Occidente Y La Caida de La Dinastia Qing
Occidente Y La Caida de La Dinastia Qing
Occidente Y La Caida de La Dinastia Qing
chino y sus naciones. En el siglo XVI, los portugueses fueron los primeros occiden-
tales en establecer un contacto directo con China. Por aquel entonces, el podero
naval portugus era muy notable. Aunque inicialmente la gobernante dinasta Ming
(1368-1644) no cedi a las pretensiones portuguesas, finalmente permiti a los
portugueses establecer un puesto permanente con fines comerciales en un pequeo
puerto al sur de Cantn, que desde entonces se convirti en la ciudad de Macao
(Wakeman, 1975, 114). Esta fue la primera toma de contacto del Imperio chino con
una potencia occidental y desde esa fecha el contacto entre el Imperio y las potencias
extranjeras fue en aumento.
Tras la cada de la dinasta Ming y el advenimiento al poder de los manches,
bajo el ttulo de dinasta Qing (1644-1911), se inaugur una nueva poca en la
historia de China, inicialmente expansionista y despus de consolidacin y esplen-
dor de la gobernante dinasta Qing. Sin embargo, a partir del ao 1800, empez a
producirse un progresivo declive del que la dinasta ya no pudo ni supo sobreponerse
y que supuso el fin del milenario Imperio chino en 1912. Es desde comienzos del
siglo XIX hasta el final de la dinasta Qing el periodo en el que va a encuadrarse el
presente anlisis.
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dinasta Qing, debidos a una amenaza nueva y potencialmente peligrosa, esto es,
la de un Occidente en expansin que demandaba de China privilegios comerciales
(Bailey, 2002, 29). Como se ha sealado anteriormente, China ya tuvo contacto con
occidentales en el siglo XVI, pero desde comienzos del siglo XIX su presencia fue
cada vez mayor en el pas asitico. As, la Guerra del Opio de 1840 dio comienzo
a la historia moderna de China y desde entonces ella se fue transformando, paso a
paso, de pas feudal en semicolonial y semifeudal (Annimo, 1980, 1). Durante
algo ms de un siglo, los oficiales britnicos haban estado insatisfechos con el gran
dficit comercial entre Gran Bretaa y China, resultado de la demanda britnica de
t y de la negativa del gobierno chino de abrir su mercado a los productos extran-
jeros, como el opio. Esta droga y su comercio en China desencadenaron el primer
conflicto armado a gran escala entre la dinasta Qing y una potencia occidental, en
este caso Gran Bretaa. Desde 1796, el gobierno Qing prohibi por ley la importa-
cin de opio (Annimo, 1980, 7), pero los britnicos ignoraron dicha prohibicin
e intentaban introducir ilegalmente la sustancia narctica en el pas. Tras agrias
disputas en el seno de la corte Qing entre partidarios de diversas opciones, en 1839
la faccin defensora de la prohibicin total del estupefaciente, con Lin Zexu a la
cabeza, triunfa sobre los defensores de la legalizacin de las importaciones y sobre
los que abogaban por la ausencia total de trabas legales, lo que provoca el enfado
de los comerciantes britnicos (Gernet, 1999, 476). Tras estos incidentes y la queja
formal de los britnicos de la zona ante el gobierno de Londres, el gobierno ingls
consider que el movimiento chino por la prohibicin del opio poda ser un excelente
pretexto para desatar el conflicto. En abril de 1840, el Parlamento ingls tom la
decisin de declarar la guerra a China (Bai, 1984, 413).
La Primera Guerra del Opio (1839-1842), nombre que se dio a dicho conflicto,
se sald con una victoria rotunda de las tropas inglesas sobre las chinas. La dinasta
Qing acab capitulando en 1842 con la firma del Tratado de Nanjing, el primero
de una serie de tratados desiguales que a partir de mediados del siglo XIX firm la
gobernante dinasta Qing bajo la presin militar de las potencias coloniales occiden-
tales. Estos tratados minaban la soberana china y otorgaban derechos y privilegios
solo a una de las partes firmantes: a las potencias occidentales (Esteban, 2007, 18).
Adems de las clusulas del tratado, que contemplaban remuneraciones territoriales,
comerciales y monetarias, la derrota supuso un importante punto de inflexin en la
sociedad china, puesto que desde ese momento China fue perdiendo poco a poco
su independencia poltica y su soberana nacional (Bai, 1984, 417), al tiempo que
perdi el papel central que ocupaba en un sistema jerrquico de relaciones interna-
cionales en Asia Oriental desde haca dos milenios que, con la llegada a China de
las potencias occidentales y su superioridad cultural, moral y militar se desmoron:
el sistema sinocntrico (Esteban, 2007, 17).
Poco a poco, tras observar la victoria de los britnicos sobre el Imperio chino,
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Mapa 2: Las principales rebeliones desde mediados del siglo XIX en China.
Fuente: Ceinos, 2006, 289.
Ante la constante expansin del movimiento Taiping, que ha sido calificado por
algunos expertos como un movimiento milenarista (Bianco, 1999, 25; Ceinos, 2006,
283) el gobierno Qing se vio inicialmente desbordado. Las Banderas eran incapaces
de sofocar la rebelin y tuvo que optarse por confiar en milicias armadas regionales
organizadas y dirigidas por la elite local funcionarial la seguridad del Imperio. Asi-
mismo, viendo amenazados sus privilegios en el pas ante el avance del movimiento
Taiping, las potencias occidentales tomaron partido por la causa imperial y ayuda-
ron a los Qing a acabar con la rebelin (Fairbank, 1979, vol. 10, 301). Finalmente,
tras arduas luchas, el movimiento Taiping cay derrotado en 1864. Sin embargo, la
notable repercusin histrica de esta fallida rebelin, ms que de ninguna otra de
su tiempo, radica en un planteamiento decidido encaminado a ofrecer medidas y
respuestas efectivas a la crisis generalizada (poltica, econmica, institucional) en
la que China estaba sumida por aquel entonces (Fairbank, 1979, vol. 10, 317).
Esta fue la primera y la ms importante de las sublevaciones internas que se produ-
jeron en China desde mediados del siglo XIX, aunque a partir de esa fecha rebeliones
y sublevaciones populares de diversa ndole se extendieron por todo el pas: los Nian
en el noreste entre 1851 y 1868, los Miao en el centro durante casi veinte aos a
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partir de 1855 y los musulmanes en el noroeste, entre 1862 y 1873, y en el sur, entre
1855 y 1873. Todas ellas, por unos u otros motivos, acabaron fracasando.
Aprovechando que el gobierno Qing estaba ocupado en sofocar todas estas re-
beliones internas, las potencias extranjeras, con Francia y Gran Bretaa a la cabeza,
se lanzaron de nuevo a una nueva campaa de presin sobre el Imperio chino con
el objetivo de aumentar sus privilegios y prebendas en el pas. En este contexto dio
comienzo, en 1857, la conocida como Segunda Guerra del Opio, que se prolong
hasta 1860. El ejrcito imperial, poco organizado y equipado, apenas puedo hacer
frente a la presin extranjera, y en 1858 se firm el Tratado de Tianjin, que reforzaba
y ampliaba los privilegios y las concesiones a las potencias occidentales otorgadas
en otros tratados (Annimo, 1980, 91). Sin embargo, el incumplimiento de China
de una de las clusulas del tratado (establecer legaciones diplomticas en Beijing)
desencaden la continuacin de la guerra. As, una nueva derrota de China propici
la ratificacin y la extensin de los acuerdos ya alcanzados en 1858 mediante la firma
de la Convencin o Tratado de Beijing en 1860, que estipulaba nuevas y numerosas
concesiones econmicas, territoriales y comerciales del Imperio Qing a las potencias
extranjeras (Bai, 1984, 429). Resulta llamativo que no solo las dos potencias extran-
jeras belicosas en conflicto con la dinasta Qing obtuvieron renovados privilegios
tras el final de la contienda, sino que tanto EEUU como Rusia sacaron partida de
la debilidad china. Especialmente destacable es el papel de la Rusia zarista. Durante
todo el conflicto, dicho pas jug un papel ambiguo bien calculado. Presentndose
como un fiel aliado tanto a ojos de los chinos como de los occidentales, consigui
como recompensa por haber evitado males mayores para la decadente dinasta Qing
una nueva demarcacin fronteriza y la cesin de ms de un milln de kilmetros
cuadrados de tierras del noreste de China (Ceinos, 2006, 286-287), como puede
observarse en el mapa 3. Desde entonces, las ambiciones expansionistas de Rusia no
dejaron de crecer y a la larga los Romanov descubrieron que su principal oponente
para anexionarse territorio chino no iba a ser la gobernante dinasta Qing, sino el
tambin expansionista Imperio japons (Crossley, 2002, 184).
A partir de la dcada de los 60, se produjo un fuerte debate ideolgico en Chi-
na sobre cul deba ser el modelo ms adecuado para hacer frente a los problemas
que afectaban al pas y las constantes humillaciones que las potencias extranjeras le
infligan. A raz del paulatino debilitamiento del poder imperial, las elites locales
creyeron que era necesario buscar un programa modernizador que permitiese reforzar
la capacidad del Estado para hacer frente a la amenaza extranjera. El debate giraba
en torno a cul deba ser la va por la que China tena que optar para modernizarse y
sobre cmo deba relacionarse con el resto del mundo para salvaguardar sus propios
intereses nacionales (Esteban, 2007, 19-20). En este sentido, la presencia extranjera
en territorio chino estaba condicionando en aquel momento de forma muy notable
las polticas del Imperio chino.
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Mapa 4: reas de influencia de las potencias extranjeras a fines del siglo XIX en China.
Fuente: Ceinos, 2006, 295.
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perio si eran implementadas por la Corte Qing. As, Kang Youwei segua enviando
misivas al emperador Guangxu abogando por el establecimiento de reformas que
convirtieran a China en una monarqua constitucional (Ceinos, 2006, 296). El
movimiento reformista defenda la vigencia de la dinasta Qing y apostaba por un
Estado monrquico de carcter constitucional que fuera capaz de recuperar el control
sobre los recursos econmicos del pas. As, tras sucesivos intentos, Kang Youwei y
sus seguidores pudieron acceder directamente al emperador Guangxu en un breve
periodo del verano de 1898, de ah el nombre con el que este ha pasado a la historia:
la Reforma de los Cien Das.
Aunque las intenciones del emperador eran positivas, el programa de reformas fue
bastante limitado, quizs tambin influido por el carcter del emperador. El estable-
cimiento de algunos ministerios, la creacin de una asamblea nacional, la abolicin
de las sinecuras en la burocracia, la reforma del sistema de exmenes imperiales y la
implementacin de un sistema educativo moderno que incorpore la enseanza de
materias Occidentales son las principales medidas reformistas que el trono promulg
a travs de diversos edictos en el verano de 1898 (Bailey, 2002, 40-41). Al margen
de estas reformas, cabe destacar de este periodo los inicios de la prensa poltica en
China, un medio muy eficaz para la crtica y las sugerencias de carcter poltico, que
los reformistas tambin alentaban.
Ante esta situacin, los estratos ms conservadores y tradicionalistas del rgimen
Qing vieron con recelo esta serie de reformas. Alentados por la emperatriz viuda
Cixi, consiguieron que el emperador Guangxu promulgara un edicto en septiem-
bre de 1898 por el que peda a Cixi que supervisara los asuntos de gobierno. Esto
marc el retorno de Cixi al gobierno activo del Imperio y el final del movimiento
de la Reforma de los Cien Das. Desde esa fecha, Cixi apres al propio emperador
Guangxu, tom el control efectivo del Imperio y mand apresar y ejecutar a los
lderes reformistas, si bien Kang Youwei y Liang Qichao consiguieron escapar del
pas y huir a Japn, donde siguieron defendiendo la figura del emperador (Ceinos,
2006, 296; Bailey, 2002, 42-43).
Aunque el movimiento reformista fracas en su intento de introducir una serie de
reformas para mejorar el sistema poltico chino y cambiar la naturaleza de la burocra-
cia imperial, para algunos historiadores extranjeros marc, con algunas reservas, una
etapa relevante en la historia moderna de China (Bailey, 2002, 42), si bien para la
actual corriente historiogrfica oficial china la misin histrica de impedir la locura
del reparto [de China entre las potencias extranjeras] no fue asumida por los seores
reformistas, sino por el impetuoso Movimiento Yijetuan [Yihetuan], antiimperialista,
del pueblo chino (Annimo, 1980, 281).
Cuando el fracaso de la Reforma de los Cien Das apenas se haba consumado, la
China tradicional ya manifestaba su virulencia y las masas campesinas encabezaron
la reaccin antiextranjera en la famosa Rebelin de los Bxer entre 1899 y 1901,
tambin conocido como Movimiento Bxer o Movimiento Yihetuan. Inicialmente
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Chino. Liderada por Sun Yat-sen tras su Congreso de Tokio, establece claramente su
objetivo final: arrebatar el poder a la dinasta Qing, provocando su cada, e instaurar
una repblica en China.
Desde entonces, el movimiento revolucionario comenz a ganar ms adeptos
tanto en China como en el extranjero, si bien sus intentos de derrocar al rgimen
manch eran, por el momento, infructuosos. Pese a ello, la propia poltica del go-
bierno imperial Qing aliment todava ms la fobia antimanch y desde mayo de
1911 estallaron protestas violentas en la provincia de Sichuan, comandadas por la
aristocracia y la burguesa locales, que se oponan a que la construccin de varias
lneas de ferrocarril pasaran de manos chinas a manos extranjeras (Bailey, 2002, 73;
Fairbank, 1979, vol. 11, 520-521). Poco despus, el 10 de octubre de 1911, se pro-
dujo un motn armado en la ciudad de Wuchang que marc el inicio propiamente
dicho de la Revolucin de 1911 y que pas a la historia con el nombre de Levanta-
miento de Wuchang. Aunque inicialmente el complot militar fue descubierto por
los soldados imperiales, los hechos se precipitaron y los alzamientos comenzaron
a sucederse en las diferentes regiones de China, principalmente en el sur del pas,
donde en las semanas siguientes los gobernadores provinciales comenzaron a declarar
su independencia del gobierno imperial con sede en Beijing (Ceinos, 2006, 305),
como refleja cronolgicamente el mapa 5.
Sun Yat-sen, que en el estallido de la Revolucin se encontraba en Occidente
recabando fondos y apoyos a la causa revolucionaria republicana, regres a China
en diciembre de 1911. A los pocos das de su regreso, el comit revolucionario y
los representantes provinciales, reunidos en la ciudad de Nanjing, proclamaron la
Repblica de China el uno de enero de 1912 y eligieron a Sun Yat-sen presidente
provisional de la misma (Bianco, 1999, 33). Desde esa fecha, solo el norte de China
quedaba ya bajo control imperial y pese a la ayuda que las potencias extranjeras in-
tentaron proporcionar a la moribunda dinasta Qing su cada era ya inevitable. Yuan
Shikai diriga al nico ejrcito poderoso y moderno del pas y controlaba el norte
de China. En ese contexto, el presidente provisional de la Repblica, Sun Yat-sen,
decidi hacerle un ofrecimiento a Yuan: si aceptaba unirse a la causa republicana y
consegua la abdicacin del emperador, le cedera el cargo de presidente de la Re-
pblica de China (Annimo, 1980, 388-389). Aunque al principio ambas partes
recelaban mutuamente de la contraria, poco a poco las garantas entre ambas fueron
incrementndose. Yuan Shikai acab abrazando la causa revolucionaria republicana
y forz al ltimo emperador Qing a abdicar el 12 de febrero de 1912. Poco despus,
Sun Yat-sen renunciaba a su cargo y le ceda el testigo a Yuan Shikai, trasladando
este la capital de Nanjing a Beijing (Bailey, 2002, 74).
La Revolucin de 1911 propici la transicin de un rgimen imperial a uno repu-
blicano en China, dando comienzo una nueva etapa histrica nunca antes vivida en
el pas. Sin embargo, muchas han sido las interpretaciones que se han hecho sobre el
carcter de esta revolucin, desde su sentido democrtico hasta su espritu naciona-
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con la formacin de la Repblica China, sirvieron como punto de partida para los
programas posteriores de revoluciones nacionalista y socioeconmica.
Conclusiones
A lo largo de estas lneas, he intentado analizar los hechos ms relevantes que
contribuyeron desde comienzos del siglo XIX a la cada de la ltima dinasta imperial
china y al establecimiento de la Repblica en 1912, enfocados siempre desde un
mismo interrogante: hasta qu punto fue determinante la influencia, la presin y
la presencia de potencias coloniales extranjeras, principalmente occidentales, en la
China imperial de los Qing desde mediados del siglo XIX en el paulatino proceso
de desmoronamiento del Imperio chino y la transicin a un rgimen republicano?
No cabe duda de que la presencia extranjera en China contribuy tanto directa
como indirectamente a la cada de la dinasta Qing. A partir de 1840, con el estallido
de la Primera Guerra del Opio, las potencias occidentales comenzaron a obtener
numerosos privilegios en el pas y a ejercer un fuerte control sobre los recursos eco-
nmicos del pas. Asimismo, recibieron notables concesiones del gobierno imperial
Qing, no solo econmicas y comerciales, sino tambin territoriales, hasta la cada
de la dinasta, como refleja y sintetiza el mapa 6. China, sumida en una situacin de
inestabilidad poltica interna y debilitamiento del Estado, apenas pudo beneficiarse
de la influencia Occidental para desarrollar su propia economa nacional. Si bien
otros pases de su entorno, como Japn, recibieron un mayor impulso a su economa
nacional y al proceso de industrializacin con la llegada al pas de conocimientos y
tecnologas procedentes de Occidente, en China esta situacin se dio a una escala
mucho menor, debido principalmente a la inoperancia del Imperio, al dbil equilibrio
social existente en el pas y a la constante intromisin de las potencias coloniales
occidentales en los asuntos internos de este.
El sistema poltico, econmico y administrativo del Imperio chino ya haba co-
menzado a degradarse una vez que las potencias extranjeras hicieron su entrada en
el pas, aunque este hecho contribuy a empeorar todava ms la situacin (Gernet,
1999, 480-481). Sin embargo, las rebeliones internas, especialmente la Rebelin de
los Taiping, que asolaron China a mediados del siglo XIX fueron ms decisivas en
tambalear y minar los cimientos del Imperio chino que la incursin de las poten-
cias extranjeras pocos aos antes. Posteriormente, se produjeron nuevos avances de
los extranjeros en el pas en un contexto de crisis interna. A finales del siglo XIX,
cuando la presin de las potencias occidentales se acentu notablemente, China se
encontrar con que no ha tenido ni el tiempo, ni los medios, ni la tranquilidad, ni
la autonoma necesarios para fortalecerse y luchar eficazmente contra la avalancha de
los imperialismos (Gernet, 1999, 481). La insostenible situacin poltica y finan-
ciera del pas, el progresivo caos social y el aumento de un sentimiento antimanch,
antiextranjero y antiimperialista generalizado entre la poblacin, en definitiva, un
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RESUMEN
Palabras clave: Dinasta Qing, Guerras del Opio, Rebelin Taiping, Rebelin de los Bxer,
Revolucin de 1911.
Hasta qu punto fue determinante la influencia, la presin y la presencia de potencias
coloniales extranjeras, principalmente occidentales, en la China imperial de los Qing desde
mediados del siglo XIX en el paulatino proceso de desmoronamiento del Imperio chino y la
transicin a un rgimen republicano? Si bien la presencia extranjera occidental contribuy,
directa e indirectamente, de forma notable a la cada de la ltima dinasta imperial, no
puede achacarse ntegramente a esta situacin la progresiva inoperancia y debilidad de la
dinasta Qing, que termin su andadura en 1912, con la abdicacin del ltimo emperador
y el afianzamiento de la joven Repblica de China.
LABURPENA
Giltzarriak: Qing Dinastia, Opioaren Gerrak, Taiping-o Errebolta, Boxerren Altxa-
mendua, 1911ko Iraultza.
Atzerriko potentzia kolonialek, mendebalekoek nagusiki, XIX. mende erdiaz geroztik
presentzia izan zuten Qing dinastiaren Txina inperialean. Hona galdera, zenbaiterainoko
eragina izan zuen potentzia hauen presioak Txinako inperioaren gainbeheran eta horren
ondoriozko Erregimen errepublikarraren ezartzean? Mendebaleko potentzien presentzia
zuzenki edota zeharka eragina izan zuen azken dinastia inperialaren gainbeheran, baina
ez zen eragile bakarra izan Qing dinastiaren etengabeko ahultasuna ulertzeko tenorean.
Dinastiaren jarduna 1912an bukatu zen, azken enperadoreak abdikatu zuen eta Txinako
Errepublika gaztea finkatzen hasi zen.
ABSTRACT
Keywords: The Qing Dynasty, The Opium Wars, The Taiping Rebellion, The Boxer
Rebellion, The 1911 Revolution.
To what degree was the influence, pressure and presence of foreign colonial powers, prin-
cipally occidental ones, influential in the Chinese Qing Empire since the middle of the
19th century in the gradual decomposition process of the Chinese empire and the transi-
tion to a republican regime? Although foreign occidental presence noticeably contributed,
directly or indirectly, to the fall of the last imperial dynasty, it cant be entirely blamed for
the growing inefficiency and weakness of the Qing Dynasty, which came to its end in
1912 with the abdication of the last emperor and the reinforcement of the young Chinese
Republic.
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