Article PDF
Article PDF
Article PDF
En los ltimos 15 aos, Argentina ha tenido fuertes transformaciones en las caractersticas de sus sistemas agropecuarios. El comercio internacional siempre influenci
la estructura productiva nacional; un claro ejemplo es la
intensa agriculturizacin iniciada en los aos 70, que se
acelera inusitadamente en el ltimo decenio (1997-2007),
lapso en que la superficie agrcola pasa de seis a ms de
14 millones de hectreas. La expansin de la soja jug
un importante papel en este proceso. Antes de 1975 este
cultivo no tena una superficie significativa, pero en 1995
igual en superficie al resto de cultivos agrcolas y, durante el perodo 2002-2003 ocup el 95% de la superficie
agrcola del pas.
El cambio tecnolgico emblemtico y catalizador fue la
siembra directa (SD). Esta propuesta conservacionista
de suelos y agua, sinnimo de labranza cero, se impuso como la propuesta ms contundente para revertir la
degradacin provocada por ms de 50 aos de laboreo
convencional. La SD, pese a que exiga una drstica y
onerosa reconversin tecnolgica, tuvo una vertiginosa
difusin. Desde 1990 a 2005, ms del 85% de las superficies cultivadas adoptaron la SD y su uso estuvo principalmente relacionado con la expansin de la soja.
originaria y disminuy la biodiversidad de los agroecosistemas agrcolas. La reduccin de los productos tradicionales para el consumo nacional debilit la seguridad
alimentaria del pas.
Sin embargo, las mayores crticas al nuevo modelo se relacionan con la disminucin del empleo rural y el costo
social de la desaparicin de cerca de 200.000 productores
que no pudieron acceder a esta reconversin. Este fenmeno, es la contracara de un proceso de concentracin
de tierras y capitales, aprovechado especialmente por
nuevos actores sociales corporativos: pool de siembra,
fideicomisos y grandes empresas (Teubal, 2003). Los
sistemas agrcolas se reorientaron para la produccin intensiva de granos exportables, incorporando importantes
inversiones de capital y una dependencia creciente de insumos industriales y biotecnolgicos. La conversin provoc profundas transformaciones en la estructura social
agropecuaria y un importante costo social y ambiental.
Situacin en el rea de estudio
En la localidad de Lozada (20 km al sur de Crdoba) los
sistemas agrcolas de productores familiares, pequeos
y medianos, tienen generalmente de 150 a 200 hectreas. Estas unidades productivas familiares tienen, por
razones econmicas, una fuerte tendencia al monocultivo de soja. En estos establecimientos se detecta una seria
La conservacin del agua que permite la SD, la plasticidad de la soja para adaptarse a condiciones ambientales
diversas, y los precios internacionales favorables, determinaron un avance masivo de este cultivo, especialmente
en las regiones subhmedas y semiridas. El impulso final de estos cambios ocurre alrededor de 1997, cuando el
modelo incorpora las variedades transgnicas (sojas RR)
con el uso de glifosato. Esta modalidad necesit solo seis
aos para difundirse a toda la superficie sojera argentina
(Bisang y Sztulwark, 2006).
Foto: autores
17
degradacin del medio biofsico que se expresa principalmente en la baja calidad de los suelos: agotamiento
de nutrientes y de la fertilidad potencial, densificacin
y compactacin, y escaso contenido de materia orgnica. A la fragilidad del esquema productivo y tecnolgico
actual, se suman las limitaciones edficas y climticas
propias de regiones semiridas (De Paw y otros, 2000).
Los productores familiares pueden verse muy afectados
por la variacin inesperada de precios o costos; pero adems de ello, la degradacin de sus recursos disminuye
su capacidad para hacer frente a las adversidades climticas y biticas. El fuerte descenso de la productividad
puede conducirlos a procesos
de endeudamiento, erosin del
capital de explotacin e incluso
al abandono de la actividad.
Estas unidades productivas
Junto con estos productores, nuestro equipo decidi explorar propuestas alternativas con viabilidad cultural y
tcnica, que permitan revertir la degradacin de los recursos sin afectar los actuales niveles productivos, ni requerir onerosas inversiones.
18
la SD compactan superficialmente el suelo; los discos abresurcos de las sembradoras tienen un efecto
compactador subsuperficial. La disminucin de poros
determina una lenta infiltracin y menor retencin de
humedad en el suelo, situacin que se agrava por la
alta evaporacin cuando hay escasa cobertura.
La soja aporta escasos rastrojos, especialmente en
regiones semiridas de menor productividad. Adems, segn nuestras mediciones, ms de un 25% de
los residuos (hojas) desaparece rpidamente, antes
del nuevo periodo de siembra, exponiendo el suelo.
La soja tiene un sistema radicular pivotante, que genera conductos verticales pero poca densidad de poros. Consume nutrientes en cantidad similar a otros
cultivos y, pese a ser una leguminosa, su fijacin de
nitrgeno solo abastece entre 50 y 70% de sus necesidades. No deja un excedente que pueda enriquecer el
suelo (Gonzlez, N., 2006).
La repeticin del control de malezas con glifosato,
e incluso de insectos y enfermedades, induce resistencia gentica, aumentando las dosis, los costos y la
contaminacin.
Cuando todos estos factores se renen, en un esquema
de monocultivo continuo de soja RR en siembra directa,
se producen efectos negativos que resultan en una franca
degradacin del equilibrio fsico-biolgico del suelo, y
con ello la reduccin de la biodiversidad del suelo. La
menor biodiversidad del suelo debilita los controles interpoblacionales, por lo que los organismos plaga pueden
tener mayor incidencia.
Cmo enfrentar el problema?
Desde las vertientes de la agroecologa, y otras concepciones alternativas existen propuestas para remediar
esta situacin que enfrentan los productores familiares
en Crdoba. Pero estas propuestas estn concebidas para
otros contextos y escalas, por lo que su implementacin
real en un sistema productivo sometido a las contingencias ambientales y econmicas comentadas es difcil.
Cualquier propuesta que reduzca la productividad de estos
sistemas o demande grandes inversiones o equipamiento
resulta inviable. Las alternativas ms interesantes se enmarcan en lo que Carballo (2002) define como tecnologas de proceso (tcnicas de manejo de bajo costo y alto
contenido cognitivo, pero de respuesta lenta y gradual).
Acciones y resultados
En 2005, nuestro equipo inici un trabajo en cooperacin
con productores de la zona para la evaluacin de distintas prcticas de naturaleza agroecolgica, centradas en el
manejo de la biodiversidad y el abonamiento orgnico.
Los ensayos se conducen en reas experimentales, de un
tercio de hectrea, localizadas en tres establecimientos
familiares. Con fines estadsticos, los ensayos se repiten
tres veces.
Como en toda la zona semirida, los cultivos principales
son estivales. En el invierno los lotes quedan en descanso y se controlan las malezas qumicamente (barbecho
qumico, BQ). En dos tratamientos se emplea el periodo
invernal para implantar el cultivo de cobertura (CC).
Tratamientos
Invierno
2005
campaa
2005/2006
Invierno.2
2006
campaa
2006/2007
Invierno.2
2007
campaa
2007/2008
(testigo)
a. Monocultivo de soja con BQ
soja
soja
soja
maz
soja
maz
CC
soja
CC
soja
CC
soja
CC
maz
CC
poroto
CC
maz
Nosotros hemos empleado una dosis mnima casi homeoptica de unos 60-80 kg/hectrea. Para aplicarla,
se utiliz el cajn fertilizador de la sembradora de SD.
Previamente fue necesario deshidratar el material a la
sombra, llevndolo a un 40% de humedad para darle
mayor fluidez y evitar atascamientos. Este abono est
formulado para que proporcione sustancias hmicas,
estimuladores del crecimiento, micronutrientes y microorganismos.
Los principales efectos logrados con el lombricompost
son la mejora de la condicin radicular del cultivo y un
incremento en los rendimientos, muy notable en una campaa difcil como fue la de 2006-2007 y menos evidente
en una buena campaa como la del 2007-2008, donde el
efecto sobre el rendimiento no es tan acentuado aunque
se mantiene su influencia en la produccin de rastrojos
(cuadro 2).
Como solo tenemos los datos de dos campaas, invitamos a los lectores interesados a consultar los resultados
de la prxima campaa (2008-2009) solicitndolos al correo especificado al pie del artculo.
Conclusiones
El esquema dominante actual est asociado a una progresiva degradacin del medio fsico que mantiene sus
resultados fsicos y econmicos a expensas de un incremento de insumos. A nuestro criterio, las condiciones de
degradacin aumentan riesgos porque los mecanismos
amortiguadores de adversidades climticas y biticas dejan de actuar.
La participacin del productor es un elemento clave. No
solo facilitando el predio y ejecutando tareas, sino en su
papel de proponer ideas, evaluar y adaptar las tcnicas
y contribuir a su difusin. En este esfuerzo conjunto de
investigacin participativa, hemos notado un cambio notable en su capacitacin, compromiso y valoracin de la
19
Variable
Campaa
Sin abono
2006/ 2007
Con abono
Campaa 2007/
Sin abono
2008
Con abono
1015,7
3077,9
1434,9 (+41,3%)
4167,0 (+35,4%)
2360,0
2930,1
2514,8 (+ 6,6%)
3288,6 (+ 12,2%)
agrodiversidad, que se refleja en la incorporacin de nuevos cultivos, la inclusin de maz de polinizacin abierta
y el uso del cultivo de cobertura invernal.
Las tcnicas experimentadas aparecen como promisorias
para recuperar la degradacin del suelo y permitiran, en
el mediano plazo, mantener y aun mejorar los niveles de
productividad econmica y ecolgica habituales de estos
sistemas.
Las prcticas basadas en la biodiversidad muestran
efectos graduales y acumulativos. El abonamiento, en
cambio, tiene un efecto instantneo y, posiblemente,
ms efmero. Entre s son compatibles e incluso complementarios.
Referencias
- Alessandria y otros, 2002. La diversidad agrcola y la incidencia de plagas en sistemas de produccin extensivos de
Crdoba. Revista Biodiversidad, Sustento y Culturas, julio.
- Bisang R. y Sztulwark, S., 2006. Tramas productivas de
alta tecnologa y ocupacin. El caso de la soja transgnica
en Argentina. Instituto de la Industria de la Universidad Nacional de San Martn, Argentina.
- Carballo, Carlos, 2002. Conocimiento y Cambio Tecnolgico. En: Extensin y Transferencia de Tecnologa en el Sector Agrario Argentino. Facultad de Agronoma de la UBA,
Buenos Aires, Argentina.
- De Paw y otros, 2000. Agrometeorological aspects of agriculture and forestry in the arid zones. Agricultural and Forest Meteorology, 103: 43-58.
- Ferruzi, Carlo, 1994. Manual de Lombricultura. MundiPrensa, Madrid, Espaa.
- Gonzlez, Norma, 2006. Fijacin de Nitrgeno en Soja.
Conferencia Plenaria del III Congreso de Soja del MERCOSUR. Rosario. Junio 2006.
- Primavesi, Ana, 1984. Manejo ecolgico del suelo. Buenos
Aires, Ateneo.
- Teubal, Miguel, 2003. Soja Transgnica y Crisis del Modelo Agroalimentario Argentino. Revista Realidad Econmica, 196.
Mi primer contacto con la obra de Ana Primavesi fue en 1991 al regresar de una reunin de Decanos de Facultades de Agronoma
convocada por la Asociacin Latinoamericana de Educacin Agrcola Superior (ALEAS) que se llev a cabo en la Universidad de
La Plata en Argentina. Como suele ocurrir entre la gente vinculada a la Academia, me sumerg en aquellas fabulosas libreras
que existen en Buenos Aires a buscar obras relacionadas con mi tema de especialidad, en este caso los suelos. Y es all donde
encontr, traducido al espaol, ese valioso libro de Ana Primavesi: Manejo Ecolgico del Suelo, libro de consulta obligada de
los agroeclogos que trabajamos en regiones tropicales y en dnde no siempre se pueden aplicar aquellos resultados de investigaciones propios de los climas templados.
Al ao siguiente, en 1992, gracias al apoyo logrado por Miguel Altieri, se realiz en Cajamarca, Per, un Seminario de Agroecologa organizado por el Crculo de Agroecologa de la Universidad Nacional Agraria-La Molina. Y all asisti como invitada especial
Ana Primavesi. Despus del seminario se realiz un recorrido de campo en San Marcos a chacras de agricultores que trabajaban
con el Centro IDEAS y haba que caminar por terrenos empinados. Para admiracin de todos apreciamos el esfuerzo y entusiasmo
de Ana de subir esas laderas, a pesar de tener una dolencia en una de sus piernas, la que super apoyada en un bastn. Y es que
si alguna caracterstica distingue a esta maravillosa mujer es su coraje, adems por supuesto de su sabidura en el tema que tan
bien domina como especialista en suelos.
A partir de esa fecha estrechamos vnculos no solo profesionales sino tambin de amistad y tuve la alegra de encontrarnos en
otras oportunidades, en Sao Paulo y en Lima.
Si hay algo que comparto por conviccin con Ana y que en numerosas ocasiones he defendido con energa, es el concepto de la
agricultura ecolgica como alternativa productiva para los pases de Amrica Latina, y sobre todo aplicable en las zonas andinas
y en las tropicales.
Finalmente, una reflexin profunda que Ana nos hace a los edaflogos es entender que la fertilidad del suelo no debe restringirse solo a su fertilidad qumica sino que debe integrar a la fertilidad fsica y biolgica, ya que es esta ltima la que le da al
suelo su carcter dinmico y de vida.
Carmen Felipe-Morales B.
BioAgricultura Casa Blanca, Pachacamac, Lima, Per
Correo electrnico: carmenfm@terra.com.pe
20