Virginia Wolf
Virginia Wolf
Virginia Wolf
El ensayo Un cuarto propio de Virginia Woolf, escrito en 1929, marca un hito para la
historia de las mujeres en la literatura y se constituye en un análisis socio-político de
la época desde una perspectiva de género. El presente artículo es una reflexión sobre
el ensayo y acerca del contexto que rodea la producción del mismo por su autora,
destacando la sutileza de su pensamiento y la acertada percepción acerca de las
relaciones de poder entre hombres y mujeres, constituyéndose por ello en un eslabón
más en la cadena de las reivindicaciones femeninas por su emancipación y liberación.
Palabras clave:
ABSTRACT
The essay A Room of Ones Own, published in 1929 meant a landmark in women’s
literary history and it sets up an important socio-political analysis from the
perspective of gender. The article presented here is a detailed reflection on the essay
and the context which surrounds its creation. The subtle, ironic and sensitive analysis
done by Woolf in her essay shows the accurate perception of the power relationship
established between men and women, and constitutes another link in the chain of
feminine vindication for their emancipation and liberation.
Keywords:
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Revista UNIVERSUM • Nº 25 • Vol. 1 • 2010 • Universidad de Talca
(*) Psicóloga y psicoanalista. Académica del Centro de Estudios de Género en América Latina de la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Magíster de la Universidad de la Sorbonne, Francia.
Doctoranda en Estudios de Género en la Universidad de Valladolid, España.
Artículo realizado en el marco del Proyecto Anillo SOC 21 del Programa de Investigación Asociativa de CONICYT.
Artículo enviado el 28 de junio de 2008. Aceptado por el Comité Editorial el 23 de marzo de 2010.
1
Merriem-Webster’s Enciclopedia of Literatura, Merriam-Webster, Inc. Publishers, Springfield, Mass. 1995, p. 1213.
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Pilar Errázuriz
Sin duda Un Cuarto Propio escrito con ironía, sentido del humor y una pincelada
de enfado, amargura y resentimiento, es un ensayo que aún hoy continúa siendo
válido para describir múltiples situaciones de las mujeres en nuestra cultura
occidental.
En septiembre del mismo año, Virginia aún sigue reflexionando sobre el tema el
cual no abandona. El lunes 11 y siguiendo el curso de su pensamiento acerca de la
relación entre mujeres y literatura, comenta en su diario la afirmación ‘los hombres
son snobs’ formulada por Rebecca West -crítica literaria y escritora- preocupada, al
parecer, por la imagen que las opiniones sarcásticas de las mujeres puedan acarrear.
Se refiere entonces a las “limitaciones de las mujeres escritoras”, aclarando que “no
se vea acritud en ello. (…) ¿Hay que pensar entonces que volvemos por la noche,
como las cornejas, a colgarnos de los árboles? ¿Y que todos estos graznidos son los
prolegómenos de nuestro reposo nocturno”?3 El ensayo Un Cuarto Propio estuvo
terminado al año siguiente, en mayo, para publicarlo en octubre, un año después de
haber impartido dos conferencias sobre el tema en Cambridge4 . De modo que es un
ensayo que conlleva tiempo de reflexión y que además se entrelaza con la finalización
de una de sus obras maestras, Orlando.
2
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 192.
3
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 219-220.
4
Bell, Q., Virginia Woolf, Ed. Lumen, Barcelona, 1979, p. 477.
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¿Aún le temen a Virginia Woolf? Una reflexión sobre el Cuarto Propio
-¿pues qué tenía de feminista la señorita West al formular una declaración quizá
verdadera, aunque poco gentil, sobre el otros sexo?”5 Sin embargo, Rebecca West
era una feminista, a pesar de la opinión de Woolf, una feminista quizás menos
apreciada por sus trabajos literarios que por su periodismo en las filas de los diarios
de la izquierda, donde se construyó un nombre como defensora de la causa sufragista
de las mujeres.
Por su parte, Virginia también apoya en ese momento la causa de las mujeres
(en su diario refiere a las conferencias del mes de octubre en Girton para mujeres
“jóvenes, hambrientas pero ardientes”6 ). Su opinión acerca de Rebecca, el hecho de
no reconocerla como compañera de actividad feminista ¿sería acaso una rivalidad
con ella por ser una escritora, o acaso una cierta aprensión por su posición como
crítica literaria? Precisamente, ese mismo año Woolf publica Orlando y por las
palabras que deja en su Diario parece aliviada cuando Rebecca West no se muestra
excesivamente crítica con su Orlando, como si hubiera temido lo contrario7.
5
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 38.
6
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 223.
7
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 223.
8
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 224.
9
Miyares, A., “Sufragismo”, en Amorós, C. Coord. Historia de la Teoría Feminista, Comunidad de Madrid,
Imp. Madrid, 1994, p. 83.
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Pilar Errázuriz
una vía para la ‘liberación sexual’ no era tal: éste resultó criticado por mujeres analistas
y mujeres feministas acerca de su visión limitada sobre la sexualidad femenina.
TEXTO Y CONTEXTO
10
Woolf, V., Journal d’un écrivain, Ed. Rocher, Paris, 1977, p. 237.
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¿Aún le temen a Virginia Woolf? Una reflexión sobre el Cuarto Propio
Sin embargo, se equivoca Bell cuando dice que Woolf “no carga las tintas en
los sentimientos”, simplemente porque sigue una línea argumental crítica y precisa
de principio a fin. Se puede leer en el capítulo II de Un Cuarto Propio que Virginia
es consciente de cómo crece su enojo a medida de su reflexión, al observar el resultado
de un croquis que dibuja distraídamente mientras desarrolla su pensamiento y que
da cuenta de un sentimiento muy poco neutral: “mientras yo soñaba, la rabia se
había apoderado de mi lápiz”. Del mismo modo, no es neutral la mención que hace
frente a que “cualquier muchacha podía leer por sí misma” las opiniones de los
hombres acerca de la inferioridad de las mujeres y agrega, “esa lectura tiene que
haber disminuido su empuje vital e influido profundamente en su obra”. Pensamos
de qué modo esta reflexión acerca de la situación de las mujeres -de su propia
situación- podría haber disminuido su empuje vital. Esto nos remite inmediatamente
a la alusión que hace en el diario a su profunda melancolía, asociándola a la escritura
de esta obra. Si bien no carga las tintas, como dice Bell, el sentimiento de profunda
melancolía recubierto y disimulado en una toma de distancia irónica y humorística
nos llega hasta hoy en las líneas de su texto.
11
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 64 (la cursiva es mía).
12
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 48 (la cursiva es mía).
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ironía que encierra la modestia de algún nombre más humilde no puede -como pretende
Quentin Bell- estar libre de sentimientos y constituir solo una exposición coloquial y
coherentemente ordenada. Una crítica de la Saturday Review de ese mismo año 28
acerca de una mujer que se dedica a la música (Miss Tailleferre) y que ella trae a
colación porque dice lo siguiente: “una mujer compositora es como un perro
caminando en sus patas traseras”, no puede ser citada sino desde un profundo sentido
de oprobio frente a la denigración del intelecto femenino13. De este modo, vemos a
lo largo de su texto el esfuerzo de la autora para tomar distancia de su enojo, de su
angustia, gracias a la ironía o al sentido del humor, para no caer como bien dice en
acritud o en graznidos de corneja.
Incluso practica una forzada indulgencia para explicarse este estado de cosas
en cuanto a la dominación masculina. Esto lo expresa en la frase: “(…) esos instintos
nacen de las condiciones de vida, de la falta de civilización, pensé, mirando la estatua
del Duque de Cambridge, y en particular las plumas de su bicornio con una fijeza
que pocas veces han merecido. Y al percatarme de esas limitaciones, el miedo y la
amargura se fueron trocando en piedad y tolerancia”14 .
“La mujer, un sexo protegido”, “la feminidad (…) una ocupación protegida”
son frases de Woolf que indican que en su pensamiento las mujeres trabajadoras,
que para entonces en Inglaterra eran gremios de consumada explotación (industria
textil, trabajadoras agrícolas, empleadas domésticas, etc.), no están incluidas: para
ellas no existía feminidad protegida, sino solo para la clase burguesa. Incluso la
generalización que hace cuando escribe al final del capítulo 1 “pensando en la
prosperidad y seguridad de un sexo y la pobreza y e inseguridad del otro” no deja
claro en qué contexto está incluyendo a los sexos. Es preciso tener en cuenta que
tampoco el sexo masculino en las fábricas, en el campo o en las minas, gozaba de
seguridad, ni de prosperidad, sino de pobreza e inseguridad sin lugar a dudas. No
obstante, sabemos que aún así, en el binomio hombre / mujer, en cualquier clase u
oficio, el término subordinado es quien participa de lo femenino y el término
13
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 57.
14
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 42 (la cursiva es mía).
15
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 40.
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¿Aún le temen a Virginia Woolf? Una reflexión sobre el Cuarto Propio
16
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 109.
17
De Miguel Alvarez, A., “Reconstruyendo la ideología patriarcal: un análisis de “La sujeción de la Mujer”,
en Amorós, C. Coord., Historia de la Teoría Feminista, Comunidad de Madrid Imp. Madrid. 1994, p. 51-52.
18
Coria, C., El Sexo Oculto del Dinero, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires 1986, p.31.
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Sin embargo y aún cuando Woolf no haya hecho explícita la diversidad de las
mujeres, especialmente en cuanto a la variable clase, culturas o etnias -ya que
básicamente su análisis versa sobre las mujeres inglesas de clase media- se vuelve,
de alguna manera una pionera de la reflexión feminista de la primera ola, feminismo
fundador al que le resultó más eficaz políticamente unificar las condiciones diversas
de las mujeres, en ‘la condición de la mujer’ en singular.
19
López Pardiña, M.T., “El Feminismo de Simone de Beauvoir”, en Amorós, C. Coord. Historia de la Teoría
Feminista, Comunidad de Madrid Imp. Madrid. 1994, p. 111-112.
20
De Beauvoir, S., El Segundo Sexo, Los Hechos y los Mitos, Ed. Cátedra, Madrid 2000, p. 52.
21
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 53.
22
Bourdieu, P., La Dominación Masculina, Ed.Anagrama, Barcelona, 2000, p. 49.
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¿Aún le temen a Virginia Woolf? Una reflexión sobre el Cuarto Propio
23
Burin, M., en “El Techo de Cristal en la construcción de la subjetividad femenina” en Actualidad Psicológica,
Andros Imp., Santiago de Chile, Año 1 Nº 7, (25 p.) p. 5.
24
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 73.
25
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 78.
26
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 77.
27
Butler, J. , Deshacer el Género, Ed. Paidós, Barcelona, 2007, p. 17.
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suponía que a los hombres se les impedía y censuraba todo aspecto femenino de su
personalidad y que las mujeres debían, por el contrario, asumir esta feminidad que
se definía como pasiva, dependiente, intuitiva y subordinada a la autoridad
(especialmente a la autoridad de la familia y de los hombres.) Sin embargo, Virginia
Woolf en su ensayo que nos ocupa, dice algo sorprendente: “es fatal ser puramente
un hombre o una mujer; hay que ser masculino-femenino o femenino-masculino”, y
elogia a aquellos escritores que -a su entender- eran andróginos (Shakespeare, Proust,
Keats).
28
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 89.
29
Amorós, C., Tiempos de Feminismo, Ed. Cátedra Madrid, 1997, p. 30.
30
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 85.
31
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 95.
32
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 112.
70
¿Aún le temen a Virginia Woolf? Una reflexión sobre el Cuarto Propio
¿qué será ser una misma para Virginia? ¿cómo será para ella ser mujer?¿tendrá su
melancolía una relación con el hecho de ser mujer?
Nos aventuramos a sugerir que Virginia avanza una suerte de respuesta que
se resumiría en el siguiente párrafo: “si uno es mujer, la suele sorprender una brusca
escisión de la conciencia (…) cuando deja de ser la heredera natural de esta
civilización, y se siente ajena, extranjera y crítica”33. En esta última frase, Woolf
destaca el androcentrismo de nuestra cultura (el orden simbólico es masculino, ‘el
uno universal’ y las mujeres constituimos la alteridad, la diferencia, lo subordinado),
la discriminación y marginación que sufrimos las mujeres nos hacen sentirnos
extranjeras y críticas (tenemos “un margen de maniobra para transformar los
significados constituidos, para interpelar y discutir los discursos hegemónicos”34.
De manera que, podemos concluir que el mensaje crítico que lega Virginia Woolf
con este magistral y lúcido ensayo acerca de la cultura patriarcal y de la relación
entre hombres y mujeres, está entretejido con todos los estudios de género del pasado
siglo XX y con todo el pensamiento feminista, que de algún modo u otro, se puede
decir heredero de esta pionera de la lucha por las mujeres. Asimismo, ya no se puede
‘temer a Virginia Woolf’ porque existe una corriente de conocimiento -los estudios
de género- que dan cuenta detallada y rigurosamente de lo que la escritora esbozó
en su ensayo: cómo se construye la subjetividad femenina en un mundo de
dominación masculina. Sus constataciones, si bien animadas por la literatura, siguen
estando vigentes en los análisis psicosociales de la situación actual de las mujeres.
Con todas las diversidades y con multiculturalismo que caracteriza la realidad socio-
política en la actualidad, podemos aún tomar las apreciaciones de Woolf como una
suerte de denominador común que atañe a las mujeres en el sistema sexo-género
imperante.
BIBLIOGRAFÍA
33
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Ed. Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1993, p. 99.
34
Amorós, C., Tiempos de Feminismo, Ed. Cátedra Madrid, 1997, p. 19.
71
Pilar Errázuriz
De Beauvoir, S., El Segundo Sexo, Los Hechos y Los Mitos, Madrid, Cátedra, 2000.
Coria, C., El Sexo Oculto del Dinero, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano,
1986.
Woolf, V., Un Cuarto Propio, Santiago de Chile, Ed. Cuarto Propio, 1993.
72