Los Componentes de Organizaciones Educativas PDF
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Serafín Antúnez
Las instituciones educativas, igual que cualquier otra organización, están constituidas
por seis elementos fundamentales. A saber:
• Objetivos
• Recursos
• Estructura
• Sistemas y métodos
• Cultura
• Entorno
Los objetivos
Los objetivos a que nos referimos, lejos de ser formulaciones cerradas y rígidas,
impuestas siempre por instancias superiores, deben ser considerados como pautas
construidas por los miembros de cada comunidad educativa que sirven para orientar el
rumbo de las actuaciones que se desarrollan en la institución. Los concebimos, pues,
como propuestas que deberían estar en revisión y actualización continuas mediante
procesos participativos y democráticos.
Estos propósitos suelen reflejarse habitualmente en los instrumentos que recogen las
directrices institucionales: Proyectos Educativos, planificaciones didácticas a medio y
largo plazo (Proyectos Curriculares) y otros planes específicos que se realicen con
intención educativa diversa desarrollarán aquellos propósitos generales
pormenorizándolos y adecuándolos en cada caso, según cada contexto, necesidades
y circunstancias.
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A partir de Antúnez, S. (2012). Organización Escolar y Acción Directiva. México: DF:
Secretaría de Educación Pública.
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Los recursos
La estructura
Está formada por el conjunto de elementos, articulados entre sí, a partir de los cuales
se lleva a cabo acción institucional. Es decir: el dispositivo que conforma el agregado
de todas las unidades a las que asignamos unos roles y unas funciones concretas. De
la estructura conviene destacar tres nociones fundamentales:
a) Los elementos: son cada una de las unidades que se han creado para
establecer una adecuada división del trabajo, para procurar una gestión
especializada y para hacer posible la acción participativa. Pueden ser
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unipersonales (la directora, la coordinadora de departamento, etc.) o
pluripersonales (el consejo escolar, el claustro de profesores y profesoras, el
departamento de innovación, etc.).
c) Las funciones: las tareas y cometidos propios que tiene asignada cada
unidad.
Entre todas estas unidades o elementos se construye un sistema relacional que suele
regirse por una determinada formalización. La formalización se establece mediante la
elaboración de reglas, normas y procedimientos de actuación que regularán el
funcionamiento de la estructura.
Ejemplos de acciones tecnológicas serían tanto el sistema peculiar que se sigue para
preparar y desarrollar las reuniones de trabajo y para efectuar el seguimiento de los
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acuerdos que se toman en ellas; como la planificación que se diseña en una escuela
para elaborar o revisar las propuestas curriculares; como, incluso, la propia disposición y
relaciones que se hayan establecido entre los elementos de la estructura.
La cultura
El entorno
Estos factores del entorno están presentes a menudo mediante diversas formas y
expresiones en el interior de la vida de las instituciones educativas, llegando a formar
parte de ellas. Son elementos influyentes –y a veces condicionantes- que deben ser
tenidos en cuenta a la hora de gestionar el establecimiento.
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Los componentes interactúan
Nuestro intento de simplificar aislando los seis componentes trata de ser una solución
didáctica para presentarlos uno a uno y responde más a una visión estática y analítica
inicial de la organización que a una consideración dinámica.
En el estudio de las organizaciones no sería del todo adecuado, por ejemplo, analizar
de forma separada la cultura y la estructura. Sería un ejercicio artificial ya que se
configuran recíprocamente. Lo mismo ocurriría con la tecnología y la cultura propia de
una organización.
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vez, contribuirá a instalar una determinada cultura en la institución. O bien, una cultura
autoritaria en el gobierno de la escuela o, por el contrario, muy laxa, tendrá que ver
con el tipo de estructura existente, con los objetivos de la institución o con el uso que
se haga de los recursos.
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reunirse y que, cuando se reúnen, raramente tratan asuntos académicos. Si nuestro
directivo pretende cambiar una cultura que se manifiesta trabajando aisladamente, no
reuniéndose, o no hablando nunca de asuntos pedagógicos, por otra que suponga
colaboración, trabajo en equipo y reflexión pedagógica, puede intentarlo de diversas
maneras. Una de ellas podría ser la persuasión, tratando de convencer, mediante la
argumentación, de la conveniencia del cambio. Otra podría ser la imposición. No
parece recomendable, los cambios culturales no suelen construirse de esa manera.
Parece mucho más factible intentar el cambio cultural procediendo de otra forma y
ésta es, tal como decíamos, considerando los demás componentes de la escuela y
actuando a través de ellos.