Tesis Doctoral - Sara Lorente EDU
Tesis Doctoral - Sara Lorente EDU
Tesis Doctoral - Sara Lorente EDU
FACULTAT DE PSICOLOGIA
TESIS DOCTORAL
Valencia, 2014
Agradecimientos
Me gustara comenzar haciendo mencin al Dr. Manuel Mart-Vilar, han sido
siempre sus palabras de nimo, consejos y orientaciones un pilar fundamental para el
desarrollo de esta investigacin y por ello quiero expresar mi ms sincero
agradecimiento a su esfuerzo, trabajo e implicacin. Por su forma de ser, ms all de lo
profesional, se ha convertido en algo an ms valioso que un excelente director de tesis,
es un gran amigo. As que solo puedo decir: Gracias Manuel.
19
1. 1 LA COMPETENCIA SOCIAL
20
20
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1.1.2 CONCEPTUALIZACIN..................................................................................................................
1.1.3APORTACIONES DE DISTINTAS CORRIENTES PSICOLGICAS A SU ESTUDIO.
25
25
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34
35
1.4.1 APRENDIZAJE..
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A MODO DE CONCLUSIN.
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2.1.1 DEFINICIN..
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A MODO DE CONCLUSIN.
73
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3.1.1 CONCEPTO.............
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3.1.2 TIPOLOGAS...
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A MODO DE CONCLUSIN...
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A MODO DE CONCLUSIN...
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169
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A MODO DE CONCLUSIN.....
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BIBLIOGRAFA
APNDICE
12
253
253
256
258
260
260
261
261
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ndice de Tablas:
Tabla 1. Definiciones de empata
Tabla 2. Modos hipotticos de excitacin afectiva emptica (Hoffman, 1990: 154;1992:62).
Tabla 3. Comportamientos Prosociales. Roche (1998).
Tabla 4. Incidencia de la sociabilidad en la conducta prosocial. Lpez (1994.)
10
Tabla 5. Sntesis de los instrumentos de evaluacin de la Competencia Social.....
Tabla 6. Relacin entre las dimensiones de Empata. Davis (1980,1983)..
184
Tabla 7. Sntesis de los instrumentos de evaluacin de la Empata...
Tabla 8. Sntesis de los instrumentos de evaluacin de la Conducta Prosocial..
Tabla 9. Distribucin de la muestra respecto a las Variables Independiente..
Tabla 10. Distribucin de la muestra en funcin del sexo, de la edad y curso...
Tabla 11. Creencia religiosa de la muestra..
Tabla 12. Notas medias de la muestra...
Tabla 13. Estudios de la madre en la muestra..
210
Tabla 14. Estudios del padre en la muestra.
Tabla 15. Puntuaciones generales de la muestra en Competencia Social .
Tabla 16. Relaciones del sexo en las subescalas del MESSY.
Tabla 17. Medias y desviaciones tpicas del sexo en Competencia Social..
Tabla 18. Influencia de la variable edad en las subescalas del MESSY.
Tabla 19. Influencia de la variable nota media sobre la Competencia Social..
Tabla 20. Influencia de la variable curso sobre la Competencia Social.
Tabla 21. Relaciones del nivel de estudios de la madre en el MESSY
Tabla 22. Medias y desviaciones tpicas de Estudios de la Madre en el MESSY.
Tabla 23. Comparacin entre grupos de estudios de la madre y HSA..
Tabla 24: Comparacin entre grupos de estudios de la madre en AI
Tabla 25: Comparaciones entre grupos de estudios de la madre y SO.
Tabla 26: Comparaciones entre grupos de estudios de la madre en CES
Tabla 27. Puntuaciones generales de la muestra en Empata
Tabla 28. Relaciones del sexo en las subescalas del IRI..
Tabla 29. Medias y desviaciones tpicas de las variables dependientes en Sexo
Tabla 30. Influencia de la variable edad en las subescalas del IRI..
Tabla 31. Relaciones de la creencia religiosa en las subescalas del IRI
Tabla 32. Medias y desviaciones de creencia religiosa en Empata
Tabla 33. Comparaciones entre grupos de creencia religiosa en Fantasa
Tabla 34. Influencia de la variable curso sobre la Empata..
Tabla 35. Influencia de la variable nota media sobre la Empata
Tabla 36. Relaciones del nivel de estudios de la madre en las subescalas del IRI.
Tabla 37. Relaciones del nivel de estudios del padre en las subescalas del IRI..
Tabla 38. Puntuaciones generales de la muestra en Conducta Prosocial..
Tabla 39. Relaciones del sexo en las subescalas del TISS..
Tabla 40. Medias y desviaciones tpicas del sexo en Conducta Prosocial..
Tabla 41. Influencia de la variable edad en las subescalas del TISS..
Tabla 42. Efecto de la variable nota media sobre la Conducta Prosocial
Tabla 43. Efecto de la variable curso sobre la Conducta Prosocial.
Tabla 44. Relaciones del nivel de estudios de la madre en las subescalas del TISS
Tabla 45. Medias y desviaciones tpicas de estudios de la madre en Conducta Prosocial.
Tabla 46. Comparacin entre grupos de estudios de la madre y CA.
Tabla 47. Relaciones del nivel de estudios del padre en las subescalas del TISS
Tabla 48. Medias y desviaciones tpicas de estudios del padre en Conducta Prosocial
Tabla 49. Comparaciones entre grupos de estudios del padre y CA..
Tabla 50. Correlaciones sobre las medidas de Empata.
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ndice de Grficas:
Grfica 1. Puntuaciones generales de la muestra en Competencia Social.
Grfica 2. Puntuaciones generales de la muestra en Empata...
Grfica 3. Puntuaciones generales de la muestra en Conducta Prosocial..
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220
230
ndice de Figuras:
Figura 1. Modelo terico propuesto de relaciones entre los constructos.
Figura 2. Primer Modelo Estructural...
Figura 3. Segundo Modelo Estructural...
14
240
243
244
Este estudio aparece distribuido en cuatro grandes bloques, que tratan de abordar
de manera suficientemente amplia el campo de estudio tanto en el mbito terico como
prctico. La primera parte del mismo es la conceptualizacin terica, centrada en una
revisin de la literatura en torno a la competencia social, la empata, la conducta
prosocial y las relaciones existentes entre estos constructos. Un segundo bloque recoge
todo lo referente a la metodologa de investigacin y las hiptesis iniciales. La tercera
parte constituye la presentacin de los resultados obtenidos. El cuarto y ltimo apartado
presenta el anlisis y discusin de las conclusiones derivadas de la investigacin, adems
de establecer una prospectiva de futuro para posibles lneas de investigacin que
puedan realizarse a posteriori.
Para finalizar, decir adems, que en el mbito personal siento una gran
satisfaccin ya que la realizacin de esta Tesis Doctoral me ha aportado madurez,
aprendizaje, constancia, en ocasiones desnimo pero siempre capacidad de
superacin. Y que llegado a este punto, con la investigacin terminada, siento una
inquietud que me dice que no he llegado a la meta, que no he alcanzado completamente
el sueo Si no que el camino sigue y se abre una puerta para continuar.
16
PRIMERA PARTE
MARCO TERICO Y CONCEPTUAL
17
CAPTULO I
LA COMPETENCIA SOCIAL
INTRODUCCIN
20
Mientras que la competencia social est siendo abordada desde diversos mbitos
psicolgicos y est abriendo nuevas lneas de investigacin, resulta paradjico que por
otro lado, incluso de manera alarmante, los casos de violencia han aumentado en los
ltimos aos, estas situaciones en muchas ocasiones pueden explicarse como una
competencia social deficitaria, lo cual ha supuesto que desde la psicologa se preste una
mayor atencin al estudio de las relaciones entre personas.
1.1.2 CONCEPTUALIZACIN
profesional como en el personal. Para Topping, Bremner y Holmes (2000), Daniel y Rojas
(2012), el concepto de competencia social consiste en tener y usar la habilidad para
integrar tanto el pensamiento, como el pensamiento y el comportamiento, para de esta
manera alcanzar el xito en sus manifestaciones sociales dentro de un contexto cultural
determinado.
Adems tal y como recogen Gilar, Miao y Castejn (2008), La competencia social
no es un atributo homogneo, sino una constelacin de pensamientos, habilidades y
comportamientos que varan de una situacin a otra. Tambin recogen de Topping et
al., (2000), la idea de que esto aplicado al contexto escolar, debera considerar que estos
comportamientos supondran el acceso con xito al currculum escolar, asociar las
necesidades personales y sociales, y el desarrollo de habilidades y actitudes transferibles
ms all de la escuela.
Adems se puede ejemplificar diciendo que los nios que por lo general no caen
bien a sus compaeros, que manifiestan agresividad y perturban las actividades de la
clase, que no pueden conservar buenas amistades con otros nios y que no pueden
establecerse en el grupo de sus compaeros, corren riesgos graves (Hartup, 1992, pg.
1). Adems, cuando un nio tiene relaciones sociales de calidad pudiendo mejorar su
competencia social tendr ms recursos para resolver los conflictos que puedan darse
tanto con profesores como con su grupo de iguales dentro de la escuela. Y el profesor
tambin debe incluir en su repertorio de actuacin el desarrollo de la competencia social
de sus alumnos (Navarro, Gregori y Jimnez, 2013).
23
Las distintas corrientes psicolgicas, desde sus bases fundamentales, han llevado
a cabo diversas aportaciones en el campo de estudio de la competencia social. Tal y
como recoge Pads (2003), las distintas disciplinas cientficas han enmarcado en sus
teoras el estudio de la competencia social. Hay que destacar brevemente los principios
y conocimientos que cada una ha aportado al objeto de estudio. Comenzando con la
Teora del Aprendizaje Social, se destaca a Bandura (1987). Este autor establece el
comportamiento social como el resultado de los factores ambientales y situacionales
con los procesos cognitivos y motivacionales de la persona. Los procesos relevantes que
afectan a la competencia social son el reforzamiento directo, el aprendizaje
observacional, el modelado, la autoeficacia y la autorregulacin del comportamiento,
entre otros. En conclusin, la actuacin social de la persona se ve determinada tanto por
variables extrnsecas como intrnsecas a la persona.
Por otro lado destacan las aportaciones de la Psicologa Social, que establecen
que aspectos como la comunicacin no verbal, la percepcin social o los roles son
procesos que inciden directamente en la competencia social y en cmo esta se
desarrolla. Desde este mbito de la psicologa y en relacin a la competencia social, se
hace referencia a los procesos interpersonales, en el sentido de que la autoapertura
hacia otros y la responsividad permiten establecer intimidad en las relaciones de
interaccin con otras personas. Por ello, la respuesta que dan los otros ejerce una
influencia sobre la propia interaccin social establecida entre los individuos, pero
tambin en la competencia social (Laurenceau, Feldman y Pietromonaco, 1998).
aportaciones que en este campo se han hecho desde la Terapia de Conducta. Desde
estos planteamientos destacan los estudios de Skinner (1963), el cual constat que los
aspectos cognitivos de la persona contribuyen a explicar los comportamientos sociales.
Desde esta perspectiva tambin se ha aportado un marco metodolgico til en cuanto
a tcnicas de anlisis del comportamiento social.
Este modelo ha sido sometido a diversas crticas ya que se consideraba que no era
lo suficientemente amplio y se sugera un desarrollo ms completo. Desde las diferentes
revisiones tericas se reclamaba la inclusin de aspectos cognitivos y afectivos. De estas
propuestas se establecieron las bases para la aparicin de los modelos interactivos, que
explican el comportamiento social como el resultado de la interaccin de factores
personales y ambientales.
Son muchos los autores que han tratado de explicar el comportamiento humano
bajo la perspectiva del Aprendizaje Social, aunque este punto se va a concretar en las
aportaciones de Bandura. Conviene destacar que los planteamientos de esta corriente
psicolgica son muy relevantes para comprender el comportamiento social, aunque
Bandura realmente no propusiera un modelo de competencia social. Para este autor, la
imitacin tena lugar an sin un incentivo que la reforzara, demostrando que el
aprendizaje observacional se produce en todo tipo de situaciones, incluso cuando la
accin es castigada (Bandura 1987). Este autor destaca la importancia de la observacin
del comportamiento humano, y la interrelacin de las personas con su contexto, que
favorece la consolidacin o rechazo de determinados comportamientos.
26
Tal y como recoge Pads (2003), las personas no se dedican a realizar una simple
imitacin de la conducta observada, sino que son capaces de extraer reglas generales y
aplicables a diferentes situaciones, sabiendo ponerlas en prctica cuando la situacin lo
requiere. En palabras de Bandura el funcionamiento psicolgico se explica por una
continua y recproca interaccin entre factores determinantes personales y
ambientales (1987, p. 19). As pues, este autor consider en su modelo los factores
personales, los factores ambientales y tambin las expectativas de fracaso o xito. Por
lo tanto, aunque las personas son capaces de controlas sus conductas debido a factores
externos tambin son capaces de hacerlo bajo su propio refuerzo.
Desde este modelo, McFall (1982), establece una distincin conceptual entre la
competencia social y las habilidades sociales. La competencia social es un trmino
evaluativo, basado en un juicio que permite valorar si una persona ha realizado una
conducta adecuada. Estos juicios se pueden fundamentar en las opiniones de las
personas significativas para el individuo, o en la comparacin con otras experiencias. Sin
embargo, las habilidades sociales son consideradas como un conjunto de
comportamientos de los que la persona dispone y pueden llegar a predecir respuestas
sociales. Por ello, mientras las habilidades sociales constituiran comportamientos
concretos, la competencia social ser el juicio hecho sobre esas acciones, es la
aportacin clave de McFall. El modelo se compone de tres categoras de habilidades:
Para concluir este apartado, decir que tanto el modelo de McFall como el de
Trower aportan una explicacin de la respuesta social bajo el paradigma interaccionista.
En ambos la persona juega un papel activo en el que procesa informacin para alcanzar
una meta social de manera ajustada a su ambiente. Dichos modelos sitan como
elemento importante la concatenacin de sucesos cognitivos encaminados a resolver
una situacin de interaccin social. Desde este enfoque, Caballo (2002), afirma que la
persona no slo interacciona con el ambiente, sino que tambin hace una seleccin de
las situaciones en las que decide actuar. Esta accin reciproca es la que constituye el
modelo interaccionista y es el marco terico actual para la investigacin de este campo
de estudio.
La competencia social va ms all de tener una cierta destreza social, esta incluye
ser capaz de comprender la situacin de relacin interpersonal para inferir las prcticas
ms adecuadas en cada situacin. Por ello, es muy importante que las personas
dispongan de contextos facilitadores de poner en prctica estas capacidades. Aunque
como se ha dicho, tambin se deben considerar las caractersticas o componentes
individuales de los que disponen las personas para relacionarse socialmente. A
continuacin aparecen de manera detallada. En cualquier caso, cuando se hace
referencia a la competencia social, se han de considerar los componentes aqu descritos,
y tenerse en cuenta en cada situacin de interaccin social. Desde estos planteamientos
se va a seguir la clasificacin de la competencia social realizada por Lazarus (1973) que
estableci desde la prctica los componentes siguientes: conductual y verbal, cognitivo,
fisiolgico y situacional.
Las investigaciones llevadas a cabo por Caballo y Buela (1988a, 1988b, 1989),
muestran que los elementos verbales y no verbales referentes al tiempo de habla, la
mirada y las pausas dentro de la conversacin eran factores, cuya evaluacin (segn su
frecuencia) diferenciaba entre personas con una habilidad social baja, media o alta.
En este sentido, citando a Pads (2003) Parece estar claro que las situaciones y
los ambientes influyen en los pensamientos, sentimientos y acciones de los individuos.
La persona busca algunas situaciones y evita otras. El modo cmo selecciona las
situaciones, los estmulos y acontecimientos, cmo los percibe y evala en sus procesos
cognitivos forma parte de esta dimensin cognitiva y depende de los procesos cognitivos
o expectativas de autoeficacia percibida. El procesamiento y la percepcin e
interpretacin pueden ser errneos influyendo negativamente sobre la conducta
desencadenando emociones negativas y conductas inadaptadas o inexistentes. Todo
ello supone una influencia del componente conductual sobre la competencia social.
33
Los elementos que Valls y Valls (1996) recogen como parte del componente
cognitivo de la competencia social son: la competencia cognitiva, las estrategias de
codificacin y constructos personales, las caractersticas personales, las expectativas
conducta-resultados y los valores. Estos elementos influirn en el tipo de competencia
social que una persona desarrolle.
1.4.1 APRENDIZAJE
36
Recientes investigaciones (Del Prette y Del Prette, 2013) reconocen que tanto el
aprendizaje como el desarrollo de la competencia social, se producen de manera natural
mediante las interacciones que se producen en la vida de la persona. Son en este caso
el contexto familiar y escolar junto con las experiencias de relacin con los iguales
determinantes en este aspecto. Y es por ello que pueden producirse problemas
conductuales y trastornos psicolgicos derivados de dficits del desarrollo en estos
mbitos cuando se producen prcticas desfavorables en este sentido.
investigacin. S que se va a tratar por otro lado, de establecer la relacin existente entre
un aspecto del desarrollo cognitivo como es la inteligencia emocional con la
competencia social. Por ello, en este punto se va a tratar de analizar las relaciones que
se dan ms concretamente, durante la adolescencia entre la competencia social y la
inteligencia emocional. La literatura en este campo reconoce la importante influencia
de la inteligencia emocional en la competencia social (Morales y Zafra, 2013).
Lo cierto es que aunque en los ltimos aos se han tratado de establecer mltiples
definiciones de este concepto, siguiendo a Jimnez y Lpez (2009), se puede afirmar que
todas comparten el planteamiento de que el factor emocional es un elemento
38
fundamental para dar explicacin a cmo funcionan los sujetos en los distintos mbitos
de su vida (Mikolajczak, Luminet y Menil, 2006). Esto ira en contra de las propuestas
racionalistas extremas que establecen que cognicin y emocin son elementos
totalmente opuestos (Mayer, Roberts y Barsade, 2008).
De esta manera el contexto acta sobre los factores de riesgo de dos maneras
distintas (Soriano y Soriano 1994), ya que es capaz de actuar de manera protectora ante
componentes de riesgo porque proporciona un sistema de apoyo, normas y valores que
contribuye a la afirmacin positiva del individuo. Y por otro lado, si no se da esta
proteccin ante situaciones de riesgo quedar debilitado por elementos sociales y
econmicos hostiles, incluso por procesos de exclusin social que le pueden conducir a
establecerse en culturas marginales (Roberts, Garritz y Kearney, 1990).
Cada contexto social tiene unas normas y valores que rigen las relaciones sociales
que se dan en l. La evaluacin de sus caractersticas es una lnea de investigacin
interesante en este mbito ya que puede contribuir a interpretar de manera ms precisa
las diferencias que se hallan entre los adolescentes que pertenecen a distintos contextos
socioculturales.
Adems son capaces de planificar con antelacin aquello que resulte necesario
para alcanzar la solucin que han elegido ante una dificultad y pueden prever los
posibles obstculos con los que se pueden encontrar a lo largo de su realizacin. Esto
hace que las personas con una elevada competencia social muestren un mayor grado de
satisfaccin personal con el ambiente en el que se desenvuelven y consigo mismas,
adems de ser socialmente ms aceptadas por los dems.
43
Democrtico: Estos padres dotan a sus hijos de una competencia social mayor. Se
caracterizan por ejercer la disciplina con control, afecto y suavidad. Muestran
coherencia y firmeza en sus normas, ejercen apoyo emocional a sus hijos, les expresan
su afecto de manera evidente y les ensean habilidades sociales.
44
Autoritario: Los progenitores que transmiten este estilo de crianza a sus hijos
fomentan que se trate de nios impulsivos, agresivos, que son rechazados por sus
iguales debido a que tratan constantemente de salirse con la suya y dominar. Estos
padres muestran una relacin con una fuerte exigencia inflexible en las normas,
imponen el castigo fsico para hacer prevaler su autoridad y carecen de un suficiente
afecto y comunicacin (Putallaz y Helfin, 1990).
Permisivo: Los padres que mantienen con sus hijos este estilo educativo incentivan
que estos nios tengan dificultades por interiorizar las normas y a regular sus impulsos
por lo que se muestran agresivos con sus iguales. Estos padres destacan por mostrar un
comportamiento excesivamente indulgente, donde no les exigen cumplir normas ni
establecen un control sobre la conducta de sus hijos.
En este mbito, aunque si bien es cierto que la influencia del estilo educativo de
los padres es obvio, tambin desde algunos sectores de la investigacin se han realizado
crticas a este planteamiento, recogiendo que existen otro tipo de factores que deben
considerarse y que afectan al proceso de desarrollo de la competencia social, como
podra ser la gentica. En esta misma lnea, se pueden destacar los estudios de Caspi
(2001) y Loehlin (1992), que estudiaron la influencia de la gentica en los rasgos de
personalidad y como junto con los factores ambientales establecen los rasgos
psicolgicos del nio y su desarrollo.
45
Teniendo en cuenta todo esto se puede citar a Viguer y Serra (1996, p. 197) que
recogen de manera significativa la influencia familiar y los factores que inciden en el
desarrollo del nio.
Diversos estudios han constatado la influencia que ejerce el clima familiar sobre la
adaptacin social y personal. Concretamente durante la adolescencia, aquellos
adolescentes que han pasado por unos conflictos parentales elevados han mostrado una
baja autoestima y una deficiente adaptacin social incluso aunque la situacin
conflictiva hubiera ocurrido hace aos (Shek, 1997).
46
Estos investigadores apuntan a que esto puede deberse a que las madres que son
ms extrovertidas exponen a sus hijos a ms situaciones sociales que impliquen la
relacin con otras personas y se desenvuelven mejor en contextos sociales, mientras
que madres menos extrovertidas propiciaran menos situaciones de aprendizaje social
e interaccin a sus hijos. Kochanska y Radke (1992), constataron que las madres
depresivas a menudo tienen hijos tmidos o inhibidos, esto podra deberse a que el
estado de depresin genera dificultades para el cuidado de los hijos y la realizacin de
las actividades diarias. Adems, los nios perciben una conducta de rechazo, temerosa
o pasiva que puede ejercer una influencia de modelo de conducta.
A MODO DE CONCLUSIN
Aunque la competencia social, ha sido objeto de estudio dentro de la psicologa
desde principios del siglo XX, es en la actualidad cuando est tomando un verdadero
protagonismo, tal y como demuestra la abundancia bibliogrfica durante los ltimos
aos, y es que sus posibilidades de aplicacin prctica son enormes. Siguiendo en el
mbito acadmico, son muchos los estudios que estn apareciendo apuntando a que la
competencia social establece beneficios para el xito acadmico y el acceso al
currculum, adems de la incipiente necesidad de fomentar comportamientos cvicos en
el contexto escolar. Por todo esto, se concluye que el desarrollo de la competencia social
puede ser uno de los medios que contribuyan no slo a solucionar los conflictos de
convivencia, sino tambin a potenciar unas verdaderas relaciones humanas.
47
Por ltimo, destacar las aportaciones que diversas corrientes han aportado al
estudio de este constructo, pero especialmente hay que considerar como aspecto
renovado las ltimas aportaciones hechas desde la neurobiologa. El conocimiento en
torno a cmo se establecen los diferentes sistemas y estructuras neuronales en relacin
a la competencia social abre un nuevo e interesante campo de investigacin a tener en
cuenta
48
CAPTULO II
LA EMPATA
INTRODUCCIN
49
Por ello, en este apartado se van a considerar las diferentes aportaciones que han
llevado a cabo en este sentido algunos autores de referencia como Hoffman o Kohlberg,
recientes estudios en torno a las neuronas espejo y otras investigaciones relevantes en
este mbito.
2.1.1 DEFINICIN
50
Este nuevo enfoque que surgi con Davis en los aos ochenta promovi la
realizacin de diversos estudios dirigidos a evidenciar la relacin entre estos dos
componentes (cognitivos y afectivos). De estas investigaciones se obtuvieron resultados
dispares, en algunos casos se constataba esta relacin y en otra su independencia.
Desde un punto de vista multidimensional, al abordar el anlisis de la empata se ha de
tener en cuenta diversos componentes como los cognitivos y los emocionales, ya que
estos se relacionan con la conducta prosocial.
Algunos autores como Carlo, Raffaelli, Laible y Meyer (1999), Richau de Minzi,
Lemos y Mesurado (2011); han planteado que los individuos con mayor empata hacia
los otros son menos agresivos ya que comprenden las consecuencias negativas de estas
acciones para s mismos y para los dems, por tanto, la empata se relaciona
positivamente con la conducta prosocial. En cuanto a las diferencias de sexo, las mujeres
manifestaron menores niveles de agresividad y mayor disposicin emptica.
51
Titchener (1920)
Rogers (1959)
Hogan (1969)
Mehrabian y
Epstein, (1972)
Rogers (1979)
Davis (1983)
Hoffman
(1990)
Una respuesta afectiva ms acorde con la situacin de otro que con la de uno
mismo.
Eisenberg y
Strayer (1992)
Batson, Fultz y
Schoenrade
(1992)
Barnett (1992)
Thompson (1992)
Strayer (1992)
52
Bryant (1992)
Eisenberg y
Miller (1992)
Davis (1996)
Conjunto de constructos que incluyen los procesos de ponerse en el lugar del otro
y respuestas afectivas y no afectivas
Hoffman (2002)
Gallagher y Frith
(2003)
Mestre,Samper
y Fras (2004)
Eisenberg, Zhou,
Spinrad, Valiente,
Fabes y Liew
(2005)
Snchez, Oliva y
Parra (2006)
Hernndez (2013)
puede no ser suficiente, ya que se requiere conocer a las otras personas y no realizar
solo suposiciones. Por tanto, una de sus aportaciones ms importantes es la de la
integracin del afecto y la cognicin en el proceso de empata con un matiz evolutivo.
Que una experiencia emptica tenga mayor o menor calidad variar en funcin de las
atribuciones personales que cada individuo establezca de manera espontnea ante el
malestar o bienestar de otros. Hoffman trata de establecer la relacin consistente entre
el afecto y la cognicin afirmando: mi argumento es que un principio moral puede
convertirse en algo ms que una abstraccin y puede realmente pasar a formar parte
del sistema de motivos morales del individuo si est cargado de afecto emptico
(Hoffman, 1991:108).
Aunque se considera que la empata surge como una respuesta casi espontnea
es cierto que puede desarrollarse de manera ms diversa. Cuando una persona tiene un
grado de desarrollo como pueda ser el de un adulto es capaz de distinguir entre uno
mismo y los otros. As dispone de la capacidad de realizar las atribuciones y juicios que
modulan su afecto emptico y es consciente que esto se debe a que es capaz de ponerse
en el lugar de la otra persona y de sus sentimientos. De este desarrollo cognitivo y afecto
emptico, Hoffman identifica cuatro niveles de malestar emptico:
3. La empata con los afectos de otro: Junto con el desarrollo del lenguaje y cuando
el nio tiene alrededor de tres aos, su nivel de desarrollo evolutivo le permite activar
la empata hacia otra persona aunque no la tenga presente. De esta manera comienza a
empatizar con emociones cada vez ms complejas.
4. Empata con la situacin vital de otra persona: este nivel supone que el nio, al
final de su infancia, es capaz de llegar a la comprensin de que lo que los otros sienten
puede ser mediato en su vivencia a lo largo del tiempo. Poco a poco podr incluso llegar
a empatizar con un grupo, establecindose as las bases psicolgicas para el desarrollo
de ideologas, esto se ve acentuado durante la adolescencia debido al fuerte carcter
motivacional de esta etapa del desarrollo.
55
El desarrollo del razonamiento moral planteado por Kohlberg forma parte de una
secuencia en la que tambin participan el pensamiento lgico y la habilidad para tomar
la perspectiva de los otros. El pensamiento lgico se establece primero y posteriormente
se establece el razonamiento moral. Esto es as porque es necesario cierto nivel de
abstraccin para tener en cuenta las relaciones que se dan entre diversos sistemas. Para
Kohlberg, el nio o el adolescente tambin progresan paralelamente en su capacidad
para ponerse en el lugar del otro (Prez y Fuentes, 1997:24). Este desarrollo moral al
que hace referencia se establece dentro de una secuencia invariante, irreversible y
consecutiva, de manera jerrquica y teniendo en cuenta que una estructura cognitiva
superior supera a los estados anteriores.
1. Nivel Preconvencional: en este nivel en el cual las normas son una realidad externa,
por lo tanto el individuo responde a las normas culturales y etiquetas de bueno y
malo. Estas normas se respetan slo atendiendo a las consecuencias de la accin
o del poder de quienes las establecen.
2. Nivel Convencional: los individuos en este nivel viven identificados con el grupo; se
quiere responder favorablemente en las expectativas que los otros tienen de ellos
(familia, grupo o nacin) no por las consecuencias inmediatas. Se identifica como
bueno o malo aquello que la sociedad as lo considera y con las personas o grupos
involucrados en ello.
3. Nivel Postconvencional: en este nivel el individuo trata de establecer los principios
y valores morales vlidos, al margen de la autoridad, de los grupos e incluso de su
propia identificacin con los grupos. Es el nivel de comprensin y aceptacin de los
principios morales generales que inspiran las normas, esto supone que los principios
racionalmente escogidos pesan ms que las normas. Los estudios de Zerpa y
Ramrez (2013) revelan que un mayor desarrollo moral en este nivel se asocia con
mayores niveles de empata.
56
Durante el siglo XX, psiclogos y neuropsiclogos han estudiado por qu los seres
humanos saben qu piensan, o cmo se sienten otras personas. Sin embargo, hoy en
da, ya se conoce que todo esto se debe a unos grupos de clulas que establecen un
vnculo con otras personas a nivel emocional y social, son las neuronas espejo. Fue en
la universidad de Parma donde Giacomo Rizzolatii junto con un grupo de neurofisilogos
identific por primera vez este tipo de neuronas. Este equipo se especializ en el estudio
del rea F5, que destaca por codificar comportamientos motores especficos de la mano
con la intencin de ayudar a recobrar estas funciones en personas con dao cerebral.
Tal y como recoge Iacoboni (2009), tras ms de veinte aos de investigaciones, el grupo
de Parma constat que ver realizar diversas acciones, es hecho suficiente para que se
activasen estas clulas cerebrales, esto supone nuevas formas de comprensin debido
a que es una neurona perceptiva.
58
Sin embargo, aunque todas las personas poseen un sistema de neuronas espejo
existe un amplio rango de diferencias individuales en cuanto a la capacidad de
comprender a otros seres de nuestra especie. Esto puede darse en su vertiente
patolgica, como la esquizofrenia, el sndrome aptico o el autismo, entre otros.
Siguiendo a Moya et al., (2010), las habilidades cognitivas y sociales permiten a los
sujetos a relacionarse e interactuar con su ambiente social de manera ajustada. Un error
en algunos de los elementos de su cognicin social, pueden llevar a una persona a
percibir de manera menos efectiva todo su ambiente, terminando con su retirada social.
La cognicin social es crtica para el funcionamiento del individuo en comunidad, por
ello tiene gran inters la identificacin de los sustratos neuronales que se dan o que
faltan en componentes de esta cognicin, como es la empata.
Para finalizar, se podra afirmar, que es cierto que toda la capacidad cognitiva
social y los comportamientos sociales complejos derivados de la interaccin humana no
pueden ser explicados en su totalidad por las neuronas espejo. Sin embargo, existe un
nuevo campo de investigacin en cuanto al dficit de este sistema en algunas patologas
como el autismo y a su vez en las consecuencias sociales positivas que podra suponer
la activacin de este sistema neuronal.
60
61
Por otro lado estas diferencias respecto de los hombres no son tan evidentes
cuando se meda la empata a travs de situaciones artificiales e hipotticas. Las
diferencias sexuales reveladas por la utilizacin de uno u otro tipo de instrumento
pueden deberse "a diferencias en la normativa social sobre los roles sexuales, que hace
ms adecuado para las mujeres manifestar tanto sentimientos de enfado y ansiedad
como sentimientos de ternura y compasin" (Batson, Fultz y Schoenrade, 1992, 193).
63
Tabla 2. Modos hipotticos de excitacin afectiva emptica (Hoffman, 1990: 154; 1992:62)
Automtica-no voluntaria
B.
1.
2.
3.
64
Hoffman establece con este esquema un proceso evolutivo que refleja diferentes
momentos de desarrollo de la empata, pero sin que estas etapas lleguen por ello a
constituir una secuencia estricta. Por su parte Mestre et al., (1998) constatan que el
desarrollo cognitivo del sujeto que en definitiva posibilita el valorar los hechos ms all
de la situacin concreta, las consecuencias positivas o negativas para otros, el combinar
con el afecto los principios de igualdad o justicia, modula el carcter moral de las
decisiones y tendencias conductuales. Para empezar, hay que considerar que estas
formas de excitacin afectiva de la empata pueden ser una respuesta cuando se est
presente ante el malestar de otra persona. Adems la empata puede ser
autorreforzadora, de manera que cuando alguien siente malestar y empatiza con el
sufrimiento de otro, puede darse una conexin mayor y tambin una respuesta
emptica. Aumentando las posibilidades de empatizar con otras personas en el futuro.
Aunque la empata aparece en las personas de una manera universal, no sucede
de la misma manera en nios que en adultos. Mientras que de mayores se es capaz de
65
ponerse en el lugar de otra persona conociendo lo que le sucede, los nios no pueden
superar su egocentrismo y activar la empata sin el conocer en primera persona lo que
a otro le ocurre. Es por esto que el afecto emptico corresponde al desarrollo de un
sentido cognitivo de las dems personas. El afecto emptico se experimenta de manera
diferente a medida que el nio va atravesando estos niveles. Este desarrollo
sociocognitivo y de afecto emptico da lugar a cuatro niveles evolutivos de malestar
emptico (Hoffman, 1990-1992):
1. Empata global: los nios muy pequeos pueden sentir malestar emptico a
partir de la mmica, la asociacin directa, antes de adquirir un sentido de los otros como
entidades distintas de uno mismo. Durante el primer ao, el observar a alguien
sufriendo puede dar lugar a una respuesta de malestar emptico global, el nio puede
actuar como si lo que le ha ocurrido a otro le ocurriera a l mismo.
3. La Empata con los afectos de otro: entre los 2-3 aos con el inicio de la adopcin
de roles y con el desarrollo del lenguaje el nio puede empatizar con emociones cada
vez ms complejas y puede activar la empata a partir de la informacin sobre el
malestar de alguien aunque esa persona no est presente.
nio desarrolla la capacidad de formar conceptos sociales puede tambin empatizar con
las dificultades de todo un grupo. Este nivel emptico puede proporcionar una base
motivacional para el desarrollo de ciertas ideologas morales o polticas, especialmente
en la adolescencia.
Para Hoffman existe una semejanza entre los sentimientos y afectos con los
pensamientos, principios morales y comportamentales. Sera razonable imaginar que
en el curso de desarrollo de una persona, los afectos empticos se irn asociando
significativamente con principios morales, de modo que cuando surja una afecto
emptico en un encuentro moral, ste activar los principios morales. Entonces los
principios, junto con el afecto emptico, podrn guiar el juicio moral, la toma de
decisiones y la accin del individuo. En algunos casos la secuencia puede quedar
invertida; el principio puede activarse primero y luego provocarse su afecto emptico
asociado (Hoffman, 1992:71).
Hoffman sostiene una teora que plantea la idea que desde el nacimiento el nio
es capaz de experimentar un estado de afliccin personal en respuesta a la afliccin de
otros. Mientras las habilidades cognitivas del nio se desarrollan con la edad, as como
tambin los sentimientos de simpata y la toma de roles, disminuyen la capacidad de
afliccin personal. Esto tiene que ver con la capacidad emptica y no con tendencias.
67
A pesar que la habilidad cognitiva del percibir puede ser condicin necesaria para
la empata, no es suficiente, ya que esta requiere que el percibir como una actividad
cognitiva que se basa en gran medida en el conocimiento de los otros y de sus
circunstancias, y no meramente una suposicin.
a) Variables Cognitivas
Se hace necesario contemplar en este apartado las variables cognitivas que estn
relacionadas con la empata. Una de estas variables destacable en relacin con la
empata es la capacidad para resolver positivamente los conflictos. Si bien es cierto, la
mayor parte de los estudios que establecen esta relacin que se encuentran estn
aplicados en poblacin adolescente. Un estudio reciente de Garaigordobil y Maganto
(2011), muestra como los nios y nias que muestran elevados niveles de empata
correlacionan positivamente en la capacidad de resolver conflictos, y los adolescentes
ms empticos adems de esto tambin mostraban pocas conductas agresivas y muchas
estrategias cooperativas. En esta lnea de investigacin apuntan a los mismos resultados
las aportaciones de Loinaz, Echebura y Ullate (2012) y McPhedran (2009).
68
con la
b) Variables Emocionales
70
Por otro lado, otros estudios que plantean investigaciones en otra direccin
constatando que cuando se da una elevada autoestima escolar disminuye la violencia
del entorno educativo y fomenta unas relaciones interpersonales armoniosas (Martnez
et al., 2008).
c) Variables Sociales
72
Sin embargo, aunque la literatura existente sobre este punto permite afirmar que
las diferencias individuales puedan ser
de
Todo ello remarca la necesidad de continuar ampliando los estudios sobre los
distintos componentes de la empata con la intencin de aunar resultados que permitan
establecer tcnicas depuradas que favorezcan tanto su delimitacin como su estudio en
relacin a otros constructos. Desde aqu se quiere destacar la importancia de considerar
su apertura a nuevos campos de estudio como el de la neurociencia, que est abriendo
numerosas lneas de investigacin, como las neuronas espejo, en relacin a qu
elementos estn implicados en el proceso emptico. Con ello, e integrando las distintas
perspectivas, ser posible alcanzar la finalidad de la investigacin de este constructo
desde una clave psicolgica. Es decir, una aproximacin lo suficientemente integradora
para poder comprender la empata.
reducida, para lo cual contaron con la colaboracin y supervisin del autor del
instrumento, tras estas actuaciones Mestre et al., (2004), llegan a las siguientes ideas:
A MODO DE CONCLUSIN
75
CAPTULO III
LA CONDUCTA PROSOCIAL
INTRODUCCIN
3.1.1 CONCEPTO
Por otra parte para Roche la prosocialidad y el altruismo son dos cosas
equiparables, define la prosocialidad de la siguiente manera: aquella tendente a
ayudar, beneficiar a otra persona o grupo de personas sin que exista previamente una
recompensa exterior anticipada. Estas acciones a veces suponen coste, riesgo o
autosacrificio. Comprende muchas conductas: generosidad, ayuda en la pena o apuro,
compartir presiones, donacin, cooperacin y en general la participacin en actividades
tendentes a mejorar el bienestar de los dems reduciendo las injusticias sociales, las
desigualdades y la violencia (Roche 1982:102).
79
3.1.2 TIPOLOGA
81
Otra clasificacin es la que aporta Roche (1998), en la que a partir de las categoras
establecidas inicialmente por Strayer, Wareing (1979) y Zahn, Radke, King (1979),
elabora un amplio conjunto de categoras de comportamientos prosociales son los que
aparecen en la Tabla 3:
Tabla 3. Comportamientos Prosociales. Roche (1998).
1. Ayuda fsica: Una conducta no verbal que asiste de manera fsica a otros, quienes
adems aprueban dicha conducta para la consecucin de un objetivo.
2.
Servicio fsico: Esta conducta hace que quien recibe la accin no tenga que
desarrollar una accin fsica para la consecucin de un objetivo.
3.
4.
Ayuda verbal: Consiste en dar una explicacin verbal a otras personas a quienes les
resulta til y deseable para alcanzar una meta.
5.
82
Se puede adems nombrar los estudios de Buck y Ginsburg, (1991, p. 157) donde
argumentan que las conductas prosociales y el altruismo se basan en las experiencias
sociales vividas durante las distintas etapas de su desarrollo. Resulta relevante de la
aportacin de estos autores la idea de que aunque no se evidencia que la conducta
prosocial pueda deberse a la gentica, proponen que pueda deberse a una derivacin
de la conducta social basada en vnculos sociales y de comunicacin.
Desde las aportaciones ms clsicas de esta corriente se encuentra con que Freud
opina que desde el principio de placer y de autosatisfaccin se explicara el origen de las
conductas, explicando de esta manera el origen de la conducta prosocial en relacin al
desarrollo del control de impulsos, el del Yo y el de conciencia moral o Super-Yo. Dentro
del psicoanlisis el hombre nace con deseos que tiende a satisfacer, slo posteriormente
cuando se interiorizan las normas sociales y se impone el principio de realidad, el nio
establece su conciencia moral y es capaz de ser prosocial.
85
Por su parte, Bandura (1977, 1986/1987), como terico del aprendizaje social,
cuestiona la focalizacin exclusiva en los estmulos externos que ignora los mecanismos
cognitivos del aprendizaje social. Considera que la adquisicin de conductas prosociales
y del razonamiento moral es el resultado de proceso que se da en situaciones de
aprendizaje social donde influyen factores internos y externos.
a) El Refuerzo
Diversos estudios sobre conducta prosocial concluyen que hay una mayor
posibilidad de que estas conductas tengan lugar en ambientes en los que se produzca
una recompensa cuando suceden. Para los nios, se puede contar como refuerzos
externos efectivos los afectivos, sociales y materiales, siendo los contextos ms
habituales el escolar y familiar. Existen adems refuerzos internos dirigidos hacia el
autorrefuerzo y la evitacin de consecuencias negativas como la culpa o el sentimiento
de malestar que supone empatizar con otra persona. Se ha demostrado la eficacia del
refuerzo para favorecer la conducta prosocial los principios de modificacin de
conducta han sido aplicados con resultados impresionantes para aumentar la
cooperacin en los nios (Roche 1982:108). Tambin es posible aumentar la conducta
prosocial a travs de refuerzos negativos que disminuyan las conductas no prosociales.
86
b) Los Modelos
Diversas investigaciones en este campo han reafirmado la idea de que los modelos
prosociales promueven la realizacin de estas conductas, siendo ms fcil cuando existe
una identificacin del observador con el modelo de conducta prosocial. De esta manera
el observador lo reconoce competente y se manifiesta de la misma manera, esto se
observa tanto en situaciones experimentales como en ambientes naturales, segn los
estudios de, RadkeYarrow y ZahnWaxler (1984) y de Eisenberg (1986). Las
caractersticas que debe tener un modelo para promover conductas prosociales segn
Roche (1982) son el poder y la afectividad, tambin tendran una influencia positiva la
verbalizacin de los efectos positivos que siguen a los actos prosociales. Adems, cuanto
ms hace referencia a refuerzos internos el modelo, sus efectos son ms duraderos.
a) El Intercambio Social
Esta teora plantea que solo se presentan conductas de ayuda hacia otras personas
cuando se anticipa un beneficio, y siempre que ste sea mayor al coste. Ambos son
subjetivos, ya que cada persona los medir en relacin a sus experiencias, necesidades
individuales y recompensas esperadas. Si bien es cierto que muchas investigaciones han
contrariado estas afirmaciones al comprobar que la frecuencia de la conducta prosocial
aumenta cuando se manifiesta la aprobacin social. Desde este planteamiento el
intercambio social ser siempre positivo.
87
El planteamiento sobre cuando aparece una conducta de ayuda, es que esta ayuda
se da para cumplir con las normas sociales que establece el grupo social, por eso se
manifiestan conductas de ayuda sin obtener un beneficio directo, lo hacen porque se
debe ayudar a los dems. Las normas sociales ms relacionadas con la conducta
prosocial son: la reciprocidad y la responsabilidad social. La reciprocidad o equidad,
afecta en la manera en que se percibe si la otra persona ser capaz de devolver la ayuda
en algn momento de la vida. La responsabilidad social, supone la idea de que se debe
prestar ayuda a quien la necesita, sin que por ello se esperen intercambios futuros. Esta
responsabilidad se considera universal, aunque se aplica de manera selectiva en funcin
de las atribuciones.
Para concluir con este apartado se expondr que las diferentes corrientes
psicolgicas plantean explicaciones distintas para una misma conducta, la prosocial y
altruista. Casi todos estn de acuerdo en que una persona acta de manera prosocial
esperando algn tipo de beneficio personal, las diferencias se establecen en el tipo de
beneficio. Coinciden en gran medida tambin en la idea de que el altruismo puro no
existira ya que en cualquier conducta de ayuda existira la espera de un beneficio
propio, como forma de egosmo. Aun as para algunos autores de la perspectiva
cognitivo-evolutiva y etolgica, las conductas prosociales pueden llegar a ser altruistas,
y hacerlo con una motivacin que no sea el beneficio esperado. El punto de encuentro
entre ambos planteamientos residira en que estas conductas de ayuda estn inmersas
en un proceso de socializacin y que se encuentran en todas las culturas.
Diversos estudios sobre la conducta prosocial (Carlo, et al., 1999) han estudiado el
efecto que tiene en su desarrollo las variables contextuales, confirmando la importancia
del contexto social. En este desarrollo influyen mltiples factores como los culturales,
los escolares y los cognitivo, su configuracin es compleja.
88
a) El Sexo
Tal y como recoge Guijo (2003), las diferencias manifiestas que se encuentran
entre las conductas prosociales realizadas por nios y nias pueden deberse a distintos
niveles de desarrollo, diferentes tipos de interaccin con los padres, los estereotipos y
roles sociales e incluso el instrumento utilizado para su medicin.
b) La Edad
La Toma de Perspectiva
En este punto se van a poder considerar las variables afectivas que estn
relacionadas con la conducta prosocial, tales como la empata, la culpabilidad, el estado
emocional y la inteligencia emocional.
Empata
Diversos estudios (Carlo, Roesch y Melby, 1998; Estrada, 1995), hallan en nios,
adolescentes y adultos la existencia de relacin entre empata disposicional y
comportamiento prosocial. As las personas empticas mantienen conductas altruistas
y limitan su agresin personal hacia los dems. (Hoffman, 1987, 1989; Bandura, 1987;
Batson y Coke, 1981). De su investigacin, Mestre, Samper y Fras (2002) concluyen:
Lo cierto es que muchos estudios muestran que las personas empticas son
capaces de comprender las consecuencias negativas de la agresin para s mismos y para
los dems y por ello son menos agresivos. Por ello se encuentran correlaciones positivas
de la empata con la conducta prosocial y correlaciones negativas con la conducta
agresiva (Carlo, Mestre, Samper, Tur y Armenta, 2010a; Del Barrio et al., 2009, Mestre,
Samper, Tur, Richau de Minzi y Mesurado, 2012).
Sentimientos de culpa
94
Estado emocional
Otros investigadores plantean en sus estudios como Piliavin y Piliavin (1972) que
desde la observacin cuando una persona es testigo de la situacin de desgracia de otra
se ve egostamente motivado a ayudarle y reducirlo ya que le crea a l un malestar
personal. La explicacin de esto tendra lugar en dos fases. En un primer momento se
produce una activacin ante la situacin negativa que est viviendo una persona, si se
produce una emocin positiva no se ver motivado a reducirla mientras que si se trata
de una emocin negativa estar motivado a ello para disminuir su propio malestar. La
segunda fase hace referencia a un clculo que lleva a cabo al individuo respecto a los
costos o beneficios que le va a suponer su actuacin, de esta manera decidir si actuar
o no y tambin ser capaz de valorar las posibles alternativas antes de tomar la decisin
de realizar una conducta prosocial.
Inteligencia emocional
Tal y como recogen Gilar, Miao y Castejn (2008), desde el mbito de la psicologa
se pueden encontrar dos concepciones diferenciadas en cuanto a inteligencia
emocional. Por un lado estn los planteamientos de que es una capacidad para entender
y percibir la informacin emocional, defendido por Mayer, Caruso y Salovey (2000), por
otro lado se la considera un concepto diferenciado del cociente intelectual, resultado de
una combinacin de atributos de personalidad y competencias personales, tal y como
afirman Bar-On (2000) y Goleman (1998). Diversos autores destacan la importancia de
la conducta prosocial vinculada a la regulacin emocional, incidiendo en la capacidad
que tienen las personas para llevar a cabo un proceso evolutivo en el que son capaces
de modular sus razonamientos y emociones, lo cual marca una tendencia de los sujetos
96
a actuar responsablemente teniendo en cuenta no solo sus propias necesidades sino las
del entorno ambiental y la sociedad en general (Jimnez y Lpez, 2013; Mart Noguera,
Mart-Vilar, Puerta, 2011; Mavroveli y Snchez, 2011; Batson, 2009).
c) Variables Motivacionales
Reforzamiento positivo
97
Reforzamiento negativo
Por otro lado, tambin puede actuar como variable el reforzamiento negativo, de
forma que se quiera mitigar las emociones desagradables (culpa, ansiedad, vergenza)
que generan las situaciones de sufrimiento de otras personas, para de esa manera
disminuirlas o conseguir que desaparezcan. Las emociones negativas no solo pueden
aparecer al vivenciar el malestar de otros sino que tambin puede darse el caso en el
que el individuo ya las tuviera presentes. Cabe destacar tambin en este punto la
importancia de los estados afectivos, las reacciones emocionales y los motivos sociales
(como el de afiliacin y de poder), que pueden actuar como moduladores de las
variables anteriormente mencionadas, lo que explica que la conducta de ayuda no sea
siempre igual en las mismas situaciones para diferentes personas o en distintos sujetos
antes situaciones similares.
a) Sociabilidad
b) Personalidad
Atendiendo a la literatura existente sobre este tema se puede decir que los
planteamientos referentes a la conducta prosocial planteados desde una perspectiva
individualista no hayan tenido demasiado respaldo emprico. Esto se debe a que las
variables estudiadas no han sido predictoras de la prosocialidad de manera consistente.
99
Existe un acuerdo en cuanto al inters del estudio del contexto cultural y social
como elementos de desarrollo para la persona, lo cierto es que la diferencia de
ambientes supone diferencias en el desarrollo de nios y adolescentes.
100
a) El Contexto Social
En este punto se comentarn los distintos elementos del contexto social, como
son los referidos al mbito familiar, escolar o el grupo de iguales
Aunque sera esperable que desde las familias que se defienden valores
prosociales, siendo modelos tambin prosociales, sus hijos deberan asumir dichos
valores, las investigaciones empricas en este sentido demuestran resultados
heterogneos. Hay estudios que demuestran correlaciones positivas como Eisenberg et
al., (1998) y otros que slo correlacionan positivamente con los valores del padre. La
eficacia o no eficacia en la transmisin de estos modelos prosociales parece
determinada en parte por un conjunto de mediadores como el estilo educativo, las
normas, los patrones atribucionales y el refuerzo entre otros. Para la transmisin de un
modelo prosocial de padres a hijos se hace necesario adems que los padres verbalicen
los valores y conductas que prefieren y adems les refuercen y faciliten sus conductas
prosociales (Guijo 2003).
101
Sin embargo esto no puede llevar a afirmar que cuando se tienen hermanos se sea
ms competente socialmente. Estudios de Palacios y Moreno (1994) afirman que los
hijos nicos no son socialmente incompetentes ni especialmente egostas como
consecuencia de no tener hermanos. Aunque la presencia de hermanos puede facilitar
el desarrollo prosocial, existen otros factores ms influyentes a nivel familiar y social.
iguales tal y como se vena explicando. Diversos estudios constatan que los alumnos con
una mayor prosocialidad, manifiestan metas de aprendizaje y de logro mayores que
aquellos que muestran una prosocialidad menor (Ingls, Martnez-, Valle, Garca y Ruiz,
2011; Torregrosa, Ingls, Garca-Fernndez, Valle y Nez, 2012).
Con lo que aqu se est exponiendo no se puede establecer que sea una labor
exclusiva de la escuela el desarrollo de la conducta prosocial de los alumnos, pero
tampoco se puede obviar ni su papel ni su responsabilidad tal y como dicen Bez de la
Fe y Jimnez: las caractersticas organizativas de la clase () en tal sentido, las
estructuras motivacionales cooperativas, el apoyo a las diferencias individuales, la toma
de consideracin de las opiniones y actitudes de los alumnos, el nfasis en el dominio de
la tarea antes que en las calificaciones, las expectativas altas y positivas, etc. Son algunas
dimensiones del aula que se relacionan con autopercepciones positivas y
comportamientos prosociales (Bez de le Fe y Jimnez, 1994:196).
103
b) El Contexto Cultural
Cuando se habla del contexto cultural hay que referirse al conjunto de las normas
socioculturales y a los valores que rigen en una sociedad. El individuo durante el proceso
de socializacin se impregna de ellas y las interioriza, adquiriendo un papel mediador
muy importante, tengan o no conductas prosociales en esa cultura. Las diferentes
culturas transmiten modos de actuacin muy diferentes unos de otros de manera
implcita a sus miembros. Existen culturas colectivistas en las que la ayuda y la
prosocialidad son actitudes positivas valoradas socialmente, donde el grupo y la
participacin colectiva es esencial para el progreso de la comunidad.
105
Por otro lado tambin hay culturas individualistas, donde el logro personal es un
valor en alza, lo que genera una sensacin de aislamiento y desvinculacin del grupo,
donde los esfuerzos y e ideales comunes estn ausentes. En cualquier caso, todas las
culturas crean normas sociales que influyen en la regulacin de la conducta prosocial.
De manera implcita se establece que es adecuado ayudar a quien presta ayuda y negarla
a quien no la da. En la interpretacin de estas normas sociales los procesos
atribucionales juegan un papel fundamental. Son diversas las investigaciones y estudios
transculturales los que se han llevado a cabo, cabe destacar a Goody (1995), el cual
plantea como la cultura acta estableciendo unas bases determinantes para el
desarrollo de la conducta prosocial. Establece dos modos de aprendizaje en sociedad:
uno mediante mecanismos como el condicionamiento y el modelado y otro en el que la
cultura se utiliza como premisas para que los individuos den significado a los hechos. Se
acepta que la cultura es un agente muy influyente en el desarrollo de la conducta
prosocial estableciendo el marco de razones para ayudar o no a una persona.
a) Presencia de observadores:
Latan y Darley (1970) concluyen que el contexto social de una emergencia influir
en el proceso de decisin de actuar de manera prosocial. Sus investigaciones con adultos
tambin confirman que cuando la persona receptora de la ayuda es un desconocido, las
probabilidades de que esta se produzca disminuyen a medida que aumenta el nmero
de observadores. Esto se explica por una parte como la difusin de responsabilidad
individual al haber ms personas, y por otro como miedo al ridculo en la realizacin
de un acto inadecuado delante de otras personas.
106
Este efecto inhibitorio, no ocurre siempre. Bryan y Test (1967) demostraron en sus
estudios que si hay modelos altruistas las probabilidades de actuar de manera prosocial
aumentan ya que desean tener una buena imagen de los observadores y de esta manera
se sienten mejor consigo mismos. El simple reconocimiento de un problema no es
suficiente para pedir ayuda. Existe una valoracin previa de la persona que va a prestar
la idea donde toma en consideracin los costes y beneficios de su accin. Los costes
hacen referencia a la posible prdida de autoestima o deterioro de la propia imagen
ante los dems. Como ejemplo se puede mencionar los motivos egostas asociados al
costo de la ayuda. As, cuando los costos de la ayuda son excesivamente altos, las
personas no se comportan de manera prosocial aunque experimenten empata. Una
posible razn podra ser que el alto costo de la ayuda desvi la atencin desde
considerar el bienestar de los otros a considerar el propio.
A MODO DE CONCLUSIN:
diferentes intereses. Por una parte aquellas que se centran en las circunstancias en las
que tiene lugar, otras en las caractersticas de quien recibe la conducta de ayuda y otros
han tratado de categorizar y agrupar las conductas que se pueden considerar como
prosociales. En cualquier caso se hace necesario continuar las investigaciones en este
campo ya que es complicado determinar algunos aspectos.
108
CAPTULO IV
ANLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE LA COMPETENCIA SOCIAL,
LA CONDUCTA PROSOCIAL Y LA EMPATA.
INTRODUCCIN
realiz con nios de entre 6 y 8 aos, constat que sus docentes establecan relaciones
positivas de la empata con conductas prosociales y habilidades sociales. Estas son las
diferencias explicadas debido al sexo y la edad, el contexto social, la calidad de la
relacin con los hermanos, el efecto del bullying y los comportamientos cvicos.
111
Otros estudios, constatan que aquellos nios que son capaces de experimentar las
reacciones emocionales orientadas a otros y que muestran comportamientos
prosociales, manifiestan interacciones positivas y ms numerosas con sus pares
(Caprara, Barbaranelli, Pastorelli, Bandura y Zimbardo, 2000) y suelen tener apoyo en
las relaciones con sus iguales (Sebanc, 2003). De esta manera los nios que muestran
sensibilidad y preocupacin por los otros son percibidos de manera positiva tanto por el
grupo de pares como por parte de los adultos. Adems, las conductas prosociales que
se desarrollan en este mbito potencian comportamientos sociales saludables, ya que
aprenden a manifestar conductas de ayuda para beneficiar a otros de manera voluntaria
(Lacunza, 2010). En esta lnea de investigacin, Martnez Gonzlez, Ingls Saura,
Piqueras Rodrguez y Oblitas Guadalupe (2010), afirman que se da una relacin
bidireccional entre las habilidades sociales y el comportamiento prosocial. Esto se debe
a que los nios con una mayor prosocialidad son ms aceptados por el grupo de iguales
y de la misma manera, los nios aceptados, que manifiestan unas buenas interacciones
con sus padres tienden a mostrar comportamientos positivos.
En esta lnea (Morell, 2013), se puede destacar la importancia del juego de rol, el
cual permite que con su representacin el nio conozca nuevas visiones del mundo,
ampliando su conocimiento sobre las situaciones, hechos y realidades y especialmente
proporcionando la oportunidad de tomar contacto con distintas modalidades
relacionales y adquirir nuevas normas de comportamiento social. Jugar a representar un
personaje fomenta la reflexin de la experiencia y la situacin vivida por l, lo que
permite avanzar en el desarrollo moral en la medida en la que va superando su
egocentrismo. En esta lnea se recogen las palabras de Garaigordobil y Fagoaga (2006):
114
115
estudio que las habilidades sociales correlacionan positivamente tanto en padres como
en alumnos con la prosocialidad, destacando la importancia de de las destrezas sociales
que fomentan conductas democrticas, altruistas y cooperativas. Tambin destacan que
la hiperactividad y la agresividad se correlacionan de forma negativa con la
prosocialidad.
Para concluir este apartado se pueden destacar las aportaciones de Ingls et al.,
(2008), siguiendo esta lnea de investigacin apuntan a la importancia que tienen las
polticas educativas, las escuelas y los propios educadores al tener en cuenta el valor
preventivo y teraputico que tienen los adolescentes prosociales para promover el
aprendizaje y mejorar las habilidades sociales adems de como inhibidor de la ansiedad
social y la agresividad.
Tal y como recogen Lpez, Garrido, Rodrguez y Pano (2002), uno de los mbitos
ms adecuados para la socializacin y desarrollo de la competencia social es la escuela.
Esto es debido a que la competencia social est vinculada a una cultura determinada
donde la persona aprende a comportarse de una manera competente (Musitu, 2000),
aunque actualmente ms que socializarse en una cultura, los individuos lo realizan en
un sistema multicultural. Por ello, tanto la escuela como los propios docentes, como
modelos de comportamiento, tienen un papel fundamental en la adecuada adaptacin
del nio a la sociedad.
Esto hace destacable que la escuela no puede ser una mera transmisora de
conocimientos, sino que se deban dar las situaciones de aprendizaje pertinentes para
desarrollar habilidades sociales, confianza, respeto a la diversidad y el comportamiento
prosocial. Cabe destacar, que aunque tradicionalmente la escuela dispona de escasos
espacios para ellos s ha tratado de dar respuesta a esta demanda y se ha transmitido
de manera espontnea la educacin prosocial. Sin embargo es necesaria una
sistematizacin de estas enseanzas y realizarlas de manera explcita, incidiendo en las
117
Por otro lado, las nuevas lneas abiertas en este mbito, apuntan a que existe una
influencia ms en la prosocialidad que sera la herencia. Sin embargo, hay que matizar
que es improbable que los genes individuales expliquen la conducta prosocial, ya que
existen otros valores, rasgos y creencias que destacan la variabilidad de los resultados
en la prosocialidad (Caprara, Alessandri y Eisenberg, 2011). Es necesario considerar
todos estos rasgos positivos para alcanzar la comprensin multidimensional que
requiere la prosocialidad.
En este punto se van a citar las investigaciones ms influyentes en este campo que
han mostrado empricamente la relacin existente entre la empata y la conducta
prosocial. Son diversos los estudios que relacionan ambos constructos como Bermejo
(1996) o tambin se puede destacar las aportaciones de Hoffman en este campo,
estableciendo el efecto motivador que ejerce la empata en la prosocialidad (Hoffman,
1977, 1987, 1989).
118
Son destacables en este mbito los resultados de la investigacin de Mestre et al., (2002)
donde ser recoge esto:
Lo cierto es que tal y como recogen Mestre, Samper, et al., (2006), Se han
desarrollado diversos estudios orientados a establecer una evaluacin emprica de los
procesos psicolgicos ms influyentes en la conducta prosocial, y en ellos tal y como se
ha recogido se destaca el papel fundamental de la empata como factor modulador de
la conducta prosocial. De esta manera se aborda la empata desde su perspectiva
multidimensional, considerando para ello sus componentes emocionales y cognitivos.
Se argumenta que la empata correlaciona de forma positiva con la conducta prosocial
y de forma negativa con la conducta antisocial, constatando que las personas que
manifiestan una mayor empata son menos agresivos debido a su capacidad para
comprender las consecuencias negativas derivadas de la agresin tanto para s mismos
como para otros y tambin debido a su sensibilidad emocional (Loudin et al., 2003;
Mestre et al., 2002; Mestre, Samper, y Fras, 2004; Richardson et al., 1994).
120
esta ltima en todas sus dimensiones evaluadas, es decir, alcanzando los componentes
cognitivos y emocionales.
aparece como una variable determinante del comportamiento prosocial tanto en nios
como en adolescentes (Calvo, Gonzlez y Martorell, 2001; Greener, 1999; Guozhen, Li
y Shengnan, 2004; Mestre et al., 2004; Strayer y Roberts, 2004; Thompson, 1995).
Adems, durante la infancia los nios que demuestran ser ms prosociales tienen un
mayor conocimiento emptico que aquellos que son acosadores o vctimas (Warden y
Mackinnon, 2003).
Un estudio realizado por Mestre, et al., (2006), concluye que los anlisis
discriminantes realizados muestran un fuerte poder predictor de los procesos
emocionales respecto a los cognitivos en la disposicin prosocial, siendo la empata la
que alcanza una correlacin ms alta con la funcin discriminante a lo largo de la
adolescencia.
encontrar como aquellas personas que son capaces de regular sus emociones
experimentan con ms probabilidad empata en lugar de malestar personal (Eisenberg,
2000). Por otro lado se destacan los trabajos basados en el supuesto de que las
diferencias individuales en regulacin emocional son un elemento fundamental en el
desarrollo social de las personas y en concreto en el comportamiento prosocial
(Eisenberg, Fabes, Guthrie y Reiser, 2000). En este sentido las investigaciones se han
venido centrando en el papel que tiene la regulacin emocional como predictor de
comportamiento prosocial. Desde el actual marco terico que trata de explicar la
conducta prosocial, se estudian los componentes emocionales y cognitivos junto con la
regulacin emocional. Es ms se trata de comprobar en qu medida la empata acta
como elemento regulador que inhibe la conducta antisocial y fomenta la prosocialidad.
En su estudio Mestre et al., (2002) constataron que los adolescentes que muestran
ser ms inestables en el mbito de las emociones tenan menos recursos personales
para detener su impulsividad y tienen una mayor propensin a mostrar
comportamientos agresivos. En la situacin opuesta se encuentran los jvenes ms
empticos y que por ello mostraban un mayor control de las emociones, que eran ms
prosociales. La regulacin emocional aparece como una variable discriminadora entre
los adolescentes agresivos y prosociales. Estos resultados estn en la lnea de los
obtenidos por Bandura (Bandura, 1991, 1999), los estudios de Caprara (Caprara y
Pastorelli, 1993; y de Eisenberg (Eisenberg, 2000; Eisenberg, Fabes, et al., 2000), que
afirmaban como la regulacin es un elemento centran en la inhibicin de la agresividad
y en la disposicin de la conducta prososcial. Por ello, a modo de conclusin, se
considera muy relevante en este campo de estudio la inclusin y la regulacin emocional
con la empata en el estudio de la conducta prosocial. Ya que la inhibicin de la conducta
agresiva podra alcanzarse si las personas desarrollaran su prosocialidad, que incluye la
empata como modulador principal.
123
Teniendo todo esto en cuenta se pude considerar que las experiencias tempranas
en las relaciones interpersonales con sus progenitores influyen directamente en la
empata de los nios (Krevans y Gibbs, 1996; Carlo, Mestre, Samper, Tur y Armenta,
2010b). Es ms, otros estudios constatan como los sentimientos empticos que los nios
perciben de sus padres explican gran parte de la empata de los nios (Valiente et al.,
2004; Richaud de Minzi, 2006). El comportamiento de los padres tiene un efecto tan
significativo porque utilizando distintas maneras de actuacin afectiva son capaces de
estimular la actividad emptica compasiva, contribuyendo a que los nios comprendan
lo negativo que resulta causar malestar a otros (Zahn, Radke, Wagner y Chapman, 1992).
124
Tambin son destacables las aportaciones de Chao y Willms (2002), los cuales
hallaron que las prcticas de crianza positivas como son ser racional, sensible o un estilo
de crianza firme surta en los nios un efecto positivo que alcanza las conductas
prosociales, mientras que interacciones negativas con los nios como el castigo y un
mnimo control ejercido por los padres supona dificultades de comportamentales en las
ltimas etapas de la infancia (Dishion, Patterson, Stoolmiller y Skinner, 1991; Conger,
Patterson y Ge, 1995).
126
En cuanto a la influencia que ejerce la variable edad sobre estos dos constructos,
tal y como recogen Arce et al., (2010), existen diversas teoras del desarrollo que
127
En relacin al constructo competencia social son muchos los autores que han
destacado la importancia del contexto social en el que se desenvuelve el individuo
Carrillo et al., (2009). Concretamente Cecconello y Koller (2000) destacan la habilidad
de la persona para adaptarse a distintos ambientes y su capacidad de adecuar su
comportamiento a estos contextos como aspecto importante de la competencia social.
128
subsistemas familiares
establecen entre los distintos miembros de la familia o el anlisis del impacto que
ejercen sobre el ajuste de los adolescentes dichas relaciones (Oliva y Arranz, 2005;
Noller, 2005).
130
El fenmeno del bullying ha sido objeto de estudio durante la ltima dcada por
mltiples autores (Beightol, Jevertson, Gray, Carter y Gass, 2009; Correia y Dalbert,
2008; Horne, Stoddard y Bell, 2007). Desde estos estudios se ha constatado que existen
de manera principal tres roles sociales en este tipo de interaccin que son la vctima, el
agresor y el observador.
Tal y como recogen Bajgar, Ciarrochi, Lane y Deane (2005), hay que considerar que
la conciencia emocional de la persona se desarrolla desde el nacimiento y a lo largo de
toda la vida, entendida esta como la capacidad para identificar y describir sus propias
emociones y las de los dems. La funcin principal que desarrolla la conciencia
emocional es actuar como filtro y de la informacin emocional del propio individuo y
de su entorno, esto permite que la persona muestre una mayor sensibilidad a las
emociones de otros y sea capaz de sesgar las percepciones modulando su emocionalidad
(Bajgar et al., 2005; Harwood y Farrar, 2006).
Ligada a la conciencia emocional, por tanto, est la empata. En la medida que esta
es la capacidad para que el individuo pueda responder ante las emociones de otros y
situarse en su lugar (Lpez, 2007). Otro aspecto influyente en el desarrollo emocional es
la competencia social, favoreciendo su ajuste positivo al contexto social.
131
Muestran
Los adolescentes vctimas del bullying muestran otro tipo de caractersticas como
que pueden tener una complexin fsica dbil, ser de uno u otro sexo e incluso de
manera ocasional pueden tener una discapacidad fsica (Rodrguez, Seoane y Pedreira,
2008). Los rasgos ms caractersticos de su personalidad son el aislamiento social y la
timidez (Cerezo, 2001), y suelen padecer su agresin en silencio. Ser adolescente y
vctima de bullying puede afectar directamente a su bienestar psicolgico.
El tercer rol identificado es el que hace referencia a la figura del observador, que
tal y como ha recogido Rodrguez et al., (2008), se caracterizan en sus rasgos de
personalidad por comportamientos de inhibicin ante la agresin, evadindolas. De esta
manera permiten las situaciones de abuso y se convierten en cmplices tanto del acoso
como del aislamiento que sufre la vctima.
132
Teniendo en cuenta todo esto, se puede concluir que el fenmeno del bullying
incide directamente en la adolescencia en la manera en la que tiene lugar el desarrollo
psicosocial de los jvenes. Haciendo un recorrido de las caractersticas de personalidad
de cada individuo en su rol, se ha podido constatar cmo se establece esta dinmica en
relacin a la empata y la competencia social. En relacin al efecto que ejerce el bullying
en las relaciones sociales Romera, Ortega y Monks, (2008), concluyen:
cvicos,
empata,
actitudes
cooperativas,
prosociales
A MODO DE CONCLUSIN
Dentro de este mbito de estudio, son muchos los investigadores que en sus
trabajos han constatado el vnculo existente entre la conducta prosocial y la empata a
la competencia social, por lo que se est dando un incipiente inters en el estudio de
campo. Es muy significativo como se ha comprobado empricamente la manera en que
estos tres constructos contribuyen al ajuste social de la persona y al funcionamiento
acadmico (Lacunza, 2012).
Las diversas investigaciones han constatado el estrecho vnculo que existe entre la
conducta prosocial y la competencia social. Esto se produce debido al efecto tan positivo
que la conducta prosocial ejerce en la valoracin de los dems y de uno mismo, lo que
conlleva a que la persona vuelva a actuar de manera prosocial, porque lo motiva.
135
Aunque dentro desde la psicologa se han estudiado las relaciones aqu descritas
en diversos trabajos, si se lleva a cabo una revisin de la literatura reciente sobre el tema
en las ltimas dcadas o en aos recientes, son escasas las investigaciones empricas
que contemplan la interrelacin de estos tres constructos. Se pueden destacar las
aportaciones de Juntilla et al., (2006) recogidas por Gilar et al., (2008) plantea una
media de la competencia social en nios en la que la empata se establece como una
subdimensin de la conducta prosocial en la competencia social. Por lo que es un campo
de estudio relativamente nuevo, aunque abre varias posibilidades interesantes para su
estudio en el mbito de lo psicolgico y educativo.
136
SEGUNDA PARTE
METODOLOGA DE INVESTIGACIN
137
CAPTULO V
INSTRUMENTOS DE EVALUACIN DE LA COMPETENCIA SOCIAL,
LA CONDUCTA PROSOCIAL Y LA EMPATA
INTRODUCCIN
Desde este captulo se van a proponer diversas pruebas de evaluacin que miden
tanto la competencia social, como la empata y la conducta prosocial de una persona.
Los instrumentos que ms se han utilizado han sido los cuestionarios, aunque es
complicado encontrar instrumentos estandarizados aplicados a los objetivos de
investigacin/intervencin. El pase de este tipo de pruebas permite al psiclogo llevar a
cabo una cuantificacin de las caractersticas humanas, realizando unos procesos de
evaluacin objetivos.
Esto hace necesario un conocimiento terico de los instrumentos por parte del
investigador, para que los resultados que se obtengan de dichos instrumentos
proporcionen los datos necesarios para establecer resultados y valoraciones tratando
de satisfacer ciertas demandas sociales.
139
140
141
dems. Algunos ejemplos de tems son: miento para conseguir algo que quiero,
molesto a la gente para enfadarla o me vengo de quien me ofende entre otros.
En cuanto a la fiabilidad y validez, tal y como recoge en su tesis Caurcel (2009) las
propiedades psicomtricas de este instrumento han sido investigadas cuantiosamente,
particularmente en muestras angloparlantes, resultando, en general, satisfactorias con
un alfa de Cronbach = .80 (Matson, Heinze, Helsel, Kapperman y Rotatori, 1986).; Kazdin,
Matson y Elveldt, 1984; Matson, Macklin y Helsel, 1985; Matson y Ollendick, 1998;
Spence y Liddle, 1990), y en muestras espaolas, Mndez et al., (2002) en su aplicacin
a 634 adolescentes entre 12 y 17 aos hallaron tambin una elevada consistencia
interna con un alfa de Cronbach= .88.
sentido positivo, mientras que los 28 restantes son inversos. Esto supone que expresar
acuerdo con ellos indicara un dficit de habilidades sociales o de asercin. El tipo de
respuesta es de tipo Likert, en la cual se debe seleccionar una alternativa entre las cuatro
posibles que ofrece el instrumento, que son las siguientes:
Las situaciones conflictivas que se proponen desde este cuestionario son: abordar
un conflicto moral, responder a una agresin, hacer amigos, afrontar el rechazo de otros,
recuperar un objeto y decir no. La correccin de este instrumento permite que a partir
de la exploracin de las estrategias cognitivas se definan variables que indican las
estrategias de las que dispone la persona y su calidad, son estas:
144
La consistencia interna se ha calculado mediante los ndices de Kappa para las tres
escalas, para las estrategias asertivas (0,93), agresivas (0,92) y pasivas (0,91). Tambin
se ha demostrado la fiabilidad del test mediante el Alfa de Cronbach (0,74).
actitud social se sostiene sobre un modelo emprico trifactorial que est compuesto por
diversas variables prosociales, antisociales y asociales, dispone de 9 escalas referidas a
la actitud social que son: Conformidad con lo que es socialmente correcto (Con),
Sensibilidad Social (Sen), Ayuda y Colaboracin (Ac), Seguridad y Firmeza en la
interaccin (Sf), Liderazgo Prosocial (Lid) Agresividad-Terquedad (Agr), Dominancia
(Dom), Apata-Retraimiento (Ap), Ansiedad-Timidez (Ans).
146
NOMBRE
The Matson
Evaluation of
Social Skills in
Youngsters
Escala de
Asertividad
AUTOR Y AO
EDAD
TEMS
SUBESCALAS
CONSISTENCIA
INTERNA
Matson, Rotatori
y Helsel (1983),
traduccin y
adaptacin
realizada por
Trianes y
colaboradores
(2002)
Godoy y otros
(1993)
Nios y jvenes
De 4 a 18 aos
62 items tipo
Likert
.88.
Mendez, Hidalgo
e Ingls (2002)
Adolescentes
entre 11 y 17 aos
20 situaciones
Gismero (2000)
Adolescentes y
Adultos
33 tems tipo
Likert
Garaigordobil
(2000)
Adolescentes
6 situaciones de
conflicto social
Cuatro:
Habilidades
sociales
apropiadas,
Asertividad
inapropiada,
Sobreconfianza y
Soledad.
Tres:
La conducta
asertiva (AS).
La conducta
pasiva (SU)
La conducta
agresiva (AG).
Siete:
Defender los
derechos como
consumidor.
Tomar la iniciativa
con el sexo
opuesto.
Expresar
opiniones,
sentimientos o
peticiones.
Decir no o
defender los
propios derechos.
Cortar una
interaccin.
Hacer cumplidos.
Expresar enfado o
disconformidad.
Tres:
Estrategias
asertivas
Estrategias
pasivas
Estrategias
agresivas
Escala de
Habilidades
Sociales
Cuestionario
de Estrategias
Cognitivas de
Resolucin de
Situaciones
Sociales
Cuestionario
de Actitudes y
Estrategias
Cognitivo
Sociales
Moraleda,
Gonzlez y Garca
(2004)
Adolescencia
147
Dos:
Actitud Social
(9 subescalas)
Pensamiento
Social
(10 subescalas)
AS= .73
AG=.77
SU= .66
.74.
ndices :
Estrategias
asertivas .93
Estrategias
pasivas .92
Estrategias
agresivas .91
entre .54 y .70
como cognitivos (Delgado, Barbero, Holgado y Del Barrio, 2011; Eisenberg et al., 1991,
1995; Eisenberg, Morris, McDaniel y Spinrad, 2009).
Tal y como recoge Mart-Vilar (2010a), resulta una caracterstica propia de este
instrumento el que permite medir tanto el aspecto cognitivo del individuo a travs de
las subescalas de Toma de perspectiva y Fantasa; como el aspecto emocional ante las
experiencias negativas de otros a travs de las subescalas de Preocupacin emptica y
Malestar personal. Estos son los siguientes aspectos que miden cada una de ellas:
La Toma de perspectiva (PT), es una subescala que mide cuando una persona trata
de adoptar el punto de vista de otro ante diversas situaciones reales de la vida, de
manera que esto pueda hacerse sin tener por qu experimentar de manera necesaria
una respuesta afectiva.
149
Davis y Franzoli
(1991)
Davis
(1980)
Muestra completa
Subescala
FS
EC
PD
PT
.14*
.46*
-.13
.23*
.15*
FS
EC
Varones
FS
.10
.07
Mujeres
EC
PD
FS
EC
PD
.33*
-.16*
.12*
.30*
-.29*
.30*
.16*
.31*
.04
.11*
.01
El Affective Situations Test (AST) es una prueba elaborada por Feshbach y Roe
(1968) que evala las respuestas empticas de los nios, con edades comprendidas
entre los cuatro y los cinco aos, hacia los protagonistas de una serie de historias.
El AST son narraciones cortas que describen los hechos y que provocan en el
protagonista de la historia sentimientos de felicidad, tristeza, temor o enfado. Despus
de exponer cada narracin, se pregunta al nio: Cmo te sientes? o Cmo te hace
sentir esta historia?. La respuesta emptica se operacionaliza como el grado de
coincidencia entre el sentimiento de los nios y el estado emocional del protagonista de
la historia. Tiene un alpha de Cronbach de .87, (Feshbach 1990).
151
Para poder obtener un mayor poder del test para medir la respuesta afectiva de
los nios, Eisenberg-Berg y Lennon (1980) hipotetizaron que la conducta prosocial de los
preescolares estara positivamente relacionada con una versin modificada del AST, que
contena ms historias descriptivas, que utilizaba slo historias que describan alegra o
tristeza, que evaluaba la empata en medidas verbales o no verbales, y que era
administrada por un experimentador familiar. La muestra utilizada fue de chicas y chicos
de clases de preescolar de cuatro a cinco aos. Todos los nios eran caucasianos,
excepto los nios mejicanos, y todos procedan de familias de clase media. El
procedimiento seguido fue: evaluacin de la empata, la cual se realiz bajo dos
condiciones (experimentador familiar y no familiar) y medidas observacionales, en las
cuales se codificaron las diferentes conductas a analizar.
Los resultados hallados en este estudio, segn los anlisis multivariados, muestran
que los chicos y las chicas no difieren en la frecuencia de las medidas observacionales
de la empata. Por otra parte, segn los anlisis, la tendencia alta a responder de forma
emptica est negativamente relacionada con la frecuencia de conductas prosociales
espontneas. Los resultados no esperados fueron interpretados de dos formas.
Respecto a que la empata est relacionada negativamente con la conducta prosocial,
una posible explicacin es que la puntuacin de empata no reflejara realmente empata,
sino ms bien reflejara deseabilidad social. Por lo tanto, la explicacin para la relacin
negativa entre empata y conducta prosocial espontnea se entrara en el hecho de que
las puntuaciones empticas pueden reflejar la necesidad de una aprobacin social.
153
Se obtuvo apoyo para la validez convergente en toda la muestra. Para evaluar la validez
discriminante, se obtuvieron las correlaciones entre las puntuaciones del ndice
adaptado de empata con las puntuaciones en medidas tericamente diferentes de esta
escala, como la deseabilidad social. Los resultados de este anlisis mostraron
correlaciones no significativas en todas las muestras. Por lo tanto, las correlaciones no
significativas entre la deseabilidad social y la empata proporcionan apoyo para la validez
discriminante en las muestras de nios entre cuarto y sptimo curso.
Los resultados del estudio de Bryant (1982) permiten concluir que el nuevo ndice
de empata para nios y adolescentes tiene los requisitos psicomtricos mnimos. As
como que las mujeres expresaban mayor empata en sus respuestas vicarias afectivas
que los hombres. Sin embargo, es posible que las situaciones o descripciones de estados
afectivos utilizadas en las escalas sean ms similares a cmo las mujeres describen tales
experiencias. El sexo y la edad parecen mediar las respuestas empticas de los
individuos.
Por ltimo, la respuesta emptica hacia estmulos del mismo o diferente sexo
predeca el desarrollo potencial de la consideracin de dicha respuesta en el
funcionamiento interpersonal. De modo que, con la edad, las mujeres aumentan
significativamente su respuesta emptica hacia personas de su mismo sexo y los
hombres disminuyen su respuesta emptica ante personas del mismo sexo.
156
Cada uno de estos grupos fue estudiado por 8-10 sujetos cualificados que
registraron sus impresiones acerca de la empata, formadas durante un fin de semana
de evaluacin de la empata. Posteriormente se analizaron las relaciones de los rangos
de empata con implicaciones conductuales e interpersonales.
157
Estrs emptico (EE): Esta escala hace referencia a la capacidad de compartir las
emociones negativas y establecer una conexin emocional con otros. Quienes obtienen
puntuaciones elevadas suelen implicarse mucho en los problemas de otros y tienen
redes sociales emotivas y de calidad. Puntuaciones muy altas revelan estados de
neuroticismo donde percibir el sufrimiento ajeno como mayor de los que es, pueda
afectarles negativamente. Las bajas puntuaciones se identifican con individuos que
tienen redes sociales de peor calidad que los anteriores, distantes y que no se
158
Alegra emptica
Con este instrumento se pueden obtener puntuaciones para cada una de las
cuatro escalas adems de un clculo total de empata. Existe una versin ms breve del
instrumento compuesto por dos escalas nicamente que son: alegra emptica y estrs
emptico. Esta simplificacin del TECA, se ha denominado Escala de Experiencias
Vicarias (VES), mide la capacidad de sentir empata y el estrs que se experimenta una
situacin ante situacin estmulo determinada, que se administra a los participantes
antes de que respondan (Oceja, Lpez, Ambrona y Fernndez, 2009).
159
Aunque de manera inicial el Reading the Mind in the Eyes fue detallado por
Baron-Cohen, Joliffe, Mortimore y Robertson (1997) y estaba compuesto por 25
fotografas, se realizaron posteriormente diversas revisiones. En aos posteriores
(Baron-Cohen et al., 2001), finalmente la prueba qued formada por 28 fotografas para
nios y 36 para adultos en blanco y negro que muestran un rostro humano cada una, los
hay de hombres y mujeres, actores, dnde nicamente se ven sus ojos. Este cuestionario
tiene un alpha de Cronbach de .92 (Baron-Cohen, Richler, Bisarya, Gurunathan y
Wheelwright, 2003).
Cada una de las imgenes dispone a su lado de cuatro palabras que expresan
distintas posibilidades para designar el estado emocional al que se quiere referenciar.
Existe la posibilidad de consultar un manual si la persona se ve incapaz de contestar por
desconocimiento de alguna de las palabras recogidas. Lo que se le encomienda al
individuo que realiza este cuestionario, por tanto, es identificar la palabra que haga la
mejor descripcin del sentimiento que expresa la mirada de cada fotografa. Sin
embargo, este cuestionario tiene una limitacin reconocida por su autor y esta es la
estaticidad de la expresin en la mirada, lo cual hace que no sea una situacin tan
prxima a la vida real, lo que limita su validez ecolgica.
160
ndice de
Reactividad
Interpersonal
Feshbach and
Roe Affective
Situations Test
for Empathy
Questionaire
Measure of
Emotional
Empathy
El Index of
Empathy for
Children and
Adolescents
AUTOR Y AO
Davis (1980)
adaptacin
espaola llevada a
cabo por PrezAlbniz, de Pal,
Etxebarra, Montes
y Torres (2003)
Feshbach y Roe
(1968)
EDAD
Adolescentes
TEMS
28 tems tipo
Likert
Nios
Narraciones cortas
Mehrabian y
Epstein (1972),
adaptado por de
Bryant (1982)
Adultos
33 tems tipo
Likert
Mehravian y
Epstein (1972)
Nios y
adolescentes
22 tems
Hogan (1969)
Adultos
64 items
Lpez, Fernndez y
Abad (2008).
Adolescentes a
partir de 16 aos y
adultos
33 tems
Nios y adultos
Inicialmente:
25 fotografas
Posteriormente
28 fotografas
para nios y 36
para adultos
El Empathy
Scale
Test de
Empata
Cognitiva y
Afectiva
Test de la
Mirada
161
SUBESCALAS
CONSISTENCIA
INTERNA
Cuatro: Toma de
Perspectiva (PT)
para las cuatro
Fantasa (FS)
subescalas con un
Preocupacin
rango de 0.71 a 0.77
Emptica (EC)
Malestar Personal
(PD)
Una: Empata
.87
Siete:
Correlacin de 0.01
Susceptibilidad al
para todas las
contagio emocional
subescalas
Apreciacin de los
sentimientos de
extraos o personas
lejanas
Tendencia a estar
influido por las
experiencias
emocionales
negativas
Respuesta emocional
extrema
Respuesta emocional
extrema de otros
Tendencia simptica
Intencin de estar en
contacto con otros
que tiene problemas
Dos:
.64
Empata positiva y
Empata negativa
Cuatro: autoestima;
Escala= .69
temperamento;
Subescalas:
sensibilidad y noAutoestima .79
conformismo
Temperamento .74
(ausencia de
Sensibilidad .61
conformidad).
No-conformismo
.66
Cuatro:Adopcin de
Consistencia
perspectivas (AP)
Interna de 0.86
Comprensin
emocional (CE)
Alegra emptica
(AE): Estrs
emptico (EE)
Una: Teora de la
Mente, Capacidad
.92
para hacer
inferencias de los
estados mentales de
otros
Tal y como aparece en Ingls et al., (2003), el TISS es uno de los instrumentos de
evaluacin de las habilidades sociales con mejores garantas psicomtricas en poblacin
162
Se encontraron diferencias de sexo que llevaron a redactar dos formas del mismo
atendiendo a la utilizacin de los nombres y pronombres. De esta manera se hallan dos
versiones del mismo cuestionario, una para chicos y otra para chicas, idnticas excepto
en el aspecto de nombres y pronombres.
constatado
mediante
correlaciones
163
estadsticamente
significativas
con
La forma del inventario qued constituida por dos escalas (la Escala de Ayuda con
los Hermanos EAH- y la escala de Ayuda con los Padres EAP). Es un instrumento de
evaluacin destinado a poblacin de ambos sexos, con edades comprendidas entre los
12 y los 23 aos. En cuanto a las propiedades psicomtricas, los estudios han concluido
que este instrumento posee buena validez convergente y discriminante.
165
Este cuestionario proporciona a los profesores un instrumento til para evaluar los
aspectos prosociales de la conducta de los nios en la escuela primaria. Consta de 20
tems que hacen referencia a distintos comportamientos prosociales que han de ser
contestados por profesores y padres, a partir de ellos se evala la conducta prosocial.
Quienes contestan el cuestionario han de determinar en una escala la frecuencia con la
que tiene lugar dicho comportamiento, eligiendo una de entre las tres opciones de
respuesta: nunca, algunas veces o casi siempre. Algunos de los tems son estos:
En cuanto a las normas de correccin cabe destacar que se asignan a cada opcin
de respuesta una puntuacin, de manera que a nunca se le asignan 0 puntos, a
algunas veces 1 punto y a casi siempre 3 puntos. Posteriormente se suman las
diversas puntuaciones obtenidas a lo largo de todo el cuestionario y se consultan unos
baremos con los que consta para la interpretacin de los resultados. Estos baremos
proceden de las conclusiones obtenidas de un estudio realizado en 139 nios y nias
cuyas edades se hallan entre los 10 y 12 aos de edad (Garaigordobil, 2003).
Para llevar a cabo los anlisis pertinentes acerca de la escala de altruismo, utilizaron
muestras de sujetos estudiantes universitarios (adolescencia tarda), procedentes de
pases de todos los continentes. En cuanto a las propiedades psicomtricas de la escala,
la fiabilidad test-retest, con un intervalo de dos semanas, fue de 0.94. En dicho estudio,
se evaluaron las diferencias de sexo en altruismo, en funcin del tipo de conducta
altruista. Los resultados indican una tendencia de los hombres a dar ms ayuda a travs
del altruismo, pero las diferencias hombres-mujeres son mayores en cuanto al
ofrecimiento de ayuda cuando la ayuda conlleva esfuerzo o dao fsico o psicolgico.
Las diferencias de sexo son muy similares en todas las muestras. Las frecuencias
relativas de dar y recibir ayuda muestran una gran consistencia y la valoracin de la
importancia de la ayuda tambin era consistente entre las muestras. El grado de
similitud entre todas las muestras utilizadas es posible que se deba a la similitud de los
sujetos universitarios y probablemente tenan una edad parecida, altos niveles
adquisitivos y gran capacidad intelectual, en comparacin con sus compaeros del
grupo de edad. Esta similitud entre los sujetos de los diferentes pases puede explicar
los resultados acerca de las tasas, recepcin y valoracin de ayuda.
168
A partir de los estudios realizados para poner a prueba este instrumento, los
autores apoyan la idea de que las mujeres, al menos en la adolescencia, valoran ms las
conductas altruistas que los hombres. Los resultados sealaban que la moralidad diaria
estaba relacionada con el liberalismo, la empata y el sexo en la muestra global.
170
171
diversas escalas, tanto en esta prueba como en las dems con que se contrastaron los
resultados. Los investigadores verificaron que era sensible en ambos grupos de edad.
El Teenage
Inventory of
Social Skills
El Family
Helping
Inventory
Prosocial
Behavior
Questionnaire
Self-Report
Altruism Scale
Prosocial
Behavior Scale
Visions of
Morality Scale
Prosocial
Tendences
Measure
Cuestionario
Sociomtrico:
Compaero de
Juego y
Prosocial
AUTOR Y AO
EDAD
TEMS
SUBESCALAS
CONSISTENCIA
INTERNA
Inderbitzen y
Foster (1992)
Adolescentes
40 tems tipo
Likert
Dos:
Conducta prosocial
y Conducta
antisocial.
0.88 para
ambas subescalas
Midlarsky y
Hannah (1985)
Y suda 1978
Nios y jvenes
entre 12 y 23 aos
Validez
convergente y
discriminante
Weir y Duveen
(1980)
20 tems de
respuesta tipo
Likert
Rushton, Chrisjohn
y Fakken (1981)
Adolescentes
20 items likert
Dos:
Escala de Ayuda
con los Hermanos
(EAH) y Escala de
Ayuda con los
Padres (EAP)
Tres:
Conductas
impositivas,
Conductas
desvidadas y
Conductas de
afliccin, angustia
y duda
Una:
Conducta prosocial
autorreportada
Caprara y Pastorelli
(1993), dispone de
la adaptacin
espaola realizada
por Del Barrio,
Moreno y Lpez
(2001).
Shelton y
McAdams (1990)
Adolescentes
15 tems
Una:
La conducta de
ayuda, de
confianza y
simpata.
de 0,74.
Adolescencia??
15 situaciones a
valorar con 30
tems en una
escala tipo Likert
23 items
Tres:
La Moral, el
Liberalismo y la
Empata.
Cinco:
La tendencia a
ayudar en una
situacin pblica.
El estado
emocional de
sujeto.
La conducta de
ayuda desarrollada
en situaciones de
crisis.
La conducta de
ayuda solicitada.
El grado de
altruismo que
presenta la
persona.
Dos: Compaero
Prosocial y
Compaero
Creativo
0.94
Adolescencia
Garaigordobil
(2004)
Nios
173
Respuesta abierta
a dos preguntas
0.94
de .88
Alfa de Cronbach
.92
Compaero
prosocial (r=0,72,
p< .001) y en
compaero
creativo (r= 0,65,
p< .001).
A MODO DE CONCLUSIN
175
CAPTULO VI
MTODO, HIPTESIS E INSTRUMENTOS UTILIZADOS
INTRODUCCIN
Se puede decir tambin, que con esta investigacin se est ante un estudio
transversal, ya que la edad se ha considerado como una variable predictora. La edad es
un fenmeno vinculado a la realidad escolar elegido como objeto de estudio, en un
momento concreto como es la Educacin Secundaria Obligatoria y el Bachillerato. Como
se est concretando, se ha llevado a cabo siguiendo la estrategia de grupo-criterio. Esto
supone agrupar a los sujetos en funcin de las diversas variables independientes, para
despus desarrollar el anlisis estadstico de las puntuaciones obtenidas. Seguidamente
se han relacionado estas variables con las variables dependientes a travs de distintos
ANOVA y pruebas de correlacin, para comprobar estadsticamente si existen
diferencias significativas entre los grupos tal y como se ha establecido en el marco
terico. Otra pretensin de esta investigacin es establecer la relacin que se da entre
la Competencia Social, la Empata y la Conducta Prosocial.
Mujer
SEXO
EDAD
Varn
12 aos
1 ESO
13 aos
2 ESO
14 aos
3 ESO
15 aos
CURSO
16 aos
1 Bachiller
17 aos
2 Bachiller
18 aos
Creyente
Suficiente
CREENCIA
Agnstico
RELIGIOSA
NOTA
Notable
MEDIA
Bien
Ateo
Sobresaliente
Bsicos
Bsicos
ESTUDIOS
DEL
4 ESO
ESTUDIOS
Medios
DE LA
PADRE
Medios
MADRE
Superiores
Superiores
179
Por ltimo, decir que para el estudio de la relacin existente entre los tres
constructos objeto de esta investigacin se han realizado correlaciones de las
puntuaciones obtenidas mediante la aplicacin de los cuestionarios que evalan la
Competencia Social, la Empata y la Conducta Prosocial.
Diversos estudios como los de Garmezy (1996), Howes et al., (1994) y Juntilla et
al., (2006) han determinado una relacin emprica entre los tres constructos objeto de
estudio. Estos autores en sus investigaciones proponen una evaluacin de la
Competencia Social donde la Empata aparece como una subdimensin de la Conducta
Prosocial en la Competencia Social. Teniendo todo esto en cuenta, se pretende
establecer de modo preciso el tipo de relacin y el sentido en que se produce dicha
relacin entre los la Competencia Social, la Empata y la Conducta Prosocial.
Considerando lo expuesto anteriormente, el objetivo general de esta investigacin se va
a concretar en lo objetivos especficos siguientes:
180
Otros estudios coinciden en que los adolescentes buscan alcanzar una identidad
social aceptable, esto conduce en muchas ocasiones a los chicos a mostrar conductas
agresivas y evitar aquellas que puedan considerarse femeninas (Giles y Heyman, 2005;
Gini y Pozzoli, 2006; Snchez, 2008; Stoudt, 2006 y Trianes et al., 2003). Estas conductas
femeninas se corresponden con una mayor Competencia Social. As en este estudio,
se marca como hiptesis la influencia de la variable sexo, concretamente se propone
que el sexo es una variable predictora ya que las chicas obtendrn mayores puntuaciones
en la escala Habilidades Sociales Positivas, mientras que los chicos puntuarn ms alto
en las escalas de Asertividad Inapropiada, Orgullo y Soledad.
2c. En cuanto a la creencia religiosa, desde esta investigacin se piensa que los
alumnos creyentes han recibido ms experiencias que les han formado de manera ms
profunda la Competencia Social de la persona. Por ello se proponen las siguientes
hiptesis en relacin a la Competencia Social con estas variables en los adolescentes: los
adolescentes que son creyentes puntuarn ms en la subescala de HSA de Competencia
Social que los que se definen ateos o agnsticos.
2e. En el estudio de la variable Curso, se piensa que a medida que los jvenes
estn ms expuestos al sistema educativo, habrn tenido mayores experiencias que
habrn contribuido al desarrollo de su Competencia Social. Por esto se propone la
siguiente hiptesis de investigacin: los adolescentes que estn en cursos superiores
puntuarn ms en las subescala de HSA de Competencia Social y menos en AI.
183
4a. Son diversos autores e investigaciones las que se han ocupado de abordar la
influencia del sexo sobre el concepto de empata. Por su parte, Davis (1980) a partir de
los resultados del IRI constat las fuertes diferencias de sexo que establecan las
subescalas. Permitiendo establecer una puntuacin diferenciada en el grupo de mujeres
(mayor) respecto al de varones. Otros estudios como los de Batson (1992), Eisenberg y
Lennon (1983), Eisenberg et al., (1991), Eisenberg et al., (1995); Hoffman (1977), MartVilar y Palma (2010), Mestre et al., (2004) y Palma (2013) concluyen lo mismo, que la
relacin entre la variable sexo con el constructo empata correlacionaba positivamente
de manera significativa, las mujeres son ms empticas que los varones. Otros
investigadores como Batson, Fultz y Schoenrade (1992) justifican las diferencias de
puntuacin en empata debidas a la variable sexo como resultado de las diferencias
existentes entre los roles sexuales de mujeres y varones. Se debera a que es ms
aceptado socialmente que las mujeres manifiesten sus sentimientos tanto de ansiedad
y enfado como de ternura y compasin. Por ello se marca como hiptesis que las
mujeres obtendrn mayores puntuaciones que los hombres en las distintas categoras
empticas del IRI.
4b. Continuando con las variables personales, la edad ha sido una variable de
inters en el estudio de la empata (Calvo et al., 2001; Hoffman, 1992; Mestre et al.,
1998), el proceso motivacional que supone la empata y el la ayuda al otro mantiene un
desarrollo similar al avance cognitivo social del individuo. De esta manera, en estadios
avanzados la persona ser capaz de influenciarse de la situacin personal negativa que
otros estn experimentando y empatizar. Para lo cual es necesario un nivel de madurez
avanzado. Otros estudios como los de Davis y Franzoli (1991) sobre la influencia de la
edad en el constructo de empata destacan que con la edad aumenta la toma de
184
185
6d. La identificacin con los iguales aumenta durante la adolescencia, esto hace
que la conducta prosocial sea crucial para el ajuste escolar durante esta etapa. Otras
investigaciones sobre conducta prosocial revelan que los adolescentes que presentan
niveles significativamente ms elevados en conducta prosocial tienden alcanzar
resultados acadmicos ms satisfactorios, mientras que quienes se comportan de forma
violenta y antisocial suelen tener un menor rendimiento acadmico o llegan incluso a
protagonizar fracaso escolar (Ingls et al., 2009, 2011, 2012; Jimnez, 2003, Snchez
Teruel et al., 2013 y Torregrosa et al., 2012). Por tanto, teniendo en cuenta los hallazgos
de estudios previos, se espera que la conducta prosocial sea un predictor positivo y
estadsticamente significativo del xito acadmico por lo que la hiptesis de trabajo es
que los estudiantes con notas medias ms altas presentarn una mayor prosocialidad.
187
188
190
La muestra total definitiva sobre la que se ha aplicado este estudio est compuesta
por un total de 316 adolescentes estudiantes de Educacin Secundaria Obligatoria
(E.S.O) y Bachillerato. Ha sido seleccionada al de manera incidental entre la poblacin
del Colegio Concertado Victoria Dez, Colegio Concertado Las Vias, Instituto Pblico
de Educacin Secundaria Segundo de Chomn y el Instituto Pblico de Educacin
Secundaria Vega del Turia de Teruel. En cada uno de los centros se han administrado
los cuestionarios dentro del horario lectivo, durante la clase de tutora, utilizando en
cada pase unos 45 minutos. En cuanto a la variable sexo, 159 (50,3 %) son mujeres y 157
(49,7%) son varones. Se puede destacar que la muestra est equilibrada.
En cuanto a la edad, la media de esta muestra est en los 15 aos, con una
desviacin tpica de 1,797 aos y la moda es de 16 aos. En cualquier caso la edad oscila
191
entre los 12 y los 18 aos, edades de los alumnos y alumnas adolescentes que cursan
enseanza media. La distribucin de la muestra en relacin a la variable edad es la
siguiente: 12 aos el 8,5% (27), 13 aos el 17,1% (54), 14 aos el 11,7% (37), 15 aos el
16,8% (53), 16 aos el 20,3% (64), 17 aos 17,1% (54) y 18 aos el 8,5% (27).
SEXO
EDAD
CURSO
Mujer
Varn
159
157
50,3 %
49,7%
12 aos
13 aos
14 aos
15 aos
16 aos
17 aos
18 aos
27
54
37
53
64
54
27
8,5
17,1
11,7
16,8
20,3
17,1
8,5
1 ESO
2 ESO
3 ESO
4 ESO
1 BACHILLER
2 BACHILLER
53
52
46
53
56
56
16,8
16,5
14,6
16,8
17,7
17,7
316
192
100
Adems de estas, hay otras variables que resultan de inters en este estudio. Una
de ellas es la opcin religiosa de los alumnos, en relacin a ella se han definido a s
mismos como creyentes, agnsticos o ateos. En la Tabla 11 aparecen estos datos.
TABLA 11: Creencia religiosa de la muestra
N SUJETOS
CREENCIA
Creyente
189
59,8
RELIGIOSA
Agnstico
68
21,5
Ateo
59
18,7
316
100
N SUJETOS
NOTA MEDIA
Suficiente
53
16,8
Bien
100
31,6
Notable
129
40,8
Sobresaliente
34
10,8
316
100
193
ESUDIOS
DE LA MADRE
Bsicos
83
26,3
Medios
105
33,2
Superiores
128
40,5
316
100
Bsicos
98
31,0
ESTUDIOS
Medios
99
31,3
DEL PADRE
Superiores
119
37,7
316
100
el respeto al anonimato. Por esto, se cubren las garantas que establecen la privacidad
de los datos obtenidos en cualquier circunstancia.
la relacin de notas medias del curso anterior de una manera annima y se pudo
disponer de unos datos fiables y corroborados con los centros.
6.3
INSTRUMENTOS
DE
EVALUACIN
UTILIZADOS
PROPIEDADES
PSICOMTRICAS
En esta investigacin, los instrumentos que se han utilizado para la evaluacin son
el MESSY (The Matson Evaluation of Social Skills in Youngsters; Matson, Rotatori y
Helsel, 1983), el TISS o Inventario de Habilidades Sociales para Adolescentes (Teenage
Inventory of Social Skills; Inderbitzen y Foster, 1992) y el IRI o ndice de Reactividad
Interpersonal (Interpersonal Reactivity Index; Davis, 1980), todos en versin castellana.
ha sido elaborado para realizar una evaluacin del nivel de ajuste de la conducta social
del individuo y decir adems, que se pueden encontrar dos tipos de cuestionario
diferentes: una de ella destinada a docentes y otra dirigida al alumnado con edades
comprendidas entre los 4 y los 18 aos, (que es la que se ha empleado). Permite medir
problemas del comportamiento social y tambin las habilidades y competencias
adecuadas. La aplicacin del instrumento se ha llevado a cabo con la traduccin y
adaptacin realizada por Trianes y colaboradores (2002) y la revisin hecha por Mndez,
Hidalgo e Ingls (2002).
A) ESTRUCTURA
197
para conseguir algo que quiero, molesto a la gente para enfadarla o me vengo de
quien me ofende, son algunos ejemplos de ello.
B) FIABILIDAD Y VALIDEZ
Tal y como recoge en su tesis Caurcel (2009) las propiedades psicomtricas de este
instrumento evaluativo han sido indagadas de forma minuciosa, especialmente en
poblaciones a de habla inglesa, resultando, en general, satisfactorias con un alfa de
Cronbach = .80 y en poblacin espaola (Mndez, Hidalgo e Ingls, 2002), aplicada a
634 adolescentes entre 12 y 17 aos hallaron tambin una elevada consistencia interna
con un = .88.
Este
198
A) ESTRUCTURA
199
B) FIABILIDAD Y VALIDEZ
A) ESTRUCTURA
muy poco (2), Me describe un poco (3), Me describe algo (4), Me describe bastante (5) y
Me describe totalmente (6). Teniendo en cuenta los resultados, y a partir de ellos, se
obtienen dos puntuaciones distintas que hacen referencia cada una a la subescala
correspondiente, bien sea Conducta Prosocial o Conducta Antisocial. La manera en la
que se calculan es sumando cada uno de los valores obtenidos en el tem que compone
cada una de las subescalas. En ambos casos las puntuaciones elevadas son una
confirmacin de una mayor presencia de dicha conducta.
B) FIABILIDAD Y VALIDEZ
Considerando a las propiedades psicomtricas del TISS, tal y como apunta Ingls
et al., (2003), obtuvieron sobre una muestra de 660 adolescentes un coeficiente de
consistencia interna de alfa de Cronbach= .89 en conducta prosocial y alfa de Cronbach=
.84 en conducta antisocial. Se puede hacer referencia tambin a otras investigaciones
que se encuentran en esta misma lnea de resultados como los de Inderbitzen y Foster
(1992), que aplicaron este cuestionario a una poblacin de 41 adolescentes y en ella
encontraron coeficientes de consistencia interna de alfa de Cronbach= 0.88 para ambas
subescalas.
202
correlaciones
estadsticamente
significativas
con
puntuaciones
203
TERCERA PARTE
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIN
205
CAPTULO VII
RESULTADOS EN LA COMPETENCIA SOCIAL, LA EMPATA
Y LA CONDUCTA PROSOCIAL DE LA MUESTRA
INTRODUCCIN
207
Mnimo
Mximo
HSA
81,43
8,38
943
104
AI
39,82
8,66
23
67
SO
14,25
4,38
27
CES
11,44
2,02
21
208
28
tems,
la
de
Asertividad
Inapropiada
dispone
de
27
tems,
lugar
en
Habilidades
Sociales
Apropiadas,
en
segundo
lugar
en
3,5
3
2,5
2
Media
1,5
1
0,5
0
HSA
AI
SO
CES
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Sexo
gl num
gl den
n2
HSA
314
24,63
,000
0,73
AI
314
12,99
,000
,040
SO
314
19,01
,000
,057
CES
314
2,69
,102
,009
210
La
HSA
AI
SO
CES
211
HOMBRES
MUJERES
79,159
83,673
8,456
7,697
41,560
38,113
8,761
8,235
15,305
13,213
4,426
4,097
11,636
11,264
11,449
1,953
Edad
HSA
,001
AI
-,127*
SO
,032
CES
-,018
212
A continuacin se presenta el anlisis que relaciona las subescalas del MESSY con
las creencias religiosas de los adolescentes. Cabe destacar esta muestra se compone de
un grupo mayoritariamente creyente. La distribucin de la en relacin a esta variable es
la siguiente: hay un 59,8% (189) que se definen creyentes, un 21,5% (68) que se
consideran agnsticos y un 18,7% (59) que afirman ser ateos. Para este anlisis se han
realizado diversos MANOVAs. En primer lugar se ha comprobado si aparecan
diferencias en las puntuaciones obtenidas en las cuatro subescalas entre los creyentes,
los agnsticos y los ateos. El MANOVA aplicado constat en sus resultados que no era
significativo (F (8,622) = 8.642; p < .110; n2= < .021). Por ellos no se considera relevante
continuar con este punto de la investigacin.
Nota Media
HSA
,151**
AI
-,136*
SO
,129*
CES
,002
Notas: ** La correlacin es significativa al nivel 0,01 (bilateral)
* La correlacin es significante al nivel 0,05 (bilateral)
213
Los resultados anteriores muestran como la variable nota media tiene influencia
en la Competencia Social. Concretamente en las escalas de Habilidades Sociales
Apropiadas, Asertividad Inapropiada y Sobreconfianza/Orgullo. Esto viene a significar
que a medida que la nota media es mayor, se obtienen mayores puntuaciones en HSA y
en SO porque se establecen diferencias estadsticamente significativas y positivas. Por
otro lado, se aprecia como a medida que los alumnos obtienen notas medias ms bajas,
puntan menos en estas dos subescalas del MESSY y ms en AI, donde se aprecian estas
diferencias estadsticamente significativas y de manera negativa.
Curso
HSA
- ,006
AI
- ,134*
SO
,024
CES
- ,036
Para realizar este anlisis se han llevado a cabo diversos MANOVAs. Por ello, en
primer lugar se ha constatado si se daban diferencias en las puntuaciones obtenidas en
a partir de las subescalas del MESSY entre aquellos cuyas madres tienen estudios
bsicos, medios o superiores. El MANOVA mostr que era significativo (F (8,622) = 8.300;
p < .001; n2= < .041). Es por ellos que se considera esta variable porque explica un 41
% de la varianza respecto de las puntuaciones que se hallaron en la investigacin.
Teniendo en cuenta todo esto, es relevante seguir con este punto de la investigacin
para clarificar en qu subescalas del instrumento que mide la Competencia Social se han
podido dar dichas diferencias
215
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Estudios de
La Madre
gl num
gl den
n2
HSA
314
3,838
,023
,024
AI
314
3,651
,027
,023
SO
314
3,069
,048
,019
CES
314
3,428
,034
,021
216
HSA
AI
SO
CES
BSICOS
MEDIOS
SUPERIORES
79,879
80,8819
82,937
9,241
7,413
8,360
37,855
41,257
39,825
8,303
9,601
7,861
13,277
14,381
14,781
4,176
4,268
4,536
11,265
11,161
10,804
2,030
1,716
2,206
Se han realizado las pruebas post hoc donde se aprecian diferencias significativas
en relacin a esta variable con el constructo Competencia Social, donde se corroboran
los resultados anteriores. Esto se aprecia en las Tablas 23, 24, 25 y 26.
SUPERIORES
-,93
MEDIOS
-3,05****
-2,11
217
MEDIOS
BSICOS
SUPERIORES
-3,40****
-2,07
MEDIOS
1,32
SUPERIORES
-1,10
MEDIOS
-1,50****
1,32
SUPERIORES
,10
MEDIOS
-,53
-,64****
218
Para continuar con el anlisis se han desarrollado diversos MANOVAs. Es por esto
que se ha comprobado en un primer momento si se daban diferencias en las
puntuaciones obtenidas en a partir de las subescalas del MESSY entre aquellos cuyos
padres tienen estudios bsicos, medios o superiores. El MANOVA mostr que era
significativo (F (8,622) = 8.805; p < .073; n2= < .023). Con estos datos no se considera
apropiado el estudio esta variable.
Este segundo punto analiza el grado de Empata que muestran los adolescentes
de Educacin Secundaria y Bachillerato que forman la muestra de este estudio.
Seguidamente se establece la descripcin de la influencia que han ejercido las variables
independientes (edad, sexo, creencia religiosa, nota media, curso, nivel de estudios de
la madre y nivel de estudios del padre) al hacer referencia al alumnado como ms o
menos emptico.
Mnimo
Mximo
PT
15,607
5,886
2,000
29,000
FS
16,632
4,883
5,000
32,000
EC
18,183
5,675
2,000
30,000
PD
11,908
5,406
1,000
28,000
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
Media
PT
FS
EC
220
PD
El MANOVA mostr que era significativo (F (4,311) = 4225; p < .002; n2= < .052).
De esta manera, considerando el tamao del efecto, se comprob que la variable sexo
explica un 5,2% de la varianza de las puntuaciones halladas en el estudio en relacin a
la Empata, se considera relevante continuar con el estudio para averiguar en cules de
las subescalas del instrumento se pudieron obtener dichas diferencias.
221
Variables
Variacin
Dependientes
Sexo
gl num
gl den
n2
PT
314
,694
,405
,002
FS
314
2,071
,151
,007
EC
314
5,344
,021
,017
PD
314
1,292
,257
,004
PT
FS
EC
PD
222
HOMBRES
MUJERES
15,885
15,333
5,444
6,298
16,235
17,025
4,470
5,244
17,445
18,911
5,578
5,694
11,560
12,251
5,329
5,477
Edad
PT
,439**
FS
,226**
EC
,411**
PD
,379**
El siguiente anlisis relaciona las subescalas del IRI con las creencias religiosas de
los jvenes. La muestra se compone de un grupo mayoritariamente creyente,
concretamente: hay un 59,8% (189) que se definen creyentes, un 21,5% (68) que se
consideran agnsticos y un 18,7% (59) que afirman ser ateos.
223
Variables
Variacin
Dependientes
Creencia
Religiosa
gl num
gl den
n2
PT
314
1,572
,209
,010
FS
314
3,723
,025
,023
EC
314
,046
,956
,000
PD
314
1,370
,256
,009
224
PT
FS
EC
PD
CREYENTES
AGNSTICOS
ATEOS
15,317
15,352
16,830
5,815
5,807
6,142
16,507
15,750
18,050
4,888
4,854
4,673
18,227
18,000
18,254
5,198
6,348
6,383
12,301
11,544
11,067
5,459
5,529
5,044
Adems tambin se han aplicado las pruebas post hoc a las cuatro subescalas del
IRI que evalan la Empata y en relacin a esta variable. Tal y como muestra la Tabla 33,
igualmente slo se han encontrado diferencias significativas en la subescala de Fantasa.
Aqu son apreciables las diferencias que se dan entre los sujetos que se definen ateos
con los agnsticos. Se obtiene como dato estadsticamente significativo que los
adolescentes ateos puntan ms en la subescala Fantasa que los agnsticos.
225
AGNSTICO
CREYENTE
AGNSTICO
-,757
ATEO
- 1,542
2,300***
Curso
PT
,168**
FS
,163**
EC
,151**
PD
,159**
Nota Media
PT
,485**
FS
,237**
EC
,439**
PD
,392**
Notas: ** La correlacin es significativa al nivel 0,01 (bilateral)
* La correlacin es significante al nivel 0,05 (bilateral)
Los resultados de la Tabla 35, muestran que la variable nota media ejerce
influencia en la Empata en todas las subescalas (PT, FS, EC y PD). Esto significa que a
medida que la nota media es mayor, se obtienen mayores puntuaciones todas las
subescalas porque se establecen diferencias estadsticamente significativas y positivas.
227
TABLA 36: Relaciones del nivel de estudios de la madre en las subescalas del IRI
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Estudios de
La Madre
gl num
gl den
n2
PT
314
,511
,601
,003
FS
314
,900
,408
,006
EC
314
1,193
,305
,008
PD
314
,695
,500
,004
Para continuar con el anlisis se han desarrollado diversos MANOVAs. Es por esto
que se ha comprobado en un primer momento si encontraban diferencias en las
228
puntuaciones obtenidas en a partir de las subescalas del IRI. El MANOVA mostr que no
era significativo (F (8,622) = 8.723; p= < .671; n2= < .009). Con estos datos no se
considera apropiado el estudio esta variable.
TABLA 37: Relaciones del nivel de estudios del padre en las subescalas del IRI
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Estudios
del Padre
gl num
gl den
n2
PT
314
,918
,400
,006
FS
314
,129
,879
,001
EC
314
,119
,888
,001
PD
314
,023
,978
,000
229
Mnimo
Mximo
CP
86,142
13,124
37,00
114,00
CA
50,816
12,564
24,00
88,00
230
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Media
CP
CA
Para comenzar, esta muestra consta de 159 mujeres (49,7 %) y 157 varones
(50,3%), por lo que est equilibrada. Por ello a continuacin se ha analizado la influencia
que esta variable ejerce sobre la Conducta Prosocial.
231
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Sexo
gl num
gl den
n2
CP
314
65,365
,000
,172
CA
314
28,946
,000
,084
CP
CA
HOMBRES
MUJERES
80,669
91,547
12,154
11,764
54,484
47,195
12,293
11,787
-,098
CA
-,032*
Notas: * La correlacin es significante al nivel 0,05 (bilateral)
233
que compone la muestra, los jvenes manifiestan una Conducta Agresiva mayor cuando
son ms jvenes y esta disminuye conforme se van haciendo mayores.
En este punto se presenta el anlisis que relaciona las subescalas del TISS con la
creencia religiosa de los adolescentes. En esta variable la muestra se compone de un
59,8% (189) que se definen creyentes, un 21,5% (68) que se consideran agnsticos y un
18,7% (59) que afirman ser ateos, por lo que es un grupo mayoritariamente creyente.
Para este anlisis se han elaborado varios MANOVAs. Al inicio se ha corroborado que no
se daban diferencias en las puntuaciones obtenidas en las dos subescalas de Conducta
Prosocial entre los creyentes, los agnsticos y los ateos. El MANOVA aplicado (F (4,626)
= 4.639; p= <.635; n2= < .004), confirm que no era significativo. Considerando lo
anterior, no es relevante la continuacin del estudio de la presente variable en este
punto de la investigacin.
D) Conducta Prosocial y la variable Nota Media
234
Nota Media
CP
,111**
CA
-,068
Curso
CP
- ,095
CA
- ,146**
Notas: ** La correlacin es significativa al nivel 0,01 (bilateral)
* La correlacin es significante al nivel 0,05 (bilateral)
235
Este apartado analiza la influencia que pueden ejercer los estudios de la madre
influencia sobre la Conducta Prosocial de los adolescentes. La clasificacin es estudios
bsicos (Graduado Escolar/ESO), estudios medios (COU/Bachiller) y estudios superiores
(Universitarios). La distribucin es la siguiente: bsicos 26% (83), medios 33,2% (105) y
superiores 40,5% (128).
236
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Estudios de
La Madre
gl num
gl den
n2
CP
314
2.177
.115
.014
CA
314
4.498
.012
0.28
La Tabla 45, muestra las puntuaciones medias obtenidas en las diferentes escalas
de la Conducta Prosocial. Es destacable que la puntuacin obtenida por los adolescentes
cuyas madres tienen estudios bsicos es inferior en CA.
CP
CA
BSICOS
MEDIOS
SUPERIORES
84.759
84.971
88.000
12.682
12.985
13.396
47.385
52.619
51.562
11.753
13.178
12.215
Para aportar un anlisis ms pormenorizado se han realizado las pruebas post hoc
en la subescala CA, donde se aprecian diferencias significativas en relacin a esta
variable, en la Tabla 46. Tambin establecen que los adolescentes cuyas madres tienen
estudios bsicos, han obtenido menores puntuaciones significativas en Conducta
Agresiva respecto de aquellos que tienen madres con estudios medios o superiores.
237
SUPERIORES
-5,233***
MEDIOS
-4,177***
1,056
Este punto investiga la posible influencia que sobre la Conducta Prosocial puede
tener la variable estudios del padre. La clasificacin es la misma que la aplicada en la
variable anterior. La distribucin de la muestra est equilibrada y es la siguiente: bsicos
31% (98), medios 31,3% (99) y superiores 37,7% (119). Se han desarrollado diversos
MANOVAs para comprobar si se daban diferencias en las puntuaciones obtenidas en a
partir de las subescalas del TISS atendiendo a esta variable. El MANOVA mostr que era
significativo (F (4,626) = 4.533; p= < .007; n2= < .022). Por estos datos se considera
apropiado continuar el estudio esta variable porque explica un 22% de la varianza
respecto de las puntuaciones que se hallaron en la investigacin y as dilucidar en qu
subescalas se han podido encontrar.
238
TABLA 47: Relaciones del nivel de estudios del padre en las subescalas del TISS
Fuente de
Variables
Variacin
Dependientes
Estudios
del Padre
gl num
gl den
n2
CP
314
1,265
,284
.008
CA
314
5,817
,003
.036
TABLA 48: Medias y desviaciones tpicas de estudios del padre en Conducta Prosocial
CP
CA
BSICOS
MEDIOS
SUPERIORES
84,795
87,737
85,924
12,791
12,782
13,636
47,857
50,424
53,816
12,246
12,828
12,097
Para realizar un anlisis ms detallado se han realizado las pruebas post hoc donde
se aprecian diferencias significativas en relacin a esta variable en el constructo
Conducta Prosocial. En concreto, la Tabla 49, muestra como en los hijos de padres con
estudios bsicos, los adolescentes puntan significativamente ms bajo en Conducta
Antisocial que los alumnos cuyos padres tienen estudios superiores.
239
-2,567
MEDIOS
SUPERIORES
-5,722***
-3,155
En este sentido son varias las investigaciones (Garmezy, 1996; Howes et al., 1994;
Juntilla et al., 2006) las que establecen la relacin emprica entre ellos proponiendo que
la Empata aparecera como una subdimensin tanto de la Conducta Prosocial como de
240
EMPATA
CONDUCTA PROSOCIAL
COMPETENCIA SOCIAL
Este primer punto del captulo analiza las relaciones que existen entre los tres
constructos. Para ello, y considerando la literatura consultada, se ha estudiado la
influencia que puede tener la Empata sobre la Competencia Social y el efecto que de la
Empata sobre la Conducta Prosocial que a su vez influye en la Competencia Social.
Para evaluar este ajuste de los modelos a los datos se usaron diversos criterios, tal
y como recomienda la literatura (Hu y Bentler, 1999; Tanaka, 1993). Concretamente, los
estadsticos e ndices de ajuste utilizados son: a) estadstico c2, que se espera como
indicacin de un ajuste adecuado su no significatividad estadstica (Kline, 1998; Ullman,
1996; b) el Comparative Fit Index (CFI) que si resulta mayor de .90 (e idealmente mayor
de .95) es indicativo de buen ajuste (Bentler, 1990); c) el Normed Fit Index (NFI), que si
resulta mayor de .90 es indicativo de buen ajuste d) el Goodness-of-Fit Index (GFI), con
valores superiores a .90 indicando un buen ajuste (Tanaka, 1993); e) el Standardized
Root Mean square Residual (SRMR), con valores menores de .08 considerados como
indicadores de bondad; y f) el Root Mean Square Error of Approximation (RMSEA), que
con valores de .05 o menos indican tambin ajuste adecuado. Existe un criterio conjunto
que proponen Hu y Bentler (1999) segn el cual un modelo hipotetizado tiene un buen
ajuste a los datos si satisface simultneamente un CFI de al menos .95 y un RMSEA
menor que .06. Todos los modelos de ecuaciones estructurales en el paquete especfico
EQS 6.1 (Bentler, 2006).
242
PT v1
CP v9
FS v2
EC v3
CA v10
PD v4
HSA v5
AI v6
SO v7
CES v8
Los anlisis previos indicaron que los ndices de ajuste que tena este modelo no
eran adecuados. Por este motivo, y con la intencin de conseguir hallar un modelo
representativo de los datos, se eliminaron las covarianzas entre predictores que no
resultaron estadsticamente significativas, y adems se aadieron tres efectos directos
243
PT v1
-. 145
.092
CP v9
FS v2
EC v3
.699
-.318
-.177
PD v4
.629
.200
HSA v5
CA v10
.201
.191
AI v6
SO v7
CES v8
Cabe destacar que en este segundo modelo se present una 24 = 12.336 (p .01),
y unos ndices de ajuste muy adecuados: CFI = .992; GFI = .992; SRMR=.013; RMSEA =
.081.
Por ltimo, tambin son destacables las relaciones halladas que contemplan
elementos de los tres constructos. En estas, se puede afirmar que dentro del constructo
de la Empata, la dimensin Preocupacin Emptica, influye de forma indirecta y
negativa, a travs de la Asertividad Inapropiada de manera directa y positiva del
constructo Competencia Social, inciden en la Conducta Antisocial que pertenece a la
Conducta Prosocial.
245
V1 (PT)
V2 (FS)
V3 (EC)
V1 (PT)
V2 (FS)
.449**
V3 (EC)
.655**
.457**
V4 (PD)
.457**
.485**
.502**
V4 (PD)
246
CUARTA PARTE
CONCLUSIONES FINALES
Y DISCUSIN
247
CAPTULO VIII
CONCLUSIONES FINALES SOBRE
LA COMPETENCIA SOCIAL, LA EMPATA Y LA CONDUCTA PROSOCIAL
DE LOS ADOLESCENTES
INTRODUCCIN
En este primer punto del captulo aparecen recogidas las principales resoluciones
a las que se ha llegado en torno al estudio de la Competencia Social.
249
Desde los inicios del siglo pasado, la Competencia Social ha sido objeto de estudio
y punto de inters para los psiclogos y alcanza su auge en la actualidad debido al amplio
abanico de posibilidades de aplicacin prctica que tiene. Desde el desarrollo de
comportamientos cvicos, al xito acadmico o acceso al currculum escolar entre otros.
Lo cierto es que este constructo alcanza las perspectivas ms modernas en el mbito
educativo siendo una de las competencias clave que establece el Eurycide (European
Commission, 2013). Adems la persona socialmente habilidosa dispone de una conducta
adaptada y es capaz de prevenir del fracaso social y personal. As, carencias en este
mbito puede conducir al desajuste social de la persona.
8.1.2 LA EMPATA
Continuamente los cambios sociales hacen que las relaciones personales se vean
sujetas a conflictos. Por lo tanto, es la empata, un valor fundamental que se intenta
transmitir desde diversas instancias sociales por su contribucin al ajuste psicosocial de
la persona. Especialmente siendo la adolescencia un periodo de cambios y dificultades,
en la que es de especial inters su estudio.
Aunque son muchas las aportaciones de los diversos autores, tal y como se pudo
constatar en el captulo dos, se pueden destacar entre ellos las contribuciones de Davis
(1983), Eisenberg y Miller (1992), Hoffman (1990), Hogan (1969), Mehrabian y Epstein,
(1972), Rogers (1979), Bryant (1992) y Titchener (1920) ente otros.
251
sobre la
Competencia Social. Sin embargo los resultados obtenidos no han coincidido con la
hiptesis de partida propuesta en relacin a los estudios contemplados revisados en la
literatura que apuntaba a que conforme avanzara la edad las puntuaciones de la escala
HSA seran mayores. S que se encontr esta significacin en la subescala Asertividad
Inapropiada. Una explicacin podra ser que el efecto madurativo tiene una influencia
en la capacidad de inhibicin de conductas no apropiadas socialmente.
tienen madres con estudios superiores puntan ms alto en HSA (que se confirma) y SO
que los que tienen estudios bsicos y ms en CES que los que tienen estudios medios.
Adems los que sus madres tienen estudios medios puntan ms alto en AI que los que
los tienen bsicos. En cuanto al Nivel de estudios del padre, los resultados obtenidos
apuntan a que esta variable no tiene un efecto significativo en la Competencia Social de
los jvenes. En futuras investigaciones se podra establecer una lnea de anlisis ms
profunda en cuanto a la influencia que ejerce el nivel de estudios de ambos progenitores
sobre la Competencia Social en los adolescentes.
256
4b. La edad de los sujetos tambin aparece como una variable discriminativa en la
empata. Los adolescentes puntan significativamente ms alto en la subescala de
Preocupacin Emptica y Toma de Perspectiva cuando son ms mayores. Estos
resultados estn en consonancia con los de Davis y Franzoli (1991), Mestre et al., (1997)
y Retuerto (2002) sobre la influencia de la edad en el constructo de empata, destacan
que con la edad aumenta la preocupacin emptica. Por el contrario no se han
encontrado diferencias significativas en las escalas Fantasa y Malestar Personal, pero
no en la direccin que se esperaba puesto que se ha encontrado que en estas subescalas
se punta ms alto cuando tienen ms edad. Esto puede deberse a que estas
dimensiones se desarrollen de manera significativa con la edad.
4d. Respecto a la variable Nota Media del curso anterior, los resultados
muestran que se establece diferenciacin en la empata. Estos resultados no coinciden
con los obtenidos por Gallego et al., (1994) que constatan como un grado de empata
elevado aparece asociado a un rendimiento alto y los ndices menores se corresponden
con un rendimiento tambin bajo. Se aprecian diferencias estadsticamente
significativas y positivas en las cuatro subescalas del IRI.
257
4f. En contra de lo que se apuntaba en las hiptesis iniciales, los resultados del
estudio de la variable Nivel de estudios de la Madre y del Padre muestran que esta
variable no tienen ningn tipo de influencia en la Empata de los jvenes de la muestra.
disminuye la Conducta Agresiva. Estos resultados coinciden con los de Eisenberg et al.,
(1991), Maras et al., (1999) y Etxebarra, (2003) entre otros. Puede que el efecto
madurativo tenga una influencia en la inhibicin de comportamientos agresivos.
En este ltimo punto del captulo se exponen las conclusiones que se han
obtenido del estudio de las relaciones entre la Competencia Social, la Empata y la
Conducta Prosocial en consonancia con las hiptesis de investigacin planteadas.
Por otro lado, se ha hallado que el Malestar Personal incide sobre la subescala
Celos/Soledad. Aunque no se haba planteado como hiptesis inicial, se puede afirmar
que en esta muestra los adolescentes que sientan malestar mostrarn actitudes
relacionadas con los celos y la soledad con otras personas. Estos resultados son
coherentes con los estudios realizados por Lpez (1994), Garmezy (1996), Simco et al.,
(2000), Juntilla et al., (2006) y Gilar et al., (2008) y Corb et al., (2008), que establecen la
relacin entre la Empata y la Competencia Social.
260
Se puede concluir que los resultados obtenidos en esta investigacin nos revelan
una relacin estadstica significativa entre la Competencia Social y la Conducta Prosocial.
Estos resultados son coherentes con la teora Roche et al., (1990), Jimnez (2003), Welsh
(2001) e Ingls et al., (2005) y los resultados obtenidos desde las diversas investigaciones
como las de Howes et al., (1994), Garmezy (1996), Joan (2000), Simco et al., (2000),
Juntilla et al., (2006) y Corb et al., (2008).
Otras Conclusiones
Para terminar con las conclusiones de esta tesis doctoral, decir que con esta
investigacin, se ha tratado de llevar a cabo una aproximacin tanto terica como
experimental al estudio de la Competencia Social, la Empata y la Conducta Prosocial de
los adolescentes. Para ello aunque no exista ningn modelo terico previo que
relacionara los tres constructos, basado en la literatura se estableci un modelo que
contemplara los tres y sus relaciones. Ya que en la propia bibliografa existen relaciones
262
Esta Tesis Doctoral plantea una investigacin controvertida desde el inicio, ya que
la relacin de constructos que se estableca, no se basaba en ningn modelo terico
previo, ni sigue los estudios de otros autores de manera completa.
Este estudio han tenido en cuenta las distintas corrientes tericas, los
planteamientos de autores de renombre en los tres mbitos y las ms pioneras
aportaciones. Esto ha permitido una aproximacin al estudio no slo terico, sino
tambin emprico, gracias a la participacin del alumnado de educacin secundaria que
han participado voluntariamente.
Los resultados derivados de estos anlisis, han refutado que se contaba con una
muestra suficientemente amplia y representativa que ha garantizado un estudio
adecuado de las variables sociodemogrficas. En cuanto al estudio de las relaciones
entres los constructos, decir que se han seleccionado los instrumentos ms avalados por
la investigacin de cada campo y que ha perimitido delimitar el objeto de estudio
estableciendo unos resultados concretos encaminados a sentar las bases para futuras
investigaciones que quisieran contribuir a la clarificacin de estas relaciones.
Por ltimo, en cuanto al procedimiento, decir que este estudio ha contado con la
participacin de jvenes pertencecientes a distintos centros, que ha requerido de la
colaboracin de los mismos para la cumplimentacin de los instrumentos, lo cual
supone un reto en el mbito educativo por el limitado tiempo que se dispone para el
cumplimiento del propio currculum.
Ante las difciles situaciones que se estn dando en el entorno, podemos afirmar
que nos encontramos en un momento de cambio. Lo que hace especialmente
importante estar atentos a estas variaciones para determinar hacia qu direccin deben
ir los avances. Algunos de los agentes que analizan esta realidad y aportan resultados
rigurosos son los informes elaborados por el Eurydice (2013) y PISA (2014). Partiendo
de su estudio, es posible realizar una aproximacin a los distintos mbitos, conociendo
los puntos crticos, que hacen necesario plantear actuaciones de mejora.
Es por ello, que en el actual contexto social, no hay que menospreciar el gran papel
de la escuela, que no solo es transmisora del currculum acadmico, sino que es agente
de transformacin y de cambio. Adems hay que destacar su labor en el proceso de
264
Y para finalizar esta investigacin, desde este punto se quiere contar con la
aportacin de unas ltimas reflexiones de todo este proceso de estudio que pudieran
servir como futuras lneas de investigacin:
265
266
BIBLIOGRAFA
267
270
271
272
274
275
276
277
282
283
284
285
286
287
289
290
291
292
293
294
295
296
297
299
300
301
302
305
306
307
308
APNDICE
309
CHICOS
EN LAS PGINAS DE ESTE CUADERNILLO ENCONTRARS
CUESTIONES SOBRE ASECTOS DE TU VIDA:
SITUACIONES HIPOTTICAS, VALORES, CREENCIAS,
RELACIONES CON LOS COMPAEROS
EN ESTOS CUESTIONARIOS
NO HAY RESPUESTAS CORRECTAS O INCORRECTAS
NO ES UN EXAMEN.
ES IMPORTANTE QUE LEAS LOS CUESTIONARIOS
CON DETENIMIENTO Y LOS CONTESTES
CON MXIMA FRANQUEZA.
CENTRO: ______________________________________________
A. SEXO: 1. Mujer
B. EDAD:
2. Varn
11
12
13
C: CURSO ACTUAL:
14
15
16
17
18
1. 1 ESO
2. 2 ESO
5. 1 BACHILLER
3. 3 ESO
6. 2 BACHILLER
4. 4 ESO
D. NOTA MEDIA CURSO ANTERIOR:
1. Insuficiente
2. Suficiente
E. OPCIN RELIGIOSA:
3. Bien
4. Notable
1. Creyente
2. Agnstico
3. Ateo
F. ESTUDIOS DE LA MADRE:
311
5. Sobresaliente
19
20
T.I.S.S
INSTRUCCIONES:
Los jvenes hacen muchas cosas con otros chicos cada da. Probablemente t haces algunas cosas ms a
menudo que otras. Lee cada uno de los siguientes enunciados e indica el grado en que cada uno de ellos
te describe mediante el nmero correspondiente.
1
2
3
4
5
6
No me
Me describe
Me describe
Me describe
Me describe
Me describe
describe nada
muy poco
un poco
algo
bastante
totalmente
1. Cuento chistes y mis compaeros de clase se ren. 1 2 3 4 5 6
2. Intento que mis compaeros de clase hagan las cosas a mi manera cuando trabajamos en una tarea
de grupo ..1 2 3 4 5 6
3. Doy la cara por otros chicos cuando alguien dice algo grosero a sus espaldas.. 1 2 3 4 5 6
4. Olvido devolver cosas que otros chicos me han prestado.. 1 2 3 4 5 6
5. Hago chistes sobre otros chicos cuando son torpes en los deportes.... 1 2 3 4 5 6
6. Quedo con otros chicos para salir... 1 2 3 4 5 6
7. Ayudo a otros chicos en sus deberes cuando me piden ayuda 1 2 3 4 5 6
8. No hago caso a mis compaeros de clase cuando me dicen que deje de hacer lo que estaba
haciendo 1 2 3 4 5 6
9. Les ofrezco ayuda a mis compaeros de clase para hacer sus deberes 1 2 3 4 5 6
10. Cuando no me gusta el aspecto que tienen otros chicos, se lo digo. 1 2 3 4 5 6
11. Escucho cuando otros chicos quieren hablar sobre un problema1 2 3 4 5 6
12. Me ro de otros chicos cuando cometen errores.1 2 3 4 5 6
13. Empujo a los chicos que no me gustan1 2 3 4 5 6
14. Cuando quiero hacer algo, intento persuadir a otros chicos para que lo hagan, aunque no
quieran..1 2 3 4 5 6
15. Me aseguro que todos tengan su turno cuando se hace una actividad en grupo..1 2 3 4 5 6
16. Cuando estoy con otros chicos, slo hablo de aquellos temas que me interesan..1 2 3 4 5 6
17. Pido consejos a otros chicos1 2 3 4 5 6
18. Les digo a otros chicos que son simpticos..1 2 3 4 5 6
312
29. Le digo a mis compaeros de clase que lo siento cuando s que he daado sus
sentimientos..1 2 3 4 5 6
30. Digo la verdad cuando hago algo malo y otros chicos son culpados por ello..1 2 3 4 5 6
31. Hablo ms que los dems cuando estoy en grupo de chicos1 2 3 4 5 6
32. No hago caso de otros chicos cuando me hacen cumplidos1 2 3 4 5 6
33. Tiro cosas cuando estoy enfadado1 2 3 4 5 6
34. Ofrezco prestar mi ropa a otros chicos para ocasiones especiales1 2 3 4 5 6
35. Me muestro agradecido con otros chicos cuando han hecho algo bueno por m1 2 3 4 5 6
36. Pongo de mi parte cuando trabajo con un grupo de compaeros de clase1 2 3 4 5 6
37. Cuando estoy enfadado, insulto a mis compaeros de clase1 2 3 4 5 6
38. S guardar secretos...1 2 3 4 5 6
39. Digo a otros chicos cmo siento las cosas realmente1 2 3 4 5 6
40. Comparto mi comida con compaeros de clase cuando me lo piden1 2 3 4 5 6
313
MESSY
INSTRUCCIONES:
Rodea con un crculo el nmero que mejor represente si la frase describe tu forma de ser o comportarte
generalmente, teniendo en cuenta la siguiente equivalencia:
1
Nunca
2
A veces
3
A menudo
4
Siempre
4. Soy un mandn (le digo a la gente lo que tiene que hacer en lugar de preguntar/pedir).
15. Me enfado y me pongo celoso cuando a otras personas les va bien las cosas.
24. Digo "gracias" y soy feliz cuando la gente hace algo por m
314
55. Hago cosas buenas por la gente que se porta bien conmigo
57. Me quedo en casa de la gente tanto tiempo, que casi me tienen que echar
315
I.R.I
INSTRUCCIONES: Las siguientes frases se refieren a vuestros pensamientos y sentimientos en una
variedad de situaciones. Para cada cuestin indica cmo te describe eligiendo la puntuacin de 0 a 4.
Cuando hayas elegido tu respuesta, marca con una cruz la casilla correspondiente. Lee cada frase
cuidadosamente antes de responder. Contesta honestamente. Gracias.
0
No me describe
bien
1
Me describe un
poco
2
Me describe
bastante bien
3
Me describe bien
4
Me describe muy
bien
0 1 2 3 4
1. Sueo y fantaseo, con alguna regularidad, acerca de las cosas que me podran
suceder
2. A menudo tengo sentimientos tiernos y de preocupacin hacia la gente menos
afortunada que yo
3. A menudo encuentro difcil ver las cosas desde el punto de vista de otra persona
4. A veces no me siento muy preocupado por otras personas cuando tienen problemas
5. Verdaderamente me identifico con los sentimientos de los personajes de una novela
6. En situaciones de emergencia, me siento aprensivo e incmodo
7. Soy usualmente objetivo cuando veo una pelcula u obra de teatro y a menudo no
me involucro completamente
8. Intento tener en cuenta cada una de las partes (opiniones) en desacuerdo (conflicto)
antes de tomar una decisin
9. Cuando veo que a alguien se le toma el pelo, tiendo a protegerlo
10. Normalmente siento desesperanza cuando estoy en medio de una situacin muy
emotiva
11. A menudo intento comprender mejor a mis amigos imaginndome como ven ellos
las cosas (ponindome en su lugar)
12. Resulta raro para m implicarme completamente en un buen libro o pelcula
13. Cuando veo a alguien herido, tiendo a permanecer calmado
14. Las desgracias de otros usualmente no me molestan mucho
15. Si estoy seguro que tengo la razn, no pierdo tiempo escuchando los argumentos
de los dems
16. Despus de ver una obra de teatro o cine me he sentido como si fuera uno de los
personajes
17. Cuando estoy en una situacin emocionalmente tensa me asusto
18. Cuando veo a alguien que est siendo tratado injustamente, a veces no siento
ninguna compasin por l
19. Soy habitualmente bastante eficaz al ocuparme de emergencias
316
317
CHICAS
EN LAS PGINAS DE ESTE CUADERNILLO ENCONTRARS
CUESTIONES SOBRE ASECTOS DE TU VIDA:
SITUACIONES HIPOTTICAS, VALORES, CREENCIAS,
RELACIONES CON LOS COMPAEROS
EN ESTOS CUESTIONARIOS
NO HAY RESPUESTAS CORRECTAS O INCORRECTAS
NO ES UN EXAMEN.
ES IMPORTANTE QUE LEAS LOS CUESTIONARIOS
CON DETENIMIENTO Y LOS CONTESTES
CON MXIMA FRANQUEZA.
CENTRO: ______________________________________________
A. SEXO: 1. Mujer
B. EDAD:
2. Varn
11
12
13
C: CURSO ACTUAL:
14
15
16
17
18
1. 1 ESO
2. 2 ESO
5. 1 BACHILLER
3. 3 ESO
6. 2 BACHILLER
4. 4 ESO
D. NOTA MEDIA CURSO ANTERIOR:
1. Insuficiente
2. Suficiente
E. OPCIN RELIGIOSA:
3. Bien
4. Notable
1. Creyente
2. Agnstico
3. Ateo
F. ESTUDIOS DE LA MADRE:
318
5. Sobresaliente
19
20
T.I.S.S
INSTRUCCIONES:
Los jvenes hacen muchas cosas con otros chicos cada da. Probablemente t haces algunas cosas ms a
menudo que otras. Lee cada uno de los siguientes enunciados e indica el grado en que cada uno de ellos
te describe mediante el nmero correspondiente.
1
2
3
4
5
6
No me
Me describe
Me describe
Me describe
Me describe
Me describe
describe nada
muy poco
un poco
algo
bastante
totalmente
1. Cuento chistes y mis compaeras de clase se ren. 1 2 3 4 5 6
2. Intento que mis compaeras de clase hagan las cosas a mi manera cuando trabajamos en una tarea
de grupo ..1 2 3 4 5 6
3. Doy la cara por otras chicas cuando alguien dice algo grosero a sus espaldas.. 1 2 3 4 5 6
4. Olvido devolver cosas que otras chicas me han prestado.. 1 2 3 4 5 6
5. Hago chistes sobre otras chicas cuando son torpes en los deportes.... 1 2 3 4 5 6
6. Quedo con otras chicas para salir... 1 2 3 4 5 6
7. Ayudo a otras chicas en sus deberes cuando me piden ayuda 1 2 3 4 5 6
8. No hago caso a mis compaeras de clase cuando me dicen que deje de hacer lo que estaba
haciendo 1 2 3 4 5 6
9. Les ofrezco ayuda a mis compaeras de clase para hacer sus deberes 1 2 3 4 5 6
10. Cuando no me gusta el aspecto que tienen otros chicas, se lo digo. 1 2 3 4 5 6
11. Escucho cuando otras chicas quieren hablar sobre un problema1 2 3 4 5 6
12. Me ro de otras chicas cuando cometen errores.1 2 3 4 5 6
13. Empujo a las chicas que no me gustan1 2 3 4 5 6
14. Cuando quiero hacer algo, intento persuadir a otras chicas para que lo hagan, aunque no
quieran..1 2 3 4 5 6
15. Me aseguro que todos tengan su turno cuando se hace una actividad en grupo..1 2 3 4 5 6
16. Cuando estoy con otros chicos, slo hablo de aquellos temas que me interesan..1 2 3 4 5 6
17. Pido consejos a otras chicas1 2 3 4 5 6
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MESSY
INSTRUCCIONES:
Rodea con un crculo el nmero que mejor represente si la frase describe tu forma de ser o comportarte
generalmente, teniendo en cuenta la siguiente equivalencia:
1
Nunca
2
A veces
3
A menudo
4
Siempre
4. Soy un mandn (le digo a la gente lo que tiene que hacer en lugar de preguntar/pedir).
15. Me enfado y me pongo celoso cuando a otras personas les va bien las cosas.
24. Digo "gracias" y soy feliz cuando la gente hace algo por m
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55. Hago cosas buenas por la gente que se porta bien conmigo
57. Me quedo en casa de la gente tanto tiempo, que casi me tienen que echar
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I.R.I
INSTRUCCIONES: Las siguientes frases se refieren a vuestros pensamientos y sentimientos en una
variedad de situaciones. Para cada cuestin indica cmo te describe eligiendo la puntuacin de 0 a 4.
Cuando hayas elegido tu respuesta, marca con una cruz la casilla correspondiente. Lee cada frase
cuidadosamente antes de responder. Contesta honestamente. Gracias.
0
No me describe
bien
1
Me describe un
poco
2
Me describe
bastante bien
3
Me describe bien
4
Me describe muy
bien
0 1 2 3 4
1. Sueo y fantaseo, con alguna regularidad, acerca de las cosas que me podran
suceder
2. A menudo tengo sentimientos tiernos y de preocupacin hacia la gente menos
afortunada que yo
3. A menudo encuentro difcil ver las cosas desde el punto de vista de otra persona
4. A veces no me siento muy preocupado por otras personas cuando tienen problemas
5. Verdaderamente me identifico con los sentimientos de los personajes de una novela
6. En situaciones de emergencia, me siento aprensivo e incmodo
7. Soy usualmente objetivo cuando veo una pelcula u obra de teatro y a menudo no
me involucro completamente
8. Intento tener en cuenta cada una de las partes (opiniones) en desacuerdo (conflicto)
antes de tomar una decisin
9. Cuando veo que a alguien se le toma el pelo, tiendo a protegerlo
10. Normalmente siento desesperanza cuando estoy en medio de una situacin muy
emotiva
11. A menudo intento comprender mejor a mis amigos imaginndome como ven ellos
las cosas (ponindome en su lugar)
12. Resulta raro para m implicarme completamente en un buen libro o pelcula
13. Cuando veo a alguien herido, tiendo a permanecer calmado
14. Las desgracias de otros usualmente no me molestan mucho
15. Si estoy seguro que tengo la razn, no pierdo tiempo escuchando los argumentos
de los dems
16. Despus de ver una obra de teatro o cine me he sentido como si fuera uno de los
personajes
17. Cuando estoy en una situacin emocionalmente tensa me asusto
18. Cuando veo a alguien que est siendo tratado injustamente, a veces no siento
ninguna compasin por l
19. Soy habitualmente bastante eficaz al ocuparme de emergencias
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