Matito - Trinidad y Diálogo
Matito - Trinidad y Diálogo
Matito - Trinidad y Diálogo
2 Q016) 281-311
aflcl the new issues open for the theology of religions they have contributed
I L,r lNru.Ic;IIIILII)At) I)ti t,\ DocTRINA TRINIT;\RIA AN't'ti IiL l IOItlzoNTIl
to a m()re and better reco\¡er\¡ of the Ttinitarian cloctrine, considering it as a I'IIOI,(iGlCO DE RF,F-],F,XI(IN I'RtIPIt]tAl)O POR F]I, ECL]NItrNISN,{O Y PC)R
criterion for vcrifying a legitimate rcligious pluraüsm as a keystone of a new I,I, I'I,L]RA]-ISN{O ITLI-IGIOSO
hermeneutics of orherness ancl reciprocity within the theol.gical exercise.
I lay dos expresiones que suelen prota:gonizar las diferentes
Keyu,ords: Trinitarian theology - Theorog,v of religions ]rcumenical r:rloraciones panorámicas que se hacen sobre el desarrollo de la
-
thcologl - Trinirarian hcrmcneurics. ,1,¡t.lrin2 trinitana tras el concilio Vaticano II hasta nuestros días:
,,lvirlo y recuperación. Y ambas son igualmente compartidas por
tcokrgos católicos, evangélicos y ortodoxos.
Y la verdad es que hoy día 1o que extta;it sobremanera es
rluc cll algún momento de la historia de la Iglesia y de la teología
l¡ulriese un'olvido'de la doctrina ttnitaria, cuando fue ella la
,¡tt' 'a.caparó la atención de gran parte del trabajo teológico de
l, )s l)adres de la Iglesia, siendo la indiscutible protagonista de los
,lclntcs doctrinales de los primeros siglos c1e vida de la lglesia.
l)ero lo cierto es que la situación teológica que encontramos
lr.rsta prácticamente mediados del siglo pa.sado est^ caracterizada
¡,,rr cSe 'olüdo'de la doctrina titnitaúal. Por poner sólo un par
,1, cjcmplos significativos. todavía a finales de la década de los 80
,l, l siglo pasado podemos encontrar los ecos de esta situación.
I )t s1rués de cinco años de trabajo una comisión de estudio del
( ( )nseio Británico de las Iglesias publicaría un extenso informe
',,,lrrc teologíatrtnitarta en tres volúmenes bajo el tttulo l-¡t'frinidad
olaidadd. El informe tenía por objero no sólo ofrecer lo que el , | ,lr:¡logo ecuménico y las nuevas problemáticas abiertas porla
profesor Santiago del Cura denominó esta mañana una 'gram áúca', r, r,lrr1,f1¡ de las religiones han contribüdo a una profunüzación
una reorientación trinitaria, para las doctrinas de Dios y de la ' ,r unlr actualtzación de la doctrina trinitariz, al confrontada
Iglesia, sino también reconfigurarlavida de las iglesias desde una ,,
'll ()lras concepciones de lo 'Totalmente Otro', ahora mucho
perspectiva ffinitaria, así como facllttar unos crirerios inteligibles ul l,)r' c()nocidas y difundidas. Esto no quiere decir que otros
para introducir el misterio del Dios uno y rdno en lavida espiritual , r, , L rs, desde sus respectivos elementos definitorios, puedan
de los cristianos. El tercer volumen de aquel informe se pubücó rl',,rt:rf elementos clartficadotes pof sí mismos parala doctrina
en 1991. rrnrt:rr-iu cristiana. Lo que se ha observado, más bien, es que el
Dentro de la Iglesia catóhca,la Comisión pan la Fe de la , ¡, r, rt'io del diálogo real conlleva el desafío de proponer el perfil
Conferencia Episcopal Alemana publicó en el año 2006 una r,l, rtilrtrio propio desde unas claves de comprensión formuladas
instrucción sobre teología trinitatia titulada I^a fe en el Dio¡ uno ,lr rlnrr firrma novedosa, al,haceilo'hacia fueta' del ptopio mafco
1 tind. En su introducción los obispos alemanes indican que el , , ,rr lcsional. En este contexto, la exigencia y el riesgo son siempre
documento pretende, por una parte, que la cuestión de Dios siga . r.r\ r )r.('s: redefinir la identidad desde categorías interculturalmente
dominando la reflexión teológica, el anuncio del Evangeüo y el r , I( r r( llrs sin claudicar de lo específico fundantes.
trabajo de formación de los creyentes dentro de la Iglesia, para Nrr «rbstante, hay que subrayar que, en este panonarrra, ha sido
que no se vuelva a c eÍ en un posible olvido de la identidad del , I ,lr',t'trrso entorno al Dios uno y trino el que ha proporcionado
Dios cristiano. ,,,rr \,rs posibles vías de solución tlnto a los problemas actuales
Una de las diferencias fundamentales entre ambos trabajos 1,1 rnt« :rrloS por el desafío pluralista como al riesgo de parultzzción
es que ya en este último aparecen los diálogos ecuménico e rr l, ,s lvances hacia un mayof conseflso ecuménico6.
interreligioso como parte del nuevo hotizonte de reflexión
irrenunciable pan la doctrina trinitariaa.
I r r'st¿r línea está pensada una peculiar y novedosa relectura intercultural de
Larclzción entre teologíatrinitariay teologías ecuménica y de las , , ,, rrn:r trinitaria: G. L. Grcen S. T. Pardue - K. K. Yeo (eds.), TheTrini4t among
-
religiones es bidirecciolal;ya que no sólo ha sido la recuperación ,,,'t,,t.¡.'l'he doüine of Cod in the nEznü u,orld, Grand Rapids (Michigan) 201.5,
de la doctrina trititaria la que ha propiciado nuevas claves para el !, nrrr()(lucciófl podemos lcet: "Irotma parte de nuestra labot teológica buscar
, , n( s l)ara rcprcscntar la misteri<¡sa y paradójica ¡aturaleza cle la Trinidacl, que
diálogo y nuevos cdterios para vnz- hermenéutica interconfesional ,rJ ( ( st2'r cn relaciirn e interacción con el munclo. Il1 contenido del mcnsaje cvan-
'r
e interreligiosa, sino que también las cuestiones candentes en ',, ,, ,lt l Nuevo Testamento, expresado cle forma ¡arratiya a través de múltiples y
I , ,, ,r ,r r('ils expresiones simbólicas del misterio dc Dios, Pucdc traducifse efl meta
,, r ,,ntolrigica. Pero querríamos evitar usar coflcePtos ontológicos elevadamente
2
British Council r¡f the Church es, The Fbrgoften 'f ini4t: 1 . 'I-lte Repot oJ' tlte BCC r ,( r ( )s l)ara referirnos a Ia Trinidad, haciendo de Dios un Dios estático, distante
5'td1 Commixion onTinitdian Doüine'lodEt,I-ondon 1989; Id., TlteForgtftenTnniry:2. ,,1,t, rL.nlc" (K. I(. Yeo, "Trinity 101: Kaleidoscopic Viev-s of God in the Majorirl'
A 5'ta@ Gaide on l¡sae.¡ Containad in the Ileport af the BCC .ltudy Commission on'l-inifaian , ,1 , I 1 il, cita en 14).
Docfine Today,l,ondon 1989; A. Heron (ed.), 'l'lte Forgttten Tiniq: A J'election of Papers ,, ,l,rc la telacitin directa entre 1a recuperación y la acntahzactón de la compren-
Pruented to tbe BCC 5'ta$ Commis¡ion on 'l'rinitaian l)oúine 'l'oda1, London 1.991.. rrrl:rri21 cle Dios y 1a revitaüzación del diálogo ecuménico, el tcxto ya clásiccr
3
Die Deutschcn Bischófen, Der Gl¿ube an den dreieinen Gott. Eine Handreichung der , ' \\',rirru,right, "The ]lcumenical Rediscovery of the Trinity", One in Chist 34
Clatbenskommission der deat¡¡ben Biscbo;f:konferenl Tur'l'initritstheologie, Bonn 200(t. Y sobre la importancia de cstc redescubrimiento ecuménico como
a
Ibid., n''' 102-107 y 113 115. . ( , )r)rún antc las nuevas búsquedas religiosas de índole pluralista y sincretista,
286 .losÉ RANIÓN NTATIT() Ir]';RNÁNDrrz II\{P1J(]^(IIONI]S DL-, LA D(XITRINA TRINITARIA 287
trinitarische ciottesverstándnis", en Kafl¡oliscln NachirlLxn-Agtnturf ()k'ancni¡the lnJbr , , ..r ( s() cle donación, lo que puecle ser más relevante y significativo para e1 hom-
mafian 33 (2u00) 4,5; y recicntemente su manual sobre el mistctio cle l)ios: C'olteslehre. , ,l( r)uestros días. A1 permitide comprender la posibilidad de aceptar a un Dios
Die Bedewtung derTinitcit.rlchreJilr'I'heol0gie, Kirche and Velt, (ióttingen 2015, con dos ca- ,, r . ) sc impone por Ia fierza, de recr¡nocer la gratuidad de su propia existencla
pítulos espccífrcos sobte la relación entfe doctfina trinitaria v ecumcnismo y doctrina , ,r , rlt ncia y amot de Dios), de descubrir algo intuido y añorado parcialmente en
trinjtaria y pluralismo religioso, tcspectivamcnte: "I)ie Bedeutung der Trinitátslehre 1,, ,( ncins de gratuidad" (S. de1 Cura Illena, "Hablar de
Dios en krs umbrales del
, , , r rr r ilcnio: tarea y oportunidad para el ecumenismo" , Diálogo l;'cuninico 34 (1999)
für das I{irchenvctstándnis in ókumenischet Perspektive" (cap. X1, págs. 273-285)'
, , | ,l\. lc1oí 422).
v "l)ie Trinitástlehre in Dialog mit andcren Religioncn" (cap. XlI, págs.286 294).
288 JOSIi RAtf()N MATIT() Ii]1RNANDI]Z I NfI'],](]A(] IONE,S D I,] I -A D(X]TRINA TRINI'I'A RI.,\ 289
ello menos añ.orado, sospechado y vislumbrado. O será que Lrr cste sentido, diálogo ecuménico y diálogo interreligioso,
determinados acontecimientos y circunstancias constituyan r,,,11¡1,[;¡ ecuménica y teología de 1as religiones, forman parte
el ingrediente de humildad necesario para la labor teológica, ,1, I lr.rizonte actual de reflexión que reclama un nuevo lenguaje
que por momentos puede arrogarse cierta suficiencia o incluso r¡n:rs nuevas claves interpretativas pata el fundamento de la fe
sublimidad, olvidando que el criterio de verificabiüdad de su , r! .rrlr)Í1. A su vez, la fe personal, resultado del anuncio eclesial
particular episteme, para su gloria y su desconsuelo, reza Deus vida de la Iglesia, es la que hace posible la labor
,, .rr r:riqzrcla en la
senQer maior.'"Dios ha escogido más bien a los que el mundo tiene r, , ,1, teológico sea inteligible y
rgica, y la que verifrca que el discurso
por necios para confundir a los sabios; y ha elegido a los débiles del rr,,nlf icativo. A este respeto, la teología cristiana no sólo tiene una
mundo pata confundir a los fuertes. Dios ha escogido lo plebeyo rr',f rrrnszbilidad eciesial, sino una misión encarnatoria;ya q.aeha
y despreciable del mundo; lo que no es, para reducir alanadalo ,lr l)r()longar en su labor la misma dinámica salvífica divina, que
que es. De ese modo, ningún mortal podrá zlardear de nada ante ( n()s ha dado en la historia como Logos, como palabn audible
Dios" (1 Cor, 1,27-29; cf. Mt 11.,25)8. r rrcligible.
Uno de los ejempios más claros de lo paradójico de1 recurso l',n la "Introducción" a su manual sobre el Dios uno y trino,
trinitario en el diálogo ecuménico y en el diálogo interreügioso fue
1,,rl,licado en Ia antesala del nuevo milenio, el teólogo alemán
el paradigma teocéntrico pluralista, que recurría al Dios uno y trino ( ,rslrcft Greshake se hacía eco de estas consideraciones, y reunía
como filtro imprescindible para el anqülosamiento ctistocéntrico ,lrr t rsas voces que en el ámbito teológico del siglo XX advetían
inclusivista, pero desembocaba contradictoriamente en su ,1, l;r práctica irrelevancia de la docttina triritatia en Ia vida y en
disolución, al rcclamat como centro sólo alguna de las personas Lr t spiritualidad de los cristianos de todas las confesiones' En esa
y estructuras constituyentes de la Trinidad, prescinüendo de las lrrrt'a, señalaba que aunque en el tefreno estrictamente teológico,
demás (logocentrismo, pneumacentrismo, soteriocentrismo. . .).
r s,rbre todo a partir de la década de los 70, se percibiese el
Así, no sólo es legítimo y oportuno, sino necesario, apelar a
¡tlr¡r¿rmiento de brotes verdes, en la vida de los creyentes y en la
la identidad del Dios de Jesucristo pma establecer sobre ella las
bases sólidas de todo diálogo intra y extraeclesial. Pero sabiendo l,r:rxis cristiana la doctrina de la trinidad de Dios se veía siempre
,t¡cnazad^ por la "perplejidad e incomprensión, hasta llegar a
que dicho recurso voiverá a cuestionar nuestra percepción vital de
l.r {«rtal ausencia del tema... Carente de todo significado parala
este Misterio, y nos exigirá replantear y renovar las razones y las
r,la"e. Ésta sigue siendo la situación de emergencia 'docffinal',
consecueflcias de riuestra fe en el Dios uno v trino. '
1,, rrlríamos Llamar, del dogma
trinitario respecto a Ia vida de la
lrilcsia; y el marco de reflexión propiciado por el movimiento
, r uménico y por el pluralismo religioso no ha aliviado esa crisis.
8 "Irin el quehacer tcológico ronda siempte la amenaza, tan presuntuosa como
l\rrque, incluso ante el pafiorama de este nuevo hodzonte
estéril, de querer capturar a l)ios, de dominado, de convertirlo en un objcto disp<r tr'<rlrigico, la dogmática cristiana sigue siendo fundamentalmente
nible y manejable (...) Y es que cada intento de «comprendeo> a l)ios es hacer la ex- , t'lcsial, y tiene que confrontarse de hecho y necesariamente con la
periencia del límite radical de l¿ conclición y del lenguaje humanr¡. Hay una pobreza
scmántica del lenguajc humano, porque el misterio insondable de 1a realidad div.ina
sobtcpasa las potenciaüdades expresivas de la palabra ñnita" $bid.,425;). '' G. (lreshake, El Dio¡ ano y tino. LIna leologta de la Tinidad, Barcelona 2001, 37 .
290 .I()SI-, RAM(,)N MATITO IIIlRN \\DEZ INII'I,ICACIONES DE LA D(X]TRINA TRINITARIA 291
fe de la comunidad de los creyentes, además de con los signos de , l,lc uri fundamento compartido, con perfiles bien definidos que
,,t
los tiempos que le toca vivir en cada momento histórico. ,l( r('nninefl desde dónde yhacia dónde se habla.
Por lo que se reliere al compromiso ecuménico de la ,\l reahzar este 'giro trinitario' la teologSa ecuménica ha
transmisión de la doctrina dela fe y a su interpretación teológica , )ns(irtado que el principal problema fespecto a la doctrina del
'
-y en el caso concreto que nos ocupa-, hoy día no puede hacerse I )rr rs cristiaflo ya no 1o constituyen principalmente los matices
una lectura realmente contemporánea de la verdad del Dios uno y ,lrlcrcnciadores entre las comprensiones evangéltca, ortodoxa y
trino prescindiendo del enclave socio-cultural o de la perspectiva , .rtrllica
-sobre todo pensando en el pluralismo religioso-, sino en
histórica en la que lateologla ecuménica se desarrolla;y,más allá l.r rrrrcligibiJidad de este funclamento de la fe cristiana; no sólo para
de las diferencias confesionales y de los importanres consensos I,r: otrzs religiones, sino principalmente para los propios cristianos.
logrados en materia doctrinal, su manefa de aproximaÍse a aquella lrrrcligibiüdad que, en el ámbito ecuménico, se traduce, por un
verdad de Dios está continuamente cuestionada por la esfera de l.rrltr, en la orientaciónhacia una praxis eclesial de la fraternidad
la concepción reJigiosa plural en que vive y se debate su identidad , rr lrr caridad y del diálogo para el encuentro real; y, por otro lado,
teológica y ctistiana. i n una gramáttca teológica que no sólo determine el lugar que
Así, en su reflexión,lateologlatrinitaÁano puede prescindir del ,l, lrc crcupar la doctrina trititarta dentro de la dogmática, sino que
carácter relativo o referido de la propia perspectiva confesional, .r,ltrnáS, y sobre todo, modele una espiritualidad de la entrega y
ecuménica y socio-cultural. También ella tendrá que abrirse, en aras ,l, l scrvicio abnegado (kenótica, podríamos denominar). Es decir,
de una mayor inteligibiJidad y significatividad, a la nueva perspectiva rr. puede declatarse corno inteligible el mistedo del Dios uno
de los distintos desafíos de la conciencia de la universaüdad \ trino si no supone en la vida del creyente el reconocimiento
y verdad de la diversidad reügiosa. Este nuevo compañero de ,lr l rostro auténtico de ese Dios -que es alteridad auto-referida y
viaje no es contemplado por el movimiento ecuménico como ,lrvcrsidad subsistente- encarnado en el rostro del prójimo, y sobte
un peligro frente a la identidad cristiana compartida, sino como r,r1l1¡ s¡ el prójimo débil, sufriente, diferente, aieno. Tampoco
una posibilidad más para enriquecetla legrtima pluralidad en que
l,rrcrlc declararse inteligible el misterio del Dios uno y trino si no
se articula la fe cristiana; pluralidad reclamada, a su vez, por lz ,( lrceptan la diversidad y la pluralidad referidas, no aisladas ni
estructura dialógica de la propia verdad cristiana. ,rrrtosuficientes, como frutos de la riqueza dela manifestación de
Pot este motivo, el movimiento ecuménico del siglo XXI se ha l.r Vcrdad y como muestras de su inaprehensibilidad.
visto obligado a reformular su propia aurocomprensión teológica,
partiendo de una nueva reflexión sobre la rcIación del cristianismo
con las otras religiones, aunque su finalidad no sea la de ftagr:r; wa ' 1..,r REI-nvANcr¡ ¡,cul,rÉNrc^ Dli t.A DocTRINA TRINiTARIA:
especie de ecumenismo religioso universal, ni mucho menos. Y en I)Ii, I,A KOINON]A DIV1NA A I,A OIKUN'TF,N}I I]()-E,S]AL
esa revisión de su identidadhar,,uelto Ia mirada a su interpretación
de la doctrina tnnitaria, por consideraila, desde siempre, el núcleo 'fras los grandes logros en materia de consenso doctrinal,
de fe común y seguro de las distintas iglesias cristianas; porque últimas décadas del siglo pasado, el movimiento
,t, rrnzados en las
para sentarse a dialogar con las otras religiones tiene que hacedo ,, uménico parecía haber entrado efl una situación de cierto
M,\TITo I,'IIRNANT)T,Z IX,Il']l.lCA(lIONllS DE LA DO(ITRINA TRINTI'ARIr\ 293
292 IOSI.] RAN{ON
rr ll¡id.
,ñl Kaspcr, Refexir»tes s,tbre /a situación e¡ttnínica a¡laa/. Relación de I CardenalV/alter
"'
Katper darantc ¿/ encaentra del .lanto Padre con el Co/e.gio Carde na/icio en la uítpera de/ Con-ris- 'r (ll U. I{ühn, "Iil compromiso ecuménico cle la dogmática", en I{. I'I. Neufeld
',1.¡, Prohlemas-1 perspectiaa: de teologta dngmática, Salamanca 1'987,228ss.
forio pilblio ordinario, Ciudad dcl Vatícanc¡ 2007 , n, 1'.
J()SE RAMON X.{ATrT',() fl,rRNANI)FrZ Tl\{l,LI(IACI ONES DE Lr\ D()C'IRIN A TRINITÁRIA 295
refetenciabilidad), surge la propensión a volver a mostrar un l,rlrlicos que contemplan la unidad en la diversidad eclesiológica
discurso diferenciado y en conflicto en torno a la doctrina sobre ,,:;tr.nida en la unidad en la diversidad trititaúa (p. 1.7,20-
Dios. Y como esta doctrina es reconocida como el fundamento de 'l; I Cor 12,4-6;F,f 4,4-6), manifiestan ya respecto"1.J"al bautismo
la comprensión de la Iglesia y el motor que ha de impulsar el trabajo ,¡,rt cl hombre, en nombre del Dios uno y trino, es incorporado
teológico ecuménico, Ia acentuación de una cierta atomización r .,u comunión y a la comunidad de todos los creyentes nacida
interpretativa en aspectos particulares del fundamento trinitario de ,lt cS2 comunión. De este víncuio establecido entre la koinonía
la fe cristiana tiene como inevitable consecuenciala revivifrcación rt rtical, fundada trititariamente, entre Dios y el hombre, y la
de antiguas diferencias eclesiológicas fundamentales. ,,,,1ttttenehorizontal entre todos los creyentes, procede el carácter
La conjunción de estas diferencias en las concepciones , ,rnstitutivo trinitario de la naturaleza de la lglesia. La necesidad
eclesiológicas y la búsqueda religiosa de identidad en la línea del ,1. lrr referencia ala relación entre Trinidad e Iglesia se basa en la
pluralismo rz.dical han empujado ala teología ecuménica hzciala rn,':rrdinación económico-salvífica de Dios en el mundo, que de esta
revisión de la conceptuahz,ación de la doctrina de Ia Trinidad y sus 1,,¡'¡¡'¡¿ ap^fece como lugar de la posibiüdad de ese advenimiento
impücaciones para la comprensión ecuménica de la Iglesia. Pero, ,lrvino, y 9ue, como obra de Dios, ptesenta correspondencias
¿dónde se decide lo determinante de la hermenéutica trinitaria en ¡ r( lrfurales deficientes de1 misterio trinitario; las así denominadas
refetencia a lo eclesiológico? El fundamento de las implicaciones ,, t/iyia Trinitatis (señales/rastros/huellas de Ia Trinidad). Pero
eclesiológicas de la doctrina trititaria se halla en el vínculo esencial r r ¡nr() Se trata de cortespondencias incompletas, la relación entre
existente entre la unidad y la diversidad del Dios uno y trino y t,,ironía trinitaia y oikumene eclesial sólo puede ser una relación
la unidad y la üversidad de Ia comunidad eclesial, que atestiguan
¡r.r analogía, eflla medida en que en el misterio paradójico de Ia
tanto los escritos neotestamentarios como los símbolos de fe. r r..lt del Dios uno y trino existe la simultaneidad de las estructuras
Así como en el tercer artículo del Credo se funden la salvación ,1, la existencia, tal y como en el mundo no puede darse. La
a través de Jesucristo y su actuahzación por eI Espíritu Santo en ,rrrrlogía psicológica con la tdnidad acuñada por la teología de la
el contexto de la obra <le la creación del Padre, la nanxaleza y la Irilcsia antigua subraya el aspecto personal intetior en referencia al
frgara de la Iglesia están unidas por un vínculo indisoluble con la , r('cimiento espiritual del hombre, mientras que la analogía social
relación de Padre, Hijo y Espíritu Santo. La relación directa entre ,l:r comunidad de la famiüa) destaca el aspecto interpersonal. En ia
la doctrina de la Trinidady la eclesiología se corresponde también
r,lt'rrtidad trinitaria del Dios cristiano ambas estructuras de set son
con la línea teológica en la que el credo de la Iglesia es instrüdo ',rnrultáneas e idénticas: la relación interpersonal entre Padre, Hijo
por la confesión de fe trinitaria.l3 En la encarnzción del Hiio de
r lispíritu Santo y la unidad intrapetsonal del Dios uno y trino. El
Dios y en la actualización de su obra salvífica por el Espíritu Santo
lr.rnbre, en cambio, si quiete vivir una comunión intetpersonal
se manifiestala rrlación entre lglesia y Trinidad. Los testimonios
1,r't'cisa |a trlación con Dios y con el ptójimo para su propia
r rr, lividualidad personal.
13 (lf. Th. "Der theologische C)rt der I{irche in der Perspektive des
Schneicler, l)ebido a esta distinción entre la estructura de ser divina
dritten Glaubensartikels", en I(. Lehmann-\Xl Pannenberg (eds.), Glaaben¡hekenntnis
and Kirchengemeinvhaft. Da: Mode/l de¡ Konlils uon Konstanfinopel (38/),Hrcrburgi.Br / r lu esttuctura de ser creafural muchos enfoques teológicos
Gtittingcn 1982, 104-105. tlinitarios y eclesiológicos desembocan efl reducciones
296 .J()SE RANION N'IATIT() FERNA.NI)IrZ IN{I'I-I(]A(.IoNI]S DIi 1,A D(X]TRINA TRINiT'ARIA 297
unilaterales de la estructura trinitaria, ya sea en referencia al l.r convicción de que el progreso ecuménico sólo puede lograrse
aspecto intrapersonal o respecto a la dimensión interpersonal; .,rr 12 ayuda de un coflsenso mayor sobre la comprensión de
con lo que las estructuras de ser divinas se identifican más l.r lglesia, en la dirección de reconocer en ella una forma de
fácilmente con las estructuras creaturales y eclesiológicas, intra , r,rrccntración diferencrada y plural de la vida cristiana. Esta idea
o interpersonales. Esta identifrcación reduccionista sería la que, , l, r-ridad eclesial encuentra su fundamento, a su vez, en la doctrina
L r
según muchos teólogos del ámbito ecuménico, daría lugar, a su rrrritaria del Dios cristiano, que, como dijimos anteriormente, flo
yez) a las correspondientes apropiaciones conceptuales de Dios, , r,rrsiste sólo ni principalmente en una doctrina sobre Dios, sino
que derivarían en los respectivos posicionamientos doctrinales (
lu( sintetiza el núcleo central del mensaie y la obta de Jesús,
confesionales. Evidentemente, esta forma teológica y eclesiológica r',r ('()mo el sentido de su misterio personal.Paru un cristiano el
de ptoceder dificulta enormemente la necesafia y deseada ( , )n()cimiento de Ia unidad y la unicidad de Dios sólo es posible a
mediación religiosa interconfesional. En este contexto, las lglesias rr.rr'ús deJesucristo y del envío del Espíritu,lo que quiere decir que
están llamadas a reflexionar exhaustivamente sobre la relación '., rl. cS comptensible como comunión, como unidad en el amor:
entre la comprensión de la doctrina trinitaliia y la comprensión l,r,linámica de entregarse y acoger constiruye lataíz más íntima clel
de la Iglesia, porque una determinada forma de interpret^r esa 'rrstcrio trinitario
y, consecuefltemente, del misterio de la Iglesia;
relación puede constituir el motivo de diferencias eclesiológicas \ ( st() sigue siendo una tarea pendiente en el seno de las iglesias
fundamentales que perjudiquen, a su vez, el testimonio común. , r tslilrnasl5.
Al mismo tiempo, la articulación teológica de la telación entre l.r idea de la unidad-comunión de Dios es, Por tanto,
doctrina túnitaria y eclesiología ha de girar siempre en torno a r r,t'cndefl t al parz la comprensión eclesiológi ca' pero también para
r s
la categoria de 'comunión', tal y como señala el documento de l.r t omprensión cristiana de toda la realidad. Se trata de una unidad
consenso "La lglesia: hacia una visión común", de la Comisión , rrtt rrcli<la como alteridad referenciada.La teolog;a ecuménica de
«Fe y Constitución»>, del Consejo Mundial de lglesias: "(...) Iu 1,,', riltimos años incide en esta intuición fundamental de nuestra
Iglesia no es únicamente la suma de cteyentes individuales. La I( ('( )mprender la Iglesia universal, desde las distintasconfesiones
Iglesia es fundamentalmente una comunión en el Dios trino y, al ,¡rr, la componen, como esa unidad plural, diversidad referida,
mismo tiempo, una comuriión cuyos miembros son partícipes de , ,,rrstituida por la relacionalidad pura del misterio trinitario
la vida y la misión de Dios (cf.2Pe 1,4) que, como Trinidad, es la 1
,, r'sonal de Dios. La doctrina tttnttaria lleva a la superación del
fuente y el centro de toda comunión. De este modo, la Iglesia es ¡,r lirlro de 'cosificación' o 'esenciahzación' de la comprensión de
una realidad üvina yhumana"la. l, lllcsia, como también de la articulación dela oikumene eclesial;
En definitiva,la importancia central ecuménica de la doctrina
de la Trinidad ha sido objeto de un reconocimiento crecieflte en "No habet implementado una teokrgía trinitada en toda rcgla en la tcología
estos últimos años. Del mismo modo, también ha sido creciente , ,,r rlrricx pucde haber signi{icado uno de los principales impcdimentos Para suPe-
, r l,,r tlcsacuerdos doctrinales clásicos entre estc v oeste, entre catolicismo y Pro
, L.rrrisl'n()" (D. Itrgusson, "Ecumenism and the Docttine of the 'Irinitv Today",
', r; lrnery - the'l-riniry,Oxfod2011,
1a
Comisión «tre y Constituctón>>, I rt lghsia: bacia ana ui.rión mxtún, Ptblicaciones N{. Levering (ed.),'tbe Oxjtrd handbook aJ'
de1 Oonsejo Nfundia] de Iglesias, Gincbra 2013, n. 23. | ,')fi. cita en 557.
298 losrlt, RAx{(iN ñrATrT() r.'[],RNÁND]iz IMPI,ICACION t,ls Dti LA D()(ITRIN;\ TRINITARI A 299
dando paso al primado de la personay dela relación. Se ttata de r\quí, la doctrina trinttaúa ha sido de nuevo determinantepala
una auténtica'ontolog a trinitarira', cuy a gramática concluye que "el ,",r:rl;lecer criterios hermenéuticos y claves interpretativas más
sentido del ser es el desinterés del amor (...)", ,na hermenéutica .rt r rrclcs
-tanto a las exigencias de la propia sistemática cristiana,
de la esper^nza,una. prolepsis, "una anticipación de la doxologra ( { )nr() a las nuevas circunstancias culturales-, en Ia tarea de
escatológica bajo el velo de la historia"l6. l)l()l)oner una fespuesta cohererite y dialogante al desafío de la
It t'rurz plutalista de la diversidad religiosa,y la pregunta por su
^
,r'rrlido y sus repercusiones parala fe cristianals.
3. L,t r:oNrrusucróN Dli t-A DOCTRINA TRINIT.ARIA A t\ INTERpRIiTACIoN
Ir,ol.óc;tr:,t t)F, I-A DTvIIRSIDAD RF,r.T(]r()sA
"' Nc¡ son pocos los tabajos que consicleran <¡uc la doctdna ttinitaria ct¡nsti-
r,r\( una base idónea para una interprctaci(rn teológica adecuada y positiva cle la
Nos fijamos a continuación en lo que desde el ámbito del propio ,lrr, r'sidad reliEJiosa. Valgan, sólo a modo de ejemplo, algunos de los más relevantes:
movimiento ecuménico viene denominándose " graflecumenismo" r l)'(losta, "Cristo, la Trinidad y el plutalismo religioso", en Id. (ed.), I¡t unicidad
'
o "ecumenismo mayof"; entendiendo 'ecumenismo'en el sentido .,. ¡/ti,tt/tt rccon.riderada. Il/ rnito de ana teología de las religione.r plura/ista, tsilbao 2000, 55 74;
I'1..1 tt'l'rittidad.y el diá/ogo interreli§oso, Secretariaclo Trinitario, Salamanca 2006; V. M.
amplio del término, en cuando diálogo, aprecio, conocimiento
I .,rr.likáinen, TriniSt andReligioas P/ara/i¡m:'l'he Dactine of tbeTrinity in ChristianTbeology
y colaboración, referidos a las otras religiones. En este sentido, ,,r lt,t/i.gions, Buriington 2004; I{. J. Vanhoozer, "I)ocs thc'lriniry Belong in a Theo-
no existe una especie de crisis de identidad en el ecumenismo ,,r,,1 of Religions? On Angling in the Rul¡icon and the 'Identity' of Clod," en I(. J.
cristiano fespecto a 1o que es su misión específica: responder con \ r r lroozer (ecl.), The Tini4, in a Plurali.rtic Age , Grand Rapicls 1.997 , 41-71; Pan-Chiu
.
absolutez del cristianismo, y, por otra parte, la consideración de | . l. r,.an den Brom - N'I. Sarot (ed.), Christian Lraitb and Phi/o:ophical Theolog1t Essays
,,, I lonottr r¡f VincenÍ Briimmer Pre.rented an fbe Occasion oJ' the Tuten\-Piftb Anniuersary oJ
la conciencia extendida de legitimidad (e incluso bondad) de esa ,,' l)rofe.esorship in the Pbilosopby oJ Religion in tlte Uniuersi4t oJ [Jtrecht, I(ampen 1992,
pluralidad religiosa 7.I
,r,- j5; R. Bernhardt, "Trinitátstheoiogie als Matrix einer Theologie der Religionen",
t )l'ttmenische Rundschau 49 (2000) 287-301,; ld., "Protestantische Religionstheolo-
,r, rruf trinitátstheologischem Grund", en Ch. Danz - U. I(órtner (I-Itsg.), 'l-heologie
1ó
\X,i I(asper, El Dio¡ de Je.rucrista, Salamanca 1990,352. ,t, r. Ile/igionen. Pa¡itionen und Perpektiuen eaange/ischer Theologie, Neukirchen-Vluyn 2005,
17
Cf. R. Ilernhatdt, "Auf dcm rJ7es zur'gtósseren' ()kumene: Paradigmawcchsel lttl 720;l-Ians-MattinBath,Dognatik:euange/ischerGlatbeimKontextderWeltrelgionen:
in der ókumcnischen Theologie", cn R. I(irste - M. I(lócker U. Tworuschka (Hg.): u I iltrbuch, Gütersloh 2001; Ch. Schwóbel, Chisiliclter Glaabe in Pluralisnrs: .\'tadien
-
Vi¡ion 2001 - die grossere Ókumene (Interdigióse Horizonte 1), Kóln 1999,23-50. ', ,'iner Tbeo/ogie der Kttltar, Tübingen 2003; A. [{:unt, Tinity: Nexus of fhe Mlsteriu oJ-
300 x)slt tu\N{()N xL TIT() 1'IjRNANDIiZ Itul'l,l(IACI()NLS DIi I-A I)OCTRINÁ TRINI'IARIA 301
La apanctón de la doctrina trinitatia en la escena de una , lrrl>ía convertido la conciencia de la diversidad religiosa:
teología cristiana de las religiones está directamente relacionada , lusivismo raücal, exclusivismo particularista, inclusivismo
-.,
con una determinada mznerz- de comprender y desempeñar , r r',t, rl«igico de cumplimiento, cristocentrismo sustitutivo,
esta labor teológica. Concretamente nos referimos a la )lamada ,,,, lrrsivismo cristológico, inclusivismo recíproco, cumplimieflto
'teología de la formación de modelos' o 'esquema tipológico'. r, Icritl«), pluralismo rzdical, soteriocentrismo, feinocentrismo,
Ambas denominaciones provienen de los paradigmas y modelos l, ,,,ot'r'fltfiSrrro, pneumacentrismo. . .
resultantes de las distintas propuestas elaboradas por esta forma y apologético en
| ',viclentemente, tarito el sesgo soteriológico
de trabajo teológico. La pteocupación central de esta teología, , I ¡rllnteamiento de la cuestión del pluralismo rel-igioso, como
en cualquiera de sus formas, es la salvación en Jesucristo, no 1,,,, t riterios elegidos para responder al compleio problema de la
comprender alas otras religiones desde sí mismas y en su relación I'r,'ltnsión de verdad de las otras religiones, conduio el debate a
para con la fe cristiana. Bl tipo de preguntas que pretenden ,,,,., cspiral de propuestas en pugna y a un reino de Ia confusión de
responder son del tipo: ¿cómo se salva en Cristo un creyente de ,,r, ,, lclos que terminó por ahogar el enorme potencial teológico de
una reügión que flo es el cristianismo?; ¿tienen algún tipo de valor , ,r:r lxoblemática. Los distintos paradigmas y modelos recibirían
o función los contenidos concretos y diferenciadores de las otras r, ,, l, r tipo de críticas, y ninguna respuesta ofrecida bajo ese marco
religiones respecto a la comprensión de la salvación cristiana y a , i, rt'llcxión resultaría satisfactoria.
su forma de acontecer?, ¿acaso las otras religiones en sí mismas I iinalmente, sería la ciencia interdisciplinar de las religiones la que
tienen un significado positivo en orden en el único plan global de , ,,rrt'lr-riría que el triple paradigma tiende a presuponer ul c rácter
Dios para la salvación del hombre? ,, n('rlrl de la religióri, es decir, una especie de afinidad esencial o
De las distintas respuestas que recibieron este tipo de ,rr, tlc fami)ta, sobre todo entfe las religiones universalistas. Una
cuestiones pof parte de la teología, se dedujeron res grandes rr¡r.sición que para la ciencia de las religiones es cualquier cosa
paradigmas hermenéuticos: eclesiocéntrico, cristocéntrico y , , r{ n( )s evidente, y que lleva a establecer comparaciones y juicios de
teocénttico. Desde cada uno de estos paradigmas, a su vez, rlrrr concluyentes apartu de esa generalidad homogeneizamtete.
surgieron distintos modelos que aspiraban a dar una interptetación I r lristoria comparada de las religiones invitaba a la teologla a
satisfactoria y concluyente al problema soteriológico en que
l,('rscquir un mayof rigor en sus investigaciones, y a establecer,
1,rr:r cllo, criterios de identificación e interpretación para los
Cbi¡tian luith Qheology in Gbba1 Perspective Series), N{aryknoll 2005, 139-64; R. ,lr,,rirrtos elementos específicos de cada tradición religiosa, y no
Betnhatdt, "'I'he Rcal and the 'lrinitarian (lc¡cl," en P. Ii I{nitter (ed.),The Myth of Re-
ligious Sapeioriyr Mu/tiÍaitl¡ Explorahons of Re/igjoa: Plurali¡n, Marl,knoll 20Q5, 194-210;
P. C. f:Iodgson, "The Spirit n¡d fte]igious Pluraüsm," en P. F-. I{nitter (ed,),TlLe Mytb oJ' '(.t. I. Strenskj, "Idcokrgical Cridque in thc Study of Rcligion: Real Thinkers,
Rdigiou.r S:apeiori1t: MilltiÍ.ith Exp/orañons ol Re/igious Plurali.rza, Maq-knoli 2005, 135-50; I rl ( iontexts, ancl a I-ittle Humility", en P. Antes - A. \ril Ciecrtz - R. R. \X/arne (eds.),
H. G. Cox.fr., "N{ake Way for the Spirit," en N{. Volf - NI. Welker (ed.), Codl life ,, lpproaclLes in tbe ,\'tady oJ lk/igion. Yol. 1: Regiona/, Citital and l{i¡toical Approachu
in Tini4,, N{inneapolis 2006, 93-100; D. L. Migliote, "'I he Trinity and the Theologv li rli,rn andRcason,42),Bedin-NcwVrrk2004,271.-294;y tambiénJ. A.Jrargensen,
of Reügions," en M. Volf - M. \X/elkcr (ed.), Chdt Life tn Tinilt, Nlinneapolis 2006, llr,,krg1. of teligions as intcrreügious hermeneutics, Presentation ancl discussion
101-1,17; N. Scholl, Das Geheiruni.r der Drei: Kleine Kultargeschichte der 'l'inittit, Darmstadt r of religions on the basis of two field stuclies of
r r\l)()logical model lcrr thcology
2006,190-94. ,1, rcristicreLigious movements", KrrlgroundDogma 55 (2009) 117 140, aquí 120.
IMPI.ICA(]I()N]']S I)E Ir\ TRINITARIT\ 303
302 josÚ RAI{ÓN NL\Tlr() }TERNANDT'Z DOCTRINA
Por una Parte, por tanto, la doctrina trínttaúa va a funcionar I,,n este sentido, un primer criterio sería deiar bien clara
como .orr.Ld.ro, como una especie de terapia intraconfesional,
lr rlitcrencia esencial entre el fundamento divino del ser y
r,'(l() ente cteattxa). Del mismo resulta, en sentido óntico, la
al constituir por sí misma la superación de las propuestas
,lrlt rcnCia c tegoital entre Dios, 1o Absoluto en su set-en-sí, y
tangenciales d. los distintos paraügmas y modelos de Ia teología
r', manifestaciones históricas. Y, en sentido epistemológico, Ia
clásica de las religrones: el eclesiocentrismo, el cristocentrismo y
¡ ', r t't pción de la abscondeidad
de Dios, que permanece un misterio
el teocentrismo no son posibles a costa de la doctrina trinttaria.
rrr,r1,1¡¡2§1" en todas sus tevelaciones. Dios no se agota en sus
La clave eclesiológicaha de ser necesariamente trtnitaria, como lo
r,C()rrlurricaciones, y mucho meno s en las concepciones rel i gi 6525
han de ser también las claves cristológicas y teológicas. Por otra
r r r
religiosas no son expresión de un relativismo posmoderno, sin , ,,n la intimidad de los entes creaturales, desembocando en
rastro de la genuina espiritualidad abierta hacia la rrascendencia ,¡rr:r inclistinción panentdsta, donde la realtdad última divina y el
que es consciente de su excentricidad; es decir, de que todas ¡ r ,snroS coinciden plenamente. Esto puede lfevat a una retirada de
sus configuraciones no coinciden plenamente con la realtdad I r rtrrlidad, que es declarada un mundo ilusorio, apareflte. En este
última, pero están en su dirección. Esta idea tiene que encontrar I ,r'r( ), la historia ya no sería la mediación de tevelaciones específicas.
un equilibrio en el contexto de una teología 'negativa', porque si lrl modelo teológico trinitario establece un equilibrio entre
ésta se acentúa en exceso no se podrían hacer enunciados sobre , '.r:rs tres dimensiones, en sí indispensables, panla definición de la
la realidad ultima. Tampoco sería posible establecer una relación r, I;rcirin entre trascendencia e inmanencia del fundamento divino
con ella o encontraf un camino que condujese a ella. Ni siquiera ,l, l scr. La doctitna ttrutarra subraya la alteridad rompedora de
podría alcanzarse la comprensión de que ante ella uno sólo puede , .rtt'qorías de Dios y su distinción respecto al mundo; así como su
pcrmanecer en silencio. , ,lrrrrtad de comunicacióny su autorevelación pan el mundo; y su
'
Un segundo criterio, y en contfaposición a esta tentación I
,r , scncia en todos los acontecimientos y cosas de la historia nat.utal
'agnóstica', sería, siempre desde el enfoque concreto trinitario, r lrrrrnana. Pot lo tanto, una teología cústtana de las religiones
expresar la autodiferenciación y la autocomunicación de Dios l,rrrtla.da en la doctrina trinJttaita consigue hacer posible la tealidad
en la concreción histótica. Dios, el fundamento absoluto del seq ,1. t'oncebif el fundamento divino del ser como un fundamento
se manifiesta en sus efectos creadores, salvífi.cos, iluminadores y , n sí relacional y, con ello, orientado hacia la relacionalidad. Su
consumadores. En Ia perspcctiva teísta, se convierte en intedocutor, r( n(lcncia a hacerse preseflte en la historia (de las religiones) está
con el que es posible anaformade comunicación. Lamanifestación ,¡,r,rtla en su misma cscncia.
universal normativa de esta comunicación divina reside, para la r\ partir de esta perspectiva, las tradiciones religiosas deben ser
tradición crisiana, en Ia vida y la pasión deJesucristo restimoniados \ r\lrrs como espacios del acontecimiento de la presencta actuante
en la tradición bíblica. Al rgual que antes hablamos del peligro de ,1, [)ios en la historia de los hombres.
acentuar demasiado el lenguaje negativo sobre Dios, en este caso,
una enfattzación excesiva del aspecto de la revelación de Dios puede
correr el desgo de identificar lo Absoluto con sus manifestaciones l ; L lN r,uNo,tMti,NTO'TRINITi\ruo pARA UNA oIKt.rMÉ-N'É rNtl¡,Rnrucros.q?
históricas: el peligro de 1o que hemos llamado idolatría.
El enfoque teológico trinitado remite, en tercer lugar, a Ibdo lo anteriot no quiere decir que la doctrin atÁrutaiapatrocine
'
Ia actuación del Espíritu omnipresente de Dios, que permea l.r rtlca de una especie de ecumenismo interconfesional teligioso al
la totalidad del proceso de la revelación de Dios, y acrúa en el rrrsrno nivel que el ecumenismo intraconfesional cristiano. La misma
ser humano como inspiración que 1o conduce y 1o abre al ,1, rt'trirr2 ttttitatia, que pondrá los fundamentos hetmenéuticos para
acontecimiento del fundamento del ser. Si este aspecto de la , rrr:r teología cristiana de las teligrones, y que abrirá riuevas vias para
inmanencia omnipresente, omnicomprensiva e posibilitadora l,r cr¡nsideración de la legitimidad y el valor de Ia diversidad religrosa,
del conocimiento del fundamento divino se acentúa demasiado, ,',t:rl>lecerá criterios firmes frente a relativismos, sincretismos o
aparece el peligro del panteísmo a-histórico: lo divino se identifica I rrlrridaciones en esta problemática teológica.
MATITO FERNÁNDEZ IN,TPI-ICACIONJ,]S Dlii ],.4 DOCTRINA TRINITARIA 301
306 JOSÉ RAX,{ÓN
Lo primero que alguien descubre cuando se sienta a dialogar Lr', otf2s reügiones es que éstas no son una opción, o incluso una
sinceramente cori otfa persona desde las particularidades que los , ,
¡
mal menor inevitable pan Ia teología y la fe cdstianas;
,,,'cie de
caracteriz,an y los diferencian a ambos, es que ninguno quierc rr() que son el resultado de Ia'salida'de Dios de sí mismo al
renunciar a su ptopia identidad, ni deben hacerlo. Si el diálogo ,l,rrsc en la creación desde su diferencta, alteridad y autonomia;
es auténtico y es buscado en sí mismo, nadie quiere que el otro ,,rr fruto de la experiencia diferenciada de la realidad divina, y
renuncie a su identidad; porque en ese caso ya no se ttatatia de l,r, t'isamente en su diferencia, en su particularidad constituyente,
un diálogo, sino de un monólogo. Irueden existir, de entrada, t¡,r'rnzn parte de un diálogo fecundo con la fe cristiana. Si Dios,
diferencias prácúcamente irreconciliables, posturas contrarias, l,,,r,r clarse ha elegido el auto-despojarse (kénosis),porque Él mirmo
planteamientos contradictorios...: pero el eiercicio del diálogo , i rslc dándose en la dinárritca de las relaciones intratrinitarias, ¿qué
incluso en esas condiciones, genetz- una dinámica que conduce t, rrtlrá que hacer la fe cristiata pata llegar a todos los hombres
rr r, , rlespojarse también de sus pretensiones excluyentes y de todo
a los interlocutores a un terreno ignoto, nuevo, desafiante, pero
de dialogar ni ,, ¡rrcllo que le impida darse de verdad o que suponga un auténtico
sobre todo, l1eno de posibilidades que qtizá
^ntes ' ,l,slriculo para el encuentro real con los demás?
siquiera se llegaron aplantear.
Este moümiento dialogal formapartede la ptopia tealidad eteÍn lrn su salida-de-sí, Dios no renuncia a su identidad, no renuncia
y trascendente del Dios uno y trino. De hecho, los cristianos creemos
, rt'r Misterio de comunión para los hombres; la fe cristiana
r u n l)oco está invitada a hacedo, pofque si renunciase a su identidad
que ese movimiento dialogal, incardinado en nuestra nafi)raleza
l,rrrtl'¿nte y constituyente, ¿cómo podría darse desde lo que es?,
personal y efl nuestra alteridad constitutiva, tiene su fundamento en
el Dios uno y trino21. Entonces, si Dios üea para' darse desde y en
.,rno podría dialogar de verdad? El fruto de la autodonación no
su diferenciación íntima auto-rcfeitda, en su alteridad subsistente,
, lrr 1rérdida dela identidad ni de la autonomía, sino precisamente
1,, r'r¡ntrario, su culminaciónlograda. El Dios uno y trino existe
¿cómo no pueden constituir el salir-fuera-de-uno-mismo, la pro-
,l.rrrtkrse en las relaciones intratrinitarias; ese ejercicio de donación
existencia, el existir para darce y el darse para existit auténticamente,
Ia ünámtca misma de toda la redtdad creada, y sobre todo de la ,, lt rida constituyente es el que hace que el Padre sea Padre, el Hijo
, ,r llijo, y el Espíritu sea Espíritu. ¿Por qué la teología cristiana,
realidad icónica personal que es el set humano?
Claro que, si esto es así, todala teaüdad llevatá el sello de esta ,l r r¡nsiderar alas otras religiones y dialogando con ellas, no va
r ,nrlrién a enriquecer su identidad?
enúaña relacional. El Padre no puede serlo sin el Hijo, y el Hiio
sin el Padte; y el Espíritu de Dios no puede serlo sin el Padre y el l)or otra parte, la comunión resultante de las relaciones
Hijo. El amante no puede eústir sin el ser amado, y éste, a su vez, rrtrrrtrinitarias no es la misma que Ia comunión de Dios con su
no puede existir sin la persona que le ama y sin Ia respuesta del , r,:rción, la comunión de Dios con el hombre. No es que se
que surge del encuentro entre uno y otro. Así, la primen rr.rtt cle una comunión de 'segunda división', de menor categona.
^mo\
gran implicación de la doctrina trititaúa para la consideración de 'rrrrlrlemente se sitúa en otro orden de la realidad, del ser: es
rr:r comunión creada y participada. La comunión intradivina es
rr rtr rc()nstituyente,la comunión con la creación es heterogenetatla.
21
Cf. R. Bernhardt, "Der Glaube der Christen an den dreieinigen Gott im I(on-
text des interreligiósen Gespráchs", Zar Debatte 43 (2013) 18-20.
I r, l rnismo modo, la comunión que anhela la Iglesia cristiana en su
308 J()sl:t liAx,IÓN N{r\'I'I-l'() ]rt,;RN ÁNDr,z IX,TPLI(]A(]I(]NIIS DI,] J,A DOCTRINA TRINITARIA 309
interior forma parte de su identidad constituyente, y la comunión ,,,rrlcsión trinitaria, pof tanto, no aspira a ser una doctrina sobre
que debe buscar con las otras religiones es complementante, que I )rr rs, sino la glorificación de Dios, tal y como encontfamos en las
no quiere decir opcional ni supletoria. Porque ¿cómo podría existir l, ,r nrulas doxológicas de la liturgia eucarística.
la Iglesia como sacramento de salvación, en su particularidad l.u misma oración sacerdotal nos ofrece |a clave parz-
diferenciada, en medio de la realidad plural sin esa comunión hacia , , ,nrl¡render adecuadamente las distintas formas de reakzación de
fueta? La primera noticia que tiene el ser humano de sí mismo le lr ru'rica naturaleza divina, a úavés de la dinámica del amor que
viene del rostro del otro. , r)rrstituye el mismo ser de Dios. De esta forma, en el Dios de
Por lo tanto, la vocación de la teolog¡a trinttaria hacia una l, .iucristo se nos revelan tres distintas relaciones: el Padre es el
comunión, tanto ecuménica como i¡1¡s¡lsligiosa no quiere decir ,¡,r.'da y envía, el origen sin origen del amor. El Hijo es el que
ni sincretismo teológico, ni renuncia a ninguno de los principios r,, il¡c todo del Padre. Pero no lo recibe pzrzretenerlo, sino para
fu ndamentales de nuestr a fe, ri una especie de hibridismo conceptual ,l,rllo. Él es el mediador errtre Dios y los hombres. F-inalmente" los
que vaya a recorrer las afrrmaciones centrales sobre el Dios de ' r( \rcntes son incorporados a esa dinámica en el Espíritu Santo,
Jesucristo. La implicación más relevante de la doctrina triritaria ,lr¡(' posibilita y lleva a calsola acogSda del amor divino: nos da a
haciala comunión ecuménica e interreligiosa afecta, sobre todo y ' , )n()cef la gracia como gtacia de Dios.
en primer luga4 a la propia comprensión del término 'comunión'. lrsta dinámica intratdnítana, aphcada al ámbito del diálogo
Según la oración sacerdotal de Jesús [n 17),la plenitud de su \ rr una teología de Ia comunión en los contextos ecuménico e
obra salvífica consiste en la glorificación del Hijo por el Padre y rrrtcrreligioso, no tiene por qué entrañar ufla con-fusión sinctetista
en la glorificación del Padre por el Hijo. Jesús se dirige alPadre ,1, las respectivas doctrinas y experiencias de Dios en las distintas
diciendo: "Ésta es la vida eterrrai que te coÍrozc na ti el único Dios rr:rtliciones, sino el descubrimiento de la doctrina y la experiencia
verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado rr ol<igica del otro como auténtico kairós de la acción del Espíritu
enlaúerca,llevando a cabo la obra que me encomendasteteahzar. l, l)ios en Cristo en medio del mundo presente pzrala comunión
Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu r .n todos los hombres.
lado antes que el mundo existiese" [n17 ,3-5). En esta glorificación
recíptoca los creyentes son incorporados por el Espíriru Santo (cf.
..PRIN(]IPIO
Jn 16, 13-15). El Espíritu es y obra la actualtzación concreta de \a ,. I iI , TRIN]TARIO I)I],I- DIÁLOGO,,: HA(]IA UNA UTiRI,III,NIiUTTC¡.
glorilicación del Padre y del Hijo en la Iglesia y en el mundo. De ,I'ITINITARIA
DE IA OIKU}ÍL.NE DIIITIR]INCIADA EN LA IGI,I]SIA
ahí que el misterio trinitario constituya, no sólo el fundamento
definitivo de la propia Iglesia y de su dinámica ecuménica, sino I)esde los principios inspiradores de la doctrina trinitaria, se
también del diálogo interreJigioso y de la comprensión teológica l,uccle conclür que la misión del trabajo teológico en el horizonte
de las otras reügiones. Porque, según manifiesta la oración de ,l..lecumenismo y del üálogo interreligioso no puede consistir
Jesús, el Espíritu de Dios constituye la posibilidad de que la r n Corrrpzfar a los demás con fluestfas propias convicciones
actudtzación de la glorificación del Padre y del Hijo llegue más , ,,nfesionales, para determinar de qué adolecen sus doctrinas
allá de la Iglesia, alcanz.ando a todala creación a rravés de ella. La r ( sl)ccto a la del Dios deJesucristo. Más bien se tratará de contrastar
310 j( )sFt RAN,I()N N,IATIT,O ITI]RN^NDEZ INÍPLI(]A(]IONJiS 1)I,] I,A D(X]TRINA TRINITAIIIA 311
iuflto a los otros nuestras ideas y nuestras vidas diferentes con .,r rclación en comunión; es decir, que la diversidad pertenece
el misterio único e inefable del Dios comprendido 'para-que- , ,
'nstitutivamente a la natttaleza de la unidad entendida como
todos-los-hombres-tengan-vida'. Tenemos que aprender a, por así , , ,rurrniófl.22
decirlo, miratnos desde fuera, y a invitat a los otros a que también l)or eso, tampoco el objetivo de una teología trinitaria de las
participen de esa ünámica dialogal. Al hacedo descubriremos, r, ltrliones puede ser la disolución de las diferencias fundamentales
quizá sorprendidos, que en la cuestión de testimoniar al Dios vivo ( ntrc las religiones, sino sentar las bases hermenéuticas de una
son más las cosas que nos acetcanque las que nos sepafan o alejan. r,,rlogía del diálogo, que contemple, a su vez, una teología dela
Desde la doctrina trinitzria la teología interpreta que la unidad rltcriclad refeidao de la respectividad relacional. Una teología enla
, rt' cl diálogo no consista tan sólo en el intercambio de cuestiones
buscada a tr^vés de la comunión no debe ser :una con-fusión 1'
indiferenciada (que en definitiva no conduciria más que al in- ,l, rt'lrinales, sino en 1z creación de una cultura de la entrega y la
diferentismo). Esta postura no respetaría de hecho la identidad rr osida, de la apertura desde el aprecio (no sólo el respeto) de
de las confesiones concretas, porque fio serían reconocidas en su l.r :rltcridad (en el sentido de diferencia) de las otras tradiciones.
singularidad, por 1o que tampoco en su diferencia. La comunión I I tliálogo como forma de relación no basada en la apología, el
buscada debe consistir en un reconocimiento mutuo de las distintas ¡,r.osclitismo y la conquista, sino en suscitat el acontecimiento
tradiciones en sus peculiaridades confesionales respectivas, es ,1, la Verdad mediante el encuentro con la verdad del otro. Una
, ,nrpfeflsión comprehensiva y existencial del diálogo como actitud
decir, en su diferencia. La oikumene interreligiosa no consisre,
lrrrrclamental y como criterio de legitimación y verificación de la
por tanto, en una unión orgánica en una especie de 'federación
reügiosa universal', ni en un conglomerado sincretista de credos l,r()pia verdad: si mi concepción de la verdad no es susceptible
,lc crrtrzr en esa dinámica de diálogo e incluso de creaila, significa
diferentes hacia una nueva religión sin religiones. Las diferencias
,lrrc no puede tratarse de la verdad del Dios uno y trino, que sólo
confesionales y contextuales perteriecen constitutivamente a un
,r( ()ntece en y se manifiesta como diálogo íntimo de la diferencia
concepto trinitario de communio interreligiosa.
', r r I ¡sistente auto-referida2'r.
De forma análoga, en el movimiento ecuménico intraconfesional
cristiano, la meta tampoco es hacer desaparecer las diferencias
entre las distintas iglesias, sino que todas las iglesias lleguen a
'" (lf-
reconocer recíprocamente, unas efl otras, a la Iglesia una, santa, J. A. Scampini, «I-a conversión cle las lglesias, una ncccsidad y una urgencla
,1, lrr fe». La expcriencia dcl 'Gtoupe des [)ombes' como desarrollo de un métodrl
católtca y apostólica en su plenitud. Aquí, la unidad entendida , ( urnénico cclesial (1937-1997), Fribourg 2003, 61ss..
como comunión tampoco significa que todas las iglesias deban rr"La inruición de que Dios no es una unidad monoiítica, sino amor en plenitud,
,l, slrrcnclimicnto amoroso de sí mismo, no puede carecer de consecuencias para la
reunirse en una Iglesia universal única. La plenitud como Iglesia de
, ,,rrrprensión de la rcalidad. El temc¡r a que toda idea de unidad sea tr¡talitaria I con
Cristo no se da en la fusión de las distintas iglesias cristianas, sino l, \r'necesariamcnte 1a suptesiírn de la cliferencia, así com<¡ la consiguiente reclama-
en el teconocimiento mutuo en sus respectivas formas históricas , r,)r) Llc quc, cn nombre de Ia libertad, toda idca de unidad cleba ser rechazada, ignora
actuales. Del mismo modo, volviendo al terreno interreligioso, l', )r lanto la compret'rsión cle la realidad inaugurada por 1a cloctrina tti¡itarra de Dios.
I ;r li' en e1 Dios uno y trino aporta más bien una perspectiva dc la realidad en la quc
la oikamene 'in Communio Tinitatis'no excluye la multiplicidad y Lrritlecl y diferencia no son excluyentes, sino que se rcquicrcn rccíprocamente" (Dic
la diversidad, sino que la incluye: la diferencia es condición de I )( utschen Bischófcn, DerG/aube an den dreieinen Cott, n" 1.21).