Revista Completapopulismo
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PERSPECTIVAS TEÓRICAS,
EMPÍRICAS Y COMPARATIVAS
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¿LA NUEVA ERA
DEL POPULISMO? 119
PERSPECTIVAS TEÓRICAS, Nueva época
EMPÍRICAS Y COMPARATIVAS Septiembre 2018
Introducción ................................................................................................... 7
Otros artículos
Thomas Legler, Mariano Turzi y Eduardo Tzili-Apango ...................................... 245
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
Lincoln Bizzozero y Sophie Wintgens ............................................................. 265
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur:
¿un juego de suma positiva?
Introduction .................................................................................................... 7
Others articles
Thomas Legler, Mariano Turzi and Eduardo Tzili-Apango .................................. 245
China and the search for autonomous regional governance in Latin America
Lincoln Bizzozero and Sophie Wintgens ......................................................... 265
The politico-normative approach of the EU and China towards Mercosur:
a positive-sum game?
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PRÓXIMOS NÚMEROS
7
Introducción: ¿la nueva era del populismo?
1. Para un análisis reciente del incremento del populismo y de sus complejas causas económicas y no
económicas, véase Pew Research Center (Stokes, 2018).
2. Algunos analistas, como Timothy Snyder (2018) o Magdalene Albright (2018), dramatizan la
situación presente y la examinan a través del concepto de fascismo (para una crítica incisiva, véase
Evans, 2018). La equivalencia entre el populismo actual y el fascismo sería, como argumenta Evans,
forzada. Sin embargo, no excluimos que los eventos futuros confieran un significado más pesimista
a los acontecimientos actuales.
9
Introducción: ¿la nueva era del populismo?
Camil Ungureanu
Profesor agregado Serra Húnter de Filosofía Política, Departamento de
Ciencias Políticas y Sociales, Universitat Pompeu Fabra
Ivan Serrano
Profesor lector de Ciencia Política, Estudios de Derecho y Ciencias Políticas,
Universitat Oberta de Catalunya
Referencias bibliográficas
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11
Introducción: ¿la nueva era del populismo?
Ivan Serrano
Profesor lector de Ciencia Política, Estudios de Derecho y Ciencias Políticas, Universitat
Oberta de Catalunya. iserranoba@uoc.edu
Resumen: En este artículo se lleva a cabo un Abstract: In this article a critical analysis
análisis crítico de algunas de las aproximacio- is made of some of the most influential ap-
nes más influyentes al populismo actual y se proaches to contemporary populism and an
propone una hipótesis alternativa. «Ontologi- alternative hypothesis is proposed. “Ontolo-
zar» el populismo (Laclau), examinarlo desde gising” populism (Laclau), examining it from
una perspectiva fenomenológica (Canovan) a phenomenological perspective (Canovan)
u observarlo como una ideología (Freedon, and observing it as an ideology (Freedon,
Mudde, Stanley) son estrategias objetables Mudde, Stanley) are objectionable strat-
por ser, desde nuestro punto de vista, demasia- egies as they are, from our perspective,
do intelectualistas. Aquí se propone, en cam- overly intellectualist. Instead, a working
bio, una hipótesis de trabajo que considera el hypothesis is proposed here that considers
populismo como un relato político, poniendo populism as a political narrative, placing
el foco en la importancia de la imaginación y the focus on the importance of political emo-
de las emociones políticas. Asimismo, se hace tions and imagination. An overview is also
un repaso de las condiciones estructurales (so- given of the structural conditions (sociopo-
ciopolíticas, económicas, tecnológicas, entre litical, economic and technological, among
otras) de la oleada global de populismo y de others) of the global wave of populism and
su dificultad para superarlas. the problems it has overcoming them.
Los autores (a su vez, coordinadores científicos del número 119 de Revista CIDOB d’Afers Internacionals
sobre Populismo) agradecen a las editoras y a Eckart Woertz su apoyo y valiosos comentarios durante la
realización de este proyecto.
13
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
1. Para un análisis más instructivo de varias posiciones sobre el populismo, véase Laclau (2005a).
2. Para la cuestión de los relatos en la política, véase en particular Lakoff (1996).
3. En el prólogo de La razón populista –su principal obra sobre el populismo– Laclau afirma: «Este
libro se interroga centralmente sobre la lógica de la formación de las identidades colectivas» (Laclau,
2005a: ix).
15
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
El enfoque original de Laclau4 tiene varios méritos, entre ellos, que es una con-
tribución significativa a la ontología sociopolítica atenta, precisamente, al aspecto
constructivo5 de las identidades colectivas y al papel del conflicto y del discurso en
la constitución de estas mismas; además, proporciona herramientas conceptuales
útiles (como antagonismo, hegemonía, cadenas de equivalencia) para analizar la
dinámica populista como una forma de antagonismo entre actores políticos colec-
tivos que pueden tener ideas distintas o incluso opuestas (por ejemplo, de izquier-
das o de derechas, progresistas o conservadoras, económicamente proteccionistas o
liberales). Sin embargo, desde nuestro punto de vista, el tratamiento del populismo
de Laclau no es del todo convincente, ya que toma un fenómeno circunscrito his-
tóricamente y lo convierte en una dimensión ontológica universal de la formación
de cualquier identidad colectiva6. El «populismo ontológico» se convierte, así, en
un concepto sobredimensionado incapaz de captar la especificidad del populismo
como fenómeno moderno y la ola populista mundial actual (Canovan, 1999).
Como sugiere su nombre, el «populismo» supone la creencia en el pueblo como
fuente de legitimidad política7. Asimismo, como movimiento político moderno,
está internamente vinculado al desarrollo gradual de la imaginación democrática
centrada en el poder (kratos) del pueblo (demos) (ibídem). Según el influyente ar-
gumento de Reinhart Koselleck (1988), en las décadas alrededor de 1800 ocurrió
una gran transformación del lenguaje político; en esa época, el horizonte de las
expectativas políticas se alejaba del espacio de las experiencias que los seres huma-
nos habían creado anteriormente; en particular, el futuro se convertía en un eje
político-temporal fundamental durante el cual los pueblos ganarían su capacidad de
autodeterminación y de referentes de la legitimidad política. Resulta que, si bien
la cuestión ontológica de la formación de las identidades colectivas es legítima, la
emergencia de la categoría del pueblo y del populismo como fenómenos históricos
particulares no puede ser su clave explicativa universal. Además, Laclau (2005a)
normaliza el antagonismo al tomar la confrontación con el enemigo inconmensu-
rable como «esencial» a la política8. Este enfoque sobre el antagonismo entre identi-
dades colectivas inconmensurables puede llegar a la polarización y a la debilitación
de la política democrática, la cual no está precisamente definida por el choque entre
identidades separadas e inconmensurables, sino todo lo contrario, al implicar una
identificación política transversal basada en principios, procedimientos y prácticas
comunes de diálogo, compromiso y tolerancia.
La segunda aproximación al populismo, aunque tiene menos carga filosófica y
creatividad conceptual que la anterior, gana en el análisis de la realidad empírica.
Representada por Margaret Canovan (1981 y 1982), alerta de la excesiva expectati-
va respecto a la noción de populismo debido a la diversidad de contextos históricos
y geográficos en la que surge. Según esta autora, la pretensión de llegar a construir
una «teoría del populismo», aun siendo intuitivamente atractiva, está condenada
a la inconcreción y la vaguedad. De hecho, rechaza una aproximación totalizante
y esencialista del populismo por considerarla una manera demasiado rígida para
abordar la diversidad de los casos particulares y las transformaciones prácticas. Así,
opta por una aproximación fenomenológica y analiza los populismos en términos
wittgensteinianos de «semejanzas de familia» (Familienähnlichkeiten)9. Esta aproxi-
mación tiene la virtud de prestar atención a la pluralidad histórica y contextual de
los populismos (Canovan, 1982) a fin de elaborar tipologías orientadas a ser más
consistentes, en vez de pretender llegar a una teoría con pretensiones de completi-
tud. Sin embargo, el punto débil de este acercamiento es la adopción de criterios
inconsistentes de clasificación entre populismos agrarios y populismos políticos10.
Además, Canovan incluye fenómenos demasiados dispares bajo la etiqueta del po-
pulismo, como, por ejemplo, el narodniki11 ruso, el peronismo en Argentina, el
crédito social en Alberta, los movimientos agrarios europeos después de la Primera
8. A pesar de la crítica tajante de Laclau (2005a) a la confusión entre lo normativo y lo empírico en los
análisis del populismo, se puede argumentar que su teoría acaba casi amalgamando el antagonismo
populista con su idea preferida de democracia radical.
9. Esta estrategia no busca un núcleo esencial de características (a, b, c) de un fenómeno, sino seme-
janzas de familia entre distintos fenómenos ordenados bajo el mismo concepto (a, b, c; b, c, d; c,
d, a; d, e, f, etc.). Para una discusión aclaradora de la estrategia wittgensteiniana y su aplicación en
el caso del fascismo, véase también Eco (1995).
10. Sobre esto, Laclau (2005a: 6) argumenta: «¿En qué sentido son los populismos agrarios no políticos?
Y ¿cuál es la relación entre lo social y los aspectos políticos de los populismos “políticos” que gene-
ran un modelo de movilización política que es diferente del modelo agrario? Todo sucede como si
Canovan simplemente hubiera elegido de manera impresionista características más visibles de una
serie de movimientos tomados al azar (...)».
11. N. del Ed.: De narod, pueblo en ruso. Movimiento socialista ruso del siglo xix que aspiraba a
despertar políticamente a los campesinos y, con ello, lograr la liberalización del régimen zarista.
17
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
1998; Mudde y Rovira Kaltwasser, 2011; Stanley, 2008). Una de las carac-
terísticas de las ideologías delgadas es la simplificación de los argumentos
(también recalcada por Laclau) y la relevancia de ciertos conceptos claves,
que en el caso del populismo acaban derivando en la contraposición entre
dos bandos antagonistas, el pueblo y las élites. Según Mudde (2004: 543),
el populismo es «una ideología que considera a la sociedad como dividida,
en última instancia separada, en dos grupos homogéneos y antagonistas, “el
pueblo puro” versus la “élite corrupta”, y argumenta que la política debería
ser una expresión de la volonté générale del pueblo» (Mudde, 2004; Mudde y
Rovira Kaltwasser, 2011 y 2018). Desde esta aproximación, el populismo se
caracteriza por su énfasis en el pueblo llano, que es excluido del poder aun
cuando es no solo soberano y fuente última del poder, sino también debería
constituirse como legítimo gobernante. En esta contraposición, la legitimi-
dad del pueblo se expresa como la
voluntad general; y se constituye el Más allá de las aproximaciones distintas
bien común como algo distinto a del populismo, hay un acuerdo respecto a
la suma de intereses particulares, el la centralidad del antagonismo élite/pue-
cual debe ser el objeto de la actua- blo y del carácter simplificador del discurso
ción de las instituciones. El éxito populista.
del estudio del populismo desde
esta perspectiva ha llevado también, en una multitud de casos, a cuestionar
cuáles deben ser sus límites para mantener una agenda de investigación futura
que no desvirtúe el concepto (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2018).
12. Para la cuestión de los mitos en la política, véase especialmente Bottici (2010).
19
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
13. Por ejemplo, Donald Trump se acerca mucho más al tipo de líder carismático que Pablo Iglesias (de
Podemos), o una visión populista del pueblo puede ser más homogénea e intolerante que otra.
14. Un ejemplo de ello sería la construcción totalizante de la élite como corrupta por parte de Podemos
en su fase inicial.
15. El populismo es una fábrica permanente de enemigos. Por ejemplo, para Trump, el enemigo
cambia de rostro de manera vertiginosa –puede ser Europa, Irán, China, Soros, los musulmanes,
etc.–.
16. En este sentido, Müller subraya la concepción antipluralista del pueblo en la visión populista.
17. A diferencia de la posición de Laclau, nuestra aproximación no es puramente constructivista.
El constructivismo puro o totalizante es anticientífico. Este constructivismo es un tipo de cul-
turalismo («todo es construcción cultural») que ignora la contribución de la «naturaleza» y de
las investigaciones científicas desde una perspectiva de la biología y psicología evolutiva. Según
nuestra perspectiva, una explicación comprensiva debería combinar los dos aspectos, culturales
y naturales, así como las disciplinas humanistas y científicas. Para un argumento respecto al
populismo inspirado por la psicología evolucionista, véase Gros (2018). En el contexto de las
manifestaciones violentas ultraderechistas de Chemnitz de septiembre de 2018, Gros argumenta
que «la hostilidad hacia los extranjeros en el este de Alemania –y tal vez en toda Europa– puede
estar enraizada en parte en una respuesta defensiva primordial por parte de los hombres locales,
que quieren proteger su territorio, incluidas “sus” mujeres, de otros hombres. Probablemente no
sea una coincidencia que Chemnitz, que ha demostrado estar dispuesto a votar por los partidos
extremistas, tenga la mayor proporción de hombres por mujer entre los 20 y 40 años de toda
Alemania» (ibídem).
18. Aquí interviene otro patrón mítico del chivo expiatorio: la comunidad se purifica mediante el
sacrificio de un chivo expiatorio que condensa la impuridad y el mal (en este caso, Hillary Clinton
como representante de la élite). Para un análisis de este mecanismo, véase Girard (1977).
21
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
19. El papel de las emociones políticas en el populismo es mencionado por Laclau (2005a), Canovan
(1999) y Mudde (2004). En la línea de Canovan, el populismo tiene mucho de un estilo particu-
lar de hacer política, así como de un «estado de ánimo» (mood), que incluye tanto un sentido de
trascendencia contra el estado actual de la política como de apelación a elementos emocionales que
caracterizan el zeitgeist populista (Mudde, 2004).
23
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
Esta caracterización ideal-típica tiene como corolario que el populismo mina los
mecanismos de la democracia representativa23. Los populistas denuncian el fracaso
de los mecanismos e instituciones tradicionales de la democracia representativa,
tanto por sus propios límites como por la captura que las élites han hecho de los
mismos. Los populistas cuestionan a menudo las reglas básicas del juego demo-
crático y, a cambio, ofrecen soluciones mágicas a los problemas complejos de la
sociedad, minando la práctica democrática basada en deliberación, negociación y
20. Para ilustrarlo, cabe mencionar que no es una casualidad que Trump organizara mítines electorales
inmediatamente después de ganar las elecciones.
21. Podemos distinguir tres tipos de emociones populistas: a) emociones negativas, que se refieren a
sentimientos de odio, resentimiento, furia, desprecio o ira hacia la élite, las minorías o a los extran-
jeros (el populismo de derechas, en particular, intensifica el desprecio, la humillación y el miedo);
b) emociones con efectos positivos, que incluyen el entusiasmo por las utopías y las revoluciones,
el orgullo popular-nacional, la esperanza mesiánica hacia el líder carismático, la confianza en las
virtudes del pueblo (por ejemplo, el Make America Great Again); y c) emociones mixtas, como el
disfrute rencoroso, la humillación jubilosa a los extraños y las minorías, o el placer vengativo.
22. Para un estudio reciento sobre el miedo y Trump, véase Nussbaum (2018).
23. La estrategia que presentamos no implica una confusión entre lo normativo y lo empírico; es decir,
el tipo-ideal construye el populismo desde un interés normativo, pero esta es una práctica legítima
en ciencias políticas y sociales. Por ejemplo, en ciencias políticas, la distinción entre regímenes
autoritarios y democráticos no es ilegítima porque refleja un interés normativo.
24. Un buen ejemplo es el movimiento Cinque Stelle en Italia, el cual combina ideas izquierdistas y
derechistas.
25. Los intentos de trazar cómo el populismo de los partidos de extrema derecha ha ido permeando en
el discurso de los partidos tradicionales o las limitaciones para establecer actitudes populistas en la
opinión pública –que permitan caracterizar adecuadamente si un determinado caso puede clasi-
ficarse como tal– continúan lejos de generar un consenso en la literatura (Akkerman et al., 2014;
Hawkins et al., 2012; Tipaldou y Uba, 2018).
25
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
26. Véase también el reciente estudio empírico del Pew Research Centre (Stokes, 2018).
27. En la práctica, estos factores se mezclan y se retroalimentan.
28. Un brillante episodio de 2013 de la serie creada por Charlie Brooker Black Mirror capta con humor
negro esta situación y anticipa brillantemente el debate actual sobre el populismo y las fake news.
En «El momento Waldo», un flamante personaje de dibujos animados (llamado Waldo) entra en
campaña electoral y arrasa con chistes licenciosos e insultos direccionados a los políticos; después
de su éxito electoral, Waldo se convierte en un fenómeno viral a nivel global.
29. Original: «Falsehood flies and the Truth comes limping after it».
27
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
políticos no son más que unas élites al servicio del capitalismo financiero global,
abriéndose aún más la ventana de oportunidad para la respuesta populista que
pretende devolver el poder robado al pueblo soberano.
Un interrogante abierto
30. El populismo es líquido: en la sociedad red (Castells, 2004), fluye y se ramifica en formas y combi-
naciones de todo tipo; toma configuraciones diversas en la dimensión izquierda-derecha, se combina
con fuerzas religiosas o seculares, con movimientos nacionalistas o internacionalistas, europeístas o
antieuropeístas, enmarcándose en ámbitos regionales o nacionales. Variaciones del relato populista
y/o de las estrategias populistas emergen en diferentes contextos culturales, económicos y religiosos,
e incluso puede desarrollarse no solo por movimientos emergentes sino en el seno de partidos o
instituciones tradicionales. Para la metáfora de la liquidez usada en otros contextos, véase Bauman
(2013) y Wagner y Rosich (2017).
29
El populismo como relato y la crisis de la democracia representativa
¿Podrían algunas de las fuerzas políticas resultantes del ímpetu populista ser
vistas también como un revulsivo que lleve a la reforma de las democracias para
reconectar la representación y la participación ciudadana? (Laclau 2005a, 2005b
y 2010; Mudde y Rovira Kalterwasser, 2011 y 2018; Mouffe y Errejón, 2015).
Nuevos movimientos políticos y sociales se presentan ante la crisis como una
alternativa a las élites tradicionales y con programas para renovar las democracias
tradicionales a través de nuevos mecanismos de participación, de modo que se
reconstruya el vínculo entre representados y representantes a través de nuevos
modos más cercanos y permeables a la ciudadanía.
Sin embargo, en el panorama actual, se observa cómo las fuerzas populistas-
autoritarias son claramente las dominantes y están creciendo a nivel global. Ade-
más, un porcentaje preocupante de ciudadanos desconfía cada vez más de la de-
mocracia misma como forma de gobierno, incluso entre segmentos de población
que se sitúan en el centro del espectro político (Adler, 2018). ¿Serán entonces las
democracias representativas capaces de adaptarse con éxito ante los retos estruc-
turales y la respuesta populista? Es más, ¿podrán sobrevivir sin inventar nuevos
mecanismos económicos mixtos que complementen y moderen las dinámicas
capitalistas? Por ahora hay más preguntas que respuestas claras y definitivas. Si
esta ola de populismo que recorre el mundo será tan solo una tormenta pasajera
o más bien un tsunami que alterará radicalmente las formas de organización
política es el gran interrogante abierto de las democracias actuales.
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DOI: doi.org/10.24241/rcai.2018.119.2.35
Ángel Rivero
Profesor titular de Ciencia Política y de la Administración, Facultad de Derecho,
Universidad Autónoma de Madrid. angel.rivero@uam.es
Resumen: La literatura sobre el populismo sos- Abstract: The literature maintains that not
tiene que no todos los populismos son igua- all populisms are equal. Some are seen as
les. Unos serían proyectos regeneradores o projects of regeneration or democratisation
democratizadores, porque incorporarían a un because they would incorporate an ex-
pueblo excluido; y otros serían movimientos cluded people; others are movements that
debilitadores de la democracia porque pro- would weaken democracy by promoting
moverían la exclusión (xenofobia y racismo). exclusion (xenophobia and racism). The for-
Los primeros serían «populismos de izquier- mer is “left-wing populism” while the latter
das» y los segundos «populismos de dere- is “right-wing populism”. This paper shows
chas». Este artículo muestra cómo lo central that what is central to populism is its model
en el populismo es su modelo de democracia of democracy, not whether it is situated on
y no que este se sitúe a la izquierda o la de- the right or the left. To do this, an evalua-
recha. Para ello, se evalúa y compara el ba- tion is made of the democratic balance of
lance democrático de los populismos en tres populisms in three countries in Europe (Aus-
países europeos (Austria, Francia y Hungría) tria, France and Hungary) and three in Latin
y en tres latinoamericanos (Bolivia, Ecuador y America (Bolivia, Ecuador and Venezuela).
Venezuela). Como se verá, ni unos han contri- As will be shown, those of the right have
buido a la destrucción de la democracia por no more contributed to the destruction of
ser de derechas, ni los otros pueden presen- democracy than those on the left may be
tarse como éxitos democratizadores por ser presented as democratising successes; but
de izquierdas; pero todos ellos representan un all represent a profound challenge to liberal
profundo desafío a la democracia liberal. democracy.
Palabras clave: populismo, izquierda, dere- Key words: populism, left wing, right wing,
cha, democracia, Europa, América Latina democracy, Europe, Latin America
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
un mismo programa que busca dar voz a los «perdedores» del orden liberal y que
encuentra acomodo en un nacionalismo soberanista y antiliberal. Independien-
temente de discursos de derechas y de izquierdas, líderes y movimientos popu-
listas en Europa y en América Latina cuestionan la democracia representativa,
el liberalismo económico y la globalización, y proponen la sustitución de prin-
cipios y normas por nuevas reglas y procedimientos que, como se demostrará,
debilitan las instituciones y procesos de control de las democracias.
Términos como la «democracia iliberal» (Zakaria, 1997), adoptado por el primer
ministro húngaro Viktor Orbán, la «Francia insumisa» de Jean-Luc Mélenchon,
«Austria primero» de Heinz-Christian Strache o la «democracia participativa o di-
recta» de la Bolivia de Evo Morales, la Venezuela de Hugo Chávez y del Ecuador de
Rafael Correa sugieren un proyecto de refundación (De la Torre, 2013b) opuesto
a la democracia representativa. El populismo en ambos lados del Atlántico sostiene
que la democracia está secuestrada y
precisa de regeneración. La democra- Entendemos el populismo como un proyec-
cia que se califica de falsa es la demo- to político antiliberal que altera la agenda
cracia liberal; y la democracia que se de gobierno y las estructuras del poder,
afirma como auténtica es la democra- para refundar la democracia en torno a
cia directa. La democracia iliberal con la unidad líder-pueblo sin necesidad de
la que define Viktor Orbán su proyec- contar con instituciones representativas ni
to político resulta elocuente, puesto separación de poderes.
que señala el denominador común de
antiliberalismo en la diversidad de experiencias populistas.
América Latina y Europa comparten el desafío de la «nueva era» del populis-
mo que se inició en 1998 con la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela
y de Viktor Orbán en Hungría. Aunque se habla de populismos de izquierdas y
de derechas en ambas regiones, el calificativo de populismo de derechas (De-
cker, 2013; Hillebrand, 2015) ha sido señalado como dominante en Europa
(Decker, 2013; Grabow y Hartleb, 2013) y el de izquierdas (Mouffe, 2018;
Errejón y Mouffe, 2016) como propio de América Latina (De la Torre y Arn-
son, 2013: 3). Para un análisis de conjunto que reúna las experiencias populistas
en Europa y América Latina, es muy útil el libro de Mudde y Rovira Kaltwasser
(2012), que compara experiencias europeas y latinoamericanas; para el caso eu-
ropeo, el libro de Reynié (2013) es valioso porque ofrece una lista muy completa
y elude la dicotomía izquierda/derecha; y, para el análisis comparativo con ma-
yor número de casos, véase Rivero et al. (2017).
En este artículo se sostiene que el eje izquierda-derecha (por ejemplo, Huber
y Schimpf, 2017) como instrumento de análisis del populismo no resulta ope-
rativo. Por ello, desde una perspectiva teórica, empírica y comparativa, aquí se
analiza el modelo de democracia que subyace al discurso del populismo y que
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
1. Véase: https://freedomhouse.org/report-types/freedom-world
2. Véase: https://www.eiu.com/topic/democracy-index
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
del «soberanismo populista» puede ser evaluada, puesto que muchos movimientos
populistas han alcanzado el poder o han tenido un impacto reseñable en el sistema
político (Corrias, 2016; Haskell, 2000). Es esto lo que se verá a continuación en
relación con Europa y América Latina.
Política entendida como negociación entre Política entendida como imposición del
partidos proyecto populista hegemónico
Menos consultas populares Elecciones y consultas plebiscitarias frecuentes
Fuente: Gratius y Rivero con base en De la Torre (2013 y 2017), Mudde y Rovira Kaltwasser (2012) y
Panizza (2005).
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
3. El Front National (FN) cambió su nombre por el de Rassemblement National (RN) el 1 de junio de
2018, pero mantenemos su nombre original para evitar confusiones.
4. Para más información sobre el FPÖ, véase Sosa Mayor, en Rivero et al. (2017: 293-302) y Heinisch,
en Grabow y Hartleb (2013: 47-79).
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
5. Véase Rivero et al. (2017: 217-233); un punto de vista diferente lo ofrecen Vallespín y Bascuñán
(2017: 218-224), que hablan de un «éxito innegable» (ibídem: 224).
El caso de Hungría es muy diferente. En primer lugar, este país no tenía nin-
guna experiencia previa de tradición democrática antes de su transición iniciada
en 1989. Además, a diferencia de Austria o Francia, el populismo no es (o no
solo es) una fuerza de oposición, sino que está en el Gobierno. Viktor Orbán y
su partido FIDESZ-Unión Cívica Húngara han transitado desde el centro polí-
tico en su primera etapa de gobierno (1998-2002) a un creciente autoritarismo,
tras la enunciación de su ideario de una «democracia iliberal» en 2015 (Rohac,
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
dom House (2017), Hungría ocupa el lugar 52 con 76 puntos, una posición que
se ha venido deteriorando en la última década. Este caso húngaro señala que la
debilidad o fortaleza de la sociedad civil y de la institucionalidad democrática
son esenciales a la hora de embridar la deriva autoritaria del populismo. Incluso
para estados miembros de la UE, si tales cortafuegos no se hallan presentes, el
populismo degrada la calidad democrática.
Los ejemplos de Hungría –con un partido populista gobernante–, Austria
–con un partido populista fundamental para la formación de Gobierno– y
Francia –con un partido populista que es la principal fuerza de oposición–
muestran que el populismo es un factor de deterioro limitado en las demo-
cracias consolidadas y una amenaza autoritaria en aquellas que son débiles.
Su impacto sobre el sistema político es evidente, pero en los casos de Austria
y Francia no es determinante en relación con la calidad de la democracia. En
Hungría, en cambio, la deriva autoritaria, a pesar del cortafuegos de la UE,
no se puede desestimar. El hecho de que Viktor Orbán haya obtenido nueva-
mente una muy amplia mayoría en las elecciones del 8 de abril de 20186, le
permite modelar la constitución y continuar sin obstáculos en el desarrollo de
su democracia iliberal.
Estos datos demuestran que el populismo que algunos autores (Errejón y
Mouffe, 2016; Mouffe, 2018; Judis, 2016: 14-16; Stravakakis, 2015: 273; Stra-
vakakis y Katsambekis, 2014) califican de derechas, y sostienen que es el prin-
cipal enemigo de la democracia, incluso en el caso de Hungría –un país donde
gobierna un partido populista y donde también es populista el principal partido
de la oposición–, puntúa en calidad democrática muy por encima de Ecuador,
Bolivia o Venezuela, que abanderarían un populismo «de izquierdas» presumi-
blemente empeñado en la inclusión y la democratización (ibídem).
6. Fidesz, el partido de Orbán: 49,27% de los votos (133 escaños); Jobbik: 19,06% (26); MSZP, el partido
socialista: 11,91% (20, diez menos que en las anteriores elecciones). El parlamento tiene 199 escaños.
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
7. Véase: https://www.transparency.org/
8. Las protestas contra la privatización del agua.
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
cracias débiles se resienten del ejercicio populista del poder. El presidente insultó
e intimidó a sus opositores y se involucró en un largo conflicto con los medios
de comunicación. Ejemplos de ello lo ofrecen los programas del presidente de-
nominados «Enlaces», que intentaron reducir la opinión pública al oficialismo,
o los juicios a dos periodistas por «daños morales» (De la Torre, 2017a). Rafael
Correa también mantuvo una relación conflictiva con la Confederación de Na-
cionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y el partido Movimiento de
Unidad Plurinacional Pachakutik que, tras el apoyo inicial, se distanciaron del
correísmo. Todo ello limitó los espacios democráticos de debate, confirmando
la hipótesis de que los supuestos populistas de izquierdas reducen el pluralismo
democrático sin sustituirlo por mecanismos de democracia directa.
En la escala democracia-autoritarismo, el Gobierno de Correa no desmanteló
la democracia liberal, aunque sí polarizó y concentró el poder a la vez que des-
legitimó a la oposición. Asimismo, el correísmo y su vehículo electoral Alianza
PAIS continuaron y profundizaron la tendencia hacia la desaparición de los par-
tidos políticos tradicionales y su sustitución por movimientos en torno a líderes.
En 2017, Ecuador fue clasificado como «país parcialmente libre» por Freedom
House y como «régimen híbrido» por el índice de la EIU (2017).
9. La primera fue el populismo histórico de los años cuarenta, la segunda el neopopulismo de Carlos
Menem y Alberto Fujimori, y la tercera la de Chávez, Correa, Morales y Kirchner, lo cual señala
nuevamente que los populismos no pueden ser identificados con un determinado color político
(Gratius, 2007).
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
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Más allá de la izquierda y la derecha: populismo en Europa y América Latina
Conclusiones
En contra de la tesis de que el populismo «de izquierdas» es democratiza-
dor en América Latina (Errejón y Mouffe, 2016; Mouffe, 2018; Judis, 2016:
14-16; Stravakakis, 2015: 273; Stravakakis y Katsambekis, 2014), los datos
muestran lo contrario. Sus resultados en términos de calidad democrática
son peores que en los tres casos europeos que hemos reseñado. Tampoco se
comprueba (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2013) que sean más «incluyentes»
en términos de participación política y social (esto aplica en particular a Ve-
nezuela). En los tres países latinoamericanos fue la inestabilidad política y
la debilidad de las democracias y partidos las que permitieron la llegada al
poder de populistas que deterioraron la propia democracia bajo la promesa
incumplida de «vivir bien en democracia».
La comparación de los casos europeos y latinoamericanos permite descar-
tar que la izquierda y la derecha en el populismo se puedan correlacionar con
una democracia de mejor y de peor calidad, respectivamente. Por el contra-
rio, los dos tipos de populismo comparten las siguientes características: su
profundo antiliberalismo, su visión nostálgica de la restauración de la sobera-
nía nacional y la promesa de un modelo democrático «verdadero». Estos tres
elementos constituyen, tanto en Europa como en América Latina, el discurso
legitimador del populismo. Como señala la experiencia latinoamericana, el
resultado es el deterioro del pluralismo político y la imposición de un proyec-
to hegemónico que potencialmente entiende su cuestionamiento como ame-
naza que hay que reprimir, limitando los espacios de debate, la negociación y
la posibilidad de consenso.
El hecho de que los populismos europeos no hayan logrado ser proyectos
hegemónicos señala que, pese a la escasa credibilidad de los partidos políti-
cos en ambas regiones, las instituciones democráticas en Europa, donde la
democracia se identifica sobre todo con el gobierno representativo, son más
resistentes. Los sistemas parlamentarios parecen menos frágiles que el pre-
sidencialismo latinoamericano, máxime en un entorno de estados disfuncio-
nales o frágiles. Sin embargo, si los populistas europeos siguen ganando los
espacios que dejan los desacreditados partidos tradicionales, el riesgo de una
«ruptura democrática» (Castells, 2017) podría llegar a ocurrir. El populismo
es un desafío compartido por ambas regiones, que justifica una comparación
más sistemática de sus causas y efectos (Mudde y Rovira Kaltwasser, 2012) y,
sobre todo, es una experiencia latinoamericana de la que los europeos tienen
mucho que aprender (De la Torre, 2017a).
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Revista CIDOB d’Afers Internacionals Fecha de recepción: 11.12.17
n.119, p. 63-84 Fecha de aceptación: 30.03.18
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X
DOI: doi.org/10.24241/rcai.2018.119.2.63
Resumen: Con los populismos de Donald Abstract: Taking as reference points the
Trump y Vladimir Putin como puntos de refe- populisms of Donald Trump and Vladimir
rencia, este artículo analiza las inconsistencias Putin, this paper analyses the common in-
compartidas por las ideologías y estrategias consistencies in contemporary populist
populistas actuales. Se sostiene que el popu- ideologies and strategies. It is argued that
lismo actual está relacionado con el ser social contemporary populism is linked to the
multitudinario (multitudinal social being), al “multitudinal social being”, defined here as
que aquí se define como la conjunción de dos the conjunction of two antinomical tenden-
tendencias antinómicas: la atomización neoli- cies: neoliberal atomisation and a tenden-
beral y una tendencia a la comunalidad. Las cy towards communality. The multitudinal
comunidades multitudinarias y sus interrelacio- communities and their interrelations reveal
nes muestran incoherencias y divisiones. La te- inconsistencies and cleavages. The thesis
sis que plantea este artículo es que un líder po- posed by the article is that a populist leader
pulista es el reflejo de dichas incoherencias y reflects the inconsistencies and cleavages
divisiones de las comunidades multitudinarias of the multitudinal communities and does
y, por lo tanto, no crea una doctrina coherente not, therefore, create a coherent doctrine
con una idea central que la sustente. El líder with a central idea. The populist leader is
populista es un leviatán proteico que presenta a protean Leviathan bringing inconsistent
una doctrina inconsistente y descentralizada and decentralised doctrine forth from his or
desde su lugar estabilizado como punto de her stabilised place as a point of impossible
unificación imposible. unification.
Este artículo ha contado con el respaldo de la Czech Science Foundation, en el marco del programa
«Unity and Multiplicity in Contemporary Thought» (Unidad y multiplicidad en el pensamiento
contemporáneo), número 17-23955S.
63
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
Trump y Putin, entre otros líderes políticos, han empleado estrategias que
recurren a las redes sociales para llegar tanto a las comunidades fragmentadas
como a los individuos. La inconsistencia y no linealidad de los mensajes; los
discursos heterogéneos; la subversión del sentido de la realidad; la fluidez y la
interminable transformación de la doctrina política, además de declaraciones
que incurren en la posverdad, son todos ellos elementos que pueden calificarse
de centrífugos y fragmentadores. Al mismo tiempo, las tendencias centrípetas y
unificadoras han estado resurgiendo en nuevos formatos, entre estos: un sentido
de comunalidad, la búsqueda de la unidad, el anhelo de grandes y renovadas na-
rrativas y del principio del orden, una tendencia a identificarse emocionalmente
con un líder, las políticas identitarias, así como el fundamentalismo religioso.
Peter Pomerantsev (2014b), en referencia a Vladislav Surkov –asesor de Putin–,
destaca que este ha planteado estrategias políticas y militares recurriendo a concep-
tos y fórmulas posestructuralistas: «la quiebra de las grandes narrativas», «la impo-
sibilidad de la verdad», «todo es un simulacro», «no linealidad». Así, pueden existir
65
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
1. Véase: https://themoscowtimes.com/news/putin-declares-patriotism-russias-only-national-
idea-51705
2. Traducción: El método de Trump, nuestra locura.
3. Véanse las incoherencias en los mensajes de Trump en la lista de 141 giros sobre 23 cuestiones de
calado (disponible en Timm, 2016). La lista refleja solo sus opiniones expresadas en público y desde
que anunció su candidatura el 16 de junio de 2015. Acerca de sus incoherencias de orientación
derecha-izquierda en materia de economía, véase Phillips (2016).
4. Torben Lütjen (2012), politólogo alemán que ha estudiado los enclaves liberal y conservador en
Wisconsin, señala: «Estados Unidos se ha dividido en enclaves cerrados y separados radicalmente que
siguen sus propias construcciones de la realidad». Yochai Benkler (2006: 235), de la Universidad de
Harvard, escribió en su obra The Wealth of Networks (La riqueza de las redes) que es más probable
que individuos con intereses compartidos se conozcan o coincidan en torno a una misma fuente
de información en Internet que en el entorno offline. Las redes sociales permiten a los miembros
de estos grupos reforzar mutuamente sus creencias, bloqueando información que las contradiga y
emprendiendo acciones comunes (ibídem).
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El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
5. Los estudios sociológicos muestran el carácter fragmentario de las redes sociales. Casi dos tercios de
los adultos estadounidenses (el 65%) usan las redes sociales. El porcentaje aumenta hasta aproxima-
damente el 90% en la franja de edad de entre 18 y 29 años, y al 75%, en la franja de entre 30 y 49,
mientras que las cifras están aumentando también en otros grupos de edad. Véase el estudio del Pew
Research Center: http://www.pewinternet.org/2015/10/08/social-networking-usage-2005-2015/.
Las redes prometen la satisfacción de las necesidades sociales y, al mismo tiempo, nos impiden
obtener dicha satisfacción (Wang et al., 2012: 1.837).
69
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
Puede considerarse la multitud fría como la multitud que existe en tal o cual
locus de clase dentro de una sociedad contemporánea. Designamos la asocia-
ción entre la multitud y una clase social como la localización de clase de la
multitud fría. Desde mi punto de vista, la multitud es una forma de ser social
que pertenece a todas las clases sociales. Como se verá más adelante, todas las
clases presentan ciertas características comunes que vienen dadas por su forma
multitudinaria y, al mismo tiempo, se diferencian por un contenido específico
(unas condiciones de vida y una experiencia específicas). En lo que concierne a
la caracterización de las clases en la sociedad actual, se recurrirá a los conceptos
de clase desarrollados por Guy Standing (2009 y 2011) que, probablemente,
constituyen la teoría más elaborada sobre las clases sociales dentro de la estruc-
tura social fragmentada a nivel mundial en los albores del siglo xxi. Según su
mapeo de las clases, existen siete grupos de clases sociales que pueden concebirse
como siete localizaciones de la multitud. En este artículo únicamente se esbozan
los contornos de las localizaciones particulares de la multitud basándonos en la
representación de Standing. El objetivo no es ilustrar el tejido social de determi-
nadas clases en tanto en cuanto representan una estructura de la multitud, sino
plantear conceptos que puedan explicar las condiciones sociales previas del me-
tapopulismo. Por consiguiente, no se abordan en este artículo las inclinaciones
ideológicas de las clases sociales individualmente, salvo en el caso del precariado.
A continuación se esboza la descripción realizada por Standing de cada clase
social en particular.
La «élite» la forman un número muy pequeño de ciudadanos inmensamente
ricos a nivel mundial, que están al margen de los distintos sistemas normativos
y sociales nacionales, que no necesitan y a los que tampoco contribuyen. Gozan
de una sólida seguridad en cuanto a ingresos y son inmunes a los riesgos de la
sociedad de mercado, aunque, por otra parte, se nos incita a sentir lástima por
ellos. A menudo sufren inseguridad, en parte por el temor a quedar excluidos del
grupo de la élite, y también por una insaciable codicia. Su riqueza se ha genera-
do como consecuencia de las políticas de liberalización financiera. El tamaño de
este grupo, que incluye a los multimillonarios, podría ser el 1% de la población
de un país rico (Standing, 2009: 102).
Por debajo de la élite están los «salariados» (salariat), un grupo privilegiado de
perceptores de rentas altas que disfruta de beneficios tales como empleos estables a
tiempo completo, pensiones, vacaciones pagadas y pluses salariales. Sus miembros
71
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
73
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
(cuya introyección llevase a cabo una mayoría de miembros de esa clase social),
que experimentaría a modo de pautas de sentimiento localizables mediante
parámetros económicos y sociales (nivel de rentas, contratos laborales a corto
o largo plazo, y tipos de seguridad, como la seguridad laboral). Tras el debi-
litamiento y la descomposición de las identificaciones de partido, de clase,
profesionales y de visiones del mundo, cada una de las clases, en cierto modo,
se encuentra ahora en proceso de convertirse en una clase para sí misma; una
evolución que se complementa con el movimiento opuesto impulsado por la
pauta neoliberal del interés propio y la singularidad de las mónadas sociales.
c) Cada una de las clases representa un tipo de colectividad descentralizado.
Existe un locus social compartido en sus diversos temores, posibilidades,
perspectivas e inseguridades; pero, al igual que acabamos de ver en lo que
respecta a cada clase individualmente, las relaciones entre sus miembros se
configuran, cada vez más, en forma de la singularidad de cada ser humano
(esta es la tendencia, antes mencionada, hacia la singularidad que se basa en
las pautas neoliberales). Incluso quienes pertenecen al grupo de los salaria-
dos se ven empujados a negociar contratos individuales sin apoyarse en su
pertenencia a un grupo coherente. En este estado de cosas, no existe imagen,
símbolo, discurso o líder que se halle en situación de encarnar una expresión
compartida de la colectividad de clase con capacidad de convertirse en un
locus social común durante un período de tiempo más largo, ya que a cada
candidato a ocupar ese lugar central se lo reinterpretaría como la expresión de
una singularidad o de un grupo temporal de singularidades. La colectividad
descentralizada supone que las clases y singularidades implicadas no han en-
contrado la voz que represente su experiencia de clase, demandas, ambiciones
y sueños compartidos7. Solo hay sustitutos temporales para esa voz idónea en
forma de asuntos delegados (proxy issues) que, en su mayor parte, no guardan
relación directa con el locus social de clase8.
7. Pueden verse excepciones en varios partidos y movimientos nuevos, como Podemos en España o
los líderes populistas de izquierda de los partidos tradicionales, como Jeremy Corbyn en el caso del
Partido Laborista en el Reino Unido.
8. En términos sociológicos, el «voto estructural» propiamente dicho –es decir, votar de acuerdo con
las posiciones sociales de cada uno– ha decaído en las últimas décadas (Zsolt et al., 2011). Véase
asismismo el Alford Index of Class Voting (Ingelhart y Norris, 2016: 40).
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El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
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El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
Conclusión
A partir del análisis propuesto, se concluye que los elementos del posfascismo
(racismo, nacionalismo, homofobia y ultraconservadurismo) en los enunciados
populistas, en realidad, no suponen el núcleo de la política metapopulista. En
primer lugar, ahí surgen las imágenes desintegradas del «enemigo», las cuales
imposibilitan una doctrina posfascista coherente; y, en segundo lugar, la política
metapopulista debe mantener su centro vacío a fin de atraer a comunidades
multitudinarias heterogéneas que están separadas por divisiones. Así, el núcleo
del metapopulismo debe permanecer vacío. Empíricamente, entonces, es posi-
ble observar una distancia respecto al fascismo de la vieja escuela; solo basta ver,
por ejemplo, la naturaleza del discurso de Marine Le Pen o el llamamiento de
Donald Trump al cese de los ataques violentos contra hispanos tras su elección
como presidente de Estados Unidos.
Los políticos metapopulistas a menudo recurren al «precariado nostálgico», lo
que proporciona un depósito de significaciones que contribuyen a crear una ilusión
de unificación a modo de contrapunto a la antinomia omnipresente del ser multi-
tudinario. Los elementos antiinmigración, nacionalistas, homófobos y otros rasgos
posfascistas pueden ser considerados como portadores de una función semántica
que consiste en la introducción del elemento unificador ilusorio en la significación.
Estos elementos posfascistas, por lo tanto, parecen ser uno de los medios semánti-
cos de invocación de la perspectiva de unificación, aunque este elemento semántico
está distorsionado por la naturaleza antinómica de la significación.
Existen dos requisitos contradictorios para un líder metapopulista que intro-
duce elementos posfascistas: la representación posfascista del todo social multi-
tudinario y, a la vez, ganarse a cuantas comunidades multitudinarias sea posible.
Por consiguiente, los elementos posfascistas no pueden ser el punto focal de su
significación representativa, sino únicamente uno de sus múltiples segmentos.
El líder metapopulista no podrá ser posfascista en tanto en cuanto seguirá te-
niendo que dirigirse a otras comunidades que pueden ser contrarias a la comu-
nidad posfascista.
Desde este estudio se asume que el metapopulismo representa la forma políti-
ca del ser social multitudinario como consecuencia de las tendencias antinómicas
de todas las clases sociales descritas en el texto. Por ello, el metapopulismo puede
ser la forma política emergente que sustituya, de forma gradual, a la democra-
cia liberal. Las formas viables de oposición al metapopulismo probablemente
deberían ligarse a la unificación de las significaciones múltiples del precariado,
lo cual crearía una cadena coherente de significación. Este tipo de significación
llevaría a una significación más persistente de la condición común de clase de las
comunidades multitudinarias anejas. Si apareciese un líder entre el precariado,
este grupo, probablemente, combinaría esta unificación con la significación des-
centralizada del metapopulismo.
81
El centro vacío del populismo actual: la constitución antinómica del líder populista
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Populismo europeo
contemporáneo y la vuelta
de la historia
Contemporary European populism and
the return of history
Daniel Matthews-Ferrero
Doctorando Marie Curie, School of Social Science, University of Aberdeen
d.matthews-ferrero@abdn.ac.uk
85
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
Si la historia ocurre dos veces, la primera vez como tragedia y la segunda como
farsa (Marx, 2017 [1852]: 14), la ola de políticas radicales que surgieron después
de la Primera Guerra Mundial fue la tragedia y el populismo contemporáneo se-
ría la farsa. El período de entreguerras vio un auge de movimientos fascistas que
llegaron al poder específicamente para contener las ideas y posibilidades revolu-
cionarias que habían triunfado en los territorios de los Romanov1, mientras que
en la época actual vivimos una ascendencia del populismo como reacción frente al
resultado del fracaso de estas ideas, simbolizado por la caída del decrépito edificio
soviético y la concomitante pérdida de sus objetivos originarios. La despolitiza-
ción de asuntos inherentemente contestables en economía política (facilitada por
el triunfo histórico de la democracia liberal) ha dado lugar al populismo europeo
contemporáneo, como paroxismo necesario ante una trayectoria continental que
se aísla de cualquier perturbación o experimentación política, incluso tras una
década de estancamiento económico iniciado con la crisis de 2008. Si el fascismo
fue una reacción contra la amplitud de las ideas y posibilidades emancipadoras de
su época, el populismo contemporáneo es una reacción contra la falta de ideas y
posibilidades políticas que vive la época actual2.
Hace más de un siglo, las contradicciones internas del sistema económi-
co vigente dieron lugar a una revolución anticapitalista en Rusia cuyas pre-
tensiones globales fracasaron (véanse, por ejemplo, Cunliffe, 2017; Nixon y
Khrushchev, 1959), culminando en el triunfo del bloque capitalista y el «fin de
la historia» (Vattimo, 1987; Fukuyama, 1989 y 1992). Además de su función
amplia y estructural (Jowitt, 1992), la existencia de los estados de tipo so-
viético contribuyó a una reducción de la desigualdad económica dentro del
bloque capitalista durante su existencia (Kwame Sundaram y Popov, 2015;
Albuquerque Sant’Anna y Weller, 2016) y facilitó (o por lo menos coincidió
con) el establecimiento de los estados de bienestar modernos, unas tasas de
1. La dinastía imperial rusa desde el siglo xvii hasta la revolución de febrero de 1917.
2. El historiador Fischer (1991), por ejemplo, deja claro la cronología entre el comunismo y el fas-
cismo. Ya en marzo de 1919, Lenin pudo hasta predecir el papel del fascismo como reacción petit
bourgeois contra el combate cada vez más claro entre el capital y el trabajo (ibídem: 20). Por su parte,
el trabajo de Stiglitz (2016) demuestra bien en qué medida las posibilidades políticas actuales se han
anquilosado desde el fin de la historia, con sus esfuerzos impotentes de promover políticas básicas
keynesianas para la eurozona.
87
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
3. El análisis relacional propuesto es eurocéntrico. Sin embargo, «aunque [nuestro marco de investiga-
ción relacional] se asocie a menudo con acontecimientos políticos en Europa Occidental, afirmamos
que estos [marcos] están estructurando cada vez más nuestra forma de pensar la política en todo
el mundo occidental» (Bickerton e Invernizzi Accetti, 2015: 19-20). En Europa, el furor populista
se está cristalizando en ataques concentrados contra la UE (véase más adelante), pero en América
Latina –por ejemplo– también se centran cada vez más en las rigideces de las instituciones supra-
nacionales neoliberales (Rummens, 2017: 567; De la Torre, 2017).
4. El concepto de populismo en cuanto a «ideología delgada» reconoce que el populismo no es equi-
valente a una ideología como otras del pasado con visiones sociales más amplias. Por ejemplo, el
populismo en sí no tiene nada que decir sobre el sistema económico vigente o la inmigración y,
por tanto, requiere aportaciones de ideologías más amplias para llenar estos vacíos. Un populismo
de izquierdas tiene una visión sobre su modelo económico gracias a importaciones de ideologías
izquierdistas; un populismo de derechas tiene una visión sobre las políticas de inmigración y las
minorías sociales gracias a sus importaciones de ideologías derechistas.
89
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
los conceptos; pero nuestro objetivo es producir un análisis relacional. Así, a conti-
nuación, se desarrollará una explicación de por qué habría que ver las definiciones
de conceptos contestados como el populismo en términos de procesos.
5. De este mismo modo, si la UE lograse en el futuro incrementar su presupuesto actual del 1% del
PIB de sus estados miembros a un 5%-10%, por ejemplo, esta nueva federación de facto obligaría
a diluir (por así decirlo, ya que en Estados Unidos la proporción es un 20% aproximadamente) la
definición de federalismo de nuevo, de acuerdo a esta nueva práctica.
91
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
7. Se aplica este término en principio al caso del Front National francés. El partido fue asociado con
las políticas de su líder fundador Jean-Marie Le Pen. Posteriormente, su hija Marine Le Pen hizo
el intento de alejar el partido de su imagen anterior (extrema derecha, al margen de la política
nacional). Este término se puede aplicar más ampliamente: representar los intentos generalizados
de renovar la imagen de los partidos con antecedentes de extrema derecha, hacerlos parecer más
«aceptables» con el objetivo de atraer más votos.
8. Este matiz hace que a veces nos refiramos al populismo como concepto (la palabra de Bickerton e
Invernizzi Accetti [2017] en su análisis relacional) y otras veces como ideología.
términos de «la casta» y «el pueblo»), el populismo sigue siendo una ideología
para ellos (aunque sea más bien una estrategia para Iglesias).
Iglesias expresa que «el debate que tenemos (…) es si Podemos tiene que seguir
siendo populista o no» (Iglesias, 2016a: minutos 14:27-14:45); «si nosotros go-
bernáramos, sería partidario de buscar el compromiso, buscar la dinámica con-
sensual y decir: “Se acabó el populismo. Nos valió durante unas cuantas batallas
electorales…”» (ibídem: minutos 20:47-20:57). Este político, al tener objetivos
de izquierdas subyacentes, si quisiera hacerlos prefigurar en un futuro Gobierno
hipotético, tendría que abandonar el populismo en cuanto a ideología restricti-
va (aunque se mantuvieran algunos rasgos estilísticos secundarios). Así, explica
inequívocamente que su empleo del populismo: «es una táctica. Eso después, si
ganas las elecciones, claro que se cambia» (ibídem: minutos 22:58-23:13). Este
problema de promover políticas e ideas cínicamente no es exclusivamente po-
pulista, siendo –por ejemplo– lo equivalente a las acusaciones a Hillary Clinton
de mantener opiniones políticas públicas y privadas divergentes (Wolfgang,
2016; Engel, 2016). Sin embargo, el populismo sufre particularmente con esta
dificultad, ya que su estatus de ideología delgada se presta precisamente a un uso
meramente estratégico o discursivo. Es decir, por ser una ideología delgada, los
actores políticos frecuentemente lo emplean de tales formas que se oscurece su
propia clasificación en cuanto a ideología.
Aprovechamos este enfoque para resaltar la perspectiva normativa de Iglesias
sobre la utilidad del populismo. Según sus palabras (basándose en Laclau), el
papel político del populismo es noble y necesario. Así: «El populismo termi-
na cuando la política se convierte en administración» (Iglesias, 2016a: minutos
13:18-13:25). Sin embargo, y según el propio Laclau (1977: 143), «sabemos
intuitivamente a qué nos referimos cuando llamamos populista a (…) una ideo-
logía». Intuitivamente, no pensamos en populismo como descripción del funcio-
namiento normal de la política en las democracias liberales. La teoría marxista
de la extinción del Estado (véase Marx y Engels [Collected Works], 1987: 268)
alega que con el fin de unas clases antagónicas, la tarea del Estado (y por lo
tanto de la política) pasaría a la administración rutinaria bajo una especie de
tecnocracia pura. Sin embargo, tal como nos recuerdan los libros publicados con
motivo del centenario de la Revolución Rusa (por ejemplo, Cunliffe, 2017), el
intento de Lenin fracasó. Se mantiene que lo que hemos vivido desde el co-
lapso de la URSS ha sido una suerte de extinción de la política (en cuanto a
posibilidades políticas alternativas) sin la concomitante extinción del Estado.
No obstante, la política es inevitable mientras haya estados efectuando la
distribución de bienes escasos. Esto implica que ha habido un fin artificial
de la política; ello ha ocurrido mediante la tecnocracia y la despolitización, lo
que ha engendrado el populismo. El populismo no es el alma antagónica de la
93
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
política: es una reacción contra una política disfuncional que forma parte de la
misma espiral desintegradora que le dio lugar. Para entender este fenómeno, un
buen ejemplo es la Unión Europea, que encabeza las tendencias despolitizadoras
que estructuran el desarrollo relacional del populismo europeo contemporáneo.
9. N. del Ed.: «¿Por qué hay un déficit democrático en la UE? Una respuesta a Majone y
Moravcsik».
10. Para la descripción de la Unión Europea, se tomará como base los trabajos de Follesdal y Hix (2006),
Krastev (2012 y 2013), Schmidt (2013), Bickerton (2012) y Bickerton et al. (2006, 2015a y 2015b)
junto con Mair (2007) y Katz y Mair (1995 y 2009).
11. El resultado en la UE –«democracia dirigida» (managed democracy)– se puede comparar al sistema
ruso: en Rusia encontramos soberanía sin democracia, en Europa, democracia sin soberanía.
12. La teoría del intergubernalismo expone que los estados miembros de la UE dominan sus políticas
al maximizar sus intereses a través de la Unión. El «nuevo intergubernamentalismo» discrepa con
esta interpretación y pone el foco en el consenso entre los estados miembros a la hora de decidir la
dirección de las políticas de la Unión. Según esta nueva interpretación, la UE giró hacia el consenso
a partir del Tratado de Maastricht. Ambas perspectivas tienen en común el papel preeminente de
los estados miembros a la hora de decidir las políticas de la UE y, por lo tanto, menosprecian la
influencia del federalismo.
95
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
La endosimbiosis populista-tecnócrata
13. La «democracia de partidos políticos» está compuesta por dos elementos: la mediación política
y la legitimidad de los procedimientos (Bickerton e Invernizzi, 2017: 327); es decir, aceptan una
pluralidad democrática (a la que se opone el populismo).
14. Un ejemplo relacionado sería el error de los esquemas abstractos, típicamente estadounidenses,
que presentan al fascismo y el comunismo como fenómenos gemelos en contra del liberalismo, sin
reconocer la cronología básica de estos fenómenos (con el fascismo actuando como reacción contra
el comunismo).
15. Término prestado de la biología. Véanse, por ejemplo, Löffelhardt (2014) y Martin et al. (2015).
97
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
ticos (a diferencia de, por ejemplo, Bickerton, 2012 y Bickerton et al., 2015a
y 2015b). Este contexto es crucial, ya que la propia democracia de partidos
políticos dirigió la tecnocratización –frecuentemente a través de la UE– y esta
elección (recordemos los trilemas de Rodrik y Crum de la sección anterior)
provocó la reacción populista. Por consiguiente, la presentación del popu-
lismo y la tecnocracia como dos lados de la misma moneda oscurece más de
lo que aclara. La cronología es clara: 1) democracia de partidos políticos, 2)
tecnocratización/despolitización y 3) reacción populista contra la tecnocracia
y la democracia de partidos políticos –tal y como lo describen Bickerton e
Invernizzi (2017: 335-336)–. Es decir, el populismo socava una democracia
de partidos políticos que ya se socavó a sí misma mediante la tecnocratización
de la política. Es un círculo vicioso con un punto de inicio. En la esquema-
tización de Bickerton e Invernizzi
El populismo y la tecnocracia existen en Accetti (2015 y 2017) la causa y
una endosimbiosis; es decir, el populismo el efecto se pierden. Esto es com-
interacciona recíprocamente con la tecno- parable con los argumentos que
cracia, dentro de un marco político que alegan que el fascismo y el comu-
antecede al populismo, ya establecido nismo fueron fenómenos colecti-
por la tecnocracia. vistas simbióticos contra el capita-
lismo individualista (véanse, Long,
2005; Payne, 2007; Goldberg,
2008; Salter, 2009; Binswanger, 2013; Smith, 2016). En realidad, las contra-
dicciones internas del capitalismo dieron lugar a unos intentos de comunis-
mo, y el fascismo surgió posteriormente como una reacción contra aquellos
intentos, con la idea de forjar una «tercera vía» anticomunista de carácter
«corporativista» (Eatwell, 2017: 365). Los esquemas abstractos no correspon-
den con la cronología histórica en este caso como tampoco en el de Bickerton
e Invernizzi Accetti (2015 y 2017). En conclusión, el contexto histórico (de
contradicciones internas dando lugar a procesos sucesivos) es imprescindible
en la esquematización teórica y relacional del populismo.
La democracia de partidos políticos es el eje de los análisis de Bickerton e
Invernizzi Accetti (2015 y 2017), quienes visualizan un ataque combinado
en su contra desde la tecnocracia y el populismo. Para estos autores, la de-
mocracia de partidos políticos no se debería concebir «como una entidad
media, ocupando un espacio en el centro de una gama que se extiende desde
el populismo de un lado hasta la tecnocracia del otro lado» (ibídem, 2015:
3), sino como algo que existe por separado. Del mismo modo, Rummens
(2017) insiste en que la tecnocracia y el populismo no representan una ma-
nifestación de dos contradicciones internas de la democracia liberal, sino dos
amenazas paralelas y externas en su contra en cuanto a sistema equilibrado
99
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
A modo de conclusión
101
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
16. Es de destacar que Lenin se autodefinió muy explícitamente en contra de los populistas rusos de su
entorno, los Narodniks (Venturi, 1972; Lenin, 1977), al desarrollar sus propias ideas y posiciones.
Es decir, el populismo en cuanto a ideología delgada puede indirectamente dar lugar al empleo de
ideologías más amplias, sirviendo de fase transitoria en cuanto a ideología «delgada» o incompleta.
En este sentido, el populismo representa el fin del «fin de la historia», y cualquier ideología más
amplia que surja posteriormente de sus cenizas representaría la vuelta de la historia (como una
verdadera alternativa universalista al proyecto liberal, que actualmente constituye un monopolio
ideológico).
103
Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
«federalismo ejecutivo». Se puede interpretar este modelo a través del nuevo in-
tergubernamentalismo (Bickerton et al., 2015a y 2015b), a pesar de la aparente
contradicción nominal entre ambos. Lo fundamental es resaltar que el contexto
que da lugar al populismo europeo contemporáneo proviene de una elección
o tendencia automática liberal de despolitización, en un momento en que esta
ideología se encuentra sin oposición existencial. En este marco, el «federalismo
ejecutivo» nos deja con dos opciones a largo plazo: a) mover la escala de la
democracia (Hameiri y Jones, 2017) hacia el nivel supranacional («federalis-
mo democrático») o, de nuevo, b) moverla al nivel nacional («disolución de la
Unión Económica y Monetaria»). No es casualidad que en el Reino Unido el
populismo desapareciera después del voto del Brexit, mientras que estos mo-
vimientos se siguen expandiendo por el continente. La idea de construir una
democracia a una escala geográfica más alta suele provocar dudas sobre su via-
bilidad; sin embargo, ¿por qué habría que aceptar que este es el fin de la historia
en la construcción de las naciones y de sus demos? Si los estados-nación no son
más que «comunidades imaginadas» (Anderson, 2006), habría que imaginarse
algo nuevo. La Unión Europea debería federalizarse y democratizarse, o debería
morir en el intento.
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Populismo europeo contemporáneo y la vuelta de la historia
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Revista CIDOB d’Afers Internacionals Fecha de recepción: 13.12.17
n.119, p. 113-134 Fecha de aceptación: 27.04.18
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X
DOI: doi.org/10.24241/rcai.2018.119.2.113
El populismo hinduista de
Narendra Modi: reimaginando
la nación india
Narendra Modi’s Hindu populism:
reimagining the Indian nation
Mario López Areu
Profesor de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales,
Universidad Pontificia Comillas
mlopeza@comillas.edu
Resumen: Este artículo analiza el impacto Abstract: This paper examines the impact
que el populismo del actual primer ministro on Indian democracy of current Prime
Narendra Modi está teniendo sobre la demo- Minister Narendra Modi’s populism. Our
cracia india. Nuestro análisis defiende que el analysis argues that populism has been a
populismo ha sido una herramienta útil en la useful tool in the deepening of democracy
profundización democrática en la India. La in India. Appealing to the “people” as a
apelación al «pueblo», como construcción political construct with a broad social base
política de amplia base social, ha ayudado a has helped to transcend traditional iden-
transcender las tradicionales divisiones iden- tity cleavages. But in contrast to that form
titarias. Frente a esa tradición de populismo of transversal and inclusive populism, the
transversal e incluyente, el artículo examina la subject of this paper is Modi’s current ver-
versión actual de Modi que, por el contrario, sion, which is built on a form of Hinduist
se construye sobre un exclusivismo hinduista. exclusivism. Such a narrative of exclusion
Dicha narrativa excluyente hace peligrar el endangers the social contract born out of
contrato social nacido de la idea de la India the idea of India as unity in diversity.
como unidad en la diversidad.
Palabras clave: India, Narendra Modi, Indira Key words: India, Narendra Modi, Indira
Gandhi, populismo, secularismo Gandhi, populism, secularism
113
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
Definición de populismo
115
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
bros de las castas dominantes locales y regionales. Estos líderes locales utilizaban
métodos clientelistas para asegurarse la lealtad y movilizar el voto del electorado
en sus áreas de influencia. Hablamos de una «movilización mediada», por tanto,
porque solo existe una participación política real por parte de las élites, mientras
que las masas del electorado, los trabajadores y las clases y castas bajas urbanas y
rurales limitaban su participación democrática al ejercicio formal del voto y su
orientación estaba mediada por el interés de las élites.
En suma, la posición predominante del Partido del Congreso en este período
se explica porque la democracia india representa una forma de democracia con-
sensual, pero peculiarmente esta es interna al partido dominante, lo que previe-
ne la irrupción de otras ofertas políticas. Desde una perspectiva más amplia, el
desarrollo de mecanismos para la articulación constante de consensos políticos
entre facciones ideológicamente dispares permite a los gobiernos del Partido
del Congreso superar la diversidad y la fragmentación identitaria de la sociedad
india y consolidar el sistema político poscolonial democrático. La hegemonía del
Congreso, además de contribuir al arraigo institucional de la democracia liberal
en la India, tuvo como resultado la consolidación en el imaginario popular de su
concepción de la nación india, articulada principalmente por Jawaharlal Nehru
(Khilnani, 1997). Dicha idea de la nación estaba fundamentada en el secula-
rismo y la democracia como valores que permiten la integración de la mayoría
y las minorías dentro de una identidad común india, basada en el respeto a la
diferencia y la celebración de la diversidad cultural (Nehru, 2014: 47).
117
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
El colapso del Sistema del Congreso tiene su origen en las luchas internas por el
control del partido tras la muerte de Nehru, en 1964. Esta lucha tuvo lugar entre la
presidenta del partido, Indira Gandhi, hija de Nehru, y los líderes regionales. Tras
su llegada a la presidencia del partido en 1959, Gandhi destacó por su deseo de
poseer una mayor autonomía en la toma de decisiones. La importante pérdida de
votos en 1967 le brindó la oportunidad de fortalecer su liderazgo orgánico. Justifi-
cándose en la necesidad de relanzar al partido electoralmente, Gandhi se embarcó
en un proceso de reformas internas cuyo principal objetivo fue centralizar la toma
de decisiones en su figura, circunvalando al cartel de barones regionales (Gupte,
2009: 276). La maniobra política de Gandhi fue exitosa, pero la confrontación con
los barones regionales dio lugar a una escisión en 1969, formándose dos partidos: el
Congreso Nacional Indio (O, de Organisation), liderado por los críticos de Gandhi
e importantes líderes regionales, y el Congreso Nacional Indio (R, de Requisition),
liderado por Gandhi, que consiguió retener a la mayoría de diputados. La escisión
de 1969 dio lugar al colapso del Sistema del Congreso y sus mecanismos de con-
senso entre facciones y de «movilización mediada». Llegadas las elecciones de 1971,
incapaz de contar con los tradicionales bancos de votos controlados por los barones
regionales, Indira Gandhi se vio obligada a diseñar una estrategia política que apela-
ra directamente al electorado1. La campaña de Gandhi en 1971 representa un hito
en la aparición del populismo en la democracia india. Su candidatura en esas elec-
ciones tuvo un carácter marcadamente populista, con un programa de lucha contra
la pobreza en el que interpelaba directamente al pueblo, concebido este como el
campesinado pobre rural. El programa se caracterizaba por su carácter plebiscitario,
uniendo su propia supervivencia política a la erradicación de la pobreza y resumido
en la frase: «algunos dicen deshagámonos de Indira Gandhi [Indira hatao]. Yo digo,
deshagámonos de la pobreza [Garibi hatao]» (Jaffrelot y Tillin, 2017). Además del
populismo a nivel nacional, representado por Indira Gandhi –pero también por
otras figuras como Charan Singh2–, es importante también destacar otro tipo de
populismo indio, el regionalista.
El populismo regionalista emerge en la India como consecuencia del proceso
de reorganización de los estados federales de acuerdo a criterios lingüísticos pro-
movidos por el Gobierno de Nehru. Esta ordenación del territorio permitió la
consolidación en algunos estados de identidades regionalistas en base a principios
1. Un banco de votos es un bloque de electores de una misma comunidad identitaria que sistemáti-
camente votan homogéneamente en favor de una opción política, a menudo bajo la expectativa de
una contrapartida para la comunidad por parte del partido al que se apoya (Bailey, 1959).
2. Charan Singh fue uno de los principales rivales de Indira Ghandi, muy crítico con su deriva auto-
ritaria en el llamado «período de Emergencia»; fue primer ministro brevemente en 1979.
119
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
Narendra Modi no es el primer líder de éxito del BJP; Atal Bihari Vajpayee
ya fue primer ministro entre 1998 y 2004. Sin embargo, la figura de Modi
destaca por la magnitud de las victorias electorales cosechadas bajo su lideraz-
go y el hecho de que, por primera vez desde la independencia, otro partido
ha conseguido desplazar al Congreso como referente político. Si existe un
factor determinante que explica el dominio del BJP, que comienza con las
elecciones generales de 2014, es la irrupción de la figura de Narendra Modi
al frente del mismo. El factor que determina el éxito del político de Gujarat
es su marcado carácter populista. Su liderazgo presenta todos y cada uno de
los atributos del populismo que exponíamos al comienzo: un liderazgo perso-
nalista que incluye una interlocución directa entre el líder y el «pueblo», así
como la articulación de un discurso moralista y antipluralista que distingue
entre el bien del pueblo y el mal de las élites. A continuación se analizará
cómo esos atributos del populismo están presentes en el liderazgo del actual
primer ministro indio.
121
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
contrasta esa imagen suya con la de Rahul Gandhi, actual presidente del Partido
del Congreso y miembro de la dinastía Nehru-Gandhi, como representante de
la élite política y socioeconómica. Modi, asimismo, a pesar de estar legalmente
casado, aunque su esposa y él viven separados desde finales de la década de los
sesenta, se presenta ante el electorado como un soltero sin familia, proyectando
la imagen del pueblo como su única familia a la que dedica todo su tiempo y
energía. Esa imagen no solo simboliza la idea de servicio, sino que apunta a la
relación entre corrupción, nepotismo y política, transmitiendo la imagen de un
político honesto frente a la élite corrupta que mira más por sus intereses persona-
les y familiares. Esta imagen personal de Modi se podía apreciar ya en su período
como ministro jefe de Gujarat (2001-2014). En sus discursos, durante ese pe-
ríodo, buscaba epitomar en su persona el espíritu del pueblo de Gujarat, proyec-
tarse como su protector, haciendo referencia a los seis millones de habitantes del
estado como su familia, a la que protege frente a los abusos del supuestamente
corrupto y cleptómano Gobierno federal: «Antes, el dinero acababa desapare-
ciendo. Yo no tengo seres cercanos y queridos. Los seis millones de gujaratis son
mi familia y su felicidad es la mía»6. En 2017, ya como primer ministro, Modi
continuaba enfatizando esa imagen personalista: «¿Es luchar contra la corrup-
ción un crimen? No. ¿Es mi crimen que estoy luchando en favor de los pobres?
No. Estoy librando una batalla por vosotros. ¿Qué puede hacer esta gente contra
mí? Soy un faquir; cogeré mi bolsa y me marcharé. Es ese espíritu de faquir el
que me ha dado la fuerza para luchar por los pobres» (Jha, 2017: 23).
La segunda característica del estilo personalista de Modi es el carácter plebis-
citario de su liderazgo –como en el caso de Indira Gandhi–, al alinear su victoria
con la victoria del pueblo y su derrota con la victoria de las élites, corruptas e
inmorales. Durante la campaña a las elecciones generales en 2014, por ejemplo,
el BJP publicó anuncios a toda página en prensa con una foto de Modi y el si-
guiente mensaje: «Tu voto al candidato del BJP es un voto para mí» (Deshpande
y Mehta, 2014). La constante presencia de Modi en las campañas del BJP desde
2014, incluidas aquellas en las que él no es candidato, permite presentar la elec-
ción como parte de la supervivencia y continuidad de su liderazgo al frente del
país. Sin duda, el caso más evidente del personalismo plebiscitario de Modi lo
encontramos en la que es la mayor mancha en su historial político, el episodio de
violencia comunal que tuvo lugar en Gujarat en 2002 y que dejó 2.000 muertos.
6. «In another 3D address Modi slams Cong for ad goof-up». The Indian Express, 30 de noviembre
de 2012 (en línea) [Fecha de consulta: 12.12.2017] http://archive.indianexpress.com/news/in-
another-3d-address-narendra-modi-slams-cong-for-ad-goofup/1038445/
123
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
7. «Let voters judge me over deadly riots, Modi tells critics». The Times, 18 de abril de 2014 (en
línea) [Fecha de consulta: 12.12.2017] https://www.thetimes.co.uk/article/let-voters-judge-me-
over-deadly-riots-modi-tells-critics-2btmc32bbjg
125
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
Una vez examinada la forma, el estilo personalista del liderazgo de Modi, con-
tinuamos analizando ahora el fondo, su discurso. Su populismo se cimienta sobre
dos claras articulaciones narrativas que dan lugar a su concepción del pueblo: el
desarrollo económico, coincidente con la brevemente mencionada imagen del vikas
purush; y el nacionalismo hinduista, seña de identidad ideológica del BJP.
Como ya hemos apuntado anteriormente, Modi buscó contrarrestar la tóxica
imagen que se tenía de él en la opinión pública desplegando una imagen alter-
nativa fundamentada sobre el rápido desarrollo económico de Gujarat bajo su
liderazgo. Entre 2005 y 2012, la economía gujarati creció de media alrededor de
un 10% anual, una tasa por encima de la media nacional, y regularmente apa-
recía en lo más alto de las clasificaciones de los estados indios en facilidad para
hacer negocios (World Bank, 2017). Aunque existen importantes críticas acerca
de la desigual naturaleza de ese crecimiento, las políticas liberales del Gobierno
de Modi, que combinó privatizaciones, atracción de inversiones y desregulación,
dieron lugar al llamado «modelo Gujarat» (Ghatak y Roy, 2014). El éxito de
dicho modelo ha sido explotado por Modi y el BJP para construir la imagen del
primero como vikas purush, el «hombre desarrollo» capaz de trasladar ese mode-
lo de crecimiento al resto del país.
La fuerza del «modelo Gujarat» como mensaje político es que es atractivo
para dos perfiles de votantes en particular: las clases medias aspiracionales y los
jóvenes. Como argumenta Suhas Palshikar (2017: 9), históricamente, el Con-
greso había sido el partido que mejor había articulado un mensaje económi-
co que resonaba en la mayoría del electorado, y que estaba construido sobre
los principios de la erradicación de la pobreza y la redistribución de la riqueza
englobados en el concepto de justicia social. Sin embargo, ese discurso ha ido
perdiendo atractivo en la India contemporánea. Según aumentaba la percepción
del país como una potencia emergente, las expectativas de una mayor movilidad
social y la adquisición de un mayor confort económico han pasado a capitalizar
el imaginario del electorado indio. Atrapado en el anticuado discurso desarro-
llista del Congreso, el anterior Gobierno de Manmohan Singh sufrió una fuerte
pérdida de popularidad cuando a partir de 2011 se produjo una desaceleración
del crecimiento económico y la creación de empleo, e importantes casos de co-
rrupción lo asolaron, produciéndose una masiva campaña anticorrupción, de un
perfil muy similar a otros movimientos de protesta como el 15-M en España u
Occupy Wall Street en Estados Unidos.
La combinación de un cambio en las expectativas económicas de las clases me-
dias y los jóvenes y la explosión de malestar social unido a ellas fue un caldo de
cultivo perfecto para un líder populista como Modi, que a través de su promoción
127
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
8. «Beginning of the end of Delhi Sultanate: Modi». The Indian Express, 6 de junio de 2011 (en línea)
[Fecha de consulta: 12.12.2017] http://archive.indianexpress.com/news/beginning-of-the-end-of-
delhi-sultanate-modi/799825/
129
El populismo hinduista de Narendra Modi: reimaginando la nación india
sada en el consenso elitista entre las décadas de los setenta y ochenta del siglo
pasado. Primero, Indira Gandhi desmanteló el Sistema del Congreso desde
dentro, en su lucha por afianzar su liderazgo dentro de su partido, haciendo
uso de la estrategia populista, apelando directamente al electorado y, por lo
tanto, eliminando la negociación institucionalizada elitista. Segundo, la re-
organización estatal en base a principios lingüísticos y las recomendaciones
de la Comisión Mandal de 1980 actuaron como motores de politización de
las identidades regionales y de casta para la competición política. En este se-
gundo período, que se corresponde con la segunda revolución democrática,
se observa que el populismo de clase, regionalista y de casta libera a la demo-
cracia india del dirigismo de las élites y abre nuevas vías de expresión y par-
ticipación de grupos anteriormente ausentes del proceso democrático. Esto
conlleva una profundización de la
La consolidación de la hegemonía política democracia india, aunque también
del BJP y su nacionalismo excluyente bajo implique efectos negativos, como
el liderazgo populista de Narendra Modi derivas autoritarias y la consolida-
abren un número de interrogantes acerca ción de identidades colectivas. Nos
de cuál de las dos ideas de la nación aca- encontramos, por consiguiente,
bará imponiéndose y las implicaciones de ante una mutación de la democra-
ello para el delicado y complejo ecosiste- cia india, que pasa de un modelo
ma sociopolítico indio. consensual a uno mayoritario; de la
participación mediada a la movili-
zación de masas directa.
A pesar de las diferencias entre los dos primeros períodos de la democracia
india –el consensual y el mayoritario-populista–, ambos tienen en común que
defienden la diversidad y la pluralidad como atributos fundamentales de la na-
ción india. Esta, a diferencia de otras, no se construye sobre la base de una iden-
tidad homogénea y excluyente, sino en base a la aceptación y acomodación de la
diversidad identitaria dentro del Estado moderno. Desde nuestro punto de vista,
la democracia, no solo formal sino como valor intrínseco, es una condición
fundamental para la propia existencia de la India moderna. Así, la democracia
permea la convivencia india moderna a través de un diálogo cívico y una nego-
ciación constante entre las distintas identidades y sus intereses. Utilizando una
metáfora, se podría decir que la democracia es la válvula de escape que evita que
la presión interna de la olla que es la heterogénea sociedad india la haga saltar
por los aires.
En la segunda parte del artículo, se analiza el populismo de Narendra Modi.
Aunque Modi no es el primer nacionalista hindú en alcanzar el poder en la
India, lo que es destacable de su caso es la magnitud de la concentración de
poder institucional y apoyo social que el BJP ha amasado bajo su liderazgo. Por
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¿Justificaciones populistas
de la guerra? La intervención
rusa en el este de Ucrania
Populist justifications for war? The
Russian intervention in eastern Ukraine
Sofia Tipaldou
Investigadora Marie Skłodowska-Curie, School of Arts, Languages and Cultures,
University of Manchester (Reino Unido). sofia.tipaldou@manchester.ac.uk
Philipp Casula
Investigador posdoctoral, Fonds national suisse de la recherche scientifique (FNS),
Departamento de Historia, Université de Zurich (Suiza). philipp.casula@hist.uzh.ch
Resumen: En el marco de la guerra entre Ucra- Abstract: In the context of the war be-
nia y Rusia en el Donbás y la anterior crisis tween Ukraine and Russia in the Donbass
de Crimea, este artículo trata de identificar and the earlier crisis over Crimea, this pa-
y cartografiar, a partir de cuatro discursos per examines four speeches by Vladimir
de Vladimir Putin, elementos de populismo Putin to identify and map populist ele-
en las estrategias discursivas y formales de ments in his discursive and formal strate-
su régimen para justificar y crear una forma gies of justifying and creating a specific
específica de conflicto. El análisis muestra form of conflict. The analysis shows how
cómo, aquí, el populismo va más allá de la this populism goes beyond the people/
dicotomía pueblo/establishment, al basarse establishment dichotomy and is based on
en nociones complejas de enemistad y alian- complex notions of enmity and alliance,
za, una definición muy amplia de la nación a very broad definition of the Russian na-
rusa, una nueva división del espacio político, tion, a new division of the political space,
e introducción de nuevos y reafirmación de and the introduction of new symbols of
antiguos símbolos de unidad más allá de las unity and the reaffirmation of old ones be-
fronteras de la Rusia actual. Ello proyecta una yond the borders of today’s Russia. This
nueva sombra sobre la política exterior rusa casts a new shadow over Russian foreign
para el espacio postsoviético. Con ello, no policy in the post-Soviet space. Clarity is
solo se quieren esclarecer cuestiones sobre sought on questions about the Ukrainian
el conflicto en Ucrania, sino también aportar conflict, but it is also hoped new elements
nuevos elementos a la literatura existente so- will be brought to the existing literature on
bre populismo. populism.
Palabras clave: populismo, Federación Rusa, Key words: populism, Russian Federation,
Donbás, Ucrania Donbass, Ukraine
135
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
137
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
5. N. de Ed.: Anteriormente Russia Today, RT es un canal de televisión internacional por cable y satélite
financiado por el Gobierno ruso.
139
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
6. N. de Ed.: De narod, pueblo en ruso. Movimiento socialista ruso del siglo xix que aspiraba a des-
pertar políticamente a los campesinos y, con ello, lograr la liberalización del régimen zarista.
7. Narod en lengua rusa puede significar tanto «pueblo» como «nación» (Tolz, 2011: 32).
8. Para el caso de los atributos generales del pueblo en el discurso oficial ruso, véase Gavrilova
(2015).
141
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
Con base en estos tres elementos, se van a identificar los intereses y las
demandas que aparecen en el discurso oficial ruso en el contexto de las crisis
de Crimea y de la región del Donbás, y cómo este ha contribuido a la emer-
gencia de una nueva noción de «el pueblo». El objetivo es explicar el surgi-
miento y desarrollo de este nuevo concepto desde la élite política rusa. Para
ello se examinan los discursos más destacados del presidente ruso en 2014
–año del desbordamiento de las crisis del Euromaidán, Crimea y el Donbás
en Ucrania– a fin de observar el modo en que son presentadas sus ideas tanto
al público nacional como internacional. En concreto, han sido elegidos cua-
tro discursos de Vladimir Putin pronunciados mientras se desarrollaban los
acontecimientos en Crimea: 1) la respuesta de Putin a las preguntas de los
periodistas sobre la situación en Ucrania el 4 de marzo de 2014; 2) el «dis-
curso de Crimea» del 18 de marzo de 2014; 3) el «discurso de Valdai» del 24
de octubre de 2014, y 4) las preguntas y respuestas del programa Pryamaya
Liniya (Línea directa) del 17 de abril de 2014. Los dos primeros se centraron
específicamente en la crisis de Ucrania y tenían como objetivo informar tanto
al público nacional como internacional sobre la postura de Rusia al respecto.
Los dos últimos –el discurso de Valdai y el programa Pryamaya Liniya– tuvie-
ron lugar a modo de comparecencia anual dirigida a expertos internacionales
en política exterior y al electorado ruso, respectivamente, y en ambos se abor-
dó la cuestión de Ucrania.
La importancia de estos cuatro discursos radica en el momento histórico
en que se pronunciaron y en que todos ellos incluyen una visión específica de
«el pueblo» con el que Rusia quiere relacionarse. Por lo tanto, revelan la re-
lación entre nacionalismo y populismo rusos en relación con Ucrania, en un
momento muy concreto de la historia. De ellos se han podido extraer diversas
demandas, intereses e identidades, a partir de la distinción entre un discurso
nacionalista y uno populista; el primero formula demandas nacionales o étni-
cas; el segundo, un constructo de un pueblo, unificando distintas demandas
basadas en una supuesta enemistad común. El concepto de «el pueblo», sin
embargo, es muy resbaladizo, y a él recurren tanto los que escriben textos
como los políticos para ocultar relaciones de poder a través de la presentación
de una «distinción entre un nosotros y ellos» (Machin y Mayr, 2012: 84). Por
último, se identifican distintos elementos que adquieren sentido únicamen-
te relacionados entre sí dentro de un discurso (Laclau, 2005: 73; Critchley
et al., 2008); es decir, elementos discursivos vinculados políticamente: por
ejemplo, la relación que establece Putin entre la Segunda Guerra Mundial y
la anexión de Crimea en 2014, que se corresponde con la extendida práctica
(rusa) de construir narrativas históricas (Malinova y Casula, 2009: 295-301;
Malinova, 2008).
143
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
El pueblo
con el que los rusos tienen los vínculos históricos, culturales y económicos
más estrechos. Ello pone de relieve la interrelación entre las dos naciones
en términos históricos, emocionales y pragmáticos. «El pueblo de Ucrania
es amigo de Rusia», subraya Putin (2014c), que expone cuál debería ser el
papel de «un buen vecino y el pariente más cercano» de Ucrania, y expresa su
esperanza de que los ucranianos comprendan que Rusia no tenía otra opción
en Crimea y de que respeten la voluntad de los habitantes de Crimea. Y no
se detiene ahí; se presenta a sí mismo como paladín de los derechos de los
ucranianos, destacando que son los políticos corruptos de Ucrania quienes
han «exprimido el país y luchado entre ellos por el poder» (Putin, 2014b).
Expresa la comprensión de «lemas pacíficos contra la corrupción, la ineficien-
te gestión pública y la pobreza», explotando la diversidad del movimiento de
Maidán (Onuch y Sasse, 2016). Putin (2014b) desea también ser el líder de
la lucha de este pueblo «corriente»
contra una élite política corrupta, No son la nacionalidad, la etnicidad o la
afirmando actuar como tal para los lengua las que determinan la rusicidad,
crimeos. Para él, es el Gobierno de sino un conjunto de cualidades y valores.
Ucrania el que ha fracasado, no el Esta retórica, que traslada la atención de
pueblo ucraniano; de ahí que afir- los rasgos raciales a los cívicos, está muy
me empatizar con Ucrania, una tie- extendida en los grupos nacionalistas
rra que «ha sufrido mucho» y que de Europa Occidental y muestra que es
vive en la actualidad un nuevo auge posible que las afirmaciones populistas y
del nacionalismo y el neonazis- nacionalistas se solapen.
mo en sus territorios occidentales
(Putin, 2014c).
Putin (2014a) asimismo apela a los militares ucranianos al destacar que
las fuerzas armadas son «camaradas de armas, amigos, muchos de los cua-
les incluso se conocen en persona». Recuerda las experiencias militares en
común, en particular entre los escalones superiores, como la misión militar
soviética en Afganistán. La anexión «pacífica» de Crimea, según Putin, su-
pone una expresión muy significativa de esta unidad entre ambos ejércitos,
ya que ambas fuerzas armadas y ambos pueblos son, en esencia, unas únicas
fuerzas armadas y un único pueblo. Al fin y al cabo, según sus palabras, los
acontecimientos en Crimea fueron un intento inconstitucional de derrocar
al Gobierno por parte de «un grupo de hombres armados», con el respaldo
de Occidente. Pero el pueblo de Crimea estableció «comités de autodefensa»
y se hizo con el control de todas las fuerzas armadas en la península (Putin,
2014a). En estas afirmaciones, sin embargo, también se observa como el líder
ruso comienza a dividir a la población ucraniana; afirma que la situación en
el centro, este y sureste de Ucrania es «otra cuestión» distinta a la del resto
145
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
del país. Estos territorios que, según él, constituyen Novorossiya9 o Nueva
Rusia, le fueron entregados a Ucrania en la década de 1920 por parte del
Gobierno soviético; por lo tanto sus raíces están entrelazadas con Rusia. Los
habitantes de Novorossiya «tienen una mentalidad en cierto modo distinta»,
que dificulta que puedan relacionarse con Occidente; y también menciona la
composición étnica de Crimea como un elemento diferenciador del sureste
de Ucrania (Putin, 2014c).
En lo que respecta al pueblo crimeano, Putin despliega una noción compleja
que se aparta del mero nacionalismo e irredentismo ruso. «El pueblo de Crimea»,
que es «la fuente última de toda autoridad», es una «fusión única de distintas
culturas y tradiciones». Sin embargo, únicamente menciona tres grupos: rusos,
ucranianos –que en su mayoría consideran el ruso su lengua materna– y tátaros
de Crimea. Sus palabras fueron: «Crimea ha sido y sigue siendo tierra de rusos,
ucranianos y tátaros» (Putin, 2014b). En contraste con las descripciones de Teper
(2016) sobre las coberturas televisivas, en este caso Putin recurre a una mezcla de
mentalidad imperial y populismo, dado que «el pueblo» que menciona ahora se re-
laciona con el Imperio Ruso. Los tátaros pueden haber sufrido con el estalinismo,
pero también sufrieron el resto de nacionalidades (y, sobre todo, los rusos étnicos).
Por consiguiente, Putin no solo minimiza las injusticias padecidas por los tátaros,
sino que, en general, esencializa la composición étnica de la península y la reduce
lingüísticamente a rusófonos y tátaros. La separación de Crimea de Rusia –que
se decretó bajo el mandato de Nikita Jrushchov– es, según Putin, el resultado
de malas decisiones tomadas por malos políticos. Después de los bolcheviques,
que añadieron sin miramientos grandes porciones del «Sur histórico» ruso a la
República de Ucrania, fue Jrushchov quien cedió Crimea a Ucrania por razones
cuestionables. Putin presenta estas decisiones como erróneas, contrarias al sentido
común y a la voluntad popular. Por lo tanto, la anexión de Crimea se convierte en
la expresión de una voluntad popular, una rebelión contra las malas decisiones to-
madas en el pasado. El pueblo esperaba una nueva entidad política que sustituyese
a la URSS y tenía la esperanza de que la Comunidad de Estados Independientes
(CEI) cumpliese esa función (Putin, 2014b).
Además, Putin (2014c) destaca que los rusos son «personas nativas en Ucra-
nia», añadiendo un nuevo giro a la interrelación entre rusos y ucranianos en el
espacio postsoviético. El pueblo del que Putin dice responsabilizarse es «todos
los rusos en cualquier lugar», incluidos los que están en Ucrania, en particu-
9. Aquí Putin (casualmente o no) incluye también la zona de Ucrania central en la definición de
Novorossiya.
Los enemigos
147
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
Euromaidán con las tropas de asalto nazis, y hace referencias a los neonazis
de Ucrania occidental: «Los vemos todavía hoy: gente con brazaletes con
algo parecido a esvásticas deambulando por las calles de Kíev»; por lo tanto,
los enemigos pasados de la URSS también sirven como enemigos futuros de
Ucrania (Putin, 2014c y 2014d).
Por otra parte, también se refiere a enemigos que provienen del interior, el
principal de los cuales sería la (nueva) clase política ucraniana (Putin, 2014b).
Según sus palabras, a un hatajo de «ladrones» le ha sustituido otro hatajo de
ladrones y oligarcas, el producto de una «privatización deshonesta», que se
están haciendo con el poder político (por ejemplo, Kolomoisky, como gober-
nador de Dnipropetrovsk). Al pueblo no le gusta que los oligarcas nombra-
dos por Kíev se hayan convertido en los nuevos gobernadores. El «verdade-
ro problema» es que los anteriores
Putin califica de «enemigos del futuro» a gobiernos ucranianos no prestaron
las fuerzas reaccionarias, nacionalistas y debida atención al pueblo, por lo
antisemitas de ciertas partes de Ucrania, que este resultó decepcionado (ibí-
que estarían representadas por las nuevas dem). Otra preocupación para «los
autoridades ucranianas, a las que tilda de ciudadanos de Ucrania, tanto rusos
«nacionalistas, neonazis, rusófobas y an- como ucranianos, así como para la
tisemitas, asesinas, terroristas, radicales y población rusohablante de las re-
alborotadoras». giones del este y el sur de Ucrania»
es el crimen descontrolado. Putin
presenta a Rusia como el inesperado paladín de la causa ucraniana y mencio-
na entre sus supuestos logros haber librado a Rusia de los políticos corruptos,
los oligarcas y el crimen (Putin, 2014a). Dice «comprender por qué el pueblo
ucraniano deseaba un cambio. Ya están hartos de las autoridades que han
estado en el poder desde que Ucrania se independizó», a las que solo les ha
preocupado el «poder, el patrimonio y el dinero, y no el pueblo corriente»
(Putin, 2014c). El Estado ucraniano y su clase política se han convertido en
enemigo de Rusia porque han enviado sus tanques y su aviación a cometer
«otro grave crimen más» contra su pueblo (ibídem); y añade que los grupos
nacionalistas no entregaron sus armas y amenazaron con emplear la fuerza
en las regiones del este, por lo que sus habitantes se armaron por su propia
cuenta (ibídem).
Otra serie de enemigos son los «enemigos externos», aunque la delimitación
entre interior y exterior resulte difusa. Occidente representa a los enemigos
extranjeros, «patrocinadores extranjeros» de los nuevos políticos emergentes
ucranianos. «Europa Occidental y América del Norte» se han vuelto contra
Rusia, contra la incorporación de Crimea a Rusia y contra la voluntad po-
pular. Apoyan a los enemigos de los inseparables pueblos ucraniano y ruso.
Los países de Occidente, subraya Putin, «nos han mentido muchas veces, han
tomado decisiones a nuestras espaldas, nos han puesto ante hechos consuma-
dos y –citando la independencia de Kosovo– interpretan de forma selectiva el
derecho internacional». Según él, Rusia no empezó «esto»; lo que sí ha hecho
Rusia ha sido informar a sus socios estadounidenses y europeos de que no
continúen tomando «decisiones apresuradas a sus espaldas» sobre el acuerdo
de asociación de Ucrania con la UE, ya que supone una grave amenaza para la
economía de Ucrania y los intereses de Rusia como su principal socio comer-
cial (Putin, 2014d).
Pero el mayor enemigo externo de Rusia es Estados Unidos, que se ha auto-
proclamado vencedor de la Guerra Fría y no ha visto la necesidad de acometer
una reconstrucción racional ni de adaptar el sistema de relaciones internaciona-
les a las nuevas realidades. Putin acusa a Estados Unidos de comportarse «como
los nouveaux riches cuando se hacen de forma repentina con una gran fortuna»
y lo llama el «gran hermano» que gasta miles de millones de dólares en tener
vigilado el mundo. El establishment estadounidense, como «único centro de
poder» mundial, ha conducido a la construcción de un mundo unipolar incapaz
de hacer frente a las «verdaderas amenazas», como son los conflictos regionales,
el terrorismo, el tráfico de drogas, el fanatismo religioso, el chauvinismo y el
neonazismo. Por el contrario, ha llevado al surgimiento de un exacerbado orgu-
llo nacional, a la manipulación de la opinión pública y a la eliminación del débil
por parte del fuerte en la escena internacional (Putin, 2014d).
Y el último de los enemigos actuales es Occidente en general, que encarna, en
particular, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La OTAN
incumplió su promesa de no expandirse más allá de sus fronteras orientales y,
en vez de eso, incorporó a antiguos países miembros del Pacto de Varsovia y a
los estados bálticos; de modo que Rusia se enfrenta a la amenaza inmediata de
«ser realmente expulsada de esta región, que es extremadamente importante para
nosotros» (Putin, 2014c). Putin hace hincapié en el doble rasero que promueve
la comunidad internacional dominada por Occidente: Estados Unidos puede
intervenir en países como Yugoslavia, Irak, Afganistán y Libia, pero, en cambio,
no se considera apropiado que Rusia «defienda sus intereses», de lo cual Kosovo
es el ejemplo más llamativo (Putin, 2014c). Se lamenta también de que los «so-
cios occidentales» de Rusia se hayan negado a mantener un diálogo con Rusia
sobre el acuerdo de asociación de Ucrania; en vez de ello, decidieron derrocar
al Gobierno y sumir a Ucrania en el caos, «en una guerra civil con numerosas
bajas». A la postre, afirma, todos pierden con esta situación. Tampoco los países
occidentales fomentan un diálogo entre la Unión Euroasiática y la UE. Rusia,
sin embargo, insiste en que el único modo de garantizar la soberanía de los esta-
dos es a través del diálogo continuo y no a través de las armas.
149
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
Los símbolos
10. Se categorizan como símbolos los objetos tanto humanos como materiales –aunque evidentemente
existe una diferencia en sus fuentes de simbolización– porque se quieren enfatizar las emociones
que provocan y no la fuente de los mismos como tal.
151
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
y no podemos vivir unos sin los otros» (Putín, 2014b). De este modo, se le
niega a Ucrania su identidad específica y se le fuerza a vivir bajo la égida de
Rusia, reduciendo a Kíev a ser una parte más de Rusia sin posibilidad de en-
gendrar nada que sea independiente, esto es, al estatus de colonia (Gerasimov
y Mogilner, 2015).
Conclusiones
153
¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
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¿Justificaciones populistas de la guerra? La intervención rusa en el este de Ucrania
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n.119, p. 161-184 Fecha de aceptación: 17.07.18
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X
DOI: doi.org/10.24241/rcai.2018.119.2.161
El populismo islámico:
una respuesta no occidental
a la globalización
Islamic populism: a non-Western
response to globalisation
Alberto Priego
Profesor propio adjunto, Universidad Pontificia Comillas (Madrid)
apriego@comillas.edu
Resumen: Los excesos de la globalización, los Abstract: Globalisation’s excesses, the Mus-
regímenes híbridos en el mundo musulmán, la lim world’s hybrid regimes and the lack of
falta de credibilidad de los proyectos pana- credibility of pan-Arab and pan-Islamic pro-
rabistas y panislámicos, etc., han provocado jects have, along with other factors, caused
que una importante parte de la umma –la co- a significant part of the umma to seek al-
munidad de creyentes del islam– busque res- ternative responses to the traditional politi-
puestas alternativas a las opciones políticas cal options. As well as neo-fundamentalist,
tradicionales. Frente a las repuestas neofun- post-Islamist and conservative responses,
damentalistas, posislamistas o conservadoras in some Islamic societies other options
en algunas sociedades islámicas, comienzan such as “Islamic populism” are beginning
a emerger otras opciones como el «populismo to emerge, which takes up certain features
islámico», que recoge algunos elementos ya of the Iranian Revolution but incorporating
apuntados por la Revolución Iraní pero que new demands deriving from contemporary
incorpora nuevas demandas derivadas de las political, social and economic conditions.
condiciones políticas, sociales y económicas This paper seeks to identify the elements
actuales. El presente artículo busca identificar that constitute Islamic populism through a
estos elementos que constituyen el populismo comparative study of the cases of Egypt,
islámico mediante un estudio comparado de Turkey, Indonesia and Iran.
los casos de Egipto, Turquía, Indonesia e Irán.
Palabras clave: populismo, islam, umma, Key words: populism, Islam, umma, social
justicia social justice
161
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
El estado de la cuestión
En los últimos años hemos asistido a un resurgir del interés académico por
el fenómeno populista. La principal causa que explica este hecho es el ascenso
de fuerzas populistas en prácticamente todos los sistemas políticos que gozan de
un cierto grado de pluralismo. Si bien es cierto que encontramos autores como
Taggart (2000), Mudde (2004, 2013 y 2017), Canovan (1981 y 2005), Laclau
(2005) o Panizza (2005) que están desarrollando sus trabajos en la actualidad,
no podemos dejar de citar a clásicos de la Ciencia Política como Ionescu y Gell-
ner (1969), Lipset (1955) o Shils (1956), que ya en los años cincuenta y sesenta
del siglo pasado desarrollaron interesantes trabajos sobre populismo. Así, debido
a la variedad de aproximaciones desde las que se ha abordado el populismo, el
concepto ha suscitado interesantes debates. Quizás la más antigua de estas apro-
ximaciones sea la denominada «agencia popular», muy común entre los historia-
dores estadounidenses y conocida por sostener que el populismo es una fuerza
social positiva que permite a la gente «común» influir a favor de un modelo co-
munitario de democracia. Autores como Goodwyn (1978), Hofstadter (1955)
o Nugent (1963) siguieron o estudiaron esta aproximación pero, en todo caso,
centraron sus investigaciones en los movimientos populistas agrícolas y rurales
que tuvieron lugar en Estados Unidos a finales del siglo xix y comienzos del xx.
En una línea similar, pero más actual, estaría la denominada «aproximación
discursiva» representada por Laclau (2005: 86), Mouffe (Laclau y Mouffe,
1985) y Panizza (2005). Estos autores defienden que el populismo es una fuer-
za emancipadora que permite articular las demandas políticas de los excluidos
dentro de un proyecto político común. Los defensores de esta aproximación,
que es muy común en los estudios realizados desde Europa Occidental y Amé-
rica Latina, defienden que la democracia liberal es el problema y, por lo tanto,
la democracia radical sería la solución (Laclau y Mouffle, 1985). En este sen-
tido, la forma de pasar de la una a la otra sería la reintroducción del conflicto
en la escena política a través de la movilización de estos sectores excluidos
anteriormente mencionados.
Otra aproximación al estudio del populismo es la denominada «ideacional»,
que tiene por principales representantes a Cas Mudde (2004), Cristobal Rovi-
ra-Kaltwasser (Mudde y Rovira-Kaltwasser, 2013 y 2017), así como Margaret
Canovan (1981 y 2005). Para los defensores de esta aproximación, el populismo
reduce la política a una confrontación entre un pueblo que atesora la moralidad
y unas élites corruptas que han maltratado a esa «gente normal». Según estos
autores, el populismo es una ideología delgado-centrada (thin-centered ideology)
(Mudde, 2004: 543) que se adhiere a las ideologías gruesas (full o thick ideo-
logies), ya que el populismo presenta en sí mismo graves carencias morfológi-
163
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
Turquía. Si bien es cierto que algunos autores han analizado de forma particular
algunos de los casos anteriormente citados, no lo es menos que, con la excepción
de las aportaciones de Hadiz (2016) y Hadiz y Robinson (2017b), no existe una
sistematización de las características de este tipo de populismo que podríamos
denominar islámico.
Planteamiento metodológico
2. En ambos casos estaríamos hablando de regímenes que no son plenamente democráticos pero que
poseen muchos elementos que sí que lo son.
3. Siguiendo a Diamond (2002), entenderemos que este tipo de régimen se da cuando los estados
obtienen una calificación de 1 o 2 en el ranking de Freedom House.
4. En este caso estaríamos hablando de una calificación de 7 en el ranking de Freedom House.
165
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
El populismo islámico
El estudio del modelo de populismo islámico será abordado desde la apro-
ximación ideacional por ser esta, desde mi punto de vista, la que mejor aborda
este fenómeno en el contexto de las sociedades musulmanas. Las definiciones
usadas por los autores que siguen una aproximación ideacional consideran el
populismo como un discurso, una ideología e, incluso, una visión del mundo
(Mudde et al., 2017: 5). Siguiendo al principal impulsor de esta aproximación,
Cas Mudde (2004: 543), el populismo puede ser definido como «una ideología
que considera que la sociedad, en último término, está separada en dos grupos
homogéneos y antagónicos, “los puros” y “la élite corrupta”, y que sostiene que
la política debe ser una expresión de la voluntad general del pueblo». En este
sentido, vemos que la aproximación ideacional pone el énfasis en la relación entre
una élite corrupta y un grupo de personas puras o virtuosas, por lo que el mo-
delo se adapta muy bien a la tradicional división que hacen los islamistas entre
impuros (kafir) y virtuosos (anbiyaa). Entre los últimos, solo los mensajeros de
Dios (rasul) alcanzan el máximo grado de perfección, por estar dotados de una
serie de cualidades como la inocencia (ismat), la confianza de Dios (imanat),
la inteligencia (fitamat), la sinceridad (sidiq) o el cumplimiento de los precep-
tos divinos (tablig). Así, la condición de thin-ideology (ideología delgada) que
Mudde otorga al populismo convierte a la aproximación ideacional en la más
adecuada para abordar el estudio del populismo islámico.
Si bien es cierto que el populismo por sí solo –al menos en el mundo mu-
sulmán– no puede dar una explicación coherente de la realidad, si se une al
islamismo como ideología de base
social amplia (Mandaville, 2007: Si bien es cierto que el populismo por sí
282), este se convierte en populismo solo –al menos en el mundo musulmán– no
islámico, una opción que sí consti- puede dar una explicación coherente de la
tuye una visión del mundo que pue- realidad, si se une al islamismo como ideo-
de resultar atractiva, a la par que más logía de base social amplia, este se con-
completa, para la población de estos vierte en populismo islámico.
lugares. Por su parte, el islamismo
está sufriendo desde hace algunos años una crisis que le ha obligado a reinventar-
se y a usar, para ello, diferentes opciones como son el neoislamismo, el neocon-
servadurismo o el posislamismo (Priego, 2017). En este sentido, el populismo
islámico representaría una opción más para solucionar la crisis que presenta el
islamismo en el mundo árabe-musulmán. En lo que a otros populismos se re-
fiere, y siguiendo en la línea de la aproximación ideacional, podemos afirmar que
el populismo islámico posee unas características propias que permiten diferen-
ciarlo de otras versiones marcadas por otros contextos históricos, geográficos o
culturales; asimismo, y gracias a la globalización, se está extendiendo en sistemas
políticos competitivos del mundo árabe musulmán.
Tal y como se muestra en la tabla 1, en cada uno de los cuatro casos selec-
cionados –Egipto, Turquía, Indonesia e Irán– se encuentran unos índices sobre
las condiciones políticas que permiten calificarlos como sistemas autoritarios
formalmente competitivos –regímenes híbridos–, es decir, no son democracias
puras, pero tampoco sistemas absolutamente cerrados. Tal y como hemos anti-
cipado anteriormente, este hecho permite afirmar que, si bien las fuerzas oposi-
toras no piensan que la competición sea libre, sí que pueden albergar esperanzas
de cambio en un futuro próximo. Así, bajo estas circunstancias, la oposición se
ve capaz de debilitar, desafiar e incluso superar los obstáculos planteados por
167
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
el Gobierno. Por su parte, la tabla 2 indica que los cuatro estados selecciona-
dos han ido experimentando niveles crecientes de globalización política, lo que
permite que la permeabilidad de los regímenes sea mayor y que, por lo tanto,
algunas tendencias que se están desarrollando en el exterior se instalen también
en las sociedades de estos estados. Por casos concretos, se observa cómo, para el
período 2000-2015, Irán incrementó su nivel de globalización política en 20
puntos, Indonesia en 10, Turquía en 5 y Egipto en 45. Aunque algunos estados
están más globalizados que otros, la tendencia común es caminar hacia unos
mayores niveles de globalización política.
2001
2002
2003
2004
2005
2006
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2008
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2012
2013
2014
2015
Irán 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6 6,6
Indonesia 3,4 3,4 3,4 3,4 3,4 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,3 2,4 2,4 2,4
Turquía 4,5 4,5 3,4 3,3 3,3 3,3 3,3 3,3 3,3 3,3 3,3 3,3 3,4 3,4 3,4 3,4
Egipto 6,5 6,6 6,6 6,6 6,5 6,5 6,5 6,5 6,5 6,5 6,5 5,5 6,5 6,5 6,5 6,5
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Irán 47,14 47,39 62,25 63,61 61,8 62,3 65,3 66,37 66,62 67,14 67,94 67,39 67,69 67,69 66,33 68,51
Indonesia 77,19 77,19 78,44 79,41 79,27 79,52 81,31 82,97 84,05 85,28 85,01 85,46 87,08 86,86 86,83 87,57
Turquía 88,06 89,32 89,32 89,58 88,71 88,97 89,96 87,39 92,45 92,23 92,25 92,28 92,75 92,52 91,88 92,97
Egipto 89,28 89,28 88,54 88,37 88,33 89,23 91,31 91,86 91,76 93,23 93,63 93,68 93,45 93,01 92,46 93,46
* Elaborado por la Universidad Politécnica de Zurich (KOF) de Suiza, este índice mide las dimensiones
económicas, sociales y políticas de la globalización, con valores de 0 a 100 (de menor a mayor
globalización).
Fuente: Gygli et al. (2018).
5. Irán, Indonesia, Turquía y Egipto ocupaban en 2015 los puestos 93, 35, 14 y 10, respectivamente,
de un total de 207. Curiosamente, el año en el que el sistema político egipcio fue más competitivo
fue precisamente 2011, año de inicio de las revoluciones árabes.
169
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
populistas fueron ya no solo más explícitos, sino que también se asemejaron más
a los utilizados por el Sha. Una vez más, se observa cómo experiencias populistas
previas han facilitado la implantación del modelo populista islámico actual.
En Indonesia merece ser destacado el período de Suharto (1967-1998), cuan-
do ya se apreciaban importantes características populistas (Aspinall, 2015). El
llamado «nuevo orden» se basaba en una economía y en una democracia «guia-
das», y suponía una relación orgánica y paternalista entre la sociedad y el Estado.
En lo que al populismo islámico se refiere, el Front Pembela Islam (FPI [Frente de
Defensores del Islam]) surge como reacción a la versión secular del populismo
que, si bien estuvo basada en un nacionalismo feroz, parece no mostrar excesiva
atención a las cuestiones religiosas en general y a las musulmanas en particular.
En todo caso, esta experiencia previa permite que el populismo islámico del FPI
pueda tener más fácil su aceptación.
Por último, en el caso de Turquía hay que hablar del kemalismo que, para
muchos autores, fue un régimen abiertamente populista. De hecho, el propio
Mustafá Kemal Atatürk hablaba del populismo como una de las seis flechas so-
bre las que había creado la Turquía moderna. Esta aproximación sirvió para que
el AKP como partido, y Erdoğan como líder, encontraran más facilidades para
implantar el modelo de populismo islámico.
De acuerdo con lo anterior, se puede afirmar que la existencia de experiencias
populistas previas en los cuatro casos ha favorecido la emergencia del populismo
islámico.
El islamismo parte de la idea de que los individuos pueden ser separados de la so-
ciedad ignorante y corrupta (jahili) a la que pertenecen a través del principio sufista
de la khalvat dar anjoman6. Una vez manumitidos, dichos individuos formarían
parte de esa contrasociedad que es la comunidad moral a la que solo pertenecen los
puros (Roy, 1994: 69). Si bien el islamismo se ha centrado en todas las facetas de la
vida, el populismo islámico ha adoptado una perspectiva más centrada en la justicia
social islámica. De hecho, muchos de los movimientos o partidos que podrían ser
considerados populistas islámicos incluyen en su denominación alusiones a la justi-
cia, entendida esta como un sinónimo de moralidad7. Así, el propio fundador de los
Hermanos Musulmanes, Hassan al-Banna (1906-1949), reivindicaba un islam
social (Mandaville, 2007: 60), y sus seguidores siguen apostando por una justi-
cia social islámica como forma de denuncia y corrección de las prácticas impuras
de las élites corruptas (Ramadan, 2009). En este sentido, el populismo islámico
no aspira a crear nuevos modelos sociales de relaciones humanas, sino a someter
y adaptar el modelo existente a los principios morales de la justicia social islámica.
En Irán, las profundas injusticias sociales de la época del Sha, unidas a las
inmoralidades públicas atribuidas a su régimen, fueron la base sobre la que se
construyeron las narrativas revolucionarias. El propio Jomeini escribió en su tes-
tamento político que el Corán y la tradición islámica condenaban seriamente
el capitalismo de la época y, por lo tanto, lo consideraban contrario a la justicia
social islámica (Obucina, 2015: 165). De hecho, se admite públicamente que
la Revolución Islámica poseía tres
objetivos: la democracia, la indepen- Si bien el islamismo se ha centrado en to-
dencia nacional y, el que era consi- das las facetas de la vida, el populismo is-
derado el más importante, la justicia lámico ha adoptado una perspectiva más
social islámica (Amirahmadi, 1989: centrada en la justicia social islámica.
92). La Presidencia de Ahmadinejad
(2005-2013) supuso la culminación de este proceso, al crear programas que, aun
siendo abiertamente populistas, pretendían tener una base social para redistribuir
los beneficios del petróleo directamente entre los iraníes más desfavorecidos.
Los miembros del FPI, en Indonesia, denuncian la presencia de elementos in-
morales en la vida cotidiana de los indonesios, los cuales estarían presentes por la
permisividad de las «élites corruptas» y por la ideología que los legitima: la Pan-
casila8. En este sentido, el FPI organizó las Sharia patrols para perseguir los com-
portamientos impuros, incluidos los famosos warungs9, y a los homosexuales, los
occidentales y los indonesios étnicamente chinos. A este último grupo se le acusa
de empobrecer el país al haber aplicado, con la complicidad de las élites, un capi-
talismo salvaje (Jati, 2013: 274) que resulta contrario a la justicia social islámica.
En Turquía, la justicia social, entendida como un componente moral y mo-
ralizante, también es una de las referencias constantes de su populismo islámico.
7. El AKP en Turquía o el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) en Marruecos son ejemplos de ello.
8. En enero de 2017, el líder del FPI Rizieq Shihad fue declarado sospechoso de difamar la Pancasila,
una ideología creada en 1945 por Sukarno basada en la creencia en Dios, en la democracia, en la
unidad de Indonesia, la justicia social y en la civilización humana.
9. Puestos callejeros muy populares en Indonesia y Malasia frecuentados por extranjeros donde se
puede comprar comida no halal y bebidas alcohólicas.
171
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
10. En su 59º programa de gobierno, el AKP se define como el Gobierno que conoce a su pueblo y que
se compromete con su voluntad y con sus valores.
11. El imam oculto es una figura de la escatología chiita que se cree que desapareció en el siglo x y que
volverá al final de los días.
12. Se trata de los cuatro primeros sucesores de Mahoma, considerados como rectos en costumbre y en moral.
13. Los Sayyid son los descendientes del profeta Mahoma a través de su hija (Fátima), de sus nietos
(Hasán y Huseín) y de su primo y yerno (Alí).
173
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
si durante el kemalismo los turcos decían que seguían al padre (Atam Izindeyiz),
en referencia a Mustafa Kemal Atatürk, en la actualidad dicen que siguen al
hombre (Adam Izindeyiz), lo que nos muestra el carisma del propio Erdoğan,
quien no tiene que acudir a figuras políticas previas para afianzar su liderazgo. Y
aunque su liderazgo es incuestionable, el AKP sigue siendo la herramienta fun-
damental para elevar la voz de los marginados. La confianza en el partido es tal
que en las elecciones locales de 2009, en algunos lugares (esencialmente en Urfa
y Sirtt), no se nomina a candidatos (Çinar, 2011: 108).
Por último, en Egipto, Hassan al-Banna desarrolló un leitmotiv que nos per-
mite entender cuál es su modelo de liderazgo: «Alá es nuestro objetivo, el Profeta
nuestro líder, el Corán nuestra constitución, la yihad nuestro camino y la muerte
por Dios nuestro objetivo supremo». Haciendo un análisis del discurso, nos damos
cuenta de que los Hermanos Musulmanes también acuden a figuras religiosas para
configurar su modelo de liderazgo, especialmente al profeta Mahoma. Además de
esta inspiración histórico-religiosa, existen al menos dos grandes murshids o guías
de la hermandad que han influido de forma determinante en la misma: el fundador
antes mencionado y su líder más revolucionario, Sayyid Qutb. Si bien es cierto
que la figura del murshid es muy respetada, no es menos cierto que este cuenta con
órganos colegiados que aportan la dimensión colectiva propia de la organización.
Para concluir este punto, se observa cómo la figura idealizada de líderes histó-
ricos y religiosos es básica para la construcción de un liderazgo populista islámico.
utilizó diversos elementos para construir esta comunidad de «puros» que, ins-
pirada en la umma, se contraponía a la élite del Sha y a todo lo que el régimen
había significado. Desde esa premisa, Jomeini buscó islamizar todos los niveles
de la sociedad y usó para ello una revolución permanente que se convertiría
en un tótem contra el que no se podía actuar. Solo los iraníes exiliados, que
representaban esa «élite corrupta impura», contrarrevolucionaria y antiislámica,
se oponían a esta construcción. Un elemento que ayudó a construir este con-
cepto de comunidad de puros fue la creación del enemigo exterior, representado
entre otros por el Irak de Saddam Hussein quien, ayudado por los aliados del
Sha, pretendía hacer retroceder la revolución. En este punto, con la llegada de
Ahmadinejad se habló de la necesidad de poseer tecnología nuclear para lograr
la supervivencia tanto del régimen como de la propia revolución14.
Por su parte, en el caso de Indonesia la construcción del concepto de pueblo
como comunidad de los puros posee
dos elementos que merecen ser des- La umma es la más duradera e influyente
tacados. En primer lugar, el rechazo idea coránica de comunidad por ser ex-
a una élite política autoritaria que traordinariamente flexible y por permitir
no solo comete continuos abusos, acoger a todos aquellos que deseen for-
sino que ha prestado poca atención a mar parte de la misma. Ello la convierte
las cuestiones religiosas (Jati, 2013: en el constructo perfecto para articular el
274). Frente a esta élite corrupta, concepto populista de «pueblo».
surgió un grupo que buscaba una
mayor presencia de los principios islámicos en la vida política (Hadiwinata,
2007: 380). En segundo lugar, estarían las desigualdades económicas provoca-
das por el rápido desarrollo, lo que favoreció que la población china haya sido
percibida como como una élite económica corrupta y hostil. Por lo tanto, la co-
munidad de los puros se ha construido frente a la élite política representada por
las familias indonesias más poderosas y frente a las élites económicas chinas15.
Los desposeídos turcos, entendidos como la población abiertamente musul-
mana que ha sido excluida por el laicismo y por el republicanismo, son la base de
la comunidad de puros sobre la que se asienta el AKP (Jati, 2013: 273) y sobre la
que Erdoğan ha construido lo que él denomina la «Nueva Turquía» (Dinççahin,
14. El elemento nuclear también sirvió para articular esta comunidad, sobre todo entre la población en
la que se había apoyado Ahmadinejad, la cual consideraba que el agua pesada de los reactores no
solo no era perjudicial para la salud, sino que además servía para producir mejores cosechas (Nikfar,
2009).
15. Merece ser destacado el exgobernador de Jakarta , Basuki Tjahaja Purnama, un étnicamente chino-
cristiano que se convirtió en el centro de las críticas y de los ataques del FPI.
175
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
2012: 627). Esta comunidad es, siguiendo el discurso del AKP, continuamente
atacada por las instituciones laicas y republicanas como el Ejército o la Corte
Constitucional. La construcción de un enemigo militar, occidentalizado, secular
y antiislámico (Keyman, 2014: 239) ha resultado de gran utilidad para modelar
esa comunidad de puros que conforma la base del populismo islámico turco.
En Egipto, la fuerza de los Hermanos Musulmanes se ha basado en la percep-
ción que el pueblo egipcio tiene de ellos: una organización incorrupta (Pargeter,
2010: 56), ya que nunca han puesto las cuestiones económicas por delante de las
religiosas. Incluso, algunos líderes como Qutb llegaron a «excomulgar» a varios
mandatarios árabes a los que acusaron de apostasía. Es precisamente sobre esta
superioridad moral y sobre el rechazo a Occidente, a Israel y a los gobernantes
árabes corruptos, sobre la que la hermandad ha construido esa umma a la que
pertenecería el pueblo oprimido y marginado. Al igual que ocurre con otros
populismos islámicos, hay que decir que, si bien es cierto que la umma tiene vo-
cación universal, ya desde los tiempos de al-Banna, este señalaba que los asuntos
egipcios deberían ser tenidos especialmente en cuenta.
En este sentido, apreciamos que en todos los casos analizados se repite el uso
de la umma como modelo ideal sobre el que construir la comunidad de puros
que sirve de base para el populismo islámico.
177
El populismo islámico: una respuesta no occidental a la globalización
Conclusiones
Tras analizar las particularidades del populismo y como este se ha manifestado
en el mundo islámico, se puede afirmar que existe una versión propia de popu-
lismo islámico; una versión con características únicas que tiene lugar cuando en
los estados de población mayoritariamente musulmana se dan dos condiciones
necesarias: globalización política y existencia de sistemas políticos formalmente
competitivos. Solo con estas dos condiciones se puede hablar de populismo is-
lámico con diferencias fundamentales con el islamismo clásico, sobre todo rela-
cionadas con la voluntad de respetar el sistema y no destruirlo.
La primera condición es la existencia del fenómeno catalogado como glo-
balización política. Para poder hablar de este modelo, la interacción o interde-
pendencia es necesaria, ya que es imprescindible que en estas sociedades entren
otras tendencias políticas –en este caso el populismo– que se estén manifestando
en otras sociedades, con la idea de que penetren en ellas nuevas concepciones y
visiones relacionadas con el modelo social. Sin embargo, la globalización política
no es suficiente. Así, para que se desarrolle el populismo islámico, se tiene que
contar con una segunda condición necesaria: la existencia de un sistema político
formalmente competitivo que haga que se pueda hablar de una transformación
del islamismo clásico en populismo islámico; es decir, la aceptación de la com-
petición política, en vez de buscar la confrontación total con el sistema. Un caso
claro es el de los Hermanos Musulmanes, quienes tras las primaveras árabes
cambiaron su actitud de forma definitiva.
En el marco de las dos condiciones necesarias para hablar de populismo islá-
mico, las características que en el análisis coinciden en los cuatro casos analiza-
dos –Egipto, Turquía, Indonesia e Irán– son las siguientes:
sociedades con una sociedad civil poco desarrollada o con una opinión pública
más precaria, estos abusos son más claros. Por eso, los populistas islámicos, ha-
ciendo un uso literal de los textos sagrados, utilizan aspectos teológicos y morales
para construir una voluntad general, bajo la óptica de la cual resultan incuestiona-
bles. Es muy común que los líderes populistas señalen a la justicia social islámica
como único o más adecuado modelo de justicia social, frente al modelo corrupto
e inmoral que se ha desarrollado en estos estados.
– En tercer lugar, estaría la siempre complicada figura de los líderes. Los populistas
islámicos se inspiran en personajes históricos y/o religiosos que resultan intacha-
bles e incuestionables ante sus propias narrativas. La propia doctrina religiosa, a
través del paso de los años, ha construido biografías idealizadas de determinados
personajes históricos que a día de hoy sirven de modelo para una sociedad que
está carente de ellos. Si bien es cierto que es común que personajes históricos
como los «cuatro califas carismáticos» o el «imam oculto» sean fuente de inspira-
ción para los populistas islámicos, la verdadera referencia sobre la que se edifica la
imagen de los líderes es la del profeta Mahoma, figura incuestionable tanto para
los chiíes como para los suníes.
– En cuarto lugar, hay que señalar el concepto de pueblo o de «comunidad de pu-
ros» sobre la que se asienta el populismo, esto es, la umma. Aunque esta sea una
comunidad de vocación transnacional, en el caso del populismo islámico tiene
una clara aplicación doméstica. Se trata de una comunidad que se contrapone
a las élites corruptas, las cuales han provocado que «el pueblo» viva en pésimas
condiciones al anteponer sus propios intereses.
– Por último, el quinto elemento común del populismo islámico es el relacionado
con la movilización social que, en principio y al contrario de lo que ocurre en
el islamismo clásico, es espontánea y no dirigida. Así, vemos cómo podemos
aplicar el «paradigma de las masas» para analizar la movilización propia del po-
pulismo islámico.
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Palabras clave: nativismo blanco, Estados Key words: white nativism, United States, wall,
Unidos, muro, inmigración immigration
185
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
1. Este Pacto surgió de la Declaración de Nueva York para Refugiados y Migrantes adoptada el 19 de
septiembre de 2016 en la Asamblea General de Naciones Unidas. El pasado 11 de julio de 2018 se
definió el borrador final del Pacto, y está previsto que el 10 y 11 de diciembre de 2018 se celebre
en Marruecos la reunión mundial para la firma de dicho Pacto.
sentido al proyecto político que tiene hoy como cara visible y expuesta a Donald
Trump. ¿Representa Trump una política nativista? El argumento central de este
análisis plantea que la acción política de Trump se fundamenta en una narrativa
nativista con una connotación específica: está dirigida a los «blancos». Con esto,
se proponen dos objetivos para el análisis: primero, mostrar que el pensamiento
nativista ha formado parte de las ideas políticas de la sociedad estadounidense
desde la creación del país; y, segundo, evidenciar que el proyecto político que
Trump representa incorpora, en su narrativa política, el nativismo blanco. Pero,
¿es el nativismo blanco un concepto útil y válido para comprender y explicar los
fundamentos que dan cuerpo al pensamiento político de Trump? Guia (2016) da
pautas sobre las dificultades y limitantes para el uso del concepto «nativismo» y,
más específicamente, del nativismo «blanco», particularmente para un entorno
europeo. Sin embargo, la recuperación de una narrativa que asocia racismo e inmi-
gración en Estados Unidos lleva a cuestionar la pretensión liberal de que la política
estadounidense es posrracial (Bobo, 2017; Mills, 2017). En este sentido, estudiar
el nativismo es pertinente pues, como muestra el caso de Trump, y siguiendo a
Guia, el nativismo toma forma «en una serie de políticas eclécticas y tiene el ob-
jetivo de redefinir quién es el pueblo real de una unidad política determinada y
quién, por tanto, debería tener más derechos y poder de decidir las características
de esa sociedad frente a un grupo considerado exógeno e incapaz de asimilar las
características esenciales del grupo original» (Guia, 2014: 111).
Pero el nativismo, constitutivamente, no tiene una connotación negativa.
Kaufmann (2017) apela a la idea del «interés racial propio» (racial self-interest) para
argumentar que las posiciones nativistas de los blancos no son, en sí mismas, racis-
tas; es decir, el nativismo sería una expresión colectiva de autoestima y no un pre-
juicio en contra de los no nativos (ibídem: 3). En este sentido, el nativismo supone
una visión de cómo un Estado debe ser organizado, lo cual requiere un tipo de con-
gruencia entre el Estado y la nación en cuanto unidad política y cultural (Mudde,
2012). En este sentido, la nación americana protege su núcleo étnico blanco y
busca impedir su declive social por medio de distintas prohibiciones a los inmi-
grantes no blancos (Behdad, 2005: 141). La explicación más extendida sobre las
causas que han hecho reemerger el nativismo recientemente apunta a las crisis
económicas y la ampliación del sector de los excluidos entre la población nativa.
En esta línea, Kaufmann (2017) señala el peso de la transformación demográ-
fica en las sociedades occidentales y cómo esta influye en las reacciones sociales
y políticas de la identidad blanca. Guia (2016), por su parte, pone el peso de la
reemergencia del nativismo en la pérdida de confianza ante el Estado por parte
de los nativos. Así, el discurso nativista no es una posición negativa per se, pero,
como se verá, su instrumentalización puede llevar a derroteros no deseados de per-
manente tensión y a que nativos y extranjeros no puedan convivir armónicamente.
187
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
2. Sobre la pertinencia, alcances y límites para el estudio del nativismo en Europa, véase Guia (2016).
189
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
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Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
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Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
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Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
197
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
Bobo (2017) y Cobb (2017) sostienen que el «Make American Great Again»
quiere decir «Make American White Again». Por su parte, Coates (2017) argu-
menta que no puede explicarse el ascenso del nativismo blanco de Trump sin
el paso de Barack Obama por la Presidencia de los Estados Unidos. Pero, como
ya se ha evidenciado, el nativismo blanco tiene raíces previas, permanentes y
estables en la historia de dicho país. En el sur de Estados Unidos, muestra de
ello son las posturas políticas de líderes conservadores del siglo xix que apelaron
a la superioridad de la cultura anglosajona en el contexto de la guerra entre este
país y México. James Buchanan, en 1845, dijo que la sangre anglosajona «nunca
podrá ser sometida por la imbécil e indolente raza mexicana» (Horsman, 1981:
217). Por su parte, Horace Bushnell3, en defensa de la «raza anglosajona», afirmó
que el Estado mexicano había comenzado con desventajas fundamentales por el
carácter de sus inmigrantes y Dios había reservado América para un pueblo espe-
cial de «sangre anglosajona». Por ello, si la «calidad» del británico se convirtiese
en la del mexicano, en «cinco años [los británicos] convertirían su noble isla en
un lugar de pobreza y desolación» (Horsman, 1981: 209).
Trump, años antes de su candidatura presidencial, había dicho que «el éxito es
algo con lo que se nace. Es cuestión de genética» (Muntaner, 2016). Para Cobb
(2017: 2), no es coincidencia que Trump sea un líder relevante en el actual nati-
vismo blanco en Estados Unidos, pues «él proviene de Queens; el condado con
mayor diversidad étnica dentro de Estados Unidos continental. La generación de
residentes en el Queens de Trump ha visto la transformación de la ciudad desde
una mayoría blanca del interior del suburbio de la ciudad de Nueva York hacia
un modelo polígloto de diversidad global» (ibídem). Esto se expresaría en diversas
situaciones, como cuando Trump no pudo reconocer al juez Gonzalo Curiel, na-
cido en Indiana, como mexicanoamericano. Trump se refirió a él, inevitablemente,
como «el mexicano» (ibídem). Los simpatizantes y votantes de Trump expresaron
que la migración «ilegal» y la pérdida de trabajos eran sus principales preocupacio-
nes. En un acto de campaña se pudo leer el siguiente mensaje: «EveryJuan Illegal
Go Home». Quien portaba dicha camiseta decía que la «invasión de ilegales» está
erosionando la cultura americana (Osnos, 2015: 12). En otro acto de campaña,
una persona dijo que su «esposo, Charlie, trabajaba como constructor de medido-
res de electricidad para hogares en General Electric hasta que esta se fue a México»
(ibídem: 6). Por su parte, otra simpatizante dijo estar preocupada por la inmi-
gración ilegal porque, en su opinión, esta destruye el país: «Ellos están por todos
lados, están secando nuestra economía y nosotros pagamos por ello» (ibídem: 6).
Trump anunció su candidatura el 16 de junio de 2015. Desde entonces, pro-
metió la construcción de 2.000 mi-
llas de muro para que México dejara No puede explicarse el ascenso del nativis-
de enviar gente con «muchos proble- mo blanco de Trump sin el paso de Barack
mas, pues ellos traen drogas, crimen; Obama por la Presidencia de los Estados
son violadores y, asumo, algunos Unidos. Pero, como ya se ha evidenciado,
son buenas personas» (ibídem: 2). el nativismo blanco tiene raíces previas,
En actos de campaña, Trump lanzó permanentes y estables en la historia de
mensajes como el siguiente: «¿Han dicho país.
visto la muralla que han construido?
Tienen una rampa para pasar el muro (…); los coches pasan a 60 kilómetros
por hora; van cargados de droga y pasan con facilidad (…); vamos a construir
el muro» (Muntaner, 2016). Desde la misma lógica de señalar a los inmigrantes
en situación irregular como los culpables de la decadencia de la calidad de vida
de los estadounidenses, en otro momento expresó: «Hay un gran peligro con
los ilegales (…); tenemos un peligro tremendo a lo largo de la frontera, con
la llegada de los ilegales». Y remarcó: «¿Han visto alguna evidencia aquí para
confirmar sus temores de que México esté enviando a sus criminales al otro lado
de la frontera? Yo sí, y lo he escuchado de muchas personas» (Osnos, 2015: 3).
Durante su campaña electoral, Trump señaló a los mexicanos como criminales.
Para él, a estos se les deja «deambular, disparar a las personas y matar a la gente»;
esto es «un gran problema y nadie quiere hablar de ello» (ibídem: 6). Para mos-
trar la angustia de los americanos ante el peligro de la frontera sur, Trump uso
una anécdota; contó que en su viaje a Laredo les pidió a los pilotos que volaran
sobre los límites de la frontera; él la califico como algo «aterrador»; al regresar a
su casa, en Nueva York, su esposa lo saludó llorando y le dijo, con cierta angustia
y preocupación, que se alegraba de que hubiera regresado de manera segura, pese
a haber estado cerca de la frontera (ibídem: 12).
199
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
de ello la dio en su primer discurso sobre el estado de la Unión, donde expuso los
cuatro pilares en los que se basa su reforma migratoria: 1) Ofrecer un proceso para
obtener la ciudadanía a 1,8 millones de inmigrantes «ilegales» que fueron traídos
por sus padres cuando eran pequeños; 2) Construir un muro en la frontera con
México; 3) Eliminar la lotería de las visas, y 4) Poner fin a la migración en cadena
(Trump, 2018). En el desarrollo de cada uno de los pilares se identifica un hilo con-
ductor para argumentar la necesidad de dicha reforma migratoria: la protección y
seguridad de los estadounidenses. Con base en la evidencia presentada, se entiende
que las acciones del actual Gobierno de Estado Unidos son muestra de un proyecto
político en construcción que busca recuperar una América donde los blancos man-
tengan un estatus de superioridad ante otros grupos raciales.
Discusión final
201
Make America Great Again: ¿expresión de un nativismo blanco contemporáneo?
Referencias bibliográficas
203
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207
Revista CIDOB d’Afers Internacionals Fecha de recepción: 10.12.17
n.119, p. 209-242 Fecha de aceptación: 23.04.18
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X
DOI: doi.org/10.24241/rcai.2018.119.2.209
El voto populista en la
Región Andina: los casos de
Colombia, Ecuador y Perú
The populist vote in the Andean region:
the cases of Colombia, Ecuador and Peru
Angélica Abad Cisneros
Profesora e investigadora, Universidad de Cuenca (Ecuador)
angelica.abad@ucuenca.edu.ec
Resumen: El objetivo de este trabajo es iden- Abstract: The aim of this paper is to identify
tificar el perfil de quienes votaron por alguno the profile of those who voted for one of the
de los candidatos populistas en las elecciones populist candidates in the presidential elec-
presidenciales de Colombia (2006), Ecuador tions in Colombia (2006), Ecuador (2002)
(2002) y Perú (2006). Para ello, se elaboran and Peru (2006). To this end, four logistic
cuatro modelos de regresión logística para regression models are produced for each
cada país utilizando datos del Proyecto de country using data from the Latin American
Opinión Pública de América Latina (LAPOP, Public Opinion Project (LAPOP). The results
por sus siglas en inglés). Los resultados sugie- suggest that some of the assumptions in the
ren que algunos de los supuestos de la litera- literature (above all those linked to the mo-
tura (sobre todo aquellos vinculados a la mo- bilisation of discontent and disaffection) are
vilización del descontento y la desafección) valid only in cases where the populists form
serían válidos solo para casos en los que el part of the opposition and not the govern-
populismo forma parte de la oposición y no ment. They also indicate that a structural
del Gobierno. También señalan que existe un and ideological component exists that fa-
componente estructural e ideológico a favor vours the populist candidates whose con-
de los candidatos populistas cuya configura- figuration depends on the context.
ción dependerá del contexto.
Palabras clave: populismo, voto, Colombia, Key words: populism, vote, Colombia,
Ecuador, Perú, Región Andina Ecuador, Peru, Andes region
Este trabajo es el resultado del análisis realizado en la tesis doctoral «Estrategia política y comportamiento
electoral. El voto a candidatos populistas en la Región Andina», dirigida por Araceli Mateos y Alberto Penadés
y que fue defendida en la Universidad de Salamanca en noviembre de 2015.
209
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Este trabajo explora el perfil de quienes votaron por alguno de los candidatos
populistas en las elecciones presidenciales de Colombia (2006), Ecuador (2002)
y Perú (2006), con la intención de probar la validez de algunos de los supuestos
comúnmente empleados en la literatura científica para explicar el voto a favor
del populismo en contextos distintos al latinoamericano. Con ello se pretende
añadir una aportación al estudio del seguidor populista en una región donde,
contrariamente a lo que ha ocurrido en otros lugares, la presencia de este fenó-
meno en la contienda política ha sido exitosa y recurrente (Conniff, 1982; De
la Torre, 2010), particularmente en los países andinos donde, desde la década
de 1990, han existido gobernantes de corte populista electos con el respaldo
de amplios segmentos de la población (De la Torre, 2009; Freidenberg, 2007;
Hawkins, 2010; Roberts, 2006; Weyland, 2004).
Respecto del apoyo electoral re-
Al igual que los principales supuestos sobre cibido por los populistas en Améri-
el voto a partidos populistas en Europa, la ca Latina cabe señalar que, después
literatura latinoamericana apunta a que su de los trabajos de Di Tella (1965),
éxito depende de cómo se canalice el ma- Germani (1973) e Ianni (1977), el
lestar de la población, del funcionamiento estudio de las bases del populismo
del sistema político, de los resultados que en la región ha sido marginal. La
este genera y de aquellos que lo dirigen. mayor parte de aportes documentan
y explican los orígenes, causas y con-
secuencias de este fenómeno centrándose en el estudio de líderes y gobernantes
populistas, dejando de lado la caracterización del seguidor. No obstante, al igual
que los principales supuestos sobre el voto a partidos populistas en Europa, la
literatura latinoamericana apunta a que su éxito depende de cómo se canalice el
malestar de la población, del funcionamiento del sistema político, de los resulta-
dos que este genera y de aquellos que lo dirigen (Weyland, 1996 y 2001). En ese
sentido, las elecciones estudiadas tuvieron ciertas similitudes, relacionadas con el
desencanto ciudadano con el funcionamiento de la democracia y el desempeño
de los actores políticos, que ayudarían a confirmar si el voto a favor del populis-
mo tiene ese carácter de protesta.
En Colombia, el triunfo de Álvaro Uribe en 2002 y en 2006 se interpreta
como una movilización exitosa del descontento con el ejercicio de los partidos
tradicionales en su lucha contra el conflicto armado y la inflexibilidad del sis-
tema para dar cabida a nuevas fuerzas políticas. En Ecuador, la elección de tres
presidentes populistas (Abdalá Bucaram en 1996, Lucio Gutiérrez en 2002 y
Rafael Correa en 2006) también ha sido explicada en términos del hartazgo con
la política tradicional y la incapacidad del sistema para satisfacer las demandas de
una mayor estabilidad económica y social. De la misma manera, en Perú, tras una
década de Gobierno populista de Alberto Fujimori (1990-2000), la aparición de
1. La mayoría son estudios de caso que buscan determinar los factores que explican el apoyo electoral
que reciben estas organizaciones. Véanse por ejemplo Albertazzi y McDonnell (2008), Betz (1993),
Denemark y Bowler (2002), Van Der Brug et al. (2005).
211
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
213
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Aproximación metodológica
215
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Factores sociodemográficos
Orientaciones políticas
2. Todos los índices se calcularon de la misma manera: primero se sumaron las variables y luego se
dividieron por el valor máximo a obtener producto de dicha suma. El resultado son una serie de
valores entre 0 y 1. Por ejemplo: el índice de confianza institucional está compuesto por cuatro
variables que adoptan valores entre 1 y 7. La sumatoria de estas variables fue dividida entre 28. Cabe
recalcar que en todos los casos se aislaron los efectos de las no respuestas («no sabe» y «no contesta»),
declarándolas como datos perdidos por el sistema.
Técnica de análisis
217
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
3. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2007), en 2005
la pobreza afectó al 47% de los colombianos y al 51% de los peruanos, en tanto que en 2002 la
cifra fue del 49% en Ecuador. Asimismo, en Colombia el empleo informal se calculaba en torno
al 60%, mientras que en Perú y en Ecuador se estimaron en un 58,9% y un 53,8% en los años de
las elecciones (Albornoz et al., 2011; CEPLAN, 2011).
219
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Colombia
Ecuador
221
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Perú
A modo de conclusión
Los resultados obtenidos para los tres países muestran que la literatura sobre
voto populista, construida principalmente para explicar casos en que los popu-
listas disputan el acceso al poder, pierde potencial explicativo cuando estos lo
ejercen, como se observa en Colombia. En este sentido, se remarca la importan-
cia que tiene el contexto electoral en la configuración de las bases electorales y
sus respectivas orientaciones.
El primer matiz debe realizarse con los argumentos que relacionan el voto po-
pulista con el desencanto y la desafección: como se observa por los niveles de
abstención en Colombia y en Ecuador (del 55% y del 35%, respectivamente), el
223
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Referencias bibliográficas
225
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El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
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El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
231
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 1: Modelo 4:
Sociodemográfico Orientaciones
Coef. E.T. Sig OR Coef. E.T. Sig OR
Amas de Casa 0,287 0,45 1,333 0,304 0,588 1,355
Estudiantes y Jubilados 0,554 0,451 1,74 1,02 0,598 * 2,774
Afiliado SISBEN (ref. «no»)
Sí 0,374 0,211 * 1,453 0,417 0,276 1,518
Eficacia interna (ref. «el voto es inútil»)
El voto puede cambiar las cosas 0,492 0,287 * 1,635
Orientación del voto (ref. «otras»)
Cualidades del candidato 0,292 0,377 1,339
Partido del candidato -0,486 0,635 0,615
Plan de gobierno del candidato -0,195 0,297 0,823
Deber del presidente (ref. «No sabe»)
Hacer lo que el pueblo quiere -0,301 0,709 0,74
Obedecer la ley aunque al pueblo no le guste -0,268 0,7 0,765
Escala ideológica (ref. «extrema izquierda»)
Ninguna 0,418 0,723 1,519
Izquierda 0,304 0,744 1,355
Centro-izquierda -0,954 0,788 0,385
Centro 0,18 0,689 1,197
Centro-derecha 0,516 0,684 1,675
Derecha 0,82 0,71 2,271
Extrema derecha 0,911 0,732 2,488
Interés por la política (ref. «algo»)
Mucho 0,169 0,422 1,184
Poco 0,073 0,316 1,076
Nada 0,666 0,39 * 1,946
Confianza institucional 1,343 0,731 * 3,83
Apego al Estado de derecho -1,803 0,803 ** 0,165
Tolerancia al disenso -1,152 0,579 ** 0,316
Apoyo a la democracia 0,169 0,085 ** 1,184
Consumo de Noticias 0,895 0,667 1,469
Participación política -2,85 0,947 ** 0,345
Participación social 1,312 0,418 0,058
Constante -0,412 0,788 0,997 1,836
N 755 547
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,2 0,48
Sig. Prueba de Hosmer y Lemeshow 0,41 0,78
Casos pronosticados correctamente 77% 80,30%
233
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 1: Modelo 4:
Sociodemográfico Orientaciones
Coef. E.T. Sig. OR Coef. E.T. Sig. OR
Nada 0,03 0,26 1,03
Posición ideológica (ref. «izquierda»)
Ninguna 0,501 0,307 * 1,651
Extrema izquierda 0,216 0,411 1,241
Centro-izquierda 0,379 0,424 1,46
Centro 0,742 0,327 ** 2,101
Centro-derecha 0,492 0,314 1,636
Derecha 0,82 0,397 ** 2,27
Extrema derecha 0,724 0,401 * 2,063
Eficacia interna (ref. «votar es inútil»)
Votar es útil 0,108 0,159 1,114
Apego al Estado de derecho -0,539 0,467 0,234
Tolerancia al disenso 0,086 0,316 0,586
Apoyo a la democracia -0,044 0,045 0,957
Consumo de noticias -1,158 0,547 ** 0,108
Participación social 0,531 0,931 1,7
Participación política -0,643 0,69 0,526
Constante 1,59 0,534 1,495 1,008
N 1849 1457
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,14 0,33
Casos pronosticados correctamente 83,80% 82,90%
235
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 1: Modelo 4:
Sociodemográfico Orientaciones
Coef. E.T. Sig. OR Coef. E.T. Sig. OR
Extrema izquierda 1,86 0,682 ** 6,427
Izquierda 1,605 0,536 ** 4,977
Centro-izquierda 0,954 0,536 * 2,597
Centro 0,418 0,507 1,519
Centro-derecha 0,334 0,5 1,397
Derecha 0,116 0,521 1,123
Interés por la política (ref. «mucho»)
Algo 0,215 0,37 1,24
Poco 0,005 0,365 1,005
Nada 0,051 0,394 1,052
Orientación del voto (ref. «partido»)
Cualidades del candidato 0,282 0,398 1,326
Plan de gobierno del candidato 0,39 0,364 1,476
No sabe 0,48 0,766 1,617
Confianza institucional -2,472 0,566 *** 0,084
Deber del presidente (ref. «obedecer la ley»)
Hacer lo que el pueblo quiere 0,183 0,484 1,201
No sabe -0,058 0,479 1,059
Apego al Estado de derecho -1,015 0,42 ** 0,362
Tolerancia al disenso -0,46 0,455 0,631
Apoyo a la democracia -0,12 0,052 ** 0,887
Consumo de noticias -0,246 0,607 0,782
Participación política 0,486 0,577 1,626
Participación social 1,702 0,683 ** 5,486
Constante -1,762 0,51 -0,521 1,189
N 1003 830
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,14 0,4
Sig. Prueba de Hosmer y Lemeshow 0,93 0,76
Casos pronosticados correctamente 67,00% 72,50%
237
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 2: Modelo 3:
Coef. E.T. Sig. OR Coef. E.T. Sig. OR
Productores agropecuarios 1,209 0,684 * 3,349 2,114 0,905 ** 8,28
Amas de Casa 0,476 0,511 1,61 0,486 0,566 1,625
Estudiantes y Jubilados 0,682 0,514 1,978 0,973 0,565 * 2,646
Afiliado SISBEN (ref. «no»)
Si 0,456 0,238 ** 1,577 0,43 0,269 1,538
Eficacia interna (ref. «el voto es inutil»)
El voto puede cambias las cosas 0,521 0,243 ** 1,684 0,583 0,279 ** 1,791
Orientación del voto (ref.: «otras»)
Cualidades del candidato -0,103 0,319 0,902 0,237 0,363 1,267
Pardido del candidato -0,648 0,557 0,523 -0,609 0,61 0,544
Plan de gob. Del candidato -0,226 0,262 0,798 -0,207 0,29 0,813
Deber del presidente (ref.: «No sabe»)
Hacer lo que el pueblo quiere -0,225 0,228 0,799 -0,154 0,672 0,857
Obedecer la ley aunque al pueblo no le guste -0,01 0,66 0,99
Escala ideológica (ref.: «extrema izquierda»)
Ninguna 0,893 0,61 2,441 0,421 0,692 1,523
Izquierda 0,252 0,633 1,286 0,123 0,703 1,131
Centro izquierda -0,649 0,676 0,522 -1,064 0,746 0,345
Centro 0,499 0,575 1,647 0,103 0,653 1,108
Centro derecha 0,412 0,583 1,509 0,262 0,649 1,3
Derecha 0,692 0,599 1,997 0,739 0,674 2,094
Extrema derecha 1,17 0,621 * 3,223 0,876 0,697 2,402
Interés por la política (ref.: «algo»)
Mucho 0,354 0,375 1,424 0,977 0,988 0,988
Poco 0,438 0,276 1,55 0,448 1,259 1,259
Nada 0,829 0,322 ** 2,292 0,008 2,703 ** 2,703
Confianza institucional 1,18 0,594 ** 3,255 1,077 0,706 2,935
Apego al Estado de derecho -1,595 0,773 ** 0,203
Tolerancia al disenso -1,102 0,565 ** 0,332
Apoyo a la democracia 0,194 0,082 ** 1,215
Constante -1,719 1,08 -0,453 1,609
N 683 547
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,32 0,47
Sig. Prueba de Hosmer y Lemeshow 0,46 0,47
Casos pronosticados correctamente 80,50% 80,40%
* p< .10; **p < .05; *** p< .001
239
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 2: Modelo 3:
Coef. E.T. Sig. OR Coef. E.T. Sig. OR
Nada 0,055 0,243 1,056 0,1 0,252 1,106
Posición ideológica (ref. izquierda)
Ninguna 0,505 0,284 1,656 0,619** 0,298 ** 1,857
Extrema izquierda 0,223 0,381 1,25 0,365 0,404 1,44
Centro-izquierda 0,083 0,391 1,086 0,398 0,415 1,488
Centro 0,671 0,307 ** 1,956 0,829** 0,319 ** 2,291
Centro-derecha 0,431 0,291 1,539 0,599** 0,304 ** 1,82
Derecha 0,783 0,374 ** 2,188 0,947** 0,391 ** 2,578
Extrema derecha 0,642 0,364 1,899 0,728* 0,384 * 2,071
Eficacia Interna (ref. «votar es inútil»)
Votar es útil 0,094 0,156 1,099
Apego al Estado de Derecho -0,505 0,455 0,604
Tolerancia al disenso 0,069 0,312 1,072
Apoyo a la democracia -0,045 0,045 0,956
Constante 0,13 0,67 0,518 0,845
N 1.681 1.486
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,24 0,31
Casos pronosticados correctamente 83,70% 83%
* p< .10; **p < .05; *** p< .001
241
El voto populista en la Región Andina: los casos de Colombia, Ecuador y Perú
Modelo 2: Modelo 3:
Coef. E.T. Sig. OR Coef. E.T. Sig. OR
Centro izquierda 1,197 0,472 ** 3,311 1,027 0,525 ** 2,793
Centro 0,628 0,443 1,874 0,46 0,495 1,584
Centro derecha 0,498 0,439 1,645 0,401 0,488 1,494
Derecha 0,335 0,457 1,398 0,254 0,507 1,29
Interés por la política (ref. «mucho»)
Algo 0,053 0,333 1,054 0,112 0,358 1,118
Poco -0,131 0,322 0,877 -0,097 0,347 0,907
Nada -0,176 0,342 0,838 -0,106 0,372 0,9
Orientación del voto (ref. «partido»)
Cualidades del candidato 0,396 0,357 1,485 0,352 0,391 1,422
Plan de Gobierno del candi-
0,464 0,33 1,59 0,439 0,36 1,551
dato
No sabe 0,662 0,647 1,938 0,626 0,774 1,871
Confianza institucional -2,8 0,495 *** 0,061
Deber del Presidente (ref. «obedecer la ley»)
Hacer lo que el pueblo quiere 0,294 0,332 1,342 0,17 0,453 1,186
No sabe 0,051 0,327 1,053 0,003 0,448 1,003
Apego al Estado de derecho -1,03 0,413 ** 0,357
Tolerancia al disenso -0,455 0,451 0,634
Apoyo a la democracia -0,125 0,05 ** 0,882
Constante -1,536 0,847 0,028 1,086
N 967 850
Sig. 0 0
R2 McFadden 0,3 0,38
Sig. Prueba de Hosmer
0,7 0,87
y Lemeshow
Casos pronosticados
73% 73%
correctamente
E S TA Y O T R A S
C L AV E S E N
Dirigida por
Fernando
Savater
China y la búsqueda de
la gobernanza regional
autónoma en América Latina
China and the search for autonomous
regional governance in Latin America
Thomas Legler, Mariano Turzi y Eduardo Tzili-Apango*
Resumen: Este artículo examina si el creciente Abstract: This article examines whether Chi-
papel de China en América Latina ha tenido na’s growing role in Latin America has had
un impacto significativo en la construcción de a significant impact on the construction of au-
la gobernanza regional autónoma. Los auto- tonomous regional governance. The authors
res plantean que la influencia china en este propose that Chinese influence has in this
sentido ha sido contradictoria: por una parte, sense been contradictory: on the one hand,
la creciente presencia económica de China China’s growing economic presence seems to
parece haber creado ventajas para que los have created advantages for the countries in
países de la región reduzcan su dependen- the region to reduce their dependence on the
cia de Estados Unidos; por la otra, China no United States; while on the other, China seems
se inclina a tener preferencias ideológicas o to have no ideological or political preferences
políticas en términos de quiénes son sus so- when it comes to choosing its partners in Latin
cios en América Latina. Multilateralmente, America. Multilaterally, it maintains relations
mantiene relaciones tanto con organizaciones with both inter-American and Latin American
interamericanas como latinoamericanas. Bi- organisations. Bilaterally, its strategic partners
lateralmente, sus socios estratégicos incluyen include liberal and anti-liberal governments.
gobiernos liberales y antiliberales. De esta Hence, there is little evidence that China ac-
forma, existe poca evidencia de que China tively supports the fight for regional political
apoye activamente la lucha por la autonomía autonomy.
política regional.
Palabras clave: América Latina, China, Esta- Key words: Latin America, China, United
dos Unidos, autonomía, gobernanza regio- States, autonomy, regional governance,
nal, regionalismo regionalism
1. Reconocemos que los determinantes de la gobernanza regional autónoma en América Latina obede-
cen a múltiples causas, tanto exógenas como endógenas; sin embargo, el propósito de este artículo
es únicamente evaluar el potencial aporte favorable de China en este sentido.
2. De acuerdo con Svampa (2013), el «consenso de las commodities» es un proceso que marca un nuevo
orden económico y político-ideológico en América Latina, sostenido por el boom de los precios inter-
nacionales de materias primas y por la demanda de bienes de consumo. Esto, a su vez, produce ventajas
comparativas, incremento de reservas monetarias, nuevas asimetrías y profundización de las desigualdades.
La búsqueda de la autonomía en la
gobernanza regional lationamericana
3. Por gobernanza regional entendemos la construcción social de esferas regionales de autoridad relacio-
nadas con áreas temáticas específicas en las cuales conjuntos de actores diseñan sus correspondientes
arquitecturas institucionales regionales.
247
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
249
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
véanse también Chávez, 2015; Cornejo y Navarro, 2010) hacen notar que
América Latina ha ocupado una posición marginal en las prioridades globales
tanto de China como de Estados Unidos, mientras que Escudé (2014) asevera
que militarmente China no representa una amenaza para Estados Unidos en
la región. Además, históricamente, China también ha reducido su postura
«anti-statu quo» en la región; de apoyar luchas de liberación en el pasado, este
país ha minimizado la ideología en su política exterior (Connelly y Cornejo,
1992: 48-91; Hogenboom, 2009: 142).
Existe una creciente literatura sobre la política exterior de China hacia
América Latina, entre la que destacan las contribuciones recogidas en el nú-
mero especial del Journal of China and International Relations «China-Latin
America Relations in an Era of a Changing World Order» (2016), así como
los trabajos de Bernal-Meza y Quintanar (2012), Ellis (2009), Hearn y León-
Manríquez (2011a), Li y Christensen (2012), y Oviedo (2005 y 2014). Ade-
más, es posible identificar líneas comunes entre documentos oficiales chinos
como el «Research Report of China’s Policy towards Latin America» elabora-
do por el Grupo de Estudios Latinoamericanos del China Institute of Con-
temporary International Relations (CICIR, 2015), y los dos «China’s Policy
Papers on Latin America and the Caribbean» (State Council of the People´s
Republic of China, 2008 y 2016): la renuencia de China a amenazar la zona
de influencia «natural» de Estados Unidos, el potencial económico y en re-
cursos de América Latina, la cooperación con foros regionales existentes y
la importancia relativamente baja de la región vis a vis los Estados Unidos
(Bartesaghi, 2015; Cheng, 2006; Hearn, 2013; Lanteigne, 2009; Ríos, 2015;
Villafañe, 2011; Xue, 2015; Zhao, 2014).
China actualmente se encuentra en un proceso de transición diplomática
conocido como «nuevo tipo de relaciones internacionales». Este proceso se ca-
racteriza por políticas diplomáticas, tales como el «nuevo tipo de relación en-
tre grandes potencias», y esquemas de políticas económicas como las iniciativas
«Cinturón Económico de la Ruta de la Seda» y «Ruta de la Seda Marítima del
siglo xxi». En noviembre de 2017, durante el xix Congreso Nacional del Par-
tido Comunista de China (PCCh), el presidente Xi Jinping ratificó las líneas
y objetivos de la política exterior china: «una política exterior independiente y
de paz, que respeta el derecho de los demás pueblos a elegir soberanamente su
vía de desarrollo, defiende la equidad y la justicia internacionales, y se opone a
que un país imponga su voluntad a otro, intervenga en sus asuntos internos y
abuse de su condición de poderoso para atropellar a los débiles» (Xi, 2017). Es
decir, China busca relacionamientos win-win (beneficiosos para ambas partes)
que no sean a costa de los intereses de otros países ni de los derechos e intereses
legítimos propios.
251
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
4. Es importante mencionar que el chino zizhu (自主), «autonomía», también significa «independen-
cia» y «actuar por sí mismo». No obstante, este término no tiene un significativo desarrollo teórico
como en América Latina y puede ser traducido a cualquiera de las tres palabras ya mencionadas,
dependiendo del contexto.
Unidos en las relaciones internacionales5. Para Beijing, la relación con Estados Uni-
dos es su prioridad en los asuntos mundiales, mientras que América Latina es una
prioridad secundaria. Como enfatiza Cheng (2006: 524), «tanto China como los
países de América Latina valoran las buenas relaciones con Estados Unidos y desean
evitar cualquier fuerte deterioro en las mismas». Con respecto al multilateralismo
en el hemisferio occidental, China tampoco ha exhibido una preferencia clara en
sus relaciones por organizaciones que promueven la autonomía de América Latina.
Desde 1993, la potencia asiática ha desarrollado vínculos tanto con el multilatera-
lismo interamericano en el cual participa Estados Unidos, como con el latinoame-
ricano, en el que este país no es un estado miembro (Oropeza, 2008; Shambaugh,
2011). Ello permite a Beijing gestionar buenas relaciones tanto con los países la-
tinoamericanos, incluso con los más antiestadounidenses, como con Washington.
China, asimismo, debe lidiar con la «dispersión entrecruzada» y el «regio-
nalismo abierto» que caracterizan el regionalismo latinoamericano. El primer
concepto, de acuerdo con Zhao (2014), refiere a la ausencia de principios ope-
racionales y objetivos declarados en la organización regional latinoamericana.
Para China, los esfuerzos autonomistas multilaterales latinoamericanos pueden
carecer de dirección o propósito. La «dispersión» se refleja en el hecho de que
las cinco economías latinoamericanas más grandes (Brasil, México, Argentina,
Colombia y Venezuela) participan en cinco o más mecanismos regionales de
cooperación, tales como el Mercosur, la Alianza del Pacífico o la Comunidad
Andina (CAN). El segundo concepto se relaciona con la significativa apertura
comercial de la región, la cual China observa como un factor positivo. Sin em-
bargo, la apertura comercial varía de una a otra organización regional, por lo que
el Gobierno chino debe lidiar con realidades específicas y diversas.
La política exterior china hacia países y organizaciones regionales latinoame-
ricanas es versátil, con énfasis en lo económico y comercial. Los vínculos econó-
micos se han incrementado dramáticamente en los últimos años. De acuerdo con
la CEPAL (2015b: 25), el comercio entre estos actores internacionales aumentó
5. La «batalla diplomática» China-Taiwán es otro tema recurrente en la literatura sobre las relaciones
entre China y América Latina. La disputa diplomática entre ambos países en la región se debe en
parte al hecho de que 9 de los 17 países que en el mundo todavía reconocen diplomáticamente a
Taiwán se encuentran en América Central y el Caribe. Sin embargo, el «factor Taiwán» no es una
prioridad para China en la mejora de sus relaciones con América Latina, como muestran la ausencia
de esta cuestión en los dos policy papers de China citados, la lenta evolución de los mecanismos
de consulta política bilateral y la disposición china de aproximarse a la CELAC, cuya membresía
incluye a los 33 países de la región, entre ellos los países que aún reconocen a Taipéi. Esta situación
podría cambiar con el nombramiento de Tsai Ing-wen como presidente de Taiwán y el reciente
reconocimiento diplomático de la República Popular China por parte de Panamá y El Salvador.
253
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
6. De acuerdo con cifras del Gobierno chino, en 2015 los principales socios comerciales suramericanos
dieron cuenta del 65,83% del comercio total chino con la región latinoamericana (National Bureau of
Statistics of China, 2016). Esta afirmación contrasta con algunos estudios ya mencionados y refleja las
dificultades de trazar los datos relativos al comercio.
País Estatus de «asociación estratégica» Lugar de China por importancia del comercio
Argentina Asociación estratégica 3
Bolivia Asociación estratégica 1
Brasil Asociación estratégica 1
Chile Asociación estratégica 1
Colombia Ninguno 2
Ecuador Asociación estratégica integral* 2
México Asociación estratégica integral 2
Perú Asociación estratégica integral 1
Venezuela Asociación estratégica integral 2**
255
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
Año de
Mecanismo multilateral latinoamericano Estatus
ingreso
1990 Grupo de Río Socio de diálogo
Asociación Latinoamericana de Integración
1993 Observador
(ALADI)
1997 Mercosur Socio de diálogo
1998 Banco de Desarrollo del Caribe Miembro
Socio de cooperación con el China Council
1998 Sistema Económico Latinoamericano
for the Promotion of International Trade
2000 Comunidad Andina (CAN) Socio político y de cooperación
2004 Organización de los Estados Americanos Observador permanente
2004 Parlamento Latinoamericano Observador permanente
Foro de Cooperación Económica y Comercial
2005 Miembro
China-Caribe
2008 Banco Interamericano de Desarrollo Miembro
2013 Alianza del Pacífico Observador permanente
2015 Foro China-CELAC Miembro
Conclusiones
257
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
Referencias bibliográficas
259
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
261
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
263
China y la búsqueda de la gobernanza regional autónoma en América Latina
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tent_7084440.htm
La aproximación político-normativa
de la UE y China al Mercosur:
¿un juego de suma positiva?
The politico-normative approach
of the EU and China towards Mercosur:
a positive-sum game?
Lincoln Bizzozero
Profesor-investigador, Programa de Estudios Internacionales, Facultad de Ciencias Socia-
les, Universidad de la República (Uruguay). lincoln.bizzozero@cienciassociales.edu.uy
Sophie Wintgens
Investigadora posdoctoral, Fondo Nacional de Investigación Científica (F.R.S.-FNRS),
Centre d’étude de la vie politique (Cevipol), Université libre de Bruxelles (Bélgica).
Sophie.Wintgens@ulb.ac.be
Resumen: En la segunda década del siglo Abstract: In the second decade of the
xxi, el Mercosur se encuentra frente a dos 21st century, Mercosur is faced with two
propuestas político-normativas diferentes con potentially influential politico-normative
capacidad de influencia sobre el bloque: la proposals: the EU’s and China’s. This
de la UE y la de China. En este artículo se paper analyses the content and scope of
analizan el contenido y el alcance de estas these two politico-normative approaches,
dos aproximaciones político-normativas, así as well as their respective impacts on the
como el consiguiente impacto que generan regional bloc in the context of domestic
en el bloque regional en el contexto de los changes in the governments of Argentina
cambios domésticos en los gobiernos de and Brazil. The paper states that Mercosur
Argentina y Brasil. El estudio plantea que el has produced two external strategies: in-
Mercosur ha generado una estrategia externa terregional with the EU and bilateral with
diferenciada: interregional con la UE y bila- China. There are structural limitations to
teral con China. Esta estrategia tiene límites this strategy as well as some that relate to
estructurales y en las políticas domésticas del Mercosur’s domestic policies, but it con-
Mercosur, aunque contiene bases para una tains the foundations for the bloc’s norma-
convergencia normativa del bloque como tal tive convergence with these extraregional
con estos actores extrarregionales y finalmen- actors and ultimately a positive-sum game.
te resulte un juego de suma positiva. .
Palabras clave: UE, China, Mercosur, Key words: EU, China, Mercosur, (inter)region-
(inter)regionalismo, competencia político-nor- alism, politico-normative competition
mativa
265
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
1. En este artículo se considera la potencia por el alcance global del actor. En ese sentido, la UE y
China son actores globales. En cambio, se toma distancia con los debates sobre la naturaleza del
poder de esos dos actores. Sobre este punto, para la UE, pueden consultarse Frères (2000), Manners
(2002) y Laïdi (2008). Sobre la naturaleza del poder de China, véanse Lampton (2008), Shambaugh
(2013) y Shirk (2007).
267
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
3. En este artículo se hace referencia al carácter periférico del bloque para impulsar reglas en el sistema
internacional. La referencia de periferia no se refiere aquí por ende a la teoría de la dependencia
de Raúl Prebisch, ni busca ubicar al bloque en una categoría en términos de las capacidades de
influencia política en el sistema internacional.
269
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
4. El presidente actual de Estados Unidos, Donald Trump, dejó sin efecto en su primer acto de gobier-
no la participación de Estados Unidos en el TPP. Actos como este no invalidan lo esencial de lo
planteado en este artículo, que va más allá de la coyuntura o de definiciones políticas en vías de un
reordenamiento del sistema internacional.
271
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
mación (visión del mundo)– utilizadas por las potencias económicas mundiales
para difundir internacionalmente las normas que rigen su propio mercado.
Es importante señalar que, a diferencia de fines del siglo xx –cuando se im-
puso una lógica Norte-Sur en la influencia normativa y en las consiguientes
preferencias para la inserción internacional por parte de los estados que no
impulsaron la globalización–, el siglo xxi ha visto el crecimiento de potencias
emergentes que han llevado a otras lecturas de la carta del mundo y a reconfi-
guraciones de los espacios regionales en consonancia con el prisma multipolar.
Los regionalismos que surgieron o se reformularon en la década de los noventa
del siglo pasado han reflejado esa transición de acuerdo a la región del planeta,
variable que cuenta en términos geopolíticos. En esa década, los regionalismos
fueron respuestas de los estados frente al proceso de mundialización promovido
por los tres centros impulsores de los
A diferencia de fines del siglo xx –cuando países desarrollados: Estados Uni-
se impuso una lógica Norte-Sur en la in- dos, la Unión Europea y Japón. La
fluencia normativa y en las consiguientes respuesta de los estados frente a esa
preferencias para la inserción internacio- mundialización propulsada también
nal–, el siglo xxi ha visto el crecimiento de por empresas transnacionales con-
potencias emergentes que han llevado a templó diversas formas de acuerdos
otras lecturas de la carta del mundo y a re- regionales y de generación de nuevas
configuraciones de los espacios regionales instancias y realidades económicas
en consonancia con el prisma multipolar. (Hettne, 1994; Hettne et al., 2000).
En este contexto, Estados Unidos
había impulsado la regionalización latinoamericana-caribeña a través de diversas
iniciativas continentales, entre las cuales destacaba la Iniciativa para las Américas
presentada por el presidente George Bush (padre) en 1990. Asimismo, desde
fines de los ochenta, varios gobiernos de la región habían propulsado reformas
liberales en el marco del Consenso de Washington5, y los procesos regionales
que se gestaron o reformularon en los noventa tuvieron como base gobiernos
orientados por ese modelo, los cuales apoyaron los postulados del nuevo regio-
nalismo, en particular, la apertura exterior y la liberalización de la economía.
La mayor presencia de China en América Latina se hizo evidente con el adve-
nimiento del nuevo siglo y planteó una nueva opción de relaciones externas po-
líticas y económicas para los países de América Latina. En el caso del Mercosur,
el desarrollo de las relaciones políticas y económicas coincidió con el adveni-
miento de nuevos gobiernos en Brasil, primero, y en Argentina después. Tras el
273
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
7. Esta lógica consiste, para un número limitado de estados, en construir un proyecto regional que
se basa en estrategias e instituciones comunes para poder actuar con una sola voz en una serie de
cuestiones de política internacional.
8. Esta estrategia define el comercio como el motor principal del crecimiento y la creación de empleo,
y reconoce la necesidad de un enfoque coordinado de las políticas internas y externas (Comisión
Europea, 2015).
275
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
ámbito del comercio y las inversiones– comenzó a resultar relevante para los
países del bloque, en momentos en que Estados Unidos con el fin del ALCA y
la Unión Europea con el estancamiento de las negociaciones dejaron un espacio
abierto en el frente externo.
9. La «nueva izquierda latinoamericana» se caracteriza por una agenda relativamente similar en térmi-
nos de cuestionamiento del neoliberalismo, de política económica con algunos rasgos ortodoxos,
de intervención del Estado como factor de regulación económica y social, de preocupación por la
justicia social o la prioridad que se le concede, de lucha contra la pobreza, o incluso de ambición
regional y latinoamericanista (Cameron y Hershberg, 2010).
277
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
parte, y los acuerdos de asociación estratégica, por otra, en particular con Ar-
gentina y Brasil, porque tocan el eje neurálgico del Mercosur. El nuevo Marco
de Cooperación 1+3+6 fue presentado por el presidente Xi Jinping a los efectos
de generar una comunidad de destino compartido con América Latina y el Ca-
ribe a partir de una estrategia global. Esa propuesta se anunció en la vi Cumbre
del grupo BRICS10 en Brasilia en 2014. Las definiciones del nuevo Marco de
Cooperación fueron explicitadas en el primer Foro China-CELAC que se rea-
lizó en Beijing, en enero de 2015. La propuesta definida implica un Plan de
Cooperación quinquenal; establece tres motores impulsores: comercio, inver-
sión y finanzas, con el objetivo de incrementar el comercio a 500.000 millones
de dólares y el stock de inversiones a 250.000 millones; asimismo, señala seis
áreas –energía y recursos naturales, agricultura, infraestructura, manufacturas,
tecnologías de la comunicación, e
Desde la perspectiva de los países del Mer- innovación científica y tecnológi-
cosur, China significó una oportunidad de ca– con financiamiento para activar
diversificar las relaciones sin depender so- dichos motores impulsores. La arti-
lamente de Estados Unidos y Europa. A su culación de China con América La-
vez, la contracara de esa mayor cantidad tina y el Caribe se concreta en una
de opciones fue la denominada reprima- instancia, el citado Marco de Coo-
rización de sus economías, a partir de la peración, en la que solamente están
demanda China. representados los 33 estados parte
sin la presencia de Estados Unidos,
lo cual expresa, desde la perspectiva de los países latinoamericanos y caribeños,
temas recurrentes de la periferia referidos al papel de la región, la autonomía, la
inserción económica y política y su vinculación con el desarrollo.
Por otra parte, la República Popular China ha concretado varios acuerdos bi-
laterales de asociación estratégica con países de América Latina, entre los cuales
se encuentran Argentina, Brasil y Uruguay, además de México, Perú, Venezuela,
Costa Rica, Ecuador y Chile. Los acuerdos de asociación estratégica de China
contemplan distintas categorías según el socio. En el caso de Brasil, la inflexión
que se planteó en las relaciones con China a partir del cambio de gobierno con
Lula da Silva tuvo resultados en el ámbito mundial con el bloque BRIC11, y pos-
teriormente BRICS, y en las relaciones bilaterales con la elevación de categoría de
la Asociación Estratégica. Esta pasó a ser global en el año 2012, como consigna
el comunicado conjunto firmado entre la presidenta brasileña Dilma Rousseff y
12. El PECR incluye, además de India y Japón, a los siguientes países: Australia, Brunei, Camboya,
Corea del Sur, China, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Nueva Zelanda, Singapur,
Tailandia y Vietnam.
13. Mientras que, por otro lado, los productos primarios extractivos y los bienes industriales basados
en los recursos naturales, por una parte, y los productos de mediana y alta tecnología, por otra,
representan respectivamente el 34% y el 49% de las exportaciones de América Latina al resto del
mundo (CEPAL, 2016).
14. La UE sigue siendo el principal inversor en los países de la CELAC: las inversiones directas europeas
en América Latina y el Caribe representan alrededor del 35% de las inversiones directas extranjeras de
la CELAC y el 10,3% del total de las inversiones directas europeas en el mundo (UE-CELAC, 2015).
279
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
15. Este déficit infraestructural se estima en 320.000 millones de dólares (Lardé, 2014).
16. Desde que Temer asumió la Presidencia de Brasil luego de la destitución de Dilma Rousseff, se
plantearon otra agenda y prioridades en la política exterior. Sin embargo, la agenda externa no ha
podido plasmarse en resultados concretos y el año 2018 es un año electoral en que prima la incer-
tidumbre doméstica por la propia judicialización de la política.
Conclusión
En la segunda década del siglo xxi, la Unión Europea y la República Popular
China tienen la capacidad de impulsar una agenda externa en el Mercosur con
potencial armonizador político-normativo. Estas dos potencias mundiales han
diseñado y propuesto una estrategia, y definido prioridades con objetivos e ins-
trumentos para América Latina y el Caribe.
La estrategia europea consiste hoy día en utilizar los acuerdos comerciales
y los regímenes preferenciales para promover las cuestiones claves para la
Unión, como son el desarrollo sostenible, los derechos humanos, el comercio
justo y la lucha contra la corrupción, así como para garantizar la gestión res-
ponsable de las cadenas de valor mundiales. Las negociaciones UE-Mercosur
se inscriben plenamente en la línea de esta nueva generación de acuerdos
comerciales globales, que buscan
una convergencia normativa y re- El Mercosur se encuentra en el momento
glamentaria que vaya más allá de actual frente a estas dos propuestas políti-
los temas arancelarios. Junto con co-normativas: la promoción del regiona-
el objetivo de lograr este acuerdo lismo y del interregionalismo de la UE y la
de asociación interregional, Euro- cooperación bilateral Sur-Sur promovida
pa trató de facilitar el diálogo con por China. La coyuntura en la transición
la región a partir del Acuerdo de del sistema internacional podría favorecer
Asociación Estratégica con Brasil. más a un juego de suma positivo que a
Con este nuevo enfoque, a la vez una competencia de posición.
preferentemente interregional y bi-
lateralmente selectivo, la UE adaptó su estrategia hacia América Latina.
Por su parte, la estrategia china de cooperación internacional Sur-Sur ba-
sada en el beneficio mutuo comenzó a resultar relevante para los países del
bloque suramericano en momentos en que Estados Unidos (con el fracaso
del ALCA) y la Unión Europea (con la congelación de las negociaciones con
el Mercosur) dejaron un espacio abierto en el frente externo. Con la reorien-
tación de sus preferencias externas, el Mercosur pudo aprovechar el comer-
cio y las inversiones de China en el marco de su proyecto de cooperación
bilateral en un entorno regional e internacional propicio. A diferencia de la
estrategia europea, la estrategia pragmática china no impone condiciones
en materia de reglas (laborales, medioambientales, de propiedad intelectual,
etc.) en el comercio internacional. Las lógicas bilaterales tienen un compo-
nente fuerte que limita el potencial del bloque suramericano, en la medida
en que Paraguay reconoce al Gobierno de Taiwán y que los otros países del
Mercosur tienen Acuerdos de Asociación Estratégica con distintos alcances
con China.
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La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
Referencias bibliográficas
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285
La aproximación político-normativa de la UE y China al Mercosur: ¿ un juego de suma positiva?
Reseñas de libros
287
Reseñas de libros
ble éxito de las fuerzas euroescépticas dra angular para llevar a cabo la regene-
(incluso eurófobas), que eran margina- ración de la democracia española. Sin
les en el Parlamento Europeo resultante embargo, a pesar de su sintonía con el
de los comicios celebrados en 2009. Ese pensamiento difundido por Podemos,
«euroescepticismo» de 2014 fue diferen- el aludido autor no le brinda un apoyo
te en los países del norte con respecto a acrítico. Por el contrario, se desmarca en
los del sur de la UE. En la obra coor- algunos puntos de la estrategia, lenguaje
dinada por el profesor Paramio, José y modus operandi de la formación lide-
Fernández-Albertos profundiza en esta rada por Pablo Iglesias. Así, En defensa
cuestión, aportando una conclusión de del Populismo muestra un rechazo vis-
relevancia: en el norte se observó un ceral de la democracia con apellidos
euroescepticismo de derechas, xenófo- (deliberativa, radical, etc.). Por su parte,
bo y que entendía la globalización como los autores que analizan el «fenómeno
una amenaza. Además, sus principales Podemos» en la obra de Paramio (por
representantes (en forma de partidos o un lado Fernández-Albertos y por otro,
de líderes carismáticos) rechazaban la Henar Criado Olmos y Patricia Pinta
solidaridad con los países del sur. En Sierra) no otorgan a la «formación
estos últimos el euroescepticismo adop- morada» tal atributo balsámico e inclu-
tó la forma de un populismo de izquier- so mesiánico como sí hace Fernández
das, contrario a las políticas de ajuste Liria. Para este último, el hecho de
exigidas por las instituciones comunita- que Podemos se haya integrado en las
rias a cambio de rescates financieros (p. instituciones políticas supone un gran
148). Como en el caso de la corrupción, acierto del que todos nos beneficiare-
Fernández-Albertos hace una matiza- mos, además de evitar la irrupción de
ción importante: el euroescepticismo un populismo de derechas, al que cali-
y el euroentusiasmo siempre han estado fica de «fascista» pero en cuyos rasgos
influidos por el ciclo económico. Dicho caracterizadores no profundiza en exce-
con otras palabras, en épocas de bonan- so, a pesar de que su aparición y con-
za económica, la ciudadanía ha ofrecido solidación en algunos casos es otra de
una valoración más positiva del proyec- las consecuencias de la crisis económica.
to que tuvo como arquitectos a Jean Fernández-Albertos y Henar Criado
Monnet y Robert Schuman. y Patricia Pinta, en sus diferentes capí-
tulos, realizan una sobresaliente labor
de análisis, llegando a conclusiones que
De lo general a lo particular: estudio topan con los deseos expresados por
de Podemos Fernández Liria de ver en Podemos
una formación que trasciende la clá-
En este tema las diferencias entre las sica dialéctica izquierda versus dere-
dos obras resultan notables. En efecto, cha. En este sentido, se producen dos
para Fernández Liria, Podemos es la pie- situaciones complementarias. Por un
bra. Las simultáneas, aunque distintas mientos en las periferias del liberalis-
agendas populistas que toman forma mo y el conservadurismo cuando estos
en los sistemas políticos de Estados surgieron en Europa en la década de
Unidos y Europa dejan más preguntas 1970. Judis explica que, mientras que
que respuestas, incluidas cuáles son las los populistas de la izquierda movili-
características del populismo moderno zan a la gente contra una élite o esta-
y si hay una relación causal entre el blecen un enfoque de «los de abajo
éxito y la proliferación de los llamados contra los de arriba», los populistas
«movimientos populistas» en ambos de la derecha posicionan a la gente
lados del Océano Atlántico. contra una élite a la que acusan de
Mediante el persuasivo y provoca- simpatizar con un «grupo externo».
dor libro The Populist Explosion: How El populismo representa la relación
the Great Recession Transformed Ameri- –y divide las opiniones– entre las dos
can and European Politics, el periodista referencias, «la gente» y «la élite», y ha
y experto John B. Judis busca definir tenido éxito históricamente como un
y explicar el contexto que envuelve movimiento de oposición, si bien nor-
el surgimiento del populismo en los malmente no logra adoptar una iden-
países occidentales. Al posicionar los tidad distinta cuando llega al poder.
movimientos populistas individuales Este autor sostiene que el populismo
como únicos y específicos del con- es comúnmente una señal de adver-
texto, Judis yuxtapone la condensada tencia de crisis política y sirve como
historia de populismo de los Estados catalizador de cambio, aludiendo a las
Unidos con la de Europa en los últi- condiciones económicas precedentes y
mos 50 años. El autor concluye acer- las secuelas políticas correspondientes.
tadamente que el populismo no es John B. Judis es un consumado
una ideología política y los movimien- escritor sénior del National Journal
tos, partidos o políticos populistas no y editor de Talking Points Memo,
tienen unas características explícitas medios con los que ha acumulado una
que los definan. Por el contrario, Judis experiencia que abarca una amplia
afirma que el populismo es una lógica gama de estrategias políticas. The
política y menciona la habilidad de los Populist Explosion da testimonio de su
movimientos populistas para emerger experiencia como analista político y
desde la derecha, la izquierda y la polí- demuestra sus profundos conocimien-
tica centrista, destacando las diferen- tos. El alcance del libro es impresio-
cias entre las aparentemente similares nante en cuanto a su habilidad para
campañas populistas. proporcionar importantes antece-
Basándose en el ejemplo de los dentes históricos y una justificación
Estados Unidos, la diversidad en la aceptable para explicar las similitudes
esfera política europea posibilitó una y diferencias entre los movimientos
mejor definición teórica de los movi- que se producen al mismo tiempo
TÍTULO
Debe ser una indicación concisa del contenido. Puede ir seguido de un subtítulo que sólo contendrá información complementaria: máximo 10-12
palabras (90 caracteres con espacios), ambos incluidos.
Entregar en castellano e inglés.
EXTENSIÓN Y PRESENTACIÓN
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a) Para libros
Krastev, Iván; Leonard, Mark; Wilson, Andrew (eds.) ¿Qué piensa Rusia? Barcelona: CIDOB, 2010, p. 108.
b) Capítulos de libros
Polyakov, Leónid. “Un autorretrato ideológico del régimen ruso”, en: Krastev, Iván; Leonard, Mark; Wilson, Andrew (eds.) ¿Qué piensa
Rusia? Barcelona: CIDOB, 2010, p. 37-42.
c) Artículos de publicación en serie (revistas, periódicos, colecciones)
Kennan, George F. “The Sources of Soviet Conduct”. Foreign Affairs, vol. 25, n.º 4 (July 1947), p. 566-82.
d) Para publicaciones en serie completas
Revista CIDOB díAfers Internacionals, n.º 88 (primavera 1983)-. Barcelona: Fundació CIDOB, 2009.
e) Publicación electrónica
Alvarado, David. “Mohamed VI, año X: Mito y realidad de la transición marroquí”. Notes Internacionals
CIDOB, n.º 7 (octubre 2009), p. 6 (en línea) [Fecha de consulta 12.10.2010]
http://www.cidob.org/es/publicaciones/notes_internacionals_cidob
f) Usar “et al.” para citar un trabajo firmado por más de dos autores.
Usar las letras (a, b, c, etc.) para distinguir citas de diferentes trabajos de un mismo autor en un mismo año (Barbé, 2001a).
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REVISTA
CIDOB
D’AFERS
INTERNACIONALS
119 SEPTIEMBRE 2018
Nueva época
ISBN 978-84-92511-59-4
9 788492 511594
ISSN 1133-6595
9 771133 651193