TIPNIS
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TIPNIS
El Gobierno del presidente Evo Morales está enfrentado con los pueblos indígenas del
Beni, por un proyecto carretero importante para dos regiones, pero que afecta el Territorio
Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Los pueblos indígenas son los impulsores de los cambios a la Constitución Política del
Estado, con la histórica Marcha por el Territorio y la Dignidad, iniciada el 15 de agosto de
1990. Ahora están enfrentados con el presidente Morales, que ha expresado en muchas
oportunidades su compromiso con los pueblos indígenas. El TIPNIS es el caso que los
separa y por el que hasta ahora no han podido sentarse en la mesa de negociaciones.
El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) tiene una extensión de 1,2
millones de hectáreas. Está situado entre los departamentos de Beni y Cochabamba, en las
provincias Mojos y Marbán (Beni) y Chapare (Cochabamba). Es un territorio que se
asemeja a un triángulo apuntando hacia el sur, y es parte de la jurisdicción de los
municipios benianos de San Ignacio de Moxos y Loreto, y el cochabambino Villa Tunari.
El proyecto caminero y las discrepancias con los ahora llamados interculturales –antes
conocidos como colonizadores- son los asuntos que más afligen a los indígenas. En
septiembre de 2009 un enfrentamiento entre cocaleros y comunarios del TIPNIS derivó en
la muerte de un colono, que intentaba sembrar coca en la zona del parque, protegida por
leyes del Estado boliviano, más aún para la coca ilegal.
3. CUESTIONAMIENTOS AL TRAMO II
El trazo de esta vía dividirá en dos el área protegida y la TCO. La carretera de pavimento
rígido se extenderá en una línea casi recta de 306 kilómetros por 9,3 metros de ancho. La
obra requerirá una inversión de 436,2 millones de dólares, de los cuales 332 millones
provendrán de un crédito blando del gobierno del Brasil.
De acuerdo con los planes de trabajo, el camino será construido en tres tramos que están
distribuidos de la siguiente manera: el tramo I, desde Villa Tunari hasta Isinuta
(Cochabamba); el tramo II, desde Isinuta hasta Montegrande de la Fe (zona colonizada y la
Zona Núcleo del TIPNIS) y, finalmente, el tramo III: Montegrande de la Fe-San Ignacio
(Beni).
Para la directiva de los indígenas, la proyectada vía que cruzará por su territorio asfixiará al
parque y a sus habitantes. Por ejemplo, argumentan que lostsimanes, a los que no les gusta
convivir con otras personas ajenas a su cultura, prefieren mudarse cuando empiezan a ser
invadidos y que esto provocará la migración de las comunidades tsimanes, yuracarés y
trinitarios (mojeños) a las capitales para que se conviertan en indigentes.
4. CONSTRUCCIÓN DE LA CARRETERA
La comunidades interculturales o colonos que son parte de las federaciones de cocaleros del
Chapare apoyan la construcción de la ruta, porque tendrán facilidad para llevar sus
cosechas de coca a los centros de comercio del Chapare. Sin embargo, otros sectores
aseguran que los colonizadores atravesarán la “línea roja”, que los divide, y expandirán los
cocales a la TCO. También temen que el destino final de los cultivos sea el mercado ilegal.
5. REGIONES RECONOCIDAS
La Subcentral TIPNIS es la más antigua y no reconoce a las otras dos; sin embargo, los tres
entes tienen el aval de diversas instituciones matrices de tierras bajas: la Central de Pueblos
Étnicos Mojeños del Beni (CPEMB) reconoce a la Subcentral TIPNIS; el Consejo de
Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), a la Subcentral del Sécure; y la Coordinadora de los
Pueblos del Trópico de Cochabamba (CPITCO).
Los indígenas del TIPNIS no aceptan dialogar con el Gobierno mientras se insista en la
construcción del segundo tramo de la carretera Villa Tunari San Ignacio de Moxos y ante
las posiciones enfrentadas la Administradora Boliviana de Caminos (ABC) abrió la
posibilidad de cambiar la ruta de la construcción del tramo II, con cinco rutas alternativas
de manera que no se afecte la zona natural del TIPNIS.
Los pueblos indígenas son los impulsores de los cambios a la Constitución Política del
Estado, con la histórica Marcha por el Territorio y la Dignidad, iniciada el 15 de agosto de
1990. Ahora están enfrentados con el presidente Evo Morales, que ha expresado su
compromiso con los pueblos indígenas. Sin embargo el TIPNIS es el caso que los separa y
por el que hasta ahora no han podido sentarse en la mesa de negociaciones.
El cono situado entre la ribera del río Ichoa (en el centro del territorio) y la zona de
amortiguamiento del Isiboro (en el extremo sur) está habitado, principalmente, por los
migrantes del occidente boliviano. Ellos son los colonizadores, que habitan en el polígono
7.
Los colonos llegaron al Chapare desde la década de 1970. Las primeras familias de
campesinos se asentaron en las inmediaciones de Villa Tunari y avanzaron hasta Isinuta,
poblado colono que limita con el TIPNIS, pero quienes no encontraron espacio disponible
en estos sectores asentaron sus chacras dentro del área protegida.
El sector lleva el nombre de zona colonizada y corresponde al polígono 7 del TIPNIS. Está
dividido del resto del área protegida y TCO por un trazo imaginario que la población
denomina “línea roja”. El Decreto Supremo 22610 y acuerdos firmados entre indígenas y
campesinos prohíben a estos últimos traspasar ese límite, sin embargo, los indígenas y los
propios productores de coca admiten que eso no se cumple.
La región tiene una amplia variedad de altitudes que varía desde los 3.000 metros sobre el
nivel del mar (msnm) y las serranías subandinas que caen hasta los 180 msnm. La región
permanece inundada gran parte del año debido a un complejo sistema hidrológico. En el
parque hay más de 170 lagunas que preservan una incalculable riqueza hidrobiológica.
Según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) en el lugar se han registrado 402
especies de flora y se estima la existencia de más de 3.000 especies de plantas superiores
También es hogar de más de 108 especies de mamíferos (el 30% de las especies del país), y
a más de 470 especies de aves, correspondientes al 34% del total nacional, varias de éstas
en peligro de extinción, como los osos jucumari, la londra y las aves terenura sbarpei y
mpeüon rufaxilla.
Es parte de los proyectos de integración física a nivel departamental, porque unirá a los
departamentos de Cochabamba y Beni, cuyo impacto podría permitir el desarrollo de las
comunidades de la región.
Sin embargo, las comunidades del TIPNIS plantean cambiar el trazo de la carretera en su
segundo tramo para que no afecte el área natural del TIPNIS, aunque la propuesta
incrementará 26 kilómetros más al diseño inicial, lo que significará media hora más de
recorrido.
El tramo II de la carretera que unirá Cochabamba con Beni tiene una falla: sus impulsores
incumplieron el derecho a la consulta previa, establecido por la Constitución Política del
Estado (CPE) y pese a que las obras para la construcción de la carretera en el primer tramo
fueron inauguradas el 3 de junio por el presidente Morales.
Este derecho está establecido en la CPE. El inciso 15 del artículo 30 establece: “Los
indígenas tienen derecho a ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en
particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o
administrativas susceptibles de afectarles. En este marco, se respetará y garantizará el
derecho a la consulta previa obligatoria, realizada por el Estado de buena fe y concertada,
respecto a la explotación de los recursos naturales no renovables en el territorio que
habitan”.
También lo avala el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
reconocido por el Estado boliviano. La consulta deberá efectuarse de buena fe y de una
manera apropiada a las circunstancias para llegar a acuerdo o lograr el consentimiento de
los indígenas.
La falta de esta consulta derivó en la preparación de una marcha de los indígenas de tierras
bajas desde Trinidad hacia La Paz, cuyo inicio está previsto para el próximo 15 de agosto.
Los tramos I y III de esa carretera ya tienen licencia ambiental y están en proceso de
construcción desde el 3 de junio, fecha en que fue inaugurada la obra del primero. Sin
embargo en el tramo II, según la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), aún no se
comenzaron los trabajos porque no se tiene el diseño final ni la licencia ambiental.