T5B 1990 Esoterismo Cristiano PDF
T5B 1990 Esoterismo Cristiano PDF
T5B 1990 Esoterismo Cristiano PDF
Ediciones Obelisco
SOBRE
~SOTERISMOCRISTIANO
4.1
LA PUERTA
(Retorno a las fuentes tradicionales)
da, almacenada en un sistema de inforrntiecnico, fotocopia, grabacin u otros metodos sin previo aviso y expreso permiso del propietdrio del copyright
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
PRIMERA PARTE
La tesis de Ren Gunon sobre los orgenes del cristianismo . . . . . . . . . . . . . . . .
J.M. d'Ansembourg
Esoterismo cristiano en el orimer sirlo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Carlos del Tilo
La Didach, la Epstola de los Corintios y la Homila del Segundo Siglo . . . . .
Esoterismo cristiano y cristianismo esotrico ..............
Julio Peradeiordi.
.
Notas sobre la Liturgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Eduard Durn
De Soiritu Sanctu seen San Isidoro de Sevilla
SR&^
13
23
28
38
51
58
61
SEGUNDA PARTE
La Puerta
Sobre Esoterismo Cristiano
O La Puerta, 1990
(Reservados todos los derechos)
O Ediciones Obelisco S.A.,1990
(Reservados todos los derechos)
O Emmanuel d'Hooghvorst por El Mensaje Proftico de Louis Cattiaux
(Reservados todos los derechos)
Portada: Mors et vita duellon, de Louis Cattiaux. (Reproducido con autorizacin expresa de Mme. L.Cattiaux) (Fotografia de R.A.Ferrer)
Depsito Legal: B. 13.767
I.S.B.N.: 84-7720-150-1
- 1990
Printed in Spain
Impreso en Espafia en los talleres de Romany4/Valls S.A. de Capellades (Barcelona)
89
108
11 1
129
130
135
139
C. del Tilo
Sabemos que, en una tradicin, el exoterismo (del griego, exo, exterior) significa su aspecto
exterior, es decir el conjunto de textos, rituales, prescripciones, imgenes, smbolos y figuras que se
ensean pblicamente a los fieles. Representa, en cierta manera, a la Iglesia exterior.
El esoterismo (eso, interior) en cambio, se refiere a su sentido interior u oculto. Representa a la
Iglesia interior o la Escuela.
Si el primero est al alcance de todos, el segundo es oculto, ya que constituye un misterio
interior. Sera como la experimentacin personal y secreta del contenido del exoterismo; as pues, se
comprende fcilmente que, por su misma naturaleza, el esoterismo nunca puede ser pblico.
De lo dicho podemos deducir que el exoterismo tiene que ser el reflejo exacto del misterio
esotrico y no debe separarse de su contenido, el cual se proyecta al exterior en forma de rituales,
sacramentos, prescripciones y smbolos.
Si una Iglesia exterior pierde su Escuela interior, donde se transmite el misterio oculto que
representa, o sea el sentido real y palpable de aquello que ensea, se convierte poco a poco en una
religin humana, es decir social, moral, en fin farisica; los ritos e imgenes se modifican ya que se
va olvidando a qu se refieren precisamente.
La Iglesia exterior, que perpeta la fe en la Revelacin divina, tiene que permanecer fiel para
con los que, en su seno, o sea la Escuela interior, conocen y poseen su sentido oculto y transmiten
su conocimiento (Gnosis). As pues, una necesita la otra.
Todos los profetas y apstoles autnticos, o sea los conocedores, han re-velado)); es decir, han
enseado de forma velada, porque su experiencia no puede expresarse, sino utilizando imgenes,
rituales, letra. Se experimenta desde el interior, luego se re-vela)) a fuera.
Se comprende pues, que intentar explicar el esoterismo sin haberlo experimentado, constituye
un contrasentido, ya que sera querer hablar desde fuera de lo de dentro, sin estar en l.
El esoterismo es el misterio)), ya que slo puede conocerse entrando en l (misterio: del griego
musterion, musts: iniciacin, iniciado); pues se entra en el misterio mediante una iniciacin, una
manifestacin divina1. Desde fuera, lo nico que se puede hacer, es transmitir fielmente y con
exactitud las re-velaciones de los maestros del esoterismo.
Toda tradicin procede necesariamente de la reactualizacin, o sea la experimentacin de este
misterio de regeneracin por parte de su fundador. A partir de ello, se establece una Escuela capaz
de ensear y transmitir el misterio del conocimiento operativo, y luego se puede constituir una
Iglesia exterior para comunicar la fe en la revelacin. He aqu la unin necesaria del exoterismo con
el esoterismo.
Si en el seno de este conjunto se interrumpe la transmisin del misterio, entonces la Iglesia
exterior se encuentra sin contenido vivo y la tradicin degenera en moralismo.
Por eso, Jess, el Renovador del misterio de la Gnosis, acusaba a los que llama los nom~koi,
los doctores de la ley (los que interpretaban la Toruh de manera puramente exotrica) de haber
perdido este conocimiento: Ay de vosotros, doctores de la ley, porque habis cogido la llave de la
Gnosis; vosotros mismos no habis entrado y a los que iban a entrar se lo habis impedido!)) (Lucus
XI, 52).
De este modo la letra suplant a la tradicin oral, la Escritura sustituy a la Palabra viva que
transmitan los profetas.
Cuando el Evangelio habla de los que iban a entrar, alude ciertamente al esoterismo, a la
enseanza que se da en la casan, en oposicin con la de fuera que se da en la plaza pblica)). La
llave de la Gnosis podra referirse al secreto de la iniciacin, el nico que da la entrada al conocimiento de la Divinidad.
Por qu les hablas con parbolas?, preguntan los discpulos. Respondi Jess: Porque a
vosotros se os ha dado el conocer los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no se les ha dado.
Siendo cierto que al que tiene, se le dar y estar sobrado: mas al que no tiene, le quitarn aun lo
que tiene. Por eso les hablo en parbolas, porque ellos viendo, no miran, y oyendo, no escuchan,
ni entienden)) (Mat. XIII, 10-13).
La palabra griega Gnosis empleada por Jess (en Lucas XI, 52), significa conocimiento experimental de la Divinidad; procede del verbo gignosco, conocer, de la misma raz que gignomai, nacer.
Muy a menudo suele oponerse conocimiento de Dios y amor de Dios, como si el conocimiento
excluyera el amor. Conocimiento implica renacimiento, con-noscer es con-nacer, o re-generacin,
donde encontramos la raz primitiva g-n del griego geinomai, nacer, genos, raza, linaje, etc... As
pues, no existe verdadera Gnosis sin regeneracin, muerte y resurreccin. La Gnosis o Conocimiento no se sita en el plano de la especulacin intelectual, sino que constituye la consumacin de la
realizacin y se transmite en secreto de maestro a discpulo2.
Tal es el misterio esotrico.
herederos enseaban. Dijo el Maestro: no es el discpulo superior al maestro, pero todo discpulo
ser perfecto cuando sea semejante a su maestro (Lucas VI, 40).
Se nos dir que la Iglesia no conden las experiencias msticas tle sus santos, sino todo lo
contrario. Es cierto, pero la experiencia mstica no debe confundirse con la realizacin integral
propuesta por el cristianismo, ya que la primera slo proporciona participaciones en espritu momentneas y fugitivas con la Divinidad celeste, tendiendo naturalmente a la desencarnacin del
hombre; en cambio, la segunda realiza la encarnacin de la divinidad en la naturaleza humana
purificada y regenerada en cuerpo, espritu y alma glorificados.
Esto lo explica Jess a Nicodemo, que pareca tambin haberlo olvidado: En verdad, en
verdad, te digo que quien no nace de arriba no puede ver el reino de Dios, etc... (Jn. 111, 3)
(conocimiento, en francs: connaissance, del latn cum-nascor, nacer mediante algo).
Profundizando sin prejuicios en nuestra tradicin, quin puede negar seriamente el origen
esotrico de la misma? No dice San Pablo: Por revelacin (apocalipsis) he conocido el misterio))?
(Efes. 111, 3).
Estamos seguros que en esta poca en la que proliferan los pseudomaestros y las pseudoescuelas
por unos 10 dlares al mes nos revelan los arcanos de Jesucristo, puede ser beneficioso releer a
los antiguos cristianos, aquellos que conocieron a Jesucristo o a sus apstoles y que decan: Si pide
dinero, es un falso profeta)) (Didach XI).
Este nmero es, forzosamente, incompleto: no hemos podido tocar todos los aspectos del
esoterismo cristiano. Confiamos en poder10 hacer en un prximo nmero de LA PUERTA, para
ello exhortamos a nuestros lectores a que nos escriban manifestndonos sus crticas, sugerencias,
apreciaciones, etc.
En la segunda parte de este nmero, el lector encontrar varios artculos que tratan de la obra
de Louis Cattiaux, el Mensaje Reencontrado, publicado en Espaa en traduccin castellana (Edit.
Sirio, Mlaga 1987), y en cataln (Edic. Obelisco 1988).
Aunque trasciende al esoterismo puramente cristiano, tema monogrfico del que se trata en
estas pginas, pensamos que este libro puede interesar, adems de a los cristianos en bsqueda de
su propio esoterismo, a todos los que, en general, quieren profundizar en su tradicin.
En estos tiempos en que muchos creen que la espiritualidad slo puede hallarse en Oriente, el
Mensaje Reencontrado ha impulsado a un elevado nmero de personas a buscar en las fuentes de la
Tradicin Occidental.
PRIMERA PARTE
Hace unos aos, las paredes de la gran ciudad estaban de nuevo empapeladas con carteles
electorales que prometan una ola de renovacin y de felicidad. Los del partido comunista (tendencia Mosc) haban sido pegados con furia encima de los del partido comunista (tendencia Pelcn) y
viceversa. A su lado, figuraban grandes sloganes del partido liberal que ninguno de los dos hermanos enemigos haba juzgado til ocultar o arrancar.
Acaso no ocurri un fenmeno similar con el nacimiento del Cristianismo? San Pablo, el
apstol de los Gentiles, aport una contribucin tan determinante para la expansin de la joven
religin que cabra preguntarse si, sin l, habra sobrevivido; para ello, coment y desarroll el
patrimonio judo de esta nueva religin con la ayuda de elementos y nociones griegas que recuerdan
la filosofa de los Gentiles y sus religiones de Misterios. En efecto, se dedic al mundo greco-oriental que, sin esta ((preparacin)), hubiera tenido gran dificultad para asimilar la enseanza de Jess,
que se diriga a la mentalidad juda'.
Esta adaptacin debi estar en la raz de las incomprensiones y el odio que surgieron desde los
comienzos, entre judos y cristianos. Por otra parte, cabra preguntarse si las sorprendentes semejanzas entre el cristianismo paulino y las religiones de Misterios o iniciaciones antiguas no fueron las
que provocaron las execraciones mutuas que conocemos. Si bien los cristianos sufrieron esas feroces
persecuciones durante los tres primeros siglos, ciertamente devolvieron el cambio (centuplicado) a
los paganos, por la va de la erradicacin.. .
Sin embargo, si se hace el esfuerzo de levantar las cortezas y los velos, si se va ms all de las
imgenes y ritos para husmear el buen olor de vida que esparce la mdula de los Sabios, estaremos
sorprendidos de olerla, tanto en el caso de los judos como en el de los cristianos, tanto en los
Misterios paganos como en la Tradicin apostlica: jen Huesos separados la nica mdula suculenta!
Hemos tenido la audacia de afirmar que las religiones de Misterios y las iniciaciones paganas
presentaban grandes similitudes con el Cristianismo de los primeros siglos: volveremos posteriormente a ello. No obstante, debemos constatar que los orgenes del Cristianismo continan siendo muy
misteriosos y an hoy en da nos vemos obligados a esbozar hiptesis para intentar amueblar los
sombros lienzos de pared que subsisten en su historia primitiva. Ciertamente no resolveremos aqu
estos enigmas; nuestra ambicin se limita a dar a conocer mejor una tesis que quizs explicara
algunos malentendidos y que no puede ser rechazada fcilmente si uno se esfuerza realmente en
reflexionar sobre la cuestin, abandonando todo prejuicio, tanto clerical como anticlerical. Esta
tesis la expres Ren Gunon en sus ((Aperps sur liEsotrisme Cbrtien)) (Ed. Traditionnelles,
Pars, 1971):
Lejos de ser la religin o la tradicin exotricaque conocemos actualmente bajo este trmino,
en sus orgenes el Cristianismo tena, tanto en sus ritos como en su doctrina, un carcter fundamentalmente esotrico y por consiguiente, inicitico. Encontramos confirmacin de ello en que la
tradicin islmica considera al Cristianismo primitivo propiamente como una tariqah, es decir,
1. Sobre esta cuestin controvertida, pueden leerse las obras imparciales (por qu es eso tan poco frecuente?) de Charles Guignebert: Le ChrisfianismeAntique , Flammarion, Pars, 1928, asi como Le Christ ,
Albin Michel, 1969.
San Pablo. Fragmento de una miniatura de La historia de los Concilios. (s. IX)
inicitica y no como una shariyah o legislacin de orden social dirigida a todos; lo cual
una
es tan cierto que posteriormente se tuvo que suplir esta falta con la constitucin de un derecho
((cannico que en realidad no fue ms que una adaptacin del antiguo derecho romano, o sea, algo
que vino enteramente del exterior y no un desarrollo de lo que estaba contenido en el Cristianismo
en s. Adems, es evidente que en el Evangelio no se encuentra ninguna prescripcin que pudiera ser
considerada poseedora de un verdadero carcter legal en el sentido propio de esta palabra; la
expresin que todos conocemos de Hay que devolver al Csar lo que es del Csar... nos parece
muy adecuada en este caso, ya que implica formalmente, para todo lo que es de orden exterior, la
aceptacin de una legislacin completamente extranjera a la tradicin cristiana y que no es ms que
la que exista en el contexto donde sta naci, por cuanto estaba incorporada en el Imperio romano.
Sera, sin duda, una grave laguna si el Cristianismo huhiera sido entonces aquello en lo que se
convirti ms tarde; la existencia de tal laguna no slo seria inexplicable, sino totalmente inconcebible en una tradicin ortodoxa y regular, si dicha tradicin tena que comportar realmente un
exoterismo y un esoterismo, y si tenia incluso, diramos, que aplicarse ante todo al dominio exotrico; por el contrario, si el Cristianismo tuviera el carcter que acabamos de decir, la cosa se
explicara sin ningn esfuerzo, puesto que no se tratara en absoluto de una laguna sino de una
abstencin voluntaria de no intervenir en un sector que, por definicin, n o le concerna en estas
condiciones.
Para que esto huhiera sido posible, habra sido necesario que la Iglesia cristiana, en los primeros tiempos, huhiera constituido una organizacin cerrada o reservada, en la que no todos eran
admitidos indistintamente sino slo los que posean las cualificaciones necesarias para recibir vlidamente la iniciacin bajo la forma que se podria llamar crstica; y se podra encontrar con
facilidad muchos indicios que muestran que realmente ocurri as, aunque sean por lo general
incomprendidos en nuestra poca y que incluso, como consecuencia de la tendencia moderna que
niega el esoterismo, se busque con demasiada frecuencia de forma ms o menos consciente, desviarlos de su verdadero significado."pgs. 9 y 10).
Hay que reconocer que el argumento de Gunon tiene su peso. Al fundar el Judasmo, h'loiss
le dio libros legislativos que regulaban toda la sociedad juda (el Exodo, Levtico, Nmeros,
Deuteronomio, etc...). Asimismo, Mahoma, al transmitir la ley cornica, organiz el mundo del
Islam tanto en el terreno profano como en el religioso. El Nuevo Testamento)) carece de este
carcter legislativo de lo cual Gunon deduce que no estaba destinado a fecundar una religin nue
va con una sociedad tambin nueva y abierta a todos.
Pero si los ritos cristianos eran al principio especificamente iniciticos y reservados, cmo se
explica que se hayan convertido en una religin dirigida al gran pblico?
((Seguramente debi tratarse de una adaptacin que, pese a las deplorables consecuencias que
tuvo en algunos aspectos, fue plenamente justificada e incluso necesaria a causa de las circunstancias del tiempo y del lugar.
Si se considera cul era, en aquella. poca, el estado del mundo occidental, es decir del
conjunto de pases que comprendia el Imperio romano, uno puede fcilmente darse cuenta de que
si el Cristianismo no hubiera descendido al dominio exotrico, este mundo, en su conjunto,
hubiera quedado rpidamente desprovisto de toda tradicin; ya que las existentes hasta entonces,
como la tradicin greco-romana que predominaba de forma natural entonces, habian alcanzado un
2. Con frecuencia hemos tenido la oportunidad de constatar esta manera de proceder en la interpretacin
actual de los Padres de la Iglesia, y particularmente de los Padres griegos; nos esforzamos, todo lo que
podemos, en sostener que es errneo querer ver en ellos alusiones esotricas, y, cuando la cosa se vuelve
totalmente imposible, uno no vacila en culparles y declarar que hubo por su parte una flaqueza deplorable.
(Nota de Gunon).
grado tan elevado de degeneracin que indicaba que su ciclo de existencia estaba a punto de terminar?.
Este descenso, queremos insistir en ello, no fue en absoluto un accidente o una desviacin;
al contrario, debemos considerar que tuvo un carcter verdaderamente providencial, ya que evit
que Occidente cayera ya en aquel momento en un estado que, a fin de cuentas, podria compararse
al que vivimos ahora. El momento en el que debia producirse una prdida general de la tradicin
como la que caracteriza a los tiempos modernos, todava no habia llegado; hacia falta, pues, que
hubiera un restablecimiento, que slo el Cristianismo podia operar, con la condicin de renunciar
al carcter esotrico y reservado que tuvo en un principio; y as, el restablecimiento no slo iba
a ser benfico para la humanidad occidental, lo cual es demasiado evidente como para tener que
insistir en ello, sino que a su vez, estaba en perfecto acuerdo con las leyes cclicas en si mismas, tal
como lo est cualquier accin providencial que interviene en el curso de la historia.
Seria probablemente imposible asignar una fecha concreta a este cambio que convirti el
Cristianismo en una religin en el propio sentido de la palabra y en una forma tradicional dirigida
a todos sin distincin. En cualquier caso, lo cierto es que era un hecho consumado en la poca de
Constantino y del Concilio de Nicea, de forma que ste no tuvo ms que sancionarlo, por as
decirlo, inaugurando la era de las formulaciones dogmticas destinadas a constituir una presentacin
puramente exotrica de la doctrina.
Eso no podia ocurrir sin algunos inconvenientes inevitables, dado que el hecho de encerrar de
este modo la doctrina en unas frmulas claramente definidas y limitadas, hizo que fuera mucho ms
difcil, incluso para quienes realmente eran capaces de ello, penetrar en el sentido profundo; adems, las verdades de orden propiamente esotrico, que estaban por su propia naturaleza fuera del
alcance de la mayoria, ya no podan ser presentadas de otra forma ms que como misterios en el
sentido que la palabra tiene vulgarmente, es decir que, a los ojos de la mayoria, no tardaron en
aparecer rpidamente como algo imposible de entender, incluso prohibido de profundizar. Sin
embargo, estos inconvenientes no fueron tan grandes como para oponerse a la constitucin del
Cristianismo en forma tradicional exotrica o como para impedir su legitimidad, dada la inmensa
ventaja que, como hemos dicho, habra de resultar posteriormente de ello para el mundo occidental;
adems, si el Cristianismo como tal dejaba de ser inicitico, quedaba an la posibilidad de que
subsistiera en su interior una iniciacin especficamente cristiana para la lite, que no podia quedarse slo con el punto de vista exotrico encerrndose as en las limitaciones inherentes a ste; pero
eso es otra cuestin que analizaremos ms adelante.
Por otra parte, debemos subrayar que este cambio en el carcter esencial e incluso en la
naturaleza misma del Cristianismo, explica perfectamente, como decamos al principio, que todo lo
que le precedi haya sido voluntariamente envuelto en la oscuridad e incluso que no haya podido
ser de otra forma. Es evidente que la naturaleza del Cristianismo original, en cuanto era esencialmente esotrica e inicitica, tena que permanecer completamente ignorada por los que ahora eran
admitidos en el Cristianismo, convertido en exotrico; por consiguiente, todo lo que pudiera revelar,
incluso de forma solapada, lo que el Cristianismo para ellos habia sido realmente en su comienzo,
debia permanecer cubierto de un velo impenetrable)) (ibidem, pgs. 13 a 16).
Se podra pensar que el extraordinario nmero de herejas denunciadas ya desde el principio
de la historia del Cristianismo est en gran parte vinculado a la necesidad en que se encontr
repentinamente la Iglesia, de definir dogmticamente la Verdad, utilizando un lenguaje dirigido a
todos. Adems, desde una ptica exotrica, las autoridades religiosas quisieron juzgar y condenar
3. Est claro que cuando hablamos del mundo occidental en su conjunto, exceptuamos una lite que no
slo comprendia todavia su propia tradicin desde el punto de vista exterior, sino que adems, continuaba
recibiendo la iniciacin de los misterios; la tradicin hubiera podido mantenerse as todavia durante un tiempo
ms o menos prolongado en un contexto cada vez ms restringido, pero esto est fuera de la cuestin que
consideramos aqui ya que tratamos de Occidente en general, para quien el Cristianismo tuvo que reemplazar
las antiguas formas tradicionales en un momento en el que se habian reducido para la mayoria de la gente en
meras supersticiones en el sentido etimolgico de la palabra)) (Nota de Gunon).
cual result un lo
confusin entre estos dos sectores (exotrico y esotriyor frecuencia origina las sectas heterodoxas; no es
ristianas tuvieran este origen. Ello
de lo posible, esta confusin cuya
eficacia
manera poner en duda, incluso si, desde otro punto de vista,
-......... no
~-~ nodramos de ninguna
estamos
tentados de lamentar que tuvieron por efecto secundario la aportacin de dificultades casi
.
..
insuperables al estudio profundo y completo del Cristianismo (pg. 171.))
Rogamos al lector nos disculpe por la extensin de estas citas, pero nos parece interesante que
10s cristianos cultos conozcan una tesis que fue rechazada con ms ardor partidista que objetividad.
Tiene razn Gunon? Reconocemos estar seducidos por su audaz idea puesto que explicara
por qu hay tan escasas certidumbres respecto a los primeros siglos cristianos; pero no somos
quines para decidir. Adems del argumento legislativo indicado anteriormente, Gunon hace
valer la similitud entre los ritos de iniciacin y el ritual de los sacramentos. Por nuestra parte,
aadiremos tres elementos nuevos:
1) El cursus honorum de los catecmenos es fiel copia de las iniciaciones;
2) El Cristianismo primitivo tiene un estrecho parentesco con el culto de Mitra, que constituye
en s mismo una religin de Misterios;
3) Encontramos en las cartas de San Pablo una terminologa equivaicnte a la de las iniciaciones
antiguas.
En el siglo 111, el Concilio de Elvira codific el recorrido que tenan que seguir los que
aspiraban al bautismo; las fuentes fiables son pocas sobre lo ocurrido en los dos primeros siglos.
Primero, se pona a prueba al candidato mediante un severo examen de admisin; se prestaba
una especial atencin a su profesin puesto que los que ejercan una profesin relacionada con la
idolatra (pintores, escultores de dioses), los guerreros, los empleados en juegos del circo, los
adivinos, los magistrados, etc... eran excluidos. Si juzgaban seria la conversin, el aspirante reciba
los ttulos de Cristiano y de Catecmeno (es decir, enseado, discpulo) despus de una
recepcin con ritual (imposicin de manos, soplo del Espritu Santo...).
Haba tres grados. El primero era el de Escuchante o auditor (akouomenos, audiens) que
deba permanecer mudo y asimilar la catequesis durante un mnimo de dos aos. La similitud con
el primer grado de La Orden de los Pitagricos,el grado de los escuchantes (akousmatikoi), es
sorprendente4.
El Escuchante calificado acceda al grado de Prosternado (hypopipton, genu flectens o
tambin orans). Antes de anunciar las plegarias del Oficio, el dicono deca: Ya no hay escuchante, ya no hay infiel)). Tras haber salido, ordenaba a los catecmenos de las 2 clases superiores y a
los bautizados que rogaran por ellos, y un poco mas tarde peda a todos los catecmenos que se
fueran a fin de que slo los bautizados (o fieles) asistieran al Misterio de la Misa.
Los Prosternados se convertan en Competentes (competentes: los que buscan juntos); tambin se les llamaba illuminandi (que deben ser iluminados por el Bautismo).
Se les confiaba el misterio de la Santa Trinidad, la doctrina relativa a la Iglesia y a la remisin
de los pecados, materia sobre la que despus seran examinados. Y slo poco tiempo antes de su
bautizo se les comunicaba el Smbolo de los Apstoles (Credo) y el Pater.
4. Ver Porfirio: Vie de Pyfhagore, 37, Les Belles Lettres, 1982, pg. 53.
16
Durante la Cuaresma podan inscribirse con un nuevo nombre y esta inscripcin les conceda
el ttulo de elegidos (elecfi) a fin de ser bautizados por Pascua. El Bautismo estaba precedido por
unos rigurosos ayunos de abstinencia y continencia; el bautizado reciba la apelacin de fiel
(pistos, fidelis), de iniciado (memuemenos), de iluminado (illuminatus), o tamhin de nio
(pue>; infans).
Pero no nos extenderemos sobre el ritual propio del Bautismo.
En los primeros tiempos, el Bautismo no se reciba antes de la edad adulta. El ttulo de puer
se otorgaba a un adulto bautizado que, renacido con un nombre nuevo, deba crecer y alcanzar la
plenitud de la madurez segn la va enseada por Cristos.
Todo ello muestra que la nueva religin, aunque se expandiera rpidamente por el imperio
romano, era muy exigente en cuanto a la calidad de sus miembros y slo los admita progresivamente a los santos Misterios, segn un mtodo que se parece a iniciaciones sucesivas6.
5. Fuentes: Martigny: Dictionnaire des Anfiquits Chrtiennes , Hachette, 1889. Art. Catchumenat, Bapteme, Nophyfe). F. Leforge: L'lnifiafion chrtienne dans les premiers siecles. Cahiers de Pdagogie chrtienne. Librairie Protestante, Paris.
6. Ver el extraordinario texto de los Estromates de Clemente de Alejandria (V, 11), citado por Magnien
(op. cit., pgs. 227-231) e n la que el enfoque del verdadero Dios se compara a la iniciacin de Epoptia.
Referirse a 11 Pedro 1, 16: e . . . nos hemos convertido en EPOPTAS (epoptag de la grandeza de Jesucristo.
En Eleusis, la Epoptia era el grado de iniciacin que venia despus de los Grandes Misterios; la palabra
significa contemplacin (ver Magnien, op. cit. pgs. 225-237).
7. F. Cumont: Les Mysteres de Mithra, Lamertin, Briiselas, 1902, pg 141.
Hemos visto cmo la teologa de los misterios hacia del Mitra mediador el equivalente del
Logos alejandrino. Como l, Cristo era el Mesites, el intermediario entre su Padre celeste y los
hombres, y, como l, tambin formaba parte de una trinidad. Estas similitudes no eran ciertamente
las nicas que la exgesis pagana estableci entre ellos, y la figura del dios taurctono que se resigna
en contra de su voluntad a inmolar a su vctima para crear y rescatar el gnero humano, haba sido
seguramente comparada a la imagen del Redentor que se sacrifica para la salvacin del mundo (...).
Las similitudes entre las dos iglesias enemigas eran tan numerosas que produjeron un impacto
considerable ya en la misma antigedad. Desde el siglo 11, los filsofos griegos establecieron entre
los misterios persas y el cristianismo un paralelismo ms favorable a los primeros. Por su lado, los
Apologistas insisten sobre las analogas de las dos religiones y las explican por una falsificacin
satnica de los ritos ms sagrados de su culto. Si las obras polmicas de los partidarios de Mitra
existiesen todava, veriamos sin duda en ellas la misma acusacin dirigida a sus adversarios.
No podemos alabarnos hoy de zanjar una cuestin que divida a los contemporneos de entonces
y que siempre ser sin duda imposible de resolver. Sabemos poco, por no decir nada, de los dogmas
y la liturgia del mazdesmo romano, asi como del desarrollo del cristianismo primitivo para poder
determinar cules fueron las influencias recprocas que actuaron sobre su evolucin simultnea8.
Es imposible, en el marco de este articulo, entrar en los detalles de los siete grados de iniciacin
y del secreto que rodeaba una doctrina progresivamente revelada. Remitimos al lector a la relevante
obra de Cumont as como a la de M. Vermaseren titulada Mithra, ce dieu mystrieux, ed.
Sequoia, 1960. Retendremos de ello que este culto era sin duda una religin de Misterios con
diversos grados de iniciacin que se practicaban en secreto y que los paganos instruidos ponan
al Cristianismo naciente al mismo nivel.
SAN PABLO
Y LOS MISTERIOS
Antes de hablar de la terminologa de San Pablo, sera til recordar brevemente lo que eran las
iniciaciones antiguas*.
Aqu tambin, las fuentes son limitadas y quedan muchas preguntas sin resolver; hay que
reconocer que los Antiguos Sabios han sido ms discretos respecto a sus ceremonias secretas que los
iniciados de los trescientos ltimos aos. Recordemos dos textos clsicos.
El primero procede de la maravillosa obra L'Ane d'Or(ou Metamorphoses) de Apuleyo 10,
en el que Lucio aspira a ser iniciado en los Misterios de Isis:
Da a dia creca en mi el deseo de recibir la consagracin. En varias ocasiones haba ido a
visitar al gran sacerdote para suplicarle encarecidamente que me iniciara por fin en los misterios
de la santa noche.
Pero incitan a Lucio a que tenga paciencia:
Tena que evitar cuidadosamente tanto la precipitacin como la desobediencia as como la
doble falta de mostrar cierta lentitud cuando se me llamase o cierta prisa sin haber recibido la
orden. Adems, ninguno de los miembros de su clero tena la suficiente loca imprudencia, ni por
decir mejor, no estaba decidido a morir como para afrontar temerariamente, sin haber recibido l
11. Citado por 0. Briem: Les Socieies Secreles de Mysreres, Payot, 195 1, pg. 264
20
...
Adems, Pablo especifica claramente que habla de misterios que deben mantenerse secretos y
que esta enseanza no est destinada ms que a la lite muy selecta de los perfectos:
Se habla de Sabidura entre los perfectos(teleioi1y no de una sabidura de este mundo... Pero
hablamos de una sabidura de Dios en el misterio, la sabidura oculta, aquella que Dios predestin
para nuestra gloria ya antes de los siglos ( I Cor. 11, 6-7).
El problema de los orgenes del cristianismo ha beclio gastar mucha tinta en el curso de su
historia, sobre todo desde el siglo pasado, en particular con los estudios de E. Renan y su escuela
racionalista.
Desde un piinto de vista exotrico, los renanianos han examinado minuciosamente la evolucin
de la primitiva iglesia cristiana con un espritu cientfico que en general contrasta por su rigor con
las investigaciones anteriores, pero tambin, en la mayora de los casos, por una mentalidad partidista en sentido opuesto, y de polmica exagerada.
De todas maneras, no puede negarse que estos eruditos hayan contribuido a una mejor comprensin de la historia del cristianismo primitivo. Sin embargo, no lograron levantar el velo que
cubre su nacimiento, ya que, para muchos, Jesucristo es un personaje mtico, lo mismo, dicen, que
Adonis, Orfeo o Dioniso en la tradicin griega, o Mitra en la persa.
Este planteamiento no resuelve de ningn modo el problema de saber cmo se origin este mito
ya que ignora su fundamento tradicional. El mito no nace por generacin espontnea en la mente
del hombre como piensan los racionalistas; es necesario que al comienzo, haya un personaje que lo
fundamente. La tesis del mito es una manera fcil de resolver el problema de la tradicin sin
tomarse la molestia de penetrar en ella, puesto que la identidad de su enseanza en todos los lugares
y pocas no significa que los hombres siempre hayan imaginado lo mismo respecto a la divinidad,
sino que, sencillamente, existe una nica experimentacin repetida del mismo misterio divino de la
regeneracin del hombre.
Al observar con atencin la evolucin del cristianismo primitivo, o sea en el curso de los cuatro
primeros siglos, podemos distinguir tres perodos principales:
El primero cubre aproxiniadamente un siglo y medio. La escasa documentacin de que disponemos respecto a esta etapa primitiva nos da pocos informes sobre la actividad real de las primeras
comunidades cristianas. Esta etapa es la que presenta ms inters, al esconder el origen y la fuente
de nuestra tradicin occidental. Intentaremos en este ensayo aportar algunos elementos a favor de
la tesis de Ren Gunon presentada por J.M.A. en el articulo anterior.
El segundo periodo ira desde la mitad del segundo siglo hasta el principio del cuarto (150-300).
Est caracterizado por una primera difusin del cristianismo en el mundo grecorromano cuya
resistencia se manifiesta por 1Bs grandes persecuciones contra los cristianos.
En el cuarto siglo se observa el triunfo del nuevo culto sobre el paganismo. El Emperador de
Constantinopla, Constantino, proclama al cristianismo religin de estado. De perseguidos, los cristianos se convierten poco a poco en perseguidores. Se prohibe la prctica de los cultos paganos que,
progresivamente, son cristianizados. La afluencia masiva de nuevos convertidos va a sumergir y
transformar los misterios primitivos en enseanzas exotricas al alcance de todos. La Iglesia se
organiza jerrquicamente en el mundo segn el modelo del Imperio, se vuelve dogmtica y se
constituye una legislacin.
Intentemos examinar en qu consisti el cristianismo del primer siglo. Importa observar de
entrada que nuestra tendencia natural es considerarlo, desde el principio, tal y como lo conocemos
eii el momento en que se estableci oficialmente en el Imperio romano en el siglo IV, con su
jerarqua, sus ritos y su legislacin. Nada nos permite razonar de esta manera, ya que el cristianis-
El problema de los orgenes del cristianismo ha hecho gastar mucha tinta en el curso de su
historia, sobre todo desde el siglo pasado, en particular con los estudios de E. Renan y su escuela
racionalista.
Desde un punto de vista exotrico, los renanianos han examinado minuciosamente la evolucin
de la primitiva iglesia cristiana con un espritu cientfico que en general contrasta por su rigor con
las investigaciones anteriores, pero tambin, en la mayora de los casos, por una mentalidad partidista en sentido opuesto, y de polmica exagerada.
De todas maneras, no puede negarse que estos eruditos hayan contribuido a una mejor comprensin de la historia del cristianismo primitivo. Sin embargo, no lograron levantar el velo que
cubre su nacimiento, ya que, para muchos, Jesucristo es un personaje mtico, lo mismo, dicen, que
Adonis, Orfeo o Dioniso en la tradicin griega, o Mitra en la persa.
Este planteamiento no resuelve de ningn modo el problema de saber cmo se origin este mito
ya que ignora su fundamento tradicional. El mito no nace por generacin espontnea en la mente
del hombre como piensan los racionalistas; es necesario que al comienzo, baya un personaje que lo
fundamente. La tesis del mito es una manera fcil de resolver el problema de la tradicin sin
tomarse la molestia de penetrar en ella, puesto que la identidad de su enseanza en todos los lugares
y pocas no significa que los hombres siempre hayan imaginado lo mismo respecto a la divinidad,
sino que, sencillamente, existe una nica experimentacin repetida del mismo misterio divino de la
regeneracin del hombre.
* *
Al observar con atencin la evolucin del cristianismo primitivo, o sea en el curso de los cuatro
primeros siglos, podemos distinguir tres perodos principales:
El primero cubre aproximadamente un siglo y medio. La escasa documentacin de que disponemos respecto a esta etapa primitiva nos da pocos informes sobre la actividad real de las primeras
comunidades cristianas. Esta etapa es la que presenta ms inters, al esconder el origen y la fuente
de nuestra tradicin occidental. Intentaremos en este ensayo aportar algunos elementos a favor de
la tesis de Ren Gunon presentada por J.M.A. en el artculo anterior.
El segundo perodo ira desde la mitad del segundo siglo hasta el principio del cuarto (150-300).
Est caracterizado por una primera difusin del cristianismo en el mundo grecorromano cuya
resistencia se manifiesta por las grandes persecuciones contra los cristianos.
En el cuarto siglo se observa el triunfo del nuevo culto sobre el paganismo. El Emperador de
Constantinopla, Constantino, proclama al cristianismo religin de estado. De perseguidos, los cristianos se convierten poco a poco en perseguidores. Se prohibe la prctica de los cultos paganos que,
progresivamente, son cristianizados. La afluencia masiva de nuevos convertidos va a sumergir y
transformar los misterios primitivos en enseanzas exotricas al alcance de todos. La Iglesia se
organiza jerrquicamente en el mundo segn el modelo del Imperio, se vuelve dogmtica y se
constituye una legislacin.
Intentemos examinar en qu consisti el cristianismo del primer siglo. Importa observar de
entrada que nuestra tendencia natural es considerarlo, desde el principio, tal y como lo conocemos
eii el momento en que se estableci oficialmente en el Imperio romano en el siglo IV, con su
jerarqua, sus ritos y su legislacin. Nada nos permite razonar de esta manera, ya que el cristianis-
mo del siglo IV est tan distante de su origen como nuestra epoca de la del reinado de Felipe IV.
Tres siglos son muchos aos de evolucin.
Los documentos primitivos de que disponemos hacen pensar que el cristianismo, al origen, se
ma muy diferente a la que manifest despus.
Parece muy probable, como lo expone R. Gunon (ver el articulo de J.M.A.: La tesis de R.G.
e los orgenes del cristianismo)que e1 cristianismo se manifest muy pronto como un culto a la
era de las religiones de misterios, donde la enseanza se comunicaba en secreto y progresivamenNo puede negarse que naci en Palestina en un medio ambiente judio donde aparentemente no
tuvo mucho xito, pero pronto se implant y se propag en el mundo grecorromano o sea de los
gentiles, gracias sobre todo a la predicacin de San Pablo; adems, la fuerte helenizacin de toda la
regin facilit su difusin.
Y es asi como el culto cristiano se expres en la misma forma que la de los cultos que
practicaban los griegos y los romanos, por ejemplo, los misterios de Eleusis, de Sabazios, de
Adonis, de Atis, de Cibeles, los Orficos, los Dionisiacos, los Pitagricos, Hermticos y Mitraicos de
Persia. Parece ser que algunos de ellos slo suhsistian en un estadio puramente ritual y bastante
degenerado y sobre los cuales el culto cristiano naciente y muy dinmico se impuso rpidamente.
Las religiones de misterios, asi como las sectas gnsticas, poseen en comn enseanzas o
creencias ms o menos idnticas, que pueden resumirse de la siguiente manera:
1 2 La naturaleza divina, la Divinidad es un ser incognoscible, innominado.
2 El mundo est gobernado por unas potencias que rigen al hombre.
3 2 Este lleva encerrado en si mismo una simiente divina, una particula de lo divino, de lo
superior.
4 Esta partcula debe ser liberada para que el hombre vuelva a su morada celeste. Hay que
morir para renacer.
5 2 Por s mismo el hombre no puede lograr esta finalidad; necesita un Redentor, un Salvador
que haya realizado esta resurreccin reanudando la cadena de la Tradicin primordial. Est representado por el Hierofante o Iniciador que transmite al nefito el secreto de su liberacin. Es el
Bautismo de renacimiento.
6.0 Los ritos practicados en secreto son la imagen de ese proceso interior, es decir, que coustituyen una enseanza progresiva de este misterio.
A fin de ilustrar la relacin entre los misterios del paganismo y los de los cristianos, y la
existencia entre ellos de una enseanza esotrica, citemos algunos ejemplos escogidos en la literatura
cristiana.
1. San Gregorio Nazianceno compuso un panegrico en honor a San Cipriano, obispo de
Cartago, muerto en el ao 258: En su infancia Cipriano fue consagrado a Apolo, a los siete aos
iniciado a Mitra, a los diez aos a Demter y Core asi como a la Serpiente de Palas sobre la
Acrpolis; a los quince aos pas cuarenta dias sobre el Olimpo en compaa de siete hierofantes.
Luego particip en los misterios de Hera de Argos y se inici en la unidad formada por los cuatro
elementos. Tambin fue iniciado en los misterios de Artemisa y residi diez aos en Egipto; a los
treinta aos viaj a Caldea para aprender los secretos de la astrologa. Finalmente se instal en
Antioquia)). Se puede pensar que si se convirti al cristianismo es porque penetraba en un mundo
religioso que no le pareca ajeno.]
2. En el siglo cuarto San Basilio escriba: ((Creencias y prcticas generalmente aceptadas o
pblicamente prescritas estn conservadas en la Iglesia, y algunas de ellas proceden de una enseanza escrita, otras nos han sido transmitidas en un misterio por la tradicin de los apstoles; pero
unas y otras pertenecen a la verdadera religin y poseen la misma fuerza.l
3. Fotius' dej un fragmento interesante donde dice as: ((Eulogio (patriarca de Alejaudra,
Capitel del
579.607) afirma que de las doctrinas transmitidas en la Iglesia por los ministros de la palabra,
algunas son dogmata, otras Icerigmata; las primeras son concedidas en secreto y con prudencia, a
menudo incluso envueltas de oscuridad, de modo que las cosas santas no sean expuestas al profano
como perlas tiradas a los puercos; en cambio las segundas son enseadas abiertamente. Ya que bien
se sabe que no nos contentamos con lo que nos recuerda el apstol (o sea San Pablo) o el Evangelio,
sino que, tanto en el prefacio como eii la conclusin, aadimos otras palabras de gran importancia
para la validez del misterio, palabras que sacamos de una enseanza no escrita... Acaso esto no
procede de esta enseanza no publicada y secreta que nuestros padres han conservado en silencio
fuera del alcance de 10s instrusos y de las investigaciones indiscretas? Comprendieron perfectamente
que la respetable dignidad de los misterios est mejor preservada por el silencio. Lo que a los no
iniciados no les est permitido mirar, no poda ser mostrado pblicamente en documentos escritos ...
Los apstoles y los Padres que hicieron las leyes de la Iglesia desde el comienzo conservaron la
imponente dignidad de los misterios en el secreto Y el silencio, ya que lo que est divulgado a diestro
y siniestro entre la gente vulgar ya no es un misterio. He aqu el motivo de nuestra tradicin de
prctica y de preceptos no escritos; es lo que hace que el conocimiento de nuestros dogmas n o pueda
ser desdeado o despreciado por la multitud llena de vulgaridad. Dogma y Kerigmafa son dos cosas
distintas: el primero se observa en silencio, el segundo es proclamado en el mundo entero.l
4. Cirilo de Jerusaln (315-386) escribia: no est permitido explicar a los paganos esos misterios que ahora te explica la Iglesia, a ti que sales de la clase de los catecmenos. Ya que no
elucidamos para los paganos los misterios referidos al Padre, Hijo y Espritu Santo e incluso, ante
los catecmenos, no hablamos claramente de los misterios; pero a menudo hablamos de muchas
cosas en forma velada, de modo que los creyentes que saben puedan comprender y que los que
ignoran no se sientan escandalizados.3
5. En la misma poca, escriba San Ambrosio: La estacin nos advierte de cundo tenemos
que hablar de los misterios y mostrar el sentido de los sacramentos; si hubiramos considerado que
seria til ensearlos antes del bautismo a los que todava no estaban iniciados, no se considerara
que hemos descrito los misterios, sino que los hemos traicionado. Otra razn es que la misma luz
de los misterios se derramar con ms eficacia sobre los que esperan lo que no saben, que si
hubieran sido informados previamenten.3
6. En el tercer siglo, Orgenes escribia en su Contra Celso: La crucifixin, la resurreccin y la
encarnacin son bien conocidas, pero lo que no es una particularidad del cristianismo es que existen
algunas doctrinas ocultas para la multitud, que se revelan despus de que son concedidas las
enseanzas exotricas.l
7. Por ltimo, citemos a Clemente de Alejandria4 (i150-215): El Seor no revel a muchos lo
que no estaba al alcance de muchos, sino simplemente a una minora que l saba adaptada, capaz
de recibir la Palabra y ser formada segn ella. Los misterios, al igual que Dios, no se entregan a la
escritura sino a la palabra)). Y si alguien nos dice que est escrito: No existe nada escondido que
deba de ser publicado, nada secreto que no deba ser desvelado)), nosotros le ensearemos lo
siguiente: Dios anunci por esta palabra que los secretos sern revelados a quienquiera que los
escuche en secreto, y que las cosas ocultas sern desveladas, como la verdad, a quienquiera sea
capaz de recibir las tradiciones bajo un velo y que lo que es secreto para la muchedumbre ser
manifestado a un pequeo nmero. Ya que, por qu no ha sido amada la justicia, si ella est entre
todo el mundo? No, los misterios se transmiten de forma misteriosa, a fin de que tan slo se
encuentren en los labios del iniciador y del iniciado, o mejor dicho, no en su boca sino en su
inteligencia)) (Estromates 1, 13).
Sin duda, estos textos confirman la tesis de R. Gunon presentada en el artculo de J.M.A. y
los tres apartados finales de este ltimo: El catecumenado)), los misterios de Mitra)) y San Pablo
y los misterios.
Todo ello nos incita a reflexionar sobre el misterio que origin nuestra tradicin.
OS COWHNTIBS DE
A HOMBLPA DEL SEGUNDO SIGLO
LA DIDACH&*
(fragmento)
La Homila del segundo siglo, llamada antiguamente ((segunda epstola de Clemente)), data de
la primera mitad del siglo 11. Se desconoce su autor.
Hemos escogido dos fragmentos que nos parecen de especial inters:
El primero alude a la manifestacin del Reino de Dios, citando una misteriosa sentencia del
Seor que no aparece en los Evangelios cannicos, pero que encontramos tambin expresada con
trminos similares, al final del Evangelio apcrifo segn Toms.
El segundo habla del misterio de la Iglesia, que no empez con los cristianos, sino que fue
creada antes que el sol y la luna.
C. del Tilo
1.
~~~
XIII. Todo verdadero profeta que quiera establecerse en vuestra casa merece su alimento (Mt. X,
10; cf. Z Cor. IX, 7-14); igualmente, el verdadero doctor gana, como el trabajador, su alimento
(Mt. X, 10). As pues, cogers las primicias de los productos del lagar y de la era, de los bueyes y
ovejas, y lo dars a los profetas pues son vuestros sumos sacerdotes. Y si no tenis un profeta, lo
daris a los pobres. Si haces pan, descuenta las primicias y dlas segn el mandamiento. Igualmente, si abres un nfora de vino o de aceite, descuenta las primicias y dsela a los profetas. Descuenta
tambin las primicias, segn tu parecer, de tu dinero, tus vestidos y de todo tipo de riqueza, y dias
segn el mandamiento.
XXVI. Encontraremos, pues, extrao y asombroso que el Creador del universo haga revivir a
aquellos que le han servido santamente y con la confianza de una fe perfecta, cuando nos muestra
en un pjaro la magnificencia de su promesa? Acaso no est dicho: Me resucitars y te alabar))
(cf. Sal. XXVII, 7)? Y: Estaba acostado y dormido; me he despertado porque t ests conmigo
(Sal. 111, 6; Sal. XXII, 4). Y Job, por su parte, dice: ((Resucitars mi carne que ha sufrido todos
estos males (Job XIX, 26).
Respecto al prrafo X1I que acabamos de citar nos parece interesante recoger aqu el logion
114 del ((Evangelio de Toms)):
Simn Pedro le dijo: Que Mara salga de en medio de nosotros pues las mujeres no son dignas
de la vida. Jess dijo: yo la guiar para hacerla macho, para que tambin se vuelva un espritu
viviente semejante a vosotros que sois machos. Pues toda mujer que se hiciera macho entrar en el
Reino de los cielos.'
XXVII. Con esta esperanza, pues, que nuestras almas se aferren a aquel que es fiel en sus promesas
y justo en sus juicios. Cmo podra mentir aqul que ha prohibido hacerlo! Nada es imposible para
Dios excepto la mentira. Reanimemos, pues, nuestra fe en l y tengamos en cuenta que todo le es
fcil. Con una palabra de su omnipotencia ha establecido el universo y con una palabra puede
destruirlo. Q;in le preguntar: ~ u has
hecho? Quin opondr resistencia al vigor de su
fuerza?)) (Sub. XII, 12; Xl, 22). Lo hace todo cuando y como quiere y nada deja de ocurrir de
cuanto decreta. Todo est presente ante sus ojos, nada escapa a sus designios ya que los cielos
relatan la gloria de Dios y el firmamento publica la obra de sus manos; el da lo proclama al da y
la noche lo da a conocer a la noche: no se trata ni dc un lenguaje ni de palabras cuyos sones no se
oigan (Sal. XVIII, 2-4).
NOMBIIL~A
DEL s. HI*
(fragmentos)
XII. As pues, esperemos a cada instante el reino de Dios en la caridad y en la justicia, ya que
ignoramos el da en el que Dios se manifestar. En efecto, habiendo preguntado alguien al Seor
cundo llegara su reino, respondi: Cuando las dos (cosas) no harn ms de una, cuando el
exterior ser como el interior, cuando en el encuentro entre el hombre y la mujer no habr ni
hombre ni mujer.
XlV. As pues, hermanos, haciendo la voluntad de Dios nuestro Padre perteneceremos a la primera
lglesia espiritual, que fue creada antes que el sol y la luna. Si, por el contrario, no hacemos la
voluntad del Seor, resultar lo que dice la Escritura: Mi casa se ha convertido en una cueva de
ladrones)) (Jer. VII, 11). Prefiramos, pues, pertenecer a la Iglesia de vida a fin de ser salvados. Creo
que no ignoris que la Iglesia viviente es el cuerpo de Cristo (Ef. 1, 22 y 23), pues dice la
Escritura: Dios hizo el hombre macho y hembra)) (Gn. 1, 27); el macho es Cristo y la hembra, la
Iglesia. Y los libros de los Profetas y de los Apstoles ensean que la Iglesia no existe desde ahora
sino desde el origen; era espiritual al igual que nuestro Jess y ha aparecido en los ltimos tiempos
para salvarnos. Y la Iglesia, que era espiritual, se ha vuelto visible en la carne de Cristo, mostrndonos con ello que si uno cualquiera de nosotros guarda la Iglesia en su carne sin corromperla, la
recibir en el Espritu Santo, puesto que esta carne es una copia del espiritu; quienquiera que
corrompa la copia no puede participar del original. Esto, hermanos, quiere decir: Respetad la carne
a fin de participar del espiritu. Pues si decimos que la carne es la Iglesia y que el espiritu es Cristo,
se sigue que quien ultraja la carne ultraja la Iglesia. Ese hombre no participar del espiritu que es
Cristo. Estas son la vida y la incorruptibilidad de las que nuestra carne puede participar, gracias a
su unin con el Espritu Santo; y nadie puede describir ni definir los bienes que el Seor ha
preparado)) (1Co,: 11, 9) para sus elegidos.
32
i/i.
33
Barcelona 1981.
debilitado, a que el creyente se haya orientado ms hacia lo social que hacia lo sagrado, a que el
sentimiento religioso haya menguado en Occidente de un modo alarmante.
N? es necesario que nos esforcemos en buscar ejemplos de este debilitamiento: teologa de la
liberacin, proliferacin de sectas, crisis de vocaciones, etc...
El hombre moderno se ha olvidado de Dios y ha erigido en dios a su razn. Ya Pablo VI
escriba en un delicioso librito dedicado a la oracin 2:
El sentido religioso hoy parece haberse debilitado, apagado, desvanecido. Al menos as parece: Llamad como queris a este fenmeno: desmitificacin, secularizacin, racionalismo, autosuficiencia, atesmo, antiteismo, materialismo ... pero el hecho es grave, sumamente complejo (...) e
invade las masas, encuentra propaganda y adhesin en la cultura y las costumbres, llega a todas
partes como si fuera una conquista del pensamiento y del progreso)).
Dedicado al problema del esoterismo cristiano, era necesario que en este nmero de LA PUERTA se planteara por qu es tan dificil detectarlo, y por qu existe una tendencia generalizada por
parte de los aficionados al esoterismo a buscar en las sociedades secretas o en las religiones orientales y no en nuestra propia religin, en nuestra propia tradicin.
Contestar como merece a estas dos preguntas exigira unos conocimientos de los cuales carecemos y un volumen de informacin que, slo por razones de espacio, no podramos aportar.
Sin embargo, creemos interesante apuntar dos ideas que nos ayudarn, al menos, a acotar el
problema.
La primera es que, en la ((Edad Sombra)) que nos ha tocado vivir es sumamente dificil acceder
a cualquier tipo de esoterismo, cristiano o no, y ms an comprenderlo y encarnarlo.
En segundo lugar, creemos que es importante resaltar que el cristianismo es, ante todo, una
revelacin. No resulta un tanto presuntuoso querer acceder a su meollo prescindiendo del Espritu
que lo ha revelado? No es cuanto menos grotesco intentar beber en l si despreciamos o ignoramos
el Corpus exotrico que lo vehicula y contiene?
Segn la doctrina hind de los ciclos, nos hallamos actualmente en el Kali Yuga, la Edad
Sombra. Desde entonces , escribe Gunon 1 las verdades que en otros tiempos eran conocidas por
todos los hombres, se han hecho cada vez ms ocultas y difciles de alcanzar; los que las poseen son
cada vez menos numerosos y si el tesoro de la sabidura no humana anterior a todas las edades no
puede perderse jams, se rodea de velos cada vez ms impenetrables que lo disimulan a las miradas
y bajo los cuales resulta extremadamente dificil de descubrir)).
Estamos, ciertamente, al final de un ciclo y no slo hemos perdido el sentido del esoterismo,
sino tambin el de algo ntimamente relacionado con l: el del simbolismo y de la exgesis.
Actualmente se suele confundir el smbolo con la cosa simbolizada e incluso a veces con la cosa
que se utiliza como smbolo. Son legin los autores que, a pesar de su incompetencia manifiesta
para penetrar en l, cada vez que han logrado detectar un smbolo, deducen ingenuamente que
encubre elevados secretos esotricos. As, hay quien ve ctaros y templarios en cualquier ruina, o
quien nos descubre misteriossimas frmulas alqumicas para hacer oro a bajo precio en el rosetn
de cualquier catedral, sea sta gtica o no. Pero eso no es esoterismo, ni cristianismo, ni nada que
se les parezca; es, en el mejor de los casos, algo cercano a la idolatra, un anhelo vago de dar
sentido a partir de lo que sabemos (o creemos saber) a aquello que, por definicin, debera vehiculizar una sabidura no humana.
La capacidad de exgesis es algo que, como la imaginacin 3 parece faltarle al hombre moderno. Scmos totalmente incapaces, por nosotros mismos, de ir ms all de la letra, del exoterismo, de
las figuras histricas, de las meras representaciones que velan la realidad oculta de Dios. Ya
Jmhlico, el neoplatnico, en su De Misferiis Aegyptiorum sostena que :sin los dioses, ni siquiera
podemos balbucir una palabra a propsito de los dioses)).
Ver Ren Guenon, La crisis del mundo moderno, Ediciones Obelisco, Barcelona, 1987
34
35
Con todo, no es difcil darnos cuenta cun poco serio es hablar de ((Cristianismo esotrico,
como si pudiera haber un cristianismo que en su intimidad no lo fuera. La simple lectura de los
Evangelios a la luz de la Tradicin de los Padres de la Iglesia basta ya para que apreciemos que la
doctrina cristiana o, si lo preferimos, las parbolas de Jesucristo tienen, como toda la Escritura,
varias lecturas 4. Podemos, por ejemplo, leer en Maleo XI-25:
Doy gloria a ti, Padre. Seor del Cielo y de la Tierra, porque escondiste estas cosas a los
sabios y entendidos y las has descubierto a los prvulos.
O tambin:
((Entonces acercndose los discpulos le dijeron: Por qu les hablas en parbolas? El respondiendo les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, mas a ellos
no les es dado(Mateo XIII-10 y 11).
Con muchas parbolas como stas les hablaba la palabra, conforme a lo que podan oir. Y sin
parbolas no les hablaba aunque a sus discpulos en particular les declaraba todo.(Mateo XIII-34).
Bastan estas citas para darnos cuenta de que en la enseanza de Jesucristo hay algo escondido,
no accesible a todos y, por lo tanto, esotrico. Pero no basta con ser superinteligente o estar muy
informado para tener acceso a ello.
En otro lugar donde tambin se advierte la presencia de una enseanza esotrica en las palabras
de Jesucristo, es en el comienzo del Evangelio segn Toms:
He aqu las palabras secretas que Jess el Viviente ha dicho y que ha escrito Didimo Judas
Toms:
Aquel que halle la interpretacin de estas palabras no probar la muerte)).
Y por ltimo, podemos tambin encontrar un ejemplo de lo mismo en un Padre de la Iglesia,
Clemente de Alejandra, anterior al establecimiento del Cristianismo como religin oficial del Imperio. En el Captulo XII del primer libro de las Estromalas nos dice:
Puesto que la Tradicin (sagrada) no puede ser una cosa comn y pblica, hay motivo para
ocultar "esta sabidura expresada en el misterio" (Icor. 11-7) que el Hijo de Dios nos ha enseado(...) Esta idea me impeda escribir y an ahora tengo mucho cuidado en no "lanzar las perlas a
los puercos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen". (Mt VII-6). Si durante aos la
Iglesia no ha querido pronunciarse en lo que se refiere al esoterismo cristiano y ha criticado, con
toda la razn del mundo, el cristianismo esotrico, no ha dejado por ello de ser consciente de que
en Cristo estn escondidos los tesoros de la sabidura y de la ciencia (gnosis) )) (Col. '11-3).
Bstenos con citar unas palabras de Pablo VI que fueron televisadas el mes de diciembre de
1973 5 :
Si pensamos en esta Santa Faz que, en la noche de la transfiguracin en la montaa, ceg las
miradas estupefactas de los tres discipulos, en la inolvidable aparicin, en cierto modo esolrica,
teolgica que Jess les descubra.
Aqu se halla, a nuestro entender, el autntico esoterismo cristiano, el meollo de nuestra
religin y no en las ms o menos brillantes especulaciones de pseudocultistas sobre los cuerpos o
planos astrales o en sus sorprendentes teoras sobre la reencarnacin.
A la hora de la verdad, y al lado de la resurreccin propuesta por el Salvador, todo ello carece
de importancia.
Lo que s nos parece importante, y ojal este ejemplar de LA PUERTA pueda contribuir a ello,
es que si deseamos acceder al esoterismo cristiano seamos selectivos en nuestras lecturas y no nos
dejemos engatusar por las desencarnadas teoras que nos proponen las sectas modernas pseudoesotricas. Sin duda adelantaremos ms estudiando nuestras Escrituras, practicando nuestros ritos e
impregnndonos de los maravillosos smbolos que nos ha legado nuestra Tradicin.
4. Como indica Gunon en sus Smbolos fundamenta/es de la ciencia sagrada,(hay traduccin espaola en
ed. EUDEBA, BUerios Aires, varias ediciones) pg 38 y 39 de la edicin francesa, La existencia de un
esoterismo cristiano en la edad media es algo absolutamente cierto f...) y no se trata en modo alguno de una
forma especial del cristianismo, se trata del lado "interior" de la tradicin cristianav.
5. Reproducido en Documenfation Catholique del 16-12-73.
Este artculo tiene la intencin de hacer un breve repaso de todos los tiempos litrgicos del ao
cristiano pero, dada la extensin del tema, se le tratar de una forma general, olvidando quiz
algunos aspectos que podran ser incluidos en un estudio ms exhaustivo.
Agradecemos desde estas lneas la inestimable ayuda cedida por el Sr. Thierry d'oultremont
para la elaboracin de este articulo.
La palabara liturgia proviene del griego leitourgia y significa culto y tambin servicio
pblico. Culto tiene su origen en la palabra latina ralo que significa cultivar, honrar. En el
caso de la liturgia, se honra o se rinde culto mediante una serie de ritos y ceremonias que se suceden
ininterrumpidamente a lo largo de todo el ao, ocupando todas las estaciones y todos los das. La
Liturgia Catlica es, pues, el culto oficial y pblico que la Iglesia rinde a Dios. En el Cristianismo
Oriental, la Liturgia designa siempre al Servicio por excelencia: la Santa Misa. En Occidente,
despus del siglo XVI, el trmino ha adoptado un sentido ms general y se aplica a todas las
funciones del culto: sacramentos, oficios sacramentales, oraciones pblicas, rbricas.
Todo este conjunto de cultos forman el cuerpo de la Liturgia, y tienen una expresin o
manifestacin externa y otra interior. Desde el punto de vista ms literal, observamos todos los
tiempos que se suceden a lo largo del ao en su conjunto de ritos, celebraciones y lecturas que
varan en relacin al tiempo que ocupan. Pero no hay que olvidar que todo este cuerpo es una
expresin externa del verdadero culto: es su imagen y su smbolo.
E1 ao litrgico se refiere a la gloria de Dios y tambin al provecho espiritual del hombre.
Toda la gloria que se rinde a Dios lo es a travs de Cristo, pues solamente en Cristo se
complace Dios: T eres mi hijo amado, en ti me complazco~.
El ao litrgico es la manifestacin de Jesucristo y de sus Misterios en la Iglesia y en el alma
de los fieles, y constituye para cada uno de los miembros de la Iglesia la materia de la alabanza a
Cristo y de Cristo a Dios.
El programa anual de la Liturgia consiste en hacer participar al cristiano del Misterio Cristico.
Podemos encontrar esta misma enseanza en el ciclo natural de la revolucin solar; ste, que
tambin se repite todos los aos, se identifica con el Ao Litrgico.
A modo de resumen, quiz sea interesante destacar algunos aspectos que resaltan esta coincidencia: la distribucin del ciclo natural en cuatro estaciones que representa una posicin bien
determinada del Sol al inicio de cada una de ellas, sera un ejemplo harto elocuente (ver ilustracin
pg. 44).
En los dos solsticios de invierno y verano que vienen indicados por las extremas posiciones del
Sol, tambin encontramos dos tiempos extremos: Navidad y Pentecosts.
Si la Navidad celebra el nacimiento de Jesucristo, en el solsticio de invierno acontece el nacimiento del Sol.
Si Pentecosts celebra la venida del Espritu Santo en el momento en que Jesucristo ha terminado su Obra, en el solsticio de verano el Sol est en su mxima plenitud, en lo ms alto del cielo.
Tambin en estos dos puntos se celebran las fiestas de los dos San Juan: San Juan apstol,
denominado tambin de Invierno, discpulo al cual Jess amaba y al que pone en su lugar en el
momento de la crucifixin diciendo estas palabras a su madre: Mujer, he ah a tu hijo.?
San Juan Bautista, o de verano, es denominado el Precursor y dice de Cristo: A fl conviene
crecer; mas a mi decrecernl.
A propsito de los dos equinoccios en los que e1 Sol est sobre el ecuador, observamos que, con
la entrada de la primavera coincide la Anunciacin a Mara celebrada el 25 de marzo; nueve meses
despus se celebra la natividad de Cristo.
No habr un acontecimiento similar en el equinoccio de otoo?
Segn el Evangelio d e San Lucas 1-26 y 1-36, la Anunciacin a Maria acontece seis meses
despus de la concepcin de Elisabeth. Asimismo, si transcurren nueve meses desde la Anunciacin
a la Navidad, es lgico que transcurra el mismo lapso de tiempo desde el nacimiento de San Juan
Bautista y la Anunciacin de Gabriel a Zacaras. Sin embargo, esta Anunciacin relatada en Lucas
1-11 a 25 no es celebrada a la entrada del equinoccio de otoo ni en ninguno de los tiempos litrgicos.
Sealemos que los antiguos griegos al celebrar sus ritos de iniciacin hacan una distincin entre
los Pequeos y los Grandes Misterios.
Todos los rituales y ceremonias referentes a los Pequeos Misterios tenan lugar en el equinoccio de Primavera, y consistan en una purificacin preliminar a los Grandes Misterios:
As, cuando la diosa Atena vio a Tideo mancbarse la garganta con la sangre de su enemigo no
subi hacia los astros antes de que la antorcha mstica de Ilisos inocente no hubiese purificado sus
ojos con mucha aguand.
La celebracin de los Grandes Misterios tenia lugar durante el equinoccio de otoo, precisamente cuando el Sol se aleja:
Observad que es entonces cuando se opera la castracin del rgano de la generacin, como los
atenienses que practican estos secretos estn purificados, y el hierofante, su jefe, se abstiene de toda
generacin, para no contribuir a la progresin y para mantener pura y sin alteracin la substancia
acabada, perpetua y encerrada en la unidads.
El ao litrgico se compone de dos series de fiestas que se desarrollan paralelamente y se
complementan entre si. La primeraconmemora los Misterios de Nuestro Seor y se denomina
Propio del Tiempo o Temporal; se divide en dos ciclos principales: el de Navidad o Misterio de la
Encarnacin y el de Pascua o Misterio de la Redencin. La otra es denominada Propia de los
Santos o Santoral y comprende las fiestas de los Santos. En este articulo se mencionar nicamente
el Propio del Tiempo.
2. Juan, XIX-26.
3. Juan. 111-30.
4. Victor Magnien, Les Mysteres d'Eleusisn. Payot, Pars, pg. 181.
1. Lucus, 111-22. (Trad. Cipriano de Valera, Ed. Sociedad Bblica Americana, 1911.)
38
6. Malaquias, IV-2.
7. Juan, XII-46.
8. Efesios, VI-12.
9. Juan, XIII-23.
10. Jeremas, 1-5 y 6.
tambin el Precursor: T empero, jOh nio!, profeta del Altsimo sers llamado; porque irs
delante de la faz del Seor, para aparejar sus caminos".
A l conviene crecer; mas a m decrecern3.
LA CIRCUNCISION: Dentro del tiempo de Navidad se celebra la fiesta de la Circuncisin del
Seor el da 1 de enero, esto es, ocho das despus de su nacimiento. Literalmente, la circuncisin
consiste en un corte circular de una porcin de prepucio. Esta palabra procede del latn circumcido,
formada por circum que significa alrededor y caedo que significa ((derribar, abatir, cortar.
Prepucio, de praeputium, tiene el significado de impureza.
Parece, pues, que esta fiesta tiene un sentido de purificacin, de separacin de la impureza.
Pero quiz convenga recordar a propsito de este rito el siguiente pasaje de la Epstola a los
Romanos: Porque no es judio el que lo es por fuera, ni es la circuncisin la que es por fuera, en
la carne; mas el que lo es por dentro judio es; y la circuncisin es la del corazn, en el espritu, no
en la letra: la alabanza del cual no es de los hombres, sino de Diosb2.
LA EPIFANIA: Tambin dentro del tiempo de Navidad se celebra la Epifana del Seor el da
6 de enero. Segn Santiago de la Voraginei3, la palabra Epifana es el resultado de epi sobre y
fanos aparicin, nombre atribuido a esta fiesta para significar que una nueva Estrella apareci en
lo alto del Cielo y que a travs de Ella Jesucristo se manifest como verdadero Dios a los Magos'4.
Este sera el verdadero carcter y objeto de la fiesta en la cual los Reyes hacen una triple ofrenda a
la triple naturaleza del Recin Nacido:
Estos tres colores (el azul cielo, el oro y el rojo), escribe E.H. en un articulo sobre los Tarots
refirindose a los colores de sus lminas, tambin designan las tres substancias que los tres Magos
llegados de Oriente ofrecieron al Nio-Dios en su pesebre: el oro para el cuerpo, el incienso para el
Espiritu y la Mirra para el Sentido que une el Espritu con el cuerpo's.
Para llegar hasta el Nio fue necesario que la Estrella guiase a los Reyes: Hemos visto su
estrella en Oriente y hemos venido a adorarle)), cantan el Aleluya y la Comunin en la Misa.
Suceden a la Epifana seis domingos despus de los cuales empieza la segunda parte del ao
litrgico con el tiempo de Septuagsima.
ARO LPITURGPCO
11.
12.
13.
14.
15.
Lucas, 1-76.
Romanos, 11-28 y 29.
Santiago de la Voragine (1228-1298).Dominico italiano autor de La leyenda dorada
Voragine, La leyenda doradan, pg. 93, Ed. Alianza.
E.-H. en 12 revista Le Fii d'Ariane, n.' 8, pgs. 13 y 14.
comprende todo el Tiempo Pascual: Pascua y Pentecosts. Este Tiempo comprende desde Pascua
hasta el Sbado que sigue a Pentecosts.
Finalmente, viene una prolongacin en la que se utilizan ornamentos verdes y que se denomina
Tiempo despus de Pentecosts que va de la Trinidad hasta el Adviento.
TIEMPO DE SEPTUAGESIMA: Este tiempo comprende las tres semanas que preceden a la
Cuaresma y que sirven de preparacin inmediata a aquel tiempo de penitenciai6.
El primero es la dominica de Septuagsima.
El segundo es la dominica de Sexagsima.
El tercero es la dominica de Quincuagsima.
CUARESMA: La Cuadragsima o Cuaresma se inicia el domingo en que la Liturgia canta:
invocavit me... (Me invoc y le escuch).l7
La Cuaresma es el ms antiguo, el ms rico y uno de los ms interesantes tiempos litrgicos.
El recuerdo que domina en l es el Ayuno de Nuestro Seor en el desierto durante cuarenta das. El
carcter propio de esta poca es la penitencia. Para comprender bien el carcter de la liturgia de
Cuaresma hay que tener presente dos elementos que han desempeado un importante papel en su
formacin.
En primer lugar, que la Cuaresma era una preparacin para el bautismo. En la antigedad, el
bautismo era conferido a los adultos en la noche de Pascua. Los catecmenos se preparaban para
tan solemne acto durante cuarenta das. Adems, la Cuaresma era la poca en que los cristianos que
se haban hecho culpables de gravisimas faltas eran sometidos a una severa penitencia. La Iglesia,
con todo, no los abandonaba. Al empezar la Cuartesma, cubrian su cabeza con ceniza en seal de
penitencials.
En este tiempo de Cuartesma parece destacarse una atencin especial por la humildad, el ayuno
y la penitencia. El Mircoles de Ceniza es quizs la expresin ms destacada de esta humildad en el
sentido en que parece hacernos recordar el fin de todas las cosas, cuando el sacerdote, despus de
haber rociado con agua bendita las cenizas, las impone a los fieles para que sean remedio saludable, segn canta la Oracin de este da.
Pero, cmo de un polvo tan residual puede separarse un remedio? Encontramos en la pequea
obra de Douzetemps titulada Hortulus Sacer un poema muy significativo que podemos relacionar
con este tema:
iOh estupor! de un tronco de rbol calcinado se saca la Sal
De la sal purificada, un agua espiritual
Que las aguas sean cocidas por el fuego; y de ello renacer una sal...
Y asimismo:
El fin de todas las cosas, parece ser la ceniza
Pero se dice que el fin de la ceniza es el cristal.^^
La palabra humildad procede del latn humus y significa tierra, suelo. Asi, parece que el
verdadero humilde es el que posee una cierta tierra, pero tambin, antes de poseer, quiz haya de
ser desprovisto de algo y este tiempo de Cuaresma nos lo recuerda constantemente con una insistencia especial en la prctica del ayuno. Ayunar es abstenerse de comer, lo cual nos recuerda la
abstinencia de comer el fruto prohibido.
16. P. Alfonso M.%ubianos, Misal cotidiano de losfieles, pg. 150.
17. La leyenda dorada', op. cit., pg. 151.
18. Misal cotidiano de los fieles, pg. 163.
19. Douzetemps, Horrulus Sacern, Ed. Psyche, Paris, 1952, pg. 23.
TIEMPO DE PASIOI\I: El tiempo de Pasin abarca dos semanas. La primera comienza con la
dominica de Pasion y la segunda, denominada Semana Santa, empieza el domingo de Ramos y
concluye en la noche del sbado al domingo de Resurreccin en el cual los antiguos cristianos
recibian el bautismo: toda la Cuaresma ha sido una preparacin para esta Noche.
Si durante el tiempo de Cuaresma ha habido un constante recuerdo de la humildad, durante el
uz
tiempo de Pasin hay un constante recuerdo del proceso que atraves
Cristo hasta su Crucifixin,
que corresponde litrgicamente al Viernes Santo.
La importancia del tiempo de Pasin se centra bsicamente en la Semana Santa que empieza el
domingo de Ramos el cual procede de los primeros siglos cristianos. En l se celebra la entrada de
Jess en Jerusaln, acto que es relatado en la lectura del Evangelio del Domingo de Resurreccin
(Muteo XXI-1 a 9). Jesucristo entra en la ciudad santa sentado sobre una asna acompaada de su
pollino.
Es digna de atencin la ceremonia que se practica al final de la procesin de las palmas y que
consiste en la entrada de Jesucristo en el Templo. Las puertas del Templo se cierran, quedando
fuera la procesin. El clero y los fieles que la integran golpean con el extremo de una cruz las
puertas del Templo, que se abren al instante, simbolizando la apertura de las puertas del Reino de
Dios2'J.
Este Tiempo atrae nuestra atencin sobre un profundo misterio, el ]Misterio de la Cruz: sta es
la figura a la cual parece remitirnos el Salvador, pues as se dispone al final de la pasin en el Glgota.
Pero es de sealar que la figura de un hombre en forma de cruz ha sido la base para la
construccin de los templos, principalmente en la tradicin cristiana. La cruz se asimila, pues, a la
medida del Hombre en base a la cual se construye el Templo; y precisamente con ella se abren sus
puertas, y no para albergar a los muertos, sino al Viviente.
As la Cruz no es un signo de muerte sino de Vida, de Regeneracin al estado primordial
Admico, pues anuncia la Resurreccin. No es casualidad que en la iconografa cristiana est
representada en muchas ocasiones una calavera a los pies de la Cruz recibiendo la sangre de Cristo:
Muchos espritus dbiles se paran en la muerte del Seor y no conciben claramente su resurreccin gloriosa. Son sinceros, pero tambin son siniestros en extremo.
Debemos seguir al Seor ms all de la muerte, sobre la cr del mundo, hasta la Resurreccin
gloriosa y hasta la coronacin celeste. Est claro?)Pi.
TIEMPO PASCUAL: Este tiempo est fijado por la fiesta de Pascua que tiene lugar el ctomingo despus de la luna llena posterior al 20 de marzo entre las fechas extremas del 20 de marzo y el
25 de abril.
Pascua, del latn Paschu y a su vez del griego bblico Paskha, y asimilada al hebreo Pesaj,
originariamente designaba a la fiesta judia que conmemoraba la salida de Egipto, sealada por la
inmolacin del cordero pascual. Posteriormente, la fiesta cristiana conmemorara la resurreccin de
Jesucristo que haba coincidido con la Pascua judia. La palabra hebrea Pesaj significa pasaje. Es el
paso del ngel exterminador durante la salida de Egipto22 celebrado el 14 del Mes de Nisan. El
principio del ao hebreo se sita en el mes de Nisan, como nos indica el texto del Exodo: Este mes
ser cabeza de los meses: ste ser para vosotros el primer mes del ao".
Todas las fiestas precedentes careceran de objeto sino tuviera lugar la resurreccin de Jesucristo, cuya solemnidad se celebra en la liturgia cristiana, e1 domingo de Resurreccin.
Resucitar procede de una palabra latina formada por re y suscito. Re es una partcula que
significa de nuevo y puscito es una palabra formada por subs y cito. Subs significa debajo,
pero tambin puede asimilarse a susque deque que significa de abajo arriba)) (subs) como de arriba
abajo (de). Y cito significa poner en movimiento)) (con fuerza), hacer venir, llamar o entonar en
voz alta. Cito es tambin frecnentativo de cieo que significa poner en movimiento, emitir sonidos.
Dentro del Tiempo Pascua1 hay que sealar la fiesta de la Ascensin del Seor y la Dominica
de Pentecosts.
Ascensin, palabra latina compuesta de ad y scando significa subir hacia y Pentecosts, de
origen griego, significa el quincuagsimo da. Esta festividad celebra la venida del Espiritu Santo 50
das despus de la resurreccin del Seor.
La Epstola del da de la Ascensin (Acf. 1-1 al 11) describe el sentido de estas fiestas, quiz
especialmente en los pasajes siguientes:
Este mismo Jess que ha sido quitado de entre vosotros para ser elevado al cielo, as vendr
como lo habis visto ir al cielon24.
((Porque Juan en verdad bautiz con agua, mas vosotros seris bautizados con el Espiritu Santo
de aqu a no muchos das25.
Es quizs en este momento, cuando el Sol ha llegado a su plenitud, cuando todo vuelve a
empezar; curiosamente, como ya hemos observado, en el Solsticio de Verano se celebra la fiesta de
San Juan Bautista, el Precursor, precisamente porque bautiza, en cierta manera porque inicia, paso
obligado para obtener la plenitud del Misterio Crstico.
Acaso, no sera este Bautizo de Agua el Don de la Virgen Celestial que como gua conducir
a los Reyes Magos hasta la tangibilidad de Nuestro Seor?
DE SPIIWPTU IIANCTB
seginn San hsidasro de Sevilla
S. Rub
San lsidoro de Sevilla fue un gran estudioso y conocedor de la sabidura clsica y cristiana
antiguas.
Naci en Andaluca a mediados del siglo VI pero se desconoce tanto la fecha exacta como el lugar.
La cronologa de sus ms de 17 obras se inicia despus del ao 600, siendo ya obispo. Destaca
su cdice de Etimologas que, en opinin de San Braulio, es obra de enorme extensin, que l
diyidi, para mayor claridad, por ttulos... Esta obra, que abarca todo el conocimiento, absolutamente hablando, todo aquel que la estudie a fondo y la medite largamente, se har sin duda
dueo del saber en todos los temas divinos y humanos. Brinda una seleccin ms que abundante de
las diversas artes, al reunir en apretada sntesis todo cuanto en la prctica debe saberse)).
Para los lectores amantes de textos medievales, hay que decir que es una de las obras fundamentales de la antigedad. Consta de 20 libros escritos en perfecto latn de la poca con formato de
enciclopedia. En castellano disponemos de una excelente edicin bilinge preparada por Jos Oroz
Reta en la editorial B.A.C.
Seleccionamos el tema sobre el Espritu Santo del libro VI1 que se titula: Acerca de Dios, los
ngeles y los fieles, cuya lectura completa recomendamos a aquellos lectores deseosos de conocer los
orgenes de las palabras utilizadas en la Tradicin Cristiana.
...
1. Etimologas, San Isidoro de Sevilla, Tomo 1, pg. 639, Editorial Catlica, S.A., B.A.C
6. Sin embargo, no se dice que el Espiritu Santo sea engendrado, con el fin de que no
parezca que en la Trinidad hay dos Hijos. Del mismo modo no se califica de ingnito, para que no se crea que existen dos Padres en la Trinidad.
7. En cambio, se dice que procede, de acuerdo con el testimonio del Seor, que se
expresa en estos trminos: Tengo an muchas cosas que deciros, pero no podis
escucharlas ahora. Sin embargo, vendr el Espiritu de la verdad, que procede del
Padre y las ha odo de m: l os indicar todas las cosas)) (Jn. 16, 12).
Y no procede nicamente por su naturaleza, sino que est procediendo siempre y sin
interrupcin para llevar a cabo las obras de la Trinidad.
11. Es enviado a los tristes como consuelo, de acuerdo con aquella promesa del Seor
mismo: Bienaventurados los que lloran, porque ellos sern consolados (Mt. 5, 4).
Tambin dijo: ((Entonces llorarn los hijos del esposo, cuando el esposo les haya sido
arrebatado)).
12. Asimismo se le llama Parclito, porque proporciona consuelo a las almas que pierden
el gozo temporal. Hay, empero, quienes traducen el trmino parclito, en latn,
como orador o abogado.
En efecto: el Espritu Santo habla; l es quien ensea; por l se concede la sabiduria;
l inspir las Sagradas Escrituras.
13. Se denomina tambin Espritu Septiforme, debido a los dones que, particularmente los
que son dignos de ellos, alcanzan la plenitud de su unidad. El es el Espiritu de la
Sabidura y la inteligencia; el Espritu del consejo y la fortaleza; el Espiritu de la
ciencia y la piedad; el Espiritu del temor de Dios.
14. En el Salmo 50 se lee Espiritu principal; y debido a que en este pasaje se repite tres
veces la palabra Espiritu, hay quienes han pensado que se refiere a la Trinidad:
En el Salmo 51 de la Tor leemos: 51, 12 ... dentro de m un Espritu
Recto; 51, 13, Y un Espiritu Santo...)); 51, 14: ... Un Espiritu Principal)). As por tres veces aparece la palabra ( R u ~ JEspritu
)
en el sentido
de la Santa Trinidad, pues en el mismo 51, 19 fa palabra (ruaj3 espritu,
se utiliza para designar al que ruega: ya que tiene el espiritu quebrado,
roto.
porque tambin est escrito: Dios es Espritu)) (Jn. 4, 24).
Ahora bien, dado que no es cuerpo y, sin embargo, existe, la nica posibilidad
que hay es que sea espritu. Algunos, como decimos. creen aue all se est haciendo
referencia a la Trinidad: al padre, en Espritu princip~l;al Hijo, en ((Espritu recto));
y al Espritu Santo, en Espritu Santo.
19. De ah que, entre los dones, ninguno resulta mayor que la caridad, como tampoco hay
mayor don de Dios que el Espiritu Santo.
20. Se le denomina tambin Gracia, porque se nos concede no por nuestros mritos, sino
gratuitamente, por la voluntad divina; de ah su nombre de gracia. Del mismo modo
que al Verbo nico de Dios lo llamamos sabidura, a pesar de que tanto el Espiritu
Santo como el propio Padre son tambin sabidura, as el Espritu Santo recibe de
manera especial el nombre de ((Caridad)),a pesar de que tambin el Padre y el Hijo
son caridad.
21.
22.
23.
24.
25.
26. Pues es tal la naturaleza del Fuego, que cuantos a l se aproximan, cuantos contemplan su crin de purpreo esplendor, a todos ellos alcanza la clariad de su luz, a
todos ellos proporciona el beneficio de su favor, mientras que l contina manteniendo
plenamente su integridad.
La palabra crin, del latn (crinis), se traduce por cabello, cabellera y
tambin por cola de los cometas.
27. El Espiritu Santo recibe en el Evangelio el nombre de Agua, en palabras del Seor,
que dice: Si alguno tiene sed, que se acerque a m y beba. El que en mi crea, ros de
agua viva fluirn de su vientre)) (Jn. 7 , 38). El evangelista expone a continuacin el
motivo de estas palabras y aade: Esto lo deca por el Espiritu que habran de recibir
quienes creyeran en l.
28. Pero una cosa es el agua del sacramento y otra el agua que simboliza el Espiritu de
Dios: el agua del sacramento es visible, en tanto que la del Espritu es invisible.
Aqulla lava el cuerpo y representa con ello lo que sucede en el alma; en cambio, por
el Espiritu Santo, es el alma misma la que se limpia y vigoriza.
En M,+.1, 8 est escrito: (<Yoos bautizo en agua, pero l os bautizar en
el Espritu Santo)).
29. El Espiritu Santo recibe tambin el nombre de Uncin, segn testimonia el apstol
Juan, porque del mismo modo que el leo, por su peso natural sobrenada en todo
liquido, as en el principio, el Espiritu Santo estaba por encima de las aguas. As
leemos que el Seor fue ungido con el leo de la alegra, es decir con el Espritu Santo.
Hemos visto, anteriormente, la palabra crisma como Don, pero tambin
puede traducirse por Uncin.
En griego la palabra utilizada para designar la accin de ungir es aleipho:
ungir para el combate, preparar o excitar para l.
30. El propio apstol Juan llama uncin al Espiritu Santo cuando dice: Que permanezca en vosotros la uncin que de l habis recibido; no tenis necesidad de que nadie os
ensee, ya que su uncin os instruir sobre todas las cosas (Jn. 1, 2 , 27).
El Espiritu Santo es, pues, uncin invisible)).
... id, pues; ensead a todas las gentes, buufizndolas
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo,
ensendoles o observar todo cuanto yo os he mandadon (MI. 28, 19-20).
i
i
A. Lpez y A. de la Maza
Alberto Magno, nacido en Lauingen (Suabia) probablemente en 1193 es, sin duda, una de las
ms relevantes personalidades de la Iglesia Catlica. Perteneciente a la Orden de Santo Domingo,
cultiv la filosofa, las matemticas y la medicina, hasta que en 1245 adquiere en Pars el ttulo de
Maestro en Teologa. Su alumno ms destacado fue Toms de Aquino.
En 1254 fue nombrado provincial de su orden en Alemania, cargo que desempe desde
Colonia: durante este periodo defendi pblicamente a los dominicos contra la Universidad de
Pars, coment a San Juan, contest los errores del filsofo rabe Averroes y desempe por
algn tiempo el cargo de Predicador de la Corte Pontificial.
En 1259 fue nombrado Obispo de Ratisbona, cargo al que renunci tres aos ms tarde para
retirarse a un convento en Colonia, de donde no volvi a salir hasta su muerte ocurrida en 1280.
Fue beatificado en 1622 por el Papa Gregorio XV.
Uno de sus discpulos, Ulrico de Engelbert, hacindose eco de sus contemporneos, describe al
maestro con estas palabras: Fue un varn tan divino en toda ciencia, que bien puede ser tenido
como el asombro y milagro de nuestro tiempoi. Roger Bacon escriba de l: En vida, ha cobrado
una autoridad cual ningn otro hombre alcanz jams en materia de doctrina2.
Sus escritos, que fueron recopilados en 21 volmenes por el dominico Pedro Jammy en 1651,
abarcan las ciencias naturales, la filosofa y la teologa, no obstante esta coleccin es muy incompleta, ya que muchas obras quedaron en manuscrito y otras se han perdido y cierto nmero de las
inscritas con el nombre de Alberto Magno, son apcrifas. El lector interesado podr consultar la
mayor parte de sus obras en su Opera Omniap.
Uno de los aspectos de la Teologa a los que Alberto Magno dedic especial atencin fue a los
misterios de la Virgen, escribiendo diversos tratados sobre este tema."
Entre los principales escritos marianos, cuya atribucin al autor es universalmente reconocida
figuran:
- Summa de Incarnatrone (1240)
- Compendium super Ave Maria. Opsculo en el que se comentan las palabras del Ave Maria,
basndose en las Escrituras y escritos de los Padres de la Iglesia. (1262-1277).
- Mariale sive questiones super Evangelium Missus est Angelus Gabriel.5 Existen asimismo
1. Vir in Omni Scientia Adeo Divinus, ut nostri temporis stupor et miraculum congrue vocari possit)).Se
Summo Bono, tit. 111, c. IV.
2. Roger Bacon, Opera, ed. Brewer, p. 30.
3. OPERA OMNIA, ed. de A. Borgnet, 36 Vols. Paris 1890, 1899.
4. Los mritos de San Alberto como telogo de la maternidad divina y de la mediacin de la Bienaventurada Virgen son incalculables. MONS) BITTREMIEUX, Prof. Universidad de Lovaina, en Ephemerldes
Theologicae Lovonienses, 1933, p. 230.
5. Ed. Borgnet. De atenernos a los ms notables codiggrafos medievales como el P. Pelster S.I., lo
compuso hacia 1245.
otras obras marianas atribuidas a Alberto Magno, que sin embargo noconstan en la edicin de
Borgnet, entre las que destaca la Biblia Marial.6
Es de esta ltima obra, Biblia Marial (que abreviamos en los sucesivo por B.M.) de la que
ofrecemos al lector algunos fragmentos. Su principal inters reside en que San Alberto Magno pone
en evidencia en ella la trascendencia del Misterio Marial representado por la Virgen Mara.
Al comentar el Antiguo Testamento, los Padres de la Iglesia suelen decir: ... esto es una
prefiguracin de nuestro Seor Jesucristo)), o bien ... esta imagen prefigura a la Santsima Virgen
Mara)), lo cual significara que los profetas del judasmo en sus profecas han previsto lo que
pasara en el tiempo histrico de la Encarnacin de Nuestro Seor; estaban a la espera del advenimiento de Jesucristo en el tiempo de Herodes.
'La Iglesia oficial siempre manifest una especie de complejo de superioridad al considerarse la
nica en poseer la verdad integral, excluyendo las dems tradiciones y en particular la hebraica.
Pensamos que esta actitud se debe al fenmeno de exoterizacin que sufri a partir del
cuarto siglo, es decir que el misterio descrito en los Evangelios se redujo a un hecho histrico
pblico estrictamente limitado al principio del primer siglo. Si los Profetas han prefigurado los
acontecimientos relatados en los Evangelios, es sencillamente porque han conocido el misterio que
estos representan, o sea el secreto del advenimiento mesinico. Lo dijo Jess: Abraham ha visto mi
da y se alegr ... (Jn. 8 , 56); y tambin: ... Isaas dice esto porque vio la gloria del Seor. .. (Jn.
21, 41).
Los evangelistas han explicado de forma histrica un misterio que desborda este estrecho
marco, un misterio que anteriormente haba sido descrito igualmente con un soporte histrico por
todos los profetas del Antiguo Testamento.
Hay que trascender, pues, las figuras que representan este gran misterio de la Encarnacin y de
la Redencin.
He aqu precisamente lo que hizo Alberto Magno respecto a la figura de Maria; la identific a
travs de las palabras de todos los profetas, restituyendo su dimensin universal, apuntndonos su
verdadero sentido esotrico.
Existe un interesante paralelismo entre la Biblia Marial y otra de las obras fundamentales de
San Alberto titulada Questiones super Evangelium Missus et Angelus Gabriel de la cual transcribimas igualmente algunos extracto^.^ Nos referiremos a ella por la signatura M.
6 . Traduccin al francs de Claude Froidebise a partir de un texto latino publicado en Tours por ed.
Meme a finales del siglo pasado.
7 . Moriole Sive Questiones super Evangelium, Missus est Angelus Gabrieln. Traduccin de Serapio de
lragui O.M. CAP y Juan Presas Seria, Pbro. Emec Editores, S. A. Buenos Aires, 1948.
dos colores, azul en el exterior y color de fuego en el interior. Yo colocar mi arco en las
nubes: Yo coloco cerca de m, en las nubes del cielo este signo de seguridad, a fin que 10s
hombres, llenos de espanto, no teman ser destruidos por otro diluvio de lluvia. El arco iris se
forma a partir de los rayos del sol y de una nube hmeda. Vers. 14: Y cuando cubriere el
cielo de nubes, mi arco, es decir, Maria, aparecer en las nubes. Vers. 15. Y me acordar de
mi alianza con vosotros... y despus de eso no se formarn ms las aguas del diluvio para
destruir a toda carne, es decir, los pecadores.
Como respuesta a la cuestin de si la Santsima Virgen fue prefigurada por diversas maneras y
aludiendo al pasaje de Gnesis 1, 1, el Texto del Mana1 comenta:
M.
En el principio cre Dios el cielo y la tierra, esto es a la Santa Virgen, que fue cielo y tierra,
es decir que llev una vida celestial y terrena juntamente, pues su modo de vivir fue a la vez
anglico y humano. Fue cielo y tierra porque simultneamente fue Virgen y madre por razn
de su pursima virginidad y su fecundsima maternidad. Item, en este primer da fue creada la
nubecilla de la que despus se form el sol. Y qu otra cosa es esta nubecilla, materia.del
cuerpo solar, sino la Santa Virgen, madre y materia del cuerpo del Salvador?
M.
Sala un ro del lugar del deleite el cual desde all se reparte en cuatro cabezas (Gn. 11, lo),
porque de la Santa Virgen sali el Seor, que derram en nosotros aquellos cuatro grandsimos beneficios, origen de todos los dems: la generacin, la recreacin, la justificacin y la
glorificacin. Y con propiedad se les Ilam ros a tales beneficios, pues traen consigo cuatro
cosas con que benefician los grandes ros a las ciudades que baan a su paso. En efecto, los
ros aportan lo necesario, arrastran lo superfluo, limpian las inmundicias, apagan la sed.
La santsima Virgen est figurada muy expresivamente en todas las obras de los seis das. No
slo en las cosas creadas, sino que tambin lo est en los hechos, como se ve en el arca de
No, en el arco iris, en el tabernculo de Moiss, en el Arca del Testamento, en el candelabro,
en el propiciatorio, en el Templo, en el Trono de Salomn, en la puerta, en el palacio de
Salomn y en otros muchos lugares.
Respecto a la cuestin Deba llamarse Mara Madre de Dios?, se dice en el Texto del Marial:
B.M. Es tambin ella quien descendi a la fuente de la vida y reconforta a las almas sedientas. Gn.
XXIV, 15 y SS. Rebeca, que significa paciencia y que representa a Maria, sali, a saber,
cuando la natividad, cuando ella naci, llevando su cntaro sobre el hombro. Glosa: para
acoger con humildad el Verbo de Dios. Vers. 16: Era una joven de bella figura, virgen muy
hermosa, a quien varn no haba conocido. Y haba descendido a la fuente. Glosa: a la
fuente de la vida, hacia la cual se habia inclinado para sacar agua y haba llenado su cntaro,
a saber, el cntaro de su corazn, de gracia, de perdn, de gloria. Vers. 17: Y el criado corri
ante ella y dijo: Dame a beber un poco de agua. Glosa: para la salud de mi alma. De tu
cntaro, porque he bebido la vanidad en el cntaro del mundo y la iniquidad en el cntaro del
diablo. Vers. 18: Ella respondi: Bebe, Seor mo. Y prontamente abaj el cntaro sobre su
mano y dile a beber.
M.
M.
B.M. Ella es tambin la madre de la vida: Gn. 111, 20: Adn dio a su mujer el nombre de Eva,
porque ella ha sido la madre de todas las naciones, es decir, de todos los que obran bien y
que sienten repugnancia por los pecados llamados mortales.
Ella es la gracia, ayuda de nuestra redencin: Gn. 11, 20: Mas no se hallaba para Adn
ayuda semejante a l, porque (Salmos, 13, 3) todos se han desviado al mismo tiempo y se han
vuelto intiles. Gn. 11, 18: Y el Seor Dios dijo: no es bueno que el hombre, es decir el
Cristo, est solo. Hagmosle una ayuda semejante a l, es decir Mara, crendola y hacindola venir al mundo.
Ms bien debia llamarse Eva, pues se lee en el Gnesis ((llam Adn el nombre de su mujer
Eva por cuanto era madre de todos los vivientes. Si la madre de los vivientes de la vida
natural se llam Eva, con mayor razn la Santsima Virgen, que es la madre de los vivientes
de la vida de la gracia, debia llamarse Eva, pues Eva significa vida.
... No hallamos ninguna mujer del Antiguo Testamento que la simbolice con este nombre,
luego parece que sera ms propio llamarla Raque1 o Rebeca o Judit o Esther, todas ellas
figuras de Maria.
Apoyada sobre la tierra: aunque ella se siente sobre un trono, sin embargo, para venir en
ayuda de los pecadores, se aproxima a ellos. Y cuya cima tocaba el cielo: porque, aunque ella
sea la ms humilde, es sin embargo la ms sutil, puesto que atrae en ella la Trinidad. Los
ngeles de Dios suban y bajaban por ella y el Seor estaba fijado sobre la escalera, tomando
de ella la carne y atrayndonos a l por ella.
M.
Jacob vio en sueos una escala, etc. Comenta la glosa: Ven las cosas divinas quienes cierran
los ojos al apetito de las cosas temporales. Como la Santsima Virgen, en esta ocasin, tuvo
fija su consideracin en algo divino, pues cerr del todo sus ojos a las cosas temporales, se
desprende que estaba entregada a la contemplacin y no a la accin.
M.
Que esta zarza fue figura de la Virgen, lo prueba la Iglesia, no ponindolo en discusin, sino
determinndolo en su cntico: En la zarza que vio Moiss sin quemarse, hemos reconocido
siempre tu virginidad digna de toda loa.
Comentarios al Bdbro de
105
Niimeros
B.M. Ella es tambiCn la roca que reconforta. Nm. XX, 8 y SS.El Seor dijo a Moiss: hablad a la
roca, es decir, Maria, y dar las ms limpias aguas de la gracia. Vers. 11: Y cuando Moiss
levant la mano y golpe. dos veces con la vara la roca las aguas, Glosa: de la gracia
espiritual; salieron abundantemente, de manera que el pueblo bebi y tambin el ganado.
Glosa: porque ella no deniega la gracia a ningn ser que se la pida.
Dio entonces el Seor a Moiss un consejo: Hablad, dice, a la pea, esto es, a la Santa
Virgen, dura contra la tribulacin, grave contra la inconstancia, fria contra la libidine: y ella
dar aguas. Y entonces les abri su tesoro, la fuente de agua viva de la cisterna de Beln. Y
tres varones fuertes sacaron dicha agua: la fe, la caridad y la humildad de la Virgen.
La cuarta bendicin de Balaam -ms que una bendicin causa de las otras bendiciones- es
la siguiente: De Jacob nacer una estrella y de Israel se levantar una vara: y herir a los
caudillos de Moab y destruir a todos los hijos de Set. Y ser la Idumea su posesin: la
herencia de Seir ceder a sus enemigos: mas Israel proceder esforzadamente. De Jacob
saldr el que domine y destruya las reliquias de la ciudad.
Esta bendicin se divide en siete partes. La primera comprende la generacin de la benditsima Virgen. La segunda, la encarnacin del Hijo de Dios. La tercera, la destruccin de los
vicios. La cuarta, la liberacin de los hombres. La quinta, la confirmacin de los buenos. La
sexta, el dominio sobre los buenos. La sptima, la condenacin de los malos.
La primera dase a entender en la frase: de Jacob nacer una estrella. La segunda: de Israel se
levantar una vara. La tercera: herir a los caudillos de Moab. La cuarta: ser la Idumea su
posesin; y la quinta: Israel preceder esforzadamente. La sexta: de Jacob saldr el que
domine. La sptima: destruya las reliquias de la ciudad.
La suficiencia de estas bendiciones se considera en la siguiente manera: la causa de la bendicin puede tomarse en si o en su efecto. Si se toma en si, o es mediata y as tenemos la
generacin de nuestra Seora; o es inmediata, y as tenemos la encarnacin del Hijo. Si se
considera en su efecto, o es de presente o de futuro. Si de presente, se referir a los buenos o
a los malos. Si se refiere a los malos, dir relacin a los vicios, y as tenemos la tercera; o a
los hombres, y as es la cuarta bendicin. Ztem si se trata del futuro, ser o del futuro de los
buenos, y as es dominacin; o del futuro de los malos, y as es condeiiacin.
Es claro que estas partes proceden y dependen de la bendicin de la Santsima Virgen, pues
por su primera bendicin, ella es raz y causa de todas las restantes. Todo lo que es causa de
las causas es causa de los resultados que proceden de la misma. Ahora bien, como la
Santsima Virgen, por la bendicin que la destac sobre todas las mujeres, fue causa de la
corporal generacin obrada en su seno que a su vez es causa de todo lo que a ella sigui,
resulta evidente que en dicha bendicin van incluidas como en su causa las bendiciones que se
acaban de enumerar.
SANSON Y DALHEA
En la Biblia Mariana segian Santo Tomhs de Villanueva
S. Rub P.
En opinin de Toms Costa y Fornaguera -Obispo de Lrida-, que prologa su Biblia Marian o , Santo Toms de Villanueva era un gran predicador versado en las Sagradas Escrituras, en las
lecturas de los Santos Padres y no menos falto de erudicin en los temas paganos, cientficos,
filosficos o naturales.
Era considerado un sabio y un santo, y a su sabiduria adquirida con el estudio se una la
sabidura que el Espritu Santo le infunda. Escriba, pues, y predicaba bajo las influencias de la
divina luz y era por ello muy recomendado atender a sus enseanzas: Lanse, si no, con atencin,
los siguientes comentarios, que pese a ser trozos entresacados de sus escritos, se probar por
experiencia propia, no haber en esto ninguna exageracin, porque su lectura instruir la mente con
ideas celestiales, deleitar el corazn con santos efectos, y si de una parte demuestra y describe la
grandeza de la Virgen hasta el encanto, de otra inspira su amor hasta el exceso, si exceso pudiera
haber en el amor a Mara.
Santo Toms de Villanueva fue un Prelado y Telogo nacido en Fuenllana (Toledo) en el ao
1486 y falleci en Valencia en el ao 1555. Se form en Alcal, donde ense filosofa (1512.16). En
el ao 1516 ingresa en la Orden Agustiniana en la que ocupa varios cargos y en 1545 es investido
Arzobispo de Valencia hasta su muerte.
Entre sus numerosos escritos, cabe descar su Soliloquio que entre Dios y e1 alma conviene
hacerse despus de la Sagrada Comunin)).
Su. Biblia Mariana fue entresacada de sus escritos, constando de 320 pginas de comentarios
sobre el misterio Marial, ordenados segn los libros bblicos y evanglicos.
Las citas bblicas estn en el latn de la poca que utiliza la Vulgata, aunque ello no entrae
dificultad ya que estn indicados los captulos y versiculos. Ni que decir tiene)) que puede ser de
utilidad leer los captulos 13, 14, 15 y 16 de Jueces, pues el fragmento que presentamos a continuacin es el comentario que Santo Toms de Villanueva hace de Jueces, XVI.
Cabe sealar que los libros de la Biblia describieron la realizacin mesinica como fenmeno
presente en aquellas generaciones y corresponde al mismo misterio que se va repitiendo a lo largo de
la historia de forma actualizada hasta la propia realizacin Crstica. Ello no debera extraar al
cristianismo de hoy ocupado ms en disquisiciones de orden socio-econmico que en la recuperacin
de comentarios instructivos de los Padres de la Iglesia y de sus ms destacados representantes
oficiales, como fuera el mismo Santo Toms de Villanueva.
Este comentario nos conduce realmente hacia el sentido esotrico del misterio central del
cristianismo, es decir el de la Encarnacin y la Redencin.
El autor inspirado por el libro de los Jueces nos lo describe con figuras diferentes hacindonos
comprender que el cristianismo no ha hecho otra cosa que reactualizar el mismo misterio ya
conocido y realizado anteriormente por la tradicin hebrea.
La historia no es ms que el soporte de una enseanza esotrica que transciende al tiempo.
Quizs, tambin podriamos establecer una relacin con la historia de Merln, el Mago, el
profeta, del Canto de la Bsqueda del Grial y el Hada Viviana, inocente doncella a quien Merln
ensea poco a poco todos sus secretos mientras se debilita en su beneficio, hasta que muere
finalmente para resucitar en ella.
As, lo que ensea el Judasmo y el Cristiaiiismo no difiere en su pensamiento ms profundo,
aunque se manifiesten con ritos y formas exteriores distintas.
Sansn fue enterrado en el sepulcro de Manoah, su padre. Manoah significa descanso,
refugio, quietud.
Segn San Jernimo en su Liber de Nominibus Hebraicis, Dalila equivale a pobre, cubo, urna
(receptculo) y Sansn a sol fuerte (sol de medioda),
En hebreo, Dalila, significa aflojamiento (recordemos que en Jueces XVI, 6, Dalil pide a
Sansn cmo atar o sujetar su gran fuerza). Pero Dalila equivale en Guematria a 79 (arsvr) y la
palabra Halayela (nwin) -la noche- a 80. Respecto a Sansn (iw..) su valor es de 696. Sol ( m) vale
640 y da ( 0,. ) vale 56.
O sea que el sol de medioda equivale a So1/640 + Da/% = 696, el mismo valor de Sansn/696.
Dejamos ya, en manos del lector, para que emita su parecer, pues como dijera San Bernardo:
Tiemble la tierra, enfdese el demonio, Maria nos libra de todos y nos defienden.
LOS JUECES
Capitulo XVI
V.4. Post haec amavif (Sansn) mulierem quae habifabaf in valle Sorec, et vocabafur Dalila.
Sansn qued sorprendido por la hermosura de Dalila y, engaado por ella, fue muerto. La
Virgen es Dalila: Sansn, el Dios fuerte de las venganzas, que fue cautivado por la hermosura de la
Virgen, y hecho hombre de ella fue crucificado por los judos. Conc. in Concept. n. 7.
V.8. Attulerunque ad eam satrapae Philisthinorum septem funes, quibus vinxit eum.
9ansoii
.' venciendo al len. (El espejo de la salvacin humana Aieinania s. XV)
58
La Virgen at fuertemente al Hijo de Dios, aunque fortsimo y omnipotente con un solo cabello
de su cuello. Existe de esto una excelente figura, aunque en el sentido de.la carne, en aquel
robustsimo Sansn, enamorado de la bellsima Dalila, atado, esquilado, burlado y entregado a sus
enemigos ... E1 mismo Dios pues que habia manifestado tanta grandeza de fortaleza y de vigor, que
habia aparecido terrible y formidable en el orbe todo, prendido por el amor de una sola Virgen, hoy
nio flaco, atado y con los cabellos cortados, es entregado a sus enemigos para ser burlado; pues no
hubiera podido ser cogido, ni crucificado si no fuese hombre. La misma que lo visti de carne, lo
at tambin, y la misma lo espuso1 al ludibrio y la muerte. Mira pues, oh alma devota, y considera
a aquel poderossimo Sansn, enflaquecido, atado y sin cabellos, descansando en el seno de su
querida Dalila. En dnde estn los cabellos que pendan desde la eternidad de su cabeza, esto es,
de su Divinidad, en los cuales consiste toda su virtud? En dnde la sabidura, en dnde el poder,
en dnde la eternidad, la inmensidad, la inmutabilidad, la infinidad y las otras virtudes divinas de
las que estaba adornada aquella sagrada cabeza? Se le han cortado los cabellos a nuestro Sansn y
se los ha cortado Dalila. Pero sus trenzas no le son arrancadas sino cortadas: en el interior de la
cabeza le quedan an las races y algn da le volvern a nacer. Esprame, dice, en el da de la
resurreccin. Esprame, un poco, espera un poco que se acerque a su columna del templo, esto es,
a la firmisima cruz; porque si fuera exaltado sobre la tierra, atraer a s mismo todas las cosas:
morir Sansn y quedar destruida toda la envidia de sus enemigos, pero postrar muchos ms
enemigos al morir que no haba postrado mientras viva y aparecer en la muerte mucho ms
poderoso que en la vida. iOh sagrada Dalila! iOh dichossima Virgen que ataste al muy fuerte e
hiciste flaco para nuestro bien al muy poderoso! Qu alegre, qu gozosa triunfas hoy de Sansn!
Quin puede ponderar tu alegra? Quin explicar las olas de tus goces, mientras que acaricias en
tu seno a tu dios y Criador, lo envuelves' con paales, lo alimentas con tus pechos y lo regalas con
tus besos y abrazos? ... Conc. VIII. in festo Nat. Dom. n. 4 et 5.
Esta es la que trajo del cielo al Hijo de Dios, la que lo at con su hermosura y virtudes, como
Dalila a Sansn con ataduras de carne y con las siete trenzas de su poder, no arrancadas sino
cortadas lo volvi invlido y flaco, y lo entreg a sus enemigos. No hubiera sido crucificado si no
hubiese sido hombre. In Dom. II. adv. Conc. IV. n. 8.
V.19. Atilla dormire eum fecit super genua sua, et in sinu suo reclinare caput.
Dios cuelga del pecho: el Omnipotente est envuelto con paales. Salid y ved a aquel poderossimo Sansn, atado de manos, con los cabellos cortados, descansando en el gremio de Dalila. Esta
nos lo trajo del cielo, prendado de su belleza, atado con lazos de carne y enfermo, y nos lo entreg
por la salud del pueblo para recibir burlas y la muerte. Hermosa Dalila, cuya belleza agrad de este
modo al Altsimo!
Hay acaso en el mundo algn espectculo que pueda compararse a ste? In Fest. Nat. Dom.
Conc. II n. 4.
(M. R. VII-2)
Quisiramos hacer hincapi en la nocin tradicional segn la cual, ninguno de los textos
revelados nos habla de una realidad finita situada en el tiempo, sino que se trata de smbolos que
aluden a una realidad eterna, aunque lo primero, a veces, se configure a imagen de lo segundo. Nos
hablan de una Sabidura sagrada, conocida por unos pocos y que se refiere a un mismo misterio
concreto y atemporal que todos los sabios profetas han experimentado.
Nicolas Cabasilas lo seala en su Explicacion de la Divina Liturgia: Toda la mistagoga es
como una representacin nica de un solo cuerpo que es la vida del Salvador. Pone bajo nuestros
ojos las diversas partes de esta vida, del comienzo al fin, segn su orden y armona.'
La figura de los doce apstoles, sin entrar en la realidad histrica, formara tambin parte de
esta mistagogia, de este cuerpo que es la Obra de Salvacin.
En la fiesta litrgica dedicada a los apstoles (29 de junio) se canta en los maitines el Salmo
19,2: Los cielos cuentan la Gloria del Seor y las obras de Sus manos relatan el firmanento)). La
inclusin de este Salmo en dicha fiesta se refire, segn J. Pascher, a la predileccin que sentan los
Padres de la Iglesia por relacionar los cielos con los apstoles. Escribe J. Pascher: Agustn en su
Enarratio I explica los cielos como los Evangelistas y en la Enarratio II escribe a propsito del
versculo 4 del mismo Salmo: No hay palabra ni discurso cuya voz no se oiga. De quin es,
sino de los cielos? De quines, por ende? De los apstoles. En el breviario tambin se lee, en el
segundo nocturno, una homila de San Gregorio Papa, en la que se dice sobre (Sal. 32, 6): Por la
palabra del seor fueron afirmados los cielos)). La palabra del Seor, dice San Gregorio, es el Hijo
del Hombre, pero a los cielos mismos, es decir a los Santos Apstoles, los cre la Trinidad entera.2
Sabemos que, tradicionalmente, la bveda celeste est dividida en doce casas o signos y tambin
que el Olimpo, el cielo mitolgico griego, estaba habitado por doce divinidades; doce son asimismo
los apstoles; sin embargo para profundizar en la relacin establecida por los Padres de la Iglesia,
es conveniente buscar el significado hermtico de cielos. Dom pernety los define as: Los
filsofos hermticos han dado este nombre al fuego celeste que anima a los cuerpos elementados.
Los cuerpos son ms o menos dbiles segn contengan ms o menos de este fuego)).]
Este fuego es de la misma naturaleza que el Eter .,WO de la tradicin clsica, palabra que
significa cielo y que deriva del griego ata. que quiere decir: quemar, fuego. Platn lo relaciona
con 8 ~ ,s Dios, el que quema)). Segn la tradicin, este fuego tiene dos aspectos; a nivel supra-lunar es la residencia de los Dioses, es l quien anima el Alma del Mundo y da la vida a todos los
1. Nicols Cabasilas, Explicafion deIaDivineLifurgie, :Sources Chrtiennes. Ed. du Cerf. Pars, 1967, p. 63.
1. Es transcripcin literal del texto. Determinadas palabras han sufrido modificaciones ortogrficas propias
seres creados, dndoles al mismo tiempo la virtud fecundadora, principio de generacin.4 Tambin
, Ain, que significa: eternidad, tiempo, generacin, asiento de la vida, etc. Es
se le denomina
la buena generacin.
Sin embargo, a nivel sub-lunar, este fuego queda alterado; como consecuencia de la Caida, ha
sido emulsionado con la mugre del pecado y se presenta como el Prncipe de este mundo, la mala
generacin qiie rige nuestro destino en este mundo caido. Es la influencia ignea de los astros que
recibimos en el momento de nacer.
La cuestin consiste en recoger este fuego tal como opera por encima del Zodiaco, entonces,
este presente celestial anima al hombre y lo regenera. Por eso San Pablo, en la Primera Epstola a
Timoteo (6:15), exhorta: ((Apodrate de la vida del Ain y despus la proclamars ante todos)).
Es l quien ofrece la buena generacin, cuyo smbolo son los apstoles; ellos representan las
influencias celestes en su estado de pureza, que actan para la liberacin del hombre caido: Clemente de Alejandria explica esta imagen en sus Extractos de Theodoto: Los apstoles han substituido
a los doce signos del Zodiaco, ya que as como la generacin est regulada por stos, la regeneracin est dirigida por los apstoles. Y en los mismos Extractos, comentando los versiculos de
Mateo (16:15) y (28:19) escribe: Cristo reuni a sus apstoles y les dijo: Id y predicad a aquellos
que crean, bautizadlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo)). Asi pues, hasta el
Bautismo, la fatalidad de los astros es real, pero despus los astrlogos ya no estn en la verdad. Es
una liberacin del ciclo de la generacin o nacimiento. En la regeneracin, ya no estn bajo el
Zodiaco, sino bajo el Cuerpo Pneurntico que representan los Apstoles y (1 Cor. 15:39) Aquel
que llevaba la imagen terrestre, lleva entonces la imagen celestial.s En el Evangelio de San Juan
(3:3) tambin leemos: En verdad te digo que quien no naciese de arriba, no podr entrar en el
Reino de los Cielos)).
La Gran Obra de los Sabios consistira en fijar este espritu celeste y voltil que anima al Alma
del Mundo y corporificarlo. Es el roco celeste que purifica y se convierte en uncin real para el
justo. Clemente de Alejandra se ha referido a estos leos escribiendo: Son aquellos que Cristo
prepara a los hombres que son sus discipulos, un ungento de buen olor que El ha compuesto con
los aromas celestiales)). Y tambin los relaciona con los apstoles: Es por ellos, por los apstoles,
por los que se exhala el perfume)), y sigue citando a S. Pablo (11 Cor. 2:14 y 16): Gracias sean
dadas a Dios quien nos hace participar de su triunfo en el Cristo y que expande por nosotros, en
todo lugar, el perfume de su conocimiento, nosotros somos por Dios, un buen olor en aquellos que
se salvan y en aquellos que se pierden un olor que va de la muerte a la muerte; para los otros, un
olor que de la vida lleva a la vidan.6
Curiosamente, encontramos en esa cita la misma ambivalencia que hemos apuntado al tratar
del fuego celeste que lleva a la generacin. Estas influencias sin el bautismo, por medio del cual
desaparece el pecado original, consecuencia de la cada, van de la muerte a la muerte)) pero para
aquel que ha cambiado la imagen terrestre por la imagen celestial es un olor que de la vida lleva a
la vidan.7
Esta vida es el Reino de los Cielos que hay que restaurar en la tierra. El Reino est simboliz~do
en el Apocalipsis de S. Juan por la Jerusaln Celestial que se encarna en la Jerusaln de abajo,
representada por Jesucristo y los apstoles (Apc. 21:lO): El ngel me mostr la Ciudad Santa,
Jerusaln, que descenda del cielo, del lado de Dios y tenia la Gloria de Dios. Su resplandor era
como el de una piedra muy preciosa, como el jaspe cristalino.8 Tenia una muralla grande y alta con
doce puertas y sobre las doce puertas doce ngeles y nombres grabados, que son los de las doce
tribus de los Hijos de Israel. Al Oriente tres puertas, al Norte tres puertas, al Medioda tres puertas,
al Occidente tres puertas. Las murallas de la ciudad se asientan sobre doce piedras que llevan los
nombres de los doce apstoles)).
Parece como si el movimiento circular que anima el Alma del Mundo, al fijarse, completara la
piedra de fundamento sobre la que se asienta el edificio santo. En este sentido leemos en El Acuario
de los Sabios: Y el Cristo, l mismo denominado Piedra Angular, relaciona esta figura a s mismo
al decir (Mal. 21:42 a 44): No habis ledo nunca en la Escritura que la piedra despreciada por los
arquitectos se ha convertido en piedra angular?)) y ms adelante Ya desde el comienzo del mundo,
los ancestros, los Santos Patriarcas y despus de ellos todos los hombres iluminados de Dios,
esperaron con toda la fuerza de su deseo, esta piedra probada, bendita y celeste, Jesu-Cristo. Todas
sus plegarias tendan a que Dios se dignara comunicarles a ellos tambin El Cristo, bajo su forma
corporal y visible.g
En el versculo I Reyes 18:30 se trata este mismo problema de la regeneracin, con otras
palabras: Y dijo Elias a todo el pueblo: Acercaos a mi. Y se acerc todo el pueblo. Y curd el altar
del Seor que haba sido destruido y tom Elas doce piedras, como el nmero de las tribus de los
hijos de Jacob, al cual el Seor le habia dicho: Israel ser tu nombre. Y alz con ellas un altar al
Nombre del Seor. El altar ha sido destruido por el pecado de la cada y es necesaria la Ayuda del
cielo para volverlo a levantar. '0
J. Danilou relaciona los 12 apstoles con los 12 meses del ao y recoge un texto de San
Hiplito comentando el versculo de Isaas (61.2) : A anunciar el ao de gracia del Seor que
parece tener el mismo sentido de restauracin e integracin: El (el Salvador), el Sol, una vez que
se levant del seno de la tierra, ha mostrado los doce apstoles como doce horas, ya que es por ellos
que el Da se manifestar, como ha dicho el profeta (Salm. 37:24): "Lo mejor de los frutos del sol,
de lo que brota cada luna". Y es que una vez el conjunto reunido, los doce apstoles como doce
meses, han anunciado el ao perfecto, el Cristo)). Y sigue Danielou citando a Credencio de Brescia
sobre este mismo tema: El (el Salvador) es el anniculus, puesto que, desde el bautismo, que
recibi por nosotros en el Jordn, hasta el da de su Pasin, se ha cumplido un ao (Is. 61:2). "Para
anunciar el ao de gracia del Seor" y (Sal. 65:12), "Has coronado el ao de tu bondad". Ella, la
corona, es el crculo victorioso bendito por las obras de bondad de Cristo.ll
Segn Dom Pernety: Ao significa en el lenguaje hermtico, el tiempo necesario para la Obra
puesto que, los Filsofos dividen sus operaciones en cuatro tiempos, como las cuatro estaciones del
ao comn.l2 Tradicionalmente se deca que no poda ser ledo el Evangelio sin los textos completos de los cuatro Evangelistas, refirindose a este ciclo sagrado representado igualmente por el
Tetramorfos de la visin de Ezequiel, y por el Pantocrtor de la tradicin cristiana, formado por el
Toro, el Len, el Aguila y el Hombre; todos estos smbolos aluden a esta misma obra de regeneracin, en la que el Hombre o el Angel es la culminacin.l3
9. L'Aquarium des Sages, Traduc. de C. Froidebise. Ed. La Table d'Emeraude, Paris 1989.
10. N. Cabasilas, en la Explication (op. cit.) nos aclara dequ altar se trata: Puesto que es el mismo Cristo
quien es el sacerdote, el altar y la victima. Para las ofrendas es la misma cosa; el ser consagradas por el
sacerdote, que el ser transformadas en esta victima, o que el ser transportadas a ese altar supraceleste.
11. J. Danielou, Les Symbales Chrtiens Primififs, Ed. du Seuil. Paris, 1961, p. 133.
12. Dom Pernety, Dictionnuire Mytho-Hermeique (op. cit.).
13. Este simbolo se relaciona tambin con los cuatro elementos como explica Mtodo de Olimpo, citado por
J . Danielou (p. 82). Por eso el Profeta (Ezequiel) ha querido mostrar la presidencia y la dominacin del
Universo por Dios. Nos pone bajo la direccin inteligente de los querubines de cuatro caras, dirigidos por el
Logos. En efecto, el aire corresponde exactamente al Hombre, que es una planta celeste, el Len al fuego, el
Buey a la tierra y el Aguila al agua, porque los pjaros nacen del agua. Dios entonces, teniendo en la mano el
gobierno del aire, de la tierra, del agua y del fuego, por Su voluntad, como un vehiculo tetramorfo dirige
infaliblemente el Universo)).
La relacin de los doce meses del ao agrupados en cuatro estaciones tendra que ver con un
sentido de fijacin del crculo, smbolo celeste, en el cuadrado, simbolo terrestre. El pectoraldel
Sumo Sacerdote de Israel es Otro ejemplo de esta imagen (Ex. 39:9): El pectoral era cuadrado ... LO
llenaron de cuatro Filas de piedras... Las piedras eran doce, correspondientes a los nombres de los
Hijos de Israel)). Clemente de Alejandra, en sus Esfromofes (vol. VI, 38, 4-5) comentando este
pasaje escribi: Las doce piedras dispuestas en filas de cuatro sobre el pecho, nos describen el cielo
del Zodiaco con los cuatro cambios de estacin: Se puede ver tambin los Profetas que designan los
justos de cada Alianza. Diciendo, en efecto, que los apstoles son profetas y justos no nos equivocaramos.
Doce eran las tribus de Israel, la posteridad de Jacob, el justo por excelencia.'4 Y de quien est
dicho en las Shar Orah(65a) Jacob es las doce tribus, que son el secreto de los doce lmites del
crculo, estando conectados con el NombrelllSi Bendito sea. Es as que encontramos en Israel el
secreto de toda la Mercabah, igualmente que el Tetragrama es el portador de toda la Mercabah)).
Tradicionalmente son doce las combinaciones de las cuatro letras que forman el Santo Nombre.'!
H. Corbin expone, respecto a la tradicin chita: Los doce Imames, que han asumido la
funcin inicitica posteriormente al mensaje profktico de Mahoma, la persona de ste y su hija
Ftima, forman el pleroma de los catorce Inmaculados. Comprendiendo, no slo la aparicin
efmera de sus personas terrestres respectivas, sino en su calidad de entidades pre-csmicas; sus
personas son esencialmente teofnicas. Ellas son los Nombres y Atributos divinos. Aquello que
puede ser conocido de la Divinidad. Son los rganos de la Divinidad.ia
San Pablo en la tradicin cristiana se manifiesta en el mismo sentido, en su Epstola a los
Colosenses 2:9, ((Porque en El (Jesucristo) reside todo el Pleroma de la Divinidad corporalmente. El
es su cuerpo glorioso y completo)).
Vemos con admiracin la riqueza del simbolo, el cual con mil imgenes slo nos habla, como
hemos visto al principio, de una representacin nica dentro de un solo cuerpo, que es la vida del
Salvador y pone bajo nuestros ojos las diversas partes de esta vida desde el comienzo al fin (Juan
3:13), Ya que ninguno no ha subido a los cielos si no es aqul que ha descendido del cielo. El Hijo
del Hombre que est en el cielo.
El profeta o el Justo es el que ha encarnado la Piedra Celeste y quien, a su vez, puede
transmitirla. Por eso se habla en la tradicin cristiana de la Bendicin Apostlica, que slo el Papa,
smbolo del Justo, puede otorgar. En la fiesta de Pentecosts se lee, en el Evangelio de San Juan
15.26 y 27: Y dijo Jess a sus discpulos: Cuando viniere el Paracleto, el Espritu de Verdad que
pracede del Padre y que os enviar de parte de mi Padre. El os dar testimonio de m. Y tambin
vosotros daris testimonio de m, puesto que desde el principio estis en mi compaa.
La etimologa de apstol proviene del griego W O ~ C A L U . : enviar. En Mafeo 10:58 leemos: A estos
doce les envi Cristo exultndoles: No vayis a los gentiles, id ms bien a las ovejas perdidas de la
casa de Israel. Y en vuestro camino predicad diciendo: El Reino de los Cielos est cerca. Curad a
10s enfermos, resucitad a los muertos. Estos enfermos, los muertos a los que hay que resucitar,
hacer nacer de nuevo, no seremos nosotros, hombres cados, sometidos al Mal Destino, en espera
de estos enviados celestiales, para que se produzca el advenimiento del Reino de los Cielos?
14. Tambin las generaciones de Adn son doce ya que est escrito (Gn. 52): Ze (este) es el Libro de las
generaciones de Adn en el dia que Dios cre a Adn)) y segn la exgesis hebrea este versiculo puede leerse:
Ze (doce); (doce es valor numrico de Ze) es el Nmero (libro y nmero se expresan por la misma palabra)
de las generaciones de Adn.
15. Tradicionalmente son doce las combinaciones de cuatro letras que forman el Nombre Santo, como
indica el Sefer ha Bahir, 107, ed. Obelisco: El Nombre Inefable, el Shem ha Meforah, del Santo, bendito sea
se refiere al Nombre de doce letras puesto que en el versculo (Nm. 6:24 a 26) se repite por tres veces el
Tetragrama)).
16. H. Corbin, Corps Spirifuel ef Terre Clesfe; Ed. Buchet-Chastei, Paris, P. 88.En el Corn, el libro
sagrado de los musulmanes, la primera azora>)comienza por la Bishmilla (la invocacin a Allah). El valor
numrico de la palabra Bishmilla suma diecinueve, que corresponden a las vrtebras del hombre, siete
cervicales y doce dorsales.
El arte religioso medieval ejerce sobre nosotros una mgica atraccin, una belleza secreta
emana de sus hierticas figuras y ornamentos conduciendo nuestro corazn a la plegaria, a la
alabanza y al silencio, es una cosa fcil de experimentar con un poco de atencin. El arte religioso
medieval produce, como la tragedia griega, una catarsis al espectador, esto es, una purificacin de
sus sentimientos y emociones que le acercan a Dios; he aqu el sentido verdadero de este arte.
Nos proponemos en este pequeo ensayo presentar unos textos que acompaan la comprensin
de una miniatura catalana de finales del siglo X un tanto inslita dentro de los temas iconogrficos
de su poca; pertenece a un esplndido libro miniado conocido como el Beatus de Gironal, una obra
maestra en belleza y conocimiento. La miniatura representa El descenso de Jesucristo a los infiernos dentro de una serie de imgenes que resumen la vida de Jesucristo.2
En el arco superior est escrito: Ero morsus tuus inferne. O inferno ero mors tus.' Dentro
del arco hay tres niveles; en el inferior se representa el Infierno, presidido por Lucifer en el centro,
sentado y con los pies atados por serpientes; en torno suyo las almas de los condenados. En la
franja central varios demonios y seres inmundos atrapan con sus manos y sus bocas las almas de
algunos y las conducen al oscuro Hades; hay tambin unas almas suplicando la salvacin de
Jesucristo, y a ambos lados, atravesando el arco que encierra la miniatura, ascienden por dos
grandes embocaduras, brotes del fuego infernal. En la franja superior Jesucristo saca del infierno el
nima de un justo despus de haber abierto las puertas que cerraban el Infierno, las cuales aparecen
flotando a la izquierda.
El infierno y la muerte estn ntimamente ligados, no se puede comprender el uno sin el otro,
los dos tienen el mismo origen. Este origen parece ser el pecado de nuestros primeros padres y sus
consecuencias: la expulsin de Adn y Eva del Jardn del Edn, del Arbol de la Vida. En los Salmos
1. Existe de este manuscrito datado del ao 975 una edicin facsimil: Beati in Apocalrpsis, Libri duodecim, Codex Gerundensis. Ed. Ediln. Madrid, 1975.
2. El libro es, fundamentalmente, unos comentarios e ilustraciones del Apocalipsis de Juan, que est
introducido por dos series de siete imgenes, la primera son unas tablas genealgicas desde Adn hasta Cristo,
y la segunda serie son siete imgenes de la vida del Mesias, la penltima es el descenso a los Infiernos (folio
17v) y la ltima la representacin de los justos resucitados en el cielo.
3. Ser tu destruccin infierno. Oh infierno ser tu muerte)). Cf. Oseas X111-14.
de David est escrito al respecto (CIV-29/30): Si les quitas Tu espritu mueren y vuelven al polvo.
Si mandas Tu espritu son creados y renuevan la faz de la tierra)).
El infierno est representado en todas las iconografas como un lugar oscuro y hediondo
porque a l no llega la bendicin de Dios. Es el lugar maldito y separado, como el rincn ms
alejado y tenebroso de una prisin que no conoce la luz de las estrellas.4
Las nimas de los condenados5 son conducidas al infierno. San Isidoro de Sevilla (Etim.
XIV-9-11] explica el significado etimolgico de la palabra infierno en la medida que es lo inferior
(infra) tal y como lo entienden los fillogos, pero luego aade: Los filsofos, sin embargo, dicen
que se denomina infiernos (inferr] porque a ellos son conducidas Jerrr] las almas)).
Cuando Jesucristo desciende a los infiernos la luz del cielo penetra en la prisin helada, la
gracia del cielo llega al fondo de la tierra, entonces lo que est alejado de Dios se acerca a El y las
puertas que impedan este encuentro quedan rotas. As describe el Apcrifo de Nicodemo la entrada
de Jesucristo en los infiernos: Y al momento el Infierno se puso a temblar, y las puertas de la
muerte, as como las cerraduras, quedaron desmenuzadas, y los cerrojos del Infierno se rompieron
y cayeron al suelo quedando todas las cosas al descnbierto.6
Parece existir una relacin con el episodio del Gnesis (XXIX-10) cuando Jacob saca la piedra
que est sobre el pozo. Entonces, segn la exgesis tradicional, une el cielo con la tierra.
El descenso de Jesucristo a los infiernos es un tema poco comn en la iconografa del medievo
occidental, pero no asi en la Iglesia de oriente, pues este tema forma parte de los doce iconos que
configuran el ciclo litrgico anual; se conoce este icono con el nombre de Anastasis, que significa en
griego enderezamiento, ponerse de pie, y de aqu: Resurreccin, y se halla entre el icono de la
Crucifixin y el de la Asuncin. Para comprender su sentido es necesario citar al apstol Pablo
cuando escribe (Efesios IV, 7): A cada uno de nosotros le ha sido dada la gracia en la medida del
don de Cristo; por lo cual se dice: "Subiendo a las alturas llev cautiva a la cautividad, reparti
dones a los hombres". Este subir, qu significa sino que primero descendi a las partes bajas de la
tierra? El mismo que baj es el que subi sobre todos los cielos para llenarlo todo)).
En la liturgia occidental se hace referencia a este misterioso viaje de Cristo durante las ceremonias de la noche del Sbado Santo cuando se bendice el Cirio Pascua1 y el dicono, revestido de
dalmtica blanca, canta el Exultat. En un momento de este precioso canto dice: Esta es la noche
en que, rotos los vinculos de la muerte, subi Jesucristo victorioso de los infiernos)). Ms adelante
veremos otros pasajes de este canto.
La Leyenda Dorada de S. de la Voragine en el capitulo de la Resurreccin del Seor resume el
Evangelio de Nicodemo y escribe: ((Entonces hizo su entrada en el infierno El que es verdaderamente Rey de la Gloria. Con la luz que de El emanaba, disipronse las tinieblas que en aquel lugar
reinaban. El recin llegado dirigise a Adn y estrechndole su mano derecha con la suya le dijo:
La paz sea contigo y con todos aquellos de tus hijos que fueron fieles conmigo. Despus narra la
ascensin desde el fondo del infierno basta el Paraso.'
4. Dante, en la descripcin del infierno, escribe (111-23): Suspiros, llantos y profundos ayes resonaban en
aquel aire sin estrellas. Cf. al respecto el artculo de E. H. La Medusa y el intelecto en el nmero anterior
de esta revista dedicado al Sufismo.
5. Commentaire sur l'vangile de Jean. Ed. du Cerf, Paris, 1972, p. 235. Recordemos que la palabra
condenacin procede del latn damnum que significa dao en el sentido de prdida.
6. Este evangelio apcrifo es la fuente literaria ms importante que describe el Descenso de Cristo a los
infiernos. Se le conoce tambin como las Actas de Pilatos, existe una traduccin castella~iaen Los Evangelios
Apcrifos. B.A.C. Madrid, 1985, que recoge una versin griega (PP. 442 y SS.)y una versin latina (pp. 455 y
SS.) ambas bilinges.
7. La Leyenda Dorada, Alianza Forma, Madrid, 1984, Vol. 1, p. 234.
En el texto, unas lneas ms arriba, se habla de Adn, raz del gnero humano, que viene a ser
10 mismo que la expresin que conocemos Nuestro primer padre Adn. Todo el viaje al Infierno
parece centrado en la salvacin de Adn, que dicho de otro modo, seria: la salvacin de la raiz del
gnero humano, del fundamento sagrado del hombre. Escribe E. H. sobre un cuento que titula E1
hueso de la Resurreccin: Existe en todo hombre, segn la Tradicin, como una raiz o fundamento, su verdadera naturaleza admica, y de donde puede salir Can o Abel, Esa o Jacob.a La raz
del hombre no seria otra cosa que la parte de Dios que el hombre arrastra a las profundiddes de la
tierra en su cada; cuando los autnticos conocedores hablan de nuestra naturaleza admica parecen
referirse, entre otras muchas cosas, a la parte divina encerrada y oculta dentro del hombre. Si Dios
desea la salvacin del hombre, no ser para recuperar su imagen prisionera? Adn es el Padre de los
hombres, pues es l quien nos ha transmitido esta esencia de 'ida, que pertenece a Dios. San
Agustn escribe sobre el Descenso de Jesucristo al Infierno, pidiendo: iLibranos de esta cautividad! iPerdnanos mientras ests aqu de todas las culpas de las que seamos reos, y al salir llvanos
contigo, pues te pertenecemos!g Cristo baja a los infiernos para recuperar aquello que le pertenece.
No debemos olvidar, sin embargo, que a esta parte divina que est en el fundamento de todo
hombre se la conoce con el nombre del Dios de Juicio, es el Dios irritado y colrico, hasta que sea
liberado de la prisin obscura en donde lo mantenemos; si nosotros le olvidamos, l tambin nos
olvidar. Escribe Douzetemps en Le Mysthre de la Croix: El fuego indestructible o la raiz de la
imagen de Dios en el hombre es un fuego amargo y tenebroso en el centro y en las esencias de
nuestras nimas.lo A lo mismo parece referirse la tradicin judia cuando explica que ((Quienquiera
que observe la imagen de Adn (enterrado en la caverna de Makpela) no puede vivir por mucho
tiempo.li
El Descenso de Cristo a los Infiernos es, como hemos visto claramente en la imaginera oriental, una explicacin de la resurreccin de los muertos, de enderezar aquello que est torcido.
Abriendo las puertas del infierno Jesucristo hace fluir sobre las tinieblas y la muerte infernal la luz
y la vida del cielo, el agua de la Gracia hace reverdecer la semilla muerta. Por la muerte de
Jesucristo, como dice la Iglesia, es limpiado nuestro pecado original, entonces el Dios de juicio se
convierte en Dios de la misericordia y amor, slo entonces.
Cuando Jesucristo toma con su mano derecba la mano derecha de Adn y lo saca del foso de
muerte y dolor para conducirlo hasta el cielo del Padre, junto a los ngeles en el Paraso de la vida
y el placer, no se trata de una bellisima imagen de los antiguos sabios cristianos para explicar el
misterio de la dulcificacin del Dios de ira y clera? Y no puede volverse a repetir este misterio en
nosotros para la salvacin eterna?
No debemos olvidar que este tema apcrifo no est separado de la Pasin de Jesucristo, de
alguna manera reproduce y ampla su muerte en la cruz. Esta cruz est levantada sobre la tumba de
Adn, en las representaciones iconogrficas se ve siempre, debajo de la cruz, la calavera de nuestro
Primer Padre. En el libro annimo La Caverna de los Tesoros leemos: Despus de que Sem y
Melquisedek hubieran depositado el cadver de Adn en el punto central de la tierra, confluyeron
las cuatro partes y encerraron a Adn. E inmediatamente volvi a cerrarse la puerta, de forma que
ninguno de los hijos de Adn pudo abrirla. Y cuando encima de ella fue erigida la cruz del Mesias,
del salvador de Adn y de sus descendientes, se abri la puerta del lugar encima de Adn; y cuando
encima de la misma fue hincado el poste de la cruz, y el Mesas alcanz la victoria por la lanza, de
su costado fluyeron sangre y agua y penetraron en la boca de Adn y formaron para l el bautismo,
y por ellos fue bautizado.l2 La sangre nueva, que viene del cielo en sacrificio santo, har reverdecer lo que ha permanecido vivo, y la lea muerta caer por si misma (M. R. XXV-31).
SABIDURHA
Presentacin al lector
La Alquimia es un misterio, la revelacin cristiana tambin. Y ambos misterios guardan entre
si una estrecha relacin que slo una lectura reposada, atenta y sin prejuicios de los textos respectivos puede poner de manifiesto. La primera seria como la experimentacin en la naturaleza fsica (es
decir, sensible) del secreto de la segunda. Y la Escritura Sagrada ofrecera el acceso a la primera.
Recordemos el adagio hermtico de la decimocuarta plancha del Mutus Liber: Ora, lege, lege,
lege, relege, labora et invenies)) (Ora, lee, lee, lee, relee, trabaja y encontrars). Antes ora que
labora, pero slo el labora)) permite palpar el don celeste obtenido con el ora.
El texto, cuya traduccin parcial ofrecemos al lector y cuya lectura ntegra le recomendamos
vivamente, es un bello y claro ejemplo de lo que decimos. Concretamente en el cuarto captulo el
autor establece un paralelismo entre la piedra celeste, Jesucristo, y la piedra terrestre, la Piedra
Filosofal, entre la obra Teolgica y la obra Filosfica.
El Acuario de los Sabios se atribuye a Johann Amhrosius Siebmacher que vivi a principios
del s. XVII en Nuremberg y en Augsbourg pero nada permite afirmarlo con seguridad. Apareci
por vez primera en alemn (Lucas Jennis, Francfort, 1619) y, posteriormente, traducido al latn, en
el Musaeum Hermeticum (Lucas Jennis, Francfort, 1625). Recientemente disponemos de una
traduccin francesa (((Editions La Table d2Emeraude,Pars, 1989) realizada por Claude Froidebise
a partir del texto latino de la 2.a edicin del Musaeum Hermeticumn (Francfort, 1677) incluyendo
las variantes respecto a la edicin de 1625.
L. Montblanch
el
Alemrinia s. XV)
Prlogo
Desde el principio del mundo, vemos que en cada poca se han manifestado entre los paganos
numerosos filsofos excepcionales y sabios, iluminados en grado sumo por Dios y de gran experiencia, que han observado con mucha atencin la naturaleza y las facultades de las criaturas inferiores
y se han esforzado en llevar a cabo un estudio minucioso. Han buscado con un deseo ardiente y un
trabajo continuo aquello que, en la naturaleza de las cosas, pudiera proteger el cuerpo terrestre del
hombre de la destruccin y de la muerte, conservarle la integridad y mantenerlo en un vigor perpetuo.
Entonces, por un particular influjo divino, y por La luz de la naturaleza, vieron y conocieron
que deba encontrarse,en este mundo un arcano nico, una cosa admirable establecida por Dios
todopoderoso para provecho del gnero humano. As, esta cosa singular y secreta con toda seguridad renovara y establecera perfectamente en su integridad todo aquello que fuese imperfecto,
incompleto y corrupto a lo largo y ancho de la tierra.
Aprendieron por experiencia, en el curso de investigaciones diligentes y muy precisas, que de
ningn modo poda encontrarse en este mundo algo aparte de esta cosa nica capaz de liberar de la
muerte al cuerpo terrestre y corruptible. En efecto, la muerte ha sido establecida e impuesta como
castigo a los protoplastos, a los primeros seres creados, Adn y Eva, y jams soport ser separada
de su posteridad. Dios ha dispuesto esta cosa nica, en si misma por naturaleza incorruptible, para
provecho del hombre a fin de que hiciese desaparecer la corrupcin, pudiese devolver la salud a
todos los cuerpos imperfectos, liberase de la vejez y prolongase esta breve vida como ocurri con los
Patriarcas que permanecieron siempre jvenes.
Han habido filsofos virtuosos y experimentados que tanto han buscado este sujeto admirable
y secreto con la mxima diligencia y aplicacin que, finalmente, lo encontraron al igual que su
noble uso, gracias a lo cual se han curado y conservado sanos toda su vida. Anteriormente tambin
todos los Santos Patriarcas han conocido y posedo realmente este gran misterio, objeto de toda
admiracin. Sin duda alguna desde el principio le fue revelado y enseado a nuestro padre Adn
por Dios, tres veces grande y, a continuacin, todos los Patriarcas lo recibieron de Adn por
derecho de herencia. Gracias a sus propiedades adquirieron la salud del cuerpo, una larga vida y
obtuvieron inmensas riquezas. Cuando los paganos de los que hemos hablado se convirtieron en
adeptos de esta cosa admirable, an ms, divina, la consideraron como un don singular de Dios y
como el mayor arte y el ms secreto. Entonces vieron tambin que la Providencia no la revelaba
sino a muy pocos hombres y que permaneca oculta para la mayor parte del mundo. Por ello
siempre la ocultaron al hombre con el mayor cuidado.
Pero para que este secreto no cayera en el olvido despus de su desaparicin sino que, por el
contrario, se perpetuase y en lo sucesivo fuera guardado para la posteridad, lo pusieron por escrito.
De este modo, gracias a tales libros transmitieron y dejaron numerosas instrucciones y claras
enseanzas a sus ms fieles discpulos. No obstante, ocultaron la cosa y la rodearon de palabras
alegricas, de suerte que hasta hoy son muy pocos los que la han encontrado y han podido extraer
un fundamento suficiente y cierto. No han actuado as a la ligera sino por buenas razones. Gracias
a ello, aquellos que buscan esta sabidura invocarn pronto y apasionadamente a Dios para obtenerla, ya que en su mano se hallan todas las cosas y, cuando les habr sido revelada, slo a l le
atribuirn la gloria y el honor, dndole la accin de gracias que le corresponde. Tambin lo han
hecho para que estas nobles perlas no sean echadas a los puercos. Ya que si fuese manifestado al
mundo impo, ste ya no deseara nada ms que esta nica cosa a causa de su extrema avaricia y
seguira finalmente una vida disoluta y bestial negligiendo cualquier trabajo o actividad.
Si bien con frecuencia los filsofos de los que hablamos han expuesto este arte eminente de
diferente manera y lo han descrito, por las susodichas razones, mediante numerosos nombres
particulares, parbolas, expresiones sorprendentes en lengua extranjera y sofsticas, no obstante hay
un acuerdo perfecto entre ellos y, con todas esas expresiones diferentes no han querido ms que
conducir a un nico fin y no mostrar sino la nica materia necesaria para el arte. No obstante, la
mayora de los buscadores de este arte se han apartado de esta materia secreta y as se han
equivocado de va. En efecto, siempre y an hoy hay hombres que suspiran tras esta sabidura, no
slo gente poco instruida sino tambin muchas personas eminentes y con mucha experiencia en la
filosofa. La buscan e intentan obtenerla no slo mediante un profundo estudio sino tambin con
un trabajo considerable y grandes gastos pero nunca consiguen alcanzarla y an menos disponer de
ella. Pues, ciertamente, la mayora se dejan capturar por el anzuelo del oro, se precipitan en
desgracias irreparables y se ven obligados, [con qu vergenza! a abandonar sus investigaciones. No
obstante, para que nadie dude del buen fundamento de este arte sagrado y lo tome por una ficcin,
segn la costumbre y prctica de este mundo, quiero dar a conocer cronolgicamente y nominalmente los autnticos filsofos y sus sucesores que han conocido verdaderamente este arte, lo han
posedo y practicado, aparte de los enviados de quienes se hace mencin en la Sagrada Escritura.
Son: Hermes Trismegisto, Pitgoras, Jess el Bendito, Alejandro Magno, Platn, Teofrasto, Avicena, Galeno, Hipcrates, Lucio, Longanus, Rases, Arquelao, Rupescissa, el Autor del Gran Rosario,
Mara la profetisa, Denis Zachaire, Haly, Morien, Calid, Constantius, Serapion, Alberto Magno,
Estrod, Arnaldo de Vilanova, Geber, Raimundo Lulio, Roger Bacon, Alanus, Toms de Aquino,
Marcel Palingene; los autores contemporneos son: Bernardo el Trevisano, el Hermano Basilio
Valentn, Paracelso y an otros. En efecto, no hay ninguna duda de que incluso hoy en da
podamos encontrar hombres que, por la gracia de Dios, practican el arte y lo disfrutan todos los
das de su vida en secreto y en el silencio. Pero mientras que los filsofos que he enumerado han
descrito este gran magisterio con verdad y sin disimulo y que deducen su demostracin del verdadero fundamento y de la simple fuente de la naturaleza, encontramos, al contrario, muchos pseudofiIsofos e impostores que se vanaglorian sin razn de poseer la ciencia de este arte y que tambien se
esfuerzan en ensearlo. Para ocultar su fraude tergiversan de manera vergonzosa e impa los escritos
de los verdaderos filsofos y ponen un velo ante los ojos de la gente, hacen que la boca se les haga
agua y engaan para realizar su propio deseo. Por ello, tanto estos impostores como aquellos que
han Sido engaados por la mentira, deberan examinar atentamente la advertencia que sigue:
Alfa es un signo para el qumico. Pero para ti, qu es Beta? Una
letra griega. La letra n ensea y a ella se hace referencia en otra parte.
Recuerda y no embauques a nadie con un falso pretexto. Cudate
de encerrar la luz con una voz quejumbrosa.
Asimismo:
No te fes del qumico que pretende destilar el aire con un canasto, si eres prudente ;ojo avizor!
Si no quieres sufrir el penoso perjuicio de la burla, huye entonces
de todos estos hombres a causa de su desfachatez.
Sigue a los de espritu sencillo, a los modestos y a Ics piadosos y
no a los orgullosos.
Es loable poder hacer el bien y disfrutar de ello.
Dime al menos dnde encontrar tales hombres!
Busca pues los hombres queridos que maravillosamente no han
muerto este ao.
Ellos aventajan a todos los dems por el peso, la obra y la cosa.
Por ltimo, en muchos lugares hemos encontrado artistas fieles y discpulos de este arte filosfico y secreto que de buena gana se esforzaban en ir hacia l por una va recta y segura, sin tantos
rodeos. Pero estn tan trastornados y atrapados por el error a causa del gritero y las vanas
pretensiones de estos impostores deshonestos y sofisticos de los que hemos hablado, que muchos
ignoran completamente si deben ir ms all en este arte o bien hacer marcha atrs. Por esta razn
he tomado la decisin de sacar a relucir y explicar de este arte, aunque ciertamente poco, si cosas
verdaderas y bien fundadas. Me considero indigno de escribir un tratado sobre semejante misterio
pero como he avanzado hasta l por la gracia de Dios, tres veces grande (a fin de hablar aqu sin
deseo de gloria) y que son pocos, tan pocos entre millares quienes lo alcanzan y tambin por temor
de que el talento que Dios todopoderoso me ha acordado por su clemencia no quede enterrado tras
de m, como dado a quien no lo mereciera, ensear a todos los filsofos quimicos, honradamente,
tal como convendr, un compendio o exposicin de todo este arte, as como una va recta y certera,
infalible, es decir, el mtodo por el que pueden acceder. Pero esto no ocurrir ms que si se abren
los ojos de algunos por la gracia divina, si estos filsofos son conducidos desde sus opiniones falsas
y preconcebidas al recto camino y si, por fin, se les manifiestan ms y ms las maravillas de Dios [...l.
Primera parte
Cul es el hombre que teme al Seor? El le mostrar
la va que debe escoger.
En primer lugar, que los piadosos qumicos que temen a Dios y los filsofos de este arte tomen
conciencia de que si es necesario guardar el secreto respecto al mayor y ms elevado arte, cunto
ms si ste es un arte santo. En efecto, en l encontramos impreso y representado el bien supremo,
celeste y mas santo del Todopoderoso. Aquel que concibe el proyecto de alcanzar este misterio
supremo e inefable debe saber que este arte no depende del poder del hombre sino de la voluntad
clemente de Dios y que lo que permite llegar a l no es nuestro querer o nuestro deseo sino la
Misericordia del Todopoderoso. Por ello debes ser, ante todo. piadoso. Alza tu corazn nicamente
hacia Dios y, sin dudar, pdele este don por medio de una plegaria verdadera y muy ardiente. Tan
slo Dios lo otorga; no se obtiene sino de l. Si Dios todopoderoso, que escruta y conoce todos los
corazones, reconoce en ti un alma recta, fiel y sin malicia, y si ve que te esfuerzas en buscar y
estudiar con el nico fin de alabarle y glorificarle tan slo a l, sin duda te lo otorgar, segn su
promesa.
Te conducir por su Espritu Santo de modo que puedas llegar, sin dificultad y gradualmente,
a un cierto comienzo en el que jams habras podido pensar con tu razn. En ese momento sentirs
en tu corazn mismo que Dios misericordioso ha escuchado benvolamente tu plegaria, que te ha
llevado hasta un afortunado comienzo y que ya casi te ha dado a conocer la revelacin.
Entonces arrodllate y da gracias a Dios con corazn humilde y contrito, albale, glorifcale y
hnrale ya que tus plegarias han sido satisfechas. No ceses de pedirle tambin que se digne derramar
por su Espritu Santo esta gracia que florece y que ya has percibido en tu corazn, y que te gue.
De esta manera, cuando este profundo misterio te habr sido perfectamente revelado en su totalidad, podrs ponerlo en prctica no emplendolo ms que para la gloria y el honor del santsimo
nombre de Dios y para el provecho y utilidad de tu prjimo que se encuentra en la necesidad.
Por otro lado, recuerda que no puedes revelar ni siquiera accidentalmente este misterio a un
indigno o a un impo bajo pena de perder tu salvacin y, menos an, comunicrselo y compartirlo
con l, hacer de un modo u otro mal uso de l ni utilizarlo para tu renombre y no para la gloria de
Dios como hemos dicho. Recuerda tambin que si no actuases as y te arriesgases a transgredir estas
rdenes, no escapars del castigo de Dios. En ese caso ms te habra valido no haber oido hablar
nunca de este arte ni conocer nada de l.
Ahora que has sopesado estas cosas, que te has consagrado a Dios, quien no permite que nadie
se ra de El, y que te has fijado por esta razn una meta y un fin, aprende primero cmo Dios
Triuno orden desde el comienzo la naturaleza universal, en la que sta se convierte, lo que puede,
cmo opera cada da en todas las cosas de una cierta manera invisible y cmo consiste en la nica
voluntad de Dios y encuentra all su morada. Sin el verdadero conocimiento de la naturaleza no
podrs aprender esta obra sin dificultad y estars expuesto a riesgos y peligros. Ahora bien, la
cuclidad y propiedad de la naturaleza es ser nica, verdadera, simple, perfecta en su esencia y
adems posee encerrado en ella un espritu oculto. Si quieres conocer la naturaleza debes ser hecho
semejante a ella, verdadero, paciente, simple y firme adems de piadoso y bueno respecto a tu
prjimo pero, ante todo, debes ser un hombre regenerado y nuevo.
Si reconoces en ti esta disposicin, la naturaleza se adaptar y conformar, en breve, a la
naturaleza y percibirs inmediatamente en ti un inestimable' provecho, tanto para el cuerpo como
para el alma.
La bsqueda y contemplacin de este arte te resultarn altamente provechosas y ventajosas, ya
que si aprendes correciamente los .principios que lo rigen, te conducirn, podra decirse que violentamente, basta el conocimiento de los milagros divinos. Entonces para ti carecern de valor las
cosas efmeras que el mundo tanto aprecia. Por el contrario, aquel que aspira a este arte y se
esfuerza en obtenerlo para la riqueza y que intenta desviarlo de su objeto hacia el orgullo y la
vanidad de este mundo, debe persuadirse de que jams llegar al fin deseado. Tambin es necesario
que tu alma, es ms, todos tus pensamientos que se dirigen hacia las cosas terrestres, sean como
recreados y que se consagren nicamente a Dios. Se advierte pues que los tres, a saber, cuerpo, alma
y espritu, deben estar en armona y obrar conjuntamente. Ya que si el corazn y el alma del
hombre no son conducidos del mismo modo en que es elaborada toda la obra, te equivocas con
respecto al arte.
Debers, pues, conformar todas tus acciones. El artista no hace aqu ms que sembrar, plantar
y regar y slo Dios da el crecimiento. Por consiguiente, si Dios se opone a alguien, toda la
naturaleza tambin le es contraria. Pero en cuanto al que se vuelve amigo de Dios el cielo, la tierra
as como todos los elementos son impelidos a ir en su ayuda. Si tienes en cuenta esto y si posees con
tus manos el conocimiento de la verdadera primera materia de la que hablaremos a continuacin,
podrs avanzar hacia la prctica y emprender el comienzo de la obra.
Debes, una vez ms, implorar al Todopoderoso para obtener su gracia y la va a seguir en tu
proyecto. De este modo tu obra avanzar y llegar, con toda facilidad, al afortunado y feliz fin
deseado.
Quien permanece en el temor de Dios y queda unido a su verbo,
no emplea, mientras espera su ayuda, ni el negro ni el blanco. Prepara
la plata y el oro a partir del cobre y del estao y tendr el medio de
preparar, ayudado por Dios, muchas otras cosas. De este modo, con
el favor de Jehov, har felizmente oro a partir de un fango y de un
barro.))
(Eclesistico
II)
Cuarta parte
(extractos)
Abrir la boca en parbolas y dir los secrelos ocultos
desde el comienzo del mundo.
(Sal. LXXVIII, 2 ; M t . XIII, 34)
Cuando Dios todopoderoso quiso revelar por su voz divina al gnero humano algn secreto
singular relativo a sus misterios admirables, sublimes y celestes, lo hizo las ms de las veces
alegrica~nente. Estas parbolas, que conocemos en el curso de esta vida terrestre, son como
imgenes propuestas da a da ante nuestros ojos. Por ejemplo, en el capitulo 111 del Gnesis,
despus de la cada de Adn, cuando Dios quiso indicarle su pena mortal, la muerte corporal, se la
manifest por medio de esta enseanza: Si la tierra no tenia vida por si misma y l, no obstante,
fue tomado y formado, por esta razn deba volverse semejante a ella.l
[...] Estos smbolos y similitudes no nos fueron dados sino para facilitarnos la comprensin y la
imaginacin de las cosas celestes, tan difciles de asir a causa de la imbecilidad humana. Pero, por
encima de todo, no deba Dios eterno proponernos en una cierta figura corporal al mayor de sus
bienes, su Hijo nuestro Seor y conservador, es decir a Jesucristo, que liber a todo el gnero
humano de la muerte eterna y que por su obediencia y sus mritos restaur el reino celeste? Acaso
no es dificil de comprender este gran misterio de DIOS Todopoderoso: Que los cielos enven el
roco y que las nubes lluevan al justo, que la tierra se abra, se cubra de vegetacin y produzca al
Salvador?"
1. Gn. 111, 19.
2. 1s. XLV, 8; Ef. 111, 16; Col. 1, 6.
Esto nos ha sido significado en el Antiguo Testamento y en otros lugares mediante ciertos
ejemplos como el sacrificio de Isaac, la escalera de Jacob, la venta y el admirable establecimiento de
Jos, la serpiente de bronce, Sansn, David y Jous. Pero Dios todopoderoso nos ha mostrado de
antemano y con profusin a nosotros, hombres, un bien tan elevado y celeste, mediante una cosa
admirable y no obstante oculta en el gran libro de la Naturaleza; una cosa que produjo a la luz del
da a fin de que pudisemos, con el resto, tener una representacin original e incluso una cierta
aprehensin visible y corporal de estos bienes y dones celestes.
Nos propuso, en su verbo, un cierto objeto terrestre y corporal cuando nos dice por boca del
profeta Isaas: He aqu que pongo en Sin una piedra angular, una piedra probada y bien
fundada: quien se apoye en ella no huyen.' Y David, el profeta real, nos dijo mediante el Espritu
de Dios: La piedra rechazada por los arquitectos se ha convertido en piedra angular; es la obra del
Seor y una maravilla ante nuestros ojos.' Y el mismo Cristo, llamado ahora Piedra Angular,
relaciona consigo esta imagen diciendo: No habis ledo nunca en la Escritura que la piedra
rechazada por los arquitectos se ha convertido en piedra angular? Es la obra del Seor y una
maravilla ante nuestros ojos; quien caiga sobre ella ser quebrado y sobre el que caiga lo aplastarn.?
Es lo que San Pedro en su epstola4 y San Pablo5 repiten y describen, invariablemente, de la
misma manera.
Ya desde el comienzo del mundo los Ancestros, los Santos Patriarcas y, despus de ellos, todos
los hombres iluminados por Dios, esperaron con toda la fuerza de su deseo esa piedra probada,
bendita y celeste: JESUCRIST0;6 sus ms ardientes plegarias iban dirigidas a que Dios se dignara
comunicarles, tambin a ellos, a Cristo, bajo su forma corporal y visible.7Si lo conocieron segn la
justicia, en el Espritu, y si lo siguieron, ciertamente se delectaron toda su vida y adems, en todos
los peligros se apoyaron sobre este pilar invisible.
Esta piedra celeste y bendita ha sido dada por Dios a todo el gnero humano, tanto a ricos
como a pobres, gratuitamente, sin ningn mrito por parte de nadie.8 Aunque pocos hombres, no
obstante, desde el comienzo hasta nuestros das, hayan podido descubrirla y comprenderla en este
mundo, subsiste en todos los tiempos, siempre oculta, como pesada piedra de tropiezo y de escndalo para la mayora de los humanos. Acaso no ha profetizado Isaas respecto a ella diciendo:
Ser una piedra de tropiezo y una roca de escndalo, as como una ocasin de cada y una trampa
en la que muchos se arrojarn, caern, se quebrarn y sern cogidos?g Tambin es la que vio e n el
Espritu el viejo padre Simen, cuando habl as a Mara, madre de la piedra celeste angular: En
verdad, en verdad, ste ser motivo de caida y de resurreccin para muchos de Israel y ser un signo
de contradiccin.'0 San Pablo rinde este mismo testimonio diciendo: Han topado con la piedra de
tropiezo y con la roca de escndalo, pero quienquiera que crea en El no ser confundido.ii Y San
Pedro dice lo mismo en su epstola: Esta piedra, preciosa para los creyentes, es para los incrdulos
una piedra de tropiezo y de caida, y roca de escndalo para los que tropiezan con la palabra y no
creen en ella, en la que estn.i2
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Aquel que se esfuerce en llegar nicamente por medio de los sentidos externos y corporales y
sin el ojo interno ni la luz divina, ciertamente confundir Saulo y Pablo, eligiendo as un camino
errneo y una comprensin siniestra. De la misma manera que este misterio se oculta a miles de
hombres en la descripcin de la piedra terrestre, tambin se nos presenta cada da ante los ojos el
conocimiento de la piedra celeste, en lo que tiene de ms sublime y poderoso. Sin embargo, no debe
atribuirse nuestra ignorancia a la oscuridad de la palabra o de la letra, ya que una y otra estn bien
fundadas, sino mejor a nuestro ojo, que en el hombre es falso. Cristo mismo ha dicho: El ojo es
la luz del cuerpo; si tu ojo es malo, tambin tu cuerpo es oscuro y tenebroso, y si esto ocurre, 13 luz
se te convertir en tinieb1asn.i Igualmente: He aqu que ei reino de los cielos est dentro vuest:o.2
Parece, pues, claro que en el hombre el conocimiento de la luz no debe proceder del exterior sino
del interior, como lo testifica la Sagrada Escritura tan a menudo citada. A causa de nuestra
imbecilidad, el objeto exterior, como suele decirse, o la letra escrita, debe considerarse en relacin a
la luz interior de la gracia implantada y concedida por Dios con miras al testimonio.3
Similarmente, el verbo percibido oralmente es una invitacin, una ayuda intermedia para promover esta luz. Por ejemplo, si despus de haber situado ante ti una mesa blanca y otra negra te
preguntase cul es la blanca y cul la negra, al ser estas mesas objetos escuetos y mudos, dificilmente podras responderme si previamente no tuvieses el conocimiento de estos colores.4 Este conocimiento no tiene su origen en esas mesas que son mudas y muertas y no pueden conocer nada por si
mismas, sino en tus propias ciencias que tienes innatas y ejerces diariamente.
Como hemos dicho antes, los objetos, al poner los sentidos en movimiento, ofrecen un asidero
al conocimiento pero, no obstante, no dan de ningn modo el conocimiento mismo; el exterior hace
surgir el conocimiento del interior del individuo que conoce y ejerce as su juicio en la ciencia de los
colores. Igualmente, si se te pidiera que extrajeses el fuego material y externo, o luz, del pedernal
en el que este fuego o luz se halla oculto, no habras de introducir en la piedra esta luz oculta y
secreta sino que deberas provocar y excitar este fuego oculto con un eslabn que tendras necesariamente que poseer. Debes, pues, hacer que mane y manifestar fuera de la piedra este fuego que,
seguidamente, extenders y soplars sobre una buena materia inflamable preparada a este efecto,
sin lo cual se vera obligado a extinguirse inmediatamente y a desvanecerse de nuevo. Despus de
esto dispondrs de un fuego brillante con el que te ser posible llevar a cabo todo lo que quieras, a
tu gusto, tanto tiempo como lo mantengas y conserves. Del mismo modo, esta luz divina y celeste
oculta en el hombre debe provenir necesariamente, no de lo extrnseco al interior, sino manifestarse
exteriormente fuera de una cierta cosa, tal como hemos dicho antes.
[...] Dios tambin es la verdadera Magnesia Catlica o esperma catlico del mundo,$ del cual,
por el cual y en el cual todas las criaturas celestes y terrestres reciben la esencia, el movimiento y el
origen.6 Es, finalmente, el alfa y omega, el comienzo y el fin, como dice el Seor que es, que era y
que viene, el Todopoderoso.'
Pero en verdad, en la obra filosfica no basta nicamente con conocer la materia, saber que es
una esencia triuna y haber aprendido sus cualidades y propiedades. Hay que saber cmo adquirirla
y utilizarla.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Esto no se puede hacer, como hemos dicho ms arriba, sino disolviendo estas tres cosas,
putrificndolas para quitarles su sombra humosa y su esencia grosera que oscurecen esta materia Y
nos la presentan bajo un aspecto informe e inhumano. A continuacin, por una suhlimacin
ulterior y por medio de esta agua marina reluciente de fuego, catlica y jovial, debemos extraer de
esta materia su corazn y su alma oculta y reducirla a una cierta esencia corporal. Igualmente, no
podemos conocer esta divina esencia triuna llamada ((JEHOV.4)) si primeramente no la tenemos
disuelta y putrificada, si no la hemos despojado de su velo mosaico y de su aspecto de clera que es
para nosotros un impedimento innato y un espantajo. Seguidamente, por una iluminacin divina
ulterior, debemos extraerle su corazn y su alma interna y escondida, es decir, su Hilo que es
Cristo! y esto se hace por la operacin y la ayuda del Espritu Santo purificando nuestros corazones
como lo hara un agua pura,2 iluminndolos como un fuego divino,' llenndolos y recrendolos con
un dulce y jovial consuelo..' De este modo, el Dios de clera te aparecer apaciguado.
En la obra filosfica es necesario disolver la materia en sus tres partes o principios, congelarla
seguidamente por su propia sal y reducirla a una esencia nica, que entonces se llama Sal de
Sabidura. Del mismo modo, DIOS y su propio corazn, que es el hijo del padre, deben ser unidos
necesariamente por su sal propia, similarmente implantada en Dios de una manera esencial, pero
hay que reconocerlos como un solo Dios y no creer que son dos o tenerlos por tres Dioses o esencias
diferentes. Si, pues, de esta manera has conocido a Dios por su Hijo, si despus de haberlos
separado los unes de nuevo, si los juntas por el espiritu de divina sabidura y por el lazo de la divina
caridad, entonces, el Dios invisible y desconocido' te resultar de ahora en adelante visible, cognoscible e inteligible. Ya no ser como antes inhumano y colrico; se te presentar bajo un aspecto muy
humano y dulce, dejndose tocar, conocer y ver. As, Dios, antes de que Cristo, su hijo, sea
formado e imaginado en nosotros,6 es un Dios terrible' e incluso un fuego consumidor. Pero no
debes considerar este conocimiento de la triuna esencia divina como suficiente y perfecto si no
progresas y no creces en un conocimiento ms profundo en lo que a l se refiere, principalmente de
su corazn.
Ya hemos dicho que si en la obra filosfica la preparacin del sujeto no se lleva ms lejos, ste
te resultar ms perjudicial que provechoso para la medicina corporal. Y ocurre lo mismo con
Cristo:8 si no lo conoces mejor y an ms perfectamente, apenas ser til como medicina espiritual
de tu alma, e incluso al contrario, te podra llevar a la condenacin. Por ello, si quieres participar
de l, de sus dones celestes y de sus tesoros, gozar de ellos y usarlos en la beatitud, debes avanzar
antes en su conocimiento personal, no reconocerlo e imaginarlo nicamente como Dios, sino esperar
que se ciimpla perfectamente el tiempo sealado9 en el que recibe ese incremento que le hace a la vez
Dios y hombre, e incluso, hijo del hombre.
En la obra filosfica, para llevarla a buen puerto y llegar a la tintura que perfecciona a los
metales simples, es necesario aadir a la primera materia un cierto cuerpo metlico muy digno y,
por ello, muy prximo a esta primera materia la cual lo desea y ama mucho, unirlos y reducirlos a
un solo cuerpo. Tambin en la obra teolgica, si queremos gozar de su fruto y volvernos partcipes
de su naturaleza, hay que juntar con la naturaleza divina del hijo de Dios un cuerpo casi metlico,
la carne y la sangre, la humanidad o la naturaleza humana, creada a su imagen, la cima ms alta en
dignidad entre todas las criaturas de Dios, muy prxima a esta naturaleza divina.10 Hay que unirlas
ambas en un cierto cuerpo indisoluble.
l . Variante: la edicin de 1625 aade: Poner todo nuestro cuidado en convertirla en Dios humano)).
2. Ez. XXXVI, 25; 1s.XLIV, 3.
3. Jer. XXXIII, 29; MI.111, 11.
4. Jn. XVI, 7; Ef. IV, 30.
5. 1s. XLV, 15.
6. Gl. IV, 6.
7. DI. VII, 4; Dl.XVIII, 16.
8. 1 Jn. IV, 2 y 3.
9. Gl. IV, 4.
10. Variante: creada tambin ella en una tierra una, la cima mas elevada en dignidad entre todas las
criaturas de Dios, muy prxima a esta naturaleza divina, que sra desea y ama mucho.
[...] En estas condiciones y si el hombre deja de pecar cada da para que el pecado ya no le
mande, comienza en l la disolucin del cuerpo del oro que se ha aadido, como en la obra
terrestre; es la putrefaccin de la que ya hemos hablado; debe ser completamente disuelto espiritualmente, triturado, destruido y putrificado. Esta disolucin y putrefaccin se produce antes en uno
que en otro, pero necesariamente debe producirse en el curso de esta vida temporal. En otros
trminos, tal hombre debe ser tan bien digerido, cocido y fundido en el fuego de la tribulacin' que
llegue incluso a desesperar completamente de todas las fuerzas que hay en l y le lleve a buscar,
como nico socorro, la gracia y la misericordia de Dios.
As, en el horno de la tribulacin y por medio de un fuego continuo, el hombre, tomo el cuerpo
terrestre del oro, participa de la cabeza negra del cuervo, es decir, es vuelto enteramente disforme y
convertido en irrisin ante el mundo.' Y esto no se hace exactamente durante cuarenta das y
cuarenta noches, ni siquiera en cuarenta aos sino a menudo durante todo el tiempo de su vida, de
suerte que, a lo largo de ella, debe necesariamente tener con ms frecuencia la experiencia del dolor
que la del consuelo y la alegra, y la del abatimiento que la del regocijo. Finalmente, su alma es
completamente liberada por esta muerte espiritual como si fuese conducida hacia las alturas, es
decir, que a pesar de que su cuerpo an est en la tierra, l se vuelve con su espritu y su corazn
hacia lo alto, hacia la vida eterna y la Patria. Ahora su corazn ya no vive en el mundo sino en
Dios no buscando el supremo consuelo en las cosas terrestres sino en las espirituales..'
Todos sus actos son orientados de suerte que ya no son terrestres sino celestes, en la medida en
que ello es posible en este mundo. Debe vivir segn el espritu y no segn la carne, en las obras que
soportan la prueba de la luz del da y no en las obras estriles de las tinieblas. Esta separacin del
cuerpo y del alma del hombre debe hacerse muriendo espiritualmente.' Esta disolucin del cuerpo y
del alma tiene lugar en el Oro regenerado de modo que el cuerpo y el alma, estando como separados
el uno del otro, no por ello dejan de estar fuertemente unidos en el vaso y reunidos; el alma de lo
alto va recreando cada da el cuerpo y lo preserva de la destruccin final hasta el tiempo fijado en
el que permanecern juntos e inseparables.6
1. 1 Pe. IV, 12 y s.
2. 2 Cor. IV, 7 y s.
3. Sub. V. 3 Y 4: .Iob.XXX. I y s.
4. 2 Cor. IV, 16.
5. Variante: c . . . debe hacerse, como hemos dicho, por la muerte al pecado y no por la muerte corporal de
la carne pecadoran.
6. En lugar de 2 Cor. V , como indica el autor, leer Ef. 1, 10
El cuerpo del hombre, sometido a esta languidez y a esta escuela de la cruz, se encuentra como
muerto, pero su alma no le abandona del todo: 1 cuando el ardor del fuego de la tribulacin
sobrepasa la medida, el cuerpo es irrigado, consolado y conservado por el espritu que mana del
roco del cielo superior y del Nctar divino. Es un refrigerio celeste y una recreacin del cuerpo
terrestre muerto en los hombres. En lo que se refiere a nuestra muerte temporal, que es el salario del
pecado,2 no se trata de una muerte verdadera sino de una disolucin natural del cuerpo y del alma
y una suerte de ligero sueo; tambin es una conjuncin indisoluble y permanente del Espritu de
Dios y del alma: pero debes entender que hablo de los santos. Se la compara, por otro lado, a este
admirable ascenso y descenso que suele hacerse siete veces seguidas en la obra terrestre.
u.]
Debemos notar que los filsofos qumicos nos han dado a entender por este carcter
al
Antimonio por el cual (como hemos dicho al tratar de la preparacin qumica) hay que hacer
fermentar la materia antes de unirla al Elixir o Rey Qumico o antes de que vaya al bao de
sudacin con el viejo Saturno de blancos cabellos. En verdad debemos considerar esto como un
milagro y tenerlo por un misterio. Tambin entre nosotros los cristianos se encuentra esta imagen y
representacin. Se la emplea y pone claramente ante nuestros ojos, aunque de modo igualmente
oculto, en la ceremonia en la que se pone entre las manos del jefe supremo y emperador de toda la
cristiandad la bola coronada por una pequea cruz. Con ello se le da a entender que antes de llegar
a una posesin pacfica y tranquila, deber experimentar perfectamente la cruz de este mundo, en
medio de las aflicciones y otras calamidades; ser por ello turbado, probado y juzgado digno.
Quizs no sea por azar y sin razn que estos Filsofos antiguos han querido darnos con ello
una figura y un signo para la misma obra quimica que tambin requiere un proceso semejante.
Todo esto se puede poner en relacin con la escuela de la cruz ya mencionada, pues las tribulaciones
y persecuciones de los cristianos nos sealan que, con toda seguridad, antes de entrar en el reposo y
la alegra eternas, deben primero recorrer el camino pesado y difcil de este mundo, ejercitarse en el
combate y sufrir el bao de sudacin3 con el hostil Saturno de blancos cabellos, es decir, el viejo
Adn y Satn.
Junto a todas estas tribulaciones y calamidades ser necesario observar, considerar y sopesar
cuidadosamente todo tipo de signos, milagros y tambin los grandes cambios que se producirn al
mismo tiempo en el mundo. Uno recordar las guerras y rumores blicos, la multiplicacin de las
sectas, la peste, la caresta de las cosechas; todos estos signos sern anuncios y verdaderos precursores de la proximidad inminente de nuestra redencin. En suma, cuando tenga lugar la resurreccin
general de los muertos (ya que la primera generacin nueva que se hace por medio del santo
bautismo no es ms que el comienzo de la segunda, la verdadera regeneracin, completamente
perfecta, en la vida eterna), los hombres que vencern por la sangre del cordero resucitarn y se
enderezarn para una nueva vida, de ahora en adelante permanente; sern unidos de nuevo en alma,
cuerpo y espritu y reestablecidos en una unin indisoluble que durar eternamente. Deberemos,
pues, ser glorificados de este modo por la pura, espiritual y admirable virtud, por la fuerza, la
ligereza, la gloria, la excelencia y el vigor de Cristo, rey celeste todopoderoso; ms an, deberemos
ser hechos transparentes, bellos y con un estado de beatitud perfectsimo.4
Se trata de una admirable copulacin o unin del cuerpo, del alma y del espritu, una divina
floracin y exaltacin de los elegidos. Podemos, ya en esta vida, verla y observarla, pero no sin
temor ni temblor, en la obra terrestre. Por ello estn arrebatados de admiracin los ngeles que se
preocupan de ver todas estas cosas y as dominaremos y reinaremos por los siglos de los siglos con
Cristo, nuestro prncipe eterno del cielo, con todos los ngeles y espritus ejecutores, en una gloria
sin fin y la gloria de la Majestad sobre todas las cosas.S
1. 1 Pe. 111, 18.
2. Rom. VI, 23.
5. Gl. VI.
Ahora posees, amigo y benvolo lector, una breve descripcin, una exposicin simple, un
modelo infalible y una comparacin alegrica de la piedra terrestre y qumica y de la verdadera
piedra celeste, Jesucristo, gracias a la que podrs alcanzar una beatitud y una perfeccin seguras, no
slo aqui abajo en esta va terrestre sino tambin en la vida eterna. Este doble sujeto podra haber
sido expuesto con menos rodeos y ms detalladamente en la obra teolgica precedente, no obstante
debes saber que yo no enseo Sagrada Escritura y que no soy un telogo aristotlico en boga, sino
un simple ciudadano sin cargo pblico. En efecto, no be adquirido esta ciencia que Dios me ha
acordado por mis estudios e n una clebre academia, sino que la he aprendido en la escuela universal
de la naturalezas y en el gran libro de los milagros gracias al que todos los que conocen a Dios han
recibido su formacin desde hace siglos. Por esta razn he dado a mi descripcin una forma simple,
tal como he dicho, y no la de un escrito elegante y de una longitud desmesurada. Por otro lado, mi
tarea no consista en emprender aqui un tratado ms completo y extenso sobre la teologa. He aqui
cul era mi objetivo: be querido trazar como un rpido bosquejo para aquellos que tal vez no hayan
hecho an suficientes progresos, a fin de permitirles buscar la cosa ms profundamente, ya que me
parece bien que cada amante de la verdad no omita en ningn caso los milagros de Dios y no los
sepulte en un perpetuo silencio sino al contrario, los celebre, magnifique y glorifique. As pues,
tambin yo he querido hacer pblicamente mi confesin y decir, al mismo tiempo, lo que pienso y
creo respecto a los artculos de fe de la religin cristiana en esta poca, joh dolor!, en la que hay
enfrentamientos donde, en procesos precipitados, los calumniadores ms mentirosos2 denuncian por
traicin hertica y consideran sospechosos a numerosos cristianos piadosos que no piensan como
ellos. Pero las impas blasfemias del mundo y los juicios desconsiderados en modo alguno ofenden
al verdadero cristiano insultado con esta suerte de calumnias, ya que el diablo y sus escamosos hijos
han tenido siempre por costumbre hacer sufrir la misma cosa a Cristo y a sus seguidores y todava
en nuestros das actan as.3Ahora ya no dir nada ms pero quiero someter el asunto al Supremo
Juez de jueces que es la verdadera piedra de Lidia de todos los corazone~.~
Adems, quiero que, en lo que concierne al principio de la obra de la piedra terrestre, el
aficionado al arte qumico vaya a ver los detalles a la enseanza que he dado en primer lugar, y que
sta le sea fielmente inculcada de nuevo en este eplogo. En efecto, del mismo modo que en una
cancin se encuentra repetido ms de una vez un buen estribillo, as haremos nosotros respecto a
este tema segn nuestra costumbre. Con toda seguridad, uno no ha de dirigir su voluntad y sus
pensamientos hacia la piedra filosfica terrestre ni debe emprender tal obra sin conocer ni haber
preparado exactamente la piedra celeste, gracias a la que Dios da la piedra terrestre o, como
mnimo, sin haber empezado de hecho, con gran cuidado, la preparacin de ambas piedras a la vez,
a saber, la espiritual y corporal.* En lo que a m respecta, estoy de acuerdo con todos los
verdaderos filsofos al decir que seguramnte es temerario, sobre todo en esta fase, emprender una
obra de tal envergadura y trabajar sin el conocimiento de la naturaleza.
Adems quiero remarcar aqui y declarar expresamente que, en mi opinin, sin el verdadero
conocimiento de Cristo, piedra angular celeste, no slo es difcil sino verdaderamente imposible
preparar la piedra filosfica, dado que toda la naturaleza consiste perfectamente en esta piedra
celeste. Si no se quiere sufrir un fracaso vergonzoso hay que examinar convenientemente este punto
y no aspirar vida y desconsideradamente a este arte como hacen muchos que, la mayora de las
veces, no estn de ningn modo preparados para emprenderlo, no tienen las capacidades necesarias
1.
2.
3.
4.
5.
'
Job. XII, 7 y 8.
Sal. CXVI, 11.
Sal. XCIV, 21; Jer. XI, 19.
1 Cro. XXVIII, 9: Dios sondea todos los corazones
Ecle. 1, l y s.
tamiento de los metales al igual que si t te esforzases en ayudar a un fruto que no pudiese
una exacta madurez a cansa de algn acontecimiento fortuito, o bien en obtener mayor cantida
partir de una semilla o de una simiente, lo que puede emprenderse y realizarse con pocos gastos.
cuanto al otro arte, que es sofstico y pseudoalqumico, no lo comprendo y tampoco quiero aprenderlo s porque sus maestros prometen en vano seguir vas no demasiado torcidas y proporcionar
montaas de oro puro mientras que en verdad estn muy lejos de ello. Por otro lado, este falso arte
no aporta absolutamente nada concreto y, adems, slo conlleva gastos enormes, exige trabajos
imprudentes y se cobra a menudo el cuerpo mismo y la vida. Por consiguiente, si uno o varios
qumicos de esta especie salieran a tu encuentro vanaglorindose de poseer el verdadero y natural
arte qumico y se empeasen en ensertelo a cambio de dinero u otra cosa, pretendiendo no poder
sufragar los gastos necesarios, quedas fielmente avisado de que de ningn modo debes confiar en
ellos. La serpiente est, la mayora de las veces, oculta junto a ellos en la hierba. Adems, puedo
verdaderamente afirmar que el gasto a realizar en toda la obra universal no sobrepasa el precio de
tres florines en total; exceptuando el alimento cotidiano y el mantenimiento del fuego, la materia es
parcialmente vil, como hemos dado a entender ms arriba, se encuentra por todas partes en cantidad suficiente y ms an sin gran dificultad y, en cuanto al trabajo, tambin es fcil y simple. En
suma, los hombres piadosos escogidos por Dios para este fin2 comprenden simple y fcilmente este
arte, pero es verdaderamente difcil y casi imposible para los impos y malvados.3
Para terminar mi conclusin, he querido aadir lo que sigue a guisa de despedida: si Dios
todopoderoso te prodigase su gracia por la revelacin de este arte piadoso y santo, debers emplearlo rectamente, guardar silencio como te ha sido recomendado y, con este fin, aplicarte en la boca un
slido cerrojo' y mantenerlo bien cerrado, por miedo de que la arrogancia y el orgullo, tanto ante
Dios como ante los hombres, resulten ser un peligro para ti y te ocasionen un dao y una desgracia
temporales y eternos. Por ello debes examinar con circunspeccin lo que sigue:
Quien busque la riqueza por este arte sagrado debe ser piadoso y
simple, probo y discreto. Quien no acte as contrara su destino. Est
obligado a la pobreza, a la indigencia, a la desnudez a la miseria.
'y
Amigo lector, no he querido mantener todo esto oculto, tanto a modo de advertencia como
para despedirme de ti. Tengo, en efecto, la firme conviccin de que me has comprendido suficientemente en todo, a menos que Dios no te haya cerrado los ojos y las orejas ya que yo no habra
podido mostrrselo ni con ms fidelidad ni claridad, ni describirlo ms manifiestamente, siempre en
la medida en que lo permite una buena conciencia. Por consiguiente, si no has sabido percibir o
aprender la cosa por mi enseanza, me temo mucho que difcilmente la comprenders por medio de
otra instruccin.
SEGUNDA PARTE
EL MENSAJE REENCONTRADO
EL MENSAJE PROFETIC0
de
LOUHS CATTHAUX*
Buzo ebrio de todos los dolores, erro tristemente revestido de la piel de bestia, en este mundo exiliado de los
grandes pesos en que los hombres apagados por la cada, se obstinan.
L. Cattiaux, Poemes de la Rsonance
Una lgica oscura y certera parece conducir este mundo hacia una meta desconocida, pero sin
duda alguna catastrfica. El optimismo ingenuo del siglo pasado, ha dejado paso lentamente a una
gran inquietud, las ms de las veces inconsciente para los millones de individuos que componen
nuestra civilizacin, una inquietud que por lo general se manifiesta por unainestabilidad creciente y
una rebelin general de los espritus y de los corazones.
Al igual que aquellos grandes ros que se desecan a medida que avanzan hacia el desierto, los
manantiales de la vida parecen agotarse' segn aumenta la inteligencia del hombre; nos referimos a
su maldad, a esta luz fria como la de nuestras lmparas elctricas, que alumbran sin calor como
fuegos muertos.2
Existe otra inteligencia, la verdadera, que el hombre percibe con sus antenas naturales, no las
de la radio o de la televisin, sino con sus antenas naturales, que le permiten comunicar con el
profundo manantial de la vida oculta en la naturaleza, para llevarlo progresivamente hacia la luz
viva y nutritiva.
Los grandes rebaos salvajes de la estepa no disponen de ningn radar, sino que tienen guas a
los que obedecen y siguen. Por lo general son los individuos ms ancianos y ms sagaces los que
poseen las antenas ms receptivas. Ellos son los que prevn las tormentas y los ciclones, los que
saben, segn las estaciones, dnde se encuentran los mejores pastos y tambin los que descubren las
trampas y huelen el peligro. Son los videntes del rebao y el rebao los sigue con seguridad. Pero
nuestras antenas estn como atrofiadas, hasta el punto de haberse convertido en rganos muertos,
vestigios intiles de una humanidad ya pasada. Pronto habrn desaparecido por completo. No nos
sentimos seguros en ninguna parte. No se aplicaran a nuestra poca, ms que a cualquier otra,
estas palabras del profeta Isaias?:
Yahweh ha extendido sobre vosotros un espritu de letargo; ha cerrado vuestros ojos,
los profetas, ha echado un velo sobre vuestras cabezas, los videntes.
(Isaas, X X I X , 10)
* Copyright Emmannel d'H00ghvorst. Articulo aparecido en la revista suiza Inconnues, vol. 9, Lausanne,
1954.
l . Todo vuelve al polvo, s0lvei saeculum in favilla, nos ensea la liturgia catlica; seguramente hay aqu
ms que una imagen, si pensamos, por ejemplo, en las ms recientes realizaciones de la ciencia atmica: El
siglo se disolver en polvo...
2. La inteligencia de Dios que no es fecundada se convierte en malicia.
Y si, por casualidad, todavia hubiera entre nosotros un individuo que guardara intacta esta
facultad tan valiosa de abrevarse en el manantial de las aguas puras del Sol y de la Luna, o que lo
hubiera reencontrado tras una larga bsqueda, qu suerte le reservaramos? Qu suerte le reservaramos si se revelase a nosotros tal como es, es decir, psquica y fsicamente tan distinto? Lo
someteramos a la benfica accin del psicoanlisis con el loable objetivo, seguramente, de readaptarlo? Cattiaux, amigo mo, tu oscuridad en el mundo y su ceguera te fueron una extraa salvaguardia.
Quiz existen todavia, sobre la tierra adormecida, algunos hombres que velan y que interrogan
a los astros como los magos de antao. Para estos escribimos estas lneas, exclusivamente para
ellos, pues han recibido el don del cielo de poder creer lo increi31e. Dispersados en las tinieblas, nos
son desconocidos. Sin embargo y sin saberlo, brillan como lucirnagas reflejando en la tierra
oscurecida, la claridad de las estrellas. Quin sabe si los ngeles de Dios no vendrn a recogerlos
uno por uno, para reunirlos en el regazo de la Virgen, antes de la gran tribulacin que ciertamente
viene, esta gran tribulacin tantas veces anunciada y siempre pospuesta, pero cuya proximidad
resulta cada vez ms evidente a aquellos que todavia son capaces de prestar atencin?
Louis Cattiaux viva en Pars, en la calle Casimir Prier, a la sombra de la Iglesia de Santa
Clotilde frente a una tranquila plazoleta provinciana. En sus tarjetas pona: Louis Cattiaux, poeta,
pintor y boticario. En su misterioso taller de pintura a pie de calle, pintaba telas extraas y
magnficas, vrgenes hierticas, rodeadas de smbolos olvidados. Las pintaba utilizando una materia
rica, densa, coloreda al extremo. Afirmaba haber reencontrado el secreto de la antigua materia
pictrica de los hermanos Van Eyck, este secreto del oficio que los pintores de antes se transmitan
de boca a oreja y de maestro a discpulo. Su arte tenia algo sagrado, sus telas parecan pentculos;
la gente tambin lo tomaba por mago. .Era asimismo sanador y proporcionaba a quienes se lo
pedan mirificas pomadas no carentes de efectos curativos.
Su minsculo taller de pintura, mgicamente decorado, pareca encerrar el universo entero. All
se respiraba el perfume de algn jardn de Edn guardado muy interiormente; y uno volva con
frecuencia, s i n saber demasiado por qu, quiz sencillamente imantado por el calor. Pues lo que
emanaba de este hombre era un calor nunc-a alcanzado, totalmente distinto de la simple cordialidad,
y tambin como el presentimiento de un secreto inmenso, vivo, celosamente guardado, como el pez
filosfico que nada en agua profunda. Viva cndidamente, con sobriedad, con pobreza segn los
hombres, alegre y feliz como un nio y como tal, sin malicia. Viva como un buen padre de familia
entre su mujer que amaba y su hijo que acariciaba a menudo y con ternura; pues este hombre tenia
un hijo: un hijo que, cuando su padre lo tomaba en brazos y lo mimaba cariosamente dicindole:
;Jesusito gordo!, responda miau con tanta gracia. Era un gato mgico, por supuesto...!
Sus amigos se preguntaban: Quin es ese hombre?)), y sin poder responder con precisin a la
pregunta, decan: no es como nosotros)). -Cattiaux, cul era, pues, esta vida secreta que resplandeca en ti? Acaso habas descubierto la joya de eternidad? Habas penetrado acaso el enigma de
este mundo?
Queris saber qu es este mundo?, sola preguntar. Imaginad un campo de concentracin
modlico; es una imagen que nos es familiar; un campo de concentracin concebido y realizado
segn los ltimos 'descubrimientos de la tcnica y la ciencia psicolgica, en el que el trabajo
-perfectamente intil adems-, sera racionalizado al extremo pero sobre todo, en el que cada
prisionero seria su propio guardin y el de su vecino:
Su obra pictrica merecera por s sola un estudio exhaustivo. Condens su experiencia artstica
en una obra todava indita: Physique et Mtaphysique de la Peinture.
Nos ha dejado poemas cuya profundidad es sorprendente: Les Pokmes Zen7, Les Pokmes du
Fainant, Les Pokmes Tristes que llevan por epgrafe: El Atleta que se desviste ante una asamblea
de jorobados no debe esperar cumplidos; Les Pokmes de la Rsonance, de la Connaissance, y por
ltimo, Les Poemes Alchimiques, de los que ofrecemos un extracto a continuacin:
La Joya
;Antigua soledad de las selvas primordiales, donde brilla la esmeralda emanada de las estrellas!
;Quien os encontr posee el secreto divino, que un maestro verdadero nos leg en el pan y el vino!
De su obra principal, El Mensaje Reencontrado, queremos hablar aqui. Quiz habr que
esperar todava, antes de que este Mensaje Proftico pueda quebrar el muro de la indiferencia que
lo encierra, y difundirse en el mundo. Cabe preguntarse si esa obra, madurada durante quince aos
en el silencio y el abandono, nos entregar el secreto de esa vida aparentemente intil.
No hemos nacido en una familia rica y nadie nos ha instruido en los misterios de Dios.
Hemos tenido que descubrir, solo, las Sabias
y santas Escrituras y hemos tenido que estudiarlas en la pobreza y en el abandono, a
fin de que nadie se crea olvidado, sea cual
sea su estado aqu abajo.
Has perdido tu vida, decan mirando mis manos vacias y nadie oa al Dios que cantaba
en mi corazn.5
Hacia el final de su vida, le hemos odo muchas veces repetir esta sentencia de un maestro sufi:
No pido ms que un campo donde la locura pueda retozar libremente.
Ir a ti con el corazn purificado y el espiritu claro en tu cuerpo resucitado, si me envas tu salvacin ya desde este mundo, Seor
de amor y de conocimiento verdaderos; porque slo tu esplendor es recibido por tu esplendor y slo tu santa unidad se funde en
el Unico.
(M. R. XXXX, 1 )
Este holgazn muri en Pars, a la edad de 49 aos, el 16 de julio de 1953 de una extraa y
fulgurante enfermedad6 totalmente inesperada. Haba realizado en esta tierra una obra que el
tiempo se encargara de mostrar a la luz del da.
3 . El Mensaje Reencontrado, Louis Cattiaux, Ed. Sirio, Mlaga, 1987. Por facilidad, utilizaremos la abreviatura M. R. cuando nos refiramos a esta obra.
4. M. R. X X V , 1.
5 . L. Cattiaux: Poemes de la Connaissance.
6. Segn la expresin de uno de sus amigos, Jean Rousselot, en Echo d'oran.
Si hemos de creer al apstol Pablo, el ejercicio de la misin proftica debe proseguirse mientras
dure la cristiandad, es decir hasta el fin de los tiempos. En efecto, Lacaso no ha escrito: Aspirad al
don de profeca como al ms excelente? ( I Cor. XIV, 1-5).
Acaso su misma excelencia no designa a este don como la realizacin cristiana ms perfecta?
Sin embargo, por razones que seran demasiado largas de examinar aqu,s este don del Espritu
Santo se convierte cada vez en algo ms escaso a medida que la humanidad prosigue su carrera
8. A este respecto, vase Ren Gunon: Le Regne de la Quantifet les Signes des Temps, Gallimard, Pars,
descendente que terminar al final del ciclo presente por otro diluvio.9 Se ha convertido en algo tan
escaso porque cada vez hay menos hombres cualificados para recibirlo, guardarlo y madurarlo. Y
por lo general ya ni sabemos qu es un profeta y cul es su misin. lncluso quiz el mero hecho de
mencionar esta palabra har sonrer. No tenemos que convencer a nadie. Basta con que algunos se
reconozcan y se reencuentren. Pero nos ha sido recomendado tambin poner a prueba los espritus
para saber si son de Dios. Particularmente en los ltimos tiempos, los falsos profetas sern numerosos y seductores; de hecho, en la actualidad hay muchos. Quiz el Mensaje Reencontrado nos
dar la ocasin de ejercer nuestro juicio y distinguir lo verdadero de lo falso.
Sometindonos de antemano al juicio de
Dios, al juicio de los hijos de Dios, al juicio
de los amigos de Dios y al juicio de los
profetas de Dios, no podemos temer el juicio de los inteligentes del mundo ni el de los
poderosos del mundo ni el de los sabios del
mundo ni el de los hipcritas y de los ignorantes que ahora nos entierran.
(M. R. XXVII, 49')
Este candor tan inesperado, esta ausencia total de malicia en la expresin tienen algo que
resulta chocante en el siglo XX. Si son ciertas, y al lector le concierne juzgarlo, no pueden
explicarse ms que por la posesin de un inmenso secreto; pues el verdadero candor del hombre
vuelto nio es una gnosis que se guarda. Hemos aludido anteriormente a una imagen que no es
nueva: la de este mundo considerado como una prisin modlica. Cattiaux era muy consciente de
ello: tanto su vida como sus escritos son un testimonio. Sin embargo, si lo haba redescubierto en l
y fuera de l, no fue porque hubiera hecho la trgica experiencia de la que nos habla el autor de
Vingt-cinquieme heure por ejemplo. Los personajes de Georgiu no se habran quejado nunca de su
suerte aqui abajo, si no se les hubiera arrastrado a pesar suyo en este drama abominable de los
campos de concentracin, de las reclusiones administrativas, de las liberaciones automticas.
Cattiaux llevaba aparentemente la vida de un burgus de Pars, de un burgus un poco mago,
es verdad, artista y original, pero, por encima de todo, de un hombre que no haba salido nunca de
su barrio, que viva la vida de cada dial), amparado de los grandes torbellinos socio-polticos que
sumergieron a millones de hombres en la desesperacin y la rebelin. El conflicto que se desarrollaba en l era mucho ms profundo. Era el drama del combate con el ngel. Aquel que lo emprende
no puede terminarlo ventajosamente sino ponindose de acuerdo con su adversario al final de esta
larga noche de angustias, en el momento en que los geomnticos ven elevarse al oriente su Fortuna
Mayor, por una va que poco antes era oscura (Dante, Purgatorio, XIX). Es entonces cuando el
exilio de aqu abajo se vuelve cruel para este tipo de vencedor, cualquiera que sea su posicin en el
mundo de la desemejanza; dnde encontrara a partir de ahora aliados y amigos?
Parece como si el escritor sagrado, en las primeras pginas del libro del Exodo, hubiera querido
proporcionarnos una sntesis de la historia del mundo y de la misin proftica, cuando nos habla
del descenso de los hijos de Abraham a Egipto, de la terrible estancia que tuvieron alti y, por
ltimo, de su salida, bajo las rdenes de Moiss. El apstol Pablo nos lo vuelve a decir: lo que est
escrito all es para instruirnos y para servirnos de aviso (1 Cor. X, 11). Las Escrituras nos dicen que los
hijos de Israel, que bajaron a Egipto con Jacob su padre, se hicieron poderosos alli tras la muerte
de Jos y se multiplicaron. Observemos, en primer lugar, que en esta paternidad, el texto sagrado
nos sugiere la existencia de un misterio: El nmero de almas que sali del muslo de Jacobera de
setentalo. Estas fueron las setenta almas que fueron a Egipto con Jacob. Luego se multiplicaron,
9. Raymond Abellio se ha preocupado por este tema en un libro reciente. Volveremos a ello posteriormente:
R. Abellio, Vers un nouveau prophfisme. N.R.F., 1953.
10. Vulgafa:Eranf igifuromnes animae eorum qui egressi suni de femore Jacob.
tras la muerte de Jos. Tras su muerte, los hijos de Israel empezaron a crecer y, como si germinaran, se multiplicaron...ii como si fuera necesario que Jos muriera para provocar la germinacin y
el crecimiento de sus descendientes. Paralelamente a este crecimiento, se produjo a su vez otro
fenmeno: Pero se erigi un nuevo rey sobre Egipto, que no conoca a Jos y los egipcios establecieron sobre Israel jefes de trabajos forzados a fin de agotarle mediante trabajos penosos y vanos.
Le sometieron al trabajo obligado, amargndole la vida, hacindole trabajar duramente el mortero
y la piedra.
Estas cosas no han sido escritas con un objetivo histrico, escribe Orgenes," no
vayamos a creer que los libros santos nos cuentan la historia de los egipcios... es para ti
que escuchas... para que sepas reconocer que se ha alzado en ti un nuevo rey que desconoce a Jos. Es un rey de Egipto, te fuerza a dedicarte a sus ocupaciones, te hace trabajar
para l la piedra y el mortero. Te impone jefes y supervisores, te conduce con el ltigo y el
palo a realizar trabajos de la tierra, quiere que le construyas ciudades. Te obliga a recorrer
el siglo, turbar tierras y mares por afn de lucro. Este rey de Egipto es el que te hace
pisotear el foro para juicios, disputar con los tuyos por un puado de tierra... cometer en
tu casa bajezas y crueldades fuera de ella, infamias en tu propia conciencia. Te das cuenta
de que cometes tales actos? Tienes que saber que combates para el rey de Egipto, es decir
que actas bajo el impulso del espritu de este mundo...
Es la oposicin de dos reinos, el de la luz y el de las tinieblas, cuyo prncipe ya est juzgadon
por la vanidad de sus obras. A medida que la luz de Israel, al alejarse de su origen, germina y crece,
a su alrededor se va produciendo como por reaccin, un endurecimiento de la corteza que la
envuelve, una encarnacin en una materia cada vez ms grosera, y que la oprime, y la ahoga,
oponindose ciegamente a su manifestacin en el mundo.
Cuando los sordos y los ciegos dominan en
el mundo, los mtodos groseros suplantan a
los mtodos sutiles.
Si Dios no nos da el don de creer, podemos llorar sobre los impos, no podemos creer por
nosotros mismos... no podemos juzgarlos...
Tras los misterios de la eleccin y del reconocimiento, vienen los de la salida del pueblo
santificado, o mejor dicho, del pueblo de santos, bajo el mando de Moiss, fuera de la tierra oscura
y hacia la Tierra santa donde nada perece (M. R. XXXIV, 13).
Durante la noche, una columna de luz guia sus pasos, durante el da, una nube los cubre y los
oculta de la mirada de sus perseguidores (Ex. XIII, 22).
La claridad que ilumina el camino de la gnosis es una guia segura para aquellos que la siguen
tras haberla conocido una vez, pero es tambin para los impos, hipcritas y violentos, una nube
que les ciega conducindoles a la disolucin en las aguas del Mar Rojo. Por ello tambin los libros
santos y las enseanzas de los antiguos sabios tienen al menos dos sentidos: un sentido aparente, el
vestido de sombra, y un sentido oculto, el ncleo de luz.fis Acaso no es tambin esta misma luz el
astro que condujo a los reyes magos desde un pas lejano hasta el nacimiento del hijo de Dios?
97
Vendr el da en el que lo oculto ser puesto al descubierto; en el que los misterios sepultados
bajo las piedras de nuestras catedrales antiguas sern manifestados; en el que la virgen negra que
dormita silenciosamente en las criptas hmedas se alegrar de nuevo como la nieve florecida.
16.
De Catchizandis Rudibus, 44
17. Isaas, LV, 10 y 11: Y al modo que la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven all sino que
empapan la tierra y la penefran, y la fecundan afin de que d simienfeque sembrar y pan que comer: asiser
de mi palabra una vez salida de mi boca: no volver a m vaca, sino que obrar todo aquello que yo quiero,
y ejecutar aquellas cosas para las que yo la envi,
Caminar contra ellas y las quemar. O bien, hagan las paces conmigo, que conmigo hagan
las paces.19
Y Jess dijo: Soy la via y mi padre es el viador... soy la cepa y vosotros sois los
sarmientos... permaneced en m y yo en vosotros... 2
IEOUA
Como aquellas estrellas repentinamente inflamadas en la noche dei Cosmos, el corazn
divino esralla desmesuradamente cuando un sabio penetra hasta I.20
Se nos podra reprochar, con mucho tino, una falta de pudor muy evidente si reuniramos aqu
todos los versculos del Mensaje Reencontrado, descubriendo la experiencia que el autor hizo de
estos misterios terriblemente santos. El lector curioso los reconocer fcilmente.
Pero huye de los que creen poder violentarla, se esconde de los que la desdean y abandona a los que la perjudican.
* *
Nos hemos esforzado en hacer hincapi en este aspecto del Mensaje ((Catesiano))que nos habla
precisamente de esta coagulacin de la Santa Piedra. Pero n o podemos desdear otra faceta de su
libro. Nos lo acerca ms, nos lo hace ms accesible, quiz: nos habla de fa disolucin prxima del
mundo presente, de este siglo que vuelve al polvo.
Cattiaux haba escrito a modo de epgrafe, al principio del libro XXXIX, este aviso dirigido a
los pequeos pastores de la Salette por la dama de Luz:
A l primer golpe de su espada fulminante, las montaas y la tierra entera temblarn de espanto,
porque los desrdenes y los crmenes de los hombres traspasan la bveda de los cielos.
19. Isaas XXVII, 2 y 5; Lucas, Xil, 58; Mateo, V, 25. Los antiguos maestros pitagricos aludan a esta
misma revelacin cuando hablaban de la disonancia de una nota falsa, de una falta de armona en este mundo
sublunar. Tenemos que recordar las palabras de Scrates: Debes esforzarte en trabajar en armona. Para los
pitagricos el filsofo es un msico perfecto, tras haber sido durante mucho tiempo un buen fillogo.
20. Louis Cattiaux: Posmes de la Connaissance.
Lo que queremos decir al respecto quiz no sea del gusto de todos; el escepticismo en estos
temas es quiz tambin un juicio de Dios. El Mensaje Reencontrado contiene mltiples profecas
precisas sobre lo que podramos llamar los ltimos tiempos del mundo actual. Estn repartidas a lo
largo de toda la obra. Sin embargo, en la primavera del pasado ao," esta amenaza debi parecerle
muy prxima y fue cuando escribi el Libro XXXIX cuyo tono perentorio y acuciante no escapar
a nadie:
Los sabios oficiales, herederos y descendientes de los sopladores rabiosos, que fueron
los primeros en forzar el fuego, la naturaleza, a los seres y las cosas, ahora son ms
honrados y recompensados que nadie, porque soa los sacerdotes de la ciencia del maldito que tiene el mundo entre sus garras...
Los magos oficiales del Faran son ms fuertes que nunca en el mundo. Slo han cambiado de apariencias y de astucias, de nombres y de mtodos, pero sus prodigios siguen
asombrando al mundo y lo mantienen en
la esclavitud de la muerte.
La ciencia profana ha conquistado incluso
el corazn de los religiosos que se alan con
ella, sin darse cuenta de que los devora sin
perdn.
21. N. de T. Este articulo fue publicado en el ao 1954, un ao despus de la muerte de Louis Cattiaux.
103
Hay una diferencia esencial entre videncia y profecia. El profeta es siempre vidente, sin embargo el vidente no es profeta. Aunque este tipo de definiciones es siempre delicado y necesariamente
incompleto, podemos afirmar que la videncia es generalmente una aptitud natural que permite ver
en el mundo sutil -que los ocultistas modernos llaman mundo astral- los acontecimientos futuros
que estn en gestacin. Es un papel puramente pasivo y, necesariamente, bastante limitado, aunque
pueda haber un gran nmero de matices y grados de realizacin. En el ejercicio de la videncia
interviene el discernimiento de los espritus, que no todos los videntes ejercen con igual xito. El
vidente es capaz de predecir, sin embargo es incapaz de profetizar. Por el contrario, la profeca es
un don del Espritu Santo: el sujeto juega un papel a la vez pasivo y activo, puesto que si bien
comulga con la conciencia csmica, por otro lado fija el porvenir por el mero hecho de proferir
la palabra, y el futuro, as fijado por la palabra proftica, se convierte en el fatum de los antiguos.22
Hoy en da, espritus iluminados como Ren Gunon y Raymond Abellio23 nos han anunciado,
apoyndose en las ciencias tradicionales, el fin inminente del ciclo actual de la historia. Para Abellio
por ejemplo, esta disolucin del mundo actual vendr sin duda por una catstrofe de tipo geolgico,
un nuevo diluvio, anlogo a los que destruyeron antao la Lemuria y la Atlntida. El Mensaje
Reencontrado nos da un aviso parecido:
Desde que se nos amenaza con el fin prximo del mundo y que nada ocurre, dicen los
inpos, ya no creemos en esta broma pesada. Ahora, dejadnos en paz y dejad que nos
organicemos por nosotros mismos en este
mundo que nos pertenece.
Desgraciadamente, no saben que las plegarias, las lgrimas y el sacrificio de los santos
y de su patrona son lo nico que ha retenido hasta ahora el brazo de la clera de Dios,
pero el peso aumenta proporcionalmente a
nuestra negacin de Dios, y ahora es enorme y se vuelve insostenible, incluso para los
ms fuertes.
Amigos mos, no vis la agitacin del absurdo que se amontona ante vosotros por
todas partes en el mundo, en un equilibrio
imposible?
No vis la negacin universal del verdudero Seor de vida, en beneficio de aquel que
falsifica y desencarna toda vida para saciarse de ella?
(M. R. X X X I X , 46)
En su obra, Abellio imagina la creacin de una Orden, similar en algunos puntos a las
grandes rdenes religiosas de la Iglesia Catlica, que respondera con ms exactitud a las nuevas
exigencias. Pues actualmente el problema, dice, ya no consiste en salvar a este mundo sino sencillamente en salvar y agrupar al pequeo nmero de hombres cualificados para poder formar el nuevo
mundo postdiluviano. Aunque no conozcamos al Sr. Abellio -si no es por sus escritos- hemos
querido hacer hincapi sobre este testimonio nuevo de la gran inquietud que invade paulatinamente
a aquellos que todava tienen los ojos abiertos.
Algunos nos han hecho la siguiente pregunta: Tena el autor del Mensaje Reencontrado la
intencin de fundar una nueva religion?~Responderemos que ninguna idea le fue ms ajena que
sta, a causa del carcter puramente c<profanode la que est impregnada. Adems, no ha habido
ms que una nica religin desde el comienzo del mundo.El autor escribi este libro para servir a los
creyentes en la unidad y no para aadir algo ms a la confusin de las lenguas.
Adems, es imposible hablar, respecto al Mensaje Reencontrado, de revelacin nueva)),en el
sentido en que no se puede aadir ni suprimir nada a lo dado de la revelacin tradicional, que es
completa. Esto es una tradicin constante en la Iglesia y nadie puede apartarse de ella sin caer a su
vez en las aberraciones y extravos del falso profetismo. En este terreno no hay progreso ni
evolucin. Nos hemos esforzado precisamente en ensear, en la medida de lo posible y en el
marco restringido de este estudio, la conformidad de la inspiracin del Mensaje Reencontrado con
la de las Escrituras y es esta conformidad la que la legitima y autentifica: Las palabras de los sabios
son como aguijones y sus obras como clavos hincados profundamente; nos son dadas por un nico
Pastor (Ecc. XII, 1 1 ) .
Slo se puede hablar legtimamente de revelacin nueva en el sentido de un velo nuevo que
cubre el mismo misterio antiguo que permanece siempre eternamente idntico a s mismo.
jOh, pura esencia, incluida en la pura substancia, que gimes con el hombre cado!, permite que el Libro que habla de nuevo de tu
amor aparezca en el mundo, a fin de que
tus nifios enlutados perciban una vez ms tu
llamada antes del juicio aterrador que viene.
jOh, Amada que contienes al Amado!, permite que el Libro de tu esplendor imante de
nuevo a la multitud de tus nios cados en
el barro y que erran miserablemente, tranquilizndose con tu antigua promesa sin hacer nada para penetrarla ni para ponerla en
prctica verdaderamente.
(M. R. X X X I X , 42 y 43)
22. Dios dijo: Cumplo la palabra de mis servidores, Isaias LXIV, 26. 23.
2 3 . Vase notas 8 y 9
104
Todava no hemos agotado el tema. Sera por lo dems una labor imposible. No hemos hecho
nada ms que rendir testimonio de lo que hemos ledo y odo. Esperamos que aquellos a quienes el
autor ha dedicado el Libro nos disculpen por nuestra indigencia. El Mensaje Reencontrado lleva, en
efecto, dos dedicatorias. Una es general, aunque se dirija slo a un nmero muy reducido: Este
libro no es para todos, sino slo para quienes les es dado creer lo increble. La segunda dedicatoria
es ms particular; sin embargo atae a un gran nmero de hombres de nuestro globo: Este Mensaje
est especialmente dedicado a los pueblos negros cuyo advenimiento en el mundo est anunciado.
Tras haber sido durante tanto tiempo esclavos o considerados como nios bajo tutora, los pueblos
negros sern libres, poderosos y dominarn a sus antiguos amos. Para ellos, especialmente, ha sido
escrito este libro, bajo la inspiracin del Espritu.
Cuando el mago Merln24 descendi a la azul Bretaa para instaurar la bsqueda del Grial,
segn la orden recibida de Dios, sus aliados le reconocieron y le acogieron con alegra, aunque su
origen era oscuro. Con frecuencia se diverta cambiando de forma para desconcertar a los extranjeros, para extraviar a sus enemigos; pero sus amigos se rean de ello y tambin se regocijaban con l,
puesto que saban reconocerle perfectamente bajo cualquiera de sus aspectos: ora, era un cier- c
astado, ora, un hombre salvaje barbudo, o un joven y bello mozalbete. El mago era maestro de !as
formas y apariencias, puesto que todas le pertenecan.
Pero si el cuento nos narra todo lo que hizo Merlin para el Grial y cmo revel su existencia y
bsqueda a los caballeros del rey Arts, tambin nos habla, en ltimo trmino, de sus locos amores
con Viviana, su inmortal amiga.
Por dnde la estuvo buscando tan apasionadamente y durante cunto tiempo? En las ruinas
de Komper, en las cuevas olvidadas, en las orillas de Painport ?
La encontr cuando ya no la buscaba.
Y fue en el bosque de Brocelianda, junto a una fuente clara en la que la arena brillaba como
plata fina. Su nombre significaba Nada hara con ello.25
Ya con la primera mirada, Merln reconoci a Viviana y Viviana a Merlin y, tras haberla visto,
se enamor de ella. Al fin y al cabo, acaso no era el nico que poda verla? Tantos otros no habian
hecho ms que mirar y pasar de largo. Le prometi que se volveran a ver en fa vigilia de San Juan.
No obstante, el cuento no nos habla en absoluto de sus retozos amorosos.
Se reencontraron junto a la fuente, en el magnfico vergel llamado el ((Repaire de Liesse)) que
Merln habia suscitado de forma mgica para su amiga. En cada uno de sus encuentros Merlin
senta crecer su amor hacia Viviana por la bella acogida que sta le hacia. Era como una imantacin
cada vez ms fuerte. Un da, y siempre gracias a su arte de magia, Merlin ofreci a Viviana un
misterioso palacio situado en medio de un lago, el lago de Diana. Nunca nadie que no sea de su
casa lo vera, pues es invisible para cualquiera y los ojos de los dems no ven alli ms que agua. Y
si por desgracia cualquier ladrn, queriendo robar este secreto, entrara por envidia o traicin,
morira ahogado pensando entrar en l. -Por Dios, bello amigo, dijo Viviana, nunca se ha odo
hablar de una morada tan secreta y tan bella!)).
Pero Viviana estaba celosa. Quera poseer toda la ciencia magica de Merlin, y Merlin no pudo
resistir la tentacin de ensersela poco a poco. Como Viviana era gran sacerdotisa en las siete
artes)), lo pona todo por escrito y no pensaba ms que en ensear. Acaso no es ella el alfabeto de
losprofetas? (M. R., Letana 36).
24. Hemos seguido muy de cerca e incluso a veces textualmente, la magnifica versin de Jacques Boulenger:
Les Romans de la Table Ronde, Plan, Paris, 1948.
25. 1. Y Carta Cor. 1 , 27: Lo que el mundo considera insensafo,es lo que Dios escogi para confundir a 10s
sabios y lo que el mundo considera como nada, Dios lo escogi para confundir a los fuerfes y Dios escogi
aquello que es despreciable y sin consideracin, lo que es nada en el mundo, para reducir a la nada aquello que
es, afin de que ningn mortal se glorifique anle Dios.
Seor, le pregunt un da, todavahay algo que deseara saber: Cmo podra yo encerrar
un hombre sin torres, sin muros Y sin hierros, de forma que no pudiera escaparse sin mi consentimiento? -Merln agach la cabeza suspirando-. Qu os ocurre, Seor?, pregunt Viviana.
Ya s en qu pensis, y que queris encerrarme para siempre jams y como os amo por encima
de todas las cosas, tendr que hacer vuestra voluntad.
Tan gran amor, jno exigira acaso que Merlin hiciera la voluntad de Viviana y Viviana la de
Merlin?
-Dama ma, dijo Merlin, la prxima vez que vuelva, os ensear lo que deseis)).
Y con tristeza Merlin volvi hacia sus amigos, a la corte del rey Arts, pues sabia que sta era
la ltima vez y que ya no los volvera a ver ms. As pues, cuando lleg el da del encuentro con
Viviana, Merlin comunic a los reyes su intencin de partir para siempre. Pero no entendieron lo
que les deca. No obstante, cuando el rey vio que habian transcurrido siete semanas y que Merln no
apareca, record con amargura las palabras que su amigo le habia dicho y permaneci durante
mucho tiempo pensativo y sombro.
A unas horas de all, el Caballero Gauvain, sobrino del rey, mientras recorra el bosque de
Brocelianda en busca de Merln, oy una voz lejana que le llamaba y se encontr ante una especie
de vapor que, por areo y translcido que fuera)) impeda el paso a su caballo.
;Ay, Gauvain! dijo Merlin, no me volveris a ver nunca ms y despus de vos, no hablar a
nadie ms que a mi seora. El mundo no posee torre ms fuerte que la prisin de aire donde ella
me tiene encerrado. ..
-Qu?, bello y querido amigo, dijo Gauvain, pos, el ms sabio de todos los hombres!
-Eso no!, pero s el ms loco, aadi Merlin, pues ya saba lo que me iba a ocurrir. Un da
que erraba con mi seora por el bosque, el sueo se apoder de m cuando estaba al pie de un
arbusto espinoso, la cabeza en su regazo; entonces, mi seora se levant y con su velo hizo un
circulo alrededor del arbusto; cuando despert, me hallaba en un magnfico lecho en la habitacin
ms bella y cerrada que jams haya existido. -iAh, Seora, le dije, me habis engaado! Ahora,
qu ser de mi si no estis aqu, junto a m?
-Amigo mo, estar aqu muy a menudo y en vuestros brazos, pues me tendris a partir de
ahora lista par vuestro placer; Y en efecto, no hay noche ni da que no disfrute de su compaia.
Y estoy ms loco que nunca, pues la quiero ms que a mi propia libertad)).
Un da hablbamos de esta leyenda, si leyenda es, al autor del Mensaje Reencontrado.
-Es curioso, nos respondi, lo que me decs de Viviana, pues tengo la esperanza de poder
desaparecer un da, disuelto por el hada Viviana, y resucitar gloriosamente en ella.
Releamos sin cansarnos las palabras santas
y Sabias, pues cada tiempo ser para nuestros corazones como un roco siempre ms
abundante y siempre ms nutritivo.
ILOUHS CATIIIIAUX,
uw genio ignorado
C. del Tilo
Louis Cattiaux, poeta y pintor, ciertamente no era un hombre ordinario. Hace ya 36 aos que
desapareci, pero siempre permanecer inolvidable para aquellos con quienes intim.'
Desconcertante, de reacciones imprevisibles guiadas por una lgica particular que coga a sus
visitantes de imprevisto; le gustaba chocar a la gente e incluso escandalizar, pero siempre con humor.
Era uno de esos hombres sin complejos, perfectamente libre en el mundo, que viva intensamente el presente, al igual que un nio alegre y sin malicia.
Con frecuencia charlatn y payaso, se negaba a tomarse el mundo en serio, no menos que a s
mismo; nunca magistral, si enseaba lo haca a la manera de un bufn, que posee el arte de decir a
aquellos que quieren or, haciendo rer a los dems y sin que puedan ofenderse.
Nos llamaremos incapaces, intiles y estpidos cuando reposemos en la contemplacin del
Unico; o bien, nos llamaremos charlatanes, histriones y payasos cuando enseemqs su santa ley en
el mundo. - No nos corresponde tomarnos ni exigir que los dems nos tomen en serio. Esto
corresponde a Dios, quien es el nico que ve claramente lo de dentro de las criaturas (XX, 66-66').
Hemos tomado el hbito del charlatn, pues el desprecio desinteresado del mundo es menos
duro de soportar que su admiracin interesada.- El Libro es como el arca que lleva y transmite
el secreto del Unico. Muchos lo llevarn, pero pocos lo penetrarn)) (XXIII, 61-61').
Has perdido tu vida, decan mirando mis manos vacas, y nadie oa al Dios que cantaba en mi.
corazn)) (L. C . , Poemas). Ciertamente, este Cattiaux, el verdadero, no era accesible de buenas a
primeras; era imposible acercarse a l sino a travs del Mensaje Reencontrado,z la obra que tard
los 14 ltimos aos de su vida en escribir o, mejor dicho, la obra de toda su vida.
Trabaj durante 6 aos para escribir los 12 primeros captulos,, editados en 1946; los versculos
que aparecen en stos estn como concentrados al extremo, cada palabra ha sido pesada con
cuidado, al igual que una quintaesencia destilada pacientemente gota a gota, purificada a la perfeccin. El artista se ejercit much hasta dominar su arte, que posee entonces perfectamente, pues a
partir de esta poca, los versculos parecen llegar a un ritmo siempre ms rpido.
Tres aos ms tarde, en 1949, ya escriba: ((Diez aos han sido necesarios para escribir el Libro,
as pues, quin se negara a leerlo durante el mismo tiempo antes de formular preguntas intiles?))
(XVIII, 45).
Escriba da tras da, versculo tras versculo como guiado, posedo por un dios secreto, no
escuchando ms que a ste, sin distraccin en el tumulto de la gran ciudad. Los versculos surgan
1. Extractos de cartas a sus amigos se publican en LA PUERTA)), a partir del nmero 7 (verano 1982) en
venta en la Librera Santo Domingo, calle Sant Domknec del Call, n.o 4, 08002 - Barcelona.
2.
edicin francesa: Le Message Retrouv, ed. Denoel, Pars, 1956. 2.a edicin francesa: Le Message
Retrouv, ed. por Les Amis de L. Cattiaux, 21, rue F. Craps, 1070 - Bruselas, 1978.
1.' edicin castellana: El mensaje de nuevo encontrado, ed. Rondas, Barcelona, 1978.
2.a edicin castellana: El Mensaje Reencontrado, ed. Sirio, c/ Panaderos, 9, 29005 - Mlaga, 1987.
1.Qdicin catalana: El Missatge Retrobat, ed. Obelisc, c/ Consell de Cent, 591, 08013 - Barcelona, 1988.
3. O sea, slo unas cien pginas.
en cualquier momento del da, transcritos inmediatamente en el primer trozo de papel que encontraba. Era como el choque de los mltiples acontecimientos de la vida cotidiana con alguna misteriosa
realidad secreta que era el nico en contemplar. Nada hay aqu de especulativo ni abstracto sino
realmente una experiencia encarnada.
Bastaba con saber escucharle.
Ahora el hombre ha desaparecido pero nos queda su Mensaje. Realmente hay aquun Mensaje Reencontrado o, ms exactamente, el Mensaje Reencontrado ?
Muchos son los que lo han hojeado distradamente; sin duda alguna ignoraban que existe un
Mensaje olvidado, del mismo modo que hay una Palabra perdida.
Algunos, sin embargo, atrados por un cierto Perfume de Verdad, se tomaron el tiempo
necesario para leerlo y meditarlo. Estos pueden afirmar que el Mensaje ha sido realmente reencontrado.
Sin duda alguna, no es nuevo y es lo que paradjicamente constituye su originalidad; esto,
por cierto, parece no habrsele escapado a Ren Gunon.4
No es nuevo, decimos, en el sentido de que es autntico, procedente siempre del Origen y por
lo tanto idntico a travs de la gran cadena de los Maestros del Saber.
Si dudis de lo que afirmamos aqu, tomaos pues la molestia de examinar este Mensaje renovado, si tenis paciencia para ello y, dejando a un lado vuestros prejuicios, os daris cuenta de que,
en un lenguaje actual, lo que se expresa aqu es el eterno Mensaje proftico de los Sabios de la
humanidad.
Sigamos, pues, sus huellas en el Conocimiento del antiguo Egipto y en el de los Padres del
Taosmo, en la Sabidura de la Cbala hebraica, en los misterios de la antigua Grecia, en la Gnosis
del Hermetismo cristiano y en la del Islam, en los Arcanos de la Gran Obra de los Filsofos...
Aqu hay ms que una moral y que una ascesis, ms que una filosofa y que una mstica. Hay
la llave de la restitucin del hombre y del mundo en Dios (IX, 36').
El Espritu de Elas no se inventa.
Ciertamente los escritos de los Sabios son necesarios y debemos leerlos y meditarlos creyendo
en sus testimonios. Pero, qu es la Tradicin escrita sin la actualizacin de la Tradicin oral, la
nica que nos puede devolver su SENTIDO? Sin sta ltima, podemos hablar y escribir sobre ella
con ms o menos acierto, pero nuestras especulaciones inteligentes chocan siempre contra la superficie de las palabras, puesto que no sabemos de QUE se trata en realidad.
El MENSAJE REENCONTRADO
por Eouis Cattiaaax
El camino de la liberacin es visible por todos partes
en este mundo.
;Oh, lluvia fecundante!
(M.R. IV, 67')
Este libro no es para todos, sino solo para quienes les es dado creer lo increble)) (pg. 9).
No es la obra lo que cuenta, ni el obrero, sino la cosa de que hablan la obra y el obrero
(XXIII, 58').
Si habis encontrado la unidad del Unico, romped las pginas del Libro y dejadlas volar al
viento tarareando una alegre cancin)). Si no, no os separis de ellas ni de da ni de noche hasta
que penetren vuestro entendimiento y hasta que os conduzcan al barro que no moja ni mancha
nada (XXIII, 57-57').
4. Ver: Les Etudes Traditionnelles,n." 270, sept. 1948, phg. 275. Reproducimos en este ejemplar de LA
PUERTA))la nota crtica del Mensaje Reencontrado realizada por Ren Gunon.
Esta corriente descendente y ascendente es como la Escalera o la cadena de oro que rene el
cielo y la tierra. Cuando el tringulo del Fuego y el del Agua se unen, forman la Estrella de seis
puntas. A aquel que, como a Jacob, le es dado contemplarla, ya no necesita libros, ni instructor
puesto que la Parusa, que significa Presencia, le habita, y es Ella quien le gua y le instruye.
i'
Hacemos observar que todos los comentarios de las palabras inscritas en el Libro son incompletos, pues los reflejos de la cosa no son la cosa misma (XXIV, 46').
De hecho, este libro no requiere comentarios, puesto que todo el que se tome el tiempo de
meditarlo, se dar cuenta poco a poco que los versculos se explican y se aclaran los unos a los
otros. Nuestras explicaciones son forzosamente incompletas e imperfectas, puesto que slo podr
comentar vlidamente la obra aqul que ha vivido la misma experiencia posesiva que su autor.
vanidad y desobediencia.- El nuevo Adn, verdadero hijo de Dios que vino, viene y vendr,
separa la luz de las tinieblas por humildad, amor y obediencia a la ley del Unico. La primera
rebelin exili el hombre en la tierra extranjera. La segunda le conduce a organizarse confortablemente en ella. La tercera le hace renunciar a este mundo y lo reconduce hacia Dios (XII, 33 a 35).
Tales son la Cada, el Exilio y la Redencin.
suprimir el mal, el Sabio se limita a separarlo y rechazarlo a fin de glorificar el bien sin trabas
(VIII, 18-18').
((Estudiemos los triples misterios antiguos. Reverenciemos las doctrinas y las fbulas sagradas.
Busquemos el bien que subsiste en el mal. Meditemos sobre las obras de los profetas y de los santos
filsofos. Comprendamos que slo hay un Dios, una sola ciencia y una sola creacin en todas
partes y siempre.- Toda humedad ser expulsada de la tierra, y el fuego consumir la mugre
inmunda hasta que la sal virginal aparezca a la cual ser devuelta el agua celeste, para formar el
nuevo mundo de Dios. "Quin nos har or esta palabra del comienzo y del fin de los tiempos?
Quin nos mostrar el germen desnudo de la creacin perfecta del Seor?" (11, 83-83').
Quin sino el misterioso servidor de Dios, el Maestro de la Palabra que vuelve a religar el
vnculo entre el cielo y la tierra?
Las dos columnas del libro nos presentarn estos triples misterios antiguos de dos formas
distintas:
La mujer desagrega al hombre basta el agua del aire. El hombre consolida a la mujer hasta el
fuego de la tierra. De estos dos surge el infinito de la creacin perfecta, que manifiesta la gloria del
Unico sobre la tierra de los vivientes.-La licuacin y la vegetacin de la tierra son el primer
misterio. La solidificacin y la animacin del agua forman el segundo misterio. La alianza de la
primera agua con la segunda tierra constituye el tercer misterio)) (111, 82-82').
Conocer los tres fundamentos hereditarios del hombre es poseer la ciencia. El alma que viene
de Dios, el espiritu que viene de los astros, el cuerpo que viene de la tierra. Quien libera al
hombre sepultado lo recibe todo del Padre, por medio de la Madre y del Hijo manifestados
claramente. "No predicamos el viento, ni el humo ni la ceniza, predicamos la vida salva en alma,
en espritu y en cuerpo resucitados" (11, 88-88').
Pensis hacer algo bueno sin el sol, sin la luna, sin las estrellas, sin el aire, sin el agua y sin
la tierra? Entonces, ignoris la agricultura que es la ciencia de Dios (XXIII, 48).
La salvacin de Dios es la ciencia ms experimental que haya, pues es la ciencia de Dios que
ha creado el mundo y los universos que lo rodean, iy ste no delira abstractamente en el vado!-Volvemos a decir la revelacin enorme por ser increible: Dios enva su esencia santsima
que se encarna en la pursima sustancia del mundo para la salvacin de toda la creacin cada.
Comprenda quien pueda. Experimente quien quiera.-Consideremos la NAVIDAD. Penetremos
la NAVIDAD. Imitemos la NAVIDAD. Adoremos la NAVIDAD. Cantemos la NAVIDAD)}
(XXXVII, 53-53'-53").
Toda la creacin de Dios puede participar en la salvacin de Dios por medio de los hijos de
Dios. As, los animales, los vegetales e incluso los minerales pueden ser restituidos en la gloria y en
la inmortalidad del Unico; nadie debe ignorarlo ni olvidarlo (XXXVII, 55).
Siempre hay que lavar para separar la almendra de la mugre que la rodea, y es un gran secreto
que la naturaleza pone diariamente en evidencia ante todos. Sin embargo, hace falta la inspiracin
de Dios para comprender la evidencia de la ciencia divina (XVI, 62').
Los incrdulos no oyen al Seor porque no son los primeros en hablar a Dios. Cmo les
abriremos el corazn y la boca si el Seor en persona no nos ayuda? Ya que el orgullo es una coraza
impenetrable bajo la cual la vida agoniza, y nadie, salvo Dios, puede romperla desde fuera o
fundirla desde dentro (XXI, 22).
La ciencia de Dios perfecciona a los seres y a las cosas y conduce a la libertad en la vida
olorosa (XXIII, 65').
El creyente vuelve a su manantial como el grano enterrado va hacia la luz y esto es un gran
ejemplo del amor celeste y de la fe terrestre)) (IX, 21').
"No desesperar jams de Dios y de uno mismo", tal es la ley de la salvacin. Debemos, pues,
perseverar, confiar en'el Seor y actuar segn su ley, ya que el acto de fe del sembrador y el acto
de amor del cielo y de la tierra son lbs que nos salvan de la muerte. Pero, cuntos penetrarn este
misterio y cuntos lo realizarn antes de la hora del juicio? (XIV, 3).
((Todo lo que es molesto y complicado no es de Dios. Pero la buena voluntad utiliza 10 mejor
posible todo lo que se presenta sin discutir ni juzgar temerariamente la vida que todava
velada (X, 9').
Hay tres soluciones posibles para los hombres aqui abajo: contar nicamente con uno mismo,
como hacen los ignorantes extraviados en la noche del mundo. Contar con uno mismo y con Dios,
como hacen los creyentes que han odo hablar de la l del comienzo. Contar slo con Dios como
hacen los Sabios y los Santos que conocen o se acercan al origen y al fin de todas las cosas (XII,
72' a 77').
Hay, pues, dos tipos de fes: la fe de los creyentes y la que emana del Don de Dios. La primera,
indispensable para dar paso a la segunda, nace del recuerdo del esplendor perdido por nuestros
primeros Padres; sta es la que empuja al creyente a empezar el Peregrinaje, es decir, la Bsqueda.
La segunda es teologal, lo que significa que es dada por Dios al final del Peregrinaje. (Para el
Islam, este Don se denomina Udj: se trata de la prueba irrefutable)) dada por Ala). Es tambin la
fe de Abraham: La certeza de la Naturaleza divina encarnada en la carne del mundo. A esta
ltima no le queda ms que esperar la germinacin; al igual que el carbonero, basta con mantener
constante el fuego de la coccin. A imagen de la fe del sembrador que no cuenta ms que sobre la
accin del cielo y de la tierra, es ciega al principio, sin embargo sabe que a travs del cristal del
Atanor ver ((aparecer la luz como un punto en las tinieblas y crecer hasta el da de Dios
(XXXVII, 47').
La Bsqueda
No hay Bsqueda posible de Dios sin fe en Dios. L a bsqueda consiste en el todo conjunto de
la accin de buscar y el hecho de pedir. No lo olvidemos. Una no puede ir sin la otra, ya que el
cuerpo necesita el espritu para ser iluminado y el espritu necesita el cuerpo para encarnarse.
La inspiracin sin la accin es impotente y la accin sin la inspiracin es ciega. Ambas
reunidas constituyen la perfeccin de la obra humana.-El Arte sin la naturaleza es impotente y
la naturaleza sin el Arte es ciega. Ambos reunidos constituyen la perfeccin de la obra de Dios
(XXXVII, 41-41').
Quin es Dios? Quines somos? He aqui la bsqueda, la sabidura y el reposos.-Dios es
todo, el hombre es medio, la sombra no es nada. "Ciertamente, la muerte es lo que apesta y la vida
lo que exhala este inolvidable perfume")) (VI, 36-37).
((Retiradose de lo que es vano se llega rpidamente a la soledad y a la libertad necesarias para
la bsqueda de Dios (V, 70').
As pues, primero roguemos a fin de que Dios allane los senderos de nuestra bsqueda y a fin
de que nos descargue de las preocupaciones ajenas, volviendo nuestra fe ms fuerte que la evidencia
de nuestra ciega razn)) (XXIV, 38').
La palabra de Dios primero humilla nuestra razn, luego comunica secretamente su luz al
alma antes de iluminar el espritu, si estamos atentos y somos perseverantes en nuestra bsqueda
santa (XVIII, 67').
Algunos prosiguen en secreto con la bsqueda de Dios, ms all de los smbolos y de las
figuras, porque tienen sed de la realidad que se ve, que se toca y se come. Quin podra rcprenderlos y quin osara excluirlos de la Iglesia universal del Seor sapientisimo?)) (XXI, 55).
... La buena voluntad en Dios utiliza lo mejor posible todo lo que se presenta, pero no desea
nada. Es como la atencin muy persistente en medio de la ms perfecta quietud)) (XIII, 46').
La buena voluntad en Dios es lo que nos salva de la muerte y la buena voluntad en nosotros
mismos es lo que nos precipita en ella. En efecto, si bien ambas son ciegas, la primera, sin embargo,
es guiada y se vuelve receptiva y organizadora, mientras que la segunda es errante y se vuelve
anrquica y destructora)) (XV, 8').
La buena voluntad en Dios no violenta nada ni siquiera a uno mismo. La buena voluntad en
uno mismo, lo violenta todo, incluso a Dios. "Quin desnuda la almendra y quin hace germinar
la simiente? Acaso no es el espritu del Seor todopoderoso?" (XVIII, 43').
Quin tendra la inteligencia de escuchar en si mismo la voz del Altsimo y quin tendra la
sabidura de conformarse a ella? Ese vera que la mayor sumisin a Dios engendra la libertad
perfecta en este mundo y en el otro (XVIII, 43).
Los musulmanes son los sometidos a la voluntad de Al&!, p o r ello el Imn Al, yerno de
Mahoma, recorra las tribus proclamando: Haceos musulmanes y estaris en paz, lo cual significa
Someteos (a la voluntad de AI) y estaris en paz.
La buena voluntad en Dios nos libra de las coacciones del mundo, ya que nos permite
entender la enseanza del Seor y suscita la accin de su Providencia oculta (XIX, 30').
N,.. Los justos y los conocedores estn cerca de Dios, pero los caritativos y los sencillos
tambin lo estn, y, por encima de todo, los que tienen la buena voluntad en Dios (XIX, 38').
La Plegaria
La plegaria vivida un minuto vale ms que la leccin muerta rumiada durante toda una vida
(V, 26).
La plegaria y la alabanza que suben hacia Dios recaen sobre nosotros en bendiciones rniiltiplicadas tales como los buenos pensamientos que enviamos a los vivos y a los desaparecidos nos
vuelven en dones inesperados)) (XIX, 36').
La plegaria es como una conversacin secreta entre el Dios creado y el Dios increado, es decir,
como el lazo de amor que une lo finito a lo infinito y que permite a la totalidad conocerse en Uno
(IX, 52).
Hay una plegaria importante y urgente que debemos repetir todos los das de nuestra vida
exiliada: "Libranos, Padre Todopoderoso, de la mugre inmunda que nos sumerge por todas partes
a fin de que resplandezcamos de nuevo en tu pureza, y fecndanos con tu santo amor a fin de que
seamos fijados en ti por la eternidad" (XX, 73").
El fin es como el principio pero el medio nos ilumina. "La Plegaria. La Estrella. La Piedra"
(1, 2').
El final es como el principio)), ya que Piedra (en francs pierre) es el anagrama de
Plegaria (en francs pri+re). En cuanto a la Estrella del medio, ver las dos plegarias triangulures.
Hablando de filsofos profanos, un cabalista espaol del siglo XIII deca estas palabras:
Debis saber que estos filsofos, cuya sabidura alabis, acaban all donde nosotros empezamos)).
((Confrontando las doctrinas de todos los libros santos se puede descubrir la verdad del Unico
(11, 82).
Los libros santos y Sabios son muy necesarios para conocer al Seor, pero una azada y una
regadera no son intiles para acercarse a la santa Madre (XVIII, 23).
La palabra esencial y sustancial transmitida por el maestro es lo que nos hace herederos del
Altsimo, a condicin de que la recibamos santamente, con gratitud y no profanamente con malicia (XXIV, 13).
Citemos algunos de estos Sabios de Dios cuyos libros son desconocidos: Morienus, Geber, R.
Llull, Nicols Valois, Filaleteo, el Cosmopo(itaBasilio Valentn, Henri Kunrath, el Presidente d'Espagnet y tantos otros, muchos de los cuales no juzgaron adecuado firmar sus obras.
No nos salvaremos por el trabajo de nuestras manos ni por el trabajo de nuestra voluntad ni
por el de nuestra inteligencia.- La bendicin de Dios y la operacin de su santo amor en
nuestros corazones purificados son lo que realizar la obra de liberacin y de resurreccin (XXXVI,
78-78').
Los libros santos nos hablan de la Sabidura de dentro, conocida adentro. Los libros Sabios
nos hablan de la Sabidura de dentro, experimentada afuera)) (XXII, 61).
Los libros santos son pues, los que proporcionan la inteligencia del lenguaje de los libros
Sabios; stos deben estudiarse conjuntamente. Los Sabios fiisofos hermticos a menudo se han
tratado de envidiosos. Segn dice Dom A.-J. Pernety en su Diccionario Mito-Hermtico, este
trmino debe entenderse en el sentido de que un hombre est celoso de su secreto, lo mantiene
oculto... As pues todas sus rcretas son lo que comnmente se llama semilla para los necios... Se
debe saber adems que casi nunca lo dijeron todo enseguida y que la mayora de ellos slo hablan
de la segunda operacin)).
Quin ser capaz de no extraviarse en este laberinto inextricable?
Estos acumulan los libros raros y persiguen los conocimientos ocultos pero reniegan de Dios y
de las santas Escrituras, que son los nicos que podran darles la inteligencia de los textos velados y
la llave de los tesoros enterrados)) (XVII, 13).
La Muerte
La extrema humillacin de la muerte es la entrada obligatoria al esplendor de la vida celeste,
pues la separacin terrestre es el comienzo del cielo manifestado (11, 76').
La mortificacin del cuerpo debe preparar la purificacin del espiritu y la regeneracin del
alma.- Quien se aparta del misterio de la muerte, nunca conocer la potencia y la gloria de
Dios (VIII, 5-5').
La corrupcin pone toda pureza en evidencia)) (111, 15').
He buscado la verdad hasta en la corrupcin del mundo y he separado la vida de la muerte
(IX, 2').
La lisa calavera de un muerto nos refleja mejor la verdad que cualquier espejo mgico)) (IX, 12).
iMisterioso espejo de los Cabalistas!
Hemos hecho hincapi en la muerte que tiene al mundo entre sus garras ciegas, pero tambin
hemos puesto el dedo sobre la vida que se renueva constantemente a travs de ella.- Hemos
hecho recordar la cerradura terrestre y la llave celeste que abren la puerta de la estancia de la vida
bienaventurada, donde los nios de Dios se regocijan de la alegra del Unico esplendor por la
eternidad.- As, hemos perdido deliberadamente nuestra vida en este mundo mezclado, a fin de
salvarla en el reino de Dios (XXXVII, 26-26'-26").
Sin esta bendicin, el hombre no puede liberarse de las cadenas del mal que le habita. No hay
regeneracin sin la transmisin del Don de Dios.
La bendicin de Dios es lo que enva el agua de vida y su amor es lo que encarna el fuego
santo (IV, 37').
Esta bendici.. es el agua de vida, la Gracia y la Luz.
Quien ha encontrado la luz del Seor puede abandonar el Libro. Dios lo establecer en la paz
por su amor, de la misma manera que lo ha introducido en la gracia por su bendicin)) (XX, 55).
Sin la bendicin de Dios somos totalmente impotentes para manifestar aqu abajo la vida del
Seor de resurreccin.- La luz de Dios primero fecundar nuestras tinieblas interiores, despus
nuestras tinieblas manifestarn la luz de Dios (XXXVII, 54-54').
(c... Aquel que dice una palabra a su Seor ha ganado su jornada pero el que oye una palabra
de su Seor ha ganado su vida (IV, 14').
La cosa viene de dentro hacia fuera, pero tambin viene de fuera hacia dentro, y permanece
en ella misma por la eternidad.- Las cosas dicen la palabra pero la palabra no es dicha por las
cosas. Las palabras dicen la cosa pero la cosa no es dicha por las palabras)) (XXXVIII, 59-59').
Curiosa identificacin entre palabra y cosa. El autor no saba hebreo, que precisamente utiliza
la palabra dabar para significar a la vez: cosa, palabra (escrita) y palabra (habladal.1
El centro del Universo descansa en el corazn del hombre, pero para liberarlo primero es
necesario que el espritu libre venga en auxilio del espiritu prisionero de las tinieblas)) (IV, 36').
Este dice a su hermano: aydame a disolver y te ayudar a coagular.
El don de Dios permanece solitario en nuestro corazn y en nuestras manos, porque este
pueblo se ha vuelto imbcil a fuerza de creer en su propia inteligencia, y se sacia de las obras de
muerte, y rechaza la obra de vida que le es ofrecida gratuitamente)) (XXXVIII, 60).
N,..
5. Acaso no podramos decir que cuando este dabar es mudo, se puede ver como cosa, y cuando habla,
se oye como palabra?
La Gracia y el Amos
El agua de la gracia es lo que hace que el corazn mortificado se funda y lo que separa en
nosotros la vida pura de la mugre de la muerte.
El fuego del amor es lo que fecunda el corazn depurado y lo multiplica en la gloria de Dios
(XXII, 58).
Dios es como un fuego fijo y seco, oculto en un fuego movedizo y hmedo. El que lo descubre
posee el dominio de la vida (IV, 48).
La gracia es como el agua que libera, Y el amor, como el fuego que unen.
Dios es como el agua que rene los universos y como el fuego que los madura (X, 58' y 59').
La bendicin de Dios es lo que enva el agua de vida y su amor es lo que encarna el fuego
santo (IV, 37').
La gracia es la que salva lo que hay de bueno en nosotros. El amor es el que lo perfecciona,
pero es el conocimiento quien realiza la unin misteriosa y ltima (VII, 10').
No hay reposo sin conocimiento.
No hay conocimiento sin amor.
No hay amor sin la gracia.
No hay gracia sin abandono)) (XII, 32).
El amor, que es el alimento del alma, no necesita ser digerido como la gracia y como la
comida, que son los alimentos del espiritu y del cuerpo, pues ya es como el fuego divino: realizado
y perfecto)) (XIV, 34').
El amor penetra, el amor anima, el amor exalta, el amor multiplica, el amor unifica en el
esplendor.- Mediante la pureza de la gracia es como imantamos el amor divino y como encarnamos a Dios eii nosotros)) (XVIII, 66 y 66').
El Santo y el Sabio
La vida del Sabio sale de la muerte del santo, como la vida de la mariposa sale de la muerte
de la oruga, que se vuelve crislida y despus, milagro de resurreccin.- Asimismo, nuestras
vidas volvern a salir del caos de la disolucin tenebrosa, donde se renueva el divino misterio de la
creacin de Dios. Que los que saben reflexionar examinen este espejo oscuro! (XXV, 27-27').
He aqu de nuevo ese famoso espejo de los santos y Sabios Filsofos a propsito del cual, uno
de ellos ha dicho: ((Vern la Naturaleza como en un espejo cuyo reflejo les manifestar la Sabidura
infinita del Creador que la dirige y la conduce a travs de todas sus operaciones por una simple y
nica va que constituye todo el misterio de la Gran Obran.
Por su parte, Louis Cattiaux afirmaba lo siguiente: ((D'Espagnet bien habla del espejo que es
el vestido de la esencia divina en el que se reflejan todas las cosas pasadas, presentes y futuras. El
espejo a2 los filsofos no es un espejo que refleja como lo hace el del mundo, sino que es un espejo
que permite ver a travs de l al igual que los cielos se abren)).
San Pablo habla tambin como un cabalista; en su segunda Epstola a los Corintios (111, la),
nos da incluso una precisin, que los cabalistas hebreos han hecho con frecuencia: este espejo se
ilumina progresivamente: Y todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejando como en un
espejo la gloria del Seor (doxa: gloria), somos transformados en esta misma imagen, cada vez ms
resplandeciente (apo doxes eis doxan) : a claritate in claritatem), como conviene a la accin del
Seor que es Espritu.
El santo se desencarna de la muerte del mundo. El Sabio se reencarna en la vida de Dios.Quin es el ignorante que los opone? Quin es el conocedor que los une? (XXV, 18-18').
La humildad precede.
La santidad prepara.
Las tinieblas incuban.
La muerte separa.
El exilio nos instruye.
El triunfo sigue.
La sabidura realiza.
La luz surge.
La resurreccin rene
El retorno nos fija.
(XXV, 20-24')
El santo liga el alma y el espritu en Dios y supera la segunda muerte.- El Sabio liga el
alma, el espiritu y el cuerpo en Dios y supera la primera y la segunda muerte (XXIII, 77-77')..
Hay dos vas de retorno a Dios: ya sea la disolucin en la vida universal y libre, ya sea la
coagulacin en ella.- (<La primera va es enseada por muchos y realizada por algunos. La
segunda va es enseada por algunos y realizada por muy pocos.- El que las separa es ignoranre.
El que las une es Sabio)) (XXVI, 13-13'-13").
Acaso la luz de vida no proviene de la unin del cielo y de la tierra? Y,.&lasdos vas de Dios
no se encuentran milagrosamente unidas en ella sola?.- Los profanos ignoran ambas, los semiinstruidos las separan y las oponen; solamente los sabios las juntan y las unen en la unidad de Dios
(XXXI, 41-41').
Acaso no hago hien contemplando la faz de mi Seor? Acaso no hago hien exponindome
al amor del Unico esplendor?.- ((Dame, Seor, el cuerpo imperecedero y puro, el nico que
puede sostener sin perjuicio tu mirada amorosa y penetrar hasta el reposo de tu santa profundidad))
(XXVIII, 15-15').
Dos etapas pues en la obra de regeneracin: la bendicin que abre, separa y purifica: la visin
marial. Luego, la unin que fecunda, cuece y filia: la palabra crstica. La Flor y el Fruto (ver 11, 60').
N,.. y nadie podr reunirse con el Seor sin haber sido lavado por su bendicin, y sin haber sido
reanimado por su Espritu Santo...)) (XIV, 3').
aqu una gran perdicin para los astutos, pero tambin una gran recompensa para los corazones
sencillos y desapegados)) (VIII, 47'-48'1.
El conocimiento del rbol es menos importante que el del fruto y ste es menos til que el
conocimiento del cuesco. Finalmente es la almendra la que debemos conocer en su pureza, y es el
germen lo que debemos manifestar en su perfeccin)) (11, 57').
((Dejaremos nuestras abluciones cuando reluzcamos de pureza y es entonces cuando el sol del
Dios nos fecundar plenamente, pues lo que ofreceremos al Seor es un corazn virginal y ligero y
lo que nos dar a cambio es un corazn sembrado y denso (XX, 7').
La pureza de la sustancia de la Madre es lo que nos permitir encarnar el esplendor de la
esencia del Padre y llegar a ser, de este modo, verdaderos hijos de Dios por la eternidad)) (XX, 1').
Quin presentar al Altsimo un espejo de amor y de pureza, para que habite de nuevo entre
nosotros en el esplendor primero y ltimo?- Nuestra virgen ha concebido bajo la mirada del
Altsimo y nos ha dado un hijo que ha vencido la muerte y que perfeccionar a todos sus hermanos
mutilados)) (XVIII, 68-68').
((Liberemos a nuestra reina virginal y nos dar un hijo que salvar al gnero humano y que lo
restituir en su esplendor primero. INRI (XX, 44').
La Luz
Hay algo ms despreciado que la vestidura de Dios? Hay algo ms desconocido que la luz
del sol? (11, 11).
Quien siembra y cosecha la luz del sol posee la ms alta virtud y el mayor tesoro del mundo
total (111, 40').
La luz del sol, de la luna y de las estrellas fecunda perpetuamente el agua del cielo que lleva
la simiente hasta las profundidades de la tierra, de donde surge la vida de los seres y de las cosas
(IV, 19').
Qu hay ms ligero que la luz del sol? Sin embargo, ella es quien da el peso a todas las cosas
del mundo (X, 3').
Luz palpable.- El peso de la luz (Letanas de la Madre y del Hijo, 17-3').
No permitirs a uno de tus hijos liberados manifestar tu santa luz de vida que ilumina los
espritus y que salva las almas y los cuerpos? (XXXII, 34').
...
La luz de Dios primero fecundar nuestras tinieblas interiores, despus, nuestras tinieblas
manifestarn la luz de Dios (XXXVII, 54').
Nuestra vida est eternamente preada de Dios. Quin lo har aparecer antes del trmino de
la muerte y de la resurreccin del gran mundo? "La naturaleza liberar la naturaleza y el nio
misterioso nacer de la nica Madre")) (IV, 96').
La naturaleza celeste reunida con la naturaleza terrestre forman pues la Unica Madre capaz de
dar a luz al hijo misterioso.
La naturaleza oculta ser liberada, depurada y magnificada hasta su origen divino, para
convertirse en la esposa del Seor magnfico (VII, 57').
Nuestra fe radica en la certeza de la naturaleza encarnada en la carne del mundo. Nuestra fe
se nutre de la esperanza de reencontrar esta naturaleza divina sepultada en el pecado de muerte.
Nuestra fe se anima por la efusin del Espritu Santo que fecunda la naturaleza divina y as nos
rehace nios de Dios a imagen de Dios mismo (XXXVIII, 19').
El ms grande de entre los hombres es quien puede poner de acuerdo la enseanza de la
naturaleza con la de los libros santos para hacer una sola cosa (111, 101).
(<.Diosnos ha dado el Libro de la naturaleza, ipero no lo hemos ledo!- Nos ha enviado el
Seor para deletrernoslo, ipero no le hemos odo! Ha realizado ante nosotros el misterio de la
encarnacin y el de la resurreccin, ipero no los hemos visto!- Si nos imprime su va en blanco
sobre negro, nos daremos cuenta de ella, la estudiaremos y la seguiremos? O bien, diremos que
tampoco la hemos recibido?)) (XXIX, 50 a 51').
La Madre
El Oro
El oro que dormita en el barro es tan puro como el que brilla en el sol (11, 21').
El amor al oro hace que sea buscado incluso en la inmundicia, sin embargo, pocos hombres
son capaces de asirlo en el cielo y de fijarlo en la tierra)) (11, 24').
Lo que nos hace falta es el oro celeste, ya que la enfermedad de la muerte no agota nuestros
deseos (VI, 9').
La vida eterna es la salida de uno mismo y la entrada de nuevo en Dios. "La Madre luminosa
es la sustancia de todo lo que vive. El Padre brillante es la esencia de todo lo que se mueve"))
(VIII, 63).
La Naturaleza
Os adoramos Agua, madre de las aguas, pues el fuego viviente est en vuestro centro y sois
excelente sobre todas las dems luces. El sol es vuestra produccin magnfica. Santa Madre del
fuego, socorrednos ahora y en la hora del paso difcil. Que as sea! (X, 60').
de los mejores son capaces de adquirir la potencia divina sin perjuicio para ellos mismos ni para los
dems.- Estar posedo por Dios es ser santo. Poseer a Dios es ser Sabio. Pero penetrar a Dios
es ser 'insensato y es volverse como Dios, quien es el sentido primero y ltimo (XI, 69-69').
... El Sabio medita sobre la luz del mundo hasta encontrarla. Luego medita sobre su contenido hasta manifestarlo (X, 60).
La gracia es lo que salva lo que hay de bueno en nosotros. El amor es el que lo perfecciona,
pero es el conocimiento quien realiza la unin misteriosa y ltima)) (VII, 10').
El NOMBRE de Dios
El santo Nombre de Dios es una realidad viva y palpable que todo lo puede. Es un misterio
que muy pocos han conocido o conocern)) (XVIII, 65').
El Padre-Dios es, el NOMBRE de Dios inexpresado en el secreto del Agua-Dios. Dios est
oculto en su NOMBRE.
El Agua-Dios es el NOMBRE de Dios que desciende y sube en si mismo. Y su NOMBRE es la
vida.
El Espritu-Dios es el NOMBRE de Dios que se mueve en todos los sentidos sobre el Agua-Dios.
Y su NOMBRE est vivo.
El Cuerpo-Dios es el NOMBRE de Dios que se manifiesta y se fija en el Agua-Dios. Y su
NOMBRE se nutre de la vida.
As, Dios es aquel que ES, por lo que Es, en lo que ES, para lo que ES (XXX, 22 a 25").
El que lea hasta el final el Libro de los contrarios y sepa unirlos en el NOMBRE nico, doble,
cudruple y ctuple parecer Sabio a los Sabios, santo a los santos y loco a los locos.
As, muchos han disertado magnficamente acerca de Dios, de sus atributos y de su creacin,
pero cuntos han entrevisto el extremo de su ropaje y cuntos han besado la huella de sus pasos?
Pero, cuntos, entonces, han contemplado el esplendor de su cuerpo y cuntos, joh, estupor!, han
saboreado las delicias de su corazn?)) (XIII, 38').
El Conocimiento
E1 Fruto
El conocimiento especulativo es, respecto al saber posesivo, lo que una pata de palo a un
miembro sano (VIII, 35').
Segn suba o descienda, el NOMBRE de Dios es una bendicin o una maldicin, pues tiene
un anverso y posee un reverso. As, el mismo NOMBRE puede producir la vida o hacer aparecer la
muerte, segn la manera en que se presente a nosotros y tambin segn la manera en que nos
presentemos a l (XXVII, 46').
Todo reposa en nuestro corazn, en nuestro espritu y en nuestras manos. Pocos lo creen,
algunos lo presienten y slo uno lo experimenta)) (VIII, 36').
Todo conocimiento no experimentado es nulo porque no tiene efecto (IX, 10).
Los ojos del espritu perciben fcilmente la evidencia de la eternidad y las manos del conocimiento la manifiestan sin esfuerzo)) (IX, 4').
Slo hay un conocimiento, una unin y un reposo verdaderos, que estn en la fijeza realizada
del fuego celeste)) (IX, 59').
El abandono, la gracia y el amor son lo que libera de las prisiones de la muerte y nos hace
acceder a las moradas del cielo; pero el conocimiento posesivo es lo que nos fija en el centro
secreto)) (XII, 37').
El verdadero conocimiento implica la posesin, la absorcin y la transmutacin)) (XI, 58).
Los hijos de Dios liberan de la miseria, de la enfermedad, de la vejez, de la duda y de la
muerte. Es la seal que no engaa (IX, 10').
Pocos hombres han sido favorecidos con el conocimiento posesivo pues pocos santos dentro
Acaso no hemos dado un fruto maravilloso como un buen rbol plantado por el Seor en la
tierra de exilio?- Los que coman de este fruto volvern al paraso de Dios y ya no volvern a
salir de l gracias a su experiencia de la muerte)) (XXXIV, 70-70').
La Salvacin
Una vez ms, la promesa de la salvacin es dada a los exiliados que sufren y que ruegan a
Dios por su liberacin- Una vez ms, la puerta del reino est abierta para los que tienen sed de
la vida pura e imperecedera que resplandece en Dios (XXXIV, 76-76').
Los que nos predjcan el cielo y se entierran en las pequeeces de este mundo son hipcritas
que siembran el odio hacia Dios en el corazn de los humanos exiliados, en vez de hacer florecer en
l su amor santo y perfecto.- La salvacin de Dios no es, como algunos lo ensean, una
eventualidad remota y vaga. Es una realidad inmediata y palpable para el que la alcanza aqu abajo.
He aqui lo que todos debemos saber.- Nunca nos avergoncemos de abandonar una opinin
limitada y vaga para adoptar una idea ms precisa y ms amplia de la salvacin de Dios, pues as
nos abriremos y germinaremos en Dios en vez de estancarnos y descomponernos en el mundo))
(XXXIV, 78-78'-78").
L a actualidad de la Salvacin
Los santos creyentes de Dios se benefician
de la cosa gracias a los elegidos de Dios,
segn su caridad y segn su fidelidad. Estos
son socorridos y salvados de Dios.
Pero muy pocos Sabios inquiridores obtienen de Dios la gracia de descubrir el origen
del caos, donde se oculta la santa luz de
vida.
L a Piedra
La fe, la simplicidad y la sobriedad nos mantendrn en vida con ms seguridad que la ciencia,
que e1 progreso y que la abundancia del mundo profano que va a la muerte sin saberlo. "Recibiremos el don de Dios con inteligencia"?.- Os damos la piedra de coronacin que acaba el
edificio santo y su luz iluminar las naciones, porque la piedra de fundacin es como la piedra
cumbre, y la piedra cumbre es como la piedra de fundacin en la unidad del Uno.- Los sabios
y los inteligentes niegan la evidencia del milagro de Dios, y los creyentes orgullosos lo clavan en el
tiempo, sin ver que se renueva constantemente ante sus ojos de ciegos.- No ha dicho el
maestro: "Quien caiga sobre la piedra de fundamento ser quebrado y sobre quien caiga la piedra
cumbre ser aplastado"? Es que ya no lo omos?.- Muchos han sido quebrados a causa de la
impureza de sus corazones que les ha impedido reconocer la piedra de fundacin plantada en
tierra.- Muchos sern aplastados por la piedra de la cumbre a causa de la impureza de sus ojos
que les impedir verla caer del cielo.
EL (LVI)
EL (LVI)
(XXXII, 11 a 13')
Los defectos y las insuficiencias del Libro deben ser imputados a nuestra debilidad y a nuestra
indigencia excrementales que pertenecen a la nada cenagosa.- Las cualidades y las bellezas de la
obra deben ser atribuidas a nuestra luz substancial y a nuestra inspiracin esencial, que pertenecen
a Dios.
As pues, nuestra individualidad temporal no debe ser un obstculo para nadie, sea rechazndole, sea atrayndole)). Pues, slo la palabra de Dios y su salvacin cuentan en definitiva y slo
ellas deben ser el objeto de todos nuestros pensamientos y de todos nuestros cuidados aqu abajo.
No nos hemos borrado a fin de no hacer sombra a la luz de Dios? Y no hemos obrado
gratuitamente?.- En la pobreza, en la soledad y en la reprobacin del mundo para la comunidad de nuestros hermanos humanos?.
Dios es como un fuego fijo y seco, oculto en un fuego movedizo y hmedo. El que lo descubre
posee el dominio de la vida (IV, 48).
Dios es como el agua que rene los universos y como el fuego que los maduran (X, 59').
Dios es como un tesoro sepultado en la tierra que pisoteamos y como un secreto oculto en la
lluvia que cae sobre nuestras cabezas (V, 21').
Entre las dos caras de Dios slo hay la diferencia que existe entre la piedra y la piedra, pero
una es oscura y la otra brilla con magnificencia)) (111, 61').
A la gloria de Dios -EL (LVI): el fuego secreto que suscita los Universos, que los mantiene
y que los consume-, y para el servicio de los hombres que lean con los ojos del espritu y del
corazn los signos inscritos en la carne del mundo)) (pg. 9).
DIEU LE FEU!
DIEU LE VEUT!"
6 . Literalmente: iDIOS EL FUEGO! DIOS LO QUIERE!; esta sentencia se refiere al grito de combate de
los antiguos cruzados: iDIOS LO QUIERE!.
Este libro se presenta a primera vista bajo una forma singular e incluso inusitada: cada captulo
est dividido en dos columnas paralelas que contienen dos series de aforismos o versiculos separados
que se corresponden mutuamente. Es evidente que, en estas condiciones, es imposible proporcionar
un anlisis o resumen; parece haber sido escrito para proponer temas de meditacin, ms que para
ser ledo de forma seguida desde el principio hasta el final. Conviene tambin destacar que la
correspondencia entre los versculos de las dos columnas no siempre aparece muy claramente.
Pero lo mejor es que reproduzcamos la explicacin que el mismo autor acept darnos al
respecto:. Las dos columnas han aparecido de forma natural como la rplica de la Tierra y el Cielo
y de su necesaria unin, que constituye todo el misterio de la encarnacin de la vida y de la toma
de conciencia de aqul que la habita. As, la columna de la derecha es una equivalencia pero no una
explicacin de la columna de la izquierda, y, si se examinan los sentidos mltiples de estos versiculos
dobles, es posible vincularlos por la sntesis del misterio primero de la creacin, siempre presente de
alguna forma por la virtud del sentido alqumico. La multiplicidad de sentidos que propone no es
de ningn modo intencional, sino que deriva por generacin natural de la raz madre)), es decir,
del sentido alqumico que el autor considera como el sentido central y ltimo de su obra.
Si hemos entendido bien, el libro habra sido escrito bajo una forma de inspiracin y por ello
contiene ms de lo que se quiso de forma expresa, aunque es difcil poder determinar la contribucin exacta de cada uno de los dos elementos que han colaborado en l.
En cualquier caso, en estas condiciones, no pensamos que se pueda decir que est vinculado
propia y efectivamente a una tradicin'definida; pero las tendencias que en l estn expresadas son,
de forma general, las del hermetismo y, ms concretamente, las del hermetismo cristiano. Decimos
de forma general, puesto que si entramos en detalles descubriremos que ciertas cosas, corlscientemente o no, parecen haber venido de otra parte: asimismo, ciertos versculos que recuerdan algunas
mximas taostas, nos han sorprendido, y no son ciertamente los menos dignos de inters. Sea lo
que fuere, la importancia primordial que el autor otorga al sentido alqnimico define bien la perspectiva)) del conjunto y marca tambin los lmites de ste, que no son otra cosa que los del punto
de vista hermtico en s.
Debemos aadir que se encuentra de vez en cuando alguna rareza del tipo de las que suelen
aparecer en los escritos relacionados con las formas occidentales del esoterismo. Por ejemplo, los
ttulos de las columnas de la izquierda estn formados'por una serie de anagramas a partir de1
primero, lo que produce un efecto bastante curioso.
Pero tambin, y esto nos parece ms fastidioso todavia, algunos enunciados se presentan bajo
una forma enigmtica gue a nuestro parecer es completamente intil; pero no insistiremos ms en
este defecto, puesto que sabemos que el autor se dio cuenta de ello por s mismo e hizo desaparecer
gran parte de ellos en las modificaciones y aadidos que ha preparado ya en vistas a una futura
reedicin.
Ignoramos lo que los especialistas del hermetismo, si realmente existe todava alguno que sea
competente, podrn pensar de este libro y cmo lo juzgarn; pero lo cierto es que, lejos de ser
indiferente, merece ser leido y estudiado cuidadosamente por todos aquellos que estn interesados
en este aspecto particular de la tradicin.
Ren Gunon
UN LIBRO DE ORO:
EL MENSAJE REENCONTRADO
MEDICINA.
A la vez arte y ciencia, esta p
le para la supervivencia del hombre, tiene reservada en el MENSAJE REENCONTRADO)) un lugar privilegiado. La
mayora ignora dnde adquiri el autor estos conocimientos. Pero la realidad es que un mal
arraigado desde hace muchos aos, un defecto congnito o hereditario, una enfermedad reputada
incurable, pueden hallar curacin, por poco que se aplique la enseanza del MENSAJE REENCONTRADO como conviene. Los mdicos tendran que intentar encontrar esta sal que, aplicada en polvo, hace desaparecer todo mal (111, 35').
Adems, en esta poca en que la medicina y los mdicos se encuentran tan desacreditados, este
libro recuerda que el arte de curar es noble (XII, 22).
AMOR
El ((MENSAJE REENCONTRADO)) se dirige a los artistas. Louis Cattiaux era tambin pintor
Y, si no pudo vivir de su arte, fue debido nicamente a la ignorancia y mediocridad de sus
contemporneos. Sus pinturas, tan misteriosas como su libro, interesan cada da ms a los especuladores. Una de sus obras, ((Physique et Mtaphysique de la Peinturen, en vas de edicin, no omitir
enderezar el mundo de las artes y alentar a muchos talentos todava jvenes a producir su obra, a
pesar de la esterilidad del mundo actual en este sector. Tambin les ensear las nociones tcnicas
bsicas que hicieron inmortales las pinturas de los antiguos maestros. El ((MENSAJE REENCONTRADOn ser tambin una piedra de toque que permitir a los crticos distinguir los artistas
verdaderos de los cameiistas, tramposos e incapaces. ... Incorporar el espritu ms alto al cuerpo
ms bajo y llevarlos a la perfeccin absoluta es la obra del arte (VIII, 32).
La palabra amor aparece unas mil veces a lo largo del ((MENSAJE REENCONTRADO)).
Luego, Lacaso debemos extraarnos de que se dirija a aquellos que buscan este amor? Qu puede
hacer el hombre sin la mujer? Qu puede hacer la mujer sin el hombre? Acaso toda la obra no
canta esta unin sagrada y maravillosa del hombre y la mujer que estn destinados el uno al otro
desde toda la eternidad? El amor realizar la liberacin total, los que estn privados de l permanecern en la muerte)) (IV, 28). En realidad, el amor es un secreto que muy pocos conocen hoy en
da, dado que est caricaturizado con tanta abominacin. Por esta razn, el ((MENSAJE REENCONTRADO)), que ensea el verdadero amor, es un libro poco conocido y valioso.
HUMOR
TESORO OCULTO
Algunos se preguntan si detrs del ((MENSAJE REENCONTRADO)), no habra el descubrimiento de un fabuloso tesoro. Nada hasta ahora ha impedido creerlo. En efecto, nuestra tierra
contiene en su seno una cantidad infinita de riquezas escondidas. Basta con recordar todo lo que
ha sido exhumado en Egipto! Cuntas tumbas de reyes, cunto oro y piedras preciosas han sido
hallados gracias a la paciencia de los investigadores que pudieron descifrar con sabidura algn texto
misterioso! [Qu decir del tesoro de Rennes-le-Chateau en el sur de Francia, que no seria (segn los
autores serios) nada menos que el tesoro de los Visigodos que saquearon el Imperio Romano! No
obstante, los romanos se haban apoderado del templo de Jerusaln y de sus riquezas. La historia
del reverendo Sauniere (del que todo el mundo habla), el supuesto descubridor de este tesoro hace
apenas 100 aos, es muy misteriosa. La de Louis Cattiaux no lo es menos. ;Oh, tesoro inestimable
hollado por los hombres ignorantes!)) (XI, 26).
[Sera pues una equivocacin no leer en el ((MENSAJE REENCONTRADO)), ms que un
sentido mstico y olvidar el mundo subterrneo! Adems, incluso su ttulo EL MENSAJE REENCONTRADO)) atrae la curiosidad. Un mensaje ((reencontrado)) es necesariamente un mensaje que
ha sido perdido, enterrado u olvidado. ;Cuntos buscadores han arriesgado y perdido su vida en
una vana bsqueda del tesoro porque ignoraban esta pista secreta!
[Oh, santa luz que brilla en la gruta misteriosa de Adn!)) (XIII, 19').
AGRICULTURA
[Por fin un libro que vuelve a decir lo esencial! La agricultura es, sin duda, el conocimiento
ms til a la humanidad; sin embargo, muchos lo ignoran y casi todos lo desprecian)). Extraa
ceguera! (XVI, 7). Qu caos sera el mundo si ya no hubiera ningn hombre para arar la tierra.
Pero quin es capaz de entender esto en nuestro mundo agitado? Acaso no hay que tener una
cierta sabidura para poder practicar este Arte divino al que el gran Virgilio haba dedicado una
obra entera? Louis Cattiaux tiene mucha razn cuando dice: No hay nada de bueno en todo el
Libro, excepto algunas pequeas frases insignificantes que todo el mundo lee, pero que nadie
entiende ni practica realmente (XXIII, 48'). [La tragedia, en agricultura, es que la tradicin se va
perdiendo!
Si hay algo cuya ausencia hace sufrir cruelmente a los hombres, es la risa de la que Rabelais
deca que es propia del hombre.)) Cunta gente se enreda en desgracias inextricables slo porque
nadie les ense a rer? Tomndose todo en serio, se hielan y se ponen tiesos hasta el punto de
volverse siniestros. Uno de los mayores mritos del ((MENSAJE REENCONTRADO)) es recordar
los valores del humor: [Oh, maravilloso humor del Altsimo para el que sabe!)) (XVI, 58').
REPOSO
Numerosos son los que, para poder dormir a toda costa, se hunden tapones en las orejas))
(XXV, 34). Pero, acaso tienen la seguridad de hallar, con ello, el reposo? Acaso evitan as las
pesadillas? Ciertamente no. Al contrario, son vctimas de accidentes funestos, ya que, hundidos
demasiado profundamente, estos tapones no pueden extirparse sino con una sutil y hbil ayuda
externa. Los que intentan desesperadamente quitrselos con sus propias fuerzas no hacen ms que
agravar el mal y se niegan a escuchar los consejos ms sabios, debatindose vanamente y gesticulando con locura. Ciertamente esto puede parecer risible... hasta que llega el da en que uno descubre
la horrible situacin en que se encuentra. Si los que estn casados pueden pedir a sus esposas que
les socorran con dulzura y delicadeza sin forzar nada, qu deben hacer los que viven solos? Leer el
((MENSAJE REENCONTRADO)) (ver libro XXIII, 14 y 14').
Estos pocos ejemplos bastan, a mi entender, para probar que el MENSAJE REENCONTRADO de Louis Cattiaux es un verdadero vademcum indispensable para todo aquel que quiera
llevar su vida a buen trmino.
Es realmente el Libro que uno estaba esperando, en el que cada cosa es tratada con sabidura.
Pero para aquellos que todava vacilan para obtenerlo, ofrecemos a continuacin con referencias,
una lista no exhaustiva de una multitud de temas interesantes con los que el autor ha querido llamar
nuestra atencin:
Magia (XVII, 23').
Equilibrio (111, 26).
Resolver el enigma de la vida (XXII, 50).
Cocer el roco del cielo (XXIV, 11').
Utilizar la influencia de las estrellas (111, 33').
Rehacer el barro y cocerlo (XV, 68).
Imantacin recproca del amor (XIV, 38).
Organizarse siempre mejor en este mundo (XXXVII, 36).
Deseo secreto (XVIII, 71).
Evitar disturbios (IV, 9).
Vanidad de los sbios (XVI, 60').
Ideologas (XVI, 53).
Despertar a patadas (XXXV, 33').
Adivinacin (XIX, 1).
Clara Garca
Pero adems, a travs de la inevitable unidad simblica que sustenta la letra cuando contiene el
espritu, expresa la configuracin de las Huellas divinas a lo largo de todo el camino...
Nada hay ms incomunicable que la experiencia, pero nada ms obcecado que el amor a la
verdad. Por ese amor, el ser humano busca la fe cuya naturaleza reside en el conocimiento
solamente y depende de la existencia de la cosa conocida en el conocedor, como dice Santo
Toms de Aquino7.
En consecuencia, el don de la fe no consiste en una actitud de la voluntad, sino en la verdad
misma hacindose perceptible y sensible en funcin de su manifestacin substancial. La experiencia
de la verdad nos da el verdadero conocimiento que es actual y vivo, silencioso y O C U I ~ O ) ) ~ ,
LA SANTA AGRICULTURA
Cultivar la ciencia de Dios es la santa agricultura~9,que por el Arte madura la simie
dejarnos, como Santo Toms, anonadados frente al cuerpo resucitado de Cristo.
He aqu el ncleo vertiginoso de la opcin humana: la metamorfosis del cuerpo de humi
en Plerona20.
Ante la magnitud del misterio, el Mensaje Reencontrado nos exhorta a buscar al Maestro
interior al que alude San Juan21 y que comenta San Agustn en D e Magistro. Slo el'hombre
vinculado a lo sagrado por la instruccin del Verbo lleva el misterio, en su integridad, de la potencia
al acto.
La Palabra22 es quien da el conocimiento perfecto de la doble operacin de la naturaleza nica.
Por ella quien sabe unir los contrarios de igual naturaleza posee la ciencia23.
La ciencia de Dios es una operacin vital que implica el conocimiento emprico de la naturaleza
en su Principio, en el que quedan conformadas esencia (o principio determinante y fecundante) y
substancia (o potencialidad pasiva) hasta la plenitud de la Presencia. Es tambin un juego de nios
y un Arte que conduce al reposo de Dios, que se establece cuando los elementos estn unidos en
perfecto equilibrio24.
Es tambin la voluntad de Dios, ((enteramente en acto, lo que Dios debe necesariamente
auerer28 y el fundamento metafsico de la obra de la Naturaleza Divina, por la cual el Padre
engendra al Hijo.
Dios se ha h~ :ho hombre en la carne de Adn, para que nosotros seamos hechos Dios en el
oro de Cristo26. Ungido de oro, Rey por la Eternidad, el Verbo encarnado ante quien toda rodilla
se dobla es quien restituye la dignidad olmpica, el carcter de Hijo de Dios.
iOh, espanto mortal del secreto desvelado! Quin resistir el vrtigo del conocimiento y del
amor unidos en Uno?27
El Mensaje Reencontrado acaba con unas letanas que expresan la actividad del Misterio. La
belleza de la forma potica pura est en relacin directa con el conocimiento; dependiendo de la
Verdad, se dirige al intelecto (nous) a travs de los sentidos. As pues, son necesariamente ininteligibles para la razn, aunque, accidentalmente, la emocin de lo bello perciba la verdad de la que
emanan. Slo la experiencia de esa verdad penetrara en el secreto del gnesis del Cuerpo Glorioso,
formulado en las 144 y 11 1 advocaciones que componen la bi-unidad REINE VEUT-REY SALVA.
En este punto dejaremos al lector: hemos tratado de advertirle de la amplitud y la concentracin de la exgesis del Mensaje Reencontrado, que es, adems, en todo punto acorde con la
Revelacin.
19. Gnesis 11-19, Labrar es darle la vuelta a la tierra, cultivarla con sudor, para que produzca su fruto.
Sobre la transformacin de la tierra en corazn de carne>)ver Filn de Alejandra vol. 1, pg. 48 Y El
Mensaje... XVI-30 y 30', XVIII-65', XV-49': Basta con que un labrador labre, pues Dioses quien siembra,
riega, hace germinar, florecer, fructificar y es quien multiplica la simienten..
20. Filio. 111-21.
21. Juan 1-9 y EIMensaje... 111-12'.
22. La Palabra es portadora del Espritu Santo, ((educador de los hombres (~abidura1-51 que cobra en
todo v ensea todo (Sabidura VII-17 a 22').
23: El Mensaje... 111-34, 11-67,, XIV-44.
24. El Mensaje... 111-26 y XX-1.
25. Toms de Aquino, Summa Theologica 1-45 y San Agustn De Trinit. X1V-9
26. El Mensaje... XIX-8'.
... Se trata de restar acidez al organismo, por lo tanto (de hacer) una dieta disociada, es decir,
simplificada = tomar en una vez el menor nmero de platos posible. Queso blanco fresco escurrido, azcar moreno o miel, zumo fresco de zanahoria, almendras, avellanas y piones, poca fruta y
muy madura, pan integral, miel en bebidas calientes... No olvides nunca que el calcio asimilable y
vivo se encuentra en las races y no en las frutas, siendo la zanahoria su principal fuente. No te
olvides de las almendras y de las avellanas ligeramente tostadas.
La risa es un medicamento
El tabaco
Me alegra por encima de todo que hayas abandonado el hbito del tabaco que se ha convertido
en un vicio mundial.
El alquitrn contenido en el humo es un veneno para todo el organismo y el hedor de los
fumadores es un motivo de terror para todos.
Adopta el uso del palo regaliz que te proporcionar dientes sanos, lisos y blancos.
'La costumbre que tienen los fumadores de acostarse inmersos en el humo es criminal y de
ninguna manera el Seor o su Santa Madre pueden venir en medio de tal pestilencia que se
encuentra al opuesto del perfume del incienso.
138
Me he enterado de vuestro renacimiento en el Seor con una alegra que supone para m un
gran consuelo y una gran recompensa por parte de Dios. As pues, la bendicin que os llega tambin
es una bendicin para m sin que an lo sepis, y alabo al Seor quien os condujo a ambos a
nuestra comunidad espiritual en donde los primeros cristianos podran volverse a encontrar sin
sorprenderse.
Sabis qu libertad os es propuesta entre nosotros, pero la libertad de los hijos de Dios es difcil
de aceptar por los esclavos de este mundo y slo los verdaderos hijos de Dios pueden recibirla y
saborearla plenamente.
Os envio como sefal particular de buena acogida en nuestra comunidad, dedicada al servicio de
Dios y de los hombres de buena voluntad, los cuatro primeros versculos recin llegados del Libro
XXXX, tras ms de dos meses de silencio. Espero que sean para vosotros una feliz seal y un buen
augurio en vuestra nueva luz.
suefio
~
~ de ~tener,b estao misma noche, un sueo muy preciso y muy vivo que, espero, sabrs
interpretar mejor que yo. Me encontraba junto con mi hermana y mi esposa cerca de la ciudad de
Puy, creo, y a lo lejos vea una gran cantera donde trabajaban obreros. Unas piedras bastante
pequeas empezaron a caer por s solas creando pequeos desprendimientos, pero los hombres
seguan trabajando y no hacan caso como si nada ocurriese. Al fin, una avalancha ms importante
y totalmente imprevista los sepultaba definitivamente. Al verlo, nos disponamos a acudir a su
ayuda cuando la masa de la cantera muy alta se puso en movimiento y pas casi rozndonos para
terminar sepultando la ciudad o, mejor dicho, borrndola como lo hara una montaa desplazndose. El efecto era tan prodigioso y tan terrible que mi hermana llorando camin en el mismo sentido
para ver el desastre a pesar de que yo le estuviera tirando piedras para que se diera la vuelta a fin
de ver otra montaa de piedra ponindose en movimiento tras ella y a punto de sepultarla en su
recorrido. En cuanto a m, que ya habia tardado demasiado en huir, escalaba rocas redondas
semejantes a islotes slidos, pero las rocas circundantes arrollaban y asaltaban los islotes slidos (de
mi refugio) como si se hubiesen convertido en lava blanda y slida. Y corramos como locos... para
no ser alcanzados o atrapados en un remolino pues haba reflujos peligrosos y rebotes apocalpticos.
De hecho, se trataba del caos de un mundo destruido. Cuando alcanzaba una cima emergiendo
apenas de las lavas en fusin, vi un coche tambalearse sobre las piedras y volcar, del cual sali una
familia aterrorizada. Al fin ramos una veintena de salvados ... (Algunos) me abrazaban llorando.
Era un desastre sin nombre del que acabbamos de escapar de milagro.
... Por mi parte, al vivir entre gente indiferente, incrdula y hostil a lo que presiento, tiendo a
dejar de hablar, y a veces me pregunto si deliro en medio de toda esa seguridad mundana. Para m,
las pequeas piedras que caen representan los accidentes que hoy en da se producen en el mundo,
y sin duda todo lo dems vendr a continuacin...
La realizacin
Por supuesto me refiero al Sermn sobre la Montaa, pero la naturaleza humana es dbil y
ciega y sometida a las apariencias de este mundo hostil. En cuanto a m solo, no habra ya, por as
decirlo, ningn problema, pues necesitara tan poco para vivir, pero la pequea carga de mi casa,
con mi mujer y mi gato, es un problema de ms dificil resolucin, con el agravante de que el mundo
pictrico me ignora totalmente y que no consigo subsistir gracias a mi oficio de pintor, o de tan
mala manera que se convierte en una irrisin.
Todo esto quiz cambie con mis 49 aos que cumplo esle ao? Pues es un nmero de
cumplimiento y de realizacin concreta.'
... Me perdonars por no emprender la tarea de informarte pues las peticiones se han vuelto
innumerables y no puedo escribir para cada uno un tratado explicativo de mi obra que debe
permanecer tal cual. Si tienes fe y paciencia, se ir esclareciendo poco a poco y todo lo que te
pareca oscuro se volver entonces evidente.
En cuanto al Evangelio de Juan, ciertamente es turbador, pero te puedo decir en secreto que
efectivamente Cristo vino, viene y vendr en cada uno de los Hijos de Dios. Piensa en Abraham y
en Melquisedec. Cristo nos ha visitado a menudo, y an volver muchas veces, pero lo que conoces
de l es pblico mientras que lo que desconoces es secreto... Piensa tambin en San Jos y pregntate qu es lo que pinta aqu.
El yoga
En definitiva el yoga es un mtodo de peligrosa violencia para todos. La postura de reposo y
meditacin, junto con una mayor lentitud respiratoria, como ocurre durante el sueo, es muy
suficiente y muy eficaz.
La difcil prueba
Aqu abajo, todos deseamos para nuestros allegados una situacin tranquila. Nos olvidamos de
que todos estamos designados para enfrentarnos con la difcil prueba del enigma de la vida y de la
muerte, prueba que no perdona cuando uno fracasa.
El Libro XVZI
He entregado el Libro XVII (del M.R.) que est terminado para que lo mecanografen. Constituye una vehemente protesta contra la injusticia que nos aplasta en este mundo, pero tambin una
queja al Seor y una peticin de ayuda, al tiempo que una precisin de las dos operaciones
fundamentales de nuestra redencin que son la purificacin y la fecundacin de Dios.
Espero que este libro te guste por su lado humano pues en l el hombre grita bajo los golpes
pero no se desespera, incluso al lmite de su inteligencia y de su razn escarnecida en el mundo.
Algunas veces vacila pero, al final, salta al vaco de Dios que es la plenitud oculta para todos.
l . Esta carta viene con fecha del 24 de junio de 1953. El autor dejara este mundo el 16 de,julio del mismo
ao, en la onomstica de Nuestra Seora del Monte Carmelo.
No hemos anunciado con precisin y mucha antelacin la cada y la quiebra del regimen sin Dios?
No hemos advertido a los dormidos las catstrofes geolgicas que empiezan a actuar
sobre el mundo extraviado?l
Acaso no es sorprendente observar que estas lneas fueron escritas hace unos 40 aos?