Manual Del Agricul Tor Asturian o
Manual Del Agricul Tor Asturian o
Manual Del Agricul Tor Asturian o
DEL
AGRICULTOR ASTURIANO
POR
1 DE LA FACULT.\D
UE CIE NCIAS, CATBDlÜTI CO DE IIISTOill.\ NAT URAL ,
1
Y SOCIO DE LA ECONÓMICA DE AMIGOS
DEL PAIS , EN OY IBDO .
1
1
OVIEDO
IMP . DE D. RAFAEL CORN\lU O FERNA NOEZ T CO MP.
Plazuela de la Forta./eza.
1.864.
J
l:.'s Jn·opicdad clel .~ lutor. Todos los ejempl<wes
llevan una conlrasc1iC' particular.
PROLOGO.
~ Enlre las causas qnc mantienen la escasez en 1a
.1 cnsn tlcl Laurador a:;tlHiano. no obstante su conocida
-~ laboriosidad y lo:; rudos trabajo:; ú que se et1trega, hay
~ Hnm; relativa::; ;"L ]¡~ distribucion y carg·a::; d~ la propie-
'~ tl<ul mm 1, e¡ nn son el ifír~ih·:; de remover, exig·en mucho
1 estndio y mucho tino de ptutc tlel Gobierno; lHlY otras,
~ re:mlt<Hlo tle ltlyes rniuo:;as. ahsur<la:; prácticas y usos
··~ y obm;os auti¡r1to:-:, como el aproVC'l'llamiento de los
1: bienes comunes y de las derrotas, t an profuudamente
arraig·adns, que solo puede hacerlas desaparecer el bra-
zo firme dü la:; Corporaciones pro\"incialc:> y munici-
pnlc::; hay. por último , las que se refieren á la igno-
rancia y preocupaciones, uo meno:; difícilei.' de desar-
raigar. pero contra las 4ue mucl:w·puede el buen de-
seo y la constante predicacion de lo!:i intlivitluoi' .
Yerdad e:; t¡ue todas estas causas estún relaciona-
uns ent re si y que las primct·a¡.; son acaso de mayor
trascendencia; mas, porque el (;obierno, la Diputacion
proYincial y los Ay untAmiento:; uo hag·an lo que fue-
ra de cspem r . pot· encontrar de st-g·uro dificultades
acaso in::;upt~rnblés ¡,ha de estar el Labrador con los
brazos Ct'Uit.ado::; sin hacer por si algo para s u mejor
estar? Esto seria obrai.' como aquel que teniendo varios
deudores, no qui~iera reciLir el diuero del menor por-
flUC los otros no se le habian presentauo. Lo mejor y
más pt·udcnte es oejar<>e de vanas lamentaciones y ca-
da uno trabajar con fé y conocimiento.
Fé y conocimiento: hé aquí do:> conuiciones con las
que el suulo de Astut·ias. sin que en nada camb ie el
estado tle la Provinci a , puede tht.t' triple producto del
qne en la act.u aliuatl rimle. Lo fé se adquiere con la
raxon y se aumenta con el trabaju: los conocimientos
se consiguen con la esperienci~l. la conYersacion de
personas ilnstratlas y la lectul'll de las buenns ollras.
Il
Lle nar el vacio que en e::;tn última parl-e .iC nota
en la Pro,·incia es el objeto del Manual que orrccemo..;
al público.
R emos creillO que en el e.-tallo actual del Pai~. trn -
tar de introdncit· graneles t·efol'lltus .Y no,·etlatlcs. ha-
blar mucho de todo en una obra voluminosa. :-:eda
t rabajo pe('(li•lo; por otrn purtc, escribir. como alg·uno:;
qnicreu, u na cartilla cot'ta y compe ndi:tJa, sei'Ía tanto
como enset1a r mucho menos de lo q no t!n tnater ius de
l abranza se puede apt·c nt.lc r en el hog·a¡· domé::;tico U u
t é r mino medio es lo qtu• nos ha pnt'Prido rn{t::; oportu-
n o ..\ lt>jomt· lo ex.iste nte, introdur:iPntlo algunns t·o-
f orma:; que ni por n nt:l\·a:; ni g·mntlcs dwquen . ni por
costosas sean clifícilt>,; (¡ impo:siblc:;, e,; el lema que un:-:
l ta servido de guia.
Entt·e las mncha~ tliticnlla<les que hemos eucont m -
do pat·n realizar uuesti'O pe n::;amicnto, no ha sido la
m enor. la de sabe r para quién habíamos de e:-;cribit·.
Conocient.lo, por rawnes que á todo .\stu riano :=:e al-
canzan, que seria iuútil dil'ig·irnos tlirectume nte á la
mayor ¡Hwte tle los La bt·atlore:s, he mos procurndo com-
p oner un libt·o que, ~in dejat· de e!:ta r al alcance de
t odo Aldeano cu t·ioso, y al mis mo tie mpo que pu eda
l ee1·.se en la!> escuelas públicn;¡J)1Ua que vaya forman-
do la intelig-encia de lo:s llama Ol; maüana al culti\·o
d e los campos. circule entre los propietarios. quienes
p or su g ran influencia sobre los casei'Os son los mas
directamente llamados ~ iutt·oducit· las mejoras, bien
con el consejo y toda•ia mejor con el ejemplo.
Si seguros estamos de la bondad y oportunidad de
l a idea, no lo estamos igualmente del acierto en s u
desar rollo, y ¡cómo lo hemos deestat· cuando e.s s abi-
do que los de.seos son tnntos y tan variado::;! Nos
damo!-l por s atisfechos con señalar u n camino que
ot¡·o;-;, o nosotros mismos recor reremos. si los La bra-
dores y demás personas ilustrarlas tie nen ú bien in-
dicamos cou franqu eza los defectos que hallen en
n ue~trn obrita y las reformas que crean útiles pa ra
el Pai,; que rlescr ibimos .
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J:Lidü·m " tH.:edc·r t1ue nna ele ¡•lla.-; crec: ie::;e Yigorosa y
!uzana eu un pnutu dado y qne otra, en las mismas
COIH.lidOilL':i, Ú Ullll';e;;e Ú :>e fll'l"St~ ntn,;e empobrecida J
de~me¡Jrmln . .-\;; i eu ul'e<.:to ,;e Yeritic.:n, y de la misma
lllH llL'ta que en lo:> mo LJtc•,; tle .btmias no puede yi\·it·
1i
,
ellerm aí'ricauo, ni t·n ic,;.; rlesiertos _del Al'r'ica el oso
ele nt1C:->tro pab, pC!r la mi"ma cau.-;a, los p un tos eu
q tHl t:l'l'<'Pll ,- ¡g·· n·u.~u,; lo.;; l'Oble;.; y nt::;tA üus no son ti
p¡·np!'t::;itn para lo:-; pl<itn111•...; ~·las palmern;:;.
]le :-u1uí ;-;:~ ch.:du;,(~ que el qtw IJlliL·ra proponer.-;e el
cnlt i\ o de Cll<1 ltj 11Í0l' plu11ta útil. rJnC' 2~ PI pl'iucipnl ob-
jeto t1 e: la A~· r ic: nli 11m. 1ÍI'IIO t·on l'l'<'CÍ:;ion qnr. conOCE'l':
1." !'11 Yioh pnrt i<:lllnt·, y-2." ,;¡ ,.¡ Jlnnt0 don1le ::;e propont>
,·o n:-:r['; lt ir ~t t l)hjPtn nl't'C'r·e h.; f'0!lllicion.'" neresaria;",
,¡ t'll ca:oú c·f;ll lnu·io, :; i le :'e l·:'• fúci l poderl a::; propor -
2
El que adornnclo con e:-;to:; conocimient os :=:e pt·opo·
ne nplicnl'lns para ;;u hie•n~?,.;flu· y el <le :-:11:: ,.;enwjank:-:,
mrrccerit el nomhr<' tle .\ ~·t·icultot· ,·, n•t·elmkt·o L:\hra-
dor, y pucclc e...;tnr spg·u t·o qur nt:-:i :-:it•tnpre lo,, bncnn,.;
r esultados COI'Onnnín :0:11:-: e..:pcr:lllzn·;. El que :-i n •' llo,.;.
y solo t'Ott el rccu et·elo do lo q 1w \'¡:, hnt:e!t'. Jlltb ;-;in
compl't'tHlerhl. se' dt•cliqll•' al nli."'llln •·.i•·n·Ho. 11,, u te.
l'CCC't'/t 1\l:l:; ll OIIlhl'<' fJ I' l' el t[p ,.;i ll l jllt• l: tll Íll al'ÍII , )' lcll ·
g·a entendido IJIH.' entt'l'g':L al nza1· ·"'J.' in1•'J'•'"'l'" ·" p,..;-
fu crzo."'. l'\o ba:-:la lmlt nj:Jl' 1111 1\'lt" y :-.a lll'r Hta•u•jaJ'
bieu t>l nrndo. La .\gTkn lltll'a •·~ tilla q•¡·dat\••J·a pro-
fe:-.ion: t'JÜI'l' el httt'll Luhraelur y 1'1 :-:impl•• l:nl iuario
hay Ju mi:;nw t!i;-; au•ia r¡tH' l'llln• 1111 .\I'C¡niil.'C'I•• y 1111
Peon: el último trabilja it I'Íl'8'n:-: ~· ,.;c,Jo haje1 In. din•c-
ci0n tlel Pl'ÍlllCI'O :oin (' ] cnnl lladll pm1rin lt:J C'I 'l'. m Hn-
tinnrio, :-;iuo tmta tk tlejar dt• :-'l'l'lP . no ,..;erú 1na ...: !Jlll'
n n Peon Llol cntentlielo LnlmHlur.
Pl'eparar el cautino ptHa salir 1'1\ .1.:-tmin.-; (h-1 pl'Í-
mcr f':;tntlu y pn:-:ar ul :•qruutlo, l'.' <:' 1 objeto ul' ..stn.
obritn., en ];l ¡;ual tmtnr,•tJHl:-' prinwt·o dt> la ,·iúa dt• ln..-
plan las. dél <:ulti\·o en ~\'LH'ral y d,• los c:u ltim::: t':->Jll' -
ciale;:;, oc u pé\ndon0:-; por últ iwo dd <:uilimlo lil' lo:-;
animalt>s domé,.;!i~:o;-;.
PRil\IERA PARTE.
8
La savia, por efecto de la respiracion, toma del
aire una sustancia llamada cm·bono que sirve para dar
consistencia y color á la planta; así pues las partes qne,
por estar enterrarlas ó en un lugar oscuro, no pueden
t omarle, se vuel ven blanc.as y jngosaR ó blan(las que
es lo que se llama ahilut·se . .t\lg-unas ·veces el aLiJa-
miento puede set· útil como s ucecle en l as hojas inte-
riores del repollo y de la lechug·a.. y hasta puede ha-.
cerse de intento, como con los car<los y escarolas; pero
cuando se quiere que la planta son vigorosa para
apro\echar su madera ó sus frutos, hay que pt·ocurar
toda la luz posible.
Las hojas hacen otros sel'\·icios, cuaJe;; son: ) .• el
desprendimiento de vapores qne e;; una. ele las causas
que ocasionan el misterioso movimiento ele la savia; y
2. 0 lo. purificacion del aire, por cuya razon se acons~ja
como con veniente el arbolado en el interiot· de las
g-randes poblaciones. No falta quien quiera aumeutat·
la importancia de las h ojas considerándolas como
otras tantas bocas qne reciben alimento; mas esta no
es una verdad demostrada, porque si se obser'a que
despues de alguna seca, el ma;z, por ejemplo, parece
que revive con 1111 poco de llu \·ia. es debido, no á que
las hoJas ~bsorban el ag·ua, sino á que esta arrastró el
polvillo que había caído sobre aquellas que desue en-
tonces comenzaron á respirn.t· cou mas regularidad.
Nutricion. La savia modificada ya en las hojas,
baja y se dirig-e iL las diversas partes de l a planta; ca-
Lla una absorbe lo que necesita y lo incorpora ú s n
sustancia. A este acto se llama nut1'icio1l, y es el fin á
que se dirigen los acto::s que lle,·amos desct·itos .
Todas las plantas se nutren sin duda alguna de la
9
misma manera, pero cada una se tlii~rencia de las de-
·~ mús por la clase ue alimentos que requiere . Hay al-
#
~
gunas tan poco escrupulosas que todo las sienta bien
~ y eu tod~ts partes viven, y hay otras al contrario tan
1 delicndus que solo pueden desarrollarse en muy pocos
puntos. Determinar el alimento que á cada una con-
·.¡ viene es una cnestion tao dificil como impol'tante; por
.~ fortnna., pa1·a l~s plantas que se cultivan ó conviene
cultivat• en gTande en Asturias, puede decirse que es-
ta cue:;tion so halla casi resuelta, y no siendo estre-
mosas, no es difícil proporcionarlas el alimento que
mejor las viene. Volvet·eroos á ocuparnos de esto al
hablar de los cultivos en particular.
Secrecciones. Ademas de la savia, se encuentran
,·;: en alg·unas plantas jugos especiales que se llaman se-
,~
·r~! erecciones. Su objeto. asi como su composicion, >aria no-
:3 tablernente. En unas. como en los na::anjos y limone-
1;1 ros, son aceites qne dan aroma á lon fl'utos; en otras
1:1 e;.; un jugo que abrasa, como el de las ortig·as; ó una
'¡·".."'
-.¡
...:
especie de polvillo que se llama l e::, como en las ci-
ruelas; y en la mayor parte de los árboles, es una es'-
pecie de res:ina que se estiende por las yemas y sirve
pat·a protPjer las partes tiernecitas que encierran du-
rante los frios del inrieruo.
Como se vé, las secrecciones son verdaderos uefen-
: sores de las plautas. mas en verdad que no son ellas
:,f solos, porqu e las diferentes especies de polos, puntas,
.~ ganchos, z¡n•cillos y espinas tienden al mismo fin. Na-
·t> da hay inútil en u na planta; todo tiene su objeto y
1
10
ú c:;to atribuyen el que una planta no se dé bien en el
mismo punto en que acaso el atio anteriot• crecía vi-
gorosa. Tal opinion no está bien compt·obacla y estos
resultados se esplican mejor. teniendo en cuenta que
cadn p lauta saca del terreno las partes que la convie-
nen, dcjáudole por 1o tanto e::;quilmado ó empobrecido
para las de su misma especie, a l paso que puede que-
dar féttil para otras de especie distinta. De todos mo-
dos. y sea por u na. ú otra causa, la razon y la espe-
riencia sl!üalan como buena la costumbre de la rota-
cion ó alternatiYa en las cosechas.
................._____
1
19
otro y, si l a estacion ayudase, en intérva1os casi
iguales.
Jo arar n i cavar más ni menos de lo necesario: me-
nos, es trabajar á media::; más, puede desustanciar á
la tierra. :Mireln el labrador y si la encUfmtra limpia y
mullida . está ya corriente. Mucha atencion con el tiem -
po y el estado de la tierra, no perdiendo n unca de vis-
ta lo que respecto de esto vamos it decir al ocup arn os
de la sementera .
. <
De dos maneras puede ser la labor con el arado; ó
...
acordonadtt, que es cuando se forman caballetes bien
separados por surcos, 6 chata, que es cuando el campo
queda por todas partes igual. Cada una tiene sus
ventajas é inconvenientes. La acordonada recibe mejor
la accion de la lu7., el aire y el calor, se seca mas
p1·onto. pero con ella se pierde alg·o de t ert'eno. E n po-
cos puntos de Asttnias se u~u y en su lug·ar se prefie1·e
la chata que se hace tambien á ~a pala . Ahora bien,
¿conviene seg·uir así ó sería mejot· cambiar? Difícil es
re.5olve¡· esta cucstion. En igualdad de circunstancias
¿ es pt•eferible sin duda algnna la primera; mas en As-
turias, la propiedad rural está tan cara y cada labra-
dor posee tan pequeña porcion de terreno para el cul-
·~ tivo, quE: no se puede riesperdiciar nada. Por ot1·a pat·-
~ te hay que tener en cuenta, que si bien llueYe mucho
}1 pot· el im·ierno, por euya mzon seria preferible la la-
} bor acordonada, en cambio suelen pas!:m;e sin llover
~ n no 6 dos müses de verano, y como la tie1-ra tiene po-
:_·~. r.o fonrlo por Jo generaL pronto se seca y lo haría m u -
~ rho mus pronto s i no tuviera la laboi'Chata . Medítense
-~ estas ruzones en pro y en contra y síg·ase como hasta
<- nqu1 ó variese en tlonde convenga ó :;e pueda.
20
Tanto en la labor acordonada como en la chata
cúidese de que los surcos ni sean largos porque can-
san, ni cortos porque entonces ~e pierde mucho tiem--
po; háganse espesos é ig-uales y no se deje descansar
al ganado hasta la conclusion de cada uno; crúcense
las rejas para que toda la tierra quede removida, y
p or ú ltimo, profundicense cada o;ez mas las labot·.es á
medida que avancen, para que salga lo de abajo arriba
y todo quede bien mezclado.
Si el campo se hallase en terre11o llano, los surcos
pueden hacerse en cualquier direccion; algunos acon-
sejan que vayan de Norte á lfediodia, y no es malo en
labor acordonada; mas en la chata, no hay que con-
c;ultaL' otra cosa que la comodidad. En la::; pendientes,
tan comunes en Astul'ias, hay que tenf::r mas cuidado.
Vayan los surcos de derecha tí izquierda, que así son
menos cansados para dueño y g·anatlos, y por otra
parte evitan los destrozos de la~ llu vías que arrastran
la tierra y los abouos hácia abajo. Mucha atencion cofl
lo que pueda venir de arriba; si solo se espera algun
torrente ele ag-ua, hay que estat· pt·evenidos para dar-
le pronta y fácil salida; mas si no hay este ter:.or, y
acuso es bueno lo que arrastrau las aguas, entonces
t ómense p recauciones para aprovecharse de ellas, bien
haciendo que se repartan por el campo, ó recog·iéndo-
las en un depósito comun .
El labrador ha de ser como el marino que á veees
saca partido de los vientos contrarios.
21
DB LAS SEMBNTBilAS.
L
22
drá recojer el maíz esponiéndose á perderlo, si se ha-
bía retardado.
Respecto á las semillas, cúidese de que sean pesa-
das, gruesas, lustrosas, enteras y ele buen color. Me-
j ores son las del año último que las de los anteriores,
porque aunque hay muchas que nada pierden con el
tiempo, tampoco ganan, y en todo caso bueno es evi-
tat· dudas. El que no las teng·a y se vea en la necesi-
dad de pedirlas ó compral'las, no reciba, sin verlas,
las primeras que le den, ni escoja las mas baratas; la
economía en este caso será misel'ia no tardando, por-
que pocas "eces malos padres dieron buenos hijog.
La profundidad á que han de quedat· las simientes
varia confo1·me sean ellas y el t.erreuo; las grandes
deben quedar mas cubierta::; que las pequeñas, y si el
terreno es húmedo ó apelmazado, la cubierta sea mas
delg·ada que si fu era ::melto.
No hay inconveniente en dejar al descubierto las
muy menudas, como las de los prados; mas nunca,
aunque senn gTandes, estén enterradas á más de seis
dedos, porque están espuestas á podrirse. El temor de
que las destruyan algunos animales obliga á enterrar
algunas más de la cuenta; no es malo si no se pasa de
cierto punto, porque así saldrán las plantas más ro-
bustas.
La costumbre de echar en agua pura 6 con cal, es-
tiércol 6 ceniza, alg·nuas semillas antes de sembrarlas,
nunca puede ser buena como no aea para escojerlas,
porque es contrariar á la naturaleza. Si son duras ,
adelántese algo la sementera y todo estará remedia-
do . La humetlad de la tierra ablanda tantv como el
agua de un ba·rcal 6 {e1'tada. y si las mezclas lo aprd-
_______________
...._ -
23
suran algo es á costa rle las semillas. El dar mucha y
buena comida á un niño para que se desarrolle pron-
to es esponerse á per:lerle en seguida 6 cuando llegue
á faltade el alimento á que se fué acostumbrando.
Hay que dar al César lo que es del César y al tiempo
lo que sea suyo. Verdad es que alg·unas semillas, co-
mo las de hueso, se endurecen bastante con el tiempo.
mas siémbt·ense poco despues de la época en que se
desprenden por si solas de la planta, y esto será lo mas
acertado, porque ea seguir el órden natural. Para se-
milleros. viveros 6 eras de árboles. ni se escojan sitios
de muy buena. calidad, ni se les abone en demasía,
porque hay que tener en cuenta que cuanto mas lo-
zanos y vigot·osos nazc~n y crezcan al principio. tanto
más lo van á sentir cuando se tt·as-planten á los terre-
nos á donde se destinan, que regulat·mente no son ele
.i los mejores. Los especuladores hacen todo lo contrario
á lo que decimos. y por eso aconsejamos á los que ten-
gan qnc comprat· árboles tiernos, que antes de todo in-
daguen el punto de donde pt·oceden y lo comparen con
el que les destinan. El desatender este consejo es es-
ponerse á perder dinero, tiempo y trabajo.
La distancia de las semillas, ya lo hemos dicho,
).
conforme á su magnitud. No imp(lrta, sin embargo,
ponerlas algo espesas contando con que algunas .se
pudren y otras son destruidas por los animales. Don-
de abunden ratones y topos no se siembren en :ineas,
p01:que es esponerse á que las destt'tlyan de cot·rido.
En alg·unos puntos se considera como máxima de agri-
cultura el sembrar claro para cojN' espeso, mas en As-
turias casi siempre debe .hacerse lo contrario, porque
es talla pujanza de las plantas naturales. q11e llama-
24
r emos malas yerbas, y tanto lo que favorece su desar-
rollo la humedad constante, que el sembrar claro es
como no sembrar, porque las plantas incultas todo lo
invaden y todo lo cubren, habiendo necesidad de estar
· dando contínuamcnte tras ellas. Verdad es que el
sembrar e-speso tiene el inconveniente de que si salen
tollas las plantas se criarán delicadas y de poco valer,
mas cuando quie1·a y siem¡we que con veng·a se pueden
hacer las entresacas 6 armlamientos. que nunca son
dificiles, y nada importa que se pierda. un poco de se-
milla, pues al cabo, en e:;to mas vale cortm· que plantm·.
Los tres medios ordinarios de siembra, á saber :
á g·olpe ó por pozas. á .chorrillo ó á n:ego, y á pUlio ó
voleo, se conocen en A.stut·in, y se practican bastante
b ien. Y aunque la Agricnltura posee hoy medios de
hacer esta operacion con mas regularidad que á voleo,
que es el medio ordinariamente empleado para, las ce-
reales, con todo. no nos parece necesa t•ia esta reforma
que se puede evitar con un poco de práctica. Encár-
guense de semht•ar los homhre.s, nunca los mucha-
chos. Mas cuidado que la distribucion ordenadisima
de la:; semillas, necesita la preparacion del terreno
que las ha de t·ecibir, y el modo de cubrirlas; evitense
las cal.,..as ó muertes, por que todo lo demás tiene el
facilJ·emedio qne arriba indicamos.
En los trasplantes hay gue cuidat' de que los hoyos
ó pozas sean proporcionado:;; mas vale que pequen
de g ¡·andes que de pequeños cuando hayan de recibir
árboles. llespecto á estos, es precie.o sacarlos de la
tiel'l'a con el mayor número posible de raice:;, procu-
rando que no queden apelmazadas en el nuevo pun-
to, sino ocupando una posicion parecida á la que
25
tenian en el vivero. Cúbranse de tierra con órdel?, co-
menzando por la primera capa que se sacó del punto
donde se abrió la poza, (no es malo echar algo de
abono ó polvo de los caminos), agítese algun tanto y
písese un poco la tierra para que no queden huecos.
Si el punto de trasplante fuese una carretera 6 un
1
sitio frecuentado por· muchachos ó an imales, procú-
rese que los plantones tengan ya algun cuerpo y ade-
:J más rodéense de zarzillo:; ele espinos. pero bien dis-
1
11
~ puestos y aseg·urados. El hacer esta operacion á me-
1
dias es como no hacerla. Si el dueño ó el que determi-
na la plantacion no puede pt·esenciarla, mas vale que
la su~penda por que los trabajadores siempre tratan
de concluirla cuanto antes y de cualquier modo.
¡Cuántos cientos de árboles se pierden todos los años
en Asturias por esta falta de cuidado!
ESCARDAS Ó SA Lf.OS .
1·~
que lo está al Occidente: el terreno inclinado es mas
seco que el llano, y el que se halla á la intemperie es
mucho mas frío que el resg·uardado por abrigos, bien
sean natumles como los bosques y montanas, ó artifi-
ciales como son las cerca~ y los setos.
Si las montañas de A-sturias por solo su existencia
-~ ocasionan diferencias genet·ales en el clima ¡cuántas
difet·encias, aunque de menm· importancia, no ocasio-
narán las ,·ariadas esposiciones. inclinaciones y abri-
g·os que por todas partes se encuentran!
No hay duda: el clima.de Astur·ias es en genet·al hú-
medo y templado, mas con cscepcioncs tan nolrtbles como
numerosas.
Los mas célebres AgTónomos dividen la tierra en
varios climas ó regiones agrícolas, :;~un las p!anta~
32
que al aire libre se dan en ello~; y en España admiten
seis. que son: l.' la del naranjo; 2 .' la del olivo; 3. • la
de la viña; 4.' la de los cereales; 5.' la de los forrajes,
y 6.' la de los bosques. Seg·un los caractéres que dan
á. cada region, AsturiasJlo tiene mas que las dos úl-
timas, aunque á primera vista parezca mas va-
riada.
Ahora bierL á esta d ivisiou . admitida por todos los
Agt·ónomos notable~. 6 á. la consecuencia que hemos
sacado por el estudio del pais, es A lo que tiene que
sujetarse el Labrador Astur-iano, si quiere hacer un
cultivo racional.
Teniendo A.stmia.s un clima húmedo y templado aun-
que con notables variaciones, ¿no estarán equivocados
los que se imaginen que esta Provincia todo lo puede
producir? ¿No marcharán descaminados los que creen
que todos los pun tos son bueno,¡ para el cultivo de una
planta que la costumbre ó In necesidad les haya hecho
mas ó menos indi~pensable. 6 aquellos que aunque
conocen la verdad sig·uen el mismo rumbo esperando
en la casualidad para. obtener· buenos productos? En
verJad. que los unos piensan mal y los otros obran
peor. El que no consulta á la Naturaleza en cosas que
á ella se refieren, no tenga segmitlau en sus opinio-
nes; el que camina á ciegas tarde ó temprano t1ene
que estrellarse, y el que hace entrar .á la casualirlad
en sus cálculos es como el qu e deja abiert~ la puerta
de su casa, ó abandona l a bolsa en medio de una car-
retCI·a.
Vet•tlatl es que en alg-uno::l punlo,;; ~e dau unls re-
gul ar·es y e;;quis itas frutas, y en la co;;tu ~o eucnen-
tran palmeras y naranjof; corpulentos cnyos muaujus
33·
pueden competir con las mas apreciadas de Murcia;
mas téngase entendido que esto último solo sucede en
pocos puntos, 6 á costa del dinero del que quiere satis-
facer un capricho siempre respetable. K o son estos los
productos g·enerales del pais No ~e pierda de Yista que
al lado do estos árboles estrMios. y acaso parn sem-
brarlos , hay que Mrancar continuamente los Yu lgares
helechos y los bre7.os comu ufsimos .
No concluiremos sin decir que lo. elecciou de sitios
pan1. el cultivo exig-e en Asturias mns cuidado que en
ning-una otra parle ele Espaüa, aun prescindiendo de la
diferencia de terr·enos de qu2 pronto vamos á ocupar-
nos. El que fijándose solo en que Astlll'ias tiene un clima
húmedo se pusiese ;'t cultivar. sin mirar IÍ. otra cosa,
una planta que crece vig-orosa e11 paises tambien hú-
medos, cnente con que puede penlcr' s u trabajo s in más
~ qnc por la seq nía ó falta ele ag·u:>... EL que viendo que
fl! su 'eciuo tenía un sembrado hermoso, quisie1·a tener
=~ otro igual e n la tit:t·ra inmed iat;l, Yen an tes de t odo s i
las dos tierras ofrecen condiciones ig·uale.s, porque s i,
como es casi seguro, hay alguna difcr<:ncia en la espo-
sicion, en la pendiente ó en cualquiera de las causas
que hemos señalado, basta para pne no tenga los mis-
~- mos productos, ó si los tiene sení con t1·abajos y g-astos
~ desig·uales.
"'
DI! f,,\S TIERIIAS Oll CU LT IVO EN GEN!lnAL Y RN PAIITICU L,\ 11
IHl !,AS 01! ASTUili AS.
l
40
cioncs eapeciales; mns pot· ·reg·la g·eneral son más
apreciadas aquellas tierras que ofrecen una mezcla
casi por igual de arcilla y arena con algo de cal y de
mantillo. porque esta mezcla retiene moderadamente
la humedad y se presta f<hilment.o ~\ la:: labores. ¿Có-
mo se distinguirán estas tierras? Para distinguidas
con exactitud se requieren alg·uno;; conocimiPntos de
que carecen hoy uue:;tros Labradot·es; mas el distiu-
g·uirlas aproximadamente, que e:; lo que se necesita,
e, cosa bastante f;kil. Si son pura::;. ya hemos indica-
do las seliales que presentan; mas cuanuo están me?:-
cladas, basta tomar u na porcion tle tiena, amasarla
con agua y dejarla al sol. Si el terrou asi fot·mado
ofrece alguna dificultat.l para t•omperse 6 desmoro-
narse, pero al fin se desmorona sin gran esfuerzo, es
que tiene la arcilla y arena en las pmporciones que se
desean; si se de;:,moronase en seg·uida, es que predo-
mina la arena; y si presentase g rao dificultad en rom-
perse será debido á la arcilla. En cuanto á la cal, que
en las tierras nunca está pura sino unida á ott·as sus-
tancias, se conoce fácilmente con el agua fuerte 6
buen vinagre. Si la tierra h1erve cuando se moja con
alguno de estos líquidos, es que tiene caL y het·virá
tanto más cnauto más cal conteng·a . Por último, el
mantillo se descubre por su colO!' ose u ro. Todo el
mundo sabe que las tienas osCLII'as sao regularmente
mejores qne las que tienen colores claros.
No es difícil el medio que proponemos para distin-
guir las tiem1s y, sio embargo, ¡cuántos benbficio::;
puede reportar! No se decida el Labrador á cultivar·
una tierra antes de conocel'la. Mirela como á u n suge-
to que le pide dinero á préstamo: si es bueno, curo-
41
plirá bien sin mortificarle y á su tiempo le traerá el
capita l con lo:; intereses; mas si es malo, despues de
continuas incomodidades, no solo no le dará ganan-
cia~. sino que ni aun por justicia podrá arrancarle lo
que en su dia le entt·egó.
j MEJ ORAS EN LAS TIERIIAS JJE COLTlVO .
:¡1
tierras inundadas son impropias para el cultivo; todas
las demás pueden dar algnn producto, pero muchas
necesitan labores euyo objeto es darlas lo que l es
~
4 falta, ó quitarlas lo que les sobra . 9omo las mejores
son las que tienen una mezcla casi ignal ele arcilla y
arena con alg·o de cal y mant.illo , claro es que la me-
.. jora se consigue echando á las arcillosas arena ; á
"!;'
las arenosas, arcilla o barro; á las calcáreas, barro y
'
arena; y, por último, á la.:; turbosas cal y frecuentes
hormigueros 6 borrones. Respecto al tiempo, cuando
se pueda; mejor sería de una .vez, pero es mas fácil
poco á poco porque así se sienten menos los g·astos.
1 En cuanto á los medios, hay varios. Lo mas fre-
cuente es tener que ir por la mezcla que se desea á
una distancia más ó menos g rande; es el medio más
costoso, pero debe seg-uirse cuando no hay otro cami-
no. Si el subsuelo tuviese la sustancia que se busca,
sería lu mejor, porque para conseguil' la mezela no
habria que hacer más que dar las labores profundas;
y si ni uno ú otro de estos do.s medios pudieran em -
plearse, véase si se puede sacar partido de lo que ar-
rastra alg·un rio ó arroyo cercanos ó de los regueros
que forma la lluvia. Ya en otro lugar hemos dicho
42 .
que hay que atendet· á lo que veng;\ de arriba, por
qno puetle ser tal, qne llene nuestros deseos . No Re
pierda de vista que In fet'tiliclad de mnchos ,·nlles es
debitla á lns su:;tancias at'l'astraclas por los ton·entes
que lmjan ue las montauas vecinas. l\Iuchos tel'l'enos
encharca~ los, y hasta lago:;, :-;e han hecho cultit"ables
con solo cl il'igit· hftcia ellos alg·nnn corr iente. Lag s us-
tancia:; que anastra so vnu depositando en ellos, y s n
fondo se eleva por.o a poco hasta quedar en secu.
Cuando el defecto de In. tierra. no consiste en sn
composicion, sino en ser mas cí menos fria 6 caliente,
rntonces hay que u.cudi1• de otra manera. Si el fr·io
depende tle !3n color blanquecino, se evitará echando
todos lo~> años, despues Je la siembra, una capa de
tierrn oscura. Si es debido á su esposicion . podrá. re-
mediarse con paredes, setos 6 con plantíos ele árboles
por el h1do de lo'> vientos r einantes. Por último, si es
efecto de la escesiva humedad. véa!'le c ua l es la causa
- y coníjase; si son las ag-uas lle lluvia.. h{\g-anse pro-
fundas zanjas ó smcos por donde puedan marchat•; si
es un manantial, dé.~el e una di1·eccion fija para per-
clel'le cuando sobre y apro;echarle cuando haga falta;
y, por fin, si es nn arroyo que la ntra~·iese. evítense
lns filt¡·aciones con plantíos de álamo:;, alisos ú home-
?'OS y súnces.
¡Cnríntos terrenos hay en Astur:as mas ómenos en-
cha¡·ca<los que mula p roduceu ó cuyos pt·oductos nada
valen, y :;in embargo, con un sistema reg·ulat• de de-
;-;ug·ües podían volverse muy vrodnctivos al mismo
tiempo que saneaban las poblaciones inmediatas! Ver-
dad es que los medios son costosos y no están al al-
cauce de la g-ene~alidad. Lo::; naturalmente llamados
,- ~
~ 43
i á estas mejoras, buena,., empresas aun bajo el aspecto
·~ mercantiL son los gTandes propietarios y todn,ia mas,
-~ los Americemos que abundan en la Provincia y qne
ballánd0se con un buen capital y no sabiendo que
hace1· de él, 6 le amortizan en las diversas cajas de
depósito, 6 le emplean eu casas de campo mas ó me-
nos preciosas, pe1·o con el t iempo no han de Ber mas
que nidos de chovas y g·oniones, 6 le destinan al
juego, que es fomentar el vicio, 6 lo que es peor. le
prestan á gTande.:; intereses agobiando á los pobres
Labradores. No ohiden el llamamiento que les hace-
mos, teniendo en cuenta que el que vuelve productivo
un terrenoantesinútil,es nnaespecie tle segundo Crea-
dM; establece un vínculo que los hombres no podrán
destrui1-, y su nombre pasará á la po~teridad, porque
no solo ha sido útil para sus hijo.:;, s ino para su patria.
1 Cuando en vez de frío lo que conviene correjir en
· el teneno es el calor, no hay mas que seg·uir el ca-
;j mino opnesLo. Si el calor oo debido al color oscuro.
_·.¡. échese una capa de tierra blanquecina; si consiste en
_ su poco fondo, háganse las labores tan pl'Ofundas
como se pueda; si es porque la tie1·ra tiene muchas
?
pieuras. váyanse quitando poco{¡ poco; y po1· fin, si
le ocasionase la gran cantidad de mantillo, como su-
cede en los tenenos turbosos, c1í.vense zanjas ]Jara
. sembrar ca1ias que, cortadas en el verano y entendi-
·~ das por el s uelo, conservan alg·un tiempo la frescura.
~ Escusado e~ cleci1· que si el ag-ua abunda, lejos de
ser temibles los efectos del calor, notes al contrario
J son beneficiosos.
Natla mas útil al cultivo que lo que acabamos de
decir sobre la mejora de los terrenos. Verdad es que
1
;
4:l
alg-o se hace en alg·unos pnntos del Poi.;;, pet·o es mu-
cho menos qne lo debido. El principal afn.n clel Labra-
dor asturiano es la reunion de abono~. y no e.s malo,
pot"lJÚe al cabo son los alimentos do las plantas; mas
hay que acordarse que las plantas, como los animales,
para vi\"ir· bien, ni les ba:;ta solo el comer, ni pueden
comer todo lo que se les dá. Echar mucho abono á
una tierra caliente es hartat· al enfe¡•rnoqueseestámu-
riendo de calentura; echarlo en terreno at·enoso es
tirarlo al mar; y esparcido por u na tiena arcillosa 6
bart·osa es como poner rico y abundante pasto á un
buey hambriento que tiene puesto el bo::al.
1
50
jas. Y ¿qué no llevará el aire tratándose de sustancias
descompuestas que fácilm ente se reducen á polvo?
~o hay remedio sino tomat· á todo trance precau-
ciones si se quiere evitat· el daño que hacen estos
a~·entes. más ladrones que los que á la~ clara::; roban
el fruto de nuestro sudot·.
Por fortuna esto e::; fácil y basta con preparar un
cstcrcole1·o. El ma.s sencillo, y que por lo meno::; cleb~
tener todc1 labrador, consiste eu u na poza mas ancha
que profunda, resguardiJda de los vientosy atechada,
si es posible, para g·uarccerla ue las lluvias; el suelo
ha de estar inclinado, para recCljet· en otra poza mas
pequeña y honua las aguas que vayan escuniendo,
las cuales ::;erYírcín, ó para ,·ol n~ t· á rociar el estet·cole-
ro. 6 para reg·ar con ellas el rampo, seg·un com·eng·a.
El sitio donde ha tle estar culocmla esta dependencia
jndispensable queda it la pnHltmcia lid labrador, te-
nientlo p1esente lo dicho y que~ atlemú::; necesita visi-
tarla con frecueucia, por lo que le couviene tenerla
cerca de casa. Si puetle ser que comunique con las cua-
dras y establos mucho mejor, pot•qne as l podrúo pasar
á ella féicilmente las ag·uas sucias, los o1·ines y escre-
mentos del ganado. Nunca coloque el estercolero, co-
mo es costumbre en alg·unos punto::;, frente de casa,
á no ::;er que esta se halle cu lo alto ele la lmcieuda y
en direcccion opuesta á ios Yientos reinantes, pues lu
contrario e::; e~pouer::;e á pertlcr la parte mas útil, y á
virit· entre 1101'gueria y mulos olore:; que quitan la
snlud.
Dueno seda tener uu estercCJit•ro para la:> su;:tan-
cias animales y otro para las ,·egetales, pero corno se
::;n.ue lo que tlan unas y otras, bastará uno ;::olo en que
'
51
Yaya todo mezclado; de este modo las sustancias ani-
males hacen fermentar mas pronto á la::; vegetales, y
éstas templan la fortaleza del abono que sale de las
primeras, dando por re::;ultado un producto de esce-
lcntes condiciones.
Necesitando las diversas tierra:; abonos diferentes.
el Labrador debe llevar cuenta coo lo que echó en el
estercolero para calcular , poco mús ó menos, la
fuerza. del abono de que puede disponer. Solo así sal-
clrú de uu ch1s, y podl'ú conducit· :\ cadtt tiena justa-
mente lu qttt) nece:;ita. El ót·tleu l"i> una especie lle
maestro ocullo qu~ ellSPilll siu que le veumc:,::;.
Toda:; lns épueas u<·l afio son IJneuas pat'a cuithtt'
!lel L':;terrolel'o, que tlubu ltnm<.:tlece!·;;e ctH111do se l t~
YC alg-o seco, ag·itumlo y m-:zclaudo con frccueucia la"
partes, vnru facilitm· la acciou de unas sobre otras y
pnra tlH U el tollo salg·n Íl:)'tHtl. El mucho l'evolver tam-
lJien pncde ~e r pe1jullicinl , por e:::o en esto como en
todo ha de guarüa tse un justo medio.
;?!lal anulll·á el Labrador que se Tea obligado á
comprar <:1 abono que para su~ tiel'l'as necesite! Jius
como e~;t t de::;gTacia mucha;:; veces es efecto lle causas
ug·enas á su voluntatl, pre~i.3o es que en esto caso in-
dague de qué sustancias se formó el abono que com-
!
pra; pues tal puede ser él, que nada valg-a por no te-
-j net· :m:>tancin., ú acuso "ea petjudicial por tener enteras
maln:-; semillns. iCu~mtos pmdos se Yen plag·ados de
plauta3 inútilés y hasta llai"iosa:;, sin que el pasmado
ducüo pucdu e;;plicarse la causa tan fácil de e;;ta fu-
lh·sta non3tlo.d! Lo mil:illlO ljlle nl qne compra el abono,
puelle suceüel'!e nl que pot· sí lo pt·eparu, pero ev itarú
(') mal, eutenaudo ú utezdaudo c.:on cul el <~bono que
52
se sospecha tiene malas semillas, pues así se consigue
que ee pudran .
El entet·rat' verdes algunas plantas en las tienas
que las produjeron, y el formar hormigueros ó borro-
nes, es otra manera ele abona¡· el te1Teno, pues no solo
se le devuelve lo que dió, sino alg·o más que las plan-
tas sacat·ou de la atmósfera.
Respecto á la costumbre de tirar pot· los ca minos
el ro:zo y tos fe/echos, pat·a que los pisotee el ganado,
ya hemos dicho que es buena, pero debe cuidar,;e do
recojer las aguas que por ellos pa.sau, pues llevan la
mayor y principal sustancia.
T iene bastante importancia en Astmias, y merece
atencion , la ocla que se utiliza en muchos puntos <le la
costa. Hay necesidad de aumentat· los medios de reco-
jel"la y beneficiarla. Respecto á lo primero, nada pue-
de decirse en esta. obrita; calla cual mire las condicio-
nes de la costa en el punto donde se halla y procure
sacar partido ele todas las Yentaj<lS q ue se le presen-
ten. Eu cuanto al modo de beneficiarla en la actuali-
dad nos parece mediano. Si la ocia dá un abono e:;ce-
l ente, claro e.:; que hay que tener con ella, por lo me-
nos, el mismo · c:uidado que con las demás s nstancius,
tanto para facilitar su descomposiciqn, corno parae,ii-
tat· las pérdidas. No hay remetlio sino llevarla al es·
tercolero comun 6 á ott·o especial, douue se la pueda
cubrir para evitar pérdidas y el olot· pestilente que
des pide, mezclúntlole al mismo tiempo con cal ú otro::;
p roductos animal es pat·a facilitar su descomposiciou.
El dejarla en montones ai~lados. es perdt>r la mitnd, y
otr0 rnnto s u<.:etlo eu las corradas que se forman al
Occidente de la Provincia. Vonlad es que la elevacion
53
de la costa en esta parte es una gran dificultad para
subir· la ocia tierna, pero todo puede remediarse au-
mentando el número de poleas en los puntos donde se
pueda . ó dejando bien acondicionadas las corrada..:;,
para que nada se escape, 11ues es una compasion ver
cómo las ag uas arrastran al mar la parte realmente
útil.
Yn qntl hablamos de la costa, l1ueno será decir que
el mar, (~n algu nos puntos. no solo ofrece el escelente
abono ya indicado, sino tambien la arena. que puede
llamarse animal. que es como nna tierra ligera. de
color algo parecido á la ceniza. y que si se mira con
detenimiento se 'é que e,;.t¡\ formada de partes muy
pequeñas de cáscaras ó conchas. Asi como la a ren a si-
liciosa ú ordinaria resulta de la d e~co mp o;;icion de las
rocas 6 penas. esta última procede de l a alteracion de
muchos an imales. Si hay alg·una duda en distinguir-
las , t r·áteselas con v inagre 6 agua fuerte, y la que ha-
ga efervescencia es precisamen te la que se busca. Co-
nociendo su origen, es fácil calcular sus bu enas pro-
piedades; en efecto, echadas en la::; tiefl'as sin prepa-
raeion alguna. pro.-tucen siempre los mejores resulta-
dos. El que tenga fincas cerca ue la costa, no deje de
hacer· una esploracion por las partes inmediatas. pues
si dá. con la dicha arena, lo que no es difícil, puede
asegurar que ha descubierto una verdadera mina.
Lo dicho de los abonos prueba su importancia; y
en efecto es tal, que sin abonos es casi siempre imposi-
ble el cultivo. El que no se cu ide de ellos y no atienda
al estercolero, no se moleste en g·a::;tar en hót·reo, 6 no
se lamente de verle siempre vacio.
No diremos má$ sobre abonos, pues bien se sabe en
54
Astlll'ias lo que valen, ma:; no no,s cansm·e~os de lla-
mar la atencion sobre ]o que hemos dicliO del mouo
de preparal'lo.o, uo sea que continnnllflo como alg·utws
has!a aquí, Yayan ú tomar come, abono lo qne no es
más <)'16 un mont.on (le paja de:-H t:stautia1la. Aitadire-
mos, por último, qne pnede alJOt'l'<l.l'se n;u cho abono
con laa mc2clm; ya indiencht~ pum meJrmn los ten·c·
uos, y con las &n:;tancias que vamo,.; t\ e.o:plicar.
~
por ejemplo en Grado. con buen éxito. Mas es preci;;o
:~·. emplearlas por todaspartes;notitubearengastos Eiem-
. ,¡n·e que se pueda ; hacer frecuentes ensayos, y en caso
.li
'~ de duda, sobre si un·a sustancia se1·ú ó no mat·g·a . ma-
~ la 6 buena. preguntar a.l que sepa responder. En vez
de mandar á la Universidad de Oviedo minerales cuyo
58
colot• y brillo fasriuan, y que en realidad na rla val en,
es m<'j ot· mandar pednzos de la tierra 6 pPüa qne 'e
:)O!> pe(·ha S6'l marg-a y, mientru:'l haya {;niver~itlad. UO
fulttm't alg-un Profe...:OL' r¡ne fal:ilmente ¡·esuel'a est.as
interc:;antísimas cnestiones.
El !Jeso es otro abono minertll muy útil; esparcido
en polvo sobre el tréb<1l y <lcmús ~· tn·ba:;; ele prado p ro-
duce esceleutes res u ltatk s. La época tle emplearlo es
en la primavera, un difl por la maüanita para que se
peg·uc á lns hojas aun humedecidas por el rocío. Pot·
desgt·acia e,.; raro en Asttll'ias, m11s los que viven cerca
ue Oviedo, Gijon, Villadcio~l\. y Pola de Allande, úni-
cos puntos donde h?.sta ahora se ha encontrado, no
olviden esta aplicacion, putlientlo servirse del polvo,
que por salir mezclado con otras tierras. n o se apro-
vecha para las construcciones .
Poco diremos de/(¿ sal cormm que tan felices resnl-
tarlo.s produce. sobt·e todo, en alg·nnas tien·as húmedas.
Para los prados es escclente, y aunque usándola cre-
ciesen poco las y erbas, uada. hahia perdido el Labra- '
uot', pues ' ería los btll'nos efectos en el ganado. No
hay que bacet• con ella preparacion alguna para usar- .
la, pues t·epartida por el campo el agua de lluvia la 1
disohen\ bien pronto. Si esta;; ideas nada importan
al que (no pueda usar la sal pot· su precio subido, no
las o lv iden los que ptu>.dan bacerlo , y sobre todo los
habitantes del Valle de Sat·ieg·o. que pueden aprove-
char con este objeto los manantiales salados que allí
tienen, asi como los de la costa , pue.5to que et agua del
ma r produce los mismos resultados; advertimos obren
con prudencia, pues el esceso de sal hace al suelo
completameute estéril.
59
Por ú !t imo, las. ceni?.ns ele los veg·etales se empl ean
tamhien como abono mineral muy e;;citantc. Sabida
e:; en AsLlll'ia:; la irnpot·tancia de los bormncs p:na las
f¡ tie rm:-~ e:stét·ile~; pue;: bien, la ceniza. recog·ida en las
~ ca::;As y llenl.<la á una tie rra cultivada. p t·odnce sin
.j gasto algmw los benefbos ele un bor·ron. En los pne-
l blos mati adc·lantados en Ag-ricultnm,estal su fé en ln s
·J cenizas, que queman g-randes porciones de lut·ba sin
-~.- más que por nlilizar : us t·esiduos.
~ Podrá hnbet· alguno qne dude de la efi cacia de los
abonos minerales ¡Dichoso del que duda, p or que se
halla en camino de hacer algo~ ensáyelos por gusto y
se convencerá de qn e con el uso pmdente, no solo
conseguir!\ aumentat· las cosechas. sino mejot•at· las
propiedades de las tierras que cultiva.
~
y qué es lo que lleva consigo . Si viene de montañas
elevadas y es el resultado del del'l'etill1iento de _las nie-
: ves 6 pasa por puntos muy_sombdos, enchárquela, si
. le es posible, para que se airee y temple algun tanto
··¡. anto.s de emplearla . Si lleva alguna sustancia que co-
- nocidamente daíia el cultivo, haga un ensayo á ver si
enchurcúndola se mejora. y caso ele no conseguirlo
j no dude en darla paso franco. Si el ag·ua recorre bas-
tante est.cnsion por tert·eno abierto, puede desde luego
utilizarla sin temor alguno.
La época en que más c0nvonientes son los rieg·os
no hay que decírsela al Labrador, que bien la conoce
}Jor el aspecto del suelo y de las plantas. Como la pri-
mavera CRSi siempre viene muy húmeda en Asturias,
los rieg·os para e! cuHivo g·eneral casi solo son preci-
sos en el Yeruno .
Las mejot·es 11oras son la mai'ianit.a 6 la caída de la
.1 tarde 6 por la noche, como mas convenga.
Hay que contar con que si b~eu el ag·ua facilita
·1 mucho el ct·ecimiento de la:; plantas. en cambio los
~ p1·odnctoa que co~1 ella se consiguen son menos s:-tbro-
j sos, sobre totlo si la estacion ó el suelo son alg·o fríos;
j por e:;ta causa hay que disminuir 6 Slli!peuder los rie-
gos en \tl época en que los frutos so acercan í1 sn ma-
durez.
Claro es q11o unas mismas plantas necesitan rieg·os
diferentes. segun sean l as tierras do ud..! ::;e cu 1tiva u.
Para no equivocarse, bastar<i teuel· ¡wc.:scnte que los
terrenos u¡·cillosos retienen por ha ·tn.nte tiempo el
62
ag-ua que reciben, que los arenosos la dan fácil paso,
y que los demás obran conforme sea su composicion.
En cuanto al modo de regar. que precisamente varía
conforme á la posicion de las tiel'!'M, el Labt·ador
cuente con que le conviene repartir el ag-ua po1· igual;
así que no ha de permitir qne col'l'a mucho, ni dejar-
la encharcada, porque en el primer ca::;o poco sirve, y
en el seg·undo puede servir demasiado . . Las plantas
do huerta ncce::;itan frecuente:> riegos, porque lo que
i:i6 desea es mncl10 follaje y el terrc•no casi siempre es
caliente; tambien pitle pt·outo riego todo tt·asp!:mte,
sea de yet·bas ú ele árboles para que no queden huecos
cntt'C In:-; r:li<.!ccilh.; y la tierra. PM último. toda. el
agua q uo se pncda uat· {L lo.; prados rn tiempo ele cal m·
se1·á útil y pro,·cchosa como no llnctlc encharca'la.
Si ni Oeste ele la ProY inda ::;e dcsnt bren gTandcs
aceq ni as qne los antig·uos miue1·os con:>Lru i::m pum la
e:;plotncion de: oro, ¡cuúuto uo nrlolanturian los mo-.
Llel'l1os Lo.bi·a ·lores empleúndo ln::; ú con::;truyem1o otras
nueva.=; pant el culth'o el<.: las plantas que son el oro
Yerdudero que sostiene al hombt·c! ¡Lástima g-rande
que tantos pequeiios molinos como hay diseminados
por Asturias nece;;iten pma sí el :~gua que estaria me-
jor en otra parbe! Ei3 una compa:;ion ver que apenas
muelen do::; 6 tres fan eg-as por tlia y para ello tienen
que queJar poco menos qn0 secas gTan porcion <le
tierras en sus iurnediacione::;. Pet·o to1lo.via es ma • fiell·
siblc q1~e tantos río~. al~ ·· Lmos C<tuualosos, anastreu
pot· completo sus ug-uns nl llHII', sin q ne para natla se
ulil icen. Eu un pab donde lo5 desniYeles son tan fre-
cuentes, no debe ser difícil su aprovechamiento. ¡Hé
aquí olra cue:>tion digna de e:;turlio y del empleo Je
63
1 \o' grande. capHale.! Los resultados ser!on seguros,
pue5 sabido es qne, no obstante la humednd ele Astu-
l
· planta titme su ritlu particular; por lo tanto , a unque
- cierto:; abonos son buenos alimento:; para todas, n o
bastan para alg·unHs que los picleu especiales. De aquí
se deductl que los tert·euos empobt·ecidos pot· lo que de
1 ellos Ita sacatlo una planta, podrán e:;tar ricos en s us-
tancia:> que permitan el cultivo de otra distinta. En
J e;;te pl'iucipio se funda la tolacwn ó aUernativa de
cosechas QU!:l, dantlo continuos productos, suple el be-
neficio de lo:; biwbeehos.
1 Claro es c1ue las plantas IDéÍS Lliferentes se ¡)!'esta-_
ráo á la l'Otacion más q ue las pareci<.la:; , porque en
l primer lug·ar p:den alg un alimento distinto, y en se-
j g·undo, sus l'llices penetrarán más 6 men~s en hi tierra
uonde pueden chupar lo que no pullo absorber la úl-
tima plauta que se cultiYó.
Si estas ventajas uo se consideran ba~tantes á ad-
mitit· como buena la altemativa de cosechas, téngase
presente que con ella se consig·ue la ,·al'iacion en los
alimento:; tlel Lombt·e y los ganad.o:;, que es tanto co-
mo c:onservarll'S su fne rza y vig·or; t¡ue el estar pen -
rlientP del culti\'O tle uua plautu, e:¡ abrir la puer ta á
los años ele hamlJres y m iserias, de qne ,\ st.urias cou-
¡.;en a terribles recuerdos; y por último, que esta mi::;-
Jlla alteruati'rtt ~e obsernt eu los cnrupos tle que solo
G
66
cuida la _Jaturaleza, y ya hemos dicho que la -atura-
leza nunca se equivoca.
Ahora b ien , ¿á qué principios debe atenerse el La-
brndot• para saber el órden y culllidades de las plantas
que se han de suceder? En verdad que esta pat·tc del
cultivo e:; la más ~lifícil y la que necesita mAs el talen-
to del cultintdot•, pues cada tierra l ienc coudiciorics di-
j
1
ferentes y pide un estudio c::;pecial, mas en illedio de
todo, hay ciertas t•eglas g·enernle:;, comunes á t odas,
y que de ben siempl'e recorda rse.
Ante todo, conviene sabet' qne la;{ plantas se divilieu:
en rsc¡w'lmadoras, que con::;ttmt-n mucho abono y cuyo
culth·o solo puede sostenerse pOI' el de,·ado precio del
producto que riuclen; y f'Cparadoras. que son lns mús
útiles pne:;to que dan fruto::>, y :si no m ejot·an el ten·e-
no, le dejan por lo meno:; ~n buena clispo,oiciott . A las
primems cotTe::;pondcn el trig·o, el mair. y en general
todos los cerea.Jes; á la:> seg unda¡;, las haba.; ele mayo
y la mayor pat·te de las leg·umbres, que más ' 'iren
por sus hojas que poi' sus raíces. Hay además plcmtos
que limpian ó ensucian el campo de cuhi,·o. Le lim-
pian las plantas forrageras anuAles. como 'lo:> nabos,
los tt·éboles y las que lle,·an una pnjanza notable, co-
mo el cáñamo y la patata: le t>nsucian todas aqu ellas
cuyo crecimiento ni es vigoro:>O ni demasiado rúpido
para destruit· la:; malas yerbas; á este gTnpo corres-
ponden los mismo,; ceet:ales, alg·uuas leg u mbres secas
f
ó que en ::;azon no ::;e salhu·on, y por último toclns las
que ocupan el campo por l.mstante tiempo
Claro es qne uua planta e.:;qui\mndora debe i.ardnr
eu cultivarse alguu tiempo e n el campo donde se llió,
á uo dbponerse de bastante cant idad de abono: lH:i
61
limpias llan de sucetlet• ti las sucias. Mas todavia no
basta esto; e.., preciso estudial' la dir eccioo de sus raí-
ces, sig·uiendo á las que las tienen somer·as. las que
'
•
ias ofrece-n pt•ofuudas, pat·a que la;; nmls aprovechen
lo qne l11s utra;:; ll~jn ron ; y ad~nHis hay que cunta t· con
los periodo::; ele ~·eg·etacion tle calla uua de ellas, para
calcular e l d~c>stino q ue se ha de dar á la tiena al ve-
nir la época de la recCJleccion •le un frnlo.
Complicado parece todo esto á prlmet'fl, vista y di-
fíci l de retener en In mem oria, mas a 1 tratar de l o~
culti\ u.:; e:'pt'ciales uit·emos las propiedades de cada
p1nutu, ('011 lu que la cuestion :;e simplifi ca y queda
suma JIH>nt'c fác il pam el curi11.:iO y a('ti\·o Ln.bl'adur ..
LABRANZA.
1
1
ñalados á las tierra::: de Astur1as !'Ion los prados y los
bosqnes. El que en sus cálculos ie separe de este ca-
mino cuente con que se espone á pet·derse.
Los prados todos pueden dividi1·se en natumles 6
} 7Je1'manenles. y artificiales 6 transitorios. Losprimeros
son los qne están produci(•ndo yerba dUI'ante un espa-
1 cio indeterminado· de tiempo; los seg·nndos son campos
1 de cultivo ordinario á los que eu algun auo se hace
pro<.Ludr forrage.
1
74
Si el suelo oft·ece méjores condiciones, ya deben
espet'aJ·sc mayores rendimientos. ma.c; para ello se ne-
cesita tambien mayor atencion desde el principio.
:1\Juchos Lab1·arlorr.s, cuando tratan de establecer un
prn.do, recogen las semillas en el primer balagar 6
henil que se le::; presenta y, sin ma::; prec::wciones, las
esparcen sobre el teneno escog·ido. Desde lueg·o se
comprenden los inconvenientes ele esta primera ope-
racion. En los prados se crian porcion de plantas. unas
útiles, otras indiferentes y alg·unas dañosas; y como
estas últimas abundan en los mal cuidados, por lo
mismo que no encnentt·an ohstáculo puesto que el ga-
nado no las toca, tale:; pneden ser las semillas recog·i-
das que en vez de lo que se desea, ~e obtenga un sem-
brado inú.lil que dejn. estropt>ado el campo.
El mejor medio de evitar este inconven iente con-
siste en buscar un prado bien cuidado, de tierra antUo-
g·a ú la que se qniere Rprovcchar, se le divide en va-
rias partes, qne se van s!?gando sucesivamente desde
el momento en qu~ comienzan lns yerbas á madu-
ra~·. ~e sacude la yet·ba segada. y la. mezcla de las
semillas recojidas de las diferentes porciones, es la
ID<lS á propós1to para el objeto. pmque reune á ia vez
las plantas tardías y temprana;;. Podrá pal'ecer larg·o '
y eng·ori'O:--:o el medio pt'OlHH:sto, mas téngase presen-
te q n e si en tolla clase ele cultivo la cosecha uepende
un gTan parte de la ~emi l la, lo m ismo ni mAs ni menos
tieue q ne s uceder á los pmdos que e::;t{m destinados á
produci l' el alimento de los animales.
Para que lo:; prados conserven su feraddacl nece-
sitnn abonos tanto or~r1:\nicos como minerales. Todo lo
que dijimos de ~stos últimos al ocupa1·uo:; de ellos en
75
particular, es a-plicable á loe prarlos, en los que la
marg·n 6 las materias calcare.;; producen buenos efec-
t(Js: los escombros de las casas son siempt·e escalentes.
Respecto ú los abonos ordinarios, hay que tener en
l cuenta que los prados no son tan uelicado.;; como las
1
)~
tierra!'t labrantías, así que arlmiten bien toda clase de
1 abonos enterizos con tal qne se empleen por el otoño ,
pues si se espera tí. que pase· el invierno no tienen
tiempo ú descomponerse antes de la sicg·a del fo l'rag·e
y no hacen mas que ensuciar la yerba . Pot• primavera
solo deben empleat·ae abonos líquidos 6 bien fermen-
tados; esta es tambien la época do esparcir el yeso y
toda clase de cenir.as, que al mismo tiempo que favo-
recen el desanollo de las plantas útiles, daliau á las
perjudicitdes y aguanosas.
El riego e:. útil en todas las estaciones ; por el iu-
viem(J fe rtiliza el s uelo, por el venmo le refl'esca. Sin
ag-ua col'l'iente ó del cielo uo pueden Yivir los prados;
con todo, si el agua abunda y el suelo se presenta en-
chat·cado no se c.::;peren buenas yet·bag; apat·ecerán los
juncos, cal'l'izos y bel'l'azas r) úérrios aborrecidos del
g·aoado. Ya hemos dicho el modo de evitar este incon-
veniente, 6 el tet-raplen ó el de.::;agiie.
Cuanrlo el suelo es desigual, presentando altos y
bajos, casi siempre con•iene niYclat·l e para que las
aguas y los abonos se 1·epartan pur igual y ' a sit'ga
se pueda hacer con clesemba ,·azo. Si el campo fuera
pequeño. puede convenit· üejarle como está , pues las
desig·unldacles del s uelo aumentan la superficie y por
lo tanto la producciou; mas en este caso. lo mismo
que eu el de que, por la auteriot· ú otr·a razou, con•i-
nie~e dejat· un campo gTande tal como se pn,seote.
76
hay que cuidat· mucho de la distribucion de los abo-
nos y las ag-uas . :.\Ii•·c el Labrador la~; desigualdades.
y si son apenas perct•ptible.:;, repa1·ta el abono pot·
ig-ual; ma:; si hay notable diferencia, echP- má::: r.anti -
dad en la:; partes elevatlt1s, ten ientlo en cuenta qne las
ag;uas y los \·ieutos lo atTastranl.n ;.\. la parte mas baja,
con tanta, más facilidatl cuauta mayor sea sea la incli-
uncion. Respecto ú la~ ng·uas, no olvide qu e las muy
corrientes como lns estancarla:; natla valen. abt'a po1·
lo tanto ri.:-gos á tra \·é::~ 6 cruzados 6 fot·manclo líneas
cllt·vas, como m~ conYeng·a, con objeto de hacer gue
todas las partes la t·eciban de In misma manera. por-
que el mérito de un prado está en que por todos los
lados se presente igualmente Yigo•·o::;o y lozano . No
tiene escnsa el Labrador que en Astmias tenga un
prado que produzca más 6 mcjot· en una pa·rte que en
oLra; todas deben producir como la. que más, pues en
corto espacio. el ¡;uel o casi s iempre tieQe la misma
composicion . Fije.se bien en lo que decimos; solo el
abandono ó el descuido son la causa de estas desig·ual-
dncles.
Sucede con frecuencia que los prados, bien por ha:-
ber sido mal sembrados 6 pot· no ser abonados como
dcbian 6 por mil otras cau:;as, están llenos ó llegan á
cubril'se de plantas perjmliciales, ó lo que es más co-
mun, de plantas inútiles . .Aqui de la prudencia del
Labrador. Con poco discmrir puede á veces evitar el
daño. Si las malas yerbas no son fl'ecuentes sino que
se ven un afio determinado por primera vez, fácil es
conocer de dónde han venido. ¡Acaso las hayan traído
los abonos! ¡Cuánto de esto sucede! No nos cansare-
mos de repetir al Labrador que prepare él mismo el
77
abono, y s i no le es posible, trate ele sabet· ue qué se
ha formado el que la necesidad le obliga á comp!'<H'.
Pue::; bien. en caso de que sea la causa que supone-
mos , a verigüe si el :;uelo dowle se crian las tale.s plan-
tas se parece al de su prado, y si no sucediese esto, no
se apure, porque si la planta no e~: ha raiz profunda
irá tlesapai'eciendo poco á. poco. Si las malas yerbas
fueran co rriune:-; todos los aüo::;, hay tarnbien medios
fáciles pma concluir con ellas. Si son anuales , pueden
hacet·se dcsapa1·ocer alg-una vez dando á los puntos
donde mt\::; abundan una composicioo alg·o diferente,
lo que se consigue con los abonos minerales. Si esto
no fuera bastante, persígaselas cuando se kllleo en
flor . ¡Difícil y penoso trabajo parece escojer planta por
planta! MAs ¿qué es difícil pa1·a los muchachos que
nada tienen que hacer y que s uelen abun•lar en la ca-
sa tlel I.abJ'aclor? Lo que no se hace en un día se hace
en dos, en L1·es ó en muchos, y el rcsuHado de estos
pequeños tmbajos e;; uado. menos que la limpieza de
lo que se recoju en el año y el uotabl~ aumento y bon-
dad de lo que Ya ti recojel'se al aüo venit.lero . Cuando
las plantas tienen rniz profunda. como algunos cardos
y las romazas ó panieg·as, no hay má;; t•emedio que
art•ancarla:> una por una, con la nala. ó la fe:-;oria.
Ahora bieu. ¿cuáles son las plantas útiles, indife-
rentes ó perjudiciale;; que se encueotmn eu los pr:'!.t.los
de Astu1·ias? Difícil es contesta r á esta pl'egunta, no
porque seftn muy numerosas ni porq1te st•ntl tlescono-
rirlas (1), s ino pot·que el Laln·ador no conoce la mayM
J
80
Nunca será mucho cuanto pueda decirse de lo que
conviene la limpieza eu los pt·ados de Asturias. Verdad
es que los sucios dan tanta yerba. ó acaso más que los
limpios, pero ¡qué yet·ha, ch~los! ó no la comen los g·a-
nados, ú necesitan inmensas porcioues pat·a quedat·
pot· último tan hambrientos como al principio. des-
pues de desi)anamat· 1a mayor pal'te. Resultado; tjue
el g-anado siempre flaco consume en cuatro dias la
cosecha ele tollo un nilo, vinionclo luego los apuros y
atolladeros. Acostúmbt·ese el Labrador ú uar más im-
portancia á la calida1l qlle á la cantidad, y teng·a en-
tendido que un gran montun de mal abono ó una
gran •ara de mala yerba ''a len tanto como una abun-
dante cosecha de nueces, la mayor pm·te vacías.
Mientt·as duee 1~ limpieza, ó acasv mejor por pt•i-
mavcra y otoño, hay que tener cuidado de e:>pa¡·cer
por el prado con la ¡nlr., fas topineras ó montones de
tiel'l'a que levantan lo:; topoB. f;i esta operacion se
haco cou ónleu, los topos vienen á ser útile5 á los
prados, porque no :;ulo dan una especie de labor á la
tieJ't'a, ¡;ino que concluyen con una porcion ue g-u3auos
é insectos daüoso3, que sou su pt•iu.::ipal alimento.
Lo mismo hay que hacer con los escremel:!tos ó bo-
tit'cas del ganado vacuno, ruando pasta. Si se espar-
cen, sm·án escelente abono; si se dejan, saldrá en
aquel punto un monton ele yerbas largas qne repng-..
ua.n los animales.
Cllando el pl'ado tiene un suelo como e~poujoso,
ltn.y que afil'm al'le, bien echáullolc cn.::;cajo, ó introcln-
cienllo una mauad<L de carncrm;: si es efecto ele los
mu=-g·os ó mofo, debe darse un fue1'te rasti·illeo por pri-
mavera. El mejor medio de concluir cou el mu.;g·o e..;
81
separando In causa que le produce que no es otra que
el esceso de bum~::datl 6 ele sombt·a, teniendo entendí-
do que si las demás opet·acione.') le qniLan por de
pronto, vuelve á reaparecer siempt•e que continúen las
·causas que le hun prouucido.
Nflcla má:,; notable que l•\ tlifet·encia que hay , tan-
to eu cantitlatl como e n C<\lidat.l, en los produ~tos de
los prados nato rules.- aun s uponiendo que estén igual-
j
mente c uicladns. Unos dan ht y erba larga, otros corta,
t y algunos ele mediana longilutl. A veces 131 pasto es
Momiltico y escelente, en ocasiones es mediano y de
11 mai olor. Como puede con,enir en muchos casos sa-
1' ber la naturaleza de los pastos para determinar su
>alor, bueno será tener alg-una ~ei1al para conocerlo.
Claro es que la. mejot· sefwl es \'Cl' cómo lo come el
gall<Hlo y los efectos que le produce; mas sin acudir ;,í
e::;te t:spel'imt·nto, se puede <lelcrmin a r lo mismo con
solo conoce¡• l~t natu raleza ele la::¡ plnntas y ver cuáles
son lus que más n.b'nndan. Careciendo el Labrador ca-
si siempre :le es to.; conocimientos, tiflne qne acudir á
1
otros llledios mc.\s ó meno.s aproximados. Los sig·uie n-
tes son !os mejot·es: la buena yet·ba da á los prados
1 un matiz ve1·dc claro; la q~aln ó mediana produce un
n ~,
seca pronto y á veces tiene como pelnsa. El sue:o de
l os bucnus prados es fi rmn; el de los malos parece
que se h un de con las p isuLla;;, lo que es debido cusi
,l.
siempre á la p resencia de Jos mll::;g·os. Po1· ú ltimo, en
un hu en pt'<Vlo. el g·auado toma totlns las plantas
. con plater, cortúntlolas Lasta la l';'l.iZ , al paso que en
l:J:. mnlo.:> ó mediano;; de:.echa ó ~olo toca como con
j r.
82
disgusto algunas yerbas larg·as que nunca faltan.
Vemos, pues, que aun entre las mismasgTamineas
y leguminosas que, seg·un hemos dicho, son las me-
j ores plantas para los prados, todavía hay notables di-
ferencias. Mas, téngase muy bien entendido que la
buena ó mala calidad de la~ plantas que aparecen en
los prados depende ¡quién lo creyera! del cuidado de
su dueño. El Labrador aten Lo y cuitladoso, con pocos
esfuerzos, verá, siu saber cómo ui cuándo. de;;apare-
cer las malas plantas pm·a dar lug·ar á. las que son
mejores; en el prado del indolente ó descuidado apa-
recerán otras que no se encontrarán tan malas en mu-
chas leguas á la redonda. No hay remedio ni escape;
la buena suerte y la alegria acow paüan á todos lados
al laborioso, de la misma manera que la miseria y el
malestar persiguen y se ag·ana.u, para no soltarle, al
que no cumple con su deber.
83
los lueg·o al pasto del g·anado, pues sino la yerba se
ar·ralará y el prado ira empeorando.
Si las ft·ecuentes siega.-; ó cortes llan empobrecido á
un p•·uclo,::;e pot.h-á repone•· ó volver {L ::;us buenas con-
diciones de:stinúntlule esclusinunente al pasto por uno
ó lll'I S ni'ios :;i es preciso.
El primer corte en lo.;; pmdo.s debe darse e n el mo- ,
m ento eu que florece el mayor núm er o de plantas (1).
No puede marcarse el dia, ni aun el mes, porque unas
se adelantan m <1s que otras. E:sto <1neda al cargo y
aten:iou de cada Labt·a.dot· que no rlebe descuidarse.
po1·que si deja pasar esta época, acaso coja mas yerba,
pero :-:er:'t de peot· calidad, y por olra parte las plantas
no bt·ota•·im bien al afio siguiente; porque las que dan
fl'uto ag·otau casi todas ;:; u::; fuet·zus.
E-s bueuo Yariur alg·una ve:-~ la époco. de la sieg·a
CLHmdo el prado nc. puede dtu· UHÍs que un corte. Si un
alio se s<.>g·ó por Jnn io y todo el resto do tiempo se en-
treg-ó al pasto, al allo :;iguicnte debe teuet·se el · g a na-
do hasta meuiauo:s de primavera pat·a seg·ar la yerba
en Setiembre. De e:sta manera se encuentran igual-
me nte aprovechadas las plantas temp1·anas como las
~ - tardías. Mas e::;to eu el supuesto de que haya n otable
1 l 'al'iedad e n Ia.3 plantas; pues si casi todas las útiles
1'
1.¡ flot·ecio¡·an al mismo tiempo, lo que 110 es !'aro, enton-
ces COlli'Cntlní ~e.g·ada::: totlo::; Jo;:; año::; en la mis ma épo-
ca, Jo qnc oft·ece la ventaja do poder llevar las labores
r.on ma•; reg·uJul'iclatl .
(1) .\unquc l~$ ¡;r~miueas ó rerbas no tlan n or~s vi:<lo::as uo ¡Jot· c;o
•l•·Jan tJe 1 ~ urrh1,; en las r<¡llo.ulla• C[ lt(' lotlll$ ¡11·o~uccu, y se hallan
nlMrla~ runmlo se ' en t·ot:;ltul<'s una rs¡tttlc tlo hll1l0::, El t¡ ue qui or;~
liiM tll'lnltc, pucth; ronm!lar mis 'IJriOIIC$ cl~ UioiOI'Iu .\'«l11ral.
84
Tener mucho cuidado de que al pastar los pt·ados,
el diente del ganado no llegne hasta la raiz de las
plantas, porque las destruye. La especie caballar y
mular son temibles en este concepto . Aviso á alg·uuO!S
labradores que en tiempo de feria no dudan en deJar
entt•at· en su prado cuantos animales se presentan.
Verdad es que dejan uu dinero muy fresco, mas tam-
bien es cierto que tlejan el prado muy perdido.
Nunca permitit· la entrada del g·anaclo mayor en
un prado húmedo ó cuyo suelo esté blantlo, porque
las pisadas todo lo de~trozan; en iuYierno y llasta Mar-
zo no hay dificultad en que entre el ganado lanar
donde le hubiere; estos animales con sus pequeñas
pezuuas producen un pisoteo útil porque comprimen
la tierra poco y por igual.
En un prado eutreg·at1o al pasto dt~bl'n meterse bas-
tantes animales para que nHtnteng·a.n la ye1·ba pot· to-
das partes corta para que no fiore?.ca y grane por al-
gunos puntos, lo que sob1·e tle/)agraüaL' al ganado, e:;
petjudicial á los prados, como ya hemos dicho. En ca-
so dd no poder reunir las caber.as necesarias. siéguese
la yerba donde se la YCa crecida, que pronto brotará
tierna y más gustosa.
Pat·a mejor esplotar los prado:; grandes que se des-
tinan con frecuencia á ser pacidos, conviene divididos
en porciones que broten en distintas épocas, así siem-
pre se tiene pacion verde y seca á voluntad.
El mejor medio ele hacer estas di\'isiones es el do
los setos vivos; mas en caso de que esto no sea posi-
ble. pueden emplearse alambrt-s gruesos de hierro
galvaniz'.ldo que pasen, it trl~,; alturas diferentes, por
bnn·ote:; de IUmlcm cl;l\·allos cun :wgot·itlad en el sue-
85
lo. E,te seg-undo medio tiene sobre los setos vivos, la
ventaja de poderse usar donde ae quiel'a y hasta tras- -
ladar;;e á otm punto cuando sea conveniente; pero
ofrece la desventaja de requerir más esmem y no con-
serva la frescma ni ab1·iga á lua pbntas y ganados.
Eu Asturias la mayor pat·te de los prados son, por
desgracia, pequPüos, mas no deja de haber algunos
de bnenns dimensiones; pues bien, á los llevadores de
estos últim os diremos, que no basta que un prado
grande dé mucha yP.rba 6 manteng·a mn~ho g·anado,
esto es lo natural;á lo que debe aspirarse sin descanso
es á sacar de un prado grande, proporcionalmente el
mi:;ruo producto que del mas p~queiio y mejor cuida-
do. Claro que esto exige algun gasto; no le escatime
en lo que proponemos, .seg·uro de que mayor será el
producto.
Los prados pequei'íos no dejan de requerir en esto
algun cuidndo, porque tambien conviene beneficiarlos
por pa.rtl:l. Divfdan::;e con cuerdas fijns á estacas movi-
bles qne puedan llevar.;;e á donde convenga; el encar-
g·a.r este cuidado á los muchachos e8 como dejar al g·a-
nado que en ve;.: de llindiar, que es tanto como guar-
dar linde..', paste donde mús le agrade .
.. Cuando en >ez de destinar los prados á ser pacidos
por el g·anado, lo 11ue se desea es recojer la yerba, na-
da. hay más sencillo y agradable si viene buen tiem-
po. Todo estú reducido á seg·ar la yerba, estenderl acon
la orquilla ó toreado, darla dos 6 trcsvueltascon elt·as-
tl'illo ó gafabato y pon't ltimo reunirla en muelas, mon-
tones 6 bálagos para poderla trasportar con facil idad. Si
1
des pues de segada la yerba viniesen lluvías,lomejor es
reunirla en montones como de tercera 6 cuarta. parte
L ~-______.
86
<le un cm·ro, pronto entra en calor; antes que empiece
á podrirse se estiende. y una ve?. enfriada se vuelve
otra vez á reunir, repitiendo e:;ta operacion una 6 dos
veces sPgn n la necesidad. Solo de e::-ta manera,y gra-
cias al calor que se desarrolla en los montone:'L e~ co-
mo, aun con abundantes llu vins, se obtiene la: buena
desecacion necesaria para que la yel'ba conserve sus
escelentes cualidades.
Si el Labrador quiere saber c6mo le conviene obrar
en tiempo vário, teng-a presente estos consejos: l. o la
yerba no padece en algunos dias, cuando, a un verde ,
se halla tendida sobre el campo, ni cu<mdo á medio
secar se encuentra reunida en montones; 2.· se estro-
pea si las lluvias 6 los fuertes rocíos la encuentran
tendida por el suelo en un estado de tlesecacion m<\s 6
m enos a vanzado. Segun esto, cuando el cielo amena-
za., debe dejarse la yerba. tal como la haya cortado la
g·uadaii.a. pat·a que si vjene Un vin, la encuentre con la
mayor vida posible ; si el dia sig·uiente se presenta re-
gulat·, entonces es l:ll estenderla desp ues ele pasado el
roc!o; por la bu·de ya estaní algun tanto seca y en
disposicion de poderse reuni1· en montones, así puede
quedar hasta el primer dia bueuo que es forzoso apro-
vechar para concluir de secarla del modo ya indicado.
~o convien e secar demasiado h1 yerba del primer
corte porque pierde en peso y caliuad ; lo contrario dE -
be hactlrse con la del seg·unuo, que es lo que se llama
lct oto1iada. Si la yerba está algo verde cuando con ella
se forman lo::; balag·at·es. valas ó varas. conviene com-
primirla cuanto se pueda; asi fermenta sin tomar mal
gu::;to y se conserva bien; mas cc,mo mengua bastante,
es preciso dar· á las varas buena altura formándolas,
87
alrededor de una percha metida en tierra, para que
no caigan.
Las ventajas é inconvenientes del cuidado 6 aban-
dono en e.,ta parte, ya quedan indicados al ocuparnos
de la consen·acion ele los fL"Utos. Inútiles serán todos
los trabnjos del afio si en la época más crítica no se
despliega un esmero indispensable para que nada fal.:.. •
te y todo se hag·a con conucimiento, órden y eco-
nomía.
PRADOS ARTII'ICIALtlS.
,
j
lanar, ¡Inmejorable para abonos que tanto valen en la
Provin cia!
Varios otros tréboles, entre ellos el echado y elagra-
7·io de flores a m arilla.s, elmed1:o y ele las mieses de flo-
1\
res pUl'púreo-claras, se encuentran en los prados de
Asttll'ias, pero solo nos ocuparemos del encm·nado, que
aunque no es natUL·al de la Provincia, se halla ya in-
troducido en algunos puntos.
Trébol encarnado. Se distingue este trébol de los
anteriores porque sus tallos largos y derechos llevan
en su remate un racimo ele flores de un encarnado
muy ,.¡\·o. Aunque no da más que un corte y los
productos son en verdad inferiores á loil de las espe-
cies ya tlesct·itas, sin embarg·o, las ventajas que ofrece
son tantas y tan gTandes que aconsejan. sin dar lug·at·
á duda. su cultivo. Eu efecto, sin g·astos, sin cuidados
y sin alterm· el órden de los demiLS sembrados, se pue-
den obtenet· grande3 cosechas de forraje. Bay más,
tiene la ventaja de ofrecer al g·anauo pasto seco ó ver-
fli de en primavera cuando auu no ha venido ning·nna
' otra planta, y sirve para llenar los vacíos que dejen
los otros tréboles. Se desarrolla bien en los terrenos
~¡ caleares y lijeros. aunque sean de mediana calidad;
l prefiere la sequía al esceso de humedad, y aunque el
.l frio no le hace provecho, puede sin embargo resis-
tirle.
Se siembra á mediados ó fin del verano sobre los
t·astrojos de la otra planta cultivada, sin más prepara-
......................
92
--
cion que una lijet·a vuelta de a¡·ndo, cu bl'iendo la si-
mient.c con lo gTntla; si la semilla estA con sus cubier-
tas, no se necesita ning·una opcracion anterior. sobre
todo si se h<lce poco clespues tle t•ecojida la cosecha;
echatla;; en el campo y pasando el rodillo se consig·ue
lo que se desea. Los terrenos que dan el maiz, la es-
canda y hasta el centeno son bneno;:; para esta her-
mosa planta.
En la Provincia hay alg·unos que la rechazan por-
que no les ha clo.tlo buenos resultados; es sin duda
porqne uo la cultivaron convenientemente, pncil on
varios puntos del Pais. de distinta posicion y composi-
cion. la hemos visto hermo5a y bien ct·ecida; tambien
la rechazan por ser mediano pasto; es >et·dad, y ya lo
hemos dicho, :mas tiene la ventaja de venir cuando los
buenos faltan y es cien ,·eces mejor que la pamplina 6
meruxa r¡ue no hace más q ne biucbar sin nutrir. El
sembrarla. dónde y cuánuo se pueda obtener ott·a co-
secha, puede ser una locura; mas el utilizarla en épo-
cas y puntos que nada dan, es una bien entendida eco-
nomía.
Aulaga, Argoma ó Tojo. Es una de las plantas
más preciosas de Asturias, porque no tan solo da for-
rage, sino ccmbustible y g·r·an cantidad de abono. Na-
da diremos de s u fo rma, pues es bien conocida. La
ponemos entr·e las plantas fol'l'ageras, pol'que Jo es
uiuy apreciable para tüdos los animales, aunque par-
ticularmeute para el ganado caballa1·. Fácil es calcu-
lat' lo::; beneficios de esta pla.ota con solo tener en
cuenta que sus brotes se conservnn verdes y tiernos en
todas las estaciones, qu e se pueden arrancar todos los
días, que no hay necesidad ele secados ni guardarlos.
93
y que sin más que machacar las espinas se puede dar
t desde lueg·o á los animales, ú los que en muchos casos
j viene mejor que la yet·ba seca. No pide ninguna cou-
1 dicion en los terrenos, antes prefiere l os peores; los
á caleares la ofenden má:; que los arenosos. ¡Preciosísi-
, m a planta para cubrir de tierra vegetal una porcion
de ter'reno:-; incultos ó casi desnudos eJe Asturias!
La siembra :-e hace por Marzo y ~\ voleo, .:;iu más
que preparat• untes el terreno, y luego se da una
.-uelta de gra.Ja ó ra,.trillo; debe ir e:;pestL y puede
acompañarla la. avena ó el centeno. Al atio siguiente
ya da forragc, más abundante ú. medida. que pase más
tiempo. El ft·io t•igUL'OSO puede hacel'la. uai'íO, pero- DO
la mata; en seguida brota con roAs fuerza.
Las !irgomas viejas <lan abnndn.nte combustible
para los ca.leros. ¡Magnífica. a}JlicRcion en Agricul-
tura! Las ceni?.ns de sus troncos y t·ait.:c:> son muy
buenas pal'll meJorar los terL·cnos, y sns tnllos forman
escelentes 1/Wllidos 6 camas de ganado. y pueden ha-
cer transitables muchas callejas, :;irviendo luego los
restos de ine$timable abono.
Lo comuo se aprecia poco, y esta sin tluda es la
?f razon de ser tan poco estimada y cultivada el árgoma
en Astmias. Debe descubrirse por todas pnrte..,. Esta
pequeiía planta está destinada po1· ahora á sustituir
los talados bosques de Asturias y ella ha de ser la ba-
i se para lfl> formacion de otros nuevos el día que Dio::;
J il umine 1:\ frente ele lo;:; qne pnedan y piensen en
1 ¡·ecm p1azadof;. ·
N abos. Tamhien se conocen los nabos ~1or todo
Asturias y se :;abe las \·ent<tjas que ufreceu como ali-
ment,o esqtti::lito de lo;; g-anado:> en lu c:-:taciou nú;:;
94
frin del año. Los nabos prefiet·en las tierras secas y li-
jet·as á las húmedas y fuertes. mas deben estar sa-
llt!adas, limpias, bien "preparadas y con alg·un abono.
La época de h siemlJra e.; durante todo el mes de Ju-
lio; á Yeces puetle i1a.cerse más tarde. El méto\lo más
frecuente es sem l.n·a.rlos ú voleo, auuq u e sedr. prefe-
rible pot· líneas para mejor t·ccibir alg-una labor que
n ecesitan. Aun sembratlos á voleo se puedan fot·mat·
SLlt'cos con los instrumentos destinados á la ¡>l"imera
labor· que deben llevar. De todos modos, para que tlén
buenos productos es pt·o,·echoso arralados, sallados
y labrarlos. Sin embargo de que los cuidados indica-
dos dar·ían bondad á las cosechas, tleuemos decir, que
aun sin ellos ::;e pueden obtcuer buenos resultado~ en
alg·unos puntos, fa.voreci~)ndo el tiempo, ~in má:; quo
echar las semillas en los campos sembrados de otra
ph.nta ó con uua seucilla labor en los qne Lan queda-
do de rastrojo. Ya hcmo~ dicho que las tienaslijera.sy
arenosas, lo mismo que las Llcl centeno, son las mejo-
r es para esta planta.
Se conocen uua. pot·ciou dt) vnricdalles distinta:; pot·
la forma y magnitud de la raíz, que es la parte apro-
vechable, por su color y por ser más ó menos tardías,
(serondas) ó tempmuas. Aquí uel cálculo dellabmdor
para conocer la variedad que le conviene, teuiendo en
cuenta el objeto para quu la destina, lo mi:>mo que la
tiert·n ó la época en que le conviene sembrarla y reco-
,iet'ln. •réng-ase pt·esentc que si ol nubo florece y, :;obre
toclo. gT<"t.lla en el campo, le deja bastante esquilmado.
Zanahoria. Otra planta que puede muy bien al-
temar con el nabo es la zana]I()J'ia, que ta11to gusta á
toda cla~e de anima le~. Los ter·t·enos que piden ttua y
95
otra son pll.recidos, es decit·, que han de ser lijeros,
limpios, sin piedras y algun tauto abonado.;;. La za-
nahoria no pueoie viYir en terrenos pobres; si el suelo
que se la uestina no estiL anteriormente abonado, es
preciso emplear abono.;; bien preparados. Se siembra á
voleo, desde Maezo á Mayo y á veces ha~ta Juuio, con-
form e sea el teneno; es conven iente frot~11· antes las se-
millas unas coa otras ó con arena pa ra destmit·los g·an-
chos de s us ~;nbiertas; despue::~ se t;nbren con lag·rada.
En tiempo oportnuo, piden las mismas labores que los
nabos. y para ejecutarlas con más facilidad convie-
ne sembrar las zanahorias por líueas. que se marcan
con la meua de un cal'l'eton bien cargl'tdo para que la .
sefinl ó impresion que deja sea profuuuu y pueda dis-
t inguit·se todo el tiempo que duro este cultivo. Pronto
get·minan los :.~anahorias, y asi que comienzan ú salit·
las malas yerbas, es el persegu idas en la direccion
de estas lineas ; mAs como la,.:¡ tierJH\$ zanahorias pa-
decen alg·o con esta ope1·aciou, es preciso esperar á
que tengan alguna fuerza pam sal ladas. y enton-
ces se puede ejecutar bien y sin cuidado repitién-
dola cuantas veces sea necesario. La distAncia á que
ha u de hacer:-;e estas líneas, lo mismo que h\ que ha de
haber ent1·e planta y planta, lo indica la calidad del
terreno, teniendo en cuenta, tanto pma esta planta
como pMa otra, que el J.ejarla::; muy separadas es pet·-
der tet'r<mo, y muy próximas, puedtm pe l'jUtlicarso.
No solo ln raiz de esto planta, s ino sns lJOjas, son
mv.y buc~n forraje, por eso tle be pt·ocut'UJ':>e nv annn-
cada::; hasta 4ue nmg·a. la época de IUfl) o1· fl'io. Se co-
nocen rn u eh~ Yariedades. p~t·o la blanca ele cuello verde .
se considera com0 la mm; producth a .
96
Varias otras plantas so recomiendan y usan en
otras partes como buenas para prados artificiales, mas
las incticadas. ya alg-un tanto conocidas. pueden satis-
facer por ahora las necesidades de la Provincia . El que
se decida á cultiva¡· una planta de las qne aconseja-
mos, sí no está acostumbrarlo á su t:ultivo . hágalo con
fé y conocimiento; e u Agl'icnltura el ensayar racio-
nalmente es ponerse eu camino ele conseg-uir, y el ha-
cer las cosas {L metlios e.-; peor que no hacerla,~.
Si los animales nos dan sus carnes para nuestro
sustento, s us desperdicios y escrementos para abono
sin el cual e3 imposible la AgTicultma, y sus fuerzas
para ayuda¡· las nuestra:;. jusLo será tener mucho cui-
dado con los prados que les propo1·cinnan su alimento.
Acostúmbrese el Labratlor asturiano á con::;itlerar los
prados uaturales ó artitit:iale::; como la parte mas ¡H·iu-
cipal de su hacienda; mauteng·a. el mayor número po-
s ible de an imales. pu es sin ellos nnda puede culti,·ar,
y con ellos se hará fácilmente cou gTanos 6 cualquier
otra cosa que necesite. Es un pl'incipio admitido en lH5
Naciones mas adelantadtlí!, que el Lab1·aclor que en to-
das épocas descubre el campo verde al rededor de su
casa, puede contar con que siempre reinarit la aleg-ri~t
ó el contento en .su familia.
CEURALl•:S.
,
·¡
.! cogo1·cio y el TJinton. El primet·o es como un tumor,
l al principio jugoso y que lueg·o se trasforma en un
polvillo oscuro muy abundante. El pinton es un
pequeño gusano que pica los tallos para penetrar por
ellos, quedando la planta lácia y amarillenta . El me-
jor medio pat·a librarse de los efectos de estas enfer-
1J
que nos Yan á ocupar.
Por los cnractéres de estos grupos, y teniendo en
cuenta el clima de~ Pais. parece que s0lo las escandas,
y á lo más lvs trig·os <·hamorros, podrían cultivar;;e en
1
1¡ Asturias: y no obstante, además de clos especies de
escanda, la gTande 6 fisga. y la pequeña ó póvia, se
1
~
1
recoje trig·o chamono 6 mpin, alg·o del candeal y
hasta del ¡·eclond ill0, al que corresponden las varieda-
des conocidas con los nomb1·es de boro1i011, baldomon
y corito.
El cultivo de todas l as variedades es parecido, y la
cuestion está en escojer el clima y el terreno que á
.. cada cual le conviene.
í Los tl'ig-os más finos regnieren suelos arcilloso-ca-
leares alg-o cnlie11te8 y con fondo que pet·rnitn pnso á
Ja humedad; si la pa1·te cnlear falta, la paja podrá
crectw mucho, mn::; el grano n i lleg'l\ á ser gTancle ni
pesado . Al contrario de los trigos finos, las escandas
pueden culth·arse en tienas 1\cidas por ser tUI'bosns,
en aquellas cuyo suelo es impcnneablc y en tel'l'euos
frios y montaüosos, ca:::;i á tantn altura como el ccn-
t~no .
Todo trig·o necesita bastante cantidad de las sales
activas do los abonos, pot· eso e:;to:::; son indispensa- 1
bles; mas cuando se echan eu escoso, los tallos lleg-an
:'t crecer tanto que están muy espuesto::> ú caer ó /um-
1
J 1
ltlS
bm·se con pérdida de gran número de espigas. Ya he-
mos dicho qne esto en ~tmias no e:; una desg-racia,
porque cuando se teme esta contingencia ~:>e puede
dejar para alc.<tcer, mas cuando lo que .:;e desea es
recojer el grano, conviene no echar desde el pt·incipio
todo el abono que se calcula necesario, sino solo una
parte, y el resto cuan do ya esté algo crecida la planta.
'l'an b neno puede venir el tiempo que escuse esta se-
gunda porcion; el estado del ~embrado lo ha de decir.
"fambi en se evita el que se tumben los pctnales 6 pa-
ym·es trabajando somet·amente la tierra si es muy
Jértil.
Antes de la siembra cleben darse labores, que va-
l'Ían ccmiorme á la naturaleza del snelo. Cuantas más
en terrenos arcillosos, mejor; al contrario, á los calea-
t·es conviene solo mullidos en parte para que en la
superficie queden t errones que, deshaciéndose despues
del invierno, vienen á calzar las plantas. Los terrenos
~ll'euosos deben estal' sueltos por la superficie y poco
mullidos por el interior, y para conseguirlo, se trabaja
la tierra con algunas semanas de aoticipacion y se
siembra sin otra labor que un fuerte rastrilleo.
Respecto á la preparacion de las semillas, ya heinos
dicbo en otro lugar lo mal que nos parece. Mejor sería
tener bien dispuesto el terreno, abonado con las sus-
tancias minerales que las echan á ellas, y si son algo
<.Juras, sembrarlas un poco antes y cuando la tie!'l'a
tiene el tempero 6 la sazon conveniente.
La s iembra es á voleo 6 pot· !!Urcos. El primer mé-
todo debe preferirse cuando no se ha podido mullit·
bien la tierra ó cuando se teme que el trigo n o ha de
apol'l'etar lo bastante para cubrir el s uelo, sea por
109
1 babet·Ie sem br~do tarde ó por !11. sequedad del ter·reuo.
j
Mas en Astul'ias. en donde casi nunca hay que temer
estos inconvenientes, ó en tlonde se pueden evitar con
facilidad, debe preferirse la siembra por surcos. pot·-
que así se economiza semilla, la vegetacion es má.s vi-
gor osa, los tallos son más fuertes y por lo tanto están
l
1
menos espuestos á. tumba1·se, los salios se hacen con
más órcleo y uo hay el temot· de recojet· malas semi-
llas. El decir que en labor llana se aproYeclta más el
terreno uo es razou , porque los sut·cos se pueden ha-
cerse tao próxirooo>como se quiera y con la mayor fa-
cilidad se consigne que el sembrado cubra todo el
suelo.
Si el trigo ha de sembrarse por surcos com·iene
hacerlo cuanto antes, mas en labor llana, espérese á
qne hayan salido ya las plantas de otoño, que se des-
tr~tyeo con una vuelta ue nmuo.
La pot·cion de semilla que pide cada tienu es va-
riable; uudic mejor que el labr&.dot• Jo puede saber,
teniendo en cuenta que lo que se desea es cubrit· el
campo. Mas vale pecar de m~ts que de m~nos.
.
1
Los sallo:; ltan de hacerse cuándo y cómo lo pid~
el sembt·ado, que debe estar ::.iempt·e limpio. Mucho
cuidado con el órden en ln:s andechas para que la ope-
1 racio:..: salga igúal por todas partes.
Cuando las e::~pig·a::~ :ie doran y encorvan, ha llega-
do la época de la co:5echa que. como ya hemos dicho,
ni conviene adelantar ni atrasar. Las e:;cnndas tienen
más e~ pe ra qne el trigo rnpin y el camkal, pol' e;:;o
conviene r,omenzar por esto:). La siega puede hacet·,l:
con hoz, y cuauuo es má5 en gnwde cou g·uudaua. En
' algunos punto::~ tle Asturini-l l:!t.> U5:a el pl'imer medio,
1
110
mas en ot!·os donde los sembrados eon m{tS pequeüos,
que es lo generaL se usun dos val'illas llamadas meso-
?'i as, con las que, formando una e.specie de tije:·a. se
corta un ramillete tle unas seis espig·as qne se vun
echando en un gran cesto, macon 6 maniega. La paja
qneda en el campo y se sieg·a ~.:ou g-uadaüa despues de
limpio el trig-o . Este pe::;ado procedimiento pr~rmite e::;-
coj et· las espig·as con órdcu y sin niug-una pél'dida .
Para el des.!.!Tane del trig·o ::;e hace uso en casi toda
Espalia ele los trillos de tablou nH\s ó menos modiiica-
llós; pet·o en Asturias la opet·acion es más difícil por
no de::;¡)l'endersl:! con tant:! facilidntl la paja del gTano.
lil metlio ordinario es el de los manales. maum·cs ó ma-
yos. que son dos palo:; lt~t·gos y fncrtf':; unido.; en sus
CStremos por Un A:> Cúl'l'CUS fl e.\.ibJe:-;. U l10 ele estos pa-
Jo.~ est<·~ fijo en la mano del hombro, y el otro á mane-
m de 1:\.tig·o e.st.<'L destinado ú tlat· Jo,; g·o]p('fi . Los tra.-
bnjndore:; se d iYiclen e n do:; b11ud o~. ft·ente uno de
otro, y lo.; g·olpes se dan altel'Uativn.mcnte con órdcn
y ~;\ compás. Ni por esta operacion se dospreude lu pu-
ja que está. unida á Jo:=; g-mno.s de la e.scuncla, y pam
conseg·uido hay necesidad ele mol in os e::;peciales lla-
mados heryueros ó de 1'at·t'lcw qut' abunrlan en la Pro-
vinc:ia.
A ventada la puja en tlia.::; ñ propúsito se con~if.;"~' e la
lilllpiczu de los g·mno;-; , q nc p1Ha con;;et·nu:<e piden ¡,,s
mis mas conflicion e~ que lu:; clem;\s. Su principal ene-
mig-o en la Pl'ovincin es la humeclacl, lHlj' r¡u e evitaJ•la.
c·ow o se p11ecln..
'l'orlu cla:-;(' de trig-o tien'J tliH\ porcion 1k enfcrmr-
¡Jaclcs ('(116 l'c~sultan riel desarrollo clr plantitas muy pe-
IJIII'Jin~. Mncl1n t::P. hn trnlu1jntlo pnrn rom halirln:-:. lll'IR
111
poco se ha conseg·uido. Lo qne mejor resultado produ-
ce son lo::; buenos t¡·abnjos en las tie1•ra>~, su limpieza
y la aplicacion oportuna de los abonos comunes y mi-
nernles. La miseria, hemos dicho en otra ocasion, no
.¡ se separa del indolente ó abandonado.
·1 DEl, CBNTE:\'0.
~' -
sobre todo en' los primeros años cuando los arbolitos
sean aun tiernos.
1
DEL PAN IZO .
•t
1
El pan izo por sus tallos y hojas se parece al tt·ig-o
y cebada, mas se distingue por sns lnrgas y encorva-
d~s espig·ns. así como pot· los gn1nos que son pcq uc-
flos, lustrosos y redrmd cado~. El panizo o;; un cereal
116
poco apreciable porque pide los mismos cuidados que
la más delicada especie, y los productos nocorrespon-
den, puesto que su:) granos solo se crian para alimen-
to de algunas a>es, aunque tambien pueden dar un
pan mediano.
t3e conocen dos principales variedaJles: una con la
espig·a sencilla y otra que la tiene nnnificada. El cnl-
tivo del panizo podrá ::;o;:;teuct·:;e en Asturi:·ls como una
curiosidad, mas no debe ser g·encralizado.
DllL sanco.
DE LASLEGU:\IBRES.
1
1 Las habas comunes ó {abes son tan conocidas en la
1 Provincia como el ma.iz. á cuya planta aventajan -en
l
muchas propiedade.'>. Su fruto feculento figura en casi
'·¡ todas las mesas. y con razon, porque sobre ser muy
agradnble, es bastante nutt·itivo. La nombradía de las
habas ele G1·ado, Salas. etc., se estiendc más allá de la
Provincia... Su precio en la plaza es siempre subido.
Esta planta qu iere terrenos limpios, ventilados, re-
gulannente sueltos y mas bien fértiles por si que por
el abono, que si se echa en esceso da lug·a¡· á un au-
mento de hojas y á una d.isminucion de frutos. La vie-
nen muy bien las margas y el yeso; la hacen daño la
j humedad y la soro bra .
~ Se conocen muchas variedades que se distinguen
l por la forma y magnitud del grano, por el color y
~ grueso de su hol1ejo, y por venir tardías ó tempranas.
j Mas la principal difet·encia, porque se refiere á su gé-
t net·o de vida, está en las p ropiedacle!> de sus tallos.
1 Unas le tienen dispuesto á subi t·. emoscá.ndose á oti·os
a cuerpos, y son trepadoms ó de enrame; y otras le tie-
)l nen derecho y corto, son las llamadas enanas.
1 La siembra debe hacerse por líneas, separadas en-
J
¡ tre si algo má.s de media vara, y en golpes de tres á
~
118
cuatro semiUa.-5 que han de cu bri•·se poco . Las enanas
ocupan menos espacio yuc las de em·ame . y por esto
deben pone1-sc más espesas. • ensibles á los menores
f¡·ios . solo pueden sembrarse pot· prima,era cuando ya
pasa1·on lns heladas.
Los salios sean tantos cuantos pidan las plantas
que han de calzal'se en e-:tus operaciones, y al úl-
timo se ponen ramas de árboles pa1:n que i"os tall.os se
encaramen .
Aquí se nos presenta natu1·almentE la ocasion de
indicar el medio casi insensible de ir disminuyendo
los sob1·esaltos que ocasiona el maiz, con la tranquili-
dad que ca-i siempre oft·ece la planta que nos ocupa.
En vez de echar la tiCI'ra toda de maiz con unas
cuántas habas, échense estas clos semillas por partes
iguales ; bien un surco del primero y otro de las se-
gundas cuando son enanas, yendo así a.ltemando , 6
bien en cada surco una puesta del uno y otl'a de las
seg·undas, que sean de enrame. Así las dos plantas
crecen juntas, y las habas, que han encontrado apoyo
en el maiz. dan un producto que escede en muchQ á la
pérdida que puede tenet·la planta que las ha ayudado.
No hay que dudarlo; con un poco más de atenciou
y cuidado se evitan temores y se aumentan los pro-
ductos. La eleccion no es dudosa.
Para la cosecha hay que tenet· en cuenta que las
vainas de las haba~ de enrame madu ran unas antes
que otras, y pOL' Jo tanto la recoloccion se bace por
partes; á veces se cojen ticmas y entonQes se llaman
ft·éjole:>. Las enanas matluran casi al mismo tiempo y
su cosecha es por lo tanto más fácil; se arrancan, se
forman manojos, que se conservan en p unto seco, y
~
,,,
•1
'J 119
el desgrane 8e hace cuando se pueda 6 convenga.
1 Las habas deben de volvet· en Asturias á recobrar
la importancia que, sin razon ni motivo, las ha qui-
tado el maiz.
PLANTAS DIVERSAS.
DB LA PATATA.
DEL LINO.
l.¡
atencion la ?'OI¡ttera ó babayos, iñseparable de los linos
á cuya planta se parece ba~tante, aunque se distinga
bien po1· su flor encarnada .
La época ele la cosecha ha de ser conforme á lo que
se desee: si se quiere finura en las hebras, hág-ase in-
tlll l, r. .\~A M O.
1·¡
CUARTA PARTE.
ARBORICULTURA.
DEL HOIJLE.
j
144
seg·uida. El ponerlas por líneas y temprano es espo-
ncrse á que las coman los ratones, y en algunos pun-
tos el oso; es preferible por lo tanto sembrarlas por
Febt·et·o. sin que haya que temer la pérdida de la si-
miente, puesto que el ca.:;tnito e:i de las plantas que
más tarllau en dar señales de villa por primavera. No
es m.ala pt·eca.ucion el sembrarlal:i con erizo ú oricio.
Cuando el árbol se destina pnra fmto se suelen em-
. plcar las llamadas ·valclmws; y si para madera., lcJs :a-
patonas. regoldanas ó bruvas. Deben en todo caso pre-
ferirse estas últimas que tlan pies robustos, puesto que
si los castaños se destinan pam fruto van á ser ingeri-
dos y lo que necesitan es un patt·on ,·igoro;;o.
Nacidos los castaños, pillen los mismos cuillatlos
que Jas especies anteriores ; si fultan, se resiem bt·an; si
sobran, se entresacan. A Jos dier. aüos deben hallar.~c
á diez varas unos de otros, y el doble á los·treinta.
Las podas han de set· seg·un el objeto . Mu~ho cui-
dado sobre todo con los g'l'andes desmoches, que hacen
herida::; que n unca cierran y dcjau el chbol acltapat·-
rado tflle para n ada ::;irvc.
F.l aprovechamiento final uel castaño tlebe hacerse
cuaudo lo indique el mismo ;hbol. Ya, hemosmartado,
al hablar del haya, las seilale.'i de la decrepitud. Guau-
do llega esta época e::; el nprovccharse, pues rlejarla.
pa::;ut· es cspm1erse A pét·lli<la:i.
Si el castaüo ~e destina :·,, ft·uLrJ e\:ije otro cuiua cl o,
~ua l es el ing-erto. No !J(J tl mal o~ por ::;n senr.ill cr. los
ge ncnt ltJl e nt.~~ segnidos, ll éU1HLllns de ¡ma y coronilla ú
rnb·ecorle;a; el prim ero por Febt·ero ó :Uarzo. y el :"C-
g·undo por Abril ó .Mayo, mas deben hacerse cuando
el tronro f'óolo tiene el g rueso de una~ dos pulgada::.
•
145
Esperar á mas tat·de, como hacen muchos en la Pro-
vincia, es espoucr;;e á perder todo el trabajo, pue-3 la
r.orona tiene que ser muy ancl1a y antes que se cica-
tl'ice ya ha entrado por ella la podre1lumbre. No hay
que olddar que la;; plantas, como los animales, resis-
ten, cuando tieruos, operaciCJnes que nc> puet.len snfrit•
cuando auulto::; ó creciLios. La rawn que mueve á los
Labradores á ingerir cuando el t.ronco tiene ya acaso
má{ du una cmu·La de g-rueso, es el Yet· que tí lo.;; dos
mlos ya pne(\en recojer fru to , y no repamo que para
t¡ue el tronco tenga tal gTueso ha teniLio que vi\'it·
mucho tie111po sin dar nada; de mnuera que ingil'iéu-
dole cuando no;:;otros selialamos, pueden obtenerse los
fruto::~ tan temp.-nnu, sin que el árbol haya padecido
uing·tma alteraduu.
Ut.ro error consiste en poue1· gTan número ue púas
e) g·á1 fi os, ú Yeces hasta diez 6 t.loce , sin reparar que
cuantos mús pongan mús aumenLen el padecimiento
del úrbol, y que con tres ú cuatro pucde11 conseg-uir el
lllisruo ó mejor t'e::>Lüta.tlo, porque si se ponen con cni-
J.udo e::; ca;:;i st>g uru que todos prenden y se des<wrullan
prontv.
B.-:> iua<h ·ertt"ncia UIUY coumu el eu bl'ir la coro u a con
u u céspcu ó lapin. :;in reparar que en un pai::; tau llu -
Yioso, las vrirneras ag·ua;; le echan abajo, quedando
la heritlu al clescubit\rto para que po1· ellA. eut1·e la
podt'UllUu1bre. Tullo p•)dia e' it ,n.;e Lltllitl•J el corte in-
cliunüo y <:nhri~ndole con el r->encillo nng-ilento for-
mado rk n11 a mczela tle banr¡ r) nt·éilla, mmiica. de
"arn y nlg 11 11fl~ r;l;.;earillns rlf' r ..:randn Dn c;;t.a mn-
llera hr,; t'g'tHls tlll) e n .Y 11illg"llll da;;o pueden oct~
.. ;\11\(\1' o
10
•
146
Los ingertos han de estar bien escojidos. ser brotes
de uno 6 dos años, y venir de un árbol que ya di6 fru-
tos: ha de teuel'se mucho cuidado con ellos, lo mismo
que al hacer la operacion que, si bien es sencilla y fá-
cil, es uelicada.
Respecto á la cosecha de las castalias. ya dijimos
lo bastante al hablar en gene1·o.l de la recolect:iou de
fr utos. Si por esta1· los castaflOS (' 11 a.bertal ó por te-
mor del d iente de los animalt.'s, ó por cualquier otra
causa. no hay más remedio que sacudir con vara,
póngase el mayor cuidado para que el destrozo del
árbol sea el menor posible. El poner las castaúa~ en
con·os para despues separar los erizos con las 71W1'-
ga;;as. especie de tenaza<> de mauera, ú elesviflm·las á
gamba lo, si el tiempo e:; 11u ri o~o . sou operacione:; bien
ontenuida~; y que no con\'icne varillt', únicameute lle-
ben g uardarse los erizos, que producen buen n.bono.
Cuando u n castmio dn poco fl'llto por enYejec.ido,
huy la costumbre de (radarle, es det:ir, cortarle la ca-
beza para que: arroje nueYos brotes. Lo mejor y más
proYechoso es cortarle de rniz y poner otro nue>o,
porque cuando el fin de la ,.itla llega á uu ser orga-
nizado. el artificio no pucclo en manera alguna alejar
la misel'ia y tlecaimiento. Por ott·a parte, esta:-; (radas
y aquellos ingertos son la C11usa de que pocos troucol:i
se presenten sanos; los mt~ s estún pndt·ido:; ó huecos
en el corazon .
No concl uit·emús con este precioso úrhol sin lamen -
tamos do los trasp lante~ IJI.lP sf\ hacen cnan<.lo yn tie-
llf' bastante e11erpo, cot•rieurlo murhn t'icsgo de> lWI'-
del'lo. Cuando pol' hallarse el terreno en a berta1 hay
el temo1· de r1ue lo:: gauado~ k,., d.•,.,trn,yau ::;i :;on muy
147
tierno;,;, tómese cualquier precaucion para asegurarlos,
p nes es una compasion ver t1·as formaclos en estacas los
s udo res de muchos año,:;.
lHt L NOGA L.
j
154
taclo. Dos son lns especies de neg rillos que se cultivan
en Ast uria'3: el campesft·e ó comün, y et rle nmws abier -
las ; la primera especie es por muchas razones preferi-
ble. y á ella corresponde el negTillo, por antonomasia,
del campo de San Francisco en Oviedo .
Tambienes árbol de hermosa fm·ma el Arce ó F al -
so- p látano; da buena madera de ebanistería , se desar-
rolla pronto y se propaga de semilla con 1a mayor fa-
cilidad. Esbeltos, robustos y elevado.:; los hay pm· la
Provincia, y p ueden servir ele ejemplo los de la Ca-
rida\1.
Las Espin~ras y Tilos son bonitos árboles de las
montaüas qne tambien prosperan en los puntos bajos .
como paseos y otras posesiones. La madera quebradi-
za de la primet·a hace que solo se la estime como árbol
de adorno, apreciable por lo caprichoso de las ramas y
hojas, así como por el ar·oma de sus flores; se propag·a
fácilmente, 6 for·mando semilleros 6 tt•ayendo planto-
nes de las montanas en que abundan. En cuanto al
tilo . es mucho más útil por s u buena madera, y por
las flores, que tienen buen precio en la Farmacia. An-
tiguamente era muy comun en algunos puertos, como
'l'e.berga, etc . ; hoy casi ba cle:;a.pat·eciuo, gracias e\ la
bárbara costumbre de darles por el pié con el solo ob-
j eto de aprovechar las flores. Muy bien hariau los Pro-
pietario:; en propagarles, lo que se consigue fácilmen-
te pot· los muchos renuevos que arrojan lo:; ya cre-
cidos .
155
DEL AVELLANO.
DET. MANZANO.
HORTlCULTUR!\.
D.E LA H UERTA.
OBL BUEY
C:ADllAS Y OV~JAS.
DEL CERDO.
!
meterse en las faenas que preparan la:; 1·icas gochadus
que sit·ven de provision eu todo el año .
r. Hace poco t iempo, algunos curiosos, entre los que
¡ deben recordat·se con g ratitud 1Í. D . Gnspar Cienfuegos
J ovellanos y D. Francisco Meodez Vigo, introdujeron
en la Provin~ia cerdos iug·leses de la g-ran raza de
Yol'l\:shit·e, y dieron tan buenos resultados que hoy
son bu:;catlas sus crías con afa11. En eíecto, tienen la
ver.taja sobre los del País en s u g·ran desarrollo y :;u
fácil crianza, pues son menos e:;cojidos para sus ali-
mentos y temen menos las inclemencias . Crecen par
basttutte tiempo, y la m~jo t· época para aproveabados
os á los dos nftos. Como s ucede con totla uoveuacl, to-
d avía no J.an entrado en ellos muchas personas por
creer que s u tocino no es tan bueno como el de los del
País. E::; s implemente una preocupa~ ion que tiene que
it· desapareciendo.
Padeceu Jos cerdos vm·iai3 enfermedades. El metlio
111ejor de evitarla:; e::; el cu idado, el órden y la lim-
piexa.
C.\ 11.\LI.OS V MUI..\S.
01\ LOS A ~ 1 ;\f.\ LE~ !lA ~!NOS ('> CO :".~!!lEnA DOS COMO TA !.ES.
CONSIDEU.~CIONES GENERALES.
J
IJllC más trabaja. s:no el que mejor calcula lo <lllC Ir
~onviene hacet·. En algo :-,e ha de diferenciar ele loti
animnl"" que le nyurl•n y ele lo-< Instrumentos ó ,,.,_
195
seos de que se sirve. Antes de ponerse á una operacion
hay que meditarla y no ciebe darse un paso h asta te-
ner bien tr·azado su plan .
No hay época aJg·una del año en que el labrador no
tenga que hacer; pues si las lluvias 6 nie,·es no le per-
miten acudir al campo, tiene la ca:->a, el ester·colero, el
establo 6 el h órreo que de seguro nno::; ú otros necesi-
tan sus e u ida.dos.
Como que, por desgTacia, la::; porciones de tierra
que cada labr·atlor cultiva son tan pequeilas. casi to-
dos tratan de hacer·.se con el mayor número posible,
sin reparar acaso en su uaturale7.a 6 s u dista!lcia, y
-sin tener· en cuenta que ,·ale más poco y bien cuidado
que mucho y desatendido .
Tanto lo.':! Propietarios como los C11seros deben evi-
tar que se l'epartan los bienes de las caserías. Mucha
parte tle la pobre%a del labrador al-)turiano depende de
la mala costu m hre de ceder· par· te de l as finca::; á los
bijos 1't medida que se vsn cnsan1lo; u nos y otros tienen
que perecer p01·quc lo q ue cultivan no basta para sos-
tenel'le.:;. El hijo mayor ó el más aficionatlo á liL la-
branza debe sm· el que quede con todo; los demás de-
díquensE> á otro oficio que son muchos los que dan ele
come¡· decentemente en lo:; tiempos que c01·remos.
Hay mticha aficion en la P~·o·ducia a l cuHi\·o i.Ie
gTano.:;, sin ca}cula¡· que sus pt·orluctos no son tan se-
g·uros como los de Jos prados, que son los mas útiles,
porque s in gana.do no puede h abe1· abonos, y sin estos
es imposible el cultivo. En algunos puntos suplen el
cucho con caleros, y esto no basta, porque la cal es muy
buena, Gomo hemos dicho, cuando vá unida á otro:3
abonos; sin ellos, vale poco.
196
Todo labrado•· debe sabet· su oficio; y lo principal
se lo decimos en este libro; pat·ece mucho lo qne en él
se contiene, pero eg fácil comp•·endel'lo; y leyéndole
u na parte en los ratos clesocupados. se puede ir voco
á ppco teniendo idea de lo que se hace. Parece que
es difícil retenerlo todo en In memoria, pero no hn.y
n ecesidad ele tanto; basta con qne se lea l o que dice
de cualquier operacion q u o se trata de emprender.
Alg·un labrado¡· dirá qno no necesita de estas ' lec-
ciones porque como pasó hasta aquL pasará en ade-
lante. Verdad es que la P•·ovidencia cuida de todas
sus c•·iatUI·as; mas el h ombre está condenado al t•·aba-
jo, y hay notable diferencia e ntl·e pasarlo mediana-
mente ó con miseria como hasta aquí, á encontrarse
más 6 menús desahog-ado.
Los mayores enemig·os de la Agricultu•·a son: l .0 la
holgazanería, 2." la. ignorancia y 3.0 la terquedad. Bl
holgazan tiene dificil enmientla; el ig-norante puede
ser buen labrador aplicándose; en cuanto al terco de-
be oir á los demás. No es razon pa•·a que baga una co-
sa, el que los pad•·es, los abuelo~ y los vecinos la lti-
cicran de la misma manera. Si uno que tiene motivos
para saber más que él le dice que d~be variarla, óig·a-
le, teniendo entendido que todas las artes adeiantan, y
lo que ayer parecía bueno, hoy puede llegar· á d~scu
brirse que es malo ó mediu.uo.
Por último, nada vale saber mucho y t rabajar bien
si se gasta tanto 6 mús que lo que se g·ana. Siempre
untlar·á a!'l'astrado el Labrado•· que no haga observar
en su cAsa el órden y la economía en todo.
INDICE.
r .\GINAS·
PRÓLOGO.
Pr·etirninm·es..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Pn1a111nA I'ARTE.-Nociones generales de Agri-
cultura. -Est1·uclttra y vida de las,7>lm,tas. . . 3
Absorcion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Circulu.cion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Rcspit·acion.... .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Secrecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Mult·i¡)licacion de las plantas. . . . . . . . . . . . . . . . . 1O
Fec~mclacion de las {lores; 1'eco/eccion y conserva-
CtOil de los (1·utos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
J.,abores de tos campos; pt·eparacion de los tm·-
renos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Seme11lc1·as.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
b'scardus 6 salios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
SECUNDA PARTE.-Causas que influyen en la vida
de las plantas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Cli·mas agrlcolas en general y en pm·ticular del de
Asturias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
1'iuras de cultivo en general y en parliculat· de
las de Asturias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
J1/('joras en las Uerras de cultivo . . . . . . . . . . . . . . . 41
Abonos en general. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Abonos orgánicos ammales y vegetales; estercolc1·o. 46
Abonos rnmerales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
Modo de apl1:cm· los abonos y las aguas á los cam-
pos........ . ..... .. ........ . ........... ... 59
Barbechos y allernativa de cosechas. . . . . . . . . . . . 63
Abrigos y cerramim1tos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
TERCBRA rAntR.-Cultivos especiales de Asturias. 72
Labmnza. De los pmdos en general.. . . . . . . . . . 72
Prados naturales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Aprovechanuento de los prados natut·ales... . . . . . 82
Prados at·tificiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
1'1·ébot. comttn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
1'n1bot blanco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
1'rébol encarnado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Atdaga, át·gom.a ó tojo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
1\'aúos......... . . . ............ . . . . . . . . . . . . 93
Zanaltorict... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
De los cereales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
,lfai::. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
'iJ7
Jhgos ; escandas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Cet1Leno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Cebada ....... . . . ......... .. .......... .. . . 113
.Avenu,......... .. ....................... 114
Pani:o ... . ................ ....... . ...... .. 115
D~"fds. lCyt~1){Ú~s .· .' .' .' .' .' .' .' .' .' : : : : : : .. : : : : : : : : : : n~
Judias. a/ub~os ó habas comunes.. . . . . . . . . . . . .. 117
Dabas propiamente tales ó habas de Mayo. . . . . . 1~ 9
Guisantes ó m·uejos. . . . . . . . . . . . . . .... . ..... 120
Plantas cliversas.-PataW .... ........... .. 121
Lino. ......... ..... ... .... .... ...... ...... 126
Cáfiamo .. . .... ..... ........... . ... . .. .. . .. 128
Fórmio 6 fmo de Nueva Zelanda ... ............ 129
CUARTA PARTE.-A.rboricultura.-Del m·bofado;
su tdilidatl. .............................. 130
Cultivo de los árboles.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
134
fla.';a .. ..... . .. , ..................... ·. . . . . .
138
Roble . . ................. .. ........ .... ..... 141
CastMCo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
143
Nogal . ........ ... ...... . ............ . ..... 147
Puws . ... .... . ........ . ...... ........ ·... .. 149
Fresno. abedul. neg1·illo, falso-plátano, espinera y
tilo ...... ..... . .... .............. ........ 152
Alisos ó humeros, álamos y scluccs ó salgueros .. 155
Ave/lat1o .. .................... . ..... ... ..... 155
ilfan:ano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... , 156
QUINTA PA ntr.. - Horticultura.-De la huerta. . . lG 1
Jngertos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . HKí
Podas, ... ............ . .......... . .. . . ..... 167
SESTA PARTB.-Animales domésticos.- De/ ga-
nado en general . . ........................ 170
Per{ecciona11úento del ganado. . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Ctticlados de crian~a ........... . ...... .. ..... 175
Bteey .. .............. : ....... ..... ......... 177
Cabras y ovejas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Cerdo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Caballos y mulas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . ... 190
Gallinas. palomas y otros animales menos im¡wr-
Lantes . . .......... . ............ . .......... 191
Animales rlmlinos ó considemdos como tales. . . . . 192
Consideracion~s generales. . . . . . . . . . . . . . . . . . 194