Pedro Arias
Pedro Arias
Pedro Arias
LA EXPERIENCIA
AMERICANA ,
YLA TERAPEUTICA
en los
SECRETOS DE
CHIRURGIA (1567)
de
PEDRO ARIAS
DE BENAVIDES
es profesor
titular de Hi storia de la Ciencia en la
Universidad de Valencia.
y DE LA CIENCIA
SERIE
XLI
A (MONOGRAFAS)
La experiencia americana
y la teraputica
en los Secretos de Chirurgia (1567),
de Pedro Arias de Benavides
Valencia, 1993
IMPRESO EN EspARA
PRlNTED IN SPAIN
I.S.B.N. 84~370-1196-S
DEPSITO LEGAL: v. 1.801 - 1993
S. A -
LA OLlVERETA, 28
SUMARIO
PRLOGO ............................................................................................ 9
INTRODUCCIN .............................................................................. 17
EL HOMBRE Y SU POCA ........................................................... 23
Pedro Arias de Benavides y su formacin ...................................... 23
Viaje al Nuevo Mundo. Primera escala: Las Canarias .................... 30
Estancia en Santo Domingo, Honduras y Guatemala ..................... 36
Estancia en Mxico ............................................................................ 42
Regreso de Benavides. La situacin de la medicina y de la
ciruga en la Espaa de la poca .................................................. 55
PRODUCTOS CURATIVOS ............................................................. 67
Berraza, cebadilla, hierba hedionda y yuca ..................................... 79
Hierba para el dolor de la ijada y mal de la orina ........................... 84
La zarzaparrilla ................................................................................. 85
El palo santo o el guayacn ............................................................... 89
Ruibarbo de las Indias .................................
93
Raz de mechoacn ............................................................................ 94
Blsamo de las Indias ....................................................................... 98
Aceite de liquidmbar ..................................................................... 100
Tacamaca ......................................................................................... 101
Incienso de Indias ............................................................................ 102.
Maguey ............................................................................................. 103
Tunas ................................................................................................ 107
Aguacate ........................................................................................... 108
Hovos ................................................................................................ 109
Guayabas .......................................................................................... 110
Drago ................................................................................................ 111
Lirio crdeno .................................................................................... 112
oo . . . . . . . oooo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
PRLOGO
por
Jos Ma L6pez Piero
10
11
12
sesenta. Replantea diversas cuestiones, entre el1as, una periodificaci6n ms precisa de la actividad quirrgica espaola del perodo, que deberan ser abordadas con unos mtodos que tuvieran en
cuenta las nuevas tcnicas de investigaci6n historicomdica. En la
producci6n anterior del propio Fresquet relativa a la obra quirrgica
de Juan Calvo -que fue el tema de su tesis de licenciatura- hay
algunos trab~os que son modlicos a este respecto. Destacare el
titulado La diversidad de mentalidades en la Cirugia>, (1580), de
Juan Calvo, a travs del estudio de sus referencias (1985), sin duda
el que ofrece resultados ms significativos de todos los realizados
entre nosotros con esta tcnica bibliomtrica.
Como sucede en otras muchas actividades, la situaci6n actual de
nuestra disciplina en Espaa resulta parad6jica desde una perspectiva internacional. Mientras que en los pases de mayor importancia
cientfica y cultural se ha producido el retroceso de la
institucionalizaci6n ya mencionado, en Espaa existe hoy un nmero de profesionales muy superior al de cualquier otro momento. No
es este lugar oportuno para debatir si se trata meramente de una
coyuntura motivada por la influencia de la obra de rango excepcional
de Pedro Lan Entralgo ysi tal coyuntura se ha producido con retraso.
Lo nico indiscutible es que al nlmero de profesionales existente
corresponden unas expectativas que no pueden ser defraudadas. En
varias ocasiones he expresado mi opinin de que los estudios realizados por los coetneos de Fresquet significan un avance cualitativo en
relaci6n con los de mi generacin. Importa mucho mantener este
nivel, aunque sea a contracorriente de la crisis que en este momento
padece la disciplina, cuya trayectoria ha sido hasta ahora y, en mi
opini6n, ser siempre guadnica. No puedo ni quiero ocultar que la
principal preocupaci6n del perodo final de mi vida acadmica es que
el carcter provinciano y dependiente de la vida cientfica y cultural
espaola acabe por desorientar a los que hoy protagonizan nuestra
actividad historicomdic~. Creo percibir alguna seal de alarma en
este sentido, pero espero y deseo que los devaneos de los picaflores de
revoluciones epistemoI6gicas.) y de modas ensaysticas sean literalmente arrollados por una caudalosa corriente de investigaciones tan
rigurosas y sugestivas como el presente estudio de los Secretos de
chirurgia, de Pedro Arias de Benavides.
13
(Arias de Benavides)
Aunque los Antiguos supiesen mucho no pudieron saber
todas las propiedades y curas pues el tiempo an no les
habl dado lugar ni la experiencia de las COBas
(Arias de Benavides)
INTRODUCCIN
17
18
19
ser ste un estudio individual, no hubiera sido posible sin la concurrencia de mis compaeros Mara Luz Lpez Terrada, Jos Pardo
Toms, y especialmente del que es mi mejor maestro, Jos Mara
20
21
EL HOMBREYSUPOCA
Pedro Arias de Benavides y su formacin
Escasos son los datos que poseemos acerca de la biograffa de Pedro
Arias de Benavides. Estos proceden, sobre todo, de Nicols Antonio,
Anastasio Chinchilla y Antonio Hernndez Morej6n1, y de las pobres
noticias autobiogrficas que incluye dispersas a lo largo de su nica
obra publicada. Quin mejor ha contextualizado y aclarado, desde
Mxico, la mayor parte de estas pistas, ha sido el prestigioso
historiador Gennn Somolinos2 , que tambin ha hecho un anlisis
interno de su obra.
Tomando como nico punto de referencia los Secretos de Chirurgia,
en la biografa de Arias de Benavides pueden distinguirse tres
periodos: el primero abarcara desde su nacimiento hasta la partida
hacia Amrica, el segundo correspondera a su estancia en el nuevo
Continente y, finalmente, podramos situar el tercero entre la fecha
de su regreso a Espaa y el momento de su muerte.
Los que dan informaci6n de su nacimiento3 aseguran que sucedi6
en la ciudad de Toro, provincia de Zamora; algunos se aventuran a
decir que fue en 1521, fecha bastante improbable. Los datos sobre sus
estudios son contradictorios. Mientras Chinchilla afirma que no se
sabe nada al respecto, Morej6n asegura que curs6 medicina y ciruga
en la Universidad de Salamanca.
No podemos fiamos de que en la portada de su obra figure que fue
escrita por el doctor... ~). Es cierto que a travs de la lectura detenida
1 NICOLAS ANTONIO (1788), vol.II, p. 172; CHINCHILLA, A. (1841-1846),
vol.I, 436-446; HERNANDEZ MOREJON, A. (1842-1852), vol.ID, p.126. Tambinapareceen:ALVAREZSIERRA,J.(1959-61),XIII:4,p.15yenFERNANDEZ
DURO, C. (1891), p.345-346.
2 SOMO LINOS D'ARDOIS, G. (1979 a y b), se ocupa de Benavides en diversas
pginas del vol 2, y en las p.I96-197, del volumen 3.
3 Hasta el momento nadie ha realizado las habituales labores de archivo con
el fin de esclarecer los datos relativos a las fechas de nacimiento y muerte, as
como pistas sobre su biografia. El hallazgo de algunas de stas podran modificar
las noticias que aqu presentamos.
23
24
25
L. (1984), p.21.
26
BENAVIDES, P. (1567).
J.M. (1979), p.36!.
13 El libro de da Vigo lleg a alcanzar ms de cuarenta ediciones en varios
idiomas. En latn se public en 1514, 1516, 1519, 1520, etc. Alguna de estas debi
ser utilizada por Benavides puesto que las citas que hace de l son en latn.
Parece, por tanto, que no emple la versin de Miguel Juan Pascual.
12 LOPEZ PmERO,
27
Tablan2 1
Relacin de autores, nmero de referencias y
floruit citados en los Secretos de chirurgia (1567)
de Pedro Arias de Benavides
Autores
Galeno
Guy de Chauliac
Giovanni da Vigo
Hip6crates
Avicena
Rogerlo de Salerno
Ruy Daz de Isla
Diosc6rldes
Guglielmo Saliceto
Andrea Vesalio
Abu al Kasim
Aecio de Amida
Paulo Aliabab
Pablo Egina
Bernard Gordon
lamerlo
Serapion
Alonso de Ponte
A. Robles Cornejo
Jean de la Ruelle
Francisco de Toro
Damin Torres
Pedro Torres
Esteban de Zavala
Referencias
Floruit
12
11
9
4
3
3
3
ll-2
XIV-2
XVI-1
Va.C.
XI-1
XII-2
XVI-l
1-2
2
2
XIll-2
XVI-1
XI-l
VI-1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
VII-l
XIV-1
n a.C.-1
XVI-2
XVI-1
XVI-l
XVI-2
XVI-l
XVI-2
XVI-2
28
29
30
31
32
33
34
35
30
36
37
38
39
B. (1990), p.128-137.
BENAVIDES, P. (1567), 36r-37v.
46 En este pasaje cuenta una ancdota sobre el mestizo. Dice que una vez,
cuando pescaba, le atac un tiburn. l pudo ver seis afios despus las huellas
de los colmillos del pez en el brazo del muchacho.
40
41
Estancia en Mxico
Al cabo de cuatro aos, parece que Arias se traslad definitivamente a Mxico junto con el oidor Zurita, aunque a la vista de lo dicho
parece que ya haba hecho all un viaje. Fue el lugar donde ms
tiempo permaneci. Despus de las noticias sobre Santo Domingo y
Guatemala empiezan a sucederse con abundancia en el texto de
Benavides las relativas a Mexico y Nueva Espaa.
49MEDINA, MA (1992), p.lao.
solimn es cloruro mercrico, tambin llamado sublimado corrosivo,
T1U!rcurius sublimatus corrosivus , bicloruro de mercurio, etc. Se sabe que Geber,
en el siglo VIll, 10 obtena por sublimacin de mercurio con vitriolo de hierro,
alumbre, sal comt1n y nitro. Procedimientos similares usaban mdicos como
Rhazes y Avicena.
51 Cualquier tipo de materia graSI\.
62 ARIAS BENAVIDES, P. (1567), lOOv-IOlr.
60 El
42
43
44
BENAVIDES, P. (1567), 53 v.
45
46
BENAVIDES, P. (1567),42 v.
BENAVIDES, P. (1567), 45v-46v.
47
BENAVIDES, P. (1567), 5 v.
sabemos si se refiere a la apopleja que sufri apenas lleg a Mxico en
1535 cuando tena alrededor de los cuarenta. Estuvo casi un afio sin ejercer las
funciones de virrey. En su lugar actuaba su hijo Francisco.
68 ARIAS BENAVIDES, P. (1567), 75r-75v.
69 SOMO LINOS D'ARDOIS, G. (1979a), p.155-156.
70 Recogido enCIRUGlAMEXICANA en los siglos XVIyXVTI(936), p.29-30.
71 Recogido en CIRUGlA MEXICANA en los siglos XVI y XVTI (1936), p.29-30.
67 No
48
49
50
El hospital que nos ocupa contaba con salas para hombres, para
ml\ieres, para los enfermos que se estaban dando las unciones
mercuriales y para los convalecientes. Parece ser que la capacidad
inicial fue de cuarenta camas que en el siglo XVIII se haban
convertido en una cifra que oscilaba entre ciento cincuenta y doscientas, segn las necesidades.
Respecto de su funcionamiento, Josefina Muriel, que no ha podido
encontrar las ordenanzas, asegura que puede deducirse, conociendo
el espritu de sus fundadores y sabiendo cmo era dos siglos ms
tarde. La cuestin religiosa estaba en manos de un capelln, un
sacristn, un mozo y una lavandera de sacrista. Un miembro del
Cabildo haca de administrador. Los servicios mdicos estaban a
cargo de un mdico, un cirl\iano mayor, cin\iano segundo, enfermero
mayor de hombres, enfermero segundo y tres enfermeros ayudantes;
enfermera de mujeres con tres ayudantas, dos untadores de hombres
y dos de mujeres, un barbero y un jarabero. Aparte de todo este
personal debi haber adems un despensero, chocolatero, cocineros,
porteros, etctera. Tambin lleg a contar con una botica.
En 10 tocante al edificio76, ocup lo que fue primero crcel del
arzobispado y despus se ampli con 10 que haba sido el colegio de las
nias indias, invadiendo el chafln de la calle de la Moneda, con la
de la Academia. La construccin era de dos pisos con varios patios
cuadrangulares a cuyos lados se encontraban las enfermeras, oficinas de servicios y las piezas para los capellanes. Algn autor de la
poca lleg a decir que no era nada despreciable como obra de arte.
En la actualidad, aunque el aspecto del edificio es neoclsico tras las
obras que se hicieron cuando la Academia de Bellas Artes 10 adquiri,
todava puede descubrirse -y 10 hemos hecho personalmente-, lo
que fue Hospital del Amor de Dios.
La vida de los cirujanos siempre ha estado plagada de ancdotas,
grandes xitos y grandes fracasos. La obras de los prcticos de esta
poca estn repletas de experiencias narradas con verdadera pasin.
Benavides no poda ser menos. Durante su estancia en Mxico se
enfrent con valenta al problema de un curtidor al que se le formaron
tres fistulas en la base del pene, por las que orinaba, y a quien, con
76MURIEL,J. (1990), vol. 1, p.159-162. Vase tambin, PORRAS MUoz, G.
(1988), p. 125-141.
51
77 ARIAS
52
53
BENAVIDES, P. (1567),47r-48r.
DE SAHAGUN (1988), vo1.2, p.645.
89 BERNARDINO
54
55
56
57
58
60
61
62
Maravall 105 , sta no slo certifica, sino que descubre l~ verdad de las
cosas y confiere la mxima seguridad posible a 10 que de nuevo nos
hace conocer. El hombre del Renacimiento senta vigorosa la llamada
de la realidad y reclamaba constantemente el imperativo de la
experiencia. Si al respecto es ilustrativa la totalidad de la obra de
Benavides, ms expresiva es la crtica que propina al mdico sevillano que escribe sobre frmacos americanos sin haber estado en
aquellas tierras, o al cientfico Chaves, que habla de las Islas
Canarias sin haber puesto jams un pie en ellas. Semejante actitud
es frecuente en las obras mdicas de la poca. Puede recordarse,
escogido al azar, la afirmacin que hace Laguna en sus Comentarios
a la Materia mdica de Dioscrides: cccuntos y cun trabajosos viajes
hice para salir con tal empresa honorablemente, cuntos y cun altos
montes sub, cuntas cuestas baj, arriscndome por barrancos y
peligrosos despeaderos); o la del cirujano Daza Chacn, que dice
que ceLa ciruga prctica, o agente, o fctica, como se quisiera llamar,
es la verdadera ciruga, porque es saber poner por obra y ejercitar y
hacer con las manos y con los instrumentos lo que el otro no supo muy
bien parlar. Y sta se pone entre las artes mecnicas, y no se alcanza
ni puede uno ser perfecto en ella si no la hubiere ejercitado muchos
aos106. Mediante este mtodo, pues, se poda conseguir una informacin de primera mano, ms amplia y precisa, y obtener un
conocimiento ms riguroso y cientfico de los saberes relativos a la
salud y la enfermedad.
Hemos entrado casi sin darnos cuenta en un tema de decisiva
importancia durante la poca que estudiamos: la experiencia. Aunque la tradicin de origen clsico segua siendo la base general del
cultivo de las diferentes reas cientficas en la Europa Occidental,
comenzaron a adquirir importancia los planteamientos enfrentados
con ella. En opinin de Lpez Piero 107 este enfrentamiento tuvo
diversas formas que pueden reducirse a tres grados: reunin de
observaciones y descripciones de datos nuevos y que en s mismos no
podan explicarse con los esquemas interpretativos al uso. El segundo consisti en rectificaciones de detalles sin entraren colisin con las
viejas doctrinas. Finalmente el tercero se present en forma de crisis
parciales que condqjeron a renovaciones de fondo aunque reducidas
J.A. (1986), p. 455-476.
I06Prrafo seleccionado en LOPEZ PIERO, J.M. (1983), vol 1, p. 273.
107 LOPEZ PIERO, J.M. (1979), p.149.
105 MARAVALL,
63
64
raison MUS fauJ, MUS y employons l'erprieru:e ... qui est un moyen
plus faible et moins digne; mais la vrit est chDse sigrande, que MUS
ne devons ddaigner aucune entremise qui MUS Y co~, 109.
Pero tampoco haba que descuidar otras cosas; por ejemplo, Francisco Sanchez, mdico de la poca, en su De multum nobili et prima
universali scientia Quod nihil scitur (1581), sealaba que los desdichados seres humanos tienen dos medios para hallar la verdad
ce auxilios con los cuales no por ello saben ms, siquiera con perfecci6n,
pero si barruntan y aprenden algo"llO. Tales medios complementarios son la experiencia y el juicio lll . Gran nmero de testimonios
podramos traer aqu para demostrar que, como seala Maraval1 112,
las distintas concepciones de la experiencia condujeron a la afirmaci6n de que la raz6n humana fuera adquiriendo autonoma y suficiencia frente a la autoridad de la ciencia clsica.
Quizs para algunos cirujanos, igual que para Francisco Snchez,
el mero discurso sobre algo como la esencia de una cosa era totalmente presuntuoso, incluso insensato. Esto no impeda, sin embargo, que
los fen6menos pudieran ser observados y puestos en conexi6n y que
fuera posible fonnular conjeturas sobre su eventual repetici6n. Me
atrevera a decir incluso que Benavides, para quien la experiencia
era de gran valor (una de las palabras ms veces repetidas a lo largo
del libro ), fue un escptico respecto de muchos conocimientos de los
Antiguos. En su texto evit en lo posible el mbito de los fen6menos
interpretados por los Antiguos, lejos de 10 plausible. Podemos captar
su percepci6n de las cosas y una reflexi6n inmediatas que, unido a la
pericia adquirida y a los conocimientos transmitidos y convenientemente valorados, podran ser norma de acci6n. La segunda parte de
la obra, ms acorde con la ciruga europea de la poca, muestra una
ordenaci6n racional de los hechos conocidos regida por los conceptos
y esquemas de la ciencia clsica.
109 MONTAIGNE, M. (1972), vol.3, p. 351. Hemos utilizado la versin en
espaol MONTAIGNE, M.(1968), vol.3, p. 231-232.
lloSANCHEZ, F. (1581), p. 153154.
111 El ttulo del libro es, a la vez, muy expresivo: quod nihil scitllr se refiere al
conocimiento de las esencias, tema ante el que Snchez fue un nominalista puro.
Tuvo una fuerte tendencia al conocimiento emprico e inductivo de la realidad,
lo que le convierte, segn Lan, en un temprano representante de la mentalidad
del hombre de ciencia moderno.
112MARAVALL, J.A. (1986), p. 469-476.
65
~Sccretos
de Chirurgia, efpecial de
PRODUCTOS CURATIVOS
Durante el siglo XV ya se hizo visible el afn colecionista en el
terreno de la botnica. Esta caracterstica alcanz enorme auge en el
XVI. La novedad no s610 dependi del nmero de las plantas sino de
la intenci6n con que se las reuna. A pesar de las limitaciones,
podemos afirmar que fue en esta centuria cuando se inicia la botnica
moderna. Otro tanto cabe decir de la zoologa. La medicina fue
heredera directa de la expansin de estas disciplinas y podemos
considerar que, en el terreno que nos ocupa, las contribuciones de
Monardes y de Hernndez significaron un cambio radical en el
proceso de introducci6n en Europa de la materia mdica americana.
Sin embargo, el uso de estos nuevos elementos hallados en una tierra
tan distinta a la europea, fue casi inmediato y precedi a cualquier
escrito sobre los mismos. Testimonios que dan fe de lo dicho pueden
encontrarse en las obras de los crosnistas e historiadores ms
tempranos. Tambin fueron madrugadores los empleos racionalizados a la luz de las doctrinas mdicas de la poca. El texto por nosotros
estudiado es un ejemplo representativo de todas estas situaciones.
En la obra de Benavides encontramos dos grupos bien diferenciados de productos curativos: los que se exponen en la tabla nmero 2,
casi todos de procedencia americana, y los que menciona en los
tratamientos de diversas enfermedades en la parte quirrgica de la
misma. Tambin son distintas las formas de acometer su estudio. La
mayora de las plantas de la primera parte merecen una atencin
minuciosa por parte del autor, mientras que cuando habla de las
sustancias de la segunda parte, da por sabidos muchos conocimientos y no entra en detalles.
Hemos de tener en cuenta que los Secretos de Chirurgia se public
slo dos aos despus de que viera la luz la primera entrega de La
Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias
Occidentales, de Nicols Monardes, que inclua tambin su tratado
67
68
69
70
71
72
J. (1674), p.353.
Calientes en
Frios en
Secos en
Hmedos
1er
1er
1er
1er
grado
grado
grado
grado
grado
'}Jl grado
'}Jl grado
'}Jl grado
'}Jl
Extremos
3er
3er
3er
3er
grado
grado
grado
grado
4 grado
4 grado
4 grado
4 grado
En el primer grado apenas podan percibirse las acciones medicamentosas a travs de los sentidos; en el segundo ya seran perfectamente percibibles; en el tercero seran algo peIjudiciales; y en el
cuarto sus efectos seran directamente destructivos. Podan establecerse grupos intermedios. Una forma de averiguar los grados de los
medicamentos era a travs de sus sabores (Vase la tabla nO 3). La
manzanilla sera de calor moderado; el marrubio (Marrubium vulgare
L.), de sabor amargo, sera caliente en segundo grado; el abr6tano
(Santolina chamaecypanssus L.) calentara con gran fervor y alteraci6n,.; la tpsia (Thapsia garganica L.) quemara y producira
vejiguillas debido a que es caliente en cuarto grado. As, sustancias
de complexi6n caliente y seca eran utilizadas, segn las doctrinas
galnicas, para enfermedades de causa fra, como dolores de cabeza,
dolores de pecho y de ijada, pasiones o dolores de pecho, etctera.
Gracias a la acci6n especfica de los medicamentos, a la que antes nos
hemos referido, se prescriban sustancias para lograr la digesti6n y
eliminaci6n de la materia pecante, para restablecer las funciones
118 CALVO,
J. (1674), p. 353-354.
73
Sabor astringente
y austero, y acerbo:
Sabor acerbo:
Sabor dulce:
Sabor salado:
Sabor amago:
Sabor acre:
120 Es
74
75
76
77
78
Tablan2 4
Productos curativos mencionados
en los Secretos de Chirurgia
Aceite de liquidmbar
Aguacates
Blsamo de las Indias
Berraza
Cacao
Cathapucia o higuera del infierno
Cebadilla
Cochinilla
Gengibre*
Guayabas
Guayacn
Hierba para el mal de ijada
Hovos
Incienso de Indias
Lrio crdeno*
Maguey
Maz
Mechoacn
Ruibarbo*
Sangre de drago*
Tequemahaca
Tunas
Yuca
Zarzaparrilla
79
J. (1572)
X. et al. (1990). p.187 -188.
125 BERNARDINO DE SAHAGUN (1991), vo1.2. p.642.
126 BERNARDINO DE SAHAGUN (1991). vo1.2. p.646.
123 FRAGOSO,
124 LOZOYA,
80
confinnar sus conjeturas. Aislaron el principio acre, al que reconocieron todos los
caracteres alcalinos; lo hallaron despus en .... MAGENDIE, F. (1827), p.1l3.
81
82
83
84
La zarzapanilla
En primer lugar, Benavides opina al igual que otros autores
(Monardes, Fragoso, Calvo), que la zarzaparrilla que se produce en
esta zona es la mejor:
En esta tierra que tengo dicho nace buena zarzaparrilla y es la
mejor que se halla en todas las indias, y por ser tan buena, hace
la operacin 144 muy diferente, como de bien a mal. Esta
zarzaparrilla de esta provincia es muy humida en tanta cantidad
140 ARIAS
85
86
88
152
89
154 PARDO
90
91
h
1
d
1
Grabado del Palo Santo que procede
camb10, se a emplea o en a
de la edicin de la Ma.lerl4 Mdica de
tuberculosis pulmonar, por va
Dioscorldes, deAndris Laguna (1555)
oral, y como calmante de dolores mediante aplicaciones locales. Tambin se ha usado el carbonato
y el benzoato de guayacol en problemas del aparato respiratorio
(bronquitis crnicas, bronquitis ptridas, neumonas, etctera)162.
Ms recientemente, se ha descrito la accin antiinflamatoria de
ciertos productos que se obtienen de la resina de guayaco, por fusin
o por ebullicin del duramen, que contiene un 25 por cin de la
misma. De estos destacan el azul de guayaco y el cido guayarinico 163.
Hemos encontrado todava el uso de la resina de guayaco y de la tintura
de guayaco durante este siglo a travs de los inventarios de farmacias l64
161 Este producto puede obtenerse de otras maderas, generalmente de la de haya.
162POULSON, E. (1931). p. 284-287. Vase tambin MANQUAT, A (s.a.), vol
1,313-319.
163 LOZOYA, X. et al (1990), p.55. Vase tambin SCHMIDT, E. (1911), vol.3.
84, 411-412.
164 Estn presentes en en un inventario de la farmacia de Alcublas (Valencia),
que abarca el periodo 1937-1942.
92
93
Raz de mechoacn
Veamos, en primer trmino, lo que dice Benavides de esta raz:
Esta raz de mechoacn nace en unos albahaqueros grandes,
lleva unas races a manera de orejones secos, algo gruesos, en la
operaci6n es muy violenta quieren decir ser especie de turbitI69 ,
aunque no en su bondad, purga muy radiclmente tanto, que si
alguno se desmanda a tomar algo ms de la medida, purga en
tanta cantidad, que le falta en una disenteria, de la cual algunos
mueren especialmente los que viven en provincia de Honduras,
porque 'en aquella tierra ninguna suerte de cmara que de a
ninguna persona no vive, si no que es pestilencia mortal en la
nueva Espaa no es esta raz tan maliciosa, ni venenosa, y como
ellos la cran all, y en aquella regi6n, no hace tan mala operaci6n
como en Guatimala, y en la nueva Espaa purgan en cantidad
piensan la gente vulgar, que todo el bien est en la mucha
cantidad que se purga y en espacio de una hora purgaban todo
cuando tenan en los intestinos que no quedaba bueno, ni malo.
Piensan ellos como purgan, en tanta cantidad que es cosa
maravillosa. Los mdicos han contradicho esta medicina por lo
que toca a sus conciencias, pero esto aprovecha poco, antes dicen
que porque se curen con ellos dicen mal de la raz, despus ac
andando el tiempo, conocieron como han muerto muchos con l
en Guatimala, tvose entendido la malicia de ella que era cosa
venenosa. Quiero escribir la forma que tenan en tomarlo.
Hacan polvos la raz as como harina y todo lo que caba en un
real de a dos echaban en una copa de vino y as lo beban y no era
bien sosegado en el estmago, cuando haban menester apercibirle. Si ellos tenan en esta purga por buena, no era mas, de
porque purgaba presto y en tanta cantidad y que no les costaba
nada, y algunos que se purgaban con medicinas de botica, como
estaban corrompidos los simples a causa del mucho tiempo que
169 Convolvulus turphetum L. Purgante drstico y enrgico, de efectos inciertos. Vase EDWARDS, M.; VAVASSEUR, L. (1835), vo1.2, p. 252-253.
94
95
96
97
M (1975), p.327.
186 LOPEZPINERO,
98
187 Vase
99
Aceite de liquidmbar
Dice que el aceite de liquidmbar es casi como el blsamo y que se
extrae de unos rboles grandes a manera de cipreses. Tomado por
boca purga los humores flemticos. Lo ingieren contra el asma,
empiema y periplemon8191. Toman cada mes una onza del
producto. Las mqjeres utilizan el aceite contra las pasiones de madre
y el dolor de ijada. Se purgan con l y lo aplican tambin sobre las
partes enfermas.
E1 gnero liquidmbar incluye el LUuidambar styraciflua L. de
Amrica central y septentrional (desde la SielTa Madre Oriental hasta
Chiapas y parte de Guatemala, en lugares elevados) y el LUuidambar
Orientalis Miller, Lamck, que crece en los pases ribereos del Mar Rojo.
En Mxico era Damadoxochiocotzocuahuitl (rbol de liquidambar perfumado) y el xochiocotzotl era el liquidmbar perfumado192
La variedad americana se llam en trminos generales Copalme.
Por incisin del tronco o espontneamente proporciona un blsamo
lquido llamado blsamo de copalme, styrax lquido o estoraque
americano, de consistencia como la miel, con poco color mientras sea
reciente y puro, con olor a cido benzoico, de sabor amargo, acre y
caliente. A veces se ha confundido con el Styraxofficinalis, sobre todo
porque tiene una composicin y propiedades parecidas. Segn
Lozoya 193 et al., es una resina que los indgenas apreciaban mucho
por su agradable aroma. Lo usaban tanto para aromatizar el tabaco
que fumaban como para preparar ungentos tiles para curar
heridas, tiayotras afecciones dermatolgicas. Tal comohemosvsto
en el captulo correspondiente al blsamo, los componentes de este
producto son parecidos a los de los blsamos del Per y de Tol, es
decir, acido benzoico y cinmico. Es, por tanto, un excitante del
sistema mucoso y as se le ha venido administrando en afecciones
catarrales crnicas (vas respiratorias, urinarias, intestinales, etctera). Como hemos visto, se emplea en forma de ungentos para las
heridas y llagas gangrenadas o necrosadas por su poder antisptico.
Sigue usndose en la medicina popular mexicana como estimulante,
191 Posiblemente,
empiema y peripleuritis.
DE SAHAGUN (1988), vol.1, p. 920.
193 WZOYA X.et al. (1990), p.26-27. Vase tambin MERAT Y LENS (18291848), vo1.4, p.128-129.
192 BERNARDINO
100
Tacamaca
Esta goma procede, segn dice Benavides, de un rbol ms grueso
que el del incienso y no tan seco. Las mqjeres se ponen la goma en el
ombligo cuando tienen mal de madre as como cuando estn preadas. Segn l esta costumbre tambin se extendi por Castilla,
importada por aqullos que viajaban a las Indias. Dice que a las
indgenas les baja la regla an estando embarazadas por la mucha
virtud de la tierra y muchos manjares que comen.
Monardes se ocupa tambin de esta resina que, segn Lpez
Piero, es la misma a la que Hemndez dedic un captulo titulado
en el vocablo original de tecomahaca, es decir, oleorresina mexicana procedente del Elaphrium tecomaca (D.C.) Standl o Elaphrium
tomentosum, Jacq. Esta resina fluye por rendijas y se conserva
pastosa durante mucho tiempo. Su color es amarillo y rojizo formando listas; es lustrosa, de fractura concheada, uniforme y vtrea, de
olor aromtico algo almizclado, sobre todo perceptible echando la
sustancia en el fuego, y sabor resinoso amargo 195 Lozoya l96 et al la
identifican, en cambio, como Protium heptaphyllum de la familia de
las burserceas, y Martnez197 , como Bursera fragilis Wats 198.
Los usos que resea Benavides tambin estn descritos por Monardes
y por Fragoso199 Aaden adems, que el humo que produce cuando se
194 LOZOYA, X. et al (1990), p. 27.
195 PLANS y PUJOL, F.(1870b), p.435. Hay tambin otra tacamahaca procedente de la Icica tacamahaca, H.B., Icica heptaphyllum. Amblet, etc.
196 LOZOYA X.et al. (1990), p.16.
197 MARTINEZ, M. (1987), p. 844.
198 A principios de la presente centuria se llamaba tacamaca a las resinas
obtenidas de especies corno Icica heptaphyllum, Calophyllum inophyUum, etc.
Las procedentes de rboles orientales era blanca, pardo-amarillenta o verdosa,
y la de los americanos, slida, pardusca y traslcida. Vase SCHMIDT, E.
(1911), vol.S, p.4l6.
199MONARDES, N. (1580), p. 4; FRAGOSO,J. (1572). l8v-19r. Vase tambin
COBO, B. (1964), vol. 1.271.
101
Incienso de Indias
Para Benavides el incienso de las indias es un rbol tan blanco como
la nieve, y es muy delgado, y de la manera del lamo. Debajo de la corteza
se halla una goma, no agotas sino de fonna aplastada, que es muy blanca.
Dice que all cuesta barato y que tiene los mismos usos que el incienso en
Espaa. El madero es muy preciado para fabricar imgenes:
Yo traje de all cinco imgenes de nuestra Seora, y la blancura
y lisura y lustre espanta, y es cosa que no se puede dar ningn
barniz sobre ella que sea tan lindo como el color que ella tiene. Es
madera incorruptible (a manera de decir) y es cosa muy preciosa,
y como es natural nuncajams desdice. De este rbol hicieron los
indios algunos dolos, y en el Tateluco de Mxico se hallaron
cuando le tom el marqus del valle Martn Cortes.)201
Este rbol es tambin mencionado por Fragoso. No sabemos muy
bien a qu especie se refiere. Martnez202 , en la voz incienso.), habla
de varias especies de burserceas (Bursera bipinnata Eng1., Bursera
gracilis Eng1.) y a la Encelia farinosa A Gray.
et al. (1990), p. 13.
ARIAS BENAVIDES, P. (1567), 38v.
200 LOZOYA X.
ZOI
102
Maguey
De todas las plantas a las que se refiere Benavides, sta es la ms
importante para l:
El maguey es de la forma que dir, cosa ac no conocida, ni an
oda, y si no viniera yo tan ocupado con cosas muchas, que de all
traa, no viniera sin traer alguna raz, porque simiente no la
lleva, y con temor que creciera tanto en el tiempo que de all sal
que no cupiera en mi cmara 10 dej, y hubiera aprovechando
mucho para mis curas. No creo yo que hay rbol en el mundo de
tantas virtudes, ni propiedades, ni que de tantas cosas sirva.
Particulrmente dir de l 10 que de l se, porque alguno fuera
tan curioso que la falta ma no la haya en l, y quisiera encomendar a algn marinero o maestre de nao que se le traiga de la
Nueva Espaa, que en otras Indias no 10 hay. Este maguey como
tengo dicho tiene muchos provechos que yo experiment, y a
nadie 10 quise descubrir, porque los mdicos de aquella tierra no
estn bien con l, a causa de sus intereses y provechos, que
tratando yo algunas veces con ellos de este maguey, me decan
que para que me aprovechara tanto de este maguey, que si
alguna vez me hiciese mal alguna cura que no tena cosa escrita
por dndeme salvar del yerro, por ser cosa incgnita, por Dios
bendito, a mi siempre me fue bien con l>>203.
Aparte de hacer una descripcin minuciosa de la planta, Benavides
tambin explica el uso que hacan los indgenas para separar los
campos y para hacer puntas de flecha. Cuando las pencas estaban
secas, dice que las empleaban para hacer tablas204 , alpargatas, hilo,
cuerdas, y otros productos. Habla tambin de la forma en que preparaban una especie de jarabe pectoral para las enfennedades del pecho:
con una hacha o machete cortan la mitad de aquellas pencas, y
luego tras ello el corazn del maguey, y escarvan en la cima, y
hacen un con cavo tan grande, que cabe una guicara, que es a
203 ARIAS
204 Benavides dice que hacan tablas para construir sus casa de
estas manera:
si tienen necesidad de maderos para sus casas, no le cortan la cima, sino djanla
crecer en alto, quitndole las pencas (como dicho tengo). As cran maderos para
sus casas, y crecen en tanta manera, que en seis u ocho meses se hace una viga
de cuatro o cinco varas, que bastan para lo que ellos las han menester, y de esta
manera hacen vigas para sus casas que son pequefias
103
104
105
106
Tunas
Hasta la publicaci6n de la obra de Benavides es bastante raro
encontrar testimonios sobre los distintos tipos de tunas217. En la
provincia de Mxico -seala-, hay cuatro tipos: las blancas, las
moradas, las amarinas y las coloradas. Las blancas son las mejores
de comer (se refiere a los frutos). Tienen la propiedad de estreir. De
las coloradas los indios cogen cada maana el rocio que precipita
sobre ellas y 10 venden a buen precio. Esto ocurre sobre todo en Valco
y Tascala. En estas zonas tambin producen la cochinilla, sobre todo
en la poca de lluvias (desde San Juan hasta octubre)218. A continuaci6n se refiere, como hemos visto en la parte biogrfica, a que tien
de color rojo la orina. Describe asimismo su uso como fruta astringente cuando cuenta la ancdota de Vinasaa.
Benavides no nos da noticia de otros posibles usos, ni siquiera
recoge el que describe Laguna219 contra las heridas. Alguna especie
de esta planta arraig6 bien en la Pennsula, especialmente en el sur
y zona mediaterrnea. Tanto Font i Quer como Mulet Pascual, han
107
Aguacate
El aguacate es una fruta muy importante desde el punto de vista
alimenticio y medicinal, en opini6n de Benavides. Es blanda,
mantecosa y muy gustosa. Se come normalmente con sal o con
azcar. Tambin habla del aceite de aguacate que utilizan los
indgenas contra la tos untndose el pecho. Mezclado con clara de
huevo lo beban cuando se iban a dormir. Dice que tom6 de este aceite
y le fue bien. Tambin se usaba para hacer orinar y era muy bueno
para las lceras o llagas de los pulmones. Su nombre botnico es
Persea americana Mili.
Los primeros espaoles que llegaron all pensaban que los aguacates eran una especie de peras, de ah que llamaron a estos rboles
perales)). Cieza, Femndez de Oviedo y otros ya hablan de ellos 223,
aunque es infrecuente que se refieran a usos medicinales. Cobo224 los
220 Hemos comprobado en distintas zonas de la Comunidad Valenciana su uso
mgico, para protegerse de los celosos.
221. MARTIN DE LA CRUZ (1991), 49v. Traducci6n en el volumen 2 de la
presente edici6n, p. 70 7l.
222 LOPEZ AUSTIN, A (l969), p. 197.
223 Vase LOPEZ TERRADA, M.L.; PARDO TOMAS, J. (1992), p. 39 Y 65,
donde se reproduce el texto de Oviedo.
224 COBO, B. (1964), 1, p. 241-242.
108
denomina paltas, vocablo que deriva del quechua paltay. Dice que el
aceite extraido de los huesos se usa para curar los empeines, y que el
mismo hueso en polvo, dado a beber en agua de llantn o almacigada
acerada, sirve para estancar las cmaras.
Hovos
Los hovos o huovos americanos, se identificaron errneamente en
un principio con los mirabolanos asiticos (Myrabalans sp.) cuyo uso
en la materia mdica europea era muy frecuente. De ellos (Spondias
mombin L.) ya hablaron Chanca, Coln, Pan, Oviedo y Lpez de
G6mara225 Patio seala que el trmino Jobo u hobo es palabra
tana que recibi frecuentemente de los europeos el nombre de
mirabolano, teniendo en mente quiz los mirabolanos asiticos del
gnero Terminalia.
Para Benavides estaba tambin claro que no eran los mismos
rboles y frutos, aunque dice que le hubiera gustado experimentarlo:
ccEsta es una fruta amarilla, de la propia suerte de dtiles. Llevan
los rboles gran cantidad de ella. Los rboles son muy altos, y a
esta causa es muy mala de coger la fruta, y la dejan hasta que se
seca, y estando madura se halla cada da alrededor de los rboles
gran cantidad de l. El cuesc0226 de dentro, es como mirabolanos
cetrinos; all se tena por muy cierto ser la misma cosa. Cuando
yo me vine quera experimentarlos, porque all estaba la nueva
Espaa un boticario que afirmaba ser ellos. La fruta de encima
es muy colrica, y da calenturas con ella; no hay esta fruta sino
en la costa de la mar, o en tierra muy caliente, y por eso no las hay
en las Indias, sino solo en las partes dichas).227.
Segn Cobo228 el rbol es de la grandeza de un nogal; es de muy
buen ver y da sombra fresca y sana, por 10 que los caminantes
descansan en ella antes que elegir la de otro rbol. La fruta es como
las ciruelas ms pequeas de Espaa, algo alargadas, como la mitad
225PARDO, J.; WPEZ, M.L. (1993).
226 Hueso
227 ARIAS
228 COBO,B.
109
Guayabas
Si los purgantes eran esenciales en la medicina europea de esta
poca, no menos lo eran los astringentes. Benavides hace mucho
hincapi en que en las Indias Occidentales era necesario disponer de
muchos de estos productos porque all era frecuentsimo la enfermedad de cmaras, peor que la pestilencia, que se presentaba con
una alta incidencia entre los espaoles. Un buen ejemplo de fruto que
tenan a su disposici6n para lograr efectos astringentes era la
guayaba (Psidium guajava L.).
Para Benavides es una fruta estptica que a unos gusta y que a
otros no. Dice que los indgenas la tostaban y la daban a beber con
cacao229 molido. Segn l esta f6rmula no daba resultados con los
espaoles; estos deban tomarla con agua de llantn.
Monardes tambin mencion6 este fruto, al igual que Pan, Fernndez
de Oviedo, Ciezay Lpez de G6mara230 El mdico sevillano seala que
las guayabas se usan como estpticos cuando estn verdes y como
laxantes cuando estn maduras. Tambin dice que los indgenas
usan cocimiento de las hojas para deshinchar las piernas y quitar las
opilaciones de bazo231 Cobo la considera como la fruta ms habitual
y comn de las Indias y dice que hayal menos diez o doce especies
distintas. Aparte de referirse tambin a los usos mencionados, dice
que los polvos hechos de las hojas son usados por los disciplinantes232
Entre los indgenas estaba extendido el empleo como antidiarreico
y contra la sarna y otras alteraciones (infecciones) de la piel. En el
229 Es la linica mencin que hace a esta planta. Para l deba ser ya muy
habitual el consumo de cacao.
230 PARDO, J.; LOPEZ, M.L. (1993).
231 MONARDES, N. (1580), p. 83.
232 COBO, B. (1964), vol.!, p. 245-246.
110
Drago
Despus de hablar de las guayabas, Benavides dedica muchas
pginas a hablar del drago, sangre de drago y, sobre todo, de otros
temas relacionados con la isla de Hierro tal como hemos visto en la
parte biogrfica. Dice que el rbol es de tronco gordo y algo spero y
cortezoso, ms moreno que pardo. Tiene unas sajaduras largas por
las que gotea la buena sangre. Seala que los indgenas la mascan y
tienen por ello buena dentadura y buen aliento. Dice que de este rbol
hay mucha cantidad en las islas Canarias y especialmente en la isla
de Hierro, tal como l pudo ver.
El nombre de sangre de drago se aplicaba a una especie de resina
de color rojo a la que se atribuan propiedades curativas. Se obtena
de la familia de las arecceas, originarias de Sumatra, Borneo y la
India. El producto contiene dracorreseno, que poseera las propiedades teraputicas, y dos colorantes -dracorrubina y dracocarmfnEn Amrica se encontraron muy pronto rboles que proporcionaban
resinas de las mismas caractersticas, sobre todo las relativas al
233 MARTIN DE LA CRUZ (1991), 44r y SIr. Traduccin en el volumen 2 de
la presente edicin, p. 63 Y 45 respectivamente.
2M BERNARDINO DE SAHAGUN (1988), vol. 2, p. 918 (Glosario).
235 LOZOYA, X. et al.(1990), p. 257259.
111
Lirio crdeno
Cuando hablamos del lirio crdeno nos referimos al Iris germanica
L. ya otros lirios afines como el Iris florentina L. y el Iris paUida
Lamarck. Tanto los antiguos como los mdicos medievales exaltaron
sus virtudes curativas. Suele criarse en lugares despejados, entre
piedras, sobre los muros en ruinas y, en general, no demasiado lejos
236 LOZOYA,
237 PLANS
X. et 01.(1990), p. 215-216.
112
240 LAGUNA,
A (1570), p. 12.
113
114
E. H. (1986), p. 170.
245 ACKERKNECHT,
115
116
117
Gneros y especies
Agave
Anagyris foetida
Convulvulus
Draco
Iris germanica
Liquidambar styracif7,ua
Manihot esculenta
Pistacia
Pistacia lentiscus
Opuntia
Rheum
Smilax
Spondias mombin
118
Nf! de trabajos
487
14
6
147
58
424
935
462
109
819
229
196
33
EL ((MORBO GLICO
119
120
121
hallara hombre ni mujer que no las tenga, y los perros del lugar
ni ms ni menos, y de noche son tantos los aullidos que dan los
perros de los dolores de las bubas que quin no sabe de que
procede se espantara. Y jams se les quitan. Tienen los perros
tolondrones y Dagas cosa demaraviDa. Aestelugarvan los espaoles
a tomar la ~parrilla y sanan con ella cosa maravillosa de mirar
que sanan los espaoles y no los naturales y si no es en este pueblo
no he visto en las indias sanar perfectamente con agua de
~aIVaparrilla porque les vuelve dentro de poco tiempo.
Ya hemos dicho que cuando se refiere a Santo Domingo habla
tambin de la gran cantidad de personas que estaban infectadas de
mal francs, afirmacin muy semejante a la que hace L6pez de
Gmara, en su captulo titulado Las bubas vinieron de las Indias,
de su Historia General de las Indias: ceLos de esta isla Espaola son
todos bubosos, y como los espaoles dorman con las indias, se
llenaron en seguida de bubas, enfermedad pegajossima y que
atormenta con grandes dolores253
Hay que tener presente que 10 que los mdicos y cirujanos de esta
poca diagnosticaban como sfilis o bubas254inclua muchas veces
otro tipo de afecciones con signos y sntomas parecidos, especialmente en cuanto a las manifestaciones dermatolgicas se refiere. Se
confundan, sin duda, las bubas, algunas formas de lepra y otras
enfermedades de la piel y sistema linftico. El diagnstico solan
establecerlo por los signos cutneos y por los dolores. Algunos
autores, sin embargo, ya trataron de establecer una especie de
diagnstico diferencial. Por ejemplo, Juan Calvo, en su Libro del
Morbo galico, incluido en su Ciruga Universal y particular del
cuerpo humano (1580), establece las diferencias entre las bubas y la
elefantiasis, las bubas y la lepra, las bubas y las lechines o
impetgines255, y entre las bubas y las coras256.
253 LOPEZ
122
123
258 Menciona a
124
125
El texto de Vigo, que Benavides conoca, muestra mejor la secuencia clnica. Tras la presencia de esas pstulas localizadas en los
rganos genitales, que no desaparecan dando medicPJn interna),
se extendan por todo el cuerpo y surgan ulceraciones en las partes
genitales de fcil recidiva. Las que se diseminaban por todo el cuerpo,
localizadas preferentemente en la frente, cara, cabeza y cuello,
brazos y piernas, tenan la corteza dura e incluso surgan carnosidades a modo de verrugas. A esto se unan dolores de tipo general. Al
ao, aparecan durezas a semejanza de huesos) que se acompaaban de fuertes dolores nocturnos. Acababa corrompindose el hueso
y su panculo. Pasado ao y medio se engendraban tumores de
materia gruesa y flemtica muy arraigada a modo de una castaa
no pequea, de color blanco con sustancia dura, parecida a un nervio
medio podrecido. Adems de esto, de forma concomitante y segn
las personas, se presentaban otro tipo de problemas y lesiones como
apostemas, corrupcin, formicas261, carbunculos262 , gangrenas y
(cestiomenos263. Vigo se refiere asimismo los dolores, la aparicin de
flema salada en manos y pies, etctera
Algo distintas son las descripciones de otro cirujano, Juan Calvo,
en 1580. Hay un antecedente de relacin sexual. A las ocho horas o
a las veinticuatro, se presenta una gonorrea glica en forma de pus
con escozor y dolor genital. Aspecto plido y de mal color del enfermo
que presenta dolores mviles (cabeza, brazos, piernas, rodillas,
etc). Calenturilla o fiebre no muy alta. El paciente se despierta a
media noche. Finalmente, los signos de enfermedad glica: pstulas
por todo el cuerpo con materia viscosa muy virulenta;talpariaa264,
con dolores y pstulas; voz ronca y desaparicin del galillo. A esto
261 mcera que va corroyendo no slo la piel sino que puede alcanzar la carne
que est debajo. Se llama as porque evoluciona como la hormiga o por
exulceracin que en ella se halla con una continua pesadumbre enojosa como
si all estuviese una hormiga. Tomado de JUAN CALVO (1674), p.104.
262 Tumor o apostema que se hace de sangre sumamente quemada, gruesa y
podrida; negrea en la superficie de la carne y arde como si fuera lumbre o un
carbn encendido.
263Mortificacin total de la parte, cuando est negra y corrompida, de calidad
que aunque se corte no lo siente el paciente.
264 Abceso o tumor, que se engendra en el pericrneo, o entre l y el crneo. Se
hace de humor acre y cOlTOsivo, que cunde y hace cabidad. Talpa viene del
latn, que significa topo.
126
aade Calvo las seales pron6sticas: cuanto ms vieja sea la enfermedad ms dificil de curar; se afectan con facilidad las personas
dbiles con pocas defensas y estas son ms dificiles de curar; mala
seal es que desaparezcan las bubas porque significa que la enfermedad se vuelve hacia el interior265.
No es nuestro propsito hacer una revisi6n meticulosa de las
distintas descripciones del mal francs, pero es interesante aadir
elementos que nos permitan efectuar una comparaci6n con lo que
detalla Benavides. Hay que tener en cuenta adems que el saber
clnico, es decir, la capacidad para entender con raz6n descriptiva y
explicativa la realidad de un individuo enfermo, mejoraron considerablemente desde el siglo XV. Ante una nueva enfermedad caba
esperar una lenta descripci6n de la misma cada vez ms minuciosa
y perfecta. En esta tarea colaboraron los cinijanos con su caracterstica habilidad en el arte de las descripciones. Portimo, igual que la
tuberculosis, las manifestaciones correspondientes a los distintos periodos del mal francs, se imbrincan e incluso es posible que se invierta el
ordencronol6gicodesu presentaci6n. Esto sera unanuevadificuItad para
sistematizar los conocimientos relativos a la enfennedad
Volviendo al cuadro clnico, si nos atenemos a la descripci6n de
Benavides, e incluso a la de Vigo y Calvo, parecen expresar el
polimorfismo con el que se presenta esta afecci6n, teniendo en cuenta
las variaciones que se han podido dar a 10 largo de la historia
motivadas o no por los distintos tratamientos. Es cierto que parece
faltar lo que nosotros llamamos periodo primari0266 La similitud se
establece con los periodos secundario y terciario. Una vez transcurridas las cuatro o cinco primeras semanas de la enfermedad, las
espiroquetas se propagan desde el chancro inicial a los ganglios
265 Esta afirmaci6n de Calvo desmiente. al menos parcialmente, la idea
generalizada de que crean que cuando desapareca la enfermedad es que se
n :?(}.,
haba curado.
266El primer periodo se cnattdriza por la aparici6n del chancro de inoculaci6n,
generalmente en zonas genitaies, aunque a veces puede darse con bastante
frecuencia en la boca, labios, lengua o amgdalas. Este chancro representa el
lugar de contagio, la puerta de entrada, el asiento primitivo de la infecci6n y el
punto de diseminaci6n de la misma. Es raro que este hecho pase desapercibido
para el paciente o para el mdico. Cuando no existe evidencia de este periodo, se
habla de sfilis criptognica o decapitada, ya que la puerta de entratada no se
hace ostensible.
127
linfticos regionales (inguinales) que, una vez hinchados, se convierten en la imagen ms divulgada por los clsicos, que es la de los
bubones o bubas. A partir de aqulas espiroquetas se diseminan por
sangre al resto del organismo dando lugar a las manifestaciones
cutaneomucosas bien descritas por todos: desde las siftlides maculosas
o roseola sifiltica, hasta las papulosas, pustulosas y ulcerosas. Su
localizacin preferente, como ya hemos visto explicada en el siglo
XVI, es la frente, caras de flexin de las extremidades, cara posterior
del tronco, etctera Las maculopapulosas (quizs lo que ellos llamaban flema salada), recidivan con frecuencia en las palmas de las
manos y de los pies, remedando una psoriasis. En las mucosas de las
regiones bucal, farngea y anal, las lesiones inflamatorias tipo
papuloso de color grisceo se convierten muchas veces en condilomas.
Durante este periodo clnico aparece una gran variedad de sntomas
y signos de caracter general, advertidos de igual modo por los autores
a los que nos estamos refiriendo: malestar, astenia, prdida de
memoria, nerviosismo, adelgazamiento, palidez, caida del cabello,
etctera La duracin de este periodo, con sus aparentes mejoras y
recidivas, suele durar de uno a cuatro aos.
En el periodo terciario267 aparecen las lesiones gomosas, expresin
de la nueva localizacin de la enfermedad en algn rgano. Se trata
de un ndulo intravisceral formado por tejido de granulacin que
tiende a resblandecerse o a cicatrizar en forma de esclerosis. Los
gomas en los huesos, referidos como hemos visto por da Vigo,
desarrollan periostitis y focos osteomielticos, con peoraciones.
128
269 ARIAS
129
temazcal para echar del cuerpo las sustancias que enfermaban o que,
sobrando, amenazaban con romper el equilibrio. Tena un sentido
ritual y uno teraputico. Este mtodo lo hemos visto cuando hemos
hablado del uso del maguey contra las bubas.
En el segundo libro, sin embargo, Benavides explica un tipo de cura
ms normalizada. Parece que es la que l estuvo aplicando a los
enfermos del Hospital del Amor de Dios e impuso sobre otro tipo de
procedimientos a base de agua de guayaco, tal como hemos dicho.
Consista sta en eliminar el humor melanclic0271 a base de jarabe
de palomina y de borrajas, si ste era el humor corrompido. La
palomina es la Fumaria officinalis L, que contiene protopina y cido
fumrico, entre otros componentes, aunque sus propiedades se
deben a alguna sustancia todava poco estudiada. Su principal uso ha
sido como planta depurativa y tonificante, segn la dosis empleada272 . La borraj a oBorago offzcinalis L. contiene abundantemuCl1ago,
sales minerales (silice, calcio, postasio), resinas y antocianinas, entre
otros. Se la emplea normalmente como planta diurtica y depurativa.
Cuando la orina del enfermo dejaba de salir plida y cetrina, era
indicio de que haba hecho su efecto.
El siguiente paso era la purgacin. Para ello poda recumrse a
varios procedimientos. El ms habitual era la administracin en
forma de pildoras de varias plantas. Aqu Benavides recomienda las
pldoras fumarias273, elaboradas a base de la palomilla, a la que
antes nos hemos referido. Con este mtodo eliminaban el c(humor
contagiado ~ materia antecedente- que estaba en las venas y
acuda al lugar de las pstulas, lceras y dems lesiones. Las dosis
y la duracin del tratamientovanaban conforme al methodus medendi
galnico, es decir, parte afectada, constitucin del enfermo, circunstancias externas, etctera Para conseguir el mismo fin tambin
empleaban otras tcnicas externas como las ventosas, los baos, las
271 El humor melanclico era el excremento de la segunda coccin. Fro, seco
y negro, de sabor astringente, se engendraba en el hgado. Los humores, podan
ser causa de salud o de enfermedad. Deban estar bien templados y mezclados
130
131
BENAVIDES, P. (1567),78r.
la precisin de que es buena seftal que la orina se vea
turbia, porque es indicio de que se cura la enfermedad. En cambio, en otras
afecciones ocurre lo contrario.
281 PESET CERVERA, V. (1905-1906), vo1.2, p.153.
282RABUTEAU, A (1872), p.192-209.
280 En este sentido hace
132
133
288 Plantago
M. (1975), p.276.
134
299 ARIAS
135
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139
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145
327
146
147
Enfermedades de la verga
Entre los distintos epgrafes de las obras de los cirujanos del siglo
XVI se encontraban los consagrados a tratar de los apostemas, las
llagas y las lceras del pene o verga. Aparece sin embargo, una nueva
enfermedad que no era abordada por los tratadistas anteriores,
hecho del que fueron conscientes muchos autores como Juan Calvo335 , quien dice que este padecimiento es de reciente aparicin.).
Para l carnosidad y callo no se distinguen, segn la esencia, sino
por razn de ms y menos~). Para Francisco Daz, autor de un tratado
333 Oxido
de plomo.
BENAVIDES, P. (1567), l08v-l12v.
335 CALVO, J. (1674), p.336.
334 ARIAS
148
F. (1588), p.199-200.
J. (1967), p.13-61.
337 RIERA,
149
150
151
152
F. (1588), p.241.
346 LOPEZ
153
155
156
157
158
La oftalma
La frecuencia de esta enfermedad deba ser muy alta. Posiblemente los cirujanos intervinieran cuando ya se haban probado varios
remedios sin lograr una curaci6n satisfactoria. Asimismo, tal como
ha ocurrido en otros captulos, bJ\io este trmino deban agruparse
varias enfermedades hoy perfectamente individualizadas, entre las
que la conjuntivitis (en sus formas agudas ---catarral, purulenta,
membranosayflictenular-ocr6nicas(angular,folicularygranular
o tracoma) deba ocupar un lugar predominante. Se estudiaba por 10
general dentro del conjunto de los apostemas en particular. Para
Daza Chacn es una inflamacin no pequea, y suele venir con
grandsimo dolor, y rubor, y calor, y puntadas, y hcese en la tnica
exterior del ojo, llamada adnata o col\iuntiva, que en efecto es en lo
blanco del ojo, la cual ... tiene su crecimiento en ...el pericrneo). Para
Calvo es tambin una inflamaci6n de la tnica adnatadel oj o363. En
este periodo solan distinguir entre el orzuelo, tumorcillo semejante
al grano de cebada, el eglope o una pequea inflamacin que sola
hacerse en el ngulo mayor del ojo y la nariz, y la rija o fistula del
conducto lacrimal.
361 ARIAS
159
160
161
como se hace en las varices. Se evita as que el humor llegue a los ojos.
En opinin de Benavides este procedimiento es mas laborioso y
pesado para el enfermo368
En este apartado observamos cmo nuestro cirujano prefiere el
hierro candente a la ligadura. Esta tcnica fue practicada por
algunos mdicos de la Antigedad y de la Edad Media, pero los
cirujanos del Renacimiento la hicieron habitual. Fue frecuente ligar
los grandes vasos en el curso de la amputacin. La emplearon con
gran xito Par Y Daza Oa llam laqueaci6n). Este ltimo tuvo la
idea de tratar aneurismas ligando el vaso por encima del saco
aneurismtico e incidiendo despus la dilataci6n vascular369
162
163
372 ARIAS
164
165
rupturas totales y parciales, exhiben fen6menos histol6gicos peectamente conocidos como la degeneraci6n walleriana del segmento
distal y la regeneraci6n nerviosa del punto de partida proximal. La
primera se produce en la totalidad del segmento distal y se inicia
unas horas despus de la secci6n nerviosa. Idntico fen6meno puede
observarse tambin en los ltimos milmetros del tracto proximal. La
regeneraci6n nerviosa, por su lado, se mantiene a expensas del cabo
proximal, que conserva la conexi6n con las neuronas y se inicia en los
primeros das despus del traumatismo. Cada neurita emite numerosas ramificaciones rodeadas cada una de ellas por una vaina
mielnica y clulas de Swann. Cuando esto se hace por neurorrafia o
por sutura, las ramificaciones del cabo proximal son atraidas por las
vainas repletas decelulas swannianas del cabo perifrico. La neuritas
progresan a raz6n de varios milmetros por da y se van cargando de
mielina. S6lo el azar gua el empalme de determinada ramificaci6n
con una particular vaina schwanniana, producindose en ocasiones
equivocaciones. De ah que estos errores se perciban despus como
pequeas alteraciones sensitivas y motoras.
En el caso de que no hubiera afrontamiento de los dos cabos o
superficies, estas se quedan separadas por la interposici6n de tejido
conectivo que actua a modo de tapn; las neuritas proliferan de forma
anrquica y llega a formarse un neuroma, mientras que en la
superficie de la parte distal se forma un glioma. Por eso es necesario
que si se va a hacer el tratamiento pasadas unas semanas o se
interviene una herida vieja sea necesario refrescar la secci6n de los
cabos a fin de afrontar debidamente las superficies de corte no
obliteradas por la esclerosis.
A raz de lo dicho parece claro que en el caso de secciones nerviosas
debera intervenirse inmediatamente y suturar cuanto antes. Sin
embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, se pudo demostrar.
estadsticamente que era mejor tratar la herida, evitar la infecci6n
y suturar al cabo de tres a seis semanas. En la prctica civil se ha
aplicado el mismo procedimiento debido a que el traumatismo inicial
desvitaliza los cabos y provoca una esclerosis inicial que impide la
regeneraci6n nerviosa; de ah que se prefiera afrontar las superficies
de secci6n nerviosa al desbridar con un Frierichs inicial e intervenir
denuevo entre las tres y seis semanas. Entonces se resecan los
casquetes esclerosados de las dos partes del nervio y se suturan las
166
Lamparones
El tema de los lamparones es complejo por la dificultad de reconocer con exactitud el tipo de enfermedad y de saber con precisin si los
distintos autores estaban de acuerdo en los procesos que agupaban
bajo este nombre. Con la finalidad de clarificar mnimamente el tema
sin nimos de extendernos, traemos las distintas lesiones que
Calv0379 reune bajo el trmino de excrecencias flemticas). Distingue entre glandula, cuando el tumor tiene similitud con la bellota
y ha de ser nico y no debe multiplicarse; escrfula, o lamparones en
castellano, porque se multiplican como las puercas) y segn Guy de
Chauliac han de reunir tres condiciones (que sean muchos y se vayan
multiplicando, que sean duros y escirrosos, y que estn firmes o bien
arraigados movindoles con gran dificultad); las lupias, que se
denominan as porque son como los altramuces y que son excrecencias
blandas, redondas y aparecen siempre en partes blandas especialmente en las junturas; el nudo, o tumor que guarda similitud con los
nudos de las cuerdas, que son fijos y duros; el testudo que segn la
regi6n donde asiente recibe un nombre (talparia en la cabeza, bocio
en el cuello, y hernia en los testes); y, por ltimo, la nata, excrecencia
grande y carnosa que se localiza en la espalda. Como podemos intuir
se reunen aqu enfermedades de orgenes distintos.
379 CALVO,
J. (1674), p.112-113.
167
168
383 FRAGOSO,
J. (1666), p. 178.
J. (1666), p. 373.
384 Un excelente
169
386 ARIAS
(1666), p.178.
BENAVIDES, P. (1567),161r-161v.
387 Hay dos tipos de caparrosa: la azul o sulfato cprico, fuerte astringente y
vasodilatador, y la verde o sulfato ferroso o sal de Marte, que por va tpica obra
como astringente. Posiblemente se tratara de la primera.
388 Nitrato potsico.
389 FRAGOSO, J. (1666), p.351.
170
171
391 ARIAS
172
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180
181
182
NDICE ONOMSTICO
A
Abu al Kasim 28
Ackerknecht, Erwin H. 114, 115
Acquapendente, Fabrici d' 25
Aecio de Amida 28, 163, 168
Albucasis 156
Alczar, Andrs 57,62,154
Alderete, Lorenzo 150
Aliabab, Paulo 28
Almenar, Juan 124
Altamirano 43
Alvarado, Pedro de 43
lvarez, Raquel 39
Alvarez Chanca, Diego 84, 109
Amato Lusitano 150, 151
Amerquita, Juan de 48
Andemach, Gunther de 30
Anglera, Pedro Mrtir de 31
Anguis 52, 156
Antonio, Nicols 23
Aponense,Pedro 132
Arceo, Francisco 57,62,154
Argellata, Pietro d' 27,163
Aristteles 123
Artista, Andino 40
Avicena 25,26,28,29,60,76,156,161
B
Benedetti, Alessandro 25
Bennassar, Bartolom 40
Bichat, Xavier 114
C
Cabeza de Vaca, Alvar N11ez 31,84,
107
Cabral 48
Calvo,Juan 62,71,85,122,125,126,
127, 148, 149, 150, 155, 161, 165,
167
Calvo, Jose 106
Carlos 1 32,46, SO, 57, ISO
Carlos IX, rey de Francia 170
Carlos vnI, rey de Francia 119, 120
Carnicer, Lorenzo 27
Carpi, Berengario da 25, 154
Casaldevol, Bemat 27
Castillo, Bemardino del 46, 93
Cataln, Bartolom 48
Caventou, Joseph Bienam 80
Cieza de Len, P. 84, 105, 108, 110
Clusius 105
Cobo, Bemab 82, 84, 105, 108, 109,
110
Colombo, Realdo 59
Coln, Cristbal 31,84, 109, 119, 120
Coln, Hemando 84
Collado, Luis 59~ 60
Concepcin, Domingo de la 53
Constantino el Africano, Fray 132
Corts, Hemn 31, 43, 49, 55, 84
Corts, Martn 102
Craciolo, Ren 106
Cremona, Gerardo de 26
Croce, Andrea della 154
Cruz, Martn de la 82
CH
Chauliac, Guy de 27, 28,62, 151, 154,
156,167
Chaves, Jernimo 63, ~
Chevalier 96
Chinchilla, Anastasio 23
183
D
Daza Chacn, Dionisio 57,62,63,64,
154,159,161,162
Deslongchamps 96
Dias, Diego 151
Daz,Francisco 58,141,149,150,153
Daz de Isla, Ruy 28, 29, 120
Daz del Castillo, Bemal 43, 121
Daz, Francisco 148
Dioscrides 28, 29,62,63,98, 113, 163
E
Egjna,Pablo 28,132,166
Esteve, Pedro Jaime 59, 60
F
Falopio, Gabrielle 25
Felipe n 57
Femndez deOviedo, Gonzalo 31,84,
90,107,108,109,110,121
Ferri, Alfonso 124, 152
Font i Quer, Po 107
Fournier, Edmond 133
Fracanciano 132
Fragoso,Juan 55,58,62,72,80,84,
85,86,88,101,102,107,125,146,
, 150, 155, 161, 169, 170
Frisio, Laurencio ,124
Fugger 90
Frbringer 133
Gmez Pereira 59
Goodman, Alfred 81
Gordon, Bernard de 29
Gordon,Bernard 28,169
Gran Capitn 120
Gubler 97, 99, 112
Guisado, Alon80 48
Guzmn, Jes11s 106
H
Hackett , C. J. 120
Hayem, GeOl'ges 93
Hernndez, Francisco 67, 105
Hemndez Morejn, Antonio 23
Hernndez, Pedro 48
Hidalgo de Agero, Bartolom 58,
150,154,155
Hip6crates 28, 138, 155
Horozco 52
Huarte de San Juan, Juan 59
Hutten, U1rich von 90, 91
1
lamerlo 28
J
Jimeno, Pedro 59
Juan Pascual, Miguel 27
Jusserandot, L. N. 114
Kromberger, Juan 50
Galeno 28,29,37,60,62,70,71,77,
123,125,155,164
GarcaBallester, Luis 26,70,153,156
Garca Quintana 80
Garcilaso, el Inca 38
Gibourt 97
Gibrale6n, Domingo de 53
Gil Gonzlez 43
Gilinus, COJ'Odas 124
Gimeno Cabaas, Amalio 91
184
M
Maese Felipe 150
Magendie, Fran~ois 80
Maravall, Jos Antonio 31, 63, 65
MaJtn, Esteban 50
MaJtnez, Maxi 101,102
Massieu, Guillermo H. 106
Medina, Cosme de 59
Medina, Miguel Angel 42
Meissner 80
Mena, Francisco de 60
Mndez, Cristbal 44
Mendoza, Antonio de 46, 48, SO, 113
Merat 105
Merget, Antoine 133
Miranda, Faustino 83
Monardes, Nicols 55, 67, 68, 80, 84,
85,86,88,91,95,98,101,110
Monctezuma 49
Mondino de Luzzi 146
Montaigne, Michel de 64
Montaa de MonselTate, Bernardino
59
Montlifar, obispo 49
Mulet Pascual, Luis 107
Mller 133
Muriel, Josefina 49, 51
N
Nadal, Jordi 32
Narvez, Pnfilo de 49
Nicandro 60
o
Obregn 52,157
Ordua, Juan de 46
p
Quintana 54
Quiroga, Vasco de 49
R
S
Sabuco, Miguel 59
Sahag11n, Bemardino de 38, 80
Salerno, Rogerlo de 28
Saliceto, Guglielmo 28
Saliceto, Guillermo de 156
Snchez, Francisco 65
Schmidt, Ernst 81
Schroff 93
Segovia 48
Serapion 28
185
Servet, Miguel 59
Soll, Narcs 27
Somolinos d'Ardois, Germn 23, 29,
30,43,48,49,52,53,61
T
Toro, Francisco de 28
T01Tes, Damin 28, 52, 157
T01Tes, Pedro 28, 56
Trousseau, Armand 97
Tschirch 95
V
Valds, Javier 83
Valpuesta 53,164
Valverde de Amusco, Juan 59
Valle, marqus del 55,102
Valles, Francisco 60,69
186
z
Zavala, Esteban de 28,56,172
Zumrraga, (obispo fray) Juan de 49,
50
NDICE DE MATERIAS
A
abrtano 73
aceite 134
aceite de aguacate 108
aceite de almciga 165
aceite de bayas 134
aceite de ladrillos 134
aceite de linaza 157
aceite de liquidmbar 78,79, 100-101
aceite de lombrices 163, 165
aceite de manzanilla 163
aceite de membrillos 165
aceite de ricino 97
aceite infancino 157
aceite rosado 139,147,163, 165
acbar 77, 93
cido benzoico 99, 100, 112
cido catrtico 93
cido cebdico 80
cido cinmico 99, 100, 112
cido crisofnico 93
cido fumrico 130
cido glico 93
cido guayarnico 92
cido reotnico 93
cido ricinoleico 97
Achillea milli(olia 80
Adiantum caplus Veneris L. 163
afecciones catarrales crnicas 100
afecciones dermatolgicas 100
agrico 77
Agave 118
Agave sp. 105, 106
A. americana L. 105
187
Astragalus 161
A. gummifer L. 161
astringentes 44, 110
atona gstrica 93
avellanas 54, 96
axi 37
azafrn molido 139
aza~n 168,169,171
azogue 42,132,135,136,142,170
8Z11car 46
azul de guayaco 92
B
blsamo 163
blsamo de Judea 98
blsamo de la Meca 98
blsamo de las Indias 79, 98-99
blsamo de las Indias 78
blsamo de Pero 98, 100
blsamo de Tol 99, 100
Balsamodendron 140
B. africanus L. 139
B. mukul L. 139
blsamos 98, 118
batatas 36
bdelio 139
benzoato 99
benzoato de guayacol 92
berraza 78,79,79~4, 129
berros 79
bicloruro de me~urio 42
bolo armnico 165
Borago offreinalis L. 130
borrajas 130
Boswelia 140
B. bahu-dajiana Birdw 140
B.carlerii Birdw 140
B. papyrifera Rich. 140
188
bronquitis cronica 99
bronquitis plitridas 92
Bryonia dioica Jacquin 96
bubas 37,79,89,104,121,122,171
Bursera
B. bipinnata Engl. 102
B. fragilis Wats 101
B. gracilis Engl. 102
e
Cacao 79
calabaza 106
cera 134
cera negra 113
cinabrio 132
cinamato de bencilo 99
cinamato sdico 98
cinamena 99
claras de huevo 168
clavo 134
cloruro de mercurio 134
cloruro mererico 136, 141
cochias 160
cochinilla 47,79,107
clchico de otofio 81
coloquntida 77
Commiphora opobalsamum L. 98
confecciones de amech 138
conjuntivitis 159
contusiones 102
Convolvulus 54, 118
C. mechoocan Vandelli 95
C. orizabensis Pellet 95
C. scamonia L. 147
C. turphetum L. 94
copal 102
copalme 100
cOlTOsivos 75
Coutarea latiflora L. 106
cozticmetls 106
creosota 92
crisaborina 93
crisofanol 93
Croton draco L. 112
croton tiglio 97
cuauhtlatlatzin 54
culantrillo de pozo 163
Curcas purgans Endl. 96
curcasino 96
Cynanchum acutum L. 147
eH
chapetonada 38
chapetones 38
charcherqun 35
chichiepatli 106
chilcoztli 106
chile 37
D
Dahlia 85
Dalea zimapanica (Schauer) 82
Datura stramonium L. 82
depuracin 89
derivados del antraceno 93
derivados elagtaninos 111
dermatosis pruriginosas y tuberculosas 99
desinfectante 113
diaforticos 75
dialtea 134
diaquiln amoniacado 139
diarreas 44
disentera 111
dismenorrea 91
dolor de hijada 85, 100
dolores de cabeza 102
Dorema
D. ammoniacum Dom. 139
D. auckeri Boissier 139
draco 118
dracocarmfn 111
Dracoena draco L. 112
dracorreseno 111
dracorrubina 111
drago 34,78,111-112
E
eglope 160
Elaphrium
E. tecomaca (D.C.) Standl 101
E. tomentosum Jacq. 101
elboro 77
elboro blanco 81
189
electuario 138
empiema 100
Encelia fari1WSa A. Gray 102
encordio 125
enfermedades de la verga 148-153
enfermedades del est6mago 98
enfermedades estafiloc6cicas 39
enfermedades estreptoc6ci~as 39
enfermedades parasitarias 39
enfermedades virales 39
enjundias de gallina 113
eritroretina 93
Eryngium beecheyanium HolIx 105
escabiosis 39
escamonea 77
escrfula 167, 168
estearina 80
estiomenos 126
estomatitis 137
estoraque americano 100
ticos 86
euforbio 134
Euphorbia resinifera Berg. 134, 136
excrecencias flemticas 167
F
fculas 113
feoretina 93
fil-i-agulla 105
flavonoides 111
flema salada 42, 82
flor de cobre 134
formicas 126
Fourcroya 105
frambesa 121
frngula 93
fruto de arena 111
Fumaria officinalis L. 130
G
gachupines 38
190
galbano 134
gangrenas 126
gengibre 46, 79
glndula 167, 168
glicerol 97
gofio 35
gonorrea 126
gota 91
Guaiacum
G. officinale L. 91
G. sanctum L. 91
guancavilcas 88
guayabas 36,78,79,110-111
guayacn 78, 79, 89-92
guayaco 49,88,90, 118, 129, 130, 132,
142
guayacol 92
guayo 84
H
habas purgativas 54, 55
helmintiasis 39
Helonias officinalis Lindley 80
Heloscyadium nodiflorum L. 79
hemolTagia 45
henequn 105
herida penetrante 37
heridas 100, 102, 105
heridas de cicatrizaci6p torpe 80
heridas de la cabeza 106
heridas frescas 98
herpes 97
hierba hedionda 79-84, 129
hierba mora 163
hierba para el dolor de la ijada y mal
de la orina 78, 79, 84-85
higuera del infierno 78, 96-97
hoitzitzilmetls 106
Hospital Amor de Dios 49, 50, 51
Hospital General de Valencia 151
hovos 78,79
Hura erepitans L. 55
I
lciea
1. heptaphyllum 101
1. heptaphyllum Amblet 101
l. tm:~a H.B. 101
incienso 134,140,161,163
Incienso de Indias 46, 79, 102
incienso de Indias 78
lpomea 54
1.jalapa 95
1. purga 95
iridina 113
Iris
1. florentina L. 112
l. germaniea L. 112, 118
1. pallida Lamarck 112
J
jalapa 96
jarabe acetoso 171
jarabe de borrajas 138, 139, 141
jarabe de fumaria 136, 147, 152
jarabe de palomilla 138, 139
jarabe de violetas 163
jarabe rosado 160
jarabes .desticados 136, 152
Jathropa
J. eureas L. 55, 96
J. multifida 54
J. eureas L. 97
J. gosipifolia 97
J. multifida 97
L
lamparones 56
laringitis crnica 99
laurel 134
leishmaniasis 39
lentisco 82
lentisco hediondo 82
Lilium candidum L. 140
linaza 134
Liquidambar 39, 40
L. Orientalis Miller, Lamck 100
L. styraciflua L. 100, 118
lirio crdeno 47,78,79, 112-113,160
litargirio 138
lupias 167
llagas con podedumbre 80
llagas frescas 105
llagas gangrenadas 100
llagas infectadas de los caballos 80
M
macietn 134
maguey 47,78,79,103-106,108,113,
130
maguey del vino 105
maz 40, 79, 113
mal de los rifiones 85
mal de madre 101
malaria 39
Malva silvestris L. 156
malvavisco 134
mandioca 84
Manihot
M. dulcis 83
M. eseulenta Crantz 83, 84, 118
manteca de vaca 42
manzandlla 73,134,147,157,163
marrubio 73
Marrubium vulgare L. 73
materias tnicas 113
matlalquahuitl 91
mechoacn 46, 79
Medicamentos anodinos, narcticos y
confortantes 75
Medicamentos atrayentes 75
Medicamentos custicos 75
191
N
nafta 134
nata 167
nerolidol 99
neumonas 92
nexmetl 106
nitrato potsico 170
nitro 42
.
nohpalli 108
nudo 167
nuez negra 95
o
ocpatli 105
opilaciones de bazo 110
Opuntia 108, 118
192
P
palo 104, 152
palo santo 47,49,78,88,89-92,132,
142
palomina 130
paltas 109
paltay 109
pan cazabe 36
pasiones de cabeza 86
pasiones de las junturas 98
pasiones de madre 100
pasiones flemticas 89
pasmo 53
Passiflo1Tl8 85
pelitre 134
periplemona 100
Persea americana Mill. 108
petroleo 134
pez griega 134picadura de las vtboras 105
pldoras aureas 160
pldoras cochi8Slt 139
pldoras ftidas 14-7
pldoras ftidas 136
pldoras fumarlas- 130, 139, 147,
160
pias 36
Pistacea 118
P. lentiscus L. 82, 118, 134, 140
pita 105
Plantago major L. 134
plomo lavado 163
polipodio 77
polvos de Juan de Vigo 170,171
polvos de lilio 140
polvos de sndalos colorados 165
R
raz de brionia 96
raz de China 91
raz de mechoacn 78, 94-97
reaccin de Wassermann 133, 142
remedios mayores 76
resina 93, 134
resina de guayaco 91, 92
reumatismo 97, 102
reumatismo crnico 91
Rheum 93, 118
R. officinale 46
Ricinnus comunnis L. 96
ricinoleina 97
rija 161
rubia de tintoreros 171
ruda 134
ruibarbo 77, 79, 160
ruibarbo de las Indias 46, 78, 93-94
RU1ne% 85
S
sagapeno 139
salcomD 42
sal de Marte 170
salitre 170
sangre de drago 79, 111, 140, 161
sangra 76
santiguadores 160
Santolina chamaecyparissus L. 73
sarcocola 140, 160
sama 97,110
sen 77
sfilis 91, 122
silicatos alumnicos 165
silicatos frricos hidratados 165
sivocos 86
Smilax 89,118
S. aristolochiaefolia 86
S. aspera L. 88
S. coudifolia 86
S. febrifuga 86
S. jalapensis 86
S. regelii 86
Solan.um nigrum L. 163
soliman 168
solimn 42, 136, 140, 169, 171
iL. 109,118
styrax lquido 100
. Styra% officinalis L.100
sublimado corrosivo 42
sulfato alumnico potsico 134
sulfato cdprico 170
sulfato ferroso 170
supergalato de veratrina 80
T
tacamaca 101-102
talparias 126
193
tamarindos 77
Tamus communis t. 95
tapayaxmetl 106
tpsia 73
teometl 106
tequemahaca 78, 79
tercianas 86
testudo 167
ttanos 39
Thapsia garganica L. 73
tifus exantemtico 39
tintura alcohlica de guayaco 91
tintura de guayaco 92
tia 100
tlacametl 106
tlah~lpahtli 83
tlalquequtzal 80
tlanexnopalli 108
tlatocnochnopalli 108
tlayectiani 54
tletlmaitl 80
tragacanto de Grecia 161
traumatismos 102
trementina 134,139,147,163,165
trepanomatosis 39
treponema 120
Trigonella fomum-graecum L. 156
tuberculosis 39
tuberculosis pulmonar 92
tunas 47,54,78,79,107-108
V
veneno para ratas 80
veratrina 81
veratrina cristalizada 81
verruga infecciosa 38
verrugas 92
vinagre 134,172
vinagre rosado 134
viruela 39
Visnea mocanera 35
vitriolo de hierro 42, 136
X
xaIxococuahuitl 111
xaIxocotl 111
xochiocotzocuahuitl 100
xochiocotzotl 100
y
yedra 134
yema de huevo 139
yeso 161
yuca 78,79,79~
ulceraciones rebeldes 80
unciones mercuriales 48,51
ungento amarillo 138
ungento blanco 138, 163
ungento de albayalde quemado 163
zarza 91,141
zarzaparrilla 47, 78, 79, 85-89, 91,
104, 118, 121, 139, 142, 147, 152,
160
zarzaparrilla de Honduras 88
194
Se termin de imprimir
en Artes Grficas Soler, S. A.,
de la ciudad de Valencia,
el 28 de mayo de 1993
CUADERNOS VALENCIANOS
DE HISTORIA DE LA MEDICINA Y DE LA CIENCIA
SERIE MONOGRFICA PUBLICADA POR LA
UNIl>AD DE HISTORIA DE LA CIENCIA. DEL
INSTITUTO DE ESTUDIOS DOCUMENTALES E HISTRICOS SOBRE
LA CIENCIA
UNIVERSIDAD DE VALENCIA - e.S.I.e.
Nmeros aparecidos:
l. J. M.a LPEZ PJERO: Orgenes histricos del concepto de neurosis. Valencia, 1963, 296 pgs.
11. J. M.a LPEZ PJERO y L. GARdA BALLESTER: La obra de Andrs Alczar sobre la ,trepanacin. Valencia, 1964, 79 pgs.
(Agotado).
III.
IV.
A. ERCILLA VIZCARRA: La medicina del pueblo Khad. Valencia, 1966, 43 pgs., + 15 lms. (AJtotado).
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
R. PASCUAL: El botnico los Quer (1695-1764) primer apologista de la ciencia espaola. Valencia, 1970, 88 pgs.
XI.
l/ enfermedad en la obra de Galeno. Traduccin U comentario del escrito "Quod animi mores
corporis temperamenta sequantur." Valencia-Granada, 1972,
347 pgs.
XIII.
J.
J.
XV.
J.
XVII.
G. OLAGE Ros: La literatura mdica sobre epilepsia. Siglos XVIXIX. Anlisis bibliomtrico. Valencia, 1976,. 96 pgs., 21 lms.
XVIII.
R. BALLESTER, F. BUJOSA y G. OLAGE: Coleccin historicomdica de la Facultad de Medicina de Valencia. Valencia, 1976,
54 pgs., 21 lms.
XIX.
XX.
J.
XXI.
XXII.
XXIII.
J. M.a
LoPEZ PlrilERO,
lERRADA
XXIV.
XXV.
cientficos espaoles de los sigloYiXV y XVI. Inventario, bibliometria y thesaurus. Volmenes 11-111: Inventario D-Q. Valencia,
1984, 296 pginas.
xxxv.
XXXVI.
J. M.DLPEZ P~ERO y MARiA-Luz TERRADA: Bibliographia medica hispanica, 1475-1950. Volumen IX: Bibliometra de las revistas, 1736-1950. Valencia, 1991,98 pgs.
XXXVII.
XXXVIII.
XXXIX.
XL. Jos PARDO TOMS Y MARiA Luz LPEZ TERRADA: Las primeras
noticias sobre plantas americanas en las relaciones de viajes y
crnicas de Indias (1493-1553). Valencia, 1993,364 pgs.
XLI.
Jos LUIS FREsQUET FEBRER: La experiencia americana y la teraputica en los "Secretos de Chirurgia" (1567) de Pedro Arias
de Benavides. Valencia, 1993, 194 pgs.
XLII.