El Pecado

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El Pecado: Su Carácter y Universalidad

Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la


salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación,
propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración,
conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del
creyente con Cristo. Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la
iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y
ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la Biblia:
principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de
la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino
milenial, los juicios finales y el estado eterno.

27. El Pecado: Su Carácter y Universalidad por Lewis Sperry Chafer


A. Las especulaciones humanas sobre el pecado.

Puesto que el pecado es un factor dominante en la experiencia humana a la vez que el tema principal
de la Biblia , ha sido motivo de discusiones sin fin. Aquellos que rechazan la revelación escritural
tienen con frecuencia conceptos inadecuados acerca del pecado. Una característica familiar del
modo no bíblico de enfocar la cuestión es considerar el pecado hasta cierto punto como una ilusión,
es decir, que el pecado es sólo un mal concepto basado sobre la falsa teoría de que existe el bien y
el mal en el mundo. Por supuesto, esta teoría fracasa al enfrentarse a los hechos de la vida y a la
maldad del pecado y niega la existencia de un Dios y principios morales.

Otro antiguo enfoque del problema del pecado es mirarlo como un principio inherente, lo opuesto de
lo que Dios es, y relacionarlo con el mundo físico. Esto se encuentra en la filosofía oriental y también
en el gnosticismo griego y es el trasfondo tanto para el ascetismo, la negación de los deseos del
cuerpo, como para el epicureísmo, que aboga por la indulgencia del cuerpo. El hecho, sin embargo,
es que se niega que el hombre peque realmente y que sea responsable ante Dios. Un concepto
común, aunque inadecuado, es que el pecado es nada más que egoísmo. Si bien es cierto que el
pecado es a menudo egoísmo, este concepto no es aplicable a todos los casos, porque el hombre
peca a veces contra sí mismo.

Todas estas teorías no alcanzan el nivel bíblico y son una negación de la revelación bíblica del
carácter y de la universalidad del pecado.

B. La doctrina bíblica del pecado.

Reconociendo que hay varios pecados definidos en la Palabra de Dios, llegamos, a base de las
Escrituras, a la conclusión de que el pecado es cualquier falta de conformidad al carácter de Dios,
ya sea en obra, disposición o estado. En la Palabra de Dios se definen varios pecados, como se
ilustran, por ejemplo, en los Diez Mandamientos que Dios dio a Israel.

Ex. 20:3-17 "No tengas otros dioses aparte de mí. (4) "No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que
hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la
tierra. (5) No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios
celoso que castiga la maldad de los padres que me odian, en sus hijos, nietos y bisnietos; (6) pero
que trato con amor por mil generaciones a los que me aman y cumplen mis mandamientos. (7) "No
hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues él no dejará sin castigo al que use mal su
nombre. (8) "Acuérdate del sábado, para consagrarlo al Señor. (9) Trabaja seis días y haz en ellos
todo lo que tengas que hacer, (10) pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios.
No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus
animales, ni el extranjero que viva contigo. (11) Porque el Señor hizo en seis días el cielo, la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo. Por eso el Señor bendijo el sábado y lo
declaró día sagrado. (12) "Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra
que te da el Señor tu Dios. (13) "No mates. (14) "No cometas adulterio. (15) "No robes. (16) "No
digas mentiras en perjuicio de tu prójimo. (17) "No codicies la casa de tu prójimo: no codicies su
mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca."

El pecado es tal porque es diferente de lo que Dios es, y Dios es eternamente Santo. El pecado
siempre es contra Dios, aun cuando pueda ser dirigido contra seres humanos.

Sal. 51:4 Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu
sentencia es justa; irreprochable tu juicio.

Lc. 15:18 Regresaré a casa de mi padre, y le diré: Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti;

Una persona que peca es, de acuerdo a ello, sin semejanza a Dios y sujeta al juicio de Dios. La
doctrina del pecado se presenta en cuatro aspectos en la Biblia :

1. El pecado personal es la forma de pecado que incluye todo lo que en la vida diaria está en contra
o fracasa en conformidad con el carácter de Dios.

Ro. 3:23 todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.

Los hombres son conscientes con frecuencia de sus pecados personales, y los pecados personales
pueden tomar una gran variedad de forma. Hablando en forma general, el pecado personal se
relaciona con algún mandamiento particular de Dios en la Biblia. Incluye el aspecto de rebelión o
desobediencia. Al menos ocho palabras importantes se usan para el pecado en el Antiguo
Testamento y unas doce en el Nuevo Testamento; la idea básica es la falta de conformidad al
carácter de Dios y el obrar por medio de actos ya sea de omisión o de comisión. La idea esencial es
que el hombre no alcanza a la norma y fracasa en alcanzar el nivel del propio carácter de santidad
de Dios.

2. La naturaleza pecadora del hombre es otro aspecto importante del pecado tal como se revela en la
Biblia.

Ro. 5:19 Es decir, que por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron hechos pecadores;
pero, de la misma manera, por la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos.

Ef. 2:3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos
deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A
causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás.

El pecado inicial de Adán le llevó a la caída, y en la caída él se volvió un ser completamente diferente,
depravado y degenerado y sólo capaz de engendrar seres caídos como él mismo. Por lo tanto, cada
hijo de Adán es nacido con la naturaleza adámica, siempre está predispuesto a pecar, y aunque su
naturaleza fue juzgada por Cristo en la cruz, una fuerza vital y activa permanece en cada vida del
cristiano.
Ro. 6:10 Pues Cristo, al morir, murió de una vez para siempre respecto al pecado; pero al vivir, vive
para Dios.

Nunca se dice que será quitada o erradicada en esta vida, pero para el cristiano hay poder vencedor
provisto a través del Espíritu que mora en él.

Ro. 8:4 Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no
vivimos según las inclinaciones de la naturaleza débil sino según el Espíritu.

Ga. 5:16-17 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre
sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Muchos pasajes bíblicos hacen alusión a este importante asunto. De acuerdo con Ef. 2:3, todos los
hombres «éramos por naturaleza hijos de ira», y toda la naturaleza del hombre es depravada. El
concepto de la total depravación no es que cada hombre es lo más malo posible que él pueda ser,
sino más bien que el hombre, a través de su naturaleza, está corrompido por el pecado.

Ro. 1: 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que detienen con injusticia la verdad;

Ro. 3: 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado.

De acuerdo a ello, el hombre, en su voluntad.

Ro. 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen;

Su conciencia.
1Ti. 4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

Y su intelecto.

Ro. 1:28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen;

2Co. 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

Está corrompido y depravado, y su corazón y entendimiento están cegados.

Ef. 4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que
en ellos hay, por la dureza de su corazón;

Como se ha visto en un estudio previo, la razón por la cual los hombres tienen una naturaleza
pecaminosa es porque les fue transmitida por sus padres. Ningún niño nacido en el mundo se ha
visto libre de esta naturaleza de pecado excepto en el único caso del nacimiento de Cristo. No es
que los hombres pequen y se conviertan en pecadores; más bien es que los hombres pecan porque
tienen una naturaleza pecaminosa. El remedio para esto, así como para el pecado personal es, por
supuesto, la redención, la cual es provista en la salvación en Cristo.

3. También se presenta en la Biblia el pecado como imputado o computado en nuestra cuenta.


Ro. 5:12-18 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (13) Pues antes de la ley, había
pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. (14) No obstante, reinó la
muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de
Adán, el cual es figura del que había de venir. (15) Pero el don no fue como la transgresión; porque
si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la
gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. (16) Y con el don no sucede como
en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para
condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. (17) Pues si
por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo,
los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. (18) Así que, como por la
transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de
uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Como se vio en conexión con la caída del hombre en el capítulo anterior, hay tres imputaciones
principales presentadas en las Escrituras:

a) la imputación del pecado de Adán a su descendientes, en cuyo hecho se basa la doctrina del
pecado original;

b) la imputación del pecado del hombre a Cristo, en cuyo hecho está basada la doctrina de la
salvación; y

c) la imputación de la justicia de Dios en aquellos que creen en Cristo, en cuyo hecho se basa la
doctrina de la justificación.

La imputación puede ser tanto

a) actual, o

b) judicial.

La imputación actual es poner en la cuenta de alguien algo que originalmente ya pertenecía al


deudor. Aunque Dios pueda hacer esto en su justicia, por la obra reconciliadora de Cristo Dios no
está ahora imputando al hombre el pecado, el cual es suyo desde un principio.

2Co. 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a
los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

La imputación judicial es cargar a la cuenta de alguien algo que no pertenece al deudor Flm.
1:18 Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.

Aunque ha habido desacuerdo en cuanto a si la imputación del pecado de Adán a cada miembro de
la raza es actual o judicial, Romanos 5:12 declara claramente que la imputación es actual, en vista
de la cabeza representativa; la posteridad de Adán pecó cuando él pecó.

Ro. 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Los próximos dos versículos se han escrito para probar que no es una referencia a pecados
personales.
Ro. 5:13-14 (13) Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se
inculpa de pecado. (14) No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no
pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

He. 7:9-10 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Sin embargo, Romanos 5:17-18 implica que su imputación también es judicial, puesto que se
establece que por el pecado de un hombre vino juicio sobre todos los hombres.

Ro. 5:17-18 (17) Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en
vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia. (18) Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de
la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.

Sólo el pecado inicial de Adán está en cuestión. Su efecto es la muerte, tanto para Adán, así como
de Adán hacia los miembros de la Humanidad. La cura divina provista para el pecado imputado es
el don de Dios, lo cual es vida eterna a través de Jesucristo.

4. El estado judicial resultante de pecado para toda la raza humana también se presenta en la
Escritura. Por consideración divina el mundo entero, incluyendo judíos y gentiles, está ahora «bajo
pecado».

Ro. 3:9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos
acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
Ro. 11:32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Ga. 3:22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en
Jesucristo fuese dada a los creyentes.

Estar bajo pecado es estar contado desde el punto de vista divino sin ningún mérito que pueda
contribuir a la salvación. Puesto que la salvación es solamente por gracia y la gracia excluye todos
los méritos humanos, Dios ha decretado, con respecto a la salvación de los hombres, que sea «bajo
pecado», o sin ningún mérito. Este estado bajo pecado sólo es remediado cuando el individuo, a
través de las riquezas de la gracia, es contado para permanecer en los méritos de Cristo.

Tomado como un todo, la Biblia indica claramente los efectos devastadores del pecado sobre el
hombre y la ausencia total de esperanza para el hombre en cuanto a solucionar su propio problema
de pecado. El correcto entendimiento de la doctrina de pecado es esencial para entender el remedio
de Dios para el mismo.
PREGUNTAS
1. ¿Cuáles son algunos conceptos inadecuados sobre el pecado que se presentan a veces?
2. ¿Cómo define la Biblia en general al pecado?
3. ¿ Cuáles pecados se mencionan específicamente en los Diez Mandamientos?
4. ¿Por qué el pecado es siempre contra Dios?
5. ¿Qué cuatro aspectos del pecado se presentan en la Biblia?
6. ¿Qué quiere decirse por pecado personal?
7. ¿Qué enseña la Biblia en cuanto a la naturaleza pecaminosa del hombre?
8. ¿Hasta qué grado el hombre está depravado?
9. ¿Cómo explica el hecho de que todos los niños nazcan pecadores?
10. ¿Cuáles son las tres imputaciones principales?
11. ¿Qué quiere decirse por imputación actual?
12. ¿ Qué quiere decirse por imputación judicial?
13. ¿Hay evidencia escritural de que todo el mundo está en un estado judicial de pecado?
14. ¿Por qué es importante un correcto entendimiento de la doctrina del pecado para comprender
la doctrina de la salvación?

Salvación De La Pena Del Pecado

Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la


salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación,
propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración,
conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del
creyente con Cristo. Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la
iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y
ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la Biblia:
principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de
la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino
milenial, los juicios finales y el estado eterno.

28. Salvación De La Pena Del Pecado por Lewis Sperry Chafer

A. El significado de la salvación.

La revelación divina en cuanto a la salvación debería ser dominada por cada hijo de Dios:

1) puesto que la salvación personal depende de ello,

2) es el mensaje que Dios ha comisionado al creyente a proclamar al mundo, y

3) descubre la completa medida del amor de Dios.

De acuerdo a su amplio significado como se usa en la Escritura , la palabra «salvación» representa


la obra total de Dios por medio de la cual Él rescata al hombre de la ruina eterna y la sentencia del
pecado y le confiere las riquezas de su gracia, incluyendo la vida eterna ahora y en la gloria eterna
en los cielos. «La salvación es de Jehová» (Jon. 2:9). Por lo tanto, en cada aspecto es una obra de
Dios en favor del hombre, y no es en ningún sentido una obra del hombre a favor de Dios.

Jon 2:9 Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios y cánticos de gratitud. Cumpliré las
promesas que te hice. ¡La salvación viene del Señor!"

Ciertos detalles de esta empresa divina han variado de edad en edad. Estamos seguros de que,
comenzando con Adán y continuando con Cristo, aquellos individuos quienes ponen su confianza en
Dios han sido renacidos espiritualmente y hechos herederos de la gloria en los cielos. De igual
manera, la nación de Israel renacerá espiritualmente de una vez en el tiempo de la venida del Señor.

Is. 66:8 ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto jamás cosa igual? ¿Puede una
nación nacer en un solo día? ¿Se da a luz un pueblo en un momento? Sin embargo,
Sión dio a luz sus hijos cuando apenas comenzaban sus dolores.

También se dice que las multitudes tanto de judíos como de gentiles que vivan en la tierra durante
el reino venidero conocerán al Señor desde el más pequeño hasta el más grande.

Jer. 31:34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: ¡Conoce
al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán afirma el
Señor. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados."

Sin embargo, la salvación ofrecida a los hombres en la edad presente no solamente está revelada
más completamente en la Biblia en cuanto a sus detalles, sino que también excede grandemente
cualquier otra obra salvadora de Dios en las maravillas que lleva a cabo, puesto que la salvación que
se ofrece en la edad presente incluye cada una de las fases de la obra de gracia de Dios tal como el
morar, el sellar y el bautismo del Espíritu.

B. La salvación como el remedio de Dios para el pecado.

Aun cuando se hacen ciertas distinciones en la doctrina bíblica del pecado, hay dos hechos
universales que deben considerarse en primer lugar:

1. El pecado es siempre condenable, ya sea que lo cometa el salvaje o el civilizado, el


no regenerado o el regenerado. Aunque puede haber diferentes grados de castigo
para el pecador, todo pecado es invariablemente «pecaminoso» en sí mismo, porque
constituye una ofensa contra la santidad de Dios.

Lc. 12:47-48 "El siervo que conoce la voluntad de su señor, y no se prepara para cumplirla,
recibirá muchos golpes. (48) En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca
castigo, recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al
que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más.

2. El único remedio para el pecado está en la sangre derramada del Hijo de Dios. Esto
es tan cierto cuando se trata de los que por medio de sacrificios de animales
anticiparon la muerte de Cristo en la cruz, como lo es de aquellos que por fe miran
ahora retrospectivamente hacia el sacrificio del Cordero de Dios.
Si la pena del pecado puede ser remitida es porque hubo otro que en su carácter de sustituto satisfizo
todas las demandas que la justicia divina tenía contra el pecador. En el antiguo orden, el pecador no
era perdonado sino hasta que el sacerdote había presentado el sacrificio cruento para expiación, el
cual anticipaba la muerte de Cristo en la cruz.

Lv. 4:20, 26, 31, 35 Sehará con este novillo lo mismo que se hace con el de la ofrenda
expiatoria. Así el sacerdote hará expiación por ellos, y serán perdonados. Toda la grasa
del animal la quemará en el altar, tal como se hace con el sacrificio de comunión. Así el
sacerdote hará expiación por el pecado del gobernante, y su pecado le será perdonado.
Luego le sacará al animal toda la grasa, tal y como se le saca la grasa al sacrificio de
comunión, y el sacerdote la quemará toda en el altar, como aroma grato al Señor. Así el
sacerdote hará expiación por él, y su pecado le será perdonado. Luego le sacará al animal
toda la grasa, tal y como se le saca la grasa al cordero del sacrificio de comunión, y el
sacerdote la quemará en el altar sobre la ofrenda presentada por fuego al Señor. Así el
sacerdote hará expiación por esa persona, y el pecado que haya cometido le será
perdonado.

Lv. 5:10, 13, 16, 18 Con


la segunda ave hará un holocausto, como ya ha sido prescrito. Así
el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y ese pecado le será perdonado. Así el
sacerdote hará expiación por el pecado cometido en alguna de estas cosas, y ese pecado le
será perdonado. El resto de la ofrenda será para el sacerdote, como sucede con la ofrenda
de cereal." Además, el culpable hará restitución por haber pecado contra lo
consagrado, añadiendo la quinta parte, la cual entregará al sacerdote. Así el sacerdote
hará expiación por él mediante el carnero del sacrificio por la culpa, y ese pecado le será
perdonado.

Lv. 6:7 quien


hará expiación ante el Señor por esa persona, y cualquier cosa por la que se
haya hecho culpable le será perdonada."

Lv. 19:22 y el sacerdote hará expiación ante el Señor por el pecado cometido. De este modo
su pecado le será perdonado.

Nm. 15:25-26, 28 El sacerdote hará propiciación en favor de toda la comunidad israelita, y


serán perdonados porque fue un pecado inadvertido y porque presentaron al Señor una
ofrenda por fuego y un sacrificio expiatorio por el pecado inadvertido que cometieron. Toda
la comunidad israelita será perdonada, junto con los extranjeros, porque todo el pueblo pecó
inadvertidamente. El sacerdote hará propiciación ante el Señor en favor de la persona que
inadvertidamente haya pecado. El sacerdote hará propiciación, y la persona que pecó será
perdonada.

Y después que el sacrificio del Hijo de Dios se ha consumado, prevalece la misma verdad tocante a
que su sangre derramada en el Calvario es la base del perdón para todo pecador. Este es el
testimonio de la Palabra de Dios: «En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados
según las riquezas de su gracia» Col. 1:14

Ef. 1:7 En
él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros
pecados, conforme a las riquezas de la gracia
La muerte vicaria de Cristo es infinitamente perfecta en su eficacia redentora, y, por lo tanto, el
pecador que confía en Él es no solamente perdonado, sino también justificado para siempre.

Ro. 3:24 pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo
Jesús efectuó.

Dios nunca ha tratado el pecado con lenidad. Al pecador no se le impone ninguna carga por el
perdón; pero si es perdonado se debe tan sólo a que el castigo divino por el pecado cayó con todo
su rigor sobre el Cordero de Dios.

1P. 2:24 Élmismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al
pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

1P. 3:18 Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los
injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el
Espíritu hizo que volviera a la vida.

C. El pecado antes de la cruz y después de la cruz.

1. Se dice que el método divino de tratar con el pecado antes de La cruz fue la
expiación. Según su uso bíblico, la palabra «expiación» significa sencillamente
«cubrir». «La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los
pecados» (He. 10:4). La sangre del sacrificio indicaba de parte del que lo ofrecía su
reconocimiento de la justa pena de muerte impuesta sobre el pecador; y de parte de
Dios era una anticipación de la sangre eficaz que Cristo derramara en la cruz. Por el
hecho de simbolizar la sangre derramada de Cristo, la sangre de la expiación servía
para cubrir el pecado como en un pacto de promesa hasta el día cuando Cristo viniera
a tratar en forma definitiva con el pecado del mundo.

Lv. 1:4 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar
y le servirá de propiciación.

Hay en el Nuevo Testamento dos pasajes que arrojan luz sobre el significado de la palabra antiguo
testamentaria expiación.
a) La palabra «remisión» tiene el significado de «pasar por alto», y es en relación
con este significado que se declara que Cristo demostró en su muerte que Dios había
sido justo en pasar por alto los pecados cometidos antes de la cruz y por los cuales la
sangre de los sacrificios se había vertido. Dios había prometido enviar al Cordero que
sería capaz de quitar el pecado del mundo, y en base de esta gran promesa había
perdonado el pecado antes de la cruz.

Ro. 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre,
para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto
los pecados;

Por consiguiente, por medio de la muerte de Cristo quedó plenamente demostrado que Dios ha sido
justo en todo lo que Él ha prometido.
b) En Hechos se afirma que Dios «pasó por alto» los tiempos de esta ignorancia.

Hch. 17:30 Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora
manda a todos, en todas partes, que se arrepientan.

2. En Romanos se declara cuál ha sido el método divino de tratar con el pecado después de la cruz.
Cristo ha muerto.

Ro. 3:26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este
modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

El valor de su sacrilegio no es ya un asunto de expectación que debe tomarse coma un pacto de


promesa y simbolizarse par la sangre de las animales ofrecidos en el altar; la sangre de Cristo ha
sida derramada, y ahora lo único que se demanda de toda persona, sin tomar en cuenta cual sea su
grada de culpabilidad, es que crea en la que la gracia infinita ha consumado para salvación del
pecador. El versículo que tenemos delante revela que los juicios que pesaban sobre cada pecador
Cristo los llevó completamente en la cruz, a fin de que Dios pudiera permanecer justo, a sea
inalterable en su santidad. Aparte de todo castigo, Él justificará al pecador que tan sólo crea en
Jesús.

Como antes se ha dicho, la palabra expiación, la cual aparece sólo en el Antiguo Testamento,
significa «pasar sobre», «pasar por alto» y «cubrir» el pecado; pera cuando Cristo trató con el pecado
en la cruz, Él no solamente lo pasó por alto o lo cubrió. De su sacrificio infinitamente eficaz se ha
dicho: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo»

Jn. 1:29 Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: “¡Aquí tienen al Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo!
He. 10:4 ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los
pecados.

1Jn. 3:5 Peroustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él
no tiene pecado.

«Quien llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero» (1 P.2:24). Cristo no
contemporizó con el pecado, ni lo trató parcialmente en la cruz. El gran problema existente entre
Dios y el hombre fue allí solucionado en tal forma que aun la santidad de Dios quedó plenamente
satisfecha, y la única pregunta que aun permanece en pie es si el hombre está satisfecho con lo que
satisface a Dios. Aceptar la obra que Cristo realizó en el Calvario por nosotros es creer en Él para
salvación del alma.

D. Los tres tiempos de la salvación.

1. El tiempo pasado de la salvación está revelado en ciertos pasajes los cuales, cuando
hablan de la salvación, se refieren a ella siendo completamente en el pasado, o
completada para el que ha creído.

1Co. 1:18 Meexplico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en
cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.

2Co. 2:15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los
que se pierden;
Ef. 2:5, 8 aunestando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios;

Tan perfecta es esta obra divina que del salvado se dice que está salvado para siempre.

Jn. 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Jn. 10:28-29 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano
de mi Padre.

Ro. 8:1 Ahora,pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que
no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

2. El tiempo presente de la salvación, el cual será el tema del próximo capítulo, tiene
que ver con la salvación presente del poder del pecado.

Ro. 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia.

Ro. 8:2 Porque laley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte.

2Co. 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.

Ga. 2:19-20 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.

Fil. 1:19 Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de
Jesucristo, esto resultará en mi liberación,

Fil. 2:12-13 Portanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación
con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su buena voluntad.

2Ts. 2:13 Peronosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación,
mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,
3.El tiempo futuro de la salvación contempla que el creyente será aún salvo dentro
de total conformidad con Cristo.

Ro. 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Ro. 13:11 Yesto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque
ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.

1P.1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

1Jn. 3:2 Amados,ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es.

El hecho de que algunos aspectos de la salvación están aún por ser cumplidos para el que cree no
implica que hay terreno de duda en cuanto a su cumplimiento final; pues en ninguna parte se enseña
que ningún rasgo de la salvación depende sobre la fidelidad del hombre. Dios es fiel y, habiendo
comenzado una buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

Fil. 1:6 estando


persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

E. La salvación como la obra terminada de Cristo.

Cuando se contempla la obra de Dios para los hombres perdidos, es importante distinguir entre la
obra acabada de Cristo por todos, la cual está completa en una perfección infinita, y la obra salvadora
de Dios, la cual es aplicada para y en el individuo en el momento en que él cree en Cristo.

«Consumado es» es la última frase registrada de Cristo antes de su muerte.

Jn. 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado
la cabeza, entregó el espíritu.

Es evidente que Él no se estaba refiriendo a su propia vida, su servicio o su sufrimiento; sino más
bien a una obra especial la cual su Padre le había dado para hacer, la cual ni aun había comenzado
hasta que Él estuvo en la cruz y que fue completada cuando murió.

Esto era definidamente una obra para todo el mundo.

1Jn. 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no
hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

He. 2:9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado
de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios
gustase la muerte por todos.

Y proveyó redención.
1Ti. 2:6 el
cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su
debido tiempo.

Reconciliación.

2Co. 5:19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Y propiciación para cada hombre.

1Jn. 2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino
también por los de todo el mundo.

El hecho de que Cristo haya muerto no salva a los hombres, pero provee una base suficiente sobre
la cual Dios, en completa armonía con su santidad, es libre para salvar aún al peor de los pecadores.
Estas son las buenas nuevas las cuales el cristiano está comisionado a proclamar a todo el mundo.
La sangre del Unigénito y amado Hijo de Dios fue lo más precioso delante de sus ojos; sin embargo,
fue el pago para el rescate del pecador. La ofensa del pecado había separado al pecador de Dios,
pero Dios proveyó a su propio Cordero para quitar el pecado para siempre. Los santos juicios de
Dios estaban contra el pecador a causa de su pecado; no obstante, Cristo fue la propiciación para el
pecado de todo el mundo.

El hecho de que todo esto esté ya terminado constituye un mensaje el cual se pide al pecador que
crea como el testimonio de Dios. Uno apenas puede creer que alguien que haya oído este mensaje
no haya experimentado un sentido de alivio de que el problema del pecado ha sido solucionado de
esta manera, y que haya respondido en un sentido de gratitud a Dios por esta bendición gratuita.

F. La salvación como obra salvadora de Dios.

La obra salvadora de Dios, la cual se cumple en el momento en que uno cree, incluye varias fases
de la obra de Dios en la gracia: redención, reconciliación, propiciación, perdón, regeneración,
imputación, justificación, santificación, perfección, glorificación. Por medio de ella somos hechos
capaces de ser participes de la herencia de los santos.

Col. 1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia
de los santos en luz;

Hechos acepto en el Amado.


Ef. 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo acepto en el Amado,

Hechos hijos de Dios.

Jn. 1:12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios;

Hechos ciudadanos de los cielos.

Fil. 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;
Hechos una nueva creación.

2Co. 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.

Hechos miembros de la familia de Dios

Ef. 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios,
Ef. 3:15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,

Hechos justicia de Dios.

2Co. 5:21 Alque no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Hechos cercanos a Dios.

Ef. 2:13 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.

Y hechos completos en Cristo.


Col. 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

El hijo de Dios ha sido liberado del poder de las tinieblas y trasladado al reino del amado Hijo de
Dios, y ahora posee toda bendición espiritual.

Col. 1:13 el
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo,

Ef. 1:3 el
cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su
amado Hijo,

Entre las maravillosas obras de Dios mencionadas recientemente, la culpa y la pena del pecado han
sido quitadas; puesto que se dice del que es salvo que es perdonado de todas sus transgresiones y
justificado para siempre. Dios no podría perdonar y justificar aparte de la cruz de Cristo, pero puesto
que Cristo ha muerto, Dios es capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que vienen a Él por medio
de Cristo Jesús.

G. La salvación en relación al pecado del salvo.

1. Elperdón de los pecados se cumple para el pecador cuando él cree en Cristo y es


una parte de su salvación. Muchas cosas que constituyen la salvación son forjadas
por Dios en el momento que uno cree; pero el perdón nunca se recibe por parte del
no salvo aparte de la obra completa de la gracia salvadora sobre la base de creer en
Cristo como Salvador.
2.En el trato divino con tos pecados del cristiano, es sólo la cuestión del pecado lo
que se tiene en vista, y el pecado del cristiano es perdonado, no sobre la base del
creer para salvación, sino sobre la base de la confesión del pecado.

1Jn. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.

El efecto del pecado del cristiano, entre otras cosas, es la pérdida de la comunión con el Padre y con
el Hijo y el contristar al Espíritu que mora en el. El hijo de Dios que ha pecado será restaurado a la
comunión, gozo, bendición y poder cuando confiese su pecado.

Mientras que el efecto del pecado sobre el creyente es la perdida de bendición, la cual puede ser
renovada por medio de la confesión, el efecto del pecado del creyente sobre Dios es un asunto
mucho más serio. Pero Si no fuera por el valor de la sangre de Cristo derramada y de la presente
abogacía de Cristo en los cielos.

Ro. 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también
resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

He. 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino
en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;

1Jn. 3:1-2 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos
hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

El pecado separaría a los cristianos de Dios para siempre. Sin embargo, se nos asegura que la
sangre es eficaz y la causa del Abogado es justa.

1Jn. 2:1-2 Hijitos


míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación
por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo.

El santo que peca no se pierde por su pecado, puesto que, aun cuando ha estado en el momento
del pecado, el tiene un Abogado con el Padre. Esta verdad, la cual forma únicamente las bases en
las cuales cualquier cristiano siempre ha sido mantenido salvo, lejos de animar a los cristianos a que
pequen, Se presenta en la Escritura con el fin de que el cristiano «no peque» 0 «no permanezca en
pecado»

1Jn. 2:1 Hijitos


míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

La gratitud al Salvador abogado por nosotros en los cielos debe encauzarnos a dudar seriamente
antes de rendirnos a la tentación.

H. La salvación está condicionada solamente por la fe.


En unos 115 pasajes del Nuevo Testamento se declara que la salvación del pecador depende sólo
de creer, y en aproximadamente 35 pasajes se dice que depende de la fe, lo cual es un sinónimo de
creer. Creyendo, un individuo ejerce el deseo de confiar en Cristo. Es un acto del hombre en su
totalidad, no solamente de su intelecto o su emoción. Mientras que el asentimiento intelectual no
proviene de la fe real, y es meramente una motivación de las emociones, por lo tanto escasa en fe,
el creer es un acto definido en el cual el individuo desea recibir a Cristo por la fe.

En todas partes la Escritura armoniza con esta abrumadora verdad. Sólo Dios puede salvar un alma,
y Dios sólo puede salvar a través del sacrificio de su Hijo. El hombre no puede sostener ninguna otra
relación para la salvación que creer en el mensaje de Dios hasta el grado de volverse de sus propias
obras para depender solamente en la obra de Dios a través de Cristo. Creer es lo opuesto a hacer
cualquier cosa; es, en lugar de ello, confiar en otro. Por lo tanto, se viola la Escritura y toda la doctrina
de la gracia se confunde cuando la salvación se hace depender de cualquier otra cosa que no sea
creer. El mensaje divino no es «cree y ora», «cree y confiesa pecado», «cree y confiesa a Cristo»,
«cree y sé bautizado», «cree y arrepiéntete» o «cree y haz restitución». Estos seis puntos añadidos
se mencionan en la Escritura , y allí tienen su total significado propuesto; pero si fueran tan
esenciales para la salvación como creer, nunca hubieran sido omitidos de ningún pasaje donde se
declara la manera para ser salvo.

Jn. 1:12 Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios;

Jn. 3:16, 36 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. El que
cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino
que la ira de Dios está sobre él.

Jn. 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Jn. 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha
enviado.

Jn. 20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo,el Hijo de Dios, y
para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Hch.16:31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.

Ro. 1:10 rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero
viaje para ir a vosotros.

Ro. 3:22 lajusticia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en
él. Porque no hay diferencia,

Ro. 4:5, 24 más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada
por justicia.

Ro. 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;
Ro. 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Ga. 3:22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la
fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

La salvación es sólo a través de Cristo y, por lo tanto, los hombres son salvos cuando le reciben
como su Salvador.

Salvación Del Poder Del Pecado por Lewis Sperry Chafer


A. Liberación del pecado únicamente para los cristianos.

Puesto que la salvación del poder del pecado es una provisión de la gracia de Dios para los que ya
son salvos de la culpa y de la pena del pecado, la doctrina que en este capítulo consideramos se
limita en su aplicación solamente a los regenerados. Aunque ya están salvos y seguros en Cristo,
los cristianos tienen todavía la disposición a pecar y cometer pecados. De esto tenemos pruebas
abundantes en las Escrituras y en la experiencia humana. Basándose en el hecho de que los
cristianos pecan, el Nuevo Testamento procede a explicar cuál es el camino divinamente trazado
para que el hijo de Dios se libere del poder del pecado.

Por suponer que el cristiano no debiera pecar ni tener la inclinación al pecado, muchos creyentes
que no han alcanzado la madurez espiritual se alarman y confunden —y aun dudan de su salvación—
cuando descubren en su vida el poder dominante del pecado. Es una actitud positiva que se
preocupen del pecado, debido a la ofensa que éste ocasiona a la santidad de Dios; pero en lugar de
poner en duda su salvación o entregarse a la práctica del pecado, debieran escudriñar lo que Dios
en su gracia ha provisto para que los suyos puedan liberarse del dominio del pecado.

Con excepción del plan de salvación no hay otro tema más importante que demande un conocimiento
cabal por la mente humana que el plan divino por el cual un cristiano puede vivir para la gloria de
Dios. La ignorancia y el error pueden resultar en un trágico error espiritual. En la predicación del
evangelio existe una gran necesidad de claridad en la exposición de la doctrina bíblica de la salvación
del poder del pecado.

B. El problema del pecado en la vida de un cristiano.

Habiendo recibido la naturaleza divina, pero reteniendo todavía la naturaleza antigua, cada hijo de
Dios posee dos naturalezas; la una es incapaz de pecar, y la otra es incapaz de practicar la santidad.

2P. 1:4 4 pormedio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que
por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

La antigua naturaleza, algunas veces llamada «pecado» (significando la fuente del pecado) y «viejo
hombre», es una parte de la carne; porque, según el uso de la Escritura , el término carne, cuando
se usa en su sentido moral, se refiere al espíritu y al alma, como también al cuerpo, especialmente
en el caso del hombre no regenerado. Por esto es que el apóstol declara: «Yo sé que en mí, esto
es, en mi carne, no mora el bien» (Ro. 7:18). Por otra parte, teniendo en vista la naturaleza divina
que es impartida al creyente, el apóstol Juan dice: «Todo aquel que es nacido de Dios permanece
en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios» (1Jn. 3:9). Este versículo enseña que todo
cristiano que ha nacido de Dios no practica el pecado (el verbo en el tiempo presente implica una
acción continua). Sin embargo, debe observarse que es en esta misma epístola donde se advierte a
cada hijo de Dios que no pretenda no poseer una naturaleza pecaminosa (1:8) o que no ha cometido
pecado (1:10).

1Jn. 3:8-10 8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no
puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos
del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Estas dos Fuentes de actividad que el cristiano tiene en sí mismo se consideran también en Gálatas
5:17, donde tanto el Espíritu Santo y la carne están activos en incesante y mutuo conflicto: «Porque
el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen el
uno al otro.» El apóstol no se está refiriendo en estas palabras al cristiano carnal, sino al que es más
espiritual, y aun al que no está satisfaciendo la concupiscencia de la carne.

Ga. 5:16 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

Este conflicto existe ciertamente en el cristiano espiritual, y si él se ve libre de los efectos y


concupiscencias de la carne, es porque está caminando bajo la dirección del Espíritu.

C. La ley como una norma de vida.

Para comprender el programa de Dios para la liberación del poder del pecado, es importante
distinguir entre la ley y la gracia como reglas de vida. La palabra «ley» se usa en la Escritura con
muchos sentidos diferentes. Algunas veces se usa como regla de vida. Cuando se usa en este
sentido, la palabra tiene varios significados.

1. Los Diez Mandamientos; escritos por el dedo de Dios sobre tablas de piedra.

Ex. 31:18 18 Ydio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas
del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

2. Todo el sistema de gobierno de Israel que incluía los mandamientos.

Ex. 20:1-26 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en


la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque
yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta
la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a
los que me aman y guardan mis mandamientos.

7No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová
al que tomare su nombre en vano.
8Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu
obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tú Dios; no hagas en él obra alguna, tú,
ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de
tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas
que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová
12

tu Dios te da.

13 No matarás.

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

17No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni


su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

18Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el


monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a
Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para
que no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino
Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. 21 Entonces el
pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová
dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el
cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar
de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus
ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré
a ti y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si
alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26 No subirás por gradas a mi altar, para que tu
desnudez no se descubra junto a él.

Las leyes.

Ex. 21:1 1 Estas son las leyes que les propondrás.

Ex. 24:11 11 Másno extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a
Dios, y comieron y bebieron.

Y las ordenanzas.

Ex. 24:12 12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas
de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
Ex. 31:18 18 Ydio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas
del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

3. Los principios de gobierno del aun futuro reino del Mesías sobre la tierra, los
cuales están contenidos en la Ley y los profetas.

Mt. 5:1 1 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

Mt. 7:29 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Mt. 5:17-18 17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para
abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la
tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Mt. 7:12 12 Así


que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así
también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

4. Algunos aspectos de la voluntad revelada de Dios a los hombres.

Ro. 7:22, 25 22 Porquesegún el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 25 Gracias doy
a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios,
mas con la carne a la ley del pecado.

Ro. 8:4 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu.

5. Algunas reglas de conducta establecidas por los hombres para su propio gobierno.

Mt. 20:15 15¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo
soy bueno?

Lc. 20:22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?

2Ti. 2:5 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.

La palabra «ley» es usada también algunas veces como una fuerza en operación.

Ro. 7:21 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

Ro. 8:2 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado
y de la muerte.

6. En el Antiguo Testamento especialmente, la ley es presentada también como un pacto de obras.


Bajo este concepto de ley, su alcance se extiende más allá de los escritos del sistema mosaico, e
incluye toda acción humana intentada (en conformidad a la enseñanza de la Escritura o no) con el
objeto de conseguir el favor de Dios. La fórmula de la ley es: «Si hacéis el bien, yo os bendeciré.»
Así, el ideal supremo de una buena conducta —si se emprende con el propósito de conseguir el
favor de Dios en lugar de ser una manifestación de la seguridad del favor por medio de Cristo— se
convierte en algo puramente legal en su carácter.

7. La ley se presenta también como un principio de dependencia sobre la carne. La


ley no provee capacidad para su observancia. No se esperaba más de sus
mandamientos de lo que el hombre natural podía hacer. Sin embargo, todo lo que es
acometido en la carne, es legal en su naturaleza: los mandamientos contenidos en la
ley, las exhortaciones de la gracia, o cualquier actividad espiritual.

D. La gracia como regla de vida.

Para el hijo de Dios bajo la gracia, cada aspecto de la ley ha sido eliminado.

Jn. 1:16-17 16 Porque de su


plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por
medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Ro. 6:14 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia.

Ro. 7:1-6 1¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se
enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2 Porque la mujer casada está sujeta por la
ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del
marido. 3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero
si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no

será adúltera. 4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el
cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que
llevemos fruto para Dios. 5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones
pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para
muerte. 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que
estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el
régimen viejo de la letra.

2Co. 3:1-18 1¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos


necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación
de vosotros? 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y
leídas por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino

en tablas de carne del corazón. 4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con
Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros
mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6 el cual asimismo nos hizo
ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra

mata, mas el espíritu vivifica. 7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras
fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés
a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo no será más bien con
gloria el ministerio del espíritu? 9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria,
mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10 Porque aun lo que fue
glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más
eminente. 11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que

permanece. 12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y no como
Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en
el fin de aquello que había de ser abolido. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó;
porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a
Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor,
el velo se quitará. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí
hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.

Ga. 3:19-25 19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones,
hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de
ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es
uno. 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la
ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo
encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a
los creyentes. 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados
para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para
llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no
estamos bajo ayo,

Ef. 2:15 15 aboliendo


en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en
ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,

Col. 2:14 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,

1. Lasordenanzas legales del sistema mosaico y los mandamientos instituidos para


el gobierno del reino no son ahora las guías principales del cristiano. Han sido
reemplazados por una regla de conducta nueva y de gracia que incluye en sí misma
todo lo que es vital en la ley, aunque la reafirma bajo el orden y el carácter de la
gracia.

2. El hijo de Dios bajo la gracia ha sido liberado del peso de un pacto de obras. Ahora
él no lucha para ser aceptado, sino que es libre como uno que es aceptado en Cristo.

Ef. 1:6 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado
3.El hijo de Dios no está llamado ahora a vivir por la energía de su propia carne. El
ha sido liberado de este rasgo de la ley y puede vivir en el poder del Espíritu. Desde
que la ley escrita fue dada a Israel, ella pudo liberarse de los mandamientos escritos
de Moisés solamente por la muerte de Cristo. Sin embargo, tanto el judío como el
gentil fueron liberados por esa muerte del desesperado principio del mérito humano
y del vano esfuerzo de la carne.

4. En contraste con la ley, la palabra «gracia» se refiere al favor inmerecido que


representa el método divino de tratamiento con el hombre que fue introducido con
Adán. Bajo la gracia, Dios no trata a los hombres como ellos se lo merecen, sino que
con una misericordia y gracia infinitas, sin hacer referencia a lo que realmente
merecen. Esto es libre de hacerlo sobre la base de que el justo castigo por el pecado,
que de otro modo su santidad podría imponer sobre los pecadores como retribución
a sus hechos, fue satisfecho por el Hijo de Dios.

Aunque el pueblo de Israel experimentó la gracia de muchas maneras, como regla de vida ellos
pasaron de una relación de gracia con Dios a una relación legal con Dios. Cuando aceptaron la ley,
como se aprecia en Éxodo, ellos neciamente presumieron que podrían guardar la ley de Dios
completamente ignorando su necesidad de la gracia como la única base posible de ser aceptado
delante de Dios. La experiencia de Israel bajo la ley, por consiguiente, demuestra a todos los
hombres la imposibilidad de ser liberado del poder del pecado por medio de la ley como principio.

Ex. 19:3-25 3 YMoisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a
la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5 Ahora, pues, si diereis
oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los
pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente

santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. 7 Entonces vino Moisés, y llamó
a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le
había mandado. 8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho,
haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo. 9 Entonces Jehová dijo a Moisés:
He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo,

y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a
Jehová.10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus
vestidos, 11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a
ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí. 12 Y señalarás término al pueblo en derredor,
diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el
monte, de seguro morirá. 13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea
animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte. 14 Y
descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos. 15 Y dijo

al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer. 16 Aconteció que al tercer
día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte,
y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el
campamento. 17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron
al pie del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él
en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran
manera. 19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le
respondía con voz tronante. 20 Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del
monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21 Y Jehová dijo a
Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque
caerá multitud de ellos. 22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a
Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. 23 Moisés dijo a Jehová: El pueblo no
podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y
santifícalo. 24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los
sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos
estrago. 25 Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.

5. En contraste con la ley, la gracia es revelada en tres aspectos diferentes:

a) Salvación por gracia,

b) Seguridad por medio de la gracia, y

c) La gracia como una regla de vida para el salvado.

a) Dios salva a los pecadores por gracia, y no hay otro camino de salvación ofrecido
a los hombres.

Hch. 4:12 12 Y
en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado
a los hombres, en que podamos ser salvos.

La gracia salvadora es el amor sin límites y libre de Dios por el perdido en conformidad con las
exactas e invariables demandas de su propia justicia a través del sacrificio sustitutorio de Cristo. La
gracia es más que el amor; es amor que libera y hace al cristiano triunfante sobre el justo juicio de
Dios contra el pecador.

Cuando El salva a un pecador por gracia, es necesario que Dios termine con cada pecado, porque
de otro modo éstos demandarían un juicio y así dificultarían su gracia. Esto es lo que El ha hecho en
la muerte de su Hijo. También es necesario que cada obligación sea satisfecha, con este objeto la
salvación ha sido efectuada como un absoluto regalo de Dios.

Jn. 10:28 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi
mano.

Ro. 6:23 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.

Ef. 2:8 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios;
Además, es necesario que todo mérito humano sea eliminado, para que ninguna cosa que Dios
realice esté basada en ningún modo en los méritos de los hombres y no en su gracia soberana
solamente.

Ro. 3:9 9¿Qué,pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya
hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.

Ro. 11:32 32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Ga. 3:22 22 Más la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la
fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

Ya que todo elemento humano está excluido, el evangelio de la gracia es la proclamación de la gracia
poderosa, redentora y transformadora de Dios, la cual ofrece vida y gloria eternas a todo aquel que
cree.

b) El programa divino de la seguridad por medio de la gracia demuestra que


únicamente por medio de la gracia Dios guarda a aquellos que son salvos. Habiendo
provisto un camino por el cual El puede actuar libre de sus propias demandas de
justicia contra el pecado; habiendo dispuesto la retribución de cada acción humana,
y habiendo puesto a un lado eternamente todo mérito humano, Dios ha de continuar
el ejercicio de su gracia hacia el salvado para darle la seguridad de su protección
eterna. Esto es lo que El hace y al hijo de Dios se le dice que está en la gracia.

Ro. 5:2 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes,
y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

1P. 5:12 12 Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente,
amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis.

c) Dios también provee una regla de vida para el salvado basada únicamente en el
principio de la gracia. Dios enseña a aquellos que están salvados y seguros la manera
cómo deben vivir en la gracia y cómo vivir para su eterna gloria. Del mismo modo
como la ley ha provisto una completa regla de conducta para Israel, así Dios ha
provisto una completa regla de conducta para el cristiano. Puesto que todas las reglas
de vida que están presentadas en la Biblia son completas en sí mismas, no es
necesaria que sean combinadas. Por lo tanto, el hijo de Dios no está bajo la ley como
una regla de vida, sino bajo los consejos de la gracia. Lo que él hace bajo la gracia no
tiene como objetivo conseguir el favor de Dios, sino porque él ya ha sido aceptado en
el Amado. El no está confiando en la energía de la carne, sino en la manifestación del
poder del Espíritu. Es una vida que se vive sobre el principio de fe: «Mas el justo por
su fe vivirá.» Estos principios están declarados en los evangelios y en las epístolas.

E. El único camino de victoria.

Se han sugerido varias enseñanzas que pretender señalar el camino por el cual el cristiano puede
liberarse del poder del pecado.
1. Se ha dicho que el cristiano será impulsado a vivir para la gloria de Dios si observa
suficientes reglas de conducta. Este principio legalista está condenado al fracaso
porque hace que la victoria dependa de la misma carne de la cual se busca la
liberación.

Ro. 6:14 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia.

2. Se ha afirmado muchas veces que el cristiano debe buscar la erradicación de la


vieja naturaleza, para así quedar permanentemente libre del poder del pecado. Pero
esta teoría tiene sus objeciones:

a) No hay base bíblica para la enseñanza de que la naturaleza adámica pueda


erradicarse.
b) La vieja naturaleza es una parte de la carne, y es claro que ella debe tratarse en la
misma forma en que Dios trata a la carne. La carne es uno de los tres poderosos
enemigos del cristiano: el mundo, la carne y el Diablo. Dios no erradica el mundo, o
la carne, o el Diablo; pero provee la victoria sobre estos enemigos, por medio del
Espíritu.

Ga. 5:16 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.

1Jn. 4:4 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.

1Jn. 5:4 4 Porque


todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe.

De manera semejante, El da la victoria sobre la vieja naturaleza, por medio del Espíritu.

Ro. 6:14 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia.

Ro. 8:2 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado
y de la muerte.

c) Ninguna experiencia humana actual confirma la teoría de la erradicación, y si esta


teoría fuera verdadera, los padres en este estado engendrarían hijos no afectados por
la caída

d) Cuando se acepta la teoría de la erradicación no hay lugar ni significado alguno para el ministerio
del Espíritu que mora en cada hijo de Dios. Muy por el contrario, los cristianos más espirituales son
advertidos de la necesidad de andar en el Espíritu, rindiéndose a la voluntad de Dios, impidiendo
que el pecado reine en sus cuerpos mortales, mortificando las obras de la carne y permaneciendo
en el Señor.
3.Algunos cristianos suponen que, aparte del Espíritu y simplemente por el hecho
de que ya son salvos, podrán vivir para la gloria de Dios. En Romanos 7:15 - 8:4 el
apóstol testifica de su propia experiencia con esta teoría.

Ro. 7:15-8:4 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que
aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De
manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que
en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el
hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si
hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo
yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior,
me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley
de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis
miembros. 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy
a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios,
mas con la carne a la ley del pecado.

8 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de
carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia
de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu.

El afirma que conocía lo que era el bien, pero él no sabía cómo llevar a cabo lo que conocía.

Ro. 7:18 18 Yyo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien
está en mí, pero no el hacerlo.

Por lo tanto, llegó a las siguientes conclusiones:

a) Queaun cuando él procuraba hacer lo mejor, era siempre derrotado por una ley
que aún estaba presente en sus miembros, rebelándose contra la ley de su espíritu;

Ro. 7:23 23 pero veo otra ley enmis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que
me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

b) que su estado era espiritualmente miserable;

Ro. 7:24 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?

c) que, aun cuando ya era salvo, lo que le dio la libertad fue la ley del Espíritu de vida
en Cristo Jesús, y no sus propias obras;

Ro. 8:2 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado
y de la muerte.
d) que la completa voluntad de Dios se cumple en el creyente, pero nunca por el
creyente. Ro. 8:4 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

En Romanos 7:25 (25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con
la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado) se declara que la
libertad del poder del pecado viene por medio de Jesucristo nuestro Señor. Puesto
que se trata de un problema que atañe a la santidad de Dios, la liberación del poder
del pecado puede venir solamente por medio de Jesucristo. El Espíritu Santo no
podría ejercer dominio sobre una naturaleza caída que todavía no estuviese juzgada;
pero en Romanos 6:1-10 se afirma que la naturaleza caída del creyente fue ya juzgada
al ser crucificada, muerta y sepultada con Cristo, lo que hizo posible para el Espíritu
dar la victoria.

Ro. 6:1-10 1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia
abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos
aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por
el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así

también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él
en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del
pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha
sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con
él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en
cuanto vive, para Dios vive.

Debido a esta provisión de la gracia de Dios, el creyente puede caminar en el poder de un nuevo
principio de vida que consiste en dependen solamente del Espíritu, reconociéndose a sí mismo
muerto en verdad al pecado (6:4, 11). Por lo tanto, la liberación del poder del pecado es por el Espíritu
y por medio de Cristo.

Ro. 6:4, 11 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos
para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

F. Victoria por el Espíritu Santo.

Como se ha dicho en los estudios anteriores sobre la doctrina del Espíritu Santo, un creyente puede
ser liberado del poder del pecado por el Espíritu Santo. «Si estáis caminando por medio del Espíritu,
no satisfaréis los deseos de la carne» (Ga. 5:16). La salvación del poder del pecado, al igual que la
salvación de la pena del pecado, es de Dios y, desde un punto de vista humano, depende de una
actitud de fe, así como la salvación de la pena del pecado depende de un acto de fe. El que ha sido
justificado vivirá por fe —fe que depende del poder de otro— y la persona justificada no conocerá
una época en esta vida cuando necesite depender menos del Espíritu.
Existen tres razones para una vida de dependencia del Espíritu.

1. Bajo
las enseñanzas de la gracia el creyente se encuentra ante una norma de vida
que humanamente es imposible alcanzar. Siendo un ciudadano de los cielos.

Fil. 3:20 20 Masnuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;

Un miembro del cuerpo de Cristo.

Ef. 5:30 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

Y un miembro de la familia de Dios, el cristiano es llamado a vivir de acuerdo a su elevada posición


celestial.

Ef. 2:19 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios,

Ef. 3:15 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,

Puesto que este modo de vida es sobrehumano.

Jn. 13:34 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado,
que también os améis unos a otros.

2Co. 10:5 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

Ef. 4:1-3 1 Yo pues, presoen el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con
2
que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los
unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;

Ef. 4:30 30 Y
no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día
de la redención.

Ef. 5:20 20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.

1Ts. 5:16-17 16 Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar.

1P. 2:9 9 Másvosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable;

El hijo de Dios debe depender completamente del Espíritu que mora en su corazón.
Ro. 8:4 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu.

2. El cristiano se enfrenta a Satanás, el príncipe de este mundo. A causa de esto, debe


fortalecerse en «el Señor y en el poder de su fuerza».

Ef. 6:10-12 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su


fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

1Jn. 4:4 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.

Jud. 1:9 9 Perocuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el
cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El
Señor te reprenda.

3. El cristiano posee la vieja naturaleza, la cual le es incapaz de controlar.

La Escritura revela que no solamente Dios nos salva de la culpa del pecado, sino que
también nos libera del poder del pecado. Finalmente, cuando el cristiano se
encuentre en el cielo, será liberado de la presencia del pecado.

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