Materia Sobre Planificación Estratégica
Materia Sobre Planificación Estratégica
Materia Sobre Planificación Estratégica
ESTRATÉGICA
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Autor: Ing. Claudia Bernazza
• Introducción a la planificación
• Técnica FODA
LA PLANIFICACIÓN
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Ingeniera Agrónoma (UNLP). Magíster en Ciencias Sociales con orientación en Educación (FLACSO).
Subsecretaria de la Gestión Pública. Ex Secretaria Ejecutiva del Instituto Provincial de la Administración Pública
(IPAP). Asesora de Gabinetes Municipales. Docente de la Maestría en Administración Pública (UBA). Docente de
la Especialización en Administración Pública Local (UBA).
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Nociones generales
Cuando se habla de planificación, se suele utilizar el término con dos alcances diferentes,
pero que en nuestra concepción no disociamos:
• la planificación como elaboración de planes, programas y proyectos.
• la planificación como proceso y estrategia.
Con mucha frecuencia, la idea que se tiene de la planificación, tiende a que ésta sea
concebida sólo como algo cristalizado en “planes”, “programas” y “proyectos”,
presentados en un libro o documento escrito, pero la planificación no se agota en eso.
Como bien lo explica Matus, “debemos entender la planificación como una dinámica de
cálculo que precede y preside la acción, que no cesa nunca, que es un proceso continuo
que acompaña la realidad cambiante”. Ahora bien, considerar a la planificación como
proceso, implica plantearse varias cuestiones: ante todo, concebir la planificación como
algo que se realiza permanentemente y, en segundo lugar, supe un “sistema de
planificación”, en el que se hacen y elaboran planes y programas, no como un plan-libro,
sino como un plan situacional. Para ello es necesario crear un conjunto de organismos,
mecanismos y relaciones funcionales, a través de los cuales la Administración Pública y la
Sociedad Civil a través de sus actores sociales y diferentes organizaciones, directa o
indirectamente de algún modo están integrados en este proceso. Esto supone mucho
más que la total articulación entre los responsables políticos, los cuadros de la
Administración Pública y los planificadores. En el caso de la planificación situacional o
estratégica implica la concertación de todos los actores sociales involucrados en
la sociedad global y no sólo con aquellos con los que se quiere “hacer” a través
de los planes y programas.
Un sistema de planificación consiste, en esencia, en “planificar la planificación”, lo que
implica ante todo una efectiva coordinación y comunicación entre los responsables de
llevar a cabo los programas y los responsables de formularlos. Supone pues, la
superación del aislamiento y separación que existe, de hecho, entre la oficina de
planificación y los órganos ejecutivos. Y supone, también, la necesidad de superar el
modo feudal de organización y funcionamiento de la Administración pública tradicional.
Tarea harto difícil a poco que se intente modificar el “feudalismo” de cada área de la
Administración pública y, aún de cada departamento.
Sin embargo, lo sustancial de la planificación como proceso y estrategia no es eso, sino
el planificar teniendo en cuenta la totalidad social en cuanto el contexto más amplio (y
a la vez condicionante) de las áreas de intervención que han sido (o van a ser)
programadas. Esto conduce a prestar atención a los diferentes actores y sectores
sociales, que buscan sus propios objetivos, que tienen sus propias
apreciaciones/valoraciones de cómo debe ser la sociedad, y que desarrollan sus propias
estrategias para el logro de sus objetivos y propósitos.
Consecuentemente, lo que uno quiere hacer (lo programado), puede encontrarse con
oposiciones, coincidencias (totales o parciales) de otros actores sociales. Esto implica
concebir la planificación, teniendo en cuenta e incluyendo en la propia planificación lo
que los otros pretenden realizar.
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Quehacer de la planificación
Cuando se habla de planificación, sin tener ninguna preocupación por utilizar el término
con todo rigor científico, siempre se asocia a la idea de organizar, ordenar, coordinar,
prever... Si se ahonda algo más en este concepto, está claro que la idea central que
aparece es la de fijar cursos de acción con el propósito de alcanzar determinados
objetivos, mediante el uso eficiente de los medios. Se trata de “hacer que ocurran cosas
que, de otro modo, no habrían ocurrido”, o de “crear alternativas, allí donde antes no
había nada”.
Si queremos seguir acercándonos a la idea y al quehacer de la planificación, para mejor
entender la naturaleza de la misma, podríamos preguntar ¿Por qué planificar? Desde las
acciones de la vida cotidiana personal hasta las prácticas sociales e institucionales, es
fácil constatar que permanentemente confrontamos el hecho de que en casi todas las
actividades humanas los medios y recursos son escasos y los objetivos a alcanzar
múltiples y diversos. Para resolver esta situación, que se da en casi todos los campos y
dominios del quehacer humano, es necesario realizar un análisis y diagnóstico sobre la
realidad en la que se ha de actuar, tomar luego decisiones y proceder a la acción, para
obtener los resultados previstos o deseados.
De lo dicho resulta claro que la planificación aparece como una función inherente a todo
proceso de acción o de actividades que procura alcanzar determinados objetivos. Puestos
a darle un mayor rigor científico y técnico al término, tres conceptos aparecen
estrechamente ligados al de planificación, a saber: racionalidad, conocimiento de la
realidad y adopción de decisiones.
Puede decirse, asimismo, que la planificación suministra un marco que, como referencia
direccional, proporciona un horizonte que orienta y predetermina un conjunto de
acciones y criterios operacionales que:
• suponen un conocimiento de la realidad sobre la que se va a actuar,
expresada en un diagnóstico;
• procura incidir en el curso de ciertos acontecimientos con el fin de que se
cambie una “situación inicial” por otra llamada “situación objetivo” (a
la que se quiere llegar).
• Sienta las bases para una toma racional de decisiones (resolución de
preferencias alternativas) que se traducen en una serie de actividades que
procuran alcanzar determinadas metas y objetivos. Se trata de construir el
futuro de “algo”.
Planificar es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos mediante los
cuales se introduce una mayor racionalidad y organización en un conjunto de actividades
y acciones articuladas entre sí que previstas anticipadamente, tiene el propósito de influir
en el curso de determinados acontecimientos, con el fin de alcanzar una situación elegida
como deseable, mediante el uso eficiente de medios y recursos escasos o limitados.
¿Qué dicen los expertos y los organismos internacionales acerca de la planificación?
Veamos algunas pocas definiciones para poder tener una visión más amplia del concepto
de planificación... A comienzos de los años setenta en un documento de las Naciones
Unidas se definió a la planificación: “como el proceso de elección y selección entre cursos
alternativos de acción con vistas a la asignación de recursos escasos, con el fin de
obtener objetivos específicos sobre la base de un diagnóstico preliminar que cubre todos
los factores relevantes que pueden ser identificados”.
Y si se quiere, podemos recurrir a una definición menos técnica, pero que nos da la
respuesta de un político. Pandit Nehru, cuando siendo primer ministro de la India dijo en
uno de sus discursos: “planificar es aplicar la inteligencia para tratar los hechos y las
situaciones como son y para encontrar un modo de resolver problemas”.
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Podríamos extendernos en las citas, ya que existe una gran variedad de definiciones
sobre lo que es la planificación. Sin embargo, ninguna nos ha parecido más clara y
didáctica que la de Yeheskel Dror; dice así “Planificar es el proceso de preparar un
conjunto de decisiones para la acción futura, dirigidas al logro de objetivos por medios
preferibles”.
A partir de esta definición, procuraremos caracterizar a la planificación a través de sus
elementos más esenciales.
Características de la planificación
El mismo Dror nos ayuda a esta tarea cuando indica las características de la planificación
de acuerdo a la definición propuesta por él. Lo seguimos, pero reelaborando y
reajustando la explicación dentro del enfoque de la planificación estratégica y de
nuestras propias consideraciones sobre el tema.
e. Futura: la planificación es siempre una actividad que concierne al futuro, ya sea que
la consideremos como función administrativa o bien (como en el caso de este libro),
se la considere como un conjunto de procedimientos para elaborar planes,
programas o proyectos. Este futuro que prevé la planificación está expresado
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operativamente en lo que en el lenguaje de la planificación estratégica se denomina
una “situación objetivo”.
g. Por medios preferibles. Se trata de identificar los medios preferibles con respecto
a un input de recursos disponibles. Desde un punto de vista más estrictamente
técnico/operativo, este aspecto de la planificación puede definirse como el arte de
establecer procedimientos para la organización de las relaciones entre medios y
objetivos. Al mismo tiempo, se trata de proporcionar normas y pautas para la toma
de decisiones coherentes, compatibles e integradas, que conducen a una acción
sistemáticamente organizada y coordinadamente ejecutada.
Niveles operacionales
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relacionados o coordinados por un conjunto de programas. De este modo podemos
hablar de programas de la tercera edad, programa de construcción de escuelas,
programa de salud materno-infantil, etc., que forman parte de un plan más generalizado.
Puede decirse, asimismo, que un programa operacionaliza un plan mediante la
realización de acciones orientadas a alcanzar las metas y objetivos propuestos dentro de
un período determinado.
Pasando a un mayor grado de concreción tenemos lo que se denomina proyecto. Con
este concepto se hace referencia a un conjunto de actividades concretas,
interrelacionadas y coordinadas entre sí, que se realizan con el fin de producir
determinados bienes y servicios capaces de satisfacer necesidades o resolver
problemas. Un curso para la tercera edad, puede ser un proyecto dentro de un
programa destinado a ese sector de población. La construcción de una escuela es un
proyecto dentro de un programa de construcción de edificios escolares, y así por el estilo.
“Tanto los programas como los proyectos, se concretan a través de un conjunto de
actividades organizadas y articuladas entre sí, para alcanzar determinadas metas y
objetivos específicos. La diferencia entre un programa y un proyecto radica en la
magnitud, diversidad y especificidad, habida cuenta que un programa está constituido
por una constelación o conjunto de proyectos.”
Si queremos seguir avanzando en una línea de concreción creciente, podemos hablar
también de actividades y tareas. La actividad es el medio de intervención sobre la
realidad, mediante la realización secuencial e integrada de diversas acciones necesarias
para alcanzar las metas y objetivos específicos de un proyecto. Y la tarea es la acción
que tiene el máximo grado de concreción y especificidad. Un conjunto de tareas
configura una actividad, entre las muchas que hay que realizar para concretar un
proyecto.
Para aclarar estos crecientes grados de concreción y especificidad y el alcance de cada
uno de estos términos, podemos ilustrarlos con los siguientes ejemplos: plan de
servicios sociales; programa de infancia y familia (como uno de los programas del
plan); proyecto: realizar un campamento de verano; actividad: realizar una excursión;
tarea: preparar la ropa y calzado adecuados. Plan de educación; programa de
construcción de edificios escolares; proyecto: construir este edificio escolar; actividad:
levantar la pared; tarea: colocar un ladrillo.
Proyecto Tarea
Proyecto Actividad Tarea
Programa Actividad Tarea
Proyecto
Proyecto Actividad 6
Actividad
Tarea
Tarea
Tarea
Proyecto
Programa Proyecto
PLAN Proyecto
Proyecto
Proyecto
Programa Proyecto
Proyecto
Proyecto
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De la planificación normativa
a la planificación estratégica
Desde los años setenta, se fue desvaneciendo “el entusiasmo y el apoyo que recibieron
en su tiempo las ideas y las prácticas de la planificación”, pero al mismo tiempo, se ha
insistido en la necesidad consiguiente de una acción deliberada, coherente y sostenida en
el medio y largo plazo, que asegure la adecuada asignación de recursos para superar
las dificultades presentes y abrir el camino hacia el futuro.
Planificación y racionalidad
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mucho más compleja que la lógica subyacente en la elaboración de planes, ó en la lógica
expresa de los mismos planes.
La planificación no puede limitarse a la pura racionalidad para transformar una situación.
Hay que accionar sobre una realidad (siempre compleja). Este accionar sobre la realidad
es la tarea propia de la política. En consecuencia, no existe ninguna posibilidad de una
planificación eficaz, sin articulación con la conducción política.
Planificación y política
A tenor de todo lo dicho quisiera plantear en este parágrafo dos cuestiones sustantivas:
Para que la planificación sea efectiva es necesario que la autoridad política (o los que
tienen la responsabilidad de decisión si se trata de organizaciones no gubernamentales)
quiera hacer, esté dispuesto a hacer, o sea, llevar a la práctica lo que se ha planificado.
Aún a riesgo de ser reiterativos, queremos enfatizar el hecho de que si no se cuenta con
un apoyo político, si no existe voluntad política en los responsables de la adopción de
decisiones aún el mejor de los planes es letra muerta.
Toda planificación es mucho más que un proceso de racionalización en la toma de
decisiones; es la instrumentación de un proyecto político, aún cuando éste sólo
haya sido definido de una manera vaga o ambigua.
Con el propósito de profundizar algo más sobre el tema, planteamos una nueva cuestión
que se deriva de las anteriores y que formulamos en términos de “decisión racional y
acción racional: la lógica de la formulación y la lógica de la realización”.
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• una cosa es la lógica de la formulación (que se da cuando se elabora un
plan, programa o proyecto),
• otra, la lógica de la realización que debe aplicarse a situaciones
contingentes y aleatorias que configura ese “cóctel desconocido de lo
previsible y de lo imprevisible” que se da en toda realidad concreta.
De manera especial hay que tener en cuenta, entre muchos aspectos, dos cuestiones:
que existen en la realidad social otros actores que también hacen sus planes o
programas, y que, a veces, el despilfarro, las pugnas mezquinas, la voluntad de ganar
espacios de poder y la rebatiña de prebendas y ventajas, predomina sobre la
racionalidad.
Cabe preguntarse: ¿qué hacer para incorporar todos estos condicionamientos y para
disminuir o acortar la brecha que existe entre la formulación y la realización de los
planes?. Intentaremos responder a esta cuestión a partir de la presentación de:
• Las cualidades que deben tener –para superar estas dificultades- los agentes
que actúan sobre la realidad social.
• Las características de la planificación estratégica o situacional.
Cualidades que deben tener los agentes que actúan sobre la realidad social
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es útil) se necesita de capacidad creativa. Esta capacidad es la que permite, en cada
caso, encontrar el “viable inédito”.
Decimos viable, porque para resolver la situación-problema que se presenta, no vale
cualquier respuesta de acción: esta debe ser viable, o sea, realizable. Y decimos inédito,
porque toda una circunstancia tiene algo de irrepetible, cuanto que las distintas variables
de la realidad se combinan de manera singular y diferente en cada caso concreto.
Para comprender el contenido, significado y metodología de la planificación estratégica es
de gran utilidad su comparativa con la planificación normativa que ha sido lo que podría
llamarse la formación básica de la planificación.
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PLANIFICACIÓN NORMATIVA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
• de que el sistema social puede ser • de que el sistema social está integrado por
objeto de orientación por parte del personas que tienen su propia escala de
planficador. valores y establecen lo que conveniente e
inconveniente, bueno o malo como
objetivo a alvcanzar.
• El sujeto que planifica está “sobre” o • El actor que planifica está inserto y forma
“fuera” de la realidad planificada. parte de la realidad que planifica,
coexistiendo con otros actores sociales
que, de algún modo, también planifican.
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Momentos del planeamiento estratégico
• analítico/explicativo
• normativo
• estratégico
• táctico/operacional
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A partir del cálculo situacional interactivo (que incluye la intencionalidad de todos los
actores sociales implicados), surge el problema de los obstáculos y restricciones para
llegar a la situación objetivo. Aparece aquí la cuestión de la viabilidad del plan. Estamos,
como dice Matus, “en el corazón del momento estratégico [...]” que busca “lograr un
programa direccional que no sólo sea eficaz para alcanzar la situación objetivo, sino
además viable” en lo político, lo económico, lo social, lo cultural, lo ecológico, lo ético, y
también en lo institucional organizativo. La cuestión fundamental de esta fase o
momento podría resumirse en lo siguiente: ¿Qué camino ir haciendo para transformar la
situación inicial de acuerdo a los cambios que hay que realizar para llegar a la situación
objetivo a la que se pretende alcanzar? Y sobre todo, ¿cómo superar los obstáculos y
restricciones, que dificultan la realización de las operaciones y actividades propuestas?
Es la fase en la que se deben producir los hechos u operaciones que van provocando el
cambio situacional. Se recorre un “arco de coyuntura” que el citado Matus define como el
“camino que media entre la situación inicial y la situación inmediata siguiente que un
actor estima posible. El arco situacional se refiere a la vía de transición entre dos
situaciones inmediatas cualesquiera” que permiten avanzar hacia el cumplimiento del
plan o programa.
De lo que se trata es de establecer “cómo hacer”. Para ello:
• Se instrumentaliza e implementa el momento normativo.
• Se eligen los medios para el logro de los objetivos.
• Se establecen los cursos de acción.
• Se busca la coherencia, compatibilidad, consistencia, operatividad e
integralidad de las diferentes decisiones.
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PLANIFICACION ESTRATEGICA
SINTESIS INTEGRADORA
MOMENTO
MOMENTO ESTRATÉGICO
ANALITICO MOMENTO TÁCTICO / OPERATIVO MOMENTO
EXPLICATIVO NORMATIVO
ESCENARIO
Arco Direccional
Imagen objetivo
SITUACION SITUACION
CURSO DE ACCION OBJETIVO
INICIAL
DIAGNÓSTICO
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GLOSARIO
- ESCENARIO: conjunto de las situaciones que enfrentan .los actores sociales en un momento
determinado.
- ARCO DIRECCIONAL: trayectoria que conecta la situación inicial con la situación objetivo.
- POLITICA: propuesta de un actor que explica la situación inicial, define la situación objetivo y
precisa normativamente los proyectos estratégicos .
Conjunto de disposiciones instrumentales para atacar un programa concreto y alcanzar un objetivo
parcial.
Diseñando UN PROYECTO
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proyecto y las -para las diversas actividades y componentes MÉTODOS
distintas actividades?
¿Existe el recurso humano idóneo?
11. ¿Con qué recursos ¿Qué necesidades de aprendizaje tiene ese
RECURSOS
humanos se cuenta? personal para cumplir con las distintas funciones y
HUMANOS
tareas?
¿Cómo se va a asegurar esos aprendizajes a lo
largo del proyecto?
16. ¿Qué sucede una vez ¿Cómo se asegurará que el proyecto continúe más
CONTINUIDAD/
que concluye allá del periodo establecido y de los recursos
SUSTENTABILIDAD
formalmente el disponibles para ejecutarlo?
periodo y los fondos
del proyecto?
17. ¿Qué tiene de ¿Qué puede este proyecto aportar a otros?
especial este ¿Dónde radica, a nuestro juicio, lo original, EFECTO
proyecto? novedoso e innovador de este proyecto? DEMOSTRATIVO
INTRODUCCIÓN
¿En qué estamos pensando cuando hablamos de planificación estratégica? ¿Y qué decimos al hablar de
planificación y liderazgo situacional? Muchos son los autores que se han ocupado del tema, pero no obstante
queremos realizar un aporte nacido de los múltiples esfuerzos de planificación “diferente” que han surgido
en municipios, organizaciones e instituciones provinciales y nacionales. Los marcos conceptuales surgen de
la experiencia, y la planificación es una experiencia con no pocos éxitos y bastantes sinsabores en nuestro
territorio, los suficientes para que ya se pueda “relatar” lo que es, en nuestra práctica cotidiana, un proceso
de planificación.
Un plan supone la posibilidad de contar con un acuerdo colectivo acerca de lo que debe ser ejecutado, en
una comunidad, una institución, un territorio. En el caso municipal y provincial, pensamos en una mesa de la
que participen dirigentes del mercado, la sociedad civil y el Estado en sus múltiples representaciones y en
sus variadas formas de integración regional. En el caso de la nación, hablamos, desde hace mucho tiempo,
de la necesidad de contar con un PROYECTO NACIONAL, y nos estamos refiriendo a lo mismo: nos parece
prioritario contar con un plan.
La visión que el hombre tiene del mundo y de sí mismo, la razón por la que cree estar parado sobre sus
pies, le da las ideas acerca de lo que tiene que hacer a lo largo de su vida. Su cosmovisión está detrás de
todas sus realizaciones, sus equivocaciones, sus sueños. Y detrás de esa cosmovisión están sus padres, su
cultura, la historia y geografía de su pueblo, su recorrido vital.
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Ingeniera agrónoma. Magíster en Ciencias Sociales con orientación en Educación (FLACSO). Docente del IPAP.
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El futuro, entonces, no es algo que le ha sido dado como un destino inexorable: es algo que él está
dispuesto a construir de acuerdo con sus creencias y convicciones plasmadas como ideales de vida. La
fuerza de estos ideales es la fuerza transformadora, y ésta reside en su espíritu3.
Descubrir estas convicciones, los anhelos más profundos, ver cuáles se comparten y cuáles alienan, adivinar
cuál es el futuro al que un grupo social aspira, es el primer trabajo del sujeto planificador 4. Porque un plan
es, ni más ni menos, que un sueño colectivo transformado en proyecto realizable.
Para que estos sueños puestos así al descubierto tengan una chance cierta de cumplirse, necesitan de una
explicación del mundo. Las explicaciones del mundo surgen del andamiaje de ideas que cada cultura
elaboró. Las ideas, producto de una búsqueda metódica de la verdad explicativa, echan sus raíces en la
mente humana, y colaboran para que hombres y mujeres no se den la cabeza contra la pared a la hora de
llevar a cabo sus proyectos individuales y colectivos.
Y aquí debemos hacer otro llamado de atención. En este tiempo en que pareciera reinar una única
explicación del mundo y la sociedad, y por lo tanto una única manera de postular el orden social, un único
modelo de Estado y una sola posibilidad de relaciones económicas, más que nunca es necesario encontrar
entre todos las razones de lo que sucede a nuestro alrededor: cómo se viven los valores que profesamos,
qué pasa con la justicia, la solidaridad social, el juego de intercambios.
Aquí aparece un fuerte desafío para el planificador. Encontrar explicaciones plausibles y compartidas, que
den cuenta de todo lo que sucede, de las peores injusticias, de los problemas sociales más candentes, para
ir encontrando el camino que lleve a su solución, implica estudio, búsqueda de información, escuchar todas
las campanas, sin dejarse tentar por las explicaciones que se bombardean desde los canales de
comunicación que detentan quienes ya tienen un plan no consultado para dirigir destinos.
Resulta claro entonces que el horizonte de sentido del plan y la situación objetivo que se quiere alcanzar,
como así también la explicación de la situación inicial, no son un problema de expertos, no son un problema
técnico: es un problema político, de toma de decisiones del cuerpo social, el que ha decidido tomar las
riendas de su destino.
3- Llevarlo a cabo
Llevar a cabo un plan distingue a los soñadores de los gestores. Si un líder no puede torcer el curso de los
acontecimientos para lograr que se parezcan, mínimamente, a la decisión plasmada en forma de plan,
significa que:
a. no ha acumulado suficiente poder
b. lo tiene y no sabe qué hacer con él
c. le es fácil prometer pero muy difícil ejecutar, ya que ejecutar es coordinar acciones,
conducir equipos hacia la acción, monitorear, evaluar, volver a empezar.
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Cualquiera sea nuestra convicción religiosa, lo que aquí se pretende es distinguir aquello que reside en el razonamiento humano, de
aquello que forma parte de la energía íntima del hombre, aquella que lo anima.
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Cuando hablamos de sujeto planificador, estamos pensando en aquel grupo de personas que ha logrado un acuerdo para tomar las
riendas de su situación vital, la que ha decidido conducir de acuerdo con un plan. Este grupo tiene señorío sobre las decisiones a tomar,
es decir, gobierna la situación.
Para nosotros, este ejercicio del liderazgo es parte de las características del sujeto planificador, ya que la
planificación es en realidad un proceso y no un momento que finaliza cuando se empieza a ejecutar, porque
mientras se ejecuta hay que ir y volver de la realidad al plan y del plan a la realidad, para cambiar lo que
haya que cambiar en uno u otro campo.
A esta altura vale la pena una aclaración. La postulación de un plan integral no invalida que las personas
tengan planes e intereses individuales: estos conviven permanentemente, cambian, mutan a nuevos planes
e intereses, porque las personas crecen, empiezan proyectos, se desaniman, vuelven a empezar.
Recuerdo un personaje de una de las novelas que están pasando por televisión. La esposa le pregunta en un
momento al protagonista desvelado si no tenía sueño, y él le aclara “no tengo un sueño, por eso no puedo
dormir”. Si el proyecto colectivo, cuando se ejecuta, no tiene en cuenta, abarca e integra esos proyectos
individuales, éstos competirán entre sí en el cumplimiento de la profecía de Hobbes: el hombre es el lobo del
hombre5. Aquí otra vez, un ítem que distingue dirigentes: los capaces de integrar los intereses individuales a
un proyecto colectivo, de los que apenas logran un orden civilizado, de convivencia frágil de múltiples planes
individuales, en el que finalmente prevalecen “los más aptos”.
Una vez que el plan inicia el camino de su viabilidad, la organización –previa a él o surgida a partir de él-
debe adaptarse: los organigramas no son el producto de resoluciones o decretos lejanos en el tiempo,
dictados en épocas de otros decisores. El organigrama es una herramienta a nuestro alcance, que debe
expresar una forma de organización de acuerdo con los grandes ejes y programas postulados en el plan.
Sin embargo, en el Estado, desde hace mucho tiempo, el organigrama dirime cuestiones de poder interno de
sus múltiples actores, y su diseño parece alejado de las posibilidades de decisión del sujeto planificador. Que
quede claro: si el planificador no puede moldear la estructura organizacional de acuerdo con lo que pretende
hacer, mejor que archive provisoriamente el plan y se pregunte: por el momento, y en estas condiciones
¿qué puedo ir haciendo?
Cuando un gobernador o un intendente llegan a ocupar sus puestos, los organigramas parecen congelados
desde hace tiempo, parece que cambiarlos demasiado puede provocar hondas heridas. Más allá de los
cargos de ley, también mutables, los cargos deben surgir de la voluntad expresada en el plan, y el interés de
ascenso de los integrantes de la organización debe dirimirse en un sistema de carrera que sea independiente
del organigrama.
Son estos equipos los que colaborarán en la asignación del resto de los recursos, al ser ellos el principal
recurso: el que aporta creatividad, conocimiento, técnicas, soluciones para llevar adelante el plan. Se alzarán
los puentes, se plantarán los árboles, se organizarán comunidades, se administrarán servicios a través de
personas concretas que conforman los equipos institucionales.
Estos equipos, al estar integrados por personas de carne y hueso, y por la misma condición humana, serán
un recurso a cuidar, fortalecer y acrecentar. Observar en todo momento hasta qué punto los agentes de la
organización se sienten “dueños” del plan, comprometidos con él. Hasta dónde lo lideran, se sienten parte
de un cuerpo orgánico.
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Hay algunos señores del mercado, bien posicionados ellos, creen que esto es de por sí bastante sano, ya que prevalecerán los
mejores proyectos individuales y esto da, por simple suma, el proyecto colectivo. Muchos de nuestros hermanos, muchos pueblos e
incluso continentes enteros aún no conocen la chance de pararse como sujetos de la historia para gritar al mundo su plan de vida.
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Por otra parte, estos equipos hacen “cosas” o administran servicios “en territorio”, para comunidades
concretas. Otra vez aparece la necesidad de cuidar relaciones entre personas: ¿estas comunidades han sido
llamadas a elaborar el plan? ¿lo protagonizan? ¿son espectadores pasivos o son parte activa de lo que
acontece?
Comienza aquí la historia del fortalecimiento institucional, la necesidad de crear una mística grupal, tanto en
la propia institución como entre la dirigencia social o empresarial que encabeza la acción. Esta construcción
permanente de un “nosotros” en virtud de lo que se ha acordado hacer juntos, puede marcar la diferencia
entre un plan exitoso y un rotundo fracaso.
Al igual que el resto de los recursos, los recursos materiales y financieros necesarios para nuestra acción no
son algo “dado”, no es dato inexorable. La viabilidad económica debe construirse, en el marco de la
construcción general de la viabilidad del plan 6.
Otra vez, en este campo se han fundado algunos mitos, sobre todo en el Estado. Por un problema de
cronogramas, las autoridades del Ejecutivo electas llegan a asumir sus cargos para administrar un
presupuesto aprobado previamente, meses antes de su llegada. Se diluye la función de gobierno, que
parece circunscribirse a un asunto de administración.
Para ese tiempo, vale la pregunta que nos hacíamos en relación con la organización de los equipos: por el
momento, y con esta asignación de recursos ¿qué podemos ir haciendo?
Luego, se debe revisar el pacto fiscal, en el caso del Estado, o el pacto de intercambio que se logra con la
comunidad, en el caso de otras organizaciones: qué recursos se logran convocar alrededor de la propuesta.
Esta convocatoria es dinámica, depende de nuestro poder de convencimiento, cambia con el tiempo,
depende de la apropiación por parte del conjunto de los valores del plan, en fin, no es un dato inmutable,
porque la economía de la organización, incluso de un país, es un asunto que depende de nuestras
decisiones. A la vieja disputa la economía antes que la política, la política antes que la economía le
oponemos una realidad contundente: los intercambios de recursos se deciden, por lo tanto las decisiones –
campo político- son previas a los intercambios
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Para profundizar este concepto, ver: C. Matus, Política, planificación y gobierno, Altadir, 1986.
TECNICA FODA
La planificación estratégica constituye
Internamente
• un proceso de reflexión
• un marco de referencia para la conducción.
• un medio de comunicación y de movilización
Externamente
• una posición institucional pública con las metas y
proyectos claros
• una demostración de la participación activa en el
desarrollo de la colectividad
• un medio de concertación con los poderes públicos y los
actores-claves
TECNICA FODA
Análisis del medio ambiente
Oportunidades
Amenazas
Factores, fenómenos o hechos que podrían obstaculizar
el logro de los objetivos.
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TECNICA FODA
Diagnóstico interno
Fortalezas
Condiciones o recursos que favorecen excepcionalmente por
su calidad el desarrollo de actividades y logro de objetivos.
Debilidades
Condiciones o recursos inadecuados que entorpecen el
desarrollo de actividades y logro de objetivos.
TECNICA FODA
Metas estratégicas
Definición
Lista de Lista de
Fortalezas Debilidades
25
Selección de metas estratégicas
1.
2.
3.
4.
Etc.