Cultivo de Aguacate
Cultivo de Aguacate
Cultivo de Aguacate
CULTIVO DE AGUACATE
En el caso de no tener acceso a análisis foliares y/o de suelos, una buena práctica
es la de restituir al suelo los nutrientes extraídos por la cosecha. Una
recomendación general es la de aplicar a cada planta 330 g de N, 160 de P, O, y
330 de K, O par cada 100 kg de fruta producida por el árbol.
Es aconsejable fraccionar la aplicación de nutrientes de Ja siguiente forma: aplicar
una tercera parte del N y todo el P y K antes de la floración, el segundo tercio del
N cuatro meses más tarde (inicio de las Lluvias) y el tercio final de N cuatro meses
después (Avi Ian et a 1.,1986).
Fuente:
Tapia, V. L. M., H.R. Rico P., I. Vidales F. y A. Larios. 2005.
Consideraciones prácticas para el manejo del nutririego del aguacate en
Michoacán. SAGARPA-INIFAP. Uruapan, Mich. México.
Tapia, V. L. M.,Anguaciano C., A. Larios G., J. A Vidales F. 2005.
Nutrición Integral balanceada del aguacate. (NIBA) v. 1.1. INIFAP-
SAGARPA. Uruapan, Mich. México.
ETAPAS FENOLOGICAS DEL AGUACATE:
La floración del aguacate (Persea americana Mill.) comienza en el otoño y termina a finales de la
primavera. Los cultivos de aguacate se clasifican en tres razas: la Mexicana, la Guatemalense y la
de las Indias-Occidentales.
Bajo las mismas condiciones ambientales se observan diferencias en los cultivos de las tres razas.
En los climas subtropicales, los árboles mexicanos comienzan a florecer a finales del otoño y
principios del invierno y extenderse hasta la primavera (Davenport, 1986; Gazit y Degani, 2002).
Los aguacates subtropicales sólo pueden producir botones florales a bajas temperaturas.
En las zonas altas de México, el aguacate “Hass” presenta la llamada “floración loca” en
septiembre, sobre todo en los árboles jóvenes y se extiende hasta febrero e incluso marzo
(Davenport, 1986; Gazit y Degani, 2002). Lo anterior sugiere que el periodo de floración puede
estar influenciado por las condiciones del medio ambiente y que, al igual que otros caracteres, no
necesariamente son diagnósticos para determinar las variedades de P. americana.
ETO EN EL AGUCATE:
Éste es un método que tiene en cuenta los datos climáticos proporcionados por una estación
agrometeorológica, así como otros factores relacionados con el tipo de cultivo o árbol, tipo de
suelo, etc. La estación meteorológica puede ser privada, instalada en la propia finca, con el
inconveniente del costo y robo o utilizar los datos de estaciones existentes, públicas, repartidas
por el territorio, que facilitan los datos desde internet. El dato que necesitamos es la Eto y la
precipitación, ambos datos se facilitan en mm. de altura de agua. Conviene elegir por supuesto la
estación más cercana a la finca en cuestión. La combinación de este método con el uso de
tensiómetros es recomendable.
La precipitación se tiene en cuenta por el motivo de reducir los riegos, aunque hay que considerar
algunas cuestiones al respecto:
Se tiene en cuenta una cantidad de agua efectiva que varía del 60 al 80 % de la precipitación total,
dependiendo de la intensidad de la lluvia. Esto se debe a que parte del agua no es aprovechable.
Una lluvia muy pequeña inferior a 5 mm. no merece la pena tener en cuenta para reducir riegos.
En caso de mucha lluvia caída repetidamente, la cantidad máxima de agua que se puede restar al
riego es el agua permisible que puede retener el suelo después de pasadas 24 horas de la última
lluvia y que puede ser el 60 % del agua útil (capacidad de campo – punto de marchitez).
Esta capacidad de retención depende del tipo de suelo, de la textura y de la profundidad que
abarquen las raíces. - Si la lluvia no es muy intensa y el agua de riego es algo salina conviene seguir
regando; esto sucede debido que las sales se acumulan en el borde del bulbo húmedo y con el
agua de lluvia se disuelven y consiguen aumentar la concentración en la zona de mayor
proliferación radicular. A la hora de calcular las necesidades hídricas del cultivo cabe considerar
otros factores que dependen de la finca y de la instalación de riego.
Primeramente, se debe conseguir que la uniformidad de la arboleda y riego sea elevada. Conviene
por un lado que la arboleda sea lo más homogénea posible en cuanto a vigor (uniformidad de
plantación) y por otro que los goteros y micro aspersores rieguen por igual en toda la finca, es
decir, existan pocas diferencias de caudal entre unos emisores y otros. Puesto que el tiempo de
riego será el mismo en todo el sector, conviene homogeneizar la plantación de forma que, si un
árbol es más vigoroso, con mayor copa que la media, ponerle algún gotero más; si es menos
vigoroso, quitarle goteros o cerrar el paso de agua de estos.
Para calcular la cantidad de goteros que son necesarios según vigor del árbol y tipo de suelo,
puede acudir al técnico; no obstante, como regla general sería conveniente disponer de un gotero
de 4 litros/hora cada metro lineal de tubería porta goteros, disponiendo 2 líneas de tuberías por
árbol y en caso de microaspersión de 1 a 2 micro aspersores por árbol, dependiendo de la edad y
del marco. En el caso de micro aspersores y difusores lo ideal sería poder influir sobre el caudal de
estos (tener posibilidad de regulación).
Otro aspecto a tener en cuenta es la sectorización, de forma que lo ideal sería regar por separado
zonas altas de zonas bajas, zonas con orientaciones distintas, por distinto tipo de suelo, por vigor
de arboleda, etc. En este aspecto existen limitaciones y cuantos más sectores pongamos, más se
encarece la instalación.
La Eto es el dato base proporcionado por las estaciones agrometeorológicas para calcular las
necesidades de riego de la finca en cuestión. A partir de este dato se realizan diversas correcciones
que tienen en cuenta otros tantos factores que influyen en la mayor o menor cantidad de agua a
aplicar. Por ejemplo, la propia planta no tiene las mismas necesidades dependiendo del mes del
año en que se encuentre (estado fenológico, menor actividad motivada por el frío, etc.), depende
igualmente de la edad de la plantación y del diámetro de la copa, si la plantación ha sufrido una
poda severa, si se encuentra sana o atacada por hongos de suelo, etc.
Hay que considerar el tipo de suelo, de forma que suelos arenosos necesitan algo más de agua que
los arcillosos, aunque aplicando riegos más cortos y a ser posible mediante microaspersión. La
orientación también influye debido a que aquellas zonas con mayor radiación solar requieren
mayores necesidades de riego que las menos expuestas.
La pendiente del terreno se puede considerar, de forma que terrenos en pendiente necesitan
relativamente mas agua que terrenos llanos, bancales situados en zonas bajas requiere aún
menores cantidades de agua.
La utilización de micro aspersores o difusores requiere aumentar la dosis de riego con respecto a
los goteros porque las pérdidas por evaporación aumentan. Una vez aplicadas las distintas
correcciones al dato de Eto se obtiene la Etc. (evapotranspiración del cultivo) que indicará la
cantidad de agua que hay que aplicar al cultivo en litros por metro cuadrado, dicha cantidad habrá
que multiplicarla por la superficie del sector para obtener el volumen total de riego o multiplicarlo
por el marco de plantación para calcular los litros/árbol y riego. Una vez llegado a este punto
tenemos una aproximación de las necesidades óptimas de riego del cultivo. El dato Eto obtenido
de las estaciones agrometeorológicas suele actualizarse a diario, por lo que en condiciones
normales conocemos la Eto del día anterior.
Para programar las necesidades de riego del Aguacate, podemos utilizar la Eto diaria del día
anterior o por intervalos de tiempo relativamente cortos, sumando la Eto de los días considerados,
es lo que se conoce como “programación de riegos en tiempo real”. Por ejemplo, para meses de
necesidades máximas se puede utilizar intervalos diarios, de los 2 o hasta los 3 últimos días
conocidos. Para meses de menores necesidades es suficiente programar con la Eto de la semana
anterior.
Sabemos que la Eto de la semana en curso con respecto a la semana anterior puede ser muy
diferente debido a que los parámetros climáticos (temperatura, viento, insolación, etc) pueden ser
diferentes; no obstante el suelo actúa como una esponja que almacena el agua, de forma que si
una semana se riega más de la cuenta porque la Eto real es menor que la que se ha utilizado, la
siguiente puede ser lo contrario y unas semanas con otras se suele compensar.
Para cálculos más exactos se recurre a un intervalo de tiempo más pequeño para obtener la Eto
acumulada, o bien actuar subjetivamente como medio de regulación, por ejemplo, aplicando un
riego de más o aumentando el tiempo de riego cuando se prevé una Eto mayor que la que se ha
considerado o restando algún riego si se prevé una reducción de la Eto de lo que se ha
considerado. El cálculo de las necesidades de riego por el método aquí expuesto puede resultar
algo complicado si se realizan los cálculos manualmente o si se desconoce las correcciones a
utilizar; es por ello que se ha desarrollado un programa informático de ordenador “FertiSoft
cultivos” que facilita dichos cálculos y que incluye además un módulo de abonado.
Su uso es muy fácil, solo tiene que entrar en el apartado Programación en tiempo real, la suma de
Eto y precipitación de los últimos días conocidos obtenidos de la estación más próxima a la finca
sobre la que pretendemos calcular las necesidades de riego, obteniendo el programa el número de
riegos y el tiempo de riego para el número de días que se ha considerado para obtener la Eto,
teniendo en cuenta las correcciones indicadas para el sector de riego considerado
LAMINA DE RIEGO:
Los valores de HS tanto en CR como en T presentan niveles en que el cultivo del aguacate puede
absorber agua, estos niveles fluctúan desde 33% hasta 5% de HS, esto contradice lo reportado por
Cossio et al. (2008), quienes mencionan rangos de 98% hasta un mínimo de 65% de HS en
aguacate sin riego, por el contrario, Priego y Rodríguez (1998), presentan rangos de humedad más
bajos 25% en condiciones secas y 80% en condiciones húmedas.
De acuerdo con este trabajo en Michoacán el rango óptimo está entre 10-22% de HS, ya que por
encima de 22% hay un efecto de redistribución más que de ETa, debido a la caída súbita del nivel
de agua cuando alcanza valores por encima de 22%. Cabe notar que aun cuando en ambos
tratamientos existió un riego equivalente o por encima de ETo, las pérdidas por lixiviación, fueron
mínimas, Lr no alcanzó el estrato 60-90 cm la mayor parte del ciclo, este efecto es diferente al
encontrado por Michelakis et al., (1993), quienes encontraron pérdidas de agua a pesar de aplicar
solo 60 y 90% de ETo, es decir menos agua que la aplicada en este trabajo, esto refleja las
condiciones ambientales idóneas para el aguacate en Michoacán, con respecto al suelo y el clima.
Conclusiones
La implementación de tecnología en línea y tiempo real para efectuar el riego en aguacate (CR),
permitió aplicar el agua con mejor oportunidad y sin pérdidas fuera del alcance de las raíces, de
mejor manera que el manejo que efectúa el productor (T) con contenidos de humedad del suelo
más adecuados para el aguacate, se pudo evaluar que el consumo real de agua del cultivo (ETa),
en el periodo Octubre-Junio, alcanza 568 mm (±9.1) en CR y de 553.8mm (±17.8) en T.
El mejor control del riego también se reflejó en una mayor eficiencia de uso de agua (EUA) con
97.1% para CR contra 94.8% para T. El aguacate a mayor disponibilidad de agua tiene relación
directa con más alto valor de ETa incluso superior a la evapotranspiración de referencia (ETo).