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RISARALDA ENERGIA
Informe Final
AUTORIZACION
ICANH 3222
ARQUEOLOGÍA
PREVENTIVA
CAJICA, CUNDINAMARCA
AGOSTO DE 2015
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Tabla de contenido
1.0 PRESENTACIÓN ............................................................................................................3
2.0LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO ..............................................5
3. LINEAMIENTOS TÉCNICOS DE LA ARQUEOLOGÍA PREVENTIVA ....................8
4.ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS
..................................................................................................................................................9
4.1 INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA REGIÓN ...................................................11
4.2 TEORÍA Y CONCEPTOS...................................................................................................13
4.3 REFERENTES ETNOHISTÓRICOS ....................................................................................19
4.4 APUNTES ACERCA DE LAS COSTUMBRES FUNERARIAS EN LA REGIÓN ...................23
4.5 Comentarios de algunos trabajos arqueológicos en las laderas de la Cordillera
Central, Vertiente del Río Cauca, subregión del Cauca Medio..........................................24
4.6 ETNOGRAFÍA .................................................................................................................38
4.6.1 LA AGRICULTURA Y LOS ALIMENTOS EN LAS CRÓNICAS DE INDIAS ......................38
5.0 METODOLOGÍA............................................................................................................45
5.1 Aspectos generales .......................................................................................................45
5.2 PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA....................................................................................46
5.3 Análisis general de paisaje ............................................................................................58
6.0RESULTADOS DEL ESTUDIO
................................................................................................................................................58
7.0...................................................................................................................BIBLIOGRAFÍA
................................................................................................................................................59
8.0PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO
................................................................................................................................................67
9.0COMPLEMENTO A LOS ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS
................................................................................................................................................70
9.1 Ocupaciones precerámicas en el Eje Cafetero. ............................................................71
9.2 Sociedades agroalfareras..............................................................................................74
9.3 Bibliografía del anexo ...................................................................................................81
10.0 RESEÑA MONOGRÁFICA DEL MUNICIPIO DE BELÉN DE UMBRÍA ..............................87
11.0 Actividades de divulgación ......................................................................................92
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1.0 PRESENTACIÓN
Una vez realizada la prospección del área de influencia (2,5 Ha), y teniendo en cuenta que
esta se halla inmersa entre bosques secundarios, se decidieron realizar trayectos por los
caminos adecuados por los pobladores locales. Toda el área presenta mayoritariamente
pasturas.
En razón a que los estudios de arqueología para esta zona aluden a patrones de
asentamiento fundamentalmente en terrazas aluviales, el énfasis en los recorridos estuvo
a ambos márgenes de los ríos Mistrató (Risaralda) y Guática. De hecho, los sitios
arqueológicos reportados se han hallado en este patrón de poblamiento pero hacia los
nacimientos y los valles aluviales, ausentes en las áreas de influencia directa que serán
inundadas.
Inspección directa. Una vez determinadas las áreas con probables yacimientos
arqueológicos, se recorrieron a pie algunas terrazas aluviales y cimas aplanadas.
-La poca área a intervenir (2,5 Ha) en función de su topografía (pendientes > 80%) y de la
cota de inundación (nivel máximo de 20 m).
-El tipo de proyecto y su magnitud. El mismo se realizará en el cañón del Río Risaralda,
desembocadura del río Guática.
-Las áreas de influencia directa históricamente han sido inundables ya que se hallan
encañonadas y con incidencia de fuertes movimientos geodinámicos.
La zona donde está localizado el proyecto se enmarca dentro de la cuenca del río Risaralda,
afluente por el margen izquierdo del río Cauca, aguas abajo de la confluencia con el río
Guática, al occidente de la ciudad de Anserma, Caldas, aproximadamente unos 80 km al
norte de la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda.
Mapa1. Localización sitio Morro Azul entre Anserma (Caldas) y Belén de Umbría
(Risaralda)
Es de resaltar, y como se indica en la siguiente tabla, que el proyecto inicial se planteó para
12 Ha. No obstante, en los diseños y aprobaciones finales, el mismo, dentro de las 12 Ha,
se redujo a 2.5 Ha:
Altura de la presa M 27 13
Ancho de vertedero M 45 50
Almenara M 138 142
Unidad generadora (turbinas Und 3 2
Francis H)
Predios und 30 8
Viviendas und 3 2
Reubicación vías km 1,9 0
Nuevos accesos km 4,9 1,6
Mantenimiento de vías km 12 4,6
Puentes und 2 0
Puente para refuerzo und 0 1
Aprovechamiento forestal 3 632,5 263,7
M
Ocupación de cauce m 18900 13000
NORMA
(Ley, Decreto, Resolución, DESCRIPCION
Circular, etc)
Leyes 14 y 36 de 1936; ley 163 de Leyes aplicables a la protección del patrimonio arqueológico
1959 (artículos 122 y 142), anteriores a la constitución de 1991.
decreto reglamentario No. 264 de
1963 y decreto 1397 de 1989
(artículo 12).
Constitución Política de 1991, Se declara al patrimonio arqueológico como un bien cultural tangible
artículos 63 y 72. que pertenece a la Nación y que es inalienable, inembargable e
imprescriptible.
Ley 397 de 1997 (artículo 62). Crea mecanismos para proteger el patrimonio cultural de la nación.
Decreto reglamentario 833 de Este decreto reglamenta la ley 397 y obliga a realizar intervenciones
2002. arqueológicas en aquellas obras civiles o proyectos lineales que
impliquen la remoción de suelos en áreas superiores a los más 10.000
m 2.
Ley 1185 de 2008. Modifica varios artículos de la 397 al igual que da facultades a
secretarías de gobierno, curadurías y secretarías de cultura para
exigir el componente arqueológico en las obras que lo requieran.
Decreto reglamentario 763 de Reglamenta la 1185. Se crea el sistema nacional de información
2009. cultural y se define de manera explícita la obligatoriedad de
investigaciones arqueológicas y el registro e inventario de
colecciones arqueológicas. Uno de los principios de la ley y su
decreto reglamentario es que un bien de interés cultural, en este caso
arqueológico, no requiere declaratoria previa. Igualmente, está por
encima de los planes de ordenamiento territorial.
4. ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS
Los sectores medios de las cuencas de los ríos Cauca y Magdalena han sido sujeto
de estudio en diferentes ocupaciones, en 1995 Gustavo Santos plantea que el área
de dispersión de materiales culturales del periodo temprano inicia desde el occidente
del departamento de Antioquia llegando al norte de departamento del Valle del
Cauca, incluyendo dos horizontes de ocupación, el temprano y el tardío, donde
además de los objetos arqueológicos, se logra determinar que los suelos fueron
aptos para la agricultura y sustento de las poblaciones. En 1998, Cadavid y Ospina
proponen la posibilidad de interacción socio-económica entre los pobladores de las
cuencas medias de los ríos Cauca y Magdalena con los del río Samaná, ampliando
el panorama de relaciones sociales de los habitantes prehispánicos de regiones
rivereñas adyacentes, algunos de los elementos reportados para éstas tres zonas
sido asociados a los Estilos Marrón Inciso, Ferrería y Magdalena Medio.
De igual manera se aborda la investigación desde la cuenca media del río Cauca,
cuya asociación estilística compromete los departamentos de Caldas, Quindío,
Risaralda, Antioquia y Norte del Valle, en los cuales se han adelantado numerosos
estudios, entre ellos los realizados por Karen Brunhs en los años de 1976, 1990 y
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1995, acerca de los estilos cerámicos como el Marrón Inciso y los complejos de
Aplicado Inciso, Cauca Medio, Caldas y Tricolor. En cuanto a la arqueobotánica y
zooarqueología en la zona, las investigaciones realizadas por Javier Aceituno en
2011 ha arrojado información clave acerca de la domesticación de plantas y animales
del Holoceno Medio.
Los primeros días transcurrieron sin éxito alguno, tal vez porque Fausto, el guaquero
a mi servicio, no estaba a la altura de su nombre. Contratado luego Juan Franco, el
mejor guaquero del pueblo, inmediatamente empezó a trabajar con talento
inmediatamente superior. Comenzamos a hacerlo en una pequeña meseta, a media
hora más o menos de distancia del pueblo, no hace mucho todavía boscosa, pero
ahora convertida en maizal. Es cosa de experiencia saber que tales partes planas
son sitio predilecto para depositar las guacas o crear “pueblos”, que en el caso son
numerosas guacas aglomeradas. En efecto, ya pronto dimos con huellas. Fácil es
determinar si la tierra del sitio se encuentra todavía en su estado virgen, o sea tal
como salida del taller de la naturaleza, o si la mano del hombre ya intervino en su
conformación actual. Pues en tanto que en el primer caso a la oscura capa vegetal
le siguen hacia abajo capas de arcilla de colores individuales, pero aclarando de
capa en capa, si bien con matices graduales, la mano humana en su intervención
suele revolver las capas con el efecto de encontrarse trozos de color claro y cerca
de la superficie, lo mismo que pedacitos oscuros todavía a mayor profundidad.
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Puesto que para fines de cultivo en Colombia el suelo acostumbra revolverse con
profundidad de apenas un pie escaso, la mezcla de los horizontes del suelo siempre
indica una alteración de la situación normal por parte de los antiguos indios. Desde
luego no han de ser guacas de todos modos las que así se trazan, ya que a menudo
son los llamados amagos en que terminan sus decepcionados esfuerzos, o sea
excavaciones de menor profundidad que apenas abarcan pedacitos de carbón
vegetal, pedazos de barro cocinado y de vez en cuando tal o cual implemento y
huesos de animales. Los guaqueros suelen tomar estos amagos por tumbas
empezadas a construir, pero luego abandonadas sin terminar, sea por no haber
convenido el suelo o simplemente con el fin de despistar. Con base, tanto en mis
propias observaciones como en informaciones recogidas, me inclino a tenerlos bien
sea por lugares de trabajo o de habitaciones de antiguos indios. (Hettner 1976 p
267).
En las primeras décadas del siglo XX, los estudios regionales que se iniciaban desde
la arqueología se vieron notablemente influidos por el difusionismo y en historia por
las corrientes particularistas que hacían énfasis en periodos cortos de tiempo y temas
específicos de la economía y la política nacional o regional (café, biografías,
fundaciones, etc).
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A partir de los años 70, regionalmente el interés por clasificar los objetos
arqueológicos y volverlos “datos”, se aparta de las discusiones etnohistóricas y
etnográficas; es decir de los indígenas, historiadores, economistas, etc. Tendencia
que aún hoy día se mantiene por la exclusividad que se le da a temas como el
“ecoturismo” o las descripciones medioambientales.
Los nacientes trabajos del siglo XX acerca de las sociedades prehispánicas que
poblaron el Cauca medio comprendían un conjunto de datos etnohistóricos, de flora,
fauna y dispersión de poblados humanos. Igualmente, indagaban sobre las prácticas
mortuorias e introducían, por asociación con animales, plantas o cosas, nombres
para las tumbas como “mata de caña, pata de oso, tambor, cuadro o cancel”.
A pesar que aún ha sido difícil ubicar la época y extensión de la mayoría de sitios
arqueológicos, se evidencian varias secuencias de poblamiento como el colonial y
republicano en sitios como la Catedral de Pereira (Acevedo 2001, Mora 2006) y el
Remanso. Otras investigaciones arqueológicas adelantadas en la región revelan
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A mediados del siglo XX y con escasos materiales líticos, alfareros y orfebres para
registrar, W Bennet, Pérez de Barradas y Reichel-Dolmatoff empezaron a referir, más
desde la teoría antropológica que la arqueológica, la existencia de pequeños
señoríos. Los objetos arqueológicos, para el caso de la orfebrería y el llamado
complejo marrón inciso para la cerámica, con posterioridad serían incluidos en el
llamado periodo clásico regional, temporalmente ubicado desde el 400 al 800 a.C.
En mención a los primeros trabajos arqueológicos en esta zona del país, (Herrera
1989 p 124) resalta:
“La obra de Luis Arango Cano publicada en el año de 1924, puede considerarse
como una de las primeras fuentes para la arqueología de la región, teniendo en
cuenta que incluye cantidad de información de primera mano sobre hallazgos de
guaquería. En 1941 Luis Duque Gómez, hizo un recorrido por la región reseñando
sitios y documentando colecciones; llevó a cabo excavaciones en Supía, Montenegro
y La Tebaida, y publicó un compendio etnohistórico y arqueológico (Duque Gómez
1942, 1943, 1970). Wendell C. Bennet (1944) hace una descripción y análisis de
vasijas del viejo Caldas en la colección del Museo Nacional y otras. Entre 1966 y
1970 Karen Bruhns y otros investigadores reseñaron colecciones, e hicieron
prospecciones y excavaciones de sondeo y de tumbas.
Gonzalo Correal (1980) excavó una tumba en Armenia. En 1980 Jean François
Bouchard y Leonor Quimbaya realizaron excavaciones en la hacienda Pinares (entre
Cartago y Alcalá). Recientemente ha llevado a cabo trabajo de documentación de
colecciones, reconocimientos y excavaciones: María Cristina Moreno (FIAN 1985,
1986), Luis Gonzalo Jaramillo (1988), Leonor Quimbaya y María Cristina Moreno
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Ejemplo de lo anterior son los hallazgos en la margen izquierda del río Consota en
Pereira. Las informaciones de Oscar Gutiérrez y Fidel Cardona, campesinos
mayores; las prospecciones geológicas de Michael Tistl y sus colaboradores; el
reconocimiento arqueológico, trabajo de campo y laboratorio de los antropólogos
Jorge Pino y Luz Marina Mora; las informaciones y trabajos etnohistóricos de Víctor
Zuluaga y Álvaro Acevedo, así como los aportes de los administradores del
medioambiente, han permitido identificar y describir el sector donde emerge a la
superficie el agua salada y los remanentes de un horno en ladrillo usado desde
finales del siglo XIX para evaporar el aguasal.
El lugar donde por milenios se explotó la sal hasta el primer cuarto del siglo XX, ha
perdurado después de ser testigo seguro de la primera presencia humana en el
actual territorio de Pereira. El sitio, por su riqueza arqueológica, paleoambiental y
geológica se debe asociar, y con los datos obtenidos hasta ahora, inclusive a los
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Las fuentes etnohistóricas que dan cuenta del Salado del Consota y la cuenca este
mismo río hacen mención al uso de pailones en vez de ceramios; de los antiguos
caminos, la producción aurífera y los poblados a su alrededor, entre otros (Acevedo
Op cit).
En el Cauca medio sus usos van desde los ceramios requeridos para ajuares
funerarios, religiosos o estéticos hasta la que satisfacía necesidades funcionales
como producción, transporte e intercambio de sal o los recipientes que se destinaban
exclusivamente para funciones domésticas como cocinar o tomar alimentos.
El complejo proceso de manufactura cerámica, que va de la extracción a la cocción
de la arcilla, más que basarse en estudios industriales y por tratarse de un oficio
individual, de artesanos, ha sido analizado desde la etnología e inclusive el
psicoanálisis (Leroi-Gourhan 1971, Lévi-Strauss 1986).
En efecto, todo ceramio satisface una necesidad material concreta. Más que una
técnica decorativa o manufactura implícita en una vasija; más que la representación
totémica e ideológica que contenga, los recipientes dan una aproximación a las
densidades poblaciones, a la cotidianidad. Indistintamente de si la cerámica se
fabricaba para contener, servir u ofrendar comida fúnebre, esta expresaba en gran
medida las relaciones sociales de producción vigentes.
La incidencia que sobre formas, funciones y usos alfareros tienen conceptos como
“tipos, pautas de asentamiento” o variables demográficas, es analizada desde lo que
se (Childe 1982, p 29) llamó las tres bases de la clasificación en arqueología. Es
decir, la respuesta a preguntas como: ¿Para qué sirvió?, ¿Cuándo se hizo? ¿Y quién
las hizo?
Ya sabían los españoles que las tierras calientes o muy frías no eran consideradas
por los indígenas para vivir o establecerse largo tiempo. Preferían, más bien, climas
templados o fríos donde por las condiciones del suelo, el clima y las lluvias, se
facilitasen las labores agrícolas.
Fue así como desde los alrededores de Popayán y Cali, y no por “aventura”, que las
tropas de Belalcázar empezaron la conquista de la subregión del Cauca medio. Y
fue en estos territorios andinos donde se fundó la mayor cantidad de poblaciones en
la época, pues a las excepcionales riquezas auríferas y a la disponibilidad de mano
de obra se sumó la existencia de climas templados o fríos inmejorables para el cultivo
de cereales, la caña, el tabaco, etc:
“En 1536 Belalcázar fundó Cali y Popayán, desde las cuales los colonizadores
españoles habrían de librar una lucha violenta y prolongada contra las comunidades
indias circundantes. Luego lanzó expediciones hacia el norte en busca del legendario
El Dorado. Una de esas entradas al norte siguió el cauce del río Cauca hacia las
cordilleras occidental y central de los Andes colombianos, lo que preparó el camino
para la creación de una cadena de establecimientos españoles en las tierras ricas
en oro de Antioquia.
“Cuando Juan de Vadillo llegó al alto Cauca en 1538, encontró una expedición
enviada por Sebastián de Belalcázar desde Quito y que, bajo el mando de Jorge
Robledo, había descubierto ya oros aluviales en el alto Cauca y estaba ampliando
su búsqueda a la región vecina.” (Ibídem p 41).
Las primeras descripciones que se hacen en estos territorios tienen que ver en
conjunto con la representación de paisajes, lugares, costumbres, rutas, etc. No
obstante destaca, en nuestro caso, las primeras búsquedas de sal, mineral que
requerían los españoles al hallasen desprovistos de esta en la provincia de
“Humbra”, hoy alrededores del municipio de Belén de Umbría, Risaralda. Pero, el
relato que en especial interesa tiene que ver con algunos de los salados ubicados en
el río Consota:
“En la ciudad de Cartago todos los vecinos de ella tienen sus aparejos para hacer
sal, la cual hacen una legua de allí en un pueblo de indios que se nombra de Consota,
por donde corre un río no muy grande. Y cerca de él se hace un pequeño cerro, del
cual nace una fuente grande de agua muy denegrida y espesa, y sacando de la de
abajo y cociéndola en calderas o pañones, después de haber menguado la mayor
parte de ella, la cuajan, y queda hecha sal de grano blanco y tan perfecta como la de
España, y todos los vecinos de aquella ciudad no gastan otra sal más que la que allí
se hace (Cieza 1985 p 173)
“En la visita de 1559 que hiciera Thomás López a los pueblos de la provincia de
Quimbaya, el pueblo de Consota debía tributar 60 mantas, 60 aves, cinco fanegadas
de maíz, medio almud de fríjol, dos almudes de yuca, dos arrobas de sal, dos libras
de algodón, media arroba de cabuya y 10 piezas de loza y pescado”. (Zuluaga 2002
p 74).
Llama la atención que los trabajos arqueológicos en el sitio conocido como “Salado
de Consota” (Pino 2004) refieran permanentemente la explotación artesanal de la sal
a partir de vasijas hechas en barro, descripciones que si no fueran por la gran
cantidad de cerámica hallada, para nada coincidirían con los relatos de los cronistas
(Simón 1981 p 297):
“Tienen fuentes cerca del pueblo –Cartago- de agua salada, de que se hace la sal
de un modo maravilloso. Y es que echan el agua en pailas de cobre, no en barro
porque no cuaja, y cuando se va espesando al fuego, la apartan y vuelven a desleír
con agua salada, y volviendo a hervir con ella hasta que se cuaje en granos, no en
pan como la de este reino, la sacan, y envuelta en un paño la meten y aprietan entre
ceniza fría, con que salen los granos de la sal muy blancos y buenos. De arroba y
media de agua se saca una libra de sal. Hay en muchas otras partes cerca de esta
agua de sal, como es en el sitio de la Talanquera, Carrapa y Arba, donde se hace
muy buena”.
Es necesario relatar algunas ceremonias que los cronistas cuentan, por ejemplo,
cuando se entierran a los “señores o caciques”. Así, y refiriéndose también a “las
señoras” (Robledo 1985 p 28-30):
“las sirven las criadas; solamente sirven ellas a sus maridos de la copa, la cual llevan
cubierta cuando les van a dar de comer y hacen las salvas a manera de la de Castila
e incadas de rodillas delante de él...Cuando el cacique meten en aquella bóveda, a
un cabo de ella ponen sus armas e sillas en que se solían sentar, y tazas en que
solían beber, e vasijas llenas de vino, y platos llenos de las maneras de manjares
que él solía comer, y dicen que lo hacen para que coman de noche...demás de las
joyas que él solía poner, quiebrando todo y haciendo pedazos con piedras, y échanlo
en la sepultura con él. Como cosa pues él muere que parezca todo...Cuando alguna
señora se muere echan muy poco oro con ella e enterránla en otra sepultura”...
Al leer en detalle las crónicas españolas del siglo XVI, debe razonarse que muchas
de estas prácticas funerarias con seguridad se remontaron más allá del siglo IX a.P,
periodo de tiempo en la región que presenta mayor cantidad de estructuras
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funerarias fechadas (ver tabla 5), muchas de las cuales con abundante cantidad de
vasijas rotas, fragmentos líticos y cerámicos.
Al parecer, no siempre en los ajuares de los “señores” se incluían todos sus atuendos
en oro:
...“a los muertos que son más principales...entre estas mantas le ponen algunas
joyas de oro”... (Cieza 1985 p 40)
...“fuimos por su mandato –de Robledo-, a sacar en el pueblo del señor Yayo, un
Antonio Pimentel y yo, una sepultura en la cual hallamos más de doscientas piezas
pequeñas de oro, que en aquella tierra llaman chagualetas que se ponen en las
mantas, y en otras patenas; y por haber malísimo olor de los muertos, lo dejamos sin
acabar de sacar lo que había”. (Ibídem p 32).
“En esta tierra hay algún oro en las sepulturas, aunque no es mucho; y para sacarlos
tienen mucha costa porque están en cerros y muy hondas”. (Citado por Rodríguez
1992 p 78).
“La ciudad de Cartago está poblada a catorce leguas de esta de Santana, divide los
términos de la una y de la otra un brazo del río grande que sale a Santa Marta que
nace de la provincia de Popayán dícese la provincia donde está la ciudad de Cartago,
Quinbaya está a nueve leguas del río grande, está arrimada a una sierra muy grande
nevada, la tierra es más llana que la de Santana sino que es toda llena de
cañaverales y entre ellos tienen los indios sus pueblos porque descienden de esta
sierra nevada muchos ríos pequeños que van a dar a este río y pasan por estas
provincias donde se hacen muy grandes vegas y ríos donde los indios tienen sus
sementeras”...
“Tomando la orilla oriental del río, de sur a norte: Quimbaya, Carrapa, Picara, Pozo,
Pacura, Arma y, en la orilla opuesta, Anserma, Caramanta y Cartama...Esta provincia
cultural no estaba aislada, por el contrario, estaba abierta en todas las direcciones.
Hacia el este había dos vías, una por el sur del páramo del Quindío y otra por el paso
del páramo del Ruíz, que comunicaban con el valle del río Magdalena. Hacia el norte
y el sur, continúan el valle del río Cauca, y al occidente, hacia el Chocó, una vía
comunicaba con las cabeceras del río San Juan (Friede 1963).
Pero no todas estas similitudes correspondían con una unidad lingüística, pues
hablaban diferentes dialectos de la lengua Caribe (Abad Salázar 1955); tampoco
tuvieron unidad cultural y, por tanto, carecieron de unificación política. Pequeñas
agrupaciones (por ejemplo, la quimbaya, que no era de los más pequeños, se
calculan de 60 a 80.00 miembros, con una densidad aproximada de 60 hab/Km2, en
los 1.000 Km2 de extensión habitada) conformaron por lo menos nueve grupos
étnicos distintos en lo que era el territorio del viejo Caldas.
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Sin lugar a dudas las diferencias culturales y económicas, que son única y
exclusivamente clasistas, los arqueólogos, y sin mencionarlo, las han descrito a partir
de análisis cerámicos, líticos, osamentas o formas de enterramientos para unas
determinadas épocas.
Sin embargo, desde los años 40 los investigadores han denominado “Quimbaya” a
unos estilos concretos de objetos orfebres y cerámicos. El término “estilos”, se acuñó
principalmente en los años 60 y 70 a partir de los trabajos y clasificaciones de la
orfebrería prehispánica financiados por el Museo del Oro. Comúnmente historiadores
y arqueólogos equivocadamente han asociado el estilo “Quimbaya clásico” (Pérez
de Barradas Op. Cit) a todos los grupos humanos pobladores de estas territorios.
A inicios de los años 40 (Duque Gómez 1943) se excavó un taller cerámico al igual
que dos tumbas cercanas en Supía, Caldas. El auge de las periodizaciones y
clasificaciones de materiales arqueológicos en la época hizo que este investigador
(1970) publicase el libro “Los Quimbayas” en el cual, y basado en los aportes de
otras disciplinas (lingüística, historia, antropología, etc) se dio a la tarea de organizar
los datos cerámicos para la región de acuerdo a las zonas de procedencia:
• Límites con el Norte del Valle del Cauca. Las formas que se destacan son
globulares y semiglobulares, figuras antropomorfas, retablos. Para Duque Gómez,
algunas de estas formas son parecidas a las halladas entre los Embera-Chamí de
Risaralda y Valle.
Si bien la clasificación de Duque Gómez es quizá la más acertada para analizar los
materiales arqueológicos en la época, deben considerarse varios aspectos:
• Los ceramios clasificados por regiones no tienen en cuenta, por ejemplo, las
diferencias altitudinales, de suelos y climas entre regiones tan distintas como el
occidente de Caldas y los límites entre este, Risaralda y Antioquia.
Para los años en que Duque Gómez proponía la regionalización cerámica en una
extensa área del Cauca medio, se analizaban distintos materiales provenientes de
guaquería, recolecciones superficiales, museos y excavación de tumbas (Bruhns
1970, 1976 y 1990). Es así como se planteó la presencia de seis complejos
cerámicos:
• Marrón inciso. Este complejo cerámico ya había sido expuesto en los años 40
(Bennet 1944), asociándose al día de hoy, al año 400 d.C. Se identificaron sus
vasijas porque eran de forma “columnar-bulbosa” con incisiones a manera de “espina
de pescado”. Aunque se ha llegado a proponer la existencia de similitudes
iconográficas con varios objetos elaborados en oro y tumbaga del “Quimbaya
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• Cauca medio. Entre Buga y Medellín, a lo largo del río Cauca, se han
identificado vasijas para uso doméstico con una variada gamma de decorados y
diseños geométricos (comúnmente curvilíneos), ceramios fechadas entre el 1.100 y
1.400 d.C. (Ibídem).
• Caldas. Derivado del anterior pero con pintura negativa, no obstante sus
dataciones radiocarbónicas entre el 900 y 1.200 d.C. (Ibídem).
Una tumba de pozo con cámara lateral excavada en Armenia (Correal 1970, tomado
de integral 1996 p 12) fue comparada, por su ajuar y arquitectura, al complejo
Guabas-Buga del norte del Valle. Allí se obtuvo una fecha de 830 +/- 90 d.C, siendo
hasta el momento una de las más antiguas en la región.
Entre mediados de los años 80 y comienzo de los 90, varios antropólogos hicieron
sus trabajos arqueológicos en la región, destacándose:
“La cerámica, por su parte, presenta dos “tipos” de acabado diferente. Los botellones
de pasta y superficie habana y sin engobe y lustre, y la alfarería que presenta la
pasta marrón negrusca de superficie sumamente pulida asimilable al “IBW” (incised
brown-wre) de Bruhns (1970)”. (Ibídem p 6).
cubría poco. Sin embargo, y con razón, aduce que las mantas en las tumbas, y por
la humedad, poco se conservan a diferencia de otras regiones como Nariño.
“Desde la ciénaga de Tumaradó en el bajo Atrato, siguiendo la cuenca del río Sucio,
en los municipios de Chigorodó, Mutatá, Dabeiba, Urama, Cañas Gordas, Giraldo y
en vertiente oriental de la cordillera occidental sobre l río Cauca en Buriticá, Peque,
Santa Fe de Antioquia y Sopetrán”. (Ibídem p 19).
3. Complejo cultural del suroccidente. Para la autora, hay una similitud entre las
piezas cerámicas procedentes de regiones antioqueñas como Liborina, Olaya,
Sopetrán, Santa fe de Antioquia, Giraldo, Caicedo, Urrao, Bolívar, Andes, Jericó,
Venecia, Titiribí, Heliconia, Valle de Aburrá y el altiplano al oriente de Medellín.
Cerámicas que presentan decoración con engobe rojo y oscuro e incisión fina.
Algunas formas son: cuencos sencillos o con incisiones en el fondo o fitomorfos,
platos con asas, vasijas globulares y subglobulares con cuello alto, recto y borde
evertido, recipientes de cuerpo semiesférico y cuello amplio de paredes divergentes
y borde evertido, vasijas aquilladas con cuello y hombro corrugado, vasijas
fitomorfas, vasijas cilíndricas de base aplanada, cuencos con protuberancias
periféricas repujadas. (p 29). La investigadora agrega que las piezas presentan
engobe de color rojo oscuro con tendencia al marrón (marrón inciso) similares a las
de Caldas y Quindío. (p31). El rojo-inciso del Jardín, para Castillo puede suplantarse
por el complejo inciso de borde doblado o marrón inciso cronologizado de manera
relativa hacia los siglos VI y VII d.C y, sugiriéndose, que pertenece a una época
formativa de las culturas del macizo central y relacionado con la orfebrería del
“Quimbaya clásico”, desarrollada antes del siglo X d.C. Se agrega (P 33) que la
cerámica conocida como “marrón inciso” para el Valle de Aburrá, se destaca en las
tumbas de pozo tapado con grandes piedras aplanadas; entierros efectuados en
urnas e inhumaciones secundarias. Cerámica del marrón inciso se encuentra en
otros sitios como en Heliconia, los salados del Retiro, Santa Elena, etc.
En este año también se probó la existencia de los mismos complejos pero en niveles
altitudinales y climas distintos (Montoya 1992). Sin embargo (Santos 1993) se logró
mostrar que el “complejo marrón inciso” estaba muy disperso por los valles medios
del río Cauca y sus zonas de influencia, pero con la característica común de vivienda,
costumbres funerarias, comercio, etc. En el centro del actual departamento de
Antioquia y a diferencia del Cauca medio (tumbas de pozo con cámara), allí se
efectuaron sobretodo entierros secundarios en urnas, osamentas incineradas y fosas
muy sencillas y superficiales en sitios de vivienda.
Entre las líneas de transmisión eléctricas de San Carlos (Antioquia) y San Marcos
(Valle del Cauca) (Castillo y Piazzini 1994, tomado de integral 1996), los
investigadores tratan de integrar los complejos cerámicos Caldas y Cauca medio,
por las relaciones entre forma tanto temporales y espaciales. En igual sentido se
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
• Marrón inciso -1.560 d.C- Vasija subglobular de pasta café con impresión
dactilar.
• Otra de de planta cuadrangular con pozo en sentido NW-SE (510 +/- 80 a.P),
que corresponde a un entierro primario infantil.
Sin embargo, es de subrayar que en uno de estos estudios (Ibídem Erigaie p 141,
Forec 2001) se “dividen las tumbas en dos estilos”: de cámara con pozo lateral y
ajuares (840 +/- 50 a.P) halladas en Quindío, Risaralda y Caldas. El otro “estilo de
tumbas” son las recubiertas con lajas, pudiéndose asociar a las de Cajamarca
(Tolima) (2000 +/- 50 y 2570 +/-150 a.P) (Ibídem p 158).
Igualmente, se ha propuesto para varios sitios del Quindío ocho grupos cerámicos,
varios con vasijas de formas idénticas (p 160).
Uno de los trabajos arqueológicos más importantes en los últimos años entre
Armenia, Pereira y Manizales (Restrepo 2006, tabla 5) ha identificado más de un
centenar de tumbas, particularmente en el sitio Hacienda Génova en Pereira, en el
que se han detectado hasta la fecha 55 estructuras funerarias:
Las formas de las estructuras corresponden a tumbas de pozo cuadrado con pasillo
y cámara, pozo rectangular con cama lateral paralela, pozo directo sin cámara y pozo
circular con cámara. Sus profundidades oscilan entre los 80 cm y los 8.30 m de
profundidad... Con respecto a las evidencias recuperadas durante las labores de
monitoreo arqueológico en La Variante Sur de Pereira y correspondientes al sitio
denominado Hacienda Génova de la Vereda Montelargo, podemos asegurar que
pertenecieron a grupos portadores de la denominada Cultura Quimbaya Tardío o
tradición Sonsoide que tuvieron un patrón de enterramiento sobre los hombros de
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Estos grupos enterraban a sus muertos en tumbas de pozo con cámara lateral, y en
tumbas de pozo sin cámara. Se lograron identificar entierros primarios en posición
extendida y en posición ventral, en la mayoría de los casos sobre un tendido de tierra
negra, también se identificó un entierro secundario, De acuerdo a la posición social
que el individuo había alcanzado en vida, los ajuares funerarios podían ser
relativamente numerosos y estaban compuestos fundamentalmente por objetos
cerámicos, líticos, metálicos y arcilla cruda (figuras antropomorfas y réplicas de
metates).
“En algunos entierros de tumba de pozo con cámara lateral en el oeste de México,
fueron enterrados individuos de ambos sexos, con utensilios caseros y personales,
además con figuras huecas elaboradas en arcilla. La rata de sexo de las personas
enterradas y sus relativas edades sugieren que no eran entierros de una familia, sino
que algunos individuos fueron puestos en la tumba como acompañantes de un
personaje principal; esta práctica ocurre frecuentemente con el culto de los
antepasados. Sin embargo, entre los Ica y Kogi, las creencias religiosas conectadas
con los entierros de tumbas de pozo con cámara lateral son muy diferentes (solo se
pone el cuerpo de un sacerdote, entre los Kogi, en una cámara lateral) con pocos
objetos, y se teme a los muertos quienes no son considerados como espíritus que
vayan a proteger o ayudar a los vivos. En el noreste del Perú los Boro, Ocaína y
Huitoto, creen que los jefes continúan viviendo en sus tumbas de pozo con cámara
lateral para cuidar a los vivos. Estos ejemplos ilustran que, mientras que las formas
pueden ser similares en una amplia área geográfica, las creencias religiosas y
prácticas de entierro es posible que sean diferentes; esto es asumiendo que haya
alguna relación entre formas similares de tumbas de pozo con cámara lateral.”
4.6 ETNOGRAFÍA
4.6.1 LA AGRICULTURA Y LOS ALIMENTOS EN LAS CRÓNICAS DE INDIAS
Varias de las principales motivaciones para que los grupos humanos prehispánicos
ocupasen los paleopaisajes de colinas planas y alargadas de determinados
territorios estuvieron asociadas a la disponibilidad, a la variabilidad de alimentos y a
las condiciones agroecológicas favorables para los plantíos de corta y mediana
duración. Al prevalecer estas condiciones sobre la ubicación geoestratégica, la
presencia de minerales o la fetichización del territorio, de plano se descarta que la
organización sociopolítica haya sido producto exclusivo de guerras, religión o lengua.
Al contrario, fueron las características económicas y políticas de cada época las que
impusieron los modos y relaciones de producción.
“Desde 1.970 el Dr. Marvin Allison del Colegio Médico de Virginia ha estudiado las
momas de Perú y Chile en un intento de documentar enfermedades en los tiempos
prehistóricos, y cómo el medio ambiente y las costumbres sociales cambian la
apariencia de dolencias particulares. Sus descubrimientos son numerosos y
fascinantes. Se encontró evidencia convincente de tuberculosis en momias tan
antiguas como de 3.000 años, mostrando que la enfermedad estaba presente en
América mucho antes de Colón. Los estudios de los intestinos conservados revelan
que numerosos parásitos, incluidas las lombrices intestinales, estaban presentes.
Las momias de los trabajadores de plata, mostraban partículas de este metal,
mezcladas con cobre y hierro, en los pulmones; evidencia de la enfermedad del
pulmón negro similar a aquella encontrada hoy entre mineros de carbón. Los
trabajadores de minas también muestran corazones grandes, hernias y problemas
de articulaciones prematuros, que probablemente fueron causados por las duras
tareas. Las disecciones de la vesícula biliar, revelaron cálculos biliares en muchas
momias, posible evidencia de una dieta alta en colesterol.”
Las características agroecológicas del eje cafetero hacen pensar que hubo un uso
agrícola intensivo de los suelos aluviales en contraposición al desarrollo de sistemas
de irrigación o de complejización social producto de los “desarrollos hidráulicos”:
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
“El control económico mediante la propiedad de los recursos puede también ayudar
a explicar otros ejemplos de desarrollo de jefaturas no basadas en la irrigación. Coe
plantea que los cacicazgos olmecas dependieron de la propiedad sobre los
altamente productivos suelos, cuya fertilidad fue mantenida por los sedimentos de
las inundaciones anuales. Los cacicazgos circuncaribes y amazónicos se basaron
en la agricultura intensiva de las cuencas aluviales, como lo hicieron los cacicazgos
del Mississipi. El planteamiento de Carneiro respecto a que los cacicazgos dependen
de la circunscripción es un enunciado de este principio. La agregación de población
acompañando la intensificación y la competencia por más tierra productiva, simplifica
el control del trabajo en el que la movilización se puede basar.
“No eran estos indios grandes comedores, pero en el beber se enmendaban, por ser
ordinario el que bebe mucho comer poco. Era esto tan enviciado en ellos, que en
teniendo la totuma con la chicha en las manos, bebían, danzaban, cantaban,
orinaban, todo junto, que era su mayor fiesta. Si los caciques morían sin hijo,
quedaba en el gobierno la principal de sus mujeres, y ella muerta, lo heredaba el
sobrino, hijo de la hermana. Dentro de sus casas enterraban los muertos en las
bóvedas y con sus comidas y bebidas, como hemos dicho en otras partes. La tierra
era, y aún hoy lo es, bien amena y deleitosa de frutales a las márgenes de los ríos”.
(Ibídem P 91).
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
“Tienen fuentes cerca del pueblo de agua salada, de que se hace la sal de un modo
maravilloso. Y es que echan el agua en pailas de cobre, no en barro porque no cuaja,
y cuando se va espesando al fuego, lo apartan y vuelven a desleír con agua salada,
y volviendo a hervir con ella hasta que se cuaja en granos, no en pan como la de
este reino, la sacan, y envuelta en un paño la meten y aprietan entre ceniza fría, con
que salen los granos de sal al muy blancos y buenos. De arroba y media de agua se
saca una libra de sal. Hay en muchas otras partes cerca de esta agua de sal, como
es en el sitio de Talanquera, Carrapa y Arba donde se hace muy buena”. (p 92).
Otra importante descripción que hace el cronista tiene que ver con la disponibilidad
de alimentos hacia la segunda mitad del siglo XVI:
“Las granjerías de los vecinos son crías de ganados mayores, en especial el vacuno
se da con maravillosa abundancia. De los menores, se crían cabras, puercos; el de
lana no se da; gallerías de las nuestras hay con abundancia. De las aves y animales
de la tierra hay, como hemos dicho de las provincias sus convecinas, muchos
paujíes, pavas, faisanes; muchas suertes de monos, tigres, leones, osos y muchas
chuchas. Trigo se diera, si lo sembraran…En partes se crían valentísimas y anchas
ceibas y otros árboles huecos, donde cría y hacen sus compuestos muchas suertes
de abejas de dónde sacan mucha y buena miel y cera. Hay también árboles de todas
frutas de la tierra, como aguacates, guamas, guayabas, caimitos y otras. De las de
Castilla se dan algunas como higos, uvas, granadas, pero todas las hortalizas y
legumbres maravillosamente. Los repollos, de ordinario, no se siembran de semilla
sino cortando un tallo lo meten en la tierra y dentro de tres meses se hace un muy
buen repollo. Y no me alargo más a tratar de las costumbres de estos indios, por
estar ya casi del todo consumidos y haberlo tratado bien Cieza”. (p 93).
Es de anotar que las descripciones de los alimentos hechas por los cronistas son
escasas y dedicadas exclusivamente a cultivos regionalmente conocidos y que han
sido tradicionales entre los campesinos como el maíz, fríjol, aguacate; peces, curíes,
faras, perros de monte, etc. Es de destacar, por ejemplo en las crónicas de Simón,
la descripción de los indios de Anserma donde ya es común el consumo de alimentos
europeos y americanos:
“…Éntranles los bastimentos de harina, ropa y otros menesteres, de este Reino; tiene
tan grandes crías de ganado mayor, que si hubiera para donde, pudieran sacar
mucho de allí; el de lanar no se da, por no favorecerle la tierra; dáse cabrío y puercos;
gallinas de las nuestras se dan por extremos y a montones; también se dan algunas
de las frutas de Castilla como higos, granadas, uvas; pero las de la tierra, con
grandísima abundancia; las legumbres de Castilla se dan maravillosamente, y
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
De la lectura de las crónicas queda la sensación que los alimentos consumidos hoy
día en la región cafetera milenariamente fueron utilizados por los indígenas.
Realmente la dieta era más variada de lo que comúnmente se cree, si nos atenemos
a lo dicho por los cronistas. El maíz no sólo se empleó para hacer masas, arepas o
chicha sino también masato, el cual hoy día es inexistente en la dieta regional.
5.0 METODOLOGÍA
Una vez reconocidas las áreas a inspeccionar durante el reconocimiento del sitio, se
procedió a identificar las posibles áreas de ocupación o de aprovechamiento antrópico
pasado. Posteriormente se observó la geoforma y el contexto paisajístico. Es de resaltar la
alta dinámica fluvial de los ríos Risaralda y Guática así como las fuertes pendientes que
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
El estudio se realizó con la finalidad de dar cuenta del potencial arqueológico de la zona en
un total de 12 ha. No obstante, y como se aprecia en la Tabla 2, el área se redujo a 2,5 Ha.
Como se puede apreciar en las fotografías de paisaje, la mayor parte de la zona se
caracteriza por escarpes y en general por las fuertes pendientes. Es de resaltar (ver figura
2) que el área a la cual pertenece el proyecto se halla es en la Subregión del Cauca Medio
en la cual (como se aprecia en el anexo de revisión bibliográfica), se han reportado
materiales culturales desde el Holoceno Temprano.
En los anexos en Cd se halla la visita efectuada al Museo Eliseo Bolívar de Belén de Umbría
al igual que un folleto el cual se hizo entrega a la empresa y al Icanh mediante diagnóstico
de las áreas de influencia directa (RAD ICANH 0059 de 2013).
La definición de las unidades de paisaje una vez ubicadas y descritas fue recorrida y
revisada minuciosamente mediante la observación de aquellas áreas que revistieran cierta
importancia para su ocupación.
Sur cada 10 a 15 metros de distancia uno del otro en promedio, con dimensiones de 50 cm
de ancho por 50 cm de largo en algunos casos y otros de 40 cm de ancho por 40 cm de
largo. Las profundidades oscilaban entre los 50 y 40 cm, puesto que se trataba de una zona
sin evidencia de material arqueológico. Cada pozo fue debidamente georreferenciado y se
le tomó la respectiva foto.
Cabe resaltar que los pozos de sondeo realizados se caracterizaban por un suelo
homogéneo y compacto, a algunos se les tomó el color con la Tabla Munsell, entre ellos se
encontraban el 10YR 3/1 very dark gray a los 30 cms del pozo de sondeo 04, 10YR 4/4
Dark yellowish Brown pozo de sondeo 05-12-19-25, 2.5 yr ⅝ Red, pozo de sondeo 09 y 10,
10YR 4/6, 7.5YR 2.5/1 Black, pozo 14-15-16-17-18-20-21-22 la estructura de estos últimos
eran bloques subangulares de grandes a medianos. Debido a la textura de estos suelos y
a la falta de evidencias del uso del mismo por parte de sociedades prehispánicas, no se
realizó el análisis de suelos.
Todas las áreas de influencia directa, 2,5 Ha, fueron prospectadas e inspeccionadas. Se
hace énfasis en que el polígono inicial fue de 12 Ha pero la Empresa y el respectivo
licenciamiento la redujeron dentro del mismo a 2,5 Ha. El impacto de la obra en relación
con los materiales culturales es mínimo no solo por la superficie a intervenir sino
fundamentalmente por el tipo de obra a realizar, la topografía y el hecho de que las áreas
de influencia directa se hallan en un plano históricamente inundable.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Luego del proceso de prospección se evidenció que el lugar estudiado no tenía evidencias
de ocupaciones prehispánicas, puesto que no se halló ningún tipo de material arqueológico.
Aun así a pesar de que en el sitio no se hubiesen reportado evidencia, se propone un
programa de divulgación arqueológica como medida de manejo.
-
PCH MORRO 75,8117666667 5,1898166666
AZUL 18 40cm 1138m 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118833333 5,1896166666
AZUL 19 40cm 1134m 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118000000 5,1890000000
AZUL 20 40cm 1105m 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118166667 5,1890000000
AZUL 21 40cm 1106m 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120666667 5,1889833333
AZUL 22 40cm 1105m 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124833333 5,1889166666
AZUL 23 40cm 1102m 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8128500000 5,1888500000
AZUL 24 40cm 1103m 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126833333 5,1888666666
AZUL 25 40cm 1103m 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124386758 5,1888809664
AZUL 26 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123526938 5,1889252862
AZUL 27 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8122940150 5,1889754861
AZUL 28 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124571631 5,1889427181
AZUL 29 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124299922 5,1889283115
AZUL 30 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123841080 5,1889655354
AZUL 31 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123510850 5,1890142670
AZUL 32 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8122766155 5,1890284701
AZUL 33 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121906535 5,1890627433
AZUL 34 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8122564393 5,1890958852
AZUL 35 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
-
PCH MORRO 75,8122276966 5,1891518014
AZUL 36 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121718574 5,1891559953
AZUL 37 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121590992 5,1890928198
AZUL 38 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121767268 5,1888675248
AZUL 39 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121007743 5,1889075590
AZUL 40 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120935365 5,1889477308
AZUL 41 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120534815 5,1889332983
AZUL 42 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119819180 5,1889259789
AZUL 43 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119246186 5,1889445220
AZUL 44 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119817807 5,1889948694
AZUL 45 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119358880 5,1890363990
AZUL 46 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
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PCH MORRO 75,8118658704 5,1889716736
AZUL 47 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117398792 5,1889785973
AZUL 48 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8116838826 5,1890617282
AZUL 49 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118441940 5,1890735311
AZUL 50 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118727479 5,1891123394
AZUL 51 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118153569 5,1891768095
AZUL 52 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118938580 5,1892946552
AZUL 53 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
-
PCH MORRO 75,8119670161 5,1892201701
AZUL 54 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120371938 5,1892045232
AZUL 55 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121673682 5,1892535816
AZUL 56 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121958592 5,1893239647
AZUL 57 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121084971 5,1893424476
AZUL 58 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120011160 5,1893494086
AZUL 59 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118092245 5,1893805992
AZUL 60 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
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PCH MORRO 75,8117264488 5,1892526983
AZUL 61 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118965237 5,1893936911
AZUL 62 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8115805774 5,1891784920
AZUL 63 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8116517976 5,1893580377
AZUL 64 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117051662 5,1895160194
AZUL 65 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118626089 5,1895306871
AZUL 66 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120344029 5,1895274432
AZUL 67 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121418055 5,1895097180
AZUL 68 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8122528155 5,1894776478
AZUL 69 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123242075 5,1895710804
AZUL 70 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123849557 5,1896178469
AZUL 71 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
-
PCH MORRO 75,8122846824 5,1896499386
AZUL 72 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121307470 5,1896711586
AZUL 73 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119231068 5,1897030352
AZUL 74 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117406118 5,1896883174
AZUL 75 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8116188365 5,1897347181
AZUL 76 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8114825022 5,1899030838
AZUL 77 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8114429484 5,1899962941
AZUL 78 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8115250841 5,1900861602
AZUL 79 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8116180567 5,1901258152
AZUL 80 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117179152 5,1903018304
AZUL 81 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117643193 5,1903629204
AZUL 82 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118789012 5,1903344455
AZUL 83 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120721546 5,1903384208
AZUL 84 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121617271 5,1902883674
AZUL 85 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121976591 5,1902166781
AZUL 86 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121656636 5,1901089722
AZUL 87 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121946308 5,1899403913
AZUL 88 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121805012 5,1898470733
AZUL 89 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
-
PCH MORRO 75,8120588688 5,1898217133
AZUL 90 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119153554 5,1900008288
AZUL 91 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118576567 5,1902195850
AZUL 92 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8123726175 5,1904215481
AZUL 93 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124228150 5,1903750038
AZUL 94 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124086925 5,1902780979
AZUL 95 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124837850 5,1903105408
AZUL 96 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8125518484 5,1902783846
AZUL 97 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126128470 5,1901995694
AZUL 98 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126452500 5,1901027566
AZUL 99 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8125415979 5,1900343758
AZUL 100 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8125525204 5,1899411080
AZUL 101 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126562798 5,1899556681
AZUL 102 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8127169709 5,1900311389
AZUL 103 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8127959282 5,1899200671
AZUL 104 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8127531459 5,1898374560
AZUL 105 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126135904 5,1898264123
AZUL 106 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126459648 5,1897439517
AZUL 107 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
-
PCH MORRO 75,8127783697 5,1897513929
AZUL 108 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8129249972 5,1898055074
AZUL 109 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8130145125 5,1897841583
AZUL 110 10 CM SIN 0 0 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8122404863 5,1891991895
AZUL 111 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121355322 5,1891855838
AZUL 112 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120131629 5,1892905885
AZUL 113 10 CM SIN 0 9 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8118949277 5,1892367700
AZUL 114 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117405180 5,1891369517
AZUL 115 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121456517 5,1888966455
AZUL 116 10 CM SIN 0 6 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8124892861 5,1888667155
AZUL 117 10 CM SIN 0 5 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8126248067 5,1888669868
AZUL 118 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120856951 5,1892907338
AZUL 119 10 CM SIN 0 8 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8120491735 5,1894188741
AZUL 120 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8121694357 5,1894133741
AZUL 121 10 CM SIN 0 3 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119918159 5,1894666000
AZUL 122 10 CM SIN 0 7 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8119611196 5,1895449975
AZUL 123 10 CM SIN 0 2 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8117532765 5,1894393313
AZUL 124 10 CM SIN 0 1 NEGATIVO
-
PCH MORRO 75,8116464021 5,1894314626
AZUL 125 10 CM SIN 0 4 NEGATIVO
Se hace énfasis, ver tabla No 1, en que el proyecto se redujo de 12 Ha a 2.5 Ha, lo cual
imposibilita aún más el reporte de materiales arqueológicos.
En la zonas con pendientes más fuertes, las capas de cenizas volcánicas son menos
espesas, y se puede ver el afloramiento de rocas metamórficas e ígneas; esto,
debido a la continua pérdida de las capas de ceniza por lixiviación produciendo
deslizamientos y desprendimientos masivos.
El estudio realizado para las áreas de influencia directa del Proyecto Pequeña
Central Hidroeléctrica de Morro Azul no detectó evidencias arqueológicas que
permitieran inferir que el área fue ocupada permanente o temporalmente en
determinada época. La mayoría de las áreas inspeccionadas y prospectadas son de
escarpe. A esto se suma el hecho que las dinámicas fluviales de los ríos Guática y
Risaralda es muy alta durante casi todo el año, lo cual hace de las partes bajas áreas
muy sensibles a inundaciones. De todas maneras Risaralda Energía deberá dar
continuidad al Programa de Arqueología Preventiva en la Modalidad de Inducciones
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
7.0 BIBLIOGRAFÍA
Bedoya, Víctor. 1939. Los Quimbaya. En: Boletín de historia y antigüedades. Bogotá.
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of Field Archaeology. Vol 8.
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Sur Oriental Pereira, Risaralda Fase II. Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Pereira y consorcio Consultoría Colombiana-Hernández Pantoja Cía. Ltda. Informe
final elaborado para EAAP-CC-HP. Pereira.
Castillo, Neyla. 1988. Complejos Arqueológicos y Grupos Étnicos del Siglo XVI en el
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de Quesada. Bogotá.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
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Boletín no. XXIV: 73 – 88 Bogotá.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
TIPO DE INTERVENCIÓN
MEDIDA: DIVULGACI´ON ARQUEOLOGICA
Información de la empresa contratante: RISARALDA ENERGIA. Gestión Social. CEl:
322 347 2288
Ley: disposiciones del ICANH; Ley 397 de 1997; Decretos 1858 de 1999; Decreto
reglamentario 833 de 2002; Ley modificatoria 1185 de 2008; Decretos 763 de 2009
Objetivo:Se propone la realización de actividades que lleven a la salvaguarda del
Patrimonio Arqueológico.
Evitar la destrucción del patrimonio arqueológico, recuperando las evidencias y contextos
de los yacimientos que no fueron detectados durante la prospección y que puedan ser
destruidos durante la construcción de las obras.
Metas:
Ampliar el panorama arqueológico regional y Nacional con el Etapa: Durante las
aporte de nuevos datos. etapas de
Proporcionar una información de relevancia cultural a la construcción.
Población.
Tipo de Medida:
Impactos: Destrucción del Patrimonio arqueológico de la Nación.
Divulgación
Acciones a desarrollar:
1. Trabajos en campo: El arqueólogo debe diseñar trabajos tendientes a socializar
la información arqueológica de manera coherente y ordenada
2. Velar por la recuperación de evidencias fortuitas, previa autorización del Icanh.
3. Diseñar un cronograma de intervenciones acorde a la programación de obra y los
requerimientos del Icanh en caso de hallazgos fortuitos.
DIVULGACIÓN DE LA INFORMACIÓN
DIVULGACIÓN Y PLAN DE CONTINGENCIA EN CASO DE HALLAZGOS
FORTUITOS
Objetivo:La divulgación de la información arqueológica se deberá realizar ante
los trabajadores del Proyecto, propiciando un espacio de diálogo y entendimiento
de las normativas que rigen sobre el patrimonio arqueológico. Se propone la
realización de una jornada capacitación en la que se explique de manera clara y
puntual las medidas a tomar en caso de hallar materiales arqueológicos dentro de
las áreas del proyecto.
Metas: Dar a conocer al 100% los resultados del Programa de
Arqueología Preventiva a los trabajadores del Proyecto. Etapa:
Dar a conocer los teléfonos de contacto de las entidades que velan durante la
por el patrimonio cultural de la Nación (ICANH, Ministerio de la etapa de
Cultura, Policía Nacional, Alcaldía Municipal, Casa de la Cultura, construcción.
Universidades).
Tipo de
Impactos: Destrucción de yacimientos no identificados en el
Medida:
reconocimiento Arqueológico.
Preventiva
Acciones a desarrollar: El arqueólogo debe diseñar la presentación de los
resultados con medios audiovisuales y prácticos, que responda a las expectativas
de la población, la empresa y las entidades locales que protegen el patrimonio
cultural.
Esta presentación deberá desarrollar y reforzar temas como: ¿Qué es la
Arqueología? ¿Qué es el Patrimonio Cultural de la Nación? ¿Cuáles son las
Leyes que protegen el Patrimonio? ¿Cuáles son las entidades responsables del
tema? ¿Cuáles son los procedimientos para realizar los estudios arqueológicos?
¿Cómo hace un arqueólogo para hallar los vestigios del pasado? ¿Cuáles son las
etapas de investigación? ¿Por qué es importante la conservación y protección del
patrimonio arqueológico?
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
En la región del Cauca Medio desde hace ya varias décadas se han venido
realizando estudios arqueológicos encaminados a dilucidar las múltiples incógnitas
existentes con respecto a los modos de vida (subsistencia, organización social, etc.)
de los antiguos pobladores del sector centro y suroccidental de Colombia. Es así,
como se trata de precisar la antigüedad y cambios tecnológicos en su utillaje a través
del el tiempo de estos grupos humanos, las cuales según las más recientes
investigaciones se remontan a 10.000 años antes del presente (A.P.). A continuación
se mostrará un estado de la investigación arqueológica en la región, recurriendo a
una división tecnológica y de apropiación entre ocupaciones precerámicas y
ocupaciones agroalfareras.
Han sido varias las investigaciones adelantadas en la región del Eje Cafetero que
han registrado la presencia de grupos tempranos desde hace por lo menos 10.000
años. Trabajos efectuados en cercanías a los municipios de Marsella en el sitio La
Selva con fechas de 9040 y 7735 A. P (Patiño 1996), Villamaría en cercanía de
Manizales fechado para 6570 A.P (Rodríguez 1996), Chinchiná y Santa Rosa de
Cabal en los sitios El Jazmín y Guayabito con fechas de 9070, y 8040 (Múnera y
Monsalve:1996-1997;Tabares y Vergara:1996), Pereira en los sitios Hacienda Cuba
y La Mikela con fechas de 9730 y 4220 A. P.(Cano 1998) Los materiales registrados
durante estas investigaciones están asociados a bases de piedra, lascas de cuarzo,
cantos rodados con bordes usados, rocas quemadas, placas, yunques, rompecocos
y azadas.
esta región por parte de grupos precerámicos y cuyos materiales están asociados
con una tradición macro que abarcan parte de Centroamérica y el noroccidente de
Sudamérica.
Los materiales recuperados de los diferentes sitios comparten una serie de rasgos
tecnológicos, morfológicos y funcionales, como la tecnología simple de producción,
la ausencia de útiles bifaciales con retoques a presión controlada y su probable
utilización para el procesamiento de vegetales.
Generalmente, estos artefactos han sido asociados con una economía generalizada
de apropiación, explotación y aprovechamiento de recursos vegetales, a pesar de
que para la época comprendida entre el sexto y quinto milenio antes del presente
existen evidencias de polen de maíz en el Valle de El Dorado (Bray et al. 1989).
Las grandes similitudes tecnológicas y funcionales entre los conjuntos líticos del
occidente colombiano y los reportados en otros países como Panamá (Ranere y
Cooke 1995), Perú y Ecuador, suelen ser explicadas a partir de la definición de una
amplia tradición tecnológica, que se manifiesta desde el noveno milenio antes del
presente y que abarcaría parte de Centroamérica y la parte noroccidental de
Suramérica. Lo cual, hace parte de un tipo de adaptación de grupos recolectores y
cazadores de especies menores adaptados a medios ambientes de Bosques
Tropicales (Ibíd.).
De manera muy general, se podría definir tal tradición por la manufactura y
fabricación de instrumentos a partir de material local de fácil adquisición, realizados
por medio de percusión simple, como lascas y raspadores, los cuales eran
destinados al procesamiento de vegetales, azadas para enmangar, supuestamente
utilizadas para el desmonte y adecuación de espacios, además de una amplia
variedad de instrumentos modificados por uso como percutores, molinos, placas y
yunques.
Bray (1990) incluye en esta tradición las secuencias de El Abra, Tequendama
(Correal y Van der Hammen 1977) Nemocón y Sueva (Correal 1979), en la cordillera
Oriental y el Magdalena medio, así como algunos sitios reseñados por Reichel-
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Dolmatoff (1986) en los ríos Baudó, Jurubidá, Catrú, Chorí y la bahía de Utría, en el
Pacífico Chocoano. Múnera y Monsalve (1997) incluyen dos conjuntos líticos
identificados en el Orinoco medio, fechados entre el noveno y el séptimo milenio
antes del presente y otro reportado para el medio Caquetá, de aproximadamente
9.000 años de antigüedad.
En el Eje Cafetero, como en el resto del país no existe un hilo conductor que una a
los grupos precerámicos con los grupos alfareros. Pues las sociedades precerámicas
desaparecen de una manera abrupta a partir del cuarto milenio antes del presente,
no se dispone de datos que cubran él período comprendido entre finales del tercer y
comienzos del primer milenio antes de nuestra era. Por eso se hace difícil confirmar
una continuidad entre los primeros pobladores de la región, dedicados a la
recolección y aprovechamiento de recursos, y los grupos de agroalfareros que les
sucedieron, cuya aparición se hace evidente unos siglos antes de la era Cristiana.
Sin embargo el autor carece de una cronología absoluta o relativa, que apoye la
suposición de la diacronía para explicar las diferencias, planteando entonces un
ordenamiento en términos espaciales.
Wendell Bennett en 1944 definió para la región del Viejo Caldas una tradición
cerámica definida como Marrón Inciso, caracterizada por urnas funerarias de forma
columnar bulbosa, superficies pulidas y decoración incisa con diseños en forma de
“espina de pescado”. El autor relaciona esta tradición con la orfebrería Quimbaya,
por las similitudes formales en la decoración de algunas de las piezas, como el
modelado en bajorrelieve de figuras antropomorfas. Esta tradición la distribuye entre
Armenia y Aguadas. (En: Osorio, 1990).
XII (1120 D.C.) y siglo XI. (1050 D.C.). El material reportado lo identifica con el
Complejo Caldas, la cual presenta pintura negativa negro sobre engobe rojo a
naranja e incluye figurinas, incensarios y alcarrazas. Algunas variantes de este
complejo, la autora las relaciona con el Complejo Sonso (K.O. Bruhns, 1990).
Otros datos han sido reportados por María Cristina Moreno provenientes de una
Prospección Arqueológica realizada en la Hacienda El Mandarín, Vereda La Cabaña,
Municipio de Manizales. Identificó una plataforma donde se observaron una serie de
tumbas guaqueadas, algunas asociadas a entierros primarios con ajuar y otras a
entierros secundarios con urnas funerarias. Plantea hipotéticamente que se trata de
un área de vivienda. Describe las vasijas halladas por los guaqueros en el mismo
sector, encontrando relación estilística entre la cerámica recuperada en la
prospección y la obtenida por guaquería. Todo el material, según la autora,
corresponde con el estilo Aplicado Inciso. Solo una de las tumbas contenía
materiales correspondientes con el Marrón Inciso. (M.C. Moreno, 1983).
En 1984 Moreno adelanta otra prospección sobre el bajo río Guaicaica – Caldas,
registrando una pauta de asentamiento prehispánicas de viviendas dispersas sobre
terrazas, sitios que cumplieron también la función de zonas de enterramientos. El
material recuperado lo relaciona con aquellos de su anterior trabajo, asociándolos a
su vez con los de la zona Noroccidental del Valle del río Cauca. Finalmente plantea
una actividad agrícola, sustentada por la presencia de metates.
Los materiales recuperados, son asociados por otros autores al estilo Aplicado
Inciso. Jaramillo obtuvo registros materiales en contextos de vivienda y funerarios,
proponiendo cuatro grupos cerámicos definidos como Crema, Café Rojizo, Crema
Burdo y Café Cuarzo Lechoso.
períodos del Valle del Cauca, cuya cronología cubre desde los Siglos VII al XVII D.C.
No propone una explicación sobre la correspondencia entre la fecha obtenida y las
asociaciones del material con otras zonas y períodos (Cano, 1995).
Entre 1996 y 1997 un grupo de arqueólogos dirigido por Luis Carlos Múnera,
adelanta las labores de rescate dentro de la construcción de la Vía Alterna de la
Troncal de Occidente, en el Municipio de Santa Rosa de Cabal, Departamento de
Risaralda. Durante este estudio se ubicaron 17 yacimientos arqueológicos, uno de
los cuales presentó una secuencia de cinco ocupaciones, dos de ellas precerámicas
En el mismo yacimiento obtienen datos de asentamientos tardíos hacia el 510 ± 60
A.P. (1440 D. C.), cuya cerámica sugiere la posibilidad de un uso diferencial en
funciones domésticas, rituales o suntuarias.
metates, manos de moler y artefactos líticos de talla. El registro del material cerámico
identificó cuatro tipos definidos a partir del tratamiento de la superficie y el tipo de
desgrasante empleado. De tres cortes se obtuvieron tres fechas: 490 ± 105 A.P.
(1460 D.C.), 975 ± 110 A. P. (975 D.C.) y 835 ± 115 A.P. (1115 D.C.) (Rodríguez &
Montejo, 1996).
A raíz del terremoto del 99 y con los trabajos de reconstrucción del Eje Cafetero, han
sido reportados nuevos sitios arqueológicos para los departamentos del Risaralda y
del Quindío en especial. Se ubican numerosos sitios con un alto potencial
arqueológico en los municipios de Buenavista, Circasia, Córdoba, Montenegro y
Quimbaya2. En el municipio de Calarcá, se registró material cerámico pertenecientes
a los grupos 1 y 2, (Que en la antigua clasificación cerámica corresponden con el
complejo Cauca Medio Y Caldas) los cuales se incluyen cronológicamente entre los
siglos XI Y XV D.C con diferencias temporales y tecnológicas entre los dos grupos. 3
Igualmente en Calarcá en la hacienda Llanitos de Guaralá, se reportaron 3
estructuras Funerarias, dos de cámara lateral y una de pozo oval y cámara lateral.
1En la clasificación del material cerámico se tuvieron en cuenta, el tratamiento de la superficie, el análisis del desgrasante,
seguido de la descripción de los decorados y de las formas. A partir de estos criterios, se determinaron 5 grupos cerámicos.
Los grupos 1 y 2, comparten características con los complejos Cauca medio, Caldas y Blanco Grueso. El grupo 3 comparte
características con la cerámica Aplicado Inciso y el Complejo Cauca Medio. No existe una relación clara de los grupos 4 y 5
con los complejos cerámicos existentes para la región. Estos grupos cerámicos corresponden con los rangos establecidos
a partir de las fechas del 1100 y 1400 D.C. para los complejos Cauca Medio y de 1120 para el complejo Caldas. (Rojas y
Tabares Informe de Rescate, Bogotá. 2000).
2 Luis G. Jaramillo; Quintana y Enríquez. Reconocimientos Arqueológicos en los Municipios de Buenavista, Circasia, Córdoba,
Montenegro, Quimbaya, y Chinchiná. Informe Arqueología Preventiva en el eje Cafetero. Bogotá 2001.
3Piazzini Carlo y Pedro Briceño. Estudios Arqueológicos en Playa Rica. Calarcá. Informe Arqueología Preventiva en el Eje
Cafetero. Bogotá 2001.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Se fecho la correspondiente al lote 503, la cual y arrojó una fecha de 840 A.P
asociada a los grupos 1 y 2.4
4Fundación Erigai. Estudios Arqueológicos en Llanitos de Guaralá. Calarcá. Arqueología Preventiva del Eje Cafetero. Bogotá
2001.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
BRAY, WARWICK .Cruzando el Tapón del Darién: una visión del istmo desde la
perspectiva Colombiana. Banco de la República. Bogotá. Boletín Museo del Oro. N.
29. 1990.
«Las culturas prehispánicas del Cauca Medio». En: Arte de la Tierra. Colección de
Tesoros precolombinos Quimbayas Vol. IV: 10-14. Fondo de Promoción de la
Cultura. Banco Popular. Bogotá.1990.
Rescate Arqueológico del corredor del acueducto Red Expresa Sur Oriental Pereira,
Risaralda fase II. Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Pereira y consorcio
Consultoría Colombiana-Hernández Pantoja Cía. Ltda. Informe final elaborado para
EAAP-CC-HP. Pereira.1998.
CASTILLO, Neyla & PIAZZINI, Carlo E. Informe línea Base componente arqueológico
línea 500 Kw San Carlos- San Marcos, Sector Norte. Universidad de Antioquia. Ms.
Medellín. 1994.
MUÑOZ LÓPEZ, S., Aproximación a los Antiguos Pobladores del Bajo Río Ermitaño
a través de la caracterización morfofuncional del conjunto lítico recuperado en el
yacimiento 06 (municipios de Cimitarra y Bolívar en el Departamento de Santander).
Monografía de Grado. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Antropología
U de A. Sin publicar. Medellín.1999.
Informe de Monitoreo Arqueológico Fase II. Sitios 110 y 72. Proyecto de Desarrollo
Vial Armenia Pereira Manizales, Autopista de Café. Instituto Nacional de Vías,
Autopistas de Café S. A., Documento elaborado para INCO-AUTOPISTAS DEL
CAFÉ S.A. Inédito. Bogotá. 2007.
UBICACIÓN
Su ubicación respecto al meridiano de Greenwich corresponde a los cinco grados,
doce minutos de latitud Norte (5º - 12’ lat. N), y setenta y cinco grados con cincuenta
y dos minutos de longitud Oeste (75º - 52’ long. O).
ALTITUD
El casco urbano del municipio de Belén de Umbría se encuentra está localizado en
las estribaciones de la cordillera occidental sobre una altura de los 1.654 metros
sobre el nivel del mar.
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
CLIMA
Su clima corresponde a un piso térmico medio o templado con rangos que oscilan
entre los 18º y los 20º de temperatura media.
EXTENSIÓN
Su extensión es de 280 Km2. Distribuidos en los diferentes pisos térmicos, desde el
cálido correspondiente a la zona de influencia del valle de Risaralda, hasta el
propiamente frío de la alta sección cordillerana.
HIDROGRAFÍA
Cuenta con una red hidrográfica en la que se destacan en su orden: el río Risaralda
y las quebradas de Guarne y Guática entre otras.
FUNDACIÓN
Según el Índice de municipios, Belén de Umbría fue fundado entre los años de 1872
y 1890 por una oleada de colonos entre los cuales se destacan los nombres de
Antonio María y Manuel Hoyos, José Manuel Londoño y Salvador Betancur5 Sin
embargo, desde el punto de vista del proceso histórico que dio lugar tanto a su
fundación como a su posterior erección en municipio, amerita un sucinto recuento de
los hechos y eventos más significativos que se remontan al momento mismo en que
la Nueva Granda se disuelve a partir de 1855 y se abre paso la formación del nuevo
Estado Nacional, con sus estados autónomos entre ellos el del Cauca (1857),
compuesto por las Provincias de Buenaventura, Cauca, Chocó, Pasto, Popayán y
Caquetá entre otros, subdividiendo a su vez la Provincia del Cauca en 17 parroquias
y 15 aldeas, entre las cuales aparece la aldea de Tachiquí 6, asentamiento indígena
que pasó a ser reconocido como el primer nombre original de Belén de Umbría.
Dicha aldea o resguardo de Tachiquí sobrevivió hasta el año de 1876, cuando fue
arrasada y saqueada por las tropas de paso al mando de los coroneles Francisco
Madriñán y Felipe Ortiz, apoderándose incluso de los cultivos y pertenencias
personales de sus pobladores.7 Por su parte, entre los años de 1870 a 1890, el
avance de la colonización antioqueña dio lugar a la formación del caserío del
Higueronal que pasó a ser reconocido por las autoridades como Comisaría de
Arenales en el año de 1890, jurisdicción de la Provincia de Marmato. “Así nació
Higueronal, promovido por León Tabares, Egidio y Antonio Ramírez, Ricardo Osorio
y Antonio María Hoyos; este último en unión con los señores Benancio Parra,
5
MUNICIPIOS COLOMBIANOS. INDICE MONOGRÁFICO DE LOS MUNICIPIOS DEL PAÍS, Senado de la República –
Presidencia, Bogotá 1989, pág. 318.
6
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Estados Unidos de Colombia
7
MONOGRAFÍA BELÉN DE UMBRÍA 1890-1990. Aldemar de Jesús Hurtado Londoño y Jairo de Jesús Quintero
Castañeda, impresión offset, Sindicato de Educadores de Risaralda, Pereira 1990, pág. 47
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
Santiago Velásquez, Víctor Impartá, y don Manuel Hoyos que fue quien trazó
manzanas y calles. También estaba entre los fundadores José María Londoño, que
no era ningún nativo sino un antioqueño que se hizo a la confianza de la parcialidad
hasta el punto que lo nombraron administrador de sus bienes”8
MEMORIA ALIMENTARIA
8
GACETA DE OCCIDENTE. Belén de Umbría, Risaralda, julio de 1896, núm. 1, pág. 13.
9
MONOGRAFÍA BELÉN DE UMBRÍA. Hurtado y Quintero, Op. Cit, pág. 47
10
CARDONA TOBÓN, Alfredo. Periódico GUAYACÁN, Belén de Umbría, Risaralda, mayo 1º de 1983, núm. 1
pág. 1
11
MONOGRAFÍA BELÉN DE UMBRÍA. Hurtado y Quintero, Op. Cit, pág. 48
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
extraían leche, manteca y nata. Tenían cementeras y árboles frutales que rodeaban
sus poblados.”12
CARNE DE MONTE
“A veces comían carne humana de prisioneros de guerra procedentes de otros
pueblos, también comían conejillos de Indias, muchas hierbas y tomaban bebidas
fermentadas (chicha), según Cieza de León.”15
(OSO, VENADO, TATABRA, ARMADILLO O GURRE, GUATÍN, EL PAVO O
PAUJIL O URRÍA)
MAÍZ Y FRÍJOL
La presencia del elemento antioqueño en territorio belumbrense, determina sin lugar
a dudas un régimen alimenticio a base de fríjoles con manteca y arepas de mote,
sancochadas con afrecho y las arepas típicas de “chócolo”, estas últimas de común
utilización como fiambre para los largas travesías que debían realizar los arrieros, al
igual que las familias en su periplo de búsqueda de mejores tierras, por lo que puede
12
BELEN DE UMBRÍA ANTES Y DESPUÉS DE SU FUNDACIÓN. Julián Gil Bolívar y Orlando Valencia Palacio,
edit.**, Pereira 19***, pág. 4
13
NOTICIAS HISTORIALES SOBRE EL REINO DE NUEVA GRANADA. Fray Pedro Simón.
14
NOTICIAS HISTORIALES… Op. Cit.
15
BELEN DE UMBRÍA. Gil Bolívar y Valencia Palacio, Op. Cit., pág. 4
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
colegirse que tanto el maíz como el fríjol, todas sus formas culinarias constituyen un
producto básico de la canasta familiar de los primeros pobladores de Belén de
Umbría.
CAFE
El proceso de la colonización antioqueña trajo consigo el cultivo del café, y según se
sabe, para el año de 1880 ya había cultivadores en Belén de Umbría con base en
semillas traídas desde Antioquia, de las poblaciones de Andes y de Jericó. Este
producto era preparado y consumido por los primeros pobladores, quienes luego de
descascarar el fruto maduro o la cereza en pilones de piedra16, lavarlo, secarlo al sol
durante un período de unos veinte días, se dejaba una reserva para tostarlo en
sartén, en el fogón de leña, el cual había que revolverlo permanentemente con un
pequeño mecedor y bajo el mismo fuego, de donde pasaba a ser molido en la batea
de piedra17, a mano y con otra piedra más pequeña (del tamaño del puño de la
mano)18, al que se le iba agregando trocitos de panela para ir endulzando la
composición lasta que quedaba totalmente homogénea, con su dulce natural y su
exquisito aroma. La primera máquina para despulpar el café fue fabricada por el
señor Evangelista Bolívar dando así prueba de su inventiva y creatividad utilizando
un sistema de palos y hoja lata.19 Por su parte, la primera “romana”, o pesa para
medir el grano “la hizo don Juan Evangelista Molina, fabricada en madera y su pesa
era una piedra.”20
LECHE Y CARNE
Tradicionalmente la explotación de la ganadería abundaba siempre hacia la región
de Andica, al norte, cercano a Puente Umbría y Peñas Blancas; y lo mismo por los
lados de Piñales, al oriente del casco urbano, donde según se dice “En la finca de
los Montoya (…) de propiedad del señor Lisímaco parra, la mayoría de la gente de
Belén subía a traer la leche de la hacienda, formando grandes colas por la calle de
16
Pilones estos que abundaban en las sepulturas indígenas o guacas de la zona, a tal punto que en cada casa
de los primeros pobladores había más de un pilón o batea de piedra que habían sido fabricados por los
aborígenes. (Entrevistas varias con habitantes mayores de la población, Belén, Plaza Principal, noviembre de
2008.
17
Bateas que los aborígenes utilizaban igualmente para moler el maíz y demás granos, haciéndoles fricción con
otra piedra más pequeña o “piedra de mano” hasta pulverizarlo como harina. N.A.
18
Por esta razón se le denomina “piedra de mano”, porque se adapta perfectamente a dichos menesteres.
N.A.
19
MONOGRAFÍA BELÉN DE UMBRÍA. Hurtado y Quintero, Op. Cit, pág. 128
20
IBID. Op. Cit. Pág. 129
INFORME FINAL DE ACTIVIDADES ARQUEOLÓGICAS LICENCIA
FÁBRICAS DE REFRESCOS
El período comprendido entre los años de 1930 a 1960 se advierte un repunte de
inversiones en el municipio que dan lugar a desarrollos productivos y semi-
industriales de factura artesanal y empírica asombrosos, como es el caso de las
famosas “Fábricas de Gaseosas”, de las que se cuentan cuatro de ellas para atender
la demanda de un conglomerado humano tan reducido como el que se contabilizaba
en la Belén de los años 40, así:
FÁBRICA DE GASEOSAS VÁSQUEZ HERMANOS: Propietarios Efraín Hnos.,
1935-1942, producción 30 docenas diarias, ubicación frente a Bomberos.
FÁBRICA DE GASEOSAS CERVEZA REINA: Propietario Florentino Gallo, 1940-
1944, producción local, ubicación calle 9 Nº 8-57.
FÁBRICA DE GASEOSAS AMERICANA: Propietario Javier Murillo, 1940-1947,
producción local, ubicación Puerta del Sol, calle 12 Nº 8-56.
FÁBRICA DE GASEOSAS SALÓN COMUNITARIO: Propietaria Familia Vásquez,
1945-1950, producción local de gaseosas rojas llamadas “sangría”, ubicada en los
bajos del Colegio Nuestra Señora del Rosario.
21
IBID. Op. Cit. Pág. 132
22
MONOGRAFÍA BELÉN DE UMBRÍA. Op. Cit. Pág. 132
23
IBID. Op. Cit. Pág. 139
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Fotos de divulgación.