Entrevista A Carles Feixa. Por Caterine Galaz
Entrevista A Carles Feixa. Por Caterine Galaz
Entrevista A Carles Feixa. Por Caterine Galaz
htm#carles
LA ENTREVISTA
Carles Feixa Pampols
«La juventud fue uno de los primeros grupos sociales en
globalizarse»
Por Caterine Galaz
Creo que una de las cosas que emergen a partir de esta inmersión es la
relación de la juventud con la globalización. A mi juicio, la juventud fue
uno de los primeros grupos sociales en «globalizarse»: desde los años 60,
los elementos estilísticos que componen la cultura juvenil como los estilos
de música o la moda, dejaron de responder necesariamente a referencias
locales o nacionales, y pasaron a ser lenguajes universales, que gracias a
los medios masivos de comunicación llegaban a todos los rincones del
planeta. El ejemplo más claro de lo que digo es el rock & roll, que surgió
en los 50 como música de los jóvenes, y que puede calificarse como la
primera cultura realmente «internacional-popular». A mi entender, el
último tercio de siglo no ha hecho más que consolidar este proceso: la
ampliación de las redes planetarias que se ve desde los canales digitales
de televisión a Internet; y las posibilidades reales de movilidad desde el
turismo juvenil a los procesos migratorios, ha aumentado la sensación de
que el reloj digital se mueve al mismo ritmo para la mayor parte de los
jóvenes del planeta, al menos los vinculados a Occidente.
Para los jóvenes de hoy, ello significa migrar por diversos ecosistemas
materiales y sociales, mudar los roles sin cambiar necesariamente el
estatus, correr mundo regresando periódicamente a la casa de los padres,
hacerse adulto y volviendo a la juventud cuando el trabajo se acaba,
disfrazarse de joven cuando ya se está casado y se gana tanto como un
adulto, viajar por Interrail o por Internet sin por ello renunciar a la
identidad localizada que corresponde a una nueva solidaridad de base.
Quizá con un ejemplo puede quedar más claro: una de las discotecas más
vanguardistas de la actual escena electrónica (Florida 135 de Fraga)
recrea varios de los escenarios de Blade Runner (la estética de los
tecnokids que acuden a ella se parece a veces a la de los replicantes de la
película, y algunos logos y rincones de este gran parque temático del ocio
parecen sacados de esta profecía futurista). Cuando entrevisté a una joven
tecno de Florida, me dijo que cuando empezó a ir a la disco se sentía
como una replicante, en pos de una identidad futurista que al no ser
ofrecida por la profesión o la sociedad era buscada en la noche o en las
drogas sintéticas. Ahora que se hace mayor, empieza a simpatizar con el
cazador de replicantes, pues es consciente de los límites de su rebeldía
juvenil, pero sigue fascinada por la cultura cibernética que le ofreció Blade
Runner, aunque no fuera entendida por muchos de sus coetáneos. Por
cierto, la Florida es de 1983 (si no me equivoco, el año en que se estrena
la película de Ridley Scott).