Cantata de Navidad
Cantata de Navidad
Cantata de Navidad
Uno de los pastorcitos, el de los más pequeñitos, estaba admirado al ver tantos
ángeles cantando. Era la primera vez que escuchaba hablar de las profecías,
estaba muy emocionado, era lo más maravilloso que podía pasarle y empezó a
preguntar: ¿Quién es Jesús?, ¿quién es Jesús?
Mientras tanto, unos momentos antes, María y José habían llegado a Belén.
Estaban muy cansados del viaje y no había un lugar para descansar. Imagínense
cómo se sintieron María y José cuando tocaban las puertas esperando ser
cobijados bajo un techo, pero todas estaban llenas, desbordantes de huéspedes.
Y muy cansados siguieron insistiendo.
Esa noche no se desplegó ningún lujo para recibir al Rey de los cielos. Había
solamente un poco de paja en el pesebre. Ninguna sábana fina o colcha suave.
Solo el heno fragante. Y así, en forma repentina ocurrió. El bebé maravilloso
había nacido y lo llamaron Jesús.
Mientras tanto los pastores se estaban acercando al portal de Belén. Como el
ángel les indicó, siguieron la estrella brillante. Cuando se acercaban al portal
escucharon una dulce invitación de los padres del bebé tan esperado.
No sabemos cuanta gente pudo haber visto la estrella aquella noche que los
ángeles aparecieron en Belén. Pero no hay duda de que la estrella se vio a miles
de kilómetros de distancia.
Muy lejos, por el oriente, vivían unos sabios que seguramente conocían bien las
escrituras. Cuando vieron la extraña luz, se dijeron a sí mismos: “Esto debe ser lo
que hemos estado esperando”.
Viajaron varios días….hasta que llegaron al portal de Belén.
Llegando a Jerusalén comenzaron a preguntar ¿dónde está el Rey de los judíos
que acaba de nacer?
¿Rey de los judíos? – replicaban las personas con mirada atónita.
¿Ustedes se refieren al rey Herodes?
¡No!, ¡Un nuevo rey! ¡Vuestro Rey! Su estrella hemos visto en el oriente y
venimos a adorarlo.
Por fin los reyes magos llegaron al lugar donde estaba Jesús. Al entrar vieron al
niño con María, su madre y de rodillas le adoraron. Muy entusiasmados abrieron
sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra.
¡Qué espectáculo debió haber sido ver a estos sabios ataviados con sus ricas
vestiduras, inclinándose ante la presencia del niño Jesús!
De todos los que fueron al establo, algunos, sólo vieron a un hermoso bebé,
pero otros vieron al Hijo de Dios.
Desde entonces, sigue siendo así. ¿A quién vemos hoy? ¿A quién ves tú?
¿Se han preguntado qué es lo más importante en su hogar en estas fiestas
navideñas?
Muchas veces, la Navidad para nosotros es pasarlo en familia, comprar lindos
regalos sin pensar en el verdadero significado de la navidad.
Cuando Jesús vino a este mundo, lo hizo naciendo en un humilde establo de
Belén, junto a la vaca, la oveja y el buey. Nos demostró que lo mejor es dar, no
recibir. Y hoy queremos compartir ese mensaje de amor: Jesús es navidad.