Nueva York, Ciudad de Cosas Inadvertidas

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Nueva York, ciudad de cosas inadvertidas

Una de las cosas que captan la atención del lector en este artículo es la desenvoltura que tiene
el autor para exponer y describir cada una de las cosas que ocurre en Nueva York, ya que se
expresa como un neoyorquino más, mostrando en cada una de sus líneas la esencia de esta
hermosa ciudad y las personas y/o animales que la rodean. Es una obra magnifica y una
excelente recreación lo que se hace en este artículo, donde nos damos cuenta de cosas que no
están a simple vista y cosas que más que increíbles, son inadvertidas.

En esta obra, el autor nos hace un recorrido por las calles de Nueva York, mostrándonos cosas
inadvertidas que algunos desconocemos. Todas las cosas que este plantea tiene sentido en
Nueva York, es decir, fuera de ahí no suceden, ya que el autor es neoyorquino y conoce su
ciudad a fondo, desenvolviéndose en un contexto social. Las cosas que el autor nos describe,
de alguna forma le dan sentido a la ciudad, la convierte en icono.

Lo que Umberto Eco plantea es que “el autor de una obra de arte produce una forma acabada
con la intención de que sea comprendida por el receptor de la misma manera que él (el autor)
la ha concebido; pero como cada receptor posee una situación existencial propia, unos gustos
personales concretos y diferentes de los de otros destinatarios, la recepción o la comprensión
de la obra de arte se realiza desde una perspectiva individual.

Lo mismo pasa con este artículo de Nueva York, ciudad de cosas inadvertidas. Publicado: 24
junio 2012 en Gay Talese, el autor neoyorquino expone su artículo con la finalidad de que los
lectores podamos captar la idea del mismo, la idea de explicar detalladamente la ciudad de
Nueva York, lo que ocurre en las calles neoyorquinas, lo que pasa con los gatos de esta ciudad,
etc.

El autor comienza describiendo las acciones de los gatos que dormitan debajo de los coches
parqueados, de las hormigas, del mendigo que toma taxis para ir hasta el barrio del Bowery,
del caballero que hurga en los cubos de la basura de la sexta Avenida. También nos cuenta
datos curiosos de los neoyorquinos, uno de ellos es que estos se tragan por día 460.000
galones de cerveza, otro de ellos es que los neoyorquinos suelen parpadear veintiocho veces
por minuto y cuarenta si están tensos. El autor nos cuenta lo que pasa cuando el trafico
disminuye en dicha ciudad, como los gatos comienzan a pulular, a moverse rápidamente entre
las sombras de los edificios, mientras esto ocurre las personas presentes en la zona como los
policías, vigilantes, entre otros, avistan a dichos animales.

Lo que predomina en Nueva York son los gatos, estos hacen de las suyas en su ciudad, el autor
nos describe las travesuras de los mismos. De cómo es su vida, ya que existen gatos callejeros
y están los otros gatos que son más de ciudad, es decir, son adoptados por personas
adineradas, y algunos de ellos mueren casi siempre en la manzana que los vio nacer. También
podemos notar las acciones que desempeñan las organizaciones como la Asociación Felina
Americana, que una vez traslado dos gatos callejeros a la sede de las Naciones Unidas, tras
haberse enterado de que los roedores habían invadido los archivadores de la ONU.

Nos dice que en cada barrio de Nueva York los gatos golfos están bajo el dominio de un cierto
jefe, que es el macho más grande y fuerte. Dentro de esa sociedad hay tres tipos de gatos,
siendo estos los salvajes, los bohemios y los de media jornada en tienda. En esta ciudad, los
gatos dependen, en cuestión de comida, del bote abierto de la basura, o de las ratas, y poco o
nada quieren tener que ver con la gente, así sea con quienes los alimentan, en general los más
desaliñados rondan por los muelles. Los gatos bohemios son más dócil, no huyen de la gente.
Estos reciben en la calle comida, por parte de los amantes de los gatos (generalmente son
mujeres) .Incluso, estos gatos “bohemios” son tan puntuales para comer, que se ha llegado a la
teoría (por uno de los amantes de os gatos) de que estos saben la hora. Un ejemplo de ello, es
una gata gris, que siempre ronda uno de los edificios de Broadway, a partir de las cinco y
media, pero nunca andan por esos lares los fines de semana, es como si supiera que nadie la
alimentara esos días.

Este artículo nos muestra variedad de curiosidades, una de ellas es que en Nueva York el
número de gatos de tiempo completo ha disminuido en gran medida de desde el ocaso de la
pequeña tienda de ultramarinos y el surgimiento de los supermercados. Sin embargo, la gran
necesidad de gatos sigue vigente. Se dice que u7na vez, un estibador alérgico a los gatos los
enveneno a todos. En cuestión las ratas se fueron apoderando del lugar, había ratas por todas
partes, era tan grande la cantidad de ratas que habitaban en los muelles que estas
comenzaron atacar a los estibadores por comidas. Y ahora el grueso de las ratas está bajo
control; se dice que las ratas de Nueva York son unas desgraciadas que muchas veces han
atacado a los gatos, por la misma razón los gatos no pueden dormir larga siestas o de lo
contrario las ratas acabarían con ellos.

El autor nos hace un resumen de las calles neoyorquinas a la cinco de la mañana, nos explica
que Manhattan a esa hora es una ciudad de trompetista cansados que regresan a casa, las
palomas invaden el Park Avenue; se dice que esta es la hora más serena en la ciudad, es donde
los taxista se despabilan pero no perturban el ambiente.

También describen todo lo que ocurre en las horas de la madrugada, pero destaca que a la
cinco de la mañana casi todo está en calma en Nueva York y que esta se vuelve una ciudad
completamente distinta a dicha hora. Sim embargo, a las seis de la mañana comienzan a salir
los empleados madrugadores y comienza el tráfico en Broadway, y es aquí cuando comienza a
despertar a los neoyorquinos la señora Mary Woody, ya que lleva veinte años como operadora
del servicio despertador Western Union.

“A las 7 de la mañana un hombrecillo colorado y robusto, muy parisino en una boina azul y un
suéter de cuello alto, recorre a paso rápido Park Avenue, visitando a sus adineradas amigas: se
asegura de darle a cada cual un enérgico masaje antes del desayuno…”

Este personaje capto mucho mi atención, ya que es increíble como el día a día de este
hombre, pues es una persona activa que sale desde temprano de su casa a laborar. Este es un
antiguo boxeador de los pesos plumas, comenzó sobando muy bien a las mujeres de Paris (en
los años 20). Gracias a la sugerencia de un amigo, seis meses después tuvo su primera clienta
como masajista. Biz Mackey (el masajista) es un hombre que le inspira confianza a las mujeres
de Nueva York y es por eso que tiene tan buena clientela, por ser un hombre discreto además
de ser un excelente masajista. Por lo general sus clientas son mayores y adineradas.

En Nueva York son pocos los porteros que aseguran que son mal pagados y que son
menospreciados, muchos de estos porteros de hoteles reconocen que algunas semanas son
buenas, más que todas las de lluvia, pues en este tiempo hacen alrededor de 200 dólares solo
en propinas, ya que cuando llueve las personas piden más taxis.

Algunos neoyorquinos prefieren la lluvia, pues les gusta caminar bajo la misma, estos
sostienen que cuando llueve los edificios de la ciudad se ven más limpios. Está confirmado que
hay menos suicidios en Nueva York cuando llueve, ya que cuando hay sol los deprimidos se
hunden más en su depresión y el hospital Bellevue recibe varios casos de intentos de suicidio.
Para los vendedores de paraguas y gabardinas, un día lluvioso en la ciudad es para ellos un día
resplandeciente, maravilloso; pues aumentan sus ventas. En cambio, para las modelos que se
mojan y se les corre el maquillaje mientras esperan un taxi los días lluviosos les resulta un día
solitario. Además de esto, el autor nos describe las maravillas del cine neoyorquino, los que
visitan el mismo y los servicios que ofrece algunos de ellos.

Para los que no conocemos esta maravillosa ciudad, son interesante los servicios que ofrece en
cada uno de sus establecimientos, en sus diferentes ciudades y calles. Esto se refleja
claramente en este artículo: “En Nueva Yorkla Lencería de la Quinta Avenida está situada en la
Avenida Madison, la Tienda de Mascotas Madison queda en la Avenida Lexington, la Floristería
Park Avenue está en la avenida Madison y la Lavandería A Mano Lexington está en la tercera
Avenida. Nueva York alberga 120 tiendas de ropa y muebles usados, y es allí donde el hermano
del obispo (Bishop) Sheen, comparte una oficina con un tal doctor Bishop”.

Nueva York es una ciudad de 200 vendedores de castañas, 300.000 palomas y 600 estatuas y
monumentos. Cuando la estatua ecuestre de un general alza del suelo los dos cascos
delanteros, quiere decir que el general murió en combate; si levanta uno, murió de heridas
recibidas en combate; si los cuatro cascos pisan el suelo, el general probablemente murió en
cama.

Una de las cosas tan interesantes que se puede apreciar en esta lectura, es parte de la historia
del puente George Washinggton, este puente casi nunca está quieto, pues tiembla con el
tráfico. Pocas personas saben que el puente fue construido en un área por la que
antiguamente trashumaban los indios en la cual se libraron batallas y en cuyas riberas, en los
tiempos coloniales, se llevaba a la horca a los piratas a modo de advertencia para otros
marinos aventureros.

Día y noche los guardias de la ciudad se mantienen alerta. Tienen que estarlo. En cualquier
momento puede ocurrir un accidente o un suicidio, ya que desde 1931han saltado del puente
cien personas. A más del doble se les ha impedido hacerlo. Los saltadores de puentes
decididos a suicidarse obran rápida y silenciosamente. Junto a la calzada dejan cosas como
automóviles, chaquetas, gafas y algunas veces una nota que dice “Cargo con toda la culpa” o
“No quiero vivir más”.

Además de uno de los personajes mencionados en este artículo, también me llamo mucho la
atención parte de la historia que el autor expone de manera explícita siendo esta la de la
Estatua de la Libertad, historia misma que se puede apreciar a través de estas líneas:

“Un solitario comprador que no era de la ciudad y que se había tomado unas copas se registró
una noche en un hotel de Broadway cerca de la calle 64, fue a la cama y se despertó en medio
de la noche para presenciar una escena pavorosa. Vio pasar, flotando por la ventana, la
imagen resplandeciente de la Estatua de la Libertad.

Se imaginó que lo habían drogado para reclutarlo y que navegaba frente a Liberty Island con
rumbo a una calamidad segura en alta mar. Pero luego, mirándolo mejor, cayó en la cuenta de
que en realidad vea la segunda Estatua dela Libertad de Nueva York: la estatua anónima y casi
inadvertida que se yergue en el techo del depósito Liberty-Pac en el 43 de la calle 64 Oeste…”

El autor del artículo culmina el mismo hablando de los halcones de Nueva York, de cómo
envuelven en sus garras algunas palomas que suben hasta los rascacielos, también habla de lo
increíble que se ve en el cielo guiando toda una manada de ellos, se dice que han atacado a los
hombres de la reparación sobre las chimeneas . Está confirmado que en agosto de 1947 estos
mismos halcones asaltaron a unas damas residenciadas en Nueva York.

Lo que se expone en este artículo, “Nueva York, ciudad de cosas inadvertidas” es una
excelente narración por parte del narrador, y es maravillosa la calidad con que describe cada
una de las cosas, animales, personajes, etcétera. Haciendo énfasis en las cosas importantes de
la ciudad, y por supuesto destacando la belleza y naturalidad de los paisajes, calles y avenidas
que forman parte de esta inadvertida ciudad, que es Nueva York.

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