11 Psicofarmacos
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Cátedra de Psiquiatría
Facultad de Medicina
PSICOFARMACOS
El presente capítulo tiene como finalidad que el alumno adquiera conocimientos básicos que le permitan
prescribir psicofármacos en los casos de trastornos psiquiátricos más comunes que enfrentan los
MÉDICOS GENERALES en la ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD.
La terapéutica farmacológica de los trastornos mentales podría definirse como un intento por modificar o
corregir conductas, ideas o estados de ánimo patológicos con medios químicos. Las relaciones entre el
estado físico del cerebro y sus manifestaciones funcionales (conductas, ideas, estados de ánimo) son muy
complejas, no se conocen por completo y se encuentran en la frontera del conocimiento biológico.
Esto determina que la psicofarmacoterapia se desarrolle en un terreno empírico porque los conocimientos
sobre la fisiología cerebral y sus alteraciones son aún incompletos. La psicofarmacoterapia no debe
simplificarse en exceso -por ejemplo, a cada diagnóstico le corresponde un agente- porque depende de
muchas variables, como selección, prescripción y administración; el significado psicodinámico que tiene el
medicamento para el paciente, influencias familiares y ambientales. Algunos pacientes pueden considerar
al fármaco como la panacea y otros como un ataque
Los principios generales que guían la evaluación del uso de los medicamentos psiquiátricos resultan de la
aplicación de los criterios desarrollados por la Farmacología Clínica que proporcionan la base científica
a la práctica terapéutica y de la condición particular que la patología (objeto de los psicofármacos) es
más indefinida tanto por las causas y mecanismos etiopatogénicos o por los factores que
determinan su evolución.
Los principios fundamentales que deben orientar el uso de psicofármacos, dentro de la perspectiva
antes mencionada, son los siguientes:
Es necesario tener en cuenta que los psicofármacos no deben considerarse como instrumento único o
aislado de la terapia. Los fármacos deben incluirse en una estrategia de intervención integral para
asegurar los efectos farmacológicos, la eficacia terapéutica y un balance favorable riesgo/beneficio.
El perfil de riesgo de un medicamento debe ser tenido en cuenta tanto por el paciente como por el médico a
fin de decidir si el beneficio que se desea obtener guarda proporción con el riesgo al cual será sometido el
paciente que recibirá el medicamento.
Además, para asegurar una atención psicofarmacológica eficaz es necesario un examen clínico orientado
a identificar el problema mediante la entrevista ya que se debe enfocar el uso del medicamento en la
condición concreta del paciente.
Debido a que los psicofármacos poseen una actividad sintomática es que su empleo está relacionado con
los síntomas que se presentan, los cuales pueden ser expresión de cuadros diagnósticos heterogéneos.
Teniendo en cuenta la gran variedad de medicamentos disponibles se hace necesario establecer los
MEDICAMENTOS ESENCIALES para la práctica médica. Los medicamentos esenciales son los fármacos
con mejor relación costo/efectividad para una situación dada que conducen a una mejor atención de la
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salud y a costos más bajos. Una selección cuidadosa de un rango limitado de medicamentos esenciales
conduce a una mejor calidad de la atención de la salud y a menores costos.
Existen pruebas de que la elaboración y uso de guías de tratamiento conducen a una mejor atención de la
salud. Las guías de tratamiento también pueden focalizar el entrenamiento de los trabajadores de la salud y
pueden servir como standard para la supervisión médica. Los prescriptores y enfermeros conocen mejor los
medicamentos y pueden reconocer mejor las reacciones adversas.
Por lo tanto, podemos decir que los psicofármacos solo deben ser usados cuando:
☛ Resultan beneficiosos en relación con los riesgos que conlleva el tratamiento mismo.
☛ Reducen el malestar general (real o imaginario del paciente)
☛ Son eficaces y efectivos (Efectividad y eficacia demostrada en Ensayos Clínicos Controlados)
☛ Existen condiciones diagnósticas específicas, prestando atención además, a los posibles efectos
adversos y a las contraindicaciones
El uso de los psicofármacos representa una actitud responsable en relación con la demanda del paciente.
Es necesario mostrar una actitud receptiva, aceptando la función de receptor de los problemas del paciente.
Además se debe realizar la activación de los recursos disponibles de apoyo como la familia, el trabajo y la
comunidad.
Siguiendo las bases para una Buena Prescripción que preconiza la Organización Mundial de la Salud,
deberían seguirse los siguientes pasos para alcanzar una terapéutica razonada:
1- Definir el problema a tratar.
2- Especificar el objetivo de la terapéutica (¿qué se desea conseguir con el medicamento?)
3- Comprobar la efectividad y seguridad del tratamiento.
4- Iniciar el tratamiento con el fármaco adecuado para ese paciente.
5- Brindar información, instrucciones y advertencias al paciente (posibilidad de causar adicción, no
suspender bruscamente sin consultar, etc).
6- Supervisar el tratamiento.
Resulta de utilidad adoptar un vademécum personal de medicamentos que se encuentre limitado a algunos
fármacos existentes dentro de cada grupo a fin de obtener un mejor conocimiento para su uso de acuerdo
con las opciones de dosificación y terapéutica para cada paciente.
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Los psicofármacos poseen esencialmente una actividad “sintomática” y por lo tanto su empleo no está tan
relacionado con el “diagnóstico” sino más bien con uno o más síntomas, independientemente de que tales
síntomas sean expresión de cuadros diagnósticos heterogéneos.
El médico se enfrenta con algo más complejo que un simple síntoma. En efecto, el síntoma no es más que
parte de un problema para el cual no existe respuesta. A menudo se hace necesaria la elección entre una
estrategia de gestión a mediano o largo plazo para afrontar un proceso de disminución de las capacidades
y funciones del paciente o de respuesta inmediata para hacer frente a las manifestaciones sintomáticas de
esta misma disminución.
A. NEUROLÉPTICOS
Los neurolépticos son fármacos eficaces para controlar las manifestaciones positivas de psicosis tales
como: las alucinaciones, los delirios la excitación maníaca y la agitación psicótica. Sin embargo pareciera
se que no son tan eficaces sobre los llamados “síntomas negativos” de la esquizofrenia (autismo, déficit
cognoscitivo, apatía, abulia, deterioro intelectual).
La documentación clínica controlada permite confirmar la eficacia de los mismos sobre los síntomas en la
fase aguda del episodio psicótico. En cambio, es aún materia de discusión la definición del perfil
beneficio/riesgo de los neurolépticos usados de manera prolongada con el propósito de prevenir las
recaídas. Estudios repetidos de más de 20 años, evidencian que la eficacia de los neurolépticos en la
“prevención de las recaídas” es muy variable, dependiendo, entre otros factores importantes, de las
condiciones ambientales en que el paciente vive: mientras más desfavorables son estas más indispensable
resulta el fármaco, y viceversa, en condiciones ambientales más favorables el fármaco va perdiendo su
eficacia.
Las fenotiazinas neurolépticas, fueron los primeros agentes utilizados con éxito en el tratamiento de las
psicosis, y los que inauguraron la era de la psicofarmacología. En la actualidad tienen una utilización clínica
sumamente amplia como antipsicóticos, antieméticos, antihipertensivos, antihistamínicos y otros
usos terapéuticos.
Los neurolépticos serían drogas terapéuticamente útiles por sus conocidas acciones bloqueadoras de los
receptores dopaminérgicos D2 del SNC, a nivel del sistema mesolímbico y mesocortical, este efecto
sería proporcional a la potencia antipsicótica del fármaco, aunque el bloqueo del receptor tarda horas y el
efecto clínico antipsicótico tarda semanas. El efecto antipsicótico se refiere a la desaparición de las
alucinaciones y delirios, efecto que empieza a verse recién a las dos o tres semanas de iniciado el
tratamiento. Tienen un efecto sedante mas inmediato, por lo que son útiles en situaciones agudas para
aliviar la angustia del paciente.
Sin embargo, las drogas antipsicóticas poseen un perfil farmacológico complejo, ya que también
interaccionan con otros receptores autonómicos, como los adrenérgicos alfa-1, muscarínicos (M),
histaminérgicos (H1 y H2), e interfieren con los mecanismos serotoninérgicos.
El sistema 5 HT2 puede también estar implicado y el equilibrio entre D2 y 5HT2 puede ser importante.
Fármacos como la clozapina bloquean los receptores D2 solo de forma moderada, pero tienen alta afinidad
por los receptores D4, que a diferencia del D2 se localiza en regiones corticales.
Una propuesta fue realizada por Crow en 1980, en la cual la esquizofrenia sería un cuadro con 2 tipos
sintomatológicos. El tipo 1, cursaría con una hiperfunción dopamínica reversible con síntomas positivos
principalmente,y buenas respuestas a neurolépticos clásicos. Por el contrario la esquizofrenia de tipo 2,
cursa principalmente con síntomas negativos y no existiría hiperfunción dopamínica por lo que los
neurolépticos generan respuestas escasas.
*Protopipos del grupo
CLASIFICACION ANTIPSICÓTICOS SEGÚN SUS PRINCIPALES ACCIONES FARMACOLOGICAS:
b) Incisivos:
*Haloperidol (Halopidol) (cuadros agudos)
Bromperidol (Bromodol)
Trifluoperazina (Stelazine) crónicos
Pimozida (Orap 24) Alucinolíticos Reacciones
Fluspirileno (Imap) Antidelirantes Extrapiramidales
Penfluridol (Semap) (Efectos Antipsicóticos)
Pipotiazina (Piportyl L4)
Sulpirida (Vipral)
c) De transición: Comparten efectos sedativos
Clotiapina (Etumina) y antipsicóticos
Tioridazina (Meleril) ancianos
d) De depósito: Formas de depósito, que se
Haloperidol decanoato (Halopidol decanoato) aplican cada 15 días o cada
Bromperidol decanoato (Bromodol mes.
decanoato) Util para pacientes reticentes
Pimozida (Orap 24) a tomar medicamentos por via
Fluspirileno (Imap) I.M. oral.
Penfluridol (Semap) Oral
Pipotiazina (Piportyl L4) I.M.
II. ATIPICOS PRINCIPALES ACCIONES PRINCIPALES EFECTOS
FARMACOLÓGICAS ADVERSOS
ANTAGONISTAS 5-HT, DA 2, Alfa 1: Actuarían sobre síntomas Sedación
Risperidona (Risperdal) negativos. Aumento de peso
Clozapina (Lapenax) Utiles en pacientes : - Resistentes
Olanzapina (Zyprexa, Midax, Tiantrex) a antipsicóticos típicos
- O que presentan reacciones
adversas a exageradas
antipsicóticos típicos
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Las reacciones adversas que pueden aparecen con la administración de neurolépticos son las siguientes:
PSIQUIÁTRICAS:
1.Cuadros esquizofrénicos
2.Trastorno bipolar (maníaco-depresivo) .
3.Otras enfermedades que cursen con alucinaciones o delirio (intoxicaciones, demencia)
4. Psicosis tóxicas producidas por alucinógenos como LSD, amfetaminas, cocaína y fenciclidina. El agente
de elección es el haloperidol.
5.Psicosis inducidas por el alcohol (alucinaciones) No olvidar que disminuyen el umbral convulsivo
pudiendo causar convulsiones graves.
6. En estados maníacos e hipomaníacos :Las sales de litio son los agentes de elección aunque tiene una
latencia en su comienzo de acción, por eso para calmar el paciente se suelen utilizar neurolépticos en las
fases iniciales del tratamiento. Su empleo como antimaníaco es una de las indicaciones más
.características de estos agentes. Se suele usar haloperidol parenteral
7. Enfermedad de Guilles de Latourette: Son drogas de elección
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NO PSIQUIÁTRICAS:
1.Enfermedad de Huntington,
2. Vómitos refractarios e hipo incontrolable.
3. Para aliviar cierto tipo de dolor crónico (neuralgia del trigémino, hepes zoster) o terminal.
4. Como antihistamínicos (la prometazina)
5. En anestesia (neuroleptoanestesia), para disminuir la temperatura corporal en el quirófano.
B. BENZODIACEPINAS
El uso indiscriminado de ansiolíticos, implica la necesidad de realizar un buen
diagnóstico previo a la administración de psicofármacos
Las Benzodiacepinas son un grupo de psicofármacos relativamente extenso, cuyo auge en el mercado
farmacológico mundial es preciso tener en cuenta. No solamente constituyen, uno de los fármacos mas
prescriptos en el mundo, sino también uno de los de mayor venta.
Durante las décadas del 50 y 60 las benzodiacepinas reemplazaron gradualmente a los barbitúricos en el
tratamiento de la ansiedad y los trastornos del sueño. La industria farmacológica afirmó, que este grupo de
nuevos medicamentos, eran mucho más seguros. A partir de la primera benzodiacepina comercializada (el
clordiazepóxido), se ha introducido una benzodiacepina tras otra, como sustitutos “seguros “, que no
producían adicción. Para comprobar finalmente que el nuevo medicamento era también adictivo, y que, sus
diferencias con los anteriores eran, más bien, de tipo farmacocinético, sin representar una verdadera
“innovación” en la terapéutica.
Un patrón claro de conducta comenzó a surgir con estas benzodiacepinas y las que salieron después: el
producto, aunque, igual a sus rivales anteriores era lanzado con gran promoción centrada en la seguridad
del medicamento, comparado con los barbitúricos, sin mencionar la posibilidad de dependencia y tratando
de establecer una débil diferencia sobre la base de pruebas insatisfactoriamente controladas.
Sin embargo, las benzodiacepinas están lejos de ser seguras. Entre el 15 al 44% de los consumidores a
largo plazo se convirtieron en dependientes a estos medicamentos. Su facilidad en la administración,
reducidos costos en general, y amplias posibilidades terapéuticas, atribuidas por las propias industrias que
la comercializan, hacen que este grupo sea de elevado consumo, y que además, frecuentemente se realice
un abuso de las mismas.
El desarrollo del problema suele ser gradual, comenzando con el uso prolongado de benzodiacepinas para
el tratamiento del insomnio y ansiedad, o el consumo diurno para el tratamiento de la ansiedad. En un
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Las benzodiacepinas tienen indicaciones precisas como por ejemplo: en el tratamiento a corto plazo (2 a 4
semanas) de la ansiedad o el insomnio severo, incapacitante o que somete a la persona a una extrema o
inaceptable aflicción. Así como también en la Ansiedad por traumatismo, Abstinencia alcohólica, Crisis
convulsivas, y en las crisis de pánico, siempre por cortos períodos de tiempo.
Las benzodiacepinas no están indicadas para el tratamiento de la ansiedad presente en la vida cotidiana,
este umbral emocional normal, equivalente a un adecuado estado de alerta, es la más común y universal
de las emociones básicas del ser humano y se encuentra presente a lo largo de toda la vida, permite
mejorar el rendimiento y la actividad del individuo. Se la considera patológica sólo cuando es desmedida y
persistente, planteando un futuro incierto o amenazante y, que va restringiendo la autonomía, adaptabilidad
y el desarrollo personal de quién la sufre.
En el mercado farmacológico argentino, existen 22 genéricos con 128 nombres comerciales, 114 como
monodrogas y 14 asociaciones irracionales. Con tantas marcas comerciales disponibles, alentando la
noción de “una pastilla para cada enfermedad” y, la atribución desmedida de eficacia terapéutica para un
sinnúmero de enfermedades, no es de extrañar que los médicos no sólo comiencen a sobreprescribir, sino
también, a sobrediagnosticar.
En un Estudio Multicéntrico realizado, en 271 pacientes internados en Hospitales Psiquiátricos del Nordeste
Argentino, por las Cátedras de Farmacología, Psiquiatría y Psicología Médica de la UNNE, el 74% recibían
BZs, siendo la mas prescripta el Lorazepam. 18 pacientes, con diagnósticos de esquizofrenia, retraso
mental y dependencia alcohólica; recibían crónicamente benzodiacepinas como única medicación.
En las sociedades modernas el hombre vive rodeado de sustancia químicas que se utilizan con las
finalidades más diversas. El uso indebido o abusivo de fármacos se relaciona generalmente con fines no
médicos o con fines médicos pero en forma irracional. Existen personalidades predispuestas, en las que se
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desarrolla una tendencia al uso permanente e indiscriminado de sustancias químicas que modifican el
estado de ánimo. Otras veces se crea un ambiente propicio para el uso indebido de los fármacos, muchas
veces inducido por el mismo médico, generándose efectos adversos o distintas formas de dependencia o
franca adicción con el uso de ansiolíticos.
De acuerdo con la Asociación médica Americana (A.M.A.) su uso clínico es solo para el alivio de síntomas
graves, siendo necesario evaluar y tratar la patología subyacente. Se debe evitarlas cuando hay
antecedentes de abuso y si se detecta abuso hay que planificar la retirada. En tratamientos prolongados es
necesario controlar las posibilidades de dependencia, limitando las cantidades prescriptas a las necesarias
entre consultas. Informar sobre las interacciones con otros depresores del sistema nervioso central y solo
prescribir las dosis necesarias. Aconsejar que las benzodiacepinas se reserven solo para uso personal y
recordar que son solo una parte del tratamiento.
Recordar siempre que las Bzs son agentes sintomáticos, es decir no actúan sobre la enfermedad en
sí, modificando su curso y mejorando su pronóstico, tan solo disminuyen los síntomas presentes
en ella y se indican en tratamientos a corto plazo debido a lo expuesto precedentemente y al
desarrollo de tolerancia de las acciones farmacológicas.
Es importante señalar que no se ha podido demostrar ninguna diferencia entre las BZs en relación a su
actividad hipnótica y ansiolítica. Los distintos usos que a veces se hace de ellas son más la consecuencia
de presiones comerciales o de sugestión, tanto del paciente como del médico, que de verdaderas
diferencias farmacológicas. En realidad todas las BZs actúan actúan a través de los mismos mecanismos
cerebrales y casi todas a través de los mismos metabolitos. La diferencias entre ellas residen en las dosis
recomendadas y en sus características farmacocinéticas.
Los síntomas de abstinencia aparecen 2 a 10 días después de la supresión (benzodiacepinas de vida corta, media o
larga).
Todas pueden producir dependencia. Se considera que Lorazepam, flurazepam, triazolam y alprazolam pueden
producir dependencia en una semana.
Sindrome de abstinencia:
-Psicológicos - neurológicos. Síntomas gastrointestinales, cardiovasculares.
-Otros: respiratorios, urinarios, pérdida de la líbido, sindrome "gripal" prolongado.
Síntomas de abstinencia a las benzodiacepinas
Después de dosis moderadas: ansiedad, agitación. Aumento de la sensibilidad a la luz y los ruidos. Parestesias.
Calambres musculares. Crisis mioclónicas. Disturbios del sueño. Vértigos.
Después de dosis altas: Convulsiones, delirios, alucinosis.
USOS TERAPÉUTICOS
1. En el tratamiento a corto plazo (2 a 4 semanas) de la ansiedad o el insomnio severo incapacitante
o que somete a la persona a una extrema o inaceptable aflicción.
2. Trastorno por stress postraumatico
3. Abstinencia alcohólica: Se utiliza el lorazepam o el diazepam en la abstinencia alcohólica aguda
(control de insomnio, agitación).
4. Crisis convulsivas: se utiliza el diazepam o el lorazepam, por vía EV.
5. Crisis de pánico (son drogas de segunda línea)
C. ANTIDEPRESIVOS
Los fármacos antidepresivos mejoran el humor o estado de ánimo por lo que son útiles para el tratamiento
de la depresión.En la actualidad existen numerosas drogas antidepresivas de eficacia terapéutica
demostrada, aún para las formas mas graves de depresión. Los fármacos antidepresivos se utilizan
ampliamente en el tratamiento patologías como la depresión, ataques de pánico, agorafobia, neuralgia del
trigémino, bulimia y anorexia.
CLASIFICACION
Según su estructura química los ATD pueden ser:
Los antidepresivos también pueden ser clasificados desde un punto de vista clínico en antidepresivos
activantes y sedativos, esto puede ser de utilidad según nos encontremos frente a un paciente depresivo,
en el que predomine la ansiedad y el insomnio (donde serán de elección los ATD sedativos), o bien frente a
un paciente depresivo con marcados síntomas de inhibición psicomotriz (donde serán de elección los ATD
activantes). Cabe acotar que el efecto sedativo, es un efecto colateral de ciertos ATD que puede ser de
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utilidad en la terapéutica pero que no se correlaciona con el mecanismo de acción intrínseco de estas
drogas.
CLASIFICACION DE ANTIDEPRESIVOS SEGÚN SUS ACCIONAES FARMACOLOGICAS
SEDANTES:
Tricíclicos:
Amitriptilina
Clorimipramina SOMNOLENCIA (Administrar por la noche)
IRSS:
Trazodone
Paroxetina
ACTIVANTES:
Tricíclicos:
Desipramina
Nortriptilina ANSIEDAD (Administrar por la mañana)
IRSS:
Fluoxetina
MECANISMO DE ACCION
Los antidepresivos que se utilizan actuan de acuerdo a uno de los siguientes mecanismos: reducen la
degradación de neurotransmisores, como por ejemplo los inhibidores de la MAO, o bloquean la recaptación
de los mismos en las sinapsis, como por ejemplo los tricíclicos o los IRSS. En cualquier caso, la
concentración de los neurotransmisores en el espacio intersináptico se incrementa marcadamente. Sin
embargo, aunque esta acción ocurre inmediatamente, la respuesta clínica antidepresiva se observa recién
después de varias semanas. Esto indica que se desarrollan mecanismos de adaptación, compensación o
autoregulación de los receptores involucrados y que dichos mecanismos son mas importantes que la
disponibilidad inmediata de los neurotransmisores en las sinapsis para la determinacioón del comienzo de
la acción antidepresiva..
Los siguientes efectos sobre los receptores a monoaminas se desarrollan por la acción de los agentes
antidepresivos tricíclicos y por los inhibidores de la recaptación de 5-HT. Se produce un bloqueo de la
captación axonal de NA y de 5-HT , lo que produce aumento de la concentración y mayor disponibilidad de
los neurotransmisores en la sinapsis. Como consecuencia, se produce un estímulo desencadenado por la
NA y 5-HT sobre los autoreceptores presinápticos Alfa 2 y de 5-HT. Como el tratamiento es continuado, la
actividad de las neuronas sufre una progresiva adaptación, que incluye una desensibilización de los
receptores presinápticos, continuamente activados. Ello da lugar a un retorno progresivo al estado previo y
un aumento de la respuesta a los agonistas Alfa 1 y posiblemente a una aumentada sensibilidad a la 5-HT.
En tratamientos prolongados, la inhibición de la recaptación de 5-HT, sobre todo por los agentes inhibidores
específicos, se traduce por un aumento de la disponibilidad de 5-HT y potenciación de la transmisión
serotoninérgica postsináptica. También disminuye la sensibilidad de los autoreceptores presinápticos de 5-
HT.
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1. Es importante recordar el efecto aditivo producido por el uso concomitante del alcohol, cuyos
efectos son potenciados
2. Los fármacos anticolinérgicos (antiparkinsonianos) y con propiedades anticolinérgicas (como
antihistamínicos) agravan la acción anticolinérgica de los TC.
El uso de fármacos antidepresivos está bien documentado en la literatura en los casos diagnosticados
como “depresiones primarias” o “endógenas”, “mayores” o “psicóticas”. El beneficio del tratamiento
farmacológico a largo plazo ha sido demostrado claramente solo en pacientes ambulatorios con
depresión mayor . Nosotros no podemos asumir que los mismos beneficios pueden ser obtenidos en
pacientes con depresiones leves, y casos heterogéneos de depresión encontrados en la práctica médica
diaria.
Por lo tanto no deberíamos prescribir a largo plazo a personas con períodos cortos y poco frecuentes de
depresión leve, y aquellos cuyo bajo estado de ánimo se debe a cambios en circunstancias de su vida
social, a menos que haya evidencia convincente en pacientes individuales del beneficio de tal tratamiento.
No deberíamos, tampoco prescribir a largo plazo a pacientes en quienes la depresión es un síntoma
episódico de un trastorno de personalidad, y efecto del alcohol o abuso de drogas, o un fenómeno
perpetuado por el deseo de permanecer en el papel de enfermo.
Deben emplearse con cautela, reservándolos para cuadros clínicos en los cuales la depresión es severa y
se acompaña de uno o más de los siguientes factores, síntomas o signos:
Algunos estudios comparativos a largo plazo de la eficacia de las diferentes drogas han sido
llevados a cabo , y el metanálisis de los resultados de los ensayos clínicos de cortos tiempos de duración
han fallado en demostrar importantes diferencias entre diferentes tipos de antidepresivos. Factores como la
tolerabilidad, efectos indeseados, la toxicidad en sobredosis, y el costo deben determinar qué droga usar
por consiguiente.
Es importante resaltar que ningún fármaco antidepresivo actúa sin una psicoterapia acompañante. En la
casi totalidad de los pacientes con depresión psiquica, la psicoterapia actúa sinergísticamente con las
drogas antidepresivas.
1. Los antidepresivos tricíclicos son drogas de primera línea para el tratamiento de la depresión
2. Los IRSS se consideran menos “tóxicos” , siendo su uso de interés en pacientes con riesgo
respecto a las contraindicaciones de los TC y en pacientes previamente tratados con tricíclicos que,
a pesar de una buena respuesta terapéutica, han desarrollado efectos secundarios importantes.
3. En los esquemas de tratamiento debe tenerse presente la modalidad del uso de dosis crecientes,
recordando que el efecto antidepresivo puede tardar 2 a 3 semanas en aparecer.
RESUMEN:
Aunque la mayoría de las depresiones se resuelven con el tiempo, los antidepresivos tienen un
papel acelerando la recuperación y disminuyendo el sufrimiento. Los antidepresivos son eficaces y no
pierden eficacia con el uso prolongado. Están indicados en los casos donde la relación beneficio- riesgo
demuestra que son útiles, en depresión moderada o grave con síntomas incapacitantes. Se necesitan dosis
adecuadas de antidepresivos para poder obtener una buena eficacia clínica y el tratamiento durante un
período de tiempo adecuado, previene la recaída.
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