Giuseppe Terragni Obras PDF
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Adolf Loos, “Ornamento y Delito”, pág. 44
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Si pensamos en la Casa del Fascio, la cual trasciende las condiciones
del régimen para ser admirada aún por los antifascistas, corrobora el valor
de la arquitectura de Terragni en sí misma, como ciencia construida o
disciplina artística la cual sobrepasa las convicciones ideológicas del
arquitecto.
La obra de Terragni viene a demostrar su fineza, actualidad y
atemporalidad aún hoy a más de sesenta años de su temprana partida. Su
permanencia en el tiempo radica probablemente en su visión abierta de la
disciplina para una arquitectura honesta y diáfana, sin artilugios
ornamentales ni faramallas decorativas. Si ignoráramos la arquitectura de
Terragni por haber estado al servicio del fascismo, quedaríamos limitados
a sobresaltar la ideología por sobre la arquitectura. Por otra parte, está
igualmente demostrado que los postulados globalizadores de la
modernidad blanca superan todas las ideologías.
Reflexionemos por un instante en el ejemplo de la obra del arquitecto
brasileño Oscar Niemeyer, embanderado en la ideología comunista, línea
diametralmente opuesta a la de Terragni, también desarrolló una
arquitectura al servicio del régimen de Juselino Kubitschek de la misma
manera que Terragni lo hiciera para Benito Mussolini. Tanto Niemeyer
como Terragni pertenecen a la segunda generación de la modernidad,
respondiendo durante la misma época simultánea y paralelamente en
distintos puntos del globo, uno a Latinoamérica y otro a Europa.
Más allá de la ideología, la cual puede haber sido una de las
limitaciones personales de Terragni, no se puede negar el alto nivel de
creatividad arquitectónica de este notable artista italiano quien buscaba
sin desentenderse de su pasado, una evolución progresista de la
arquitectura en su país a través de la razón y la tecnología, ambas
manifiestas en sus propuestas, las cuales están selladas por la claridad
formal, el rigor funcional y la transparencia espacial. Estas características
aparentemente abstractas hacen que su arquitectura sea actual aún hoy
por las posibilidades que otorga a la evolución lingüística con las nuevas
técnicas constructivas.
a) La estratificación planimétrica,
b) la expresión modular de la estructura,
c) la transparencia,
d) la geometría clasicista,
e) la relación edificio-paisaje.
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planos. Ellos, con variadas características provocan una des-composición
regulada del interior a la que podríamos denominar des-materialización
ordenada, debido a que se rompe para organizar funcionalmente los
elementos programáticos de un proyecto. Esta manera proyectual de des-
materializar ordenadamente un propuesta arquitectónica no está lejos de
la idea contemporánea de la de-construcción.
Los planos que conforman la espacialidad de un edificio suyo, se
encuentran rítmicamente regulados y casi siempre van asociados al
sistema estructural puntual que propone para cada proyecto.
El juego de planos donde lo transparente se intercala con lo opaco,
las superficies vacías con las llenas, las reales con las virtuales, no tiene
como objetivo la des-materialización total de la caja arquitectónica como
tal, a la manera neoplástica o miesiana, sino más bien, la jerarquización
de la misma aunque articulada materialmente a partir de la distinción de
los planos que la cierran. En otras palabras, procura mantener un
equilibrio interesante de diálogo entre el volumen exterior y los planos
que la componen desde su estructura interior.
En general, sus proyectos más prominentes proponen una secuencia
de planos en ambos sentidos de un esquema ortogonal que conforman
espacios, resuelven estructuras y articulan funciones. De manera que el
último plano, el que compone exteriormente la fachada del edificio, se
materializa con el carácter de cierre y de modo tal que complete la forma
poliédrica arquitectónica total.
Los ejemplos más notorios de esta idea son entre otros: la Casa del
Fascio, el Asilo Infantil, el Concurso de primer grado para el Palacio E42,
el “Danteum” en Roma, llegando al máximo de plasticidad de des-
materialización ordenada en la Casa Giuliani-Frigerio, su último proyecto
construido.
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puro totalizador, dado que responde a una articulación plástica
concordante con la espacialidad interior de los locales, sino más bien la
coordinación modular de la estructura. Otros proyectos de mayor escala y
envergadura más compleja que reafirman esta constante son: la Casa del
Fascio, el proyecto para el concurso de Edificios Educacionales en Busto
Arsizio (1934), y el Concurso para el Palacio E42 en Roma (primera fase
1937).
La idea de estructura puntual y no de masa es un gesto evolutivo de
la pesantez clásica a lo etéreo de la modernidad. Se mantiene el rigor
morfológico pero se avanza en des-materialización.
La estructura independiente, con sentido autónomo y plástico tiene
su repercusión directa en las formas de implantación. Las cuales no pocas
veces se abstraen del esquema del terreno. Dos ejemplos son claro de ello
El Asilo en Como y conjunto de viviendas Casa Rustici en Milan. En ambos
proyectos la geometría de la planta es libre de la del lote. Sólo siguen
abstractamente la ley generadora del mismo proponiendo plantas
ortogonales que advierten los límites sin especificarlos.
c).- La transparencia
2 Moholy–Nagy Lásló, “The New Vision and Abstract of an Artist”, pág. 75.
3
Rowe Colin, “Transparencia: literal y fenomenal” en “Manierismo y arquitectura moderna
y otros ensayos”, pág. 153-176.
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simultáneamente. El generoso volumen cristalino pertenece a la primera
definición y el proyecto en su conjunto a la segunda.
Si bien Terragni trabaja mucho con la transparencia no siempre es
directo o literal como lo marcan estadísticamente los ejemplos, sino que
crea en la mayoría de sus proyectos enigmas espaciales a través de las
transparencias fenomenales, aparentes y sugerentes que crea.
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e).- La relación edificio-paisaje (natural o urbano)
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A. Saggio, Giuseppe Terragni, vita e opera, pág. 12. “...dalla sorgente del sacrario il
fiume della vittoria scende ad alimentare la valle della vita...”
5
Giuseppe Terragni, “Building The Casa del Fascio in Como” en P. Eisenman, Giuseppe
Terrargni, transformations, descompositions, critiques, New York, 2003, págs. 268-269.
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En las obras residenciales construidas en Milán 6 se demuestra una
rigurosa adaptación a la morfología de los lotes. Las respuestas
volumétricas siguen sus leyes geométricas. El lenguaje purista empleado
por Terragni para estos edificios le ofrecen a las zonas donde se implantan,
aún hoy, a setenta años de su construcción, un renovado aire de
modernidad.
La solución B de la primera rueda del concurso (1934) así como la
propuesta de la segunda rueda (1937) para el Palacio Littorio en Roma,
apuestan a una fórmula arquitectónica de gran rigurosidad funcional y alta
sofisticación tecnológica. Los terrenos son diferentes en cuanto a su
ubicación, sin embargo ambos son triangulares y las respuestas a los dos
triángulos poseen diseños distintos. En la solución B sobre el terreno con
forma de triángulo-rectángulo se presenta una planta asimétrica definida
con trazos de elementaridad neoplasticista, mientras que en el segundo
caso sobre un triángulo isósceles, se siguen reglas de simetría axial de
mayor rigor y precisión. Este último en su definición es más romano que
el anterior por su simétrica monumentalidad. Aunque podríamos afirmar
que se trata de una romanidad moderna, cristalina y diáfana, adaptada a
la técnica y a la mentalidad de los tiempos modernos. No debemos olvidar
que los romanos en la antigüedad a su manera y con los medios técnicos
e intelectuales que poseían fueron “modernos” al resolver sus edificios,
pues la practicidad que los caracterizaba no era diferente de la filosofía del
funcionalismo moderno.
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Casa Rustici (1933-35), Casa Ghiringhelli (1933), Casa Toninello (1933), Casa Lavezzari
(1934-35), Casa Rustici-Comolli (1934-35).
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En el juego de abierto y cerrado, entrantes y salientes se observa
una inteligente des-materialización volumétrica que aliviana el bloque del
conjunto. Igualmente, aunque el lenguaje del Novocomum pertenezca a
los cánones de la modernidad, se comporta como un edificio tradicional en
su simétrica organización planimétrica y en su adaptación volumétrica
total. Se trata de una transformación actualizante y renovadora de la
tradición arquitectónica exponiendo así una re-interpretación de la misma
desde la lógica racional. Ello nos viene a demostrar en términos
arquitectónicos prácticos y materiales uno de los postulados teóricos del
“Gruppo 7” 7, del cual era miembro Terragni, expuesto en la revista “La
Rassegna Italiana”.
La toma de partido colabora con el completamiento de la manzana y
enriquece la espacialidad del interior, por complementarse con el espacio
abierto del conjunto habitacional lindero. En otras palabras, le responde
simétricamente al edificio ecléctico existente, tanto en el interior como
exteriormente. El Novocomum viene a expresar otra época y otra
mentalidad, siendo respetuoso de lo esencial: la relación con el lote y la
resolución funcional de la vivienda moderna. Resulta además un ejemplo
equilibrado entre vivienda de especulación y diseño arquitectónico en sí
mismo, colaborando a su vez con su imagen al enriquecimiento renovado
de la zona donde se implanta.
Las plantas del edificio rinden al máximo lo cuantitativo,
naturalmente por su relativa compacidad, pero no por ello deja de ofrecer
calidad arquitectónica interior a las viviendas. Este edificio racional y
orgánico al mismo tiempo evoluciona sobre el concepto corbusierano de la
“machina à habiter” al comprometerse directamente con el contexto
urbano existente y al crear viviendas con plantas relativamente flexibles
en uso y tamaño.
El aporte del “Novocomum” es múltiple y completo en tres aspectos
fundamentales:
a) a la disciplina como hecho arquitectónico concreto y construido
finamente diseñado,
b) al paisaje de la ciudad integrándose con precisión y discreción a él
y,
c) a la apertura psicológica de su destinatario, el hombre, en el
programa vivienda colectiva.
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Los miembros del “Gruppo 7” eran: Luigi Figini, Guido Frette, Sebastiano Larco, Gino
Pollini, Carlo Enrico Rava, Giuseppe Terragni, y Ubaldo Castagnoli, este último miembro
fue sustituido por Adalberto Libera.
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compositivos genuinos que superen cualquier simbolismo superficial y le
aporten a su usuario una apertura psicológica real.
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P. Eisenman, Giuseppe Terragni, transformations, pág. 43, 101
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sector ortogonal. Cada vivienda se abre doblemente a la ciudad y al
espacio exterior del conjunto. El espacio abierto a modo de patio virtual
toma en planta las mismas dimensiones de cada bloque.
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a) al programa funcional -arquitectura para la educación-,
b) a las condiciones espaciales del terreno –jardín botánico-
c) a la actualidad –no a la moda- que requiere cada edificio para que
sea arquitectura.
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Lago es más íntegramente compuesta en términos volumétricos. En
consecuencia, podríamos considerar este detalle como una interesante
transformación plástica.
La vivienda se ubica en la ruta nacional dei Giovi que une Como con
Milán. En la presente obra ha debido jugar un rol importante la ayuda del
cliente, quien colabora positivamente con el arquitecto dejándolo actuar
libremente para que éste desarrolle artística y racionalmente sus ideas.
El hecho arquitectónico en cuestión no es ni más ni menos que un
sencillo paralelepípedo horadado plásticamente con aberturas apaisadas,
las cuales, guardan discretas proporciones de manera que el volumen
mantenga intacta su pureza formal. Sólo algunas operaciones se practican
sobre el volumen principal otorgándole aún mayor plasticidad a la obra.
Ellos son: el gesto volumétrico sobre la fachada oriental que da a la calle,
es la losa de remate que crea un espacio semicubierto sobre la terraza-
jardín de la casa, las escaleras de ingreso al “piano nobile” realzado de la
casa y el balcón en la planta del primer nivel sobre la fachada occidental
que da al parque cubriendo el ingreso.
En planta es interesante leer la actitud neoplasticista de las
superficies opacas a modo de planos que conforman –separando e
integrando- los locales habitables. Dichos planos simultáneamente
trabajan como sistema estructural de la vivienda.
Por otra parte la espacialidad exterior dentro del paralelepípedo tiene
su riqueza propia. El patio en el primer nivel como expansión de las
habitaciones sobre la cubierta del salón, se vuelve vacío desde la terraza-
jardín. Ésta a su vez, posee la mayor parte de su espacio abierto y
espacios semi-cubiertos sobre los bordes longitudinales, creados por las
losas que juegan libremente a lo largo total del borde oriental y la mitad
sobre el borde occidental hacia el sector norte de la vivienda.
Un gesto circular pétreo excavado sobre el jardín de ingreso
alrededor del volumen correspondiente al salón, ofrece un nuevo
elemento geométrico distintivo frente al rigor rítmico y geométrico del
paralelepípedo de la casa y jerarquizando al mismo tiempo el volumen del
salón -parcialmente en voladizo-.
Otro elemento exterior que refuerza la idea de plasticidad en esta
obra es el marco que rodea parte del sector sobresaliente del salón. Este
marco en hormigón tiene un ligero contacto con el volumen. El despegue
define el límite como antepecho en la terraza que se crea sobre el
volumen; sobre el sector norte se transforma en un balcón tipo náutico
perteneciente al ingreso.
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Asilo es en el encuentro de las calles Alciato con Dei Mille, donde además
se ubica el ingreso al edificio.
En lo cultural del contexto Terragni es sensible al programa de un
Jardín de Infantes, donde la opacidad no debe existir, por razones obvias,
un niño necesita espacialidad –interior y exterior-, sol, aire y luz natural
para crecer fisiológicamente.
La propuesta es expresivamente clara, donde los subsistemas
funcional, formal, espacial y tecnológico se leen de manera individual: lo
funcional por lo tipológico, lo formal en lo plástico, lo espacial desde la
transparencia y lo estructural por su extensión a lo lingüístico. Los cuatro
se encuentran perfectamente integrados entre sí. La buena resolución
individual sumada al ensamble prolijo y fisiológico de ellos, viene a
verificar la calidad arquitectónica de un edificio, en el sencillo hecho que
cualquier visitante se siente invitado a permanecer en ella sin el deseo
inmediato de irse apenas vista y visitada la obra.
La ligereza y la transparencia existentes tanto en la obra en cuestión,
así como en toda la obra de Terragni se debe fundamentalmente al
progreso de la estructura-esqueleto en hormigón armado y acero sumado
al desarrollo de la tecnología del vidrio en su época.
La blanca arquitectura racional de la modernidad, y no el Fascismo al
que perteneciera Terragni, muestra una vez más su condición social a
través de la búsqueda de transparencia, flexibilidad, higiene y bienestar
para todos en una obra. El Asilo logra estos objetivos como obra de
arquitectura y más aún en un edificio para el cuidado de niños.
Filosóficamente el Asilo Infantil está muy cerca de la Escuela al Aire Libre
(1927-30) de J. Duiker en Ámsterdam.
Este tipo de arquitectura apuesta a la eficiencia y a la generosidad lo
que significa ir en contra de la ineficiencia y la mezquindad en la
construcción de edificios que sólo resuelven un problema de cantidad y no
de calidad la cual, además de resolver lo cuantitativo en la función de
alojar favorece el enriquecimiento psicológico del hombre.
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general del conjunto. En lo individual, tal vez no sea demasiado positivo la
generalización de las aberturas para funciones diversas, muy notorio en la
fachada norte, la del departamento sobre la calle Sinicaglia; no obstante,
en resolución exterior cada nivel muestra una clara unidad de imagen, al
punto de hacer difícil la lectura cuantitativa de departamentos que se
desarrollan en la planta tipo.
La resolución de la planta, se basa en la explotación de las tres caras
libres del terreno más el despegue del muro medianero de lado restante
del lote. La planta tipo posee tres departamentos: dos de tres dormitorios
y uno pequeño de un dormitorio. Los dos departamentos mayores tienen
tres caras libres y el complementario dos caras ciegas paralelas y largas
en el centro de la planta.
El mensaje didáctico más importante que nos deja este edificio, aún
con las críticas negativas que se le puedan hacer, es sin lugar a dudas la
flexibilidad plástica lograda entre planta, sección y volumen demostrando
así que es posible desarrollar interesantes temas de diseño arquitectónico
en un programa tan riguroso y aparentemente limitado como lo es el de la
vivienda colectiva en altura.
a) Antecedentes
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italiana del “ornamento y delito” loosiano y del postulado “machine à
habiter” de Le Corbusier.
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Eugène Freyssinet, Hangares en Orly, (1921-23)
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Le Corbusier, Villa Savoye (1929-31) en Poissy, Alvar Aalto, Sanatorio Paimio (1928-33),
Walter Gropius Fabrica Fagus (1910-14), en Alfeld/Leine, Mendelsohn Grandes
almacenes Schocken (1926-28), en Stuttgart.
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edificio de Terragni presenta en su fachada principal una clara asimetría
entre el plano vertical ciego y la trama ortogonal de vacíos enmarcados
por la estructura, detalle observable en el ala de la “enseñanza técnica”
de la Escuela. Del mismo modo las elaboradas fachadas norte-este de la
Casa pueden verse reflejada en el diseño de las superficies del bloque de
la “residencia de estudiantes” en la misma Bauhaus, obviando los
balcones.
La fachada del proyecto para el Banco y Caja de Ahorro Rijswijksche (1918) de
Johannes Duiker en la Haya antecede, conceptualmente por su asimetría y la
relación lleno-vacío, a la Casa del Fascio. Igualmente pero en el sentido
estructuralista y des-materialización o alivianamiento de la masa al edificio de
apartamentos Rustici (1933-35) en Milán le antecede Edificio de Nirwana (1927) en
la Haya, también de Duiker.
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b) Consecuentes
11
A. Saggio, Giuseppe Terragni, vita e opera, pág. 32.
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Frampton 12 del Pabellón de Portugal para la Expo’98 de Lisboa de Alvaro
Siza.
En el mismo Pabellón, en la Biblioteca de la Universidad de Aveiro
(1988-95), en el Rectorado de la Universidad de Alicante (1995-98), entre
otras obras de Siza, aparece un detalle interesante de “continuidad
quebrada” de la losa, la que es observable en la losa de los balcones y
antepechos extremos de los mismos de la Casa Lavezzari en Milán. Por
otra parte, un gesto a-tectónico de Terragni en este edificio es asociable a
otro de Siza en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (1988-93) en
Santiago de Compostela. En el primero advertimos que donde debe
aparecer un nervio que colabore con el soporte del balcón aparece una
abertura, y en el segundo, un muro grueso aparentemente de piedra
aparece sustentado por un par de perfiles de hierro.
Varias obras de Alvaro Siza parecen resultar consecuentes del Asilo
Sant´Elía, en lo tipológico-morfológico y en la sencillez lingüística de la
modernidad. La semejanza lingüística existente entre la obra de Terragni
y algunas de la de Siza 13 se halla en los elementos utilizados: muros
blancos, aperturas apaisadas y galerías. Naturalmente, la transparencia y
la flexible relación interior-exterior percibidas en el Asilo no se observan
en las mencionadas obras de Siza, las cuales por razones programáticas y
climáticas requieren una propuesta más introvertida.
5.- Epílogo
12
Álvaro Siza, obra completa, Barcelona, 2000, pág. 57.
13
Entre ellas podemos mencionar el Instituto de Educación Superior de Setúbal (1986-94),
la Fundación Serralves en Oporto (1991-99) y el Rectorado de la Universidad de Alicante
(1995-98).
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permanente imitación estilística del pasado, y sin querer y de antemano, a
la actitud de la arquitectura posmoderna.
Los edificios de Terragni encierran el bello secreto de calidad que
contienen las grandes obras de arte en la historia de la arquitectura: se
vienen convirtiendo con el tiempo en bellas ruinas, parafraseando el
pensamiento del maestro colombiano R. Salmona, cuando enfatiza el
objetivo que debería tener hoy la producción arquitectónica, la cual, casi
sin darnos cuenta y apostando a las modas se va volviendo más y más
efímera.
Giuseppe Terragni es de las personalidades independientes, solitarias,
llenas de idealismo y avanzadas para su época en su país, así como lo
fueran, Le Corbusier en Francia, Mies van der Rohe en Alemania, L. Kysela
en Checoslovaquia, A. Loos en Austria, J. Duiker en Holanda, entre otros.
Su obra arquitectónica logra amalgamar dos corrientes
aparentemente inconexas, por un lado, el lenguaje industrial de los
futuristas, y por el otro, la reinterpretación de la tradición cultural, un
tema eternamente presente en la arquitectura italiana. Terragni
proyectista, conoce perfectamente la historia de la arquitectura de su
tiempo, la del pasado, y por sobre todo la de su país, de la que muy pocos
arquitectos italianos contemporáneos logran salir sin imitarla literal o
abstractamente.
Claudio Conenna
PhD., Arquitecto y Docente de
Diseño Arquitectónico y Teoría
de la Arquitectura en la
Universidad Aristóteles de
Salónica, Grecia.
cconenna@arch.auth.gr
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Bibliografía
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