Luis María de Lojendio
Luis María de Lojendio
Luis María de Lojendio
14 (2016)
J.M.Fernndez Fernndez-Cuesta: Luis Mara de Lojendio, portavoz de la poltica exterior espaola en la Guerra Fra
HISPANIA NOVA
Revista de Historia Contempornea
Nm. 14, ao 2016
ISSN: 1138-7319 - Depsito legal: M-9472-1998
http://www.uc3m.es/hispanianova
ARTCULOS
213
INTRODUCCIN
Resulta tan variada la personalidad de Luis Mara de Lojendio e Irure (San Sebastin, 1907
Leyre, 1987) que parece obligado delimitar el campo de investigacin en torno al aspecto polticamente
ms reseable de su figura, a travs de la que se podra hacer un recorrido por buena parte del periodo
franquista, desde la Guerra Civil hasta la muerte del propio Franco. Lojendio fue abogado, periodista,
cronista militar, responsable de la propaganda en el Ministerio de Asuntos Exteriores en la poca del
aislamiento internacional y, adems, pintor, historiador y monje benedictino. En su larga y variada
trayectoria siempre estuvo con Franco, al que sigui en los frentes de batalla y cuyo cadver recibi
antes de su entierro en el Valle de los Cados, como abad mitrado de su Baslica.
Luis Mara de Lojendio, hermano de prominentes diplomticos del franquismo, no perteneca a
la carrera diplomtica. Sin embargo, fue un consejero muy prximo al ministro de Asuntos Exteriores
Alberto Martn Artajo (titular del departamento entre 1945 y 1957) y alcanz a trabajar con su sucesor,
Fernando Mara Castiella (1957-1969). Como primer director de la Oficina de Informacin Diplomtica
(OID), cargo que ocup entre 1946 y 1958, contribuy notablemente a elaborar la estrategia
comunicativa del Gobierno en favor de la reinsercin de la Espaa de Franco en el sistema
internacional de la posguerra. Lojendio, adems de franquista declarado, era un escritor culto,
habituado al trato con los reporteros internacionales y conocedor de varios idiomas; y, por encima de
todo, un fervoroso catlico, como el ministro Martn Artajo. Reuna todas las condiciones para ser bien
recibido por los crculos catlicos, de influencia ascendente en la poltica espaola, a partir del cambio
de Gobierno de julio de 1945.
214
abandonara del todo su faceta como pintor1, que en su juventud acompa con conferencias y cursos
sobre aspectos culturales de la sociedad vasca 2. En los aos previos a la guerra civil desarroll una
intensa vida social en la sociedad cultural y gastronmica GU (Nosotros), fundada en 1934, en la que
participaron autores vinculados despus a la Falange. Por sus tertulias, pasaron el pintor Jess
Olasagasti y el compositor Juan Tellera. Tambin los escritores Po Baroja, Ernesto Gimnez Caballero,
Rafael Snchez Mazas... Jos Antonio Primo de Rivera imparti una conferencia en el verano de 1934 y
se asegura que mantuvo un breve encuentro con Pablo Picasso, a quien acompaaba su esposa, Olga
Koklova 3.
La sublevacin militar del 18 de julio de 1936 sorprendi a Luis Mara de Lojendio en San
Sebastin, donde fue detenido y trasladado, junto a otros familiares, al monasterio de Loyola, en
Azpeitia. Su hermano Juan Pablo, diplomtico desde 1930, haba sido uno de los fundadores en 1934 de
Derecha Autnoma Vasca, partido conservador y catlico vinculado a la CEDA 4. En septiembre los
hermanos Lojendio fueron liberados, al tiempo que Guipzcoa caa en manos del ejrcito rebelde. Luis
Mara empez a trabajar en el Diario Vasco y, pocos meses despus, se instal en Salamanca para
integrarse en la Oficina de Prensa del Gabinete Diplomtico del Cuartel General de Franco, que diriga
Jos Antonio de Sangrniz. Por las memorias del diplomtico Francisco Serrat Bonastre, jefe de la
Secretara de Relaciones Exteriores, sabemos que, tanto en Burgos como en Salamanca, la puesta en
marcha de la nueva administracin diplomtica se realiz entre la improvisacin general, las rivalidades
internas y la falta de funciones claramente definidas 5.
En julio de 1937, Lojendio se incorpor al Cuerpo de Oficiales de Prensa, formados en Sevilla, en
el verano de 1936, por iniciativa de Luis Antonio Boln 6. La nueva Oficina de Prensa estaba dirigida por
Juan B. LOJENDIO OSBORNE, Relacin entre la obra grfica y pictrica en Luis Mara de Lojendio, tesis doctoral
presentada en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, en 2008. Un amplio resumen en Ondare, 27,
2009, pp. 151-192. El autor cifra la produccin artstica de Lojendio en 332 obras, entre dibujos, leo, grabados y
mapas.
Vase Aspectos sociales de la Historia vasca, en Revista de Estudios Internacionales Vascos, 1935, pp. 6-97,
disponible en: Euskomedia: http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/riev/26/26005043.pdf. (Fecha de acceso:
12/03/2015).
3
Mara Jess LPEZ DE SOSOAGA, Jess Olasagasti, animador del protagonismo cultural que tuvo San Sebastin
antes de la Guerra Civil, en Ondare, 23, 2004, pp. 561-573.
Juan Pablo de Lojendio e Irure: San Sebastin, 1906 Roma, 1973. En su amplia trayectoria profesional, que le
llev a ocupar las Embajadas de Santiago, Roma o el Vaticano, destaca el incidente que protagoniz con Fidel
Castro el 20 de enero de 1960 cuando irrumpi en la televisin cubana para protestar por la intervencin del
Comandante, que acusaba a Espaa de colaborar con los contrarrevolucionarios. El embajador fue expulsado del
pas inmediatamente, si bien Espaa y Cuba mantuvieron sus relaciones diplomticas. Un resumen de su militancia
poltica y de sus primeras etapas en Argentina y Uruguay, en: Mara Jess CAVA MESA, Juan Pablo de Lojendio e
Irure (1906-1973). El balcn de las apariencias, en Antonio Csar MORENO CANTANO (coord.), Cruzados de
Franco. Propaganda y diplomacia en tiempos de guerra (1936-1945), Gijn, Trea, 2013, pp. 241- 269.
5
ngel VIAS (Edicin y estudio), Salamanca, 1936. Memorias del primer ministro de Asuntos Exteriores de
Franco, Barcelona, Crtica, 2014, pp. 54-78.
6
Luis A. Boln Bidwell, Mlaga, 1894 1969. Siendo corresponsal de ABC en Londres, particip en la contratacin
del Dragn Rapide, el avin que recogi a Franco en Las Palmas el 17 de julio de 1936 y le permiti iniciar, horas
despus, la sublevacin militar.
215
Juan Pujol Martnez: La Unin (Murcia),1883 Madrid, 1967. Corresponsal en varias capitales europeas durante
la Primera Guerra Mundial, diputado por Accin Nacional en 1931 y por la CEDA en 1936. Director de
Informaciones entre 1932 y 1936. Al trmino de la Guerra Civil, fund y dirigi el diario Madrid hasta 1944,
volviendo a dirigirlo en una segunda etapa en 1959-1960.
8
BOE del 28 de julio de 1937. Vase Luis Antonio BOLN, Los aos vitales, Madrid, Espasa-Calpe, 1967, pg. 197.
Muchos de ellos aparecen citados en Luis ARIAS GONZLEZ, Gonzalo de Aguilera Munro, XI conde de Alba de
Yetes (1886-1965), Salamanca, Universidad de Salamanca, 2013, pp. 123-180.
10
Segn los datos que el propio Lojendio aportaba en su solicitud de inscripcin en el Registro Oficial de
Periodistas, que le fue concedida en 1940, con el nmero 1.122, en el Archivo General de la Administracin,
Presidencia, 52/ 13.928.
11
Luis Mara de LOJENDIO, Operaciones militares en la guerra de Espaa (1936-1939), Barcelona, Montaner y
Simn, 1939.
12
216
El libro evita las referencias personales o emocionales, lo que aminora su carga retrica y
aumenta su precisin. Reconoce el autor que el relato es algo frio y despejado de ancdota y que el
factor literario se reduce a la mnima expresin 13. Sostiene que en la guerra se enfrentaron dos
concepciones militares: El Ejrcito Nacional enfoc el problema de la guerra con un criterio militar y
tcnico, [mientras que] las fuerzas rojas se lanzaron a una lucha de tipo revolucionario anrquico 14.
El estudio no ofrece datos contrastados y fiables, por lo que su inters como fuente documental
es reducido. En algunos casos, se tergiversa directamente la realidad, como en su explicacin sobre el
bombardeo de Guernica, que atribuye a marxistas desmoralizados en su fuga 15. Sin embargo, resultan
tiles los 86 mapas que aporta la obra, dibujados por el autor con el cartgrafo Vicente Turrell, que
describen las batallas principales.
El recuento de las victorias de Franco empieza en los das previos al alzamiento militar y
concluye con la entrada en Madrid, la tarde del 28 de marzo de 1939, (...) en medio de un entusiasmo
desbordante del pueblo que aclamaba a sus liberadores 16.
Terminada la guerra, Lojendio regresa a San Sebastin y se centra en la biografa de dos
personajes histricos, Gonzalo Fernndez de Crdoba, el Gran Capitn de los Reyes Catlicos, y
Jernimo Savonarola, el influyente predicador de la Florencia de los Mdicis. Del primero destaca su
decisiva colaboracin militar en la guerra de Granada y su entrega a la poltica expansionista de los
monarcas en Italia 17. El personaje de Savonarola parece que le causa una gran impresin y pudiera
haberle influido en su posterior renuncia a la vida civil, como haba hecho siglos antes el dominico
florentino 18. Entretanto volvi al ejercicio del periodismo, como director de Radio San Sebastin, entre
1942 y 1945.
13
14
15
Acerca de las falsedades en torno a la autora del bombardeo de Guernica, propaladas por la propaganda
franquista, vase Herbert R. SOUTHWORTH (con edicin e introduccin de ngel Vias), La destruccin de
Guernica. Periodismo, diplomacia, propaganda e historia, Granada, Comares, 2013.
16
17
Luis Mara de LOJENDIO, Gonzalo de Crdoba (el Gran Capitn), Madrid, Espasa-Calpe, 1942.
18
19
El semanario El Espaol, una de las plataformas doctrinarias del Rgimen, dedic buen nmero de sus
editoriales a defender la actitud neutralista de Espaa y pedir un lugar en el nuevo sistema internacional,
intentando superar sus anteriores inclinaciones totalitarias. Vanse, entre otros: Neutralidad. Razones
217
sirvieron a la diplomacia franquista estos argumentos que, encabezados por el ministro GmezJordana 20 y siguiendo el Plan D, diseado por el director general de Poltica Exterior, Jos Mara
Doussinague, pretendan situar a Espaa en una posicin equidistante respecto a las potencias
enfrentadas en la guerra y, al mismo tiempo, mantener las esencias franquistas 21.
La pretensin era inviable, como fueron demostrando las reuniones de los aliados en Yalta y
Potsdam, que dejaron a Espaa al margen del concierto internacional por su colaboracin con Alemania
e Italia, las potencias derrotadas en la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, al Gobierno espaol
no le quedaba otra posibilidad que resistir y permanecer impasible ante todo lo que digan fuera,
siguiendo el consejo de Carrero Blanco a Franco, en agosto de 1945. Poco despus, la primera Asamblea
General de las Naciones Unidas confirmaba la exclusin de Espaa de la naciente sociedad internacional
y castigaba al Rgimen de Franco al ostracismo diplomtico (resolucin 39/I del 12 de diciembre de
1946) 22.
En el orden interno, el nuevo Gobierno de Franco presentaba un equilibrio inestable entre las
diferentes tendencias del Rgimen, pero apuntaba el ascenso general de los miembros de la ACNP, en
detrimento de los sectores falangistas, que perdan poder, especialmente, en el campo de los medios de
comunicacin. En concreto, Asuntos Exteriores y la Secretara General del Movimiento, con Jos Luis
Arrese como ministro, prolongaron la antigua pugna entre ambos departamentos por el control de la
Censura en los temas referidos a la poltica exterior, llegando a establecerse, en muchos casos, un doble
filtro oficial. La propaganda se convirti en un instrumento de primer orden en defensa del Rgimen,
tanto en el interior como en el exterior 23.
Dentro del complejo entramado de intereses del sistema poltico franquista, Artajo goz de un
amplio margen de decisin y de actuacin en el cargo, segn ha sealado Calduch, y supo aprovechar
en cada momento las disensiones o rivalidades [entre las potencias] para lograr la progresiva
reincorporacin de Espaa a los foros Internacionales 24.
En ese momento el sistema poltico de Franco tena dos frentes abiertos: en el exterior, se
arriesgaba a su desaparicin por la fuerte presin de los aliados y, en el interior, se presentaba ms
enconada que nunca aunque siempre soterrada- la lucha entre las fuerzas que rivalizaban por el poder.
histricas, 67, 5 de febrero 1944, Espaa ante la paz, 106, 4 de noviembre 1944, o Espaa y el mundo de
maana, 124, 10 de marzo 1945.
20
El general Francisco Gmez-Jordana Sousa naci en Madrid en 1876 y muri en San Sebastin en 1944. Fue en
dos ocasiones ministro de Asuntos Exteriores: 1938 - 1939 y 1942-1944.
21
Jos Mara DOUSSINAGUE, Espaa tena razn (1939-1945), Madrid, Espasa-Calpe, 1949, y Rosa PARDO SANZ,
Jos Mara Doussinague: un director general de Poltica Exterior para tiempos duros, en Antonio Csar MORENO
CANTANO (Coord.), Cruzados de Franco..., pp. 135-178.
22
Florentino PORTERO, Franco, aislado. La cuestin espaola 1945-1950, Madrid, Aguilar, 1989; Alberto Jos
LLEONART ANSELEM (dir.), Espaa y la ONU: la cuestin espaola, 6 vols., Madrid, CSIC, 1978-2002, y Luis
Antonio BUUEL SALADO, La gnesis del cerco internacional al rgimen del general Franco, en Espacio, Tiempo y
Forma, serie V, 1, 1988, pp. 313-340.
23
Rosa CAL, Apuntes sobre la actividad de la Direccin General de Propaganda del Franquismo (1945-1951), en
Historia y Comunicacin Social, 4, 1999, pp.15-33.
24
Rafael CALDUCH, Dinmica de la sociedad internacional, Madrid, Centro de Estudios Universitarios Ramn
Areces, 1999, pp. 18-19.
218
El nuevo ministro actu directamente en ambos campos, sirvindose de una poltica informativa
favorable a sus fines.
Martn Artajo lleg al Gobierno con ideas renovadoras, lo que entonces slo significaba rebajar
el poder de los falangistas sin incurrir en la menor desautorizacin de las directrices de Franco. Acept
el cargo porque consideraba que podra servir tanto a la Jefatura del Estado como a la autoridad
eclesistica y contribuir al mejor entendimiento entre ambas instituciones. Su llegada al poder
evidenciaba el desplazamiento de los sectores falangistas en beneficio de las asociaciones catlicas.
stas, a partir de entonces, intentaron trasladar su ideario a la poltica exterior. Su participacin, como
una oportuna solucin de recambio 25, aval la argumentacin del Rgimen, sustentada en su
anticomunismo y la defensa de la doctrina catlica. En este papel destac la actuacin de la
organizacin Pax Romana, fundada en 1921, con la pretensin de influir en la vida pblica formando
lites defensoras del Vaticano 26. El ministerio de Exteriores subvencion sus actividades fuera de
Espaa, prestndoles la cobertura de embajadas y consulados, al tiempo que sus miembros, con
Joaqun Ruiz Gimnez a la cabeza, pasaban a actuar como los mejores representantes gubernamentales
en el exterior.
En el terreno de la prensa, el nuevo ministro redujo el poder de la censura falangista, en manos
de la vicesecretara de Educacin Popular. Lo hizo con la nica finalidad lejos de cualquier intento por
favorecer la libertad de expresin- de evitar el control del Movimiento sobre las publicaciones ms
prximas a la jerarqua catlica, situacin que haba sido denunciada por el primado Pl y Deniel 27.
25
Jos Ramn MONTERO, Los catlicos y el nuevo Estado: Los perfiles ideolgicos de la ACNP durante la primera
etapa del franquismo, en Josep FONTANA, Espaa bajo el franquismo, Barcelona, Crtica, 1986, pg. 106.
26
Pax Romana como vehculo de las relaciones exteriores del Gobierno espaol, 1945-1952, en Glicerio
SNCHEZ RECIO, La Internacional catlica. Pax Romana en la poltica europea de posguerra, Madrid, Biblioteca
Nueva/Univ. de Alicante, 2005, pp. 213-256.
27
Alfonso LAZO DAZ, Una familia mal avenida. Falange, Iglesia y Ejrcito, Madrid, Sntesis, 2008, pg. 114.Para el
estudio de papel predominante de los sectores catlicos en esa etapa del franquismo, con amplias referencias a su
influencia a travs de la prensa, siguen resultando fundamentales: Javier TUSELL, Franco y los catlicos. La poltica
exterior espaola entre 1945 y 1957, Madrid, Alianza, 1984, y Guy HERMET, Los catlicos en la Espaa franquista y
los actores del juego poltico, Madrid, Centro de Investigaciones Sociolgicas, 1985.
28
Matilde EIROA SAN FRANCISCO, Poltica internacional y comunicacin en Espaa (1939-1975). Las cumbres de
Franco con jefes de Estado. Madrid, MAE, Biblioteca Diplomtica, 2009, pp. 296-304. La misma autora ha detallado
las acciones propagandsticas del rgimen relacionadas con su poltica exterior en: El pasado no es suficiente.
Temticas y conflictos en los encuentros de Franco con los lderes rabes y musulmanes, en MEAH, Miscelnea
de Estudios rabes e Islmicos, Universidad de Granada, 62, 2013, pgs. 23-46, y Accin exterior y propaganda.
219
intervino cuanto pudo en los nombramientos de los directivos de los medios de comunicacin
espaoles.
No obstante, la campaa informativa internacional se haba iniciado ya unos meses antes de la
llegada de Martn Artajo al Palacio de Santa Cruz. Su antecesor, el falangista Jos Flix Lequerica, que
slo permaneci ocho meses en el cargo, curs una Circular a los jefes de Misin, el 26 de junio de
1945, dando instrucciones sobre cmo replicar a la campaa internacional contra el Gobierno y, en
concreto, a las acusaciones del delegado mexicano en la ONU Luis Quintanilla, que en el debate de la
Comisin de Asuntos Generales, celebrado el 19 de junio, pidi la exclusin de Espaa por su antigua
relacin con los pases del Eje.
La tctica oficial espaola fue siempre la de contestar a las acusaciones. As lo seguir haciendo
Alberto Martn Artajo, quien, nada ms acceder al cargo, envi, el 11 de agosto de 1945, un documento
de once pginas a todas las embajadas y misiones contra la intensa campaa de difamacin que viene
siendo objeto Espaa, [que] requiere mximo esfuerzo para poner en su punto verdades tan
oscurecidas y tergiversadas, no solo en medios oficiales sino en todos los que puedan considerarse
importantes 29.
El propio Franco animaba a los embajadores a proseguir en su esfuerzo por explicar la verdad
del Rgimen espaol, confiando en que sta terminara por imponerse. Deca de ellos que constituan la
vanguardia de Espaa en esta nueva guerra 30.
En concreto, las representaciones espaolas en Washington y Nueva York actuaron como punta
de lanza de la posicin oficial espaola. Con escasos resultados al principio 31, pero con xitos reseables
en los aos siguientes. Hay que destacar la labor de Jos Flix de Lequerica que, con el extrao cargo de
Inspector de Embajadas, se traslad a la capital norteamericana en 1948, a fin de acometer la misin
casi imposible de ganarse para el Gobierno espaol la simpata y el apoyo de los grupos de presin
americanos, empezando por los crculos catlicos y siguiendo por los influyentes medios de
comunicacin32.
Las circulares de Lequerica y de Martn Artajo, en el Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperacin
(en adelante, AMAEC), R. 1668/5.
30
Sobre los esfuerzos, generalmente infructuosos, del embajador Juan Francisco de Crdenas, en su segunda
etapa al frente de la Representacin espaola en Washington, entre 1939 y 1947, vase Misael Arturo LPEZ
ZAPICO, El diplomtico Juan Francisco de Crdenas durante la guerra civil espaola y el primer franquismo, en
Antonio Csar MORENO CANTANO (Coord.), Propagandistas y diplomticos al servicio de Franco (1936-1945),
Gijn, Trea, 2012, pp. 303-331.
32
Lequerica ejerci como embajador de hecho en Washington desde el 31 de octubre de 1948. Sin embargo, su
nombramiento no se oficializ hasta el 4 de enero de 1951 pues hubo de vencer las resistencias de la
Administracin norteamericana, que no olvidaba que el representante espaol haba sido el embajador de Franco
ante el Gobierno colaboracionista de Vichy. Su estancia oficial en Washington se prolong hasta 1954, una vez
constituido el llamado lobby espaol, muy activo hasta conseguir el ingreso de Espaa en la ONU, en 1955.
220
33
Nota del 7 de junio de 1948, citada en Mara Jess CAVA MESA, Los diplomticos de Franco: J. F. Lequerica,
temple y tenacidad (1890-1963), Bilbao, Universidad de Deusto, 1989, pg. 282.
34
Mara Jess CAVA MESA, Jos Flix de Lequerica, embajador en Francia. El gesto retrico, en Antonio Csar
MORENO CANTANO (coord.): Propagandistas y..., pg. 81.
35
Art. 19 de la ley del 31 de diciembre de 1945 sobre la Organizacin de los Servicios del Ministerio de Asuntos
Exteriores, en BOE del 2 de enero de 1946.
36
37
Alejandro PIZARROSO, Diplomticos, propagandistas y espas. Estados Unidos y Espaa en la Segunda Guerra
Mundial. Informacin y propaganda, Madrid, CSIC, 2009, pg. 61.
38
El propio Serrano Suer admite tales intromisiones, que tambin ejerci en la etapa de Beigbeder al frente del
Exteriores: Ramn SERRANO SUER, Entre Hendaya a Gibraltar, Madrid, Ediciones y Publicaciones espaolas,
1947, pg. 274. Las disputas por el control de los medios entre los rganos de la Falange y Gmez Jordana se
recogen con detalle en Francisco GMEZ-JORDANA SOUZA, Milicia y diplomacia. Los Diarios del Conde de Jordana
1936-1944, Burgos, Dossoles, 2002, pp. 227-231 y 288. Tambin en otros autores que han analizado las tensiones
internas de esa etapa poltica, como Antonio MARQUINA BARRIO, La etapa de Ramn Serrano Suer en el
Ministerio de Asuntos Exteriores, en Espacio, Tiempo y Forma, serie V, 2, 1989, pp. 45-167, o Javier TUSELL,
Franco y los catlicos..., pp. 188-210.
221
para que, poco despus, Martn Artajo llegara al Ministerio convencido de que esa labor no poda
escaprsele de las manos y deba poner a su frente a una persona de su absoluta confianza.
El primer responsable de la OID fue Luis Mara de Lojendio, que accedi al puesto con el
nombramiento de Jefe Tcnico, segn el acuerdo del Consejo de Ministros del 18 de enero de 1946.
Continu en el cargo hasta el 23 de enero de 1958. Por tanto, desempe tal funcin durante la primea
etapa de la Guerra Fra, que, en el caso espaol, incluye su marginacin y posterior admisin en el
sistema internacional, tras los acuerdos con Estados Unidos y el Vaticano de 1953 y el ingreso en la ONU
en 1955. En ese periodo, Lojendio se afan por ofrecer al mundo, a travs de su contacto con los
medios extranjeros, una imagen gubernamental anticomunista, catlica y de rasgos menos totalitarios;
ms grata, en definitiva, a quienes haban ganado la guerra mundial.
De cara al exterior, la respuesta informativa se orient a contrarrestar en lo posible la hostilidad
internacional hacia el Gobierno. En la OID se reciban a diario los resmenes de la prensa que remitan
las embajadas espaolas, cargados de crticas al Rgimen de Franco. Eran un aluvin imposible de
contener, que proceda de Europa, Estados Unidos e Iberoamrica. Los comentarios desfavorables
recogidos en los pases americanos de lengua espaola, receptores de buena parte del exilio
republicano, resultaban especialmente negativos para el Gobierno. Esas naciones americanas eran,
precisamente, el objetivo fundamental de la poltica exterior, basada en el concepto de la Hispanidad, al
que se aplicaba la nueva Direccin General de Relaciones Culturales, tambin nacida de la reforma
ministerial de 1945.
El tono general de crtica de los telegramas que llegaban a Santa Cruz sola ir acompaado de las
matizaciones realizadas por el propio embajador que los enviaba, en un aparente intento por
adelantarse a la reaccin que iban a suscitar en los despachos de Madrid. Este es un ejemplo, entre
tantos posibles, tomado de uno de los enviados desde Buenos Aires, en 1946:
Asuntos Espaa vuelven a ocupar columnas enteras toda esta prensa llena de falsas noticias,
tendenciosamente confusas, demostrando obedece sistemtica campaa difamacin, con entero
39
desconocimiento realidad espaola .
A comienzos de 1946, las previsiones del Gobierno en materia de poltica exterior estaban lejos
de ser esperanzadoras. No obstante, Martn Artajo se esforzaba por aparentar calma e intentaba
ocultar la realidad que ya anunciaban los movimientos de la diplomacia internacional. En su primera
rueda de prensa del ao, dijo:
Hay motivos fundados para un sosegado optimismo. Hemos pasado los seis primeros meses de
postguerra (), soportando una campaa de prensa casi sin recedentes (...) No tenemos pleito ninguno de
carcter internacional y nuestras relaciones exteriores son buenas con casi todos los pases () Nuestras
dificultades obedecen al designio de algunos sectores de opinin de determinados pases de hacer poltica
interna a costa nuestra (). Los augurios de 1946 son, pues, francamente buenos por lo que se refiere a las
40
relaciones exteriores de nuestra patria .
39
Telegrama de la Embajada de Espaa en Buenos Aires, firmado por el embajador Bulnes, con fecha del 8 de
enero de 1946, en Archivo del Ministerio de la Presidencia del Gobierno (en adelante, AMPG), Jefatura del Estado,
1673/1.
40
222
A pesar de sus palabras, las potencias mantenan su postura claramente adversa a los intereses
espaoles, tal como renovaron en una nota conjunta, difundida por el departamento de Estado
norteamericano, en marzo de 1946, afirmando que no es posible por ahora el cambio de actitud hacia
el Rgimen espaol 41.
El contacto entre Martn Artajo y su colaborador Lojendio fue permanente, incluso cuando el
ministro se encontraba fuera de Madrid. En el verano de 1946, el jefe de la OID le hizo llegar unas
carpetas con el ttulo de Impresin general. Casi todas estaban referidas al caso espaol en la ONU y
recogan los principales telegramas y recortes de prensa recibidos de Nueva York y de las principales
capitales del mundo. En un texto de presentacin y hasta en los mrgenes de los envos, Lojendio
aada comentarios y realizaba valoraciones. Por ejemplo, en uno de sus informes, el consejero adverta
a Artajo: Es curiosa esta informacin por el comentario que inserta, y aada: El momento es poco
propicio para las campaas de opinin serias y organizadas () porque se mantienen an las
impresiones de despiste y confusin sobre las noticias de Espaa (26 de agosto de 1946). En otro,
opinaba que la campaa antiespaola perdi todo su impulso, [aunque] Radio Mosc ha pretendido
mantener un tanto el aliento. Pero en las referencias aliadas se descubre el afn verbalista por dar vida
a una realidad inexistente (9 de agosto) 42.
La prensa segua con detalle los debates en la Asamblea sobre el caso espaol. Obviamente, no
se haca eco de los comentarios de los pases comunistas, salvo para situarlos en la picota de su crtica
ms dura, pero s de aquellos que procedan de los delegados occidentales o iberoamericanos. La
agencia Efe traduca los textos de las agencias norteamericanas, en los que se recogan las posturas de
algunos pases claramente contrarios al Rgimen, e intentaba explicar su rechazo a Espaa con
argumentos como ste:
El verdadero motivo de que muchas de las naciones unidas [sic] muestren repugnancia a actuar de
consuno y por la fuerza contra el rgimen de Franco estriba en que tienen temor a lo que pudiera sustituirlo
en Madrid () Ninguno de los pases est a gusto con el rgimen de Franco, y todos desearan verlo
43
derribado .
En sus aos de actividad pblica, Luis Mara de Lojendio apenas escribi sobre la actualidad
concerniente a la poltica exterior espaola. Slo contamos con un texto posterior, publicado cuando ya
se dedicaba a la vida monacal, sobre la guerra civil espaola, la Segunda Guerra Mundial y las sanciones
de la ONU. Sus comentarios, redactados con buen estilo periodstico, son sesgados y se ajustan a lo que
se poda esperar de un alto funcionario franquista. Pero no carecen de valor, pues muestran la posicin
oficial y se fijan en el papel de los medios de comunicacin, como parte sustancial del debate ideolgico
y propagandstico en el que participaba el ministerio espaol de Exteriores 44.
41
Nota oficial del 4 de marzo de 1946, en la que los Gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaa y Francia se
muestran favorables al establecimiento de medidas diplomticas contra Espaa, en AMPG, 1670/11.
42
AMAEC-R, 1911/ 9.
43
Los miembros de la ONU temen derribar a Franco y abrir las puertas al comunismo, en ABC, 14 de noviembre
1946, pg. 9.
44
Luis Mara de LOJENDIO, Guerra y neutralidad en Espaa (1936-1946), en Jos M. Jover Zamora: Historia
Universal, tomo XI, Madrid, Espasa-Calpe, 1976, pp. 155-269.
223
Al referirse a los efectos del bloqueo diplomtico, escribi que la medida haba causado un
movimiento inverso al que se pretenda, y que los norteamericanos no tardaran en darse cuenta del
error cometido, que slo poda beneficiar a Rusia:
El supuesto bsico de las sanciones contra Espaa era el mantenimiento de la amistad entre las
democracias y Rusia. Esa amistad ir deteriorndose por momentos. Ingleses y norteamericanos se darn
muy pronto cuenta de que en su poltica, considerada en general, han cedido demasiado a la presin
sovitica. Lo de Espaa es slo un episodio. Y Franco, que cuenta siempre con la ejemplar amistad
portuguesa, iniciar ahora un hbil juego poltico apoyndose en () vnculos profundos de historia y raza:
45
los pueblos hispanoamericanos y los pases rabes .
Desde mediados de los aos cuarenta la poltica informativa de Asuntos Exteriores se orient a
favorecer la relacin con los medios de comunicacin norteamericanos. Las autoridades eran
conscientes de la oposicin general de la prensa occidental europea hacia el Gobierno espaol, pero
empezaban a observar cierta predisposicin favorable por parte de algunos medios estadounidenses,
resultado de la labor de Lequerica en Washington. As se explica la entrevista que Franco concedi al
director del servicio internacional de la United Press, A. L. Bradford, en la que el Caudillo sermone al
periodista sobre la pretendida neutralidad espaola, justific el envo a Rusia de la Divisin Azul y aludi
al futuro de la Monarqua en Espaa, entre otros asuntos planteados por el reportero, siempre en un
tono adulador 46. Tambin responde al inters espaol por abrirse a la sociedad norteamericana la
entrevista que, dos aos despus, Franco realiz, mediante cuestionario, con el representante en
Madrid de Associated Press, Alburn West, centrada en las aspiraciones espaolas para ser admitida en
la ONU 47.
Al mismo tiempo, el ministerio espaol empez a facilitar la llegada de periodistas de aquel
pas, previo informe favorable de la Embajada, donde se iniciaban las gestiones de la visita. Una vez
aceptado su desplazamiento, el tratamiento que se les dispensaba corra a cargo de la OID, que les
facilitaba sus contactos con personalidades del Gobierno, al tiempo que preparaba una agenda de
recepciones y visitas tursticas. Lo contrario resultaba excepcional. En este sentido, la actividad de
Lojendio y de sus colaboradores en la Oficina no difera mucho de la una agencia de relaciones pblicas,
empleada como plataforma de la propaganda oficial. A los periodistas extranjeros se les sola alojar en
el hotel Palace, se les mostraba Madrid y sus alrededores y se les acompaaba a ciudades como vila,
Toledo o Sevilla 48.
45
46
Por citar dos referencias periodsticas: Transcendentales declaraciones de S. E. el Jefe del Estado. El
Generalsimo Franco pide participacin de las naciones neutrales en la Conferencia de la paz, porque deben ser
odas y atendidas al tratar de organizar el mundo, en ABC, 7 de noviembre 1944, y El Caudillo hace importantes
declaraciones a un periodista norteamericano, en La Vanguardia de ese mismo da.
47
Texto ntegro de las declaraciones hechas por el Caudillo al representante en Madrid de la agencia Asociated
[sic] Press, en ABC, 14 de noviembre 1946, y Espaa no aceptar ninguna clase de censura, en La Vanguardia
de ese mismo da.
48
Entre los frecuentes viajes de delegaciones informativas extranjeras, se conserva la agenda y el coste de la visita
a Espaa, en mayo de 1948, de un grupo formado por seis periodistas de diversa nacionalidad, cuyos gastos se
elevaron a 29.721,76 pesetas, segn el informe del habilitado del Ministerio de Asuntos Exteriores al Ordenador
Central de Pagos del Ministerio de Hacienda, en AMAEC-R, 6982/102.
224
49
Charles S. Foltz (1910 2005), delegado de AP en Madrid entre 1941 y 1945. Haba sido corresponsal de guerra
en diversos pases europeos. Fue expulsado de Espaa por informar de las condiciones de los presos recluidos en
campos de trabajo. Ya en su pas, escribi una dura crtica al Rgimen franquista en The Masquerade in Spain,
Boston, Houghton Mifflin, 1948.
50
Ralph E. Forte (1906 - 1983), corresponsal de UP en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Despus,
responsable de su oficina en Madrid hasta finales de los aos sesenta. Se consideraba un madrileo de adopcin.
51
Sam Pope Brewer (1910-1976). Un resumen de su trayectoria profesional en The New York Times, 22 de abril
1976.
52
Stanton Griffis (1887-1974). Present sus cartas credenciales a Franco el 1 de marzo de 1951, paso previo a la
negociacin y firma del Acuerdo militar con Estados Unidos de 1953. Slo permaneci un ao en Espaa. Su
trayectoria diplomtica en: https://history.state.gov/departmenthistory/people/griffis-stanton (Consultada el 3 de
mayo de 2015).
53
54
Cyrus L. Sulzberger (1913-1993). Perteneciente a la familia propietaria del New York Times, fue jefe de
corresponsales durante la Segunda Guerra Mundial y analista de poltica internacional. Visit Espaa en diversas
ocasiones. Durante la Transicin public artculos de valioso contenido informativo gracias a su buena relacin con
Manuel Fraga, que, en junio de 1976, le filtr su proyecto de reforma poltica. Vase su artculo Step-by-step
Policy in Spain, en The New York Times, 19 de junio 1976.
225
Madrid, que el Gobierno espaol se planteaba una relacin de mayor proximidad con Estados Unidos 55;
y en 1952, recogi la disposicin de Franco a que el Ejrcito norteamericano se instalase en Espaa a
cambio de ayuda econmica 56.
Como portavoz de la poltica exterior espaola, Lojendio acompaaba al ministro en la mayora
de sus viajes oficiales al exterior y asumi un creciente papel de consejero personal. Lo saban los altos
cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores, donde su figura fue muy respetada a pesar de que no
perteneciera a la carrera diplomtica. Influy tambin en esta circunstancia que el jefe de la OID tena
dos hermanos diplomticos, con carreras ascendentes. Miguel Mara era entonces cnsul general de
Espaa en Tnger y Juan Pablo, el mayor de la familia, haba sido en 1951 director general de Relaciones
Culturales y en 1952 fue enviado a La Habana como embajador ante la Cuba de Fulgencio Batista.
Precisamente, la relacin personal entre Juan Pablo y Luis Mara jugar cierto papel en un
incidente entre Cuba y Espaa, que enfurecer especialmente a Franco, a raz de la publicacin en el
semanario cubano Bohemia de un extenso reportaje muy crtico con la situacin interna espaola 57. En
la revista se aluda a los supuestos planes golpistas de algunos generales espaoles, partidarios de
propiciar una solucin monrquica, y tambin se implicaba al caudillo en la repentina muerte del
capitn general de Catalua, Juan Bautista Lpez, que habra rechazado la intervencin militar contra
los huelguistas del transporte en Barcelona, en el invierno de 1957. En Madrid, slo un mes antes,
Franco haba nombrado un nuevo Gobierno y Martn Artajo haba sido sustituido por Fernando Mara
Castiella, que an no haba procedido al esperado relevo en la direccin de la OID.
Castiella, siguiendo las instrucciones del jefe del Estado, peda una rplica contundente a su
embajador en La Habana, y Juan Pablo de Lojendio present la correspondiente nota de protesta ante
el ministerio de Estado cubano. Pero a Castiella no le pareci suficiente y reclam acciones ms
contundentes ante el presidente Batista. Tal propsito superaba las posibilidades del embajador que, en
esa situacin, recurri por va confidencial a su hermano en la OID para que le informara del ambiente
real que se viva en los pasillos del Palacio de Santa Cruz y le aconsejara cmo actuar ante el ministro.
Luis Mara le contest de forma inmediata: Urge activar gestiones. Suficientemente advertido, el
embajador present ese mismo da, 5 de abril, una segunda nota de protesta en trminos an ms
enrgicos que la primera, que se encarg de difundir en el Diario de la Marina y otros medios amigos de
la prensa cubana. El autor del reportaje fue procesado, pero ya se encontraba fuera de la isla y el suceso
no tuvo ms consecuencias 58.
Desde la salida de Martn Artajo del Gobierno en 1957, tras consechar todos los
reconocimientos a su gestin 59, Luis Mara de Lojendio se plante la retirada de la vida pblica. Su labor
poltica como organizador destacado de la propaganda exterior franquista frente al aislamiento haba
concluido con la aceptacin espaola en la sociedad internacional de la Guerra Fra. La Administracin
55
Franco Sees Role as an Ally of US, en The New York Times, 21 de noviembre 1948.
56
Franco Sure Terms for Aid Can Be Met, en The New York Times, 24 de enero 1952.
57
Frustran un golpe de Estado en Espaa. Acusan a Franco de la muerte del capitn general de Catalua, en
Bohemia, 17 de marzo 1957.
58
Referencias completas del incidente en Manuel DE PAZ SNCHEZ, Franco y Cuba. Estudios sobre Espaa y la
Revolucin, Santa Cruz de Tenerife, Idea, 2006, pp. 12-65.
59
Como ejemplo, puede citarse: Don Alberto Martn Artajo, el Canciller de la Resistencia, en Revista de
Poltica Internacional, 30, 1957, pp. 7-13, (sin firma).
226
de Washington haba reanudado la plena actividad diplomtica con Madrid y la ONU haba levantado
sus sanciones contra Espaa (Resolucin 386 /V del 4 de noviembre de 1950). Espaa tena razn,
como haba adelantado Doussinague, y el mundo se lo haba reconocido, segn subrayaba la
propaganda oficial. Y parte del xito corresponda a la OID, proveedora de la necesaria documentacin
para dar la batalla diplomtica y que haba sabido conducir la actuacin de los medios de comunicacin,
tal como destac Martn Artajo ante las Cortes:
La Oficina de Informacin Diplomtica [ha sido un] verdadero arsenal de informaciones, noticias,
reportajes, documentos y textos para promover a nuestros representantes en el extranjero de toda la
municin dialctica enderezada a pulverizar la falaz propaganda de nuestros adversaros y contrarrestarla
con la informacin real y verdadera de nuestras cosas, que tantas veces sus grandes agencias informativas
callan, deforman o silencian. (...) La prensa espaola ha dado un ejemplo de patriotismo disciplinado, sin
excepcin, secundando al Gobierno en la batalla exterior. Porque donde ms sobresale el agudo sentido
nacional de nuestros periodistas es en materia de poltica exterior, sobre la cual, de ordinario, los periodistas
60
espaoles son, a la vez, autores y censores de sus propios escritos .
60
Alberto MARTN ARTAJO, La poltica de aislamiento de Espaa seguida por las naciones aliadas durante el
quinquenio 1945-1950. Discurso del ministro de Asuntos Exteriores, en la sesin plenaria de las Cortes Espaolas el
14 de diciembre de 1950, Madrid, Oficina de Informacin Diplomtica, 1950.
61
Luis Mara de Lojendio, ltimo fraile del Monasterio navarro de Leyre, ABC 2 de junio 1966, pp. 16-19.
62
227
Con la muerte de Franco el Valle de los Cados se convierte en el ltimo escenario simblico del
Rgimen que desaparece. Poco antes de las dos de la tarde del 23 de noviembre de 1975, el abad
Lojendio recibi el fretro con los restos del dictador, ofici su responso y particip en su funeral,
presidido por el cardenal Tarancn, antes de que se procediera a su enterramiento a la espalda del altar
mayor 63.
Al ao siguiente, Luis Mara de Lojendio volvi a abrir las puertas de la Baslica para recibir a los
reyes, que entraron en ella bajo palio, para acompaar a la viuda de Franco, Carmen Polo, en el primer
aniversario de la muerte del Caudillo. En 1979, despus de permanecer diez aos al frente de la Abada,
Lojendio dimiti de su cargo. Se retir al monasterio de Leyre, sigui pintando y escribi guas del
romnico castellano y navarro. Muri a los 80 aos, el 28 de octubre de 1987. Sus restos, como los de
Franco, descansan en el Valle de los Cados.
63
Detallada crnica de los actos en ABC del 25 de noviembre 1975, pp. 9-10.
228