10 Recursos - Brevedad en El Microrelato

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Diez recursos para lograr la brevedad en el micro-relato

Dolores M. Koch

Al igual que la novela, que existi antes de que fuera definida, el relato muy
breve de nuestros das se ha desviado de las formas tradicionales, como la vieta o el
poema en prosa. Igual que en la novela, en la minificcin se han trillado nuevos rumbos
antes de que existiera un mapa crtico. La distincin entre las variantes existentes y su
nomenclatura constituyen las interrogantes mayores. Hace veinte aos comenc a
estudiar una de estas variantes, la que denomin micro-relato (El micro-relato en
Mxico: Torri, Arreola, Monterroso y Avils Fabila, Hispamrica 30 (1981): 123-130)
para distinguirla de otra variante muy popular, el minicuento. El distinguido crtico
Harold Bloom ha hecho una distincin semejante en su ms reciente aporte, How to
Read and Why (Simon & Schuster: New York, 2000) cuando opina que hay dos clases
de cuentos: al estilo de Chejov y al estilo de Borges. Aunque se han publicado varios
estudios sobre el minicuento, ninguno parece ofrecer razones convincentes que
desmientan el hecho de que el minicuento se adhiere generalmente a las convenciones
del cuento como lo definieran Poe, Quiroga y Cortzar, cuya extensin nunca ha sido
realmente delimitada. Hay cuentos largos, medianos, cortos y, por lo tanto, tambin
minicuentos. Debo aclarar que no todas las minificciones son minicuentos o micro-
relatos. Hay otras formas, algunas intermedias, y hay micro-relatos y fragmentos
relacionados, articulados en una obra mayor como en la novela fragmentada. Y aunque
las minificciones sean muy breves, esto no significa que carezcan de envergadura A
otras formas muy breves como, por ejemplo, el haiku, se les ha atribuido calidad
literaria sin discusin.
Los diez recursos para lograr la brevedad que vamos a ver en este trabajo
aplican, sin exclusividad, al micro-relato, y utilizaremos micro-relatos muy breves para
ilustrarlos. Y una ltima aclaracin: Cmo podra diferenciarse el micro-relato del
minicuento? En el minicuento los hechos narrados, ms o menos realistas, llegan a una
situacin que se resuelve por medio de un acontecimiento o accin concreta. Por el
contrario, el verdadero desenlace del micro-relato no se basa en una accin sino en una
idea, un pensamiento. Esto es, el desenlace de un minicuento depende de algo que
ocurre en el mundo narrativo, mientras que en el micro-relato el desenlace depende de
algo que se le ocurre al autor. Esta distincin no es siempre fcil. Otra caracterstica
esencial del micro-relato es la fusin de gneros. Algunos elementos narrativos lo
acercan al cuento convencional, pero el micro-relato se aleja de los parmetros del
cuento y del minicuento porque participa de algunas de las caractersticas del ensayo y
del poema en prosa.
Veamos el final de un micro-relato de Juan Jos Arreola:

Apuntes de un rencoroso
...todava hoy puedo decirle: te conozco. Te conozco y te amo.
Amo el fondo verdinoso de tu alma. En l s hallar mil cosas
pequeas y turbias que de pronto resplandecen en mi espritu.
(Prosodia, en Bestiario, 1972, 120-21)

Como vemos, en el desenlace de este micro--relato no ocurre nada que d fin al


relato. Lo que sucede es que al yo narrativo se le ocurre algo; esto es, que el desenlace
descansa en una idea explcita o sobreentendida: una meditacin, una paradoja, una
desproporcin, un golpe de ingenio, o una epifana, para usar el concepto de James
Joyce, o una entelequia, si nos apropiamos uno de Miguel de Unamuno. Y en cuanto a
la fusin de gneros, vemos que este micro-relato combina, en distintas
proporciones, el lenguaje esmerado del poema en prosa, el tono a veces confesional o
meditativo del ensayo, y un elemento narrativo, ficcional, propio del cuento.
En este pequeo manual prctico veremos diez recursos ingeniosos utilizados en
el microrelato para lograr la brevedad.

Recurso N 1: Utilizar personajes ya conocidos. Esto le permite al autor abreviar,


pues no tiene que describir ni contexto ni personajes: pueden ser biblcos, histricos,
legendarios, mitolgicos, literarios, o de la cultura popular. El elemento narrativo se
hace adems evidente en este ejemplo, de Ana Mara Shua:

La ubicuidad de las manzanas


La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell
parte en dos la manzana que est a punto de caer sobre la cabeza
de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte
para regocijo de la serpiente. Es as como nunca llega a
formularse la ley de la gravedad.
( Latinoamrica fantstica, Augusto Uribe, ed., 1985, 194)

Ana Mara Shua utiliza a Guillermo Tell, legendario-literario; Newton, histrico; y Eva,
bblico. El mismo micro-relato pudiera servir para introducir el prximo recurso:

Recurso N 2. Incluir en el ttulo elementos propios de la narracin que no


aparecen en el texto del relato.
En La ubicuidad de las manzanas, el ttulo es la razn y gracia del relato, esto es, su
resolucin.
Otro ejemplo, esta vez de Marco Denevi, se titula:

Justificacin de la mujer de Putifar


Qu destino: Putifar eunuco, y Jos casto!
(Falsificaciones 48)

El ttulo nos da parte de la informacin indispensable, y a veces nos obliga a volver a l


al final. Ntese que tambin se recurre al Recurso #1 al utilizar personajes bblicos que
no requieren explicacin (Putifar y Jos).
Luisa Valenzuela lleva traviesamente este recurso al extremo con un largo ttulo
en el que incluye gran parte de la narracin:

El sabor de una medialuna a las nueve de la maana en un


viejo caf de barrio donde a los 97 aos Rodolfo Mondolfo
todava se rene con sus amigos los mircoles por la tarde
Que bueno. (Aqu pasan cosas raras, 91)

Vale notar que Valenzuela se vale tambin de los signos ortogrficos para aadirle
signicado a sus breves palabras. La exlamacin que bueno llega con tan poco
entusiasmo que le suprime los signos de admiracin y deja la palabra que sin acento.
Recurso N3. Proporcionar el ttulo en otro odioma. Para lograr mayor brevedad,
pueden aadrsele tambin otras funciones al ttulo, como por ejemplo, ubicar
rpidamente al lector en otro tiempo o lugar determinado. As tenemos Veritas odium
parit, de Marco Denevi:

Traedme el caballo ms veloz pidi el hombre honrado acabo


de decirle la verdad al rey.
(Falsificaciones, 1977, 70)

El ttulo en latn sugiere un contexto antiguo, medieval. Jorge Luis Borges utiliza un
ttulo en ingls con otro propsito. En An unending gift (Obras completas, 984) ubica
geogrficamente al lector en el mundo anglosajn, y con el ttulo en italiano Inferno, I ,
32" (Obras completas, 807) lo transporta a la Italia de Dante. Monterroso utiliza un
ttulo en latn con otra intencin. Segn l, la fbula de la gallina, o en este caso gallo,
de los huevos de oro resultaba tan vulgar que necesitaba estar revestida de un tono
absolutamente severo (Viaje al centro de la fbula, 26) y le dio el ttulo de Gallus
aureorum ovorum. Marco Denevi usa este recurso con frecuencia. Veamos su
Curriculum Vitae:

A menudo un dictador es un revolucionario que hizo carrera.


A menudo un revolucionario es un burgus que no la hizo.

Denevi tambin usa el latn para evitar el lenguaje vulgar y titula otro de sus
micro-relatos Post coitum non omnia animal triste, que adems da la clave del relato.

Recurso N4. Tener por desenlace rpido un coloquialismo inesperado o una


palabra soez.
Ayuda a la concisin hablar sin ambajes, y esto puede tener un efecto humorstico. En el
microrelato titulado La trama, Jorge Luis Borges comenta que Al destino le agradan
las repeticiones, las variantes, las simetras, y despus de recordar la famosa
interpelacin de Julio Csar a Bruto, T tambin, hijo mo, su personaje, un gaucho
agredido por su sobrino, exclama Pero, che! (Obras completas, 793).
Augusto Monterroso cuenta que cuando su Pigmalin se cansaba de sus
Galateas, les daba una patada en. . . salva sea la parte (La oveja negra, l983, 56 ).
Crear el desfasaje es el golpe de gracia que le sirve de desenlace.

Recurso N5. Hacer uso de la elipsis. Desde luego, se logra mayor brevedad si no se
dice todo. Un lector activo se da por entendido. En ese caso, la expresin del desenlace
o epifana no necesita ser explcita. De Julio Torri, gran pionero del micro-relato,
sacamos de un relato breve el siguiente ejemplo:

Desde que se han multiplicado los automviles por nuestras calles,


he perdido la admiracin con que vea antes a los toreros y la he
reservado para los aficionados a la bicicleta.
(Tres libros, 1964, 111)

Hacer uso de la elipsis requiere tambin un golpe de ingenio. Veamos el texto ntegro de
Clusula III, de Juan Jos Arreola, que dice as:
Soy un Adn que suea con el paraso, pero siempre me despierto
con las costillas intactas.
(Bestiario, l972)

Como puede apreciarse, el lector tiene que hacer uso de conocimientos previos, pero no
queda duda en cuanto al significado. Uno de los ms ingeniosos es Fecundidad, de
Augusto Monterroso:

Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta lnea.


(La oveja negra, 1969, 61)

A veces la elipsis es de tal apertura, que requiere un golpe de ingenio de parte del lector
para encontrar la conexin, como en un cuadro surrealista de Magritte. De Julio
Cortzar es el siguiente ejemplo:

Tortugas y cronopios
Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la
velocidad, como es natural.
Las esperanzas lo saben, y no se preocupan. Los famas lo saben, y
se burlan.
Los cronopios lo saben, y cada vez que se encuentran una tortuga,
sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la
tortuga dibujan una golondrina.
( Elementos para una teora del minicuento, Nana Rodrguez
Romero, 1996, 99)

La elipsis permite inferir poticamente la razn de ser del relato sin necesidad de
expresarlo. Veamos este micro-relato de Luis Britto Garca:

La cancin
Al borde del desierto en el ribazo, y con la lanza clavada en la
arena, mientras yo estaba sobre la muchacha, ella dijo una cancin
que pas a mi boca y supe que vena desde la primera boca que
haba dicho una cancin ante el rostro del tiempo para que llegara
hasta m y yo la clavara en otras bocas para que llegara hasta la
ltima que dira una cancin ante el rostro del tiempo. (Cuentistas
hispano-americanos en la Sorbona, Gilberto de Len, ed., 1982,
77)

Desde luego, el relato ms elptico e interactivo, el ms recordado por todos, y quiz por
eso algo sobrevaluado literariamente, es El dinosaurio, de Augusto Monterroso:
Cuando despert, el dinosaurio todava estaba all (Obras completas, 1972, 75).

Recurso N6. Utilizar un lenguaje cincelado, escueto, a veces bismico. palabra


certera. Este es uno de los recursos ms obvios para lograr la brevedad, y uno de los
ms difciles. Jorge Luis Borges ha impactado nuestra literatura, para bien o para mal,
con su lenguaje certero y juegos de palabras..
Gabriel Jimnez Emn nos proporciona un micro-relato humorstico:
El hombre invisible
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percat de ello.
(Los dientes de Raquel, 141).

Algunos son tan concisos que corren de boca en boca como un chiste. Veamos Toque
de queda, de Omar Lara:

Qudatele dije. Y la toqu.


(Brevsima relacin: Nueva antologa del micro-cuento
hispanoamericano, Juan Armando Epple, ed., 1990, 51)

Recurso N7. Utilizacin de un formato inesperado para elementos familiares. Esta


estrategia narrativa ubica el texto sin prembulos dentro de un cdigo o contexto
sorpresivo o en desuso. Se dice que Ambrose Bierce, nacido en Ohio, Estados Unidos
en 1842, y precursor en ingls del microrelato, ha influido en la obra de Jorge Luis
Borges. Bierce utiliz con xito el formato de diccionario. Esta es, por ejemplo, su
definicin de violn:

Instrumento para regalo del odo humano creado por la friccin


entre la cola de un caballo y las tripas de un gato.
(The Devils Dictionary of Ambrose Bierce, 1958, 24)

El formato ms popular utilizado en este recurso es el bestiario medieval. Borges


nos habl de seres imaginarios y de zoologa fantstica, y Arreola de animales con
rasgos humanos.
Monterroso aade un elemento de crtica social. Este recurso ayuda a lograr la brevedad
porque, a decir de Monterroso, nunca describo un animal, pues todos los que aparecen
en mis fbulas son enteramente familiares (Viaje al centro de la fbula, 1982, 147).
Arreola por su parte combina la gracia de expresin con una inocencia adnica que
parece contemplar el mundo por vez primera. En Felinos, por ejemplo, razona la
inferioridad del len, debida a que como tiene melena, no se ve obligado a cazar la presa
que se come. Termina diciendo que

Si no domesticamos a todos los felinos fue exclusivamente por


razones de tamao, utilidad y costo de mantenimiento.
Nos hemos conformado con el gato, que come poco.
(Bestiario, 1972, 20)

Recurso N8. Utilizar formatos extra-literarios. En general, estos sirven para


mantener el texto breve cuando se quiere poner en evidencia lo absurdo de algunos
conceptos comunes. Marco Denevi, en este ejemplo, se burla del clsico silogismo si
A=B y B=C, A=C . Veamos Catequesis:

--El hombre--ense el Maestro--es un ser dbil.


--Ser dbil--propag el apstol--es ser un cmplice.
--Ser cmplice--sentenci el Gran Inquisidor--es ser un criminal.
(Falsificaciones, 104)
Se utilizan tambin con xito formatos o cdigos de los medios de comunicacin
en masa. Juan Jos Arreola, por ejemplo, usa el anuncio clasificado y el boletn de
noticias. De LOsservatore ( Prosodia, 89) es un simple anuncio clasificado de la
prdida de unas llaves. La gracia es que el personaje es San Pedro, y el objeto perdido,
desde luego, son las llaves del cielo. Veamos tambin otro.

Clusula IV
Boletn de ltima hora: En la lucha con el ngel, he perdido por
indecisin.
(Cantos de mal dolor, 1972 , 66)

En este micro-relato Arreola pone en juego inesperadamente una frase hecha del cdigo
lingstico del boxeo, perder por decisin.

Recurso N9. Parodiar textos o contextos familiares. Con este recurso se puede lograr
la brevedad cuando se quiere hacer un contraste humorstico u ofrecer nuevas
perspectivas ante un pensar anquilosado. Se re-escribe la historia o algn pasaje bblico.
Se parodian dichos populares, frases hechas, situaciones o leyendas conocidas. Para
lograrlo, el escritor se vale de la paradoja, la irona o la stira. Veamos un ingenioso
juego de perspectivismo de Ren Avils Fabila:

Apuntes para ser ledos por los lobos


El lobo, aparte de su orgullosa altivez, es inteligente, un ser
sensible y hermoso con mala fama. . .Trata de sobrevivir. Y observa
al humano: le parece abominable, lleno de maldad, cruel; tanto as
que suele utilizar proverbios tales como:
Est oscuro como boca de hombre, para sealar algn peligro
nocturno, o el lobo es el hombre del lobo, cuando este animal
llega a ciertos excesos de fiereza semejante a la humana.
(Los oficios perdidos, 1985, 56)

Veamos tambin, de Marco Denevi, una parodia moderna de un cuento muy viejo. El
contexto ya est dado y el escritor no tiene que describir la situacin ni los personajes.

La bella durmiente del bosque y el prncipe


La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Est
esperando al prncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un
sueo todava ms profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo
sabe. Sabe que ningn prncipe pasa junto a una mujer que tenga
los ojos bien abiertos.
(Antologa precoz, 1973, 215)

Y por ltimo,

Recurso N10: Hacer uso de la intertextualidad literaria. En un dilogo de libros


universal, usualmente se rinde homenaje a escritores del pasado. Monterroso nos ofrece
un excelente ejemplo.
La cucaracha soadora
Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soaba
que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soaba que era un
escritor que escriba acerca de un empleado llamado Gregorio
Samsa que soaba que era una Cucaracha.
(Viaje al centro de la fbula, 1982, 49)

La literatura se hace de literatura, como muchos han dicho, y en este caso, el micro-
relato parece rendir homenaje no slo a Kafka, sino tambin a Jorge Luis Borges, quien
a su vez rendi homenaje, desde otro continente, a un poeta chino al decir que hace
unos veinticuatro siglos, so que era una mariposa y no saba al despertar si era un
hombre que haba soado ser mariposa o una mariposa que ahora soaba ser hombre
(Obras completas, 768).
Como hemos visto en estos ejemplos, los recursos para lograr la brevedad en el
micro-relato pueden resultar casi ms importantes que la brevedad misma. En resumen,
Lo que importa, entonces, no es su carcter escueto, sino la eficacia de su sntesis
apunta el escritor venezolano Gabriel Jimnez Emn, en Ficcin mnima: Muestra del
cuento breve en Amrica, (Fundarte: Mxico, 1996, 9), quien en un micro-relato
tituladoLa brevedad, comenta:
Me convenzo ahora de que la brevedad es una entelequia cuando
leo una lnea y me parece ms larga que mi propia vida, y cuando
despus leo una novela y me parece ms breve que la muerte.
(Los dientes de Raquel, 1993, 167)

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