Emision de Obligaciones
Emision de Obligaciones
Emision de Obligaciones
EMISION DE
OBLIGACIONES
CONTABLILIDAD DE SOCIEDADES
FACULTAD DE CIENCIAS
ADMINISTRATIVAS.
SEGUNDO CICLO.
CODIGO: 1220120702.
UNAC
FCA
28/11/2013
EMISION DE OBLIGACIONES
La emisión de obligaciones, presente un cambio importante, tal como estaba
ubicada la materia en la ley vigente, la emisión de obligaciones estaba
restringida a las sociedades anónimas.
Hoy en día se ha puesto de manera clara e inequívoca que cualquier forma
societaria puede emitir obligaciones.
Se ha abierto la posibilidad de crear lo que se llama los “programas de emisión”,
que es el nuevo concepto del lanzamiento de estos valores a los mercados. Se va
a poder hacer en un solo acto la aprobación, la estructuración de todo un
programa de emisión de obligaciones: distintas series, distintas emisiones,
distintas oportunidades, distintos tipos de valores, todo ello en un acto unitario.
Se ha conservado la tradicional limitación a la emisión de obligaciones al
monto del patrimonio de la empresa, salvo los casos de garantías especificas;
pero también se ha introducido la novedad que si se obtiene una calificación de
favorable de riesgo, aprobada por la CONASEV, la sociedad puede emitir
obligaciones por encima de tales limites.
Se ha llamado al actual fideicomiso de la emisión de obligaciones, comisario. Al
darse la ley de instituciones financieras surge por primera vez la institución del
fideicomiso bancario y para evitar una duplicidad de términos se ha hecho el
cambio.
Se ha abolido el régimen de prelaciones que tenia la ley respecto de la emisión
de obligaciones. La ley dice que la primera emisión se paga primero que la
segunda, y así sucesivamente, un rango inconveniente e innecesario que
restringía la colocación de obligaciones.
Se ha establecido dos elementos muy importantes
Primero permitir que si la colocación se va a hacer en el extranjero, ella se
pueda adaptar a la legislación extranjera.
Y segundo, se ha establecido que para adecuar la emisión a las exigencias
más compleja que tiene hoy el mercado, se permita la posibilidad de
contener varios de los elementos de detalle de la emisión en un prospecto
que ya no va en la escritura pública porque es un mamotreto de
considerable extensión y que bastara sea depositado en la CONASEV y en el
registro.
Operación de crédito utilizada por los empresarios como medio de financiación
para la obtención de recursos mediante endeudamiento que se retribuye
pagando un tipo de interés.
Las obligaciones son valores emitidos en serie que crean o reconocen una
deuda a cargo de la entidad emisora y representan una parte alícuota de un
crédito contra dicha entidad y a favor del obligacionista o acreedor. Pueden
recibir distintas denominaciones, como por ejemplo bonos, cédulas, etc. Son las
sociedades anónimas, las que con más frecuencia emiten dichos valores.
La sociedad de responsabilidad limitada no podrá acordar ni garantizar la
emisión de obligaciones u otros valores negociables agrupados en emisiones.
Estas se pueden representar tanto por medio de títulos (nominativos o al
portador) como por anotaciones en cuenta. En el primer supuesto, los títulos
son emitidos en serie numerada, son negociables, con fuerza ejecutiva y deben
ser iguales conteniendo las características de la sociedad emisora así como el
importe de la emisión y garantías de la misma entre otros.
La ley general de sociedades opto por la denominación de “obligaciones”
descartando aquellas otras como debentures y bonos. Es un término genérico
que permite distinguirlo del título en el cual está contenido este derecho, que
puede ser el bono. La ley de títulos valores al hacer referencia a los títulos
valores representativos de deuda los clasifica en títulos a corto plazo, cuyo
reembolso se produce dentro de un plazo no mayor de un año, los denominada
papeles comerciales y si el reembolso se produce en un plazo mayor del año se
denominada bonos .
Con independencia de la operación económica que da lugar a la emisión de las
obligaciones, éstas han de reunir siempre unos determinados requisitos:
1. Acuerdo de emisión, adoptado por la Junta General de accionistas, o por
delegación, por el órgano de administración. Debe constar tal delegación
en escritura pública otorgada por los administradores e inscrita en el
Registro Mercantil expresando al menos: importe de la emisión, plazo
máximo de amortización, serie, valor nominal de los títulos y número,
garantías de la emisión.
2. Límites de la emisión, el importe total de las emisiones de obligaciones u
otros valores no puede ser superior al capital social desembolsado, más las
reservas que figuren en el último balance aprobado. Si la emisión está
garantizada con hipoteca, prenda, garantía pública o aval solidario no se
aplicará dicha limitación.
3. Condiciones de la emisión, se somete a las cláusulas contenidas en los
estatutos sociales, y a los acuerdos adoptados por la Junta General.
4. Garantías de la emisión, puede hacerse la emisión con o sin ellas. Se
utilizan garantías especiales de naturaleza real, tales como hipoteca,
prenda...otras de carácter personal como el aval.
5. Régimen de prelación: las primeras emisiones gozarán de prelación
frente a las posteriores por lo que se refiere al patrimonio libre de la
sociedad emisora.
CLASES DE OBLIGACIONES:
Las obligaciones, emitidas únicamente por las sociedades anónimas, se pueden
clasificar atendiendo a los siguientes criterios:
TIPO DE OBLIGACIONES:
Las obligaciones convertibles: bonos convertibles, bonos que se pueden
convertir en acciones ordinarias de la compañía emisora después de un período
predeterminado de tiempo. Los bonos convertibles son más atractivos para los
inversores y para las empresas, ya que suelen tener menores tasas de interés que
los bonos corporativos no convertibles.
El motivo de la emisión
Aspecto financiero de la emisora
Estudio del mercado de sus productos
Capacidad de pago
Con el artículo 304 se inicia el Título I del Libro Cuarto, referido a las normas
complementarias de la ley, aplicables a todas la formas societarias en ella
previstas. La ubicación de la sección sobre emisión de obligaciones dentro de este
libro significa una novedad puesto que la anterior LGS se ocupaba de este tema en
el Titulo IX de su sección tercera, destinado a regular solamente a lo sociedad
anónima. En consecuencia la nueva ubicación que le ha dado el legislador al
capítulo que nos ocupa no deja dudas que toda sociedad que se encuentra dentro
ámbito de la nueva LGS está facultada a emitir obligaciones. Cabe destacar que
ello concuerda con el artículo 86 de la Ley del Mercado de Valores, Decreto
Legislativo 861, que autoriza a todas las personas jurídicas de derecho privado a
emitir bonos.
En la actual LGS: Todo tipo de sociedad está faculta da a emitir obligaciones. La
decisión de emitir obligaciones es prerrogativa de la Junta General de accionistas
o de socios.
En una acepción primaria, emitir obligaciones es desarrollar un procedimiento
integrado por distintos actos jurídicos y no jurídicos cuyo objetivo es, como se ha
firmado gráficamente, procurar dinero fresco a la entidad emisora. El emisor
persigue obtener nuevos recursos financieros a titulo de crédito; los suscriptores
pretenden invertir esto es, colocar capital en condiciones de seguridad,
rentabilidad y liquidez.
Al respecto, Fernando Sánchez Calero (Instituciones de Derecho Mercantil-1992)
precisa que ello se debe a que el régimen de la emisión de las obligaciones
pretenden cumplir no solamente con la tutela de los suscriptores, sino, además,
con la preocupación que entraña el endeudamiento de importancia a cargo de la
sociedad, razón por la cual la decisión no es dejada en manos de sus
administradores sino de sus socios o accionistas. Ello no obsta para que el artículo
312 faculte a la junta para delegar en el órgano administrador la adopción de las
decisiones necesarias para ejecutar la emisión.
Como señalan Rodrigo Uria (Comentario a la Ley de Sociedades Anónimas-1976)
y Antonia Brunetti (Tratado del Derecho de Sociedades-1960), la emisión
obligaciones es un instrumento utilísimo para levantar capitales. Si bien para la
sociedad el aporte de capital resulta menos oneroso que la emisión de
obligaciones, ello no es necesariamente lo más conveniente para sus socios o
accionistas. Por ejemplo, en el caso de que sea corto, carece de sentido que se
obtenga mediante un aporte de los socios.
De otro lado, el riesgo de dilución, la ausencia de recursos propios o la
consideración de que estos pueden tener una colocación alternativa más
beneficiosa, pueden ser razones que animen o obliguen a los socios a acceder al
crédito en lugar de un aumento de capital. Y frente a otras alternativas de
crédito, la emisión de obligaciones ofrece la gran posibilidad directamente al
público, sin tener que recurrir a la medicina financiera.
Aparentemente, la ventaja para la sociedad emisora y los titulares de las
obligaciones es evidente:
La primera tiene la posibilidad de pagar intereses menores a los de las
empresas bancarias y financieras.
La segunda tienen acceso a intereses más altos que el que recibirían por
sus depósitos a dichas empresas.
Sin embargo, esto no es tan simple como parece. El factor riesgo juega un rol
preponderante. Una razón por la cual los interese ofrecidos a los obligacionistas
por las sociedades emisoras son más altos que los que reciben los ahorristas de los
bancos, es porque en los segundos hay un menor riesgo que en los primeros. Y
siguiendo los principios elementales de la teoría económica, a mayor riesgo la
inversión corresponde un mayor retorno para que resulte atractiva al mercado.
Esta premisa explica las diferencias en las tasas de interés ofrecidas por distintas
sociedades emisoras, las que dependen de la situación económica y financiera del
emisor, así como factores tales como su participación en el mercado y aspectos
propios del sector a cual pertenecen. Por lo tanto, es perfectamente posible que
para determinadas sociedades una emisión exitosa de sus obligaciones requiera
de tasas de interés superiores a las tasas activas ofrecidas por los bancos, ya que
la ventaja de estas últimas es que son de aplicación al público en general y no al
deudor especifico, a diferencia de las obligaciones.
Al respecto, Francesco Messineo (Derecho Civil y Comercial-1971) concluye:
“En efecto en lugar de aumentar el capital, o de recurrir momentáneamente al
crédito, el cual sirve para las necesidades corrientes, la sociedad por acciones que
tenga la necesidad de dinero para operaciones o inversiones de larga duración, o
por otras razones, puede recurrir a la emisión de un empréstito, a colocarse entre
el público de los ahorradores. De este modo, el ahorro concurre en una nueva
forma, diversa (o sea temporal) de la suscripción de acciones, a la financiación de
la sociedad por acciones. El obligacionista es, por consiguiente, un acreedor a
largo vencimiento; y, por tanto, interesado, durante un cierto tiempo, en que la
sociedad sea solvente”.
Hay tres caracteres esenciales en las obligaciones:
a) Cada obligación representa una parte alícuota 8º no necesariamente
alícuota) de un crédito.
b) Su naturaleza de valor mobiliario, no siempre es representado por un
titulo.
c) Es un valor que confiere al titular un conjunto de derechos y obligaciones
especiales que le otorguen un status obligacionista.
Esos caracteres esenciales distinguen a las obligaciones del contrato mutuo
ordinario. Ellas representan derechos fungibles emitidos en serie, que reflejan
partes de un crédito, el mismo que, como admite la doctrina, puede ser anterior o
simultánea con la emisión. Es por ello que el artículo 304, bajo comentario se
refiere expresamente a las obligaciones que “reconozcan o creen una deuda”, a
favor de sus titulares. Sin embargo, ello no le resta carácter contractual a la
emisión de obligaciones, en lo cual se asemeja al mutuo, teniendo en cuenta que la
primera se expresa en un contrato de emisión, celebrado entre la sociedad y el
representante de los obligacionistas.
Como consecuencia de ello, durante la vida de los títulos, el emisor está obligado,
por ejemplo, a mantener el nivel de las garantías en caso de disminución de su
valorización, de tal suerte que su valor permanezca constante; según sea el caso,
adicionará otras garantías o reemplazará las existentes por otras de valor
suficiente. La disminución de garantías (los activos) por incumplimiento de los
deudores, caída de su valor de mercado, o simplemente por cumplimiento de los
plazos o condición para las que fueron otorgadas, obliga al emisor del título al
reemplazo por otras garantías
4.2. Semejanzas:
· En la emisión de bonos con garantía específica, al igual que en la titulización, la
emisión de los valores está garantizado por un conjunto de activos. En el caso de
los bonos, son las garantías específicas previamente establecidas y para el caso de
la titulización, el patrimonio autónomo. Sin embargo, la Ley General de
Sociedades en su artículo 307° segundo párrafo establece que,
independientemente de las garantías, los obligacionistas pueden hacer efectivos
sus créditos sobre los demás bienes y derechos de la sociedad emisora o del
patrimonio de los socios, si la forma societaria lo permite, involucrándose de esta
manera el patrimonio de la sociedad emisora. Caso contrario de lo que sucede en
la titulización, donde se trata de establecer de la manera más clara posible el
aislamiento de los activos transferidos.
Ambas son operaciones de financiamiento en las que se busca obtener
liquidez para la entidad emisora y para el originador.
Las emisiones de bonos y las operaciones de titulización son operaciones
propias del mercado de valores. La empresa originadora y emisora
recurren a la colocación de los valores como una fuente de financiamiento
alternativa a los créditos bancarios.
4.3. Diferencias:
En las emisiones de bonos, el pago del principal y los intereses de los
valores emitidos es de cargo de la entidad originadora, en la titulización
dicho pago se efectúa con cargo al patrimonio autónomo.
En la emisión de bonos, ésta figura como deuda en el balance del emisor;
por el contrario, en la titulización la deuda ya no figura en el balance del
originador.
En la emisión de bonos, los pagos a los inversionistas que adquirieron los
valores provienen de los ingresos del emisor (riesgo emisor); en la
titulización, los pagos a los inversionistas provienen del patrimonio
autonomo (riesgo patrimonio).
Como podemos apreciar existen una serie de alternativas a la titulización de
activos, en algunos casos, no encontramos ante operaciones con activos
financieros como el factoring y en otros, con una modalidad de titulización que
consideramos más bien como una alternativa (emisiones de bonos con garantías).
Finalmente, las empresas de acuerdo a sus necesidades y potencialidades optarán
por una u otra.
NORMAS DE VALUACIÓN:
La NIF c-9 establece claramente, con respecto a las obligaciones, las siguientes
reglas de valuación, las cuales ya se han comentado anteriormente:
El pasivo por emisión de obligaciones deberá representar el importe a pagar por
las obligaciones emitidas, de acuerdo con el valor nominal de los títulos. Los
intereses se registrarán como pasivo conforme se vayan devengando. El importe
de los gastos de emisión, como son honorarios legales, costos de impresión, gastos
de colocación, etc., así como el descuento, si lo hubiere, concedido en la colocación
de los títulos, deben registrarse como otros activos y amortizarse durante el
periodo en que las obligaciones se hubiesen colocado con prima, ésta deberá
registrarse en los pasivos a largo plazo y amortizarse también en proporción al
vencimiento de las obligaciones.
En el caso de redención de las obligaciones antes de su vencimiento, será
necesario ajustar la amortización de los gastos de emisión y del descuento o de la
prima, con objeto de llevar a los resultados la parte proporcional que corresponde
a las obligaciones redimidas anticipadamente. La excepción a esta regla se da en
el caso de que la redención anticipada se efectúe como consecuencia de una nueva
emisión de obligaciones a tasas de interés más bajas. En tal caso será admisible
que los gastos y el descuento o la prima de la emisión original se sigan
amortizando durante el remanente de la vigencia de dicha emisión.
Asimismo, cuando se redimen obligaciones anticipadamente por decisión de la
empresa emisora, generalmente es necesario pagar un premio a los tenedores de
las obligaciones. El importe del premio debe registrase como gasto del ejercicio en
que se redimen las obligaciones.
CONCLUSIÓN