Conejo
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Texto 1
“… ayer yo me di cuenta de la importancia de la lectura que hace cada uno, porque oí dos análisis de un cuento mío…
ese cuento que se llama “El evangelio según San Marcos”. Esas dos interpretaciones eran dos cuentos bastante
distintos, ya que eran dos interpretaciones muy inventivas, hechas por un psicoanalista y por una persona versada
en teología. Es decir que, de hecho, había tres cuentos: mi borrador, que fue el estímulo de lo que dijeron ellos [ y
los dos cuentos creados por cada una de las dos lecturas]. […] ya que la lectura puede ser un acto creador, no menos
que la escritura-. Como dijo Emerson, un libro es una cosa entre las cosas, una cosa muerta, hasta que alguien lo
abre. Y entonces puede ocurrir el hecho estético, es decir, aquello que está muerto resucita –y resucita bajo una
forma que no es necesariamente la que tuvo cuando el tema se presentó al autor.”
Borges, Ferrari, Diálogos, Barcelona, Seix Barral, 1992, p. 85.
Texto 2
1Cuando decimos “lugar del lector” nos referimos, principalmente, al papel que este juega en la interpretación de la
obra literaria, a la posibilidad de que existan múltiples lecturas y a su rol activo como creador de sentido en cada acto
de lectura.
“A menudo se han suscitado prolongados debates en torno de la lectura, basados en el interrogante planteado
acerca de si el escritor compone su obra con la intención de ser leído o con el mero propósito de librarse de ciertas
preocupaciones íntimas. Desde el punto de vista literario esta formulación del problema es absolutamente ociosa e
inútil, pues el texto poético sólo se constituye al completarse el circuito formado por escritura y lectura. Aún más,
cabe enfatizar que el autor del texto siempre propone una composición que posee cierto margen de apertura que
sólo se completa o se cierra a través de la intervención de cada lector.”
Rest, Jaime, Conceptos de literatura moderna, Buenos Aires, CEAL, 1991, p. 81.
Texto 3
“¿Y qué es una literatura? No es una colección de autores y de libros sino una sociedad de obras. Las novelas, los
poemas, los relatos, las comedias y los ensayos se convierten en obras por la complicidad creadora de los lectores. La
obra es obra gracias al lector. Monumento instantáneo, perpetuamente levantado y perpetuamente demolido pues
está sujeto a la crítica del tiempo: las generaciones sucesivas de lectores. La obra nace de la conjunción del autor y el
lector; por esto la literatura es una sociedad dentro de la sociedad: una comunidad de obras que, simultáneamente,
crean un público de lectores y son recreadas por esos lectores.”
Paz, Octavio, Hombres en su siglo, Barcelona, Seix Barral, 1984.p. 9.
Texto 4
“Escribir es estremecer el sentido del mundo y plantear una pregunta indirecta que el escritor, por medio de una
última incertidumbre, se abstiene de responder. La respuesta la dará cada uno de nosotros, aportándole su historia,
su lenguaje, su libertad; pero como historia, lenguaje y libertad cambian sin cesar, la respuesta que da el mundo al
escritor es infinita; nunca se acaba de responder aquello que ya fue escrito fuera de toda respuesta: primero
afirmados, después enfrentados, más tarde reemplazados, los sentidos pasan, la pregunta persiste.”
Barthes, Roland, Sobre Racine, Mexico D.F., Siglo XXI editores, 1992. p. 45.
b. ¿Cuál es, según los textos que acabás de leer, el lugar del lector en la construcción del sentido de una obra
literaria? ¿Qué ideas en común presentan estas opiniones? Para establecer estas semejanzas, elaborá un cuadro
comparativo.
c. Compará las ideas anteriores con tu propia experiencia como lector. ¿Cuál es, en tu opinión, el lugar del lector?
Jorge Luis Borges, escritor, ensayista, traductor y crítico literario argentino reconocido mundialmente, nació en
Buenos Aires en 1899 y murió en Ginebra, Suiza, en 1986. Vivió durante varios años en Europa y, lentamente, fue
perdiendo la vista, por lo cual se vio obligado a dictar muchos de sus escritos. Fue profesor en la carrera de Letras de
la Universidad de Buenos Aires y en el año 1955 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional. Entre su extensa
obra poética, ensayística y narrativa, se encuentran Ficciones, El Aleph (cuentos), Fervor de Buenos Aires o El otro,
el mismo (poesía), Discusión, El idioma de los argentinos (ensayo).
Jaime Rest, ensayista y crítico literario argentino, nació en Buenos Aires en 1927. Estudió en la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y ocupó varios cargos como docente en esta universidad. Falleció
en noviembre de 1979.
Entre su ensayos, se encuentran: Cuatro hipótesis de la Argentina (1961), Literatura y cultura de masas (1966), Tres
autores prohibidos (1968), Novela, cuento y teatro (1971) y El laberinto del universo. Borges y el pensamiento
nominalista (1976).
Octavio Paz, poeta y ensayista mexicano, nació en la ciudad de México en 1914 y murió en la misma ciudad en abril
de 1998. Entre su obra poética figuran los libros Libertad bajo palabra (1958), Salamandra (1962), Ladera Este
(1969), Vuelta (1976) y Árbol Adentro (1987). Su extensa obra ensayística incluye los famosos textos El laberinto de
la soledad (1950) y El arco y la Lira (1956).
Roland Barthes, escritor y crítico literario francés, nació en Cherburgo en 1915 y vivió en Bayona hasta 1924.
Escribió libros como El grado cero de la escritura (1953), Fragmentos de un discurso amoroso (1953) entre otros.