Enfoque de Genero
Enfoque de Genero
Enfoque de Genero
Género
Además, las mujeres eran consideradas seres inferiores, de ahí que se constituyeran
en sujetos dependientes y subordinados, siempre sujetos a tutela y vigilancia y cuya
principal función quedaría relegada a la reproducción y al ámbito del hogar y la familia,
mientras que los hombres estaban destinados a regir la sociedad, participar en la
política y el espacio público, escribir la Historia y desarrollar la Cultura y la Ciencia.
Simone de Beauvoir será quien, por primera vez se refiera al concepto de género en
“El Segundo Sexo” (1949) con las siguientes palabras: “no se hace mujer, se llega a
serlo”. Kate Millet acuñará el término de género en los años setenta (“Política Sexual”,
ed. Cátedra, Madrid, 1995) y será en los noventa, sobre todo en torno a la IV
Conferencia Mundial de las Mujeres de 1995, que pase a formar parte de las políticas
públicas.
Los llamados “estudios de género” supusieron una revolución para las ciencias
sociales: las grandes corrientes teóricas: marxismo, funcionalismo, estructuralismo,
etc., no habían dado cuenta de la opresión de las mujeres... La distinción entre lo
biológico y lo cultural tuvo la enorme trascendencia de trasladar el problema al terreno
de la voluntad y la responsabilidad humana.
¿Cómo lo aprendemos?
A través de la imitación (aprendizaje vicario), de las prohibiciones, permisiones,
sanciones o reforzamientos que se aplican para que nos adecuemos al modelo
femenino o masculino en los diferentes espacios de socialización: la escuela, los
miembros de la familia, el lenguaje, los “iguales”, la Iglesia, los medios de
comunicación.
¿Qué aprendemos?
A las mujeres se les atribuye mayor capacidad para las relaciones afectivas y se las
socializa para que desarrollen con eficacia su rol reproductivo y se hagan cargo de
las tareas de cuidado y atención personal. Los roles femeninos son considerados
secundarios, promueven la dependencia y tienen poca visibilidad en el ámbito social
y mucha en el familiar.
A los hombres se le presuponen unos valores y roles que les preparan para ser
exitosos en el mundo público y profesional; laboral, económico, científico-tecnológico.
Se le socializa para la producción y se le educa para que la fuente de su autoestima,
sobre todo, provenga del éxito en este ámbito. Los mensajes que reciben los niños son
de visibilidad, dominancia y superioridad.
No hay que olvidar que las identidades de género cambian a lo largo del ciclo de vida
y que captar estas diferencias puede resultar muy útil en relación a los proyectos
sociales.
Así, no será lo mismo trabajar género con mujeres y hombres adultos que con niñas y
niños o personas mayores; concurriendo en estos últimos casos mayor flexibilidad en
el modo en que se viven las identidades y expectativas de género, por lo que los
proyectos pueden ser más osados o innovadores que en el momento adulto, donde la
rigidez de roles y el nivel de exigencias familiares, laborales y sociales son muy fuertes.
Para empezar, los hombres también se ven limitados en su desarrollo personal y social
por determinadas normas que se les imponen sobre su masculinidad (tienen que ser
duros, no expresar sentimientos, ser poco comunicativos, fuertes, violentos, etc.).
También son discriminados cuando no responden al modelo de masculinidad
hegemónica: por ser homosexuales, hombres pacíficos, sensibles, amantes del
hogar... Incluso se ve afectada su salud y calidad de vida por asumir aquellos prejuicios
y estereotipos sobre la masculinidad que contribuyen a agravar los riesgos asociados
a su integridad física o a la forma de desarrollar su sexualidad.
Los roles de género son el conjunto de papeles y funciones que conforman el modelo
preestablecido de ser hombre o ser mujer en una sociedad determinada. Los niños
aprenden a ocupar los espacios sociales, materiales y simbólicos reservados a lo
“propio de un hombre”. Las niñas aprenden a ocupar los espacios sociales, materiales
y simbólicos reservados a lo “propio de una mujer”. Los roles de género son
cambiantes y culturalmente específicos. El problema no es la diferencia de roles sino
su jerarquización y el modo en que se valoran:
Los roles masculinos están asociados al ámbito público y son prestigiados porque
conllevan independencia económica, poder, influencia y estatus.
Los roles femeninos están asociados al ámbito privado, afectivo y relacional: no
son remunerados ni reconocidos, se desarrolla en un ámbito más limitado y reducido
y es menos visible que el público.
Los estereotipos de género son juicios o prejuicios que se fundamentan en una idea
preconcebida y se imponen como un cliché a los hombres y mujeres sin tener en
cuenta su individualidad. Cumplen el papel de proponer modelos rígidos y únicos en
los que hay que encajar para se aceptados socialmente como hombres y mujeres. Es
decir, son opiniones tópicas acerca del “deber ser” masculino y femenino.
¿Cómo detectar un estereotipo de género? Cuando la característica, actitud o actividad
de que se trata puede aplicarse indistintamente a un hombre o una mujer. Por ejemplo:
¿no hay mujeres fuertes?. Por ejemplo: ¿no hay hombres sensibles?
¿Dónde o cómo se expresan las desigualdades de género?
En el ámbito laboral se siguen prefiriendo a los hombres para los trabajos de mayor
prestigio y responsabilidad y a las mujeres se les pregunta por su vida familiar y sobre
su intención de tener descendencia. Las dificultades de conciliación de la vida laboral
y familiar siguen afectando, en mayor medida, el desarrollo de la carrera profesional
de las mujeres.
La mirada de género implica, por tanto, una nueva mirada sobre la realidad, más
amplia y completa. En este sentido comporta un proceso de aprendizaje y
enriquecimiento: nos permite una mayor sensibilidad social, cualidad imprescindible
de la intervención social.
También nos proporciona medios para adaptar de manera más precisa y equilibrada
los recursos disponibles a las necesidades de las personas, sean hombres o
mujeres. En este sentido, contribuye a una mayor equidad de género; pero también
contribuye, sin duda, a la mejora de la calidad e impacto de los programas y
proyectos sociales.
ENFOQUE DE GÉNERO
Es una forma de mirar la realidad identificando los roles y las tareas que realizan las
mujeres y los hombres en una sociedad, así como las asimetrías y relaciones de poder
e inequidades que se producen entre ellas y ellos, permitiendo conocer y explicar las
causas que las producen para formular medidas (políticas, mecanismos, acciones
afirmativas, normas, etc.) que contribuyan a superar las brechas sociales producidas
por la desigualdad de género.
IGUALDAD DE GÉNERO
Es la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades
de las mujeres y los hombres.
La igualdad de género se basa en el principio de que todas las personas, hombres y mujeres, tengan
la posibilidad de desarrollar sus habilidades y libertad para tomar sus decisiones, y que se han tenido
en cuenta sus condiciones específicas, que han sido valoradas y favorecidas de la misma manera. No
se trata de que hombres y mujeres sean iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y
oportunidades no dependan de haber nacido con un sexo u otro.
Por otra parte, la equidad de género tiene como meta el tratar de manera justa y equitativa a hombres
y mujeres, según sus necesidades. Teniendo en cuenta este principio, se tomarán las medidas
oportunas para que sus derechos, responsabilidades y oportunidades sean las mismas, aunque eso
signifique que haya que favorecer a un grupo sobre otro. La equidad es el camino hacia la igualdad.
Esto nos lleva inevitablemente al concepto de “brecha de género” que son las desigualdades que
existen entre hombres y mujeres en el acceso a los recursos y servicios, el ejercicio de derechos, la
participación pública y la igualdad de oportunidades. La brecha de género es una excelente vía para
ilustrar la discriminación de las mujeres en la sociedad y su desigualdadfrente a los hombres. En cada
iniciativa que una organización debería preguntarse cuál es la brecha de género y garantizar que sus
acciones tienen a eliminar esa brecha o, al menos, no profundizarla.