Los Nueve Círculos Del Infierno
Los Nueve Círculos Del Infierno
Los Nueve Círculos Del Infierno
Pero los invito a recorrer el Infierno, bajo mi humilde tutela, tal como Virgilio
acompañó a Dante.
Luego de atravesar la puerta infernal, Dante y Virgilio llegan a un lugar previo al
Infierno propiamente dicho, en el cual penan aquellos que se mantuvieron imparciales y
no tomaron partido por Dios o por el “mal”. Por su parte, a un costado, miles de almas
esperan cruzar el río Aqueronte con la barca de Caronte, el barquero del infierno,
función que también cumplía en el Hades griego. Al cruzar la orilla, comienza el
verdadero Infierno.
Caronte, el demonio barquero del Infierno, que traslada las almas por el río Aqueronte.
Dante y Virgilio observan las almas de todas aquellas personas que murieron sin saber de Dios.
El quinto Círculo está rodeado por la laguna Estigia y muchos condenados sufren su
condena en su lava hirviente. Asimismo, sobre dicho círculo se erige la llamada
“Ciudad de Dite”, cuyo muro posterior divide el “Alto Infierno” del “Bajo Infierno”. Lo
cierto es que también habitan el fango caliente de la laguna las tres Erinias, que eran la
personificación de la venganza para los griegos. A su vez, éstas amenazan a los poetas
con llamar a Medusa para que los convierta en piedra y así vengarse de Teseo, quien
raptó de los Infiernos a Perséfone.Vale aclarar que aquí Dante podría haber invocado
una venganza de Medusa contra Perseo y no contra Teseo, ya que el primero le cercenó
la cabeza, matándola.
Flegias, el otro barquero. Aquí se cruzará a Dante y a Virgilio sobre la laguna de
lava hirviente llamada Estigia.
En el primero sufren castigo aquellos que ejercieron violencia contra sus prójimos, más
precisamente los ladrones, los asesinos y los tiranos. A su vez, quienes tutelan el primer
anillo del círculo son los Centauros, entre los que se destacan Quirón (el más sabio de
todos y maestro de Aquiles, el héroe griego por excelencia) y Neso (quien raptó
a Deyanira, la esposa de Heracles -o Hércules-, hecho por el cual el héroe le dio
muerte). Quirón, al ver llegar a Dante y a Virgilio, observa que el primero posee cuerpo
y comenta a sus compañeros en el dolor.
Centauros, criaturas mitologicas que cumplian con su objetivo sea cual sea.
Luego, comprendiendo la voluntad divina de los visitantes, le recomienda a Neso que
no violente contra ellos y los guíe por el anillo. En él, los condenados soportan un
terrible escarmiento, estando sumergidos en un río de sangre hirviente: el Flegetonte.
Entre las almas que allí padecen, aun se discute sobre la presencia o no de Alejandro
Magno. En su Comedia, Dante sólo refiere el nombre de Alejandro, por lo que algunos
se inclinaron a pensar que refería al macedonio, mientras que otros aseguraron que en
realidad se trataba de Alejandro de Tesalia.
Los suicidas atentaron contra su propio cuerpo, con lo cual en el Infierno carecen de él.
Por último, en el anillo interno permanecen los que violentaron contra Dios y otras
divinidades. En dicho recinto, los condenados sufren de las adversidades de una arena
hirviente y una copiosa lluvia de fuego, por lo que son abrasados por las llamas de
manera imperecedera. Y, entre los personajes que nos competen, soporta su
condena Capaneo. Luego del destierro de Edipo por haber matado a su padre y haber
desposado con su madre, sus hijos deciden reemplazarlo en el trono, alternándose la
regencia de Tebas, pero cuando se cumple el mandato de Eteocles, éste no quiere
cederle su lugar a Polinices. En consecuencia, el engañado hermano se alía al rey de
Argos y su ejército, para destronar por la fuerza a su pariente. Y en efecto, dentro de
esta tropa de mercenarios se encontraba el forzudo y soberbio Capaneo, quien mató a
muchos tebanos y al estar ante las murallas de Tebas, escaló en ellas creyéndose
invencible. Pero su alarde no tuvo reparos y blasfemó contra Zeus, diciendo que ni
siquiera él podía detenerlo. Como castigo, el dios lo partió con un rayo. No
escarmentando ni en el Infierno, su arrogancia persiste y se rehúsa a suplicarle a Dios
por su alma que es embestida por las llamas, creyéndose superior a Él.
Octavo Círculo: Los fraudulentos
Tanto el penúltimo como el último círculo del Infierno se hallan en un abismo dentro
del abismo, pues los mismos se sitúan en las profundidades de un acantilado. Por ello,
para descender a lo más bajo del Infierno, Virgilio y Dante utilizan las espaldas del
giganteGerión, cuya descripción aparece en la frase antes aludida. En ese sentido, la
bestia personaliza al pecado del “fraude”, poseyendo una apariencia de hombre
ecuánime pero con una cola venenosa de serpiente oculta. Obviamente, estamos
ingresando al octavo círculo, que encierra a los fraudulentos y que tiene por nombre
“Malebolge” (malas bolsas). Lo cierto es que el abismo consta de diez bolgias que
dividen a los pecadores en: seductores, aduladores,simoníacos, brujos, políticos
corruptos, hipócritas, ladrones, consejeros fraudulentos, los que causaron cismas y
peleas y, en la última fosa, los falsificadores. Sin embargo, sólo transitaremos aquellas
en las que son atormentados los personajes griegos.
En el primer foso del círculo del Malebolge se castiga, como mencionamos, a los
seductores. En efecto, así como los infligidos esgrimieron la seducción para “avanzar”
en sus objetivos en el Infierno también son “ayudados” a marchar sin detenerse con
latigazos que los verdugos infernales les asestan, tal como refiere la frase de arriba. En
dicho foso, Dante y Virgilio descubren a Jasón, el héroe de los griego de los
“Argonautas” que sustrajo el Vellocinio de Oro. Para lograr el robo, Jasón tuvo que
pasar varios obstáculos: domar dos toros formidables, derrotar a un ejército de guerreros
y vencer a la gigante serpiente que custodiaba el Vellocinio. Su éxito en dichas
dificultades se debió en gran parte a la ayuda de la hechicera Medea, quien, habiéndose
enamorado del héroe, prometió ayudarlo siempre y cuando él aceptara ser su marido.
Sin embargo, al lograr su cometido, Jasón abandonó a Medea para casarse conCreusa, a
quien Medea asesinó. En una situación similar, el héroe hizo lo propio
conHipsípila completando una serie de pecados que le valieron tal castigo en el
Infierno. Llegando a la cuarta “bolgia” nos topamos con las almas de los magos y los
astrólogos. Si durante su vida terrenal quisieron ver al futuro, es decir, pretendieron
mirar hacia adelante, ahora en el Infierno su pena se basa en tener la cabeza hacia atrás,
teniendo por pecho su espalda.
Así, allí sufren penitencia, entre otros, Anfiarao y Tiresias. El primero era un célebre
vidente de Argos que participó de la expedición de Polinicies contra Tebas, a pesar de
que en un principio se negó a participar, debido a que había augurado su propia muerte
en la batalla. Sin embargo, el héroe no sólo acudió a ella, sino que murió cuando Zeus
abrió la tierra con un rayo y él cayó por la grieta. Según el propio Virgilio, al advertirlo
en el Inframundo, comenta que en esa caída fue directamente a parar hasta Minos, el
juez del Infierno. En cuanto a Tiresias, podemos referir que quizás sea el adivino griego
más renombrado. Según su leyenda, Zeus y su esposa Hera lo llamaron para que fuese
jurado en una discusión marital: mientras la diosa decía que eran los hombres quienes
más disfrutaban del sexo, el dios afirmaba que eran las mujeres. Tiresias,
indudablemente contestó que Zeus estaba en lo cierto y Hera, despechada, dejó ciego al
circunstancial juez. El dios, para compensarlo, le dio el don de la predicción. Resulta
cuanto menos curioso que su cualidad es reflexionada como un don para Zeus y como
un pecado, que le merece su padecimiento en el Infierno, para Dios.
Los traidores padecen “enterrados” en el hielo del Cocito. Los peores pecadores, están
completamente sumergidos.
El noveno círculo del Infierno es, lisa y llanamente, aterrador. Inmerso en un pozo
dentro del lúgubre abismo, está custodiado por Gigantes encadenados, tanto aquellos
que aparecen en la Biblia como los de la Mitología Griega. Ahora bien, si atendemos a
la cita que da inicio al círculo por el que transitamos, comprenderemos que en esta
instancia el fuego no incinera ni alumbra los sombríos muros, con lo cual todo el recinto
queda sumido en una profunda y doliente penumbra. Los condenados en este disco del
Infierno están “sepultados” en el hielo del río Cocito y sus cuerpos están gradualmente
postrados en él de acuerdo a la gravedad de sus pecados. Asimismo, el círculo está
subdividido en cuatro secciones: la primera es llamada “Caina” en “honor” a Caín,
quien traicionó a su hermano Abel y lo asesinó. La segunda se denomina “Antenora”,
haciendo alusión a un “habitante” del lugar, Antenor, quien siendo un soldado troyano
pactó con los griegos invasores, por lo que éstos no asaltaron su casa. El tercer recinto
recibe el nombre de “Ptolomea” y el cuarto “Judeca”, en función del traidor de
traidores, Judas Iscariote.
Satanás es descripto por Dante como un engendro de tres caras en la misma cabeza, que
posee dos alas como de murciélago (cuyos aleteos hielan todo el Cocito), que gime y se
babea sanguinolentamente. Las tres caras de Satán de alguna manera confrontan con la
Santa Trinidad de Dios. En efecto, con sus fauces laterales, Lucifer engulle con furia
tanto a Brutocomo a Casio, los traidores y asesinos de Julio César, mientras que con su
boca central mastica la cabeza de Judas, con una brutalidad aún mayor. Esta especie de
emparejamiento que Dante realiza entre los traidores del emperador romano y Jesús
tiene que ver con que, en su época, el César era visto como la representación del poder
divino en la Tierra.
El espeluznante espectáculo que Satán expone a los ojos de Dante, hacen que el poeta
sienta que está muerto en vida.
Habiendo recorrido el terrorífico Infierno de Dante, vale la pena destacar que La Divina
Comedia cambió la visión del orbe sobre el mundo de los muertos, el cuál, hasta el
momento, sólo amedrentaba a medias. Pero la excelsa obra del poeta florentino produjo
una revolución cultural que llevó a muchas personas a transformarse al Cristianismo y,
necesariamente, a una revolución en la literatura universal.