Conflictos de Interés o Intereses en Conflicto

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Conflictos de inters o intereses en conflicto?

Conflict of interest managment

Dr. EDUARDO B. ARRIBALZAGA1

1
Profesor Adjunto de Ciruga, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires,
Argentina.
Editor Jefe Revista Argentina de Ciruga.
Miembro del Council of Science Editors y del World Association of Medical Editors.
Buenos Aires, Argentina.

Direccin para correspondencia

INTRODUCCIN

Los agentes de salud son permanentemente informados y persuadidos por diferentes


artculos cientficos a travs de canales exclusivos como son las revistas, herramientas
vlidas para divulgar conocimientos1. La especial trascendencia se debe a los efectos
que causan en la salud de la comunidad. Pero adems, se suman proposiciones con
motivaciones y tentaciones que distorsionan esta informacin cientfica y el posterior
cuidado de los pacientes2. Se han identificado 16 posibilidades distintas en las cuales
los mdicos son implicados con la industria farmacutica y/o de instrumental con
consecuencias para los enfermos3.

Es el objetivo del presente trabajo el anlisis de los intereses (legtimos y de aquellos


que no lo son) con el fin de discernir los potenciales conflictos que alteren el fin ltimo
de los mdicos como es procurar el mximo beneficio para nuestros enfermos. Sin
embargo, debido a la magnitud del tema, es probable que no se vean estudiados todos
los aspectos involucrados en esta forma particular de subvertir los valores tradicionales
de la Medicina.

Conflicto de Inters

El inters es por definicin, segn el Diccionario de la Real Academia Espaola* el valor


de algo, la inclinacin del nimo hacia un objeto, una persona o la conveniencia o
beneficio en el orden moral o material. Tambin significa provecho, utilidad, ganancia o
lucro producido por un capital.

Conflicto por otra parte es un problema, cuestin o materia de discusin o tambin un


apuro, situacin desgraciada y de difcil salida como asimismo coexistencia de
tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos
neurticos. Conflicto de inters en tal caso es una situacin donde un juicio o accin
que debera estar determinado por un valor primario establecido por razones
profesionales o ticas (proteccin de los sujetos de investigacin, obtencin de
conocimiento seguro, asistencia adecuada al enfermo), puede ser influido o parecer
sesgado para obtener un beneficio secundario4 (como ser beneficios econmicos,
bsqueda de prestigio, tanto del investigador como de la institucin, entre otros5).
Foster6, plante que la denominacin conflicto de intereses puede tener una
connotacin peyorativa y esboza distinciones entre conflicto de intereses, intereses
conflictivos, intereses en competencia e intereses contrapuestos. Los conflictos, por
ende, son inevitables e implcitos por la naturaleza humana7 al existir la rivalidad,
competencia por el poder o la fama, bsqueda de reconocimiento entre colegas,
pblico. En la actualidad se ve favorecida por los medios de comunicacin globalizados,
aunque la preocupacin por este tema surgi en 1960 al admitirse que el inters
econmico es una potencial fuente de sesgo en la investigacin8, o en la misma tarea
asistencial.

Como se advierte entonces, el conflicto de inters es un argumento a debatir


dificultosamente, ya sea a nivel individual o grupal, debido a las contradicciones que se
generan. No es un error cuyo reconocimiento es fuente de adelanto 9 y aprendizaje,
sino una controversia para establecer el predominio en la accin sanitaria de los fines
de las organizaciones y/o individuos por un lado o de los pacientes y la comunidad
doliente por el otro, que puede llegar incluso a una inaceptable polmica al conculcar
normas tico-morales. Por consiguiente, hay que fijar las relaciones existentes entre
los distintos componentes (mdicos-industria-comunidad), sus efectos en la
investigacin cientfica, su influjo en las prescripciones y las consecuencias para el
eslabn ms dbil, el enfermo, con el nico, claro y preciso objetivo de no daar, tal
como lo expresa fervientemente el juramento hipocrtico (primun non nocere).

Siempre se debe poner en primer lugar los intereses de los enfermos. Si se toma
conciencia de que el inters de un mdico amenaza con entrar en conflicto con el
mejor inters del y para su paciente, se deben priorizar los intereses del paciente y no
aprovecharse de la situacin. Tal como lo expresa en forma indiscutible el Manual de
tica y Deontologa del Cirujano en la Repblica Argentina10, no se debern aceptar
presentes de ningn tipo como reconocimiento directo o indirecto por uso de aparatos,
equipos o prescripcin de drogas o medicamentos ni aceptar incentivos por la
realizacin o restriccin de estudios, uso de prtesis o materiales especiales o
indicacin de exmenes auxiliares o tratamientos aplicados por terceros.

Las nuevas tecnologas introducidas en las tres ltimas dcadas han transformado
radicalmente el diagnstico y tratamiento mdico, con significativa mejora clnica de
los resultados pero con la creacin y entrada en un gran mercado exclusivamente
comercial con compaas cuyos capitales econmicos exceden los 400 billones de
dlares americanos11. Estos hechos, que incuestionablemente han beneficiado a los
pacientes y a la comunidad en su conjunto, exigen una intensa colaboracin entre
mdicos, industria, autoridades de salud pblica, universidades, etc, porque se
incrementa la posibilidad de crear potenciales conflictos entre dos de las partes
(mdicos y la industria) en detrimento de los enfermos, nicos que no son actores en
las decisiones que los afectan.

Al ser la medicina adems una intensa actividad laboral con mltiples e intrincados
intereses econmicos, los conflictos aparecen y no son solamente una mera suposicin
ideolgica. La distribucin de "obsequios", como pago de viajes al extranjero,
invitaciones a Congresos, edicin de libros y/o videos por las compaas comerciales
farmacuticas o de equipos y la posterior aceptacin por parte de los mdicos
asistenciales, determina la exposicin de esos mismos profesionales a instancias que lo
conducen, indefectiblemente, a un conflicto, mxime si ostentan posiciones
asistenciales o acadmicas de influencia. Cmo pueden los involucrados demostrar
que sus decisiones no son una simple contraprestacin a los auspiciantes que
brindaron esos aportes personales? Cmo mantener pautas y/o normas de atencin
asistencial, si slo se piensa en un inters comercial subyacente? Cmo creer que las
investigaciones clnicas que se desarrollan, generalmente en mbitos pblicos estatales
(en muchos casos, sin conocimiento ni consentimiento por parte de los pacientes) no
son una forma subrepticia de obtener beneficios econmicos y por el contrario son
serias investigaciones con valor para la sociedad? Se amenaza precisamente la
absoluta neutralidad e imparcialidad en el momento de tomar una decisin. Estos
conflictos generalmente erosionan la confianza pblica y tienen funestas consecuencias
de todo tipo no slo en los mdicos sino tambin en las instituciones sanitarias, los
pacientes, las compaas farmacuticas y en el propio complejo industrial de
investigacin cientfica y consiguen, de no estar bien establecidos y limitados, detener
el avance y desarrollo de nuevas y necesarias investigaciones.

Si los viajes, obsequios y regalos de la industria a los mdicos pueden originar


cuestionamientos ticos, valdra que se preguntaran los profesionales involucrados qu
pensaran sus pacientes al conocer de la participacin oculta en ensayos clnicos (de
esos mismos enfermos) o que se les retribuyen con ddivas de todo tipo las
indicaciones teraputicas o por el uso de determinados productos o recomendaciones.
Tambin el pblico se cuestionara acerca del propsito de un regalo de la industria 12 al
mdico o verlo participar en campaas publicitarias como un modelo o deportista
profesional, cuyo nico fin es respaldar con su imagen un producto comercial13.

En nuestro medio, pero seguramente no el nico en el mundo occidental, en una


reciente encuesta realizada con distintas especialidades mdicas, el 66% de los
encuestados opinaba que los contactos con la industria no afectaba su conducta a la
hora de prescribir, aunque al recibir muestras mdicas de propaganda s la vean
impuesta un 44% de los encuestados14, con mayor influjo en los mdicos en un
programa de residencias que los mdicos en general. Tambin se revel que el 35% de
los participantes consider que recibir cualquier tipo de beneficios aumenta el precio de
venta al pblico de los medicamentos, es decir eran conscientes que los beneficios,
regalos, subsidios obtenidos eran pagados por el enfermo, eslabn final de la cadena
de comercializacin. Y esta sospechada noticia fue difundida a la comunidad en general
el 26 de enero de 2006 cuando el New York Times reprodujo la opinin publicada en el
Journal of American Medical Association (JAMA) de un grupo de influyentes mdicos
quienes concluyeron que "regalos, muestras mdicas y cursos que las empresas
farmacuticas y las de dispositivos mdicos habitualmente dan a los mdicos socavan
la prctica asistencial, daan a los pacientes y deberan prohibirse"13.

Con todo es apenas un problema menor si se lo compara con lo que ocurre con los
manuales, los ensayos o las guas clnicas, todos ellos referentes universales para los
tratamientos: hay que estar al tanto de si se verificaron relaciones cuestionables desde
el punto de vista tico entre los investigadores y la industria, porque las implicancias
de estos resultados estn teidas de intereses empresariales.

Al considerar los ensayos clnicos randomi-zados que describen el progreso de los


participantes de un estudio que deben cumplir con una serie de enunciados y normas
en forma peridica y pueden cambiar15, para mejorar la calidad del producto final; del
mismo modo deben documentar la existencia de conflictos de inters como los
manuales o las guas clnicas16. Una posibilidad de conflicto es la credibilidad de los
resultados porque los investigadores al recibir dinero de empresas cuyos frmacos y/o
prtesis o dispositivos mdicos se investigan, hacen pensar en forma lgica que hay
grandes probabilidades de que las conclusiones sean favorables al producto ensayado,
que los patrocinadores participen directamente controlando el ensayo 17 o que no se
mencione a la comunidad acerca de resultados ocultos o negativos. Los mdicos
investigadores deben asegurar que cualquier investigacin clnica donde participan es
poten-cialmente de valor, con una metodologa cientfica vlida y conducido
ticamente118. Se ha demostrado que este tipo de investigacin "auspiciada o
patrocinada" por la industria tiene significativamente menos validez y confiabilidad que
la investigacin clnica independiente19 y lleva a cuestionar seriamente el valor de la
informacin cientfica que actualmente se usa como referencia si proviene de estudios
clnicos vinculados directa o indirectamente con instituciones comerciales. Los
investigadores no deben participar en ensayos clnicos que finamente disfrazados como
esquemas promocionales atraigan al uso indiscriminado de nuevos (y ms costosos
econmicamente) productos: el uso de las suturas mecnicas en ciruga es buena
prueba de ello al cambiar incluso las indicaciones mdicas y devenir su funcin en
"gold standard" (medida patrn o patrn de excelencia) a seguir. Es un desafo de la
investigacin actual y futura determinar las lneas de financiamiento de las
investigaciones con fines teraputicos para evitar la aparicin de un negocio
empresario donde los pacientes son unidades de estudio y simultneamente
consumidores comerciales.

No es, por supuesto, una tarea reprochable aquella donde estn bien delineados los
perfiles de los participantes: el mdico es uno asistencial donde le importan los
intereses de sus enfermos o por el contrario, haciendo uso de su funcin asistencial es
un investigador de proyectos de la industria o un simple reclutador de unidades clnicas
observadas20? Hay que recordar que en ciertas instituciones y con determinados
"protocolos de investigacin", el investigador ni siquiera es dueo de modificar el
diseo pre-programado o discutir los resultados finales si son trabajos multiinsti-
tucionales o relacionados con la prevencin efectiva y/o estrategias de tratamiento en
enfermedades como el cncer o cardiopatas. La situacin se torna compleja al
pretender generar controles de los posibles conflictos ya que las investigaciones
auspiciadas por la industria son cuidadosamente mantenidas en secreto por el
potencial valor econmico que implican y se niegan a revelar sus intereses 21, debido al
espionaje industrial. No obstante, la medicina y la industria se necesitan mutuamente
porque el desarrollo y utilizacin de nuevos frmacos y dispositivos mdicos requieren
tanto de la experiencia clnica y cientfica de los mdicos como de los recursos y el
conocimiento empresario del negocio22 y es esencial para continuar la innovacin y
mejora en el cuidado de la salud. A pesar de esto, la investigacin biomdica
experimenta una crisis, porque la mayora de los estudios clnicos son guiados
actualmente con una frrea moda tica debido a los malos ejemplos de prcticas
antiticas23, como no develar riesgos de las nuevas drogas antiSIDA empleadas en
frica.

Las sociedades cientficas, que incrementaron su dependencia con la industria para


solventar econmicamente congresos y/o eventos cientficos, cursos o simplemente
desarrollar sus actividades societarias24, sufren el influjo de prcticas econmico-
financieras que muchas veces no son reveladas a sus consocios. Existen numerosos
ejemplos de sociedades convertidas en exclusivas representantes de la industria y sus
criterios profesionales pueden verse afectados en relacin con el mejor inters de los
pacientes: esto ocurre, como muestra, cuando se promueve el uso de una determinada
marca comercial de drogas, alimentos o dispositivos mdicos, patrocinando un
simposio que se organiza para un congreso societario nacional o regional: se debe
reducir la publicidad comercial y restaurar el profesionalismo societario en nuestros
congresos. La industria de dispositivos mdicos, ya sea para desarrollarlos en el
cerebro, los vasos sanguneos, la vejiga o el sistema esqueltico25, opera como un imn
financiero para los investigadores al movilizar un mercado de capitales valuado en 450
billones de dlares en Norteamrica. Los dispositivos mdicos son como una extensin
de la mano humana tanto como una herramienta es usada por un profesional con
mucho adiestramiento y difiere bastante de la industria farmacutica como resultado
de la intimidad entre el dispositivo y el ser humano que lo utiliza. El mdico pasa a ser
un consumidor del dispositivo que acciona sobre un paciente y por lo tanto, es l quien
prefiere un determinado instrumental, independiente del inters y necesidad del
enfermo. Surge all una eventual fuente de conflicto al preferir un dispositivo de una
definida marca y no otro y es aqu donde cabe preguntar que importa ms, si su
preferencia que facilita sus maniobras o la empresa que lo condiciona para brindar su
apoyo econmico en otras actividades asistenciales y/o docentes. Este punto no es
tema de discusin en el mundo ni tampoco si el mdico se involucra en investigar para
obtener mejoras tcnicas del dispositivo usado, que conlleven la posibilidad de
negocios a travs de patentes y/o regalas por modificaciones por ejemplo en mesas de
quirfanos que se utilizan para distintos tipos de operaciones como en la especialidad
ciruga torcica. Las oportunidades como las dificultades4, deben ser precisadas y con
ello se evitaran los conflictos que surgirn al innovar dispositivos o nuevos frmacos26,
muchos de ellos desarrollados en laboratorios universitarios de investigacin, aun
cuando en ocasiones se hayan tergiversado o falsificado resultados1, con olvido de
claras reglas tico-legales que se debieron cumplir27. La ausencia de mala intencin no
es proteccin suficiente contra la preocupacin colectiva y el prestigio daado 28: al
estar en manos de la severidad de las acciones pblicas, la eliminacin directa del
conflicto es tal vez la mejor opcin, tanto institucional como individual.

Posibles soluciones

Si el conflicto de inters es una condicin y no un comportamiento como reafirma


Wechsler citando al Editor del British Medical Journal29 y si las investigaciones y la
informacin cientfica habitual para la asistencia son herramientas necesarias para la
comunicacin de conocimientos en Medicina, es absolutamente indispensable que la
honestidad y buena fe se vean reflejadas en ellas3031, como mnimas exigencias para
evitar conflictos. Esta condicin asegura la responsabilidad y transparencia en la
publicacin cientfica e identifica los conflicti-vos intereses en relacin con productos o
servicios al enviar un manuscrito32 a una editorial, exigencia mayor en ensayos
clnicos15, principalmente de especialidades como la oncologa33, o en enfermedades
como el SIDA: se debe proveer informacin de apoyo econmico relevante en
referencia al rea involucrada en un enunciado que revele dicho inters conflictivo. De
no hacerlo, se exponen los investigadores/autores/mdicos asistenciales a ser
considerados como faltantes a la tica, fraudulentos o que sus actividades de
investigacin o asistencia tienen un sesgo marcado a favor de las empresas
farmacuticas o de dispositivos mdicos con el desprestigio resultante. Los editores
mdicos son responsables de que tal enunciado de revelacin de conflictos est
presente en cada manuscrito recibido para su revisin y posterior publicacin y
conservar la neutralidad de la revista cientfica implicada34. Algunas revistas35, publican
una declaracin anual de todos los conflictos de inters de los propios miembros del
plantel editorial, para as deslindar responsabilidades e interpretaciones equvocas,
cumpliendo de esta manera con el sugerido Cdigo de Conducta para Editores
biomdicos36.
Para la proteccin real de los intereses objetivos y primarios de los individuos
afectados, ya sean en investigaciones biomdicas o en la simple asistencia profesional,
se sostendr el concepto de libertad como no dominacin5, en la toma de decisiones al:

1) no ver estorbadas las decisiones propias por arbitrariedades de terceros.


2) no padecer incertidumbre de correr riesgos o consecuencias al estar a merced de la
voluntad de otro.
3) no verse obligado a anticiparse a las decisiones para evitar interferencias de los
poderosos y, por ltimo,
4) no ser vistos como subordinados obedientes ("vasallos") al existir una conciencia
comn de la asimetra del poder (la industria, el jefe en organismos asistenciales,
etc) que daen nuestra propia reputacin, honorabilidad y prestigio.

Los conflictos de intereses pueden presentar diversas posibilidades de ser


clasificados37:

- a nivel personal (cuando se usa su cargo o posicin, como investigador o mdico


asistencial, para obtener un beneficio secundario antes que el logro del inters
primario del enfermo),
- un conflicto de obligacin (se quiebra el compromiso vinculante con la institucin
donde se participa, ya sea en un laboratorio de investigaciones o un centro
asistencial).
- a nivel institucional cuando se ejecutan decisiones relativas a obtener beneficios
secundarios antes que los primarios.

Ya que es muy difcil de prevenir completamente estos conflictos, se propusieron


mtodos para tratar de conducirlos a situaciones claras y transparentes como ser la
declaracin de polticas que revelan su resolucin, la existencia de un cdigo de
conductas para conocimiento de la comunidad (cientfica y/o asistencial), el registro de
los conflictos para evitar su aparicin en el futuro, su proceso de resolucin y los
mecanismos educativos actuales como as tambin brindar apoyo y compromiso de
bsqueda de la excelencia, con bien definido control interno de conflictos.

Una forma de limitar su aparicin es promover una poltica de "tolerancia cero" en el


mbito de los obsequios, como lo pregonan algunos autores14 e instituciones10 o
establecer firmes pautas que impidan toda forma de comercializacin o distribucin de
productos de la industria, ya que recomendarlos o difundirlos generar un ingreso
personal adicional absolutamente ajeno a los intereses del paciente, con dao
irreversible en la relacin mdico-paciente. En Argentina, la Ley 17.132, reguladora del
ejercicio profesional de la medicina, en su Artculo 20, Inciso 21 establece que "queda
prohibido obtener beneficios de establecimientos que elaboren, distribuyan, comercien
o expendan medicacin", a pesar de lo cual muchos estimados colegas obtienen
beneficios de sus interacciones con la industria y asoman cotidianamente a la luz
pblica. No creer que la regulacin excesiva de los conflictos obstaculiza el progreso de
la ciencia mdica38: los avances mdicos parten de una armona y no de esos
conflictos, aunque hay que evitar la exigencia indecorosa de influencia comercial para
llevar adelante los intereses del investigador/mdico asistencial.

Se reconocer as pasar de una ciencia acadmica, donde los mdicos cientficos en


forma individualista buscan, desinteresadamente, una Verdad objetiva para solucionar
problemas sanitarios de la humanidad, perodo que finaliz a mediados del siglo XX, a
una poca llammosla "industrial" donde la investigacin est ligada a la solucin de
problemas cotidianos y los participantes son bsicamente "empleados" de la industria.
Actualmente se llega a un perodo "hbrido" donde los "Proyectos de investigacin" se
ven forzados a fructificar si resuelven previamente los riesgos morales y financieros:
un buen ejemplo es la clonacin humana o el uso de clulas madre (stem cells) como
medios teraputicos en la actividad privada sin ensayos clnicos aprobados en la
asistencia estatal. Sin embargo, "poderoso caballero es don dinero" que hace
tambalear las convicciones tico-morales de muchos investigadores y mdicos
asistenciales, sin tener en cuenta que la principal Misin de la Medicina es velar por el
mejor inters de nuestros pacientes. Y esta referencia no es actual ya que Rampton y
Stauber sealaban en 1920 el poder de la naciente industria, con aparicin de
fundaciones, institutos, subsidios, todos ellos controlados por pocas personas que
determinaban el curso de las "investigaciones" (Beagle Review, 2001; 109 (august 31).
La intrusin del negocio empresarial en la prctica clnica tanto como en la
investigacin o en la educacin mdica continua es un tema complejo, que no hay que
soslayar o alegar no tener importancia38: el desafo pendiente es determinar si en el
balance un producto o dispositivo mdico promocionado por cualquier medio (apoyo
econmico a la investigacin, simposio, realizacin de un Congreso, edicin de un libro,
etc.39) es seguro para los pacientes que lo necesitan o si imponen por el contrario la
indicacin mdica para su uso an cuando no revelen utilidad distinta a los
tratamientos convencionales40.

Fomentar la innovacin sin comprometer la integridad del modelo o sus participantes 41,
no es tarea sencilla pero posible de realizar si adems se consideran las consecuencias
de las acciones a cumplir, con la necesidad de reconocer el conflicto a originar.
Afirmaciones actuales acerca de temas como el significado de la ciencia, la economa o
el desarrollo humano invitan a menudo a reflexionar en cuestiones como la credibilidad
y confianza en los investigadores42, mxime al existir antecedentes infortunados como
el de Robert Gallo quien afirm el descubrimiento de una efectiva terapia para el SIDA
y posteriormente esa noticia se confirm como falsa1. La capacidad de generar
confianza en la calidad de los datos presentes en guas de prctica clnica son hoy
puestas en duda y la necesidad de una revisin editorial por pares se hace
imprescindible para asegurar la objetividad, utilidad e integridad de la informacin
diseminada en Congresos y publicaciones.

Los adelantos en distintos aspectos de la medicina, pero en especial en ciruga,


requieren adems pasin por lo que se realiza y a menudo audacia43. En algunas
circunstancias el mejor mtodo de averiguacin quirrgica es un desalentado ejercicio
de prueba y error a menudo cargado con amargas controversias. A veces la solucin
que demanda tiempo, a veces mucho, es una sntesis resultante de la combinacin de
ideas opuestas o partes de ellas. Llama la atencin que particularmente en el mundo
quirrgico los conflictos de inters sostenidos en aspectos principalmente econmicos
han adquirido el "status" de un problema mayor actual en el cuidado mdico, la
educacin continua y la investigacin, al no definir correctamente aquello que est bien
desde el punto de vista tico de lo que no corresponde hacer. Al no publicitar la
existencia de estos conflictos, se expone el profesional a sanciones de todo tipo 44, al
quedar descubierto el bienestar de los pacientes o la validez cientfica de los ensayos
clnicos por ser imprecisos, confusos o discutibles al obtener potenciales ganancias
econmicas que no eran el objetivo de esas prcticas. Todas estas consideraciones hay
que valorarlas para impedir y contribuir en forma fehaciente con el mejor conocimiento
de la realidad. La ciencia y la tica tienen una mutua y constante interpelacin que no
debemos desairar. Como bien afirmaba Bobbio (1997) "actuar segn la propia
conciencia e impedir que otros lo hagan en contra de su propia conciencia".
REFLEXIONES FINALES Y PROPUESTA

Es necesario e imprescindible transmitir la conviccin a las futuras generaciones de


profesionales de la salud acerca de estos conceptos para evitar confusiones, injusticias
y reclamos por parte de la comunidad y el desprestigio de nuestra ciencia y arte. No
aceptar sin discusin el doble standard en investigacin a nivel internacional (Angel M,
N. Engl J Med, 1997; 337: 847-9) y resaltar con nfasis la responsabilidad de los
participantes, especialmente si las investigaciones se llevan a cabo en pases en
desarrollo, donde la tendencia a usar el "doble standard" es muy frecuente (Angel M,
N Engl J Med, 2000: 342(13)967-9) y hasta justificado al sealar la inexistencia de
medidas sanitarias convencionales en ciertas regiones pauperizadas del mundo.

Donde surgen los conflictos, la declaracin de medidas que los eviten debe ser
caracterstica habitual para no impedir el progreso cientfico45. Conseguir el apoyo para
la innovacin y descubrimiento con la creacin de condiciones apropiadas entre la
industria y las universidades y mantener la advertencia de la finalidad del "marketing"
empresarial que puede contaminar el pensamiento acadmico: no debe prevalecer la
industria para no enmascarar la confianza pblica en los mdicos investigadores y en la
Medicina en si misma y tener el foco centrado en la innovacin y el hallazgo del inters
de la sociedad. Adems las universidades46 como las sociedades cientficas47, actuando
como instituciones asesoras, deben individualizar el desarrollo de las investigaciones
con conflictos de inters definidos, que pueden ser solucionables.

En relacin con estos conceptos propongo formalmente la creacin de un "banco de


ideas" donde pblicamente se detallen los potenciales conflictos de inters y el manejo
cientfico de la innovacin sin olvidar los valores ticos de referencia como son la
intangibilidad y indisponibilidad de la persona (enferma o simple voluntario participante
en ensayo clnico), la legitimidad del principio teraputico buscado, con precisin de los
riesgos que se asumirn y del inters social en general.

El progreso cientfico y mdico est vinculado inequvocamente con el progreso moral:


la reafirmacin de los valores ticos tradicionales tanto en investigacin como en la
asistencia, deben subrayar que es necesario no daar (mnimo riesgo), proteger al
vulnerable, respetar la dignidad de pacientes (con el consentimiento informado, la
confidencialidad y libertad de decisin) y establecer la justicia de nuestras decisiones
(que demanda compensacin por el dao emergente o la necesidad de remuneracin
por la participacin voluntaria en ensayos clnicos).

El mbito primordial para la creacin de nuevas conductas es el de la educacin


mdica48, sin desconocer tambin los aspectos legales49, considerables como asimismo
las normas o regulaciones sanitarias de cada pas. Es importante por esta razn, lograr
debatir, consensuar e interactuar50, con el fin de colaborar armoniosamente entre
profesionales y la industria para salvaguardar los intereses del especial participante
realmente trascendental en esta trada, el enfermo. Que la metodologa, tanto en la
investigacin como en la prctica asistencial o la educacin continua, sea irreprochable
desde el punto de vista tico y no origine intereses en conflicto.

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* Recibido el 31 de Marzo de 2008 y aceptado para publicacin el 25 de Abril del 2008.

Correspondencia:

Dr. Eduardo B. Arribalzaga


Avenida Rivadavia 4282 Piso 4o Dpto H, CP 1205.
Ciudad Autnoma de Buenos Aires, Argentina
E-mail: piedralta@hotmail.com

Declaracin de conflictos de inters: no hay ninguno.

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