Actitud Del Personal de Enfermeria Ante La Muerte
Actitud Del Personal de Enfermeria Ante La Muerte
Actitud Del Personal de Enfermeria Ante La Muerte
El ser humano: nace, crece, se reproduce y muere; en la mayoría de los casos, cuando
una persona nace es un día muy especial para sus seres queridos, en el cual hay
emociones positivas; caso contrario ocurre con la muerte, siendo consecuencia
inevitable de la vida, pero cuando esta sucede constituye una de las fuentes de impacto
emocional negativas más significativas de una persona.
Todos vamos a morir, pero ¿estamos preparados para esta parte de la vida?, La
percepción de la muerte por cada individuo depende de modelos sociales, culturales,
religiosos y valores personales, así como en la etapa en el que se está viviendo. La
muerte de una persona normalmente causa dolor en todos sus familiares, incluso en los
vecinos y conocidos. Pero, cuando ocurre en un hospital vale la pena preguntarse ¿qué
sentimiento despierta en las personas que atendieron al paciente durante su
enfermedad e incluso durante sus últimos momentos, cómo y cuál es el duelo de esos
profesionales de salud que comparten y le acompañaron, entregándole su esfuerzo y
trabajo al paciente que ha fallecido?
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ENFERMERíA ANTE LA MUERTE
El personal de enfermería también sentimos como afirma Souza (2013) <<la muerte de
un paciente, al cual dedicó horas de trabajo, puede despertar sentimientos como
impotencia, tristeza, temor y sufrimiento>>.
Y aunque una enfermera(o) sabe que los seres humanos mueren, a veces olvidan que
todos, incluyendo ella(o) s misma(o) s, también sienten. El contacto entre el paciente, y
el personal de enfermería siempre existe, sin embargo varía el apego que entre ellos se
establece, el cual depende de la cercanía y el tiempo que el paciente permanece a
nuestro cuidado. Según Marchan (2016) << los profesionales sanitarios que trabajan
con pacientes que se encuentran en la fase final de su vida presentan niveles más
elevados de ansiedad>>.
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Según Henderson (1964). <<La única función de una enfermera es ayudar a la persona,
enfermo o sano, en la realización de aquellas actividades que contribuyen a la salud o
su recuperación (o a una muerte tranquila)>>. Pero normalmente durante la formación
académica se nos enseña cómo vamos cuidar a los pacientes, y no a cómo manejar los
sentimientos ante su pérdida.
Es por ello la importancia de que exista una mayor preparación académica del personal
de enfermería como lo menciona Marchan (2016) <<se necesita de mejores programas
educativos para ayudar a los profesionales a explorar y comprender sus actitudes hacia
la muerte, superar sus miedos, aumentar la capacidad de comunicación y mejorar la
estrategia de afrontamiento>>.
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CONCLUSIÓN
Somos las enfermeras (os) los profesionales del equipo de salud, que más contacto
tenemos con el enfermo, dedicando nuestro tiempo, preocupación, responsabilidad y
conocimientos para cuidar de nuestros pacientes; nosotros llegamos a conocer y
detectar con mayor acierto, las necesidades e inquietudes del enfermo creando una
relación íntima, de contacto físico y emocional.
No son los conocimientos sobre avances científicos, o la destreza para realizar las
técnicas nuestro mayor compromiso, sino más bien la constante preocupación por
proporcionar bienestar al paciente, en su recuperación; pero cuando esta no llega sin
embargo llega la muerte crea un sin fin de emociones.
El ver un cuerpo inerte, frio y sin vida, no es algo fácil, más aún cuando dedicaste
horas, días o inclusive meses para su recuperación, y donde el resultado no es
favorable; creando sentimientos intensos como miedo, angustia y ansiedad. Sin
embargo como parte de tu trabajo, el turno debe continuar y no puedes llorar, no debes
mostrar debilidad, pues tienes más pacientes a tu cargo y la familia de tu paciente
muerto no te debe ver así, pues ellos se acercan a ti para recibir palabras de aliento,
palabras que no encuentras, que no sabes.
Es por ello necesario contar con grupos de apoyo que le permita al personal de
enfermería ventilar estos sentimientos. La serenidad, criterio ético y madurez ante la
muerte, son abono para el aporte humano que se le brinda al moribundo; además es
importante de que exista una formación académica en materias como tanatología y
cursos de actualización continua para que el personal de enfermería pueda llevar este
proceso de una manera más satisfactoria.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Henderson V. (1964) The Nature of Nursing. The American Journal of Nursing, 64 (8).
62-68. Recuperado de
https://tomlinson.ua.edu/644_nurse/Readings/henderson_nursing%20theory.pdf