3er Encuentro Nacional Docencia Imprimible
3er Encuentro Nacional Docencia Imprimible
3er Encuentro Nacional Docencia Imprimible
Compiladores:
Xavier Rodrguez Ledesma
Ariana Toriz Martnez
Mara del Carmen Acevedo Arcos
memoria
Tercer encuentro Nacional
de Docencia, Difusin y
Enseanza de la Historia
y
Primer Encuentro Internacional
de la Enseanza de la Historia
del 26 al 28 de septiembre de 2012
memoria
Tercer encuentro Nacional
de Docencia, Difusin y
Enseanza de la Historia
y
Primer Encuentro Internacional
de la Enseanza de la Historia
del 26 al 28 de septiembre de 2012
Compiladores:
Xavier Rodrguez Ledesma
Ariana Toriz Martnez
Mara del Carmen Acevedo Arcos
Comit cientfico:
Julia Salazar Sotelo
Mnica Hernndez Garca
Sebastin Pl
Xavier Rodrguez Ledesma
Mara del Carmen Acevedo Arcos
memoria Tercer encuentro nacional de docencia, difusin
y enseanza de la historia y primer encuentro internacional
de la enseanza de la historia. Del 26 al 28 de septiembre de 2012
Compiladores: Xavier Rodrguez Ledesma, Ariana Toriz Martnez, Mara del Carmen Acevedo Arcos
Comit cientfico: Julia Salazar Sotelo, Mnica Hernndez Garca, Sebastin Pl, Xavier Rodrguez
Ledesma, Mara del Carmen Acevedo Arcos
Directorio upn
Sylvia Ortega Salazar, Rectora
Aurora Elizondo Huerta, Secretaria Acadmica
Manuel Montoya Bencomo, Secretario Administrativo
Adrin Casteln Cedillo, Director de Planeacin
Mario Villa Mateos, Director de Servicios Jurdicos
Fernando Velzquez Merlo, Director de Biblioteca y Apoyo Acadmico
Adalberto Rangel Ruiz de la Pea, Director de Unidades upn
Juan Manuel Delgado Reynoso, Director de Difusin y E xtensin Universitaria
Mayela Crisstomo Alcntara, Subdirectora de Fomento Editorial
LB1028
T2.3 Tercer Encuentro Nacional de Docencia, Difusin y Enseanza de la Historia
y Primer Encuentro Internacional de la Enseanza de la Historia [Recurso
electrnico] /comp. Xavier Rodrguez Ledesma, Ariana Toriz Martnez,
Mara del Carmen Acevedo Arcos. Mxico: UPN, 2013. 1 texto electrnico
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Queda prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la autorizacin
expresa de la Universidad Pedaggica Nacional. Impreso y hecho en Mxico.
ndice
Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .15
7
Persona: un factor del marco situacional en la enseanza
de la historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Antonio Gonzlez Barroso
8
Discurso y sujeto: la Independencia en el libro de texto
gratuito de historia de cuarto grado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
Mauricio Itzu Romero Hernndez
9
La escritura emptica como una propuesta didctica
para la comprensin y explicacin histrica en estudiantes
de Psicologa Educativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
Mnica Garca Hernndez
10
Historiando historias publicaciones peridicas: nueva vertiente
en la enseanza de la historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517
Patricia Montoya Rivero y Mara Cristina Montoya Rivero
11
Complejidad y retos en la educacin histrica por competencias . . . . . . . . . 624
Jenaro Reynoso Jaime
12
Educacin Histrica en la Licenciatura
en Educacin Primaria en la BENM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 756
Ricardo Monter Perales
La historia y su escritura segn Jos de Urcullu (un joven liberal espaol) . . . 861
Mara Cristina Jimnez Pedroza
13
La enseanza de la historia en los libros de texto
para las escuelas pblicas de Puebla, 1870-1874 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 886
Luca Salazar Garrido
14
Presentacin
Comit Organizador.
15
Eje Temtico:
Investigacin
en Enseanza de la Historia
16
Cambios y continuidades en los contenidos
curriculares de los programas
de historia de Mxico de educacin
secundaria (1993-2011)
17
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
y programas que rompan con la divisin por reas y regresaban la divisin por asigna-
turas. Especficamente, la asignatura de historia debera permitir que los estudiantes
adquieran mejores elementos para entender los procesos de desarrollo de las culturas
humanas (SEP, 1994, p. 14) y la profundizacin de habilidades intelectuales y nocio-
nes [] que son tiles no solo para el estudio del pasado, sino tambin para analizar los
procesos sociales actuales: manejo, seleccin e interpretacin de la informacin (1994,
p. 99). As, se buscaba priorizar el desarrollo de capacidades de interpretacin y crtica
de informacin como una habilidad til para el futuro profesional de los adolescentes y
para favorecer el entendimiento de su presente a travs del estudio del pasado.
Esta transformacin se vio reflejada en las pginas de los libros de texto. Se hizo
un esfuerzo editorial para hacer de los libros de texto gratuitos un objeto visualmente
grato para los nios y as incitar a su lectura o estudio, especialmente con el material
iconogrfico siendo el trabajo de decenas de ilustradores y fotgrafos (Bonilla, 2000,
p. 112). El contenido escrito fue objeto de amplias crticas y debates a nivel nacional.
Como sealaba Mireya Lamoneda y Marcela Arce (2002), estos libros contaron con
una serie de aciertos como son el abordar la historia reciente, dejar de lado una visin
maniquea de la historia, y eliminar algunos mitos dentro de la historia oficial, aunque
contaron con ciertas deficiencias como son errores de informacin, ausencias de recur-
sos para que el alumno participe en la construccin del conocimiento, serias omisiones,
etc., errores que provocaron una polmica de grandes dimensiones dentro de la so-
ciedad nacional. La desaparicin de los nios hroes, la matizacin positiva de temas
como la conquista, la guerra contra Estados Unidos o la relacin con la Iglesia fueron
criticados por los sectores tradicionalmente satisfechos con los libros de texto y bien
recibidos por la Unin Nacional de Padres de Familia (UNPF) y la Iglesia (Carretero,
2007, p. 127; Amezcua, 1994, pp. 134-135).
Sin embargo, grupos que se haban mantenido fuera de las pginas de los libros o
su aporte haba sido minimizado, como la poblacin de origen africano, las mujeres
o los movimientos sociales de los ltimos aos, obtuvieron apartados propios en el
programa curricular. En la gua del maestro, se conceba a los sujetos de la historia
como a todos aquellos que vivieron en ella incluyendo mujeres, minoras, grupos so-
ciales, elites, gente comn como todos nosotros, las grandes personalidades que han
sobresalido individualmente, y an, en ocasiones no el individuo sino las instituciones
(Lamoneda y Arce, 2002). Para reforzar este cambio de enfoque, se prestara especial
nfasis al desarrollo de los siguientes actitudes y valores (Bonilla, 2000, p. 106): la
equidad de gnero, la cultura de la prevencin, la educacin ambiental y desarrollo
sustentable y la educacin sexual y desarrollo humano y la formacin cvica y tica. Eso
s, sin olvidar, como sealaba el propio Subsecretario de Educacin Bsica y Normal,
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Olac Fuentes Molinar, el viejo espritu de la escuela pblica mexicana: laica, gratuita,
solidaria, nacionalista y democrtica (2000, p. 90). De esta forma, algunos de los
elementos de los nuevos tiempos quedaban incorporados al currculo, buscando dejar
a un lado la historia maniquea de grandes personalidades, pero sin abandonar por
completo el viejo discurso nacionalista, como veremos.
La Reforma a la Educacin Secundaria en 2006 se propuso continuar con los plan-
teamientos establecidos en 1993 (SEP, 2006, p. 17). El nuevo gobierno se propuso en
su Programa Nacional de Educacin 2001-2006 perseguir los objetivos que no haban
podido lograrse en el mbito de la educacin secundaria desde que se convirti en
obligatoria en 1993. El objetivo principal era mejorar la pertinencia, equidad y cali-
dad de la educacin secundaria, los principales problemas que se encontraron en los
diagnsticos educativos del momento, y para ello se buscara impulsar una Reforma
Integral de la Educacin Secundaria, cuyo eje central, cuyo elemento articulador de
los cambios en otros mbitos de la escuela y del sistema sera el currculo (Miranda y
Reynoso, 2006, pp. 1430, 1434).
Esta reforma deba ser integral porque, como seala Francisco Miranda, no sola-
mente era una cuestin de cambiar el currculum, era toda la implicacin que esto iba a
tener en la gestin, en la infraestructura, en el funcionamiento, en la formacin docente
y hasta en la inversin. Se compar el currculo mexicano con el de otros pases de la
OCDE y encontraron que el currculo de secundaria era de los ms grandes y pesados y,
sin embargo, era el de ms bajo desempeo educativo. Por consiguiente, en la reforma
curricular se buscaba crear una estructura curricular ligera. Asimismo, se pretenda que
el currculo partiese de un enfoque en competencias por influencia de la UNESCO y por
Philllipe Perrenoud. Finalmente, el otro objetivo era acabar con la enseanza enciclope-
dista por lo que el currculo deba de ser ampliamente transformado (Miranda, 2012).
La Subsecretara de Educacin Bsica y Normal (como se llamaba en ese momen-
to) contaba con un grupo de especialistas, investigadores que haban trabajado en el
Departamento de Investigacin Educativa y que haban hecho un trabajo importante
de investigacin en aspectos educativos, ocuparon espacios tcnicos, conformando los
grupos que realizaran las propuestas para cada disciplina. Asimismo, se pidi el conse-
jo de acadmicos especialistas de cada materia y una consulta a algunos maestros de
secundaria. En total, alrededor de 6 mil personas incluyendo maestros, directivos y
expertos participaron en la elaboracin del proyecto (Del Valle, 2004).
En un primer momento, la Secretara de Educacin Pblica (SEP) propuso fusionar la
historia universal y la historia de Mxico en una nica asignatura lo que desat crticas
desde la academia y la opinin pblica (Miranda, 2006). Como alternativa, se cre un
consejo, compuesto por investigadores expertos en la materia de Historia de las insti-
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2. La Conquista y la Colonia 5 5 8 1
3. La independencia de Mxico 3 4 7
7. La Revolucin Mexicana y su 20 3 1
impacto en la transformacin del
pas, 1910-1940
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Mientras que en las tres primeras unidades y en la ltima existe un cierto equilibrio en-
tre las distintas temticas (poltica, sociedad, economa, cultura y ciencia y tecnologa),
en los apartados dedicados al siglo XIX y la primera mitad del XX, la poltica ocupa la
mayor parte del contenido.
En 2006 se busc corregir algunos de estos problemas. El enfoque presenta una cla-
ra influencia de expertos en la didctica de la historia como Mario Carretero y Joaquim
Prats. La concepcin del conocimiento histrico como crtico, inacabado, e integral, la
multicausalidad, el vnculo entre pasado, presente y futuro, el desarrollo de una capa-
cidad crtica para acercarse a la informacin, la incorporacin de distintas versiones de
un mismo acontecimiento histrico son aspectos destacados en los trabajos de ambos
autores y en el programa (Carretero, 2007; Prats, 2011). En teora, si se siguiesen todas
las caractersticas enunciadas en el enfoque de los programas, la enseanza de la histo-
ria se vera completamente transformada, priorizndose el desarrollo de la capacidad
crtica en el uso de la informacin en los alumnos y la narracin de distintas visiones de
un mismo acontecimiento histrico. No obstante, al trasladar este enfoque a los conte-
nidos del programa, muchos de sus objetivos se pierden.
Los contenidos quedan divididos en cinco bloques que buscan tratar cuatro mbitos
de anlisis: econmico, social, poltico y cultural. Sin embargo, volvemos a encontrar el
predominio de la temtica poltica aunque en menor proporcin que en 1993, como se
observa en la tabla y grfica 2:
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Bloque 3. De la consumacin de la 20 13 8 12 2
Independencia al inicio de la Revolucin
Mexicana (1821-1910)
Aunque existe la preocupacin por presentar un balance entre los cuatro aspectos, la
poltica supera por mucho al resto de temticas en el bloque 2 y 3 y tiene una ligera
ventaja sobre el resto en el 4. La mayor transformacin con respecto al programa an-
terior es el incremento de apartados dedicados a la cultura, ciencia y tecnologa y el
aumento del peso poltico en el bloque dedicado a la Nueva Espaa.
La estructura de los bloques se vio modificada dividindose en propsitos, con-
tenidos, conceptos clave, aprendizajes esperados, horas de trabajo y comentarios y
sugerencias didcticas. Los primeros se refieren al aprendizaje que se pretende logre
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el alumno al trabajar los contenidos (SEP, 2008, p. 20). Los segundos estn organi-
zados en tres apartados: panorama del periodo, presentando una visin general e
introductoria al periodo; temas para comprender el periodo, donde se busca que los
alumnos analicen los procesos histricos, y temas para analizar y reflexionar, donde se
presentan temas para despertar el inters del alumno por el pasado (SEP, 2008, p. 21).
Finalmente, los conceptos clave son piezas fundamentales para que los alumnos com-
prendan hechos histricos mientras que el resto de elementos son aspectos a tener en
cuenta por parte de los maestros.
En junio de 2011 se dio a conocer una modificacin a este programa. El enfoque
y la estructura de 2006 se mantuvieron, siendo el gran cambio la reduccin de los
contenidos y la uniformizacin de la estructura, colocando los apartados de cultura al
final de cada bloque y reduciendo de tres a dos los temas para analizar y reflexionar en
cada uno de los mismos. En cuanto a la presencia de las distintas temticas, como se
observa en la tabla y grfica 3, la preminencia de la poltica persiste e incluso aumenta
con respecto a la reduccin de apartados de economa y cultura:
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Pasando a los cambios en los contenidos, el mayor conflicto sobre la reforma educativa
de 2006 fue la desaparicin de la historia prehispnica de los libros de texto. En el
programa de 1993 se le dedica la primera unidad a Las civilizaciones prehispnicas y
su herencia histrica, donde se abordaba la ubicacin geogrfica temporal, la agricul-
tura y alimentacin, los rasgos comunes de las religiones, las matemticas y ciencias,
la escritura y la transmisin de ideas y la moral y vida social. En algunos casos, incluso
se hace una descripcin de las caractersticas principales de cada pueblo prehispnico.
A partir de 2006, se le dedica un subapartado al interior del primer bloque donde se
aborda igualmente: Mesoamrica y sus reas culturales; Fundamentos generales de la
ideologa, la religin y el arte de las distintas culturas; La Triple Alianza, Tlaxcala y otros
seoras independientes; Economa, estructura social y vida cotidiana. Esta diferencia
estructural en el programa se traslada al nmero de pginas que los libros le dedican al
tema. Mientras que los libros de los 90 le dedican entre 30 y 50 pginas a la unidad,
los de 2006, 10 y 20. De esta forma, aunque la historia prehispnica no desapareci
completamente si se redujo el nmero de horas dedicadas a la misma y la atencin a
los distintos pueblos.
Otra importante modificacin fue el tratamiento de la historia de la Nueva Espa-
a. Como seala el propio Subsecretario de Educacin Bsica del momento, Lorenzo
Gmez Morn, se decidi ampliar el estudio del periodo virreinal en Mxico ya que
ese periodo ocupaba tan slo un par de horas [] es decir 300 aos de historia los
comprimamos en 4 o 5 horas (Gmez, comunicacin personal, 28 de marzo de 2012).
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a Champotn, en donde fueron atacados por los indgenas mayas. (p. 37). As, se
destaca la agresividad y hostilidad de la poblacin indgena hacia los conquistadores,
presentados como exploradores en busca de agua.
A partir de 2006, la explicacin de la expedicin se complejiza. En el libro de la
misma editorial, pero escrito por Navarrete et al. (2008) para esta reforma, se expone
que los espaoles organizaron expediciones hacia el continente americano para bus-
car esclavos que trabajasen en Cuba ya que haban matado a la mayor parte de su
poblacin y explica la llegada a lo que hoy es Yucatn: La primera expedicin fue
encabezada por Francisco Hernndez de Crdoba, la cual lleg en 1517 a la pennsula
de Yucatn, donde encontr que los mayas tenan grandes ciudades y riquezas, pero
tambin fieros guerreros que mataron a ms de 20 espaoles y forzaron al resto a re-
gresar a Cuba (p. 35). En esta ocasin, se explica el porqu de esa actitud aventurera
de los espaoles, que iban buscando esclavos, y se reconoce el desarrollo econmico y
cultural de los mayas as como su actitud guerrera contra los invasores. Es un texto ms
balanceado en su presentacin de la poblacin indgena y de la conquista espaola y
en su valoracin de ambas culturas.
En la mayora de los textos del 93, se insiste en la importancia del mestizaje en la
conformacin de la identidad mexicana en oposicin a la perspectiva multiculturalista
que se buscar reproducir a partir de 2006. En este mestizaje, en algunos libros se
presenta la aportacin espaola implcitamente como superior, como en el texto de
Vzquez et al., donde se indica que dado que los conquistadores espaoles fundaron la
nueva sociedad sobre las poblaciones prehispnicas y utilizaron soldados tlaxcaltecas y
otomes para extender su dominio (nfasis mo, 1998 [1994], p. 9). En otros se destaca
la aportacin de ambas races culturales (as como elementos de la africana y asitica),
pero como aspectos de herencia indgena se indican la colorida vestimenta autctona
y tambin la hospitalidad y cortesa en el trato hacia los dems que en general nos ca-
racterizan (Rico et al., 2008, p. 29). Finalmente, en ocasiones no se menciona ningn
elemento aportado por la poblacin indgena, como es el caso del texto de Krauze et
al.: La combinacin de razas signific la mezcla de culturas, creencias y tradiciones. Los
indgenas adaptaron al catolicismo a sus antiguas costumbres (2008, p. 66).
Adems, en este mismo libro en el subapartado dedicado a Los Esclavos africanos
se afirma que pronto, los negros demostraron ser ms resistentes y capaces que los
indios para ciertos trabajos, por lo que su importacin legal e ilegal fue en aumento
(Krauze et al., 2008, pp. 72-73). Tal afirmacin, adems de ser errnea histricamente,
es racista hacia la poblacin indgena. Por consiguiente, los esfuerzos por aumentar la
representatividad de la poblacin africana, asitica e indgena en los libros para fomen-
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4. Conclusiones
A pesar de la continuidad que se persigui tener entre ambas reformas, se observan
ciertas diferencias. La preocupacin por el desarrollo de competencias se mantiene en
todas las reformas, reforzndose a partir de 2006 por el enfoque que trata de vincular
el presente con el pasado, que busca formar alumnos crticos que enfrentan distintas
versiones de un mismo acontecimiento. Sin embargo, este enfoque difcilmente se tras-
lada al programa y, por consiguiente, a los libros de texto.
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32
LA HISTORIETA: UN MEDIO PARA REPRESENTAR
LA CONSTRUCCIN DE NOCIONES TEMPORALES
Introduccin
Una de las preocupaciones del ser humano ha sido la necesidad por cuantificar y cua-
lificar el conocimiento como muestra de su avance o retroceso, buscando formas de re-
presentar de manera tangible los productos de ese conocimiento; la forma ms comn
de representacin de este producto, se ha visto reflejada a travs de estandarizaciones,
categorizaciones o clasificaciones del saber.
En la materia de Historia los instrumentos y criterios de evaluacin comnmente
empleados son exmenes en donde se pondera la habilidad o memoria para recordar
informacin factual; trabajos escritos en los que se pone en juego la habilidad de
reescribir informacin y generalmente se relaciona con el mayor nmero de pginas y
la mejor presentacin, las participaciones en clase centrndose en identificar la habili-
dad para reproducir informacin y emitir cualquier opinin (SEP 2011, p. 143).
Sin embargo, en el extracto de la investigacin denominada Desarrollo de nociones
temporales en estudiantes de educacin secundaria a travs de la elaboracin de his-
torietas didcticas que a continuacin se presenta, se plantea la posibilidad de utilizar
a la historieta como un instrumento de evaluacin y representacin de contenidos de
carcter histrico.
Aqu la historieta se convierte en un auxiliar importante en el proceso de enseanza
aprendizaje de la materia, debido a que por un lado, se apoya en el elemento visual
de gran atractivo e impacto para el alumno y con el soporte de textos, narra gilmente
hasta los temas ms complicados, dotando de estructuras que permiten entender qui-
nes son, de dnde vienen, hacia dnde van y sobre todo cul es su papel en el eje
central del estudio y representacin de la Historia: el hombre y la sociedad.
Por otro lado, permite identificar elementos cronolgicos, establecimiento de se-
cuencias, elaboracin de argumentos, explicaciones causales, continuidades y cambios.
De esta forma la historieta se convierte en una posibilidad para representar la configu-
racin del pensamiento histrico.
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Justificacin
La importancia de trabajos en los cuales los alumnos elaboran sus historietas radica
en la riqueza de versiones que se obtienen de un mismo hecho. Pues como lo
seala Gutirrez (2006, pp. 29-56) una misma historia puede ser contada desde dife-
rentes puntos de vista, por tanto se le considera como un juego simblico entre lo
real y lo imaginario, como un medio que permite ampliar la percepcin de la realidad
(Velasco 1985, p. 167).
Pero cmo unificar la variedad de representaciones de un mismo hecho y delimitar
estndares que te permitan observar procesos ms que productos a partir del anlisis
de ese producto? Como es de imaginarse, no es una tarea fcil, por lo que tendremos
que empezar por definir de forma conceptual y operacional cada una de las variables
analizadas:
Cronologa
Esta nocin es entendida como la ordenacin, duracin y sucesin de fechas, periodos o
hechos, respecto a un sistema de medicin, requiere que se determine el inicio, fin, antes
y despus de uno o varios acontecimientos, esta nocin es la que va a permitir establecer
y ubicar a los hechos de manera ordenada.
Para esta nocin se consideraron cuatro categoras: cronologa bsica, de accin
lineal sencilla, de accin lineal mltiple y de accin paralela. Dicha clasificacin surgi
de la propuesta de Aparici (1992, p. 159) a la cual se agrega la cronologa de accin
bsica. Para una mejor comprensin de sta clasificacin en la siguiente tabla se espe-
cifica a qu se refiere cada una de las categoras.
Categora de anlisis
Bsica Ordenacin de eventos de acuerdo a frases o una fecha
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Continuidad
Se entiende a la continuidad como la capacidad de ordenar y formar secuencias estable-
ciendo una relacin lgica de diferentes periodos histricos. Mientras que el cambio es
la habilidad para identificar diferencias o similitudes entre un periodo histrico y otro.
Para identificar la Continuidad, se extrajeron las ideas contenidas en los relatos que
explicaran las relaciones de los sucesos comprendidos en un periodo y la relacin entre
stos.
Para ello se establecieron tres categoras que permitieron identificar el nivel de cons-
truccin de la nocin, la siguiente tabla describe a que se refiere cada nivel:
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Nivel Descripcin
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FIN
Globo 1:gracias a que mi mama
me heredo su fonda
Cambio
En el caso del Cambio, se extrajeron las ideas contenidas en los relatos que explicaran
las relaciones entre los periodos o a partir de un evento, considerando las diferencias
en personajes, escenarios y/o productos, para ello se establecieron tres categoras que
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Nivel Descripcin
En seguida se presenta un caso que sirve para ejemplificar el tercer nivel mostrado
en la tabla anterior:
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Sucesin Causal:
Esta nocin se refiere al establecimiento y relacin de causas y efectos de los hechos
histricos, que permitir explicar el antes y el despus.
Para poder ubicar esta ultima nocin, se retom la propuesta de Carretero y Limn
(1994, pp. 24-26) la cual expone que los alumnos emiten dos tipos de explicaciones
causales, una de tipo intencional basada en los agentes o personajes que participan en
el acontecimiento y otra de tipo estructural, basada en factores de carcter abstracto
(econmicos, polticos y/o sociales).
C ategora Definicin
De acuerdo a las caractersticas de esta nocin, se propone hacer una distincin entre
causas y consecuencias delimitadas en cada una de las explicaciones propuestas. A
continuacin se presenta un caso que ejemplifica este anlisis.
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das por medio de escenarios con edificaciones diferentes a las prehispnicas, apoyadas
con carteleras en las que se explicita que: hubo grandes cambios, trajeron enfermedades,
comidas, productos y bellas construcciones, entre otras.
Trajeron enfermedades
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Pero un da en el ao 1521 llegaron unos seores extraos que no eran de ese pueblo que
venan a conquistar ese pueblo y a quitarles las pertenencias a los seores de ese pueblo.
Conclusiones
La idea inicial de esta presentacin era evitar caer en categorizaciones o estandariza-
ciones del conocimiento, sin embargo pudimos comprobar que es necesario partir del
establecimiento de dichos estndares, siempre y cuando sean tan flexibles que al mo-
mento de evaluar los productos, nos permitan no perder de vista, por un lado que stos
son el resultado del esfuerzo del alumno por representar la configuracin de sus ideas.
Y por otro lado, que los procesos y habilidades que pone en marcha el alumno no
se limitan nicamente a la transcripcin de la informacin, sino que estn en juego mu-
chas ms habilidades que muy probablemente ni siquiera sean competencias propias
de la asignatura pero que son ejes vertebradores de la configuracin de pensamientos
tan complejos como el histrico.
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Referencias
Aparici, R. (1992). El comic y la fotonovela en el aula. Alcal, Madrid: Ediciones De la Torre.
Carretero, M. Limn (1994). La construccin del conocimiento histrico. Algunas cuestiones pen-
diente de la investigacin. Argentina: Cuadernos de pedagoga, enero (221), pp. 24-26.
Gutirrez, T. (2006). El comic en los adolescentes. Estudio y practica en el aula. Una propuesta de
evaluacin. Arte individuo y sociedad. 18, (23), pp. 29-56.
SEP (2011). Enseanza y aprendizaje de la Historia en la educacin bsica. Mxico: CONALITEG.
Velazco, E. (1985). La historieta enfoque prctico en relacin con la enseanza. Mxico: Uni-
versidad de Guadalajara Jalisco.
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Significados entre estudiantes y docentes
ante el libro de texto de historia en el marco
de las reformas educativas de 1993 y 2009
Introduccin
El libro de texto gratuito se implement en 1959 al crearse la Comisin Nacional de
Libros de Texto Gratuito (CONALITEG), durante el sexenio del presidente Adolfo Lpez
Mateos siendo Secretario de Educacin el Lic. Jaime Torres Bodet, con la objetivo de
borrar las desigualdades totalmente, que en la escuela se hiciera obra de homogenei-
dad, de acercamiento, de unificacin (Ortiz, 2005, p. 152), particularmente, desde los
aspectos de gratuidad, equidad y calidad.
La unificacin de la educacin empez a partir de este hecho, conmemorndose
desde hace ms de 50 aos la primera publicacin de los libros de texto, lo cual
permite a la investigacin educativa preguntarse sobre su permanencia, reformas y
trascendencias a lo largo de este periodo, as como la ideologa que se desea transmitir
al alumnado.
Por ello, los libros de texto deben afrontar el tener que mejorar gradualmente
su calidad editorial y pedaggica (Arista, Bonilla, & Lima, 2010, p. 5), puesto que es
un instrumento utilizado por el magisterio para la planeacin, ejecucin y evaluacin
del plan y programa vigente en concordancia con el perfil de egreso que establece.
El libro de texto ha sufrido cuatro reformas trascendentales en 1960, 1972, 1993
y 2009. La primera, bajo el sustento de nacin pretenda formar a los ciudadanos; la
segunda, brind mayor pluralidad y comunicacin; la tercera, fue la base de la moder-
nizacin educativa; y la ltima, se fundamenta en el enfoque por competencias.
Ante todo esto, el libro de texto de historia (LTH) se considera como objeto de
estudio debido a que: Constituye un indicativo importante para comprender no slo
los cambios en las ideas oficiales sobre la comunidad nacional, sino los giros en los
proyectos de integracin que estn en la base de la legitimacin y la justificacin de
la autoridad del orden social (Vargas, 2011, p. 491).
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De tal forma, es de particular inters analizar los cambios curriculares recientes que
presenta el LTH y la percepcin del estudiantado y docentes ante el mismo, para co-
nocer su funcin entre las reformas curriculares de 1993 y 2009; en consecuencia, se
formula como pregunta central: Cules son los argumentos que sustentan los cambios
en el diseo del libro de historia de sexto grado, en los aspectos curriculares, discursi-
vos y estructurales, y la percepcin de alumnos y maestros ante el mismo?
El trabajo se basa en las subsecuentes dimensiones de anlisis: La perspectiva curri-
cular permite analizar las causas de los cambios en el curriculo y comparar su contenido
en las reformas educativas de 1993 y 2009; el anlisis del discurso se centra en el
estudio de la estructura del LTH de sexto grado en ambas reformas a fin de establecer
las omisiones o continuidades en el mismo; y finalmenete, desde la teora de las repre-
sentaciones sociales se considera la percepcin del estudiantado sobre esta asignatura
a travs del libro de texto.
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Mtodo
Al examinar el objeto de investigacin se requiere un anlisis del currculo en el que se
basa el contenido del LTH, a su vez, exhorta una interpretacin sobre la percepcin del
alumnado y docentes de la realidad que transmite este instrumento, por lo que el estudio
se basa en un diseo cualitativo que constituye una investigacin flexible que confronta
las respuestas con la teora en un proceso de reconstruccin de la realidad que considera
indispensablemente el todo (holismo) para brindarle profundidad a los datos (Senz,
2007, p. 64). De tal forma, permite comprender e interpretar el objeto de estudio desde
un acercamiento profundo ante una perspectiva subjetiva.
El trabajo se realiza bajo el enfoque del interaccionismo simblico. Segn Cicourel
(1974), ste mtodo le da un peso especfico a los significados sociales que las perso-
nas asignan al mundo que les rodea (citado en Sandoval, 2002, p. 57), que permite
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Resultados
La RIEB se implement en primer lugar en preescolar en 2004, continu en secunda-
ria en 2006 y por ltimo en primaria en 2009. Este proceso culmina con los procesos
de renovacin en educacin bsica en 2011, situacin que los docentes consideran se
encuentra en proceso y tomar un largo periodo en concretarse:
Hay una articulacin pero terica, como que todava no se da la articulacin de ni-
veles como debe de ser, el alumno cuando sale de la primaria, llega a la secundaria y
muchas veces se nos pierde, o sea, no hay un seguimiento (DS03).1
En primaria, la transicin entre las reformas educativas de 1993 y 2009 propici
un nuevo mapa curricular en la asignatura de historia al modificarse los contenidos
histricos de sexto grado en respuesta a la articulacin de la educacin bsica; con-
secuentemente, esta gradacin de temticas refiere a la revisin y actualizacin de
planes y programas como preparacin del trayecto formativo.
Los hechos histricos a impartir a lo largo de la educacin bsica se establecen de
manera progresiva, brindando una gradacin de contenidos desde el entorno ms
cercano al ms lejano del alumno; no obstante, desde el punto de vista docente, se
infiere este trmino como la eliminacin de temas, eso es lo ms medular en los
cambios de la reforma (DS03) ya que se excluyen, modifican o brinda mayor impor-
tancia a determinados acontecimientos.
1Los indicadores que aparecen en este tipo de citas aluden a comentarios establecidos por los sujetos
participantes tales como docentes de primaria y secundaria, as como especialistas en la materia.
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Reflexiones finales
La RIEB se implementa en respuesta al mundo globalizado con la finalidad de crear
individuos competentes ante una sociedad que va evolucionando, siendo las disciplinas
relacionadas a las ciencias las que toman mayor relevancia para su prctica, mientras
que la reforma educativa de 1993 fue un precedente para la modernizacin de la
educacin. La enseanza de la historia, cobra un papel secundario ante estas expecta
tivas; a pesar de conservar el enfoque formativo, el tiempo otorgado para su impar-
ticin se considera insuficiente para el logro de los fines establecidos en la materia,
mismo que permea en su instruccin.
Aunado a esto, la imparticin de la historia se mantiene tradicionalista debido a
la formacin docente que recae en las categoras de formacin inicial y actualizacin.
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Referencias
Libros de dos o ms autores
Sandoval, C. (2002). Investigacin Cualitativa. Bogot: ARFO.
SEP. (1994). Libro de historia de sexto grado. Mxico, D.F.: CONALITEG.
SEP. (1995). Libro para el maestro. Historia. Sexto grado. Mxico, D.F.: CONALITEG. SEP.
(2009). Programas de estudio 2009. Sexto grado. Mxico, D.F.: CONALITEG. SEP.
(2010). Libro de Historia. Sexto grado. Mxico, D.F.: CONALITEG.
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Revistas
Arista, V., Bonilla, F., & Lima, L. (2010). Los libros de texto y la enseanza de la Historia
en Mxico. Proyecto Clio, 1-25. Obtenido de Proyecto Clio.
Greybeck, B., Moreno, M., & Peredo, M. (1998). Reflexiones acerca de la formacin
de docentes. Educar: Revista de educacin, 15-22.
Ortiz, G. (2005). Valores polticos en los textos de historia para primaria en Mxi-
co. Comunicar, 151-157.
Senz, M. (2007). Aproximacin a la investigacin cualitativa en psicologa y educa-
cin. Revista Humanitas, 58-81.
Van Dijk, V. (2005). Ideologa y anlisis del discurso. Revista Internacional del Filosoa
Iberoamericana y Teora Social, 9-36.
Vargas, N. (2011). La historia de Mxico en los libros de texto gratuito: Evidencia de
las transformaciones en los modelos de integracin nacional. Revista Mexicana de
Investigacin Educativa, 489-523.
Otras fuentes
SEP. (19 de Mayo de 1992). Acuerdo Nacional para la Modernizacin de la Educacin
Bsica. Acuerdo Nacional para la Modernizacin de la Educacin Bsica. Mxio, D.F.,
Mxico: Diario Oficial de la Nacin.
SEP. (2011). Enseanza y aprendizaje de la historia en la educacin bsica. Mxico, D.F.:
CONALITEG.
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Entre su historia y la historia
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historia que se ensea en las aulas. Los adolescentes mexicanos de entre doce y trece
aos de una escuela particular de la ciudad de Mxico, utilizan la historia al momento
de estructurar su identidad?
A manera de advertencia habra que subrayar que somos conscientes de que no se
puede conocer al yo totalmente. Incluso para nosotros mismos una parte de nuestro ser
es, y ser siempre, desconocida. Sin embargo, tampoco somos partidarios de aquellos
que plantean que es imposible cualquier conocimiento acerca del yo y el otro. Parti-
mos del supuesto de que se pueden analizar ciertos elementos de la identidad y, tal vez
lo ms importante, la forma en que los sujetos conciben que se construye su identidad.
La definicin de identidad que se utiliza a lo largo de esta investigacin, siguiendo
a Stuart Hall:
acepta que las identidades nunca estn unificadas y, que a finales de la poca moderna,
estn cada vez ms fragmentadas y fracturadas; nunca son singulares sino que ms bien
son mltiples y son construidas a travs de diferentes, a menudo entrecruzados y anta-
gnicos, discursos, prcticas y posiciones. Son sujeto de una historizacin radical, y estn
constantemente en un proceso de cambio y transformacin. (Hall, 2000, p.17).
En contra de las nociones que ven a la identidad como un todo integral, original y
unificado, para nosotros toda construccin identitaria siempre es algo ambiguo, en
perpetua construccin: nunca se puede llegar a tener una totalidad. La aparente cohe-
rencia de la identidad es una unidad ficticia puesto que el yo es interminablemente
performativo.
El sentido de toda identidad siempre est diferido y se obtiene a travs de la dife-
rencia, es decir, de la construccin de fronteras simblicas. La identificacin que estruc-
tura el yo necesita de lo que est afuera, del exterior constitutivo. Las identidades
se construyen en relacin con el otro, con lo faltante. Yo slo soy en tanto negacin
del otro. Pero, frente a qu es que se construye esa diferenciacin? Frente a otros yo
o nosotros, frente a otras identidades. Vale tomar un ejemplo para clarificar el punto:
yo soy yo en tanto soy diferente, digamos, a un francs, a un nio de escuela pbli-
ca, a un adulto Y as sucesivamente. Esta cadena de exteriores constitutivos podra
prolongarse eternamente. Es como cuando se quiere buscar el significado de una
palabra en un diccionario: estrictamente siempre tendamos que recurrir a otra defini-
cin, a otra palabra, a otra identidad para poder encontrar ese significado. Lo irnico
es que en realidad nunca terminamos por atrapar un significado total o completo
puesto que siempre, y aqu hay que enfatizar el siempre, se tendr que recurrir a algo
ms a algo que est ms all.
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Lo que este trabajo pretende es encontrar si la historia es una de las prcticas dis-
cursivas que utilizan hoy en da los jvenes mexicanos para constituir su identidad. Si
esto es as, qu discurso histrico es el que eligen? nacional, familiar, individual u
otro? o todos los anteriores? Y si es as, cmo se entremezclan y yuxtaponen estos
diferentes entramados histricos para la constitucin de las identidades?
Entendemos a la historia como una estructura verbal en forma de discurso en prosa
narrativa. (White, 1992, p.9) Para nosotros, el pasado no tiene ningn significado
intrnseco. No hay ningn significado dado al que tengamos que acceder, no hay
ninguna verdad que encontrar. As, entendiendo que somos libres de decidir dibujar
(sobre bases indeterminables) cualquier serie de valores, significaciones o sentidos que
queramos acerca de los hechos (Jenkins, 2003, p.43), no nos interesa si las his-
torias relatadas por los jvenes son verdaderas o no. Lo que importa es si eligieron
alguna presentacin(es) del pasado para constituir su yo o nosotros, cul fue y por
qu se eligi esa o esas y no otras.
La investigacin etnogrfica se llev a cabo por medio de entrevistas a adolescen-
tes entre doce y trece aos. Diez estudiantes de secundaria contestaron una serie de
preguntas que fueron registradas en una grabadora. Se realizaron del 23 de sep-
tiembre al 21 de octubre del 2011 de manera dialgica para evitar que los estudiantes
acortaran sus respuestas por la falta de ganas de escribir y para que se sintieran ms
cmodos con el entrevistador. stas fueron registradas con una grabadora y por escrito,
para obtener la mayor cantidad de informacin.
La pregunta eje de la investigacin etnogrfica fue Cul es tu historia?. Se inicia-
ron las entrevistas con una bienvenida por parte del entrevistador. Entre las preguntas
introductorias, que generaban un canal de comunicacin y empata, se buscaba saber
el nombre, la edad y el grado que cursaba. Luego venan preguntas enfocadas en
ver la relacin entre el lugar donde vive el entrevistado y la historia del mismo. Des-
pus vena la pregunta clave: Cul es tu historia?, o Me puedes contar tu historia?.
A partir de las respuestas dadas a esta pregunta se generaban nuevos cuestionamientos
que corran en paralelo a las narraciones dadas por los estudiantes. Estas preguntas,
sujetas a un flexible guin de entrevista, buscaron que los jvenes no fueran empuja-
dos a contestar un entramado especfico.
Las preguntas se fueron enfocando a buscar una relacin histrica que permiti de-
finir algunos de los elementos constitutivos de la identidad del adolescente en cuestin.
Preguntas como de dnde es tu familia?, por qu ests en esta escuela? o de dnde
eres? fueron realizadas para obtener la informacin deseada. No slo las respuestas,
tambin las pausas, los silencios y las reflexiones de los entrevistados han sido tomados
en cuenta para las conclusiones que en este trabajo presentamos. Creemos que tanto
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lo dicho como lo no dicho guardan una intencin particular que esperamos profun-
dizar en la medida de lo posible en nuestro anlisis. El decir est siempre rodeado
de silencio, de aquello que no se puede o no se quiere decir. Sin embargo, ese silencio
tambin nos habla. El silencio de la noche tambin habla: es poesa y msica.
Al trmino de las entrevistas, stas se transcribieron para encontrar un patrn en
las respuestas de los adolescentes en el que fuera posible observar la forma en que el
entrevistado se explica a s mismo y la forma en que articula los principales hilos
de su identidad. Los resultados permiten comparar entre cinco mujeres y hombres
adolescentes, a los cuales les hemos asignado nombres provenientes de dramas shakes-
peareanos para mantener el anonimato de los entrevistados.
A la pregunta eje de nuestra investigacin para ti, qu es la historia? el grupo de
adolescentes entrevistados contest que era el pasado importante. Julieta por ejemplo
dice que: son los sucesos ms importantes de la vida, que cambiaron las cosas, si no
las hubieran cambiado, no hubieran sido historia. Palabras como cuento, aconteci-
mientos e importante fueron un elemento comn entre los entrevistados. La similitud
que se encuentra entre las respuestas nos permite argumentar que los adolescentes tie-
nen una concepcin de la historia como algo enigmtico, fantstico, inusual, razn por
la cual ha quedado registrado para el futuro. Es significativo el peso que se le da a los
acontecimientos histricos en tanto que cambios y rupturas. Elemento que a su vez nos
permite dilucidar la idea de historia en tanto cambio pero dejando fuera de la historia
las permanencias.
Las percepciones y actitudes de los entrevistados ante la pregunta para qu sirve
la historia? permiten ver una discrepancia entre el uso de la historia y la importancia
de la misma. Se habla de la utilidad de la historia para conocer ese pasado y relacio-
narlo con el presente. Frases como la historia funciona porque nos explica el pasado
y as entendemos cosas de el presente fueron recurrentes. Otro ejemplo analizado es
el uso de la historia del que habla Desdmona, pues dice que: la historia son las cosas
ms fuertes que pasaron y que ayudaron a tener lo que ahora tenemos. Se habla de
una utilidad fsica en el sentido de las cosas que se tienen. Es ilustrativa la cita pues
adems muestra el lenguaje coloquial y, en cierto sentido ambiguo, con el que los estu-
diantes encuestados respondieron. Una vez ms remitimos a la idea de acontecimiento
enigmtico y cambio pero ahora las respuestas en torno a la utilidad de la historia de
los alumnos evidencian a la disciplina como una herramienta de prctica para el anlisis
de la realidad presente.
Si bien podemos decir que este discurso es parte de una serie de definiciones con-
vencionales que los alumnos en cierta medida repiten a las respuestas que se lesrea-
lizaron a lo largo de las entrevistas, parece ilustrativo el ejemplo de Macbeth. Un
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relacin con el espacio escolar, menciona: cuando nos cambiaron de escuela era im-
portante que mi hermano estuviera aqu tambin, en los recreos nos veamos al princi-
pio.... Otro entrevistado hace referencia a la importancia de su hermana en su historia
de vida cuando dice que: una de las cosas ms fuertes en mi vida fue el accidente de
mi hermana, ella casi se muere y yo no me quera quedar solo. El caso de Julieta,
quien habla de su vida como hija nica y menciona que: soy hija nica, me llevo
mucho con mis primos ... paso toda la tarde en la oficina de mi mam, no me importa
porque puedo estar con ella, permite ver cmo la interaccin que en los casos arriba
citados se hace con hermanos aqu se hace con otro tipo de familiares cercanos. Hay
una constante necesidad por definir el yo tambin a partir de la interaccin con el
otro y la carga simblica que eso conlleva cuando, en este caso, se habla de familiares
que, segn las narraciones de los adolescentes, juegan un papel central en sus historias.
Despus del anlisis de las respuestas de los entrevistados, y a manera de conclusin,
podemos decir que los adolecentes conciben la historia como el estudio de los aconte-
cimientos importantes sucedidos en el pasado, mismos que determinaron de una
forma u otra el presente. Una especie de magistra vitae en el que la historia queda en-
tendida como una serie de hechos casi mitolgicos y mgicos los cuales han sido regis-
trados para el futuro pues fueron cambios significativos. Una vez ms hacemos alusin
a la fuerte carga que se le da en las respuestas de los alumnos a la conceptualizacin
de historia en tanto cambio, dejando casi olvidada la parte de las permanencias. Y en
ese sentido resulta significativo pues las historias de vida de los entrevistados tambin
nos dan cuenta de ello. Los hitos a partir de los cuales se estructuran las narraciones
personales buscan, si no ya esos hechos casi mitolgicos, si aquellos sucesos suma-
mente especiales, definitorios y definitivos para la conformacin de sus identidades.
A travs de esta caracterstica, emana para ellos la utilidad de la disciplina puesto
que ven en ella una herramienta para explicar sus circunstancias presentes. La his-
toria como disciplina para los adolescentes entrevistados tiene una utilidad. Misma que
en la mayora de los casos es casi siempre relacionada con una herramienta de anlisis
social actual. Es una historia que se ve desde el presente hacia el pasado para encontrar
en ella las respuestas a las incgnitas actuales. El conocimiento que de la disciplina se
deriva tiene un carcter netamente utilitario que muchas veces se pierde al momento
de contrastarlo con las historias personales. Una vez ms la distincin entre la historia
como disciplina que se ensea en las aulas y la historia de vida tienen conceptualizacio-
nes y cargas simblicas completamente diferentes.
Se podra decir que para la gran mayora de los entrevistados el discurso historiogr-
fico tiene un halo de autoridad. Sin embargo, en las entrevistas hubo una ausencia clara
de la historia como ellos la definieron, esto es la narracin de los acontecimientos signifi-
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cativos que normalmente es las que se ensea aulas. A travs del anlisis que realizamos,
encontramos que existe una discrepancia entre lo que creen de la historia los entrevista-
dos y el uso que le dan en su vida diaria. Percibimos que hay una tendencia a decir, casi
de memoria, que la historia es algo importante cuando, en la prctica, es algo ausente.
En el caso especfico que nos interesa la construccin de la identidad en los adole-
centes vimos que esa historia de los acontecimientos significativos no es empleada.
Los adolecentes utilizaron otros articuladores para configurar su yo. Esta pequea
investigacin etnogrfica comenz buscando de qu manera los adolescentes usaban
la historia en la construccin de su identidad, en el camino, encontramos que eran
otros los elementos ms importantes y significativos. En lugar del discurso historiogr-
fico encontramos que la espacialidad, las experiencias personales y escolares y las
relaciones con los miembros de su familia son los que elementos a los que recurren
los adolescentes para constituir su identidad. Si bien algunos de estos elementos tienen
necesariamente una carga histrica en las narraciones de vida de los alumnos, pues
aluden a un desarrollo en el tiempo que conlleva ciertos cambios, lo que es evidente es
que la conceptualizacin de los mismos se hace de una manera casi ahistrica. La idea
de cambios que en las respuestas en torno a qu es la historia? solan ser recurrentes,
se tornan a permanencias en la historia de vida.
Si bien encontramos que la historiografa, entendida como el discurso que habla
acerca de los acontecimientos pasados, no se manifiesta en los procesos de construc-
cin de la identidad de los entrevistados, nos parece que la historia no est del todo
ausente en estos procesos. En qu sentido decimos esto? Los adolescentes al contar-
nos su historia, la tambin llamada entre antroplogos y socilogos historia de vida,
utilizaron estructuras narrativas propias de la historiografa. Con otras palabras: aunque
los entrevistados no hicieron referencia a las narraciones histricas establecidas (a las
narraciones que se les ensea en las aulas), s utilizaron estructuras narrativas de
corte histrico para narrar su vida.
Nos queda, entonces, hacer una distincin entre la historia, entendida como aquella
que busca explicar ms all de lo individual, y la historia personal, aquella significativa
tan slo para un individuo. Aclarado lo anterior, se puede decir que para los adolecentes
los temas y contenidos de la historia no son un elemento significativo para la construc-
cin de su historia. Sin embargo, a esta ltima le dan una estructura narrativa histrica.
El que no se encuentren contenidos histricos en la construccin de la identidad de
los entrevistados pero s las estructuras narrativas, se debe a las clases de historia que
han recibido a lo largo de su vida escolar? Este trabajo no pretende responder a esta
pregunta, se necesitara realizar una investigacin con nuevas preguntas y de mayor
alcance. Lo anterior no implica que la presente reflexin no arroje ciertos elementos
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La enseanza y el aprendizaje de la Historia
en el nivel medio superior en Mxico. La importancia
de las concepciones de docentes y estudiantes
Introduccin
El subsistema de educacin media superior en Mxico se puede caracterizar en distintos
niveles o planos de anlisis. Desde el plano ms estructural que reviste las modalidades
de estudio, los distintos programas educativos, as como, las tasas de acceso, seleccin,
permanencia y egreso de los estudiantes, en el cual se destacan las inconsistencias
entre el nmero de estudiantes que ingresan y la calidad con que terminan este nivel
educativo (Zorrilla, 2008). Un segundo plano que trata de las condiciones de fun-
cionamiento de distintas instituciones educativas, sus particularidades curriculares, los
grados de gestin acadmica y los perfiles acadmicos de docentes y estudiantes, con
variaciones importantes en las normas formales e informales en cuanto al cumplimiento
de sus metas educativas (Remedi, 2004). Un tercer plano situado en las tareas y acti-
vidades cotidianas que desarrollan docentes y estudiantes en sus respectivos espacios
acadmicos, semestres, turnos y salones o laboratorios, ubicados en un flujo amplio y
heterogneo de actividades que inician, transcurren y finalizan, sin que colectivamen-
te se tenga un balance de lo realizado, dado que tanto autoridades, docentes como
estudiantes, cada uno en su fuero interno asumen que administraron adecuadamente
las escuelas, ensearon distintos contenidos con grados de dificultad variados y que
finalizaron un ciclo escolar de acuerdo a distintas trayectorias, unas exitosas, otras de
manera aceptable y otras ms bien accidentadas (Dubet & Martuccelli, 1998). Por lti-
mo, un cuarto nivel, y no por ello menos importante, situado en el mbito del saln de
clases, a partir de los espacios ms ntimos de docentes y estudiantes que interactan a
propsito de un contenido definido en el plan de estudios y el programa de la materia.
Para los propsitos de este trabajo se concentra en el ltimo nivel de anlisis aqu
propuesto para dar cuenta de las concepciones de docentes y estudiantes sobre el
contenido histrico en un ambiente de aula, a partir del trabajo de observacin par-
* Antroplogo Social. Estudiante del Programa de Doctorado en Pedagoga. FFyL, UNAM. Colegio de
Ciencias y Humanidades, UNAM.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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to, pero casi al mismo tiempo, caen en el olvido. Los docentes se quejan de que los
estudiantes no saben matemticas, qumica o historia, porque no dominan procesos
de pensamiento complejos y lgicos, muchos de los cuales simplemente no les han
sido enseados con claridad en su trayectoria escolar. Los alumnos sealan que varios
de los conceptos y procedimientos de la ciencia, las matemticas, la historia o la escritu-
ra los han visto de distinta manera en sus materias de la escuela primaria, la secundaria
y el bachillerato. Algunos de estos contenidos los dominan a base de la repeticin y la
ejercitacin, de otros tienen una idea muy general y los ms saben que los han olvida-
do. Esta es una de las incgnitas que cada subsistema educativo tendra que aclarar en
sus resultados acadmicos, basta con revisar las pruebas de PISA y ENLACE (2009). Es
tambin uno de los supuestos de este trabajo en el sentido de que los estudiantes del
bachillerato tienen un dominio bsico del contenido histrico, el cual han acumulado
a su paso por los cursos de Historia Universal y de Mxico (Cornejo, 2011) sabiendo la
manera como les fue supuestamente enseado y no depende del turno, la trayectoria
escolar o el gnero.
Sin embargo, con frecuencia la realidad es mucho compleja de lo que parece, a las
primeras de cuentas, los estudiantes resultan evaluados negativamente mediante re-
cursos arbitrarios e incomprensibles, producto de estilos, rutinas y costumbres que pri-
vilegian la calificacin, en lugar del contenido educativo, el estilo del docente ms que
el dominio de ciertas habilidades de pensamiento, la concepcin negativa del docente
hacia el desempeo de los estudiantes, en lugar de inducir su aprendizaje. Pongamos
por caso, si un grupo de estudiantes no entendieron de manera clara un concepto, un
problema, o un episodio histrico, las ms de las veces as permanecern en lo sucesivo
a lo largo de sus trayectorias acadmicas: sin entenderlo ni haber podido reflexionarlo.
Lo valioso de este ejercicio de investigacin es que fue posible ingresar al ambiente
de aula en el cual se desarrollan importantes relaciones interpersonales del docente y
los estudiantes, a propsito del contenido educativo en cuestin. En este espacio de
interaccin social se pueden registrar con detalle las instrucciones docentes y las res-
puestas de los estudiantes en trminos de lo que entienden y lo que son capaces de
expresar en voz alta y en trabajos escritos. Es claro que aun cuando las aulas de un
plantel del bachillerato del CCH cuentan con instalaciones completas de mobiliario,
pizarrones y equipo audiovisual, el tamao de los grupos de tercer y cuarto semestre,
prcticamente hacinados, hacen ms difcil la interaccin del docente con los estudian-
tes, y por ende, con el contenido educativo.
En el mapa curricular del bachillerato el contenido histrico abarca cuatro semestres
de estudio, (dos de Historia Universal y dos de Historia de Mxico), a la altura del
cuarto semestre, los estudiantes ya cursaron tres semestres de Historia con lo cual ser
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Propsitos
El propsito central del trabajo es dar cuenta, por un lado, de lo que efectivamente est
pasando en los procesos de enseanza y aprendizaje de la Historia en un ambiente
de aula, y, por otro lado, de qu manera los estudiantes entienden el contenido
histrico de la materia Historia de Mxico II, y hasta qu punto hacen explcitos
momentos claves de dicho contenido en las exposiciones sobre un tema y en los traba-
jos escritos que presentaron a manera de breves ensayos.
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Cabe sealar que en las concepciones de algunos docentes predomina la idea de que
los estudiantes son indiferentes al contenido histrico porque no entran a sus clases, no
realizan los trabajos solicitados y no tienen una idea clara del pas al que pertenecen.
En otras palabras, las concepciones se traducen de alguna manera en estilos de trabajo
docente que catalogan negativamente el desempeo de los estudiantes, no lo hacen
saber directamente, pero con determinadas acciones en el aula lo estn diciendo.
El segundo supuesto es que el dominio de ciertos principios y habilidades de una
perspectiva histrica convencional no dependen necesariamente de la manera como
la escuela descontextualiza las trayectorias de los estudiantes al colocarlos en turnos
distintos de acuerdo a sus calificaciones y desempeos. Ms bien este dominio est
relacionado con la alta exposicin, ya sea clara o confusa, a contenidos histricos de
las materias que han cursado con anterioridad. Ms temprano que tarde, el nivel de
dominio aparece con cierta continuidad en lo que aprendieron de sus cursos de Histo-
ria, tanto en la secundaria como en el bachillerato, trastocando el prejuicio de que son
incapaces de aprender Historia.
En resumen, ambos supuestos sealan que los estilos de enseanza influyen en lo
que aprenden los estudiantes sobre el contenido histrico y el nivel de dominio que
alcanzan, en particular, el estilo de trabajo individual y aislado del docente determina
en gran parte lo que saben los estudiantes. En consecuencia, las concepciones de los
docentes estn basadas en el conocimiento comn que dan sustento y credibilidad
a las nociones, perspectivas e inferencias que suelen realizar en sus clases y con ellas
catalogan las exposiciones y trabajos que presentan los estudiantes (Carretero, 2004).
Consideraciones tericas
A continuacin se presenta un breve episodio sobre la importancia de las concepciones
previas en el campo educativo. Las percepciones sobre el mundo que suelen tener coti-
dianamente distintas personas suceden por lo general de manera implcita, es decir no
es consciente ni de los procesos que utiliza para hacer esas percepciones o acciones, ni
en muchos casos de sus propias representaciones, si no es a un nivel muy superficial
(Pozo, 1999, p. 514), dado que las acciones no son actos deliberadamente conscientes,
no es fcil descifrar los supuestos, creencias y expectativas que subyacen a las mismas,
solo es posible a travs de recursos como la verbalizacin y la explicitacin con los cua-
les se podr determinar su sentido ms explcito para fines de su comprensin.
Pozo seala que buena parte de las acciones de la enseanza y el aprendizaje en
sus mbitos ms naturales no son totalmente conscientes, en trminos de que pocas
veces se cuestiona el sentido de sus quehaceres, y no son explicitas las intenciones y
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las creencias que ms all de lo superficial, sustentan gran parte de estas acciones. Este
argumento coincide en gran parte con la visin antropolgica de las conductas tcitas
como un sistema cultural no necesariamente articulado, un cuerpo imprecisamente
conectado de creencias y de juicios (Geertz, C. 1994, p. 19), que se dan por hecho, en
tanto no requieren una justificacin amplia porque provienen de distintas tradiciones y
hbitos, pero que es til en la prctica para comunicarse con los dems.
Por ejemplo, la importancia de las concepciones implcitas es que desde la percep-
cin de los estudiantes suelen trasladarse indistintamente de un conocimiento discipli-
nario a una creencia respecto a lo que saben de ese conocimiento, o suelen creer que
dominan mejor los conocimientos simples que los ms complejos, lo cual constituye
una formacin incompleta en cualquier campo del conocimiento.
En trminos de una concepcin negativa hacia el otro es la que resulta de atribuirle
una condicin o cualidad negativa, dada su naturaleza innata de incapacidad para
lograr algo, o por su falta de experiencia, mejor entendida como fracaso escolar o ma-
los resultados en su formacin. Se asume que el fracaso escolar es algo natural, que
el desinters por el conocimiento, las deficiencias previas y la incapacidad para apren-
der son consecuencia natural de ser mal estudiante (Pereira, C. & Alves, J. 2004).
Esta concepcin est definida a la vez desde una posicin superior del docente (adulto),
que prcticamente no ha variado en sus trayectorias laborales, a pesar del contac-
toque ha tenido con distintas generaciones de estudiantes. Esta consideracin de que
el otro carece de algo influye de manera determinante en las creencias que se elaboran
sobre el comportamiento y la relacin con el otro, al ubicarlo en una posicin inferior,
sin capacidad de respuesta. Pozo seala que el contenido de las experiencias educa-
tivas tienden a ser repetitivas y memorsticas en las que los estudiantes no participan
de lo que sucede, simplemente reproducen lo que dice el profesor. Por lo general, se
insiste que los estudiantes aprendan a recordar cosas y eventos sin ningn componente
de comprensin o reflexin acerca de lo que saben del contenido educativo, puesto
que estn acostumbrados que lo ms importante para pasar el curso es repetir lo que
dice el profesor, o lo que dice la lectura en turno. Estas concepciones suelen mantenerse
relativamente estables en la formacin de los estudiantes, en apariencia sin cambio
alguno, y se aceptan como ciertas y crebles. La tarea de un cambio conceptual en el
contenido histrico representa un gran desafo.
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Aspectos metodolgicos
Este trabajo corresponde a una investigacin educativa ms amplia para los estudios
del Doctorado en Pedagoga que se cursan en la Facultad de Filosofa y Letras de la
UNAM. Este avance corresponde a una fase del trabajo de campo en una escuela del
bachillerato del CCH, el cual consisti, por un lado, en la observacin participante
de las clases de Historia de Mxico II del cuarto semestre de estudios, en un grupo de
estudiantes (45) y la profesora de la materia durante el ciclo escolar 2012-2. Y por otro
lado, el uso de la entrevista semiestructurada a un pequeo universo de estudiantes
del mismo grupo, con el fin de hacer explcitas las breves participaciones que tuvie-
ron en las clases, y describir la coherencia interna de sus trabajos escritos presentados
a manera de ensayos.
Cabe sealar que la primera fase del trabajo de campo consisti en un cuestionario
aplicado en 2011 en ambos turnos a dos grupos de alumnos sobre el dominio de la
perspectiva histrica (Freixenet, D., 2005) desde las concepciones de los estudiantes
y la opinin de varios docentes sobre los estudiantes que cursan el turno vespertino.
La presencia del observador en el aula es participante, mediante un previo acuerdo
con la docente y los estudiantes. Los criterios para seleccionar a la profesora fueron: la
formacin disciplinaria en el campo de la historia en los aos setenta, la larga trayecto-
ria acadmica en el rea curricular de la historia, el prestigio acadmico en la escuela y
el estilo docente convencional. Ya en el desarrollo de las clases, su estilo docente tuvo
variaciones en un rango de rigidez para asuntos como el control frreo del grupo que
mantuvo al filo de la inmovilidad a la mayora de los estudiantes y en otros asuntos
de flexibilidad como el consumo en forma indiscriminada de alimentos y bebidas en
el saln.
La lgica del trabajo consisti en tener algunas conversaciones fuera de clases con la
profesora y una amiga de ella, tambin del rea curricular de Historia, con el fin de ha-
cer explicitas algunas ideas de la docencia y del aprendizaje. Por ejemplo, la idea de
que los estudiantes son incapaces de aprender Historia y el hecho de que tienen muy
poco espacio para el anlisis y la reflexin de lo que se imparte en las clases de Historia.
La profesora A reaccion sorprendida aduciendo que los grupos son numerosos,
son muy inquietos y no alcanza el tiempo para que todos los alumnos participen. Su
amiga, la profesora B seal que falta tiempo para el anlisis y la reflexin, pero que
en sus grupos, los alumnos participan con inters y entusiasmo en las clases. Consi-
dera que los alumnos si son capaces de aprender, que ella siempre est atenta a sus
intervenciones y complementa los temas con distintos puntos de vista. Mientras tanto,
la profesora A escuchaba con atencin, e intervino diciendo que los programas son
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muy extensos, las unidades muy largas y con frecuencia los estudiantes no llegan bien
preparados de la secundaria.
Estos breves recorridos con las docentes desde el saln ubicado a varios edificios
de la direccin, o al estacionamiento brind la posibilidad de poner en comn algunas
reflexiones sobre el desempeo de los estudiantes. Por su parte, los estudiantes acep-
taron que me acercara a ellos al final de las clases para preguntarles la manera como
entendieron lo que expusieron sobre un tema, o los procedimientos que siguieron para
argumentar un tema del Mxico del siglo XX.
En este trabajo se presentan dos episodios de las clases de Historia de MxicoII, que
resumen con cierto detalle el contexto de la clase, la interaccin entre la profesora y los
estudiantes y el contenido temtico. Los registros plantean la relacin entre lo realmente
registrado en el contexto, lo que presentan y exponen tanto la profesora como los estu-
diantes, es decir, tanto lo que se dice como lo que no se dice, cmo entiende la docente
su trabajo y la manera como los estudiantes hacen ms explicito lo que expusieron.
Resultados
La exposicin de un tema
La profesora hizo la distribucin de los temas de cada unidad entre el nmero de
equipos que hay en la clase, son 10 equipos de cinco alumnos cada uno. Por lo
general asiste la mayora del grupo a clases, suelen faltar de dos a cuatro alumnos,
de los cuales no se sabe de su ausencia dado que no es un asunto explicito para la
docente. Es un saln amplio con dos filas de mesas y un pasillo en medio, aunque
hacia el fondo hay dos mesas en las que se sientan cuatro estudiantes. En ambas filas
los espacios entre silla y silla son prcticamente inexistentes, por lo que los estudiantes
estn muy prximos uno de otro.
Cabe sealar que a lo congestionado del tamao de este grupo de cuarto semestre,
se suman dos elementos ms: la cantidad de alimentos que a diario consumen a las
once de la maana dentro del saln y en el transcurso de la clase (tortas, papitas, dul-
ces, refrescos, lcteos fermentados, agua embotellada de sabores) y el frreo control
de la disciplina por parte de la profesora que busca mantenerlos callados y atentos.
El da de la exposicin de un tema, cada equipo lleva de cuatro a cinco lminas que
colocan a lo ancho de la pared donde est el pizarrn blanco. Estas lminas corres
ponden a la presentacin del tema y su contenido (titulo, objetivos, problema, hipte-
sis, desarrollo y conclusiones), en ocasiones se agrega una cronologa y un mapa. Hay
un ambiente altamente emotivo porque cualquier gesto, distraccin o malentendido
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durante la exposicin cobra una fuerza singular que se contagia, quedando en segundo
plano el contenido histrico en cuestin.
La preparacin de las lminas est planteada a manera de preguntas sobre el tema,
por ejemplo, en una lmina dice: la Revolucin Mexicana de 1910 y las preguntas
(Cul fue el papel del porfiriato? Quines participaron? Cules fueron las principales
demandas de los grupos sociales? Quines son los caudillos ms importantes?
La segunda lmina dice: Principales caudillos (Francisco I. Madero, Francisco Villa,
Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, lvaro Obregn y Lzaro Crdenas). La
tercera lmina es una cronologa simple de la fechacin ms conocida (1910, 1913,
1914, 1917, 1920), en la cuarta lmina sealan varias hiptesis: El Plan de San Luis es
una reaccin al mal gobierno de Daz, Las demandas de los grupos sociales no fueron
satisfechas por el movimiento revolucionario, y las inversiones extranjeras siguieron
presentes en el desarrollo del pas. La quinta lmina es un mapa de la Repblica Mexi-
cana coloreados los estados de Sonora, Guanajuato y Distrito Federal.
En la lmina de conclusiones dice: Los caudillos buscaban mejorar las condiciones
de vida de los trabajadores del campo, debido a la explotacin de los Estados Unidos
que tena el control de los recursos econmicos, Los campesinos reaccionaron con
el movimiento revolucionario porque no reciban un pago justo a su trabajo.
En su exposicin, este equipo ley en voz alta las notas que haban seleccionado
para este tema, por lo general son frases textuales del libro de texto. Uno de ellos ex-
puso sin leer las notas que llevaba, sobre el papel de Estados Unidos en el movimiento
revolucionario cuya injerencia fue muy clara, con la anuencia del expresidente Daz
y las compaas extranjeras. Sigue hablando de Daz como un dictador. La profesora
interviene para decir que la figura de Daz es importante pero no se trata solo de la
persona, sino de lo que pasaba en el pas. Plantea la idea de nacin versus la inversin
extranjera para sealar que es ms importante la nocin de conciencia nacional.
En varias de sus intervenciones, la profesora corrige las frases de los estudiantes
como sta ltima, para decirles que no personifiquen la Historia, sino que busquen
ms elementos para explicarla. Adems agrega que el libro base es solo una fuente
de consulta para la exposicin de los temas, es un libro muy general, ustedes deben
buscar en otras fuentes de informacin para ampliar los temas.
En otra de sus intervenciones de este mismo tema establece la relacin entre bur-
guesa y obreros, diciendo que el movimiento revolucionario no satisfizo las demandas
de los trabajadores. Al paso de varias exposiciones, los estudiantes parecen convenci-
dos de que esta manera de entender la Historia es la adecuada, al grado de que
validan lo que se expone en los temas.
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Sin embargo, hay momentos de conflicto. Una de las estudiantes alz la mano para
participar diciendo que el papel de Porfirio Daz no fue tan malo, con Daz tambin
hubo progreso, comunicaciones y , en ese momento fue interrumpida por la pro-
fesora para decirle que no se confundiera, que Daz favoreci la inversin extranjera
pero no al pueblo.
Un alumno alz la mano para decir: en el periodo de Daz solo se buscaba el poder,
no el progreso, la profesora agreg: tambin busc el control del pensamiento.
Las participaciones de los estudiantes son muy generales, confusas y no completan
las ideas que quieren expresar, en alguna medida porque la profesora no deja que ter-
minen de exponerlas. Ellos mismos caen en la cuenta de solo decir una frase y callarse.
La prisa de la profesora es porque hay varias manos alzadas que quieren participar,
con el fin de que reciban la firma correspondiente en su tarjeta de asistencias, trabajos
y participaciones.
Al final de la clase y ya en el pasillo, al aproximarme para pedirle ampliar su inter-
vencin, esta estudiante (Tania) con rostro de preocupacin, coment que ella estaba
en lo correcto porque el pas tuvo avances econmicos, aunque no del todo en los
aspectos sociales.
1. Equipo al final de la exposicin de Historia de Mxico II. Atrs lminas del tema
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2. Lminas del tema Presidencialismo y gua de actividades (Unidad, tema, objetivo, problema, preguntas, hip-
tesis, desarrollo y conclusin) (Marzo, 2012).
Como puede apreciarse en la lmina, las preguntas sobre un tema son muy gene
rales y hasta cierto punto simples. Basta con buscar las respuestas en la misma fuente,
sin la necesidad de reflexionarlas ni compararlas con otro episodio histrico. La repeti-
cin del contenido histrico es la norma de la clase.
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Cuesta trabajo organizarse para exponer, pero con un tema en la mano, podemos buscar
informacin en otras fuentes En la exposicin no utilizamos el libro de la clase solo
una parte, buscamos en otro libro en la biblioteca. Cuando se organizan mal, y la prisa,
repiten lo que dice el libro, porque no buscan bien la informacin Se trata de razonar
la informacin, si solo repites, no entiendes el hilo de lo que se trata. No se trata de leer
solo lo que dice el libro, sino de relacionar el tema con algn evento el presidencia-
lismo es la centralizacin del poder ejecutivo. Un ejemplo sencillo, donde el poder se
centra en una sola persona, en un solo compaero del equipo, que l decidiera lo que
se hace y la opinin de los dems no valiera (M-1).
La definicin de Presidencialismo est basada en lo que ley del libro de texto, cuya ver-
sin de la Historia de Mxico exagera el papel negativo de los periodos presidenciales.
El enunciado del libro hace una referencia incompleta y banal a presidentes que fueron
ms autoritarios que otros, como si todo el poder estuviese depositado solo en ellos, y
no se mencionan los contrapesos de cada periodo y la atencin al estado de derecho.
Por otra parte, se revisaron algunos trabajos escritos que los estudiantes entrega-
ron a manera de ensayos, a partir tambin de observaciones que la profesora les hizo
por escrito. Algunos estudiantes comentaron que despus de la revisin pudieron darse
cuenta de errores, incongruencias y falta de correspondencia entre el argumento, el
desarrollo y la conclusin del trabajo escrito. Varios comentaron que por primera vez
escriban un trabajo acadmico a manera de ensayo, lo cual result difcil de realizar sin
alguna orientacin previa. La mayora de ellos conoca de manera general la estructura
bsica de un ensayo (argumento, desarrollo y conclusin), pero no la haban ejercitado
en sus cursos anteriores. Se aprovech esta situacin para entrevistar a la profesora del
curso de Taller de Redaccin e Investigacin Documental para el cuarto semestre, quien
seal que muy pocas veces los estudiantes han practicado la elaboracin de ensayos,
ms bien realizan resmenes de un tema. Agreg que un problema fundamental es
la falta de coordinacin entre profesores del mismo grupo para establecer criterios
comunes en la solicitud de trabajos escritos, lo cual ha provocado una gran confusin
en los estudiantes al recibir instrucciones distintas para un mismo trabajo.
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En efecto, una revisin general de algunos trabajos escritos muestra que son un
tipo de resumen (a veces de cinco pginas) o una lista de ideas presentadas en forma
mecnica, la mayora de ellas copiadas del libro. Con la reflexin en voz alta se dieron
cuenta que son capaces de identificar ciertas dificultades que podran superar con una
orientacin adecuada que les permita escribir un argumento claro. Por lo visto no
alcanza solo con darse cuenta de que es posible corregir el trabajo, sino de hacerlo
varias veces, pero con la asesora de la profesora.
En su verbalizacin sobre el contenido histrico, algunos estudiantes fueron
capaces de relacionar distintos acontecimientos generales y especficos, advirtieron
que deben tomarse en cuenta distintos puntos de vista y que deban consultar varias
fuentes de informacin. Paola coment la manera en que tuvo que corregir dos veces
un ensayo:
Las dificultades para organizar las distintas partes de un ensayo son notorias, en tanto
los estudiantes carecen de procedimientos para hacerlo, y de ejemplos o muestrasde
ensayos que les permitan identificar distintos recursos argumentativos. Durante el desa-
rrollo de las clases, prcticamente no hubo oportunidad de hacer explcitos los errores
ms importantes de los trabajos escritos, la profesora los devolvi con correcciones
para que se hicieran de nuevo, pero stas no se hicieron explcitas al conjunto de la
clase.
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Lo que la profesora dice es que los estudiantes no llegan con los conocimientos ne-
cesarios para aprender Historia, con el paso del semestre supone que alcanzan a tener
una conciencia del pasado y del presente. Cuando se le pregunt que logran aprender
los estudiantes, considera que apenas alcanzan a saber seleccionar la informacin
adecuada para un tema o episodio histrico (se refiere a la seleccin de citas del libro
que hacen los estudiantes para participar en voz alta). Considera que saben relacionar
distintos hechos histricos sobre un tema, en los trabajos escritos se observa que
esta relacin es muy general y mecnica, agrega: de los errores se aprende, es difcil
sacarlos de sus tradiciones de trabajos, como hacer un resumen, o bajar la informa-
cin de Internet, algunas veces saben relacionar imgenes con temas.
La profesora lleg a la conclusin de que pensar histricamente no es fcil porque
los estudiantes para empezar no saben hacer un resumen, se requiere que sepan plan-
tear un problema, lo cual llama la atencin dado que en las clases difcilmente se logr
si solo repetan lo que deca el libro de texto.
Discusin
Algunos de los docentes entrevistados aoran los tiempos en que se reunan colegia-
damente para seleccionar y discutir textos de historia y de otras ciencias. Hoy esta
escuela padece una fuerte fragmentacin de sus contenidos educativos que de manera
estructural y curricular, limitan las posibilidades de encontrar puntos de encuentro
entre la lectura, la investigacin, el trabajo escrito y la reflexividad sobre el contenido
histrico.
En los trabajos de Pozo (2006) se ha comprobado que los estudiantes tienen con-
cepciones ms estables para tomar nota de distintas informaciones y prcticas que han
aprendido a lo largo de su trayectoria escolar. Saben con ms claridad de la que supo-
nemos, de qu son capaces, qu clase de decisiones tendrn que tomar, y cules son
las respuestas ms adecuadas al ambiente de aprendizaje en el que se encuentran. Lo
anterior no quiere decir que sus concepciones tengan una direccin clara, sino ms
bien ajustada al ambiente. El dominio de un contenido no es una tarea fcil porque el
subsistema educativo no ha sido capaz de orientarlos hacia su definicin, desarrollo y
logro. Es cierto que alcanzan un nivel de dominio superficial en contenidos que han visto
infinidad de veces, pero de manera distinta y a veces confusa a lo largo de su trayectoria
escolar. De igual manera, es posible asegurar que hay niveles de dominio del contenido
histrico mejor afianzados pero que no han sido aprovechados en sus cursos de Historia.
El diagnstico que se obtuvo mediante un cuestionario a dos grupos de estudiantes de
ambos turnos en 2011 da cuento de ello. Adems, siguiendo con el argumento de Dubet
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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Gnero, Patrimonio y Enseanza
de la Historia en Garb Asun (Egipto).
Experiencias de investigacin y cooperacin
Introduccin: El contexto
Garb-Asun es una pequea poblacin situada en la orilla contraria a la ciudad egipcia
de Asun, y en frente de ella. Entre ambas poblaciones se encuentra el ro Nilo, por lo
que la comunicacin en motorboat es constante y con una duracin de 10-15 minu-
tos. sta realidad ha provocado que la localidad no haya tenido un amplio desarrollo
de servicios y haya mantenido las seas de identidad de una poblacin que ha basado
la fuente de su riqueza en la capital de la provincia, el trabajo en pequeas y fa-
miliares parcelas agrcolas, en la ganadera (principalmente ovejas y camellos) y en el
turismo que, desde Asun se traslada para realizar pequeos traslados en camello por
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
1La necrpolis abarca una cronologa desde la VI Dinasta hasta finales de la XII (1800 aC). En ella se
encuentran, entre otras, las tumbas de Herjuf, Pepi-Najt Heqa-ib I, Sabni I y II o Sarenput I y II.
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Ilustracin 1. Situacin del yacimiento y la poblacin; vista del yacimiento desde las afueras de Garb Asun.
2 Jimnez Serrano, A.; Martnez De Dios, J. L. y Anguita Ordez, J. M., (2008). Proyecto Qubbet el-
Hawa: La tumba n 33. Primera campaa (2008), en: Boletn de la Asociacin Espaola de Egiptologa.
3 Proyecto I+D+I HAR2009-08600 Excavacin, estudio y conservacin de la tumba n 33 de la ne-
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Son muchos los autores y autoras que relacionan la enseanza de la Historia con la
de la ciudadana y stas con el desarrollo de la conciencia histrica. No podemos
entrar en estas pocas pginas en el debate, ni es el objeto de este trabajo, pero s
corroborar la necesidad de abordar procesos y procedimientos de la enseanza de
la Historia que la relacionan con las concepciones del futuro (Jensen, 2000; Laville,
2001), ms an cuando, asumiendo distintos postulados de la teora prctica y cr
tica, consideramos que el currculum es un constructo social que se genera y cambia
desde la prctica, a la que debe servir, y que se ve condicionado por un conjunto de
circunstancias coyunturales y estructurales, y an as, dentro de la teora curricular
crtica y radical que enfrenta el anlisis de la desigualdad en la escuela encontramos
la infraconsideracin de la categora de gnero frente al predominio de la clase so-
cial-e incluso de la etnia- en tanto que factor estructurante de las relaciones sociales
y de las producciones culturales (Gregorio y Franz, 2006, p. 93).
De ah que, lo primero que tenemos que analizar es para qu tipo de curriculum
vamos a planificar nuestras acciones. En este sentido, y partiendo de una tradicin
que Prez Gmez (1992), entre otros, denomin perspectiva tica de la educacin,
debemos tener en cuenta lo que en cada contexto se considera fundamental para la
integracin crtica y transformadora de las jvenes generaciones en la sociedad.
Estas consideraciones nos parecen fundamentales para poder plantear unas estrate-
gias metodolgicas y didcticas que, partiendo de una estructura de pensamiento eu-
ropeocentrista, como es la nuestra, por nuestra formacin o deformacin profesional,
con un sistema educativo cuya finalidad es la adquisicin de competencias bsicas para
la formacin ciudadana, sea inteligible, aplicable, desarrollable y de utilidad comn
a diversas estructuras y concepciones educativas que comparten la voluntad de ser
reconocibles y respetadas en una sociedad globalizada, con innumerables formas y
modosde intercambio de ideas ya sea de manera presencial, ya sea a travs de redes
o medios de comunicacin. Por tanto, interculturalidad para la diversidad cultural con
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una meta comn: formar en la conciencia histrica y dotar de instrumentos para repen-
sar el pasado y el presente de manera que se pueda afrontar el futuro participando de
manera activa y crtica en su fundamentacin. Para ello creemos necesario introducir
los trminos gnero y ciudadana en nuestras investigaciones y propuestas de ensean-
za de la Historia.
En este sentido, el paradigma feminista, desde la consideracin del gnero,4 parte
de la idea de que los modos de pensar no son modelos invariantes y que el feminismo
puede enriquecer el quehacer cientfico al generar ideas y modelos cientficos tiles
para la humanidad5. La teora feminista se centra en desvelar los valores patriarca-
les presentes en nuestras formas de entender y analizar nuestras realidades con el
objetivo de construir una ciencia y un mundo en el que las diferencias sexuales no
impliquen desigualdad social, econmica, poltica o investigadora, objetivo para el
que es de suma importancia la categora de anlisis que conocemos con el nombre de
gnero, definido como categora fundamental de la realidad social, cultural e histri-
ca, y la percepcin y estudio de dicha realidad que comprende un conjunto complejo
de relaciones y procesos en trminos de relaciones intergenricas e intragenricas.6
Por eso incorporamos el gnero7 como categora de anlisis (Fernndez Valencia,
2004) en sus tres componentes: el simblico, el estructural y el individual, introducien-
do nuevos objetos de estudio relacionados con los intereses y las experiencias de las
mujeres, asumiendo nuevos puntos de vista, que posibilitan la formulacin de hiptesis
de investigacin, hiptesis explicativas y conocimientos diferentes. Es decir, hay que
evitar que las informaciones sobre las mujeres se conviertan en un aadido a la historia
androcntrica. La perspectiva de las relaciones de gnero supone que la categorade
gnero, como las categoras de clase o estamento, sea instrumento bsico para laex-
plicacin de la organizacin social y de las relaciones sociales. Por eso replantea la
Historia (Fernndez Valencia (coord.), 2001, p. 85), y adems, creemos que la escue-
larequiere una de-construccin de las prcticas sociales, de las estructuras que forman
nuestro legado cultural y que han sido consecuencia de las relaciones de dominacin
4 Cols Bravo, P (2001) Revista de Investigacin Educativa, Volumen 19, nmero 2, pp. 291-314
5 La explicitacin de estas propuestas puede verse en Cols, P. (2000) Postmodernismo, Feminismo
e Investigacin Educativa. Universitas Tarraconensis. Universidad de Tarragona; o Cols, P. (2001a) La
investigacin sobre gnero en Educacin. El estado de la cuestin. En Pozo Llorente, T.; Lpez Fuentes,
R.; Garca Lupin, B. y Olmedo Moreno, E. Investigacin Educativa: diversidad y escuela. Granada: grupo
editorial universitario. pp. 13-35.
6 Dentro del paradigma feminista, nos declaramos abiertamente seguidoras del feminismo de la igual-
dad, propugnado por autoras como Celia Amors (1985), o Amelia Valcrcel (1991).
7 Amelang, J.S.; Nash, M. (eds) Historia y gnero. Las mujeres en la Europa Moderna y Contempornea.
Valencia.
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y de poder de algunos varones sobre otros y sobre las mujeres, y no el resultado del
consensode los sujetos que participan en igualdad (Rodguez Martnez, 2006, p. 10).
Desde este punto de vista, podemos decir que la historia de las mujeres en la cul-
tura Nubia, tanto en la Historia de Egipto como en la de Sudn, se ha visto totalmente
limitada a pocas alusiones casi vinculadas a la leyenda. Adems, hoy por hoy, las mu-
jeres de Garb-Asun desarrollan una labor fundamental en el desarrollo econmico
de sus localidades, gracias a la artesana con fines comerciales vinculados al turismo,
o incluso con el mantenimiento de tradiciones culinarias que hacen que la comida
Nubia sea altamente apreciada incluso por los egipcios.
Ilustracin 2. Elaborando productos artesanos para la venta y preparando alimentos para la comida.
Ilustracin 3. La tumba 35n es una magnfica fuente de informacin para descubrir la vida cotidiana de hombres
y mujeres nubias a partir de las pinturas.
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No vamos a entrar aqu en las formas culturales nubias segregadas por sexos, y a su
vez por roles de gnero, pero s podemos afirmar que recae sobre las mujeres el man-
tenimiento de la identidad cultural, de la que hombres y mujeres se sienten orgullosos,
frente a la rabe o a la egipcia, hasta tal punto que a las mujeres no les est permiti-
do contraer matrimonio fuera de su comunidad cultural, mientras que a los hombres
s. De esta manera nos encontramos a chicas jvenes que han de esperar, en algu-
nas ocasiones, a que los hombres que han contrado un primer matrimonio fuera de
la comunidad (normalmente con alguna mujer occidental), finalizado ste vuelvan para
contraer unas segundas nupcias con una mujer nubia y as conseguir que sus hijos e
hijas se formen en dicho parmetros culturales; es decir, la endogamia cultural es muy
fuerte y est en el eje central de su cultura popular.8
Ilustracin 4. Vecino de Garb Asuam fregando utensilios a la puerta de su casa e inspectora de arqueologa obser-
vando el trabajo de los operarios en una excavacin wn Qubbet el-Hawa.
Las concepciones sociales por tanto, y como nos demuestra Haraway (1995), marcan
modelos binarios, jerrquicos y normativos que encajan con las necesidades de desa-
rrollo social de una poca, necesidades que son definidas y elaboradas por los
grupos sociales dominantes. Los grupos sociales dominantes producen discursos que
producen conocimientos que producen poder que reproducen grupos dominan-
tes que reproducen discursos que reproducen poder.
Desde una posicin crtica la verdad es una forma, entre otras, de representacin
del mundo, la representacin de la ideologa dominante naturalizada y elevada al ran-
8 Aquella que existe en el pueblo; que no est escrita ni se ajusta a normalizacin; se transmite por las
mujeres de manera oral; se produce en el interior de las comunidades y es propia e intransferible de
ellas; se enriquece y evoluciona en el mbito privado.
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9 Gmez Rodrguez, A. E. (2005) Tendencias en la educacin ciudadana en el siglo XXI. En Iber, 44,
pp. 7-15.
10 No obstante, hemos de sealar que an queda mucho por hacer al respecto, partiendo de las premi-
sas del informe Eurydice (2005) Citizenship Education at School in Europe, European Commission, Bruselas
(http://www.euryce.org; ltima consulta 04-04-2011).
11 Para comprender lo que queremos decir en este apartado, recomendamos la lectura de Gil Jaurena, I
(2009) Diversidad cultural en educacin obligatoria, Qu sucede en las escuelas? en Fernndez Mon-
tes, M; Mllauer-Seichter, W (Coord) La intergracin escolar a debate. Madrid, pp. 143-169.
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Ilustracin 5. Nio y nia camino de la escuela e Garb Asuam y ejemplo de relieve funerario en la tumba 35m
donde aparece una pareja representada. En la misma tumba hay ms ejemplos similares.
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trimonio cultural inmaterial (tradiciones orales, artes del espectculo, rituales, etc.);
el patrimonio natural (sitios naturales que revisten aspectos culturales como los paisajes
culturales, las formaciones fsicas, biolgicas o geolgicas, etc.). Todas ellas estn pre-
sentes en el yacimiento y en Garb-Asun. Adems, trabajando sta concepcin de
patrimonio y teniendo en cuenta que la cultura se define no ya como una dimensin
accesoria del desarrollo, sino como tejido mismo de la sociedad y como fuerza interna
para su desarrollo (AECI, 2009), seguimos las premisas de la Declaracin sobre las
Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras (12
de noviembre de 1997), especialmente sus artculos 7, 10 y 11, de la Convencin para
la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) as como las de su desarrollo
en 2008, conjuntamente a la Declaracin Universal de la Unesco sobre Diversidad Cul-
tural. Como podemos comprobar, nos encontramos ante una potente estrategia tanto
de investigacin como de colaboracin, lo que tanto las instituciones egipcias como el
propio proyecto de la Universidad de Jan han sabido entender y potenciar.
De esta manera y siguiendo a Levesque (2008), la gente en el pasado no slo
tena diferentes formas de vida, tambin tena experiencias, actuaba de acuerdo con
diferentes normas y sistemas de creencias. Para tratar de dar sentido al conocimiento
de estas situaciones, los y las historiadoras han recreado e imaginado la situacin a tra-
vs de la comprensin emptica, al mismo tiempo que han contextualizado el pasado
de acuerdo con sus percepciones contemporneas y sus juicios morales. Para Jenkins
(2009) la empata es una ilusin que ha tomado fuerza especialmente en la enseanza
de la historia, aunque en realidad es una empresa tan imposible como intil. En todo
caso la empata requiere de la imaginacin histrica y de la contextualizacin
de nuestros juicios sobre el pasado. En opinin de Levesque (2008) la historia escolar
contribuye a desarrollar la imaginacin, la empata12 y la educacin moral. Para
Martineau (2002) la enseanza de la historia ha de ser un instrumento para formar el
pensamiento crtico y creativo. Crtico, para realizar valoraciones del pasado, compara-
ciones y relaciones con el presente. Creativo, para imaginar futuros alternativos en la
evolucin de los problemas sociales actuales.
Y podemos utilizar ste Patrimonio Cultural para analizar e interpretar la Historia
a partir de las fuentes que nos ofrece el yacimiento de Qubbet el-Hawa. Para Ankersmit
(2004), cuando interpretamos datos o fuentes histricas incorporamos nuestra expe-
riencia histrica. En la enseanza, cuando queremos que el alumnado viva la historia,
su experiencia histrica puede ser un instrumento de motivacin y de comprensin
12 La empata es un concepto procedimental que nos ayuda a imaginar cmo era o a comprender las
motivaciones de los actores del pasado, que ahora nos pueden parecer equivocadas.
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Metodologa empleada
Para llevar a cabo esta parte del proyecto, en primer lugar desarrollamos una primera
investigacin, fruto de la cual, elaboramos una Propuesta de estudio, anlisis e interven-
cin para la puesta en valor y musealizacin del yacimiento Qubbet el- Hawa (2010),
en el que se ponan de manifiesto las fortalezas y debilidades del yacimiento arqueo-
lgico y los primeros objetivos que nos plantebamos para convertirlo en un espacio
de aprendizaje y desarrollo local, desde la colaboracin con las autoridades egipcias.
En dicho documento se establecan adems diversas propuestas de itinerarios para
la visita al sitio arqueolgico establecindolos a partir de distintos grupos de edad,
procedencia e inters de aprendizaje.
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Ilustracin 6. Proyecto para la construccin de un nuevo ticket office para el yacimiento elaborado por el arquitec-
to colaborador del proyecto y evolucin de la construccin con el director del Proyecto y las autoridades egipcias.
Ilustracin 7. Documentos para la propuesta de itinerarios por el yacimiento elaborados en la Propuesta de
estudio, anlisis e intervencin para la puesta en valor y musealizacin del yacimiento Qubbet el-Hawa (2010).
13 Patton, M. Q. (1987) How to use qualitative methos in evaluation. Beverly Hills, CA. Sage.; Taylor, S.J.;
Bogdan, R. (1986) Introduccin a los mtodos cualitativos de investigacin. Barcelona. Paids.
14 Cols Bravo, M.P.; Buenda Eisman, L (1998) Investigacin educativa. (3 edicin). Sevilla. Alfar.
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Conclusiones
Convertir un yacimiento que est en otro pas, en espacio de enseanza y aprendizaje
patrimonial para la enseanza de la historia desde una perspectiva de gnero re-
quiere, no slo la colaboracin con las instituciones de dicho pas, sino tambin con la
sociedad, la cultura y el desarrollo econmico del enclave. Adems, implica poner en
marcha estrategias de programacin y planificacin que permitan favorecer la construc-
cin del conocimiento tanto en la enseanza formal (en nuestro caso hemos optado
por hacerlo tanto en el contexto educativo Egipcio y en el Europeo-concretamente
Espaa e Italia), como en la enseanza no formal, vinculndolo al desarrollo del turis-
mo didctico de calidad, de manera que quienes se acerquen al yacimiento puedan
tener una gua que les ayude (en funcin de edad e intereses) a guiar la visita para
interaccionar con el patrimonio y comprender la evolucin histrica y social entre
el pasado y el presente, as como la formacin intercultural de una nueva ciudadana.
Estos objetivos no son fciles de alcanzar. Es necesaria la implicacin de distintas
reas de conocimiento, el trabajo interdisciplinar e intercultural, as como la coope-
15 La teora del aprendizaje situado fue propuesta por Lave y Wenger en la dcada de los noventa. Los
principios de aprendizaje que esta teora postula son: i) todo aprendizaje necesita de un contexto para ser
adquirido y ii) el aprendizaje requiere interaccin y colaboracin. (Lave, J., y Wenger, E. (1990). Situated
Learning: Legitimate Periperal Participation. Cambridge, UK: Cambridge University Press.).
16 Niemeyer, B (2006) El aprendizaje situado: una oportunidad para escapar del enfoque del dficit
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Ilustracin 8. Escolares a las puertas del museo Nubio de Asun y escolares tras la realizacin de un taller de apren-
dizaje en el Museo Provincial de Jan.
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Evaluacin de competencias de aprendizaje
histrico que presentan
tres generaciones de jvenes bachilleres
de Centros Escolares en el Estado de Puebla
Introduccin
En los albores del siglo XXI una de las principales preocupaciones en el bachillerato,
radica en que los profesores tengan la certeza que sus alumnos aprovechan al mximo
sus saberes, producto de una prctica slida de la enseanza y verificacin del apren-
dizaje, porque se suele centrar la atencin docente en cmo impartir las clases, pero
pocas veces se recapacita sobre la labor de aprendizaje en el aula (Daz, 2007, p. 24).
Desde el conocimiento histrico Sebastian (1994, p. 9) establece que el aprendizaje
es definido como el proceso cognoscitivo que deriva en los cambios de la conducta que
se producen en los sujetos en el saln de clases dominando una serie de saberes estra-
tgicos, y donde el profesor debe estar adems de comprometido por la enseanza,
asegurar que sus alumnos aprenden con oportunidad.
En Historia se comprende que el uso exclusivo del conocimiento disciplinario no ase-
gura un buen proceso de enseanza y aprendizaje en los educandos, por lo que debe
pensarse en lograr el sentido integral que requiere la docencia y que Shulman (1999)
referencia a partir de las dimensiones didcticas, disciplinares, contextuales y estratgicas.
Uno de los mecanismos que permite verificar si se est gestando el aprendizaje
en los alumnos se puede proyectar desde el proceso de la evaluacin que en el aula es
comprendido por el profesor como la medida de los niveles de mejora, que en el plano
del conocimiento y el desarrollo de las habilidades aparecen en los estudiantes como
consecuencia de las experiencias vividas y fundamentando lo que se hace para alcanzar
los objetivos educativos de la asignatura en la bsqueda de la adecuacin y mejora del
proceso enseanza-aprendizaje en Historia (Nieto, 2001, p. 214).
* SEP Puebla, Subsecretara de Educacin Media Superior, Direccin de Bachilleratos. BUAP, Facultad de
Filosofa y Letras, Colegio de Historia.
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En la tarea por evidenciar la relacin que se establece entre la evaluacin con el en-
foque por competencias se ha tomado como propuesta de valoracin del aprendizaje
la Prueba Protocolo, donde se ubican transversalmente las competencias que permite
analizar los logros en torno a la formacin de ciudadanos reflexivos y participativos,
conscientes de su ubicacin en el tiempo y el espacio. De la Prueba Protocolo se ex-
trae informacin sobre las competencias del alumno, registrando lo que cada cierto
tiempo acaba de hacer, sus preguntas son abiertas, se cubre la secuencia global del
proceso de aprender, e indaga comportamientos del alumno con respecto a un tema
histrico.
Recibe el nombre de Prueba Protocolo, producto de su construccin etimolgica
que procede del latn protocollum, que a su vez deriva del vocablo griego protos, que
significa primero y el vocablo de origen latino collium o collatio que significa cotejo,
la prueba protocolo se concibe como el proceso sistemtico que ubica las aptitudes
de aprendizaje del alumno en su carcter de contexto que se presentan primero de la
lectura de un texto o problema, para despus cotejar con dicho texto o problema los
reactivos que se tendrn que responder estratgicamente. La prueba protocolo segn
Barnet (2000, p. 24) proporciona un conjunto de acciones internas ejecutadas por el
alumno encaminadas a dotar a los saberes de nuevos significados.
La escala ESEAC en la Prueba Protocolo se concreta a desarrollar las dimensiones:
estratgica y de contextualizacin, donde finalmente el alumno se visualiza como un
estratega del pensamiento que toma decisiones para clarificar la ambigedad de la
adquisicin del conocimiento (vase cuadro 1).
102
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Tema de estudio La participacin de las mujeres Crnica poltica del La Batalla del 5 de mayo de
en la Independencia de Mxico decenio 1910-1920 1862
Tipo de Descriptiva porque cuantifica indicadores que miden el aprendizaje en correlacin a una serie
investigacin de variables de estudio producto de la aplicacin de una prueba protocolo.
104
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Para contestar a las pre- 73 de 120 4.0 147 de 195 3.7 155 de 190 4.1
guntas que se me irn
formulando sobre el mismo
debo saber cosas que ya
he estudiado en las clases,
como por ejemplo:
Hay otros aspectos que he 72 de 120 3.9 166 de 195 4.2 164 de 190 4.3
trabajado sobre y que no
aparecen en el texto que he
ledo. Cita algunas de ellas.
107
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Antes de comenzar la prueba nos inte- 76 4.1 154 3.9 150 3.9
resa conocer cmo te encuentras. qu
piensas de ti como estudiante?
113
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
do el aprovechamiento de los alumnos como bueno, producto de que ellos estn acos-
tumbrados a aprender Historia en base al manejo de fechas, personajes, lugares y la
acumulacin de informacin. Desde la dinmica de la competencia: se autodetermina
y cuida de s, qued claro que el alumno comprendi que contaba con las bases para
adentrarse en el mundo de las respuestas factuales, manifestando seguridad y cuidado
de s en los juicios emitidos (vase grfica 1).
En un trmino intermedio aparece la competencia: aprende de forma autnoma,
desde donde los resultados referenciaron un desempeo regular de los alumnos. La
solucin de problemas que se presentaron en el nivel de abstraccin (3.6) y la concien-
cia cognitiva (3.2) no evidenciaron datos slidos, porque el alumno de bachillerato
se encontr con la condicionante de la dependencia hacia lo que dice el profesor. La
comprensin de la lectura de un texto, o la formulacin-resolucin de un problema,
los hizo dudar en las respuestas donde deban expresar su propia opinin, resolver y
decidir con los escasos datos que se ofrecan en la prueba.
Las competencias que se deben atender a detalle son: se expresa y comunica (3.3),
piensa crtica y reflexivamente (3.2) y participa con responsabilidad en la sociedad
(3.3). En el caso de la competencia se expresa y se comunica se encontr que los
alumnos no tuvieron problemas para establecer una representacin del lenguaje en
forma verbal, las limitaciones aparecieron cuando se les pidi que dibujaran mapas o
construyeran lneas del tiempo, los cuales son recursos didcticos de importante valor
en la enseanza de la Historia, la experiencia en el aula indica que actualmente los
alumnos estn influenciados por las imgenes que se difunden desde diferentes me-
dios de comunicacin, no obstante por el dato encontrado se tiene que los alumnos
estn determinados por las imgenes ya hechas, no as cuando a ellos se les pide que
las construyan.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Con respecto a las analogas se comprob que a los alumnos se les dificulta vincular
un hecho histrico con la realidad cotidiana que les rodea, quiere decir que los alum-
nos no estn encontrando respuestas y explicaciones del presente que les toca vivir a
partir del estudio de la Historia, aqu es donde los profesores deben esforzarse para
que sus alumnos ubiquen el sentido de pertinencia y utilidad de aprender historia en
el bachillerato.
Dicha dinmica entonces lleva a valorar la competencia del nivel de pensamiento
crtico y reflexivo en el alumno (3.2), porque si su sentido de expresin y comunicacin
es limitado, entonces ser difcil que el alumno al ubicar un problema histrico se le fa-
cilite proponer alternativas que tiendan a corregir las limitaciones sociales, econmicas,
poltica, culturales, educativas que caracterizan a la humanidad contempornea.
En el caso de la competencia: participa con responsabilidad en la sociedad (3.3),
el resultado oscil hacia la escala del regular y desde la dimensin de la motivacin y
ansiedad se encontr que los alumnos se sienten tranquilos si se da una correspon-
dencia entre la forma en cmo aprenden la historia y su respectiva evaluacin de
tipo factual donde se respondan cuestiones como el qu, por qu, para qu, quin
fue, cules fueron, entre otros. En el anlisis de la prueba se encontr que la acti-
tud de los alumnos se modific conforme fue avanzando la actividad ya que tuvieron
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
que romper con el paradigma de lo factual y memorstico para transitar por uno nuevo
donde se hizo necesario el dominio y manejo de los conocimientos, habilidades y
actitudes proporcionadas en las asignaturas de Historia Universal e Historia de Mxico.
Consideraciones finales
La situacin de la Historia en el Bachillerato es compleja porque se percibe una actitud
de desinters, tedio y aburrimiento del alumno hacia la disciplina, por lo que el pro-
fesor debe ser creativo para modificar la idea que tiene sobre que la Historia no sirve
para nada y, por tanto, no vale la pena estudiarla.
Partiendo de la evaluacin del aprendizaje histrico por competencias que presen-
tan los alumnos de bachillerato, aparecen como desafos el desarrollo de competencias
que le permitan al alumno alcanzar el sentido de anlisis, crtica y reflexin, por ello, a
los profesores que imparten Historia se les proponen los siguientes aspectos que propi-
cien su movilizacin en el aula para un mejor aprovechamiento del alumno.
Fundamentados en la corriente constructivista y para trabajar las competencias los
profesores deben organizar diferentes experiencias de aprendizaje con finalidades enca-
minadas a que en un sentido integral el alumno adquiera conocimientos, desarrolle
habilidades y asimile actitudes que favorezcan la construccin de nuevos conceptos,
solucione problemas, experimente, redacte, etc. y desde donde el profesor observe de
cerca la evolucin y aprovechamiento de los alumnos.
En el aspecto de la metodologa de la enseanza el profesor debe planear y tomar
decisiones previas a la clase considerando las necesidades de sus grupos de aprendizaje,
considerando para ello la distribucin fsica del saln, los materiales didcticos y las
funciones y roles que deben desempear los alumnos dentro del aula.
Dependiendo del grado de madurez y habilidad de los alumnos el profesor debe
disear, distribuir y asignar materiales didcticos de tipo histrico que le faciliten la
comprensin del conocimiento a travs de la ubicacin en tiempo y espacio (Lpez,
2001, p. 1). El maestro al planear la sesin debe visualizar las funciones que asumirn
los alumnos, reconocido las habilidades ptimas de cada uno, favoreciendo la compren-
sin del concepto o temtica en cuestin.
El docente debe mantenerse observador a cualquier cambio de actitud que presen-
ten los estudiantes, su progreso y desarrollo de habilidades, as como de los valores
asumidos; para ello, puede valerse de seguimiento basado en un anecdotario, o ins-
trumento diseados por l mismo. Su observacin debe ser metdica, anecdtica y
descriptiva; adems de vigilar la sociabilidad de los alumnos, e intervenir cuando se
requiera. De la misma manera para ir considerando la movilizacin de las competencias
116
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
en el joven bachiller debe propiciar que al finalizar la leccin se realice una conclusin
del tema, interviniendo oportunamente cuando detecte carencias en el aprendizaje.
Referencias
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Daz, F. (2007). Modelo para autoevaluar la prctica docente. Madrid, Espaa: Praxis
Garduo, T. (2009). Una educacin basada en competencias. D.F., Mxico: Aula
Nueva Lpez, M. (2001). Historia y Ciencias Sociales: estrategias de enseanza y
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Nieto, J. (2001). Didctica de la Historia. D.F., Mxico: Aula XXI.
Sebastian, M. (1994). Aprendizaje y memoria a lo largo de la Historia. Madrid,
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tituyen el marco curricular comn del Sistema Nacional de Bachillerato. En: Diario
Oficial de la Federacin, martes 21 de octubre. D.F., Mxico: SEP.
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un Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad. D.F., Mxico: SEP.
Shulman, L. (1999) Taking learning seriously. En: Change. Volume 31, Number 4. Was-
hington, Estados Unidos: Carnegie Foundation.
117
Transversalidad en Historiografa y Didctica:
propuesta de enseanza de la Historia
por practicantes del Colegio de Historia, BUAP
Introduccin
La Historia debe formar en el alumno la conciencia del criterio de unidad nacional
como medio favorable para facilitar la evolucin social de Mxico, es lo que establece
el plan de estudios vigente desde el 2006 en el Bachillerato General poblano. El estu-
dio de la Historia de Mxico se fundamenta en la necesidad de explicar el desarrollo
de la sociedad en su espacialidad y temporalidad para entender el presente del pas,
por lo que se maneja el concepto de Historia como conocimiento y acontecimiento,
sealando la importancia del discurso histrico en la conformacin de la identidad
del individuo y de la sociedad que desde un enfoque comparado y total, se convierte
como enseanza en el instrumento adecuado para describir los procesos y poner a
prueba los modelos para distinguir en las mltiples combinaciones entre lo viejo y lo
nuevo, lo que es promesa, y lo que es amenaza (Vilar, 1998, p. 52).
Bajo el fundamento del programa de estudios de Historia de Mxico en el Bachi-
llerato General para el profesor lo vlido es el tratamiento de temas histricos, a
travs de una metodologa investigativa, donde se ayude al estudiante a formular pro-
blemas, plantear hiptesis y mostrar las fuentes de informacin a fin de verificarlas
o desecharlas, hay que recordar a los jvenes segn Gonzlez (2004, p. 124) que la
Historia de la civilizacin ha de proyectarse sobre una red de nombres, fechas y su-
cesos concretos, que permitan visualizar hechos histricos puntuales los cuales se docu-
mentan para delimitar su legitimidad en la colectividad. De esta manera la creatividad
del estudiante se estimula contribuyendo a su desarrollo intelectual, en una forma ms
perdurable, que la simple acumulacin de conocimientos.
El bajo rendimiento acadmico de los estudiantes, en cuanto a la apropiacin de los
saberes histricos que plantean los planes y programas de estudio, es reflejo del ob-
soleto mtodo de enseanza, que impera basado en la acumulacin excesiva de cono-
cimientos donde se privilegia la memorizacin de los datos. La funcin del maestro de
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Historia es hacer que sus alumnos conozcan el pasado como clave para entender el pre-
sente porque la Historia no tiene como propsito juzgar el pasado sino comprenderlo.
La enseanza de la Historia a lo largo del tiempo ha tenido varios cambios y en
todos ellos, se abordan como factor primordial los principios de la educacin nacional
representados en: la identidad nacional, la justicia, la democracia, la independencia y
soberana, que permitan al individuo entender el proceso histrico y as interactuar
en los mbitos sociales. En el bachillerato general el aprendizaje de la Historia adems
del conocimiento de hechos histricos, debe partir de un planteamiento metodolgico
y sistemtico, que facilite el dominio de interpretacin y que generen en el estu-
diante un pensamiento crtico.
La carencia de recursos didcticos, as como la escasa capacitacin y actualizacin
del docente no permite egresar alumnos con una adecuada conciencia social, re-
flexiva, y participativa, porque la didctica de la Historia tradicional se ha limitado
a dar recetas sobre el proceso de la enseanza y el aprendizaje, sin reflexionar sobre
la prctica educativa y su transformacin social (Nieto, 2001, pp. 85-86), lo que ha
llevado por ejemplo a que las reformas educativas de la secundaria en 2005 y el ba-
chillerato en el 2006, desaparecieran a la Historia en el primer ao de secundaria y
redujeran el rea histrico social en el bachillerato por considerarla poco pertinente con
el pretexto de asegurar la eficiencia terminal, porque desde que inici la primera d-
cada del Siglo XXI la Historia es de las asignaturas que ms se reprueban en el sistema
educativo mexicano.
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Historia ocurre algo similar por ello es cotidiano que frente a la falta de dominio de la
asignatura se tiene que recurrir a las actividades rutinarias de los cuestionarios o los
aburridos dictados, quedando en el olvido elementos, tcnicas y metodologa que
permita a losestudiantes pensar histricamente (Gmez, 2004b, p. 4).
Quienes tienen la responsabilidad de impartir las asignaturas de Historia deben
apostarle a lograr una formacin disciplinar y pedaggica que asegure la enseanza
de los saberes histricos, comprendiendo que la Historia se aborda como conocimiento
y acontecimiento, para que la sociedad contempornea busque nuevas alternativas
que le ayuden a formarse un criterio propio y actuar en situaciones concretas (Gmez
& Garca, 2004a, p. 5). Para cambiar esta situacin algunos profesores han decidido
suprimir el enfoque tradicional de enseanza evitando los dictados y el monlogo,
pasando de clases pasivas a activas, interactuando con sus alumnos y favoreciendo un
aprendizaje ms puntual de los acontecimientos histricos.
120
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reconstruirse y relacionarse con el resto del pasado, esto conduce a la Historia total
(Heffer, 1991). Su perspectiva va ms all de la narracin de acontecimientos y se
orienta hacia el anlisis de las estructuras, pues lo que verdaderamente importa son los
cambios econmicos y sociales a largo plazo y los cambios geohistricos a muy largo
plazo que se presenten (Burke, 1993, p. 14).
El estudio de la Historia promueve en los jvenes de bachillerato la competencia
pensar histricamente de manera crtica y reflexiva el presente de la sociedad mexi-
cana, orientando sus sensibilidades sobre el conocimiento del pasado, para que sean
responsables de sus acciones futuras. Se propone como base metodolgica la presenta-
cin para cada una de las pocas histricas, de textos que expresan interpretaciones y
a partir de una diversidad de enfoques, otorgar al estudiante un contexto ms amplio y
comprender los acontecimientos histricos gestados en Mxico. Asimismo, se estable-
ce como accin de sntesis en la asignatura la interpretacin del desarrollo histrico
de la sociedad mexicana en su dimensin espacial y temporal, con el propsito de que
el estudiante piense histricamente y busque alternativas que le ayuden a formarse un
criterio propio y actuar en situaciones concretas (Garca, 2004, p. 103).
121
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Ejes transversales que se encuentran con dos aspectos importantes para la enseanza
de la Historia, las corrientes historiogrficas y la didctica (vase cuadro 1).
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Frente a todas las posibilidades de interpretacin que otorgan las corrientes historio-
grficas el practicante del COHIS antes de disear su clase debe pensar y hacerse cons-
ciente de la Historia a presentar con sus alumnos de bachillerato porque sabe que en
funcin del referente terico ser la interpretacin del acontecimiento.
Para comprender este punto se puede ejemplificar el diseo de una planeacin
didctica con enfoque disciplinario que establece la transversalidad en la enseanza
de la Historia, pensemos en un tema de estudio a trabajar en las aulas del bachillerato:
Porfirio Daz, caudillo, demcrata ficticio y dictador (1877-1910). En el diseo de activida-
des se identifican cuatro posibilidades de clase que otorgan las corrientes historicista,
positivista, materialista y la segunda generacin de la Escuela de los Annales.
Desde la corriente del Historicismo, se recupera la visin de Ranke, para quien las
circunstancias que originan a la Historia son personales. De esta manera en el aula se
propone trabajar cronolgicamente la Historia de vida de Porfirio Daz, y retomando la
teora rankiana se reconstruye el hecho histrico a partir del protagonismo de un indi-
viduo, ubicando la secuencia histrica sobre los tres roles que vivi como presidente de
la repblica. Para ello los estudiantes investigan acontecimientos econmicos, polticos,
sociales, educativos, culturales y cientficos del Porfiriato entre 1877 y 1910, a fin de
que elaboren una lnea del tiempo.
Si pensamos en la corriente positivista, la Historia se identifica como conocimiento
cientfico a partir de la bsqueda de informacin y de acuerdo al referente que
otorga Comte, se parte del anlisis de los hechos reales verificados por la experiencia.
De esta manera se decide llevar al aula los facsmiles de los siguientes documentos a fin
de que los estudiantes recreen la poca porfirista: 1. El plan de Tuxtepec proclamado
el 10 de enero de 1876 donde Daz desconoci como presidente a Lerdo de Tejada
(llegada del caudillo), 2. La Ley Reglamentaria de Educacin, promulgada en 1891 que
estableci la educacin como laica, gratuita y obligatoria (democracia ficticia), y 3.
Entrevista Daz Creelman (ocaso de la dictadura).
En el caso del Materialismo histrico y pensando en Durkheim con su teora estruc-
tural. En el aula los alumnos analizan el Porfiriato de forma estructuralista, fundamen-
tndose en el mbito econmico. La idea es que los alumnos se hagan conscientes de
la poltica econmica del Porfiriato llamada Liberalismo (dejar hacer, dejar pasar) que
predicaba los pilares del gobierno porfirista, gracias al uso del capitalismo, y con lo
que Mxico empez a lograr un avance en la Modernidad.
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Tema : Subtema :
L a dictadura porfirista C audillismo, democracia ficticia o dictadura
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integrado. En el aula los practicantes del COHIS incorporan propuestas que integran
una tentativa de solucin a un problema que consiste en un proyecto de investigacin
de desarrollo o de evaluacin. La solicitud de productos es til para conocer las ca-
pacidades de integracin, creatividad y proyeccin a futuro del alumno, para la obten-
cin de la evidencia se recomienda establecer como lineamientos de su construccin:
el problema a resolver; enunciar el fundamento que dar sustento terico al trabajo;
el fin con el que se realiza el producto, as como, los recursos financieros, humanos y
materiales requeridos.
La didctica basada en la discusin consiste en que el practicante propicie en los
alumnos la identificacin de conocimientos que deben estudiar por cuenta propia. La
discusin en el aula y desde el discurso histrico no asume el carcter de juicio para
la atribucin de notas, sino el de una fase del aprendizaje en este caso el mtodo de
exposicin oral. Entre sus acciones en el aula se espera que los alumnos estudien por
s solos para que ganen confianza en su capacidad para interpretar fuentes de informa-
cin, desarrollando su competencia de expresin y comunicacin. De esta manera el
practicante del COHIS formula la pregunta y espera que un alumno voluntario otorgue
la respuesta. En caso de que eso no ocurra, l indicar al alumno que debe hacerlo.
Obtenida una respuesta, pregunta a la clase si est de acuerdo y, si la respuesta es
realmente satisfactoria, se pasa a la siguiente. En caso de que la respuesta no sea satis-
factoria, el docente practicante insiste para que la rectificacin surja de un educando,
pudiendo entablarse una discusin, con la participacin de todos los que quieran, hasta
llegar al punto deseado. Despus de iniciado el interrogatorio, por medio de volunta-
rios o de indicacin indirecta, el docente har que toda la clase participe, ocupndose,
principalmente, de los educandos ms retrados o tmidos.
Como complemento a la planeacin se incorporan las experiencias de aprendizaje
que los docentes practicantes del COHIS proponen desde tres enfoques constructivistas
sustentados en lo significativo, el descubrimiento, y la zona de desarrollo prximo.
El aprendizaje significativo que propone Ausubel se concibe como un proceso de
recepcin de informacin, su razonamiento es deductivo, y por ello, el aprendizaje es
significativo en la medida que se genera un ambiente en condiciones que permitan su
contextualizacin evitando as el aprendizaje por memorizacin (Moreira, 2000:11). As,
el papel del docente que imparte Historia es el de organizador porque presenta a los
estudiantes los contenidos histricos de carcter cognitivo y procedimental, as como,
un gran nmero de ejemplos, a fin de que los estudiantes apliquen el conocimiento del
pasado en la solucin de problemas o los reconozcan a travs de los ejemplos.
Brunner, plantea el aprendizaje de los acontecimientos histricos a travs de pro-
cesos por descubrimientos fundamentndose en el razonamiento inductivo, estable-
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ciendo para el estudiante una participacin activa (Garza, 2002, p. 52). Los docentes
de Historia se encargan de organizar las estructuras instruccionales que permitan a
los estudiantes del Bachillerato descubrir el conocimiento histrico, establecer gene-
ralizaciones y relaciones, formular hiptesis, y lo ms importante desarrollar un nivel
conceptual holista en sus fases: cognitiva, procedimental y afectiva.
El enfoque terico de Vigotsky para quien el proceso de aprendizaje y en el caso de
la Historia se debe dar por reestructuracin, propone el aprendizaje de la zona de de-
sarrollo prximo, en este se percibe que el estudiante no slo recibe la informacin y
la organiza de acuerdo a su correspondencia, sino que la transforma, al imprimirle una
interpretacin que parte de lo que previamente conoce y que despus potencia
cuando genera cambios en la misma realidad y permite a su vez explicarla. Los ele-
mentos mediadores son bsicos para que se logre el aprendizaje, porque el estudiante
cambia sus estados cognitivos a travs de los estmulos recibidos del medio, y a
la vez, revierte los cambios hacia el exterior, por tanto su razonamiento es deductivo
porque a partir de l, se puede comprender el presente sustentado en el conocimiento
como un sistema y los conceptos como parte de l.
Consideraciones finales
La conciencia histrica, desde el estudio de la Historia se fundamenta en la necesidad
de conocer y explicar el desarrollo de la sociedad en su dimensin espacio-tiempo, para
entender el presente del pas, pero adems ejercitar la transversalidad entre la Historio-
grafa y la Didctica. Se maneja el concepto de Historia como conocimiento y aconteci-
miento, cabe sealar la importancia de la Historia en la conformacin de la identidad del
individuo y de la sociedad adems de que si se agrega una Historia comparada y total,
entonces la enseanza se convertir en el medio para describir los procesos y poner a
prueba los modelos para distinguir en las mltiples combinaciones entre lo viejo y lo
nuevo, lo que es promesa, y lo que es amenaza. El profesor de Historia debe abordar
los temas histricos, a travs de una metodologa histrica (teoras, mtodos, tcnicas,
instrumentos), en donde ayude al estudiante a formular problemas, plantear hiptesis y
mostrar las fuentes de informacin para verificarlas o desecharlas.
Referencias
Arias, C. (2004). Cmo Ensear la Historia: Tcnicas de Apoyo para los Profesores. D.F,
Mxico: ITESO.
Burke, P. (1993). Formas de hacer Historia. Madrid, Espaa: Alianza Universidad.
129
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Persona: un factor del marco situacional
en la eNseanza de la historia
pasada (historia materia, Res gestae, Geschichte, historia en su ontologa, Historia con H mayscula) y
por otro al estudio o ciencia de esa realidad (historia conocimiento, Rerum gestarum, Historie, historia en
su epistemologa, historia con h minscula); y segundo, cuenta con los sentidos amplio (el pasado de
todo lo existente) y restringido o estricto (slo el pasado humano). Se hace esta aclaracin, porque
en el presente artculo se hace referencia tanto a la Historia (materia) como a la historia (conoci-
miento), en su sentido estricto.
6 No se restringe a los medios materiales nicamente, sino que contemplan tambin tcnicas, normas,
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7 Estudia las interacciones entre los individuos y la relacin entre la estructura social y el mundo interno
del sujeto (psiquismo). Asimismo, indaga cmo el sujeto se adapta a las normas colectivas, cmo se
integra al medio y cmo asume los roles que desempea, convirtindose el mbito sociodinmico
en el contexto de accin del sujeto. (Schvarstein, 2002, p. 22).
8
Cada miembro de la especie humana.
9 Los grupos son conjuntos de personas ligadas por una actividad comn, articuladas por una mutua
representacin interna y en los que desempean roles especficos (un grado en una escuela, un
equipo de ftbol, un pelotn de soldados, etctera) (Schvarstein, 2002, pp. 34-35).
10 Las organizaciones (conjuntos de personas con un objetivo determinado) median entre las institucio-
nes y los individuos, es el lugar donde se operacionalizan las instituciones y donde se definen las
condiciones materiales de existencia y el psiquismo de los sujetos (hospitales, escuelas, asilos, fbricas,
etctera) (Schvarstein, 2002: 27-28 y Ronco & Llad, 2001, p. 14).
11 Las instituciones son cuerpos normativos jurdico-culturales compuestos de ideas, valores, creencias
y leyes que determinan las formas de interaccin social. Una institucin es un nivel de la realidad
social que define cuanto est establecido[...]el conjunto de normas y valores dominantes as como
el sistema de roles que constituye el sostn de todo orden social (justicia, religin, salud, educacin,
sexualidad, vejez, trabajo, salario, tiempo libre, etctera). Las instituciones aunque tienen pretensin
de unviersalidad y perennidad, no dejan de ser histricas, es decir, se particularizan en cada poca y
lugar (Schvarstein, 2002, p. 26)
12 El sistema social se define, segn la sociologa funcionalista del estadounidense Talcott Parsons
(1902-1979), como un conjunto de actores individuales que interactan, sus relaciones estn mediadas
por la cultura comn que comparten, estn enfrentados a un entorno y el motor de su accin es la
obtencin del mayor beneficio (Redorta, 2007, p. 104).
13 En funcin de la escala de observacin, un grupo u organizacin pueden contemplarse como
132
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14 El concepto rol (papel) proviene de la dramaturgia y se refiere a la funcin cotidiana que un indi-
viduo desempea en el marco de ciertas reglas y de una estructura, que permiten la interaccin con
otros individuos (la coexistencia de actividades). Los roles son prescriptos por las institucines (pautas y
modalidades), por lo que las organizaciones los adjudican y los individuos los desempean, aunque no
siempre se asumen (tener conciencia de ellos) (Schvarstein, 2002, pp. 47-48 y Redorta, 2007, p. 220).
15 La accin social la entiende Parsons como cualquier conducta humana, ya sea individual o colectiva,
consciente o inconsciente. Asimismo, plantea que en toda accin social intervienen los niveles biol-
gico (necesidades fisiolgicas), psquico (motivacin), social (normas de interaccin) y cultural (valores)
(Redorta, 2007, pp. 106-107).
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[...]un sistema social que quiera subsistir en trminos estructurados debe contar con
medios para controlar tensiones y desviaciones. Aqu se incluyen sanciones interperso-
nales, rituales, instituciones que actan como vlvulas de escape, agencias de control
social capaces de recurrir a la fuerza y a la coercin, etc. (Redorta, 2007, p. 109). Res-
pecto a esto ltimo caben dos posibilidades, que pueden denominarse una pesimista y
otra optimista: la pesimista ve en el factor externo o ambiental (la cultura, la estructura
social, el ser social) el condicionante de la voluntad humana, mientras que la optimista
considera el factor interno o personal (la manera de ser, la actitud, la conciencia)
fundamental en la capacidad de elegir; pero recordar que la solucin no est en la
dualidad o dicotoma, sino en la unidad de ambas posiciones: exterioridad e interio-
ridad. El desarrollo de la sociedad y el del individuo corren parejas y se condicionan
mutuamente (Carr, 1978, p. 43).
Sujeto o agente?
El filsofo mexicano Carlos Pereyra Boldrini (1940-1988), en su libro El sujeto de la histo-
ria, cuestiona tanto la teora de la comprensin (libre albedro), en la que el ser
presente tambin su constitucin biolgica y gentica.
Aunque en la exposicin domina la constitucin sociocultural del individuo, se
tiene humano es el artfice16 del movimiento histrico, como la teora de la explicacin
(determinismo, leyes de la historia), en la que subyace la idea la historia es un proce-
so sin sujeto. Considera ambas concepciones fisionadoras de la unidad sujeto-objeto,
abogando por su integracin (Pereyra, 1988, pp. 9 y 78-91).
La posicin antropocntrica que asume al sujeto hacedor de la Historia, se opone a
la tradicin religiosa providencialista, basada en el teocentrismo. Durante los siglos XV
y XVI ocurren una serie de sucesos que conmocionan las conciencias y cuestionan las
certezas de la tradicin: el Renacimiento, el descubrimiento del Nuevo Mundo, la Refor-
ma protestante y la coexistencia del saber de tipo cientfico, todava no dominante,
con la moda de participar de alguna heterodoxia17 (Cantimori, 1985, p. 267).
Los anteriores acontecimientos contribuyen a que el ser humano ocupe el centro de
atencin que anteriormente estaba reservado a Dios. El Renacimiento italiano, como
pinculo del humanismo, lleva al antropocentrismo, sobre todo en el arte [Francesco
16
Quien es causa de algo.
17 La disputa y competencia entre saberes se dirime cuando el saber cientfico muestra su superioridad
en la relacin saber-poder: es un saber cuyas predicciones se cumplen, se puede implementar tcnica-
mente, se formula mediante una serie de principios simples (leyes) y puede ensearse, a diferencia de
los saberes de tipo hermtico y esotrico.
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18 Cfr. Gonzlez, A. (2009). A merced del azar. Recuperado el 26 de agosto de 2012 de https://www.dro-
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Una taxonoma
Al hablar del sujeto en la Historia puede interpretarse, tambin, desde la visin heroica
(los grandes hombres, agentes concretos individuales) o desde la visin de las masas19
(agente colectivo annimo), y volvemos a caer en una disyuncin. En muchos procesos
histricos hay personas que destacan, son protagonistas 20 (por su liderazgo, carisma,
espritu de sacrificio, disciplina, entereza, valor, anlisis de la situacin, decisiones
oportunas, etc.), pero no son empresas al margen de colectividades 21 recordar la
conquista de Tenochtitlan y el debate historiogrfico en torno a la figura de Corts o
del soldado comn (Mendiola, 1991, pp. 113-123).
La vida y obra de los individuos son estudiados por la biografa y la de los grupos
por la prosopografa la escuela elitista y la escuela de masas (Stone, 1986, pp.
61-94), pero en los procesos histricos participan conjuntos heterogneos, sectores
sociales diferenciados por: gnero, edad, raza, ocupacin, preferencia sexual, etc. (los
movimientos estudiantiles y el Black Power en 1968, por ejemplo). [...]en lo que se re-
fiere a la historia que se ensea, se deben formular interrogantes como las siguientes:
quines son los individuos, grupos, instituciones que participan en el desarrollo de
un fenmeno histrico determinado? Es posible sealar siempre el mismo tipo de
participantes en cada hecho?
Cmo destacan unos ms que otros en cada circunstancia? (Snchez, 2002, p.
91). Kenneth Burke propone el uso de expresiones como co-agente y contra-agente,
para referirse, respectivamente, al amigo o el que ayuda al agente (hroe) y al enemi-
go de ste (villano) (Burke, 1969, pp. XIX-XX).
Para el estudio de las masas, un inconveniente que se presenta es que no se
les puede aplicar la teora de la comprensin basada en fines, motivos y propsitos
(premisas prcticas o silogismo de la accin), porque los conglomerados humanos pro-
ceden independientemente de las voluntades individuales que los conforman. 22 Al
19 [...]el confuso vocablo masas refiere a la articulacin de varias clases, capas y categoras sociales
reunidas en un conjunto complejo y mvil[...]constituyen una serie de fuerzas sociales[...] (Pereyra,
1988, p. 46).
20
Personaje principal de la accin.
21 El historiador romntico francs Jules Michelet (1798-1874) concibe la Revolucin Francesa como
un poema pico cuyo hroe es el pueblo (un agente colectivo tambin), siendo ste el smbolo de
Francia. El pueblo acta como un solo individuo y detenta el derecho y la justicia, porque el genio
del pueblo (agente metafsico) es el espritu de Dios que acta en l (Lefebvre, 1975, pp. 206-209).
22 Se dice que en el comportamiento colectivo de los individuos se manifiesta la ley de los grandes
nmeros o de la neutralizacin del azar, que permite su predecibilidad estadstica (Wright, 1980, pp.
188-191).
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23 La tesis construccionista insiste en que los marcos conceptuales hacen una contribucin determiannte
para las estructuras causales y para la construccin de los objetos* en el mundo. Por eso el mundo de
cuya estructura se est hablando no existe con plena independencia de los esquemas conceptuales
(Oliv, 2000, p. 191).
* El trmino objeto debe entenderse en su acepcin amplia: acontecimientos, situaciones, relaciones
entre personas, as como entre personas y objetos, patrones de comportamiento, etc. (Watzlawick,
Weakland & Fisch, 1976, p. 130).
Para los interesados en la relacin indisoluble sujeto-objeto (como lo postula la mecncia cuntica, con el
colapso de la funcion de onda por el observador participante) vase: Gonzlez, A. (2007). El azar como
acto del campo histrico, pp. 7-8. Recuperado el 26 de agosto de 2012 de https://www.dropbox.com/
sh/wc1ytky00ro660f/xKe9Cgh2lw y Gonzlez, A. (2008). La lgica del azar en la Historia (sntesis), pp.
3-5. Recuperado el 26 de agosto de 2012 de https://www.dropbox.com/sh/wc1ytky00ro660f/xKe9Cgh2lw
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Un cubo de madera, de color rojo, puede ser considerado como miembro de la clase
de todos los objetos rojos, o de la clase de los cubos, o de la clase de los objetos de
madera, o de la clase de los juguetes infantiles, etc.[...]la pertenencia de un objeto, como
miembro, a otras clases est determinada por las opiniones que tenemos de l, es decir,
del sentido y del valor que le hemos atribuido (y no slo en funcin de sus propiedades
fsicas)[...] pero una vez se atribuye a algo un significado o un valor especiales, resulta
muy difcil considerar a dicho algo como miembro perteneciente tambin a otra clase,
igualmente vlida (Watzlawick, Weakland & Fisch, 1976, p. 129, el parntesis es mo).24
Sobre esta cita conviente tener en cuenta que las clases (taxonoma) no son, en s, ob-
jetos tangibles, sino que se trata de conceptos y por tanto de constructos de nuestras
24 Junto a las preguntas sobre la comprensin verbal de la inclusin de clases hemos empleado tambin
una prueba abstracta en la que, con un grupo de muecos, se pide al nio que forme diversas clases. A
travs de cmo lo lleva a cabo podemos descubrir cul es la comprensin de las jerarquas de clase con
trminos de nacionalidad. Pedamos a los nios que tomaran del conjunto de los muecos un grupo de
espaoles, de madrileos, de franceses, de parisinos, de valencianos y de europeos. Mientras que los
sujetos ms jvenes tomaban un grupo de muecos para cada una de las clases, los mayores tenan en
cuenta las relaciones de inclusin entre ellas y, por ejemplo, los madrileos formaban parte del grupo
de los espaoles en el cual se incluan los valencianos, mientras que se indicaba que los europeos eran
todos los muecos. Este es sin duda el problema ms complicado de los que plantebamos y slo se re-
suelve satisfactoriamente a partir de los 10-11 aos, siendo prcticamente nulo el nmero de respuestas
correctas antes de los 7 aos (Delval, et al., 1987, pp. 145-146).
140
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
[...] la obra del historiador refleja la sociedad en que trabaja. No slo fluyen los aconte-
cimientos; fluye el propio historiador. Cuando se toma una obra histrica en las manos,
no basta mirar el nombre del autor en la cubierta: hay que ver tambin la fecha de
publicacin en que fue escritta, porque ello puede resultar an ms revelador. Si razn
tena el filsofo cuando deca que no se puede cruzar dos veces el mismo ro, acaso sea
tambin verdad, y por igual motivo, que dos libros no pueden ser escritos por el mismo
historiador (Carr, 1978, p. 56).
En todo anlisis historiogrfico hay que tener en cuenta no slo la historia sobre la que
se escribe (la del objeto de conocimiento), sino tambn la historia desde la que se
escribe (la del sujeto cognoscente).
Lo expuesto hasta aqu muestra que el estudioso de la historia se enfrenta a dos
subjetividades: la del agente histrico (concreto individual o colectivo, no as del me-
tafsicoazar y del abstracto instituciones, que son impersonales) y la suya propia.
Hablamos a veces del curso histrico diciendo que es un desfile en marcha. La
metfora no es mala, siempre y cuando el historiador no caiga en la tentacin de ima-
ginarse guila espectadora desde una cumbre solitaria, o personaje importante en la
tribuna presidencial.
Nada de eso! El historiador no es sino un oscuro personaje ms, que marcha en
otro punto del desfile [...] Su posicin en el desfile determina su punto de vista sobre
el pasado (Carr, 1978, p. 47).
Continuando con los tipos de sujeto histrico, Carlos Pereyra menciona, adems de
las masas, las clases sociales y los partidos polticos, aunque en stos ltimos hay que
distinguir la dirigencia de los militantes annimos.
141
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Como se menciona previamente, las masas estn constituidas por un complejo social,
pero no se convierten en sujeto activo de la Historia, segn Carlos Pereyra, sino cuando
adquieren el estatuto de fuerza poltica organizada, antes son simplemente objeto de
la misma. No comparto esta opinin, ya que muchas veces irrupciones espontneas
de las masas pueden modificar el curso de los acontecimientos: el levantamiento popu-
lar conocido como el motn de Aranjuez, del 18 de marzo de 1808, impidi la posible
huida de la familia real espaola a Amrica.
De acuerdo a Carlos Pereyra, el paso de las masas de una simple fuerza social a
una efectiva fuerza poltica, depende de: Su organizacin interna: La forma en que
intervienen las masas, el momento de su intervencin, los objetivos que se proponen,
su grado de organizacin poltica, el nivel de su conciencia y de su capacidad de
comprensin de la coyuntura histrica, la homogenidad alcanzada en la articulacin
de las diferentes fuerzas sociales, la precisin de su deslinde respecto de las fuerzas
antagnicas, en fin, todos los aspectos imaginables en los cuales se puede descompo-
ner esa intervencin, estn determinados por el conjunto de las relaciones sociales. El
desarrollo econmico: Las caractersticas especficas de la economa de la sociedad:
el ritmo del crecimiento econmico, el desarrollo relativo de los diferentes sectores de
la produccin, los ciclos de auge y recesin, el nivel del desempleo, la velocidad del
proceso inflacionario, etc., son otras tantas condiciones determinantes del comporta-
miento social de las masas. La ofensiva ideolgica: De igual manera, el carcter de la
ideologa dominante, la intensidad de su penetracin en las clases dominadas, el grado
de credibilidad que mantiene, la no cohesin de la contraideologa producida por las
clases dominantes, etc., son otros tantos factores determinantes de ese comportamien-
to social. El contexto poltico: Finalmente, las tradiciones polticas, las reglas del juego
que rigen la actividad poltica, las instituciones en que ste cristaliza, etc., deciden
tambin las modalidades especficas adquiridas en cada caso por el comportamiento
de las masas (Pereyra, 1988, pp. 46-47, las cursivas son mas).
En cuanto a las clases sociales, Carlos Pereyra sostiene que stas pueden ser defini-
das en cuanto al lugar que ocupan en las relaciones de produccin, por un lado, y a
la conciencia de su situacin en el conjunto social y por su prctica poltica, por el
otro; es decir, su constitucin est en funcin de relaciones econmicas, ideologgicas
y poilticas (Pereyra, 1988, p. 47). Slo tiene sentido hablar de clases en el proceso de
confrontacin social en el que se configuran como tales (Pereyra, 1988, p. 48).
Es comn atribuir a las relaciones econmicas el peso fundamental para hablar de
una clase social, pero es menester hacer alusin a las otras dos para concebirla como
sujeto de la historia (es el caso de la burguesa cuando se consolida polticamente con la
revolucin francesa y econmicamente con la revolucin industrial). Sin embargo, Car-
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los Pereyra no les confiere la capacidad de constituirse en sujeto histrico: Las clases
son agentes del proceso histrico, pero no sujetos del mismo (Pereyra, 1988, p. 50).
En contraste con lo anterior, s le concede a los partidos polticos el carcter de
entidades activas en el desarrollo histrico, pero les niega tambin el estatus de
sujeto. Los partidos polticos pueden jugar un papel decisivo en mantener determinada
estructura social o bien en modificarla, ya que es mediante stos que las fuerzas sociales
se organizan (Pereyra, 1988, pp. 50-51) ejemplos de esto son el Partido Bolchevique
en Rusia, el Movimiento 26 de julio en Cuba y el Frente Sandinista de Liberacin Na-
cional en Nicaragua.
Un programa y proyecto partidario tiene posibilidades de realizacin en la medida
en que constituye una plataforma donde las fuerzas sociales reconocen sus propios
objetivos y, a la vez, estos objetivos slo son viables en tanto se conectan con la tctica
y estrategia implicadas en el programa del partido poltico. La transformacin de
la fuerza social en fuerza poltica pasa por la accin organizada y organizadora de los
partidos, mxime cuando lo que se propone es el cambio revolucionario de la sociedad
(Pereyra, 1988, p. 51).
Lo irnico del asunto, es que en los tlimos tiempos los partidos polticos han dejado
de manifestar esa razn de ser y se han desvirtuado (crisis de los partidos). Se consti-
tuyen en simples organizaciones de arribistas y oportunistas, que slo velan por el
lucro personal, deslignndose del compromiso con los intereses de los sectores a los
que supuestamente representan.
Parece ser que Carlos Pereyra, an y cuando critica la posicin dicotmica objeto/
sujeto, privilegia el primer factor: No es, pues, una bsqueda del sujeto de la
historia lo que permite avanzar en la explicacin cientfica del proceso, sino en el exa-
men de las condiciones determinantes de la actividad de los agentes sociales (Pereyra,
1988, p. 50, las cursivas son mas).
El margen de accin
Se es consciente que las circunstancias (condiciones imperantes), a veces favorables y a ve-
ces adversas, son el contexto que limita la toma de decisiones y la accin correspondiente
del agente o agentes teniendo en consideracin los factores de necesidad, libertad y
posibilidad26, pero no implica estar a merced de las mismas (ante los retos del medio
geogrfico el ser humano deseca pantanos, construye puentes, cava pozos, etctera).
26 Lo que se padece o carece, la capacidad de optar y lo que se puede hacer en funcin de las capaci-
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con ejemplos concretos: clases sociales, grupos polticos, instituciones, gobiernos, na-
ciones, pueblos y, desde luego, individuos, para estudiarlos en su funcin social dentro
de las condiciones de tiempo y lugar en la que la ejercen (Snchez, 2002, p. 93).
Como se ve, hay varios tipos de agentes histricos. Si no se puede hablar estricta-
mente de sujetos de la Historia (que se siten al margen de las condiciones objetivas de
existencia y ser decisores del devenir en funcin del cumplimiento de sus propsitos), s
es vlida la pregunta por los artfices de la misma, teniendo siempre presente que [...]
la objetividad social (el proceso histrico) conforma tanto el factor subjetivo como las
condiciones objetivas (Pereyra, 1988, p. 67).
Aparentemente se concluye con la aseveracin el sujeto (en sentido amplio) hace
la Historia, pero tambin hay ejemplos que muestran que la Historia hace al sujeto:
el revolucionario francs Maximilien Robespierre (1758-1794) vaticina la cada de la
revolucin francesa por la espada, es decir, que el propio proceso hace inevitable la
aparicin de una dictadura militar (necesidad29 ): Napolon Bonaparte (accidente,
poda haber sido otro). El sujeto es producto y productor de la Historia.
Referencias
Burke, K. (1969). A grammar of motives. USA: University of California Press. Cantimori,
D. (1985). Los historiadores y la historia. Barcelona: Pennsula.
Carbonell, Charles-Olivier (1986). La historiografa (tr. Aurelio Garzn del Camino),
Mxico: FCE, Col. Breviarios No. 353 [1981].
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DelvaL, J. et al. (1987). El conocimiento de los nios de su propio pas. En I. Gonzlez,
C. Guimer y D. Quinquer, Ensear historia, geografa y arte. De los reyes godos al
entorno social. Barcelona: Laia, pp. 139-146.
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LOS DIARIOS DE LOS ESTUDIANTES
DEL PROFESORADO EN HISTORIA: FUENTES
QUE ACERCAN AL CONOCIMIENTO DEL CURRICULUM
REAL DE HISTORIA EN SECUNDARIA
Presentacin
Desde el ao 2004 en la ctedra de Didctica Especial de la Historia de la carrera de
Profesorado en Historia, Plan 1989, y Didctica de la Historia en el Plan 20101, uno de
los trabajos de campo que componen el practicum, consiste en que los estudiantes se
desempeen como ayudantes de clase de profesores/ras de Historia en escuelas secun-
darias de Catamarca.
Este modelo de trabajo de campo surgi ante la necesidad de lograr la inmersin en
la escuela secundaria y en las clases de Historia, de los estudiantes del profesorado, con
un rol que los comprometiera en una intervencin ms cercana a dictar clases y menos
externa que la observacin.
Un trabajo de campo que estimulara la problematizacin: de su propia accin, de
los procesos e inter-relaciones que configuran el aula de Historia en secundaria, de las
formas que adquira el curriculum prescripto al ser enseado, y de las teoras apren-
didas. Que los futuros profesores/as, desempearan un rol en el que la observacin
tuviera sentido en funcin de la accin; que posibilitara la inclusin de los estudiantes
universitarios en el escenario, y que hiciera necesaria la reflexin.
Asimismo una presencia activa y responsable de los estudiantes de Historia en las
escuelas secundarias resultaba una cooperacin de la Facultad con las instituciones
porque ser ayudantes de clase exiga que desplegaran acciones de colaboracin con el
profesor/a en la enseanza y con los alumnos en las actividades de aprendizaje. La fun-
cin no deba suponer el dictado de clases. Los/as ayudantes podan hacerse cargo del
curso ante situaciones eventuales: una reunin, o alguna tarea extracurricular, exigieran
al profesor/a una ausencia momentnea del aula. En esos casos deban contar con un
guin de tareas a desarrollar, preparado por el profesor/a.
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2 La innovacin en la ctedra se inici en 2004 con la participacin del Prof. Jorge Alberto Perea que
adems fue coautor de ponencias sobre esta temtica hasta el 2011. La primera presentacin fue una
sistematizacin de la experiencia de ctedra. Luego, los contenidos de los diarios y memorias empeza-
ron a convocar nuestras bsquedas.
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3 En Argentina la de la dcada de los 90 Ley Federal de Educacin, Contenidos Bsicos Comunes, los
cambios del primer decenio de este siglo: Ley de Educacin Nacional (2006) y Ncleos de Aprendizajes
Prioritarios NAP desde el ao 2003 para el nivel EGB.
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A seis aos de llevar adelante esta modalidad de practicum una pluralidad de expe-
riencias personales narradas en distintos tipos de diarios habitan el archivo de la
ctedra. La diversidad obedece a la variedad de realidades ledas y vividas por los
autores, a las caractersticas del componente autor y a la libertad con que fue-
ron elaborados ya que slo se requiere que sean narraciones amplias y meticulosas.
Oportunamente se aclara a los alumnos qu funcin tiene el diario en el proceso de
enseanza de la DH y qu y cmo pueden aportar a su formacin.
En cuanto a los tipos de diarios y sus caractersticas:
151
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Creemos que las caractersticas de las experiencias que narran los ayudantes en los
diarios, como la intensidad emotiva, el carcter novedoso o extrao, el papel que en
la realidad que se lee, tuvo el autor, inciden en el texto producido. Asimismo, la prc-
tica de escribir el diario, casi de manera semanal, y de compartir su contenido, de
observar las situaciones, dilemas o planteos que se hacen en la ctedra a la luz de esas
producciones, es decir el uso pblico que se hace de ellos, colaboran tambin en las
modificaciones del tipo de informacin que registran y en la escritura.
Esas modificaciones podran interpretarse como cambios en funcin de los destina-
tarios del diario y por ello operaciones artificiales destinadas ms al proceso de elaborar
las memorias que al contenido que registran. Sin embargo, y dado que los diarios son
individuales pero la experiencia es de un equipo de ayudantes, con los profesores y
los docentes de la ctedra, hay suficiente informacin para triangular y cotejar, como
salvaguarda metodolgica.
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Dice Zabalza (2008, p. 46) De cara al sentido que he querido dar a los diarios
como recurso para acceder al pensamiento del profesor cabe destacar al menos
cuatro dimensiones que los convierten en recursos de gran potencialidad expresiva:
a) se trata de un recurso que requiere escribir, b) se trata de un recurso que implica
reflexionar, c) se integra en l lo expresivo y lo referencial, d) tiene un carcter neta-
mente histrico y longitudinal de la narracin
Los relatos apuntados por los ayudantes conforman un conjunto valioso de fuentes
para explorar el curriculum real o la Historia enseada, aun cuando no fueron elabora-
dos con la finalidad de realizar una investigacin. No son notas de campo, ni registros
de clase en el sentido de la investigacin educativa. Son fuentes indirectas, testimo-
nios con abundantes descripciones de las acciones de enseanza y de aprendizaje que
suceden en las aulas, adems de caracterizaciones de las instituciones escolares y de
los grupos de alumnos, e identificacin de factores que inciden, para obstaculizar o
facilitar, los procesos pedaggicos.
Esas condiciones hacen posible explorar algunas lgicas del curriculum real, o de la
historia enseada en una casustica que al momento de este trabajo, slo es un primer
relevamiento y no pretende sostener generalizaciones si no, ms bien, aproximaciones
a las prcticas que van delineando la Historia enseada en escuelas secundarias.5
El otro punto interesante es que los diarios contienen interpretaciones del proce-
so de elaboracin del curriculum real, producidas a la luz de las teoras o proto-teoras
que disponen y que se visibilizan en la escritura.
Los referentes considerados no son las ideas de los profesores/as acerca de para qu
ensear Historia, cmo hacerlo o lo que piensan de sus alumnos. Tampoco contamos
con las opiniones de los alumnos de secundaria sobre la disciplina y su estudio6. Son
las visiones de estudiantes del profesorado en Historia; no de expertos ni docentes
5 Las escuelas que reciben ayudantes de clase pueden ser de jurisdiccin nacional, provincial o munici-
pal. De gestin pblica estatal o de gestin privada. Su seleccin no responde a una tipologa previa-
mente establecida. Son determinadas en funcin de los horarios que los ayudantes disponen para hacer
el trabajo de campo, de la localizacin del establecimiento en el sentido de cercana con el domicilio
de los ayudantes para que no tengan gastos de traslado, de los profesoras y profesores que aceptan o
requieren la presencia de ayudantes en sus clases, y de que la direccin de la escuela los acepte. Estas
consideraciones generan un listado de establecimientos con sus horarios de clase y los estudiantes de
profesorado eligen la que les conviene. Hay casos en que los alumnos universitarios prefieren trabajar
con cierto tipo de escuelas como por ejemplo perifricas.
6 Referentes valiosos que considera Merchan Iglesias (2001) en su tesis doctoral La produccin del
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noveles, son sujetos expectantes ante las operaciones de concrecin del curriculum
en el aula. De all que sus ideas acerca de las clases de Historia se suponen nacidas en
el proceso de formacin que se encuentran transitando en influidas por sus experiencias
de estudiantes. Posiblemente la Historia soada no es en este caso la promovida
por grupos innovadores si no la que van delineando los futuros profesores desde las
ctedras universitarias de la formacin docente.
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factor que interviene y hasta se interpone. Por ejemplo, se detectan instancias propias
de lo que llamamos el control administrativo del aula, como tomar asistencia a los alum-
nos, o llamados de atencin a los que ingresan tarde, indicaciones referidas al orden
y/o el silencio, a llamados de atencin a los adolescentes por sus comportamientos,
o informarles alguna actividad prxima, extracurricular, que requiere la autorizacin
de los padres y en consecuencia el dictado de la notificacin correspondiente. Este
tipo de instancias se intercalan en cualquiera de los momentos de la clase y siempre
suponen dejar en suspenso, la interrupcin de actividades con el conocimiento escolar
de la disciplina Historia. Otras interrupciones, en la que aparecen otros actores, son el
ingreso del preceptor/a, la llegada de tutores a entrevistarse con el docente, y en algu-
nos casos el servicio de la merienda escolar que suele distribuirse en el saln de clases.
Un primer anlisis de las fuentes permite reconocer dos conjuntos de actividades
frecuentes en la clase de Historia en secundaria bsica.8
Un conjunto, el ms extendido en el nivel,9 consiste en la explicacin del docente-
organizacin e indicacin de las tareas a realizar-la distribucin de guas y fotocopias
de fuentes secundarias10 con cuestionarios a resolver en grupos pequeos de alumnos
o de manera individual, tambin presentan indicaciones referidas a la cronologa y
cartografa- histrica.
Las particularidades de este conjunto no radican tanto en la estructura, explicacin-
gua de actividades/cuestionario, si no en las caractersticas identificadas en ella: la
pervivencia del dispositivo asentado en la estructura semntica de la disciplina es-
colar. La transmisin de un relato nico, lineal, del pasado hilvanado por la sucesin
de causas y consecuencias cuyas identificaciones y enumeraciones emergen como los
aprendizajes a lograr. Dentro de la sucesin de acontecimientos se incluyen conceptos
y datos a aprender/memorizar.
Como sealan las fuentes, tres cuestiones aparecen relevantes: una la idea de Histo-
ria de los profesores/as y de los aprendizajes valiosos, otra, la repeticin de tcnicas sin
una secuencia de complejidad creciente y sin que sean enseadas en s mismas, (en
8 En Argentina Secundaria bsica tiene una duracin de 3 aos, segn la Ley Nacional de Educacin de
2006. Es equivalente a EGB 3 en el sistema educativo establecido en los 90 por la Ley Federal de Edu-
cacin. En Catamarca el nuevo sistema educativo se implementa de forma gradual desde el 2009-2010
9 EGB 3/secundaria bsica, 12 a 14 aos, aunque en el 80% de las escuelas incluidas en el trabajo hay
sobre- edad que alcanza al 45% de los alumnos y llega a los 3 aos sobre la edad terica ideal para el
nivel. Posiblemente se debe a repitencia o abandono temporario.
10 En general son fotocopias de manuales escolares o de textos de divulgacin histrica. Los alumnos no
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La profe nos dijo que los chicos del grupo de atrs son insoportables y no hacen
nada. No habamos llegado al aula todava y yo imagin un grupo de Chukis
(monstruos) en vez de un enigma empezamos por un estigma ella sabe que
no aprendern? (varn, 25 aos 2010 7 EGB).
Era mi primer da de ayudante y estaba con mi compaera de equipo. La prof
entregaba las pruebas (exmenes escritos) y en voz alta deca las notas, eran ba-
jsimas, 3, 2, 4 y algn que otro 7. Los alumnos se acercaban a recibir sus hojas
y ni las mirabansonrean, se levantaban de hombrosMe asusta esto de que
a nadie le interesaTermin de entregar y sigui con su nueva clase como
si nadaInmediatamente me propuse cambiar esto y al momento de las activi-
dades me dediqu a ayudar a esos chicos de bajas notas Termin acordando
con ellos que a la salida de su clase de gimnasia yo les dara clase de apoyo y
resolveramos todas las guas, la de hoy y las que estaban sin terminar (mujer
24 aos 7 EGB 2005). 11
Hace ya un mes casi, que estoy en este curso, y siempre hacemos lo mismo,
la profe pregunta algunas cositas de la clase anterior, explica un poco creo que
cuando se da cuenta que no la atienden decide que es el momento de entregar
las guas y las fotocopias y a trabajar, hoy la profe avis que completen las car-
petas porque tomar la evaluacineso moviliz al curso. As que cuando nos
acercamos a trabajar con ellos aprovechaban a pedir ayuda con las tareas no ter-
minadas de clases anterioresse trata de una rutina que aburre a los chicos. Para
la evaluacin saben que tienen que leer las preguntas de las guas y aprender las
respuestas (mujer, 26 aos, 2010 8 EGB).
11 Este caso result paradigmtico ya que las ayudantes dedicaron tiempo a ayudar y acompaar a los
alumnos hasta lograr su participacin, buen comportamiento y xito escolar. Creemos que el secreto
del xito tuvo que ver con elevar la autoestima de los adolescentes y dar lugar a la otra enseanza la
enseanza alternativa a la de la profesora.
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Las actividades que se proponen son prximas a las que realizan los historiadores o
invitan a conocer qu se preguntaron los cientficos y cmo produjeron la informacin
que disponemos. Hay una importante dedicacin a los procedimientos, a ensear
tcnicas de investigacin y de estudio de la Historia.
Las clases mantienen la estructura de Inicio-Desarrollo-Integracin/cierre, y la con-
tinuidad es signada por el avance de las tareas o pasos de trabajo.
En este conjunto aparecen algunas clases que podramos ubicar en el conjunto ante-
rior. Suponemos que son situaciones que dan cuenta de la tensin entre la prescripcin
curricular que obliga, y la decisin docente acerca de lo importante a ensear. En ellas
los profesores/as utilizan la estructura explicacin-gua de actividades. La distancia que
se puede sealar con el primer grupo es que las actividades que se proponen, apuntan
a mantener una de las lneas de trabajo priorizadas, por ejemplo la lectocomprensin.
Dice un ayudante: Me parece que hoy el profesor dio una clase por la obligacin de
ensear ese temautiliz la hora de 40 minutos, la gua sirvi para ejercitar tcnicas de
lectura que estuvimos trabajando (varn 30 aos 2009 2 Secundaria bsica)
En este segundo grupo, los objetivos que se infieren se inclinan a la formacin y
desarrollo de habilidades intelectuales que la Historia estimula. La intencin es ensear
a pensar histricamente. A cargo de este tipo de trabajo en clases de Historia se encuen-
tran, en general, los profesores ms jvenes o con menor antigedad de su titulacin,
que recibieron a los ayudantes-autores de las memorias. Cabe destacar que profesoras
de ese grupo suelen preparar a grupos de sus alumnos para participar en las Ferias de
Ciencias con investigaciones histricas.12
12Las Ferias de Ciencias son exposiciones pblicas de investigaciones realizadas por grupos de alumnos
guiados por sus docentes. Tienen instancias escolares, departamentales, provinciales, nacionales e inter-
nacionales. En cada una de ellas se eligen los mejores trabajaos, que acceden a la instancia siguiente. El
caso de una de las profesoras de este grupo lleg a participar en la Feria Internacional de Per (2011)
con sus alumnos.
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sus relaciones en las actividades los chicos usan la informacin fctica y crono-
lgica (varn 28 aos 2009 9o EGB).
Llegu sobre la hora agitada entr al aula justo cuando tomaba asistencia la
prece, estbamos con la Revolucin de Mayo (es el Bicentenario) el profesor dice
que seguimos trabajando con los documentales, muy buenos, de la clase ante-
rior y ha dividido la clase en dos grandes grupos, uno tiene que trabajar con el
problema: si Mayo de 1810 fue o no una revolucin y el otro con: la revolucin
de mayo fue un movimiento popular? O de la elite portea? Las pistas estaban
en los videos. Mi compaero de equipo se instal en el segundo grupo, para
guiar y moderar; yo, en el primerocomo haba mucho material para leer se
me ocurri dividir mi grupo en dos y asignar a uno el papel de sostener que fue
una revolucin y al otro lo contrario tienen que defender sus posiciones con las
fuentes que poseen( mujer 26 aos 2010 9 EGB).
13 Los profesores y profesoras suelen solicitar a la ctedra la incorporacin de ayudantes de clase para
los cursos numerosos y para aquellos en los que hay problemas de disciplina.
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160
Anlisis del libro de Historia de quinto grado y sus
implicaciones en el desarrollo de competencias
Introduccin
El libro de texto gratuito ha sido por muchos aos el compaero por excelencia del
docente, este ha fungido como el medio para acercar al alumno a los contenidos de
aprendizaje del currculo. En Mxico se celebraron los primeros cincuenta aos de exis-
tencia de este recurso generando con ello diversas posiciones ante su permanencia,
uso y relevancia cabe mencionar que algunas de las crticas que se ha hecho sobre el
libro de texto de Historia (LTH) es que ha sido utilizado para inculcar ciertos valores
en los alumnos (Young, 2010, p. 599).
Desde la creacin de la Comisin Nacional de Libros de texto gratuito (Conaliteg) en
1959 se han otorgado a la niez mexicana ms de 5 mil millones de estos (Conaliteg,
2011) y para algunos autores representa un logro para el estado mexicano en materia
educativa. El presente trabajo centra el anlisis del LTH que desde el ao 2009 ha su-
frido una serie de transformaciones en el marco de la Reforma Integral de la Educacin
Bsica (RIEB) entre estas se consideran algunos aspectos en que se refieren a la calidad
del texto, el uso de las imgenes y sobre todo su correspondencia con los propsitos del
programa escolar.
A partir del enfoque por competencias se han evaluado los materiales educativos,
en especial, se han considerado los siguientes rubros: que las actividades sean ajus-
tadas para aplicarse en cualquier contexto, enfoque y concordancia de estos con el
programa, inclusin de temas de relevancia social, homogenizacin de la estructura
de la autoevaluacin, considerar la misma estructura en cada asignatura durante la
educacin primaria, integrar secciones que permitan la recuperacin de conocimientos
previos, actividades integradoras y secciones que explican cmo conocer y usar el libro
de texto gratuito entre otros. Las evaluaciones estandarizadas que se han aplicado en
Mxico han permitido considerar la pertinencia, los usos en el proceso de enseanza
por lo que en esta investigacin se recuperan los resultados del examen de la Evalua-
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cin Nacional del Logro Educativo (ENLACE) en su fase 2010 en que se tom en cuenta
la asignatura de historia adems de espaol y matemticas. Los resultados indican que
el 16% de los evaluados a nivel nacional se encuentran en el nivel de insuficiencia,
en especial se analizan estos indicadores en el Estado de Chihuahua y se observa que
disminuye un punto el nivel de insuficiencia que registra la poblacin evaluada pasan-
do del 16% al 15% (Secretarade Educacin Publica, 2010).
Este porcentaje representa ms de un milln de alumnos que requieren apoyo para
acceder al nivel elemental de aprendizaje lo que permite considerar las reas de opor-
tunidad que se logran a travs de esta asignatura como son enriquecer otros temas del
currculo y contribuir al desarrollo de habilidades intelectuales, adquirir sensibilidad
social y facilitar la comprensin del presente (SEP, 2011, p. 33).
Referentes Tericos
El autntico ser del hombre, es lo que ha pasado lo que ha hecho el hombre no tiene
naturaleza sino que tiene historia, para comprender lo humano, individual o colectivo
es menester contar una historia (Villaseor, 2007, p. 93).
Considerando que la historia no solo es repeticin de datos, hechos o fechas es per-
tinente que el alumno de Educacin bsica adquiera las competencias a travs del
LTH para analizar y comprender los hechos adems de asentirse como un ser social
la imagen que tenemos de los pueblos, y hasta de nosotros mismos esta asociada
a como se nos conto cuando ramos nios ella deja su huella en nosotros para toda la
vida (Ferro, 2007, p. 2).
El presente estudio parte de la siguiente pregunta Cmo ensean historia los do-
centes a travs de los libros de texto y cmo repercute en el desarrollo de competencias
del alumno de quinto grado de Educacin Primaria?
A fin de responder a tal cuestionamiento se propone el anlisis desde tres perspec-
tivas: didctica, que permite reconocer si la prctica docente privilegia la construccin
de secuencias didcticas y considera a los alumnos de tal forma que la centralidad del
aprendizaje recae sobre estos y reflexionar si la secuencia es una propuesta flexible
que pueda adaptarse a la realidad de manera que sea posible un cierto grado de es-
tructuracin del proceso de enseanza aprendizaje y evitar la improvisacin constante
y la dispersin, mediante un proceso reflexivo en el que participan los estudiantes,
los profesores, los contenidos de la asignatura y el contexto es entendida como el
conjunto de estrategias, actividades de aprendizaje y evaluacin que se estructuran y
organizan para alcanzar los Propsitos y aprendizaje esperados que se sealan en
los programas de estudio (SEP, 2011, p. 118).
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a travs de un grupo focal en el que intervienen los estudiantes de la zona escolar vi-
deograbada, dado que por medio de el se recupera la voz de estos considerando que
a travs del grupo focal se pueden reconocer las percepciones y opiniones de grupos
de personas con caractersticas comunes y lograr, a travs de la interaccin, el enrique-
cimiento del discurso sobre un determinado tpico (Vzquez, 2006, p. 65).
Tambin se consider la utilizacin del programa de anlisis de datos cualitativos At-
las ti como auxiliar para complementar las observaciones realizadas en los documentos
de trabajo de los dems instrumentos de la investigacin.
Resultados
A travs de la practica videograbada se analiza que respecto a la didctica de la historia
la mayora de los docentes utilizan de forma recurrente algunas actividades como
son: el LTH de forma permanente para realizar la clase de historia incluyendo la lectura
como actividad de apoyo o inicio de tema; cuestionarios para recuperar informacin
del texto ledo ya sea en forma grupal y por equipo; construccin de la lnea del tiem-
po como retroalimentacin de los contenidos trabajados en el LTH, cabe mencionar
que al cuestionar a los alumnos en el grupo focal Qu les gustan ms de los libros?
manifestaron que las lecturas y las imgenes, al cuestionarlos que cual opinin tenan
sobre el libro de historia en especial manifestaron que no siempre leen todo el texto a
veces voy siguiendo la lectura, en cuanto al anlisis de los cuadernos se observa que
en pocas ocasiones se realizan actividades para recuperar significado de palabras que
han ledo en el LTH, tampoco identifican las ideas principales o analizan el texto de
forma comparativa con la realidad, denotando con ello que la lectura se circunscribe
a la repeticin de datos y al mecanismo de descifrar letras sin comprender y analizar el
contenido del texto dado que para comprender el texto en cuanto expresin de una
particular visin de un fragmento del mundo no basta con aplicar las competencias
lingsticas respectivas. Para darle sentido cabal se debe reconocer la realidad a la cual
el texto se refiere (Viramonte de Avila, 2008, p. 18).
En relacin al uso de la tecnologa en el aula se observa que los docentes que
colaboraron en esta investigacin solamente uno realiza la secuencia didctica con
apoyo en la computadora, es as como algunos docentes confirman conozco todos los
programas de computadora de nombre no de uso, en relacin a los cuadernos de los
alumnos se observa que son escasas las tareas o actividades que enlazan el uso de la
computadora, predominando los cuestionarios, resumen y tablas en el desarrollo de
las secuencias didcticas como un libro de texto o cualquier otro objeto cultural, los
recursos tecnolgicos para la educacinfuncionan en un contexto social, mediados
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por conversaciones con iguales y los maestros (Bransford, Brown y Cocking en Fer
nndez, p. 7).
En cuanto al desarrollo de la secuencia de trabajo se demuestra en la clase de his-
toria que el trabajo de grupo se desarrolla mediante la conformacin de equipos la
mayora de las veces por lo que el uso del LTH es sometido a varias consideraciones e
interpretaciones al reunirse por grupos para realizar las actividades sugeridas por el
docente o el mismo libro de texto es as como trabajo colaborativo alude a estudiantes
y maestros, y orienta las acciones para el descubrimiento, la bsqueda de soluciones,
coincidencias y diferencias, con el propsito de construir aprendizajes en colectivo
es necesario que la escuela promueva el trabajo colaborativo para enriquecer sus
prcticas (SEP, 2011, p. 28).Esta opinin se rescata del grupo focal porque las activi-
dades hay muchas que podemos realizar por equipo y podemos trabajar con nuestros
compaeros.
A mi, me gusta porque a veces cuando leemos, el profe nos pone preguntas
para contestar en equipo.
En consideracin de los alumnos para que sirve la historia o como se emplea para la
vida diaria, los alumnos asumen que la historia es valiosa ya que:
Es el medio para preservar la memoria histrica para abrir un museo que hable de
la historia de Mxico y alguien que no sepa que haya un cuadro o algo as para saber
los pasados de las personas de antes, de los polticos y as.
Sirve para memorizar datos si repasamos anteriormente el profesor nos pregunta
y tienes que decirle para que cuando necesite un trabajo me pregunten algo ahora
que estamos chicos tenemos la cabeza en menos cosas y as podemos absorber mas
la informacin de historia.
Se puede asumir que en las secuencias didcticas no se ha logrado reconocer a
la historia como un medio para identificar la causalidad de los hechos as como las
consecuencias de los acontecimientos del presente, el docente identifica actividades
del libro de texto en los que rescata los datos expresados en la informacin del LTH y
no privilegia la construccin de cuestionamientos del alumno en relacin a lo que se
expresa en el texto.
En consideracin al uso de la transposicin didctica al usar el LTH o de como el
docente interpreta los datos para poder hacer comprender al alumno de forma ms
sencilla, se advierte el error en el sentido expresado por el docente Qu es expropiar
dar o quitar?
Les quit el petrleo, segn el diccionario: privar a una persona de la titularidad
de un bien o de un derecho, dndole a cambio una indemnizacin. Se efecta por mo-
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tivos de utilidad pblica o inters social previstos en las leyes (Diccionario de la lengua
espaola. vigesima segunda edicin, 2009), el docente omite la explicacin acerca del
proceso que se prosigue para llevar a cabo la expropiacin.
Tambin se observa que algunos docentes consideran la historia como forma de
preservar el nacionalismo en los alumnos al igual que infundir en los alumnos la
idea del respeto a los hroes y caudillos que se mencionan en los temas de historia
Donde muri Francisco Villa hay una gran estrella y un museo para recordar la vida de
ese gran hombre que dio todo por nosotros considerando de esta manera que el uso
predominante de estas narrativas puede dificultar que nuestros estudiantes aprendan
una historia contextualizada, en la que tengan cabida aspectos tan importantes como
los factores sociales, polticos, econmicos y el papel de distintos grupos sociales (SEP,
2011, p. 106).
En relacin a que es lo que nos les gusta a los alumnos sobre el libro de historia se
mencionaron opiniones como me gustan las imgenes, pero los mapas me confunden
son pequeos, mejor que sean ms grandes deberan tener ms dibujos y actividades
si bien es necesario considerar que en el trabajo con los mapas en educacin bsica es
importante considerar el grado de complejidad para su lectura, es recomendable que
no est saturado de datos, tambin hay que aprovechar los conocimientos geogrficos
de los alumnos: el uso de las escalas y de los smbolos cartogrficos. (SEP, 2011, p. 125).
Tambin se menciona el libro contiene demasiadas fechas, me reburuja y me duele la
cabeza nos ensea como muchas matanzas, todos mataban a todos para ganar ellos
no me gusta porque viene pura matanza es pertinente reconocer que tradicionalmen-
te se ha considerado la asignatura la enseanza de la historia ha sido vista como un
relato...que no tiene mayor importancia o relacin con el presente y que son difciles
de aprender, pues debe memorizarse un interminable listado de fechas, nombres y
lugares esta perspectiva es superficial (Ayala & autores, 2000, p. 166).
Adems es importante considerar el contexto en que se manejan los hechos y con-
siderar la opinin de los alumnos cuando se analizan los hechos referidos por el
LTH en el caso especifico de la zona y la ciudad en que se realiz esta investigacin el
alumnado se muestra especialmente sensible al tema de las matanzas como lo refieren
en las opiniones vertidas en el grupo focal al hablar de personajes importantes y no
dela construccin colectiva de la historia, con el nfasis en la historia de las guerras
ha reforzado las posiciones que sealan que el hombre es el lobo del hombre (Ayala
& autores, 2000, p. 166).
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Conclusiones
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buscar y analizar la informacin desde diferentes alternativas y esto desde luego enri-
quece el aprendizaje.
Es importante incluir en el desarrollo de las secuencias didcticas dinmicas y moda-
lidades de lectura que diversifiquen la forma de acercarse a la comprensin de los tex-
tos, que aproximen al reconocimiento de los hechos que se refieren en estos, alejando
en lo posible la repeticin de hechos y datos evitando la monotona en la asignatura .
El uso del cuestionario en la asignatura de historia debe considerar diversos pro-
psitos no la finalidad de recuperar informacin textual del LTH, incorporar diversos
tipos de cuestionamientos a partir del presente incluyendo la opinin del alumno en
la secuencia de hechos que se aborda, considerando los temas de transversalidad pro-
puestos en el plan de estudios como la cultura de la paz como valor determinante para
la convivencia en sociedad.
La incorporacin en este ciclo escolar del manual de procedimientos para el fomen-
to y la valoracin de la competencia lectora en el aula es una oportunidad para que el
docente realice propuestas de intervencin ya que si el alumno logra la comprensin
de los diferentes tipos de texto adecuados al grado escolar que cursa, y otro tipo de
lecturas que le gustan o requiere en su vida diaria logra leer con una fluidez y veloci-
dad mnima, la cual debe ser creciente con la edad, el problema de la no comprensin
de lo ledo no es privativo de la asignatura de espaol por lo que es de reconocer que
en todas las asignaturas deben operar las actividades de apoyo a la adquisicin de esta
habilidad, considerando que el Plan de Estudios designa un horario para Historia.
El hecho de incluir el contexto y la dinmica familiar en el aprendizaje de la asig-
natura le otorgar un carcter de relevancia para el alumno, conocer y comprender la
realidad de la escuela al usar el LTH lo ubica en el presente y por tanto es considera-
do un hecho susceptible a desarrollar competencias para resolver problemas de la
vida cotidiana, ms all de la narrativa que contienen los hechos del LTH es tarea del
docente acercar al alumno a un lenguaje que sea comprensible al alumno pero con
fundamentos cientficos y didcticos para evitar por medio de la transposicin didctica
ensear con errores e imprecisiones.
En la formacin inicial del profesorado conviene incluir la forma en que se pueden
realizar adecuaciones curriculares de los libros de texto el de historia no es la excepcin
ya que las condiciones de la elaboracin de estos obedecen a un plan de estudios que
no contempla cmo podemos atender a estas particularidades sin que se generen
ausencias en la enseanza del programa.
Por otra parte los diplomados que se ofrecen a los docentes en servicio para ac-
tualizarlos en los materiales y enfoque por competencias se han realizado en forma
tarda, para mencionar un ejemplo en el presente ciclo escolar en la zona en que se
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tiempo que se aborda en cada leccin que incluya que hechos pasaban, cual fue la
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172
El conocimiento histrico escolar
sobre el cardenismo en el Programa 2011
para secundaria
Introduccin
Esta ponencia es el resultado de una investigacin que forma parte de una tesis para
obtener el grado de Maestra en Enseanza de las Humanidades por la UPN Unidad
151 Toluca y tiene como elemento central de anlisis el Programa 2011 de Historia
para secundaria ya que este es el vnculo tangible y oficial entre la prctica docente
y las intenciones del poder dominante que pretende legitimarse a travs de lo que
actualmente es considerado como conocimiento socialmente valioso.
Buscar las intenciones detrs de los hechos y las acciones es un medio que posibilita
la compresin razonada para conocer el currculum y en consecuencia incidir en l. De
otra manera se limita el horizonte de inteligibilidad y sentido que conduce a reprodu-
cir inercial y acrticamente esquemas de pensamiento y actuacin establecidos por las
fuerzas de poder dominantes; escenario que complica la concrecin de circunstancias
de mayor beneficio social.
Se requiere de una mirada a la relacin entre la naturaleza de la disciplina en estudio
respecto de la configuracin y ordenamiento pedaggico de los contenidos plasma-
dos en el Programa de Historia que permita sealar las caractersticas de los saberes
prescritos para ser enseados de forma estandarizada; pues, actan como cdigos que
definen la divulgacin y produccin de dicho conocimiento, el cual determina simult-
neamente aquello que no se puede o no se debe ensear.
La investigacin pretende conformar una interpretacin de las caractersticas que
le dan forma, e intencionalidad al conocimiento histrico escolar sobre el cardenismo
dentro del Programa y con ello transmitir un saber consciente de la enseanza de la
historia al tiempo de posibilitar el tomar una postura crtica sobre la prctica docente
dictada por el currculum oficial.
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Las dimensiones de anlisis metodolgico que se consideraron para este estudio son
la historiografa y el constructivismo; ambos articulados desde el paradigma del curr-
culum como conocimiento socialmente organizado; es mediante este eje integrador,
desde el que se aborda el Programa 2011 de Historia para secundaria, el cual define
las caractersticas estructurantes del conocimiento histrico escolar para su enseanza.
Grficamente se representa de la siguiente manera:
Historiografa
sobre el cardenismo Constructivismo
Programa 2011
para secundaria
La enseanza de
Positivismo Marxismo Annales Organizacin la historia desde la
psicologa cognitiva
General Vida
Ideologa
Misionero cotidiana Estratificacin Conceptos,
y praxis
poltica nociones y habilidades
del pensamiento histrico
Caractersticas
de estratificacin
de conocimiento
Caractersticas del
histrico escolar
Enfoques conocimiento histrico
y temticas sobre escolar
el cardenismo
Conocimiento
histrico escolar (CHE)
sobre el cardenismo
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La enseanza de la historia
desde la psicologa cognitiva
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Perspectivas historiogrficas
sobre el cardenismo
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que integran el currculum escolar 20111; con el propsito de encontrar los elementos
en comn que rigen esta organizacin. Del procedimiento descrito se aprecia que los
elementos pedaggicos, la articulacin de la educacin bsica y los estndares curricu-
lares son las temticas dominantes, vinculantes y organizadoras del currculum.
Para analizar en el nivel formativo las caractersticas del conocimiento histrico esco-
lar sobre el cardenismo se recurri al estudio de la organizacin y estratificacin del
bloque IV del Programa de estudios 2011 de Historia para secundaria; pues, es en este
espacio donde se relaciona el contenido cardenismo con los aprendizajes esperados
correspondientes.
Las dimensiones dominantes del conocimiento que tiene un estatus elevado y que cons-
tituyen los principios de organizacin que subyacen en el currculum son:
1Para el caso de la enseanza de la historia al currculum lo integran los siguientes documentos: Plan
de Estudios 2011, Programa de Estudio Gua del Maestro, Enseanza y Aprendizaje de la Historia en la
Educacin Bsica que forma parte de la serie: Teora y prctica curricular en educacin bsica.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Instrumentalismo2
Desde los aprendizajes esperados, el contenido: cardenismo se limita al desarrollo de
habilidades del pensamiento microlgicas3 ; es decir, habilidades que incluyen conocer,
comprender, analizar, sintetizar, evaluar y que en conjunto facilitan el conocimiento del
objeto en estudio; sin embargo, no llegan a constituirse en habilidades de pensamiento
macrolgicas que son las que posibilitan utilizar o crear ms conocimientos sobre lo
que se ha aprendido; dichas habilidades son: toma de decisiones, pensamiento crtico;
autnomo; sistemtico; epistmico; cientfico; creativo; propositivo; alternativo u ho-
lstico (Frade, 2008, pp. 30-33).
Julia Salazar dice que la historia es un conocimiento que posibilita comprender el
presente mediante la inteligibilidad del pasado; requiere de una operacin cognitiva
hecha desde el presente hacia el pasado. Esa operacin se construye en dos momentos
paralelos o simultneos: uno descriptivo y el otro constructivo - interpretativo (2006,
p. 72); por el contrario, la historia escolar se reduce al primer aspecto, manifestndose
como una enseanza tradicional semejante al modelo de dominio de destrezas; cuyo su-
puesto bsico es que toda tarea de aprendizaje puede descomponerse en un conjunto
de destrezas o tcnicas discretas que el experto emplea de modo rutinario (Mateos
y Prez, 2006, p. 411), convirtiendo el dominio tcnico de los procedimientos ense-
ados en el objetivo y no en el medio para alcanzar la meta especifica de aprendizaje
para la que han sido seleccionados.
Mateos y Prez advierten que an cuando las destrezas y tcnicas son muy tiles,
difcilmente ayudan a la reflexin sobre los conocimientos adquiridos o el planteamien-
to de tareas ms complejas que requieran entrar en procesos de toma decisiones
(2006, pp. 411-412). As el desarrollo de la descripcin y explicacin causal como
habilidad o destreza logra la racionalizacin4 de la enseanza de la historia, donde el
conocimiento es claro, simple y ordenado mediante la separacin de lo que esta ligado.
En consecuencia, se puede sealar que a partir del exclusivo desarrollo de habilida-
des microcognitivas la formacin y desarrollo del pensamiento histrico no es posible,
se tiene para desarrollarlo (Frade, 2008, p. 9). La autora advierte dos tipos de habilidades: microlgicas
y macrolgicas; que se refieren a niveles de dominio de un conocimiento (2008, pp. 30-32).
4 La Racionalizacin entendida como la accin de querer encerrar la realidad dentro de un sistema co-
herente. Y todo aquello que contradice, en la realidad, a ese sistema coherente, es descartado, olvidado,
puesto al margen, visto como una ilusin o apariencia (Morin, 2001, p. 102).
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pues, se trata de un saber complejo, que requiere de la actuacin simultnea del cono-
cimiento propio en funcin del entorno y la asimilacin de la historicidad del hombre,
esta ltima, vista como el proceso creador y transformador de lo histricamente
definido (Snchez, 2006, p. 26), lo cual resulta insostenible dentro de los limitados
estndares curriculares del campo formativo en el que se incluye a la historia.
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Una de las principales obligaciones de los que nos dedicamos a ensear historia es
conocer el marco terico y epistemolgico en el que se fundamenta la historia como
disciplina con dos propsitos elementales: planificar la practica con conciencia profe-
sional, es decir, qu es lo que enseamos por historia y para qu lo que hacemos y;
generar nuevos esquemas de pensamiento y actuacin mediante los cuales incidir en
el currculum.
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184
Investigacin en enseanza de la historia:
acopio de materiales 2000-2010
Introduccin
El antecedente directo de este trabajo de investigacin fue el realizado por el Consejo
Mexicano de Investigacin Educativa (COMIE) que ha elaborado estados del conoci-
miento para analizar los trabajos de mayor relevancia nacional en torno a las didcticas
de las diferentes disciplinas escolares. En ciencias histrico sociales se han realizado
dos (1983 a 1992 y 1993 a 2002). En el ms reciente, coordinado por la Dra. Eva Ta-
boada, se revisaron 189 trabajos: 120 se clasificaron como productos de reflexin, 38
como investigaciones y 31 como propuestas pedaggicas. Ello a lo largo de toda una
dcada. El estudio concluy que los trabajos tienen propsitos, temticas y perspec-
tivas terico-metodolgicas muy diversas y que es necesario impulsar investigaciones
para contar con el conocimiento necesario para la mejora educativa (Taboada, 2003,
p. 40). Para efectuar tal estado del conocimiento se elaboraron criterios que nosotros
consideramos pertinente retomar a fin de que haya continuidad en la investigacin en
el campo. Dichos criterios se abordan en el apartado Categoras para la organizacin
de los trabajos y se en el libro Saberes Cientficos, Humansticos y Tecnolgicos: pro-
cesos de enseanza y de aprendizaje, tomo II, que public el COMIE en el ao 2003.
Segn este mismo documento se entiende como productos de investigacin los trabajos
que aportan conocimiento nuevo sobre un tema o problema. Su abordaje implica rigor
y coherencia terico-metodolgica, adems debe incluir un trabajo emprico o de in-
dagacin documental y bibliogrfica, o bien, su combinacin (Latap E., 2011, p. 39).
De igual manera, se considera como productos de reflexin a los trabajos que abordan
un tema o problema por medio de la descripcin o la reflexin. Su origen suele ser la
experiencia acadmica de los autores. (Latap E., 2011, pp. 39-40). En cuanto a las
propuestas pedaggicas, se catalogan como tales trabajos que plantean situaciones
de aprendizaje o prcticas de enseanza alternativas para trabajar los contenidos del
currculum escolar... Algunos plantean transformaciones al currculum. (p. 40).
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Problema
No existe en el pas un acervo o coleccin que concentre la temtica de enseanza-
aprendizaje de la historia. Los citados estados del conocimiento del COMIE resultan
ser un referente esencial para el campo disciplinar, sin embargo, no se han conjuntado
fsicamente. Existi un intento por realizar este trabajo por parte de la Dra. Gabriela
Soria, como parte de la Asociacin Mexicana de Investigadores en Didctica y Ense-
anza de la Historia, sin embargo, por falta de recursos, no se pudo llevar a cabo dicha
instrumentacin (Taboada, 2009). Las diferencia sustancial entre el trabajo del COMIE
y de ste es, adems de la temporalidad, el hecho de que por primera vez se hace
una delimitacin especfica sobre investigacin en enseanza de la historia en nuestro
pas. De manera adicional, este trabajo, a diferencia del antecedente del COMIE, se
centra en los productos propios de investigacin debido a la necesidad que surgi al
abrir la lnea Terminal en enseanza de la historia en la licenciatura de historia de la Uni-
versidad Autnoma de Quertaro en la cual laboro. Se consider necesario dotar a los
estudiantes quienes comenzarn en enero del 2013 de referentes de investigacin
para que les sirvan de base para sus trabajos, sobre todo en vas de su titulacin.
Por supuesto que una vez que se conforme la coleccin se buscar hacerla accesible
a otros interesados en la investigacin en enseanza de la historia.
Objetivos
La ausencia, en el campo de investigacin sobre la enseanza de la ciencias sociales
y en particular de la enseanza de la historia, de una compilacin (o ms an de una
coleccin especializada) sobre los trabajos que se han ido produciendo en los ltimos
aos, nos permiti preveer desde la bibliografa inicial trabajada para plantear esta
investigacin documental tres situaciones causales: aislamiento entre las investigacio-
nes relativas al campo de estudio enunciado (Von Wobeser, 2006, p. 7), ausencia de
continuidad entre stas (Lamoneda, 1999, p. 19) y falta de articulacin entre las ins-
tancias que tienen relacin con la teora y praxis de la enseanza de la historia (Snchez
Quintanar, A, 2009). La investigacin cuyos resultados presento, permiti corroborar
los planteamientos iniciales. Y, ms an, permiti contribuir con un panorama inicial
del estado actual de dicho nuevo campo de investigacin, al identificar las institucio-
nes que estn favoreciendo dicho tipo de investigacin as como la ndole de los tra
bajosque realizaron la pasada dcada. Los objetivos planteados inicialmente fueron:
1. Difusin de los resultados de esta primera fase de investigacin a fin de que
pueda complementarse la relacin de materiales.
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Metodologa y resultados
A fin de clasificar los trabajos se elabor un cuadro basado en los criterios que manej
el equipo que realiz el estado del conocimiento citado (fig. 1): productos de investiga-
cin, productos de reflexin y propuestas pedaggicas. A partir de ello se selecciona-
ron los productos de investigacin en enseanza de la Historia quedando seleccionados
36 trabajos. El enfoque que se sigui para construir la relacin fue lo estipulado por la
American Psycological Association (2011) de modo que est acorde a las disposiciones
internacionales. Los resultados se presentan en cinco grficas y en un cuadro antece-
dente los criterios de clasificacin.
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193
DIVERSIDAD SEXUAL Y EQUIDAD DE GNERO.
TEMAS PRESENTES EN EL DISCURSO
HISTRICO ESCOLAR EN SECUNDARIA
Introduccin
Bajo una postura crtica de la teora de la reproduccin cultural estudiada por
Bordieu (2008, p.75) El mundo intelectual en un sentido muy extenso contribuye a
la dominacin suave, refinado en sus medios: sistema escolar, medios, sondeos, cien-
cias sociales, etc.. Como afirma el mismo autor (2008, p. 90), se debe concebir a la
educacin no como una condicin de acceso a los puestos de trabajo, sino como una
condicin de mayor acceso al ejercicio verdadero de los derechos humanos
La homofobia se caracteriza por prejuicios sin sustento crtico que operan en el me-
dio social y que limitan culturalmente a los alumnos para iniciar un ejercicio autocrtico
de su propia orientacin sexual. As mismo consideramos que hay mucho por
hacerse en el Estado de Mxico con respecto a la equidad de gnero, pues es
en la entidad donde podemos notar muchas carencias al respecto. Pensamos que es
ms fcil actuar por un cambio desde las instituciones pblicas como la escuela pues
consideramos que este lugar debe asumir una funcin crtica y servir como motor de
cambio en la sociedad.
El objetivo de este trabajo fue identificar en el campo docente, opiniones acerca
de los temas de diversidad sexual y equidad de gnero, as como la inclusin de estos
temas en sus aulas. Consideramos importante poner nfasis en la disposicin por parte
de las instituciones para generar reflexiones de carcter crtico respecto al tema.
Nuestro trabajo pretende exhortar a una educacin que contenga reflexiones de ca-
rcter cientfico y crtico en la educacin bsica, con respecto a la diversidad sexual,
pues esta educacin sirve para prevenir actos de discriminacin dentro de las aulas
e instituciones escolares.
Pensamos que los alumnos, dentro del espacio escolar, tienden a reproducir valo-
res y actitudes que se practican en la sociedad donde se desenvuelven, por lo que al
vivir en una zona de inseguridad y violencia, el ambiente escolar es ms hostil. Entre
los problemas presentes en la comunidad el ms destacado est en el ncleo familiar.
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Resultados
Participante A:
Nuestro participante A fue una profesora que trabajaba en la escuela desde hace 20
aos. Mostr una gran disposicin de participar en el trabajo. Consider de suma
importancia incluir los temas en sus cursos, de hecho, los incluye desde hace algunos
aos, no slo con los alumnos, tambin con padres de familia. Pues dijo nos hace falta
bastante informacin al respecto.
1 Por equidad de gnero se entiende el trato imparcial de mujeres y hombres, segn sus necesidades
respectivas, ya sea con un trato equitativo o con uno diferenciado pero que se considera equivalente
por lo que se refiere a los derechos, los beneficios, las obligaciones y las posibilidades. Ver: http://www.
ifad.org/gender/glossary_s.htm
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La maestra nos coment que los alumnos muestran mucho inters en temas de
sexualidad, orientacin sexual y de equidad de gnero; que participan en clase y ma-
nifiestan muchas dudas al respecto. La maestra piensa que la principal limitante para
incluir estos temas son los padres de familia, pues son ellos los que preferiran, se evi-
taran estos temas y que adems, los padres de familia estn sumamente involucrados
en las actividades escolares, lo que impide el desarrollo integral de los alumnos.
Por ltimo la maestra indic que algn tiempo trat de formular actividades con
los padres de familia, en los cuales se hablara de temas de diversos temas pero que la
Direccin prohibi las actividades argumentando que con tantas personas dentro de
la escuela, los alumnos podan correr algn peligro.
Participante B:
El participante B fue un profesor que llevaba un ao laborando en el lugar y aproxima-
damente 10 aos de docente en nivel secundaria. El participante mostr inters en el
proyecto que presentamos y accedi a una charla informal. El profesor consider que
temas como la diversidad sexual y la equidad de gnero son vitales para la forma-
cin de alumnos y alumnas, que l los incluye en su curso de manera constante pero,
considera que hay muchas limitantes para poder desarrollar los temas.
El profesor nos expres que al ser un pueblo, las familias, e incluso los alumnos
ven estos temas con problemas, sin embargo, los alumnos han manifestado un notable
avance, pues ahora muestran inters, gusto por los temas y por el curso en general.
Considera que los factores sociales y culturales del lugar en dnde est la escuela
son determinantes para el desarrollo de los alumnos. El profesor ve en la zona, un lugar
de permanente conflicto, de inseguridad, y a la vez una colonia- pueblo inmersa en
costumbres conservadoras, una familia patriarcal y un muy marcado machismo.
El profesor tambin nos platic que imparta un curso de equidad de gnero los
sbados por la maana, este proyecto era impulsado por la OEI. El programa al que
pertenece el curso se titula Escuelas por la equidad. El curso, afirm el profesor, no
es el nico que se imparte, pero s al que ms asisten los alumnos. Hay cursos con 7 u 8
personas, en mi grupo hay 60 alumnos y considera que este xito entre sus alumnos
se debe a la buena relacin con ellos y a que los que van, le informan a otros y estos
asisten, adems de que l haba hecho algunas invitaciones particulares a alumnos con
problemas familiares o amorosos.
Participante C:
Maestra de aproximadamente 20 aos de laborar en la secundaria. La profesora, no
accedi de manera inmediata a la entrevista, e incluso se port hostil con nosotros
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Participante D:
Fue la ltima entrevista que realizamos y tambin fue la que ms problemas tuvimos
para hacer, debido a un incidente con la profesora. La maestra se neg a contestar la
entrevista, pues estaba muy ocupada y no tena tiempo para esas cosas, argument
que el subdirector de la escuela ya le haba comentado pero que dijo: l no me manda
y si no quiero contestarla no la contesto. Finalmente la maestra accedi.
La maestra dijo que los temas de diversidad sexual, equidad de gnero, etc., eran
temas muy importantes, que podan abordarse desde la historia, estudiando la evo-
lucin que han tenido las familias desde la prehistoria, hasta el presente, que ella
en algn momento, haba incluido los temas en sus cursos pero que los alumnos no
participan, que difcilmente manifiestan dudas y que nunca le comentan lo que piensan
al respecto.
Conclusiones
De acuerdo a nuestro objetivo que era indagar si los profesores incluyen los temas
pudimos observar al final de nuestro estudio etnogrfico que la mayora de los profe-
sores a los que entrevistamos incluyen los temas porque les parecen importantes para
la formacin integral de los alumnos.
Los profesores consideran que a travs de la materia de Historia se puede fomentar
una reflexin crtica de los temas, sobre todo al hablar de la familia desde la pre-
historia hasta la actualidad y cuando se habla de la participacin de las mujeres en
distintos hechos histricos, aunque principalmente, cuando adquiere derechos polticos
en Mxico.
Dos profesoras consideraron que los alumnos son la limitante para impartir los
temas: por un lado, los alumnos no muestran inters en los temas, simplemente, no
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participan cuando la maestra somete a discusin estos contenidos. Por otro lado, una
de las profesoras concibe a los alumnos como individuos desinteresados en el curso de
Historia y que el inters que podran mostrar sera slo con la finalidad de no tomar la
materia.
Una profesora y un profesor consideraron como una limitante las ideas de los
adultos con respecto a los chicos y sus intereses, los profesores dicen que los adultos
estn llenos de prejuicios que impiden a los alumnos aprender de diversos temas. Con-
sideran que alumnos y alumnas son participativos en los temas, discuten sobre ellos y
manifiestan sus dudas.
Esta limitante en particular pudimos completarla con la observacin que hicimos du-
rante el estudio: los profesores que incluyen los temas y que consideran a los alumnos
participativos solan llevar una cordial relacin con ellos, durante el recreo los alumnos
los saludaban e incluso charlaban con ellos unos minutos.
Las maestras que consideran a los alumnos como una limitante para el tema, fueron
hostiles a responder nuestras preguntas. Cuando habamos ido a buscar a la partici-
pante D, sta regaaba a sus alumnos y se mostraba sumamente enojada con ellos, lo
que da muestra de una difcil relacin. La participante C concibe a sus alumnos como
jvenes sin inters en la escuela.
Respecto a esto, podemos concluir que no basta con hablar de los temas, es impor-
tante llevar una relacin cordial con los alumnos y elaborar dinmicas incluyentes en
las que todos participen y las opiniones de todos resulten valiosas, de lo contrario, el
ambiente del aula se torna hostil y por ms que se pretenda manejar los temas se
obtendrn escasos resultados.
De manera oficial, se observa que la escuela est abierta a mejorar las condiciones
sociales y culturales de los alumnos, pues est adscrita al programa de Escuelas por
la equidad, adems de que la escuela tiene pegados en los muros de salones y patios,
carteles elaborados por los alumnos con temas como la No violencia y valores mora-
les que consideran ms importantes como Amistad, Amor, Paz, etc.
Por ltimo podemos destacar que los cuatro maestros consideran a la familia y
sus valores (religiosos o no), como una de las principales limitantes para incluir estos
temas en la escuela y que los alumnos nunca han manifestado expresiones religiosas
con respecto a estos temas. Los profesores consideran que es la familia la principal limi-
tante pues los padres de familia participan mucho en la escuela y son ellos los que se
muestran renuentes a dar estos temas a los alumnos.
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domex.mx/ecatepec/nota24945.html.
Programa en Escuelas para la equidad en http://escuelasparalaequidad.org
199
Asia como representacin social
en estudiantes de bachillerato
Mtodo
Sujetos. Se seleccionaron grupos de los tres grados del bachillerato de una escuela
particular en la ciudad de Quertaro, Mxico. Los grupos son mixtos y oscilan entre 15
y 18 aos de edad. Los participantes fueron 192 en total, de los cuales 137 de primer
grado, 32 de segundo y 23 de tercer grado.
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A todos los grupos se les pidi la definicin sobre Asia y a los estudiantes de
los grupos de 5 y 6 grado se les aplic adems el cuestionario de perfil. Las redes
semnticas fueron aplicadas a estudiantes de todos los grados.
Anlisis. Para el anlisis se agruparon las palabras definidoras enunciadas por los
estudiantes en seis categoras, a partir del aspecto al que hacen referencia: sociocultu-
ral, geogrfico, poltico, econmico, tecnolgico y fenotpico.
Sociocultural: conjuncin de elementos que caracterizan, identifican o representan la
manera de ser de los pueblos asiticos. Por ejemplo: geishas, religin, cultura.
Geogrfico: aspectos que identifican un lugar o regin por su ubicacin, extensin
territorial, elementos orogrficos, hidrogrficos y naturales. Ejemplo: China, Everest,
desierto.
Poltico: forma de organizacin y de interaccin de los pueblos en sus estructuras
gubernamentales y administrativas a travs de los tiempos. Ejemplo: mandarines, so-
cialismo, violencia.
Econmico: actividades de planeacin, produccin e intercambio de bienes o recur-
sos para la subsistencia de los habitantes y pueblos. Ejemplo: comercio, explotacin y
pobreza.
Tecnolgico: diseo, produccin, intercambio y utilizacin de herramientas y equi-
pos por parte de los pueblos asiticos. Ejemplo: invento, Sony, ciencia.
Fenotpico: caractersticas fsicas de los habitantes. Ejemplo: amarillos, ojos rasgados,
atlticos.
El mapa conceptual como tcnica en la investigacin se utiliz para facilitar el anli-
sis de datos recogidos en las definiciones (Aguilar, 2006). Su uso permiti sistematizar y
representar las estructuras cognitivas de los estudiantes del bachillerato, que expresaron
por escrito su conocimiento sobre Asia. Los mapas conceptuales muestran las palabras
empleadas por los estudiantes con una mayor frecuencia y en su lectura descendente
empezando por la palabra estmulo, Asia. Los mapas conceptuales permiten apreciar
visualmente la definicin compartida globalmente y por grados.
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saron los datos por frecuencia y peso semntico de cada definidora, en esta ponencia
slo se presenta el resultado por categoras.
Seguidamente aparece la grfica que muestra el porcentaje que cada categora
alcanz para toda la poblacin escolar estudiada.
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que a medida que baja la frecuencia de las palabras (las enunciaron cada vez menos los
estudiantes), la lnea que las une se hace cada vez ms delgada.
La informacin proporcionada por los estudiantes permiti reconstruir la idea co-
mn de cada grado, lo mismo que la definicin de Asia para toda la poblacin. La
reconstruccin se hizo con base en la jerarquizacin de acuerdo a la frecuencia de apa-
ricin de trminos en la definicin elaborada por cada estudiante.
Para el 4 grado se tomaron las definiciones de cuatro grupos con alrededor de 137
estudiantes en total. Del 5 grado se analizaron 32 definiciones de un grupo y en 6
grado 23 definiciones del grupo de rea cuatro.
A continuacin se muestra el mapa conceptual que reconstruye la informacin pro-
porcionada por los alumnos de los grupos de bachillerato seleccionados en su defi-
nicin sobre Asia. Visualmente permite apreciar las definidoras que tuvieron mayor
frecuencia y que por tanto se ubican en los primeros lugares, de acuerdo a la lectura
iniciada desde la palabra estmulo en forma descendente.
Con base en la informacin proporcionada por los alumnos se elabor la siguiente de-
finicin: Asia es un continente con cultura y desarrollo, tiene poblacin numerosa y territorio
extenso; sobresale China y es rico en historia.
Se observa en primer lugar del mapa conceptual la palabra continente que denota
un elemento geogrfico para referirse a Asia. Tal vez los estudiantes establecen una
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Para los estudiantes de cuarto grado, Asia es un continente con poblacin numerosa y
desarrollo. Sobresale China y la cultura, tiene un territorio extenso. Identifican a Asia
como un espacio territorial especial por su extensin. Destacaron el gran desarrollo que
ha alcanzado esa regin, vinculndolo con China. En menor medida se refirieron a la
cultura que tiene Asia sin especificar los pueblos y sealaron a su territorio como
una regin extensa del orbe.
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Anlisis cualitativo
Se tomaron fragmentos de algunas definiciones sobre Asia escritas por estudiantes
de diferentes grados, donde se destaca lo que pensaron sobre ese continente y sus
habitantes. Las definiciones se agruparon en apreciaciones positivas, negativas y des-
criptivas. Las apreciaciones positivas se dan a partir de la aceptacin o admiracin de
caractersticas personales de los asiticos y del potencial que representa su continente.
Dentro de esta categora encontramos las siguientes expresiones.
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Violencia. Continente con alto grado de violencia debido a que sus pases son
muy religiosos y debido a que se involucran tanto en ella toman ideas suicidas,
esto es en el lado occidental. En la definicin se especifica la parte occidental de
Asia, y aunque no seala pases, les atribuye un alto grado de violencia por la
religin; inclusive seala al suicidio como indicador de la violencia.
Discriminacin. Asia es un continente que tiene pases muy desarrollados,
pero que a la vez no tienen pensamientos ticos muy correctos, por ejemplo: la
discriminacin. Es un continente muy rico culturalmente y con muchos luga-
res impresionantes, aunque con muchos pases que no se han desarrollado como
seres humanos ya que tienen mucha discriminacin en especial hacia la mujer. El
aspecto de desarrollo tecnolgico y econmico es contrastado con cierto atraso
en lo cultural. Lo tico y lo correcto tal vez se ve desde una ptica occidental y
como prototipo ideal de un comportamiento humano.
Comunistas, gobiernos estrictos. El continente ms habitado y con ms gente
en el mundo. Para m es un continente muy diferente y est muy avanzado. Es
comunista y tecnolgicamente van muy avanzados. Se identifica al continente
asitico como comunista en su forma de gobierno y por ende muy estricto.
Sin embargo, se reconoce en los asiticos avances tecnolgicos importantes.
No me gusta Asia, odio a los chinos, no me interesa. No me gustara
visitar o vivir en Asia. Un continente grande lleno de chinos, NO ME GUSTA,
Es muy pirata que copia muchas cosas de otros pases Odio a los chinos. Estas
definiciones expresan abiertamente el rechazo a los asiticos, ubicndolos como
chinos.
Las apreciaciones slo descriptivas respecto a los asiticos denotan un grado de
extraeza hacia los mismos, pues son otros, se hace referencia a rasgos fsicos y
culturales; pero no se identifica en estas descripciones propiamente juicios valora-
tivos. Se encuentran por ejemplo los siguientes enunciados:
Extrao, raro, distinto. Asia me parece un continente extrao ya que aun-
que tiene grandes avances tecnolgicos me parece que su cultura es cerrada a su
forma de pensar. Se sigue enfatizando el avance tecnolgico de los asiticos,
pero de todas maneras con respecto al entorno del estudiante la cultura de esos
pueblos hace que sean muy cerrados. Tiene muchas personas con una cultura
muy rara; Con pases llenos de datos curiosos y costumbres muy distintas a las
nuestras; Hay cosas que comen que nosotros nunca probaramos. El estudiante
parte de su contexto cultural, concibe a Asia como algo diferente. Su visin del
continente es general ya que no destaca un pas en particular.
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Conclusiones y recomendaciones
La manera como los alumnos se expresaron sobre Asia nos permite identifica en
sus construcciones, algunas representaciones sociales que se tienen sobre Asia, pero
manifestadas de forma individual, lo que Castorina denomina individuacin (Castorina
y Barreiro, 2010). Lo que piensan de Asia es una sntesis de lo que escuchan y ven
en los medios de comunicacin y en el medio escolar. Sera interesante indagar con
mayor profundidad qu y cmo hacen tal reconstruccin.
Los elementos para la representacin social que tuvieron los estudiantes sobre Asia,
denota un conocimiento parcial sobre ese continente. Para referirse a Asia, los alumnos
hicieron alusin principalmente a China y en menor medida a Japn y otros pases.
Se confirma que la representacin social que tuvieron los estudiantes sobre
Asia, se bas en elementos difundidos y cercanos a su entorno: el papel de China en
la actualidad, hace que su presencia sea relevante en la vida diaria de la comuni-
dad y por ende en los estudiantes de la preparatoria estudiada. Se puede afirmar
que los estudiantes del bachillerato estudiado, tuvieron una representacin sobre Asia
constituida primordialmente por aspectos socioculturales y geogrficos. Sin embargo,
sorprendi que la categora sociocultural hubiese ocupado el primer lugar porque de
alguna manera indica cierto inters de los estudiantes por los pueblos enunciados. A
partir del anlisis cualitativo se identificaron sentidos positivos, negativos y neutros. Sin
embargo, son indicativos de estereotipos en el sentido de hacer generalizaciones y
atribuir ciertas caractersticas a los asiticos.
La manifestacin particular por parte de los alumnos de los aspectos sobre Asia,
demuestra la forma individual en que pueden expresar los diferentes elementos de las
representaciones que circulan en el ambiente social, familiar, escolar e inter-grupal y
que tambin son parte del elemento ideolgico del medio. A medida que se avanza en
el grado acadmico, se pudo observar que los estudiantes tienen en cuenta elementos
ms complejos o abstractos sobre las representaciones de Asia.
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Referencias
Libros
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DGIRE, UNAM., (s.f.). Programas operativos de Bachilleraro. Recuperado el 10 de sep-
tiembre de 2010 de http//www.dgire.unam.mx
214
La enseanza de la Historia de Mxico
en los programas de la ENP
La Escuela Nacional Preparatoria cuenta con una larga historia (ms de 140 aos), su
organizacin, apertura y establecimiento estn ligados a un episodio histrico funda-
mental de la segunda mitad del siglo XIX: el restablecimiento de la repblica federal.
Esta institucin desde entonces, ha tenido un papel relevante en la historia de la Educa-
cin en Mxico y, como seala Lemoine, podemos dividir la historia de esta institucin
en dos grandes pocas que se sincronizan con otras tantas de la realidad poltico-social
del pas: primera de 1867 a 1910; segunda de 1910 a nuestro tiempo y agrega:
En efecto, la Escuela Nacional Preparatoria nace en 1867, ao clave en el discurrir
de Mxico independiente: triunfo definitivo y espectacular de la Repblica, implanta-
cin de la reforma educativa, consagracin oficial del credo pedaggico positivista.
Y la era concluye en 1910: el ao de los fastos del Centenario, el de la Creacin de la
Universidad Nacional, el de la agona del positivismo en Mxico..., el de la Revolucin
(Lemoine, 1970, p. 9).
A lo largo de su historia, los planes de estudio de la ENP han reflejado las necesi-
dades y demandas educativas, sociales y/o polticas de su momento y por lo tanto
reflejan en buena medida el contexto histrico donde se desarrollan. Dentro de las
reformas a los planes de estudio, se han modificado tambin los diversos programas
que los conforman.
Es importante sealar que estamos ante una nueva reforma de la ENP: en 2010,
tomo posesin de la direccin de este subsistema la maestra Silvia Jurado Cullar, quien
hizo el anuncio de la reforma a los programas y el plan de estudios, integrado
en su proyecto de desarrollo, lo que parece anunciar el deseo de atender las distintas
modificaciones que exige este nivel de estudios, todo con el fin de acercar ms a la
ENP con la realidad que viven los jvenes.
El Plan de estudios original, organizaba el currculo en cinco aos y permaneci
de esta forma por casi 20 aos. Su estructura obedeca por completo al positivismo
francs trado por Barreda ya que el impulso ms representativo de esta instrumenta-
cin ideolgica se ve representado en Mxico por la creacin de la Escuela Nacional
Preparatoria, en donde se integraban los aspectos esenciales del positivismo como doc-
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trina filosfica, adems de que en el nivel medio se concentraban los hijos de quienes
habran de forjar la historia del pas, tanto en sus dimensiones materiales como espiri-
tuales: adolescentes en pleno proceso de formacin de la personalidad se deca- y por
tanto, susceptibles de adoctrinamiento conforme a los intereses de dominio propios del
grupo en el poder (Romo y Gutirrez, 1983, p. 4).
Al momento de la fundacin de la ENP, el impulso a la educacin era una condicin
necesaria para lograr el orden y la estabilidad en Mxico, sobre todo por el panorama
tan crtico que haba vivido prcticamente desde el estallido de la guerra de Inde-
pendencia hasta ese momento. Sin duda alguna esto nos explica que la Escuela Nacio-
nal Preparatoria fuera la hija predilecta de la repblica restaurada (Vzquez, 1970, p.
50) y que se convirtiera en la institucin ms importante y prestigiada del pas.
Es importante sealar que la Historia Nacional no apareca en estos primeros pro-
gramas, si acaso formaba parte de la ctedra de Historia General que imparta Ignacio
Manuel Altamirano. Fue hasta la reforma de 1885 que se cre la asignatura de Historia
de Mxico que se impartira separada de la denominada Historia General. Cabe men-
cionar que las dos materias estaban contempladas para cursarse hasta el ltimo ao
del bachillerato.
La reforma al plan de estudios de 1885 se llev a cabo principalmente, porque se
consideraba que era insuficiente un curso de Historia y sobre todo, porque los estu-
diantes llegaban con muy poca preparacin. Problemtica que, a pesar de ms de un
siglo de distancia, parece no haberse superado.
La siguiente reforma se dara de manera muy rpida, en 1886, cuando el presidente
Porfirio Daz expide una nueva Ley de Instruccin Pblica, la cual modific los planes
y programas de la Escuela Nacional Preparatoria.
Esta nueva reforma se debe al maestro Ezequiel A. Chvez y trajo consigo cambios
importantes como el establecimiento de cursos semestrales, adems se redujo a cuatro
aos el plan de estudios y se estableci una relacin directa entre los estudios prepa-
ratorios y los universitarios. Con ello se pretenda lograr un cambio radical conforme
a la doctrina positivista, ya que intentaba incluir el estudio de humanidades, (canto,
psicologa y geografa poltica) sin embargo este plan caus tal controversia que fue
derogado en 1901, cundo el plan de estudios se alarg a seis aos.
Posteriormente en 1907 se regres al plan original de cinco aos y a ciclos anuales.
La mayora de las modificaciones a los planes de estudio promovidos en esta primer
etapa no fueron realmente trascendentes. No obstante, resulta pertinente destacar que
en este contexto se produce el nacimiento de una primera versin de la historia oficial a
travs de la utilizacin del libro de Guillermo Prieto Lecciones de historia patria utilizado
principalmente como libro de texto en la ctedra de Historia de Mxico. Al parecer
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
este libro fue publicado por primera vez en 1886 y reeditado en 1887, 1890 y 1891,
1893. Dedicado a los alumnos del colegio militar, tiene enorme importancia puesto
que, en gran medida, signific la acuacin de la interpretacin oficial de la historia
de Mxico, hasta la Reforma. (ibid., p. 76).
Ante la carencia de textos de calidad y que ofrecieran buenas sntesis de Historia
de Mxico, podemos explicarnos el xito que tuvo el libro de Guillermo Prieto. Pero
esta carencia estaba hermanada con una ms importante, una obra que ofreciera una
historia general, mucho ms completa e integradora del pasado nacional, que pudiera
ofrecer no slo a los estudiantes, sino a la sociedad en general, a los mexicanos,
una visin de la historia patria. En este contexto y de manera paralela a las reedicio-
nes de Lecciones de historia patria, es cuando se publica la magna obra coordinada por
Vicente Riva palacio, Mxico a travs de los siglos (1884-1889).
Mxico a travs de los siglos no slo se consagrara como una de las obras ms
notables de la historiografa mexicana, segn O Gorman (Ortiz, 2004, p. 34), sino
que integr y valor la importancia de cada una de las etapas del pasado. Destaca por
ejemplo la incorporacin del pasado prehispnico en la historia nacional y la visin de
Riva Palacio de la etapa colonial, que este autor desarroll en el tomo II. En la idea
integradora que es eje de esta obra, no se puede ignorar la importancia de la cultura
hispana en la conformacin nacional, ni mucho menos olvidar el pasado indgena, la
historia prehispnica, aceptada finalmente como el inicio de la historia de Mxico. Para
muchos historiadores de aquel entonces, como para los actuales, esta situacin se deri-
va de que ofreca la versin mestiza de nuestra historia, a partir de la interpretacin de
los liberales de fines del siglo XIX.
No ser sino hasta despus de 1890 que empezarn a unificarse los criterios de
una interpretacin nica y oficial de la historia de Mxico y a fortalecerse los mitos
de los clsicos hroes y antihroes, pues hasta entonces se convertir definitivamente
en instrumento de control ideolgico efectivo del Estado. Las circunstancias que
propiciaron la aparicin de la monumental obra Mxico a travs de los siglos, con su
contundente visin liberal de la historia de Mxico, las mismas que dieron lugar a una
poltica educativa nacional y nacionalista mucho ms slida y consciente del papel
de la historia como forjadora de conciencias leales a un sistema, generara libros de
texto acordes con las nuevas necesidades (Roldn, 2003, p. 498).
Ahora bien, el hecho de hacer arrancar la historia de Mxico a partir del pasado
indgena generara una visin esencialista de la historia que comnmente ha sido de-
batida. Para Riva Palacio, Mxico nace a partir de la mezcla de las dos orgullosas
razas: la indgena y la espaola, dando lugar a una nueva, completamente mestiza,
que estar determinada histricamente por esta situacin, los cambios y rupturas del
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incluso a manera de ancdota cabe mencionar que a los profesores se les otorgaban
grados militares y que los alumnos estaban considerados cadetes.
La reforma de 1914 intent buscar un equilibrio entre la enseanza de las ciencias
y las humanidades. En el plan de estudios se dio igual importancia a cada una de las
disciplinas que conformaban estas reas, as como las disciplinas prcticas. Adems:
Se estableci que las ctedras de historia general, de geografa e historia patria, que
antiguamente se cursaban en un ao, en el nuevo plan se realizaran en dos, con el ob-
jeto de que los alumnos pudieran adquirir conocimientos ms amplios de esas materias
(Velzquez, 1992, p. 23).
Los conflictos que se daban en el contexto poltico nacional no pudieron dejar de re-
flejarse en la Escuela Nacional Preparatoria, que no slo se manifest en la profunda
inestabilidad al cambiar continuamente de funcionarios, sino sobre todo por la confron-
tacin entre los estudiantes cuando manifestaban simpata hacia las diversas facciones
revolucionarias.
En 1920, Jos Vasconcelos tom posesin de la rectora de la Universidad Nacional
y reincorpor la Preparatoria para regresarla nuevamente al plan de cinco aos.
Las vicisitudes de la nueva situacin hicieron que decayera en algunos aspectos la
enseanza y uno de los que ms sufri los embates de los revolucionarios fue sin
lugar a dudas la historia. Esta atravesar desde fines de la dcada de 1910 hasta la de
1950 por una falta de unidad; tendr una gran flexibilidad, con sus ventajas en cuanto
a la permeabilidad a nuevas corrientes historiogrficas, pero tambin las desventajas
de haber cado en una situacin de falta de rigor y en una ideologizacin extrema,
que era exaltada por algunos de los tericos de la nueva Universidad, quienes fueron
propulsores de este tipo de cambio (Lerner, 1990, p. 18).
El ao de 1922 ser muy importante en el desarrollo de la Escuela Nacional Pre-
paratoria, siendo rector de la universidad Antonio Caso y con la asignacin de Vicente
Lombardo Toledano como director de la ENP se llev a cabo la celebracin del Primer
Congreso de Escuelas Preparatorias de la Repblica, que separara definitivamente el
ciclo secundario de los estudios de preparatoria. El plan que se elabor entonces se
puso en vigor al ao siguiente y dara a la ENP un verdadero carcter nacional. Sin em-
bargo un conflicto suscitado entre Vasconcelos y Toledano, culminara en la destitucin
de ste ltimo como director de la ENP y la aplicacin de un nuevo plan de estudios
en 1924.
En ste destaca la divisin de los estudios preparatorianos en dos ciclos; el primero
preparara al alumno para la vida en general; en un ciclo comn de tres aos, el segun-
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do, durara dos aos ms y sera de estudios especializados, para obtener grado de
bachiller o ingresar a las facultades universitarias (Romo, 2010, p. 67-68).
A este plan se le denomino el Ciclo Preparatoriano Especializado, y tambin se le
conoce como el Plan Chvez, debido a que Ezequiel A. Chvez nombrado rector fue
quien incentiv estas modificaciones.
Estas dos primeras dcadas posrevolucionarias acuaron como podernos apreciar
una visin de la historia como respuesta a los grupos populares de la revolucin y que
tambin justificara el triunfo del grupo sonorense en el poder. Se busca una explicacin
conciliatoria de nuestro pasado, para evitar los rezagos del anterior anticlericalismo
de la interpretacin liberal decimonnica y buscar la unidad a travs de sentimiento
nacionalista, que florecer culturalmente por estos mismos aos.
Haba, pues, que adecuar una visin de Mxico a esta finalidad conciliatoria que
calmara los nimos partidistas. Para ello haba que limar las diferencias de interpre-
tacin en momentos crticos de nuestra constitucin nacional como la conquista, la
independencia y la reforma (Vzquez, 1970, p. 214).
Por esta razn encontramos nuevamente el inters por reconocer al mexicano como
un mestizo, entonces habra que limitar el fuerte indigenismo de la visin oficial a partir
de la revolucin y sustituir tambin el hispanismo, para buscar un discurso conciliador.
Los debates en torno a los temas considerados incmodos de nuestra historia, en
particular la conquista, estuvieron nuevamente en boga entre 1947-1949 cuando se
encontraron los restos de Corts en el Hospital de Jess y posteriormente se anuncian
los hallazgos de Ichcateopan, sobre los restos humanos que se decan eran del ltimo
gobernante azteca. A pesar de que un grupo de expertos dictamin en contra de esta
ltima especulacin, no por eso se dejaron nuevamente de sentir los apasionamientos
que la temtica despertara entre especialistas y la sociedad en general. Se lleg hasta
demandar que se levantar un monumento a Hernn Corts.
En cuanto a la visin de la Historia, el texto ms usado en esos tiempos en educacin
media fue el de Alfonso Toro Compendio de Historia de Mxico (1926), que se mantuvo
en uso por aproximadamente medio siglo, en la educacin secundaria y preparatoria.
Toro enfrenta la historia a la manera tradicional liberal, con un anti hispanismo mal
disfrazado de indigenismo y un anticlericalismo obsesivo que iba a estar a tono con
los tiempos. El indigenismo no afecta el que su autor se enfrente al pasado prehisp-
nico con muchos prejuicios hacia el indio (Vzquez, 1970, p. 180).
Textos ms tradicionalistas como Historia Nacional de Mxico de Enrique Santibez,
Apuntes de historia de Mxico de Agustn Anfossi y Apuntes de historia gentica mejicana,
de Joaqun Mrquez Montiel, sobresalen por su marcado carcter hispanista y su de-
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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palmente y para la educacin media los libros de Elvira de Loredo y Jess Sotelo
Incln, Historia de Mxico, etapas precortesiana y Colonial; ngel Miranda Basurto, La
evolucin de Mxico, de la independencia a nuestros das; Ciro Gonzlez Blackaller y Luis
Guevara Ramrez, Sntesis de historia de Mxico, y Carlos Alvear Acevedo, Elementos de
historia de Mxico. Algunos de ellos, como el de Bravo Ugarte, pretendan separarse
un tanto de la lnea oficial.
Aun cuando su visin puede clasificarse de tradicionalista y conservadora, a decir
de Josefina Zoraida Vzquez, la mayora de los textos para la enseanza media:
No slo muestran cuidado en evitar los extremismos, sino que incluyen mejor material
didctico, con trozos de documentos histricos, la parte de historia prehispnica puesta
al da, con esquemas muy claros que permiten una comprensin mejor y dos de ellos
(Alvear y Loredo- Sotelo) incluyen un captulo dedicado a la historia de Espaa anterior
a la conquista (Vzquez, 1970, p. 241).
222
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
1995 se organizaron una serie de talleres, dirigidos a los coordinadores de las diversas
disciplinas para formar Las Comisiones de Revisin de los Programas, cuyas labores
culminaran en 1996, con el Plan de estudios y programas vigentes. A partir de ste
podemos hablar de una nueva etapa en la historia de la ENP.
El programa no establece la utilizacin de un libro de texto en particular y actualmen-
te han surgido en el mercado una gran cantidad de libros, para las diversas asignaturas
de historia, que incluyen los contenidos temticos de los programas, con interpreta
ciones bastante diversas. Lo importante de algunos de ellos, es que estn elaborados
por colegas de la Escuela Nacional Preparatoria y por lo tanto, conocen bien los conten-
didos, el manejo del tiempo didctico, recomiendan diversas tcnicas y estrategias as
como material didctico y presentan una actualizacin historiogrfica en varios temas.
Esta etapa tendr como eje la necesidad de formacin docente de su planta laboral,
a pesar de que hay que sealar que a diferencia de otros sistemas de educacin
media superior, inclusive del propio CCH, el perfil del docente que se exige para prc-
ticamente todas las asignaturas que conforman este plan de estudios es ser profesional
en su rea, es decir que slo egresados de la carrera de historia pueden ocupar
una plaza para impartir cualquiera de las asignaturas de esta materia en la Nacional
Preparatoria. La escuela secundaria comparte con la preparatoria la circunstancia de
que la gran mayora de los profesores de historia son normalistas con especialidad en
el rea. Esta situacin debe ser reconocida como uno de los grandes aciertos del plan
de estudios de la ENP.
Como una acertada medida, de llevar a cabo una reflexin permanente sobre los
programas y el plan de estudios, se crearon tambin los Seminarios de anlisis de
la Enseanza en cada colegio y turno de los nueve planteles de la Escuela Nacional
Preparatoria. Seminarios que siguen funcionando hasta hoy con el propsito de como
su nombre lo indica analizar la problemtica de la enseanza de la Historia a partir
de las diversas asignaturas, los contenidos, las estrategias didcticas, los procesos de
evaluacin, acreditacin, desercin, etc.
Por otro lado, creo necesario resaltar que la enseanza de la Historia ha tenido
que enfrentarse a mltiples problemas en la sociedad capitalista contempornea, que
ha querido desvirtuarla e ignorar su funcin como formadora de individuos infor-
mados y conscientes. En los ltimos tiempos, no slo ha disminuido la importancia
de la Historia, sino de manera significativa de todas las humanidades, disciplinas que
continuamente se ven amenazadas con desaparecer del currculum, en las reformas
de los planes de estudio, en todos los niveles. Sin embargo, esta situacin ha llevado
a reflexionar y debatir en torno a la importancia y trascendencia en la educacin
humanista y cvica que exige las sociedades que pretenden ser reconocidas como
223
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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224
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
225
MEMORIA COLECTIVA Y PENSAMIENTO HISTRICO.
DOS MBITOS DE INVESTIGACIN
Introduccin
La diversidad est plasmada en la historia de cada nacin, de cada estado, de cada
pueblo; en toda ciudad y en cada uno de sus barrios hay una historia que contar,
una historia reflejada en diversas expresiones, la cual dota a los grupos sociales de
un elemento indispensable para imbuir las nociones fundamentales de una historia y
cultura comunes: la memoria colectiva. Esta memoria est constituida por un conjunto
de creencias, ideas, valores y mitos [y realidades], que se transmite de generacin en
generacin, se reproduce en cada individuo, controla la existencia de la sociedad y
mantiene la complejidad psicolgica y social (Morn, 1999).
Derivado del estado del conocimiento sobre el tema, se hace patente el rescate
de la memoria y su empleo en los nuevos mtodos de enseanza de la historia,
destacando la propuesta de una nueva conciliacin entre la historia y la memoria,
en el terreno de la educacin, a la cual Raimundo Cuesta (2011) denomina historia
con memoria, desde donde refiere una visin diferente de la memoria y cambia el
estatus de la historia como disciplina mnemotcnica por un papel protagnico que
reclama la experiencia y el recuerdo como parte insoslayable del mismo acto de pensar
y entender el mundo.
Desde esta perspectiva, pensar y entender el mundo est relacionado con pensar la
historia de una manera crtica y personal; entender el mundo sin los prejuicios que obs-
taculizan su comprensin, apoyados en una historia-problema, abierta a nuevas y mlti-
ples interrogantes que despierten el inters en el alumno, a partir del planteamiento de
juicios reflexivos que vayan ms all de los acontecimientos (Pl, 2005; Salazar, 2006).
Es decir, con el desarrollo del pensamiento histrico.
As, la memoria colectiva del mbito extraescolar podra ser recuperada en la es-
cuela para dar paso al desarrollo del pensamiento histrico. En el presente trabajo se
pretende, a partir de acontecimientos del pasado reciente, identificar los usos de la
imagen en el acto de rememorar y comparar el desarrollo de las habilidades del pen-
samiento histrico entre estudiantes universitarios y sujetos que no tuvieron acceso a
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Supuestos
De existir una memoria colectiva escrita en las imgenes, stas pueden pro-
piciar el desarrollo del pensamiento histrico en los estudiantes. Un pensamiento
que llevara a reflexiones como la presentada por Sara Ramos (2008, p. 20).
No podemos olvidar, porque equivaldra a quedarnos sin memoria, sin historia,
tampoco convertirnos en juez moral del pasado, pero s debemos contribuir al
conocimiento responsable del mismo que nos permita entender y aceptar lo
ocurrido para remediar y mejorar, para proceder responsablemente convirtien-
do la culpa o la venganza en una actitud de responsabilidad.
La enseanza de la historia, fundada en este tipo de reflexiones, llevara a los estu-
diantes a posturas crticas que confronten la modernidad con su tiempo histrico
con lo que se lograra, por fin, acercar la historia a su contexto y dar un sentido al
aprendizaje de la materia, desde su propia visin. Es decir, enlazar los contenidos
escolares con el medio social en el cual se desenvuelven los estudiantes para que
puedan ser aplicados en la resolucin de problemticas cotidianas.
La relevancia de la investigacin radica en tratar de comprender las relaciones
entre imagen y memoria colectiva fuera del aula, y su posible impacto en el
desarrollo del pensamiento histrico, en el espacio escolar, a partir de dos.
Categoras analticas
El trabajo de investigacin se centra en identificar la memoria colectiva extraescolar
y su influencia en el desarrollo del pensamiento histrico del mbito escolar, para lo
cual se han establecido dos categoras de anlisis: memoria colectiva y pensamiento
histrico.
Memoria colectiva
Elizabeth Jeln,1 investigadora de diversos organismos internacionales, de nacionali-
dad argentina, plantea que en cada integrante de un grupo social hay huellas, marcas
1 Entre sus publicaciones relacionadas con el tema se encuentran Los trabajos de la memoria y Educacin
y memoria. La escuela elabora el pasado.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
As, la memoria colectiva, al formar parte de las comunidades, alimenta la historia que
dar identidad a cada una de ellas, marcar las pautas para entender e interpretar
el mundo y establecer los cdigos de comportamiento que de ella se desprendan, as
como la capacidad de hacer uso de ellos (Todorov, 2000, p. 22).
Sin dejar de lado el hecho de que la memoria colectiva, en principio, es el resultado
de la interaccin social de los individuos fuera del aula, las instituciones escolares son
el escenario donde el hecho social aludido se desarrolla (Jeln, 2004), pues es en la
escuela donde las memorias individuales se nutren y se retroalimentan de recuerdos
compartidos, individuales o colectivos la clase de escuela es, a este respecto, un lugar
privilegiado de desplazamiento de puntos de vista de la memoria (Ricoeur, 2010,
158). Es as como la memoria colectiva del mbito extraescolar comparte con la escuela
una funcin especfica: la de transmitir la historia de los grupos sociales; papel alta-
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Pensamiento histrico
La revista Cultura y Educacin, edit un ejemplar monogrfico relacionado con los
aspectos cognitivos y culturales de la enseanza y aprendizaje de la historia. En esta
publicacin intervienen Mario Carretero, Frida Daz Barriga, Manuel Montanero y Fer-
nanda Gonzlez entre otros. Algunos temas que se abordan estn relacionados con
tiempo histrico, causalidad, narrativa histrica, interpretacin de imgenes y memo
rias recientes. El hilo conductor de todos los trabajos est relacionado con la ensean-
za de la historia, el pensar histricamente y la transmisin de la memoria colectiva;
donde, en primera instancia, se esboza una panormica de las habilidades y recursos
didcticos implicados en aprender a pensar histricamente y, en segundo trmino, se
plantea que la enseanza formal de la historia contina ntimamente ligada a la cons-
truccin de la identidad y la transmisin de la memoria colectiva.
El trabajo citado da la pauta para pensar que existe una relacin entre el pensa-
miento histrico y la memoria colectiva con lo cual, y en virtud de que la historia
permite cuestionar y probar crticamente los contenidos de la memoria, el rescate de
la memoria colectiva podra apoyar en la tarea de narrar y transmitir memorias crti-
camente establecidas y probadas (Jeln, 2002). En este sentido, la memoria colectiva
generada en el mbito extraescolar podra funcionar como estmulo para el desarrollo
del pensar histricamente de estudiantes universitarios al insertarse como uno de los
componentes del pensamiento histrico.
La investigacin sobre los procesos de enseanza y aprendizaje de la historia se
pueden dividir en tres corrientes: a) la psicologisista, b) la academicista y c) la socio-
cultural (Pl, 2005), las cuales no son excluyentes entre s; sin embargo, para los fines
prcticos de este trabajo se emplearn los preceptos de la corriente sociocultural, la
cual estudia las significaciones del pasado dentro del aula como resultado de relaciones
intersubjetivas determinadas por el entorno cultural o intercultural en el que se produce
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Para abordar los componentes del pensamiento histrico, se propone la revisin del
modelo conceptual sobre la formacin del pensamiento histrico desarrollado por An-
toni Santisteban, Neus Gonzlez y Joan Pags (2010), cuyas investigaciones han dado
lugar a la propuesta de un modelo conceptual que apoye el establecimiento de con-
ceptos que puedan ser empleados en trabajos de investigacin y, a la vez, den la pauta
para nuevas propuestas de enseanza. Este modelo est basado en cuatro aspectos
fundamentales: a) la conciencia histrico-temporal; b) la representacin de la historia
a travs de la narracin de la explicacin histrica; c) la empata histrica y las compe-
tencias para contextualizar; y d) la interpretacin de la historia a partir de las fuentes.
Mtodo
Elementos para acopio de informacin
Las interrogantes y el problema de investigacin surgen al observar la creciente influen-
cia de los medios masivos de comunicacin en la conformacin de la memoria colectiva,
al grado de convertirse en rganos de la historizacin (Vatimo citado en Cruz, 2002) al
ser los principales transmisores de las imgenes y discursos que propondrn los modelos
identitarios en la memoria colectiva del futuro, desde el mbito extraescolar pero per-
meando indiscutiblemente su recuperacin, manejo y preservacin dentro de la escuela.
Pero Cmo es que se enlazan los testimonios y los textos con las imgenes para dar
paso a la memoria colectiva o al pensar histricamente?
2 Una catstrofe social implica el aniquilamiento (o la perversin) de los sistemas imaginarios y sim-
blicos predispuestos en las instituciones sociales y transgeneracionales Mientras que, como Freud lo
subray, las catstrofes naturales solidarizan el cuerpo social, las catstrofes sociales lo desagregan y
dividen (Kas; citado de Jeln, 2002).
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inmerso en el pasado reciente de nuestro pas; contar con cierta lejana en el tiempo
como para poder tomar distancia de l al abordar su estudio; se ha convertido en un
smbolo de la lucha indgena en nuestro pas y, su impacto an es vigente.
Por otra parte, de este movimiento surgieron mltiples imgenes emblemticas que
se convirtieron poco a poco en smbolos promovidos por diversos medios de comu-
nicacin y fueron trasladados de la vida cotidiana a los espacios escolares, quedando
huella de ellos en diversos lugares de memoria como por ejemplo el caf zapatista de
la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM; pelculas como El corazn del tiempo
(Corts, 2008); y un gran nmero de obras literarias e historiogrficas, artculos de opi-
nin, reportajes, entrevistas, crnicas y documentales acompaados en su mayora por
imgenes fotogrficas, sobre los cuales Genoveva Flores public en el 2000 un estado
de la cuestin. Esto ha contribuido a no olvidar que el problema indgena contina
vigente y junto a l los movimientos en pro de su emancipacin pues, como establece
Jess Snchez (2011), una de las primeras dimensiones de la fotografa es precisamente
su condicin de memoria, de testimonio de historia, al actuar como vehculo ideolgico
y como elemento de mediacin social en la transmisin de la cultura, dando paso a la
conformacin de la memoria individual y colectiva. En este caso, Snchez hace alusin
a la capacidad de la fotografa para inocular memorias y considera que la fotografa no
es un simple recuerdo, sino un medio para construir la memoria que en algn momento
se expondr a los dems. Esta intencin de preservar est relacionada con la forma en
que los miembros de un todo social utilizan signos y smbolos de comunicacin polis-
micos como plantea Godoy (2002, p. 37):
En este intercambio de seales e interpretacin, la memoria es un polo indispensa-
ble ya que la evocacin colectiva de un pasado de reinsercin permanente le pro-
porciona al individuo la clave de decodificacin simultnea al acto de identificacin
del contenido del significado del mensaje.
De esta manera, una imagen, en el mbito extraescolar, da al individuo la pauta
de representacin de un acontecimiento al cual le impregna un significado particu-
lar, formando una memoria individual la cual, al ser socializada, se proyecta en una
memoria colectiva que ser preservada, pero tambin modificada, en otro mbito de
socializacin: la escuela.
Estas funciones de la imagen, tratarn de ser identificadas especficamente en las
fotografas existentes del EZLN. Un hecho que impact a la sociedad mexicana, que-
dando registrado en la memoria colectiva de la mayora de sus integrantes y que,
por pertenecer a la historia reciente del pas, ha sido abordado ampliamente por la
historiografa.
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En cuanto al instrumento, podra decirse que los sujetos son la fuente de la cual se obten-
dr informacin sobre los procesos que se generan en su interior para dar paso al acto de
rememorar, a partir de su interaccin con la imagen. En atencin a lo anterior, se dise
una entrevista semi estructurada dividida en tres momentos: la primera parte es un cues-
tionario que permite conocer aspectos personales del participante como su edad, gnero,
lugar de nacimiento y escolaridad que hace las veces de rapport, as como de introduc-
cin al tema y a las caractersticas de las actividades a desarrollar. Tambin se incluyen
preguntas relacionadas con algunos acontecimientos de la historia reciente de Mxico.
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La segunda parte consta de cinco actividades con imgenes. Las actividades estn
organizadas de tal forma que se vayan aumentando la relacin entre los elementos
visuales y el pensar histricamente. Primero desde el rescate de recuerdos sin im-
genes, luego con imgenes y posteriormente relacionando las imgenes entre s para
estimular la narracin oral, a fin de pasar de nivel de dominio de lo concreto a lo abs-
tracto. El objetivo es obtener recuerdos de manera espontnea (sin imgenes y sin
informacin adicional), y despus pasar a actividades con imgenes para tratar de
identificar la rememoracin.
En un tercer momento, se plantean siete preguntas abiertas sin imgenes, que res-
catan su percepcin sobre el movimiento, las imgenes y la propia entrevista, a partir
de la cual se ha elaborado una
Propuesta de anlisis
El anlisis de resultados se iniciar de forma vertical para conocer las caractersticas
individuales de los entrevistados, en un segundo momento se efectuar el anlisis hori-
zontal para conocer la relacin de las caractersticas grupales e inter grupales, a partir
de una cdula diseada ex profeso.
El primer acercamiento es, precisamente, identificar la memoria colectiva y el pensa-
miento histrico desde el punto de vista de la rememoracin y no del recuerdo, as
como detectar las fuentes con las que interacta y si provienen stas del mbito escolar
o extraescolar, como puede observarse en el siguiente ejemplo:
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Respuesta Interpretacin
Claro el EZLN ese fue precisamente con lo de Destaca la bsqueda de informacin sobre el pasado recien-
Luis Donaldo Colosio cuando yo empec a investi- te a partir de elementos relacionados con el pensar histri-
gar un buen de cosas porque quise investigar so- camente (presente la causalidad)
bre Salinas de Gortari y empec a ver que Salinas
de Gortari hizo lo del tratado de libre comercio
y ah fue cuando empez es que el EZLN, dije
hay que es eso y le di clic y empec a investigar
y tambin la historia, en los libros, tambin en la
escuela nos lo mencionaban el ejrcito zapatista
Fuente Interpretacin
Escolar Extraescolar Emplea ambos contextos, lo cual dara la pauta para pensar
Maestros, compaeros Hemeroteca que desplaza la memoria colectiva al aula, donde reflexiona
libros de texto Internet para pensar histricamente o podra ser que se queda en la
Familia memoria colectiva dentro del aula?
Estereotipos Interpretacin
Actitud propia Sobre los dems (principios Elementos del desarrollo del pensamiento
(circunstancias que condicionan ideolgicos, morales y histrico: imaginacin histrica, a travs
al entrevistado, actitudes hacia el estticos) de la empata y del establecimiento de
problema y la entrevista) juicio moral en cuanto a la situacin de los
indgenas
Empata Desigualdad
marginacin
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1 2 3
Es una manera de decirle a los Yo creo, bueno es una manera de Siento que hay ma-
dems que no se queden en ese manipular. Yo creo que el origen neras de manifestar
conformismo, a pesar de que es de ellos iba por un lado, iba por la un disgusto o mani-
un sector muy marginado lamen- lucha en contra de la desigualdad, festar que existimos
tablemente, los campesinos los queran la participacin, que ya pero siento que las
indgenas, ellos tambin quieren no hubiera tanta marginacin de vas no son las ade-
hacerse valer o sea si existimos. las etnias, yo lo veo en ese sentido cuadas, por lo mismo
Es una manera de decir si noso- que al principio era ese movimien- tambin el gobierno
tros podemos ustedes tambin to, pero ya despus yo siento que ha provocado eso,
pueden. Tambin lo veo obvia- se fue ya yendo por otro sentido, pero yo siento que
mente el nombre que ellos tienen, como que ya fue ms personal, yo voy por la va del
pues era un revolucionario Zapata como que yo, nosotros queremos dilogo, debe de ser
y tambin como la historia va formar parte, casi como que ellos lo mejor
marcando totalmente nuestras queran mandar, yo lo veo como
vidas hasta el presente. Porque que se fue desvirtuando Dice,
bueno esto tiene que ver con Villa ya basta tenemos derecho a meter
y Zapata que apoyaban el movi- nuestra cuchara, pero yo siento
miento burgus liberal de Madero que ellos no queran tanto, bueno
en contra de Porfirio Daz y una al principio si queran una parti-
forma de ya no ser tan oprimidos, cipacin pero yo siento que fue
ya salir, decir oye hay que hacer ms sobrepasar esa participacin
algo, no es justo que tambin como que queran cambiar toda
nos estn manipulando porque el una forma de gobierno cuando
gobierno muchas veces tambin tambin eso es imposible
es lo que hace
Finalmente, se buscar la relacin con los cuatro aspectos del modelo conceptual para
el desarrollo del pensar histricamente de Santisteban et al. a fin de observar si, durante
el proceso, son aplicados aspectos provenientes de la memoria colectiva y convergen
con los procesos cognitivos del pensar histricamente. Concluyendo con una interpre-
tacin corolaria del anlisis.
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Interpretacin corolaria:
Consideraciones finales
De los planteamientos anteriores, podra inferirse que la memoria colectiva est direc-
tamente relacionada con el pasado reciente de las comunidades, y puede reconocerse
a la imagen como el elemento que se ha posicionado de forma significativa para ser
usada en la transmisin y preservacin de la memoria colectiva generada en el mbito
extraescolar, pero Es posible su recuperacin y manejo a travs de su consiguiente
reformulacin en la escuela? As mismo, se reconoce como factible el vnculo entre
imagen, memoria colectiva, y pensamiento histrico pero Cmo se generan estos
vnculos? Hay una transferencia de significados que va de la imagen hacia la confor-
macin de la memoria colectiva? o la memoria colectiva usa la imagen para referir
significados introyectados previamente? La memoria colectiva y el desarrollo del
pensamiento histrico convergen en algn momento dentro y fuera del mbito escolar,
a travs de la imagen?
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238
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239
Pensar histricamente: reflexiones para la
investigacin en enseanza de la historia
Sebastin Pl*
Introduccin
Tras un poco ms de cuarenta aos de investigacin en enseanza de la historia en
el mundo anglosajn, podemos afirmar que existe un consenso bastante generalizado
sobre lo que es pensar histricamente. Sam Wineburg (2001), Peter Seixas (2004), Pe-
ter Lee y Rosalyn Ashby (2000), herederos de los pioneros trabajos de Dennis Shemilt,
afirman que pensar histricamente es el desarrollo de las habilidades de pensamiento
utilizadas por los historiadores en su quehacer profesional. Existe un pasado susceptible
de ser pensado, pero las formas de hacerlo requieren de una serie de pasos o tcnicas
que permitan llegar a l de la manera ms objetiva posible. El uso poltico de la histo-
ria en los planes de estudio, las ficciones literarias, lo mitos u otras formas de imaginar
el pasado son narraciones que al no estar validadas por la objetividad procedimental
del quehacer de los historiadores, no son pensar histricamente. En otras palabras,
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Embates tericos
Las dos dimensiones del pensamiento histrico descritas son muy eficaces, desde
una mirada pragmtica, para poder hacer investigaciones didcticas dentro del aula.
Permiten disear indicadores claros y realizables. Adems tienen cierta coherencia te-
rica. Hoy en da, despus de que la filosofa posmoderna rompiera definitivamente con
la idea de verdades absolutas, es insostenible defender el argumento de que la historia
es una y la verdad es independiente de los procesos de interpretacin. Asimismo se
identifican habilidades de corroboracin, contextualizacin y documentacin que todo
historiador hace al trabajar con fuentes primarias y secundarias. Tambin, difcilmente
se negar la perspectiva temporal del conocimiento histrico, a pesar de que sea muy
complejo y discutido definir el tiempo histrico. Pero en el momento que hablamos
de objetividad procedimental, interpretacin crtica y metaconceptos o conceptos de
segundo orden, la situacin deja de ser tan clara, en especial si la analizamos desde
referentes provenientes de la teora de la historia. Veamos uno por uno.
Cul es el mtodo del historiador? En qu consiste la especificidad del mtodo del
historiador que lo hace diferente a los mtodos de las Ciencias Sociales? Por ejemplo,
un antroplogo puede ir a un archivo, contextualizar y corroborar su fuente y escribir
extraordinarios libros de antropologa histrica, como es el caso de Marshall Sahlins
(1988) o, desde la sociologa pueden verse los trabajos de Norbet Elas (1989). Los
libros de estos extraordinarios cientficos sociales me hacen recordar la irona con que
Hayden White (1982) defina el mtodo del historiador: consiste en el estudio de
unos cuantos idiomas, en trabajar y viajar por los archivos, y en la ejecucin correcta de
unos cuantos ejercicios que lo familiaricen con libros y periodos de su campo. Por lo
dems, una experiencia general de asuntos humanos, lecturas en campos perifricos,
autodisciplina y horas en el escritorio es todo lo que hace falta.
Si seguimos a White, la enseanza de la historia en la escuela tendra que ensear
idiomas, viajar, leer y escribir. Por supuesto, esto es imposible por infinidad de causas,
entre las que se encuentra el sentido poltico y social que se le otorga a la historia en las
aulas. Por tanto, es necesario buscar la especificidad procedimental en los archivos y
en unos cuantos ejercicios que lo familiaricen con libros y periodos de su campo. En
esta grieta o cmulo de ejercicios se atrinchera la nueva enseanza de la historia, por
lo que comienza a indagar sobre cules son esos ejercicios y cmo llevarlos a los salo-
nes de clase. Las respuestas se encuentran en las fuentes y en las habilidades cognitivas
para su anlisis. Por lo que comienza un problema de subversin: la historia en cuanto
pasado (irrelevante en la sociedad de la informacin) deja su lugar a los contenidos
procedimentales (habilidades necesarias en la sociedad de la informacin). Este nove-
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doso cambio implica que el valor social de la historia ya no debe estar en las historias
nacionales, en los grandes metarrelatos, si no en las capacidades que desarrolle en los
estudiantes para analizar diversas fuentes.
Sin embargo el valioso paso de la historia nacional a la historia procedimental en los
especialistas en enseanza de la historia oculta ciertos problemas tericos que son nece-
sarios sealar. Qu puede ocultar este trnsito? Un tipo de positivismo: la historia est
en la fuente. El pasado se revela en la fuente, en nuestra capacidad de leer la informa-
cin, sus intenciones e incluso sus interpretaciones, en cuanto tenemos la posibilidad
de analizar la fuente como lo hacen los historiadores. La consecuencia didctica de esta
forma de mirar el quehacer del historiador implica llevar el archivo a la escuela y rea-
lizar una serie de ejercicios que familiaricen a los estudiantes con la fuente para que, a
partir de ah, desarrollar interpretaciones del pasado, es decir, pensar como historiador
(Wineburg, Martin, Monte-Santo, 2011). Pero, como han demostrado Kathleen Young
y Gaea Leinhardt (1998), la integracin de las fuentes en una narracin que de sentido
o significado a los acontecimientos histricos es compleja y los estudiantes de educacin
secundaria y media superior, a pesar de poder identificar algunos elementos crticos de
la fuente, presentan serias dificultades para hacerlo. Esto se debe, siguiendo a White, a
la falta de experiencia general de asuntos humanos o en otras palabras a lecturas de
historiadores, socilogos, antroplogos y otras tantas disciplinas.
Este posicionamiento, esta idea de la objetividad procedimental, podra seguir dis-
cutindose, pero todava hay dos aspectos ms que tengo inters en plantear y que
estn vinculados al anterior. La propuesta didctica de la fuente en el aula, del de-
sarrollo del pensar histricamente como estructura mental del historiador, genera una
confusin, pues bajo el argumento de una interpretacin crtica se est ocultando un
ejercicio analtico. Es decir, se aprende a desmenuzar la fuente: comprender su contexto
histrico, corroborar la verosimilitud del mismo, documentar los aspectos formales de
la misma. Desde la perspectiva psicolgica (Daz Barriga, 1998) eso es pensamiento
crtico, pero desde el pensamiento poltico filosfico no necesariamente lo es. En otras
palabras, la objetividad procedimental en la que se sostiene la interpretacin crtica en
el aula omite o francamente niega el papel constructivo de la poltica en la enseanza
de la historia.
El rechazo de la poltica en la enseanza de la historia tiene una fundamentacin
histrica. Desde su inclusin en los planes de estudio en educacin primaria en el siglo
XIX, la enseanza de la historia ha estado marcada, o ms bien determinada, por dos
objetivos bsicos estrechamente entrelazados: la formacin de la identidad nacional
y la expansin del nacionalismo. Esto gener metarrelatos nacionales ideologizados al
extremo en todo tipos de regmenes polticos (totalitarios y democrticos) que, por ob-
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vias razones, excluy la interpretacin crtica de la historia en las aulas. La cada del
muro de Berln y los procesos de homogeneizacin cultural y poltica que devinieron
a finales del siglo XX, han permitido que los investigadores indaguemos sobre otras
potencialidades de la enseanza de la historia. Casi inevitablemente, el pensamiento
cientfico se refugi en la objetividad procedimental (de la historia, de la psicologa
y de las ciencias de la educacin) y concibi toda dimensin poltica en el aula como
obstculo para el desarrollo de la interpretacin crtica del pasado. Ante tanta poltica
nacionalista, cero poltica.
La consecuencia de esta lgica fue un error conceptual que se repite una y otra
vez. Se busca la repuesta en la naturaleza del conocimiento histrico y no en la natu-
raleza de la enseanza de la historia. El objetivo es pasar la historia ciencia (sin poltica)
a la escuela lo ms pulcramente posible, de ah su rechazo al concepto de transposicin
didctica de Yves Chevallard. Sin embargo, si consideramos la naturaleza de la ense-
anza de la historia, veremos que eso es imposible, en primer lugar por su irreductible
condicin poltica. Digmoslo de otra manera: si se le quita la poltica a la enseanza de
la historia, pierde su sentido en los mapas curriculares y en los objetivos educativos. El
temor a lo poltico lleva a un segundo error terico: lo que se denomina interpretacin
crtica en realidad es analtica, pues desmenuza la fuente pero no plantea las relaciones
de poder entre los saberes, entre los grupos sociales o entre los propias formas de
pensamiento. Al ocultar lo poltico, se reduce su potencial educativo (identificar las
relaciones de poder en el pasado y en el presente) para convertir a la historia en una
saber meramente descriptivo. De nuevo un positivismo matizado.
Si no hay poltica en la enseanza de la historia, sino tan solo ciencia descriptiva
basada en fuentes primarias, se requiere un tercer elemento para cerrar la construccin
de un modelo programtico para su enseanza y su evaluacin: aspectos, nociones,
cuasileyes, que expliquen el funcionamiento de la historia por encima de cualquier po-
sicionamiento terico. Una especie de imparcialidad cientfica. Entonces se construyen
los conceptos de segundo orden: causalidad, cambio, evidencia, acontecimiento (Lee y
Ashby, 2000). Lo procedimental logra saltar de lo fsico (anlisis de fuentes) a lo
cognitivo (formas de pensar) sin riesgo de enlodarse con lo poltico. El resultado es
que el pasado y las interpretaciones que se hacen de l, pierden fuerza en el aula y son
sustituidas por habilidades cognitivas que son parte de la naturaleza del conoci-
miento histrico. Por tanto conceptos como revolucin, desigualdad social, derechos
laborales, derechos reproductivos, republicanismo y otros son aspectos sustantivos de
la enseanza de la historia, por no tan relevantes como el tiempo histrico y la causa-
lidad y los conceptos de segundo orden que permitan al estudiante hacer sus propias
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1 Un ejemplo muy tangible de esto se puede ver en Stuart Green (1994). Para quin escribe un estu-
diante? Para el profesor, por lo que tratar de responder a lo que solicite el maestro, no a su propia
creencia. Otro ejemplo puede verse en Terrie Epstien (2009), sobre los principios de autoridad en las
escuelas norteamericanas.
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La importancia del estudio de la Historia Reciente
en la enseanza de la Historia en el Bachillerato
* Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Maestra en Docencia para la Educacin Media Superior
(MADEMS-Historia).
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La Historia Reciente
En el caso de la enseanza de la Historia en el bachillerato, el autor espaol Mario Ca-
rretero seala que tratndose de adolescentes, entienden y asimilan la situacin de
un hecho histrico desde su contexto presente, desde su situacin cotidiana, es decir,
con empata. Hay un yo, un nosotros, un ellos, los otros del pasado; ahora s que es
meterse en los zapatos del otro (Carretero, 1995, p. 37).
La Historia como disciplina debe tener en cuenta las limitaciones y peculiaridades
del desarrollo cognitivo del alumno. De acuerdo a las investigaciones realizadas para
tratar de entender y explicar el poco o nulo inters histrico en esta edad, la mas
convincente es la Teora de los diferentes estados de Jean Piaget, la cual pone de
manifiesto la dificultad de los estudiantes para razonar y comprender sobre contenidos
sociales e histricos, puesto que dicha teora nos dice que los estudiantes alcanzan
una comprensin mas rpida con las matemticas y las ciencias, que con los concep-
tos sociales e histricos; es decir, segn Piaget existe un retraso en la adquisicin del
razonamiento hipottico-deductivo lo que hace que su conocimiento sea fragmentario
y desconectado de su realidad para entender la historia (Meece, 2001, pp. 105-106).
Piaget nos dice que en el proceso de adquisicin de conocimientos, debe existir
siempre una relacin dinmica entre el sujeto y el objeto de conocimiento. El sujeto
es activo frente a lo real, e interpreta la informacin proveniente del entorno, la cual
se da a travs de dos categoras de experiencia: la experiencia fsica y la experiencia
lgica-matemtica, esto es, el pensamiento de las operaciones concretas y el de las
operaciones formales. El cambio ms importante de esta etapa es que el pensamiento
hace transicin de lo real a (concreto) a lo posible (abstracto).
En el caso de nuestra materia, los adolescentes aprenden ideas con las que nunca
han tenido contacto, abstraen la realidad y forman un concepto. Por ejemplo, la idea
de revolucin o absolutismo, son pensamientos totalmente ajenos a ellos, lo que nos
dice que en esta etapa ya logran hacer predicciones sobre hechos hipotticos o futuros.
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Ya pueden incluso, discutir sobre ideas abstractas como igualdad, justicia, libertad, y
sobre todo, entender nociones nunca escuchadas o ledas por ellos.
En cuanto a los contenidos que se pretende que ellos aprendan, los mtodos ade-
cuados para ensearlos y los objetivos de ndole cvica o socio-poltica, se debe tener
claro lo que socialmente se puede conseguir con la enseanza de la Historia: a ese
respecto es conveniente no olvidar que toda sociedad procura producir una serie de va-
lores sociales en las nuevas generaciones y que a travs de la enseanza de la Historia
logra desarrollar el espritu crtico, pero tambin se suelen perpetuar los mitos de una
cultura dominante (Carretero, 1997, p. 16). En el caso de la enseanza de la Historia
de Mxico, implica reflexionar sobre la identidad de lo nacional, y por tanto, es ms
propicia a la neutralidad y objetividad. As, la asignatura por su contenido difano,
ms cargado de valoraciones y subjetividades, se presenta entre dos escenarios didc-
ticos: los significados nacionalistas y la invitacin rigurosa a la historiografa, entre el
corazn y la conciencia (Carretero, 1991, p. 75).
Frente a un mundo social convulsionado y en permanente crisis, es menester resig-
nificar la importancia y el sentido de la enseanza de la Historia en nuestro pas; donde
su verdadero compromiso ya no es el de inculcar y fomentar una identidad nacional,
ahora su papel fundamental es el de desarrollar en los educandos la comprensin de la
realidad contempornea nacional e internacional, y concientizarlos sobre los acucian-
tes y urgentes problemas sociales, polticos, econmicos y culturales que enfrenta la
humanidad a escala planetaria. Se sabe que no es una tarea fcil y que las soluciones
no se pueden reducir a una serie de pronunciamientos formales o buenas intenciones,
como los discursos ampliamente proferidos y conocidos por todos en diferentes medios
informativos.
Por otro lado, es una realidad que los profesores que imparten la materia de Histo-
ria, innumerables veces por tradicin, otras por ignorancia o por falta de creatividad,
y muchas ms por necesidad, se han dedicado a ensear la disciplina por medio del
discurso expositivo o ctedras magistrales, donde los estudiantes solamente escuchan
largas disertaciones, en el mejor de los casos, de forma pasiva, de tal manera que su
actividad se limita al ejercicio parcial del hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que
el otro hemisferio, el cuerpo y dems habilidades cognoscitivas se hallan inactivas. Ol-
vidando que el conocimiento humano, no se da sino en el encuentro con el otro, nunca
aparece aislado, pues surge del dilogo y del intercambio entre personas, en la que el
estudio de la Historia no puede desvincularse de las dems Ciencias Sociales, pues en la
medida en que se logre relacionarlas e integrarlas, se conseguirn mejores resultados
y se llegarn a los objetivos planteados con el estudiante.
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Dicho lo anterior, el estudio de la Historia debe llevar a los jvenes hacia la concien-
cia de nuestras acciones en el tiempo y hacia la sabidura humana, es decir, problema-
tizar la Historia, lo que significa hacer a un lado la simple idea de narracin de sucesos
del pasado. Es, por el contrario, plantearse problemas, hiptesis de trabajo, buscar
nuevas fuentes o por lo menos nuevas preguntas a las viejas fuentes desde el presente.
Hacer de la historia como dira Marc Bloch, una empresa razonada de anlisis, en la
que los estudiantes deban estar conscientes de que no existen verdades absolutas, que
no hay personajes buenos o malos; ms bien, se debe de conocer la disciplina desde
la personal o individual, hasta la colectiva; ofrecindole al alumno una forma de pensar
que le permita comprender un poco ms el mundo que le rodea.
Por ello, retomo el recurso de la Historia Reciente para entender la materia
como un proceso social, atravesado por diferentes variables que la impactan positiva o
negativamente. As, el objetivo que persigue ste trabajo es ofrecer una propuesta di-
dctica de enseanza para la Historia a nivel Bachillerato a partir de la Historia Reciente,
categora propuesta y trabajada por los autores espaoles Mario Carretero y Marcelo
Borelli, esto es el desarrollo de una estrategia y habilidad mental que nos ayude como
profesores a explicar a los jvenes la esfera macro social y su relacin e impacto en
nuestra vida cotidiana, misma que permite obtener recapitulaciones lcidas de lo
que ocurre en el mundo, en nuestra realidad y mundo interior.
Asimismo, sustentada la presente investigacin en la didctica crtica y el cons-
tructivismo, sugiere una propuesta didctica dinmica como va para despertar el
inters y acceder al conocimiento histrico-social. Por esta razn, la enseanza de la
Historia debe de incorporar los elementos terico-metodolgicos mnimos necesarios,
para que los alumnos comprendan la complejidad y riqueza del saber histrico, por
medio de estrategias didcticas planeadas por el profesor que permitan al alumno
percibir la importancia que revisten las categoras histricas, ubicadas siempre en su
contexto histrico, y en relacin con la interpretacin que pueda darse en el momento
actual. Todo lo cual significa compromiso y responsabilidad por parte del profesor en
el proceso educativo.
La relacin de los procesos histricos entre el pasado y el presente, implcitos en
contextos diferenciados en tiempo y en espacio, implica un conocimiento amplio por
parte del docente. El inters del pasado reside en aclarar el presente, el pasado se al-
canza a partir del presente. Este inters se transmite a los estudiantes a nivel bachillerato
por medio de la Historia Reciente, haciendo uso de la perspectiva y la retrospectiva,
as como de la temporalidad de los hechos histricos. Ejemplo de estas relaciones son
los hechos ocurridos a mediados del siglo XX y en el siglo XXI: los movimientos es-
tudiantiles en la dcada de los aos 60, la cada del Muro de Berln, los movimientos
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
sociales de los aos 70, las devaluaciones del peso, el cambio de poder poltico en el
ao 2000, la crisis econmica del 2008, el fenmeno del Narcotrfico, etctera, que
contribuyeron a una crtica de la idea de progreso, como lo seala Pereira son en bue-
na medida los acontecimientos contemporneos los que permiten profundizar en el
conocimiento del pasado (Pereira, 1980, p. 25).
Los cambios a los que la humanidad se enfrenta pueden originar el cuestionamiento
de la Historia, desde el espacio del aula, como lo seala Andrea Snchez Quintanar
con relacin a la comprensin del presente en correspondencia con el pasado y con el
futuro, se concibe a la Historia como un conocimiento vital, sin el cual no se puede vivir
ya que la Historia es una gua para la accin (Carlos Marx, citado por Andrea Snchez
Quintanar), al considerar la evidencia de la relacin entre el pasado-presente como
proceso que otorga fundamentos al aprendizaje de la Historia:
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vida presente se relaciona evidentemente con varias dimensiones del pasado, tanto
del pasado personal como del pasado de muestro pas (Prats, 2004, p. 37). El anlisis
comparativo aportar a una mejor perspicacia de estos vnculos para que el alumno
se identifique, partiendo de lo personal, comunitario, local, nacional e internacional.
Del mismo modo, el investigador Carlos Antonio Aguirre Rojas muestra una pro-
puesta del nclito historiador Fernand Braudel con respecto a la Historia, los vnculos
pasado- presentes con los elementos a considerar para llevar a cabo una Historia crtica:
Dicho lo anterior, una Historia con estas caractersticas implica un mayor esfuerzo por
parte del grupo docente, para hacerse llegar de material audiovisual, impreso, tcnicas
y la aplicacin de dinmicas incluidas en estrategias de aprendizaje. El estudio de la
Historia y la asignatura no son fciles y esto lo debe de reflexionar el alumno, porque
la Historia es compleja. En la medida que se hacen los vnculos del pasado con el pre-
sente, el alumno entender su acontecer actual.
Por otra parte, en la Historia Reciente pueden concurrir una amplia pluralidad de
fuentes, pues estn al alcance de la mano todos los actores, de manera tal, que ms vo-
ces pueden ser escuchadas que aquellas que, por la lgica de los acontecimientos, han
sido las nicas que han tenido beneficio de inventario, pues las voces que normalmente
logran pasar a documentos o al relato sobre acontecimientos implican ya un proceso
de seleccin y de exclusin en relacin a lo vivido. Al trabajar la historia reciente es
posible dar voz, transformar en documento, las impresiones de la vida cotidiana de
sectores poco escuchados, recuperando as una gama de experiencias y puntos de vista
ms incluyentes de la diversidad de actores y de sus estructuras de sentimientos y ex-
periencias. Se puede escuchar a los vencidos, a los que no lograron transformarse en
noticia, y no slo a los vencedores, a las autoridades o a los dirigentes. Esto permitira
caminar, obviamente desde el presente, hacia una nocin de historia ms incluyente de
la diversidad.
En otro sentido, la Historia Reciente permite contar con fuentes y documentos de
ms variada ndole, pues puede incorporar entre sus fuentes documentales diferentes
avances de tipo tecnolgico: la fotografa, la grabacin, la pelcula, el video, formas
electrnicas de comunicacin, que contribuyen a dar cuenta de los acontecimientos con
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ricos matices y precisiones sobre las relaciones sociales que la historia poda obtener
de otras pocas, y obtiene tambin actualmente, a travs de la msica, el teatro, el
cuento, las narraciones de los ancianos, la novela o los remanentes de determinadas
costumbres. La Historia Reciente puede aproximarse a su objeto de estudio con instru-
mentos que le permiten precisar ms su cometido.
Conclusiones
El caso de la enseanza de la Historia en el nivel Medio Superior, enfrenta nuevos
retos, esto es, la incorporacin de nuevas formas de aprendizaje que faciliten al alumno
comprender la complejidad de los cambios sociales en los cuales est inmerso y no
puede separarse. Por esto, como profesores, necesitamos trabajar con estrategias de
aprendizaje donde las ideas de totalidad y proceso sean entendidas como un conjunto
universalista que acapara todos aquellos aspectos de la realidad, y no solo la visin par-
cial, absolutista y simplista de una perspectiva dogmtica, quedndose escuetamente
en la narracin de una serie de acontecimientos inconexos entre s; facultando a los
estudiantes no slo a adquirir saberes histricos, sino que a travs de stos conceptos
puedan explicar situaciones concretas y cotidianas de su vida, como la dinmica so-
cial y el cambio de estructuras y relaciones sociales, conocimientos que los llevarn a
alcanzar un amplio saber histrico y que a su vez, puedan trasladarlo a su vida diaria.
Contraponindose ante la concepcin de una Historia de bronce, fragmentada o en
migajas que se viene enseando tradicionalmente en las aulas, donde se le otorga
ms peso a la memorizacin de hechos y personajes histricos.
Desgraciadamente, el historiador y en menor medida los profesores, no suelen
acercarse mucho al presente, por lo menos de manera explcita, en parte porque el
pasado cercano tiene muchas lecturas posibles y mltiples continuidades y rupturas,
que impactan de manera diversa y a veces contradictoria la vida cotidiana. Pero el
historiador tampoco acostumbra trabajar con el pasado cercano, al menos en parte,
porque ste es particularmente agudo para revelar las implicaciones polticas, encargos
o mandatos institucionales, es decir, descubre el lugar que l o el gremio ocupan
frente a problemas sociales y polticos de candente debate nacional. Frente a estos pro-
blemas tanto el historiador como las autoridades educativas y los profesores, prefieren
poner distancia entre l y su objeto de investigacin. Otro de los problemas de los tra-
bajos de Historia Reciente es que al circular o diseminar sus resultados, stos producen
efectos analizadores por el hecho mismo de su difusin, afectando al futuro inmediato.
En este escenario que estamos viviendo actualmente, la imparticin de nuestra
disciplina, ya no es vista nicamente como un instrumento para promover el desarrollo,
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Referencias
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Snchez Quintanar, Andrea (2002). Reencuentro con la Historia. Teora y praxis de su
enseanza en Mxico. Mxico: Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
261
Discurso y sujeto: la Independencia
en el libro de texto gratuito de historia
de cuarto grado
La hiptesis central referida durante esta conferencia, propone las posibilidades de in-
fluencia de la construccin discursiva de la Independencia de Mxico en el libro de texto
sobre la conformacin de un circuito de bsqueda-espera incorporado en la subjetividad
poltica de los integrantes de un determinado cuerpo social. Tal circuito, problema cen-
tral del estudio, se halla en relacin con lderes y movimientos que auguran transforma-
ciones sociales o son revolucionarios en s mismos.
Incluso cuando la anterior hiptesis y el estudio derivado de la misma tengan un
desarrollo independiente, en Krauze (2010) se han hallado postulados que se aseme-
jan a stos en su ensayo sobre Thomas Carlyle, su entendimiento del devenir histrico
y su posible relacin con los totalitarismos del siglo precedente.
La pregunta esencial a la que se pretendi dar respuesta fue si existen elementos
en las estructuras discursivas del curriculum que contribuyan a la generacin y per-
petuacin de este posible vnculo dependiente que parcializa el conocimiento de la
participacin concreta y el potencial transformador de los colectivos.
Quiz sea posible afirmar que, antes que la negacin del producto de la orga-
nizacin o la poltica en el presente (Ortega y Gasset, 2000), existe una visin par-
cial, relativamente deformada, que equipara los procesos de transformacin social con
movimientos de carcter violento en los que su centro narrativo es el lder blico.
Generalmente, entidades colectivas y otros sujetos son eclipsados en la narracin
dominante de los acontecimientos histricos.
En la comprensin de esta problemtica, tres conceptos son relevantes: el duelo,
segn una primera definicin en el corpus terico de Freud, aunque se extrapola ini-
cialmente de Butler (200b); la lgica pastoral (Foucault, 2000) y, de modo esencial, la
idea de espera mesinico-revolucionaria como una respuesta de la imaginacin colec-
tiva (Laplantine, 1977). De manera evidente, el circuito bsqueda-espera se solapa
con el significado de la espera mesinico-revolucionaria.
* Licenciado en Pedagoga por la UPN, analista curricular en la Direccin General de Educacin Superior
Universitaria.
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Se supondr que esta posible respuesta del cuerpo social no es inmanente, cons-
tituye un relato actualizable y es susceptible de superarse. Como muestra Laplantine
(1977), la resistencia mesinico-revolucionaria no es un sustrato comn a todas las
culturas sin excepcin. En general, condiciones de crisis, anomia social y contenidos
msticos precisos, posibilitaran la aparicin de esta clase de respuesta que invoca
constantemente un pasado reputado como laudable o superior (Laplantine, 1977). Es
probable que la tradicin judeo- cristiana, aunada a formas culturales previas a la
castellanizacin, constituyan contenidos msticos propicios.
Por otra parte, creo que es posible entender una lgica de constitucin mutua
entre lo que he definido como circuito de bsqueda-espera o espera mesinica y el en-
tendimiento poltico de la pastoral. Los estudios de Foucault han mostrado la oposicin
entre la estructura de vnculos ciudadano-gobernante, lder-masa, en su sentido clsico
y la tradicin oriental-hebraica de la pastoral. sta, heredada al cristianismo e incluso al
Estado Moderno, se organiza respecto a la sujecin colectiva, obediencia permanente
a figuras individuales y un constante ser-llevado, amn de un cuidado singular dedicado
a la salvacin terrenal del sujeto, producido con base en patrones relativamente rgidos
(Cubides, 2006).
En Freud, la estructura de duelo implica prdida, puede referirse a un sujeto con-
creto o una abstraccin; relaciona el objeto depositario del deseo del sujeto y, en este
caso, hace referencia al duelo colectivo en espera de la redencin. Se plantea como
un componente bsico en la inauguracin de la subjetividad poltica (Derrida, 1987;
Butler, 2001b). El concepto de duelo que se recupera es inicial, aunque de forma re-
lativa, contradictorio con la lgica melanclica de la identificacin e incorporacin del
objeto. Refiere una prdida cuya superacin consiste en el retiro y desplazamiento li-
bidinal hacia nuevos objetos. La prdida puede referir la figura arquetpica del mesas,
actualizada. El duelo es un proceso de prdida relativamente consciente que puede
comportar un grado de ruptura con la realidad.
Desde la interpretacin esgrimida aqu, la prdida o falta no se supera en su despla-
zamiento libidinal hacia nuevos objetos: la falta es constitutiva y permanente, permi-
tiendo la inauguracin de la subjetividad poltica. Posteriormente, la oposicin inicial
se desmonta. La melancola como identificacin forma parte esencial del proceso de
duelo. La oposicin en proceso de deconstruccin fusiona ambas categoras y podra
adecuarse a los comentarios de este texto en el sentido de ciclo de duelo incomple-
to, aunque inverso. Es decir, la melancola no sera la condicin previa del proceso de
duelo o renuncia de objeto, sino, de algn modo, su forma terminal de identificacin
con el otro en cada uno de los sujetos.
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dernos (Choppin, 1998). Adems, el manual escolar cristaliza un discurso mtico sobre
el control y garantas estatales sobre la educacin y discursos relacionados con reformas
curriculares.
El cuarto grado constituye el primer acercamiento formal al estudio de los conteni-
dos especficamente histricos. El discente ya habr sido expuesto a formas discursivas
diversas, emitidas y recibidas en contextos variados. A pesar de las muy probables
contradicciones entre los mismos, la estructura heroica del discurso, por ejemplo, pue-
de percibirse iterada en vehculos y contenidos distintos. Si bien no puede plantearse
la inexistencia de discursos en resistencia y sta en el aula, subvirtiendo una lgica
tradicional frecuentemente iterada.
Recuperando la propuesta de Foucault acerca de los discursos de verdad, se
supondr que ciertas enunciaciones y discursos definidos como verdad, segn deter-
minados regmenes y polticas de lo cierto, se distribuyen de manera amplia y casi
monoplica a travs del cuerpo social, sirviendo a constelaciones de intenciones y
efectos de aquellos que los generan, operan y ponen en circulacin.
Se considera que el discurso es central, aunque no nico, en la constitucin sub-
jetiva. En el sentido de la subjetivacin, el discurso provee al individuo de ideales y
modelos de obediencia. Otorga principios de regulacin, identidades y objetivos
que se expresan en diversas prcticas discursivas mediante las que se somete y a
los que se aproximan los sujetos (Butler, 2001a).
Tales modelos y principios de sometimiento creador se expresan en los libros
de texto de Historia, incluso cuando no lo hagan explcitamente, y exhortan a los
sujetos a acercarse y someterse a ellos. De tal modo, se contribuye a un trnsito de
construccin inaudito. Esta modalidad de sujeto poltico se manifiesta en el estilo y el
contenido del discurso, apoyndose y reafirmndose en otros discursos producidos
y distribuidos en espacios de poder diversos, as como en modalidades de organiza-
cin, poder y control disciplinarios en el aula que prolongan e incrementan los efectos
potenciales del discurso.
Los discursos se apropian, distribuyen y producen sus efectos en contextos insti-
tucionales disciplinarios. El poder que se establece, generalmente ligado a la autoridad
regula, enmarca y se confirma en los discursos emitidos, actos de poder productivo
en s mismos. Es posible que una dimensin importante que determina la efectividad
del discurso en la configuracin de la subjetividad poltica del alumno, est dada en el
condicionamiento disciplinario de la estructura escolar, que prolonga y legitima otras
relaciones de poder externas al espacio escolar.
En el desarrollo de la idea de la constitucin discursiva de la subjetividad, se consi-
derarn centrales dos conceptos articuladores: el acto perlocutivo y las expresiones
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Sin embargo, en ciertas regiones del norte y sur de Nueva Espaa, varias comunidades
indgenas se resistieron a integrarse al modelo de vida espaol, lo cual produjo rebe-
liones que se mantuvieron hasta el siglo XIX (SEP, 2011, p. 132). Se plantea que
existe una ubicacin temporal, espacial y un ingreso textual de la resistencia indgena
ante la castellanizacin. Sin embargo, las tres lneas anteriores son las nicas que lo
plantean, no se puntualiza ningn otro tipo de relevancia o especificidad respecto a los
pueblos indgenas que las llevaron a cabo. Este punto, dada su insignificancia relativa
en el tratamiento textual, carece de referencias posteriores de ningn tipo. Si bien el
discurso reconoce que estas rebeliones continuaron hasta el S. XIX, no se habla de ellas
en relacin, o incluso contradiccin, con las directrices e ideales variantes de la revo-
lucin de Independencia. En la mencin de la rebelin de Yanga (SEP, 2011, p. 148),
por ejemplo, el texto parece neutralizar y reducir el significado de este concepto. Young
(2010) ha hallado tambin una simplificacin de la causalidad en este gnero literario.
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1 Cfr. Los comentarios de Arendt recuperados por Elfriede Jelinek en su anlisis de Ionesco.
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La ancdota del rechazo del ttulo de Alteza Serensima protagonizada por Morelos
aparece en la edicin anterior del libro de texto. Es repetida en la actual, aunque no
est incluida en las actividades de reflexin que acompaan el subtema, como ocu-
rre en el otro libro de texto revisado. Al hablar de un Siervo de la Nacin, el texto
integra a su discurso la que ser una de las escasas metforas explcitas que lo com-
pondrn. Considero que el sentido del nombre rebasa las limitantes del pseudnimo
o una suerte de epteto para convertirse en un tropo, una metfora que relaciona un
sujeto, definido por su condicin de servidumbre, al servicio de una entelequia.
La servidumbre que se refleja en la metfora sirve para glorificar al hroe y mos-
trar cules son las virtudes que encarna en su caracterizacin (Dorra, 1998), aunque
podra contribuir para comprender a un lder blico, un jefe de Estado o un servidor
pblico como un sujeto que, en relacin con las poblaciones, su investidura y el rgi-
men socio-poltico en el que se enmarca, est obligado a servirle, en la lgica clsica
del entramado o entretejido comunitario, a esa nacin compuesta, en gran parte, por
los colectivos que la habitan.
Los recursos digitales representan en general una reduccin radicalizada de las
tendencias tradicionales heroicas observadas en el libro de texto. Esta tendencia
presenta un quiebre relativo en algunos de los momentos histricos revisados en la
Mquina del tiempo.
No existe un desarrollo excesivamente exaltado con respecto a los hroes. El libro
de texto es ms flexible y abierto; incluye producciones artsticas de carcter po-
pular, as como ciertos cuestionamientos a narrativas aceptadas como verdaderas. El
mantenimiento de la oposicin entre lder y masa es evidente, pero la edicin actual
comienza a realizar una revisin de los hechos histricos asentados que no se produ-
jo en la edicin anterior del libro de texto y que en la actual ocurre durante diversos
instantes textuales. Las ediciones difieren en el tratamiento por una caracterstica
central: el sentido de obligatoriedad y de retribucin econmica que se halla en las
bases de la conformacin de este primer ejrcito insurgente.
Ello supone un nuevo modo de entender la adscripcin de las masas y sus rela-
ciones de gobierno y obediencia con respecto al lder transformado discursivamente
en hroe.
Una interpretacin ambivalente se estableci en el establecimiento de la violencia
popular en el texto llevada a cabo por la primera conformacin del ejrcito insurgente.
El descontrol se expone planteando la incapacidad de los lderes para contenerlo. Por
un lado, se revela la resistencia y rebelda del contingente, por otro, se muestra una
inocente incompetencia por parte del lder. Young (2010) ha observado continuamen-
te el proceso de exculpar al lder. En este caso, sin importar si fue la intencin, no se
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
logra del todo al demostrar la imposibilidad del gobierno total, aunque solapado con
una violencia inmanente del ejrcito.
Es notorio un nfasis en la determinacin de objetivos y diversificacin de la
evaluacin con respecto a stos. El paradigma tcnico es identificable en stas y
otras caractersticas. Tambin es posible plantear que la abduccin de conceptos y
prcticas ligadas al espacio productivo no es una tendencia completamente actual: se
halla en la fundacin de la reflexin curricular y puede rastrearse hasta las abducciones
y prstamos entre instituciones disciplinarias.
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273
El conocimiento de la historia de Mxico
en estudiantes de 6. Grado de primaria en Saltillo
Contenido: Problema
Los estudiantes de 6 de primaria desconocen los aspectos fundamentales de la
Historia de Mxico.
Preguntas de investigacin
1. Cules son las razones especficas por las que los estudiantes de 6 de primaria
desconocen los aspectos fundamentales de la historia de Mxico?
2. Existen algunos aspectos de la enseanza de la Historia de Mxico que determi-
nen ese desconocimiento?
Objetivos de la investigacin
General
Realizar una investigacin cuantitativa y cualitativa por medio de la aplicacin de
encuestas en dos primarias de Saltillo, con el propsito de medir el conocimiento de
historia de Mxico e identificar las razones por las cuales se propicia ese desconocimien-
to, adems de valorar la enseanza de la historia de Mxico como probable lnea de
investigacin en la Escuela de Ciencias Sociales.
Particulares
1. Identificar cules son los aspectos fundamentales de la Historia de Mxico que
deben conocer los estudiantes de 6 de primaria.
2. Comparar las caractersticas del proceso de enseanza de la Historia de Mxico a
nivel primaria en dos diferentes escuelas para identificar una relacin causal con los
conocimientos de historia que deben tener los estudiantes al finalizar la primaria.
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Hiptesis
Las caractersticas de la enseanza de la Historia de Mxico favorecen el desconocimien-
to de los aspectos fundamentales contenidos en los planes de estudio.
Antecedentes
Con motivo de la celebracin del bicentenario del inicio de la guerra de Independencia
y centenario de la Revolucin Mexicana durante el ao de 2010 y cuyos festejos el go-
bierno de la Repblica propone continuar durante los prximos aos, una reflexin en
torno al conocimiento que el pueblo de Mxico tiene acerca de la historia de stas dos
etapas ha surgido en los mbitos acadmicos e intelectuales y ponen en duda la forma
cmo se ensea la historia en los diferentes niveles escolares del sistema educativo de
nuestro pas. La forma en que se ensea la historia ha sido cuestionada en aos recientes
por numerosos educadores e historiadores entre los que figura Enrique Florescano cuyas
opiniones son punto de partida en esta lnea de investigacin (2000, pp. 105-149).
En Mxico y con el propsito de hacer realidad el derecho constitucional que es-
tablece una educacin gratuita y obligatoria y garantizar el acceso a la educacin a
todos los nios en edad escolar, se funda la Comisin Nacional de los Libros de Texto
Gratuitos en 1959, por iniciativa del entonces secretario de Educacin Pblica, Jaime
Torres Bodet. El Estado Mexicano haba asumido la responsabilidad de editar libros que
respondieran a las exigencias de la educacin primaria y que estuvieran al alcance
de todos por su condicin de gratuidad. Desde su origen, los libros de texto gratuitos
han estado en medio del debate en el que se enfrentan ideologas y posturas polti-
cas, manifestaciones y ataques al gobierno y la crtica que ha llevado a afirmar que se
pretende imponer lneas de pensamiento ajenas a la historia mexicana. (Barriga, 2011)
Muchos son los cambios que han experimentado los libros de texto gratuitos en los
aspectos ideolgicos, pedaggicos e historiogrficos a lo largo de ms de cincuenta
aos y cuatro reformas educativas hasta la actual Reforma Integral de la Educacin
Bsica, Josefina Mac Gregor (Barriga, 2011, p. 455) menciona que lamentablemente en
Mxico casi no se realiza investigacin sobre la enseanza de la historia y nuestras
observaciones en ese sentido son muy endebles.
Uno de los recientes trabajos de investigacin relacionada con el conocimiento de
la historia de Mxico, en particular la Independencia y la Revolucin, es el realizado
por Consulta Mitofsky, (Campos, 2010) cuyos resultados, se caracterizan por el desco-
nocimiento de fechas, personajes y hechos cvicos importantes de la historia de Mxico
entre la poblacin encuestada.
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Marco terico
Al cuestionar los resultados de la encuesta de Mitofsky; surge la interrogante de si este
relativo desconocimiento de la historia se presenta en nuestra ciudad y cmo se com-
porta este fenmeno entre los estudiantes de primaria que recin estudiaron el curso
de historia de Mxico y cmo se ensea la historia en este nivel educativo.
Con el propsito de dar respuesta a estas interrogantes, se conform un grupo
de trabajo que se dio a la tarea de identificar en primer lugar, los contenidos de historia
que se ensean a los alumnos durante la educacin bsica, para ello, se analiz el
contenido del libro de historia que se proporciona a los estudiantes de quinto grado
(Historia Quinto grado, 2011). Hasta este momento, tenamos identificado los aspectos
fundamentales de la Historia de Mxico que deben conocer a partir de este grado, los
estudiantes de nuestro pas; pero an no tenamos informacin de cmo se ensea la
historia en las primarias de nuestra ciudad y sus resultados. Para lograr lo anterior, se
dise una encuesta constituida en dos partes; la primera parte de tipo cuantitativo,
est estructurada de 20 preguntas, incluye tres que son distractores de control (pre-
guntas 1, 9 y 18); 17 son preguntas seleccionadas en su mayora de las secciones de
evaluacin y autoevaluacin del libro de historia de quinto ao. Los distractores de
control son preguntas no relacionadas con los contenidos estudiados y se decidi
incorporarlos para disminuir en los estudiantes, la sensacin de que estaban siendo
evaluados.
La segunda parte de tipo cualitativo, consta de cinco preguntas de escala evalua-
tiva, para que el alumno expresara su opinin sobre las actividades y recursos emplea-
dos en la enseanza de historia de Mxico.
Es preciso reconocer que la aplicacin de la encuesta y algunos aspectos metodo-
lgicos como la seleccin de la poblacin sujeta a estudio, la forma de seleccin de la
muestra y otros, podran originar que los resultados fueran considerados como poco
tiles; situacin, que no desconocemos y que sin embargo, resulta til su aplicacin
para los propsitos que perseguimos, ya que pueden brindar informacin general so-
bre el problema en estudio.
Para aplicar la encuesta, se escogieron dos escuelas primarias de nuestra ciudad,
una institucin de carcter privado que en adelante denominaremos Escuela Privada
y una institucin de carcter pblico federal que en adelante denominaremos Escuela
Pblica. La existencia de contactos personales con las autoridades de ambas institucio-
nes constituy el criterio de seleccin. A ambas escuelas se dirigi oficio de presen-
tacin firmado por el director de la Escuela de Ciencias Sociales y se sostuvo entrevista
con los directivos, a quienes se entreg un ejemplar de la encuesta, lo anterior con
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Solo poco ms de la mitad de los nios de la Escuela Privada identifica la respuesta correc-
ta; en la Pblica, solo lo logra la tercera parte. Existe confusin de pocas y problemas.
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Solo en las preguntas 7, 8 y 13, los resultados fueron los esperados en ambas escuelas.
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En el libro de texto, solo se menciona que muri asesinado (pg. 123), sin em-
bargo se decidi incluir esta pregunta, por considerar que siendo Venustiano Carranza
una figura reconocida en Coahuila, su estudio hubiera despertado inters entre los
estudiantes. La mayora de los estudiantes desconoce la respuesta que obtiene valores
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Pregunta 21. En ambas escuelas, adems del libro de historia de la SEP, los maestros
utilizan frecuentemente otros libros en la clase de historia.
Pregunta 25. Cuando se pregunta la frecuencia con que el maestro realiza visitas a
museos, la respuesta en ambas escuelas fue mayoritariamente ocasional.
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tivos de tres opciones y una de Autoevaluacin que pretende que los alumnos
identifiquen el nivel alcanzado en el desarrollo de habilidades y la adquisicin
de las actitudes promovidas en cada bloque.
4. Desde el punto de vista historiogrfico, solo mencionar algunas observaciones
que me parecen relevantes: El tiempo histrico es la nocin central de la ense-
anza y el aprendizaje de la historia en la educacin primaria. No obstante, han
desaparecido las biografas de los hroes; ahora, se les pide a los alumnos que
las consulten utilizando las tecnologas de informacin y comunicacin. Mencio-
na hechos histricos, pero no sus causas; en Sonora y Yucatn se presentaron
rebeliones indgenas. (p. 17) Presenta informacin histrica de una manera
muy simplista, como si la historia fuera resultado de las acciones de los perso-
najes que se disputan el poder, otras acciones de su gobierno (de Guerrero) fue
hacer efectiva la abolicin de la esclavitud y expulsar a miles de espaoles
Esta accin agrav la divisin entre los dirigentes polticos. Anastasio Bustaman-
te, aprovecho la situacin para derrocar a Guerrero y ocupar la presidencia.
Guerrero fue capturado y fusilado en Oaxaca en 1831. No menciona los motivos
de las decisiones de Guerrero, ni las condiciones de su captura. Se considera
como un dato interesante la gesta heroica de los Nios Hroes de Chapulte-
pec quienes prcticamente han desaparecido de la historia oficial. Sin embargo,
menciona de manera repetida y contradictoria la existencia de los Lperos, j-
venes que participaron en combates contra el ejrcito norteamericano (p. 34),
no obstante, ms adelante (p. 37) menciona que los lperos, eran personas
llegadas a la ciudad que si no encontraban trabajo vagaban por las calles, Cul
definicin es la correcta?. La vida de Benito Jurez por el cual, los estudiantes de
primaria demuestran simpata, se presenta de una manera por dems resumida
e insuficiente para comprender su gestin por impulsar las reformas liberales y
la restauracin de la Repblica. En el bloque III (p. 102) se menciona: Al ocupar
Carranza la presidencia los revolucionarios se enfrentaron, pues muchos, entre
ellos Zapata y Villa, no estuvieron de acuerdo, porque pensaban que no se
identificaba con los intereses del campesinado, solo se trataba de ponerlos
de acuerdo?, en el bloque IV, (p. 123), menciona que Carranza combati a
opositores de su gobierno, entre ellos a ex revolucionarios como Emiliano Za-
pata. Por qu se califica a Zapata de ex revolucionario, si a diferencia de Villa,
Zapata nunca depuso las armas?
5. Desde el punto de vista ideolgico, el libro Historia. Quinto grado, reescribe la
historia oficial, matizada por la consolidacin de las polticas neoliberales;
presenta un contenido en donde la lucha por el poder entre gobernantes y cau-
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dillos son los sujetos de la historia en los tres primeros bloques; se sobreestima
el papel de stos, con contenidos limitados en donde han desaparecido eventos
y personajes, Qu pas el primero de mayo? Los hermanos Flores Magn
son solo editores de un peridico de oposicin cuyo nombre que aparece en
un recuadro, es ilegible? En los dos ltimos bloques el presidencialismo y la
lucha de partidos polticos son los protagonistas de una lnea del tiempo que
destaca la sucesin presidencial.
6. Desde el punto de vista pedaggico, la metodologa didctica empleada en
la redaccin del libro de texto, es una metodologa neoconductista que est
orientada a la repeticin de la informacin, (Prez, 1981) que se presenta por
cuadros, a la pgina siguiente el alumno encuentra una seccin que se denomina
Comprendo y aplico, que solicita la identificacin de la informacin propor-
cionada en la pgina anterior y que deber ser escrita en el cuaderno del
alumno. La realizacin de este tipo de actividades solo requiere de identifica-
cin, memorizacin y repeticin de ideas y no de procesos de crtica, reflexin
y de valoracin de la informacin.
El libro de texto es una seleccin de contenidos que sintetizan la historia
nacional. Sus evaluaciones estn elaboradas con la intencin de memorizar res-
puestas por lo que se propicia el olvido si no se acompaa la informacin de
otras experiencias de aprendizaje, como por ejemplo la pregunta 4 de la evalua-
cin del bloque III que solicita identificar el nmero de tres artculos que contie-
nen las principales garantas establecidas en la Constitucin, principales para
quin?, las dems garantas no son fundamentales?, Existen preguntas como la
3 del bloque V en donde la opcin correcta es sugerida por la extrema longitud
de la opcin C, que comprende 3 renglones a diferencia de las otras opciones.
Este es solo un ejemplo.
7. Desde el punto de vista del trabajo editorial; menciono por relevante la repe-
ticin de la Autoevaluacin del bloque II en los tems correspondientes a las
habilidades, que son los mismos del bloque I. En el ndice se aprecian errores
de tipo de letra y numeracin de los bloques que considero intrascendentes para
los propsitos del libro.
Las conclusiones anteriores fueron obtenidas del anlisis del libro de texto
de historia y de los resultados de la encuesta, reconocemos las limitaciones de
la misma, sin embargo, no por ello son menos ciertas. A las alternativas que
Enrique Florescano, plantea consistentes en la utilizacin de otros recursos y es-
trategias didcticas como juegos, debates, dilogos, anlisis de pelculas, visitas
a museos, lectura de libros de consulta, se debe hacer un uso racional de las
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Referencias
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289
Efectividad de los proyectos tecnolgicos oficiales
para mejorar la enseanza de la Historia
en el nivel Bsico. Explora Secundaria
Introduccin
La tarea de ensear es difcil, y lo es aun ms si pensamos que el aprendizaje de
los alumnos en los ltimos tiempos representa un reto para el docente. Los recursos y
materiales educativos se diversifican de manera constante; ya no es factible para favo-
recer la compresin de lo enseado la utilizacin nicamente del cuaderno de apuntes
o el libro de texto. Es por ello que el uso y manejo de las TIC1 en las aulas representa
uno de los desafos mas importantes a los que se enfrenta el sistema educativo en
general y el profesorado en particular, aun cuando las condiciones materiales, adminis-
trativas, estructurales y acadmicas nos son del todo accesibles.
Nos referimos a que los equipos e instalaciones sean adecuados, es decir, contar con
una buena infraestructura material y fsica en la mayora de los planteles 2, implemen-
tar la enseanza tecnolgica a los alumnos como una asignatura ms del currculo
escolar, as como la formacin informtica del profesorado (no hay una didctica de
la tecnologa) lo que redunda en un manejo superficial de los beneficios tecnolgicos
y el diseo de actividades encaminadas al uso y manejo de los recursos tecnolgicos.
Lo anterior lo saben las autoridades y de manera recurrente proponen diferentes
estrategias para apoyar la labor del profesor en activo, diseando programas que en el
papel estn perfectamente organizados y encausados para desarrollar un acercamiento
a reforzar los contenidos y programas de estudio vistos en clase y lograr con esto, que
los materiales y recursos informticos como portales educativos se conviertan en un
medio ms, utilizados con la misma cotidianidad que el plumn, el pintarrn o el video.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Contenido
El diseo y uso de la tecnologa en los Planes y programas de enseanza en la Edu-
cacin Bsica ha sido una constante en los proyectos, estrategias y reformas de los
ltimos aos. Las llamadas Tecnologas de la Informacin y Comunicacin son funda-
mentales para el desarrollo econmico, poltico y social de los pases, y cobran sentido
ante la existencia de la economa del conocimiento (Plan de Estudios, 2011, p. 6)
conformndose en uno de los elementos emblemticos de la poltica educativa de las
autoridades correspondientes para favorecer los aprendizajes esperados.
Su origen lo encontramos con los avances tecnolgicos en la dcada de los 70 con
la llamada Era Digital, (Tecnologas de la Informacin, concepto que aparece a
finales de sta dcada; se afianza en los 80 y para los 90 ya abarca los tres mbitos
de la tecnologa: electrnica, informtica y las telecomunicaciones) convirtindose de
esta manera en un sector estratgico en la organizacin y administracin empresarial,
adaptndose stas a las innovaciones tecnolgicas para su propio beneficio.
Esta aplicacin de la tecnologa en la educacin empieza a tener mayor presencia
en el mbito educativo en los ltimos aos encontrndose supeditada a las empresas,
quienes ahora necesitan no mano de obra, sino cerebro de obra, lo cual no resul-
ta desacertado si se considera que la actividad econmica en los servicios simblico-
analticos, estn relacionados fundamentalmente con la generacin, procesamiento y
la difusin de datos (Moreno, 1995, pp. 72-76), siendo su importancia tal, que en los
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Lo anterior no es algo particular del Sistema Educativo Nacional, forma parte de los
acuerdos establecidos por la UNESCO durante la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de
la Informacin en diciembre del 2003 en Ginebra, Suiza, donde se formularon polticas
educativas enfocadas hacia los siguientes puntos:
Origen
Atendiendo a las propuestas elaboradas por la UNESCO, nuestro pas deba seguir estos
preceptos ya que ninguna reforma educativa4 puede y debe evadir los Estndares de
Habilidades Digitales (consiste en el uso del aula telemtica y la plataforma Explora Se-
cundaria) que se ven reflejados cuando los alumnos utilizan las TIC de manera adecuada.
Dichos estndares estn constituidos por la Sociedad Internacional para la Tecnolo-
ga en Educacin5 (ISTE, por sus siglas en ingls) perteneciente a la UNESCO, donde se
llevan a cabo diferentes proyectos encaminados para los docentes, siendo uno de los
ms importantes la Elaboracin de proyectos de aprendizaje integrando el uso de las
Tecnologas de la informacin y la Comunicacin (2008), diseado por el Comit de
Gestin de Competencias en Habilidades Digitales en Procesos de Aprendizaje.
3 El Sistema Educativo Nacional resulta fundamental para estos requerimientos de personal. El desarrollo
de la calificacin en el personal de una empresa es resultado no de compaas individuales y aisladas,
sino de la accin concertada a nivel nacional del plano educativo con el productivo. Lo anterior se
observa claramente en el sistema de Educacin Superior, en el arranque de departamentos industriales
para la iniciativa privada y de servicios en el sector pblico.
4 En el 2006 se implement en Educacin Secundaria la Reforma Educativa para Secundaria.
5 Asociacin de profesores y lderes educativos cuyo objetivo es la mejora de la enseanza y aprendizaje
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6 De hecho el punto de arranque de las polticas dirigidas a impulsar y promover el uso delas TIC en
Europa (que es donde se inicia) es en mayo del 1994 con el informe: Europa y la sociedad global de la
informacin: recomendaciones al Consejo Europeo. (Coll, p. 19).
7 www.eduteka.org/tema_mes.php3?TemalD0017
8 Jos Luis de la Torre Daz. La enseanza de la Historia y las nuevas tecnologas. www.educahistoria.com/
index.php.
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Explora Secundaria cuenta con tres niveles de portales educativos: un portal federal, un
portal estatal y un portal local. Su propsito es conformar comunidades de aprendizaje
donde directivos, maestros, alumnos y padres de familia participen activamente en la
construccin de su propio conocimiento. Est integrada por el equipo (hardware), los
sistemas (software, bancos de materiales educativos digitales y herramientas de comuni-
cacin y colaboracin) y la conectividad.10 Y sirve como puerta de acceso a una serie de
recursos y servicios relacionados con la estrategia HDT, donde encontramos:
9 El proyecto Explora Secundaria es una copia del Programa de Capacitacin Multimedia Explora las
ciencias en el mundo Contemporneo de Argentina, el cual se lanza en el 2009 como propuesta del
Ministerio de Educacin. www.portal.educacion.gov.ar/mindocentes/gral/explora-ciencias-sociales-y- natura-
les-para-escuela-secundaria.
10 www.hdt.gob.mx/hdt/portales-hdt.
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11 www.hdt.gob.mx/hdt/portales-hdt
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Materiales educativos:
Es un acervo de recursos educativos mucho mas especfico, organizado por grado,
asignatura, bloque y aprendizaje esperado, o bien, por tipo de recurso o palabra clave.
Constituye el material elaborado por el profesor y con el cual el alumno interactuar de
manera cotidiana.
Evaluacin:
La evaluacin ofrece a los maestros herramientas para generar cuestionarios y reactivos
de evaluacin sobre los temas vistos. Estos se pueden imprimir, mostrar en pantalla o
enviar electrnicamente para que los alumnos lo resuelvan desde su laptop, ya sea en
equipo o individualmente.
Herramientas de comunicacin:
Como habamos comentado, cuando la escuela cuenta con la conectividad necesaria,
Explora le permite al profesor conformar comunidades de aprendizaje dentro de la
escuela, pero tambin con planteles de otros estados o regiones que tengan la plata-
forma HDT. Estos medios de enseanza se basan en los Objetos de Aprendizaje (ODA)
los cuales tienen el propsito de apoyar el desarrollo de las clases, sesiones o secuen-
cias de aprendizaje total o parcialmente, son pequeas piezas de software interactivo
que plantean actividades de aprendizaje mediante recursos grficos, de audio, anima-
ciones, videos y textos (Materiales Educativos, 2010, p. 5); ofreciendo un tratamiento
didctico que busca intervenir de manera eficiente en el proceso de aprendizaje de los
alumnos. Estas herramientas digitales son muy importantes para el profesor, ya que
si bien pueden parecer similares, ofrecen distintas maneras de acercamiento educativo
y medio de aprendizaje.
A continuacin definiremos brevemente las caractersticas y beneficios que ofrecen
cada una de estas herramientas:
En el caso del blog o bitcora, ste recopila cronolgicamente textos o artculos de
uno o varios autores; el orden de los textos va del ms reciente al ms antiguo. En
los blogs se tratan distintos temas y el autor tiene la libertad de dejar publicado lo que
considera pertinente. Tales artculos permiten que los visitantes al blog aadan comen-
tarios, fomentando la interaccin entre el autor y el lector (Materiales Educativos,
2010, p. 7).
El profesor publica informacin relacionada con algn tema del programa de estu-
dios o de inters para la clase y los alumnos la consultan como una fuente de informa-
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
cin, siendo utilizado el blog como un portafolio digital para almacenar los trabajos
elaborados por los alumnos, individual o en grupo, y as tener evidencias del desarrollo
de su aprendizaje, de este modo, tanto el profesor como los alumnos utilizan este es-
pacio para publicar e intercambiar tareas, textos, imgenes y documentos de diversa
naturaleza.
La wiki es un espacio en el que participa una comunidad de autores que generan
contenidos alrededor de uno o varios temas de inters (Materiales Educativos, 2010,
p. 8). La referencia mas conocida es Wikipedia, una enciclopedia digital construida y
regulada por la comunidad global. En el portal hdt, los wikis son espacios donde los
profesores pueden comenzar a construir contenidos relacionados con temas acadmi-
cos o de inters para los alumnos.
Se utiliza de la siguiente manera: el profesor seala un tema a desarrollar y junto
con los alumnos comienza a construir, corregir y aceptar la informacin publicada.
Los alumnos, de forma independiente, publican la investigacin relacionada con un
tema que puede ser de inters para el grupo. De forma colegiada, los profesores
elaboran y publican informacin dirigida a los alumnos, que les sirva para repasar,
profundizar y conocer distintos puntos de vista sobre los temas trabajados en clase.
Bien utilizada, la wiki es una herramienta muy eficaz para el profesor, ya que con ella
se puede evaluar varios aspectos como disposicin a la investigacin, capacidad de
anlisis, seleccin de datos, redaccin, ortografa, etctera.
En cuanto al foro, es un espacio abierto a la discusin de temas diversos; permite el
intercambio de opiniones entre los usuarios sin que estn conectados al mismo tiem-
po. Se puede aprovechar como un recurso didctico donde los alumnos lo usen en la
escuela para compartir sus puntos de vista sobre temas de inters personal, y que no
necesariamente estn ligados al desarrollo de los contenidos. Los profesores solo per-
mitirn o limitaran el acceso a la herramienta dependiendo de las bases establecidas
en la clase, siendo los mediadores o moderadores del proceso de comunicacin entre
ellos. La aportacin es elaborar con el apoyo de algunos alumnos las conclusiones del
foro y enviarlas a todos los participantes. Cuando se ha realizado de manera recurrente,
incluso se invitan a alumnos de otros grupos o escuelas.
De esta manera los alumnos pueden consultar el acervo de materiales educativos,
participar en blogs y wikis creados por sus maestros sobre algn tema en particular e
interactuar con ellos y otros compaeros de su clase en foros abiertos.
El programa Explora cuenta con un apartado de ayuda a los maestros y alumnos con
manuales de uso, tutoriales, materiales de difusin como carteles y folletos, preguntas
frecuentes, datos de contacto y procedimientos para levantar reportes sobre fallas
tcnicas y aclaracin de dudas sobre su uso. Adems, contiene un Asistente de Clase, la
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
cual es una herramienta que le permite al docente planear y sistematizar las sesiones
en el aula, elaborando presentaciones a las que puede incorporar videos, diagramas
de flujo, mapas conceptuales, interactivos de audios.12
Como habamos mencionado el fundamento didctico de Explora Secundaria son los
Objetos de Aprendizaje, contando el programa con un banco de estos, Planeaciones
de Clase (PDC) y reactivos para evaluar lo aprendido en el saln de clase. Como se
puede observar, el programa Explora Secundaria esta totalmente, pensado, diseado,
articulado perfectamente bien para convertirse en un instrumento didctico que ayude
al docente en su trabajo diario, apoyado en objetivos estratgicamente delineados en
los Planes y programas de estudio, adems de ser incluyente, ya que las autoridades
como los padres de familia pueden participar de manera directa en la educacin de
los alumnos.
Hasta aqu desarrollamos la parte terica para conocer en qu consiste y lo que
ofrece el programa de Explora Secundaria a los profesores de Educacin Bsica. Despus
de la investigacin realizada estos son los datos que se encontraron de manera real en
el portal oficial:
En el citado programa se observan materiales de las asignaturas que conforman
el mapa curricular de educacin secundaria, a excepcin de artes. Para la asignatura
que nos interesa que es la Historia 1 y 2 se revis cada quince das a partir del 1 de
abril del ao en curso el portal de Materiales Digitales, el cual slo tena material no
terminado del primero y segundo bloque del programa, tanto de Historia 1 como
de Historia 2 (habr que decir que la materia consta de cinco bloques cada programa).
A continuacin se transcribe de manera literal el material digital en la Plataforma
Habilidades Digitales para Todos:
A partir del tercer bloque, tanto en segundo como en tercer grado, nuevamente la
leyenda No hay material disponible.
12 www.hdt.gob.mx/hdt/explora/explora-secundaria/
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Conclusiones
Se puede decir que los propsitos de las autoridades correspondientes en nuestro pas
para mejorar el nivel en la Educacin Bsica es buena, ya que constantemente se estn
creando y diseando una serie de programas, estudios y proyectos que tienen como
objetivo incrementar el bajo nivel acadmico nacional. Sin embargo, son pocos los
proyecto que tienen buen fin, lo anterior, entre otras cosas, se debe a que la poltica
educativa se rige bajo un sistema presidencialista donde el Ejecutivo aplica la visin que
tiene sobre educacin, cambiando constantemente los requerimientos establecidos en
cada administracin, impactando esto en diferentes programas como Enciclomedia, Aula
digital, y en ste caso, Explora Secundaria, por mencionar los que tienen que ver con el
uso de la tecnologa en la educacin.
Slo nos resta decir, que a los mandos educativos nacionales les ha faltado in-
formacin, visin, sensibilidad y conocimiento de la verdadera situacin en la que se
encuentra la Educacin Bsica. Se ha visto a la educacin ms como un asunto poltico,
que como una cuestin social, lo que nos lleva a concluir que el gobierno se ha ocu-
pado ms en hacer poltica que de plantear una poltica educativa como tal, quedando
entonces sus propsitos slo como buenas intensiones.
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www.hdt.gob.mx/hdt/portales-hdt
www.hdt.gob.mx/hdt/explora/explora-secundaria/
www.eduteka.org/tema_mes.php3?TemaID0017
300
CLONAUTAS EN TRAVESA: UNA APROXIMACIN
A LA METODOLOGA DE INVESTIGACIN SOBRE
LA ENSEANZA DE LA HISTORIA EN EL ESTADO DE MXICO
Presentacin
E.T.-C.: Yo recuerdo que el propio sistema cre los institutos pedaggicos que forma-
ban profesores de historia, mientras que, por otra parte, exista la Escuela de Historia
que formaba, supuestamente, a los investigadores, con lo cual se engendr un verda-
dero absurdo. Es decir, algo que poda haber sido integral qued totalmente desvincu-
lado: Si se estudiaba en el pedaggico y se quera investigar sencillamente se le deca
que no, porque no estudiaba para eso: pero si el que se graduaba en la Escuela de
Historia quera dar clases le daba el no. Entonces result un fenmeno interesante, por-
que hizo falta profesores, y muchos de quienes haba estudiado para investigadores
terminaron siendo profesores; tampoco fueron pocos los graduados de profesores que,
posteriormente, se desarrollaron como investigadores.
(Conversacin entre historiadores: Eduardo Torres-Cuevas y Julio Le Riverend. Di-
logos necesidad de la Historia. (1995) En Revista: Debates Americanos. Revista Semes-
tral de Estudios Histricos y Socioculturales. No. 1. Enero- junio. La Habana: Facultad
de Filosofa e Historia. Universidad de La Habana).
En esta ponencia la intencin es exponer a partir de testimonios empricos, algu-
nos rasgos de cual es la tendencia en relacin a la investigacin que se desarrolla sobre
la enseanza de la historia. Con base a ello, reflexionar acerca de cmo la investiga-
cin y la enseanza de la historia responden o son expresiones de la formacin que
se recibe en las Instituciones de Educacin Superior (IES) Pblicas y Privadas Conven-
cionales y en las Normales Superiores y Bsicas. Un fenmeno terico-metodolgico
que se evidencia an ms cuando se implantan nuevos Planes de Estudio en Educacin
Bsica. Situacin que se profundiza ante la falta de una conocimiento profundo de las
diversas perspectivas historiogrficas y pedaggicas, que se han desplegado en el
mbito del pensamiento histrico y su enseanza-aprendizaje.
301
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Propsitos
Perspectiva Terica
En relacin a la perspectiva terica en la que se sustenta esta investigacin se recupe-
ran sobre todo los planteamientos historiogrficos de Fernand Braudel y as mismo,
en el campo de la formacin de docentes es de considerarse los planteamientos de
Gilles Ferry, para realizar una reflexin sobre la situacin que se identifica tanto en
lo relacionado con la investigacin educativa sobre la enseanza de Clo, como en la
preparacin de los docentes en ste campo del conocimiento. No se descartan otras
y otros autores, pero la mirada reflexiva que se despliega en esta investigacin se
orienta fundamentalmente tanto por Braudel como por Ferry. En relacin a Brau-
del se recupera su propuesta terico-metodolgica de las temporalidades histrico-
sociales que Aguirre Rojas precisa cuando expresa Braudel ha sido llevado a construir
una tipologa estructurada de los diferentes tiempos histrico-sociales, de las diversas
duraciones registrables y clasificables de los hechos, fenmenos y procesos histri-
cos, que constituye precisamente su propuesta metodolgica de las temporalidades
diferenciales en general y la larga duracin en particular (Aguirre, 1996, p. 37). mis-
mo tiempo la vigencia y tambin en parte la relevancia de estas mismas realidades
(Ibidem, p. 37).
Esta perspectiva del tiempo histrico se utilizar en el momento de efectuar el
anlisis del proceso de implementacin de los Planes de Estudio relacionados con el
Aprendizaje y Enseanza de la Historia y tambin en la reflexin sobre los datos emp-
ricos. Sobre todo cuando Rojas precisa que Braudel distingue:
En primer lugar, los acontecimientos o sucesos de corta duracin, que definen su tem-
poralidad precisamente venementielle a la medida y al ritmo del acontecer cotidiano
(Ibid, p. 37).
En segundo trmino, el tiempo de la mediana duracin, que constituye a las distintas
coyunturas econmicas, polticas, sociales, culturales, etc., en referencia a las realidades
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reiteradas durante aos, lustros e incluso dcadas. [] El tiempo de vida entre el naci-
miento y el reemplazo de una generacin literaria, poltica o cultural (Opus, cit. 38) o de
investigacin.
Referencia Contextual
En relacin con la situacin de investigacin se est considerando a Servicios Educativos
Integrados al Estado de Mxico (SEIEM) que a travs del Departamento de Posgrado
e Investigacin de la Direccin de Educacin Superior ha organizado y desarrollado
desde el ao de 2006 hasta el 2011 dos Congresos y cuatro Coloquios y en respuesta
a las convocatorias se han identificado 17 ponencias relacionadas con la enseanza de
la historia (Ver Anexo 1).
Las y los participantes en dichos eventos son docentes de educacin primaria,
secundaria y de Instituciones Formadoras de Docentes que a partir de su experiencia y
utilizando elementos terico-metodolgicos de investigacin educativa han presentado
sus aportaciones. Lo que ha generado la inquietud de plantearse el siguiente problema:
Cules son los objetos de estudio, la metodologa, los referentes tericos y resulta-
dos de las investigaciones sobre la enseanza de la historia y su relacin con la Reforma
Educativa en este campo del conocimiento?
Anlisis Metodolgico
Para la realizacin del anlisis de las investigaciones se realizaron los siguientes pasos:
303
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Todos los componentes del diseo de investigacin (preguntas, propsitos, objetivos, mar-
co terico, marco conceptual, recoleccin de datos, anlisis, interpretacin, conclusiones y
resultados) () tienen relacin unos con otros () con la intencin de entender y usar
un cuadro que gue nuestra investigacin es til pensar en trminos de una variedad de
preguntas clave que podemos poner en cada columna. () vamos contestando laspre-
guntas, e implementamos las tareas y seguimos las pistas que nos han dado nuestras
respuestas (Knobel, 2001, p. 25).
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Anlisis Historiogrfico
A partir de recuperar lo sealado por Braudel acerca de la coyuntura en donde propone
ubicar un acontecimiento histrico en el decurso de una duracin de varias dcadas en
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De 1926 hasta la reforma educativa de 1975 se enseo por asignaturas, despus por 18
aos imper la enseanza por reas. En 1992 se volvi a la enseanza por asignaturas,
porque se considero que los maestros no tenan una formacin adecuada para ensear
por reas y que el alumno deba de tener un conocimiento ms profundo de cada una
de estas materias (Lerner en Hernndez, 1995, p. 151).
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Conclusiones
La travesa desarrollada en sta aproximacin a la investigacin sobre la enseanza
y el aprendizaje de la historia, nos lleva a reconocer en primera instancia, que es una
situacin no slo didctico operativa sino adems y sobre todo una cuestin terico-
metodolgica historiogrfica, para comprender las modificaciones de enfoque y susten-
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Hay que insistir en que multitud de decisiones de un profesor de historia sobre la forma
de organizar y entender los contenidos y sobre la forma de ensearlos dependen de la
concepcin que tenga de la historia, implcita o explcita. Es decir de la forma en que
entienda aspectos tan bsicos como la interpretacin, explicacin o comprensin de la
historia, el papel de las fuentes y su relacin con el historiador, el tiempo histrico y
la idea de evolucin, la idea de causas y efectos, de cambio y continuidad, el papel de
los acontecimientos o de las estructuras, de la funcin del individuo y de las sociedades,
de la objetividad o de la cientifcidad de la historia... (2001, p. 78).
308
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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309
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Anexo 1
310
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Ensear Historia a travs del proyecto
didctico: reto pedaggico e institucional
312
E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
1 Direccin General de Formacin Continua de Maestros en Servicio, 2006, Examen Nacional para maes-
tros en servicio Aprender y ensear historia en la educacin bsica Mxico: SEP.
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estudiado por historiadores, del que ya han formulado hiptesis e interpretaciones, so-
bre el mismo y que permite encontrar o construir puntos de vista, opiniones, e intereses
contradictorios. Se promueve la comparacin entre el cmo fue vivida dicha situacin y
cmo es ahora recuperada (pasado-presente), a travs de la interpretacin de los que
ahora estudian esa realidad. En particular, para este autor, es relevante promover la
confrontacin de la comprensin lograda con el otro-presente, es decir entre los mis-
mos alumnos y el profesor en diferentes momentos de trabajo con la situacin. Lo cual
detonar el conflicto sociocognitivo, fundamental desde la perspectiva de Dalongeville,
para producir cambios en las representaciones.
El proyecto didctico es un conjunto de experiencias que se definen de manera
anticipada y organizada con un propsito bien definido. Daz-Barriga, puntualiza que el
mtodo de proyectos: Puede tener como propsito el resolver un problema, desentrear
un acertijo, superar alguna dificultad, o tambin hacer o efectuar algo que materiali-
ce una aspiracin o idea (Daz-Barriga, 2006, p. 34). El trabajo didctico basado en
proyectos tiene una serie de caractersticas tericas y metodolgicas, pero como plan-
tea Perrenoud (2000), ste debe adecuarse en los contextos particulares de implemen
tacin. Se busca movilizar saberes y recursos cognitivos a partir de enfrentar desafos
que importan al alumno: aprender o comprender algo y alcanzar una meta, obteniendo
la satisfaccin del trabajo cumplido. Implica enfrentarse a obstculos reales propios de
ladel trabajar con otros.
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hasta el ciclo escolar 2010-2011, que se decidi implementar esta modalidad en el mar-
co de un proceso de investigacin ms amplio como parte de estudios de doctorado,
en que se aborda su anlisis con un enfoque cognitivo. Enfocando la experiencia desde
una mirada de prctica docente desde la investigacin-accin, la pregunta central de
la experiencia es: Cules son sus los alcances y limitaciones al implementar una innovacin
didctica en el mbito de formacin docente, que implica movilizar no slo saberes, sino
prcticas institucionalizadas?
Esta pregunta resulta relevante en el marco actual de reformas curriculares que pre-
tenden movilizar formas de enseanza. Al disear y proponer el proyecto a los actores
institucionales (estudiantes, maestros, directivos) se esperaba aportar la posibilidad de
experimentar con una innovacin didctica institucional. Se saba que el trabajo sera
arduo y que implicara un fuerte compromiso como docente-investigador, pero, dado
el ambiente de trabajo con el que se haba trabajado aos atrs, se pens que la pro-
puesta sera apoyada y bien recibida.
Mtodo
Lo participantes fueron estudiantes de la licenciatura en educacin primaria y preesco-
lar. La experiencia se focaliz en dos subgrupos: uno de la licenciatura de educacin
primaria conformado por 9 estudiantes y 6 de preescolar. Todos cursaban el 5 semes-
tre (de los 8 semestres del programa). En total participaron 15 estudiantes, (14 eran
mujeres y 1 varn). Su edad era entre 21 y 38 aos de edad, siendo la media 23 aos.
El anlisis de la experiencia didctica, que aqu se comparte, pone el foco en el
diseo y aplicacin de la propuesta didctica en un contexto natural, recuperando los
aprendizajes obtenido de la experiencia misma.
Contexto institucional
La experiencia se llevo a cabo en una escuela normal particular, ubicada en el Estado de
Quertaro, en la que se ofrece varias licenciaturas en educacin, entre ellas educacin
primaria y preescolar. Esta escuela, sigue el programa oficial de la Secretara de
Educacin Pblica. Los profesores son en su mayora egresados de escuelas normales.
La mayora, al momento de la experiencia, tenan mnimo 8 aos de laborar en la
institucin, pero hay varios que tenan aproximadamente 20 aos en dicha institucin.
Adems de las materias sealadas en el plan de estudios oficial, el trabajo acad-
mico en esta escuela se ha caracterizado por buscar el fortalecimiento de la formacin
prctica de los estudiantes a travs de acciones institucionales en los que participan de
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manera conjunta todos los profesores y estudiantes, tales como el Circuito infantil.
ste consiste en que, se disean e implementan en cada materia o rea, actividades
breves, denominadas talleres. Asisten a estos talleres nios que cursan el nivel de
preescolar y primaria. Este proyecto institucional se ha conservado ao tras ao, bajo
la conviccin del equipo docente de su impacto positivo en la formacin de los estu-
diantes, pero al mismo tiempo, representa cargas de trabajo extra para todos los in-
volucrados, habiendo momentos de elevado estrs y agotamiento fsico y psicolgico.
La diseo e implementacin del proyecto didctico de Historia se realiz entre
octubre del 2010 y enero del 2011. En este periodo la docente-investigadora imparta
la materia Historia y su enseanza ll, en la licenciatura de educacin primaria. Esta
situacin, por un lado, garantizaba contar con un grupo de estudiantes, pero a la vez,
se conjunt con una serie, no previstas, de subjetividades por parte de los dems
docentes y del mismo investigador. En el inicio formal del trabajo de campo hubo
cambio del personal directivo y modificaciones desfavorables en las condiciones labo-
rales de los docentes, provocndose tensin y rupturas en las relaciones interpersonales
entre los docentes. Si bien hasta el momento se haba llevado una relacin de trabajo
colectivo y de cordialidad entre la mayora de los maestros, al momento de conocer el
trabajo que se estaba realizando con el grupo por parte de la docente- investigadora y
al saber que se sera parte de un estudio para obtener un grado acadmico, algunos
maestros realizaron acciones de sobre presin al grupo, lo que dificult la disposicin
de tiempo y atencin de los sujetos a las tareas encomendadas, desarrollndose en un
clima institucional poco favorable.
Tcnicas. Se recuperaron producciones escritas de los sujetos y reflexiones orales,
as como cuestionarios, y se llev un registro a manera de diario de trabajo. Para
esta ponencia slo se retomaron sentidos construidos a partir de los comentarios de los
participantes y lo observado durante el trabajo.
Estrategia didctica
Diseo y preparacin
El objetivo del proyecto didctico fue que los sujetos-estudiantes tuvieran un acerca-
miento a la historia desde un mtodo especfico, basado en la formulacin de interro-
gantes, formulacin de hiptesis, la bsqueda de informacin (fuentes histricas), que
a la vez les sirviera de base para comprender formas innovadoras de ensear la historia
acorde con los enfoques didcticos reportados en la literatura sobre el tema.
El tema central fue: El agua en Quertaro, tomando como eje los cambios en la ex-
traccin, distribucin y abasto del agua (siglo XV al siglo XX). Se retom este aspecto
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Implementacin
Fase 1. Problematizacin y consulta de fuentes. El propsito era brindar ele-
mentos que movieran a los sujetos-estudiantes a la reflexin en relacin al agua
como problema social, lo cual les motivara y orientara en la consulta de fuentes de
diversos tipos. A la vez, se busc identificar sus ideas previas en relacin al tema y en
relacin a la Historia.
Se tuvieron plticas con expertos en el tema: Un bilogo especialista en el mane-
jo de cuencas; un gelogo, trabajador jubilado de la Comisin Estatal de Agua (CEA),
encargado de la perforacin de pozos en los aos sesenta y trabajadores actuales de
la CEA responsables de perforar pozos, potabilizar el agua y fomentar la cultura del
cuidado del agua. Posterior a la conferencia del bilogo, se realiz con el grupo de
primaria una sesin de anlisis y discusin del tema. Al final se les pidi a los sujetos-
estudiantes redactaran preguntas sobre el agua que pudieran ser respondidas a travs
del conocimiento histrico.
Se les proporcion el programa de trabajo por escrito y la lista de materiales dis-
ponibles en la biblioteca exclusivos para este proyecto. Se les pidi integraran en una
carpeta de evidencias todo el material que se fuera produciendo, as como sus reflexio-
nes. Posteriormente se les pidi a los estudiantes contestaran un cuestionario de ideas
previas.
Como parte de la introduccin al material grfico y bibliogrfico, se les mos-
traron mapas histricos de la regin (pinturas) como ejemplos de fuentes primarias.
En otra sesin, se realiz un recorrido fsico por puntos de la ciudad y sus alrededores
considerados clave para entender la historia de la distribucin del agua. Al final del
recorrido se les pidi que leyeran el texto: Landa Fonseca, C. (2004) Agua y Conflictos
Sociales en Quertaro 1838-1876. Mxico: Universidad Autnoma de Quertaro-Muni-
cipio de Quertaro. Este material les fue proporcionado en versin digital y copias
fotostticas. El texto fue elegido por la claridad con la que se aborda el tema y sus
antecedentes. De manera individual se fue entrevistando a cada sujeto, para conocer
cmo abordaban e interpretaban el texto. Al final de la entrevista, se les daba algunas
recomendaciones para continuar con la lectura y se le pidi hicieran una sntesis por
escrito y un anlisis crtico, para el cual se les dieron preguntas especficas. Los estu-
diantes de la licenciatura en educacin primaria participaron en todas estas actividades.
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Experiencias relevantes
La participacin de los 9 estudiantes del grupo de primaria fue constante, pero con
diferente nivel de compromiso. Hacan todas las actividades solicitadas, por momentos
se mostraban con mucho entusiasmo y en otros, con cierta pasividad y ausencia. Por
lo menos cinco mantuvieron la motivacin durante todo el proceso. Al final, todos
quedaron muy satisfecho con el trabajo realizado y los aprendizajes obtenidos. Las 3
estudiantes que participaron directamente en la fase 2, s se involucraron incluso ms
all de los tiempos de la actividad, buscaban material y se apoyaban entre s. Acepta-
ban la ayuda que les brindaba el docente-investigador para ir construyendo un relato
explicativo y reflexivo, incorporaban la informacin que haban estado obteniendo a
travs de las fuentes histricas. Iban haciendo adecuaciones a su discurso, formulando
cuestionamientos hacia los nios, analogas y utilizando material de apoyo comple-
mentario tales como fotografas antiguas y actuales. Se puede afirmar asumieron el
compromiso cognitivo que representaba el proyecto. Haba un contrato didctico. En el
anlisis de sus producciones se observ un impacto en sus ideas sobre la Historia y en
sus ideas sobre la enseanza.
Con las estudiantes de preescolar se vivieron situaciones de mucha tensin sobre
todo con la docente-investigador. Si bien al principio se mostraron entusiasmadas con
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b) El ser percibido por los participantes como algo muy complejo, ambicioso y
demandante de tiempo y esfuerzo.
c) La diversidad de enfoques, incluso entre las profesoras responsables, en relacin
a la narrativa histrica dirigida hacia nios: se debe contar los sucesos como
cuentos y descripciones o como explicaciones de procesos ms complejos?
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Referencias
Libros y tesis
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de Mxico. Mxico: UNAM
Camilloni de, A.R.W. (Ed.) (2007). El saber didctico. Argentina: Paids
DazBarriga, F. (2006). Enseanza situada: vnculo entre la escuela y la vida. Mxico:
McGrawHill.
Peridicos y revistas
Barton, K. (2010). Investigacin sobre las ideas de los estudiante acerca de la historia.
Enseanza de la Ciencias Sociales, Trad,. De Sara Silvestre, 9, 97-114.
Fuentes electrnicas
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tionsproblemes.com/espagnol/page1esp.htm
Perrenoud, P. (2000). Aprender en la escuela a travs de proyectos: por qu?, cmo?
Trad. M.E Nordenflycht. Suiza, Facultad de Psicologa y de Ciencias de la Educacin
Universidad de Ginebra. Recuperado el 30 de abril del 2012 de http://www.reforma-
secundaria.sep.gob.mx/ciencia_tecnologia/ciencias2/documentos/proyectos.pdf
Otras fuentes
Secretara de Educacin Pblica. (2003). Plan y programa de estudio 1993. Mxico: SEP.
Secretaria de Educacin Pblica. (2009). Planes y programas de estudio, Reforma inte-
gral de la educacin bsica. Mxico: Subsecretaria de Educacin Bsica.
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El uso de las TIC por los estudiantes
de la Licenciatura en Historia
Rojas, unas de las computadoras se compr con los recursos aportados por el proyecto Grupos Empre-
sariales en Sinaloa 1900-1940 financiado por CONACYT y encabezado primeramente por el Dr. Carlos
Maciel Snchez y posteriormente el Dr. Arturo Carrillo Rojas.
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forma, podemos decir que esto fue el principio del establecimiento del centro de cm-
puto (Moreno y Rivera, 2009, pp. 2-3).
En la segunda restructuracin curricular, se alude brevemente respecto a las es-
trategias y recursos de enseanza, se asume que la estrategia de seminario es la ms
socorrida en las clases (Plan de Estudio, 1995, p. 22). Respecto a los recursos solo se
establece un listado de los mismos, pero no se expresa algn comentario o reflexin
sobre la importancia de su incorporacin a los procesos de enseanza-aprendizaje.
En el plan de estudios 3, slo se menciona que se utilizaran las telecomunicaciones,
la informtica y el acervo bibliogrfico para dotar a la docencia y a la investigacin
de niveles de eficiencia con estndares aceptables (Plan de Estudio, 2001, p. 11).
Sin embargo, hay que destacar que en el 2001 se estableci de manera formal,
un centro de cmputo, equipado con 32 computadoras y 4 impresoras 2. Aunado a
esto y considerando la importancia de la informtica en la formacin del historiador, se
decidi incorporar en el 2001 en el plan de estudios la enseanza de la informtica,
como una asignatura obligatoria en la licenciatura en historia. Actualmente esta materia
se sigue impartiendo y est enfocada a que el alumno aprenda competencias bsicas
en el rea de computacin que le permitan obtener herramientas para su proceso de
formacin (Moreno y Rivera, 2009, p. 3).
En la propuesta curricular vigente a partir de 2006, el discurso sobre la importan-
cia de las TIC, aparece ms dibujado y sustentado. Se establece en la fundamentacin
pedaggica una serie de cuestionamientos sobre el paradigma tradicional de ense-
anza y se asume como una nueva opcin pertinente, el modelo educativo centrado en
el aprendizaje. Para ello proponen renovar los espacios tradicionales de enseanza
a partir del uso de aulas interactivas y virtuales()estos planteamientos debern
apoyarse en el uso de los recursos tecnolgicos, que en un primer momento ayudan a
interesar y a motivar al alumno en alguna temtica y pueden contribuir a que el alum-
no construya su conocimiento a travs de la concretizacin y la ampliacin del marco
de referencia (Plan de Estudio, 2006, p. 25).
En el discurso se hace hincapi en la necesidad de que las aulas universitarias, in-
corporen de manera crtica los medios e instrumentos tecnolgicos en el proceso
de enseanza-aprendizaje. No obstante consideran que hay que tener precaucin al
utilizar estos recursos, ya que se puede caer en prcticas pedaggicas tradicionalista al
concebir a la tecnologa como un fin en s mismo (Plan de Estudio, 2006, pp. 25-26).
2Obtenidos por medio de los recursos aportados por el Programa Integral de Fortalecimiento Institucio-
nal (PIFI 1.0). Facultad de Historia de la Universidad Autnoma de Sinaloa, 2001.
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Las autoridades educativas siempre han mostrado un gran inters por proveer al
centro de los recursos tecnolgicos como un requisito para fortalecer las actividades
acadmicas de los profesores e incidir en la formacin de los estudiantes.3 Sin embar-
go, una vez obtenida la tecnologa, no se implementan acciones continuas encaminadas
a la capacitacin relacionados con la mejora de la enseanza a travs de los recursos.
3 Se dice que el factor humano es lo esencial, que los aparatos no hacen la comunicacin ni son los
que posibilitan el acto educativo sin embargo, es en aparatos e interconexiones en lo que se aplican
las mayores partidas presupuestales y a lo que se le ha concedido el primer tiempo en la cronologa
de las acciones encaminadas a la innovacin educativa en la mayora de las instituciones de educacin
superior en Mara Elena Chan Nez, Dime con que medios Y te dir como educas? , p. 126-127,
En Roco Amador Bautista, Educacin y formacin a distancia, prcticas, propuestas y reflexiones, UDG,
Mxico, 2001.
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Me apoyo en las TIC para: Dificultad Cmo califico los resultados Con qu frecuencia
Los trabajos finales de las materias Nada Poca Mucha Regular Bueno Excelente Nunca Algunas veces Siempre
12 22 31 8 34 19 3 29 36
Fuente: Elaboracin propia de los datos obtenidos del instrumento aplicado a los estudiantes de la Facultad de
Historia.
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Respecto a la utilizacin de las TIC en las diferentes actividades acadmicas, los resulta-
dos de este cuadro nos indican que ms de la mitad de los estudiantes presentan poca
dificultad utilizando los recursos tecnolgicos como apoyo en: las tareas, las actividades
en clase y la estrategia de aprendizaje. Asimismo estos alumnos califican de obtener
buenos resultados para mejorar en el aprendizaje. Adems con una mayor frecuencia
entre algunas veces y siempre en el uso de las TIC en la educacin.
Los alumnos de licenciatura manifiestan tener mucha dificultad en apoyarse en las
TIC para realizar trabajos finales de las materias, consideramos que este problema se lo
atribuimos a los siguientes factores: la falta de mantenimiento en los equipos electr
nicos, la poca gestin de recursos econmicos para que se tenga conexin en la red, el
escaso personal que tiene con el perfil profesional informtico, cuentan software que
no son comprados y la faltan programas que estn ad hoc para los diversos trabajos
de los alumnos.
El siguiente grupo de dificultades que fueron las que en menor media se expresaron
en las pregunta abiertas, se relacionan con las propias capacidades de los estudiantes
para trabajar con las TIC, destacan las relacionadas con el manejo de la informacin
y en particular con su discriminacin de la informacin, algunos consideran la falta
de informacin para los trabajos y a otros se les dificulta determinar la pertinencia, la
confiabilidad y veracidad de las fuentes consultadas.
Respecto a la problemtica planteada en torno al manejo de la informacin, consi-
deramos que la ingente cantidad de informacin y las diversas formas para disponer
de la misma, trae aparejado problemas en su manejo y comprensin. No es suficiente
buscar y encontrar la informacin, se requiere analizarla y valorarla, para incorporarla
como nueva informacin o conocimiento. El dominio de las formas de acceso a la
informacin, as como su procesamiento son cualidades de la mayor importancia, en las
que se integran diversos factores de la formacin profesional, tales como: autonoma,
cooperacin, pensamiento crtico y destreza en el dominio tecnolgico. Sin esto el es-
tudiante no podra realizar las innumerables tareas que exige el aprovechamiento de
la informacin disponible, adems de: acelerar el raciocinio del estudiante proporcio-
nndole condiciones para la depuracin de su propio pensamiento (Sevillano, 2003,
p. 80, en lvarez y Moreno, 2010).
En las tareas de las materias y en las actividades en clase los estudiantes coinciden
en ambas funciones tener poca dificultad en apoyarse con los recursos tecnolgicos.
Adems califican sus resultados en un nivel bueno de sus trabajos, asimismo con una
frecuencia mayor en algunas veces en la utilizacin de las TIC.
En las estrategias de aprendizaje los resultados obtenidos fueron iguales en la difi-
cultad poca y mucha en la utilizacin de los recursos informticos por los estudiantes.
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Referencias
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los estudiantes de ciencias de la educacin de la UAS, Memoria digital del 6 Congreso
de Investigacin Educativa Procesos de formacin para la investigacin en educa-
cin, septiembre.
Amador, R. (2001). Educacin y formacin a distancia, prcticas, propuestas y reflexiones.
Mxico: UDG.
Area, M. (2009). Introduccin a la Tecnologa Educativa. Espaa: Universidad de La Laguna.
Claro, M. (2010). Impacto de las TIC en los aprendizajes de los estudiantes. Estado del arte.
Santiago de Chile: CEPAL. (Archivo digital).
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Universidad Autnoma de Sinaloa (1995). Plan de Estudio de la Licenciatura en Historia.
Universidad Autnoma de Sinaloa (2001). Plan de Estudio de la Licenciatura en Historia.
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Rivera M. y F. Moreno (2009). El uso de los recursos didcticos en la licenciatura en
historia. Memoria digital del IV Coloquio sobre docencia de la Historia.
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EL VNCULO PEDAGGICO: MAESTRO-ALUMNO
Realidad o posibilidad?
* Universidad de Guadalajara.
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profesor, pero internamente; su conducta tiene como objeto la chica que conoci el fin
de semana, que en este caso constituye un objeto virtual, ya que ella no est presente
fsicamente en el saln de clase, sino slo en el pensamiento del alumno. Decimos que
el alumno est disociado, ya que fsicamente y con su actitud corporal est presente
en el aula y en la exposicin de la clase, pero realmente est en otro lado. A travs
del vnculo se comunica toda la personalidad del sujeto, pero si una personalidad est
disociada tiene dos vnculos, dos pautas de conducta. (Pichn-Rivire, 1985, p. 71).
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1 Freud sealaba que la conducta estaba determinada por las series complementarias, una era la dispo-
sicin del medio ambiente y la otra, la historia familiar.
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resultar enriquecedor en la medida en que cada acto sea una sorpresa para el alumno
e introduzca caractersticas novedosas.
En ocasiones el alumno se ocupa ms de qu manera sortear todas estas vicisitudes,
como lo que no sabe y los interrogatorios inquisitoriales del maestro que en ocuparse
de plantearse nuevas interrogantes o problemas o formas inteligentes de resolver pro-
blemas. Para el maestro esta relacin lo lleva a trabajar sobre lo conocido y seguro y
desatender lo nuevo, innovador y creativo.
Cuntos profesores se preocupan realmente por que sus alumnos aprendan a for-
mular preguntas? La mayor parte est ms empeada en que ellos den respuestas; y
no cualquiera, sino aquellas que coincidan con la que el profesor ha formulado para
un problema que ha seleccionado, por lo que no resulta imposible entender por qu
la estructura acadmica constituye muchas veces un lastre para la investigacin, para la
creacin y para el pensamiento crtico, o por lo menos un obstculo para el desarrollo
de actitudes de desconfianza ante lo obvio, antidogmatismo, radical, honestidad inte-
lectual y compromiso social.
Otro punto que merece la ltima reflexin es reconocer que el profesor ensea tanto
con lo que ensea como con aquello que no ensea, me refiero al curriculum oculto.
Muchas veces lo que no se ensea y no representa un objetivo explcito, lo que no regis-
tran los programas escolares, es lo vital, lo que perdura en la formacin de los alumnos.
No es necesario subrayar ms si reconocemos que educar es una relacin social
donde se generan diferentes vnculos entre la pareja educativa. A continuacin presen-
to dos vietas para que se identifiquen, se reconozcan y se evalen los vnculos que se
establecieron entre el profesor que ensea historia y el alumno. Les puedo asegurar
que sern vlidas todas sus conclusiones.
Vieta Uno:
Mi maestro de historia ms notable.2
El maestro de historia que ms recuerdo, no porque aprend mucho en su clase sino
por todo lo contrario, fue un maestro que me dio clase de Historia de Mxico en 5
semestre de preparatoria.
Este profesor tena que dar esa clase a los alumnos de 5 semestre, turno vespertino
de la preparatoriapero este individuo tambin era diputado en por el partido
siendo esta la causa de que slo lo vimos en clase aproximadamente cinco veces en
todo el semestre, ya que todo el tiempo se encontraba en su otro trabajo
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Digo lo vimos ya que nunca nos dio clase slo nos dej hacer resmenes y contestar
cuestionarios y un supuesto examen que nunca se efectu.
En algunas, tambin contadas ocasiones enviaba a su hijo y ste segua el mismo
mtodo y slo nombraba lista, se sentaba en el escritorio y recoga los resmenes al
terminar la clase.
Como era de esperarse, todo el grupo que tuvo asistencia aprob el curso con altas
calificaciones, pero nadie aprendi casi nada por la mala forma de llevar el curso. Tam-
bin debo mencionar la actitud de los alumnos que no reportaron esta situacin, pues
haba un gran desinters por el curso, ya que comentaban que la mayora de los cursos
que haban tomado previamente de esta materia haban sido similares.
Vieta dos:
A estudiar historia en buena condicin fsica.3
En el ao de 1992, un fuerte rumor corra entre los alumnos que cursaramos el
segundo grado de secundaria; la maestra LP, quien hasta un ao antes haba sido la
encargada de impartir el curso de Ciencias Sociales de segundo grado, se haba retirado
al finalizar el curso anterior.
Mucho se haba escuchado ya, que ella era una buena docente de la historia en
ese nivel escolar, pero ahora la incertidumbre era lo ms preocupante, las preguntas
giraban en alrededor de el nuevo profesor. Quin sera el nuevo profesor?, dejar
mucha tarea?,
Ser regan, castigador, enojn?
De ese tiempo al da de hoy, me es difcil recordar fechas, lugares, incluso personas,
pero creo que no podr olvidar la maana de ese martes cuando, ante nuestra incer-
tidumbre y asombro cruz, en punto de las 8:35 de la maana un rostro conocido por
todos, un hombre bajito y robusto vestido de pants, con mirada burlona, cabello largo
y ojos rojizos; se trataba nada ms y nada menos que nuestro profesor de educacin
fsica de primer grado!
Su presentacin fue corta, slo le recuerdo haber dicho:
Muchachos buenos das. Yo ser su nuevo maestro de Ciencias Sociales.
Voy a necesitar, que para la prxima clase ya todos traigan su libro, porque es
con el que vamos a trabajar todo el ao y pues el que no lo tenga se va ir atrasando y
seguramente aqu lo ver en extraordinarios.
Ninguno de nosotros poda dar crdito a semejante burla, el maestro M como se le
conoca, haba resultado ser un mediocre y autoritario maestro de educacin fsica, as
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Reflexiones finales
Me parece que hoy los maestros antes de preocuparnos por el aprendizaje y la infor-
macin de los alumnos, nos deberamos preguntar primero si se han establecido los
vnculos necesarios y suficientes que permitan construir el conocimiento y generar los
aprendizajes; o sea, si ya estn dados los vnculos de crecimiento y aceptacin; ya lo
dems vendr por aadidura.
La relacin docente que se sustenta en la relacin de vnculos entre el maestro y los
alumnos, escribe una historia nueva y construye la historia social del aprendizaje.
El profesor en el vnculo pedaggico no slo debe considerarse como portador de
conocimientos sino como generador de actitudes y promotor de intereses sociales.
En una bsqueda de establecer vnculos saludables de crecimiento entre el maestro
y el alumno, el proceso del aprendizaje debe verse como un fenmeno social y de
intercambio, donde la tarea comn sea la construccin del conocimiento as como la
realizacin de los dos agentes educativos; no olvidemos la sentencia de Freire; en un
acto educativo todos aprendemos de todos.
Se debe romper el rol docente de agente de autoritarismo que el sistema social ha
articulado al maestro y que muchas veces pasa inadvertido en la prctica docente.
El docente debe convertir la situacin de aprendizaje en una situacin autoconscien-
te a travs de una sistemtica crtica de los contenidos de su materia y autocrtica de los
mtodos con que esos conocimientos son transmitidos.
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E j e T e m t i c o : I n v e s t i g a c i n e n E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Referencias
Bohoslavsky, R. (1986). Psicopatologa del vnculo profesor-alumno: el profesor como agen-
te socializante. (Antologa). Mxico: El Caballito.
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Freud, S. (1912). Sobre la dinmica de la transferencia.
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eleccin de neurosis. Obras completas. Tomo XII. Argentina: Amorrortu editores.
Pichn-Rivire, E. (1985). Teora del vnculo. Argentina: Nueva Visin.
Torres, H. (2001). El vnculo pedaggico, maestro-alumno. La tarea. Mxico: Editorial del
magisterio. SNTE.
Zarzar, C. (1982). Conducta y Aprendizaje. Una aproximacin terica. Perfiles Educativos,
Num. 17, julio-agosto-septiembre. Mxico: CISE-UNAM.
343
Eje Temtico:
InNOVACIONES DIDCTICAS
PARA LA Enseanza
de la Historia
344
Conocimientos y habilidades
en historia de los aspirantes
a las licenciaturas escolarizadas
en la UPN
Los jvenes que desean estudiar una de las 4 licenciaturas escolarizadas en la Unidad
Ajusco de UPN: Administracin educativa, Sociologa de la educacin, Psicologa edu-
cativa y Pedagoga; acuden a la convocatoria anual para presentar el examen de ad-
misin, que es nico para estas carreras, para presentar el examen se requiere haber
terminado los estudios de educacin media superior con un promedio mnimo de 7.
El examen se compone de tres secciones: socio-historia, matemticas y espaol, y
consta de 100 preguntas con cuatro respuestas de opcin mltiple con una nica res-
puesta correcta. Desde hace algunos aos se aplica una segunda vuelta del examen,
es decir otra posibilidad de acreditar para aquellos aspirantes que no aprobaron en el
primer examen, ell@s deben hacer un nuevo examen aunque similar al primero que
presentaron.
Las licenciaturas escolarizadas de la UPN se inscriben en las ciencias de la educa-
cin, por ello la idea fundamental que priva en el examen de admisin es explorar
algunas competencias y habilidades bsicas para iniciar estudios profesionales en este
campo, esto lleva a proponer que el componente principal del examen sea la compren-
sin lectora, a la cual estn asociadas habilidades para procesar, analizar y comprender
informacin como: inferir, sintetizar, deducir ideas principales, identificar argumen-
tos contrapuestos, explicar conceptos, identificar antecedentes y consecuentes, uso de
razonamiento lgico, entre otras. En el examen tambin se incluyen preguntas que
indagan conocimientos adquiridos en el bachillerato, particularmente referidos a las
secciones de socio historia y espaol, as como la resolucin de problemas de aritm-
tica bsica y razonamiento matemtico. Para este anlisis se tom como referencia
el examen de admisin de la UPN aplicado en la primera vuelta a 3822 aspirantes
enel proceso 2011.
345
E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
1 Diversos autores destacan la funcin educativa de la historia en la escuela y aunque algunos recono-
cen su funcin ideolgico-poltica, apuestan al desarrollo de competencias y habilidades para elaborar
anlisis sociales por parte de los estudiantes (Pags, 2012. Prats, 2007).
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
busca conocer habilidades para la comprensin lectora como: identificar la idea princi-
pal, el propsito del autor, comprensin de conceptos, interpretaciones diversas de un
mismo hecho histrico, ubicacin del tiempo y el espacio, etc. Para el 2011 se eligi
un fragmento de 3 pginas de El espejo enterrado de Carlos Fuentes. A continuacin
analizaremos tres reactivos, copiando los prrafos del texto del cual se desprenden,
para despus describir las respuestas que dieron los sustentantes.
1. Carlos Fuentes plantea en este texto que la tradicin cultural es el mayor bien con el que
cuentan los latinoamericanos; una caracterstica fundamental de esta tradicin es que
Yo creo, sin embargo, que a pesar de todos nuestros males econmicos y polticos, s tenemos
algo que celebrar. La actual crisis que recorre a Latinoamrica ha demostrado la fragilidad de
nuestros sistemas polticos y econmicos. La mayor parte ha cado estrepitosamente. Pero
la crisis tambin revel algo que permaneci en pie, algo de lo que no habamos estado total-
mente conscientes durante las dcadas precedentes del auge econmico y el fervor poltico.
Algo que en medio de todas nuestras desgracias permaneci en pie: nuestra herencia cultural.
Loque hemos creado con la mayor alegra, la mayor gravedad y el riego mayor. La cultura
que hemos sido capaces de crear durante los pasados quinientos aos, como descendientes
de indios, negros y europeos, en el Nuevo Mundo.
2 La presentacin estadstica de los resultados del examen fue elaborado por un equipo tcnico-acad-
mico de la UPN y presentado a los responsables de las distintas licenciaturas para elaborar propuestas
tendientes a remediar el insuficiente nivel acadmico de los estudiantes aceptados.
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A 28%
B 49%
C 14%
D 7%
2. Con el prrafo siguiente: un espejo que mira de las Amricas al Mediterrneo, y del
Mediterrneo a las Amricas. ste es el sentido y el ritmo de este libro, el autor nos
quiere decir que
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A 12%
B 55%
C 3%
D 29%
En este caso la respuesta correcta (B), fue respondida por un poco ms de la mitad
de los sustentantes; la opcin A fue respondida por el 50% con menor desempeo,3
el otro 50% que opt por esta respuesta se ubica en el alto desempeo. Con respecto
a la opcin D que jal al 29% de los sustentantes consideramos que parten de un
pre-juicio, pues aunque se requiere del contexto que plantea la lectura para llegar a la
respuesta correcta y no solo del prrafo que reproduce la pregunta, Fuentes nunca
pondera a la cultura indgena sobre las otras, precisamente su objetivo es establecer
la diversidad de culturas que componen nuestras races. En este reactivo, el prrafo
literal que se reproduce en la pregunta funciona como sntesis de la idea principal
del texto y exige del sustentante la habilidad de identificar esta idea. La opcin C
no discrimina y la respondi menos del 10% de los aspirantes con menor desempeo
en el examen, ya que si bien el autor habla de los viajes de Coln nunca sugiere que
se deba hacer nuevamente la ruta que sigui.
Una tercera pregunta que se ofrece como ejemplo de la lectura es sta:
3. El concepto que mejor engloba y define las circunstancias de los pases latinoamericanos
de fines del siglo XX expuestas en el texto, es el siguiente:
A) identidad
B) incultura
C) subdesarrollo
D) dictadura
3 De los resultados del examen un equipo acadmico elabor grficas de la poblacin sustentante con
respecto a cada reactivo y de acuerdo a su nivel de desempeo en todo el examen, se considera menor o
bajo desempeo a los que obtuvieron entre 10 y 60 aciertos en todo el examen, los que obtuvieron ms
de 70 aciertos son considerados como de alto desempeo.
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Con este reactivo se persigue que el aspirante construya un concepto a partir de iden-
tificar las caractersticas que el autor describe sobre los pases latinoamericanos. Se
trata de ubicar las partes del texto referidas a Latinoamrica en el siglo XX, analizar
sus caractersticas y pensar cul de los conceptos define mejor dichas caractersticas. El
comportamiento obtenido es el siguiente:
A 33%
B 16%
C 42%
D 09%
350
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A 43%
B 12%
C 21%
D 25%
351
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2. Dilma Rousseff, Cristina Fernndez y Michelle Bachelet son mujeres que gobiernan o
han gobernado a sus pases, estos son:
A 21%
B 16%
C 19%
D 43%
Podramos deducir que el 43% de los aspirantes est informado de los acontecimientos
histricos contemporneos y puede relacionar personajes con espacios geogrficos,
los dems sustentantes distribuyeron su respuesta incorrecta ms o menos de manera
similar en las otras opciones. Fueron los participantes de alto desempeo en el examen
(arriba de 60 aciertos en el total de examen) quienes se concentraron en el 43% de
respuesta correcta.
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A 21%
B 06%
C 44%
D 14%
El 44% opt por la respuesta correcta, igual que en el reactivo anterior, en este seg-
mento se concentran los aspirantes que tuvieron mejor desempeo en el examen. Lla-
ma la atencin el 21% que responde que los estudiantes demandaban acabar con la
ideologa comunista. Percibimos en esta muestra que existen una serie de valores o
preconceptos que impiden a los jvenes que los poseen pensar en otras posibilidades
de respuesta. Otro ejemplo lo constituyen las respuestas que los aspirantes le dieron a
la siguiente pregunta.
A) Josefa Ortiz
B) Carmen Serdn
C) Gertrudis Bocanegra
D) Leona Vicario
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A 46%
B 12%
C 08%
D 33%
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A) 5, 4, 2, 3, 1, 6.
B) 3, 4, 2, 6, 1, 5.
C) 2, 6, 3, 5, 1, 4.
D) 2, 5, 6, 3, 4, 1.
Para responder este tipo de reactivos se requiere de atencin para ubicar en el tiempo
los acontecimientos que se solicitan, es decir, s no se recuerdan todas las fechas, hay
que hacer un ejercicio de relacin entre el acontecimiento y otros hechos que nos
ayuden a ubicarlos en alguna temporalidad. Tal vez recordar cundo se vieron esos
temas en la escuela, cul fue primero y cul despus. Qu deca aqul programa que
hablaba de cmo los norteamericanos perdieron la guerra de Viet-Nam, la pelcula del
Padrino muestra cuando los revolucionarios cubanos toman el poder y Batista huye en
la fiesta de fin de ao, etc. La habilidad de relacionar y ubicar acontecimientos hist-
ricos ayuda a contextualizarlos y nos aproxima a su comprensin, nos habla tambin
del desarrollo del pensamiento lgico.
A 11%
B 24%
C 18%
D 48%
En esta pregunta el 48% resolvi la opcin correcta D, el 24% ubica primero la Guerra
de Viet Nam, y el fin de la Guerra Fra antes que la Revolucin Rusa, tal vez contestaron
de tin marn, los que respondieron por la opcin A y C, por lo menos ubican como
ms lejanos en el tiempo la crisis del 29 y la Revolucin Rusa.
Comentarios finales
Menos de la mitad de los aspirantes tuvieron la respuesta correcta en la seccin de
socio- historia, si consideramos que los 3822 aspirantes presentan un comportamiento
similar en todo el examen al ejemplificado en los reactivos aqu descritos. Los resul
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tados del examen de admisin develan escasas habilidades para la comprensin lec-
tora, deficiente manejo de los periodos histricos y de la ubicacin espacio temporal.
No existe relacin entre acontecimientos, procesos histricos y sujetos de la historia, se
evidencia la falta de significado de los acontecimientos y procesos, ideas previas equi-
vocadas sobre hechos y procesos, la falta de relacin entre acontecimientos y hechos
de la historia, el poco acercamiento a la informacin de la realidad contempornea.
Como sugiere Daz Barriga, el avance de los estudiantes y grado de desarrollo deha-
bilidades del pensamiento histrico est seguramente condicionado por el tipo de en-
seanza recibida y por el perfil y habilidades de estudio posedas por stos. En el caso
de la educacin media superior la situacin se complejiza por la diversidad de planes
y programas curriculares que existen en este sistema, y aunque la Reforma Integral de
Educacin Media Superior (RIEMS, 2009) se plantea integrar un marco curricular co-
mn en el que se compartan elementos acadmicos entre las instituciones y un enfoque
educativo basado en competencias, la realidad muestra que son muchos los obstcu
los a vencer para lograr cambios sustanciales en la manera de ensear y aprender.4
Este trabajo se ubica en la necesidad de profundizar en el estudio sobre las
capacidades, conocimientos y habilidades que los escolares deben desarrollar para
construir el pensamiento histrico, as como ampliar los marcos interpretativos que
posibiliten explicar por qu los alumnos que han pasado por un intenso trayecto esco
lar estudiando historia, presentan respuestas equivocadas y pobres en habilidades del
pensamiento, como en los ejemplos que hemos expuesto. Es necesario vincular en
este anlisis el tipo de bachillerato que cursaron los aspirantes, y de stos, revisar los
programas de historia que imparten as como el enfoque de la asignatura. Relacionar
los resultados con los niveles socioeconmicos y el acceso a bienes culturales, tal vez
esta investigacin nos lleve a comprender los problemas de enseanza y aprendizaje y
proponer alternativas.
En el caso del examen de admisin de socio historia para el ingreso a las licencia-
turas escolarizadas de la UPN, se considera que esta asignatura sirve para desarrollar
habilidades del pensamiento que permitan construir el conocimiento histrico, y por
4 Escalante y Fonseca (2011), dan cuenta de la opinin de los maestros acerca de la RIEMS: la actuali-
zacin y capacitacin en cascada, llevada a cabo por los propios compaeros de los cuales hasta los
chistes que van a decir se saben; la desinformacin sobre la Reforma, la reedicin de viejos vicios en
nuevos contextos, la escasa participacin de estos actores fundamentales en la mencionada reforma,
entre otros. informacin (clasificndola, organizndola, haciendo deducciones e inferencias, sintetizando,
relacionando y concluyendo, interpretando, etc.). De muy poco nos servira examinar a los aspirantes en
conocimientos generales de corte memorstico.
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ello se pone nfasis en examinar las habilidades para comprender textos, construir
conceptos, manejar.
Compartimos la idea de que los resultados del examen de admisin constituyen
un diagnstico para que la Institucin asuma el reto proponiendo programas de re-
educacin (propeduticos, remediales, etc.) para los estudiantes que no cuentan con las
habilidades suficientes para desarrollar estudios en el nivel superior. Volver a la prctica
docente que contemple como prioritaria la escritura, la lectura, la construccin y ex-
posicin de argumentos, ejercicios de sntesis, mapas conceptuales, en fin, todo lo que
se requiera para desarrollar las habilidades del pensamiento sin las cuales los alumnos
encontrarn la repeticin y el fracaso.
Referencias
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357
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DIDCTICA DE LA HISTORIA ORAL:
una propuesta para la enseanza-aprendizaje
de la historia en secundaria
Introduccin
Este trabajo es una propuesta de innovacin para la didctica de la historia en educa-
cin bsica orientada particularmente al nivel de secundaria. Cabe sealar que se
trata de una primera aproximacin al tema ya que el proyecto se mantiene en desa-
rrollo por lo que de ningn modo puede considerarse una propuesta definitiva. El
argumento central se basa en el uso de la Historia Oral como estrategia didctica para
la enseanza-aprendizaje de la historia local y regional de los contextos inmediatos a la
escuela. El objetivo es activar la memoria histrica de los alumnos con miras a producir
una conciencia sobre su mundo y realidad inmediata a travs del entrecruzamiento de
los saberes que han de producirse en la asignatura de historia y aquellos que pertene-
cen al orden de la vida cotidiana del alumno.
Como es bien sabido, los requerimientos y transformaciones sociales implican la for-
macin de nios y jvenes que, con una maduracin y desarrollo integral, se inserten
y transformen positivamente las dinmicas de su sociedad para una vida ms plena.
Por lo que aprender historia es un elemento generador de sentidos sobre las acciones,
emociones y pensamientos que todo ser humano ha de desarrollar para comprender a
cabalidad el aqu y el ahora que le toca vivir.
Se trata entonces de reivindicar que la enseanza-aprendizaje de la historia juega
diversos papeles en la vida de los sujetos. Por un lado, un papel crtico sobre el presen-
te; por otro, el sentido prospectivo sobre el futuro que deseamos vivir. Reivindicacin
que va ms all de la retrica poltica que pretende insertar a los ms jvenes a una
mal definida sociedad del conocimiento. Consideramos que no se puede pensar lo glo-
bal, en menoscabo de lo regional y local, cuando son excluidos los conocimientos e
historias de diversos agentes sociales como el migrante, la madre soltera, el obrero, el
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ama de casa o los mismos jvenes que en sus prcticas culturales buscan la definicin
de su identidad. Actores que de una u otra manera han sido producidos por las condi-
ciones y dinmicas desiguales de una sociedad en constante transformacin, evolucin
y cambio.
La propuesta se orienta a rescatar y producir sentidos histricos sobre los actores
sociales que no formamos parte de la historia oficial de los libros de texto as como
de los planes y programas de estudio. Es decir, de aquellos que en el grueso del tejido
social, hemos sido excluidos a razn del discurso homogeneizador de la tan mentada
sociedad del conocimiento y la informacin, nuevo eslogan de la razn instrumen-
tal del capitalismo internacional que nos exige insertarnos ciegamente en dinmicas
tecno-educativas en pro de la renovacin de la produccin de capitales. Nosotros, los
otros tenemos una historia que contar ya que la historia de nuestras vidas tambin es
conocimiento.
Sin lugar a dudas se trata de una tarea ambiciosa. Por lo que amplios han
de ser los esfuerzos por orientar la prctica educativa hacia el desarrollo de una
reflexin profunda que obligue al docente de historia en secundaria, y de todos los
niveles educativos, a ir ms all de la reproduccin de contenidos y se convierta en
un agente innovador de sentidos histricos. En este sentido hemos considerado que el
desarrollo de una didctica de la Historia Oral es una posibilidad de cambio sobre las
prcticas educativas tradicionales.
El proyecto contempla elementos que van desde el orden terico-metodolgico al
didctico-procedimental. Es as como el primer tema abordado es la definicin de la
Historia Oral como herramienta generadora de conocimiento histrico. En este apar-
tado se exponen los elementos tericos de historiadores y educadores, especialistas
en el rea, con el objetivo de delinear lo que se entiende por Historia Oral as
como su vnculo con el mbito educativo. Encontramos que son pocos los trabajos
que proponen su uso con fines didcticos aun siendo amplias sus posibilidades de de-
sarrollo educativo. Nos encontramos pues, ante una veta poco explorada y de grandes
posibilidades.
Lo anterior sirve como marco para la consideracin y consolidacin de la Historia
Oral como herramienta didctica. Ya que genera y relaciona conocimientos, como pro-
cedimiento metodolgico cualitativo de las ciencias sociales, y aprendizajes situados,
como actividad didctica. De tal forma que se van delineando diversos elementos de
convergencia epistemolgica que justifican que s es posible hablar de una didctica de
la Historia Oral.
Esta situacin es importante ya que no se trata de un capricho procedimental sino
ms bien de un serio objetivo que busca relacionar rigurosamente conocimientos y
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La Historia Oral es una metodologa especfica de las ciencias sociales utilizada para
conservar el conocimiento de momentos histricos tal y como fueron vividos por las
personas que los vivieron. Es decir, es una herramienta metodolgica constructora
de fuentes para la investigacin histrica con base en testimonios orales que sirven
para el anlisis de acontecimientos vividos por sujetos protagnicos que son o fueron
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afectados por procesos histricos de su tiempo. La Historia Oral se define como una
metodologa que busca conocer las experiencias de vida de individuos particulares
que almacenadas en la memoria se recuperan para hacer un anlisis de significado
(Garay, 1999).
Dentro de la revaloracin de los mtodos cualitativos, la Historia Oral no slo ha
sido retomada sino tambin enriquecida con aportes de nuevos enfoques y perspecti-
vas de anlisis desde la Antropologa, la Psicologa, la Sociologa, la Lingstica y los
estudios literarios; por lo que no se trata de un quehacer alejado de la praxis, sino ms
bien un quehacer investigativo construido mediante ella (Aceves, 2001).
Por su naturaleza, la Historia Oral puede ser definida como una metodologa crea-
dora o productora de fuentes para el estudio de cmo los individuos (actores, sujetos,
protagonistas, observadores) perciben y/o son afectados por los diferentes procesos
histricos de su tiempo. Como herramienta productora de conocimiento se parte del
principio de que:
se puede tener acceso a lo universal a partir de lo particular [] hay que partir de la con-
cepcin de que la prctica individual es una sntesis compleja de la social por medio de
la dialctica hombre/sociedad. El anlisis biogrfico fortalece el conocimiento de la social
por medio de la prctica individual. A travs del discurso biogrfico, su autor estructura,
desestructura y reestructura la realidad que percibe. Estas visiones o versiones particulares
que manifiestan la totalidad no se transmiten directamente, sino a travs de mediacio-
nes nacidas de su contexto social inmediato (Collado, 1994, p. 31).
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inmediato. Esto permitir una mejor elaboracin del guion de entrevista as como de la
eleccin de los entrevistados.
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Durante las sesiones de clase fue necesario evaluar la comprensin de los alum-
nos acerca del sentido de la investigacin. Por tal razn se realizaron cuestionarios que
losalumnos entregaron por escrito. A continuacin se muestran algunos ejemplos de las
respuestas dadas, aclarando que el concepto indio no se us en un sentido despectivo
sino como el modo de asociar los elementos culturales propios del origen autctono tal
y como lo refiere Bonfil Batalla.
Para ti qu es lo indio?
R=Se refiere casi igual a indgena, por su vestimenta, lenguaje y las costumbres que
todava estn en la actualidad, son las la tradicin de nuestro pueblo.
Ana Cristina Prez Romero de 3C de la E.S.T.I N0040 Lic. Adolfo Lpez Mateos.
Te consideras indio/a?
R= En algunas partes porque he llegado a usar vestimenta de antes y porque es nuestro
origen.
Pablo Uriel Durn Pacheco de 3C de la E.S.T.I N0040 Lic. Adolfo Lpez Mateos.
Explica la razn por la que en tu comunidad existe un fuerte gusto por la msica.
R=Por las influencias de carcter indgena que es una forma de expresarse muy fuertemente.
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Guin de entrevista
Tema : L a experiencia de un msico
Qu edad tena cuando se inici en la Usted tomo la decisin de ser msico? Cundo
msica? y por qu?
Inici por cuenta propia? Qu instrumento toca? Por qu decidi tocar este
Podra decirnos los motivos por los instrumento?
que inicio el gusto por la msica? Qu otro instrumento le gustara tocar?
Piensa que el gusto por la msica tiene que ver
con la historia del pueblo Por qu?
Por qu eligi se msico? Tena otras alternativas para elegir otra profesin?
Qu saba sobre a msica? Cmo se enter?
Qu es lo que ms le gusta de la msica y de ser
msico?
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Guin de entrevista
Tema : L a experiencia de un msico
Dganos Le gustara que la tradicin Quisiera que sus hijos tambin fueran msicos?
por la msica siguiera transmitindose? por qu?
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Seleccin de entrevistados
Objetivo: Contactar con los posibles entrevistados y motivar a los alumnos sobre su
protagonismo procedimental y de aprendizaje.
Con ayuda de los alumnos se ubica a los posibles participantes teniendo en cuenta
el tipo de caractersticas que deben tener (que posean informacin sobre el tema in-
vestigado, que est dispuesto y en condiciones de concedernos la entrevista). En este
caso fue un msico de la comunidad. Una vez contactado se acuerdo la cita y el lugar
donde se realizar la entrevista informndole que su participacin ser grabada en
video y audio.
Ejecucin de la entrevista
Objetivo: Desarrollar la accin comunicativa entre alumnos y entrevistado con el fin
de establecer un punto de confluencia entre el tema de la asignatura y el conocimiento
de vida cotidiana.
Antes de comenzar con la entrevista y por motivos de formalidad se solicita al entre-
vistado que firme de conformidad los derechos sobre la filmacin, puntualizando que
se utilizar con fines acadmicos y educativos. Seguido de esto los alumnos se presen-
tan con el entrevistado mencionando la fecha y lugar donde se realizar la entrevista.
En este caso el lugar idneo sera el aula de clases pero cabria esperar que por motivos
diversos esto no sea as. De tal manera que los alumnos han de estar sensibilizados en
aplicar la entrevista segn las necesidades y prioridades del entrevistado. Posterior a
tal acuerdo se procede al desarrollo de la entrevista (preguntas y grabacin en audio
y/o video). Al trmino de la entrevista los alumnos se han de despedir y agradecer por
la contribucin de su participante.
Este momento es muy importante dado que durante la entrevista se ha de con-
cretar una accin comunicativa donde el alumno recree sus propios significados de
371
E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Transcripcin de la entrevista
Objetivo: Cerrar con la creacin de fuentes orales y reafirmar la recreacin de los signi-
ficados de aprendizaje de los alumnos.
El modo de hacer la transcripcin de la entrevista ha de aclararse desde la induccin
a los alumnos sobre el procedimiento de la Historia Oral. De tal manera que com-
prendan que sta se transcribe con las palabras tal y como fueron mencionadas por
el entrevistado con el fin de respetar y mantener intactos sus pensamientos y sentires.
La transcripcin de la entrevista se hace con el fin de registrar de manera escrita los
testimonios obtenidos y para su consulta posterior. En este momento se puede consi-
derar que se tiene consolidada la fuente oral. Lo que coadyuvar a la recreacin de los
significados de aprendizaje pues al escuchar nuevamente la entrevista se reafirma el
punto de unin de los saberes de la asignatura y los saberes cotidianos.
Nota final
Este apartado corresponde a lo que debiera ser la exposicin de los resultados de
aprendizaje obtenidos por los alumnos de 3c en la E.S.T.I N 0040 Lic. Adolfo Lpez
Mateos dada la puesta en marcha del proyecto aqu consignado. Especficamente co-
rrespondera el desarrollo del apartado denominado: La experiencia de aprendizaje
en voz de los que aprenden; resultados de aprendizaje en alumnos de secun-
daria. Sin embargo y a razn de incompatibilidades entre los tiempos de entrega de la
ponencia y el desarrollo del proyecto Didctica de la historia oral nos limitaremos
a dejar el trabajo hasta aqu amen de completarlo antes de su exposicin durante el
Tercer Encuentro Nacional de Docencia, Difusin y Enseanza de la Historia. Agrade-
cemos de antemano su comprensin toda vez que no es extrao que las labores de
investigacin educativa as como las condiciones del trabajo docente no se acoplen a
un calendario o cronograma rigurosamente establecido. Vivimos y desarrollamos nues-
tra profesin bajo circunstancias complejas y demandantes.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Adems, hemos considerado que al respetar los tiempos establecidos para la ter-
minacin del trabajo de campo y el tratamiento de los resultados lo hacemos tambin
sobre los alumnos y participantes clave que han aceptado con agrado y motivacin
esta actividad. Consideramos que nos debemos a ellos por lo que preferimos dejar
relativamente incompleta la propuesta que a faltar a la confianza de los que participan
con nosotros.
Referencias
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Mxico: Instituto Mora.
Ballenilla, Fernando. (1995). Ensear investigando: Cmo formar profesores desde la
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Brito, L., (2011). Interdisciplinariedad, Historia Oral y didctica de la historia: una pro-
puesta para la formacin de docentes en educacin secundaria de la Normal de
Texcoco, en Rivera Gmez E.; Flores Garca, G.; Bribiesca Sumano, M. y P. Montao.
2do encuentro de la red nacional de profesionales de la docencia y difusin de la historia
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nmero 28, Educacin y Cambio. Abril 2000, pp. 10-18.
373
Acercamiento analtico al aspecto
actitudinal en la construccin de la causalidad
histrica: un estudio de caso en la carrera
de Psicologa Educativa
El problema
El anlisis de los problemas educativos como procesos histricos contextualizados est
desatendido en la formacin del psiclogo educativo, no obstante el creciente influjo
de las teoras sociales en las propuestas de trabajo psicolgico (Daz Barriga, Her-
nndez, Rigo, Saad y Delgado, 2006). Planteamos la necesidad de una incorporacin
integral de este anlisis que considere una formacin causal en los estudiantes universi-
tarios en el currculo de Psicologa Educativa para comprender y explicar tales procesos.
La formacin causal de los problemas educativos como procesos histricos contex-
tualizados, implica aprendizajes de distinto tipo relacionados no slo con el mbito de
la construccin racional de conocimientos y habilidades, sino tambin involucra el as-
pecto cultural y emocional, que nos demanda una toma de postura tica respectoa
las explicaciones que elaboramos y la responsabilidad social que asumimos en torno
alos problemas que vive nuestra sociedad.
En este afn, el propsito del presente escrito es la exploracin de las actitudes
derivadas de las explicaciones histricas que se elaboran para dar cuenta de un hecho
histrico. Primero abordamos la concepcin de causalidad histrica y los contenidos
actitudinales como parte de su aprendizaje, adems de exponer la visin sobre lo fe-
menino como objeto de anlisis sociohistrico. Segundo, la descripcin de la interven-
cin seguida para apoyar la construccin causal. Tercero, la presentacin de algunos
ejemplos del proceso de construccin desarrollado sobre el papel de las mujeres en
el movimiento estudiantil de 1968. Finalmente exponemos las conclusiones, destacan-
do el papel del docente para el desarrollo del aspecto actitudinal en las explicaciones
histricas.
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Retomamos la propuesta de Merril (Domnech, 1999, p. 68) sobre los tipos de con-
tenido escolar para considerar el abordaje de la causalidad histrica en sus aspectos:
Cada uno de estos aspectos guarda una interrelacin dinmica. El aspecto actitudinal
de una explicacin histrica tiene una base declarativa sobre la que el estudiante emite
sus juicios y usa determinados procedimientos en su construccin.
Para el anlisis del papel de la mujer y de acuerdo a Lamas (1996) Scott (1990)
y Henrquez (1996) partimos de las siguientes consideraciones:
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Qu hicimos?
Como preguntas de investigacin nos planteamos: cules fueron las concepciones que
sobre el papel de las mujeres se apropiaron las participantes en las explicaciones que
dieron sobre el movimiento estudiantil de 1968? y qu valoracin pasado-presente
hicieron al respecto?
El tipo de investigacin que llevamos a cabo fue un estudio cualitativo de casos instru-
mental, porque el inters es que cada caso aporte, revele o apoye evidencia de manera
intensiva para la comprensin del proceso o problema de estudio desde el punto de
vista y el contexto de los que participan en l.
El programa de intervencin const de: (1) un programa de formacin conceptual
y metodolgica sobre la causalidad histrica por medio de un taller, consistente en el
anlisis de un material instruccional de cinco lecciones acompaadas de la resolucin
graduada de ejercicios; y (2) del estudio intercalado del papel de las mujeres en el
movimiento estudiantil del 68 por tratarse en su mayora de una poblacin femenina
de estudiantes y por ser el 68 un hecho de largo alcance en la historia del Mxico del
siglo XX.
Los participantes y contexto de investigacin fue una muestra intencional de 16 estu-
diantes repetidores en la materia de Crisis y Educacin en el Mxico Actual, entre 18
y 20 aos, del quinto semestre de Psicologa Educativa de la Universidad Pedaggica
Nacional, Unidad Ajusco. En este escrito nos referimos en femenino cuando hablemos
del grupo de participantes, puesto que slo hubo un hombre en l.
Las actividades y productos de aprendizaje se organizaron de la siguiente manera:
primero, pedimos la elaboracin de organizadores grficos individuales de cada una
de las lecturas planeadas sobre el tema, con la finalidad de organizar y representar los
contenidos en categoras integradoras; segundo, estos grficos eran analizados en
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Cmo causa intencional. Las mujeres fueron ubicadas por las participantes como uno
de los sujetos histricos involucrados en los orgenes, desarrollo y consecuencias
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del movimiento estudiantil del 68. Los siguientes extractos visualizan el papel de
las mujeres como sujetos histricos destacados de su poca.
Las mujeres tuvieron un papel activo, ellas con su participacin rompieron el orden esta-
blecido en Mxico, ya que aqu an estn muy marcados los roles que deben seguir
las personas segn su sexo (folio B, ca,5).
No fue fcil integrarnos al movimiento porque nos enfrentamos a una sociedad ma-
chista (), luchamos por ser escuchadas, por lo que posteriormente tuvimos una gran
participacin en el movimiento y alteramos drsticamente nuestro rol social y poltico
(folio G, ca,9).
Como se ilustra en los fragmentos de abajo, las participantes asignaron a las mujeres
slo caractersticas positivas, dando consistencia a la visin de sujetos histricos prota-
gnicos y activos.
En las brigadas la participacin de las mujeres desafi sutilmente los valores tradicionales
que decan que la mujer tena que quedarse en casa y no opinar, pero nosotras no tena-
mos miedo de salir y manifestarnos al igual que los hombres (folio J, ca,5).
Se ve la participacin de las mujeres, quienes a pesar de lo que sus propias familias
piensen y les dejen o no hacer, ellas estn ah, son parte del movimiento, son esencia de
lucha, as como tambin juegan un papel importante en cuanto a la alimentacin tanto
del cuerpo como de espritu de sus compaeros (folio LL, ca,7).
Entre las motivaciones de las mujeres para participar en el movimiento del 68, las parti-
cipantes destacaron las de lucha por la igualdad y libertad de decisin en distintos
mbitos como a continuacin se ejemplifica.
Los anteriores extractos describen las acciones de las mujeres sin precisar contexto al-
guno en que se llevaron a cabo. Tales extractos fueron tomados de la exposicin sobre
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Como parte del contexto. Las participantes hicieron referencia a las causas estruc-
turales de la poca para abordar las motivaciones de las mujeres, consideraron
causas internas y externas, as como usaron ideas y datos documentados.
La entrada de la mujer al campo laboral y estudiantil como consecuencias de la Segunda
Guerra. Al encontrarse los hombres en la guerra, al estar muriendo all, la mujer tiene
la necesidad de trabajar y de estudiar para poder mantener su casa, para lograr el sus-
tento econmico. Su incorporacin masiva al mundo del trabajo, pone en cuestin los
tradicionales roles asignados a la mujer como madre de familia y esposa, al tiempo que
comienza a cultivar su autonoma e independencia; a reivindicar la capacidad de decidir
sobre su propio cuerpo y sexualidad, trayendo consigo el control de la maternidad, re-
cordando que en 1960 se inici en los Estados Unidos la comercializacin de la pldora
anticonceptiva (folio D, ca,8).
Exigamos equidad, si igualdad de gnero, para que nosotras las mujeres nos sintira-
mos con derechos, para lograr que no nos apartaran de la sociedad, la cual queramos
tener opinin como los hombres, plasmar nuestras ideas. No solo en nuestro pas si no
a nivel mundial como Europa, Estados unidos, Francia existan protestas por este punto
importante que resalta mucho, lo comenzbamos a lograr manifestndonos nosotras las
mujeres en las diferentes reuniones del movimiento (N, ca,9).
Como lo muestran los dos extractos anteriores, el tema de las mujeres se entremezcla
como parte del contexto para explicar los orgenes del movimiento estudiantil del 68.
Los fragmentos de abajo dan cuenta de cmo las participantes tambin situa-
ron a las mujeres como un movimiento cultural y un proceso de cambio social, que
constituy causa estructural del 68.
Hubo una revolucin cultural, cambi la moda, la msica, la forma de participacin poltica
de la mujer, profundas modificaciones en la estructura de la familia, los medios de comu-
nicacin masiva y de la escuela, al vivir un intenso proceso revolucionario (folio G, ct,4).
Como tambin cambio nuestra forma de ver nuestra vida sexual, un acontecimiento
mundial, la liberacin sexual. La cual promovi el uso de anticonceptivos. Lo que nos
permiti a las mujeres el poder controlar cundo y con quin queramos tener o no
hijos, tambin lo que nos permiti vivir de una manera ms libre nuestra sexualidad.
En este aspecto hubo protestas que reunieron como a 3 mil estudiantes en pases como
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Italia, en el cual se peda equidad de gnero; en Yugoslavia se peda por los derechos
civiles, y la libertad sexual (folio G, ca,7).
Destaca el planteamiento acerca del cambio de papel de las mujeres como causa y
como consecuencia del contexto, al ser explicado como un resultado de los cambios
culturales de la poca (primer prrafo) y un origen de las protestas juveniles en los
sesenta (segundo prrafo). El aspecto estructural de las acciones de las mujeres queda
ms evidentemente manifiesto en la exposicin de consecuencias externas del 68 de-
bido a que los cambios de su papel en la sociedad son entendidos como fruto de las
circunstancias y slo como decisiones personales.
Que los jvenes durante la dcada de los sesen- Un factor que influy de gran manera en la libe-
tas, entre ellos la mam y el pap de Margarita, racin sexual y femenina que se dio en la poca de
eran jvenes que luchaban por una mayor liber- los paps de Margarita fue el contexto, ejemplo fue
tad en el ejercicio de su sexualidad, y las mujeres en Estados Unidos donde comenzaron a circular ms
luchaban por la igualdad de gneros, por una las revistas juveniles que hablaban de sexualidad,
mayor libertad para expresarse, para estudiar, tambin en los pases primermundistas como Francia
para incursionar en la poltica, en la vida laboral fue donde se comenz a utilizar la pldora y donde se
del pas y en el derecho de ejercer su sexuali- legaliz el aborto y tambin en Francia fue donde las
dad segn sus propias creencias y decisiones mujeres comenzaron a incursionar en la poltica (folio
(folio,Cin, sp,2). Ch, sp,1).
Con la comercializacin de la pldora anticoncep- Estas influencias sobre su liberacin sexual, prove-
tiva, por primera vez, las mujeres pudieron evitar nan de ideas de pases de primer mundo, como lo
quedar embarazadas sin el consentimiento del eran algunos pases Europeos y Estados Unidos donde
hombre; tena la decisin de con quin tener re- se estaba dando el auge del movimiento hippie y
laciones sexuales si as lo deseaba, por esa poca, jipitecas en Mxico. Las mujeres mexicanas tomaron
querra quedarse embarazada sin estar casada; ya influencias de la moda que los caracterizaba como la
que se viva una sociedad llena de prejuicios y los minifalda, los pantalones acampanados y las platafor-
nios an eran llamados ilegtimos y sus madres mas (folio H, sp,2).
eran sealadas (folio B, sp,3).
De acuerdo a los extractos de la tabla 1, confirmamos las motivaciones que las parti-
cipantes adjudicaron a las mujeres como sujetos histricos protagnicos de su poca,
ahora ampliadas en el marco de la caracterizacin de los jvenes.
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Nosotras las mujeres queramos tener derecho y libertad una sexualidad libre que se en-
contraban deterioradas, por ejemplo en donde la mujer cuando se casa tiene que ser
pura y casta no haber tenido otros hombres, ni mucho menos que haya tenido rela-
ciones sexuales, que para la iglesia era un terrible pecado muy grande (folio M, ca,3).
Antes era impensable poder tener relaciones sexuales antes del matrimonio y no por
la pureza que se debera de guardar, porque nuestra sociedad siempre ha sido una so-
ciedad de doble moral () Y ahora con las pastillas anticonceptivas nosotras podemos
planear cuando queremos tener hijos como en mi caso, despus de estudiar y al verme
en una plano econmica favorable te pueda dar una mejor vida, esto no le gusta para
nada a la iglesia, pero creo que todos nos merecemos una vida digna (folio C, ca, 2).
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Relaciones-pasado-presente
Las participantes expusieron el cambio en el papel de las mujeres como una de las con-
secuencias mundiales y nacionales del movimiento del 68. Veamos algunos ejemplos.
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Las participantes caracterizaron slo la radicalidad del cambio positivo. No hay una
posicin crtica respecto a este cambio y lo actualmente pasa en los hechos. Slo el
participante masculino cuestiona esta radicalidad del cambio sobre el papel de las mu-
jeres (ver tabla 3 hilera izquierda).
Este participante masculino plantea la lucha de las mujeres desde la ptima de la dis-
criminacin de una sociedad de hombres. Pone en duda la existencia de los cambios
en el papel de la mujer y que dicho cambio sea una consecuencia del movimiento
estudiantil del 68 (ver ltimo prrafo del tabla 3).
Hay una congruencia entre la caracterizacin de las participantes sobre las muje-
res y su visin positiva del cambio de su papel en la sociedad a raz del 68. A diferencia
de la presentada por el participante masculino, que pareciera verse influida por su
perspectiva de gnero, que le permite un acercamiento analtico y crtico.
Situacin problema
Nos parece injusto el que su mam marque de tal manera la diferencia entre Margarita y su hermano,
ya que tanto hombres como mujeres tenemos el mismo derecho de ejercer nuestra sexualidad ()
derecho a tener acceso a informacin acerca de mtodos anticonceptivos y principalmente a utilizarlos
para la anticoncepcin. Ya que el ejercicio de la sexualidad se ha convertido en ms que un mero acto
de concepcin ahora tambin es un acto de placer (folio J, sp, 3).
Por su parte Margarita comenta que sabe que es lo que est haciendo, que si utiliza las pldoras anti-
conceptivas, es por tener la seguridad de que no va a suceder un embarazo que en estos momentos
no desea. Al preguntarle sobre las enfermedades sexualmente transmisibles, contesto que al llevar ms
de un ao en una relacin estable, confa totalmente en la fidelidad de su novio, y que por eso hace
tiempo que dejo de usar el condn. Adems nos coment que realiza sus visitas continuas al gineclo-
go. Y que estas acciones concuerdan con la educacin responsable que obtuvo de sus padres (folio,
D, sp, 4).
Las participantes manejaron ideas y datos de la literatura consultada y los que investi-
garon para el caso de Margarita. Sin embargo en el momento de tomar una postura
acerca del ejercicio de la sexualidad tenemos visiones tanto tradicionales como moder-
nas. Pensamos que tales valoraciones expresan la dificultad para tomar partido sobre la
explicacin de un hecho histrico sin antes analizar crticamente las evidencias, y para
asumirlas implicaciones morales de dicha explicacin (Trepat, 1999).
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El participante L as participantes
Este movimiento tambin ha trado conse- Las mujeres por otra parte, en todo el mundo
cuencias importantes en la forma de vida de la han ganado mayor libertad y respeto por parte de
sociedad mexicana. El grupo que ms est forta- los hombres (folio F, ca,4)
leciendo su participacin social, es el de las mu- La imagen divina en el ser humano se verifica en
jeres, el cual desde siempre ha sido considerada la dualidad del varn y la mujer. La dignidad de
para realizar trabajos menos importantes al que la mujer hace notar que las discriminaciones de
realizan los hombres (folio D, ca,7). que ha sido objeto a lo largo de la historia, que
Los hechos coyunturales como la revolucin perduran en muchos lugares del mundo en varias
femenina, () la prctica de la sexualidad, la culturas, tienen su origen en el pecado. () Por
libertad de expresin, han alcanzado actual- tal motivo podemos afirmar que existe un camino
mente lugares importantes. Por lo menos en el originalmente cristiano de dignificacin de la mujer
papel... En realidad creo que se gano poco () y puede asumirse para recordar esa igualdad con
los cambios han sido consecuencia de factores no el hombre (folio, E, ca,7).
estrictamente relacionados con los conflictos de
1968. Por lo menos en Mxico ha sido as (folio
D, ca,10).
A manera de cierre
La triple dimensin de la causalidad se expres en los escritos de las participantes, ya
que las mujeres fueron concebidas como sujetos con una accin social contextualizada
para la gestacin y desarrollo del hecho; hicieron uso de habilidades del razonamiento
histrico vinculadas a la disciplina como es la identificacin y relacin entre causas para
dar cuenta de esta accin contextualizada de las mujeres; articularon la dimensin con-
ceptual que retom del conocimiento declarativo en las fuentes de consulta del tema
para darles su propio significado y tomar una postura o visin tica con la emisin de
juicios, todo lo cual supuso de diversos procedimientos apoyados por la docente en el
desarrollo de la intervencin planteada.
Entre las preocupaciones con las que iniciamos la presente investigacin fue el esca-
so sentido que para los estudiantes tienen las asignaturas con contenido histrico de la
carrera de Psicologa Educativa, reflejado en los altos ndices de reprobacin. Podemos
afirmar que el tema del papel histrico de las mujeres en el 68 fue aprendido con
empata y contribuy a la construccin de un sentido y significado del conocimiento
histrico para el estudiante. Su discurso fue relacionado, consistente, apoyado en
ciertos datos y congruente con las ideas de la literatura trabajada, que enfatizan
un cambio educativo, social, cultural y poltico del papel de las mujeres a partir de
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los sesenta. Sin embargo, las consecuencias de este cambio son valoradas de manera
positiva y acrtica.
Hay algunos argumentos (como el religioso) que retoman de la literatura do-
cumentada sobre el movimiento estudiantil del 68, pero son contradictorios con lo que
est investigado sobre la liberacin femenina de los sesenta. Esta contradiccin es ms
palpable en el tema de la sexualidad, que es parte de la construccin femenina en su
dimensin psquica- subjetiva como histrica-cultural (Henrquez, 1996). Lo femenino
en relacin con la sexualidad es polmico para las participantes, en la medida que toca
sus concepciones y valoraciones acerca de los estereotipos de lo que se considera so-
cialmente apropiado en una mujer (Lamas, 1996), mismas concepciones que se vieron
cuestionadas con distinta intensidad y ritmo durante el desarrollo de la intervencin
didctica.
As, en el aspecto actitudinal, corroboramos la heterogeneidad y complejidad de
la construccin causal, pues mientras las participantes avanzaron en la apropiacin
de ideas con algunos datos para el anlisis del papel de las mujeres durante el 68,
pocas veces ampliaron la valoracin que emitieron sobre dicho hecho y explicita-
ron crticamente su toma de postura con el presente. Lo que viene a constatar que las
explicaciones de las mujeres como sujetos histricos son una construccin no slo
racional, sino cultural y social que toca fuertemente la identidad de las participantes.
En este sentido, es esperanzador lo que puede aportar la historia y la educacin
desde discursos y prcticas orientadas al cuestionamiento de tal tipo de construcciones.
Esta experiencia didctica aporta evidencia emprica sobre la complejidad de la
causalidad histrica (que es accin contextualizada, habilidad de dominio vertebrante
y contenido procedimental), cobrando una mayor relevancia la funcin de andamiaje
del docente, especialmente en lo referente a la influencia de los valores, prejuicios y
perspectiva cultural del aprendizaje y enseanza significativos de la historia.
Referencias
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pensar. histricamente. En Carretero, M. y Castorina, J. A. La construccin del conoci-
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385
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La escritura emptica como una propuesta
didctica para la comprensin y explicacin
histrica en estudiantes de Psicologa Educativa
Introduccin
Las propuestas discursivas de renovacin pedaggica y didctica sobre la historia estn
todava lejos de ser del dominio comn en las prcticas educativas desarrolladas por
docentes. Todava la historia escolar es vivida como la historia de los muertos, conoci-
miento denso por sus conceptos y datos, alejado y extrao a los intereses y necesidades
de estudiantes.
El docente pide escribir acerca del hecho histrico al estudiante por medio de acti-
vidades que enfatizan la memorizacin y enciclopedismo de conocimientos descon-
textualizados que muy probablemente slo sirvan para pasar la materia. As tenemos
que desde la primaria y comenzada la universidad, los grandes temas histricos en el
mbito mundial y nacional se repiten en los programas de estudio, sin una comprensin
y explicacin profunda de los mismos y sin una articulacin con el presente, menos an,
con la proyeccin de un futuro.
Necesitamos el desarrollo de estrategias didcticas concretas para el logro de cono-
cimiento significativo sobre la historia en el estudiante, que engloben la complejidad
abstracta y multideterminada de la comprensin y explicacin de los hechos y procesos
histricos.
Con el inters de contribuir al desarrollo de estrategias didcticas significativas, este
escrito trata del planteamiento didctico sobre el manejo de la empata histrica en la
construccin escrita de estudiantes para la comprensin y explicacin de la historia.
Primero exponemos las caractersticas y funcin de la escritura en el conocimiento
histrico. Segundo describimos el concepto de empata histrica como categora es-
tructurante y objeto didctico. Tercero presentamos las fases de andamiaje y tipo de
actividades usadas para la construccin emptica de textos elaborados por los estudian-
tes a partir de situaciones problemticas. Terminamos con unas reflexiones generales
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El papel del texto escrito. El lenguaje escrito para los historiadores es una herra-
mienta para pensar, imaginar, especular y organizar ideas sobre el hecho que se
pretende explicar. La escritura profesional sobre la historia es compleja, ya que
sintetiza los requerimientos intelectuales que entraa la propia construccin del
conocimiento histrico en su problemtica filosfico-epistemolgica y de aprendi-
zaje. Concordamos con Woodcock (2005, p. 6) cuando seala que la escritura so-
bre la historia permite caminos analticos de pensamiento () Hay una relacin
recproca entre historia y alfabetizacin crtica, la dificultad de la escritura histrica
es la dificultad de la misma historia.
La complejidad de la construccin causal en el texto. Cuando elaboramos un texto
con contenido histrico ponemos en juego: (a) el aspecto declarativo o concep-
tual sobre la comprensin y explicacin del hecho, que entraa nuestra visin del
mismo como de la historia; (b) el aspecto procedimental o de habilidades, dado
que tenemos que pensar de manera contextualizada con el conjunto de formas
de razonar que ello supone; y (c) el aspecto actitudinal o de valoracin, debido a
que emitimos juicios que nos lleva a una toma de postura, que va desde lo emo-
cional hasta la conciencia tica sobre el hecho histrico en nuestra exposicin. La
escritura de textos con contenido histrico como sealan Evans y Pate (2007, p.
25) expresa la reaccin individual que el autor tiene sobre el pasado y presente,
es continuacin y desarrollo del pensar, () es parte del proceso de razonar y
pensar histricamente
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como por la descripcin de relaciones entre eventos y temas que revelen su interaccin,
desarrollo, regresin, traslape, afirmacin y contradiccin, todo lo cual lleva a un argu-
mento consistente, persuasivo y lgico. La explicacin de las relaciones causales obliga
a una escritura con profundidad. La riqueza del argumento tambin se caracteriza
por contemplar visiones alternativas, una ubicacin cronolgica de los factores en un
espacio especfico, los factores centrales integrados a mltiples causas y consecuencias.
Wittrock y Baker (1998) propone entre los criterios de calificacin el establecimiento del
contexto histrico, profundidad y extensin de la elaboracin, empleo de conocimien-
to previo, mltiples ilaciones y esfuerzo de explicitar relaciones.
Consideramos de acuerdo a la propuesta de Green (Pl, 2005, p. 45) que las cir-
cunstancias, cnones y propsitos con que se crea un texto historiogrfico difieren
del contexto, criterio de exigencia y finalidades con que se produce un texto escolar
con contenido histrico, por lo tanto postulamos que tambin ser distinto el marco
conceptual desde el que se elabora cada uno de este tipo de textos. Mientras el marco
conceptual del texto de un historiador profesional se desprende de una postura terica
explcita, dnde la comunidad de especialistas le exigen a su autor que sea historio-
grficamente correcto; el marco conceptual del texto con contenido histrico de un
estudiante se escribe y evala desde los criterios docentes solicitados. Lo correcta-
mente escrito se hace desde la concepcin de historia como disciplina escolar ms
que desde la historia como disciplina cientfica, aunque sta ltima ha de ser retomada
por la primera.
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Para el anlisis causal de estos hechos y los procesos que los acompaan, pedimos
a los estudiantes la construccin de cuatro tipo de textos: tres narrativo-expositivos
(una caja de recuerdos, una resea periodstica y una carta) cuyo propsito fue dar
cuenta de los momentos de la construccin causal (contextualizacin, desarrollo y con-
secuencias) en concordancia con los momentos de inicio, desarrollo y cierre del tema
de estudio. El cuarto texto es de corte acadmico (caso) pensado para poner en juego
la contextualizacin y las relaciones pasado-presente.
Elaboramos un formato para apoyar la realizacin de cada uno de los anteriores
textos. Este formato consta de tres partes: la primera describe el propsito y caracte-
rsticas de la situacin propia de cada texto (que es y pretende la caja de recuerdos,
la resea periodstica, la carta y el caso), una segunda parte de preguntas guas con
criterios causales especficos para organizar la comprensin y explicacin escritas, dn-
de la preguntas buscan favorecer no slo una escritura personal sino la exposicin de
argumentos; y una tercera parte que pide seguir una rbrica sobre criterios causales de
desempeo para su construccin y autoevaluacin del texto elaborado.
En la caja de recuerdos el estudiante imagina que es un estudioso de movimientos
sociales, cuya misin consiste en la elaboracin de un escrito dirigido a futuras genera-
ciones, que testifique como era el mundo y Mxico en esa poca. El objetivo es el
desarrollo de la imaginacin del estudiante para la contextualizacin de los orgenes
del hecho y la asuncin del rol de un estudioso para tomar distancia en la comprensin
y explicacin del hecho histrico.
Por lo que toca a la resea periodstica el estudiante se visualiza como un periodista
extranjero, cuya tarea es la exposicin del desarrollo del hecho histrico en nuestro
pas, para lo cual ha realizado previamente la contextualizacin del mismo hecho con la
caja de recuerdos. Con esta idea de la resea pretendimos que el estudiante de cuenta
del proceso, cambios y continuidades desde su origen hasta el trmino formal del he-
cho histrico (del 68 y del 85). Le solicitamos que sea un periodista por la funcin que
desempea este tipo de profesional en el ejercicio por el derecho a la informacin
sobre los hechos y de origen extranjero con intencin de que tome distancia respecto
a la visin interna, que como mexicano pudiera tener sobre el proceso histrico en
cuestin.
La tarea de la carta trata que el estudiante elija ponerse en lugar de un personaje
histrico que particip en el hecho histrico, desde el cul explique sus orgenes, desa-
rrollo y consecuencias. Elegimos el formato de la carta por su carcter personal. En
esta ocasin nos interesa que el estudiante se involucre como uno de los sujetos partici-
pantes para conocer la toma de postura respecto a la comprensin y explicacin del
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hecho histrico. Consideramos que en este texto, el estudiante cuenta con antecedentes
conceptuales suficientes para una toma de postura documentada y analtica.
La caja de recuerdos y la resea permiten al participante ir abordando las dos
primeras partes del tema histrico (orgenes y desarrollo). La carta tiene la funcin de
cierre e integracin de dicho tema. Titulada Por qu particip en y cules fueron las
consecuencias en mi vida, el pas y el mundo? , la carta complejiza la tarea al solicitarse
el manejo del espacio personal, nacional y mundial (segn el alcance del hecho hist-
rico), as como del tiempo corto, largo y a muy largo plazo (segn las consecuencias
del hecho).
El caso plantea que el estudiante, ya como profesional, elabore una propuesta de
solucin ante situaciones hipotticos de conflicto entre padres (representan el pasado
reciente) que vivieron el hecho y sus hijos (representan el presente) sobre temas pol-
micos de sexualidad, gnero y poltica en el caso del 68 y de participacin, responsa-
bilidad y tica sociales en el manejo de desastres en lo que refiere a 1985. La distancia
para la toma de postura descansa en: (a) el manejo de criterios de desempeo sobre
causas intencionales y estructurales precisados en preguntas gua y (b) por las relacio-
nes pasado-presente que se establecen para resolver el caso. El nfasis est puesto en
una situacin de tipo profesional con el objetivo de conocer como los estudiantes apli-
can e integran estos aspectos causales a un caso concreto o problema con el manejo
de la empata histrica.
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Formar docentes en escenarios histrico-sociales
para transformar al formador de adolescentes
Introduccin
Para comprender y atender las necesidades de aprendizaje de los futuros docentes
deeducacin secundaria con especialidad en Historia, es preciso analizar el proceso de
formacin en funcin al contexto escolar, educativo y social. Cabe mencionar que el
Plan de estudios 1999 establece tres campos de formacin: general, comn y espe-
cfico; el primero proporciona al estudiante los elementos bsicos que requiere todo
profesional de la enseanza que se desempea en educacin bsica, el segundo atien-
de las necesidades formativas con la relacin a la educacin secundaria y el tercero se
ubica en el campo disciplinario. Bajo esta lgica curricular se favorece una formacin
integral, sin embargo, no en todas las instituciones formadoras de docentes se tiene
las condiciones pertinentes para alcanzar las finalidades educativas.
En el caso de la Escuela Normal de Texcoco se reconoce que las polticas, estrategias
y mecanismos institucionales, no han sido suficientes para atender las necesidades de
aprendizaje de los estudiantes de la licenciatura en educacin secundaria con espe-
cialidad en historia (LES-Historia) al observarse saberes aislados y descontextualizados
durante las jornadas de prctica docente e intensiva, en los procesos de evaluacin in-
ternos y externos, en la elaboracin del documento recepcional, as como en el examen
profesional. Esta desarticulacin se manifiesta porque los formadores de docentes en
el marco de su identidad (formacin) y compromiso profesional, no han logrado esta
blecer estrategias que recuperen la transversalidad de los contenidos curriculares en
funcin a los diferentes campos de formacin, por tal razn, se propone como eje in-
tegrador y problematizador la construccin de escenarios histrico-sociales para lograr
la articulacin entre los contenidos didcticos, pedaggicos, psicolgicos, filosficos,
sociolgicos y de la especialidad a partir de los saberes que poseen los formadores
en funcin a su formacin profesional para romper con el aislamiento acadmico y
favorecer la interdisciplinariedad.
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Marco referencial
El proceso de formacin de los futuros educadores de adolescentes o licenciados en edu-
cacin secundaria con especialidad en historia se ve favorecido por una gran diversidad
de perfiles profesionales que interactan desde sus propios referentes disciplinarios con
la finalidad de formar profesionales de la educacin capaces de comprender y atender
las necesidades y caractersticas de la sociedad actual. Bajo este marco es necesario con-
ceptualizar los trminos formacin, interdisciplinariedad y escenarios histricos-sociales
para promover aprendizajes significativos que trasciendan el espacio escolar.
Formacin Docente
El contexto escolar implica una serie de sentidos y significados con base en el modelo
educativo y por consiguiente con el plan de estudios 1999 de la LES-Historia, el cual
hace hincapi en la prctica reflexiva como eje transversal en el proceso de formacin.
A partir de este argumento se retoman las aportaciones de Perrenoud (2007) quien ex-
presa que la formacin inicial implica, formar gente capaz de evolucionar, de aprender
con la experiencia, de reflexionar sobre lo que queran hacer, sobre lo que realmente
han hecho y sobre el resultado de ello. Por otra parte, Prez Gmez refiere que en la
perspectiva de reconstruccin social:
Por otra parte Shn (1998) refiere que la reflexin desde la accin provoca que los
profesores se comprometan con la buena enseanza, porque la enseanza reflexiva
desafa la estructura del conocimiento impuesta; significando la posibilidad de cuestio-
nar el proceso de formacin para romper con la reproduccin del conocimiento.
Con base en estos argumentos se reitera, que el proceso de formacin de los es-
tudiantes normalistas requiere del anlisis y de la reflexin permanente de la prctica
docente, porque la reproduccin del conocimiento, ha provocado la enajenacin in-
telectual de los formadores y una visin reduccionista de los estudiantes normalistas,
porque en la mayora de los casos, la prioridad es el logro del programa de estudio y
no la problematizacin de los contenidos; aunado a esto, algunos formadores se aslan
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Interdisciplinariedad
En los ltimos aos las escuelas formadoras de docentes han diversificado con mayor
intensidad su planta docente, por consiguiente la formacin de los futuros docentes de
educacin secundaria es responsabilidad de educadores, pedagogos, socilogos, eco-
nomistas, psiclogos, historiadores, gegrafos, abogados, administradores; egresados
de escuelas normales y universidades pblicas o privadas; sin embargo, est diversidad
profesional, requiere ser reorientada para fortalecer el proceso de formacin de los es-
tudiantes normalistas porque la formacin no se modifica cuando el actor la reconoce
y sabe que existen otras prcticas distintas en la institucin donde se encuentre, sino
que es muy probable que sta perdure porque est sedimentada en cada persona
(Pia, 1998, p. 179) provocando sentidos diferentes con relacin a las implicaciones del
ser y el quehacer docente, porque no se complementan se viven como opuestas y no
favorecen una identidad compartida como profesionales de la educacin, porque la
tendencia disciplinar favorece un crecimiento exponencial y disperso del saber lo que
dificulta la visin global comprensiva (Duque, s. f., p. 150).
Se propone la interdisciplinariedad como una posibilidad acadmica para romper
con las parcelas del saber, ya que la formacin docente demanda escenarios colabo-
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Escenarios histrico-sociales
La construccin de escenarios histricos-sociales favorece aprendizajes significativos
porque el conocimiento se organiza a partir de la interdisciplinariedad, en donde los
formadores contribuyen terica y metodolgicamente desde su formacin de origen
y ejercicio profesional.
Para construir escenarios histrico-sociales es necesario implicar la parte humana,
porque segn Morn (1999) la educacin a travs de las disciplinas imposibilita
aprender lo que significa ser humano, por consiguiente, el formador deber ensear
lo humano contextualizado en el tiempo y el espacio a partir del contenido histrico y
social, para comprender la complejidad humana.
La construccin de escenarios histrico-sociales demanda la comprensin del tiem-
po, por tal razn, Trepat y Comes (2000) mencionan que para cualquier construccin
del tiempo histrico y social se requiere el tiempo cronolgico; aunado a esto Carretero,
Pozo y Asensio (1997) expresan que desde el punto de vista psicolgico el tiempo his-
trico es una dimensin bsica para el desarrollo cognitivo del individuo, por lo tanto,
la construccin de escenarios histrico-sociales implica el aspecto individual (cognitivo)
y colectivo (social), es decir, el posicionamiento del sujeto en el contexto social, sig-
nificando la comprensin y la construccin de la realidad. En este sentido Pia resalta
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que la realidad social no es lo que est afuera de la mente de las personas, sino la
construccin que stos hacen de ella (1998, p. 45).
Una conceptualizacin similar es la de Morn (1999) quien refiere que la realidad no
es legible, pero las ideas y las teoras permiten traducirla, sin embargo, la interpreta-
cin puede ser errnea, porque nuestra realidad es una idea de la realidad.
Ahora bien, los escenarios histricos-sociales implican la interpretacin de la rea-
lidad y esta comprensin se hace posible cuando se enfrentan en su sentido histrico,
(Carretero, 1997, p. 18) porque segn Saint-Onge (2000) aprendemos construyendo,
por consiguiente es ms fcil aprender cuando se tiene una idea de esa situacin.
Con base en el marco referencia, se expone la siguiente propuesta metodolgica con
la finalidad de mejorar el proceso de formacin de los futuros docentes de educacin
secundaria con especialidad en historia.
... El proceso de formacin es arduo y debe estar de acuerdo a las necesidades, y me pre-
gunto cmo me voy a enfrentar a las caractersticas de los alumnos en donde se espera
que el alumno en formacin promueva pensamiento crtico y reflexivo en los alumnos
(Entrevista-Alumno1).
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los estudiantes deben entender que se estn formando como licenciados en educacin
secundaria con especialidad en historia, por lo tanto, no son historiadores, sino educado-
res de adolescentes, acompaados de una especialidad (Entrevista-Docente 1).
no existen los elementos de la especialidad de la Historia, ya que la formacin discipli-
naria es diversa y no se encuentran formados en el contenido de la Historia (Entrevista-
Docente 2).
en la academia de primero de historia se propuso evaluar a partir de un ensayo; sin
embargo, no todos nos comprometemos empezamos seis y al final terminamos tres
(Entrevista-Docente 3).
cada que hay exmenes profesionales nos damos cuenta de las lagunas acadmicas de
los estudiantes, pero no se hace nada, siempre es lo mismo no se ha logrado que los
ensayos (Documentos Recepcionales) estn articulados generacin tras generacin la
especialidad aparece como un parche mal pegado (Entrevista- Docente 4).
se han aplicado modelos de enseanza, sustentados en metodologas que no favo-
recen la formacin de sujetos integrales en funcin a los rasgos del perfil de egreso;
porque las frgiles bases epistmicas dentro de la Especialidad limitan la comprensin
del proceso histrico en el que se forman los docentes en Educacin Bsica esta
vertiente ha obligado en la enseanza a los docentes formadores a solo extender
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Ante esta situacin, se han diseado diferentes propuestas metodolgicas con la fina-
lidad de dar respuesta al abordaje de enseanzas situadas bajo el marco formal de los
planes de estudio. Con base en este referente se han llevado a cabo diversas propuestas
de intervencin pedaggica como son:
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La intencin fue lograr que el alumno pudiese en el contexto escolar hacer relaciones
de conocimientos derivados de las diferentes asignaturas desde la perspectiva profesio-
nal del formador (formacin de origen), sin perder de vista el contexto histrico-social
de cada contenido y as lograr una visin integral que le permita al estudiante intervenir
con mayores elementos acadmicos durante las siguientes prcticas de observacin y
ejecucin.
La propuesta de intervencin se est reconstruyendo da con da en funcin a los
avances y a los resultados obtenidos, los docentes en formacin son el referente para
determinar su pertinencia y los formadores son el motor para reorientar las acciones
en funcin al anlisis y reflexin de la misma.
El avance es mnimo con relacin a las implicaciones en el proceso de formacin,
cabe mencionar que en este semestre no se vern resultados contundentes, pero se
estn construyendo las bases para propiciar una intervencin pedaggica que integre
el saber de los formadores en funcin a la misin institucional y social.
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Conclusiones
Con los avances que se tienen se expresa lo siguiente:
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3. El centro del aprendizaje es la gua del trabajo y la enseanza de todos los docen-
tes por lo que esta propuesta de intervencin trae como beneficios la formacin
de habilidades concretas de acuerdo al grado que cursa el alumno.
4. Recuperar el contexto histrico-social como estrategia de enseanza y de apren-
dizaje para fortalecer una nueva simbologa identitaria en donde el trabajo co-
laborativo se convierta en el eje integrador y problematizador.
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409
EL USO DE LA IMAGEN EN LA ENSEANZA
DE LA HISTORIA
La imagen
La poca actual se caracteriza por una sobresaturacin de imgenes: por todos lados
nos rodean fotografas, anuncios publicitarios, aparatos de televisin, videoproyecto-
res, internet. Podra decirse que las representaciones visuales son omnipresentes. Los
jvenes nacidos en a fines del siglo xx no se explican el mundo si no es a partir de una
imagen. En ese sentido, si se pretende ensear historia en este tiempo, es necesario
recurrir a las herramientas visuales con el fin de impactar a un espectador cuyo foco
de atencin se centra, precisamente, en lo que ve.
Acerca de la importancia de la vista, John Berger afirma que sta es anterior al
lenguaje hablado. La vista es la que establece nuestro lugar en el mundo circundante;
explicamos ese mundo con palabras, pero stas se refieren a imgenes, ya sea fsicas o
mentales. Y si bien no se ha establecido la relacin entre lo que vemos y lo que sabe-
mos, se da por hecho que todas las tardes se pone el sol y sabemos que la tierra gira
alrededor de l. Sin embargo, el conocimiento, la explicacin, nunca se adecua com-
pletamente a la visin (Berger, 2002). Por otra parte, lo que sabemos necesariamente
afecta el modo en que vemos las cosas. Cuando algo pertenece a nuestros referentes
culturales podemos explicrnoslo muy claramente. Y cuando es ajeno a nosotros, tene-
mos que buscar aproximaciones a lo ya conocido para poder interpretarlo.
Para Berger, una imagen es una visin que ha sido creada o reproducida. Es una
apariencia, o conjunto de apariencias, que ha sido separada del lugar y el instante
en que apareci por primera vez y preservada por unos momentos o unos siglos.
Toda imagen encarna un modo de ver (Berger, 2002, p. 6). En ese sentido, se da por
hecho que cualquiera que vea una imagen va a interpretarla de la misma manera. Sin
embargo, qu pasara con una persona que es ciega de nacimiento y recobra la vis-
ta? Cmo interpretara el mundo de objetos que de pronto aparecera en su campo
visual? Cmo mandara esas imgenes a su cerebro? Es evidente que aqullos que han
nacido con el sentido de la vista, han creado una correlacin entre sta y el resto de
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puede reflexionar sobre qu tanto unas u otras imgenes nos hablan de la realidad que
quieren representar.
Qu sentido tiene utilizar imgenes en la enseanza de la historia? Es necesario o
solamente es una herramienta de la que se puede prescindir? Desde mi punto de vista,
la utilizacin de testimonios visuales ayuda a traer el pasado al presente y estimula una
de las armas ms importantes en la recreacin del pasado: la imaginacin, es decir,
la facultad o accin de formar nuevas ideas (Tenorio Trillo, 2012, p. 140). Si para
recrear el pasado es necesario hacer uso de imgenes y no solo de lo que los do-
cumentos dicen de manera literal, aqullas son una herramienta que ayuda a que esa
imaginacin histrica cobre vida. Como ejemplo de la utilizacin de la imagen a partir
de la manera en que se ha reconstruido el pasado mexicano, se har un anlisis de la
historiografa decimonnica y cmo se utiliz la imagen para construir una identidad
nacional.
Historiografa decimonnica
En el mundo occidental el siglo XIX fue una poca de regreso a los orgenes, al tiempo
primordial, y para justificar la aparicin de las naciones, se apel a un tiempo ido en
el cual estaban las races de la legitimidad de la nacin misma. De ese modo, los per-
sonajes que lucharon por construirla, o que dieron su vida para formar una patria,
se convirtieron en hroes mticos. Y, al mismo tiempo, fue necesario dotar a las nuevas
entidades nacionales, como fue el caso de Mxico despus de su Independencia, de
un pasado esplendoroso del cual enorgullecerse y de una patria preexistente que fue
liberada por el sacrificio que los grandes hombres hicieron para recuperar la libertad
(Gmez-Aguado, 2012, p. 61).
La tarea de legitimar a la nueva entidad poltica fue el gran dilema del siglo XIX,
que se manifest en la lenta y dolorosa consolidacin del Estado-nacin, ya que las
naciones no eran entidades preexistentes que recuperaron su libertad perdida, sino
creaciones fruto de los movimientos de emancipacin. Se inventaron para dar le-
gitimidad al Estado y para que los habitantes de un determinado territorio tuvieran
elementos de identidad. Como afirma Toms Prez Vejo, somos prisioneros de una
historia hecha por y al servicio de los Estados. De ah que para fundamentar la crea-
cin de los Estados-nacin contemporneos se haya tenido que inventar una memoria
nacional mitificada y homognea. Para lograrlo fue necesario elegir unos hechos y
privilegiarlos sobre otros con el fin de evitar los enfrentamientos tnicos en sociedades
profundamente heterogneas como la mexicana (Prez Vejo, 2010, pp. 56-57).
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Esta visin del pasado, que fue formando una historiografa nacionalista, fue muy
temprana y se bas, sobre todo, en las obras de Fray Servando Teresa de Mier y de
Carlos Ma. de Bustamante. El primero escribi en 1813 su Historia de la Revolucin de
Nueva Espaa, en la que afirm que Espaa haba perdido su derecho a la dominacin
de sus posesiones en Amrica porque el descubrimiento se convirti en explotacin,
la conquista en masacre y la pacificacin en despoblamiento. De esa manera, la
interpretacin que Mier hizo de la historia novohispana transform los tres siglos del
virreinato en la poca oscura del pasado mexicano, equivalente a la imagen negativa
de la Edad Media en la historia europea (Florescano, 2002).
En el caso de Carlos Mara de Bustamante, desde 1808 hizo suya la causa de los
criollos y protest contra la prisin del Virrey Jos de Iturrigaray. Ms adelante apoy
el movimiento insurgente de Miguel Hidalgo y Jos Ma. Morelos y se opuso al siste-
ma monrquico. Al igual que lo haba hecho Mier, consider que los aztecas ya eran
cristianos desde antes de la llegada de los espaoles y que el apstol Santo Toms
haba sido conocido por los indgenas como Quetzalcatl. Bustamante tambin desa-
rroll el mito mexicano de que la poca virreinal haba sido un periodo de opresin
y sufrimiento que termin al lograrse la independencia. De esa manera, su patriotismo
republicano criollo se bas en un catolicismo indgena afn al de Miguel Hidalgo, ya
que tambin foment el culto nacionalista a la Virgen de Guadalupe (Fowler, 1999).
Tanto Mier como Bustamante fueron propagandistas de las glorias del Mxico an-
tiguo y crearon un panten de hroes, un calendario de fiestas cvicas y difundieron
una retrica nacionalista. En su Cuadro histrico de la revolucin de la Amrica mexicana,
publicado de 1821 a 1827, Bustamante fue un creador de hroes, mitos, ceremonias y
smbolos nacionalistas que despus fueron retomados para escribir la historia de Mxi-
co (Florescano, 2002).
Entre estos primeros relatos del pasado y la obra cumbre de la historiografa deci-
monnica, Mxico a travs de los siglos, pasaron ms de cinco dcadas plagadas de
enfrentamientos civiles, invasiones extranjeras y problemas econmicos. En medio de
dichos conflictos, no se pudo elaborar una visin integradora del pasado y de esos aos
lo que perdura en el recuerdo es la dolorosa prdida de ms de la mitad del territorio
nacional y de las luchas armadas recurrentes, especialmente la guerra de Reforma y la
intervencin francesa. Los ensayos de organizacin poltica que incluyeron monarqua,
repblica federal, repblica central y dictadura fueron el escenario de enfrentamientos
constantes.
De ah que no se haya consolidado un relato que consagrara los hechos y personajes
principales de nuestro pasado sino hasta el llamado triunfo de la repblica, cuando la
historia decimonnica puso fin al debate entre dos visiones de ese tiempo ido: la his-
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Consideraciones finales
En este trabajo se ha hecho un anlisis del significado de la imagen, de su elaboracin,
su anlisis y su interpretacin y de cmo ha sido utilizada como herramienta para la his-
toria. Asimismo, se ha analizado cmo fue utilizada la imagen histricamente, es decir,
cmo se convirti en una herramienta fundamental en la construccin de un discurso
patritico y nacionalista que tena como fin dotar de identidad a una nacin profun-
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NUEVAS ESTRATEGIAS PARA EL REENCUENTRO
CON LA HISTORIA
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ideas y opiniones acerca de algn tema que se considere esencial y de inters comn.
Es necesario propiciar que acerque, de manera ldica, a conocer y disfrutar la historia.
El estudio y enseanza de esta disciplina estn marcados por fuertes rasgos de so-
lemnidad, promotora de identidad y nacionalismo, producto de una historia cargada
de triunfos o derrotas blicas y de personajes a quienes se les otorga el aura del hroe
y recae en ellos la autoridad de ser los transformadores y generadores del porvenir
del pas. Esto obliga al estudiante a percibir nuestra disciplina como inalcanzable e
incomprensible.
Quizs una de las fallas ms comunes en la enseanza y didctica de la historia,
en el aula, sea no desarrollar un procedimiento o mtodo de trabajo adecuado, que
propicie no slo el conocimiento de nuestro pasado, sino el reconocimiento de nuestro
presente, ser que empezamos por el tejado, y no por los cimientos?
Aunque parezca lugar comn, vale la pena reflexionar acerca de una verdadera for-
mulacin de mtodos de trabajo, sustentados por corrientes relacionadas con la peda-
goga y la historiografa; es decir, resulta imprescindible reconsiderar y reorganizar los
saberes previos, conceptuales o representaciones sociales de fuerte valor cultural que
faciliten y promuevan el proceso de enseanza aprendizaje de los estudiantes.
No ser que la historia debe aprenderse y aprehenderse es decir, asimilarse y
apropiarse a travs de pensarla y plantearla para ser vista, concebida y estudiada de
tal forma que proporcione los elementos necesarios para contemplar nuestra realidad
y entenderla como producto del pasado?
En ese sentido, el papel del docente-historiador se centrara en elaborar un modelo
propio para acercar a los estudiantes a la disciplina, de acuerdo a las estrategias y me-
canismos de construccin de esta y procurando la comprensin y toma de conciencia
de la identidad de los propios alumnos.
La tarea sera conducir a los estudiantes a identificarse con su cultura y propiciar,
si as lo desean, reconocerse en una identidad comn, nica, irrepetible, ni la mejor ni
la peor, sin falsos juicios, slo una, la suya. Podran establecer una postura ms com-
prometida, respetuosa, libre, crtica, reflexiva y flexible en el tipo de enseanza que
se pretende y las condiciones sociales que se imponen. La historia debe ser ms
emptica y dinmica, de manera que estimule a pensar en trminos histricos sobre la
construccin de lo propio y del nosotros.
Para reforzar lo anterior, Mario Carretero dice que la enseanza de la historia: fuen-
tes primarias y secundarias y las interpretaciones ideolgicas. Ms all de la memoria
colectiva y del patrimonio cultural; tiempo, espacio y sociedad deben articularse en las
representaciones mentales de los estudiantes para comprender el presente en el que
viven, para interpretarlo crticamente (2010, p. 13).
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y se aprende, debe tener una intencin central: brindar elementos que permitan com-
prender y valorar la realidad circundante.
Las estadsticas recientes, producto de los resultados de la prueba ENLACE (2010),
reflejan el triste panorama sobre la enseanza de la historia. Nuestra disciplina ocupa el
nivel ms bajo, en trminos de rendimiento acadmico, en la educacin bsica. Esto
significa que es la materia que menos se comprende, aprende y gusta a los estudiantes.
Esta es una llamada de atencin a los especialistas. Aunque nuestro papel no es for-
mar historiadores en la educacin bsica, s nos compete desarrollar habilidades que
faciliten y fortalezcan los aprendizajes de los estudiantes. Es indispensable replantear
qu y por qu se ensea, quines ensean, cmo se ensea y para qu se ensea, pues
se sigue repitiendo en cada ciclo escolar y de generacin en generacin el desnimo
y la aversin por la disciplina. Es necesario asumir crticamente que la enseanza de la
historia no est encaminada a divertir ni entretener; para lograr conocimientos y con-
ciencia histrica se requiere de esfuerzo: estamos dispuestos asumir el reto?
En instituciones de educacin superior como la Facultad de Filosofa y Letras de la
UNAM se imparten, entre otras, las materias de Didctica de la Historia en el Sistema
de Universidad Abierta y Educacin a Distancia y Enseanza de la Historia, en
quinto, sexto, sptimo y octavo, semestres respectivamente.
Al ingresar, los estudiantes tienen la preconcepcin y prejuicio de que son materias
de relleno y que no les servir en su formacin o la consideran una labor de segunda.
Sin embargo, la realidad se impone cuando, al egresar de la carrera, muchos estudian-
tes tienen como primera opcin laboral la docencia, y al enfrentarse a dicha realidad,
reconsideran la importancia de formarse en ese mbito.
El origen de la imparticin de esta materia en la facultad se debe, entre otros, a la
Dra. Andrea Snchez Quintanar, quien desde hace algunas dcadas consider que
la labor del historiador necesitaba mayor proyeccin, conocimiento e investigacin
acerca de la manera como se enseaba y difunda la historia. Snchez Quintanar (1993,
p. 179) mencionaba que pocas veces se piensa en aqul o aquellos a quienes va diri-
gido el conocimiento histrico, y casi no se valora entre los profesionales de la his
toria la manera en que ese saber debe ser difundido. Para Andrea Snchez, las formas
de difusin del conocimiento histrico son, tambin, estrategias/vas para impartir la
disciplina.
La enseanza de la historia se ha ceido slo al mbito docente. Sin embargo, cada
espacio en el que se desarrolla es decir, en el aula, la ctedra, el artculo, el libro,
los guiones cinematogrficos o de televisin constituyen diferentes formas de ensear
historia.
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contarn con las herramientas necesarias para insertarse laboralmente en centros de in-
vestigacin, archivos, bibliotecas, museos y medios de comunicacin, o en el ejercicio de
la docencia, ya sea en instituciones de educacin superior y/o en niveles bsicos y medios
(Plan de estudios, SUAyED, 1979).
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Hoy en da se dice que el desarrollo, uso y aplicacin de nuevas tecnologas como com-
putadoras, celulares, telfonos digitales, televisin en alta definicin equivalen a una
tercera revolucin industrial: de la informacin, las comunicaciones y el aprendizaje.
Su uso ha modificado sustancialmente la manera como los seres humanos se relacio-
nan, conviven y educan pues con los progresos tecnolgicos, se han producido nuevas
formas de elaborar, adquirir y difundir el saber.
Las tecnologas llegaron para quedarse y cada vez menos podemos prescindir de
ellas. En el mbito educativo, su empleo ha modificado la manera de ensear, estudiar
y aprender de los alumnos y los docentes. Estos ltimos han tenido que modificar sus
estrategias de enseanza aprendizaje, pues el tipo de clase expositiva, no es la nica, su
reto es aprender a flexibilizar su manera de dar clases y estar dispuesto a utilizar nuevos
recursos didcticos para adecuarse a los aires globalizadores que imperan actualmente.
El nuevo paradigma al que nos enfrentamos los profesionales es al uso de las nue-
vas tecnologas en nuestras labores cotidianas. Cada vez su uso y dominio se extiende
a individuos ms pequeos y potencialmente sern nuestros futuros alumnos. Los
docentes tenemos el reto de aprender a utilizarlas en favor de la enseanza y facilitar
el aprendizaje de los estudiantes.
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Como puede apreciarse los trabajos mencionados son producto de los intereses
e inquietudes de los estudiantes por el uso de las tecnologas de la informacin y la
comunicacin en y para la educacin. Es indudable que su uso y aportacin pretende
complementar y fortalecer el trabajo docente, adems de vincularlas sin prejuicios ni
miedos en la enseanza y aprendizaje de la historia.
Ha sido una alentadora sorpresa saber que los estudiantes han logrado que sus tra-
bajos trasciendan. Una de las consignas para la elaboracin y aplicacin de los mismos
es que los registren ante derechos de autor para evitar posibles plagios, pues la inten-
cin es crear conciencia que los proyectos realizados tienen mucho potencial para ser
utilizados en mbitos diversos como en las escuelas, los museos o espacios acadmicos.
Omar busca que su proyecto lo compre una empresa de diseo, ya lleva camino
avanzado y est por definirse. Isela obtuvo el patrocinio, apoyo y respaldo del INAH y
su propuesta ya se aplica de manera sistemtica y sustentable en la comunidad.
Sandra y Patricia y Beln respectivamente, mantienen sus pginas en funciona-
miento. Como se puede ver, los proyectos surgieron principalmente de los intereses de
los estudiantes, con amplias posibilidades de profesionalizacin y proyeccin laboral se
enfocaron a desarrollarlos con la intencin de que fueran realistas, tiles y viables para
la enseanza de la historia.
En la actualidad, la educacin es considerada la fuerza del futuro por ser uno de los
instrumentos ms poderosos para realizar el cambio que enfrente la rapidez, la comple-
jidad creciente y lo imprevisible que caracteriza al mundo actual. La educacin enfrenta
grandes retos tales como construir una sociedad educada, justa y democrtica; de
calidad, que brinde un autntico servicio pblico y general, que promueva el desarro-
llo integral, consolide las capacidades intelectuales bsicas y formule lineamientos
flexibles entre los seres humanos para incorporarse y permanecer en el mundo .
Conocer modelos educativos, corrientes pedaggicas, estrategias didcticas, y
tecnologas para la enseanza de la historia resultan indispensables para un adecuado
desarrollo docente en beneficio de una mejor comprensin de nuestra disciplina.
En necesario fomentar y/o fortalecer la participacin interdisciplinaria en espacios
acadmicos independientes y centros educativos respaldados por las universidades e
instancias educativas con posibilidades de intervenir y propiciar la creacin de proyec-
tos acadmicos para la elaboracin de estrategias, recursos y materiales didcticos
adecuados para la enseanza- aprendizaje de la historia.
El adecuado uso del saln de clases, la interdisciplinariedad y las nuevas tecnolo-
gas son una pequea muestra de los muchos retos y paradigmas que los decentes
enfrentamos al ensear historia. Es necesario tomar conciencia y buscar espacios de
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discusin y reflexin que ayuden a allanar las dificultades que enfrentamos en nuestra
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Vivir la historia
a travs de un cuadro artstico
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el efecto como el vivir la historia produce una induccin tenaz por lo que somos y por
lo que hicieron nuestros familiares en la Independencia en nuestro municipio.
Una luz de pensamiento en la niez hace posible acercar de una forma agradable al
eco de la reflexin, de donde puede resultar que la realidad histrica es una cosificacin
posible que se encontr en su municipio. Resulta evidente que la cosa histrica parece
delimitarse de una fantasa y que se produce al mismo tiempo, cierto es que el hecho
histrico es realidad y no solamente imagen o fantasa.
La accin del docente, es decir, la enseanza, se considera como una actividad de
mediacin entre la cultura, en su sentido ms amplio del currculum y el alumno, es
por ello que el docente ha de facilitar el aprendizaje para lo cual dispone de diferen-
tes medios o recursos, de los que se ayuda para hacer posible su labor de medicin
cultural. Teniendo en cuenta que cualquier recurso puede utilizarse en determinadas
circunstancias para facilitar los procesos de enseanza y sobre todo del aprendizaje.
Por lo que una adecuada contextualizacin en los mbitos econmico, social, pol-
tico y cultural de manera integral fortalece el desarrollo del pensamiento histrico en
el que los estudiantes logran moverse en este flujo de informacin proveniente de las
fuentes primarias y secundarias; logran identificar qu aspectos integran los hechos
histricos en este caso los mbitos de estudio y que en cada uno de ellos existen cam-
bios y cosas que permanecen en la vida del hombre.
Despus de un espejismo de historia espaola en nuestro pas a un ttulo de pasa-
jeros, de hechos de produccin, de una historia de capricho de teoras nicas,
de estadsticas, de una posicin de dominacin a estos intentos reproduccionistas; sor-
prende a esta Escuela Normal de San Felipe del Progreso, la necesidad de construir
una propuesta de nuestra propia historia al consultar fuentes de primer orden para
construir (nos) como sujetos posibles a entender otras lgicas de pensamiento.
De manera que los vencedores que dicen y hacen una historia para los vencidos
por medio de un recurrir a la fe, al uso de una iglesia, sindicato, partido poltico, entre
otros; se colocan como centro del mundo, todo un imperialismo. Estereotipos que tie-
nen que cambiar, ahora es de aqu, donde uno nace y renace a posibilitar otra forma
de decir que lo que t sientes y conoces como extranjero no es lo nico, aqu se ancla
mi historia donde se glorifica nuestra cultura.
Los estudiantes al ubicarse en un panorama general de periodo, imaginan, se cues-
tionan, argumentan cmo era en esa determinada fecha la vida del hombre, logran-
do que se ubiquen en un tiempo y espacio que facilita su comprensin sobre los hechos
que se presentan; de esta manera no lo ven como algo aislado es como traer un
pedazo de la historia para poder conocerla de cerca, como algo que es parte de nues-
tra existencia, de un pasado que nos da identidad y nos reconoce como mexicanos.
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Esta historia que se pretende difundir con los alumnos normalistas es a travs de un
discurso diferente por la forma en que estamos presentando la aplicacin de las normas
en una forma diferente y de una necesidad contextual diversa al estilo nico de San
Felipe del Progreso.
La historia que aqu se propone es diferente a la institucional porque se hace la
propuesta que diga de emociones y se viva a travs de una expresin diferente,
de una poltica e ideologa propia de la cultura materna; la mazahua que no permite
legitimarse que se lucha todos los das por evolucionar, por sentirnos en una meta-
morfosis para escribir (nos) en un mundo de hoy.
Esta historia para San Felipe del Progreso se vive desde lo alto, se encarna en los
normalistas que viven y piensan de esta colocacin, que en sus actos no pueden ser de
otra forma, porque sus decisiones son desde aqu como poder hacer y pensar; no so-
mos mercancas y no morimos como pueblo, como institucin, nos sostiene la cultura;
nos movemos en el renacer de la historia de nuestros ancestros, de padres y abuelos
principalmente.
Ahora no creemos en la historia de los vencedores, porque no estn en las necesi-
dades de los sujetos mazahuas, no estn en nuestra expresin oral y escrita, nuestra
historia es primero, la de los vencidos como se nos ha hecho creer; nuestra fuerza es
por nuestro pueblo, que milenariamente fue autnomo, que resucita en el trabajo de
todos los das. Una historia que quiero expresar es como vivir la historia de San Felipe
del Progreso, que no ve fronteras intelectuales, pensamientos que se definen en la for-
macin normalista para una identidad nacional; de cambiar en razn de las variaciones
de la propia historia.
Nuestra visin como docentes de la Escuela Normal: tenemos la necesidad de com-
partir creaciones inditas de historia para la comunidad escolar, proponiendo que la
historia se viva, con el uso de las tradiciones orales, de uso bibliogrfico y de archi-
vo histrico principalmente; de manera que no se obedece a usos y reglas de una
profesin; es una variante de nuestras circunstancias en nuestro tiempo y en cultura
contextual.
No nos confundamos en nuestra propuesta, se trata de quitar mitos en el transcurso
del tiempo, de que el joven normalista y el nio de la Escuela Primaria Anexa a la
Normal, se reconozcan en la participacin del concepto de primer orden: las etapas
de la Independencia de Mxico de sobrevivir a lo obvio en forma autnoma e
inmediata, o bien intacta la historia de los mazahuas en el movimiento de la indepen-
dencia; continuamos muy vivos a pesar de muchos rechazos del propio indgena.
Ahora es microhistoria donde transmitimos nuestras cosmovisiones que se yuxta-
ponen a la historia institucional que se ha constituido desde hace mucho tiempo. No
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queremos ser polvo creemos en una esperanza de construir otro mundo para nuestros
hijos sin asumirnos a una sola lnea cientfica para todos los mazahuas, esta idea de
historia universal.
La misma microhistoria hace una invitacin a dar un grito de independencia, de una
verdad que nace del corazn, que acerca al objeto ms por simpata que por saber,
es ms potico que cientfico; el sujeto y el objeto expresan en forma mltiple y de
comprensin de igual manera se admite que el investigador se identifique con el objeto
de investigacin, se deja leer, cuando se sienta la comunicacin es constante, corta y
emotiva.
Se buscan las acciones humanas de una vida prctica y actual, elige problemas ac-
tuales, preocupaciones de hoy, de mbitos: poltico, econmicos, sociales e intelectua-
les de cada comunidad pequea. La historia de San Felipe del Progreso es una historia
ligada al presente y al futuro. Muy vivida a preocupaciones y acciones compartidas con
otros pueblos de Amrica latina; esta historia de construye y se lee con los sentimientos
de aqu en la zona mazahua.
Esta historia se construye a diario, las conductas, las ideas, creencias y actitudes que
nos caracterizan, permiten su originalidad, su individualidad, su misin y destino;
porque no contamos con normas rgidas. Tiene que ser ahora local y regional, como lo
es la idea de libertad para que coexistan nuestras tradiciones histricas cercanas, reales
y humanas, para que en lo posible se compartan con los otros. F. Braudel entiende que
existen dos necesidades para conocer la historia: la mundial y la local, para esta ltima
para conocer la historia y reconstruirla sobre bases experimentales.
Las memorizaciones forzadas y las amenazas fsicas dejaron de ser mtodos via-
bles hace mucho tiempo, dando paso a la estimulacin de los sentidos y la imagina-
cin. Los estudiantes son capaces de describir acontecimientos histricos, recordando
lugares, formas de vida pero sobre todo aplicando la empata asignando etiquetas
segn el actuar de los personajes histricos, de igual forma son capaces de realizar
inferencias y elaborar hiptesis en cuanto a la causalidad y la motivacin de los actores.
De esta forma los estudiantes de Educacin Primaria que participaron con el fragmento:
Por eso todos proclaman que Shiogimi, sea quien visita la tierra del venado!
Dieron cuenta de un verdadero inters por la vinculacin de su contexto y la his-
toria. A pesar de que los estudiantes identifican que la cultura mazahua se sigue
menospreciando socialmente porque los integrantes en su mayora se dedican a
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cotidianas y no como algo aislado lo que se aprende en la escuela sino como parte de
su pasado, presente y futuro.
Ahora bien, el cuadro artstico se caracteriza por la vinculacin de conceptos de pri-
mer orden y el arte, vistos como recursos que facilitan la aprehensin de contenidos
de una forma ms interesante; por lo que es importante destacar en cada una las
bondades que gener.
Danza
Considerada como una de las bellas artes con supremaca, sus argumentaciones estn
desde la psicologa: produce al espectador un goce esttico, el drama que se muestra
es la exaltacin de los sentimientos y pasiones que provoca. Con el drama no se
distrae de la vida, procura ms por la realidad, vive los sentimientos dramticos con
el tono efectivo que les corresponde cuando son verdaderos; el placer, el dolor, la
angustia y la esperanza. El nico sentimiento que produce un goce esttico es la danza.
La danza es la vida cotidiana y para que exista una emocin esttica es forzosa el
uso de la fantasa, de la impresin de un mundo posible dentro de las condiciones
humanas; nos conduce a un idealismo con la intervencin del cuerpo en la expresin
coreogrfica; tiene fantasa para nuestra complacencia, el idealismo tiene materializarse
en la forma humana, el lenguaje del cuerpo se convierte en forma y en ritmo, es una ale-
gra que se libera del trabajo, para recrearse en una accin espontnea; el hombre libre
rompe la mecanizacin con su cuerpo.
El caso de la Escuela Normal de San Felipe el normalista arranca la mscara de la
vida social, la desfigura y se muestra ser autntico, representado la libertad con el movi-
miento. Este modelo de pureza es de perfecta unidad, que pueden ser contradictorias:
la realidad con mayor naturalidad posible y las disfrazadas donde la fantasa rescata al
hombre de la naturalidad de la civilizacin.
Msica
Con este sentimiento esttico desaparece la huella de la imitacin y para la Escuela
Normal es un hecho independiente que ya representa un valor musical propio. El canto
y la danza son formas representativas de la msica, su empleo tiene poder sobre los
sentimientos y es reconocido universalmente porque constituye una gama de emo-
ciones. Nuestro sentimiento es desde adentro hacia a fuera en el movimiento de la
accin, se ahonda en esta idea y se prolonga con nuestros detalles en los sentimientos.
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Poesa
En el pueblo de San Felipe del Progreso aparece al margen de la masa, por una exi-
gencia a la voluntad nacional, la cual revela las aspiraciones y sentimientos elevados;
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Anexo 1
Texto empleado en la ceremonia del 16 de septiembre de 2011 en el municipio de
San Felipe del Progreso, Estado de Mxico.
PATRIA Y LIBERTAD
Mtra. Fabiola Maximiliano Flores y Mtro. Ramn lvarez Lpez (estudiante mujer)
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Referencias
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vista cognoscitivo. Mxico: Trillas.
Carretero, Mario y Jos Castorina (2010). La construccin del conocimiento histrico. Ar-
gentina: Paids.
444
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La renovacin de los estudios sobre el pasado
colonial del norte de la nueva espaa
a partir de la construccin
de un instrumento de investigacin
Introduccin
En el panorama historiogrfico y las tradiciones de enseanza de la historia sobre la
antigua frontera norte de la Nueva Espaa, es evidente que a pesar del enorme poten-
cial de investigacin que con el cual se dispone, son muy escasos los esfuerzos por
desentraar interrogantes sobre el periodo colonial el cual se remonta a las primeras
incursiones hispanas por el septentrin novohispano desde mediados del siglo XVI y
que buena parte fueron impulsados por el descubrimiento de importantes yacimientos
de oro y plata, los cuales promovieron tanto la exploracin como la consolidacin de
los llamados reales de minas.
En espacial, nos interesa uno de los espacios de la frontera septentrional de
la Nueva Espaa, el Real de Minas y Provincia de San Luis Potos que puede constituir
como la tercera gema de la corona espaola en el norte novohispano, acompaando a
los reales de Zacatecas y Guanajuato, que tradicionalmente han concentrado el foco de
atencin sobre el pasado colonial asociado a las actividades mineras.
En cualquier balance historiogrfico sobre el pasado colonial de San Luis Potos
queda al descubierta un escenario de muchos vacos y que escasamente ha llamado la
atencin de estudiosos a nivel regional, nacional y por los acadmicos del exterior del
pas. Pero esta realidad es solamente una parte del problema ya que en los escenarios
de formacin de historiadores tambin es evidente el desinters que se ha enquista-
do en las cohortes de estudiosos del periodo colonial potosino. Lo que hoy conocemos
como el Provincia de San Luis Potos es una entidad que ha configurado por medio
de diferentes demarcaciones que han resultado de la accin implementada sobre su
territorio original de acuerdo a las iniciativas de gobierno en los mbitos de la pol-
tica administrativa, as como en lo religioso, lo militar. En este sentido, es importante
446
E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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El escenario
En base a la experiencia adquirida en el campo de la formacin de historiadores en
la entidad y en lo particular, al interior de la Coordinacin de Ciencias Sociales y Huma-
nidades de la Universidad Autnoma de San Luis Potos, es fcilmente perceptible
que en la seleccin de temas de estudio, son muy pocos los alumnos de primer ciclo
o Licenciatura que han vuelto la mirada hacia el periodo colonial regional. Si bien es
cierto que un nutrido nmero de trabajos se han concentrado en analizar el siglo XIX
potosino, tambin queda claro que esta determinacin ha sido guiada por un desco-
nocimiento de la naturaleza de las fuentes documentales y de la existencia de acervos
histricos allende los linderos de San Luis Potos, como antigua cabecera provincial.
En el esquema escolar de la Licenciatura en Historia, al final del plan de estudios, los
alumnos presentan y en el mejor de los casos, ejecutan proyectos de investigacin que
les permiten redactar una tesis, la cual despus de su aprobacin y defensa en exa-
men pblico, les otorga los requisitos para recibir el ttulo de Licenciado en Historia.
Sin embargo, este no es el nico camino o mejor dicho, opcin de terminacin de la
carrera profesional, ya que el candidato al primer ciclo en la formacin de historiador,
puede seleccionar otras opciones para el mismo fin en la forma de examen globales,
titulacin por promedio superior y bien dar cuenta de cierta experiencia profesional
en los campos que tradicionalmente dan acogida a los licenciados en historia recin
graduados: docencia, investigacin y divulgacin.
Con estos antecedentes, hemos propuesto en este primer escaln en la formacin de
historiadores la implementacin de un instrumento de investigacin orientado al estu-
dio del periodo colonial regional potosino (1592-1810). Con ello pretendemos acercar
a los alumnos interesados a las particularidades de la investigacin sobre el periodo
en cuestin por medio de un proceso de familiarizacin con un inventario comentado
de archivos, de acervos, de colecciones, de bibliotecas y de bases de datos como pla-
taformas de la investigacin histrica regional. En primera instancia, el objetivo de la
Gua pretende construir una norma de investigacin sobre el pasado colonial potosino
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sealando y explicando los distintos tipos de fuentes que pueden ser referentes, as
como las particularidades de los archivos o depositarios en donde son custodiados. Este
propsito incluye una descripcin de los contenidos en los archivos locales y forneos,
as como los acervos en el exterior del pas en los cuales se ubiquen datos pertinentes al
pasado colonial de San Luis Potos. As mismo, la Gua ofrece una profundizacin en los
fondos resguardados por el Archivo Histrico del Estado de San Luis Potos, as como el
estado de organizacin de los archivos municipales del interior del estado.
Paralelamente, no podemos dejar de lado la elaboracin de una bibliografa inte-
gral conformada con las referencias de libros, artculos de publicaciones peridicas,
captulos de libros, documentos impresos, tesis de licenciatura y posgrado. Igualmente
reconocemos por otra parte la utilidad de elaborar un glosario bsico que permita el
conocimiento de trminos esenciales a la poca en cuestin, as como las caractersticas
de las instituciones que generaron los documentos.
La tradicin de formacin de historiadores en San Luis Potos es muy reciente y sus
inicios se remotan a la dcada de 1990 con la apertura de instituciones de carcter
privado como la Fundacin Edward Seler y Escuela de Educacin Superior en Ciencias
Histricas y Antropolgicas, la cual desde finales del ao 1994 empez con la tarea
de formacin de historiadores. Adicionalmente, a finales de la dcada, en 1997 fue
fundado El Colegio de San Luis que abri estudios de Maestra en Historia y cinco aos
ms tarde, la Universidad Autnoma de San Luis Potos instaur la Licenciatura en His-
toria, no vigente desde el intento fallido de 1959 a 1961 que no alcanz a formalizar la
titulacin del primer licenciado en historia formado enteramente en la entidad.
En trminos generales, los temas de los estudiantes que se han graduado del primer
ciclo y de la Maestra, temporalmente se concentran bsicamente en el siglo XIX, y
en la poca moderna.
Igualmente, al exterior e interior de San Luis Potos, hemos detectado que las inves-
tigaciones sobre el pasado colonial potosino, es uno de los temas menos estudiados en
el catlogo historiogrfico a nivel regional, nacional y por los acadmicos del exterior
del pas a pesar de que justamente durante el dominio espaol el papel que des-
empeo la ciudad de San Luis Potos y su jurisdiccin sirvi como un espacio bisagra
entre el centro de la Nueva Espaa y el norte, as como lo fue para articular el occidente
con el oriente a partir de su posicin geogrfica, sus actividades econmicas y en la
estrategia de colonizacin del septentrin brbaro, sin dejar de lado la participacin de
San Luis en la reconfiguracin administrativa con las Reformas Borbnicas de la segun-
da mitad del siglos XVIII. Lo que hoy conocemos como el estado de San Luis Potos es
una entidad histrica con muchas races en la poca de la Amrica hispana. En los das
de la colonizacin del norte novohispano fue pieza clave en la pacificacin del norte
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midable retos tanto en el plano de la paleografa como el del cabal entendimiento del
alcance de los documentos que ahora nos hablan de diversas instancias administrativas.
Para el perodo colonial, el AHESLP es reconocido por sus fondos siguientes:
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de los documentos. Cada acta representa ante todo una declaratoria de denuncia pre-
sentada en primera instancia por un actor quien imputa por alguna de las causas
mencionadas a un demandado, iniciando de esta manera el proceso de desahogo de
testimonios que fundamentan a la acusacin por asuntos que versan desde cuestiones
irregulares de ndole civil como la venta de tierras, o bien acusaciones en contra
de vecinos de la ciudad por temas como el de hacer crecer milpas por espacios en
donde se transita a pie y a caballo.
Para el periodo colonial, esta coleccin contiene legajos para los aos de 1722, 1748,
1750 y 1777. La consulta de los documentos puede llevarse a cabo bajo una evaluacin
previa por parte del personal del AHESLP, en virtud del grado de deterioro de los folios.
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2. Biblioteca Nacional. BN
En cierta medida, la nacionalizacin de los bienes de la iglesia ocurrida en Mxico en
1859, fue la primera gran coleccin de documentos que aglutin en la Biblioteca Na-
cional que fue fundada como tal en 1867.
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En esta seccin del trabajo nos dedicaremos a dar a conocer los principales depositarios
de documentos al exterior de Mxico y haremos nfasis en las caractersticas de los
archivos espaoles y los ubicados en los Estados Unidos de Norteamrica que a su
vez dan cuenta de valiosas fuentes documentales sobre el universo iberoamericano. De
una manera secundaria mas no menospreciando el valor de sus colecciones haremos
referencias a las posibilidades de investigacin sobre el pasado colonial potosino en
archivos franceses e ingleses a travs de los cuales podemos entender en la aeja tradi-
cin europea de conservacin y divulgacin de fuentes de informacin histrica sobre
el nuevo mundo. Los mecanismos que en la actualidad dirigen nuestras estrategias de
bsqueda de documentos, son herencia de lo que desde el siglo XVI se implement en
Espaa al reconocer la importancia de los archivos y que sirvi de base a otros estados
nacin europeos a seguir el modelo impuesto por los reyes catlicos (Ala Miranda,
2005, p. 113).
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Referencias
Libros
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(2011). Diccionario Biogrfico del Occidente Novohispano. Siglo XVI, vol. 2, H-L.
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Rivera Villanueva, Jos Antonio (1999). ndice de documentos virreinales de San Luis exis-
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Luis.
460
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Villar Rubio, Jess Victoriano (2002). Algunos documentos sobre San Luis Potos y la regin
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Revistas
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de San Luis Potos. Archivos de Historia Potosina, 8 (1), 94-100. (1978) Documentos
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Gmez Gutirrez, Octaviano (1970). Los archivos notariales de San Luis Potos. Archivos
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Martnez R., Alfonso (1983). El Archivo Histrico del Estado de San Luis Potos. Historia
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(1970). Nuestra Academia y nuestros archivos. Archivos de Historia Potosina, 8 (1),
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Otras fuentes
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Mxico, Archivo General de la Nacin-Secretara de Gobernacin.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Noyola, Inocencio (1993a). Gua de Documentos para la Historia de San Luis Potos.
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(1993b). Archivo General de la Nacin, Fondo Documental Tierras, 3834 vols. Ma-
nuscrito. Archivo General de la Nacin, Fondo Documental Civil, 2533 vols. Ma-
nuscrito, s.f. Archivo General de la Nacin, Fondo Documental Historia (Gua de
Documentos Referentes a la Historia de San Luis Potos). Manuscrito, s.f.
Archivo General de la Nacin, Fondo Clero Regular y Secular (Gua de Documentos
Referentes a San Luis Potos). Manuscrito, s.f. 3 fs.
Vzquez Salguero, David E. (2008). Gua del Archivo Histrico de Salinas del Pen
Blanco 1713-1945. Disco Compacto. San Luis Potos, Mxico: El Colegio de San Luis.
462
ENSEAR HISTORIA DE LA CIENCIA
USANDO MEDIOS DIGITALES
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Por otra parte, las competencias pedaggicas las clasifica en tres grandes grupos:
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Los resultados obtenidos nos describen que para un 80% de los docentes en forma-
cin no es tan importante la enseanza de la historia de la ciencia, ellos indicaron que
estos contenidos deber ser manejados en la asignatura de historia y solo referencia-
das en la de Qumica. El 20% restante indica que es importante pero no describen las
causas.
Para el 87% de ellos sin embargo, no es importante que el alumno maneje fechas,
nombres, etc., describen adems que ese tipo de conocimiento es muy difcil de mane-
jar en el rea de ciencias naturales y que por lo tanto solo compete al rea de sociales.
Con relacin a las estrategias didcticas utilizadas o empleadas para ensear historia
de las ciencias, el 45% de los docentes en formacin describen que la estrategia para
abordar la historia de las ciencias es mediante una lnea del tiempo en la que colo-
can fechas y nombres, y en casos muy particulares lugares geogrficos. Un 20% utiliza
como estrategias un listado con la ilustracin o fotografa y los datos anteriormente
indicados. El 24% describe que lo comentan en forma anecdtica, haciendo referencia
al hecho histrico, sin reparar en otro tipo de datos. El 11% restantes utiliza un video
y lo comentan en clase.
La relacin de los contenidos de las dos asignaturas en su generalidad no se
realiza, sin embargo, los alumnos comentan que sera interesante realizar el ejercicio.
Un 40% indica que utilizara las TIC en la bsqueda de informacin, un 25% el
uso de presentaciones de PowerPoint y 35% el video.
De los resultados anteriores surge la siguiente propuesta, utilizando como estrategia
didctica central el uso de las TIC, el que aplicaran en su prxima jornada de obser-
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vacin y prctica docente los alumnos de tercer y quinto semestre, mientras que los de
primero lo realizaran en la asignatura de historia de la educacin en Mxico.
Actividades Previas:
1. Observar un video tutorial en la pgina de YouTube sobre la elaboracin de
comics y lneas del tiempo, de acuerdo al programa que se pretende utilizar.
2. Para la elaboracin Cmics, se utilizaron los programas o software GonVisor
1.74, que es un visualizador de imgenes especialmente pensado para cmics en
formato electrnico; Pixton, que es un generador online gratuito y PlayCo-
mic que tiene como caractersticas principales la construccin de aprendizajes
significativos, el desarrollo de la capacidad escrita y la facilidad y rapidez de
ejecucin.
3. En las lneas del tiempo se utilizaron los programas TimeRime, en el que se
pueden especificar las fechas ms importantes de cada evento, agregar texto y
figuras; y Iminet, con caractersticas similares
4. En la bsqueda de informacin se utilizaron diversas pginas de Internet.
5. Los videos consultados se encuentran en las pginas
AUDIOS Y VIDEOS HISTRICOS (http://www.elortiba.org/media.html)
YOUTUBE
CENTRO DE ESTUDIOS INTERDISCIPINARES DE ANTIGEDAD (http://ceiauff.
wordpress.com/videos-historicos/)
HABLEMOS DE HISTORIA (http://hablemosdehistoria.com/coleccion-de-audios-
y-videos-historicos/)
6. Para la elaboracin de su video se utiliz el programa de Windows Movie
Maker, que se encuentra de forma gratuita en su computadora.
Propuesta de estrategia
Segn el tema de la asignatura de Qumica se pueden realizar las siguientes acciones:
- Elaborar el guin sobre el tema, con la finalidad de que tengan una idea clara
del contenido.
- Elaborar un bosquejo sobre el comic.
- Llevar el comic al programa elegido
- Elaborar una lnea de tiempo, considerando que en la parte central estar
la informacin de la historia de la ciencia, en la parte superior los hechos hist-
ricos generales y en la parte inferior un tema personal entre los que se podran
escoger el futbol, la moda, cine, entre otros.
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Los alumnos estaban en la libertad de elegir si trabajaran primero con la lnea del
tiempo y posteriormente el comic.
Los resultados obtenidos de acuerdo a lo reportado por los estudiantes es el siguien-
te: Primer Semestre:
Los alumnos describen que la elaboracin de su comic fue muy divertida, escoger a los
nombres que le pondran a sus personajes les cre el conflicto de si deberan ser relacio-
nados al tema o chuscos.
a m me gustan mucho los comics, pero nunca haba realizado uno, mi mayor
complicacin fue la elaboracin del guin, es muy difcil tratar de decir algo en pocas
palabras y que quede claro lo intento decir (A1.030308)
fue una experiencia muy divertida pero no pens que fuera tanto trabajo, pero me
gust (A9.030308)
Comentan que la lnea del tiempo fue ms fcil de elaborar y que lo ms interesante
fue ver cmo simultneamente ocurren hechos que en muchos de los casos no conocan.
en la secundaria ya haba hecho lneas del tiempo, pero solo le ponamos fechas y
nombres, fue muy interesante relacionarlo con otros temas (A18.030308)
los temas de historia me parecen muy aburridos, pero esta es una actividad que me
gust mucho, fue muy divertida (A23.030308)
En la elaboracin del video comentaron que lo ms complicado fue la edicin, pero que
como ellos lo elaboraron tena la informacin que consideraron importante.
pens que elaborar un video era muy complicado, pero la verdad es que el pro-
grama es sencillo de elaborar y nos facilit mucho el ver los tutoriales en YouTube
(A.6.030308)
me gust hacer el video adems en el pusimos solo lo que consideramos necesario sin
tantas cosas que solo aburren (A.11.030308)
Para las dos actividades la informacin obtenida la encontraron en Internet y los vn-
culos proporcionados para el video y audio.
Tercer semestre:
Comentaron con relacin a la lnea del tiempo que su aplicacin en el aula fue senci-
lla, que consideran que les funcion, pero que deberan tener ms tiempo de aplicacin
ya que ellos solo fueron una semana.
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la aplicacin de la lnea del tiempo fue una actividad que gust mucho a mis alumnos,
sobre todo porque tenan no solo que investigar parte de la historia de las historia y las
ciencias, sino tambin de un tema que a ellos les gustara (A22.030308)
ya haba aplicado esta esta estrategia, por lo que no se me complic mucho su aplica-
cin (A.26.0303008)
Con referencia al comic, describen para que los alumnos de secundaria fue una activi-
dad divertida, pero la complicacin la encontraron en la elaboracin del guin, les llev
mucho tiempo realizarla.
nunca haba aplicado esta estrategia, me pareci interesante, pero creo que es mucho
trabajo (A21.030308)
me pareci interesante aplicar la estrategia, pero creo que necesito conocer mejor los
programas, esa fue una de mis complicaciones (A34.030308)
Consideran que el haber elaborado un video con la informacin especfica facilit en-
tender algunos conceptos.
elaborar mi propio video me permiti que ellos entendieran mejor lo que yo les
quera decir (A25.030308)
Sexto semestre:
Para el comic los alumnos indicaron que fue una estrategia que les ayud a que los alum-
nos de secundaria comprendieran mejor los temas.
me gust aplicar la estrategia, estoy pensando en utilizarla como propuesta para mi
documento recepcional (A36030308)
mis alumnos me comentaron que esta es una forma sencilla de aprender, que les
gustara que as les ensearan (A38.030308)
En las lneas del tiempo describen que lo ms interesante fue que los alumnos de
secundaria proponan adems de las cuestiones histricas, agregar otros temas a la lnea
entre ellos elementos chuscos de los personajes.
mis alumnos me comentaron que ya haban realizado lneas del tiempo, pero que
nunca comparando otros temas (A41.030308)
es muy interesante la relacin de temas histricos, cientficos y generales, me gust
mucho la estrategia, yo aprend mucho (A45.030308)
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Consideran que fue un acierto elaborar su propio video porque fue aqu donde conjun-
taron los contenidos de las dos actividades anteriores.
a mis alumnos les gust mucho cuando les propuse que realizaran un video con toda
lo visto en claselo volvera a hacer (A49.030308)
La informacin fue obtenida de videos, audio, Internet, los libros de texto de las asigna-
turas de historia y ciencias.
Referencias
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Espaa. Mxico: Mc Graw Hill.
470
Propuestas virtuales
como apoyo al trabajo presencial
en la enseanza de la historia
Concepcin de Aprendizaje
En relacin a la concepcin de aprendizaje, se asume una postura constructivista; en
especial la teora psicogentica de Piaget, la teora de la asimilacin de Ausubel y la
postura socio cultural de Vygotsky. Desde esta concepcin, lo que permite la cons-
truccin de aprendizajes es, en primera instancia el conocimiento previo del alumno
(esquemas de pensamiento); el cual esta constituido no slo por los contenidos concep-
tuales (de informacin) sobre un objeto de la realidad; sino tambin por las habilida-
des, procedimientos, estrategias (contenidos procedimentales) que usa para enfrentar
esa realidad; adems de las finalidades y actitudes desde las que define su actuacin
(contenidos actitudinales).
As, parto de la premisa de que todos los seres humanos hacemos uso de nuestros
conocimientos previos para comprender lo que vivimos y para actuar cotidianamente.
Aunque no siempre sean suficientes para tener xito, siempre partimos de ellos,
incluso para construir sobre ellos una solucin incorporando ms conocimientos.
Por ello es que desde el constructivismo se les otorga un papel fundamental para el
aprendizaje: En efecto, durante el proceso de aprendizaje las nuevas ideas potencial-
mente significativasse relacionan selectivamente con ideas pertinentes y tambin ms
generales e inclusivas (as como ms estables) ya existentes (de anclaje) en la estructura
cognitiva. (Ausubel, 2002, p. 35)
Es por ello que se considera que, lo que permite que un contenido de enseanza
tenga sentido depende de que sea realmente incorporado a los conocimientos de un
individuo de manera sustancial, o sea, relacionado con conocimientos ya existentes en
la estructura mental del sujeto, los conocimientos previos que el individuo ya posee. Por
ello es indispensable que se consideren las caractersticas y necesidades especficas del
alumno, su cultura, su cotidianeidad y su estilo de aprendizaje: la naturaleza idiosincrti-
ca de la estructura cognitiva (Ausubel, 1999).
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Desde esta lgica los aprendizajes que construye el joven, no se limitan al contenido
conceptual o manejo de informacin sobre la realidad, sino que adems se refieren a
lo que Vygotsky llama herramientas culturales; es decir los conocimientos que permiten
ordenar, internalizar y comprender la realidad, y consecuentemente actuar en ella.
A eso se refiere Morn (1994), cuando plantea que es la cultura la que constituye el
espacio desde el que es posible o no el aprendizaje, ya que es tanto organizada como
organizadora del aparato cognitivo, desde las instancias sociales que crean el capital
cognitivo colectivo y que se expresan en las representaciones, conciencia e imaginario
colectivo; esto es la memoria histrica, biografas individuales, costumbres, etc.
De ah la importancia de reconocer las caractersticas de ese capital cultural actual,
transformado de manera acelerada por el desarrollo tecnolgico, con lo que se ha de-
nominado La era de la informacin, y que ha operado una profunda transformacin
de los intercambios sociales a travs de lo que Dennis (1996) denomina superauto
pistade la informacin y Castell (1998) como sociedad red.
Los jvenes actuales han sido formados en gran parte por los medios televisivos, los
juegos de video, el internet, telfono celular y otras tecnologas, como medios predo-
minantes de su identidad ciudadana; por ello es necesario reconocer que las tecnolo-
gas, como seala Prez Gmez (1998), han impactado las formas de vestir, de comer,
nuestros hbitos, pensamientos e incluso nuestros sentimientos.
El desarrollo tecnolgico ha operado una revolucin cultural que ha transformado
los hbitos de vida de los jvenes, quienes viven desde una lgica en la que la simulta-
neidad y la aparente unidad predominan, todo condensado en una pantalla. En efecto,
para los chicos la ciencia se ve por televisin, las competencias se entrenan en los
locales de jueguitos electrnicos, el sentimiento patritico se exalta en un partido por
la copa del mundo y el sacrificio para llegar a ser lo que por fin deseen consiste en el
hecho de asistir a la escuela por lo menos cuatro horas diarias (Otero, 1999, p. 34).
El ciberespacio, como nuevo escenario de la comunicacin, constituye un nuevo esce-
nario para la cultura y el quehacer humano; debido a que a travs de mediaciones tec-
nolgicas el ser humano va transformando todas sus actividades y relaciones cotidianas
pasando de relaciones tradicionales a relaciones globalizadas y mediticas.
Este proceso abre brechas profundas en el capital cultural inter generacional, lo que
se expresa en dificultades importantes en el proceso de enseanza aprendizaje; como
sealan Puiggrs y Dussel.
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Es posible plantear que hay muchas dificultas para transmitir la cultura. As como
para las generaciones anteriores representaba el problema de que los jvenes rebeldes
discutan la cultura adulta, para los adultos actuales el problema es que los jvenes
niegan o ignoran la cultura (Puiggrs & Dussel, 1999, p. 20)
Lo anterior nos lleva a considerar que si la cultura, meditica fundamentalmente,
modifica las formas de actuar y pensar, por tanto tambin transforma las formas de
aprender de los jvenes, a los que se dirige la docencia. Por ello es fundamental buscar
una docencia que acerque cada vez ms al estudiante a los objetivos de aprendizaje,
que valore su avance, ubique las dificultades y defina el tipo de actividades que lo
puede acercar ms.
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regulacin del proceso personal. Asimismo representa otra posibilidad, porque le permite
analizar y reflexionar sobre las intervenciones de sus compaeros y la del propio docente;
organizar y fundamentar sus propias intervenciones, construir sus explicaciones y conclu-
siones; y no slo mantener el nivel de memorizacin y repeticin tan comn en el aula.
En cuanto a la relacin entre estudiante y docente, en los Entornos Virtuales sta puede
ser mucho ms estrecha, ya que permite que se establezca la comunicacin de uno
a uno, lo que ayuda a que muchos de los estudiantes que en el aula no intervienen,
se vean obligados a hacerlo a travs de espacios de comunicacin en los que slo el
docente los lee, sin exponerse en esos espacios frente al resto del grupo.
Lo mismo puede decirse de la relacin del estudiante con el resto del grupo, que
puede ser obligada desde el espacio virtual, con formas de codificacin y flexibilidad
en la recepcin, abriendo canales de comunicacin multidireccional y no evitada en el
contexto del grupo en el aula. La comunicacin entre los estudiantes en los EVEA obli-
ga al desarrollo de competencias comunicativas, ya que no puede quedar circunscrita
a la expresin de ideas o al comentario sobre los documentos consultados; conlleva
adems un esfuerzo por leer con atencin lo que los compaeros expresan, asumir las
otras participaciones como fuentes de aprendizaje (y no slo lo que expresa el docente
o la lectura respectiva); aprovechar el espacio entre la lectura y la escritura para
reflexionar lo que se lee, analizar y construir explicaciones, argumentando lo que se
expresa, lo cual supone un trabajo intelectual previo al intercambio para aportar a la
construccin del conocimiento de manera colectiva en el espacio virtual.
Existe una ventaja adicional, si consideramos las posibilidades de acceso a informa-
cin que se abren con el uso de la Web; ya que al mismo tiempo es necesario reconocer
que con ellas se demanda del desarrollo de habilidades especficas para acceder, discri-
minar, sistematizar y socializar la informacin a la que se tiene acceso. Aspecto que
es imposible favorecer desde el trabajo en el aula, y que asume un papel protagnico
entre las competencias necesarias para enfrentar la realidad actual.
Estas caractersticas de los Entornos Virtuales operan modificaciones significativas en
el papel del docente, desde un modelo pedaggico y una didctica que no se limitan
a incorporar las tecnologas en el modelo de educacin presencial, sino que demandan
transformar el modelo para asegurar la construccin de aprendizajes.
De ah que en los EVEA, el papel del docente como seala Paulsen (1992) se orienta
a la organizacin de actividades, promover la motivacin y participacin del grupo, a
travs de un clima de aprendizaje; adems de facilitar el proceso educativo con expe-
riencias que permitan el auto-aprendizaje (citado en Cabero, 2001).
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Primer momento. Trabajo individual (2 semanas, se considera una por cada texto).
Lectura de los documentos propuestos y formulacin de respuesta a cada interrogante:
Morales, lvaro. Estado, Modernizacin y Educacin en Mxico. 1970-1990. Material
para el curso. UPN. 1996, pp. 6-21.
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Se solicita al estudiante que despus de leer y responder las preguntas sobre los
dos documentos, comparta con sus compaeros de equipo, sus respuestas en el espacio
(virtual) de debate de su equipo (el equipo puede optar por trabajar va correo elec-
trnico con documentos adjuntos con sus respuestas o en una red social, comentando
pregunta por pregunta en los tiempos que definan).
Se les sugieren, si desean contar con ms informacin buscar otros materiales
de lectura sobre el periodo, o bien consultar en la red el video elaborado con la obra
editada por la UNAM La vida en Mxico en el Siglo XX Vol. III, en la pgina http://
www.youtube.com/watch?v=Dqm09kNC2dU
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Compartir en el espacio del equipo sus argumentos para elegir el mural que consideren
ms ilustrativo del proyecto estatal y elaborar una explicacin argumentada sobre su
eleccin.
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los contenidos socio histricos, sino tambin del desarrollo de la habilidades digitales,
con la consecuente realimentacin a esos aprendizajes.
Con todo, los resultados constituyen una opcin para superar los problemas de
docencia presencial, que orillaron a la bsqueda de alternativas para ofrecer procesos
pertinentes, significativos y necesarios en el contexto socio educativo que enfrenta y
en el cual deber incidir el pedagogo.
Referencias
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siglo. Argentina: Homo Sapiens Ediciones.
Vygotsky, L. (1964). Pensamiento y Lenguaje. Buenos Aires: Lautaro.
481
Estrategias del olvido y posibilidades
de memoria en el contexto escolar.
El caso de la violencia poltica en Colombia
482
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tiva de la realidad social. Pero, como lo afirma Pcaut, el momento no crea memoria,
sino, ms bien olvido ya que cada acontecimiento nuevo va a desplazando el anterior
(Pcaut 2004, p . 91). El aumento del presentismo y su cercana a estrategias intencio-
nadas de olvido y amnesia caracterizan la escuela colombiana de la actualidad.
Se habla de una estrategia intencionada porque es necesario tener presente el contex-
to de conflicto poltico que caracteriza nuestra sociedad y, como en todo conflicto, los
actores organizados se esfuerzan por movilizar a su favor una memoria social y darle un
giro poltico (Pcaut 2004, p. 90), de lo cual se deduce el uso poltico que han tenido
los lineamientos educativos estatales y su posterior traslado a las instituciones escolares.
Pero como todo proceso social ste es dialctico y ha encontrado en los espacios
escolares actores y lugares de resistencia donde la memoria subordinada se resiste a
ser integrada sin lucha y oposicin. Un excelente campo de estudio futuro se refiere al
anlisis de estas resistencias y lugares de construccin de memoria alternativa desde lo
subordinado.
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una posicin de visibilizar las memorias y las voces subalternas acalladas sera el
enfoque que ms acercara al propsito de frenar el encubrimiento, la manipulacin
y falsificacin de los hechos histricos, que en ltimas terminan por constituirse en la
memoria oficial.
Asimismo, otro elemento para tener en cuenta en esta tarea tiene que ver con las
herramientas de anlisis con que deberan contar los maestros para asumir este reto.
Tradicionalmente, se ha utilizado la crtica artstica y el anlisis del contexto social para
la interpretacin y estudio de una obra artstica en particular. Estas dos estrategias
deberan ser reevaluadas con el propsito de hacerlas funcionales en trminos peda-
ggicos y didcticos, y ms an si se tiene en cuenta que stas no han abordado el
asunto de reconocer el papel de lo emotivo en la construccin cognitiva de los sujetos-
espectadores. La eleccin, que en principio parece ms viable es pensar un tercer m-
todo de anlisis que incluyera elementos tanto la crtica artstica como del anlisis del
contexto social, sin descuidar el campo pedaggico y que diera, a su vez, nfasis a
la construccin cognitiva desde lo emotivo.
El recurrir a la imagen artstica en funcin de la construccin de memoria en los
sujetos escolares no est exento de dificultades en mltiples niveles. Una de ellas se
relaciona con diferenciar entre el modo en que los estudiantes perciben las obras de
arte (junto con los efectos que stas producen) y la percepcin que tienen del mundo
real que los afecta de manera directa y cotidiana. ste es tal vez el mayor reto que
enfrenta esta propuesta ya que se trata de vincular el campo simblico con la realidad
concreta. No obstante, Berger y Luckman (1972) dan pistan importantes en esta va,
al atribuirle sentido a las construcciones simblicas elaboradas por el hombre en tanto
que es el sujeto el nico capaz de operacionalizar significados y apropiarse de sentidos
a travs del anlisis y la comprensin. Esta capacidad de elaboracin de sentidos es
la herramienta primordial en la construccin de nuestro universo simblico y en la
manera como interactuamos con l a travs del lenguaje. De all que la relacin entre
la obra artstica, sus efectos (tanto individuales como colectivos) y la realidad social ter-
mine siendo como lo anuncibamos anteriormente una construccin (inter)subjetiva
mediada por actores escolares (estudiantes-maestros) fundamentada en el lenguaje.
Para analizar de manera adecuada los mbitos de representacin y realidad que
subyacen en nuestro estudio es necesario subrayar que las obras pictricas pertenecen
a la realidad social de all su importancia no pertenecen exclusivamente al campo
de la representacin, lo que las haran recursos mucho ms simples y poco tiles para
nuestros propsitos.
Podemos terminar con una de las conclusiones que Freedberg presenta en su estu-
dio de las reacciones humanas ante las imgenes que sirve a la vez para nuestros pro-
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psitos. Se trata de aceptar la posibilidad de que nuestra respuesta ante las imgenes
pertenezca a la misma categora que nuestra respuesta ante la realidad (2009, p. 484).
De ser as, los resultados que podamos obtener de la interaccin de los estudiantes con
las obras artsticas podran asimilarse a sus reacciones posibles frente a situaciones simi-
lares que expresen las imgenes de la realidad social; enfatizando que toda reaccin
frente a la imagen no puede ser explicada de manera exclusiva desde el campo de la
percepcin y de la representacin del sujeto sino que adicionalmente tiene elementos
que construyen conocimiento, sentido, imaginario y memoria histrica.
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Muchos de esos elementos son compartidos por Fernando Botero en su lienzo Gue-
rrilla de Eliseo Velsquez (1988), all el artista presenta las fuerzas irregulares de Eliseo
Velsquez, un campesino como muchos otros que huyeron de la saa del Estado em-
peado en destruir todo vestigio de oposicin. El cuadro parece en opinin de
Hermes Tovar ms una reunin ingenua de cazadores. No hay agresin en sus rostros
sino cierta placidez en medio de la montaa. Los bales simbolizan un viaje, un trasteo,
un abandono, una emigracin. La pintura hace recordar que el conflicto que vivimos
en la actualidad tuvo un origen, unos actores, unos responsables, y esos campesinos
que disfrutan la riqueza natural del ambiente no lo fueron. La obra es una fotografa
del xodo hacia frentes de resistencia que llegaron a tener ms de 20 mil hombres en
armas (Tovar, 2003).
Alipio Jaramillo. Autodefensas. 1950. 190 x 91cm. leo sobre tela. Pinacoteca Universidad de Caldas. Fuente: http://
www.colarte.com/colarte/conspintores.asp?idartista=503&pagact=1&idfoto=145129&dirpa=http%3A%241col%24%24
1col%24www.colarte.com%241col%24JarAgbie.jpg
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Fernando Botero. Guerrilla de Eliseo Velsquez. 1988. leo sobre lienzo. 154 x 201 cm. Fuente http://www.colarte.
com/colarte/foto.asp?idfoto=7045&img=/graficas/pintores/BoteroFernando/Social/Thumb/thBotF2467.jpg
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Taller 4 Rojo. Diego Arango y Nirma Zrate. Sin ttulo. S.f. Fotoserigrafa. Fuente http://www.colarte.com/colarte/foto.
asp?idfoto=240027&img=/graficas/pintores/ZarateNirma/T humb/thZarNpt0j287.jpg
Jorge Elas Triana. Guerrillero. 1967. leo sobre tela. 74 x 99 cm. Fuente http://www.colarte.com/colarte/foto.
asp?idfoto=71755&img=/graficas/pintores/TrianaJorgeElias/1960a1969/Thumb/thTrij11329.jpg
En el caso de las guerrillas foquistas, el Ejrcito de Liberacin Nacional ELN fue, como
se mencion, la rplica de la experiencia cubana en Colombia que cont con mayor
impacto en esta fase de la violencia. Aqu el carcter campesino es menos notorio,
muchos de sus integrantes salieron de las aulas de clase, de partidos y organizaciones
sociales, con lo cual el romanticismo de la resistencia campesina vara hacia una con-
viccin ideolgica.
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Taller 4 Rojo. Diego Arango y Nirma Zrate. A la huelga 100, a la huelga 1000. 1978. Serigrafa. 100 x 70 cm.
Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogot. Fuente http://www.colarte.com/colarte/foto.
asp?idfoto=174955&img=/graficas/pintores/ArangoDiego/T humb/thAraDpt0o123.jpg
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Ethel Gilmour. El Palacio. 1986. leo sobre tela. 150 x 160 cm. Fuente http://www.colarte.com/colarte/foto.
asp?idfoto=260628&img=/graficas/pintores/GilmourEthel/T humb/thGilEgh119.jpg
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La figura mtica del comandante de las FARC Manuel Marulanda Vlez, mejor cono-
cido como Tirofijo, encarna de manera precisa esta transformacin de una guerrilla
de origen campesino con justificacin social y poltica que se defiende de los abusos
del Estado a una organizacin que pierde su reconocimiento poltico como alternativa
de poder en la sociedad colombiana. La obra de Fernando Botero Manuel Marulanda
Tiro Fijo (1999) fue polmica y lo sigue siendo precisamente por este ltimo punto.
Fernando Botero. Manuel Marulanda Tiro Fijo. 1999. leo sobre lienzo. 45 x 33 cm. Coleccin Banco de la Repbli-
ca. Fuente http://www.colarte.com/colarte/foto.asp?idfoto=105557&img=/graficas/pintores/BoteroFernand o/Violencia/
Thumb/thBotFftc1.jpg
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497
Msica y poltica. Una propuesta de acercamiento
al abordaje de los movimientos sociales
de la dcada de los 60s del siglo XX
498
E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
de la definida alta cultura, hasta todo aquello que constituye la cultura popular estn
sujetas a los devenires de la lucha por el poder, de lo que suceda en el mbito de lo
poltico.
La relacin entre el espacio cultural y el del poder presenta se caracteriza por tener
por lo menos dos posibles vas de vinculacin. Por una parte el mbito cultural sirve
de expresin de los cambios que la sociedad est viviendo y, por la otra, el poder
trata de dictar y monopolizar las expresiones que se encarnan en lo cultural para
construir una forma de concebir al mundo acorde a los intereses econmicos y
sociales de los grupos dominantes. Todo eso parece obvio, pero no lo es en realidad
y en ello radica la eficiencia de la hegemona. Los poderes se ven amenazados por,
entre otras cosas, lo que sucede en el mbito de la cultura, luego entonces su reaccin
adquiere diversas, mltiples y complejas caractersticas. Desde la simple descalificacin,
persecucin y represin, hasta la consolidacin de polticas especficas para enfrentar
a los oponentes.
La expresin de lo poltico en el arte no se circunscribe a los panfletos, esas obras
realizadas con objetivos neta y explcitamente propagandsticos. Ah el asunto de utili-
zacin del arte como un simple medio para difundir ideas y posiciones de ndole
poltica es evidente. Fuera de esas expresiones claramente identificables, el espacio
artstico cultural es visto como cubierto con un aura de autonoma respecto a las dis-
putas por el poder poltico a pesar de que, en realidad, dentro de l se libran fortsimas
batallas ideolgicas. Ejemplos de esas disputas y usos polticos de la cultura abundan,
sin embargo, suele presentarse un curioso fenmeno consistente en que las polmicas
generadas por los productos culturales sean olvidadas o por lo menos relegadas a
segundo plano mientras que el fruto, la obra, persiste casi de manera lmpida.
Planteo por lo menos dos posibles escenarios en los que se desarrolla el ejercicio de
creatividad artstica y su utilizacin poltica.
Hermosos panfletos
La obra es realizada explcitamente para difundir y/o apoyar una posicin poltica. En
este rubro se ubican tanto aquellas en las que los creadores han decidido actuar as de
motu proprio, como cuando stos aceptan la solicitud de algn poder de realizar una
obra con finalidades claramente polticas. Para el primer caso abundan los ejemplos
como el recin mencionado del muralismo en Mxico o la poesa comprometida, la
msica de protesta, las pelculas, novelas y obras de teatro explcitamente propagan-
dsticas, etc. Para el segundo el tema se empieza a hacer ms complejo en virtud de que
es usual que los intrngulis de los encargos explcitos a los creadores anhelen no ser
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
develados, ya que para el funcionamiento ms eficiente del mensaje se busca que ste
sea invisible, esto es, pase como inexistente y espontneo, en suma, natural.
Una ancdota histrica bastante conocida ilustra ambas posibilidades. A mediados
de los aos sesenta del siglo pasado, en pleno franquismo, Luis Eduardo Aute compuso
Rosas en el mar, cancin que interpretada por una mujer, Massiel, se convirti en
un xito dentro y fuera de Espaa. Aute escribi:
Voy buscando un amor que quiera comprender la alegra y el dolor la ira y el placer.
Un bello amor sin un final que olvide para perdonar
Es ms fcil encontrar rosas en el mar.
Rosas en el mar.
Qu ganarn, qu perdern,
si hasta los dioses caern; [si todo esto pasar (grabacin disco)]
es ms fcil encontrar rosas en el mar.
Rosas en el mar.
El rgimen dictatorial vio en los versos de Aute una afrenta que no poda dejar pasar
y mereca una respuesta para lo cual le encarg explcitamente a Manuel Alejandro,
autor ya para ese entonces bastante conocido, que escribiera una respuesta a la cancin
interpretada por Massiel. Usaron para su difusin a un hombre, un joven intrprete que
empezaba descollar. As surgi Digan lo que digan que en la voz de Raphael alcanz
tambin altsimos niveles de popularidad. El franquismo estuvo muy satisfecho de
que un xito musical pusiera en boca de todos frases de reconocimiento y valoracin
del status quo dictatorial. Raphael cantaba lo siguiente:
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misma que haba grabado Rosas en el mar de Aute para que a las prisas montara
la cancin en castellano y la interpretara en el festival. As sucedi y curiosamente en
esa ocasin Espaa gan el certamen europeo. (Recuperado el 12 de enero de 2012
de http://youtu.be/J4g5QYJOFzQ)
Las narraciones de esta ancdota por lo general enfatizan nica y exclusivamente
el hecho de que para el franquismo haba sido inaceptable que una lengua distinta al
castellano representara a Espaa en un evento internacional para lo cual, en un intento
propagandstico de maquillar su autoritarismo represivo, ech mano de aquella can-
tante que haca poco haba popularizado una cancin cuya letra, a su vez, el mismo
rgimen haba repelido, descalificado y atacado con otra cancin mandada a hacer a
medida. Sin embargo, al comparar las letras se evidencia que la versin en castellano es
completamente descafeinada frente a la letra original en cataln.
Todo en la vida es Tenem fred, per, amb una Tenamos fro, pero, con una
Como una cancin can... feies la nit ms clara cancin
Que cantan cuando naces i ms blava aquella tardor. hacas la noche ms clara y ms
Y tambin en el adis azul aquel otoo.
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fascista en la mesa. La dictadura tena claro que el espacio de la cultura de masas era
un mbito fundamental en la lucha por el consenso, elemento central de la hegemona,
esto es, del ejercicio del poder.
Otra muestra de la manera en que la creatividad artstica puede ser sometida a los
intereses explcitos del poder fue lo que sucedi en Cuba con la llamada Nueva Trova.
Uno de sus principales representantes ha narrado la forma en que sus primeras cancio-
nes fueron el motivo por el cual el gobierno lo someti a un riguroso proceso de
re-educacin, pues sus letras hablaban de cosas tan anodinas como el amor pero no
mencionaban ni referan la importancia de la lucha revolucionaria, la construccin del
socialismo, el internacionalismo proletario, la afrenta del bloqueo estadounidense, etc.
En sntesis que eran canciones con tintes burgueses no revolucionarios, por lo cual su
autor debi supeditarse a una disciplina de trabajo manual que lo hiciera consciente
de la importancia, vala y esfuerzo que este tipo de labor requera.
Para ello se le asign la obligacin de pasar varios meses en un buque pesquero de
nombre Playa Girn. A partir de ah la mayora de sus composiciones no nica-
mente las de contenido evidentemente poltico habran de tener por lo menos alguna
referencia a la lucha revolucionaria, aunque su tpico central fuera completamente
otro. As entendemos como, por ejemplo, Silvio Rodrguez, por ejemplo en una compo-
sicin por el da de las madres debi referir a la madre patria y la madre Revolucin,
o terminar una simple y linda cancin de amor con los siguientes versos:
Vemos pues que, sea que el autor conscientemente decida realizar una obra para man-
dar explcitamente un mensaje poltico o lo haga a solicitud expresa de los poderes en
turno, la cultura es factible de ser utilizada con objetivos totalmente ajenos a los que
por lo general se le circunscribe.
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generacin de algn tipo de cambio o por el hecho de que su propia aparicin sea
el sntoma y expresin de que algo se est modificando en trminos sociales y
polticos. Un fenmeno de la manera en que una corriente cultural puede representar
simultneamente ambos roles fue el rock and roll.
El ritmo musical surgido en los Estados Unidos en la dcada de los cincuenta signifi-
c multitud de cosas.1 Quiz el ms importante de esos significados es que el concepto
de juventud estaba modificndose rpidamente de cara a una sociedad anquilosada en
donde llegar a la adultez era el paso inmediato de la infancia. Cuando por primera
vez en la historia los jvenes comenzaron a bailar msica hecha por ellos mismos, no
por los adultos de la generacin previa, el mundo no volvi a ser el mismo. Ellos encon-
traron, construyeron, se otorgaron, una nueva identidad la cual se caracterizaba por la
necesidad inmediata de diferenciarse de aquellos adultos. Aos despus eso dara pie
a la profusa difusin del aforismo que rezaba: No confes en nadie mayor de treinta
aos. El ritmo, la ropa, el corte de pelo, la forma de bailar, constituyeron un grito de
autonoma, de crtica a los valores que se les imponan por default. Desde el poder,
desde el status quo, el fenmeno rpidamente fue calificado como rebelda y, por ende,
atacado y perseguido.
El contenido poltico del rock and roll radicaba en su propia existencia. Las letras de
las canciones indicaban que la sociedad habra de cambiar para poder satisfacer las ne-
cesidades que ese grupo generacional que ahora enarbolaba la lucha por derechos que
hasta ese entonces no posea, pero al cual en cambio se le asignaban responsabilidades
que no haba pedido. Los ltimos versos de la clsica Summertime Blues escrita hacia
finales de los aos cincuenta por Eddie Crochan y Jerry Capeheart dicen:
1Es demasiado pronto / muy pronto / para saberlo, susurraba titubeante Sonny Til, el cantante (de The
Orioles, el grupo que grab lo que se considera el primer rocanrol de la historia Its too soon to know),
acompaado solo por una guitarra tocada de un modo tan reposado que pareca querer evitar que el
grupo se detuviese por completo. Todo en aquel disco pareca ser puesto en duda, hasta la maravillosa
posibilidad de cambio de rumbo que pareca anunciar. No queran seguir? Verdaderamente era tan
pronto como decan?
Cundo lo llamaran rock? (Vila-Matas, 2012. Recuperado el 10 de enero de 2012 de http://www.elpais.
com/articulo/cultura/pronto/saberlo/elpepicul/20120110elpepicul_4/Tes
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Uno de los primeros rocanroles mexicanos fue Rebelde sin causa escrita a inicios de
los aos sesenta por Jess Gonzlez e interpretada por los Locos del ritmo. Represent
todo un pliego petitorio:
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Menos de una dcada despus esos jvenes que se resistan a ser calificados de rebel-
des por tan slo negarse a vestir desde la adolescencia con saco y corbata o por querer
mover las piernas al ritmo de la msica que ellos mismos estaban haciendo, saldran
a las calles de la ciudad de Mxico a exigir mnimas demandas democrticas a un go-
bierno autoritario y represivo. Esa juventud que a principio de la dcada de los sesenta
peda que los permitieran vestir con jeans y chamarras de cuero, encabezara en 1968
un movimiento social que aun habiendo terminado en una terrible masacre habra de
significar el inicio del fin del modelo poltico netamente antidemocrtico.
El rock and roll era la expresin de que algo estaba cambiando. Richards tiene razn
cuando escribe:
Si el rock and roll era la expresin de que algo estaba cambiando, ste a su vez empu-
j la transformacin. La dialctica de los fenmenos sociales en toda su espectacular
extensin.
Debemos a Luis Gonzlez de Alba (2002) una de las reconstrucciones ms intere-
santes acerca del contenido festivo que caracteriz al movimiento estudiantil de 1968
en Mxico. l sostiene que en ese entonces los jvenes se involucraron de manera
tan fuerte con esa lucha no por haber desarrollado una conciencia poltica clara acerca
de los fines perseguidos y los posibles logros democrticos que se conseguiran, sino
por algo mucho ms simple y sencillo: el movimiento les signific la posibilidad de
vivir dentro de una atmsfera de festiva libertad, consecuente con sus exigencias de
reconocimiento especfico y particular que venan enarbolando desde unos cuantos
aos atrs, es decir para efectos de lo aqu sostenido, libertad coincidente, expresada
y generada por el rock and roll.
Por otra parte, el rock no slo cuestion el orden establecido a travs del desafo
que su existencia significaba a la autoridad, sino que socav diversos valores estableci-
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El rock introdujo por la puerta de atrs a los ritmos negros en el escenario cultural esta-
dounidense. Elvis Presley fue quien empez a abrir el mercado blanco a la msica que
desde haca tiempo los negros escuchaban. Venido de la voz de un blanco, la mojigata
y discriminadora sociedad estadounidense la acept en sus aparatos de radio. Poco ms
adelante llegara la ola inglesa y el asunto dio una vuelta de tuerca ms. Los protago-
nistas ya no fueron como aquel joven que, si bien haba generado furor con su mane-
ra de mover las caderas al bailar, haba terminado por ser obediente a la autoridad y,
despus de cortarse el cabello, se alist parta cumplir con su servicio militar de dos
aos en una estacin del ejrcito estadounidense en Alemania. No, ahora el rock haba
cambiado y el sentido contestatario del movimiento se acendraba. Cuenta Richards que
en sus primeras jiras por Estados Unidos los Stones palpaban claramente como ellos y
lo que hacan chocaba cada vez ms con las formas socialmente aceptadas. En una
ocasin en un pueblo de Texas haban notado que el sheriff que los haba detenido
por un asunto de drogas: estaba irritado con los Rolling Stones a ttulo personal:
por cmo vestamos, por los pelos, por lo que representbamos, por la msica que
hacamos y, sobre todo, porque, tal como l lo vea, desafibamos a la autoridad
establecida. Desobediencia. Elvis deca s, seor, pero aquellos gamberros greudos
no, ellos no (Richards, 2011, p. 21.).
En contraste con la actitud negativa que en sus inicios los rocanroleros ingleses
encontraban tanto en los adultos como en las autoridades estadounidenses, ellos no
dejaban de sorprenderse del entusiasmo que su msica generaba en la juventud de
ese pas ya que no era otra ms que la misma que los negros norteamericanos hacan
2 El jazz fue exportado durante dcadas por Estados Unidos: el Departamento de Estado y hasta la
CIA financiaron giras de jazz como algo representativo de la cultura norteamericana ms sofisticada,
en un largo proceso por convertir este gnero en una msica aceptada y adecuada para las salas de
conciertos de todo el mundo (Byrne, 2011, p. 111).
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desde hace aos la cual, obviamente, esos jvenes entusiastas siempre haban tenido
ah, a su lado, pero no la haban podido escuchar por una simple razn, era hecha
por un sector social segregado. Eric Burdon, Mick Jagger y varios ms coinciden en
que el rock ingls fue tan bien aceptado nicamente porque si bien era msica de ne-
gros, ahora llegaba cantada por jvenes que, aunque tenan el pelo largo, eran blancos.
En los pases socialistas las cosas no fueron muy diferentes, la veda sobre cualquier
expresin rocanrolera era total pues adems al nuevo ritmo (y al movimiento que en-
carnaba) se le colgaba el sambenito de ser una expresin cultural de la decadencia
burguesa capitalista que enajenaba a la juventud y los haca tomar distancia de los
mejores y ms positivos valores sociales. La msica de rock circulaba bastante profu-
samente de forma underground y los gobiernos decidieron enfrentarla con polticas
culturales que fueron tan ridculas como fallidas. En la Repblica Democrtica de Ale-
mania los estrategas gubernamentales inventaron el ritmo lipsi y su consiguiente
forma de bailarlo.3 No fue sino hasta despus de 1989 cuando pudieron darse los
primeros conciertos de rock and roll de grupos occidentales en los pases de detrs de
la denominada cortina de hierro.
Con las muestras vistas se ilustra la forma en que desde el anlisis de lo cultural
podemos avanzar en la problematizacin de la historia social y poltica y, en consecuen-
cia, su aprendizaje. Algunos de estos ya los he podido operar en esta universidad y
sin duda, la capacidad de comprensin de los fenmenos es mucho mayor. No me
pregunten datos duros pues no los tengo, por lo cual slo puedo echar mano de mis
apreciaciones sobre la forma en que los alumnos racionalizan los procesos y temticas
que trabajamos, as como de los comentarios que ellos mismos hacen al respecto. Por
ejemplo, al concluir el curso de historia contempornea que llega prcticamente hasta
la actualidad es por dems significativo que ellos refieran que si bien la gran trasforma-
cin empez en el 68 ste no se explica sin aquellos jvenes que unos aos atrs de ese
ao axial gritaban a los cuatro vientos que slo queran usar pantalones de mezclilla,
dejarse el pelo largo y bailar, por supuesto, con su propia msica.
3 Lipsi es Leipzig en jerga, pero no slo fue un descarado intento del rgimen por crear una tenden-
cia de masas, como si hubiese llegado de esa ciudad tan chic. Observo de cerca a la pareja rgida. Parece
que a la mujer le falta un incisivo, una eleccin bastante extraa para una modelo de baile. Despus
me concentro en los movimientos, y entonces lo capto: entre esta retahla de gestos, no hay ninguno
en el que los bailarines muevan la cadera. Mantienen el torso recto, no se inclinan el uno hacia el otro,
ni oscilan de un lado para otro. Los inventores del baile fusionaron toda tradicin de danza existente y
extrajeron con minuciosidad los movimientos no sexuales. Al igual que El canal negro era el antdoto
contra la televisin occidental, el lipsi era la respuesta del Este a Elvis y al decadente rock nroll forneo.
Y ah estaba: un baile inventado por un comit, la danza de un bizarro camello sin cadera (Funder,
2009, p. 147 y ss.).
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Referencias
Libros
Byrne, D. (2011). Diarios de bicicleta. Mxico: Sexto Piso.
Funder, A. (2009). Stasiland, Historias del otro lado del Muro de Berln. Madrid, Espaa:
Tempo.
Gonzlez de Alba, L. (2002). Las mentiras de mis maestros. Mxico: Cal y Arena.
Richards, K. (2011). Vida, Espaa: Global Rhythm Press/Pennsula.
Fuentes electrnicas
Alejandro, M. Digan lo que digan. Recuperado el 12 de enero de 2012 de http://www.
youtube.com/watch?v=IVpftrxqyGk
Arcusa, R. & De la Calva M. La la la en cataln. Recuperado el 12 de enero de 2012 de
http://youtu.be/se24_GEA8vc
Arcusa, R. & De la Calva M. La la la en castellano. Recuperado el 12 de enero de 2012
de http://youtu.be/J4g5QYJOFzQ
Aut, L. Rosas en el mar. Recuperado el 10 de enero de 2012 de http://youtu.be/
tB2QmTlsU1c
Vila Matas, E. (2012, enero 10). Muy pronto para saberlo. El Pas. Recuperado el 13
de enero de 2012 de http://www.elpais.com/articulo/cultura/pronto/saberlo/elpepicul/
20120110elpepicul_4/Tes
509
APRENDER HISTORIA EN LA ESCUELA PRIMARIA
Una experiencia docente en la virtualidad
Introduccin
El Diplomado Aprender Historia en la Escuela Primaria, pretende ser un espacio para
la reflexin y el surgimiento por parte de los participantes, todos maestros laborando
en el nivel primario de educacin en Mxico; y para la construccin de propuestas al-
ternativas en la enseanza y el aprendizaje de la historia, que conduzcan a sus alumnos
a travs de los ambientes de aprendizaje, a las competencias sociales y ciudadanas.
El aprendizaje de la Historia, a travs de este Diplomado, busca desarrollar en los
participantes habilidades como la comprensin de sucesos y procesos histricos, la
interrelacin entre los seres humanos y su ambiente a travs del tiempo, el manejo de
informacin histrica, as como la adquisicin de valores y actitudes relacionados con
el respeto y el cuidado del patrimonio cultural. Se pretende que el nio de educacin
primaria, conciba la historia como una construccin permanente en la que todos somos
protagonistas y por lo tanto, participantes responsables y conscientes de su ser social.
El docente de primaria a quien va dirigido este diplomado, requiere reflexionar en
los enfoques, los mtodos y los materiales y recursos que emplea regularmente en la
enseanza de la historia, a la luz de las nuevas demandas sociales, de la visin integra-
dora del nuevo plan de estudios y de los adelantos tecnolgicos, con la intencin de
innovar en su prctica docente.
Para esto se propone el siguiente Diplomado bajo la siguiente estructura curricular;
Propsito General del Diplomado:
Que el profesor-participante desarrolle las competencias necesarias para disear y
proponer ambientes que propicien, en sus estudiantes, el desarrollo de competencias
histricas, sociales y ciudadanas a travs de aprendizajes significativos, ldico, contex-
tualizado y crtico de la historia, con base en la revisin, reflexin y rescate de algunas
de sus prcticas previas y la incorporacin de otras.
Esto se lograr desarrollando los siguientes mdulos:
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1. Portafolio, para ingresar los trabajos de los participantes y ser evaluados por el
asesor,
2. Foros, se titulan de acuerdo al tema y mdulo, y se postulan preguntas que ge-
neren discusin y participacin teniendo efecto de retroalimentacin ya que se
incluyen en cada foro, ideas, opiniones y comentarios de los participantes, del
asesor y del coordinador;
3. Participantes, aqu se tienen registrados todos los inscritos al diplomado y por
cada participante se tiene informacin, su perfil personal y profesional, as como
su correo electrnico;
4. Dudas, aqu se reciben las dudas que se presentan durante el transcurso del
diplomado, tienen acceso desde luego en primer lugar los estudiantes, los ase-
sores, el coordinador, y el asesor tcnico; interviniendo cada uno de ellos de
acuerdo a la duda que se plantea;
5. Administrar, esta actividad slo la ejecuta el asesor titular coordinador para la
planeacin y seguimiento del diplomado.
Su duracin es de 120 horas que se distribuyeron en tres mdulos cada uno de cuarenta
horas, asignando a cada grupo un asesor. Las actividades que los asesores desarrolla-
ron durante el curso del diplomado fueron; al inicio en su pgina personal contenien-
do, una bienvenida y presentacin, y la revisin de las actividades en el portafolio, la
resolucin de dudas, la participacin en foros, elaboracin de blogs y wiquis, y la eva-
luacin permanente de sus actividades. El proceso de evaluacin se inicia desde que el
participante enva a la plataforma va portafolio sus actividades de aprendizaje, desde
la preliminar hasta la integradora, en cada una de ellas se registra la simbologa ade-
cuada; NE si el producto es no entregado, SE, si an no est evaluado, o sea, sin eva-
luacin; y finalmente, SP, sin producto. La escala de calificaciones que se utiliza para
registrar en la columna de evaluacin, tiene los siguientes valores; E (100), MB (90),
B (80), R (70) y NA (0.0), se considera como calificacin mnima aprobatoria 70 (R).
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Participante 2
Reflexin
La lectura Tena yo un maestro, hizo que reflexionara sobre la tarea tan importante
que tenemos como docentes, personalmente, me gusta mi profesin, sin embargo he
de reconocer que algunas veces me abruma, tanto trabajo administrativo, creo que
me resta energa para lo verdaderamente importante, me siento atrapada dentro del
Sistema Educativo Nacional, donde existen muchas actividades para elevar la calidad
educativa, pero, de verdad cuntas de ellas impactan de manera importante en el
proceso de aprendizaje de los alumnos? (RPC)
Participante 3
Qu valores transmites en la enseanza de la Historia? Al recordar nuestro pasado nos
hace sentir el momento, nos alegra, llena de nostalgia o nos invade el coraje, el odio o
rencor segn el tema tratado, siempre que la enseanza sea placentera, desde un punto
de vista crtico y reflexivo. Porque trabajamos con la diversidad humana preparndola
para la vida en sociedad, fomentando la paz, inculcando la equidad de gnero, la de-
mocracia, el respeto y la justicia.
Qu valores se deben promocionar en la enseanza de la Historia? Tenemos la
oportunidad con los nios de contribuir para el fortalecimiento de su identidad como
mexicano, respetando sus usos y costumbres, la etnia a la que pertenece y desde lue-
go su lengua materna. Razn por la cual los valores universales como: la igualdad, la
justicia, la libertad, la tolerancia, el respeto y la paz; se deben iniciar practicndolos en
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Participante 4
Considero que la historia es una ciencia social que nos ayuda a comprender el mundo
en el cual vivimos. En este sentido, los valores que se promueven a travs de sta son
los que nos ayudan a desarrollar una convivencia entre todos los individuos de una
sociedad, por ejemplo, el establecimiento de normas, las leyes que se han generado
para organizarnos como sociedad y saber que las instituciones son organismos creados
para integrarnos a la sociedad al fomentar los valores y costumbres que se han venido
desarrollando desde tiempo atrs. Los valores que la historia debe promover son el de-
sarrollo de un juicio moral que nos permita reflexionar y tomar decisiones sobre lo que
acontece en nuestra vida actual; el sentido de pertenencia nuestra patria, el reconoci-
miento y respeto de nuestro smbolos patrios y de los personajes que hicieron posible
que nuestra nacin sea lo que es el da de hoy y, los valores que nos hacen ser parte
de una sociedad ntegra como son la honradez, el aprecio por la diversidad, el respeto,
la tolerancia, el trabajo, la convivencia armnica, entre otros, los cuales se encuentran
enmarcados en el Artculo Tercero Constitucional de nuestra Carta Magna. As pues, la
historia se aprende para conocer nuestro pasado, comprender nuestro presente y mo-
dificar el futuro para tener un mejor pas y una vida satisfactoria. En este sentido, como
establece Tucdides citado por Primitivo Snchez Delgado una historia ...que sea til
para juzgar cosas que sucedan en el futuro, sabiendo la verdad sobre las cosas pasadas
(p. 310), por ello la importancia de aprender historia. (VCR).
Participante 5
Valores en la enseanza de la Historia
Considero que los valores que transmito al pretender ensear Historia, son los
mismos que demuestro en las dems asignaturas, ya que considero que el ser humano
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Conclusiones
El Diplomado Aprender historia en la escuela primaria, termin en su primera genera-
cin el mes de julio de 2009; despus de cuatro meses de duracin. Los alumnos que
integraron esta generacin fueron 54 maestros de 16 estados de la Repblica mexica-
na, y los resultados fueron por dems positivos;
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6. Los maestros reconocieron que una nueva forma de ensear historia produce
nuevas representaciones en los alumnos, llegando a modificar el concepto que
tenan se la historia.
7. Los productos del diplomado tanto en el conocimiento como en los trabajos fue-
ron utilizados por los profesores en su prctica docente y en su vida profesional;
conferencias, ensayos, ponencias
8. La acreditacin del diplomado no slo trajo nuevos mtodos, nuevas estrategias,
sino permiti a los participantes concursar en el ascenso escalafonario de su nivel
educativo.
516
HISTORIANDO HISTORIAS
PUBLICACIONES PERIDICAS: NUEVA VERTIENTE
EN LA ENSEANZA DE LA HISTORIA
Introduccin
El inters por la historia del libro y de los impresos en general surgi en Europa hace
aproximadamente cinco dcadas, con las propuestas de la Nueva Historia Francesa,
que plantea diversidad de enfoques para acercarse a los textos, como pueden ser la
historia econmica, la historia social, la historia cuantitativa y la historia cultural; des-
de esta ltima perspectiva es posible analizar los escritos en un tiempo y en un lugar
determinados, con ello, se pone de manifiesto lo que una persona o un grupo de
personas han pensado sobre asuntos diversos que les ataen como sociedad.1
Tomando como ejemplo la obra de Roger Chartier podemos ver cmo el investi-
gador galo analiza el impacto cultural e ideolgico de los textos en la sociedad, vistos
stos desde el punto de vista del autor, del lector y del patrocinador de la obra escrita.2
Los libros e impresos que tratan sobre la historia en particular pueden tambin ser
objeto de estudio del historiador, tal y como lo ha abordado la historiografa. De esta
misma manera consideramos que el estudio histrico de las publicaciones peridicas de
tema histrico, pone de manifiesto una manera de pensar y de percibir la realidad por
lo que est en la esfera de la historia cultural. A travs de los escritos que integran
una revista o una serie de revistas, se puede medir lo que un grupo concreto de la
sociedad ha escrito sobre el quehacer del historiador, sobre los problemas que le son
inherentes y sobre los temas que le preocupan. Las reflexiones sealadas llevaron a
un grupo de Acadmicas de la Facultad de Estudios Superiores de Acatln, a iniciar
estudios sobre publicaciones peridicas mexicanas de historia; contemplando, como
uno de sus propsitos coadyuvar en la formacin que reciben los estudiantes de
la carrera de historia en los cursos de historiografa.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
3 Montoya, P. y Montoya, M.C. (2010). Proyecto PAPIME PE-40010: Catalogacin y balance historio-
grfico de revistas mexicanas especializadas en historia, siglo XX. Mxico: aprobado por la Direccin
General de Asuntos para el Personal Acadmico UNAM.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
No. REGISTRO
1. Autor
3. Nombre de la revista
4. Datos de la publicacin
5. Tema
6. Descripcin
7. Palabras claves
8. ndice onomstico
9. ndice toponmico
10. Localizacin
11. Observaciones
12. Contenido
Para la elaboracin de esta ficha se tom como base la del ndice de Revistas de Edu-
cacin Superior e Investigacin Educativa (IRESIE), sistema que resguarda y actualiza el
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educacin (IISUE), a travs de este
catlogo se puede acceder a referencias especializadas en educacin, que proceden
fundamentalmente de Mxico, en donde cada ficha ofrece la referencia bibliogrfica
completa: autor, ttulo del artculo, pas de procedencia de la publicacin, pginas, te-
mas, resumen y biblioteca en donde se localiza. En nuestro caso se tom la decisin de
agregar dos campos ms; el 8, ndice onomstico y el 9, ndice toponmico, que tienen
una utilidad prctica para el pblico interesado en temas del pasado en general y
en particular para el estudiante de historia, ya que este tipo de datos son materia
prima para sus investigaciones.
El trabajo de catalogacin de artculos de revistas de tema histrico, lo han ve-
nido desarrollando alumnos de la institucin, primordialmente egresados de la carrera
de Historia, pero tambin particip un alumno de Ciencias polticas y administracin
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
pblica. Mediante los trabajos de catalogacin los estudiantes han realizado su servicio
social, y quienes aspiran a obtener su ttulo profesional, adems de dicho catlogo de-
ben realizar un estudio introductorio y un anlisis historiogrfico.
Desde el inicio del proyecto se pens que las fichas del catlogo se integraran a
una base de datos4 que estara a disposicin en la red para uso y consulta de la
comunidad acadmica.
Hasta el da de hoy no existe un catlogo electrnico completo que contenga un
ndice de las revistas mexicanas publicadas en el siglo XX especializadas en historia y
que incluya la informacin necesaria para que cualquier investigador o estudioso de
los temas histricos, pueda localizar fcilmente el tema o asunto de su inters. Por lo
que toca a este aspecto, a partir del 2011 se elabor un software que corri a cargo
de un grupo de estudiantes de la FES Acatln de la carrera de Matemticas aplicadas y
computacin, coordinados por el encargado de Procesos tcnicos de Centro de Infor-
macin Documental de la misma Institucin.
Concientes de que cada da cobra mayor importancia en el proceso de enseanza-
aprendizaje la utilizacin de las TICs, el acceso a informacin en los medios electrni-
cos por los estudiantes de licenciatura resulta imprescindible, de ah la pertinencia del
trabajo que se est realizando , que podr ser consultado en Internet, lo que impulsar
a los estudiantes a utilizar de manera cotidiana la informacin en formato electrnico
para enriquecer sus investigaciones.
Cuando se plante el proyecto, se hizo un listado preliminar de publicaciones
peridicas que vieron la luz en el siglo XX, de stas se seleccion un primer grupo ca-
racterizado por el impacto que ha tenido entre los lectores, tanto del medio acadmico,
como del pblico en general, stas son:
Arqueologa mexicana**
Artes de Mxico*
Cuadernos americanos*
Cuicuilco
Estudios de cultura nhuatl
Estudios de cultura maya
Estudios de historia moderna y contempornea*
Fuentes humansticas
4 Utilizamos aqu la definicin de base datos de Moreiro (2000, p. 367): Una base de datos corresponde
a un conjunto de tablas constituidas por filas y columnas que contienen informacin y que estn sopor-
tados en un medio magntico.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Letras libres **
Historias**
Historia mexicana*
Historia y grafa**
Revista de ciencias sociales y humanidades**
Secuencia**
Para cumplir con su servicio social, los alumnos deben hacer un aproximado de tres-
cientas fichas; por ello revistas como Cuadernos americanos e Historia Mexicana, que
se han publicado por ms de medio siglo, se han tenido que subdividir en trienios y
quinquenios, respectivamente, por lo tanto el catlogo se realiza entre varios alumnos;
mientras que revistas como Secuencia o Historias cuya publicacin es ms reciente han
requerido que solamente dos alumnos se dediquen a catalogarlas, en tanto que en el
caso de Historia y Grafa, que se empez a publicar en la dcada de los noventa, la
realizacin corri a cargo un solo egresado.
Una vez realizado el catlogo, cada participante elabora cuadros estadsticos con los
datos de: la publicacin, de los autores y de la recepcin de la revista.5
Cuando el estudiante decide titularse a travs de este medio, efecta un estudio
introductorio a su catlogo en el cual presenta la historia de la revista, las caractersti-
cas de su formato, su periodicidad, el contexto en el que surgi y otros asuntos que l
considere importantes y que tienen que ver con aspectos especficos de la publicacin
que le toc estudiar. Al mismo tiempo, el egresado debe hacer una investigacin his-
toriogrfica, que incluye el anlisis de las tendencias terico-metodolgicas, la inten-
cionalidad, los objetivos y las preferencias temticas de los autores, as como aspectos
relacionados con la difusin y la recepcin de la publicacin. Todo ello con el afn de
hacer avanzar la ciencia de la historia, especialmente en el campo de los estudios
historiogrficos.
Por todo lo anteriormente expuesto este proyecto requiere de la participacin de
un equipo numeroso de pasantes de la licenciatura en historia o de alguna otra carrera
relacionada con las ciencias sociales, para cumplir con sus objetivos. Consideramos
que deben tener una formacin de acuerdo a un perfil que les permita desempear
exitosamente tanto la catalogacin como la investigacin histrica introductoria, que
deber preceder a los inventarios de cada revista en particular, y as cumplir con
5El Cuadro Publicacin, incluye: temticas, temporalidades, mbitos. El Cuadro Autores, incluye: nom-
bre, nacionalidad, gnero, institucin de adscripcin, profesin. El cuadro Recepcin, incluye: Sitios en
donde se distribuye, lectores a los que va dirigida, formas de adquisicin de la revista.
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los objetivos del Proyecto. Los alumnos participantes debern contar con habilidades
para la seleccin, la jerarquizacin, la sntesis, la interpretacin, as como la capaci-
dad de investigacin y realizacin de anlisis historiogrficos mismas que desarrollan a
lo largo de los cursos de las carreras de carcter socio-humansticas.
El equipo de alumnos que participan en el proyecto ha sido coordinado por tres
acadmicas de la FES Acatln a travs de seminarios mensuales en los que se presentan
los avances y los problemas a los que se enfrentan los integrantes; al mismo tiempo
cada uno de ellos tiene un asesor, al que eligen de entre la planta docente de la carre-
ra de historia, a fin de ser guiados en la realizacin de sus trabajos de anlisis historio-
grfico, mismos que debern presentar junto con el catlogo para obtener el ttulo.
Por otra parte estamos brindando un apoyo a los programas institucionales de
titulacin, los que se han diversificado en los ltimos aos, as se puede optar de
Informe de Prctica Profesional al Servio de la Comidad6, o por hacer una tesina, o bien
una tesis cuando en el estudio introductorio se presente una hiptesis que se desarrolle
y compruebe a lo largo del mismo.
En el ao 2010 las coordinadoras tomamos la decisin de insertar este proyecto
en Programa PAPIME para contar con los apoyos institucionales necesarios, y de esta
manera lograr un avance significativo en nuestros objetivos. La aceptacin por parte
de la DGAPA de entonces a la fecha ha fructificado en la realizacin de diez trabajos
de titulacin, as como en la realizacin de cinco eventos acadmicos en los que par-
ticiparon directores y editores de revistas especializadas en historia, estudiosos de
alguna revista en particular, y alumnos que han presentado el avance de sus trabajos
a la comunidad. No es menos importante destacar que ha sido en estos ltimos
meses cuando los catlogos realizados ya se encuentran en proceso de incorporarse a
la red de la Biblioteca de Acatln para estar a disposicin del pblico.
Debemos sealar que por ahora catlogos, cuadros estadsticos y estudios historio-
grficos se encuentran en Acatln en CDs y estn a disposicin de maestros y alumnos,
con lo que ha sido posible reunir un material didctico para las asignaturas de histo-
riografa, que tradicionalmente se haba estudiado en los discursos de los historiadores
publicados en libros, pero no en artculos, ensayos y reseas de fuentes peridicas;
con lo que se abren nuevas vertientes en los estudios historiogrficos.
6 El informe de Prctica Profesional de Servicio a la Comunidad fue aprobado por el Consejo Tcnico
de la facultad el 12 de marzo de 1991, y que permite que al tiempo que se realiza el servicio, se tiene
la posibilidad de titularse. Para inscribirse en esta opcin, es requisito no haber acreditado el Servicio
Social con anterioridad, tener cubierto el 100% de crditos y cubrir 960 hrs. De Servicio Social, en un
perodo mnimo de 6 meses y mximo de 2 aos.
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Reflexiones finales
De acuerdo con las tendencias pedaggicas del constructivismo, que busca que los
estudiantes construyan su propio conocimiento, el acercarse a las revistas como fuentes
para conocer de qu manera se perciba el pasado en la poca en que fueron escritos
los artculos, cuando los autores de estos estaban en un proceso de construccin del
conocimiento y an no llegaban a conclusiones definitivas, las que presentaran pos-
teriormente en libros; por ejemplo investigadores del Colegio de Mxico, en la
revista Historia Mexicana, publicaron avances de las que seran sus tesis doctorales.
Otro aspecto que se puede distinguir es que en algunos artculos de las publica-
ciones peridicas los estudiosos se acercaron a diversos temas cuando, recordando a
Darnton, el futuro del pasado an no estaba resuelto, por ejemplo, cuando en 1942 en
Cuadernos Americanos se escriba sobre la segunda Guerra Mundial sin saber cmo
terminara el conflicto. Todo esto permite un acercamiento novedoso al estudio de la
historiografa mexicana.
Referencias
Le Goff, J., Chartier, R. y Revel, J. (s/a). La nueva hueva historia. Bilbao: Ediciones Men-
sajero.
Chartier, R. (1992). Lectores, autores y bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII.
Barcelona: Gedisa.
Moreiro (coord), J. A. (2000). Manual de documentacin informtica. Madrid: Ctedra.
Montoya, P. y Montoya, M.C. (2010). Proyecto PAPIME PE-40010: Catalogacin y balance
historiogrfico de revistas mexicanas especializadas en historia, siglo XX. Mxico: aprobado
por la Direccin General de Asuntos para el Personal Acadmico UNAM.
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Jugando aprendemos Historia
Domin
La intencin de esta actividad consisti en crear una situacin en la que los alumnos
tenan que resolver un reto al encontrar una generalizacin: la correspondencia entre
regin cultural y Estado actual. Mediante el desarrollo del juego los nios se ubicaron
espacialmente al relacionar el rea correspondiente a Mesoamrica con la divisin po-
ltica actual de Mxico.
Se integraron las 6 regiones culturales de Mesoamrica y los Estados actuales de la
Repblica Mexicana. Se tomaron en cuenta los conocimientos previos que los alumnos
tenan acerca de la organizacin territorial del pas, ya que anteriormente trataron ese
tema en la asignatura de Geografa.
Se observ que los alumnos no tenan nocin de la extensin del territorio del
pas donde se asentaron las civilizaciones mesoamericanas, ya que aunque en
ese momento podan enumerar las seis regiones culturales de Mesoamrica, an no
tenan facultad para ubicarlas correctamente; una vez que identificaron las regiones y
contextualizaron la ubicacin con un mapa actual pudieron llegar a la conclusin de
que no todos los estados de la Repblica corresponden a las Regiones culturales que se
expusieron durante la clase.
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Al momento de realizar el juego del domin los alumnos tenan que ubicar las
fichas de manera que coincidiera la regin cultural con un estado de la repblica que
actualmente se ubicara en dicho lugar. Al principio tenan dudas sobre lo que tenan
que hacer, de que manera acomodar las fichas, pero al analizar la informacin y revisar
las tarjetas empezaron a darse cuenta de que para poder jugar necesitaban conocer
la ubicacin de los estados de la repblica mexicana y revisar cuales correspondan a
cada cultura de Mesoamrica. Los nios ms aplicados fueron los que encontraron esta
hecho pronto ya que no toda la informacin se proporciona a los alumnos para crear un
reto a superar dentro de la capacidad del grupo. Los alumnos utilizaron el mapa de la
repblica que estaba en el saln, otros ms se fijaron en el rompecabezas que habamos
armado y en su libro de historia.
La actividad fue algo nuevo para los alumnos por lo que tardaron en adaptarse a
las condiciones que el juego demandaba y las habilidades que necesitaran para rea-
lizar dicho proceso, sin embargo la clase fue satisfactoria en la medida de que se est
llevando a cabo una estrategia ldica que pocas o nulas veces se realiza en clase y que
en cierta manera incentivan al alumno y lo motivan a realizar la actividad, adems de
que se ponen en juego diversas habilidades del pensamiento del alumno para resolver
los retos que presenta la actividad.
Para que el alumno reconozca el espacio histrico de un tema en particular es nece-
sario tomar en cuenta los elementos que rodean al tema en especfico y posteriormente
trasladarlo a un contexto en el que el alumno pueda desarrollar la comprensin del
hecho, en este caso a travs de actividades ldicas que movilizan las habilidades de
los alumnos y los motivan a pensar, formular preguntas y buscar informacin que le
permita resolver los retos que se le presentan en las actividades propuestas.
Serpientes y escaleras
Para desarrollar la nocin temporal de los alumnos y al mismo tiempo motivarlos a
participar en clase se diseo una lnea de tiempo creativa a travs del juego de Ser-
pientes y Escaleras. La secuencia numerada que sigue este juego fue utilizada para
incluir una cronologa de los eventos significativos que corresponden al panorama del
periodo de Mesoamrica y a travs de esto cumplir la finalidad de ubicar temporal-
mente a los alumnos.
La finalidad de esta actividad radic en la ubicacin temporal de los alumnos en el
periodo de Mesoamrica, a medida que los alumnos avanzan casillas en el tablero del
juego se presentaba la cronologa correspondiente al tema que se desarrollo Panora-
ma del periodo, el reto presente en esta actividad fue utilizar la nocin del tiempo
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
e identificar aspectos como a.C. y d.C., ya que tenan que leer tarjetas del juego segn
los turnos establecidos en los que se lea por ejemplo Avanza hasta el ao 900 d.C.;
esta sentencia en ocasiones desoriento a los alumnos debido al orden de los aos
cuando se aplica a.C o d.C. Sin embargo la cuestin era que poco a poco cada uno de
ellos fuera descubriendo el orden de esta simbologa de acuerdo a los tableros que se
proporcionaron:
Memorama
Se hizo uso del memorama como actividad ldica, por medio de esta actividad se esta-
blecieron caractersticas culturales de Mesoamrica de este modo los alumnos desarro-
llaron habilidades de pensamiento y agilizaron su memoria para recordar la ubicacin
de las tarjetas, al familiarizarse con el legado de las culturas, se relacion el presente,
para determinar la importancia de las costumbres y tradiciones antiguas, de esta mane-
ra se puede percibir que El juego conduce de modo natural a la creatividad porque,
en todos los niveles ldicos, los nios se ven obligados a emplear destrezas y procesos
que les proporcionan oportunidades de ser creativos. (Moyles, 1990, p. 87)
Se trabajo con el legado que dejaron las culturas mesoamericanas para la actuali-
dad; se observaron imgenes sobre diversas actividades y recursos para contextualizar
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
la informacin con la vida diaria de los alumnos; se expresaron opiniones sobre las
creaciones y tradiciones de la antigedad y como prevalecen en los hogares de los
nios como el maz, el chocolate o los remedio medicinales. Los alumnos llegaron a
comprender que el tema era algo importante en el pasado pero an sigue siendo de
relevancia.
La actividad en s result interesante para los alumnos ya que tena gran relacin
con la vida diaria al manejar costumbres y tradiciones as como el tipo de alimentacin
en casa:
La comprensin del tema permiti que los alumnos analizaran la forma de vida y cos-
tumbres que existan en el pasado (Mesoamrica) y lo relacionaron con el presente en
situaciones de la vida diaria.
Es necesario disear actividades orientadas a situaciones de la vida diaria para que
exista una relacin entre lo que se aprende y lo que rodea cotidianamente al alumno.
Sopa de letras
Para el desarrollo de este juego se creo una sopa de letras en la que se aplicaron los
conceptos claves de la clase para valorar la eficacia de la actividad, se incluyeron aspec-
tos que forman parte del repertorio de expresiones culturales de Mesoamrica, a travs
de eso los alumnos tenan la instruccin de buscar en fuentes diversas de informacin
para completar una tabla, en este ejercicio hubo mucha dificultad y algunos alumnos
no terminaron.
Los alumnos tuvieron dificultad en la bsqueda y anlisis de informacin ya que
tenan que tenan que leer una extensa lectura y resumir lo que era importante, falt
capacidad de comprensin y actividad tomo ms tiempo de lo previsto.
Es necesario comprender que La enseanza de la Historia implica la transmisin
de un conocimiento destinado a la comprensin del pasado, pero siempre desde he-
rramientas conceptuales que tienen sentido en el mundo presente. (Carretero, 1995)
Es por esto que se utilizan estrategias para aplicar los aprendizajes que se esperan. Es
importante tomar en cuenta estrategias de aprendizaje que permitan conducir las acti-
vidades diaria de trabajo en clase.
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Laberinto
Se diseo un laberinto como actividad ldica en el que se integr un mapa cuya finali-
dad fue que los alumnos trazaran el recorrido desde una civilizacin hasta otra, tenan
que encontrar el rea correspondiente a dos culturas mesoamericanas, de esta manera
se ubicaron espacialmente.
Para esta actividad se realiz el anlisis de informacin de las civilizaciones de Meso-
amrica, los nios elaboraron carteles los cuales contenan informacin acerca de las
culturas que ubicaron espacialmente mediante el laberinto. La bsqueda de informa-
cin se realiz en base a una pregunta que los alumnos tuvieron que responder, para
esto hicieron uso de fuentes de informacin a su alcance, este ejercicio tuvo buenos
resultados y los productos elaborados demostraron la capacidad de anlisis de los
nios para escribir lo esencial en sus trabajos. El uso del juego como actividad inicial
despert inters en los alumnos, es decir:
El hecho que el nio se muestre interesado y canalice sus energas hacia lo que hace, como tam-
bin el hecho de que el juego sea un medio tan poderoso para el aprendizaje, permite advertir
que, al aplicarse a cualquier actividad, incluso aburridora y fastidiosa, los nios se interesan y se
apasionan por estas ocupaciones (Nunes, 1994).
Las mismas actividades realizadas toman un sentido diferente para los alumnos al
agregar algo que no es cotidiano en el saln de clases, los nios juegan pero al mismo
tiempo aprenden. Las actividades ldicas son un eje para la motivacin de los alumnos
en clase, por consiguiente los trabajos realizados tienen mayor empeo.
Adivina qu es
En esta actividad se estudiaron nuevamente las expresiones culturales de Mesoamri-
ca de acuerdo a cada una de las civilizaciones que se contemplaron para el bimestre,
adems como actividad conceptual se formularon preguntas para describir diferentes
utensilios que se presentaron. Estas cuestiones se realizaron por medio de una actividad
ldica que motivo a los alumnos a trabajar de esta manera se identificaron objetos que
representan un parte importante del legado de Mesoamrica.
Se incluyeron las expresiones culturales de las civilizaciones mesoamericanas (escul-
turas, cdices, arquitectura), se elabor un tablero que contena dicha informacin me-
diante imgenes que se despegaban para que los alumnos pudieran descartar objetos
que no correspondan a las preguntas que realizaban.
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Esta actividad ldica fue la que ms interes a los alumnos adems de llamar la
atencin, los nios tenan que descubrir que objeto tenan los compaeros contrarios,
tenan que formular preguntas que se contestaran en funcin de un S o un No sola-
mente. De esta manera los equipos observaban los objetos del tablero y determinaban
el desarrollo de las preguntas de acuerdo a las formas y materiales que conformaban
cada uno de los objetos sealados. Aunque hubo desorden de acuerdo a imprevisto
pero el propsito de la actividad se cumpli.
Se identific durante la aplicacin de esta secuencia que los alumnos realizaban
cuestiones de acuerdo a las indicaciones previas de la actividad, adems se favorecieron
actitudes que promueven un ambiente de aprendizaje acorde para el desarrollo de los
alumnos.
Los nios se interesaron en la clase porque es algo diferente a lo que realizan cotidia-
namente, Las enseanzas histricas representan una ayuda para comprender el presente
y al mismo tiempo, para concebir sin profticos dogmatismos el futuro de la nacin
(Torres Bodet, 1944). Mediante la enseanza de la historia se invita a los alumnos a
comprender el funcionamiento del lugar donde viven, las causas y efectos que surgen
atravs del tiempo.
A travs de la enseanza de la historia, se forma en los alumnos una identidad nacio-
nal, una conciencia histrica que le permite valorar las tradiciones y las costumbres
del lugar donde habita.
Lotera
Mediante la aplicacin de la lotera, los alumnos reconocieron causas y consecuencias
de las expediciones martimas de Europa, la mecnica de esta actividad ldica
consisti en integrar los aspectos importantes de las expediciones martimas y presen-
tar un reto cognitivo para los alumnos al momento de leer las tarjetas que integraban
las tablas, se explicaba su significado para que los alumnos identificaran en su carta
si se encontraba la imagen correspondiente o no. Lo anterior permiti a los alumnos
conocer el panorama del tema para ampliar la nocin de ubicacin espacial y temporal.
En esta actividad ldica se observ dificultad al comienzo ya que los alumnos
no estaban familiarizados con el tema, por lo que se les dificult la ubicacin de los
aspectos que se desarrollaron durante el juego.
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Turista
Esta actividad ldica consisti en un tablero en la que se ubicaron casillas con bloques
de preguntas que correspondan al Descubrimiento de Amrica esto integraba un
panorama de ubicacin temporal y espacial del periodo del tema.
La intencin de esta actividad fue ubicar a los alumnos de manera temporal y es-
pacial en el panorama del periodo referente al Descubrimiento de Amrica. Al iniciar
su aplicacin se identific que los alumnos estaban familiarizados con el tiempo en el
que se desarrollaron los eventos que se plantearon como actividad de inicio a travs
de una lnea del tiempo, por lo que el desarrollo de esta actividad fue satisfactorio y se
cumplieron los objetivos propuestos.
Crucigrama
Se utiliz como actividad ldica resolver un crucigrama, esto al igual que la sopa de
letras, tuvo como propsito el manejo de informacin histrica para reconocer los
factores que ayudaron a Hernn Corts en la conquista de Mxico despus de que los
navegantes europeos exploraran las tierras del nuevo continente.
La diferencia en esta actividad fue que los alumnos no tuvieron dificultad en la
bsqueda y anlisis de informacin. La indagacin de aspectos fue de manera propor-
cional y las preguntas planteadas para el crucigrama fueron explicadas de manera ms
detallada para evitar confusiones al momento de que se realiz el trabajo.
Referencias
Carretero, M. (1995). Perspectivas disciplinares, cognitivas y didcticas en la enseanza
de las ciencias sociales y la historia. En: Construir y ensear las ciencias sociales y la
historia. Buenos Aires: Aique, pp. 15-32.
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La enseanza de la historia basada
en problemas en el marco de un proyecto
didctico: reto pedaggico e institucional
en la formacin docente inicial
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1 Direccin General de Formacin Continua de Maestros en Servicio, 2006, Examen Nacional para maes-
tros en servicio Aprender y ensear historia en la educacin bsica Mxico. SEP.
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sulta dificultosa al estudiante dado que sus representaciones no le son suficientes para
resolver esta demanda. La situacin problema se caracteriza por trabajar con un objeto
histrico estudiado por historiadores, del que ya han formulado hiptesis e interpreta-
ciones, sobre el mismo y que permite encontrar o construir puntos de vista, opiniones,
e intereses contradictorios. Se promueve la comparacin entre el cmo fue vivida dicha
situacin y cmo es ahora recuperada (pasado-presente), a travs de la interpretacin
de los que ahora estudian esa realidad. En particular, para este autor, es relevante pro-
mover la confrontacin de la comprensin lograda con el otro-presente, es decir entre
los mismos alumnos y el profesor en diferentes momentos de trabajo con la situacin.
Lo cual detonar el conflicto sociocognitivo, fundamental desde la perspectiva de
Dalongeville, para producir cambios en las representaciones.
El proyecto didctico es un conjunto de experiencias que se definen de manera
anticipada y organizada con un propsito bien definido. Daz-Barriga, puntualiza que el
mtodo de proyectos: Puede tener como propsito el resolver un problema, desentrear
un acertijo, superar alguna dificultad, o tambin hacer o efectuar algo que materialice
una aspiracin o idea (Daz-Barriga, 2006, p. 34). El trabajo didctico basado en pro-
yectos tiene una serie de caractersticas tericas y metodolgicas, pero como plantea
Perrenoud (2000), ste debe adecuarse en los contextos particulares de implementa-
cin. Se busca movilizar saberes y recursos cognitivos a partir de enfrentar desafos que
importan al alumno: aprender o comprender algo y alcanzar una meta, obteniendo la
satisfaccin del trabajo cumplido. Implica enfrentarse a obstculos reales propios de
ladel trabajar con otros.
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E j e T e m t i c o : I n n o va c i o n e s d i d c t i c a s pa r a l a E n s e a n z a d e l a H i s to r i a
con los grupos a mi cargo. Este proceso fue paulatino, ao con ao, se fueron proban-
do actividades aisladas con los grupos como parte del trabajo docente, pero fue hasta
el ciclo escolar 2010-2011, que se decidi implementar esta modalidad en el marco de
un proceso de investigacin ms amplio como parte de estudios de doctorado, en que
se aborda su anlisis con un enfoque cognitivo. Enfocando la experiencia desde una
mirada de prctica docente desde la investigacin- accin, la pregunta central de la
experiencia es: Cules son sus los alcances y limitaciones al implementar una innovacin
didctica en el mbito de formacin docente, que implica movilizar no slo saberes, sino
prcticas institucionalizadas?
Esta pregunta resulta relevante en el marco actual de reformas curriculares que pre-
tenden movilizar formas de enseanza. Al disear y proponer el proyecto a los actores
institucionales (estudiantes, maestros, directivos) se esperaba aportar la posibilidad de
experimentar con una innovacin didctica institucional. Se saba que el trabajo sera
arduo y que implicara un fuerte compromiso como docente-investigador, pero, dado
el ambiente de trabajo con el que se haba trabajado aos atrs, se pens que la pro-
puesta sera apoyada y bien recibida.
Mtodo
Lo participantes fueron estudiantes de la licenciatura en educacin primaria y preesco-
lar. La experiencia se focaliz en dos subgrupos: uno de la licenciatura de educacin
primaria conformado por 9 estudiantes y 6 de preescolar. Todos cursaban el 5 semes-
tre (de los 8 semestres del programa). En total participaron 15 estudiantes, (14 eran
mujeres y 1 varn). Su edad era entre 21 y 38 aos de edad, siendo la media 23 aos.
El anlisis de la experiencia didctica, que aqu se comparte, pone el foco en el
diseo y aplicacin de la propuesta didctica en un contexto natural, recuperando los
aprendizajes obtenido de la experiencia misma.
Contexto institucional
La experiencia se llevo a cabo en una escuela normal particular, ubicada en el Estado
de Quertaro, en la que se ofrece varias licenciaturas en educacin, entre ellas educa-
cin primaria y preescolar. Esta escuela, sigue el programa oficial de la Secretara de
Educacin Pblica. Los profesores son en su mayora egresados de escuelas normales.
La mayora, al momento de la experiencia, tenan mnimo 8 aos de laborar en la
institucin, pero hay varios que tenan aproximadamente 20 aos en dicha institucin.
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Tcnicas
Se recuperaron producciones escritas de los sujetos y reflexiones orales, as como cues-
tionarios, y se llev un registro a manera de diario de trabajo. Para esta ponencia slo
se retomaron sentidos construidos a partir de los comentarios de los participantes y lo
observado durante el trabajo.
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Estrategia didctica
Diseo y preparacin
El objetivo del proyecto didctico fue que los sujetos-estudiantes tuvieran un acerca-
miento a la historia desde un mtodo especfico, basado en la formulacin de interro-
gantes, formulacin de hiptesis, la bsqueda de informacin (fuentes histricas),
que a la vez les sirviera de base para comprender formas innovadoras de ensear la
historia acorde con los enfoques didcticos reportados en la literatura sobre el tema.
El tema central fue: El agua en Quertaro, tomando como eje los cambios en la ex-
traccin, distribucin y abasto del agua (siglo XV al siglo XX). Se retom este aspecto
de la historia de la regin, por considerar que sera potencialmente significativo para
los sujetos-estudiantes.
Cabe resaltar que si bien no todos los sujetos son originarios de Quertaro, la ubi-
cacin geogrfica de la institucin as como su historia est vinculada con el tema del
agua, dado que el edificio es la instalacin de una antiguo molino y fbrica textil loca-
lizada al borde de un cauce denominado Ro Quertaro. El tema del agua, adems de
ser un asunto de inters y preocupacin global, se vincula con los objetivos de ensean-
za del sistema educativo referente a fomentar la conciencia ecolgica. En la regin se
viven actualmente problemas de abasto de agua potable. La situacin problema eje del
proyecto fue: De dnde viene el agua que consumimos diariamente?, por qu dicen
que se est acabando?, antes de dnde vena?
Este tema tambin se eligi con base en las recomendaciones de Dalongeville, quien
seala que el tema-problema para ser abordado didcticamente en los niveles pre uni-
versitarios, deber ser un tema ya estudiado por expertos y de los que existan fuentes
primarias y secundarias accesibles a los estudiantes. Como parte de diseo de la pre-
sente investigacin, la investigadora-docente, localiz y analiz previamente la fuentes
primaria y secundarias en relacin al tema.
El producto final esperado eran narraciones explicativas de algunas situaciones eco-
nmicas, polticas y sociales que llevaron a modificar el sistema de distribucin del
agua a travs del tiempo. Estas narraciones tendran que apoyarse en material didcti-
co. EL proyecto didctico se pens inicialmente como el eje de trabajo del programa de
Historia y su enseanza II, pero considerando que el tema central del Circuito Infantil
sera el medio ambiente, el proyecto fue propuesto a la directora de las licenciaturas
mencionadas, como taller de Historia y Geografa, siendo aceptada la propuesta. Se
pens que de esa manera los estudiantes podran darle mayor sentido al producto
esperado, dado que se presentara con nios.
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Implementacin
Fase 1. Problematizacin y consulta de fuentes
El propsito era brindar elementos que movieran a los sujetos-estudiantes a la reflexin
en relacin al agua como problema social, lo cual les motivara y orientara en la consulta
de fuentes de diversos tipos. A la vez, se busc identificar sus ideas previas en relacin
al tema y en relacin a la Historia.
Se tuvieron plticas con expertos en el tema: Un bilogo especialista en el manejo
de cuencas; un gelogo, trabajador jubilado de la Comisin Estatal de Agua (CEA),
encargado de la perforacin de pozos en los aos sesenta y trabajadores actuales de
la CEA responsables de perforar pozos, potabilizar el agua y fomentar la cultura del
cuidado del agua. Posterior a la conferencia del bilogo, se realiz con el grupo de
primaria una sesin de anlisis y discusin del tema. Al final se les pidi a los sujetos-
estudiantes redactaran preguntas sobre el agua que pudieran ser respondidas a travs
del conocimiento histrico.
Se les proporcion el programa de trabajo por escrito y la lista de materiales dis-
ponibles en la biblioteca exclusivos para este proyecto. Se les pidi integraran en una
carpeta de evidencias todo el material que se fuera produciendo, as como sus reflexio-
nes. Posteriormente se les pidi a los estudiantes contestaran un cuestionario de ideas
previas.
Como parte de la introduccin al material grfico y bibliogrfico, se les mostraron
mapas histricos de la regin (pinturas) como ejemplos de fuentes primarias.
En otra sesin, se realiz un recorrido fsico por puntos de la ciudad y sus alrededores
considerados clave para entender la historia de la distribucin del agua. Al final del
recorrido se les pidi que leyeran el texto: Landa Fonseca, C. (2004) Agua y Conflictos
Sociales en Quertaro
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Experiencias relevantes
La participacin de los 9 estudiantes del grupo de primaria fue constante, pero con
diferente nivel de compromiso. Hacan todas las actividades solicitadas, por momentos
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se mostraban con mucho entusiasmo y en otros, con cierta pasividad y ausencia. Por
lo menos cinco mantuvieron la motivacin durante todo el proceso. Al final, todos
quedaron muy satisfecho con el trabajo realizado y los aprendizajes obtenidos. Las 3
estudiantes que participaron directamente en la fase 2, s se involucraron incluso ms
all de los tiempos de la actividad, buscaban material y se apoyaban entre s. Acepta-
ban la ayuda que les brindaba el docente-investigador para ir construyendo un relato
explicativo y reflexivo, incorporaban la informacin que haban estado obteniendo a
travs de las fuentes histricas. Iban haciendo adecuaciones a su discurso, formulando
cuestionamientos hacia los nios, analogas y utilizando material de apoyo comple-
mentario tales como fotografas antiguas y actuales. Se puede afirmar asumieron el
compromiso cognitivo que representaba el proyecto. Haba un contrato didctico. En el
anlisis de sus producciones se observ un impacto en sus ideas sobre la Historia y en
sus ideas sobre la enseanza.
Con las estudiantes de preescolar se vivieron situaciones de mucha tensin sobre
todo con la docente-investigador. Si bien al principio se mostraron entusiasmadas con
el proyecto, al mostrrseles todo el programa, expresaron que era demasiado trabajo.
Se les invit a participar en las actividades y se busc tiempos para trabajar con ellas
directamente y medios para mantener la comunicacin (va correo electrnico). Partici-
paron en las plticas con expertos y a la dems actividades no asistieron, ni contestaron
a los mensajes va electrnica. Durante la preparacin del material, por momentos
expresaban iniciativas personales, pero en general, fue difcil que realizaran el trabajo
con calidad o que dedicarn ms tiempo del establecido en el horario escolar. Por
lo general, sus narraciones eran de tipo descriptivo y anecdtico. No pedan ni acep-
taban intervenciones de la docente- investigadora en el contenido de sus narraciones.
Su actuacin con los nios en general era adecuada, en cuestin de tono de voz,
gesticulacin; en el caso de los de preescolar, utilizaron un mueco de peluche como
narrador. Lograban captar la atencin de los nios.
En relacin a las maestras participantes tambin hubieron diferencias en su nivel de
involucramiento y de participacin. La maestra de espaol, apoy en todo momento a
la docente-investigadora y a las monitoras, con el fin de que el trabajo resultara lo mejor
posible. La maestra en Historia, en un principio mantuvo distancia con el trabajo, incluso
en sus participaciones iniciales expresaba escepticismo con la propuesta. En la medida
que se fue avanzando y se fueron concretando las producciones, su actitud fue cambian-
do, tratando de apoyar ms directamente o buscando quien nos ayudara. En general,
mantena una buena relacin con las estudiantes de preescolar, evitando confrontacin.
En general, se percibi tensin al interior del equipo de trabajo y al exterior. Los
alumnos reportaban que hubieron maestros que les pedan realizar actividades no pla-
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neadas, siendo interpretado esto por parte de los mismos estudiantes como una manera
de obstaculizar su participacin en la actividades del proyecto. Esta situacin implic
para los estudiantes de primaria, adems de enfrentar el reto del mismo proyecto, res-
ponder a la demanda de los otros profesores. Se vivieron situaciones que me llevaron
a identificar que los profesores pensaban que la investigacin doctoral se basaba en
el trabajo con el taller, lo cual les provoc incomodidad. Los estudiantes reportaron
comentarios tales como: los estn utilizando y sobreexplotando. Falt comunicacin
y negociacin por mi parte hacia los dems maestros de la institucin, dado que en un
principio no la cre necesaria. Supuse que les parecera interesante la propuesta.
En la realizacin del proyecto se enfrentaron varias dificultades: Las inherentes al
proyecto:
a) Limitantes de tiempo dentro del horario escolar para realizar todas las activida-
des que se requeran (consulta de fuentes, discusin, elaboracin de material).
b) Ante esta limitante, la organizacin del currculum por materias, coadyuva a
conflictos por ganar bienes: tiempo y el inters de los propios estudiantes.
c) Falta de espacios y de actitudes para el trabajo colegiado. En esta institucin se
paga por hora-frente a grupo, pero a al vez el trabajo exige que se hagan mu-
chas actividades fuera del horario remunerado, provocando tensiones y desgaste
fsico y emocional.
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de la educacin bsica. Mxico, Subsecretaria de Educacin Bsica.
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MTODO DE PROYECTOS: UNA OPORTUNIDAD
PARA DESARROLLAR LA COGNICIN
Y REPENSAR LA HISTORIA DE MXICO
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Y cuando acabemos de ver las dramatizaciones qu vamos a ver sobre nuestra inte-
resante historia maestra?
Pues qu sigue despus de la Colonia? le respond yo, retando a su comentario sarcstico.
La independencia! respondieron al unsono sus compaeros, con el menor indicio de
gusto.
Ay no, otra vez, maestra, es que siempre es lo mismo!- agreg otra de ellas con un
fuerte tono de disgusto.
En ese mismo momento dije hacia mis adentros es hora de trabajar con mtodo de proyectos.
Pero cul es la razn por la que apost por el mtodo de proyectos para redireccionar
el proceso de aprendizaje en mi curso de Historia de Mxico? A continuacin har al-
gunas precisiones necesarias al respecto.
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Sin embargo, el comentario que realmente vendra a dejarme sin palabras apenas vendra:
Bueno, bueno, la maestra ha hecho todo lo que ha podido porque aprendamos con
actividades divertidas e interesantes para chavos de nuestra edad- dijo una de las nias
ms aventajadas en el grupo dirigindose a sus compaeros, de los cuales varios asintie-
ron aprobando su comentario, pero luego volvindose hacia m, agreg- De eso nos
damos cuenta maestra, no se preocupe, lo sabemos y le agradecemos su esfuerzo, y las
actividades nos gustan, pero la Historia de Mxico sigue siendo la misma aburrida y que
oculta muchas verdades.
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Desde la perspectiva disciplinar, esta idea es difundida por la escuela de los Annales,
que da paso a una ideologa de Historia renovada, integral y ms cientfica en cuanto
al uso de tcnicas y mtodos y, lo principal, deja de lado al parroquialismo, del cual el
Positivismo la hizo presa, para abrirse a los contactos renovadores con las otras ciencias
sociales; es decir, una historia que pudiera captar en su totalidad la compleja realidad,
pero sin soslayar los procesos particulares o de pequea duracin (Salazar, 2001,
p.46). Se enfocaban bsicamente a la construccin de una historia global que conside-
rara dentro de su estudio elementos materiales y espirituales adems de lo econmico
y lo mental. Surgen entonces planteamientos como la Historia vista desde la Vida Coti-
diana, la Historia de las Mentalidades y la Historia de las Mujeres, cualquiera de ellas
buscaba romper con las visiones fragmentadas, fras y semihumanas en el estudio
de lo histrico.
Adems, identificamos que el Programa de la asignatura (SEP, 2011) enfatiza la im-
portancia de ayudar a los estudiantes a establecer vnculos de empata con la gente
que fue protagonista de nuestra historia pero que no siempre ha sido reconocida en la
historia oficial, considerando las caractersticas de su contexto no slo relacionadas a
sucesos histricos de gran impacto o alcance, sino aqullas de su vida diaria que pueden
referirse a sus costumbres y tradiciones, sus problemas sociales, polticos y econmicos,
las enfermedades o padecimientos existentes, la gastronoma, la moda, los entreteni-
mientos, el tipo de educacin, los convencionalismos sociales, los trabajos o ocupacio-
nes ms presentes, entre otras tantas cosas que constituyen la Vida Cotidiana de cierto
periodo histrico. Y es que justamente ese es el nombre del enfoque de la Historia que
se pretendi promover como fundamento disciplinar de la enseanza de la asignatura:
la Historia de la Vida Cotidiana a travs del Mtodo de Proyectos.
La Historia de la Vida Cotidiana se encarga de estudiar aspectos como la vida
comn de la gente, sin interesar si se trata de los hroes reconocidos o los hroes
annimos (Arquehistoria, 2011), lo que se destaca es lo vivido por ellos en sus diferen-
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Mi primer encuentro con el Mtodo de Proyectos fue durante mis estudios de maes-
tra en el ao 2008. Sin embargo su implementacin en mi prctica docente no se
dio sino hasta comenzar a laborar en la secundaria del Colegio Bilinge Paids en el
ao 2009. Desde sus inicios, esta institucin ubicada en la ciudad de Veracruz, se ha
preocupado por trabajar de forma innovadora con los nios y adolescentes que a ella
asisten tratando de impulsar el desarrollo de sus inteligencias y promoviendo la genera-
cin de aprendizajes significativos. En palabras de la Directora Acadmica del Colegio,
desarrollar proyectos de investigacin fue una decisin comunitaria para promover la
prctica de procesos sistemticos de investigacin en lugar de la simple bsquedade
informacin impuesta casi siempre por el profesor, pero sobre todo, se deseaba brin-
darles a los estudiantes una oportunidad de aprender lo que realmente les interesa
saber sobre ciertos temas escolares y motivar al estudiantado a transitar por rutas de
aprendizaje diversas en las que aprendan a desarrollar su autonoma, para garantizar
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En tal idea, la autora nos indica el proceso que propone para llevar a cabo el Mtodo
de Proyectos, y que en la experiencia que a continuacin les compartir, se inte-
gr para innovar la propuesta que en el Colegio ha ido evolucionando, pero que los
muchachos tenan tan asumida que se haba convertido en una tarea rutinaria y poco
motivante. Tal fenmeno, nos impuls a realizar cambios en el proceso, que afortuna-
damente resultaron benficos.
As pues, ante el problema de la nula disposicin de mis estudiantes hacia el apren-
dizaje de la Historia de Mxico, puse manos a la obra y comenc una revisin de
materiales y recursos educativos como novelas histricas, videos, enciclopedias, libros
escolares, pginas de internet, entre otros para comenzar a plasmar en papel las
ideas que iban surgiendo. El tema generador fue La Independencia de Mxicoy el
proceso se detalla a continuacin.
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C ategoras y temas de inters establecidos por los estudiantes para sus proyectos
Temas/preguntas Armas utilizada en la Mitos y leyendas de la Inde- Cmo influy la poca de la Inde-
de investigacin Independencia. pendencia. pendencia en la actualidad.
planteados por los La primera vez heroica de Vera-
alumnos. cruz (1825).
Temas/preguntas Formas de entreteni- Qu comidas fueron creadas Cules eran los lugares ms
de investigacin miento. en ese tiempo. famosos en esa poca.
planteados por los Deportes en la Indepen- La vida de las prostitutas en La Catedral de Veracruz en los
alumnos. dencia. esa poca. tiempos de la Independencia.
Msica popular en la Convencionalismos sociales Cules son los lugares de Vera-
Independencia. de la poca. cruz que existen desde la Inde-
Bailes tpicos en esa Los peores trabajos en esa pendencia.
poca. poca (mal vistos). Callejuelas y plazuelas de Vera-
Centros de entretenimien- Qu hacan los nios en la cruz en la Independencia.
to de esa poca. Independencia. Exista el edificio de Bachilleres
Cmo se divertan los Modas y estilos en la Inde- de Veracruz en la Independencia.
indgenas y los ms ricos pendencia.
de la nueva Espaa. Cules eran sus costumbres,
tradiciones y fiestas (de
indgenas y de los ricos).
Cmo era la vida cotidiana
de los indgenas.
Temas/preguntas Quin fue la esposa de Diferencias en la vida de Inventos hechos o creados duran-
de investigacin Andrs Quintana Roo. los nios indgenas y nios te la guerra.
planteados por los Cmo era la vida comn criollos. Qu armas de fuego se utilizaron
alumnos. de Josefa Ortiz de Do- Diferencias en la educacin en la Independencia.
mnguez. de los nios indgenas y Equipamiento utilizado durante
El rol de Hidalgo durante criollos. la guerra.
la Independencia. Qu sucedi con los indge-
Personajes de los que no nas despus de la Indepen-
se sabe. dencia.
Qu pas con los hijos de Verdades ocultas en la Inde-
Hidalgo. pendencia.
Quines eran los artistas Cules eran las restricciones
ms populares en Mxico a la hora de vestirse segn la
de ese tiempo. clase social.
Quin es Andrs Quintana
Roo.
Si podemos darnos cuenta las preguntas o subtemas son muy diversos, no hay res-
tricciones para plantear sus cuestionamientos, lo que se trata de promover es una
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La vida de Don Miguel Hidal- Cuando expusimos los temas Me falt informacin sobre
go pues conoca ciertamente (en los grupos pequeos) los personajes de la Inde-
muy pocas cosas sobre l, su porque se investigaron cosas pendencia as que empezar
vida estuvo llena de momentos que ocurrieron durante la a hacer el proyecto desde el
importantes y significativos. Independencia y son datos que da que lo encarguen.
La vida de Miguel Hidalgo uno pasa por alto. Pues un poco en la informa-
porque fue muy interesante, En los captulos del programa cin, traer datos ms deta-
hizo muchas cosas que se o novela porque en la materia llados y ms cosas.
supone no podan hacer. es ms sencillo observar y En el producto porque no
Me ha llamado la atencin escuchar. fue lo pensado al principio
Leona Vicario porque fue una Con los videos de Gritos de ya que me dio o se dio pesa-
de las mujeres que aportaron Muerte y Libertad, el de dez en la elaboracin de ese.
a la guerra. Josefa y Leona Vicario, pues Fall en encontrar ms in-
Mitos y leyendas, porque en en ellos daban varios detalles formacin sobre estrategias
mitos se aprenden o se oyen sobre distintos episodios de la militares y leyendas, pero lo
chismes muy interesantes so- Independencia. corregir pasando ms tiem-
bre lo que se deca o se haca En lo que investigamos indi- po buscando informacin en
en la Independencia. vidualmente porque puede internet y en la biblioteca.
La vida de Hidalgo, no saba investigar ms detalladamente Segn mis consideraciones,
que fuese mujeriego ni que tu- y me pude concentrar ms. lo que fall fue que no in-
viera hijos, su vida se me hizo Siento que he aprendido ms vestigu todo lo planeado,
muy interesante y tambin la en la parte de la presentacin me falt investigar de la
parte de la investigacin se me de los proyectos, pues mis vida de las prostitutas en
hizo muy interesante. compaeros investigaron cosas loa Independencia, pero lo
interesantes. har para la segunda ronda
de investigacin y tratar de
hacerlo bien.
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Durante el desarrollo del Cuando empezamos el proyecto, para Que hay datos en la historia que no
proyecto formul y respond conocer ms a fondo el tema. son datos a la luz, lo cual hace que la
interrogantes sobre la vida de Viendo la pelcula de Miguel Hidalgo. historia se vea con otros ojos.
los seres humanos de otros Cuando un alumno pasaba a observar Aprend que la historia no la hace un
tiempos? el trabajo hacan preguntas interesantes solo hombre, sino la colaboracin de
acerca de los personajes histricos. todos la hace posible.
En las investigaciones de proyectos. Muchos datos curiosos que no mues-
Cuando la maestra nos puso a leer libros tran en los libros de historia.
sobre historia.
Cuando investigu sobre la educacin
y juegos en la Independencia.
Seleccion, organic y clasifi- Igual, al comienzo del proyecto, para Aprend cosas que no saba.
qu informacin relevante de poder escoger mi tema. Pues que organizar y clasificar me
testimonios escritos, orales y Pues para que toda nuestra informacin ayud mucho para no enredarme
grficos, como libros, manus- est bien organizada y para que cada con otras cosas y tambin tuve muy
critos, fotografas, vestimenta, quien supiera de dnde lo sacamos, buena informacin sobre la historia.
edificios, monumentos, etc. en cmo lo organizamos, etc. Cmo apoyarme de mis compaeros.
la elaboracin de mi proyecto? Cuando trajimos informacin y la socia- Que la historia es como un rompeca-
lizamos. bezas que conforma fechas, perso-
Cuando elaboraba mis diapositivas y el nas, lugares, etc. y juntos forman un
proyecto escrito. gran libro, ancdota, etc.
Al momento de recopilar informacin Aprend a organizar toda la informa-
para responder mis preguntas de inves- cin, pero a veces no la encontraba
tigacin. completa.
Cuando hicimos el cuerpo del trabajo. Saber clasificar y organizar infor-
macin.
Analic, compar y evalu Al transcurso de la investigacin vimos Que sin darnos cuenta, en cada clase,
diversas fuentes e interpreta- pelculas, lemos cuentos, conversamos comparamos fuentes, ya que un libro
ciones sobre hechos y procesos sobre lo que aprendimos. o una pelcula son fuentes; hasta al
del pasado para responder Para poder tener una visin ms amplia platicar enriquecemos nuestro cono-
mis preguntas de investigacin respecto al tema y las diferentes versio- cimiento.
tanto individuales como de nes de mi leyenda. Saber de dnde sacara informacin.
equipo? En el transcurso del proyecto, en espe- A no enfocarme en una sola cosa.
cial cuando empezamos a socializar. Aprend a analizar pero no fue fcil.
Cuando investigu acerca de los perso-
najes histricos.
Cuando investigu la primera etapa del
proyecto.
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Comprend que en la historia Pelcula de Miguel Hidalgo y novela. Si porque realmente hay muchas co-
no existe una verdad absoluta Cuando me di cuenta que haba ms de sas que no conocemos con exactitud.
y nica? una versin sobre un mismo hecho. Que nunca hay que creer en una
Cuando le uno de los libros que nos sola cosa.
encarg. Que los libros de historia escolares
Siempre, porque no sabemos a ciencia estn muy mal informados.
cierta cmo fue. Comprender la historia.
Cuando investigu que no todos los Que no todo es blanco y negro en
buenos son buenos y los malos no son la vida.
tan malos. Muchas historias son cuentos que
se pasan de boca en boca y puede
llegar a ser cambiada. Al mismo
tiempo, al estar el gobierno involu-
crado pudiera ser trastornado en su
beneficio.
Algunas conclusiones...
En palabras de los estudiantes... y la docente
A manera de conclusin, me permitir retomar primeramente, algunos comentarios ob-
tenidos entre mis estudiantes despus de implementar esta estrategia. El primer grupo
de conclusiones son una expresin respecto a las ventajas que los adolescentes encuen-
tran a trabajar con el Mtodo de proyectos para el aprendizaje de la Historia de Mxico:
Con este tipo de proyectos podemos conocer ms a fondo la historia de nuestro
pas y lo hacemos de una forma entretenida y ms bonita, porque todos siempre
intentamos presentar proyectos dinmicos y divertidos.
Que el estudiar y comprender las problemticas y situaciones se vuelve menos
tedioso teniendo materiales interesantes e interactivos.
Investigo lo que yo quiero y lo puedo presentar de manera fcil.
Me ayuda a ampliar mis conocimientos sobre la historia de mi pas, basndome
no slo en mis ideas sino tambin en mis compaeros.
Aprendo muchas cosas al buscar informacin de los temas que me gustara inves-
tigar y luego del que eleg.
Por otro lado entre las dificultades que reconocen en la realizacin del proyecto se
encuentran que:
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Te das cuenta lo corrupta que est la educacin (por lo que se ensea en los libros
escolares).
Estar buscando la informacin es un poco difcil y tedioso porque de algunos
temas hay muy poca informacin o encuentras cosas poco confiables.
En opinin de los adolescentes, aprender por proyectos es una opcin que les ayuda
a ver la Historia de Mxico de forma diferente en contraste de cuando se utilizan otras
formas de enseanza, pues:
Tambin es importante enfatizar que entre los cambios respecto a la opinin sobre la
Historia de Mxico los alumnos lograron:
Aprender que la historia siempre se repite y que se pueden hacer varios cambios
si todos participan.
Ver a la historia diferente porque hemos aprendido, visto y ledo muchas cosas
que hacen ms ameno el aprendizaje. Leyendo cuentos, viendo pelculas y videos
es la mejor forma de aprender quieren que la veamos. Por ejemplo, sobre la vida
de la mayora de los personajes, yo no saba casi nada de ellos ni me interesaba
pero conforme avanzaba el proyecto cambi mi punto de vista.
Aunado a lo expresado por los chicos, como docente puedo manifestar que elegir
trabajar con esta opcin implica tambin asumir el rol de investigador, por ejemplo
en cuanto a la revisin de fuentes de informacin, pues as como los chicos eligen
sus temas e investigan es importante que uno tambin procure ampliar sus marcos de
referencia. Cuidado especial merece la seleccin de actividades de induccin o expe-
riencias exploratorias pues son ellas las que detonarn, en mayor medida, los intereses
de los muchachos y justamente en esa parte est, desde la experiencia personal, unade
las principales claves del xito del proyecto de investigacin, pues en realidad el estu-
diante debe estar interesado y motivado para la bsqueda de informacin, ya que de
esta forma se garantiza el esfuerzo por aprender sobre el tema y realizar una bsqueda
profunda del mismo.
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Historia. Mxico: Secretara de Educacin Pblica.
560
Eje Temtico:
Enseanza de la historia
y formacin ciudadana
561
La enseanza de la historia del entorno
sociocultural y su contribucin
en la construccin de la identidad comunitaria
en alumnos de educacin primaria
Introduccin
En la historia educativa reciente de nuestro pas, para ser ms precisos en los tres
ltimos aos, se ha realizado un esfuerzo reformista en el currculum de la educacin
destinada a modernizar todo el sistema, actualizando los contenidos y prcticas peda-
ggicas, as como los contextos de aprendizaje. Esta reforma busca adecuar el sistema
educativo de manera tal que responda a los desafos y demandas ms crecientes de una
sociedad cambiante y globalizadora.
En este sentido, el contenido de lo social y lo cultural, relativo a los aos de edu-
cacin primaria, se encuentran implcitos en las asignaturas de historia, geografa y
educacin cvica y tica, para los que cursan de tercero a sexto grado; y para los ms
pequeos, en la materia llamada Exploracin de la naturaleza y la sociedad.
Enterarse cmo se encuentra actualmente el aprendizaje de los conocimientos so-
cioculturales, no es una tarea difcil. Un botn de muestra de que las cosas no andan
muy bien en el aprendizaje de estas asignaturas, son los resultados nada satisfactorios
de la prueba enlace aplicada en el ao 2010 a alumnos de tercero a sexto grados de
educacin primaria. En ese ao de celebraciones nacionales se incluy por primera vez
la asignatura de historia. Los resultados sealaron que 79.1 por ciento de los estudian-
tes quedaron en el nivel de insuficiente o elemental (sep, 2010), muy por debajo de los
exmenes de espaol, matemticas, ciencias (aplicada en 2008) y de formacin cvica
y tica (aplicada en 2009).
Ante estos magros resultados, surgen las preguntas: qu tipo de conocimiento
sobre el estudio de la sociedad se est enseando en las escuelas?. Y es significativo
lo que aprenden los nios de tal manera que les ayude a valorar su cultura local?
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Con base en lo anterior, el objetivo de esta ponencia es describir y analizar las ca-
ractersticas de la enseanza de la historia del entorno sociocultural e identificar el tipo
de educacin que se promueve en las aulas enfatizando el proceso de construccin de
la identidad de los alumnos.
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elementos activos y con valor propio. De todos los entornos socioculturales, cuatro
impactan de manera directa a los alumnos de educacin primaria.
En primer lugar debemos mencionar al entorno familiar. La familia, para Floren-
zano y Valds (2005), es un elemento indispensable para el desarrollo del individuo.
Representa la matriz psicosocial que forma al individuo y el ncleo de la humanizacin,
individualizacin y personalizacin; sirve para crear un aparato mental sano y estable,
con capacidad para la toma autnoma de decisiones y de poder enfrentar los desafos
y conflictos que la vida trae consigo y que incluye relaciones tanto con los padres, como
con los hermanos. Son varios los motivos que dificultan una ptima socializacin en
este entorno: la falta de tiempo para la convivencia, las mltiples ocupaciones de los
distintos miembros de la unidad familiar, la falta de formacin, los aspectos culturales,
los procesos de crecimiento y autoafirmacin de los jvenes y adolescentes, etctera,
todos han contribuido y condicionando los procesos de socializacin primaria en el
entorno familiar.
La escuela, como segundo entorno sociocultural, tambin se ha convertido slo en
una propuesta de aprendizaje cognitivo que olvida los aspectos relacionados con la
educacin integral de los individuos. La escuela tiene un importante papel social por
lafuncin que ejerce en la formacin de las nias y nios. Resulta ser un espacio en
donde se realiza dentro de un marco formal uno de los mbitos del proceso cultural que
tiene una importante trascendencia del cmo los educandos perciben y experimentan
la realidad sociocultural, pues como seala ngel Prez Gmez: La escuela y el sistema
educativo en su conjunto, pueden entenderse como una instancia cultural entre los sig-
nificados, sentimientos y conductas de la comunidad social y el desarrollo particular de
las nuevas generaciones [] Tiene adems tres funciones complementarias: la funcin
socializadora, la funcin instructiva y la funcin educativa. (Prez Gmez, 1998).
La escuela se encuentra entonces frente a una encrucijada, ya que, dado su carcter
oficial, contribuye a la construccin de identidades, pero a su vez, debe ahora super-
poner nuevos conocimientos validados en instancias globales: acadmicas, polticas,
administrativas (Carretero, 2007).
La comunidad, el tercer entorno, se constituye en un elemento privilegiado para
las relaciones entre iguales, las amistades, la creacin de identidades locales y para el
desarrollo de una cultura propia. Hoy, se ha ido condicionando cada vez ms por unas
nuevas estructuras urbansticas, unas nuevas coordenadas espaciotemporales que diver-
sifican y alejan los espacios de encuentro, relacin, trabajo, identificacin y desarrollo
cultural.
Hay que agregar un cuarto entorno: el meditico de las nuevas tecnologas de la
informacin y la comunicacin, las cuales estn creando una nueva visin de la reali-
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La construccin de la identidad
La identidad no es slo lo que diferencia a unos de otros, sino que incluye a otros fac-
tores que la conforman.
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A manera de conclusin
El proceso de construccin de la identidad ya se contempla en el Plan de Estudios 2011
de Educacin Bsica (sep), esto desde el campo formativo llamado Desarrollo personal
y social en preescolar, y continuar, en la asignatura de Formacin Cvica y tica, tanto
de primaria como de secundaria, el proceso de construccin de la identidad personal
y de las competencias emocionales y sociales que iniciaron en preescolar.
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Esto significa que existe una preocupacin por la construccin de la identidad, pro-
ceso en el que tanto la familia, la escuela, los grupos, la comunidad y el entorno so-
ciocultural tienen vital importancia. A lo anterior, debemos agregar la fuerte influencia
que los medios de comunicacin y las tecnologas de la informacin ejercen sobre la
decisiones y el proceso de construccin de la identidad.
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iteso
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La historia de Mxico en la construccin
de la identidad en los jvenes de secundaria
Pues la Escuela es la instancia mediante la cual el Estado difunde e inculca entre sus ciudadanos,
de manera ininterrumpida, generacin tras generacin, su deseo de seguir siendo la nacin que
ya es (Ruiz, 2010, p. 40), por lo que se constituy comoel brazo derecho del Estado y la
historia escolar, como una herramienta imprescindible, y eficaz para la invencin de la nacin
en sus diferentes etapas (Carretero, 2007, p. 294).
Aunque si bien es cierto que los intereses del Estado originaron y difundieron un tipo
de historia enunciar que la misma pretende per se la produccin y la reproduccin de
un discurso tendencioso sera tanto como desacreditar su presencia, pero tambin es
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verdad que la historia ha sido un instrumento para modelar la conciencia colectiva de (un)
pas y despertar la lealtad de sus habitantes hacia el Estado-nacin (Vzquez, 1975, p. 10).
Lo que sin duda sucede es que la historia est ntimamente ligada con el sentido
que se concibe de los hechos y de las coyunturas histricas, es decir, el pasado est
atravesado por una intencin; y esta se expresa al reconocerlo; pues sin duda la histo-
ria es una de las formas en las que la sociedad transmite, intencionalmente, a las nuevas ge-
neraciones la red articulada de smbolos que constituyen la verdad bsica de los ciudadanos
acerca de su propio pas (Vzquez, 1975, p. 1). Aunque parece evidente que el discurso
histrico se construye desde intereses polticos, por que sirve al Estado, lo que el cam-
po escolar ha olvidado es reconocer que la historia la que se ensea es la historia del
pensamiento, y la historia es la reproduccin en la mente del historiador del pensamiento
cuya historia estudia (Carr, 1987, p. 29) y por tanto todas las interpretaciones histricas
inclusive las escolares incluyen siempre juicios de valor (Pereyra, 1980, p. 28).
El dilema de la historia no es el de elegir entre su permanencia o eliminacin, y
mucho menos el de su objetividad aunque este ltimo tambin sea vlido: la pre-
gunta vertebral no debe ser Qu historia ensear? Sino Para qu ensear historia? Lo
valioso de esta problemtica no radica negar una realidad para imponer otra, lo verda-
deramente valioso consiste en reconocer la realidad para actuar al servicio de la misma.
El gran reto de la disciplina hoy parece ser el de asimilar que:
Los productos de la historia son construcciones que tienen fecha de caducidad: porque los
problemas del pasado que requieren explicaciones cambian en cada presente, porque las teoras,
los mtodos y las tcnicas cambian, porque los retos del pasado cambian de significacin en
relacin con lo que sucede en el futuro de esos acontecimientos (Rosa, 2006, p. 42).
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ticas ajenos a los procesos de construccin del discurso histrico, en lo que hace referencia al
uso de fuentes, modelos de interpretacin y formas de argumentacin (Vega, 1999, p. 26).
Por lo que:
Aun as, hoy la historia representa un campo de tal importancia que muchos de sus
debates emanan fuera del mbito educativo; pues queda claro que lo que est en juego
no es la didctica de clase sino la presencia de diversos intereses concentrados en el apara-
to del Estado (quien) trata de controlar el pasado, al nivel de la poltica prctica y al nivel de
la ideologa, a la vez (Chesneaux, 1977, p. 29). Por lo que Estado tiene la necesidad de
apuntalar desde sus diferentes mbitos en la construccin y reproduccin de un sentido
de verdad que lo legitime; en donde la enseanza de la historia se presenta como un
escenario potencial. De esta forma el problema de la historia en la escuela parece poner
en juego no slo metodologas y contenidos didcticos, sino tambin una serie de cuestiones
que dan cuenta del valor que cada sociedad le da al conocimiento del pasado en su pacto
presente (Carretero, 2007, p. 63).
Cul es entonces el valor que desprende el pasado? Si bien, lo que el Estado persi-
gue es su aprobacin pero sobre todo su continuidad la historia parece muy eficaz para
hacernos sentir miembros de grupo con el que compartiros algo, que por regla general,
est formulado en un relato primigenio, adems, ese mismo relato nos separa de aquellos
que no pertenecen al grupo (Carretero, 2007, p. 35). As, este valor est constituido por
una capacidad homogenizante y cohesionadora a nivel social, por lo que el pasado se
convierte en un capital apropiado por el Estado; una especie de verdad que vincula
grupos diversos pero que sobre todo les otorga una proyeccin futura, es decir, les
otorga una identidad en comn.
Por esta razn la historia procur adoptar en el diseo de los contenidos disciplina-
res marcos amplios; que permitieran abarcan a la mayor cantidad de la poblacin as
como hechos histricos especficos; con la finalidad de construir referencias o puntos de
anclaje, todo esto como parte de esa construccin identitaria. La sociedad necesit de
la cohesin y la experiencia comn (Carretero, 2007, p. 130) que la disciplina facilit. Para
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fortalecer estos mismos objetivo la historia se vio construida bajo un mismo discurso: el
discurso nacional y la identidad nacional fue fruto de ella.
De esta forma la Historia escolar brinda contenidos que se estructuran como narracin
oficial de la experiencia del pasado comn (Carretero, 2007, p. 39) desde la historia aca-
dmica como un saber institucionalizado dentro de las ciencias sociales, el cual nace y se
constituye en funcin de los Estados nacionales a los que aporta la garanta de la legitimidad
en comn que dan lugar al desarrollo de la identidad (Carretero, 2007, p. 39).
Esta verdad bajo la cual se construy la historia y desde la cual se desprendieron
ciertos intereses fue la nacin, por lo que la identidad social quedo constituida primera-
mente por la identidad nacional y la historia como su viga. La Ciencia aun se presenta
como el espacio no slo donde se crea esta identidad sino donde tambin se ensea a
aceptarla: toda conceptualizacin de la historia est bsicamente ligada, auque con distintos
grados de funcionalidad, a la construccin de un relato que se despliega en el tiempo mien-
tras va enhebrando hechos e identidades (Carretero, 2007, p. 57), sin duda:
las historias oficiales suelen ser sumamente efectivas no tanto por la fuerza de recordacin de
sus relatos sino por despertar e influir en las personas sentimientos de pertenencia: el orgullo de
formar parte de la sociedad nacional, la seguridad de saberse incluido; pero adems, promover
una especie de comunitarismo tico radical en los connacionales (Ruiz, 2010, p. 46).
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Los Estado nacionales han mantenido la enseanza de la historia como elemento im-
prescindible. Esta es la razn por la que exista una especie de:
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Esta construccin identitaria est circunscrita por ciertas valoraciones particulares y sen-
tidos especficos que determina los Estados, por lo que:
una sociedad nacional particular vive de formas decididas valores como la lealtad, la rectitud, la
laboriosidad, entre otros, (lo que) no slo da contenido al vnculo simblico entre los nacionales
y su nacin, sino que adems otorga un horizonte de sentido compartido a las acciones cotidia-
nas de las personas (Ruiz, 2010, p. 31).
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se trata de una prctica nacida en el marco de polticas estatales, en las que la escuela funcion
como un importante agente de cohesin de poblaciones tnica y culturalmente heterogneas,
en el interior de proyectos educativos nacionalizantes que concedieron una gran importancia a la
formacin del sentimiento patritico de los futuros ciudadanos (Kriger, 2010, p. 63).
Pues:
Donde:
Esta posee un sustrato moral basado en la idea del bien que emerge de la vida y decisiones
de sus personajes, especialmente de quienes en el reparto de roles les correspondi hacer de
protagonistas, pero tambin posee una orientacin poltica, una base ideolgica en la que la
distorsin y la manipulacin de la memoria no son en absoluto procedimientos extraos (Ruiz,
2010, p. 48).
As la enseanza de la historia:
es concebida como garante y modelo original de los contenidos escolares guardando una
ntima adhesin emotiva a los smbolos y los relatos de la identidad nacional en detrimento del
pensamiento crtico cuya finalidad prioritaria es la formacin, en los alumnos, de una imagen
positiva triunfal, progresiva, incluso mesinica, en algunos caos de la identidad de su nacin
(Carretero, 2007, 38).
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los historiadores y no a los pedagogos para la realizacin de los textosel resultado es que los
docentes deslegitimados por el gobierno que propona un nuevo discurso oficial modernizador
desconociendo el supuesto legado, debieron tomar la defensa del discurso oficial tradicional en
nombre de la memoria en comn (Carretero, 2007, p. 132)
Fortalecer la enseanza de la historia patria, que Zedillo declar abandonada por dos dca-
das, llev a encargar a dos historiadores prestigiados, comprometidos con el gobierno, a
elaborar un texto de historia de Mxicola eliminacin de algunos mitos de la historia en
realidad desaparecieron desde los aos setenta, sirvi de pretexto para que el magisterio los
rechazara (Vzquez, 2010, p. 232).
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Ms all de sus posibles, lo que el anlisis ha dejado ver claro son dos aseveraciones.
La primero consiste en reconocer que la historia se consolida como asignatura desde el
aparato del Estado. Como segunda, se podr afirmar que el objetivo, la intencin, la
funcin y la utilidad de la historia estn circunscritas primeramente a su funcin forma-
tiva, es decir, a la construccin de una identidad nacional; misma que evoca al Estado
y que se legitima con el pasado. Quizs por eso la edificacin parece inamovible, pues
al valerse del pasado no slo se habla de una unidad, sino de una conjunto que se
imbrica, se forja, se malea pero difcilmente se separa.
Referencias
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La imperecedera historia patria: el caso
de los rituales cvicos en la escuela secundaria
Es lunes y son las siete de la maana. Entre risas y bostezos, ellos y ellas, casi todos de
suter verde, toman su lugar en la escuadra alrededor del patio de la escuela. Algunos
cargan pesadas mochilas, principalmente los de primero. Los de tercero, en cambio,
saben lo innecesario que es cargar en las espaldas con libros que probablemente no
leern. Entre gritos y vocero comienzan a escucharse las primeras rdenes: a formar-
se!, tomar distancia por tiempos, uno, dos, tres, firmes!, saludar; el primer ritual
del da, y de la semana, ha dado comienzo.
En Mxico, el inicio de la jornada escolar en las instituciones de nivel bsico se en-
cuentra enmarcado por uno de los rituales histricos escolares de mayor cepa naciona-
lista: las ceremonias cvicas caracterizadas por los honores a la bandera y las efemrides
que aluden primordialmente a los hechos considerados ms relevantes de la historia
del pas y su conformacin como Estado Nacin.
La lectura y exposicin de efemrides, sean estas memorizadas y repetidas a la
letra por los alumnos al inicio de la jornada, o bien mediante la representacin teatra-
lizada de acontecimientos histricos como batallas y otros enfrentamientos polticos
(fundamentalmente), culmina con la colocacin del peridico mural de la semana,
medio que alude a las imgenes de importantes personalidades histricas al ms puro
estilo de la iconografa positivista. Todas estas actividades forman parte inseparable
de la tradicin educativa de las escuelas de nivel primaria y secundaria, siendo este
ltimo un eslabn que a pesar de encontrarse entre el lmite de la infancia, oscila
entre las tradiciones ms acendradas del nivel bsico: el uso de uniforme escolar,1
Federal, el uso del uniforme escolar no es obligatorio y la falta de uniforme no ser objeto de sancin
alguna, ni condicin para recibir la atencin educativa (sep, 2012), no obstante, en la prctica normal-
izadora (Foucault, 2010) de la escuela secundaria, la obligatoriedad en el uso del uniforme escolar es un
componente sustancial en el desarrollo de la jornada escolar, cuando incluso las autoridades educativas
al interior de los planteles actan violentando el derecho a la individualidad de los estudiantes al ser
sancionados por utilizar prendas distintas o no portar correctamente el uniforme, lo que puede ir desde
dejar a los estudiantes aislados sin el derecho de continuar en el saln de clases, hasta, en algunos casos,
la exhibicin pblica del acto de desacato a las reglas del plantel.
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ah presente sali vestida de hombre representando a Madero. Las mujeres annimas una
vez ms fueron invisibilizadas... (Observaciones de la autora, 22 de Noviembre 2011).
En aos recientes, la escuela secundaria fue protagonista de una serie de reformas
que poco impactaron en la transformacin de fondo del discurso histrico escolar.2 Por
el contrario, tras ser el centro de un acalorado debate que puso en el ojo del huracn la
posible desaparicin del glorioso pasado indgena del programa de Historia de Mxico
en el 2004, la perspectiva hegemnica de una historia nacional, nica y excluyente, fue
legitimada (Borrs, 2010).
2 Reforma Integral de la Educacin Secundaria (ries, 2004), Reforma de la Educacin Secundaria (res,
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Patriotas o ciudadanos?
Como ocurre en los das de invierno, la ceremonia cvica del da de hoy ha iniciado
unas cuantas horas ms tarde de lo acostumbrado. Hace calor y el sol se postra sobre
el patio de la escuela volvindose insoportable. Diker, un joven de tercer grado, porta
una sudadera de color gris ajena a la del uniforme. Durante la formacin, este hecho
no pasa desapercibido y es sealado pblicamente por la directora del plantel quien
mediante gritos decide descalificar la vestimenta del chico por semejar ms a un delin-
cuente que a un estudiante de secundaria. Eduardo, su verdadero nombre, quien de-
cide retirarse dicha prenda, es regaado nuevamente por no colocarse el clsico suter
verde del uniforme; afirma tener calor, argumento este suficiente para ser llamado al
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frente, y tras ser exhibido ante los rostros atnitos y silenciosos de alumnos y maestros,
es suspendido de clases (Observaciones de la autora, 14 de noviembre de 2011).
Como si se tratara de un montaje previamente preparado, la ancdota antes descrita
muestra, quiz de manera chocante, una congruencia casi natural. En ella convergen al
menos dos elementos fundamentales que se conjugan cotidianamente en el mbito de
la cultura escolar y sus rituales, por un lado la dimensin simblica de los rituales cvico
escolares, mediante los cuales se legitima una forma de ser y estar ante el mundo a
partir del sentido de obediencia incuestionable hacia el orden establecido y el Estado
Nacin; por otro, el casi invisible vnculo de comunin de las lgicas autoritarias y ho-
mogeneizadoras de la escuela secundaria. Al final, desde su sentido normalizador ms
profundo, son inseparables.
El discurso histrico escolar adopta entonces una nueva dimensin inscrita al com-
plejo que constituye la escuela secundaria donde adems, la exclusin y discriminacin
son ejercicios cotidianos, instituidos y perfectamente naturalizados. En ese sentido, es-
tamos frente a una historia que no responde a la realidad de los jvenes a quienes
se les pretende seguir formando como buenos patriotas amn de otras realidades y
necesidades sociales.
As, de forma cotidiana y perpetua, a los jvenes se les refuerza la idea de que la
historia adems de una cuestin del pasado, est hecha por y para otros: los hroes
inexistentes capaces de morir defendiendo su bandera, los polticos de renombre, mi-
litares y caudillos, todos ellos protagonistas de una historia donde no hay cabida para
la diversidad de hombres y mujeres, indgenas o mestizos, con creencias distintas, o,
simple y llanamente, los y las ciudadanas de a pie. La idea de pluralidad desde esta
historia es, y seguir siendo slo una utopa.
Desde esa perspectiva no es de sorprender situaciones como la que una compaera
profesora presenci tras asistir a un concurso de escoltas: a saber, los jvenes repre-
sentantes de una secundaria para trabajadores (escuelas que generalmente reciben a
estudiantes mayores de 16 aos en condicin de desventaja) quienes tras realizar un
excelente trabajo fueran descalificados por el slo hecho de que el orgulloso abande-
rado luca una larga cabellera negra, cuyos rasgos adems, segn la descripcin de la
profesora, semejaban a un indio lacandn portando la bandera. Por cierto, y a manera
de acotacin, los indios lacandones a la fecha, no forman parte de las letras doradasde
la historia.3
3 Al respecto no est de ms recordar que como parte de esa visin nacionalista de la historia el nico
indio del cual el mexicano tiende a sentirse orgulloso, es del indio muerto, mientras que en la realidad
y prctica cotidiana, se desprecia y discrimina al indio vivo (Borrs, 2010).
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La Historia Cultural de la Ciudad de Mxico
como asignatura del bachillerato
Introduccin
Este trabajo forma parte de mi proyecto de tesis para la Maestra en Docencia para la
Educacin Media Superior (madems) en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
La investigacin busca revisar los planes de estudio y materiales didcticos empleados
en los cursos de Historia de la modalidad semiescolar del Instituto de Educacin Media
Superior del Distrito Federal (iems-df). Dentro de los cursos de Historia, se destaca uno
de carcter optativo cuyo contenido est enfocado a la Historia Cultural de la Ciudad de
Mxico. La relevancia de este curso radica en enfatizar aspectos como la arquitectura,
las artes, la gastronoma y los movimientos sociales surgidos en la capital mexicana des-
de su fundacin hasta la poca actual. Por ello el curso parecera crear una consciencia
sociocultural y de formacin ciudadana con conceptos ms cercanos y tangibles para
los alumnos, a diferencia de los tradicionales cursos de Historia Universal y de Mxico
en el nivel bachillerato.
El Instituto de Educacin Media Superior del Distrito Federal (iems-df), fue fundado
en marzo del ao 2000. El propsito principal con la fundacin de esta institucin fue
ampliar el acceso al nivel bachillerato en la capital mexicana. Esto mismo obedece a las
indicaciones de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (ocde)
para ampliar el nivel educativo desde la entrada de Mxico en esta organizacin a par-
tir de la dcada de 1990. Sin embargo Mxico se ha encontrado en los ltimos niveles
de educacin de acuerdo a los indicadores de la ocde al finalizar la primera dcada del
siglo xxi.1
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
2 En los cursos de Historia los materiales son los siguientes. Castro Gonzlez, Heladio. Historia 1. Moda-
lidad Semiescolar del Sistema de Bachillerato del Gobierno del DF. Mxico: Gobierno del Distrito Federal,
Secretara de Educacin, Instituto de Educacin Media Superior del DF, 2008. 112p. ils. Castro Gon-
zlez, Heladio. Historia 2. Modalidad Semiescolar del Sistema de Bachillerato del Gobierno del DF. Mxico:
Gobierno del Distrito Federal, Secretara de Educacin, Instituto de Educacin Media Superior del DF,
2009. 138p. ils. Castro Gonzlez, Heladio. Historia 3. Modalidad Semiescolar del Sistema de Bachillerato del
Gobierno del DF. Mxico: Gobierno del Distrito Federal, Secretara de Educacin, Instituto de Educacin
Media Superior del DF, 2009. 125 p. ils. Castro Gonzlez, Heladio. Historia 4. Modalidad Semiescolar del
Sistema de Bachillerato del Gobierno del DF. Mxico: Gobierno del Distrito Federal, Secretara de Educa-
cin, Instituto de Educacin Media Superior del DF, 2010. 76p. ils.
3 Zarzar Charur, Carlos. Disear e instrumentar actividades de aprendizajes y evaluacin de los aprendi-
zajes en Antologa. Formacin para la docencia. Mxico, 2011. p. 127. Garca Garca, Clara Guadalupe y
Alejandra Prez Morales. Historia Entretejida. Historia Cultural de la Ciudad de Mxico. Gobierno del Distrito
Federal, Secretara de Educacin, Instituto de Educacin Media Superior, 2009. 113p. ils.
4 Castro. Historia 2 pp. 129-131.
590
E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
donde se pretende darle mayor importancia al aspecto social de la historia.5 Otra co-
rriente mencionada en los materiales de apoyo es el de la Microhistoria, tanto italiana
como mexicana, ejemplificada con autores como Carlo Ginzburg y Lus Gonzlez y Gon-
zlez respectivamente, enfatizando el proceso histrico en personajes o lugares muy
singulares.6 Una vez expuestas las caractersticas del iems-df y de los cursos de Historia,
vale la pena hablar sobre el concepto de Historia Cultural antes de enfocarnos al curso
de Historia Cultural de la Ciudad de Mxico.
La Historia Cultural:
La Historia Cultural se ha entendido como el campo de la historiografa encargado de
estudiar los acontecimientos sociales, cuyo desenvolvimiento suele estar al margen de
los terrenos de la poltica, la economa y los sucesos militares. As la Historia Cultural
pretende distanciarse de la Historia oficialista y tradicional enseada en las escuelas;
porque usualmente en la enseanza de la Historia se ha reproducido una visin de
la historia poltico-militar en Mxico y el mundo, minimizando los contenidos cultu-
rales y de vida cotidiana.7 Por ello esta rama de la historiografa se ha intensificado
en las ltimas dcadas, al grado de ser considerada como una de las ms novedosas,
seguidas y reconocidas. Ante este panorama, el historiador britnico Peter Burke, uno
de los ms connotados en el mbito de la Historia cultural, menciona la expansin
vertiginosa de la labor de los historiadores y sus reas de estudio.8
El estudio de la Historia Cultural se ha ampliado en la investigacin, tanto histrica
como de la enseanza y se ha ampliado con la aparicin de trminos como la Historia
de la vida Cotidiana, o como la llaman los alemanes y franceses Alltaggeschichte o La
9
vie quotidienne respectivamente. En otras palabras, la Historia Cultural se ha propuesto
escribir sobre la gente ignorada u olvidada a travs de las distintas pocas de la hu-
manidad y sobre sus formas de vida.10 Tambin resalta ver como el pblico en general
parece interesarse ms con este tipo de historiografa, siempre y cuando sea con una
Arenas, Lorena. coord. Didctica de la Historia en el siglo xxi. Mxico, 2012, p. 161.
8 Pilar Maestro. Historiografa, didctica y enseanza de la Historia (La concepcin de la Historia en-
seada). Rev Clo y Asociados. La historia enseada. Universidad Nacional del Litoral N 2 1997. p. 11.
9 Vid. Peter Burke, Overture: The new History, its past and its future, in New perspectives on Historical
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11 David Cannadine. British History: Past, Present-and Future. Past and present. No. 116, 1987, p. 177
Apud. Sharpe. Op. cit., p. 34.
12 Peter Burke. Cultura erudita y cultura popular en la Italia Renacentista en Formas de Historia Cultural.
2006. p. 163-190. Aqu tambin hay referencias a Menocchio, el molinero cuyo proceso inquisitorial es
seguido y descrito en el libro El queso y los gusanos.
13 Garca Garca. Op. cit., p. 4.
14 dem.
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15 Ibd. p. 16.
16 Ibd. p. 37-39.
17 Ibd. p. 45.
18 Ibd. p.47-49.
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e la re/vuelta. El discurso del humor en los gobiernos revolucionarios. 1 Ed. Guadalajara, 2010. En esta
obra se expone el origen, modificacin y expansin de los chistes o discursos humorsticos en torno a
las figuras polticas del Mxico contemporneo.
22 Garca Garca. Op. Cit., pp. 85-89.
23 Ibd. p. 91. Hay un error en el libro el mencionar a Manuel Tols y sus esculturas a principios del siglo
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Conclusin
El curso de Historia Cultural de la Ciudad de Mxico se distingue principalmente por
su carcter regional. Dentro de los aspectos ms destacados de esta asignatura se en-
cuentra tambin el crear una consciencia histrica en torno al lugar donde habitan los
alumnos. La parte correspondiente a los movimientos sociales sera fundamental para
comenzar a establecer una nocin de derechos y responsabilidades como ciudadanos.
Si bien el tiempo de clase, el material de apoyo y las caractersticas del curso cuentan
con ciertas limitaciones, las actividades extraclase deben ser de utilidad para el profesor
y sus educandos para favorecer la participacin y una evaluacin cualitativa. Tambin
es importante sealar la intencin de interdisciplinariedad en esta asignatura, pues se
25 Ciudad de Mxico. Crnica de sus delegaciones. Mxico: Gobierno del Distrito Federal, Secretara de
Educacin del Distrito Federal, Consejo de la Crnica de la Ciudad de Mxico AC, 2007. 307 p. ils.
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597
La narrativa histrica y la formacin
ciudadana en el Mxico del siglo xxi
Presentacin
En este ensayo, pretendo analizar las maneras en que ha sido usada la narrativa his-
trica como instrumento de formacin ciudadana y lucha poltica por los diferentes
partidos en el poder a travs de la historia de Mxico en los siglos xix, xx y xxi.
Antecedentes histricos
Con el triunfo de los liberales juaristas a mediados del siglo xix, podemos notar que la
historia comenz a escribirse para tratar de formar ciudadanos leales al Estado nacional
y al gobernante en turno, toda vez que los smbolos religiosos ya no se consideraban
aglutinadores pertinentes de la identidad nacional, en vista del oficializado discurso
liberal y la separacin constitucional entre el Estado y la Iglesia catlica.
La historiografa mexicana no ha sido sino el reflejo de las aspiraciones de algunos
hombres en quienes ha descansado la responsabilidad de la nacin, y de las formas y
procedimientos que han ideado para imponer sus aspiraciones al resto.1 La historia en
Mxico ha sido, bsicamente, el instrumento poltico de los grupos en disputa.
Aunque simplificando un poco, siempre han existido dos grupos polticos que se han
disputado el control de la Nacin: en la primera mitad del siglo xix fueron los liberales
y los conservadores, representados los primeros por el polgrafo Jos Mara Lus Moray
los segundos por el magnfico historiador don Lucas Alamn.
Los conservadores o partido del orden usaron la historia para mostrar la grandeza
de la Nacin y de cmo no podamos renunciar al pasado sin traicionar a Mxico; los
liberales o partido del progreso demostraron la necesidad de avanzar rpidamente en
el desarrollo capitalista, haciendo tabla rasa con el pasado, con el fin de acabar con las
desigualdades extremas y la pobreza lacerante.
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frentes: quit a Mancisidor y a sus amigos sus empleos en la SEP, acusndolos de co-
munistas; cancel la educacin socialista modificando la redaccin del artculo tercero
constitucional, y convoc en Jalapa al Sexto Congreso Mexicano de Historia, celebrado
en 1943, con la intencin de unificar los criterios de la escritura y la enseanza de la
Historia. Ante la anarqua reinante, se hizo ver a los historiadores que, por la entrada
de Mxico en la Segunda Guerra Mundial, era necesario unificar criterios para que los
nios y jvenes mexicanos conocieran la verdad oficial nicamente.
600
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2 Guy Rozat Dupeyron Las visiones de los vencidos y la mitohistoria de la conquista de Mxico,
en Historias paralelas. Actas del Primer Encuentro de Historia Per-Mxico. Margarita Guerra Martinire y
Denisse Rouillon Almeida, Editoras. Lima, Per: Pontificia Universidad Catlica del Per / El Colegio de
Michoacn, A.C., Fondo Editorial 2005.
601
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Conclusiones
No se puede demostrar que la mayora de los pristas consideraran necesario argumen-
tar en contra de la reforma educativa del 2009; ni siquiera es posible decir que muchos
estuvieron interesados en oponerse en concreto a la nueva manera de ensear historia
a los nios. Sin embargo los pocos que lo hicieron trataron de armar un frente amplio y
hacer el mayor escndalo posible para frenarla pero, afortunadamente no lo lograron.
Los libros llegaron a los nios y nias de Mxico, se estn usando y se trabaja con ellos.
Cules son las caractersticas de estos nuevos libros?
Los futuros ciudadanos del siglo xxi merecen una educacin histrica de calidad que
reconozca los cambios nacionales e internacionales a partir de una base cientfica, no
partidista.
Referencias
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Mxico: Secretara de Educacin Pblica.
sep (2009). Programa de estudio Exploracin de la naturaleza y la sociedad. Segundo grado.
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Secretara de Educacin Pblica.
sep (2009). Programa de estudio Historia, Sexto grado. Mxico: Secretara de Educacin
Pblica.
604
Memoria, historia, olvido.
El caso de la guerrilla y la guerra sucia en Mxico
De memoria colectiva
La memoria colectiva es una reconstruccin social sobre eventos significativos del pasa-
do que se realiza desde el presente. Es una visin grupal de esos acontecimientos que
han sido relevantes para una colectividad y que no siempre se recogen en el relato his-
trico. No es el reflejo de lo ocurrido, toda vez que se asume que ello no se puede dar.
La memoria colectiva es una perspectiva inaugurada por el francs Maurice Halbwachs
que en 1925 public un libro titulado Los marcos sociales de la memoria y un texto ps-
tumo intitulado, as, Memoria colectiva. En ellos habla de marcos sociales, puntos de
apoyo en que los acontecimientos o lo sucedido tienden a contenerse o mantenerse.
Esto es, que mltiples sucesos se vivencian, pero no todos son significativos, relevantes
o tienen sentido para la gente. Aquellos que son significativos se mantendrn y comu-
nicarn. Y ello se logra, en un primer momento y en buena medida por esos puntos de
apoyo, esos marcos sociales, tales como el espacio, el tiempo y el lenguaje (Halbwachs,
1925; 1950).
Desde esta perspectiva, el espacio no es un territorio fsico sino uno social, uno que
se habita, que se vive, que se significa. La esquina que rondan los jvenes, el edificio
en que una familia ha vivido durante dcadas y se niega a desalojar, la tierra que los
ancestros han cultivado y por eso no se vende, el suelo en que se ha vivido y del que
a uno lo destierran y entonces se busca el retorno, o la plaza donde ha ocurrido una
masacre y al paso del tiempo se visita una y otra vez. El tiempo, de igual manera, no
es uno lineal ni fsico, es uno con sentido, como esos plazos de celebracin, esos das
* Licenciado en psicologa, maestro en psicologa social por la Facultad de Psicologa, unam; doctor en
Ciencias Sociales por la Universidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco. Miembro del Sistema Nacio-
nal de Investigadores. Profesor Titular de la Universidad Pedaggica Nacional. Coordinador de los libros
Significados colectivos: procesos y reflexiones tericas (2001), ed. itesm; Enfoques contemporneos
de la psicologa social en Mxico: de su gnesis a la ciberpsicologa (2004), ed. Miguel ngel Porra;
El conocimiento de la memoria colectiva (2004) ed. uat; Cuestiones bsicas en psicologa social
(2005) ed. uat; Memoria colectiva: procesos psicosociales (2012) ed. Miguel ngel Porra. Su lnea de
trabajo es sobre construccin social del conocimiento; memoria colectiva y olvido social.
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de recuerdo, esos calendarios que inventan diversas culturas, esas fechas que se con-
memoran, lo mismo el nacimiento, los quince aos, las bodas de plata u oro hasta las
gestas de diversas revueltas. El lenguaje, por su parte, es un marco central en tanto
que es con l que se comunican esos sucesos y vivencias que se consideran relevantes.
Con lenguaje se significan, mantienen y se comunica ese pasado en el presente. Hal-
bwachs lo pone en los siguientes trminos: los hombres que viven en sociedad usan
palabras de las cuales comprenden el sentido: sta es la condicin del pensamiento
colectivo, y es que cada palabra que se comprende se ve acompaada de recuerdos,
y no hay recuerdos a los que no podamos hacerles corresponder palabras. Hablamos
de nuestros recuerdos antes de evocarlos; as es el lenguaje, y as es todo el sistema de
convenciones que le son solidarias, las cuales nos permiten a cada instante reconstruir
nuestro pasado (1925, p. 279).
Pues bien, estos son los marcos sociales que posibilitan estabilidad, porque son pun-
tos fijos, coordenadas que permiten contener, y por ello el contenido puede ser distinto,
pero los marcos, fijos como son, se mantienen: lo fijo donde se apoya lo que se mueve.
Como se ha indicado, el lenguaje es central en la edificacin y comunicacin de los
contenidos de la memoria, y una manera en que ello ocurre es mediante la narracin.
La narracin, menos como definicin y ms como idea, son prcticas de produccin
y articulaciones argumentativas organizadas en una trama enmarcadas en unas coor-
denadas espaciotemporales (Cabruja, Iiguez y Vzquez, 2000, p. 62). Son discursos
con sentido. En efecto, narrar es relatar, contar, referir, informar acerca de algo,
como antao se haca, como la tradicin oral dicta (Gmez de Silva, 1985); narrar es
dar cuenta de algo, y ese algo debe tener algn sentido, cierto significado para quien
narra y para quien escucha o lee, porque esa es la cualidad de la memoria: guardar y
dar cuenta de lo significativo de la vida, de lo que vale la pena mantener para luego
comunicar y que alguien ms lo signifique.
No obstante, hay que sealar que no todos los grupos tienen los recursos o los
instrumentos para que su narracin se comunique y construya memoria. A algunos los
marginan, con todo y narracin. A otros los excluyen, con todo y narracin. A otros ms
los eliminan, con todo y su narracin. El arte de narrar otorga continuidad, peo dicha
narracin no siempre se logra, toda vez que se requieren ciertas condiciones sociopo-
lticas, por ejemplo no recibir embestidas de los grupos de poder, porque los grupos
incluidos en narraciones incmodas pueden quedar excluidos, relegados o eliminados.
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La ruta de la historizacin
La memoria colectiva no tiene una finalidad vinculada al poder o a la imposicin, en
tanto que es ms tendiente a la edificacin del presente con formas significativas, a la
diversidad de miradas, al mantenimiento de tradiciones y de versiones que resisten a
la visin homognea de la historia, de ah que se hable ms exactamente de memorias
colectivas que de memoria simplemente. Cuando una de estas memorias se vuelve
versin dominante que se impone, y por tanto excluye o deniega las versiones de otros
grupos o colectividades, deja de serlo y deriva en un tipo de historia, como la oficial.
Cuando la memoria es usada con fines de legitimacin de gobiernos o justificacin de
atrocidades, deja de serlo y se traduce en historia. La realidad, que es mltiple y variada
en donde coexisten distintas perspectivas de la vida cotidiana, se plasma en las tantas
versiones de las memorias, y cuando alguna de estas perspectivas se vuelve imperiosa,
es improbable que cohabite en las arenas de la historia, porque ah solamente una vi-
sin se impone permaneciendo el resto en la periferia, como memorias excluidas si no
es que aniquiladas.
Hacer memoria es, literalmente, entrar en una diversidad de narrativas, esto es, un
conjunto de relatos cuyo significado est a negociacin entre los acontecimientos y los
actores sociales. Slo cuando hay conflicto entre las distintas versiones sobre sucesos
pasados, y que no encajan con el imaginario, con lo vivenciado y/o significado, la
memoria deviene en historia, emergiendo e imponindose una sola versin, un solo
discurso que se apodera de la situacin, que se traduce, tambin discursivamente, en
verdad. Para que ello ocurra se requiere objetivar el pasado, los sucesos, los aconte-
cimientos y mostrarlos as, como independientes de quienes los cuestionan o brindan
una versin alternativa: lo objetivo no se discute ni se problematiza, como s ocurre con
la memoria, sino que se muestra por s solo, la historia es su propia evidencia. Segn
la historia oficial, la realidad histrica no es polemizable, pues los hechos ah estn;
mantienen una secuencia ordenada, no hay sobresaltos, ni exabruptos; slo admite
una versin, una interpretacin, y es coherente con el presente. Todo lo cual no ocurre
con la polismica y desordenada memoria colectiva (Brossat, et al., 1990, pp. 39-40).
En este trnsito de memoria en historia ocurre algo paradjico y muy significativo: la
prdida de sentido y significado; s, pues mientras que para la memoria un hecho real
es aquel que tiene algn significado o algn sentido para un grupo o una sociedad,
para la historia es un dato, una fecha, una hora, un nmero. En esta ltima no impor-
ta si alguien vivenci o signific algn evento, lo que interesa es que el historiador
recoja el dato y lo plasme en un documento o libro. En la memoria se negocian los
significados pasados para significar el presente, en la historia ello no sucede. La historia
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positivista, por ejemplo, insiste en hegemonizar una postura, en vindicar ciertos eventos
en detrimento de otros, en mostrar con datos (cuya etimologa es cosas dadas) y
hechos que las cosas as han ocurrido, lo cual se presenta como incuestionable, inne-
gociable, no obstante carezca de sentido para la gente.
En tal caso los sucesos del pasado ya no son patrimonio de todos, como ocurre en
la memoria, pues lo vivencial se traduce en hecho histrico, historificado, en dato,
y es patrimonio de algunos, tiene dueo, y por tanto su interpretacin es la nica que
cuenta, que es generalmente la del grupo dominante. Ah, el olvido hace acto de pre-
sencia. Ello es consecuencia de que entre menos versiones haya sobre los sucesos del
pasado, ms se encoge la realidad, y ms propensos al olvido social nos volvemos: es
evidente que la historia se hace generalmente con la documentacin de tipo oficial, con
aquella que emana de los rganos dirigentes y administrativos de la sociedad, ya sea
en los aspectos polticos, ideolgicos, econmicos, religiosos (Gonzlez, 1999, p. 322).
Y esa visin oficial se pretende que impregne el pensamiento social, que ocupe el lugar
de la memoria colectiva, para que luego se ensee en las instituciones como el pasado
de una sociedad, de una nacin. Marc Ferro inicia con estas lneas uno de sus libros: no
nos engaemos: la imagen que tenemos de otros pueblos, y hasta de nosotros mismos,
est asociada a la Historia tal y como se nos cont cuando ramos nios. Ella deja su
huella en nosotros para toda la existencia (Ferro, 1981, p. 9).
La historizacin no es otra cosa que la institucionalizacin de una versin sobre los
acontecimientos pasados que en algn momento fueron significativos, y que se realiza
mediante la llegada al poder de un determinado grupo. Lo cual deriva, como se ha
tratado de mostrar, en olvido. Y en esa ruta del olvido, en que se van dejando huecos,
la exclusin, la supresin, el silencio juegan su papel.
Ahora bien, hay que reconocer que la memoria es objeto de disputa de diferentes
grupos que, en mltiples ocasiones, mantienen intereses distintos. Que se exploren
ciertas temticas y no otras, tiene que ver con un contexto poltico y cultural especfico,
al tiempo que con determinados intereses. Y tales intereses o perspectivas se inscriben
en el presente. En ese sentido, el pasado no termina de escribirse. En este trabajo se de-
linea un caso que permite dar cuenta de este entrecruzamiento entre historia, memoria
y olvido: el caso de la guerra sucia contra la guerrilla en Mxico.
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Mxico vivi en las dcadas de los sesenta y setenta del pasado siglo xx una explo-
sin de grupos guerrilleros. Estos surgieron en el marco de movilizaciones de diversos
sectores. La mayora de estos movimientos fueron violentamente reprimidos. Muchos
de los reprimidos, y otros que vieron de cerca la represin, llegaron a la conclusin de
que no quedaba otra ruta que la va armada.
Este transitar por las armas termin por cobrar forma en la denominada Segunda
Ola Guerrillera en los aos setenta. Surgen dos tipos de guerrillas, una en el campo y
otra en las ciudades. En el primer caso, Genaro Vzquez encabez la Asociacin Cvica
Nacional Revolucionaria (acnr), y Lucio Cabaas el Partido de los Pobres (PdlP). A esta
guerrilla que surgi en el campo, se le denomin guerrilla rural. En sentido estricto,
estos grupos armados primero surgieron como movimientos polticos, de copreros,
magisteriales y campesinos en defensa de sus productos y con demandas de su sector,
luego por protestar varios de sus integrantes y dirigentes fueron reprimidos y encar-
celados. Slo despus de sufrir la violencia institucional, como respuesta, se armaron.
En el otro caso, grupos estudiantiles se organizaron en sus universidades. Fueron
reprimidos en distintas ciudades. Aos despus, grupos de Monterrey, Culiacn y Gua-
dalajara, entre otros, confluirn en la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S). A la
LC23S la han referido como la expresin guerrillera urbana de mayor alcance, toda
vez que tuvo presencia en varios estados del pas y constituy el grupo ms amplio en
trminos numricos. A esta guerrilla que surge en las ciudades, se le denomin gue-
rrilla urbana. Ms all del elemento de sobreideologizacin que se les intenta endosar
a los jvenes de entonces, stos pasan a engrosar las filas armadas slo despus de la
represin que sufren los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971; es decir, pasan de
participantes en un movimiento social pacfico y legal a uno armado.
Entre la guerrilla rural y urbana suman ms de treinta agrupaciones en las dcadas
sealadas, y tendrn presencia en ms de veinte estados del pas (Aguayo, 2001).
A la presencia y actuacin de la guerrilla, el Estado mexicano le opuso violencia
cruenta, feroz, sanguinaria. Despleg una serie de prcticas que rebasaron los lmites de
la legalidad. Pueblos arrasados en comunidades alejadas, all en las montaas,deten
ciones masivas, detenciones ilegales, enclaustramiento en crceles clandestinas, des-
tierro, persecucin, tortura y desapariciones fueron algunas de esas prcticas. A esta
actuacin del Estado mexicano se le ha denominado guerra sucia. La guerra sucia lo es,
precisamente, porque se rechaza la propia ley que se dice defender, y se hace desde
el poder, en este caso desde el Estado mismo. Se tortura, se asesina. No se aplica la
justicia, se burla. La guerra sucia es esa etapa en que se volc toda la fuerza de los
aparatos de inteligencia para eliminar cualquier acto de subversin e inconformidad so-
cial (Rodrguez, 2004, p. 10). Variadas fueran las formas que cobr esta guerra sucia.
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ciones, en tanto que dichos lugares estaban fuera de la vista de aquellos que, como los
periodistas, podan dar cuenta pblicamente de ello (Montemayor, 1999).
La actuacin castrense cobr distintas formas. Una de ellas: los militares construye-
ron caminos que no tenan como finalidad comunicar a los pueblos con las ciudades
y favorecer as a los campesinos, al contrario, la movilizacin militar requera de esos
caminos para trasladar autos y tropas y as controlar las poblaciones y cercar a los gue-
rrilleros. Otra forma: el acondicionamiento de crceles clandestinas. Durante los ope-
rativos que realizaba el Ejrcito, muchos fueron los detenidos que no eran presentados
ante la justicia, sino que eran trasladados para ser torturados y, en no muy pocos casos,
muertos en crceles acondicionadas ex-profeso para esas situaciones. En esta lgica de
mortandad, el Ejrcito invent prcticas y su consecuente terminologa: muchos acu-
sados de ser guerrilleros eran transportados en helicpteros y, an con vida, arrojados
desde las alturas al campo, al mar o a los cerros, de ah que los militares les dijeran a
los torturados que si queran los podan lanzar de aviadores, marineros o mineros
(Montemayor, 1991, p. 244; Avils, 2001). Se ha sealado al coronel Francisco Quiros
Hermosillo como el precursor de los ahora llamados vuelos de la muerte en Mxico
(Castellanos, 2007, p. 268).
En resumen, ahora se sabe, en Guerrero se realizaron 14 campaas militares para
aniquilar a las dos guerrillas rurales. La actuacin militar en esos tiempos es de tal
dimensin que se ha sealado que la operacin castrense de contrainsurgencia ms
amplia se efectu contra la guerrilla de Cabaas en Guerrero, de 1967, ao en que toma
las armas, hasta 1974, ao en que muere: ms de 24 mil soldados, la tercera parte del
Ejrcito, tras la guerrilla pobrista (Bartra, 1996, p. 140).
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das, pero que nada tiene que ver con la guerrilla, fue el general Jos Francisco Gallardo
Rodrguez, recluido en 1993, quien relata: me llamaban mucho la atencin los tubos
con Ganchos colocados al aire libre. A la gente vieja de la prisin, oficiales adscritos
como custodios desde muchos aos atrs, les pregunt para qu eran esos tubos. Uno
de ellos me dijo: No, mi general, es que ah colgaban a la gente durante cuatro o cinco
das; ah colgaron a varios de la Liga (Comunista 23 de Septiembre). Alguno de ellos
me cont cmo llegaban las ambulancias llenas de detenidos y los descargaban por la
puerta lateral de la prisin (en Veledaz, 2004, p. 74).
En esas celdas clandestinas, crceles clandestinas, las nombra en entrevista Mario
lvaro Cartagena, El Guaymas, se vivan das, noches, meses, aos de incertidumbre, a
disposicin de los militares, de los cuidadores, de su estado de nimo. l, uno de los
que pas por ah y que sobrevivi, narra: llego al Campo y me meten al stano ese,
y llega Salomn Tans, y me dice: yo soy Salomn Tans, quien te puede quitar o dar
la vida quieres vivir? s seor. Pues aqu o hablas o hablas, y dice, queremos que
hables, queremos al Piojo negro, iba todo madreado, y me traen a una compaera,
y sale Alicia de los Ros Merino, y en menos de un minuto que la vi entend que me
deca que aguantar, que no diera informacin a pesar de que me haban cortado la
pierna, diario estaban ah los federales interrogndome. Estuve dos meses en el Cam-
po. Dos cosas al respecto: i) El Guaymas, en la ciudad de Mxico, estaba a punto de ser
intervenido pues tena varias heridas de balas, se encontraba en la Cruz Roja, era el 5
de abril de 1978. Llegaron agentes de la DFS y lo sacaron del sitio rumbo al CMN1. Lo
llevaron al Hospital Militar para ser atendido. Cuando despert no tena una pierna y
de un brazo qued mal. Seala que es de los pocos que han salido del CMN1. al salir
del Campo lo trasladaron al Reclusorio Norte, y a la semana de estar en prisin rindi
un testimonio sobre ese sitio de horrendos recuerdos, lo cual le trajo reprimendas
por parte de la polica poltica, razn por la cual fue trasladado en varias ocasiones al
CMN1. ii) Alicia de los Ros est en calidad de desaparecida, El Guaymas fue el ltimo
que la vio con vida en el CMN1. Ms an: un caso emblemtico es del de Ignacio Salas
Obregn, Oseas, dirigente de la LC23S, quien es herido en un enfrentamiento con la
polica y posteriormente trasladado al Campo Militar. Despus ya nada se supo de l.
Con su desaparicin quedaba descabezada la Liga.
Ahora se sabe que no slo el CMN1 funcion como crcel clandestina, pues otras ba-
ses militares, como la de Pie de la Cuesta o el Cuartel Militar en el Municipio de Atoyac,
en el estado de Guerrero, funcionaron igualmente como centro de reclusin clandesti-
na. Diversas instalaciones militares en la zona donde operaba la guerrilla cumplan con
esa funcin: negar el paso de la clandestinidad hacia la legalidad y asuncin de penas
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por ello a los presuntos guerrilleros y a los sealados de apoyarlos. De muchos que
pisaron crceles clandestinas ya no se supo ms. Estn en calidad de desaparecidos.
Cuarto: se tortur
Pasar por las crceles clandestinas implicaba, necesariamente, el sometimiento a tratos
inhumanos, a torturas, para que el Ejrcito o la dfs obtuvieran informacin que diera
con ms guerrilleros y/o presionarlos para saber lo que tenan pensado hacer. Las tortu-
ras podan ir desde la forma psicolgica hasta la muerte, por exceso de golpes. Poda ser
a solas o frente a algn familiar, para ablandar al interrogado. A un integrante del Mo-
vimiento de Accin Revolucionaria (mar) lo torturaron frente a su familia, esposa e hijo
de dos aos: Los quieres mucho, verdad, hijo de la chingada?, le inquira el jefe poli-
caco: ya probaste de lo que somos capaces, si no cooperas les vamos a partir su madre
(en Pineda, 2003, p. 216). Ciertamente, la prctica de torturar frente a los familiares era
muy recurrente: la pareja de uno de ellos fue obligada a observar cmo torturaban a su
compaero, Dionisio: le aplicaban cigarrillos encendidos en las partes ntimas, golpes en
todo el cuerpo, lo amarraron a un tabln y con los ojos vendados lo sumergieron en la
pila de agua hasta casi la asfixia, al tiempo que le aplicaron descargas elctricas con una
picana que usaban para inmovilizar ganado (Ulloa, 2004, pp. 178-179).
Mostrar a los dems, algn familiar, que a alguien se le torturaba generaba terror,
pnico. Anunciar o dejar escuchar la tortura a quienes se encontraban detenidos, era
tambin terrorfico, fulminante. El tiempo de espera para la tortura propia era paraliza-
dor. La intencin de los torturadores era clara: inculcar miedo, mucho miedo. Cuando
sacaban a alguien de su celda, los ocupantes de las dems sentan cmo sus corazones
latan acelerados, sus bocas se secaban y su respiracin se reduca al mnimo; al inte-
rrogar a un prisionero la msica era apagada, para que as se escucharan los gritos de
dolor del torturado: en los primeros das de mi arribo, llevaron al stano, proveniente
de otro lugar, a un joven educado (as lo evidenciaba su modo de hablar) a quien nunca
vi, pero que fue sumergido de cabeza varias veces dentro de un tambo de acero lleno
de agua hasta matarlo por asfixia alguno de los torturadores dijo: este pendejo ya
se fue (Ulloa, 2004, p. 34).
En otros casos, la tortura llegaba sin anunciarse: Sin decir palabra, abrieron la celda
y me condujeron al cuarto localizado frente a la pileta, despus me ordenaron desves-
tirme, me amarraron juntas las manos por detrs de la cintura, me cubrieron los ojos
con unas vendas sucias y de pie, luego de mojarme el torso, me aplicaron electricidad
en las tetillas con un simple cable pelado de las puntas (Ulloa, 2004, p. 33).
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Dentro del Campo Militar Nmero Uno tambin se realizaba el clsico rol del polica
bueno y el malo, como dicta la preparacin de los agentes (Castellanos, 2007). A los
acusados de ser guerrilleros se los aplicaban una y otra vez. Un grupo de policas se
presenta como los buenos y empiezan: Est usted en manos del Poder Ejecutivo Fede-
ral. Para usted ya se termin el anonimato, la clandestinidad, y continuaban: recuerde
que, segn sus propias reglas, usted tena la obligacin de guardar silencio durante las
primeras setenta y dos horas a partir de su detencin y ya pasaron, proseguan:1 debe
entender que entre usted y nosotros hay un abismo infranqueable, que slo podr
usted superar si coopera con el gobierno. Soy todo odos, dganos su historia (Ulloa,
2004, pp. 35-36).
Otro prisionero, del grupo de Carmelo Corts (que inicialmente estuvo con Lucio
Cabaas y despus se separ pero que sigui actuando en el estado de Guerrero) fue
llevado al CMN1, donde lo torturaron y muri: el muchacho era un valiente. Aguant
un castigo tremendo y no delat a Carmelo ni a nadie ms. Me qued admirado de su
integridad y fortaleza, envidindolo de verdad (Ulloa, 2004, p. 52).
Apagar los cigarros en el cuerpo del prisionero, aplicar descargas elctricas con
picanas fue prctica recurrente, muy bien trabajada. Sobre todo la descarga en las
partes ntimas, nobles, tanto a hombres como a mujeres. Les practicaban, asimismo,
el pocito: sumergan la cabeza del prisionero en un cubo de agua o en el excusado.
Todo ello, parte del repertorio del torturador. Militante de las Fuerzas Revolucionarias
Armadas del Pueblo (frap), Pedro Cassain Olvera, fue detenido en octubre de 1974.
Al frente del operativo se encontraba Nazar Haro; narra: me vendaron los ojos y me
llevaron a una casa en donde se me desnud y se me empez a golpear en todo el
cuerpo y principalmente con golpes de karate en la garganta y en la nuca, despus me
mojaron y empezaron a darme toques elctricos con una picana (chicharra-barra elc-
trica) en el pene, los testculos, el ano, en una cicatriz que tengo, en las orejas, dentro
de las fosas nasales, en los labios, en las encas y en la lengua, despus de esto me hi-
cieron comer dos tazas de excremento, luego me tendieron en el suelo y Miguel Nazar
Haro me pona una pistola en la sien jalando el gatillo (simulacros de fusilamiento) (en
Poniatowska, 1980, p. 109).
Los daos de la tortura, an dcadas despus, se muestran: Casi todos los que
estuvimos detenidos tenemos una marca en el tabique de la nariz. As quedas de la
venda que nunca te sacan y te va jodiendo porque te mojan, te meten la cabeza en los
1 Lo de las 72 horas, de silencio, alude al hecho de que entre las organizaciones guerrilleras se propo-
nan que al ser detenido alguno de sus integrantes, ste deba guardar silencio al menos durante ese
periodo para dar tiempo a sus compaeros a desalojar los sitios que hasta ese momento ocupaban.
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excusados y luego se seca, se llaga y se infecta. Uno aguantaba, pero hay momentos
compa, cuando lo que quieres es morirte y les dices que te maten y noms se ren
narra un sobreviviente de ese tiempo (en Aguayo, 2001, p. 186).
Cruel e inhumano es el trato. La tortura, como la oscuridad, es siempre igual a s
misma y siempre distinta. La diferencia la da el que escucha, el que mira (Scherer,
2004b, p. 33).
Quinto: se desapareci
Parece guin de va crucis: ser detenido, encerrado en una crcel clandestina, ser tortu-
rado y ser desaparecido. Muchos saban que podan, en cualquier momento, ser des-
aparecidos: el primer gran golpe a la estructura de mi nimo y voluntad, haba sido la
revelacin del viejo indgena de la Huasteca hidalguense, que como al mes de mi arribo
a la prisin militar clandestina, me dijo que llevaba dos aos de desaparicin forzada
en instalaciones carcelarias ubicadas muy adentro del campo militar (Ulloa, 2004, p.
167); saber que a uno lo pueden desaparecer sin dejar rastro ni vestigios mortales a
los familiares es seriamente angustiante (Ulloa, 2004, p. 43). Cientos an continan en
calidad de desaparecidos. Algunos casos.
El 18 de abril de 1975 la dfs secuestr al hijo de Rosario Ibarra, Jess Piedra Iba-
rra, desde entonces se encuentra desaparecido. Las madres, esas doas, como se les
denomina a esas madres que caminan y gritan en busca de sus hijos, luchadoras in-
cansables, portan a la fecha los retratos de sus desaparecidos. Algunos de ellos fueron,
efectivamente, guerrilleros o colaboradores. Muchos ms no tuvieron vnculo alguno
con las organizaciones armadas. Wenceslao Garca Jos, como narra Alberto Ulloa, fue
torturado en el Campo Militar; de ah fue sacado muy herido, y otro ex-integrante del
mar, Fernando Pineda, seala que no se supo ms de l (Pineda, 2003, p. 161).
Otros muchos desaparecidos, sobre todo los detenidos en la sierra de Guerrero, no
participaban en actividad subversiva alguna. Fueron detenidos en las operaciones que
el Ejrcito efectuaba para aniquilar a las guerrillas de Genaro y Lucio. Quitarle el agua
al pez, era la consigna. Madre y esposa de desaparecidos, Mara Eugenia Barrientos
Zamora recuerda que su esposo e hijo iban por leche cuando los detuvieron, los acu-
saron de ayudar a Lucio, y nada se supo de ellos: Mi hijo se llamaba Fidel Serrano
Barrientos y se lo llevaron de un punto del Cochero. Es un embarcadero. Dicen que all
lo agarraron a l, que una madrina lo entreg. l no tena nada que ver. Era muy joven.
Se lo llevaron a l y ya no supe de l. Ni siquiera de un paradero donde lo hubieran
visto (en Scherer, 2004a, p. 90). Esos son slo algunos casos.
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El gobierno mexicano establece cifras sobre las bajas de la guerrilla (que enuncia
como delincuentes): 600 entre 1965 y 1975 (Grange y Rico, 1997). El Centro de Inves-
tigaciones Histricas de los Movimientos Armados (cihma), fundado por un grupo de
ex-guerrilleros, da otros nmeros: tan slo 400 desaparecidos en el caso del estado de
Guerrero, y asegura que son tres mil los muertos en combate o asesinados entre 1965
y 1975 (en Grange Rico, 1997, p. 111). Los nmeros, como puede observarse, varan
dependiendo de la instancia reveladora. As, la Asociacin de Familiares de Detenidos,
Desaparecidos y Vctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en Mxico, seala
que tan slo en el estado de Guerrero se sabe de 650 desaparecidos, y se habla de 1,
350 casos en el territorio nacional en un lapso de tres dcadas (Saldierna, 2001; Mon-
temayor, 2001). De los 650 referidos en Guerrero, tan slo para el municipio de Atoyac
de lvarez (lugar de la masacre que oblig a Lucio Cabaas a armarse) hay 450 casos;
en Chihuahua 194; en Sinaloa 100, y otros ms en distintos sitios.
Aqu vale sealar una cuestin al respecto: de los cientos de desaparecidos en el
estado de Guerrero a manos del Ejrcito, uno ha sido reconocido ya: es el caso de Ro-
sendo Radilla, desaparecido en 1974, y cuyo proceso entr a la Corte Interamericana
que fall a finales de 2009, y seal al Estado mexicano como responsable y, por tanto,
est obligado a reparar los daos (testimonio de Tita Radilla Martnez, 2010).
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Entrevista
Mario lvaro Cartagena, El Guaymas. Tita Radilla Martnez (testimonio).
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Gracias al mtodo que asla, separa, desune, reduce a la unidad, mide, ha descubierto
la clula, la molcula, el tomo, la partcula, las galaxias, los qusars, los plsars, la gra
vitacin, el electromagnetismo, el quantum de energa, ha aprendido a interpretar las
* Instituto de Estudios sobre la Universidad (iesu). Universidad Autnoma del Estado de Mxico.
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piedras, los sedimentos, los fsiles, los huesos, las escrituras desconocidas, incluida la
escritura inscrita en el ADN. Sin embargo, las estructuras de esos saberes estn disociadas
entre s (2009a, p. 26).
Las ideas de la cita permiten reconocer que la organizacin disciplinaria del conoci-
miento ha permitido, hasta el momento, grandes avances en el desentraamiento de
las realidades natural y social, los cuales han derivado en la elaboracin de artefactos y
tcnicas de impacto en la vida cotidiana. Por ejemplo, el conocimiento de las partes ha
permitido que se puedan apreciar cada uno de los rganos del cuerpo en su estructura
interna y funcionamiento, para dar paso a la intervencin mdica, con la consecuente
formacin de especialistas en cada una de esos elementos en que se ha dividido el
sistema hombre para su estudio.
De la misma manera que el conocimiento disciplinario ayud en el conocimiento
biolgico del hombre, y dio paso a las especialidades mdicas, la investigacin por
mbitos especficos se ha conducido, tambin, para conocer los tipos de relaciones que
establecen los hombres entre s; de esa manera hoy existen cientficos o socilogos
especializados, unos, en la vida poltica e interesados, otros, exclusivamente, en la ac-
tividad cientfica. La hiperespecializacin es tambin una caracterstica que invadi las
disciplinas humansticas y los conocimientos que construyen permiten la intervencin
selectiva y aislada en la resolucin de problemas o en la manipulacin dirigida.
Al segmentar la realidad, la investigacin disciplinaria va dejando fuera de su inters
elementos, relaciones, intersticios que son fundamentales a la hora de pretender dar
cuenta de una manera ms amplia, global o compleja de esa realidad. Por ejemplo,
podra decirse que a pesar de que la medicina moderna est especializada por cada
rgano del cuerpo humano, nuevas enfermedades surgen en la relacin entre un rga-
no y otro, lo cual demanda regresar a la visin global de la medicina general desde la
especialidad y a considerar otros enfoques en los que se consideren y expliquen esas
relaciones entre los sistemas orgnicos del cuerpo humano.
Ante las limitaciones de la disciplina, los cientficos e investigadores han hecho es-
fuerzos por ampliar la cobertura de sus miradas a la realidad y con ello han convocado a
otras disciplinas para dar cuenta de sus parcelas ontolgicas o les han tomado prestadas
teoras, mtodos y tcnicas para construir conocimientos ms all de los clsicos objetos
de estudio de su disciplina. Sin embargo, los esfuerzos multidisciplinarios e interdiscipli-
narios todava son marginales y, por tanto, no han mostrado suficiencia para trascender
el conocimiento disciplinario y dar cuenta de la complejidad de la realidad actual.
Dejar atrs el mtodo disyuntivo y explicar la complejidad es un desafo, toda vez
que prevalece hegemnicamente el primero y la segunda se abre paso con dificultades.
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Si aceptamos que vivimos en una era planetaria en la que se hace evidente la interrela-
cin naturaleza-hombre y los fenmenos, que antes considerbamos separados, se en-
tretejen y se hacen complejos, entonces hace falta construir un mtodo que permita dar
cuenta de las interrelaciones al interior de los sistemas naturales y sociales, entre stos
y con otros sistemas, que constituyen la realidad multicausal y cambiante. Los esfuerzos
en ambos sentidos; es decir, el reconocimiento de la realidad compleja y los trabajos
colectivos de elaboracin del mtodo, con sus problemas concretos, van conformando
la ciencia compleja.
Una ciencia del pensamiento complejo, en sentido amplio, incluira todos los inten-
tos para convencer que el universo y sus componentes no estn en orden y estticos,
esperando la mirada del hombre para ser descritos y su accin para ser transformados.
El pensamiento complejo contiene los elementos para construir una nueva ciencia, pues
invita a reflexionar sobre los fundamentos acerca del modo de conocer al hombre y la
naturaleza por el hombre mismo, lo que implica la necesaria articulacin de las esferas
humana y natural a travs de la mirada intencionada del sujeto; es decir, rebasar el
omnipotente principio de disyuncin que ordenaba aislar y separar para conocer. Para
lograr articular las ciencias del hombre a las ciencias de la naturaleza es necesario supe-
rar los saberes especializados y su incomunicacin, mediante un mtodo que detecte y
no oculte las uniones, articulaciones, solidaridades, implicaciones, imbricaciones, inter-
dependencias y complejidades (Ibidem, p. 29).
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completo y complejo que al reconocer todas sus dimensiones deje de actuar para bus-
car slo el bien material, basado en su concepto reducido de realidad y en los princi-
pios epistemolgicos reductivos que los sustentan, a costa de los otros. Comprender la
realidad socio-natural religada; es decir, reconocer la naturaleza de s mismo, es la base
desde la cual es posible iniciar una relacin distinta con los otros, de establecer una
tica para la convivencia y la paz. La comprensin del mundo y, por tanto, del hombre
se completan con la regeneracin tica hacia uno mismo, hacia la sociedad y hacia el
conjunto de la humanidad, slo de esa manera puede cambiar de rumbo del desarrollo
de la humanidad. Es necesaria una tica de la comprehensin.
La comprensin del otro tiene su base en la ecologizacin del pensamiento; es
decir, en la aceptacin de que somos seres biofsicos en bsqueda de autonoma y
por tanto de creacin de cultura que, a la vez, dependemos del hbitat natural. Dicha
visin recursiva significa que el hombre es un ser auto-eco-organizador que integra
en sus sociedades el tiempo del mundo, de la naturaleza; pero, el desarrollo mismo lo
ha llevado a desconocer esa relacin y a sentirse diferente y con derecho a destruir el
mundo inconscientemente.
La ecologizacin del pensamiento quiere decir que el hombre debe tomar concien-
cia de su origen biolgico y su auto complemento cultural para regresar a su origen y
abandonar la postura de considerarse extrao a la naturaleza. La autoconciencia del
sujeto, que se mueve en un ir y venir entre el egosmo y el altruismo para reafirmarse,
es condicin bsica para asumir una posicin tica individual y comunitaria, que, a su
vez, es el soporte de la auto-eco-organizacin; es decir, de la necesaria autoreligacin
y con el entorno para construir una nueva fase del hombre.
Para lograrlo es necesario emprender acciones estratgicas como una reforma de la
educacin para que sta busque ensear la comprensin humana, lo que slo puede
hacerse desde el pensamiento complejo, toda vez que es el que articula globalmente
los componentes del saber y desde lo cual el hombre puede reconocer su naturaleza
para respetar la vida.
Es necesario reformar la educacin moderna, porque sta se ha desarrollado con-
comitantemente sobre la base de la ciencia disciplinaria especializada, lo que ha dado
como resultado la formacin humana con una visin fragmentaria en la que se reco
noce, por un lado, la construccin de la cultura como derivada del racionalismo hu-
mano y, por otro, el funcionamiento de la naturaleza como un secreto a descubrir y
a dominar, a pesar de su destruccin indiscriminada. Como una especie de barbarie
que vena integrada a la civilizacin (Morn, 2009b, p. 18), se profundizaba en el co-
nocimiento de aspectos cada vez ms especficos del mundo natural y de la estructura
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biolgica del hombre mismo sin medir las consecuencias recursivas, negativas, en la
existencia de las condiciones para la preservacin de la vida.
Al asumir el paradigma de la complejidad como gua de la vida es posible vislum-
brar que dadas las circunstancias de los humanos en el mundo es cada vez ms urgente
promover cambios en la comprensin de la sociedad, el pensamiento y la educacin.
A la luz del paradigma del pensamiento complejo es necesaria una reforma de todas
las instituciones sociales, estas ltimas entendidas como la correlacin de ideas o pen-
samientos con los comportamientos cotidianos en todos los mbitos (Powell y Dimag-
gio, 2001, p. 15), aunque resalta la importancia de la educacin por ser considerada,
todava, como el mecanismo de produccin y reproduccin de la cultura en el mundo.
El escenario de los niveles bsicos y medios de la educacin es en el que se desa-
rrollan estrategias de enseanza y aprendizaje del conocimiento producido en el nivel
superior, por lo que se explican los continuos esfuerzos y reformas para modificar
los comportamientos de enseanza y de aprendizaje a fin de asegurar la apropiacin
del conocimiento terico y tecnolgico acumulado y producido en mbitos ajenos al
mundo de los profesores, quienes lo obtienen a travs de los libros (Stenhouse, 2010,
pp. 35-36). Desde el pensamiento complejo las prcticas docentes son importantes,
pues el concepto de conocimiento, reductivo o complejo, que los profesores hayan asi-
milado en su proceso de vida, durante su momentos de formacin profesional o en la
prctica docente, guiar el desempeo de los docentes, quienes regularmente buscan
formar en sus alumnos la misma idea del funcionamiento del mundo y la vida.
Sin embargo, para modificar la visin del conocimiento, separado y especializado,
que gua los comportamientos de los humanos que asistieron a la educacin formal, y
tambin de quienes no lo hicieron, pero han construido en la informalidad un modo de
entender y vivir en el mundo tambin parcializado, es importante ir a la raz; es decir,
al lugar donde se producen las visiones del mundo natural y social, desde el cual de
difunden al resto los sectores sociales; esto es, a la educacin superior, puesto que es
el mbito espacio creado para cuestionar las verdades establecidas y presentar nuevas
explicaciones de la naturaleza y el mundo social.
Hace falta entonces preguntar: hacia dnde y qu cambiar de la universidad?
Cmo lograr que nuevas visiones articuladas del mundo, que estn surgiendo en al-
gunos centros de produccin de conocimientos, se generalicen y lleguen a los distintos
sectores sociales para que stos modifiquen sus comportamientos hacia los otros y
hacia la naturaleza?
En principio la universidad debe dejar de priorizar la cobertura del servicio con
la masificacin, por encima de asegurar la calidad y pertinencia social de los nuevos
profesionistas de las distintas reas, a pesar de que darle menos importancia a la co-
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1 Los siete saberes son atender las cegueras del conocimiento, conocimiento pertinente, ensear la
condicin humana, ensear la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, ensear la comprensin
y la tica del gnero humano.
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Si, como se destaca en la cita, una especialista del tema haca un llamado a los histo-
riadores a ocuparse de la educacin histrica para fortalecer la conciencia nacional
que la historia escolar no lograba, en los tiempos que corren es innegable que debe
establecerse una postura conjunta de los constructores del conocimiento histrico y de
los docentes de la historia para responder a los retos de vivir en una sociedad donde
confluyen varias nacionalidades; es decir, es necesario pensar la educacin histrica que
deber formar a los ciudadanos cosmopolitas de la sociedad global y compleja.
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Conclusiones
La ciencia moderna se desarroll con base en la premisa de la separacin de los ele-
mentos que interactan en la realidad, lo que permiti el conocimiento profundo de
cada uno de ellos en forma separada. Sin embargo, los problemas actuales del mundo
demandan reconocimiento y soluciones desde una mirada compleja.
Por otra parte, los contenidos escolares tienen su base en el conocimiento producido
por los cientficos especializados, por lo que el currculo y la visin que forma en los es-
tudiantes son tambin fragmentarios. Contradictoriamente, la poltica educativa actual
tiene como filosofa educar para la vida en su complejidad.
Esta circunstancia impone la necesidad de cambiar en dos sentidos: por un lado,
las universidades e institutos de investigacin tendran que modificar su organizacin
y funcionamiento para rebasar la especialidad y crear visiones integradoras desde la
interdisciplina y la transdisciplina; por otro lado, los encargados de traducir el conoci-
miento cientfico en conocimiento escolar, los pedagogos y docentes, deberan formar-
se, disciplinaria y pedaggicamente, en el paradigma del pensamiento complejo para
aprender a ver de forma religada los hechos de la realidad que constituyen la vida. En
la formacin para la vida que la educacin se propone lograr, el conocimiento histrico
es fundamental. Si la vida humana es compleja, entonces es necesario mirar de modo
complejo el pasado humano para poder entender el presente e intervenir en la cons-
truccin de la vida humana futura desde la misma perspectiva.
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Referencias
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La recuperacin del pasado en la construccin
de las identidades en la sociedad globalizada:
historia y memoria
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1 las demandas de reconocimiento cultural son, de manera inmediata o mediata, demandas de recono-
cimiento poltico y exigencias de nuevos repartos de poder. Si esta dimensin eminentemente poltica
del movimiento multicultural nos pasa desapercibida, estaremos en riesgo de caer en una visin inge-
nua de la pluralidad cultural. Rodrguez, en Leyva Gustavo (coord.), 2003, p. 179.
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exigencias epistmicas de las ciencias humanas. Por ello, se plantea que la historia abo-
nara frtilmente este debate, si se encauza a la produccin de narrativas que den sen-
tido a la realidad presente, en la que la memoria colectiva asuma un papel importante.
Para exigir de la historia su competencia de interrogar permanentemente al pasado a
la luz del presente.
Es a partir de esta valoracin que intentare una reflexin de cmo la globalizacin
prefigura nuevas formas de valorar lo cotidiano de los sujetos y como stos, alteran los
sentidos y significados de la relacin que se establece con el pasado y la importancia de
la historia en la configuracin de nuevas identidades: problemtica que se ubica entre
las seguridades de la historia y la incertidumbre del presente.
2 Para Bordieu, el concepto de habitus permite articular lo individual y lo social, as como, las estruc-
turas internas de la subjetividad y las estructuras sociales externas. (Bourdieu, 1988, pp.170-71).
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de las historiografas dominantes. Con la idea, construir narrativas mltiples, que den
cuenta de la diversidad y lo heterogneo, es decir, desde la lgica intrnseca de las
comunidades, que finalmente sirve de matriz de las identidades tnicas. (Gimnez,
1994, p. 159).
La visibilidad y el reclamo de los grupos sociales por el pleno reconocimiento de
sus identidades y de su derechos polticos exige de la historia respuestas que permitan
enfrentar estas variadas condiciones que han emergido junto con la globalizacin (o que
ya estaban presentes) para coadyuvar de forma efectiva en la construccin y/o en el re-
conocimiento de sus sentidos identitarios, que en s mismos expresan la diferencia y de-
safo a la racionalidad modernista. El reconocimiento de la pluralidad no slo pasa por el
tamiz de lo cognitivo, sino por la construccin de identidades que prescinden del canon
ilustrado de la identidad universal (que en gran medida construy la historia-nacional).
Por ello, es pertinente que en las condiciones histricas actuales se perfile con claridad
la funcin o funciones que debe de tener la historia frente a esta exigencia del presente.
Si no es as se podr concretar lo que algunos agoreros sealaban sobre la posibilidad
del fin de la historia o la muerte del sujeto.3 Hoy ms que nunca, se hace evidente la
necesidad de mirar el pasado, ya que el presente se experimenta de forma omnmoda
(relegando el pasado y el futuro), porque en el pasado se encuentra inscrita la voluntad
social de recordar; el presente debe ser visto, como lo plantea Benjamn, la chispa que
conecte el pasado con el futuro, es decir, el presente es el lugar desde donde se puede
tender la temporalidad histrica. Hay una necesidad imperiosa de mirar hacia el pasado
y de buscar anclajes para reflexionar sobre el significado histrico de esos cambios, slo
a partir del reconocimiento de la heterogeneidad de las memorias, se podra construir
una idea de nacin multicultural alejada del nacionalismo hegemnico que constituy
al propio Estado mexicano. Cada cultura necesita una narrativa rectora con el objeto
de expresar, reflejar y reformular sus peculiaridades y diferencias con respecto a otras:
Para decirlo en forma de lema: no hay identidad cultural sin narrativa rectora.(Rsen,
2007, p. 83).
Un punto de acuerdo, es que la escritura de la historia tuvo como propsito funda-
mental la construccin de la memoria de la nacin, a travs de la manipulacin de los
hechos, histricos para exaltar un nacionalismo que se impona desde arriba a la so-
ciedad, con lo cual se invisibilizaba a las otras identidades y las haca desaparecer, tanto
3 En el texto El fin de la historia? de Francis Fukuyama publicado en 1989, se perfila una vieja idea
hegeliana que augura el derrumbe de los grandes relatos filosofa de la historia en los que se fund la
modernidad, frente a los dramticos acontecimientos del siglo xx el Holocausto, la II guerra mundial,
etctera, que no encajaban con los principios de la razn y el progreso.
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4 Walter Benjamin dice que la construccin cientfica de la ciencia se basa en el desprecio del material
que hubiera permitido a la historia entenderse a s misma como memoria. Slo en la medida en que la
historia se aleje del ideal de la ciencia y se acerque a la conmemoracin podremos hablar de entendi-
miento entre historia y memoria (Cfr. Reyes Mate, 2006).
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el saber histrico puede contribuir a dispar las ilusiones o los olvidos que durante mucho
tiempo han desorientado a las memorias colectivas: por el contrario las necesidades de las
remembranzas o las exigencias de la conmemoracin frecuentemente estn en el origen
de investigaciones histricas rigurosas y originales. Pero, no obstante, historia y memo-
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5 En la Mixteca alta de Oaxaca se llev a cabo una propuesta ecolgica de reforestacin y de creacin de
unidades productivas, con base a la recuperacin de su memoria y a sus prcticas ancestrales como el
tequio (trabajo comunitario no remunerado) y con tcnicas agrcolas precolombinas, se logra revertir el
proceso de erosin y de desertificacin de sus tierras comunales, al mismo tiempo que crearon unidades
de trabajo para 400 familias de doce municipios de esa entidad. Trabaj que fue reconocido con el
Premio Ambiental Goldman.
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6Con apoyo de la metodologa de historia oral, se muestra la experiencia poltica de los indgenas pur-
pechas durante el proceso electoral de 1988 y la manera en que esta participacin cvica se transform
en una insurreccin. As, despus de las elecciones del 6 de julio, en noviembre de ese ao tomaron los
ayuntamientos municipales y establecieron gobiernos populares (Prez, 2009, pp. 113-138).
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7 Los principales puntos de los Acuerdo de San Andrs, pedan el reconocimiento constitucional de los
derechos indgenas (derechos y cultura Indgena, democracia y justicia, bienestar y desarrollo, con-
ciliacin en Chiapas y derechos de la mujer en Chiapas), nico modo de obtener sus derechos como
ciudadanos. En el campo cultural, solicitaron el reconocimiento de su identidad y un espacio que les
permitiera la difusin de su cultura, como as tambin el acceso a la educacin pblica.
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que dota de significado) que de balance a las identidades y que vincule al pasado con
los problemas del presente. M. Halbwachs, plantea que si la historia quiere ceirse de
cerca al detalle de los hechos se vuelve erudita y la erudicin slo es significativa para
una pequea minora. Si al contrario, se atiene a conservar la imagen del pasado que
puede tener todava un sitio en la memoria colectiva de hoy, slo retiene lo que todava
interesa a nuestras sociedades, es decir, en suma muy poca cosa( Halbwachs, 1968, p.
213). Desde la mirada de ste autor, la historia de la nacin generalmente est alejada
de los intereses de los individuos, de los intereses de grupo, los cuales no coinciden
con la memoria histrica de la nacin, por ello es que plantea que no son los marcos
de la historia nacional lo que representa la esencia de lo que se ha llamado memoria
colectiva.
La historia debe precisar las implicaciones de la memoria en la significacin del
pasado-presente, al mismo tiempo, que tienda un puente que cubra la brecha de los
olvidos entre una memoria y un pasado cualquiera y el presente desde el cual ha de
emprenderse una investigacin histrica. Si bien, la historiografa haba mirado con
desdn las expresiones de la memoria, dado que sta se encuentra en relacin directa
a la rememoracin y no a la re-construccin (que es propiamente el trabajo del his-
toriador), en los albores de los procesos sobre la multiculturalidad surge la necesidad
de recuperar esas memorias, que tendran que ser analizadas desde una perspectiva
reivindicatoria de los diversos grupos sociales, ya que al hacer manifiesta su memoria
hacen patente la necesidad de asumir la responsabilidad por el pasado con miras a va-
lorar su importancia en la comprensin del presente, en la idea de que el pasado slo
poda ser redimido si comprenda y transformaba el presente. En pocas palabras hay
que trascender la historia institucional que impone una memoria oficial, que invisibiliza
las historias y memorias de los otros e impone los olvidos. Esa historia que enaltece
a un grupo o a una institucin sea la nacin, la Iglesia, grupos de poder o partidos
polticos, que oculta los hechos vergonzosos cometidos por la institucin fundadora,
como es el caso de nuestra historia reciente, en que los hechos ominosos de la guerra
sucia de los setenta han sido ocultados por el poder.
Por ello, se plantea que uno de los desafos de la historia, en el contexto histrico
actual, est obligado a romper con los limites disciplinarios impuestos en el siglo xx, de
incluir a la antropologa, a la sociologa, a la psicologa, etctera, porque los problemas
que enfrentamos son cada vez ms transdisciplinarios, y no pueden ser comprendidos
desde los limites reducidos de una ciencia. El ejemplo que se ha seguido en este texto,
sobre la presencia de los indgenas zapatistas y la emergencia de sus reclamos polticos,
pone de manifiesto que para aproximarnos a la complejidad de la realidad, la historia
no puede soslayar las memorias ligadas a las minoras en vas de emancipacin, o
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las elaboraciones expresadas en las resistencias y en las rebeliones contra las visiones
unilaterales del futuro impuestas por la historiografa, pero tampoco puede caer en el
abandono de las prcticas cientficas de proceder. Bien lo dice Edgar Morin la trans-
disciplinaridad debe aproximarnos al pensamiento complejo. Hay que comenzar por
entender que uno de los desafos del contexto histrico actual, que llamamos globali-
zacin, est obligado a romper con los lmites disciplinarios. Es una revolucin de las
ciencias sociales que hay que asumir.
La funcin de la historia ha estado ligada intrnsecamente a la configuracin de la
identidad nacional y al Estado-nacin, en las condiciones actuales esta funcin tiene
que re-planterase en funcin del rescate de las mltiples memorias y desde diferen-
tes pticas. Hoy en da, ya no es posible pensar la identidad desde una perspectiva
universalista y homogenizante, con vistas a consolidar una identidad nacional. Ante la
nueva situacin histrica que ha generado la globalizacin y el debate sobre la mo-
dernidad, es nodal revalorar la identidad no como elemento que homogeniza, sino
que visibiliza la diferencia, es decir, el problema de la identidad debe verse a la luz de
la multiculturalidad.
De acuerdo a M. Carretero, el anlisis de esta compleja problemtica no es una
cuestin menor ya que la revisin de las relaciones entre historiografa y las memorias,
en tanto saberes legtimos y en tanto legados intergeneracionales. Implica la reflexin
sobre las formas en que los seres humanos recuperamos el pasado, ya sea desde el pun-
to de vista de la historiografa o de la memoria colectiva. En este sentido, el momento
actual parece caracterizarse, por una parte, por los procesos de globalizacin y la con-
siguiente prdida de centralidad de las instancias estatales nacionales en la produccin
de identidad y sentido social y, por la otra, por la emergencia de historias e identidades
viejas y nuevas de muy diverso signo, que desplazan parte importantes al campo
de la cultura (Carretero & Rosa, 2006, p. 14).
Referencias
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Birules, F. (2002). La crtica de lo que hay: entre memoria y olvido. En M. Cruz (comp.),
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nos Aires: Paids.
Bourdieu, P. (1998). La distincin. Madrid: Taurus.
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La Revolucin Mexicana: construccin
argumentativa de jvenes normalistas
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A finales del siglo xx y principios del xxi la mayora de los pases han optado por la
democracia representativa como sistema poltico, esto se debe a que esta forma de go-
bierno ofrece mecanismos de legitimidad social con los cuales se posibilita el ejercicio
del poder (Held, 1992, p. 13). El pueblo delega el mando a un grupo de representantes
que velarn por el bien comn de la nacin: buscarn eliminar la pobreza, educar al
pueblo o generar desarrollo econmico; dichos representantes estn organizados en
paridos polticos o grupos con ideologas comunes, poseedores de un programa y un
proyecto de nacin, los cuales se renen ya en la cmara de diputados ya en la de
senadores; debido a que las maneras de entender y resolver los problemas sociales no
son siempre los mismos cada grupo deber, por medio de argumentaciones racionales,
convencer a los representantes de los otros partidos polticos para llegar a acuerdos,
por lo que se requiere una cultura dialgica para la construccin de consensos o es-
tablecer posiciones; el resto de la poblacin queda al margen de los debates y de la
toma de decisiones; como ejemplo siguiendo nuevamente la interpretacin de Bob-
bio James Madison consideraba que para que en sentido estricto la democracia fuese
representativa era necesario que fueses excluido el mandato obligatorio del elector
frente al elegido(1991, p. 36), es decir, los representantes haran mal si le hacen caso a
sus representados por considerar que el pueblo es ignorante y carecen de criterio para
saber que les conviene.
Por las caractersticas de la democracia representativa, el pueblo en su conjunto, no
vive las prcticas de la democracia: no siembra en su espritu los valores de la toleran-
cia, el respeto a la diferencia, la necesidad de dialogar para llegar a acuerdos. Es por
ello que educar para la democracia es restrictivo y limitado, dado que un pequeo sec-
tor de la sociedad es el que realmente participa en el gobierno y en las prcticas socia-
les que conllevan el ejercicio democrtico. Es verdad que en el momento de abrirse las
contiendas electorales todos los ciudadanos (democracia universal) pueden participar
emitiendo su voto (Bobbio, 1991, p. 75), y esto lo debern hacer conociendo a los pos-
tulantes y sus programas de gobierno, analizando y sopesando cual de los candidatos
tienen el mejor perfil, cual ofrece las propuestas ms viables; pero una vez que se emite
el voto y se legitima el ejercicio del poder de los representantes, ya sea presidente,
senadores o diputados, se concluye el ejercicio democrtico para los representados.
Una propuesta educativa para construir una sociedad democrtica es ms amplia
y tiene como finalidad impactar en la manera en cmo las personas se relacionan, en
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es portador de una cultura. En el caso de Mxico est integrado por una gran diversi-
dad de comunidades con tradiciones y culturas diferentes, por lo que Guillermo Bonfil
Batalla, un destacado antroplogo mexicano, afirma que Mxico es un pas multitni-
co y pluricultural (Bonfil, 1987). En nuestro tiempo, para la puesta en marcha de un
proyecto educativo que intente desarrollar una sociedad democrtica, debe partir del
pueblo real y no de lo que distintos grupos, ya liberales o conservadores, han inten-
tado hacer de l, sin tomar en cuenta lo que es Mxico: una mosaico cultural donde
coexisten y cohabitan dos proyectos civilizatorios, uno de origen mesoamericano y el
otro occidental; han pretendido consolidar un Estado Nacional negando el pasado y
la cultura de los pueblos indgenas o, como ha ocurrido despus de la independencia,
despreciando el pasado colonial. No vislumbran que potenciando las culturas propias
se resolvern los ancestrales problemas que nos aquejan. Para estos grupos, ya libera-
les, conservadores, socialistas o ahora neoliberales, que desconocen o desprecian las
culturas que conforman Mxico como nos lo propone Guillermo Bonfil Batalla el
pueblo termina siendo un obstculo para la democracia (1987, p. 109).
Consideramos que el camino ms viable para la conformacin de una nacin pluri-
tnica y multicultural es la puesta en marcha de una sociedad democrtica que anule,
por lo mismo, toda estructura de poder que subordina a unos pueblos sobre otros. Se
pretende generar un nuevo proyecto civilizatorio en donde se reconozcan los derechos
de las colectividades histricas para que -parafraseando a Bonfil- en nuestro pas una
sociedad democrtica surja, los pueblos con culturas oprimidas, deben ser reconocidos
y apoyadas en su desarrollo cultural. Es necesario articular todos los recursos socialesy
culturales para ser nosotros los que decidamos nuestro destino y no se nos imponga
uno desde otras necesidades y otros intereses.
La interaccin en el saln de clase debe permitir la construccin y adquisicin de
saberes por parte de los alumnos, as como el desarrollo de un pensamiento crtico,
creativo y autnomo, posibilitando los cuatro pilares del conocimiento que son: apren-
der a conocer, a hacer, a convivir y a ser (Delors, 1996, p. 36). Pero cmo se consigue
esto? Qu pedagoga y qu didctica tendra que aplicar el docente para alcanzar tal
finalidad? Se cuestiona que la escuela no debe ser un lugar donde se llenen cabezas,1
que el modelo de transmisin de conocimientos es ya obsoleto en una sociedad cada
da ms dinmica y globalizada. Mxico ve la necesidad de reformar su sistema educa-
tivo en tono con los cambios que ya se han operado en muchos otros pases.
1 Esto lo ha venido cuestionando desde hace tiempo Paulo Freire (1975) en lo que l denomin edu-
cacin bancaria, recientemente otros autores han hecho el mismo cuestionamiento (Saint-Onge, 2000).
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Podemos afirmar que el tipo de enseanza que se proporciona en la mayora de las es-
cuelas, incluidas las de los pases ms desarrollados, tiene como objetivo la produccin de
individuos sumisos y contribuye al mantenimiento del orden social, es en muchos aspec-
tos una preparacin para el trabajo dependiente y alienado, por lo que limita los cambios
sociales y constituye un freno al potencial creativo de los individuos (2010, p. 32).
Educar para producir sumisin y obediencia no debe ser la finalidad de nuestro sistema
educativo como nos lo hace ver Delval.
En lo particular creemos que conocer cules son los problemas a los que el ser
humano se ha enfrentado y cmo los ha resuelto nos puede ayudar a que los indivi-
duos aborden con profundidad y claridad sus actuales problemticas sociales; Creemos
firmemente que es importante que los estudiantes aprendan a pensar histricamente,
lo que significa, entre otras cosas, entender el presente a partir del su pasado (Bloch,
1990); o tambin comprender cmo y por qu los seres humanos se han transformado
y a pesar de ello pertenecer a una colectividad lo que les puede aportar un sentido de
pertenencia e identidad. Una formacin humana no puede estar separada de la com-
prensin de lo social ni del desarrollo del pensar. Un pueblo que desconoce su historia
est condenado a que otro pueblo mande sobre l, es decir, que pierde su soberana o
la libertad para elegir conscientemente su destino. La enseanza de la historia puede
coadyuvar a las prcticas dialgicas, entendiendo por stas aquellos actos donde dos o
ms personas hablan para llegar a acuerdos; el conocimiento de la historia nos permite
conocernos a nosotros mismo y a los otros, lo que nos permite comprender tanto des-
de dnde y por qu actuamos como desde dnde y por qu actan los otros; en otra
formulacin, si los actores polticos conocen la historia de los otros se pueden generar
procesos empticos entre ellos. Tambin un cierto enfoque histrico nos permite no ser
dogmticos debido a que la historia es la prueba de fuego de cualquier teora social,
como ejemplos bastar con mencionar lo que signific la cada del muro de Berln para
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
las ideologas del socialismo realmente existente o la reciente crisis econmica mundial
del 2008 para el neoliberalismo.
Tenemos la conviccin de que una de las finalidades de la educacin debera ser la
construccin de una sociedad democrtica; para ello nuestro sistema educativo debe
transformarse tomando en cuenta los cuatro pilares de la educacin propuesto por la
unesco y generar nuevas prcticas educativas, cuyo eje central sea el aprendizaje.
Sugerimos como posible desarrollo de una didctica del dilogo democrtico la
teora de la accin comunicativa de Habermas, por supuesto sin perder de vista el con-
texto socio-cultura; otro aspecto que consideramos importante es el desarrollo del pen-
samiento histrico, debido a que lo consideramos fundamental para la constitucin de
la subjetividad democrtica, consistente en dialogar para llegar a acuerdos racionales.
Sin embargo todo lo anterior es un fin o telos, lo deseado, la cruz del sur hacia donde
encaminamos nuestros esfuerzos educativos; para poder realizar nuestro proyecto de-
bemos partir de nuestra realidad, y para ello hay que investigar la actual cultura escolar,
los saberes y habilidades de los alumnos, las prcticas y conocimientos de los docentes,
los planes y programas de estudio, los proyectos educativos, el currculo explcito u
oculto del sistema educativo entre otras cosas. Todo lo anterior implica una serie de
etapas o pasos a seguir, algunos ya han sido dados, otras se estn generando; nuestra
investigacin pretende contribuir en algo para coadyuvar a una propuesta educativa
que conforme una nueva sociedad democrtica para Mxico.
Pensando la historia
Como parte de la necesidad de aprender a travs del dilogo, la propuesta de la in-
vestigacin en proceso es escuchar y analizar qu dicen los estudiantes normalistas.
Como docentes en una institucin formadora de maestros, hemos tenido la inquietud
de ensear a pensar a nuestros estudiantes, y a partir de la prctica y el compartir las
experiencias ulicas y de investigacin entre nosotros, hemos fortalecido la conviccin
de que la historia junto con las adecuadas prctica dialgicas pueden contribuir de
manera significativa a la edificacin de una sociedad democrtica.
El objetivo general del presente proyecto de investigacin es analizar cul es el pen-
samiento que sobre la Revolucin Mexicana expresan los estudiantes de una escuela
normal particular a travs del escrito de un ensayo entendido como un texto de libre
reflexin. Los objetivos particulares son identificar una estructura argumentativa, o por
lo menos algunos indicios de una incipiente estructuracin lgica, as como de figuras
retricas. Con este anlisis, lgico y retrico, se pretende identificar el tipo de nociones
temporales que utilizan para identificar su grado de evolucin.
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
Para obtener los escritos sobre una temtica histrica se convoc a un concurso
de ensayo sobre la Revolucin mexicana que se realiz del 25 de octubre al 5 de no-
viembre del ao 2010, en el marco del acto cvico para conmemorar los 100 aos de
tal acontecimiento, organizado por los que suscriben la presente ponencia. Interesaba
recuperar, de manera organizada, la voz de las y los estudiantes aniversarios en relacin
a tal conmemoracin.
La convocatoria fue el instrumento para formular la consigna de la tarea y especifi-
car algunos criterios mnimos que garantizaran la originalidad del escrito y cierta con-
sulta bibliogrfica. La consigna fue construir un escrito con base en la pregunta: Qu
significa para ti la Revolucin Mexicana? La participacin fue totalmente voluntaria,
recibindose, para nuestra grata sorpresa, 31 escritos. A los tres primeros lugares se
les ofreci la publicacin de su texto en la revista interna de la Universidad, y al primer
lugar, adems la lectura del mismo durante el acto cvico. Se explicit textualmente la
siguiente definicin de ensayo:
Se entiende por ensayo un ejercicio de la razn, un texto donde se plasma la ex-
periencia personal y el conocimiento que se tiene en relacin a un tema determinado.
Realizar un ensayo es, bsicamente, el trabajo de organizar los pensamientos y cono-
cimientos que se tiene sobre un tema y plasmarlo en un texto de manera libre, sin es-
tructura rgida, pudiendo ser incluso irreverente, pero siempre respetuoso (Montaigne).
Se estableci que: el ensayo tiene que ser una produccin original, con la intencin
de evitar plagios, advirtiendo que de lo contrario se invalidara su trabajo. El escrito
deba de realizarse en una cuartilla cuando ms al mismo tiempo que utilizar una cita
como mnimo y dos cmo lmite mximo. Con la finalidad de que realicen una mnima
investigacin y que pudieran documentar su texto con informacin confiable, se les
dio como sugerencia consultar la pgina del Instituto Nacional de Estudios Histricos
sobre la Revolucin Mexicana http://www.inehrm.gob.mx; tambin se les pidi incluir
la referencia a la fuente consultada a pie de pgina.
Se recibieron 31 escritos: 27 de mujeres y 4 de varones. En un primer acercamiento
a los textos, y con base en lecturas previas sobre la argumentacin por escrito, se in-
tent generar un anlisis con base en el esquema argumentativo de Toulmin, aclarado
y adaptado por Jean-Michel Adam (1995); lo anterior con la finalidad de saber cmo
argumentan los alumnos as como su concepcin sobre la Revolucin Mexicana. Fue
difcil tratar de aplicar el modelo, y a la vez nos dimos cuenta de que lo ms utilizado
eran argumentaciones retricas, por lo que se decidi cambiar el foco del anlisis.
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
La cabal comprensin del tiempo histrico posee sus propias nociones y segn Pozo
solo se puede desarrollar lineal y progresivamente, leamos de este autor las siguientes
lneas:
Para adquirir un sentido de la continuidad del tiempo histrico y, por consiguiente, del
cambio social, es necesario entre otras cosas el dominio completo de las distintas opera-
ciones cronolgicas, una comprensin eficiente de la causacin histrica y la posesin de
una teora potente sobre el funcionamiento de los fenmenos histricos (Pozo, 1985,
p. 25).
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
Tal vez sentimos que estamos retrocediendo en el tiempo, porque tenemos un problema
muy parecido al de aquel entonces, la ignorancia.
La revolucin mexicana de 1910, que hoy celebramos no surge de la noche a la
maana, pasa por un proceso que a lo largo del tiempo se va formando, en l participan
personajes que luchan por que la patria sea diferente que desean un Mxico con igualdad.
Desafortunadamente esta es la realidad a la que nos enfrentamos actualmente y es
donde surge la cuestin Qu celebramos? Puesto que parece ser solo ha cambiado la
perspectiva de la problemtica y no le hemos dado solucin.
Pues al reconocer el fracaso histrico de nuestros representantes, de los smbolos de
poder, que desde hace un siglo luchan por establecer la figura del estado, y que ahora de
manera violenta tratan de defender un poco del simbolismo que ha quedado.
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
Efecto inmediato del resultado de la solucin. Efecto demorado del resultado de la solucin.
Tecnologa. Tecnologa social.
La tabla anterior nos muestra de forma esquemtica diferencias entre las ciencias expe-
rimentales y las ciencias sociales junto con la historia. Al comienzo de esta investigacin
habamos considerado para el anlisis lgico de los ensayos el esquema argumentativo
de Toulmin lo que resulta una tarea intil, ello por prestarse ms para las ciencias
experimentales que para la historia, es por ello que abandonamos dicho esquema y
adoptamos uno ms adecuado.
Al analizar los discursos en los textos, identificamos tambin evidencias de la no-
cin de causalidad histrica que se puede explicar a partir del modelo o teleolgico o
intencionalista de von Wright (1979), para este autor segn Carretero, Jacott, & Lpez
Manjn Explicar teleolgicamente una accin implica la comprensin de una deter-
minada intencin en el agente que la realiza, de manera que la intencin constituye
su rasgo ms caracterstico (1995, p. 2). Las acciones humanas poseen una intencin,
en la historia se observan acciones humanas o hechos histricos que slo pueden ser
comprendidos si clarificamos cuales han sido las razones que han tenido las personas y
en particular las colectividades para actuar. Por lo que este modelo teleolgico o de lo
fines humanos se apoya bsicamente en el silogismo prctico o esquema de inferencia
prctica, que consiste en que: Un sujeto tiene la intencin de realizar algo. Posterior-
mente, este sujeto considera que, para alcanzar su propsito, es necesario utilizar deter-
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minaos medios (creencias medios-fin). Por ltimo, el sujeto intenta conseguir ese fin a
travs de una accin (Carretero y otros, 1995, p. 2).
Este modelo puede ser esquematizado de la siguiente manera:
Esta estructura que llamaremos esquema histrico nos debe permitir colocar en cada
categora una gran variedad de contenidos, por ejemplo al correspondiente al de sujeto
o sujetos se puede asignar el nombre de cualquier personaje o de una colectividad; en
el espacio de las intenciones puede suplirse con cualquier ideologa, idea, creencia o
mentalidad; en el de los medios, puede suplirse con una gran variedad de herramien-
tas, instrumentos, tecnologas, recursos simblicos, entre otros posible; en los fines se
puede colocar los hechos, actos, sucesos o acontecimientos. Este esquema histrico
tiene la finalidad de establecer un primer momento para el conocimiento histrico que
debe irse complejizando.
Debido a que nuestra mirada terica ha sido modificada radicalmente tanto en lo
que respecta a la propuesta de Pozo, como al esquema argumentativo de Toulmin, el
anlisis retrico ha quedado desdibujado y debe ser replanteado como el resto de la in-
vestigacin. Por el momento indagaremos, la nocin temporal, con base en la causalidad
histrica que los estudiantes muestran en sus escritos.
A manera de conclusin
Cada disciplina posee su peculiar forma de argumentar, por lo pronto las ciencias na-
turales y las sociales tienen maneras distintas de fundamentar sus ideas. La Historia en
particular nos brinda un campo de conocimiento, desde el cual aprender a dialogar,
argumentar, encontrar-nos con los otros, los seres humanos del pasado y del presente.
Construir una sociedad democrtica requiere una formacin especfica para los indivi-
duos que integraran este tipo de sociedad y un elemento importante de su formacin
ser la historia acompaada de las ciencias sociales. Si queremos vivir en un sistema
democrtico deberemos prepararnos para darle vida, de lo contrario acabaremos una
vez ms dominados por el autoritarismo. La democracia es un camino a ser conquistado
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con esmero; el autoritarismo se nos puede imponer como parte de nuestra tradicin y
fomentada por nuestra ignorancia histrica. La opcin la tenemos nosotros.
Referencias
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Pozo, I. (1985). El nio y la historia. Madrid: Ministerio de Educacin y Ciencia
Saint-Onge, M. (2000). Yo explico pero ellos... aprenden? Mxico: SEP, FCE, Ediciones
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659
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Fuentes electrnicas
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Instituto Nacional de Estudios Histricos sobre la Revolucin Mexicana http://www.
inehrm.gob.mx
Montaigne (s.f.) Ensayos. Recuperado el 10 de octubre de 2010 de http://www.cervan-
tesvirtual.com/serlet/SirveObras
660
La Identidad Nacional de los Jvenes
de la upn en la Sociedad GlobalizadA
Introduccin
La reflexin sobre el nosotros y la identidad es una tarea necesaria frente a las crisis
sociales, cuando sencillamente las situaciones que vivimos no se explican bajo los pa-
radigmas por la que nos han educado, por ejemplo, la identidad nacional en Mxico
que se trasmiti a travs de la enseanza de la historia se caracteriz por proporcionar
certezas y esperanzas vistas en el futuro como una garanta de progreso, la educacin
ofreca la posibilidad de ser alguien en la vida; se garantizaba la proteccin frente a los
enemigos, provea proteccin social a sus ciudadanos mediante los servicios que ofreca
(educacin, salud y vivienda), hoy sencillamente la educacin bsica como formadora
de identidad nacional no incluye ni ha nombrado a las transformaciones culturales del
intercambio multicultural y global que experimenta la nacin, transformaciones que
inciden en la construccin de la identidad tanto individual como nacional. Para des-
cribir los elementos que hacen importante reflexionar sobre la identidad en tiempos
contemporneos, necesitamos partir de contextualizar cul es el escenario del que sur-
ge el debate de la identidad y as poder explicar qu situacin ha desencadenado este
inters sobre el estudio de las identidades (incluidas la nacional) en el momento actual.
Presentando algunas de las reflexiones sobre la situacin de nuestro pas con relacin
a las transformaciones culturales y la formacin de la identidad nacional. Seguido de
ello presentar los contenidos de la historia escolar que se encuentran relacionados
para fortalecer la identidad nacional, resultado del anlisis de cuatro libros de texto de
historia que fueron utilizados durante el proceso de la formacin del Estado nacional,
lo que permiti en la investigacin la construccin de categoras para la encuesta que
se aplic a los jvenes de la Universidad Pedaggica Nacional para conocer las apre-
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E j e T e m t i c o : E n s e a n z a d e l a H i s to r i a y F o r m a c i n c i u d a d a n a
ciaciones de los jvenes sobre los eventos histricos que explican la construccin de la
nacin mexicana.
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Bajo este contexto de la cultura global, donde imperan las tecnologas de la informa-
cin y la comunicacin, los jvenes se encuentran inmersos en la reconfiguracin de
identificaciones ms flexibles dotados de una plasticidad neuronal y elasticidad cultu-
ral tal como lo explica Jess Martn-Barbero:
Estamos ante la formacin de comunidades hermenuticas [nfasis del autor] que responden
a nuevos modos de percibir y narrar la identidad y de la conformacin de identidades con tem-
poralidades menos largas, ms precarias, pero tambin ms flexibles, capaces de amalgamar,
de hacer convivir en el mismo sujeto ingredientes de universos culturales muy diversos (Martn-
Barbero, 2002, pp. 3-5).
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El Estado impone un orden sobre la compleja diversidad de las sociedades que la componen,
ste desde la heterogeneidad de la sociedad establece la uniformidad de un legislacin general,
de una administracin central, de una cultura nacional vlida para todos y de un poder nico.
De ah que el Estado debe borrar la multiplicidad de las sociedades sobre las que se impone y
establecer sobre ellas un solo orden (Villoro, 2010, p. 173).
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Las culturas estn cambiando continuamente por innovacin, por extraversin, por transferencia
de significados, por fabricacin de autenticidad o por modernizacin, pero esto no significa
automticamente que sus portadores cambien de identidad, podemos advertir con esto que
no hay razn para empearnos solemnemente en mantener inclume, muchas veces con al
mentalidad de anticuarios, el patrimonio cultural de un grupo de tradiciones populares con-
tra la voluntad del propio grupo, so pretexto de proteger a las identidades amenazadas []
La diversidad y diversificacin en la construccin y constitucin de la identidad, no es un ideal a
alcanzar sino una realidad a gestionar de ah que primero es aceptar que no podemos hablar de
una identidad nica e inequvoca sino que la identidad es flexible que valdra la pena en pensar
en identificaciones (Gimnez, 2005, p. 19).
Visto as la identidad no es algo dado sino una construccin de aquello con los que
nos identificamos a partir de las cosas, los intereses, los proyectos, las preferencias, los
gustos, y/o los pensamientos en comn, en un determinado momento que al cabo de
otras circunstancias puede volver a cambiar, porque la identidad se construye de forma
sincrnica y asincrnicamente, pero no lineal ni lo hacen recuperando el pasado de
forma cronolgica de atrs para adelante, mas bien los sujetos y los grupos se apropian
de los repertorios culturales del presente en el que viven. El yo esta constituido por ml-
tiples identidades a partir de distintos roles ya sean familiares, territoriales, de clase, re-
ligiosos, tnicos y/o sexuales, imbuidos por una flexibilidad lo que nos permite percibir
incongruencias al aceptar una identidad nica. Por ejemplo aos anteriores ser mujer
implicaba asumir un rol muy establecido, ama de casa, madre y esposa, pero esos eran
los esquemas sociales por los que las mujeres se movan, ahora ser mujer asume roles
interminables de describir y que son desempeados casi indistintamente, que implican
un flexibilidad sobre los sentidos de pertenencia, los espacios de identificacin, pueden
ser modificados, renovados e incluso abolidos constantemente. Estas son las ambige-
dades que, en la actualidad, fluctan con relacin al sentimiento de pertenencia, pues
se afirma que la situacin actual de la sociedad frente a la globalizacin esta decre-
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ciendo (Vizcano, 2005, p. 231). Decrece porque ideologa liberal que dio origen a la
identidad nacional para la conformacin de patriotistas nacionales no corresponde a las
transformaciones que la cultura multi e intercultural que se estn experimentando. Una
identidad nica, homognea pone en duda las reglas fundamentales de la democracia,
la diversidad y la conformacin de un estado multinacional (Vizcano, 2004, p. 66). Con
ello se percibe la necesidad de principios ticos universales que hagan compatible las
diferencias y garanticen la cohesin social. Slo as se lograra que la multiculturalidad
se oriente hacia la interculturalidad, es decir, que las diferencias no se trastoquen en
irreductibles e inconmensurables, si no que por el contrario se debiliten de las distincio-
nes jerrquicas y se produzcan nuevos mestizajes (Gimnez, 2005, p. 22).
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Mxico era la Independencia y la Reforma; los hroes de la patria eran Hidalgo Benito
Jurez y Porfirio Daz, este ltimo porque haba trado la modernizacin al pas. Sin em-
bargo despus de la Revolucin algunas ideas se transformaron y para los mexicanos
educados bajo un nacionalismo posrevolucionario, Porfirio Daz era un dictador, tirano
y abusivo que puso en manos de extranjeros los recursos naturales de nuestro pas, hoy
da este mismo personaje, vuelve a mostrarse como un hroe por los grandes progre-
sos que trajo para el pas, para el caso de los indgenas en la historia oficial actual la
marginacin social y la discriminacin vuelve a dibujarse en la narrativa nacionalista,
contrario a lo que en el periodo posrevolucionario sucedi, a decir por Borrs (2010,
p. 55) la imagen que hoy tenemos de ellos [los indios vivos] implicara ineludiblemente
realizar la revisin crtica de sus gravsimas condiciones de marginacin, exclusin, dis-
criminacin y pobreza.
A partir de este ejemplo podemos notar que bajo las vaivenes de la formacin del
Estado Nacional durante el siglo xx la narrativa en la historia oficial tambin se ha
modificado, sin embargo, se puede notar que los elementos de la identidad nacional
siempre estn presentes en el contenido de la historia oficial. Se busco en el pasado
las opciones de respuesta que se les planteo a los estudiantes y poder identificar que
tipo de identificacin mantienen con la nacin, por lo que se recurri al anlisis de
cuatro libros de texto para conocer cmo se ha ido incorporando los elementos de
la identidad nacional en la historia escolar. Las categoras utilizadas para el anlisis
fueron: territorio histrico, recuerdos histricos, mitos colectivos y tradiciones inventa-
das, por estas ltimas entendemos todas aquellas celebraciones de carcter cvico que
enaltecen el sentimiento nacional y que la escuela las recoge a travs de efemrides.
La seleccin de estos libros fue atendiendo a la revisin que realiz Luz Elena Galvn
(2011, p. 404) para su anlisis de imgenes de los libros de texto ms utilizados en las
escuelas del pas, aunque tambin el motivo de esta seleccin fue porque la encuesta
se construy a partir de tres percepciones temporales, el presente, pasado y futuro,
donde la primeraes el eje principal para conocer cules son los elementos de identidad
nacional que los estudiantes piensan que son los que conforma a la nacin mexicana
en la actualidad, cules son los eventos de la historia nacional reciente que piensan que
hoy identifican a la nacin mexicana y qu personajes son los que deben recibir un
reconocimiento en la conformacin de la identidad nacional. Para la construccin de la
percepcin temporal del pasado recurrimos al anlisis de los libros para conocer cmo
se han manejado los elementos de la identidad nacional, los procesos de la historia, los
personajes y los eventos cvicos que han impactado en la conformacin de la identidad
y que al paso del tiempo no hayan sido desdibujados de la trama nacionalista, conside-
rando a este aspecto como el origen profundo de la construccin de la identidad nacio-
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1 As mismo es importante sealar que para la construccin del instrumento seguimos el trabajo de
Miriam Kriger (2007) Historia, identidad y proyecto: Un estudio de las representaciones de los jvenes
argentinos, sobre el pasado, presente y futuro de la nacin. Tesis de doctorado. Argentina. Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales-sede Argentina. Slo que fuimos poco a poco alejndonos al ir
restructurando y adaptando el trabajo al contexto mexicano.
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los jvenes identifican a la familia como la institucin social que influye para ello, y no la
escuela como lo manifestaban en la primer pregunta al seleccionar a la historia escolar
como la ms importante para conformar la identidad nacional. Por lo que podemos
mencionar que es la historia que se cuenta en la familia la que es ms importante para
la conformacin de la identidad nacional y no la escolar.
Las tradiciones cvicas que en la actualidad identifican a los mexicanos son: la inde
pendencia de Mxico, la batalla de puebla, el da de la Revolucin mexicana y la expro-
piacin petrolera como los que identifican a los mexicanos en el presente, lo peculiar
es que bajo el actual gobierno la revolucin mexicana y la expropiacin petrolera son
temas que de forma casi nula es atendida en los programas y libros de texto de la his-
toria escolar.
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Los personajes histricos que de acuerdo los encuestados consideran que en la ac-
tualidad identifica a los mexicanos son: Miguel Hidalgo, Jos Mara Morelos y Benito
Jurez. De acuerdo a ello podemos percibir que los elementos que conforman la iden-
tidad nacional vinculadas al territorio histrico, recuerdos histricos, mitos colectivos
y tradiciones inventadas, nos ubican en una historia del pensamiento liberal del siglo
xix, que de acuerdo a Carretero (2007, p. 20) estn ligados al pensamiento romntico
y vinculado con la construccin de las naciones que surge a finales del siglo xix. Estos
resultados nos hace retomar a Villoro (2011, p. 140) al mencionar que los pases de
tercer mundo ingresan a la modernidad cuando sta empieza a ponerse en crisis.
La segunda parte de la encuesta esta representada por la memoria histrica, en la
tabla 2 se describe las categoras y las opciones de respuesta en el instrumento. Sobre las
representaciones identitarias en el pasado encontramos que los primeros mexicanos son
los indgenas, lo cual desdibuja el conflicto de la poca colonial sobre la conformacin de
la sociedad, lo que implica un problema de interpretacin histrica por los estudiantes
encuestados. Al realizar el anlisis de los resultados sobre el origen profundo de la na-
cin mexicana los encuestados identifican que Mxico empieza a ser su nacin a partir de
la formacin de Mxico-Tenochtitlan, lo que refleja una coincidencia con la categora an-
terior, si son los indgenas los primeros mexicanos entonces la nacin mexicana empieza
desde la formacin de Mxico-Tenochtitlan, lo que nuevamente nos coloca en identificar
que los encuestados mantienen bajo la sombra de la historia liberal, pues si bien la
historia acadmica ha sufrido cambios y transformaciones durante el siglo XX podemos
apreciar que historia escolar mantiene vigente la idea de que desde Mxico-Tenochtitlan
Mxico es una nacin. Al preguntarles a los estudiantes sobre lo que representan al-
gunos eventos del a historia nacional encontramos que Mxico-Tenochtitlan significa la
leyenda mtica de la formacin de la nacin mexicana, al identificar este evento como algo
mtico podemos vislumbrar un avance que acerca a los estudiantes a una comprensin
ms disciplinar sobre los acontecimientos del pasado. Acerca de la conquista los estu-
diantes perciben a este acontecimiento como una matanza despiadada de los espaoles
sobre los indgenas, al ser seleccionada esta opcin por ms dela mitad de la muestra,
de tal manera que siguiendo la lectura a partir de los resultados encontrados podemos
pensar que la conquista es el hecho de que los espaoles llegaron a la nacin mexicana,
mientras que historiadores de la academia podran refutar de inmediato, pues la nacin
mexicana empieza despus mucho despus de la conquista.
La percepcin que tienen los encuestados de la poca colonial es que sta es un
choque de culturas que se fusionaron, dando origen a la cultura mestiza, la muestra de
estudiantes encuestados rechazan las ideas de que la poca colonial sea un aconteci-
miento que trajo beneficios a la poblacin indgena o que los espaoles hayan logrado
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erradicar las ideologas de estos, lo que significan que hasta la actualidad perciben las
ideologas de las cultura indgenas. Sobre la independencia de Mxico los encuestados
seleccionaron la opcin inicia la nacin mexicana, lo que aqu nos ubica nuevamente en
un problema de interpretacin, pues si bien en el primer bloque temporal consideran
que la nacin mexicana inicia desde la fundacin de Mxico-Tenochtitlan, sta repre-
senta un mito, pero la independencia mexicana la ubican como el proceso histrico de
inicio de la nacin mexicana, ms que respuestas ello nos genera preguntas por ejem-
plo qu paso entre el periodo de la fundacin de Mxico Tenochtitlan, la conquista y
el inicio de la nacin mexicana? Qu significa este lapso temporal para los estudiantes
sobre la historia del pas? Acaso dos son los momentos en la conformacin de la na-
cin mexicana? Aspectos que aun faltan profundizar en la investigacin.
Para finalizar con este anlisis nos falta aun definir que significa para los estudiantes
la Revolucin mexicana y el periodo en que Mxico se encuentra ante la globalizacin.
Con relacin al primero encontramos que de acuerdo a los resultados este evento sig-
nifica el levantamiento de los campesinos por recuperar sus tierras, si bien este es uno de
las consecuencias del derrumbamiento del Porfiriato tal como lo menciona el libro de
texto de historia En lo que respecta al campo prosigui la explotacin de los peones
y jornaleros y el despojo de las tierras de los campesinos lo cua propicio que amplios
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afirmacin de su territorio pero al mismo tiempo se abre paso a una serie de procesos
que desterritorializan al Estado y lo transnacionalizan, nuevos valores, diferentes prc-
ticas sociales, culturales, polticas y econmicas dejan emerger al multiculturalismo que
los proyectos nacionalistas lograron bajo su imaginario erradicar, silenciar y suprimir.
Sin embargo mientras que en pases desarrollados la modernidad ha entrado en crisis,
habiendo superado el tema de la participacin ciudadana y encontrar insuficientes los
relatos que sustentaban la legitimacin del saber instituido por la modernidad, claro es
que de acuerdo a los resultados de la encuesta, los jvenes ligeramente empiezan a vis-
lumbrar la importancia y la necesidad de la participacin ciudadana, as mismo aun se
mantienen arraigados bajo la legitimacin de ese saber instituido por la historia escolar,
pero se aade un ingrediente ms, el mismo que enfrenta en crisis a los pases desarro-
llados la presencia del multiculturalismo que ha puesto en entre dicho la homogeniza-
cin con la que se ha buscado la hegemona del estado nacionalista. Tal es as que la
historia escolar lejos de resolver los retos sobre la formacin de una ciudadana partici-
pativa y democrtica que buscaba el pensamiento ilustrado, se le ha sumado un asunto
ms, la emergencia de diferentes de construccin de identificaciones que emergen en
el escenario del multiculturalismo. Las preguntas son la historia escolar debe seguir
construyndose bajo presin de los modelos postindustriales o posmodernos? Cmo
construir una historia que se desenganche de la visin occidental? Cmo gestionar las
diferencias donde al mismo tiempo se mantiene la bsqueda de lo homogneo? Qu
sentido tiene la historia cuando existen fisuras entre la democracia y el nacionalismo?
Cul el la funcin de la historia en la actualidad? Qu sentido tiene la enseanza de
la historia cronolgica frente a percepcin de temporalidades fugaces? Existe algo
ms all de los personajes y tramas narrativas de legitimacin del nacionalismo? Qu
historia permitir la gestin de una identidad flexible, de percepciones temporales fu-
gaces para extender los horizontes de pragmtica y comprensin del multiculturalismo?
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La Experiencia del Proyecto Tuning-Amrica Latina
y las redes de CLIOHWORLD-CLIOHRES1
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tivos. Adems de esto, los (futuros) empleadores dentro (y fuera) de Europa exigirn
informacin confiable sobre lo que significa en la prctica una capacitacin o un ttulo
determinado. Es decir, las reas social y econmica europeas tienen que ir paralelas a
un rea de educacin superior.
A este respecto, reviste especial importancia el Sistema Europeo de Transferencia y
Acumulacin de Crditos (ECTS). El proyecto se orienta hacia competencias genricas
y especficas a cada rea temtica de los graduados de primero y segundo ciclo. An
ms, el proyecto tiene un impacto directo en el reconocimiento acadmico, garanta y
control de calidad, compatibilidad de los programas de estudio a nivel europeo, apren-
dizaje a distancia y aprendizaje permanente. En otras palabras, Tuning aborda todos
los temas mencionados en el Comunicado de Praga (Prague Communiqu) de Junio del
2001 y los enlaza como partes de un todo unificado. Se espera que a mediano y largo
plazo los resultados del proyecto tengan su impacto en la mayora y de ser posible en
todas las instituciones y programas de educacin superior europeas en general, y en
las estructuras y programas educativos en particular.
A raz de la Declaracin de Bolonia, los sistemas educativos de la mayora de los
pases europeos estn en un proceso intenso de transformacin. Este es el resultado
directo de la decisin poltica de los ministros de educacin de realizar la convergencia
de los sistemas educativos. Para las instituciones de educacin superior las reformas
significan el verdadero punto de partida para otro anlisis: la sintonizacin en trminos
de estructuras y programas y de la enseanza propiamente dicha. En este proceso de
reforma debern desempear un importante papel, adems de los objetivos que fije la
colectividad acadmica, los perfiles acadmicos y profesionales que exige la sociedad.
Pero estos perfiles no son suficientes: de igual importancia es el esclarecimiento del
nivel de formacin que debe lograrse en trminos de competencias y resultados del
aprendizaje.
Se opt por el nombre de Tuning para reflejar la idea de que las universidades no
buscan la armonizacin de sus programas de licenciaturas, ni ningn tipo de currculas
unificadas, prescriptivas o definitivas en Europa, sino, ms bien, puntos de referencia,
convergencia y entendimiento comn. Proteger la rica diversidad de la educacin eu-
ropea ha sido esencial en Tuning desde el principio, por lo que el proyecto en ningn
modo pretende restringir la independencia de los especialistas acadmicos ni menosca-
bar las competencias de la autoridad acadmica local y nacional.
El proyecto es coordinado por la Universidad de Deusto, Espaa, con Julia Gonzlez
y Robert Wagenaar de la Universidad de Groningen, Holanda. Tuning se aprovecha
de experiencias anteriores de colaboracin en proyectos piloto como Scrates-Erasmus
Thematic Networks y ECTS. Se espera que los resultados de Tuning susciten el inters
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Hasta finales de 2004 Tuning haba sido una experiencia exclusiva de Europa, don-
de participaron ms de 175 universidades europeas. La extensin del proyecto con la
incorporacin de las universidades latinoamericanas signific una enorme apertura.
Inicialmente participaron 4 reas de 62 universidades de 18 pases de Amrica Latina.
Posteriormente se ampli con 8 reas ms y ms de 120 universidades, al final, en Tu-
ning Amrica Latina trabajaron 19 pases, 12 reas y 190 universidades.
En el verano de 2006, la Comisin Europea lanz un marco europeo de titulaciones
para el aprendizaje a lo largo de la vida. Su propsito era englobar todos los tipos de
aprendizaje en un marco general. Aunque los conceptos sobre los que se basan el MET
de educacin superior y el MET para el aprendizaje a lo largo de la vida son diferentes,
ambos son totalmente coherentes con el enfoque Tuning. Al igual que los otros dos, la
variante para el aprendizaje a lo largo de la vida se basa en el desarrollo del nivel de
competencias. Desde el punto de vista de Tuning, sendas iniciativas tienen un valor y
una funcin que desempear en el futuro desarrollo de un rea de educacin europea
uniforme.
Despus de completar con xito la tercera fase (2004-2006) en la que particip
Amrica Latina, y tras completar con xito sus fases primera (2000-2003) y segunda
(2003-2004), el proyecto se encuentra actualmente en plena expansin, en una fase
que terminar en 2015 bajo la denominacin Tuning Amrica Latina: Innovacin Educa-
tiva y Social. Aqu se retoman dos grandes problemticas muy concretas a las cuales
se enfrenta la universidad como entidad global: por un lado, la voluntad de moder-
nizar, reformular y flexibilizar los programas de estudio de cara a las nuevas
tendencias, necesidades de la sociedad y realidades cambiantes de un mundo
vertiginoso; y por otra parte vinculado estrechamente con el anterior la importancia
de trascender los lmites del claustro en el aprendizaje, brindando una formacin que
permita el reconocimiento de lo aprendido ms all de las fronteras institucio-
nales, locales, nacionales y regionales.
Tomando en cuenta el primer problema, en un contexto de constante y vertiginosa
transformacin actual del mercado de trabajo, hay que considerar como cierta la ra-
pidez con la que los conocimientos se vuelven obsoletos. Es preciso, entonces, que los
estudiantes incorporen en sus procesos de enseanza-aprendizaje competencias, que
les brinden esa capacidad de adaptacin permanente al cambio, pero, al mismo
tiempo, que los formen como ciudadanos comprometidos.
El segundo eje problemtico que se pretende resaltar en este proyecto es la crecien-
te demanda de compatibilizacin de los programas de formacin entre universida-
des, dentro del mismo pas como con otros, para favorecer la movilidad y el intercambio
de estudiantes y profesores, tanto en grado como en posgrado. Esta es claramente una
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lnea de accin cada vez ms presente en las agendas de los Ministerios de Educacin y
de las instituciones de educacin superior. La complejidad y dinamismo de los procesos
previamente enunciados, hace que las universidades asuman la actualizacin continua
de los contenidos de sus programas acadmicos, as como promover con creatividad
la armonizacin de los estudios. Es decir que, por medio de programas de estudio
flexibles, se proporcione a los estudiantes oportunidades novedosas de aprendizaje,
que les permitan alcanzar sus objetivos por una va diferente a la tradicional.
En el mbito de la educacin superior internacional se pueden recoger experiencias
de universidades que comparten carreras, programas de estudio y currculos con otras
universidades y que ofrecen una doble titulacin, que mantienen programas de movi-
lidad de profesores y estudiantes, proyectos conjuntos de investigacin; no es, por lo
tanto, difcil pensar que la globalizacin conduzca a la transformacin de las universida-
des, en cuanto a su oferta acadmica, sus programas de investigacin y, especialmente,
en cuanto a los parmetros de evaluacin y acreditacin. En otras palabras, se estn
dando pasos firmes hacia la internacionalizacin de la educacin superior.
En este contexto de internacionalizacin el gran desafo para la educacin superior
est puesto en alcanzar un grado importante de convergencia, promoviendo la cons-
truccin de espacios comunes que permitan y faciliten la movilidad de estudiantes y
profesionales y el reconocimiento de estudios.
En el marco del proyecto Tuning se ha diseado una metodologa para la com-
prensin del currculo y para hacerlo comparable. Como parte de la metodologa se
introdujo el concepto de resultados del aprendizaje y competencias. Para cada una de
las reas temticas mencionadas, stas han sido descritas en trminos de puntos de
referencia que deben ser satisfechos. De acuerdo a Tuning estos son los elementos ms
significativos en el diseo, construccin y evaluacin de las cualificaciones.
Por resultados del aprendizaje se significa el conjunto de competencias que incluye
conocimientos, comprensin y habilidades que se espera que el estudiante domine,
comprenda y demuestre despus de completar un proceso corto o largo de aprendi-
zaje. Pueden ser identificados y relacionados con programas completos de estudio (de
primero o segundo ciclo) y con unidades individuales de aprendizaje (mdulos). Las
competencias se pueden dividir en dos tipos: competencias genricas, que en prin-
cipio son independientes del rea de estudio, y competencias especficas para cada
rea temtica. Las competencias se obtienen normalmente durante diferentes unida-
des de estudio y por tanto pueden no estar ligadas a una sola unidad. Sin embargo,
es muy importante identificar en qu unidades se ensean las diversas competencias
para asegurar una evaluacin efectiva y una adecuada calidad. Esto quiere decir que
las competencias y los resultados del aprendizaje deberan corresponder a las cualifi-
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diantes. Segn el enfoque Tuning, los crditos slo se pueden conceder cuando se han
satisfecho los resultados de aprendizaje.
Utilizar el planteamiento de las competencias y los resultados del aprendizaje tam-
bin podra conllevar cambios relativos a los mtodos de enseanza, aprendizaje y
evaluacin que se emplean en un programa. Tuning ha identificado planteamientos y
buenas prcticas para formar determinadas competencias genricas y competencias
especficas.
Uno de los objetivos clave del proyecto Tuning es el de contribuir al desarrollo de
titulaciones fcilmente comparables y comprensibles desde dentro y en una forma
articulada en toda Europa, de la naturaleza de cada uno de los dos ciclos descritos por
el proceso de Bolonia.
En la bsqueda de perspectivas que pudiesen facilitar la movilidad de los poseedo-
res de ttulos universitarios y profesionales en Europa, el proyecto trat de alcanzar un
amplio consenso a escala europea sobre la forma de entender los ttulos desde el punto
de vista de las actividades que los poseedores de dichos ttulos estaran en capacidad de
desempear. A este respecto, dos elecciones marcaron el proyecto desde el comienzo:
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crados. Los resultados especficos se encuentran publicados en las pginas del proyecto
Tuning Amrica Latina.
Una sntesis de dichos resultados permite exponer lo siguiente: los tres grupos selec-
cionados para realizar la consulta de las competencias especficas en el rea de Historia
fueron del total de la muestra el 30% de acadmicos, el 26% de graduados y el
44% de estudiantes del ltimo ao. Esta muestra se obtuvo de la consulta a univer-
sidades de diez pases en Amrica Latina; a su vez, los representantes de las mismas
instituciones aplicaron cuestionarios en otras universidades.
El cuestionario que se elabor mantuvo las caractersticas desarrolladas en la meto-
dologa Tuning; es decir, se busc que cada sector consultado (acadmicos, graduados
y estudiantes) diera respuesta tanto al nivel de importancia como de realizacin para
cada una de las competencias; de igual forma se trataba de que su valoracin se esta-
bleciera en cuatro posibilidades, a saber: 1, nada; 2, poco; 3, suficiente; y 4, mucho.
En total, se agruparon 27 competencias especficas coincidiendo con el nmero de
las competencias genricas que se consideran fundamentales en la formacin para el
ejercicio de la prctica profesional propia de los historiadores. El orden de presentacin
en el cuestionario fue el siguiente:
Competencias profesionales
rea de Historia2
1. Conciencia de la funcin social del historiador.
2. Conciencia de que el debate y la investigacin histrica estn en permanente cons-
truccin.
3. Habilidad para usar tcnicas especficas necesarias para estudiar documentos de
determinados perodos, tales como paleografa y epigrafa.
4. Conocimiento de la historia nacional.
5. Habilidad para disear, organizar y desarrollar proyectos de investigacin histrica.
6. Conocimiento crtico de la relacin entre los acontecimientos y procesos actuales y
el pasado.
7. Habilidad para manejar las tecnologas de la informacin y la comunicacin al ela-
borar datos histricos o relacionados con la historia (por ejemplo mtodos estadsti-
cos o cartogrficos, bases de datos, etc.).
8. Capacidad para leer textos historiogrficos y documentos en otra lengua.
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En el rea de Historia de las universidades en Amrica Latina las respuestas de los tres
sectores a la consulta mostraron ms similitudes que diferencias entre ellos, lo que con-
firma la pertinencia de su elaboracin e inclusin en los cuestionarios. Desde la pers-
pectiva de la importancia, se evidenci que las competencias propias de la disciplina
tienen como eje las historias nacionales, en combinacin con aquellas ms articuladas
al desarrollo de habilidades de tipo terico e instrumental, sin dejar de lado aquellas
referentes a los valores cientficos y ciudadanos. Esto corrobora que, en efecto, la com-
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Competencias genricas3
1. Capacidad de abstraccin, anlisis y sntesis.
2. Capacidad de aplicar los conocimientos en la prctica.
3. Capacidad para organizar y planificar el tiempo.
4. Conocimientos sobre el rea de estudio y la profesin.
5. Responsabilidad social y compromiso ciudadano.
6. Capacidad de comunicacin oral y escrita.
7. Capacidad de comunicacin en un segundo idioma.
8. Habilidades en el uso de las tecnologas de la informacin y de la comunicacin.
9. Capacidad de investigacin.
10. Capacidad de aprender y actualizarse permanentemente.
11. Habilidades para buscar, procesar y analizar informacin procedente de fuentes
diversas.
12. Capacidad crtica y autocrtica.
13. Capacidad para actuar en nuevas situaciones.
14. Capacidad creativa.
15. Capacidad para identificar, plantear y resolver problemas.
16. Capacidad para tomar decisiones.
17. Capacidad de trabajo en equipo.
18. Habilidades interpersonales.
19. Capacidad de motivar y conducir hacia metas comunes.
20. Compromiso con la preservacin del medio ambiente.
21. Compromiso con su medio socio-cultural.
22. Valoracin y respeto por la diversidad y multiculturalidad.
23. Habilidad para trabajar en contextos internacionales.
24. Habilidad para trabajar en forma autnoma.
25. Capacidad para formular y gestionar proyectos.
26. Compromiso tico.
27. Compromiso con la calidad.
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Eje Temtico:
FORMACIN DOCENTE
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Las habilidades de docencia
y el Mtodo Investigacin-Accin
en la enseanza de la Historia
A manera de introduccin:
El inicio del siglo XXI marc para la educacin escolarizada en general, y universitaria
en particular, un cambio de paradigma, del ejercicio tradicional del positivismo al ejer-
cicio de una educacin basada en competencias acadmicas y profesionales cimentadas
en la Teora del la Complejidad, difcil de aplicar por no ser una cuestin de forma, sino
de fondo, de actitud ante la vida, ante el mundo.
Durante 18 aos se aplic en el aula universitaria la docencia basada en el conductis-
mo, a partir del ao de 1997 hasta hoy, se ha trabajado con el Mtodo Investigacin-
Accin, en la Facultad de Ciencias Polticas y Administracin Pblica y en la Facultad de
Humanidades, en el rea de Historia, asimismo se ha tratado de que algunos docentes
de la Escuela Preparatoria trabajen de forma similar en el rea de Historia.
La aplicacin del mtodo mencionado, va de la mano con el proceso de sensibili-
zacin docente que se requiere para el cambio paulatino de un paradigma holstico,
horizontal, democrtico, flexible y dialgico.
Se ha apreciado una perspectiva distinta de la Historia, puesto que al cambiar los
conceptos de enseanza, aprendizaje, educacin, docente, alumno. etc., cambia la per-
cepcin del trabajo docente. Su abordaje responde a otras reglas metodolgicas y a
una actitud diferente de ver la Historia y la educacin por parte de cada uno de los
participantes en el proceso.
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Conceptualizacin
Reconceptualizar la educacin de manera aislada no nos ayuda en mucho, si nuestro
objetivo parte del cambio desde el aula, entonces tenemos que reconceptualizar cada
uno de los elementos que intervienen en el proceso enseanza-aprendizaje; concep-
tualizado a ste como: el acto de adquirir, indagar, investigar, entendiendo a la unidad
de enseanza- aprendizaje como una continua y dialctica experiencia de aprendizaje
en espiral, a partir de un clima de interaccin, donde los implicados descubren, redes-
cubren, aprenden y ensean (Riviere, citado por Barabtarlo, 1995, p. 16).
Del mismo modo el aprendizaje se concibe como La apropiacin intelectual del
mundo por parte del sujeto: aprender a aprender, no generalizando los resultados de la
construccin, sino el procedimiento constructivo mismo. (Barabtarlo, 1995, pp. 35-36)
El aprendizaje tiene que ser un proceso dialctico con el investigar, con el cuestionar; es
aprender ms lo que creo que es aprender, ms su contrario (desaprender) Un acto
de continuo cuestionamiento. El concepto de enseanza lo tratamos de cambiar de ser
la actividad de transmitir el conocimiento, a ser la actividad facilitadora del descubri-
miento del mismo y de las potencialidades que tiene el estudiante para crear su propio
conocimiento. La dicotoma enseanza-aprendizaje, se ha presentado a lo largo de toda
la historia de la humanidad; dentro de la educacin escolarizada ha sufrido una serie de
cambios, de innovaciones, de reformas, de revoluciones. Hoy estamos frente a una
crisis del modelo educativo que lleva ms de un siglo de prctica, un modelo vertical,
autoritario, en el que la verdad ha sido alcanzada y poseda por el maestro, quien
se encarga de transmitirlo al alumno.
La conceptualizacin no se queda en los elementos tericos, sino llega a los seres
de carne y hueso, al profesor y al alumno, de tal manera que al darse un cambio en la
concepcin del aprendizaje, tambin lo tiene que haber en la de alumno y al presentarse
para la enseanza, tambin la existir para el docente. Para poder diagnosticar el tipo
de docente que se quiere, se tendran que hacer estudios globales que contemplaran:
anlisis de la formacin actual de los mismos, anlisis de cmo planifican y procesan su
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informacin; teniendo esos datos, se podra invitar a la reflexin sobre su quehacer do-
cente y la conveniencia o no de un cambio en su tarea cotidiana, esto fue lo que durante
dos aos se hizo con veinte tres docentes de la Escuela Preparatoria de la Universidad
Autnoma del Estado de Mxico, quienes han iniciado un cambio en su prctica docen-
te, desde el actual paradigma educativo. Los resultados? Estn en espera, porque no se
ha realizado ningn seguimiento de egresados que permita analizarlos.
El profesor ya no puede seguir concibindose como el poseedor de la verdad, el
que arregla todo con el autoritarismo, el obsesivo por el logro de los objetivos, sin
importarle si el alumno aprendi algo til para su vida cotidiana, dejando de lado los
intereses del estudiante, sus expectativas. Ahora el docente tiene que ser un individuo
que cuestione constantemente su tarea, para qu se hace?, por qu se hace?, un faci-
litador del descubrimiento de potencialidades intelectuales y afectivas en el alumno, un
ser capaz de compartir el poder con sus alumnos, capaz de reconocer sus limitaciones
y sus aciertos.
Un ser humano
Asimismo el alumno ser concebido como un individuo capaz de descubrir sus propias
potencialidades intelectuales y afectivas, una persona que haga aflorar su capacidad
creativa, y comparta con los otros sus descubrimientos, que participe con su grupo,
siendo parte del mismo, teniendo sentido de pertenencia, para que pueda tender lazos
de comunicacin que coadyuven al crecimiento del grupo.
Hemos tomado en cuenta los elementos que propician el proceso enseanza-apren-
dizaje; casi nunca se pone atencin en el espacio en donde se da la interaccin de los
sujetos de educacin, y ste es de suma importancia, as que aqu conceptualizaremos
al aula como un microcosmos con cierto grado de autonoma, en donde interactan
historias personales y sociales, recursos y expectativas de un grupo. En lo general
se reconoce como espacio de produccin y reproduccin de contenidos ideolgicos,
culturales, relaciones sociales que lo crean y lo mantienen. En este sentido, se puede
pensar el aula, como un espacio donde se juega un orden social y cultural, as como
diversas manifestaciones de su oposicin (Guzmn, 1991, p. 338) En esta ponencia
entendemos el aula como un espacio vital, porque es el espacio que permite ser, que
da la suerte de crear y recrear.
La evaluacin, es tambin una parte importante, del proceso enseanza-aprendiza-
je, entendida como el proceso amplio, complejo y profundo, que abarca todo el acon-
tecer de un grupo: sus problemas, miedos, evasiones, ansiedades, heterogeneidades,
etctera, que le hacen ser una realidad distinta a las dems (Morn, 1990, p. 125),
698
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Metodologa cuantitativa
El llamado paradigma positivista, tiene como objetivo el fomentar teoras genera-
les del comportamiento humano, en un intento de lograr la mxima objetividad;
de tal forma que su aplicacin tiene que obedecer a ciertas propuestas de hiptesis
explicativas del fenmeno a investigar, verificando las hiptesis con las consecuencias
observables, incluyendo el dominio de un muestreo de grandes grupos seleccionados
con criterios estadstico- probabilsticos. Esta metodologa excluye al sujeto de investi-
gacin de la toma de decisiones, considerndolo solamente como objeto de estudio.
Sin embargo es una metodologa que tiene sus bondades sobre todo para la evaluacin
que est basada, como en el caso del sistema educativo mexicano, en la asignacin de
numerales con fines de certificacin y validacin de los estudios de cualquier nivel,
cuando lo que busca el paradigma de las competencias es acreditar, no calificar, si
tienen o no las competencias.
699
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Metodologa cualitativa
Esta es una concepcin global fenomenolgica y subjetiva. Se encuentra orientada
sobre todo a la prctica y a la innovacin constante, teniendo por ende mayor partici-
pacin de los actores involucrados dentro de la investigacin como tal y no como ex-
clusivos objeto de estudio. Mientras que en la metodologa cuantitativa se presenta
una serie de hiptesis sobre las que trabajar el investigador, la cualitativa resuelve
progresivamente el problema en la prctica directa, en el proceso, al cual reviste de
constante reflexin y accin de tal forma que los conocimientos son analizados en pe-
quea escala, tratando en la medida de lo posible, cuestiones cotidianas en las que la
reflexin sobre la evaluacin es imprescindible.
Metodologa alternativa
Esta es la modalidad que presentamos, no como una mezcla de las dos anteriores,
sino como la adaptacin y adopcin de elementos de cada una de ellas que puedan
ser tiles para permitir la objetividad que el sistema contextual exige y despus,
para introducir cambios que repercutan significativamente en la retroalimentacin del
proceso de enseanza-aprendizaje. El uso de una metodologa alternativa est basado
en una profunda reflexin inicial sobre la prctica docente:
Cuarenta y cinco, treinta y tres aos y dos aos en el ejercicio de la docencia Univer-
sitaria, respectivamente1 en el nivel superior, nos faculta para hablar de nuestra expe-
riencia, en la mayor parte de los aos se mantuvo la prctica docente con la aplicacin
de una metodologa ligada al conductismo en donde la enseanza era vertical, rgida
y autoritaria, en la que se imponan reglas sin consultar o acordar con el estudiante su
aplicacin; en este modelo el profesor es la figura poseedora del conocimiento y del
poder mientras que el estudiante es un receptor pasivo de rdenes e informacin que
no cuestiona la pertinencia o la calidad de las mismas o incluso, su propia capacidad
para asimilarlas adecuadamente, aunque se simule que el modelo se centra en un
estudiante activo, participativo, su papel solamente es de repetidor de la informacin,
para el caso de Historia, solamente es un reproductor de informacin, mientras que en
el modelo por competencias tiene que reflexionar, analizar y proponer, cuestiones que
no concuerdan con los modelos institucionales de evaluacin.
1 La Mtra. Bribiesca cuenta con poco ms de cuarenta y cinco aos al servicio de la docencia universita-
ria, la Dra. Flores tiene treinta y tres aos sirviendo a la docencia universitaria y la Lic. Benhumea inicia
con dos aos, sin embargo la forma en la que aprendi la Historia no dista mucho de las formas de
ensear de sus compaeras de ponencia.
700
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
701
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Tenemos la clara idea de que no hemos logrado, completamente que el alumno del
modelo educativo innovador aprenda a construir el conocimiento en el primer acerca-
miento al mtodo I-A, despus de haber tenido por aos el aprender a repetir datos
de Historia, pero tambin sabemos, que por lo iniciado y quiz lo ms importante es
el compartir el conocimiento con los docentes de la Escuela Preparatoria y de nuestra
disciplina quienes estn formando a las generaciones posteriores de hombres y mu-
jeres de esta parte de la aldea global.
A manera de colofn
Pensamos que es necesario el cambio en el abordaje de la docencia, y que ste se tiene
que dar desde las aulas, pero sustentando en una investigacin, el cambio ser paula-
tino, pero el camino lo hemos iniciado y algn da podremos alcanzar la meta, porque
hemos iniciado a caminar y no pensamos descansar.
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704
Transversalidad en Historiografa y Didctica:
propuesta de enseanza de la Historia
por practicantes del Colegio de Historia, BUAP
Introduccin
La Historia debe formar en el alumno la conciencia del criterio de unidad nacional
como medio favorable para facilitar la evolucin social de Mxico, es lo que establece
el plan de estudios vigente desde el 2006 en el Bachillerato General poblano. El estu-
dio de la Historia de Mxico se fundamenta en la necesidad de explicar el desarrollo
de la sociedad en su espacialidad y temporalidad para entender el presente del pas,
por lo que se maneja el concepto de Historia como conocimiento y acontecimiento,
sealando la importancia del discurso histrico en la conformacin de la identidad
del individuo y de la sociedad que desde un enfoque comparado y total, se convierte
como enseanza en el instrumento adecuado para describir los procesos y poner a
prueba los modelos para distinguir en las mltiples combinaciones entre lo viejo y lo
nuevo, lo que es promesa, y lo que es amenaza (Vilar, 1998:52).
Bajo el fundamento del programa de estudios de Historia de Mxico en el Bachillera-
to General para el profesor lo vlido es el tratamiento de temas histricos, a travs
de una metodologa investigativa, donde se ayude al estudiante a formular problemas,
plantear hiptesis y mostrar las fuentes de informacin a fin de verificarlas o des-
echarlas, hay que recordar a los jvenes segn Gonzlez (2004:124) que la Historia de
la civilizacin ha de proyectarse sobre una red de nombres, fechas y sucesos concre-
tos, que permitan visualizar hechos histricos puntuales los cuales se documentan para
delimitar su legitimidad en la colectividad. De esta manera la creatividad del estudiante
se estimula contribuyendo a su desarrollo intelectual, en una forma ms perdurable,
que la simple acumulacin de conocimientos.
El bajo rendimiento acadmico de los estudiantes, en cuanto a la apropiacin de los
saberes histricos que plantean los planes y programas de estudio, es reflejo del ob-
soleto mtodo de enseanza, que impera basado en la acumulacin excesiva de cono-
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algo similar por ello es cotidiano que frente a la falta de dominio de la asignatura se
tiene que recurrir a las actividades rutinarias de los cuestionarios o los aburridos
dictados, quedando en el olvido elementos, tcnicas y metodologa que permita a los
estudiantes pensar histricamente (Gmez, 2004b, p. 4).
Quienes tienen la responsabilidad de impartir las asignaturas de Historia deben
apostarle a lograr una formacin disciplinar y pedaggica que asegure la enseanza
de los saberes histricos, comprendiendo que la Historia se aborda como conocimiento
y acontecimiento, para que la sociedad contempornea busque nuevas alternativas
que le ayuden a formarse un criterio propio y actuar en situaciones concretas (Gmez
& Garca, 2004a, p. 5). Para cambiar esta situacin algunos profesores han decidido
suprimir el enfoque tradicional de enseanza evitando los dictados y el monlogo,
pasando de clases pasivas a activas, interactuando con sus alumnos y favoreciendo un
aprendizaje ms puntual de los acontecimientos histricos.
707
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
puede reconstruirse y relacionarse con el resto del pasado, esto conduce a la Historia
total (Heffer, 1991). Su perspectiva va ms all de la narracin de acontecimientos
y se orienta hacia el anlisis de las estructuras, pues lo que verdaderamente importa
son los cambios econmicos y sociales a largo plazo y los cambios geohistricos a muy
largo plazo que se presenten (Burke, 1993, p. 14).
El estudio de la Historia promueve en los jvenes de bachillerato la competencia
pensar histricamente de manera crtica y reflexiva el presente de la sociedad mexi-
cana, orientando sus sensibilidades sobre el conocimiento del pasado, para que sean
responsables de sus acciones futuras. Se propone como base metodolgica la presenta-
cin para cada una de las pocas histricas, de textos que expresan interpretaciones y
a partir de una diversidad de enfoques, otorgar al estudiante un contexto ms amplio y
comprender los acontecimientos histricos gestados en Mxico. Asimismo, se estable-
ce como accin de sntesis en la asignatura la interpretacin del desarrollo histrico
de la sociedad mexicana en su dimensin espacial y temporal, con el propsito de que
el estudiante piense histricamente y busque alternativas que le ayuden a formarse un
criterio propio y actuar en situaciones concretas (Garca, 2004, p. 103).
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Ejes transversales que se encuentran con dos aspectos importantes para la enseanza
de la Historia, las corrientes historiogrficas y la didctica (vase cuadro 1).
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Frente a todas las posibilidades de interpretacin que otorgan las corrientes historio-
grficas el practicante del COHIS antes de disear su clase debe pensar y hacerse cons-
ciente de la Historia a presentar con sus alumnos de bachillerato porque sabe que en
funcin del referente terico ser la interpretacin del acontecimiento.
Para comprender este punto se puede ejemplificar el diseo de una planeacin
didctica con enfoque disciplinario que establece la transversalidad en la enseanza
de la Historia, pensemos en un tema de estudio a trabajar en las aulas del bachillerato:
Porfirio Daz, caudillo, demcrata ficticio y dictador (1877-1910). En el diseo de activida-
des se identifican cuatro posibilidades de clase que otorgan las corrientes historicista,
positivista, materialista y la segunda generacin de la Escuela de los Annales.
Desde la corriente del Historicismo, se recupera la visin de Ranke, para quien las
circunstancias que originan a la Historia son personales. De esta manera en el aula
se propone trabajar cronolgicamente la Historia de vida de Porfirio Daz, y retomando
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Tema : Subtema :
L a dictadura C audillismo, democracia ficticia o dictadura
porfirista
Estrategias Disciplinar:
de enseanza Annales (larga duracin de Fernand Braudel).
Didctica:
a) Solucin de problemas: Exgesis (distribucin de textos que genere la interpretacin, co-
mentarios, anlisis, comprensin, explicacin, aclaraciones de la lectura).
b) Discusin: Lluvia de ideas.
c) Obtencin de productos: historieta.
d) Observacin: Anlisis icnico de la historieta
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
integrado. En el aula los practicantes del COHIS incorporan propuestas que integran una
tentativa de solucin a un problema que consiste en un proyecto de investigacin de
desarrollo o de evaluacin. La solicitud de productos es til para conocer las capacidades
de integracin, creatividad y proyeccin a futuro del alumno, para la obtencin de la evi-
dencia se recomienda establecer como lineamientos de su construccin: el problema a
resolver; enunciar el fundamento que dar sustento terico al trabajo; el fin con el que se
realiza el producto, as como, los recursos financieros, humanos y materiales requeridos.
La didctica basada en la discusin consiste en que el practicante propicie en los
alumnos la identificacin de conocimientos que deben estudiar por cuenta propia. La
discusin en el aula y desde el discurso histrico no asume el carcter de juicio para
la atribucin de notas, sino el de una fase del aprendizaje en este caso el mtodo de
exposicin oral. Entre sus acciones en el aula se espera que los alumnos estudien por
s solos para que ganen confianza en su capacidad para interpretar fuentes de informa-
cin, desarrollando su competencia de expresin y comunicacin. De esta manera el
practicante del COHIS formula la pregunta y espera que un alumno voluntario otorgue
la respuesta. En caso de que eso no ocurra, l indicar al alumno que debe hacerlo.
Obtenida una respuesta, pregunta a la clase si est de acuerdo y, si la respuesta es
realmente satisfactoria, se pasa a la siguiente. En caso de que la respuesta no sea satis-
factoria, el docente practicante insiste para que la rectificacin surja de un educando,
pudiendo entablarse una discusin, con la participacin de todos los que quieran, hasta
llegar al punto deseado. Despus de iniciado el interrogatorio, por medio de volunta-
rios o de indicacin indirecta, el docente har que toda la clase participe, ocupndose,
principalmente, de los educandos ms retrados o tmidos.
Como complemento a la planeacin se incorporan las experiencias de aprendizaje
que los docentes practicantes del COHIS proponen desde tres enfoques constructivistas
sustentados en lo significativo, el descubrimiento, y la zona de desarrollo prximo.
El aprendizaje significativo que propone Ausubel se concibe como un proceso de
recepcin de informacin, su razonamiento es deductivo, y por ello, el aprendizaje es
significativo en la medida que se genera un ambiente en condiciones que permitan su
contextualizacin evitando as el aprendizaje por memorizacin (Moreira, 2000, p. 11).
As, el papel del docente que imparte Historia es el de organizador porque presenta
a los estudiantes los contenidos histricos de carcter cognitivo y procedimental,
as como, un gran nmero de ejemplos, a fin de que los estudiantes apliquen el co-
nocimiento del pasado en la solucin de problemas o los reconozcan a travs de los
ejemplos.
Brunner, plantea el aprendizaje de los acontecimientos histricos a travs de pro-
cesos por descubrimientos fundamentndose en el razonamiento inductivo, estable-
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ciendo para el estudiante una participacin activa (Garza, 2002, p. 52). Los docentes
de Historia se encargan de organizar las estructuras instruccionales que permitan a
los estudiantes del Bachillerato descubrir el conocimiento histrico, establecer gene-
ralizaciones y relaciones, formular hiptesis, y lo ms importante desarrollar un nivel
conceptual holista en sus fases: cognitiva, procedimental y afectiva.
El enfoque terico de Vigotsky para quien el proceso de aprendizaje y en el caso de
la Historia se debe dar por reestructuracin, propone el aprendizaje de la zona de de-
sarrollo prximo, en este se percibe que el estudiante no slo recibe la informacin y
la organiza de acuerdo a su correspondencia, sino que la transforma, al imprimirle una
interpretacin que parte de lo que previamente conoce y que despus potencia
cuando genera cambios en la misma realidad y permite a su vez explicarla. Los ele-
mentos mediadores son bsicos para que se logre el aprendizaje, porque el estudiante
cambia sus estados cognitivos a travs de los estmulos recibidos del medio, y a
la vez, revierte los cambios hacia el exterior, por tanto su razonamiento es deductivo
porque a partir de l, se puede comprender el presente sustentado en el conocimiento
como un sistema y los conceptos como parte de l.
Consideraciones finales
La conciencia histrica, desde el estudio de la Historia se fundamenta en la necesidad
de conocer y explicar el desarrollo de la sociedad en su dimensin espacio-tiempo,
para entender el presente del pas, pero adems ejercitar la transversalidad entre la
Historiografa y la Didctica. Se maneja el concepto de Historia como conocimiento
y acontecimiento, cabe sealar la importancia de la Historia en la conformacin de
la identidad del individuo y de la sociedad adems de que si se agrega una Historia
comparada y total, entonces la enseanza se convertir en el medio para describir los
procesos y poner a prueba los modelos para distinguir en las mltiples combinaciones
entre lo viejo y lo nuevo, lo que es promesa, y lo que es amenaza. El profesor de His-
toria debe abordar los temas histricos, a travs de una metodologa histrica (teoras,
mtodos, tcnicas, instrumentos), en donde ayude al estudiante a formular problemas,
plantear hiptesis y mostrar las fuentes de informacin para verificarlas o desecharlas.
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716
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
717
Aplicacin de nuevas TICs en la Enseanza
de la Historia en la ENP/UNAM
Introduccin
Debemos aceptar que muchos alumnos de Nivel Medio Superior, dan prioridad, en
diversos mtodos de estudio e investigacin al uso de Internet, las imgenes, la msica
y/o los videos sobre la lectura tradicional de libros y documentos, por ello resulta pre-
ocupante ante la disminucin de consulta de fuentes escritas tangibles, e incluso, en el
aula el simple uso del pizarrn y el gis o plumn, estas opciones estn rebasadas
por un nuevo espacio social para las interrelaciones humanas que algunos han llamado
Tercer Entorno, distinguindolo del entorno natural y urbano, se desarrolla a travs de
las tecnologas de la informacin y de las telecomunicaciones. (Echeverra, 2000,
pp. 9-13). Por ello es prioritario encontrar un equilibrio en ese universo de estrategias
didcticas que podemos aplicar a la enseanza de la Historia, caso especfico de la
Escuela Nacional Preparatoria (ENP), perteneciente al bachillerato de la Universidad
Nacional Autnoma de Mxico (UNAM).
Es importante seguir con el uso de nuestros tradicionales recursos y materiales
didcticos, en especial la lectura de textos, bsquedas en bibliotecas para las investiga-
ciones y la entrega de las mismas en los formatos escritos habituales, pero no debemos
ignorar las ventajas que nos dan las Nuevas Tecnologas de la Informacin, en especial
por el aparente manejo que nuestros alumnos tienen de ellas, por ello es necesaria la
actualizacin docente en el aprendizaje del uso y aplicacin de las mencionadas TICs.
Es indispensable promover, en forma adecuada, capacitacin que se oriente al pro-
fesor de este nivel, en el uso de la computadora, sus programas y aplicaciones, as
como el conocimiento de la Web como fuente de informacin, cuya consulta nos per-
mita recomendar sitios serios y confiables, identificar con facilidad sitios de dudosa
calidad acadmica, y que quede a juicio del profesor regular algn criterio de uso por
parte de los alumnos, combinndolo con la consulta de fuentes documentales escritas.
Esta metodologa puede motivar la creatividad, por ejemplo, para combinar la lec-
tura de libros con la redaccin de ensayos cortos en documentos con extensin .doc o
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Mucho de este trabajo ya tiene un camino andado. En los ltimos aos la UNAM
ha hecho una labor importante, citando ejemplos:
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Para cada una de estas reas se instituyeron objetivos y estrategias para tres etapas de
desarrollo:
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ventajas y desventajas, mientras con las primeras se ha facilitado la vida cotidiana, con
las segundas se plantea la despersonalizacin en las relaciones, as como el desinters
de generaciones mayores, sobre el uso y aplicaciones del trabajo que se puede lograr
con una computadora (Ibez, 2003).
Sin embargo, en nuestra institucin se est planteando que el uso de TICs, ser
una herramienta necesaria y esencial en nuestras aulas.
Por lo tanto, al ver los esfuerzos por consolidar el conocimiento, elaboracin, uso
y aplicacin didctica de diversos materiales multimedia que se han generado, y en
especial los relacionados con la Web, se tiene la iniciativa de impartir una serie de
cursos procedimentales de herramientas TIC, que seran impartidos en el Plantel 9
Pedro de Alba de la ENP, y con ello cooperar en este trabajo institucional, buscando
que los acadmicos, obtengan actualizacin en el rea.
Los documentos y programas, de carcter institucional que respaldan esta pro-
puesta, son:
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Es evidente que durante esta gestin, habr un impulso importante al uso, conocimien-
to y aplicacin de las TICs, y se reitera su carcter de INDISPENSABLE en nuestra
labor docente, y ser un hecho que se debern incorporar estrategias con uso de TICs
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a los nuevos programas de estudio, en vista de que tambin se tiene contemplada una
reforma curricular en la ENP.
En cuanto al uso de tecnologas y metodologas, el Plan destaca que en este mo-
mento, son herramientas necesarias de acceso a los aprendizajes y la enseanza. Para
eso, se insistir en la actualizacin docente, la incorporacin de TICs para promover
el trabajo colaborativo entre los alumnos con el uso de estos recursos. Para lograr este
objetivo, se asegur que tambin habr actualizacin y mantenimiento en los equipos
de cmputo de los planteles y de sus instalaciones (Jurado, 2010, pp. 37-38, 43-44).
H@bitat puma
El programa H@bitat puma http://habitat.unam.mx/ se ha dedicado a actualizar a profe-
sores de la ENP, CCH y diversas Facultades en el uso y aplicacin de las nuevas TICs;
durante los cursos realizados, en el de Inclusin de las TIC en las actividades acadmicas
del bachillerato se realizaron planeaciones didcticas temticas con recursos de esa na-
turaleza en diversas asignaturas, y se confirm su aplicacin durante el ciclo escolar
con el curso Aplicacin y seguimiento de estrategias de aprendizaje TICs; y en seguridad
informtica se imparti el curso: Buenas prcticas de administracin y seguridad bsica en
computadoras personales.
Ms ambicioso, fue realizar el Diplomado Aplicaciones de las TIC para la enseanza del
proyecto H@bitat puma durante el ciclo escolar 2010-2011, del cual ya se realiz una
segunda emisin para la ENP.
Como un apoyo, a manera de seguimiento de aplicacin de los conocimientos ad-
quiridos en el Diplomado, el 17 de mayo de 2011 en las instalaciones de la Direccin
General de la Escuela Nacional Preparatoria DGENP, inici de forma oficial el Programa
Permanente Desarrollo de habilidades en TICs-ENP-H@bitat puma.
En este programa se indicaron los objetivos:
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Seminarios locales
Seminario General
Coloquio de alumnos.
Es importante tener presentes los esfuerzos que se han realizado a partir de la impar-
ticin de talleres, cursos y diplomados de H@bitat puma,1 pues se han dedicado a
formar y actualizar a profesores de la ENP, el CCH y Facultades, en el uso y aplicacin
de las nuevas TICs.
En el Programa se estn considerando, en primera instancia, a los egresados de los
Diplomados, sin embargo no se tienen inconveniente en aceptar a aquellos profesores
que tengan poca o nula experiencia en la aplicacin de TICs en sus aulas.
De todo lo anterior, surge la propuesta para desarrollar el proyecto: Aplicacin de
nuevas TICs en la Enseanza de la Historia en la ENP, en el cual el objetivo principal sera la
imparticin de cursos-talleres para la formacin de habilidades y creacin de materiales
y recursos TICs, a los profesores del Colegio.
Se buscara promover el trabajo colaborativo entre docentes, buscando una con-
tribucin, y valorando las inquietudes que se han manifestado en distintos espacios,
1 El Diplomado Aplicaciones de las TIC para la enseanza, ya tiene egresados de dos emisiones; planeado
en 5 mdulos y con un proyecto final de una unidad didctica aplicada a un grupo por profesor, cuen-
tan con un generoso banco de estrategias didcticas, y se consideran mecanismos para compartir esas
experiencias.
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desde el cotidiano pasillo del plantel, hasta eventos acadmicos en donde convivimos
los profesores del Colegio, en cuanto al manejo de ciertos programas y herramientas,
los cursos y talleres a impartir seran, de forma general, los siguientes:
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Conclusiones
En definitiva, la meta es apoyar la actualizacin de la planta docente del rea de His-
toria de la ENP, con miras a incorporar el uso de TICs en el proceso de enseanza-
aprendizaje, pero sobre todo enfatizar que en estas herramientas se puede encontrar
una instrumento que puede enriquecer la labor docente de los profesores de Historia.
Se debe tener conciencia que a nivel bachillerato, adems de los conocimientos
disciplinares sobre Historia que obtienen los alumnos de 4, 5 o 6 ao en la ENP,
tambin adquiere un cmulo de saberes de muchas asignaturas ms.
Por ello, si el estudiar Historia le promueve un aprendizaje significativo de la asig-
natura, adems de desarrollar habilidades informticas que le permitan mejorar su
desempeo acadmico, independientemente del contexto cotidiano que tenga o la
carrera que elija, habremos tenido xito en nuestra misin docente, sobre todo porque
hay muchos elementos que parecen indicar que la computadora y una conexin a
Internet sern recursos imprescindibles en cualquier espacio laboral, y si ya llevan un
mtodo de trabajo correcto en su uso, ser mejor.
Para lograr este objetivo, se procurara un equipo de trabajo para los cursos que
incluyera docentes del Colegio de Historia, con experiencia en el manejo de TICs en la
enseanza de la Historia, as como Tcnicos Acadmicos en cmputo de los planteles
de la ENP, que han colaborado en diversos proyectos de Historia, lo cual les califica y
distingue como ms partcipes de las necesidades del Colegio.
El uso de las nuevas TICs en la educacin es una realidad con la que convivimos en
nuestro mbito cotidiano. A pesar de que todava se encuentra resistencia por parte de
muchos docentes en cuanto a los beneficios de su uso, parece pertinente reconocer
que se han vuelto herramientas importantes, e incluso hasta indispensables, en nuestro
entorno educativo; de ah que resulte importante la preparacin y actualizacin en
su uso y aplicacin, en especial en un trabajo que podamos aplicar en nuestras aulas,
con nuestras asignaturas, para ofrecer a nuestros alumnos un uso responsable de las
mismas y que de esta manera, tal y como lo pide la UNAM y la ENP en los documentos
institucionales que apoyan el presente proyecto, puedan incorporarse al nivel de edu-
cacin superior con herramientas que puedan aprovechar en su preparacin, as
como en su contexto habitual.
Es importante reiterar que el producto que se espera obtener de la aplicacin de
estos Cursos, apoye a los docentes en su actualizacin pedaggica y la labor que des-
empean en las aulas; y con ello generen sus propios recursos y materiales didcticos,
a travs de la aplicacin de las nuevas TICs, segn sus ritmos, criterios y tiempos; as
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Ensayo de una trama en documentos recepcionales
de normalistas con especialidad en Historia:
problema, propuesta y resultados
Cultura escrita
El estudio de la cultura escrita se ha centrado en los libros y revistas, en particular en
cuestin de la historia de la educacin, no obstante la produccin escrita no se
reduce a stos, si bien son los artefactos que tienen mayor circulacin, tambin
existen diversos textos que contienen las preocupaciones y las prcticas. En este tenor,
la cultura escrita comprende segn Sez (1994, p. 9) cualquier cuestin relativa al
mundo de la escritura y de lo escritosin limitaciones cronolgicas ni temporales,
aunque si temticas..., atendiendo al significado de stos en cada momento histrico y
a sus diversas plasmaciones materiales (libros, documentos, inscripciones, etc.
La prctica de la escritura del DR conlleva un vnculo estrecho con la formacin para
el ejercicio de la docencia, de acuerdo con Roger Chartier (2005, p. 119) se arriba a
la comprensin de la construccin de sentido a travs de la prctica de la escritura. El
estudiantado ejercita esta prctica que se concreta en el documento final para obtener
el grado de licenciados. Este documento probatorio es una expresin manifiesta de la
cultura escrita.
La prctica de escritura del documento final busca distanciarse de la elaboracin de
tesis y de otras tipo de trabajos, en cierto modo se aduce que este tipo de trabajos esca-
samente incorporan elementos adquiridos a lo largo de los estudios, ya que se reducen
a trascripciones o descripciones simples (SEPa, 2002, p. 9). La construccin del DR tiene
un fuerte componente: el diario escolar. Este juega un papel fundamental porque cons-
tituye la herramienta primordial para referir la experiencia y la informacin emprica,
con base en ste las/os normalistas refieren y detallan fragmentos de su prctica para
elaborar una narrativa que transfieren al DR. El nfasis puesto en los fragmentos del
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
diario escolar, suplen en gran medida los referentes tericos, en cierto modo a esto se
debe que la narrativa de los DR se constituya de trascripciones o descripciones simples.
Condiciones de produccin
Las condiciones de produccin del documento se inscriben en la Reforma a la Educa-
cin Normal dirigida a la formacin de profesores de secundaria que inici en 1999.
En la Escuela Normal de Santiago Tianguistenco (ENST) por disposiciones oficiales se
desarroll el Plan de estudios de la Licenciatura en Educacin Primaria y en el dela
Licenciatura en Educacin Secundaria con especialidad en Formacin Cvica y tica
(FCyE); y fue en 2007 cuando se dispuso que habra de impartirse la Licenciatura con
especialidad en Historia; en ese ao se atendieron simultneamente los tres programas
con la misma planta docente.
Entre las/os profesores que impartieron una licenciatura solo una profesora contaba
con licenciatura en Historia, el resto con formacin heterognea, psicologa educativa,
educacin, entre otros perfiles. Este es un indicador interesante, ya que muestra cierta
improvisacin en la atencin brindada. Aunado a lo anterior algunas/os las/os estu-
diantes tomaron como segunda opcin esta especialidad, ya que no lograron acceder
a la Universidad o bien su intensin fue formarse para desempearse en educacin
primaria; sin embargo, dada la oferta educativa nica de la ENST las/os estudiantes no
contaron con otra opcin. El estudio de la historia y ser profesor/a de esta asignatura
fue la nica oportunidad para las/os 21 egresados/os que conformaron el grupo.
En apego a la poltica de formacin inicial el proceso comienza con un ncleo
bsico formado por actividades principalmente escolarizadas compuestas integradas
en 37 cursos relacionados con lo que toda/o profesor/a debe saber; actividades de
acercamiento a la prctica en clara relacin con el trabajo en las escuelas secundarias; y
culmina con prctica intensiva en condiciones reales de trabajo (SEP, 2002b, p. 33).
Adems de la formacin general, en particular para licenciados en secundaria se previ
una serie de cursos especficos sobre el nivel; y como parte de la especialidad se ubica
a la formacin especfica sobre el campo disciplinario y sus procesos de enseanza.
El ltimo ao de estudios el trabajo de las/os normalistas se centr en compartir con
el/la titular la conduccin de la asignatura, simultneamente se curs el Taller de Diseo
de Propuestas Didcticas y Anlisis del Trabajo Docente, espacio diseado ex profeso
para la organizacin de trabajo pedaggico en congruencia con la elaboracin del DR.
La reforma curricular involucr la intensificacin del trabajo de las/os estudiantes en
actividades prcticas, de planeacin, ejecucin y evaluacin pedaggica de conduc-
cin y adjunta docente. El desarrollo de las actividades de prctica se fundament
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Problemas
Los documentos revisados muestran temticas compartidas por dicha razn es que
se consideraron 121, que corresponden a 57 % del total, todos se ubican en la lnea
temtica: Anlisis de experiencias de enseanza. Experiencias obtenidas mediante el
desarrollo de una modalidad especfica de propuesta didctica que involucra el anlisis
de la experiencia docente basada en el uso de recursos didcticos2 la ubicacin en esta
lnea denota el nfasis en la aplicacin de una estrategia de enseanza propia de la
asignatura o general, de organizacin del trabajo y de evaluacin, al respecto Viao
1Estos trabajos son representativos del resto ya que se comparten temticas y estrategias.
2 Las otras lneas son: Los adolescentes y sus procesos de aprendizaje, y Gestin escolar y procesos
educativos.
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(1994, p. 64) afirma que las prcticas y usos escolares de lo escrito suele revestir un
carcter dirigido, ordenado e incluso constrictivo como ocurre con los DR.
Esta centralidad en la propuesta didctica, apunta en todos los casos a constituir-
se como una respuesta conveniente y prctica a la solucin de un aparente problema;
no obstante, se deja de lado el sentido de anlisis de la experiencia docente que en
cierto modo involucra el proceso permanente de reflexin sobre la prctica propia.
La reflexin sobre la prctica de las/os normalistas es una tarea incipiente que no se
plasma en los DR.
Mtodo de
proyectos
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Grados trabajados
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Preguntas
Cules son las estrategias Cmo utilizar las herramientas virtuales Cmo impactan las
que ayudan al desarrollo para que beneficien en aprendizaje estrategias utilizadas
de? (Castaeda, 2011,32) en?
Entre los documentos destaca una pregunta que apunta a la reflexin sobre la prctica
docente, en el tema de las herramientas virtuales el docente-estudiante se plantea la
siguiente pregunta Cmo docentes estamos preparados para enfrentar este cambio?
(Castaeda, 2011,32) En referencia al anacronismo entre la prctica docente y el
avance de los recursos tecnolgico. En ningn otro DR se formula una pregunta
directa al docente y su pensar y/o hacer no hay ms cuestionamientos de esta ndole.
Propuestas
Los problemas formulados a manera de pregunta conllevan en algunos casos la res-
puesta o propuesta para su atencin, as se concreta un momento ms del tejido que
las/os normalistas elaboran en el DR.
En este momento de la trama los objetivos juegan un papel importante ya que
fijan los alcances de la propuesta, la cual se conforma por un conjunto de acciones o
estrategias. Los objetivos son formulados con distintos alcances, ms all de su redac-
cin formal, algunos son de consecucin, de aplicacin, de logros, de evaluacin de la
accin y de planificacin.
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Los objetivos
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Base de la propuesta
Museo Collage
Pelcula
* Se trata de cartas a personajes del pasado, no propiamente de misivas escritas en determinados periodos histri-
cos, es decir no se trata de fuentes.
Fuente: Documentos recepcionales.
El mundo entre mquinas Conversacin, lectura, lectura dirigida con preguntas, collage,
exposicin del collage,
Fuente: Camacho G. M. C. (2011), Comprensin del tiempo histrico: competencia a fortalecer en segundo grado
de educacin secundaria.
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La organizacin del trabajo con base en proyectos es una forma de elaborar la propues-
ta didctica, un tanto similar al diseo de una estrategia propia, sin bien se constituye
por la suma de acciones, recuperan elementos bsico de la organizacin por proyectos.
Al respecto se disearon como propuesta los siguientes:
Propuesta de proyectos
Proyectos Actividades
Noticiero his- Elaboracin de carpeta, lectura motivacional, esquemas, debate, rbol genea-
trico lgico, lectura, noticiero en equipo,
Compositor Trabajo en binas, lectura de lnea del tiempo, exposicin, opiniones en torno
a una pregunta, debate, lectura, exposicin,
Fuente: Casillas G. M. (2011) El trabajo colaborativo: estrategia organizacional para el aprendizaje de la historia
en 3 de Secundaria.
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Los resultados
La valoracin que las/os docentes-estudiantes hacen de los resultados de sus propues-
tas son favorables para s, algunos manifiestan el logro de todos los objetivos sin obs-
tculos de por medio. En algunas estimaciones sobre la pertinencia de las actividades
desarrolladas se matiza el logro y atencin del problema, no obstante, se concluye
como satisfactoria y se declara que los factores que afectaron el desarrollo se debieron
al incumplimiento de las/os adolescentes con sus materiales, factor que demerit las
actividades planeadas no obstante se logr controlar la situacin (Sedano, 2011,58).
El xito de las propuestas es unnime, si bien se alude a obstculos y difi-
cultades se atienden y resuelven favorablemente, porque son de carcter temporal
e imprevisto como la aplicacin de exmenes, evaluaciones, conferencias (Pineda,
2012, p. 9).
En esta tesitura, es que los DR presentan una serie de estimaciones positivas sobre el
desempeo propio se infiere que es importante que el docente innove constantemente
en el uso de estrategias de aprendizaje (Camacho, 2011, p. 75) de alguna manera
este tipo de declaraciones deja abierta la necesidad de mantenerse informadas/os
permanentemente.
Reflexiones finales
Los DR son escritos descriptivos elaborados a partir de contextos especficos de produc-
cin, en los cuales las/os normalistas dejan plasmada una huella de una trama presta-
blecida que las/os estudiantes-docentes, estos documentos encierran el primer esfuerzo
formal por sistematizar, tres elementos: la experiencia, como punto de partida, que
deriva de una inquietud o problema totalmente emprico; los saberes, adquiridos a lo
largo de sus estudios, en tanto repertorio para proponer respuestas efectivas y favora-
bles para atender distintas situaciones; y la valoracin, la emisin de juicios relativos a
los resultados obtenidos con una tendencia notoriamente a estimar lo realizado como
exitoso. Esta trama tripartita problema, propuesta y resultados dibuja una textura no
develada de un modelo de reflexin sobre la prctica, de modo tan general que es
certera la ausencia de una reflexin autocrtica sobre el sentido del por qu y para
que del conocimiento histrico escolar y quedan de lado las implicaciones de estas
interrogantes en el ejercicio de la docencia. Asimismo, la produccin textual de estos
documentos constituye un objeto de estudio fundamental para comprender la cultura
escrita del profesorado.
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Licenciatura. Mxico: Escuela Normal de Santiago Tianguistenco.
Garca, V. (2011). La rbrica: instrumento evaluador de los contenidos histricos en
Tercer grado d Secundaria. Ensayo de Licenciatura. Mxico: Escuela Normal de San-
tiago Tianguistenco.
Pineda, P. (2011). Mtodo por proyectos: estrategia didctica en la enseanza de la historia
en 3 de Secundaria. Ensayo de Licenciatura. Mxico: Escuela Normal de Santiago
Tianguistenco.
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Documentos normativos
Secretara de Educacin Pblica (2002a). Orientaciones Acadmicas para la Elaboracin del
Documento Recepcional. Mxico.
Secretara de Educacin Pblica (2002b). Plan de Estudios 1999. Licenciatura en Educacin
Secundaria. Mxico.
743
La profesionalizacin para la docencia
en historia: retos de la construccin
de este campo en la UAZ
Introduccin
Del ao 2000 a la fecha es comn que en los foros acadmicos que convocan a espe-
cialistas en la educacin uno de los tpicos que articula el anlisis sea la innovacin
educativa. De ah que a partir de este concepto las Instituciones de Educacin Superior
(IES) han reflexionado sobre la pertinencia de construir una cultura que tenga como
fundamento y sentido el descubrimiento del conjunto de actitudes, necesidades y ex-
pectativas, conocidas y compartidas por la comunidad en aras de alcanzar el cambio
real y sustantivo en la formacin inicial y permanente del profesorado; para que los ac-
tores sociales de la educacin se apropien de esa forma de ser y de actuar para incidir
en el cambio de la calidad educativa ( Robalino & Kner, 2006).
Por otro lado, en Mxico se ha incrementado el nmero de IES que cuentan con el
programa de licenciatura en Historia. Estos programas se caracterizan por la presencia
de tres momentos evolutivos en su currculo: prioridad en la investigacin histrica,
introduccin del sistema de crditos, flexibilidad curricular y la titulacin de tcnicos
superiores, y la incorporacin de reas terminales, servicio social y diversas modalida-
des de titulacin. Se suma a esta inercia reformista de las IES, la planeacin estrat-
gica, la constante evaluacin de los programas educativos por instancias nacionales y
la incapacidad del profesorado de implementar tales cambios por la ausencia de una
formacin y capacitacin permanente y continua de los docentes en dicho modelo edu-
cativo (Rivera, 2011, p. 18). La ltima fase de evolucin de las IES muestra un sentido
innovador, pero trae implcita una problemtica compleja: la revisin de la formacin
docente.
En este proceso revisionista se ubica esta ponencia. De ah que, igual que como
acontece en Espaa, en Zacatecas se tiene poca conciencia sobre el escaso conocimien-
to que se posee sobre la formacin inicial del profesorado para la enseanza de la
historia en general, es decir, de la profesionalizacin de la docencia en Historia que se
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efecta en las IES con poca experiencia y tradicin en este campo de las ciencias de
la educacin. Segn Pags (2000, p. 208), La formacin universitaria prepara a los
alumnos como historiadores y no como profesores de historia, por lo tanto, la forma-
cin pedaggica es marginal.
De manera concreta, en el Plan de estudios del Programa de Licenciatura en Historia
de la Universidad Autnoma de Zacatecas (UAZ) se dio la multiplicacin de nuevas
orientaciones que refuerzan la formacin del historiador para la investigacin. Se diri-
gi la atencin a diversificacin del currculo especializado disciplinar en historia. Con
estos cambios se garantizan dos cosas: la continuidad en la formacin profesional de
historiadores para la investigacin y el cuidado del patrimonio cultural y una frgil
formacin inicial en la docencia de la historia a pesar de que desde el Plan 2004, cerca
del 80% de los alumnos opten por la orientacin en docencia como nica eleccin o
preferencia secundaria en su formacin.
Esta ponencia explica cmo el Programa de Licenciatura en Historia se encuentra
en una etapa de transicin en torno a la visin y la formacin del historiador que se
ocupa de la enseanza de la historia. Los datos empricos se obtuvieron de las entre-
vistas de entrada que se aplicaron a los alumnos que se inscribieron en el seminario
de Estrategias didcticas que se imparti en enero de 2010 y del anlisis de la propia
prctica docente de otros dos cursos de la orientacin de docencia: Modelos Educativos
y Paradigmas del Aprendizaje que se desarrollaron en ese mismo periodo.
La evolucin del currculo en el Plan de Estudios de 2011 tendi a la supra valo-
racin de los cursos optativos que se tradujo en el incremento de historias generales,
historiografa e historias especializadas con base en la trayectoria formativa de sus
docentes y la reintroduccin de las ciencias auxiliares de la historia para fortalecer la
orientacin de difusin debido a que la entidad goza del ttulo de Patrimonio Cultural
de la Humanidad desde diciembre de 1993, la gran labor de recate y organizacin de
archivos histricos a lo largo y ancho de la entidad y el impacto del programa Pueblos
Mgicos que impulsa la Secretara de Turismo junto con las instancias gubernamenta-
les y gobiernos estatales y municipales desde 2001.
Se suma a este contexto, el hecho de que los docentes que operan el Plan de Es-
tudios 2011 son egresados de los programas de posgrado de historia de la misma insti-
tucin y de otras universidades como El Colegio de San Luis, El Colegio de Michoacn,
El Instituto Mora y la UNAM, en consecuencia se pondera la orientacin de la inves-
tigacin y difusin histrica en la formacin inicial de los estudiantes del programa.
Esta tendencia provoca que el colectivo de profesores preste poca atencin al
anlisis del impacto de la profesionalizacin para la docencia en un sentido ms amplio
y slido ni en el reto que representa para el programa dirigir la formacin de sus egre-
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Durante las primeras sesiones me cost trabajo aceptar que estaban parcialmente
en lo cierto. El universitario, en nuestro caso, el historiador universitario que incursiona
como profesor de historia en educacin bsica o en nivel medio superior no era for-
mado para desempear tales funciones profesionales, por la sencilla razn de que los
planes de estudio anteriores a 2004 no estaban organizados por orientaciones, el
propsito central de los otros planes de estudio era la difusin del saber humanstico
(Plan de Estudios 1994).
En este proceso de socializacin tambin dej de tener sustento para m la afirma-
cin aprendida e interiorizada durante mi formacin inicial de licenciatura en historia:
el historiador sabe historia entonces sabe ensear historia. Se trataba de un razona-
miento lgico vlido en el que p entonces q, es decir, se garantizaba automtica-
mente la trasferencia de saberes del profesor hacia el educando. En otras palabras, La
falta de precisin sobre las habilidades tcnico-profesionales que son especificas del
profesional docente conducen a la idea de que el maestro slo le corresponde eje-
cutar un programa escolar (Daz, 2008, p. 17). Las experiencias y reflexiones de los
profesores-alumnos del diplomado me introdujeron a una esfera del mundo de las
ciencias de la educacin desconocido pero necesario, si pretenda dedicarme a ensear
historia, a ser profesor de historia y no historiador que ensea historia.
Al paso de los aos, la presencia como asesora de Diplomados en Enseanza y
Aprendizaje de la Historia; Intervencin Educativa, Maestra en Educacin. Campo for-
macin docente y Maestra en Educacin Bsica en la Universidad Pedaggica Unidad
321 achic la brecha formativa interdisciplinar propia y la de un gran nmero de profe-
sores-alumnos que me permiten aprender que las exigencias, independientemente del
modelo educativo en turno, reclaman la calidad educativa y que: la formacin de un
docente de historia no viene dada sino que ha de ser constituida por las personas que
quieren dedicarse a ella y, en consecuencia, enseada (Pags, 2000, p. 208).
Con tal experiencia docente a cuestas, impartir los cursos de Modelos Educativos,
Paradigmas del Aprendizaje y de Estrategias Didcticas de los Planes de Estudios 2004
y 2011 del Programa de Licenciatura de la Unidad de Historia de la UAZ, y de manera
ms reciente, fundamentos tericos y filosficos de la pedagoga y teora y diseo
curricular en el Programa de Maestra Aprendizaje de la Historia siguen siendo un reto,
pues se necesita que estos seminarios sean pertinentes para constituir parcialmente
ese campo de la educacin en el Programa de licenciatura: profesionalizacin para la
docencia.
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expres que dar clases en secundaria era complicado, pero tena la certeza de que
ese era el nico trabajo al que poda aspirar con su ttulo de licenciatura. Adems caba
la posibilidad de que fuera contratado para impartir todas las clases de historia y en
todos los grupos (Registro, 2010).
La segunda interrogante fue Qu competencias o habilidades necesita tener un
profesor para ensear? Las opiniones se dividieron: unos se pronunciaron por las es-
trategias didctica, otros por el dominio de conocimientos, otros por la experiencia
prctica y algunos por la combinacin de de todo un poco Argumentaron, con base
en su experiencia anterior como alumnos de nivel medio superior, que casi siempre en
una escuela haba un profesor que saba mucho, que era brillante, pero no saba
ensear; entonces de nada serva que ese profesor fuera su profesor porque casi nadie
entenda nada.
Pero tambin era cierto que, el profesor que preparaba la clase de manera
agradable para que sus clases no fueran aburridas era una rareza, y en caso de
que existiera repeta siempre las mismas estrategias: repartir los temas, escuchar ex-
posiciones por parte de los alumnos, hacer diapositivas y proyectar una tras otra esas
transparencias. Por supuesto que no faltaba el profesor de posea muchos aos de
experiencia, que sacaba sus apuntes y exmenes de toda la vida; si los alumnos
conocan dichos antecedentes tenan garantizado el curso, nicamente tenan que
conseguir una copia de dichos documentos para aprender de memoria o hacer acor-
dones para socializar el conocimiento a la hora de los exmenes parciales o finales
(Registro, 2010).
De manera implcita, ellos suponan que la didctica ocupaba un lugar importan-
te en el proceso educativo. Entonces pregunt Qu es la didctica? Hubo un gran
silencio. Algunos se miraban entre s, otros simplemente empezaron a hacer muecas,
presumible indicio de que estaban pensando una respuesta. Una ciencia auxiliar de
la historia, un conjunto de formas y pasos para ensear, y un variado nmero de
recursos para ensear que el profesor elaborara dependiendo de la edad de los
alumnos o de plano compra en alguna papelera. (Registro, 2010). Nadie relacion
a la didctica con ciencias de la educacin como la Pedagoga, la Psicologa Educativa
y la Teora y el Diseo Curricular o con los fines o filosofa de la educacin, etctera.
Los alumnos que ya haban cursado Modelos Educativos y Paradigmas del Aprendizaje
en el 2009 suponan que estaban ante un seminario nuevo, no asumieron que posean
conocimientos previos entorno a la orientacin en docencia.
La tercera pregunta fue Qu competencias o habilidades necesita tener un
profesor para que los alumnos aprendan? Casi al unsono respondieron que didctica,
tcnicas y por supuesto historia. Ellos no depararon en el nfasis puesto en el trmino
749
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
aprendizaje. Se deduce de esta respuesta que asumen que la funcin esencial del
profesor es ensear, por lo tanto, el docente solamente trasfiere el contenido escolar.
(Registro, 2010). La transicin de la funcin de profesor a mediador del aprendizaje,
mediador que promueve la enseanza y el acompaamiento ajustado para incidir en
la Zona de Desarrollo Prximo para favorecer la construccin individual y colectiva del
aprendizaje en los alumnos no formaba parte de su formacin inicial (Coll, 2007).
Este vaco formativo se explica con base en el contenido del programa de Para-
digmas del Aprendizaje cursado antes de 2010. Ese curso estaba orientado desde una
perspectiva histrica, esto es, mostrar al alumno dos grandes etapas histricas de los
paradigmas del aprendizaje: La primera de ellas iniciaba con los griegos y conclua
con Hume; la segunda iniciaba el en el siglo XX con el paradigma conductista clsico,
que por cierto era la unidad temtica ms densa que tena como propsito detallar la
conducta y comportamiento condicionado por asociacionismo en experimentos con
animales, pero jams sus aplicaciones en la educacin; se dedic una unidad ms corta
al paradigma cognitivista y humanstico, y casi nada al paradigma del constructivismo
(Programa, 2004). Este abordaje apresurado y cortsimo de estos tres paradigmas no
fue suficiente para que los alumnos reconocieran el vnculo existente entre teora psico-
pedaggica y teora de la didctica.
Los alumnos de la licenciatura en historia de la UAZ, al igual que los alumnos de
las universidades de Francia, Italia y Barcelona inscritos en los programas de arqueolo-
ga y patrimonio cultural, se Identificaban bsicamente con la disciplina y no con la ta-
rea, no parece que posean el inicio de la profesin, sea cual sea su especialidad inicial,
una conciencia sobre su rol como profesor, la didctica y la pedagoga, y lo ms
grave: Nadie discute que la finalidad de la tarea del profesor de historia es conseguir
que el alumno aprenda historia (Pags, 2000, p. 208).
De este modo, desde la Acreditacin Pedaggica que operara de manera obligato-
ria en la formacin inicial de los programas de Patrimonio Cultural y Antropologa de
estos pases se fortaleca el qu debe saber y hacer un profesor que ensea historia.
Destacaron como prioridades formativas:
Motivar, entusiasmar y estimular el aprendizaje de los ms jvenes a travs del co-
nocimiento de su disciplina, de su compromiso con la gente joven y de sus habilidades
para desplegar una variedad de recursos y estrategias de enseanza y aprendizaje;
ofrecer soportes de aprendizaje estructurados para los aprendices que tienen proble-
mas de aprendizaje y estimular y ampliar el pensamiento de los capacitados y pensar
de manera imaginativa y creativa se definen como habilidades profesionales de los
futuros docentes. (Pags, 2000, p. 209).
750
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Por otro lado, la formacin del profesorado como uno de los problemas para la
innovacin de la educacin y especficamente de la enseanza de la Historia est vincu-
lada a la didctica, la psicologa evolutiva y la pedagoga. La Asociacin de Grupos de
Investigacin sobre la Enseanza de la Historia Clio92 italiana, presidida por Mattozzi
sostiene la tesis de que la inexistencia de una formacin especfica como profesor o
profesora de historia eficaz deber tener en cuenta las relaciones y las diferencias
entre el saber experto y el saber escolar, las caractersticas peculiares de las proce-
sos de enseanza y de aprendizaje, la centralidad de la mediacin didctica como la
actividad de construccin de itinerarios afectivamente y cognitivamente significativos
(Pags, 2000, 211).
751
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
los actores del hecho educativo, de transitar del modelo pedaggico de la era industrial
basado en la bsqueda de la transmisin del conocimiento a otro modelo que propi-
ciara la elaboracin de conocimiento y el desarrollo de capacidades lectoras, matem-
ticas, cientficas y ciudadanas para que los nios y jvenes problematizaran la realidad
y enfrentaran las nuevas situaciones de la sociedad del siglo XXI (Documento, 2008).
En este contexto, El Plan de Estudios de Educacin Bsica 2009 confirmaba que, pese
a todo: Los agentes fundamentales de la intervencin educativa eran los maestros;
ellos figuraban en la cultura institucional educativa como verdaderos agentes del de-
sarrollo curricular. Esta reivindicacin de la funcin social del profesor no surgi de un
afn meramente discursivo.
Se fundamentaba en las relaciones jerrquicas, piramidales y anquilosadas que mol-
dean el sistema educativo. A los profesores les corresponda participar en propuestas
de formacin inicial, actualizacin y desarrollo profesional, para realizar su prctica do-
cente de manera efectiva, aplicar con xito los nuevos programas en el aula y atender
a los requerimientos educativos que la diversidad de la poblacin escolar demandaba.
Si bien los alumnos que cursan el Plan de Estudios 2004 y 2011 de la licenciatura
en Historia no se encuentran en un proceso de renovacin, sino de formacin inicial,
necesitan comprender la teorizacin a instrumentalizacin de estas estrategias en el
campo de la didctica de las Ciencias Sociales y de la Historia en particular no son una
novedad. Tampoco era una situacin indita en los Planes y Programas de Educacin
Bsica de 2009. Desde los aos setentas del siglo XX, la investigacin en torno
a la didctica de las Ciencias Sociales en algunos pases europeos enfatizaba la
complejidad de la enseanza de la historia por el alto nivel de abstraccin de sus
categoras analticas, la dificultad que entraa que el alumno comprenda los conceptos
cronolgicos, histricos, socio-polticos, la manera de introducir las fuentes histricas y
las operaciones historiogrficas en el saln de clases (Lerner, 1997, pp. 11-21).
752
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Comentarios finales
Las preguntas sobre el cmo y el para qu enseamos historia en el aula llev a los
alumnos del eje de docencia a comprender el valor de la didctica como disciplina
terica e instrumental como uno de los saberes esenciales en la profesionalizacin de
la docencia y para la formacin de una nueva conciencia del arte de ensear historia
como proceso que se aprende y permitir ver, estar y percibir el mundo de la educa-
cin de nivel bsico y medio superior de forma ms cercana y real.
753
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Los alumnos encontraron que las estrategias didcticas como la lnea del tiempo, el
uso de la televisin, la visita a sitios histricos, el uso de mapas y novelas, los juegos de
simulacin, la historia a travs de estudios familiares o la apreciacin del entorno que se
trat aron con base a textos especializados a lo largo del curso no eran una novedad en
s, pero el anlisis sobre la fundamentacin histrica y psicopedaggica de cada de ellas
fue pertinente pues categoras como Zona de Desarrollo Prximo, aprendizaje coope-
rativo, secuencia y situacin didctica e incluso nociones sobre competencias genricas
y competencias disciplinares se volvieron parte de su bagaje conceptual.
An no tenemos la certeza de que cmo esta nueva formacin en historia cambiar
la enseanza de la historia. Los cambios se estn dando en el programa de la licen-
ciatura en Historia de la UAZ y posiblemente los alumnos que egresen de ella se
incorporarn en un futuro inmediato en la maestra profesionalizadora Aprendizaje de
la Historia para estar en consonancia con las exigencias y los propsitos educativos de
nivel bsico y medio superior. Si bien el curso de Estrategias Didcticas es una ventana
para tomar conciencia de la importancia real que tiene la enseanza de la historia en
educacin bsica y de la necesidad que tiene el maestro de comprender la naturaleza
de la didctica, del conocimiento histrico y la interdisciplinariedad del hecho educati-
vo; de recrear y resignificar o proponer nuevas estrategias didcticas, los retos a vencer
en un futuro inmediato son varios para el programa de licenciatura:
Referencias
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Chile: UNESCO.
Rivera, E. (2011). Investigacin y enseanza de la Historia: una reflexin desde la
prctica acadmica. En L. Somohano (Ed.), Conservacin de la memoria histrica: en-
seanza, patrimonio y acervos antiguos. Mxico: Universidad Autnoma de Quertaro
(pp. 18-24).
754
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Lerner, V. (1997). Los nios, los adolescentes y el aprendizaje de la historia. Mxico: Funda-
cin SNTE para la cultura del maestro mexicano, A.C.
Coll, C., (2007). El constructivismo en el aula. Mxico: Ed. Gra. Daz, A. (2008) Didctica
y currculum, Barcelona, Paids.
Daz, .(2008). Pensar la didctica. Argentina: Ed. Amorrour.
Pags, J.(2000). La formacin inicial del profesorado para la enseanza del patrimonio
histrico y de la historia. Treballs d Arqueologa, 6 205-217.
Registros de clases enero-junio 2010, Curso de Estrategias didcticas, Programa de Li-
cenciatura, UAZ.
755
Educacin Histrica en la Licenciatura
en Educacin Primaria en la BENM
Presentacin
La presente ponencia presenta los avances de la investigacin que actualmente realizo
para obtener el ttulo de Maestro en Desarrollo Educativo en la lnea de Historia y
su Docencia.
Coincido con la afirmacin de Snchez Quintanar (2006, p. 19) El conocimiento
yla conciencia histricas estn en crisis en nuestro pas y creo que en el mundo en general,
la cual constituye un punto clave para identificar mi inquietud por realizar un pro-
yecto de investigacin que tiene como objeto de estudio la educacin histrica en la
Licenciatura en Educacin Primaria, Plan de estudios 1997 (LEP97) en la Benemrita
Escuela Nacional de Maestros (BENM), puesto que si bien los docentes somos actores
principales de diversos procesos en el devenir histrico de nuestro pas, son pocos los
trabajos que se orientan a investigar la formacin de los mismos.
Esta afirmacin la comparte Pilar Maestro (2000, p. 161), la cual nos invita a la
bsqueda de alternativas, y es que, considerando las difciles condiciones sociales que
padece nuestro pas, se hace necesario que el docente asuma su papel como agente de
cambio, que muestre su compromiso, preparacin y conciencia en nuestra sociedad;
por lo anterior resulta importante identificar las dificultades y debilidades que atravie-
san en su formacin los futuros docentes especficamente en el mbito de la historia,
cules son sus limitaciones y las reas de oportunidad que existen para promover el
desarrollo de un pensamiento histrico y conciencia histrica.
756
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
757
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Es por ello, que tanto el pensar histricamente, como el desarrollar una conciencia his-
trica, son dos necesidades educativas indispensables en un docente en formacin,
ya que ste incidir directamente como agente transformador de su sociedad.
Es prioritario, en este tenor, la formacin de los profesores normalistas en el cono-
cimiento de la historia. Se ha insistido siempre, desde hace muchos aos, en la im-
portancia de la educacin primaria para la formacin de los individuos que integran
la sociedad. Por lo tanto, la consolidacin de los conocimientos y la conciencia histrica
en los profesores que tienen a su cargo esa labor ingente (Snchez, 2006, p. 33).
Resulta entonces necesario desde la educacin Histrica
acercarse de manera sistemtica a los procesos, los actores, los discursos y las prcticas
involucradas en las asignaturas que aluden a la historia en la formacin de los futuros
profesores de educacin bsica, sobre todo si tomamos en cuenta el papel central en los
procesos educativos que tienen estos actores en las aulas en las que ejercen la docencia
(Arteaga, 2010, p. 6).
758
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Cuesta llega a concluir que hay una coexistencia de cambios y continuidades, es decir,
prevalecen prcticas, usos, costumbres y rutinas de enseanza y que coexisten con
prcticas innovadoras y vanguardistas minoritarias, y es que como lo afirma este autor
la vieja enseanza de la historia ha perdido legitimidad, pero no vigencia. Por lo mismo
Cuesta considera que los esfuerzos crticos e innovadores sobre la enseanza de la his-
toria tendrn que cohabitar con las ilusiones, discursos y rutinas de las aulas.
Estos planteamientos son importantes para el anlisis y comprensin de las din-
micas escolares y sus lgicas de ejecucin para la investigacin que se est realizando.
Ahora bien para comprender la lgica de las prcticas que se realizan en la BENM,
en torno a la enseanza y el aprendizaje de la Historia es importante analizar el
plan de estudios vigente. Los rasgos del perfil de egreso son el referente principal para
la elaboracin del Plan de estudios de la Licenciatura en Educacin Primaria (LEP 1997),
y estos nos permiten identificar el sentido que se le da a dicha licenciatura, estos son:
En dichos apartados se enuncia que al egresar de la LEP 97, se espera que el futuro
docente conozca a profundidad los propsitos, contenidos y enfoques que se es-
tablecen para la enseanza de las diferentes asignaturas, entre las cuales se encuentra
la historia, as como tener un dominio de los campos disciplinarios para manejar con
seguridad y fluidez los temas incluidos en los programas de estudio, esto nos significa
un problema, puesto que como se establece en el apartado Criterios y orientaciones
759
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
La
Educacin en el Desarrollo Histrico de Mxico I y II.
Historia
y su Enseanza I y II.
Seminarios
de Temas Selectos de Historia de la Pedagoga y la Educacin I, II y III.
Es por ello que considero importante clarificar la relevancia que adquiere realizar
un estudio sobre cmo se va construyendo la formacin histrica en los estudiantes de
la BENM, partiendo de la deteccin de las asignaturas que fortalezcan el dominio de
contenidos disciplinares especficos de sta y cmo contribuyen al desarrollo del pensa-
miento y de una conciencia histrica en los futuros docentes.
Al delimitar el campo de estudio he decidido realizar la investigacin con la asig-
natura de Seminario de Temas Selectos de la Historia de la Pedagoga y la Educacin
puesto que considero ofrece mayores y mejores posibilidades para su estudio y segui-
miento durante los tres semestres en que se imparte.
La presente investigacin tiene por objeto analizar crticamente la forma en que, en
la BENM, en el contexto de la LEP 97, el desarrollo del Seminario de Temas Selectos de
Historia de la Pedagoga y la Educacin I, II y III, contribuye a promover la construccin
de un pensamiento histrico y conciencia histrica en los docentes en formacin.
A partir de esta delimitacin, me propongo responder a la siguiente pregunta:
760
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Al revisar las ponencias de los ltimos tres Congresos de Investigacin, y los sitios
mencionados se constat que el tema de la educacin histrica en la formacin de los
docentes de educacin primaria y sobre todo si el tema se ubica en el campo de la edu-
cacin Normal, no se encuentra una sola investigacin, ni ponencia en los ltimos
cinco aos. Mucho menos el caso particular que me encuentro trabajando en la BENM.
761
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
clave para iniciar este apartado y as reflexionar y analizar con un mayor dete-
nimiento, qu sentido tiene la enseanza de la historia en la actualidad, por qu se
justifica su existencia en los currculos educativos en nivel bsico y medio superior. No
se trata de justificar de manera caprichosa el espacio curricular que tradicionalmente
ha sido utilizado para atiborrar de datos (fechas, personajes, lugares, acontecimientos),
que el alumno deber repetir al pie de la letra, sin sentido, sin una comprensin clara
sobre la utilidad de dicho conocimiento, lo cual genera lgicamente la aversin de
alumnos y docentes por una asignatura que no significa mucho o definitivamente nada.
Este espacio acadmico ha servido comnmente como un instrumento ideolgico del
Estado que justifica y legitima el rgimen social existente (mismo que ha inventado un
panten de hroes y aconteceres que religiosamente se veneran en libros, ceremonias
cvicas y dems eventos educativos). Vista desde esta panormica la historia no ofrece
una escenario atractivo que justifique su existencia, por ser un espacio dogmtico,
ideologizante, memorstico, irreflexivo, acrtico y a contextual. Sin embargo, actual-
mente hay nuevos planteamientos que pretenden dar un giro a este panorama para
transformar su aprendizaje y su enseanza, en un mbito propicio para el de desarrollo
de un pensamiento crtico, que parta de las inquietudes, necesidades y problemticas
en las cuales se desenvuelve el individuo para generar una historia viva, cercana, til,
por medio de la cual se analicen las problemticas que adolece el mundo en esta poca
posmoderna.
762
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
of Inquiry as a Basis of Knowledge and Learning: The Case of History (La comunidad de
investigacin como base para el conocimiento y el aprendizaje: el caso de la Historia).
Se parte de la idea de que la historia como el resto de las ciencias, se enfrentan con
problemas relacionados con la nocin de objetividad a raz de la revolucin kuhniana,
y sobre este supuesto se ha revivido el inters en la nocin pragmtica del conoci-
miento desde de las comunidades de investigacin. En este sentido, los constructivistas
sociales se han basado en los ltimos 15 aos en la evolucin de la teora del aprendi-
zaje y la psicologa, descuidando la revisin epistemolgica.
Al analizar la manera en la que los historiadores profesionales construyen y validan
los conocimientos y la innovacin en los mismos, Seixas argumenta que es posible
equiparar estas prcticas con las efectuadas por los docentes y los estudiantes en los
momentos en los que los docentes negocian la generacin de conocimientos en los
salones de clase.
Los docentes de historia adoptan un papel autoritario que se ejemplifica en la selec-
cin de los recursos para dar su clase, la informacin seleccionada y la forma en que
es presentada.
Este documento, realiza una comparacin de las comunidades profesionales de his-
toriadores con los maestros de historia y el papel que juegan en la construccin del
conocimiento en sus respectivas reas.
Seixas considera que la comunidad de investigadores es la parte medular del cono-
cimiento y el aprendizaje.
Es importante hacer notar la similitud de los planteamientos de Seixas con los de
las pedagogas de la enseanza situada, pues ste sustenta la idea de que es posible
construir conocimiento histrico an en grupos de no expertos (estudiantes de niveles
secundarios) siempre y cuando exista la base de una comunidad de aprendizaje y la
enseanza se site en un contexto real (ms all del taller del historiador).
Belinda Arteaga (2011, p. 10) sostiene que la matriz historiogrfica es uno de los ejes
que fundamentan este paradigma. Bajo esta lgica, la aproximacin que se realiza desde el
aula a la historia parte de la disciplina misma, no slo de sus contenidos, sino de su episteme.
Arteaga afirma que, la forma en que se aplique las caractersticas de la Educacin
Histrica en el aula, debe atender al desarrollo cognitivo y psicosocial del estudiante
que la trabaje.
En cualquier caso, las tareas propuestas implicarn aproximaciones sucesivas y con
diversos grados de complejidad a la ciencia histrica. Ello conlleva necesariamente el
abandono de la narrativa por parte del docente, la memorizacin y la simple lectura
de fuentes secundarias como el epicentro del trabajo ulico. (Arteaga, 2011, p. 10)
763
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
La educacin histrica plantea como eje formativo proveer a los estudiantes de ele-
mentos que los familiaricen con la forma en la que los historiadores hacen historia.
Los estudiantes; los profesores de historia y las buenas prcticas docentes, tienen un
lugar privilegiado.
Las buenas prcticas docentes de historia, implican procesos de formacin docente
que contemplen el conocimiento disciplinario y de los sujetos del aprendizaje; la pedagoga
especfica de la disciplina as como la investigacin para la innovacin (Arteaga, 2011, p. 10)
Dos ideas fundamentales emergen de los proyectos planteados desde la iniciativa
canadiense y que la Dra. Belnda Arteaga (2011, p 13) los describe como conceptos
organizativos y las formas de investigacin propias de la Educacin Histrica:
764
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
La investigacin cualitativa
Ana Beln Salamanca Castro y Cristina Martn-Crespo Blanco (2007, p. 1) afirman
que la investigacin cualitativa pretende conocer el fenmeno que estudia en su entorno
natural, siendo el propio investigador el principal instrumento para la generacin y recogida
de datos, con los que interacta.
Durante todo el proceso de investigacin, el investigador cualitativo reflexiona so-
bre sus propias creencias y conocimientos, y cmo stos pueden influir en la manera de
concebir la realidad del sujeto/objeto de estudio, y consecuentemente, influir en la propia
investigacin (Salamanca y Crespo, 2007, p. 1).
Estas autoras consideran que las caractersticas de este tipo de investigacin son:
Es flexible y elstica, es decir, puede adaptarse a lo que se descubre mientras se
recogen los datos, como ya hemos apuntado anteriormente.
Implica la fusin de diferentes metodologas.
Tiende a ser holista, ya que se esfuerza por comprender la totalidad del fenme-
no de inters.
Se concentra en comprender el fenmeno o el entorno social. No busca hacer
predicciones sobre dicho entorno o fenmeno.
Exige gran dedicacin por parte del investigador, que generalmente deber
permanecer en el campo durante periodos prolongados.
El propio investigador es el instrumento de investigacin.
Requiere de un anlisis continuo de los datos, lo que determinar las estra-
tegias seguir.
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Fases de investigacin
1) Se trabaj la encuesta DGESPE-SEP/Alduncin y Asociados/marzo 2011. Fue ana-
lizada la encuesta y se vincularon los resultados de esta con la situacin que se
vive en la BENM, marcando las similitudes y diferencias en dicha institucin.
2) Anlisis del Plan de Estudios 1997 de la Licenciatura en Educacin Primaria (PE-
LEP 97) y de los programas de Seminario de Temas Selectos de Historia de la
Pedagoga y la Educacin, I,II y III. Se realiz un anlisis de los apartados y
componentes del plan de estudios y de los programas desde la teora curricular,
para poder comprender la lgica y sentido de estos.
En el anlisis del Plan de Estudios de la Licenciatura en Educacin Primaria
se busc advertir las dificultades entre los planteamientos curriculares y las prc-
ticas que se generan al interior de la BENM.
3) Anlisis de las condiciones de organizacin y trabajo al interior de la BENM,
el caso del Colegio de Seminario de Temas Selectos de Historia de la Pe
dagoga y la Educacin. Este anlisis busca situar la investigacin consideran-
do las caractersticas contextuales en las cuales se desarrolla la vida acadmica
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Referencias
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canas? Mxico: RED IDEHER.
Artega, B. y. C. S. (2005). Una propuesta para el aprendizaje de la historia y el uso de TICs
en la educacin media superior mexicana. [En lnea] Available at: www.somece.org.mx/
simposio2005/ponencias/ponencias.html [ltimo acceso: 22 octubre 2010].
Arteraga, B. y. C. S. (2011). Educacin histrica, una propuesta para el desarrollo del pensa-
miento histrico en los estudiantes de la Licenciatura en Educacin Preescolar y Primaria,
Mxico: cursos de historia en la Reforma de la Educacin normal en Mxico.
Cuesta, R. (2001). El Cdigo disciplinar: un marco interpretativo y algunas ideas para la expli-
cacin de la evolucin de la Historia como materia escolar en Espaa. [En lnea] Available
at: http://www.fedicaria.org/pdf/1.pdf [ltimo acceso: 15 abril 2012].
DEGESPE (2011). Estudio de cultura y conciencia histricas en las Escuelas Normales Pblicas
Cmo se estudia la historia?. [En lnea] Available at: www.dgespe.sep.gob.mx/.../histo-
ria/.../... [ltimo acceso: 8 febrero 2012].
769
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
770
Educacin Histrica y formacin docente
771
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
El imaginario de la ctedra
Si consideramos que la mayora de los estudiantes normalistas slo tienen estudios de
bachillerato, y que han recibido una enseanza transmisiva de la Historia, su represen-
tacin comn de la buena enseanza es la clase expositiva, utilizando los recursos que
requiera la narracin. Las habilidades retricas e histrinicas resultan imprescindibles.
Esta imagen se refuerza en la escuela normal en las clases escolarizadas, de ah la ten-
dencia del estudiante a exponer en su prctica docente.
El imaginario de los estudiantes al ingresar a la Especialidad de Historia es que
para ser profesor se necesita saber historia (narrativas) y luego exponer sus conoci-
mientos ante un grupo utilizando tcnicas y recursos didcticos. Esta representacin
la comparten los formadores y la reproducen con los estudiantes. Tratamos de formar
discpulos que sigan nuestro estilo docente y, particularmente, nuestra ideologa, cau-
sando el efecto Pigmalin.
Estas creencias son muy difciles de modificar, mxime si el perfil de ingreso es
sumamente diverso despus de la reforma curricular de 1983 recordemos que los es-
tudios de Normal Superior eran precedidos de la Normal Bsica siendo un obstculo
para el perfil de egreso. Son similares al sentido comn con que se intenta comprender
al tiempo histrico, por lo que se requieren estrategias contraintuitivas para superarlas.
Como lo destacan las investigaciones existentes, estas representaciones que se con-
vierten en rutinas requieren revertirse con mtodos activos e innovadores (Liceras,
p. 2004).
Cabe mencionar que esta imagen del catedrtico (especialista en alguna temtica
de Historia) al confrontarse con el trabajo docente en la escuela secundaria hace es
tragos en la autoestima docente, llevndole a crisis de identidad profesional y a la pr-
dida de sus ideales vocacionales, incluso a su huida de la docencia (con becas-comisin,
puestos directivos o sindicales o emigrando a otros niveles educativos).
772
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
1. Evitar las largas disertaciones. Evitar los dictados hasta donde las condiciones lo
permitan.
2. Provocar la intervencin activa del alumno, mediante: Elaboracin de monogra-
fas: hombres famosos, etapas histricas, pases, etc. Lecturas, dramatizaciones,
etc. Visitas a museos y lugares histricos. Intervencin en la conmemoracin de
fechas y hechos histricos. Coleccin de objetos histricos. Formacin de lbu-
mes con recortes de peridicos, fotografas, etc. Concursos histricos literarios.
Formacin de sencillas exposiciones peridicas.
3. Utilizacin constante de material objetivo y audiovisual. Cartografa adecuada,
elaboracin de mapas y esquemas. Coleccin de recortes de informacin y
grabados periodsticos. Utilizacin del cine de placas fijas y mviles, sonoro y
mudo. Discos grabados.
4. Aprovechar las posibles conexiones de la enseanza histrica con las dems
actividades escolares de los alumnos.
5. Seleccin de los hechos histricos de acuerdo a su trascendencia en relacin con
el progreso de la humanidad.
Pero en el programa 2006 de la asignatura, casi medio siglo despus de los consejos
precedentes y ya con el enfoque por competencias, se recomendaba al docente: En-
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ra limita sus resultados. O se matizan los negativos, sin considerar que son tan valiosos
como los positivos, o se sobrevalora su xito.
En sntesis, las limitaciones del currculo 1999 de la Especialidad de Historia un
tronco comn desproporcionado, insuficiente nmero de prcticas docentes a pesar de
sustentarse en el paradigma formativo artesanal, desvinculacin de las materias de la
Especialidad, entre otras no han permitido una renovacin de las prcticas docentes
de la asignatura de Historia. Las causas son similares a las de un caso espaol (Liceras,
2004, p. 12):
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1. Temas histricos
2. Mtodos de investigacin y anlisis histricos (syntactic subject)
3. Creencias (representaciones) sobre la Historia
4. Diseo Curricular
5. Pedaggico
6. Modelos de enseanza
7. Procesos cognitivos de los alumnos
8. Comportamiento escolar de los alumnos
9. Reflexin (knowledge of self)
10. Contextos escolares
11. Propsitos educativos (educational ends)
No obstante, el problema es cmo lograr los conocimientos que permitan lograr estos
fines, considerando que las representaciones y rutinas de los estudiantes normalistas
los limitan, por decir lo menos. Dalongeville (2003, p. 5) precisa que el profesor debe:
a) prever una situacin para que puedan emerger las representaciones del sujeto;
b) analizar las representaciones, un trabajo para el que raramente los profeso-
res estn formados;
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En este sentido, la formacin tambin debe ser contraintuitiva: a partir del cuestiona-
miento de sus representaciones con la interaccin sensible y racional con las fuentes
primarias; la investigacin en la escuela; la prctica simulada y situada con un
modelo educativo que confronte sus rutinas expositivas, y en comunidades de apren-
dizaje que fomenten su reflexin con la literatura especializada. Esta propuesta es
factible con un currculo modular ms vinculado a las escuelas bsicas (ms all de las
dos semanas de prctica en Observacin y Prctica Docente I-IV), a la investigacin
histrica y pedaggica, y a los medios de difusin de la Historia.
En consecuencia, las materias de Historia deben enfocarse a los problemas, los mto-
dos y las fuentes primarias que en la narrativa de los manuales escolares que transcri-
ben otras interpretaciones. Y las materias de prctica docente integrarse con contenidos
tericos (didcticos), de investigacin educativa (el aprendizaje de Historia en las aulas)
y diseo, planificacin, realizacin y evaluacin de secuencias de enseanza. Ambas en
mdulos progresivos que permitan primero el conocimiento de la realidad escolar, lue-
go las prcticas para desarrollar habilidades docentes, y finalmente el Trabajo Docente
enfocado a la resolucin de un problema de la prctica o a la innovacin.
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poderosos, y la cientfica que realizan los eruditos ms all de los intereses polticos inme-
diatos. En la secundaria prevalece la historia de bronce, en tanto que en Normal la historia
crtica, no teniendo acuerdo sobre cul versin de sta. Las divergencias son entre una
versin propagandstica, cuasi doctrinaria, y otra reflexiva que recurra a las evidencias y la
argumentacin. En el contexto actual del pas, la primera versin es ms popular porque
brinda elementos identitarios acordes con la situacin social de los estudiantes.
Tal vez la reflexin ms importante es que el cambio de representaciones que
tienen los estudiantes normalistas no es un proceso lineal o progresivo, que se logre
slo con aprobar cursos, talleres y seminarios. En algunos alumnos se logra con las
actividades de sensibilizacin y el xito con la aplicacin del modelo de educacin his-
trica en la escuela secundaria. Pero stos no siempre logran su dominio integral,
enfocndose unos a los procedimientos y otros a los talleres, ni el proceso reflexivo
que concluye con el documento recepcional.
Estos resultados nos llevan a comprender la trayectoria de los estudiantes nor-
malistas en funcin de varios factores, empezando con sus intereses profesionales y
personales, as como las condiciones econmicas y familiares que condicionan su des-
empeo. En segundo lugar, por sus conocimientos. En un estudio nacional reciente de
la DGESPE, se demuestra que son muy limitados, incluso ya en semestres avanzados.
Por otra parte, la atomizacin de los formadores y el rezago en su actualizacin son
un factor determinante en el perfil de egreso. En efecto, los estudiantes ms formados
son casos individuales.
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Nuestro asesorado es un estudiante autnomo. El tema fue un reto tanto por la difi-
cultad terica como porque su tutor era un profesor experto. En este sentido, sus logros
eran parte de su Zona de Desarrollo Prximo. Pero aqu lo importante del caso est
en funcin del modelo formativo de la Educacin Histrica como punto de partida.
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Conclusiones
1. Cada didctica de la Historia implica un modelo formativo de sus profeso-
res de nivel bsico, expresndose en currculos escolarizados y la actualizacin
docente. En Mxico es posible observar la crisis de los modelos artesanal
(observacin y prctica docente) que opera en las escuelas normales, y mixto
(estudios generales de Historia y cursos de didctica), trayecto seguido por los
profesores que no son normalistas. El modelo artesanal no supera las rutinas
expositivas hegemnicas en las aulas y crea un dficit de conocimientos
disciplinarios, en tanto que el mixto lo crea de conocimientos pedaggicos. Se
requiere de un nuevo paradigma formativo.
2. Aunque existe coincidencia en los conocimientos y el perfil que un profesor
de Historia debe tener, el problema de cmo lograrlos an no se ha resuelto.
Adems de las limitaciones extraescolares, del currculo, de los conocimientos
previos de los estudiantes y de los formadores, las representaciones sobre la
docencia (la ctedra magistral) y las rutinas transmisivas de enseanza permean
la operacin de los currculos normalistas.
3. Acordes con los notables avances de la disciplina y la investigacin educativa,
un nuevo modelo formativo puede delinearse integrando los resultados de las
nuevas metodologas de la Historia y la didcticas deconstructivas de las repre-
sentaciones escolares del pasado.
4. La formacin inicial requiere la interaccin sensible y analtica con las
fuentes primarias principio esencial de la Educacin Histrica para realizar la
transposicin didctica, superando la memorizacin de contenidos positivistas
(hechos) y relatos cronolgicos.
5. El conocimiento del contexto escolar y de los alumnos de bsica necesita tras-
cender las metodologa pasivas, slo observar y describir sin evaluar, incorpo-
rando los resultados sobre progresin del pensamiento histrico (Lee, Shemilt)
y las didcticas deconstructivas (Dalongeville, Winburg, VanSledright).
6. Es indispensable un modelo didctico base para el aprendizaje procedimental
(conocimiento, prctica y aplicacin) de habilidades docentes. stas se logran
mediante prcticas simuladas (en el aula normalista) y situadas (en la escuela
secundaria), debiendo evaluarse de manera reflexiva para su mejora. En trmi-
nos del currculo vigente para la Especialidad de Historia de la LES, se requiere
incluirlo en las materias didcticas (Enseanza de la Historia) y operarlo en las
de prctica docente. Y en un nuevo currculo, acorde con los nuevos programas
de bsica, integrar ambos contenidos en una sola materia.
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Santiesteban, Antoni (2007). Una investigacin sobre cmo se aprende a ensear el
tiempo histrico. En Enseanza de las ciencias sociales, 6.
783
Por qu enseamos historia como la enseamos?
(Rastreando nuestra relacin con Clo)
Introduccin
El presente trabajo tiene como propsito el compartir los resultados de la investigacin
realizada para obtener el grado de Maestra en Desarrollo Educativo, en la lnea de
La Historia y su Docencia, generacin 2008-2010.
La tesis consisti en rastrear las diferentes formas en la cuales una profesora de edu-
cacin primaria se va relacionando con la Historia en distintos contextos y momentos
de su vida, recorrido que la lleva a tener una concepcin de qu propsito tiene desa-
rrollar la disciplina de Clo en la primaria y, con base en lo anterior, disea las activida-
des para trabajar con su grupo. En la realizacin de la tesis se recurri a la consulta y
anlisis de libros de texto de los aos ochenta, Plan y programas de estudio 1984 de la
escuela Normal, exmenes que se aplicaban en una escuela primaria particular entre
1980 y 1986, as como a los archivos personales de la docente participante, los cuales
incluyen fotografas familiares, diarios, trabajos escolares, entre otros documentos.
A continuacin se comparten los momentos por los cuales la profesora atraviesa para
poder conformar su concepcin sobre Clo, camino que, tras ser recorrido, la est llevan-
do a involucrar a sus actuales alumnos de quinto grado de primaria a la construccin
de proyectos donde sean ellos quienes dejen evidencias de su paso por la escuela para
futuras generaciones. Cada una de las etapas dieron ttulo a los captulos que integran la
tesis de maestra.
* Direccin General de Servicios Educativos Iztapalapa. Escuela Primaria Profa. Guadalupe Ceniceros
de Prez Zavaleta.
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De esta forma, a travs del paso por la escuela primaria, secundaria y el bachillerato,
la mayor parte de nosotros incursionamos en la idea de que solo existe una historia
y sta no nos incluye, salvo que lleguemos a realizar grandes proezas en pos de bene-
ficiar al prjimo.
Teniendo ahora la idea de la Historia homognea y homogeneizante, la profesora
comenta su experiencia al ingresar a la escuela formadora de docentes.
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historia tena como nica funcin era nicamente hacer bonitos y divertidos materiales
que hicieran agradable a la vista y al odo una serie de datos que era necesario que los
nios y las nias se apropiaran (memorizaran), pues gracias a ellos los infantes cons-
truiran su identidad nacional y una serie de valores ticos que los haran mejores
mexicanos (resulta tambin importante contextualizar el plan y programas de estudio
con los cuales se forma la profesora, pues para la generacin de 1994-1998 a la cual
pertenece no exista todava un currculum que les diera la formacin especfica para
comenzar a trabajar con la llamada Modernizacin Educativa de 1993, lo que implicaba
que en el quinto semestre de la carrera todava trabajaran con el Plan 1984, donde
slo se consideraban las materias de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales). Al final
de su formacin como docente, la nia que un da convivi con una historia diversa
termin por estar convencida de que lo importante era formar en los nios una iden-
tidad nacional que los hiciera sentir parte de la gran familia mexicana, donde todos
comparten un pasado comn que tiene sus races ms profundas en la gloria indgena
de los antepasados, donde existe un grupo de personas que un da fueron oprimidos
pero lucharon por obtener para ellos y para las generaciones venideras una patria libre
y autnoma, y que a lo largo de la historia se han construido una serie de costumbres
y tradiciones que distinguen a Mxico de cualquier otro pas, por lo cual es deber de
los docentes conocerlas y perpetuarlas...La haban convertido en reproductora de una
historia homognea!
Pero con estas herramientas para ensear historia sera posible enfrentarse a la
prctica cotidiana en las aulas? Sera as de sencillo apostarse frente a un grupo
de infantes y decirles sin ms que eso era la historia y ellos lo aceptaran con la mayor
tranquilidad? En el siguiente apartado, la profesora cuenta su experiencia al respecto.
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mostraron que ni en TODO Mxico se celebraba esa fecha (muchos de los estudiantes
tenan familia en el norte del pas o en Estados Unidos por intentar mejorar su situa-
cin econmica, y en esas zonas no se siguen estas tradiciones) y ni siquiera se celebra
de la misma forma en cada una de las regiones (el pan de muerto, por ejemplo, vara
de estado a estado).
Si bien estos eventos comenzaron a causarle ruido en su prctica profesional, fue
el tratar de ensear a una nia de origen zapoteco lo que la termin de convencer de
que no era viable dar UNA nica enseanza a todo un grupo, sino que deban hacerse
adecuaciones y, lo que resultaba ms importante, comenz a interrogarse sobre si
sera posible que los alumnos y las alumnas tuvieran concepciones sobre la historia,
sobre las tradiciones y las costumbres, tal y como se tienen sobre la naturaleza y la
resolucin de problemas de matemticas. Ya en la Normal haba aprendido y enten-
dido que las matemticas como la lengua escrita y las ciencias naturales haban sido
construcciones del ser humano, ya fueran como una manera de interpretar el mundo
(para el caso de las ciencias), como una manera de ordenarlo (caso de las matem-
ticas) o para tratar de comunicarlo a otros (caso de la lengua escrita), y que, por lo
tanto, los nios y las nias seguan procesos de construccin de los conceptos de esas
disciplinas de manera muy similar a lo que haba hecho la humanidad para desarrollar
un sistema numrico, una forma de operar con los nmeros, un sistema de escritura y
una serie de explicaciones de su entorno natural. Slo que no le acababa de quedar
claro que eso fuera posible para el caso de la historia, porque eso significara que no
exista exclusivamente una historia, sino muchas ms, adems de que debera respetar
los ritmos de construccin de ciertos conceptos en los alumnos. Cmo tendra que
ensear esa serie de historias y qu era exactamente lo que los nios (re)construan al
aprender a Clo? Entonces la historia y la cultura podan tener diferentes formas de ser
explicadas y entendidas, tal y como lo son las ciencias naturales? Resultaba demasiado
complicado y poco evidente para ella en esos instantes!
Estas dudas empezaron a ayudarla a reorientar su prctica, y gracias a su inters por
conocer estas historias e interpretaciones de la cultura que tenan los nios y las nias
fue aventurndose a experimentar nuevas formas de trabajo. A pesar de sus intentos,
slo logra algunas aproximaciones que empieza a plasmar en ponencias que intenta
compartir en diversos espacios.
Y es en la bsqueda de alternativas nuevas se incorpora al Plan de Actividades Cul-
turales de Apoyo a la Educacin Primaria (PACAEP), el cual tena como principal prop-
sito proporcionarle [al docente] elementos para reflexionar en torno a la interrelacin
cultura-educacin (SEP-CONACULTA, 1999), colecciona mltiples libros con ejercicios,
manualidades y dibujos de historia para nios y cae en lo que cariosamente se cono-
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Quiz esa idea de ser extranjera nunca abandon a la profesora y fue parte de lo que
la hizo cambiar su manera de enfrentarse a la labor docente, pues de pronto se da
cuenta de que cada vez que llegaba a una escuela o a un grupo era ella la diferente, la
que tena que adaptarse a los usos y costumbres de una comunidad, al tiempo que
necesitaba compartir con ellos algunos elementos de mi cultura. Por una vez comien-
za a comprender que era ella quien llegaba a alterar a una microsociedad y que ellos
tambin la alteraban: estaba en vas de entender esa frgil relacin con el otro que se
da en el aula y que pocas veces entendemos los docentes, pues siempre asumimos la
postura del colonizador que llega a dar cultura a los salvajes.
Al reincorporarse al servicio docente llega como apoyo de direccin a una escuela con
alumnos de muy escasos recursos y donde, poco a poco, va dndose cuenta de que los
colegas tienen muchos problemas para trabajar con la asignatura de historia, por conside-
rarla como rida y con escasos recursos didcticos para que fuera agradable a los alumnos.
Es en esta escuela donde por primera vez se da la oportunidad de trabajar de ma-
nera totalmente distinta, incorporando las historias de los nios y nias e involucrando
a los colegas que as lo desearan en mostrar a los estudiantes que las costumbre, tradi-
ciones, lugares y personas tambin llegan a cambiar con el tiempo.
A pesar de toda esta nueva perspectiva dentro del aula, la profesora todava no lo-
gra hacer el gran cambio conceptual sobre la historia. Este importante paso lo logra,
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Llegar a trabajar de esta forma no fue cosa sencilla, pues ha requerido dar marcha
atrs para ver y analizar qu hechos de mi pasado me han hecho ser lo que soy ahora.
Pero despus de todo, no es eso hacer un poco de historia para la historia?
Referencias
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Snchez Quintanar, A. (2002). Reencuentro con la Historia. Teora y praxis de su ense-
anza en Mxico. Mxico: UNAM-FFyL.
793
Reflexiones sobre la enseanza de la historia
en el nivel medio y superior
Introduccin
El modelo econmico neoliberal y la globalizacin impone reformas profundas a nivel
mundial para homogeneizar a la sociedad desde diferentes perspectivas. Una de stas
es la educacin. En las ltimas conferencias sobre esta temtica se han tomado acciones
para transformar el modelo educativo arguyendo la premisa de mejorar la calidad de
la educacin. Ello ha conducido a introducir modelos como el constructivismo y las
competencias en los contenidos de las materias de Historia en la currcula del sistema
de educacin bsica y superior.
En Mxico despus de dcadas de reformas a la educacin, la enseanza-apren-
dizaje de la Historia, tanto en nivel bsico como en nivel medio superior, ha tenido
reduccinde contenidos y cursos por una parte; por la otra a partir del acuerdo 486 y
4441 de la Reforma Integral de la Educacin Media Superior, se estableci en el artcu-
lo 2, que la enseanza debe ser orientada a las competencias genricas, disciplinares
(bsicas y extendidas), profesionales (bsicas y extendidas) (SEP, 2009). Este modelo
impuesto en todo el sistema educativo nos lleva a plantear lo siguiente el profesorado
cuenta con el perfil profesional y est capacitado para adaptarse al modelo educativo
por competencias?, Se cuenta con la infraestructura para trabajar los mtodos y tcni-
cas educativas que exige este modelo?
En los ltimos aos, pese a las diversas reformas para mejorar la calidad de la educa-
cin, prevalece falta de inters de una parte del profesorado, como del estudiantado y
de algunas instituciones, por darle la misma importancia a la enseanza de la Historia
que a las matemticas y al espaol, la Historia ha sufrido reducciones, tanto en la edu-
cacin bsica como en la media superior.
del Bachillerato General y el acuerdo 444, el 23 de junio de 2009 establece las competencias que cons-
tituyen el marco comn curricular del Sistema Nacional del Bachillerato.
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Con esta preocupacin este trabajo aborda las experiencias docentes desarrolladas
en el aula con estudiantes de educacin media superior y superior. Primero, se presenta
un breve anlisis sobre la enseanza de la historia en el contexto global; en seguida se
analizan algunos problemas de la educacin en el Mxico del siglo XXI; por ltimo se
reflexiona sobre la formacin de los(as) historiadores para la enseanza y las experien-
cias de egresados(as).
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y sobre sociedades diferentes a las suyas); y c) una deliberacin sobre el bien comn
(Barton y Levstik en Pags, 2007).
Para impulsar un conjunto de competencias, a travs del currculum de historia y
educacin para la ciudadana Barton y Levstik, recomiendan que el (la) docente de
esta materia puede en el aula: 1. Interrogar las realidades sociales en una perspectiva
histrica; 2. Interpretar las realidades sociales con la ayuda de la metodologa histrica,
y 3. Construir una conciencia ciudadana con la ayuda de la historia.
Cada accin sealada va acompaada de objetivos que permiten desarrollar aque-
llas capacidades fundamentales para la construccin de conocimientos histricos. As
por ejemplo, la primera competencia a desarrollar en los contenidos de aprendizaje
debe apoyar al alumnado: a) Buscar en el pasado el origen de las realidades sociales;
b) Considerar las realidades sociales bajo el ngulo de la duracin, y c) Analizar las
realidades sociales en su complejidad.
Llevar a cabo los puntos anteriores requiere que los contenidos histricos man-
tengan un equilibrio entre los diferentes componentes del conocimiento histrico y
los hechos (de todo tipo: econmicos, polticos, sociales, culturales), los protagonistas
(individuales y sociales), las comunidades y sus territorios (desde las comunidades loca-
les al mundo), los periodos o etapas en las que se ha dividido el pasado y las fuentes
(Pags, 2007). Es decir, significa la planeacin de contenidos y las actividades intra-
extraescolares, acordes a los tiempos programticos.
En tanto Fontana sostiene que didcticamente debe existir un criterio temtico para
elegir: los contenidos de un libro, los grandes problemas del pasado y el presente, y
previsibles del futuro inmediato, de manera global y desde sus orgenes hasta hoy
para comprender los problemas fundamentales que afectan a hombres y mujeres que
viven en la sociedad, es decir, el sujeto del que se ocupa la historia (Fontana en Pags,
2007). Para el autor, en la enseanza debe existir un saber histrico procedimental para
comprender el significado de los distintos perodos, de acontecimientos de todo tipo,
que significa ensear e interpretar las fuentes histricas.
Coincidimos con Pags cuando seala que es imprescindible la enseanza de la his-
toria del siglo XX, y tambin la primer dcada del siglo XXI en virtud de que esta
temporalidad abarca los hechos de la historia ms reciente, compleja, difcil de precisar
cronolgicamente y en la que sucedieron hechos de enorme trascendencia. Por ello,
recomienda que metodolgicamente se ensee una visin general sobre este siglo,
ubicando los grandes acontecimientos y se trabaje en profundidad algunos de ellos,
relacionando siempre que sea posible lo que pas a escala mundial con lo que pas a
escala local o nacional (Pags, 2007).
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Los (as) estudiantes del nivel superior del rea de Historia si adquirieron una forma-
cin reflexiva durante su educacin bsica contarn con elementos bsicos, pero si
sta fue deficiente, su formacin profesional ser limitada. Luego entonces, la forma-
cin disciplinar significa para el alumnado encontrar placer y pasin por la lectura y
escritura para desarrollar la habilidad y comprender la epistemologa de la disciplina,
explicar el tiempo y el espacio histrico, y relacionarlo con los procesos histricos; y
finalmente plasmarlos en la redaccin de textos acadmicos, tanto escritos como orales.
La formacin profesional en el nivel superior tiene carencias. Una de ellas se centra
en el profesorado, formado principalmente para la investigacin histrica, y los pocos
con una formacin en el rea de la docencia, desde las teoras de la educacin. Por lo
tanto, en este nivel se ha logrado conjuntar el conocimiento histrico, a travs de la
investigacin, con los saberes prcticos del ejercicio docente. Otra de las ausencias es la
inclusin del rea de la docencia en la curricula universitaria. Prueba de ello es que slo
10 planes y programas de estudios, de las 31 Licenciaturas en Historia, mexicanas,
cuentan con una rea terminal o de especializacin de docencia en la Historia (Rivera
en Pags et al., 2012, p. 21).
Algo similar sucede en la formacin de los profesionales normalistas. El profesorado
que atender a la niez de educacin bsica. Preocupa que mantengan prejuicios en
torno a la enseanza de la historia, como lo demuestra el reciente estudio sobre la cul-
tura y conciencia histrica en las Escuelas Normales, realizado por Siddartha Camargo
en el ao 2011. Donde presenta el anlisis de las encuestas a 1653 alumnos (as) de la
Licenciatura en Educacin Primaria, y a 945 estudiantes de la Licenciatura en Educacin
Secundaria, de la especialidad en Historia. Lo ms revelador es que el 80 por ciento de
los (as) estudiantes encuestados aseveren que a las personas no les gusta la historia (...)
porque es aburrida y su enseanza se basa en nombres y fechas (Camargo en Pags
et al., 2012, pp. 69, 71).
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aceleraba la crisis econmica. Esto condujo a reducir las oportunidades de cierto sector
de la poblacin para continuar sus estudios; originndose as un segmento de jvenes
en desempleo y sin educacin que se les denomina NINI, pues ni trabaja, ni estudia.
En la primera dcada del siglo XXI en Puebla, se registr una poblacin de casi
300 mil jvenes entre 15 y 19 aos y una planta docente de 13,304 profesores para
cubrir 1,225 escuelas preparatorias y bachilleratos. Estas cifras revelan un dficit para
cubrir la demanda de la matrcula y de plazas docentes. Otro dato llama la atencin, el
relacionado con el aprovechamiento escolar en el estado, pues Puebla pas del lugar
16 a nivel nacional, al nmero 19. Preocupante que en cuatro aos (2005- 2009)
hubo un incremento de 158 instituciones en la entidad, para cubrir la demanda es-
colar (INEGI, 2011). En contraparte el sector privado invirti, a travs de empresas
comerciales, en escuelas privadas tanto de nivel bsico como medio superior y su-
perior. Muchas de estas se ubican en espacios no aptos para la labor educativa y sin
el personal docente calificado. Por ello es importante se invierta en la educacin y en
la preparacin de docentes para una formacin de posibles profesionistas.
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[...] es difcil [...] con muchos nervios. La falta de experiencia para controlar al grupo,
es lo ms complicado para el docente. Los alumnos son muy atentos cuando alguien es
presentado y todo depende de no mostrar miedo, ni cohibirse delante de ellos, pues de
esa primera interaccin se establece la relacin con el grupo. Cuando uno/a es practicante,
el grupo se descontrola, pues a veces los cambios en la forma de trabajar hacen que el
alumno se confunda. [] a veces como practicantes dejas a los estudiantes que lean y
realicen ms tareas de lo que estn acostumbrados. Esto trae como consecuencia quejas,
e intentan exiliarlos del grupo. Una de las lecciones ms importantes es [] hacerles
comprender que esos trabajos son benficos para ellos.
Este tipo prcticas docentes no deberan ser tan breves, pues permiten forjar carcter
para enfrentarse al grupo, es el primer acercamiento a una realidad laboral, al enfren-
801
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tarse a los celos profesionales de aquellos que se sienten amenazados, de ser reempla-
zados por alguien con otras capacidades docentes en la enseanza de la Historia, y
sobre todo si se es joven.
Cuando el (la) egresado (a) acude a una entrevista de trabajo, lo primero que le
solicitan es el ttulo y la cdula profesional. Sin estos documentos es un impedimento
para acceder al trabajo, y una limitante ms es no contar con experiencia docente.
Frecuentemente los empleadores no tienen nocin del perfil profesional, pues durante
la entrevista preguntan Historia de qu? La falta de informacin es otro obstculo para
dar el empleo, pues para impartir la materia de Historia generalmente contratan
abogados, y en algunas ocasiones a psiclogos o hasta dentistas.
Lo anterior ha llevado a que los egresados de Historia, al igual que otros profesio-
nistas, deban diversificar sus actividades laborales para permanecer en algunas insti-
tuciones. As no slo imparten Historia, sino tambin Taller de Lectura y Redaccin,
Orientacin Vocacional y Orientacin Profesiogrfica, ante la falta de contratacin de
personal especializado en el rea. En el mejor de los casos puede drsele oportunidad
en el siguiente curso escolar, y slo si hay vacantes, de impartir las asignaturas de His-
toria Regional, Historia de Mxico, Historia Universal y Ciencias Sociales.
Ser docente es complicado, aun ms si se imparte en escuelas privadas, que conside-
ran que el pago de colegiatura les da el derecho a acreditar la materia con excelentes
calificaciones. Veamos algunos ejemplos del resultado de cinco aos de experiencia
de una egresada. La institucin cuenta con una poblacin de 76 alumnos. En especial
se presenta el caso del segundo ao de bachillerato (tercer semestre), que tiene una
matrcula de 33 alumnos: 18 mujeres y 15 hombres, de una edad aproximada de 16 a
19 aos.
Ser maestro/a no es tarea fcil, nos dice otra egresada:
[] muchos de los jvenes estn ocupados en otras cosas. Como coordinadora de tutoras
pude interactuar y conocer ms sobre lo que les preocupa, lo que piensan y sienten
en esa edad tan complicada. A ellos lo que menos les interesa es su educacin, mucho
menos aprender Historia. Lo que ellos quieren es salir con sus amigos /as y tener novio
(a). Su situacin social y familiar tampoco es alentadora, muchos de ellos sufren de aban-
dono familiar, problemas econmicos y psicolgicos. Con este panorama ser docente es
una labor ardua y compleja, para tratar con ellos lo importante es ganar su confianza,
alentarlos y, a veces, hasta consentirlos para tratar de subsanar un poco sus problemas. Sin
embargo existen dos caras de esta situacin, si los consientes mucho, pierdes el objetivo
primordial que es ensear, y si no les haces caso, ellos se alejan y no te ponen atencin
ni interactan en el aula.
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Lo cual deja claro la falta de una conciencia histrica en el alumnado de este centro
educativo, y pone en tela de juicio la calidad educativa en este tipo de escuelas. A esto
hay que sumar la reduccin de los contenidos histricos en los programas de estudio.
Todo lo anterior incide para que el alumnado tenga un mnimo conocimiento histrico
sobre su sociedad y entorno local y nacional. Por ello coincidimos con Pags (2007),
cuando seala que los contenidos temticos muestran un claro inters poltico y no
social por parte de las instituciones. Adems, los temas enseados no dan un sentido
prctico del contexto social til para el alumnado y son repetitivos desde la formacin
bsica. Por ello, si no hay una continuidad lgica, el alumno (a) difcilmente compren-
der los cambios de la sociedad en su presente.
Otro problema que enfrenta el recin egresado de Historia como docente es Cmo
ensear su materia? Los alumnos tienen una idea errnea de lo que trata la asignatura.
Normalmente estn acostumbrados a memorizar fechas, lugares y personajes que en-
juician como buenos vs malos, y desconocen lo cotidiano, la vida social, el contexto
al que pertenecen, las ideologas, las religiones, por ejemplo. En este contexto es difcil
que el alumno (a) pregunte, indague, reflexione y analice su devenir histrico. Ade-
ms, sigue el estereotipo de la historia solo es una materia inerte que pasar. Por eso,
desde el principio los alumnos (as) afirman: no es nada contra el profesor, pero me choca
la historia, as que slo deje un trabajo y califqueme. Cmo cambiar los prejuicios sobre
la disciplina histrica? Cmo lograr interesarlos?
Lo primero que se realiz fue un ejercicio de empata, es decir, ponerse en los za-
patos de los actores sociales del pasado. Sin embargo, pese a que hubo una buena
respuesta al ejercicio se presentaron algunas interrogantes: Para qu decir, que
pudo ser si ya pas?
Por qu estudiar historia, si ya hasta se murieron los personajes? Estas preguntas
ponen en jaque a cualquier docente, Cmo explicar que la Historia es esencial en el
conocimiento humano? Para hacerles comprender la utilidad de la memoria histrica
hay que recurrir a aspectos de la vida cotidiana: el comportamiento, la localidad, las
creencias, las costumbres y las tradiciones, y explicar la forma de ser actual y su relacin
con el pasado.
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Referencias
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profesor de Historia, en Revista Enseanza de la Historia, Nm. 3, Universitat de
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La formacin docente y sus implicaciones
en el proceso de enseanza aprendizaje
en la educacin superior
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pues a pesar de las adecuaciones a los Planes y Programas de Estudio, as como de los
propsitos y enfoques de la enseanza de la historia, estas modificaciones apenas si se
han implementado en la escuela secundaria del Estado de Nuevo Len, en donde, en
su mayora, se continan arrastrando una serie de prcticas tradicionales como la ex-
posicin oral, la elaboracin de cuestionarios, resmenes, biografas, debido en parte
a que los profesores en activo que se desempean en ella, egresaron, muchos de ellos,
de programas en los que no se prioriz el aprendizaje centrado en el alumno, sino la
figura del docente y en otros casos del contenido, es decir, estos profesores continua-
ron enseando de acuerdo a como ellos aprendieron. Lo cual incide de manera
negativa en el inters de los alumnos hacia el conocimiento histrico tanto en el mbito
de la educacin normalista como en el de la escuela secundaria, pues, lo aprendido en
la primera se transfiere con pocos cambios en la segunda.
El Campo de Formacin Especfica para la Licenciatura en Educacin Secundaria
con acentuacin en Historia (SEP, 2010) determina que la especialidad se integra
por tres Lneas que son: Formacin Disciplinaria, en la que se describen las asignaturas
que conforman el dominio disciplinario, Formacin Didctica, en cuyo espacio se
distinguen los contenidos propios para la enseanza de la Historia. La tercera es
Acercamiento a la Prctica Educativa.
Cabe hacer mencin que Plan de Estudios 1999, tambin incluye otras dos lneas
de formacin a saber: Formacin General para la Educacin Bsica, Formacin Comn
para todas las especialidades de Secundaria, ambas lneas incluyen materias denomi-
nadas sello en la formacin de los Licenciados en Educacin Secundaria, que se
cubren desde el segundo hasta el sexto semestre, momento en que se inicia la prctica
intensiva en condiciones reales. La formacin especializada para la enseanza de la
historia en las escuelas secundaria debe garantizar que los futuros profesores adquieran
las habilidades, conocimientos y actitudes necesarias (SEP, 2001, p. 6).
La formacin inicial en esta especialidad se distingue por incorporar aspectos como:
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utilidad para identificar los procesos biolgicos, psicolgicos y emocionales por los
que transitan los adolescentes, mismos que repercuten en su proceso de aprendizaje y
sobre todo de contenidos de orden terico-conceptual.
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seala Max Van Manen (1998) el tacto pedaggico, que les lleva a reconocer en qu
momento es oportuno manifestar actitudes de orden, de trabajo, de escucha, de con-
vivencia con los alumnos; es decir, no olvidarse que antes de ser profesores de Historia
son profesores de adolescentes.
La organizacin del trabajo ulico se logra con el conocimiento de contenidos pro-
pios de las asignaturas de: Escuela y Contexto Escolar, Observacin del Proceso Escolar,
Observacin y Prctica Docente I, II, III y IV, as como Trabajo Docente I y II, Taller de
diseo de propuestas didcticas y anlisis del trabajo docente I y II correspondientes al
sptimo y octavo semestres
Estos principios cobran trascendencias toda vez que la sociedad y el aula en que
se desenvuelven los adolescentes de la Escuela Secundaria son muy distintas a los que
otrora sirvi de base para la formacin de las anteriores generaciones de profesores.
En la formacin docente de los futuros profesores de secundaria es muy importante
el aspecto de la didctica, misma que les distingue de los egresados de las licenciaturas
en Historia, pues hay que recordar que la Escuela Normal tiene como misin formar
profesores de Historia y no profesionales de la Historia, que son los historiadores egre-
sados de las universidades.
Para lograr su cometido la SEP, estructura sus programas de estudio en las siguientes
dimensiones: presentacin, introduccin, orientaciones didcticas, criterios de evalua-
cin, propsitos generales, bloques, propsitos especficos, temas, actividades sugeri-
das y bibliografa bsica y complementaria. El campo de accin es de carcter nacional,
segn la Ley General de Educacin (LGE, 1992) ya que esto es una atribucin del ejecu-
tivo nacional, que delega dicha funcin en la SEP.
Para una mayor comprensin de este apartado, es preciso mencionar el propsito
de esta lnea, en la cual se pretende que los estudiantes competencias docentes que les
permitan establecer procesos dialgicos con los alumnos, interpretar los sucesos del
aula, organizar el uso del tiempo y del espacio y, en general, que adquieran experien-
cia para ser guas y facilitadores del proceso de aprendizaje de sus alumnos. Esta lnea
se compone de cuatro cursos de Observacin y Prctica docente y abarca el trabajo
docente y el seminario de anlisis correspondientes al sptimo y octavo semestres (SEP,
2001).
En conjunto las asignaturas de formacin didctica tienen como punto de partida el
anlisis de las experiencias ulicas de los alumnos normalistas, para ello desde segundo
semestre, momento en que inician de manera concreta su formacin como profesores
de Historia, se les solicita que expresen de qu manera ellos se apropiaron del cono-
cimiento histrico. Este tipo de actividades, les permite al mismo tiempo incorporar
estrategias de enseanza para atender los grupos como titulares en un futuro prximo.
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
Con estos ejercicios tambin se pretende que identifiquen los problemas y retos que
implica ensear Historia, que identifiquen el papel que el profesor desempea en una
asignatura como esta, que reconozcan que el aprendizaje de la disciplina no consiste
slo en la memorizacin de un hecho o acontecimiento de ndole poltico, diplomtico
o militar, haciendo nfasis en los personajes, aos, batallas, como aspecto cognitivo
bsico; sino que esto va ms all y lo que se busca es el desarrollo de habilidades para
la comprensin de los grandes procesos de la humanidad.
Entre las propuestas para el logro de las habilidades estn: lectura y anlisis de
textos, planteamiento y solucin de problemas, elaboracin de secuencias didcticas, la
elaboracin de la historia personal, etctera. (SEP, 2001).
La enseanza de la Historia est ntimamente vinculada con las finalidades que sta
a pretendido cubrir en el transcurso del tiempo, pues hay niveles educativos en los
que slo interesa que sta incida en la promocin de una conciencia histrica, en la
conformacin de la identidad nacional, y ms recientemente en el desarrollo de com-
petencias. Por consiguiente, hay que tener presente que la Historia es abordada ya sea
como contenido o como materia.
En la enseanza que se oferta a los normalistas se insiste que para lograr los apren-
dizajes esperados es necesario conocer y considerar los programas de Historia tanto de
primaria como de secundaria, pues as se estar en condiciones de conocer el grado
de profundidad con que los adolescentes deberan haber analizado la Historia hasta
ese momento.
Las estrategias de enseanza son de lo ms variado y stas se utilizan depen-
diendo del tema, propsito y otros factores, pero las ms empleadas son: la lectura de
mapas histricos, la enseanza de la historia por medio de problemas, la biografa
y la lnea de tiempo personales, la historia familiar y la historia de la localidad, los
testimonios orales, documentales, itinerarios histricos en la localidad: plazas, parques,
museos, panteones, entre otros. Y entre los recursos se pueden sealar los siguientes: el
libro de texto, el video, el cine, las audio cintas, las pginas Web, entre otros.
Como se puede observar, la formacin de los docentes para el nivel de educacin
bsica, (secundaria) tiene sus propias especificidades, que en este caso de reduce a
la adquisicin de saberes de corte disciplinario, didctico y poco a la formacin en la
investigacin, pareciera que poco se confa en la capacidad de los futuros profesores
de educacin secundaria, y por ende, slo se espera que apliquen lo establecido en
los Planes y Programas de Estudio. En contrapartida a lo que sucede en la Universidad.
Ahora bien, como se coment anteriormente el propsito de los programas educa-
tivos de Historia a nivel licenciatura es definitivamente la formacin de historiadores
profesionales, en donde su funcin principal es la creacin de nuevo conocimiento his-
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Conocimientos:
Habilidades:
Actitudes y valores:
Como se puede observar tanto en los objetivos como en el perfil de egreso queda
explcito el inters por el desarrollo de elementos que favorezcan la formacin docente.
El programa de Historia y Estudios de Humanidades est estructurado de la si-
guiente manera: un rea de Formacin General Universitaria que se compone de 10
asignaturas, una por semestre y que se ofrecen en todas las licenciaturas de la Uni-
versidad Autnoma de Nuevo Len (UANL); un rea Interdisciplinaria que se trabaja
en los dos primeros semestres y que consta de seis asignaturas, las cuales son repre-
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
sentativas de cada uno de los programas educativos que se ofrecen en esta Facultad:
Bibliotecologa y ciencias de la informacin, Ciencias del Lenguaje, Educacin, Filosofa
y Humanidades, Historia y Estudios de Humanidades, Letras Mexicanas y Sociologa.
A partir del tercer semestre se inician las asignaturas del rea Profesional, que en
el caso de Historia se dividen en cinco lneas curriculares: la Histrica que abarca 16
asignaturas de contenido propiamente histrico (Historia de Mxico, Universal, Regio-
nal y de Asia); la de Humanidades que cuenta con ocho asignaturas; la Metodolgica
con tres; la Terica con cinco y la lnea de Optativas del rea Profesional que son
alrededor de 5 a 6 asignaturas dependiendo de los crditos que necesite el alumno.
Cabe aclarar que se cuenta con 15 opciones para elegir pero por el total de la matrcula
de alumnos del colegio, es la coordinacin la que determina las asignaturas opcionales
se ofrecen cada semestre, pues de lo contrario habra grupos de uno o dos alumnos, lo
que administrativamente no es posible.
En los ltimos semestres (noveno y dcimo) los alumnos tienen que elegir dos de
tres opciones: materias de investigacin, de docencia y/o de difusin, a las que se les
denomina optativas de acentuacin. Las asignaturas relacionadas con la docencia son:
Teoras del aprendizaje, Didctica de la historia, Taller de programacin didctica y
Filosofa de la Historia. De las cuales nicamente se han ofrecido las primeras dos a
aquellos estudiantes que las han solicitado.
Del plan de estudio vigente han egresado cinco generaciones con un total de 32
alumnos, de los cuales slo la ltima generacin eligi la opcin de docencia para los
semestres finales (11 alumnos). Eso significa que nicamente ellos llevan en su forma-
cin dos asignaturas relacionadas con la docencia que es, seguramente, en lo que van
a trabajar muchos de ellos, pues est demostrado que la mayora de los egresados se
han colocado como docentes en el nivel medio superior y superior y ltimamente hasta
en el nivel de secundaria.
Pero, qu se les ofrece en estas dos asignaturas? La primera de ellas, Teoras del
aprendizaje, tiene como objetivos que los alumnos conozcan las principales teoras
que sobre el aprendizaje se han desarrollado, para entender los procesos mentales que
lleva a cabo el ser humano para aprender; que tambin identifiquen que los individuos
no aprenden de igual manera sino que emplean diferentes estilos de aprendizaje y
que reconozcan que el xito de toda prctica docente requiere de un conocimiento de
los distintos factores que influyen en el proceso de aprendizaje de los alumnos.
En la segunda, Didctica de la Historia, se parte del anlisis de la situacin actual
de la enseanza de la Historia en Mxico y sus finalidades en los diferentes niveles
educativos. Se revisan los diversos mtodos para la enseanza de la Historia que propo-
nen los autores para estar en condiciones de identificar sus ventajas y dificultades. Se
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Lo que implica que el ser docente en estos niveles va a requerir, hoy ms que nunca,
de una formacin ms especializada, pues si bien el dominio de contenidos no es el
problema, los egresados si necesitarn de un nmero mayor de competencias didc-
ticas, las cuales no puede esperar a que la experiencia se las proporcione, como nos
sucedi a muchos de nosotros.
Como seala Pedro Morales Vallejo (2005) la tarea de los docentes ya no es ensear
sino ayudar a que los alumnos aprendan, facilitar ese aprendizaje y esto implica un
cambio en los procedimientos, creencias y actitudes de los profesores. Se tiene que
descartar la falsa idea de que cualquiera puede ensear Historia, pues est ms que
comprobado que eso no es cierto.
Juan Delval (1997) seala que las nociones sociales son el instrumento que tienen
los individuos para la comprensin de la sociedad. Sin embargo, las nociones que se
manejan en las ciencias sociales, incluida la historia, presentan una serie de dificultades
para su comprensin, tales como:
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Y por lo tanto, lograr que las nuevas generaciones cambien su opinin sobre esta
disciplina y reconozcan la funcin social que desempea la Historia y su enseanza para
la sociedad.
Referencias
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lescente. En Los nios, los adolescentes y el aprendizaje de la historia. Victoria Lerner
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Delval, Juan (1997). Crecer y pensar. La construccin del conocimiento en la escuela.
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FFyL (2005). Modelo Acadmico 2005. Propuesta de Diseo Curricular. Fundamenta-
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ense%C3%BLanzacentrada_3%20aprendizaje. pdf.
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Por qu evaluar la docencia?
Presentacin
Los cambios econmicos y polticos a nivel mundial, influyen en las formas de orga-
nizar y de concebir a la educacin, cada sociedad tiene el compromiso de atender los
nuevos retos que se le presentan; particularmente, los avances cientficos y tecnolgicos
requieren incorporase a los proceso de enseanza y de aprendizaje con el fin de formar
sujetos que tengan los conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan atender
los retos que se les presentan.
Uno de los propsitos de la educacin es el de contribuir al desarrollo de las
sociedades. Los principales actores que son los responsables de los procesos de forma-
cin son los docentes, de ah la importancia de evaluar su desempeo. En el caso de
educacin superior la evaluacin tiene que centrase en la docencia y en la investigacin.
El presente trabajo tiene la intencin de analizar y reflexionar sobre la prctica
docente en la Universidad Pedaggica Nacional, particularmente en la Lnea So-
cioeducativa de la Licenciatura en Pedagoga, a partir de los siguientes ejes: i) proce-
sos de evaluacin, actualizacin y formacin de la docencia, ii) algunas nociones que
sustentan el trabajo, iii) por qu evaluar, por qu evaluar, para qu y cmo evaluar,
iv) experiencia de la autoevaluacin de la lnea socioeducativa y v) algunas propuestas
de la lnea socioeducativa. Otro de los propsitos es el dejar un testimonio de nuestras
experiencias sobre la evaluacin docente y el de compartirlas con las dems lneas
y campos que conforman el programa educativo de Pedagoga y, con ello, ir cons-
truyendo una cultura de la evaluacin permanente y el de la bsqueda de la
profesionalizacin de la funcin docente.
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Educacin
Es un proceso entre alumnos y maestro para conocer, entender y explicar el contexto
en que se desarrolla. La educacin genera habilidades, actitudes y valores. Para ello, es
importante crear las condiciones de trabajo que permitan al proceso de enseanza apren-
dizaje y se realice en un ambiente respeto y compromiso.
La evaluacin de la docencia
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Prctica docente
Es una prctica social, que se realiza en momentos y condiciones determinadas, es parte
de lo educativo y social en donde se desarrolla. En ella intervienen diversos: actores
alumnos, maestros, autoridades, familia y factores econmicos, polticos, sociales y
culturales. Considero que todo ello se juega en el momento de realizar el proceso de
enseanza aprendizaje. Intervienen tambin elementos subjetivos de la prctica do-
cente. Lo cual hace difcil al evaluar, pero habr de tomar en cuenta el estudio de la
evaluacin docente.
Profesin
Se entiende como una unidad estructural de la actual sociedad moderna, condensa
procesos y elementos de la realidad social, poltica e ideolgica en las que se circuns-
cribe (Pacheco: 1997, p. 20). En la actualidad, la profesin o carrera es considerada
como un fenmeno sociocultural en el que interviene un conjunto de conocimientos y
habilidades, tradiciones, costumbres y prcticas que dependen del contexto econmi-
co, social y cultural en el que surge y se desarrolla una profesin u oficio (Pacheco:
1997, p. 24).
Las nociones anotadas permitirn dar una idea ms clara de lo que entendemos y
el sentido del documento.
EVALUACIN DE LA DOCENCIA
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
laboral y salarial; los elementos subjetivos y objetivos se hacen presente y nos condu-
cen a cierta inseguridad.
Porque la docencia es un hecho social y cultural y tiene que atender a las cambios
sociales, econmicos y polticos que estamos viviendo. Por tanto, habr que analizar
y reflexionar sobre el contexto en que se desarrolla.
Considero que el que uno reconozca que es necesario e importante tener un diag-
nstico de lo que hacemos como docentes, para detectar las fortalezas y debilidades de
nuestro trabajo educativo y poder tener mayores elementos para mejorar la docencia,
es decir, ser sujetos participativos de nuestra docencia. Esto requiere de una actividad
investigativa que contribuya a fundamentarla.
Qu evaluar?
Es importante ubicar desde un inicio qu queremos evaluar, algunos aspectos son los
siguientes: Cmo se realiza la docencia? Desde dnde se realiza?; los contenidos son
pertinentes; las estrategias de enseanza, (las utiliza o no, permiten el trabajo colabo-
rativo); la relacin maestro alumnos es respetuoso; recursos de apoyo a la docencia,
(pelculas, visitas a museos); es claro o no el docente en la explicacin de los contenidos;
las formas de evaluacin; la actitud ante tu profesin, conocer la visin de los alumnos
acerca de la prctica de sus profesores. Sin otra intencin ms que investigar sobre su
docencia a fin de mejorarla ya sea en los contenidos, en la bsqueda de otras formas de
enseanza, de mayores y mejores habilidades para realizar la funcin docente, etc. No se
pretende un control o sancin de otras instancias ni de vigilar aspectos administrativos.
Para qu evaluar?
Es para conocer que lo que hacemos con nuestras las prcticas educativas cumplen con
las lneas de formacin de la licenciatura en Pedagoga; por otra parte para conocer si
la prctica docente que llevamos a cabo, es til., necesaria y pertinente de acuerdo con
los objetivos de la propia licenciatura, de la Universidad y de la sociedad en general
Cmo evaluar?
Inicialmente, la evaluacin se tiene que realizar teniendo en consideracin el perfil de
egreso, los propsitos del currculum de la licenciatura y de la materia.
En este sentido, los propios docentes debern plantearse que quieren evaluar de su
prctica, que contribuyan con el cumplimiento de los aspectos anteriores, ellos mis-
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
mos debern elaborar las formas realizarlo, los instrumentos a aplicar y los tiempos de
aplicacin, determinando as qu aspectos y qu indicadores consideran pertinentes.
A partir de lo anterior, se debern crear espacios acadmicos que permitan
compartir las experiencias docentes, para ubicar sus fortalezas y debilidades en lo
individual y en colectivo, esta sera una forma de evaluarse entre pares y podra ser
entre lneas o campos.
Por otra parte, los alumnos deben evaluar el desempeo docente a partir de ele-
mentos generales, tales como: la organizacin de las clases (asistencia, puntualidad,
cumplimiento y actitudes, entre otros), la planeacin docente, el dominio y manejo de
los contenidos por parte del docente, las formas de enseanza, la utilizacin de recur-
sos didcticos y los criterios de evaluacin.
Es fundamental verse de manera crtica y reconocer los esfuerzos que mayora de
los docentes hacen cotidianamente. Lo que permitira reconocer aquellos elementos
que han sustentado nuestra prctica y procurar mejorarla.
Por ltimo, los procesos de evaluacin nos podran permitir construir procesos de
actualizacin y formacin, de manera sistemtica e institucional a travs de acciones o
programas que contribuyan a mejorar la prctica docente.
Socioeducativa
La lnea socioeducativa se ha planteado autoevaluar su docencia de los cursos: Historia
de la Educacin en Mxico, Aspectos Sociales de la Educacin y Educacin y Socie-
dad en Amrica Latina. Para ello, se dise y aplic un cuestionario a 7 grupos, como
una muestra del cuestionario para ver su factibilidad. Se pretende que la evaluacin se
realice cada semestre a todos los grupos de la lnea, en dos momentos a la mitad
y final de cada semestre. Para el semestre 2011, I II y 2012, I se ha realizado ya de
manera formal a todos los grupos de los cursos mencionados. Se est en el proceso de
captura por grupo y un concentrado de cada aplicacin.
En reuniones de trabajo se definen las actividades para cada semestre con el prop-
sito analizar el instrumento y los resultados obtenidos para continuar con el proceso de
evaluacin de la docencia en nuestra Lnea. Este proceso de evaluacin ha permitido
la actualizacin de los programas de los cursos que conforman la lnea socioeducativa.
Considero que del anlisis y la sistematizacin de los resultados de los cuestionarios
podramos tener elementos para realizar acciones para la actualizacin y formacin de
los docentes.
En el entendido de que no todos los profesores de la Lnea han participado de la
misma manera al trabajo ya sea por la formacin, por tener otras prioridades, falta de
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Conclusiones
Un componente fundamental de la prctica docentes la evaluacin, ya que nos
permite ubicar los procesos de aprendizaje en los alumnos y reflexionar sobre nuestra
enseanza. En educacin superior, particularmente en la UPN, la evaluacin docente
requiere analizarse desde su concepcin institucional hasta su operacin en cada lneas
y campos de las distintas licenciaturas que los conforman.
En este sentido, dentro de los principales comentarios con los que podemos concluir
destacan:
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Referencias
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Imagen.
828
La crisis de la racionalidad tcnica
o el nuevo oficio del historiador docente
Introduccin
Cuando en el siglo XIX la Historia se gan su lugar en la Universidad adquiri un
estatus de cientificidad no exento de debate producto de su adhesin a un proyecto
poltico que le concedi un lugar privilegiado en el proceso de integracin del Estado-
nacin al considerarla, en el marco de la interpretacin ciceroniana, como Magistra vitae.
Al asumir el papel de la Historia como maestra de la vida, el historiador profesional
se etiquet como garante de la memoria colectiva, asumi que su rol como agente
activo dentro de la sociedad era el de contribuir en la configuracin de una pretendida
identidad nacional que cohesionara a todos los sectores en torno a un nico proyecto
de nacin sea monrquico o republicano, federalista o centralista, liberal o conserva-
dor. En este sentido, el perfil del historiador-docente se deline en torno a una visin
y una misin homogeneizadora de la sociedad que deba reverenciar su pasado y
reconocerse en l sin distingos de clase, raza, regin o religin.
La nocin decimonnica de Historia como Magistra vitae tuvo y en buena medida
sigue teniendo amplias repercusiones en el proceso de formacin del historiador-
docente, pues al igual que ocurri con las profesiones surgidas en el contexto del po-
sitivismo comtiano, el perfil profesional del historiador se deline bajo un esquema de
formacin racional cientfico (Wallerstein, 1996) o racional tcnico (Schn, 1998) en el
cual la prctica profesional estara condicionada y delimitada por esquemas de ope-
racin mecanizados y estructurados de tal manera que la interpretacin, anlisis, crtica
y toma de decisiones en el actuar profesional se volvera autorreferencial, es decir, sin
cabida para el consenso multi y o transdisciplinario.
En esta atmsfera, los esquemas bajo los cuales se observaba a la realidad social
haban sido previamente determinados por una concepcin rgida del ejercicio profe-
sional teniendo como consecuencia que
Muchos profesionales, encerrados en una visin de s mismos como expertos tc-
nicos, no [encontraran] nada en el mundo de la prctica como motivo de reflexin.
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macin profesional con una marcada tendencia economicista, reduciendo a las Ciencias
Sociales como disciplinas anacrnicas y de poco futuro laboral.
Atendiendo a una nueva dinmica en los procesos de formacin profesional en
las universidades y aprovechando la coyuntura del naciente siglo XXI, la educacin
superior inici una serie de cambios y transformaciones en sus modelos de formacin
profesional, buscando tanto actualizarlos como redirigirlos hacia posturas ms abiertas
en el dilogo inter-multidisciplinario, enfrascndose en un primer momento en la cons-
truccin de un modelo educativo flexible y dialgico que termin por consolidarse en
el primer lustro del siglo XXI, siendo su principal caracterstica la configuracin de un
modelo de formacin por competencias fuertes, flexibles y en permanente innovacin
que den respuesta al desarrollo social en constante transicin, mutacin y renovacin
(Ayala, 2005, p. 453).
A partir de un reacomodo en los objetivos de formacin profesional, que en este
nuevo contexto pretende que las nuevas generaciones de historiadores estructuren
cognitivamente de manera disyuntiva cinco competencias genricas: investigar, promo-
ver aprendizajes, rescatar y conservar archivos, comunicar y gestionar (Ayala, 2005, p.
454), los procesos formativos en las licenciaturas en Historia buscaron abrirse paso en
un mundo globalizado y tecnificado en el cual, el conocimiento histrico-social pareca
diluirse, obligando al historiador del siglo XXI a reconocer que verdaderamente []
no se halla solo. [Por lo tanto deba] definir su lugar en este mundo. Cuando menos
est obligado a intentarlo, siempre consciente de que no es el nico con derecho a la
palabra Hartog (2003, p. 130).
Bajo estas condiciones de competencia profesional y laboral y a partir de un
ejercicio de anlisis de mercado y de reflexin autocrtica, dentro de las instituciones
formadoras de historiadores se plante un nuevo esquema curricular que condujera el
proceso de formacin del historiador hacia posibilidades ms reales de sobresalir en el
mundo contemporneo, centrando los objetivos de estos nuevos modelos de formacin
en lograr un perfil que le permitiera al historiador recin formado:
un amplio dominio de la historia en todas sus vertientes, que posean una cultura
polivalente y que adquieran conocimientos terico-prcticos y profesionales del trabajo
del historiador para la investigacin, la museografa y la administracin; que tengan
capacidad de anlisis y que sean crticos del pasado y del presente; que manejen m-
todos, tcnicas y las diversas fuentes historiogrficas, as como habilidades didcticas
para la enseanza de la historia [] (Chvez, 2005, pp. 5-6).
En el caso particular del historiador docente, la crtica se ha centrado en sealar que
contribuye poco a la aceptacin de la historia en las aulas, cuando hace a un lado la
formacin de sujetos crticos e involucrados con su realidad inmediata, cegado por su
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E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
La transicin curricular
Una revisin a los planes de estudio de algunas de las instituciones que en Mxi-
co ofertan la Licenciatura en Historia ms de treinta segn la ANUIES (2007), nos
confronta con un proceso de formacin del historiador que privilegia el desarrollo de
competencias para la investigacin, frente al desarrollo de habilidades docentes, cuan-
do en realidad:
Una de las actividades laborales que mayor peso tienen en el historiador es la do-
cencia, aunque para una buena parte de los profesionales de la Historia el ideal es des-
envolverse en el terreno de la investigacin histrica, imperando con ello las actitudes
de escaso inters y limitado convencimiento para asumir el rol de Historiador docente.
Por ello, la enseanza de la Historia est matizada de grandes retos que son necesarios
considerar para apostarle a su urgente fundamentacin y en el caso de la docencia su
correcta profesionalizacin. (Gmez y Gmez, 2009, p. 8).
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Universidad Autnoma Didctica Taller de enseanza de la Taller de manejo de fuentes I y II Teora y mto-
de Aguascalientes Historia dos de la Historia I y II
Taller de investigacin I, II y III
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Comunicacin, patri-
monio cultural y ense-
anza
Lenguajes para trans-
mitir el conocimiento
histrico
Didctica de la historia
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Ser capaz de investigar, insertarse en el paradigma del aprendizaje con el manejo de los
recursos didcticos y tcnicos innovadores, as como capaz de retroalimentar sus propios
procedimientos. Esta capacidad le permite no solo apropiarse permanentemente de
nuevos conocimientos sino tambin de ser capaz de transmitir su actividad como docente,
esta misma capacidad. (Universidad Autnoma del Estado de Mxico, 2010, s/p).
Los egresados de la Licenciatura en Historia que opten por esta Lnea Terminal, tendrn
el perfil profesional para atender este importante sector laboral, con efectos multiplicado-
res en el mbito educativo general.
[] tendr las herramientas tericas y metodolgicas necesarias para participar en
diversos mbitos educativos: trabajo frente a grupo, servicios educativos en museos y
elaboracin de materiales educativos entre otros. Podr realizar su labor profesional con
fundamento en el conocimiento del contexto en el que incidir (Universidad Autnoma de
Quertaro, 2010).
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La disciplina histrica no tiene como objetivo celebrar tal o cual memoria particular ni
resucitar lo que sucedi, sino hacer comprender, en toda su complejidad, las relacio-
nes que unen o dirigen a los hombres y a las mujeres, a los diversos grupos sociales, a
los gobernantes y a los gobernados, sin disimular ninguna de sus asperezas. Al mismo
tiempo, la historia mantiene una funcin cvica irremplazable en nuestras sociedades de-
mocrticas. Nada puede impedir a cada generacin el acto que la hace recibir un pasado
heredado y alterarlo a su vez en funcin de las exigencias del presente (Boutier y Julia en
Morales, 2005, p. 201).
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del pas, como es el caso de la Universidad Veracruzana que seala como una de las
metas del historiador docente: [] la recuperacin del conocimiento histrico desde
una perspectiva crtica, propiciando que sus alumnos conozcan, analicen los aconteci-
mientos pretritos y construyan una idea propia respecto de su historia individual y
social (Universidad Veracruzana, 2006, s/p).
Conclusin
Esta nueva condicin polifactica del oficio (ensear historia e historiar) se refuerza
cuando recurrimos a las propuestas de formacin del historiador que se hacen en
los planes y programas de estudio de las diversas licenciaturas en Historia analizadas
con anterioridad, las cuales definen claramente espacios de intervencin profesional en
centros de investigacin y educativos, museos, archivos, organismos pblicos y priva-
dos, desde donde el historiador profesional dirige su prctica en el nimo de lograr
un mejor posicionamiento de la Historia y el conocimiento histrico hacia un pblico
mayor, con claros matices divulgativos en diversos escenarios dentro de los cuales ubi-
camos, desde luego, como una de los espacios de intervencin ms recurrentes, el
contexto de un saln de clases.
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841
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
842
La centralidad de la lecto-escritura
en el desarrollo del aprendizaje
de la investigacin para la formacin
de historiadores en la educacin superior
Marco Velzquez*
y Jos Carlos Blzquez**
Como lo seal desde hace ms de tres dcadas el lingista ingls Michael Halliday, el
conjunto de cambios que se han producido en el mundo generan condiciones y contex-
tos nuevos para que funcione el lenguaje escrito. Se trata de un entorno diferentey
relativamente distante de aquel en el que la mayora de nosotros aprendimos a leer
yescribir, por ello es preciso estar preparados para volver a apreciar el significado de la
lectura y la escritura en un mundo en el que los medios masivos de comunicacin, en
especial la expansin del Internet marcan los nuevos tiempos. Halliday apunta:
[] Pero nada de eso destruye la necesidad de leer y escribir, antes bien crea nuevos
contextos para la lectura y la escritura, con nuevas dimensiones de significado. El anal-
fabetismo sigue siendo una forma de esclavitud: porque nuestras exigencias totales al
lenguaje, tanto hablado como escrito, siguen en aumento (Halliday, 1982, p. 268).
* Profesor investigador titular y decano del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofa y Letras,
Benemrita Universidad Autnoma de Puebla.
** Profesor investigador titular del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofa y Letras, Benemrita
Universidad Autnoma de Puebla.
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del recuerdo (derechos de vida, de justicia, de subjetividad). Pensar que podra darse
un entendimiento fcil entre estas perspectivas sobre el pasado es un deseo o un lugar
comn (2005, p. 9). Escribir es siempre una experiencia presente que evoca (o implica)
experiencias del pasado. Las formas que revista, ya sean descripciones, reflexiones o
argumentaciones, son siempre resultado de una evaluacin no siempre consciente de la
experiencia de la lectura y la escritura misma: la escritura que hace al escritor; tambin
debe hacer al historiador, aunque sus objetivos sean distintos. En palabras de Sarlo:
Proponerse no recordar es como proponerse no percibir un olor, porque el recuer-
do, como el olor, asalta, incluso cuando no es convocado. Llegado de no se sabe
dnde, el recuerdo no permite que se lo desplace; por el contrario, obliga a una
persecucin, ya que nunca est completo. El recuerdo insiste porque, en un punto,
es soberano e incontrolable (en todos los sentidos de esa palabra). El pasado, para
decirlo de algn modo, se hace presente (2005, p. 10).
Y en relacin a la experiencia misma:
846
E j e T e m t i c o : F o r m ac i n d o c e n t e
acuerdo al caso, y se supone que tendra que mejorar su redaccin. sta es una de las
tareas que consume ms tiempo y esfuerzos del profesor.
La autora apunta la estimacin siguiente para los Estados Unidos, necesariamente
sui generis: cada maestro dedica de 20 a 40 minutos para comentar cada uno de los
ocho escritos que hace cada uno de los 20 alumnos del curso durante un semestre.1
Sin duda, la suma final de minutos es terrorfica inclusive en el contexto americano; es
necesario reflexionar lo anterior para el mbito de la educacin superior en Mxico
donde los grupos escolares superan, con mucho, la media de 20 alumnos.
En previsin, o mejor decir, en un intento de corregir este despropsito, Cassany
apunta: creo que habra que reducir notablemente el tiempo de dedicacin a
cada escrito y quizs tambin el nmero de trabajos corregidos (pero aumentar la ratio
de alumnos por clase!) (Cassany, 2002 p. 11).
La verdad de la historia es nima della (sic),2 como la racional informa, acta y perfi-
ciona el cuerpo del hombre y en tanto lo es, quanto la tiene, que en faltndole muda
especie passa al ser de cadauer, ass la historia (1611, p. 47).
1 Hagamos cuentas: 20 alumnos y ocho trabajos cada uno hacen un total de 160 trabajos de, diga-
mos,15 pginas cada uno; si suponemos una media de 30 minutos por cada trabajo tendramos al
final de un curso escolar, 4 mil 800 minutos empleados en esa lectura, la lectura de 2 mil 400 pginas;
es decir, de 80 horas que habra que aadir a las horas-clase.
2 El texto presenta ortografa del espaol distinta a la actual, las citas a esta obra respetarn la escritura
del documento original de 1611 tal y como est recuperado en la edicin de 1948; de aqu en adelante
se omitir sealar los errores de ste.
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La figura de la historia sea tambin auenida con la materia y buscada para sus
menesteres y fines, que de cualquiera otra cosa fuera superflua o ambiciosa. La entereza
de las partes tan caual y tan hermanas entre s, que ninguna se quexe ni agrauie auerse
descuidado, para que no resulte hermosura grande en todo el cuerpo de la obra. La
narracin en este cuerpo, exposicin como juicio, ornamento y prudencia, de las cosas
que, el tiempo en qu, el lugar dnde, el modo cmo y la causa porqu (1611, p. 76).
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850
Eje Temtico:
Historia de la enseanza
de la historia
851
La enseanza de la historia en secundaria1
Introduccin
Las propuestas curriculares en general se realizaron por necesidades del Estado y de
su insercin en el contexto mundial, por ejemplo la poltica neoliberal y la globaliza-
cin del siglo XXI hicieron que el sistema educativo mexicano se adaptara a estas
circunstancias y no necesariamente a las necesidades de los alumnos o de la poblacin,
en otras palabras el ciudadano sigue determinado por el Estado, la formacin por la
sociedad y la educacin por la economa. La diferencia entre Foucault, Durkheim y
Marx es que el primero ve en la poltica, el segundo en la sociologa y el tercero en la
economa la base de la organizacin social. As el ciudadano, la educacin y la historia
estn condicionados por la poltica, la sociologa y la economa.
La enseanza de la historia en educacin bsica es impuesta por el Estado, en este
caso por la federacin, a travs de la Secretara de Educacin Pblica (SEP). Las enti-
dades federativas, se ven limitadas para proponer programas de estudio, a lo ms que
llegan es a legitimar las propuestas de reformas en los contenidos, realizando algn
foro para que los profesores, alumnos e investigadores hagan propuestas que en su
mayora no son tomadas en cuenta por la SEP, ya que solo son fragmentos de un plan
estructural.
En este marco, las ltimas reformas de la educacin bsica fueron realizadas en su
momento por los gobiernos priistas de Luis Echeverra lvarez y Carlos Salinas de Gortari
y panistas de Vicente Fox Quezada y Felipe Caldern Hinojosa, con el visto bueno de Car-
los Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo Morales lderes en su momento del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educacin (SNTE). Los programas de poltica educativa
fueron intitulados: Educacin para Todos, Acuerdo Nacional para la Modernizacin de
la Educacin Bsica (ANMEB) y Alianza por la Calidad de la Educacin (ACE). Esta ltima
con menor legitimidad poltica, pero con mayor impacto social y econmico, prueba de
ello son los nuevos lineamientos de Carrera Magisterial, donde se piensa que la evalua-
cin es la clave para la mejora educativa, ya que el aprovechamiento de los alumnos
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
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Snchez, Francisco Garca Salinas y Pablo de la Llave; en los segundos, los impulsados
por Lucas Alamn, Valentn Gmez Faras, Manuel Baranda y Teodosio Lares. En estos
proyectos se consolid la enseanza del castellano y el latn en secundaria, se adiciona-
ron el francs, ingls y alemn, as como el dibujo y la msica, pero la historia no apa-
reci como materia, slo en el proyecto de Lares se contemplaba la historia del Antiguo
Testamento, Historia Antigua, Edad Media, Historia Moderna y Particular de Mxico,
sin duda el mejor plan del siglo XIX, desechado por pertenecer al ministro de justicia
e instruccin pblica en los gobiernos de Santa Anna, Miguel Miramn y Maximiliano
de Habsburgo.
Con el triunfo de la Repblica Federal destaca el plan elaborado por Martnez de
Castro, bajo el visto bueno de Benito Jurez; en esa llamada Repblica Restaurada
y durante el Porfiriato la historia, conjuntamente con otras asignaturas como la moral
y la lengua, se convirti en un instrumento de unidad nacional, a travs de los planes
de Gabino Barreda y Justo Sierra. Una segunda mitad del siglo XIX, en la cual se dio
inicio a la instruccin secundaria de la mujer; se cre la Escuela Preparatoria, en la que
se inclua la secundaria, en donde de las 34 materias que priorizaban la enseanza
positiva de las ciencias y las matemticas, se incluan 2 de historia, una general y la
otra nacional, que trataron de mostrar slo lo que realmente haba acaecido, dejando
de lado cualquier interpretacin, as fueron creados los hroes de la historia de bronce:
Hidalgo y Jurez (Barreda, 1997, pp. 37-38). Se elimin la formacin de latinistas y
telogos por el Estado, se continu con la de abogados y mdicos, pero se sumaron
las de agricultores, veterinarios, ingenieros, comerciantes, mineros, militares, msicos
y artistas.
El proyecto revolucionario identific a la historia como una justificacin para la pro-
yeccin de un pas justo y democrtico; pero ni los planes educativos populares
de Vasconcelos, tcnicos de Bassols ni nacionalistas de Torres Bodet lograron consolidar
los ideales de la Revolucin. La secundaria se separ de la preparatoria, el plan de es-
tudios contempl, ya no slo las lenguas sino tambin las ciencias y las tecnologas;
la historia general y la historia de Mxico se impartieron en tercer grado con 3
horas cada una (Lazarn, 2008, p. 256), incluso en ocasiones se le asignaron tres horas
adicionales para actividades, con esta idea de hacer prctica la enseanza. En la historia
socialista se pretendi buscar la explicacin de la gnesis y de las transformaciones
sociales a travs de la lucha de clases. En la etapa nacional la historia se vio como
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
conflictiva que hasta entonces se mantena en los textos en uso, subrayando la idea de
que el proceso histrico mexicano era de integracin de la nacionalidad (Greaves, C.,
2008, p. 370).
La enseanza de la historia pas a formar parte del rea de ciencias sociales, pero el
debate fue permanente, sobre si se debera de ensear historia como asignatura con
sus particularidades o si se debera de incluir en el rea de las ciencias sociales con el ar-
gumento de la integracin de contenidos con civismo y geografa, fue un ir venir entre
asignaturas y reas, tensin acadmica que perdur en los programas contemporneos.
La crisis se evidenci con los proyectos durante los gobiernos de Echeverra, Salinas,
Fox y Caldern, aunque se deben reconocer los logros en la ampliacin de la cobertura
y el aumento de materiales educativos y las tecnologas para la enseanza de la histo-
ria. A pesar de su obligatoriedad constitucional y de su ampliacin en la cobertura por
los nuevos servicios de la secundarias generales, tcnicas, telesecundarias, secun-
darias comunitaria del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) e incluso del
Instituto Nacional de Educacin para Adultos (INEA), los problemas fueron otros como
la calidad y la equidad. As los proyectos Educacin para Todos, Acuerdo para la
Modernizacin de la Educacin y la Alianza por la Calidad, se enfocaron a la enseanza
de la historia para la ciudadana, el mercado y la globalizacin, embarnizndola con
conceptos de inclusin, equidad, democracia, seguridad y ecologa.
El reto para el nuevo Plan de Estudios 2011 es que la historia deje de ser una
materia de segunda y se valore su formacin terica mediante la adquisicin de cono-
cimientos que permiten hacer operaciones mentales para actuar de la mejor manera
posible dentro de un circunstancial grupo econmico y cultural. La enseanza de la
historia no inicia en la secundaria. Cabe ver en general qu se ensea en preescolar
y primaria para comprender qu se ensea en Educacin Bsica, donde se incluye la
secundaria.
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
As mismo, tiene como propsito, entre otros, que el nio y la nia establezcan rela-
ciones entre el presente y el pasado de su familia y comunidad, a travs de objetos,
situaciones cotidianas y prcticas culturales. Esta competencia se favorece cuando el
nio y la nia indagan acerca de su historia personal y familiar; obtienen informacin
con adultos de su comunidad acerca de cmo vivan y qu hacan cuando eran nios y
nias; comparten ancdotas de su historia personal, a partir de lo que les cuentan sus
familiares con el apoyo de fotografas y diarios personales o familiares; obtienen, regis-
tran y explican la informacin acerca de cmo vivan los adultos de su comunidad, qu
hacan cuando eran nios y nias, cmo eran las calle, el barrio, la colonia, el pueblo;
identifican y explican los cambios en las formas de vida de sus padres y abuelos a
partir de objetos de uso cotidiano como utensilios domsticos, herramientas, tcnicas
de trabajo, medios de transporte y comunicacin, y del conocimiento de costumbres
como juegos, vestimenta, festividades y alimentacin; e imaginan su futuro y expresan
sus ideas sobre lo que le gustara ser y hacer como miembros de la sociedad (Acuerdo
Nmero 592, 2011, p. 113). Pero esta enseanza se ve limitada porque los docentes
imparten otras asignaturas, adems realizan otras actividades administrativas en un
corto horario matutino o vespertino y varios preescolares no cuentan con el personal
ni infraestructura suficientes, por lo cual es difcil que los alumnos cuenten con las
nociones mnimas para comprender el tiempo, el espacio y la trama histrica, pero
al menos son los primeros intentos.
La enseanza de la historia en la educacin primaria inicia en tercer grado con
contenidos de geografa e historia, donde la idea para los alumnos es que fortalezcan
...su sentido de pertenencia, su identidad local, regional y nacional, reconozcan las
condiciones naturales, sociales, culturales, econmicas y polticas que caracterizan la
entidad donde viven, y cmo han cambiado a partir de las relaciones que los seres
humanos establecieron en su medio a lo largo del tiempo. Lo anterior contribuye a su
formacin como ciudadanos para que participen de manera informada en la valoracin
y el cuidado del medio ambiente, del patrimonio natural y cultural, as como en la
prevencin de desastres naturales (Plan de Estudios, 2011, p. 55).
En concreto, se trata de ubicar a cada entidad federativa en el Mundo; sus aspectos
fsicos y humanos; el estudio de su pasado, presente y futuro; y una introduccin
al estudio del pasado desde los pueblos indgenas hasta el inicio del siglo XXI (Garca,
1994, p. 159).
Ahora, con el Plan de Estudios 2011, los alumnos de primaria estudian la historia
de Mxico en cuarto y quinto grados, y en sexto la historia universal hasta el siglo
XVI. En cuarto grado estudian del poblamiento de Amrica al inicio de la agricultura,
Mesoamrica, el encuentro de Amrica y Europa, el virreinato de la Nueva Espaa y el
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Historia en secundaria
En el caso de la secundaria2, la historia se divide para su estudio en dos ciclos, que se
imparten en segundo y tercer grados, respectivamente: la Historia del Mundo y la
Historia de Mxico. Tiene como propsito general, desarrollar
Ambas, inician con una introduccin, sobre las nociones y recursos para el aprendizaje
de la historia, entre los cuales destacan la relacin con otras asignaturas, el trabajo in-
dividual o en equipo (parejas, equipo y/o grupo), glosarios, audiotextos, libros, discos
compactos, internet y programas de televisin (Telesecundaria, 2011, s/p).
Las competencias a desarrollar son la comprensin del tiempo y el espacio histri-
cos, el manejo de la informacin histrica y la formacin de una conciencia histrica
para la convivencia (Acuerdo Nmero 592, 2011, pp. 570-579).
En el Plan de Estudios 2011, en el segundo grado los adolescentes estudian la ubi-
cacin temporal y espacial del mundo moderno y el surgimiento del proceso de inte-
gracin del mundo; las transformaciones de la industria, revoluciones y difusin del
2 Existe una asignatura estatal para primer grado, en donde se tienen cuatro opciones de campos tem-
ticos, uno de ellos es historia, geografa y/o patrimonio cultural de la entidad. Con el Plan de Estudios
2011, an no se definen los contenidos para cada entidad federativa.
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Conclusiones
En general parece que la reforma de la educacin secundaria tericamente est bien
planteada. Los contenidos abarcan la historia universal y nacional, dejando marco
para la inclusin de contenidos regionales en las signaturas optativas, al menos en
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Referencias
Libros
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Garca, F. (1994). Zacatecas. Historia y geografa. Tercer grado. DF, Mxico: SEP.
Greaves, C. (2008). La segunda enseanza en el proyecto de industrializacin
(1940-1965) en A. Arredondo (coord.), Entre la primaria y la universidad, la educacin
de la juventud en la historia de Mxico (pp. 367-380). DF, Mxico: UPN/Santillana.
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Hemerogrficas
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Fuentes electrnicas
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Generales: 77 p. Recuperado el 25 de junio de 2012 de http://www.sep.gob.mx/work/
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Recuperado el 29 de octubre de 2008 de http://www.filosofia.org/mfa/fae814a.htm
Otras fuentes
Archivo Histrico del Estado de Zacatecas (AHEZ) Archivo General de la Nacin de Mxi-
co (AGN) Biblioteca Nattie Lee Benson de Austin, Texas (BNLB).
860
La historia y su escritura segn Jos de Urcullu
(un joven liberal espaol)
ron huir y se instalaron en varias partes de Europa. Las circunstancias histricas convirtieron a Londres en
centro intelectual de Espaa y aun de Hispanoamrica (Llorns, 1954; Varela Suanzes, 1995).
2 Los sitios de Zaragoza, especialmente el segundo, constituyen un hito en la guerra de Independencia
espaola por la sangrienta resistencia que dieron los zaragozanos a las fuerzas invasoras al mando de
Napolen Bonaparte (Aymes, 1986).
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
esta consideracin es que tomo ambas obras como punto de partida para la presente
disertacin.
De Jos de Urcullu se desconoce la fecha exacta de su nacimiento pero se data en
Bilbao alrededor de 1800 y su muerte se registra el 8 de junio de 1852 en Lisboa,
Portugal. La ascendencia inglesa de su esposa, Margarida Allen, presumiblemente hija
de Joo Francisco Allen prspero descendiente de una familia de comerciantes ingle-
ses establecida en Portugal en 1718, favoreci su llegada y permanencia en Londres,
que desde la dcada anterior tras la invasin napolenica en 1808 a Espaa y los con-
secuentes movimientos polticos y sociales desarrollados en ambos lados del Atlntico,
se convirti en el lugar de encuentro de exiliados liberales tanto espaoles como his-
panoamericanos.3 Es factible que Urcullu haya realizado estudios superiores, o por lo
menos, debi haber recibido una instruccin muy esmerada del grupo de destacados
exiliados al que se integro, lo que le permiti tener acceso a la obra de los enciclope-
distas y de los autores en boga en la Europa de finales del siglo XVIII e inicios XIX. Jos
de Urcullu regres a la Pennsula Ibrica en 1834, pero se estableci en el Portugal de
Pedro I cuyo elogio pstumo redact en donde permaneci hasta 1851. Aunque no
se cuenta con mayor informacin sobre su vida en este periodo, puede afirmarse que
al final de su vida fue director del Colegio de Enseanza de Vizcaya, situado en Bilbao,
como se puede corroborar por un documento titulado Prospecto del Instituto Colegio
de Vizcaya de 1851 y por el Discurso inaugural pronunciado en la solemne apertura del
Colegio General de Vizcaya del ao 1852, publicando por la imprenta Delmas.
El contacto con el grupo de exiliados ilustres que encabezaba el espaol liberal Jos
Mara Blanco White,4 favoreci que el joven Urcullu aprovechara sus conocimientos
y adquiriera el dominio de la lengua inglesa. Durante su estada en Londres, al igual
que otros inmigrantes, se ocup impartiendo clases de espaol y posteriormente en
la traduccin de obras escritas en ingls y francs (Llorns, 1954). Actividades ambas
que sin duda contribuyeron a despertarle el inters por la educacin y descubrirle
su vocacin por la enseanza. Se puede acreditar que tuvo en su haber diversas pu-
blicaciones, entre otras escribi una serie de catecismos editados por Ackermann de
3 Entre los americanos residentes en Londres, que posteriormente tendran un papel relevante ya fuera
en la lucha por la independencia de sus pases de origen o en la organizacin de sus gobiernos eman-
cipados, destacan: Francisco Miranda, Simn Bolvar, Andrs Bello y Servando Teresa de Mier, por citar
slo algunos.
4 Blanco Withe contribuy a la formacin de la opinin pblica entre la comunidad espaola en
el extranjero y en la pennsula. A travs del Seminario Patritico (Sevilla, 1809) y El Espaol (Londres
1810-1814), influy en la maduracin de ideas autonomistas e independentistas entre los americanos
exiliados (Claps Arenas, 2005).
862
E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
diferentes materias.5 Algunos de sus libros fueron utilizados como libros de texto en
Espaa y diferentes pases de Amrica, incluido Mxico.6 Entre los catecismos se distin-
guen: Catecismo de Aritmtica Comercial; Catecismo de Geometra; Catecismo de Retrica y
Catecismo de Historia Natural, publicados por vez primera en Londres entre 1825 y 1826.
Posiblemente tambin escribi (o colabor en la composicin) de tres catecismos hasta
hoy considerados annimos: Historia Romana; Historia Griega; e Historia De los Imperios
Antiguos (Romano, 2009), mismos que refrendan su especial inters por la enseanza
de la Historia ya expresado en su texto de 1820. Su libro Lecciones de moral, virtud y
urbanidad, se convirti en obra referente para la educacin moral de nios y nias en el
siglo XIX y es un claro antecedente del celebre Manual de urbanidad y buenas maneras...
de Manuel Antonio Carreo, despachado originalmente por entregas en 1853.7
Cmo finalmente se podr advertir, su Relacin histrica de los acontecimientos mas
principales ocurridos en La Corua, y en otros puntos de Galicia..., publicada por la Impren-
ta de Iguereta en 1820, permite apreciar su forma de pensar sobre el conocimiento
dado por la historia, el trabajo del historiador, la escritura de la historia y la verdad
en la historia, en resumen, invita a reflexionar en torno al por qu y para qu de
la historia. La serie de reflexiones que de su lectura se desprenden, vuelven este do-
cumento un sugestivo material para propiciar la discusin sobre estos temas entre
aquellos interesados en el estudio de la historia y por ende en su enseanza y difu-
sin. Su valor, desde esta perspectiva no radica en el rigor historiogrfico de los hechos
narrados, sino en sus posibilidades como texto inspirador para introducir al alumno
en conocimientos sobre el objeto de estudio de la historia, el oficio del historiador,
corrientes historiogrficas, entre otros aspectos, segn el nivel de que se trate; ya sea
entre alumnos de educacin bsica o futuros profesionales de la historia o su docencia.
Desglosar entonces algunos fragmentos del prlogo de esta obra a fin de despuntar
los conceptos del autor sobre las cuestiones ya sealadas, asimismo, con el objetivo de
5 El concepto de catecismo proviene del latn catechismus, que significa instruir, que a su vez proviene
del griego kateechismo, que puede traducirse como compendio sobre alguna rama del conocimiento, y
de katecheo, que de manera ms especfica significa instruir por un sistema de preguntas y respuestas.
(Arredondo, 1999).
6 El alemn Rudolph Ackermann desde Londres dirigi una empresa editorial que logr colocar sus pu-
blicaciones en varias partes del mundo. En Mxico, su hijo Jorge y Juan Enrique Dick establecieron una
librera, ubicada frente a la Profesa, para vender tratados, manuales, cartillas, y obras de diversa ndole
(Tank, 1993, p. 79, cita a Carlos Mara de Bustamante).
7 La primera impresin de Lecciones de moral, virtud y urbanidad data de 1826, es una edicin londinen-
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
I
Al despuntar el siglo XIX, adems del sacerdocio, la carrera militar y la de leyes eran
las dos profesiones de mayor reconocimiento. Urcullu tiene en especial distincin la
carrera militar por los servicios prestados a la patria, as apunta:
El ciudadano9 que hace espensas suyas alguna obra pblica, como un camino real,
un canal, etc. funda un hospital, una casa de educacion, etc., da pruebas de su amor
la patria.
Finalmente el militar es el que mas hace, y quien regularmente se agradece
menos, pues se expone perder la vida por la conservacin de las leyes de su pas, y
por librar a sus conciudadanos de la esclavitud extranjera. (Urcullu, 1856, pp. 112-113)
En estas palabras puede constatarse la importancia adjudicada a las leyes y su
defensa a ultranza. El Estado de derecho como la oposicin misma a los poderes ab-
solutos del monarca, propios del Antiguo Rgimen; el Estado limitado frente al Estado
Absoluto. Los militares como legitima fuerza pblica- constituyen la salvaguarda del
Estado de derecho, tanto al interior como al exterior ante posibles intervenciones por
parte de otros Estados.
En este pasaje se distingue que Urcullu enuncia en trminos del pas y no del reino,
habla, adems, del ciudadano y no del sbdito, de los deberes del ciudadano defini-
dos, conforme al citado libro, por la moral, la virtud y la urbanidad. Es la formacin
de los ciudadanos en ltima instancia, lo que viene a significar la accin educativa
como prioritaria, como la piedra angular en el desarrollo de las naciones. Las expre-
siones tomadas del pasaje antes referido, dan cuenta tambin del momento histrico
marcado por la intervencin francesa en Espaa y la guerra librada por espaoles
contra las fuerzas militares de Napolen Bonaparte, as como de las guerras desatadas
por las antiguas colonias en bsqueda de su independencia. Guerras, todas ellas, cuya
historia servir de slido componente integrador en la creacin narrativa de la Historia
Patria de las nuevas naciones.
8 En la transcripcin que aqu se realiza de las obras de Jos de Urcullu, se conservan la sintaxis y orto-
grafa originales.
9 El trmino ciudadano refleja el carcter aspiracional del libro Lecciones de moral, virtud y urbanidad.
Empleado para distinguir al hombre del antes sbdito en el Antiguo Rgimen, no expresa, por tanto,
la condicin jurdica del individuo sujeto de derechos y obligaciones legales (entre ellos el de votar y
ser votado).
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Las grandes empresas, que tienen por objeto la felicidad de toda una nacin, aun cuando
se malogren, no deben pasarse en silencio. La verdad es la que ha de guiar la pluma
del escritor para que los hechos pasen fielmente las generaciones venideras, no dando
lugar que la relacion de padres a hijos los pinte de diverso modo. Por la historia
conocemos lo que son los hombres, los gobiernos, los imperios y las revoluciones. All
encontramos egemplos de virtud y patriotismo que imitar, consejos que seguir, errores
que temer y crmenes que detestar (Urcullu, 1820, p. III).
En este prrafo Urcullu habla del escritor porque la historia por principio es una narra-
cin, un relato perfectamente escrito. Pero no es la sola demostracin de una magistral
retrica, cumple con un cometido: Aleccionar sobre la vida, sobre las sociedades del
pasado. La historia brinda un conocimiento sobre la naturaleza humana que se mani-
fiesta en las formas de gobierno, en las revoluciones, en los actos ms viles o de mayor
nobleza. Existe una firme pretensin de encontrar respuestas hurgando en el pasado,
hay un sentido de lo til de la historia signado por el buen vivir. La felicidad se con-
vierte en la aspiracin suprema, es la promesa que trajo consigo la modernidad y su
incesante bsqueda encuentra en la verdad uno de sus principales asideros. La verdad
debe guiar al historiador, es la condicin que permite asegurar que el recuento de los
hechos pasados sea un legitimo conocimiento, que constituya en s mismo, una fuente
de enseanzas. Es por el registro fiel de los hechos ocurridos, que se evita que stos
sean transmitidos a las futuras generaciones de forma tergiversada; tcitamente se sos-
tiene que hay una sola verdad. El conocimiento del pasado cobra sentido y se vuelve
relevante por el futuro; existe un compromiso para con los hombres del maana, el
pasado es un legado que a manera de estafeta se transmite de padres a hijos, de
una generacin a otra. La historia, as, se presenta como la gran maestra; ofrece leccio-
nes a travs de ejemplos, brinda consejos y advertencias por los errores cometidos por
jefes revolucionarios, gobernantes y personajes cuyas acciones resulten decisivas en el
devenir de las naciones en una concepcin universal de la Historia, en el desarrollo
de la civilizacin misma.
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Urcullu se muestra tambin como el hombre romntico que es. Cada una de sus
expresiones esta marcada por el romanticismo propio de la poca.10 En su argumen-
tacin, habla de una serie de emociones que el conocimiento de los hechos pasados
por si slo debe provocar. Es la provocacin de simpatas o antipatas el recurso por el
cual el historiador primero, y el maestro despus, llevan a los estudiosos de la Historia
a identificarse con determinadas posiciones polticas e ideolgicas, a justificar deter-
minadas acciones y legitimar cierto ordenamiento de las sociedades.
Quin no se llenar de indignacion al oir esas guerras tan crueles como ridculas,
llamadas de religion, la horrorosa catstrofe del dia de S. Bartolom, las atrocidades
de algunos Espaoles en Amrica, de los Ingleses en la India, del tribunal de la Inqui-
sicion en varias partes de Europa, la perfidia de algunos Espaoles en el ao de 1814,
y los horrorosos delitos que otros aun mas perversos han cometido este ao en Cadiz?
(Urcullu, 1820, p. III).
Se requiere saber, s, pero tambin sentir. La razn gua, pero es el sentimiento
lo que aviva, lo que da el impulso para actuar. Debe brotar la indignacin, la compa-
sin, la admiracin, los sentimientos que inspiran al hombre a trascender. Hay en esto
una valoracin de los hechos por parte del historiador que se manifiesta no slo en la
retrica en la manera efectiva de relatar los acontecimientos, sino en la seleccin
de stos, su jerarquizacin e interpretacin. Urcullu denota en sujetos vanagloriados,
prceres y eminentes personificaciones del amor patrio, una serie de virtudes que los
hacen grandes y dignos de emular: el amor al prjimo, la generosidad, la firmeza de ca-
rcter, la tenacidad, el arrojo, el entusiasmo; un compendio de virtudes que distinguen
la grandeza de alma. Grandeza que slo puede darse en libertad.
A quin no mover lstima la muerte de Scrates, el destierro de Aristides, el trgi-
co fin de Padilla, de Acua, [...] de otros innumerables Espaoles perseguidos sin piedad,
porque sus grandes almas no haban nacido para ser esclavizadas?Quin no se inflamar
al saber el ardiente amor la libertad de los Esparciatas, el noble teson del Senado Roma-
no, el rasgo generoso de Scipion en Cartagena, el valor indmito de los Cntabros, el fo-
goso entusiasmo de los antiguos Celtas, la heroyca resolucion del suizo Guillermo Tello, el
arrojo de un Pelayo, el generoso desprendimiento de un Wasinthong, la intrepidez de los
desgraciados Daoiz y Velarde, y finalmente el feliz alzamiento del Egrcito Expedicionario
de la Isla de S. Fernando y de las tropas y pueblo de Galicia? (Urcullu, 1820, pp. III-IV).
sentimiento desdeado por la consagracin de la razn, configura una forma de entender la vida
apelando a lo excelso de lo humano; el hombre que concilia pensamiento y sentimiento es romntica-
mente moderno (Picard, 1947).
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Mas como el historiador no puede haber visto todos los acontecimientos, ni hallarse en
todos los puntos, es preciso que se valga de lo que otros han visto o escrito, y l toca
examinar con nimio cuidado si lo que otros refieren escriben es falso verdadero,
probable inverosimil, obscuro exagerado para formar despues la grande obra que
deber pasar los siglos venideros (Urcullu, 1820, p. IV).
11 Se advierte cierta identificacin intelectual con historiadores reconocidos en la poca como maes-
tros. Historia de la guerra del Peloponeso de Tucdides (c.460-c.400 a.C.) debi ser un referente dada la
preocupacin, que ste dice tener, por la exactitud de los testimonios recabados para escribir su relato.
(Fontana, 1999)
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La falsedad recae en lo poco creble por exagerado, por distorsionado. Urcullu pa-
rece decirnos que el historiador, limitado por su propia condicin humana, debe ser
desconfiado por naturaleza, recurrir a diversas fuentes y ser estricto en su examen. En
la explicacin que realiza manifiesta su preocupacin por la validez de los testimonios,
al historiador se le exige rigor en la revisin y seleccin de sus fuentes. Su labor requiere
disciplina, requiere un mtodo, actuar de acuerdo a un plan de trabajo. Por la comple-
jidad del trabajo del historiador y el celo que requiere, es que Urcullu no se atreve a
asumirse como historiador.
Semejante un arquitecto que forma el plan de un magnfico edificio, y con los
distintos materiales que le presentan, y con el trabajo que se toma en comvinarlos y
colocarlos donde corresponden consigue ver realizado lo que antes tenia solamente
ideado en su imaginacion; as tambien el que proyecta construir una historia tiene
que recoger los apuntes, las memorias, las noticias, y todo cuanto puede contribuir
hacerla completa, indudables los hechos que refiere (Urcullu, 1820, p. IV).
La metfora del historiador como arquitecto es por dems ilustrativa. Conducirse
conforme a un plan de trabajo establecido le da un carcter profesional a su labor, le
da la seguridad de concluir su misin satisfactoriamente. Mientras el arquitecto constru-
ye edificios, el historiador arma relatos a partir de reunir los materiales antes dispersos.
La narracin histrica que ste realiza, es tambin un ejercicio de imaginacin que le
permite unir las distintas piezas (indicios/evidencias) de que dispone en un relato que
resulte creble, sin lugar para la duda sobre los hechos que se narran. El historiador,
visto as, es responsable de una magna tarea, de l depende que la descripcin de los
hechos pasados corresponda a la realidad, a lo realmente ocurrido, que las generacio-
nes futuras cuenten con un verdadero conocimiento.
Pero si bien en su disertacin se manifiesta una legitima preocupacin por la verdad
que parece tener como condicin sine qua non la imparcialidad puede recono-
cerse en su escrito un afn por rendir homenaje a los hroes casi annimos; de ah
su insistencia por referir las acciones aparentemente ms pequeas pero no por ello
menos valiosas para la causa libertaria, su empresa personal.
Amante acrrimo de la libertad justo apreciador del mrito y enemigo de la adula-
cin [...] quiero aminorar el sentimiento que me aflige de no haber podido cooperar
eficazmente la libertad de la Patria, escribiendo los esfuerzos que han hecho los
Gefes cuyas ordenes tengo el honor de hallarme, los Oficiales compaeros mios, los
Soldados a quienes miro con respeto, y a los ciudadanos de distintas clases que unidos
aquellos contribuyeron por su parte sostener el alzamiento del Egrcito de Galicia.
Me he propuesto referir las particularidades y ocurrencias mas pequeas que hayan
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Referencias
Arredondo, M. A. (1999). El catecismo de Ripalda como texto escolar. En M. Aguirre
& V. Cantn (coords.), Invento varia (t. I, pp. 163-179). Mxico: UPN.
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Identidad nacional y libros de texto
de lectura oral de 5 y 6 de primaria
de la Serie SEP editados durante el periodo
presidencial de Lzaro Crdenas (1934-1940).
Desde que Mxico surge como un Estado nacional cada nuevo rgimen que se sucede,
desde principios del siglo XIX hasta los primeros gobiernos del siglo XXI, instrumenta
un modelo educativo diseado a la medida de las necesidades polticas y sociales del
grupo en el poder. Cada una de estas distintas maneras de hacer frente a la responsa-
bilidad del Estado de educar al pueblo, dio origen a diversas estrategias, enfoques
y discursos que finalmente se materializaron en los planes y programas de cada
nivel escolar as como en los libros de texto que llegaron a los salones de clase. Tanto
unos como otros incorporan adems elementos fundamentales de identidad nacional
y la ideologa que ostenta cada uno de estos regmenes; en especial los libros de texto
de historia, civismo y lectura han cumplido con esa funcin.
Durante el periodo presidencial de Lzaro Crdenas se dise un nuevo modelo de
educacin que consider rescatar los ideales de la revolucin que en aos anteriores se
haban olvidado y adems darle una orientacin socialista que tomara en cuenta nue-
vos valores como la igualdad de clases, la cooperacin, la solidaridad y el rescate de
los bienes culturales y nacionales. En el mes de junio de 1935 el Congreso aprob
la reforma al artculo tercero constitucional que en su primer prrafo dice que:
La educacin que imparta el Estado ser socialista, y adems de excluir toda doctri-
na religiosa, combatir el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizar
sus enseanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto
racional y exacto del universo y de la vida social. (Montes de Oca, 1998, p. 64)
El nuevo sistema de educacin que se implement produjo una polarizacin social
que influy de manera significativa en su propio destino, es decir, en su paulatino fraca-
so. Sin embargo, este primer (y tal vez nico) intento de considerar la educacin como
pieza clave para el cambio social dej huellas en el curso de la historia de la educacin
en Mxico. Una de las principales funciones de la escuela socialista consista en preparar
a los trabajadores del campo y de la ciudad tanto en la tcnica como en el aspecto
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intelectual; por ello se promovi una enseanza integral donde se procurara enri-
quecer tanto la inteligencia como los sentimientos de los hombres. Para logar dichos
objetivos se comenzaron a editar nuevos libros de texto para todas las materias de nivel
primaria, ya que por decreto presidencial los libros de segunda enseanza o secundaria
no se difundiran sino hasta el ao de 1939.
Para el investigador Ernesto Meneses (1988, p. 62) los libros de texto donde se ex-
presa ms abiertamente la doctrina socialista son los de lectura, en tanto que abordan
temas como la situacin social de los trabajadores, las causas que la originaban, las
contradicciones del rgimen burgus y la necesidad de reemplazar dicho rgimen por
otro ms justo a travs de la lucha de clases. Estos aspectos reflejan en gran medida
el inters del gobierno de Crdenas por formar ciudadanos conscientes de la realidad
que viven, capaces de organizarse y luchar contra la injusticia y la opresin. Como
sabemos la educacin es una de las armas ms poderosas para el logro de dichos fines.
Sin duda, tanto los planes y programas de estudio como los libros de texto de lec-
tura oral de primaria de este periodo fueron fundamentales para proyectar los ideales
de un nuevo ciudadano y de una nueva sociedad, a travs de ellos se intent forjar
la identidad nacional del pueblo; por ejemplo, las imgenes, las fbulas, los cuentos,
inclusive las dedicatorias a maestros y alumnos, nos muestran la ideologa que la edu-
cacin socialista quiso difundir a los estudiantes. Para lograr dichos fines el gobierno
de Lzaro Crdenas mantiene un control irrestricto tanto de los planes y programas
como de los libros de texto, de tal manera que la Secretara de Educacin Pblica se en-
carga directamente de su elaboracin y, en el caso de los libros de texto, de su revisin
y aprobacin. Es as que a travs de la Comisin Editora Popular, rgano oficial de la
SEP, se editan los nuevos libros de texto de lectura oral para nivel primaria, es decir,
la Serie SEP Escuela Socialista para escuelas urbanas y Simiente para escuelas rurales.
El libro de texto en general es una fuente inagotable donde se traduce toda una
ideologa impuesta por el Estado o por un grupo en el poder. El investigador francs
Alain Choppin (2000, p. 111) comenta al respecto que el manual escolar es un instru-
mento de poder, que aplica una regulacin en particular y que tiende a asegurar al po-
der poltico un control del contenido ideolgico que transmiten. Ante dicho escenario
es importante considerar que el libro de texto no solo cumple una funcin pedaggica
sino tambin forma parte de un entramado poltico que transmite cierto tipo de valo-
res, ideas, cultura, maneras de ver la realidad, as como la formacin de un modelo
de ciudadano que convenga a los intereses del grupo que detenta el poder.
En particular los libros de texto de lectura de la Serie SEP editados durante el perio-
do presidencial de Lzaro Crdenas cumplieron la funcin de transmitir a los estudian-
tes una ideologa socialista y en sus contenidos es posible encontrar nuevos elementos
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una forma ideolgica, un tipo especfico de ideologa poltica; puede ser as mismo
una expresin de una reaccin frente al desafo extranjero al que se considera como una
amenaza para la propia identidad; por lo regular implica la bsqueda de una autodefini-
cin, una autoafirmacin que busca sus races y autojustificacin en el pasado (Revueltas,
1998, p. 418).
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1) En todos los casos se trata de oponer a la imagen desvalorizante con que nos
vemos al asumir el punto de vista del otro, una imagen compensatoria que nos
revalorice se trata de oponer un s mismo a los mltiples rostros que presen-
tamos cuando nos vemos como nos veran los otros.
2) En todos los casos, esa representacin de s mismo permite reemplazar la disgre-
gacin de imgenes con que puede verse un pueblo, por una figura unitaria
3) La representacin de s mismo intenta hacer consistente el pasado con un ideal
colectivo proyectado evitar la ruptura en la historia, establecer una continui-
dad con la obra de los ancestros, asumir el pasado al proyectarlo a un nuevo
futuro (Villoro, 1998, p. 58).
La idea de s mismo proviene del mbito de la psicologa y es utilizado para definir los
rasgos que caracterizan a un individuo, sin embargo, para el psiclogo social estadouni-
dense George Mead (Hernndez, 2008, p. 38) el s mismo slo puede entenderse por
medio de la interaccin social, es decir, que la identidad es un proceso social de comu-
nicacin entre los humanos que surge a travs de la actividad social. Es as que pode-
mos entender una identidad nacional que no slo constituye la construccin del grupo
en el poder como parte de un proyecto nacional, sino adems es una realidad colectiva
que, como sugiere Villoro, (1998, p. 55) consiste en modos de sentir, comprender y
actuar en el mundo, as como formas de vida compartidas de los sujetos de una misma
comunidad; es lo que Anderson llamara el vnculo imaginario que los ciudadanos de
un Estado nacional tienen con los otros miembros a pesar del desconocimiento mutuo.
Para poder comprender el concepto de identidad nacional tambin es necesario
recurrir a la voz del tiempo, esto es, a la propia historia, ya que en el proceso de cons-
truccin de identidad de un pueblo se hace una seleccin de situaciones, smbolos,
hroes colectivos que dan cohesin a un pueblo. Esta seleccin se hace fundamental-
mente desde el grupo que detenta el poder como parte de su proyecto de nacin y
de su propia legitimacin. La voz del pasado sugiere en la mayora de los casos una
proyeccin hacia el futuro que se va transformando conforme la misma sociedad y el
grupo en el poder cambian. En este sentido no podemos entender la identidad nacional
como un proceso esttico sino como un constructo en constante transformacin que
asume del pasado los rasgos que convienen al proyecto de nacin y rechaza los que se
le opongan; en palabras de Villoro, trata de integrar un pasado de acuerdo al futuro
elegido. Sin embargo, a esta integracin del pasado como elemento que da identidad
a un pueblo tambin influye la memoria colectiva del mismo, ya que una seleccin
hecha por el Estado no implica que todos los miembros de una comunidad la acepten,
en tanto que dentro de una nacin coexisten distintas nociones de identidad nacional
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para los que habitan en comunidades que limitan con pases vecinos y los Centros de
educacin indgena que atienden a los distintos grupos tnicos del pas, como nahuas,
tarahumaras, mayas, huastecos, zapotecas, etc., como parte del rescate de las len-
guas originarias. A pesar de dicha divisin, las finalidades y caractersticas de la escue-
la primaria son las mismas.
El aspecto ms mencionado en este Plan de accin es el carcter socialista de la
educacin, cuya finalidad primordial es preparar a las nuevas generaciones en la lucha
por el advenimiento de un nuevo rgimen social sin explotados. (La educacin pblica
en Mxico, 1941, p. 15) Las bases de dicho proyecto socialista consistieron en la reva-
loracin de una escuela socializada que comprendiera la realidad del pas y defendiera,
sobre todo, la igualdad de clases y la justicia social. La investigadora Elvia Montes de
Oca (2007, p. 114) seala que dicha educacin fue considerada como la lucha por
una vida digna de ser vivida por todos, calificndola as como utilitarista. Aunque la
autora no aclara el trmino utilitarista podemos decir que lo emplea acertadamente si
lo consideramos como una filosofa que iguala lo til con lo valioso o con la felicidad,
es decir, asevera que un buen gobierno debe evitar el dolor de su pueblo y promover
la felicidad, asegurando el mximo bienestar para el mximo nmero de personas. A
pesar de lo utpico que pudiera parecer, el gobierno de Lzaro Crdenas, planteo la
necesidad de crear un nuevo tipo de hombre con ideales que lograran la construccin
de una sociedad ms igualitaria; de hecho no slo form parte de una ideologa sino
que fue un verdadero proyecto revolucionario que se llev a la prctica durante los seis
aos de su gestin; sin embargo, cabra preguntarnos sobre el impacto que tuvo dicho
proyecto en los estudiantes de aquella poca, sobre todo considerando el corto tiempo
de su aplicacin.
Dentro de las consideraciones generales del Plan de accin se encuentra el aparta-
do de Derechos y deberes del nio que resulta importante para nuestro estudio ya que
en l se expresa de manera directa el tipo de ciudadano que se pretenda formar por
medio de la educacin socialista. Como derechos se seala a grosso modo el desarrollo
naturaldel nio atendiendo a sus propias capacidades, posibilitando as una mentalidad
libre de prejuicios e ideas fanticas, el gobierno de s mismos, la igualdad de gnero,
el amor al trabajo y a los recursos naturales. Ello haba de logarse a travs de los lazos
familiares pero sobre todo de la instruccin de maestros revolucionarios de vocacin,
de carcter, ilustrados que crean firmemente en los ideales socialistas por alcanzar (La
educacin pblica en Mxico, 1941, p. 20) Aunque en muy pocas ocasiones se seala
la palabra ciudadano, queda claro que una de las principales pretensiones del gobierno
cardenista era formar personas autnomas, solidarias y justas. En la parte prescriptiva
que marca el deber ser queda explcito el ideal de ciudadano, sin embargo, lo que pue-
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contenidas en los mismos y, a diferencia del libro de quinto, el de sexto viene capi-
tulado. En sus primeras pginas tienen un apartado titulado De inters general y otro
con Recomendaciones para los maestros; en ste ltimo se sealan claramente los prin-
cipios pedaggicos y las bases generales para una enseanza adecuada de los textos.
Las imgenes contenidas en los libros son en blanco y negro; en realidad son dibujos
que parecieran estar hechos a mano pero que estn estrechamente relacionados con el
contenido de cada una de las lecturas.
Como ya hemos dicho, para hacer una revisin textual de los elementos de identi-
dad nacional contenidos en los libros de texto de lectura de 5 y 6 de primaria de la
serie SEP atenderemos dos aspectos, es decir: 1) los smbolos creados por el Estado, 2)
los elementos de homogeneizacin. Es importante mencionar que los libros de texto de
lectura trabajados son considerablemente extensos, por lo cual se hizo una seleccin
de aquellos elementos que consideramos que representan de manera ms significativa
el ideario nacional que el Estado cardenista cre, difundi y transmiti a travs de estos
textos.
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Simbolo Comentario
Alexis Stajanov era un joven y obscuro minero En la cita anterior se menciona el concurso para
sovitico; empez con la categora ms modesta la eleccin de un hroe moderno cuyo premio
y se inscribi en los cursos tericos del funcio- lo obtiene la Escuela Primaria 1 de mayo con
namiento de perforadoras, donde, con el inters este personaje que no corresponde a la realidad
de servir mejor a su patria socialista. Rara vez mexicana. Sin embargo, la justificacin que se
hizo justicia (se refiere a la historia) al inventor hace en el texto es que gracias al sistema im-
que haya agradado a la civilizacin algo que plementado por ste minero los hombres tra-
mejore la vida humana frecuentemente an- bajadores se irn liberando de la fuerte carga
nimos y olvidados Alexis Stajanov, sencillo, de trabajo y de la explotacin para ocupar su
esforzado y noble minero, por el bien, por el tiempo en el cultivo de sus cerebros y de sus
servicio que has hecho a la Humanidad de hoy entretenimientos. Cabe mencionar que este
y de maana, salud! (Quinto ao, Serie SEP, personaje es de los pocos que se mencionan
1939, pp. 242345). como hroe en ambos textos.
Emiliano Zapata sintetiza las ansias de reivin- A lo largo de estas lneas podemos encontrar
dicacin popular, haciendo de la restitucin de la importancia que se le da a la figura de Za-
las tierras y el reparto de latifundios los postu- pata, sobre todo por ser quien lucha a favor
lados de su rebelin Zapata no transigi con del pueblo y del reparto agrario; condicin
ellos, prefiri las privaciones y los peligros de que puede resultar conveniente al gobierno de
una nueva campaa con elementos desiguales, Crdenas debido a la importancia que le da a la
a las comodidades y ventajas que podra traerle Reforma agraria. Cabe mencionar que Zapata
su consentimiento; fue inflexible en sus de- es el nico personaje de la historia de Mxico al
mandas y jams las tentaciones del dinero y los que se le da importancia. Los dems personajes
goces que proporciona lograron corromperlo que se mencionan como Francisco I. Madero o
(Quinto ao, Serie SEP, 1939, pp. 62 y 63). Porfirio Daz forman parte de narraciones sobre
la revolucin mexicana.
Jos Mart Poeta, patriota y amigo de los Llama la atencin que es mencionado en el
nios (Epgrafe) Un hombre que fue orador, texto como un hroe, no nacional, sino de toda
poeta, escritor, conferencista, maestro un Amrica, lo cual indica que los smbolos que la
hroe cuyo nombre se pronuncia con respeto en escuela socialista difunde no son propiamente
toda Amrica: JOS MART (Sexto ao, Serie nacionales; ms bien se pretende valorar lo
SEP, 1940, pp. 229-231). universal, la historia de la humanidad a travs
de las luchas sociales.
La historia, la historia segn la concibe el En este ltimo ejemplo nos encontramos frente
mundo que decae, se ufana de multitud de a una visin de la historia muy distinta a la que
hroes muy distintos, hroes que no lo son se conoca hasta entonces e incluso en la actua-
por el sacrificio en el bien, por su servicio a la lidad y define claramente lo que la escuela so-
Humanidad, sino por el grado de poder que cialista quiso transmitir a sus alumno; es decir,
alcanzaron sobre los hombres (Quinto grado, el reconocimiento de aquellos que lucharon por
Serie SEP, 1939, p. 244). construir una mejor sociedad.
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Una tarde se efectuaba una asamblea de pro- Si volteamos la mirada a revisar el contexto
fesores Los oradores hablaron de reivindica- poltico de la poca podemos ver que uno de
ciones, de injusticias, de persecuciones, de los puntos ms importantes de la poltica social
ceses colectivos, de hambre, de frente ni- de Crdenas era la conformacin de un frente
co Pancho, por fin, se dio cuenta de por qu comn de trabajadores. Esta idea era transmiti-
se hablaba de hambre, de injusticias y de frente da a los nios de manera muy directa.
nico. Ya haba odo las mismas palabras en las
reuniones de los obreros. Desde entonces, ya no
le antipatizaron los maestros. Los comprenda
(Quinto ao, Serie SEP, 1939, p. 43).
-Niitos, el Club Amigos de El Mundo les Esta cita nos parece una de las ms significati-
enva los peridicos, los libros de estampas, vas sobre todo por el simbolismo que encierra.
los juguetes cuya compostura encargaron a En primer lugar la importancia que se le da al
mi escuela, y estos muecos. El club quiere primero de mayo, posteriormente la bandera
que preparen su manifestacin del primero de roja con la inscripcin nos habla del comunismo
mayo con ese ejrcito, no de soldaditos, sino ruso; y para terminar la mano derecha levanta-
de obreros Pedrn despliega una bella ban- da que tambin fue el smbolo de la lucha de
dera roja con la inscripcin: PROLETARIOS DE la clase trabajadora en Rusia Ello nos lleva a
TODOS LOS PASES, UNOS -. Esta es dice pensar que todo el texto est influenciado de
Pedrn la bandera del ejrcito que les he tra- elementos que fueron tomados de la ideologa
do. Esta es tambin nuestra bandera Viva comunista que lleg a varias partes del mundo,
el primero de mayo! grita uno de los nios incluyendo nuestro pas. Aparece por primera
mayores. Viva! responde Pedrn sonriendo vez la palabra proletariado y en a lo largo del
y levantando la mano derecha (Quinto ao, texto es mencionada constantemente.
Serie SEP, 1939, pp. 68 y 69).
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Fuentes primarias
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Lectura oral. Quinto ao, Serie SEP (1939). Comisin Editora Popular de la Secretara de
Educacin Pblica, Mxico.
Lectura oral. Sexto ao, Serie SEP (1940). Comisin Editora Popular de la Secretara de
Educacin Pblica, Mxico.
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La enseanza de la historia en los libros de texto
para las escuelas pblicas de Puebla, 1870-1874
Hacia 1868 el estudio de la historia era considerado muy importante pues a la par del
estudio de las Constituciones Federal y Estatal; pretenda ser la forma en que se daran
a conocer los derechos de los hombres y cmo hacer uso de ellos. Bajo este concepto
no bastaba con que el individuo supiera leer, escribir y algo de aritmtica, deberan in-
fundir una moral especfica que le hermanara con sus semejantes, pues aunque algunos
miembros del gobierno estatal y municipal no concordaban con los postulados liberales,
si se hicieron cambios trascendentales para implementar una instruccin de tipo liberal
encaminada a la formacin de los futuros ciudadanos, aquellos que pudieran identifi-
carse con una patria que estaba en formacin y conocedores de los derechos que les
ofreca la Constitucin que los rega; poseedores de una moral que los identificara y les
dara pautas para vivir en sociedad, de esta manera entre las ms importantes, estaban
ser til, religioso, moral, obediente y consciente de los derechos civiles.
Para Pedro Blzquez la historia era la ms til de las ciencias, porque nos comunica
la experiencia de lo pasado y nos hace pronosticar lo venidero.1 Adems, desde el
punto de vista de este autor la eleccin del texto era considerado como una accin
importante, dado que el contenido del libro debera ser moralizante, es decir, para que
cada persona pudiera encontrar la leccin que le conviene.2
De este modo la enseanza de la historia debera contribuir a la formacin de un
ciudadano moralmente bueno, segn la definicin de Gabino Barreda, que pudiera
relacionarse con sus semejantes, ser buenos padres de familia y contribuir al creci-
miento material de la nacin, en una palabra, la educacin en general debera servir
para que el individuo tome parte en la administracin y en los asuntos pblicos de
una manera provechosa. Para que contribuya eficazmente al movimiento general, es
indispensable que conozca sus derechos, que adquiera necesidades y sepa satisfa-
cerlas y que mejore su situacin;3 de ah la importancia de establecer un proyecto
educativo, pero este tuvo sus particularidades, ya que pretenda la civilizacin del
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4 Aun no se conceba el civismo como una materia, lo cual suceder aos ms tarde.
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mitad eran intiles o inciertos. Consideraba que el fin principal de todas las materias
era la enseanza moral, cuando ese fin se lograba, no importaba que slo se hubieran
llenado doce hojas de un cuaderno de dictado.
As la historia debera ensearse con un simple mtodo: partir de un acontecimien-
to que pudiera servir para desencadenar el tema, de este modo podra partirse de la
genealoga, las masas, las mansiones reales (Lvi, 1839, p. X), etc.; pero no se trataba
slo de mostrar acontecimientos aislados sino presentar anlisis de ellos, a travs de
breves explicaciones, que presentaran el hecho sobresaliente; esto podra relacionarlo
con el objeto que se le presentara. De este modo su mtodo estaba basado en presen-
tar la historia de una forma atractiva a los nios, pues en uno de sus libros se propona
la enseanza a travs de enigmas, que eran como adivinanzas, donde se presentaban
acontecimientos relevantes y los nios tenan que dar la respuesta correcta; adems se
presentaban nombres de personajes ilustres y santos para que los nios mencionaran
sus particularidades ms sobresalientes. De este modo no se apartaba de la enseanza
en forma de catecismo, pero la haca ms atractiva para los nios.
Los textos de Fleury intentaban representar el mismo mtodo y estaba organizado
en forma de catecismo.
Otro texto propuesto, e implementado por algunos preceptores, fue el texto de
Iriarte Lecciones instructivas sobre la Historia y la Geografa, obra pstuma de Toms de Iriar-
te dirigida a la enseanza de los nios.7 El autor inicio la redaccin de los textos en 1782;
hasta el momento de la muerte del autor estaba conformado por cinco libros, tres eran
de historia, donde empezaba a relatar desde la historia sagrada hasta el estableci-
miento de la Iglesia, el segundo sobre los Imperios antiguos y el tercero recuperaba
los principales acontecimientos de la historia de Espaa. Finalmente estaba el libro en
que abordaba la geografa de Espaa y sus provincias; la finalidad de este trabajo fue
explica histricamente lo que basta para que se instruyan en la divisin, confines y prin-
cipales regiones de la tierra, y para que desde luego se habiten a pronunciar y conocer
los nombres de las provincias y ciudades ms considerables de suerte que cuando los
lean en los libros, especialmente el de historia, no les sean del todo nuevos, y tengan
adelantados estos principios para cuando, llegando a jvenes, hagan estudio formal de
la geografa (Iriarte, 1837, p. 16).
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tos histricos enlazndolos con los geogrficos, aunque el alumno tena que remitirse a
uno u otro libro si necesitaba referencias o mayor informacin, ya fuera de historia,
ya de geografa.
Por su parte el Catecismo Elemental de la Historia de Mxico desde su fundacin hasta
mediados del siglo XIX de Jos Mara Roa Brcena; como el mismo ttulo dejaba ver, el
texto estaba organizado en forma de catecismo. En las dos primeras partes expona las
caractersticas geogrficas, fsicas y climticas de Mxico, as como las razas y cultura
del pas, de la segunda parte a la tercera abordaba la historia antigua, desde los prime-
ros reinos hasta el fin de la Colonia, la cuarta parte desde la Independencia hasta la
presidencia de Jos Joaqun de Herrera; iniciaba cada parte, proporcionando infor-
macin sobre cmo se fue transformado la geografa del pas conforme los cambios
polticos y econmicos se iban sucediendo; la intencin era como el mismo autor lo
escribi para que los jvenes tuvieran al menos las mnimas nociones de la historiade
su pas y aseguraran su entrada a la vida poltica cuyo norte ms seguro despus dela
justicia, es el conocimiento de los antecedentes del pas, en cuya administracin se
toma parte (Roa, 1862, p. 4). Al igual que Iriarte no conceba la enseanza de la his-
toria apartada de los conocimientos geogrficos que permitan a los alumnos situarse
en un tiempo y en un espacio especfico.
Por su parte el Compendio elemental de geografa y estadstica de la Repblica Mexi-
cana, escritos con el ttulo de manual8de Jess Hermosa; se describen de manera sucinta
todos los aspectos geogrficos de cada uno de los estados que conformaban la nacin,
adems hace breves reseas histricas o expone las iglesias, parques y lugares relevan-
tes para visitar. No emite opiniones en ningn momento, tal vez porque fue la primera
que se escribi en su tipo, de este modo parece una gua turstica, que distaba mu-
cho de servir de libro de texto, pues adems de que proporcionaba conocimientos
esquemticos, el mismo autor no consideraba su obra para la enseanza. Al igual que
las anteriores permita al lector situarse en espacio y tiempo, adems de proporcionar
informacin sucinta sobre puntos que eran interesantes para conocer.
Como se dijo arriba, por su parte el Congreso local aprob el texto de Nicols Pi-
zarro, Catecismo Poltico constitucional9 para la materia de historia y por supuesto para
introducir el estudio de la constitucin a fin de que todos los futuros ciudadanos cono-
cieran sus leyes, sus derechos y obligaciones. Sabemos que por lo menos en algunos es-
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tablecimientos se ley este texto, pues el Ayuntamiento de Puebla, mand una circular
en la que prevena a los maestros que usaran dicho libro. La propuesta fue hecha por el
regidor Patricio Carrasco, quien adems pidi que la proposicin se remitiera al Gober-
nador, asimismo consideraba que debera hacerse una reimpresin de mil ejemplares,
incluso se poda pedir permiso al autor para ello. El Regidor de escuelas Morales lein-
form que como ya faltaba poco para que se emitiera la Ley de Instruccin, preferan
esperar a hacer el gasto correspondiente con bases firmes.10
Dicho Catecismo se divida en dos partes fundamentales: la primera se refera a la
Constitucin poltica y la segunda a la soberana y forma de Gobierno, por supuesto
de Mxico. El libro estaba organizado primero con una leccin y despus se estableca
un dilogo en el que se hacan preguntas relevantes del texto. Explicaba los derechos
individuales y explicaba cada artculo de la constitucin, desde la razn de su origen
en la Constitucin de 1857 hasta la forma en que beneficiaba a hombres y mujeres; en
el estudio se abordaban los fundamentos de la Constitucin que eran los ideales
liberales de los constituyentes, evidentemente dicho enfoque era el establecido por
los liberales franceses en funcin de que todos los habitantes de la nacin tenan dere-
chos: Nacemos con unos mismos derechos y con diferentes aptitudes; de esto resultan
la igualdad ante la ley la desigualdad social (Pizarro, 1861, p. 5). De este modo el libro
tena el fin de que los ciudadanos no ignoren lo que deben hacer o permitir respecto a
los encargados de los negocios pblicos (Pizarro, 1861, p. 5). Ese punto era fundamen-
tal en el texto, impedir la ignorancia de los derechos y obligaciones que les daba la ley,
nico medio para preservar a la nacin libre y soberana. Es interesante constatar que
otro de los aspectos que consideraba importantes sea que, al dar a conocer y ensear
los derechos y obligaciones de los ciudadanos, se trabajaba en beneficio de la justicia,
porque falta mucho para que llegue a ser una verdad prctica, en todas las transaccio-
nes, negocios y relaciones de los hombres (Pizarro, 1861, p. 5). A pesar de estar orga-
nizado de la misma forma que otros textos, la diferencia en este texto es que considera
relevante la enseanza de los derechos y obligaciones, que aparentemente se alejan
de la historia, pero que al entender sus fundamentos se entiende que era un elemento
que no se contrapona con los textos de historia, por el contrario era su complemento.
Al igual que lo era la geografa, sobre todo cuando el texto no contena referencias a
esta materia, las clases de historia, entonces se complementaban con algunos libros
sobre Geografa, uno de los ms conocidos fue el Catecismo de Geografa del Estado de
Puebla, escrito por Julio Zrate y declarado libro de texto en 1879.
10 Archivo General del Municipio de Puebla (en adelante AGMP); Expedientes; T. 261; 6 de julio de
1877; f. 208.
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893
De entre el polvo y el olvido: Rescate del Archivo
Histrico de la Parroquia de San Agustn
de las Cuevas Tlalpan. Los libros
parroquiales para la historia local
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posible tener una mayor compresin del pasado, que nos permita un mejor entendi-
miento del presente y una construccin del futuro. Por ello, es primordial preservar los
archivos con el mayor cuidado y de acuerdo a las normas archivsticas dispuestas para
tal efecto. Porque si una palabra define al archivo esta es: memoria.
A travs de los archivos, es posible reconstruir la historia de quienes integraron
determinada comunidad, ya sea de la elite o de los grupos subalternos o marginales.
Estos ltimos que difcilmente son contemplados como objetos de estudio de la histo-
ria oficial, como los trabajadores, campesinos, indgenas, esclavos y artesanos, entre
otros. En particular, los archivos histricos de las parroquias, nos brindan informacin
no slo religiosa sino demogrfica y social de una comunidad y particularmente de
comunidades indgenas. Esta es una caracterstica fundamental por lo que estos repo-
sitorios documentales son considerados un bien cultural, toda vez que son objetos de
relevancia y singularidad en los que se manifiesta o testimonia el valor de civilidad
de un pueblo1 y forman parte de su patrimonio cultural.
La documentacin parroquial nos acerca a conocer la forma en que se desarroll
el culto religioso, su vigilancia y disciplina, la fundacin de centros y grupos religiosos
como las congregaciones, las cofradas y las asociaciones piadosas, as como el nmero
de habitantes y su calidad. De igual forma es posible reconstruir la vida parroquial a
travs de las disposiciones establecidas en las circulares de los obispos, los autos y pro-
visiones que se generaron durante las visitas pastorales, las autoridades eclesisticas,
las fiestas, los diezmos, los inventarios, los censos, los ingresos y gastos parroquiales.
Mediante la sistematizacin y el anlisis de esta informacin es posible dar una mirada
a ciertos comportamientos de la comunidad, y no nicamente a los asuntos de ndole
religioso.
Es decir, conocer la historia a travs de una institucin como la iglesia catlica, que
fue fundamental en el poblamiento, colonizacin y desarrollo de la Nueva Espaa.
1 Garca Aguilar, Idalia, 2002, El libro antiguo en Mxico: la proteccin de un elemento singular,
menciona que el concepto de bien cultual es para designar aquellos objetos de mayor relevancia y
singularidad en los que se manifiesta o testimonia el valor de civilidad de un pueblo.
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Entre las diferentes lneas de investigacin que se pueden desarrollar a travs de este
tipo de documentos se encuentra la demografa y geografa histrica. Los estudios
demogrficos se obtienen analizando el corpus documental de un sacramento y perodo
determinado, caractersticas especficas de la poblacin y de esta manera proponer un
mosaico cultural.
Refirindonos especficamente a los registros bautismales, stos contienen el lugar
y la fecha de la ceremonia, nombre o nombres y edad del nio, filiacin, calidad y el
pueblo o barrio de los padres, e identidad de los padrinos. La mayora de los bautizos
se celebraban antes de que los nios cumplieran una semana de nacidos, dada la
importancia de que recibieran el sacramento, pues la mortandad infantil era muy alta
debido entre otras cosas a las epidemias. Tambin en estos registros se encuentra infor-
macin de los nios que nacan mientras los padres estaban de paso por la jurisdiccin
de la parroquia.
Muestro un breve ejemplo sobre demografa y geografa histrica, a partir de los
registros parroquiales de San Agustn de las Cuevas en la poca colonial. Considerando
que los estudios demogrficos se basan en el anlisis de los datos registrados en estos
archivos; en especial la seccin sacramental que nos permite reconstruir el movimiento
de la poblacin en una poca especfica, as como conocer la estructura demogrficade
la sociedad y la composicin geogrfica del lugar.
El corpus documental consultado y que se presenta en esta ocasin con el propsito
de explicar la importancia de esta fuente parroquial para la reconstruccin de la historia
local, se integra por las partidas de bautismos de 1794 a 1798, tomando los datos
por gnero, Calidad (es el trmino utilizado porque ser indio, espaol o negro: implica
una valoracin tnica, pero tambin, econmica y de prestigio social, un ejemplo
hay indios caciques. (Gonzalbo Aizpuru, Orden y familia, p. 159) que designa no slo
el aspecto, condicin, informacin de la calidad de los padres, el lugar donde viven, as
como de grupo al que pertenecen los padrinos para inferir filiaciones sociales.
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Espaoles 18 21 16 22 15 92 53 39
Mestizos 13 15 12 6 7 53 23 30
Castizos 3 1 7 4 8 23 9 14
Mulatos 0 1 0 2 0 3 1 2
Lobos 0 0 1 1 1 3 1 2
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(L. N. McAlister, Social Structure, 1951, art. cit., p. 352) en el ms bajo, haba perdido
fuerza con la expansin de sectores subalternos agregados por migracin o crecimiento
natural de la ciudad.
Tambin es importante resaltar que de acuerdo a lo planteado por Manuel Mio Gri-
jalva los datos del censo de 1790 reflejan la movilidad de la poblacin y plantea que sin
duda el gran perodo de la migracin se dio a partir de la crisis 1784-1786, en que gente
de las ciudades sale de ellas, a causa de las epidemias y la gente del campo deja ste por
la dificultad para seguirlo trabajando, asentndose no slo en la Ciudad de Mxico, sino
en su periferia.
Debemos considerar que San Agustn de las Cuevas, fue un punto de referencia
para la comunicacin entre los dos principales puertos de Nueva Espaa, hablamos
de Veracruz y Acapulco, esta situacin contribuy a la presencia de virreyes, condes,
comerciantes, artesanos, viajeros, etc., incidiendo todos ellos en la composicin social
del lugar.
Otro tipo de informacin para conocer a la poblacin a travs de estas fuentes es la
que nos brindan las Informaciones Matrimoniales, stas son un instrumento administra-
tivo que le ha permitido a la Iglesia regular y controlar el matrimonio. A travs de ellas
se autoriza o detiene su realizacin. Este trmite consiste en la entrevista a los novios,
a los padres y a dos testigos de ambos contrayentes para comprobar el estado libre
de ambos, verificar su libre decisin y detectar posibles impedimentos matrimoniales,
como la consanguinidad o parentesco espiritual.
Los formularios se han aplicado desde el siglo XVI y representan una fuente de gran
riqueza por la informacin tan valiosa que contienen; en este caso mediante su anlisis
es posible acercarnos y conocer un poco de las personas que en 1910, hace 101 aos
tomaron la decisin de casarse en Tlalpan.
El corpus documental consultado y que se presenta en esta ocasin con el objeto
para explicar en la reconstruccin de la historia local se integra por 109 informaciones
matrimoniales, a partir de las cuales daremos una mirada a la sociedad tlalpense de
ese entonces.
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16 a 20 11 44
21 a 25 35 26
26 a 30 31 23
31 a 35 10 5
36 a 40 10 7
41 a 45 3 0
46 a 50 3 1
51 a 55 1 1
56 a 60 2 2
76 a 80 1 0
Contrayentes
Hombre 96 13
Mujer 97 11
Cabe sealar que los hijos naturales aparecen registrados en su mayora con el apellido
del padre, no as en tres casos que slo cuentan con el apellido de la madre.
Tambin podemos observar el nivel de analfabetismo de la poblacin, aunque no
en todos los casos se especifica si sabe leer o no; de un universo de 649 personas que
intervienen como contrayentes y testigos encontramos que:
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Hombre 90 278
Mujer 16 109
2 A pesar del inters de los porfiristas por la enseanza de la historia de la patria, que fuera ms all de
las identidades regionales e inculcar a los nios valores cvicos para calificarlos como futuros ciudadanos,
y que derivado de esto se dio educacin gratuita y obligatoria, con programas y textos oficiales, proyec-
to educativo con poco xito que se concentr en zonas urbanas y result insuficiente.
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Ocupacin Hombre
Abogado 1
Albail 8
Artesano 2
Cantero 1
Carpintero 2
Comerciante 14
Doctor 1
Dulcero 2
Empleado 3
Jardinero 5
Jornalero 251
Mecnico 3
Militar 1
Motorista 2
Obrero 1
Operario 8
Panadero 4
Peluquero 1
Pintor 6
Propietario 1
Repostero 2
Sastre 8
Tejedor 5
Zapatero 3
335
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Oficio Mujer
Costurera 1
Empleado 2
Lavandera 1
Sirvienta 1
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As podemos encontrar la preocupacin de los curas por la forma en que se trata a los
naturales, por las rebeliones y revueltas del pas, el impacto de los cambios constitucio-
nales y las Leyes de Reforma, entre muchos otros.
Como ejemplo de esto encontramos en el acervo de San Agustn una licencia ma-
trimonial expedida en la Ciudad de Mxico donde se expresa En el pueblo de San
Agustn Palpan del estado del Marqus del Valle, es decir, el reconocimiento en la
poblacin de la pertenencia de este territorio a la Encomienda de Hernn Corts.
En un volumen de la serie matrimonios, donde se registra este sacramento en len-
gua nhuatl administrado a indios de 1632 a 1649, es importante destacar la perma-
nencia a de la lengua materna a ms de 100 aos de la guerra de conquista, el inicio
de la evangelizacin, y de la enseanza de la lengua castellana
Los frailes dominicos estuvieron a cargo de esta parroquia hasta 1754, as en un
volumen de bautismos de espaoles, mestizos y mulatos de 1751 a 1774, se encuentra
anotado En 22 de noviembre seculariz este curato el Dr. y Maestro Valentn
Garca Narro.
Un volumen donde en los aos cincuenta se empastaron varios censos y padrones
de 1757, 1782, 1804, 1809 y 1832, los que servan tambin como control de tributa-
rios, donde encontramos con mucha precisin los ndices poblaciones y la composicin
tnica de cada uno de esos aos.
En cuanto a los cambios generados por la guerra de Independencia y la Constitu-
cin de 1824 en un libro de defunciones se menciona la desaparicin de las castas:
Posteriormente, en el mismo volumen en los registros de 1867 el cura expresa Nota:
con motivo al Registro Civil no existen en esta Parroquia todas las partidas de entierros,
quienes yendo al referido Registro, muy pocos se presentan a su prroco y pongo esta
nota para que en lo futuro no se crea que ha habido abandonos en el asiento de las
partidas.
Un ejemplo ms es un libro de correspondencia y asuntos administrativos de 1862
a 1883, en que se encuentra un documento que relativo a la bendicin del nuevo pan-
ten en el que se anot: En nueve de mayo de mil ochocientos setenta y cinco a las
diez y media de la maana en punto, tuvo lugar la bendicin del Panten nuevo
de esta ciudad en el paraje de San Marcos cuyo acto se hizo con toda la solemnidad
posible
Los registros parroquiales cambiaron y disminuyeron a partir de las Leyes de Refor-
ma, sin embargo, la continuidad de las series nos permite un acercamiento a estudios
de larga duracin, toda vez que de entre el polvo y el olvido podemos estimar y pro-
poner elementos que contribuyan a reconstruir el pasado de esta demarcacin.
905
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En suma, los datos resguardados en los archivos parroquiales, representan una fuen-
te de informacin relevante para la reconstruccin de la historia local. Porque la recons-
truccin del pasado nos lleva a una mejor compresin de nuestro presente.
Lo antes expuesto, representa una muestra de lo que es posible investigar a partir
de algunos rubros que no se agotan, toda vez que podemos plantear diversas perspec-
tivas de anlisis, que sin lugar a dudas, daran resultados interesantes, siendo esto retos
para trabajos futuros.
Referencias
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INAH.
907
Los libros escolares de historia nacional
como unidad de anlisis en la investigacin
sociolgica del estado. Evidencia de tres reformas
Presentacin
La reflexin que se propone en esta ponencia radica en la relevancia del anlisis sobre
el proceso de formacin y consolidacin de la autoridad estatal, a partir de sus accio-
nes. Los instrumentos que se disean y difunden desde la plataforma estatal son la
evidencia para reconstruir sus proyectos e iniciativas en torno al mantenimiento de un
cierto orden en la sociedad que gobiernan.
Se asume que el sistema poltico estatal, en el proceso de constituirse como el de-
tentor legtimo de la fuerza, produce y es producido por un marco categorial que
da sentido al orden social e imprime legitimidad a la fuerza que detenta.
Esta lgica construida de categoras y clasificaciones configura la idea de comu-
nidad poltica que se teje en torno al poder de la estructura institucional estatal.
La nacin, ms precisamente la versin oficial de nacin, constituye el resultado por
excelencia de la accin unificadora del Estado. Y esta forma de agencia es definitoria
como mecanismo de instauracin de divisiones, jerarquas, de un orden temporal y un
orden espacial que interviene la forma social sobre la que se asienta el sistema
poltico. (Vargas Escobar, 2008).
Para asegurar la vigencia y reproduccin de dicho orden, el Estado a travs de su
ingeniera institucional concentra y echa mano de los instrumentos de construccin
de la realidad social/civil (Bourdieu, 1997, p. 140).
As, la consolidacin y dispersin de una idea/imagen especfica de nacin, es el me-
canismo central para garantizar la continuidad del sistema poltico, en cuanto imprime
una supuesta congruencia entre unidad poltica y unidad nacional (Gellner, 1983, p. 15).
Uno de los elementos constitutivos en la consolidacin de una imagen estatal de
nacin es la manera particular como se registra el pasado nacional. De esta forma, la
manera como se configura la imagen del pasado nacional testifica la construccin de rele
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vancias y subordinaciones que regularizan los modos de vivir y referir la nacin (Vargas
Escobar, 2008).
El proceso de inscripcin, interiorizacin y reificacin de la versin oficial de pasado
nacional, se consigue a travs de uno de los mecanismos de iniciacin y regulacin civil
por excelencia: la escuela pblica.
En esta ponencia nos proponemos ubicar y estudiar las clasificaciones y categoras
que inscribe el Estado a manera de registro oficial de la historia nacional en uno de los
dispositivos centrales de la institucin escolar: los Libros de Textos gratuitos (en adelan-
te LTG) de enseanza de historia mexicana.
Para desarrollar este objetivo organizamos los contenidos de esta ponencia as
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indgena para asimilar la poblacin marginal, educacin rural para elevar el nivel de
vida en el campo, educacin tcnica para mejorar el de las ciudades, popularizacin
de la cultura (Vzquez, 1970, p. 157).
Los fundamentos del ideario de Vasconcelista: el establecimiento de un poder cen-
tral fuerte y eficaz para la educacin pblica, la alfabetizacin y la infraestructura
escolar difundida y a gran escala, la revaloracin social del maestro, la idea de una
escuela activa con la funcin de resolver problemas del desarrollo nacional, la incorpo-
racin de comunidades aisladas y marginales a partir de la dignificacin y liberacin
de una identidad mestiza divulgada por la escuela (Latap, 1998), fueron remanentes
en los ideales del oficialismo educativo durante muchas dcadas.
En los preparativos del Plan sexenal de 1934-1940 la comisin de educacin pro
puso reformar el artculo 3 constitucional, la redaccin definitiva la realiz Narciso Bas-
sols en 1933, con un concepto de educacin socialista ambiguo. El presidente Crdenas
adopt la orientacin socialista en la educacin, sin que se esclarecieran las implicacio-
nes y contenidos de esta alineacin (Latap, 1998). Sin embargo la Escuela Socialista
supuso admiracin entre algunas facciones del magisterio y una marcada discrepancia
entre los grupos ms conservadores.
Un proyecto de conciliacin nacional tendiente a subsanar esta fragmentacin se
instaur desde 1942. Fue un proyecto orientado a fortalecer la formacin de las clases
medias, la industrializacin, urbanizacin y la estabilidad en la sucesin del poder po-
ltico. La reconciliacin de facciones ideolgicas en disputa favoreci la expansin
del sistema educativo. Fue as como durante el gobierno de Lpez Mateos se llev
a cabo un ejercicio de planeacin educativa en prospectiva. El Plan de Once aos (Plan
Nacional para la Expansin y el Mejoramiento de la Enseanza Primaria) que adems
de la creacin de nuevas escuelas y la preparacin de maestros, tuvo como objetivo la
revisin de planes y programas de estudio (Villa Lever, 1988). El 12 de febrero de
1959, se crea por decreto presidencial la Comisin Nacional de los Libros de Texto
Gratuito (CNLTG).
La Comisin Nacional de los Libros de Texto Gratuitos se crea como rgano ad-
ministrativo dependiente de la Secretara de Educacin Pblica. El objetivo central es
la efectividad en la gratuidad de la educacin primaria, pero con este fin se difunde
adems un sustento concreto de la idea de nacin mexicana a travs de la voluntad por
consolidar una base cultural uniforme para los educandos mexicanos. Esto implica que
a partir su establecimiento los LTG hayan sido objeto de disputa entre diferentes grupos
sociales con vocacin de poder. Estado, Iglesia y Sector privado, han sido los actores
recurrentes en la pugna por fijar una versin del pasado de la nacin coherente con sus
aspiraciones y proyectos del futuro mexicano.
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Entre 1970-1976, durante el sexenio de Lus Echeverra, siendo Vctor Bravo Ahuja
director de la SEP, se crea una Comisin Coordinadora de la Reforma Educativa, que
buscaba una modernizacin en la enseanza, apertura de la educacin a todos los
grupos sociales, a travs de la promocin de un modelo flexible de educacin. As
orientado, el renovado sistema educativo nacional tiene tres directrices fundamentales:
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A. Continuidades
Los textos de las Reformas. Uno de los aspectos que comparten los tres libros de
texto analizados es que fueron resultado de tres reformas educativas diferentes. Esta
caracterstica, adems de haber sido un factor determinante para delimitar la unidad de
anlisis, permite identificar una continuidad importante en los tres LTG: el seguimiento
de los cnones de la reforma educativa en la estructura y el contenido de los textos.
A este nivel, los tres libros de texto confirman su estatus de mecanismos intenciona-
dos que registran una versin especfica de Nacin. El texto de 1960, es el primer LTG
de historia nacional de la iniciativa que instituye la gratuidad y obligatoriedad de los
Libros de Texto a nivel nacional. Se hace efectivo el principio de educacin gratuita y
obligatoria cubierta por el Estado, que se estipulara en el Artculo 3 constitucional.
Las declaraciones oficiales El decreto constitucional y los discursos del Secretario de
Educacin y el Director de la Comisin- insisten en un colectivo de ideas, propio de los
gobiernos que emanaron de la Revolucin mexicana. De esta manera, el acento, sobre
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Reforma educativa Programa educativo 1957 Reforma educativa 1972: Modernizacin educati-
y Decreto de 1959: Unidad - actualizacin de las tcnicas va (1989-1994)
nacional, Justicia social a - Popularizacin de los bienes - Papel transformador
travs de la uniformidad en educativos de la educacin
el acceso. - Flexibilizacin de la educacin - Conocimiento cientfi-
Ley general de educacin de 1973 co y tecnolgico
- Descentralizacin administrativa -Insercin al mundo
- Distribucin de la funcin social moderno
de la educacin
Lineamientos Por convocatoria a concurso. Equipos de pedagogos y espe- Por encargo a grupo de
CONALITEG Conocimientos: cialistas en cada rea, y bajo la historiadores
- Gobierno democrtico coordinacin de directores de - Planes de estudio por
- Organizacin federal grado y materia asignaturas
- Ramas del poder pblico - Planes de estudio y LTG por - Conocimiento siste-
- Estabilizacin de la Nacin reas (Ciencias sociales abarca mtico y sin fragmen-
Contenidos: las asignaturas historia, civismo y taciones
- Organizacin democrtica geografa) - complejizacin de la
- Virtudes Cvicas -Alumno como elemento activo de comprensin social
- Hechos histricos su comunidad
- Comprensin de la realidad
inmediata del educando
Orden Disposi- 75 lecciones indiferenciadas, 5 unidades: La Repblica Mexica- 4 Unidades: Mxico
lgico cin de fue posible identificar: na, Mrida, Guanajuato, Coatza- antiguo, Mxico colo-
conteni- Contenidos de civismo coalcos, Ciudad de Mxico. nial, El siglo XIX y el
dos - Mxico en la actualidad Esquema histrico: siglo XX
- Smbolos patrios - Perodo prehispnico Esquema histrico:
- Entorno social del alumno - Conquista - Perodo prehispnico
- Servicio a la patria - Colonia - Conquista
Contenidos histricos - Independencia - Colonia
- Perodo prehispnico - Repblica - Independencia
- Conquista - Revolucin - Repblica
- Colonia - Reconstruccin y desarrollo - Revolucin
- Revolucin Organizacin del presente: - Reconstruccin
Industria / servicios / recursos / - progreso y crisis
ciudad - los ltimos aos
Linea- Uso retrospectivo en la - Uso retrospectivo en la presenta- - pasado/presente,
lidad presentacin de los temas: cin de los temas: historia en transfor-
cronol- Orden poltico actual / he- Orden poltico actual/hechos macin. Presentacin
gica chos histricos. histricos. ejecutiva de los temas
- Uso narrativo cotidiano en el (mapas vietas res-
registro del presente. menes)
Intensi- Minucioso y extenso tra- Exaltacin de la industria (tcnicas La categora de trans-
dad en tamiento hacia los grupos y relevancia en el orden social) formacin, econmica
el trata- prehispnicos (19 lecciones), poltica y social.
miento especialmente de los aztecas.
de temas
Fuente: Vargas Escobar, 2011.
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B. Divergencias
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Hallazgos y conclusiones
En esta ponencia se present evidencia, a travs del ejercicio analtico de los tres LTG,
sobre la manera en que se activan procesos de actualizacin, vigencia y caducidad de
la idea de Nacin oficial. Esto a travs de la comprensin de los LTG insertos en la es-
tructura administrativa que los potenci como mecanismos institucionales de difusin
ideolgica del Estado. Adems, de manera comparada, fue posible observar las ruptu-
ras entre los registros de Nacin que se imparten en los tres LTG, a partir del cambio de
administracin, y el consecuente desplazamiento de las matrices de legitimacin y los
acervos de ideas que justifican la accin poltica de los gobiernos.
Efectivamente, las alteraciones entre un rgimen de institucionalizacin de la Re-
volucin hacia un orden de urbanizacin e industrializacin, y finalmente hacia un
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Referencias
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Nationalism and Ethnicity. En: Annual Review of Anthropology.
Bourdieu, Pierre (1997). Espritus de Estado. Gnesis del campo burocrtico. En:
Razones prcticas. Sobre la teora de la accin. ANAGRAMA. Barcelona.
Caldern, Jorge (2002). Nacin, Educacin, Universidad y Manuales Escolares en Colom-
bia. Fondo de publicaciones Universidad del Atlntico.
926
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Fuentes primarias
Mi libro de historia de Tercer ao. Historia y Civismo. CONALITEG. Mxico. 1960.
Ciencias Sociales. Cuarto ao. Mxico. CONALITEG. SEP. 1974
Mi libro de Historia de Mxico. Mxico. SEP. 1992
Programa para la Modernizacin Educativa, 1989-1994. Mxico: Poder Ejecutivo
Nacional. Acuerdo Nacional Para la Modernizacin de la Educacin Bsica. Diario
Oficial de la Federacin. 19 de Mayo de 1992
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Ideas generales sobre la historia antigua y la poca colonial; explicando los sucesos ms
importantes y los caracteres principales de la cultura de los respectivos pueblos.
Para el cuarto ao. Hidalgo y la guerra de Independencia, Proclamacin de la Rep-
blica. San Ana y la guerra con los Estados Unidos. Plan de Ayutla, Comonfort y la Consti-
tucin del 57, Jurez, La Reforma y la Intervencin Francesa.- Clase alternada.1
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Historia Antigua. El autor da inicio al texto de una manera muy interesante, parte de
una bella descripcin de lo regional, va destacando las diversas regiones que tiene el
pas de una manera muy sencilla incorpora dos grandes categoras de la Historia como
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
son las de espacio y tiempo. Para abordar el tema central del captulo, vincula el con-
cepto de regin con el desarrollo y prosperidad de los pueblos prehispnicos, destaca
la importancia de lo geogrfico y de sta manera interrelaciona aspectos histricos y
geogrficos e inclusive va ofreciendo definiciones de conceptos de ambas disciplinas
tales como litoral, mesa central, erupcin, etc. Incluye en esta explicacin una carta
geogrfica de la Repblica mexicana, as como una serie de ilustraciones de las razas
mejicanas y de restos arqueolgicos como pirmides y monumentos.
Es esplndida la presentacin que ofrece al lector en este primer captulo.
Para explicar el tema de los grupos ms importantes que poblaron e influyeron de
manera decisiva en la historia antigua de Mxico selecciona los siguientes grupos:los
Nahoas, toltecas, chichimecas, acolhuas, tepanecas, mayas y aztecas.
La manera de presentar la informacin es a travs de la narracin de acontecimien-
tos, en donde se destaca con letra ms obscura aspectos o definiciones importantes
que se definen en el mismo texto. Los puntos que le interesa resaltar son costumbres,
formas de vida, mezclas culturales, actividades, personajes importantes para los cuales
selecciona a los que consideran destacados y anexa a pie de pgina una biografa am-
plia del personaje en cuestin, batallas importantes, aspectos religiosos, para lo cual
siempre tiene un comentario un tanto negativo ya que considera a las religiones como
formas de atraso que impiden el desarrollo de las sociedades.
A lo largo de la exposicin sobre los pueblos prehispnicos, se denota siempre la
vinculacin del medio fsico con el desarrollo de estas culturas, por ejemplo menciona...
Entre las tribus que a la cada del imperio tolteca aparecieron en Anahuac (est palabra
quiere decir junto al agua)...Desde las cuencas de los ros de California y Sonora se des-
prendi ste grupo y cruz lentamente, guiado por sus sacerdotes, toda la zona lacustre
que se extiende por Jalisco y Michoacn, en donde es fama que los aztecas...(Sierra,
1902, p.29).
2a Divisin. En esta segunda parte, el captulo da inicio con el pueblo azteca, hace
nfasis a la grandeza del imperio azteca y de sus reyes, destaca la importancia del Rey
Ixcoatl. Otros reyes importantes fueron Tizoc y Ahizotl.
Por lo que toca al tema de la Conquista de Mxico, nuevamente encontramos la pre-
ocupacin del autor por vincular el espacio fsico con las acciones de tipo social. Por
lo general, cuando introduce un concepto nuevo lo resalta en negritas y da la expli
cacinen el mismo texto. A partir de cierta informacin geogrfica, establece una rela
cin entre Amrica y el continente Europeo y en especial la pennsula Ibrica. Ofrece
una breve pero precisa introduccin de los antecedentes histricos de sta pennsula y
de esa manera inicia con el tema de la Conquista, al ser Hernn Cortes un personaje por
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Estos son los nicos personajes a los cuales le dedica un espacio y los considera que
realmente hicieron algo positivo por el Mxico. Otros no son importantes y por tanto
no se les menciona, salvo cuando han tenido una psima presencia histrica.
En cuanto al papel de la Iglesia en el perodo colonial, su opinin no es del todo
favorable, cual buen liberal, y seala que en ste perodo la falta de libertad era la ca-
racterstica principal, La sociedad mejicana disfrutaba de una paz profunda; no haba
libertad de pensar, es decir hacer nada contrario al rey ni a la Inquisicin; pero casi
nadie saba para que serva la libertad, ni esto, que precisa tener siempre presente, que
sin la libertad ni el hombre es completo, ni las sociedades viven sino que vegetan, es
decir, que tienen la vida interior de las plantas.(Sierra, 1902, p. 67).
En las ltimas pginas va introduciendo el tema de la Independencia, aunque no lo
aborda ya que ste ser tema del libro que se utiliza para el cuarto grado de educacin
primaria.
Se puede decir, que este texto marca un cambio significativo en la elaboracin de li-
bros de texto para educacin primaria, rompe con el estilo tradicional de los catecismos
y cartillas de Historia de Mxico, que utilizaban como mtodo nico el de pregunta-
respuesta.
El texto que se consult para sta comunicacin es del ao 1902, sptima edicin,
con un tiraje de 10,000 ejemplares. El texto fue utilizado cuando el rgimen de Daz
ya estaba totalmente consolidado y haba que promover un discurso educativo de exal-
tacin total al liberalismo, pero bajo una metodologa positivista y sin lugar a dudas
refleja una concepcin cualitativamente distinta a los textos que se haban escrito antes
de 1890. La dcada de los noventa representan un perodo de grandes avances para
la educacin, en el pas se han celebrado los Congresos de Instruccin Pblica, los cua-
les han dado resultados concretos, esto se vern materializados en toda la legislacin
educativa, y en s en la normatividad oficial; bajo esto principios jurdico educativos
los planes y programas de estudio del nivel primario han experimentaran cambios pro-
fundos y con ellos los propios libros de texto, a partir de ese momento todo libro publi-
cado deber apegarse a los planes y programas aprobados por la legislacin educativa
vigente. La educacin pblica se vea envuelta por un fuerte proceso de modernizacin
encabezada desde el gobierno federal. En este marco de cambios poltico- educativos
se inscribe la escritura del texto de Justo Sierra, el cual es portador de la poca y de sus
vertiginosos cambios que avecinaban la llegada del nuevo siglo, el siglo XX.
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Reflexin final
Finalmente podemos comentar que el libro de Justo Sierra, ofrece un concepto nuevo
como libro de texto, que requiere de un tipo de profesores formado bajo una nueva
concepcin pedaggica, la cual ya era ofrecida por las Escuela Normal de Maestros de
la ciudad de Mxico y por otras Escuelas Normales en el pas; estos nuevos maestros
cuentan ya con una formacin que les permite utilizar los libros de texto modernos, ya
conocen el mtodo, pero sobre pueden mostrar una visin de la historia que muestre
a los hroes, las gestas heroicas, a los hombres ejemplares como Benito Jurez o Porfi-
rio Daz; que exalta valores de patriotismo, nacionalismo, unidad nacional, formacin
de buenos ciudadanos es decir hombres: trabajadores, honestos, limpios, ordenados,
respetuosos de las autoridades e instituciones; este es el ideal de la elite liberal para
la formacin histrica de los nios mexicanos, para ello habr que difundir el discurso
histrico de manera uniforme y obligatorio en todas las escuelas del pas tanto publicas
como privadas.
Por ello la enseanza de la historia ayer y hoy es escrupulosamente atendida por el
Estado ya sea porfirista, neoliberal o globalizado.
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LA ENSEANZA DE LA HISTORIA EN LA CIUDAD
DE ZACATECAS DURANTE EL PORFIRIATO
Marco introductorio
A finales del siglo XIX nuestro pas enarbol un proyecto de modernizacin y progreso,
el cual tuvo un referente fundamental en la educacin de las personas. Se tuvo la firme
conviccin que Mxico slo podra transformarse si atenda a la instruccin del pueblo.
En palabras de Hale, la educacin intelectual del individuo deba llevar a la reconstruc-
cin de la sociedad; (Hale, 2002, p. 231) por lo que, para cristalizar tal objetivo era
necesario fraguar e impulsar un plan educativo nacional.
As, el tema de la instruccin pblica fue un elemento central de la agenda poltica,
con objetivos concretos que delinearon el nuevo rostro que se quera imprimir al pas,
tales como la uniformidad, la laicidad, la modernidad, la concrecin de un Estado se-
cular y sobre todo, la legitimidad de ste. Al respecto, OGorman aporta una sustancial
observacin: lo urgente era consolidar el triunfo afirmndose en el poder y uno de los
medios de mayor importancia [] que se utiliz para la consecucin de este fin, fue la
educacin (Cit. en Meneses, 1998, p. 200).
En este punto, es importante resaltar el posicionamiento del forjador del proyecto
educativo en esta poca, Gabino Barreda, quien planteaba lo siguiente: para nosotros
la obligacin general de adquirir por lo menos, la instruccin primaria, no es cuestin
de principios o de rutinas; es cuestin de progreso y lo que es ms an, de existencia
social (Cit. en Pedrosa, 1889, p. 7).
A la luz de esta consideracin, fue claro que el gobierno porfirista continuador del
Estado educador que inici Jurez-, concibi como prioritario un proyecto educativo
que edificara una moral social que incidiera en la unin de los mexicanos, atendiendo
as a una legitimidad poltica de tinte liberal. En esto la actuacin de la historia fue
fundamental.
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Dentro de esta enorme empresa por educar a la poblacin zacatecana, las autoridades,
va distintas instituciones, se dieron a la tarea de solemnizar los grandes personajes que
haban ofrendado su vida por la Repblica. Este tipo de celebraciones fue comn en
todo el territorio nacional, en total correspondencia con la sustitucin de una moral ca-
tlica por una de carcter laico, por lo que tambin el santoral catlico fue suplantado
con un panten cvico. Esta fue una de las funciones centrales que tuvo el Estado docen-
te, [] como inculcador de las virtudes morales y cvicas a todos los ciudadanos(Hale,
2002, p. 364).
En Zacatecas se desarrollaron actos con motivo de la conmemoracin del nacimiento
o aniversario luctuoso de los que haban permitido la nueva era, los viejos liberales
a decir de Zea como Jurez o Lerdo y el prcer de la Independencia, Miguel Hidalgo.
De esta forma, tambin se cultiv y se le ense historia a la sociedad zacatecana por
medio de las celebraciones de acontecimientos gloriosos de la historia nacional, como
el 5 de febrero, aniversario de la promulgacin de la Constitucin de 1857, el 5 de
mayo, en recuerdo de cuando las armas mexicanas se cubrieron de gloria en la Batalla
de Puebla o el 16 de septiembre, fecha de la Independencia mexicana.
El santoral cvico iniciaba en el Mxico independiente porque haba un repudio a la
etapa colonial, sin duda, en gran medida explicado a partir de la actuacin protagni-
ca de la Iglesia. A continuacin, un ejemplo de cmo presentaban este captulo de la
historia nacional en un tono eminentemente liberal:
No bien haba terminado nuestra casa Mxico de sacudir el ominoso yugo que le impu-
siera la tirana espaola de tres siglos; apenas los libertadores empezaban a saborear los
goces del gobierno del pueblo por el mismo pueblo; no se haban borrado an las huellas
de una desastrosa lucha, pues era nada menos que la del fuerte contra el dbil, cuando la
discordia y la perfidia dividieron a los hermanos en dos bandos. Noble, esforzado y vale-
roso el uno; cobarde, cruel y sanguinario el otro; tales eran el partido liberal y el partido
conservador (El Defensor de la Constitucin. Peridico Oficial de Gobierno del Estado, T. XVII,
Nm. 37, Zacatecas, 10 de mayo de 1893, p. 3).
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Estas celebraciones eran fiestas donde el espritu liberal brillaba a todas luces.
Fueron ceremonias plagadas de discursos por parte de diferentes personajes, sobre
todo hombres y en menor medida mujeres, particularmente profesoras, quienes ex-
presaban la grandeza de Jurez, lamentando su fallecimiento y reconocindole todo
lo que le haba ofrendado al pas para construir la nueva era en que estaban viviendo.
El tono discursivo segua ms o menos esta lnea, a propsito de un aniversario de la
muerte del patricio:
Veinte aos hace ya, y todava en nuestros odos resuena el pavoroso estampido del can
que anunciaba a la Repblica la inesperada catstrofe; todava recorre nuestros nervios
aquella penosa impresin y nos embarga aquel estupor que sentimos al ver desaparecer de
entre nosotros al genio tutelar de nuestras libertades [] (El Defensor de la Constitucin. Pe-
ridico Oficial de Gobierno del Estado, T. XVI, Nm. 58, Zacatecas, 20 de julio de 1892, p. 2).
Hubo varios personajes que fueron elevados al panten cvico, pero sin duda Jurez
ocup el primer peldao. Aqu es oportuno el comentario de Hale sobre la glorificacin
de Jurez durante el Porfiriato: una de las ironas de la historia de Mxico es que el
surgimiento de Benito Jurez como figura central en la tradicin liberal oficial se deba
a su antagonista, Porfirio Daz (Hale, 2002, p. 25).
En todo el pas las comparaciones que le hacan al Benemrito de la Nacin eran
sublimes y lo ms importante, los discursos que se emitan durante las ceremonias eran
una forma de educar a la poblacin en la nueva ideologa:
Las caractersticas atribuidas a estos prceres constituan el modelo a seguir para ins-
truir y formar la conducta de la poblacin que adoleca de las nociones bsicas de civi-
lidad, por lo que reiteradamente expresaban que [] el recuerdo de nuestros hroes
y los sentimientos de valor y patriotismo, sean la norma de conducta de los buenos
mexicanos, para conservar siempre inclumes la libertad, independencia y soberana
de nuestro amado suelo (El Defensor de la Constitucin. Peridico Oficial de Gobierno del
Estado, T. XVII, Nm. 37, Zacatecas, 10 de mayo de 1893, p. 2).
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
[] Pero el bando conservador que acababa de ser arrojado del poder pblico y que con
la promulgacin del cdigo de 57 reciba un golpe mortal, no se resign a abandonar
voluntariamente su presa, y tentando el ltimo esfuerzo, puso en juego todas las intrigas
y maquinaciones de que fue capaz para echar nuevamente por tierra el edificio recin
levantado del gobierno popular [] (El Defensor de la Constitucin. Peridico Oficial de Go-
bierno del Estado, T. XVI, Nm. 58, Zacatecas, 20 de julio de 1892, p. 3).
El culto a los hroes, que fue un prctica reiterada en todo el territorio nacional durante
el Porfiriato, fue impuesto tambin desde los espacios educativos; era necesario que en
todos los sectores sociales se materializaran los conocimientos cvicos que permitiran
fraguar el nuevo pas que se anhelaba, era un requerimiento del santoral reciente que
abonara a la unin, identidad y emancipacin de las conciencias. Pese a las penurias
econmicas en las escuelas, los festivales en honor a los insignes hombres eran ineludi-
bles. As lo ordenaron las autoridades de la Direccin General de Instruccin Pblica en
Zacatecas a los maestros y maestras:
Refirindome al oficio de Ud. fecha de ayer en el que expresa las dificultades que se le
presentan para celebrar el festival que se ha dispuesto para el 18 de julio presente en
honor del Benemrito de Amrica C. Lic. Benito Jurez le manifiesto que el honor a la
patria y a sus grandes hombres debe inculcarse a los nios de cualquier sexo y edad. Por
acuerdo del Supremo Gobierno del Estado, los gastos se harn de los fondos municipales
(Archivo Histrico del Municipio de Zacatecas; Fondo: Jefatura Poltica; Serie: Instruccin
Pblica; Subserie: Generalidades; Caja Nm. 1; Exp. 58).
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casas; asimismo, por medio de la prensa local, sobre todo de carcter oficial, se inser-
taban los programas de las festividades escolares, dando a conocer el orden del da.
Los festejos fueron de dos tipos, por un lado los conciertos musicales, fuegos arti-
ficiales, serenatas y bailes populares que se hicieron en espacios abiertos como la Ala-
meda, Jardn Hidalgo, frente a la casa del Estado, etc. sobre todo dirigidos al pueblo
en general; por otra parte, estaban los que pudiramos llamar ms acadmicos, que se
llevaron a cabo en recintos educativos como el Instituto de Ciencias que fue uno de los
lugares ms socorridos y que incluan de 10 a 15 intervenciones de carcter artstico
y discursivo como oberturas, romanzas de pera, duetos, poesas, intervenciones p-
blicas y, al final, el Himno Nacional cantado o acompaado por alguna orquesta. Este
tipo de celebraciones eran ms elitistas en cuanto al pblico asistente y frecuentemente
estuvieron presididas por el ejecutivo del Estado.
La siguiente imagen sobre un aniversario luctuoso de Benito Jurez en el Instituto
de Ciencias de la ciudad de Zacatecas, da cuenta de la importancia que tenan este
tipo de celebraciones en la sociedad zacatecana, orquestadas desde la administracin
estatal a travs de las autoridades, en este caso las de carcter educativo; se advierte
la convocatoria y la presencia de las instituciones escolares por ejemplo con los estan-
dartes, al mismo tiempo que, la fastuosidad en la ceremonia, la honorabilidad y
dignidad del que fue el mayor santo cvico enaltecido en el Mxico porfirista.
Fotografia que muestra un evento academico en honor de Benito Juarez en el Instituto de Ciencias de Zacatecas.
Fuente: Infante Gonzalez, 2007, p. 156.
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Eran das de festejo que educaban a los habitantes en la ideologa que se estaba edi-
ficando en la nueva era inaugurada a partir de 1867. Naturalmente, la ciudad capital
no era la nica en cuanto a la realizacin de estas festividades. Prcticamente en todo
el estado se efectuaron tales conmemoraciones; la orden gubernamental era muy clara
respecto a que toda la poblacin deba llevarlas a cabo. Los partidos, municipios y pue-
blos informaron al mandatario de la entidad sobre el desarrollo de las fiestas cvicas y,
estos documentos eran publicados en el peridico oficial.
Un ejemplo de ello fueron las fiestas de la Patria en Ro Grande, donde con motivo
de un aniversario de la Independencia:
El gremio de obreros se reuni en la Plaza de la Reforma, sac una procesin luci-
dsima, con un estandarte con el retrato de Hidalgo, llevando todos bandas y faroles
tricolores y a la hora del Grito hizo fusin con la Junta Patritica del Centro [] se
pronunci un elocuente discurso en el kiosko que entusiasm a todo el pblico y fue
calurosamente aplaudido, continuando el entusiasmo casi al amanecer (El Defensor de la
Constitucin. Peridico Oficial de Gobierno del Estado, T. XVI, Nm. 77, Zacatecas, 24
de septiembre de 1892, p. 3).
La nota concluye informando que la aclamacin popular sigui durante buena parte
de la noche debido a que se hicieron tres bailes como complemento de la ceremonia.
El Estado concibi la necesidad de educar a los mexicanos y mexicanas por medio
de un amplio espectro de posibilidades, siendo unas de estas las solemnidades, a
travs de las cuales se pretenda homogeneizar a la sociedad, a la par que, justificar la
preeminencia del grupo poltico en el poder, tanto en el mbito federal, como a nivel
estatal, ya que como bien precisa Hale, [] liberal se convirti en un trmino oficial
al que todo el mundo se adhiri despus de 1867 (Hale, 2002, p. 108).
Las ideas liberales en la entidad zacatecana estaban amparadas por el abrigo de
la clase poltica gobernante, una oligarqua que estaba a tono con la administracin
central. Estos funcionarios estatales, municipales y autoridades educativas, tuvieron una
filiacin liberal declarada y contundente y algunos de ellos comulgaron con los plantea-
mientos positivistas que adopt el gobierno federal para edificar un Estado laico, por
lo que se advierte en ellos un convencimiento claro respecto a la importancia que le
dan a la educacin y la historia en la entidad como asunto de indiscutible inters para
el adelanto social.
Es sustancial mencionar que, esta lealtad a los planteamientos liberales en el rubro
educativo fue tambin asumida por parte de los actores y actrices centrales en el pro-
ceso educativo, los profesores y las profesoras, quienes en su actuar laboral y en lo que
han legado a los repositorios documentales con su voz, dan cuenta de su convencimien-
to en la utilidad y alcance que la educacin y la historia podran originar en el pas,
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
ideas que a su vez fueron persuadidas y en algunos casos asumidas en sus alumnos y
alumnas, tal como se puede advertir en los discursos que se hacan en las ceremonias
civiles, o bien, cuando se realizaban las evaluaciones, entregas de premios, la inaugu-
racin o conclusin de un ciclo escolar.
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Dibujo. Dibujo.
Canto. Caligrafa.
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lo que la escuela se convirti en la nueva religin del Estado, hecho que dimension
el papel de la educacin en las personas como un bien en s, [] exigible para
todos, y cuya ausencia mutila al individuo (Monsivis, 1987, p. 17).
La enseanza de la historia tuvo una actuacin medular en la nueva conformacin
social que se pretenda edificar, en virtud de que de esta disciplina se desprendieron
[] los paradigmas de la secularizacin, las conductas normativas y los valores que le
urgen a la sociedad laica (Boletn de Instruccin Primaria. rgano de la Direccin General
del Ramo en el Estado de Zacatecas, T. I, Nm. 2, Zacatecas, 5 de junio de 1906, p. 13).
De acuerdo a Zoraida Vzquez, era necesario seguir el viejo consejo del doctor Mora
de aprovechar la niez para formar nuevos hombres (Vzquez, 1975, p. 55).
En este sentido, a partir del tercer ao de la primaria elemental los nios y nias de
las escuelas pblicas de Zacatecas llevaban la materia de historia como clase alternada.
Los contenidos temticos contemplaban el escenario prehispnico y la etapa colonial,
periodos en los cuales cada profesor o profesora deba centrarse en explicar [] los
sucesos ms importantes y los caracteres principales de la cultura de los principales
pueblos (Ley Orgnica de Instruccin Primaria, 1891, p. 43). En el ltimo grado de este
nivel de instruccin se terminaba de abarcar la historia nacional con los siguientes con-
tenidos: Hidalgo y la guerra de Independencia. Proclamacin de la Repblica. Santa
Anna y la guerra con los Estados Unidos. Plan de Ayutla. Comonfort y la Constitucin de
1857. Jurez, la Reforma y la intervencin francesa (Ibidem, p. 45). El curso terminaba
con los principales acontecimientos de su historia contempornea, es decir, los hechos
relevantes de la Repblica Restaurada y los primeros aos del Porfiriato.
Como se observa, en los dos ltimos aos de la primaria elemental los y las es-
tudiantes conocan un panorama general de la historia de Mxico, desde el periodo
prehispnico que denominaban como historia antigua hasta su presente primeros
aos del rgimen porfirista. En el cuarto grado, la asignatura de historia tena un matiz
eminentemente poltico, lo que denota el inters del Estado educador porque los nios
y las nias conocieran el costo social de la Repblica y la legitimidad de su gobierno
actual. Destaca en este curso el desfile de hombres prominentes que durante todo el
siglo XIX haban ofrendado su vida por las instituciones republicanas, como un modelo
didctico que incidiera en la formacin de los nuevos hombres y mujeres que se quera
edificar.
Galvn Lafarga hace una importante precisin respecto a la historia nacional que
contempl la currcula en los planes de estudio de esta poca: haba que formar a los
nuevos ciudadanos, a quienes era necesario darles una identidad. La conciencia nacio-
nal, como parte de la invencin histrica que necesitan todas las naciones, se va confor-
mando a travs del tiempo mediante el rescate de la memoria de ciertos acontecimientos
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
importantes [] (Galvn Lafarga, 2010, p. 111). Por consiguiente, no fue gratuito que
lo primero que conocieron los nios y las nias de las escuelas pblicas de Zacatecas
haya sido la historia nacional, la historia patria, en aras de fraguar una identidad homo-
gnea que tuviera como saldo un apego al pas y el respeto a sus instituciones.
En el ltimo nivel de la primaria, la instruccin superior, la materia de historia tena
otro enfoque. Inclua contenidos de historia universal en torno a los grandes personajes
y hechos sobresalientes y tena un hilo conductor ntidamente especfico: se tratarn
de preferencia a los sucesos de significacin puramente poltica, los que den idea de los
progresos de la civilizacin, hablando de los principales descubrimientos, invenciones,
etc. (Ley Orgnica de Instruccin Primaria, 1891, p. 53).
La obra principal de historia que el Consejo Superior de Instruccin Primaria en
el estado de Zacatecas design en 1893 para las escuelas de primaria elemental, fue
la de Laine con ampliaciones por Zrate; mientras que, en la primaria superior se
implement el texto Historia patria de Julio Zrate. En ambos niveles fueron caracte-
rsticos tambin los textos de Geografa de Mxico por Alberto Correa y Compendio
geogrfico de Garca Cubas (El Defensor de la Constitucin. Peridico Oficial del Gobierno
del Estado, T. XVII, Nm. 80, Zacatecas, 7 de octubre de 1893, p. 2).
Galvn Lafarga comenta que hubo un cambio muy importante en los textos de his-
toria a finales del siglo XIX, porque [] a partir de los congresos de Instruccin
Pblica empieza a desaparecer la forma catequstica, de preguntas y respuestas, por la
expositiva, [] (Galvn Lafarga, 2010, p. 138).
Las innovaciones pedaggicas de la historia fueron tambin en otros campos como
la didctica. Una de estas alternativas que implementaron los maestros y maestras de
Zacatecas en las escuelas pblicas y, que adems contribuy a la edificacin de la moral
social, asicomo a la enseanza de la historia, fueron las representaciones escnicas o
teatrales, con motivo de los festivales escolares en la conclusin del ciclo escolar.
Con ttulos de las obras como el monlogo de la mueca, el recreo, contra la
soberbia humildad, Jurez en Guadalajara y ya s leer, el personal docente pre-
tenda generar sentimientos honorables en sus estudiantes, accin educativa que tena
una mayor prioridad respecto de la instruccin: [] porque es bien sabido que de
dificultad a dificultad, es mayor la de despertar y cultivar los buenos sentimientos, que
la de instruir; y es ms procurado por los verdaderos educadores e ilustrados padres
de familia, aquel cultivo que la sola adquisicin de conocimientos (Boletn de Instruccin
Primaria. rgano de la Direccin General del Ramo en el Estado de Zacatecas, T. I,
Nm. 2, Zacatecas, 5 de junio de 1906, p. 17).
Otra innovacin pedaggica importante en la poca a nivel nacional y que tuvo una
aceptacin entusiasta [] debido a que representaba una actividad ldica y de apren-
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E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Consideraciones finales
El rgimen porfirista tuvo una fe inquebrantable en la educacin e instruccin de las
personas para la conformacin de una nueva nacin. Dentro del proyecto educativo
nacional que se concibi para tal propsito se hizo nfasis en la formacin de los
nuevos hombres y mujeres que el pas requera para su existencia y regeneracin so-
cial. En esta empresa, la historia fue un factor determinante para la edificacin de los
ciudadanos, puesto que incidi en la construccin de identidad a un pas sumamente
heterogneo en trminos de una fisionoma social. De esta forma, los contenidos hist-
ricos, sobre todo en cuanto a la preeminencia de los grandes hombres y los principales
acontecimientos de la historia nacional, particularmente los del siglo XIX, abonaron a
una homogeneidad y construccin de una moral social. Algunos mecanismos didcticos
en la poca contribuyeron enormemente a la enseanza de la historia, como las
representaciones escnicas y los paseos escolares, estrategias que adems se asumen
como innovadoras en la poca y marcan un parteaguas en la enseanza tradicional de
esta disciplina.
946
E j e T e m t i c o : H i s to r i a d e l a e n s e a n z a d e l a H i s to r i a
Referencias
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el currculo de la escuela primaria, 1867-1940, en Luz Elena Galvn Lafarga y Luca
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Vzquez, Josefina Zoraida (1975). Nacionalismo y educacin en Mxico, 2 ed., Mxico:
El Colegio de Mxico, Nueva Serie, Nm. 9.
947
Eje Temtico:
difusin de la Historia
948
Un posgrado para la enseanza
de la Historia en la UNAM
El bachillerato mexicano
El bachillerato mexicano o Educacin Media Superior (EMS) cubre aproximadamente
el 12% de toda la educacin del pas. En el ciclo escolar 2010-2011 ingresaron 4,165.2
alumnos, de los cuales ms del 60% se encontraba en los bachilleratos propeduticos
y el resto en la modalidad tcnica o bivalente (CIEP, 2011, p. 2). Si bien la cantidad es
muy poca comparada con el nmero de estudiantes que ingresan a la educacin bsica,
se puede percibir que la gran mayora de los alumnos optan por tomar los bachillera-
tos generales o propeduticos con la finalidad de continuar sus estudios. Aunado a lo
anterior, se debe tomar en cuenta que para muchos jvenes ser, lamentablemente, el
ltimo contacto que tengan con la escuela y/o con muchas materias que no vern en sus
carreras universitarias, pues:
el nivel medio superior del sistema educativo mexicano tiene la doble finalidad de dar
al estudiantado, por una parte, los elementos para elegir entre las diversas opciones de
educacin superior al concluir el bachillerato; o por la otra, capacitarlo en actividades
diversas enfocadas al mbito laboral si lo curs como profesional tcnico (Alcntara y
Zorrilla, 2010, p. 40).
Si bien los distintos sistemas de educacin cuentan con sus propios programas, formas
de evaluar a alumnos y personal docente, administracin y polticas educativas; re-
sulta evidente que todos comparten problemas tales como la reprobacin, desercin
y la gran demanda de alumnos. Tambin podemos mencionar la selectividad y gran
segregacin que esto provoca (no slo en el nivel medio superior, sino incluso en
el sistema educativo en general), esa problemtica ha sido abordada por diversos
autores como Juan Fidel Zorrilla o Jorge Bartolucci (Zorrilla, 2010 y Bartolucci, 2000).
A travs de un estudio estadstico verdaderamente alarmante de las cifras de de-
sercin y eficiencia terminal que se registran en el nivel medio y superior en el pas,
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Bartolucci seala la inequidad que en este nivel existe, teniendo como una de sus
consecuencias un enorme costo financiero y sobre todo humano, porque como se
sabe, los estudiantes que ingresan sortearon un proceso de seleccin verdaderamente
despiadado que deja sin oportunidad a ms de dos millones de jvenes que desean
ingresar al sistema de bachillerato:
la feroz seleccin que tiene lugar en la enseanza bsica se queda corta ante estas cifras
que como dice el informe de la OCDE, producen vrtigo y no parecen estar suficiente-
mente presentes en la conciencia de los maestros y de los responsables de la educacin
(Bartolucci, 2006, p. 8).
La insistencia por parte del autor sobre la necesidad de una reflexin profunda con
respecto a esta problemtica, consideramos que es uno de los aportes ms importantes
que como profesoras de la EMS nos debe ocupar, para tratar de evitar la reproduccin
de este sistema injusto y devastador, en cuanto a las aspiraciones de esos millones de
jvenes que ingresan con la idea no slo de concluir el bachillerato, sino tambin su
educacin superior y que sin embargo se quedan en el camino.
Otro problema muy importante es la urgente necesidad de que la EMS de ma-
nera general, favorezca, promueva y centre su atencin en la funcin formativa y en
la enseanza de valores cvicos y deje de lado el papel propedutico que incluso ya no
es acorde con la realidad mexicana, ni con la demanda de las habilidades y competiti-
vidad que se requieren en un mundo globalizado (Zorrilla, 2010, p. 73). Este sistema
completamente anmico esboza tambin un vaco de valores, objetivos, sentimientos
y propsitos en el mbito mayor de la sociedad mexicana sobre el sentido y conteni-
dos educativos de la EMS pblica (idem).
No slo se trata de los problemas que enfrentan los estudiantes al ingresar al ba-
chillerato; tambin los maestros se encuentran con grandes obstculos, que de alguna
u otra manera deben ir superando de acuerdo con las posibilidades que tanto la
institucin acadmica les brinde, as como su situacin personal, ya que:
Para ser profesor o profesora no basta con saber lo que debe ensearse, es necesario
saber muchas otras cosas. Sin duda, nadie puede ensear lo que no sabe. En consecuen-
cia, para ensear es necesario saber pero no basta con slo saber para ensear (Pags,
2004, p. 157).
950
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Para los jvenes, las oportunidades educativas que ofrecen las formaciones medias y su-
periores resultan ser un espejismo. Excepcin hecha de una minora que no busca ingresar
en la enseanza superior o que no es admitida por alguna institucin, la gran mayora se
dirige a los programas que estn estrechamente vinculadas con salidas al nivel superior
y cuentan con pase automtico; como si ello garantizara algo ms que el simple acceso
en algn plantel universitario con las correspondientes probabilidades de abandonarlo en
algn momento [], esta trayectoria larga slo la culmina una pequea minora, equi-
valente a un 15% de todos los que la inician tras haber superado la seleccin feroz que
tiene lugar en la educacin obligatoria (Bartolucci: 2000).
El bachillerato de la UNAM
La Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM) posee dos de los bachillera-
tos con mayor nmero de alumnos. La Escuela Nacional Preparatoria (ENP), creada
en 1867 por Gabino Barreda la cual, despus de haber sobrevivido a lo largo de
la segunda mitad del siglo XIX, en 1910 se integr a la UNAM. Luego de diferentes
modificaciones a sus programas de estudio, finalmente se establecieron sus objetivos
fundamentales en 1964, los cuales continan vigentes hasta la fecha:
951
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
La creacin de la madems
La MADEMS se crea con el fin de reconocer la importancia de la enseanza del bachi-
llerato dentro de la UNAM y por la necesidad de preparar a los docentes en este nivel,
as como tratar de evitar la problemtica de desercin y poca eficiencia terminal de
los egresados. De esta manera, la mxima casa de estudio promueve esta maestra e
involucra desde sus orgenes 11 entidades, 3 escuelas, 6 facultades y diversos cen-
tros e institutos, entre los que destaca la Direccin General de Apoyo al Personal
Acadmico, el Consejo Acadmico del Bachillerato y la Direccin General de Estudios
Profesionales.
Como hemos sealado, no hay que perder de vista la reciente reforma que estable-
ce la obligatoriedad del nivel medio superior en el pas, adems de diferencias curricu-
lares de los alumnos y profesores del bachillerato universitario.
Anteriormente a la creacin de esta maestra se contaba con el Programa de Apoyo
a la Actualizacin y Superacin Acadmica (PASS), el cual contemplaba estancias
en el extranjero y se consideraba un proyecto institucional para docentes del Colegio
de Ciencias y Humanidades y la Escuela Nacional Preparatoria. Posteriormente se dio
entre el 2000 y 2002, por parte de la ENP, una propuesta de creacin de una maes-
tra en docencia, a la par del Programa de Fortalecimiento y Renovacin de la Planta
Docente del CCH (PROFORED).
As en 2003, tras una serie de estudios y despus de pasar por distintas instancias
administrativas, se crea la Maestra en Docencia para la Educacin Media Superior (MA-
DEMS). Si bien se funda con las disciplinas que integran el tronco comn de la Educa-
cin Media Superior: biologa, ciencias sociales, espaol, matemticas, fsica, qumica,
filosofa e historia, existe la posibilidad de que se vayan integrando todas las materias
que se imparten en el bachillerato.
La razn fundamental por la que surge esta maestra es por la falta de maestros
preparados para dar clases en este nivel educativo, a pesar de que se han creado una
serie de programas, talleres o seminarios para remediar dicha situacin. Estos proyectos
se presentaban de una forma inconexa por lo que al final no se vean reflejados en las
aulas (ibid., p.13).
953
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Esta lnea de formacin plantea analizar los procedimientos utilizados por los historiado-
res para profundizar en el conocimiento de los perodos histricos, haciendo hincapi en
la actualizacin de su concepcin histrica desde los puntos de vista terico, metodolgico
y fctico, as como en la utilizacin de diversos enfoques (como el social, cultural, regional
o los que provienen de la microhistoria, la antropologa histrica, o bien la historia
marxista). Adems, enfatiza la formacin psicopedaggica con el fin de abrir espacios de
discusin donde puedan plantearse los obstculos que se afrontan al ensear historia,
considerando la edad de los estudiantes. Evita la simple transmisin de datos enciclopdi-
cos, priorizando el anlisis para acceder al conocimiento (ibid., p. 19).
Mapa curricular
Dentro de este posgrado se manifiesta como principal objetivo: la profesionalizacin de
la Enseanza Media Superior, por medio de una formacin integral en diversos campos
de conocimientos, multidisciplinaria e interinstitucional: aspectos socio-educativos, psi-
copeda-ggicos, disciplinares y en tcnicas de informacin aplicadas a la enseanza.
Razn por la cual su estructura curricular es mixta, con un tronco comn.
Como hemos sealado, el inters es formar al docente en diferentes rubros que se
dividen en tres lneas de formacin: la socio-tico-educativa, la psicopedaggico-di-
dctica y la disciplinaria. Cada una de ellas cuenta con una serie de seminarios, talleres,
954
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
prcticas y cursos, que ayudan a que el estudiante vaya adquiriendo las herramientas
necesarias para ser un docente mejor preparado (ibid., p. 24-27). A continuacin se
presenta el diagrama de actividades (ibid., p. 29):
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Cada una de las asignaturas es impartida por profesores expertos en sociologa educa-
tiva, pedagoga, teora de la historia, psicologa de la enseanza y filosofa. He ah el
carcter multidisciplinario de este posgrado, cada una de las reas aporta elementos
que llevarn al profesor a un conflicto no importando los aos de experiencia, al
enfrentarse a nuevos conocimientos. Despus a un proceso de asimilacin donde cada
docente va incorporando aquellos elementos que considera novedosos y, lo ms im-
portante, que lo ayudarn a mejorar su prctica docente. Finalmente, al incorporarse
a la docencia, se espera que el profesor aplique los conocimientos adquiridos en la
MADEMS.
De esta manera se busca cubrir el perfil de egreso que expone lo siguiente:
956
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Reconocer a la docencia como su proyecto de vida, con una slida formacin cien-
tfica, humanstica, tecnolgica o artstica, segn sea el caso, y asumir el compromiso
de actualizarse permanentemente en los avances ms recientes de su disciplina y de su
didctica (ibid., p. 21-22).
Nos permitimos hacer esta cita en extenso porque claramente deja ver que esta maes-
tra persigue un propsito ambicioso, ya que el perfil de egreso busca hacer un cambio
radical en los profesores de bachillerato. Sin embargo, depender de la decisin y la
personalidad de cada docente si se cumple con dicho perfil. Sin duda no slo el egre-
sado, sino tambin el aspirante que ingrese a esta maestra, deben buscar una actuali-
zacin en todos los sentidos.
En un principio la MADEMS-Historia, se abri como un posgrado enfocado a la
actualizacin y profesionalizacin de los docentes del bachillerato universitario. De
hecho la primera generacin de CU fue de 11 alumnos, donde la mayora era del Co-
legio de Ciencias y Humanidades. Sin embargo se fue abriendo a otras instituciones
como escuelas de la SEP o bachilleratos de otros estados. De igual manera se han ido
incorporando recin egresados de la licenciatura en Historia, pues estn conscientes
de que una de sus fuentes de trabajo, si no es que la principal, es la docencia en los
distintos niveles educativos.
A manera de reflexin
No seramos objetivas si no hiciramos un balance de los aciertos y errores de la MA-
DEMS. Sin duda alguna es loable que exista un posgrado como ste dentro de la
Universidad Nacional Autnoma de Mxico, pues es necesario que se prepare a los
docentes para ensear en cualquier disciplina.
La interdisciplina que se plantea en el plan de estudios es un elemento que le brin-
da un plus, aunque a la vez representa un reto para el estudiante, ya que se enfrenta
a diferentes campos de conocimiento que es necesario integrar, adems de distintas
concepciones de la enseanza, que en algunas ocasiones se pueden contraponer. Sin
embargo, depender del maestrante poner en su justo balance cada uno de los precep-
tos y adecuarlos o desecharlos.
Uno de los grandes problemas, al menos en Historia, es que no se cuenta con
expertos en el rea de didctica de esta disciplina, por lo general los profesores que
imparten esta asignatura se esfuerzan por impartirla, revisando las fuentes especiali-
zadas y aprovechando su conocimiento emprico, pero an falta trabajo por hacer. Las
mismas autoridades reconocen que sufren para conseguir a los profesores que estn
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
capacitados para impartir esa materia, que es medular para el logro de los objetivos
que establece esta maestra.
Existe un aspecto que queremos puntualizar, porque nos parece de gran importan-
cia: a nueve aos de su creacin, este posgrado an tiene que luchar contra los
prejuicios que propios y extraos tienen hacia la docencia en sus distintos niveles. Algu-
nos descalificaban a la MADEMS pensando que es superficial y poco acadmica o una
alternativa para que los profesores tomaran un descanso de su ajetreada vida escolar,
sin embargo, quienes estn realmente comprometidos con la educacin sin importar
el nivel o institucin educativa se dan cuenta del gran compromiso y reto que esta
maestra representa para cada uno de los que formamos parte de ella.
Hay que especificar que la maestra abre sus puertas a docentes de cualquier otra
institucin y que desde sus inicios y a pesar de la poltica favorecedora por parte de
las instancias involucradas, como la ENP y el CCH, no se aprovecha como se debiera,
sera interesante encontrar las respuestas a esta situacin: apata, poco inters en la
superacin acadmica, falta de perspectivas laborares, etc.
En el pas existen numerosas maestras en educacin pero no abocadas a la Educa-
cin Media Superior. La situacin actual muestra rezago si la comparamos con pases
como Espaa, Estados Unidos y Canad, o incluso con pases como Chile, Argentina y
Brasil (Pags, 2004).
Sabemos que la formacin de profesores de todos los niveles en Mxico es un pro-
blema muy complejo pues provoca, paradjicamente, que el mismo docente olvide
el compromiso de formar, atendiendo casi siempre al slo hecho de informar.
La docencia, a diferencia de otras actividades profesionales, requiere necesariamente
de factores no muy objetivos o cientficos, ms bien emotivos y por lo tanto marcada-
mente subjetivos, que consideramos fundamentales para el ejercicio de la labor y fun-
cin educativa, sobre todo ante la carencia de formacin pedaggica que padecemos
la gran mayora de docentes del nivel medio superior. Formacin que tambin se va
adquiriendo sobre la prctica y no nicamente en los sustentos tericos-metodolgicos:
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Narro se puso como una de sus metas reforzar la preparacin de los maestros del ba-
chillerato e impulsar a la MADEMS como uno de los medios ms idneos para cumplir
dicho objetivo.
Estamos convencidas de que esta maestra nos da los elementos tericos, didcticos,
metodolgicos y disciplinarios necesarios para una docencia de calidad, porque tiene
clara la idea de:
Referencias
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961
Ideas Presentes:
Revista de estudiantes de historia
962
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Los bajacalifornianos conocen de nuestros logros? Saben que ms all de las aulas
hemos llevado a los procesos histricos de Tijuana, Ensenada, Tecate, Mexicali... a la
discusin general sobre qu somos y queremos los mexicanos fronterizos como Nacin?
Al parecer, los argumentos vertidos y los textos ledos no han logrado llegar a un
pblico amplio que refuercen la presencia de la UABC, la Facultad de Humanidades
y la de los alumnos de la carrera de Historia en la comunidad extra muros. Una estra-
tegia para acercar el conocimiento generado en los campi y aulas universitarias por
acadmicos y alumnos de todos los niveles es a travs de la difusin del mismo, in situ
o aprovechando las tecnologas de la informacin, las reas pblicas, las redes sociales,
las publicaciones impresas y digitales, entre otras. Acercar la historia y fomentar la
divulgacin de las humanidades, la ciencia y la tecnologa es una de las maneras para
fortalecer los lazos entre la comunidad universitaria y los diversos sectores sociales.
Ideas Presentes, Revista Estudiantil de historia se presenta como uno de los vehculos
que permitan acercar la historia a la comunidad externa a la Facultad de Humanida-
des, entre sus egresados y los jvenes que se incorporarn en el futuro a la mxima
casa de estudios del estado. Busca conformar un espacio donde la comunidad pueda
informarse, conocer novedades, rescatar su barrio, pero tambin intercambiar y dis-
cutir ideas de nuestro devenir histrico y los problemas actuales, trascender la simple
exposicin de fechas, nombres y festividades para difundir las tareas del historiador
investigador, profesor y de los que se forman en las aulas como historiadores en
potencia.
Es por esta razn que nuestra propuesta, Ideas Presentes: Revista de estudiantes de his-
toria, busca acercar el conocimiento histrico a un pblico variopinto, que no se limite
a los estudiantes de licenciatura y posgrado, que por tratarse de una revista universi-
taria fuese el pblico cautivo. Nos interesa que Ideas Presentes llegue al estudiante de
nivel intermedio (secundaria, bachillerato), a los padres de familia, a los trabajadores
de talleres, maquila, servicios, industria, burocracia, que poco a poco se van sumando
a las nuevas tecnologas de la informacin y se muestran interesados. La meta es llegar
tambin a los municipios y poblados ms alejados de los campi universitarios e integrar
sus historias en el futuro, sin perder el rigor cientfico ni la veracidad de los argumentos.
El funcionamiento de la revista
Desde septiembre de 2011 hemos producido ininterrumpidamente un nmero men-
sual, publicado el primer lunes de cada mes. Los textos publicados son escritos, edi-
tados y corregidos por estudiantes y egresados de la Licenciatura en Historia de la
Universidad Autnoma de Baja California. Actualmente el Consejo Editorial consiste en
963
E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Resultados
El medio digital, adems de superar los problemas de la carencia de presupuesto, nos
permite alcanzar a un pblico amplio y diverso a un muy bajo costo. Desde la creacin
del nuevo sitio en el que se encuentra alojada la revista, en octubre de 2011, hasta el 12
de mayo de 2012 hemos recibido a 5,166 visitantes. Para el ao de 2011, nuestros pri-
meros 4 nmeros, recibimos un promedio de 523 visitantes mensuales, en 2012 hemos
superado esa marca, recibiendo en promedio 807 visitantes al mes. Este nmero de
lectores sera imposible de alcanzar a travs de una publicacin impresa, considerando
los recursos limitados con los que contamos.
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Adems de las ventajas que ofrece Internet en cuanto a nmero de lectores, hemos
alcanzado a cubrir un rea geogrfica de proporciones muy grandes, lo cual no era
esperado. Si bien la mayora de nuestros lectores desde febrero de 2012 han visitado
la pgina desde Mxico (1,543) hemos recibido buena cantidad de visitas desde Es-
paa, Argentina, Colombia y Estados Unidos; en menor medida de otros pases lati-
noamericanos como Chile, Venezuela, Per, Bolivia, Ecuador y Guatemala; adems de
visitas espordicas desde Brasil, Francia, Reino Unido, Canad, Hungra, India, Turqua
y Kuwait, entre otros.
Por lo general, nuestros lectores llegan a travs de motores de bsqueda (1,320
desde octubre de 2011), y de la red social Facebook (1,022). Mientras los visitantes
que llegan a travs de Facebook lo hacen principalmente durante los primeros das del
mes cuando nos dedicamos a difundir la publicacin del nmero ms reciente el
flujo de personas que llegan desde los buscadores es constante. El continuo flujo de vi-
sitantes a travs de los motores de bsqueda nos indica que, hasta cierto punto, hemos
estado contribuyendo a cubrir las necesidades de informacin histrica de la poblacin,
las cuales son variadas, como indican los trminos de bsqueda que conducen a los
lectores hacia nuestra pgina.
Al 12 de mayo de 2012, 103 personas han llegado buscando la revista (con trmi-
nos de bsqueda como ideas presentes, revista ideas presentes, ideas presentes uabc).
Los trminos de bsqueda que ms personas conducen a nuestra revista son aquellos
relacionados con alguna de las obras reseadas (con 108 bsquedas como Toms Prez
Vejo, Disparos en la oscuridad, Problemas sociales de Mxico, De pcaros y malqueri-
dos), es de notarse que varias bsquedas parecen venir desde computadoras operadas
por estudiantes buscando ayuda en alguna tarea (resumen las reformas borbnicas,
1750-1808 Garca Ayluardo, Clara; cul es el contexto social que plantea el autor
de disparos en la oscuridad).
58 lectores han buscado informacin sobre historiadores o historiografa y han ter-
minado en Ideas Presentes con trminos de bsqueda relacionados con la escuela de los
Annales, Lucien Febvre, Marc Bloch, Edmundo O Gorman, imaginacin e historia,
narrativa historiogrfica, entre otros. Esto sugiere que no todos nuestros lectores son
ajenos a la disciplina histrica. Un nmero igual de lectores han llegado buscando
informacin sobre algn tema relacionado con historia local o regional (acueducto
Ro Colorado Tijuana, resea histrica de Tijuana, imgenes colonizacin de la penn-
sula de Baja California) mientras 31 han llegado en su bsqueda de informacin sobre
historia mundial (acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, los hechos ocurridos
el 12 de octubre de 1492, inicio de la independencia en Hispanoamrica), el nmero
de bsquedas sobre historia mundial asciende a 72 si se le suman aquellos lectores que
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
llegaron buscando informacin sobre el origen del Estado, nuestra segunda temtica
ms popular, ocupando el primer puesto todo lo relacionado con la virgen de Loreto
(con 63 visitas).
A travs de los trminos de bsqueda podemos intuir tanto la diversidad de nues-
tros lectores, como algunas de las necesidades de informacin ms recurrentes.
Conclusiones
Aunque es imposible evaluar a ciencia cierta la medida en que hemos logrado
comunicar las ideas que tenemos, como historiadores en formacin, los estudiantes
de la Licenciatura en Historia de la UABC a la sociedad bajacaliforniana, los 5,166
lectores que hemos recibido desde octubre de 2011 hasta mediados de mayo de 2012,
nos indican que hemos estado realizando una labor importante de divulgacin de un
conocimiento histrico, el cual haba permanecido encerrado entre los muros de la
Facultad de Humanidades.
Si bien ha sido difcil lograr la participacin de toda la comunidad estudiantil, en
especial de aquellos que recin entraron a la carrera, poco a poco hemos logrado con-
vencer a nuestros compaeros de participar con sus escritos y como parte del Conse-
jo Editorial, por lo que los contenidos a publicar siguen llegando. El proyecto, creado
en conjunto con compaeros que ya egresaron, se ha renovado con la incorporacin
de estudiantes de cuarto semestre, quienes, a nuestro egreso, seguirn con la labor
editorial, buscando la colaboracin de los compaeros que actualmente se encuentran
en segundo y de aquellos que se incorporarn a la Licenciatura en Historia en agosto
prximo.
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Anexo
Miscelnea
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Miscelnea
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
Artculo Las artes y oficios en Gran Bretaa durante Marco Polo Couoh
el siglo XIX: innovacin y capricho sobre lo
cotidiano
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
970
LA MUSEOLOGA DE LA HISTORIA
PARA LA DIVULGACIN DE LA HISTORIA1
Desde finales del siglo XVIII y sobre todo a lo largo de los siglos XIX y XX los
museos de historia social se consolidaron en el denominado mundo occidental. Los
descubrimientos de civilizaciones antiguas y lejanas, as como los movimientos revolu-
cionarios hicieron que la historia natural (tan necesaria para conocer los secretos de
la naturaleza, promover investigaciones cientficas e impulsar el desarrollo econmico
de las sociedades), as como los acervos de arte (destinados a satisfacer gustos y valo-
res estticos), cedieran el paso a la historia del hombre. Este proceso abri con mucho
las actividades coleccionistas, ampli el espectro de las interpretaciones del pasado y
robusteci una lnea museogrfica que dio lugar a la construccin del discurso histrico
a travs de la museografa.
Los orgenes de este proceso los encontramos, principalmente, en el surgimiento de
la arqueologa como actividad especfica y en los movimientos independentistas que
conllevaron la formacin de los estados-nacin. En cuanto a los estudios arqueolgicos,
da tras da salan a la luz nuevos hallazgos que daban lugar a nuevas explicaciones
sobre el pasado. As, cada pieza encontrada se transformaba en prueba fehaciente, en
testimonio tangible de lo sucedido, lo que, por un lado, coadyuv a darle cierto grado
de cientificidad a la Historia y, por el otro, imprimi a los objetos la categora de colec-
cionables. A partir de entonces, las piezas desprendibles fueron muy codiciadas, tanto
para armar tesoros personales, como para exhibirlas a pblicos ms amplios.
En cuanto a la formacin de los nuevos estados nacionales, los objetos del pa-
sado principalmente del remoto fueron utilizados para mostrar la importancia y
la grandeza pretritas del lugar y para justificar el nuevo orden poltico a partir de
esa grandiosidad ancestral. As, cada pas busc en su historia, elementos de cohesin
social y elementos propios para distinguirse de los dems pases y pueblos. Se marc
museografa, como la figura prctica o aplicada de la museologa. La palabra museal, como adjetivo,
califica todo aquello que se refiere al museo para distinguirlo de otros dominios; como sustantivo, lo
museal designa el campo de referencia en el que se verifican la creacin, el desarrollo y funcionamiento
de la institucin museo. Ver: Desvalles y Mairesse, Conceptos claves de museologa, 2010.
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
la diferencia del otro y lo otro, siendo piezas y colecciones los medios idneos para
demostrarlo. Consecuentemente, surgieron los imponentes museos nacionales como
los albergues formales y oficiales de esa grandeza y distincin.
De esta manera, tener acceso a la maestra de la vida ya no fue prerrogativa exclusiva
de los archivos, las bibliotecas y los medios impresos, en virtud de que las colecciones
objetuales empezaron a ocupar tanto espacios fsicos, como intelectuales. En el mundo
hay actualmente miles de museos que contienen piezas de todo tipo y categoras, mis-
mas que se utilizan con distintos fines y provocan diferentes formas de acercamiento y
aprendizaje por parte del pblico.
No obstante esta larga trayectoria museal, predominan la institucin escolar y los
mtodos de lecto-escritura como base para educar y transmitir conocimientos. Al
asumir la escuela el rol de educador formal de la sociedad mediante sistemas de ense-
anza estructurados, con currculums acadmicos graduados y rgidos, con responsa-
bles nicos de impartir la enseanza y con aplicacin de calificaciones predeterminadas
para demostrar el aprendizaje, los museos fueron quedando a la zaga de los sistemas
educativos. Las escuelas muestran, comprueban y califican los avances en materia de
enseanza-aprendizaje; mientras que los museos, aunque educativos, se conciben bajo
otros parmetros que en la actualidad ubicamos principalmente dentro de las ense-
anzas no formal e informal. Aunque la enseanza sea dirigida y tenga objetivos muy
concretos y especficos, el aprendizaje puede ser abierto, libre, voluntario, eventual,
etc., y no est necesariamente sujeto a comprobacin, ni calificacin.2
El museo tiene otras funciones, como conservar, investigar, interpretar, exhibir, co-
municar objetos y colecciones. Tambin es una institucin educativa, pero completa-
mente independiente y autnoma de la escuela. Tiene un carcter abierto, ldico y
recreativo y, aunque muchas veces apoya el trabajo escolar, intenta quitar la rigidez
que caracteriza al sistema escolarizado, lo que no le resta ni mrito en sus logros, ni
calidad en sus funciones.
Para cumplir con sus objetivos, el sistema escolarizado ha tenido que desarrollar
mtodos y tcnicas de enseanza de cada uno de los contenidos acadmicos. Parti
de la idea comeniana de la Didctica General para crear didcticas especializadas. En
consecuencia, si en el siglo XIX los temas histricos formaron parte de los currculos es-
colares como materias especficas, en el siglo XX la Didctica de la Historia se convirti
en un requisito curricular a nivel profesional.
2Esta marcada diferencia entre escuelas y museos se refleja en la actualidad cuando observamos las
detalladas evaluaciones de los resultados que se obtienen de las primeras. En cuanto a los museos, se si-
guen midiendo slo por aspectos cuantitativos generales: nmero de visitantes, edades, escolaridad, etc.
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
3De hecho, toda exhibicin, por ser tal, ya es histrica. Aqu nos referimos a museos de temas histricos
y a la intencionalidad histrica de un mensaje museogrfico.
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que se puede extraer distintos tipos de mensaje. Tanto las piezas musealizadas, como los
lugares y objetos en escena, son en s mismos, fuentes de conocimiento. Son la historia
misma o una interpretacin. Idea semejante plasm el clebre historiador espaol, tam-
bin de aquella poca, Rafael Altamira: los objetos son fuentes insustituibles que pueden
ser utilizadas en condiciones de realidad que no podra superar ninguna representacin.
Son testimonios ajenos que podemos ver por nosotros mismos que adems ilustran he-
chos y cosas que si bien, no podemos observar directamente, nos ofrecen un relato, una
obra subjetiva o una interpretacin de lo sucedido (1997, 208-209).
No obstante estas reflexiones puestas sobre la mesa hace una centuria, ha tenido
que transcurrir mucho tiempo para que piezas y colecciones histricas dejaran de pre-
sentarse de forma esttica, con una museografa positivista, siguiendo un orden cro-
nolgico lineal, con escasa informacin o en la que slo se destacan sus caractersticas
estticas. Nuevamente, podemos agrupar dos causas que determinaron en buena
medida este retraso. La primera, que ocurre tras bambalinas, o mejor dicho tras
mamparas, y que generalmente son desconocidas por los visitantes; la segunda, se
da a partir de la relacin objeto-visitante.
TRAS MAMPARAS: para que un mensaje histrico pueda ser bien comprendido es
indispensable conocer cada una de las piezas a detalle, lo que se puede llevar
mucho tiempo, ya que una vez reunidas, tienen que pasar por un largo proceso investi-
gativo que incluye: la identificacin, la autentificacin, su ubicacin espacio/temporal,
el estudio de sus caractersticas fsicas para garantizar su conservacin y preservacin
(procedimiento aparte realizado por otro tipo de especialistas muy calificados), el an-
lisis de usos y valores de la pieza a lo largo del tiempo, su relacin con otras piezas y
sucesos, destacar el o los valores simblicos que posee, todo ello antes de decidir la
forma de exhibir y el mensaje que se intenta transmitir. Es trabajo de hormiga que
requiere de destreza y preparacin para recabar la informacin que, como advertimos,
necesita conjuntar varias especializaciones.
Adems, en este tipo de museos hay que ser especialmente cautelosos, ya que
por lo general los objetos histricos no son cualquier objeto, sino que son bienes pa-
trimoniales; algunos, propiedad de coleccionistas afamados; muchos otros, propiedad
de la nacin, que exigen tratamientos y cuidados especficos.4
4 Es importante resaltar que nos referimos a museos que exhiben principalmente piezas originales y no
a salas de historia ilustrada basadas en reproducciones.
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E j e T e m t i c o : D i f u s i n d e l a H i s to r i a
RELACIN OBJETO-VISITANTE: Superada esta fase, el personal del museo tiene que
decidir la forma de exhibir los objetos, as como las piezas y dems materiales de
apoyo para construir el mensaje. Si este trabajo es muy detallado y requiere de la
intervencin de varios especialistas, no es obra menor ponerlo en exhibicin y ana-
lizar el impacto que tiene en los pblicos (infantil, adolescente, adulto, tercera edad,
escolarizado, turista, con capacidades diferentes, con muchos o pocos conocimientos,
con muchas o pocas experiencias musesticas, etc.). Por eso se necesita conocer a
fondo una coleccin para poder interpretarla, exhibirla y explicarla, as como manejar
distintos niveles de profundidad informativa, tanto en la museografa, como en cada
una de las formas de mediacin que se utilizarn (guas, cedularios, folletos, catlogos,
imgenes, pelculas, interactivos, etc.) . Da tras da este trabajo se vuelve ms complejo
y costoso-, por lo que conviene que simultneamente a la planeacin de exposiciones
se realicen evaluaciones previas, formativas y sumativas aplicando diferentes tcnicas.
En Mxico, la primera fase se llev mucho tiempo. Durante el siglo XIX y buena par-
te del XX los trabajos se centraron en reunir piezas del pasado, conocer su procedencia,
caractersticas y significados. Las actividades del antiguo Museo Nacional y despus,
del Museo Nacional de Arqueologa, Historia y Etnologa se centraron mucho en
ello (Rico, 2004). Fue a partir de la creacin del Instituto Nacional de Antropologa e
Historia (INAH, 1939) que se impuls este tipo de investigacin-; del Museo Nacional
de Historia (1944) donde se ubicaron las piezas de la Conquista, la Colonia y del
Mxico independiente-; y, finalmente, del Museo Nacional de Antropologa en Chapul-
tepec (1964) donde se concentraron piezas prehispnicas y de las culturas indgenas
presentes, que se comenz a pensar en una museografa ms accesible y didctica.5
Una primera idea fue la de representar nuestra Historia a travs de dioramas y
maquetas como en el conocido Museo El Caracol (1960), tcnica museogrfica que se
repiti en el de Antropologa fundamentalmente con dioramas sobre el hombre primi-
tivo y con la maqueta del ya famoso Mercado de Tlatelolco, en la Sala Mexica; y con
maquetas de plazas en el Museo Nacional del Virreinato. La reconstruccin, a pequea
escala y con lujo de detalles, de espacios abiertos, edificios, personajes, actividades y
sucesos ofreci al pblico una narracin fcil y agradable de los aspectos ms significa-
tivos del pasado. La museografa serva, a la vez, a chicos y grandes dejando la explica-
cin de mensajes complicados y profundos a los textos impresos y los guas del museo.
5 1964 fue el ao del gran esplendor museogrfico para Mxico. Adems del MNA, se inauguraron el
Museo de Historia Natural, el de Arte Moderno, el de la Ciudad de Mxico y el Nacional del Virreinato.
Se pretendi entonces ofrecer una visin amplia de nuestro pasado a travs de los Museos Nacionales
de Historia, deAntropologa y del Virreinato. Slo las ltimas dcadas del siglo XX quedaron fuera de
la narrativa museogrfica.
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6Existen varias estrategias de acercamiento a los museos destinadas a que maestros y alumnos aprove-
chen y disfruten su visita sin reproducir las prcticas escolares.
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presentan. De igual forma, advertir el trabajo del musegrafo y las razones que deter-
minaron tal o cual forma de exhibicin.
Para evitar las versiones acabadas de los museos de historia, es conveniente resaltar
los procesos de patrimonializacin y musealizacin de los objetos. Explicrselos a los
visitantes para que, adems de fomentar sentimientos de orgullo y pertenencia, com-
prendan los valores sociales que a lo largo del tiempo se han agregado a las piezas, las
dificultades que hay que enfrentar para cuidarlas y conservarlas, as como la necesi-
dad de que ayuden en su preservacin.
Se ha demostrado, que es ms fcil que las cosas se entiendan con objetos que por
documentos (Pluckrose, 1996, p. 33) y el museo es en la actualidad un espacio idneo
para cumplir con estas metas. Concebido no slo como un medio de comunicacin, sino
como un espacio multimedio en el que se pueden utilizar a la vez muchos medios, se
facilita la complementacin de las museografas objetuales y los mensajes por transmitir
mediante reproducciones de piezas, pelculas, programas electrnicos, internet, etc.;
medios, que adems de enriquecer la puesta en escena, permiten acercamientos de
proximidad (piezas favor de tocar o especiales para jugar, computadoras, cedularios
en braille, etc.) y recrean espacios inmersivos, haciendo las exhibiciones ms atractivas.
A partir de las colecciones objetuales y dems elementos museogrficos, los museos
propician en el pblico el desarrollo de mltiples habilidades cognitivas, emocionales,
quinestsicas y sociales. Si consideramos los objetivos educacionales de la Taxonoma
de Benjamin Bloom (1956), la observacin y la manipulacin de objetos por parte del
visitante inciden en las reas del conocimiento, de la comprensin, la aplicacin,
el anlisis, la sntesis y la evaluacin ya que tiene la oportunidad desde identificar,
comparar, clasificar, analizar, etc. cada uno de los objetos, hasta interpretar, criticar,
etc. el discurso que con ellos se transmite. Si seguimos la teora de las Inteligencias
Mltiples de Howard Gardner (2011), en estos espacios pueden utilizarse mltiples inte-
ligencias. Las museografas tienen varias formas de impactar en los aspectos afectivos,
psicomotores y cognitivos de los visitantes.
Queda claro que los beneficios de las nuevas tecnologas no deben sustituir la ex-
ploracin de un objeto, la sensacin que produce el lugar, la reconstruccin narrativa
o teatralizada de los hechos, el trato cara a cara, la interactividad cultural o la oportu-
nidad de socializar durante la estancia en el museo. Una buena combinacin de estos
elementos, as como de lo virtual con lo real, del original con la reproduccin, de lo
esttico con lo cambiante, atrae a ms visitantes y hace ms duradera la visita.
Finalmente, hay que anotar que es prioritario alcanzar tres grandes metas en todo
museo de historia: la de estimular la comprensin de los procesos de cambio y conti-
nuidad, la de propiciar que el visitante aprecie la Historia como un proceso del que
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forma parte y en el que debe participar, y que la puesta en escena sea tan atractiva que
lo invite a regresar una y otra vez al museo. Para lograrlas se requiere, en primera
instancia, reconocer al museo como una institucin educativa dentro del mbito de
la educacin no formal e informal y que las autoridades educativas lo asuman como
tal; en segundo lugar, reconocerlo como una institucin recreativa, apropiada para
actividades de ocio y tiempo libre. El museo de historia ha de ser tan dinmico en
museografas, mensajes y actividades que no se acabe con una sola visita, sino que
pueda ser visitado, aprehendido y disfrutado una y otra vez.
En virtud de la complejidad del trabajo museal y con el afn de que los pblicos de
museos se beneficien de la visita, es importante que estas problemticas se aborden
a partir de las personas directamente implicadas. La Museologa de la Historia, como
parte de la Museologa general, ha de desarrollarse como un campo de estudio espec-
fico en el que se tejan y entretejan todos los hilos de esta vasta red.
Referencias
Alonso Fernndez, L. (1999). Introduccin a la Nueva Museologa. Madrid: Alianza Editorial.
Altamira, R. (1997). La Enseanza de la Historia. Madrid: Akal (de la edicin de 1891).
Bazin, Germain, (1969), El tiempo de los museos. Ediciones Daimon: Barcelona.
Bloom, B. (1956). Taxonomy of Educational Objectives: The Classification of Educational
Goals. EUA: David McKay Co. Inc.
Bolaos, M. (1997). Historia de los museos en Espaa. Memoria, cultura, sociedad. Gijn:
Ediciones Trea.
Desvalles A. & Mairesse, F. (2010). Conceptos claves de museologa. Francia: ICOM-
Armand Colin.
Florescano, E. (2000). Para qu estudiar y ensear la Historia. Mxico: IIEESA.
Gardner, H. (2011). Inteligencias mltiples. La teora en la prctica, Paids: Espaa.
Pluckrose, H. (1996). Enseanza y aprendizaje de la historia, 1. Reimp. Madrid: Morata.
Rico, L. (2004). Exhibir para educar. Objetos, colecciones y museos de la ciudad de Mxico
(1790-1910). Pomares: Barcelona-Mxico.
Riegl, A. (1987). El culto moderno a los monumentos. Madrid: Visor (de la versin de
1903).
979
EL MAESTRO DE HISTORIA COMO PROMOTOR
EN LA CULTURA
La propuesta que voy a exponer, forma parte de la Obra Pedaggica que realice
dentro del periodo de Ao Sabtico. En ella, pretendo sistematizar algunas inquietudes
y actividades generadas a travs de mi prctica docente.
Cabe mencionar que la obra no est diseada para utilizarse en determinado nivel
educativo, ni es material exclusivo para la asignatura de Historia. Es necesario precisar
tambin, por qu no se integraron en el material actividades sugeridas. La idea es:
no limitar, no proponer recetas de cocina, estimular la creatividad del docente, para
que l desarrolle de acuerdo a sus necesidades, asignatura, inquietudes, caractersticas
del grupo, etc.
La propuesta pedaggica, se sustenta principalmente en la teora socio-cultural de
Vigotsky y la corriente historiogrfica de los Annales. As mismo establece e integra
tres dimensiones, cada una de ellas con su discurso particular: docente, alumno y pa-
dres de familia.
Antes de entrar de lleno a la parte terica, vamos a describir a groso modo la situa-
cin en los ltimos aos de la enseanza de la historia en secundaria. Para empezar,
no se comprende o valoriza a la historia como una asignatura que nos da acceso a
una conciencia histrica, slo se le considera una materia ms dentro del programa,
sin tomar en cuenta que es, a travs del conocimiento de ella, lo que permite al sujeto
asumirse desde una identidad y conciencia social e individual, adquirindola a travs
de una cultura general.
En el Programa de Estudios 1993, se plante el restablecimiento de la enseanza
de la historia como asignatura especfica, (sustituyendo el programa que estableca la
enseanza de las ciencias sociales) para organizar el estudio continuo y adecuado de
las grandes pocas del desarrollo de la humanidad, los procesos de cambio en la vida
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aparece por primera vez la figura del SABER que llamamos HOMBRE y que ha abierto
un espacio propio.
Las Ciencias Humanas, formas de saber inditas y con ellas un discurso diferente,
otro forma del Pensamiento. Aunado a esto, se establece una nueva categora: el
Hombre sumamente moderno, que por primera vez asume un doble papel, se produce
un nuevo conocimiento, en donde el Ser Humano se reconoce como Sujeto-Objeto.
Quien es el sujeto que recupera el conocimiento de la naturaleza.
Se dice que las Ciencias Humanas se consolidan por su forma Antropolgica y
que la mutacin arqueolgica, es aquella donde se hace la referencia a la aparicin
del Hombre con su posicin ambigua de Objeto de un Saber y Sujeto que conoce.
Es innegable que la Escuela Francesa de los Annales promovi un cambio en la histo-
riografa occidental. Esta corriente domina el panorama de la Historiografa de 1929 a
1968, proponiendo una Historia del tejido social en su conjunto. Va a proponer una
historia en lo fundamental interpretativa, problemtica, comparativa y crtica.
El objeto del historiador, segn sta corriente, es: toda huella humana existente en
cualquier tiempo, y por tanto, la historia es una historia global, cuyas dimensiones abar-
can desde la ms lejana prehistoria hasta el ms actual presente, y adems abarcando
absolutamente todas las distintas manifestaciones de los hombres en toda la compleja
gama de realidades culturales, sean geogrficas, tnicas, antropolgicas, tecnolgicas,
econmicas, sociales, polticas, religiosas, artsticas, etc.
Busca sus fuentes no solo en los grandes pensadores, textos cultos, sino ms bien
en los acontecimientos simples y cotidianos, incluso en las creencias, actitudes, gestos,
sentimientos, representaciones triviales y populares, lingstica folklrica o artstica,
diferentes formas de conciencia y las concepciones del mundo en toda una poca,
una sociedad, una regin, un estamento social.
Ahora tenemos una nueva visin de la Historia, aquella que nos presenta Foucault,
y que se encuentra precisamente entre las fronteras o lmites de las Ciencias Epistmicas
y las Ciencias Estructurales o Sistmicas. sta nueva visin de la Historia, busca ampliar
el discurso, no cerrarlo en el mbito disciplinario, que sea flexible y mvil. Todo ello
constituye un rompimiento con el pensamiento histrico clsico.
Se da una reconstitucin cognoscitiva en el mbito de las disciplinas. La historia se
reconstruye internamente: historia econmica, historia poltica, historia de la filosofa,
etc. Con esto podemos comprobar el carcter transdisciplinario natural de la Historia,
entendindolo como aquellas relaciones o esquemas cognitivos en los cuales se pro-
ducen cruces entre diversas disciplinas.
Qu significa leer a Foucault en nuestro contexto? Una invitacin a pensar, a asumir
nuestro compromiso como sujeto histrico, no importa el nivel, puesto o actividad que
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Es una invitacin a mis compaeros docentes, a salir del aula, abrir nuestros es-
pacios educativos y familiarizarnos con otras herramientas para realizar nuestra
labor educativa y que se concrete a travs de la experiencia y el dilogo: el
aprendizaje significativo
Promover en el alumno, un proceso en el cual vayan adoptando actividades cul-
turales, como parte de su cotidianidad, donde por ellos mismos vayan encontran-
do el gusto, el placer por disfrutar de esos espacios y eventos, que les permite
conocer, integrar e identificarse con la cultura.
La presencia y participacin de los padres de familia en el proceso formati-
vo, es fundamental en el desarrollo armnico y emocional de los estudiantes;
la integracin de la familia en actividades extraescolares, van a propiciar mu-
chas ventajas, como es la convivencia, la comunicacin, la retroalimentacin, el
aprendizaje, etc. Si la familia siempre ha jugado un rol fundamental en el desa-
rrollo del individuo y de la sociedad, hoy en da se hace ms presente recuperar
esa funcin.
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Creo que con esta propuesta cultural se pueden modificar conductas, contribuyendo
en la formacin de otro tipo de ciudadanos, que nos permite aspirar a la vez en un
nuevo arreglo social.
Referencias
Aguirre Rojas, Carlos Antonio (1999). Itinerarios de la Historiografa de siglo XX. La
Habana: Centro de Investigacin y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinell.
Foucault, Michel (1977). La arqueologa del saber. 17 edicin Traduccin de Aurelio
Garzn del Camino. Mxico: Siglo XXI.
Foucault, Michel (1996). Las palabras y las cosas, una arqueologa de las ciencias hu-
manas. 24 edicin. Traduccin de Elsa Cedilla Frost. Mxico: Siglo XXI.
Secretara de Educacin Pblica (2011). Plan de estudios 2011. Educacin Bsica. Comi-
sin Nacional de Libros Gratuitos, en los talleres de Centro Grfico Industrial, S.A.
de C.V.
Trilla Bernet J. (coord.) (2010). El legado pedaggico del siglo xx para la escuela del siglo
xxi. Mxico: Siglo XXI Editores.
990
Qu fabrica el historiador
cuando hace literatura?
Introduccin
En el ao 2006 el Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana inici la
publicacin de la coleccin Historia para Todos, una serie de textos donde se lanzaban
al mercado editorial los trabajos ms significativos producidos por sus investigadores,
colaboradores y estudiantes.
El ttulo con el que se inici la coleccin aludida fue Historia y Literatura. Dos reali-
dades en conjuncin y recopila el trabajo de tres estudiantes de la Licenciatura en His-
toria de la Universidad Iberoamericana, que en los ltimos semestres de su formacin
universitaria, dirigieron su prctica de investigacin hacia la creacin de un producto
literario de corte narrativo, en formato de cuento (De calamar a cortesana, de bailarina a
espiga. Un cuento histrico y Al regreso de mi hacienda) y novela histrica corta (La cruz y
la media luna: La cruzada de Aesyr el caballero).
La salida al mercado de dicha obra, con las particularidades de su proceso de elabo-
racin, coincide con un interesante fenmeno editorial: la inusitada popularidad entre
el pblico mexicano de la novela histrica; y, paralelamente, coincide tambin con un
viraje en la actividad del historiador profesional que se ha desprendido un tanto del
rigor discursivo de la academia y se vuelca a la produccin de textos literarios de corte
histrico.
Estos dos fenmenos no hacen ms que evidenciar los cambios que al interior del
oficio del historiador se estn dando, y que se traducen en el reacomodo de las prc-
ticas de escritura de la historia hacia un fin que, evidentemente, apunta a la divulgacin
del conocimiento histrico y, por ende, allana el camino hacia el conocimiento histrico
a un pblico ms abierto, receptivo y menos erudito.
Por lo anterior, la finalidad de este trabajo se centra en analizar cmo se ha dado
este viraje hacia la literatura como opcin para desarrollar la experiencia de investi-
gacin por parte de un historiador profesional buscando responder a cuestiones tales
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que vivimos; los autores de esas novelas eran muy cautelosos; no queran incurrir en
anacronismos y cuando inventaban, lo hacan en las reas oscuras del pasado que no
estaban documentadas (Barrientos, 2001, p. 19).
Al valorar la pertinencia de dichas obras en trminos historiogrficos se advierte una
preocupacin por la referencia documentada, condicin que en las ltimas dos dcadas
ha resurgido desde la frontera de la disciplina histrica para hacer frente a una
iniciativa inaugurada desde la literatura latinoamericana que irrumpi en la segunda
mitad del siglo XX fracturando totalmente el canon tradicionalista que se haba venido
cultivando en la novela histrica: la llamada Nueva novela histrica.
Este nuevo subgnero narrativo tuvo un amplio impacto entre el pblico lector y
serias repercusiones en el mbito historiogrfico, que de manera abierta vio desafiados
sus discursos para dar el giro de la imaginacin histrica empleada en la novela histri-
ca tradicional hacia la ficcin literaria en esta nueva novela histrica, que se hace eco
de la condicin posmoderna que irrumpi desafiante en la dcada de los 60 y 70,
definiendo como sus primeras caractersticas:
En el mismo tenor, Larios (2010, p. 19-20) contextualiza las causas del auge de la nueva
novela histrica en los siguientes trminos:
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[] no existe indicio o dato alguno que soporte la verdad de sus afirmaciones. Y aun
cuando se diera el caso de que se encontraran indicaciones en el texto a travs de las
cuales se pretendiera legitimar la validez de la novela- advirtiendo lo que es real y lo que
es ficticio, como los prlogos, palabras preliminares o notas a pie de pgina, habr que
entenderlas como una tcnica del gnero para crear alrededor del pasado un efecto de
verosimilitud, de tal manera que aparezca como si realmente hubiera sucedido o, lo que
es lo mismo, con un efecto realista.
Imposible ser ir a cotejar las fuentes de donde proviene el material histrico o
aprender del relato. Y no slo porque las estructuras literarias de las que se vale el
novelista para crear su historia destruyen completamente la objetividad que se acredita
a la historiografa en la construccin de los documentos, sino tambin porque el novelis-
ta a diferencia del historigrafo, que s tiene que referir los documentos y testimonios
que sustentan su argumento al imaginar los sucesos no pretende certificar la verdad de
su discurso. []
Por consiguiente, el mundo de la novela histrica es homogneamente ficticio
(Gallo y Mendiola, 2000, p. 100-101).
Pese a ello, la nueva novela histrica tuvo un gran xito editorial. Aun as a la Historia le
cost trabajo y ms tiempo dar el paso definitivo hacia la literatura. El mayor empuje
lo tuvo gracias a los grandes cambios surgidos en la disciplina en la dcada de los
70, que condujeron a una serie de transformaciones historiogrficas en las que:
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En la dcada de los 80, se empieza a leer la Historia desde la Literatura, pero una Lite-
ratura producto de la imaginacin de algunos cientficos sociales, entre ellos, algunos
historiadores que marcaran la pauta en la narrativa literaria de corte histrico:
A partir de dichas experiencias, y pese a las fuertes crticas recibidas desde la Literatu-
ra, dirigidas a sealar las deficiencias estticas de ese discurso histrico-literario, dichos
historiadores tal vez no los primeros en hacerlo- representaron un nuevo momento
en la forma de plantear el quehacer del historiador y marcaron un nuevo camino en
la manera de abordar a la Historia desde la literatura, buscando redefinir el subgnero
de la novela histrica a partir de reformular el proceso de su elaboracin, distinto del
proceso que sigue la nueva novela histrica.
Al observar cmo el literato se apropia del oficio del historiador para fusionarlo con
el suyo en la mayora de los casos con muy buenos resultados editoriales, era in-
evitable que el historiador se viera tentado por la imaginacin y la fascinacin literaria
para utilizarla como nuevo espacio para su prctica bajo la postura de que:
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Cabe sealar que lo dicho por Salazar se afirma desde el lugar social configurado
por la didctica de la Historia en las ltimas dcadas y que, como ya se ha menciona-
do, reconoce la utilizacin de la imaginacin histrica como una herramienta funcional
en la articulacin de la interpretacin que hace el historiador de las fuentes que definen
e identifican su objeto de estudio, y lo hacen manifiesto a travs de una narracin. Lo
anterior quiere decir que tal ha sido el nivel de aceptacin de la narrativa en la Historia,
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que los historiadores no han dudado en definir propuestas que apuntan hacia la me-
jora de los procesos de enseanza y aprendizaje de la historia, sin por eso desmerecer
significado y significatividad.
Es importante situar el concepto de imaginacin histrica frente al concepto de
ficcin. Debe quedar claro que [] en la obra ficcional, el referente se sumerge en la
irrealizacin del signo, mientras que en la construccin historiogrfica, el trabajo del
lenguaje busca convertir lo real en inteligible (Costa, 2003, p. 50). En tal virtud, la
capacidad de construir narrativas literarias desde la Historia en lugar de narrativas
histricas bajo el amparo de la imaginacin histrica, ya ha sido puesta a prueba
con xito por los historiadores en la ltima dcada,1 lo que le ha abierto las puertas
a la Literatura en algunas licenciaturas en Historia de nuestro pas.2
Adentrarse a explorar y explotar el terreno literario se hace con una clara intencin
de reivindicar los usos literarios del conocimiento histrico, pues existe una tendencia
de estos historiadores-novelistas, en primer lugar, por acercar el conocimiento histrico
a un pblico no especializado a travs de un lenguaje fluido, ameno y lejos del rigor
academicista, sin denuedo de la comprensin del proceso histrico relatado ofreciendo
De la cita anterior podemos dilucidar una cada vez ms notoria demanda de historio-
grafa amena y gil, que permita acercar al pasado a un pblico que en su mayora
lo rechaza, mismos que se resumen en el cuestionamiento permanente de la utilidad
del conocimiento histrico para la sociedad del presente. Este nuevo rol literario del
historiador, parece haber hallado la respuesta a la cuestin sobre cmo puede conver-
1 Hay que sealar que no se cuenta con indicadores claros sobre el impacto de estos productos literarios
generados por historiadores en la conciencia colectiva, pues no existen criterios definidos para que el
pblico pueda hacer una distincin objetiva de una novela histrica autora de un historiador y la pro-
ducida por un literato.
2 Se tiene conocimiento que la Universidad Autnoma de Aguascalientes ofrece en su plan de estudios
las asignaturas novela histrica mundial y novela histrica mexicana; la Universidad Autnoma de Sinaloa
ofrece la asignatura La historia y la literatura; la Universidad Autnoma de Zacatecas oferta Introduccin a
las letras; la Universidad Iberoamericana hasta 2004 ofreca la asignatura de novela histrica, en la ltima
reforma a su plan de estudios se cambia por Fundamentos de anlisis y crtica de la literatura, Literaturas
coloniales latinoamericanas, Narrativa del siglo XX en Amrica Latina y Literatura mexicana; y la Universidad
de Guadalajara contempla la asignatura Novela histrica.
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Finalmente, huelga decir que en esta nueva faceta el historiador trascendi desde la
historiografa su rol de intrprete de intencionalidades y horizontes de enunciacin,
para buscar perfilarse como un observador participante que no se queda desde fuera
analizando cmo la Literatura se enriquece de las aportaciones de la Historia; en lugar
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Conclusin
La experiencia de estos historiadores novelistas recuperada a lo largo de este tra-
bajo, permite identificar una especie de ruptura literaria e historiogrfica que surge de
las nuevas generaciones de historiadores, para proponer un nuevo esquema de novela
histrica que se refugia en el enfoque propuesto por Scott y teorizado por Lukcs,
pero alejado de ese matiz romntico, costumbrista, su espritu realista y su condicin
historicista. Este nuevo hbrido se caracteriza por:
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Esta edicin digital, Memoria Tercer Encuentro Nacional de Docencia, Difusin y
Enseanza de la Historia y Primer Encuentro Internacional de la Enseanza de la Historia
estuvo a cargo de la Subdireccin de Fomento Editorial de la Direccin de Difusin
y Extensin Universitaria de la Universidad Pedaggica Nacional.
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