y la esperanza de un pueblo oprimido, esclavizado y zarandeado por
los avatares de su historia. Situacin que se va prolongando y que hoy vivimos...
La iniciativa de Dios atraviesa la historia del hombre, la historia de cada hombre, donde
siempre vuelve el eco de la nica y trascendental iniciativa de Dios: Salvar al hombre.
San Ignacio, al proponer la contemplacin de la encarnacin en sus Ejercicios espirituales, parte de la observacin compleja y problemtica del mundo. Mira a los hombres sobre la
tierra, unos blancos y otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo,
unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo, etc. (Ejercicios espirituales, n.
106).
84
La salvacin de Dios, su encarnacin, podemos comprenderla si comprendemos los autnticos conflictos que acosan a los hombres. Un mundo donde parece que las cosas van al revs.
Conflictos, guerras, falta de entendimiento entre los pueblos y las familias, destrozos humanos
a causa de tantos desequilibrios y desajustes, un mundo donde existe el hambre, el sufrimiento,
la manipulacin de las personas y la injusticia; donde el egosmo de algunos aplasta la vida de
otros.
Difcilmente comprenderemos todos el sentido de la encarnacin si no nos hacemos cargo
de la realidad concreta de nuestro mundo... Este ir pasando por la vida tantos hombres y mujeres consumindose, a veces sin sentido, sin aliciente y alegra...
Nosotros, hacindonos uno con tantos desajustes y distorsiones de la humanidad... y sintindonos tambin afectados por tantas cosas como sufrimos y no aceptamos...; nosotros, que
omos el clamor de los hombres, que no queremos morir, sufrir, seguir viviendo sin vivir.... podemos comprender, precisamente desde esta existencia nuestra, la hondura de la encarnacin de
Dios.
A este mundo concreto, a esta realidad nuestra quiso venir Dios, encarnndose, asumiendo nuestra carne, nuestra humanidad. Esta fragilidad humana que tanto nos duele y que rogamos la cambie Dios. Y Dios no la cambia, no la hace distinta. Dejara de ser humana. El hombre
es dbil, frgil, pero libre para orientar su destino. Podra Dios, decimos, suprimir los males y
las distorsiones nuestras. Pero... cambiando al hombre, acaso no suprimira al mismo hombre,
al hombre limitado y al hombre libre?
Dios no quiso suprimir al hombre. Dios no quiere suprimir nuestras limitaciones, nuestros
dolores y sufrimientos. Dios no quiere arrancarnos la libertad que dej en nuestras manos, la
que, al no usarla correctamente, es causa de tantos estragos sociales y personales. Pero Dios
tampoco puede olvidarse del hijo de sus entraas, pues aunque una madre llegue a olvidarse,
yo jams me olvidar. Mralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada (cf ls 49,15 16). No
somos nunca indiferentes a Dios, aunque, ante nuestra ensombrecida mirada, nos parezca que
Dios no esta ah, a la vera del camino.
En realidad, Dios toma en serio al hombre. Lo deja ser... y hacer. Lo respeta con un respeto infinito y sublime, y respeta nuestra libertad, nuestra realidad concreta..., nuestra historia.
85
Dios llega hasta lo incomprensible en su amor y respeto al hombre. Dios nos ama entraablemente y nos respeta hasta lo inexplicable..., y la iniciativa de Dios, la iniciativa de salvacin
de Dios, llega a asumir al hombre as, como es, y como es en su devenir histrico. Por eso la
encarnacin de Dios es que Dios toma tan en serio al hombre, que ni suprime sus conflictos ni se
desentiende de ellos.
Dios nos salva hacindose UNO con nosotros, encarnndose, hacindose en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado (cf Heb 4,15). Dios viene a nuestro mundo participando
de nuestra vida, de nuestros dolores y sufrimientos, metindose en nuestra historia y caminando
por nuestros mismos caminos polvorientos y llenos de tropiezos.
Dios se hace uno de nosotros, camina como uno de nosotros..., toma nuestra carne dejando que siga siendo carne, entrando en nuestras mismas realidades humanas, pero llenndolas de
s mismo. Dios en Jess. Dios presente en la carne. El infinito presente en lo finito, lo eterno en
lo temporal, el Dios inefable en el rostro humano de Jess. La inmensidad de Dios en la pequeez de Jess.
En la encarnacin, el Dios invisible e inaccesible aparece, se funde en la realidad de un
hombre: Jess, a quien podemos ver con nuestros ojos, escuchar con nuestros odos, tocar con
nuestras manos. Dios se encarna en Jess, se hace presente en nuestra vida. As, desde la encarnacin, la tierra, nuestra tierra fra y desamparada, nuestra carne y nuestra vasija de barro,
ha quedado cargada del Verbo de Dios, de la presencia de Dios. Desde la encarnacin nuestro
mundo ha quedado embriagado de la presencia salvfica de Dios, que enjuga nuestras lagrimas
con su calor y su bondad. Todo lo humano qued bajo la ley del AMOR encarnado en Jess.
Nuestra salvacin no consiste en que se supriman nuestros conflictos y limitaciones, que
desaparezcan nuestros sufrimientos y distorsiones. El vaso de barro sigue siendo barro, pero
llevamos la palabra, la vida de Dios en este barro, en esta vasija quebradiza y pobre.
La encarnacin es hacer transparente a Dios en nuestra tierra. Jess, con su rostro sereno
y profundo, con un gesto amable y cercano, con su mirada dulce y transparente..., con su voz
cariosa y alentadora, esta irradiando a Dios. Jess, Dios encarnado, Dios cerca de nosotros,
Dios a la medida de nuestra capacidad, para ser descubierto y vivido. No podis ver a Dios y
seguir viviendo... (cf x 33,20), le dijo Dios a Moiss. Pero el hombre no puede vivir sin ver a
Dios. Por eso en la encarnacin Dios se hace asequible a nuestra condicin pobre y humilde. Ya
podemos descubrirlo, contemplarlo y amarlo en Jess.
As se realiza la salvacin del hombre. As Dios transforma la realidad radical del hombre,
llenando esta vida de cada da de la misma divinidad. Nuestra salvacin no consiste en que no
se nos hunda nada, sino en que yo no me hunda cuando se hundan las cosas, porque mi vida est
enraizada en la presencia viva de Jess en m, en mi corazn, en todo mi ser. Nuestra salvacin
no consiste en tener nuestra casa cada da mas limpia y elegante, en que todo este muy ordenado, en que desaparezcan nuestras limitaciones y fallos (hasta el justo peca siete veces: cf Prov
24,16), sino en que mi casa, abiertas las puertas de par en par, se llene de la presencia salvadora de Dios en Jess. Jess encarnado, prolongando su encarnacin en m, llenando mi vasija de
barro de su propio Espritu.
***
86
Reflexin personal
Te sientes salvado?
Qu es para ti la salvacin de Jess?
Cmo la vives?
En tu vida real de cada da tiene alguna repercusin esta salvacin de Jess?
Piensas en ella?
Slo te limitas a pensar en ella?
Se puede vivir la salvacin de Jess?
Cmo?
Te salva Jess de algo?, de qu?
Cmo lo sientes t?
87
Textos bblicos
* Entonces Dios model al hombre con el barro del suelo, y sopl sobre el su alien
to de vida. El hombre se convirti
as en un ser viviente (Gen 2, 7).
* La palabra de Dios se hizo carne y puso su tienda entre nosotros (Jn 1,14).
Vino a su casa,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron
les dio poder de hacerse hijos de Dios...
88
Sugerencias
89
90
La encarnacin de Dios
91
92
En Jess hecho nio en Beln, Dios se encarna, se dice y me habla. Dios haba
dicho muchas palabras a los profetas. Haba revelado misterios con luces y sombras. En los profetas Dios anunci mensajes de liberacin y cantos que salvan.
Dios habl con palabras y con hechos que alimentaron los lazos de amor y
alianza. Sac de Egipto a su pueblo y lo acompa con ternura en el desierto. Dios
actu con mano fuerte y cercana en favor de los hombres.
Dios fue salvacin en la historia con hechos y palabras. Pero no bastan. Dios
quiso ms. Dios est deseando llenar nuestra tierra de su presencia y salvar a los
hombres, que tanto ama. Aora estar con los hijos de los hombres y compartir
nuestro pan y dolor. Quiere hacerse cargo de nuestro sudor y calor hogareo. Pero
cabe Dios en esta tierra?
Por eso se estrecha y se humilla. Por eso se encarna y se empequeece en un
nio inocente. Jess es la Palabra. Luz de Luz, Dios de Dios, engendrado, no creado, como semilla que brota en la tierra, sembrada del cielo. En Jess, Dios se dice
entero y completo. Es Dios en nuestra estrecha carne, en nuestra pequea tierra.
Pero de verdad Dios se estrecha para meterse en nuestro mundo? Pierde Dios algo
al despojarse de su rango de Dios y hacerse hombre en nuestra tierra.
En Jess, Dios no se estrecha. En Jess, Dios se encarna y engrandece
al hombre.
Jess transparenta a Dios en su rostro y en su palabra. Dios se hace visible y
palpable a nuestros sentidos. Dios, en Jess, se acerca a nuestra medida... para no
anularla. Locura de Dios que nos habla en Jess! En qu mente puede caber esa
simple grandeza? No sabemos explicarlo ni verlo. Solo vivirlo, intuirlo y contemplarlo en silencio. Jess es la Palabra, es la Noticia Buena, es la Alegra serena y
profunda que transforma nuestra alma. Ella sola..., slo ella nos salva.
Milagro inconcebible de la encarnacin. Somos objeto de la locura de Dios,
que nos salva en nuestra propia acera y en nuestra lengua. Por eso Dios no se estrecha, sino que se acerca en la sombra y en la sonrisa de un nio.
As, el hombre, nuestro pequeo y dbil hombre, se ensancha, se agranda y
se hace infinito y eterno.
93
(Jn 1,14)
Dios.
Sabidura.
Creador, origen de todo.
Revelacin del Padre.
Reflejo del Padre.
Donde se mira el Padre.
Expresin de la plenitud de Dios.
Hijo nico de Dios.
Nacido del Padre antes de todos los siglos, eternidad.
Infinitud. Dios de Dios.
Luz de Luz.
Dios verdadero de Dios verdadero.
Engendrado, no creado.
De la misma naturaleza del Padre.
Por quien todo fue hecho.
94
Debilidad.
Limitado.
Estrechez.
Pecado .
Solidaridad.
Amor entraable a los hombres.
Compartir nuestra propia realidad.
Autoentrega.
Colocarse a nuestro lado definitivamente.
Seguir nuestros propios pasos.
Hacerse uno con nosotros y
como nosotros.
Viviendo nuestras propias miserias.
Pobreza.
Humildad.
Rostro humano de Dios.
95
Luz:
Verdad:
Pan:
Presencia:
Amor infinito:
Seor:
Paz:
Agua viva:
Seor mo y Dios mo
Mi os doy, y mi paz os dejo.
Si conocieras el don de Dios y
quin es el que te pide de beber,
t le habras pedido a l y l te
habra dado el agua viva.
Nueva vida:
Fortaleza:
96
Ejercicio:
Percibirme por dentro
1) Relajarse...
2) TOMAR CONCIENCIA DE MI...
EMPIEZO A RECORRERME POR DENTRO:
Desde la cabeza hasta los pies...
Darme cuenta:
En qu zonas
En qu miembros
Qu clases de percepcin:
me siento ms?,
me percibo ms?
dolor?,
tensin?,
relajacin?,
calor?,
fro?,
opresin?,
suavidad?,
paz?
97
Ejercicio:
Contemplacin de la encarnacin
1) Relajarse, pacificarse y centrarse...
2) INICIA TIVA DE DIOS: SALVAR.
Contemplar nuestra historia... es HISTORIA
nuestro mundo... DE SALVACION.
Qu es SALVAR?
el dolor,
el sufrimiento,
as limitaciones,
el pecado,
las incomprensiones,
los odios
las guerras...
98
La iniciativa de Dios
de nosotros,
es HACERSE UNO
con NOSOTROS;
es encarnarse...,
es participar de nuestros problemas, dolores, sufrimientos...
5) Desde
LA ENCARNACION,
nuestra tierra,
nuestro mundo
ha quedado lleno de Dios,
embriagado de la presencia de Dios.
As nos SALVA:
Toda la vida
ha quedado cargada
de la bondad de Dios,
de los caminos de Dios,
de la presencia de Dios.
99
Ejercicio:
Experiencia de la encarnacin
1) Relajarse, pacificarse y centrarse...
2) Silencio..., paz..., calma interior...
3) VISUALIZAR la si-
tuacion del pueblo de
lsrael antes de la veni-
da de Jess...
ambiente..., personas....
circunstancias..., costumbres..., sufrimientos...,
guerras..., enfermedad...,
esclavitud..., dolor..., pecado...
5) Mi salvacin,
nuestra salvacin:
6) Ser consciente de m,
de mi circunstancia,
de mi ambiente,
de lo que soy y tengo,
de toda mi realidad...
100
101
El nacimiento
de Jess
Dios quiso nacer entre nosotros, en nuestra tierra.... en Beln de Jud. La historia nos
presenta unas condiciones o circunstancias donde pudo nacer Jess. Los caminos de Dios no son
nuestros caminos, y los suyos son inescrutables e infinitos.
Dios quiso entrar en nuestro mundo llamando a la puerta. S, quiso llamar y que una mano
acogedora le abriera la puerta de nuestra tierra. Mara fue esa joven, escogida por Dios para
que le abriera la puerta. Ella, ante Dios, que llama para nacer entre nosotros, responde con un
s, infinito y humilde. Mara fue el s que abri nuestro mundo, nuestra humanidad, a la llegada
de Dios entre nosotros.
Dios necesita nuestro s para nacer en nosotros. Mara, entre su asombro y disponibilidad, en nombre de todos nosotros, fue la puerta por donde quiso Dios entrar. Hoy sabemos que
Mara nos asumi en su s y nos hizo hogar para el nacimiento de Jess. Ella fue el primer hogar
que acogi a Jess. Y nosotros, con su s, aprendimos que slo con ese mismo s, latiendo en
nuestro corazn como un eco que suena ao tras ao, volver a transformarnos en nuevo hogar
donde nacer Jess. Ojal nosotros vivamos convencidos del respeto inmenso que Dios nos tiene.
Un respeto tal que slo despus de llamar y slo despus de nuestro s volver una y otra vez a
entrar en nuestra vida.
La vida es un continuo trance de decir s a Dios, o decir no. Mira que estoy a la puerta y
llamo. Si alguno me abre, entrar en su casa y cenar con l y l conmigo (Ap 3,20).
Noto que me sale un s, infinito y humilde, para que nazca Jess en mi vida?
***
Otra circunstancia que se dio en el nacimiento de Jess fue el silencio de la noche. El ruido alborota y distorsiona. Cuando vivimos en medio del ruido, parece como si todo se trastocase
y enturbiase. Difcilmente se ve algo grande y profundo en el desasosiego y el ruido.
Jess naci en medio del silencio de la noche. Entre el eco desnudo del silencio y el vaco
inmenso de la noche. Todo se hizo grande y pequeo aquella noche. Todo fue acogida y asombro. Hasta el silencio se hizo ms denso y la oscuridad ms amplia: Cuando todas las cosas
estaban en silencio vino, oh Seor, tu Palabra todopoderosa(cf Sab 18,14-15).
104
El silencio es armona, paz, acogida. Mara escuch la Palabra en silencio. Todos nos imaginamos la belleza de Mara en silencio. Su silueta humilde y silenciosa se convirti en acogida
donde naciese el Seor. Jess nace en medio del silencio de Mara y del silencio de la noche.
Solo el silencio acoge y escucha la Palabra. Solo el silencio encarna la Palabra y la expresa.
En nuestro silencio nace Jess. Que grande y profundo es el silencio cuando es elocuente. Cuando nos habla sin palabras y se dice en susurros. Las palabras ms bellas han brotado del
seno del silencio..., cuando ste se ha convertido en mensaje, en presencia, en comunin amorosa. En el silencio de nuestro corazn y en la noche callada de nuestra mente brotar la Palabra eterna e infinita..., nacer Jess.
Busco yo el silencio...? Lo valoro en el contexto de mi vida...? La persona ruidosa es
superficial, dispersa, alborotada... Slo el silencio nos abre a la profundidad de nuestro ser, nos
unifica y armoniza. La persona va abrindose desde su hogar interior a la transformacin de todo
su ser, donde Dios acta, transforma y plenifica. Ah, en la hondura de su ser, el silencio habla
y nace Jess; la palabra de Dios siempre es elocuente cuando el ruido calla. Por eso, cuando
el silencio es tan grande, tan fuerte, tan denso que nos habla..., que se pronuncia en palabras
del corazn..., nuestra vida se transforma. La vida se hace distinta, nueva, desde la otra orilla,
donde mi yo acaba y se funde en comunin con Dios. Cuando el silencio habla, Jess nos transforma.
Dedico yo tiempo a estar y vivir en silencio? El silencio se aprende, se desarrolla y se
vive. El grado de crecimiento de una persona tambin se mide y se nota por la capacidad que
tiene de ser silenciosa. El silencio plenifica y nos abre al Seor. En el silencio de la noche nace
Jess. Vivamos en silencio, en ese silencio que es hogar y comunin con Jess. Mara fue silencio, silencio acogedor. Mara fue un hogar silencioso donde naci Jess.
***
Otra circunstancia del nacimiento de Jess fue un hogar pobre y humilde. Esto os servir
de seal: encontraris un nio envuelto en paales y acostado en un pesebre (Lc 2,12).
Jess nace en una cueva, a las afueras de Beln, porque no haba sitio en la posada. No
haba sitio. Los pobres no tienen sitio. Nadie abre su puerta a los pobres. A los pobres se les
ignora, se les da de lado. A Jos y Mara se les cerraron las puertas de la posada porque eran
pobres.
La cueva de Beln se convierte en el hogar donde nace Jess. El Seor de la gloria, el
creador del universo, cuando quiere entrar en nuestro mundo se encuentra con que hay puertas
cerradas. Las puertas que dentro encierran actitudes autosuficientes, orgullosas, ricas y que se
bastan a s mismas. Ah no cabe Jess, no puede nacer.
La puerta de la cueva est abierta. Ni siquiera haba puerta. Era puro hogar hendido en la
roca, como esperando que alguien entrase y se cobijase. Jess nace en un hogar pobre y humilde. Ese era el hogar de la cueva y ese era el hogar de Mara y Jos. Dios nace en lo pobre, en
lo simple, en lo vulgar e inaparente. Jess es reconocido porque est recostado en un pesebre.
Como el ms pobre de los hombres. Ha querido ser el ultimo, nacer en lo humilde y desnudo
de la tierra. Sin llamar la atencin. Jess naci en ese hogar grande y pequeo que fue Mara y
Jos.
105
Qu tendr de riqueza la pobreza? Cul ser su belleza? Mara fue encantadora en su
sencillez. Qu encanto guarda la sencillez! Mara fue un hogar pobre.... humilde, sin grandes
pretensiones... Vivi en la inapariencia de la vida, en lo simple y vulgar. Mara pudo ser un hogar
para Dios..., para que naciera Jess, porque era pobre y sencilla como la cueva de Beln. En
ellas su riqueza fue no ellas, sino Jess..., el Seor. Quiz este ah el secreto y el misterio de la
humildad y la pobreza. En que son transparencia de Dios. En ellas siempre se ve a Jess. Siempre vemos en Mara a Jess y nunca concebimos a Mara sin Jess. Como la cueva de Beln, que
no es posible sin Jess. Slo en lo pobre y lo simple se ve a Dios y nace Jess.
Soy yo tan pobre y tan humilde que en m pueda nacer Jess? A veces nos cuesta bajarnos de nuestro pedestal, de nuestras autosuficiencias y orgullos. As nos alejamos de Dios e
impedimos que nazca Jess. Es necesario vivir en la simplicidad y la humildad. Ir por la vida con
pisadas de pobre. Sin grandes pretensiones y conquistas. Como quien busca desaparecer. Ah, en
la inapariencia de mi vida, en su sencillez y pobreza, nacer Jess. Solo en esa bajeza y humildad estarn siempre las puertas abiertas, y Jess podr entrar. Por eso, en el vaco y sencillez
de mi vida se ir poco a poco creando un clima y un hogar donde Jess podra nacer.
***
La Virgen fue el s absoluto y humilde a Dios en apertura y disponibilidad. Mara vivi en
silencio, pobre y humilde. En ella se encarn y naci Jess. Ojal nosotros aprendamos a vivir
en un continuo s al Seor, blando, humilde, en silencio, donde Jess se encarne de nuevo y nazca. Mi vida es un proceso de vaciamiento y plenitud, de muerte y de vida.
Conviene que yo disminuya y l crezca, predicaba Juan el Bautista (Jn 3,30). Conviene
que yo disminuya en actitudes falsas y superficiales, y que Jess nazca y crezca en mi vida ms y
ms.
106
Textos bblicos
* Un nio nos ha nacido, un hijo se nos ha
dado; lleva en sus hombros el principado
y es su nombre: mensajero del designio divino
(Is 9,5-6)
107
108
Silencio... Silencio...
Silencio... Silencio...,
para que me transforme el silencio...
* El silencio existe..,
existe siempre...
no porque venzamos al ruido...,
no porque desaparezca o ignoremos el ruido...
El silencio existe..,
existe siempre...
El silencio es,
pero est mas all del ruido...,
al otro lado del ruido...
***
* Todo tiene dos caras: ruido
y silencio...
Depende desde dnde mires las cosas...,
o mejor, desde donde vivas las cosas.
***
109
110
111
Ante el misterio solo cabe el asombro. Un asombro que estremece hasta la ultima fibra
de tu ser. Un asombro que te sobrecoge y te convierte en pequeo e insignificante. As ocurre
cuando se nos presenta un acontecimiento que nos desborda, que rompe los esquemas de nuestra comprensin mental y de nuestra cultura cientfica.
Pero hay misterios en que el asombro se hace ntimo, jugoso, mstico. Es el asombro que
brota ante un misterio delicado, silencioso y humilde.
El misterio del nacimiento de Jess es as: delicado, silencioso y humilde. Ante Jess en
la cueva de Beln.... ante Mara y Jos acogiendo en sus brazos y en su corazn a Jess nio, el
asombro se hace silencioso.
Qu tendrn los nios que desarman nuestra altivez? Qu irradiarn los nios pequeos
que enternecen los corazones ms secos y ablandan las manos ms toscas? Es curioso observar a
un abuelo acogiendo en brazos a su nietecillo o sonriendo ante sus travesuras.
Ante Jess, ante el misterio de Jess en Beln, entre la sobriedad y la ternura, entre el
calor de Mara y la acogida de Jos, slo cabe el asombro cercano, ntimo y gozoso.
San Ignacio, que soaba con ir a Jerusaln para seguir las huellas de Jess lo ms fielmente posible, nos dice que nos quedemos ante el misterio del nacimiento de Jess como un esclavito indigno..., mirando lo que ocurre, viendo lo que hacen, percibiendo con nuestros ojos
del corazn ese ms que descubre el amor y la ingenuidad del alma. Nos invita san Ignacio a
que nos hagamos presentes contemplando, entrando en lo sagrado de ese misterio con pisadas
de pobre..., que escuchemos..., que observemos..., que abramos de par en par las ventanas de
nuestros sentidos... para que reciban todo lo que est sucediendo...
Ante el misterio de Beln, ante Jess, Mara y Jos en la quietud de la noche, tu asombro
se hace silencio, gozo ntimo y ternura infinita. Parece como si su silencio te sobrecogiese tanto
que te transformara en silencio. Como si la ternura infinita de Dios hecho nio enterneciese tu
alma. Como si la delicadeza pura y cristalina de Mara te contagiase y te inundase tu cuerpo y
tu corazn... Todo se hace luminoso en esa oscuridad de la noche y del misterio. Todo se hace
simple en esa incomprensibilidad de Dios hecho nio pequeo, ah, en Jess entre los brazos de
su madre.
Ante el misterio de Beln, el asombro nos hace esclavitos indignos..., estando all como
quien sirve..., en una esquinita..., casi sin notarlo nadie... Ah, s, ah queremos estar contemplando el misterio de Jess, Mara y Jos en Beln. Ah, porque slo ah podemos gustar el
misterio con el corazn... Ah, porque slo ah podemos comprender el misterio con nuestro
corazn...
112
Es que podemos comprender a Dios de otra manera? A Dios slo le comprendemos cuando rompemos nuestros esquemas mentales, pequeos y limitados, y dejamos que la infinitud de
Dios impregne nuestros ojos, los de la mente y los del corazn sobre todo, y los haga gustar su
misterio.
Y a Dios nuestra mente no lo comprende en un nio... Qu ser Dios en Jess? Ser
una nueva faceta de Dios? Ser el verdadero rostro de Dios ese Jess, nio, indefenso, tierno y
delicado? Ser que Dios quera ganarnos el corazn para l, no a fuerza de poder, de temor, de
leyes y exigencias? Ser que Dios es Amor, y slo en el rostro de Jess podemos ver el amor a la
medida de nuestros ojos...?
Dejemos que el misterio del nacimiento de Jess, delicado, simple y humilde, nos contagie y despierte en nosotros la ternura, la ingenuidad y la sencillez de todo nuestro ser.
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Sugerencias
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Para Jos y Mara no existi la navidad. Fueron unos das normales, como los das ms
corrientes de tu vida. Quiz, si quieres, un poco mas complicados. Tuvieron que improvisar un
viaje en las circunstancias tan difciles de Mara, que esperaba un hijo.
Mara y Jos no estaban de fiesta. Eran das vulgares en que las cosas siguen igual, y el sol
amanece y se recoge entre trabajos y descansos, entre amistad y soledad, entre rer y llorar. En
esos das donde nada llama la atencin. Ni el fro ni la lluvia, ni el reloj, ni los vecinos, ni el da
ni la noche. Ah, en esos das grises, vivieron Jos y Mara la navidad. Sin fiestas ni cantos...
En medio de su vida real y silenciosa, en lo mas ntimo de su alma, se asomaba una alegra y una esperanza, un temor callado y compartido, un no s qu misterioso que se condensaba en un hijo grande y pequeo que muy pronto veran sus ojos.
Ellos si esperaban ya, casi sin prepararlo, el nacimiento de Jess. Y as, esperando y preparndose para el nacimiento de Jess..., sali un edicto de Csar Augusto ordenando que se
empadronase todo el mundo... Iban todos a inscribirse, cada uno a su ciudad... (Lc 2,1.3).
Vaya por Dios! En estos das precisamente, con lo complicado que es ponerse en camino
en esta situacin. Ahora que necesitamos estar en casa..., tenemos que irnos a Beln.
Qu difcil se les puso a Mara y Jos la navidad! Les rodearon unas circunstancias muy
humanas, demasiado humanas. El emperador romano quera saber cuntos eran sus sbditos
y dispuso hacer un censo. Son circunstancias tambin normales, corrientes... Ambicin de poder..., orgullo personal..., estructuras sociales que condicionan la vida. Esas son las circunstancias y acontecimientos donde naci Jess. Y ah, en esas circunstancias y acontecimientos,
tienen que arrglarselas Mara y Jos.
Se les puso complicado a los dos. Habr que ver como hacemos el viaje. No haba lugar a
la queja ni al enfado. No los imaginamos tratando de cambiar esos acontecimientos ni discutirlos. Ah vivan y ah vivieron lo grande y lo pequeo..., en esa realidad sin ms. Con ms dificultad sin duda, pero ah, sin escabullirse ni protestar.
Y as vemos a Jos y Mara en camino hacia Beln, cumpliendo el edicto del emperador
y, en realidad, cumpliendo los designios de Dios. Y t, Beln, tierra de Jud, no eres la menor
entre las ciudades de Jud; porque de ti saldr un jefe que ser pastor de mi pueblo Israel (Mt
2,6). Qu misterio las circunstancias y acontecimientos de la vida vulgar! Cundo son nuestros
caminos y cundo son tus caminos, Seor?
116
Mara y Jos, sin fiestas ni cantos..., caminan hacia Beln, con dolor y alegra, con dificultad y sin aoranzas, rezando y hablando... Es lo normal de la vida, que lleva consigo contrariedades e imprevistos. As fueron los das de navidad. Pareca que su vida, la vida ordinaria suya,
estaba marcada por demasiados imprevistos. Hace tiempo el ngel les cambi sus proyectos y
cambi la vida de los dos.
Tambin ahora los nuevos caminos de Dios se mezclan o se manifiestan en nuestras mismas sendas. As vivieron Mara y Jos esos das tan grandes y simples, sin celebrarlos por fuera,
con gozo en su alma.
Los dos, con la preocupacin y la confianza, seguan hacia Beln abiertos a nuevas sorpresas. Y las hubo. Para ellos fue el desamparo y el vaco, el no encontrar hogar ni calor... En ese
node la posada se les cerraron las puertas, y... se fueron a buscar donde pudiese nacer Jess.
Qu alegra y que tristeza! Qu llanto y que confianza! Qu navidad tan llena y tan sola! Solo
vosotros dos vivisteis la Navidad. La nica. La verdadera. Para vosotros no fue fiesta la navidad.
Ni siquiera sabais que era navidad. Sentisteis en vuestros brazos a Jess. Vivisteis el cielo en
la tierra y una infinita luz en la oscuridad. Ni heridas ni soledad, ni llantos ni desazn. Entre los
dos, Dios, vuestro hijo Jess. Qu ms navidad podais celebrar! Celebrasteis en vuestra alma a
Jess, y con vuestras manos acariciasteis a Dios. Se puede celebrar mejor la navidad?
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* Ve lo que hacen...
* Oye lo que dicen...
* Observa y descubre: el ambiente...,
el pesebre...,
la cueva...,
etc.
* Cae en la cuenta:
Qu condiciones se dieron cita para que Jess naciera: la
palabra de Dios se hiciera carne
se manifestase Dios visiblemente en Jess?
El s de Mara.
El SILENCIO de la noche.
Un hogar pobre y sencillo.
2) CONTEMPLACION SUBJETIVA
DE LOS HECHOS
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* Descubre como en ti
se dan las condiciones para que nazca Jess:
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Ejercicio:
La mejor noticia: la buena nueva
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Todos esperamos la llegada de una nueva noticia
para nosotros.
Qu sientes?
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Ejercicio:
Contemplacin del nacimiento de Jess
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Silencio..., paz..., serenidad...
3) Mara y Jos: camino de Beln.
6) Contempla en silencio
el misterio del nacimiento de Jess.
JESUS: ternura.
ingenuidad.
inocencia.
misterio insondable de Dios hecho nio.
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JOS: sencillez,
disponibilidad,
custodio de Mara y Jess,
silencioso y dcil ante el misterio de Dios.
7) Hacerme yo presente:
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Ejercicio:
Paz a los hombres que ama el Seor
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Observamos:
luchas,
tensiones,
incomprensiones,
disgustos
divisiones.
la aoramos...,
la buscamos...,
la necesitamos...
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Paz
un SALVADOR: JESUS,
6) LA PAZ se irradia:
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Ejercicio:
Deja que Jess nazca en tu corazn para los dems
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) CAER en la CUENTA
- de las cosas que te impiden acoger a los dems:
en Tl: criterios, mentalidad...,
actitudes...,
formas de vivir...,
resentimientos, rechazos, envidias...;
en LOS DEMAS:
sus maneras de pensar...,
sus actitudes...,
sus limitaciones...,
sus comportamientos...
4) LA POSADA:
5) LA CUEVA DE BELN.
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Epifana
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Dios que se manifiesta en Jess, que se manifiesta en un nio, en nuestro lenguaje. Esta
es la Epifana, la fiesta del regalo infinito de Dios a mi existencia. Tendr yo capacidad para
acogerlo y abarcarlo? Pero Dios sabe hacer regalos. Dios nos habla en nuestro idioma... Por eso
se hace hombre en nuestra estrecha tierra. As Dios se manifiesta y nos salva.
Qu s yo de Dios! San Juan nos dice que a Dios nadie lo ha visto jamas. Por eso se hace
pequeo, un nio, y se acerca y nos habla en el silencio y en la sonrisa de Jess.
Hoy quisiera caminar despacio..., en silencio..., con nostalgia de verte en mi corazn.
Hoy quiero volver a Beln, como otras veces fu, pero con ms deseos de verte y contemplarte.
Qu misterio ver a Mara, Jos y Jess, y quedarnos en silencio y adoracin! Ah esta la manifestacin simple y callada de Dios. No dice ni expresa nada. Slo est ah, en un nio en brazos
de Mara. Slo es, sin ms, sin ideas ni palabras, sin discursos. Es. Simplemente es. Por eso se
irradia y se expresa, se manifiesta y se desborda. Como brillan los ojos de la mirada serena!
Qu ven los ojos limpios de nuestra mirada? Cmo nos llega tu luz e inocencia! Como si desmoronases nuestra altivez y dureza..., todo nuestro ser se hace hueco, suave donde acunarte
y abrazarte. Todo nuestro corazn sonre y se goza como si Dios tocase con sus labios nuestra
alma.
As, en silencio y contemplacin... Postrado en tierra y con el corazn en el cielo, vaco
mi cofre y te entrego todos mis tesoros. Esos fueron sus regalos entonces, oro, incienso y mirra.
Ante el Seor, en la experiencia de Dios, sin quererlo ni buscarlo, uno se vaca, se desnuda y se
hace transparente.
Esa es la diferencia de mis esfuerzos y conquistas cuando quiero darte mis regalos..., mis
cosas y propsitos, sin recibirte a ti como regalo. Slo cuando sale el sol no necesitamos nuestras pequeas cerillas.
Ante tu sublime presencia, el hombre se arrodilla y te adora. Ante Jess en brazos de
Mara, los magos, postrndose, le adoraron. Todo se desmorona y se transforma ante tu presencia, Seor. Por eso busco tu rostro y lo buscar de da y de noche... Ante ti el hombre se vaca y
se entrega. Se llena y se plenifica. Todos mis tesoros a tus pies. Todo yo me convierto en regalo
y entrega. Mi mejor regalo soy yo, vaco y transparente, moldeable y humilde. Mis tesoros son
tuyos, y t, mi tesoro; mi ofrenda y regalo soy yo, y tu regalo y entrega eres t. Esa es tu manifestacin y mi adoracin. Dos entregas, dos corazones que se funden y se aman. Viviendo y
vibrando todo mi ser, en silencio y adoracin..., me quedo contemplando...
***
131
Esta es la historia de los magos. Nada sabemos de ellos. Ni de sus vidas ni de sus trabajos.
Slo conocemos lo esencial: una estrella cambio la direccin de sus vidas. Un camino, un desierto, dificultades y luces que les llevan hasta Beln. El encuentro con Jess transformo su existencia y salieron de Beln por nuevos caminos, los de Dios. De nuevo en su tierra, fueron ellos
mismos epifana, manifestacin del Seor.
As es nuestra historia. Entre luces y sombras, entre desiertos y desafos, entre dudas y
preguntas, siempre saliendo de nuestra tierra pagana, tras la estrella que brilla en el cielo. Nos
llama y nos seduce para que busquemos el rostro del Seor. Al final, siempre acabaremos en Beln, donde nos encontraremos con Jess en brazos de Mara. Nuestra vida es buscar el rostro del
Seor, y la historia del Seor manifestarnos su rostro. Dos vidas que se buscan y se encuentran.
La ma, pobre, simple y llena de miserias. Son mis riquezas. La suya, luminosa, plena y transparente. Es su riqueza. En Jess mi vida se ilumina, se planifica y se transforma. Despus de cada
Epifana vuelvo a mi vida. La de cada da y en mi tierra.
Pero por otros caminos. Los de Dios. Y contino yo casi sin saberlo ni notarlo, siendo yo
epifana, manifestacin del Seor.
***
Textos bblicos
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Sugerencias
Gestos:
brazos,
manos,
mirada.
La voz:
palabras,
tono, matices de voz,
cancin.
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Ejercicio:
El yo profundo: expresin
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Fijate en una rosa (u otra flor que te guste);
5) Qudate en silencio...~
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Ejercicio:
Todo el mundo ver la salvacin de Dios
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Silencio profundo...
3) Tomar conciencia de la necesidad que tenemos de
salvacin...
4) Contemplar la GLORIA DE DIOS (belleza, ter
nura...).
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Ejercicio:
Mi vida: un regalo de Dios
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Silencio..., paz..., serenidad...;
silencio..., apertura..., receptividad...
3) El mejor regalo de Dios a mi: MI PROPIA VIDA...
mi cuerpo...,
mis sentidos...,
mi corazn...,
mi mente...,
mis trabajos...,
mis cualidades y capacidades...,
mi ser ntimo y profundo...,
mi ser en Dios...
Yo: fuente de vida...,
de luz...,
de amor...
Dios en m.
Jess en m: se manifiesta y me comunica su Espritu...
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5) Dios se manifiesta...,
se entrega... en sus regalos...
Jess: manifestacin...,
presencia...,
llamada constante...
Al ver la estrella sintieron grandsimo gozo; entrando en la
casa, vieron al nio con Mara, su madre, y postrndose, le
adoraron (Mt 2,11).
Jess - yo...
Silencio..., contemplacin...
140
Nazaret
142
Nazaret
Da gusto pronunciar esa palabra, cargada de hogar. Nos gustara poder un da
contemplar en silencio ese hogar que fue Mara , Jos y Jess.
Es fcil que soemos con Nazaret como refugio de nuestras aoranzas. Sentimos a veces tanto fro y soledad tan sola, que evocamos con nostalgia un hogar as.
Cuntas veces buscamos en nuestros rincones un Nazaret, como quien busca
una moneda de oro! Es una perla que quien la encuentra en su casa ha encontrado
un tesoro.
Nazaret existi. Sin poesas ni algodones. Simplemente existi. Con naturalidad de hogar, de calor y de paz. Fue la vida normal llevada al extremo. Levantarse
cada da , amaneciendo con el sol, cociendo el pan y cosiendo la tnica de Jos.
Fue un taller donde cada jornada trabajaban Jos y Jess, entre herramientas y
maderas.
Nazaret existi con la misma naturalidad de las noches y los das, del descanso
y el trabajo, de la oracin y el silencio.
Fue un misterio Nazaret por lo simple y divino y convirti en misterio y hogar
la vida corriente.
Qu misterio engendra la vida cotidiana! Sin nada sensacional, obediente,
regulada, sencilla y silenciosa..., y valiente por su continuidad.
Nazaret hizo sagrado lo normal y lo simple de tu vida y la ma. Su vida fue
siempre humana y divina, sin que se diluyese ni desapareciese ni una ni otra, como
las dos caras de una moneda.
Por eso, por natural y divino, en Nazaret no se finge, ni se disimula, ni se violenta nada.
Cmo esponja el alma mirar en silencio la vida de Nazaret! Entre Jess, Mara
y Jos la vida brota y se desliza como la corriente de agua de un ro que, mansa y
transparente, corre entre las piedras y baa sus orillas.
Nazaret es la vida corriente. Tu vida normal y la ma si llenamos nuestras manos de su agua pura.
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La sagrada
familia
La sagrada familia
y nuestra familia.
No s si di decir algo de la sagrada familia o callarme. Hay realidades sobre las que si se
habla se corre el riesgo de deformarlas. Una de ellas, pienso yo, es la sagrada familia. Mejor
es dejarla sin interpretarla. est lejos de nosotros y nos dicen tan poco los evangelistas, que
apenas tenemos datos sobre ella. Qu podemos decir de aquel hogar entraable que se esconde
en Nazaret?
Sin embargo, nos seduce su encanto. Hoy necesitamos los hombres un hogar donde cobijarnos de la frialdad de la masa, la mquina y los nmeros. Parece que nos hemos convertido
en autmatas programados , con reacciones mecnicas, y que, por ello, chirran todos nuestros
huesos y reclaman una vuelta a casa. Vivimos fuera de casa, y por eso no vivimos. Slo en un
hogar, en nuestra casa, encontraremos el calor y la sonrisa hermana. Cunto aoramos un gesto
amable, un hogar caliente, unas brasa, un codo con codo, una mirada de amor y una conversacin sencilla de las cosas de cada da! Ni siquiera tenemos tiempo para vernos, compartir y
convivir. Por qu viviremos tan lejos unos de otros? Por qu, aun estando juntos, sentimos que
un muro nos separa? Con cierta frecuencia se habla hoy de los grupos como familia. La gran
familia que formamos en el colegio..., decimos? Los cristianos somos una familia donde todos
somos hermanos, omos decir. Quiz sea el subconsciente, que revela las necesidades ms vitales y aora el hogar que todos buscamos.
Ellos, pensamos, s que vivieron un hogar y en familia. La mirada simple y cariosa quisiera calar hasta el fondo de esta sagrada familia y descubrir el secreto de su intimidad. No s
si soar nos puede acercar ms a su verdadera realidad, porque el corazn intuye cosas que los
libros y nuestra mente no dan.
Se te ha ocurrido alguna vez imaginar cmo miraba Mara a Jess? Y cmo respondera
Jos a Mara y a Jess? Cmo tendran repartido el trabajo? No s, mejor es no pensar y mirarlos un da cualquiera en que desde la maana a la noche se sienten juntos y unidos. Son una
pia, Sin resquemores ni distancias, sin violencias ni rechazos. Cmo disfrutara Jos entre las
tablas, compartiendo su lucha con Jess! Jess era el centro sin pretenderlo. Jess se mirara en
su madre. Jess, qu ves t en Mara? Te sonrea el alma cuando la mirabas? Qu cerca vivas
de su proteccin y calor! Ella fue tu madre, la que te cobij y amamant. La que te resguard
con temor huyendo a Egipto y la que te busc en Jerusaln. Cmo amabas t a tu madre? Ella
te acompa hasta el final. No sabemos nunca del todo lo que puede hacer nuestra madre por
nosotros. Y t, qu hacas por ella? Seguro que entre el enigma y la sencillez, alguna que otra
vez la desconcertabas. Al fin y al cabo..., lo que nacer de ti se llamar Hijo de Dios (Lc 1,35)
lo guardaba siempre en el corazn. Era algo que la desbordaba, pero con lo que ella saba contar... Mejor es quedarme observando cmo un da cualquiera os sentabais en casa, en silencio y
hablando, compartiendo y rezando...
146
Y Jos, qu nos dice Jos? En realidad, Jos no dijo ni una palabra. Quiz no era tan callado. Pero el evangelio no ha dejado constancia de sus palabras. Era una vida vulgar, sin grandes aspiraciones. fue difcil tu pape. Y te cogi de sorpresa. T ni lo elegiste ni lo rechazaste. Lo
aceptaste como venido de la mano de Dios. As es como mejor se viven las cosas, cuando entre
ellas sabemos descubrir los signos de Dios. Tu vida fue sagrada, Jos. Era as porque estaba ms
en la otra orilla que en sta. Estabas siempre con Dios, desde esta orilla nuestra. O no es as el
vivir con Jess? Pero te mantuviste en la sombra. T nunca te sentiste el protagonista. En segundo plano, inadvertido como un servido, como se vive cuando anda Dios por medio. As es la
vida sagrada, as se hace una familia sagrada cuando se comparte a Dios, cuando Dios nos une
y nos modela, cuando Dios nos orienta y nos motiva. En definitiva, cuando anda Jess en nosotros como en Nazaret. Y t, Jos, en silencio y trabajando, cumpliste tu misin dentro del hogar
sagrado. As viviste con Mara y Jess. Cul fue tu vivencia? Qu sentas al mirarlos desde el
corazn? T no necesitabas ni hacer oracin, porque tu vida fue un continuo dilogo con Dios.
o no fueron entraables tus conversaciones con Jess? O no fueron profundos tus silencios descubriendo los designios de Dios...?
No s ya qu decir, Jos. Me siento ahora ms cerca, ms a tu lado que ayer. Parece que
t y yo podemos hablar mejor. T te pareces ms a nosotros. Jess era Dios. Mara, un privilegio
inmaculado de Dios. Ellos, siendo de nuestro barro, de nuestra tierra humana, estaban ms all
de nuestro mar. T no. T ests ms cerca, ms en nuestra misma tierra. Por eso t s que sabes
secretos de tu hogar y cmo vivir en sencillez, en pobreza y humildad la vida de cada da.
Qu lejos estamos de nuestro hogar! Y sentimos necesidad de vivir en familia, en nuestra
casa. Necesitamos mirar y contemplar a la sagrada familia para que se despierte en nosotros sed
de encontrar una forma de vivir en familia o en comunidad, relacin convertida en encuentro
de unos con los otros. Sed de sentirnos acogidos, aceptados y comprendidos como somos. Donde
sepamos amarnos y llevarnos bien con humildad y sencillez.
Necesitamos una vida de familia y comunidad marcada por el mundo sagrado de Dios,
donde Dios ande por medio. Los hombres no podemos renunciar a vivir en Dios y desde Dios todos los aspectos de nuestra vida. Y en la convivencia, cuando compartimos todo lo que somos y
tenemos, necesitamos compartir esa hondura interior de nuestras vivencias profundas. Por eso,
una vida de hogar acaba compartiendo a Dios. Orando juntos y sintiendo que Dios pesa, interviene en nuestras vidas y en nuestras relaciones. Nuestra convivencia ser sagrada no porque nuestras conversaciones sean de temas ms o menos religiosos, sino porque es fruto de una vivencia
de Dios y desde nuestra vivencia profunda de Dios aceptamos a los dems, trabajamos por ellos
y llevamos, unos y otros, las satisfacciones y cargas de todos. Una vida as, compartida, ir poco
a poco creciendo con nuestro mismo crecimiento, como un eco de esa vida sagrada de Nazaret,
que nos desde su silencio: Es posible llevarse bien. Es posible ser humildes y sencillos ante los
otros. Es posible quererse y compartir lo mejor que tenemos en nuestro corazn: Dios. As haremos presente el supremo testamento que Jess nos dej:
Amaos los unos a los otros como yo os he amado En esto conocern que sois mis discpulos, si os tenis amor unos a otros (Jn 13, 34-35).
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Reflexin personal
Cmo me relaciono con los dems?
Cmo trato a los dems?
Qu problema tengo en mi convivencia?
Qu actitudes tengo con cada uno de mi familia o comunidad?
Qu significo yo dentro de mi comunidad o familia?
Me cuesta aceptar y perdonar a los dems?
Qu puede molestar de m mismo a los otros?
Quiero de verdad a los dems?
qu debo cambiar en m mismo para querer ms a los dems?
Cmo vivo yo mi vida de familia o comunidad?
Qu puedo aportar para enriquecer la vida de familia o comunidad?
Qu nivel de comunicacin vivo con los otros?
Podra yo crecer en niveles de compartir ms profundamente con otros?
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Textos bblicos
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Sugerencias.
*Escucha al otro desde tu corazn.
* Mira sin prejuicios y desde el corazn a los dems.
* Haz tu trabajo en cada momento conscientemente y de un modo
creativo.
* No temas las sombras y oscuridades. Es seal de que ests cerca
de la luz.
*Jess estaba vinculado a las cosas de la tierra: las perciba y las
viva con sencillez y humildad.
*Jess era un hombre escondido, desapercibido, pretenda el
anonimato y la oscuridad.
*Serenarme y escuchar..., porque debajo del torbellino diario de
la superficie de la vida fluye una corriente de armona y de
paz.
*Serenarme y escuchar..., porque ms all de los fragmentos
temporales de la realidad se esconde un centro de unidad de
todo.
* Serenarme y escuchar... y llegar a estar lleno con el aliento de
vida, porque dentro de nuestro devenir est la verdadera
esencia del ser.
* En qu se conoce al pobre de espritu? Por su paz. Por dentro
y por fuera. Tiene paz porque no tiene nada que perder.
* Acepta de corazn y ama todo lo que Dios quiere de ti en cada
momento.
* Pide en tu oracin que Dios te conceda la gracia de su
proximidad.
* No te aferres a querer tener razn siempre..., y menos cuando
para ello atentas contra el amor.
* Vive con sencillez y humildad...
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s abierto,
busca y ama la sencillez y trasparencia.
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KHALIL GIBRAN
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Ejercicio:
Luz de tu alma: saca la viga de tu ojo
La lmpara de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo es puro, todo tu
cuerpo estar iluminado.
(Lc 11, 34)
Cmo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y
no reparas en la viga que hay en tu ojo? Saca primero la viga de
tu ojo.... (Mt 7,3-5)
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Caer en la cuenta de qu veo...,
de qu descubro...
en las personas con quienes convivo (mi familia, mi
comunidad, etc.)
- Observo briznas en sus ojos? defectos...,
limitaciones...,
fallos...,
cosas que no me gustan...
3) Quedarme en silencio...
Mirarme...
Caer en la cuenta de cmo trato a los dems...,
de cmo me relaciono con ellos...
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Ejercicio:
Mi vida: un regalo para los dems.
Caer
en la cuenta:
cmo puedo yo ser un regalo para otros...?
cmo puedo yo ser un regalo para cada una de las
personas con las que convivo...?
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Nazaret
y la vida diaria
Despus de las Navidades volvemos otra vez a la vida ordinaria. Esa que nos aburre y nos
gasta. Por qu se terminarn las fiestas? Son das tan entraables, tan llenos y gozosos, que no
deberan terminarse nunca. Otra vez al estudio, a los trabajos, a convivir con la misma gente de
casa... Otra vez a la vida normal.
Qu tendr la vida corriente, que nos seduce tan poco? Es tan pesada. Tan igual, tan
gris. Nos gusta lo nuevo, lo distinto. Lo que brilla y cambia, As hemos vivido las Navidades. Han
sido unas fiestas radiantes... Hemos renovado la vida, la convivencia, nuestro espritu, nuestras
ganas de vivir...
Ahora volvemos tristes, alicados, como si se fuesen apagando las luces encendidas. Por
qu estaremos tristes despus de unos das de fiesta? No nos gusta la vulgaridad de lo corriente?
Ser que no habremos descubierto el secreto de la vida ordinaria? Casi slo nos entran ganas de
lamentarnos de lo que pas porque y se fue, y de lo que viene porque ya est aqu.
La vida corriente. La de cada da y que sigue, da a da, sin gastarse ni cansarse. Es la que
ms tiempo permanece. Es la que ms se extiende a lo largo de nuestra historia. tendr algo de
interesante? Por qu no buscarle su sentido? Alguno tendr. Sera una mina infinita si lo descubriese.
Eso fue Nazaret. Una mina infinita llena de luces y sombras, vulgar y gozosa, divina y humana.
Hemos hecho de Nazaret un consuelo para enfermos, jubilados, y tiempos de formacin,
cuando no se pueden realizar cosas importantes. Consuelo para una vida sin fuerzas o sin salud,
o simplemente retirada y obligada por un trabajo poco brillante y eficaz. Hemos transformado
Nazaret en un refugio para nuestros complejos y limitaciones, miseria y desgracias, debilidades
y aoranzas. Refugio de pobre gente que no vale para otra cosa. al menos as podr consolarse!
Es la resignacin ante la sensacin de una vida fracasada por falta de algo ms interesante que
hacer. Qu le vamos a hacer!, por lo menos imitemos a Jess en su vida de Nazaret, ya que no
podemos hacer otra cosa.
Jess, y t en Nazaret treinta aos. Por qu te quedaste tanto tiempo? No sabas qu
hacer? No podas? Algo encerrar tu permaneca en Nazaret. Tenas tantas cosas que hacer!
Predicar, curar, formar a tus apstoles y discpulos. Recorrer caminos y pueblos hablndoles del
Reino, predicando el amor y la justicia..., irradiando tu luz y tu verdad... Adems, t sabas que
luego te vendra corto el tiempo... Slo hasta los treinta y tres. No son pocos tres para tantas
responsabilidades y tareas, y muchos treinta en Nazaret? Mejor sera callarme y mirar... Verte y
escucharte... As podra descubrir el sentido de tu vida en casa, con Mara y Jos... sin ms.
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Ojal que Jess, Mara y Jos nos descubran algo su veda en Nazaret. Y nos digan en el
corazn, donde se comprenden y se gustan las cosas de Dios. Porque Una vida as, treinta aos,
tiene algo o mucho que ver con Dios.
Jess, t vienes a nuestra tierra para hacer presente el reino de Dios entre los hombres.
T vienes a transformar al hombre por dentro..., llenndolo de tu vida y de tu Espritu. Por qu
ests treinta aos en Nazaret? Cul fue tu vida all?
Poco podemos sacar de los evangelios. Casi apenas con cuatro pinceladas nos aluden a la
vida en Nazaret. La vida normal, la de las tareas ordinarias, llenara la existencia de Jess, Mara y Jos. Como unos vecinos ms. La vida oculta, Jess pasara la vida entre la gente, sin que
nadie descubriese nada de su misterio. Una vida sencilla, como cualquier otro chaval de Nazaret. All comparte el da y la noche con sus padres y vecinos, entre trabajos y descansos. Todos
nos imaginamos, y nos gusta pensarlo as, a Jess viviendo una veda vulgar, corriente y sencilla,
como cualquier otro de sus vecinos. Pero al mismo tiempo nos llama la atencin que l, salvador
del mundo, pase tanto tiempo escondido en Nazaret. Cul ser su misterio?
Jess, stas fueron tus circunstancias treinta aos. No parece que te ests dejando disolver en esas circunstancias? Qu sentido tiene tanto anonimato? Toda una historia de tu pueblo
esperando al Mesas, y ahora... te quedas encerrado en tu casa con tus padres y sin que nadie se
entere.
Hoy nos resulta incomprensible. Tenemos mucho que hacer. Nos valoramos por el rendimiento y eficacia, se es el sentido de nuestra vida; hacer, rendir, cuantificar tareas y horas.
Y t, Jess? te podemos entender desde nuestros valores mercantiles?cul era el valor de tu
vida? Dnde est su sentido? Cuntas veces medimos el valor de tu vida por tus obras y actividades! La semana trgica de tu pasin y resurreccin, tu vida pblica y, por ltimo, Nazaret.
Qu fcil es juzgar a las personas y valorarlas por las apariencias, por lo que tienen o hacen!
En realidad, qu encierra tu vida en Nazaret, Jess? El valor de LA VIDA en s misma, y
tan salvador y mesas eres t en Beln como en el cenculo, como en Nazaret. Jess, t eres el
reino de Dios, presencia de Dios entre nosotros en todos los instantes de tu vida. Tu vida siempre
tiene un sentido de plenitud, de luz y de amor hagas lo que hagas y ests donde ests. Siempre
sers la palabra de Dios, transparencia y cercana de Dios, salvacin para nosotros. Lo vulgar y
lo sencillo valen tanto como lo extraordinario. No hay nada intil ni vaco en tu vida, Jess. Las
circunstancias de tu vida oculta no te impidieron ni te estorbaron para ser reino de Dios entre
nosotros. En Nazaret, como en Beln, como en el Tiberades, estabas construyendo el reino de
Dios.
No es necesario ser muy culto, haber viajado por el mundo o ser rico, para hacerse importante. La personalidad ms importante de la historia lleg a los treinta y tres aos de edad,
nunca se alej ms de 150 Kilmetros del lugar donde viva, vivi en un territorio ms pequeo
que una de nuestras provincias y, sin embargo, transform completamente nuestra historia
(Annimo).
Me resignar a vivir en la rutina y sin sentido, sin fuerzas y aliciente? Dejar que las
circunstancias me fatiguen y agoten mi creatividad?
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Cunto nos quejamos de las circunstancias y tareas ordinarias! Pensamos y soamos en
otras ms favorables. sa no es la solucin para mi vida de cada da. La verdadera solucin est
en Nazaret. Vivir la vida, la que tengo aqu y ahora, con sentido. El sentido de nuestra vida no
podemos recibirlo slo de nuestras actividades. Tan grande y extraordinario puede ser barrer un
pasillo como construir una catedral.
Las circunstancias no son la vida. Son el escenario donde yo tengo que vivir mi realidad,
mi riqueza y profundidad, mi amor y comprensin. Tengo que poner alma, vida y corazn en
todo lo que hago y vivi. Cada tarea, por vulgar que sea,m puede convertirse en una ocasin de
crecimiento interior, de plenitud, de encuentro profundo con Dios y de servicio a los dems. En
toda realidad concreta y sencilla puedo vivir la transparencia de Dios en ella. as nuestra vida
diaria se convierte en oracin y contemplacin.
Es fcil caer en la trampa de concebir la vida como una sucesin de tareas y conquistas,
fracasos y vulgaridades. As se convierte en lucha entre temores y ansiedades, en medio de las
olas que nos zarandean.
El verdadero sentido depende de ti, de tu modo de vivir, del sentido y riqueza que pongas
t. La riqueza de la vida de una persona no est en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer
las cosas ordinarias de un modo grande y extraordinario. Nazaret nos descubre el valor de la
vida, hagamos lo que hagamos y estemos donde estemos.
Ojal Nazaret nos ensee el arte de vivir con sentido nuestra vida diaria. Es la fuente de
nuestra felicidad, nuestra maduracin como personas, de nuestra plenitud en Dios.
Volvamos a Nazaret una y otra vez. Contemplemos en silencio a Jess, Mara y Jos.
Cada da vivido con intensidad y con paz, procurando vivir lo mejor de nosotros mismos. Una
vida diaria as, al calor de Nazaret, ser pacfica y serena, gozosa y fraternal.
Una vida as se va tejiendo poco a poco. Como un CAMINO que vamos recorriendo con sus
das y sus noches, con sus cansancios y descansos, con sus plegarias y silencios.
160
Textos bblicos
* Despus de la presentacin de Jess en el templo nos dice
el evangelio de Lucas (2,39-40):
Cumplidas todas las cosas segn la ley del seor, se volvieron a Galilea, a la ciudad de
Nazaret.
El Nio creca y se fortaleca lleno de sabidura, y la gracia de Dios estaba en l.
* Despus de subir a Jerusaln Jess, Jos y Mara, Lucas
nos dice (2,51-52):
Baj con ellos, y vino a Nazaret y les estaba sujeto, y su madre convervaba todo esto
en su corazn. Jess creca en sabidura y edad y gracia ante Dios y ante los hombres.
* Mira: ste est puesto para que muchos en Israel caigan
y se levanten, ser como una bandera discutida: as quedar clara la actitud de muchos
corazones. Y a ti, una espada te traspasar el alma (Lc 2,34-35)
161
162
Qu obstculos tengo yo en m?
163
La vida diaria
La vida diaria es lo normal. La vida de cada da. Esa que nos cansa y nos aburre. Esa que
nos tensiona y nos gasta. Con frecuencia nos quejamos de las circunstancias tan montonas y
tan aburridas que vivimos ordinariamente.
te?
Ser posible vivir los trabajos y las situaciones de la vida diaria con sentido y con alicien-
Las causas por las que yo no vivo con sentido la vida diaria no estn en las circunstancias,
trabajos y tareas ordinarias. Es verdad que son muy repetidas, simples y vulgares. Pero la causa
no est en ellas, sino en m, en el modo de vivirlas y realizarlas yo.
Ordinariamente, vivimos con prisas, llenos de agitacin, de tensin y de ansiedad. Nuestra mente est dispersa y preocupada por otros asuntos distintos de los que en este momento
estamos realizando. No nos centramos en lo que estamos haciendo, porque estamos pensando
en lo que ocurri ayer o en lo que vamos a realizar maana.
Con una mente dispersa y distrada, con un estado de nimo agitado y tensionado, difcilmente nos centraremos en lo que estamos haciendo. As es imposible encontrarle sentido a esas
actividades y trabajos corrientes que nos ocupan diariamente. Por eso los rechazamos, los realizamos de cualquier manera y estamos deseando terminarlos para sentarnos a descansar.
Ser posible vivir con sentido esas tareas ordinarias, esa vida vulgar y corriente?
Sin duda que s podemos encontrar sentido a la vida diaria, su verdadero sentido.
Para descubrir el sentido y la riqueza de nuestra vida ordinaria, lo primero que tentemos
que hacer es darnos cuenta de ella. Difcilmente descubriremos su riqueza si vamos por la vida
dispersos y distrados. Debemos, pues, ejercitarnos en ser conscientes de lo que estamos haciendo o viviendo. Ser conscientes fomentando una actitud atenta, serena y centrada en el aqu y
ahora. aprende a estar donde ests, con todo tu ser.
Uno de los modos de ejercitar ese ser consciente, viviendo el momento presente, puede
ser fomentar la conciencia de mis sentidos. Darme cuenta de lo que veo, de lo que oigo, de las
cosas que toco con mis manos... Despertar a todo lo que perciben mis sentidos. Tener los sentidos abiertos de par en par para percibir y vivir todo lo que me rodea. Aprende a estar donde
ests con todo tu cuerpo y con todos los sentidos.
164
Este ser consciente de mis sentidos puede llevarme poco a poco a descubrir muchos aspectos y matices de la realidad que ordinariamente nos pasan inadvertidos.
As vamos despertando a nosotros mismos, a la realidad que estamos viviendo en este
momento presente. Ah, en esa realidad que me rodea, ir descubriendo detalles y matices muy
ricos. Y sobre todo, ser consciente de m mismo. Me sentir vivir en todas mis dimensiones.
Me dar cuenta de la riqueza de mi capacidad de ver, escuchar, sentir... Descubrir que puedo
hacer las cosas ms simples y vulgares con paz, con un tono cordial y sereno... Descubrir que
puedo disfrutar con cosas tan sencillas como limpiar una habitacin, ordenar una estantera, dar
un paseo percibiendo la naturaleza o simplemente sentado junto a la ventana y contemplando
en silencio un paisaje.
Es, pues, esencial que ponga todo mi acento e inters en sentirme vivir, haga lo que haga
y est donde est. sentir que existo aqu y ahora y en cada circunstancia de la vida. sa es la
manera de abrirnos y despertar a nuestra propia existencia para vivirla, desarrollarla y enriquecerla.
Vivir as supone un ejercitame en ese darme cuenta de lo que hago y vivo en cada momento y, por tanto, que mi mente deja de estar dispersa y distrada para estar centrad aqu y
ahora.
se es el paso ms decisivo para vivir la vida diaria con sentido. Si queremos descubrir la
riqueza de las tareas simples y ordinarias, tenemos que empezar siendo conscientes de ellas.
Vivirlas con los cinco sentidos y con una actitud atenta, serena y en paz.
Esto no fcil. Ni tampoco podemos pretender practicarlo durante todo el da. Por eso es
bueno dedicar todos los das un rato a sentirnos vivir, dndonos cuenta de los que estamos haciendo o viviendo.
Este ejercitarnos en sentirnos vivir con toda nuestra atencin se puede practicar cuando
estamos haciendo algn trabajo sencillo y corriente, cuando no estamos haciendo nada, cuando
vamos camino de nuestra trabajo...
Ojal siempre nos sintisemos vivir de modo consciente y atento. Pero hemos de reconocer que esto es imposible. Por eso, al menos durante un rato nos conviene ejercitarnos todos los
das para su aprendizaje.
Al principio es importante dedicarme en estos rato a ser consciente de mis sentidos. Observar las cosas, mirar despacio y en silencio. Percibir sus colores, su forma. Escuchar los sonidos. Ser consciente de mis sensaciones al tocar las cosas, al trabajar con mis manos. Despertar
a la conciencia de mis sentidos, procurando percibir todo lo que se capta por ello.
165
Tambin darme cuenta de mis gestos y movimientos al andar, ala trabajar, al sentarme o
levantarme. Dar paseos serenamente, percibiendo la naturaleza con los cinco sentidos, en una
actitud abierta y receptiva...
Este ejercitarme en ser consciente en mi vida diaria, en las tareas simples y ordinarias,
me ayudar a descubrir matices que nuca haba percibido. es como empezar a desentraar la
riqueza que encierran las cosas pequeas, las actividades sencillas y vulgares. Se les encuentra
sentido porque t las vives de otra manera, porque t ests centrado y en una actitud positiva
ante ellas. Adems, al realizarlas con gusto, no te cansan ni te tensionan, y entonces se empiezan a realizar con gusto y con paz. se descubre la belleza de lo vulgar, lo grande de las cosas
pequeas, lo positivo de todo lo normal y corriente. Estamos empezando a descubrir que la
grandeza de la vida no est en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer de MODO EXTRAORDINARIO las cosas sencillas y simples.
Asvamos conviertiendo nuestra vida diaria, aburrida y mont ona, en una existencia llena
de sentido y de aliciente. No tenemos necesidad de que el calendario nos seale un fiesta para
pasarlo bien, sino que hacemos de cada da, de cada actividad o situacin, un momento lleno de
sentido, de luz y de paz. La vida para nosotros es un CAMINAR para seguir dando pasos das a da
hacia una plenitud que podemos empezar a vivir aqu y ahora.
Este modo de ejercitarme en sentirme vivir, en ser consciente de los que estoy haciendo y
viviendo, es lo que yo llamo tiempo de ser. 1
1 Para una explicacin ms extensa: Vida y contemplacin, Paulinas, Madrid 1989; Vida y contemplacin 3, 2 casete, Paulinas.
166
Textos bblicos
167
Sugerencias
168
169
Ejercicio:
Nazaret y la vida diaria
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Recuerda los das de Navidad pasados...
Fiesta...
Felicitaciones...
Descanso...
Viajes...
Ratos de familia y amistad gozosos...
3) Mira esos das hoy, en silencio...
Nostalgia...?
Aoranza...?
4) Observa tu vida de hoy...
Cmo es...?
Cmo la vives...?
vulgar...?
corriente...?
sin aliciente...?
Te resulta aburrida...?
escondida...?
montona...?
simple...?
Lc 2,39-40.
5) Nazaret: Lectura...
Lc 2,51-52.
Nos trasladamos a Nazaret...
Observa la vida de Jos, Mara y Jess...
Qu descubres en su vida diaria?,
en su vida simple?
Qu valores descubres?
Cul sera su secreto?:
hogar...?,
sencillez...?,
silencio...?,
trabajo...?,
naturalidad...?,
paz...?,
anonimato...?
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171
172
Ejercicio:
Jess, plenitud de mis deseos de vivir.
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Suscitar mis deseos de VIVIR
de
de
de
de
de
vivir en plenitud,
vivir una dicha y gozo inmenso,
vivir una vida llena,
vivir una vida luminosa,
vivir toda mi capacidad
- de amor,
- de ser amado y amar;
de vivir la paz...
VISUALIZARLOS EN MI y
caer en la cuenta de lo que siento...
173
Ejercicio:
El Dios de mi vida
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Quin es el Dios de mi vida?
174
Ejercicio:
Gratitud por todo lo recibido hoy
175
Ejercicio:
Encomienda tu camino al Seor l actuar...
1) Relajarse, pacificarse y centrarse.
2) Observar mi vida diaria...
En mi vida diaria: quin o qu me gua...?
quin conduce mi vida...?
quin me orienta...?
quin o qu me alienta...?
3) Yo me desvo...
4) Experiencia de mi pobreza...,
de mi miseria...,
de mis limitaciones y fallos...
Quedarme en silencio...
5) Experiencia de la bondad del Seor:
Escuchar en mi interior:
Yo soy el buen pastor..., conozco a mis ovejas, y ellas a m.
Yo soy la luz del mundo..., quien me sigue no anda en tinieblas...
6) Vaciamiento..., despojo...
Soltar ataduras..., rigideces...
Desprendimiento...
a nivel corporal-material,
a nivel afectivo,
a nivel mental,
a nivel espiritual.
176
Discernimiento...
para descubrirlo en cada momento
y dejarme conducir slo por l...
Confianza y seguridad en l...
177
178
ndice de ejercicios
Pg.
Contemplacin de la encarnacin................................................. 98
Contemplacin del nacimiento de Jess......................................... 121
Deja que Jess nazca en tu corazn para los dems........................... 126
El Adviento de Mara: Mara esperaba............................................. 72
El Dios de mi vida.................................................................... 174
El yo profundo: expresin........................................................... 137
Encomienda tu camino al Seor y l actuara..................................... 176
Experiencia de desierto y de liberacin........................................... 58
Experiencia de la encarnacin...................................................... 100
Gratitud por todo lo recibido hoy................................................... 175
Jess, plenitud de mis deseos de vivir............................................. 173
La mejor noticia: La buena nueva.................................................. 120
La palabra de Dios contemplada.................................................... 59
La virgen Mara: varios ejercicios................................................... 73
Luz de tu alma: saca la viga de tu ojo............................................. 153
Mi vida: un adviento................................................................. 35
Mi vida: un regalo de Dios.......................................................... 139
Mi vida: un regalo para los dems................................................. 155
Nazaret y la vida diaria.............................................................. 170
Paz a los hombres que ama el Seor............................................... 124
Percibirme por dentro............................................................... 97
Preparad el camino al Seor........................................................ 48
Todo el mundo ver la salvacin de Dios.......................................... 138
Vivir la respiracin.................................................................... 19
Vuestra vocacin es la libertad..................................................... 46
179
ndice de oraciones,
himnos y poemas
Pg
180
ndice general
Pg.
Introduccin........................................................................... 3
ADVIENTO
Slo desde la fe y el amor se puede esperar...................................... 7
Reflexin personal..................................................................... 8
Adviento: un camino hacia Beln................................................... 9
1. Estad siempre despiertos
Estad siempre despiertos........................................................... 12
Textos bblicos......................................................................... 14
Nuestra esperanza es despertar... ................................................ 15
Sugerencias............................................................................. 16
Me importa vivir! .................................................................... 18
Ejs.: Vivir la respiracin.............................................................. 19
2. Mi vida: un adviento
Mi vida: un adviento.................................................................. 22
Reflexin personal..................................................................... 25
Textos bblicos........................................................................ 26
Sugerencias............................................................................. 27
Es bueno esperar..................................................................... 28
La oracin en adviento............................................................... 29
Orac.: Poema: Seor, me cansa la vida........................................... 34
Ejs.: Mi vida: un Adviento........................................................... 35
Orac.: Ven, Seor, Jess............................................................. 37
3. Preparad el camino al Seor
Preparad el camino al Seor......................................................... 41
Reflexin personal..................................................................... 43
Textos bblicos........................................................................ 44
Sugerencias............................................................................ 45
Ejs.: Vuestra vocacin es la libertad............................................. 46
Preparad el camino al Seor.................................................. 48
Orac.: Seor, ensame a preparar el camino de tu venida.................. 49
4. Una voz grita en el desierto
Una voz grita en el desierto....................................................... 52
Textos bblicos......................................................................... 54
Sugerencias............................................................................. 56
Hombre................................................................................ 57
Ejs.: Experiencia de desierto y de liberacin..................................... 58
La palabra de Dios contemplada............................................. 59
181
Pg
5. Mara esperaba
Mara de Nazaret...................................................................... 62
Mara esperaba........................................................................ 64
Mara, hogar de Dios hecho hombre................................................ 66
Textos bblicos......................................................................... 67
Sugerencias............................................................................. 69
Nia del s.............................................................................. 70
Ejs.: El Adviento de Mara: Mara esperaba... ................................... 72
La Virgen Mara: varios Ejercicios........................................... 73
Orac.: Mara, ensame a esperar.................................................. 75
Magnficat...................................................................... 76
NAVIDAD
En Beln no se celebr la Navidad, en Beln se vivi........................... 79
Reflexin personal..................................................................... 81
1. La encarnacin de Dios
Contemplacin de la encarnacin de Dios........................................ 84
Reflexin personal.................................................................... 87
Textos bblicos........................................................................ 88
Sugerencias............................................................................. 89
La encarnacin de Dios............................................................... 91
Orac.: Jess, encarnacin de Dios.................................................. 92
Dios se hizo hombre.......................................................... 93
La Palabra se hizo hombre y puso su morada entre nosotros......... 94
Ejs.: Percibirme por dentro........................................................ 97
Contemplacin de la encarnacin........................................... 98
Experiencia de la encarnacin............................................... 100
Orac.: Mi salvacin eres t, Seor.................................................. 101
2. El nacimiento de Jess
En Mara pudo nacer Jess........................................................... 104
Textos bblicos........................................................................ 107
Silencio... Silencio... ................................................................ 109
Nacimiento de Cristo en la historia................................................ 111
Ante Jess en Beln.................................................................. 112
Sugerencias............................................................................ 114
La navidad para Mara y Jos........................................................ 116
Contemplacin del nacimiento de Jess.......................................... 118
Ejs.: La mejor noticia: La buena nueva........................................... 120
Contemplacin del nacimiento de Jess.................................... 121
Orac.: Ante Jess en Beln.......................................................... 123
Ejs.: Paz a los hombres que ama el Seor......................................... 124
Deja que Jess nazca en tu corazn para los dems..................... 126
182
EPIFANIA
Pg
NAZARET
Nazaret................................................................................ 143
1. La sagrada familia
La sagrada familia y nuestra familia............................................... 146
Reflexin personal.................................................................... 148
Textos bblicos........................................................................ 149
Sugerencias............................................................................. 150
Poema (Khalil Gibran)............................................................... 152
Ejs.: Luz de tu alma: saca la viga de tu ojo....................................... 153
Mi vida: un regalo para los dems............................................ 155
2. Nazaret y la vida diaria
Nazaret y la vida diaria............................................................. 158
Textos bblicos......................................................................... 161
Encarnacin en la vida diaria........................................................ 162
La vida diaria......................................................................... 164
Textos bblicos......................................................................... 167
Sugerencias............................................................................. 168
Ejs.: Nazaret y la vida diaria...................................................... 170
Orac.: Seor Jess, ensame tus caminos...................................... 172
Ejs.: Jess, plenitud de mis deseos de vivir...................................... 173
El Dios de mi vida............................................................... 174
Gratitud por todo lo recibido hoy............................................ 175
Encomienda tu camino al Seor y l actuar... .......................... 176
Orac.: Seor, te encomiendo mis caminos........................................ 178
ndices
ndice de los ejercicios.............................................................. 179
ndice de las oraciones, himnos y poemas........................................ 180
ndice general.......................................................................... 181
183