Curso de Biblia-Rivero
Curso de Biblia-Rivero
Curso de Biblia-Rivero
TEMARIO
Introducción
Autores, algunos acontecimientos históricos, las formas literarias en que fue escrita, etc.
8a sesión. El Pentateuco
Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento.
Introducción
Autores, algunos acontecimientos históricos, las formas literarias en que fue escrita, etc.
Estudiar la Sagrada Escritura es estudiar lo más hermoso que existe. Hoy se oye
con frecuencia: “Dios ya no habla en nuestro mundo; está callado”. ¡No es cierto!
Dios siempre ha hablado y sigue hablando a los hombres. Y lo hace a través de
su Palabra contenida en la Biblia.
La Biblia no es letra muerta o muda. Ella nos interroga, nos interpela, nos anima, nos acusa, nos
enseña, nos amonesta. A quien medita la Biblia le pasará lo que a aquellos dos discípulos de
Emaús, cuyos corazones ardían al hablarles Jesús por el camino de la vida (cfr. Lc 24, 13-15).
Abrir la Biblia es comprometerse con Dios, que nos habla. No se puede acercarse a la Biblia como
curioso, sino como creatura ante el Creador, como hijo ante su Padre, como siervo ante el Señor:
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”. La Biblia es un libro, no sólo para estudiar, sino para meditar,
vivir y transmitir. “Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la practican” (cf. Lc 11, 28).
En este curso vamos a estudiar la Biblia, aprenderemos muchas cosas nuevas acerca de ella,
veremos sus autores, algunos acontecimientos históricos, las formas literarias en que fue escrita la
Biblia, etc. Pero sólo seremos felices si, además de leer y entender la Palabra de Dios, la
practicamos, la hacemos vida. Este es el objetivo de este curso de Biblia que hoy iniciamos: hacer
vida la Palabra de Dios, encontrar en ella un mensaje personal y transmitirlo a los demás.
¡Qué hermoso es saber que Dios ha hablado a la humanidad, al hombre, a cada hombre! Primero se
escogió un Pueblo, el pueblo de Israel; pero en él estábamos representados todos los pueblos. ¿Por
qué se escogió ese pueblo? La respuesta sólo Dios la sabe?
Después fundó un nuevo pueblo, su Iglesia, abierto a todas las fronteras de raza, lengua y color. En
la Biblia Dios nos habla a todos, sin excepción. Sólo pide oídos abiertos para escucharle, docilidad
de corazón para aceptar su Palabra y voluntad decidida para ponerla en práctica, cueste lo que
cueste.
Autor: P. Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
Biblia es una palabra griega que significa libros. Proviene de una ciudad llamada Biblios, donde se
fabricaba el papiro para hacer libros. Hoy día, Biblia significa el Libro Santo escrito por hombres,
bajo la inspiración y dirección de Dios. No es un solo libro, sino una colección de Libros Sagrados,
que narran la historia de la Salvación, es decir, todo el esfuerzo de Dios para salvarnos, para
atraernos a Él y formar con Él una comunión de vida y de amor.
Palabra de Dios, ya que es el mismo Dios el que se comunica con nosotros a través de la Biblia.
Libro de la Revelación, ya que Dios se nos revela, es decir, corre el velo cuando la leemos; y
porque los que la escribieron lo hicieron por medio de la revelación de Dios. No se la inventaron
ellos.
La Sagrada Biblia se divide en dos grandes partes: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. La
palabra testamento significa pacto o alianza, que Dios hizo con los hombres.
El Antiguo Testamento comprende lo sucedido desde la creación del mundo, hasta que llegó el
tiempo de la venida del Hijo de Dios, y contiene los pactos o testamentos que hizo Dios con los
primeros padres, con los patriarcas (Noé, Abraham, Moisés), con los profetas y con el pueblo de
Dios. Narra también los éxitos que obtuvieron quienes cumplieron estos pactos o testamentos, y los
fracasos que sufrieron quienes no los cumplieron. Por eso, la Biblia nos enseña a hacer el bien y a
evitar el mal. A hacer el bien, que gusta a Dios; y a evitar el mal que le hiere y le pone triste.
El Nuevo Testamento contiene lo que sucedió desde el nacimiento del Hijo de Dios en Belén, sus
enseñanzas, su vida, su Pasión, su Muerte, Resurrección y Ascensión a los cielos. Y, además, la
historia de los apóstoles, las cartas de algunos de ellos, y el libro de Apocalipsis. El primer pacto que
hizo Dios fue con Moisés. El segundo pacto o Nueva Alianza lo hizo a través de Jesucristo, su Hijo.
El antiguo Pueblo de Israel viene ahora sustituido con un nuevo Pueblo: La Iglesia, por Él fundada.
Estos dos Testamentos no son independientes uno del otro, sino que el antiguo es preparación para
el nuevo y ambos están estrechamente unidos. Ambas Alianzas constituyen la historia de la
salvación, en la cual Dios interviene con sus palabras y con sus obras en la vida de los hombres
para llevar a cabo su plan.
Todos nosotros junto con Dios somos los protagonistas de esta historia sagrada; todos con Dios
estamos dentro de ella porque todos los hombres vamos en peregrinación hacia el Padre.
Siguiendo la historia del Pueblo escogido, nosotros llegamos a descubrir nuestra propia historia.
Igual que el Pueblo de Israel, Dios nos ofrece su amor y nos hace comprender cómo podemos
responderle, no obstante nuestras rebeldías y pecados.
Contiene 73 libros, realizados por diferentes escritores y en distinto tiempo, aunque todos inspirados
por Dios a través del Espíritu Santo De estos 73 libros, 46 son del Antiguo Testamento y 27 del
Nuevo Testamento.
Génesis: creación del mundo y del hombre. La respuesta del hombre: el pecado y las
consecuencias del pecado. La reacción de Dios: patriarcas.
Éxodo: narra la esclavitud de los israelitas en Egipto, como consecuencia del pecado; Dios manda a
Moisés para liberar a su pueblo a fin de que sea libre y lo adore en el monte santo. Dios demuestra
su poder ante el faraón, modelo y paradigma de la soberbia. Dios hace un pacto con el hombre y le
da sus mandamientos como único camino de la verdadera libertad y felicidad.
Levítico, Número y Deuteronomio: leyes que Dios dio a los israelitas. Despedida y muerte de
Moisés.
Josué: historia de cómo los israelitas, con la ayuda especialísima de Dios, se apoderaron de la
Tierra Prometida.
Jueces: narración de los hechos famosos de los primeros jefes que tuvieron los israelitas, durante
300 años.
Esdras y Nehemías: narración de los hechos que sucedieron cuando Israel volvió del destierro.
Tobías, Ester y Judit: bellísimas historias de estos personajes, que son ejemplo para nosotros.
Macabeos: sucesos heroicos que por intervención especial de Dios lograron los cinco hermanos
Macabeos para libertar a Israel.
Proverbios: más de tres mil refranes de profunda sabiduría, compuestos por Salomón y otros
sabios.
Eclesiastés o Qohélet, Cantar de los Cantares, Sabiduría: tres libros que los antiguos atribuyeron
a Salomón. En ellos se esconden las grandes verdades eternas.
Eclesiástico o Sirácida: más de mil consejos prácticos para tener éxito en la vida.
Los Profetas: escritos que anuncian los premios que Dios dará a los buenos y los castigos que se
autoinfligen quienes desobedezcan a Dios.
Los Santos Evangelios: la vida, enseñanzas, pasión, muerte, resurrección y ascensión de Jesús.
Los hechos de los apóstoles: la primera iglesia primitiva, en su primeros 40 años, después de la
muerte de Jesús. Historia de san Pablo.
Catorce cartas de san Pablo: el gran teólogo. En sus cartas se contiene prácticamente toda la
teología.
Apocalipsis: libro misterioso, donde se narra lo que sucederá al final del mundo.
Cada libro se encuentra dividido en capítulos y cada capítulo en versículos o versos. Ejemplo: si se
nos dice “Mateo 16, 12” quiere decir: Evangelio de san Mateo, capítulo 16, versículo 12. Si se nos
dice, por ejemplo, “Lucas 1, 20-26”, significa: capítulo 1, del versículo 20 al 26. Si leemos así:
“Marcos 1, 3.8.10” significa esto: capítulo 1, versículos 3, 8 y 10 solamente.
8. ¿Qué conclusiones podemos sacar de lo que hemos hablado en esta introducción?
Primera conclusión: la Biblia es más que un libro, es Dios quien nos habla. Para oírlo necesitamos
fe y así creer en Él; debemos abrirle nuestro corazón e inteligencia; esperanza, para estar ciertos de
que sólo siguiendo su voluntad y aceptando las invitaciones que nos hace el Espíritu Santo podemos
ser verdaderamente felices; y caridad, para ser generosos y dar los frutos que Dios espera de
nosotros.
Segunda conclusión: Dios siempre ha estado junto al hombre, está presente en los hechos diarios
y nos acompaña en nuestra peregrinación de vuelta a Él, es decir, durante toda nuestra vida.
Tercera conclusión: Dios nos escucha y nos habla siempre porque somos suyos, nos ama y
formamos parte de su plan de salvación.
Cuarta conclusión: la historia de la presencia de Dios es eterna, pues ha existido siempre y desde
siempre estamos en su plan divino.
Quinta conclusión: leer la Biblia es el medio para animarnos a tener siempre presente a Dios en
nuestras vidas. La Biblia nos entusiasma por Dios y nos llena de amor hacia Él. Nos anima a
llenarnos de obras buenas. Nos da gran temor y aversión hacia el pecado. La Biblia consuela mucho
y lleva al arrepentimiento, la conversión y cambio de vida.
CONCLUSIÓN
1. ¿Creen ustedes que Dios nos ha dejado su Palabra para que la estudiemos como se estudia la
Historia o la Biología?
2. ¿Cómo reacciona el hombre de hoy ante la Biblia? ¿La lee y la practica o la considera como un
libro que no tiene actualidad?
3. ¿A qué atribuyen ustedes el que hayan surgido muchos movimientos en donde se da la lectura
de la Biblia?
ORACIÓN
Señor, tú nos dijiste: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no anda en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida”; nosotros te queremos seguir y conocer a través del conocimiento de las
Sagradas Escrituras, concédenos luz para entender lo que a través de ellas tú nos quieres decir.
Amén.
I. INTRODUCCIÓN
Todo libro tiene su autor. Y según como sea el autor así será el libro. Cabe preguntarnos: ¿quién
escribió este maravilloso libro de la Biblia? ¿Lo escribió directamente o se sirvió de instrumentos
humanos? ¿Cómo se puede comprobar que fue Dios el que hizo redactar la Biblia?
Se cuenta que un hombre preguntaba a una mujer: “¿Cómo puede usted probar que la Biblia es
palabra de Dios? ¿Es que Dios habló con usted?”. La mujer le respondió, señalando con la mano el
sol: “¿Puede usted demostrarme que eso que se ve allá es el sol?”. – Sí, señora. La mayor prueba
de que es el sol, es que me da luz y me da calor.
- Muy bien, dijo la mujer. Así pasa con la Biblia: la mejor prueba de que es Palabra de Dios es que
ese Libro me da luz, pues me ilumina lo que debo hacer; y me da calor, pues me anima a amar a
Dios y al prójimo.
Esa es la prueba de que la Biblia sí viene de Dios: ese libro hace milagros de iluminación y de
cambio a quien lo lee.
Pero Dios se sirvió de instrumentos humanos para llevar su Palabra. A estos instrumentos los
iluminó, y les respetó su estilo y su temperamento, su cultura y su personalidad, y hasta el sello de la
clase social a la que pertenecían.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Cimentar nuestro conocimiento de la Biblia, disipando dudas para
poder dar razones de nuestra fe.
IV. TESIS: La Sagrada Biblia tiene como Autor a Dios, pero fue redactada por profetas, sabios,
poetas y apóstoles, durante catorce siglos. Estos redactores fueron dirigidos e inspirados por Dios
para que no escribieran ningún error espiritual. Los redactores más famosos de la Sagrada Biblia
fueron: Moisés, el rey David, los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; en el Antiguo
Testamento. Y en el Nuevo Testamento, los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y el
apóstol san Pablo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS
¿Qué es una inspiración? Inspiración es un deseo que nace de la persona y que lo impulsa a
realizar algo. Hay inspiraciones humanas, cuando proceden de las facultades humanas (p.e. un
cuadro, una escultura, un libro, una poesía). Y hay inspiraciones divinas, cuando proceden de Dios
por conducto del Espíritu Santo, y lleva al hombre a ejecutar algo que Dios le inspira y como Dios le
inspira. De esta última hablamos aquí.
Dijimos que Dios respetó a los escritores sagrados, influidos por las costumbres y cultura de los
países en los que vivían, dejando huella de su estilo, temperamento, personalidad e incluso de la
clase social a la que pertenecían o el oficio que desempeñaban; así, por ejemplo, san Pablo muestra
su temperamento impetuoso, san Juan, místico y sereno; san Marcos, detallista; Lucas, como buen
médico, nos revela a un Jesús lleno de misericordia, etc.
La mayor parte de los autores del Antiguo Testamento son desconocidos para nosotros; cosa
comprensible ya que la literatura antigua era anónima, pues las composiciones, tanto orales como
escritas, pertenecían a la comunidad y no a los individuos. Muchos escritores además se basaron en
la tradición oral, que ampliaban, por lo que algunas obras se atribuyen a aquel autor que más haya
influido en ella. Así ocurre, por ejemplo, con el Pentateuco que se atribuye a Moisés siendo que él
es sólo autor de su núcleo fundamental.
La Biblia antes de ser escrita fue una enseñanza oral. Su redacción se debe a tradiciones y hechos
históricos que pasaban de generación en generación desde tiempos muy antiguos. Nosotros
estamos acostumbrados a leer y escribir y no comprendemos fácilmente el mundo oriental antiguo,
en donde no se escribía sino que sólo se memorizaba. Esta transmisión oral se facilitaba porque se
hacía en verso, con cierta cadencia musical que ayudaba a recordarla.
Más tarde, estos autores sagrados la escribieron en cueros de res: largas tiras de cuero llamadas
“pergaminos”, que se enrollaban en dos cilindros de madera. Cada rollo era un libro. Se escribían
con plumas de ave, untadas en tinta.
También se escribieron las antiguas Biblias en “papiros” que eran láminas sacadas de una planta
egipcia llamada papiro.
Más tarde vinieron los códices, que son manuscritos muy antiguos que contienen textos de la Biblia.
Hay en el mundo más de 1.140 manuscritos bíblicos. Varios de estos códices son del siglo cuarto.
Los más famosos están en el Vaticano, en Jerusalén y en Londres. En 1859 el sabio alemán
Tishendorf encontró en un antiquísimo monasterio del Monte Sinaí unos pergaminos magníficamente
escritos donde está todo el Nuevo Testamento y gran parte del Antiguo. Son 346 páginas escritas
con pluma, hace 16 siglos, en mayúsculas todo, sin puntos ni comas. Es el famoso “Códice
Sinaítico”.
Tres son los idiomas en que se escribió la Biblia: hebreo, arameo y griego.
Casi todo el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo, que era la lengua propia de Israel. Sin
embargo, más tarde el arameo suplantó al hebreo, siendo un dialecto de éste en el que Jesús
hablaba a su pueblo. Finalmente, en griego se escribieron algunos libros del Antiguo Testamento y
todos los del Nuevo, exceptuando el evangelio de san Mateo, que se escribió en arameo.
Hay diferentes formas de expresión en la Biblia, que llamamos géneros literarios: novelas, alegorías,
fábulas, parábolas, poemas, leyendas, refranes, metáforas, simbolismos, hipérboles,
antropomorfismos, etc. Cada vez que leamos la Biblia tenemos que tener en cuenta estos géneros
literarios para saber distinguir entre fondo (ideas) y forma (el modo de decir esas ideas), entre la
realidad y la ficción, entre el núcleo histórico y el ropaje literario que lo expresa.
La lengua semita (hebreo y arameo) usa mucho las imágenes. Por eso encontramos en la Biblia
imágenes como, p.e. el fruto del árbol del paraíso, la creación de Eva de la costilla de Adán, la
fuerza en el cabello de Sansón, la ballena que se tragó a Jonás, etc. Lo importante es fijarnos, sobre
todo, en el fondo, es decir, en el mensaje que encierra ese ropaje literario o ese hecho narrado o
esa poesía hermosa.
Historia:
- de tipo poético-popular (Génesis)
- de tipo informativo (Reyes)
- de tipo anuncio (Evangelios y Hechos)
Ley: textos que recogían normas y costumbres por las que se regía el pueblo (Levítico).
Sabiduría: se refiere a las narraciones de experiencias de vida; son reflexiones sobre diversas
realidades de la vida, sobre los grandes interrogantes de los hombres, formulados por sabios y
pensadores (Proverbios, Job, Eclesiastés).
Cartas: escritos enviados por un remitente a un destinatario. Cartas proféticas, reales, temáticas,
acción apostólica (las de san Pablo).
VI. CONCLUSIÓN
Se puede decir que la Biblia es una obra colectiva, es decir, obra de todo un pueblo que, a través
del tiempo, ha plasmado en ella su tradición. De ahí se explica por qué la mayoría de los autores del
Antiguo Testamento son anónimos, es decir, desconocidos, para que se pusiera de manifiesto este
carácter colectivo. Estos autores se basaron en la tradición oral.
La manera de escribir de los orientales es muy diferente de la nuestra, por lo que debemos
distinguir el fondo de la forma, para quedarnos con el mensaje.
Es importante conocer en qué genero literario está escrito un pasaje de la Biblia, para entender
qué es lo que allí el autor sagrado quiere decir y significar.
VII. ORACIÓN
“Señor Jesús, sabemos que tú has inspirado a los autores de la Biblia; concédenos entender lo que
a través de ellos nos has querido decir y permítenos llevar la Buena Nueva a todos nuestros
hermanos. Ilumínanos para poder captar todo el mensaje a través de cada uno de los libros de la
Biblia. Amén”.
_____________________
1. “En la composición de los libros sagrados Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de
todas sus facultades y talentos; de este modo obrando Dios en ellos y por ellos como
verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería” (Dei Verbum, 11).
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
I. INTRODUCCIÓN
La Biblia no es un libro como cualquier otro. No se puede leer así, de corrido, como una novela, o
un periódico. La Biblia, siendo Palabra misma de Dios, deberá ser leída y meditada como un
encuentro vivo con Dios. Nos dice el documento del Concilio Vaticano II: “Los cristianos deben
recibir los libros sagrados con devoción, porque expresan un vivo sentido de Dios, contienen
enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierran tesoros de
oración y esconden el misterio de nuestra salvación” (Dei Verbum, n. 15).
Por lo mismo debemos leer la Biblia con el mismo espíritu con que fue escrito. Ya pasaron aquellos
tiempos del jansenismo bíblico, en los que la Biblia era considerada por algunos sectores católicos
de opinión como un libro poco menos que prohibido, sospechoso, peligroso.
Gracias al uso del misal, a la participación activa de los fieles en la liturgia, a la propaganda de los
sacerdotes y a los comentarios que sobre pasajes bíblicos se hacen en las reuniones y círculos
bíblicos, innumerables fieles van tomando contacto directo con los textos sagrados. Siguiendo los
deseos de la Iglesia, el movimiento bíblico se va extendiendo cada vez más entre el mundo
cristiano. Numerosos cristianos tienen su Biblia, su Nuevo Testamento o sus Evangelios.
Pero no se puede uno adentrar en la Biblia sin un guía, pues se pierde. La Biblia no puede leerse ni
entenderse provechosamente si no es explicada. Es esto lo que haremos a lo largo de estas
explicaciones.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Ver cuáles son las disposiciones o actitudes para la lectura y
comprensión de la Biblia.
IV. TESIS: A la Biblia hay que acercarse con los pies descalzos, con el corazón abierto y con la
voluntad disponible para escuchar a Dios y encontrarnos con Él. Su Palabra es luz para nuestros
pasos, Alimento para nuestra alma y Camino de salvación.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
a) Actitud literaria
La Biblia es un monumento literario de gran belleza; sobre todo, algunos libros son de un encanto
particular, p.e. Génesis, Éxodo, Rut, Job, Salmos, Cantar de los Cantares, Evangelios. Por tanto,
podemos leer la Biblia como obra literaria. Baste recordar cómo los temas bíblicos se han
inmortalizado en literatura, escultura, pintura, mosaicos, vidriería, orfebrería, arquitectura, música,
teatro. Pero no basta esta lectura literaria de la Biblia, pues así no sacaremos todo el fruto espiritual
que Dios quiere para nosotros “aquí y ahora”. Esta actitud literaria nos llevaría sólo a ser diletantes y
literatos de la Biblia.
b) Actitud crítica
Dado que la Biblia es colección de libros antiguos, muchos especialistas la leen con espíritu crítico,
en el sentido científico de la palabra, es decir, ven la Biblia desde el punto de vista de las ciencias:
Filología, etnografía, historiografía, arqueología, etc. Es buena esta actitud, pero tampoco basta,
pues saldríamos eruditos de la Biblia, pero no tocaría todavía el centro de nuestra persona.
c) Actitud histórica
En la Biblia se narran episodios del Pueblo de Dios y de sus personajes, sus relaciones con otros
pueblos y culturas del Oriente Medio. Esto hace que podamos acercarnos a la Biblia con ojo de
historiador. No obstante, tampoco esta actitud sola es la correcta. Seríamos unos historiógrafos,
nada más.
d) Actitud religiosa
Capta en la Biblia el mensaje de Dios para llevarlo a la vida. Esta debería ser la actitud más
importante a la hora de acercarnos a la Biblia. No debemos olvidar que es un libro religioso. “Todo lo
que en ellas se contiene ha sido escrito para nuestra enseñanza” (Rm 15,4). Y esta actitud requiere
de profunda fe, de humildad sincera y de apertura total. Es Dios mismo quien nos habla, porque
quiere entrar en comunión con nosotros y hacernos partícipes de su amor.
Como si estuvieras oyendo a Dios mismo, o leyendo una carta que Él te ha mandado. El Concilio
Vaticano II dice estas bellas palabras:
“En la Biblia el Padre sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es
tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye el sustento y vigor de la Iglesia,
firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual. Por eso
se aplican a la Biblia de modo especial aquellas palabras: la Palabra de Dios es viva y enérgica (Hb
4, 12); puede edificar y dar la herencia a todos los consagrados” (Hech 20, 32) (Concilio Vaticano II,
Dei Verbum 21).
Ten la seguridad de que la Palabra de Dios bien recibida, te irá limpiando por dentro y te podrá
salvar. Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes están limpios por la Palabra que han oído” (Jn 15,3). Y
el apóstol Santiago: “Reciban la Palabra de Dios plantada en ustedes. Ella es poderosa para salvar
sus almas” (1, 21).
b) Con respeto y veneración
Los personajes del Antiguo Testamento oían la divina Palabra descalzos y rostro en tierra (cf. Éxodo
3, 5-6). Si el valor de un cuadro o de un libro se aprecia por la firma de su autor, ¿qué estimación
no ha de tener el cristiano de la Biblia, sabiendo que su autor es el mismo Dios?
Los primeros cristianos tenían una gran veneración a la Biblia. Por eso, copiaban capítulos enteros
de su puño y letra, y los llevaban consigo, y, al morir, los familiares los depositaban sobre su pecho.
En el Concilio Vaticano II se entronizaba la Biblia solemnemente todos los días, antes de dar
comienzo a las sesiones.
Hay que acercarse a la Palabra de Dios con humildad y sumisión a la Iglesia, pues fue ella la que
recibió este sagrado depósito. “Yo te glorifico, Padre, porque has ocultado estas cosas a sabios y
grandes y se las has revelado a los sencillos” (Mt 11, 25). Y es la Iglesia la que nos interpreta la
Biblia, con la iluminación del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia.
La Biblia hay que leerla de rodillas. ¡Cuántos libros de la Biblia se prestan para orar y meditar, por
ejemplo, el libro de los Salmos 2 ! El Concilio Vaticano II nos dice: “Recuerden que a la lectura de la
Biblia deben acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues a
Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus Palabras” (Dei Verbum, 25).
Y en otro lugar dice: “La necesidad de que los cristianos tengan pleno acceso a las Sagradas
Escrituras” (Dei Verbum 22). E insiste en la necesidad de que los cristianos encuentren en la Biblia
la fuente principal de su oración y de su vida religiosa (cf. Dei Verbum n. 25).
3. Antes de comenzar la lectura de la Biblia: Recógete con los ojos cerrados, por algunos
momentos
Dios va a hablarte personalmente. Dile sencillamente: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”. O
también: “Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer se contiene tu santa Palabra.
Haz que la escuche con todo respeto y amor. Ilumina mi mente para que por medio de ella yo
conozca tu santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres
de mí”.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a entender y aceptar la Palabra del Señor: “Espíritu Santo,
ilumina con tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la Palabra de Dios pueda entrar y
quedarse siempre en mí”.
4. Durante la Lectura de la Sagrada Escritura:
No debes leerla de corrido, sino despacio, procurando entender lo que Dios quiere decirte,
meditando lo que lees; si no entiendes a la primera lectura, vuelve a leer el párrafo.
a) San Jerónimo: escribiendo a una madre llamada Lea para que aconseje a su nieta le dice:
“Cerciórate de que cada día estudie algún pasaje de la Escritura...Deberás primero aprender el libro
de los Salmos, que son fáciles para orar y reflexionar con Dios. Luego puede buscar una regla de
vida en los Proverbios. El Eclesiastés le enseñará a despreciar los bienes de este mundo. Job
le dará un modelo de fuerza y paciencia. Pasará enseguida a los Evangelios, que deberá tener
siempre entre sus manos. Luego leerá los Hechos y las Epístolas de Pablo y de los otros
apóstoles. Después aprenderá los Profetas, el Pentateuco, y los libros históricos,
acabando con el Apocalipsis y el Cantar de los Cantares”.
b) Otros autores proponen este orden: Evangelios, por ser el centro y el corazón de la Biblia;
los Hechos, que nos narran los primeros años de la Iglesia; algunas cartas de san Pablo, las
más cortas y fáciles (primera y segunda corintios, efesios, filipenses, colosenses...); los libros
históricos; los libros poéticos, especialmente los salmos, para intensificar nuestro espíritu de
oración y gratitud; las otras cartas de san Pablo, como Romanos y Hebreos; los libros
proféticos; y, por último, el apocalipsis.
VI. CONCLUSIÓN
La Iglesia nos va educando para que entendamos mejor la Biblia. Y lo hace a través de la liturgia o
acciones sagradas donde se celebran los misterios de nuestra fe. Por eso, la liturgia nos llevará a la
Biblia. Prácticamente todos los símbolos que emplea la Iglesia los toma de la Biblia: el fuego, el
agua, el pan. Conozcamos la Biblia para vivir mejor la Liturgia.
VII. ORACIÓN
Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a escuchar tu palabra con corazón sencillo y con la
voluntad decidida para obedecerte. En Ti está la luz y la salvación. Amén.
___________________________
¿Qué actitud o disposición de las que describimos para leer la Biblia, consideras
la más importante para ti, no para los demás, piensa en la tuya?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
La palabra “canon” viene de la lengua griega y corresponde a la expresión “una caña recta que sirve
para sostener derecha alguna cosa”. Para nosotros, es como una regla de fe para determinar si una
cosa es verdadera o falsa; es el criterio de la verdad de una afirmación, es la medida, la norma o
regla de algo.
El canon de los judíos: ellos sólo aceptan 39 libros del Antiguo Testamento. No aceptan ningún
libro del Nuevo Testamento.
El canon de los protestantes: ellos aceptan 39 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo. Total:
66 libros.
El canon de los católicos: aceptamos los 46 libros del Antiguo Testamento y los 27 libros del
Nuevo Testamento. En total: 73.
El canon de los ortodoxos (o sea los 200 millones de cristianos del Oriente Medio): aceptan, como
los católicos, todos los 73 libros de la Biblia.
Cabe preguntarnos: ¿por qué las iglesias cristianas evangélicas no aceptan todos los libros que
están en la Biblia católica?
La fijación del canon bíblico constituyó una necesidad para la Iglesia. Era necesario hacerlo por la
universalidad de la única Iglesia. Para mantener una misma regla de fe en todas las iglesias
esparcidas por la tierra era indispensable disponer de un mismo canon. Frente a los herejes que
recurrían con frecuencia a libros “secretos” (apócrifos) era de todo punto necesario delimitar
claramente los libros normativos de la fe, distinguiéndolos de cualquier otro, fuera apócrifo o no.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS
1. La Iglesia y el Canon
Es interesante saber que los 73 libros de la Biblia que tenemos entre manos son fruto de un
discernimiento, inspirado por Dios, que hizo la Iglesia, declarando cuáles libros son canónicos y
cuáles apócrifos (secretos, no inspirados).
La pregunta que salta a la vista es saber quién tiene la autoridad o la capacidad para decidir si un
libro pertenece o no a la Biblia. La Iglesia lo único que hace es atestiguar que ese libro existente ha
sido inspirado por Dios; no es la Iglesia quien inventa los libros.
¿Por qué corresponde a la Iglesia discernir que ese libro es inspirado por Dios? Por dos motivos:
a) Porque la Biblia, Palabra de Dios escrita, es fruto de la predicación de la Iglesia misma: fue la
primera comunidad cristiana quien empezó a poner por escrito su predicación sobre la vida y
doctrina de Jesús. Entonces sólo a ella pertenece la justa interpretación de lo que escribió; como
pertenece sólo al autor de un libro interpretar rectamente lo que escribió en su libro.
b) Porque Jesús entregó a Pedro “las llaves” de su Reino, es decir de su Iglesia, y sólo él, unido a
los apóstoles, por mandato de Jesús, tiene el poder del Espíritu Santo de discernir la verdad.
También los obispos (siempre en comunión con el Papa) son sujetos de magisterio auténtico y son
asistidos por el Espíritu de Cristo para explicar y aplicar la Escritura (LG 25). Todo cristiano tiene, sin
duda, este Espíritu de Dios al recibir el bautismo; pero el cristiano, como individuo y particular, no
tiene la función el interpretar la Biblia. Nos dice el concilio Vaticano II: “El oficio de interpretar
auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio de
la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo. Pero el Magisterio no está por encima de la
palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino
y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica
fielmente; y de este depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser
creído” (Dei Verbum, 10).
De aquí concluimos lo siguiente: la Biblia tiene que considerarse una expresión de la fe de la Iglesia
apostólica. San Agustín afirmaba: “No creería en el Evangelio, si no fuera por la autoridad de la
Iglesia católica que me lo ordena...”. Y los primeros obispos de la Iglesia llamaban a la Biblia: “El
libro de la Iglesia”.
Otra conclusión: todo libro inspirado es canónico y no al revés, es decir, la canonicidad es efecto de
la inspiración. La Iglesia no causa la inspiración, sino que la reconoce al hacerlo canónico. Es
necesario fijar el Canon para que la fe en toda la Iglesia universal sea “una” y tenga un único
criterio. De lo contrario, en vez de Pentecostés, tendríamos una torre de Babel (como pasa entre
algunos protestantes).
Una cita del concilio Vaticano II aclara el papel de la Iglesia: “La Iglesia, guiada por el Espíritu Santo
y por el magisterio de sus Pastores, es la depositaria y guardiana del tesoro de la revelación y la
única intérprete de la Biblia. El Papa y los demás obispos son maestros auténticos del Evangelio”
(LG 25); es decir, lo explican, lo interpretan y lo aplican a la vida de los hombres con la autoridad de
Cristo Cabeza.
Desde los primeros tiempos del cristianismo la Iglesia católica consideraba algunos escritos como
“canónicos” (o inspirados) y otros los rechazó. A éstos últimos los llamó apócrifos.
La palabra canónico se utilizó por primera vez en el concilio de Laodicea de Frigia (360). En el
canon 59 se establece que “en la asamblea no se deben recitar salmos privados o libros no
canónicos, sino solamente los libros canónicos del Nuevo y del Antiguo Testamento”. Libros
canónicos, por consiguiente, vendría a equivaler al conjunto de libros que norman la fe de la Iglesia.
Responderemos a esta pregunta: ¿Qué criterios tuvo la Iglesia para saber que un libro es inspirado?
b) Uso en el culto: Parece ser que en la liturgia sinagogal se leían cíclicamente, cada tres años,
los libros de la Torah y de los Profetas. Con el tiempo la lectura se extendió también a los Escritos.
El uso cúltico de un libro significa un reconocimiento al menos implícito de su carácter sagrado. Por
otra parte la iglesia primitiva utilizó la Biblia judía en el propio culto dominical. Aun colocándonos en
un terreno hipotético, es de suponer que los judíos en diáspora usarían para su culto todos los libros
incluidos como sagrados en la Biblia de los LXX.
c) Uso en los escritos del Nuevo Testamento. Es verdad que no todos los libros del
Antiguo Testamento se encuentran citados en el Nuevo, aunque del hecho de no estar
expresamente citados no se deduce que no hayan sido usados y tenidos en cuenta en la redacción
neotestamentaria
a) El origen apostólico es decir, que un libro tenga como autor seguro a un apóstol o alguno de
sus discípulos. Los apóstoles, considerados depositarios de la revelación histórica de Jesús, eran el
canon vivo, intérpretes autorizados del mensaje y del acontecimiento salvífico de Jesús. Durante la
segunda mitad del primer siglo, las iglesias destinatarias de algún escrito apostólico lo conservaron
celosamente y lo fueron difundiendo e intercambiando con escritos apostólicos de otras iglesias.
Poco a poco el canon vivo se convirtió en canon escrito.
b) El uso litúrgico que hizo la Iglesia primitiva de ciertos libros; es decir, los libros que
fueron usados por los apóstoles y las primeras comunidades cristianas, seguramente son Canónicos.
d) La ortodoxia: Ningún libro podía ser auténtico se contenía una interpretación del misterio de
Jesús contraria a la ortodoxa, que se había formados con la tradición viva de los apóstoles.
e) Listas antiguas del canon: La formación de una lista implica la aceptación de los libros
enlistados como libros de carácter peculiar. En la carta escrita por Atanasio para la pascua del 367
ya se enumeran sin vacilación todos los libros del Nuevo Testamento. Este catálogo, dieciocho años
más tarde, el año 385, será aceptado por san Jerónimo y divulgado por él en occidente a través de
su traducción oficial latina, llamada Vulgata.
Una vez presentados los criterios, está claro que ninguno aisladamente ha bastado a la Iglesia para
determinar la canonicidad o no de un escrito. Ha sido la conjunción de algunos de ellos o de todos
la que ha dado a la Iglesia la certeza, bajo la asistencia y guía del Espíritu Santo, de estar ante un
libro sagrado y por lo tanto de deber reconocerlo como tal.
a) Protocanónicos: son aquellos libros que fueron y son considerados inspirados, sea por la
religión judía, sea por la católica, como también por las Iglesias protestantes. Es decir, que su
inspiración no ha sido puesta en duda por ninguna Iglesia.
b) Deuterocanónicos: son aquellos libros de la Biblia de cuya inspiración se dudó algún tiempo
o por alguna Iglesia en particular.
Tobías
Judit
Sabiduría
Eclesiastés
Baruc
1 y 2 Macabeos
algunos fragmentos de Daniel y Esther.
Carta de Santiago
2 de Pedro,
2 y 3 de Juan;
Apocalipsis;
más algunos versículos de los evangelios: Mc 16, 9-20; Lc 22, 43; Jn 8, 1-11. 3
Todos, católicos y protestantes, aceptan como inspirados los 27 libros del Nuevo Testamento. Pero,
¿cómo se formó este Canon?
b) Los primeros escritos sobre la doctrina de Jesús son algunas cartas de san Pablo. Estamos en
los años 40.
c) Luego se hizo necesario poner por escrito la predicación de los apóstoles, para conservar el
tesoro de la buena nueva de Jesús. Nacieron así, poco a poco, todos los escritos del Nuevo
Testamento. Se escribieron también otros escritos piadosos sobre Jesús, poniendo falsas firmas. La
Iglesia entonces definió el Canon: como hemos dicho el primer canon del Nuevo Testamento fue
aprobado en el Concilio de Hipona (393) y fue definido en el Concilio de Trento (1546).
Se llaman apócrifos ciertos libros religiosos, que la Iglesia no ha aceptado como inspirados, a pesar
de que su contenido sea a veces semejante al de la Biblia. La palabra apócrifo es griega y quiere
decir “oculto, escondido”.
Fueron escritos entre finales del siglo II y el IV, aunque algunos de tales escritos tuvieron muchísima
difusión durante la Edad Media.
Libros de Enoc 4 , libro de los Jubileos o “Pequeño génesis” 5 , 3 y 4 de los Macabeos 6 , oración de
Manasés o salmo penitencial, 3 y 4 libro de Esdras 7 , Salmos de Salomón.
Del Nuevo Testamento tenemos: Evangelio de Tomás, Evangelio de los Hebreos, Evangelio
de Pedro, Protoevangelio de Santiago 8 , La Asunción de María, Carta de Nuestro Señor a Abgar,
cartas apostólicas, 3 carta de san Pablo a los Corintios.
Es bastante fácil distinguir una edición católica de la Biblia. Hay dos señales:
VI. CONCLUSIÓN
Compete a la Iglesia, como asistida que está por el mismo Espíritu Santo, el cual inspiró a los
autores sagrados, el distinguir aquellos libros en que está consignada canónicamente la revelación
traída por los profetas y los apóstoles.
VII. ORACIÓN
Señor, dame fe para aceptar tu Palabra y jamás poner en duda ningún libro de tu Sagrada Palabra.
Cada libro lo quisiste tú para nuestra salvación. Aceptar tu palabra es aceptar la salvación que nos
ofreces. Amén.
_________________________
3. ¿Por qué? En el tiempo de la Iglesia primitiva existían entre los hebreos dos cánones, o listas
de libros inspirados: un canon palestinense, que constaba sólo de los libros protocanónicos: 39
libros. Y un canon alejandrino, que contenía todos los 46 libros. Los protestantes en el siglo XVI
quisieron volver al canon palestinense. La Iglesia cristiana primitiva, por el contrario, haciendo
uso del poder que le dejó Jesús, como depositaria de la verdad, adoptó el Canon alejandrino,
desde los primeros siglos. Entre los motivos de esta elección están los siguientes:
· Jesús, de las 37 veces que cita la Escritura, 33 veces lo hace usando la versión del Canon
alejandrino. Además, en el N.T. hay 350 citas del A.T. De éstas, 300 corresponden al Canon
alejandrino.
· Los apóstoles nombraban a menudo los libros deuterocanónicos, como Sabiduría, Judit, etc.
· La traducción de los setenta fue en base al Canon alejandrino. La traducción de los setenta
fue la realizada por 70 sabios de Israel, entre el año 300 y 100 a.C., destinada a los judíos de
la Diáspora, es decir, a los que vivían fuera de su patria.
· Los primeros Padres de la Iglesia usaron el Canon alejandrino. regresar
4. Enoc es padre de Matusalén. Y de la frase “Enoc caminó con Dios y luego desapareció” (Gn 5,
24) se pasó a varios cuentos y mitos sobre él regresar
5. Donde se cuenta más ampliamente la historia del Génesis, dándole colorido y enseñanza.
regresar
6. Contiene leyendas de los tiempos anteriores a los Macabeos y argumentos filosóficos sobre la
razón. regresar
8. Es quizás uno de los escritos más conocidos y fascinantes sobre la infancia de Jesús y de los
apóstoles. Ejerció gran influencia en la piedad popular. regresar
1. ¿Por qué solo la Iglesia puede establecer el canon de los libros de la Biblia?
INTRODUCCIÓN
Problemas que tenemos que solucionar en esta lección: ¿Son puramente humanos los libros de la
Biblia? ¿Interviene Dios en ellos? ¿Cómo? ¿Cómo puede ser Dios el autor de la Biblia, si no lo
vemos ni le oímos, ni le tocamos? ¿Por qué Dios tiene que escogerse a hombres para dar su
mensaje? ¿El escritor sagrado es como cualquier escritor que se siente inspirado? ¿Cuánto hay de
cosecha de ellos y cuanto de grano de Dios? ¿Y si se equivocaron? ¿La Biblia contiene errores
científicos y geográficos?
Hay dos textos en la Sagrada Escritura que nos servirán de hilo conductor:
“La profecía no ha sido jamás proferida por humana voluntad, sino que llevados por el Espíritu
Santo, hablaron los hombres de parte de Dios” (2 Pe 1, 21).
Y un texto del Concilio Vaticano II servirá también de referencia: “La Iglesia reconoce que todos los
libros de la Biblia, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por
inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia”
(Dei Verbum 11).
Dios sale al encuentro de los hombres con infinito amor, pero lo hace de modo progresivo,
revelándose primero a Moisés, después a los Profetas y después por su Hijo y por los Apóstoles. Al
querer Dios que su divina Palabra quedase por escrito, tenía que intervenir eficazmente. Y lo hizo
escogiendo a unos hombres, a quienes iluminó su inteligencia y movió su voluntad.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Explicar que la Biblia es auténtica Palabra de Dios y auténtica
palabra humana. Distinguir la diferencia entre inspiración y revelación.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Acercarnos a la Biblia con gran fe, veneración y con el deseo de
encarnar el mensaje de Dios en nuestra propia vida.
IV. TESIS: Al influjo sobrenatural de Dios sobre la inteligencia y voluntad de cada uno de los
escritores sagrados se llama INSPIRACIÓN. Dios no sólo hizo y habló, sino que quiso que sus
palabras llegaran frescas y vivas a sus hijos de todos los tiempos y para ello inspiró a unos hombres
para que escribieran su mensaje de salvación. Todo este mensaje de Dios se contiene en la Biblia.
Por tanto, la Biblia tiene como autor principal a Dios Espíritu Santo, pero se sirvió de unos autores a
quienes inspiró 9 , iluminándoles el entendimiento para que comprendieran lo que Dios quería
decirles, moviéndoles la voluntad para que escribieran todo y sólo lo que Dios quería decirles y
cuidándoles para que no se equivocaran, en lo concerniente al conocimiento de Dios y a nuestra
salvación eterna. En los libros canónicos se halla toda la verdad que el hombre necesita para
salvarse, y por ello están exentos de todo error relativo a la salvación y al designio salvífico de Dios.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS
1. ¿Qué es inspiración?
Inspiración bíblica quiere decir que todos los libros de la Biblia fueron escritos bajo el directo influjo y
asistencia del Espíritu Santo. Por eso la Biblia tiene como autor al mismo Dios.
Dios se sirvió, para escribirla, de algunos hombres santos, que se han llamado “escritores sagrados”.
Para entender la acción de Dios sobre el escritor sagrado se suele comparar a la de un gerente que
manda a su secretaria a escribir dándole las ideas.
Pongamos otro ejemplo: Manuel es un joven que quiere mucho a su novia, Juanita. Un día quiere
mandarle una carta, pero él no sabe escribir. Entonces va donde su amigo José y le dice: “Ayúdame
a escribir una carta a mi novia, Juanita. Dile que la quiero mucho, que pienso en ella cada día, que
estoy triste por su enfermedad y que la semana que viene iré a visitarla”. José toma un lápiz y va
escribiendo todo lo que le ha dicho Manuel, respetando las ideas de Manuel, pero con palabras y
estilo propio de José. Cuando termina de escribir, José lee la carta y Manuel está conforme y la
firma. Cuando Juanita recibe la carta y la lee, se emociona muchísimo y la guarda diciendo: “Es la
carta de Manuel”. A nadie se le ocurrirá decir que esa carta es de José, aunque haya sido el mismo
José quien la escribió materialmente.
Algo así hizo Dios cuando quiso contarnos sus secretos. Nos fue escribiendo “sus cartas”, donde
expresa su Amor por los hombres; y lo hizo sirviéndose de unos escribanos, a lo largo del tiempo,
los cuales escribieron según su manera de ser, según los conocimientos de su tiempo, según sus
capacidades, y su manera de escribir. Pero las ideas y el mensaje es de Dios, no de los escribanos.
Por eso, cuando nosotros leemos la Biblia o la escuchamos proclamar, nos emocionamos, porque la
Biblia es la Palabra de Dios. Es como una carta de amor, que Dios nos escribe a cada uno.
Podemos decir, entonces, que la Biblia tiene dos autores: el autor principal es el Espíritu Santo, y los
autores secundarios son los hombres de quienes Dios se sirvió para escribir cada uno de los 73
libros de la Biblia. Por eso decimos que los libros de la Biblia son “inspirados”.
Los ilumina el entendimiento, para que comprendan lo que Dios quería decirles.
Les mueve la voluntad, para que escriban todo y sólo lo que Dios quiere.
a) Dios habla en la Biblia por medio de los hombres, con un lenguaje humano. Así lo dice la
Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de hombre y en lenguaje humano” ((DV, 12). Sólo
la palabra humana puede dar cuerpo y forma a la palabra divina. La mediación es un requisito
absolutamente necesario para que la palabra de Dios llegue a oídos humanos e influya eficazmente
en su vida, con eficacia salvífica. ¿Qué es lo que hace posible esta mediación de la revelación
divina? La presencia activa, dinámica del Espíritu de Dios en los mediadores. Esta misma fuerza
divina actúa sobre los oyentes o lectores, de modo que la palabra humana, al entrar en los oídos y
en el corazón de los hombres, sufra, bajo la acción del Espíritu, el desnudamiento del lenguaje
humano y llegue a la intimidad del alma como Palabra de Dios. Ahora se entiende por qué el
mensaje de Dios ha sido escrito con la mentalidad y cultura de cada tiempo y de cada lugar. Este
lenguaje, de un país y de un tiempo tan antiguo, es lejano a nosotros en un primer momento, y exige
una preparación adecuada para poderlo entender aquí y ahora, para nosotros. Por eso, la Iglesia
invita a los cristianos a desconfiar de una interpretación individual 10 y a atenerse a la interpretación
de la misma Iglesia, a quien ha sido confiada la verdad de la Palabra de Dios 11 .
b) La mayor parte de los autores que escribieron el Antiguo Testamento son desconocidos.
Cosa muy comprensible dado que, antiguamente, especialmente entre los pueblos orientales, no
tenían el sentido de propiedad que tenemos hoy. Nosotros componemos una poesía o un libro y lo
primero que aparece es el autor. En cambio, los antepasados, no. Los escritos, más que al
individuo, pertenecían a la comunidad y no ponían por lo general su firma.
2. Consecuencias de la Inspiración
b) Otro efecto es la Unidad de toda la Biblia: aunque haya sido escrita en un largo tiempo, y por
diversos autores sagrados, es producto de la sabiduría de Dios, un solo autor, que quiere revelar al
hombre un mensaje central: “El misterio de Dios, preparado en el pueblo de Israel y
manifestado en Cristo Jesús”.
d) Inerrancia de la Biblia, es decir, la ausencia de todo error. Esto conlleva dos verdades: que
siendo toda la Biblia inspirada por Dios, toda su doctrina es Palabra de Dios y en ella no puede
haber error o falsedad en lo concerniente a la salvación; que entre la Biblia y las ciencias naturales
no puede haber oposición, porque tienen al mismo Dios como autor y creador 12.
No olvidemos que la Biblia no es un libro donde se pueda buscar y encontrar datos de la historia o
geografía 13 , o datos científicos del origen del Universo. Al autor sagrado no le interesa la verdad
histórica o geográfica, sino una enseñanza religiosa sobre el sentido de la vida humana, en relación
con Dios, a fin de que el hombre llegue a la salvación.
a) El objeto formal de la verdad bíblica es la salvación del hombre, y no tanto el hecho histórico.
b) Para acceder a la verdad bíblica es indispensable el conocimiento y el buen uso de los géneros
literarios.
3. ¿Qué es la Revelación?
Es la manifestación por la que Dios hace conocer a los hombres verdades que por sí mismos serían
incapaces de conocer. Literalmente revelación quiere decir quitar el velo que oculta algo. Entre estas
verdades está la verdad profunda de la Creación, la verdad de la Santísima Trinidad, las relaciones
entre Dios y el hombre a través de la gracia que nos capacita para hablar con Dios y entrar en
diálogo amoroso con Él, Dios como Padre lleno de misericordia, el destino del hombre a unirse a
Dios en el cielo, las postrimerías o novísimos 14.
Dios se ha revelado, ha hablado para que lo conozcamos. Y el único motivo ha sido el amor a
nosotros, el querer compartir con nosotros su vida divina y trinitaria.
Cuando esa manifestación de Dios se pone por escrito, tenemos la inspiración. En resumen,
inspiración es la acción divina sobre la mente y la voluntad de unos hombres para que fijen en libros
esa Revelación de Dios, transmitida de boca en boca. El concilio Vaticano II lo dice bellamente así:
“La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la
inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, fiel a la fe de los apóstoles, reconoce que
todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y
canónicos, en cuanto que escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y
como tales han sido confiados a la Iglesia” (Dei Verbum, 11).
La Revelación tiene su plenitud en Jesucristo, el Hijo de Dios, hecho hombre que nos ha
comunicado toda la verdad. Ya no habrá más revelaciones. Con Cristo se cerró la revelación. Él es
la última palabra del Padre.
VI. CONCLUSIÓN
Por todo lo dicho concluimos: la Iglesia siempre ha afirmado que la Biblia no es un libro meramente
humano, sino que hay en ella un valor superior, por estar inspirada por Dios, y así lo ha declarado
en cuatro grandes concilios: Florentino, Tridentino y Vaticano I y II. Por tanto, es una verdad de fe
revelada, que hay que creer.
¿A través de quienes se revela? A través de los autores sagrados, a quienes les inspiró que
escribiesen su mensaje de salvación. Ahora bien, la palabra divina pasa por la palabra humana, pero
no se identifica con ella, como la gracia pasa por los sacramentos. En ella pone Dios su morada y
desde ella dialoga y entabla el encuentro de salvación con los hombres. En su mensaje, revelado en
la Biblia, no hay ningún error concerniente a nuestra salvación, aunque haya imprecisiones de
carácter histórico o científico, pues los autores sagrados no eran historiadores, ni querían hacer
historia en el sentido del positivismo moderno. La inspiración ha sido concedida al autor humano en
vista de un determinado mensaje que ha de comunicar en orden a la salvación del hombre.
Nuestra respuesta a la revelación de Dios es la fe. Para que el hombre se haga partícipe de los
bienes divinos, que superan totalmente la inteligencia humana, debe escuchar para creer, para que
creyendo espere, esperando ame y amando viva, y llegue a la salvación eterna, y así gozar de la
presencia de Dios.
ORACIÓN: Señor, creemos, aumenta nuestra fe. Que nos acerquemos a tu Palabra con fe y
reverencia, para encontrarnos contigo y poder entablar un diálogo de amor y de amistad. Que tu
Palabra sea luz en nuestro camino, fuerza para nuestra voluntad y aliento para nuestro corazón.
Amén.
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9. Durante mucho tiempo a estos escritores sagrados se les llamó “Boca de Yavé”, porque eran
hombres posesionados del Espíritu Divino.
10. “En relación con esto, sabed que ninguna profecía de la Escritura puede ser interpretada por
cuenta propia...” (2 Pe 1, 20).
11. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder del abismo no la hará
perecer. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el
cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mt 16, 18-19).
12. Hay en la Biblia aparentes contradicciones entre algunos datos bíblicos y lo que dice la ciencia.
Por ejemplo, en la creación del mundo, en la creación del hombre, en datos de geografía y de
historia antigua. Son “aparentes” errores, porque la Escritura no intenta darnos enseñanza
científica, sino que quiere darnos un mensaje religioso. Por eso es que, cuando los escritores
sagrados hablan de asuntos de ciencias, se acomodan al común sentir de la gente de su
tiempo.
Veamos algunos de esos errores “aparentes”: la Biblia habla de la creación del mundo en siete
días, mientras que la ciencia nos dice que el Universo se formó en muchos miles de años; la
Biblia nos dice que el hombre fue creado por Dios, la ciencia nos dice que probablemente
provenimos del mono; en el libro de Jonás se cuenta que el profeta pasó tres días y tres
noches en el vientre de una ballena, y esto es humanamente inverosímil. O el episodio del
diluvio universal (Gn 6), la torre de Babel (Gn 11).
13. La observación astronómica fue descubriendo poco a poco unas leyes que no estaban en
conformidad con los enunciados de la Biblia. Tarde o temprano había de crearse el conflicto
entre la posición de los teólogos y la orientación de la ciencia. El caso Galileo constituye la
punta de iceberg de este conflicto con su teoría sobre la traslación de la tierra en torno al sol.
La mentalidad escolástica, formada a base de la lectura lógica de los textos bíblicos, no estaba
capacitada para una conversión mental, como la exigida por el problema suscitado por Galileo.
No ha de olvidarse, con todo, que Galileo no fue condenado por exponer su teoría (se le
permitió seguir manteniéndola en privada, y como teoría y no como afirmación), sino por no
obedecer el mandato de la Inquisición Romana de no exponerla ni defenderla públicamente de
palabra o por escrito.
14. Se llaman postrimerías a esas verdades eternas que se meditan en los Ejercicios Espirituales:
muerte, juicio, cielo, infierno y purgatorio.
15. Para aclarar la diferencia entre Revelación e Inspiración, podría servirnos este ejemplo:
1. Revelación: Isaías 7, 14: Dios revela al Profeta que “una Virgen concebirá y dará a luz a un
hijo a quien pondrá por nombre Emanuel”. Es evidente que Isaías no podía con su mente
humana descubrir un hecho que sucedería siglos después y que nadie más que Dios podía
conocer y realizar. Isaías lo conoció porque Dios se lo reveló.
2. Inspiración: San Lucas en el prólogo de su evangelio nos dice que va a escribir sobre hechos
que han sucedido. Estos escritos, como todos los de la Biblia, están inspirados por Dios,
aunque otras personas le hayan servido de fuentes de información
I. INTRODUCCIÓN
La Palabra de Dios fijada y condensada en un texto definitivo hace muchos siglos, por ser palabra
de salvación está destinada a todos los hombres de cualquier época y nación.
Problemas que tenemos que resolver en este capítulo: ¿Cómo acortar la distancia entre los siglos
remotos de la composición textual de la Escritura y nosotros? ¿Cómo hacer para que la Palabra
divina siga siendo viva, actual y salvífica? ¿Cada uno interpreta la Biblia a su manera o hay unos
principios de interpretación? ¿Qué es lo más importante en la Biblia: lo que a mí me dice o lo que en
sí dice? ¿A qué se debe el que haya tantas clases de Biblia, tantas traducciones distintas? ¿Por qué
los protestantes predican algunas verdades diferentes a la Iglesia Católica, si la Biblia es la misma
para todos?
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Leer, meditar e interpretar la Biblia con el mismo sentido de fe con
el que fue escrita y leída en la Iglesia durante todos estos siglos.
IV. TESIS: Siendo la Biblia mensaje divino en palabras humanas, su interpretación presupone en
primer lugar la fe en la Palabra de Dios, y luego el progresivo descubrimiento de su mensaje
profundo. Este progresivo descubrimiento lo realiza la Iglesia toda meditando la Palabra divina con la
asistencia del Espíritu de la Verdad, con la ayuda del Magisterio del Papa y demás obispos que
enseñan con la autoridad de Cristo, y con el apoyo de los teólogos y exegetas. La hermenéutica
bíblica tiene por objeto establecer una mediación entre el antiguo texto y el hombre contemporáneo,
recurriendo al uso de los métodos más apropiados, con el fin de hacer el texto vivo y actual. Estos
son los criterios teológicos recogidos por la encíclica “Providentissimus Deus” (1893) del papa León
XIII: hay que interpretar la Biblia con la luz y la gracia del mismo Espíritu Santo que la ha inspirado;
conformidad de la exégesis con la interpretación que la Iglesia ha hecho y hace de la Escritura; la
exégesis no debe estar en contra del consenso unánime de los Padres de la Iglesia; y debe tener en
cuenta la analogía de la fe. También admite criterios histórico-críticos: recomienda el estudio de las
lenguas orientales y la ciencia crítica textual o literaria; admite, aunque todavía tímidamente, la
crítica histórica.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Definición de términos
a) Exégesis: es la explicación actualizada de un texto bíblico. El exegeta tiende un puente entre el
texto que ya tiene muchos siglos y el hombre contemporáneo, con sus inquietudes y preguntas
existenciales de hoy. Sólo comprenderemos verdaderamente un texto cuando un determinado
evento o contenido, alcanzado mediante una metodología exegética correcta, es traducido en su
significado al hombre de hoy y a la historia contemporánea, y como tal vuelve a revivir en eventos y
palabras, aquí y ahora, su mensaje universal.
b) Hermeneútica: es una parte de la ciencia bíblica que tiene por objeto establecer una
mediación entre el antiguo texto y el hombre contemporáneo, recurriendo al uso de los métodos más
apropiados, con el fin de hacer el texto vivo y actual.
c) Heurística: es la parte de la hermeneútica que descubre los distintos sentidos de la Biblia, sea
por los estudios de los investigadores, sea por las enseñanzas del Magisterio.
d) Crítica: es el estudio racional de los textos, cualesquiera sean, para determinar su sentido, las
intenciones del autor, el tiempo y circunstancias en que fue escrito, el género literario y la forma
estilística. Este estudio crítico se impone también en la interpretación de la Biblia, por estar escrita
en lenguaje humano.
a) Sentido literal: no significa interpretar al pie de la letra el texto, sino tratar de buscar el sentido
que le dio el autor mismo de ese texto, teniendo en cuenta la intención del autor, el auditorio a quien
se dirigía, la situación de su tiempo y el género literario empleado. Este sentido literal requiere del
uso de la crítica en sus dos vertientes: literaria e histórica.
Primero, crítica literaria: analiza el género literario en que está escrito ese libro de la Biblia.
Segundo, la crítica histórica: descubre la historia literaria del libro o pasaje bíblico en cuestión,
ubicando la época y cultura en que se escribió y así conocer la intención teológica del autor.
b) Sentido espiritual: supera el conocimiento del autor humano, aunque se apoya en sus
escritos. Se desprende no de las palabras sino de las realidades que se ocultan bajo esas palabras.
Este sentido espiritual se divide a su vez en: sentido pleno y sentido típico.
Sentido pleno: significa ver ese texto a la luz de la totalidad de la Escritura, a la luz de la
Tradición y echando mano de la analogía de la fe. Es un sentido más profundo que el sentido literal.
1. A la luz de la totalidad de la Escritura significa que ese texto analizado hay que entenderlo en
conexión con otros textos de la Sagrada Escritura que lo explicitan o lo profundizan.
2. A la luz de la tradición significa que no se puede analizar un texto sin tener en cuenta la
interpretación de la Tradición viva de la Iglesia, que viene analizando esos textos desde los
orígenes. Esta Tradición viva está reflejada, sobre todo, en la doctrina de los Santos Padres de
Oriente y Occidente, y en la liturgia 16.
3. La analogía de la fe significa la conexión que tienen las verdades de la fe entre sí. Pongamos un
ejemplo:
Isaías 7, 14: “Pues bien, el Señor mismo va a darnos una señal: He aquí que una doncella está en
cinta. Y va a dar a luz un hijo. Y le pondrá por nombre Emmanuel”.
Mateo 1, 22-23: “Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del
profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel”.
Sentido típico: es leer toda la Biblia en referencia a Cristo, en quien la Escritura tuvo su
plenitud. Cristo es el nuevo Adán, el nuevo Abel, el nuevo José, el nuevo Moisés, el Siervo doliente
de Isaías, el nuevo Jonás, etc. Cristo viene a ser el modelo y la figura de cuanto está contenido en
la Escritura.
a) Lectura en el espíritu. Hay que leer la Biblia con el mismo Espíritu con que ha sido escrita.
Debe ser una lectura espiritual, centrada en Cristo. Debe ser una lectura interiorizada que va
transformando interiormente a quien lee la Biblia.
b) La intención del autor. El autor divino es el Espíritu Santo. El autor humano es el instrumento
del que Dios se sirvió y a quien inspiró para que dijera solo y todo lo que Dios quería. La
constitución Dei Verbum , n.12 dice: “Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta,
entre otras cosas, los géneros literarios. Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso
en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios. El
intérprete indagará lo que el autor sagrado dice o intenta decir, según su tiempo y cultura, por medio
de los géneros literarios propios de su época. Para comprender exactamente lo que el autor propone
en sus escritos, hay que tener muy en cuenta el modo de pensar, de expresarse, de narrar que se
usaba en tiempo del escritor, y también las expresiones que entonces se usaban en la conversación
ordinaria”.
Otros principios a tener en cuenta, y que están implícitos en los ya mencionados anteriormente:
a) El contexto del fragmento: Hay que tener el cuenta el contexto para interpretar
correctamente un texto bíblico. Para ello haremos cuatro círculos concéntricos:
Segundo círculo: ver el contenido global y el objetivo del libro en el que se encuentra ese
texto.
“Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el
significado de las parábolas. Y les decía: A vosotros se os ha trasmitido el misterio del Reino
de Dios; en cambio, a los que están fuera todo se les anuncia en parábola, de modo que los
que miran miren y no vean, y los que oyen oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan
y se les perdone”.
Primer círculo:
- Versículos anteriores: Mc 4, 1-9: Parábola del sembrador. -Versículos posteriores: Mc 4, 13-20:
explicación de la parábola
b) El estilo del libro: es decir, el género literario o formas de expresión de las que se sirve el
autor para expresar su pensamiento.
P.e. Lc 14, 26: “Si alguno viene en pos de mí y no odia a su padre y a su madre y a la esposa y a
los hijos y a los hermanos y a las hermanas, hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo”.
¿Cuál es el sentido literal? Quiere decir simplemente que en el orden de los valores, Jesús ocupa el
primer lugar, aún frente a los padres.
¿Cuál es el sentido espiritual? Amarás al Señor tu Dios con todo tu ser. Todo lo humano queda en
segundo término, tratándose de Dios.
P.e. Mt 18, 6: “Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría
que le colgasen al cuello una piedra de molino, de las mueve el asno, y lo arrojen al fondo del mar”.
¿Cuál es el sentido literal? Máxima severidad para los que corrompen a la niñez y juventud, en
doctrina o conducta. Escándalo es literalmente todo lo que hace tropezar a los que creen, matando
su fe o deformándola.
¿Cuál es el sentido espiritual? Poner todos los medios para evitar el escándalo, especialmente con
los niños, porque grave es el escándalo dado por aquellos que tienen responsabilidad en la
formación de otros.
P.e. Mt 18, 8-9: “Si tu mano o pie te escandaliza, córtalo y arrójalo lejos de ti. Más vale entrar en la
vida manco o cojo, que ser arrojado al fuego eterno con las dos manos o los dos pies”.
¿Cuál es el sentido literal? Debemos renunciar a todo, para evitar la ocasión de pecado. San Pablo
enseña a dejar aún lo lícito, cuando puede escandalizar a un ignorante (cf. 1 Cor 8, 9ss).
¿Cuál es el sentido espiritual? Obrar siempre correctamente para que nuestro ejemplo acerque y no
aleje a otros de Dios, de Cristo, de la Iglesia.
Hay otros muchos textos bíblicos para sacar el sentido, por ejemplo:
Interpretar en su sentido literal y en su sentido espiritual este texto de san Mateo 18, 9: “Si tu ojo te
escandaliza, córtatelo”.
O este texto de Mateo 19, 12: “Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, los hay que
fueron hechos eunucos por los hombres y los hay que a sí mismos se hicieron tales por el reino de
Dios. ¡El que se sea capaz de hacer esto que lo haga!”.
O el siguiente: Mateo 5, 39-41: “Pero yo os digo que no hagáis frente al que os ataca. Al contrario,
al que te abofetee en la mejilla derecha, preséntale también la otra; al que te quiera llevar a juicio
para quitarte la túnica, déjale también el manto; al que te obligue a ir con él un kilómetro, vete con él
dos”.
Hay un texto difícil: Mateo 5, 32: “Pero yo os digo que todo el que se separe de su mujer, excepto
en caso de concubinato, la expone a cometer adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada
comete adulterio”. Cristo afirma la indisolubilidad del matrimonio. El inciso aparentemente exceptivo
del v. 32, que sólo consigna Mateo, delo que se deduce que responde a la situación peculiar de la
iglesia a la que se dirige Mateo, compuesta de cristianos venidos del judaísmo y de la gentilidad, se
refiere a matrimonios nulos por haber sido contraídos en grados de parentesco prohibidos por la ley
(cf. Lev 18) y que los judíos habían permitido a sus prosélitos. Es el significado de “porneia” en la
literatura rabínica.
También se podría reflexionar este texto de Pío XII: “Así como Cristo se hizo semejante al hombre,
menos en el pecado, así las palabras de Dios expresadas en lenguaje humano, se han hecho en
todo semejantes al modo de hablar humano, menos en el error” (Pío XII, en su encíclia “Divino
Afflante Spiritu”).
Estos principios no son fórmulas mágicas para abrir la combinación de una caja complicada. Son
pistas de apoyo para entresacar el mensaje de Dios en la Biblia. Lo más importante es la fe: creo
que Dios es el autor de la Escritura; creo que el Espíritu Santo ha inspirado a los autores sagrados;
creo que el Espíritu Santo asiste al Magisterio para la auténtica interpretación de la Sagrada
Escritura, creo que la Tradición contribuye a la recta interpretación de la Escritura, creo que los fieles
cristianos, con su vida guiada por la fe, constituyen también la tradición viva. Sin fe, no se entenderá
nunca la Biblia en toda su profundidad.
4. La Biblia y la Iglesia
Dios no entregó su Palabra al individuo, sino a una comunidad, a su Pueblo; y ese Pueblo, hoy, no
es otro que la Iglesia.
Por otra parte, Dios tiene que querer de manera eficaz que su Verdad llegue íntegra a los hombres.
Para llevar a cabo esto, ha confiado a su Iglesia la misión de transmitir su Palabra salvadora a todos
los hombres, a fin de que participen de la vida divina.
De esta misión o deber sagrado, nace el derecho que la Iglesia tiene de proclamar la divina Palabra.
Ella, la Iglesia, es la depositaria y la guardiana del tesoro sagrado de la Revelación y la única
intérprete auténtica de la Biblia, siendo infalible en sus interpretaciones doctrinales sobre las
cuestiones concernientes a la fe y a las costumbres. A este ejercicio divino y permanente de la
enseñanza de la Iglesia se le llama “magisterio vivo”.
Según esto, debe afirmarse que fuera de la Iglesia no se puede alcanzar el pleno conocimiento de la
Palabra de Dios.
En este sentido ha reaccionado siempre la Iglesia en sus enseñanza ordinaria y en sus controversias
contra los que desde el siglo II atacan la fe tradicional en nombre de la letra escrita. La predicación
apostólica, expuesta de un modo especial en los libros inspirados, debía conservarse hasta el fin de
los tiempos por una sucesión continua. De ahí que los apóstoles, comunicando lo que ellos mismos
han recibido, amonestan a los fieles que conserven las tradiciones que han aprendido de palabra o
por escrito, y que sigan combatiendo por la fe que se les ha dado una vez para siempre.
Esta tradición, que deriva de los apóstoles, progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu
Santo: puesto que va creciendo en la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, ya
por la contemplación y el estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón, ya por la
percepción íntima que experimentan de las cosas espirituales, ya por el anuncio de aquellos que con
la sucesión del episcopado recibieron el carisma cierto de la verdad. Es decir, la Iglesia, en el
decurso de los siglos, tiende constantemente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se
cumplan las palabras de Dios.
Así, pues, la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas.
Porque brotando ambas de la misma fuente se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin, ya
que la Sagrada Escritura es la Palabra de Dios en cuanto se consigna por escrito bajo la inspiración
del Espíritu Santo; y la Sagrada Tradición transmite íntegramente a los sucesores de los apóstoles la
Palabra de Dios a ellos confiada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo para que, con la luz del
espíritu de la verdad, la guarden fielmente, la expongan y la difundan con su predicación; de donde
se sigue que la Iglesia no deriva solamente de la Sagrada Escritura su certeza acerca de todas las
verdades reveladas –que están todas ellas implícitas en la Escritura-. Por eso se han de recibir y
venerar ambas con un mismo espíritu de piedad.
Pero el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios escrita o transmitida, como ya hemos
dicho, ha sido confiado únicamente al magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en
nombre de Jesucristo.
Es vana, por tanto, la tentativa de enfrentar a la Iglesia con la Biblia. La Biblia sólo se comprende
rectamente dentro de la Iglesia, pues –conviene repetirlo- Dios no entregó su Palabra al individuo,
sino a la comunidad, y es natural que esta comunidad –la Iglesia, fundada por Jesucristo sobre san
Pedro y asistida por el Espíritu Santo- sea la única llamada a interpretarla.
Los protestantes tienen la Biblia como única fuente de Revelación, y además, interpretada por cada
uno a su manera. No aceptan ni la Tradición ni el Magisterio de la Iglesia.
c) Hay más: ese principio protestante es imposible. Antes de inventarse la imprenta, pocos
podían leer los manuscritos bíblicos y la mayoría no sabía leer. Si Jesús hubiera puesto la Biblia
como única salvación, no todos hubieran podido salvarse. Aún hoy existen muchos pobres que no
pueden leer y no pueden entender la Biblia. ¿No se salvarían, por no haber sabido leer la Biblia?
d) Es también incompleto. La Escritura y la Tradición son dos fuentes donde está contenida la
Palabra de Dios, como ya hemos explicado anteriormente. No son dos fuentes separadas, sino
unidas. Así lo afirma el concilio Vaticano II en la constitución Dei Verbum, sobre la divina revelación,
en los números 9 y 10.
e) Además, inseguro: ¿Cómo saben los protestantes que la Biblia es Palabra de Dios y que las
verdades de la Biblia son inspiradas y divinas? Ellos contestan: “porque lo dice la misma Biblia”.
Pero esto es absurdo. ¡También los apócrifos dicen que son verdaderos y se firman con nombres de
apóstoles...y no es verdad! Yo también puedo escribir un libro y allí decir que soy inspirado por Dios.
Tiene que haber una autoridad, fuera de la Biblia, que garantice que la Biblia es Palabra de Dios.
Todo escrito, ley o código, requiere de un tribunal que lo interprete y resuelva las dudas. ¿En qué
país se deja a cada uno que interprete la ley a su gusto personal?
f) Y, por si fuera poco, contradictorio. Los protestantes dicen: “Nosotros tenemos los
pastores que nos explican la Biblia”. Por una parte, creen que la Biblia es la única regla de fe; y, por
otra, admiten la enseñanza de sus pastores. Rehúsan el Magisterio de la Iglesia, que tiene la
inspiración del Espíritu Santo e inclinan la cabeza a personas que no tienen ninguna autoridad y que
se contradicen unos a otros.
a) La autoridad del Papa: Dicen que Jesús no constituyó a Pedro cabeza visible de la Iglesia,
que en la Iglesia no hay otra cabeza más que Cristo, que la autoridad que Cristo dio a Pedro no se
pasa a otros, porque no está escrito en la Biblia. Se apoyan en estos textos: a) Ef. 5, 23; b) 1 Cor 3,
11; c) Gal 2, 11. Nosotros les contestamos: a) Cristo sigue siendo cabeza de la Iglesia, pero el Papa
es cabeza visible de Cristo aquí en la tierra. b) Cristo es el fundamento de la Iglesia como piedra
angular; pero este fundamento se continúa en la historia, en los apóstoles. Nuestros textos
fundamentales son: Mateo 16, 16-19; Jn 21, 15-17; Lc 22, 31-33.
b) El sacerdocio cristiano: Dicen que Jesucristo no dio a los apóstoles poder ordenar
sacerdotes, que todo el que cree en Jesús es verdadero sacerdote y puede predicar su evangelio sin
necesidad de la ordenación. Se apoyan en estos textos: a) 1 Pe 2, 9; b) Mt 23, 9-10. Nosotros les
contestamos: a) Por el bautismo todo cristiano participa del sacerdocio común de todos los fieles,
pero Jesús instituye en la Última Cena el sacerdocio ministerial: b) Las palabras de Jesús no van
entendidas literalmente. De hecho Pablo se hace llamar “padre” varias veces y a llama a los
cristianos “hijos”. Nuestros textos fundamentales son: Hechos 20, 28; 13, 2-4; 1 Tim 4, 14; 5, 22; 2
Tim 1, 6; Tito 1, 5; Heb 5, 1-4; Rm 10, 14-15; 1 Cor 4, 1; 1 Cor 3, 9; Sant 5, 14; Jn 20, 23 Y sobre
todo, Lc 22, 19 y 1 Co 11, 23.
c) Bautismo de los niños: Dicen que no vale bautizar a los niños, porque el bautismo exige la
fe en Cristo y los niños no pueden tener fe, porque no entienden; que Jesús se bautizó cuando tenía
30 años; que en la Biblia no consta que se haya dado el bautismo a los niños. Se apoyan en estos
textos: a) Rom 5, 1; b) Mc 1, 9. Nosotros les contestamos: a) Jesús ordena a sus discípulos de
bautizar a todos, no prohíbe bautizar a los niños; b) El bautismo cristiano no está relacionado con el
bautismo de Jesús en el Jordán, que fue un acto externo de purificación y penitencia. El cristiano es
bautizado y salvado en la muerte y resurrección de Jesús. Es una nueva vida que nos hace hijos de
Dios, ¿cómo no recibirlo desde el nacimiento? c) Pedro bautiza a toda la familia de Cornelio (Hech
10, 44-48), sin duda también habría niños.
d) La confesión: Dicen que sólo Dios puede perdonar los pecados. Se apoyan en estos textos: a)
1 Jn 1, 7: ya hemos sido perdonados por la sangre de Cristo; b) Sant 5, 6: confesarse entre los
hermanos. Nosotros les contestamos: a) Mt 18, 18: Jesús entrega a los apóstoles el poder de atar y
desatar; b) Jn 20, 19-23: Jesús explicita aquí el poder de perdonar en su nombre; c) 2 Cor 5, 18; d)
Hech 19, 18: los cristianos que habían pecado de magia fueron arrepentidos y lo confesaron a los
apóstoles.
e) La Eucaristía: Dicen que Jesucristo no está presente realmente en la Eucaristía. Hay que
entender todo en sentido figurado y simbólico. La Cena es sólo un recuerdo. El sacrificio de Jesús
en la cruz es perfecto, no es necesario perpetuarlo. Nosotros les contestamos: a) Jn 6, 48-63: Jesús
promete la Eucaristía con palabras claras y fuertes, tanto que los judíos que escuchaban se
escandalizaron; b) Mt 26, 26-28: “Esto es mi cuerpo...Esta es mi sangre”; c) Lc 22, 19: “Haced esto
en memoria mía”; d) 1 Cor 11, 23-29; e) Hech 2, 42. Jesús, cuando se le fueron muchos, no rebajó
nada su doctrina sobre el Pan de vida.
h) La Virgen María: los protestantes creen que María es la Madre de Dios; pero no aceptan su
virginidad. Dicen que no hay que dar culto a la Virgen; que la Virgen tuvo más hermanos. Se apoyan
en estos textos: Lc 2, 7; Mt, 13, 55. Nosotros les contestamos: Mt 1, 16; Gal 4, 4; Lc 1, 26-35: María
es virgen antes del parte, en el parto y después del parto. Acerca de los hermanos de Jesús hay
que decir que “hermano” significa pariente próximo: sobrino, primo, tío, etc. Además a la Virgen no le
damos el culto de adoración (sólo a Dios), sino el culto de especial veneración por ser la Madre de
Dios.
i) La veneración de los santos: Dicen que sólo tenemos un mediador, Cristo. Acudir a los
santos es sacrilegio. Además están gozando en el cielo, nada saben de nosotros. Se apoyan en 1
Tim 2, 5. Nosotros les contestamos: a) 1 Tim 2, 5: aquí mediador significa redentor. Cristo sí es el
único redentor. Los santos no son redentores, sino intercesores ante Dios. Otros textos: 1 Re 18, 3-
7; 2 Re 2, 15; Nm 21, 7; Job 42, 8; Apoc 5, 8.
j) El culto de las imágenes: Dicen que la Biblia prohíbe terminantemente hacerse imágenes,
porque es un culto idolátrico (Ex 20, 4); que Dios no puede ser representado con estatuas de
material humano (Hech 17, 29). Nosotros les contestamos: Lo que Dios prohíbe es adorar a las
imágenes como si ellas en sí mismas tuvieran el poder de salvar; el mismo Dios manda construir
estatuas e imágenes como signo de su presencia en medio del pueblo (Ex 25, 12-22; Nm 21, 8);
Josué venera el arca de madera, postrado (Jos 7, 6). Las imágenes son un signo externo necesario
para ayudarnos a ponernos en relación con Dios-Espíritu. Otros textos: Ex 7, 10; 2 Re 2, 14; 13, 21;
Mt 9, 20; 14, 26; Hech 5, 15-16; 19, 12: el Señor se sirve de “reliquias” o cosas que pertenecieron a
personas santas, para obrar sus maravillas: la vara de Moisés; el manto de Elías; los huesos de
Eliseo; el vestido de Jesús; la sombra de Pedro; los sudarios de san Pablo, etc. “De manera que por
medio de las imágenes, ante las cuales nos arrodillamos y oramos, adoramos a Cristo verdadero y
veneramos a los santos, cuya semejanza tienen” (Concilio de Trento).
k) El purgatorio y los sufragios por los difuntos: Dicen que no existe el purgatorio y no
sirven nuestras oraciones por los difuntos. La Iglesia, apoyándose en 2 Mac 12, 46, cree que
mediante nuestros sacrificios, oraciones y buenas obras podemos ayudar a los difuntos que murieron
en gracia de Dios y se están purificando antes de llegar a la Gloria. Por el hecho de que la Biblia no
contenga la palabra “purgatorio” no se puede concluir que el purgatorio no exista. Tampoco la Biblia
presenta la palabra Trinidad y existe el dogma de la Santísima Trinidad, reconocido por los
hermanos protestantes.
VI. CONCLUSIÓN
Concluyo con el número 12 de la constitución Dei Verbum: “Dios habla en la Escritura por medio de
hombres y en lenguaje humano, por lo tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios
quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios
quería dar a conocer con dichas palabras. Para descubrir la intención del autor, hay que tener en
cuenta, entre otras cosas “los géneros literarios”. Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo
diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros
literarios. El intérprete indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y
cultura, por medio de los géneros literarios propios de la época. Para comprender exactamente lo
que el autor propone en sus escritos, hay que tener muy en cuenta el modo de pensar, de
expresarse, de narrar que se usaba en tiempo del escritor, y también las expresiones que entonces
se usaban en la conversación ordinaria.
La Escritura se ha de leer con el mismo Espíritu con que fue escrita: por tanto, para descubrir el
verdadero sentido del texto sagrado hay que tener muy en cuenta el contenido y la unidad de toda la
Escritura, la Tradición viva de toda la Iglesia, la analogía de la fe. A los exegetas toca aplicar estas
normas en su trabajo para ir penetrando y exponiendo el sentido de la Sagrada Escritura, de modo
que con dicho estudio pueda madurar el juicio de la Iglesia. Todo lo dicho sobre la interpretación de
la Escritura queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio
de conservar e interpretar la Palabra de Dios”.
Recomiendo también leer del Catecismo de la Iglesia católica los números 109- 119.
Por tanto, la interpretación de la Biblia no puede estar sometida a la arbitrariedad de los hombres o
de los exegetas, ni a un individualismo feroz. La Biblia pertenece a toda la Iglesia, a todos sus
miembros y a toda su historia, y por lo tanto la interpretación de la misma es obra también de toda la
Iglesia. En la Iglesia, como en el cuerpo hay miembros diferentes, hay diversos carismas; de entre
ellos el Magisterio ha recibido el carisma de interpretar con autenticidad la Escritura y por tanto de
juzgar sobre la ortodoxia de cualquier otra interpretación de los miembros de la comunidad eclesial.
VII. ORACIÓN: Señor, dame la humildad suficiente para creer en tu Palabra, en la Tradición viva
de la Iglesia y en el Magisterio de la Iglesia, a quien tú encomendaste la interpretación auténtica de
tu Palabra de salvación. Amén
Cuando se trata de interpretar la Biblia, la Iglesia, depositaria de la misma, nos da unos criterios o
principios teológicos que deberán guiar una interpretación correcta, y que hemos visto ya en esta
lección. Se requiere además de estos principios teológicos, de un método científico de interpretación.
La exégesis católica de por sí no excluye ningún método, pero el método que se adopte habrá de
cotejarse con los principios teológicos y ver si hay compatibilidad con ellos.
Los Santos Padres utilizaron los métodos filológico y alegórico. Hoy se utilizan los métodos
diacrónico (aquellos que estudian el texto sagrado en su proceso de formación) y sincrónicos
(aquellos que estudian el texto sagrado en cuanto tal).
a) La crítica textual: es la ciencia que trata de reconstruir a partir de los manuscritos disponibles
el texto original de la Sagrada Escritura 17. La crítica textual es necesaria para corregir posibles
cambios accidentales o deliberados de parte de los copistas.
b) La crítica literaria: A su vez, echa mano de las fuentes literarias que analizan los textos
bíblicos para detectar y reconstruir eventuales fuentes utilizadas en la formación de la sagrada
Escritura, evidenciando las acentuaciones teológicas y el ambiente vital. También echa mano de los
géneros literarios, ya explicados anteriormente.
c) La crítica de las tradiciones: trata de detectar la prehistoria oral de tales textos, buscando
descubrir las modificaciones que los textos, originalmente en circulación bajo forma de perícopas
aisladas, han sufrido en el curso de la transmisión oral. Igualmente, pretende descubrir el grupo
transmisor responsable de eventuales reelaboraciones ya en el estadio de la tradición oral.
e) La crítica histórica: tiene por objeto unir las afirmaciones de un texto con la realidad
histórica. Trata de aclarar la relación entre texto y evento, el paso del hecho histórico al texto escrito.
No siendo la Biblia un texto primariamente de carácter histórico, sino testimonio de fe, no
proporciona todas las informaciones que un historiador desearía. Sin embargo, permiten trazar una
imagen históricamente cierta de los hechos.
a) El análisis retórico: se limita a analizar los discursos que se encuentran en la Biblia. Esos
discursos son analizados según las partes del discurso en la retórica clásica: exordio, narración,
demostración, refutación y epílogo.
b) El análisis narrativo: estudia únicamente los textos narrativos de la Biblia, que son la
mayoría. La narración consta de estos elementos: protagonista, antagonista y los comparsas; acción,
nudo y desenlace; circunstancias del relato: lugar, tiempo y orden de la acción. Tratándose de un
relato bíblico, que es historia de salvación hay que dar el salto al mensaje que se esconde detrás de
esa narración.
c) El análisis semiótico: parte de dos presupuestos: (i) leer e interpretar un texto es descubrir y
establecer las varias relaciones existentes entre los elementos del mismo texto; (ii) las relaciones
fundamentales de cualquier texto son la oposición o la equivalencia. La oposición se aprecia sobre
todo en los términos antitéticos: muerte-vida, frío-calor, luz-oscuridad. Enfermarse-curarse, viejo-
nuevo, unir-separar, etc. La equivalencia se descubre principalmente en los sinónimos: querer-amar;
soplar-alentar, templo-santuario, etc.
Termino esta parte diciendo, una vez más, esto: Todos los métodos son buenos y aprovechables si
respetan la letra y el espíritu del texto de la Sagrada Escritura. Cada método aporta su contribución
específica a la comprensión de la Biblia y todos ellos llevan a una creciente maduración de la fe de
los creyentes.
Actualizar la Escritura es hacerla presente, viva y eficaz en la vida diaria de los hombres y en las
situaciones simples o complejas de las sociedades humanas. En el último capítulo de la Dei Verbum
existen textos que hacen referencia a esta actualización: “Y en las Palabras de los Apóstoles y de
los Profetas hace resonar la voz del Espíritu Santo...En los Libros sagrados, el Padre, que está en el
cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos” (n. 21). El uso del
presente (“hace resonar, sale amorosamente”) muestra que la Palabra de Dios es viva en el hoy de
la historia y posee carga actualizante de gran magnitud. La misma Constitución del Vaticano II nos
brinda la finalidad de la actualización: “De modo que se multipliquen los ministros de la Palabra
capaces de ofrecer al pueblo de Dios el alimento de la Escritura, que alumbre el entendimiento,
confirme la voluntad, encienda el corazón en amor a Dios” (Dei Verbum, n. 26).
a) Oración: ese diálogo con Dios por el que escuchamos al Dios revelador, somos interpelados
por Él y a quien damos una respuesta.
b) Lectura frecuente y asidua: esta lectura nos permitirá irnos familiarizándonos con la Biblia,
y de esta manera establecer la analogía (semejanza) entre el texto y la vida, entre la Palabra de
Dios y la situación del hombre.
a) Actualización teológica: es la llevada a cabo por un teólogo, que busca en la Biblia las raíces
desde y a través de las cuales llega a la teología la savia vital de la Palabra de Dios.
e) “Lectio divina”: es una lectura, individual o comunitaria, de un texto, más o menos largo, de la
Escritura como Palabra de Dios, con el fin de desentrañar su mensaje salvífico para uno mismo o
para la comunidad en la situación real y actual. Sigue cinco pasos:
Operación: aquí el alma se convierte, se decide a obrar el bien, a amar a Dios y al prójimo. El
alma se transforma, gracias a este proceso de la “lectio divina”.
Con todo lo dicho hasta ahora, ya estamos bien preparados para entrar al templo del Antiguo y del
Nuevo Testamento, a fin de que la Palabra de Dios sea alimento que nutra nuestra vida, luz que
guíe siempre nuestros pasos hacia la vida eterna, mensaje de salvación que llevemos
generosamente a todos los hombres.
_______________________
16. Santos Padres son aquellos papas, obispos y sacerdotes que sobresalieron, desde los primeros
siglos del Cristianismo, por la santidad de vida, por la hondura de su teología y por la ortodoxia
en su doctrina. Entre ellos se encuentran: San Ambrosio, san Agustín, san Jerónimo, san
Atanasio, san Juan Crisóstomo, san Basilio, san Gregorio Nacianceno, san León Magno, san
Alberto Magno, etc.
17. Hasta el descubrimiento de la imprenta el texto bíblico se fue transmitiendo en manuscritos. Los
originales se han perdido o destruido, y nos han quedado las copias del texto original o
traducciones, algunas antiquísimas. Los manuscritos que actualmente poseemos, van del siglo
II d.C. al siglo XVI. Los principales están formados por los papiros de inicios del siglo III y los
grandes códices del siglo IV.
I. INTRODUCCIÓN
No necesariamente lo viejo se convierte en inservible. Hay cosas como las monedas, los muebles
finos o los sellos de correo, que aumentan de valor conforme pasa el tiempo.
El Antiguo Testamento tuvo como fin preparar la venida de Cristo, pero no pasó de moda con su
llegada. Jesús no vino a abolir lo que estaba escrito, sino a perfeccionarlo. Por tanto, no podemos
prescindir de los libros del Antiguo Testamento. Todos son libros revelados por Dios y en ellos,
aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros, encontramos el testimonio de la pedagogía
divina, enseñanzas maravillosas acerca de Dios, sabiduría acerca del hombre, tesoros de oración.
En ellos está escondido el misterio de nuestra salvación.
Para entender plenamente el mensaje que Dios nos da en el Nuevo Testamento, es indispensable
leerlo en relación con el Antiguo. Toda la Sagrada Escritura es una sola Revelación, un solo
mensaje divino que Dios quiere comunicar al hombre, y no la podremos entender, si la escuchamos
en forma fragmentada.
Podríamos comparar la Biblia con una cinta magnetofónica grabada en estéreo: para escucharla,
usaremos un aparato con dos bocinas: una es el Antiguo Testamento y la otra es el Nuevo
Testamento Puedes escuchar la cinta con una sola bocina, pero no oirás la música completa, sino
sólo los sonidos graves o sólo los agudos; sólo los instrumentos o sólo las voces. Para escuchar la
música tal como la compuso el autor, deberás conectar las dos bocinas y entonces disfrutarás del
sonido integral de la composición.
Para entender en toda su integridad el mensaje de Dios en las Sagradas Escrituras, es necesario
leer el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo y leer el Nuevo Testamento a la luz del Antiguo. En el
Antiguo Testamento está escondido el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento se hace
manifiesto en el Nuevo. Ambos se esclarecen mutuamente y, por tanto, son inseparables.
Es más, para comprender bien la Sagrada Escritura y al hombre bíblico, es necesario conocer un
poco el país en donde fue escrito, su geografía, su raza y el medio social en que se desarrollaron
los hechos que narra la Biblia.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Ver qué abarca el Antiguo Testamento y conocer el pueblo judío,
sus costumbres y sus leyes.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Leer el Antiguo Testamento con la mirada puesta en el Nuevo, pues
muchas de las prefiguraciones del Antiguo Testamento se realizaron en Jesús, en María y en la
Iglesia.
IV. TESIS: Los libros del Antiguo Testamento son 46. Nos narran cómo Dios hizo una Alianza con
un pueblo concreto, Israel, para invitarle a una vida de comunión con Él; y cómo ese pueblo le fue
respondiendo a Dios, con sus luces y sus sombras. A esto se llama Historia Sagrada; historia,
porque se narran sucesos concretos de un pueblo y de unos hombres; y sagrada, porque en esa
historia interviene Dios que invita al hombre a la comunión con Él. La Historia Sagrada es como un
drama en dos actos. En el primero Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad y habla a ellos por medio de los profetas. En el segundo acto, en el
Nuevo Testamento, ha llegado la plenitud de los tiempos, y Dios habla por medio de Jesucristo, su
Hijo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
Entendemos mejor a una persona cuando conocemos los lugares de donde proviene, a todos nos
marca nuestro terruño y la historia del lugar que nos vio nacer y crecer, porque es nuestra
prehistoria personal. Con esta intención nos acercamos ahora a la geografía y modo de vivir de
Israel, donde tuvo lugar la Revelación de Dios.
El pueblo de Israel es un pequeño pueblo, de poco interés para la historia de las grandes
civilizaciones, como Egipto, Siria, Persia, Grecia y Roma. La historia de Israel no despierta mucho
interés; es uno de los tantos pequeños pueblos que habitaban la llanura de Canaán. Al inicio es sólo
una familia nómada (Abraham) que busca un pedazo de tierra para vivir. A través del tiempo se
desarrolla en doce pequeñas tribus, que se establecen en Canaán (actual Palestina). Después de un
período de permanencia en Egipto (esclavitud), vuelve a su tierra, porque su posición geográfica
(entre las dos potencias de Egipto y de Siria), no les favorecía. Padece invasiones ahora de una y
ahora de otra de las dos naciones. Es víctima del poder de los persas, de los griegos y de Roma,
llegando a ser una pequeña provincia del imperio romano.
Sin embargo, la pequeñez de este insignificante pueblo fue objeto de la maravillosa acción salvífica
de Dios. Dios lo escogió para hacerle su pueblo, del que vendrá para todos los hombres su mismo
Hijo, el Salvador. Dios guió con su mano providencial la historia de Israel, infundió su Espíritu en sus
escritos y literatura, que se convirtieron así en Palabra de Dios.
El Pueblo de Israel no vivió solo y aislado del mundo, sino que anduvo errante desde Mesopotamia
a Egipto, y tuvo estrechas relaciones con otros pueblos como los asirios, arameos, fenicios. El país
de la Biblia se sale, pues, de los límites propios de Palestina y abarca la zona que se denomina “la
media luna fértil”. Esta región iba desde el Nilo hasta el golfo pérsico, pasaba por el Mediterráneo,
Palestina y Siria, seguía el curso de los ríos Tigris y Eufrates a través de Mesopotamia formando así
una media luna perfecta. Está en el extremo oriental del Mediterráneo, en su costa sudeste, entre el
mar y el desierto, y entre Egipto y el Líbano. Físicamente tiene cuatro franjas de oeste a este: la
llanura costera (agricultura), el altiplano (montaña), la fosa del Jordán (depresiones, mar de
Tiberiades) y la meseta de Transjordania.
En esta amplia región se encontraban las civilizaciones más florecientes desde la Edad de Piedra
hasta la Edad de Oro de las culturas griega y romana y las culturas de Mesopotamia, Egipto y
Canaán (Palestina).
El pueblo israelita: la palabra “israelita” deriva de los hijos de Israel. Es el nombre más
apropiado para llamar al pueblo escogido, formado por doce tribus, que descendían de los doce
patriarcas, hijos de Jacob. Israel es el sobrenombre de Jacob. Los israelitas se llamaban a sí
mismos hebreos solamente en sus relaciones con los otros pueblos, para emplear la misma
terminología que usaban los otros; pero, ordinariamente, hablando entre ellos, no lo usaban nunca.
El pueblo judío: o también, simplemente, Judá, era originariamente una de las tribus, y más
tarde, la población del Reino de Judá, contrapuesto al Reino de Israel. A la vuelta de la cautividad
de Babilonia, la mayoría de los repatriados era del antiguo Reino de Judá, y por eso se les empezó
a llamar a todos judíos, nombre con el que los llamaron también los judíos.
b) Tierra prometida:
Entre los innumerables nombres que aparecen en la Biblia para designar a la tierra prometida está el
de Palestina, patria de Cristo. Palestina quiere decir “tierra de Filisteos”. Su nombre primitivo era
Canaán. Está limitada al norte por Líbano y Siria; al sur por la península de Sínaí; al este por el
desierto de Arabia y al oeste por el mar Mediterráneo. Está situado, pues, entre las dos civilizaciones
más importantes de la antigüedad, Mesopotamia y Egipto.
Palestina forma un cuadrilátero de 250 km de largo con una anchura de 37 km al norte y 150 al sur.
Sus productos son trigo, cebada y árboles frutales, higos, dátiles, uvas y olivos. Zonas pobres son
Judea (región al sur, donde se encuentran Jerusalén, Belén, Hebrón y el Negueb (en el sur, junto al
desierto del Sinaí).
Su ganado: carneros y cabras, ovejas y asnos, el camello para cruzar el desierto. Y el pescado en la
región del Lago Tiberíades o mar de Galilea, al norte.
Palestina tiene dos estaciones en el año: la lluviosa y la seca. La temperatura es muy variable,
dependiendo de si la región está cerca del Mediterráneo o del desierto.
Pero en general, podemos decir que Palestina es una tierra árida y pobre, pero para los israelitas
que habían permanecido largos años en las estepas montañosas del Sinaí, la tierra de Canaán
aparecía fértil y hermosa, “país que mana leche y miel”. Los habitantes viven en continuo sobresalto
debido a que son asaltados con frecuencia por tribus nómadas.
c) El agua:
Palestina es una región en que el agua escasea. El único río importante es el Jordán, que en época
de lluvias es un torrente tumultuoso que no puede ser aprovechado. Los valles secos sólo reciben
agua en invierno; en verano, vuelven a ser áridos.
El suelo no retiene el agua, por lo que hay que hacer pozos o cisternas, para almacenarla, pues el
agua es elemento indispensable para la vida. Es un gran tesoro (cf. Is 45, 8; Jn 4, 13). Por eso se
convierte en signo de vida y bienestar. Se podría hacer toda una teología del agua, partiendo de
diversos textos de la Biblia 18: el agua como criatura insigne de Dios, como elemento vivificador o
temible; elemento simbólico para significar bendición divina o, si el agua falta, como elemento de
maldición; otras veces, simbolizará la desgracia que se cierne sobre el hombre, y otras, la eficacia
purificadora y vivificadora de la acción divina.
d) El desierto:
Palestina está rodeada por el sur y el este por inmensos arenales, abrasados por el sol. Por eso, es
tierra árida y sin vegetación.
Época privilegiada en que Israel nace como pueblo al calor de la elección divina y en la que, con
Dios como guía, alcanza la tierra prometida 20, época de amores e infidelidades (cf. Jer 2, 2; Os 2,
16-17; Ez 20, 10ss; Sal 78, 15-17.40; 95, 8-10; 106).
El desierto se revela así, también en el Nuevo Testamento, como señal de salvación (cf. Is 32, 15;
35, 1; 41, 18; 43, 19-20; Mt 4, 1; Lc 1, 80; 4, 1; Mc 1, 12).
El desierto marca la personalidad de sus habitantes. El nómada adquiere el hábito del silencio, de la
reflexión; busca más los valores interiores, es orgulloso de su independencia y de su libertad interior.
La lucha contra un medio ambiente adverso convierte a las personas en fuertes y tenaces.
Esta misma aridez del desierto fue la que permitió la conservación de muchos documentos que
estuvieron sepultados por miles de años, por ejemplo, los documentos de Qumrán, descubiertos en
1947, que pertenecían a una secta llamada “los esenios”, dedicada al estudio de la Ley.
El sábado: día de descanso. Comienza el viernes a la puesta del sol. No se podía trabajar nada.
Es día de fiesta y alegría. La familia se reúne a la mesa tres veces, con invitados en la comida
principal. Nosotros hemos pasado el día de descanso al domingo, por ser el día de la resurrección
del Señor.
Fiesta de la Luna Nueva: con la que comenzaba el año civil. Se tocaba el cuerno del carnero
como símbolo de ruego que la humanidad dirige a Dios. Equivale a nuestro año nuevo. Duraba dos
días, pero con una preparación de diez días de penitencia o examen de conciencia.
Año sabático: cada siete años se celebraba el año sabático. Estaba prohibido trabajar la tierra y
toda labor en el campo. Todos los productos de la tierra del año sabático se entregaban a los
pobres (cf. Lev 23, 11). Los esclavos eran liberados (cf. Deut 15, 12-14).
El año Jubilar: cada cincuenta años (cf. Lev 25, 8-17). Se perdonaban todas las deudas. Aquí
está el origen del Año Jubilar o Año Santo que la Iglesia celebra actualmente cada 25 años y que
también recibe el nombre de Año Jubilar.
Fiesta de los Tabernáculos o Tiendas: era la fiesta más importante del pueblo judío, para dar
gracias por los frutos, a fin de año. Se celebraba del 15 al 21 del séptimo mes con ceremonias como
la Liberación del Agua, la Procesión en torno al Altar de los Holocaustos, etc. El pueblo vivía estos
siete días en el campo y era el recuerdo de la vida nómada en el desierto. En la tarde del primer día
de la fiesta se encendían -en el atrio de las mujeres- unas grandes lámparas, las cuales difundían
tanta luz que no había en Jerusalén ningún patio que no quedase iluminado por ella. Mientras se
iluminaban, los levitas cantaban salmos ininterrumpidamente, acompañados de instrumentos
musicales.
Santuario: era el recinto sagrado, donde se colocaba el Arca y un depósito de agua. Se colocaba
en el lugar donde se acampaba. Tenía dos recintos: el Santuario y el Sancta Sanctorum, separadas
por un velo de cuatro colores. Este velo colgaba de cuatro columnas de madera de acacia y
sostenido por anillos de oro.
f) Los ministros del culto
Los levitas: encargados de guardar el Santuario, preparaban los panes de la propiciación 21,
recibían los diezmos, cantaban en las festividades, contaban la limosna, instruían y ejercían justicia.
No podían entrar al Sancta Sanctorum. Todo lo realizaban en el atrio.
Los sacerdotes: debían ser descendientes de la familia de Aarón, sin defectos físicos. Mantenían el
fuego perpetuo en el altar de los holocaustos, quemaban las entrañas de los animales que se
ofrecían en sacrificios, penetraban al Santuario, pero no al Sancta Sanctorum ofreciendo el incienso
para las bendiciones, tocaban las trompetas, enseñaban la ley, juzgaban causas oficiales, visitaban
enfermos y exhortaban a los soldados, etc.
El Sumo Sacerdote era el juez supremo del culto. Le tocaba vigilar el tesoro del templo y
gobernaba en todos los aspectos del ministerio religioso. El descendiente primogénito en línea
directa de Aarón era elegido como Sumo Sacerdote. Ofrecía el cabrito del sacrificio y entraba una
vez al año, en la fiesta de la Expiación, al Sancta Sanctorum, donde rociaba el velo y el Arca con la
sangre del animal y quemaba incienso. Consultaba a Yahvé por medio del Urim y Turim que eran
piedras que llevaba en el pectoral. Usaba una tiara, especie de corona con la inscripción de
“Santidad Yahvé”, un efad o roquete y sobre éste, un pectoral rectangular con doce piedras
preciosas. Su subsistencia estaba asegurada, gracias a los diezmos.
Los 73 libros de la Biblia tratan del esfuerzo que Dios ha hecho para salvarnos. Por eso, la Biblia es
el libro que contiene la historia de la salvación por parte de Dios. Esta historia de la salvación gira
alrededor de un eje: Jesucristo. Todos los libros de la Biblia nos hablan de Jesús; con una
diferencia: los 46 libros del Antiguo Testamento hablan de Jesús “que va a venir”; en cambio, los 27
libros del Nuevo Testamento nos hablan de Jesús que “ya vino” y “que va a volver”.
Con este nombre de Historia de la salvación, entendemos la entrada de Dios en nuestra historia y en
nuestra vida. Es Dios que viene para conducir a todo hombre a su fin último, que es el Reino de
Dios. La enseñanza más importante, el mensaje que el Señor da en cada página es que Dios
interviene con su poder en la historia del hombre e interviene siguiendo un plan, un proyecto
determinado, desde la creación hasta el final de los tiempos.
En esta historia de la salvación hay tres componentes importantes: Dios, el Pueblo elegido y la
Alianza.
a) Dios:
El Dios de nuestros padres, de Abraham, de Isaac y Jacob revela su nombre: Yahvé (cf. Ex 3, 13-
15), “Yo soy el que soy”, es decir, soy el Idéntico, la Existencia. Es un Dios que toma partido por el
débil y explotado; es el Dios liberador, Señor de la historia humana (cf. Am 2, 10-12; 9, 7; Is 10, 24-
27; 22, 11). Es el Dios de la naturaleza y de la creación (cf. Gn 1; Sal 8; Job 38, 41). Fuera de Él no
hay ningún otro Dios (cf. Is 41, 24.29; 43, 11; 44, 6). Es el Dios que no podemos encasillar (cf. Job
38, 42), ni localizar (2 Sam 7, 5-7), ni manipular ni fabricar a nuestra medida (cf. Os 11, 9; Nm 23,
19; Jud 8, 16), ni siquiera hacer su imagen (cf. Ex 20, 4-5; Deut 5, 8-9), pues su imagen está en el
prójimo (Gn 1, 26-27; 9, 6).
Jesús nos lo ha revelado preferentemente con el nombre de Padre (cf. Mt 11, 25-27; Mc 14, 36; Lc
23, 34.46; Jn 11, 41; 17, 1.5.11) para mostrarnos así su misericordia. Su Padre lo ha enviado a Él
(cf. Jn 3, 16; 4, 34; 5, 36), y juntamente con su Padre nos dan el Espíritu Santo Paráclito (cf. Jn 14,
16-17.26; 16, 13-15).
En continuidad con el Antiguo Testamento Dios en Cristo Jesús se identifica con el marginado, el
necesitado (cf. Mt 25, 31-46).
b) El Pueblo
Dios que ha creado al hombre como ser sociable, ha querido también ofrecer la salvación no al
hombre aislado, sino al hombre llamado a formar una comunidad. Por eso, desde el Antiguo
Testamento Dios se eligió para sí un pueblo, para que fuera de su propiedad (cf. Deut 7, 6; 14, 2),
pueblo consagrado a Él por la alianza (cf. Ex 19, 5-6); pueblo de Yahvé (cf. Jc 5, 13).
En el Nuevo Testamento Jesús constituye el nuevo Pueblo de Israel (cf. Mt 2, 15; 4, 1-11). Será un
pueblo universal, sin barreras de ninguna especie, tal como lo habían anunciado los profetas (cf. Is
19, 16-25; 49, 6; 45, 14; Miq 4, 1-3; Zac 14, 9.16). Este nuevo pueblo es la Iglesia, abierta a todos
los hombres.
c) Alianza
Es el pacto que hace Dios con su pueblo, donde le promete su protección, su cercanía.
Se escogió hombres para hacer su Alianza: Noé (cf. Gn 6, 18), con Abraham (Gn 17, 2. 4), con
David (cf. 2 Sm 7; Is 55, 3; Sal 89, 4-5), con Leví (Mal 2, 4-5). Pero principalmente la hizo con su
pueblo (cf. Ex 19 y 20). No obstante las infidelidades de éste, Dios le prometió una nueva y definitiva
alianza (cf. Jer 31, 31-34; Ez 36, 25-28) que se llevaría a cabo a través del Siervo de Yahvé (cf. Is
42, 6; 49, 6; 53, 12).
Esta nueva Alianza fue sellada en la sangre de Jesús (cf. Mt 26, 28) poniendo así fin a las
transgresiones de la antigua (cf. Heb 8, 6-13; 9, 15). Es la alianza nueva de la que los escritos del
Nuevo Testamento dan fe que ha sido cumplida (cf. 2 Cor 3, 4-6; Gal 3, 15-20; Heb 12, 18-19).
Dios desde el principio quiso la salvación de todos los hombres. Desgraciadamente el hombre,
desde sus orígenes, rechazó esa amistad divina, separándose así de Dios, enemistándose con sus
semejantes y trastornando su relación con la misma naturaleza. A pesar de esto Dios nunca
abandonó a la humanidad caída por el pecado.
Deseando la reagrupación de los hombres divididos por el pecado, Dios quiso formar un pueblo, y
para eso eligió a los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Ellos son los portadores de las promesas
que se harán realidad en un futuro: promesas de la descendencia, de la tierra y de la bendición de
todos los pueblos.
Al conquistar la tierra de Canaán, bajo el mando de Josué, se establecieron allí. Hubo momentos de
gran fidelidad a Dios. Pero otra vez volvieron a apartarse de Dios. Dios les mandó los profetas que
les anunciaban de nuevo la alianza, y les denunciaban sus extravíos.
¿Cuáles fueron los pecados de este Pueblo? La idolatría, utilización del culto para sobornar a Dios,
explotación de los débiles, rebeldía, etc. Por eso, Dios rechazó a su pueblo con la destrucción de los
reinos de Israel y de Judá. El exilio fue la consecuencias de la ruptura de la Alianza.
El castigo del exilio no es la última palabra del Señor, sino que de nuevo les mostrará su
misericordia, devolviéndoles a la tierra que habían perdido y dándoles la esperanza de una nueva
alianza que no fallaría como la anterior. El pueblo del exilio reconoce su error y se convierte al
Señor.
Al regresar a la tierra comienza ese pueblo a vivir la época de los humildes comienzos, sin grandes
seguridades humanas. Sólo con la seguridad de la promesa divina va preparándose en el anhelo y
la esperanza de la plenitud de los tiempos, la venida del Mesías y la instauración del reinado
universal y definitivo de Dios.
Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley,
para rescatar a los que estaban bajo la ley. En Jesús se cumplen todas las promesas del A.T; en Él
llega a su plenitud toda la historia de la salvación.
Con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, con sus signos y milagros, y sobre todo
con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad instaura y hace
presente el Reino de Dios, nos revela la misericordia de Dios que es nuestro Padre, manifiesta y
realiza la reagrupación de los hombres dispersos y divididos por el pecado. Agrupa en torno a sí
discípulos y gente que lo sigue, formando con ellos la comunidad, el nuevo Pueblo de Dios, abierto a
judíos y gentiles. Ese nuevo Pueblo es la Iglesia. Con su sangre sella la nueva y definitiva Alianza.
Sus discípulos son peregrinos en este mundo, colaboran en la construcción del Reino de Dios y
anhelan el retorno glorioso del Señor Jesús.
Período de los jueces para liberar o salvar a su pueblo y darles Canaán (año 1200 a.C)
Período de los reyes, sobre todo con David, que anuncia la venida del Mesías (año 1000 a.C.)
Período de los profetas que predican la Palabra de Dios (anuncio y denuncia), llaman a la
conversión, purifican el culto, luchan por la justicia, anuncian al Mesías, preparando el camino para
la Palabra hecha carne. Hacia la Nueva Alianza (año 1000 a.C).
Cisma: Reino del sur en Jerusalén, y Reino del Norte en Samaria. La infidelidad y la idolatría son
camino hacia el fracaso. Bajo la dominación asiria. Elías y Eliseo son campeones de la fe (930 a.C).
Destierro: Tiempo de prueba: lejos de la tierra, sin templo, sin culto, sin rey. Bajo la dominación
babilónica. Israel se purifica y se convierte. Madura la conciencia del pueblo de Dios.
Responsabilidad individual. Se va formando el Israel cualitativo (Años 587-538 a.C.).
Queda el resto fiel (Is 35, 10; 51, 11), los pobres de Yahve (Ez 36, 26; Jr 32, 37-41). Viene una
ardua tarea de reconstrucción material (Nehemías) y espiritual (Esdras) hasta el reencuentro con la
alianza (Esdras 8 y 9). Retorno del exilio. Dominio persa con Ciro. Hacia un nuevo reino (año 538
a.C.)
Los sabios de Israel (Proverbios, Job, Eclesiastés, Cantar, Eclesiástico, Sabiduría y Salmos):
guías espirituales de Israel que dan testimonio de Dios, son precursores del evangelio y vivifican los
valores humanos. Rebelión macabea en defensa de la fe verdadera contra la idolatría pagana.
Dominio griego y romano (333 a.C. y 63 a.C).
El precursor Juan Bautista, última voz profética: “convertíos porque ha llegado el Reino de
los cielos” (Mt 3,2).
Pentecostés: nuevo Pueblo, la Iglesia, formada por pastores y fieles. Su misión es evangelizar
con el testimonio y con la palabra. Este nuevo pueblo tiene un modelo, la Virgen; y un día, el
domingo, para actualizar la Pascua. Pueblo que tiene como compromiso la caridad y la justicia.
Pueblo que peregrina hacia la patria celestial
VI. CONCLUSIÓN:
Todo el Antiguo Testamento es una espera siempre más creciente de la venida de Cristo. Todo es
una tensión hacia Él. Quien termina de leerlo, queda con el ánimo suspenso, en espera de la
realización de todo el misterio de salvación ofrecido por Dios. El Nuevo Testamento, con Cristo
Jesús, dará respuesta a esa espera de salvación. Jesús es ese Cordero cuya sangre salva al pueblo
de la esclavitud (cf. Ex 12), es el Alimento misterioso que en el desierto alimenta a los hebreos (cf.
Ex 16); es el Rey-Mesías prefigurado en David; es el Siervo de Yahvé del que habla Isaías. En una
palabra, Jesús realiza lo que en el Antiguo Testamento era presentado como una figura.
La síntesis más sublime de este Plan divino, que hace del hombre una imagen perfecta en su Hijo, y
de la humanidad un Pueblo santo la encontramos en san Pablo, Col. 1, 3-2, 17 y Ef. 1, 3-21.
Podemos resumir estos textos así:
El desarrollo de la salvación en el tiempo, por medio de la Iglesia, como nuevo pueblo de Dios, en
macha hacia el Reino (Hechos y Apocalipsis).
El término al final de los tiempos, cuando la historia acabe y se restaure plenamente el Reino de
Dios.
VII. ORACIÓN: Señor, que sepa descubrir detrás del Antiguo Testamento tu amor misericordioso y
providente; que detrás de cada página del Antiguo Testamento vaya descubriendo la imagen de tu
Hijo Jesucristo, Mesías prometido y anunciado por tus profetas; y esto me llene de esperanza y
alegría. Amén.
__________________________
18. Léanse, por ejemplo, estos textos y sáquense las características del agua en la Biblia: Gn 1,
2.7.9; Prov 8, 27-29; 1 Pe 3, 5; Sal 104; Gn 2, 5-6.10-14; Dt 11, 14; Jer 5, 24; Is 30, 23.25; Job
5, 10; Gn 7, 11-12.17-24; Job 12, 15; Sal 32, 6; Dt 28, 12; Lev 26, 3-4; Gn 27, 28; Sal 132, 2-3;
Ap 22, 1-2; Dt 28, 23-24; Lev 26, 19; Is 19, 5-7; Ez 4, 16-17; Sal 18, 5.17; 42, 8; 124, 4-5; 144,
7; Núm 8, 7; 2 Re 5, 10-14; Ez 47, 1-12; Is 44, 3-4; Jer 17, 8; Jn 4, 10-14; 7, 37-39; 19, 34; 1
Co 10, 4; Mt 3, 11; Jn 3, 5; He 22, 16; 1 Co 6, 11; Ef 5, 26; Heb 10, 22
19.
Léanse estos textos: Gn 2, 5; Dt 1, 19; Is 14, 23; 30, 6; Sof 2, 13; Lc 3, 1-4
21. La mesa de la Propiciación era el lugar en donde se ofrecían doce panes en honor a cada una
de las tribus de Israel.
1. ¿Por qué para los católicos no desaparece el Antiguo Testamento cuando inicia
el Nuevo Testamento?
8a sesión. El Pentateuco
Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento.
I. INTRODUCCIÓN
Nos separan casi tres mil años de los primeros libros de la Biblia. Hay que ambientarnos en aquella
época, para poder entenderla. Hay dos peligros: uno por exceso, es decir, creer al pie de la letra
lo que dice la Biblia, a través de sus metáforas y géneros literarios; y el otro por defecto: rechazar
todo, por considerarlo fantástico y lleno de colorido imaginativo. Nuestra actitud debe ser otra: sacar
el mensaje de Dios, que se esconde detrás de ese revestimiento literario.
La religión del Antiguo Testamento es una religión histórica, es decir, fundada en la intervención
directa de Dios a determinados hombres, en determinados tiempos y lugares. Dios hizo su elección y
promesa e invita al hombre a su amistad y le pide fidelidad como respuesta a su alianza. Esta
fidelidad pasa por cumplir la Ley que el Señor les ha dado. Por tanto, la historia sagrada se mueve
en torno a estas realidades: Promesa, Elección, Alianza y Ley.
Todo el Antiguo Testamento podemos dividirlo en libros históricos, libros proféticos y libros
doctrinales. Los judíos lo dividen así:
Los Escritos o Ketubim: los Salmos, Proverbios, Job, Cantar, Ruth, Lamentaciones, Cohelet,
Esther, Daniel, Esdras y Crónicas.
Los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, conocidos tradicionalmente como Pentateuco,
constituyen un magnífico pórtico que da acceso al majestuoso edificio de la Biblia.
El nombre Pentateuco, de origen griego, alude a los cinco (penta) libros o “rollos” que lo forman y a
los instrumentos o estuches (teukhos) en que se guardaban. No estamos ante cinco independientes.
Al contrario, cada libro desemboca en el siguiente o arranca del anterior. , de forma que todos juntos
desarrollan una misma trama narrativa que va desde la creación del mundo, pasando por el
nacimiento de los pueblos, la era patriarcal, la estancia israelita en Egipto y en el Sinaí, hasta el
comienzo de la Conquista de Canaán y la muerte de Moisés, en los umbrales de la tierra prometida.
Esta historia unitaria y continua, formada casi a partes iguales por relatos y leyes, se divide a su vez
en seis grandes etapas o capítulos, perfectamente diferenciados:
Estos cinco libros forman la Torah o Ley por excelencia, la carta constitucional que plasmó los
principios fundacionales y fundamentales, religiosos y civiles, por los que Israel se constituyó como
un pueblo con identidad propia y referido en exclusiva a Yahvé, su Dios.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer las diversas corrientes de tradiciones que formaron el
Pentateuco.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Escuchar a Dios que busca entablar con nosotros una relación
personal de amor y de amistad.
IV. TESIS: El Pentateuco es la historia de la fundación de Israel, en el que se relatan sus orígenes
y el mensaje central de su alianza con el hombre y la respuesta de éste a Dios. Es un gran libro
dividido en cinco volúmenes o rollos: Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio. Aunque su
autor principal es Moisés, sin embargo, ha venido enriquecido y complementado por otros autores
que echaron mano de unas tradiciones existentes, siempre bajo la inspiración de Dios.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
La palabra “Pentateuco” viene de la lengua griega y significa “Libro de los cinco estuches”: Génesis,
Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio. Estos libros son considerados como una sola unidad. Y
se les llama la Torah o Ley 22. Se llamaba la Ley porque lo fundamental de estos libros era la ley de
Moisés, dada por Dios en el monte Sinaí, es decir, las prescripciones que regulan la vida moral,
social y religiosa del pueblo.
Para nuestros ojos modernos, el rasgo más llamativo de esta legislación es su carácter religioso, la
compenetración de lo sagrado y lo civil y cultural. Y este es el rasgo que quisieron dejar los autores.
a) El Génesis narra los orígenes del mundo y del género humano desde sus comienzos hasta la
formación de Israel como pueblo, poco antes de la salida de Egipto.
b) El Éxodo, la salida de los hebreos de Egipto, guiados por Moisés, el paso milagroso del Mar
Rojo y su estancia en el Sinaí, donde reciben de Dios la Ley, sancionada por un pacto o Alianza
(Berith) entre Dios y el pueblo. Desde este momento Israel llega a ser el Pueblo elegido y llamado
por Dios.
c) El libros de los Números toma su nombre del censo del pueblo que aparece en sus primeros
capítulos, aunque después se detiene a narrar la vida de Israel a través del desierto con sus
múltiples vicisitudes.
Dos pilares tiene el Pentateuco: primero, el plan divino de salvación trazado por Dios; y segundo, la
respuesta a ese plan por parte del hombre, de ese pueblo escogido.
Tradicionalmente se atribuyó a Moisés la autoría del Pentateuco, pero estudios recientes han llegado
a la conclusión de que él solo no pudo ser el único autor de los cinco libros. Él es el autor
substancial, pero, durante largos años y en diversos momentos de la historia de Israel, otros autores
fueron añadiendo elementos y reformulándolos.
Antes de ponerse por escrito, estas tradiciones se recitaban en los Santuarios. Más tarde, se fijaron
por escrito.
¿Cuáles fueron las fuentes o tradiciones en las que se inspiró Moisés y demás autores?
a) Tradición yavhista: 24 designada por la letra “J”. Es llamada así porque desde el principio llama
a Dios “Yavhé”. Nació en la época de Salomón hacia el año 950 a.C. en los ambientes regios de
Jerusalén. Características: estilo muy concreto, expresivo y dramático; imágenes vivaces;
personajes, lugares y costumbres del pueblo precisos; Dios es presentado con imágenes muy
humanas y populares (trabaja con el barro, pasea por el Edén, cierra la puerta del arca, visita y
come con Abraham, etc.). En esta tradición, la salvación del pueblo estriba en la posesión de la
tierra prometida: Canaán.
b) Tradición eloísta 25: designada por la letra “E”. Es llamada así porque llama a Dios “Eloím”. A los
cananeos los llama amorreos. Al monte Sinaí lo llama Horeb. Nació posiblemente después de
Salomón, en el reino del Norte, después que el pueblo se dividió en dos. Las páginas de esta
tradición están marcadas por la predicación de las profecías de Elías y Oseas y da mucha
importancia a los profetas. Características: es menos dramático y menos concreto; presenta el
mensaje religioso con más reflexión y tiene una fina sensibilidad moral; ve a Dios no de forma
humana como “J”, sino tiende a espiritualizar la imagen de Dios: prohíbe sus representaciones (cf.
Ex 24, 10), casi nunca Dios interviene personalmente, sino sólo a través de sueños, visiones o
milagros. En esta tradición, la salvación del pueblo consiste en la Alianza de Amor con Dios, y no en
la tierra prometida. La Alianza es el verdadero tesoro de Israel.
d) Tradición sacerdotal 27: Designada por la letra “P”. Nació durante el destierro en Babilonia,
cuando los sacerdotes releen sus tradiciones y su ley para mantener la fe y la esperanza del pueblo.
Características: forma de hablar solemne, litúrgica y abstracta; se preocupa de enseñar,
especialmente las normas del culto; busca la precisión de las fechas, cuida la cronología; Dios es
presentado de una manera más espiritual y abstracta (es “Espíritu”, es “Palabra”, Gn 1,2).
b) ¿Cuándo tuvo el pueblo de Israel conciencia de pueblo elegido? Éxodo (liberación de Egipto,
marcha por el desierto, alianza en el Sinaí).
c) ¿Cómo debe regirse la comunidad de Israel? Levítico (conjunto de leyes y normas), Números
(experiencia del amor de Yavhé) y Deuteronomio (segunda ley).
VI. CONCLUSIÓN: El mensaje de salvación que Dios quiere darnos se esconde debajo de la
historia, leyes, costumbres de un pueblo determinado: Israel. La verdad que el Señor quiere darnos
en el Pentateuco, no está en los hechos en sí mismos, sino en el mensaje o enseñanza que el
escritor sagrado quiere darnos, a través de esos acontecimientos particulares. La Biblia, entonces,
hay que leerla, no como si fuera un libro de historia, sino como un libro de fe y de salvación.
VII. ORACIÓN: Señor, que el estudio de tu Santa Escritura, me llene de amor por ti por haberme
creado, de celo ardiente por tu santa Gloria para defenderte siempre y de fidelidad a tu Ley santa.
Te amo, Dios mío. Ten misericordia de mí. Amén.
_________________________
22. También se les llama “El libro de la ley de Moisés” o “El libro de la Ley de Yavhé”.
25. Textos de esta tradición están en Gn 15; 37-42; Ex 2; Nm 11, 11-30 y 13-14
26. Textos de esta tradición se encuentran en el libro Deuteronomio, exceptuando los capítulos 32,
33 y 34.
27. Algunos textos de esta tradición: Gn 1.2, 4a; todo el libro del Levítico.
I. INTRODUCCIÓN
Los relatos bíblicos no nacieron en Israel como una revelación llovida del cielo, por casualidad. Fue,
más bien, fruto de una reflexión iluminada por el Espíritu Santo, sobre la existencia y las
experiencias de la humanidad. Estos relatos bíblicos no tratan de dar una respuesta científica sobre
cómo ocurrió la creación. No es la finalidad de la Biblia. Mientras la ciencia responde a la pregunta
cómo suceden las cosas, la Biblia, por el contrario, da respuestas al porqué y para qué de las
cosas, en vistas a la amistad con Dios aquí en la tierra y la salvación en la eternidad.
En este capítulo afrontaremos estas preguntas y problemas: de dónde viene la vida, por qué y para
qué creó Dios todo; existía algo o alguien antes de la creación del mundo; por qué se narra en
forma pintoresca (serpiente, fruta prohibida, costilla de Adán, diluvio, torre de Babel, etc.); cuáles son
los temas profundos que esconde el Génesis; cómo viene presentado Dios en el Génesis; cómo
compaginar el relato de la creación con la teoría de la evolución, defendida por la ciencia; por qué
existe el mal y cómo empezó en el mundo.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer el mensaje fundamental del Libro del Génesis.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Tomar conciencia de mis orígenes como creatura de Dios y del plan
de Dios para mí.
IV. TESIS: El libro del Génesis no es un libro de historia, sino un libro de fe. Trata de los orígenes
del mundo, del hombre y del pueblo de Israel. Al autor del libro no le interesan los hechos en sí
mismos, sino que usa de los acontecimientos en la medida en que sirven para enseñar y explicar el
Plan divino. Por eso los nombres de los personajes, su edad, sus fechas, los números...son
simbólicos y esconden una verdad revelada por Dios, que sólo descubriremos desde la fe, ese
regalo dado por Dios el día del bautismo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. La Biblia y la ciencia
La Biblia nos dice que el mundo fue creado en siete días; la ciencia nos dice que se necesitaron
millones de años para el desarrollo del universo. La Biblia nos dice que Dios creó al hombre del
barro, la ciencia afirma que procede por evolución. ¿Hay contradicción?
No. Las dos, la ciencia y la Biblia, miran al mismo problema de los orígenes, pero desde dos puntos
de vista totalmente diversos. La ciencia busca investigar y explicar lo que realmente pasó al
principio. La Biblia, por el contrario, hace una reflexión religiosa sobre la vida y el hombre frente a
Dios.
Así pasó con el problema de los orígenes: el autor del Génesis quiere darnos una respuesta
profunda, inspirada por Dios, a los problemas fundamentales del hombre y transmite sus respuestas
a través de un género literario “sapiencial” o “poético”. Así que la verdad del Génesis no está en
Adán y Eva, como personas reales; en el Edén, como un lugar preciso; en la serpiente, la manzana,
el barro, etc., sino en el mensaje religioso que estas historias encierran.
El libro del Génesis no tiene un solo autor sagrado. Es el resultado de antiguas tradiciones orales,
populares, y de la recopilación de las tres fuentes o tradiciones: yavista, eloísta y sacerdotal.
Concluimos: El Génesis es original y único, no en la forma literaria, sino en el mensaje sobre Dios y
el hombre.
Cap. 1-3: relato de la creación, la caída del hombre, la intervención de Dios y la sentencia, la
promesa de la redención.
Cap. 6-10: El diluvio universal 29. Consecuencias del pecado. Alianza de Dios.
Cap. 11: La torre de Babel 30. Consecuencias del pecado. Llamada de atención de Dios.
1) Sobre Dios:
a) Dios es eterno, existe desde siempre, nadie lo ha creado. Es trascendente, es decir, está
más allá de nuestros esquemas, no se puede fijar en unos rasgos o figuras que nosotros
dominamos o manejamos. Es el único y verdadero Dios, que no puede confundirse ni mezclarse
con las creencias politeístas y panteístas entonces existentes y a las que se sentían inclinados los
mismos israelitas. Se insiste mucho en el monoteísmo, es decir, un solo Dios. Las demás cosas son
creaturas y obras de Dios.
b) Dios es Creador del Universo, rector de la historia, Dueño y Señor, y, en cuanto tal, ha elegido
unas personas con las que formar un pueblo suyo: Israel. Por tanto, todo lo demás es creatura de
Dios. Por ser Señor puede mandar y prohibir a sus creaturas. Y lo hará siempre para nuestro bien
personal y comunitario.
c) Dios está lleno de Poder y Majestad: Toda la creación es obra exclusiva de Dios: crea de la
nada para demostrar su omnipotencia. Por un acto de amor y voluntad mantiene en el ser a todo lo
que ha creado.
d) Dios, lleno de bondad: todo lo hizo bueno. Su bondad le hizo estar cercano al hombre,
dispuesto al perdón, a renovar la alianza. Por eso hizo la promesa de redención (Gn 3, 15) 31. Es lo
que se llama el Protoevangelio (primera buena noticia). Es un versículo esperanzador, en medio de
los castigos del pecado original. La victoria de esta lucha del demonio con el género humano le
tocará a la “Mujer” (es decir, a María), que vencerá el mal, aplastándole su centro vital: la cabeza.
En la palabra “Linaje” se vislumbra ya la figura del Salvador, y en la mujer los cristianos siempre han
visto una figura de María, la Virgen Madre de Dios.
Esta bondad de Dios la demostró también con Noé, que alcanzó el favor de Dios, por ser hombre
religioso, justo y recto (cf. Gn 6, 8). Y Dios hizo una promesa de vida con la humanidad: “Ya no
volverá a existir diluvio que destruya la vida...” (Gn 9, 9-15).
2. Sobre el hombre:
a) Dios creó al hombre a imagen y semejanza de Él: por tanto, inteligente y libre, con su propia
autonomía, su capacidad de realizarse y dominar la tierra. Sólo con alguien semejante Dios puede
establecer una alianza, un trato de amistad, un diálogo. La imagen más profunda de Dios somos los
hombres, por eso a Dios hay que encontrarlo precisamente en los demás, no para divinizarlos, sino
para tratarlos con respeto y con justicia 32.
b) El hombre es dueño del mundo: dueño, en cuanto Dios le ha dado el mundo como “casa”, y él
organiza y disfruta de las cosas. Dueño, en cuanto tiene que custodiarlo y cultivarlo, como algo
encomendado. El hombre es administrador sabio que cumple y realiza la voluntad de su amo 33.
Para realizar esta misión, Dios le concedió el don de la palabra para que pusiera nombre a todo (cf.
Gn 2, 19-20). Poner nombre es levantar un acto de dominio. No domina por la fuerza material, en
virtud de una potencia irresponsable y ciega; sino en virtud de la palabra o pensamiento. Gracias a
la palabra y el pensamiento, el hombre puede discernir, sopesar, encontrar la verdad de las cosas, y
llevar adelante la técnica y la ciencia. El hombre se dignifica en el trabajo y mediante el trabajo
continúa transformando el mundo y mejorándolo.
d) El hombre está abierto hacia los otros: el hombre no estaría satisfecho totalmente sólo con el
dominio de las cosas. Por eso Dios le dio una ayuda semejante, una compañera. Sólo la mujer es la
única digna compañera del hombre; lo material y los animales no pueden ser dignos de una relación
personal. Y los dos se convierten en personas, en cuanto entran en relación mutua y dialogan entre
sí. Sólo en el encuentro con el otro, que es igual en dignidad y distinto en complementariedad, el
hombre puede admirarse y gozarse (cf. Gn 2, 24). La mujer aquí es presentada como portadora de
gozo, de vida, de fecundidad. Sólo con Eva, Adán puede comunicarse en sentido radical: dialoga en
gesto de alteridad y encuentro.
e) El hombre es elevado por Dios a un estado de santidad y justicia que lo hace gozar de la
felicidad, de la intimidad divina. Esa felicidad depende de la obediencia del hombre y de la mujer a
Dios.
f) El hombre, no obstante esta dignidad, sigue siendo débil: El hombre (Adán) ha salido del
polvo (Adamáh). Este juego de palabras quiere explicar el débil arraigambre del hombre: el autor
anticipa ya en cierto modo la posibilidad de la caída.
g) El hombre, instigado por Satanás, se deja llevar por la soberbia y desobedece a Dios,
pecando contra Él y contra el plan que Dios le había marcado: quiere el hombre hacer su vida,
al margen de Dios. El hombre no acepta las limitaciones inherentes a su propia naturaleza. Y se
rebela. Tal rebeldía acarrea malas consecuencias al hombre y a su familia, sufrimientos, peleas,
diluvios, muerte. El hombre y la mujer, con el pecado, pierden los privilegios de santidad y justicia
originales, pierden la intimidad con Dios. Pero el castigo no es definitivo, Dios es misericordioso y
promete al hombre un Redentor que triunfará sobre el pecado y el mal. De esta realidad del pecado,
destacamos unos rasgos:
En nuestra vida se entromete la serpiente (cf. Gn 3, 1-6): esta serpiente es el antidiós que quiere
inocular su veneno de soberbia y de ansia de independencia en el corazón del hombre.
Quedó rota la hermandad entre los hombres; así Caín mata a Abel (cf. Gn 4, 1-16) y nace el reinado
de la violencia y la ley del más fuerte, simbolizada en las amenazas de Lamec (cf. Gn 4, 23). El
hombre se encuentra dominado por el mal y la tierra está llena de violencia, hasta el punto que Dios
permitió el diluvio (cf. Gn 6-9) 34. La torre de Babel (cf. Gn 11, 1-9) es el último eslabón de esta
cadena de pecado que se desparrama sobre la tierra.
Frente a esto, está la historia de Dios, que teje la primera alianza de salvación con Noé, como
primicia de las alianzas con los patriarcas. Hay almas buenas que fieles a Dios cumplen sus
preceptos y Él tiene piedad y misericordia de ellas. La justicia de estas almas buenas beneficia a
toda la humanidad.
3. Sobre el matrimonio:
Dios creó el matrimonio y quiere que en el matrimonio el hombre y la mujer sean iguales en
naturaleza y dignidad y en derechos, y que uno y otro se complementen. El hombre y la mujer
forman una unidad, se integran el uno a la otra, y son llamados a una comunidad de vida, en la
amistad con Dios. El matrimonio es una unión más fuerte que la de la sangre: es afirmado ya desde
aquí el carácter indisoluble y monogámico del matrimonio. La sexualidad es un don de Dios para el
hombre y la mujer: Dios los quiso sexuados. La sexualidad tiene su razón honda y profunda en
vistas a la unión de ambos en el amor para la transmisión de la vida. Por eso, las relaciones entre
un hombre y una mujer son tan estrechas y profundas que los hacen ser “uno solo”. Ya desde el
Génesis está claro que el matrimonio es la unión de una mujer con un hombre; de un hombre con
una mujer.
VI. CONCLUSIÓN A modo de resumen, las enseñanzas del Génesis son éstas: Dios es el creador
de todo cuanto existe; el hombre fue creado por Dios para vivir en amistad con Él y fue colocado en
un estado de felicidad; los creó hombre y mujer para que compartieran el amor y continuaran el
género humano; por instigación del demonio el hombre pecó por soberbia, y por el pecado sobrevino
el dolor, la muerte y todas las inclinaciones malas que todo hombre lleva consigo en su corazón; a la
primera falta o pecado siguieron otros pecados de la humanidad; pero Dios no abandonó al hombre
sino que le brindó su auxilio lleno de misericordia, continuamente, y le prometió mandarle un
Salvador, que sería su propio Hijo, Jesucristo.
VII. ORACIÓN: Señor, hoy como antes, los hombres nos olvidamos de ti. Permite que recordemos
que Tú solo eres el dueño de todo cuanto existe y nuestro verdadero Señor. Que te obedezcamos y
te amemos, como te mereces. Así sea.
_____________________________
28. Mito no significa mentira o invención. Mito es una forma de conocer que está siempre en los
orígenes de las culturas y encierra un problema profundamente humano y religioso. El mito es
una prefilosofía; por eso, no busquemos en los mitos la razón, sino el sentido profundo que se
esconde detrás de ese mito. El mito es una forma literaria compleja: es a la vez inteligible e
imaginativo, lógico e irracional; no es historia ni fábula ni novela, aunque participa de elementos
de cada uno. ¿Cuál es el origen del mito? En el origen del mito está esa capacidad de
“admirarse” ante las grandes cosas del mundo y ante los grandes problemas de la existencia
humana. Los pensadores de la antigüedad echaron mano del mito cuando la palabra normal
era impotente: realidades sublimes y religiosas, explicación cosmológica de los orígenes del
mundo. Por tanto, el mito es ya una expresión y defensa del misterio y no una falsedad; nos
descubre el desequilibrio existente entre el lenguaje humano y las realidades superiores que
sobrepasan nuestro conocimiento natural. Pero, ¿es verdad o no es verdad el mito? No es la
verdad, sino aproximación a la verdad; no es verdad plena, porque el mito es a la vez sueño y
creencia que buscan realidades profundas sin preocuparse de la evidencia racional. Para el
filósofo Jaspers el mito es el lenguaje de la trascendencia que está inmanente en cada corazón
humano; el mito viene a expresar lo divino en nosotros.
29. ¿Es histórico el diluvio? No cabe duda de que el autor habla de un hecho que él considera
realmente acaecido. Es posible que haya pasado algo extraordinario en tiempos antiguos, que
luego las tradiciones populares hayan engrandecido. ¿Universal? Universal debe entenderse no
de toda la tierra, sino de una vasta zona de la región de Mesopotamia. ¿Cuál es el sentido? Lo
importante del diluvio es el sentido espiritual que hay detrás. El diluvio es ante todo un drama
humano: rompemos las compuertas de la propia vida y de los propios límites y saltan las aguas
y las cataratas interiores, destruimos la paz de Dios y nos inundan las olas de la muerte, en un
proceso angustioso de autodestrucción.
30. La Torre de Babel no es solamente una creación imaginaria. Corresponde al “Ziggurat”, o torre
de varios pisos, sobre la cual lo habitantes de Mesopotamia colocaban sus templos idolátricos.
Babel es con probabilidad la misma Babilonia. Parece que la intención bíblica sea de condenar
el culto idolátrico de Babilonia, fuente de ambición y división.
31. “Pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza y tú le
acecharás el talón”. Conforme a lo que vimos del sentido de la Biblia, diremos acerca de este
texto:
a) El sentido literal: la mujer es Eva y el linaje es la descendencia de Eva.
b)El sentido pleno: la mujer es la humanidad y el linaje son los hombres en general.
c) El sentido típico: la mujer es María y el linaje es Cristo y los cristianos.
El sentido literal es conocido por el autor bíblico y sus lectores. Los otros dos sentidos, el pleno
y el típico están sólo en la mente de Dios, pues contienen un anuncio oculto. Ya cuando se
realizó la profecía, podemos descubrir estos dos últimos sentidos.
34. Si leemos el diluvio con los ojos de este siglo en que vivimos tenemos que constatar que
también nos hallamos amenazados por otros diluvios: el riesgo de la polución ambiental, la
guerra atómica y nuclear... Dios ha confiado en nuestras manos la existencia de los cielos y la
tierra. ¿Qué haremos? Allí donde el pecado nos derrumba, se derrumbarán también los
principios de todo lo creado.
1. ¿Qué diferencia existe entre lo que dice la Biblia y lo que dice la ciencia acerca
de los orígenes del hombre?
3. Dime las dos diferencias principales entre el texto bíblico y las leyendas,
cuentos y relatos de Mesopotamia que hablan de los orígenes del mundo.
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
CAPÍTULO NOVENO
PENTATEUCO: EL GÉNESIS
CAPÍTULOS 12-50
I. INTRODUCCIÓN
Frente a la historia del hombre, que resultó ser una historia de alejamiento de Dios y de pecado,
Dios propone “Su historia”, la Historia de Salvación, que comienza con Abraham. Son los albores y
el nacimiento de Israel como pueblo elegido por Dios.
Mientras que el libro del Éxodo es la historia de un pueblo, el Génesis es más bien la historia de una
familia patriarcal, la de Abraham.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Aprender y asimilar en nuestra vida las maravillosas lecciones de
estos patriarcas, con quienes Dios hizo su Alianza 35.
IV. TESIS: Dios quiere formar Su Pueblo, hacer con él una Alianza eterna de amor e iniciar con él
la historia de salvación para todos los hombres. Para ello escoge a Abraham, lo prueba en su fe y
obediencia y, finalmente, le premia, haciéndole padre de todos los creyentes.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Abraham
Se llamaba Abram, que significa “padre venerado”. Pero Dios le cambia el nombre y le pone
Abraham, que significa “padre de una muchedumbre”. Dios cuando cambia un nombre lo hace en
vistas a una nueva misión.
Originario de Ur, al sur de Mesopotamia, perteneciente a la tribu de Teraj, nómadas que se habían
establecido en los valles regados por el Tigris y el Eufrates, alrededor del año 3000 a.C.
a) Dios lo elige
Dios no quiere actuar solo en la historia. Siempre se elige algunos hombres y los asocia a su Plan.
De la respuesta de estos hombres depende el buen o mal resultado de su Plan de salvación.
Con la elección, Dios le hizo estas promesas: tendrá descendencia numerosa (cf. Gn 15, 2-5),
poseerá una tierra (cf. Gn 15, 79) y será fuente de bendición para todas las naciones de la tierra (cf.
Gn 12, 3; 22, 18).
Con la elección, Dios le pide unos compromisos: monoteísmo (cf. Gn 17, 1), rectitud moral: “Anda en
mi presencia y trata de ser perfecto” (Gn 17, 1) y la fe, es decir, docilidad absoluta a la voluntad del
Señor (cf. Gn 15, 6).
b) Dios lo prueba
“Sal de tu tierra” (cf. Gn 12, 1). La tierra era lo más querido para un hombre en ese tiempo. Es una
ruptura muy costosa: ruptura con su pasado, con su sangre, con su suelo, con su patria. Romper
con el pasado para lanzarse a un futuro incierto, para crear un nuevo pueblo, el pueblo de Dios.
“Sacrifica a tu hijo Isaac” (cf. Gn 22, 2). Después de la esterilidad de Sara, su mujer, Dios le
concedió un hijo, Isaac 36. Pero después, Dios le manda sacrificar a su único hijo. ¡Qué prueba tan
grande!
La respuesta de Abraham en las pruebas es la fe: no pregunta, no discute; cree, confía, obedece, se
entrega a Dios.
c) Dios lo premia
Dios premia la fe de Abraham. Le dio una gran descendencia: los creyentes; le concedió una
espléndida tierra, Canaán; y una hermosa bendición que no se borró ni se borrará nunca: la alianza
con él. Esta alianza la firmó Abraham con la circuncisión 37 . Sólo después de Pentecostés será
abolida definitivamente por los apóstoles (cf. Hech 15, 5-29) y sustituida con el bautismo (cf. Col 2,
10-12). La circuncisión no era sólo un hecho físico: exigía la pureza interior y la obediencia a la ley
(cf. Dt 10, 16; 30, 6); es lo que los profetas llamaban “circuncisión del corazón” (cf. Jer 4,4; Ez 44, 7).
En una palabra: el premio que Dios dio a Abraham fue su amor, la cercanía y la compasión.
Jacob significa “el tramposo, el que suplanta” (suplantó a su hermano Esaú en la bendición paterna).
Más tarde, después de la “lucha con Dios” (cf. Gn 32, 23-33) 38 , Dios le cambia el nombre en
“Israel” que significa “Dios es fuerte”. Jacob tuvo doce hijos, que formaron las doce tribus de Israel.
Dios sigue siendo fiel a sus promesas y a sus bendiciones, que renueva a lo largo de toda la vida de
Jacob.
El sueño de Jacob (cf. Gn 28, 10-22) significa que Dios no está lejos de los hombres. Él mismo ha
tendido un puente para comunicarse con ellos.
José era el hijo preferido de Jacob. La bella historia de José vendido por sus hermanos corresponde
a hechos verídicos y realmente acaecidos. Pero lo que más interesa es la enseñanza religiosa que
se esconde detrás: la misteriosa providencia de Dios que siempre cuida de sus elegidos. José
también es una figura que anticipa algunos aspectos de la vida de Cristo. Así lo dice san Pablo:
“Tomó la condición de esclavo...se humilló...y por eso Dios lo engrandeció y le dio el nombre sobre
todo nombre” (Fp 2, 6-10). Al igual que José salvó a su pueblo de la carestía, así también Jesús nos
salvó a nosotros.
Las pruebas son ocasión maravillosa para demostrar nuestra preferencia por Dios.
El Pueblo que Dios se escoge es un pueblo que va gestándose en el camino mismo de la historia;
se va haciendo en su caminar. No retorna hacia sí mismo, como le ocurrió a Ulises, el rey de Ítaca 39
. El Pueblo de Dios es un pueblo en camino hacia la eterna Patria. Para llegar a esta patria hay que
salir de nuestra pequeña patria de la comodidad, correr el riesgo y la oscuridad del camino; pero con
la fe y confianza en que Dios camina junto a nosotros.
VI. CONCLUSIÓN: La historia patriarcal evoca la figura de los grandes antepasados. Cada uno
tiene su propia característica: Abraham es el hombre de fe, cuya obediencia es premiada por Dios,
que le promete una posteridad para él mismo, y la Tierra Santa para sus descendientes. Jacob es el
hombre de la astucia, que suplanta a su hermano Esaú, y escamotea la bendición de su padre
Isaac. Pero de nada le habrían servido todas sus habilidades, si Dios no le hubiera preferido a Esaú,
desde antes de su nacimiento. José es el hombre honesto, íntegro, lleno de caridad y sabio.
VII. ORACIÓN: Gracias, Señor, por habernos llamado a pertenecer al Pueblo de Dios. Te pedimos
por todos los que nos guían en este peregrinar hacia Ti, para que nunca les falte tu luz y tu amor. Y
a nosotros, danos la gracia de obedecerles como lo hizo tu siervo Abraham. Aumenta nuestra fe y
nuestro deseo de caminar hacia la Tierra prometida. Amén.
_______________________________
35. Leer y confrontar las promesas o alianzas de Dios con Abraham: Gn 49, 8-10; con Isaac: Gn
26, 23-25; con Jacob: Gn 28, 10-15; con Judá: Gn 49, 8-10.
36. Isaac es la figura de Cristo, a quien Dios Padre mandó sacrificar para salvarnos.
37. Este rito no es exclusivo del pueblo de Israel, lo practicaban muchos pueblos antiguos como un
medio de limpieza e higiene o como un rito social (la entrada del joven en la sociedad). Para el
Pueblo de Israel, esta práctica alcanza un significado profundamente religioso y con carácter
perpetuo. Es la señal de pertenencia al pueblo elegido (cf. Gn 17, 12; Ex 12, 48).
38. Es un pasaje misterioso de la Biblia. Podría ser una descripción del estado de ánimo de Jacob,
lleno de oscuros sentimientos, de temores, antes de ir al encuentro de su hermano Esaú. En
este caso Jacob lucha consigo mismo, con el miedo, con la angustia de su futuro, y Dios le
visita para infundirle serenidad y paz.
39. Historia maravillosa relatada por el poeta griego Homero en su obra “La Odisea”.
1. ¿Qué es lo que más te impresiona de Abraham, qué crees que fue a lo que más
le costó renunciar?
I. INTRODUCCIÓN
Una fuerte carestía obligó a los israelitas a emigrar a Egipto. Allí se establecieron muchos. Se
habían hecho un pueblo muy numeroso, fuerte y trabajador. Por miedo a su potencia, los egipcios
los esclavizan sin compasión, por lo que la vida de aquellos hombres era amarga y llena de fatigas.
Y aquí comienza el libro del Éxodo y con este libro también inicia el nacimiento del Pueblo de Dios.
Aquí vale repetir lo que habíamos dicho en otra ocasión: en la Biblia no podemos buscar la precisión
histórica o geográfica de los hechos 40. Lo que hay que buscar es la verdad de la enseñanza
religiosa que Dios quiso inspirar a los escritores sagrados. Todo en orden a nuestra salvación
eterna.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Descubrir que todos tenemos una misión que cumplir como Moisés,
para salvar a la humanidad.
IV.TESIS: El libro del Éxodo narra la salida de los israelitas de Egipto, alrededor de los años 1280-
1240 a.C., bajo la guía de Moisés, a quien Dios escogió, y con quien renovó su Promesa y su
Alianza de amor. Estamos en el corazón de la Biblia, pues con la salida de Egipto y la Alianza en el
Sinaí, Israel nace como Pueblo, descubre quién es su Dios. Además, en el Éxodo nos encontramos
con hechos, personas y temas que son “tipo” y “figura” de la revelación posterior de Jesús 41.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
Estamos alrededor del año 1250 a.C. El autor, como dijimos, es Moisés, junto con las tradiciones
orales y escritas de ese tiempo. Por tanto, no es obra de un solo autor, ni se ha escrito de una sola
vez.
a) El libro del Éxodo es una mezcla de las cuatro tradiciones: Yahvista, Elohista, Sacerdotal y
Deuteronómica.
b) Los relatos del Éxodo encajan en el género literario épico-religioso; es decir, se presentan
situaciones y hechos históricos verdaderos, pero narrados de forma grandiosa, como la gran
aventura de un pueblo, y siempre con finalidad religiosa, es decir, para nuestra salvación.
Narrativos: la opresión de los hebreos, la epopeya del éxodo, la travesía del desierto y la
teofanía del Sinaí.
Litúrgicos: los concernientes al cordero pascual, los panes ácimos y los primogénitos, normas
sobre el santuario y el culto.
a) División
Éxodo 1, 1-12, 36: Es la historia de Israel en Egipto: la opresión del pueblo, vocación de Moisés,
la lucha por la liberación, la Pascua y la salida del pueblo por el Mar Rojo.
Éxodo 12, 37-18, 27: Narra la peregrinación en el desierto como camino de purificación y
encuentro de Yahvé con el Pueblo.
Éxodo 19, 1-24, 18: Es la parte central y más importante. Trata del Pacto o Alianza entre Dios y
su Pueblo.
Éxodo 25, 1-31, 18: Son normas y leyes acerca del culto y la institución divina del sacerdocio del
Antiguo Testamento.
Éxodo 32, 1-34, 35: Continúa la narración de los hechos, durante la alianza en el desierto, como
la historia del Becerro de oro.
Éxodo 35, 1-40, 38: Describe la ejecución de las órdenes divinas que están en los capítulos 25-
31.
b) Contenido temático
Entrada en la tierra: Es la llegada a la meta. Es una tierra buena que mana leche y miel. Es un
espacio de libertad en el que el pueblo puede desarrollar todas sus potencialidades y cumplir
plenamente su misión.
b) Moisés: Imagen perfecta del hombre elegido, tomado de entre el pueblo, cuya misión será
salvar a ese mismo pueblo con la ayuda del Señor. Su vida prefigura su tarea: es salvado para que
salve; Dios se le hace el encontradizo para que aprenda el camino y lleve hasta el Sinaí a los
liberados. Su misión se inscribe en una paradoja: cuando es un huido y traidor a Egipto es cuando
ha de iniciar la marcha de los oprimidos, y no cuando tenía poder como familiar del faraón. A los
ojos humanos era el hombre menos indicado: era tartamudo, tenía cuentas pendientes con la justicia
egipcia...pero el mandato de Dios era fuerte y exigente: “Tienes que ir...Yo te envío...Yo estaré
contigo” (Ex 3, 12). Siempre será solidario con su pueblo, incluso en los momentos de la apostasía,
salvándolo de la aniquilación con su intercesión. Es intermediario entre Dios y su pueblo 43. Es
embajador del Señor ante el faraón, su profeta para el pueblo, el líder indiscutible, con permanente
acceso a su Señor. En su rostro acabará reflejándose la gloria del Altísimo. Aunque no entre en la
tierra prometida, su gloria es eterna porque es el elegido que asumió y realizó perfectamente su
misión.
c) El pueblo: En Éxodo, como ya dijimos, comienza la historia de Israel como pueblo 44. El núcleo
original serán los oprimidos de Egipto, cuya desgracia pone en marcha la solidaridad divina. A éstos
se les exigirá una opción por la libertad que conduce a Dios; han de preferir el riesgo de abandonar
la mínima seguridad que la esclavitud que les garantiza por el desierto, signo de entrega confiada en
las manos del Señor. Este pueblo es retratado sin sombra de idealización: ante la dificultad duda,
desconfía, protesta y se rebela, aunque acabe de experimentar la providencia divina. Contrafigura de
Moisés, el pueblo es el elegido que no cumple su misión, se hace indigno de ella, y se libra del
rechazo y la aniquilación gracias al poder intercesor del mediador Moisés.
d) La Alianza: Es la culminación de una marcha ascética al encuentro del Señor que llama desde
el Sinaí. No fue una simple parada de unos días, sino un verdadero un verdadero curso de
formación religiosa, en la soledad del desierto y a solas con Dios durante un año y once meses (cf.
Ex 19, 1-2; Nm 10,11-12). Hay cuatro momentos:
Actos preparatorios (Ex 19): Dios quiso saber si los hebreos estaban dispuestos a escuchar su
mensaje, y si estaban en actitud de pactar con Él.
Promulgación del decálogo (Ex 20): Dios viene presentado como vivo, personal, santo,
remunerador, uno y único. En el decálogo están resumidos los principios de Ley Natural. Los tres
primeros preceptos regulan las relaciones con Dios; uno regula las relaciones con los padres; los
demás preceptos están orientados al prójimo, a sí mismo y a los bienes.
Establecimiento de la Alianza (Ex 24): era un pacto o compromiso recíproco de fidelidad de Dios
con su pueblo. Ya no es una alianza con una persona, como hizo con Noé (cf. Gn 9, 9-17) y con
Abraham (cf. Gn 17, 1-11), sino con todo un pueblo. Esta Alianza es anticipación de la Nueva
Alianza hecha por Jesús 45.
Las leyes de culto (Ex 25-31; 35-40): El culto lo expresaban con la oración y los sacrificios. Tres
son los elementos del culto: el Templo (o Santuario o Tienda de reuniones), el Arca de la Alianza
(para conservar las tablas de la ley), el Altar, el Sacerdocio. Fueron muchas leyes, que con el tiempo
fueron un peso insoportable; Jesús reducirá todo en su mandamiento del amor.
Las plagas (cap. 7-11): la Biblia presenta el episodio de las plagas en forma de epopeya
sagrada. Lo milagroso se impone a lo verosímil; lo teológico a lo histórico. Muestran la lucha entre el
poder del hombre (faraón) y la presencia de Dios. Quien quiera autodivinizarse y destruir la libertad
ajena, tarde o temprano quedará en manos de la muerte. Dios da al faraón todas las oportunidades
de cambiar, sin embargo estos signos provocan su obstinación porque una y otra vez se niega a
colaborar en el plan divino. Y al mismo tiempo, Dios mostró a los israelitas su poder y protección
salvadora.
La Pascua (cap. 12) 46 : La Pascua fue el paso que dieron los israelitas al salir de la esclavitud
hacia un Pueblo de hermanos. Fue y es “el paso de Dios” que quiere liberarnos. La pascua se
articula en tres secciones: ritual de la fiesta (12, 1-14), celebración (12, 21-28) y elenco de
participantes (12, 43-51). El ritual, memorial de la salida, tiene forma de comida y resalta el carácter
redentor de la sangre: el Señor salva a su pueblo pasando de largo por las casas señaladas; pero
también se trata de un golpe definitivo para el opresor: la muerte de sus primogénitos. Es un rito de
vida-resurrección. Jesús será el nuevo Cordero que inaugurará la liberación interior de los pecados:
paso de la servidumbre del pecado a la libertad en Cristo resucitado. Y el cordero comido en la
pascua hebraica es figura muy clara de otro alimento y de otra cena: el Pan de vida en la cena de la
Eucaristía.
El paso del Mar Rojo (14, 1-15, 21): El plan de Dios, al introducir al pueblo por la ruta más
incómoda del Sinaí (sur), obedecía a la necesidad de aislarlos para formar con ellos una nueva
conciencia religiosa y nacional, y obligarlos, casi, a seguir adelante, sin posibilidad de retorno.
Significó la especial providencia de Dios en favor de su Pueblo. San Pablo nos habla del mar Rojo
como el paso y el bautismo de Israel en el mar, figura del bautismo cristiano.
El desierto (15, 21 y siguientes): es tiempo de purificación y de contacto íntimo con Yahvé (cf.
Os 2, 16) ; es tiempo de prueba, es el examen de madurez en la libertad, donde el hombre, como
persona y como comunidad acepta el proyecto de Dios; es el lugar del “noviazgo” apasionado entre
Dios y el pueblo (cf. Os 1-3), pero también es lugar de tentación y de rechazo (cf. Sal 95, 11; Mc 1,
12-13; Heb 3, 7-19). Durante el desierto fueron conquistando la verdadera libertad. Es el retrato de
la historia de siempre: el corazón humano es inconstante, falto de fe, que ante la prueba protesta,
murmura, se rebela. Pero Dios sigue fiel, lleno de paciencia y misericordia.
El maná (16, 1-21): alimento prodigioso del desierto, anticipación del verdadero pan del cielo que
da la vida al mundo (cf. Jn 6, 31-33).
La Roca (17, 1-7): es la figura de Cristo, de quien brota agua viva, como la recuerda san Pablo
en 1 Cor 10, 1-4.
La victoria sobre los amalecitas (17, 8-16): es una enseñanza del poder de la oración e
intercesión de sus elegidos. El éxito no depende del valor humano, sino principalmente del poder de
la oración.
VI. CONCLUSIÓN:
El esquema del Éxodo: salida, travesía y entrada en la tierra, es el paradigma o modelo de lo que es
nuestra vida. Siempre hay que salir de la propia tierra y pasar por la prueba del desarraigo, camino
de nuevas fronteras. También la espiritualidad cristiana y los místicos hablan de salir, de cruzar el
desierto de la vida. Los autores del Nuevo Testamento también han recurrido a la imagen del éxodo
para expresar lo que es y significa la persona y la obra de Cristo. La fiesta central de los cristianos
es la Pascua, memorial del Éxodo. La historia de la Salvación gira en torno a tres grandes éxodos:
el de Egipto, el de Babilonia y el de Jesús.
Los restantes libros del Pentateuco (Números, Levítico, Deuteronomio) aparecen como continuación
del Éxodo. Entre los libros históricos, Josué significa el fin del camino de la libertad iniciado en
Egipto (el paso del Jordán es la correspondencia del paso del mar Rojo) y 1 Re 17-19 presenta la
misión profética de Elías con frecuentes alusiones al Sinaí. Entre los profetas, Oseas y Jeremías
recurren frecuentemente al motivo de la alianza de Dios con el pueblo, e Is 40-55 convierte el éxodo
en modelo de la liberación del exilio. Numerosos salmos recuerdan las grandes intervenciones en el
éxodo (cf. 81; 95; 111; 114; 136) y el libro de la Sabiduría 10-19 hace una actualización midrásica y
espiritual de los episodios de las plagas y el paso del mar.
VII. ORACIÓN: Señor, nosotros vamos camino a Ti, en peregrinación por el desierto de la vida, en
medio de dificultades, pero sabemos que Tú nos conduces con tu mano poderosa y providente.
Sabemos que eres fiel a tus promesas. Gracias, porque nos has dado los guías y pastores que nos
llevan hacia Ti en medio de las dificultades presentes, y durante el camino nos alimentas con tu
Eucaristía. Gracias por tu Iglesia y por el Santo Padre. Queremos ser fieles a la misión que has
puesto en nuestras manos, como lo fue Moisés. Queremos liberar a los hombres de las diversas
esclavitudes a las que están sometidas. Pero Tú danos tu bastón y tu seguridad. Amén.
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40. Esto nos daría serios problemas, porque algunos datos son imposibles, como el número de
hebreos que salen de Egipto, que según Éx 12, 37 son 600.000.
41. Así Moisés es figura de Cristo; El pueblo escogido es figura de la Iglesia; la liberación de Egipto
es el anuncio de la obra divina de la liberación del pecado que Cristo nos trajo; la Pascua
hebraica es anticipo de la Eucaristía cristiana; el Paso del mar Rojo nos recuerda claramente el
Bautismo; el Maná del desierto es una figura del Pan de Vida de la Eucaristía.
42. Etimológicamente significa “Yo soy, y seré lo que soy...Yo soy el que da el Ser a todos”. La
palabra Yahveh se escribía con cuatro letras “YHVH”, que se conoce como tetragrama. Este
sagrado tetragrama era sumamente venerado por los hebreos; y nadie lo podía pronunciar, bajo
la pena de muerte por blasfemia. Los rabinos al leer la Biblia y se encontraban con esta
palabra, pronunciaban, en su lugar “Adonai”, que significa “El Señor”. Algunos interpretaron las
vocales E.O.A y se vocalizó así: “Jehovah”. Los testigos de Jehovah lo conservan así. Sin
embargo, estudios más profundos demostraron que tal vocalización era errónea, y que las
vocales correctas son A.E, formándose el nombre de “Yahvéh”, que es el adoptado en las
biblias católicas.
43. Esta forma de intermediario es la que normalmente usa Dios, pues actúa a través de la Iglesia,
los sacramentos y los ministros.
46. En su origen la Pascua era una fiesta típica de los pastores que se reunían a principios de
primavera para iniciar su vuelta al hogar desde los pastos de otoño-invierno. Celebraban una
reunión festivo-familiar en la que se sacrificaba un cordero, cuya sangre debía actuar como
exorcismo contra los peligros del camino. El autor del Éxodo transforma los antiguos ritos en
símbolos del nuevo acontecimiento salvador.
I. INTRODUCCIÓN
En la alianza, Israel pasa a ser el pueblo de Dios, un pueblo separado y apartado de los demás,
para que pueda entrar más fácilmente en comunión con el Señor. En la óptica del Levítico, el culto
se presenta como la forma más apropiada para entrar en contacto con el Señor y vivir en comunión
con Él.
Según Números, la salvación de Dios a su pueblo se realiza en un camino, a través del desierto,
aunque no acaba en él. A su paso por el desierto, Israel experimenta lo que significa marchar con
Dios y lo que Dios les pide: purificación y maduración. La experiencia del desierto educa y forma al
pueblo, ayudándolo a crecer y preparándole para la etapa definitiva, que orienta y da sentido a su
marcha: la vida en la tierra prometida.
El Deuteronomio se presenta como las palabras que Moisés dirigió a Israel al otro lado del Jordán,
en los umbrales de la tierra prometida. Moisés se despide y les anima a ser fieles al Señor, a
observar los mandamientos y a darle culto en el lugar que Él elija.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Ver cómo Dios educó a su pueblo, durante siglos, a partir de la
cultura propia de ese pueblo, purificándolo poco a poco, hasta la ley nueva de Jesús.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Vivir nuestras leyes religiosas, cívicas y morales con mucho amor y
motivación interior, y no sólo por cumplir externamente.
IV. TESIS: Dios llama a la santidad de vida a su Pueblo elegido. Para eso le pone una Ley, que
hay que cumplir con amor y perfección. Sólo así ese Pueblo será santo y estará a la altura de Dios,
su elector. Y a la ley hay que añadir la justicia con los necesitados.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
La tradición cristiana ha asociado siempre el nombre de Moisés a estos libros, como su autor
principal o inspirador. Pero en realidad podemos decir que son el resultado de varias fuentes
inspiradas y tradiciones, especialmente la sacerdotal.
2. Características literarias de estos tres libros
a) Están presentes aquí también las tres grandes tradiciones: jahvista, elohísta y sacerdotal.
b) No son libros narrativos, sino prescriptivos, con normas muy concretas, exhortativos y
persuasivos.
Cinco grandes temas se dan cita en estos libros: un Dios, un pueblo, una tierra, una ley, un
santuario. Estos temas traen aparejados otros: elección, alianza, bendición, maldición.
a) Dios: uno, santo, libertador, guía y padre providente, jefe militar y fuego devorador, Dios de
dioses y Señor de los señores, grande, valiente y terrible, imparcial, justo y benévolo.
b) Pueblo: Es un pueblo santo y consagrado al Señor. Por eso, tiene un fin: amar al Señor,
alabarlo y reconocerlo como a su Dios. Se exige de este pueblo la santidad, porque Dios es santo;
un amor total y exclusivo, que implica una separación de las naciones que no tienen parte en esta
comunión con el Señor. Se le pide una fidelidad a Dios en medio de un mundo y de una sociedad en
continuo proceso de cambio. Es una santidad que está unida a la fraternidad y la justicia; por eso, se
hace mucho hincapié en la defensa del pobre y del necesitado.
c) Tierra: De Dios le vienen a Israel los bienes que posee. No debe vanagloriarse ni temer. Sólo
confiar en el Señor.
d) Ley: asentado en esta tierra, ese pueblo necesita una ley para vivir en sociedad. Ser fieles a la
ley es ser fieles al Señor. Del cumplimiento de las leyes depende la vida y la bendición de ese
pueblo. Se dan muchas reglas y normas de pureza e impureza legal, que regulan el culto externo
para con Dios. Puro en estos libros significa sano, bueno, higiénico, santo. Para nosotros la pureza
es la virtud moral de nuestro comportamiento que regula la esfera de la sexualidad 50.
e) Santuario: El centro del culto es el templo: allí se acudía para la oración y sacrificios 51. La
santidad de Dios exige la santidad moral y ritual de su pueblo. Los medios para que nosotros
seamos santos: oración, sacrificios 52. Se pide a Israel que destruya los lugares de culto cananeos y
que adore al Señor en el lugar que él ha elegido para hacer habitar su nombre. Será en el santuario
donde el pueblo llevará sus ofrendas y en donde celebrará sus fiestas.
VI. CONCLUSIÓN: Cuando leamos estos libros, hemos de tener presente que también a nosotros
se dirigen sus bendiciones, si escuchamos y obedecemos lo que Cristo, a través de la Iglesia, nos
ha mandado; pero cuidemos de no desobedecerle ni rechazar su gracia divina, pues obligaríamos a
Dios a retirarnos su amistad y misericordia.
VII. ORACIÓN: Señor, pon en nuestro corazón el ansia de santidad, hasta poder alcanzar la
santidad a la que tú nos llamas. Danos la gracia de ser fieles a tus mandamientos, para no
desviarnos del camino recto. Que sea una delicia el cumplir tus santos mandamientos, pues son
camino de verdadera felicidad y realización personal. Amén.
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47. Se llama Levítico, porque contiene las leyes de los sacerdotes o levitas, es decir de la tribu de
Leví
48. Se llama Números porque el primer capítulo inicia con el censo de los hijos de Israel
49. Se llama Deuteronomio (segunda ley) porque así fue considerado el libro, que en el orden está
después del Levítico.
50. Para nosotros no hay cosas impuras, sino actitudes impuras de la persona; es decir, la pureza
o impureza está en la manera de ver, sentir, pensar o actuar de la persona, no en las cosas en
sí. Jesús diría que la pureza se da en el corazón del hombre; pues del corazón humano sale lo
bueno y la malo.
51. A lo largo de la historia del Pueblo de Israel, especialmente por obra de los profetas, la idea de
sacrificio fue interiorizándose y purificándose siempre más, pasando de un sacrificio externo de
cosas y animales, hasta el sacrificio interno del propio corazón y vida, en humildad y contrición
(cf. Jer 7, 21-24; Salmo 51, 18-21).
52. Todas estas prácticas y sacrificios anuncian y preparan la santificación y salvación de la Nueva
Alianza.
I. INTRODUCCIÓN
Comenzamos una serie de libros inspirados por Dios que narran la historia religiosa de Israel, desde
la muerte de Moisés (finales del siglo XII a.C.) y su relevo con Josué a la cabeza, hasta Juan
Hircano (135-104 a.C.); es decir, desde la entrada en la Tierra Prometida de Canaán hasta la
llegada de los Macabeos.
Para comprender estos libros hay que enmarcarlos en una visión religiosa: el plan de Dios para
entrar en comunión con el hombre y traernos la salvación en Jesucristo, su Hijo, el Mesías prometido
y esperado por Israel. Nos ayudarán estas palabras del Concilio Vaticano II: “...Estos libros,
aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros, nos enseñan la pedagogía divina. Por
eso los cristianos deben recibirlos con devoción, porque expresan un vivo sentido de Dios,
contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre,
encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación” (Constitución
dogmática “Dei Verbum” n. 15).
Antes de entrar en cada uno de estos libros, hay que decir que Israel y Judá tuvieron que luchar
contra reinos invasores:
El pueblo elegido por Dios tenía que luchar para defenderse. Hoy nos cuesta mucho entender estas
guerras, pero Israel lo hacía con esa conciencia de proteger la elección de Dios y ser fiel a las
promesas y a la Alianza de Dios. No es sólo lucha por la supervivencia personal, sino lucha por
dejar bien claro ante todas las naciones que Dios es único y que Él quiso escogerse un pueblo para
realizar su plan de salvación.
Por eso, los autores inspirados por Dios cuentan la historia de Israel con una mentalidad
teológica, más que con una mentalidad histórica. Ven y escriben los acontecimientos del pueblo
con ojos de fe, relacionándolos con el Dios de la Alianza y de las promesas mesiánicas. Unas veces
seleccionan hechos, otras omiten o repiten episodios, atentos a todo lo que pueda concientizar al
pueblo sobre la idea central de la Alianza.
Por eso las dos grandes ideas que atraviesan estos libros son: ALIANZA y MESÍAS.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Descubrir que la verdadera Tierra Prometida es la comunión con
Dios, comenzada aquí abajo mediante la gracia y la amistad con Él, y consumada en el cielo.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Motivar que la razón de ser de nuestras tareas diarias debe ser
Dios y el deseo del cielo, verdadera tierra prometida.
IV. TESIS: El libro de Josué narra la conquista de la Tierra Prometida, llevada a cabo después de
la muerte de Moisés por Josué. El libro de los Jueces contiene la historia del período transcurrido
entre la muerte de Josué y la implantación de la monarquía. Dios solía llamar a los jueces en
tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus invasores.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
Los seis libros que van de Josué al segundo de los Reyes, forman una sola obra, escrita por uno o
varios autores pertenecientes a la escuela teológica llamada deuteronomista porque en ella nació el
Deuteronomio.
Josué fue escrito en torno al destierro (siglo VI a.C.), o sea casi siete siglos después de los
acontecimientos.
No se ha aclarado todavía la fecha del libro de Jueces. Se estima que se fue ensamblando durante
el exilio.
2. Características literarias:
a) El libro de Josué está escrito en género literario épico, grandioso, como para manifestar la
fidelidad de Dios a sus promesas.
b) El libro de los Jueces es género literario narrativo, en forma novelada y, a veces, folclórica. Lo
importante es la figura del héroe o juez que salva al pueblo, en nombre de Dios.
a) Josué: los israelitas entran en la tierra de Canaán al mando de Josué, atraviesan el Jordán,
frontera de la tierra, y las murallas de la primera ciudad cananea, Jericó; caen milagrosamente ante
ellos. En la conquista de otras ciudades interviene el Señor de distintas maneras. Hay tres partes:
Conquista (cp. 1-12), reparto del territorio (cap. 13-21) y apéndices (22-24).
El Señor combatía a favor de Israel. De este modo, la lucha por la posesión de Canaán se narra
como una guerra santa.
Una tierra para un pueblo, en función de unas promesas, que requieren fidelidad a la Alianza con
Yahveh.
b) Jueces:
Clara teología de la historia en cuatro momentos: pecado de idolatría del pueblo; castigo por
parte de algún pueblo extranjero; el pueblo se arrepiente y pide auxilio a Yavhé, y Yavhé envía un
juez que libera a su pueblo. Por tanto, el libro de los Jueces presenta a Dios como el protagonista
de la historia humana. Es un Dios temible, que exige fidelidad absoluta a la alianza; pero es también
misericordioso, que perdona y ayuda.
Este elemento carismático puede derrumbarse bajo el peso de su humanidad, y también puede
pecar ese elegido, porque Dios sigue dejando libre a quien elige. Hay que educar la libertad para
que siempre elija el bien.
VI. CONCLUSIÓN:
Estos libros nos invitan a la fidelidad a Dios y a cuidarnos de la idolatría. Sólo si somos fieles,
tendremos éxito en nuestras empresas humanas y divinas. Pero, aunque hubiéramos caído, siempre
está la posibilidad de arrepentirse sinceramente y acudir a Dios para pedirle perdón y volver a
comenzar.
ORACIÓN: Señor, Tú nos has llamado para llevar tu promesa de salvación a este mundo. Danos la
fuerza de los jueces para enfrentarnos a cuanto obstáculo encontremos en el camino y revístenos de
tu Espíritu para ganar la batalla. Amén.
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
1. Qué características tienen los jueces elegidos por Dios para guiar a su pueblo?
2. ¿Cuáles son las ideas que remarca el libro de Josue y el libro de los Jueces?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
La monarquía duró 450 años, hasta el cautiverio de Babilonia. El destierro duró 70 años. Por decreto
del rey Ciro en el año 538 a.C. se da la posibilidad del retorno a los desterrados (cf. Esd 1, 1). Los
que vuelven a la patria, el “Resto de Israel”, llevan una nueva esperanza de restauración del Reino
glorioso de David, que está sólo en el recuerdo de los ancianos. Hay un nuevo fervor de fidelidad al
Dios de la Alianza, pero no bastan los entusiasmos de unos pocos, como la familia de los
Macabeos, para reconstruir la unidad del pueblo y la fe en el Dios de los padres. Se necesita la
fidelidad de todo el pueblo.
Palestina sigue siendo una región ocupada por las potencias extranjeras: primero, los asirios; luego,
los persas, después, los griegos, y finalmente, los romanos. La influencia de los pueblos extranjeros
empujaba a la idolatría y a los cultos paganos, que hacen perder la identidad de pueblo de Israel.
El pueblo judío, dividido internamente, sin posibilidad de libertad política, porque es sólo un territorio
ocupado por la nación de turno, se refugia en el recuerdo de su pasado glorioso y en la esperanza
de un libertador y Mesías. .
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Despertar el compromiso que tenemos desde el Bautismo: somos
reyes que servimos a la gran Causa de Cristo y luchamos contra el pecado y el mal, hasta
establecer el Reinado de Cristo en este mundo: reino de justicia, amor y paz.
IV. TESIS: Los libros de los Reyes narran la historia del Pueblo de Dios desde la muerte de David
(971 a.C.) hasta el destierro de Judá en Babilonia (587 a.C.); comprendiendo así un periodo de 400
años de historia. Estos libros quieren mostrar cómo los reyes observaron o no las normas de la Ley
y de qué manera Dios cumplió sus promesas y amenazas. A la posición que toma cada rey respecto
de la Ley corresponde su suerte personal y la de su reino. Será grande aquel rey que cumple la Ley;
será pequeño e impío, si la descuida, con su consecuente derrota para él y su pueblo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
c) Los libros de las Crónicas fueron redactados a finales del siglo IV a.C.
d) Tanto el libro de Esdras como el de Nehemías fueron escritos, más o menos, en el siglo IV a.C.
e) Macabeos: Las luchas narradas en los libros de Macabeos abarcan cuarenta años, del 170 a.C.
al 130 a.C. Y el libro fue escrito en torno al año 100 a.C. La canonicidad es atestiguada por muchos
Padres, como Clemente de Alejandría, Orígenes, Cipriano, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo y
por los concilios de Hipona (393) y Cartago (397). Trento terminó con las dudas y los incorporó al
canon de las Escrituras, en el siglo XVI.
2. Características literarias
a) Los dos libros de Samuel forman una sola obra y figuran entre los escritos llamados “Profetas
anteriores”. El autor se sirvió de fuentes, documentos y tradiciones que corrían por ahí.
b) El autor de los libros de los Reyes ha tenido a su disposición fuentes escritas, los anales de
los reyes de Judá y de Israel.
c) Los libros de las Crónicas fueron llamados “Paralipómenos”, o sea, “libros de las cosas
omitidas o, también, transmitidas al lado de”. El autor recoge noticias de la historia del pueblo que
no están presentes en los otros libros históricos. Ha usado diversas fuentes: escritos bíblicos,
escritos extrabíblicos y aportación personal. Ha habido un trabajo redaccional más elaborado,
empleando la técnica de eliminación de cuanto no le interesaba para sus fines; la técnica de
adaptación o retoque, para idealizar la figura de David. Usó el género midrash, es decir, extrajo de
un hecho narrado todas las posibles enseñanzas morales para instruir religiosamente al pueblo.
d) Esdras y Nehemías: constituyen una sola obra. El autor-redactor utilizó documentos oficiales
escritos en arameo, tales como cartas y decretos de reyes persas relacionados con la comunidad de
Jerusalén, listas de repatriados y colaboradores activos en la reconstrucción de la muralla. Estos
documentos fueron encontrados, tal vez, en los archivos del templo de Jerusalén. El autor ordenó
todos estos materiales con criterios más teológicos-personales que histórico-cronológicos y conservó
en bastantes casos la lengua original aramea de los documentos utilizados.
a) Samuel: Los dos libros de Samuel recopilan tradiciones y escritos sobre un acontecimiento clave
para Israel: la instauración de la monarquía. En el primer libro, Samuel, el último juez, elige a Saúl
como primer rey; se narra también la sucesión de Saúl. El segundo libro es una crónica del reinado
de David, que consigue la unidad política y religiosa de Israel. Los profetas velan por la fidelidad de
este pueblo a la Alianza y los sacerdotes mantienen el culto y el santuario. Dicha unidad se
simboliza en Jerusalén. Todas estas transformaciones suceden a lo largo de un siglo. Estructura:
División del reino e historia de Judá e Israel: 1 Re 12-22. Los profetas Elías y Eliseo.
c) Crónicas: estos dos libros son un compendio de la historia de Israel desde los orígenes del
mundo hasta el año 538, fecha del edicto de Ciro que liberó a los judíos cautivos de Babilonia. Esta
síntesis -que forma un grupo literario con los libros de Esdras y Nehemías- se redactó a finales del
siglo IV a.C. y tiene como fin resaltar la restauración del pueblo de Israel desde una perspectiva
religiosa. Sus líneas directrices son la exaltación del rey David y de la ciudad santa de Jerusalén.
Estructura:
El libro se cierra con la destrucción del templo y la deportación a Babilonia, como castigo de la
infidelidad del rey y del pueblo.
d) Esdras y Nehemías: Formaron en su origen un solo libro y narran los hechos de la comunidad
de Israel a partir del edicto de Ciro (538 a.C.). Los protagonistas de estos hechos son Esdras
(sacerdote) y Nehemías ( escriba nombrado gobernador de Judea por Artajerjes). Marcan las líneas
básicas de la restauración de Israel: la reconstrucción del templo y de la ciudad santa, y la formación
de una nueva comunidad israelita basada en el culto y en la renovación de la Alianza, que se
concreta en la observancia de la ley de Moisés. Nace el judaísmo, nuevo tipo de comunidad
religiosa agrupada en torno al templo, a la ciudad y a la ley. Estructura:
e) Macabeos: Cuentan las luchas de los judíos, dirigidos por Judas, el Macabeo (“martillo”) y sus
hermanos, contra los seléucidas para defender la libertad religiosa y política. El primer libro sintetiza
los cuarenta años de guerra (entre 175 y 124 a.C.), mientras que el segundo libro narra, con un
estilo distinto, los hechos de los primeros capítulos del primero. Estructura:
Primer libro: Causas de la rebelión y comienzos de la resistencia (1-2); y hazañas de los tres
hermanos: Judas, Jonatán y Simón (2-13).
Segundo libro:
- Causas de la rebelión (1-8)
- Insurrección de Judas (2-9)
- Hazañas del Macabeo hasta la muerte de Nicanor
Monarquía: el rey garantizaba la estabilidad moral, social y material del pueblo. El rey era ungido
y se convertía en persona sagrada. David fue el rey ideal. Saúl, el rey reprobado.
Profetismo: nace para hacer frente a la tentación del pueblo de buscar la salvación por medio de
los recursos y efectivos humanos; y para contrarrestar las tendencias absolutistas y soberbias de la
monarquía. No por ser rey se le permite todo. Tenemos el ejemplo del profeta Natán que echa en
cara el pecado de David.
b) Reyes:
Dios ha delegado en el rey sus poderes. Por eso, el rey llega a ser representante de Dios cerca
del pueblo y del pueblo ante Dios. Dios lo elige mirando el corazón, y no siempre las cualidades
externas.
El rey, a pesar de estar consagrado, sigue siendo hombre. Por eso, debe vivir él primero en el
amor y temor de Dios para caminar por el sendero del bien, pues tiene las mismas pasiones de todo
hombre: lujuria, mentira, envidia, etc. Baste recordar 1 Sam 18-24, las relaciones entre David y Saúl,
y 2 Sam 11 y 12, el pecado y el arrepentimiento de David. El fracaso del pueblo de Dios se debe a
la infidelidad de los reyes que gobiernan y al pueblo.
La palabra de Dios se realiza a pesar de los reyes impíos. Es Dios y su Palabra que construye la
historia de Israel, a través de la voz de los profetas (Elías y Eliseo).
A pesar de los enemigos externos, la fuerza de la fe del ungido logrará la victoria, como le pasó a
David frente a Goliat (1 Sam 17, 4-11)
Dios es presentado como Señor Supremo, el Dios de las fuerzas y de la Naturaleza; un Dios
nacional, celosamente reivindicado por el pueblo elegido, tan estrechamente apegado al suelo de la
tierra prometida que no se le pueden ofrecer sacrificios fuera de esa pequeña región donde Israel
realiza su voluntad. Es un Dios tan próximo, tan vivo, que colma de amor y protección.
La idea de la justicia divina hace progresos. Si bien protege a su pueblo, Yahvé no deja de
manifestarle un rigor justo. Y si hay arrepentimiento, Dios manifestará misericordia. Todo cuanto se
narra en los libros es un canto de reconocimiento y alabanza a la justicia divina. El castigo no es
sino el cumplimiento de lo que en el Deuteronomio aparece reservado a los que son infieles a la
Alianza (cf. Dt 28, 15).
Aletea en todas las páginas de estos libros el rayo de esperanza: Dios es fiel y cumple sus
promesas. Una página central en la historia de la salvación es 2 Sam 7, 1-16, donde Dios renueva
la alianza con David con una promesa grandiosa: la continuación de la dinastía de David en el trono.
Se habla, pues, del Mesías.
c) Crónicas:
El centro del mensaje religioso de las Crónicas es la realización de las promesas, la constitución
del Reino de Dios sobre la tierra. El centro de este Reino es Jerusalén, como centro religioso. Los
elementos del Reino serán: el Templo, el sacerdocio levítico y la dinastía davídica.
De Israel ha hecho una comunidad santa. Se transforma de una comunidad real y profética en una
sacerdotal.
d) Esdras y Nehemías.
Detrás de la ley está siempre un Dios vivo que habla y actúa. Y acompañando la ley está un culto
cálido y sincero, y una plegaria espontánea.
e) Macabeos:
El segundo libro tiene una mayor densidad religiosa y mucho menos interés político y militar, como
el primero.
Ambos libros ponen en evidencia las tremendas pruebas que sufrió el pueblo escogido por querer
imitar a los paganos, y destacar el auxilio de la divina Providencia en aquella lucha de vida y muerte,
que humanamente hablando, habría debido tener por consecuencia la aniquilación del pequeño
pueblo judío. Por tanto, la fidelidad a Dios es condición básica para conservar la unidad y la
identidad del pueblo escogido. La lucha por la fe empieza en esta tierra y tiene su victoria definitiva
sólo más allá del tiempo.
El templo significa la santidad de Dios, expresada en sus santas leyes, el culto, los sacrificios y el
sumo sacerdocio que ejerce una mediación determinante para su pueblo.
Valor de la oración y del sacrificio, el poder ejemplar y expiatorio del martirio de los justos, la
retribución tras la muerte y la esperanza en la resurrección futura. Aquí encontramos el argumento
de la oración por los difuntos y, por lo mismo, la verdad sobre el purgatorio.
VI. CONCLUSIÓN: Todos estos escritos nos invitan a un absoluto monoteísmo y fidelidad a la fe
de los padres o antepasados en la fe. A Yavhé, único Dios a quien adorar y servir, se le puede
encontrar en la oración o en la ley. Dios es justo remunerador, no deja a los justos sin ayuda. Los
que caen en la batalla o reciben la persecución o martirio, resucitarán a la vida, mientras que los
impíos recibirán tormento para siempre.
VII. ORACIÓN: Señor, sé para nosotros el único Dios. Que tu santa Ley sea la senda hacia la
felicidad y la conquista de esa tierra prometida. Danos conciencia de que somos reyes desde el día
de nuestro bautismo, para luchar contra el mal en todos los ámbitos, y siempre desde la caridad y la
justicia. Amén.
I. INTRODUCCIÓN
Rut, Tobías, Judit y Ester componen un grupo de libros breves que se suelen calificar como
Didácticos o Hagiográficos, y que podríamos titular como “vidas de santos de Israel”. Los cuatro
tienen fines didácticos y pedagógicos, centrados en un personaje concreto y no en acontecimientos
del pueblo. Por tanto, su finalidad es enseñar, exhortar y animar a los lectores. No abarcan espacios
de tiempo más o menos largos, tienen sólo como tema un episodio concreto con un protagonista
que da nombre al libro.
Dios en estos libros es Maestro que nos enseña lecciones de vida. Nosotros somos los discípulos.
Se nos pide atención, silencio, recogimiento, para absorber todas las enseñanzas de vida eterna que
nuestro buen Dios nos da, y así ponerlas en práctica.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Aprender las lecciones que estos libros nos ofrecen y llevarlas a
nuestra vida.
IV. TESIS: Aunque relaten hechos históricos, estos libros tienen como objetivo enseñar al pueblo,
por ser historias edificantes, y fortalecer la fe de los judíos que vivían en la Diáspora (fuera de la
Patria) proponiendo las virtudes de sus personajes como ejemplo de vida, tanto en la vida personal
como en la vida familiar.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
a) Rut: no se sabe cuándo se escribió esta preciosa historia del tiempo de los jueces, que trata de
los antepasados de David. Muy probable es la hipótesis de que fuera escrita en tiempos del mismo
rey David, y se supone que el autor es aquel que escribió el primer libro de los Reyes, tal vez, el
profeta Samuel.
b) Tobías: fue escrito alrededor del año 200 a.C. Es libro deuterocanónico.
c) Judit: fue escrito probablemente hacia el año 150-100 a.C. Es libro deuterocanónico, como el de
Tobías.
La característica literaria de todos estos libros es ésta: son relatos midráshicos, es decir, escritos
didácticos que describen una situación histórica, y viene idealizada, añadiendo personajes y relatos
aptos para dar su enseñanza y su doctrina. Son obras maestras del arte narrativo hebreo.
a) Rut: es la historia de una joven moabita, una extranjera en Israel. A pesar de las tendencias
nacionalistas y xenófobas de gran parte de la literatura bíblica de después del destierro, el libro de
Rut es una ventana abierta a la universalidad de la salvación, es decir, Dios ha venido a salvar a
todos, y no sólo al pueblo de Israel.
b) Tobías: se trata de una historia de familia inspirada en los relatos patriarcales del Génesis. A
través de la historia de Tobías, hijo de Tobit y Ana, y su mujer Sara, se intenta inculcar los valores
tradicionales del judaísmo, sea en el ámbito personal como en el familiar. La institución familiar es
escuela de aprendizaje, de vivencia y transmisión de las enseñanzas morales y religiosas judías.
c) Judit: Judit, la “judía”, es prototipo, punto de referencia, modelo que encarna las mejores virtudes
de su pueblo: confianza y fe en Jahveh, obediencia a la Ley y sincera religiosidad. Es una heroína
que se enfrenta, sola, al general enemigo Holofernes y le da muerte, para así librar al pueblo del
yugo enemigo.
d) Ester: relato ambientado en los años del dominio persa -ambientación que es parte de la ficción
literaria- y según el cual una mujer judía, Ester, llegó a reina de Persia y salvó a su pueblo, una
comunidad judía condenada al exterminio.
a) Rut:
Defensa del sentido de solidaridad familiar y la ley del Levirato. Los hebreos tenían
un fuerte sentido de solidaridad familiar, también para garantizar una descendencia: en una época
en que los hombres no tenían idea de la resurrección, ellos buscaban la inmortalidad del propio
nombre a través de los hijos y nietos. La continuidad de la familia era amenazada también por la
falta de hijos. La costumbre del Levirato venía a resolver esta crisis; al morir uno sin hijos, el
hermano del difunto estaba obligado a tomar para sí a la viuda, y el primer hijo que nacía de esa
unión era considerado hijo del muerto, heredero de su pertenencia. El hermano que cumplía con
este cometido se llamaba “levir”, de donde viene el término “levirato” para designar a esta ley. Rut es
un fiel reflejo de esta solidaridad de los tiempos antiguos, cuando podía pasar que incluso un
pariente lejano, como Booz, se casara con una viuda sin hijos, para suscitar un heredero a la familia
del difunto.
La Divina Providencia dispone y hace que concurran aún los menores sucesos al
cumplimiento de sus mayores designios.
b) Tobías:
La Providencia divina: Dios cuida de sus hijos, no es responsable del mal de los hombres; es
más, sale en su ayuda, aunque estén en la diáspora.
Misión de los ángeles, buenos y malos: el bueno ayuda, sana y salva; el malo, destruye la
obra de Dios. Los ángeles buenos son el instrumento de Dios.
c) Judit:
Dios es el Señor de la historia; todo es conducido por Él para los mejores intereses de su
pueblo.
Rol importante de la mujer en el designio de Dios: Dios elige lo que es débil, a los ojos
humanos, para confundir a los fuertes. El relato pone en evidencia la sabiduría de la mujer, su fe en
Dios, elogiando las virtudes de la mujer viuda y piadosa y anticipa la alabanza de las virtudes de Ana
(cf. Lc 2, 36-37), de María y de las virtudes cristianas (cf 1 Tim 5, 5).
Acción de gracias en las pruebas: en los libros históricos las adversidades eran
consideradas como un castigo por la infidelidad a Dios. Aquí se está purificando poco a poco la
mentalidad religiosa: las adversidades son prueba para la fe del pueblo.
d) Ester:
VI. CONCLUSIÓN: Una cosa es cierta: Dios nos acompaña en las buenas y en las malas. Basta
que no nos soltemos de su mano, pues Él nos quiere llevar a la salvación. Y quiere salvar a todos,
sin distinción de razas, lenguas y colores. El dolor y la adversidad son pruebas a nuestra fe.
Aceptemos la prueba, pues acrisolará nuestra virtud.
VII. ORACIÓN: Señor, tu Providencia nos acompaña siempre, pues eres nuestro Padre. No
permitas que nos separemos de ti, y danos fuerza para soportar las pruebas de la vida. Que tus
ángeles buenos nos guíen y nos acompañen en el camino de nuestra vida, para que nuestro pie no
tropiece en piedra alguna. Amén.
I. INTRODUCCIÓN
1. ¿Qué son los profetas? Las palabras hebraicas que la Biblia usa para llamar a los profetas son:
Nabi, Hozé, Zoé (vidente). La más frecuente es Nabi: el que habla con vehemencia, bajo el influjo de
una fuerza superior, un inspirado.
La palabra profeta es griega y significa: “Hablar en nombre de...”. Por tanto, el nombre profeta indica
claramente la misión de estos hombres: el profeta es el que habla en nombre de Yavhé; es su voz
viva en medio del pueblo, para recordar las promesas entre Dios y su pueblo, para enderezar y
corregir. Por tanto, tiene doble finalidad; ANUNCIAR Y DENUNCIAR.
En la Biblia también los profetas son llamados como: guardianes del pueblo, centinelas de Yavhé.
Son hombres de fuerte personalidad y espiritualidad, intermediarios, siervos de Yavhé. Son hombres
que, bajo el impulso de Dios, comprenden lo que está sucediendo y transmiten al pueblo un continuo
llamado a la conversión, y su misión es discernir la voluntad de Dios sobre el presente del pueblo,
para proyectarlo a un futuro de esperanza y de salvación.
3. ¿Cuáles son las enseñanzas principales de los profetas? Recordarles la Alianza; reprocharles
la infidelidad y las consecuencias de esa infidelidad, si no se convierten: juicio y condena; la
restauración, como esperanza; el resto; el Mesianismo; la perspectiva escatológica, es decir, la
proyección de las promesas proféticas más allá del tiempo.
4. ¿Qué características tienen los profetas? Un llamado de Dios, esa llamada reviste al profeta de
una misión: ser la voz de Dios; esa llamada nace siempre en una experiencia fuerte de Dios; la
misión trae consigo contrariedades y cruces, pero el Señor les protege y les ayuda.
5. ¿Cuántos son los profetas? Son cuatro mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; y trece
menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías,
Malaquías y Baruc.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Tomar conciencia de que por ser bautizados, también nosotros
somos profetas, participamos del carácter profético de Cristo. De ahí la urgencia de salir a
evangelizar nuestro mundo.
IV. TESIS: Los libros proféticos son un género de libros “ardientes” e “inflamados”, que pintan la
lucha por la fidelidad a Dios por parte de un pueblo que una y otra vez es sorprendido con las
manos en la masa de su pecado y de su fracaso. Los profetas se convierten así en los grandes
incitadores del pueblo de Dios, los que mantienen la fidelidad a la Alianza, los creadores de la
esperanza en el futuro. Son hombres inspirados que se adelantan a su tiempo y van creando, poco
a poco, nuevas relaciones entre el Dios vivo e Israel, el pueblo escogido.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
a) Isaías: Vivió en el siglo VIII a.C. unos años antes del destierro. Es el profeta mesiánico, cuya
palabra golpea y consuela. Le tocó vivir la tiranía de Asiria que conquistó, primero, el norte de
Palestina, y luego, Jerusalén. Es un profeta de ciudad y participaba activamente en los asuntos de la
clase dirigente. Interviene enérgicamente contra la corrupción de Judá y Jerusalén. El libro del
profeta Isaías ha sido escrito por varios profetas, discípulos de Isaías.
b) Jeremías: Vivió en el siglo VII a.C. Profeta muy delicado, dotado de gran sensibilidad; tímido y
emotivo. En el pugnan la necesidad de paz y ternura con la dureza del mensaje que tiene que
anunciar, porque vivió momentos terribles para su pueblo: el período de la humillación y del exilio.
Dos yugos uncían al pueblo: Asiria y Egipto. ¿Cómo sacudirse este yugo?
c) Ezequiel: Vivió en el siglo VII a.C. Es el profeta del cautiverio, del exilio a Babilonia, a donde fue
deportado. En su libro, lleno de esperanza y de consejos, busca tener viva la fe del pueblo. Pero es
un profeta de personalidad compleja. Jerusalén estaba en poder de Babilonia. Y fue aquí donde fue
llamado por Dios para que llegara a ser “bandera y centinela” para la “casa rebelde” de Israel (cap.
1, 2 y 3). Su misión se desarrolla toda en el exilio, entre los desterrados. Es propenso al abatimiento,
a visiones raras, para nosotros. Pertenece a la casta sacerdotal o levita. Impulsor del culto, los ritos
y el anhelo de santidad.
d) Daniel: Vivió en el siglo VIII, pero el libro se escribió alrededor del siglo II a.C., después del
exilio. Es de carácter totalmente distinto a los anteriores. La primera parte de su obra consta de
narraciones en el período de Babilonia; la segunda trata de visiones en las que se presentan las
grandes fuerzas impulsoras de la historia.
2. Características literarias
Los profetas como “hombres de la Palabra” usan muchos géneros literarios para transmitir el
mensaje de Dios; los principales son éstos:
b) Oráculos: son una declaración solemne hecha en nombre de Dios. Los oráculos pueden ser: de
juicio, donde se da el juicio de Dios contra una persona o un pueblo; oráculos de felicidad, que son
promesas de salvación.
c) Acciones simbólicas: no son palabras, sino hechos, que luego explican al pueblo.
a) Isaías: es un hombre con una cultura muy profunda, rica y erudita. Su estilo es considerado de lo
más puro y clásico. Usa el recurso de los oráculos.
b) Jeremías: su estilo es menos imaginativo que el de Isaías, pero tiene gran expresividad y fuerza
interna. Es un estilo hondo, profundo, sensible, muy vívido. Cuenta sus luchas, dudas y gritos
angustiosos. Casi es un retrato de su propia vida. Usa imágenes sugestivas como el yugo roto, la
viña, etc. Usa también el recurso de acciones simbólicas y visiones que tienen este esquema: el
mandato de Dios, la ejecución del profeta y el discurso que explica el significado de la acción
simbólica. Cf. Je 18, 1-12.
d) Daniel: es el único libro que nos ha llegado escrito en las tres lenguas bíblicas: hebreo, arameo y
griego. Emplea el relato ejemplar inventado con un lección moral 54 y el género apocalíptico, lleno de
alegorías, visiones, imágenes extrañas y grandiosas. Los personajes y las naciones se transforman
en bestias u otros seres fantásticos; los años y los números son tratados de una manera simbólica,
el tiempo presente y el futuro se mezclan para dar una visión sintética de la historia humana.
Proto-Isaías (primer Isaías): cap. 1-39. El más importante y aquí se contienen los oráculos y las
promesas mesiánicas del Enmanuel.
Trito-Isaías (tercer Isaías): cap. 56-66. El profeta anima a su pueblo a la fidelidad y al culto de
Yavhé.
d) Daniel: Daniel tuvo la misión de consolar a su pueblo con un mensaje de confiada esperanza.
Estructura:
a) Isaías:
Denuncia social y política: denuncia a la clase dominante por su lujo y su orgullo, por su
codicia y sus injusticias a costa de los pobres. Y lo hace para provocar un cambio de conducta, una
conversión, para que todos se encuentren con Dios. Cf. Leáse: Is cap. 1; 3; 5; 10.
Dios Glorioso, fuerte y omnipotente: esta fuerza y poder divinos se manifiestan a través de
la historia nacional o internacional. Cf. Léase: Is cap. 28; 29; 31.
La conciencia de miseria y de pecado del pueblo: resalta las miserias humanas para
provocar la conversión: la vanidad de las mujeres, la indiferencia religiosa, la confianza en el dinero
y riquezas, orgullo y autosuficiencia. Cf. Léase: Is 3, 16; 5, 19; 22, 9; 30, 1; 2, 6; 5, 8-24.
Mesianismo real: Nacerá el Mesías, de entre ese RESTO 55 de Israel pobre, humilde y justo.
Será Enmanuel, el heredero de las promesas hechas a David, Rey pacífico, portador de gran paz y
alegría en el pueblo; pero también, Siervo de Yavhé que debe sufrir por la salvación de su pueblo.
Cf. Léase: Is 4, 2-3; 8,8; cap. 7, 9 y 11; cap. 42, 49-53.
b) Jeremías:
Arrancar y derribar: la infidelidad a Dios, el culto falso, exterior y vacío. Cf. Jer 2; 7; 13, 31-34.
Amor de Dios: Jeremías es el cantor enamorado de su Dios: un Dios personal, que dialoga con
el corazón de la persona y con el pueblo. La imagen que utiliza el profeta es la del noviazgo y amor
conyugal. Cf. Jer 2, 2; 3, 4; 31, 3-4. Es un claro mensaje que prefigurará la presencia de Cristo
Eucaristía. Cf. Jer 31, 31-34; 32, 40.
Una religión y un culto interior, del Espíritu y del corazón: mensaje de interioridad. La
verdadera circuncisión es la del corazón (4, 4). Cf. Jer 31 y 32.
La oración: Jeremías, pregonero de la vida interior, es también hombre profundo de oración. Cf.
Jer 20, 7-13.
Visión de la divinidad y el concepto de Dios: ningún otro libro nos da una visión tan
sublime de la majestad de Dios. Dios es el Santo, el Trascendente. El pecado es traicionar la
Santidad de Dios.
El pecado de Israel y el castigo: todos los pecados son ofensas contra la santidad de Dios y
contra su Gloria. Estos son los pecados que echa en cara Ezequiel: profanación del culto y del
santuario (Ez 5, 11), la idolatría (6,6: 14, 3ss. Cap. 20), la infidelidad a Dios confiando en alianzas
políticas (16 y 23), las culpas de los malos jefes y falsos profetas (22, 6; 17; 21; 30; 12; 13). Hace
tres alegorías: la novia infiel (cap. 16), de las dos hermanas (cap. 23) y un resumen de la historia de
Israel (cap. 20).
d) Daniel:
Dios: es el dueño de toda la historia y su sabiduría es mayor que toda sabiduría y poderes
humanos.
Visión teológica de la historia: los reinos de este mundo surgen, crecen y se acaban;
mientras que el Reino de Dios sigue firme y vendrá con el Hijo del hombre. Esto era de gran
consuelo para sus compatriotas. Cf. Dan 2, 44; 8, 19-25; 7, 9-14.
Mesianismo: este Mesías que profetiza Daniel es más espiritual. Jesús se apropió este título de
“Hijo del hombre” con estas connotaciones: de origen divino y al mismo tiempo humilde “siervo de
Yavhé”. Cf. Dan 7.
Oración humilde y contrita: Daniel se solidariza con el pecado de su pueblo, expía con
ayuno, oración y sufrimiento. Daniel insiste que Dios ayuda al justo y humilde que observa la Ley y lo
libera de todos los males. Cf. Dan 9; 6; 13.
Papel de los ángeles: son ministros de Dios; y a través de ellos revela su voluntad a los
hombres. También ayudan y consuelan a los hombres. Cf. Dan 7. 10; 3, 91-92; 6, 23; 8, 16; 9, 21-
22.
Resurrección de los muertos: en sintonía con los libros de los Macabeos, también Daniel
nos hace pensar que la fe en la resurrección era ya común en el pueblo de Dios desde el siglo II
a.C. Cf. Dan 12, 12.
VI. CONCLUSIÓN: Los profetas tienen su autoridad, como llamados y enviados de Dios. Tienen
una finalidad concreta: que se cumpla la Alianza entre Dios e Israel en toda su dimensión social,
religiosa y política. El procedimiento o medio que emplean es la denuncia de la infidelidad y la
exhortación a la conversión. Y el soporte que emplean es el oráculo en sus diversas formas.
VII. ORACIÓN: Gracias, Señor, por haberme hablado a través de tus profetas. Que esté atento a
su voz y obediente a cuanto me dicen. Pon en mi boca tus palabras para que también yo pueda
ejercer mi misión de bautizado, como profeta, llevando tu palabra por todas partes, con valentía y sin
miedo. Amén.
____________________________
53. La palabra “dogmático” no es peyorativa. Para nosotros significa: doctrina sistemática, unitaria,
coherente; no sujeta a opinión ni a discusión. Se acepta , por venir revelada o inspirada por
Dios.
54. A este género se la llama “haggádico”, es decir, narrativo, relato inventado, con escasa base
histórica, narrado para inculcar una lección moral. Este género es semejante al género literario
llamado Midrash, que consiste en ir haciendo una reflexión religiosa acerca de hechos que la
tradición narra, para sacar de ellos lecciones de santidad. Por ejemplo, los libros de Tobías,
Jonás, Ruth, Judit, etc.
56. Este principio decía que todo el pueblo junto es responsable y participa del bien y del mal de
todos y todo Israel expía sus culpas con el exilio.
I. INTRODUCCIÓN
Amós, Oseas y Miqueas, contemporáneos de Isaías, anuncian la invasión asiria, como llamada de
atención de Yahveh para que se restaure la Alianza. Sofonías, Nahum y Habacuc viven los años del
final del dominio asirio y la ascensión del imperio babilónico, lo que debe llevar a una restauración
nacional y a una reforma religiosa. Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías y Joel proclaman la euforia
nacionalista, la restauración de las instituciones y la reconstrucción del templo tras el destierro
babilónico. Baruc era el nombre del secretario de Jeremías en cuyo libro es manifiesto el interés por
los exiliados. Por último, el libro de Jonás es una historia novelada o parábola, que proclama una
apertura de la Alianza a todos los hombres, incluso a los paganos.
1. Ambiente histórico del siglo VIII (Amós, Oseas y Miqueas): período de prosperidad y
riqueza en el Reino de Israel. Sin embargo, las riquezas se encuentran en manos de unos pocos,
hay abusos e injusticias sociales.
2. Ambiente histórico del siglo VII (Sofonías, Nahúm, Habacuc): Los asirios, egipcios y
caldeos luchaban por tener la hegemonía del medio Oriente. Palestina caía en manos del primero
que invadiese. El mal gobierno de los reyes de Judea atrajo sobre la nación la derrota, que se hizo
definitiva con el asedio de Jerusalén en el año 587 a.C. y la deportación del Pueblo de Dios a
Babilonia.
3. Ambiente histórico del siglo VI al siglo III: (Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías, Joel,
Jonás, Baruc). Después del imperio de Babilonia, vino el imperio persa, que sujetó a Babilonia y
ensanchó su imperio, durante dos siglos. Ciro es el primero de sus jefes. Fue Ciro el que permitió a
la cautivos de Babilonia volver a su patria. A Ciro le sucedió su hijo Cambises, tirano cruel,
caprichoso y enfermo que se ganó el odio del pueblo y fue asesinado. Le sucedió Darío, que puso
paz en todo el imperio. Durante el imperio de los persas, el Pueblo de Dios vuelve a su patria y se
estabiliza en Palestina, ocupándose especialmente en la reconstrucción del templo y en la
restauración de la fe de los padres, predicada por Esdras y Nehemías. Esta tarea fue facilitada por
la política religiosa de los Persas, muy liberal y respetuosa de las creencias de los varios pueblos
dominados.
IV. TESIS: Los libros proféticos son un género de libros “ardientes” e “inflamados”, que narran la
lucha por la fidelidad a Dios por parte de un pueblo que una y otra vez es sorprendido con las
manos en la masa de su pecado y de su fracaso. Los profetas se convierten así en los grandes
incitadores 57 del pueblo de Dios, los que mantienen la fidelidad a la Alianza, los creadores de la
esperanza en el futuro. Son hombres inspirados que se adelantan a su tiempo y van creando, poco
a poco, nuevas relaciones entre el Dios vivo e Israel, pueblo escogido.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
a) Amós: es el profeta de la justicia social. Era pastor nómada, apreciaba la naturaleza. Dios lo
llama y lo envía al Norte para profetizar. No fue muy aceptado, pero Amós defiende su vocación y su
misión profética, castigando con sus oráculos las injusticias y la explotación.
c) Miqueas: es el profeta del Juicio de Dios y defensor de los oprimidos y explotados, imitando a
Amós. En cada palabra suya se adivina la profunda crisis social de su pueblo. Hombre de campo.
En un solo versículo (6, 8) resume toda la predicación de sus contemporáneos: justicia (Amós), amor
(Oseas), humildad (Isaías).
d) Sofonías: “aquel que Yavhé ha protegido”, predicó en Jerusalén, durante el reinado del inepto
rey Josías. Nos da a conocer el estado de Jerusalén antes de la reforma religiosa: sus idolatrías, las
costumbres extranjeras y paganas, el falso profetismo, las violencias e injusticias. Nos hace conocer
también los sentimientos de los creyentes que aceptaron con entusiasmo y vivieron la reforma de
Josías.
e) Nahúm: Sabemos poco de este profeta. Nahúm, “aquel que Yavhé ha consolado”, predicó en
Judá. El tema de su predicación es la caída de la ciudad de Nínive. Sin embargo, esta ciudad es tal
vez el símbolo de todo pueblo o ciudad que se opone a los planes de Dios.
f) Habacuc: poco sabemos también de este profeta. Predicó cuando Nabucodonosor, rey de los
caldeos, con capital en Babilonia, iniciaba su dominio sobre las naciones vecinas de Asia Menor y
sobre el pueblo de Israel. Es un profeta inserto en la problemática de su tiempo: opresión, injusticias,
atropellos.
g) Abdías: casi nada sabemos de este profeta. Cooperó con su palabra en la misión de la
restauración. Es llamado, por lo mismo, profeta cultual, por su interés en establecer el culto a Yavhé,
retornando a la fidelidad a la ley del Deuteronomio.
h) Ageo: es el predicador de la Gloria del nuevo templo restaurado. Aparece como un rígido
fustigador del pueblo, que se preocupa más en su interés y en sus cosas terrenas, que en el culto y
en el templo.
j) Joel: No sabemos nada de la vida de este profeta. Parece influenciado por los profetas Malaquías
y Abdías.
k) Malaquías: significa “mi mensajero”. Le tocó vivir una época de gran escepticismo, pues no se
habían cumplido las esperanzas suscitadas por Ageo y Zacarías para la reconstrucción del templo.
El desánimo se había apoderado del pueblo y renacían los antiguos pecados en el culto y en la vida.
La reacción de Malaquías es vigorosa.
l) Jonás: un desconocido profeta del post-exilio escribe su vocación y el mensaje que debe
anunciar: Jonás tendrá que ir a Nínive, la gran ciudad y predicar contra ella, su destrucción a los 40
días.
m) Baruc: en hebreo significa “bendito”. Era el nombre del secretario de Jeremías, en cuyo libro es
manifiesto el interés por los exiliados. Algunas veces Baruc leyó personalmente en público un
presunto libro de Jeremías. No es, pues, extraño que su nombre encabece este libro que presenta a
la comunidad de los desterrados en Babilonia con los ojos puestos en Jerusalén.
2. Características literarias
a) Amós: El estilo de la palabra de Amós es concreto, pintoresco, directo y vigoroso. Habla a través
de imágenes tomadas de la vida campesina. Usa frecuentes diálogos con el pueblo.
b) Oseas: Un hombre con vasta cultura histórica y religiosa. Habla con soltura y conoce bien el
campo, del que toma sus imágenes poéticas para enseñanzas. Escribe con gran emoción, bajo la
intensidad afectiva de su experiencia de vida.
d) Sofonías: es un libro corto, escrito con un estilo directo y concreto, y sus profecías se pueden
acercar por sus temas y su estilo a las de Amós. Mira los problemas prácticos sin grandes
pretensiones teológicas, denunciando con fuerza los pecados contra Dios y contra el prójimo, que
están haciendo la situación insostenible y van a provocar la irrupción del día del Señor.
e) Nahúm: se nota un estilo apasionado y nacionalista. Usa la invectiva fuerte y escribe con la rabia
del oprimido, sin concesión a la compasión.
f) Habacuc: Su estilo es de queja, duro. Usa el recurso de la pregunta, del desafío, de la protesta,
de la maldición.
h) Ageo:
Es duro y fustigador en su estilo. Emplea el recurso estilístico de la antítesis, de la pregunta
provocadora. Sus imágenes están sacadas de la vida de campo.
i) Zacarías: el libro de Zacarías no pertenece a un solo autor. La crítica dice que hay dos autores,
pues se nota claramente que hay diferencias de temas, de estilo, de intereses, entre la primera y
segunda parte. Es uno de los libros más difíciles de interpretar del Antiguo Testamento, pues escribe
con imágenes y visiones surrealistas, que producen desconcierto. La abundancia de visiones y el
recurso a la meditación de los ángeles hacen de Zacarías el precursor del género apocalíptico en la
Biblia. Muchas de las profecías de Zacarías se cumplirán en Jesús de Nazaret 58 .
j) Joel: aprovecha cualquier cosa de la vida diaria (un cesto de higos, una sequía, una olla
hirviendo, una rama de almendro...) para captar el mensaje de Dios. Es vivo y vigoroso en su estilo,
más propio del período pre-exílico, y parecido al de Sofonías. Es uno de los profetas-puente entre la
profecía y la apocalíptica.
k) Malaquías: uso del diálogo: el profeta hace una afirmación, los oyentes objetan o niegan la
afirmación del profeta y éste vuelve a justificar la afirmación inicial y saca sus consecuencias.
Nuestro profeta anónimo queriendo responder a los porqués de la gente desanimada, hace ver el
contraste entre la vida del presente y la antigua Ley del deuteronomio, la Ley de Dios.
l) Jonás: estamos ante una narración didáctica, un midrash, con intención de enseñar una verdad.
Es una obra de ficción de carácter parabólico, con finalidad pedagógico-didáctica. No es, pues, una
colección de oráculos proféticos ni tampoco un relato de carácter histórico, sino una narración
dramatizada, muy afín a algunas parábolas evangélicas, por ejemplo, la del hijo pródigo (lc 15 15,
11-32) y la de los trabajadores de la viña (cf. Mt 20, 1-16).
m) Baruc: Su texto original se ha perdido, pero nos ha llegado en la versión griega de los Setenta,
cuyos autores, judíos, lo admitían por lo tanto, como auténtico y canónico. Usa amonestaciones y
palabras de consuelo. El vocabulario y ciertos giros sintácticos permiten suponer una mentalidad
semítica en el origen de todo el libro. Incluso se ha pensado en un original hebreo extraviado,
exigido por el supuesto uso litúrgico de este libro.
Oráculos contra las naciones (1-2): reprocha el apartarse de la moral universal y de las
reglas de la vida humana.
Palabras contra Israel (3-6): condena el lujo, la vanidad de las mujeres, el falso culto, el
alejamiento de Dios y su Alianza y habla del “día de Yavé”.
Visiones simbólicas (7-9): describe y condena las injusticias del pueblo y la explotación de los
pobres.
Oráculos imprecatorios (6-7): dos partes entran en litigio: Dios y el pueblo. Dios echa en cara
a su pueblo la poca correspondencia a tanta gracia divina.
f) Habacuc: Son tres capítulos y toca un solo tema: el problema de la justicia divina frente a las
naciones.
i) Zacarías:
Reconstrucción del templo (1, 16), por obra del Espíritu de Dios (1, 16-17; 4, 6-10) y la actividad
de Zorobabel (3, 8; 4, 1).
Nuevo mundo futuro, tema principal de sus visiones. Al castigo de los enemigos seguirá la
restauración gloriosa.
El Mesías, Rey humilde, Buen Pastor, Siervo de Yavé (9, 9-10; 11, 4-17; 12, 10-13; 13, 7-9).
Guerras y victorias de Israel (9, 11; 10, 3-11; 12, 1-9; 14, 1-15).
j) Joel:
El día de Yavé en donde Israel reconocerá el castigo de Dios, se arrepentirá y florecerá de nuevo
(2, 19-27). Es el día apocalíptico de Yavé (1, 15), día terrible y anticipación de una era de salvación
para su pueblo (2, 18-26).
Efusión del Espíritu, que supera toda barrera de sexo, edad y clase social (3, 1-5).
Fin de estos libros proféticos: una vez más, anunciar la salvación y la venida del Mesías, y
denunciar cuanto se opone a la Ley de Dios, sobre todo, las injusticias y atropellos contra los pobres
y necesitados. También presentan el día del Juicio con seriedad, para que todos se conviertan y
cambien de vida.
a) Amós:
Los pecados están en contraste con la bondad de Dios (5, 10-13; 8, 1-14).
Habrá un resto, compuesto por justos y una restauración nacional en torno a un descendiente de
David (5, 15).
b) Oseas:
Dios es fiel y misericordioso, a pesar de nuestras infidelidades. Dios viene presentado como Padre
y como Esposo; pero también sabe castigar para corregir a su pueblo e invitarle a la conversión (cf.
Leer 2, 18-25; 6, 1-6).
Nos invita a la esperanza, pues a pesar de nuestra infidelidad, Dios nos da una nueva oportunidad
(cf. Leer 11, 1-11).
c) Miqueas:
Dios es Juez y amonesta, procesa y condena el pecado y la explotación del pueblo y de los jefes;
sobre todo: la opresión de los ricos con los pobres (2, 1-11), las injusticias y falsedad de los jefes y
de los falsos profetas (3, 1-12). Pero también es un Dios que siente dolor por la ingratitud del pueblo
(6, 1-8).
Nos invita a la esperanza mesiánica (4, 1-5), gracias a la cual reinará la paz y la justicia. Se
parece mucho en esto a Isaías en los capítulos 9 y 11.
Habla del Resto de Israel, un pequeño grupo de fieles a Yavé que restaurarán con fuerza de león
la justicia divina y la prosperidad del pueblo (5, 6-8).
d) Sofonías:
Sólo un “Resto de Israel”, humilde y pobre, podrá salvarse, por haber buscado a Dios en la justicia
y humildad, por haber puesto toda su confianza sólo en el Señor.
e) Nahúm:
El Dios que presenta Nahúm es duro, parece que ha dejado a un lado la compasión hacia el
pueblo pecador. Lo presenta lleno de ira que aniquila esa ciudad opresora. Es un Dios que controla
la historia y no soporta la opresión. Por eso, lanza amenazas sobre la ciudad opresora y enemiga,
implorando la justicia de Dios y la realización de sus promesas.
Si sitúa en la óptica del oprimido, y ve en la justicia y la fidelidad de Dios la razón del castigo del
opresor.
Dios, y no los asirios, es el Señor de la historia; él puede utilizar a las naciones para sus propios
designios, y es el único que controla la historia y no soporta la opresión.
f) Habacuc:
El justo vivirá de la fe, tema que desarrollará san Pablo, y debe ir por el camino de la fidelidad y de
la confianza en la bondad y justicia de Dios, que es soberano de la historia, y no hará faltar su
justicia y salvación al que es justo y humilde.
g) Abdías:
Los israelitas que on del exilio son ese “Resto de Israel” que construirá el nuevo culto de Yavé.
h) Ageo:
La pobreza y las malas cosechas son el resultado del letargo espiritual en que ha caído el pueblo.
i) Zacarías:
Primer Zacarías (1-8): (a) preocupación por la reconstrucción del templo y el culto. (b) La
escatología: estamos en un tiempo de esperanza, de tensión, de futuro, en la seguridad de la
definitiva intervención de Dios. (c) Todo esto pide conversión, en su aspecto ético, pues no basta el
culto por sí solo.
Segundo Zacarías (9-14): Descripción del acontecimiento mesiánico y del mismo mesías,
presentado como rey, como pastor o como siervo del Señor en la figura del traspasado.
Exhortación a la penitencia (1-2), tras dos catástrofes históricas (plaga de langostas y ejército
asolador).
Anuncio escatológico del Día del Señor (3-4) en su doble dimensión de juicio para las naciones y
salvación (efusión universal del espíritu, bienestar y paz) para Israel.
k) Malaquías:
l) Jonás:
Recuerda también a todos los “Jonás” de este mundo, con mentalidad cerrada, que esperan la
destrucción de los “malos”, que su actitud es injusta porque olvidan que Dios es misericordia y
perdón. Jesús se apropia a sí mismo y a su muerte y resurrección, la situación de Jonás dentro del
pez (cf. Mt 12, 40).
m) Baruc:
En la oración penitencial la comunidad litúrgica del destierro proclama que el Señor es justo, que
ha sido fiel. Su pueblo, por el contrario, ha merecido el oprobio y la vergüenza por su infidelidad.
El Señor es poderoso para rescatarlos y bueno aun cuando castiga; no desoye los gemidos del
oprimido que reconoce su pecado. El Señor responde mostrando en la sabiduría el verdadero
camino de la paz, que él ha reservado a su pueblo.
El oráculo de restauración comienza con un lamento de Jerusalén, que se ha quedado sin hijos. El
Señor la consolará, devolviéndole la alegría y el esplendor.
VI. CONCLUSIÓN: El profeta vive profundamente y sobre la propia piel la historia y la suerte de
su pueblo, se encarna en su tiempo y como centinela lanza sus oráculos, unas veces condenando,
otras consolando, pero siempre interpretando los hechos a la luz de Dios y de sus promesas.
VII. ORACIÓN: Señor, gracias por habernos mandado a los profetas, que hablaron en tu nombre.
Seguiste una pedagogía maravillosa, acoplada a nuestro entender. Te pedimos perdón por las veces
que hicimos oídos sordos a la voz de estos profetas. Y concédenos ser también nosotros, en tu
Iglesia, profetas que sepamos anunciar tu mensaje de salvación a todos aquellos que pasen por
nuestro camino; sobre todo, anunciando con nuestro ejemplo de vida fiel a tu santa Ley. Amén.
________________________________
57. Como era Sócrates en Grecia, a quien llamaban “el tábano de Grecia”.
58. Como los mercaderes en el templo (14,2), la entrada de Jesús en Jerusalén (9, 9) la venta por
treinta monedas (11, 12), la contemplación del traspasado (12, 10) o la imagen del Buen Pastor
(13, 7).
Cuando los marinos echan a Jonás al agua, Dios provee un enorme pez que se
traga al profeta. Siglos más tarde, Jesús explica que en él se cumplirá la "señal
de Jonás" (Mt 16,4 Lc 11,30) ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué esta comparación
si Jesús fue un profeta fiel y Jonás un rebelde?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
No podemos caminar en la vida sin oración, sin amor y sin dolor. La oración da a la vida el oxígeno;
el amor, el motivo para seguir caminando; y el dolor, acrisola el amor y nos lanza a la oración.
No podían faltar estos libros poéticos en la Biblia, pues Dios es Belleza y Poesía. ¿Quién más
hermoso que Dios? Él es el autor y creador de toda belleza esparcida en el mundo. Cada belleza
que vemos nos debería llevar a elevar el pensamiento a Dios y a orar. Al mismo tiempo, cada
belleza que vemos deberíamos amarla en Dios y por Dios. Y finalmente, muchas de esas bellezas
nos causarán sufrimiento, que es la prueba del verdadero amor.
Adentrémonos a estos libros con las rodillas humildes para rezar, con el corazón limpio para amar y
con las lágrimas del alma para poder ver más profundamente la hondura de la vida y comprender
mejor a Dios.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Valorar en mi vida la oración, sirviéndome de los Salmos; abrirme el
amor de Dios a mi alma, a pesar de las dificultades de cada día y aprovechar el sufrimiento para
purificarme.
IV. TESIS: Estos libros son por excelencia los libros poéticos de la Biblia. Ninguno de los tres nació
como tal. Se formaron progresivamente: primero en la tradición oral, después se fueron poniendo por
escrito, y son fruto, finalmente, de una laboriosa actividad de recopilación. Con los Salmos rezo, en
el Cantar de los Cantares aprendo el amor y en Lamentaciones lloro mis pecados.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
A) SALMOS
1. Autor y fecha
En un inicio los salmos tuvieron un autor individual, pero luego pasaron a ser propiedad de la
comunidad que oraba y cantaba con ellos y los adaptaron a su situación, hasta llegar a la redacción
canónica, que son 150 salmos. Hasta llegar aquí, pasaron más o menos 700 años.
La mitad de los salmos, unos 73, dicen que son de David; otros dicen, de Salomón, de Asaf, de los
hijos de Coré. Pero no estamos seguros. Lo que sí podemos decir que el autor verdadero del
Salterio es el Pueblo de Israel, esa Comunidad elegida que lleva en sus entrañas la promesa, la
Alianza de Dios.
2. Características literarias
a) Los salmos son oraciones escritas en poesías, cánticos y poemas, porque la forma poética es
más fácil hacerla canto, acompañado a veces por el instrumento musical litúrgico del tiempo: la lira.
Por ejemplo:
Paralelismo sinónimo: “Rocíame con agua y seré limpio, lávame y seré blanco como nieve” (
Salmo 51, 9).
Paralelismo antitético: “Pues conoce el Señor el camino del justo, mientras va a la perdición
el camino del impío” (Salmo 1, 6).
Paralelismo sintético: “El Señor es mi luz, ¿a quién temeré? El Señor es mi alcázar, ¿de
quién he de temblar?” (Salmo 27, 1).
d) Los salmos expresan los sentimientos humanos: de alegría o tristeza, esperanza o desilusión,
dolor o paz, serenidad o rebeldía, etc.
Fin del libro: el autor sagrado pretende darnos como un resumen de toda la Biblia: historia y
profecía, doctrina y oración. Los salmos nos enseñan lo que hemos de pensar, sentir y querer con
respecto a Dios, a los hombres y a la naturaleza, y también nos enseña la conducta que más nos
conviene observar en cada circunstancia de la vida.
la grandeza de Dios creador y salvador que obra maravillas en la historia y en la vida del pueblo
59.
de perdón 64 .
de acción de gracias 65 .
de confianza 66.
de acción de gracias 68 .
de confianza 69 .
d) En los salmos reales se presenta la figura del rey como intermediario entre Dios y su pueblo. El
rey es la prefiguración de Cristo como Mesías y Rey 70.
e) En los salmos didácticos tienen la función de enseñar, ya sea en el campo litúrgico 71 , ya sea
en las exhortaciones proféticas 72 , ya sea repasando la historia del pueblo como una catequesis
para la vida 73, ya sea reflexionando sobre la experiencia de vida concreta (felicidad, ley, Alianza,
retribución, moral...) 74 .
1. Autor y fecha
Tradicionalmente se pensaba que el Cantar de los Cantares fuera obra de Salomón. Sin embargo, la
obra es de origen post-exílico, aunque contiene cánticos más antiguos, recopilados por un redactor.
Ya corrían en el ambiente de corte antiguas poesías de amor, cantadas en fiestas y bodas. Es más,
desde Egipto entraba este tipo de literatura amorosa que los hebreos recogieron en su repertorio
poético. Y fue un redactor inspirado, en el post-exilio, quien recopiló algunos cantos amorosos, les
dio una unidad, movido por un fin teológico y espiritual, y siempre bajo la inspiración del Espíritu
Santo.
2. Características literarias
a) Es una colección de cánticos de gran belleza, que tienen como tema el amor apasionado de un
hombre y una mujer. Es llamado Cantar de los Cantares para significar “El Cantar más hermoso, el
mejor Cantar”.
b) Está escrito en un género literario llamado “poesía alegórica”. La alegoría es una comparación
larga. La comparación que hay detrás de estas páginas es ésta: así como se aman el esposo y la
esposa, así Dios ama a su pueblo. El Amado es Dios y la Amada es el pueblo de Israel; y en una
mirada cristiana, el Amado es Cristo y la Amada es la Iglesia; y en una lectura más universal, el
Amado es Dios y la Amada es la humanidad o cada persona en particular.
c) Usa estos recursos literarios: imágenes bellas, diálogos ágiles, repetición de palabras y frases, la
ironía, descripciones de los encantos físicos, piropos y momentos de dramaticidad.
e) Diversas imágenes:
Dios es cedro, es decir, seguridad, amparo, a cuya sombra el pueblo está seguro y el alma gozosa
(1,6).
Israel es la paloma que en su debilidad corre a refugiarse en las grietas, en falsos protectores (2,
13-14).
a) Primer cantar: es una escena campestre en forma de diálogo amoroso entre el Amado y la
Amada.
b) Segundo cantar: la Amada dormida y el Amado en vela.
c) Tercer cantar: ensoñaciones de la Amada y los piropos del Amado.
d) Cuarto cantar: ausencia del Amado y la angustiosa búsqueda de la Amada.
e) Quinto cantar: la relación de los enamorados se estrecha y la primavera anuncia la plenitud del
amor.
Fin del libro: La intención del autor inspirado no se quedaba en la descripción del amor humano.
Detrás de todos esos diálogos se esconde la historia de Amor entre Dios y su pueblo Israel.
b) Dignidad del amor humano. Detrás de este canto se esconde un himno al amor humano en
todo lo que tiene de belleza y religiosidad. El amor humano procede de Dios, por lo mismo tiene que
ser limpio, puro, sin egoísmos, sin intenciones torcidas.
C) LAMENTACIONES
1. Autor y fecha
Se consideró a Jeremías el autor de las Lamentaciones, pues detrás de ellas laten frases y temas
de Jeremías. Pero no estamos seguros. Como en tantos libros de la Biblia, el autor de
Lamentaciones ha quedado en el anonimato.
Fecha: en el siglo VI a.C. antes de la restauración (538 a.C.), como respuesta a la gran crisis que
hizo tambalear los cimientos de la vida política, social y religiosa de Israel.
2. Características literarias
Usa el género de elegía o lamento. El vocabulario es como volcán, lleno de emoción y dolor.
Está formado por cinco cantos o elegías, en su mayoría fúnebres, con un tema central: la
destrucción de Jerusalén y del templo.
a) 1 y 5: descripciones de la catástrofe.
b) 2 y 4: detalles de muerte y destrucción.
c) 3: ocupa el centro: reconocimiento de la propia culpa y afirmación de la confianza total en Dios.
También se ha dividido así:
El autor parece preguntarse: ¿Es que ahora ha fallado el Señor? ¿No existe ya esperanza? Los
profetas habían anunciado el desastre (cf. Jer 25, 9; 26, 9; 28, 14), a causa del pecado y la
obstinación del pueblo (cf. Jr 22, 5). No cabe conspirar ni pedir ayuda. ¿No existe ya esperanza?
Sólo cabe presentar al Señor la dolorosa realidad, aceptada como castigo, y esperar en su poder y
misericordia (cf. Lm 3, 28). Pero la realidad es tan terrible que provoca el llanto. No se trata de
meros desahogos sentimentales. Desde lo hondo del sufrimiento y de la angustia, saciado de
sarcasmos y desprecios, el autor pone los ojos en el Señor.
El problema del dolor será siempre la piedra de escándalo de las religiones monoteístas. La
confesión bíblica es sencilla y compleja a la vez: defiende siempre la bondad del Señor.
Las Lamentaciones son un canto dolorido de la fe ante la imagen del crucificado y ante los
crucificados de la historia que produce nuestro pecado.
VI. CONCLUSIÓN: Acerquémonos a estos libros con fe, veneración, para encontrar a Dios en
ellos. Nos ofrecen siempre su mensaje fresco y saludable. ¿Se puede vivir sin oración, sin amor y
sin dolor? La oración con los salmos alimenta el amor y da fuerzas para sobrellevar el dolor.
VII. ORACIÓN: ¡Venid, cantemos jubilosos al Señor, aclamemos a la roca que nos salva!
Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cánticos (Salmo 95, 1-2). Dame a
gustar de tu amor, Señor, para que tu amor me haga más llevadero mi dolor. Amén.
______________________________
59. Cf. Salmos 8; 19, 1-7; 100; 103; 104; 105; 111; 113; 114; 117; 135; 136; 145; 148; 150
60. Cf. Salmos 29; 24; 47; 68; 29; 47; 68; 93; 96; 97; 98 y 99
61. Cf. Salmos 46; 48; 76; 84; 122 (el más famoso) y 132
62. Cf. Salmos 3; 15; 6; 7; 10; 13; 17; 22; 25; 26; 28; 31; 35; 36; 38; 42; 43; 51; 54; 55; 57; 59; 61;
63; 64; 69; 70; 86; 88; 102; 109; 120; 130; 140; 141; 142; 143
63. Cf. Salmos 88; 102; 51; 109; 25; 26; 119
65. Cf. Salmos 9; 10; 30; 34; 40; 41; 92; 107; 116; 138
66. Cf. Salmos 4; 11; 16; 23; 27; 62; 121; 131
67. Cf. Salmos 12; 44; 58; 60; 74; 77; 79; 80; 82; 85; 90; 94; 106; 108; 123; 126; 137
70. Cf. Salmos 2; 18; 20; 21; 45; 72; 89; 101; 110; 132
74. Cf. 1; 19, 8-14; 37; 49; 73; 91; 112; 119; 127; 133; 139
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
I. INTRODUCCIÓN
1. Origen y fuentes de los libros sapienciales: Como en todos los pueblos, también Israel, junto a
los grandes temas de la historia de salvación, el culto, la alianza, la ley...desarrolla esa riqueza de
sabiduría popular de buena conducta, costumbres, reglas del buen vivir que hacían parte de la
literatura del pueblo, transmitida de padres a hijos en la familia y enriquecida por la sabiduría de los
pueblos vecinos, como Egipto, Mesopotamia y Canaán.
Junto a esta sabiduría popular estaba la educación y las reglas de conducta en la corte real, el arte
del buen gobernar.
Estas dos corrientes literarias: los refranes populares y las normas de conducta del buen gobierno,
fueron las fuentes principales para el nacimiento de los libros sapienciales bíblicos.
3. Temas de los libros sapienciales: Después del destierro, cuando los sabios y el pueblo
reflexionan sobre su historia, surgen los grandes temas de Job o Eclesiastés, en que el hombre se
pone frente a los problemas de la vida, de la muerte, del sufrimiento de los buenos, la retribución del
bien y el castigo para el mal, y busca dar un significado y una respuesta desde la fe en Dios.
4. Fin de los libros sapienciales: Los libros sapienciales son una profunda reflexión del hombre
que iluminado por la fe en Dios, trata de dar una respuesta a todos los problemas de la vida
humana: amor, dolor, muerte, gobierno, etc.
5. Autores de los libros sapienciales: Salomón fue siempre para Israel el sabio por excelencia y
por eso la mayoría de estos libros fueron atribuidos a Él. Pero sólo las dos colecciones de
Proverbios, capítulos 10-22 y 25-29 pueden atribuirse al período de la Monarquía. El resto de libros
sapienciales son de la época después del destierro (538 a.C), obra de varios sabios que recopilaron
las varias colecciones de sabiduría cortesana y popular, añadiendo de lo propio, y las atribuyeron a
Salomón para dar a sus libros mayor autoridad y para asegurar que eran inspirados por Dios.
6. Los sabios: eran personas que viven y enseñan normas de conducta para bien vivir, y se
cuestionan sobre los problemas que asechan la vida del hombre. En la corte eran los sabios quienes
aconsejaban sobre el buen gobierno. Después del destierro, cuando desaparecieron los profetas, la
dirección espiritual del pueblo corría a cargo de estos sabios.
7. La sabiduría: el concepto de sabiduría fue poco a poco purificándose con los años. En un inicio,
sabio era quien tuviera oficio fijo 75 ; el consejero del rey 76 , la anciana astuta 77 . Pero más tarde,
sabio era quien cumplía con la religión 78 . Sabio también era el que tenía destreza o habilidad
manual 79 , el que sabía interpretar los sueños 80, el que sabía salir de apuros 81, el que sabía
gobernar y administrar 82 o el que tenía ciencia 83 . Por tanto, podemos resumir el concepto de sabio
como aquel que posee saber teórico y saber práctico. Teórico, porque conoce la Sabiduría y la
enseña; práctico, porque la vive con rectitud moral y virtud.
8. Género literario sapiencial: todos estos libros usan dos géneros literarios: el proverbio y la
poesía. Así es más fácil memorizar. El proverbio o refrán es una fórmula sencilla, compuesta
frecuentemente de dos versículos, con un paralelismo de ideas o de palabras
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Aprender la verdadera Sabiduría que procede de Dios y está
encerrada en la Sagrada Escritura.
IV. TESIS: La Sabiduría bíblica pretende aclarar, a la luz de la Alianza del Señor con su pueblo,
determinados problemas que van surgiendo en la reflexión religiosa y filosófica de Israel: el destino
del hombre, el sentido de su vida, el del sufrimiento, de la muerte, la retribución y, en algunos
momentos, el de la trascendencia de la misma vida del hombre. Los sabios fundamentan sus
reflexiones en la experiencia de cada día, en la perspectiva de la historia de Israel y, a veces, en
reflexiones de otros sabios contemporáneos de dentro y fuera de Israel.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
A) PROVERBIOS
1. Autor y fecha
Se atribuye al rey Salomón. Pero, como dijimos ya en otra ocasión, fue recopilación de varios
autores sabios de la corte. Podemos datar la recopilación definitiva hacia el 300-200 a.C.
2. Características literarias
a) Es el libro más antiguo de la literatura sapiencial. Se presenta como una colección de dichos,
máximas, enseñanzas, en forma poética, para inducir al hombre a seguir el camino del bien, de la
sabiduría, y alejarse del mal. Por tanto, su intención es didáctica.
b)Son sentencias de carácter humano, profano, no religioso, a primera vista temas extraños a los
temas de la historia de la salvación.
c)Son sentencias que responden a una aguda observación de la realidad y se expresan con
brevedad.
e)Se utiliza el paralelismo: el antitético (cf. Prov 13, 9.22; 15, 29); el sinonímico (cf. Prov 21, 14;
29, 22); el progresivo (Prov 10, 26; 20, 11.20).
f)Uso de la etopeya, o descripción del carácter, rasgos o costumbres de un tipo (cf. Prov 7, 10-21;
23, 29-35).
Fin del libro: trazar un tratado de felicidad para los diversos ámbitos de nuestra vida. Esta
felicidad pasa por la honestidad de vida y por el respeto a Dios.
Los temas abordados en el libro de los Proverbios son múltiples y variados, pues abarcan
prácticamente todos los ámbitos, situaciones y circunstancias de la vida humana. Demos algunas
claves de lectura.
a) Según los sabios de Israel, existe un orden fundamental oculto en el universo, una especie de
norma racional. El descubrimiento de esta norma capacitaba a los sabios para asegurar sus
existencia, actuando en armonía con el orden cósmico. De lo contrario, el caos, latente y
continuamente amenazador podría enseñorearse del cosmos y de la vida social. Este orden es obra
de Dios. Y el sabio debe rastrear hasta encontrar a este Dios.
b) Para los sabios la vida era el bien supremo, tanto más querido cuanto que para ellos nada
existía más allá de la tumba. Así se entiende la teoría de los dos caminos: el que nos lleva a una
vida en plenitud o el que nos conduce a un final prematuro. Los que caminan durante su vida por el
primero, son sabios; los que prefieren el segundo, son necios. No hay término medio. El camino del
bien está marcado por la obediencia a los padres, el autocontrol de la lengua y de las pasiones, la
generosidad. El camino del mal lleva a la destrucción y está marcado por el adulterio, la embriaguez,
la pereza, la charlatanería, la injusticia e insolidaridad, la mentira.
c) Estos sabios proponían la sabiduría, basada en el temor del Señor. Sabiduría entendida como
reverencia, respeto y amor hacia Dios. En este libro de los Proverbios esta sabiduría está
personificada 84 , es una creatura de Dios, la primera de sus creaturas. Sólo cuando el hombre se
desposa con ella puede sentirse feliz y caminar sin miedo en la vida.
B) JOB
Kierkegaard, filósofo existencialista moderno, nos dice de este libro: “En todo el Antiguo Testamento
no hay una figura a la que uno se acerque con tanta confianza, franqueza y alivio como a Job,
porque en él todo es tan humano. Nadie en el mundo ha expresado como él la pasión del dolor”.
1. Autor y fecha
El autor del libro recoge un antiguo cuento, pero desarrolla una profunda reflexión sobre el
sufrimiento del justo y el premio de Dios. Dicho autor vivió después del destierro, y escribió el libro
alrededor de los años 500-450 a.C.
2. Características literarias
El tema del libro es el misterio del sufrimiento del justo y el premio de Dios.
Fin del libro: demostrar que el sufrimiento de los justos tienen su sentido a los ojos de Dios y que
Dios sabe sacar un bien de ese sufrimiento.
a) Dios: El autor demuestra que las explicaciones tradicionales sobre la retribución no eran
exactas 86 : el sufrimiento no siempre es un castigo de Dios por una mala conducta; hay muchas
malas personas que andan felices y llenas de bienes. Dios puede tener sus designios misteriosos,
más allá de una pura justicia distributiva. Dios es Dios y no se deja encasillar en moldes humanos.
c) Se vislumbra el sentido profundo del dolor y del sufrimiento: el dolor como medio de
revelación divina 87 , con valor medicinal y curativo, al tiempo que combate el orgullo del hombre.
C) ECLESIASTÉS O QOELET
1. Autor y fecha
Eclesiastés es la traducción castellana de la palabra hebrea “Qoelet”. Las dos palabras designan al
autor del libro. Eclesiastés quiere decir “Predicador, maestro, el que dirige una asamblea”.
Su verdadero autor es un maestro desconocido que vivió entre los años 300-200 a.C.
2. Características literarias
b) Hay sensación de un cierto desorden en los temas. Va repitiendo durante todo el libro los mismos
temas.
c) Recurre a la reflexión, en tono coloquial, salpicada con citas de máximas tradicionales, que el
autor rebate o distorsiona hábilmente, avanzando siempre por contrastes.
El libro es una reflexión filosófica sobre la vida y sus aspectos más problemáticos. El libro no es
sistemático, por tanto, no podemos sacar un esquema del mismo.
Fin del libro: mostrar el valor de la vida humana y el camino para adquirir la felicidad y la
sabiduría.
a) Dios: ¿Qué lugar ocupa Dios en el complejo y sombrío panorama de las reflexiones de Qohélet?
El autor del libro es creyente y hace continuas referencias a Dios (32 veces en 12 capítulos). Pero
no es el Dios de las grandes tradiciones históricas y proféticas del Antiguo Testamento , ni el de Job
o el resto de los libros sapienciales. El Dios de Qohélet es, ante todo, creador y juez. Desde esa
clave el autor nos habla de las obras de Dios, inaccesibles a los hombres; de su gobierno del tiempo
y de la eternidad, que el hombre no logra desentrañar; de su juicio sobre las acciones de los
hombres, aunque sin perspectiva trascendente; y de los sencillos bienes que otorga, según su libre
voluntad, como recompensa. Podemos añadir que en este libro falta una visión cristiana de la vida,
del dolor, del placer. No obstante, el libro cierra las puertas a la esperanza de falsos paraísos en la
tierra. No llega ciertamente a vislumbrar la verdad de un reino en la eternidad feliz, con Dios, pero
en su desencanto radical se ve ya la premisa necesaria al camino de la revelación del Nuevo
Testamento: “No tenemos aquí morada permanente, sino que vamos en busca de la futura” (Heb 13,
14). Presenta a Dios como aquel que determina todo lo que acontece y es insondable, hasta el
punto que el hombre no alcanza a conocer lo que Dios ha establecido. El libro termina con una
invitación: “Después de todo lo dicho, teme a Dios y observa los mandamientos, porque Dios va a
tomar cuenta de todas nuestras acciones y conocerá todo lo que está oculto, sea bueno o malo”
(Qohélet 12, 13-14).
b) Hombre: nada puede hacer feliz al hombre en la tierra. La única felicidad que le queda es
contentarse con gozar moderadamente, frenando las ambiciones, no desear más, sin medida, a
costa de la propia tranquilidad o a costa de los otros, y que tendrá que dar cuenta a Dios del uso de
su ambición.
D) ECLESIÁSTICO O SIRÁCIDES
1. Autor y fecha
El nombre “Eclesiástico” expresa el uso continuo que se le daba en las asambleas cultuales de los
primeros siglos cristianos. El título original hebreo es “Las palabras de Simeón Ben Sirá”; de ahí
viene el otro nombre que se da al libro: “Sirácides”.
Es el único libro del Antiguo Testamento que lleva la firma de su autor: Jesús, hijo de Eleazar, hijo
de Sirác. Sirác fue escriba y maestro, hombre culto y acomodado. El libro fue escrito alrededor de
los años 180-170 a.C. , en hebreo. El nieto de Sirác lo tradujo en griego.
2. Características literarias
El tema es claro: cómo tener una conducta moral y correcta, en las diversas circunstancias de la
vida personal, familiar y social.
Fin del libro: enseñar la sabiduría, es decir, las reglas para hallar la felicidad en la vida de
amistad con Dios. De ahí que se le ha llamado “tratado de ética a lo divino”, es decir, expuesto no
en forma sistemática y racional, sino con esa pedagogía sobrenatural.
a) Dios: el autor, Ben Sira, recalca el monoteísmo: El Señor es el único y solo Dios. De Él procede
el bien; el destino del hombre está en sus manos. Dios es justo e imparcial: a los buenos les da
cosas buenas; a los malos, malas (Eclo 39, 25). Ben Sirá enseña que esta justa retribución opera en
el más acá, pues no cree, a simple vista, en un más allá. Es un Dios que todavía no se abre al
universalismo de la salvación, como quedó evidenciado en el profeta Jonás.
b) Hombre: es un ser libre y adquiere la sabiduría mediante el esfuerzo. Puede elegir entre el bien
y el mal; de ahí que la responsabilidad de cara al mal no puede ser atribuida a Dios. Este hombre
lleva en sí el pesimismo y el optimismo. Por una parte, el pesimismo, pues fue creado del polvo y al
polvo ha de volver (Eclo 33, 10; 17, 1; 40, 11); su vida es breve e inevitablemente termina en la
triste existencia, en el Seol. Por otra, el optimismo, pues el hombre fue hecho a imagen de Dios; a él
se le concedió el dominio sobre los animales y aves (Eclo 17, 3-4); fue equipado de inteligencia y
destreza (Eclo 17, 7; 38, 6).
E) SABIDURÍA
1. Autor y fecha
Este libro se titulaba “Sabiduría de Salomón”. Pero en verdad el autor es desconocido. Se trata de
un judío piadoso de lengua griega, muy conocedor sea de las tradiciones y de las Escrituras, como
también de la filosofía y cultura griega. Sus continuas referencias a Egipto parecen sugerir que
pertenecía a la comunidad judía de la Diáspora en Alejandría.
Se escribió en griego, hacia la mitad del primer siglo a.C. Es, pues, el último libro del Antiguo
Testamento. Con él nos situamos prácticamente en los umbrales del tiempo de Jesucristo y en plena
época de difusión de la lengua y la cultura griegas 88 .
2. Características literarias
b) Hombre: este hombre adquirirá la sabiduría, si practica las virtudes cardinales 89 (8,7). El autor
insiste mucho en el tema “justicia”, considerada en sus tres significados bíblicos: justicia en cuanto
virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde, defendiendo, sobre todo, la causa del
humilde, del inocente y del oprimido; justicia en cuanto compendio de actitudes agradables a
Dios (equivale a bondad, rectitud, honradez y fidelidad); y justicia en cuanto fuerza o acción
mediante la que Dios nos salva y nos libera de cualquier tipo de mal.
VI. CONCLUSIÓN: El mismo Kempis nos dice cómo este sabor de Dios, que la sabiduría
proporciona, excede a todo deleite (cf. III, 34), y cómo las propias Palabras de Cristo tienen un maná
escondido y exceden a las palabras de todos los santos. ¿Podrá alguien decir luego que es una
ociosidad estudiar y saborear así estos secretos de la Biblia?
ORACIÓN: Señor, Tú eres la verdadera Sabiduría. Hazme saborearla, gustarla, para que quede
satisfecho contigo, y no tenga que buscar en otras partes espejismos de sabiduría, que sólo me
conducen a la necedad de mi mente y de mi corazón. Al mismo tiempo, dame las palabras exactas
para dar a gustar con mi palabra y mi ejemplo la enjundia de tu sabiduría. Amén.
_______________________________
75. Cf. Ex 28, 3; 3, 12; 3-5; 36, 1; Jr 9, 17
84. Es una prefiguración de Cristo, la Sabiduría del Padre. Ahora bien, Cristo no es una creatura,
es Dios mismo, hecho hombre.
85. Ya el diálogo era muy utilizado en la literatura griega (Platón y los trágicos), egipcia y
mesopotámica.
86. Estas eran las explicaciones tradicionales al dolor y sufrimiento: la maldad, faltas de
inadvertencia o ignorancia. Por tanto, quien hizo el mal las paga ya desde acá. Este libro de
Job viene a deshacer esos argumentos.
87. Sería bueno leer la exhortación del Papa Juan Pablo II “Salvifici doloris” del 11 de febrero de
1984.
88. Al margen de su influjo negativo, la cultura griega también aportó importantes novedades al
judaísmo: universalizó la Biblia (traducida al griego de la versión de los 70) y abrió el
pensamiento judío a las ideas griegas, provocando un diálogo enriquecedor que más tarde se
extendería al Nuevo Testamento y a la Iglesia. Uno de los mejores frutos de este diálogo es el
libro de la Sabiduría. En él las ideas platónicas de la inmortalidad del alma contribuyen
decisivamente a perfilar la doctrina de la resurrección y a solucionar así uno de los grandes
problemas de la corriente sapiencial: la recompensa o retribución de la conducta humana.
90. Leáse, a este respecto, el capítulo 5 del tercer libro de la Imitación de Cristo, de Tomás de
Kempis:“Maravillosos efectos del amor divino”.
91. Hago mías las palabras de san Jerónimo: “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”.
92. En Sabiduría se desploma la concepción tradicional que decía que el destino del hombre
después de la muerte era igual para todos: una existencia pálida en el “Sheol”, sin contacto con
Dios; que los premios y castigos quedaban limitados a este mundo: vida larga, familia
numerosa, riquezas y prestigio del justo, desgracias para el malvado. Pero las duras realidades
de la vida probaban lo contrario: Job y Eclesiastés habían propuesto algunas soluciones.
Algunos salmos expresaban la esperanza de una vida junto a Dios más allá de la tumba (cf. 16,
9ss; 49, 16; 73, 23-24). Sabiduría sintetiza y desarrolla estos y otros textos y afirma
decididamente que el premio consiste en vivir junto a Dios, replantea el problema del
sufrimiento del justo y ofrece una explicación, desde una nueva concepción de vida eterna en
Dios.
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
1. ¿Cuál de estos cinco libros está firmado por su autor, conocido también como
Sirácida? ¿Qué temas trata este libro dedicado a sus jóvenes discíulos, para
alcanzar la felicidad? Busca los temas en la Biblia.
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
Los libros del Antiguo Testamento pretenden mostrarnos lo mucho que Dios nos ama, cómo quiso
hacer una Alianza con nosotros para llevarnos a una vida de comunión con Él. Este proyecto divino
convierte la historia de Israel, y nuestra historia, en “Historia de Salvación”. Todos los libros del
Antiguo Testamento, desde diferentes puntos, remiten al Mesías, Jesucristo, que aparece en la
“plenitud de los tiempos”. Cristo es el eje de toda la Biblia, el que da sentido a todos los hechos de
la historia de salvación.
Todo comienza con el pueblo de Israel. ¿Por qué él, si es un pequeño pueblo, de poco interés para
la historia de las grandes civilizaciones, como fueron Egipto, Siria, Persia y Roma? Porque Dios así
lo quiso. La pequeñez de la historia de este insignificante pueblo fue objeto de la maravillosa acción
salvífica del Señor. Dios lo escogió para hacerle “Su Pueblo”, del que vendría para todos los
hombres su mismo Hijo, el Salvador. Dios guió con su mano providencial la historia de Israel,
infundió su Espíritu en sus escritos y literatura, que se convirtieron así en Palabra de Dios.
Los escritos del Antiguo Testamento tienen su origen en la tradición oral del pueblo. Es importante
este hecho, pues la historia antigua de Israel fue transmitida oralmente de padres a hijos. Y se
empezó a escribir la historia del pueblo de Dios hacia el año 1000 a.C., es decir, en el tiempo del
rey David. Todas las épocas anteriores, la de los patriarcas, la de Moisés, la de los jueces, la del rey
Saúl, se transmitían oralmente.
Esto no quiere decir que no hubiera entonces documentos escritos. Se conservan trozos de historia
muy antigua (p.e. el código de la Alianza: Éxodo 20 y Deuteronomio 5) y poemas...y alrededor de
estas piezas antiguas se transmitían oralmente la historia, los ritos, las costumbres y la fe de ese
pueblo.
Una vez que David y sobre todo Salomón, dieron importancia a los escribas en el Reino de Israel,
llegó la hora que todos esos materiales de tradición oral pudieron cristalizarse en escritos y libros.
Los 50 años de destierro de Babilonia fueron decisivos para este pueblo de Israel. Era el año 587.
Israel había perdido todo: su tierra, su templo, su rey. ¿Perdería también su fe en Dios? Ciro, rey de
los Persas, en el 538, da libertad a los judíos, y vuelven a Palestina. La Comunidad, purificada por el
sufrimiento del destierro, vive pobremente. Y durante los 500 años que siguen, hasta llegar a Jesús,
el pueblo repasa varias veces su historia: se lee y se recopilan los escritos y los libros de la ley. Los
mismos sabios, bajo la inspiración de Dios, nos ofrecen obras doctrinales maravillosas: Proverbios,
Job, Tobías, etc.
En el año 333 a.C. Alejandro de Macedonia conquista los pueblos de Medio Oriente, incluida
Palestina, y extiende por todas partes la cultura y la lengua griegas. En el año 167 a.C. un sucesor
de Alejandro intenta obligar, bajo pena de muerte, a los judíos a renegar de su fe. Es la época de
los mártires de Israel, en el libro de los Macabeos. El pueblo conquista su libertad en el año 165
a.C. Es la época de Daniel. En el año 63 a.C. Roma conquista Palestina y pone a Herodes como su
representante. Ya estamos en el umbral de la “plenitud de los tiempos” . ¡Nace Jesús!
INTRODUCCIÓN
Todo el Nuevo Testamento gira alrededor de esta “Buena Noticia”: Jesús de Nazareth, nacido de
María, por obra del Espíritu Santo, es el Salvador, el Mesías, el Hijo de Dios y Hombre verdadero;
ha muerto y resucitado para dar a los hombres una Vida Nueva y para enseñar el camino que
conduce a la verdad de nuestra vida y de nuestro destino, que es la gloria del Padre, junto a Cristo
Jesús.
Jesús no escribió nada ni de su vida ni de su doctrina. Tampoco mandó a nadie que escribiera su
mensaje. Él sólo dijo: “Vayan y anuncien la Buena Noticia a todas las gentes, para que todos los
pueblos sean mis discípulos”. Por tanto, el Nuevo Testamento fue, antes que nada, predicado,
vivido y celebrado. Solamente en un segundo tiempo, cuando las primeras comunidades vivían y
celebraban la fe en Cristo, y los testigos oculares de la vida y palabra de Jesús iban
desapareciendo, se sintió la necesidad de poner por escrito esa fe y esa predicación de los
apóstoles y discípulos. El Nuevo Testamento fue entonces el resultado de la fe y predicación
de las primeras comunidades cristianas. Este hecho es muy importante porque nuestra fe
no puede fundamentarse sólo en la Biblia escrita, como lo hacen los protestantes. Es más bien la
Tradición (con el Magisterio de la Iglesia) que nos garantiza la verdad de la Biblia y nos transmite
todo el depósito de la fe (cf. 2 Tim 1, 13-14) 94 .
a) Una etapa predicada de boca en boca: el núcleo de esta predicación era este: Cristo
Jesús, Hijo de Dios, muerto y resucitado. A este núcleo se le llama Kerigma, palabra griega que
significa “anuncio, proclamación 95” . Este Kerigma seguía este esquema: se recuerda el
acontecimiento de Jesús; se interpreta este acontecimiento con las Escrituras; y se llama al
compromiso de la fe. Este Kerigma se anunció primero a los judíos y después, por obra de Pablo, a
los paganos. El Espíritu Santo fue el gran protagonista de esta etapa predicada del “Evangelio”,
inspirando, asistiendo, cuidando la vida y la palabra de los primeros misioneros.
b) Y una etapa escrita: fue un camino largo y complejo. En los primeros años algunas
comunidades cristianas empezaron a resumir lo esencial de la predicación apostólica en fórmulas
breves y fáciles de retener, que serían los primeros intentos del “Credo”. San Pablo cita una
fórmula célebre: “Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras. Fue sepultado y resucitó
al tercer día, según la Escrituras. Se apareció a Pedro, luego a los Doce” (1 Co 15, 3-5). Muy
rápidamente, al celebrar la Eucaristía, nacerían también las “aclamaciones y fórmulas de
alabanza a Cristo” (cf. Fil 2, 6-11; Col 1, 12-20; 1 Tim 3, 16). Así pasaron unos 30-35 años
después de la resurrección. Y como los apóstoles iban muriendo, surgió el anhelo de poner por
escrito todo, para no perder su memoria. Lo primero que se escribió fue el Relato de la Pasión. Más
tarde, los dichos de Jesús, las parábolas y los milagros. Y así nacieron los cuatro Evangelios:
primero Marcos, alrededor del año 70; después Mateo y Lucas, alrededor del año 80; por último,
Juan, allá por el año 90. San Pablo, desde el año 40 había empezado sus viajes misioneros,
fundando comunidades en toda Asia Menor; y para mantener los contactos con ellas, les escribe
cartas, aconsejando, amonestando, enseñando, solucionando problemas. La primera que escribió
fue el año 51 a los Tesalonicenses. Más tarde, en el año 63, escribió a los Corintios y a los Gálatas.
Por tanto, los primeros escritos del Nuevo Testamento no fueron los Evangelios, sino las Cartas de
san Pablo. Al inicio, los varios libros del Nuevo Testamento circulaban separadamente por las
comunidades cristianas. Poco a poco se fueron juntando estos libros, cuando eran copiados a mano,
hasta llegar a conformar todo el conjunto de los 27 libros canónicos.
2. ¿Cuándo se empezaron a reunir los varios libros, hasta conformar el “Canon” del Nuevo
Testamento?
El más antiguo y más importante catálogo de los escritos del Nuevo Testamento fue descubierto en
el siglo XVIII por un estudioso, llamado Muratori. El Canon de Muratori data de mediados del siglo II.
Este catálogo contiene 22 libros, entre los cuales las 13 cartas de san Pablo. Todavía no es el
Nuevo Testamento completo, pero es el primer intento que conocemos de empezar a reunir los
varios libros.
Luego tenemos el testimonio de san Justino, que en su primera Apología del año 150 nos dice: “El
domingo, todos se reúnen, leen las Memorias de los Apóstoles, que se llaman los Evangelios”. Esto
nos asegura que ya a mediados del siglo II estaban reunidos los cuatro Evangelios. El catálogo ya
completo de los 27 libros canónicos del Nuevo Testamento lo encontramos hacia el año 400.
3. ¿Originales o copias?
Los originales de los libros del Nuevo Testamento se perdieron muy pronto, debido a la escasa
duración del material (papiro y cuero) en que se escribían, a mano, libros y cartas. Lo que ha llegado
a nosotros son copias, muy antiguas por cierto, de pergamino u otro material, en número muy
abundante, de varios libros o colecciones. Unos 3.500 manuscritos. Entre las colecciones o códigos
más antiguos del Nuevo Testamento en griego podemos recordar:
a) El código Vaticano (siglo IV) que contiene casi todo el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
c) El código Sinaítico (mitad del siglo IV) que contiene todo el Nuevo Testamento e incluso la
Carta de san Bernabé y el Pastor de Hermas, no admitidas en el Canon.
La versión en latín de la Biblia es la Vulgata, terminada por san Jerónimo en Belén, hacia el año
400. Ya en este momento, los libros del Nuevo Testamento ya estaban completos y posteriormente
fue esta versión de la Vulgata la que fue aprobada como oficial en la Iglesia, en el Concilio de
Trento, en el año 1570.
Comencemos, pues, el Nuevo Testamento, con el alma abierta y con los oídos del corazón atentos.
Es Dios quien nos habla, y quien nos ha escrito esta Carta. “Queremos ver a Jesús”, como aquellos
griegos que acudieron al apóstol Felipe. Queremos ver su rostro para después hacerlo resplandecer
ante las generaciones del nuevo milenio, como nos dice el Papa Juan Pablo II en su carta apostólica
“Novo millennio ineunte” (n. 16).
En esta carta el Papa pone como prioridad en este Tercer Milenio la escucha de la Palabra:
“Precisamente con esta atención a la Palabra de Dios se está revitalizando principalmente la tarea
de la evangelización y la catequesis. Hace falta consolidar y profundizar esta orientación, incluso a
través de la difusión de la Biblia en las familias. Es necesario, en particular, que la escucha de la
Palabra se convierta en un encuentro vital, en la antigua y siempre válida tradición de la lectio divina,
que permite encontrar en el texto bíblico la palabra viva que interpela, orienta y modela la existencia”
(n. 39).
¡Ojalá que este mi libro, que explica la Biblia sirva para que conozcamos más al Señor, lo amemos,
lo reflejemos en nuestra vida y lo comuniquemos por todo el mundo!
______________________________
93. Son éstos: los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las trece cartas de Pablo, la
carta a los Hebreos, la carta de Santiago, las dos cartas de Pedro, las tres cartas de Juan, la
carta de Judas, y por último, el Apocalipsis.
94. Dice san Agustín: “Yo no creería en la Biblia, si no hubiese la Iglesia que me la presenta y me
la explica”.
95. Huellas del Kerigma predicado las podemos encontrar en algunos discursos de Pedro (cf. Hech
2, 14-41; 3, 12-26; 5, 29-32; 10, 34-43) o de Pablo (cf. Hech 13, 16-41) o en el relato de
Emaús (cf. Lc 24, 19-27).
II. OBJETIVO VIVENCIAL: Adentrarnos al Nuevo Testamento con la lupa de la fe, para
encontrarnos con la Nueva Noticia del Padre: Este es mi Hijo muy amado: escuchadle.
III. TESIS: Los acontecimientos narrados en el Nuevo Testamento van desde el nacimiento de
Jesús hasta el año 60-65. Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos desde el año 51 (carta
de san Pablo a los Tesalonicenses) hasta el año 90-100 (Apocalipsis y carta a los hebreos). Los
escritos del Nuevo Testamento nacen dentro de los primeros grupos cristianos organizados en
comunidades, surgidas en las poblaciones principales del imperio romano, sobre todo, en las
provincias romanas desde Roma hacia Oriente: Italia, Macedonia, Acaya, Asia, Galacia, Cilicia y
Siria; es decir, en una zona de cultura helenística cuya lengua era el griego común 96, lengua en la
que están escritos todos los libros del Nuevo Testamento.
La vida de Jesús y de los Apóstoles se desarrolló en Palestina, que conocemos en sus grandes
partes: Judea, al sur; Samaria, al centro; y Galilea, al norte.
Toda la región estaba en esos años bajo la dominación del Imperio de Roma. Ya vimos en el
Antiguo Testamento cómo esta tierra había sido saqueada y conquistada (por los asirios, por los de
Babilonia, por los persas, griegos, etc.). Los romanos gobernaron los territorios ocupados con
bastante amplitud; dejaron libertad de religión, con tal de que fueran salvados los intereses de Roma
y llegara el dinero de los impuestos. También dejaron que las autoridades locales, en nuestro caso
el Sumo Sacerdote y el Sanedrín, ejercieran su mando y vivieran con sus leyes, eso sí, bajo la
vigilancia de un encargado de Roma.
a) La familia de los Herodes: Herodes el grande 97, y sus tres hijos 98 : Arquelao, Herodes
Antipas y Filipo. El más vinculado con los hechos del Evangelio es Herodes Antipas.
b) El mal gobierno de los “Herodes” hizo que Roma cambiara su política de Palestina y Siria. El
emperador romano, que residía en Roma, nombró un funcionario imperial con el título de
Procurador, encargado de gobernar las provincia de Judea y Samaría. El más famoso procurador
romano fue Poncio Pilato, que gobernó desde el año 26 al 36. En el norte, en la Galilea, gobernó
Herodes Agripa, favorito de los emperadores romanos, hasta el año 44. Persiguió a la Iglesia
cristiana (cf. Hech 12, 1-19) y ganándose la simpatía de los judíos, reemplazó a procuradores
romanos.
En el año 66 los judíos, en lucha armada, proclamaron la independencia del Estado judío. Roma
encargó al joven Vespasiano, futuro emperador, que sofocara el levantamiento en el año 67. La
campaña militar duró tres años. Mientras tanto Vespasiano viajó a Roma, por la muerte de Nerón
(año 69) y dejó a su hijo Tito el mando en Palestina. Tito, en ocasión de la Pascua del año 70, puso
a Jerusalén en estado de asedio. Cinco meses resistieron los judíos atrincherados en la Ciudad
Santa. El 10 de agosto del 70 fue el desenlace fatal: Jerusalén fue arrasada, el Templo totalmente
destruido, como nos relata el Evangelio: “No quedará piedra sobre piedra” (Mc 13, 1-2). Los
habitantes fueron deportados y vendidos como esclavos. El Sanedrín quedó suprimido, el Templo
había dejado de existir y ya no se podía celebrar el culto nacional: fue la catástrofe del Judaísmo.
No obstante, los judíos no se dejaron abatir: todavía hubo una chispa de rebelión, que se mantuvo
encendida dos años más, en la fortaleza de Massada, al sur del Mar Muerto. Además, el Judaísmo
como religión persistía en toda la Diáspora. Allí vivían unidos entre sí, con su organización,
conservando intactas sus leyes y sus costumbres religiosas. Desde ese tiempo hasta nuestros días,
el pueblo judío ha sido siempre la nación sin patria, respetado por algunos, perseguido por otros.
Sólo en el año 1948 los judíos lograron restablecer en Palestina el Estado de Israel.
¿Qué hacían mientras los cristianos? Ya en el año 70 el Cristianismo había roto la barrera de la
raza y de la nación judaica, y se proyectaba al mundo grecorromano. Cristo había venido para todos,
su salvación abarcaba a todos.
a) Cultura romana: era opuesta a la mentalidad hebraica. Además, el hecho de que los romanos
eran los dominadores hacía que el pueblo judío rechazara de raíz todo lo que viniese de Roma.
Entre Roma e Israel había un abismo cultural y religioso muy grande. Roma era el centro de una
civilización materialista, sostenida por la disciplina del ejército y gobernada por administradores y
bancos. Su dios verdadero era el “Estado”. Tenía, sí, una moral, pero no una religión concreta. No
tenía “El templo de Dios”, sino un “Pantheón”, o sea, el templo de todos los dioses, y estaban
abiertos a dar la bienvenida a otros dioses.
b) Cultura griega: la cultura griega conquistó el mundo entonces conocido, y su influjo llegó a
Palestina. Las primeras comunidades cristianas, fundadas por san Pablo, eran griegas, con
mentalidad helenística; esta mentalidad y cultura se refleja en todo el Nuevo Testamento. Esta
cultura griega estaba fundada en una concepción ideal del hombre, de su naturaleza y de su
libertad. Se caracterizaba por el gusto por las cosas del espíritu. Y encontraba su expresión en el
arte, la literatura, la filosofía y la religión. El Nuevo Testamento nació en este ambiente, fue escrito
en griego común y recibió en sus escritos muchos influjos de las costumbres y culturas que venían
de Grecia.
c) Cultura judía: Todas las leyes se fundamentaban sobre la “Torah”. El judío era profundamente
religioso. Su vida se desarrollaba al ritmo de las celebraciones semanales en la Sinagoga, del culto
al templo, y de la oración personal y familiar 99. Además de las prácticas individuales, la religión
judía tenía un centro: el Templo de Jerusalén. El templo era el orgullo de la nación judía y el objeto
de su amor. Así todo judío, dondequiera que estuviese, se volvía hacia el templo durante su oración.
Todo israelita, cumplidos los veinte años, debía pagar su impuesto al Templo. La peregrinación al
Templo era la forma más profunda de expresar la propia fe. Acudía a él tres veces al año: en
Pascua, Pentecostés y Fiesta de los Tabernáculos 100 .
Los escribas eran los maestros y entendidos sobre la ley y el derecho, guías espirituales de las
comunidades judías; orgullosos y omnipresentes, hábiles de discutir y dar sentencias.
Los fariseos, eran una secta religiosa, porque se consideraban separados del pueblo a quien
decía ignorante y pecador; defensores de la estricta observancia de la ley y del cumplimiento
minucioso de los preceptos; adversos a los romanos, enemigos de los saduceos; estimados por el
pueblo por su celo piadoso, su conducta intachable y por su desprecio hacia la ocupación romana.
Los saduceos eran la clase rica y todopoderosa de los judíos; dueños del templo, jefes del
Sanhedrín, complacían a los romanos, detestaban a los fariseos por su actitud de fanatismo religioso
y político y por razones doctrinales: los saduceos no creían en la resurrección de los muertos;
conservadores intransigentes de las tradiciones.
Los samaritanos, grupo religioso asentado en el centro del país, en Samaría y adoraban a
Yavé en el templo de Garizim; los judíos los odiaban porque se mezclaron con los extranjeros y los
llamaban pecadores.
Los celotes, secta político-religiosa, nacida a raíz de la ocupación romana; eran patriotas
nacionalistas, cuyo objetivo era sacudirse de la dominación extranjera; eran como un grupo de
guerrilleros que trabajaban en la clandestinidad e intervenían a mano armada contra Roma;
protagonizaron las revueltas judías que llevarían a la destrucción de Jerusalén (año 70).
b) Hechos de los Apóstoles: pertenece este libro al género histórico, porque gran parte de su
contenido narra la expansión del cristianismo en el siglo I y la formación de las primeras
comunidades cristianas por la evangelización de algunos apóstoles, sobre todo, Pedro y Pablo.
c) Cartas: pertenecen al género epistolar. Cada una cuenta con sus partes características: saludo,
introducción, cuerpo de doctrina y exhortación y despedida.
d) Apocalipsis: encaja en el género literario de los apocalipsis, muy abundantes en los siglos II
a.C. al II d.C. Tiene sus precedentes en escritos del Antiguo Testamento, como Daniel, Isaías y
Ezequiel.
Jesús de Nazaret es el protagonista de todos los escritos del Nuevo Testamento. Los Evangelios
aportan datos sobre su vida y exponen una síntesis de su Mensaje. Los otros escritos muestran
algún aspecto del Mensaje o narran cómo sus seguidores crearon un nuevo estilo de vida: la de
creyentes, hasta formar núcleos de personas, las comunidades cristianas.
Escritores paganos: a principios del siglo II se habla de los llamados “cristianos”, como
aquellos que profesan la fe en Cristo, considerado como Dios. Así la carta que el historiador Plinio el
Joven, procónsul de Bitinia, escribe en el año 112 al emperador Trajano que “los cristianos se
reúnen un día determinado antes de romper el alba y entonan un himno a Cristo como a un dios” 101
. Está también Tácito que en sus Anales, hacia el año 115, habla del gran incendio de Roma,
atribuido a Nerón en el 64, que culpaba a los cristianos de todo. Aquí está el texto: “Para hacer
cesar esta voz, presentó como reos y atormentó con penas refinadas a aquellos que, despreciados
por sus abominaciones, eran conocidos por el vulgo con el nombre de cristianos. Este nombre les
venía de Cristo, el cual, bajo el reino de Tiberio, fue condenado a muerte por el procurador Poncio
Pilato. Esta condena suprimió, en sus principios, la perniciosa superstición, pero luego surgió de
nuevo no sólo en Judea, donde el mal había tenido su origen, sino también en Roma, a donde
confluye todo lo abominable y deshonroso y donde encuentra secuaces” (15, 44) 102 Suetonio,
historiador del año 120, refiere que el emperador Claudio “expulsó de Roma a los judíos por
promover incesantes alborotos a instigación de un tal Cresto” 103 .
Escritores judíos: Flavio Josefo, historiador judío, en sus Antigüedades judías, escritas hacia el
año 93-94, refiere que el “sumo sacerdote Anano acusó de transgredir la ley al hermano de Jesús
(que es llamado Cristo), por nombre Santiago, y también a algunos otros, haciéndoles lapidar”
(Antiquitates XX, 9, 1). Más explícito es otro pasaje: “Por aquel mismo tiempo apareció Jesús,
hombre sabio, si es lícito llamarle hombre; pues hizo cosas maravillosas, fue el maestro de los
hombres que anhelan la verdad, atrayendo hacia sí a muchos judíos y a muchos gentiles. Él era el
Cristo. Y, como Pilato le hiciera crucificar por acusaciones de las primeras figuras de nuestro pueblo,
no por eso dejaron de amarle los que le habían amado antes: pues Él se les apareció resucitado al
tercer día después que los divinos profetas habían predicho de él estas cosas y otros muchos
prodigios sobre su persona. Hasta hoy dura la estirpe de los cristianos, que tomaron de Él su
nombre” (Antiquitates XVIII, 3, 3).
Testimonios cristianos: Vienen recogidos en el Nuevo Testamento, conjunto de 27 escritos:
cuatro evangelios, los Hechos de los apóstoles, catorce cartas de san Pablo, las siete cartas
llamadas católicas (de Santiago, 1 y 2 de Pedro; 1, 2 y 3 de san Juan, y Judas Tadeo) y, finalmente
el Apocalipsis. Hay que decir que el Nuevo Testamento no es un libro de historia. Es un conjunto de
libros que contiene el anuncio del mensaje de la fe. Hay en él muchos datos históricos, más que en
el resto de los libros no cristianos, pero lo más importante es la fe y la conversión. Por lo mismo, no
podemos mirar estos libros con ojos de historiador, sino con corazón de creyente.
También hay otros libros cristianos que hablan de Jesucristo, pero no han sido recibidos por la
Iglesia como auténticos y revelados. En ellos cuenta más que la fe y la historia la exageración
maravillosa, la admiración humana milagrera, las reflexiones particulares. A estos libros se les llama
apócrifos.
Serán, pues, los evangelios la fuente más importante sobre la historicidad de Jesucristo. Fueron
escritos a la luz de la Pascua. Los redactores se sirvieron de documentos escritos anteriores, en una
primera recopilación, e investigaciones personales, al tiempo que daban a sus escritos una propia
intencionalidad teológica. Uno de estos documentos anteriores es la llamada Quelle (fuente en
alemán) que recogía discursos y logia (frases cortas memorizables) de Cristo, existente ya en los
años cuarenta, que fue utilizada por Lucas y Mateo. Otra fuente escrita es la conocida con el nombre
de “triple tradición”, que recoge los hechos de la vida de Cristo, de la que dispusieron los tres
sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas). Disponemos de criterios válidos que nos permiten escuchar, si no
las “mismas palabras de Jesús” (obsesión del siglo pasado), al menos el mensaje auténtico de Jesús
y alcanzar unos hechos “sucedidos de verdad” que pertenecen a Jesús de Nazaret.
Hay racionalistas, entre ellos Reimarus, que niegan que el Cristo histórico 104 , el que nació en
Belén, vivió en nuestra tierra y murió en el Calvario, sea el mismo que el Cristo de la fe, es decir,
ese Cristo creído y predicado por los Apóstoles. Dicen que los apóstoles hicieron un mito falso de
Jesús. Dicen que el Jesús histórico fue un mesías político fracasado, que se limitó a proclamar el
reino de Dios, un reino político. Muerto Jesús, dicen, los apóstoles inventaron la resurrección de
Jesús y con ella una nueva religión, con el fin de obtener un fuerte poder religioso. Con esta
pretensión recompusieron los hechos y las palabras de Jesús, acomodándolos a esta finalidad. Y así
nació el Cristo de la fe.
Para la Iglesia el Jesús de la historia es el mismo que el Cristo de la fe. El Jesús de la historia
recalca más la humanidad de Jesús; y el Cristo de la fe hace hincapié en la divinidad. Ambas
realidades, la humanidad y la divinidad, no pueden separarse de Jesús. Es más, un conocimiento
pleno de Jesucristo no puede obtenerse a menos de tenerse en cuenta la fe viva de la comunidad
cristiana que sostiene esta visión de los hechos. No olvidemos que la religión cristiana se
fundamenta completamente en la fe en Cristo, muerto y resucitado, según el testimonio de los doce.
V. CONCLUSIÓN: Todo lo visto en este capítulo nos ayudará a entender mejor el mensaje de
Jesús. Él vivió, se educó y predicó dentro de esta cultura.
VI. ORACIÓN: Señor, ahora que comenzamos el estudio y la meditación del Nuevo Testamento, te
pedimos una fe ardiente para creer cuanto tus testigos dijeron acerca de Ti. Al mismo tiempo, danos
la gracia de amar tu mensaje, vivirlo y transmitirlo a nuestro alrededor. Amén.
___________________________
96. Es decir, el griego de la calle; no el griego clásico, hablado por los poetas y escritores clásicos,
por ejemplo, Sócrates, Platón, Aristóteles, Homero, etc...que ya era un griego más elevado y
culto.
97. Herodes el Grande fue detestado por los judíos a causa de su origen extranjero, su servilismo
respecto a Roma y por su afán de helenizar a Palestina, con bastante despotismo. Cuando
murió, el año 4 a.C. todos respiraron.
98. Arquelao gobernó la región de Judea y Samaría con crueldad y despotismo, y los judíos
lograron destituirlo en el año 6 d.C. Filipo gobernó hasta el año 34 d.C. las regiones del norte
más allá del Jordán. Herodes Antipas gobernó Galilea hasta el año 39 d.C.
99. El judío oraba varias veces al día el “Shemá” (“¡Escucha!”) que era a la vez una profesión de fe
y una oración. Los salmos eran oraciones habituales en la familia y reuniones. Muchos judíos
practicaban el ayuno voluntariamente y algunos, como los fariseos, ayunaban dos veces por
semana. Una forma de piedad para con Dios eran las obras de misericordia, la hospitalidad,
cuidado de los huérfanos, asistencia a los pobres...En este ambiente profundamente religioso
se movió Jesús en su infancia, bajo la guía de dos piadosos israelitas: José y María.
100. El servicio litúrgico del templo era desempeñado por los sacerdotes que se escogía de entre los
descendientes de Aarón y constituían una verdadera casta sagrada. De entre ellos, elegido de
entre sus familias más ricas y aristocráticas, era el Sumo Sacerdote, primer ministro del culto
nacional, presidente del Sanedrín o Gran Consejo, autoridad suma de los asuntos religiosos y
civiles de Israel. Los Levitas eran ministros subalternos; encargados de los quehaceres
materiales del Templo. Se llamaban Levitas por ser de la tribu de Leví. El culto del templo,
además de la oración pública o personal, consistía especialmente en el sacrificio, o sea, la
inmolación de una víctima (animal), que era parcialmente consumida por el fuego, junto a
harina, aceite y vino. Cuando la víctima era consumida totalmente por el fuego, se llamaba
holocausto. Este sacrificio era un homenaje a Dios, un medio de expiación de las culpas
personales o de la colectividad.
101. “Stato die ante lucem convenire carmenque Christo quasi deo dicere” (Epistula X, 96).
102. Auctor nominis eius Christus Tiberio imperante per procuratorem Pontium Pilatum supplicio
adfectus erat” (Annales XV, 44)
103. ”Judaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expulit” (Vita Claudii 25, 4).
104. Hasta finales del siglo XVIII, jamás se había pensado en el Jesús histórico como en un
problema, dada la fiabilidad de los Evangelios. Se da este año de 1778 como fecha del
nacimiento del llamado “problema del Jesús histórico”, porque es el año en que Lessing publica
el manuscrito inédito de Reimarus –muerto en 1768-, titulado “La intención de Jesús y sus
discípulos”. Reimarus, con fuerte resentimiento contra la religión cristiana, sostiene que Jesús
fue un mesías fracasado y que los evangelios son un fraude elaborado por sus discípulos.
I. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer a grandes rasgos las principales nociones de los Santos
Evangelios.
II. OBJETIVO VIVENCIAL: Familiarizarnos con los Santos Evangelios, para tratar de meditarlos,
vivirlos y transmitirlos.
III. TESIS: Los cuatro evangelios son narraciones de la vida de Jesús y de sus palabras,
reflexionadas, vividas y celebradas en la fe de las primeras comunidades cristianas. Las cuatro
narraciones, por una parte, tienen muchas cosas en común; y, por otra, hay diferencias que
completan, complementan y enriquecen dichas narraciones. Cada uno, inspirado por el Espíritu
Santo, ha querido transmitirnos su propia experiencia y sus recuerdos, para provocar y aumentar la
fe de quienes los lean. Sólo desde la fe y con la fe deben ser leídos para comprenderlos.
1. Significado de Evangelio
“Los cuatro Evangelios narran fielmente lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres
hizo y enseñó realmente hasta el día de la Ascensión. Después de este día, los apóstoles
comunicaron a sus oyentes esos dichos y hechos con la mayor comprensión que les daban la
resurrección gloriosa de Cristo y la enseñanzas del Espíritu de la Verdad. Los autores sagrados
compusieron los cuatro Evangelios escogiendo datos de la tradición oral o escrita, reduciéndolos a
síntesis, adaptándolos a la situación de las diversas iglesias, conservando siempre el estilo de la
proclamación: así nos transmitieron datos auténticos y genuinos acerca de Jesús; sacándolos de su
memoria o del testimonio de los que asistieron desde el principio o fueron ministros de la Palabra,
los escribieron para que conozcamos la verdad de los que nos enseñaban” (Concilio Vaticano
II, Dei Verbum, número 19).
Antes de ser escrito, el Evangelio fue mensaje transmitido oralmente; antes de ser libro, fue palabra.
Los apóstoles y primeros discípulos expresaban con la palabra “Evangelio” no sólo el Mensaje de
Jesús, sino también los rasgos más importantes de su vida, y de modo especial su muerte y
resurrección. El núcleo del Evangelio era Jesús resucitado. Anunciaban un nuevo talante de vida de
los hombres. Y de hecho los que aceptaron este Evangelio, los que creyeron en él, organizaron sus
vidas con un estilo nuevo, que fue calificado muy pronto como “cristiano”, porque eran los
seguidores de Cristo.
En estos grupos o comunidades cristianas, los “testigos oculares”, los que habían vivido con Jesús,
exponían sus experiencias, transmitían las enseñanzas de Jesús y evocaban su presencia entre
ellos con celebraciones litúrgicas.
Los cuatro Evangelios, tal como los tenemos hoy, nacieron sin nombre del autor entre los años 70-
90. Hacia el 125 se reunieron en una colección. Quizá en este momento se les puso el título que
tienen hoy: “Evangelio según Mateo, Marcos, Lucas, Juan”.
La tradición afirma que estos escritos surgieron en el entorno de ciertas comunidades: Marcos, en la
de Roma; Mateo, en la de Antioquía (Siria); Lucas, en unas comunidades compuestas
mayoritariamente por no judíos (Grecia, Siria o Roma), y Juan, en las de Palestina, o en las de Asia.
Los tres primeros se llaman sinópticos (yuxtapuestos), porque tienen muchas coincidencias y se
pueden leer disponiendo el texto en columnas paralelas:
Mateo 26, 26
Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos:
Tomad y comed, esto es mi cuerpo.
Marcos 14,22
Durante la cena, Jesús tomó pan, dio la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: Tomad, esto es mi
cuerpo.
Lucas 22,19
Después tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por
vosotros; haced esto en memoria mía.
a) Muchas partes son comunes a los tres evangelistas: comienzo en Galilea, misión en
Galilea, subida a Jerusalén y pasión, muerte y resurrección del Señor.
b) Algunas partes son comunes sólo a dos evangelistas: Jesús en Cafarnaún (Mc 1, 22-
23 y Lc 4, 31-41), curación de la cananea (Mc 7, 24-30 y Mt 15, 21-28) y exigencias del maestro (Mt
y Lc).
c) Algunos hechos y palabras aparecen sólo en uno de los tres: La oración en común
(Mt), Marta y María (Lc), el hijo pródigo (Lc).
a) Los tres tuvieron a disposición algunas fuentes comunes, las adaptaron a sus comunidades.
b) Los tres presentan a Jesucristo con algunos rasgos particulares: Para Mateo, Jesús aparece
como el Maestro, el Señor, el Mesías, por tanto tiempo esperado. Para Lucas, Jesús es el Salvador
misericordioso, que acoge a todos los hombres. Para Marcos, Jesús es el Hijo de Dios.
c) Los tres ponen de manifiesto las características de sus comunidades: La de Mateo eran cristianos
judíos; Marcos habla a gente de origen pagano; Lucas tiene una perspectiva universalista.
4. Evangelios apócrifos
En el siglo II aparecieron unos Evangelios llamados “apócrifos” (ocultos) por oposición a los
“canónicos”. Intentaban cubrir las lagunas que los cuatro Evangelios tenían de la vida de Jesús,
sobre todo de su infancia. Las comunidades cristianas no los admitieron como auténticos. Aunque se
atribuían a un apóstol o a un personaje relacionado con Jesús, la Iglesia no los ha reconocido como
palabra de Dios. Son narraciones legendarias con una mezcla de buena voluntad y de fantasía,
aunque tengan muchos datos correctos. Han tenido bastante influjo en devociones y fiestas
populares, así como en el arte religioso.
Los cuatro evangelistas se representaron con las figuras de los cuatro vivientes de Ezequiel (1,5) y
Apocalipsis (4,6): hombre, león, toro y águila. La interpretación más admitida es la que hizo san
Jerónimo, basándose en los comienzos de los mismos evangelios:
a) Cada uno de los evangelistas narra los hechos sobre Jesús según su experiencia y sensibilidad
personal.
b) Cada evangelista arregló todo el material de la vida de Jesús según el objetivo que se proponía
al escribir su “Evangelio”, y según los destinatarios al que era dirigido.
c) Cada evangelista se sintió totalmente libre frente a los pormenores históricos o geográficos. A
ellos no les interesaba mucho si un milagro fue antes o después, o si esa enseñanza la dijo en uno
u otro lugar. Lo importante para ellos era mantener vivo el recuerdo del mensaje y de la persona de
Jesús.
ORACIÓN: Señor, dame fe para descubrir tu presencia detrás de cada página de los Evangelios.
Que asimile tus enseñanzas, las medite, las viva y las transmita. Amén.
2. ¿Alguna vez lees y meditas algunos versículos del Evangelio? Ojalá que en
estos días que quedan del Adviento y en Navidad, escuches, a través de la
Palabra de Dios, cómo fue el Nacimiento de Jesús.
Autor: P. Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
Cada uno de los evangelistas nos da una perspectiva de Cristo; cuatro caminos para llegar al
corazón del Evangelio.
Marcos es el Evangelio más antiguo y más breve de los cuatro. De él se servirán Mateo y Lucas. El
Evangelio de Marcos es una catequesis, un manual básico para los catecúmenos. Es decir: es un
Evangelio hecho para esos miembros de la comunidad que comenzaban su itinerario cristiano.
Marcos se propone escribir el “principio” de la Buena Nueva de Jesucristo y levantar el velo sobre la
identidad de Jesús. Hizo falta mucho tiempo para que esta identidad sea reconocida por los
discípulos y por el pueblo, pues esperaban un Mesías triunfante y no sufriente. Marcos quiere
despertar en el catecúmeno, y en nosotros, la misma profesión de fe que Pedro dirá (cf. Mc 8, 29)
frente a Jesús que revela su identidad con los hechos de su autoridad, de sus milagros y de sus
actitudes. La consigna de silencio que Jesús impone (secreto mesiánico) es para decirnos que
quiere recorrer el camino, no de la gloria, sino de la humillación y de la cruz, para salvar a los
hombres.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer y profundizar en los aspectos esenciales de este Evangelio
de san Marcos.
IV. TESIS: El Evangelio de san Marcos se dirige a probar que Jesucristo es Hijo de Dios; por eso,
se dedica sobre todo a narrar milagros. El Cristo que presenta Marcos no es un Mesías triunfalista y
coronado de victoria, sino un Cristo que va derecho a la cruz. Por eso, el secreto mesiánico de
Marcos quiere dar a entender que a Cristo no le interesan la fama ni el prestigio, sino la humildad y
el anonadamiento. A san Marcos lo pintan con un león, porque empieza diciendo que Jesús ayunaba
en el desierto y las fieras le hacían compañía.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
Este Evangelio se escribió en Roma hacia el año 70, ya que hay datos que sugieren una comunidad
que desconocía algunas costumbres judías, y el texto contiene latinismos y alusiones al horario y al
derecho romano, equivalencias entre las monedas hebreas y romanas.
Marcos escribió su Evangelio para los fieles de Roma, provenientes del paganismo.
2. Características literarias
Finalidad del Evangelio de Marcos: Demostrar que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios, el
vencedor del poder de Satán, acreditando esto con sus milagros; que padeció, murió y resucitó. Pero
un Jesús incomprendido y rechazado por los hombres, no un Jesús de triunfos humanos.
a) En la comunidad de Marcos predominan los no judíos, que se reunían en las casas para celebrar
el culto y tener catequesis. Marcos es quien más subraya las tradiciones misioneras. Es una
comunidad organizada para evangelizar.
b) Se planteaba ya el tema de la persona de Jesús. Quizá este planteamiento estuvo originado por
las circunstancias difíciles (persecuciones de Nerón) que atravesaban los cristianos entre los años
60-70. Marcos presenta a Jesús como Mesías, Hijo de Dios, condenado a muerte y resucitado.
c) Además están surgiendo ya algunos movimientos heréticos, que insistían en Jesús resucitado,
comunicador del Espíritu. Y no valoraban las tradiciones históricas de Jesús de Nazaret.
* Contenido:
a) Iglesia: Presenta una Iglesia, en cuyo centro está la persona de Jesús. Desde esta aceptación
de la persona de Jesús la comunidad cristiana recibe iluminación para las vivencias concretas que
atraviesa, aunque sean duras.
b) Jesús:
El misterio del Mesías doliente: El Jesús de san Marcos es el Jesús de la Pasión: insiste mucho
en la perspectiva del sufrimiento y de la cruz. Presenta a Jesús en dos escenarios: en Galilea y en
Jerusalén. Destaca especialmente la humanidad de Jesús. Este Jesús no pronuncia grandes
discursos; fundamentalmente actúa.
Frente a Jesús hay que definirse: O con Él o contra Él. Si acepto a Jesús, acepto su cruz y sus
exigencias. Es curioso ver en el Evangelio de Marcos cómo al inicio del ministerio de Jesús estaba
rodeado de mucha gente, y poco a poco el círculo de sus discípulos se estrecha más y más.
Camino hacia la Cruz: La confesión de Pedro (8, 27-30) marca el final de una etapa y el
Evangelio realiza un giro importante: disminuyen los milagros, aumentan las enseñanzas de Jesús,
quien se dirige a un círculo siempre más pequeño. Lo que más salta a la vista es mostrar que su
Mesianismo no tiene el aire triunfal que sus discípulos se esperaban, sino que el camino del Mesías
es un camino “hacia Jerusalén”, donde será entregado en las manos de sus enemigos que lo
crucificarán.
* Los llama:
Dios llama a quien ama (cf. 3, 13), desde cualquier condición y realidad (cf. 1, 16-20); llama
personalmente, por su nombre; llama para estar con Él y darles una misión (cf. 3, 14); llama a ir en
pos de Él, recorriendo su camino, exigiendo confianza en su persona (cf. 1, 17).
* Los forma:
Esta formación pasa por varios estadios. Primero les va abriendo los ojos para que comprendan
quién es Él (cf. 4, 11-12). Luego, el discípulo reconoce su situación de ignorancia (4, 13; 4, 40; 6,
52; 8, 17; 9, 32); los discípulos no comprenderán el misterio de Jesús hasta que no hayan recorrido
todo el camino hasta la cruz. Más tarde, viene el paso de compartir los momentos de vida de Jesús,
sus jornadas, sus enseñanzas. Finalmente Jesús se dedica más a la formación del seguimiento,
insiste sobre la entrega de sí hasta la profesión de fe en el Mesías sufriente. Marcos narra la pasión
y muerte de Jesús para decir a todos que no tengan miedo a la persecución ni al fracaso aparente,
pues es el camino obligado del discípulo para llevar a cabo la misión. Los personajes de la Pasión
toman partido o con Él o contra Él.
* Los envía:
Los llama a ser predicadores confiados y audaces del Evangelio. Esta instrucción misionera se
transforma en llamada insistente a acoger la Palabra, a proclamar sin miedo su fe en Cristo
resucitado y exaltado en la Gloria de Dios.
CONCLUSIÓN: ¿Cómo pueden vivirse hoy las enseñanzas de Marcos? Leamos el Evangelio de
Marcos a la luz de Jesús viviente. Marcos nos describe a un Jesús en presente: va, pasa, dice,
mira...¡Cristo sigue viviendo! Marcos nos invita también a abrir los ojos para que reconozcamos su
presencia en nuestra vida ordinaria. Finalmente nos compromete a dar testimonio de Cristo en
medio de los sufrimientos y persecuciones; incluso, a dar la vida por Él, si fuera necesario.
ORACIÓN: Señor, de la mano de san Marcos, te pedimos nos abras los ojos para comprender que
tú no eres un Mesías de triunfos fáciles y sonados, sino un Mesías de ignominia y de cruz. Que
nunca nos escandalicemos de Ti; al contrario, danos la gracia de dar nuestra vida por ti, si fuera
necesario. Queremos seguirte hasta la cruz, y desde allí, triunfar contigo. Amén.
EL EVANGELIO DE MATEO
II. OBJETIVO VIVENCIAL: Meditarlo, tratando de vivenciar cuanto me dice este Evangelio.
III. TESIS: El Evangelio de san Mateo está dirigido a probar que Jesucristo es el Mesías anunciado
por los profetas y que en Él se cumplió todo lo que los profetas habían anunciado. A Mateo lo pintan
con la imagen de un hombre, porque su Evangelio empieza haciendo la lista de los antepasados que
Jesús tuvo como hombre.
Era empleado de Hacienda, posiblemente a órdenes de Herodes. Cobraba impuestos para el rey.
Fue elegido por el Señor para ser uno de los doce íntimos.
a) Es una comunidad de origen judío: de ahí que el estilo literario, la mentalidad, las alusiones
sean fundamentalmente hebraicos.
b) Es una comunidad que se opone al judaísmo: de ahí la polémica contra los fariseos y al
pueblo judío en general (cf. Mt 23, 1-26), apegado a las tradiciones y a una mentalidad estrecha.
Presenta a Jesús como el que perfecciona el judaísmo.
d) Es una comunidad que se abre a los paganos: no olvidemos que Antioquia, donde tal vez se
escribió este evangelio, fue el centro de la propagación de la primera Iglesia. Desde el inicio el
evangelio habla de la misión hacia los paganos: los magos adoran a Jesús (2, 1-12); al banquete
son invitados todos (22,9); son paganos los que confiesan su fe, como la cananea (15, 21-28) o el
centurión (8, 5-11); el evangelio debe ser anunciado a todas las gentes (28, 19); hay que buscar a
las ovejas dispersas de Israel (10, 6; 15, 24).
2. Características literarias
a) Mateo escribió su evangelio primero en hebreo o arameo, y después en griego. Por eso tiene
muchas expresiones hebraicas, por provenir de una comunidad de origen judío.
c) Su estilo se caracteriza por la brevedad y la claridad, cuando habla de los hechos, mientras se
alarga mucho en los discursos de Jesús. Comparado con Marcos, Mateo quita detalles, nombres
propios, suprime lo marginal.
d) Los discursos son lo más original de Mateo y son elaborados técnicamente, a base de
expresiones auténticas de Jesús.
Fin del evangelio de Mateo: se le llama el evangelio eclesial porque intenta formar al cristiano
dentro de la comunidad. También se le llama el evangelio del catequista porque presenta un material
amplio y bien ordenado de la enseñanza de Jesús, para la instrucción de quien ha recorrido la etapa
catecumenal y quiere ya vivir el bautismo en la Iglesia. Da un catecismo del Reino.
Claves:
a) Entre los cristianos y el judaísmo se planteaban algunas cuestiones: ¿qué grupo era el verdadero
pueblo de Dios? ¿Qué grupo interpretaba rectamente la Ley? ¿Dónde estaba la verdadera
interpretación de la Escritura, y sobre todo de las promesas mesiánicas? Para el judaísmo: el
verdadero pueblo seguía siendo Israel; los judíos eran los herederos de las promesas; por tanto,
ellos poseían la verdadera interpretación de la Ley. Para los cristianos: la comunidad cristiana era la
auténtica heredera del pueblo de Dios, de las promesas; la verdadera intérprete de la Escritura.
b) Además, las comunidades cristianas de Mateo tenían problemas internos para ajustar sus vidas a
las directrices de Jesús. Están atravesando dificultades para mantenerse fieles al Evangelio, se
enfrentan con doctrinas erróneas: hay miembros de la comunidad no suficientemente instruidos.
c) A pesar de esto, la comunidad de Antioquia tiene ya cohesión interna: es una iglesia en la que
existen algunos ministerios y su convivencia está regulada. En esta comunidad fijó su residencia
Pedro durante unos años.
Contenido:
a) Jesús
En Marcos Jesús es el Hijo de Dios-hombre que actúa; en Mateo es el Dios-Hombre que enseña,
que habla del Padre y de su plan salvífico. ¿Cuáles son los rostros de este Jesús de Mateo?
Jesús es el Hijo de Dios: al que debemos recurrir en las dificultades (Mt 14, 33) y proclamarlo
con firmeza (Mt 16, 16) y reconocerlo en el crucificado (27, 54).
Jesús es el Hijo del hombre: que se identifica con todos los perseguidos, con los pequeños,
los pobres (25, 36-46).
b) El Reino
Jesús predicó el Reino de Dios. Es el tema que ocupa mayor extensión en san Mateo; proclama su
cercanía y su llegada. Tiene una doble fase: terrena y escatológica. Aparece como una comunidad
dinámica de salvación, que comporta bienes fundamentalmente espirituales.
Cómo es este Reino. Las parábolas (13): es semilla, es levadura, es perla preciosa, etc.
c) Iglesia (14-17)
Toda la predicación sobre el Reino estaba orientada a la fundación de su Iglesia. La Iglesia sería el
inicio de ese Reino visible aquí en la tierra. Jesús primero se retira y va centrando su actividad
eclesial en el grupo de los discípulos, muy especialmente en Pedro, que comienza a tener un
especial protagonismo, como preparando su papel en la Iglesia. Jesús convoca a los suyos en torno
a Pedro. A la confesión de Pedro, Jesús responde con una felicitación y un encargo muy especial de
cara a la Iglesia; le confía la misión de ser cimiento de la nueva comunidad: la Iglesia. Mateo
presenta una Iglesia abierta, plural, que intenta desligarse de los esquemas del judaísmo, que va
adquiriendo cohesión interna, que se lanza a evangelizar a otros pueblos y que tiene en su seno a
Pedro, a quien Jesús le encomendó la garantía de su mensaje y la comunión y firmeza en la fe de
todos los “hermanos”.
El Misterio Pascual inaugura el Reino. Es decir, para dar vida a este nuevo Reino, a esta Iglesia, Él
tuvo que dar su vida, porque ese era el plan del Padre. Mateo quiere insistir en que Jesús es el
justo perseguido, el Siervo de Yavé de Isaías; y los que le condenan no hacen más que cumplir con
“lo que estaba escrito”.
V. CONCLUSIÓN: Hay un detalle importante que no pasa por alto Mateo: “El velo del Santuario se
rasgó en dos, de arriba abajo” (27, 51). Era la cortina que separaba el Santo de los Santos y que a
la muerte de Jesús quedó rasgada, para significar, como lo ha entendido la tradición de la Iglesia,
que el antiguo culto mosaico había terminado y comenzaba una nueva era, la de la Nueva Alianza,
sellada con la sangre del Hijo de Dios. Con ella se abría al hombre la posibilidad de renacer a una
nueva vida, dejando atrás el miedo y cualquier forma de pesimismo, porque la muerte había sido
superada por la Vida.
VI. ORACIÓN: Señor, te reconozco como el Mesías prometido en el Antiguo Testamento. Te pido
la gracia de ir reflejando en mi vida las bienaventuranzas, que son el retrato de quien quiere
seguirte. Amén.
_____________________________
105. La fuente Q era una colección de discursos de Jesús, desconocida por Marcos, y utilizada sea
por san Mateo, como por san Lucas.
106. Comienza su evangelio con la genealogía, que jugaba en ese tiempo un papel importante en la
identidad de una persona, pues justificaba el pertenecer al pueblo escogido. Mateo tiene la
preocupación de mostrar que Jesús es el Mesías anunciado por las Escrituras, el verdadero
descendiente de Abraham, el verdadero hijo de David, que gozaba de todos los favores de
Dios. Tres grupos de 14 nombres cada uno nos llevan de Abraham a Jesús; Mateo juega con el
valor simbólico de los números: el 3 simboliza la plenitud de los tiempos y el 14 es el número
simbólico de David (las tres consonantes del nombre DAVID: D.W.D son la cuarta y sexta letras
del alfabeto hebraico; sumando pues 4+6+4 dan 14) demostrando que Jesús es el verdadero
David.
CAPÍTULO QUINTO
EL EVANGELIO DE LUCAS
II. OBJETIVO VIVENCIAL: Asimilar el mensaje que Lucas nos transmite en su Evangelio.
III. TESIS: El Evangelio de san Lucas es el Evangelio de la misericordia y tiene como objetivo
presentar la ternura de Dios para con todos los pecadores y necesitados. Está escrito en griego
culto, pues Lucas es un cristiano educado en ambientes helenistas. Intentó responder a la situación
que vivía su comunidad cristiana, amenazada por la rutina y la tentación de aferrarse a los bienes de
este mundo. Por eso, invita a la conversión, y para ello nada mejor que recordar las palabras y la
vida de Jesús. A Lucas lo pintan con un toro, porque comienza su evangelio con los sacrificios que
hacían en el templo, donde cada tarde se sacrificaba una res.
Fue escrito por san Lucas, médico de profesión, hombre culto y perfecto conocedor del griego. Fue
discípulo de san Pablo. No fue testigo directo de la vida del Señor. Tal vez fue María la que le
proporcionó la mayor parte de la información que se contiene en los primeros capítulos de su
evangelio.
Lo debió escribir con anterioridad a la caída de Jerusalén, el año 70. Y los destinatarios de su obra
son pagano-cristianos helenistas, no romanos.
2. Características literarias
a) Escribe con el estilo elegante de un escritor que se dirige a las personas cultas del mundo griego
que se interesaban por el cristianismo. Su vocabulario es muy rico, pero sin adornos inútiles. La
delicadeza de Lucas se nota también en el hecho que mitiga los sentimientos fuertes de Jesús: no
se ve a Jesús en cólera, o violento con Pedro.
b) Sus fuentes: orales (Pablo y otros apóstoles, María); escritas (documentos escritos que circulaban
en las comunidades cristianas; evangelio de Marcos y la fuente Q).
c) No narra como un periodista o biógrafo moderno, sino que destaca los acontecimientos y
palabras de Jesús, adaptándolos a su propia sensibilidad y al mensaje que quieren dar a la
comunidades cristianas.
Tomando en cuenta las dos obras de Lucas, podemos ver el plan lucano así:
a) El tiempo de Israel o el tiempo de las promesas: termina con la predicación del bautista.
b) El tiempo de Jesús o el tiempo de la salvación: Con Jesús al centro de todo, resuena la Buena
Noticia, primero a Israel y luego al mundo entero.
c) El tiempo de la Iglesia o el tiempo del testimonio (Hechos de los apóstoles): el Espíritu es dado a
los apóstoles para que sean testigos del Evangelio y éste resuene en toda la tierra.
Este plan lucano sigue un itinerario geográfico, que es al mismo tiempo es un itinerario espiritual:
a) Comienza en Jerusalén, centro del judaísmo, con el anuncio del nacimiento del bautista, que
hace de enlace entre la Antigua y Nueva Alianza.
b) Luego se traslada a Galilea, centro del mensaje de Jesús.
c) Desde Galilea, Jesús emprende su subida hacia Jerusalén.
d) En Jerusalén, centro de la Buena Noticia, el Evangelio se anuncia en Judea, luego en Samaria y
hasta los confines de la tierra.
Fin del evangelio de Lucas: todo el evangelio de Lucas está encaminado a presentar a Jesús
como el gran amigo de los pecadores, como el más misericordioso y amable de los seres que han
existido.
Claves:
La situación de esta comunidad no es tensa ni con los judíos ni con los romanos. Los cristianos de
la provincia de Siria están en diálogo con la cultura griega. En estos años, las comunidades
cristianas habían perdido su entusiasmo inicial. Se estaban acomodando a la rutina de cada día: les
atraían los valores terrenos, como el dinero o el poder; no tenían ya el contrapeso de la espera de
una venida inminente del Señor.
En estas circunstancias, Lucas trata de reactivar la fe y el entusiasmo de los creyentes para que
tengan seguridad en la autenticidad de las enseñanzas que han recibido. Poniendo de manifiesto el
papel que tiene Jesús en la historia, pretende escribir una historia de salvación. En este camino
hacia la salvación hay que ir libre de ataduras, como las riquezas y otros compromisos.
Presenta a Jesús como modelo de Profeta ungido, como Salvador, como Señor.
Presenta la Iglesia como una iglesia encarnada en la historia de los hombres, siempre en camino
para realizar el plan de Jesús; una Iglesia capaz de desprenderse de todo lo accesorio que le impida
seguir caminando. El modo concreto de esta presencia de la Iglesia en la historia humana se narrará
en la segunda parte de la obra de Lucas (los Hechos).
Jesús lo purifica de su orgullo y le prepara para el momento de la caída (Lc 22, 31-34).
Contenido:
b) Es el Evangelio de la salvación universal: ese perdón y ternura alcanzan a todos los hombres.
c) Es el Evangelio de los pobres: insiste en la predilección de Jesús por los pobres, los
marginados, los samaritanos, los despreciados.
e) Es el Evangelio del Espíritu Santo: el fruto de la oración es el Espíritu Santo. Lucas insiste en
el protagonismo del Espíritu Santo en la vida de Jesús y del cristiano.
f) Es el Evangelio de la alegría: una vida de oración, de unión con el Espíritu Santo es fuente de
gozo y alegría para todos. La salvación concedida a todos engendra alegría.
ORACIÓN: Señor Jesús, te reconocemos como Salvador, lleno de ternura y de misericordia. Que tu
amor lo llevemos a todos los hombres. Amén.
1. ¿Cómo presenta San Lucas a Jesús? ¿Por qué crees que tiene esa imagen de
Jesús si no lo conoció en persona?
EL EVANGELIO DE JUAN
I. INTRODUCCIÓN
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Asimilar el mensaje que este Evangelio nos ofrece.
IV. TESIS: El Evangelio de Juan es una respuesta a la situación que vive su comunidad y contiene
una profunda reflexión acerca del misterio de Jesús. Los que se encuentran con Él y lo aceptan, van
descubriendo progresivamente la hondura de este misterio, mediante la fe. Y los que lo rechazan,
por falta de fe, terminan en la oscuridad y ceguera de su pecado. Todos los signos y milagros están
orientados a descubrir una faceta de la riqueza insondable de Jesús. Y los discursos que siguen a
los milagros tienen un carácter teológico, es decir, reflexionan sobre Jesús y su misión. A Juan lo
pintan con un águila, porque el águila es el ave que más altura consigue, al igual que el evangelio
de Juan que se elevó hasta los secretos de la Divinidad.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
El autor es Juan, el discípulo amado de Jesús. Su madre Salomé es del grupo de las mujeres que
seguían a Jesús para servirlo y está presente en el Calvario. Juan figura siempre en la lista después
de Pedro y es de los tres íntimos de Jesús.
Juan escribió la sustancia de su Evangelio a fines del siglo I , cuando ya habían muerto los demás
apóstoles y evangelistas. Y luego fue completado y redactado por sus discípulos.
Los cristianos a los que se dirige Juan vivían una situación difícil y compleja:
a) Internamente, había grupos que no aceptaban la superioridad de Jesús sobre Juan Bautista;
otros, no aceptaban la divinidad de Jesús.
b) Externamente, había rechazo y persecución. Sus perseguidores son los judíos que aparecen en
cada página de su evangelio y que expulsaban de la Sinagoga a los cristianos de esa comunidad.
Por eso, esos cristianos vivían atemorizados; algunos tenían miedo de aparecer como discípulos;
otros habían abandonado la comunidad. Y la principal tentación de los que aún quedaban era
alejarse del mundo y encerrarse en el cenáculo, recluirse en el círculo en el que se encontraban
protegidos.
Por eso, esta comunidad ha cerrado filas en torno al “discípulo amado”, Juan.
2. Características literarias
Es un evangelio muy distinto al de los otros tres. Tiene fuentes propias, por eso escribe “su”
Evangelio en base a sus recuerdos y con una finalidad diferente. Seleccionó algunos milagros y
profundizó en su significado simbólico, en función de lo que quería enseñar a la comunidad cristiana.
Es rico de discursos y tiene una manera de hablar profunda, reflexiva, abstracta, en ocasiones. Juan
parece un teólogo. Por eso, su lenguaje es para adultos en la fe. Habla con los nuevos conceptos
que se manejaban en la cultura helenística: luz-tinieblas, vida, amor, logos...y los adapta a la
concepción cristiana de la fe. Parte de realidades concretas: el agua, el pan, el nacimiento, la vida,
la luz...pero luego las transforma y nos transporta a otras realidades superiores, a través del
símbolo.
Otro elemento de Juan es el siguiente: expone el signo o milagro y, después, hace el discurso sobre
el signo.
a) Prólogo y testimonios (1, 1-51): anticipa los grandes temas del evangelio: la Palabra, la Vida, la
Luz, la Verdad, el mundo, las tinieblas...y junto a él, los primeros testimonios, que presentan a Juan
como el último gran profeta que señala a Jesús como el Mesías.
b) El libro de los signos (2-12): se narran siete milagros-signos. Lo importante no son los milagros
en sí, sino revelar a Jesús como Vino nuevo, como Hombre Nuevo, como Luz, como Agua viva,
como Resurrección, etc.
c) El libro de la Pasión y Pascua (13-20). Tiene dos secciones: los discursos de despedida (13-
17) y la pasión y gloria (18-21).
d) Epílogo (21, 1-25): reúne diversas apariciones de Jesús, en las que el discípulo amado ocupa un
lugar importante, junto con Pedro.
4. Contenido teológico y espiritual
Fin del Evangelio de Juan: Juan quiere probar que Jesús es Dios verdadero. De ahí que su
especialidad sean los discursos teológicos.
Claves:
El evangelio de Juan es una respuesta a la situación que vive su comunidad. A la polémica sobre la
divinidad y humanidad de Jesús, el evangelista responde profundizando en el misterio de su
encarnación y muerte. Y ante la tentación de huir del mundo, exhorta a los discípulos para que
afiancen su fe en Jesús, y, unidos a él, salgan al mundo para dar testimonio de la verdad.
Ante Jesús hay que decidirse: o se acepta a Jesús o se lo rechaza. Los que se encuentran con
Jesús y lo aceptan van descubriendo progresivamente la hondura de este misterio: lo reconocen
como Señor, Profeta, Mesías y Salvador del mundo, y, sobre todo, como Hijo de Dios. Y los que no
lo aceptan, siguen en su oscuridad, en la ceguera de su corazón.
Cuanto más un cristiano toma su decisión por Jesús, por su Vida, su Verdad, su Justicia...tanto más
encontrará oposición de algunos que le harán la vida imposible, hasta quitarle la vida.
Contenido:
b) Es el Evangelio de los signos: estos signos están destinados a despertar la fe. Quiere
demostrar que esos signos o sacramentos son la prolongación de aquellos gestos salvíficos de
Jesús. Estos son los signos:
El agua: el bautismo.
e) Es el Evangelio del Padre: toda la vida de Jesús es presentada por Juan como un salir del
Padre, permanecer fiel a la misión que el Padre le ha confiado, y volver al Padre para ser glorificado
y sentarse a Su Diestra.
El tema de Jesús-Vida es verdaderamente el centro del Evangelio de Juan; todos los otros temas
están en relación con éste: “Yo soy la luz...el agua viva...el pan de vida”.
I. INTRODUCCIÓN
¿Un cristiano de hoy puede vivir con el mismo fervor y dedicación su fe cristiana como lo hicieron los
primeros cristianos? ¿Qué nos faltaría? Leer los Hechos de los Apóstoles es estar reviviendo la vida
de los primeros cristianos, de la primera Iglesia. Estaba fresco aún el Pan de la Última Cena; la
Sangre del Cristo sufriente estaba aún caliente; sus Palabras desde la Cruz resonaban por todos los
rincones. Ya Jesús subió al Cielo y sus discípulos conservaban en sus pupilas el rostro del Señor.
IV. TESIS: Los hechos de los Apóstoles son la continuación del evangelio de Lucas y narran el
nacimiento del cristianismo y de la primera iglesia. Aquí encontramos las raíces de un mensaje y un
modo de vida que ha sido decisivo en la historia de la humanidad. La Iglesia presentada en los
Hechos es la comunidad de los discípulos, guiados por el Espíritu Santo. Dan testimonio del Señor
desde la experiencia de la fraternidad.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
El autor es Lucas o uno de sus discípulos. En su evangelio, Lucas narró el tiempo de Jesús y en los
Hechos narra el tiempo de la Iglesia primitiva.
La fecha es seguramente posterior al Evangelio, escrito hacia el año 80. Por tanto, el libro de los
Hechos de los apóstoles fue escrito hacia el año 85-90.
El mensaje de los Hechos tiene como destinatario a la Iglesia en la que se han apagado los
primeros ímpetus y ha comenzado a aparecer la desidia y la apatía; una Iglesia nacida de la misión
de Pablo, llamada a llevar el mensaje de Jesús a todo el imperio romano.
2. Características literarias
a) Se sirvió de varias fuentes: el evangelio de Marcos, la famosa “Fuente Q”, los “archivos”
orales y escritos de varias comunidades, los recuerdos vivos de los apóstoles, los recuerdos
personales sobre Pablo. Reelaboró este material y dio a su escrito una forma unitaria.
b) Ha sido escrito con gusto y refleja una habilidad comparable a la de otros escritos de la
época helenista.
c) Son relatos narrativos con una intencionalidad ejemplar, es decir, provoca en el lector el
deseo de vivir aquellas mismas experiencias.
d) Los discursos insertados a lo largo de los relatos se centran en lo esencial: la muerte y
resurrección de Jesucristo, como fuente de salvación de todos los hombres.
e) Hay también sumarios que son breves resúmenes de la vida comunitaria, que van marcando
las transiciones y ofrecen al lector una pausa de reflexión para que se detenga y comprenda el
sentido de lo que se cuenta en el libro.
f) Hasta la invención de la imprenta, el libro de los Hechos se transmitió, como el resto del Nuevo
Testamento, en manuscritos.
a) Introducción (1, 1-11), que une el libro del evangelio con el de los Hechos de los apóstoles.
b) La Iglesia de Jerusalén (1, 12-8,3): la comunidad apostólica y la comunidad de Jerusalén.
c) La expansión de la Iglesia en Asia Menor (8, 4-14.28): en Samaria, conversión de Pablo,
Pedro en Cesarea, fuera de Palestina (Antioquía), liberación de Pedro, primer viaje misionero de
Pablo a Chipre y Asia menor.
d) Asamblea en Jerusalén (15, 1-35).
e) Expansión al mundo griego (15, 36-21, 14): segundo viaje de Pablo en Grecia y tercer viaje de
Pablo en Asia Menor.
f) De Jerusalén a Roma (21, 15-28, 29): Pablo en Jerusalén, en Cesarea y hacia Roma.
Fin del libro: describir la vida de la Iglesia primitiva y cómo el Cristianismo surgió del seno judío y
se transformó en religión universal, no sin dificultades, desgarres y controversias, sobre todo al ir
entrando a esa primera comunidad los paganos, es decir, los no-judíos, ya sea griegos o romanos.
Claves: Lucas escoge el material histórico que más le interesa para sus fines teológicos, es decir,
para su mensaje espiritual.
Contenido:
Todo esto era el plan de Dios, y ya estaba anunciado por los profetas.
b) El Espíritu Santo, el gran protagonista: más que Pedro y Pablo, el Espíritu Santo es el
protagonista en todas las decisiones de la Iglesia. El Espíritu Santo es quien convierte a los
apóstoles en “testigos” e intrépidos misioneros de Jesús, en Pentecostés. El Espíritu Santo es la
fuerza que lanza a la Iglesia naciente. Este Espíritu es el mismo Espíritu de Jesús, que se perpetúa
en la Iglesia.
c) La comunidad cristiana: un ideal. ¿Qué características tiene esta primera comunidad cristiana?
107
d) Características de la Iglesia:
Iglesia misionera y universal: se proyecta, bajo el impulso del Espíritu, afuera de Jerusalén
y Palestina. Es una Iglesia en misión, para que todo hombre tenga la posibilidad de recibir el
evangelio. El ingreso en la comunidad cristiana les convierte en hombres libres de toda religión o
culto, de otros dioses e incluso de toda institución religiosa. Los conflictos que surgieron al principio
con la apertura de la comunidad a todos los hombres se solucionaron con el diálogo, la oración, la
comunión y la ayuda del Espíritu.
Iglesia ministerial: cada uno es escogido según la llamada de Dios y las cualidades
personales: diáconos, misioneros, responsables de la comunidad.
Iglesia apostólica: todo servicio o ministerio tiene como centro y punto de referencia a los
apóstoles. Por eso, los siete diáconos son presentados a los apóstoles, que les imponen las manos;
las decisiones del Concilio de Jerusalén son avaladas y rubricadas por Pedro y Santiago; Pablo sube
varias veces a Jerusalén para confrontar su fe y su predicación con Pedro. Los apóstoles son
garantes de la verdad y de la unidad. Con el crecimiento de las comunidades, los apóstoles eligen a
unos responsables que tienen como misión: admitir en la comunidad, vigilar la transmisión del
mensaje, enseñar, tomar decisiones en momentos importantes, distribuir las funciones en la
comunidad y dispensar los sacramentos que eran dos: el bautismo y la fracción del pan.
Iglesia probada y perseguida: desde el inicio es una Iglesia perseguida, pero sigue valiente,
confiada en la fuerza del Espíritu. Perseguida por los mismos judíos observantes de la ley mosaica,
porque los apóstoles admiten a los paganos, dispensándoles de la circuncisión y de la ley mosaica,
pues sólo les bastaba la fe en Jesucristo. Y perseguida por los romanos paganos, que veían en el
tenor de vida de los primeros cristianos un atentado y una fuerte llamada de atención a la vida de
lujo, vanidades y placeres desenfrenados que llevaban los paganos.
V. CONCLUSIÓN: Los Hechos de los apóstoles nos presenta el modelo de vivencia cristiana; es
decir, ahí encontramos cómo debemos vivir nosotros, cristianos del siglo XXI y de todos los siglos:
unidos en el amor a Cristo, junto a nuestros pastores (Papa, obispos y sacerdotes), a quienes
obedecemos y con quienes trabajamos codo a codo en la construcción de la Iglesia de Cristo 108 , y
alimentados en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía.
VI. ORACIÓN: Espíritu Santo, al igual que conducías, a la primera iglesia, te pedimos que guíes
nuestros pasos en este tercer milenio de cristianismo, y pon en nuestros labios y en nuestro corazón
el mensaje de Jesús, para que lo transmitamos con la misma valentía, claridad y entusiasmo de los
primeros cristianos. Amén.
_________________________
107. Así lo dice el libro de los Hechos de los apóstoles: “Perseveraban en la enseñanza de los
apóstoles y en la unión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones” (2, 42).
108. Cada uno con la función que Dios quiere: los seglares, llevando la luz y la levadura de Cristo a
todos los campos humanos donde se desarrolla su trabajo y santificación; los religiosos, dando
testimonio de su consagración a Cristo y prefigurando ya desde aquí los bienes del cielo; y la
jerarquía, con su servicio sagrado y ministerial: sacramentos y dirección de almas.
I. INTRODUCCIÓN
Veremos la figura más fascinante del Cristianismo: san Pablo. La pasión que sintió por Cristo sale
de lo normal. Realmente es un apasionado de la causa de Cristo; vive sólo para Cristo y para llevar
su mensaje por todas partes.
Todos los cristianos, de cualquier lengua y de cualquier nación, hemos recibido el nacimiento del
“agua y del Espíritu” de la mano de nuestra madre, la Iglesia, y así hemos quedado integrados en la
familia de los hijos de Dios en una Iglesia que está abierta a todos los hombres: es la Iglesia
“Católica”. Para que la Iglesia llegara a realizar esta “catolicidad” y no fuera una secta dentro del
judaísmo, Dios se sirvió especialmente del apóstol san Pablo. Él comprendió que el Evangelio de
Jesucristo era una Buena Noticia para todos los hombres y extrajo las consecuencias, superando las
barreras estrechas de los que pretendían limitar la predicación del Evangelio encerrándolo dentro de
un exclusivismo religioso que sólo tenía en vista al pueblo de Israel.
A lo largo de su historia, la Iglesia siempre ha sido iluminada por la palabra de san Pablo, porque
tanto el Magisterio como los teólogos han recurrido necesariamente a sus cartas para profundizar y
proponer la doctrina de la fe. Muchas polémicas teológicas se han desarrollado en trono a sus textos
y grandes santos han alimentado su espiritualidad en la lectura de las cartas paulinas.
Conozcamos, pues, a este titán del Cristianismo, para que, a través de él, lleguemos a conocer con
pasión a Jesucristo y lo prediquemos con la misma valentía que el mismo san Pablo.
II. OBJETIVO VIVENCIAL: Vivir lo que san Pablo nos dice: “Sed mis imitadores, como yo lo soy
de Cristo” (1 Cor 11, 1).
III. TESIS: San Pablo es una de las figuras más fascinantes del Nuevo Testamento y el personaje
del cristianismo primitivo del que poseemos más datos históricos. Sus cartas constituyen la
correspondencia más célebre de todas las épocas. Son, además, cronológicamente hablando, los
primeros escritos del Nuevo Testamento y por lo mismo nos suministran los primeros datos sobre el
origen, estructura y desenvolvimiento de una serie de comunidades cristianas a veinte o veinticinco
años de la puesta en marcha del Cristianismo. Su actividad apostólica tuvo como objetivo principal la
fundación de comunidades cristianas, y de esta manera extender la Iglesia de Cristo y el mensaje de
salvación traído por el mismo Cristo.
Nació en Tarso de Cilicia, hacia el año 10. Judío de raza y religión, pero de cultura griega y
ciudadano romano. Su formación básica fue judía. Estudió en Jerusalén, en la escuela de Gamaliel,
el viejo. En un primer momento se produjo en él un rechazo total de los creyentes en Jesús y se
lanzó a una persecución encarnizada, como apasionado fariseo, creyendo que los cristianos eran
una secta en contra de la ley de Moisés. Pero un determinado momento de su vida, hacia el año 36
d.C., tuvo un misterioso encuentro con Jesús de Nazaret, camino a Damasco, y se convirtió en un
propagandista del Mensaje de Jesús.
El libro de los hechos describe los tres viajes misioneros de Pablo, no exentos de dificultades,
sufrimientos y prisiones:
El segundo, por la parte central de Asia Menor, Macedonia y Grecia (años 49-52).
Un cuarto viaje, desde Cesarea a Roma, por mar, lo realiza Pablo como prisionero de los
romanos.
2. Puntos de su doctrina
a) Justificado por la fe: como fariseo, Pablo creía estar justificado o salvado, por su práctica
detallada de la ley. Pensaba que eran “sus” obras las que le hacían justo delante de Dios. Ahora
descubre que sólo Cristo, con su muerte, hace justo al hombre, de una manera gratuita. No se trata,
pues, de “merecer” la salvación sino de “recibirla”, adhiriéndose fielmente a Cristo 109 .
b) La gracia de Dios: Pablo ha experimentado la gratuidad del amor de Dios. Ha descubierto que
Dios nos ama, no porque somos buenos, sino para que seamos buenos. Esta es la fuente de gozo y
seguridad para Pablo.
d) La Iglesia, Cuerpo de Cristo: Pablo percibe la unión entre Jesús y sus discípulos, entre la
cabeza y el cuerpo (carta a los corintios) y se hace miembro vivo de este cuerpo
e) Apóstol de Jesucristo: a partir del encuentro con Jesús, Pablo quedará absolutamente
enamorado de Cristo y se lanzará al apostolado con pasión, sin tregua ni mengua. Predica, primero
a los judíos; después, al ser rechazado por éstos, predica a los gentiles o paganos.
3. Problemas y dificultades que Pablo tuvo que afrontar
a) Un problema: ¿Una Iglesia cristiana-judía o una Iglesia nueva? Es decir, quien entraba en la
naciente Iglesia, ¿tenía que circuncidarse y observar toda la ley de Moisés...o abrirse a una nueva
realidad, un nuevo estilo? Para esto se reunió el primer concilio en Jerusalén, con Pedro a la cabeza
y los demás apóstoles y decidieron con la luz del Espíritu Santo que no era necesario circuncidarse.
b) Dificultades:
Incomprensiones y falsas acusaciones, por todas partes y procedentes de sus mismos hermanos
judíos y de los paganos, griegos y romanos.
a) Son comunidades afincadas en el mundo helenista. Esto le ofrecía múltiples ventajas, pues
era el mundo más culto, pero también traía la amenaza de un paganismo hedonista, de atractivos y
fáciles cultos religiosos, costumbres reñidas con el evangelio. Ahora se entienden las continuas
advertencias, recomendaciones y llamadas de atención de Pablo a esas comunidades.
b) La mayor parte de ellas estaban enclavadas en las regiones costeras del norte del
Mediterráneo (Asia Menor, Grecia, Italia); dentro, por tanto del imperio romano. Tanto Pablo como
sus colaboradores procuraron establecer las comunidades cristianas en centros neurálgicos, en
ciudades unidas entre sí por una fuerte red de comunicaciones. Así se favorecía el contacto y el
diálogo entre las comunidades cristianas.
c) Son comunidades establecidas en núcleos urbanos en contraste con las comunidades rurales
palestinenses. Pablo no es ciertamente el fundador del cristianismo, pero sí es el creador del
cristianismo urbano con todo lo que este acontecimiento iba a suponer para la evolución del
cristianismo.
d) Dentro de las ciudades en las que se asientan, el ámbito natural de las comunidades es la
casa. Son comunidades domésticas que se reúnen en las casas para celebrar su fe y alimentarla.
e) Son comunidades formadas por cristianos de procedencia tanto judía como pagana. Esto
trajo, al inicio, sus dificultades, pero que fueron superándose con el amor cristiano.
f) Son comunidades en las que, junto al entusiasmo y el heroísmo, está presente el pecado.
No eran comunidades santas, sino comunidades que querían ser santas; con virtudes y defectos,
con ejemplos maravillosos y con pecados. Pero ésta es la Iglesia de Cristo, santa y pecadora al
mismo tiempo, santa y necesitada de continua conversión.
b) Fin de sus cartas: Sus cartas sirvieron a Pablo para comunicar su concepción teológica y
espiritual del misterio de Cristo. Hoy día el Papa sigue también esta tradición paulina de enviar
cartas de carácter teológico y espiritual a todos los fieles del mundo.
c) Cuántas y cuáles: Son 14, incluyendo la carta a los hebreos. Se consideran del propio Pablo: la
primera a los Tesalonicenses, las dos a los Corintios, la de los Gálatas y Romanos, la de los
Filipenses y Filemón. De las demás, aunque no sean del mismo Pablo, se escribieron en círculos
netamente paulinos, es decir, por discípulos de Pablo (Colosenses, Efesios, 1-2 Timoteo, Tito y 2
Tesalonicenses), escritas después de la muerte de Pablo. Se han divido así sus cartas:
Cartas pastorales: 1 y 2 Timoteo, Tito (67), llevan este apelativo debido a su preocupación
pastoral de establecer la jerarquía y la organización de las comunidades.
e) Estilo: Utiliza todos los recursos estilísticos: paradoja, metáfora, diatriba y sobre todo la antítesis.
Usa también exhortaciones y consejos.
f) Material empleado: Incluye material ya formulado: himnos 110 , confesiones de fe 111 , catálogos
de vicios y virtudes 112 , series encadenadas de textos bíblicos 113 , doxologías 114 . No sólo los
formula sino que los reformula y los somete a una transformación teológico-literaria.
g) Características teológicas: Desde el punto de vista teológico las cartas de san Pablo presentan
estas características:
No hay que buscar en las cartas paulinas una teología sistemática, por dos razones: primero,
porque el momento histórico en que se encontraba la reflexión cristiana la hacía posible; y segundo,
porque el género epistolar no era el más adecuado para ello. Por eso, la teología de san Pablo es
una teología en proceso de elaboración, pues responde concretamente a preguntas concretas.
No construye sobre la nada, sino que echa mano de tradiciones que corrían por ahí.
Se hace manifiesta su formación judía, en el empleo abundante de citas del Antiguo Testamento.
Usa la interpretación tipológica, es decir, la relación-comparación entre los acontecimientos de la
antigua alianza y los de la nueva.
V. CONCLUSIÓN: Terminado el tercer viaje, fue preso y conducido a Roma, donde sin duda
recobró la libertad hacia el año 63, aunque desde entonces los últimos cuatro años de su vida están
en la penumbra. Según parece viajó a España (cf. Rm 15, 24 y 28) e hizo otro viaje a Oriente. Murió
en Roma, decapitado por los verdugos de Nerón, el año 67, en el mismo día del martirio de san
Pedro. Sus restos descansan en la basílica de san Pablo en Roma.
ORACIÓN: Señor, dame la misma pasión por ti y por la salvación de las almas que tuvo san Pablo,
para que también yo me gaste y me desgaste, hasta ver que todos te conozcan y te amen y te
sigan. Amén.
__________________________
109. Esta enseñanza la desarrollará en las cartas a los Romanos y a los Gálatas.
2. ¿Por qué se dice que la Iglesia actual, a través del Papa y los obispos, ha
imitado a San Pablo en su forma de predicar?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
Después de haber estudiado la persona de Pablo, ahora nos adentramos al análisis de sus cartas.
La forma literaria epistolar de la época griega y romana es actualmente muy conocida por la gran
cantidad de cartas de ese período que se conservan. Esto permite ver que san Pablo asumió la
forma propia de su tiempo. Introdujo, sin embargo, algunos cambios de importancia, lo que trajo
como consecuencia que sus cartas pertenezcan a la literatura religiosa.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Leer y meditar las cartas de san Pablo, hasta hacerlas vida de
nuestra vida.
IV. TESIS: San Pablo escribió las catorce cartas más famosas que existen en el mundo y en ellas
se resume todo lo que la Iglesia católica enseña acerca de la fe y la moral. Tienen dos partes: una
dogmática, es decir, verdades de la fe, y otra moral, es decir, reglas de buena costumbre. La más
extensa y doctrinal es la que escribió a los cristianos de Roma. La más corta, a Filemón. Las más
apasionantes y fuertes son las dos que escribió a los corintios, corrigiendo algunos errores. La más
elevada y difícil es la de los efesios. La más cariñosa, a los filipenses. Las últimas cartas las escribió
desde la cárcel, dirigidas a Timoteo y Tito. La primera carta a los Tesalonicenses tiene el mérito de
ser el primer escrito del N.T., pues fue escrita antes que los Evangelios. Todas las cartas tienen
como autor, o directamente a Pablo, o a discípulos que escucharon directamente a Pablo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
2. Contenido teológico-espiritual:
En la primera: dirige palabras de aliento y consuelo, les recuerda el trato y los desvelos de su
predicación y de su trabajo, trata de corregir algunos errores sobre la inminente venida del Señor,
les habla de la pureza, del trabajo, del destino de los difuntos, de la vigilancia.
* A los Gálatas:
1. Situación de la Iglesia: Los gálatas eran un pueblo de origen céltico, emparentados con las
tribus de la antigua Galia. Procedentes de Europa se instalaron en el centro de Asia Menor –la
actual Turquía- y fueron sometidos por los romanos en el año 180 a.C. Galacia se hallaba inmersa
en una grave crisis de identidad cristiana, provocada desde fuera por unos predicadores del
evangelio que ponían en entredicho la validez y legitimidad del anuncio evangélico hecho por Pablo,
acusado de falsario y de predicar un evangelio mutilado, de ser un mini-apóstol. Estos agitadores
decían que el verdadero evangelio es el que manda observar fielmente la ley de Moisés, incluido el
rito de la circuncisión. De ahí que el tono de Pablo en esta carta sea polémico, incluso agresivo en
algunas partes.
Una sección doctrinal, donde demuestra que la verdadera salvación viene de Dios a través
de Cristo aceptado por la fe.
Y una sección exhortativa, donde señala cuál debe ser la actitud del hombre liberado por
Cristo, contrapuesto al hombre según la carne.
3. Contenido teológico-espiritual:
La salvación del hombre (justificación) viene de Dios, a través de Jesucristo muerto y resucitado.
La ley no salva.
Al hombre le corresponde aceptar, creer que Jesucristo es el único salvador.
Esta fe, no sólo es asentimiento intelectual, sino sobre todo amor. Sólo así el hombre se convertirá
en hombre nuevo y libre.
Este hombre nuevo, recreado por Dios a imagen de Jesucristo será capaz de superar el pecado y
la muerte, causantes del hombre viejo.
4. Estilo: es quizá la carta más genuina de Pablo, por sus datos biográficos, su tono, su estilo y sus
ideas. Hace uso de referencias históricas, evocaciones personales, citas de la Escritura,
procedimientos exegéticos, característicos de las escuelas rabínicas, interpelaciones personales,
observaciones irónicas. Maldice y apostrofa con violencia, recrimina sin respetos humanos; ruega
con dulzura. El ardor de la polémica genera un bello desorden y falta de estructura en la carta. Esta
carta ha sido piedra de escándalo y signo de contradicción. Los protestantes la enarbolaron como
bandera para criticar todas las leyes y normas que ha ido dando la Iglesia, pues “la ley no cuenta” –
dice san Pablo. Para entender completamente el mensaje de Pablo hay que leer bien todo el
conjunto de las cartas. Aquí, simplemente Pablo nos pone alerta para que no caigamos en un
legalismo formulista, vacío y fariseo, sin amor. Pero la Iglesia no cae en eso: sus normas y leyes
están motivadas por el amor. Por eso, nuestra fe tiene que ir acompañada de obras de amor.
1. Situación de la Iglesia: Corinto era célebre como centro comercial, deportivo y cultural, y como
lugar donde se daban cita toda clase de cultos religiosos: divinidades griegas, romanas y orientales.
En particular se había hecho famoso el templo de Afrodita, la diosa del amor, en cuyo recinto se
ejercía sin cortapisa alguna la prostitución sagrada. Todo esto había convertido a Corinto en una
ciudad de vida alegre y desenfrenada, propensa a todo tipo de excesos, en particular los sexuales.
Esto perturbaba a la joven comunidad cristiana, que de ninguna manera se quería dar a estos
excesos deshonestos. Ninguna comunidad causó a Pablo tantos quebraderos de cabeza como la de
Corinto. En estas cartas se refleja la fisonomía de la primera comunidad cristiana: dificultades,
tensiones, discordias, celos, envidias, rivalidades, problemas, pecados, etc. Pero también el gozo del
Espíritu, la efusión de los carismas, la íntima satisfacción del amor cristiano que supera todas las
barreras sociales y económicas.
3. Contenido teológico-espiritual:
Ante los desórdenes sexuales, Pablo recuerda que el cristiano bautizado es una creatura nueva y
templo de Dios. Propone los valores del celibato y del matrimonio, como dos caminos que Dios nos
ofrece para llegar a la santidad. Pablo ensalza el valor del celibato y virginidad.
Ante las demás cuestiones (carnes sacrificadas, asistencia a los banquetes paganos, multiplicidad
de carismas...), Pablo expone la lección de la eclesiología práctica, recordando que todos somos
parte de la Iglesia y debemos buscar lo que es útil a la comunidad, movidos por el amor.
Ante la increíble degeneración a la que habían llegado las asambleas litúrgicas en las que se
celebraba la Cena del Señor, Pablo da una estupenda catequesis sobre la Eucaristía y cómo
celebrarla y recibirla con dignidad y en estado de gracia en el alma.
Ante la resistencia de algunos en aceptar la resurrección de los muertos, Pablo ofrece una
reflexión sobre escatología: la resurrección de Cristo garantiza nuestra resurrección.
4. Estilo: la escribe en un estado sereno y concentrado. Por eso, su estilo es limpio y vigoroso. Hay
variedad de tonos: sencillez, densidad, ironía, sarcasmo, explosiones de ternura o de indignación.
3. Contenido teológico-espiritual:
Profundiza en el ministerio apostólico con sus grandezas y miserias, con su esplendor y su peso,
sus riesgos y sus compensaciones. Declara que su ministerio lo recibió de Jesucristo, quien le llamó
gratuitamente a ser apóstol de los gentiles.
4. Estilo: es una carta donde podemos percibir el perfil humano y apostólico de Pablo 115 . El estilo
es fiel reflejo de un espíritu en efervescencia. La emoción con que está escrita roba claridad a la
expresión; a cada paso nos topamos con alusiones oscuras, complejas construcciones gramaticales
y desconcertantes interrupciones en el proceso de sus pensamientos. Pero la pasión con que está
escrita y la sinceridad desnuda, leal y conmovedora que nos transmite, le confieren una belleza
singular ante la que el lector no puede permanecer insensible.
1. Situación de la Iglesia: es una comunidad que Pablo no fundó, por eso, es más diplomático.
Probablemente judíos procedentes de Palestina, donde se habían convertido al cristianismo, fueron
los iniciadores de la comunidad cristiana de Roma. Dado que el emperador Claudio expulsó a todos
los judíos de Roma, por los conflictos entre judíos estrictamente tales y judeocristianos, en Roma
sólo quedaron cristianos de origen pagano, es decir, romanos convertidos al cristianismo. Más que
otra cosa, Pablo presenta las ideas claves de su evangelio, sobre todo a los puntos más
controvertidos y más propensos a crear dificultades en el seno de las nacientes comunidades
cristianas.
2. Esquema y división:
4. Estilo: prevalece el estilo homilético o exposición teológica del tema doctrinal, entremezclado con
exhortaciones. Mezcla también estilo litúrgico, himnos, demostración rabínica y diatriba o
controversia.
Entre los años 58 y 63, Pablo pasa cuatro años en la cárcel, primero en Palestina y luego en Roma.
Tiene tiempo para meditar y profundizar en el misterio de Cristo y de la Iglesia.
1. Situación de la Iglesia: Filipenses es, junto con la dirigida a Filemón, la carta más familiar y
confidencial de las cartas paulinas. Es la carta del amigo que se encuentra en dificultades a los
amigos que ni por un instante se han olvidado de él y le han tratado de ayudar con todos los medios
a su alcance. Es la carta de un corazón agradecido y a la vez preocupado, porque también en
aquella comunidad se vislumbran desavenencias e incomprensiones. También a Filipos parece que
han llegado unos predicadores judaizantes que pueden amenazar seriamente la acción
evangelizadora de Pablo, como había ocurrido en las comunidades de Galacia.
3. Contenido teológico-espiritual:
2. Esquema y división:
Introducción
Parte moral o exhortativa (3): les exhorta a la firmeza en la fe, frente a los errores; y a
fundamentar su vida cristiana sobre la resurrección de Cristo.
Conclusión:
3. Contenido teológico-espiritual:
Himno cristológico: Pablo hace una teología sobre Jesús más desarrollada, considerándolo
como centro del universo, primogénito de toda la creación y redención, y cabeza de la Iglesia. Cristo
es presentado como el “Hijo del amor”. Se reitera la relación entre Él y todo 118 , con evidente tono
polémico contra el gnosticismo que despreciaba el mundo material y lo atribuía a otro creador.
Más tarde, Pablo presenta a Cristo como “cabeza del cuerpo” que es la Iglesia. La Iglesia, por
tanto, es presentada como Cuerpo Místico, que tiene a Cristo por cabeza y recibe de Él su impulso
vital, y es Esposa de Cristo. Cristo es la Cabeza del cuerpo, porque es el primero en la resurrección:
el primero en resucitar y aquel por el que resucitan los demás, al hacerles partícipes de su muerte y
resurrección mediante el bautismo.
Pablo ataca en la carta la ascesis y el culto a los seres intermediarios que proponían los
nuevos maestros. Éstos esperan que ciertas prácticas les alcancen la salvación. Pero Pablo dice
bien claro que la salvación sólo vendrá si estamos unidos a la cabeza que es Cristo.
Como exigencia del bautismo y de la unión con Cristo cabeza el cristiano bautizado tiene que ser
hombre nuevo y renunciar al hombre viejo, para recobrar la imagen del Creador. Una tabla de
moral familiar indica las obligaciones morales de cada uno de los miembros de la familia.
* Carta a Filemón
2. Esquema y división: no hay esquema, pues es muy breve. Pablo da gracias, intercede por
Onésimo y se despide.
4. Estilo: es muy sencillo y cordial. Es la carta más breve del Nuevo Testamento.
1. Situación de la Iglesia: Éfeso, capital de la provincia romana de Asia, estaba situada en la costa
occidental de la península del Asia Menor. Su importante puerto y su numerosa población hacían de
ella en tiempos de Pablo una ciudad muy floreciente. Está dirigida a cristianos de la segunda
generación, los cuales han quedado deslumbrados por ciertas filosofías paganas 119 y necesitan que
alguien les ayude a profundizar en el misterio de Cristo. Hay división, permisividad y atracción del
mundo pagano.
2. Esquema y división:
Un saludo.
Parte moral y exhortativa (4-6): invitación a la unidad y deberes del propio estado.
Conclusión
3. Contenido teológico-espiritual:
La acción del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en el plan de la Salvación. El Padre nos
elige para ser sus hijos. El Hijo nos obtiene la redención con su sangre. El Espíritu Santo nos sella y
es la garantía de nuestra herencia. Entona un himno sobre el Plan salvador de Dios: a todos –judíos
y paganos- nos ha llamado Dios a ser santos e irreprochables en el amor, hacernos hijos suyos,
redimirnos en Cristo y darnos la fuerza del Espíritu. En la historia de salvación, Cristo Jesús es el
centro. La salvación que ha traído Cristo es una don gratuito
Exhortación a la nueva vida en Cristo. Muestra un programa de vida cristiana para todos, y a
los hijos y padres de familia les recuerda los deberes del cuarto mandamiento de la Ley de Dios.
Nos invita a renovarnos en Cristo, imitar el amor de Cristo, a caminar como hijos de la luz. Para ello,
Pablo nos da las armas para luchar contra los enemigos: el escudo de la fe, el yelmo de la salud y
la espada del Espíritu. Al exponer las relaciones entre los esposos aparecen los elementos básicos
que servirán a la Iglesia para comenzar la reflexión que concluirá con la definición del sacramento
del matrimonio: la relación entre la unión de los esposos y la unión de Cristo con la Iglesia. Este
gran misterio del cual fluye la santificación más alta del matrimonio, muestra el carácter sagrado, y,
prohíbe considerarlo como un contrato puramente civil, sujeto a la fluctuación de las voluntades. Por
eso la Iglesia no reconoce el enlace civil como matrimonio legítimo para el cristiano.
4. Estilo: tiene un aspecto de carta circular; parece una disertación teológica destinada a toda la
iglesia cristiana, y no sólo a los efesios. En la parte doctrinal y dogmática se nota un estilo solemne y
redundante, frases profundas, imágenes largas, y los pensamientos no se ordenan de forma
progresiva. En la parte moral, es más claro, preciso y en forma imperativa o exhortativa.
D) CARTAS PASTORALES: Timoteo y Tito
Se llaman pastorales porque están dirigidas a dos grandes pastores, colaboradores de Pablo, y
porque se ocupan de la función y normas de los pastores, es decir, de aquellos que mantienen la
unidad y la fe dentro de una iglesia particular, que empieza a estructurarse.
Las cartas pertenecen a la época final del siglo I. Posiblemente son de un discípulo que, después de
la muerte de Pablo, le hace hablar en las nuevas situaciones que se habían creado en las
comunidades.
3. ¿Qué problemas surgieron en las iglesias a las que se dirigen las cartas pastorales?
Falsos doctores practicaban y enseñaban doctrinas de carácter judaizante gnóstico, que debían
suponer un grave peligro, dada la insistencia con que las cartas las mencionan.
No aparece el fervor y el entusiasmo de los creyentes del tiempo de Pablo, sino que los cristianos
se han vuelto mediocres y conformistas.
Se sentía también la necesidad de unos dirigentes de iglesias locales que asegurasen el depósito
de la fe que Timoteo y Tito habían recibido de Pablo.
Ellas mantienen viva la herencia de Pablo, dado que había corrientes que querían una especie de
vuelta al judaísmo.
Defienden el carácter genuino del Evangelio, para que no se diluyese en una especie de intimismo
esotérico y sectario, que evadía los problemas del mundo, en busca de pura interioridad espiritual, y
con una visión dualista del mundo (maniqueísmo).
Nos dan las pautas sobre la organización de la Iglesia, con las funciones de los varios ministerios.
Dan unas reglas de vida para la fe de la comunidad: la fe verdadera es la que enseñaron los
apóstoles, y fue transmitida en los inicios; los ministros deben mantener intacto el depósito de la fe
recibido por los apóstoles; los creyentes crecerán en la fe, no pronunciando discursos inútiles, sino
guardando la unidad con los apóstoles y poniendo en práctica la bondad que Cristo enseñó.
La Iglesia aparece como el nuevo pueblo de Dios, purificado por el sacrificio de Cristo, como la
casa del Dios vivo, como la gran familia de Dios, como el fundamento y la columna de la verdad.
Tiene la misión de enseñar y conservar el depósito recibido. Los ministros, que reciben el ministerio
por la imposición de las manos tienen la misión de enseñar y el poder de jurisdicción.
La salvación por Cristo lleva consigo unas exigencias: ante todo la fe, esperanza y la caridad,
fundamento de toda vida cristiana. Además oración y espíritu de lucha; obediencia, paciencia y
mansedumbre, pureza, fidelidad a la sana doctrina y práctica de las buenas obras.
* Cartas a Timoteo
1. Situación de Timoteo: Timoteo era hijo de una judía y de un griego. Fue el discípulo predilecto
de Pablo. Pablo en esta carta aparece como el Pastor que transmite normas que asegurasen la
continuidad de las Iglesias fundadas por él.
3. Contenido teológico-espiritual:
La primera carta: Organización de la comunidad. Forma de combatir los errores 120 . La vida
cristiana de los fieles.
La segunda carta: Pablo desde la cárcel le da consejos pastorales a Timoteo: mantenerse fiel
al ministerio y conservar la sana doctrina. Son como un testamento de Pablo, antes de morir.
* Carta a Tito
1. Situación de Tito: era griego, no circunciso Lo había llevado Pablo en su viaje a Jerusalén,
donde deseaba obtener la aprobación de los Apóstoles para la libertad de los gentiles frente a la ley
de Moisés. Parece que Pablo le encomendó la Iglesia de Creta, y se supone que está al frente de
ella cuando le escribe la carta.
2. Esquema y división: tampoco aquí hay un esquema fijo, al igual que en las cartas a Timoteo.
3. Contenido teológico-espiritual:
Organización de la Iglesia.
Vida cristiana de los fieles, con consejos para ancianos, jóvenes y esclavos.
VI. CONCLUSIÓN: San Pablo ha sido, es y será el gran apóstol de Cristo. Toda la teología le
debe a él sus reflexiones y sus principales puntos doctrinales. Pablo de Tarso es un monumento a la
gracia de Dios. Pablo nos demuestra cómo Dios no destruye nuestra naturaleza humana, sino que la
eleva, la transforma, respetando nuestro temperamento y propia idiosincrasia. Dios se sirvió de
Pablo para sistematizar la doctrina de Cristo. Cristo no dejó nada escrito, simplemente habló y obró.
Pero dejó a sus apóstoles la tarea de anunciar, de palabra o por escrito, su mensaje de salvación.
ORACIÓN: San Pablo, te pedimos la misma pasión que tú tuviste por Cristo. Que también nosotros,
como tú, vayamos por este mundo predicando el evangelio, pues “Ay de nosotros, si no anunciamos
el evangelio”. Que nos gastemos y nos desgastemos por las almas, como lo hiciste tú. Amén.
_____________________________
115. A través de esta carta podemos conocer el colosal esfuerzo misionero realizado por Pablo: sus
fatigas y peligros; el estado de tensión interior que devoraba su vida; su amor apasionado a
Cristo y a la Iglesia; las extraordinarias experiencias místicas con que fue agraciado...Y su
magnífica, excepcional personalidad en el esplendor de los contrastes: a la vez teólogo y
misionero, fundador y organizador, contemplativo y caminante infatigable; lírico y polemista. Y
en cuanto a su carácter: altivo y humilde, audaz y tímido, sereno y apasionado, afectuoso y
sarcástico, cortés y duro, generoso y amargo, prudente y arrebatado. Todo un mosaico de luces
y sombras, éxitos y fracasos, esperanzas y abatimientos.
116. La carta a los Romanos es la más extensa de las escritas por Pablo. No es una síntesis
completa y definitiva de la enseñanza de Pablo y mucho menos de la doctrina cristiana; pero sí
es el gran escrito de Pablo y el primer ensayo de gran envergadura en la historia de la teología
cristiana. Juntamente con Gálatas, esta carta a los Romanos ha constituido el principal punto
de referencia en la polémica entre católicos y protestantes, hasta el punto de que podría decirse
que la Reforma protestante ha hecho de Romanos el texto sagrado por antonomasia. Algunos
han considerado esta carta como el testamento teológico de Pablo, pues fue escrita en uno de
los momentos más críticos de su vida
117. Estos colosenses se parecen a algunos creyentes actuales que confían más en devociones
particulares no aprobadas por la autoridad eclesiástica, que en Cristo, o se refugian en la
astrología, magia, supersticiones, horóscopos.
119. Una de esas filosofías es el gnosticismo. Esta corriente de pensamiento amalgamó enseñanzas
originadas en la religión del Irán, la filosofía platónica, el judaísmo y, finalmente, el cristianismo.
Se caracterizó por el dualismo que rechazó la materia como mala y aceptó sólo el espíritu como
bueno. El alma, una chispa de la divinidad encerrada en la cárcel del cuerpo, debía ser liberada
por un redentor que le transmitiera un conocimiento (gnosis) salvador. El redentor debía
comunicar el conocimiento de los medios ascéticos por los cuales el alma llegara a dominar el
cuerpo, se liberara y pudiera volver a fundirse con la divinidad. Era característico de este
pensamiento el desprecio del cuerpo humano. Sostenían que había un complicado sistema de
seres celestiales e intermediarios entre lo divino y lo terrenal, que regían la vida de los hombres
y a los cuales les atribuían poder y se les debía rendir culto. Estas nuevas corrientes de
pensamiento pretendieron instalarse dentro de la Iglesia.
120. Corrían por ahí ya tendencias gnósticas, es decir, algunos falsos maestros ponían la salvación
en el conocimiento, fruto del propio esfuerzo personal.
1. Pablo comparte con los romanos su propia lucha interior (Rom 7, 15-21)"No
acabo de comprender mi conducta, pues no hago lo que quiero, sino que hago lo
que aborrezco..."
¿Qué nos quiere decir San Pablo en esta cita?
2.En la cita 1 Corintios 15, 3-4, Pablo nos presenta el primer Credo cristiano. ¿Qué
semejanzas existen con el actual?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
Esta carta ha despertado asombro y perplejidad. Asombro, por su lenguaje solemne. Perplejidad,
debida a los conceptos y símbolos de difícil interpretación. Perplejidad, al escuchar que esta carta no
es carta, ni la escribió san Pablo, ni está dirigida a los hebreos. La inscripción “a los hebreos” pudo
haber surgido por la fuerte influencia que el judaísmo helenista tuvo en este escrito.
Difícilmente encontraremos un escrito más estimulante, en el que mejor se vea reflejado el cristiano
y la comunidad creyente, que recoja nuestras vivencias y problemas con tanta hondura y humanidad,
como lo hace la carta a los Hebreos.
Ningún escrito del Nuevo Testamento ha plasmado con tanta audacia y profundidad la más grave
tentación que puede dar al traste con la identidad cristiana, tanto a nivel personal como comunitario:
la tentación del cansancio. Un cansancio proveniente no del trabajo –cosa normal y perfectamente
explicable-, sino de la pérdida de vista de las dimensiones reales del misterio cristiano, de sus
exigencias determinantes, de sus esperanzas gratificantes.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Agradecer a Dios que nos haya mandado a su Hijo Jesucristo,
único Sacerdote eficaz de la Nueva Alianza.
IV. TESIS: La carta a los hebreos es una homilía o tratado de teología donde se hace una apología
o defensa acerca del sacerdocio de Cristo, superior al sacerdocio levítico, para dilucidar dudas y
animar a los cristianos en momentos duros de persecución para que se mantengan fieles a la
grandeza de su fe, así como Dios es fiel, y no se dejen llevar por el cansancio de la lucha por la fe
cristiana, cediendo al abandono del camino emprendido, a la defección total, a la apostasía. ¡Vale la
pena ser cristiano!
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
Se creyó que era de san Pablo. Pero las dudas sobre su origen paulino proceden de la diferencia de
estilo y de la concepción teológica. Además el tema central del sermón, el sacerdocio de Cristo, no
se encuentra nunca explícitamente en las cartas de Pablo. Más bien, se estima que lo escribió un
oyente de Pablo.
Los destinatarios son ciertamente cristianos, y lo son desde algún tiempo. Ni siquiera es evidente
que se trate de cristianos procedentes del judaísmo. No se descarta que se trate de comunidades
donde se dejaba sentir el influjo cultural de los judeocristianos. Es una comunidad que está
atravesando un momento difícil, una crisis típica de la segunda generación: indolencia y descuido de
la fe, poco aprecio de la salvación traída por Cristo, abandono de las reuniones de la comunidad,
donde se comunicaba el amor cristiano. El autor califica esta situación como grave, ya que
constituye una merma importante en la fe y se puede llegar a una verdadera apostasía.
¿En qué año fue escrita esta carta? Más o menos entre los años 70 y 90.
2. Características literarias
a) Primera parte (1-2): habla de la posición salvífica de Cristo, que es más válida y ventajosa
para los hombres que la de los mismos ángeles.
b) Segunda parte (3-5, 1-10): proclama las excelencias del sacerdocio de Cristo y exhorta a
fiarnos de ese Sacerdote digno de crédito.
c) Tercera parte (5-10): es la parte central y la más amplia; desarrolla los aspectos específicos
del sacerdocio de Cristo, invitando de nuevo a la fe y a la confianza.
d) Cuarta parte (11-12): se ocupa más en particular de dos aspectos básicos de la vida cristiana:
la fe y la constancia.
e) Quinta parte (12-13): introduce el tema del comportamiento cristiano en su doble dimensión:
hacia Dios y hacia los hermanos.
1) Jesucristo es el único sacerdote santo, misericordioso y digno de crédito, que con su sacrificio
en la cruz, con su muerte y resurrección, con su ascensión e intercesión, nos ha salvado y abierto
las puertas del cielo, instaurando la nueva alianza. Sólo Él nos ha salvado con su obediencia al
Padre.
3) Todo esto trae consigo el compromiso de vivir con intensidad y constancia la esperanza y la
fe, sobre todo en los tiempos duros y de prueba, y así no caer en la apostasía, en el enfriamiento de
la fe. Fe y constancia son dos actitudes especialmente necesarias para cristianos de la segunda
generación.
4) Nos ayudan en este camino de la fe fuerte y recia algunos insignes personajes del Antiguo
Testamento. Se subraya el carácter paradójico de la fe que no tiene y sin embargo posee, que no
ve y sin embargo conoce, que sirve para salvar y para poner en evidencia, es decir, para condenar.
Dentro del ciclo patriarcal, la figura de Abrahán ocupa el centro de la escena. Su fe, que está en el
origen de las promesas divinas y que le hace superar la prueba de tener que sacrificar precisamente
a su hijo, depositario de las promesas, es modelo para todos los descendientes. En Moisés, la fe le
hace superar todos los sufrimientos y tribulaciones que inevitablemente lleva consigo la fidelidad a
Dios. La fe, pues, inicia, mueve y culmina toda la aventura del éxodo y la conquista de la tierra,
acontecimientos cruciales en la historia del pueblo de Dios. Sin la fe no se explica esa historia y
tampoco podría explicarse la del pueblo cristiano. Por tanto, la fe es garantía de pleno éxito, tanto
para alcanzar la gloria como para afrontar las más duras dificultades. Por lo mismo, hay que correr
recio el estadio de la vida para ganar el combate de la fe, despojándonos de todo aquello que
dificulta la agilidad; en este caso se trata de despojarnos del pecado, que es el obstáculo
fundamental.
5) Valor del sufrimiento: es algo con lo que hay que contar y no debe ser considerado como un
castigo de Dios. Al contrario, las pruebas y los sufrimientos nos corrigen, nos transforman, nos
perfeccionan, y son una demostración de la solicitud paternal de Dios para con nosotros.
6) El actuar cristiano: se sintetiza en dos aspectos: buscar la paz y la santidad. Santidad que no
significa directamente perfeccionamiento moral, sino apartamiento existencial del mundo y comunión
con Dios. Este actuar cristiano se concreta en esto: amar a los hermanos, respetar el matrimonio,
vivir desprendidos de los bienes terrenos
CONCLUSIÓN: Terminemos esta carta diciendo que este Cristo Sacerdote es la causa del
sacerdocio ministerial, del que participan todos los sacerdotes; y al mismo tiempo, Cristo es la
alegría de todo sacerdote.
I. INTRODUCCIÓN
¿Por qué se llaman católicas a estas cartas? Católico significa universal. Mientras las cartas de san
Pablo, hasta ahora vistas, tienen por destinatario una iglesia particular y su contenido trata de temas
aplicables especialmente a esa comunidad, estas cartas que ahora veremos no tienen un
destinatario particular; son dirigidas a todas las iglesias; su mismo contenido también es universal,
referido para todos.
Estas cartas no tienen carácter epistolar como las de san Pablo, sino que son como breves
exposiciones y sentencias doctrinales acompañadas de algunas normas prácticas, con objeto de
defender la pureza de la fe, amenazada por herejías propagadas en el seno de las comunidades
cristianas por falsos maestros, como ya lo había anunciado san Pablo: “Yo sé que después de mi
partida se introducirán entre vosotros lobos rapaces que no perdonarán el rebaño, y de entre
vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en
pos de sí” (Hechos 20, 29-30).
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer el núcleo del mensaje de las cartas católicas.
IV. TESIS: Las cartas católicas se llaman católicas porque están dirigidas a todos, sin limitación
geográfica. Se atribuyen a Santiago, Pedro, Judas. En ellas se anima a permanecer en la sana
doctrina y se desenmascara a los falsos maestros. También se invita a hacer vida y obras la fe,
practicando las virtudes cristianas.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
Autor de las cartas de Pedro es el mismo Pedro, el Príncipe de los apóstoles. Compuso sus cartas
hacia el año 64-67. Las dirige a los fieles del Asia Menor, gentiles que habían sido evangelizados
por Pablo.
Autor de la carta de Judas es el apóstol Judas Tadeo 122 , el hermano de Santiago. Compuso su
carta hacia el año 62-67. La dirige a los cristianos convertidos del judaísmo que en ese momento se
encontraban dispersos por territorios del imperio romano, expuestos a unos pretendidos maestros de
la verdad, pero que en realidad son portadores de falsedad. No sería descabellado considerar a
estos falsos maestros como precursores de los gnósticos del siglo II.
2. Características literarias
La carta de Santiago está escrita en griego esmerado, pero con reminiscencias semitas tanto
en el vocabulario como en el estilo. Vocabulario rico, rico en aliteración, rima, frases rítmicas,
palabras gancho, recurso a la diatriba. Escrito vivaz y de gran actualidad por su exhortación práctica.
Más que una carta parece una homilía o catequesis de tono moralizante. El autor utiliza a fondo el
legado de las tradiciones proféticas y sapienciales del Antiguo Testamento, tratando de conservar
dentro de la corriente cristiana algunos valores tradicionales que él consideraba peligrosamente
amenazados.
Las cartas de Pedro están escritas en griego. La primera carta es un denso resumen del
Nuevo Testamento sobre la fe cristiana y sobre la conducta que esta fe inspira; está escrita en tono
seguro, entusiasta, alegre 123 . La segunda carta está elaborada con maestría y detenimiento;
alterna exposición, exhortación y controversia; junto a tonos solemnes y mesurados encontramos
arrebatos apasionados; con estructura concéntrica que tiene a poner de relieve la polémica contra
los falsos maestros, parte central de la carta. Esta segunda carta tiene las características propias del
género literario “carta testamento”, donde un personaje, que se supone cercano ya a la muerte,
reúne a los suyos para darles las últimas recomendaciones con el objeto de asegurar la
permanencia del grupo, advirtiéndole sobre los peligros que lo amenazan. Para ello les recuerda el
pasado y los conforta con la seguridad de que Dios seguirá actuando en el futuro.
La carta de Judas está en griego, rico en vocabulario y construcción clásica. Esta carta tiene
todas las características de un folleto antiherético. Por tanto, pertenece al género literario
“controversia”.
Carta de Santiago:
Capítulo 5: Exhortaciones.
Carta de Judas:
Exhortación a la comunidad.
Carta de Santiago:
a) Fin de la carta de Santiago: animarles a soportar con fortaleza las persecuciones y hacer vida y
obras la fe.
b) Contenido teológico-espiritual: exhorta a vivir las virtudes cristinas: paciencia, dominio de la
lengua, caridad para con los pobres; condena la avaricia, la ambición, la acepción de personas. En
esta carta está la fundamentación bíblica del sacramento de la unción de enfermos. Y sobre todo,
lanza su mensaje principal: la fe sin obras es una fe muerta.
Carta de Judas:
a) Fin de la carta de Judas: poner en guardia contra los falsos doctores que ponían en peligro la fe
cristiana
b) Contenido teológico-espiritual: transmite estas verdades: Dios Padre es fuente de gracia y
poder, y de Él procede la salvación para todos los hombres. Jesucristo es nuestro Dueño y Señor. El
Espíritu Santo es quien nos conserva en el amor de Dios y en Él encontramos la esperanza de
alcanzar la vida eterna. El cristiano ha sido llamado por vocación divina por un acto de amor de
Dios, a vivir de fe y animado por la caridad.
VI. CONCLUSIÓN: Leamos estas cartas para escuchar los latidos del Corazón de Cristo, a través
del corazón de estos sus apóstoles.
VII. ORACIÓN: Señor, que sepamos hacer vida nuestra fe, pues la fe sin obras es una fe muerta.
Que nuestras obras sean reflejo de nuestro amor a Dios que se manifiesta a través de nosotros.
Que ante los errores de nuestros días, mantengamos y defendamos con valentía y respeto nuestra
fe, que es el tesoro más hermoso que tenemos y que vale más que la propia vida. Amén.
________________________
121. Por tanto, no se trata de ninguno de los dos Santiago que figuran en las listas de apóstoles (cf.
Mc 3, 18 par; Hech 1, 13).
122. Algunos dicen que la escribió algún discípulo cercano a la escuela o tradición representada por
Santiago, cuya autoridad invoca el autor del presente escrito.
123. De esta carta es una de las exhortaciones más expresivas del Nuevo Testamento: “Estad
siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza a todo el que os pida explicaciones” (1
Pe 3, 15).
TEMA DE DISCUSIÓN EN EL FORO
I. INTRODUCCIÓN
¿Quién iba a pensar que el mensaje cristiano iba a llegar y a calar en el Imperio romano? Cristo
también entró en el entramado de esa gran urbe imperial.
San Pablo escribió esta carta cuando consideró que ya había finalizado su tarea en Asia, Macedonia
y Acaya, y decidió abrir un nuevo frente misionero hacia occidente, proponiéndose evangelizar
España (cf. Rm 15, 23-24).
No se conocen los orígenes de la comunidad cristiana de Roma. Se sabe que desde mucho tiempo
antes existía una importante comunidad judía en la capital del Imperio. Las catacumbas judías y las
inscripciones sepulcrales dan testimonio de que se trataba de un grupo muy numeroso, entre los que
había personas que desempeñaban altos cargos. Pero no se tiene noticias de la forma en que llegó
el cristianismo. El edicto del emperador Claudio (año 49), ordenando la expulsión de los judíos de
Roma por los tumultos provocados por culpa de un tal Cresto 124 , es interpretado por muchos en el
sentido de que en esa fecha ya había judíos-cristianos en Roma, que entrarían en conflicto con los
demás judíos por causa de “Cristo”. No hay noticias ciertas sobre la fecha de la llegada de san
Pedro a Roma y la carta a los romanos no da indicios de que este apóstol ya se encontrara allí.
Roma había sido evangelizada por otros y san Pablo tenía por principio no edificar donde otro ya
había edificado (cf. 15, 20). Pero para ir hacia España era necesario pasar por Roma, por eso se
atreve a escribir esta carta, la única escrita a una comunidad no fundada por él. Lo hace con el fin
de anunciarles su visita y pedirles colaboración para realizar la nueva misión evangelizadora.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer la carta a los Romanos, como una de las cartas más
importantes del Nuevo Testamento.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Incentivar a leer con detención esta carta y a vivir su contenido.
IV. TESIS: La carta a los Romanos ha jugado un papel excepcional en la historia del pensamiento
cristiano, por ser el primer ensayo de gran envergadura en la historia de la teología cristiana. En la
exégesis bíblica ha ocupado un lugar privilegiado y ha sido un baluarte en momentos decisivos de la
historia de la Iglesia: en el siglo V, cuando tuvieron lugar la crisis pelagiana y las grandes
controversias sobre la gratuidad de la gracia; y en el siglo XVI, en tiempos de la Reforma protestante
125 .
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor, fecha y destinatarios
Esta carta fue escrita por san Pablo, en la primavera del año 58, una vez que han pasado las
tormentas que revela su segunda carta a los corintios y gozando de una cierta calma y tranquilidad.
Dirige esta carta a los cristianos romanos, procedentes del paganismo, con el fin de preparar su
llegada a esa floreciente Iglesia que él no ha fundado, pero cuya fe es celebrada en todo el mundo y
a la que saludan todas las iglesias de Cristo. Pablo entiende que ha llegado el momento de
ensanchar horizontes y acometer más ambiciosos proyectos. Así que decide llevar el evangelio
hasta los confines de occidente, hasta España. Pero en el camino, como escala obligatoria, está
Roma, la ciudad imperial.
2. Características literarias
Introducción: 1
Una sección básicamente doctrinal: 2-11: Hemos sido justificados y salvados por la fe en
Jesucristo.
Una sección exhortativa: 12-15: Si hemos sido justificados, llevemos una vida digna (deberes y
obligaciones del cristiano).
Conclusión: 16
Fin de la carta: presentar las ideas claves del evangelio de Cristo, sobre todo con respecto a los
puntos más controvertidos y más propensos a crear dificultades en el seno de las nacientes
comunidades cristianas. Presentar estas ideas a la comunidad de Roma que está llamada a ser un
magnífico símbolo del carácter universal de la Iglesia cristiana. Roma, corazón del paganismo, es
para Pablo no sólo un nuevo centro geográfico; es sobre todo, un nuevo centro teológico y eclesial.
Una trinitaria: mediante el bautismo participamos de la vida íntima de las Tres Personas divinas; es
decir, participamos del cielo.
Otra sacramental: mediante el bautismo podemos recibir los demás sacramentos que nos
santifican. Esta santidad exige del cristiano un esfuerzo por identificarse con Jesucristo y reconducir
hacia Dios todo.
Otra moral: el cristiano santificado ha de brillar por las virtudes de la humildad, sencillez, caridad
con todos, sinceridad, obediencia, pureza, etc.
Y, finalmente, escatológica. Esta justificación y santificación está orientada a hacer que toda la
creación, que gime con dolores de parto, logre ser liberada de la corrupción y llegue así a Dios.
c) El proyecto salvador de Dios alcanzará también al pueblo de Israel. A esta vida nueva están
llamados todos. Esta vida nueva es la moral preconizada por Pablo, que no es una moral estática,
inoperante y pasiva, sino algo dinámico, en constante progreso y en incesante combate.
VI. CONCLUSIÓN: Por esta carta podemos darnos cuenta de que san Pablo tiene conciencia de
que su predicación es rechazada por muchos, de que su persona no es aceptada por todos y de que
corren versiones distorsionadas de su enseñanza. Por eso, opta por exponer detalladamente “su
evangelio”, es decir, la forma en que él anuncia el mensaje de Cristo, para que los romanos tengan
una versión autorizada de lo que predica entre los paganos. Acaba su carta exhortándonos a tener
un mismo sentir en Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, podamos dar gloria a
Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo
VII. ORACIÓN: Señor, gracias por habernos salvado. Que llevemos una vida digna de Ti. De esta
manera nuestra fe en ti se complementa con nuestras obras, que tienen que reflejar fielmente esa fe,
hecha vida. Amén.
_______________________
124. “Claudio hizo expulsar de Roma a los judíos, que excitados por un tal Cresto provocaban
disturbios” (Suetonio, Vida de los XII Césares, Claudio, XXV). Este tal Cresto es para nosotros
Cristo.
125. Juntamente con la carta a los Gálatas, la carta a los Romanos ha constituido el principal punto
de referencia en la polémica entre católicos y protestantes, hasta el punto de que podría decirse
que la Reforma protestante ha hecho de Romanos el texto sagrado por antonomasia
126. Esta verdad paulina fue tomada por Lutero, para quien nuestras obras no valen nada en orden
a la salvación. Esta verdad de san Pablo “la salvación viene por la fe en Cristo”, se completa,
después, con otra verdad “la fe sin obras es una fe muerta”, que Dios inspirará a Santiago en
su carta, como vimos ya cuando explicamos dicha carta.
127. Así lo dijo el concilio de Trento: “La justificación no es sólo la remisión de los pecados, sino
también la santificación y renovación del hombre interior por la voluntaria recepción de la
justicia y los dones, de donde el hombre se convierte de injusto en justo, y de enemigo en
amigo, para ser heredero, conforme a la esperanza de la vida eterna” (Dz 799).
2. Nuestra salvación no es una recompensa por ser buenos, sino una gracia, un
don del amor gratuito de Dios. ¿Qué tan abierto estás a la gracia de Dios para
reforzar tu fe? ¿Qué tanto te apoyas en ella para vivir el Evangelio?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
I. INTRODUCCIÓN
Las tres cartas que llevan el nombre de san Juan –una más general, importantísima, y las otras muy
breves- han sido escritas por el mismo autor del cuarto evangelio. San Juan fue el discípulo que
Jesús amaba con predilección y al que fueron revelados los secretos del cielo; aquel que se reclinó
en la Cena sobre el pecho del Señor y que allí bebió, en la fuente del sagrado pecho, raudales de
sabiduría que encerró en su Evangelio, como ya hemos visto.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer y ponernos en contacto con las cartas de san Juan, el
apóstol a quien Jesús amaba.
IV. TESIS: Las cartas de san Juan son una síntesis de lo que tiene que ser una vida cristiana: por
encima de todo el amor y la vigilancia para conservar y defender la propia fe y doctrina.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
El autor de la primera carta y del evangelio es Juan, el apóstol virgen, uno de los predilectos del
Señor. El autor de la segunda y tercera carta tal vez sea un cristiano perteneciente a la comunidad
joánica y conocido por el nombre de Juan el presbítero.
La segunda y la tercera carta fueron escritas alrededor del año 100. Tardaron en ser aceptadas
dentro del canon de los libros inspirados. La segunda está dirigida a una comunidad cristiana
llamada “Dama Elegida”, una iglesia amenazada por seductores (gnósticos) que no confiesan a
Jesucristo hecho carne. La tercera va dirigida a una persona particular, que se llama Gayo.
2. Características literarias
Nos centramos en la primera, que es la más elaborada teológicamente y que recoge los elementos
doctrinales de las otras dos:
El anticristo es el adversario de Cristo, y es toda persona o doctrina que va en contra de la luz, que
es Cristo Jesús. Debemos rechazar el anticristo.
a) Necesidad de caminar en la luz, no en el pecado que es la oscuridad del anticristo, pues Dios es
Luz.
b) Necesidad de vivir como hijos de Dios Padre.
c) Necesidad de amar. La caridad es la prueba de nuestro amor a Dios. No basta con creer; hay
que cumplir los mandamientos del amor, y hacer la voluntad del Padre.
a) Pureza de la fe.
b) Amor fraterno.
c) Ruptura con los falsos maestros.
VI. CONCLUSIÓN: Las tres cartas de san Juan son una magnífica síntesis, hecha desde una
óptica muy especial, de lo que tiene que ser la vida cristiana. Su mensaje sigue siendo actual
porque los cristianos quieren saber también hoy cuáles son los criterios válidos para descubrir dónde
está el Espíritu de Dios, para conocer cuál es la verdadera dimensión de Cristo, para vivir así con
total autenticidad una fe siempre en peligro.
VII. ORACIÓN: Señor, ayúdanos a ser fieles a tu doctrina y a tus mandamientos, sobre todo, a tu
mandamiento del amor. Pon en nuestro corazón la plenitud de tu caridad, para que amemos como tú
amaste, quita de nosotros todo egoísmo que destruye la caridad, que es la principal virtud del
cristiano. Amén.
_____________________________
128. La controversia era una curiosa corriente de pensamiento que le gustaría convertir a Jesús en
una especie de fantasma que no habría tenido nunca una existencia terrena. Llegó a
convertirse en herejía: la herejía docetista: “Jesús parece que come, que ríe, que bebe, que
duerme...”.
2. Juan advierte que hay dos clases de espíritus: el que procede de Dios y los que
no vienen de él. ¿Cómo podemos distinguirlos y discernir entre ellos? (1 Jn 4 )
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
EL APOCALIPSIS
I. INTRODUCCIÓN
¡Hemos llegado al final de esta gran travesía a través de la Biblia! Abramos el último libro: el
Apocalipsis, por demás, fascinante y misterioso. Por un lado ejerce en quien lo lee un hechizo
particular, porque se siente trasladado a un universo misterioso, rico de símbolos y de experiencias
religiosas: sus imágenes atrevidas, sus personajes, sus cantos, el conjunto del desarrollo...todo invita
a adentrarse en él para descubrir un mensaje escondido. Por otro lado, su lectura conduce al
desconcierto manifiesto, en un racimo de preguntas: ¿Qué significan exactamente los numerosos
símbolos del libro? ¿Por qué un mensaje escondido? ¿Es posible descifrarlo y comprenderlo hoy,
después de tantos años?
La palabra Apocalipsis procede de un término griego que significa retirar el velo, descubrir el misterio
que hay detrás de una persona, una cosa o un acontecimiento. Por tanto, en el Apocalipsis Dios
quiere revelarnos algo.
II. OBJETIVO DOCTRINAL: Descubrir lo que hay detrás de este libro, con el corazón abierto a
la verdad.
III. OBJETIVO VIVENCIAL: Terminar nuestra vida diciendo a Dios: “Maranatha”, es decir; “Ven,
Señor”.
IV. TESIS: El Apocalipsis es como un gran resumen de la Biblia. Allí se encuentran temas de los
profetas, de los sabios, de los Evangelios y de las epístolas. Apocalipsis quiere decir anuncio de lo
que va a suceder. Apocalipsis significa revelación, levantar el velo que oculta o impide ver algo. El
Apocalipsis describe la lucha que todo cristiano tiene que entablar contra las potencias infernales,
para poder recibir al final la corona de la vida que no se marchita. La victoria es segura para quienes
luchan con Cristo.
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
San Juan es el autor de este libro 129 . Se encontraba desterrado en Patmos, por orden del
emperador Domiciano, probablemente hacia el año 96. La persecución anda destrozando todas las
Iglesias de Cristo y Juan se pregunta angustiado: ¿Por qué Dios permite tanto mal, tanta
persecución 130 ?
Un domingo por la tarde, Dios le da la respuesta por medio de cuatro visiones, que son como cuatro
emocionantísimas películas en las cuales se revela todo lo malo y lo bueno que va a suceder.
La fecha de composición del libro se sitúa hacia el final del primer siglo, entre los años 95-98 d.C.
Los destinatarios del libro son los cristianos perseguidos, para así alentarlos en la lucha. Cristianos
amenazados por la persecución y por la seducción, con el consiguiente riesgo de muerte y de
deserción. La amenaza procede de fuera (del poder político que se concreta en el imperio romano),
pero también de dentro (de círculos cristianos que se han apartado de la verdadera fe).
2. Características literarias
a) Carácter simbólico 131 : san Juan les habla en símbolos, porque es mensaje de un prisionero a
un pueblo cristiano terriblemente perseguido; era, pues, necesario usar para todo un lenguaje
especial de símbolos y claves que los cristianos sí entendieran, pero no los perseguidores. Veamos
algunos de estos símbolos:
El 6: es algo imperfecto; impotencia para llegar a 7. Por eso, la bestia enemiga de Cristo se llama
666, o sea, la que nunca logra llegar a la perfección en nada.
3 y medio: o sea la mitad de 7: es señal de algo que dura poco y luego pasa. Así las
persecuciones de los buenos duran 3 y medio de años.
Las bestias: los enemigos de Dios, muy poderosos y se encuentran en todas partes. Pero al
final son derrotados. Hay dos bestias: la primera es el Imperio Romano, con sus autoridades (10
cabezas) y su mucho poder (siete cuernos), pero también es personificación de todo poder humano
y político que oprime a la Iglesia. La segunda bestia es un falso cordero, o personificación de las
falsas doctrinas y falsas religiones o falsos maestros que seducen a la gente.
Las siete lámparas de fuego evocan a los 7 espíritus de Dios. Parecerían los mismos de
Tobías 12, 5. San Victorino, cuyo comentario es el más antiguo de los escritos en latín, ve en estos
siete espíritus como en las siete lámparas (4, 5), los dones del Espíritu Septiforme.
Los 7 cuernos y 7 ojos del Cordero: indican plenitud de poder (cuernos) y perfección de
ciencia (ojos).
El libro es la misma historia humana, que esconde dentro de ella el designio misterioso de Dios
sobre los acontecimientos.
Los cuatro caballos: los caballos, rojo, negro y verde, indican las grandes plagas de la
humanidad: la violencia, la injusticia social y la muerte, con todos los males que acarrean. Y el
caballo blanco representa a Cristo resucitado que combatirá y vencerá a esos otros caballos.
Los siete sellos: el quinto sello son los mártires que piden justicia por su sangre derramada. El
sexto sello indica la llegada del gran día de la cólera de Dios sobre las divinidades paganas (astros)
y la derrota de la maldad (los poderosos). El séptimo sello con las siete trompetas que anuncian
solemnemente la presencia de Dios en la historia, que va destruyendo todas las fuerzas del mal y
propiciando la conversión de los hombres.
Los ciento cuarenta y cuatro mil: son el resultado de multiplicar las doce tribus de Israel
por doce, y luego por mil que es la cifra de la historia de la salvación. Esta cifra representa a los
cristianos que han sido marcados por el sello indeleble del bautismo y que gozan de una
especialísima protección divina.
Los 24 ancianos: son las 12 tribus de Israel más los 12 Apóstoles del Cordero; representan la
totalidad de los Santos que han intervenido activamente en la historia de la Salvación.
Los cuatro seres vivientes: (león, toro, hombre, ángel): significan el mundo de la criaturas,
que Dios domina y que están al servicio del Todopoderoso. La tradición de la Iglesia ha visto
siempre en estos cuatro vivientes los símbolos de los cuatro evangelistas: Marcos (león 132 ), Mateo
(hombre 133 ), Juan (águila 134 ) y Lucas (toro 135 ).
666: es la bestia más cruel. Según las reglas de la simbología de número, leído en caracteres
hebraicos, este número corresponde a Nerón César. La cifra no es 777, es decir, crueldad total, sino
666, eso se refiere a una violencia cruel, pero no total.
Los tres ángeles: son los predicadores del Reino de Dios, los profetas, los misioneros, que
anuncian conversión. Son los heraldos de Dios que anuncian el juicio sobre la historia humana.
Los tres espíritus inmundos en forma de sapos: son los mensajeros de la trinidad
infernal, en contraposición de la Trinidad celeste, y actúan como sapos en las tinieblas y
clandestinamente.
Gog y Magog: es el proverbial símbolo de todas las potencias hostiles al pueblo de Dios, las
cuales combaten a la Iglesia con poderes terrenales, animados por Satanás.
Una, el pensar que se trata de la historia contemporánea del autor, expuesta con colores
apocalípticos. Esta interpretación quitaría a los anuncios de san Juan toda sus trascendencia
profética y en consecuencia su valor espiritual para el creyente.
La segunda teoría, llamada de recapitulación, busca en el libro de san Juan los diversas fases de
la historia eclesiástica, pasadas o futuras, o por lo menos de la historia primera de la Iglesia hasta
los siglos IV y V, sin excluir el final de los tiempos.
a) Prólogo
b) Primera parte: las siete cartas a la iglesia (1-3): proceso de conversión en presencia de Cristo
resucitado. Este es el esquema de la carta:
Dirección de la carta.
Autopresentación de Cristo.
Alabanzas.
Reproches.
Exhortación a la conversión.
Fórmula de aviso.
d) Epílogo (22) en forma de diálogo litúrgico, donde interviene el autor sagrado, el ángel, Jesús y
la asamblea.
Fin del libro: Por una parte, san Juan quiere quitar el velo y revelar el significado de la historia, de
los acontecimientos que están pasando en la vida del hombre y de la Iglesia; y, por otra, quiere
alertar a los cristianos a mantenerse firmes, a no desalentarse a pesar de las persecuciones, pues el
triunfo de Cristo va a llegar. El Apocalipsis es como un sonar de trompetas y tambores que anuncian
el más grande de los combates y la más espectacular de las victorias: la victoria de Cristo sobre las
fuerzas del mal.
Contenido:
a) El centro de todo el libro es Cristo Jesús: su mensaje, sus luchas, sus amigos, sus
adversarios, el inmenso triunfo que va a obtener. Viene presentado como el Cordero degollado,
como un Jinete en un caballo blanco, como el Hijo del hombre lleno de inmensa majestad. Así viene
descrito:
Con su lengua que es espada afilada, o sea su Palabra penetra hasta los corazones. Esa lengua
dice: “Fui muerto y ahora estoy vivo”.
Trae para cada uno de sus amigos una recompensa, proporcionada a las buenas obras que cada
uno haya hecho.
b) El Apocalipsis se presenta como la narración de una gran batalla, una lucha entre el bien y
el mal, y cuyos personajes son:
A un lado: Cristo Jesús, san Miguel y sus Ángeles. Una mujer vestida de sol, con la luna y 12
estrellas bajo sus pies. 144.000 que tienen el alma pura; todos los que han sufrido el martirio. Dos
testigos de Jesús que son muertos pero luego vuelven a vivir (¿san Pedro y san Pablo?). Toda la
Jerusalén celestial. 24 ancianos Venerables.
De otro lado: Satán, caído del cielo y lleno de rabia y amargura. Dejado libre por mil años para
atacar. Puede atacar (tentaciones) pero no puede matar. Babilonia, o maldad de la Ciudad grande.
Un enorme dragón con todo su ejército: los malos espíritus. La bestia del mar: las persecuciones. La
bestia de la tierra: las herejías y errores que atacan siempre a la Iglesia.
Emocionante premio en la Jerusalén celestial para todos los que permanecieron fieles al Señor
Jesús. El libro termina con la más bella oración: “Ven, Señor Jesús”.
c) El Apocalipsis habla del presente, para proyectarse al futuro: pretende abrazar a toda la
historia de la humanidad. Habla de las persecuciones presentes, pero va más allá, ve la lucha de
las fuerzas del mal, de la muerte, contra los testigos de la vida. A esto se lo ha llamado la dimensión
histórica y proyección escatológica del Apocalipsis.
VI. CONCLUSIÓN: El cristiano tiene que leer el Apocalipsis no en busca de fechas del fin del
mundo, ni del número de cuántos se salvarán...porque el libro bíblico no da ningún dato al respecto.
El cristiano lee el Apocalipsis como Palabra de Dios que lo quiere alentar en los momentos de
prueba, de pesimismo, y encontrará en este maravilloso libro inspirado una gran esperanza de la
victoria del bien, de Cristo, y una invitación a mantenerse fiel al Señor y al testimonio de su fe. Hay
que leer este libro, no con prisa, sino lentamente, intercalado de profundas pausas y atentos
silencios. Es preciso comprender el contenido del símbolo desde la situación concreta que el lector
está viviendo: de su historia personal, de la comunidad cristiana, de la Iglesia, de los hombres. Es
preciso contrastar el símbolo con la historia. De lo contrario quedará en pura ficción desencarnada,
sin ese poder que encierra para iluminar y orientar nuestra marcha por el mundo hacia la eternidad
de Dios. El Apocalipsis no es un libro fácil, ni está escrito para gente curiosa; es la respuesta divina
al grito de la humanidad y al perseverante testimonio de la fe de la Iglesia.
VII. ORACIÓN: Señor, mi vida está en tus manos. No tengo miedo a las pruebas de la vida,
porque tú vas conmigo, alentándome, consolándome. Tampoco tengo que preocuparme por el día
final, pues vendrás tú a buscarme y a darme el premio a mis buenas obras, que hice con la ayuda
de tu gracia. ¡Ven, Señor Jesús! Sigue sosteniendo a tu Iglesia, que es atacada por todas partes.
Las puertas del infierno no podrán contra ella, porque tú eres Dios. Convierte a los enemigos de tu
amada Iglesia, pues también son tus hijos, para que puedan gozar todos de la ternura y solicitud de
tu Iglesia. Amén.
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129. Otros exegetas dicen que el autor es más bien un discípulo proveniente de la comunidad
joánica, que se ampara bajo la autoridad moral del apóstol Juan.
131. San Juan saca sus símbolos del Antiguo Testamento y de la literatura judaica del tiempo. Hay
símbolos:
a) Cósmicos, que significan la dimensión celestial, la presencia de Dios: rayos, sol negro,
terremotos.
b) Del mundo animal: aluden a las fuerzas sobrehumanas, descomunales como presencia de
las fuerzas del mal, pero siempre controladas por Dios (dragón, bestia, etc).
c) De colores: los colores adquieren una significación espiritual: el rojo significa violencia y
crueldad; el blanco evoca al mundo sobrenatural especialmente a la resurrección; el verde
indica la caducidad de la vida; el negro es la muerte; el rojo escarlata o púrpura evoca las
riquezas mal adquiridas, las manchas de la prostitución espiritual.
d) De números: los números expresan realidades espirituales: el 3 indica abundancia, plenitud;
el 7 perfección y totalidad (los siete días de la creación; los siete dones del Espíritu Santo); el
12 recuerda la historia de la salvación (12 tribus; 12 apóstoles)
132. Porque empieza diciendo que Jesús ayunaba en el desierto y las fieras hacían compañía.
133. Porque su evangelio empieza haciendo la lista de los antepasados que Jesús tuvo como
hombre.
134. Porque así como el águila es el ave que más altura consigue, así el evangelista que más se
elevó hasta los secretos de la Divinidad ha sido san Juan.
135. Porque su evangelio empieza narrando los sacrificios que se hacían en el templo, donde cada
tarde se sacrificaba una res. Además, el buey es manso, y san Lucas describe muy bien la
mansedumbre de Jesús.
136. La literatura apocalíptica surgió para alimentar la esperanza del pueblo en situaciones críticas y
difíciles
1. ¿Cuál es el principal objetivo del Apocalípsis, qué nos quiere decir Juan en este
libro?
2. ¿Qué fin tiene este "combate" que se presenta en el Apocalipsis entre el bien y
el mal?
3. ¿Te queda claro que es importante no quedarnos con los símbolos, para no
quedarnos con una ficción, sino historia vivida para iluminar nuestra vida a la
eternidad?
Autor: P Antonio Rivero LC
Fuente: Catholic.net
Así ponemos punto final a nuestro curso de Biblia. ¡Cuántas cosas más podríamos decir de la
Sagrada Escritura!
El que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica, será tan firme como un edificio edificado
sobre una roca. ¡Felices los que escuchen la Palabra de Dios y la pongan en práctica! (Mt 7, 25). No
conocer la Sagrada Escritura es no conocer a Cristo.
Así nos dice Moisés: El rey tendrá consigo el Libro Sagrado y lo leerá todos los días de su vida,
para que aprenda a temer al Señor su Dios, observando todos los preceptos de esta ley y poniendo
en práctica sus prescripciones. De esta manera no se creerá superior a sus hermanos, ni se
desviará de la ley, él y sus descendientes tendrán un largo reinado en medio de Israel (Deut. 17, 19-
20).
A todos los que lean la Biblia les digo lo que el ángel dijo al profeta Ezequiel: Toma este Libro y
digiérelo, devóralo. Al principio te parecerá amargo, pero después te parecerá sabrosísimo (Ez 3 3,
1; Ap 10, 10).
La Biblia es el mapa que guía al viajero hacia la eternidad. Es la brújula que no permite equivocar el
camino. Es la cartilla que proporciona instrucciones para lograr el éxito. Es la espada y el bastón
para defender al peregrino en su viaje por el desierto de la vida.
Juan Vanamaker, el príncipe de los comerciantes de Norteamérica, dice: “En mi vida he hecho
muchísimas compras y algunas de ellas me han dejado grandes ganancias. Pero la inversión más
provechosa y la compra más importante y de más agradables efectos que he realizado en mi vida
fue la que hice a la edad de once años: un libro que compré por dos dólares (y demoré un año
pagándolo por pequeñas cuotas). La lectura de ese libro fue la base de todos mis futuros progresos
y el bien que he logrado en mi vida se lo debo a esas páginas que desde los once años vengo
leyendo siempre día por día y cada vez con más provecho. Usted ya sabe cómo se llama ese libro
maravilloso: es la Sagrada Biblia”.
Termino con esta cita de William T. Ellis: “Bajo la guía del Espíritu Santo he visitado un ejemplo
maravilloso que se llama Biblia: entré por el pórtico del Génesis y anduve maravillado por las
galerías de arte del Antiguo Testamento. Allí fue contemplando los retratos de Abraham, Jacob,
Moisés, David y Salomón. Entré en el cuarto de música que se llama Los Salmos y el Espíritu de
Dios me hizo oír himnos tan bellos como nunca jamás podré oír otros mejores. Llegué al
“Observatorio” que se llama los Profetas y allí pude ver fotografías maravillosas de lo que va a
suceder en el futuro. Luego me acerqué a la Sala de Audiencias, para conocer, oír y tratar al Rey de
Reyes, al Pastor Supremo, al Hijo del Hombre y allí lo pude contemplar desde cuatro ángulos: uno
se llama Mateo, otro Marcos, un tercero: Lucas, y el cuarto y más elevado se llama Juan. Me
acerqué a la Sala de Correspondencia y allí me encontré con prodigiosas cartas que para mí
escribieron san Pablo, san Pedro, san Juan, Santiago y Tadeo. Pasé a la Sala de Realizaciones
llamada “Los Hechos de los Apóstoles” y encontré al Espíritu Santo formando la Santa Iglesia y
extendiéndola por todo el mundo a base de prodigios, de milagros, de santidad y heroísmo. Subí a
una torre llamada el Apocalipsis y desde allí pude ver a la Ciudad Celestial que nos espera, donde
Cristo y todos sus amigos aguardan gozosos nuestra llegada para cantar las glorias de Dios por los
siglos de los siglos”.
A todos deseo que la Palabra de Dios sea Alimento que nutra sus vidas, Luz que
guíe siempre sus pasos hacia la vida eterna y mensaje de salvación que lleven
generosamente a todos los hombres.