Dimitri
Dimitri
Dimitri
de 1907 en San Petersburgo. Es famoso por el descubrimiento del patrón subyacente en lo que hoy en día se conoce
elementos, las desviaciones de de los gases reales de lo ya enunciado en la ley de Boyle-Mariotte. Asimismo también
logró el descubrimiento del punto crítico y realizó una formulación mucho más exacta de la ecuación de estado. Sin
embargo, su principal investigación fue la que concluyó con la enunciación de la ley periódica de los elementos químicos,
más conocida como Tabla Periódica, y que se basó en el sistema periódico que recibe su nombre. Con dicha tabla,
Dmitri Mendeléyev consiguió realizar una clasificación definitiva de los elementos. El sistema periódico clasifica todos los
elementos químicos, tanto naturales como creados, en base a su masa atómica de forma creciente. De esta forma, se
ubican en la misma columna aquellos elementos que tengan algo en común. Con ello logró que aquellos elementos con
un comportamiento químico parecido se localizaran en la misma columna. Asimismo, Dmitri Mendeléyev alteró el orden
de las masas para ordenarlos según sus propiedades cuando lo creyó necesario y, además, dejó huecos en blanco para
nuevos elementos que se descubrieran en el futuro Su sistema incorporaba múltiples mejoras en la clasificación de los
elementos existentes hasta entonces, como la combinación de pesos atómicos, o las semejanzas entre elementos. De
esta forma, demostró que las propiedades correspondientes a los elementos químicos son funciones periódicas de sus
pesos atómicos. Algunos años después, la tabla periódica de los elementos de Mendeléyev experimentó una última
ampliación en una de sus columnas con el descubrimiento de algunos gases nobles como el neón o el criptón, y que
ultimaron la actual versión de la tabla periódica. En Rusia nunca reconocieron sus méritos de forma oficial
debido a sus ideas liberales, por lo que no le admitieron en la Academia Rusa de las Ciencias. Sin
embargo se nombró mendelevio (Md) en su honor al elemento químico de número atómico 101,
en 1955.
deberían hacer compatibles tanto las propiedades químicas de los elementos que se repetían, como las masas
atómicas, pero aun así no parecía ser suficiente para obtener una ordenación coherente.