Teoría Celular
Teoría Celular
Teoría Celular
1. Todo en los seres vivos está compuesto por células, o bien por
sus productos de secreción. Los organismos pueden tener una sola
célula (unicelulares) o más (pluricelulares).
Pero hasta que no se dispuso de buenos microscopios ópticos, a principios del siglo XIX, no
se descubrió que todos los seres vivos, tanto animales como vegetales, están formados
por células. Este principio es el que desarrolla la Teoría Celular que se atribuye al
botánico Matthias Schleiden (1838) y al zoólogo Theodor Schwann (1839). De acuerdo
con la teoría celular, podemos concluir que: la célula es la unidad estructural y funcional
de los seres vivos, de manera que la actividad vital de éstos es el resultado de la suma de
las actividades de todas sus células, entre las cuales existe una coordinación.
En 1858, Virchow completó la teroría celular con su célebre principio omnis cellula e
cellula, es decir, toda célula proviene de otra célula.
En 1889, August Weismann amplió la información de Virchow desde un punto de vista
evolutivo resaltando que hay una continuidad ininterrumpida entre las células actuales (y
los organismos que ellas componen) y las células primitivas que aparecieron por primera
vez sobre la Tierra hace 3500 millones de años. La prueba del origen común de todas las
células actuales reside en la semejanza de su composición y de sus estructuras.
La teoría celular fue debatida a lo largo del siglo XIX, pero fue Pasteur el que, con sus
experimentos sobre la multiplicación de los microorganismos unicelulares, dio lugar a su
aceptación rotunda y definitiva.
Santiago Ramón y Cajal logró unificar todos los tejidos del cuerpo en la teoría celular, al
demostrar que el tejido nervioso está formado por células. Su teoría, denominada
"neuronismo" o "doctrina de la neurona", explicaba el sistema nervioso como un
conglomerado de unidades independientes. Pudo demostrarlo gracias a las técnicas de
tinción de su contemporáneo Camillo Golgi, quien perfeccionó la observación de células
mediante el empleo de nitrato de plata, logrando identificar una de las células nerviosas.
Cajal y Golgi recibieron por ello el premio Nobel en 1906.
Antes de avanzar con la noción de teoría celular, debemos saber que esta idea se enmarca en las
llamadas teorías científicas, formadas por conceptos que, siguiendo determinadas reglas,
permiten detallar las relaciones existentes entre observaciones realizadas de los conceptos en
cuestión. Dicho de otra manera: una teoría científica se construye a partir de los datos empíricos
obtenidos a través de observaciones. La teoría celular, en este sentido, se emplea en el campo de
la biologíapara brindar una explicación sobre la constitución de los organismos vivos a partir de
las células. Esta teoría detalla cómo las células son imprescindibles para la existencia de vida y
cómo determinan las características más importantes de los seres vivos.
Además de los datos expuestos hasta el momento sobre la teoría celular, merece la pena conocer
otros igualmente relevantes y significativos como estos:
-El primer estudio o investigación que comenzó a sentar las bases de la mencionada teoría celular
fue realizado en el año 1665 por el científico británico Robert Hooke, que está considerado como
el padre de las células, su descubridor. Y es que este, mediante el examen con el microscopio a
una lámina de corcho, pudo comprobar que dicho objeto estaba formado por distintas cavidades a
las que dio en llamar células, celdas. Un estudio al que siguieron otros que vinieron más a ahondar
en su descubrimiento, como sería el caso del acometido por Antony van Leeuwenhoek, también
en el siglo XVII.
-La teoría celular como tal, sin embargo, se establece que fue desarrollada a partir de los principios
fijados por Schleiden y Theodor Schwann en los años 1838 y 1839.
-Otro momento clave de la historia de la teoría celular fue el establecimiento en 1858 de la idea de
Virchow: “toda célula procede de otra célula”.
-Los científicos que consiguieron demostrarla y desarrollarla con mayor prestancia a lo largo de la
historia y tras los descubrimientos citados fueron Pasteur, que se especializó en la multiplicación
de los microorganismos unicelulares; Santiago Ramón y Cajal, que dio forma a la doctrina de la
neurona, y Camillo Golgi, que tuvo el mérito de identificar una de las conocidas células nerviosas.
Dos figuras estas dos últimas que precisamente por esos descubrimientos consiguieron ser
reconocidas con el Premio Nobel en el año 1906.
La teoría celular
El término cellula o célula fue acuñado en 1665 por el científico inglés Robert Hooke al observar
bajo las lentes de un microscopio rudimentario las «celdillas» constituyentes del corcho y otros
tejidos vegetales (que correspondían, en realidad, a restos celulares y no a células vivas). En 1674,
Antony van Leeuwenhoek, un comerciante de telas holandés aficionado a pulir lentes, describió
que la sangre estaba compuesta por diminutos glóbulos que fluían a lo largo de delgados capilares
y realizó numerosas observaciones de diversos «animalículos» u organismos microscópicos, a
menudo unicelulares, que hoy conocemos como microorganismos.
El siglo XIX constituyó, sin embargo, el verdadero punto de partida para el estudio de la célula y su
función, que se desarrolló paralelamente a los avances de la microscopía y a la aparición, en la
década de los años treinta, del microscopio compuesto. En 1831, el botánico escocés Robert
Brown introdujo la noción de núcleo celular y en 1838, el botánico Matthias Schleiden y el zoólogo
Theodor Schwann enunciaron el postulado básico de la teoría celular, según el cual todos los seres
vivos, vegetales y animales, están formados por células, a las que consideraron las unidades vitales
fundamentales. En 1839 Purkinje denominó «protoplasma» al contenido celular.
La teoría celular postula que la célula es la unidad fundamental de los seres vivos, desde los más
sencillos (microorganismos) hasta los organismos superiores más complejos (animales y
vegetales), tanto en lo que se refiere a su estructura como a su función.
- Presentan una membrana plasmática que las aísla del medio que las rodea y constituye la
principal «barrera selectiva» para el intercambio de sustancias con el exterior.
- Elinterior celular o citoplasma contiene una serie de elementos (inclusiones y, en el caso de las
eucariotas, orgánulos) imprescindibles para el correcto funcionamiento de la célula.
- Todas las células poseen información genética en unas macromoléculas esenciales (ADN y ARN),
así como ribosomas implicados en la síntesis de proteínas.
Todas las células, ya sean procariotas o eucariotas, realizan las tres funciones vitales: nutrición,
relación y reproducción; por ello se define la célula como la unidad vital, es decir, el ser vivo más
pequeño que realiza las funciones vitales.
- La nutrición se define como la capacidad de captar materia y/o energía del medio y
transformarla en materia y energía propia.
- La reproducción es la capacidad de duplicar su material gen ético y transmitirlo a las células hijas,
es decir, de formar otras células semejantes a ellas a las que transmiten la herencia.
A pesar de estas estructuras y funciones comunes a todas las células, hemos dicho que existen
grados de complejidad, pudiendo establecer dos niveles de organización: procariota y eucariota.
Las células procariotas son estructuralmente más simples que las células eucariotas y se sitúan en
la base evolutiva de los seres vivos. La estructura procariota es característica y exclusiva de las
bacterias (reino monera).
La mayoría de las células procariotas son de pequeño tamaño, desde menos de una micra hasta
unas pocas micras, igual al tamaño de algunos orgánulos de las células eucariotas.
Básicamente, una célula procariota presenta la siguiente estructura:
· La zona del nucleoide, situada en el centro de la célula y no separada del resto del
citoplasma por membrana alguna (por ello no se considera un núcleo verdadero), que contiene el
material genético en forma de ADN, densamente empaquetado
El nucleoide, de aspecto; fibrilar, alberga un cromosoma principal, constituido por una molécula
de ADN circular bicatenatio, y plásmidos, compuestos igualmente por una doble hélice de ADN
circular, que portan información adicional, como la resistencia a los antibióticos, el mecanismo de
degradación de sustancias difícilmente biodegradables o la capacidad de unirse a otras bacterias a
través de pelos conjugativos.
· Algunas bacterias contienen además otros elementos, cuya presencia o no varía de unos
grupos a otros:
- Sistemas internos de membrana: aunque escasos entre las bacterias, algunas, como muchas
bacterias autótrofas, presentan sistemas internos de membrana, conectados o no con la
membrana celular, y asociados en general con determinados procesos metabólicos.
Nutrición. Las bacterias son ungrupo muy numeroso de individuos de distintas especies.
Presentan gran diversidad de tipos de nutrición, las hay autótrofas: fotosintéticas o
quimiosintéticas; heterótrofas: con catabolismo tipo respiración celular o fermentativo. Pueden
ser aerobias o anaerobias (estrictas o facultativas). La mayoría son heterótrofas, pudiendo ser:
saprofitas, comensales, simbiontes o parásitas. Algunas pueden fijar directamente el nitrógeno
atmosférico, aunque generalmente lo incorporan en forma de sales. Las cianobacterias son todas
autótrofas fotosintéticas y los micoplasmas heterótrofos parásitos.
Con este tipo de reproducción asexual las células hijas son idénticas y la única forma de
variabilidad genética en la descendencia sería por mutación de su ADN. Se ha comprobado que las
bacterias pueden recibir o transmitir información genética a otras bacterias, dentro de la misma
generación. Este modo de transmitir la información genética se denomina: mecanismos
parasexuales. Estos pueden ser de varios tipos:
- Conjugación (una bacteria donadora transmite una réplica de su propio cromosoma a otra
bacteria receptora).
- Transducción (en la que un virus actúa como vehículo de la molécula de ADN que se transfiere
entre bacterias).
Las bacterias se vuelven resistentes al calor, frío, desecación y a las sustancias químicas al
entrar en latencia formando quistes (se rodea de una gruesa membrana) o formando esporas (se
forma una gruesa membrana en el interior de la célula rodeando el núcleo y con una pequeña
porción de citoplasma). Al finalizar las condiciones desfavorables la bacteria rompe las cubiertas y
germina.
LA TEORÍA ENDOSIMBIÓTICA
Carl Woese (1980) denominó progenote o protobionte al antepasado común de todos los
organismos y, por tanto, representaría la unidad viviente más primitiva, dotada ya con
mecanismos de transcripción y traducción genética. De este tronco común surgirían en la
evolución tres de células procarióticas: arqueas, urcariotas y bacterias (también denominadas
eubacterias).
El siguiente paso en la evolución celular fue la aparición de los eucariotas hace unos 1500 millones
de años. Lynn Margulis,en su teoría endosimbiótica, propone que se originaron a partir de una
primitiva célula urcariota (célula huésped), que en un momento dado englobaría a células u
organismos procarióticos, estableciéndose entre ambos una relación endosimbionte.
Estas células procariotas serían las precursoras de los peroxisomas (por su capacidad, para
eliminar sustancias tóxicas), de las mitocondrias (que procederían de bacterias aerobias) y de
los cloroplastos (que serían antiguas bacterias fotosintéticas). De hecho, mitocondrias y
cloroplastos son similares a las bacterias en tamaño y, como ellas, se reproducen por división. Pero
lo más importante es que tanto mitocondrias como cloroplastos tienen su propio ADN, el cual
codifica la síntesis de algunos de sus componentes. Además, ambos orgánulos presentan
ribosomas propios con ARN ribosómicos más próximos a los de las bacterias que a los de las
células eucarióticas. Según esta teoría, parte de los genes del ADN mitocondrial y de los
cloroplastos pasarían a incorporarse a los genes del ADN de la célula huésped.
La incorporación intracelular de estos organismos procarióticos a la primitiva célula urcariota le
proporcionaba dos características fundamentales de las que carecía inicialmente:
- La posibilidad de realizar la fotosíntesis y por tanto, ser un organismo autótrofo capaz de utilizar
como fuente de carbono el CO2 para producir moléculas orgánicas.
Se trataría, pues, de una endosimbiosis altamente ventajosa para los organismos implicados, ya
que todos ellos habrían adquirido particularidades metabólicas que no poseían por sí mismos
separadamente y, en consecuencia, sería seleccionada en el transcurso de la evolución.
Excepto las bacterias, el resto de los seres vivos (reinos protoctistas, hongos, plantas y animales),
desde los protoctistas unicelulares (protistas) hasta los organismos pluricelulares complejos con
tejidos diferenciados, presentan una organización celular eucariota.
- La membrana plasmática, que constituye el límite externo de la célula y cuya función primordial
consiste en regular el transporte e intercambio de sustancias con el medio exterior.
- El citoplasma celular contiene los orgánulos celulares y está ocupado por un entramado de
filamentos proteicos que compone el esqueleto celular o citoesqueleto, implicado también en la
formación de cilios y flagelos, los movimientos intracelulares y la división celular.
- Las células eucariotas poseen un complejo sistema interno de membranas constituido por
el retículo endoplasmático, conectado con la membrana nuclear, y el complejo de Golgi,
orgánu1os relacionados con la biosíntesis de moléculas y su distribución dentro de la célula, así
como con la secreción de sustancias al exterior. Otros orgánulos membranosos son las vacuolas,
que alcanzan un gran desarrollo en las células vegetales, y los lisosomas, relacionados con el
complejo de Golgi, que contienen enzimas esenciales para la degradación de sustancias en el
interior de vacuolas digestivas.
- Por último, todas las células eucariotas presentan un núcleo delimitado por una doble
membrana. En su interior se encuentra la cromatina, constituida por ADN asociado a histonas y
cuya unidad estructural es el nucleosoma. La membrana nuclear doble tiene unos poros que
comunican el nucleoplasma y el citoplasma.
DIVERSIDAD CELULAR.
Las células presentan una gran variabilidad de formas e, incluso, algunas no presentan una forma
fija. Las células con forma definida pueden ser redondeadas, elípticas, fusiformes, estrelladas,
prismáticas, aplanadas, etc., es decir, no hay un prototipo de forma celular. El hecho de que
normalmente se representen como una circunferencia, o una elipse, con un punto que representa
el núcleo, es una mera simplificación de la realidad.
Muchas células libres, como, por ejemplo, las amebas y los leucocitos, que carecen de una
membrana de secreción rígida y que presentan una membrana plasmática fácilmente deformable,
están cambiando constantemente de forma al emitir prolongaciones citoplasmáticas
(pseudópodos), para desplazarse y para fagocitar partículas. Otras células libres similares, pero sin
la capacidad de emitir pseudópodos, como muchos ciliados, eritrocitos y linfocitos, presentan una
forma globosa. Ello se debe a la cohesión entre las moléculas de agua. La misma causa que explica
que las gotas de líquidos sean esféricas y que, si la cohesión es muy elevada, como sucede en el
mercurio, conserven esta forma incluso sobre un sólido.
Las células que se encuentran unidas a otras formando tejidos, si carecen de una pared celular
rígida, tienen una forma que depende, en gran parte, de las tensiones que en ella generan las
uniones con las células contiguas. Por ejemplo, el tejido epitelial animal, que sirve para revestir
tanto la superficie externa como los conductos y cavidades internas, puede observarse que las
células profundas tienen forma prismática, mientras que las superficiales, que no experimentan
tensiones por otras superiores, son aplanadas. Además, si se separan las células de un tejido,
mediante la rotura de las conexiones que las unen, y se colocan en un medio de cultivo, las células
tienden a adquirir la forma esférica.
En todas las células carentes de membrana rígida, su forma también viene muy influida por los
fenómenos de ósmosis.
Las células provistas de pared de secreción rígida, como, por ejemplo, las bacterias que poseen
una pared de mureína, la mayoría de las células vegetales que poseen una pared celular de
celulosa y los osteocitos del tejido óseo, presentan lógicamente una forma muy estable. Aunque
también están sometidas a fenómenos osmóticos, su forma no varía.
Finalmente, queda resaltar que la forma de las células está estrechamente relacionada con la
función que desempeñan. Así, las células musculares suelen ser alargadas y fusiformes, adaptadas,
pues, para poderse contraer y relajar; las células del tejido nervioso son irregulares y poseen
numerosas prolongaciones, lo que está relacionado con la capacidad de captar estímulos y de
transmitirlos; las células del epitelio intestinal presentan la membrana plasmática libre con
innumerables pliegues para aumentar su superficie de absorción; etc.
En resumen, las formas de las células están determinadas básicamente por su función y pueden
variar más o menos en relación con la ausencia de pared celular rígida, tensiones de uniones a
células contiguas, viscosidad del citosol, fenómenos osmóticos y tipo de citoesqueleto interno.
Theodor Schwann
Los trabajos de Matthias Jakob Schleiden, también alcanzaron el área filosófica, pues
además de botánico se había doctorado en filosofía. Su aporte a la sociedad lo fundamento
con la publicación de varios textos, muchos de ellos en la especialidad de teología.