La Caída Del Reino Del Norte

Monografía N° 2 Castro Lagos, Roger
LA CAÍDA DEL REINO DEL NORTE
Introducción
Con la deportación del reino de Judá a Babilonia termina el período

monárquico de Israel. Un período de altos y bajos en diferentes áreas. Y la
primera crisis se produce poco tiempo después de instituida la monarquía con
la división del reino en dos. Así el territorio sur pasó a ser Judá y el del norte
continuó con el nombre de Israel. La Biblia relata que en ambos reinos se dan
estos altibajos: hubo reyes que hicieron lo bueno y otros que hicieron lo malo,
también habla de momentos de guerra y momentos de paz y de tiempos en
que el reino crece y otros en los que cede territorio. Así la caída definitiva de
Judá hacia el 587 a.C.es el fin del reino del sur. Pero el reino del norte había
sufrido una suerte similar hacía más de un siglo atrás.
Hacia el año 722 a.C. ocurrió la caída Israel, el reino del norte. Según la
Biblia, porque se alejaron de Dios yéndose en pos de los dioses de los
cananeos. Como hecho es relevante ya que, significa la caída del reino más
grande y por lo mismo más poderoso en comparación a Judá. Por la
importancia que tuvo, en esta monografía se hará un análisis de la caída del
reino de Israel a manos de los Asirios considerando sus causas y sus
consecuencias más importantes desde el punto de vista histórico y bíblico.
Historicidad
Si durante los reinados de David y de Salomón hubo estabilidad en

Israel, la división del reino en dos convirtió a ambos en reinos menores dentro
del mundo político de Siria y Palestina y así para poder sobrevivir se vieron
obligados a luchar reiteradamente con las potencias de esta área. Aun así Noth
señala que de alguna forma Israel estaba resguardado por el Norte por el
poderío y la resistencia de Damasco y aunque estos les atacaron en más de
alguna oportunidad, lograron mantenerse como reino. Fue la caída de
Damasco a manos de los Asirios que dejó una opción abierta para internarse
en el Sur y acabar con el reino de Israel 1, Si bien no sucedió de manera
inmediata, incluso hay un cierto apogeo al acabarse las instigaciones del reino
arameo, para luego sucumbir ante el poderío Asirio. 2
Alrededor del Año 800 a.C. Adadnirari III sitió Damasco haciendo
capitular a su rey. Su muerte viene a coincidir con el ascenso de Jeroboam II al
reinado de Israel y para entonces los ataques asirios se detuvieron por
alrededor de 40 años y la debilidad en la que queda Damasco no deja lugar a
nuevas incursiones hacia el sur contra Israel o Judá. Así Jeroboam II incluso
continuó la reconquista del territorio transjordano llegando por el sur hasta el
Mar Muerto y por el norte hasta el puesto fronterizo hematita de Labo. Pero
estas serán los últimos momentos gloriosos de esta monarquía. Su hijo
1 NOTH, M. Historia de Israel. Ed. Garriga S.A. Barcelona. p. 223
2 Idídem. p. 233,234
Zacarías solo reinó seis meses antes de ser asesinado por Salum, acabando
así con la dinastía de Jehú3.
En el año 745 a.C. Teglatfalasar III asume el poder en Asiria se da a la
tarea de construir un imperio asirio abatiendo primero a los pequeños estados
sirios. Avanzó por la zona norte-israelítica y logró dominar a los filisteos en la
llanura costera hasta el llamado “arroyo de Egipto”. Hacia el 740 a.C. inicia la
conquista de Siria septentrional. Para entonces en Israel reinaba Menajem,
quien había asesinado a Salúm. Menajem obligó a personas adineradas de su
reino a pagar una cifra considerable con la que pagó tributo a Teglatfalasar III,
manteniendo así su trono.
En el 733 a.C. Damasco procuraría independizarse de los asirios
conformando una alianza con varios estados pequeños. Entre estos se
encontraba Israel, ahora bajo el reinado de Peqaj, quien había asesinado a
Pekaía, hijo de Menajem4. Ante esta coalición Teglatfalasar III avanzó sobre
Damasco en el 732 a.C. arrasándola completamente y los israelitas al ver la
situación decidieron asesinar a su rey y a poner en su lugar a Oseas, quien se
declaró tributario del rey Asirio. Esta actitud tuvo relativo éxito porque, si bien,
se perdonó la vida de Oseas, el reino había perdido grandes extensiones de
terreno por el norte. Se trataba de el llano de Jezreel y las tierras de la
transjordania, que fueron declaradas provincias asirias. Además los estratos
sociales más elevados de estas zonas, tanto israelitas como sirios fueron
deportados a otras partes del imperio asirio y sustituidos por colonos de otros
lugares. Así estos lugares perdieron por completo su carácter israelita.
A la muerte de Teglatfalasar le sucedió su hijo Salmanasar V. Para
entonces el rey Oseas intentó aliarse con Egipto y así deshacerse del dominio
asirio. Esta alianza no dio resultado. Así en el año 724 a.C. Salmanasar V llamó
a Oseas a su presencia y lo encarceló. Luego un ejército asirio sitió Samaria,
demorando tres años en conquistarla. Hacia el final del sitio hay un cambio de
dinastía y es Sargón II quien asume el poder, quien desplaza a Salmanasar y
se adjudica la toma de Samaria, quedando esta como una más de las
provincias asirias. Con un gobernador asirio se le aumentó el tributo iniciado en
tiempos de Oseas. Nuevamente las clases sociales altas son deportadas a las
zonas orientales del imperio asirio y sustituidas por colonos extranjeros que
luego comenzaron a emparentarse con las familias israelitas que habían
quedado haciendo imposible distinguir quien era quien. Estos pasaron a
llamarse samaritanos. Esto es relevante, ya que en los evangelios se puede
observar la mala relación que los judíos del sur tenían con estas personas, al
punto de no querer siquiera acercarse o conversar con ellos.
Contexto de la redacción
3 BRUCE, F. Israel y las Naciones. Madrid. Ed. Literatura Bíblica. 1° Edición 1974. pp. 55, 61.
4 HERRMANN, S. Historia de Israel en la Época del Antiguo Testamento. Salamanca. Ed. Sígueme. 1979.
pp. 313, 315-318
Los hechos mencionados anteriormente están narrados en el libro de II

Reyes en la Biblia. Tanto este como el I Reyes son, según la mayoría de los
autores, compilaciones de diferentes tipos de fuentes. Estas son “El libro de los
hechos de Salomón”, “El libro de las crónicas de los reyes de Israel” y “El libro
de las crónicas de los reyes de Judá 5. Por su parte otros proponen también que
se consideran los “Relatos de los profetas” 6. También hay otras fuentes
diversas como anales, narraciones, leyendas, listas y registros de los reinados.
Así los eruditos se han apoyado en la tesis de Martin Noth de que se trata de
un narrador o su secuela que se apoyó en fuentes variadas. De esta forma,
como señala G.H. Johnes “El historiador deuteronomista fue selectivo en el uso
de las fuentes, extractando sólo aquella información que consideraba útil para
su propósito, dejando fuera otros detalles. No estaba escribiendo historia sino
una interpretación de la misma”.7
El libro de los Reyes, fue escrito probablemente durante el exilio en
Babilonia. El último evento de II Rey 25:27 menciona a Evil-merodac en actos
que pueden fecharse hacia el 562 a.C. por lo tanto debió escribirse poco
tiempo después y como nada menciona del regreso del exilio, el libro en su
forma actual debió haberse escrito entre el 562 y el 539. 8
Valor histórico para Israel y para el cristianismo
Considerando la época en la que se redacta la compilación de los libros

Adolfo Ham señala que “El libro fue escrito a fin de que los judíos que habían
vivido la catástrofe de la caída de Jerusalén, pudieran afrontar el futuro con
valor y esperanza”9. Por su parte G. Von Rad señala que, basándose en
escritos de M. Noth que los hechos mencionados han sido seleccionados
cuidadosamente con pretensiones propias, con un cuño teológico único 10.
Entonces, sin desmerecer la opinión de Ham hay que agregar que la
recopilación de hechos de los reyes menciona en la mayoría de los casos un
juicio de valor sobre el actuar de cada rey en cuanto a si había hecho lo bueno
o lo malo ante los ojos de Dios. Así Según Von Rad la caída del reino del
norte, al igual que la de Judá, son hechos que a los ojos del escritor “… tenían
una dignidad plenamente teológica; manifestaron el juicio de reprobación de
Yahvé sobre ambos reinos… Israel acumuló a lo largo de muchas
generaciones pecados e infidelidades en una carga cada vez más pesada, de
tal manera que al final Yahvé tuvo que rechazar a su pueblo” 11. También
menciona este autor que el relato pretende demostrar cómo Dios cumple lo que
5 HAM, A. Historia y Poder. Quito. Ed. CLAI. 1999. p. 7

6 LOZA VERA, J. en LEVORATTI, A. (Dir.) Comentario Bíblico Latinoamericano. Navarra. Ed. Verbo
Divino. 1° Edición. Tomo I. 1970. p. 723
7 HAM, A. Óp. Cit. pp. 7,8.
8 Ibídem. p. 11,12
9 Ibídem. p. 11
10 VON RAD, G. Estudios Sobre el Antiguo Testamento. Salamanca. Ed. Sígueme. Segunda Edición
1982. p. 177
11 Íbídem. p. 179
ha prometido dando cuenta del cumplimiento de numerosos vaticinios 12. El

principal es lo mencionado en la ley en cuanto a que si se apartaban de Dios
terminarían cayendo ante sus enemigos.
Desde una perspectiva cristiana, en palabras de Pierre Buis, se puede
leer este libro en el contexto de la historia de la salvación: “Demuestra que el
desarrollo de esta historia no es simple, que supone la existencia de pistas
falsas, callejones sin salida de los que solo se puede salir mediante rupturas
brutales y dolorosas”13 Señala también que no debemos ver los relatos como
modelos de sociedades para hoy, ni a sus personajes como modelos de
conducta. Más bien es necesario quedarse con el mensaje crítico que “…
denuncia una concepción simplista de la retribución y que desacraliza las
instituciones” y que lo más importante “… sigue siendo la hermenéutica de la
historia que en él [mensaje] se lleva a cabo y que puede ayudarnos a nosotros
a reconocer la acción de Dios en el corazón de la historia que se construye a
nuestro alrededor y por medio de nosotros” 14
Conclusiones
Es interesante constatar cómo se fue gestando la caída del reino del

norte, o reino de Israel, pese a ser más grande que su hermano del sur, Juda.
La Biblia no deja lugar a dudas en cuanto a la causa de esta caída: el pecado.
Ya sea que se considere esta interpretación teológica o se vea como una
coincidencia al relacionarla con el alza del imperio Asirio y la caída de su
especie de muro defensivo por el Norte, que era Damasco, no se puede
desconocer que el impacto causado es tremendo para la historia de Israel. Se
produce la desaparición de gran parte de lo que había sido una nación
próspera, a pesar de no ser de las más grandes en la región. El territorio que
ocupaba pasó a ser una provincia más del Imperio Asirio, su gente fue
trasladada a otros lugares, se trajo a personas de otros lugares produciéndose
un mestizaje, que no fue solo biológico sino también cultural y hasta religioso.
Al estudiar esta parte de la historia israelita es necesario entenderla
como se pretendió que se hiciera cuando se redactaba, es decir mostrar cómo
actúa Dios en la historia y considerar que, si bien, no le agrada el pecado y lo
castiga, siempre da nuevas oportunidades y muestra su misericordia ante el
arrepentimiento real y el cambio de nuestra conducta. De esta forma tenemos
que ver la historia bíblica ya no como una compilación de hechos para
satisfacer la curiosidad, sino como una historia escrita desde la fe, es decir,
poder captar el mensaje entregado en cuanto a cómo Dios se relaciona con la
humanidad.
BIBLIOGRAFÍA
12 Íbídem. p. 180.
13 BUIS, P. El Libro de los Reyes. Cuadernos bíblicos N° 86. Navarra. Ed. Verbo Divino. 1995. p. 61
14 Ibídem. p. 61.
BRUCE, F. Israel y las Naciones. Madrid. Ed. Literatura Bíblica. 1° Edición

1974.
BUIS, P. El Libro de los Reyes. Cuadernos bíblicos N° 86. Navarra. Ed. Verbo
Divino. 1995.
HAM, A. Historia y Poder. Quito. Ed. CLAI. 1999.
HERRMANN, S. Historia de Israel en la Época del Antiguo Testamento.

Salamanca. Ed. Sígueme. 1979.
LOZA VERA, J. en LEVORATTI, A. (Dir.) Comentario Bíblico Latinoamericano.

Navarra. Ed. Verbo Divino. 1° Edición. Tomo I. 1970.
NOTH, M. Historia de Israel. Ed. Garriga S.A. Barcelona.
VON RAD, G. Estudios Sobre el Antiguo Testamento. Salamanca. Ed.

Sígueme. Segunda Edición 1982.

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