Sustentabilidad Virreinal Pastrana
Sustentabilidad Virreinal Pastrana
Sustentabilidad Virreinal Pastrana
3
4
Sustentabilidad en la
arquitectura del virreinato de la
Nueva España
Aportaciones de la ingeniería
hidráulica
Tarsicio Pastrana Salcedo
Doctor en Restauración
Profesor de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura
del Instituto Politécnico Nacional
Profesor de la Maestría en Restauración de la Universidad
Nacional Autónoma de México
Revisión Técnica
Ricardo Gómez Maturano
Olivia Domínguez Prieto
Corrección de Estilo
Ulises Paniagua Olivares
Edición
Luis Carlos Cruz Ramírez
120 p.
ISBN digital: 978-607-96289-4-9
6
A mis padres y hermanos…
7
8
Índice
Introducción.............................................................................. 11
Agradecimientos....................................................................... 14
La arquitectura sustentable del virreinato de la
Nueva España......................................................................... 15
La sustentabilidad en los tratados................................... 15
El virreinato..................................................................... 15
La sustentabilidad........................................................... 17
Sustentabilidad Hidráulica............................................... 18
Sustentabilidad y confort térmico.................................... 24
Sustentabilidad y eficiencia de los materiales de
construcción.................................................................... 28
Sustentabilidad y su economía....................................... 30
Los componentes de la sustentabilidad en la
arquitectura del virreinato..................................................... 35
Captación de aguas pluviales......................................... 40
Sistema de distribución del agua en la ciudad................ 52
Sistema de canalización al interior del conjunto............. 57
Ventilación....................................................................... 65
Refrigeración y aislamiento térmico................................ 72
Aislamiento...................................................................... 77
Ahorro energético............................................................ 79
Aprovechamiento espacial y la configuración................. 80
Economía y producción................................................... 82
Control de residuos......................................................... 88
Funcionamiento de las letrinas....................................... 90
Comentarios finales.................................................................. 111
Referencias.............................................................................. 115
9
10
Introducción
El desarrollo sostenible fue un concepto que surgió del Informe de
Brundtland en el año de 1987, donde se señaló que era necesario
satisfacer las necesidades esenciales de las generaciones
presentes sin comprometer las capacidades de las futuras para
atender sus propias necesidades (Naciones Unidas, 1987, p. 23).
Es así como se derivó el término de sustentabilidad, para referirse
a las cualidades de los objetos para ser sostenibles en el tiempo.
Desde entonces el concepto ha sido aplicado a diversas
disciplinas y técnicas, entre éstas la arquitectura. Pero el hecho
que a esta acción se le haya acuñado un término hasta la segunda
mitad del siglo xx, no significa que este concepto no se haya aplicado
previamente. El hecho de no conocerlo no atenta contra su existencia.
Ontológicamente ha existido desde la antigüedad, epistemológicamente
se le conoce contemporáneamente como sustentabilidad. Esto es
como hablar de la gravedad. Ésta probablemente ha existido desde
el inicio del universo, pero fue hasta los estudios que realizó Newton
con la existencia de una fuerza de atracción entre los cuerpos, que
se le llamó atracción gravitatoria. Todo esto indica el momento en
que el hombre logró obtener conciencia de la existencia de ello.
Sustentabilidad en la Arquitectura del Virreinato en la Nueva
España es un texto que surge a partir de los resultados de dos años de
investigación sobre artefactos hidráulicos en conventos y haciendas del
virreinato en México. A partir de estas investigaciones se logró realizar
caracterizaciones históricas, y analizar los sistemas de captación de agua,
técnicas para el ahorro energético, control y reutilización de residuos.
11
Figura 1. Aplicaciones sustentables en la arquitectura del virreinato
12
pueden añadir las estrategias de diseño sustentable señaladas por
Brophy & Lewis (2011) en su texto A Green Vitruvius, el método de diseño
sustentable presentado por William (2007), el Green Building Design
como Boecker, Horst, Keiter, Lau, Sheiffer & Toevs (2009), o el Handbook
Green Building de Woolley, Kimmins, Harrison & Harrison (1997/2005).
Por otro lado, la arquitectura virreinal ha sido estudiada en
términos de descripción de su forma y configuración en edificios
militares, religiosos y civiles. Kubler (1948) fue uno de los primeros
investigadores en describir la arquitectura del siglo xvi en México.
Posteriormente, Artigas (2010) continúo los estudios de Kubler. Mijares
(2009) describió la forma y configuración de la arquitectura de la Clausura.
Se han estudiado las acequias como elementos configuradores de la
ciudad, como en la investigación de Jiménez (2012), y los molinos en
haciendas, como ocurre en los trabajos de García (2014) y Perea (2015).
El concepto de la conservación de edificios, aunque precedente
del principio sustentable, tiene el mismo enfoque, ya que trata de extender
la permeancia de los edificios. Por esta razón, surgió el interés de
encontrar relaciones entre la sustentabilidad y la arquitectura patrimonial.
El diseño de sistemas sustentables en el virreinato seguía
condiciones básicas que proporcionaban, ante todo, el éxito materializado
en el funcionamiento adecuado del sistema. Si bien el tema de la
sustentabilidad con todas sus variantes ha tomado fuerza en los últimos
años considerándolo como algo novedoso, tenemos que tomar en
cuenta que en el virreinato y ante la carencia de suministros existentes
en la actualidad, la sustentabilidad era un tema implícito en los sistemas
de diseño arquitectónico, es decir era inherente, no se decidía si se
incorporaba como una novedad, o era parte de la concepción misma del
proyecto y la ejecución. Los sistemas proyectados abarcaban todo tipo
de soluciones, desde las que regulaban los cambios de temperatura, el
manejo de luz natural y otros factores, hasta los que manejaban la hidráulica.
Este libro está orientado a estudiantes de licenciatura
en arquitectura que deseen conocer ecotecnias del virreinato, a
profesionales en arquitectura interesados en implementar estas
estrategias, a restauradores que deseen conocer o recuperar
ecotecnias sustentables en construcciones virreinales, y a
investigadores que busquen medir la eficiencia de estas ecotecnias.
Es fascinante conocer cómo se utilizaron diversas técnicas
constructivas en el pasado, que aún hoy existen como patrimonio.
El libro se desarrolla en dos partes: aspectos teóricos de
13
la sustentabilidad en la arquitectura histórica, y los componentes
de la sustentabilidad en el virreinato. Los análisis históricos de la
arquitectura del virreinato se limitan a la arquitectura conventual
carmelita y jesuita. En la primera parte se exponen algunos conceptos
sobre la sustentabilidad, sistemas hidráulicos y la arquitectura
del virreinato. Luego se presenta un análisis histórico de las
estrategias sustentables existentes en la arquitectura del patrimonio.
En la segunda parte, se presentan algunos ejemplos de
estrategias sustentables en la arquitectura del virreinato, clasificadas de
la siguiente manera: (a) los sistemas de captación de aguas pluviales; (b)
distribución y (c) canalización del agua hacia las haciendas o conventos:
acequias y canales y acueductos; (d) técnicas de ventilación; uso del
agua como aislamiento térmico - hídrico: (e) sistemas de refrigeración y (f)
aislamiento térmico ; (g) ahorro energético; (h) aprovechamiento espacial
y configuraciones; (i) la utilización del agua para actividades productivas:
molinos virreinales; (j) control de residuos por medio del tratamiento de
aguas residuales: letrinas virreinales y el funcionamiento de letrinas.
El conocimiento de estas técnicas podría ser aplicado en el diseño
arquitectónico contemporáneo. También podrían ser de utilidad para la
implementación de ecotécnicas en adaptaciones de edificios existentes.
Agradecimientos
Esta investigación no hubiese sido realizada sin el generoso
financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de
México (CONACYT), y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), bajo los
proyectos SIP No. 20150723, SIP No. 20140846 . El texto fue mejorado
gracias a los comentarios y la colaboración de Gimena Angélica Reyes
Salina, Ariel Alejandro López Saldívar, Héctor Perea y Ulises Paniagua.
14
La arquitectura sustentable del virreinato de la
Nueva España
El virreinato
El virreinato fue una institución administrativa implantada por la
monarquía española en regiones de América, para gobernar los
territorios en dicho continente, adquiridos como resultado de la
conquista. La monarquía española necesitaba resolver, de manera
local, los problemas administrativos existentes en cada uno de
los territorios que poseía en América, para esto fue necesaria la
instauración de gobiernos locales que pudieran atender los asuntos
en el Nuevo Mundo, que a su vez dependieran de la corona española,
debido a que la comunicación entre las tierras conquistadas y
Europa era lenta. Estos gobiernos llevaron el nombre de virreinatos.
Dada la extensión de los territorios conquistados, se
establecieron cinco de ellos en América. Cada uno con su
propia jurisdicción: el virreinato de Indias, Perú, de la Plata, de la
Nueva Granada, y el primero que se fundó, el de Nueva España.
Cada virreinato contaba con un gobernador nombrado virrey, que
se consideraba la representación del rey, es decir, una extensión del mando
15
del monarca de Europa. El virrey gobernaba en nombre del monarca y se
encargaba de la administración del territorio dentro de su jurisdicción. La
monarquía española no fue la única en establecer virreinatos en América,
también se tiene registro del virreinato de Portugal en Sudamérica.
El virreinato de la Nueva España, fue el primero de los cinco
establecidos por la monarquía española en el continente americano.
Estuvo vigente desde el año de 1535 hasta 1821. Fue fundado después
de la caída de Tenochtitlan ante los conquistadores españoles. Su primer
virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco, y su capital la Ciudad de México.
La jurisdicción de éste virreinato abarcó territorios desde América
del norte hastaAmérica del sur, incluyendo algunos más en otros continentes
como Asía y Oceanía. La superficie actual que comprende México,
anteriormente formó parte de la Nueva España, asimismo la capital del país
también fungía como cabecera de gobierno en aquella administración.
El territorio de la Nueva España, se dividía en reinos y
capitanías con un gobierno particular en cada caso, además de dos
señoríos: el del valle de Oaxaca y el ducado de Atlixco. Los señoríos
se trataban de una donación o merced que concede la corona a una
persona, como recompensa por sus servicios prestados a la misma.
El señorío era de carácter hereditario y el poseedor tenía derechos
para otorgar tierras, aguas y bosques a terceros dentro del mismo.
En resumen, el virreinato de la Nueva España fue el gobierno
que administró entre el siglo xvi y xix los territorios que actualmente
pertenecen a la nación mexicana. Por esta razón, en México se encuentran
innumerables ejemplos de arquitectura virreinal, la cual es motivo de
interés para este trabajo, en el que se abordan algunas edificaciones, para
ejemplificar los criterios de sustentabilidad aplicados en el dicho periodo.
El diseño de sistemas sustentables en el virreinato seguía
condiciones básicas, que proporcionaban ante todo el éxito materializado
en el funcionamiento del edificio. Si bien el tema de la sustentabilidad, con
todas sus variantes, ha llamado la atención de numerosos profesionales e
investigadores de diversas disciplinas en los últimos años, considerándolo
como algo novedoso, en esta investigación se presenta lo sustentable
como un conjunto de características presentes en las actividades
humanas que se han llevado a cabo durante siglos, en diversas culturas.
La arquitectura del virreinato de la nueva España no fue la
excepción. Durante esta época, la sustentabilidad fue una cualidad
implícita en los sistemas de diseño arquitectónico, es decir era inherente,
16
no se preguntaba o evidenciaba la incorporación de lo sustentable.
Nadie incorporaba criterios de diseño sustentable en las edificaciones
por novedad o por requisito, sino que era parte de un proceso común de
construcción que iniciaba desde la concepción misma del proyecto y la
ejecución. Los sistemas proyectados abarcaban todo tipo de soluciones,
como las que regulaban los cambios de temperatura, la ventilación, el
manejo de luz natural y el aprovechamiento de los recursos existentes en
el entorno y otros factores que involucraban técnicas como la hidráulica.
La sustentabilidad
La sustentabilidad es una cualidad que pueden tener las cosas a partir
de la propiedad de poder satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender
sus propias necesidades. La sustentabilidad tiene tres dimensiones:
dimensión económica, dimensión ecológica, y dimensión social.
La dimensión económica alude a la producción de riquezas
para satisfacer a la población mundial. La dimensión ecológica o
medio ambiental, apunta hacia la prevención de la degradación del
medio ambiente que recibirán las generaciones futuras, es decir,
se deben satisfacer las necesidades de la generación presente
sin comprometer a las del mañana. La dimensión social se refiere a
la relación de la sociedad y su bienestar con el medio ambiente,
así como a reducir la desigualdad entre la población del mundo.
La sustentabilidad se encuentra en la cima de otros conceptos
similares, como construcciones verdes, bioclimatismo o la construcción
verde. Busca la reducción energética, minimizar la contaminación
externa y el peligro ambiental, reduce el agotamiento de recursos
y los daños a la salud (Woolley, Kimmins, Harrison y Harrison,
1997/2005, p. 07). El bioclimatismo busca establecer un equilibrio
entre el ambiente y el ser humano en el medio físico construido. Es
la utilización de los elementos del medio natural (sol, lluvia, viento
y vegetación, entre otros), para la búsqueda del confort humano.
El diseño sustentable, a diferencia del diseño verde, se considera
aditivo e inclusivo (incluye continuar, sobrevivir, prosperar y adaptar).
La arquitectura sustentable consta de principios básicos, como
son considerar las condiciones climáticas en el entorno del edificio;
la eficiencia y prudencia en el uso de los materiales de construcción,
siempre anteponiendo los de bajo contenido energético; la reducción
del consumo de energía eléctrica al utilizar fuentes de energía
17
renovables; la minimización del balance energético global de la
edificación, abarcando diseño, construcción, utilidad y final de su vida
útil; por último, la búsqueda del confort térmico en las edificaciones.
Curiosamente estos elementos que se utilizaban en la arquitectura
y el diseño de los espacios, que podrían considerarse como de sentido
común, eran intrínsecos. No se consideraban algo ajeno, ni un valor
agregado. La lógica constructiva de la arquitectura antigua, implicaba
la utilización de elementos sustentables. Una manera de probar esta
aseveración es por medio del estudio de documentos históricos utilizados
para la construcción, como los tratados. Por esta razón, en primera
instancia se presentan algunas citas de tratados de arquitectura que
estuvieron vigentes durante el virreinato, como referentes de criterios de
sustentabilidad, los cuales describen técnicas y procedimientos que se
pueden interpretar como la lógica sustentable utilizada durante esa época.
Sustentabilidad Hidráulica
Los sistemas sustentables hidráulicos son todos los elementos
utilizados en el manejo del agua para su consumo, pero siempre
permitiendo que futuras generaciones hagan uso de este recurso.
La sustentabilidad hidráulica en el virreinato fue útil para la
subsistencia de conglomerados de todo tipo y tamaño. Desde las
grandes ciudades hasta los pequeños conjuntos aislados como
las misiones en el norte del territorio. Debido a lo trascendental de
los sistemas, se desarrollaron elementos de ingeniería hidráulica
complejos, que en muchos edificios se pueden identificar y analizar.
El primer paso para la creación de sistemas hidráulicos
siempre fue la fuente de abastecimiento. En función de ésta, la
ingeniería hidráulica se aplicaba a la conducción, canalización,
almacenaje, utilización y la reincorporación de excedentes a la
naturaleza. Las escalas eran otorgadas por la necesidad del recurso
y los campos de aplicación. Esta diversidad provocaba infinidad
de soluciones que se adaptaban a las escalas arquitectónicas.
Primeramente hay que considerar lo que alude Fray Andrés de
San Miguel, tratadista novohispano del siglo xvii: “Cuatro cosas hacen a
nuestro propósito acerca de las aguas: la primera que la halléis, la segunda
que la guiéis, la tercera que la escojáis, la cuarta que la conservéis”
(Báez, 1969). Éstos podemos considerarlos principios básicos de
sustentabilidad hidráulica, pues para cualquier propósito que requiera
el agua, se deben cumplir. Asimismo, Icaza (2000, pp. 52-61) mencionó
18
las cinco actividades relacionadas con el uso de recursos hidráulicos
que son vitales para el diseño de las redes: captación, elevación,
almacenamiento, conducción, distribución y usos derivados. La captación
y distribución del agua sigue siendo una labor indispensable en la
sociedad, y los principios que mencionan ambos autores no han cambiado.
Es del conocimiento general que el agua es un elemento esencial
para la vida humana, pues una persona no puede sobrevivir sin beberla
más que unos cuantos días. Asimismo, es requerida para el riego de
campos de cultivo y para la producción de alimentos. Con ello queda claro
su utilidad en la sociedad, y por qué existe la necesidad de almacenarla.
Respecto a ello, el tratadista del siglo xviii Fray Lorenzo de San Nicolás,
anunció las siguientes ideas, correspondientes a su tratado del siglo xviii:
19
barro son mejores: y del barro afirman los filósofos, que
son más sabrosas las aguas que en ellos se lleven, porque
dicen, que la tierra es el natural sosiego y asiento del
agua”.
En esta segunda cita, se atañen situaciones más pragmáticas,
como es la elaboración de los caños, que se busca no solamente que
comuniquen el agua de un punto a otro, sino que su utilización no cause
daños a la salud, ni altere el sabor del agua. Los tubos de barro son los que
de manera más frecuente se han encontrado en los edificios de análisis.
Por otro lado, Agustín de Herrera y Rojas1 , en su tratado Teoría
y proactiva de fortificación, sugiere el uso de cañerías de barro, así
como canales de ladrillo aplanados con cal. Menciona textualmente:
21
de recursos en el diseño y puesta en operación de los sistemas
hidráulicos. Otro ejemplo que se puede mencionar proviene de la edad
media, encontramos referencias al riego de huertas demostrando lo
trascendental del uso del agua en las ciudades. Por ejemplo, uno de los
documentos más importantes sobrevivientes y que ha proporcionado
información de importancia es la “carta de los jurados” de 1345:
22
“El molino q’ se haze de balsa y cubo, el qual molino muele
mucho más que no hacen los molinos de aceña o de
bomba. Estos molinos tienen rodete y no rueda grande el
cual rodete anda llano y no derechos estos molinos muelen
mucho por razón de la mucha agua q’ tiene la balsa y
el cubo y porque estos molinos se suelen hazer en esta
manera porque donde ay poca agua para que se vaya
(recojiendo) en el cubo y quando está lleno entonces abren
el cubo y muele el molino mientras dura el agua en el cubo
y según la mucha o poca agua ansí muele mucho o poco
[…]” página 314 (Juanelo Turriano (pseudo) Óp. Cit. P.314)
En la cita anterior, queda claro que estos conjuntos contaban
con elementos que les permitían optimizar un flujo de agua,
evidenciado en aquellos que se establecieron próximos a arroyos
con un reducido cauce. Sin embargo, pese a ello lograban captar
y almacenar el agua necesaria para poner en funcionamiento su
maquinaria, mediante componentes como los cubos de agua, mismos
que son descritos en el tratado anterior de la siguiente manera:
23
actual no se ha visto obligada a tales labores. Esto se debe a que
en las ciudades se encargan de llevar agua a las edificaciones en su
jurisdicción, siendo más bien, el tema de la captación de agua de lluvia
un tema ecológico, aunque en algunos casos su almacenamiento se
ha vuelto necesario debido al desabasto del líquido en las ciudades.
Figura 2. Patio de los aljibes en los antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México,
México. Se aprecian al centro los dos brocales de los aljibes, hoy en día convertidos en cisterna
conservan su uso no así la alimentación, antaño por agua de lluvia hoy por una toma municipal.
24
Los arcos que están encima servían para colocar los cubos de madera que permitían obtener el
agua por poleas.TPS2012
frescas en Verano, y más abrigadas en Invierno; y aun
sería más barato, y fácil calentarlas artificialmente, y
hacer que conserven más tiempo el calor; porque el de
las chimeneas, y estufas reverberaría contra las paredes,
y bobedas. En lugar de tablas, se harían los pavimentos
de ladrillos, ó de mármoles aserrados que en invierno
se cubrirían con esteras, ó alfombras, ó con cosas
equivalentes: y finalmente, se podrían adornar de un
modo permanente las Casas a mucho menos coste que
ahora; se habitarían sin riesgo alguno; y con poco gasto
podrían todos desfrutar aquellas comodidades, que hoy
día solo logran algunos; y estos á fuerza de crecidísimos
dispendios” (Sotomayor, D. J. 1776, p. 81-82)
En la mención anterior nos enteramos que desde el siglo
xviiiSotomayor (1776), planteaba principios de sustentabilidad que
involucraban al confort térmico y acústico, haciendo énfasis que con
sus consejos las habitaciones serían más cálidas en invierno y más
frescas en verano. Así mismo, debemos destacar que con su método se
logra un confort con mucho menos capital que el que normalmente se
requería para tener dichas comodidades. Por lo que podemos declarar
que el carácter del ahorro económico desde un enfoque térmico
en las edificaciones, es una cuestión abordada desde el siglo xviii,
y no es un elemento nuevo de la arquitectura bioclimática moderna.
27
El tratadista Agustín de Herrera y Rojas, en el siglo xvi, no pasa
desapercibidas las cuestiones anteriores, por lo que dentro de su tratado
destacan algunas recomendaciones para la correcta elección y utilización
de ciertos materiales de su época, lo cual describe de la siguiente manera:
28
En este caso Rojas (1598), ofrece consejos sobre la
correcta elección de la tierra para fabricar ladrillos, así como
sobre los tiempos en que se deben fabricar, argumentando de
qué manera las piezas se mantendrán afianzadas en el muro
y las inclemencias del entorno no los podrán desintegrar, que
de no tomar en cuenta sus recomendaciones seguro así será.
El tratadista del siglo xvi, ofrece sugerencias sobre la elección
apropiada de arena a utilizar en mezclas de mortero con cal, para su
posterior utilización en mamposterías. Lo cual cita de la siguiente manera:
“El arena del mar es mala para los inducidos por causa
de algún Salitre que tiene y así se huirá de ella para
semejante ocasión pero es buena para las murallas
gruesas aunque requiere echarle más cantidad de cal
que a las demás arenas porque es muy cruda y de mucha
humidad y de las dos arenas del mar o del río se tendrá
por mejor la del río de agua dulce por ser libre de salitre
advirtiendo que no tenga mezcla de tierra aunque siempre
se tendrá por mejor la arena que se acaba de las canteras
porque Fragua mejor con ella la cal” (Rojas, 1598, págs.
182, 183)
La mención recomienda algunos tipos de arena para su
utilización. No obstante, esta cuestión tiene un contenido más
profundo que nos habla sobre la utilización de materiales de bajo
contenido energético, debido a que sugiere arenas que se pueden
encontrar en el entorno, pero al final nos indica que la mejor arena
es la sacada de canteras. Está claro que para obtener esta última se
requiere mayor cantidad de energía, que la que se recoge de un río.
Podemos concluir que las recomendaciones de Herrera y
Rojas (1598) llevan implícitas conceptos de arquitectura sostenible,
advirtiendo el correcto uso de los materiales y tomando en cuenta
las condiciones climáticas del entorno de la edificación para su
elección, demandando siempre la mayor durabilidad de los mismos.
Sustentabilidad y su economía
El aspecto económico es uno de los pilares del desarrollo sostenible y va de
la mano con el medio ambiental y social. Está claro que este pilar se refiere
al ahorro de recursos financieros, mediante el ahorro de energías, debido
al empleo de energías renovables y materiales de baja carga energética.
29
El diseño de una arquitectura sustentable, contempla la reducción
de gastos en los recursos empleados, así como, en el proceso constructivo,
para lograr la disminución del impacto ambiental que deja consigo la
edificación a lo largo de su ciclo, desde el diseño hasta el final de su vida útil.
El ahorro en el proceso constructivo se puede ejemplificar
en la elección de los materiales. Este criterio es decisivo al
momento de realizar la elección, puesto que, muchas veces se ve
subordinado por el costo. Sin embargo, es bien sabido que a mayor
costo, mayor beneficio. Respecto a ello existen algunas menciones
en el tratado de Herrera y Rojas, escrito en el año de 1598:
30
“En la mayor parte de los Paises (y acaso en todos)
cuestan menos las bobedas llanas, que los Techos de
madera, que regularmente e hacen; y esta ventaja es de
la mayor consideración en aquellos parages, en que la
madera es rara, y por consiguiente cara. Por lo regular
se ahorra una tercera parte, ó una mitad del coste total
de los Techos de madera. [Sobre todo, si se introdujese
generalmente el uso de estas Bobedas, la economía de
madera permetiría, que se destinasen a otros objetos
muchos terrenos, que hoy en día están ocupados con
Bosques, en grave detrimento de la Agricultura de no
pocos Países:] estarían surtidas más fácilmente, y a
menos coste la Marina, y otras muchas cosas, en que
es indispensable el uso de la madera; y no se llevarían
los Estrangeros tantos caudales, como por esta razón
extrahen del Reyno” (Sotomayor, D. J. 1776, p. 64-65).
En esta mención, Sotomayor (1776) hace énfasis en que
las bóvedas llanas traen consigo mayor beneficio económico que
los techos de madera, que en su tiempo fueron los de mayor uso.
Asimismo, menciona que el beneficio será mayor en aquellos sitios
donde la madera no es tan común, con ello, incluye la cuestión de
la utilización de un material con baja carga energética, dado que,
es claro que el construir una cubierta, donde la madera habrá que
acarrearla desde varios kilómetros, el gasto económico y energético
que trae consigo dicho material es mucho más amplio que acarrear
madera a sólo un kilómetro de distancia. Ello depende, desde luego,
de si el sitio donde se edificará está próximo a algún bosque, o no.
También Sotomayor hace un comentario que hay que
destacar, al decir que si el uso de bóvedas llanas se generaliza, se
podrán utilizar los terrenos que están ocupados por bosques para
otros objetos, utilizando la madera para cosas en las que sí es
indispensable su uso. Asimismo, argumenta que estos bosques
ocupan el espacio que podría ser utilizado para la agricultura.
Este comentario a su vez trae consigo un criterio medio
ambiental al proponer dejar de utilizar madera para la edificación
de cubiertas, intercambiándolas por bóvedas llanas. No se
especifica que esto es en pro de la conservación de los bosques,
sin embargo, está claro que con el tiempo esta concepción se fue
arraigando en la sociedad, al no destruir los recursos naturales
para asegurar el disfrute por parte de las futuras generaciones.
31
Sotomayor (1776) indirectamente hace alusión al aspecto medio
ambiental al declarar que es mejor si se deja de construir con madera, al
argumentar beneficios en las edificaciones. Sin embargo, es claro que los
beneficios van más allá de la edificación, teniendo un alcance ecológico.
El autor del tratado expresa esta cuestión de la siguiente manera:
32
“[…] sirven estas Bobedas de todo lo que sirven las
ordinarias, cin causar los extraordinarios gastos, á que
estas obligan, yá por la mole excesiva de sus paredes, ya
por la exorbitante cantidad de materiales, que ellas mismas
consumen, yá, en fin, por las mismas Cimbras, que apenas
tiene coste alguno en las Bobedas llanas.” (Sotomayor, D.
J. 1776, p. 69)
Con la cita anterior, queda expresado que Sotomayor (1776)
estuvo preocupado por los gastos excesivos generados por las cubiertas
de madera cuyo rendimiento y vida útil no son muy notables. Propone
un método distinto de hacer cubiertas siempre considerando que éstas
sean lo más económicas, sencillas de construir y simples de reparar.
Cuestiones que mantienen implícito el ahorro en el proceso constructivo.
Por otro lado, Sotomayor (1776) en el mismo tratado, dentro
de un capitulo llamado De los tejados incombustibles, ofrece algunos
consejos más, con los cuales además de proponer edificar un tejado,
cuyas propiedades lo hacen menos vulnerable a la incineración,
también hace referencia al ahorro energético y económico. Aspectos
que describe al dar instrucción sobre la correcta colocación y
selección de ladrillos para la construcción de una bóveda llana.
33
toma en cuenta menos aspectos, o bien contrata más especialistas.
El diseño constructivo que encontramos en los tratados, nos
permite reflexionar sobre la tecnificación excesiva de los procesos.
Lo cual, claramente muestra que la arquitectura ha pasado por
un proceso de hiper-especialización, es decir, de la disciplina
central se han desprendido otras, desarticulando y dividiendo
el trabajo del arquitecto. Entonces, lo que en este momento
conocemos como varias disciplinas en torno a la arquitectura, en
un inicio se trató de una sola que llevaba implícitas a todas ellas.
34
35
son una pequeña muestra de todo el material que se consultó.
Para efectos y límites de este trabajo, se eligió una cantidad
limitada de referencias, para mostrar criterios generales de diseño.
Se seleccionaron ejemplos de arquitectura virreinal en los que las
huellas hidráulicas están presentes, con el fin de ubicar las zonas donde
existió infraestructura hidráulica. Los géneros seleccionados fueron
edificios que fungieron como colegios, conventos y monasterios, debido
a que el número de habitantes que los ocuparon fue mayor a las casas
habitación comunes de la época, por lo tanto los núcleos hidráulicos
eran de mayor tamaño y esto permitió ubicarlos de manera sencilla,
además de mostrar más elementos de análisis. Una vez ubicadas las
áreas, se hicieron levantamientos, se buscó documentación histórica
(planos y registros) y se localizaron los vestigios que permitieron
realizar reconstrucciones virtuales, hipótesis de funcionamiento y
uso, en estas etapas de trabajo. Las reconstrucciones virtuales,
utilizando medios de modelado virtual, fueron de mucha utilidad.
Para alcanzar este objetivo, se analizaron varios edificios de la
época virreinal en materia de ingeniería hidráulica. Se estudió el santo
desierto de Cuajimalpa, enfatizando su sistema de captación de agua
en las cubiertas del templo; el antiguo colegio jesuita en Tepotzotlán,
que al conservar un sistema hidráulico completo permite analizar
más elementos; los molinos de Xuchimangas, donde se analizaron
las técnicas productivas y sistemas hidráulicos como fuerza motriz.
Estas cualidades sustentables se lograron con la implementación
de técnicas hidráulicas en el desarrollo de las ciudades y edificios
virreinales. La hidráulica es la aplicación del método integral de la
mecánica de fluidos para aquellos problemas de la vida práctica en que
intervienen los líquidos (Cadavid, 2006, p.1). La mecánica de fluidos
es el estudio del comportamiento de los líquidos y gases, ya sea en
reposo o en movimiento (Mott, 1996, p.1). Históricamente ha sido la
técnica de conducir, contener, elevar y aprovechar el agua (drae, 2012).
La ingeniería hidráulica es una técnica que busca
la solución de problemas relacionados con el transporte y
almacenamiento de los líquidos. Una de las aplicaciones más
antiguas de la hidráulica fue en el funcionamiento de molinos,
por medio del movimiento de ruedas (Czekaj, 1988, p. 2).
La hidráulica se gestó, como ciencia, en un intento por hacer
aplicables los principios de la mecánica de fluidos a los problemas
prácticos del transporte de fluidos (Cadavid, 2006, p.1). En la
36
actualidad, los físicos analizan la hidráulica con base en la mecánica
de fluidos, y se le considera como una rama de la física que estudia el
comportamiento y el movimiento de los líquidos (Lara & Núñez, 2007, p.2).
Los estudios de hidráulica se dividen en hidrostática, que
estudia los fenómenos asociados con los fluidos que se encuentran
confinados en algún tipo de contenedor; y la hidrodinámica, que
estudia los fenómenos que se producen cuando el fluido está en
movimiento (p.2). La hidrodinámica estudia los elementos para la
conducción y el modo de transporte del líquido (Cadavid, 2006, p.6).
Los sistemas hidráulicos en el virreinato, se establecieron para
lograr el aprovechamiento de los recursos hídricos que estaban presentes
en diversas regiones. Fueron utilizados de distintos modos, para el
consumo, el riego y la fuerza motriz. Dichos recursos podían manifestarse
en el entorno de diferentes maneras, como: agua corriente en cauces
naturales, depósitos en lagos, precipitación pluvial, y remanentes o
del subsuelo. Para cada fuente de abastecimiento fue necesaria la
aplicación de distintas técnicas de captación, distribución y desalojo,
que finalmente configuraban un sistema hidráulico particular para cada
caso, diseñadas para lograr el mayor aprovechamiento posible del agua.
Cualquiera que fuera la fuente de suministro, el sistema
hidráulico generalmente se componía de distintos elementos trazados
para conseguir la ejecución de las siguientes fases: captación,
conducción, almacenamiento, distribución, utilización y desalojo. La
captación del recurso se realizaba en dependencia de cada edificio.
37
terreno natural. Sin embargo, cuando se atravesaba algún accidente
geográfico, se debía implementar un mayor esfuerzo en su conducción,
obligando la construcción de acueductos, para salvar algún cañón.
El almacenamiento del recurso se podía llevar a cabo con
distintos elementos como embalses, cisternas, jagüeyes, cajas de
agua y piletas. Se realizaba con objetivo de una posterior utilización
y distribución del líquido, así mismo en previsión de alguna carestía.
Una vez utilizado el recurso, cuando éste no era para el consumo,
se desalojaba y regresaba a su cauce natural por medio de canales.
Los sistemas hidráulicos permitían distribuir el recurso
acuífero entre los diferentes usuarios para aprovecharlo al máximo
y en diferentes usos. La construcción del sistema original es una
mezcla del sistema previo prehispánico, y las adaptaciones realizadas
en el siglo xvi, principalmente por los jesuitas. La vinculación
de los jesuitas en una obra trascendental, que es considerada
la obra más importante de ingeniería hidráulica realizada en el
virreinato, nos muestra su maestría en el manejo de la hidráulica.
Durante el virreinato, los sistemas hidráulicos se basaban
prácticamente en los principios enunciados en los párrafos anteriores.
La gravedad fue el único medio que permitía el transporte del líquido,
puesto que no se contaba con bombas de agua, aunque existían
métodos de elevación como las norias. Sin embargo, también edificaron
y diseñaron una serie de elementos complejos, relacionados entre sí,
capaces de lograr el aprovechamiento hidráulico mediante la utilización
de técnicas basadas en las condiciones que el entorno les proveía.
Lo mencionado se puede constatar en la configuración
del sistema hidráulico típico de un molino de trigo virreinal, cuya
fuerza motriz es producida por una corriente de agua. Un claro
ejemplo de esto, son los molinos hidráulicos de trigo de la hacienda
Zavaleta, ubicados en el pueblo de Tlalmanalco, Estado de México. A
continuación se presenta una breve descripción de su funcionamiento.
Este conjunto se compone de dos molinos: el de arriba y el de abajo.
Éstos se construyeron uno en pos de otro, es decir, ambos funcionaron
con un solo “herido” de río, una desviación del abastecimiento de agua
próximo al que estaban establecidos, llamado río Tlalmanalco. Una vez
que el agua era dirigida hacia los molinos, se almacenaba en un embalse
de grandes proporciones, adyacente al molino de arriba, y estaba
conectado por un lado con el canal principal, que captaba el agua del
“herido”, y por el otro con dos canales, cada uno dirigido hacia un cubo de
38
agua, es decir, que el agua era almacenada en el embalse probablemente
para su posterior uso en el molino, o para el riego de algunas tierras.
El agua se conducía del embalse a los canales, y después a los
cubos de agua. Una vez en los cubos, se dirigía hacia los dos cárcamos del
molino de arriba, y hacía funcionar su maquinaria. Posteriormente, el agua
tenía dos caminos posibles: regresar al río inmediatamente, o ingresar a
los cubos de agua del molino de abajo, para así poner en funcionamiento su
maquinaria, para finalmente retornar al cauce natural mediante canales.
Todo esto debió haber sido controlado con compuertas que se abrían
o cerraban, según fuera la dirección que se desease tomara el agua.
En este ejemplo de sistema hidráulico virreinal, cuya
fuente de abastecimiento proviene de una corriente superficial, se
aplican las características de las que hemos hablado, ya que los
molinos cuentan con instalaciones para captación, conducción,
almacenamiento, utilización y desalojo del agua (ver Figura 4).
40
11). Éstas se colocaron de manera adecuada, cuidando las pendientes,
para después llegar a bajadas que canalizaban hacia las azoteas
subsecuentes (ver Figura 12).
En este punto se encontraron dificultades en el análisis, debido
a que el espacio está parcialmente en ruinas y algunas de las zonas
ya no existen. Sin embargo, por analogía con otros sistemas, se puede
completar el análisis y los puntos de bajada; este sistema es continuo
desde la cúpula y capulín de la torre hasta las azoteas bajas.
En el santo desierto de Cuajimalpa, en el área de cubierta de las
letrinas, para techar el espacio de los comunes encontramos viguería de
madera y probablemente tablado con terrado. La recolección de agua
de lluvia de este espacio pudo ser canalizada por la misma habitación
de las letrinas para ser utilizada para la limpieza.
Bajo las premisas analizadas surge una hipótesis del uso del
sistema, que se debe comprobar: la canalización de agua de lluvia
al parecer sólo lleva el agua hasta los riachuelos que pasan cerca
del conjunto. Esto nos estaría mostrando dos hechos: un sistema
de canalización de agua que tiene como fin evitar que ésta circule
por cualquier lugar, con las consabidas afectaciones a la estructura
arquitectónica; y que el agua de autoconsumo se tomaba del rio.
La manera de encontrar evidencias, para refutarlas o
comprobarlas, es seguir todas las canalizaciones de los sistemas
hidráulicos y verificar los puntos finales del recorrido. Si se encuentra
un depósito principal y se liga con la canalización que se está siguiendo
desde la azotea, sabremos que el agua de lluvia se utilizaba para
el consumo. Si no se encuentra y por el contrario encontramos las
canalizaciones hasta los riachuelos, entonces el sistema funcionaba
para mantener en buenas condiciones el edificio, evitando los daños
que podía causar el agua.
41
42
Figura 5. Santo desierto carmelita, en Cuajimalpa, Distrito Federal, México, se observa
en la fotografía el sistema de cubiertas y sus pendientes para captación de agua. TPS
2011
43
Figura 6. Santo desierto carmelita, en Cuajimalpa, Distrito Federal, México.
44
Ductos de captación elaborados con barro ahogados en los pretiles del templo.
DPS 2012
Figura 7. Santo desierto carmelita, en Cuajimalpa, Distrito Federal México.
45
Ductos de captación elaborados con barro ahogados en los pretiles del templo.
DPS 2012
Figura 8. Santo desierto carmelita, en Cuajimalpa, Distrito Federal,
México. Ductos de captación elaborados con barro ahogados en
46
contrafuertes del templo. Se puede observar el ensamble de las
piezas. Y su colocación para generar pendiente. DPS 2012
Figura 9. Antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán, Estado de
México, México. Sistema de ductos en muros, canalizaciones de
bajada y ductos empotrados construidos por medio de lajas. Se 47
aprecian sistemas constructivos y pendientes. TPS 2012
Figura 10. Santo desierto carmelita, en Cuajimalpa, Distrito Federal, México.
Ductos de captación elaborados con barro ahogados en contrafuertes del
templo. Se puede observar el ensamble de las piezas. Y su colocación para
generar pendiente. DPS 2012
52
Figura 15. Restos del acueducto real en la Habana, Cuba. Se puede observar el
ducto que corría por debajo de las calles, con sus sistema constructivo, gracias
53
a este sistema de distribución la Habana pudo contar con agua en diversas
zonas de la ciudad antigua. TPS2009
consideraba las condiciones topográficas del lugar para su óptimo
aprovechamiento. Finalmente el uso del recurso fue realizado con
el fin de preservarlo, ya que el agua no utilizada se reincorporaba al
sistema de manera natural para su aprovechamiento en otros lugares.
Planeación Territorial
Ubicación de la
fuente de Almacenamiento Reincorporación al
abastecimiento sistema
55
Figura 17. Acceso de la llamada Acequia Real, columna vertebral de distribución en la
huerta de Tepotzotlán. TPS 2011.
56
Sistema de canalización al interior del conjunto
El sistema de canales al interior del edificio fue importante para el
consumo humano y para actividades productivas en los conventos
y las haciendas del virreinato. Lleva un complejo recorrido para
cumplir diversas funciones a la vez, tales como fuerza motriz para
accionar las máquinas hidráulicas, el riego de las áreas de cultivo
en los huertos, refrigeración de espacios, fuentes en los patios,
e incluso se menciona que servían para la crianza de peces.
Como parte de este sistema, al interior del edificio el eje
distribuidor era la Zanja Real (ver Figura 18), de la cual ya hemos
hablado, aunque cabe aclarar que esta sección de intramuros es
de importancia porque entraba en el conjunto y se aprovechaba al
máximo. El punto de ingreso, localizado en la zona norte, contaba
con derivaciones que permitían ingresos secundarios. Por ejemplo,
el riego del Atrio de los olivos era por medio de una derivación por la
calle Pensador mexicano para el riego de los árboles en esta zona,
de hecho todavía entra el agua por canales subterráneos, llega
a un respiradero y por medio de canales se sigue aprovechando
el agua en el riego de los árboles, plantas y flores de este atrio.
Para ubicar el recorrido por los molinos de Xuchimangas,
comenzamos con el sitio en que la Zanja Real entra al conjunto que
coincide con el primer punto de contacto del agua con los molinos. En
este sitio se encuentra una compuerta contemporánea señalada por unas
tapas metálicas en la banqueta, marcadas con las siglas del municipio
y el año en que se construyó, sustituye lo que en algún momento debió
de ser la compuerta de entrada a los conjuntos, en algunos casos
llamado tablón real. Si levantamos esta tapa encontramos compuertas
metálicas que dividían el agua en dos direcciones, (recordemos que el
agua viene del norte). La que entra a los colegios continúa en la misma
línea y se va hacia el sur, y la que avanzaba sobre el canal colector
que bajaba por la calle, va hacia el oriente. Era común la ubicación
de rejillas de madera para contener basura que pudiera venir en el
agua rodada, y evitar que ésta trabara la maquinaria de los molinos.
En Xuchimangas, para que el agua pase de largo y entre a las
huerta en lugar de a los molinos, los trabajadores colocaban sacos con
tierra y maderas tapando las entradas a los cubos3. Esto frenaba un
porcentaje del agua, porque otro tanto sigue entrando por los resquicios
3
Los cubos eran un sistema que servía para almacenar agua y generar la presión
necesaria para que el chorro de agua que salía por la saetilla tuviera la presión
suficiente para mover el rodezno con fuerza.
57
Figura 18. Antigua Huerta de Tepotzotlán, Acequia Real en su recorrido por el interior
de la huerta, nótese que los muros están realizados sin argamasa para permitir
la filtración hacia los diferentes sectores, y de esta manera manejar el riego por
saturación. TPS 2011
58
que las improvisadas barrearas han dejado. Si no existieran estas
barreras toda el agua entraría al molino, y no se aprovecharía en el riego.
Después del canal y el estanque seguían los cubos (ver Figura 19).
Los cubos de Xuchimangas tienen además otra particularidad: al estar
excavado el terreno para generar el desnivel necesario4, su estructura
realizada en piedra, sirve para contener el terreno por el lado poniente.
El sistema en el colegio de Tepotzotlán iniciaba por la
compuerta maestra, que se ubica al norte del molino de arriba (ver
Figura 20). En el inicio del canal, ya en el terreno interior del conjunto,
se encuentran las muescas de piedra que contenían la compuerta, y
las otras muescas que servían para colocar una rejilla que impidiera
el ingreso de basura y ramas que afectarían el uso del sistema. Este
es el punto de mayor altura en todo el conjunto, lo que proporciona
una posición inmejorable para distribuir el agua por gravedad.
En la zona más sureña del estanque del molino de arriba
encontramos el rebosadero, que alimentaba un canal que entra al actual
espacio del curato, y después dobla hacia el oriente para ingresar a la
huerta. En este punto en el que el canal entra a la huerta, existe una
división, el canal doblaba hacia el norte y otra rama seguía el contorno de
las construcciones avanzando hacia el oriente. El canal que entraba en el
conjunto y llenaba el primer depósito, era utilizado para accionar el molino
de arriba. El ramal que va hacia el norte avanza cuatro metros y termina en
un alimentador para un depósito. Su capacidad de almacenaje es de 220
mil litros de agua. Este estanque posiblemente se utilizaba para el cultivo
de peces, según las notas históricas (De Escobar, 1991, pp. 93-119).
La alimentación del canal tiene una derivación que, adaptada
al contorno de los edificios del poniente, pasa por detrás de la
parroquia y llega al edificio por la zona de la capilla doméstica. En
este punto, el terreno desciende abruptamente, y para conservar
la pendiente se construyó un ducto sostenido por arcos, dando
origen al lugar de la huerta conocido hoy como Plaza del acueducto.
En esta plaza y con un respiradero de por medio, se divide
el ducto en dos, uno de ellos dobla hacia el poniente y alimenta la
4
El canal de alimentación estaba sobre el nivel 0.00 del terreno y eran canales
que estaban en la zona antes de la construcción de los molinos. Para generar el
desnivel necesario para construir los cubos, se excavó en el terreno unos 10 metros
de profundidad y en esta zona se insertó el edificio, quedando por debajo del nivel de
acceso y de la canal, la sala de molienda y los cárcavos, la estructura de los cubos
sirven de muro de contención en este lado del terreno (lado Poniente).
59
Figura 19. Antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México.
Fotografía de uno de los cubos del molino de arriba, diseñados para aprovechar el
agua como fuerza motriz, generando un desnivel para provocar mayor presión en el
agua y mover máquinas hidráulicas. TPS 2011.
62
Figura 21. Antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México.
Fotografía del molino de abajo, construido en los terrenos de la huerta de Tepotzotlán.
Formaba parte de un sistema que aprovechaba los desniveles del terreno, el agua se
distribuía por medio de canales y acequias que tomaban el agua y la regresaban al
sistema para su aprovechamiento por otros usuarios. TPS 2011
63
Figura 22. Sistema interno de distribución de canales en la huerta del colegio de
Tepotzotlán.
64
Ventilación
Los patios internos en el ex colegio de Tepotzotlán, localizados en el
edificio principal, tienen tres niveles en dos de sus extremos y dos
niveles en los otros dos. Existen dos relojes de sol y la comunicación
al área de las cocinas es a través del anterefectorio o la despensa. Las
ventanas de todos estos espacios que dan hacia este patio, son de
áreas de cocina (ver Figura 23-25). Los cuartos para ahumar carnes
estaban en el otro extremo del patio. Es así como el patio, además
de funcionar como desagüe, funcionaba para iluminar y ventilar.
Continuando con los espacios para la ventilación, una de las
hipótesis con respecto a los dos pozos ubicados hacia el oriente de los
molinos de abajo, es que son respiraderos y permitían desplazar el aire
de los canales subterráneos para que el agua corriera hacia estas zonas.
Es importante mencionar que debido al abandono ambos pozos están
anegados, e incluso han sido cubiertos por la vegetación que creció en
torno a ellos. Afortunadamente la administración del museo ha cortado
algunos de los árboles y los mantiene limpios para evitar un deterioro mayor.
Las técnicas de ventilación también fueron utilizadas en los
molinos, para conservar secos los granos de trigo, ya que si estaban
húmedos ocurría un proceso de descomposición. Tanto las harinas como
los granos tienen que ser almacenados en sitios con un porcentaje de
humedad bajo. El grano, en presencia de humedad, germina, y la harina
se pudre. Para resolver este aspecto, todos los edificios virreinales de
almacenamiento de grano y harina, así como la casa grande de las
haciendas (ver Figura 26 y Figura 27), fueron elevados sobre bóvedas
escarzanas y de medio punto de piedra, que permitían la ventilación
cruzada y de esta manera bloqueaban la ascensión de humedad por
los muros. Estas bóvedas fueron orientadas en dirección de los vientos
dominantes de la región, para que la circulación de aire fuera constante.
En los molinos de trigo en Xuchimangas, el primer paso
dentro de la preparación del grano consistía en separar el grano de
la paja. Esto se hacía en los espacios conocidos como “eras”. En
éstos se extendían los granos en espiga, y por medio de “aventar”
las espigas con el grano, se separaban poco a poco, ya que el
viento se llevaba la paja y el grano al tener más peso caía hacia el
pavimento. Para esta técnica de separación lo único necesario
era el viento, lo que evidencia su capacidad no contaminante.
El aventado consistía en arrojar el grano al aire para que
con el viento se separara la paja y otros cuerpos del grano. Si
65
Figura 23. Patio del Fuerte de San José en Campeche, Campeche, México.
Fotografía del brocal del aljibe al centro del patio. TPS2010
66
Figura 24. Patio del Fuerte de San José en Campeche, Campeche, México. Ducto
de piedra para bajar el agua captada en las cubiertas y canalizarla al aljibe.
TPS2010
67
Figura 25. Patio del Fuerte de San José en Campeche, Campeche, México. Se
observan en las losas del patio los ductos de canalización hacia el aljibe. En los
fuertes los aljibes presentaban mayor tamaño que en otros lados ya que en caso
de sitio militar sus reservas de agua tenían que ser muy grandes para soportar los
asedios. TPS 2010
esto se hacía en terreno común, una gran cantidad del grano se
podía perder en la tierra y entre la hierba, por eso se requería
de un pavimento adecuado para poder recuperar el grano del
piso y poder separar visiblemente los cuerpos ajenos al grano.
El viento también fue utilizado para el oreado y secado, para el cual
era necesario extender tela o esteras sobre algún pavimento, y en éste se
colocaba el grano a secar. Para el secado se necesita una área abierta donde
el viento y el sol incidan, ambas condiciones también son cumplidas por
el patio. Este espacio era de mucha importancia para iniciar este proceso:
71
y un material como la paja o incluso la teja para el recubrimiento,
esto permitiría proteger del sol a los trabajadores en esta zona, sin
embargo, permitiría la ventilación por estar los laterales sin protección.
Cada espacio en los hornos de Xuchimangas tenía una ventana
que proporcionaba ventilación y luz natural a cada par de muelas.
La ventana colocada al frente permite que la luz que entra ilumine
de manera importante la maquinaria superior y facilite el trabajo del
molinero, de la misma forma la ventilación que proporciona cada una
de estas ventanas, ayuda a aligerar el ambiente interno. La humedad
del sitio y la harina espolvoreada escapan por estos vanos creando un
ambiente más salubre para el trabajo. Estas ventanas también permiten
observar la cantidad de agua que está escapando por cada cárcavo,
y tener un control sobre ella por medio de la válvula de la saetilla.
En las letrinas de Cuajimalpa, el uso de la ventilación fue
uno de los aspectos fundamentales para el manejo de los olores,
en primer lugar el espacio inferior cuenta con ventilaciones que
impiden que los aromas suban al cuarto de los comunes, segundo,
el mismo cuarto tiene dos ventanas que a juzgar por los vestigios
en sus derrames, tenían hojas de madera que se abrían y cerraban.
Refrigeración
Los sistemas hidráulicos implementados en la arquitectura virreinal
tambien tenían la función de refrigerar espacios arquitectónicos. Los
ductos donde se canalizaba el agua, al ingresar en los edificios tenían la
función de enfriar algunos espacios, como cámaras frigoríficas y cavas.
En el ex colegio jesuita, el ramal principal que se derivó en la
plaza del acueducto se interna en el edificio principal de los colegios por
la parte norte. Este acueducto pasa por el interior, en el muro que divide
la cava del frigorífico, enfriando el muro y por consiguiente enfriando las
dos habitaciones contiguas (ver Figura 28). Para cumplir esta función
nuevamente es necesario tener un control sobre la ventilación y la
iluminación, debido a que la diferencia entre ambas habitaciones es que
el frigorífico permite la circulación del aire y la cava está cerrada y no
permitía la entrada de luz ni de aire (Figura 29). La conservación de vinos
así lo reclamaba, en cambio el almacenaje en el frigorífico debía permitir la
circulación de aire para mantener secos los alimentos. Ambos elementos
de igual manera son identificables y forman parte hoy del recorrido
museográfico del Museo Nacional del Virreinato. En lo que respecta a la
plaza del acueducto, se encuentra en la parte final de una restauración
72
Figura 28. Antiguos colegios Jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México. Muro
del frigorífico con los nichos y repisas para almacenamiento de alimentos y bebidas,
estas áreas al estar adosadas al muro con circulación de agua se mantenían frescas.
TPS 2011.
que abrirá el área al público como foro al aire libre (ver Figura 30).
En el conjunto de la Santa Cruz de Querétaro, se puede
observar un sistema similar al de Tepotzotlán. El patio de la cocina
muestra el último arco del acueducto de Querétaro y sus diferentes
depósitos (ver Figura 31 y Figura 32). Además de la cocina, piletas
para uso de la zona y cámara de refrigeración, es de notar el sistema
hidráulico que aunque no está en uso se pude identificar (ver Figura 33).
73
Figura 29. Antiguos colegios Jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México,
Muro con circulación de agua, en la zona del frigorífico y la cava, de esta forma y
aprovechando las corrientes de aire se generen espacio con enfriamientos naturales.
TPS 2011
Figura 30. Antiguos colegios Jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México, hoy
en día Museo Nacional del Virreinato. Presenta varios sistemas conservados, en
la imagen el acueducto interno que lleva agua desde el depósito general, hasta el
patio de las cocinas, al cruzar la zona de servicio, enfría los muros para construir el
frigorífico y la cava. En el fondo la pequeña torre servía como salida de aire, de un
ducto de derivación hacia otra área del conjunto. TPS 2011
74
Figura 31. Convento Franciscano de la Santa Cruz, Querétaro, México. Patio
de las cocinas, con el último arco del acueducto de Querétaro desde este lugar
ubicado en la loma de Sangremal se distribuía el agua a toda la ciudad, en el
75
depósito que se observa al centro del patio los franciscanos tomaban agua para
su uso en las cocinas. TPS 2007
Figura 32. Antiguos colegios Jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México.
Patio de las cocinas, después de pasar por el muro y refrescar los espacios el agua
excedente llegaba a una pileta que daba servicio al área de las cocinas. TPS 2011
Figura 33. Convento de la Santa Cruz, Querétaro, México. Fotografía de las cámaras
enfriadas por la circulación de agua entre los muros. TPS 2007
76
Aislamiento
Uno de los retos más importantes que ha presentado la arquitectura a
través del tiempo ha sido el aislamiento hídrico. El agua tiene que estar
donde se le necesita, de lo contrario, su presencia en otras zonas puede
provocar deterioro en los edificios. El hombre siempre ha adaptado, como
aislamientos hídricos, sistemas basados en “barreras” de diferentes
tipos, que se colocan estratégicamente para evitar el paso del agua.
Por esta razón, se puede considerar que la habitabilidad de los
espacios arquitectónicos ha dependido en gran medida del éxito de los
sistemas aislantes. Si bien al día de hoy, los sistemas de aislamiento
térmico-hídrico recurren a materiales sintéticos que se colocan en capas,
éstos funcionan de acuerdo a la calidad de la membrana, ya sea líquida
o sólida, y de la tecnología actual que ha generado materiales sintéticos
altamente eficientes, que mantienen la humedad fuera del interior.
En el santo desierto de Cuajimalpa, existe un aspecto de interés
en las letrinas: es la construcción de la bóveda que divide ambos
espacios para aligerar su peso y provocar un aislamiento térmico.
Se construyó a base de ladrillo de barro, que se soporta sobre una
cama de tabique de barro colocada de canto. Para ser más precisos,
la forma de las aristas y de la bóveda en el intradós se realiza con
tabique de barro colocado principalmente de canto, posteriormente,
para lograr los rellenos que las bóvedas de estas características
presentan en los extremos, se colocan hiladas sucesivas de ladrillo de
barro de canto, formando camas de aire que aíslan el interior y aligeran
la bóveda. La parte superior tiene vestigios de una capa de aplanado
de mezcla de cal-arena, y un enlucido superior para configurar el piso.
Las necesidades arquitectónicas del virreinato requerían del
aislamiento hídrico tanto como ahora. Las barreras tenían que evitar
tanto la humedad ascendente como la descendente, sin embargo no se
contaba con los materiales que actualmente son usados para estos fines.
Sabemos de la utilización de membranas que provenían de
materiales naturales, que son tan efectivas que hoy en día son utilizadas
todavía en procesos de restauración. Por ejemplo, el jabón y el alumbre
que satura con una emulsión aislante los materiales principalmente en
azoteas. Se trata del mismo principio: interponer una barrera que impida
el paso de la humedad. Una de las propuestas presentadas durante el
virreinato, se encuentra en una antigua hacienda en el actual estado de
Tlaxcala, que presenta un sistema original y altamente efectivo para evitar
que la humedad del terreno ascienda por los muros y afecte la habitabilidad.
77
Como se mencionó anteriormente, las canalizaciones tenían
la función de llevar el agua hasta las huertas donde era utilizada
para el riego de los cultivos. En Xuchimangas, debido a la existencia
de molinos cerca de la huerta, el flujo del agua era regulado tapando
los cubos por medio de sacos de tierra y de madera. Adicionalmente,
tomando en cuenta que en la zona las inundaciones eran y son
frecuentes, el sistema descrito permite que las zonas habitacionales
y de almacenamiento permanezcan secas en caso de contingencia.
Esta característica de construcción elevada, proporciona
soluciones ingeniosas principalmente para la convivencia del edificio
con el agua, ya que los molinos hidráulicos requieren de circulación
constante de ésta para accionar los rodeznos, aunque el agua no debe
tocar el área de producción, solo la zona motriz. Por esta causa, los
diferentes niveles del edificio se superponen, separando las zonas
secas de las semi-húmedas y de la humedad. El funcionamiento de
la hacienda dependía de dos factores: del correcto funcionamiento de
estos espacios, y de mantener el agua en los sitios que se requería.
La Antigua Hacienda San Juan Molino, en el estado de Tlaxcala,
presenta una solución de sumo interés para mantener la construcción
alejada del agua presente en el territorio de manera abundante. Esta
es la razón por la cual durante el virreinato se establece en el edificio
un molino de alta productividad que aprovecha la abundancia de agua.
Es conveniente mencionar algunos datos que le confieren un carácter
singular a la hacienda: la zona presenta varios causes de rio, canales
de riego y zonas de cultivo. Aun hoy y tomando en cuenta el crecimiento
urbano, el área presenta agua en abundancia, situación incompatible
con el uso principal que este espacio presentaba en el virreinato,
vocación que va implícita en el nombre del sitio: San Juan Molino.
Esta dualidad, el espacio motriz en contacto con el agua y
el espacio productivo y habitacional alejado de ella, proporcionan
la oportunidad de diseñar un sistema que cumpla con las
necesidades del edificio, mostrando un ejemplo de integración de
sistemas originados a partir de la ingeniería hidráulica virreinal.
78
Ahorro energético
En el virreinato, el agua fue canalizada por gravedad, una técnica que no
contamina y no requiere de consumo energético de combustible mineral
como los actuales sistemas de bombeo. Es importante mencionar
que la elección del punto de entrada del sistema hidráulico interno
a las huertas no es arbitrario, se trata del punto que se encuentre a
mayor altura en todo el conjunto para distribuir el agua por gravedad.
El transporte del agua por los acueductos y acequias fue alcanzado
con el dominio de los niveles a través de la acción de la gravedad.
Para los jesuitas -excelentes ingenieros-, la creación
de desniveles artificiales en la huerta no fue un impedimento,
aunque requerían del agua en la cota más alta posible. El
diseño de estas pendientes, así como los canales respectivos,
son parte importante del sistema y son reconocibles en el área.
El estanque existente en el ex colegio de Tepotzotlán está en
uno de los puntos más elevados de la zona, lo que permite su utilización
en diversas zonas (ver Figura 34). Hoy en día, aún con los trabajos
que se realizaron de nivelación en la huerta, es posible observar los
desniveles decrecientes que generan tableros definidos, uno siempre
por debajo del otro teniendo como punto más alto el estanque:
79
Figura 34. Antigua huerta de Tepotzotlán, tanque principal de almacenamiento, en la
cota más alta del terreno para aprovechar la distribución por gravedad. TPS 2011
80
mencionó anteriormente, la ubicación de los elementos del sistema
hidráulico, tiene un orden para alcanzar su funcionamiento. La
ubicación de los accesos al conjunto se halla en la parte más alta.
En los conjuntos conventuales, los espacios no
construidos fueron utilizados para la producción agrícola como
huertas. Los religiosos aprovechaban el espacio exterior de
las edificaciones para cultivar los alimentos de consumo diario.
También es importante mencionar el posible uso del
estanque descrito para cultivo de peces. Aunque esto no ha sido
comprobado en la huerta jesuita, existen referencias al uso de los
estanques para estos fines. Sobre este particular encontramos en la
crónica de Michoacán una descripción de los estanques en Yuriria:
81
Economía y producción
Los molinos de Xuchimangas se encuentran en medio de una superficie
aproximada de 4,700 m2, ubicada al norte de la huerta de los Ex
Colegios Jesuitas de Tepotzotlán (ver Figura 35). Los molinos que
están en la huerta están distribuidos en tres secciones muy claras: los
molinos de arriba (cuatro cubos), los molinos de abajo (dos cubos),
y entre ambos tipos de molinos hay una serie de construcciones
y espacios abiertos, que denominaremos áreas intermedias.
Para la preparación del grano es necesario realizar un conjunto
de actividades que permiten que reúna las condiciones necesarias
para ser molido. Se trata de actividades muy importantes para iniciar
el proceso de molienda. En el caso de los molinos comunitarios, los
clientes podían llegar con su grano ya preparado. Xuchimangas
prestaba este servicio para varias haciendas de la región. Con un
carácter obrador, con una organización de tipo preindustrial, un
molino como este debía tener áreas para esta preparación del grano.
Era necesario, por otra parte, un espacio con recubrimiento
en el piso, que proporcionara una superficie dura y sin juntas
por las que se pudiera escapar el grano. Un espacio abierto
para permitir la circulación del viento, y delimitado para que el
grano y la paja se mantuvieran confinados al área de trabajo.
Una vez que el grano estaba separado de la paja, se continuaba
con el lavado para que el grano estuviera limpio. Un sistema de lavado que
pudo utilizarse requería de la colocación del grano en canastas de mimbre,
que se metían en un torrente de agua y se giraban para que los cuerpos
ajenos y la mugre que pudiera traer el grano se desprendiera por acción
del torrente de agua. Los cuerpos más ligeros flotarían y los más pesados
se sedimentarían en la canasta o en el canal. También desde arriba del
canal se podía bajar una estera cómodamente al torrente de agua. La
tercera actividad relacionada con el preparado del grano era el oreado y
secado en los patios donde había incidencia directa del sol y del viento.
En los hornos, el pan se horneaba afuera, y luego se metía a
la panadería. También es posible que todo el trabajo de preparación
de la masa se hiciera en el interior y después el horneado se hiciera
afuera. Del pretil y su función hablaremos en párrafos subsecuentes.
En la parte superior se podía almacenar harina, también debía de
existir circulación de harina hacia arriba para la panadería. Para terminar
la descripción del nivel de acceso de los molinos de arriba, hace falta
82
Figura 35. Antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán, Estado de México, México.
Fotografía aérea de la zona de los colegios, es posible apreciar la huerta completa y la
zona de construcciones que formaban los colegios hoy Museo Nacional del Virreinato.
Tomado de Google 2015.
83
por medio de cribas que en muchos casos eran accionadas por un
rodezno. Las cribas podían obtener un producto general por medio
de mallas de distintas medidas, después de esta separación se
envasaba en sacos y era llevado a una bodega para su distribución.
El espacio abierto exterior, también reúne las condiciones para ser
un patio de trabajo para el preparado del grano con comunicación directa
hacia el molino. Regresando a la habitación rectangular, las ventanas
están distribuidas de manera similar a los molinos de arriba, la diferencia
radica en que ésta presenta una sola ventana vigía ubicada entre ambos
cubos, y en los molinos de arriba tenemos una ventana por cubo. En el
lado del desagüe existen cinco ventanas que nos permiten observar el
desagüe desde esta sala de acceso. También iluminan y ventilan el interior.
En los conventos y haciendas virreinales se construyeron
máquinas para la manufactura de materia prima. En los molinos, el agua
fue un recurso natural utilizado como fuerza motriz y para la limpieza de
la materia prima en los procesos de manufactura (ver Figura 36). En esta
sección se mencionará como funcionaron los molinos en el virreinato.
Los molinos existentes eran de rueda horizontal y rampa,
tipología presente en zonas con abundancia de agua, ya que
prescinden de almacenamientos para generar presión, como los cubos,
que están presentes donde los flujos de agua no son tan abundantes.
Si tomamos en cuenta la tipología y el número de máquinas, en San
Juan Molino podían funcionar simultáneamente cuatro pares de muelas
lo que proporcionaba una productividad alta que estaría dirigida a
las zonas urbanas cercanas de Puebla y Tlaxcala. Los canales de
agua y los desagües, así como las circulaciones hidráulicas para
el molino, tenían que convivir de igual forma con la construcción.
Los cubos son alimentados por el mismo canal, su constitución
es diferente a la de los cubos de arriba, éstos dos están precedidos
de una rampa que es la prolongación del canal y que dirige su
inclinación hacia las entradas cilíndricas del molino. La función
de esta rampa tenía que ver con aumentar la presión de la caída.
Una muela móvil antigua está ubicada en el espacio al sur del
molino en lo que era la zona de ubicación de la maquinaria, su grosor –muy
delgado para el trabajo- nos indica que estaba cercana a ser sustituida.
Para determinar qué tipo de muela era se observó la muesca en la que se
harina más gruesa o más delgada, y la separación de las piedras para que la harina
fuera más fina o con pedazos de grano sin tronzar, esta última utilizada para los
animales.
84
encajaba la lavija perteneciente a la parte alta del eje, se debe recordar
que sólo las muelas móviles tenían lavijero. Parte de esa bóveda está
colapsada sobre el relleno y la muela yace en una posición inclinada sobre
el relleno del cárcavo. En el espacio del centro se observa el orificio a
través del cual, como a 10 cm. de profundidad, se ve el relleno de tierra.
Los vanos se ubican enfrente de los espacios ahora vacíos
de las dos maquinarias inferiores; una vez más observamos un
vacío enfrente del tercer vano (el vano más al norte) que cumplía
con esta función mixta de área complementaria y vestibulación.
Los vanos que dan a la maquinaria proporcionaban luz y ventilación
para el trabajo, aunque las condiciones de trabajo en este espacio eran
mucho peores que en el de arriba, pues el contacto directo con el terreno
y la disminución de dimensiones lo hacía un espacio más húmedo y
seguramente con menos capacidad de dispersar los polvos flotantes
de las harinas, tan perjudiciales para los trabajadores de los molinos.
Siguiendo con las mismas características que el molino de
arriba, éste fue construido excavando el terreno, su desagüe mucho
más pequeño que el de los molinos de arriba está igualmente
excavado en el terreno, y su canal de desalojo presenta una bóveda
de sillares. Debido al estado de abandono es imposible saber si
esta bóveda se prolonga o sólo se ubica en la zona de entrada.
El contrafuerte que evita el derrumbe del muro oriente del molino
sobre el desagüe cae exactamente sobre el canal de salida, lo que
explicaría la necesidad de reforzar con dovelas la salida del túnel. El nivel
de la huerta esta siete u ocho metros arriba de este lugar. Las fábricas
en general son de piedra junteada, salvo el cuarto agregado en forma de
“L” que es de adobe y que por lo mismo está a punto del colapso total,
algunas de sus esquinas ya no existen y sus muros yacen en pedazos
ahora como montones de tierra con vegetación en el piso interior y exterior.
La existencia de las haciendas jesuitas se debe al sistema
hidráulico de Tepotzotlán y su interacción con el sistema. Toda la
red cubría necesidades básicas, pero también, a la vieja usanza
medieval española de tradición árabe, el sistema abarcaba el
riego, la fuerza motriz a través de molinos y el consumo humano:
85
86
Figura 36. Antigua Huerta en Cuilapan en terrenos del Antiguo Convento
Dominico, Oaxaca, México. Ruinas de un pequeño molino de autoconsumo, las
87
huertas se diseñaban para aprovechar el agua en riego y fuerza motriz, así como
en el interior de los edificios para limpieza y consumo. TPS 2004
sin olvidar otras actividades de la vida diaria, desde el
consumo humano a la higiene.” (Montalvo, 2006:25-54)
En lo que respecta a las haciendas que formaban parte del sistema
hidráulico, el casco más cercano a los colegios era Xuchimangas, a tan
solo un kilómetro y medio al poniente. Este casco tenía algunos molinos
que se encontraban en la línea de los molinos anexos al colegio; al
parecer los molinos anexos al colegio fueron construidos y operados
por los jesuitas antes de hacerse con la hacienda de Xuchimangas.
Cuando los jesuitas adquieren Xuchimangas incorporan sus
propios molinos a los de la hacienda para una integración productiva. Es
cierto que fueron los primeros en ser construidos, también son los únicos
sobrevivientes de todo el sistema, por esa razón con el paso del tiempo
los molinos conservaron el nombre de todo el sistema. Aun cuando hay
referencias que indican la existencia de otros molinos más, incluso se sabe
de un tercero hacia el oriente, aprovechando las pendientes generadas
por el terreno y continuando con las alimentaciones de canales, los que
están incluidos en la huerta de Tepotzotlán son los únicos sobrevivientes.
Control de residuos
En este apartado se presenta la arquitectura concebida durante el
virreinato para el manejo de desechos, en específico residuos orgánicos
sólidos y líquidos, generados por el propio hombre, y principalmente
en conjuntos religiosos para varones, tomando como referencia
los siguientes edificios: el del desierto carmelita de Cuajimalpa,
en el Distrito Federal, el del ex convento Dominico de Yanhuitlan
en Oaxaca, y los de los antiguos colegios jesuitas de Tepotzotlán.
Adicionalmente se analizó un proyecto que se construye para letrinas
en el convento de catalinas en la actual Morelia. En el presente
análisis arquitectónico está implícito el funcionamiento, con lo cual
podemos definir los parámetros de diseño y operación del espacio.
El análisis de las letrinas inicia con una descripción por sitio, para
posteriormente analizar las similitudes, lo que proporciona aspectos de
funcionamiento en común.Apartir de éstas se pueden obtener conclusiones,
con menciones más escuetas sobre otros ejemplos de letrinas virreinales.
Los núcleos hidráulicos en la arquitectura virreinal son sitios
con infraestructura hidráulica que se diseñaban y construían para
proporcionar los servicios necesarios a un edificio. Por ejemplo
cocinas (ver Figura 37) , placeres (sitio para bañarse), comunes
(sanitarios), lavaderos, entre otros; todos estos usos requerían de
88
alimentación hidráulica y el posterior desalojo del agua ya utilizada
(ver Figura 38). Con base en el análisis de núcleos hidráulicos en la
arquitectura del virreinato, se obtienen constantes de diseño para
analizar la arquitectura relacionada con los servicios en la época
referida. La información obtenida permite retomar elementos de
diseño para la arquitectura contemporánea, así como proporcionar
información para el análisis de la arquitectura histórica, vital en los
diagnósticos previos a la intervención arquitectónica de tipo patrimonial.
La arquitectura para el manejo de deshechos revela un
grado de evolución significativo. Es muy valioso el avance logrado
por la humanidad, al configurar una arquitectura específica que
responde a soluciones técnico-constructivas, en lugar de simplemente
abandonar los deshechos en el terreno. Crear arquitectura funcional
para estos fines expresa por si sola necesidades específicas de
evolución social y civilidad. Para Lawrence Wright: Se puede llegar
a saber más de la humanidad estudiando sus cuartos de baño que
analizando sus batallas (Wright en Zabalbeascoa, 2011, p.16).
No todos los deshechos eran tratados de la misma manera, por
ejemplo, el Monte Testaccio en Roma, se formó a través de cientos
de años de acumular los restos de vasijas de barro sistemáticamente.
Actualmente, incluso una colina formada por la acumulación de los
fragmentos de las vasijas proporciona información relevante de la
temporalidad. Los arqueólogos saben que algo de lo que más información
proporciona sobre las antiguas sociedades son los bancos de deshechos;
lugares que antaño eran basureros hoy son fuente de información.
Configurar ingenierías y arquitecturas para el manejo de
residuos habla por sí mismo del pueblo que produce los sistemas.
La primera obra pública de Roma, fue la cloaca máxima (ver Figura
39). El deseo de eliminar los deshechos y secar pantanos fue el
embrión de un pueblo que llegaría a dominar el mundo conocido. La
definición de una obra pública de trascendental importancia en una
etapa tan temprana nos define el espíritu romano: la limpieza como
eje fundamental, como indicador. Secar los pantanos y retirar las
inmundicias era la manera en que los romanos definían su identidad
inicial como pueblo dispuesto a conquistar el mundo, descendientes de
Eneas (uno de los sobrevivientes de la guerra de Troya), y de Marte,
el dios de la guerra. Trasladando estos conceptos y retomando la idea
expresada al principio de estos párrafos, analizar la manera en que las
sociedades manejan estos deshechos proporciona información valiosa.
89
Figurs 37. Convento de la Santa Cruz en Querétaro, México. Fotografía de las Cocinas
con la ambientación museográfica actual. TPS 2007
Funcionamiento de las letrinas
En el convento carmelita localizado en el santo desierto de Cuajimalpa,
se encuentran dos sistemas de letrinas: la primera a nivel superficial, y
la segunda elevada.
La letrina a nivel superficial se encuentra en el espacio destinado
a servicios. Aquí encontramos que el espacio total está dividido en
dos áreas: la primera es por donde se accede desde la entrada, y la
segunda está al interior. El primer espacio sirve como una antesala del
lugar donde están las letrinas. Las huellas en el muro nos permiten
realizar la hipótesis de su construcción: tenía muretes de tabique
de barro separando cada uno de los cubículos; las bancas estarían
hechas de madera y todas estarían alineadas sobre un canal de agua
con un fondo en pendiente pronunciada con circulación constante
de agua, abundante en el lugar (ver Figura 40). Los vestigios nos
permiten reconstruir el sistema constructivo: estructura de madera,
parámentos de tabique de barro con aplanados de cal, muretes de
90
Figura 38. Letrinas del antiguo convento Franciscano de Huaquechula, en Puebla,
México, ducto de desalojo, este daba a un canal con circulación de agua desde el
depósito principal hacia la huerta. TPS 2010
Figura 39. Letrina Romana en las ruinas de la villa romana de torre Llauder en Mataró,
Cataluña, España, se observa la disposición tradicional de una letrina, con el sistema
de circulación de agua en la parte baja. TPS 2014
91
separación para privacidad, banca corrida de madera con orificios
(ver Figura 41 y Figura 42). El desalojo se hacía sobre un canal
subterráneo de pendiente pronunciada con corriente de agua constante.
Es interesante observar que existía un sistema de puertas que
permitía mantener la clausura en el espacio habitado por los frailes
carmelitas. Por su ubicación, estas letrinas probablemente eran utilizadas
por los ocupantes fuera de la sección de clausura y por los encargados de
los servicios en el área, ya que los frailes utilizarían el segundo sistema. El
modelo descrito es una constante centenaria. Zabalbeascoa lo menciona:
93
Figura 41. Letrinas en el Santo Desierto Carmelita en Cuajimalpa, Distrito Federal,
México. Sistema constructivo del entrepiso con los espacios sobre los que se
construiría cada sitio, la cloaca existe en la parte inferior. TPS 2012
construido a base de vigas de madera, ya que es notorio el lugar
donde estaba la viga de arrastre y los mechinales en el muro.
Las segundas letrinas se encuentran también en el santo
desierto de Cuajimalpa. A diferencia de las ubicadas a nivel que ya
se describieron, éstas se encuentran en una esquina del claustro
alto, lo que expresa su carácter exclusivo para el uso de los frailes,
en plena zona de clausura. Sin embargo, el esquema de letrinas en
planta alta es más común que las letrinas a nivel, por sus ventajas
en el manejo de los deshechos y el control de aromas. Rubial García
señala como una constante las ubicaciones de estos espacios:
98
La parte superior es una habitación que en la actualidad presenta
ocho orificios –siete circulares y uno cuadrado- que corresponden con
los espacios de cada letrina. En su momento de funcionamiento óptimo
tenía un banco al centro seguramente con tapas de madera, orificios
coincidentes con los que sobreviven en el piso, y divisiones construidas
sobre el banco. Esto permitía privacidad si más de una persona estaba
haciendo uso de la letrina. En una de las esquinas existía un depósito de
agua, que con alta probabilidad funcionaba para la higiene, y un tiro que
permitía desalojar el agua hacia el espacio inferior que ya hemos descrito.
El tercer espacio para describir son las letrinas de Yanhuitlan en el
ex convento dominico. A diferencia de las dos anteriores, éstas presentan
una fábrica mucho más duradera, ya que en su mayoría utilizan la piedra
junteada con mezcla de cal. También podemos mencionar que el volumen
Figura 45. Antigua Cloaca del antiguo convento Dominico de Oaxaca, en Oaxaca,
México, hoy en día convertido en auditorio, se observa el sistema constructivo de
bóveda de tabique de barro con los espacios correspondientes a cada sitio, también es
interesante el gran tamaño que tenía, esto permitía mantener una distancia aceptable
entre el espacio donde se acumulaban y circulaban los detritus y la zona superior que
era habitacional. TPS 2012
99
Figura 46. Letrinas en el antiguo convento Dominico de Yanhuitlan en Oaxaca,
México. La fábrica es más duradera, ya que en su mayoría utilizan la piedra
100
junteada con mezcla de cal. Tambien se observa pasillo con ventana de
ventilación al fondo. TPS 2014
101
Figura 47. Letrinas en el antiguo convento Dominico de Yanhuitlan, en Oaxaca,
México, pasillo con cuatro letrinas, el sistema de letrinas en este antiguo convento
Dominico contaba con 16 espacios en torno a un patio que permitía el desalojo de los
malos olores sin contaminar la sala donde se utilizaba la letrina. TPS 2014
102
Figrura 48. Letrinas en el antiguo convento Dominico de Yanhuitlan, en Oaxaca,
México, vista de uno de los asientos con cubierta de madera. TPS 2014
103
Figura 49. Letrina en el paso de ronda de la muralla, lienzo de tierra en Campeche,
Campeche, México. Vista interior, con la forma característica desde época romana. En
este caso no existe cloaca, el detritus caía directamente al terreno fuera de la ciudad.
TPS 2007
104
También es común que este módulo adosado se inserte
en el territorio que antiguamente era la huerta, ya que los canales
de entrada y salida del agua son tomados y reincorporados a un
sitio con circulación constante, por los sistemas de riego que se
incorporaban para el funcionamiento y productividad de estos espacios.
De lo notable de este espacio, dan cuenta algunos autores.
Incluso se considera que la construcción de este espacio
mejoró las condiciones de habitabilidad por encima de otros
establecimientos con las consecuentes jerárquicas lógicas:
105
La ubicación responde a las respectivas zonas que además
no se comunicaban entre sí, pues únicamente el núcleo central
dedicado a los coadjutores presenta intercomunicación con todos.
También es importante mencionar que, a diferencia de los otros
espacios en los que la lectura es posible durante la restauración
que se lleva a cabo en los años sesentas del siglo XX, los sanitarios
del museo se instalan en los mismos sitios en los que estuvieron los
comunes antiguamente, borrando la mayoría de los vestigios. Esta
situación es común a muchos conjuntos, como lo menciona Chanfon:
106
Los bloques que se encuentran en el último nivel y en la zona
de coadjutores se desplazan uno con respecto al otro de manera
horizontal, para garantizar que los tiros pasen limpios por el nivel. Al
momento de llegar al nivel de piso, ambos ductos descargan en un
canal con pendiente pronunciada, la cual es muy probable que tuviera
circulación constante de agua o por lo menos una descarga fuerte
controlada. Estos dos bloques, ubicados en el nivel de acceso y en el
nivel denominado “más uno”, están ubicados uno por encima del otro.
El muro del tiro del nivel superior es el muro de la letrina intermedia.
En el caso de las letrinas descritas, no es posible saber a
simple vista cuántos espacios tenía cada una, es probable que al
realizar las calas necesarias se pudieran encontrar los huecos en las
bóvedas de entrepiso, como ya sucedió en los baños de piso rojo,
para reafirmar el esquema de funcionamiento. En el espacio que
ocupaban las letrinas del piso más uno, antes de llegar al mirador,
encontramos un lavabo que permitía la higiene. Hoy en día este
lavabo está en el interior de uno de los baños contemporáneos.
Finalmente encontramos un proyecto para letrinas en el ex
convento de monjas catalinas en la actual Morelia. El documento
muestra una planta arquitectónica con un acceso hacia un pasillo,
que en ambos extremos del lado contrario al acceso tiene puertas
hacia dos espacios gemelos, con ventanas hacia la huerta. En el
interior, se dibujan los sitios individuales con abatimiento de tapas de
madera, también se aprecia la división entre espacios para formar los
cubículos. Al ser un convento de monjas, el número de espacios es
considerablemente mayor a los que hemos analizado con anterioridad.
El plano es muy interesante porque muestra la entrada del agua y la
salida, considerando que el espacio de las letrinas es en una planta
superior. La huerta, como es común, proporciona el canal de agua y
lo recibe. En el texto se especifican las mezclas y materiales con
sus proporciones, es decir todo un proyecto arquitectónico en forma.
De la misma manera y con las mismas tipologías encontramos
otros espacios destinados a letrinas. Por ejemplo, las que se encuentran
en el ex convento de Huaquechula, en Puebla, en donde todavía se
observa el banco en planta alta con los restos de las divisiones para
tres sitios, el doble muro en planta baja que canaliza los deshechos
hacia un canal con pendiente suficiente para que sean desplazados.
También están los de Tepoztlán, Morelos, que presentan
en un extremo bancos de fábrica sólida y tapa de madera con sus
107
Figura 50. Letrinas en el antiguo convento Dominico de Tepoztlán, Morelos. Se
observa el sistema de divisiones para cada sitio, además del encalado de todo el
sistema, incluida la madera de los asientos. TPS 2015
108
divisiones. (ver Figura 50 y Figura 51). Además de versos pintados
en el muro quizás de una época posterior a la de ocupación de los
frailes, todos con alusiones a las actividades que se realizan en el sitio
Tenemos así este verso:
109
para el manejo de los deshechos se encontraron soluciones diversas,
que denotan un bagaje cultural encaminado a su reincorporación a la
naturaleza, sin contaminar las zonas. La recolección se hacía por medio
del agua que se reincorporaba a huertas, a manera de abono, o a cauces
de ríos, esto como último paso en el recorrido hídrico por la construcción.
110
Comentarios finales
La sustentabilidad no es una práctica exclusiva de la contemporaneidad.
Ésta ha estado presente en la arquitectura de diversas culturas en distintos
tiempos. Existen evidencias en tratados, como los diez libros de arquitectura
de Vitrubio (1741), donde se mencionan prácticas bioclimáticas.
La arquitectura del virreinato de la nueva España, también
presenta ecotecnias como la captación de agua, sistemas de
canalizaciones, producción energética, técnicas de ventilación,
refrigeración, aislamiento térmico y el aprovechamiento de los espacios.
Los sistemas hidráulicos virreinales, reflejan un conocimiento
depurado de las técnicas de manejo, utilización y reincorporación de agua.
Los niveles abarcaban las regiones y los edificios, configurando macro
regiones, que se intercalaban con microrregiones que las componían,
el equilibrio y su interacción garantizaban el éxito de estos sistemas.
Estos elementos, en términos claros, hicieron sustentables
las ciudades a lo largo del periodo mencionado. Es importante que
se retome el estudio de estos sistemas para incorporarlo a sistemas
contemporáneos que permitan alcanzar los grados de sustentabilidad
que se tuvieron en la época, si aunado a esta situación incorporamos
los avances tecnológicos los sistemas pueden ser más eficientes.
La planeación sustentable a escala micro, dependía de
la planeación territorial. Diferentes canales cruzaban los pueblos
y terminaban en los ríos. El curso de estos canales con el paso del
tiempo determinaron el trazo irregular de muchas de las calles del actual
Tepotzotlán, de esta manera encontramos calles como Andador San
Juan Fandilla, cuyo trazo curvo no tiene otra explicación más que la
construcción de casas siguiendo un alineamiento determinado por el
canal y que al paso del tiempo ya desaparecido el canal, se conserva.
Otros ejemplos similares a este son las calles Cristóbal Colon y C. Antonio
Alzate, donde algunos de estos canales todavía corren subterráneos.
111
A partir de este análisis, se establecen las líneas de distribución
y aplicación para la canalización. Estos parámetros definidos en
el análisis, se pueden considerar en el diseño contemporáneo de
sistemas similares que pueden atenuar el impacto que causan
las obras en los sitios donde están emplazados los edificios.
El sistema hidráulico interior de los ex colegios, reúne diversos
sistemas de captación, manejo y distribución, así como talleres,
manufacturas y zonas de cultivo. Sin ser ámbito de este trabajo, se colocó
esta pequeña mención para apuntalar el concepto de estos edificios como
parte de un complejo sistema hidráulico, ejemplo de ingeniería jesuita, queda
abierta la línea para una investigación más profunda sobre este aspecto.
Con respecto al santo desierto, es necesario mencionar que los
pretiles, contrafuertes y demás elementos encontrados presentaban
un diseño realizado para la canalización del agua de lluvia. Al centro
de los pretiles que además contaban con una pendiente hacia el
centro del mismo, se encontraron medias cañas de barro como
las descritas en los tratados mencionados al inicio de este trabajo.
Estas se colocaron de manera adecuada cuidando las pendientes,
para después llegar a bajadas de agua que canalizaban hacia las azoteas
subsecuentes. En este punto, se han encontrado dificultades en el
análisis debido a que el espacio está parcialmente en ruinas, algunas de
las zonas ya no existen. Sin embargo, por analogía con otros sistemas
se puede completar el análisis y los puntos de bajada. Este sistema es
continuo desde la cúpula y capulín de la torre hasta las azoteas bajas.
En estos puntos y bajo las premisas analizadas surge una hipótesis
del uso del sistema que se debe comprobar: la canalización de agua de lluvia
al parecer solo lleva el agua hasta los riachuelos que pasan en cercanía
del conjunto. Esto nos estaría mostrando un sistema de canalización
de agua que tiene como fin evitar que ésta circule por cualquier lugar.
Con las consabidas afectaciones a la estructura arquitectónica, el agua
de autoconsumo se tomaba del rio. La manera de encontrar evidencias
para refutar o comprobar, es siguiendo todas las canalizaciones de los
sistemas hidráulicos y verificar los puntos finales del recorrido. Si se
encuentra un depósito principal y se liga con la canalización que se está
siguiendo desde la azotea sabremos que el agua de lluvia se utilizaba
para el consumo. Si no se encuentra y por el contrario encontramos
las canalizaciones hasta los riachuelos, el sistema mantenía en buenas
condiciones el edificio para evitar los daños que podía causar el agua.
La planeación territorial para el transporte del agua consideraba
112
aspectos sustentables. Entre estos se puede mencionar la ubicación del
edificio cerca de los lugares donde se encuentra el recurso, para hacer
uso del mismo con la menor inversión de energía posible. Luego de
esto el transporte del agua consideraba las condiciones topográficas del
lugar para su óptimo aprovechamiento. Finalmente el uso del recurso fue
realizado con fin de preservarlo, ya que el agua no utilizada se reincorporaba
al sistema de manera natural para su aprovechamiento en otros lugares.
El manejo de soluciones tendientes a aislar los espacios para
impedir olores y contactos visuales con los deshechos es notable, de la
misma manera se aprecia la intencionalidad de que estos espacios estén
cercanos a la infraestructura hidráulica pero alejados de zonas en las
que pueden contaminar otras actividades. El manejo de los líquidos y los
sólidos, así como del diseño arquitectónico para estas actividades muestra
criterios de sustentabilidad intrínsecos al diseño del espacio total. Esto
es trascendental porque a diferencia de hoy en día, estos elementos de
diseño no eran elegibles, se integraban como una cuestión tan necesaria
como el manejo del agua o la construcción de espacios de descanso.
Para investigaciones futuras, se recomienda realizar modelos
comparativos con técnicas contemporáneas y estudiar la eficiencia de
cada una de las técnicas antes mencionadas para conocer su eficiencia.
113
114
Referencias
115
Córdoba de la Llave Ricardo. (2002). Sobre el origen y difusión de los
molinos de regolfo. En III Jornadas de molinología. Disponible
en: http://www.arqueomurcia.com/index.php?a=pu_colabo_mol.
116
González Tascón, I. (1992). Ingeniería española en
ultramar [siglos XVI-XIX]. Madrid: Centro de
Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo.
118
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
119
120
Sustentabilidad en la Arquitectura del Virreinato en la Nueva
España evidencia la existencia de sustentabilidad en la
arquitectura patrimonial. Se enfoca en artefactos hidráulicos
de conventos y haciendas del virreinato en México. Este libro
está orientado a estudiantes de licenciatura en arquitectura
que deseen conocer ecotecnias del virreinato, a profesionales
en arquitectura interesados en implementar estas estrategias,
a restauradores que deseen conocer o recuperar ecotecnias
sustentables en construcciones virreinales, y a investigadores
que busquen medir la eficiencia de estas ecotecnias.
121