Hora Santa en El Jueves Santo
Hora Santa en El Jueves Santo
Hora Santa en El Jueves Santo
DE LA MISERICORDIA
Javier Leoz
Delegado Episcopal para la Religiosidad Popular
Dicesis de Pamplona y de Tudela
(Navarra-Espaa)
1.SALUDO
Todava se mantiene en esta gran sala donde hemos participado hace unas horas en la
Institucin de la Eucarista, el sabor del pan convertido en Cuerpo de Cristo yel aroma del vino,
convertido en Sangre de Jesucristo.
An ahora, en este ambiente de recogimiento, seguimos asombrados e impresionados por los
gestos del Seor: siendo Dios, se ha arrodillado ante los discpulos para indicarnos que, en el
amor o en el servicio, es donde hemos de demostrar la autenticidad de nuestra fe.
Ahora, en este entorno de pasin y de ofrecimiento, seguimos acompaando a Jess que sigue
dndose y entregndose como nadie lo ha hecho jams.
Dejmonos acariciar en esta noche por el misterio. Sintmonos sus discpulos; acompandole,
no con nuestro sueo, y s con nuestro silencio, oracin y contemplacin.
Entremos de lleno en el corazn de Cristo. Dejmonos seducir por El. All el fondo, el Huerto de
los Olivos, se encuentra el Seor postrado a la sombra de uno ellos..Padre; pasa de m este
cliz Suenan tambores son sonido de traicin. Vamos despertad! El Seor nos necesita!
CANTO
QUEDATE JUNTO A NOSOTROS
QUE LA TARDE ESTA CAYENDO,
PUES SIN TI A NUESTRO LADO
NADA HAY JUSTO, NADA HAY BUENO.
CANTO
Como el padre me am yo os he amado
Permaneced en mi amor, permaneced en mi amor.
Soy tu Iglesia, Seor. Recuerdas? Aquella que naci de tu costado. Aquella que, con
unas llaves entregadas a Pedro, me dejaste la misin de unir en la tierra lo que atado quedara en
el cielo.
Hoy, como en tantos momentos de la historia, siento que soy perseguida y calumniada.
Unas veces con razn, Seor, pero otras veces soy injustamente tratada. Pero te confieso, Seor,
que siempre he querido hacer el bien aunque, a veces, haya cado en lo contrario.
S, Jess; ya recuerdo que cuando me fundaste me dijiste que estaras siempre conmigo.
Que no me faltara tu presencia all donde dos o ms estuvieran reunidos en tu nombre. Que
unos trataran de aniquilarme por lo que digo y, otros, por lo que silencio. Pero sabes, mi
Seor? Tambin yo, tu Iglesia, como T en esta noche he tenido tentaciones de decir pasa de m
este cliz o, incluso, de gritar en medio del mundo para ver si en verdad t me sostienes.
En cuntos momentos, Jess, ante situaciones de soledad; cuando me he quedo sola
defendiendo lo que para Ti fue esencial (la vida, el respeto a los padres, la paz, la familia, el amor
autentico sin trapicheos ni comercio).en cuntos instantes, Jess, pienso si no sera mejor que
todo fuera como dice el mundo. Me evitara sufrimientoscicatricesescupitajos e
incomprensiones.
Entonces, te miro Seor, y comparado con lo que hicieron contigo..veo que no tengo derecho a
quejarme. Que como Iglesia, tu Iglesia, me tengo que acostumbrar a no ser ms que el Maestro,
a ser signo de contradiccin, a ser perseguida por causa de tu Reino. Pero es tan duro, y a veces
tan sangriento, Seor!
3.1 HABLA JESUS A SU IGLESIA
Amada Iglesia. Acrcate en esta noche, en que yo experimento tus mismas luchas, al calor
de mi pecho. Quiero que me escuches.
Acaso yo te dije que tu camino iba a ser fcil? Acaso no recuerdas que naciste de mi
costado, pero de un cuerpo abierto y rodeado de soledad, traicin, negacin y humillaciones?
Querida Iglesia. No te asustes porque, algunos o muchos, digan Cristo, si, Iglesia no.
Cuando yo vine al mundo, no lo olvides, mi nacimiento result indiferente; pocos se
percataron de mi presencia. Otros, incluso, negaron que yo fuera el Mesas. Si eres t el Hijo de
Dios baja de la cruz. Aquellas palabras, an hoy, siguen hiriendo mis entraas. El hombre, hoy
como entonces, sigue retando a Dios. Siempre habr excusas para no vivir como El quiere y,
tambin a Ti que fuiste fruto de mi costado sangrante, te esperan horas como las que yo estoy
padeciendo.
Necesitars purificacin (eres cosa ma pero ests formada por gente de carne y hueso) y,
en algunos momentos, persecucinpero, no lo olvides, en tu perseverancia y con tu
persistencia logrars ser aquello que yo te he confiado: mi recuerdo y mi Evangelio.
No lo olvides..eres mi Iglesia. Te amo, te necesito. Cuento contigo a pesar de los
pecados de algunos de tus miembros. Y quin no est libre de pecado? Decidme! Slo la
Iglesia? Qu distinto se ve todo, desde el cielo!
Qu a veces te sientes sola, desamparada, arrugada, avergonzada por la vida de algunos de tus
miembros? Adelante! Cuento contigo.
Acaso crees que yo no era consciente de la traicin de Judas? Acaso piensas que yo no intua
la triple negacin de Pedro? Cerr los ojos, abr el corazn.y, sin distincin, les entregu mi
Cuerpo y mi Sangre.
Haz t lo mismo, Iglesia ma, sigue cumpliendo tu misin de madre. Sigue engendrando hijos para
el cielo. Sigue mostrando mi rostro. Cual? El de mi misericordia! Retrato vivo del mismo Dios!
CANTO
Todos unidos formando un solo cuerpo,
un pueblo que en la Pascua naci.
Miembros de Cristo, en sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios!
Vive en nosotros la fuerza del Espritu
que el Hijo desde el Padre envi.
El nos empuja, nos gua y alimenta
Iglesia peregrina de Dios!
4. HABLA JESUS
Jess, dicho esto, elev sus ojos al cielo y exclam: Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo
para que tu Hijo te glorifique; ya que le diste poder sobre toda carne, que l d vida eterna a todos
los que T le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el nico Dios verdadero, y a
Jesucristo a quien T has enviado. Yo te he glorificado en la tierra: he terminado la obra que T
me has encomendado que hiciera. Ahora, Padre, glorifcame T a tu lado con la gloria que tuve
junto a Ti antes de que el mundo existiera. He manifestado tu nombre a los que me diste del
mundo. Tuyos eran, me los confiaste y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo
que me has dado proviene de Ti, porque las palabras que me diste se las he dado y ellos las han
recibido y han conocido verdaderamente que yo sal de Ti, y han credo que T me enviaste. Yo
ruego por ellos; no ruego por el mundo sino por los que me has dado, porque son tuyos. Todo lo
mo es tuyo, y lo tuyo mo, y he sido glorificado en ellos. (Juan 17, 1-10)
5. ORACION
*Gracias, Seor, por tu amor que nos salva. Porque, sin El, al mundo le faltara lo ms importante:
el amor sin lmites. Gracias, Seor!
*Gracias, Jess, por tu obediencia al Padre. Porque sin ella, tampoco nosotros, seramos capaces
de comprender tu cruel entrega. Gracias, Seor!
*Gracias, Cristo, por tu silencio. Porque sin l, nuestra existencia sera slo palabra. T, con
pocas palabras, lo has dicho todo, lo has hecho todo. Gracias, Seor!
*Gracias, Seor, por nuestra Iglesia. Por su rostro bello y por las arrugas que le salen de vez
cuando. Sostenla con tu mano. Guala con tu Espritu. Gracias, Seor!
*Gracias, Seor, por tu humildad. Porque, sin tu servicio, hubiramos preferido en la vida ser
seores a ser siervos, ser servidos a servir a los que nos rodean. Gracias, Seor!
*Gracias, Seor, por tu Eucarista. Porque, sin ella, caeramos constantemente en el camino. Nos
faltara la comunin con el Padre, contigo y con el Espritu. Nuestra vida cristiana.no sera lo
mismo. Gracias, Seor!
*Gracias, Seor, por compartir contigo estas horas de prueba. Porque, sin ellas, nuestra fe
cristiana no tendra valor y sera excesivamente fcil de llevarla. Gracias, Seor!
6.Oracin
Seor, como tantas otras veces, hemos sentido el calor de tu presencia. Haz que, nuestra
fidelidad a Ti, est siempre por encima de otros deseos y de otros dioses que salen a nuestro
encuentro.
Te damos las gracias, de todo corazn, por tu paso entre nosotros. Seguirte de cerca, escucharte
y amarte ha sido un privilegio para todos nosotros.
No dejes, Seor, de subir a la cruz. Hazlo por nosotros. Necesitamos vida eterna y una Patria
Celestial donde disfrutar de una fiesta pascual definitiva.
Acoge, Seor, la oracin que T mismo nos enseaste.
Padrenuestro
Canto final: Cantemos al amor / Es mi cuerpo/ Vaso nuevo / Himno del Jubileo Misericordia