Oracion y Jaculatorias
Oracion y Jaculatorias
Oracion y Jaculatorias
ORACIÓN.
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre,
la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo
Jesucristo, Nuestro Señor.
Todos: Amén.
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo:” Padre santo,
cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como
nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que
me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el
que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas
cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he
entregado tu Palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo,
como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del
mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad. Tu Palabra es la verdad. Así como tú me
enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico
a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la
verdad.
Cada vez que nuestra boca se abre para criticar a un hermano estamos
rompiendo con esa unidad.
Cada vez que nuestras necesidades son más importantes que las de
quien está a nuestro lado estamos despreciando el valor de la unidad
que Jesús estimó tanto como para subir a la cruz por ella.
Cada vez que dejamos pasar la necesidad de un hermano sin ofrecerle
nuestra ayuda, estamos perdiendo una oportunidad de dar a conocer
al Cristo.
Cada vez que nuestro pensamiento nos estima mejores o minimiza al
otro, estamos tratando con desprecio a aquél que Dios amó como a su
propio Hijo.