Grupos Socioeconomicos AIM-2018
Grupos Socioeconomicos AIM-2018
Grupos Socioeconomicos AIM-2018
AIM CHILE
1. Antecedentes ................................................................................................................. 3
2. La Comisión Técnica del GSE.......................................................................................... 4
3. Las críticas al modelo tradicional .................................................................................. 5
4. La segmentación por ingreso ......................................................................................... 8
5. De la segmentación por ingreso a la segmentación socioeconómica........................ 11
6. Descripción de los GSE, según las variables más discriminantes ............................... 21
7. Ventajas del nuevo modelo ......................................................................................... 22
8. Anexo: Procedimiento de clasificación ....................................................................... 23
9. Bibliografía ................................................................................................................... 28
Nuevos Grupos Socioeconómicos 2018
1. Antecedentes
A mediados de la década de los ochenta, la naciente Asociación de Investigadores
de Mercado (AIM), adoptó la primera clasificación socioeconómica en Chile, siguiendo la
recomendación de la Sociedad Europea de Opinión e Investigación de Mercados
(ESOMAR). Para ello, se realizó una encuesta a 710 hogares en el Gran Santiago, a partir
de la cual se estableció una tipología socioeconómica con 5 grupos y una distribución
específica: ABC1 (10%), C2 (20%), C3 (25%), D (35%) y E (10%). Se definió también un
procedimiento de clasificación para aplicar en las encuestas en hogares, donde primaban
las características de la vivienda y su entorno, accesibles por inspección visual.
En la década siguiente, el auge de las encuestas telefónicas obligó a definir otros
procedimientos de clasificación en ausencia de inspección visual. Se empezaron a
considerar variables como el nivel educacional y la ocupación del principal sostenedor del
hogar y la tenencia de determinados bienes. Ya en el nuevo milenio, la AIM desarrolló una
nueva propuesta en que el nivel socioeconómico resultaba de la combinación de un
conjunto de estas variables en un solo índice de distribución continua1, con base en un
nuevo estudio de 5400 hogares en el Gran Santiago. Se establecieron puntos de corte en
el índice socioeconómico que mantuvieron la tipología y la distribución originales. Cuando
estuvieron disponibles los datos del Censo 2002, se usaron para calcular con este método
el grupo socioeconómico de cada hogar del país, lo que permitió georreferenciar la
clasificación por primera vez.
Este modelo gozó de bastante éxito hasta que empezaron a surgir algunas voces
críticas. Una parte de ellas se enfocaba en los estudios de actualización, cuyas bases
muestrales fueron menores que la del estudio de 2002. Otras apuntaban a la rigidez del
modelo, que, por su tipología y distribución fijas, no podía dar cuenta de ningún cambio
socioeconómico, pese a las dos décadas transcurridas, durante las cuales disminuyó
significativamente la pobreza y aumentó el acceso a diversos bienes.
En este contexto, la principal razón para mantener el modelo era que el Censo
2012 iba a dar la oportunidad de aplicar el método a todos los hogares del país. Con el
fracaso del Censo, se abrió la posibilidad de una discusión más profunda sobre la
clasificación socioeconómica, que se materializó en 2014 a raíz de una propuesta de
1
El índice se calculó a partir de un análisis estadístico de las relaciones entre los indicadores. La
técnica de análisis utilizada fue el escalamiento óptimo, una variante de análisis de
correspondencias múltiples.
segmentación del ingreso familiar2 registrado en la encuesta CASEN 2011, a la sazón, la
última disponible. Si bien renunciaba a clasificar todos los hogares de Chile mediante la
información censal, pues ésta no registra ingresos, esta propuesta tenía 2 puntos fuertes:
a) una base muestral infinitamente más robusta y representativa, con más de 59 mil
hogares de todo Chile, y b) un criterio de segmentación sensible a cambios en la
distribución del ingreso (a diferencia de los segmentos fijos), pero a la vez suficientemente
estable (a diferencia de las clasificaciones basadas en tenencia de bienes, cuya
penetración a menudo cambia rápidamente).
2 En mayo de 2014, Criteria Research, una de las empresas asociadas a la AIM Chile, expuso al
directorio de esta última una propuesta de segmentación socioeconómica a partir del ingreso
familiar registrado en la encuesta CASEN 2011, desarrollada por el sociólogo Víctor Allan.
3 La Primera Comisión Técnica de GSE fue conformada por (en orden alfabético): Víctor Allan
(Criteria), Beatriz Bonet (AIM Chile), Cristian Buzeta (Kantar Ibope Media), Enric Cid (Netquest),
Pablo González (Provokers), Cristián Lehuedé (IPSOS), Patricio Moyano (Kantar Ibope Media),
Dionisio Seissus (Kantar WorldPanel), Marco Tapia (IPSOS), Andrés Varas (Criteria) y Gonzalo
Villamar (GfK).
Por otra, se exigió una fundamentación del criterio de corte entre los grupos
socioeconómicos, dado que sus proporciones variaban sustancialmente respecto del
modelo tradicional, principalmente por reducción del grupo D y aumento del grupo ABC1.
Si bien esta diferencia era consistente con la realidad de un país que ha reducido la
pobreza y ha expandido el acceso de la población a bienes y servicios, se requería
fundamentar lo más sólidamente posible los criterios que determinan los tamaños
relativos de los niveles socioeconómicos, dado su impacto sobre los mercados que utilizan
esta información.
En respuesta a estos cuestionamientos, la AIM convocó a un Comité Ampliado de
Redefinición de los Grupos Socioeconómicos, con participación de diversas instituciones
usuarias de la información, con sus respectivos asesores técnicos4. Se conformó un Comité
Multigremial del GSE que abordó la definición conceptual del GSE y el propósito de su
medición, así como las variables que debería considerar.
En respuesta a estos cuestionamientos, la Comisión Técnica replanteó la discusión
y elaboró en febrero de 2017 un modelo que consideraba, además del ingreso familiar
corregido por tamaño del hogar, la educación y la ocupación del principal sostenedor. Este
segundo modelo resolvió las dudas planteadas por el primero, llegó a una fundamentación
más sólida y enriqueció el análisis incorporando los datos de la Encuesta de Presupuestos
Familiares.
4 Los participantes fueron los siguientes: Asociación Nacional de Avisadores (ANDA), Asociación de
Agencias de Medios (AAM), Asociación de Marketing Directo y Digital (AMDD), Asociación Chilena
de Agencias de Publicidad (ACHAP), Valida Chile, Comisión People Meter, IAB Chile,
Representantes de las Radios, Asociación de Investigadores de Mercados de Chile (AIM Chile).
5 David Bravo (Centro UC Encuestas y Estudios Longitudinales), Carlos Catalán (PUC), Roberto
6
La Comisión para la Medición de la Pobreza fue convocada por tras una serie de
cuestionamientos metodológicos a la encuesta CASEN 2011. Sus recomendaciones se aplicaron en
el análisis de la siguiente medición, es decir, la encuesta CASEN 2013. Hasta entonces, la línea de
pobreza se establecía en un determinado nivel de ingreso total del hogar, sin importar el número
de miembros. Sin embargo, es evidente que, para un mismo nivel de ingreso, una familia más
numerosa es más pobre o tiene menor poder adquisitivo que una familia menos numerosa. El
tamaño de la familia ejerce una restricción sobre el presupuesto, pero existen economías de
escala en el hogar, de manera que dicha restricción es menos que proporcional.
7
La mínima elasticidad (0) significa que la economía de escala es absoluta y basta usar el ingreso
total. La máxima elasticidad (1) significa que la restricción es proporcional al número de miembros
y queda reflejada en el ingreso per cápita convencional.
Dividiendo el ingreso total del hogar por el número de integrantes elevado a 0,7,
obtenemos el ingreso per cápita equivalente8, que permite comparar hogares de diferente
tamaño en cualquier nivel de ingreso y no sólo en los más bajos. La Comisión Técnica de la
AIM decidió tomar como base la línea de pobreza y segmentar los hogares situados sobre
ella mediante un salto proporcional en el ingreso per cápita equivalente, cuyo valor se fijó
convencionalmente en 62%, en primera instancia. Posteriormente, se evaluaría el efecto
de diferentes saltos proporcionales en la distribución y este parámetro quedaría fijado en
70%, que es el que se aplicó a los datos de la CASEN 2015. Es decir, si el ingreso per cápita
equivalente de un hogar es un 70% mayor que el de otro, pertenecen a segmentos
distintos. Se mantenía así el criterio original, que era utilizar un salto proporcional en lugar
de tramos aritméticos (p. ej., de cien mil en cien mil), lo cual no sólo se ajusta al modo en
que percibimos las cantidades de dinero, sino que también permite normalizar la
distribución.
Aplicando estos criterios, además de los 2 niveles de pobreza definidos por el INE,
se generaron 8 segmentos más9, cuya distribución poblacional tiene forma de campana,
mientras los ingresos promedio asociados a cada segmento reflejan una distribución
exponencial. El resultado es el siguiente, con los datos de la CASEN 2015:
8
De acuerdo con este cálculo, un hogar unipersonal cuyo ingreso es de $136.911 es
económicamente equivalente a un hogar de 2 personas cuyo ingreso total es de $222.413, y
ambos son equivalentes a un hogar de 3 personas con un ingreso total de $295.409. El ingreso per
cápita equivalente de todos ellos es $136.911, es decir, coincide con el ingreso del hogar
unipersonal. Esto es así porque el ingreso total se divide por 1 (10,7), por 1,62 (20,7) y por 2,16 (30,7),
respectivamente.
9 El salto de 70% permitiría definir otros segmentos cada vez más pequeños y de mayores
11
Esa verificación consiste en que hogares de un mismo nivel de ingreso per cápita equivalente y
de distinto número de miembros, destinan en promedio la misma proporción de su gasto a
alimentación.
ellas tienen baja frecuencia debido al grado de inconsistencia de status que suponen (p.
ej., ingresos elevados con ocupación muy modesta) e incluso podrían no existir en la
realidad. Sin embargo, los niveles de bienestar de las combinaciones con baja o nula
representatividad en la encuesta pueden imputarse a partir de la información de las
combinaciones para las cuales sí hay una base muestral robusta.
Este procedimiento se aplicó en dos etapas a fin de trabajar con número de
combinaciones que no fuera excesivo para la muestra disponible. Primero, se estimó un
índice de bienestar para las combinaciones de educación y ocupación (reducidas a 30), a
partir de los niveles de bienestar de cada par de categorías que la define, tomadas por
separado. Por regresión lineal, se estimó una función que ajusta estas estimaciones a los
valores observados en la EPF, ponderando cada caso por su respectiva base muestral, para
obtener una solución robusta. De este modo, se alcanza logra un nivel de ajuste muy
satisfactorio (r2 = 94,9%).
Después del Censo 2002, los puntos de corte en el índice socioeconómico que
correspondían en el Gran Santiago a la distribución de GSE definida en los años ochenta,
se aplicaban al resto del país para obtener la distribución nacional. Por esta razón,
mientras la distribución se mantenía siempre invariante para el Gran Santiago, cambiaba
para el resto del país y en el nivel nacional, debido a la creciente disparidad entre la
capital y la mayoría de las regiones. Esto era un inconveniente, ya que la distribución
socioeconómica nacional aparecía cambiante, pero sin que esto reflejara realmente los
cambios en el estándar de vida de la población, sino únicamente la diferencia entre un
punto de referencia fijo (Gran Santiago) y otro móvil (regiones), prestándose a una mala
interpretación cuando estos datos se publicaban. Presentamos aquí, a modo de
ilustración, la comparación entre las distribuciones nacionales con el método nuevo y la
con el método tradicional según la actualización 2012.
Distribución socioeconómica de los hogares de Chile, según método de segmentación