Palo Alto
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El fijar los objetivos del tratamiento actúa como una sugestión positiva de la posibilidad
de cambio en el tiempo establecido y provee un criterio de logro terapéutico tanto al
terapeuta como al paciente. Queremos, por consiguiente, objetivos claramente
establecidos en términos de conducta concreta, observable, para disminuir cualquier
incertidumbre o negación posterior.
Tratamos entonces de buscar respuestas mas concretas a través de discusiones
subsiguientes, clarificación y presentación de ejemplos de metas posibles para su
consideración.
Nuestro propósito es establecer una meta fija desde la segunda sesión, aunque a veces
puede llevar mas tiempo recoger y digerir información necesaria para ello.
Ocasionalmente, podemos replantear la meta original en el curso del tratamiento o
agregar una segundaria.
Tanto si se sobre pasa el límite de diez sesiones como si se logra antes a los objetivos,
nosotros usualmente revemos, en forma breve, el curso del tratamiento con el paciente,
señalando los logros aparentes, dándole máximo crédito por lo que ha conseguido,
haciendo notar también cualquier cosa no resuelta.
Podemos recordar al paciente que nuestro tratamiento no intenta llegar a soluciones
definitivas, sino a una apertura inicial a través de la cual puede encaminarse por si solo.
Nuestra meta es la misma: extender la influencia terapéutica mas allá del periodo del
contacto actual con el paciente.