6.Bigas+y+Correig+ 2001 PDF
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EDITORIAL
Montserrat Bigas
Montserrat Correig
(editoras)
COMIT CIENTFICO
Director
Joaqun Gairn Salln
reas de publicacin
Didctica de la matemtica
Coordinador
6
Aprender a leer y a escribir
Montserrat Fons
*57
Objetivos
/ En este captulo se pretende dar a conocer las bases del aprendizaje de la lectura y
de la escritura desde una perspectiva constructlvista. Para ello se parte de una re
flexin, en el primer apartado, sobre qu significa aprender constructivamente y se
anuncian las consecuencias que esta visin tiene para ensear a leer y a escribir.
Luego, se describen las fases de la evolucin del aprendizaje de la lectura y las de la
escritura, cuyo conocimiento facilita al profesorado la interpretacin de la evolucin
de cada alumno en este aprendizaje. Despus, sigue el apartado donde se discute la
cuestin de la edad y la madurez del aprendizaje de la lengua escrita. En l se anali
za el tema de la madurez, cuyo planteamiento desde una perspectiva constructivista carece de sentido. Finalmente, en el ltimo apartado, se recorre el camino para
llevar a cabo este aprendizaje: se aprende a leer, leyendo y se aprende a escribir,
escribiendo.
Glosario
iS8
estado de saberlo todo, sino que el conocimiento progresa mediante sucesivas aproxi
maciones y a partir de distintos niveles de saber.
La explicacin constructivista del aprendizaje adopta el concepto de aprendizaje
significativo. Aprender significativamente no consiste en acumular nuevos conoci
mientos, sino en integrar, modificar, establecer relaciones y coordinar lo que ya se
saba con lo que se quiere aprender. Ello implica la capacidad de atribuir significado
propio y personal al objeto de conocimiento.
Otro de los puntos clave del aprendizaje constructivista hace referencia al lugar
del profesor, quien adopta un papel fundamental como mediador, facilitador, crea
dor de condiciones necesarias para que se produzca aprendizaje. Desde la perspecti
va constructivista la funcin principal del maestro es crear, en palabras de Vigotsky,
zonas de desarrollo prximo. Es decir, conocer el punto de partida de cada alumno o
zona de desarrollo realy ofrecerle las condiciones apropiadas para que pueda progre
sar hacia la zona de desarrollo ptimo:
Desde la concepcin constructivista se asume que en la escuela los alumnos
aprenden y se desarrollan en la medida en que pueden construir significados ade
cuados en torno a los contenidos que configuran el curriculum escolar. Esta cons
truccin incluye la aportacin activa y global del alumnado, su disponibilidad y
conocimientos previos en el marco de una situacin interactiva, en la que el pro
fesor acta de gua y de mediador entre el nio y la cultura, y de esa mediacin
-que adopta formas muy diversas, como lo exige la diversidad de circunstancias y
de alumnos ante los que se encuentra-, depende en gran parte el aprendizaje que
se realiza. ste, por ltimo, no limita su incidencia a las capacidades cognitivas,
entre otras cosas porque los contenidos del aprendizaje ampliamente entendidos,
afectan a todas las capacidades; sino que repercute en el desarrollo global del alum
no (I. Sol y C. Coll, 1995: 19).
En primer lugar, no puede considerarse que los nios llegan a la escuela sin
conocimientos respecto a los aprendizajes lingsticos. Sus experiencias ante
escritura.
160
hacia el aprendizaje.
Conocer las etapas o fases que describen la evolucin del desarrollo de la lectura
y del desarrollo de la escritura es esencial para ubicar en un marco terico las obser
vaciones que va realizando el maestro sobre los conocimientos de cada alumno. El
conocimiento de las fases permite analizar la direccin que toma la evolucin de cada
nio e interpretar cmo progresa: si hace regresiones, si salta etapas, si muestra carac
tersticas mezcladas de dos o ms fases, etc. El marco terico de las etapas o niveles
ofrece la posibilidad de interpretar las actividades de los aprendices en funcin de
unas etapas preestablecidas y aventurar hiptesis sobre como evolucionar su cono
cimiento. As pues, el conocimiento de las etapas evolutivas del desarrollo de la lec
tura y de la escritura constituyen un punto de referencia importante para interpre
tar hacia dnde est progresando cada nio y cmo se le puede ayudar.
6.2.1. Fases del aprendizaje de la lectura
Esta etapa, que empieza cuando el nio muestra inters por el universo escrito,
se caracteriza por el reconocimiento global de algunas configuraciones grficas y por
i6i
63
Ejemplo 6.1.
"0U*Ak-"
En este nivel los nios reproducen los gestos del acto de escribir y algunas de las
caractersticas grficas formales, como la ausencia de elementos figurativos, la linealidad y la separabilidad de los elementos grficos. Las producciones que consiguen
en este acto de imitacin de la escritura adulta son del tipo: crculos, palos, ganchos
y otras formas no cnicas.
A menudo, los nios pequeos se implican en actividades grficas en las que com
binan escritura y dibujo, y son capaces de diferenciar un acto del otro bsicamente
por oposicin: escrito es todo lo que no es dibujo. Esta oposicin es la nica evidente
para el observador, porque lo que el nio identifica como escrito resulta todava indiferenciado en el resultado grfico. Por ello se conoce tambin esta etapa como fase
de escrituras indiferenciadas.
En este nivel los nios atribuyen a la escritura la funcin de designar. Para ellos
lo escrito es el nombre del objeto. As cuando se es pregunta "Qu has escrito?",
responden con un nombre: "casa, flor, gato, etc.". Normalmente responden con un
nombre sin artculo, porque interpretan que el escrito ocupa el lugar del nombre del
objeto. Es decir, para los nios pequeos la escritura es una reproduccin de nom
bres. Por ello, tambin, se observa muchas veces una relacin entre el tamao del
objeto y el nmero de letras. As, es posible que len tenga muchas ms letras, sea
ms largo, que margarita, porque su tamao tambin lo es. Ahora bien, esta relacin
Resulta evidente que el nio puede hacer uso de la hiptesis de cantidad aun
cuando no sepa diferenciar entre distintos signos grficos, simplemente usando crcu
los, palitos y ganchos. En cambio, para usar la hiptesis de variedad, tanto interna
como externa, es imprescindible que sea capaz de diferenciar entre distintos caracte
res grficos. Estos caracteres se parecen cada vez ms a las formas convencionales de
164
16 s
cacin.
las letras. El repertorio que reproducen acostumbra a ser el de las letras de su nom
bre, el cual va amplindose rpidamente. Aparecen, en esta etapa, las pseudoletras o
grafas parecidas a las letras pero que no conservan las formas convencionales. As,
por ejemplo, se produce una E que parece un peine, alguna letra invertida, y algu
nos signos inventados totalmente.
En este nivel, pues, se es capaz de reproducir muchas letras e incluso se conocen
los nombres de algunas de ellas, pero en ningn caso se les atribuye an un valor
fontico. Los nios adquieren la estructura (cantidad, variedad, combinacin, etc.)
de los elementos grficos, antes de entender la lgica interna del sistema de escritu
ra, es decir, antes de saber que los valores de las letras corresponden a unidades fni
cas de la lengua. As sucede en el ejemplo 6.2, en el cual Mara ha escrito elefante
combinando distintas grafas, bsicamente las letras de su nombre.
En esta etapa, igual que en la anterior, los nios continan atribuyendo la fun
cin de designacin a la escritura. Interpretan lo que est escrito con nombres. Existe,
pues, una relacin entre lo que hay escrito y el objeto que representa el escrito de tal
manera que algunos nios manifiestan no poder escribir una negacin, por ejemplo
"no hay pjaros", porque, explica Ferreiro, citada por Teberosky (1999), parece con
tradictorio presentar una escritura para la ausencia de un referente.
Ejemplo 6.2.
t\t\ I AgAlAi
'Ap1'
de la palabra
El nio entra en este nivel cuando descubre algn tipo de relacin entre la escri
Esta relacin se desarrolla bajo las hiptesis siguientes:
joywo-
166
i6y
Ejemplo 6.4.
0 A K lQ
E)
[\ia KoaDj
liza la relacin sistemtica entre las unidades mnimas de la lengua oral (los fonemas)
silbico-alfabtica de la palabra
Con la escritura alfabtica los nios poseen un buen dominio del cdigo de escri
Son capaces de plasmar sobre el papel todo aquello que pueden pronunciar,
porque son capaces tambin de analizar la tira fnica hasta las unidades ms mni
mas y atribuirles el signo grfico convencional que las representa. Sin embargo esto
no significa necesariamente una escritura ortogrficamente correcta, pero s del todo
comprensible. Quedan por resolver los problemas de las letras que representan ms
de un sonido (por ejemplo la letra ge que sirve para gato y para girafa, o la letra erre
que sirve para rata y para cara) y los sonidos que se representan por ms de una letra
(por ejemplo para el sonido <b> tenemos las letras be y uve; o para el sonido <0>
tenemos las letras zeta y ce).
tura.
En este estadio se empieza a escribir ms de una grafa para cada slaba, comen
zando generalmente por la vocal tnica y la primera consonante de la slaba y luego
por las vocales tonas, las consonantes finales y las intercaladas.
Las producciones correspondientes a este nivel son muy peculiares porque al lado
una
de
palabra escrita correctamente segn las convenciones del sistema (por ejem
casa),
podemos encontrar otra o una parte de otra en la que falten letras (por
plo
tasalatico,
en lugar de transatlntico) , Tambin puede suceder que operen
ejemplo
en una misma palabra correspondencias alfabticas y correspondencias silbicas, espe
cialmente en palabras largas. As se puede encontrar caperuia, o capeuita, por caperucita.
En general el nmero de letras para cada palabra es menor al nmero conven
cional. La impresin es de que quien ha escrito, ha omitido letras. Sin embargo, el
nio que se halla en este nivel ha escrito ms de una letra para cada slaba seleccio
nando los elementos sonoros ms pronunciables y, al no tener otras restricciones que
le obliguen a poner ms letras, la palabra est completa segn el nivel silbico-alfabtico. Vase el ejemplo 6.5.
Ejemplo 6.5.
iA 0 S t) \F U oJ
168
Ejemplo 6.6.
169
to constante con personas que usan el leer y el escribir. De ese modo el aprendiz podr
reconstruir el sentido y la funcin social del texto escrito.
As, pues, podemos considerar que ios llamados prerrequisitos a los que nos refe
ramos al iniciar este captulo tienen un valor intrnseco en s mismos, pero resulta
inadecuado considerarlos como el bagaje necesario para abordar la lectura y la escri
tura y hacer de su presencia o ausencia el factor explicativo del xito o fracaso del
aprendizaje. Los llamados prerrequisitos son importantes para el desarrollo de la per
sona. Aun cuando nunca debiera aprender a leer y a escribir sera pertinente que el
nio desarrollara habilidades de relacin espacio-temporal, de coordinacin visomotrica, de discriminacin auditiva, etc., porque tales habilidades tienen un valor
en s mismas. Pero si las actividades de leer y escribir no son un mecanismo, sino una
170
171
lizar el camino hacia el anlisis. El mtodo ms conocido que sigue este pro
ceso es el mtodo global, propuesto por Decroly, el cual parte de la oracin y
sigue un camino analtico que va marcando el nio con sus descubrimientos
de las palabras, las slabas y las letras.
Ejemplo 6.7.
Un grupo de nios y nias de cinco aos inmersos en un proyecto de trabajo sobre el cuer
po humano estn interesados en conocer los nombres de los huesos del esqueleto. Para ello
han conseguido un poster con el dibujo del esqueleto y los nombres de los principales hue
sos relacionados con una flecha. Conocen ya el nombre de algunos huesos como crneo,
fmur, costillas, etc., pero de pronto aparece la necesidad de saber cul es el hueso ms lar
go del cuerpo humano. Observan el poster, calculan el tamao de los huesos ayudados de
una cinta y ya han averiguado cul es, ahora slo falta saber su nombre. Juan, toma la pala
bra y al ver f... dice: "Foca!", pero, inmediatamente reflexiona en voz alta: "Algn hueso se
llama foca?". Se ren. Pronto Alberto busca alguna palabra que tenga que ver con los huesos
y que empiece por: f... fe... y consigue "Fmur!".
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En este ejemplo, los nios que estn aprendiendo a leer y a escribir se ven impli
cados en una actividad de lectura real, en la que persiguen un objetivo concreto:
conocer el nombre del hueso ms largo del cuerpo humano. Para hallarlo han pues
to en marcha todos sus conocimientos disponibles desde la descodificacin a la acti
vacin de los conocimientos previos y, lo que es ms interesante, han podido con
trolar la comprensin. Si en lugar de esta situacin real se hubiera ofrecido a los nios
una lista de palabras inconexas como foca, faro, feria, etc. para practicar la relacin
de la letra efe con su sonido, est claro, en primer lugar, que la palabra fmur no
hubiera salido en la lista, con lo cual no hubiera podido enriquecerse su vocabulario
y, en segundo lugar, el control de la comprensin hubiera sido imposible ya que no
existe otra relacin entre estas palabras que la de contener la letra efe.
Por todo ello, se puede afirmar que para aprender a leer, el nio se debe ver expues
to a actividades reales de lectura, con objetivos surgidos de su propia curiosidad o de
alguna necesidad real o inducida.
Asimismo, para escribir se pone en marcha un proceso de produccin en el que
intervienen tanto aspectos formales como aspectos funcionales del cdigo escrito.
Ciertamente, poco podremos favorecer las estrategias de planificacin, textualizacin
y revisin para producir un texto, de acuerdo con los usos sociales de la lengua escri
ta, si aquello que se propone escribir a los nios no tiene otro objetivo que ejercitar
el trazo de las letras, o aprender la convencin de las palabras. Al contrario, las estra
tegias de produccin de un texto slo se podrn desarrollar si dicho texto va a tener
una funcin real, es decir, si se crea la necesidad de produccin que sea conveniente
para un objetivo concreto.
Vase el ejemplo 6.8:
Ejemplo 6.8.
En una clase de primero se tuvo que redactar una autorizacin para realizar una salida al
zoo. El proceso fue el siguiente entre todos se planific lo que haba que escribir, luego los
nios iban dictando a la maestra el texto y sta lo escriba en la pizarra. En este caso, se hizo
en letra cursiva. Con la colaboracin de los nios se revisaron todos los aspectos para que la
autorizacin fuese comprensible y los padres firmaran el permiso para ir al zoo. El ltimo paso
consista en copiar cada cual, en su hoja de papel, el texto de la pizarra para presentrselo a
los papas. Result que un nio, To, que se encontraba en la fase silbico-alfabtica entusias
mado en su tarea, trabaj sin parar, pero no alcanz el ritmo de los dems y, visto el retraso
considerable, la maestra se acerc a l para observar qu era lo que estaba pasando. To esta
ba reescribiendo el texto de la pizarra en letra mayscula de imprenta y manifest: "Estoy
muy cansado!". La maestra reconoci el trabajo de To y pregunt cul era el motivo del cam
bio de tipo de letra. To explic que su papa escriba en mandarn y que la letra de la pizarra
no la conoca, tan slo poda leer la letra mayscula de Imprenta.
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El ejemplo es una buena muestra de cmo los nios y nias se implican en acti
vidades reales de escritura. Ningn ejercicio por bien pensado que fuera para rela
cionar los distintos tipos de letras podra tener la significacin que obtuvo para To
al escribir una nota comprensible para su pap. El esfuerzo realizado slo poda tener
sentido si el producto obtenido serva para algo.
Cualquier estrategia para la produccin de un texto tiene ms posibilidad de desa
rrollarse si la funcin del texto es una funcin real. Por ello se puede afirmar que "se
aprende a escribir escribiendo".
Si se aprende a leer leyendo y a escribir escribiendo, para desarrollar el aprendi
zaje de la lectura y la escritura ser necesario proponer a los aprendices contextos ricos
en situaciones en las que leer y escribir sea necesario. En el marco de la escuela, el
maestro es el responsable de organizar y facilitar situaciones de contacto y uso con
la lengua escrita y convertirlas en experiencias de enseanza y aprendizaje. El papel
del maestro, como se expone en el captulo siguiente, es fundamental para favorecer
un contexto de experiencias significativas, funcionales y de cooperacin a partir de
las cuales se facilite el progreso de cada uno de los alumnos.
Resumen
I. Aprender constructivamente significa que el sujeto que aprende elabora una repre
sentacin, un modelo propio, un esquema de conocimiento de aquello que se pre
senta como motivo de aprendizaje.
2. La intervencin del maestro, en un enfoque constructivista de enseanza y aprendi
zaje de la lengua escrita, debe tomar en consideracin algunos aspectos:
Partir de ios conocimientos que tiene cada nio sobre todo aquello que se refie
re a la letra impresa -no de una programacin preestablecida- para organizar las
actividades de enseanza y de aprendizaje que permitan aprender a leer y a escri
bir de manera significativa. Segn el ambiente alfabetizado!" que cada nio respira
en su hogar, el dominio de conocimientos sobre la lengua escrita ser diferente.
La escuela ser sensible a esta realidad y facilitar los contactos frecuentes con la
letra escrita, de manera especial a los que no han tenido acceso a ella antes de
llegar a la escuela.
Permitir que el nio construya activamente sus conocimientos. La actitud del
maestro ser ms bien la de orientar, motivar preguntas, ofrecer entornos de des
cubrimiento, que la de dar mucha informacin y respuestas acabadas.
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Actividades de desarrollo
I. Algunos maestros consideran que "el
nio da el paso ms importante en la
adquisicin del cdigo escrito, cuando
empieza a escribir silbicamente". Expli
car las caractersticas fundamentales de
la etapa silbica y razonar la importancia
de la misma.
2. A partir de las etapas evolutivas del desa
rrollo de la escritura, interpretar y co
constructivista.
escritura:
Ejemplo 6.9.
esta etapa es
mente ndlferenclados.
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177
Ejemplo 6.10.
/ Vector ve La uva )
de la via.
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\ -Es buena esa uva, '
Don
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uva)
'-si.Vctor.esa
es buena. -Don Braulio, vea os
v
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QUE LEVANTARX
UN MONUMENTO A ESTOS \
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jSU,
Quino (1987): 10 aos con Mafalda. BCN Lumen (13a edicin: p. 59).
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Montserrat Fons
Objetivos
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