Lo Empírico Y Lo Teórico: ¿Una Clasificación Válida Cuando Se Trata de Los Métodos de La Investigación Científica?
Lo Empírico Y Lo Teórico: ¿Una Clasificación Válida Cuando Se Trata de Los Métodos de La Investigación Científica?
Lo Empírico Y Lo Teórico: ¿Una Clasificación Válida Cuando Se Trata de Los Métodos de La Investigación Científica?
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Pedagogía Universitaria Vol. XXI No. 2 2016
INTRODUCCIÓN
Las ideas apremiantes que se han de poner en la palestra valorativa de este artículo giran en
torno a las siguientes hipótesis de trabajo.
Primero. Que la formación de todo profesional no solo depende de la construcción
inapelable del conocimiento científico socialmente existente, sino también del
sistema metodológico-instrumental correspondiente a la obtención de aquel.
Segundo. Que si a medida que la ciencia avanza y los conceptos por ella definidos para
una realidad histórica dada dejan de ser estrictamente pertinentes en las
investigaciones teóricas más novedosas, entonces el concepto de método debe
verse sometido a tales cambios semánticos teóricos a favor de su precisión.
Tercero. Que todo razonamiento más simple bien puede reducirse a la triada sujeto-
método-objeto de conocimiento, donde no solo el método ha de considerarse el
núcleo inexcusable de aquella triada, sino el núcleo mismo de la relación.
Cuarto. Que los métodos de investigación no deben ser clasificados en empíricos ni
teóricos, sino en métodos de recopilación de información y métodos de
procesamiento de la información recopilada.
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DESARROLLO
El problema de la formación del conocimiento, y especialmente la del conocimiento
científico, así como la formación metodológico-instrumental de quien aprende en los más
altos niveles de enseñanza, adquiere hoy día una importancia perentoria, si tomamos como
pivote la incidencia de este último en la preparación pertinente de los futuros profesionales.
"...Una nación que quiere mantenerse a la altura de la ciencia, --expresa el pensador
alemán F.Engels-- no puede prescindir de un pensamiento teórico" (ENGELS, 1965). Y,
en efecto, de la formación y el desarrollo del pensamiento científico depende también la
profesionalidad de la persona, sostenida en su estructura cognitiva e instrumental,
entendiendo por lo instrumental, a juicio nuestro, todas aquellas ejecuciones –-acciones y
operaciones y sus respectivos niveles de dominio: habilidades y hábitos—que le permiten
conocer la realidad y transformarla.
Parafraseando a Albert Einstein, las creaciones del intelecto experimentan el estruendoso
revuelo de las generaciones y a lo largo de los siglos llenan el mundo de luz y calor…Pero
no es el caso de las ciencias sociales en su relación con el método, como objeto de
investigación. ¿Por qué se aferra sin duda alguna el pensamiento pedagógico universal a
los cánones absolutos y medievales que del concepto de método como vía o camino
sostiene? ¿Hasta cuándo adjudicar actualidad a lo que “…Ketteler decía de Döllinger:
"este hombre ha defendido en su vida tantos absurdos, que bien puede defender uno más,
el de la infalibilidad” (ENGELS, 1968) y que como ruido de latón trascendental,
parafraseando a Engels, suena en nuestros intelectos metodológicos como idea prefijada?
Duele advertir cómo las ciencias sociales en general, salvando la distancia de las ciencias
del derecho, quizás por su implicación con la justicia, se han convertido ya en perenne
arena movediza, donde los conceptos se promiscuen, se sobreponen, se confunden, se
imprecisan, se igualan por definición, sin razón teórica alguna. ¿Dónde ha de hallarse el
límite canónico de tolerancia conceptual de estas ciencias, que dictamine, sin ambages, la
obligatoriedad de observar la ley aristotélica de la identidad que al pensamiento correcto
concierne?
Creemos que no nos arriesgaríamos al presuponer que este período del desarrollo de las
ciencias sociales se está caracterizando especialmente por una supresión y violación, por
falta de fundamento, de la cientificidad que debe permear rigurosamente el saber teórico.
No quisiéramos equivocarnos, pero lo cierto es que a medida que avanzan las
investigaciones en este campo, se hace cada vez mayor el quebrantamiento de la
mencionada ley, que tiene que estar presente inapelablemente en el pensamiento correcto.
Se ha desatado una peculiar concepción de conjunto, cuyo punto central es la idea del
absoluto menosprecio y menoscabo por el empleo correcto de la palabra-concepto en el
lenguaje de estas ciencias. En otras palabras, las ciencias sociales están en una ineludible
encrucijada: tienen que sostenerse y expresarse a través de las palabras, pero solo de
aquellas que se han convertido en conceptos, en conceptos científicos.
Hagamos una digresión necesaria. El concepto científico es un concepto, pero no todo
concepto es de naturaleza científica. Asimismo, todo concepto es una palabra, pero no toda
palabra, es un concepto. Todo concepto es una generalización –empírica o teórica--, pero
no toda palabra es una generalización. De este modo, palabra, concepto empírico y
concepto teórico (científico) son tres formas de expresión bien distintas de la vida psíquica
humana. La palabra es un modo de manifestación de lo psíquico, pero no necesariamente
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conjunto de estas técnicas generales constituye el método. Métodos son, por tanto,
técnicas suficientemente generales para convertirse en procedimientos comunes a un área
de las ciencias o a todas las ciencias” (pág.43). Por último, estos autores, sin pulcritud
ninguna y adversos a la cientificidad en el análisis, declaran que “existe, pues, un método
fundamentalmente idéntico para todas las ciencias. Comprende un cierto número de
procedimientos y operaciones científicas…” (pág.43).Y sin detenerse ni un ápice a pensar
en lo que escriben, sostienen que “…se entiende por método el conjunto de procesos que el
hombre debe emprender en la investigación y demostración de la verdad” (pág.19).
(¿Cómo es posible que los autores no se entiendan ellos mismos, al yuxtaponer todos estos
conceptos, aun cuando sean de estrecha relación por su naturaleza metodológica?
Digamos, una vez más, ¿qué derecho lógico le asiste a estos autores para identificar
primero a las técnicas con los procedimientos y, acto seguido, con los medios? O sea, ¿los
conceptos de técnica, procedimiento y medio son una y la misma cosa? ¿Es lo mismo
esgrimir --usar, aplicar-- el concepto de técnica que los de procedimiento y medio? No hay
que ser muy avezado en las ciencias metodológicas para advertir que aquellos autores no
solo identifican también el concepto de método con el de técnicas, sino también con el de
procesos. De manera que, según dichas posiciones, método, técnica, procedimiento, medio
y proceso son una y la misma cosa. Pero advertimos que vuelven una y otra vez a hacer
gala de su “inmunidad conceptual” cuando expresan: “el proceso está subordinado al
método y es su auxiliar imprescindible” (CERVO y BERVIAN, 1992:21). ¿Y ahora?
Resulta que el método ya no es un proceso en sí, sino que está supraordinado al proceso.
Por lo tanto, ya el método no es un proceso como ellos afirmaban, toda vez que el primero
está sujeto a la presencia del segundo sin identificarse con él. ¿Qué ciencia resiste el
embate de tamaña superposición de términos? ¿Qué profesional de la educación se arriesga
a emplear uno de esos conceptos tan llenos de ambigüedad, imprecisión y vaguedad en la
planificación y ejecución de una investigación científica o de una actividad pedagógica tan
vital como la clase?
El ejemplo textual que hemos citado no es un hecho aislado; es una expresión recurrente de
lo que está reflejado en las publicaciones recientes. El “método –afirma RAMOS (2008)--
es el conjunto de procedimientos lógicos a través de los cuales se plantean los problemas
científicos y se ponen a prueba las hipótesis y los instrumentos de trabajo investigados”.
Según esta autora, resulta que el método debe constreñirse a su dimensión intelectual,
obviando aquellos métodos que están implicados con la recopilación de información y a su
procesamiento estadístico. Por otro lado, ¿por qué considerar que el método son
procedimientos y, además, lógicos? ¿Qué es un procedimiento lógico? ¿Acaso los
problemas científicos se formulan en virtud de un método? ¿Cuál(es)? En efecto, los
métodos de investigación se esgrimen para probar las hipótesis, pero no para probar los
instrumentos de trabajo investigados, pues el hecho mismo de probarlos implicaría que la
investigación se realizara sobre la efectividad de los propios instrumentos que, en
consecuencia, ya no constituirían en sí mismos los métodos para esa investigación, cuando
deberían serlo. En otras palabras, ¿adónde fue a parar la tan cacareada idea de que el
método mismo es un instrumento? Si apelamos a CUSTODIO (2008), cuando señala que
“…el método independiente del objeto al que se aplique, tiene como objetivo solucionar
problemas” (Sic.), entonces la contraposición con la autora anterior no se haría esperar, al
enfatizar que el método tiene como objetivo solucionar el problema, no formularlo.
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axiología, en la psicología está acuñado como sentido personal. De tal suerte que valor y
sentido personal es una y la misma cosa, al menos en el sentido moral, para la ética, o en el
sentido parcializado, como propiedad inherente a lo psíquico. No es difícil advertir cómo
muchos de los investigadores de las ciencias sociales recurren, probablemente de manera
inconsciente, a conceptos que pertenecen a las ciencias exactas o naturales. Baste señalar la
propia teoría de la asimilación-acomodación del biólogo ginebrino Jean Piaget para
explicar y periodizar el desarrollo psíquico del intelecto infantil o la situación social del
desarrollo de L.S.Vigotsky, hombre de ciencias ruso, graduado en historia, para explicar el
origen y evolución de lo psíquico en el ser humano. /En este mundo traidor, nada es
verdad ni es mentira/, --afirmaba el poeta Fernando de Campoamor-- /todo es según el
color del cristal con que se mira/. Y en efecto, tómese a guisa de ejemplo, los hechos que
más abajo exponemos.
Supongamos que nos hallamos frente a un hombre y una mujer que se están besando en la
boca. De este hecho, que ha de ser el mismo para cualquier observador, pueden extraerse
múltiples ideas, de acuerdo, digamos, con el contexto profesional al que las personas
pertenezcan. Si la persona que observa el hecho fuese microbiólogo, es muy probable que
su interpretación apunte a la idea de la mutua trasmisión de bacterias bucales o
microorganismos patógenos. Si el observador ahora fuese demógrafo, es muy probable que
la idea girase en torno al crecimiento de la población, mientras que si de la observación se
extrae la idea del afecto y el cariño entre aquellos, es alta la probabilidad de que quien
observe sea un psicólogo; si fuese un abogado, que busca pruebas para litigar un divorcio,
referiría que ya ahorita aquellos entrarían en litigios e irían a parar ante un tribunal.El
hecho, querámoslo o no, es el mismo. Pero la subjetividad humana, al parcializarse con él,
lo adecua, lo “transporta” a su cabeza, en virtud de sus recursos cognitivos e
instrumentales, o sea, preponderantemente en función de los conocimientos y habilidades
que posee para construir el nuevo conocimiento.
De ser válida y razonable esta idea, entonces no es un absurdo definir el concepto de
método desde la psicología. ¿Por qué? No solo por la lógica ya expuesta, sino también
porque constreñirlo a la definición de vía o camino no resulta viable y mucho menos
operacionalizable para la ciencia. El concepto que no pueda ser operacionalizado en
indicadores, no tiene validez instrumental o de constructo y, por ende, no es
metodológicamente funcional en la investigación científica. Si el método está
irrevocablemente llamado a “...convertirse en el instrumento fundamental de la creación
de la nueva ciencia” (LIÁTKER, 1990:8), según Descartes, entonces se impone con
extrema perentoriedad elevarlo a otros planos de esencia, dados, a nuestro juicio, en la
identidad con la acción. En otras palabras, bien podemos definir el concepto de método,
categoría metodológica, como una acción, concepto de naturaleza psicológica. Lo que en la
metodología como ciencia se le denomina método, en la psicología se le denomina acción.
De manera que método y acción son una y la misma cosa. Ahora bien, si la acción –según
A.N.Leontiev—es una ejecución que se subordina a un objetivo consciente, el método
como acción es una ejecución de naturaleza consciente que se subordina a un objetivo de
igual naturaleza. Así, una vez formulado el objetivo, como representación anticipada del
resultado a alcanzar, --según este mismo investigador—la acción ha de ejecutarse para
conseguir el resultado representado en el objetivo. Ahora, el método se subordina a un
objetivo y se aplica para conseguir el resultado deseado, proyectado en el objetivo. En
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resumen, el método es una acción que, subordinada a un objetivo, se ejecuta para alcanzar
el resultado esperado.
Nos hemos detenido en la definición del método como acción previa a su clasificación. La
pregunta de rigor a estas alturas sería: ¿cómo avanzar en términos clasificatorios sin
“quemar” la historia de la ciencia metodológica?
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de Recopilación de Procesamiento
de información de la información recopilada
Intelectuales Estadísticos
Observación Análisis- Estadística
síntesis descriptiva
Biografías Deductivo- Distribución de
Criterio de expertos -demostrativo frecuencias
Composición Medidas de
Enfoque de
tendencia
Documentos sistema central (media,
(Materiales escritos) Histórico-
mediana, moda)
lógico
Diarios Inductivo- Medidas de
Experimento -
variabilidad (rango,
Identificatorio*
Entrevista Modelación desviación estándar,
Encuesta variabilidad)
Estudio de caso Gráficas
Episodios Puntuaciones Z
Escala de mediciones Estadística
inferencial
de actitudes y Pruebas Paramétricas
opiniones
Escalamiento tipo Coeficiente de
Likert
Diferencial semántico correlación de
Pearson
Escalograma de Prueba t
Gutman
Etnográfico Prueba de contraste
Grupos focales de la diferencia de
Grabaciones de proposiciones
Audio//video Análisis de varianza
Pruebas proyectivas unidireccional
Registros de la (ANOVA)
actividad
Registros públicos Análisis de covarianza
Archivos físicos o Análisis de varianza
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electrónicos factorial
Registro por aparatos Pruebas no
paramétricas
(polígrafo, pistola Chi cuadrado
Doppler,
scáner) Coeficiente de
Spearman y
Kendall
Coeficientes para
tabulaciones
cruzadas
Análisis multivariados
Fuente: elaboración propia.
* Observación: El método identificatorio-demostrativo constituye la negación dialéctica
del método inductivo-deductivo de las ciencias, según la fundamentación teórica de
Rodríguez Rebustillo, M. y Bermúdez Sarguera, R. (Ver “Diagnóstico psicológico
para la educación (2007)".
No es difícil percatarse que el grupo mayor de métodos se alinea en la zona de los métodos
de recopilación de información y que el grupo menor está representado por los métodos de
procesamiento de información intelectuales. Este hecho no es casual. Con el dominio de
las investigaciones y del cuerpo metodológico-instrumental de aquellas, surgen nuevos
métodos que, negando a los existentes dialécticamente, permiten la obtención de una
información mucho más fidedigna y la mayor aproximación deseada a su objetividad.
Contrariamente, los métodos intelectuales no pueden expandirse más de las fronteras ya
señaladas, pues ellos tienen lugar en virtud de la compleja actividad del pensar. Y pensar, a
juicio nuestro, no es otra cosa que comparar, clasificar, valorar, identificar, caracterizar o
demostrar. En la oportunidad que nos asiste, se han mencionado los métodos analítico-
sintético, el histórico-lógico, el enfoque de sistema, la modelación, que tal pareciera que no
tienen relación alguna con las instrumentaciones que hemos destacado. Pero no es el caso.
Todos ellos no solo se relacionan con los expuestos, sino que son una y la misma cosa.
Permítanos una digresión muy necesaria. En virtud de que el objetivo del artículo no
responde a la relación entre las instrumentaciones psíquicas de naturaleza consciente como
las señaladas, a saber, comparar, clasificar, valorar, identificar, caracterizar o demostrar y
los métodos de procesamiento de información intelectuales por nosotros identificados, no
sería plausible detenernos exhaustivamente en explicar dicha relación, pero tampoco nos
parece desatinado y oportuno considerar algunas ideas al respecto.
Uno de los primeros cuestionamientos que sin dudas pudieran traerse a colación podría
formularse en la pregunta siguiente: si sobre las instrumentaciones psíquicas conscientes
inevitablemente descansa la compleja actividad del pensar, ¿por qué dichas
instrumentaciones no están directamente reflejadas en los métodos intelectuales de la
investigación científica?; si las instrumentaciones psíquicas conscientes son tan
intelectuales como los propios métodos de investigación intelectuales referidos al
procesamiento de información, ¿por qué no se yuxtaponen los unos a los otros, haciendo
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Observació Experiment
Directos Indirectos
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CONCLUSIONES
o Que la formación de todo profesional no solo depende de la construcción inapelable
del conocimiento científico socialmente existente, sino también del sistema
metodológico-instrumental correspondiente a la obtención de aquel.
o La definición del concepto de método ha sido acuñado bíblicamente bajo su origen
etimológico, como vía o camino para alcanzar un fin. Impelidos por el juicio de que
tales definiciones no resisten el embate de la validez metodológico-instrumental,
consideramos definirlo como una acción que, subordinada a un objetivo consciente –
instrumental o cognitivo—está estructurado en acciones que se ejecutan para lograr el
resultado deseado.
o Aun cuando el método se ha subordinado al objetivo, debido a su carácter orientador,
no le asiste razón alguna a la ciencia para defender a priori la idea de que el objetivo
(cognitivo) se erige en categoría fundamental de la metodología de la investigación,
asumido allí como hipótesis, o de la didáctica, representado en el objetivo de
naturaleza instrumental. La categoría rectora –si es que existe un concepto rector—de
la metodología de la investigación científica es el concepto de método de
investigación, como el núcleo de la relación entre el sujeto cognoscente y objeto del
conocimiento.
o La problemática abordada en relación con la clasificación de los métodos de la
investigación científica es de extrema actualidad, pues la generalidad de la literatura
especializada que a esta temática concierne los separan en métodos empíricos y
teóricos. En consecuencia, los argumentos esgrimidos en su contra desplegaron la
plataforma teórica sobre cuya base construimos la nueva clasificación de aquellos, la
cual se sostiene en los métodos de recopilación de información y métodos de
procesamiento de la información recopilada; estos últimos, a su vez, debieran
clasificarse en métodos intelectuales y métodos estadísticos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CERVO, A.L. y BERVIAN, P.A. (1992): “Metodología científica”. (Primera edición).
México: Editora McGraw-Hill. (Pág.:19) (Pág.:43).
CUSTODIO RUIZ, A. (2008) Métodos y técnicas de investigación científica. Disponible
en http://www.gestiopolis.com/metodos-y-tecnicas-de-investigacion-cientifica/
[Fecha de acceso: 24-03-2016].
ENGELS, F. (1965): “Anti-Dühring”. (Cuarta edición). La Habana: Pueblo y Educación.
(Pág. 403).
ENGELS, F. (1968): “Dialéctica de la naturaleza”. (Primera edición). La Habana: Pueblo
y Educación. (Pág.40).
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