Manejo de Malezas - FAO
Manejo de Malezas - FAO
Manejo de Malezas - FAO
Malezas
FAO, Roma
22-24 de Septiembre de 1997
INTRODUCCION
PROGRAMA
PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL DESARROLLO
DEL MANEJO DE MALEZAS EN LOS PAISES EN DESARROLLO
R. Labrada
ECOLOGIA
LA NECESIDAD DE ESTUDIOS EN ECOLOGIA DE MALEZAS
PARA MEJORAR EL MANEJO DE MALEZAS
Martin Mortimer
LA APLICACION DE LA ECOLOGIA DEL BANCO DE SEMILLAS
EN EL MANEJO DE MALEZAS
Frank Forcella
UNA SIMPLE TECNICA PARA PREDECIR LOS FUTUROS
PROBLEMAS DE MALEZAS Y SELECCIONAR LAS MEJORES
PRACTICAS PARA EL MANEJO DE MALEZAS
R. Gordon Harvey
PRONOSTICO DEL CRECIMIENTO DE LAS POBLACIONES
DE MALEZAS
C. Fernández - Quintanilla
ECONOMIA Y MANEJO
INFLUENCIA DEL MOMENTO DE LA EMERGENCIA DE LAS
MALEZAS Y SU REMOCION SOBRE LOS RENDIMIENTOS
DE LOS CULTIVOS.
Maurizio Sattin, Antonio Berti and Giuseppe Zanin
USO PRACTICO DE LOS UMBRALES ECONOMICOS DE MALEZAS
Bärbel Gerowitt
EL USO DE LOS HERBICIDAS Y DE LOS CULTIVOS
TRANSGENICOS RESISTENTES A LOS HERBICIDAS
Baruch Rubin
ENFOQUES DE SISTEMAS EN EL MANEJO DE MALEZAS Y EN EL
DISEÑO DE VARIEDADES DE CULTIVO SUPRESORAS DE MALEZAS
M.J. Kropff, L. Bastiaans and L.A.P. Lotz
ELEMENTOS BASICOS PARA EL MANEJO MEJORADO DE MALEZAS
EN EL MUNDO EN DESARROLLO
I. Okezie Akobundu
CRITERIOS BASICOS PARA EL MANEJO MEJORADO DE
MALEZAS EN PAISES EN DESARROLLO
Bruce A. Auld and Ken M. Menz
CONCLUSIONES Y RECOMMENDACIONES
(Vías para Mejorar los Componentes del Manejo de Malezas)
1
Lista de Participantes
2
INTRODUCCION
Es por esta razón que la FAO convocó la presente Consulta de Expertos en ecología y
Manejo de malezas, la cual tuvo por objetivo evaluar los elementos esenciales del
manejo mejorado de malezas en el Mundo en Desarrollo.
El objetivo de la reunión fue discutir como cada uno de los elementos presentados por
los especialistas, pueden ser efectivamente incluidos en futuros programas de
desarrollo del manejo de malezas.
Doce ponencias fueron presentadas por varios especialistas en malezas y uno en MIP,
las que abarcaron distintos aspectos del manejo mejorado de malezas. Los tópicos
discutidos también tocaron algunas externalidades referidas a las limitaciones y a las
oportunidades del manejo de malezas, así como el actual desarrollo de la ecología de
malezas en el mejoramiento de las herramientas para la toma de decisiones por los
agricultores.
3
La discusión en el último día de la reunión enfocó la necesidad de desarrollar:
4
PROGRAMA
Lunes 22 de Septiembre
Sesión I "Ecología"
Martes 23 de Septiembre
5
15:00 El uso de herbicidas y de los cultivos transgenicos resistentes a los
herbicidas. B. Rubin (Facultad de Agricultura, Ciencias de Alimentos
y Ambiente , Universidad Hebrea de Jerusalem)
15:30 Receso
16:00 Conceptos y desarrollo del MIP. Dr Peter Kenmore (Coordinadora
Global de MIP)
16:45 Discusión
Miércoles 24 de Septiembre
Sesión III "Vías para mejorar los Componentes del Manejo de Malezas"
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PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL DESARROLLO DEL MANEJO DE
MALEZAS EN EL MUNDO EN DESARROLLO
R. Labrada
Oficial de Malezas
Servicio de Protección Vegetal
FAO, Roma
e-mail: Ricardo.Labrada@FAO.org
RESUMEN
Los problemas causados por las malezas en el mundo en desarrollo son descritos y
discutidos brevemente. Las malezas aun causan severas pérdidas de cosechas a los
pequeños agricultores en los países en desarrollo. Las familias de los agricultores
consumen gran parte de su tiempo laboral en labores de desyerbes, lo que limita
cualquier desarrollo económico ulterior. El desyerbe es también considerado un
problema genérico debido a que muchas de estas tareas son llevadas a cabo por
mujeres y niños, incluso en ocasiones mujeres embarazadas. Además, los agricultores
no poseen conocimiento de los elementos principales para prevenir el incremento de
semillas de malezas en el suelo y su posterior diseminación. Ellos tampoco conocen
los aspectos relativos a la interferencia de las malezas y el mejor momento para su
control.
I. Introducción
La población mundial está cerca de los 6 mil millones y se espera que llegue a 8.5 mil
millones alrededor del añ0 2025. De acuerdo a las cifras dadas por la reciente Cumbre
Mundial de la Alimentación (FAO, 1996), el número de desnutridos en los países en
desarrollo estará entre 700 y 800 millones en el año 2010. El incremento poblacional
va paralelamente con la reducción de las áreas agrícolas. Es por esta razón que la
7
producción de alimentos en las áreas de cultivo debe aumentar para poder sostener el
incremento poblacional. Este aumento de la producción será solo lograble mediante el
incremento de los rendimientos agrícolas y mejorando la intensidad de los cultivos.
El desyerbe puede ser también considerado un problema genérico debido a que tales
tareas son llevadas a cabo por mujeres y niños, y en ocasiones mujeres embarazadas
son las que principalmente hacen esta labor.
8
Hace unos 20 años, los agricultores basaban su producción agrícola en barbechos
prolongados y en rotaciones de cultivos (Sauerborn y Kroschel, 1996). De esta forma,
ellos eran capaces de evitar grandes daños de parte de las malezas y degradación de
los suelos después de un cierto período de cultivo. Estas prácticas no son más
factibles debido a la alta demanda de alimentos, el crecimiento demográfico y la
reducida disponibilidad de terrenos agrícolas.
Sin embargo, ellos ni tienen un real conocimiento de los problemas que causan las
malezas ni tampoco conocen las características bioecológicas de las malezas, su nivel
de reproducción y diseminación. Un ejemplo de esto es el caso de las malezas
parásitas radicales del género Striga en Africa al sur del Sahara y Orobanche en el
Africa Septentrional y en el Medio Oriente. En la mayoría de los casos, los agricultores
no saben que estas malezas poseen dos fases de crecimiento (una subterránea y otra
aérea), y que todo el daño causado por estas parásitas ocurre durante la primera fase
de su crecimiento. Los agricultores tampoco saben que estas especies pueden ser
combatidas eficazmente a largo plazo mediante la reducción del banco de semillas, lo
cual se puede lograr si se evita la fructificación de las parásitas. Por lo tanto, el
adiestramiento de los agricultores en aspectos relacionados con la biología de las
malezas pueden ayudarlos a mejorar las prácticas de control de malezas parásitas
radicales.
9
III. Posibles alternativas para el mejoramiento del manejo de malezas
3.1 El enfoque
Como ya se menciono anteriormente, el arsenal de medidas de control malezas de los
pequeños agricultores en los países desarrollados es muy limitado.
10
comprensión de las condiciones abióticas y bióticas responsables del comportamiento
y evolución de la flora de malezas en los trópicos y sub-trópicos.
Los estudios sobre la biología de varias especies de malezas tropicales han sido
realizados por varios especialistas de malezas en países en desarrollo, pero muchos de
estos estudios no se han conducido en el ambiente apropiado.
Existe una vaga idea sobre el fenómeno de alelopatía en muchos países en desarrollo
y en algunos otros, este problema es completamente desconocido. Poco se ha hecho
en lo relativo al uso de cultivos alelopáticos para el control de malezas.
Todos estos problemas y otros necesitan ser estudiados y considerados como criterios
básicos para el desarrollo ulterior de las tecnologías de manejo de malezas.
11
Los elementos principales a ser incluidos en un programa de investigaciones sobre
malezas son los siguientes:
Terry (1996) puntualiza con razón que en el manejo de malezas existen deficiencias
que deben evitarse a partir de experiencias ya sufridas en los países industrializados.
En opinión de este autor, los elementos de eco-biología de malezas, interferencia y
economía ya experimentados en las economías desarrolladas son los que deben ser
aprendidos por los especialistas de malezas en los países en desarrollo.
Finalmente, las técnicas de control de malezas no pueden solo basarse en el uso de los
herbicidas, por lo que el manejo integrado, con componentes principales de prácticas
de control cultural y físicas, deberá ser la vía para reducir efectivamente las
infestaciones de malezas con riegos mínimos al ambiente y a la salud humana en la
agricultura de los países en desarrollo.
12
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13
14
ECOLOGIA
15
16
LA NECESIDAD DE LOS ESTUDIOS SOBRE ECOLOGIA DE MALEZAS
PARA MEJORAR EL MANEJO DE MALEZAS
Martin Mortimer
Instituto Internacional de Investigaciones del Arroz
PO Box 933, 1099 Manila, Filipinas
E-mail: M.MORTIMER@CGnet.com
RESUMEN
Las malezas son con frecuencia las principales limitaciones bióticas en la producción
agrícola en los países en desarrollo, y la necesidad creciente de aumentar la
producción agrícola establece un reto inmediato para los especialistas en le ciencia de
las malezas. De igual importancia es la necesidad de proteger el ambiente y de
asegurar una agricultura sostenible, lo que requiere de una evaluación crítica del
impacto de tácticas individuales de control de malezas en el desarrollo de
procedimientos del manejo integrado de malezas, así como la consideración de las
consecuencias económicas, ecológicas y sociológicas de su uso. Este informe discute
los antecedentes conceptuales de este enfoque desde una perspectiva ecológica. Se
afirma que el enfoque de investigación participatorio- ecológico en malezas en
colaboración con los agricultores, es un componente esencial en el desarrollo de un
manejo sostenible de malezas.
I. Introducción
En 1979, en el primer volumen de la nueva revista Protection Ecology, Geier y Clark
discutieron la naturaleza del control de plagas y preguntaron: '¿cómo deberá ser visto
el futuro- como un proceso de producción o como ecología aplicada?' Sin duda el
control de plagas es un proceso que proporciona un producto de rendimientos
elevados a través de una protección vegetal. Sin embargo, el problema es la forma en
que el producto se logra tomando en cuenta que los agro-ecosistemas (sensu Smith y
Van den Bosch, 1967) son una consecuencia de la imposición de un sistema de
producción, (viz. agricultura), y no una consecuencia del diseño ecológico (sensu El
Jardín del Edén, o Jannatun naim). Dieciocho anos más tarde, Blacklow (1997)
reseñando el mismo tópico desde el punto de vista del 'manejo sostenible de malezas'
concluyó que lo apropiado de las tecnologías específicas para el control de malezas
debe ser la valoración por la sociedad, con sus legitimas preocupaciones, de la calidad
del ambiente (ambas internas y externas al agro-ecosistema) y sobre el uso de los
recursos para el control de malezas. En el centro del argumento, en ambas
publicaciones, esta la manera en la cual el conflicto fundamental de incremento de la
producción agrícola para consumo humano y la protección local, y cada vez más
global, del ambiente se resuelve. Además, Richards (1985) cuestiona la aceptación de
la suposición que la transferencia de soluciones 'avanzadas de altos insumos' será la
solución del problema de malezas en los sistemas agrícolas de bajos insumos de los
países menos desarrollados. Las perdidas continuas debido a las malezas
desigualmente distribuidas en los países y los agro-ecosistemas (Labrada, 1996), la
evolución de la resistencia a los herbicidas (Gressel y Baltazar, 1996), los cambios de
la flora de malezas en respuesta al manejo de malezas (Ho, 1991), la contaminación
química de las fuentes de agua (Sieber, 1987) y la erosión del suelo a través del cultivo
excesivo (Garrity, 1993) conllevan a la necesidad de desarrollar sistemas de manejo
17
de malezas, que sean sostenibles. Tal sustentabilidad puede aparecer a través del
desarrollo del manejo integrado de malezas.
18
La Tabla 1 puede ser tomada como una abstracción académica de poca relevancia,
pero que sirve al agricultor y también proporciona una lista de puntos a ser evaluada,
por los encargados de políticas, en el impacto de las tecnologías existentes y las
nuevas, así como un marco de trabajo para desarrollar la dirección de las
investigaciones.
De esta forma entendemos los enfoques del agricultor y las limitaciones para el
manejo de malezas al macronivel (sistema de cultivo), o sea el 'teatro ecológico', en el
cual las malezas causan su daño al agricultor, y la fuente mayor de daño, (pérdidas de
rendimientos), que ocurre debido a la competencia por los recursos limitantes en
estadios claves del ciclo del cultivo. (Observe, sin embargo, que hay otras fuentes de
daño que deben ser también consideradas dentro de una amplia perspectiva, Auld et
al, 1987; Mortimer, 1990).
Las primeras tres cuestiones en la tabla 1 relacionan hasta un limite el daño al nivel de
campo, y lo hacen de una manera sostenible debido a la ausencia de cambios de la
19
flora de malezas (sean cambios naturales o evolución por resistencia a los herbicidas)
y de método económicamente efectivo de control. La cuarta es la validación de las
prácticas de control de malezas, las que deben ser aceptables de no provocar efectos
indirectos perceptibles desventajosos a los consumidores de productos agrícolas o al
ambiente utilizado para tal producción. Yo utilizo la palabra 'perceptible' juiciosamente
debido a que la validación involucra un juicio de valor en el contexto social y
económico, que se relaciona, por ejemplo, con los niveles de producción (Pingali et
al, 1997), la utilidad relativa (Pandey y Pingali, 1996), la efectividad de costo (Ampong
Nyarko y De Datta, 1991), la aceptabilidad ambiental (Hill et al, 1997) y las
implicaciones internacionales de comercio (Cullen, 1993). Una manifestación de los
diferentes grados de aceptación es la introducción de niveles mínimos de residuos (en
alimentos) como barreras comerciales y el consumo preferencial de alimentos 'libre
de plaguicidas' (Williams, 1992). Otra manifestación es la de reconocer la necesidad de
mantener un medio agrícola diverso, en el cual la biodiversidad del hábitat no
cultivado se convierte en un recurso biológico para los depredadores en el manejo de
insectos (Kenmore, 1996), lo que también sirve por razones éticas. Una tercera, en el
mundo en desarrollo, es que hay tecnologías particulares listas para su mal uso debido
al conocimiento insuficiente de los agricultores y carencia de acceso a fuentes
correctas de información y equipos. Un ejemplo obvio, en sistemas intensivos de
labranza, es el del uso de insumos químicos (nutrientes, plaguicidas) que resulta en
residuos en la superficie y las aguas del suelo (Crosby, 1996), lo que conduce a un
daño del ecosistema, en particular de la cadena acuática alimentaria o también a la
salud humana (Pingali y Marquez, 1996).
Las opciones para el manejo de malezas que posee el agricultor son potencialmente
diversas y altamente interactivas en su efecto, pudiendo clasificarse en dos clases,
agronomía e intervención (Tabla 2). La agronomía del cultivo se define aquí como
todas las practicas a seguir para 'hacer crecer un cultivo sano' o alternativamente para
minimizar la laguna de rendimiento (Teng, 1990) – siempre suponiendo que las
malezas están ausentes. Estas son las prácticas que definen el hábitat escenario, las
que de manera interespecífica seleccionan las especies que se incluyen en la flora de
malezas (Mortimer 1994). Por ejemplo, en arroz irrigado, el tiempo, la profundidad y
la duración de la inundación es una determinante critica para el establecimiento
satisfactorio de las malezas gramíneas (Smith y Fox, 1973; Pane y Mashor, 1996).
20
1991). Los textos recientes reflejan esta vía de pensamiento (Cousens y Mortimer,
1995; Radosevich et al, 1997).
21
dinámicas de competencia de plantas dentro de enfoques eco-fisiológicos (Kropff y
Bastiaans, 1997).
22
IV. Investigación Ecológica en Colaboración con los Agricultores
Son bien conocidas las respuestas criticas y la no-aceptación por los agricultores de
los consejos en manejo de plagas dados por los trabajadores de extensión agrícola
(Millar, 1994). Tales observaciones proponen con fuerza que la transferencia al
agricultor de los resultados de la investigación ecológica dentro del contexto del
manejo integrado de malezas, incluya más elementos que una simple demostración en
parcelas. Será necesario ilustrar, tanto a los trabajadores de extensión como a los
agricultores, la aplicación del conocimiento ecológico. Las campañas estratégicas de
extensión (Adhikarya, 1994) y las escuelas de campo para los agricultores (Kenmore,
1996) en manejo de insectos ilustran la importancia y el éxito del enfoque
participatorio orientado del agricultor en esta dirección. Esto representa un nuevo reto
para los investigadores de malezas, ya que el mismo involucra al agricultor desde el
inicio en la investigación ecológica participatoria. Al inicio, solo como ejemplo, se
requerirá realizar experimentos simples de campo (como una consecuencia de la
discusión y debate coordinado) para indicar las fuentes de malezas (suelo y semillas
del cultivo), las diferencias competitivas de las especies y los efectos de las respuestas
plásticas de las malezas que sobreviven a las practicas de manejo. Las innovaciones de
los agricultores en el manejo de malezas han sido reseñadas por un numero de
investigadores (Chambers et al. 1989). Moody (1994) cita un número de ejemplos
donde la experimentación independiente en el ámbito de campo ha conducido a
mejoras y adaptaciones a la tecnología, lo que ha sido confirmado posteriormente por
la investigación. Es por ello de esperar que un dialogo fructífero conlleve a una
comprensión mas profunda de ambas partes.
Agradecimientos
Algunos de los conceptos e ideas expresadas en esta ponencia son re-expresiones de
problemas presentados por el autor en la discusión de sus informes durante la
Conferencia de MIP en Arroz 'Pueblo y Ciencia Integrada en el Manejo de Plagas en
Arroz': 18-21 noviembre 1996, Kuala Lumpur, Malasia; y el taller satélite sobre
Manejo de Malezas en Arroz en Malasia, 'Producción Sostenible de Arroz a través del
Manejo Integrado de Malezas mas allá del ano 2000': 13 - 14 septiembre 1997, Sungai
Petani, Kedah, Malasia.
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26
LA APLICACION DE LA ECOLOGIA DEL BANCO DE SEMILLAS EN EL
MANEJO DE MALEZAS
Frank Forcella
Servicio Agrícola de Investigaciones, USDA
Laboratorio de Conservación de Suelos del Norte Centro
Laboratorio de Investigaciones
Morris, MN 56267, EE.UU.
E-mail: fforcella@mail.mrsars.usda.gov.
RESUMEN
El conocimiento de la ecología del banco de semillas tiene aplicaciones directas de
manejo. Los bancos de semillas son notoriamente difíciles de analizar con altos
niveles de exactitud estadística, pero tal exactitud puede ser innecesaria para la
aplicación de la información del banco de semillas a las decisiones de manejo.
Consecuentemente, los bancos de semillas de muchos terrenos cultivables pueden ser
muestreados adecuadamente con menos tiempo, esfuerzo y gastos que lo supuesto
originalmente.
La latencia de los componentes del banco de semillas es también importante para las
decisiones de manejo. La latencia o dormancia es específica de cada especie y
regulada por un complejo de factores, pero cierto progreso se ha logrado
recientemente en su predicción e inducción a nivel de campo. Aun un progreso
mayor se ha hecho en el pronóstico de las plántulas y la emergencia, el cual es
posiblemente el tipo más crítico de información ecológica necesaria para un manejo
eficaz de malezas.
Sin embargo, más investigación adicional será necesaria, especialmente para especies
de malezas tropicales, a fin de aplicar los principios emergentes de la ecología del
banco de semillas al manejo de malezas.
I. Introducción
Los bancos de semillas de malezas proveen un considerable potencial informativo
anticipado a los encargados del control de malezas. Sin embargo, la agudeza de esta
información depende grandemente del nivel de conocimiento ecológico de las malezas
que disponga el especialista encargado. A pesar que una visión perfecta es imposible,
el conocimiento ecológico sirve como medio de ayuda al especialista para enfocar
mejor el espectro de prácticas disponibles de manejo. El objetivo de esta ponencia es
la describir los tipos y limites de la información ecológica y el conocimiento requerido
por el especialista a la hora de la toma de decisiones apropiadas agronómica y
económicamente. Estos tópicos incluyen el muestreo del banco de semillas, el
potencial de emergencia y el momento de emergencia.
27
cultivable. Aun en el caso que todo el nivel de infestación potencial no se haya llegado
a concretar en un determinado año, la utilidad de este tipo de información ha sido ya
informada para el manejo de malezas en cultivos de granos, tales como el maíz y la
soya (Forcella et al. 1996b).
28
contiene 950 o 1000 semillas/m-2 puede no ser importante para decidir en la realización
del manejo de malezas. Si el banco de semillas contiene 95 o 1000 semillas/ m-2 es
probablemente de mucha mayor importancia. En otras palabras, las diferencias de
densidades en el banco de semillas en términos de “rangos de magnitud” (1, 10, 100,
1000, etc.) son probablemente más importantes para las decisiones de manejo que las
diferencias que se distinguen con un 95% de limites de confiabilidad. Estos puntos
pueden ser ilustrados con ayuda de decisiones de manejo de malezas, tales como
WeedSim (Swinton y King 1994).
WeedSim es una ayuda en la decisión, que utiliza las densidades del banco de semillas,
de conjunto con otros parámetros de biología de malezas, a fin de determinar la
estrategia de manejo de malezas que aumenta la ganancia del agricultor después de
tomar en cuenta variables, tales como rendimiento esperado del cultivo, precio de
realización de la cosecha, costos de manejo, competencia entre cultivo y malezas, y
otros. Nosotros podemos incluir diferentes densidades de banco de semillas en este
programa de software y observar la sensibilidad de las recomendaciones a las diversas
densidades. La figura 1 ilustra los tipos y costos de las recomendaciones de manejo
que aumentarían la utilidad en el cultivo de maíz a partir de distintas densidades de
semillas de malezas en un banco de semillas compuesto de Setaria faberi.
Primeramente, observe que el eje x (densidad del banco de semillas) en esta figura está
sobre una escala logarítmica. En segundo lugar, observe que las recomendaciones de
WeedSim cambia solo cinco veces mientras que la densidad del banco de semillas
varia a lo largo de cinco ordenes de magnitud, desde 1 hasta 100,000 semillas/m-2. Esta
información indica que las prácticas de manejo de malezas son de hecho sensibles a
cambios en las densidades del banco de semillas, pero no altamente sensibles. Esto
también propone que los esquemas de muestreos del banco de semillas que se
plantean con una confiabilidad estadística del 95% son más exactos de lo que
realmente se requiere para tomar las decisiones de manejo de malezas.
29
aumenta de 3 a valores mayores. La varianza de la muestra podrá ser alta e inestable
con un número bajo de muestras. Como el número de muestras aumenta, la varianza
eventualmente descenderá y se estabilizará. Llegado al punto de estabilización de la
varianza, cualquier incremento en el número de muestras dará una pequeña
información adicional relativa a la densidad de las semillas del banco de semillas. Las
varianzas de la muestra se estabilizan con 10 a 15 muestras del suelo para parcelas
individuales de investigación en un rango de localidades (Forcella et al. 1992). Para
campos reales de agricultores las varianzas de la muestra se estabilizan entre 20 y 40
muestras para especies comunes de malezas, tales como Setaria viridis y
Amaranthus retroflexus (Figura 2). Aunque la exactitud inevitablemente aumentará
con un número mayor de muestras, una pequeña información adicional sobre las
densidades de semillas se alcanzará con muestras del suelo por encima de 20 a 40 por
campo a evaluar.
Suponiendo que las densidades del banco de semillas puedan ser determinadas con
suficiente exactitud, el valor de esta información es aun limitado. La limitación emerge
por dos razones. Primero, las semillas en el suelo existen en varios estados de latencia
en cualquier punto de tiempo. O sea, aun los bancos de semillas de altas densidades
pueden originar solo poblaciones esparcidas de plántulas si la mayor parte de las
semillas está latente. Contrariamente, bancos de semillas de baja densidades pueden
originar poblaciones relativamente densas de plántulas si la mayor parte de las semillas
no está latente. En segundo lugar, cuando las semillas tienen la habilidad de germinar,
ellas lo hacen por períodos prolongados de tiempo. Esto significa que el momento de
muestreo del banco de semillas y, por consiguiente, de la evaluación de la población
de plántulas debe ser coordinada temporalmente. Dicho en pocas palabras, los bancos
de semillas deben muestrearse antes de la emergencia de las plántulas.
Sorprendentemente, este credo lógico fue abandonado en muchos estudios de bancos
de semillas informados en la literatura.
De esta forma, dos aspectos importantes de la biología de las malezas deben ser
considerados para hacer un uso completo de la información sobre la densidad del
banco de semillas. Me refiero a estos problemas como potencial de emergencia y
momento de emergencia, y ellos serán descritos en las siguientes secciones.
El potencial máximo de emergencia, sin embargo, es con poca frecuencia ejercido por
estas especies. Ciertas condiciones ambientales pueden tener lugar en la primavera o al
inicio del verano, las que son conocidas como “latencia secundaria” en algunas de
30
estas especies. Nosotros aun no conocemos las condiciones que inducen la latencia
secundaria en la mayoría de las especies susceptibles a la latencia secundaria. Sin
embargo, si hemos sido capaces de estimar estas condiciones en algunas especies
basado en las relaciones empíricas entre la proporción del banco de semillas que
emerge en el curso de una temporada completa de cultivo y las situaciones que tienen
lugar en determinados días en la primavera o al inicio del verano (Forcella et al. 1997).
Las partidas de los potenciales máximos de emergencia pueden predecirse para
algunas especies basadas en las temperaturas diarias con el uso de un software
conocido como WeedCast (Reese y Forcella 1997, Forcella 1998). Predicciones
similares para la mayoría de las especies aguardan por esfuerzos mayores y detallados
de investigación.
La información del tiempo real sobre el nivel de latencia en los bancos de semillas de
malezas dota a los productores y a los consultores agrícolas de un conocimiento de
valor (Forcella et al. 1996a). Tal conocimiento permite llegar a decisiones racionales
sobre la necesidad, grado y tipo de manejo de malezas. Por ejemplo, supongamos que
el banco de semillas contiene 2000 semillas/m-2 de S. faberi y que el maíz será el
cultivo. El nivel de latencia en ese banco de semillas determinará el grado subsiguiente
de infestación de malezas, la pérdida potencial del rendimiento del cultivo y el tipo de
control de malezas necesario para reducir el nivel de infestación que afecta la pequeña
pérdida de rendimiento.
Escenarios más complicados, pero más realistas, pueden ser también examinados. Por
ejemplo, supongamos que la inducción de la latencia secundaria para especies tales
como P. pensylvanicum y S. faberi tiene lugar tempranamente (el 6 de abril) para un
campo de soya. Si el total del banco de semillas es de 2000 semillas (1000 semillas de
cada especie), las densidades resultantes en el suelo después de un pase de arado, el
cual incorpora profundamente muchas semillas (ineptas para germinar) (Forcella et al.
1996a), serían 33 plántulas/m-2 de P. pensylvanicum y 87 de S. faberi. WeedSim solo
recomendaría el pase de azadón rotatorio para el control de este nivel de infestación.
Sin embargo, si la latencia de P. pensylvanicum es nuevamente inducida el 6 de abril,
31
pero la inducción de la latencia de S. faberi se retrasa hasta el 10 de mayo, entonces
33 plántulas/m-2 de P. pensylvanicum y 434 de S. faberi sería lo esperado a emerger,
lo cual daría una recomendación de WeedSim de usar el azadón rotatorio seguido de
una aplicación costosa de pos- emergencia de sethoxydim. Claramente, el
conocimiento de los efectos del tiempo en la inducción de la latencia secundaria
permite a los directores agrícolas tomar las decisiones más informadas en tiempo real
para el manejo de malezas.
Para facilitar el uso de las predicciones de emergencia basadas sobre los resultados de
la investigación, el programa de software WeedCast (Reese y Forcella 1997, Forcella
1998) fue adaptado para incorporar dos conjuntos básicos de ecuaciones para cada
especie de varias malezas anuales de verano. El primer conjunto de ecuaciones
describe la relación empírica entre la emergencia de las malezas y el índice
acumulativo en el suelo de Grados Días de Crecimiento (GDC) cuando la humedad
del suelo es alta. El GDC del suelo es el promedio diario de temperatura del suelo a 5
cm de profundidad menos 4.4 C. El segundo conjunto de ecuaciones esencialmente
le dice al primer conjunto de igualar el valor diario de GDC del suelo a 0 en cualquier
día cuando la humedad del suelo cae por debajo del nivel de umbral que es
característico para cada especie.
32
datos vinieron después de resultados de 10 años de estudio desde Ohio a Colorado y
de Missouri a Minnesota (Forcella 1998, Forcella et al. 1998). Con todos estos datos se
construyeron “curvas de emergencia”; o sea la emergencia acumulativa relativa
llevada a gráfico contra la GDC acumulativa del suelo. Estos datos se sometieron a
ecuaciones de Gompertz, pero las mejores ecuaciones no fueron usadas. Las
ecuaciones Gompertz utilizadas por WeedCast son ecuaciones “de limite superior”. O
sea, que ellas representan la emergencia de cada especie como si la humedad del suelo
nunca limitase la emergencia. En realidad, sin embargo, la humedad del suelo
frecuentemente limita la emergencia de las plántulas. La manera mediante la cual
WeedCast toma en cuenta los efectos de la humedad del suelo se describe en el
párrafo siguiente.
En todos los lugares y durante iguales años, los datos de emergencia fueron
colectados y la humedad del suelo (MPa) a 5 cm se estimó diariamente. Estos valores
diarios pueden ser luego visualizados para determinar el valor de umbrales para la
inhibición de la emergencia de plántulas. Estos umbrales de humedad del suelo y las
ecuaciones GDC (Gompertz) fueron luego combinados. En esencia, WeedCast estima
los valores de humedad del suelo, y cuando estos valores diarios caen por debajo del
valor de umbral para especies de malezas de interés, entonces los GDC no son
acumulativos.
La acumulación de GDC no se resume hasta la próxima lluvia de significación. Por
consiguiente, la emergencia de plántulas cesa durante los momentos secos y aumenta
solo cuando la humedad del suelo está por encima del umbral Mpa diseñado.
Las ecuaciones usadas por WeedCast fueron probadas usando temperaturas diarias
del suelo de lugar especifico y datos de lluvias. Los resultados de los modelos
preliminares fueron entonces comparados para observar las curvas de emergencia.
Cuando una buena relación se ha encontrado, estas ecuaciones empíricas derivadas
fueron entonces insertadas en el software de WeedCast.
33
mecánica del terreno para el cultivo de la soya (Figure 3). En este ejemplo ninguna
otra forma de control de malezas fue usada, excepto una práctica de cultivo entre
hileras. Relaciones similares se han mostrado para otras especies (Forcella et al.
1993).
RESUMEN Y CONCLUSIONES
Las mediciones de las densidades del banco de semillas y los pronosticos de la
latencia de la latencia de las semillas de malezas y de la emergencia de las plántulas de
malezas son posibles a pesar los posibles y variados errores encontrados en tales
estimaciones y predicciones. La comprensión de los objetivos finales
(recomendaciones de manejo) y un software de fácil manejo pueden hacer funcionales
y disponibles estas estimaciones y predicciones en tiempo para los agricultores y los
asesores agrícolas. Finalmente, las decisiones de manejo de malezas hechas de
conjunto con estas estimaciones y predicciones aumentan la eficiencia de las
operaciones agrícolas.
34
Figura 1. Costos de las recomendaciones de control de malezas hechas por WeedSim,
un programa software para la decisión en el manejo de malezas (Swinton y King 1994)
basado en densidades variables de Setaria faberi en el banco de semillas en el cultivo
de maíz. Observe que las recomendaciones individuales son estables dentro de rangos
relativamente amplios de las densidades del banco de semillas.
35
Figura 2. El coeficiente de variación de las densidades del banco de semillas y el
número de muestras asociadas del suelo, de las que se derivan los datos. Los datos se
originan de un campo comercial (80 x 800 m) con la rotación maíz-soya en la granja
del Sr Ronald Barsness en el Condado Pope de Minnesota. Las líneas representan el
promedio de los coeficientes de variación de una clasificación de 10 muestras
aleatorias de un total de 96 muestras tomadas por pares en un espacio de 4 x 24 grid.
Observe que la varianza se estabiliza más tempranamente para la especie más común,
Setaria viridis, que para las poblaciones relativamente esparcidas de Amaranthus
retroflexus. Sin tomar en cuenta las diferencias entre especies, de 20 a 40 muestras de
36
suelo parecen ser adecuadas para lograr el requisito de la información del banco de
semillas para cada especie.
37
cultivadas alrededor de seis semanas después de la siembra. Adaptado de Forcella et
al. (1993).
38
Figura 4. Control temprano de Setaria viridis (Fox) y Amaranthus retroflexus (Pig)
con herbicidas pre-emergentes, metolachlor (2.5 kg ai ha-1) y metribuzin
(0.5 kg ai ha-1), respectivamente. Los herbicidas fueron aplicados cuando cada especie
fue prevista estar en uno de los cinco niveles de emergencia de plántulas.
Figura 5. Densidad relativa (opuesto del porciento de control) de Setaria spp. cuando
sea el azadón rototario (R.H.) o el cultivo entre hileras (Cult.) desarrollado a
porcentajes variados de emergencia. G/Y-95 y G/Y-96 se refieren a poblaciones
39
mixtas de S. viridis y S. glauca en Minnesota occidental durante 1995 y 1996; Gia-
MN se refiere a las poblaciones de S. faberi en Minnesota oriental durante 1989-91; y
Yel-NY se refiere a S. glauca en el estado de Nueva York. Adaptado de Oriade y
Forcella (1998).
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41
42
UNA SIMPLE TECNICA PARA PREDECIR LOS FUTUROS PROBLEMAS
DE MALEZAS Y SELECCIONAR LAS MEJORES PRACTICAS PARA EL
MANEJO DE MALEZAS
R. Gordon Harvey
Departmento de Agronomía
Universidad de Wisconsin--Madison
E-mail: RGHarvey@FACSTAFF.Wisc.edu
RESUMEN
Los agricultores deben ser capaces de predecir la severidad y la composición de
especies de futuras infestaciones de malezas, para así hacer las decisiones más
apropiadas de manejo de malezas. Técnicas simples pueden ser usadas, incluso por
pequeños agricultores, para predecir los futuros problemas de malezas. Suponiendo
que un agricultor realiza un trabajo razonable de manejo de las malezas que aparecen
en sus campos cada año, las infestaciones previas de malezas pueden ser usadas para
predecir las futuras infestaciones de malezas. Dejando pequeñas áreas sin desyerbar
en los campos anualmente y registrando tales datos de densidades y especies
presentes, la severidad del patrón del enmalezamiento puede establecerse y usarse
para mejorar el futuro manejo de malezas. Después de la evaluación, las malezas
podrían ser removidas de las áreas no desyerbadas para prevenir la producción de
semillas. Las ligeras pérdidas de cosecha que pueden tener lugar en las áreas no
desyerbadas resultan ser insignificantes cuando se comparan con los beneficios
aportados por las decisiones mejoradas de manejo de malezas. Alternativamente, las
muestras del suelo pueden ser tomadas anualmente de los campos, las malezas se
dejan germinar, y se cuentan las plántulas de malezas. De nuevo, al registrar las
densidades, los cambios en las poblaciones de malezas podrán ser anticipados.
I. Introducción
Debido a la experiencia de muchos años en el buen manejo de malezas, muchos
campos de maíz de Wisconsin (Zea mays L.), maíz dulce (Zea mays L.) y soya
(Glycine max L.) poseen bajas poblaciones de malezas (Wagner, 1992). Estos campos
son los primeros candidatos para las aplicaciones de los herbicidas a dosis reducidas,
una práctica importante en un estado, donde la contaminación de las aguas
subterráneas por herbicidas es grande (LeMasters y Harrar, 1990). Desdichadamente,
la mayoría de los agricultores no pueden predecir la presión de malezas en sus
campos. Ellos ven las malezas escapar de sus prácticas de manejo, pero no saben
43
cuantas especies y cuales estarán presentes sin la aplicación de las medidas de control
de malezas. La carencia de esta información crítica conlleva a excesivas aplicaciones
de herbicidas. Habiendo llevado a cabo estudios de bancos de semillas de malezas, los
científicos de malezas de la Universidad de Wisconsin-Madison comprendieron la
dificultad y los costos involucrados en el muestreo, separación y conteo de semillas
de malezas en suelos (Forcella, 1992; Kropac, 1966; Schafer y Chilcote, 1970). Ellos
también reconocieron la gran dificultad en predecir cuantas semillas encontradas en
las muestras de suelo podrán germinar y crecer en los campos durante la época de
cultivo. Ellos han también desarrollado estudios de interferencia cultivo- malezas y
han comprendido la gran variabilidad en las reducciones de los rendimientos de los
cultivos resultantes de la interferencia de las malezas en diferentes años y localidades
(Bauer, et al., 1991; Mortenson y Coble, 1989). Tiene que haber un proceso simple,
mediante el cual los agricultores puedan predecir los efectos de futuras
poblaciones de malezas sobre los rendimientos del cultivo, para así ayudarles a
tomar las decisiones más apropiadas de manejo de malezas!
Postulados sobre los que se basó el desarrollo de una técnica sencilla: En el proceso de
desarrollo de un procedimiento simple para predecir los efectos de los futuros
problemas de malezas, los científicos de malezas de la Universidad de Wisconsin,
Madison hicieron las siguientes suposiciones:
3. Las reducciones del rendimiento del cultivo causadas por todas las especies de
malezas son todas similares cuando se compararon más sobre la base de PM que
sobre la base del número por área (población).
Bases para las suposiciones: La experiencia ha demostrado que los problemas de los
agricultores con las malezas reflejan condiciones ambientales y prácticas agronómicas
únicas en campos individuales. Por ejemplo, la textura del suelo, fertilidad, humedad,
44
pH y contenido de sales varían de un campo a otro. Agricultores individuales realizan
labranza y otras prácticas culturales de forma diferenciada en determinados campos y
ciertamente distinto a otros agricultores. Sería casi imposible modelar tal variabilidad.
Por lo que se propuso que el historial previo podría ser un elemento de predicción más
útil.
45
cultivo. A pesar de estas diferencias, las regresiones de PM y PRRC fueron siempre
altamente significativas, lo cual apoya la suposición que las reducciones de
rendimientos del cultivo causadas por las malezas son similares cuando se comparan
usando los valores de PM. En 1990 y 1991, parcelas replicadas de maíz, maíz dulce y
soya fueron establecidas sin manejo alguno de malezas en un mismo campo. Los
valores de PM fueron similares cuando los tres cultivos fueron plantados en hileras
espaciadas a 76 cm, lo que apoya la hipotesis que una población dada de malezas
producirá PM similares en estos cultivos.
Después de obtenidos los valores de PM, se debe usar un aspersor manual para aplicar
una solución al 2% de glifosato en las parcelas no tratadas. Alternativamente, las
malezas pueden ser eliminadas con desyerbe manual. Esto evitará la reproducción de
las malezas en las áreas no tratadas, así como el incremento de futuros problemas. No
debe haber preocupación si el cultivo en las áreas no tratadas es eliminado o dañado
por esta aplicación manual. El valor del cultivo dañado es relativamente bajo con
respecto a los beneficios obtenidos del registro de los estimados de PM. Mientras ud
46
tiene glifosato en su aspersor manual, este puede utilizarse sobre manchas de malezas
perennes que crecen en algunas partes del campo.
III. Predicción de las pérdidas de rendimiento del cultivo por falta de control de
malezas .
Se debe usar la Tabla 1 para predecir el % de pérdida de rendimiento del cultivo de no
haber programa de manejo de malezas en el campo. Esta tabla se deriva de las pruebas
de control de malezas llevadas a cabo en la Universidad de Wisconsin-Madison
durante un período de seis años, que abarcó un total de 1,640 campos de maíz, 138 de
maíz dulce y 1,347 de soya (Harvey and Wagner, 1994). Se multiplicará el % de la
pérdida prevista de rendimiento por un valor de rendimiento razonable y el precio
anticipado por unidad producida para poder dar un posible valor de pérdida
monetaria. Los agricultores deben reconocer que ellos perderán dinero si el valor de
las pérdidas esperadas es inferior al costo de su programa de control de malezas.
___________________________________________________________
5 Ligero 4% 10%
10 Bajo 9% 20%
20 Moderado 17% 36%
40 Severo 34% 54%
80 Muy severo 68% 63%
_________________________________________________________
47
Ejemplos de como utilizar esta simple técnica:
Campo 1. Los registros muestran que el campo 1 está infestado de Setaria faberi
Herrm., bledo rojo (Amaranthus retroflexus L.), Abutilon theophrasti Medicus y
Chenopodium album L. Los promedios de PM en los últimos tres años fueron de 6, 8
y 7, respectivamente, y las contribuciones a la PM por parte de S. faberi, bledo rojo, A.
theophrasti y C. album fueron aproximadamente de 40%, 25%, 20% y 15%,
respectivamente, en los tres años. La PM prevista para el siguiente año es de 7, de esta
forma la pérdida esperada de rendimiento en ausencia de manejo es de cerca 6% para
el maíz y el maíz dulce, y 14% para soya. Se calcula la pérdida potencial en valor del
cultivo a desarrollar. Se selecciona una estrategia de manejo con actividad contra las
cuatro malezas esperadas a crecer en el campo, que cuesta menos que la pérdida
potencial.
Campo 2. Los registros muestran que el promedio de PM en los últimos tres años en
el campo 2 fue de 4, 12 y 20, respectivamente. A. teophrasti, el millo salvaje
(Panicum milliaceum L.), Solanum ptycanthum Dun. y el bledo rojo totalizaron 50%,
20%, 15% y 15% de PM en los últimos tres años. Pero, el millo salvaje llegó a 60% y
85% de PM total dos y un año antes, respectivamente. De esta forma, la PM y la
contribución del millo salvaje a la PM ha sido en incremento. Las prácticas de manejo
de malezas deben ser mejoradas! Se debe anticipar una PM mayor de 20 al siguiente
año. Las pérdidas esperadas de rendimiento sin tratamiento serían de cerca del 17% en
campos de maíz y maíz dulce, y de 33% en soya. El millo salvaje es más fácilmente
controlable en soya (Harvey y Porter, 1990). Se debe considerar desarrollar un cultivo
con un tratamiento apropiado que elimine a esta y a otras malezas presentes.
Campo 3. El campo 3 está siempre cultivado con cultivos en hileras. Por lo tanto, las
tres áreas de control en el campo fueron cultivados antes de la estimación de la
presión de malezas. La PM fue de 2 y 1, tres y dos años antes cuando el campo fue
cultivado con maíz y soya, respectivamente. Las especies primarias de malezas
observadas en los testigos cultivados fueron C. album, S. faberi y A. teophrasti y las
proporciones relativas no cambiaron grandemente entre una temporada y otra. El
pasado año, el trigo de invierno fue cultivado en un campo y un sistema para la
estimación de PM en ese cultivo no estaba disponible. Como las malezas anuales de
verano, que infestan típicamente al maíz y la soya son suprimidas en el trigo de
invierno, se debe ignorar al cultivo de trigo del pasado año y anticipar una PM al año
siguiente de 1 a 2. Las pérdidas esperadas de rendimiento con labores de cultivo para
el control de malezas serían cerca de 2% en maíz y maíz dulce, y de 4% en soya. Este
campo es un excelente candidato para el manejo de malezas con bajos insumos. Se
debe considerar opciones como la combinación de azadón rotatorio con múltiples
labores de cultivos para un programa completo de control mecánico, usando
herbicidas pos-emergentes solo de ser necesario para controlar las malezas que
escapan a las labores de cultivo, o usando dosis reducidas de herbicidas activos en el
suelo en combinación con labores de cultivo a tiempo.
Otros beneficios del uso de esta simple técnica: En los EE.UU, los agricultores
frecuentemente buscan la compensación de parte de los aplicadores de herbicidas
comerciales o de productores de agroquímicos caso que los herbicidas fallen en
48
controlar las malezas o dañen a sus cultivos. Un buen arreglo de estas quejas sería
facilitado si los testigos sin tratamiento son dejados en el campo. En ese caso, el
crecimiento del cultivo y las malezas pueden ser directamente comparados tanto en
áreas tratadas como no tratadas en un mismo campo. En años recientes, las agencias
locales, estatales y federales del gobierno han pasado reglas restringiendo el uso de
herramientas importantes de manejo de malezas (p. ej. quema, cultivo y químicos).
Cuando se llevan estas cuestiones a la corte, los agricultores se ven incapaces de
presentar información sobre la necesidad de uso de herramientas de “peligro”. Si esta
simple técnica fuera usada de forma rutinaria, los agricultores podrían presentar
registros de la severidad de malezas, especies presentes, pérdidas previstas de
rendimiento, etc. Esta información facilitaría los análisis de riesgo-beneficios
requeridos por el gobierno para tomar decisiones regulatorias responsables.
49
alternativo para la predicción de la severidad de malezas podría ser implementado. Por
ejemplo, los participantes de la escuelas de campo colectarían muestras de suelo de
varios campos, las ubicarían en contenedores, identificarían y cuantificarían las
plántulas de malezas una vez germinadas. Esto ayudaría a la instrucción en la
identificación de plántulas de malezas, a la vez que mientras se demostrarían los
campos que poseen las infestaciones más severas de malezas. Si las diferencias en las
infestaciones de malezas fueron aparentes, parte de la experiencia de instrucción
podría ser comparada con los manejos precedentes de sus campos respectivos en un
intento por identificar prácticas más efectivas localmente de manejo de malezas. Al
mismo tiempo, protocolos simples podrían ser preparados para asistir los agricultores
que participan en las escuelas de campo para conducir sus propios estudios de
pérdidas de rendimiento. Los resultados de un número de estudios conducidos en una
región geográfica podrían ser combinados para producir tablas de predicciones de
pérdidas de rendimiento del cultivo. De esta forma, los participantes de las escuelas de
campo, podrían desarrollar sus técnicas simples para facilitar el manejo de malezas
racional y responsable.
REFERENCIAS
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50
PRONOSTICO DEL CRECIMIENTO DE LAS POBLACIONES DE
MALEZAS
C. Fernández - Quintanilla
Centro de Ciencias Medioambientales, CSIC
Serrano 115 dpdo, 28006 Madrid, España
E-mail: ebrfq47@fresno.csic.es
RESUMEN
Para planificar e implementar nuevos sistemas mejorados de manejo de malezas, los
agricultores deben tomar en consideración el potencial de crecimiento de las
poblaciones de malezas. Este tipo de información puede ser obtenido bien por
estudios a largo plazo o por el uso de técnicas de modelos. Los estudios a largo plazo
pueden brindar indicaciones útiles de la trayectoria de la población a corto plazo, lo
cual posee un buen potencial para su uso práctico en el ámbito de campo. Sin
embargo, este enfoque presenta numerosas limitaciones. El uso de los resultados de
los estudios demográficos conjuntamente con los modelos de población puede
permitir a los malezólogos realizar `predicciones razonables del crecimiento de las
poblaciones de malezas bajo diferentes estrategias de control. Este enfoque es
relativamente simple y muy flexible, siendo adecuado para su uso en los países en
desarrollo (PD). Sin embargo, construyendo modelos simples, sin sacrificar el
realismo de precisión, aun representa un gran reto para la Ciencia de las Malezas. Para
lograr este objetivo, los expertos en modelos del mundo desarrollado deben trabajar
en estrecha relación con los especialistas de control de malezas de los países en vías
de desarrollo. Estos expertos locales deben ser adiestrados en el uso de estas nuevas
herramientas mediante cursos cortos en el ámbito regional.
El uso del conocimiento de las dinámicas de población de las malezas para propósitos
de manejo de malezas se ilustra con varios ejemplos. Este conocimiento es utilizado:
a) para la toma inmediata de decisiones, b) para el desarrollo de sistemas de cultivos
que prevenga el crecimiento de los problemas de malezas, y c) para evaluar las
consecuencias técnicas y económicas de varias estrategias de manejo. Los resultados
mostrados ilustran la importancia del pronóstico como componente básico de los
sistemas de manejo de malezas.
Aunque la mayoría del conocimiento biológico no puede ser usado directamente por
los agricultores, los investigadores de malezas de los países en desarrollo podrían usar
este conocimiento para generar la información cualitativa sobre el comportamiento
probable de las malezas más problemáticas en los sistemas locales. Esta información
puede ayudar a los agricultores a planificar sus sistemas de cultivo y tomar otras
decisiones relacionadas.
I. Introducción
Para implementar un sistema de manejo de malezas, los agricultores y asesores
técnicos con frecuencia consideran tres grandes factores: a) la abundancia habitual y
la distribución de varias malezas en un campo determinado; b) los riesgos de pérdidas
de cosecha debido a las malezas; c) la eficacia prevista de varias opciones de control y
sus costos económicos.
51
Aunque estas tres consideraciones son importantes, las mismas no son suficientes. Si
nuestro objetivo es el de implementar sistemas de producción que sean sostenibles,
debemos considerar estos tres factores dentro de una estrategia a largo plazo para el
manejo de malezas.
Obtener este tipo de información no es una tarea fácil. En el mundo desarrollado, este
conocimiento ha sido regularmente obtenido a través del uso de experimentos de
largo plazo o a través del uso de estudios demográficos acoplados con los modelos de
simulación de las dinámicas de población. Ambos métodos tienen méritos y
deficiencias intrínsecas. El potencial y las limitaciones de estas herramientas de
pronóstico deben ser particularmente consideradas cuando estas se tratan de usar en el
mundo en vías de desarrollo.
52
Plántulas/m2 Plántulas/m2
200 400
a) b)
150
300
100
100
200
0
0
50
100
0
0 1 2 3 4 5 0 1 2 3 4 5
.
Tiempo (años)
53
predicción y el trabajo puro de adivinanza es la confiabilidad en los datos y la
comprensión generada por la investigación precedente. Esta diferencia es crucial. Las
estrategias de control de malezas no deben ser desarrolladas sobre la base de
suposiciones “educadas”. Ellas deben basarse en predicciones “razonables”.
Cada año, una porción g de las semillas presentes en el suelo (St) se mueve al
siguiente estadio funcional a través de la germinación y la emergencia. Más tarde en el
ciclo de vida, una porción k de las plántulas emergidas (Zt) puede ser destruida por
procesos naturales o artificiales de control de malezas (labranza, herbicidas), dejando
un número relativamente bajo de plantas adultas vivas (Pt). La reproducción de estas
plantas, determinada por su fecundidad promedio f, resultará frecuentemente en la
producción de una abundante lluvia de semillas (Rt). Estas nuevas semillas se
agregarán al banco de semillas aun presente en el suelo (después de la remoción de la
semilla a causa de la germinación, g, y por mortalidad, m) para formar un nuevo banco
de semillas (St+1).
Como en el caso del modelo de Selman, este modelo básico demográfico da lugar a
varias suposiciones de importancia: hay solo una cohorte de plantas (un período
sencillo de emergencia), la densidad de las malezas es lo suficientemente baja para
evitar la regulación dependiente de la densidad, no hay pérdidas de semillas a través de
la depredación, cosecha con maquina o quema de los residuos vegetales, las malezas
están uniformemente distribuidas y estas no se mueven ni dentro o fuera del terreno.
Obviamente, los sistemas reales mundiales no son tan simples. En estos casos donde
las suposiciones arriba mencionadas son probablemente incorrectas, nos veremos
obligados a añadir nuevos anexos al modelo.
54
LLUVIA SEMILLAS Rt = f (1- k) g St
f
fecundidad
PLANTAS Pt = (1- k) g St
sobrevivencia 1-k
Zt = g St
PLANTULAS
g
germinación
St St+1 = (1-g-m) St + f (1- k) g St
BANCO SEMILLAS
m
mortalidad
Por ejemplo, si la emergencia de las malezas no tiene lugar como un evento sencillo
sino como un proceso continuo, tendremos que incorporar la edad de la estructura de
la población al modelo. Para hacer esto, las varias cohortes emergentes en diferentes
momentos del año pueden ser definidos por grados diferentes de germinación, gi, y
destinados con diferentes probabilidades de sobrevivencia, Ki, y diferentes
fecundidades, fi. La proporción total de cada proceso se define por la suma de los
registros de los grados de todas las cohortes (p.ej. Zt,i = ∑ St,i gi ) (González Andujar y
Fernandez-Quintanilla, 1991). Alternativamente, la edad de la estructura puede ser
descrita usando modelos matriz, un método algo más complicado, pero que ofrece
más posibilidades para una futura expansión del modelo (Cousens y Mortimer, 1995;
Maxwell et al., 1988).
55
gradientes espaciales en la densidad y la simulación de la diseminación de las malezas
(Ballare et al, 1987; Maxwell y Ghersa, 1992).
Los modelos demográficos pueden ser construidos tan simple o tan complejo como el
investigador decida. En el proceso hacia una complejidad mayor, el modelador podría
actuar tranquilamente, añadiendo sólo los elementos estrictamente necesario para
alcanzar el objetivo propuesto.
Aunque este simple enfoque no permite al asesor de malezas predecir lo que sucederá
a largo plazo, esto no será un serio inconveniente. Planificando los escenarios y
56
programas de control de malezas a largo plazo es, como quiera que sea, afectado por
las condiciones climáticas y económicas imprevistas.
Una de las ventajas de los modelos demográficos es la de que una amplia variedad de
factores puede ser fácilmente incluida en estos modelos. Como un ejemplo, el modelo
arriba mencionado de dinámicas de población de Avena sterilis puede ser fácilmente
integrado con la competencia y los umbrales económicos para evaluar técnica y
económicamente- los efectos de diferentes estrategias de manejo (González-Andujar y
Fernández-Quintanilla, 1993). Los resultados de simulación obtenidos con este
modelo (Tabla 2) indican que, aunque la estrategia que combina el uso de un año de
barbecho con aplicaciones de herbicida en años de trigo (estrategia 5) puede resultar
en un control optimo de esta maleza, la utilidad neta máxima a largo plazo podrá ser
probablemente obtenida con trigo continuo y aplicación herbicida (estrategia 3).
57
_
58
__________________________________________________________________
_
ESTRATEGIA 1 2 3 4 5
Rotación1) W-W W-W W-W F-W F-W
Uso Herbicida2) 0% 50% 100% 0% 50%
__________________________________________________________________
__________
RESULTADOS
población final3) 306 207 1.4 54 0.001
4)
Utilidad Neta -54.0 -3.7 86.1 25.2 52.1
__________________________________________________________________
___1) W-W: trigo continuo; F-W: barbecho-trigo; 2) % de años con uso de herbicida;
3)
Número de plantas de A. sterilis /m2 después de 10 años; 4) Utilidades netas por
año en un período de 10 años, US $ /ha/año.
Para adiestrar a los investigadores locales en el uso de estos modelos, cursos breves
(de una o dos semanas de duración) podrían llevarse a cabo a nivel regional. Este
adiestramiento, en el caso más simple, les permitiría tener una comunicación efectiva
con los expertos de modelos y cooperar con ellos en la construcción de modelos. En
el mejor caso, esto les permitiría seleccionar el modelo que mejor se adapte a las
necesidades específicas, adaptarlo a las condiciones locales y utilizarlo para hacer sus
propias simulaciones.
Conclusiones y recomendaciones
• El pronóstico de las poblaciones de malezas debería ser un componente básico de
cualquier sistema de manejo de malezas.
• El uso de modelos para simular las dinámicas de población de las malezas ofrece
un potencial considerable como instrumento de ayuda para el manejo de malezas.
Lo aquí indicado es igualmente válido para países desarrollados y en vías de
desarrollo.
• En los países en desarrollo, las limitaciones existentes de recursos humanos y
financieros aconsejan el uso de modelos simples basados en pocos parámetros. La
construcción de estos tipos de modelos, sin sacrificar el realismo y la precisión,
representa un gran reto para la Ciencia de las Malezas.
• Para lograr este objetivo, los expertos en modelos de países desarrollados deben
trabajar en estrecha relación con los expertos homólogos de países en vías de
desarrollo. Además, cursos breves deben ser impartidos en el ámbito regional para
adiestrar a los técnicos locales en el uso de estos medios. Debido a la relativamente
alta inversión económica y humana requerida para el desarrollo de estos modelos,
los esfuerzos se deben concentrar en solo algunas especies de difícil control en el
ámbito regional (p.ej. Striga, Echinochloa, Cyperus, Orobanche).
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ECONOMIA Y MANEJO
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