Servicio de La Mujer en La Iglesia
Servicio de La Mujer en La Iglesia
Servicio de La Mujer en La Iglesia
Introducción
Muchas mujeres en la iglesia piensan que no pueden servir a la iglesia. Pero no se
puede olvidar que quien sirve a la iglesia, también sirve a Cristo. La Biblia nos
enseña que las damas eran muy importantes en el servicio a Dios. Pero lo hacían
de una forma muy particular y diferente que el varón. Ambos tenían funciones
diferentes en la iglesia. Sus funciones no eran iguales en la iglesia, y así debe
permanecer porque es un mandamiento de Dios.
La Biblia nos enseña que Eva fue creada para ser ayuda idónea de su esposo
(Génesis 2:18.). Desde ese mismo momento, Dios establece una diferencia entre el
varón y la mujer. Son iguales en cuanto a valor y dignidad humana, pero diferentes
en cuanto a funciones y roles en la vida, y en la iglesia.
Muchos en el mundo actual piensan que la palabra “ayuda” significa ser una persona
pisada o inferior. Esa forma de pensar no es bíblica, corresponde a la forma de
pensar soberbia de la corriente del mundo. La palabra ayuda se encuentra 19 veces
en la Biblia y nunca se refiere a una persona inferior. Esta palabra también significa
traer consuelo, alivio, satisfacción y gozo a otra vida. La primera razón porque una
mujer puede servir a la iglesia es porque ella, al igual que el varón, fue creada en la
imagen de Dios.
Muchos críticos del evangelio tildan a las Iglesias Reformadas de Machistas, porque
sostienen que los reformados cercenan el ministerio de la Mujer y utilizan como
versículo estrella el siguiente. (Gálatas 3:28) “28 Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo
Jesús.” y sostienen que este versículo es fundamental para demostrar que no hay
impedimento para que la mujer ejerza algún tipo de Ministerio.
Con respecto a este tema quiero aclarar dos puntos importantes.
1. Lo importante de la exegesis, hay que leer el contexto del texto y leer desde
los versículos anteriores (Gálatas 3:19-29) “19 Entonces, ¿para qué sirve la
ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente
a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano
de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera;
ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que
es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23 Pero antes que
viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe
que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para
llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida
la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de
Cristo estáis revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y
si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos
según la promesa.”
Hay varios aspectos en que hombres y mujeres son exactamente iguales en los ojos
de Dios. El amor de Dios es igual para ambos sexos (Juan 3:16). Dios no hace
acepción de personas en cuanto a la salvación (Hechos 10:34,35). Hombres y
mujeres deben obedecer el mismo plan de salvación y recibirán las mismas
bendiciones (Gálatas 3:26-28).
Sin embargo, hay aspectos también en que el plan de Dios para las mujeres es
diferente de Su plan para los hombres. En la familia, Dios ha designado al hombre
para ser la cabeza (Efesios 5:23). El hombre debe proveer por las necesidades
físicas y espirituales de su esposa e hijos (Génesis 3:17-19; 1 Timoteo 5:8; Efesios
6:4). Las mujeres tienen un rol muy especial en el plan de Dios que no les fue dado
a los hombres. Las mujeres deben ayudar a sus esposos, enseñar a sus hijos, y ser
hacendosas en el hogar (Génesis 3:16; Efesios 5:22-24; Tito 2:4, 5). Los hombres
y las mujeres son diferentes físicamente y sicológicamente. El rol que Dios ha
designado respectivamente es perfecto para cada uno, porque Dios los creó.
Hay varios pasajes en la Biblia que se tratan del rol de la mujer en la iglesia. El
apóstol Pablo escribió:(1 Corintios 11:3) “Pero quiero que sepan que la cabeza de
todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo
es Dios.” El hombre tiene una cabeza a quien debe someterse: Jesucristo. La mujer
también tiene una cabeza a quien debe someterse: el hombre. Pero hasta Cristo
tiene una cabeza a quien debe someterse: Dios el Padre. El hecho de que Cristo se
somete a Dios no significa que es inferior a Dios. Tampoco la mujer es inferior al
hombre, aunque se somete a él. Los roles que Dios ha designado para hombres y
mujeres tienen nada que ver con inferioridad o superioridad. Tienen que ver con el
propósito con el cual Dios ha creado hombres y mujeres.
Hay un claro contraste entre el versículo 8, donde es mandado que los varones
oren, y el versículo 11, donde es mandado que las mujeres aprendan calladamente,
con toda obediencia. En el versículo 12, Pablo escribe: Yo no permito que la mujer
enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. Se
prohíbe que en la iglesia una mujer ejerza autoridad sobre un hombre. No debe
tomar un privilegio que no le pertenece. Está prohibido que una mujer predique o
que públicamente enseñe clases bíblicas cuando hay hombres presentes. También
les es prohibido a las mujeres dirigir la oración pública cuando hay hombres en la
asamblea.
Pablo da dos razones por las cuales Dios les ha dado la responsabilidad de
liderazgo en la iglesia a los varones: (1) Adán fue creado primero, después Eva; (2)
Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó
en transgresión. El hombre tiene liderazgo sobre la mujer porque Dios lo creó a él
primero. El hombre no fue creado para la mujer, sino que la mujer fue creada para
el hombre (Génesis 2:18-24). En segundo lugar, Adán no fue engañado en la
tentación en el huerto del Edén, sino que Eva fue engañada (Génesis 3:6). La mujer
es diferente que el hombre, y Satanás aprovechó de su naturaleza más confiada
para engañarla. Por supuesto, Adán también pecó, pero no fue engañado. Él sabía
lo que hacía, y entró en el pecado con Eva deliberadamente.
Las mujeres tienen muchas áreas maravillosas con las que pueden servir a Dios.
Dar a luz a hijos no es una maldición que resultó como consecuencia de la caída en
el Edén, sino una bendición que Dios le dio a la mujer en el principio (Génesis 1:28;
3:16). Las mujeres también tienen el privilegio de ser maestras, no de hombres, sino
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de otras mujeres y de niños (2 Timoteo 1:5; Tito 2:3-5). Mujeres cristianas, tal como
Priscila, pueden ayudar a sus esposos en privado para enseñar a otros (Hechos
18:24-26). Cristianas piadosas enseñan a otros por su ejemplo (1 Pedro 3:1, 2).
Una mujer puede trabajar sirviendo a la iglesia porque tiene muchos ejemplos en la
Biblia de mujeres que Dios ha usado para su servicio. Veamos a Sara, la esposa de
Abraham, ella es un modelo de la sumisión a Dios. Ella tuvo mucho respeto para su
esposo. Ella dijo lo que pensaba, pero ella protegió, apoyó y respetó a su esposo.
Las mujeres también son muy importantes para enseñar a sus hijos desde
pequeños en las Escrituras. Veamos en el libro de Hechos había 33 mujeres
mencionadas. Priscilla junto con su esposo Aquilas, enseñó a Apolos. Dorcas era
llamada una discípula, una servidora de las viudas y los pobres y alguien quién uso
sus habilidades en su propio hogar (Hechos 9).
Una mujer puede servir a Dios porque en 1 Corintios 12 vemos que cada creyente
recibe al menos un don de Dios para edificar el cuerpo de Cristo, no solamente para
ella misma.
Nos enseña que las mujeres mayores deben enseñar a las damas menores. Es
esencial tener damas enseñando a las más jóvenes de la iglesia, y al mismo tiempo
siendo un modelo para ellas, porque muchas no tienen esos modelos en su vida.
No solamente están haciendo una obra que Dios les ha mandado para hacer, sino
también les ha dado todo lo que es necesario para hacerlo. Tienen el Espíritu Santo
morando dentro de ellas, para enseñarles y ayudarles a hacer las cosas conforme
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Otra razón es que en nuestro mundo hay muchas falsas doctrinas (2 Pedro 2:1-2) y
necesitamos mujeres quienes puedan discipular y enseñar a otras mujeres lo que
realmente dice la Biblia, y especialmente en relación a las funciones específicas de
las damas en el hogar y en la iglesia. Hay muchas falsas doctrinas que desvían la
verdad de la voluntad de Dios para la mujer.
Hay tanto que pueden hacer las damas sin violar estos principios bíblicos. Pueden
enseñar en clases o conferencias para: otras damas cristianas, mujeres
adolescentes, niños y niñas enseñar el evangelio a otras personas inconversas,
hacer obras de compasión que son de tanta importancia en demostrar al mundo que
tenemos el espíritu de Jesucristo, animar a hombres y mujeres desanimadas,
ayudar juntamente con el marido a hermanos a los que les falte cierto conocimiento
(como Priscila y Aquila). Les animo estudiar lo que la Biblia nos revela acerca de la
hermana Febe (Romanos 16:1,2); la hermana Priscila (Romanos 16:3-5;
18:18,19,24-26; 1 Corintios 16:19 y note 2 Timoteo 4:19); la hermana María y otras
(Romanos 16:6,12).
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En conclusión, Las Mujeres tienen mucho para servir dentro de la Iglesia del Señor.