Problemas de Conducta en Autismo
Problemas de Conducta en Autismo
Problemas de Conducta en Autismo
Índice
OBJETIVOS
1NTRODUCCION
3. TRATAMIENTO
Hiperactividad
Rabietas
RESUMEN
BIBLIOGRAFIA ESPECIFICA
OBJETIVOS
• Ser capaz de medir una conducta mediante el análisis funcional fundamentalmente y otros tipos de
registro.
• Conocer los principios generales de educación y tratamiento conductual de los niños autistas.
• Ser capaz de seleccionar la técnica o técnicas más adecuadas para el tratamiento de un caso a partir de un
análisis funcional.
INTRODUCCION
El término problemas conductuales se ha usado a veces para referirse a los problemas que el niño
autista tiene con otras personas, especialmente los adultos, como sus padres y profesores. Sin
embargo, para ciertos autores (L. Wing, E. Schopler, 1976), estos problemas de conducta tienen
la misma base que los déficits cognitivos del niño, su deficiencia lingüística y de comprensión, y
sus problemas específicos de aprendizaje. Cabe señalar aquí trabajos como los de L. Wing y
Judith Gould (1979), que demostraban, en un estudio epidemiológico, que suele darse una
asociación consistente entre las alteraciones de la capacidad de relación social, las anomalías y
deficiencias del lenguaje, la dificultad o imposibilidad de simbolización y la tendencia a repetir
conductas rituales y estereotipadas.
Sea cual fuere la defmición que hagamos del síndrome autista, y reconociendo que, a pesar de
los intentos recientes, el concepto de autismo sigue siendo ambiguo, teniendo tan sólo el sentido
de un rótulo clas~flcatorio (Riviére, 1984) que no indica la etiología probable de las alteraciones
-
de conducta ni tiene aplicaciones pronósticas o terapéuticas claras y que se aplica a una población
enormemente heterogénea (en cuanto a niveles de C.I., lenguaje y competencia de relación,
alteraciones de conducta, etc.) la realidad con la que nos encontramos las personas (padres o
-,
profesionales) relacionadas con estos niños es que presentan una serie de problemas especiales,
tales como las alteraciones de conducta (estereotipias, conductas autoestimulatorias,
autoagresiones, comportamientos de evitación
activa de la interacción, conductas destructivas, etc.), que interfieren seriamente con las
posibilidades de aprendizaje del niño, aumentan su aislamiento y pueden producir efectos
dañinos en el medio o en el propio sujeto, por lo que contar con una tecnología terapéutica
relativamente independiente de la etiología tiene un valor indiscutible.
Trabajos como los de Ferster y De Meyer (1961); Wolf, Risley y Maes (1964); Lovaas Freitag,
Goid y Kassoria (1965), que demostraban que ciertas conductas de niños defmidos como
autistas son susceptibles de control operante y análisis funcional, abrieron una vía prometedora
de trabajo, tanto por sus implicaciones terapéuticas como por sus posibilidades explicativas.
Desde el punto de vista terapéutico, se planteaba la esperanza de poder “educar” a los niños
autistas, eliminando o disminuyendo sus conductas más alteradas y disfuncionales y
construyendo o aumentando otras más adaptivas. Esto hizo que los procedimientos de tipo
operante se convirtieran en la alternativa fundamental para el tratamiento y la educación de los
niños autistas, y fueran empleados por la mayor parte de los profesionales y centros
especializados en autismo y, después de la demostración de la escasa o nula eficacia de los
enfoques psicoterapéuticos tradicionales más ligados a concepciones analíticas o “dinámicas”~
influyeran decisivamente en la consideración del niño autista como una persona educable y no
sólo como un problema psiquiátrico.
Aparte de sus aplicaciones terapéuticas, los trabajos de análisis funcional y control operante de
ciertas conductas de los niños autistas tenían una gran importancia explicativa. La demostración
de que comportamientos tan inexplicables como las autolesiones o los continuos movimientos
estereotipados, sin funcionalidad aparente, son controlados y controlables por los estímulos del
medio y de que los niños autistas son capaces de aprender tareas de discriminación, imitación o
lenguaje, mediante procedimientos operantes, establecía una línea de continuidad entre las
conductas autistas y las “normales” desde un punto de vista de sus relaciones con el ambiente,
llegando a pensar que el propio síndrome de autismo, globalmente considerado, podría ser el
resultado de un “mal aprendizaje “.
Esta hipótesis etiológica que planteaban los primeros trabajos de modificación de conducta
(Ferster, 1961) ha sido claramente criticada, manteniéndose hoy en día una actitud más prudente
y crítica ante las explicaciones basadas en los procedimientos de condicionamiento operante. Lo
esencial de estos procedimientos es que implican el control de las variables del medio,
empíricamente definidas y relacionadas flincionalmente con la conducta de la persona tratada,
con el objetivo de cambiar cuantitativa o cualitativamente esa conducta de forma demostrable y a
través de procesos de aprendizaje. Naturalmente, el control de las variables del medio será tanto
más eficaz cuanto más se atenga a las posibilidades de elaboración de éstos por parte del
individuo; de ahí que sea necesario adaptar los procedimientos de modificación a las
características psicológicas de los autistas, a sus motivaciones y a sus formas de procesar la
información.
La primera tarea con la que nos encontraremos a la hora de eliminar los problemas de conducta
que presenta el niño autista consistirá en decidir lo que constituye una conducta problemática, es
decir, identificar la o las “conductas-problema” y establecer en términos concisos las conductas
que se desea transformar, a fin de que se pueda trabajar sobre ellas de forma directa.
Conductas que interfieren en el aprendizaje. Por ejemplo: “el niño chilla y pega siempre que se le
quiere enseñar una tarea”, “pasarse la mayor parte del tiempo balanceándose de un lado a otro”,
etc.
Conductas que interfieren con habilidades que ya se han aprendido. Por ejemplo: “tener
continuas interrupciones a la hora de realizar una tarea”, “tener miedo a realizar alguna actividad
fTsica”, etc.
Conductas que resultan perturbadoras para la familia o que provocan auto lesiones.
En realidad, la mayoría de los problemas de conducta caen dentro de una de estas tres categorías,
pero la tarea de hacer frente a los problemas que plantea un niño autista se simplifica si
conseguimos identificarlos y tratarlos individualmente.
Para que pueda realizarse una defmición conductual completa de las “conductas pro blema’Ç
debe procederse a un análisis topográfico de las mismas. Mediante este análisis obtendremos una
descripción precisa de las “conductas-problema” a ser posible en términos fisicos: qué es lo que
un individuo “hace” o “no hace” exactamente, atendiendo a los tres sistemas de respuesta
existentes -cognitivo, motórico y psicofisiológico-. El sistema motó rico comprende
genéricamente las conductas motoras, las conductas denominadas “externas” tales como
caminar, sonreír, llorar, ingerir alimentos, etc. El sistema psicofisiológico incluye las respuestas
autonómicas, las respuestas del sistema nervioso central y otras respuestas como las del sistema
endocrino. Las respuestas psicofisiológicas que con más frecuencia son objeto de evaluación en
terapia de conducta son: la respuesta electromiográfica (EMG), la tasa cardíaca, las
electroencefalográficas (EEG), gástricas, sexuales, respiración, temperatura periférico,
endocrinas y varias respuestas cardiovasculares. Por último, el contenido cognitivo está asociado
fundamentalmente a la conducta verbal.
Vemos, por tanto, cómo mediante el análisis topográfico de las conductas, se atiende a la
conducta en sí, a sus características propias, que la hacen discernible de cualquier otra conducta.
No obstante, aunque este análisis parezca pormenorizado, resulta todavía insuficiente para la
defmición completa de una conducta, ya que no da indicación de las variables que la controlan.
Una definición conductual debe ser el resultado de un análisis topográfico y un análisis
funcional, donde se ponga la conducta en relación con las condiciones que rodean su ocurrencia.
1 a) M. no aprende nada
2. a) La semana pasada el niño imitó cinco palabras. Esta semana ha imitado diez.
Describe las siguientes manifestaciones sobre la conducta como claras (c) o no claras (nc):
2. Estos últimos días Manolo se ha comportado muy cariñoso, atento y ha sido obediente.
Defme operativamente las siguientes conductas como conductas terminales y establece los pasos
progresivos de ejecución:
La intervención terapéutica desde el punto de vista del aprendizaje, tanto si pretendemos enseñar
una determinada conducta o habilidad como si nuestro objetivo consiste en eliminar una
conducta inadecuada, exige, en primer lugar, conocer en detalle cómo se realiza le medición de
una conducta.
• Saber cómo cambia la conducta, de tal manera que nos informa si el objetivo programado
funciona bien o no,
• Definir, de tal manera que pueda ser observada por cualquier persona.
• Cuantificar y registrar, anotar el número de veces que ocurre o el tiempo en segundos o minutos
que dura.
• Construir una gráfica, donde se refleja el resultado de lo que se ha registrado cada día.
Definir una conducta significa describirla como comportamiento observable, a ser posible en
términos fisicos. Ello es esencial si no queremos caer en interpretaciones subjetivas. De las dos
defmiciones que se proponen a continuación:
2. La semana pasada el niño imitó cinco palabras. Esta semana ha imitado diez.
Es la segunda la que se caracteriza por ser observable y, por lo tanto, susceptible de ser
cuantificada.
Una vez seleccionada y definida la conducta, debemos proceder a medirla, bien en base a la
frecuencia, es decir, cuántas veces ocurre en el tiempo destinado a la observación (p. ej., número
de veces que se levanta de la mesa durante la comida), bien en base al tiempo, es decir, cuánto
tiempo dura la conducta que se vaya a medir (p. ej., número de minutos que el niño se dedica a
balancearse). Es importante, igualmente, elegir el momento para observar y cuantificar. Como
regla general debe procurarse registrar durante el mismo período de tiempo en todas las sesiones
que se dediquen a contar. Si ello no fuera posible, es imprescindible, entonces, observar la tasa
de la conducta, que se realiza con una sencilla división entre el número de veces que se ha
producido la conducta y el tiempo que se ha dedicado a la observación.
Frecuencia de la conducta o tiempo que dura la conducta
Tasa de conducta:
La fase final de la medición de una conducta consiste en la elaboración de una gráfica, que
recoge todas las anotaciones descritas anteriormente. Habitualmente en el eje vertical se recogen
frecuencias o tasas de conductas (expresada en porcentaje) y en el eje horizontal las sesiones de
ensefianza yio de intervención terapéutica. Es importante el establecimiento de un período de
línea base (cuya duración es variable entre tres días y una semana).
La línea base es, por tanto, una norma cuantitativa que permite comparar y evaluar los efectos
que producen nuestros programas conductuales.
En la que pueden observarse, a su vez, dos modalidades. En la primera de ellas se evalúan los
efectos de un procedimiento de intervención respecto a un programa sobre conductas en
ambientes naturales. Una segunda forma de línea base simple es aquella que forma parte de un
programa estructurado a priori y cuyo procedimiento está perfectamente desarrollado desde el
comienzo hasta el final, independientemente del sujeto en cuestión. En este caso, el contraste o
comparación que se realiza es en base al porcentaje de respuestas antes de iniciar el programa
(LB) y una vez finalizado el programa. (Ver gráfico 1.)
Conducta: Llorar, gritar, pegarse en los muslos y en la cabeza (rabieta) Período de registro:
12:30-13:30 diario
Línea base concurrente
Este tipo de línea base comprende el registro de dos o más conductas que pueden presentarse
simultáneamente. Es una línea base que se registra también, en general, bajo situaciones
naturales. Este tipo de línea base, por lo común, se computa como una medida de frecuencia o de
tasa de respuesta (frecuencia sobre tiempo). (Ver gráfico 2)
Gráfico 2: Registro de frecuencias con línea base
concurrente
Conducta: 1. Poner cara de llorar mirando al terapeuta 2. Ponerse los dedos en los oidos y
volver la cabeza Periodo de registro: 12:30-13:30 diario
Línea base múltiple
La línea base múltiple consiste en el registro sucesivo de dos conductas iguales en situaciones
diferentes, o de dos conductas diferentes en una misma situación, o de una misma conducta en
situaciones diferentes. Esta línea base se utiliza cuando:
Tipos de registro
En algunos tipos de registro, no sólo se cuentan las respuestas que se dan en los términos
definidos de antemano, sino que también se observan cuáles son los estímulos que preceden y
siguen a la conducta o conductas en cuestión. El propósito fundamental es identificar los
estímulos discriminativos y reforzadores que mantienen la respuesta, para facilitar el diseño del
procedimiento de intervención particular que se requiera.
A este tipo de registro se le llama “análisis funcional” y pretende relacionar una conducta con
varios estímulos o viceversa, y formular la relación en forma de una función. La conducta resulta
ser una función de los estímulos previos y de las consecuencias ambientales. En la práctica, el
análisis se desarrolla a partir de la observación de tres cambios fundamentales: un cambio en el
medio, en forma de objeto o acontecimiento, que influye en el organismo-estímulo; un cambio en
el organismo que se traduce en alguna forma de comportamiento observable, al que
denominaremos respuesta o conducta; y un nuevo cambio en el medio, en forma de objeto o
acontecimiento, efecto de dicha conducta, al que llamaremos consecuencia. (Ver ficha 1. Para un
mayor conocimiento del “análisis funcional”, ver tema dos: “Evaluación”.)
Ficha 1. Análisis funcional
Antecedente Conducta Consecuente
Viene C. Al colegio por la Llora, chilla, se pega en los El terapeuta y el auxiliar le
mañana, le trae su madre. muslos. Se golpea la ofrecen juguetes, le invitan
Cuando entra en clase cabeza con las manos a jugar al caballito
Se dispone la situación de C. llora, chilla, se golpea la El adulto le sujeta las
la clase para trabajar todos cabeza con las manos manos y le dice que “los
alrededor de la mesa niños no se pegan”
“~Cálmate!”
La madre le dice: “C., C. llora, chilla, se golpea No se lava las manos, se va
lávate las manos” los muslos a ver la televisión con su
madre
A hora de comer, le ponen C. llora, chilla, se golpea Un adulto le sujeta las
un plato de sopa los muslos y la cabeza manos, mientras otro le da
de comer
Un niño de la clase toca la C. llora, chilla, se golpea la El niño deja de tocar la
armónica, mientras el cabeza armónica. El adulto se
adulto está con él dirige a C. Para regañarle
III. TRATAMIENTO
o Adaptación de los objetivos y tareas al nivel evolutivo del niño, ya que, como bien
confirman algunos autores, la conducta “anormal” de los niños autistas se
acentúa bajo condiciones de fracaso.
Durante mucho tiempo, y por parte de diversos autores, se han formulado distintas
sugerencias respecto al grado de estructuración (organización, directividad y consistencia). En
este sentido, algunos sugieren que el mejor ambiente es el poco directivo y estructurado, en el
que se siguen las actividades iniciadas por el niño, evitando así su resistencia y negativismo, o
basándose en nociones muy especulativas sobre el predominio de sistemas motivacionales de
evitación y escape en los niños autistas.
Los procedimientos operantes parten de una posición completamente distinta, implican un alto
grado de estructura y demanda interpersonal. Una situación de aprendizaje estructurada se
establece mediante ensayos discretos, definidos por la presentación directiva de estímulos
discriminativos claros, cuya respuesta se estimula mediante instigación y ayudas y se
refuerza con estímulos o conductas contingentes (Rivi~re, 1984). Para ello, es necesario
establecer claramente los objetivos en términos conductuales, analizar funcional y
sistemáticamente las variables relevantes y registrar las conductas y condiciones estimulares.
El concepto de estructuración resume una necesidad fundamental de los niños autistas, ya que les
permite percibir claramente las contingencias y, por tanto, aumentan sus posibilidades de
aprendizaje y disminuyen su aislamiento y conductas autoestimulatorias.
En los niños autistas podrían estar alterados los mecanismos de percepción de contingencias y
esta alteración sería la base para explicar sus deficiencias de competencia interactiva y de
aprendizaje. La alteración de los mecanismos de percepción de contingencias puede deducirse de
la falta de valor de los reforzadores sociales, las dificultades de anticipación y perturbación de
los mecanismos de conducta intencional, y la propia lentitud de los procesos operantes (Riviére,
1983).
Esta hipótesis explicaría por qué los ambientes muy estructurados que facilitan la percepción de
las relaciones entre los estímulos discriminativos del medio, la conducta y sus consecuencias, producen
efectos positivos en los niños autistas. Ahora bien, estos efectos positivos no sólo se observan en la
adquisición de respuestas específicas, establecidas como objetivos educativos o terapéuticos, sino
que, con frecuencia, lo que se observa es un efecto positivo global: conductas más aferentizadas, más
conectadas y atentas al medio y desarrollo de la competencia interactiva y social. Algunas
observaciones clínicas parecen confirmar esta hipótesis. Rumco y Schreibman (1983), a través de
juicios de padres de niños autistas, encontraron que los efectos de la modificación de conducta
eran señalados por los padres de la siguiente manera: mayor propensión al juego y conducta más
cooperativa, social y atenta al medio.
Por tanto, para asegurar las nuevas adquisiciones conductuales más allá de la situación escolar y
terapéutica, habrá que construir programas específicos de generalización.
En la aplicación de los métodos de modificación de conducta para el tratamiento del niño autista
debemos acercarnos, lo más posible, a un aprendizaje sin errores. Las situaciones de
aprendizaje sin errores desaceleran o pueden asociarse a la eliminación de conductas negativas.
Por el contrario, el aprendizaje por ensayo y error produce en los niños autistas un aumento del
negativismo, alteraciones de conducta, falta de motivación y evitación de las situaciones de
aprendizaje.
Para alcanzar este objetivo de aprendizaje sin errores deberemos seguir una serie de prescripciones:
Una vez establecidos estos principios generales en la aplicación de los procedimientos operantes,
pasamos a exponer un cuadro resumen de las técnicas de modificación de conducta. (Ver ficha
2.)
La lectura de este cuadro no debe ser literal, sino que debe implicar una visión terapéutica de conjunto
en donde no hay una técnica especial para cada problema específico, sino que debe tenderse a la
utilización conjunta de diversas técnicas, de manera que se garantice un aprendizaje eficaz.
5. Paulatinamente haremos
que el
tiempo sea mayor
Reforzamiento Aumentar la Reforzar Incremento de la Una persona respeta los
negativo frecuencia de una consistentemente tasa/frecuencia de semáforos para evitar una
conducta que una conducta con esa conducta multa
existe la eliminación del
previamente en el estímulo u objeto
repertorio del aversivo que la
sujeto precede
Modelamiento Obtener una Colocar la Obtención de una Un niño debe aprender a
conducta que no conducta del conducta nueva imitar de 10 a 15 sonidos y
se halla en el sujeto bajo y/o incremento de palabras para conseguir un
repertorio del control la tasa/frecuencia repertorio mínimo
sujeto o aumentar topográfico de la conducta
la frecuencia de (formal) y
una conducta ya temporal que
existente brinda la
conducta del
modelo.
Reforzamiento de
conductas
modeladas
Premack Incremento de la Estructuración de Aumento de la Pedro podrá salir al recreo
tasa/frecuencia deconductas en tasa/frecuencia de cuando haya comido el
una conducta ya función de alta y conductas de bajabocadillo
presente en el baja probabilidad probabilidad
repertorio del de aparición
sujeto (utilizar la
conducta alta
como recompensa
de la conducta
baja)
EXT1NCION
Técnicas Objetivo de la Condiciones de Efectos Ejemplos
la aplicación
aplicación
Extinción Eliminación de Suspender Incremento Juan empieza a llorar, y
conductas que masivamente la inicial de la su madre prosigue con
están mantenidas entrega del conducta y su trabajo ignorando los
por unas reforzamiento posterior pataleos
consecuencias que mantiene esa reducción y
específicas conducta desaparición
Tiempo fuera Eliminación de Excluir al sujeto Desaparición de Si en el grupo de trabajo
del conductas que de la situación la el niño encuentra
reforzamiento están mantenidas en la que opera conducta por situaciones reforzantes,
por situaciones el refuerzo eliminación del sacarlo del grupo de
reforzantes, no refuerzo. Más trabajo
siendo posible rápido que la
suspender su extinción, aunque
administración al no actuar
directamente
sobre el
reforzador, la
conducta podría
reaparecer
Castigo positivo Eliminación de Aplicar Desaparición Inmovilizar cinco
conductas estímulos rápida, pero minutos a Luis cada
inadecuadas aversivos temporal, de la vez que se autoagrede
sumamente contingentement conducta (sólo
perjudiciales e a la conducta en presencia de
para el propio que se desea la estimulación
sujeto o para eliminar aversiva). Su
otros aplicación
sistemática
produce graves
efectos en el
comportamiento
del sujeto
Estímulos Eliminación de Condicionar Desaparición de Cada vez que Julio
aversivos conductas estímulos la conducta. El rompe un papel, se le
condicionados inadecuadas con neutros con estímulo dice: “No se rompen
las mismas estímulos aversivo papeles” y se le da un
características aversivos y condicionado manotazo en la mano.
que las presentarlos puede
anteriores contingentement mantener sus
e a la conducta propiedades
siempre y
cuando se le
asocie
intermitentemente
con el estímulo
aversivo
Reforzamiento Eliminación de Reforzar Reducción y Antonio suele hacer !
de conductas conductas sistemáticament eliminación de cotii~~
e
incompatibles inadecuadas conductas que conductas reforzaremos cuando
cuando se han no pueden inadecuadas e esté con las manos
observado en el presentarse incremento de quietas y tranquilas.
repertorio del simultáneament conductas
sujeto otras e con la que se adecuadas
conductas desea eliminar, alternativas.
adecuadas Ignorar la que se
incompatibles desea eliminar.
con las primeras.
Costo de Eliminación de Retirar el Reducción de la A un niño que ha pegado
respuesta o conductas reforzador conducta a su hermana le
castigo inadecuadas una positivo que inadecuada castigamos sin ver la
vez establecido un obra en manos como televisión.
sistema de del sujeto de consecuencia de la
reforzamiento a forma total o pérdida de
conductas parcial reforzamiento.
adecuadas Se deben
controlar posibles
efectos.
Saciedad y Eliminación de Ofrecer un Reducción y A un niño que tiende a
práctica conductas estímulo con posterior romper papeles se le
negativa autorreforzantes tanta abundancia desaparición de obliga a hacerlo hasta
para el sujeto o que pierda sus la conducta por que se sacie sin que
que estén propiedades de efectos de pueda realizar otra tarea
asociadas con reforzador y/o extinción, fatiga más reforzante
sentimientos de que llegue a o por no ir
ansiedad convertirse en asociada con
un estimulo ansiedad
aversivo o que
deje de estar
asociado con
situaciones
ansiógenas
Práctica positiva Eliminación de Practicar durante Reducción María tiende a tirar
conductas que periodos de rápida de la todas las sillas; por lo
tienen un carácter tiempo conducta tanto, debe ser entrenada,
estereotipado determinados inapropiada e cada vez que realiza esta
fundamentalmente conductas que son incremento de conducta, en la conducta
motor y que fisicamente conductas
descentran de
contraria, es decir
incompatibles aceptables
manera grave la ordenar las sillas en sus
atención del con la conducta sitios determinados
niño inapropiada
Cambio de Eliminación de Alterar los Reducción de la Pedro suele tirar todo lo
estímulos conductas antecedentes que conducta que hay sobre las mesas;
inadecuadas que controlan las inadecuada, por lo tanto
ocurren sólo en condiciones en aunque con un procuraremos que en un
presencia de las que se corto efecto principio no haya nada
condiciones presenta la y posteriormente
específicas conducta
inadecuada
EXTINCION
Otras técnicas
La modificación de conducta ha tenido en los últimos años una importante expansión en cuanto a
procedimientos de intervención, en cuanto a estudios teóricos y en cuanto al acercamiento e
integración con componentes de otras corrientes teóricas y prácticas.
En lo que se refiere a los modelos y técnicas de intervención existe una gran diversidad, desde las
más conductuales orientadas (autocontrol, Kanfer, 1975; condicionamiento encubierto, Cautela, 1973;
indefensión aprendida, en su primera formulación, Seligman, 1981) hasta los más cognitivos
(terapia racional emotiva, Albert Ellis, 1962) pasando por los enfoques cognitivo-conductuales de
solución de problemas, el modelo de autoeficacia de Bandura y el de indefensión aprendida, en
su formulación posterior.
En el tema que nos ocupa es conveniente conocer más a fondo las técnicas de autoinstrucción y
autocontrol.
El principal fundamento de la técnica es, pues, la hipótesis de que el lenguaje tiene, entre otras,
una función reguladora sobre la conducta, es decir, que mediante el lenguaje vamos dirigiendo,
evaluando, comprobando y corrigiendo el curso de nuestra acción.
• Verbalizaciones que ayuden al niño a reaccionar adecuadamente ante los errores: se trata
de minimizar el error y verbalizar la forma más adecuada de corregirlo, siempre de forma
tranquila y sosegada.
El autrocontrol constituye un proceso a través del cual una persona se convierte en agente de
regulación de su propia conducta. Este proceso se halla sujeto a los mismos principios
conductuales que gobiernan el desarrollo de otras competencias. El autocontrol es un
procedimiento por el cual un individuo efectúa una respuesta controladora, que altera la
probabilidad de ocurrencia de otra respuesta que será la controlada.
Entre las estrategias de autocontrol hay tres que parecen tener implicaciones más directas en
niños con problemas: la regulación de claves, el autorreforzamiento y la autoobservación.
Qué ocurrirá con la conducta subrayada en cada caso si se aplica la consecuencia siguiente:
1. Cada vez que el niño deja de aletear las manos, la madre se acerca a ver un cuento con él.
2. Cuando el niño comienza a aletear las manos, la madre se retira con el cuento.
3. Antonio suele tirar las cosas por la ventana. Su mamá le alaba cuando está sentado jugando
con sus juguetes.
4. M. está solo en la habitación; cuando entra la madre comienza a morderse. La madre se acerca
y le dice que no se muerda.
5. J. suele hacer estereotipias con los objetos; su madre le da una cadena para que juegue.
6. A. se quita los zapatos cuando está comiendo, se levanta de la mesa, tira los cubiertos... Sus
padres le regañan constantemente, y si no obedece le dan ellos de comer.
3. Cada vez que L. se lleva una cucharada a la boca, se le dice “muy bien”.
4. Cada vez que M. haga estereotipias con las manos, le pondremos a hacer gimnasia durante
cinco minutos.
5. Reforzaremos a L. cada vez que emita un sonido y posteriormente lo haremos exigiéndole que
la emisión sea cada vez más parecida al modelo.
Como ya hemos visto a lo largo de toda esta exposición, las conductas problemáticas han de ser
identificadas, defmidas y medidas de forma rigurosa y objetiva, atendiendo a las variables, tanto
antecedentes como consecuentes a la propia conducta, que pueden estar desencadenándolas o
manteniéndolas.
En los niños autistas podemos encontrarnos con muchas conductas desadaptadas que suponen un
problema en la medida en que pueden implicar un riesgo para la propia integridad fisica del niño
y/o de las personas que le rodean e interferir negativamente en el aprendizaje.
Los problemas que con mayor frecuencia vamos a encontrarnos en un niño autista son:
autoagresiones, heteroagresiones, estereotipias, hiperactividad, rabietas, aislamiento, trastornos
del sueño, problemas de comida y otros muchos, en los que vamos a detenernos en la exposición
que a continuación se hace, atendiendo a la etiología, definición y algunas opciones terapéuticas
para la intervención.
Conductas autolesivas
Definición:
Son respuestas repetidas y dirigidas hacia el mismo individuo que la ejecuta, siendo su resultado
el daño fisico.
Se caracterizan por ser repetidas y crónicas, con frecuencias que fluctúan de cientos de veces
cada hora a pocas veces al mes o al año.
La autolesión a menudo lleva consigo un daño relativamente inmediato, pero también puede
tener consecuencias adversas a largo plazo (ejemplo: desprendimiento de retina al golpearse la
cabeza).
Estas conductas no solamente ponen en serio riesgo de daño fisico a las personas que las
ejecutan, sino que les impiden beneficiarse de las actividades rehabilitadoras o de
aprendizaje. Además, los medios fisicos y químicos usados para proteger al individuo autolesivo
restringen gravemente las oportunidades de tratamiento social y educacional, e incluso pueden
producir un daño fisico indirecto.
Tipos genéricos:
• Pellizcarse, araflarse, hurgarse (meterse los dedos), tirarse y arrancarse (por ejemplo, meterse los dedos en
los ojos, arrancarse el pelo...).
Etiología
Se conoce muy poco sobre las causas de esta conducta y se han dado bastantes enfoques
médicos, psicodinámicos y conductuales.
La autolesión -en el enfoque conductual- es vista como una conducta operante, afectada por sus
consecuencias y controlada por estímulos antecedentes, que indican consecuencias diferenciales.
Sería una forma de obtener refuerzo positivo, especialmente atención, o de evitar o escapar a
situaciones no placenteras, tales como períodos de escaso reforzamiento, de exigencias de
aprendizaje o de algún tipo de contacto social (Baumeister y Rollings, 1976).
Los individuos pueden, sin embargo, autolesionarse para obtener formas muy diferentes (a veces
aberrantes) de atención o escapar a situaciones no placenteras, Por ejemplo, la restricción fisica
ha demostrado ser un refuerzo para algunos individuos autolesivos, y entonces su uso puede
aumentar y mantener la conducta.
Este enfoque enfatiza la necesidad de determinar, en cada caso, el papel preciso de los acontecimientos
ambientales específicos que mantienen la autolesión del individuo. Aunque la atención y el
escape son los dos factores ambientales más frecuentemente citados, se está considerando el papel
de estímulos de tipo visual, auditivo o táctil.
Cualquier intervención terapéutica debería incluir un esfuerzo para analizar los factores
biológicos y ambientales que la causan y particularmente que la mantienen, y tomar medidas
para una eliminación o alteración de esas condiciones.
En general, aunque los procedimientos de DRO y DRI por sí solos no parecen ser efectivos en la
completa supresión de la autolesión, en la práctica clínica adecuada son una parte esencial de
cualquier programa de tratamiento. Sin tener en cuenta otras técnicas empleadas, ambos
tratamientos son cruciales para reemplazar la autolesión por conductas apropiadas por las cuales
el niño puede obtener refuerzos.
• El time-out, o método del tiempo fuera, supone la ausencia de todo tipo de refuerzo social
por un período de tiempo (es decir, un tiempo fuera de todo refuerzo positivo) mediante
aislamiento de toda interacción social. Con respecto a la fonna de timeout, el
procedimiento es que sea aplicado inmediatamente a continuación de cada episodio de
autolesión. El período en time-outes breve normalmente (por ejemplo:
de varios segundos a treinta minutos), y termina cuando el individuo está en calma.
Las formas de time-out difieren muy ampliamente. Estas incluyen, por ejemplo:
retirada contingente del cuidador del ambiente del paciente (cuando el cuidador es la
mayor fuente de refuerzo para el niño), colocación contingente del paciente en situación
de restricción fisica.
Tratamiento mediante castigo a la autolesión . El método más eficaz ha sido hasta ahora el
castigo contingente a la respuesta autolesiva, en combinación con el refuerzo de conductas
alternativas aceptables.
El uso del castigo debe sujetarse a una serie de normas o principios:
• Sólo debe utilizarse cuando la conducta implica riesgo inmediato para la integridad física
del sujeto o de los demás.
• Es una de las técnicas que eliminan la conducta rápidamente, pero su efecto es temporal
si no se utilizan otras técnicas encaminadas a reforzar conductas adaptadas alternativas.
• Sobrecorrección (overcorrection).
Agresión
Definición
Defmiremos la conducta agresiva como una forma intensa o violenta de conducta fisica, que
produce consecuencias aversivas y daño en otros sujetos, así como respuesta verbales, con
efectos similares, debido a su contenido o intensidad. Desde el punto de vista de la
Teoría del Aprendizaje, podríamos clasificar (según Ribes, 1972) la conducta agresiva en dos
tipos:
Clasificación
Tratamiento
Mediante el tiempo-fuera, al aislar al sujeto del ambiente reforzante se evita la posibilidad de que
emita la respuesta. El castigo consiste por lo general en regaños, formas intensas de contacto
fisico o cachetes. Otro procedimiento alternativo para suprimir la agresión operante tipo 1 es el
reforzamiento de respuestas incompatibles (DRI). Se refuerza, en este caso, al sujeto cuando
asuma cualquier otra actitud excepto la de agredir.
Definición
Estas conductas se definen como conductas motoras repetitivas, de alta frecuencia, que parecen
no tener un propósito aparente. Cabe destacar, por tanto, su ritmicidad, su irrelevancia y su
acausalidad. La autoestimulación suele con frecuencia interferir en el aprendizaje o la ejecución
de otras actividades, por lo que el mantenimiento de estas conductas puede llevar emparejada una
receptividad reducida del sujeto hacia las formas más organizadas de estimulación.
Etiología
• Unas hacen referencia al origen y entienden éste como un aislamiento sensorial extensivo
a las barreras fisiológicas para percibir estímulos.
Dado que la autoestimulación es potencialmente dañina para el sujeto a la hora de aprender y que
los tratamientos farmacológicos no solamente no favorecen la disposición del sujeto para el
aprendizaje, sino que, por el contrario, lo imposibilitan para éste, se han llevado a cabo
numerosos intentos a fm de desarrollar técnicas conductuales para la supresión de las
estereotipias.
Método de la sobrecorrección
• Su duración debe ser algo larga. Constituyen un “tiempo fuera” para los refuerzos,
durante el cual la persona no puede ocuparse de otras actividades rcforzantes.
• Deben ser activamente ejecutadas por la persona. El trabajo y el esfuerzo requerido está
pensado para ser molesto y servir como un hecho aversivo.
Este tipo de método ha sido utilizado con éxito para la supresión de conductas
autoestimulatorias. Azrin, Kaplan y Fox publicaron en 1973 una investigación sobre la
utilización del método de la “sobrecorrección por práctica positiva”.
Este método se basa en el principio de sobrecorrección, el cual supone que los síntomas pueden
tratarse mediante la práctica de los ejercicios necesarios para su inversión cada vez que éstos
aparezcan. Se demostró que el método era más efectivo que el castigo fisico, la extinción social o
el reforzamiento, por la no emisión de estas conductas (DRO).
El procedimiento consiste en pedirle al sujeto que mueva aquella parte del cuerpo utilizada en su
autoestimulación, únicamente según instrucciones, en vez de hacerló cuando él quiera, y la forma
de los movimientos ha de ser opuesta a la estereotipia original, con repetidos cambios de postura.
Así, a los sujetos que se mantenían ocupados en balancear la cabeza se les exigía -mediante
instrucciones y guía manual- mantener la cabeza en cada una de las tres posturas: hacia arriba, al
frente y hacia abajo.
A aquéllos que mecían su cuerpo se les pedía mantener los hombros en dos posturas:
hombros hacia adelante, lejos de la silla, y hombros hacia trás, pegados al respaldo.
A los que hacían movimientos de manos, colocándolas delante de los ojos, o aleteaban los dedos
sobre trocitos de papel, se les pedía colocar las manos en tres posturas sucesivas:
manos sobre la cabeza, brazos y manos extendidas en cruz y manos pegadas al cuerpo con los
brazos hacia abajo.
Los movimientos del pulgar y demás dedos, como enrollar un trocito de papel o hacer bolitas,
requerían inmediatamente las posturas: manos alejadas una de otra, manos juntas.
Al comenzar la aplicación de este sistema, cada vez que el niño manifestaba una conducta auto
estimulatoria, el instructor le daba las instrucciones posturales adecuadas. Cada postura debía ser
mantenida durante treinta segundos, teniendo todo el proceso una duración de veinte minutos.
Cuando el niño mostraba menos de dos episodios autoestimulatorios durante la sesión del día
anterior, la duración del ejercicio disminuía de veinte a diez minutos y posteriormente a cinco y
dos minutos, sustituyéndolo fmalmente por simples llamadas de atención durante los días
posteriores.
Este sistema se inserta en un programa de refuerzo combinado: el niño es reforzado al ocuparse en
actividades dirigidas hacia el mundo exterior, además de aplicársela la sobrecorrección postural
cada vez que manifiesta una conducta autoestimulatoria.
Los análisis de las conductas de los sujetos en la investigación que nos ocupa indican que un
programa combinado de este tipo redujo la autoestimulación al menos un 85 por 100 en ocho
de los nueve sujetos durante la primera semana, y a la tercera semana, un 90 por 100 para los
nueve sujetos.
Un método alternativo
El problema de las conductas autolesivas puede requerir algún grado de aversividad, pero la
autoestimulación no lesiva no dafía ni al individuo ni a los que le rodean, por lo que todos los
esfuerzos deben estar puestos en reducir la aversividad de los métodos de entrenamiento para
reducir la autoestimulación.
La aversiviclad de este método debe ser mínima, ya que el esfuerzo y la ayuda natural que se
requieren son escasos. Además, como a los períodos de autoestimulación se asocia un estado de tensión
elevado, el período de calma que se exige debería ser algo incompatible con el estado de
autoestimulación.
Hiperactividad
autista. Es un problema del que adolece, con mucha frecuencia, esta clase de niños y que
generalmente intenta resolverse mediante la administración de medicación. Podríamos defmirla
como una conducta inespecífica, de tasa sumamente elevada, que persiste durante largo tiempo y
que, en consecuencia, se torna aversiva para los demás miembros del medio social.
Bajo el síntoma central que caracteriza a la hiperactividad (un grado insólito de inquietud motora
sin fmalidad alguna), hay muchos efectos asociados que pueden estar presentes o no: trastornos
perceptivo-cognitivos, procesos atencionales, inadecuación de sus
habilidades sociales, etc. La hiperactividad casi nunca suele presentarse como síndrome puro,
sino que puede vincularse a otras alteraciones psicopato lógicas (ansiedad, reacciones depresivas,
psicosis, etc.).
b) de tipo extrínseco, por la que obtiene gran cantidad de reforzamiento social (se le presta
atención, se le habla, se le intenta controlar, etc.).
En un principio, debe reforzarse por periodos reducidos, que se aumentarán gradualmente, hasta
que el sujeto obtenga fuentes de reforzamiento adicional que mantengan esas conductas,
fisicamente incompatibles con la hiperactividad.
Polaino (1984) ha aplicado con éxito la terapia cognitiva, y los resultados obtenidos de su
investigación le han permitido dilucidar aspectos farmacológicos y diagnósticos de la
hiperactividad infantil.
Rabietas
Este tipo de conductas son reforzadas inadvertidamente por los agentes del medio social. La
explicación podrá venir por el hecho de que este tipo de “conducta emocional” que genera el niño
resulta aversiva para los otros miembros del medio social, por su intensidad, duración y otras
propiedades topográficas de la respuesta. La conducta de los adultos que
intentan acabar con ellas se ve reforzada negativamente, por lo que hace más probable que al
presentarse nuevamente dichas “conductas emocionales”, los adultos reaccionen de igual
manera.
Cuando hablamos de alteraciones sensoriales nos referimos a conductas que se caracterizan tanto
por su extrañeza como por su persistencia, intensidad y frecuencia. Son aquellas conductas que,
de un modo superficial pero claramente diferenciador, nos permiten defmir a los niños autistas; y
dentro de ellas se incluyen determinadas conductas ya analizadas como estereotipias, rabietas,
-
autoagresiones- que pueden tener también componentes de las alteraciones sensoriales.
Así se incluyen:
o Estereotipias
o Autoagresiones
o Autoaislamiento
o Ensimismamiento
o Rabietas inexplicables
Desde distintas corrientes psicológicas se ha intentado dar explicaciones teóricas. Así, Ney
(1979) sostiene la hipótesis de que la característica que está en la base de todas las alteraciones
conductuales de los niños autistas consiste en una hipersensibilidad auditiva que hace imposible su
adaptación a los sonidos del medio.
Otros autores sugieren otras hipótesis explicativas. Deslauries y Carison (1969) hablan de un
desequilibrio entre dos sistemas de activación: la formación reticular ascendente (que interviene
en la emisión de las respuestas a los estímulos sensoriales) y el sistema límbico
(responsable del procesamiento de la información placentera y dolorosa). Así, sugieren que el
autismo infantil es la consecuencia de un alto umbral sensorial, causado por un bajo nivel de
activación del sistema límbico, que transformaría en irrelevantes muchos de estos estímulos específicos.
En consecuencia, las alteraciones comportamentales hacen explícita una ruptura de biofeedback,
imposibilitando el natural funcionamiento de las gratificaciones y los refuerzos que son
imprescindibles para el aprendizaje y el modelamiento comportamental: Ornitz (1978) sugiere
que existe una disfunción vestibular (dificultad para integrar el input sensorial informativo) que
modularía la interacción entre los procesos de los subsistemas motor y sensorial, siendo en
consecuencia responsable de alguna de las alteraciones comportamentales que aparecen en los
niños autistas (estereotipias, hiperactividad, inatención visual y auditiva...).
Una explicación teórica de tipo neurológico, de la que pueden extraerse soluciones prácticas, es
la teoría de Carl Delacato, de la cual Repeto (1986) ha sintetizado los puntos más importantes:
1. El autismo es una disfunción perceptual a nivel de canales sensoriales, cuyo origen está
en una lesión cerebral, que generalmente no es detectable.
2. Dicha disfunción cerebral se puede manifestar de tres formas:
Ruido blanco: cuando el sujeto es muy sensible a los estímulos producidos por
su propio cuerpo. Las manifestaciones más frecuentes serían:
ensimismamiento, carreras cortas, mirada perdida, apatía por la comida, etc.
3. La presencia de alguna de estas alteraciones en uno o más canales sensoriales provoca una serie
de conductas insólitas en el sujeto, tendentes a compensar dicha disfunción.
Tratamiento
El tratamiento propuesto por Delacato (citado por Repeto) consta de dos etapas sucesivas:
Etapa de supervivencia
Objetivo: Ayudar al sujeto en sus esfuerzos por sobrevivir, por compensar sus disfunciones
perceptuales. Básicamente, las técnicas a utilizar son:
La forma de desarrollar esta primera etapa del tratamiento es intensiva, siendo los miembros de
la familia los que, tras una primera intervención del profesional, llevan la mayor parte del trabajo.
Tratamiento rehabilitador
Una vez que el sujeto ha abandonado la práctica de las conductas insólitas como consecuencia
del éxito de la etapa de supervivencia, no sería ya sino un “lesionado cerebral” y se le trataría
como tal. Propone, naturalmente, el método de rehabilitación neurológico de Delacato.
Independientemente de cuál sea la concepción que tengamos sobre el origen del autismo como
síndrome o de las alteraciones conductuales que presentan los sujetos autistas, a la hora de
intervenir lo que realmente nos ha de preocupar, es la existencia de una o varias conductas que
no son deseables en el niño y que deben ser eliminadas, teniendo siempre en cuenta que esta
extinción de conductas problemáticas debe ir acompañada de la adquisición o mantenimiento de
otras adaptadas y deseables para el sujeto.
A. es un niño autista de ocho años que presenta una amplia gama de estereotipias:
balanceos de tronco y cabeza, aleteo de manos, movimientos de los dedos ante los ojos, giros con
los objetos, etc. Para reducir la frecuencia de estas conductas se ha pensado en realizar un
programa de reforzamiento diferencial de otra conducta más adaptada, como puede ser la de
juego. La conducta objetivo de este programa sería, por ejemplo, construir un mecano.
• Defmir qué conductas básicas son necesarias para la realización de este objetivo.
• en las habilidades aprendidas, en la vida familiar y social del niño o que ponen en
• Algunas de las conductas problemáticas que puede presentar un niño autista son:
autolesiones, agresiones, estereotipias, hiperactividad y rabietas.
• La educación del niño autista, además, requiere la estructuración del ambiente educativo
y el aprendizaje sin errores.
BIBLIOGRAFIA ESPECIFICA
Ed. Fontanella.