Microrrrelato
Microrrrelato
Microrrrelato
EN LA CLASE DE E/LE
visual, de modo que sea preceptivo para el género que el texto ocupe una sola página.
En cuanto al mínimo, suele considerarse como referencia el emblema indiscutible del
género: El dinosaurio, de Monterroso (nueve palabras –siempre incluyendo el título-):
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
El microrrelato recupera las formas –los bestiarios medievales, las fábulas…- o los
temas de los textos clásicos (mitología), por ejemplo en los cuentos Circe, de Agustín
Bartra, o La esfinge de Tebas, de René Avilés Fabila (cf. infra).
Otras veces la referencia intertextual es solo una clave necesaria para la interpreta-
ción culta del microrrelato. Por ejemplo, el titulado Cien de José Mª Merino: “Al desper-
tar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. «Te noto mala cara», le
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dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.” El texto para ser comprendido
requiere que el lector conozca al autor de microrrelatos Monterroso. Es preciso también
que haya leído El dinosaurio, para reconocer ciertas palabras clave: despertar; que conoz-
ca La metamorfosis de Kafka y a su protagonista –Gregorio Samsa-; quizá también que
recuerde otro microtexto de Monterroso –La cucaracha soñadora-, que a su vez alude al
cuento y protagonista kafkianos.
Los personajes de los cuentos infantiles o cómics, o sus historias son reescritas en
los microrrelatos:
1 Lagmanovich, David (2006): “La extrema brevedad: microrrelatos de una o dos líneas”, Espéculo.
Revista de Estudios Literarios, nº 32, marzo-junio 2006, Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
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interés: «Si deseas llegar a ser un escritor de éxito, nunca empieces un cuento con
la letra e.»
Así lo hago.
2 Lagmanovich, 2006.
3 Anderson Imbert, Enrique (1965): El gato de Cheshire, Buenos Aires: Losada.
4 Moreno Pérez, José Manuel: [en línea] http://gargantuario3.blogspot.com/2005/04/sacarme-diecio-
cho-mil.html.
5 Anderson Imbert, Enrique (1999): Cuentos, Buenos Aires: Corregidor.
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El cuerpo desarrolla la historia, pero siempre orientada al final, al efecto final. Esto
puede llevarse a cabo en dos sentidos: o bien ir anunciando veladamente el desenlace, o
bien el cuerpo es dilatorio; premeditada y hábilmente engañoso, va alejando al lector de
la verdad para incrementar el efecto del golpe final, por ejemplo, en el microrrelato de
Carlos Alfaro El crimen de cada día6.
6 Alfaro, Carlos, en Joseluís González (ed.) (1999): Dos veces cuento. Antología de microrrelatos,
Madrid: Ediciones Internacionales Universitarias, pág. 23.
7 Anderson Imbert, 1999, pág. 22.
8 Mais Checa, Amanda (2002): “El cuento perfecto”, Quimera, nº 222, Barcelona: Ediciones de
Intervención Cultural, págs. 12-17.
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dos, anónimos, simbólicos, alegóricos…). Incluso los más breves insertan en el relato
principal diálogos, descripciones y narraciones secundarias.
14ª Síntesis entre tradición y vanguardia. La función que lleva a cabo el género
como recuperador de formas y temas de la más antigua tradición literaria –más allá de
la mera recurrencia y renovación estética actualizadora- y el constante afán experimen-
tador y de avanzadilla, que convierte el microrrelato en un género indiscutiblemente
contemporáneo, favorecen que pueda defenderse que en la narración de ficción mínima
se repite, ahora con carácter universal, aquella característica de la generación del 27
española: el eclecticismo entre tradición y vanguardia.
Por último, la síntesis entre tradición y vanguardia permite presentar en el aula tex-
tos que son sentidos como modernos por los estudiantes y que, al mismo tiempo, se
adentran en las manifestaciones culturales más antiguas.
Desde la perspectiva del docente, las ventajas son también muchas. El enorme
corpus de textos permite encontrar un microrrelato adecuado para cada necesidad. La
dificultad de las actividades puede graduarse mediante la elección del texto o mediante
las características de la actividad. Las actividades pueden llevarse a cabo de forma oral
o escrita y pueden realizarse de forma individual o en grupo. En un solo microrrelato
pueden trabajarse de forma integrada todas las destrezas y determinados contenidos.
3.1. Fonética
3.2. Ortografía
3.3. Gramática
3.3.1. Género
Muestra: Era tu madre […] parada en la otra esquina de la calle, con esa mueca que
solía poner cuando eras niña y te iba a recoger a la salida de la escuela.
3.3.2. Pronombres
Las posibilidades para aprender y practicar con los pronombres en español me-
diante el uso de microrrelatos son muy variadas: desde el análisis de los pronombres
presentes, hasta actividades de manipulación como la sustitución de pronombre por
referentes o viceversa; también, en niveles intermedios o avanzados, puede reescribirse el
relato cambiando el punto de vista (de la 1ª a la 2ª persona, por ejemplo), con lo que será
necesario modificar todas las referencias anafóricas y catafóricas, y las formas verbales
personales. Se ofrece una minificción que podría ser objeto de la reescritura propuesta.
3.3.3. El verbo
clásicos ejercicios de cloze, la práctica con la conjugación de los verbos irregulares (lo-
calizándolos en el texto, por ejemplo), hasta prácticas más complejas que involucren la
correlación de los tiempos verbales, como la actividad de reescribir el relato trasladando
la acción del presente al pasado, del pasado al futuro, etc. El microrrelato de Eduardo
Galeano que se presenta emplea el presente de indicativo con su valor histórico, al prin-
cipio, y después el indefinido y el imperfecto de indicativo. Proponiendo el traslado de la
acción al futuro, se trabajará, además de la conjugación de este tiempo, sus correlaciones
con las formas del subjuntivo necesarias: […] El que se frote la piel con ellos brillará en
la noche.
Todo el barrio es una lámpara. Los pobres, de repente ricos en luz, están de
fiesta.
Han comido mangos y nueces de coco, sin duda es la causa. Pero todo el
barrio vomita, y todos se hinchan, mientras que un fuego interior les quema el
cuerpo.
Muchos murieron, quién sabe cuántos, otros, mucho más numerosos, que-
daron inútiles para siempre.
3.4.2. La expresión de la condición Si los tiburones fueran hombres, de Bertolt Brecht. Puede
Se reescribe el texto empleando otras leerse en http://www.librodearena.com/post/losdiastris-
fórmulas para expresar la condición posi- tes/si-los-tiburones-fueran-hombres/16403/2783.
tiva.
3.5. Léxico
El trabajo con el léxico puede llevarse a cabo mediante la reescritura del microrre-
lato; algunas de las estrategias que pueden aplicarse son: la sustitución (se seleccionan
las palabras que deberán ser sustituidas y el criterio de conmutación -sinónimos, an-
tónimos, cohipónimos, hiperónimos, etc.-); la adición (consiste en añadir estructuras,
morfemas derivativos, etc. a lo contenido en el original); y la supresión (se seleccionan
los elementos que se desea eliminar y el efecto que se desea conseguir: por ejemplo, si
se propone la supresión de una letra de modo que se mantenga el contenido del texto,
se consigue un interesante trabajo con el léxico). Como muestra se ejemplificará con La
prueba (cf. supra), de Triunfo Arciniegas. Sustitución (sinónimos): Me observó con pena
cuando le comenté que me disponía a ejecutar…; adición (adverbios terminados en –men-
te): Seguramente me miró dulcemente, con lástima, cuando le dije valientemente que…;
supresión (de la letra –i-): Me observó con pena cuando le hablé de que estaba preparado
para ejecutar la prueba…
El microrrelato puede servir como modelo para intentar enlazar en una misma
narración otro grupo de expresiones o fraseologismos, por ejemplo, las relacionadas con
los elementos químicos de la tabla periódica: corazón de bronce, papel de estaño, balón de
oxígeno, rubio platino, ser un plomo…
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Los lenguajes específicos son a veces la base léxica de algunos microrrelatos, como
Naufragio, de Ana Mª Shua, o Lingüistas, de Mario Benedetti. Con este último, después
de analizar los elementos léxicos del argot de los filólogos, pueden trabajarse otros len-
guajes, simplemente modificando el título del texto y sustituyendo los términos marca-
dos por otros propios de la nueva disciplina propuesta; así, Lingüistas puede convertirse
en Cardiólogos, por ejemplo.
Lingüistas
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso
Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y
papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas,
filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales
siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze*!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de
fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven orde-
nanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: “Cosita linda”.
Las propiedades del texto (adecuación coherencia y cohesión) pueden ser tratadas
en los microrrelatos de forma especial, en parte, porque son textos completos y, en parte,
por sus especiales características de construcción. Se ofrecen tres técnicas para realizar
prácticas que aborden la compleja ligazón entre los elementos del texto: transformar (se
propone reescribir el microrrelato Cuento de horror, de Marco Denevi, reproduciendo
en estilo indirecto el diálogo entre los personajes), completar (se trata de reconstruir,
aplicando los mecanismos de coherencia y cohesión, el original fragmentario Cortísimo
metraje, de Julio Cortázar) y construir (mediante la elección léxica pueden construirse
muchos relatos distintos a partir de Subraye las palabras adecuadas, de Luis Britto).
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BIBLIOGRAFÍA
Alfaro, C., en J. L. González (ed.) (1999): Dos veces cuento. Antología de microrrelatos,
Madrid: Ediciones Internacionales Universitarias, pág. 23.
Brasca, Raúl (comp.) (2002): Dos veces bueno 3, Buenos Aires: Desde la Gente.
González, J. (2002): “La extensión de la brevedad: vidas breves y otros recursos del
microrrelato”, Quimera, 222, 18-22.
Mais Checa, Amanda (2002): “El cuento perfecto”, Quimera 222, 12-17.
Pérez Tapia, M.ª T. (2008): La reescritura como método para aprender a escribir: orto-
grafía y ortotipografía, Alcalá de Henares: Servicio de Publicaciones de la Univer-
sidad.
Rojo, V. (1996): Breve manual para reconocer microcuentos, Caracas: Equinoccio (Edi-
ciones de la Universidad Simón Bolívar).