La Estadística Criminal y Politica Criminal Boliviana
La Estadística Criminal y Politica Criminal Boliviana
La Estadística Criminal y Politica Criminal Boliviana
Se entiende a la Estadística como el campo del conocimiento humano que permite deducir y
evaluar conclusiones acerca de una población a partir de información proporcionada por una
muestra o para simplificar las cosas, en definición, de G. Ydny Yule la estadística" es la ciencia
que trata la recopilación, clasificación y presentación de hechos sujetos a una apreciación numérica
como base a la explicación, descripción y comparación de un fenómeno"
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CONTENIDO:
2.3.1.- Administración.
2.3.2.- Planificación.
Antes de definir los límites y objeto de la estadística aplicada al estudio de la delincuencia iremos
previamente a ver qué es la ciencia de la Estadística.
Al interior del método científico, que está presente en todas las ramas de la ciencia, el análisis
cuantitativo tiene su tecnología en la estadística.
Se entiende a la Estadística como el campo del conocimiento humano que permite deducir y
evaluar conclusiones acerca de una población a partir de información proporcionada por una
muestra o para simplificar las cosas, en definición, de G. Ydny Yule la estadística" es la ciencia
que trata la recopilación, clasificación y presentación de hechos sujetos a una apreciación numérica
como base a la explicación, descripción y comparación de un fenómeno".[1]
La estadística basa su accionar en el razonamiento que considera a las matemáticas como base de
análisis. Es un método científico basado en la observación y su modo de proceder es
eminentemente inductivo: parte de hechos particulares comprobados, según reglas precisas; razona
sobre grupos homogéneos de estos hechos, y se esfuerzan en seguida por alcanzar el conocimiento
general de las tendencias y regularidades que se manifiesten entre los hechos colectivos.[3]
El objeto de la estadística es la población estadística, que es el conjunto de datos sobre las cuales
se basan las conclusiones de carácter absoluto y certero, o podemos decir, también, que es un
conjunto de observaciones medidas o descritas para cada una de sus unidades elementales, o
simplemente, la población estadística o universo estadístico, es el conjunto de 1elementos de los
cuales queremos estudiar cierta o ciertas características.
El fin u objeto de la estadística como ciencia es el descubrimiento de las leyes a que obedecen los
fenómenos sociales, el conocimiento profundo de la sociedad considerando su naturaleza, en sus
elementos, económica y alteraciones. Y según Woloski, el objeto de esta ciencia no es mas que el
estado mismo de la sociedad reproducido en un momento dado.
Esta ciencia se estudia desde dos perspectivas: la estadística metodológica o modo de ejecutarla
técnicamente, y la estadística aplicada. La estadística metodológica consta de cuatro fases: la
recopilación y registro de datos, la clasificación y computo, la presentación de sus resultados y
finalmente su interrelación y análisis.
Por lo dicho se suele dividir a la Estadística en dos áreas: estadística descriptiva que es aquella que
está relacionada con la presentación y descripción resumida de datos y la estadística inductiva o
inferencial que es aquella que está relacionada con la toma de decisiones y la extracción de
conclusiones a través de la generalización.
La recopilación o recolección de datos es la operación que se realiza para acumular los datos con
el objeto de establecer las características de un hecho o hechos, expresándolas cuantitativamente.
La recolección puede ser directa, cuando los datos se reúnen uno por uno en un determinado
momento y lugar, e indirecta cuando los datos se reúnen por deducción, acudiendo a los indicios,
la analogía, la apreciación y la proporcionalidad.
Los datos pueden ser recolectados mediante un censo, que es la recolección completa de todas las
observaciones de la población, o por medio del método de la muestra, que consiste en considerar
un reducido número de observaciones cuya característica sea la representatividad del conjunto total
de elementos de la población. Al diseño o técnica para seleccionar esa parte representativa de la
totalidad, se la llama muestreo.
La presentación de datos consiste en presentar de modo claro, ordenado y completo los resultados
obtenidos, cuando previamente se han recogido, clasificado, criticado y elaborado los datos. La
presentación es la expresión final del estudio estadístico cuando han sido investigados las causas
de los fenómenos que los origina y determinadas sus leyes.
El método de presentación es muy importante; una buena información estadística puede ser
perjudicada si no se la presenta en debida forma a los interesados y , viceversa, una mala
información puede ser acogida si la exposición de los hechos es cuidadosa, lógica y sucinta. Para
que sean útiles han de ser cuidadas en la tocante a la preparación y presentación de la mismas, de
lo contrario se reducen a ser meras recopilaciones del delito.
Casi todas las ciencias utilizan a la estadística como instrumento para la descripción, análisis,
interpretación y la toma de decisiones; incluso, su uso cotidiano e intuitivo hace de esta ciencia
fundamentalmente en el desarrollo humano.
Los métodos estadísticos deben su importancia al gran campo de aplicación que poseen, no existen
ciencias cuyos fenómenos no puedan ser tratados estadísticamente, es por eso que se le llama a la
estadística el lenguaje científico.
Las formas que asume la criminalidad pueden ser: criminalidad real, aparente, oculta, legal,
judicial, impune y total.
La criminalidad oculta, es la que resulta de la diferencia entre los delitos realmente cometidos y la
cantidad de ellos que han llegado a conocimiento de la autoridad. Se le denomina, en criminología,
como "cifra negra".
La criminalidad legal, es aquella investigada por la autoridad competente y sobre la cual recayó
alguna decisión judicial.
La criminalidad total sin discriminación alguna y que llegó a conocimiento de las autoridades se
denomina criminalidad global, y la referida a una determinada categoría o especie de infracciones
penales, se llama criminalidad específica. La criminalidad judicial que concluye en la ejecución
de la sanción impuesta recibe el nombre de criminalidad tratada.
También, se tienen los delitos no consignados en las estadísticas criminales, las que según Huascar
Cajías, pueden ser: los delitos cometidos y no descubiertos, los delitos descubiertos, pero no
denunciados a las autoridades y los delitos descubiertos, denunciados, pero judicialmente no
comprobados o que no concluyen con sentencia condenatoria. En opinión del criminólogo
boliviano las razones para que este tipo de hechos escapen a la estadística criminal son varias,
entre ellas, están las políticas, morales ineficiencia judicial y otros.
Los delitos que escapan a la estadística criminal reciben el nombre técnico de "cifras negras" y,
como dijimos anteriormente, es la criminalidad resultante de la diferencia entre los hechos punibles
efectivamente perpetrados y los que han llegado a conocerse oficialmente. Esta latencia o
conocimiento fragmentario de los órganos de persecución es un problema político criminal de
primera magnitud que la criminología intenta, a través de la investigación empírica, resolver.
Cuando el instrumento de medición del delito, la estadística criminal, es aplicado en los ámbitos
del sistema penal, es decir el policial, la judicial y la penitenciaria, la misma recibe denominaciones
que aluden a esas fuentes.
A modo de esquema para entender los tipos de estadísticas diremos que las principales etapas del
camino procesal vienen constituidos por: la acción policial, donde se comprueba, detiene, y se
resuelven o no los casos; la acusación o persecución criminal, en la que se hallan personas acusadas
o detenidas a la espera a no de proceso; el proceso constituido por el sumario y si procede la
libertad provisional; el plenario y la sentencia de absolución, condena, o sobreseimiento; y por la
prisión o la ejecución penitenciaria de la sanción impuesta.
La estadística policial es aquella que recoge y compila la policía nacional, los cuales son recogidas
en el mismo lugar de las actividades delictivas; informan sobre el número de delitos cometidos,
personas detenidas y circunstancialmente acusadas. Estas estadísticas se extraen generalmente de
los registros de organismos oficiales, es decir de las comisarías, puestos de policía y dependencias
de investigación criminal. Reflejan las fluctuaciones del delito, en determinado tiempo y espacio
y, entre estas, merecen mayor crédito las estadísticas policiales sobre casos, que vienen referidas
a hechos concretos, y no así las estadísticas policiales sobre detenciones que sólo aluden
indirectamente a los actos y delitos.
Las estadísticas policiales son las más expuestas a influjos externos: actitudes o políticas de
represión más severas en determinados tipos de delitos, reorganización de la policía, los cambios
legislativos, perfeccionamiento de denuncias, etc. Por tal razón no necesariamente deben
Interpretarse como aumento o disminución general del delito.
Otra importante información que brindan estas estadísticas es la cifra de casos resueltos. Por regla
general se considera un caso resuelto, cuando el delito y de delincuente han sido descubiertos y
existen fehacientes pruebas para acusar al último independientemente de que sea o no encarcelado.
Las estadísticas judiciales son las proporcionadas por los jueces y magistrados penales de un país
de acuerdo a su actividad jurisdiccional. Cubren aspectos como: el número de casos Instruidos
ante tribunales, los desistimientos y renuncias de persecución penal, los casos de personas
detenidas preventivamente a la espera de proceso, las absoluciones y declaraciones de
culpabilidad, las clases de condena impuestas, la declaración del proceso, las apelaciones y
resoluciones que recaen sobre ellas, etc. Su elaboración requiere un largo período de tiempo y son
de importancia como indicadores de cómo se administra la justicia penal y como causa de
propuestas para su reforma. Generalmente se realiza por mandato legal.
Las estadísticas sobre prisiones deben ofrecer un mínimo de informaciones suficientes para el
estudio de éstos y otros aspectos del tratamiento.
La estadística criminal nace con Quetelet cuando da origen a la sociología criminal moderna. El
es el primero que deduce de ella consecuencias científicas y por eso se le considera el primer cultor
de la disciplina.
Enrico Ferri le otorga gran importancia hasta convertirla en ciencia, aunque ya a fines del siglo
XIX comienza a usarse como ciencia auxiliar del Derecho Penal, para conocer las relaciones de
causalidad existentes entre determinadas condiciones personales, determinados fenómenos físicos
y sociales y la criminalidad.
Ferri, padre de la sociología criminal, ve a la ciencia estadística como un instrumento valioso para
el estudio de la delincuencia al asentar su sociología criminal en la antropología y la estadística
criminal, por una parte, y el derecho penal, por la otra, como dos capítulos de una misma ciencia,
que comprendería el estudio del delito como fenómeno natural y social, y por tanto jurídico, y de
los medios eficaces para la defensa preventiva y represiva contra el mismo.
La Estadística Criminal ha sido, desde Lombroso, un auxiliar eficaz de las ciencias penales, sobre
todo de la Criminología que acude a ella, en sus investigaciones de campo, en procura de establecer
la compleja etiología de la criminalidad y su dinámica.
Según Oswaldo Tieghi, la estadística criminal es la disciplina que estudia la expresión cuantitativa
del delito en la vida social, tiene por objeto especial los fenómenos de la criminalidad. "Consiste
en un conjunto de datos numéricos, reunidos en los informes oficiales de los organismos a quienes
están encomendados, la aprehensión, prevención y tratamiento de los infractores de la Ley Penal".
La estadística como disciplina auxiliar del Derecho Penal ya fue usada a fines del siglo XIX para
"conocer las relaciones de causalidad existentes entre determinadas condiciones personales,
determinados fenómenos físicos y sociales y la criminalidad; pone de relieve sus causas, y muestra
su aumento y disminución y sus formas de aparición".
Sin embargo, a criterio de autores como Goppinger, el uso del método estadístico y su consiguiente
abuso conduce al gran peligro de que "sólo sea observado y clasificado lo que es relevante en el
sentido preestablecido y que por consiguiente se llegue en el fondo a la comprobación de un reflejo
del cuestionario".
Benjamín Miguel sostiene que la Estadística Criminal reduce a números los fenómenos sociales,
"sus cifras dan a conocer las relaciones causales entre los factores endógenos y sobre todo entre
los fenómenos físicos y sociales y la criminalidad".[4] En suma los datos estadísticos ayudan a
comprender la etiología de la delinuencia.
Para Reyes Echandia, la Estadística Criminal es "el conjunto de datos numéricos sobre los
crímenes y criminales extraídos de los registros de organismos oficiales, clasificados, dispuestos
y analizados en forma que revelen las relaciones entre categorías y datos y publicadas según plan
uniforme".[5]
Las deficiencias de las estadísticas, principalmente la poca fiabilidad de sus datos, no constituyen
un obstáculo para acudir a ella, máxime si es el único método que nos acerca con cierta exactitud
a apreciar al fenómeno de la criminalidad. Uno de los beneficios de los datos estadísticos es que
nos permite correlacionar variables que nos muestren relaciones de causalidad entre dos
fenómenos, así por ejemplo: las guerras, el grado de instrucción, etc., con el aumento de la
criminalidad, tipos y modalidades de delitos. "Si se tienen en cuenta las limitaciones de este
método y se proceden con cierta prudencia, ellas pueden proporcionar muchos conocimientos".[6]
A pesar de las distintas definiciones, en parte exlicadas por las adscripciones ideológicas-penales-
a la que pertenece cada autor, para nosotros la estadística criminal será entendida como la
ordenación y sistematización de información relativa al delito, delincuente y la pena, generados en
el funcionamiento del sistema penal.
La actividad político criminal de las NN.UU. incluyó el desarrollo de la Estadística Criminal como
un instrumento o medio para la formulación de políticas criminales, en los Estados miembros del
organismo.
El Primer Congreso de las NN.UU. sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente
celebrado en Ginebra en 1955, vio ya la necesidad de crear institutos regionales encargados de
"coordinar, promover y realizar investigaciones, orientadas a la acción, para se usadas en la
implementación de políticas criminales, debidamente planificadas".50
En consonancia con esta política, en la región Latinoamericana, las NN.UU. creó el Instituto
Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, (ILANUD), en 1975, con sede en San José, Costa Rica.
El año 1976, el ILANUD, organizó el Primer Simposio sobre Política Criminal en Latinoamérica,
en México, evento del cual salió la posición de que "lo primero que debía hacerse para el
establecimiento de una política criminal propia, era contar con una estadística criminal
científicamente llevada, que nos mostrará la realidad de nuestra delincuencia".51 Su antecedente
fue el V Congreso de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente celebrado de Ginebra,
Suiza, en 1975, que manifestó su "preocupación por la falta de estadísticas criminales adecuadas
sobre la delincuencia".
En el Sexto Congreso sobre la materia ya se recomienda que "todos los Estados intensifiquen
esfuerzos para mejorar la información, en particular la información cuantitativa relativa a los
delitos y a los sectores del sistema del justicia penal".53
En el Séptimo Congreso, las NN.UU. expresaron su preocupación por las falencias en las
estadísticas criminales de algunos países y peor aún la ausencia de ella en otros Estados en los que
era necesario la elaboración de información estadística y de otro tipo pertinente y fidedigna acerca
del fenómeno de la delincuencia y el funcionamiento de los sistemas de justicia. Asimismo
reconoció la importancia de la información estadística para las actividades de investigación
destinadas a comprender mejor la delincuencia y el funcionamiento de los sistemas de Justicia
Penal en los Estados miembros. Se subrayó los posibles beneficios de dicha información, incluido
el mejor uso de los recursos, la mayor capacidad para enfrentarse eficazmente con la delincuencia
y la mejor posibilidad de administrar justicia de una manera justa y equitativa.
Por resolución 9na. del Séptimo Congreso efectuado en Italia el año 1985, la Subdivisión de
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente y Justicia Penal publicó en 1986 un manual
para la elaboración de estadísticas sobre justicia penal.
En 1986 el ECOSOC ordenó al Secretario General estudiar los requerimientos técnicos, humanos
y de infraestructura para establecer una red mundial de información sobre delincuencia y Justicia
penal: el UNCJIN o Red de información de la Naciones Unida sobre Justicia Penal, que empezó a
funcionar en 1989 prestando servicios de información estadística, bibliográfica, y actividades
desarrolladas por el organismo (seminarios, cursos, etc).
La red recibe apoyo financiero del gobierno de los Estados Unidos, de la Universidad del Estado
de New York en Albany. Junto a la Escuela de Justicia Penal Rutgers de la Universidad del Estado
de New Jersey (EE.UU.) las NN.UU. participa en el desarrollo de una biblioteca electrónica
mundial de justicia penal, que brindará amplia información sobre publicaciones, en materia penal
de distintas bibliotecas.
El objetivo a largo plazo de la UNCJIN es la de facilitar a los gobiernos y las organizaciones los
datos existentes en otros países, lo que resultaría útil para analizar y formular políticas de Justicia
Penal, administrar sistemas de justicia penal y efectuar investigaciones criminológicas.
Asimismo la Red UNCJIN a través de la Subdivisión de Prevención del Delito y Justicia Penal
pública anualmente el boletín sobre tendencias delictivas y estudios de represalias.
A la par del trabajo desplegado por las NN.UU., los Estados miembros emprendieron una serie de
tareas para mejorar los sistemas estadísticos en particular con el empleo de la tecnología
informática. Se organizaron seminarios internacionales de discusión sobre la informatización de
la información estadística. En ese sentido el evento mas importante fue el Seminario Europeo sobre
Computadorización de la Información en materia de Justicia Penal, celebrando en Polonia, en
1987, donde se analizaron las ventajas y dificultades de dicho proceso. Se recalcó la importancia
de informatizar la administración de justicia, y con ello la información estadística criminal, ya que
esto permitiría aumentar la calidad, eficacia y eficiencia del proceso.
En casi todos los países, sobre todo europeos, se proyectan o planifican la información o el empleo
de la tecnología informática en el mejoramiento de los sistemas se estadística criminal y, en el
sentido más amplio de las NN.UU., de información en materia de justicia penal.
Se han establecido bancos de datos numéricos, que contienen estadísticas sobre en número de
delitos y las actividades de los funcionarlos de servicios de represión, fiscales, tribunales y
organismos de represión, en Alemania, Finlandia, Francia, Italia, Islandla, Suecia, Gran Bretaña,
Noruega, Irlanda del Norte, Suecia y los Estados Unidos. Este último posee uno de los mejores
sistemas, por la accesibilidad y la calidad de datos cuantitativos que posee.
Los esfuerzos del organismo mundial por introducir la informatización en la administración de los
sistemas de justicia penal continúan y para esto, en el Noveno Congreso sobre Prevención del
Delito y Tratamiento del Delincuente, llevado en el Cairo en mayo de 1995, se realizaron y dictaron
seminarios sobre la informatización de los sistemas de justicia penal, sobre todo en la gestión de
la misma.
CAPITULO III
CAPITULO
La sociedad vive en permanentes conflictos derivados de varios factores causales. Qué hace el
Estado ante estos conflictos? Interviene, fijando políticas de control; diseña y pone en ejecución
una serie de políticas con el fin de evitar que los conflictos deriven en cambios y tensiones.
determina áreas o sectores de intervención penal estatal (en este proceso intervienen sujetos
sociales con capacidad para la toma de decisiones político criminales);
establece los Instrumentos o medios para la realización de esos fines político criminales
(cárceles, policía, normas, instituciones, tribunales);
define las reglas o mecanismos que regularan la vigencia o funcionamiento de los
instrumentos o medios político criminales.
Formular significa apreciar o justipreciar, es decir, evaluar lo que existe y cómo funciona,
determinar lo que se debe cambiar y las innovaciones que han de introducirse. Evaluar implica, a
su vez, establecer o determinar dos aspectos: la política criminal formulada y cómo se desarrolla
o concreta en la realidad ésta.
Entonces la evaluación de una política criminal, para formular otra, supone el análisis de la relación
dialéctica existente entre su formulación y su configuración. Es preciso, en la evaluación de una
política criminal, llegar a ver los grados de distorsión o variación (cultural, político, o de otro tipo)
que la misma asume en su configuración. Muchas veces la configuración -vigencia o aplicación-
puede ser totalmente distinta a su formulación.
La formulación de una política criminal se sustenta en la evaluación de los distintos elementos que
inteivienen en su configuración -instrumentos y reglas-, para determinar las distorsiones
patológicas y fisiológicas de la misma. Es un proceso que determina y establece si la estrategia -
instrumentos y reglas creadas para cumplir las metas- lleva a los objetivos deseados, o si por el
contrario adquiere autonomía propia, en relación a los objetivos político criminales.
La evaluación debe partir del análisis sincrónico -elementos por separado sin tener en cuenta el
Uempo- hasta concluir en el análisis diacrònico - en la que el tiempo, y la dinamicidad, se
incorporan en el análisis teórico-.
En definitiva la formulación requiere de la evaluación en el contexto en el que se desarrolla una'
política criminal. "La evaluación debe ser un proceso de acción- reflexión que nos permita
confrontar el grado de coherencia que existe entre nuestras formulaciones teóricas, la metodología
usada y las prácticas del sistema penal".
condiciones socio-económicas y culturales de las personas que pasan por el sistema penal
(policía, tribunales, prisiones).
delitos más frecuentes (clases) por tipo de personas, edad, sexo, y su distribución por
sectores sociales.
factores que determinan los sobreseimientos, sentencias, absolutorias y las razones que
influyen en un bajo porcentaje de aclaración de delitos de parte de la policía.
distribución y duración efectivas de las penas privativas de libertad.
reincidencias, por tipo de delitos y los términos medios en que se da.
determinación de áreas de mayor o menor concentración de criminalidad y su distribución
por sexo, edad, ocupación, domicilio.
papel de las condiciones prevalentes de trabajo, desempleo, uso de drogas en la
criminalidad.
la efectividad y costo del sistema de justicia penal. Modalidades más salientes de la
criminalidad.
papel de las mejores condiciones de vida en el aumento o disminución de la delincuencia.
el impacto del progreso técnico y científico en el aumento o disminución del crimen.
participación de extranjeros en el crimen.
Y entre los aspectos de carácter no criminal es preciso indagar los siguientes:
Indagadas las bases factuales o aspectos que determinan la realidad criminal la siguiente tarea es
la discusión, análisis y determinación de las cuestiones esenciales a la política criminal: su
contenido.
Este proceso tiene por objeto definir: la finalidad de la justicia penal, la estructura y
funcionamiento de la misma y otras cuestiones que tienden a la realización de la política criminal.
Es importante distinguir que la planificación de la política criminal presenta dos aspectos mayores:
la determinación de los elementos esenciales de aquél y otro, la articulación de la administración
de Justicia como un todo sistèmico del que es parte el sistema penal. Esto significa que aunque la
planificación de la política criminal y de la justicia son dos operaciones estrechamente relacionadas
que difieren entre si, una cosa es formular dicha política y otra el sistema que ha de hacerla efectiva.
Las cuestiones más importantes que un proceso de formulación de política criminal debe definir
son, según López Rey y Arrojo:
en el funcionamiento del sistema penal, por tanto un sistema de estadísticas criminales tiene por
objeto, la obtención sistemática de datos relevantes para la investigación, análisis y decisiones de
política criminal.
la definición clara del objeto de las estadísticas criminales (indicadores comunes que
conjuguen las distintas perspectivas e intereses de los organismos que componen el sistema
de justicia penal);
datos numéricos sujetos a principios de validez, fiabilidad y relevancia;
interrelación entre datos;
uniformización de metodologías de recolección, procesamiento y evaluación de datos en
los distintos organismos del sistema (registros administrativos) ;
sistematicidad en la producción de información estadística.
En este sentido la producción de la información estadística en las tres esferas más importantes
(judicial, policial, penitenciaría) debe, para preciarse de científica, tener las características
siguientes:
En general, todo sistema o red de estadísticas criminales debe tener en cuenta cuatro elementos
principales en su organización, implementación y funcionamiento.
1. Los destinatarios
2. Los recursos
3. La información a producir
De acuerdo a las Naciones Unidas un sistema de información estadística criminal de un país debe
recopilar, almacenar, analizar y difundir información estadística, organizada en categorías
concretas, para su uso en tareas como:
Otro aspecto que debe resaltarse es el hecho de que para facilitar, a los usuarios de los datos, la
comparación de las versión policial de los hechos (información estadística) con los cargos
efectivamente presentados, las resoluciones de los tribunales y otros antecedentes de ese orden, es
importante la aplicación de conceptos y clasificaciones comunes en la definiciones y los
procedimientos de registro de datos. Aunque el Código Penal es el punto de partida fundamental,
muchos países han considerado útil introducir sistemas de clasificaciones comunes en el que
distinguen delitos violentos y no violentos, delitos contra las personas y la propiedad, y delitos
comprendidos en el Código Penal y delitos de otra índole. La policía por lo general registra los
casos, a los fines de sus propias actividades y tales casos pueden abarcar más de un suceso criminal,
por este motivo es preciso un acuerdo expreso sobre la forma de distinguir y contabilizar los
sucesos.
Es la categoría más elemental de cualquier sistema estadístico y comprende, a su vez, tres grandes
áreas: el hecho delictivo el autor, y la victima.
Las series estadísticas más importantes están referidas a la frecuencia y gravedad de los delitos
(número y tipo de delitos; su clasificación en urbano, rural, por zonas geográficas, tamaño y tipo
de lugar); las características de los delincuentes (número de delincuentes acusados, su proporción
en relación al resto de la población, clasificación por Upo de delito, sexo, edad, origen nacional,
categorías socio-económicas, zonas geográficas, de residencia, tamaño, etc).
La situación del autor de un delito varia según la fuente de datos, así, en los registros policiales
figuran los sospechosos y acusados; en los expedientes de los tribunales, los procesados y
sentenciados; en los registros carcelarios, los presos o internos.
que incluye los antecedentes, los procesos, los resultados y los recursos.
Las categoría más importantes que un sistema de estadísticas criminales debe poseer son:
Un sistema de estadísticas criminales debe responder a. través de los datos que produce, como
mínimo las siguientes preguntas.
¿Cuantos delincuentes hay? ¿Cuanta actividad delictiva existe? ¿Qué delitos son cometidos
por cuáles delincuentes? ¿Cuáles las características de los delincuentes? (proporción de
delincuentes que cometen determinado tipo de delitos)
¿Cuál la participación de determinadas personas (mujeres, menores, profesionales. etc.),
en la delincuencia.?
¿Cuáles son los antecedentes familiares, económicos y educativos de los reclusos en la
cárcel?
¿ Qué papel juega el alcohol y las drogas y otros factores en la delincuencia y en la vida
del delincuente?
Un sistema estadístico con datos suficientes es aquella que, por ejemplo, puede brindar los datos
necesarios para responder la siguiente pregunta:
¿Con qué frecuencia se producen detenciones por hurto, declaraciones de culpabilidad por
hurto y condenas a la pena de prisión, y cuál es la duración media de la pena y el plazo de
cumplimiento efectivo se esta?
En la respuesta de esta interrogante son necesarias, como mínimo, los siguientes datos:
La relación y análisis de estos datos debería indicar que proporción de los incidentes da lugar a
detenciones, que proporción de las declaraciones de culpabilidad da lugar a penas de prisión, la
duración de las penas y que parte de éstas fue cumplida como promedio.
Un ejemplo de las series estadísticas que un sistema de estadísticas criminales debe contener es el
modelo Alfa, diseñado y desarrollado en Holanda en 1986 y que entró en funcionamiento en 1988.
El modelo describe cuantitativamente el flujo de casos durante un año determinado en los diversos
organismos y la duración de los distintos procesos y la cantidad de recursos que disponen los
organismos.
El sistema Alfa es usado por los fiscales, el Ministerio Público y el Ministerio de Justicia para
coordinar actividades de lucha contra el crimen, con organismos como la policía, los tribunales y
las prisiones; asimismo es empleado en tareas de supervisión y diseño de políticas específicas, y
para planificar" cambios en la política nacional sobre la delincuencia.
Policía
Fiscal
Tribunales
Prisiones
33. Número de días transcurridos hasta la decisión definitiva del ministerio fiscal.
Por el alcance y objeto, un sistema de información sobre justicia penal no es más que "todo
procedimiento utilizado para reunir, almacenar, analizar y difundir información sobre delitos,
víctimas, delincuentes, violaciones registradas al derecho penal, circunstancias, procedimientos,
decisiones y resoluciones".
En criterio de las Naciones Unidas, un sistema de información sobre Justicia Penal, que abarca un
campo más amplio, debe contener las siguientes series de datos básicos:
h) Costos sociales y económicos del delito y funcionamiento del sistema de justicia penal (entre
ellos pérdidas materiales cuantificables y las perturbaciones de la vida social);
i) Personal (profesional y a jornada parcial) del sistema de justicia penal, y sus características;
j) Equipo técnico del sistema de justicia penal (incluido el equipo técnico para cursos de
capacitación y talleres en las prisiones);
m) Indices especiales (por ejemplo, estructura demográfica por edad, sexo y consumo de alcohol);
Existe mucho debate aún entorno al uso de las estadísticas oficiales de la policía como medida de
conducta delictuosa. Las investigaciones han demostrado
que no todos los delitos tienen la misma posibilidad de llegar a conocimiento de las autoridades
policiales, en parte debido a la prioridad que la propia policía asigna a los distintos hechos
delictivos y en parte debido a que las víctimas o testigos pongan esos hechos en conocimiento de
las autoridades.
Las estadísticas judiciales brindan datos e indicadores que nos permiten conocer cómo se
administra la justicia penal y en base a los resultados formular propuestas para su reforma.
Por otro lado el examen de la distribución de personal en cada sector del sistema de justicia penal
(policía, tribunales, prisiones) puede dar una idea de las diferentes, estructuras orgánicas u
orientación de cada sistema penal. Por ejemplo, la asignación de un elevado personal en el
establecimiento penitenciario puede significar que el sistema de justicia es más punitivo u
orientado al tratamiento; una elevada proporción de policías puede expresar que el sistema de
justicia penal tiende a aplicar medidas más estrictas de lucha contra la delincuencia.
Los resultados que muestran las tasas de delincuencia suponen de ordinario los cambios en la
pautas de conducta, sin embargo no debe ser interpretadas exclusivamente de ese modo, ya que
también influyen en ella, los cambios que experimentan las prácticas de registro de delitos o las
modificaciones en la legislación, además,
de otros factores como los recursos y nivel de tecnología disponibles, las prioridades o políticas
de lucha contra la delincuencia, la situación socio-económica, etc.
Las tasas de delincuencia registradas pueden reflejar no solo la conducta de los ciudadanos sino
también el nivel de recursos y de eficiencia de la policía o el grado de confianza del ciudadano en
el aparato de represión. Asimismo es un indicador importante del volumen de trabajo del sistema
de justicia penal y pueden contribuir a determinar las pautas de actuación de los órganos policiales
con las tasas de personas detenidas, sospechosas o procesadas.
A esto debe agregarse que en una situación en la que la administración de justicia representa un
considerable gasto en relación a la escasez de recursos, las tasas de criminalidad tienen especial
relevancia en este contexto.
En este contexto las estadísticas administrativas, por ejemplo sobre volumen de casos, entradas y
salidas de casos y sobre gastos, han cobrado importancia a fines de supervisión de la labor realizada
y la planificación estratégica y operacional. Además las estadísticas son esenciales para ayudar en
la investigación y análisis de políticas en materia de justicia penal y de otras políticas y planes
sociales y globales. Y por último es preciso contar con estadísticas apropiadas sobre justicia penal
para entender y tratar de estructurar el desarrollo social.
En definitiva las cifras y datos sobre el delito y la lucha contra la delincuencia tienen un poder
considerable: el poder de realizar cambios.
Un sistema se estadísticas criminales y sobre Justicia penal, como elemento de una sociedad
democrática, debe desarrollarse en base a las exigencias, necesidades y percepciones que el público
o la ciudadanía sostenga, y para esto es preciso que él conozca cómo funciona su sistema de justicia
penal y la forma en que los datos relacionados con los delitos reflejan mejor el funcionamiento del
sistema.
Es inevitable que cada uno de los elementos del sistema de justicia penal origine una gran cantidad
de legados, pero para que éstos proporcionen información valiosa para la adopción de decisiones
de justicia penal es necesario que se transformen todos esos datos sin ordenar, compilándose y
organizándose en forma estadística.
En líneas generales, las estadísticas sobre justicia penal se utilizan en tres esferas independientes:
administración, planificación e investigación y análisis de políticas.
2.3.1.- Administración.
Toda organización u organismo debería tener capacidad para supervisar sus propias actividades.
En general se podría definir la gestión como el proceso de organización de un conjunto de recursos
para cumplir metas y objetivos fijados.
Para que la gestión sea eficaz hace falta información a fin de determinar si las metas y objetivos
se cumplen de manera oportuna y ordenada (¿Es necesario el servicio y está éste organizado en
forma racional de acuerdo con las necesidades?) y si se están utilizando los recursos de manera
eficiente y eficaz.
Cuanto más compleja sea la organización, mayor necesidad habrá de información estadística, en
particular sobre recursos y asignación y sobre casos y número de casos. Por ejemplo, el funcionario
de policía está llamado a cumplir objetivos relacionados con la seguridad pública, las peticiones
de asistencia del público, la detención de delincuentes y otros similares. Para cumplir dichos
objetivos deberá asignar una variedad de recursos, ya sean de personal, monetarios, métodos de
funcionamiento, Instalaciones o equipo. Los informes estadísticos periódicos que integren
información sobre la asignación de recursos, asi como sobre la incidencia de peticiones de
servicios, tipos de delito, identificación de sospechosos, etc. son cruciales para que el funcionario
pueda entender los problemas del organismo de que se trate y estudiar las posibles soluciones.
Del mismo modo, los funcionarios de los organismos encargados de administrar la libertad
condicional o vigilada podrán utilizar la información estadística disponible sobre el volumen para
determinar, por ejemplo, si el número actual de casos concuerda con la política del organismo y,
en caso contrario, qué cambios es necesario introducir.
Las estadísticas proporcionan cierta orientación con respecto a si el personal está respondiendo a
las expectativas mínimas y la eficacia con que cumple un organismo sus metas y objetivos
establecidos.
En algunos países los organismos de control, el público y los representantes de los intereses
públicos, en particular los medios de comunicación y los grupos de intereses especiales, piden cada
vez más información sobre la eficiencia y la eficacia. Los informes estadísticos anuales y los
estudios estadísticos especiales pueden contribuir en una medida importante a satisfacer esas
exigencias.
2.3.2.- Planificación.
c) Identificar otros posibles métodos para alcanzar el objetivo y las ventajas y desventajas de cada
uno de ellos;
f) Establecer un sistema para suministrar información sobre si el plan está cumpliendo sus
objetivos de manera eficiente.
Normalmente, cada una de las etapas del proceso de planificación requiere información, incluida
la información estadística.
Se podría citar como ejemplo el caso del administrador de la justicia penal que sabe que unas
Instalaciones penitenciarias están funcionando a un 95% de su capacidad, mientras que la
tendencia histórica en cuanto a ingresos y puestas en libertad indica que en un plazo de dos años
ese establecimiento estará funcionando a un 102% de su capacidad. La experiencia con este tipo
de establecimientos Indica que la prisión nunca debería funcionar a más de un 95% de su capacidad
a fin de permitir un cierto grado de libertad para clasificar y segregar administrativamente a los
reclusos y para la instalaciones renovando el edificio, ampliandolo, etc. Si la administración sabe
cuál es la población penitenciaria proyectada, podrá estudiar diversas opciones, como, por
ejemplo, cambiarlas normas de clasificación/incrementar el número de puestas en libertad
mediante suspensión de la ejecución de la sentencia y otros métodos, ampliar las instalaciones
existentes y construir otras nuevas. Es decir, que las estadísticas ayudan al administrador a
reconocer el problema, determinar sus consecuencias, identificar posibles procedimientos para
hacer frente a éstas y reconocer las ventajas y desventajas de cada uno de ellos.
Cada administrador debe prever posibilidades y poner en práctica planes basados en esas
previsiones. Las técnicas de previsión comprenden desde procedimientos cualitativos basados en
la experiencia y los conocimientos prácticos (y la hipótesis) hasta técnicas estadísticas muy
avanzadas.
Si no enfocan las previsiones en forma sistemática, los administradores de justicia deberán aceptar
el futuro tal como se presente y adoptar un tipo de gestión reactivo que en el peor de los casos
podrá convertirse en la gestión de una crisis. Independientemente de la técnica empleada, todos
los métodos de previsión parten de la hipótesis de que el futuro está en cierta manera relacionado
con el pasado. Por lo tanto, las previsiones sobre la delincuencia y distintos aspectos de la
administración de justicia requieren, como mínimo, el uso de datos estadísticos.
Series estadísticas necesarias para la planificación
Infracciones.
Penas cumplidas.
El análisis de políticas guarda relación con los intentos de determinar los efectos de los cambios
en materia de políticas, legislación, procedimiento o de medio ambiente y de establecer estrategias
a la luz de esos efectos previstos.
Por ejemplo, un analista de políticas tal vez quiera determinar: los efectos de los cambios
demográficos, tales como la disminución de la edad media de la población o la migración constante
de mano de obra no especializado, sobre la tasa de criminalidad; los efectos de las variaciones en
la tasa de criminalidad sobre el volumen de trabajo de la policía, los tribunales y las prisiones; o
el efecto de los cambios de política o procedimiento sobre el proceso de justicia penal, como, por
ejemplo: ¿que aumento producirá en la capacidad judicial un cambio en los procedimientos para
archivar los casos por el que se reduzca el periodo medio caso por caso en un 5%?
El análisis de políticas puede revestir dos formas: el análisis interno, cuyo objeto es determinar los
efectos de la política iniciada por un organismo o de los cambios de procedimiento sobre el
funcionamiento de dicho organismo, y el análisis externo, cuyo objeto es determinar los efectos
sobre un organismo de los cambios de política y procedimiento de otro organismo o de cambios
en el medio en que éste opera. Ambos tipos de análisis pueden realizarse antes de que se produzcan
los cambios, lo que a menudo se denomina simulación de políticas, y después de los cambios,
como evaluación o análisis de los efectos. Esos análisis exigen datos estadísticos.
Así pues, al igual que otras estadísticas sociales son necesarias para comprender el delito, la justicia
penal puede desempeñar un papel importante en la evaluación del cambio social y la formulación
de la política social.
En este contexto, las estadísticas sobre justicia penal pueden considerarse parte de un cuerpo más
amplio de estadísticas e indicadores sociales que se componen de datos generalizados o
acumulados sobre las características más importantes de la sociedad.
Para comprender la relación entre delincuencia y desarrollo social, es decir, para comprender el
cambio social, es importante en primer lugar que la construcción y evaluación de las estadísticas
sobre Justicia penal se confronten con otros sectores de la estadística y, en segundo lugar, que se
establezcan indicadores del delito para registrar los tipos y formas de las actividades delictivas y
de las complejas actividades institucionales relacionadas con la lucha contra el delito y la sanción
de éste y para analizar la relación que existe entre la delincuencia y los siguientes elementos:
Un sistema de justicia penal, para su gestión eficaz, eficiente y cualitativamente óptimo, debe
contar con un necanismo-sistema-cuantificador de la información que genera en su
funcionamiento, el que le permitirá evaluar, analizar e investigar permanentemente su accionar en
procura de su perfeccionamiento, modificación o transformación.
Por esta razón la elaboración de estadísticas criminales, fidedignas y completas reviste gran
importancia para la formulación, planificación, ejecución y evaluación de políticas criminales. El
programa político criminal de las NN.UU. siempre lo entendió de ese modo y, en consecuencia,
promovió desde un principio el establecimiento de sistemas de estadísticas sobre la criminalidad,
como paso previo para la investigación, planificación y adopción de políticas criminales
nacionales.
El desarrollo tecnológico, por otro lado, es un factor que facilita el uso de instrumentos o
mecanisnos - como los informáticos- que permiten la cuantificación de información sobre el
fenómeno de la criminalidad, en este sentido sería un absurdo no aprovechar la misma en procura
de mejorar la eficacia, eficiencia y rendimiento de un sistema de justicia penal.
La estadística criminal es, por ende, un valioso instrumento para la investigación, el análisis y
formulación de políticas en cuestión de represión y prevención de la delincuencia, en ese sentido,
la ausencia de una estadística criminal científica dificulta la formulación de políticas criminales
eficaces, por tanto el establecimiento de un sistema de estadísticas criminales permitirá la
formulación de políticas crimi-nales efectivas de prevención y represión de la criminalidad.
Una política criminal coherente -planificada- debe estar fundada, en opinion de las NN.UU., en
bases factuales, es decir en los conocimientos que brinda la estadística criminal y otras ciencias
como la criminología. Por otro lado, la eficacia de un programa político criminal deriva de su
planificación previa, es decir de su elaboración a partir de los resultados de investigaciones previas
y la determinación de objetivos y fines mediatos. La ineficacia de las políticas de lucha contra la
delincuencia puede ser resultado de la carencia de información necesaria para su adecuada
formulación y desarrollo.
La eficacia depende, además, de si ésta se adecúa y es producto de la idiosincrasia, historia, cultura
y necesidades propias de un país; deja de ser eficaz en tanto se apoya en modelos importados y
ajenos a la realidad nacional.
CAPITULO IV
El sistema de justicia penal boliviano o sistema penal boliviano está conformado por los
subsistemas policial, judicial y penitenciario. A su vez cada subsistema lo constituyen distintos
organismos y entidades que tienen por función y actividad el ejercicio del poder punitivo estatal
en la represión, control y prevención de la criminalidad.
Forman parte del sistema: La Policía Nacional, con sus organismos "operativos" como la Policía
Técnica Judicial, Tránsito, la Unidad de Orden y Seguridad (110, Seguridad Física, Patrulla de
Auxilio Ciudadano), la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, el Ministerio Público, el
Poder Judicial con los tribunales de Sustancias Controladas y los juzgados en materia penal, los
Juzgados de Vigilancia, el sistema penitenciarlo con los establecimientos carcelarios de cada
departamento.
La Policía tiene por objeto la conservación del orden público, la prevención de los delitos y la
persecución de los delincuentes para ponerlos a disposición de la justicia penal.
El Ministerio Público, en representación del Estado y la sociedad, vigila la legalidad del accionar
de los otros organismos y dirige las diligencias de policía judicial
El sistema judicial procesa y condena a los delincuentes por medio de los tribunales o juzgados
penales (instrucción y partido) y de sustancias controladas
El sistema penitenciario se encarga de hacer cumplir las sanciones impuestas a los Infractores de
la ley en los distintos penales o centros penitenciarios con los que cuenta, asimismo, es función
suya la rehabilitación y tratamiento de los delincuentes.
Dentro del sistema de justicia penal boliviano la Policía Nacional es la institución que tiene a su
cargo la conservación del orden público la defensa de la sociedad y el cumplimiento de las leyes
de acuerdo al art. 215 de la Constitución Política del Estado y los arts. 1,2 y 6 de la Ley Orgánica
de la Policía Nacional.
La Policía es el organismo técnico científico que tiene, según La Ley Orgánica de la Policía
Nacional, la atribución de:
d) Cumplir y hacer cumplir las leyes, reglamentos y demás disposiciones relacionadas con sus
funciones de Policía Rural, Fronteriza, Aduanera Ferrocarriles, Substancias, peligrosas, Minera,
Turismo y otras especialidades.
g) Prevenir las acciones que pongan en riesgo la vida y los bienes de las personas.
i) Practicar diligencias de Policía Judicial, aprehender a los delincuentes y culpables para ponerlos
a disposición de las autoridades competentes.
La Policía Nacional está organizada, de acuerdo al art.9 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional,
en un Comando General, apoyada por las Direcciones Nacionales de: Personal, Inteligencia,
Planeamiento y Operaciones, Administración, Servicios Técnicos Auxiliares, Identificación
Personal, Salud y Bienestar Social, instrucción y Enseñanza, Substancias Controladas y la Oficina
Nacional de Interpol.
A nivel departamental se reproduce la misma estructura para el cumplimiento y ejecución de las
funciones policiales.
La Policía Nacional está conformado por organismos que ejecutan operativamente las funciones y
labores policiales:
Ø Unidades de Criminalística.
Ø Unidades de Tránsito.
Ø Unidad Aduanera.
A efectos de las estadísticas policiales la dependencia u oficina máxima encargada de elaborar los
planes referentes a la aplicación de la política general de la institución, de acuerdo a sus fines y
objetivos, es la Dirección Nacional de Planeamiento y Operaciones, según el art. 24 de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional.
Las principales estadísticas en materia policial son la que reflejan la actividad delincuencial
(frecuencia, número y tipo).
3.2.1.1.- Estadísticas de la Policía Técnica Judicial.
La Policía Técnica Judicial (P.T.J.), es el organismo operativo de la Policía Nacional que tiene por
principal función el organizar las diligencias de Policía Judicial, aprehender a los delincuentes y
culpables y ponerlos a disposición de las autoridades competentes, prevenir los delitos, faltas,
contravenciones y otras manifestaciones delincuenciales, recuperar los objetos robados y hurtados
para restituirlos a sus legítimos propietarios, de acuerdo a los arts. 7 y 43 de la Ley Orgánica de la
Policía Nacional, concordantes con los arts. 215 de la Constitución Política del Estado ,91 a 94 de
la Ley del Ministerio Público y 112 a 118 del Código de Procedimiento Penal.
La Policía Técnica Judicial reemplaza a las ex- unidades de Criminalística y fue creado por
Resolución Ministerial No. 2567/94 de 19 de Abril de 1994 y la Resolución NQ 522/94 del
Comando General de la Policía.
La Policía Técnica Judicial está constituida por las unidades de criminalística y por otras unidades
operativas de la Policía Nacional.
Sus funciones y su accionar están reguladas por los Manuales de Organización y Funciones y los
Manuales Técnicos de Investigación Criminal, los que fueron promulgados conjuntamente con la
R.M. No 2567/94 que crea la RT.J. La actividad estadística de la P.T.J. se halla regulada, también,
por la Resolución Ministerial que crea la entidad, los Manuales de Organización y Funciones y los
disposiciones del Comando General, a través de la Dirección Nacional de Planeamiento y
Operacionales y su Departamento Nacional de Estadística.
De acuerdo a la R.M. NQ 2567/94 la Policia Técnica Judicial tiene por función, además de las
inherentes a la actividad policial, el recolectar y procesar la información nacional sobre la actividad
delictiva en el territorio nacional.
Las estadísticas, a nivel nacional, se elaboran tomando como base las actividades desarrolladas
por los diferentes Direcciones departamentales, las Direcciones distritales, las Direcciones
provinciales y con tonales y las Direcciones fronterizas.
Por tanto las estadísticas reflejan las actividades desarrolladas por las respectivas oficinas
operativas: División Delitos contra la Propiedad, División Delitos contra la Familia y Menores,
División Delitos contra la Propiedad, División Delitos Económico-Financieros, División contra la
Corrupción Pública, División contra el Crimen Organizado y la División Operaciones Especiales.
Ø cada División u oficina encargada de la investigación policial remite un informe (parte) diario
con el detalle estadístico de su actividad a La División de Planeamiento y Operaciones.
Ø asimismo, la Oficina de Denuncias, que recibe las denuncias policiales y las asigna
posteriormente a la oficina (División) respectiva, según las clase de delito, eleva informes diarios
con la relación de casos recibidos y de detalle de los mismos (Upo de delito, autor, lugar, zona,
investigador asignado, etc), a la oficina de Planeamiento y Operaciones.
Los informes estadísticos mensuales elaborados por la P.T.J. son enviados, para su procesamiento
a nivel nacional, a la Dirección Departamental respectiva la que remite a su vez a la Dirección
Nacional de la Policía Técnica Judicial para que la remita al Comando General, Dirección Nacional
de Planeamiento y Operaciones.
Recientemente se instaló una red de computadoras que consta de 1 server y 16 terminales para
facilitar la tarea de recolección, procesamiento y análisis de la información estadística. El sistema
está siendo "cargado" con información estadística generada por la P.T.J. desde 1989. La red unirá
P.T.J. de la ciudad de La Paz, El Alto y la zona sur y se estima su funcionamiento a partir de 1997.
casos atendidos por la P.T.J. según tipo de denuncia, lugar de hecho, y naturaleza del hecho.
casos desarchivados por mes.
remisiones al Ministerio Público y otras entidades en casos son detenido y sin detenido.
personas detenidas por sexo, y tipo de personas (comunes y delincuentes) .
libertades a Requerimiento Fiscal.
suscripciones de Actas (buena conducta, presentación).
El informe-Memoria del primer semestre de 1996-de la P.T.J., consigna los siguientes
datos estadísticos.
Ø Cuadro nacional de delitos con elevada incidencia en su comisión. Contiene datos sobre
delitos cometidos (hurto, robo, lesiones,etc.) por departamento (total casos, porcentaje).
Ø Cuadro general de casos atendidos por Divisiones (Div. Delitos contra Personas. Div.
Delitos contra Menores y Familia, Div. Delitos a la Propiedad etc.) por departamento (total
casos).
Ø Cuadro Nacional de incidencia de casos y eficiencia investigativa de dell-
Ø tos, según Upo de denuncias (denuncia, querella, oficio), casos (urbano, rural),
remisiones al Ministerio Público (con detenido, número de personas, sin detenidos),
remisiones a otras instituciones (Fiscalía, Onamfa, Juzgados, otros), suscripciones de Actas
(buena conducta, garantía de presentación), libertad, personas detenidas (comunes,
delincuentes).
Ø Cuadro Nacional de casos atendidos por las Divisiones de la P.T.J., según naturaleza del
hecho (lesiones, amenazas, difamación, etc). Cuadro total general de casos atendidos por
direcciones departamentales según las Divisiones de la P.T.J.
Ø Cuadro Nacional de casos atendidos por meses, por las Divisiones de la P.T.J., consignan
naturaleza del hecho (lesiones, amenazas, etc), casos por mes y total casos. Cuadro
estadístico general de delitos por divisiones según mes.
Ø Cuadro Nacional de hechos protagonizados por armas de fuego contiene: naturaleza del
hecho (Homicidio, tentativa de homicidio, asesinato, etc.), departamento (total y
porcentaje).
Ø Cuadro Nacional de hechos de violencia 1992 a 1995 contiene: naturaleza del hecho
(homicidio, tentativa de homicidio, asesinato, etc); gestiones (1992 a 1995), total y
porcentaje.
Ø Cuadro departamental de promedios de casos atendidos (promedio por día, y mes); casos
remitidos al Ministerio Público; diligencias con detenidos y sin detenidos; remisiones a
Onamfa, Fiscalía y otros; casos desarchivados.
Ø Cuadro de bienes, joyas, dinero Incautado y devueltos a sus propietarios (promedio por
mes y día).
Ø Cuadro estadístico departamental de clase de denuncia, por área, personas detenidas,
autoría y victimología por sexo.
Ø Casos atendidos por las distintas Divisiones de la P.T.J. Cuadro general de casos e
incidencias por Divisiones, clase de denuncia, área geográfica, tipo de personas detenidas,
autoría por sexo, victimología por sexo.
Ø Cuadro estadístico departamental de remisiones al Ministerio Público, otras
instituciones, libertades con requerimiento fiscal, suscripción de actas y estado actúal de
casos.
Ø Cuadro demostrativo de casos atendidos por meses. Divisiones y Delitos del
departamento de La Paz.
Ø Cuadro Nacional de hechos de suicidio por departamento, según la naturaleza del hecho
(raticida, arma de fuego, asfixia por ahorcamiento, ele).
Las estadísticas producidas por la P.T.J. sirven de acuerdo a la R.M. N" 2567/94 para "elaborar su
política, estrategias y planes en el ámbito de sus funciones".
Sin embargo las estadísticas de la P.T.J. obedecen más a una evolución ad-hoc que a una
planificación. El alcance y contenido (tipo o clase de información) están determinados más por la
iniciativa de los funcionarios de la División Planeamiento y Operaciones, que por un plan o
programa de estadística policial.
3.2.1.2.- Estadísticas de Tránsito.
Regula la actividad policial de esta entidad el Código de Tránsito (D.L- Np 10135 de 16 de febrero
de 1973) y su correspondiente reglamento (R.S. Nº 187444 de 8 de Junio de 1978),
Los informes mensuales, trimestrales y semestrales son remitidos, para su procesamiento a nivel
nacional, al Comando Departamental respectivo, la que a su vez las remite al Comando General.
Las series de datos más importantes que contienen las estadísticas de tránsito se refieren a las
actividades de la entidad en sus funciones de prevención e investigación de delitos y accidentes de
tránsito.
La información estadística es usada para evaluar el trabajo del organismo y efectuar cambios en
su política de prevención de accidentes y delitos de tránsito.
En conclusión la información estadística permite mejorar los servicios policiales, planificar sus
actividades y contar con información referencial sobre su desempeño.
El sistema de justicia penal boliviano cuenta de acuerdo a las leyes que rigen esta materia con
tribunales y juzgados de instrucción, de partido, las salas penales en las Cortes Superiores de
Distrito y las Salas Penales de la Corte Suprema de Justicia.
De acuerdo a la Constitución Política del Estado, la Ley de Organización Judicial, el Código Penal
y el Código de Procedimiento Penal la Jurisdicción Penal, es decir la potestad de procesar y
condenar a los delincuentes, está en los organismos creados para el efecto: juzgados y tribunales.
El art. 116 de la Constitución Política del Estado dice que el Poder Judicial se ejerce por el Tribunal
Constitucional , La Corte Suprema de Justicia, las Cortes Superiores de Distrito, los Tribunales y
Jueces que la ley establezca.
La Ley de Organización Judicial determina que el sistema judicial descansa en dos instancias: los
Juzgados de instrucción que se hallan encargados de "investigar la verdad acerca de los extremos
de la imputación penal, asegurar la presencia del Imputado y su responsabilidad civil"; y los
juzgados de partido que en base al juicio plenario establecen la culpabilidad o inculpabilidad del
procesado, y la posterior condena o sanción penal, como lo dispone el art. 26 y 37 del Código
Penal, 224 del Código de Procedimiento Penal y 136 de la Ley de Organización Judicial.
En materia de narcotráfico, la ley especial 1008 de 19 de julio de 1988 establece que la jurisdicción
penal la tienen los tribunales colegiados quienes, enjuicio plenario, condenan o exculpan de culpa
a los procesados por delitos de narcotráfico. La instrucción (investigación para acumular las
pruebas de cargo), es efectuada por la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, (FELCN),
bajo la dirección del Fiscal antidroga, de acuerdo al art. de la Ley 1008.
En el aspecto estadístico el Poder Judicial, en su rama penal, no cuenta con un sistema estadístico
que recopile, procese y analice la información producida en su funcionamiento.
El art. 203 inc. 5) y 10) de la Ley de Organización Judicial señala que entre las atribuciones de las
secretarios y actuarios de los juzgados penales (funcionarios de jerarquía inferior inmediata al juez)
están las de; evacuar los informes que se les ordene y elevar trimestralmente a las Cortes, cuadros
estadísticos detallados del movimiento general de causas.
Asimismo el art. 205 dispone que para el buen funcionamiento de los juzgados, los secretarios
llevarán, entre otros, los siguientes libros o registros computarizados:
También se tienen los libros que poseen la Oficina de Auxiliatura en materia Penal y la Secretaria
de las Salas Penales para el registro de sus actividades.
Estos libros o registros constituyen la fuente primaria de los datos que luego de recopilados son
enviados, a modo de informes estadísticos, a las Cortes, las que procesan los cuadros estadísticos
consolidados a nivel departamental. A este efecto las Cortes Superiores de Distrito, al finalizar la
gestión, mediante circular a los juzgados, ordenan elevar un informe detallado consignando datos
del movimiento de causas o procesos (expedientes) tramitados en cada juzgado.
La información procesada es luego publicada en los informes de actividades y de inauguración de
la gestión siguiente, por las Cortes Superiores de Distrito.
Asimismo el art. 234, de dicha ley, establece la creación del Departamento de Informática,
encargada de efectuar el análisis, diseño, implementación y mantenimiento de los sistemas
informáticos que la L.O.J., en su art. 298 autorizó instalar a las distintas dependencias del Poder
Judicial para el mejor cumplimiento de sus tareas. Este departamento depende de la Corte Suprema
de Justicia y fue concebido para modernizar el funcionamiento del sistema de justicia penal, por
cuanto el uso de tecnología permitirá un mejor uso de recursos, la eficiencia en sus labores y una
mejora en la administración de justicia.
A nivel nacional la Corte Suprema de Justicia no elabora ni publica informes que contengan
información estadística producida a nivel departamental por las Cortes Superiores de Distrito. La
Corte Suprema, a la conclusión de cada gestión, publica el denominado " Labores Judiciales" cuyo
contenido está referido más a un detalle de las actividades desarrolladas por la Corte Suprema que
una relación estadística del "movimiento" de expedientes sucedidos en los juzgados penales de
todo el país.
A pesar de ello se brinda una relación del movimiento de causas en la Sala Penal de la Corte
Suprema, con el detalle de resoluciones, procedencia (distrito), amparos constitucionales, habeas
corpus, etc.
La Ley de Ministerios Ng 1493 de 17 de septiembre de 1993 dispone que entre las atribuciones
del Ministerio de Gobierno, se hallan las de:
"art. 21. inc. f) organizar y administrar el régimen penitenciario y sus servicios de asistencia".
"art.22. Las funciones operativas serán ejecutadas por Las siguientes subsecretarios:
El Código Penal, en su art. 57, señala que la ejecución de las penas está regulada por la ley de
Ejecución de Penal y Sistema Penitenciario. Dicha ley en sus arts. 115, 116, 117 y 118 fija la
estructura de la administración penitenciaria a cuya cabeza se halla la Subsecretaría. La
Administración Penitenciaria como organismo técnico y de seguridad tiene por función la
ejecución de las sanciones privativas de libertad, según el art 17 del Código Penal
Esta función de ejecución de las penas comprende varias tareas, entre las que están, de acuerdo al
art. 118 de la Ley de Ejecución de Penas, la organización y vigilancia de las prisiones o centros
carcelarios, la aplicación de programas de tratamiento, la retención y custodia de los detenidos,
asistencia a internos, tratamiento post-penitenciario del reo formación y especialización del
personal penitenciario, etc.
Los jueces de vigilancia de acuerdo a la L.O.J. arts. 35, 163 y 166; la Ley de Ejecución en Penas,
arts. 127, 128, 129, 130; y el Código Penal, art. 72. son los funcionarios judiciales encargados de
controlar y fiscalizar la ejecución de las sanciones Impuestas a los internos de las cárceles. Ellos
pueden, además de llevar el Registro de Antecedentes Penales, verificar el estado y funcionamiento
de los penales y participar en la rehabilitación de los internos, elevando y solicitando informes
sobre la liberación, prolongación y sustitución de las sanciones.
En cuanto al ámbito estadístico, los distintos penales o Centros Penitenciarios están obligados,
mediante su Central de Observación y Clasificación, a llevar ficheros de la población penal y los
respectivos datos estadísticos según el art. 132 de la Ley de Ejecución de Penas. A nivel Nacional,
la dependencia que está obligada a organizar el sistema de estadísticas penitenciarias es la Central
de Clasificación y Observación dependiente de la Dirección General de Régimen Penitenciario.
El art 118 de la Ejecución de Penas establece que son atribuciones de la Dirección General de
establecimientos Penitenciarios:
Las carencias económicas, falta de personal técnico y otros factores impiden que los distintos
centros penales lleven estos registros estadísticos mencionados.
En la practica los directores de las prisiones envían lo que se denomina "parte diario" a la
Subsecretaría de Régimen Penitenciario con el detalle de los "más importantes hechos sucedidos"
(liberaciones, internaciones, admisiones, etc). La Subsecretaría, en base a estos informes
administrativos, mediante su Centro de Estadísticas, elabora las estadísticas que puede.
Cada centro penitenciario (San Pedro, Chonchocoro y Centro de Orientación Femenina) lleva un
registro penitencirio-estadístico que consigna, entre otros, los siguientes datos: admisiones de
nuevos reos, salidas, internaciones médicas, libertades provisionales, etc.
Por otro lado se tienen, también, los informes semestrales, elevados por los gobernadores de los
centros penitenciarios a la Subsecretaría de Régimen Penitenciario, que incluyen estadísticas
penitenciarias aisladas.
Los gobernadores de los recintos carcelarios, en cumplimiento del art. 128 de la Ley de Ejecución
de Penas, elevan informes semestrales sobre actividades cumplidas en la ejecución y rehabilitación
de los internos, estos incluyen generalmente cuadros estadísticos generales relativos al movimiento
(salidas y entradas) de la población penal.
En un mediano plazo se tiene previsto implementar un sistema informático que recopile y procese
los datos remitidos, en forma de informes administrativos por los gobernadores de todas las
prisiones del país.
De modo complementario los jueces de vigilancia, en coordinación con los centros penitenciarios,
elaboran informes estadísticos anuales correspondientes a las funciones que les competen.
Así, por ejemplo, el informe de la gestión 1995 contiene los cuadros estadísticos siguientes:
Cuadro estadístico según delitos del penal de San Pedro, Chonchocoro y Detalle de número
de internos por tipo de delito. Centro de Orientación Femenina de Obrajes.
Cuadro gráfico de internos según el estado de causa.
Listado general de internos en los penales de San Pedro, Chonchocoro y Centro de
Orientación Femenina. El detalle contiene datos de delito fecha de ingreso, edad, juzgado,
-etapa del juicio.
Beneficiados con pre-libertad bajo la modalidad de trabajo extra-muro. Beneficiados con
libertad condicional.
Toda esta información de carácter estadístico sirve a las autoridades penitenciarias y funcionarlos
para evaluar -cuantitativamente- el trabajo desarrollado en una gestión. Más allá de eso, la
información estadística debidamente procesada y publicada no existe.
EL Ministerio Público en el sistema penal boliviano de acuerdo a la C.PE., art. 124 , la Ley de
Organización del Poder Judicial, art. 219, y la Ley de Orgánica del Ministerio Público, arts. 1 y 2,
es la entidad u organismo que representa al Estado y la sociedad y tiene por función promover la
acción de la justicia y defender la legalidad, los derechos ciudadanos y los Intereses públicos.
El Ministerio Público o Fiscalía en materia penal ejerce la acción penal pública y tiene a su cargo
la dirección de la diligencias de policía judicial, así lo dispone el art. 11 inc. a) y 93 de la Ley del
Ministerio Público.
Actúa, en algunos casos, en función de Policía Judicial practicando las diligencias necesarias para
determinar la existencia , las circunstancias y los autores de un hecho delictivo de acuerdo al art.
19 de la Ley del Ministerio Público.
Los fiscales en materia penal dentro del sistema de Justicia penal boliviano pueden, de acuerdo al
art. 46 del Código de Procedimiento Penal, intervenir en todo juicio penal requiriendo
enjuiciamiento funcionarlos públicos, vigilando la conecta aplicación de la ley e interponiendo los
recursos que la ley establece.
La fiscalía esta constituido, de acuerdo al art. 37 y 38 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
por:
El Fiscal General
Los fiscales de la Sala Suprema
El Consejo Consultivo General
Los fiscales de distrito
Los fiscales de Sala Superior
El Consejo Consultivo de Distrito
Los agentes fiscales de materias (penal y sustancias controladas)
Los fiscales (de instrucción en lo penal)
Los órganos técnicos
Son parte, asimismo, del Ministerio Público las Comisiones de las cámaras del Congreso de la
República, de acuerdo al art. 125 de la C.P.E., art. 219 de la L.O.J. y art. 37 de la Ley del Ministerio
Público.
La Fiscalía de Distrito, está compuesta a nivel departamental por el Fiscal de Distrito, el Secretario,
los fiscales de materia, los agentes fiscales y el personal administrativo, así como el personal de
apoyo en tareas operativas.
A nivel departamental las secretarias llevan un registro estadístico en base a los informes de los
funcionarios (fiscales).
Los datos recopilados y luego procesados son publicados en el informe anual de cada gestión.
Estos informes son enviados a la Fiscalía General para su procesamiento a nivel nacional.
La información estadística elevada por la Fiscalía está referida, entre otros, principalmente a:
Bolivia como otros países cuenta, desde 1976, con un sistema de información que proporciona
información estadística destinada para la planificación del desarrollo económico social.
El sistema fue instituido por Decreto Ley N9 14100 de 5 de noviembre de 1976, durante el
gobierno del Gral. Hugo Banzer, como parte de un programa de transformaciones institucionales.
El sistema según el art. 1 del D.L. NQ 14100 tiene por objeto: obtener, analizar, procesar y
proporcionar de la manera más eficiente la información estadística para el desarrollo socio-
económico del país.
Del sistema, a nivel nacional, sectorial y regional, participan todas las entidades públicas o
privadas que producen información estadística o datos que sean de interés al sistema.
La Ley del Sistema de Información define a los organismos integrantes: un Consejo Nacional de
Estadística, encargada de delinear las políticas de producción de estadística; los Comités Técnicos
de Coordinación, que coadyuvan en el desarrollo de normas técnicas a que deben ceñirse la
producción de información estadística por los distintos organismos del sistema y, por último, el
brazo ejecutivo y técnico del sistema, el Instituto Nacional de Estadística que tiene por misión la
dirección, planificación, ejecución, control y coordinación de las actividades del Sistema.
El INE como órgano ejecutivo y técnico del Sistema de Información Estadística es la única, entidad
oficial autorizada para relevar, clasificar, compilar y difundir los datos estadísticos elaborados en
sus distintas áreas: estadísticas económicas estadísticas sociales y Cuentas Nacionales.
El INE, además, controla y coordina las actividades estadísticas que realizan las instituciones
integrantes del Sistema (organismos oficiales y entidades privadas).
dictando las normas técnicas a la que deben ceñirse los trabajos estadísticos, a fin de uniformar y
evitar la duplicidad de trabajos.
Son parte del Sistema, de acuerdo a los arts. 2,13, 15, 16, 17, 18 y 19 de la Ley Sistema Nacional
de Información, todas las entidades públicas y privadas que realicen actividades estadísticas, o que
producen datos e información que interesan al sistema; quienes están obligados a suministrar al
INE lo que les sea requerido en materia estadística.
Como parte de sus funciones el INE llevó a cabo el último Censo Nacional de Población y
Vivienda, en mayo de 1992. De este modo se actualizó la información estadística en materia de
salud, empleo, vivienda y educación.
Los problemas económicos, la circunstancias políticas y otros factores han hecho que el INE
priorice áreas de actividad estadística: estadísticas económicas y sociales. Otras áreas,
consideradas no prioritarias, han quedado relegados a segundo plano. El INE no asume su calidad
de ente rector y regulador en materia de producción de información estadística.
Las estadísticas en materia criminal, en sus distintas áreas (policial, judicial y penitenciaria), no
son de prioridad en los planes nacionales de información estadística, que el INE ejecuta cada año.
Entidades como la Policía Nacional, el Poder Judicial (las Cortes de Distrito) y la Subsecretaría de
Régimen Penitenciario carecen de sistemas de información estadísticas diseñadas o implementadas
por el INE. Cada una de estas instituciones proyecta de acuerdo a sus objetivos, prioridades e
intereses sus propios "sistemas estadísticos". Tal el caso de la Policía Nacional que, a nivel
Nacional es regulado y controlado por la Dirección de Planeamiento y Operaciones, a través de la
Dirección de Estadística. Otras entidades, como el Poder Judicial y la Fiscalía carecen de sistemas
de recopilación, procesamiento y análisis de información estadística; ellos acuden a la simple
acumulación de datos para fines administrativos (saber cuántas demandas se presentaron, por
ejemplo).
A pesar de que el INE está obligado a aprobar los sistemas Informáticos y otras modalidades de
producción y procesamiento de información estadística en las entidades del sector público, las
carencias económicas, de recursos humanos y técnicos para desarrollar la actividad estadística,
impiden que esta entidad pueda llevar a cabo sus funciones.
INE que vieron por útil procesar y elaborar" las estadísticas policiales que la Policía Nacional
produjo en su funcionamiento.
Estas estadísticas presentan los hechos que "más comúnmente se presentan" en la oficinas
regionales de la Policía y que son informados a la Policía Nacional, quienes elaboran cuadros
consolidados a nivel nacional y departamental. El trabajo fue desglosado en dos áreas: estadísticas
policiales y estadísticas de tránsito y consigna datos generados de 1989 a 1994.
Las estadísticas policiales comprenden tres tipos de hechos policiales: disturbios civiles (paros,
bloqueos, comunicados, etc). Sindicatos y Capturados (hombres, mujeres, menores, etc.) y casos
policiales (delitos).
Las estadísticas de tránsito contemplan cinco acápites: casos registrados en tránsito (delitos de
tránsito, hechos de tránsito e infracciones de tránsito); personas renunciadas en hechos de tránsito
(conductores, pasajeros, peatones) documentos otorgados de conducción vehicular (profesionales,
particulares, etc.); conductores en estado de ebriedad involucrados en hechos de tránsito
(profesionales, particulares, motocicletas, etc); vehículos de los conductores en estado de ebriedad
involucrados en hechos de tránsito (taxis, camiones, jeeps, etc).
Esta estadísticas fueron elaboradas en base a los registros administrativos que la Policía Nacional
lleva en el cumplimiento de sus actividades.
Por otro lado mediante un convenio con el Ministerio de Gobierno, en septiembre de 1992, el INE
efectuó el Primer Censo Penitenciario con miras a constituir la base del Subsistema de Información
Penitenciaria.
El INE realizó el trabajo técnico desde la recopilación a la emisión de los resultados, la confección
de las boletas censales, los manuales y otros documentos destinados a la recolección, control y
verificación de la información estadística.
El Censo permitió obtener información estadística sobre el total de la población recluida a nivel
nacional (urbana, rural); Internos que cumplieran sus penas y se hallan aún reducidas; situación
socio-pedagógica de los reos (edad, estado civil, sexo, etc).
El babajo tuvo, además, por objeto implementar el Subsistema de Registro Penitenciarlo a nivel
nacional, "con actualización permanente y cuyo procesamiento pueda brindar indicadores que
permitan la planificación y ejecución de políticas relacionados con la ejecución de penas y sistemas
penitenciarios".
aspectos jurídicos: población recluida, según tenencia y tipo de defensa (de oficio, privada,
etc..); total de población penal (por sexo, por departamento, etc); situación judicial de la
población penal (detención preventiva, detención formal y sentencia ejecutoriada);
población penal con detención preventiva, (auto inicial, auto de procesamiento,
sobresimiento térmico de pureba y requerimiento de de conclusiones); población penal con
detención formal (etapa del debate, auto de procesamiento, recurso de nulidad, sentencia,
apelación, alegato, requerimiento en conclusiones y confesoría); población penal con
sentencia ejecutoriada (daño civil, cartas al Estado, otras); sistema penal (según
conocimiento de las etapas establecidas por la ley); reclusos por celda (según número de
reclusos por celda).
aspectos sociales: educación (primario, medio, técnico, normal, universitario, analfabeto);
estado civil (soltero, casado, divorciado, viudo); tenencia de cedulad de identidad;
ocupación actual, alimentación (penitenciarla. particular); situación de los hijos de la
población recluida en penitenciarías.
El trabajo presenta asimismo indicadores que permiten conocer la situación en la que se encuentra
la población reducida en los recintos penitenciarlos. Estos indicadores permiten establecer
relaciones o proporciones de la situación jurídica en la que se encuentra la población penal a la
fecha de realización del censo (1993).
Indice de población penal es decir la población reducida en las cárceles y la población total
del país. La Incidencia del comportamiento delictivo en el conjunto de la población
boliviana es de 6 por cada 10.000 personas.
Indice de delitos o frecuencia con el que un determinado delito se presenta con relación al
total de delitos registrados en los diferentes centros penitenciarios : 26% de población penal
se indican por delitos de narcotráfico, en primer lugar.
Proporción de internos con sentencia ejecutoria, relación de internos con sentencia
ejecutoria respecto al total de la población penal: 22 Internos por cada 100 internos
cumplen su condena.
Proporción de internos con detención formal, es decir la relación de internos con detención
formal respecto a la población penal total: Un 44% de internos con detención formal con
respectó al total de la población penal.
Razón de población penal masculina y femenina, relación del número de varones sobre el
número de mujeres detenidas: índice de masculinidad de 7 a 1, es decir cada 7 internos
varones existe 1 del sexo femenino.
Proporción de internos con detención preventiva, el porcentaje de internos con detención
preventiva respecto de total de la población penal: 33% de total de la población penal.
Proporción de la población penal de 13 a 19 años, relación porcentual de 13 a 19 años
respecto al total de la población penal: 6 personas por cada 100 internos.
Proporción de población penal de 60 y más años de edad: 4 personas por cada 100 internos.
Este trabajo censal, por la información estadística producida, es valiosa por cuanto permite su
análisis, reflejar la situación del sistema penitenciario; la relación entre delito y la condición socio-
económica de la población penal y, finalmente, aspectos relacionados con la infraestructura.
En Bolivia como en casi toda latinoamérica la ciencia político-criminal ha sido poco desarrollada;
aunque, el derecho penal, medio de control social más importante, estuvo y está más elaborada,
sobre modelos u orientaciones político criminales importados y por ende ajenos a la realidad.
La ciencia penal se sustenta aún hoy en la ideología de la criminología de corte positivista, que da
base al primer argumento político-criminal, y el retribucionismo idealista y la tecnocracia jurídica.
Ambas ideologías político-criminales (el pellgrosismo y el retribucionismo) fueron
instrumentadas, en la década de los sesenta y parte de los setenta, por por las distintas estructuras
políticas que dominaron el continente: "la seguridad nacional" y los gobiernos constitucionales
con representatividad popular.
Recien a partir de la década de los setenta y debido a los inquietudes de reforma en materia de
política penal (sector de la política criminal que se vale de los medios del derecho pensil a través
de los límites de un sistema institucional), motivadas en un enfoque crítico de los viejos códigos
de corte positivista, que se empieza a discutir la cuestión de una política criminal propia.
Constribuyeron al debate teórico, de modo decisivo, las propuestas de Código Penal Tipo para
Latinoamérica de Sao Paulo, en 1971, y los proyectos y códigos de Venezuela (1969), Costa Rica
(1970), El Salvador (1973), Guatemala (1973). Bolivia (1973) y Panamá (1970).
A pesar de ello los movimientos modernos de reforma penal y nueva legislación en materia de
sistema de reacciones penales han seguido determinados por posturas o concepciones que, en
último caso, dan excesiva importancia a las soluciones dogmáticas formuladas fuera de nuestras
fronteras; elaboraciones teóricas sin basamento factual o sin correspondencia en nuestra propia
realidad.
Un factor importante en el cambio de postura, fue el surgimiento de la criminología crítica que
contribuyó a cuestionar el excesivo formalismo del Derecho Penal y, a la vez, impulsar el
desarrollo de la política criminal. Esto en razón a que Criminología "lejos de haber permanecido
anclada en las oscuras fosas del antropobio- psicológismo y aún de la sociología criminal
positivista, se abrió paso hacia nuevas perspectivas".
Las reformas penales emprendidas desde 1970 si bien han permitido alejar, al menos en la teoría,
la ideología del positivismo penal decimónico, del pensamiento jurídico latinoamericano, estas no
han sido formuladas sobre objetivos y medios político-criminales propios, y producto de la
investigación y evaluación de la realidad y contexto en el que se configuran nuestras sociedades.
Estas reformas carecen de orientaciones político criminales definidos y, por el contrario, están más
preocupadas por los aspectos dogmáticos que "por los medios para alcanzar fines de política
criminal.
Los cambios en el sistema penal requieren ser fundados en modelos o concepciones político-
criminales elaboradas a partir de las indagaciones factuales y empíricas de la realidad, antes que
la pura investigación teórica y sin referentes efectivos.
En este sentido, la política criminal sustentada por la criminología actual debe, utilizando los
aportes de la sociología, la historia, la ciencia política y la filosofía, un control social mucho menos
represivo, más sofisticado, más preventivo y más concientteador, dejando al derecho penal fuera
de su posición dominante en el sistema de control social.
Bolivia por la situación política interna y externa y otros factores acudió, a la hora de reformar su
sistema penal, a modelos y programas político-criminales de origen europeo, adecuándolos a
"nuestra realidad". El Código Penal de 1972, que obedece a los intereses dominantes en aquella
coyuntura política, tiene como referente el Código Italiano de 1942.
Se hace muy poco por desarrollar una política criminal que obedezca a las circunstancias de nuestra
realidad. Investigación criminológica y de otro tipo no existe ya sea debido a la falta de interés del
Estado en promover esta actividad, o la carencia de recursos humanos y económicos, o. en último
caso, por la falta de información básica - como la estadística- para desarrollar procesos de
investigación penal.
Las estrategias asumidas para combatir la criminalidad local, casi desde siempre, han radicado en
el aparato policial, es decir la represión pura y simple, apoyados en medidas legislativas penales
por excelencia. La prevención casi siempre estuvo ausente en la policía criminal nacional.
A nivel teórico la ciencia político-criminal, no tiene la aceptación que debería darséle en virtud a
su importancia; existe un menosprecio o actitud desdeñadora en beneficio de la dogmática penal.
Son pocos los que en "sus estudios", le dedican espacio suficiente; en contrapartida el ritualismo
o formalismo es el aspecto preferido de la discusión jurídico-penal. La teoría del delito, el
procedimiento penal y las elaboraciones dogmáticas sobre la cuestión penal abundan en el
pensamiento jurídico nacional.
La discusión dogmática, que incluso lleva a actitudes irracionales, es una constante presente en las
reformas penales. Y como sostiene Navarro "el problema penal no se define, hoy en día, a través
de la imagen del enfrentamiento de policías y ladrones, sino como una cuestión mucho más
compleja de política social que debe encararse, ante todo, desde puntos de vista muy distintos.
La pena y las medidas de seguridad, por su ineficacia en la solución de conflictos sociales, están
siendo desplazadas por el desarrollo de medios no penales (alternativas a la prisión, la
desjudicialización, la descriminalización, etc.). Estas nuevas corrientes de pensamiento penal
merecen la atención debida y deben incluirse en los programas político criminales nacionales, para
su discusión.
En el aspecto legislativo la política criminal boliviana se asienta en el código penal del 2 de abril
de 1973 que sigue la postura de la Escuela Técnico-Jurídica, es decir considera el delito y las penas
desde una base estrictamente jurídica. La ley de ejecución de Penas y Sistema Penitenciario de 19
de Septiembre de 1973 la Ley 1008 de 19 de Julio de 1988 y el Código de Procedimiento Penal de
1973, son los otros instrumentos legales que canalizan las decisiones político-criminales del Estado
boliviano.
Al presente por razones políticas e internacionales esta Subsecretaría aboca sus esfuerzos a la
prevención en el área de drogas (uso y consumo). El Ministerio de Justicia, entre tanto, asumió un
papel rector y protagonista con sus propuestas de reforma legislativa en materia judicial, penal y
procesal.
Hacia la segunda mitad de los ochenta el Estado boliviano dio inicio a lo que sería una vasto
programa político-criminal contra un problema que rebasaba los límites estrictamente penales: el
narcotráfico.
Los EE.UU. y la comunidad internacional habían asumido una postura de lucha frontal contra el
narcotráfico, por las derivaciones políticas, sociales que éste había adquirido. Bolivia, presionada
por los países consumidores que exigían se combata el fenómeno desde su raíz, adoptó un severo
mecanismo penal: la Ley 1008.
El Estado, hasta entonces, no había asumido un papel decisivo en la materia; la represión era tenue
y dispersa y la prevención no estaba en los planes de política criminal. Sin embargo este panorama
cambia con la Ley 1008: se incorpora el concepto de "prevención, tratamiento, rehabilitación y
reinserción", creando los mecanismos operativos e institucionales para el efecto.
La ley 1008 trazó las directrices de lo que hasta hoy es un amplio programa político criminal en la
materia. El programa se asienta en tres aspectos fundamentales: La interdicción, el desarrollo
alternativo, la erradicación de la coca y la prevención.
La prevención -concebida como el mecanismo que evita el aumento del consumo de drogas y
complementada con el desarrollo de políticas de rehabilitación y de reinserción social- se ejecuta
por el marco institucional estructurado por la Ley 1008, a cuya cabeza se halla el Consejo Nacional
contra el Uso Indebido de Tráfico, como órgano rector de la políticas de interdicción, desarrollo
alternativo y prevención.
Participan del marco institucional, el Consejo Nacional de Prevención Integral del Uso Indebido
de Drogas, CONAPRE, organismo estatal, normativo en materia de prevención, que ejecuta sus
actividades a través de los Comités de Prevención, COPRE, presentes en cada capital de
departamento y El Alto.
El CONAPRE, creado por D.S. N9 21380 de 1986, ya formuló el primer Plan Nacional de
Prevención, el año 1988, en base a un previo trabajo de diagnóstico e investigación del problema
de consumo de drogas efectuado en colaboración con expertos y técnico de organismos
internacionales como la OPS/OMS, UNFDAC, USAID y otros.
El énfasis con que el Estado boliviano trabaja en esta materia dio sus primeros frutos: se desarrollan
procesos de investigación a fin de obtener conocimientos que se sustenten en datos empíricos y se
formulan, planifican y ejecutan programas de prevención en él área educativo, de salud y
comunicacional.
El plan Nacional de Reducción de la Demanda de drogas de 1993 cuya base es el Plan Nacional
de Prevención de Drogas elaborado en 1988, busca entre sus objetivos el promover y apoyar los
programas y, proyectos existentes y futuros para la prevención del uso Indebido de drogas. Dicho
plan, a fin de cumplir sus objetivos, fija estrategias en cinco áreas: investigación multicausal de
tendencias de consumo de drogas; educación (desarrollo de sistemas de educación y programas de
capacitación y educación preventiva; slud (desarrollo de programación de prevención, diagnóstico
y tratamiento); comunicación ( conformar una red nacional de comunicación), (regular la
participación de ONG'S y organismos, y reforzar las medidas legales para el control de sustancias
psicótropicas).
En 1992 las NN.UU. escogieron a Bolivia para que elaborase el Plan Quinquenal sobre Prevención
Integral del Uso Indebido de Drogas, como reconocimiento al trabajo desplegado de esta materia.
El plan fue aprobado en 1993 por las NN.UU.
El Desarrollo Alternativo y la Erradicación la coca excedentária, otro de los pilares del programa
político-criminal emprendido por el gobierno, están bajo la responsabilidad del Consejo Nacional
contra el Uso Indebido y Tráfico ilícito de Drogas. CONALID, el Ministerio de Gobierno por
medio de las Subsecretarías de Sustancias Controladas y Desarrollo Alternativo, el Fondo Nacional
de Desarrollo Alternativo y otras instituciones gubernamentales. La Ley 1008 regula la producción
comercialización y consumo de la coca a través de un régimen de la coca; establece el mecanismo
de la sustitución de los cultivos de coca y dotación de infraestructura, servicios y bienes a los
campesinos productores.
Este conjunto de acciones hicieron que el Estado pase de un papel pasivo a uno activo, en materia
de prevención del uso de drogas ilícitas, en correspondencia con la gravedad que había asumido el
problema. Este cambio de actitud se articuló en enfoques que superan al mero asistencialismo
empírico, vigentes hasta antes de 1970, o al concepto médico sanitario -psiquiátrico, del período
previo a 1986.
En el campo de la investigación los planes de prevención adoptados por el Estado contemplan
programas de investigación que principalmente permitan poner en evidencia los factores que se
constituyen en predisponentes y sustentadores de las dependencias. Conocer estos factores servirá,
de acuerdo al programa gubernamental, para realizar acciones de prevención de mayor eficacia,
dirigiéndolas a la población en general y a la de alto riesgo en particular.
Uno de los componentes en este programa de investigación, el más importante porque permite
medir o estimar el uso de drogas en un momento y espacio determinados, es el Estudio de
Prevalencia del Uso Indebido de Drogas.
Los estudios de Prevalencia del Uso Indebido de Drogas, efectuadas periódicamente, son una
medida del uso de determinadas sustancias en una población específica, en un lapso dado. Permiten
conocer las características sociales, demográficas y familiares de los usuarios, los grupos etareos
de mayor riesgo, la edad del inicio y su frecuencia.
Prevalencia de vida (uso de alguna droga por lo menos una vez en su vida)
Prevalencia durante el último año
Prevalencia de uso en los treinta últimos días
Los resultados de estas investigaciones, iniciadas en la segunda mitad de los ochenta, reflejan la
magnitud del consumo de drogas en cada uno de los deparlamentos y en los sectores de mayor
riesgo; asimismo, permiten conocer los cambios que se producen en el problema del uso de drogas
a través del tiempo.
Como consecuencia de ello la política preventiva se ejecuta siguiendo las estrategias de la:
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Acerca de
Se entiende a la Estadística como el campo del conocimiento humano que permite deducir y
evaluar conclusiones acerca de una población a partir de información proporcionada por una
muestra o para simplificar las cosas, en definición, de G. Ydny Yule la estadística" es la ciencia
que trata la recopilación, clasificación y presentación de hechos sujetos a una apreciación numérica
como base a la explicación, descripción y comparación de un fenómeno"
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2.3.2.- Planificación.
Antes de definir los límites y objeto de la estadística aplicada al estudio de la delincuencia iremos
previamente a ver qué es la ciencia de la Estadística.
Al interior del método científico, que está presente en todas las ramas de la ciencia, el análisis
cuantitativo tiene su tecnología en la estadística.
Se entiende a la Estadística como el campo del conocimiento humano que permite deducir y
evaluar conclusiones acerca de una población a partir de información proporcionada por una
muestra o para simplificar las cosas, en definición, de G. Ydny Yule la estadística" es la ciencia
que trata la recopilación, clasificación y presentación de hechos sujetos a una apreciación numérica
como base a la explicación, descripción y comparación de un fenómeno".[1]
El objeto de la estadística es la población estadística, que es el conjunto de datos sobre las cuales
se basan las conclusiones de carácter absoluto y certero, o podemos decir, también, que es un
conjunto de observaciones medidas o descritas para cada una de sus unidades elementales, o
simplemente, la población estadística o universo estadístico, es el conjunto de 1elementos de los
cuales queremos estudiar cierta o ciertas características.
El fin u objeto de la estadística como ciencia es el descubrimiento de las leyes a que obedecen los
fenómenos sociales, el conocimiento profundo de la sociedad considerando su naturaleza, en sus
elementos, económica y alteraciones. Y según Woloski, el objeto de esta ciencia no es mas que el
estado mismo de la sociedad reproducido en un momento dado.
Esta ciencia se estudia desde dos perspectivas: la estadística metodológica o modo de ejecutarla
técnicamente, y la estadística aplicada. La estadística metodológica consta de cuatro fases: la
recopilación y registro de datos, la clasificación y computo, la presentación de sus resultados y
finalmente su interrelación y análisis.
Por lo dicho se suele dividir a la Estadística en dos áreas: estadística descriptiva que es aquella que
está relacionada con la presentación y descripción resumida de datos y la estadística inductiva o
inferencial que es aquella que está relacionada con la toma de decisiones y la extracción de
conclusiones a través de la generalización.
La recopilación o recolección de datos es la operación que se realiza para acumular los datos con
el objeto de establecer las características de un hecho o hechos, expresándolas cuantitativamente.
La recolección puede ser directa, cuando los datos se reúnen uno por uno en un determinado
momento y lugar, e indirecta cuando los datos se reúnen por deducción, acudiendo a los indicios,
la analogía, la apreciación y la proporcionalidad.
Los datos pueden ser recolectados mediante un censo, que es la recolección completa de todas las
observaciones de la población, o por medio del método de la muestra, que consiste en considerar
un reducido número de observaciones cuya característica sea la representatividad del conjunto total
de elementos de la población. Al diseño o técnica para seleccionar esa parte representativa de la
totalidad, se la llama muestreo.
La técnica del muestreo descansa en la teoría de la probabilidad o cálculo de probabilidades, que
es la base sobre la cual descansa la mayoría de las leyes estadísticas. Su mayor aplicación se halla
en la estadística inductiva (teoría del muestreo). ya que los métodos probabilísticos nos señalan la
posibilidad de que una muestra nos provea los datos necesarios para describir el universo total y
nos Indica el grado de confianza que se puede tener a los resultados obtenidos a través de una
muestra.
La presentación de datos consiste en presentar de modo claro, ordenado y completo los resultados
obtenidos, cuando previamente se han recogido, clasificado, criticado y elaborado los datos. La
presentación es la expresión final del estudio estadístico cuando han sido investigados las causas
de los fenómenos que los origina y determinadas sus leyes.
El método de presentación es muy importante; una buena información estadística puede ser
perjudicada si no se la presenta en debida forma a los interesados y , viceversa, una mala
información puede ser acogida si la exposición de los hechos es cuidadosa, lógica y sucinta. Para
que sean útiles han de ser cuidadas en la tocante a la preparación y presentación de la mismas, de
lo contrario se reducen a ser meras recopilaciones del delito.
Casi todas las ciencias utilizan a la estadística como instrumento para la descripción, análisis,
interpretación y la toma de decisiones; incluso, su uso cotidiano e intuitivo hace de esta ciencia
fundamentalmente en el desarrollo humano.
Los métodos estadísticos deben su importancia al gran campo de aplicación que poseen, no existen
ciencias cuyos fenómenos no puedan ser tratados estadísticamente, es por eso que se le llama a la
estadística el lenguaje científico.
Las formas que asume la criminalidad pueden ser: criminalidad real, aparente, oculta, legal,
judicial, impune y total.
La criminalidad oculta, es la que resulta de la diferencia entre los delitos realmente cometidos y la
cantidad de ellos que han llegado a conocimiento de la autoridad. Se le denomina, en criminología,
como "cifra negra".
La criminalidad legal, es aquella investigada por la autoridad competente y sobre la cual recayó
alguna decisión judicial.
La criminalidad total sin discriminación alguna y que llegó a conocimiento de las autoridades se
denomina criminalidad global, y la referida a una determinada categoría o especie de infracciones
penales, se llama criminalidad específica. La criminalidad judicial que concluye en la ejecución
de la sanción impuesta recibe el nombre de criminalidad tratada.
También, se tienen los delitos no consignados en las estadísticas criminales, las que según Huascar
Cajías, pueden ser: los delitos cometidos y no descubiertos, los delitos descubiertos, pero no
denunciados a las autoridades y los delitos descubiertos, denunciados, pero judicialmente no
comprobados o que no concluyen con sentencia condenatoria. En opinión del criminólogo
boliviano las razones para que este tipo de hechos escapen a la estadística criminal son varias,
entre ellas, están las políticas, morales ineficiencia judicial y otros.
Los delitos que escapan a la estadística criminal reciben el nombre técnico de "cifras negras" y,
como dijimos anteriormente, es la criminalidad resultante de la diferencia entre los hechos punibles
efectivamente perpetrados y los que han llegado a conocerse oficialmente. Esta latencia o
conocimiento fragmentario de los órganos de persecución es un problema político criminal de
primera magnitud que la criminología intenta, a través de la investigación empírica, resolver.
Cuando el instrumento de medición del delito, la estadística criminal, es aplicado en los ámbitos
del sistema penal, es decir el policial, la judicial y la penitenciaria, la misma recibe denominaciones
que aluden a esas fuentes.
A modo de esquema para entender los tipos de estadísticas diremos que las principales etapas del
camino procesal vienen constituidos por: la acción policial, donde se comprueba, detiene, y se
resuelven o no los casos; la acusación o persecución criminal, en la que se hallan personas acusadas
o detenidas a la espera a no de proceso; el proceso constituido por el sumario y si procede la
libertad provisional; el plenario y la sentencia de absolución, condena, o sobreseimiento; y por la
prisión o la ejecución penitenciaria de la sanción impuesta.
La estadística policial es aquella que recoge y compila la policía nacional, los cuales son recogidas
en el mismo lugar de las actividades delictivas; informan sobre el número de delitos cometidos,
personas detenidas y circunstancialmente acusadas. Estas estadísticas se extraen generalmente de
los registros de organismos oficiales, es decir de las comisarías, puestos de policía y dependencias
de investigación criminal. Reflejan las fluctuaciones del delito, en determinado tiempo y espacio
y, entre estas, merecen mayor crédito las estadísticas policiales sobre casos, que vienen referidas
a hechos concretos, y no así las estadísticas policiales sobre detenciones que sólo aluden
indirectamente a los actos y delitos.
Las estadísticas policiales son las más expuestas a influjos externos: actitudes o políticas de
represión más severas en determinados tipos de delitos, reorganización de la policía, los cambios
legislativos, perfeccionamiento de denuncias, etc. Por tal razón no necesariamente deben
Interpretarse como aumento o disminución general del delito.
Otra importante información que brindan estas estadísticas es la cifra de casos resueltos. Por regla
general se considera un caso resuelto, cuando el delito y de delincuente han sido descubiertos y
existen fehacientes pruebas para acusar al último independientemente de que sea o no encarcelado.
Las estadísticas judiciales son las proporcionadas por los jueces y magistrados penales de un país
de acuerdo a su actividad jurisdiccional. Cubren aspectos como: el número de casos Instruidos
ante tribunales, los desistimientos y renuncias de persecución penal, los casos de personas
detenidas preventivamente a la espera de proceso, las absoluciones y declaraciones de
culpabilidad, las clases de condena impuestas, la declaración del proceso, las apelaciones y
resoluciones que recaen sobre ellas, etc. Su elaboración requiere un largo período de tiempo y son
de importancia como indicadores de cómo se administra la justicia penal y como causa de
propuestas para su reforma. Generalmente se realiza por mandato legal.
Las estadísticas sobre prisiones deben ofrecer un mínimo de informaciones suficientes para el
estudio de éstos y otros aspectos del tratamiento.
La estadística criminal nace con Quetelet cuando da origen a la sociología criminal moderna. El
es el primero que deduce de ella consecuencias científicas y por eso se le considera el primer cultor
de la disciplina.
Enrico Ferri le otorga gran importancia hasta convertirla en ciencia, aunque ya a fines del siglo
XIX comienza a usarse como ciencia auxiliar del Derecho Penal, para conocer las relaciones de
causalidad existentes entre determinadas condiciones personales, determinados fenómenos físicos
y sociales y la criminalidad.
Ferri, padre de la sociología criminal, ve a la ciencia estadística como un instrumento valioso para
el estudio de la delincuencia al asentar su sociología criminal en la antropología y la estadística
criminal, por una parte, y el derecho penal, por la otra, como dos capítulos de una misma ciencia,
que comprendería el estudio del delito como fenómeno natural y social, y por tanto jurídico, y de
los medios eficaces para la defensa preventiva y represiva contra el mismo.
La Estadística Criminal ha sido, desde Lombroso, un auxiliar eficaz de las ciencias penales, sobre
todo de la Criminología que acude a ella, en sus investigaciones de campo, en procura de establecer
la compleja etiología de la criminalidad y su dinámica.
Según Oswaldo Tieghi, la estadística criminal es la disciplina que estudia la expresión cuantitativa
del delito en la vida social, tiene por objeto especial los fenómenos de la criminalidad. "Consiste
en un conjunto de datos numéricos, reunidos en los informes oficiales de los organismos a quienes
están encomendados, la aprehensión, prevención y tratamiento de los infractores de la Ley Penal".
Sin embargo, a criterio de autores como Goppinger, el uso del método estadístico y su consiguiente
abuso conduce al gran peligro de que "sólo sea observado y clasificado lo que es relevante en el
sentido preestablecido y que por consiguiente se llegue en el fondo a la comprobación de un reflejo
del cuestionario".
Benjamín Miguel sostiene que la Estadística Criminal reduce a números los fenómenos sociales,
"sus cifras dan a conocer las relaciones causales entre los factores endógenos y sobre todo entre
los fenómenos físicos y sociales y la criminalidad".[4] En suma los datos estadísticos ayudan a
comprender la etiología de la delinuencia.
Para Reyes Echandia, la Estadística Criminal es "el conjunto de datos numéricos sobre los
crímenes y criminales extraídos de los registros de organismos oficiales, clasificados, dispuestos
y analizados en forma que revelen las relaciones entre categorías y datos y publicadas según plan
uniforme".[5]
Las deficiencias de las estadísticas, principalmente la poca fiabilidad de sus datos, no constituyen
un obstáculo para acudir a ella, máxime si es el único método que nos acerca con cierta exactitud
a apreciar al fenómeno de la criminalidad. Uno de los beneficios de los datos estadísticos es que
nos permite correlacionar variables que nos muestren relaciones de causalidad entre dos
fenómenos, así por ejemplo: las guerras, el grado de instrucción, etc., con el aumento de la
criminalidad, tipos y modalidades de delitos. "Si se tienen en cuenta las limitaciones de este
método y se proceden con cierta prudencia, ellas pueden proporcionar muchos conocimientos".[6]
A pesar de las distintas definiciones, en parte exlicadas por las adscripciones ideológicas-penales-
a la que pertenece cada autor, para nosotros la estadística criminal será entendida como la
ordenación y sistematización de información relativa al delito, delincuente y la pena, generados en
el funcionamiento del sistema penal.
El Primer Congreso de las NN.UU. sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente
celebrado en Ginebra en 1955, vio ya la necesidad de crear institutos regionales encargados de
"coordinar, promover y realizar investigaciones, orientadas a la acción, para se usadas en la
implementación de políticas criminales, debidamente planificadas".50
En consonancia con esta política, en la región Latinoamericana, las NN.UU. creó el Instituto
Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, (ILANUD), en 1975, con sede en San José, Costa Rica.
El año 1976, el ILANUD, organizó el Primer Simposio sobre Política Criminal en Latinoamérica,
en México, evento del cual salió la posición de que "lo primero que debía hacerse para el
establecimiento de una política criminal propia, era contar con una estadística criminal
científicamente llevada, que nos mostrará la realidad de nuestra delincuencia".51 Su antecedente
fue el V Congreso de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente celebrado de Ginebra,
Suiza, en 1975, que manifestó su "preocupación por la falta de estadísticas criminales adecuadas
sobre la delincuencia".
En el Sexto Congreso sobre la materia ya se recomienda que "todos los Estados intensifiquen
esfuerzos para mejorar la información, en particular la información cuantitativa relativa a los
delitos y a los sectores del sistema del justicia penal".53
En el Séptimo Congreso, las NN.UU. expresaron su preocupación por las falencias en las
estadísticas criminales de algunos países y peor aún la ausencia de ella en otros Estados en los que
era necesario la elaboración de información estadística y de otro tipo pertinente y fidedigna acerca
del fenómeno de la delincuencia y el funcionamiento de los sistemas de justicia. Asimismo
reconoció la importancia de la información estadística para las actividades de investigación
destinadas a comprender mejor la delincuencia y el funcionamiento de los sistemas de Justicia
Penal en los Estados miembros. Se subrayó los posibles beneficios de dicha información, incluido
el mejor uso de los recursos, la mayor capacidad para enfrentarse eficazmente con la delincuencia
y la mejor posibilidad de administrar justicia de una manera justa y equitativa.
Por resolución 9na. del Séptimo Congreso efectuado en Italia el año 1985, la Subdivisión de
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente y Justicia Penal publicó en 1986 un manual
para la elaboración de estadísticas sobre justicia penal.
La red recibe apoyo financiero del gobierno de los Estados Unidos, de la Universidad del Estado
de New York en Albany. Junto a la Escuela de Justicia Penal Rutgers de la Universidad del Estado
de New Jersey (EE.UU.) las NN.UU. participa en el desarrollo de una biblioteca electrónica
mundial de justicia penal, que brindará amplia información sobre publicaciones, en materia penal
de distintas bibliotecas.
El objetivo a largo plazo de la UNCJIN es la de facilitar a los gobiernos y las organizaciones los
datos existentes en otros países, lo que resultaría útil para analizar y formular políticas de Justicia
Penal, administrar sistemas de justicia penal y efectuar investigaciones criminológicas.
Asimismo la Red UNCJIN a través de la Subdivisión de Prevención del Delito y Justicia Penal
pública anualmente el boletín sobre tendencias delictivas y estudios de represalias.
A la par del trabajo desplegado por las NN.UU., los Estados miembros emprendieron una serie de
tareas para mejorar los sistemas estadísticos en particular con el empleo de la tecnología
informática. Se organizaron seminarios internacionales de discusión sobre la informatización de
la información estadística. En ese sentido el evento mas importante fue el Seminario Europeo sobre
Computadorización de la Información en materia de Justicia Penal, celebrando en Polonia, en
1987, donde se analizaron las ventajas y dificultades de dicho proceso. Se recalcó la importancia
de informatizar la administración de justicia, y con ello la información estadística criminal, ya que
esto permitiría aumentar la calidad, eficacia y eficiencia del proceso.
En casi todos los países, sobre todo europeos, se proyectan o planifican la información o el empleo
de la tecnología informática en el mejoramiento de los sistemas se estadística criminal y, en el
sentido más amplio de las NN.UU., de información en materia de justicia penal.
Se han establecido bancos de datos numéricos, que contienen estadísticas sobre en número de
delitos y las actividades de los funcionarlos de servicios de represión, fiscales, tribunales y
organismos de represión, en Alemania, Finlandia, Francia, Italia, Islandla, Suecia, Gran Bretaña,
Noruega, Irlanda del Norte, Suecia y los Estados Unidos. Este último posee uno de los mejores
sistemas, por la accesibilidad y la calidad de datos cuantitativos que posee.
Los esfuerzos del organismo mundial por introducir la informatización en la administración de los
sistemas de justicia penal continúan y para esto, en el Noveno Congreso sobre Prevención del
Delito y Tratamiento del Delincuente, llevado en el Cairo en mayo de 1995, se realizaron y dictaron
seminarios sobre la informatización de los sistemas de justicia penal, sobre todo en la gestión de
la misma.
CAPITULO III
CAPITULO
La sociedad vive en permanentes conflictos derivados de varios factores causales. Qué hace el
Estado ante estos conflictos? Interviene, fijando políticas de control; diseña y pone en ejecución
una serie de políticas con el fin de evitar que los conflictos deriven en cambios y tensiones.
determina áreas o sectores de intervención penal estatal (en este proceso intervienen sujetos
sociales con capacidad para la toma de decisiones político criminales);
establece los Instrumentos o medios para la realización de esos fines político criminales
(cárceles, policía, normas, instituciones, tribunales);
define las reglas o mecanismos que regularan la vigencia o funcionamiento de los
instrumentos o medios político criminales.
Formular significa apreciar o justipreciar, es decir, evaluar lo que existe y cómo funciona,
determinar lo que se debe cambiar y las innovaciones que han de introducirse. Evaluar implica, a
su vez, establecer o determinar dos aspectos: la política criminal formulada y cómo se desarrolla
o concreta en la realidad ésta.
Entonces la evaluación de una política criminal, para formular otra, supone el análisis de la relación
dialéctica existente entre su formulación y su configuración. Es preciso, en la evaluación de una
política criminal, llegar a ver los grados de distorsión o variación (cultural, político, o de otro tipo)
que la misma asume en su configuración. Muchas veces la configuración -vigencia o aplicación-
puede ser totalmente distinta a su formulación.
La formulación de una política criminal se sustenta en la evaluación de los distintos elementos que
inteivienen en su configuración -instrumentos y reglas-, para determinar las distorsiones
patológicas y fisiológicas de la misma. Es un proceso que determina y establece si la estrategia -
instrumentos y reglas creadas para cumplir las metas- lleva a los objetivos deseados, o si por el
contrario adquiere autonomía propia, en relación a los objetivos político criminales.
La evaluación debe partir del análisis sincrónico -elementos por separado sin tener en cuenta el
Uempo- hasta concluir en el análisis diacrònico - en la que el tiempo, y la dinamicidad, se
incorporan en el análisis teórico-.
Indagadas las bases factuales o aspectos que determinan la realidad criminal la siguiente tarea es
la discusión, análisis y determinación de las cuestiones esenciales a la política criminal: su
contenido.
Este proceso tiene por objeto definir: la finalidad de la justicia penal, la estructura y
funcionamiento de la misma y otras cuestiones que tienden a la realización de la política criminal.
Es importante distinguir que la planificación de la política criminal presenta dos aspectos mayores:
la determinación de los elementos esenciales de aquél y otro, la articulación de la administración
de Justicia como un todo sistèmico del que es parte el sistema penal. Esto significa que aunque la
planificación de la política criminal y de la justicia son dos operaciones estrechamente relacionadas
que difieren entre si, una cosa es formular dicha política y otra el sistema que ha de hacerla efectiva.
Las cuestiones más importantes que un proceso de formulación de política criminal debe definir
son, según López Rey y Arrojo:
La finalidad de la justicia penal. Sirven de marco de referencia los instrumentos normativos
elaborados por las NN.UU. (Declaración de los Derechos Humanos, convenios sobre
derechos económicos, sociales, civiles, políticos, etc.).
Los principios o prácticas penales, procesales, etc., deben basarse en la búsqueda de una
justicia socio-política que preserve los derechos más fundamentales dentro de un sistema
democrático.
El sistema penal. Comprende la estructuración de las instancias, organismos y niveles que
pondrán en ejecución de la política criminal : policía, tribunales, fiscales, prisiones,
asistencia jurídica, etc.
La policía. Organismo que se ocupará del mantenimiento del orden y de la seguridad. La
determinación de su naturaleza, organización, fines y alcances, es tarea que compete en
ésta esfera de discusión.
La Policía Judicial. Misión esencial, la averiguación de los delitos mediante la
Investigación policial-judicial, determinar al delincuente, asistir a la víctima, detener al
presunto culpable, acumular pruebas, etc.
El Ministerio Público. Según la postura u orientación político criminal asumida, ésta se
definirá en correspondencia a aquel (estructura, naturaleza, fines).
La Función Policial. De carácter socio-político hoy, es menester adoptar un sistema de
justicia organizado sistemáticamente como un todo y no a base de una proliferación de
organismos.
La Asistencia Jurídica. Discutir el papel, alcances y fines de ésta en el sistema de justicia
penal, y de acuerdo a su naturaleza, adoptar el idóneo.
El tratamiento Penal. Fundada en consideraciones de orden criminológico y de protección
a la comunidad, la victima y el propio delincuente.
La Criminalidad. Las victimas, los delincuentes, los tipos especiales, la jurisdicciones
especiales e inmunildades; las penas no privativas de libertad, etc., son las otras cuestiones
que deben analizarse y definirse en el proceso de formulación político-criminal.
en el funcionamiento del sistema penal, por tanto un sistema de estadísticas criminales tiene por
objeto, la obtención sistemática de datos relevantes para la investigación, análisis y decisiones de
política criminal.
En este sentido la producción de la información estadística en las tres esferas más importantes
(judicial, policial, penitenciaría) debe, para preciarse de científica, tener las características
siguientes:
En general, todo sistema o red de estadísticas criminales debe tener en cuenta cuatro elementos
principales en su organización, implementación y funcionamiento.
1. Los destinatarios
2. Los recursos
3. La información a producir
De acuerdo a las Naciones Unidas un sistema de información estadística criminal de un país debe
recopilar, almacenar, analizar y difundir información estadística, organizada en categorías
concretas, para su uso en tareas como:
Sin embargo, un enfoque a partir del sistema resulta limitado. Cada componente es independiente
en mayor o menor grado. No obstante, la perspectiva del sistema puede resultar útil para definir
las necesidades y relaciones estadísticas.
Otro aspecto que debe resaltarse es el hecho de que para facilitar, a los usuarios de los datos, la
comparación de las versión policial de los hechos (información estadística) con los cargos
efectivamente presentados, las resoluciones de los tribunales y otros antecedentes de ese orden, es
importante la aplicación de conceptos y clasificaciones comunes en la definiciones y los
procedimientos de registro de datos. Aunque el Código Penal es el punto de partida fundamental,
muchos países han considerado útil introducir sistemas de clasificaciones comunes en el que
distinguen delitos violentos y no violentos, delitos contra las personas y la propiedad, y delitos
comprendidos en el Código Penal y delitos de otra índole. La policía por lo general registra los
casos, a los fines de sus propias actividades y tales casos pueden abarcar más de un suceso criminal,
por este motivo es preciso un acuerdo expreso sobre la forma de distinguir y contabilizar los
sucesos.
Las series estadísticas más importantes están referidas a la frecuencia y gravedad de los delitos
(número y tipo de delitos; su clasificación en urbano, rural, por zonas geográficas, tamaño y tipo
de lugar); las características de los delincuentes (número de delincuentes acusados, su proporción
en relación al resto de la población, clasificación por Upo de delito, sexo, edad, origen nacional,
categorías socio-económicas, zonas geográficas, de residencia, tamaño, etc).
La situación del autor de un delito varia según la fuente de datos, así, en los registros policiales
figuran los sospechosos y acusados; en los expedientes de los tribunales, los procesados y
sentenciados; en los registros carcelarios, los presos o internos.
que incluye los antecedentes, los procesos, los resultados y los recursos.
Para la determinación de datos e indicadores más importantes a nivel nacional es preciso efectuar
un análisis de las necesidades de los usuarios y del sistema de justicia penal. El resultado de dicho
proceso es la estructuración del contenido del sistema de información estadística.
Las categoría más importantes que un sistema de estadísticas criminales debe poseer son:
Un sistema de estadísticas criminales debe responder a. través de los datos que produce, como
mínimo las siguientes preguntas.
¿Cuantos delincuentes hay? ¿Cuanta actividad delictiva existe? ¿Qué delitos son cometidos
por cuáles delincuentes? ¿Cuáles las características de los delincuentes? (proporción de
delincuentes que cometen determinado tipo de delitos)
¿Cuál la participación de determinadas personas (mujeres, menores, profesionales. etc.),
en la delincuencia.?
¿Cuáles son los antecedentes familiares, económicos y educativos de los reclusos en la
cárcel?
¿ Qué papel juega el alcohol y las drogas y otros factores en la delincuencia y en la vida
del delincuente?
Un sistema estadístico con datos suficientes es aquella que, por ejemplo, puede brindar los datos
necesarios para responder la siguiente pregunta:
¿Con qué frecuencia se producen detenciones por hurto, declaraciones de culpabilidad por
hurto y condenas a la pena de prisión, y cuál es la duración media de la pena y el plazo de
cumplimiento efectivo se esta?
En la respuesta de esta interrogante son necesarias, como mínimo, los siguientes datos:
La relación y análisis de estos datos debería indicar que proporción de los incidentes da lugar a
detenciones, que proporción de las declaraciones de culpabilidad da lugar a penas de prisión, la
duración de las penas y que parte de éstas fue cumplida como promedio.
Un ejemplo de las series estadísticas que un sistema de estadísticas criminales debe contener es el
modelo Alfa, diseñado y desarrollado en Holanda en 1986 y que entró en funcionamiento en 1988.
El modelo describe cuantitativamente el flujo de casos durante un año determinado en los diversos
organismos y la duración de los distintos procesos y la cantidad de recursos que disponen los
organismos.
El sistema Alfa es usado por los fiscales, el Ministerio Público y el Ministerio de Justicia para
coordinar actividades de lucha contra el crimen, con organismos como la policía, los tribunales y
las prisiones; asimismo es empleado en tareas de supervisión y diseño de políticas específicas, y
para planificar" cambios en la política nacional sobre la delincuencia.
Policía
Fiscal
Tribunales
Prisiones
33. Número de días transcurridos hasta la decisión definitiva del ministerio fiscal.
Por el alcance y objeto, un sistema de información sobre justicia penal no es más que "todo
procedimiento utilizado para reunir, almacenar, analizar y difundir información sobre delitos,
víctimas, delincuentes, violaciones registradas al derecho penal, circunstancias, procedimientos,
decisiones y resoluciones".
En criterio de las Naciones Unidas, un sistema de información sobre Justicia Penal, que abarca un
campo más amplio, debe contener las siguientes series de datos básicos:
h) Costos sociales y económicos del delito y funcionamiento del sistema de justicia penal (entre
ellos pérdidas materiales cuantificables y las perturbaciones de la vida social);
i) Personal (profesional y a jornada parcial) del sistema de justicia penal, y sus características;
j) Equipo técnico del sistema de justicia penal (incluido el equipo técnico para cursos de
capacitación y talleres en las prisiones);
m) Indices especiales (por ejemplo, estructura demográfica por edad, sexo y consumo de alcohol);
Existe mucho debate aún entorno al uso de las estadísticas oficiales de la policía como medida de
conducta delictuosa. Las investigaciones han demostrado
que no todos los delitos tienen la misma posibilidad de llegar a conocimiento de las autoridades
policiales, en parte debido a la prioridad que la propia policía asigna a los distintos hechos
delictivos y en parte debido a que las víctimas o testigos pongan esos hechos en conocimiento de
las autoridades.
Por otro lado el examen de la distribución de personal en cada sector del sistema de justicia penal
(policía, tribunales, prisiones) puede dar una idea de las diferentes, estructuras orgánicas u
orientación de cada sistema penal. Por ejemplo, la asignación de un elevado personal en el
establecimiento penitenciario puede significar que el sistema de justicia es más punitivo u
orientado al tratamiento; una elevada proporción de policías puede expresar que el sistema de
justicia penal tiende a aplicar medidas más estrictas de lucha contra la delincuencia.
Los resultados que muestran las tasas de delincuencia suponen de ordinario los cambios en la
pautas de conducta, sin embargo no debe ser interpretadas exclusivamente de ese modo, ya que
también influyen en ella, los cambios que experimentan las prácticas de registro de delitos o las
modificaciones en la legislación, además,
de otros factores como los recursos y nivel de tecnología disponibles, las prioridades o políticas
de lucha contra la delincuencia, la situación socio-económica, etc.
Las tasas de delincuencia registradas pueden reflejar no solo la conducta de los ciudadanos sino
también el nivel de recursos y de eficiencia de la policía o el grado de confianza del ciudadano en
el aparato de represión. Asimismo es un indicador importante del volumen de trabajo del sistema
de justicia penal y pueden contribuir a determinar las pautas de actuación de los órganos policiales
con las tasas de personas detenidas, sospechosas o procesadas.
A esto debe agregarse que en una situación en la que la administración de justicia representa un
considerable gasto en relación a la escasez de recursos, las tasas de criminalidad tienen especial
relevancia en este contexto.
En este contexto las estadísticas administrativas, por ejemplo sobre volumen de casos, entradas y
salidas de casos y sobre gastos, han cobrado importancia a fines de supervisión de la labor realizada
y la planificación estratégica y operacional. Además las estadísticas son esenciales para ayudar en
la investigación y análisis de políticas en materia de justicia penal y de otras políticas y planes
sociales y globales. Y por último es preciso contar con estadísticas apropiadas sobre justicia penal
para entender y tratar de estructurar el desarrollo social.
En definitiva las cifras y datos sobre el delito y la lucha contra la delincuencia tienen un poder
considerable: el poder de realizar cambios.
Un sistema se estadísticas criminales y sobre Justicia penal, como elemento de una sociedad
democrática, debe desarrollarse en base a las exigencias, necesidades y percepciones que el público
o la ciudadanía sostenga, y para esto es preciso que él conozca cómo funciona su sistema de justicia
penal y la forma en que los datos relacionados con los delitos reflejan mejor el funcionamiento del
sistema.
Es inevitable que cada uno de los elementos del sistema de justicia penal origine una gran cantidad
de legados, pero para que éstos proporcionen información valiosa para la adopción de decisiones
de justicia penal es necesario que se transformen todos esos datos sin ordenar, compilándose y
organizándose en forma estadística.
En líneas generales, las estadísticas sobre justicia penal se utilizan en tres esferas independientes:
administración, planificación e investigación y análisis de políticas.
2.3.1.- Administración.
Toda organización u organismo debería tener capacidad para supervisar sus propias actividades.
En general se podría definir la gestión como el proceso de organización de un conjunto de recursos
para cumplir metas y objetivos fijados.
Para que la gestión sea eficaz hace falta información a fin de determinar si las metas y objetivos
se cumplen de manera oportuna y ordenada (¿Es necesario el servicio y está éste organizado en
forma racional de acuerdo con las necesidades?) y si se están utilizando los recursos de manera
eficiente y eficaz.
Cuanto más compleja sea la organización, mayor necesidad habrá de información estadística, en
particular sobre recursos y asignación y sobre casos y número de casos. Por ejemplo, el funcionario
de policía está llamado a cumplir objetivos relacionados con la seguridad pública, las peticiones
de asistencia del público, la detención de delincuentes y otros similares. Para cumplir dichos
objetivos deberá asignar una variedad de recursos, ya sean de personal, monetarios, métodos de
funcionamiento, Instalaciones o equipo. Los informes estadísticos periódicos que integren
información sobre la asignación de recursos, asi como sobre la incidencia de peticiones de
servicios, tipos de delito, identificación de sospechosos, etc. son cruciales para que el funcionario
pueda entender los problemas del organismo de que se trate y estudiar las posibles soluciones.
Del mismo modo, los funcionarios de los organismos encargados de administrar la libertad
condicional o vigilada podrán utilizar la información estadística disponible sobre el volumen para
determinar, por ejemplo, si el número actual de casos concuerda con la política del organismo y,
en caso contrario, qué cambios es necesario introducir.
Las estadísticas proporcionan cierta orientación con respecto a si el personal está respondiendo a
las expectativas mínimas y la eficacia con que cumple un organismo sus metas y objetivos
establecidos.
2.3.2.- Planificación.
c) Identificar otros posibles métodos para alcanzar el objetivo y las ventajas y desventajas de cada
uno de ellos;
f) Establecer un sistema para suministrar información sobre si el plan está cumpliendo sus
objetivos de manera eficiente.
Normalmente, cada una de las etapas del proceso de planificación requiere información, incluida
la información estadística.
Se podría citar como ejemplo el caso del administrador de la justicia penal que sabe que unas
Instalaciones penitenciarias están funcionando a un 95% de su capacidad, mientras que la
tendencia histórica en cuanto a ingresos y puestas en libertad indica que en un plazo de dos años
ese establecimiento estará funcionando a un 102% de su capacidad. La experiencia con este tipo
de establecimientos Indica que la prisión nunca debería funcionar a más de un 95% de su capacidad
a fin de permitir un cierto grado de libertad para clasificar y segregar administrativamente a los
reclusos y para la instalaciones renovando el edificio, ampliandolo, etc. Si la administración sabe
cuál es la población penitenciaria proyectada, podrá estudiar diversas opciones, como, por
ejemplo, cambiarlas normas de clasificación/incrementar el número de puestas en libertad
mediante suspensión de la ejecución de la sentencia y otros métodos, ampliar las instalaciones
existentes y construir otras nuevas. Es decir, que las estadísticas ayudan al administrador a
reconocer el problema, determinar sus consecuencias, identificar posibles procedimientos para
hacer frente a éstas y reconocer las ventajas y desventajas de cada uno de ellos.
Cada administrador debe prever posibilidades y poner en práctica planes basados en esas
previsiones. Las técnicas de previsión comprenden desde procedimientos cualitativos basados en
la experiencia y los conocimientos prácticos (y la hipótesis) hasta técnicas estadísticas muy
avanzadas.
Si no enfocan las previsiones en forma sistemática, los administradores de justicia deberán aceptar
el futuro tal como se presente y adoptar un tipo de gestión reactivo que en el peor de los casos
podrá convertirse en la gestión de una crisis. Independientemente de la técnica empleada, todos
los métodos de previsión parten de la hipótesis de que el futuro está en cierta manera relacionado
con el pasado. Por lo tanto, las previsiones sobre la delincuencia y distintos aspectos de la
administración de justicia requieren, como mínimo, el uso de datos estadísticos.
Infracciones.
Penas cumplidas.
El análisis de políticas guarda relación con los intentos de determinar los efectos de los cambios
en materia de políticas, legislación, procedimiento o de medio ambiente y de establecer estrategias
a la luz de esos efectos previstos.
Por ejemplo, un analista de políticas tal vez quiera determinar: los efectos de los cambios
demográficos, tales como la disminución de la edad media de la población o la migración constante
de mano de obra no especializado, sobre la tasa de criminalidad; los efectos de las variaciones en
la tasa de criminalidad sobre el volumen de trabajo de la policía, los tribunales y las prisiones; o
el efecto de los cambios de política o procedimiento sobre el proceso de justicia penal, como, por
ejemplo: ¿que aumento producirá en la capacidad judicial un cambio en los procedimientos para
archivar los casos por el que se reduzca el periodo medio caso por caso en un 5%?
El análisis de políticas puede revestir dos formas: el análisis interno, cuyo objeto es determinar los
efectos de la política iniciada por un organismo o de los cambios de procedimiento sobre el
funcionamiento de dicho organismo, y el análisis externo, cuyo objeto es determinar los efectos
sobre un organismo de los cambios de política y procedimiento de otro organismo o de cambios
en el medio en que éste opera. Ambos tipos de análisis pueden realizarse antes de que se produzcan
los cambios, lo que a menudo se denomina simulación de políticas, y después de los cambios,
como evaluación o análisis de los efectos. Esos análisis exigen datos estadísticos.
Así pues, al igual que otras estadísticas sociales son necesarias para comprender el delito, la justicia
penal puede desempeñar un papel importante en la evaluación del cambio social y la formulación
de la política social.
En este contexto, las estadísticas sobre justicia penal pueden considerarse parte de un cuerpo más
amplio de estadísticas e indicadores sociales que se componen de datos generalizados o
acumulados sobre las características más importantes de la sociedad.
Para comprender la relación entre delincuencia y desarrollo social, es decir, para comprender el
cambio social, es importante en primer lugar que la construcción y evaluación de las estadísticas
sobre Justicia penal se confronten con otros sectores de la estadística y, en segundo lugar, que se
establezcan indicadores del delito para registrar los tipos y formas de las actividades delictivas y
de las complejas actividades institucionales relacionadas con la lucha contra el delito y la sanción
de éste y para analizar la relación que existe entre la delincuencia y los siguientes elementos:
Un sistema de justicia penal, para su gestión eficaz, eficiente y cualitativamente óptimo, debe
contar con un necanismo-sistema-cuantificador de la información que genera en su
funcionamiento, el que le permitirá evaluar, analizar e investigar permanentemente su accionar en
procura de su perfeccionamiento, modificación o transformación.
Por esta razón la elaboración de estadísticas criminales, fidedignas y completas reviste gran
importancia para la formulación, planificación, ejecución y evaluación de políticas criminales. El
programa político criminal de las NN.UU. siempre lo entendió de ese modo y, en consecuencia,
promovió desde un principio el establecimiento de sistemas de estadísticas sobre la criminalidad,
como paso previo para la investigación, planificación y adopción de políticas criminales
nacionales.
El desarrollo tecnológico, por otro lado, es un factor que facilita el uso de instrumentos o
mecanisnos - como los informáticos- que permiten la cuantificación de información sobre el
fenómeno de la criminalidad, en este sentido sería un absurdo no aprovechar la misma en procura
de mejorar la eficacia, eficiencia y rendimiento de un sistema de justicia penal.
Una estadística criminal suficiente cualitativa y cualitativamente es aquella que proporciona
indicadores que permitan efectuar y fundamentar estudios serios sobre el fenómeno criminal. La
ausencia de datos impide la postulación, comprobación y análisis de hipótesis teóricas en materia
de Investigación penal y criminológica.
La estadística criminal es, por ende, un valioso instrumento para la investigación, el análisis y
formulación de políticas en cuestión de represión y prevención de la delincuencia, en ese sentido,
la ausencia de una estadística criminal científica dificulta la formulación de políticas criminales
eficaces, por tanto el establecimiento de un sistema de estadísticas criminales permitirá la
formulación de políticas crimi-nales efectivas de prevención y represión de la criminalidad.
Una política criminal coherente -planificada- debe estar fundada, en opinion de las NN.UU., en
bases factuales, es decir en los conocimientos que brinda la estadística criminal y otras ciencias
como la criminología. Por otro lado, la eficacia de un programa político criminal deriva de su
planificación previa, es decir de su elaboración a partir de los resultados de investigaciones previas
y la determinación de objetivos y fines mediatos. La ineficacia de las políticas de lucha contra la
delincuencia puede ser resultado de la carencia de información necesaria para su adecuada
formulación y desarrollo.
CAPITULO IV
El sistema de justicia penal boliviano o sistema penal boliviano está conformado por los
subsistemas policial, judicial y penitenciario. A su vez cada subsistema lo constituyen distintos
organismos y entidades que tienen por función y actividad el ejercicio del poder punitivo estatal
en la represión, control y prevención de la criminalidad.
Forman parte del sistema: La Policía Nacional, con sus organismos "operativos" como la Policía
Técnica Judicial, Tránsito, la Unidad de Orden y Seguridad (110, Seguridad Física, Patrulla de
Auxilio Ciudadano), la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, el Ministerio Público, el
Poder Judicial con los tribunales de Sustancias Controladas y los juzgados en materia penal, los
Juzgados de Vigilancia, el sistema penitenciarlo con los establecimientos carcelarios de cada
departamento.
La Policía tiene por objeto la conservación del orden público, la prevención de los delitos y la
persecución de los delincuentes para ponerlos a disposición de la justicia penal.
El Ministerio Público, en representación del Estado y la sociedad, vigila la legalidad del accionar
de los otros organismos y dirige las diligencias de policía judicial
El sistema judicial procesa y condena a los delincuentes por medio de los tribunales o juzgados
penales (instrucción y partido) y de sustancias controladas
El sistema penitenciario se encarga de hacer cumplir las sanciones impuestas a los Infractores de
la ley en los distintos penales o centros penitenciarios con los que cuenta, asimismo, es función
suya la rehabilitación y tratamiento de los delincuentes.
Dentro del sistema de justicia penal boliviano la Policía Nacional es la institución que tiene a su
cargo la conservación del orden público la defensa de la sociedad y el cumplimiento de las leyes
de acuerdo al art. 215 de la Constitución Política del Estado y los arts. 1,2 y 6 de la Ley Orgánica
de la Policía Nacional.
La Policía es el organismo técnico científico que tiene, según La Ley Orgánica de la Policía
Nacional, la atribución de:
d) Cumplir y hacer cumplir las leyes, reglamentos y demás disposiciones relacionadas con sus
funciones de Policía Rural, Fronteriza, Aduanera Ferrocarriles, Substancias, peligrosas, Minera,
Turismo y otras especialidades.
g) Prevenir las acciones que pongan en riesgo la vida y los bienes de las personas.
h) Investigar los delitos y accidentes de tránsito.
i) Practicar diligencias de Policía Judicial, aprehender a los delincuentes y culpables para ponerlos
a disposición de las autoridades competentes.
La Policía Nacional está organizada, de acuerdo al art.9 de la Ley Orgánica de la Policía Nacional,
en un Comando General, apoyada por las Direcciones Nacionales de: Personal, Inteligencia,
Planeamiento y Operaciones, Administración, Servicios Técnicos Auxiliares, Identificación
Personal, Salud y Bienestar Social, instrucción y Enseñanza, Substancias Controladas y la Oficina
Nacional de Interpol.
La Policía Nacional está conformado por organismos que ejecutan operativamente las funciones y
labores policiales:
Ø Unidades de Criminalística.
Ø Unidades de Tránsito.
Ø Unidad Aduanera.
A efectos de las estadísticas policiales la dependencia u oficina máxima encargada de elaborar los
planes referentes a la aplicación de la política general de la institución, de acuerdo a sus fines y
objetivos, es la Dirección Nacional de Planeamiento y Operaciones, según el art. 24 de la Ley
Orgánica de la Policía Nacional.
La oficina encargada, a nivel nacional, de procesar, analizar y publicar la información estadística
de la actividad policial, es el Departamento Nacional de Estadística dependiente de la Dirección
de Planeamiento. Toda la actividad estadística del Sistema de Estadística de la Policía Nacional,
está regulado por el Manual de Organización y Funciones.
Las principales estadísticas en materia policial son la que reflejan la actividad delincuencial
(frecuencia, número y tipo).
3.2.1.1.- Estadísticas de la Policía Técnica Judicial.
La Policía Técnica Judicial (P.T.J.), es el organismo operativo de la Policía Nacional que tiene por
principal función el organizar las diligencias de Policía Judicial, aprehender a los delincuentes y
culpables y ponerlos a disposición de las autoridades competentes, prevenir los delitos, faltas,
contravenciones y otras manifestaciones delincuenciales, recuperar los objetos robados y hurtados
para restituirlos a sus legítimos propietarios, de acuerdo a los arts. 7 y 43 de la Ley Orgánica de la
Policía Nacional, concordantes con los arts. 215 de la Constitución Política del Estado ,91 a 94 de
la Ley del Ministerio Público y 112 a 118 del Código de Procedimiento Penal.
La Policía Técnica Judicial reemplaza a las ex- unidades de Criminalística y fue creado por
Resolución Ministerial No. 2567/94 de 19 de Abril de 1994 y la Resolución NQ 522/94 del
Comando General de la Policía.
La Policía Técnica Judicial está constituida por las unidades de criminalística y por otras unidades
operativas de la Policía Nacional.
Sus funciones y su accionar están reguladas por los Manuales de Organización y Funciones y los
Manuales Técnicos de Investigación Criminal, los que fueron promulgados conjuntamente con la
R.M. No 2567/94 que crea la RT.J. La actividad estadística de la P.T.J. se halla regulada, también,
por la Resolución Ministerial que crea la entidad, los Manuales de Organización y Funciones y los
disposiciones del Comando General, a través de la Dirección Nacional de Planeamiento y
Operacionales y su Departamento Nacional de Estadística.
De acuerdo a la R.M. NQ 2567/94 la Policia Técnica Judicial tiene por función, además de las
inherentes a la actividad policial, el recolectar y procesar la información nacional sobre la actividad
delictiva en el territorio nacional.
La oficina encargada producir información estadística es el Departamento Nacional de Análisis
Criminal e Investigación, a través de la División de Planeamiento y Operaciones.
Las estadísticas, a nivel nacional, se elaboran tomando como base las actividades desarrolladas
por los diferentes Direcciones departamentales, las Direcciones distritales, las Direcciones
provinciales y con tonales y las Direcciones fronterizas.
Por tanto las estadísticas reflejan las actividades desarrolladas por las respectivas oficinas
operativas: División Delitos contra la Propiedad, División Delitos contra la Familia y Menores,
División Delitos contra la Propiedad, División Delitos Económico-Financieros, División contra la
Corrupción Pública, División contra el Crimen Organizado y la División Operaciones Especiales.
Ø cada División u oficina encargada de la investigación policial remite un informe (parte) diario
con el detalle estadístico de su actividad a La División de Planeamiento y Operaciones.
Ø asimismo, la Oficina de Denuncias, que recibe las denuncias policiales y las asigna
posteriormente a la oficina (División) respectiva, según las clase de delito, eleva informes diarios
con la relación de casos recibidos y de detalle de los mismos (Upo de delito, autor, lugar, zona,
investigador asignado, etc), a la oficina de Planeamiento y Operaciones.
Los informes estadísticos mensuales elaborados por la P.T.J. son enviados, para su procesamiento
a nivel nacional, a la Dirección Departamental respectiva la que remite a su vez a la Dirección
Nacional de la Policía Técnica Judicial para que la remita al Comando General, Dirección Nacional
de Planeamiento y Operaciones.
Recientemente se instaló una red de computadoras que consta de 1 server y 16 terminales para
facilitar la tarea de recolección, procesamiento y análisis de la información estadística. El sistema
está siendo "cargado" con información estadística generada por la P.T.J. desde 1989. La red unirá
P.T.J. de la ciudad de La Paz, El Alto y la zona sur y se estima su funcionamiento a partir de 1997.
casos atendidos por la P.T.J. según tipo de denuncia, lugar de hecho, y naturaleza del hecho.
casos desarchivados por mes.
remisiones al Ministerio Público y otras entidades en casos son detenido y sin detenido.
personas detenidas por sexo, y tipo de personas (comunes y delincuentes) .
libertades a Requerimiento Fiscal.
suscripciones de Actas (buena conducta, presentación).
El informe-Memoria del primer semestre de 1996-de la P.T.J., consigna los siguientes
datos estadísticos.
Ø Cuadro nacional de delitos con elevada incidencia en su comisión. Contiene datos sobre
delitos cometidos (hurto, robo, lesiones,etc.) por departamento (total casos, porcentaje).
Ø Cuadro general de casos atendidos por Divisiones (Div. Delitos contra Personas. Div.
Delitos contra Menores y Familia, Div. Delitos a la Propiedad etc.) por departamento (total
casos).
Ø Cuadro Nacional de incidencia de casos y eficiencia investigativa de dell-
Ø tos, según Upo de denuncias (denuncia, querella, oficio), casos (urbano, rural),
remisiones al Ministerio Público (con detenido, número de personas, sin detenidos),
remisiones a otras instituciones (Fiscalía, Onamfa, Juzgados, otros), suscripciones de Actas
(buena conducta, garantía de presentación), libertad, personas detenidas (comunes,
delincuentes).
Ø Cuadro Nacional de casos atendidos por las Divisiones de la P.T.J., según naturaleza del
hecho (lesiones, amenazas, difamación, etc). Cuadro total general de casos atendidos por
direcciones departamentales según las Divisiones de la P.T.J.
Ø Cuadro Nacional de casos atendidos por meses, por las Divisiones de la P.T.J., consignan
naturaleza del hecho (lesiones, amenazas, etc), casos por mes y total casos. Cuadro
estadístico general de delitos por divisiones según mes.
Ø Cuadro Nacional de hechos protagonizados por armas de fuego contiene: naturaleza del
hecho (Homicidio, tentativa de homicidio, asesinato, etc.), departamento (total y
porcentaje).
Ø Cuadro Nacional de hechos de violencia 1992 a 1995 contiene: naturaleza del hecho
(homicidio, tentativa de homicidio, asesinato, etc); gestiones (1992 a 1995), total y
porcentaje.
Ø Cuadro departamental de promedios de casos atendidos (promedio por día, y mes); casos
remitidos al Ministerio Público; diligencias con detenidos y sin detenidos; remisiones a
Onamfa, Fiscalía y otros; casos desarchivados.
Ø Cuadro de bienes, joyas, dinero Incautado y devueltos a sus propietarios (promedio por
mes y día).
Ø Cuadro estadístico departamental de clase de denuncia, por área, personas detenidas,
autoría y victimología por sexo.
Ø Casos atendidos por las distintas Divisiones de la P.T.J. Cuadro general de casos e
incidencias por Divisiones, clase de denuncia, área geográfica, tipo de personas detenidas,
autoría por sexo, victimología por sexo.
Ø Cuadro estadístico departamental de remisiones al Ministerio Público, otras
instituciones, libertades con requerimiento fiscal, suscripción de actas y estado actúal de
casos.
Ø Cuadro demostrativo de casos atendidos por meses. Divisiones y Delitos del
departamento de La Paz.
Ø Cuadro Nacional de hechos de suicidio por departamento, según la naturaleza del hecho
(raticida, arma de fuego, asfixia por ahorcamiento, ele).
Las estadísticas producidas por la P.T.J. sirven de acuerdo a la R.M. N" 2567/94 para "elaborar su
política, estrategias y planes en el ámbito de sus funciones".
Sin embargo las estadísticas de la P.T.J. obedecen más a una evolución ad-hoc que a una
planificación. El alcance y contenido (tipo o clase de información) están determinados más por la
iniciativa de los funcionarios de la División Planeamiento y Operaciones, que por un plan o
programa de estadística policial.
3.2.1.2.- Estadísticas de Tránsito.
La Unidad de Tránsito, de acuerdo a la ley Orgánica de la Policía Nacional, art. 44 y 7 inc. g) y h),
es la "institución encargada de regular, controlar y resolver los problemas de circulación de
vehículos y peatones, prevenir e Investigar accidentes de tránsito mediante actividades técnicas
especializadas y de servicio de patrullaje urbano y rural".
Regula la actividad policial de esta entidad el Código de Tránsito (D.L- Np 10135 de 16 de febrero
de 1973) y su correspondiente reglamento (R.S. Nº 187444 de 8 de Junio de 1978),
Los informes mensuales, trimestrales y semestrales son remitidos, para su procesamiento a nivel
nacional, al Comando Departamental respectivo, la que a su vez las remite al Comando General.
Las series de datos más importantes que contienen las estadísticas de tránsito se refieren a las
actividades de la entidad en sus funciones de prevención e investigación de delitos y accidentes de
tránsito.
Al primer semestre de 1996 se tienen los siguientes datos estadísticos:
La información estadística es usada para evaluar el trabajo del organismo y efectuar cambios en
su política de prevención de accidentes y delitos de tránsito.
En conclusión la información estadística permite mejorar los servicios policiales, planificar sus
actividades y contar con información referencial sobre su desempeño.
De acuerdo a la Constitución Política del Estado, la Ley de Organización Judicial, el Código Penal
y el Código de Procedimiento Penal la Jurisdicción Penal, es decir la potestad de procesar y
condenar a los delincuentes, está en los organismos creados para el efecto: juzgados y tribunales.
El art. 116 de la Constitución Política del Estado dice que el Poder Judicial se ejerce por el Tribunal
Constitucional , La Corte Suprema de Justicia, las Cortes Superiores de Distrito, los Tribunales y
Jueces que la ley establezca.
La Ley de Organización Judicial determina que el sistema judicial descansa en dos instancias: los
Juzgados de instrucción que se hallan encargados de "investigar la verdad acerca de los extremos
de la imputación penal, asegurar la presencia del Imputado y su responsabilidad civil"; y los
juzgados de partido que en base al juicio plenario establecen la culpabilidad o inculpabilidad del
procesado, y la posterior condena o sanción penal, como lo dispone el art. 26 y 37 del Código
Penal, 224 del Código de Procedimiento Penal y 136 de la Ley de Organización Judicial.
En materia de narcotráfico, la ley especial 1008 de 19 de julio de 1988 establece que la jurisdicción
penal la tienen los tribunales colegiados quienes, enjuicio plenario, condenan o exculpan de culpa
a los procesados por delitos de narcotráfico. La instrucción (investigación para acumular las
pruebas de cargo), es efectuada por la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, (FELCN),
bajo la dirección del Fiscal antidroga, de acuerdo al art. de la Ley 1008.
En el aspecto estadístico el Poder Judicial, en su rama penal, no cuenta con un sistema estadístico
que recopile, procese y analice la información producida en su funcionamiento.
El art. 203 inc. 5) y 10) de la Ley de Organización Judicial señala que entre las atribuciones de las
secretarios y actuarios de los juzgados penales (funcionarios de jerarquía inferior inmediata al juez)
están las de; evacuar los informes que se les ordene y elevar trimestralmente a las Cortes, cuadros
estadísticos detallados del movimiento general de causas.
Asimismo el art. 205 dispone que para el buen funcionamiento de los juzgados, los secretarios
llevarán, entre otros, los siguientes libros o registros computarizados:
"Demandas Nuevas", donde se anotan en orden cronológico todas las demandas
presentadas para su sorteo al Juzgado respectivo.
"Diario" donde se registran los trámites que diariamente pasan al despacho del Juez.
"Fiscales", en el que constan la remisión y devolución de expedientes enviados a Ministerio
Público.
"Copiador" o de "Tomas de Razón" en el que se copian las resoluciones y sentencias
definitivas.
"Altas y Bajas" donde se hacen constar las remisiones y devoluciones a los superiores e
inferiores respectivamente.
También se tienen los libros que poseen la Oficina de Auxiliatura en materia Penal y la Secretaria
de las Salas Penales para el registro de sus actividades.
Estos libros o registros constituyen la fuente primaria de los datos que luego de recopilados son
enviados, a modo de informes estadísticos, a las Cortes, las que procesan los cuadros estadísticos
consolidados a nivel departamental. A este efecto las Cortes Superiores de Distrito, al finalizar la
gestión, mediante circular a los juzgados, ordenan elevar un informe detallado consignando datos
del movimiento de causas o procesos (expedientes) tramitados en cada juzgado.
Asimismo el art. 234, de dicha ley, establece la creación del Departamento de Informática,
encargada de efectuar el análisis, diseño, implementación y mantenimiento de los sistemas
informáticos que la L.O.J., en su art. 298 autorizó instalar a las distintas dependencias del Poder
Judicial para el mejor cumplimiento de sus tareas. Este departamento depende de la Corte Suprema
de Justicia y fue concebido para modernizar el funcionamiento del sistema de justicia penal, por
cuanto el uso de tecnología permitirá un mejor uso de recursos, la eficiencia en sus labores y una
mejora en la administración de justicia.
A nivel nacional la Corte Suprema de Justicia no elabora ni publica informes que contengan
información estadística producida a nivel departamental por las Cortes Superiores de Distrito. La
Corte Suprema, a la conclusión de cada gestión, publica el denominado " Labores Judiciales" cuyo
contenido está referido más a un detalle de las actividades desarrolladas por la Corte Suprema que
una relación estadística del "movimiento" de expedientes sucedidos en los juzgados penales de
todo el país.
A pesar de ello se brinda una relación del movimiento de causas en la Sala Penal de la Corte
Suprema, con el detalle de resoluciones, procedencia (distrito), amparos constitucionales, habeas
corpus, etc.
La Ley de Ministerios Ng 1493 de 17 de septiembre de 1993 dispone que entre las atribuciones
del Ministerio de Gobierno, se hallan las de:
"art. 14 inc. d) Organizar y administrar el régimen penitenciario y sus servicios asistenciales".
"art. 21. inc. f) organizar y administrar el régimen penitenciario y sus servicios de asistencia".
"art.22. Las funciones operativas serán ejecutadas por Las siguientes subsecretarios:
El Código Penal, en su art. 57, señala que la ejecución de las penas está regulada por la ley de
Ejecución de Penal y Sistema Penitenciario. Dicha ley en sus arts. 115, 116, 117 y 118 fija la
estructura de la administración penitenciaria a cuya cabeza se halla la Subsecretaría. La
Administración Penitenciaria como organismo técnico y de seguridad tiene por función la
ejecución de las sanciones privativas de libertad, según el art 17 del Código Penal
Esta función de ejecución de las penas comprende varias tareas, entre las que están, de acuerdo al
art. 118 de la Ley de Ejecución de Penas, la organización y vigilancia de las prisiones o centros
carcelarios, la aplicación de programas de tratamiento, la retención y custodia de los detenidos,
asistencia a internos, tratamiento post-penitenciario del reo formación y especialización del
personal penitenciario, etc.
Los jueces de vigilancia de acuerdo a la L.O.J. arts. 35, 163 y 166; la Ley de Ejecución en Penas,
arts. 127, 128, 129, 130; y el Código Penal, art. 72. son los funcionarios judiciales encargados de
controlar y fiscalizar la ejecución de las sanciones Impuestas a los internos de las cárceles. Ellos
pueden, además de llevar el Registro de Antecedentes Penales, verificar el estado y funcionamiento
de los penales y participar en la rehabilitación de los internos, elevando y solicitando informes
sobre la liberación, prolongación y sustitución de las sanciones.
En cuanto al ámbito estadístico, los distintos penales o Centros Penitenciarios están obligados,
mediante su Central de Observación y Clasificación, a llevar ficheros de la población penal y los
respectivos datos estadísticos según el art. 132 de la Ley de Ejecución de Penas. A nivel Nacional,
la dependencia que está obligada a organizar el sistema de estadísticas penitenciarias es la Central
de Clasificación y Observación dependiente de la Dirección General de Régimen Penitenciario.
El art 118 de la Ejecución de Penas establece que son atribuciones de la Dirección General de
establecimientos Penitenciarios:
Las carencias económicas, falta de personal técnico y otros factores impiden que los distintos
centros penales lleven estos registros estadísticos mencionados.
En la practica los directores de las prisiones envían lo que se denomina "parte diario" a la
Subsecretaría de Régimen Penitenciario con el detalle de los "más importantes hechos sucedidos"
(liberaciones, internaciones, admisiones, etc). La Subsecretaría, en base a estos informes
administrativos, mediante su Centro de Estadísticas, elabora las estadísticas que puede.
Cada centro penitenciario (San Pedro, Chonchocoro y Centro de Orientación Femenina) lleva un
registro penitencirio-estadístico que consigna, entre otros, los siguientes datos: admisiones de
nuevos reos, salidas, internaciones médicas, libertades provisionales, etc.
Por otro lado se tienen, también, los informes semestrales, elevados por los gobernadores de los
centros penitenciarios a la Subsecretaría de Régimen Penitenciario, que incluyen estadísticas
penitenciarias aisladas.
Los gobernadores de los recintos carcelarios, en cumplimiento del art. 128 de la Ley de Ejecución
de Penas, elevan informes semestrales sobre actividades cumplidas en la ejecución y rehabilitación
de los internos, estos incluyen generalmente cuadros estadísticos generales relativos al movimiento
(salidas y entradas) de la población penal.
En un mediano plazo se tiene previsto implementar un sistema informático que recopile y procese
los datos remitidos, en forma de informes administrativos por los gobernadores de todas las
prisiones del país.
De modo complementario los jueces de vigilancia, en coordinación con los centros penitenciarios,
elaboran informes estadísticos anuales correspondientes a las funciones que les competen.
Así, por ejemplo, el informe de la gestión 1995 contiene los cuadros estadísticos siguientes:
Cuadro estadístico según delitos del penal de San Pedro, Chonchocoro y Detalle de número
de internos por tipo de delito. Centro de Orientación Femenina de Obrajes.
Cuadro gráfico de internos según el estado de causa.
Listado general de internos en los penales de San Pedro, Chonchocoro y Centro de
Orientación Femenina. El detalle contiene datos de delito fecha de ingreso, edad, juzgado,
-etapa del juicio.
Beneficiados con pre-libertad bajo la modalidad de trabajo extra-muro. Beneficiados con
libertad condicional.
Toda esta información de carácter estadístico sirve a las autoridades penitenciarias y funcionarlos
para evaluar -cuantitativamente- el trabajo desarrollado en una gestión. Más allá de eso, la
información estadística debidamente procesada y publicada no existe.
EL Ministerio Público en el sistema penal boliviano de acuerdo a la C.PE., art. 124 , la Ley de
Organización del Poder Judicial, art. 219, y la Ley de Orgánica del Ministerio Público, arts. 1 y 2,
es la entidad u organismo que representa al Estado y la sociedad y tiene por función promover la
acción de la justicia y defender la legalidad, los derechos ciudadanos y los Intereses públicos.
El Ministerio Público o Fiscalía en materia penal ejerce la acción penal pública y tiene a su cargo
la dirección de la diligencias de policía judicial, así lo dispone el art. 11 inc. a) y 93 de la Ley del
Ministerio Público.
Actúa, en algunos casos, en función de Policía Judicial practicando las diligencias necesarias para
determinar la existencia , las circunstancias y los autores de un hecho delictivo de acuerdo al art.
19 de la Ley del Ministerio Público.
Los fiscales en materia penal dentro del sistema de Justicia penal boliviano pueden, de acuerdo al
art. 46 del Código de Procedimiento Penal, intervenir en todo juicio penal requiriendo
enjuiciamiento funcionarlos públicos, vigilando la conecta aplicación de la ley e interponiendo los
recursos que la ley establece.
La fiscalía esta constituido, de acuerdo al art. 37 y 38 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
por:
El Fiscal General
Los fiscales de la Sala Suprema
El Consejo Consultivo General
Los fiscales de distrito
Los fiscales de Sala Superior
El Consejo Consultivo de Distrito
Los agentes fiscales de materias (penal y sustancias controladas)
Los fiscales (de instrucción en lo penal)
Los órganos técnicos
Son parte, asimismo, del Ministerio Público las Comisiones de las cámaras del Congreso de la
República, de acuerdo al art. 125 de la C.P.E., art. 219 de la L.O.J. y art. 37 de la Ley del Ministerio
Público.
La Fiscalía de Distrito, está compuesta a nivel departamental por el Fiscal de Distrito, el Secretario,
los fiscales de materia, los agentes fiscales y el personal administrativo, así como el personal de
apoyo en tareas operativas.
A nivel departamental las secretarias llevan un registro estadístico en base a los informes de los
funcionarios (fiscales).
Los datos recopilados y luego procesados son publicados en el informe anual de cada gestión.
Estos informes son enviados a la Fiscalía General para su procesamiento a nivel nacional.
La información estadística elevada por la Fiscalía está referida, entre otros, principalmente a:
Bolivia como otros países cuenta, desde 1976, con un sistema de información que proporciona
información estadística destinada para la planificación del desarrollo económico social.
El sistema fue instituido por Decreto Ley N9 14100 de 5 de noviembre de 1976, durante el
gobierno del Gral. Hugo Banzer, como parte de un programa de transformaciones institucionales.
El sistema según el art. 1 del D.L. NQ 14100 tiene por objeto: obtener, analizar, procesar y
proporcionar de la manera más eficiente la información estadística para el desarrollo socio-
económico del país.
Del sistema, a nivel nacional, sectorial y regional, participan todas las entidades públicas o
privadas que producen información estadística o datos que sean de interés al sistema.
La Ley del Sistema de Información define a los organismos integrantes: un Consejo Nacional de
Estadística, encargada de delinear las políticas de producción de estadística; los Comités Técnicos
de Coordinación, que coadyuvan en el desarrollo de normas técnicas a que deben ceñirse la
producción de información estadística por los distintos organismos del sistema y, por último, el
brazo ejecutivo y técnico del sistema, el Instituto Nacional de Estadística que tiene por misión la
dirección, planificación, ejecución, control y coordinación de las actividades del Sistema.
El INE como órgano ejecutivo y técnico del Sistema de Información Estadística es la única, entidad
oficial autorizada para relevar, clasificar, compilar y difundir los datos estadísticos elaborados en
sus distintas áreas: estadísticas económicas estadísticas sociales y Cuentas Nacionales.
El INE, además, controla y coordina las actividades estadísticas que realizan las instituciones
integrantes del Sistema (organismos oficiales y entidades privadas).
dictando las normas técnicas a la que deben ceñirse los trabajos estadísticos, a fin de uniformar y
evitar la duplicidad de trabajos.
Son parte del Sistema, de acuerdo a los arts. 2,13, 15, 16, 17, 18 y 19 de la Ley Sistema Nacional
de Información, todas las entidades públicas y privadas que realicen actividades estadísticas, o que
producen datos e información que interesan al sistema; quienes están obligados a suministrar al
INE lo que les sea requerido en materia estadística.
Como parte de sus funciones el INE llevó a cabo el último Censo Nacional de Población y
Vivienda, en mayo de 1992. De este modo se actualizó la información estadística en materia de
salud, empleo, vivienda y educación.
Los problemas económicos, la circunstancias políticas y otros factores han hecho que el INE
priorice áreas de actividad estadística: estadísticas económicas y sociales. Otras áreas,
consideradas no prioritarias, han quedado relegados a segundo plano. El INE no asume su calidad
de ente rector y regulador en materia de producción de información estadística.
Las estadísticas en materia criminal, en sus distintas áreas (policial, judicial y penitenciaria), no
son de prioridad en los planes nacionales de información estadística, que el INE ejecuta cada año.
Entidades como la Policía Nacional, el Poder Judicial (las Cortes de Distrito) y la Subsecretaría de
Régimen Penitenciario carecen de sistemas de información estadísticas diseñadas o implementadas
por el INE. Cada una de estas instituciones proyecta de acuerdo a sus objetivos, prioridades e
intereses sus propios "sistemas estadísticos". Tal el caso de la Policía Nacional que, a nivel
Nacional es regulado y controlado por la Dirección de Planeamiento y Operaciones, a través de la
Dirección de Estadística. Otras entidades, como el Poder Judicial y la Fiscalía carecen de sistemas
de recopilación, procesamiento y análisis de información estadística; ellos acuden a la simple
acumulación de datos para fines administrativos (saber cuántas demandas se presentaron, por
ejemplo).
A pesar de que el INE está obligado a aprobar los sistemas Informáticos y otras modalidades de
producción y procesamiento de información estadística en las entidades del sector público, las
carencias económicas, de recursos humanos y técnicos para desarrollar la actividad estadística,
impiden que esta entidad pueda llevar a cabo sus funciones.
INE que vieron por útil procesar y elaborar" las estadísticas policiales que la Policía Nacional
produjo en su funcionamiento.
Estas estadísticas presentan los hechos que "más comúnmente se presentan" en la oficinas
regionales de la Policía y que son informados a la Policía Nacional, quienes elaboran cuadros
consolidados a nivel nacional y departamental. El trabajo fue desglosado en dos áreas: estadísticas
policiales y estadísticas de tránsito y consigna datos generados de 1989 a 1994.
Las estadísticas policiales comprenden tres tipos de hechos policiales: disturbios civiles (paros,
bloqueos, comunicados, etc). Sindicatos y Capturados (hombres, mujeres, menores, etc.) y casos
policiales (delitos).
Las estadísticas de tránsito contemplan cinco acápites: casos registrados en tránsito (delitos de
tránsito, hechos de tránsito e infracciones de tránsito); personas renunciadas en hechos de tránsito
(conductores, pasajeros, peatones) documentos otorgados de conducción vehicular (profesionales,
particulares, etc.); conductores en estado de ebriedad involucrados en hechos de tránsito
(profesionales, particulares, motocicletas, etc); vehículos de los conductores en estado de ebriedad
involucrados en hechos de tránsito (taxis, camiones, jeeps, etc).
Esta estadísticas fueron elaboradas en base a los registros administrativos que la Policía Nacional
lleva en el cumplimiento de sus actividades.
Por otro lado mediante un convenio con el Ministerio de Gobierno, en septiembre de 1992, el INE
efectuó el Primer Censo Penitenciario con miras a constituir la base del Subsistema de Información
Penitenciaria.
El INE realizó el trabajo técnico desde la recopilación a la emisión de los resultados, la confección
de las boletas censales, los manuales y otros documentos destinados a la recolección, control y
verificación de la información estadística.
El Censo permitió obtener información estadística sobre el total de la población recluida a nivel
nacional (urbana, rural); Internos que cumplieran sus penas y se hallan aún reducidas; situación
socio-pedagógica de los reos (edad, estado civil, sexo, etc).
El babajo tuvo, además, por objeto implementar el Subsistema de Registro Penitenciarlo a nivel
nacional, "con actualización permanente y cuyo procesamiento pueda brindar indicadores que
permitan la planificación y ejecución de políticas relacionados con la ejecución de penas y sistemas
penitenciarios".
aspectos jurídicos: población recluida, según tenencia y tipo de defensa (de oficio, privada,
etc..); total de población penal (por sexo, por departamento, etc); situación judicial de la
población penal (detención preventiva, detención formal y sentencia ejecutoriada);
población penal con detención preventiva, (auto inicial, auto de procesamiento,
sobresimiento térmico de pureba y requerimiento de de conclusiones); población penal con
detención formal (etapa del debate, auto de procesamiento, recurso de nulidad, sentencia,
apelación, alegato, requerimiento en conclusiones y confesoría); población penal con
sentencia ejecutoriada (daño civil, cartas al Estado, otras); sistema penal (según
conocimiento de las etapas establecidas por la ley); reclusos por celda (según número de
reclusos por celda).
aspectos sociales: educación (primario, medio, técnico, normal, universitario, analfabeto);
estado civil (soltero, casado, divorciado, viudo); tenencia de cedulad de identidad;
ocupación actual, alimentación (penitenciarla. particular); situación de los hijos de la
población recluida en penitenciarías.
El trabajo presenta asimismo indicadores que permiten conocer la situación en la que se encuentra
la población reducida en los recintos penitenciarlos. Estos indicadores permiten establecer
relaciones o proporciones de la situación jurídica en la que se encuentra la población penal a la
fecha de realización del censo (1993).
El censo permitió establecer los siguientes indicadores;
Indice de población penal es decir la población reducida en las cárceles y la población total
del país. La Incidencia del comportamiento delictivo en el conjunto de la población
boliviana es de 6 por cada 10.000 personas.
Indice de delitos o frecuencia con el que un determinado delito se presenta con relación al
total de delitos registrados en los diferentes centros penitenciarios : 26% de población penal
se indican por delitos de narcotráfico, en primer lugar.
Proporción de internos con sentencia ejecutoria, relación de internos con sentencia
ejecutoria respecto al total de la población penal: 22 Internos por cada 100 internos
cumplen su condena.
Proporción de internos con detención formal, es decir la relación de internos con detención
formal respecto a la población penal total: Un 44% de internos con detención formal con
respectó al total de la población penal.
Razón de población penal masculina y femenina, relación del número de varones sobre el
número de mujeres detenidas: índice de masculinidad de 7 a 1, es decir cada 7 internos
varones existe 1 del sexo femenino.
Proporción de internos con detención preventiva, el porcentaje de internos con detención
preventiva respecto de total de la población penal: 33% de total de la población penal.
Proporción de la población penal de 13 a 19 años, relación porcentual de 13 a 19 años
respecto al total de la población penal: 6 personas por cada 100 internos.
Proporción de población penal de 60 y más años de edad: 4 personas por cada 100 internos.
Este trabajo censal, por la información estadística producida, es valiosa por cuanto permite su
análisis, reflejar la situación del sistema penitenciario; la relación entre delito y la condición socio-
económica de la población penal y, finalmente, aspectos relacionados con la infraestructura.
En Bolivia como en casi toda latinoamérica la ciencia político-criminal ha sido poco desarrollada;
aunque, el derecho penal, medio de control social más importante, estuvo y está más elaborada,
sobre modelos u orientaciones político criminales importados y por ende ajenos a la realidad.
La ciencia penal se sustenta aún hoy en la ideología de la criminología de corte positivista, que da
base al primer argumento político-criminal, y el retribucionismo idealista y la tecnocracia jurídica.
Ambas ideologías político-criminales (el pellgrosismo y el retribucionismo) fueron
instrumentadas, en la década de los sesenta y parte de los setenta, por por las distintas estructuras
políticas que dominaron el continente: "la seguridad nacional" y los gobiernos constitucionales
con representatividad popular.
Recien a partir de la década de los setenta y debido a los inquietudes de reforma en materia de
política penal (sector de la política criminal que se vale de los medios del derecho pensil a través
de los límites de un sistema institucional), motivadas en un enfoque crítico de los viejos códigos
de corte positivista, que se empieza a discutir la cuestión de una política criminal propia.
Constribuyeron al debate teórico, de modo decisivo, las propuestas de Código Penal Tipo para
Latinoamérica de Sao Paulo, en 1971, y los proyectos y códigos de Venezuela (1969), Costa Rica
(1970), El Salvador (1973), Guatemala (1973). Bolivia (1973) y Panamá (1970).
A pesar de ello los movimientos modernos de reforma penal y nueva legislación en materia de
sistema de reacciones penales han seguido determinados por posturas o concepciones que, en
último caso, dan excesiva importancia a las soluciones dogmáticas formuladas fuera de nuestras
fronteras; elaboraciones teóricas sin basamento factual o sin correspondencia en nuestra propia
realidad.
Las reformas penales emprendidas desde 1970 si bien han permitido alejar, al menos en la teoría,
la ideología del positivismo penal decimónico, del pensamiento jurídico latinoamericano, estas no
han sido formuladas sobre objetivos y medios político-criminales propios, y producto de la
investigación y evaluación de la realidad y contexto en el que se configuran nuestras sociedades.
Estas reformas carecen de orientaciones político criminales definidos y, por el contrario, están más
preocupadas por los aspectos dogmáticos que "por los medios para alcanzar fines de política
criminal.
Los cambios en el sistema penal requieren ser fundados en modelos o concepciones político-
criminales elaboradas a partir de las indagaciones factuales y empíricas de la realidad, antes que
la pura investigación teórica y sin referentes efectivos.
En este sentido, la política criminal sustentada por la criminología actual debe, utilizando los
aportes de la sociología, la historia, la ciencia política y la filosofía, un control social mucho menos
represivo, más sofisticado, más preventivo y más concientteador, dejando al derecho penal fuera
de su posición dominante en el sistema de control social.
Bolivia por la situación política interna y externa y otros factores acudió, a la hora de reformar su
sistema penal, a modelos y programas político-criminales de origen europeo, adecuándolos a
"nuestra realidad". El Código Penal de 1972, que obedece a los intereses dominantes en aquella
coyuntura política, tiene como referente el Código Italiano de 1942.
El legislador boliviano, a la hora de hacer reformas penales, a acude a modelos político-criminales
en los que los medios penales están por encima de los medios no-penales.
Se hace muy poco por desarrollar una política criminal que obedezca a las circunstancias de nuestra
realidad. Investigación criminológica y de otro tipo no existe ya sea debido a la falta de interés del
Estado en promover esta actividad, o la carencia de recursos humanos y económicos, o. en último
caso, por la falta de información básica - como la estadística- para desarrollar procesos de
investigación penal.
Las estrategias asumidas para combatir la criminalidad local, casi desde siempre, han radicado en
el aparato policial, es decir la represión pura y simple, apoyados en medidas legislativas penales
por excelencia. La prevención casi siempre estuvo ausente en la policía criminal nacional.
A nivel teórico la ciencia político-criminal, no tiene la aceptación que debería darséle en virtud a
su importancia; existe un menosprecio o actitud desdeñadora en beneficio de la dogmática penal.
Son pocos los que en "sus estudios", le dedican espacio suficiente; en contrapartida el ritualismo
o formalismo es el aspecto preferido de la discusión jurídico-penal. La teoría del delito, el
procedimiento penal y las elaboraciones dogmáticas sobre la cuestión penal abundan en el
pensamiento jurídico nacional.
La discusión dogmática, que incluso lleva a actitudes irracionales, es una constante presente en las
reformas penales. Y como sostiene Navarro "el problema penal no se define, hoy en día, a través
de la imagen del enfrentamiento de policías y ladrones, sino como una cuestión mucho más
compleja de política social que debe encararse, ante todo, desde puntos de vista muy distintos.
La pena y las medidas de seguridad, por su ineficacia en la solución de conflictos sociales, están
siendo desplazadas por el desarrollo de medios no penales (alternativas a la prisión, la
desjudicialización, la descriminalización, etc.). Estas nuevas corrientes de pensamiento penal
merecen la atención debida y deben incluirse en los programas político criminales nacionales, para
su discusión.
En el aspecto legislativo la política criminal boliviana se asienta en el código penal del 2 de abril
de 1973 que sigue la postura de la Escuela Técnico-Jurídica, es decir considera el delito y las penas
desde una base estrictamente jurídica. La ley de ejecución de Penas y Sistema Penitenciario de 19
de Septiembre de 1973 la Ley 1008 de 19 de Julio de 1988 y el Código de Procedimiento Penal de
1973, son los otros instrumentos legales que canalizan las decisiones político-criminales del Estado
boliviano.
Al presente por razones políticas e internacionales esta Subsecretaría aboca sus esfuerzos a la
prevención en el área de drogas (uso y consumo). El Ministerio de Justicia, entre tanto, asumió un
papel rector y protagonista con sus propuestas de reforma legislativa en materia judicial, penal y
procesal.
Hacia la segunda mitad de los ochenta el Estado boliviano dio inicio a lo que sería una vasto
programa político-criminal contra un problema que rebasaba los límites estrictamente penales: el
narcotráfico.
Los EE.UU. y la comunidad internacional habían asumido una postura de lucha frontal contra el
narcotráfico, por las derivaciones políticas, sociales que éste había adquirido. Bolivia, presionada
por los países consumidores que exigían se combata el fenómeno desde su raíz, adoptó un severo
mecanismo penal: la Ley 1008.
El Estado, hasta entonces, no había asumido un papel decisivo en la materia; la represión era tenue
y dispersa y la prevención no estaba en los planes de política criminal. Sin embargo este panorama
cambia con la Ley 1008: se incorpora el concepto de "prevención, tratamiento, rehabilitación y
reinserción", creando los mecanismos operativos e institucionales para el efecto.
La ley 1008 trazó las directrices de lo que hasta hoy es un amplio programa político criminal en la
materia. El programa se asienta en tres aspectos fundamentales: La interdicción, el desarrollo
alternativo, la erradicación de la coca y la prevención.
La prevención -concebida como el mecanismo que evita el aumento del consumo de drogas y
complementada con el desarrollo de políticas de rehabilitación y de reinserción social- se ejecuta
por el marco institucional estructurado por la Ley 1008, a cuya cabeza se halla el Consejo Nacional
contra el Uso Indebido de Tráfico, como órgano rector de la políticas de interdicción, desarrollo
alternativo y prevención.
El CONAPRE, creado por D.S. N9 21380 de 1986, ya formuló el primer Plan Nacional de
Prevención, el año 1988, en base a un previo trabajo de diagnóstico e investigación del problema
de consumo de drogas efectuado en colaboración con expertos y técnico de organismos
internacionales como la OPS/OMS, UNFDAC, USAID y otros.
El énfasis con que el Estado boliviano trabaja en esta materia dio sus primeros frutos: se desarrollan
procesos de investigación a fin de obtener conocimientos que se sustenten en datos empíricos y se
formulan, planifican y ejecutan programas de prevención en él área educativo, de salud y
comunicacional.
El plan Nacional de Reducción de la Demanda de drogas de 1993 cuya base es el Plan Nacional
de Prevención de Drogas elaborado en 1988, busca entre sus objetivos el promover y apoyar los
programas y, proyectos existentes y futuros para la prevención del uso Indebido de drogas. Dicho
plan, a fin de cumplir sus objetivos, fija estrategias en cinco áreas: investigación multicausal de
tendencias de consumo de drogas; educación (desarrollo de sistemas de educación y programas de
capacitación y educación preventiva; slud (desarrollo de programación de prevención, diagnóstico
y tratamiento); comunicación ( conformar una red nacional de comunicación), (regular la
participación de ONG'S y organismos, y reforzar las medidas legales para el control de sustancias
psicótropicas).
En 1992 las NN.UU. escogieron a Bolivia para que elaborase el Plan Quinquenal sobre Prevención
Integral del Uso Indebido de Drogas, como reconocimiento al trabajo desplegado de esta materia.
El plan fue aprobado en 1993 por las NN.UU.
El Desarrollo Alternativo y la Erradicación la coca excedentária, otro de los pilares del programa
político-criminal emprendido por el gobierno, están bajo la responsabilidad del Consejo Nacional
contra el Uso Indebido y Tráfico ilícito de Drogas. CONALID, el Ministerio de Gobierno por
medio de las Subsecretarías de Sustancias Controladas y Desarrollo Alternativo, el Fondo Nacional
de Desarrollo Alternativo y otras instituciones gubernamentales. La Ley 1008 regula la producción
comercialización y consumo de la coca a través de un régimen de la coca; establece el mecanismo
de la sustitución de los cultivos de coca y dotación de infraestructura, servicios y bienes a los
campesinos productores.
Este conjunto de acciones hicieron que el Estado pase de un papel pasivo a uno activo, en materia
de prevención del uso de drogas ilícitas, en correspondencia con la gravedad que había asumido el
problema. Este cambio de actitud se articuló en enfoques que superan al mero asistencialismo
empírico, vigentes hasta antes de 1970, o al concepto médico sanitario -psiquiátrico, del período
previo a 1986.
Uno de los componentes en este programa de investigación, el más importante porque permite
medir o estimar el uso de drogas en un momento y espacio determinados, es el Estudio de
Prevalencia del Uso Indebido de Drogas.
Los estudios de Prevalencia del Uso Indebido de Drogas, efectuadas periódicamente, son una
medida del uso de determinadas sustancias en una población específica, en un lapso dado. Permiten
conocer las características sociales, demográficas y familiares de los usuarios, los grupos etareos
de mayor riesgo, la edad del inicio y su frecuencia.
Prevalencia de vida (uso de alguna droga por lo menos una vez en su vida)
Prevalencia durante el último año
Prevalencia de uso en los treinta últimos días
Los resultados de estas investigaciones, iniciadas en la segunda mitad de los ochenta, reflejan la
magnitud del consumo de drogas en cada uno de los deparlamentos y en los sectores de mayor
riesgo; asimismo, permiten conocer los cambios que se producen en el problema del uso de drogas
a través del tiempo.
A largo plazo, los estudios de Prevalencia, persiguen:
Como consecuencia de ello la política preventiva se ejecuta siguiendo las estrategias de la:
[6] CAJIAS, Huascnr. op. cit. p.45. ILANUD. op. cit. p.5.
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[6] CAJIAS, Huascnr. op. cit. p.45. ILANUD. op. cit. p.5.
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