Programa de Argumentación PDF
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PROGRAMA
DE
ARGUMENTACIÓN
Lectura y análisis de textos, a partir de lo cual se pueden aplicar las técnicas del subrayado,
los mapas conceptuales y de resumen. Que recibirán en un documento en pdf en la página
web del colegio.
1° Unidad: “Descripción, definición y explicación.”
O.A.: Ser conscientes de la diversidad de maneras cotidianas usadas para describir sucesos y objetos, así
como expresar apreciaciones y explicar fenómenos percibidos.
Cada vez que tratamos de compartir nuestras impresiones sobre un suceso, hecho
noticioso, un evento fenomenológico, lo que nos sucedió durante el desarrollo de una
prueba o cuando tuvimos una pesadilla; de alguna manera, debemos recurrir a la
comunicación oral y gestual entre otros elementos para hacernos comprender. Al hacer
esto, esgrimimos razones (argumentos), ya sea para hacernos entender o convencer a los
otros.
Analice las siguientes preguntas que se le plantean y respóndalas en su cuaderno:
Texto 1
Los monos del Nuevo Mundo son arborícolas y poseen miembros largos y esbeltos que les facilitan el
desplazamiento en los árboles. Muchos tienen cola prensil capaz de asirse a las ramas. Algunos monos del
Nuevo Mundo tienen el pulgar más pequeño, y en algunos casos está del todo ausente.
Su anatomía facial es distinta de la propia de los monos del Viejo Mundo, porque su nariz es
aplanada y las narinas se abren en forma lateral, es decir, los orificios nasales están muy separados (por
esta característica se les denomina platirrinos: de nariz aplanada). Viven en grupo y presentan conducta
social. Entre los platirrinos, restringidos a América Central y del Sur, se incluyen monos aulladores, monos
ardillas y monos arañas.
Villée, Biología, “Evolución de los primates”.
Texto 2
La casa de Diego Laínez, una inmensa casona de piedra en el pueblo de Vivar, medio fortaleza, medio casa
de campo, tratando de mantenerse fría a fuerza de piedra, levanta sus líneas duras y precisas, su adusta
majestad en medio de un sueño de piedra. He aquí la casa de Diego Laínez. Casa de silencios de piedra, de
sueños de piedra, de palabras de piedra, de honradez de piedra, de sentimientos de piedra (¿quién ha dicho
que las piedras no tienen sentimientos?; ¡oh, error!), de energías de piedra, de hombres de piedra. ¡Casa
señalada por el dedo de piedra del Destino!
Vicente Huidobro, Mío Cid Campeador.
Texto 3
Actualmente sabemos que ni los átomos, ni los protones y neutrones, dentro de ellos, son indivisibles. Así la
cuestión es: ¿cuáles son las verdaderas partículas elementales, los ladrillos básicos con los que todas las
cosas están hechas? Dado que la longitud de onda de la luz es mucho mayor que el tamaño de un átomo, no
podemos esperar “mirar” de manera normal las partes que forman un átomo. Necesitamos usar algo con
una longitud de onda mucho más pequeña. Como vimos en el último capítulo, la mecánica cuántica nos dice
que todas las partículas son en realidad ondas, y que cuanto mayor es la energía de una partícula, tanto
menor es la longitud de onda de su onda correspondiente.
Así, la mejor respuesta que se puede dar a nuestra pregunta depende de lo alta que sea la energía
que podamos comunicar a las partículas, porque ésta determina lo pequeña que ha de ser la escala de
longitudes a la que podemos mirar. Esas energías de las partículas se miden normalmente en una unidad
llamada electrón - voltio. (En el experimento de Thom son con electrones, se vio que él usaba un campo
eléctrico para acelerar los. La energía ganada por un electrón en un campo eléctrico de un voltio es lo que se
conoce como un electrón - voltio). En el siglo XIX, cuando las únicas energías de partículas que la gente sabía
cómo usar eran las bajas energías de unos pocos electrón - voltios, generados por reacciones químicas tales
como la combustión, se creía que los átomos eran la unidad más pequeña. Más recientemente, hemos
aprendido a usar los campos electromagnéticos para que nos den energías de partículas que en un principio
eran de millones de electrón – voltios y que, posteriormente, son de miles de millones de electrón - voltios.
De esta forma, sabemos que las partículas que se creían “elementales” hace veinte años, están, de hecho,
constituidas por partículas más pequeñas.
Stephen W. Hawking, Historia del tiempo.
Texto 4
Concentremos la atención en esta mesa. Para la vista es ovalada, oscura, brillante: para el tacto,
pulimentada, fría y dura; si la golpeo, produce un sonido de madera. Cualquiera que vea, toque la mesa u
oiga dicho sonido, convendrá en esta descripción; pero desde el momento en que intentamos ser más
precisos empieza la confusión. Aunque yo creo que la mesa es “realmente” del mismo coloren toda su
extensión, las partes que reflejan la luz parecen mucho más brillantes que las demás, y algunas aparecen
blancas a causa de la luz refleja. Sé que, si me muevo, serán otras las partes que reflejarán la luz, de modo
que cambiará la distribución aparente de los colores en superficie.
Bertrand Russell, Los Problemas de la Filosofía.
Texto 5
Él con sus alas era
la energía,
la dirección, los ojos
que vencieron
sol y sombra:
el ave
resbalaba en el cielo
Pablo Neruda, Oda a un Albatros Viajero.
1. Hay que evitar términos vagos que no aportan datos precisos a la información, tales
como: mucho, grande, superior, mayor que, rápido, caliente, prolongado, etc.
2. Hay que evitar los vocablos rebuscados y debe aclararse el significado de las voces
técnicas cuando sea necesario, es decir, cuando el término no sea muy común.
3. Debe evitarse el uso de extranjerismos innecesarios, pues introducen, algunas veces,
imprecisiones. Hay casos en que es posible, y se recomienda, utilizar la traducción del
término al español; ante esta posibilidad se prefiere traducir todo lo que sea traducible.
- Claridad: Un párrafo simple aporta más claridad al texto y es más fácil de comprender que
uno complejo en el que las ideas no guardan relación unas con otras y es evidente el
desorden del pensamiento. La habilidad para lograr la claridad está en transmitir ideas
complejas con palabras y construcciones sencillas.
1. Debe eliminarse del texto científico todo vestigio de lenguaje figurado (metáforas, símiles)
y reducirse el número de oraciones que contienen varias subordinadas y yuxtapuestas.
2. Una sólida y adecuada estructura posibilita que los contenidos fluyan y se interrelacionen
para dar significado y facilitar la comunicación con el lector.
3. Las frases deben ser naturales y claras. Dos frases cortas pueden ser mejor que una larga.
- Concisión: Para lograr la concisión hay que evitar mencionar datos irrelevantes, obvios, que
no aportan información o ya se conocen. Debe prestarse atención en este caso a las veces
que se repiten las mismas ideas sin justificación.
1. Deben escribirse oraciones cortas, afirmativas y sencillas. Los enunciados afirmativos son
preferibles a la doble negación.
2. No deben emplearse dos palabras donde es suficiente una.
3. Los párrafos deben ser cortos y contener la información necesaria y relacionada entre sí.
4. No debe abusarse de las conjunciones que alargan o entorpecen el ritmo de la frase (que,
pero, aunque, sin embargo) si no son estrictamente necesarias.
A
Supóngase que un laboratorio farmacéutico desea efectuar pruebas de un nuevo medicamento para saber si
mejora o no la memoria en ancianos con trastornos de esta función cerebral. A fin de probar el
medicamento, la compañía solicita la cooperación de médicos que atienden a dichos pacientes. El médico
administra una prueba de memoria y luego prescribe el fármaco a 500 pacientes durante dos meses. Al cabo
de 2 meses, se administra otra prueba de memoria y se observa que los pacientes experimentan un
aumento de 20% en su capacidad para rememorar. ¿A caso el laboratorio farmacéutico puede sacar en
conclusión en forma legítima que su hipótesis es correcta, o sea, que el medicamento sí mejora la memoria
en ancianos? Podría haber otras explicaciones. Por ejemplo, la atención prestada a los pacientes podría
haber estimulado en ellos una actitud más atenta.
A fin de evitar objeciones de este tipo, los experimentos deben tener controles. Un segundo grupo
similar de pacientes debe recibir un placebo, o sea, una tableta inocua de azúcar con tamaño, forma y sabor
similares a las tabletas del medicamento de prueba. Ni uno ni otro grupo de pacientes debe saber qué tipo
de tableta se le da, la del medicamento o el placebo.
Villée, Biología: “Un vistazo a la vida”.
B
Yo no participo de la invitación délfica de conocerse a sí mismo, yo creo que uno es sí mismo todo el tiempo.
En ese sentido uno no tiene que conocerse pues está siendo todo el tiempo y no tiene preexistencia. La vida
es un devenir, de manera que todo intento de conocerse así mismo es un intento de detener ese devenir, lo
que es en cierta manera la caída fáustica. En el momento en que Fausto dice: “¡Momento, detente!”, se
condena, y Mefistófeles se lo lleva al calor de su hogar.
Humberto Maturana, “El Sentido de lo Humano”.
C
En el libro se afirmaba: “la serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla. Luego ya no puede
moverse y duerme durante los seis meses que dura su digestión”. Reflexioné mucho en ese momento sobre
las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores, mi primer dibujo. Mi dibujo 1 era de
esta manera:
Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les daba miedo.
– ¿Por qué habría de asustar un sombrero? – me respondieron.
Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé
entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre
estas personas tienen necesidad de explicaciones. Mi dibujo número 2 era así:
D
¿Con quién te encontraste en el camino?, preguntó el rey de Haighe, extendiendo la mano en demanda de
sus frijoles.
• Con Nadie – contestó el mensajero.
• ¡Muy bien! – dijo el rey satisfecho – Esta señorita lo vio también, de modo que es evidente que Nadie
camina más despacio que tú.
• Hago lo que puedo – contestó el mensajero enfadado – De lo que estoy seguro es de que Nadie camina
más rápido que yo.
• No puede ser – dijo el rey – Si así fuera hubiese llegado aquí antes que tú.
Lewis Carroll, “A través del espejo.”
1.- ¿Qué tipo de textos son los anteriormente presentados?, ¿Por qué?
2.- ¿Cómo funcionan la claridad, precisión y concisión, en los textos anteriores?
- Definición descriptiva: Es aquella en que según el tema de que trate importa provocar en el
lector una imagen mental de aquello de lo que habla.
- Definición por sinonimia: Cuando se quiere explicar dentro del contexto de un texto una
idea para acotar de mejor modo un tema se recurre a la sinonimia, es decir, al uso de
palabras que relacionadas con el tema de origen ayuden a clarificar o ejemplificar las ideas
expuestas.
- Definición ostensiva: Cierta tira cómica mostraba una vez un jugoso diálogo entre la
profesora de filosofía y una alumna:
Profesora: La filosofía no tiene por objeto proporcionar respuestas, sino enseñar a formular
buenas preguntas.
Alumna: ¿Qué es una buena pregunta?
Profesora: Ésa es una buena pregunta.
Dejando de lado la gracia bastante sutil del chiste, la profesora no explicó cuáles son
las características que hacen que califiquemos una pregunta como buena, sino que señaló un
ejemplo de lo que podía entenderse por “buena pregunta”. Esta es una definición ostensiva
(del latín ostendere, mostrar). En efecto, este tipo de definición tiende a mostrar ejemplos,
de modo que generalmente requiere algún tipo de gesto (señalar con el índice, por ejemplo).
Se trata de un caso especial de lo que alguna vez se ha llamado función explicativa del
ejemplo. La persona a quien el ejemplo va dirigido aísla, mediante una operación intelectual
propia, las características definitorias del caso propuesto, a la vez que desecha toda cualidad
ajena al concepto genérico principal. Con el fin de facilitar esta operación, se proponen a
veces varios ejemplos cuyas características concomitantes difieren.
Así, si queremos proporcionar una definición ostensiva de la palabra “papel”,
podemos señalar los siguientes ejemplos: Una hoja de cuaderno en blanco, la página de un
libro, un pliego de papel de seda. Nuestro interlocutor, entonces, desechará las cualidades
que no son comunes a todos los ejemplos, tales como: Tamaño, forma, rayado, escritura,
resistencia, transparencia, etc. Muchas veces, sin embargo, se propone un solo ejemplo y se
deja librada al buen sentido del oyente la aprehensión de sus características definitorias, en
la confianza de que podrá llevar a cabo la operación relacionando el caso propuesto con la
expresión a definir, que se supone al menos parcialmente comprendida de antemano. Una
vez en posesión de tales características, estaremos en condiciones de aplicarlas por analogía
a otros objetos. En el caso anterior, verbigracia, podremos llamar papel al de diario, al de
mantequilla.
Claro está que el ejemplo, como método de definición, no tiene una precisión
comparable al de la definición verbal. Los ejemplos, por sí solos, constituyen un medio poco
seguro de transmitir los conceptos, porque la delimitación de las características definitorias
depende del juicio más o menos aleatorio de quien recibe la definición ostensiva. Así, el que
hubiese aprehendido el concepto “papel” por medio de los ejemplos anotados más arriba
puede llamar papel a una lámina de celuloide, o excluir de tal denominación al papel de
embalar por ser de distinto color que aquellos que se le propusieron como ejemplos. Esta
insuficiencia hace que muchos se resistan a llamar definición a la ostensiva; pero, como ya
estamos en condiciones de juzgar, tal controversia no versa sobre la realidad sino acerca de
clasificaciones (concretamente, sobre la definición de “definición”), y es, por lo tanto, una
cuestión de mera preferencia.
Lo expuesto llevaría a suponer que es mejor recurrir a las definiciones verbales que
utilizar las ostensivas. Algo de esto hay, por cierto; pero ocurre que también las definiciones
verbales tienen su inconveniente. Supongamos, en efecto, que buscamos en el diccionario
una definición verbal de “osería”, y la encontramos: “cacería de osos”. En lugar de una
palabra, tenemos ahora tres. Buscamos “cacería”: “partida de caza”. Buscamos “oso”:
“mamífero carnicero plantígrado”. Ya son seis palabras. A medida que requiramos
definiciones de cada una de las palabras que hallamos en cada definición, encontraremos
más palabras y nuestro problema no hará más que multiplicarse. Si tenemos la paciencia de
seguir el juego indefinidamente veremos que las palabras empiezan a repetirse y que, en
resumidas cuentas, las definiciones del diccionario dependen unas de otras de manera
circular.
Resulta de aquí que, si nos encontramos con un individuo que no conoce una sola
palabra de castellano, será inútil proporcionarle un diccionario: las vinculaciones entre unas
definiciones y otras formarán un blindaje que su ignorancia no podrá penetrar. Nosotros sí
podemos, porque conocemos de antemano una buena cantidad de las palabras con que el
diccionario define las demás. Pero ¿cómo llegamos a conocer el significado de esas palabras?
A través de definiciones ostensivas. La educación que hemos recibido desde el momento
mismo de nuestro nacimiento está repleta de definiciones ostensivas, no siempre
deliberadas, que vamos extrayendo de las conversaciones de nuestros mayores. Un ejemplo
muy claro de este procedimiento aparece en un clásico de la cinematografía infantil: la
película Bambi, de Walt Disney. En ella el conejo Tambor enseña a hablar al pequeño Bambi;
le muestra una mariposa, y luego una flor, a la vez que pronuncia sus nombres. Pero el
cervatillo no capta rápidamente los límites de cada concepto, y así llama flor a un simpático
zorrino, que termina adoptando “Flor” como nombre propio. Las definiciones ostensivas, en
resumen, resultan indispensables para aprender un lenguaje sin tomar otro lenguaje como
punto de apoyo; pero salvada esta etapa es preferible, cuando se puede, acudir a las
definiciones verbales.
- Definición por género y especie: Categorías que expresan la relación entre los conceptos
por su extensión. Si la extensión del concepto A constituye una parte de la del concepto B, A
es una especie respecto a B y B es el género respecto a A (correspondientemente A se
denomina concepto específico respecto a B, y B se llama concepto genérico respecto a A).
Los animales, por ejemplo, constituyen una especie de los organismos; los organismos son el
género respecto a los animales. Desde el punto de vista de su contenido, género y especie se
relacionan entre sí como lo general y lo particular.
1.- Busque en prensa digital y escrita noticias que correspondan a cada uno de los diferentes
tipos de definiciones: Estipulativa, descriptiva, por sinonimia, ostensiva, por género y
especie. Compárelas y determine semejanzas y diferencias entre ellas.
2.- Redacte un ejemplo de redacción escrita para cada tipo de definición, para ello elija
temas relativos a sus intereses personales.
E) Las ventajas y límites de las diferentes definiciones: Claro está que el lenguaje humano se
mueve en torno a conceptos y definiciones, que como ya hemos visto pueden tener
diferentes características, por lo que en conjunto pueden darnos una noción general de cada
hecho o fenómeno de la realidad, esa es su más grande ventaja y del mismo modo el límite
reside en que son específicas y por si solas no abarcan el total de algo.
F) Diferentes maneras de comprender los hechos: explicación e interpretación.
Hecho: concepto de hecho, término derivado del latín factus, permite describir a aquello
que ocurre, las acciones, la obra o la cuestión a la cual se hace referencia. Por dar algunos
ejemplos de uso: “Ocho personas fueron detenidas a raíz del hecho delictivo en el
banco”, “Eso no me importa, el hecho es que estás mintiendo otra vez”, “Hubo un hecho que
cambió la vida del famoso deportista”, “No se trató de un hecho tan importante”. Cabe
resaltar que hecho también se refiere a lo que está maduro, concluido, formado, acabado o
constituido: “Con una indemnización de ese calibre, ya estoy hecho”, “En esta ciudad hay
muchas personas mal hechas”, “Tengo el orgullo de afirmar que mi padre es un hombre bien
hecho, pese a lo que digan ciertos rumores maliciosos”.
La noción permite, por otra parte, realizar comparaciones motivadas por similitudes o
semejanzas: “¡Estás hecho un tigre!”, “No sabes cómo se puso mi novio cuando me
descubrió: estaba hecho una fiera”, “Con la ropa sucia y ese pelo, estás hecho un linyera”.
Asimismo, un hecho científico es, de acuerdo al empirismo lógico, una observación que
puede ser verificada y considerada como objetiva. Estos hechos, por lo tanto, pueden
identificarse con las observaciones. Un hecho periodístico, por otra parte, es una situación
que, por sus características, posee relevancia social y merece ser difundida en un medio
de comunicación masivo.
Un hecho jurídico, en cambio, es un acontecimiento trascendente en el ámbito
del derecho. Toda norma de tipo jurídico nace tras presuponer un determinado hecho a fin
de regular los efectos que éste posee en el campo del derecho. Este presupuesto que
impulsa a las normas jurídicas constituye, por lo tanto, el hecho jurídico.
- La explicación de un hecho: Si hubiese que elegir alguna pregunta que suele venir a la
mente de manera recurrente en los momentos más arduos y complicados de nuestra
existencia, para mí esa no sería otra que la incógnita que empieza por un “¿por qué?”. A
modo de mecanismo de defensa, los seres humanos, tratamos de entender de una manera
más o menos lógica, más o menos justa, más o menos racional, un mundo que en muchas
ocasiones poco tiene de lógico, de justo o de racional. Pero como si de una solicitud
burocrática se tratase, nos cuesta horrores saltarnos ese primer paso del procedimiento. Esa
fase en la que entendemos de manera inequívoca que algo está fallando, no está yendo
como esperábamos o es simplemente así y no queda más que aceptarlo, por muy absurdo
que nos pueda parecer.
Tal es el caso de los niños que, teniéndolo todo, no le saben dar valor a nada y que,
ante cualquier contratiempo cotidiano, son incapaces de superar el nivel de frustración
resultante. O esas parejas, que pareciendo perfectas, de la noche a la mañana hacen que nos
quedemos perplejos ante su incomprensible ruptura. También existe el porqué de los que
son jóvenes, bellos y esbeltos, a la par que inseguros, pusilánimes o conformistas. O el
porqué del joven talentoso que se dedica continuamente a malgastar su talento, prefiriendo
otros cauces por los que guiar su destino. Todo lo anterior son ejemplo de hechos
cotidianos, a los que de forma necesaria buscamos darles un sentido, un significado, una
motivación, en buenas cuentas una explicación.
Mención aparte merece la interpretación de los hechos. Decía Foucault, que el poder
es la razón que ve, que domina, que instrumenta y que controla. Hasta las ciencias humanas
estudian al hombre para conocerlo y dominarlo mejor. El poder tiene el poder de producir,
de crear y de imponer su verdad, y la razón ha sido instaurada para dominar a los hombres.
La verdad absoluta no existe, sino que existen interpretaciones múltiples de los hechos.
Foucault se apoya en la tesis de Nietzsche: «No hay hechos, hay interpretaciones», para
decir que el poder crea la verdad, por lo que, ante un hecho, cada individuo crea su
interpretación del mismo, esto es, su propia verdad. Sin embargo, es el poder, el que
dispone de los medios para imponer su interpretación a los demás.
El poder es la capacidad que tiene una persona o un determinado grupo de
imponer su verdad como verdad para todos, con el fin de dominar las voluntades y las
conciencias en beneficio propio. Además, tiene la potencialidad de sofocar las
demás verdades que no disponen del poder suficiente para imponerse. En los últimos años,
esta tesis es utilizada por los poderes institucionales y fácticos para tratar de controlar los
medios de comunicación y así difundir repetidamente la interpretación o versión de los
hechos que estratégicamente les benefician, con el fin de alcanzar los objetivos de control
de masas y sacar ventaja política, económica o de cualquier otro tipo. Se trata de sujetar la
subjetividad de los sujetos utilizando la racionalidad estratégica o instrumental para
dominar la naturaleza y las personas. Y así, siglo tras siglo.
Como vemos interpretar un hecho dependerá primeramente de cada individuo, de su
edad, emociones, educación valórica, del ámbito en que está inserto; por lo que, dentro de
la argumentación, cabe si acaso, hablar de conciliar las interpretaciones, pero no de
verdades absolutas sobre los hechos que forman la realidad.
Se acostumbra decir que explicar es reducir un fenómeno a sus causas. Es decir, se explica un fenómeno
cuando se consigue descubrir su causa. Sin embargo, el concepto de “causa” en la actualidad es bastante
discutido y, por lo general, se acostumbra referirse a otros conceptos como ley, función, condición, y otros.
Carl Hempel, filósofo que se ocupó del tema de la explicación como ningún otro, denominó “explicación por
subsunción deductiva bajo leyes generales”, a la explicación causal o deductiva. Independientemente de su
nombre, esto significa que un fenómeno que quiere ser explicado (por lo cual se le llama explanandum) es
subsumido, es decir “introducido bajo” y “derivado de” una ley general (que es llamada, por ello,
explanans).
Por lo general es necesario recurrir a varias leyes (L1, L2, …, Ln) y a otros enunciados que hacen
afirmaciones acerca de hechos concretos (C 1, C 2, C 3…, C n). El esquema de la explicación resulta así: L1, L2,
… L2}. Enunciados “explanantes” C 1, C 2, … C k E Enunciado “explanandum.” Un ejemplo conspicuo de una
explicación de este tipo es el siguiente: En el año 1643 los fontaneros de Florencia, al intentar sacar agua de
una cisterna mediante una bomba aspirante, constataron que no ascendía más allá de los 10,33 metros en
el interior de la bomba vacía. ¿Por qué no subía más? Este hecho contradecía la teoría admitida en aquel
momento: la naturaleza tiene “horror al vacío” (teoría nada científica, por cierto, ya que atribuía
sentimientos a la naturaleza). Galileo, Torricelli y Pascal intentaron explicar este hecho incomprensible.
Torricelli consiguió explicar lo por la presión atmosférica. Sin embargo, hay que tener en cuenta que
la presión atmosférica era entonces sólo una hipótesis “inventada” por Torricelli, no un hecho o una ley
establecida. Será Pascal quien verificará la hipótesis de Torricelli mediante un experimento que ha quedado
como ejemplo paradigmático de lo que es la explicación del método científico a la explicación de un
fenómeno físico. Según Hempel, la explicación puede desglosarse así:
a) Sea cual fuere el emplazamiento, la presión que la columna de mercurio que está en la parte cerrada del
aparato de Torricelli ejerce sobre el mercurio de la parte inferior es igual a la presión ejercida sobre la
superficie del mercurio que está en el recipiente abierto por la columna de aire que haya encima de él.
b) Las presiones ejercidas por las columnas de mercurio y de aire son proporcionales a sus pesos, y cuanto
más cortas son las columnas, tanto menores son sus pesos.
c) A medida que Périer transportaba el aparato a la cima de la montaña, la columna de aire sobre el
recipiente abierto se iba haciendo más corta.
d) (Por lo tanto), la columna de mercurio en el recipiente cerrado se fue haciendo más corta durante el
ascenso. Aquí del explanandum que se deduce de a y b, que son leyes generales que expresan conexiones
observables uniformes y de c, que es un enunciado que describe ciertos hechos concretos.
1.- A partir de la lectura del texto, sintetice en 5 puntos lo que sería la explicación causal.
2.- Busque en prensa digital y/o escrita algunos artículos científicos que cumpla con los
requisitos de la explicación causal.
2. EXPLICACIÓN PROBABILÍSTICA
Tiene la misma estructura que la anterior, pero con una salvedad importante: las leyes que se utilizan para
la explicación son leyes no universales, sino únicamente probabilísticas (como pueden ser, por ejemplo, las
leyes de Mendel). Se la llama también, a veces, explicación “estadística”. El problema de la probabilidad es
muy discutido dentro de la filosofía de la ciencia, por lo cual resulta imposible dar aquí un breve resumen
sobre este tipo de explicaciones.
1.- Busque en internet las leyes de Mendel sobre la variabilidad de las especies. Léalas,
analícelas y sintetícelas en no más de una plana.
3. EXPLICACIÓN FUNCIONAL
La explicación funcional en lugar de responder a la pregunta “porqué” (que interroga por la causa) responde
a la pregunta “para qué” (que interroga por el fino finalidad. Telos en griego). Se explica así, por ejemplo, la
emigración de las aves en invierno hacia países más cálidos; pero sigue siendo un misterio inexplicable la
emigración de las langostas en los fondos marinos. Este tipo de explicación es muy utilizado en biología, que
se concibe que en un organismo todas sus partes u órganos están “en función” del mantenimiento del
equilibrio y supervivencia del todo u organismo. Así, por ejemplo, se explica la existencia de los pulmones
por la necesidad funcional del oxígeno para el organismo. Sin embargo, este tipo de explicación es también
muy discutida y muchos autores la reducen a una explicación causal: según la famosa expresión: “Las aves
no tienen a las para volar, sino que vuelan porque tienen alas”.
1.- ¿Cómo opera la explicación funcional en asignaturas tales como: ¿Historia, Matemáticas
y Biología?
4. EXPLICACIÓN GENÉTICA
Consiste en explicar un fenómeno o acontecimiento a partir de la serie de hechos de que deriva, es decir,
mostrando su “génesis”. Este tipo de explicación es muy corriente en las ciencias históricas. Se explica así,
por ejemplo, la situación histórica de una lengua a partir de las vicisitudes porque ha ido pasando.
Explicación: Modo de dar razón de los fenómenos naturales por medio de leyes que establecen conexiones
constantes entre estos.
Comprensión: Modo de dar razón de las acciones, instituciones y obras humanas a partir de las creencias e
intenciones que les confieren sentido. Las leyes científicas establecen relaciones constantes entre
fenómenos observables: siempre que ocurre “x”, ocurre “y”. Estas relaciones son a menudo de tipo causal:
el fenómeno “x” causa o produce el fenómeno “y”. Este modo de explicación es característico de las ciencias
naturales, y, como veremos inmediatamente, hay razones para pensar que es insuficiente en el ámbito de
las ciencias humanas.
Entre muchos filósofos y teóricos de la ciencia, existe la tendencia a aplicar en las ciencias humanas
el modelo explicativo propio de las ciencias naturales. Esta tendencia se observa con claridad en ciencias
como la economía, la sociología e incluso la psicología. El deseo de aplicar a las ciencias humanas el tipo de
explicación propio de las ciencias naturales es comprensible: después de todo, las ciencias naturales han
logrado un grado de exactitud y de desarrollo extraordinarios; de ahí que se piense a menudo que las
ciencias humanas alcanzarán el mismo tipo de desarrollo si se aplica en ellas el modelo explicativo de las
ciencias naturales. Sin embargo, entre el objeto de las ciencias naturales y el objeto de las ciencias humanas
existe una diferencia fundamental. Cuando explicamos mediante leyes la caída de una piedra o la relación
entre la presión y el volumen de un gas(ideal) a temperatura constante, no nos preguntamos para qué
actúan de ese modo las piedras o las partículas de los gases, qué sentido tiene su comportamiento.
Por el contrario, cuando estudiamos las acciones, las instituciones y las producciones de los seres
humanos, nos parece necesario comprender su sentido. Ya en el siglo pasado, Dilthey decía: “Explicamos la
naturaleza, comprendemos el espíritu”. (Las ciencias humanas solían denominarse por entonces “ciencias
del espíritu”). La diferencia consiste, en último término, en que, para comprender las acciones humanas, así
como las instituciones y las producciones culturales (obras de arte, etc.), es necesario tener en cuenta las
intenciones y las creencias en que se basan. La acción humana y los productos culturales son intencionales,
tienen sentido. Esta distinción entre “explicar” y “comprender” continúa siendo objeto de debate en la
actualidad. Respecto de este tema conviene tener en cuenta las siguientes consideraciones:
1. Hay autores que consideran que en las ciencias humanas hay que aplicar el modelo de explicación
propio de las ciencias naturales. Estos autores, evidentemente, sostienen que la distinción entre “explicar” y
“comprender” no es suficiente para reclamar un método de explicación propio y distinto para las ciencias
humanas. No existe, a su juicio, más que un método científico y una forma de explicación: establecer leyes
generales que conecten entre sí fenómenos observables (leyes que, a su vez, se integrarán en amplias
teorías).
2. Por el contrario, hay otros autores que exigen métodos distintos para cada uno de estos tipos de ciencias.
La comprensión exige procedimientos ajenos al método de las ciencias naturales. El método propio de la
comprensión se denomina hermenéutica o método hermenéutico. Los autores de orientación hermenéutica
han subrayado que la comprensión se lleva a cabo siempre desde un determinado horizonte, el horizonte en
el cual se halla situado el que quiere comprender: así, hemos de comprender otras culturas desde el
horizonte de nuestra propia cultura; hemos de comprender acciones, instituciones, obras (arte, textos
literarios, etc.) del pasado desde nuestro presente.
Esta situación se denomina círculo hermenéutico: la comprensión (plena) se lleva a cabo desde una
cierta comprensión previa (pre- comprensión) inicial que nos viene dada por nuestra propia situación
cultural. Por ello, la comprensión se basa siempre en la interpretación.
Entendemos por conciencia histórica el privilegio del hombre moderno de tener plenamente conciencia de
la historicidad de todo presente y de la relatividad de todas las opiniones… De ahora en adelante sería
absurdo recluirse en la ingenuidad y los límites tranquilizadores de una tradición exclusiva, mientras que la
conciencia moderna está llamada a comprender las posibilidades de una multiplicidad de puntos de vista
relativos. También estamos habituados a responder a los argumentos que se nos oponen por una reflexión
que se coloca deliberadamente en la perspectiva del otro.
Las ciencias históricas modernas, o ciencias del espíritu – traducimos el término por “ciencias
humanas”, aunque para nosotros esta traducción expresa sobre todo una convención –, se caracteriza por
este modelo de reflexión del que os acabo de hablar, y del que hacen un uso metódico. ¿Qué es sino aquello
que comúnmente se entiende por “tener un sentido histórico”? Podemos definir el “sentido histórico” por
la disponibilidad y el talento del historiador para comprender el pasado, quizá incluso exótico, a partir del
contexto propio desde donde él se encuentra. Tener un sentido histórico es vencer de una manera
consecuente esta ingenuidad natural que nos haría juzgar el pasado según los parámetros considerados
evidentes en nuestra vida cotidiana, en la perspectiva de nuestras instituciones, de nuestros valores y de
nuestras verdades adquiridas. Tener un sentido histórico significa esto: pensar expresamente en el
horizonte histórico que es coextensivo con la vida que vivimos y que hemos vivido…
La conciencia moderna toma – justamente como “conciencia histórica”– una posición reflexiva en la
consideración de todo aquello que es entregado por la tradición. La conciencia histórica no oye más
bellamente la voz que le viene del pasado, sino que, reflexionando sobre ella, la reemplaza en el contexto
donde ha enraizado, para ver en ella el significado y el valor relativo que le conviene. Este comportamiento
reflexivo cara a cara de la tradición se llama interpretación. Y si algo puede caracterizar la dimensión
verdaderamente universal de este acontecimiento es sobre todo el papel que el término “interpretación” ha
comenzado a desempeñar en las modernas ciencias humanas.
Esta palabra ha tenido, como pocas, la fortuna de expresar de forma simbólica la actitud de toda
nuestra época… La interpretación, tal y como nosotros la entendemos hoy, se aplica no sólo a los textos y a
la tradición verbal, sino a todo aquello que nos ha sido entregado por la historia; así hablaremos, por
ejemplo, de la interpretación de un acontecimiento histórico, o de la interpretación de expresiones
espirituales, mímicas, de la interpretación de un comportamiento, etc. Lo que siempre queremos decir con
ello es que el sentido de lo dado que se ofrece a nuestra interpretación no se despliega sin mediación y que
es necesario mirar más allá del sentido inmediato para poder descubrir el “verdadero” significado oculto.
Hans - George Gadamer, El problema de la conciencia histórica, Tecnos, Madrid, 1993, págs.41-44
1.- ¿Cómo relaciona Gadamer el tema de la conciencia histórica con la comprensión de la
realidad?
2.- ¿Cree usted, poseer algún grado de conciencia histórica? ¿Por qué?
3.- ¿Será posible que las experiencias individuales de los seres humanos que comparten un
pasado en común ayude a construir la conciencia histórica?
El problema que vamos a afrontar requiere una definición preliminar de la “mitificación” como
simbolización inconsciente, como identificación del objeto con una suma de finalidades no siempre
racionalizables, como proyección en la imagen de un individuo, en una comunidad, en todo un periodo
histórico… en el mundo contemporáneo existen sectores en los que se ha ido reconstruyendo sobre bases
popular es esta universalidad de sentir y de ver. Esto se ha realizado en el ámbito de la sociedad de masas,
donde todo un sistema de valores, a su modo bastante estable y universal, se ha ido concretando, a través
de un mito poyética cuyos modos examinaremos, en una serie de símbolos ofrecidos simultáneamente por
el arte y por la técnica. En una sociedad de masas de la época de la civilización industrial, observamos un
proceso de mitificación parecido al de las sociedades primitivas y que actúa, especialmente en sus inicios,
según la misma mecánica mitopoyética que utiliza el poeta moderno…
Actualmente, este mitopoyética tiene carácter es de universalidad porque de hecho es común a toda
sociedad; y posee las características de la creación del vulgo. Una imagen simbólica que reviste especial
interés es la de Superman. El héroe dotado con poderes superiores a los del hombre común es una
constante de la imaginación popular, desde Hércules a Sigfrido, desde Orlando a Pantagruel y a Peter Pan. A
veces las virtudes del héroe se humanizan, y sus poderes, más que sobrenaturales, constituyen la más alta
realización de un poder natural, la astucia, la rapidez, la habilidad bélica, o incluso la inteligencia silogística y
el simple espíritu de observación, como en el caso de Sherlock Holmes. Pero, en una sociedad
particularmente nivelada, en la que las perturbaciones psicológicas, las frustraciones y los complejos de
inferioridad están a la orden del día; en una sociedad industrial en la que el hombre se convierte en un
número dentro del ámbito de una organización que decide por él; en la que la fuerza individual, sino se
ejerce en una actividad deportiva, queda humillada ante la fuerza de la máquina que actúa por y para el
hombre, y determina incluso los movimientos de éste; en una sociedad de esta clase, el héroe positivo debe
encarnar, además de todos los límite sin imaginables, las exigencias de potencia que el ciudadano vulgar
alimenta y no puede satisfacer.
Superman es el mito típico de esta clase de lectores: Superman no es un terrícola, sino que llegó a la
Tierra, siendo niño, procedente del planeta Kriptón. Kriptón estaba a punto de ser destruido por una
catástrofe cósmica, y su padre, docto científico, consiguió poner a salvo a su hijo confiándolo a un vehículo
espacial. Aunque crecido en la Tierra, Superman está dotado de poderes sobre - humanos. Su fuerza es
prácticamente ilimitada, puede volar por el espacio a una velocidad parecida a la de la luz, y cuando viaja a
velocidades superiores a ésta traspasa la barrera del tiempo y puede transferirse a otras épocas. Con una
simple presión de la mano, puede elevar la temperatura del carbono hasta convertirlo en diamante; en
pocos segundos, a velocidad supersónica, puede cortar todos los árboles de un bosque, serrar tablones de
sus troncos, y construir un poblado o una nave; puede perforar montañas, levantar trasatlánticos, destruir o
construir diques; su vista de rayos X le permite ver a través de cualquier cuerpo, a distancias prácticamente
ilimitadas, y fundir con la mirada objetos de metal; su súper oído le coloca en situación ventajosísima para
poder escuchar conversaciones, cual fuere el punto donde se celebran. Es hermoso, humilde, bondadoso y
servicial. Dedica su vida a la lucha contra las fuerzas del mal, y la policía tiene en él un infatigable
colaborador.
No obstante, la imagen de Superman puede ser identificada por el lector. En realidad, Superman vive
entre los hombres, bajo la carne mortal del periodista Clark Kent. Y bajo tal aspecto es un tipo
aparentemente medroso, tímido, de inteligencia mediocre, un poco tonto, miope, enamorado de su
matriarcal y atractiva colega Lois Lane, que le desprecia y que, en cambio, está apasionadamente
enamorada de Superman Narrativamente, las dobles identidades de Superman tienen una razón de ser, y a
que permite articular de modo bastante variado las aventuras del héroe, los equívocos, los efectos
teatrales, con cierto suspense de novela policíaca. Pero desde el punto de vista mito poyético, el hallazgo
tiene mayor valor: en realidad, Clark Kent personifica, de forma perfectamente típica, al lector medio,
asaltado por los complejos y despreciado por sus propios semejantes; a lo largo de un obvio proceso de
identificación, cualquier “accountant” (contador)de cualquier ciudad americana alimenta secretamente la
esperanza de que un día, de los despojos de su actual personalidad, florecerá un superhombre capaz de
recuperar años de mediocridad.
Umberto Eco, Apocalíptico se integrados, Tusquets, Barcelona, 1999, págs.219-226.
1.- ¿Qué implicancias tiene el crear personajes como el Súper héroe?
2.- ¿Por qué Eco, toma el prototipo de Superman?
3.- ¿Cómo afecta a la sociedad la creencia en este tipo de personajes de culto?
Texto 17
Un caso de la universalidad de los símbolos, “La Madre Tierra”. Un profeta indio, Smohalla, jefe de la tribu
wanapum, se negaba a trabajar la tierra. Estimaba que era un pecado herir o cortar, desgarrar o arañar a
“nuestra madre común” con los trabajos agrícolas. Y añadía: “¿Me piden que labre el suelo? ¿Voy a coger un
cuchillo y a hundírselo en el seno a mi madre? En tal caso, cuando esté muerto, no me recogerá en su seno.
¿Me piden que cave y arranque piedras? ¿Voy a mutilar sus carnes para llegar hasta sus huesos? En tal caso,
yo no podría entrar en su cuerpo para nacer de nuevo. ¿Me piden que corte la hierba y el heno y lo venda
para enriquecerme como los blancos? Pero ¿cómo me voy a atrever a cortarla caballera de mi madre?
Estas palabras fueron pronunciadas hace menos de un siglo, pero nos llegan de muy lejos. La
emoción que se siente al oírlas se debe especialmente a que nos revelan, con un frescor y una
espontaneidad incomparables, la imagen primordial de la Tierra Madre. Esta imagen se encuentra por todas
partes, bajo formas y variantes innumerables. Es la Terra Matero la Tellus Mater, bien conocida de las
religiones mediterráneas, que da vida a todos los seres. “A la Tierra cantaré, madre universal de sólidos
cimientos, abuela venerable que nutre sobre su suelo todo lo que existe… A ti te corresponde dar vida a los
mortales, así como quitársela…”. Y, en las Coéforas (127-128), Esquilo glorifica a la Tierra que “pare a todos
los seres, los nutre y después recibe de nuevo el germen fecundo”.
El profeta Smohalla no nos dice de qué manera los hombres han nacido de la Madre telúrica. Pero
ciertos mitos americanos nos revelan cómo sucedieron las cosas en su origen, in illo tempore: los primeros
hombres vivieron cierto tiempo en el seno de su madre, es decir, en el fondo de la Tierra, en sus entrañas.
Allí, en los subsuelos telúricos, llevaban una vida medio humana: eran en cierto modo embriones todavía
imperfectamente formados. Esto es, al menos, lo que afirman los indios leenlenapeo delaware, que
habitaban antaño en Pensilvania. Según sus mitos, el Creador, aunque tuviera ya dispuestas para ellos sobre
la superficie de la Tierra todas las cosas de que gozaban entonces, había decidido, sin embargo, que los
humanos permanecieran aún cierto tiempo ocultos en el vientre de su madre telúrica, para que se
desarrollaran mejor, para que madurasen. Otros ritos amerindios hablan de un tiempo remoto en el que la
Tierra Madre producía a los humanos de la misma manera que produce en nuestros días los arbustos y las
cañas.
Es ésta del alumbramiento de los humanos por la Tierra una creencia difundida universalmente. En
muchas lenguas se llama al hombre “nacido de la tierra”. Se cree que los niños “vienen” del fondo de la
Tierra, de las cavernas, de las grutas, de las hendiduras y también de los mares, de las fuentes, de los ríos.
En forma de leyenda, de superstición o simplemente de metáfora perduran aún creencias similares en
Europa. Cada región, y casi cada ciudad o pueblo, conoce una roca o una fuente que “trae” a los niños.
Incluso entre los europeos de hoy día perdura el sentimiento oscuro de una solidaridad mística con la tierra
natal. Es la experiencia religiosa de la autoctonía: los hombres se sienten “gentes del lugar”, y es éste un
sentimiento de estructura cósmica que sobrepasa con mucho el de la solidaridad familiar y ancestral. En la
muerte, se deseare encontrar la Tierra Madre y ser enterrado en el suelo natal. “¡Trepa hacia la tierra, tu
madre!”, dice el RigVeda. “A ti que eres tierra, te meto en la tierra”, está escrito en el Atharva Veda. “Que la
carne y los huesos retornan de nuevo a la tierra”, se dice en las ceremonias funerarias chinas. Y las
inscripciones sepulcrales romanas delatan el temor de tener las propias cenizas enterradas en suelo foráneo
y, sobre todo, el gozo de reintegrarlas a la patria… “Allí donde nació, allí ha deseado regresar.”
1.- ¿Cómo funciona la simbología de la Madre Tierra, respecto del sentido de la existencia
humana?
2.- ¿Por qué en la antigüedad se daba especial ‘honra’ a la Madre Tierra?
3.- ¿A qué se debe que las sociedades actuales hayan perdido esa conexión con la Madre
Tierra?
Epistemología del Presente Potencial y la consciencia histórica La propuesta del presente potencial,
esto es la aceptación de una ontología social anclada en el proceso de construcción constante e inacabado
de la realidad social, que Zemelman llamará el movimiento de la realidad (1992), nos dice que tal
movimiento es posible de ser aprehendido por los sujetos sociales. Tal capacidad inacabada de realidad no
es un producto de una falla o vacío estructural que actuaría de horizonte de posibilidad de un excedente de
sentido, como es en el pensamiento político-crítico actual, de base lacaniana, de Ernesto Laclau o Slavojiek.
Más bien en Zemelman se ve a la realidad como un proceso de no finitud o cierre, abierto a
horizontes potenciales debido a la pluralidad de direcciones posibles en la construcción de la realidad, es
decir, a la infinidad finita de caminos que puede seguir el movimiento de la realidad social. En otros
términos, lo inacabado de la realidad social es producto de los movimientos y de las múltiples direcciones
de lo social, no por una falla estructural en ella sino por la imposibilidad del no-movimiento, por su exceso.
Así la idea de Zemelman es mucho más cercana a la idea de magma en Castoriadis, que a la falla estructural
o falta en Lacan. Sin embargo, esta lógica de lo abierto, no implica la inexistencia de operaciones de
condensación de la realidad, que se traduce en un juego de problematización entre la determinación y la
determinabilidad o definición3. Llevado al plano del conocimiento pensar lo inacabado de la realidad
significa intentar aprehender el movimiento siempre inconcluso de la realidad. Hugo Zemelman ha
aceptado el desafío de aprehender el movimiento de la realidad, desde un pensamiento también móvil.
Esto significa siguiendo a Luminato un cambio de ángulo: pasar desde la cuestión de la ontología social a la
epistemológica, entendida esta como una lógica de razonamiento (Luminato, 1995: 30-31). Por ende, el
presente potencial liga desde el comienzo el exceso de realidad social dado por su constante movimiento,
con la capacidad de aprehensión de las direcciones posibles por parte del conocimiento social. Así la
epistemología del presente potencial relaciona en un nudo indisociable movimientos de la realidad social y
posibilidades de conocimiento social.
Zemelman propone la epistemología del presente potencial (1987: 23-32) como la forma lógica de
conocer-aprehender el movimiento de la realidad social, donde la realidad social se entiende como una
articulación de procesos heterogéneos en base a tres presupuestos: a) el supuesto del movimiento b) el
supuesto de la articulación procesal c) el supuesto de la direccionalidad. Que limite la potencialidad de la
realidad social, pero a la vez que permita la expresión de las potencialidades del conocer, así Zemelman nos
propone un ejercicio de imaginación epistemológica al relacionar el movimiento mismo de la realidad social
en el movimiento del pensar y viceversa como procesos co-constituyentes. El supuesto del movimiento es la
base de lo inacabado de la realidad, en cuanto a sus propios procesos de constitución, al considerar en la
forma del pensar los dinamismos estructurales y coyunturales propios de la realidad en su proceso de
producción.
De esta manera, se intenta superar los postulados estáticos, entregados por la observación empírica
ingenua que confunde los parámetros de observación teórica metodológica de la realidad social con la
realidad social misma (Zemelman, 1987). En términos simples se confunde el mapa con el territorio,
borrando a la vez los alcances performativos de la propia actividad de conocer. El supuesto de la
articulación nos dice que los procesos constitutivos de la realidad social no pueden desvincularse unos de
otros, más que por una necesidad analítica, y mediante un ejercicio de reconstrucción es posible proponer
la emergencia de puntos de articulación. Estos puntos se condicen con la complejidad de la realidad social,
entendida como un conjunto heterogéneo de procesos y planos vinculados entre sí (1987). Por su parte el
presupuesto de la direccionalidad nos dice que los procesos sociales poseen múltiples direcciones posibles,
aunque algunas de ellas son más factibles que otras de ser actualizadas. Estas direcciones, aunque
contingentes no son al azar, pero tampoco movimientos teleológicos sino construcciones posibles dentro de
los dinamismos propios de la realidad social. Esto es que la realidad social permite la inclusión de la práctica
de los sujetos sociales, así como de otros dinamismos constituyentes del propio movimiento como pueden
ser algunas estructuras sociales. Sin embargo, el presupuesto de la direccionalidad es propio del
movimiento de la realidad y no algo solo atribuible a los deseos de los sujetos. Con esto su pensamiento se
escapa y supera del voluntarismo subjetivo, al formular la posibilidad de pensar sujetos con capacidad de
politicidad en su accionar, pero siempre con el límite del movimiento entre lo dado-dándose.
El presupuesto de la direccionalidad se relaciona con el presupuesto de la articulación de procesos
para conformar los movimientos de la realidad social, acá es donde aparecen ciertos componentes
performativos del conocer que Zemelman revisará en sus últimas obras vía la tarea del lenguaje (2007). Es la
articulación de procesos la que dejará ver las posibles direcciones y orientaciones que asumirán los procesos
sociales que conforman el movimiento de la realidad social. Sin embargo la tarea del conocer es observar las
potencialidades de desarrollos posibles de la realidad y no solo la orientación actual de ella, por eso se
habla del presente potencial (Zemelman 1987, 1992, 1994) El planteamiento basal de la epistemología del
presente potencial, es la de abrir el razonamiento desde un ejercicio que rompe los parámetros
autoimpuestos por formas cerradas de conocer, por ejemplo la practica científica positivista, hacia una
forma de conocimiento-aprehensión del movimiento de la realidad social a través de un procedimiento
problematizador de la realidad, basado en una lógica de inclusión permanente de procesos, niveles y
conceptos. La finalidad es la construcción de una matriz categorial que permita la reconstrucción articulada
de la realidad social sin simplificar su complejidad inherente, a través de una relación de conocimiento del
mismo tipo. Un planteamiento tal requiere el posicionamiento del sujeto, un ángulo de lectura, que desde la
propuesta zemelmaniana, está anclado en la subjetividad y los sujetos sociales. Es desde la tarea del
conocer que un sujeto concreto y situado, no trascendente ni formal, elaborará un ángulo de
lectura/apropiación de la realidad a fin de conocerla. La tarea de conocer en Zemelman está ligada a la
práctica y acción de los sujetos, así como a las materialidades y significaciones dadas por el lenguaje. La
consciencia histórica refiere a la capacidad de los sujetos de colocarse frente a la realidad, bajo un criterio
de construcción histórica, de tal forma que la realidad social deja de ser simplemente una externalidad para
los sujetos para entenderla como una constelación de ámbitos y de múltiples sentidos posibles (2002).
Es vía la noción de consciencia histórica que Zemelman plantea el doble vínculo entre sujeto y
realidad histórica, como co-constituyentes, al no limitar la capacidad de conocer de los sujetos a las
determinaciones posibles por la realidad histórica. Los sujetos son limites dados, pero a la vez son
potencialidades ya que cuentan con la capacidad de trascender los límites conceptuales con los que se
piensa en un determinado momento, expresada en la potencialidad de resignificar y dar nuevos contenidos
de los sujetos (2002). Esto es posible de observar tanto en la tarea de investigar la realidad social, como en
el mundo de la vida cotidiana. Desde el plano de la cotidianeidad se observa la capacidad de los sujetos de
transformar lo indeterminado o lo naturalizado en otras modalidades de contenidos y sentidos. Para esto
Zemelman rescata la noción de asombro en el conocer (2002), donde el asombro configura la potencialidad
de la apertura propia de la realidad social y del conocimiento sobre ella, dándole una forma que puede
parecer ingenua, pero que es productiva en tanto produce nuevas definiciones. En el fondo la consciencia
histórica se ancla en las capacidades y potencialidades de los sujetos de romper y desarmar las estructuras
que naturalizan el conocer, de paso que naturalizan a la misma realidad social, conjunto a las posibilidades
de configurar un pensamiento desparametrizador de aquellos parámetros que actuaban como bloqueos,
permitiéndose potenciar las diferentes direcciones de los movimientos de la realidad, bajo la tensión
posible entre un conocer desparametrizador y la realidad social naturalizada. No obstante, lo anterior, no
debe perderse de vista que la formulación de Zemelman es profundamente relacional, en tanto la realidad
social y sus direcciones condensadas actuarán de cierta forma sobre las capacidades de conocer de los
sujetos. Pero estos están en condiciones de relacionarse con ella de manera distinta, dada por las
potencialidades de su conocer (lenguaje y práctica), de una manera tensional que explora los diferentes
movimientos de la realidad social, así como la experimentación de otras direcciones, donde realidad social y
sujetos son nodos indisociables. Este punto de vista tensional requiere profundizar en las formulaciones
socio históricas o de historicidad y en las sociopolíticas presentes en la propuesta del presente potencial y la
consciencia histórica, para observar las implicancias sociológicas y políticas de la propuesta.
O.A.: Conocer, comprender, analizar, explicar y aplicar la controversia en diferentes contextos sociales de la
vida diaria.
La controversia es una discusión entre dos o más personas que exhiben opiniones
contrapuestas o contrarias. Se trata de una disputa por un asunto que genera distintas
opiniones, existiendo una discrepancia entre los participantes del debate. Por ejemplo: “El
jugador entró en una controversia con su entrenador al considerar que el equipo no está
utilizando la táctica más adecuada”, “Lucas generó una controversia en el seno de la
empresa al oponerse a la contratación de un nuevo vendedor”, “La controversia dentro del
gobierno se acentuó con la renuncia del ministro Carrizo”.
La noción de controversia puede entenderse a pequeña escala (un enfrentamiento
privado entre dos personas) o como una situación global que involucra a millones de
personas (una sociedad dividida por algún tema). Ciertas controversias estallan por un
asunto determinado que, incluso, puede ser considerado como algo menor. Este tipo de
controversias suelen ser momentáneas o pasajeras y, aunque no se llegue a un acuerdo
entre las partes, no modifica la esencia de las cosas. Otras controversias, en cambio, son
históricas y afectan a dimensiones como la religión, la filosofía o la política. Las controversias
más profundas pueden generar fanatismos y posturas extremas, ya que lo que algunas
personas aceptan como normal o correcto, puede resultar un tabú para otros sujetos.
A lo largo de los siglos han existido muchos temas que han generado controversia en
todo el mundo o que han enfrentado a distintas sociedades. Así, por ejemplo, de máxima
actualidad está la que gira en torno a lo que se da en llamar calentamiento global del
planeta. Los principales causantes de esos cambios que está sufriendo el mundo, el
determinar si la acción del hombre es la que origina de manera fundamental aquellos o los
pasos que necesariamente hay que dar son más exactamente los temas peliagudos y que
han suscitado más “enfrentamientos” entre distintas autoridades. La utilidad y beneficios de
los videojuegos, la energía nuclear en toda su extensión o incluso la esencia de la
biopsiquiatría han sido igualmente otras de las cuestiones que vienen generando
controversia en los últimos años.
Ahora, por ejemplo, la controversia que está en todas las portadas de los periódicos es
el conjunto de obras de ampliación que se están llevando a cabo en el Canal de Panamá y
que han enfrentado al gobierno del país y a la empresa constructora por determinados
acuerdos financieros. Las corridas de toros como espectáculo artístico, cultural o deportivo
constituyen una controversia habitual en varios países del mundo. Los defensores creen que
los espectáculos taurinos forman parte de la identidad y de la historia de los pueblos,
mientras que los detractores igual a la práctica con la tortura.
Además de todo lo expuesto tendríamos que subrayar que, en otros países, el término
controversia tiene otro significado. Buena muestra de ello es en Cuba, donde aquel se
emplea para ejercer como sinónimo de contrapunteo. Este es un singular desafío que se
establece entre dos personas y que consiste en que verbalmente se enfrenten. ¿Cómo?
Mediante la acción de cantar versos que son absolutamente improvisados. Asimismo, hay
que subrayar que también con el vocablo que nos ocupa se forma la locución adverbial sin
controversia. Ella viene a tener el mismo significado que “sin duda”.
B) Los diferentes contextos en que se presentan las controversias:
• Eldebate público: Es una de las fórmulas más eficaces para el escrutinio del poder y para
mejorar lo que existe. Así es porque el debate implica una forma de interacción o de
intercambio en el que se enfrentan varias opciones o perspectivas sobre diversos temas.
Para la vida pública el debate es fundamental, se da de diversas maneras y no solo en
tiempos electorales, lo mismo en los medios de comunicación, que en los órganos
legislativos y en los cuestionamientos y afirmaciones que la sociedad realiza a través de
canales de comunicación convencionales y no convencionales.
El principio general es que toda forma de poder debe estar sujeta a escrutinio. Tengo
la impresión de que hemos avanzado mucho en la crítica, pero poco en el debate público.
Una pena, porque si contemplamos el periodo de la República Restaurada del siglo XIX, el
debate no solo estaba presente, sino que era una fórmula cotidiana de cuestionar o afirmar
al poder y a quienes lo representaban. Gradualmente el país asumió el propósito de
unanimidad o si se quiere de una crítica muy acotada. Se generó la idea de que la paz social
requería de una sociedad y de una política callada. La revolución reactivó el debate, pero la
inestabilidad, la rebelión y la dificultad para dar estabilidad al régimen nuevamente
mitigaron la crítica y el debate. El debate tiene sus reglas y también su didáctica. Un debate
que se vuelve pleito callejero niega su esencia como medio racional para construir a partir
de la dialéctica de puntos de vista encontrados.
El descontón poco tiene que ver con el debate; tampoco el monólogo de
interlocutores que concurren con posiciones inamovibles. El complejo de superioridad
moral es otra de las dificultades para el debate; asumir que el juicio o prejuicio de las
personas va por encima de los argumentos (la referencia a la supuesta autoridad moral) es
otro de los problemas; las razones valen independientemente de quien las emite. Las
razones se responden con razones, no con juicios morales ni con la descalificación del
interlocutor. Visto así el debate auténtico es la prueba de ácido a la tolerancia.
Tolerancia no significa ceder ni conceder, tolerancia es la capacidad para escuchar al
otro, incluso al opuesto, y esto a su vez implica no solo coexistir con quien piensa, prefiere
o actúa diferente, sino también, poder acordar a partir de muchos de los temas sobre los
que existe coincidencia. Por ello la premisa básica de un debate constructivo es la
coexistencia de la diferencia y la libertad de pensar y actuar de manera diversa. México,
desde el punto de vista político, está en una encrucijada que habrá de resolverse en los
próximos meses; un buen debate público es indispensable, pero también, un piso de
tolerancia, inteligencia, moderación y honestidad. El país tiene que convencerse de que el
mundo de las unanimidades no pertenece a lo terrenal; que toda propuesta, forma de
gobierno, opción o programa político están sujetos a discusión y debate. No hay personajes
ni verdades supremas. Todo y todos somos discutibles y opinables. No estoy del lado del
pesimismo. Aunque las dificultades son ciertas, la incertidumbre no es poca cosa y los
problemas persisten en su gravedad y magnitud, tengo la convicción de que México y su
sociedad tienen el potencial para sobreponerse a la adversidad y crecer ante el nuevo
entorno. Para ello, creo que las libertades son fundamentales. Más en el nuevo entorno
social y tecnológico que implica el mundo libre, abierto, incierto e impredecible de la
comunicación digital y de las redes sociales.
Dadas las circunstancias y los antecedentes pueden parecer extraño, pero la razón por
la que veo un mejor futuro descansa no tanto en los proyectos políticos, sino en la fuerza
de la sociedad, los ciudadanos, los religiosos, los trabajadores y empresarios. Mi encuentro
con el México profundo a través de la investigación social y el trabajo con sindicatos,
organizaciones, civiles, medios de comunicación, empresas y profesionistas de excelencia
me ha permitido reafirmar la convicción de que el país tiene fortaleza y un gran potencial.
Desde luego que la política importa, también el gobierno y la representación legislativa,
pero lo más fuerte, duradero y promisorio viene de la sociedad. Por esta consideración el
debate reviste la mayor importancia.
Debemos promoverlo como forma de vida; entender que el consenso y el disenso van
de la mano. Que el acuerdo y calificación sobre los gobiernos debe pasar a otro estándar, el
de las evaluaciones que sirvan a la sociedad para conocer retos, limitaciones, errores y
también aciertos donde los haya. Los medios tienen una tarea de la mayor importancia en
el debate público. Es importante profesionalizar la investigación periodística. Transitar de
la filtración intencionada al estudio profesional y riguroso, así como a la comprobación de
hechos y datos. Diferenciar la descripción de los hechos de las opiniones.
En las afirmaciones duras sobre hechos o conductas consultar al señalado o al
afectado para presentar con honestidad y respeto su propio punto de vista. Los medios son
muy importantes porque de alguna manera son el encuentro de la sociedad con el poder y
con la información. Padecen la presión de evolucionar frente a la comunicación e
información digital, un proceso irreversible y que tiene muchas implicaciones. Desde ahora
ya se advierte la inercia social por mejorar la información, la cobertura noticiosa y los
espacios de debate. No puede ser un debate entre los mismos y con los mismos, debemos
dar pasos decididos a que hablen todos aquellos que tienen mucho que decir y que los
medios normalmente no les abren su puerta. No en balde los proyectos más exitosos en
medios convencionales y digitales son aquellos que se atreven a dar ese paso, una manera
inteligente y productiva de dar validez al debate.
http://www.milenio.com/opinion/liebano-saenz/paralaje/el-debate-publico
1.- Las rutinas que seguimos en la vida diaria, que constituyen el grueso de nuestras
actividades sociales, no son idénticas, puesto que, si se produce un cambio importante, se
producen alteraciones profundas; aunque se sucede una nueva serie de hábitos regulares.
Por tanto, nuestras rutinas y las interacciones en las que nos sumergen, estructuran y
modelan lo que hacemos.
2.- El estudio de la interacción social ilumina aspectos de los sistemas e instituciones sociales
más amplios, puesto que dependen éstos de los modelos de interacción social de nuestra
vida diaria.
- Concepciones compartidas: Las formas más intrascendentes del habla cotidiana suponen
un conocimiento compartido y complejo que los participantes ‘ponen en juego’, puesto que
las palabras empleadas en el habla cotidiana no tienen significados precisos, y nosotros
‘fijamos’ lo que queremos decir, o el sentido de lo que se dice, por unas presunciones
implícitas que lo apoyan. De esta manera, sabemos el tipo de respuesta que requiere la
pregunta según la persona que pregunta, el tipo de actividades que hacemos juntos
normalmente, lo que la persona hace en un día concreto de la semana y otras cosas.
Las ‘expectativas de fondo’ con las que organizamos las conversaciones, fueron fijadas
por experimentos que Garfinkel realizó con estudiantes que entablan una conversación con
un amigo/pariente, pidiendo que aclararan el sentido de los comentarios triviales. De esta
manera, se demostró porque la gente se enfada cuando no se siguen las conversaciones,
siendo éste que la estabilidad y el significado de nuestra vida social cotidiana dependen del
hecho de que compartimos presupuestos culturales implícitos sobre lo que se dice y su
porqué. Así, debemos darnos cuenta que en la vida cotidiana las personas, aparentan
ignorar deliberadamente las concepciones implícitas requeridas para interpretar una
afirmación, una observación o una pregunta.
e) Contextos y situaciones: La vida cotidiana está constituida por una serie de encuentros
con otros en diferentes contextos y situaciones. En aquellas situaciones en las que las
personas están próximas, los que mantienen una conversación controlarán su tono de voz y
se situarán de tal manera que crearán un ‘corrillo’ separado de los demás. Por otro lado, en
situaciones más formales, se utilizan una serie de instrumentos compartidos para marcar el
comienzo y el fin de un encuentro o fase de interacción particular.
Las señales son, por lo general, particularmente importantes cuando un encuentro es
divergente las convenciones ordinarias de la vida cotidiana. En espacios muy reducidos,
resulta difícil crear una unidad de interacción focalizada además de no ser vistos ‘mirando a
otros’ más directamente de lo que permiten las normas de atención cortés.
- Manejo de la presentación: Los autores que han escrito sobre interacción social empelan a
menudo expresiones teatrales para analizarla. Así, en el modelo dramatúrgico que emplea
Goffman, la vida se concibe como una representación teatral, en el que la gente es muy
sensible a como le ven los demás y utilizan muchas formas de manejo de la presentación
para asegurarse de que los demás reaccionan como ellos desean.
- Región anterior y posterior: Goffman señala que gran parte de la vida social se puede
dividir en dos regiones:
1.- Región anterior: Son las situaciones o encuentros sociales en los que los individuos
juegan papeles formales o instituidos (son ‘actores en escena’).
2.- Región posterior: Son aquellas en las que se suman los esfuerzos y uno se prepara para la
interacción en situaciones de máxima formalidad (es el espacio ‘entre bastidores’). Esta
región permite ‘la profanación, los comentarios sexuales abiertos, apretones disfrazados.’
1.- Distancia íntima: Hasta 50 cm., está reservada a muy pocos contactos sociales, solamente
aquellos que tienen relaciones en las que se permite el contacto corporal regularmente.
3.- Distancia social: Desde 1 m. hasta 3 y medio m., es la distancia que normalmente se
mantienen en las situaciones formales de interacción, como ocurre en las entrevistas de
trabajo.
4.- Distancia pública: Superior a los 3 y medio m., es la distancia preservada para aquellos
que actúan ante una audiencia.
Las zonas más llenas son las dos primeras y si estos espacios son ‘invadidos’, la gente
trata de recuperar su espacio y en aquellos casos en los que las personas se ven forzadas a
una proximidad mayor de la deseada, se debe establecer algún tipo de frontera física.
1.- El tiempo del reloj: La división en zonas de nuestras actividades está influenciada en el
sistema del tiempo del reloj, cuya medida se encuentra industrializada alrededor del globo
terráqueo, posibilitando los complejos sistemas de transportes y comunicaciones
internacionales de los que dependen nuestras vidas actualmente.
2.- La geografía temporal: Un modo interesante de analizar las actividades, a través del
tiempo fue desarrollado por Hagerstrand con la geografía temporal, que mira al entorno
físico en el que se desarrollan las actividades sociales y describe el modo en el que este
entorno influye en (y es influido por) los movimientos diarios y semanales de los individuos y
grupos.
3.- Los límites espacio – temporales: Existen tres tipos de límites espacio – temporales
(barreras para el desarrollo de las actividades cotidianas, en términos de su posición en el
tiempo y el espacio):
b) Límites de acoplamiento: Esta trazada por la capacidad de las personas para reunirse en
determinados lugares e interaccionar entre sí.
EL ALMA INDÍGENA
Un atractivo recurso es la película de Roland Jaffe, La misión, 1986, con Robert de Niro y Jeremy Irons. Sin
embargo, podría considerarse demasiado larga para verla entera en clase; una alternativa es que los
alumnos interesados en este tema la vean fuera de las horas de clases en la escuela o en sus casas; otra, que
el profesor haga una selección de escenas que muestra al curso. Una posible selección que en su total no
supera los 25 minutos y por ende deja tiempo para la discusión es la siguiente: minutos 0:00 - 14:00 (puesta
en escena, subida a San Carlos), y luego minutos 51:00 -56:30 (discusión en Europa sobre la situación de los
indígenas).
La historia se ubica en 1750 y muestra las consecuencias sobre las poblaciones indígenas
conquistadas y convertidas por los misioneros españoles causadas por la firma del Tratado de Madrid.
Aquel tratado firmado entre los imperios español y portugués, con el Vaticano en el tercer vértice del
triángulo significó la cesión española de determinados territorios del sur del continente americano,
incluyendo siete tribus colonizadas y convertidas por jesuitas españoles. Para éstos, los indígenas son
buenos cristianos. Para los portugueses, no eran sino un óptimo material de venta como esclavos.
En el siguiente pasaje, el autor recuenta cómo se intentó comprobar científicamente la inferioridad de las
mujeres: … En 1872, los líderes de la antropometría europea intentaban medir con “certidumbre científica”
la inferioridad de las mujeres. La antropometría o medición del cuerpo humano no está tan de moda como
campo de estudios en nuestros días, pero dominó las ciencias humanas durante buena parte del siglo
diecinueve y siguió siendo popular hasta que los test de inteligencia reemplazaron a las mediciones
craneanas como mecanismo favorito para realizar odiosas comparaciones entre las razas, las clases y los
sexos. La cráneo- metría o medición del cráneo era la disciplina que gozaba de mayor atención y respeto. Su
líder incuestionado, Paul Broca (1824-80), profesor de cirugía. Clínica de la Facultad de Medicina de París,
reunió en torno suyo toda una escuela de discípulos e imitadores. Su trabajo, tan meticuloso y tan
aparentemente irrefutable, ejerció gran influencia y ganó gran estima como joya de la ciencia
decimonónica.
El trabajo de Broca parecía particularmente invulnerable a toda refutación. ¿Acaso no había tomado
sus medidas con el más escrupuloso cuidado y la máxima precisión? (…) Broca se pintaba así mismo como
un apóstol de la objetividad, un hombre que se inclinaba ante los hechos y dejaba a un lado las
supersticiones y los sentimentalismos. (…) Las mujeres, les gustara o no, tenían cerebros más pequeños que
los de los hombres y, por lo tanto, no podían ser sus iguales en cuanto a la inteligencia. Este hecho,
argumentaba Broca, puede que refuerce un prejuicio común existente en la sociedad de los hombres, pero
es también una verdad científica. (…) El argumento de Broca se apoyaba en dos series de datos: los
cerebros, de mayor tamaño, de los varones en las sociedades modernas y en un supuesto incremento de la
superioridad del hombre con el transcurso del tiempo. Sus datos más extensivos procedían de autopsias
realizadas personalmente en cuatro hospitales parisienses. Sobre doscientos noventa y dos cerebros de
varón, calculó un peso medio de 1.325 gramos; entre 140 cerebros de mujer, la media era de 1.144 gramos,
lo que suponía una diferencia de 181 gramos, o de un 14 por ciento en peso del de los varones. No obstante,
no realizó intento alguno de medir el efecto del tamaño por sí mismo y, de hecho, declaró que no puede
explicar la totalidad de la diferencia porque sabemos, a priori, que las mujeres no son tan inteligentes como
los hombres (una premisa que supuestamente tenían que verificar las pruebas, no apoyarse sobre ella).
“Podemos preguntarnos si el pequeño tamaño del cerebro femenino depende exclusivamente del pequeño
tamaño de su cuerpo. Tiedemann ha propuesto esta explicación. Pero no debemos olvidar que las mujeres
son, por regla general, un poco menos inteligentes que los hombres, una diferencia que no debemos
exagerar, pero que es, no obstante, real. Por lo tanto, nos está permitido suponer que el tamaño
relativamente pequeño del cerebro de la mujer depende en parte de su inferioridad física y en parte de su
inferioridad intelectual”.
En 1873, al año siguiente a la publicación de Middle march de Eliot, Broca midió las capacidades de
los cráneos prehistóricos de la cueva de L’Homme Mort. Allí encontró tan sólo una diferencia de 99,5
centímetros cúbicos entre varones y hembras, mientras que en las poblaciones modernas las diferencias van
de 129,5 a 220,7 cc. Topinard, el principal discípulo de Broca, explicó la creciente discrepancia a través del
tiempo como resultado de las diferentes presiones evolutivas sufridas por el hombre dominante y la mujer
pasiva. El hombre que combate por dos o más en la lucha por la supervivencia, que carga con todas las
responsabilidades y preocupaciones del día de mañana, que está continuamente en activo, combatiendo
contra su medio ambiente y contra sus rivales humanos, necesita más cerebro que la mujer la que debe
proteger y alimentar, la mujer sedentaria, carente de vida interior alguna, cuyo papel es criar hijos, amar y
ser pasiva.
Stephen Jay Gould, “El cerebro de las mujeres” en El pulgar del panda, Ediciones Orbis, Madrid,1986.
El hombre es capaz de rectificar sus equivocaciones por la discusión y la experiencia. No por la experiencia
solamente: es necesaria la discusión para mostrar cómo debe interpretarse la experiencia. Las opiniones y
las costumbres ceden gradualmente ante los hechos y los argumentos; pero para que los hechos y los
argumentos produzcan alguna impresión sobre el espíritu es necesario que se expongan. Muy pocos hechos
pueden decirnos su historia sin los comentarios convenientes para evidenciar su significación. Toda la fuerza
y el valor del juicio del hombre descansan sobre la propiedad que posee de poder rectificar su camino
cuando se extravía; no podemos, por consiguiente, conceder a los hombres alguna confianza más que
cuando se hallan en condiciones de poder rectificar sus juicios con facilidad.
¿Por qué procedimientos llega un hombre a este resultado? Pues están sólo prestando atención a
toda crítica formulada sobre sus opiniones y sus actos y teniendo por costumbre escuchar todo lo que
contra él pudiera decirse, aprovechándolo siempre que sea justo, y presentando en ocasiones a su propio
criterio y al de los demás la falsedad de lo que no es más que un sofisma, y comprendiendo que el único
medio que el ser humano tiene a su alcance para llegar al conocimiento completo de algo es escuchar lo que
puedan decirlas personas de opiniones diversas, y estudiar todos los aspectos en que puede considerarse
por las diferentes clases o modos de ser del espíritu humano. Jamás ningún sabio llegó a adquirir su ciencia
de otro modo, ni hay en la naturaleza de la inteligencia otro procedimiento para conocer la verdad.
El hábito constante de corregir y completar su opinión, comparándolas con otras, lejos de causar
duda y vacilación para ponerla en práctica, es el único fundamento estable de una justa confianza en dicha
opinión. En efecto, el hombre prudente que conoce todo lo que puede decirse contra él, según todas las
hipótesis probables; que ha asegurado su posición contra cualquier adversario, que, lejos de evitar las
objeciones y las dificultades, las ha buscado, y no ha desperdiciado nada de lo que pudiera darle luz sobre la
materia, tiene derecho a pensar que su juicio vale más que el de cualquier otra persona o que el de la
multitud que no ha procedido de este modo. Es extraño que los hombres reconozcan el valor de los
argumentos a favor de la libertad de discusión y que les repugne llevarlos hasta su última consecuencia, no
advirtiendo que, si las razones no son buenas para un caso extremo, no valen nada en ningún otro
momento. También es de extrañar que, no proclamándose infalibles, cuando reconocen que la discusión
debe ser libre sobre todo aquello que aparezca dudoso, pretendan al mismo tiempo colocar por encima de
toda discusión una doctrina o un punto particular por ser verdaderamente cierto. Tener algo, por cierto,
mientras exista un solo ser que lo negaría si pudiera, pero a quien se le impide hacerlo, es afirmar que
nosotros somos jueces de la verdad, pero jueces que resuelven la cuestión sin escuchar a una de las partes.
J. S. Mill, De la libertad de pensamiento y discusión, publicado en Revista de Estudios Públicos, N 37, verano 1990.
C) Opinión y argumentación:
HECHO: El hecho se refiere a una idea, situación o acontecimiento real y objetivo. Por
ejemplo: Es un hecho, que te encuentras en Clase de Argumentación en este minuto. Es un
hecho, que eres alumno de cuarto medio. Es un hecho, que nos encontramos en el mes de
junio. Es un hecho, que el fumar produce cáncer.
OPINIÓN: La opinión es lo que se piensa o se siente a partir de una idea, situación o
acontecimiento. Por ejemplo: Es una opinión, que la clase de Argumentación del día de hoy
te gustó. Es una opinión, que este cuarto es el mejor del Colegio. Es una opinión, que fumar
es agradable y entretenido.
PUNTO DE VISTA: Es el lugar psicológico, social, generacional o histórico desde donde una
persona mira un asunto. Por eso, todas las personas tienen distintos puntos de vista acerca
de la realidad que nos rodea. Ejemplo: “Soy un fumador y defiendo que se pueda fumar en
lugares públicos”.
II. Actividad: lee el siguiente texto y elabora tu opinión personal (en una plana de u
cuaderno). Para ello, puedes guiarte con las siguientes preguntas:
En Ciudad Seva hemos llevado a cabo grandes mejoras para atender de manera más
eficiente a nuestros millones de visitantes. Esta modernización nos ha obligado a cambiar las
direcciones de muchas páginas. No las hemos borrado, solo han sido movidas o
transformadas. Como resultado, es posible que de primera intención no encuentres lo que
buscas. No te preocupes. Simplemente coloca en la siguiente cajita la información que
necesitas. O escribe el título de una obra literaria o de su autor. El buscador deberá
encontrarla sin ningún problema. De surgir algún inconveniente, escríbenos
a central@ciudadseva.com y con mucho gusto te ayudaremos.
1. Argumentar es hablar con propiedad ¿Qué implica hablar con propiedad? Significa que se
habla solo si se tiene el conocimiento necesario. Tampoco esto implica que debamos ser
expertos en la materia para poder realizar un argumento.
2. No toda opinión tiene un fundamento. Una opinión es un parecer, que a veces tiene un
fundamento, pero no es necesario que lo tenga.
3. La opinión no posee una finalidad persuasiva. Expresar una opinión equivale a mostrar si
algo nos gusta o disgusta, sin importar que nuestro interlocutor comparta esa idea que
tenemos
4. Argumentar es intentar seducir al interlocutor. Por seducir se entiende, que el lector tome
como válido las ideas de la persona que argumenta.
5. En ambos conceptos se emite un juicio sobre algo o alguien. Esta es la característica que
comparten. Se emite un parecer, un pensamiento sobre algo que hemos presenciado u
observado, o simplemente sobre un punto que nos preguntan.
Es un alto porcentaje del día el que pasamos en el trabajo y por lo tanto es natural que
surjan conflictos. Como director, gerente o supervisor, mediar o intervenir en estas
situaciones es un reto significativo. Sin embargo, a diferencia de lo que parece, los conflictos
no tienen una naturaleza negativa, ya que bien manejados, llevan implícitos enormes
beneficios. El manejo de conflictos suele ser uno de los mayores impulsores de cambios,
cuando se saca el mayor provecho de estas situaciones, se convierten en un excelente
mecanismo para fortalecer ideas y opiniones que, como resultado, pueden generar un
equipo de trabajo más innovador y eficaz.
La clave para resolver conflictos, reside en encarar abiertamente el inconveniente y
realizar negociaciones con el fin de encontrar un resultado en el que todos salgan
beneficiados. Todo esto bajo el marco del dialogo, el intercambio de información y los
acuerdos que son herramientas básicas para la resolución de conflictos, puesto que estas
cualidades están estrechamente relacionadas con la madurez de un sistema laboral. Para
construir una cultura de dialogo útil y eficaz para la solución democrática de los conflictos en
las empresas y de la sociedad en general, es necesario:
- Superar el método de negociación basado en posiciones, por uno que parta de las
necesidades e intereses reales de los trabajadores, las empresas y las personas.
- Organizaciones de trabajadores y empleadores con la capacidad de interactuar y con
acceso a información y espacios pertinentes.
- Buena voluntad y compromiso para participar en dicha interacción.
- Respeto de los derechos fundamentales de libertad de asociación y negociación colectiva.
Por último, una vez discutidas las posibles soluciones, decida la opción que mejor hace
frente a las necesidades de ambas partes y de la organización. Póngalo por escrito, con
acciones acordadas claramente explicadas. Es importante realizar un seguimiento del
progreso y reforzar el éxito de forma positiva con elogios verbales. Recuerde que la paz no
es la ausencia de conflictos, sino el tramite civilista de los mismos. Así que el diálogo que se
produzca entre trabajadores y gerentes durante el desarrollo del conflicto, ayuda a construir
una mejor sociedad.
D) La argumentación en el contexto de la vida cotidiana (conversación, discusión, diálogo).
A: “El retrato”
“Mientras cruzaban el parque, camino a sus casas, Ana comentó: “¡Qué curioso! Yo siempre miré ese retrato
como una simple pintura, pero tú lo miraste como si hubiera sido una persona de verdad”. “No”, replicó
Susana, “yo sé que un retrato no es una persona de verdad y quizás por eso nunca me ha gustado mucho la
pintura, porque no son cosas vivas. Me encanta cuando tú me cuentas cómo pintas y cómo compones los
colores, pero para mí, los cuadros son simples telas enmarcadas.
Solamente, cuando muestran algo relacionado con la vida o con las personas, me provocan interés”.
Susana sonrió al ver que Ana se sorprendía ante su comentario. “Las personas y los objetos son cosas muy
distintas”, concluyó, “y para mí, las pinturas son solamente objetos”.
– “Pero tú amas a las plantas”, alegó Ana, “y las plantas no son personas… son cosas”.
– “De acuerdo, pero son cosas vivientes”, contestó Susana.
– “Sí pues, son seres vivos”, dijo Ana, pero no tienen sentimientos y no pueden expresarse. En cambio, los
cuadros, a pesar de ser objetos, pueden ser expresivos. De modo que todo esto no están sencillo como
pensaste”. Y, para mí misma, Ana añadió, “tampoco es tan sencillo como yo pensaba”.
Scarlett O ´H ara, Rhett Butler, Melanie Wilkes y su hijo y Prissy escapan en una carreta de la
devastada Atlanta hacia Tara. A mitad de camino. (… )
“Todo eso es así – respondió Don Quijote –, pero no todos podemos ser frailes y muchos son los caminos
por donde lleva Dios a los suyos al cielo: religión es caballería; caballeros santos hay en la gloria”.
– “Sí” – respondió Sancho –, “pero yo he oído decir que hay más frailes en el cielo que caballeros andantes”.
– “Eso es” – respondió Don Quijote – “porque es mayor el número de los religiosos que el de los caballeros”.
– “Muchos son los andantes” – dijo Sancho.
– “Muchos” – respondió Don Quijote – “pero pocos los que merecen nombre de caballeros”.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
3° Unidad: “La argumentación y los actos del habla.”
O. A.: Conocer, comprender, analizar, explicar y aplicar los componentes de la argumentación y los actos del
habla en diferentes contextos sociales de la vida diaria.
La teoría de los actos de habla, desarrollada por los filósofos del lenguaje John Austin y John Searle
establece que los enunciados aislados no tienen un significado fijo, sino que adquieren significado en el
contexto particular en que se realizan. En consecuencia, llaman un acto de habla a la unidad mínima de
comunicación que expresa el significado del enunciado en ese contexto.
Esta teoría permite distinguir entre el contenido proposicional de un enunciado y las funciones
comunicativa e interactiva del acto de habla en el que se expresa. Así, a un mismo contenido proposicional
se le pueden otorgar distintas funciones comunicativas. Por ejemplo, al contenido proposicional “Juan es
vegetariano”, se le puede otorgar la función comunicacional de una pregunta, diciendo “¿Es Juan
vegetariano?”, el de una afirmación, diciendo: “Juan es vegetariano” o el de un consejo: “Juan, te
convendría ser un vegetariano”.
Para comprender un acto de habla, el interlocutor requiere conocer tanto la proposición o las
proposiciones que en él se expresan como su función comunicativa. Pero, además de lograr este efecto
comunicativo de ser comprendido, el hablante también espera lograr un efecto interactivo: “que el
interlocutor acepte el acto de habla o que responda de una manera determinada.” Esta distinción teórica
entre el aspecto comunicativo y el aspecto interactivo permite hacerse cargo del hecho de que estos dos
aspectos no coinciden necesariamente. Un interlocutor puede comprender perfectamente la proposición y
la función comunicativa de un acto de habla y, sin embargo, no responder del modo esperado por el
hablante. Por ejemplo, ante la pregunta “¿Dónde escondiste los chocolates que me regaló Juan?” el
interlocutor puede comprender el contenido proposicional (“Tú escondiste los chocolates que me regaló
Juan en algún lugar”) y comprender la función comunicacional (darse cuenta de que le están preguntando
en qué lugar escondió los chocolates que Juan le regaló al hablante) y, sin embargo, negarse a decir dónde
los escondió.
Esta distinción es importante para la comprensión, análisis y evaluación de las argumentaciones
cotidianas. Dado que, a diferencia de los argumentos que estudia la lógica formal, éstas siempre ocurren en
un contexto, es indispensable poder interpretar su significado atendiendo a dicho contexto. Una misma
proposición puede tener distintos significados en distintos contextos. Por ejemplo, la proposición “Supongo
que a Pedro le encantan los libros de aventuras” puede tener el significado indirecto de un consejo, si se da
en el contexto de una conversación entre amigas en la que una le ha preguntado a otra: “¿Qué le podría
regalar a Pedro para su cumpleaños?” Si la amiga interpretar a la respuesta en un sentido literal, no estaría
comprendiendo bien su significado. En ese contexto, no tiene sentido simplemente especular sobre los
posibles gustos de Pedro. En cambio, sí tiene sentido aconsejar o sugerir una línea de acción como: “Te
aconsejo que le compres un libro de aventuras”.
La teoría de los actos de habla distingue varios tipos de actos de habla clasificándolos en los siguientes
grupos:
a) Asertivos: Actos de habla por medio de los cuales el hablante afirma cómo es algo que se expresa en su
contenido proposicional. Entre éstos se cuentan las aseveraciones, las afirmaciones y las suposiciones.
b) Directivos: Actos de habla por medio de los cuales el hablante se compromete a hacer algo que se
expresa en su contenido proposicional (o a abstenerse de hacerlo). Entre éstos se cuentan las promesas, las
aceptaciones y los acuerdos.
c) Expresivos: Actos de habla por medio de los cuales el hablante expresa sus sentimientos con relación a
cierto evento o situación. Entre éstos se cuentan las felicitaciones, las condolencias y las expresiones de
alegría, desilusión, rabia y otras emociones y sentimientos.
d) Declarativos: Actos de habla por medio de los cuales el hablante crea la situación expresada en su
contenido proposicional. Entre éstos se cuentan abrir una sesión (del Parlamento, por ejemplo), declarar a
una pareja marido y mujer y despedirá un empleado. También se incluyen entre ellos los “declarativos de
uso”, como las explicaciones, aclaraciones, amplificación eso definiciones, por medio de los cuales el
hablante incrementa la comprensión de su interlocutor o de su audiencia, indicándoles cómo deben
interpretar otros actos de habla.
Elaboración Unidad de Currículum y Evaluación, Mineduc,2001.
- Función comunicativa e interactiva del lenguajes y los actos del habla: Las funciones del
lenguaje se refieren al uso de la lengua que hace un hablante. En simples palabras, son los
diferentes objetivos, propósitos y servicios que se le da al lenguaje al comunicarse, dándose
una función del lenguaje por cada factor que tiene éste, en donde la función que prevalece
es el factor en donde más se pone énfasis al comunicarse. El lenguaje tiene seis funciones:
1.- Función Emotiva o Expresiva: Es la orientada al emisor. Permite inferir la subjetividad del
hablante, su estado emocional. Son propias las interjecciones, el énfasis en la entonación,
las interrupciones, la alteración del orden de las palabras, las exclamaciones, elementos
emotivos de todo tipo (diminutivos, aumentativos, despectivos), adjetivos valorativos,
términos connotativos y modo subjuntivo optativo. Lenguaje coloquial, literario con
frecuencia y en periodismo de opinión. Ej.: Estoy tan solo, amor, que a mi cuarto sólo sube,
peldaño tras peldaño, la vieja escalera que tráquea.
Cuando decimos «¡Cállate!», «Abre la puerta, por favor.» o «La ventana está abierta»
Podemos estar haciendo una mera descripción de un hecho, pero también puede haber un
contexto: «Cierra la ventana». Dentro del mensaje se invita al oyente a que haga algo.
4.- Función Metalingüística: Está presente en todos los actos comunicativos. Se da cuando el
mensaje que se transmite puede ser verificable, porque claramente reconocemos la relación
que se establece entre el mensaje y el objeto (referente). Los recursos lingüísticos
principales de esta función son los deícticos. Es aquella que utiliza el lenguaje denotativo (el
significado primario de las palabras). Prevalecen los sustantivos y verbos; los textos
informativos, científicos, periodísticos como también afiches Llamada también
representativa, denotativa o cognoscitiva. Permite brindar conocimientos, conceptos,
información objetiva. Está relacionada con el referente. Por ejemplo:
5.- Función Fática: Es la centrada en el código. Cuando la lengua se toma a sí misma como
referente, cuando la lengua habla de la lengua. Por ejemplo:
Actos de habla es cuando utilizamos el lenguaje para dialogar, para opinar de hechos o
realizar cualquier tipo de intervención – oral o escrita - en la vida diaria, ahí estamos
enunciando y esa enunciación tiene una connotación lingüística. Posee un sentido, un para
qué y un por qué se dice. El decir:
- Acto Ilocutivo: El efecto que ese decir tiene en el receptor. Es cuando el mensaje no queda
totalmente expreso, sino que éste se presta para confusiones u otras interpretaciones por
parte del receptor. Son aquellas frases en las que el aspecto locutivo e ilocutivo no
coinciden, por lo tanto, la finalidad de la oración es distinta a lo que se expresa
directamente. Ej.: Mañana te despertaré temprano En la oración anterior no queda
clarificado el para qué se efectuará esa acción, con qué fin el receptor será despertado al día
siguiente a una hora temprana. Si bien, tomando el primer ejemplo, podemos inferir que
será para ir al colegio, esa intención no está tácita en la secuencia de palabras.
- Acto Perlocutivo: Desde ese punto se distinguen los siguientes actos de habla (orales o
escritos): Directos e Indirectos.
- Asertivos o representativos: El emisor AFIRMA O NIEGA algo con mucha convicción, con la
idea de aclarar lo que desea decir o informar. Ej.: - Estoy en desacuerdo contigo - El lunes es
una fecha especial, estoy de aniversario de matrimonio
- Expresivos: Quien habla transmite su interioridad, su estado afectivo o emocional. Ej.: -Lo
siento mucho, no supe antes -Eres tan tierna conmigo…
- Directivos o apelativos: El hablante busca persuadir al oyente o lector y lograr que realice
una acción determinada, puede ser una orden en forma de pregunta, solicitud o
simplemente utilizando el imperativo. Ej.: - ¿Has visto a mi padre? -Dame un par de minutos,
ya regreso
- Declarativos: El hablante busca modificar alguna situación, para ello posee un grado de
autoridad al enunciar ciertas palabras, pudiendo enmarcársele en contextos solemnes. Se
subentiende que quien pronuncie esos enunciados cuenta con un reconocimiento oficial o
público, que les da valor y peso a sus palabras en ciertos momentos (sea juez, religioso,
policía, jefe, etc.). Ej.: - Los declaro marido y mujer - Se condena a prisión por el delito de
homicidio simple
C) Actos de habla simples y complejos: No son otra cosa que la leve distinción que hacemos
entre el lenguaje cotidiano y el lenguaje argumentativo, de éste último decimos que es un
acto complejo del habla porque conlleva la ‘presunción’ racional de los hechos. Para Walton,
los argumentos presuntivos y la presunción misma tienen un papel fundamental en los
diálogos persuasivos. No sólo ya en la discusión crítica, que es el único tipo de diálogo
argumentativo que la pragma-dialéctica reconoce. Una primera propuesta de Walton sobre
la materia puede resumirse de la siguiente forma. Acorde con su perspectiva basada en tipos
de diálogos, las presunciones son un tipo de acto de habla más poderoso que la pura
asunción, respecto de cómo afecta a los compromisos en un diálogo, y más débil que la
aserción. Una aserción tiene el peso de la prueba adjunta a ella, lo que significa que el
proponente tiene que dar evidencia para apoyar a la misma o retractarse de ella. La pura
asunción (suposición) no tiene ese peso de la prueba. La presunción es como la aserción,
excepto que los roles de proponente y antagonista son invertidos.
Las presuposiciones, aclara Walton, tienen una función diferente, pues se refieren a
movidas pasadas en un diálogo, mientras que las presunciones se dirigen a los movimientos
futuros. Así descritas, las presunciones para Walton tienen la función pragmática de permitir
a una parte en un diálogo avanzar un argumento para su aceptación o rechazo tentativos
incluso si las premisas no pueden ser definitivamente probadas o rechazadas dentro del
estado de conocimiento sobre el asunto en la circunstancia dada. El antagonista tiene la
posibilidad de rechazarla, pero si no lo hace, la proposición queda inmediatamente inserta
dentro de los compromisos de ambos participantes. En la argumentación cotidiana, las
presunciones muchas veces toman la forma de principios de cooperación y cortesía social
que facilitan la fluidez en las actividades comunitarias, como por ejemplo impulsando la
discusión a pesar de que no todo pueda ser probado. Así concebidos, para Walton los
argumentos presuntivos tienen el carácter de una lógica negativa porque están vinculadas al
vacío de evidencia en un razonamiento.
Siguiendo el entendimiento clásico de los actos de habla (Searle, 1969), es decir, como
tipo de acciones lingüísticas que para su logro óptimo en términos de sentido y fuerza
pragmática requieren ciertas condiciones de felicidad (en virtud de principios
convencionales, relación adecuada entre los interlocutores, contexto pertinente, etc.),
Walton trata al acto de habla presunción como uno complejo, y nos entrega una disección
en términos de las condiciones preparatorias, de posición, de retractación y peso de la
prueba, que en conjunto permiten visualizar cómo funciona en la actividad argumentativa
esta acción lingüística. Así, Walton propone:
I. Condiciones preparatorias:
A. Un contexto de diálogo involucra dos participantes.
B. El diálogo provee un contexto dentro del que una secuencia de razonamiento puede
avanzar con una proposición A en tanto sea útil en la secuencia.
Entre las preguntas que suscita este modelo se encuentra: ¿qué tan sólida, fuerte,
poderosa, debe ser la evidencia o el tipo de rechazo para eliminar una presunción en una
secuencia? Porque no es del todo simple contestar este cuestionamiento, vale también
avanzar en la explicación que da Walton del mecanismo a propósito del funcionamiento de
los argumentos por 'pendiente resbaladiza'. Aquí recuerda que muchos de ellos adquieren la
forma condicional. Un caso que da Walton, y que ejemplifica esto último, es el siguiente:
Premisa 1: “Normalmente, un hombre más pequeño y débil no podría atacar a uno más grande y fuerte.”
Premisa 2: Soy el más pequeño y débil.
Premisa 3: El otro, es el más grande y fuerte.
Conclusión: No es plausible que yo lo haya atacado.
Premisa 1: Normalmente, un hombre más grande y fuerte no atacaría a uno más pequeño y débil,
especialmente si él estuviera consciente de que el caso puede ser llevado a la corte.
Premisa 2: Soy el más grande y fuerte.
Premisa 3: El otro es el más pequeño y débil.
Premisa 4: Estaba consciente de que el caso podía ser llevado a la corte.
Conclusión: No es plausible que yo lo hubiese atacado.
I. Construcción de un argumento.
1° Escriba un tema Específico: ¿En qué sentido?:
- Claro.
- Importante en sí y para usted, útil, detonador de otros estudios.
- Ajustado a la situación.
- Basado en experiencia personal, de actualidad.
- Interesante para usted.
- Escriba una hipótesis.
- Afirmación (con verbo).
- Pertinente al tema o pregunta clara.
2° Sus términos claves son definibles y tienen claros ejemplos y pseudo ejemplos.
- Es parafraseable.
- Es fácil decir qué pregunta responde.
- Original.
- Controvertible o interesante para un auditorio respetable.
- Fructífera.
- Con consecuencias teóricas importantes.
- Con consecuencias prácticas importantes.
- Con consecuencias predictivas importantes.
- Defendible por usted.
- Verdadera para usted.
- Escriba una justificación.
- Clara.
- Pertinente para la hipótesis.
- Verdadera para su auditorio.
- Original.
- Suficiente.
V. Evaluación de un argumento:
1°Deductiva:
- Proposicional.
- Cuantificación de primer orden.
- Órdenes superiores.
- Modalidades.
A veces escuchamos a la gente decir cosas como “suena lógico, pero no es verdad” o “lo que es lógico no es
siempre correcto”. Ambos puntos de vista son certeros, pero no quieren decir que la lógica se despreocupa
de la verdad. Es más, la lógica de fine la verdad de manera rigurosa y la separa de otros dos conceptos – la
validez y la solidez – con los cuales es fácilmente confundido en el lenguaje ordinario.
En su conjunto, estos tres conceptos (verdad, validez, solidez) son la base formal para evaluar
cualquier argumento. La validez se refiere a la forma en que una conclusión ha sido inferida a partir de sus
premisas. La validez o invalidez se predican de un razonamiento y tiene relación con la forma en que están
organizadas las proposiciones (premisas y conclusión) y los términos que componen cada una de ellas. Por
el otro lado, la verdad se predica de las proposiciones y no del argumento o razonamiento. Es decir, se
refiere así las premisas y la conclusión concuerdan con los hechos. Por esto mismo es posible partir de
premisas verdaderas y arribar a una conclusión falsa (porque razonamos de manera incorrecta a partir de
esas premisas) o razonar válidamente sin alcanzar una conclusión verdadera (porque nuestras premisas son
falsas).
Cuando las premisas de un argumento son verdaderas y la conclusión se infiere de manera válida a
partir de ellas, se dice del argumento que es “sólido”. Para poder evaluar que un argumento sea así, sólido,
tenemos que asegurarnos que, primero, las premisas sean verdaderas y no falsas. Las premisas, después de
todo, son los fundamentos de un argumento, y si no son fiables o si son disputables, el argumento que se
construye a partir de ellas no será mejor. En segundo lugar, tenemos que saber que la inferencia a partir de
las premisas es válida. Es posible empezar con premisas que son verdaderas y sin embargo, utilizar las de
manera inválida, y de esta forma, llegar a una conclusión falsa e impropia.
Verdadero y falso, validez y invalidez, pueden aparecer en distintas combinaciones en la
argumentación, lo que hace surgir las siguientes cuatro alternativas:
a) Un argumento puede incluir sólo hechos que concuerdan con la realidad (las premisas son verdaderas) e
inferir la conclusión a partir de ellas de manera correcta o válida. En ese caso no sólo se considera válido el
argumento, también la conclusión es verdadera. El argumento como un todo se estima sólido.
Forma Ejemplo
b) Podemos tener premisas falsas, pero razonar correcta o válidamente a partir de ellas. En este caso, el
argumento es válido, pero no es sólido.
Forma Ejemplo
c) Podemos tener premisas verdaderas, pero hacer mal uso de ellas (razonando incorrectamente a partir de
éstas). En este caso la conclusión no se sigue necesariamente, por lo que el argumento como un todo no es
sólido.
Forma Ejemplo
Todos los A son B Todos los hombres son mortales.
X es B Sócrates es mortal.
X es A Sócrates es hombre.
Forma Ejemplo
Todos los A son B Todos los gatos son animales.
Todos los C son B Todos los puercos son animales.
Todos los C son A Todos los puercos son gatos.
Forma Ejemplo
Todos los A son B Todos los metales se expanden al ser calentados.
X es B El aire se expande al ser calentado.
X es A El aire es un metal.
Todos los estudiantes de este colegio son inteligentes.
Toribio es inteligente.
Toribio es estudiante de este colegio.
Adaptación de M. Engel, With Good Reason, págs. 29-30, Unidad de Currículum y Evaluación, Mineduc,2001
Ejercicios: Indica los argumentos válidos, inválidos y sólidos, y por qué lo son.
1. Todos los profesores se preocupan por los resultados de sus alumnos, el Señor Soto es
profesor, por ende, el Señor Soto se preocupa de los resultados de sus alumnos.
2. Las ciudades grandes son feas, Santiago es una ciudad fea, por lo tanto, Santiago es una
ciudad grande.
3. Las personas que viven en el campo son felices, Hortensia es una persona feliz, por ende,
Hortensia vive en el campo.
4. Todos los fenómenos tienen una causa, la lluvia es un fenómeno, por ende, la lluvia tiene
causa.
Un argumento deductivo se dice válido si y sólo si tiene una forma que hace imposible
que las premisas sean verdaderas y la conclusión, sin embargo, sea falsa. De lo contrario, un
argumento deductivo se dice que es inválido. Un argumento deductivo es sólido si y sólo si
es válido, y todas sus premisas son verdaderas. De lo contrario, un argumento deductivo no
es sólido.
De acuerdo con la definición de un argumento deductivo, el autor de un argumento
deductivo siempre tiene la intención de que las premisas ofrezcan el tipo de justificación
para la conclusión de forma que, si las premisas son verdaderas, la conclusión se garantiza
como cierta también. En otras palabras, si el proceso racional del autor es bueno, si las
premisas de hecho ofrecen este tipo de justificación para la conclusión, entonces el
argumento es válido. En efecto, un argumento es válido si la verdad de las premisas
garantiza lógicamente la verdad de la conclusión. El siguiente argumento es válido, ya que es
imposible que las premisas sean verdaderas y sin embargo la conclusión sea falsa:
Aquí tenemos un caso en donde las premisas son obviamente falsas. Puede ser difícil
imaginar que estas premisas sean verdaderas, pero no es difícil ver que, si fueran
verdaderas, su verdad lógicamente garantizaría la verdad de la conclusión. A pesar de que
este silogismo tiene premisas falsas, es un silogismo válido porque sus premisas se siguen
con la conclusión de forma lógica.
Es fácil ver que el ejemplo anterior no es un ejemplo de un argumento completamente
bueno. Un argumento válido puede tener una conclusión falsa. Cuando construimos
nuestros argumentos, debemos tratar de construir uno que no sólo sea válido, sino también
sólido. Un argumento sólido es uno que no sólo es válido, sino que también utiliza premisas
que son realmente ciertas. El ejemplo dado sobre tostadoras es uno en donde el silogismo es
válido, pero no es sólido. Sin embargo, el siguiente argumento es válido y sonido:
Todos los argumentos con esta forma son válidos. Los silogismos anteriores tienen
esta forma y por lo tanto son válidos. Sin embargo, el primer ejemplo es sólido, mientras
que el segundo no lo es, ya que sus premisas son falsas. Ahora considera:
x es F;
Por lo tanto, x no es G.
Argumentos de este tipo no son válidos como una regla. Sin embargo, parece claro en
estos casos particulares que es imposible, en cierto sentido fuerte que las premisas sean
verdad, mientras que la conclusión sea falsa. Sin embargo, muchos lógicos responderían a
estas complicaciones de diversas maneras.
Algunos podrían insistir – aunque esto es controversial – que estos argumentos en
realidad contienen premisas implícitas como “Nada es circular y cuadrado a la vez” o “Todos
los solteros no son casados”, que, si bien son verdades necesarias, juegan un papel en la
forma de estos argumentos. También se podría sugerir, sobre todo con el primer argumento,
que (incluso sin la premisa adicional) hay una conexión necesaria entre la premisa y la
conclusión, el tipo de necesidad en cuestión es algo más que necesidad “lógica”, y por lo
tanto que este argumento (en forma sencilla) no debe ser considerado como lógicamente
válido. Por último, sobre todo en relación con el segundo ejemplo, se podría sugerir que
debido a que “soltero” está definido como “varón adulto no casado”, la verdadera forma
lógica del argumento es la siguiente forma universalmente válida:
x es F y no G y H;
Por lo tanto, x no es G.
La forma lógica de una declaración no siempre es tan fácil discernir como uno podría
esperar. Por ejemplo, las declaraciones que parecen tener la misma gramática superficial,
pueden sin embargo diferir en forma lógica. Tomemos por ejemplo las dos declaraciones:
(1) Carlos es un tigre feroz.
(2) Santiago es un reverendo burro.
O. A.: Conocer, comprender, analizar, explicar y aplicar falacias en el lenguaje oral y escrito aplicado en
diferentes contextos sociales de la vida diaria.
Para Arthur Schopenhauer, en la dialéctica hay que dejar a un lado la verdad objetiva,
o considerarla como algo accidental; y, simplemente, no ocuparse más que de cómo
defender las afirmaciones propias y cómo invalidar las del otro. En lo que a estas reglas se
refiere, es permisible no tener en cuenta la verdad objetiva porque en la mayoría de los
casos se desconoce su paradero…”.
En una instancia dialéctica de debate o discusión generalmente se busca validar un
juicio u opinión por sobre otros. Y como señala Schopenhauer si creemos que puede existir
una “verdad objetiva” no debemos preocuparnos por ceñirnos a ella, solo debemos velar por
validar nuestros juicios ante los otros, o invalidar los otros ante los nuestros. Un claro
ejemplo de esto puede ser: La defensa de un abogado a un cliente que sabe culpable.
¿Cómo se intenta alcanzar esta suerte de “verdad subjetiva” o victoria en un debate?
Esto se intenta por medio de la argumentación. La argumentación puede ser lógicamente
valida o invalida (falaz). Nos centraremos en estudiar precisamente los argumentos inválidos
o falaces, para poder reconocer su utilización y a la vez para evitar caer en ellos de forma
involuntaria. ¿Qué es una falacia? Tanto Irving Copi como Mario Bunge señalan que una
falacia, sofisma o paralogismo es un razonamiento lógico incorrecto, pero que
sicológicamente puede ser persuasivo. Los pingüinos son en blanco y negro. Algunos
programas antiguos de TV son en blanco y negro. Entonces. Algunos pingüinos son
programas antiguos de TV.
¿Qué tipos de falacias existen? Falacias Formales, Falacias No-Formales. Son
razonamientos no válidos pero que a menudo se aceptan por su semejanza con formas
válidas de razonamiento o inferencia. Se da un error que pasa inadvertido. Son
razonamientos en los cuales lo que aportan las premisas no es adecuado para justificar la
conclusión a la que se quiere llegar. Se quiere convencer no aportando buenas razones o
sino apelando a elementos no pertinentes o, incluso, irracionales. Generalmente las falacias
se dividen en dos grupos, las formales y las informales: Falacias de Ambigüedad, falacias de
Insuficiencia, falacias de Irrelevancia, falacias de afirmación del consecuente, afirmación del
consecuente de negación, falacia del antecedente Silogismo disyuntivo.
En todas estas falacias la ambigüedad lingüística hace que la forma de un argumento parezca válida cuando
no lo es. Son argumentos incorrectos porque contienen, por ejemplo, palabras que pueden ser
comprendidas de diferentes maneras.
Equivocación o equívoco: El equívoco consiste en usar en un razonamiento una palabra con dos sentidos
distintos, aunque relacionados, sin advertir que la palabra se está usando con esos dos sentidos.
a) “El trabajo es obligación humana. La obra de arte es un trabajo. Luego, la obra de arte es una obligación
humana”. En este ejemplo el término “trabajo” se usa primero como ocupación y segundo como producción
humana.
b) “Todo el mundo tiene algún Dios. Todos adoramos algo. Sino es el Dios de los cristianos, o de alguna otra
religión, entonces es la Patria, la Familia, el perro o incluso el auto”. En este ejemplo “adorar” se refiere
primero a aquel que dice relación con el carácter divino de algo, y luego aquel que en uso corriente indica
un gran cariño, respeto o admiración.
Anfibología: En esta falacia se produce la ambigüedad por una mala construcción de la frase (o la
ambigüedad sintáctica) y no por la ambigüedad de las palabras que la componen.
En este ejemplo, la mala construcción gramatical del aviso del diario permite que se pueda entender
de dos maneras diferentes: a) al perro le gusta jugar con los niños y b) al perro le gusta comerse a los niños.
Por lo que se refiere al argumento que habla de la moral la mujer, parece evidente que el significado
más plausible de la oración presente en la primera de las premisas, estaría haciendo referencia a que todo
hombre ama a una mujer distinta. A hora bien, ese significado se abandona después para concluir que todo
hombre ama la misma mujer.
Énfasis o acento: A veces una palabra (o grupos de palabras) cambia de sentido según el énfasis con que se
escriba o pronuncie. Por eso, por ejemplo, es ilegítimo citar un texto de otro autor y subrayar frases que no
fueron subrayadas en el original; el subrayado es un énfasis y puede alterar radicalmente lo que se intenta
decir. A menudo el subrayado puede incluso hacer irónica la frase, dando a entender entonces exactamente
lo contrario de lo que se pretendía.
En estos casos, se puede cambiar el sentido de la frase según el énfasis que se la da a una
determinada palabra.
Falacia de composición (falacia parte/todo): Resulta de argumentar que los atributos de las partes son
atributos del todo, o que lo que resulta cierto para los elementos de una clase, es también cierto para la
totalidad de la clase.
a) “Es fácil rasgar una hoja de la Guía de Teléfonos. Por lo tanto, debe ser fácil rasgar la Guía de Teléfonos”.
En este ejemplo, lo que se afirma de una hoja de la Guía de Teléfonos (una parte), se afirma también de la
Guía de Teléfonos (el todo). Es decir, se “compone” el todo a partir de sus partes y, por esta razón se
confunden las propiedades de las partes con las propiedades del todo.
c) “Las bombas convencionales hicieron más daño en la Segunda Guerra Mundial que las bombas atómicas,
así que las bombas convencionales son más poderosas”.
Falacia división (falacia parte/todo): Es el reverso de la falacia anterior y a que resulta detrás la dará tributos
del todo a una de las partes.
a) “Este rompecabezas es rectangular. Por lo tanto, todas sus piezas deben ser rectangulares”. En este
ejemplo se observa el error inverso al del ejemplo anterior: Las propiedades del todo se confunden con las
propiedades de sus partes. En otras palabras, las propiedades del todo se “dividen” entre sus partes.
b) “Como el cerebro es capaz de ser consciente, cada neurona debe tener esa capacidad”.
c) “Es el mejor club de ajedrez que hemos visto en años, y lo mismo puede decirse de sus miembros”.
Texto 37:
- Falacias de insuficiencia: Este tipo de falacia es debido a que son ocultas (o implícitas) premisas que no son
probadas o que son falsas.
a) “Las manzanas que están encima de la caja se ven bien, así que todas deben de estar bien”.
b) “He conocido un par de artistas y todos sufren de depresión aguda. ¡Todos los artistas son locos!”
c) “Conocía un escritor que dio una conferencia muy interesante. Me imagino que todos los escritores
deben ser muy buenos conferencistas”.
En el último ejemplo, el hablante claramente comete el error de apresurarse a concluir que una
habilidad que ha observado en un escritor (ser un buen conferencista) debiera estar presente en todos los
escritores. Sin embargo, se trata de habilidades diferentes. Es razonable pensar que un buen escritor pueda
tener dificultades para expresarse oralmente en público o que resulte muy aburrido como conferencista.
A partir de la observación de que en una persona estas dos habilidades diferentes se presentan
asociadas, ha dado por supuesto que necesariamente tiene que ocurrir lo mismo en todas las personas. Al
hacer esta suposición implícita, el hablante ha cometido la falacia de “generalización apresurada”.
- Falso dilema: Uso ilegitimo de operador “o”: se da un número limitado de opciones (generalmente dos),
cuando en realidad hay más. En otras palabras, es un tipo de simplificación que reduce varias alternativas a
una oposición binaria.
- Causa falsa: Puede confundir la causa con el efecto o invocar como causa de un acontecimiento otro
acontecimiento por el mero hecho de ser anterior o simultáneo.
a) “Aparece el arcoíris e inmediatamente a continuación cesa la lluvia. Por lo tanto, el arcoíris es causa de
que cesa la lluvia”.
b) “Se tomó una copa de coñac y curó su resfriado. Por lo tanto, el coñac cura los resfríos”.
c) “Me parece que este doctor no debe ser un buen cirujano, porque se le han muerto tres pacientes”.
En este último ejemplo, el hablante da por supuesto que la causa de la muerte de los pacientes es el
mal desempeño del cirujano. Sin embargo, un observador razonable se dará cuenta de que puede haber
muchas otras causas que expliquen estas muertes. Por ejemplo, que los pacientes hayan llegado a la
operación cuando ya no había mucho que hacer o que hayan tenido una enfermedad irreversible, o que el
médico no haya dispuesto del instrumental apropiado, o que se haya visto sobrepasado por un número
excesivo de pacientes.
El hablante ha cometido la falacia de “causa falsa” al suponer implícitamente que la única causa
posible de la muerte de los pacientes es el mal desempeño del médico y pasar por alto otros factores
causales relevantes.
- Falsa analogía: Consiste en atribuir una propiedad a un objeto sólo por el hecho de que se asemeja a otro
que efectivamente posee dicha propiedad.
En el último ejemplo, el hablante supone implícitamente que las situaciones de los estudiantes
quedan exámenes similares a la de los profesionales en el ejercicio de su profesión. Sin embargo, no ha
considerado ciertos aspectos que muestran que, a pesar de las apariencias, son diferentes. Los profesionales
no están dando examen para demostrar sus conocimientos. Eso ya lo hicieron cuando obtuvieron los títulos
que acreditan su calidad profesional. En cambio, los estudiantes quedan un examen tienen que demostrar
sus conocimientos sobre el tema que está siendo examinado. Esto es precisamente lo que se espera de
ellos. Por otra parte, las dudas de los profesionales tienen que ver con casos extremos que no pueden ser
resueltos con el conocimiento disponible. En cambio, en un examen se interroga precisamente por un
conocimiento que todo estudiante debería poseer.
Al suponer implícitamente que las dos situaciones son similares y pasar por alto estas diferencias
relevantes, el hablante comete la falacia de “falsa analogía”.
- Argumentos coercitivos o de mala fe: Las llamadas también, falacias, que más que ser
argumentos propiamente tales corresponden a falsos argumentos. Es decir, usar formas
erradas de razonamiento con el fin de actuar solo sobre el pathos, sobre las emociones de
los receptores. Son argumentos que más que tratar de afirmar una verdad o un punto de
vista se preocupan del éxito de la persuasión, por ello son consideradas poco éticas. Entre
las falacias se pueden encontrar:
- Ad Baculum: que por medio de la coerción y el uso de la fuerza trata de imponer un punto
de vista.
- Ad Hominem: de carácter contra argumentativo; se usa cuando en vez de refutar la
posición del oponente se ataca a la persona que la emite.
- Ad Ignorantiam: la incapacidad de probar la verdad o falsedad de una proposición, cuando
se sostiene que una proposición es verdadera argumentado solamente que no se ha
demostrado que sea falsa, o bien que es falsa porque no se ha probado lo contrario.
- Ad Misericordiam: se usa el lenguaje en un sentido emotivo apelando a la piedad de aquel
a quien se intenta convencer.
- Ad populum: se recurre al pathos del auditorio tratando de lograr el asentimiento popular
para validar un punto de vista.
- Argumentum ad verecundiam: se funda en la superioridad de hombres cuyo saber,
eminencia y poder en unos aspectos les concede, o supone que les concede, autoridad
suficiente para formular juicios y llegar a conclusiones correctas en ciertos aspectos.
- La causa falsa: se trata de dos maneras. Non causa Pro causa, en que algo que no es una
causa es tratado como si lo fuera. Post hoc ergo propter hoc, en que se asume que un
acontecimiento es una causa solo porque precede a otro.
- Petitio principi: se comete esta falacia cuando se trata de tomar como premisa de su
razonamiento la misma conclusión que pretende probar.
- La pregunta compleja: cuando se comete la falacia de la pregunta compleja se está
requiriendo o una única respuesta, a un interrogante con varias preguntas, o una única
respuesta a una interrogante que contiene una presuposición.
Algunos ejemplos muy claros: Las Publicidades de casas de comidas rápidas, como "Mc
Donald´s", quienes muestran y venden su comida a través de imágenes que no se condicen
con la realidad. ¿A quién no le ha pasado alguna vez, pedir un combo dejándose guiar por lo
que la imagen misma le vendió, ya sea el tamaño o contenido, llegar a la mesa, y al abrir el
paquete, encontrarse con una hamburguesa mucho menor a lo que nos hicieron creer?
Así también como preparados químicos, que por arte de magia, prometen que al
aplicar el producto sobre la mancha, este desaparece con gran facilidad, sin necesidad de
esfuerzo alguno. Otros ejemplos muy claros, son los de aparatos para modelar el cuerpo.
Muestran a personas con unos abdominales exageradamente pronunciados, y prometen
tener los mismos, con media hora de uso diario de ese producto. ¿Nadie se da cuenta que
son personas que trabajaron su cuerpo duramente en un gimnasio durante largo tiempo? ¿O
será que la publicidad esta indirectamente satisfaciendo nuestras necesidades, es eso lo que
queremos, y por eso no razonamos y nos cegamos?
El engaño es evidente y está frente a nuestros ojos, sabemos que lo que nos venden falsea la
realidad.
- Publicidad ilícita: es aquella que atenta contra la dignidad de la persona, los valores y
derechos reconocidos por la Constitución. Es la publicidad engañosa; la publicidad desleal; la
publicidad subliminal; y toda aquella publicidad que no respete las normativas impuestas
para la difusión de determinados productos, bienes, actividades o servicios.
Sabemos que este tipo de práctica no es lícita pero igual se recurre a ella tanto en
publicidad como en propaganda política. Cada cierto tiempo se detectan casos de intentos
de asociar en el subconsciente, determinados productos casi siempre con situaciones de
índole sexual. Un ejemplo es la palabra "SEX" oculta en los envases modernos de Pepsi Cola
que se formaba al juntar dos envases, pasando por el famoso camello de Camel. Como en
todo, existe un punto intermedio, en este caso se trata del llamado "Product Placement".
Consiste en asociar marcas y productos con escenas placenteras para el espectador
mediante un sistema que podemos considerar intermedio entre la consciencia plena y el
inconsciencia absoluta. Se consigue situando los productos a publicitar dentro de los
escenarios donde ocurre la acción de películas o series de televisión. Esta asociación entre
producto y acción dramática ocurre a un nivel semiinconsciente del espectador y está
demostrando ser de gran eficacia publicitaria.
Un ejemplo muy reconocido fue, aquel que a partir del libro titulado The Hidden
Persuaders de Vance Packard, publicado en 1957, se explicaba un estudio llevado en
el cine Fort Lee, de Nueva Jersey. El director de dicho cine le encargó a James Vicary que
diseñara unos carteles publicitarios para aumentar las ventas. A James Vicary se le ocurrió
una nueva forma de anunciarse. Influido por las teorías psicoanalistas que hablan del
subconsciente, propuso al proyeccionista la posibilidad de utilizar un taquitoscopio, e
insertar unas simples frases como "Drink Coca-Cola" (Bebe Coca-Cola) o "Hungry? Eat
popcorn" (¿Hambre? Come palomitas) durante 1/3000 segundos, cada 5 segundos de la
película Picnic. La prueba fue un éxito, las ventas aumentaron un 57,8%, en el caso de la
Coca-Cola, y un 18,8% en el caso de las palomitas.
Los medios masivos de comunicación, son los principales encargados de difundir todo
tipo de publicidad, como la televisión, la radio, Internet, afiches, etc. los tres primeros son
constantemente visitados diariamente, sus imágenes están en nuestras casas, trabajos, en
recorridos hacia cualquier lugar a donde nos dirijamos, todo el tiempo están presentes. Es
imposible pasar un día sin haber visto una publicidad, sin querer, y aún sin predisponernos o
enfocarnos a encontrar una, o detenernos en la misma, las publicidades son parte de
nuestra vida cotidiana. La publicidad busca los procedimientos más adecuados para sembrar
y divulgar una serie de ideas, pensamientos o productos dentro de una cultura o sociedad.
"La televisión" es un medio ideal para comunicarse con una multitud de personas, a veces ni
siquiera cabe en nuestra mente de cuantas son las personas a las que se llega, por lo que
favorece ser un campo ideal para la publicidad de cualquier producto o idea.
Está comprobado que los consumidores compran atraído por un conjunto de imágenes que
se identifican con una determinada marca, tales son como el eslogan, el tipo de publicidad, o
prestigio del producto.
La publicidad es muy eficaz ya que al mostrar imágenes en movimiento unido con
palabras y música, es considerable y su efecto a corto plazo es indudablemente mayor que el
de las otras formas de publicidad. Muchas veces nos quedamos tarareando la canción, o
recordamos la publicidad sin saber por ahí de que se trataba o de que marca nos vendían.
Cuantas canciones son conocidas por publicidad y se hacen famosos en tan poco tiempo o
así mismo frases que quedan en la historia como por ejemplo:
- "Aceite Marolio, ¡qué olio!"
- "Al pan, pan y al vino Toro."
- "Con los deditos no, con Barrocutina."
- "Dánica Dorada, era para untar."
- "Que tranquilidad señora mamá, para los chiquitos, usted tiene Aspirinetas."
- "A mí me encanta, usar Abanta."
- Caricaturizar al adversario: distorsionar una posición de tal manera que sea de fácil
refutación. Se ataca a la posición distorsionada y luego concluye que la posición original es
incorrecta o ridícula. Ejemplo: Papá, cómprame ese 4 x 4No hijo, no tengo esa cantidad de
dinero. No puedo creer que no me quieres comprar ningún auto.
- Ad baculum (Apelación a la fuerza o el temor): se comete esta falacia toda vez que se apela
al uso de la fuerza o a la amenaza de usarla, como forma de hacer aceptar una determinada
conclusión. Ejemplo: Si quiere conservar su puesto más le vale estar de acuerdo con la nueva
política de la compañía.
1.- Estoy seguro de que la reencarnación existe. Nadie ha podido demostrar lo contrario.
2.- Se debe aprobar el proyecto de ley, pues hay gente que sufre.
3.- Bueno, si no crees, serás tú el que se queme en el infierno, no yo.
4.- Hijito querido, si no te vas a la cama, el Viejito de Pascua no te traerá regalos.
5.- No deberíamos escuchar lo que Juan propone, todos sabemos que es homosexual.
6.- Apelo a ustedes como la gente más explotada y humillada de la Tierra. Levántense y
síganme.
7.- Por favor Sr. Carabinero, no me pase el parte. Mis padres me quitarán el auto, mi novia
no querrá ir a mi fiesta de graduación y mi vida será terriblemente miserable.
Hace bastantes años ya que Eliot, en Los coros de la roca, advertía: “Ellos tratan
constantemente de escapar de las tinieblas de fuera y de dentro, a fuerza de soñar sistemas
tan perfectos que nadie necesitará ser bueno”. Los “ellos” somos nosotros hoy, y tratando
de huir de nuestras oscuridades, las propias y las creadas por todos, ilusamente pensamos
que la ley, la norma, la ética y los valores podrán hacer el trabajo que antes, en primera
persona debemos hacer todos y cada uno de nosotros: ser buenos; es decir, usar
responsablemente nuestra libertad.
Medios, no fines. La falacia es evidente. Hemos olvidado que la ética y los valores son
solo instrumentos para edificar a la persona, no son fines en sí mismos. Si no está claro el
hombre o la mujer que queremos ser, la ética –antes de hacer, piense– o los valores –
referentes para la toma de decisiones–, estarán siempre de más. Ante la incertidumbre, ante
la falta de certezas, hemos recurrido a la última tabla de salvación, una ética indolora y unos
valores etéreos, que a la par de unas cuantas leyes imprecisas (contra la corrupción y el
enriquecimiento ilícito y otras especies aromáticas) nos permitan al menos la convivencia.
Pero bien sabemos que esto es una falacia, porque la ética nunca podrá sustituir la tarea
previa: educar y educarnos.
La tarea humana fundamental es forjar el carácter, es labrar en la a veces dura piedra
de nuestra humanidad primera, esa segunda naturaleza que nos termina constituyendo más
que la primera, que nos permite la convivencia, los proyectos compartidos, la vida, esa única
que tenemos y que es comunal, o sea, social. En la forja de esa humanidad nuestra, se
manifiesta de entrada, como fundamental, el uso de la razón para aplicarlo a nuestra
libertad. Nunca la libertad mediada únicamente por la emoción o el deseo; drama además
de nosotros los posmodernos, olvidar los deberes, para rendirnos a unos derechos cada vez
más confundidos con los deseos.
Esta libertad nuestra, mediada por la razón, es lo que nos pone frente a lo
específicamente humano, pues a menos racionalidad, más instintiva, más emotividad, más
animalidad (con el perdón de los animales, que sí hacen lo que deben). Educación
fundamental. Educar, por tanto, será, en primer término, poner a los educandos de frente a
su humanidad, para reconocerla, para encauzarla, para determinar hacia qué modelo
aspirar, para seleccionar así los valores que crea necesarios para aprehender las metas, para
comprender que vivir racional y reflexivamente será la única forma humana de hacerlo. Si no
se hace esta tarea antropológica y educativa previa, no nos engañemos, ni la ética ni los
valores servirán para nada más, que para parecer correctos en algún discurso de ocasión.
Cuanto más descuida una sociedad la educación para la libertad, cuanto más se olvida
de transmitir certezas humanas a los niños y niñas, más debe recurrir a la ética como tabla
de náufragos y a las leyes como falsa ilusión de contención de la conducta humana. Jamás
existirá, como afirmaba Eliot, un sistema, ley, reglamento, norma, código, valores, que le
ahorren al ser humano el uso de la libertad, el momento de tomar decisiones. Y, en
definitiva, al momento de optar, lo único que entra en juego es la clase de hombre o de
mujer que quiero ser, y para lo cual fui educado; lo demás son simplemente referentes.
Es por eso que cuando se escribe rimbombantemente sobre la corrupción y la ética y la
necesidad de unos valores y unas leyes, le asalta a uno la duda sobre el conocimiento real
que del espíritu humano tienen estos neo gurús.
Cuando se habla de coaching ético, cuando se hacen juegos pintorescos de valores,
cuando se hacen monerías de clases sobre dos o tres cositas con tijeras y crayolas, pero no
se habla de educar, de forjar el carácter, de formación permanente, sospecha uno de que
también la cultura light haya infiltrado lo menos light del mundo, que es como forjarse a uno
mismo, cómo ser educado, cómo verificar el propio proyecto de vida sin hacer papilla a los
demás. Es tan grave esta tarea y tan poco liviana, que los antiguos decían: Imperare sibi,
máximum imperium est (El imperio de sí mismo, es el mayor de los imperios).
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