Después de La Tragedia
Después de La Tragedia
Después de La Tragedia
tragedia
IDL-Reporteros decidió no publicar durante la semana que pasó en respeto al duelo por
la trágica muerte del expresidente Alan García.
Mientras la indignación y el asco se extendían por todo el país, hubo varios intentos por
abortar la investigación. Un fiscal con varios policías trataron de allanar, sin orden alguna,
la sede de IDL-Reporteros para incautar el material periodístico de esta publicación; un
fiscal supremo, Víctor Raúl Rodríguez Monteza, (luego implicado en el caso), nos conminó
amenazadoramente a entregarle los documentos. La Comisión Permanente del Congreso
también nos citó para exigirnos le entregáramos nuestras grabaciones.
Nos negamos a hacerlo en forma terminante en cada caso. El apoyo abrumador de la gente
nos otorgó un vital respaldo. Los encubridores de facto retrocedieron, la investigación
avanzó, la indignación popular fue encauzada por el respaldo del presidente Vizcarra, se
separó a algunos jueces, se disolvió el CNM y el país pareció orientarse, reformas de por
medio, hacia un futuro más limpio y mejor.
Antes de eso, en plena pugna durante el mes de julio, el entonces ministro del Interior
Mauro Medina fue citado al Congreso para declarar, en sesión reservada de la Comisión de
Fiscalización sobre el caso. Ahí, congresistas como Edwin Donayre y Héctor Becerril
cuestionaron acremente al ministro, preguntándole cómo era posible que no hubiera
intervenido IDL y a este periodista, cómo no se había dado cuenta que con nuestras
investigaciones estábamos poniendo en peligro la estabilidad del gobierno y la seguridad
nacional. No fueron los únicos en hablar en ese tono y el ministro los toreó lo mejor que
pudo.
Eso es lo que entendía esa gente por estabilidad y por seguridad nacional: el
imperio de la cutra y el parasitismo de la corrupción, que esa misma gente, con
sus prontuarios completos, representa. No se trata de recordar esos prontuarios, pues
basta que ustedes escriban sus nombres en los archivos de IDL-Reporteros (o en Google,
si prefieren) para que sus hasta hoy impunes fechorías sean listadas. Lo que se trata es de
subrayar la desvergüenza con la que esos sujetos secuestran conceptos respetados para
tratar de usarlos como rehenes de sus iniquidades.
Avanzado el caso Lava Juez, IDL-Reporteros siguió adelante con su investigación del
caso Lava Jato, como lo venía haciendo por más de cuatro años. En esta etapa pusimos
énfasis especial en los casos que se dieron durante la gestión del líder político hasta
entonces menos investigado: el expresidente Alan García.
Parte de esos documentos fue también publicada por otros medios. El equipo especial de
fiscales, a su turno, pidió y obtuvo del juez a cargo del caso una serie de medidas de
detención preliminar para los Nava, el ex ministro Enrique Cornejo, Miguel Atala, su hijo
Samir y otros. Y también para el ex presidente Alan García.
Ahora, cuando la conmoción inicial apenas amaina, hay que preguntarse: ¿Qué hacer?
¿Proseguir con la investigación en el caso más importante de corrupción público-privada
de nuestra historia, o no?
Imagino que la inmensa mayoría responderá que sí. Habrá quienes consideren necesario
mejorar los métodos de investigación, agilizar los procesos y acusaciones, acortar las
prisiones preventivas. Pero asumo que esa mayoría abrumadora cree, como expresó con
tanta elocuencia en el caso Lava Juez, que el país se juega su futuro en el éxito o fracaso de
la lucha contra la corrupción.
Pero parece que no es fácil y que hoy existen muchas más amenazas que en el pasado.
El velorio del ex presidente García fue dominado por el “uso ruin de una tragedia”, en las
palabras de un artículo de Juan Carlos Tafur sobre el tema.
En él, Tafur describió los motivos de quienes buscan “… aprovechar la conmoción por la
tragedia para tratar de tumbarse el proceso anticorrupción en el que el país está
embarcado”.
“Hay que acabar con la judicialización de la política, gritan. Y cabe preguntar cómo se
puede aspirar a ello si son precisamente los políticos corruptos los que han desfilado y
desfilarán por las denuncias de probada corrupción en su contra”.
Así es. Pero ahora, cuando el capítulo más importante de la investigación Lava Jato está
por cerrarse, la coalición corrupta decidió jugar al todo o nada con métodos extremos:
enardecer fanatismos, despertar los demonios de la violencia y la sangre e instigar al
asesinato a partir de las más groseras mentiras camufladas como lamento.
En el paréntesis de la razón que concita el duelo, lo primero que hicieron los fariseos para
enardecer sus militantes fue afirmar que lo que ocurrió no fue un suicidio sino un
asesinato.
En sincronía, los trolls más infectos se lanzaron a inflamar los ánimos para llevar la
violencia verbal a la acción física. Aquí algunos ejemplos.
Los corruptos de anteayer y de ayer se unen al lumpen de hoy para intentar eliminar a
quienes los han investigado con eficacia.
¿Importa algo que todo lo que silban o aúllan estos sujetos es mentira? Y no una parte sino
todo. Pura Mentira.
¿Investigar es perseguir? ¿Sacar a la luz hechos reales que prueban una gran corrupción en
el caso Lava Jato, es jalar un gatillo?
¿Descubrir lo oculto para aclarar un caso de corrupción hiper camuflada, es atentar contra
la vida de alguien?
¿Mintió IDL-Reporteros al revelar cómo fue y quién pagó la conferencia en Sao Paulo?
¿Mintió IDL-Reporteros al revelar quién fue ‘Laque’, quién fue ‘Chalán’, quien fue
‘Bandido’ y cuánta plata recibieron, en qué cuentas, de qué forma, y contra el sobreprecio
de qué proyecto?
Toda amenaza, toda conspiración para llevar a cabo un ataque debe ser tomada en serio.
Y en serio lo tomamos.
Hay formas más fáciles de hacer periodismo, pero ninguna sirve en igual grado a la
democracia y al pueblo como el periodismo de investigación. Tiene otros valores, pero ese
es el mayor. Cuando hay un periodismo de investigación robusto, hay o habrá una
democracia poderosa en la que el ciudadano común sea igual de respetado que los de
mayor o menor fortuna.
Hay ahora un ataque general, nada casual, contra el periodismo investigativo en el Perú. El
juicio sesgado contra Pedro Salinas y Paola Ugaz en Piura; la irracional sentencia contra
Ojo Público, Óscar Castilla y Edmundo Cruz por su investigación de Eteco; las
instigaciones asesinas contra IDL-Reporteros y su director.
Espero que la sociedad civil comprenda lo que está en juego y movilice a tiempo la energía
e indignación que han definido ya victoriosamente tantas jornadas. No hacerlo pronto y
bien podrá significar luego bastante que lamentar.
Por la libertad, aconsejaba el Quijote, “así como por la honra se puede y debe aventurar la
vida”. Es verdad y hay que hacerlo si no queda otro camino. Pero mejor que ofrendarle la
vida es llevarla a la victoria. Conducirla a una democracia vigorosa en una sociedad limpia
de corrupción que pueda al fin, doscientos años después de nacida, acercar nuestra
República a cumplir sus ideales.