LA PRUEBA Neyra Flores
LA PRUEBA Neyra Flores
LA PRUEBA Neyra Flores
Trabajo de investigación
Autores:
LIMA-PERÚ
2018
Contenido
Presentación ................................................................................................................................................ 4
CAPÍTULO I
La prueba indiciaria
Marcial Páucar Chapa
1.1. Aspectos generales de la prueba indiciaria ...................................................................................... 5
1.2. La prueba indiciaria en el delito de lavado de activos .................................................................... 7
1.3. Prueba indiciaria y tendencia interna trascendente ..................................................................... 24
CAPÍTULO II
La prueba prohibida
Juan Carlos Portugal Sánchez
2.1 A título de introducción ..................................................................................................................... 28
2.2. El derecho a probar ......................................................................................................................... 28
2.3. La licitud como límite constitucional al derecho a la prueba ....................................................... 35
2.4. La regla de exclusión en el ordenamiento jurídico peruano ........................................................ 35
2.5. Excepciones a la exclusión de la prueba ilícita ............................................................................. 38
2. 6. Los efectos reflejos de la prueba ilícita ........................................................................................... 47
2.7. La prueba prohibida en las principales decisiones del tribunal constitucional ........................... 49
2.8. La prueba prohibida en las principales decisiones de la corte suprema de justicia de la
república .................................................................................................................................................... 53
2.9. La audiencia de tutela de derechos como mecanismo procesal de exclusión de la exclusión
probatoria ................................................................................................................................................. 61
CAPÍTULO III
Apuntes sobre la etapa de juzgamiento y la actuación probatoria en dicha etapa
Frank Robert Almanza Altamirano
3.1. Introducción ..................................................................................................................................... 64
3.2. Principales principios que sustentan la etapa de juzgamiento ..................................................... 64
3.3. El juicio oral y su importancia en el nuevo proceso penal............................................................ 69
3.4. La oralidad de la etapa de juzgamiento ......................................................................................... 70
3.5. Atribuciones del juez en la etapa de juzgamiento ......................................................................... 71
3.6. Instalación de la audiencia del juicio oral...................................................................................... 71
3.7. La conclusión anticipada, conformidad ante la acusación ........................................................... 72
3.8. Ofrecimiento de nuevos medios de prueba o los no admitidos en la etapa intermedia ................ 73
3.9. Desvinculación y acusación complementaria ................................................................................ 73
3.10. La actuación probatoria ................................................................................................................ 74
3.11. El examen del imputado ................................................................................................................ 74
3.12. Examen de testigos y peritos ......................................................................................................... 75
3.13. La prueba documental y el trámite para su actuación probatoria .............................................. 76
3.14. Deliberación y sentencia ................................................................................................................ 78
3.15. Conclusiones referentes a la etapa de juzgamiento ..................................................................... 80
2
CAPÍTULO IV
La valoración de la prueba
José Antonio Neyra Flores
5.1. Concepto de valoración de la prueba ............................................................................................... 82
5.2. Sistemas de valoración de la prueba ................................................................................................ 85
5. 3. La relación entre la valoración de la prueba y el derecho a la motivación ................................ 100
5. 4. La impugnación de la valoración de la prueba ........................................................................... 102
5. 5. La valoración y el estándar de prueba ......................................................................................... 112
5. 6. Recomendaciones finales ................................................................................................................ 118
Bibliografía ............................................................................................................................................. 121
3
Presentación
Uno de los temas actuales, que exige una continua capacitación, en el Derecho
Procesal Penal es la Prueba.
Por eso los cuatro profesores miembros del Centro de Estudios de Derecho Procesal
Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres, hicimos la
presente investigación, desarrollando 4 puntos principales como son:
4
CAPÍTULO I
La prueba indiciaria
Marcial Páucar Chapa*
1.1.1 Concepto
Un aspecto que no debe dejarse de lado es su relación con la prueba directa, pues
pareciera que la prueba indiciaria tiene un menor peso probatorio o que tuviera la
desafortunada condición de cenicienta entre las demás pruebas, como la confesión que ha
sido considerada clásicamente como la reina de las pruebas. En efecto, Cubas Villanueva
advierte dicho problema: “A pesar de que tanto la prueba directa, como la prueba
indiciaria, tienen reconocimiento jurisdiccional, ya que ambas son capaces de generar
convicción judicial y están sujetas a la objetividad y seguridad de la fuente de prueba;
algunos detractores de la prueba indiciaria sostienen que ésta no muestra seguridad y es
muy riesgosa por el alto grado de subjetivismo que contiene2”.
Esa postura resulta a todas luces distorsionada y poco seria, así por ejemplo, en
opinión de Talavera Elguera: “En cualquier caso penal, el acervo probatorio puede estar
constituido por pruebas directas o pruebas indirectas; las primeras revelan la manera en
* Fiscal Adscrito a la Segunda Fiscalía Superior Nacional de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio.
Docente de la Universidad San Martín de Porres. Miembro del Centro de Estudios de Derecho Procesal
Penal.
1
GARCÍA CAVERO, Percy. “La prueba indiciaria en el proceso penal”. ARA Editores, Lima, 2011, p. 33
2
CUBAS VILLANUEVA, Víctor Manuel; “El nuevo proceso penal peruano, Teoría y Práctica de su
implementación”, Palestra, Lima, 2009, p. 353
5
que ha sucedido un hecho imputado, mientras que las segundas permiten inferir esto a
partir de hechos probados no constitutivos del delito o de la intervención de una persona
en el mismo. (...) El hecho de que una prueba sea indirecta, no la priva de ser en rigor una
prueba, en la medida que es una fuente de conocimiento de un hecho, y se orienta a
confirmar o no enunciados fácticos mediante la utilización de una inferencia. Lo relevante
es la posibilidad de racionalidad, justificación y control de dicha inferencia3”.
De este modo, bien afirma Gálvez Villegas: “En este sentido, en el proceso penal,
el imputado no tiene ninguna obligación o carga probatoria y, para atribuirle
responsabilidad penal, el órgano acusador (Ministerio Público), deberá presentar la
prueba suficiente capaz de desvirtuar la presunción de inocencia que le asiste en calidad
de derecho fundamental. Consecuentemente, al no haber cargas probatorias en el proceso
penal, tampoco podrá presentarse ningún caso de inversión de la carga de la prueba5”. Es
evidente entonces, desde el principio acusatorio, que es el Fiscal quien debe recabar todos
los elementos de prueba necesarios para la formulación de la hipótesis incriminatoria, por
ende, no puede confundirse el uso de prueba indiciaria con la imposición de la carga de
la prueba.
3
TALAVERA ELGUERA, Pablo; “La Prueba en el Nuevo Proceso Penal”. Academia de la Magistratura, Lima,
2009, p. 137.
4
SÁNCHEZ VELARDE, Pablo; “El Nuevo Proceso Penal”, Editorial IDEMSA, Lima, 2009, p. 273.
5
GÁLVEZ VILLEGAS; “El Delito de Lavado de Activos”. Editorial Grijley, Lima, 2004, p. 266.
6
Lo que en realidad se propugnó en la Convención de Viena de 1988, en el artículo
5°.17 fue una inversión de la carga de la prueba, pero para casos de decomiso, es decir, a
situaciones vinculadas a lo que actualmente se conoce como “riqueza emergente”. El
citado texto señala: “Cada una de las Partes considerará la posibilidad de invertir la
carga de la prueba respecto del origen lícito del supuesto producto u otros bienes sujetos
a decomiso (...)”. Esta política va a irradiar sus alcances a varios sistemas jurídicos, bajo
la denominada “explicación razonable del origen ilícito”, lo cual sí es exigido al momento
de la imputación de operaciones de lavado de dinero.
a. Compleja
b. Conectiva
También podemos afirmar que es una prueba indiciaria conectiva toda vez que en
la mayor parte de su construcción ha de enlazarse con indicios no necesariamente
relacionados sólo al hecho investigado, sino que en la mayoría de casos puede estar en
conexión con actividades ilícitas subyacentes (por ejemplo, vinculación con
6
Al respecto, es de precisar que aquí la “prueba indiciaria” ha de ser utilizada conectivamente tanto para
demostrar el conocimiento del origen ilícito como los actos propios de las operaciones de lavado de
activos.
7
Cfr. ROSAS YATACO, Jorge. “Prueba Indiciaria: Doctrina y Jurisprudencia Nacional”, en “La Reforma del
Proceso Penal peruano: Anuario de derecho penal 2004” (Director José Hurtado Pozo). Fondo Editorial
PUCP - Universidad de Friburgo, Lima, 2004, p. 293; dicho autor señala que la prueba indiciaria tiene su
aserto en la práctica judicial cuando se van descubriendo los hechos en las investigaciones criminales con
auxilio de una criminalística cada vez más avanzada.
7
organizaciones criminales o miembros de estas, incluso por el uso de la denominada
prueba trasladada8).
b. Normativizada
Tal vez una de las características más resaltantes es que es una prueba indiciaria
normativizada pues su uso no sólo forma parte de las recomendaciones brindadas por los
principales instrumentos internacionales como la Convención de Palermo del año 2000 –
aprobada por el Perú mediante Res. Leg. N° 27527, y ratificada mediante D.S. N° 088-
2011-RE)-, sino que su utilización ha sido establecida normativamente por muchos
sistemas jurídicos (tanto del europeo-continental como del anglosajón), para su aplicación
a los delitos de lavado de activos, tal como el caso peruano con el D.L. N° 1106.
8
Podemos encontrar en las investigaciones que un agente puede haber actuado en calidad de integrante
de una organización criminal. No importará que el agente haya actuado en forma individual, bastará que
haya ejecutado su acción siguiendo el plan establecido por la organización. Bajo esos alcances, la
verificación de la existencia de una organización criminal, podría alcanzar singular importancia para el uso
de la denominada “prueba trasladada” que se encuentra en el artículo 261° del C. de P.P., modificado por
D.L. № 983, del 22 de julio de 2007, cuyo texto es el siguiente: “En los delitos perpetrados por miembros
de una organización criminal o asociación ilícita para delinquir, la Sala a pedido de las partes o de oficio
podrá realizar las actuaciones probatorias siguientes: (…) Las pruebas admitidas y practicadas ante un
Juez o Sala Penal podrán ser utilizadas o valoradas en otro proceso penal, siempre que su actuación sea
de imposible consecución o difícil reproducción por riesgo de pérdida de la fuente de prueba o de amenaza
para un órgano de prueba. Sin necesidad de que concurran tales motivos, podrán utilizarse los dictámenes
periciales oficiales, informes y prueba documental admitida o incorporada en otro proceso judicial. La
oposición a la prueba trasladada se resuelve en la sentencia. (...) La sentencia firme que tenga por
acreditada la existencia o naturaleza de una organización delictiva o asociación ilícita para delinquir
determinada, o que demuestre una modalidad o patrón de actuación en la comisión de hechos delictivos
o los resultados o daños derivados de los mismos, constituirá prueba con respecto de la existencia o forma
de actuación de esta organización o asociación en cualquier otro proceso penal, la misma que deberá ser
valorada conforme al artículo 283.”
9
Resulta importante señalar que el legislador nacional ya en anteriores oportunidades ha mantenido la
tendencia en el uso de prueba indiciaria en el delito de lavado de activos, incluso indubio pro reo, así por
ejemplo, el párrafo in fine (incorporado mediante Ley Nº 27225, del 17-12-99), del Art. 296°-B del C.P.
(modificado por Ley Nº 26223, del 21-08-93) establecía: "La condición de miembro del directorio, gerente,
socio, accionista, directivo titular o asociado de una persona jurídica de derecho privado, no constituye
8
c. Estandarizada
En el plano normativo, la última parte del segundo párrafo del artículo 10° del D.
L. № 1106 señala: “El origen ilícito que conoce o debía presumir el agente del delito
podrá inferirse de los indicios concurrentes en cada caso”. En este dispositivo normativo
se resalta, al igual que en el texto de la Ley N° 27765, que las investigaciones para
determinar el conocimiento del origen ilícito de los bienes, efectos, dinero o ganancias,
indicio suficiente de responsabilidad en la comisión del delito de lavado de dinero, en cuyo proceso penal
se encuentre comprendido otro miembro de dicha persona jurídica."
10
CAFERATA NORES, José I. Proceso Penal y Derechos Humanos. La Influencia de la normativa
supranacional sobre derechos humanos de nivel constitucional en el proceso penal argentino. Editores del
Puerto. Buenos Aires. 2000. p. 72-73; sostiene que el imputado puede acreditar su inocencia mediante la
introducción de pruebas de descargo, sin que sean pasadas por alto o éstas sean ocultadas, es decir, de
debe investigar con objetividad.
9
deben recurrir al uso de la prueba indiciaria, pero además que ello debe obedecer a un
análisis de caso por caso.
Dichos indicios, pueden ser por ejemplo, en primer lugar, el aumento inusitado de
riquezas de quien realiza las procedimientos de ingreso de dinero o bienes al mercado o
el manejo de montos de efectivo que por su elevada cuantía, canal de flujo de las
transferencias, características del negocio mercantil llevado a cabo, razonabilidad de las
inversiones o por tratarse de dinero en efectivo pongan en evidencia operaciones extrañas
a las prácticas comerciales ordinarias. En segundo lugar, la inexistencia de negocios
legales que justifiquen el aumento de capital o las transmisiones dinerarias. En tercer
lugar, la constancia de algún vínculo o nexo con actividades criminales, con individuos o
grupos relacionados con las mismas. Y en cuarto lugar, utilización de documentos falsos
o confeccionados sobre algunos verdaderos, para aparentar transacciones inexistentes.
11
CALLEGARI, André Luis, “Lavado de Activos”, Ara Editores, Lima, 2009, p. 288“. Asimismo, la Ley No.
9613 brasileña, Art. I establece el siguiente texto legal en el delito de blanqueo de capitales: “Ocultar o
disimular la naturaleza, origen, localización, disposición, movilización, o propiedad de bienes, derecho o
valores provenientes directa o indirectamente de crímenes: De tráfico ilícito de sustancias estupefacientes
o drogas afines. De terrorismo. De contrabando o tráfico de armas, municiones o material destinado a su
producción. De extorsión mediante secuestro. Contra la administración pública, inclusive con exigencia,
para sí o para otro, directa o indirectamente, de cualquier ventaja, como condición o precio para la
práctica o la omisión de actos administrativos. Contra el sistema financiero nacional. Practicado por
organización criminal.”, tipo penal sancionado con una pena de reclusión de tres a diez años y multa.
10
Por el contrario, en el derecho anglosajón la prueba indiciaria es comúnmente
conocida como “circumstantial evidence”, y precisamente en dicho sistema jurídico ha
sido bastante extensa la aplicación de dicho tipo de prueba en las investigaciones de
lavado de activos. Por ejemplo, Wouter sostiene: “Estas reglas aplicables proporcionan
la prueba indiciaria de operaciones de lavado de activos, los cuales requieren un análisis
especial por parte de los operadores: (i) intentar abrir una cuenta sin proporcionar la
información requerida; (ii) solicitar la conversión de moneda de baja denominación a
moneda de alta denominación, cheques, transferencias electrónicas u otros valores de
fácil operación; (iii) realizar frecuentemente depósitos en una determinada cuenta y casi
inmediatamente solicitar una transferencia electrónica, dejando un mínimo de monto en
la cuenta, cuando esta actividad es incompatible con el negocio o la información de los
antecedentes del clientes; y (iv) cuando transferencias usuales de fondos son efectuadas,
evidenciando que dichos fondos no correspondan totalmente con las actividades
económicas individuales12”.
12
WOUTER H Muller/KÄLIN Christian/GOLDSMITH, John G. “Anti-Money Laundering: International Law
and Practice”. John Wiley & Sons, Chichester (UK), 2007, p. 190
13
Council of Europe - Parliamentary Assembly. “Working Papers” - 2008, Ordinary Session (Third Part),
Council of Europe Publishing, Volume VI, Documents 11628-11672, p. 95
11
Instrucción de 30 de julio de 1990. (...) Y debe recordarse asimismo que según reiterada
y constante doctrina jurisprudencial tanto del TC como de esta Sala de casación el derecho
a la presunción de inocencia no se opone a que la convicción judicial en proceso penal
pueda formarse sobre la base de una prueba indiciaria, siempre que existan indicios
plenamente acreditados, relacionados entre sí y no desvirtuarlos por otras pruebas o
contraindicios y se haya explicitado el juicio de inferencia, de un modo razonable14”.
Con una visión más garantista, en el derecho alemán existen serias críticas en
torno a la utilización normativa del tipo penal para la facilitación probatoria a través de
la prueba indiciaria (Indizienbeweis). En esa línea discursiva Abel Souto nos condensa
esa realidad en los siguientes términos: “Las dificultades probatorias sobrevenidas incluso
han llevado al legislador alemán a fundamentar la extensión del tipo penal del blanqueo
al ámbito de la imprudencia grave respecto al no reconocimiento del origen de los bienes,
justificación que ha sido criticada por la doctrina con asertos como el de VOGEL, según
el que ‘el Derecho penal material no debería tener función de facilitación procesal’ o el
de LAMPE, para el cual ‘la ampliación de la punibilidad por meros motivos procesales
contradice el principio de culpabilidad’”.15
1.2.4. Contraindicios
a. Caso absolutorio
“Que, en lo relativo al acusado [...], Presidente del Hotel [...] Sociedad Anónima y
Gerente General de [...] Sociedad de Responsabilidad Limitada, operadora del Casino
[...], se tiene que fue acusado porque realizó dos operaciones con el imputado [...], en
14
MAGRO SERVET, Vicente. “Delitos socioeconómicos”, Grupo Editorial El Derecho y Quantor, Madrid,
2010, p. 383
15
ABEL SOUTO, Miguel, “El blanqueo de dinero en la normativa internacional”, Universidad de Santiago
de Compostela, Santiago de Compostela, 2002, p. 176
12
los años mil novecientos noventa y siete y mil novecientos noventa y ocho; la primera,
referida a la adquisición del catorce por ciento de las participaciones de [...] Sociedad
de Responsabilidad Limitada por un monto total de un millón trescientos veinte mil
dólares americanos; y, la segunda, circunscripta a un préstamo personal de aquél por
un monto de doscientos ochenta y cuatro mil dólares americanos, mutuo celebrado el
treinta de junio de mil novecientos noventa y ocho (minuta) y elevado a escritura pública
el nueve de septiembre de ese año; que ambas operaciones están documentadas y, en el
caso de la primera, contabilizadas en la empresa, incluso la transferencia de
participaciones se comunicó –conforme a la ley de la materia— a la Comisión Nacional
de Casinos de Juego, que anunció la operación los días veintitrés y veinticuatro de
octubre de mil novecientos noventa y siete en los Diarios [...] y [...]; que el imputado
[...], para estas operaciones, utilizó el sistema financiero, en especial de sus cuentas en
el [...] Bank; y, a su vez, el imputado [...] ha venido pagando la deuda contraída con
dicho encausado.
Que la empresa Hotel [...] Sociedad Anónima, al año mil novecientos noventa y siete,
tiene deudas a largo plazo con el sistema financiero nacional y celebró un arrendamiento
financiero para la ampliación del hotel con una segunda torre, así como fluido de
ingresos relacionados con las operaciones comerciales propias de su giro; que el informe
pericial contable de fojas diez mil novecientos seis, ratificado a fojas doce mil ciento
ochenta y dos, acredita no sólo que las empresa Hotel [...] y [...] estaban operativas y
que la primera registra deudas financieras sustantivas a consecuencia de su actividad
mercantil pero a través de transacciones propias de la actividad bancaria, sino que tanto
el valor de la transacción referida a la venta de participaciones de [...] era razonable en
función al valor del negocio en su conjunto, cuanto que todas las operaciones realizadas
por ambas empresas tienen sustento documentario.”
13
La construcción de los fundamentos de la absolución reposan precisamente en la
antítesis de los postulados que sirven de prueba indiciaria para imputar delito de lavado
de activos, por ejemplo: “existencia de negocios lícitos”, “explicación razonable sobre
los montos y transacciones de dinero”, “justificación en el aumento de capital”, “uso del
sistema financiero de modo adecuado”, entre otros.
b. Caso condenatorio
14
Formuladas estas digresiones, el análisis valorativo que hará el Colegiado incluirá el
periodo de constitución de la Empresa “”T””, para luego evaluar la constitución y
crecimiento de la Empresa “”A””.
(ii) Aunado a ello, en los años precedentes a la creación de la citada empresa, el Acusado
“”X”” contaba con menos de 18 años de edad, habiendo sido separado de la Escuela de
la Fuerza Aérea mediante Resolución Ministerial N° 593 – 75/ AE de fecha 22 de abril
de 1975 y dado de baja con Resolución Ministerial N° 1724-76/ AE, de fecha 18 de
octubre de 1976. Hecho que es corroborado con el Oficio Reservado U – 50 SGFA - CIO
736 que obra en autos de fojas 78,940 a 78,941.
(iii) Además, es importante precisar que años antes a la creación de la citada empresa,
se produce la muerte del padre del acusado, señor “”Y””. A los familiares sobrevivientes
no se les otorgó ningún pago de seguro o indemnización, tal como se advierte del Oficio
N° 108-2005 -PROMIEN - MINSA, el cual adjunta la Resolución N° 877 -77 -SA, que
obra en el Tomo T – 4, anexo 26 del Parte Ampliatorio N° 25-11-97– DINANDRO que
obra a fojas 2,838 del expediente.
(iv) Por otro lado, no obstante que el Acusado “”X”” ha manifestado que la citada
empresa le reportó utilidades, debe mencionarse además que las mismas fueron producto
de los seguros cobrados a raíz de los accidentes que sufrían las aeronaves, no siendo
sólido el fundamento que dichos accidentes hayan sido consecuencia de acciones
15
terroristas. En este sentido, el Colegiado considera que este tipo de acciones constituyen
una modalidad propia de las organizaciones delictivas para darle apariencia legal al
dinero proveniente de actividades ilícitas, reinsertándolos en el mercado financiero para
evadir todo tipo de control. Indicio claro está que debe ser corroborado con otros
indicios contingentes.
(v) Por otro lado, es de precisar que el Acusado “”X”” sustenta en forma reiterada
durante el desarrollo del proceso, su solvencia económica tomando como referencia el
Parte Ampliatorio N° 25-11-97– DINANDRO. No obstante, el Colegiado concluye que
dicho documento carece de valor probatorio, por las razones que a continuación se
detallan:
Asimismo, en el citado parte no obra documento alguno que avale la procedencia de los
US$ 23,855.00 dólares americanos, con los cuales la Empresa “”T””adquirió su
primera avioneta en el año de 1980, ni tampoco el aumento de capital social que con
fecha 12 de febrero del año en mención se realizó por parte de los socios, el cual se vio
incrementado en S/.14,000.00 soles adicionales.
(Corte Superior de Justicia de Lima/Primera Sala Penal Para Procesos con Reos en
Cárcel/Expediente N° 24-2001, Sentencia de fecha 19 de diciembre del 2005).
16
1.2.5. Función
16
MADINGER, John. “Money Laundering: A Guide for Criminal Investigators”, CRC Press, 3th edition, New
York, 2012, p. 27. Cabe señalar que el autor utiliza las siglas SUA para referirse a “specified unlawful
activity” cuya traducción es “actividad ilícita específica”.
17
STESSENS Guy; “Money Laundering - A New International Law Enforcement Model”. Cambridge studies
in international and comparative law. Cambridge University Press. Cambridge (UK), 2000, p. 126
17
iniciar la investigación judicial. Los indicios que se deberán obtener en la investigación
tendrán que ser objetivos, suficientes, razonables, no contradictorios y legítimamente
obtenidos. (...) Los indicios que se deberán tener en cuenta en las investigaciones por
delito de lavado de activos giran en cuanto se refieren a las operaciones bancarias
sospechosas o inusuales, los desbalances patrimoniales detectados, la ausencia de
actividades económicas lícitas, la presencia de actividades lícitas pero insuficientes para
la generación de los activos que poseen, así como la vinculación existente con el delito
que genera los activos, que generalmente se trata del tráfico ilícito de drogas u otros
propios de la criminalidad organizada, así como otro tipo de indicios que se puedan
presentar en el caso penal”18.
Continuando con el diseño trazado, tenemos que resaltar que en una investigación
el Fiscal no sólo deberá recabar o recolectar información valiéndose de las medidas
establecidas procesalmente a su alcance, sino que deberá realizar una ardua tarea de
verificación y contraste sobre las pruebas obtenidas del investigado. Ello parte por
entender su importancia por dos razones importantes, el primero dado por el principio de
objetividad (inciso 2 del artículo IV del Título Preliminar del N.C.P.P.) toda vez que el
titular de la carga de la prueba ha de verificar si el acerbo probatorio presentado por la
defensa se encuentra amparable en derecho19, y el segundo, por la alta probabilidad que
dicha información al presentar una sola vulnerabilidad podría tener un “efecto dominó”
sobre el resto de pruebas.
18
TOYOHAMA ARAKAKI, Miguel. “La Prueba Indiciaria y el Delito de Lavado de Activos; Análisis y
Comentarios a la Ejecutoria Suprema R. N. № 2202-2003-CALLAO”; en Diálogo con la Jurisprudencia, №
145, Octubre 2010, Año № 16, p. 246.
19
Cfr. BOVINO, Alberto. “Problemas de Derecho Procesal Penal Contemporáneo”, Editores del Puerto,
Buenos Aires, 1998, p. 216; quien comenta, a modo de ejemplo, que si el fiscal norteamericano, en su
actividad persecutoria oculta prueba que puede servir para la defensa, la condena, si es obtenida, será
revocada, porque el fiscal impidió que la otra parte presentara el caso del modo más conveniente para el
interés del investigado.
18
realización de alguna de las modalidades de lavado de activos, sino que además debemos
acudir en búsqueda a través de ella de la responsabilidad penal del investigado.
20
LAMAS PUCCIO, Luis; “Tráfico de drogas y lavado de dinero”, Servicios Editoriales Didi de Arteta S.A.,
Lima, 1992, p. 106
21
CANO C., Miguel/LUGO C., Danilo, “Auditoría Forense en la Investigación criminal del lavado de dinero
y activos”, Esfera Editores, Bogotá, 2004, p. 19
19
tributaria22. Y es que precisamente nuestro país ha seguido un proceso de formalización
tributaria que le ha permitido alcanzar estándares internacionales para la creación de
espacios para la inversión extranjera, no obstante ello, tal como lo advierte precisamente
el Plan Nacional de Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo,
aún una de las principales vulnerabilidades estructurales es la “Informalidad Económica”,
es decir, gran parte del grupo de los ciudadanos de a pie todavía no regulariza sus
negocios, no emiten facturas ni boletas, no presentan declaraciones juradas, no cuentan
con licencias de funcionamiento, entre muchos otros.
Nada ajeno a la realidad resulta la situación que genera los delitos de defraudación
tributaria como fuente generadora de operaciones de lavado de activos, bajo esos alcances
Lamas Puccio refiere lo siguiente: “Una base importante para poder operar o dar inicio a
una investigación conducente a descubrir esta clase de delitos, es la que proporciona
medios tributarios o fiscales correspondientes. En algunos países los procesos penales por
evasión de impuestos se ha desarrollado lo que se conoce como la teoría del patrimonio
neto. Esta teoría relacionada más que todo a la comisión de delitos contra los ingresos del
fisco establece que, si se puede demostrar que durante un periodo fiscal determinado el
patrimonio neto de una persona ha aumentado en un monto mayor al de los ingresos que
declara, se puede ingerir que tal exceso representa ingresos no declarados y objetos de
investigación23”.
22
Cfr. Acuerdo Plenario № 02-2009/CJ-116, sobre el desarrollo jurisprudencial más consolidado y reciente
en el tema “Regulación Tributaria”; en la doctrina por todos cfr. BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Felipe.
“Las modalidades del delito de defraudación tributaria”, en “20 Años de Vigencia del Código Penal
peruano” PARIONA ARANA, Raúl (Dir.) Grijley. Lima, 2012. pp. 609-648; SAN MARTÍN CASTRO, César;
“Estudios de Derecho Procesal Penal”; Grijley, Lima, 2012, pp. 577-604
23
LAMAS PUCCIO, Luis “Tráfico de drogas y lavado de dinero”, Servicios Editoriales Didi de Arteta S.A.,
Lima, 1992, pp. 106-107
20
“Cuarto: Que, según lo expuesto inicialmente, la Sala sentenciadora sustentó la condena
en una evaluación de la prueba indiciaria, sin embargo, como se advierte de lo expuesto
precedentemente, no respetó los requisitos materiales legitimadores, única manera que
permite enervar el derecho a la presunción de inocencia; que sobre el particular, por
ejemplo, se tiene lo expuesto por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en doctrina
que se comparte, que la prueba por indicios no se opone a esa institución [Asuntos Pahm
Hoang contra Francia, sentencia del veinticinco de setiembre de mil novecientos noventa
y dos, y Telfner contra Austria, sentencia del veinte de marzo de dos mil uno]; que, en
efecto, materialmente, los requisitos que han de cumplirse están en función tanto al
indicio, en sí mismo, como a la deducción o inferencia, respecto de los cuales ha de
tenerse el cuidado debido, en tanto que lo característico de esta prueba es que su objeto
no es directamente el hecho constitutivo del delito, tal y como está regulado en la ley
penal, sino otro hecho intermedio que permite llegar al primero por medio de un
razonamiento basado en el nexo causal y lógico existente entre los hechos probados y los
que se tratan de probar; que, respecto al indicio, (a) éste –hecho base– ha de estar
plenamente probado –por los diversos medios de prueba que autoriza la ley–, pues de lo
contrario sería una mera sospecha sin sustento real alguno, (b) deben ser plurales, o
excepcionalmente únicos pero de una singular fuerza acreditativa, (c) también
concomitantes al hecho que se trata de probar –los indicios deben ser periféricos respecto
al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son–, y (d) deben estar
interrelacionados, cuando sean varios, de modo que se refuercen entre sí y que no
excluyan el hecho consecuencia –no sólo se trata de suministrar indicios, sino que estén
imbricados entre sí–; que es de acotar que no todos los indicios tienen el mismo valor,
pues en función a la mayor o menor posibilidad de alternativas diversas de la
configuración de los hechos –ello está en función al nivel de aproximación respecto al
dato fáctico a probar– pueden clasificarse en débiles y fuertes, en que los primeros
únicamente tienen un valor acompañante y dependiente de los indicios fuertes, y solos no
tienen fuerza suficiente para excluir la posibilidad de que los hechos hayan ocurrido de
otra manera –esa es, por ejemplo, la doctrina legal sentada por el Tribunal Supremo
Español en la Sentencia del veinticinco de octubre de mil novecientos noventa y nueve
que aquí se suscribe–; que, en lo atinente a la inducción o inferencia, es necesario que sea
razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas de la lógica y de la experiencia,
de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y que entre ambos exista un
enlace preciso y directo”.
21
Debe resaltarse que estos parámetros sirven para fortalecer el estándar de
suficiencia de la prueba indiciaria de modo general, y que válidamente debe ser recogido
para la construcción de prueba indiciaria en un caso de lavado de activos.
Es decir, partir de un ‘hecho base’ que se quiera probar (por ejemplo, incremento
inusual de patrimonio o conexión indirecta con actividades criminales), que a su vez se
encuentre sustentado por una ‘pluralidad de indicios’ (boletos de viajes a destinos que
coinciden con los de narcotraficantes, llamadas telefónicas que los vinculen, aparición de
tatuajes que lo identifiquen como miembro de una organización, fotografías del agente en
conversación con personas investigadas, entre otros) y sobre todo que se refuercen entre
sí y no excluyan los unos de los otros, aquí podríamos terminar con el siguiente
razonamiento: “no basta una ingente cantidad de indicios sino un razonable cúmulo de
indicios pero de calidad”.
Por otro lado, conforme aparece en el fundamento jurídico trigésimo cuarto del
Acuerdo Plenario № 03-2010/CJ-116, se debe tomar como indicios para la construcción
de prueba indiciaria en los casos de delito de lavado de activos lo siguiente:
22
C. La concurrencia, como indicio añadido, de inexistencia o notable insuficiencia de
negocios lícitos que justifiquen el incremento patrimonial o las transmisiones
dinerarias.
23
actividades delictivas que generen ganancias”24. En el mismo sentido, Miranda Sánchez
ha sostenido: “El incremento patrimonial que ha presentado en un lapso de tiempo, por
lo general en el 99% de todos los casos quienes están vinculados a la actividad de
legitimación de capitales, no puede justificar el dinero que tienen ni las propiedades que
tienen. Entonces surge aquí también un apoyo o herramienta procesal importante,
recomendada por la Convención de Viena y que ha sido denominada, a mi parecer,
erróneamente como inversión de la carga de la prueba patrimonial25”.
24
GARCÍA CAVERO, Percy. “La prueba indiciaria en el proceso penal”. ARA Editores, Lima, 2011, p. 68
25
MIRANDA SÁNCHEZ, Rosendo, “Legitimización de capitales y técnica de investigación”, en AAVV, “Lucha
contra el Narcotráfico: Un reto global”, Comisión Ejecutiva del Ministerio Público, Lima, 2000, p. 81.
26
BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Miguel, “Manual de Derecho Penal – Parte General”, Eddili, Cuarta
edición, Lima, 2008, p. 221.
24
esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud u otras formas de explotación laboral, o
extracción o tráfico de órganos o tejidos humanos (...)”.
25
acredita o constata a través de “prueba indiciaria”, su uso incuestionablemente facilita la
actividad probatoria en la investigación por las siguientes razones:
27
RUIZ RODRÍGUEZ, Luis Ramón. “Encubrimiento y receptación. Los específicos elementos subjetivos del
injusto”, en AAVV, “Libro Homenaje al Dr. Marino Barbero Santos: In Memorian”, Vol. II, Ediciones
Universidad de Salamanca, Cuenca, 2001, p. 609
28
Resulta muy útil recordar aquí los fundamentos brindados para la solicitud de la Reparación Civil en los
delitos de peligro, y que han sido desarrollados en el fundamento jurídico décimo del Acuerdo Plenario N°
06-2006-/CJ-116: “A partir de lo expuesto, cabe establecer si los delitos de peligro pueden ocasionar
daños civiles y, por tanto, si es menester fijar la correspondiente reparación civil, más allá de las especiales
dificultades que en estos delitos genera la concreción de la responsabilidad civil. Como se ha dicho, el
daño civil lesiona derechos de naturaleza económica y/o derechos o legítimos intereses existenciales, no
patrimoniales, de las personas. Por consiguiente, aun cuando es distinto el objeto sobre el recae la lesión
en la ofensa penal y en el daño civil, es claro que, pese a que no se haya producido un resultado delictivo
concreto, es posible que existan daños civiles que deban ser reparados”.
26
ofrece al Ministerio Público mejores alcances en la tarea de búsqueda de elementos de
prueba de este delito.
27
CAPÍTULO II
La prueba prohibida
Juan Carlos Portugal Sánchez29 30
Aunque ciertamente este análisis sea útil, no es el único escenario en donde existe
tensión entre dos derechos o garantías; son varios los escenarios que graficaremos en el
presente trabajo para una mejor comprensión. Veremos en este marco de análisis el
concepto de prueba prohibida, los límites constitucionales y legales a su regulación, y,
naturalmente, las excepciones presentes sobre el particular, analizados desde la definición
brindada por la academia con el apoyo de la múltiple casuística. Asimismo, estudiaremos
el marco legal peruano en torno a su regulación.
29
Miembro del Centro de Derecho Procesal Penal de la USMP. Abogado por esta misma casa de estudios.
Maestrando en Ciencias Penales por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Con estudios de
especialización en Derecho Penal Internacional, Derecho Internacional Humanitario y Justicia e Impunidad
por la American University Washington College of Law, y en Argumentación Jurídica por la UNMSM.
Especialista en Litigación Oral por la UNAULA, Colombia. Con estudios de especialización en
Contraexamen a testigos frágiles, informantes y policías por la California Western School, EE.UU. Docente
de los cursos de Análisis Jurisprudencia Penal-Procesal Penal y Bases de Derecho Penal en la Facultad de
Derecho de la USMP. Ex docente del curso de Técnicas de Litigación Oral en la Facultad de Derecho de la
UPSJB. Ex coordinador de la Cátedra Luis Alberto Bramont-Arias de la Facultad de Derecho de la UPSJB.
Miembro del Instituto Panamericano de Derecho Procesal. Abogado litigante en asuntos penales y
constitucionales, expositor en congresos, diplomados y cursos referidos al Nuevo Código Procesal Penal.
Autor de diversos artículos jurídicos en revistas jurídicas nacionales. Miembro honorario del Colegio de
Abogados de Apurímac y del Colegio de Abogados de Huánuco.
30
El presente artículo cuenta con la colaboración de Sheyla Cusi Fabián, estudiante del IX Ciclo de la
Facultad de Derecho de la USMP.
28
judicial más justa y legítima. Y es que el lenguaje del juicio, en palabras de Maurice
Baytelman y Duce, será siempre el lenguaje de las pruebas; solo mediante esta y a través
de esta, se obtendrá una decisión fundada en Derecho.
“Una de las garantías que asiste a las partes del proceso es la de presentar los
medios probatorios necesarios que posibiliten crear la convicción en el juzgador
de que sus argumentos son los correctos. De esta manera, si no se garantiza la
presentación oportuna de pruebas a los justiciables, ¿se podrá considerar
amparada la tutela procesal efectiva? Todo hace indicar que ello sería imposible.
Solo con los medios probatorios necesarios, el juzgador podrá sentenciar
adecuadamente (…)”
“Que las partes tengan el derecho a probar un hecho, significa que tienen la
facultad de presentar todos los medios de pruebas relevantes y admisibles para
apoyar su versión en el litigio. Para parte que alega un hecho significa que debe
tener la posibilidad de presentar todas las pruebas positivas con las que cuenta;
para la parte contraria, supone que debe tener la oportunidad de presentar todas
las pruebas contrarias o negativas de que disponga en relación con esos
derechos”31.
31
TARUFFO, Michele. La prueba. Traducción de Laura Manrique y Jordi Ferrer Beltrán, Marcial Pons,
Madrid, Barcelona, Buenos Aires, 2008, p. 56.
29
2.2.1 Contenido esencial del derecho a probar
32
CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. La prueba prohibida. Su tratamiento en el Nuevo Código Procesal
Penal y en la jurisprudencia. Gaceta Jurídica, 2014, p. 27
30
debido proceso y debe reconocerse que pertenece a las garantías
fundamentales de las partes”33.
El Código Procesal Penal del año 2004 regula el derecho a ofrecer medios de
prueba necesarios para la defensa en el artículo IX de su Título Preliminar, al señalar el
derecho a intervenir, en plena igualdad, en la actividad probatoria; y, en las condiciones
previstas en la ley, a utilizar los medios de prueba pertinentes.
Otra muestra clara de ello lo encontramos en la regulación legal recaída sobre las
reglas probatorias de la prueba nueva en juicio de primera instancia (artículo 373 numeral
1 y 2), prueba en segunda instancia (artículo 422.2) del Código Procesal Penal, cuyo texto
señala de modo expreso que solo se admitirán los siguientes medios de prueba: a) los que
no se pudo proponer en primera instancia por desconocimiento de su existencia; b) los
33
TARUFFO, Michele. Ob. Cit., p. 56.
34
Artículo 155.2 del Código Procesal Penal le prescribe al juez la obligación de excluir la prueba que es
impertinente. “La pertinencia exige que el medio probatorio tenga una relación directa o indirecta con el
hecho que es objeto del proceso”, y aquello que se pretende acreditar es el denominado “tema de prueba”
(thema probandum), es decir, aquel conjunto de hecho concretos que constituyen en concreto proceso
“objeto de prueba”. En ese sentido, el artículo 156.1 del NCPP prescribe: “son objeto de prueba los hechos
que se refieren a la imputación, la punibilidad y la determinación de la pena o medida de seguridad, así
como los referidos a la responsabilidad civil derivada del delito.
35
Está regulada en la parte in fine del artículo 155.2 del NCPP. Para García Rada “la idoneidad es la
adecuación de la prueba al objeto perseguido por ella. Si se trata del delito de lesiones, es idóneo acreditarlas
mediante certificado médico, no lo será pretender hacerlo con testigos”.
36
utilidad del medio de prueba, es decir, la vinculación que hay entre la prueba y el objeto del proceso.
Este presupuesto está también regulado en la parte final del artículo 155.2 del NCPP.
37
En todo proceso existe una oportunidad para solicitad la admisión de medios probatorios; pasado dicho
plazo, no tendrá lugar la solicitud probatoria. Sobre la pertinencia, el Código Procesal Penal confiere a la
defensa la facultad de utilizar medios de prueba, siempre que sean pertinentes (art. IX T.P.). La admisión
de los medios de prueba ofrecidos requiere que el aporte probatorio sea pertinente (art. 352.5.b, CPP); en
caso contrario, el juez las excluye mediante auto motivado art. 155.2, CPP).
38
Finalmente, cuando a la licitud de los medios de prueba, estos no pueden ser admitidos si se han obtenido
violando el contenido esencial de los derechos fundamentales o violando la legalidad procesal.
31
propuestos que fueron indebidamente denegados, siempre que hubiere formulado en su
momento la oportuna reserva; y, c) los admitidos que no fueron practicados por causas
no imputables a él.
b. El derecho de admisión de la prueba: Consiste en que los medios ofrecidos por las
partes deben ser admitidos o rechazados, bajo los límites y condiciones supra señaladas.
Sobre el mismo, el Tribunal Constitucional ha señalado que:
“Se vulnera el derecho a la prueba cuando estos son denegados sin cumplir los
presupuestos de admisibilidad, aunque también recalca que no siempre el órgano
jurisdiccional está en la obligación de admitir todos los medios probatorios que
hubieran sido admitidos. En ese sentido, las pruebas ofrecidas por las partes se
pueden denegar cuando importen pedidos de medios probatorios que no son
pertinentes, legítimos, útiles, así como manifiestamente excesivos”39.
39
Sentencia del Tribunal Constitucional recaído en el Expediente 6712-2005-HC/TC
32
que delimitan su contenido y regulan su ejercicio, como el de publicidad, contradicción,
inmediación, comunidad y colaboración, sin olvidar las particulares cuestiones de cada
caso concreto y los principios de equilibrio, razonabilidad y motivación adecuada40.
40
BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo. El derecho a probar como elemento esencial de un proceso
justo. Ara Editores, Lima, 2001, pág. 130. Citado en CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. Ob. Cit., p. 31.
41
SÁNCHEZ CARRIÓN, Joaquín. La vertiente jurídica constitucional del derecho a la prueba en el
ordenamiento español. En: Revista de Derecho Político. N. 42, Madrid, 1996, p. 195. Citado en CASTILLO
GUTIÉRREZ, Luciano. Ob. Cit., p. 32.
33
e.- El derecho a la valoración y motivación de la prueba: Consiste en la exigencia
constitucional para que los jueces mediante resolución debidamente motivada darán
respuesta al ciudadano, del resultado de la valoración individual y conjunta de las pruebas
ingresadas y actuadas en el proceso, con un criterio objetivo, razonable y ponderado;
respetando las reglas de la sana crítica y basados en los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimiento científicos42.
“Es la operación mental que tiene por fin conocer el mérito o valor de
convicción que puede deducirse de su contenido”. Cada medio de prueba
es susceptible de valoración judicial. No existe pauta que indique cuantos
y cuales son necesario para formar convicción. Escapa a la ley por ser
operación en la esfera de lo espiritual. La valoración debe entenderse como
un conjunto de operaciones mentales referentes al estado crítico de las
pruebas actuadas en un proceso, tanto las aportadas por las partes como las
adquiridas directamente por el juez. Es la actividad exclusiva del juez. Las
personas del proceso son colaboradoras. Colabora con el juez el testigo
que relata los hechos que vio, el perito que señala la naturaleza de una
mancha, el inculpado que, al negar su autoría, ofrece datos sobre quienes
pudieron ser los responsables, el agraviado que cuenta la forma como se
desarrollaron los hechos, el Ministerio Publico cuando interroga a los
testigos, inculpado o agraviado, etc. Es decir, todas las personas del
proceso -principales y auxiliares- colaboran con el juez en su tarea de
formarse convicción. De la apreciación de la prueba depende que exista
armonía entre sentencia y justicia. Vida, Honor y patrimonio del
inculpados dependen de que el juez obtenga éxito en esta tarea43”.
42
CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. Ob. Cit., p. 33.
43
GARCÍA RADA, Domingo. Manual de Derecho Procesal Penal. Eddili, Lima, 1984, p. 185.
34
omitir la valoración de aquellas pruebas que son aportadas por las partes al proceso dentro
del marco del respeto a los derechos fundamentales y a lo establecido en las leyes
pertinentes; esto es, prohibición a la omisión de valoración probatoria; y en segundo lugar,
la exigencia de que dichas pruebas sean valoradas motivadamente con criterios objetivos
y razonables, dentro de un razonamiento de argumentación que no únicamente se reduce
a brindar razones, sino que estas además sea una información producida y actuada en
juicio, con dosis de logicidad y coherencia. Solo así, y más allá de los gustos y finuras,
una decisión judicial estará desprovista de razones de capricho y arbitrio.
35
Sí existe, sin embargo, dentro del ámbito de protección constitucional, límites
materiales a su modo de obtención, uso y valoración. Uno de estos límites se encuentra
constituido en la prohibición de obtener evidencia probatoria lesionando derechos
fundamentales, o en buena cuenta, adquirirlas de manera ilícita en contravención con
nuestro orden jurídico.
(…)
“Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura
o a tratos inhumanos o humillantes (…). Carecen de valor las declaraciones
obtenidas por la violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad”.
36
2.4.1 la regla de exclusión en el código procesal penal de 2004
En efecto, El artículo VIII del Título Preliminar del Código Procesal Penal
intitulado “Legitimidad de la prueba” expresamente reconoce la licitud únicamente de
aquellas pruebas obtenidas bajo un procedimiento legal y constitucionalmente válido, no
obstante, hace una alusión especial de exclusión únicamente a aquellas obtenidas de
manera contraria al contenido esencial que posee cada derecho fundamental, con lo cual,
es ciertamente válido afirmar, a contrariu sensu, que sí es posible, al menos para su debate
y deliberación, aquellas obtenidas lesionando el contenido o ámbito relativo a todo
derecho. Sin duda una discusión académica que más adelante dilucidaremos.
Artículo 159
“El juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba
obtenidos con vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales
de la persona.
Artículo 393
37
lesiones al contenido relativo (y no esenciales) de los derechos fundamentales, situación
a ser resuelta por el operador judicial en cada caso concreto. Esta manifestación de
permisión es permanentemente resuelta y legitimada por nuestro sistema judicial bajo la
teoría del riesgo, de buena fe, descubrimiento inevitable y ponderación de intereses.
44
TALAVERA ELGUERA, Pablo. La Prueba Penal. Instituto Pacífico, 2017. Lima, p. 239.
38
paralelamente un testigo declara saber dónde está escondida el arma, información que
permite encontrarla45.
45
CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. Ob. Cit., p. 56.
46
TALAVERA ELGUERA, Pablo. Ob. Cit., p´. 240.
47
TALAVERA ELGUERA, Pablo. Ob. Cit., p. 17
48
MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. El concepto de prueba ilícita y su tratamiento en el proceso penal.
Segunda Edición, revisada y ampliada. Bosch Editor, Barcelona, 2004, p. 127.
39
c. Buena fe: De origen estadounidense, esta teoría se produce cuando bien por error bien
por negligencia o ignorancia -el común denominador es la ausencia de intención- se lleva
a cabo un acto procesal lesivo a una garantía constitucional. Es recurrente el uso de esta
excepción en actos ejecutivos de allanamiento, intervenciones o registros corporales y
requisas49.
En esta perspectiva, Talavera Elguera -con acierto-, señala que esta excepción
opera cuando la policía actúa de buena fe y en cumplimiento de una orden judicial aun
cuando luego se determine que esa orden estuvo mal dictada. El fundamento que se ha
dado para admitir esta excepción es que ningún sentido tiene intentar disuadir a quien de
buena fe y razonablemente ha confiada en que obraba conforme a derecho50. De esta
manera, como señala Villegas Paiva:
49
Su origen se remonta al caso León Vs United States (1984), en donde por vez primera la Corte Suprema
de los Estados Unidos asume y construye esta teoría. En dicho caso se analizó la validez de la prueba
obtenida como consecuencia de una orden de allanamiento no sustentada en causa probable para su emisión,
situación que ignoraban los policías que la llevaron a cabo.
50
TALAVERA ELGUERA, Pablo. Ob. Cit., p. 243.
51
VILLEGAS PAIVA, Elki. La Prueba en el proceso penal: En: La regla de la exclusión de la prueba ilícita:
Fundamento, efectos y excepciones. Pacífico Editores, 2015. Lima, p. 244-245.
40
titular de la inviolabilidad domiciliare, en determinadas situaciones de
contraposición de intereses que enerven la garantía que dicha
inviolabilidad representa. Del sentido de garantía del art. 18.2 CE se infiere
inmediatamente que la autorización de entrada y registro respecto del
domicilio de un imputado no puede quedar librada a la voluntad o a los
intereses de quienes se hallan del lado de las partes acusadoras, pues, si así
fuese, no habría, en realidad, garantía alguna, máxime en casos como el
presente, en que hallándose separados los cónyuges, el registro tuvo lugar
en la habitación del marido”.
Ahora bien, pese a que en nuestro de sistema de justicia viene acogiéndose esta
posición, hay un sector importante de la academia, entre quien destaca Miranda
Estrampes, para quien esta teoría no puede ser aplicable debido a la posición preferente
que ocupan los derechos fundamentales en nuestro ordenamiento jurídico. Así, sostiene
que lo verdadera relevante en la prueba ilícita no son las creencias de los concretos
agentes actuantes (policiales o judiciales) sino la constatación objetiva de la violación de
un derecho fundamental. Constatada su presencia la consecuencia debe ser la prohibición
41
de admisión y la prohibición de valoración de la prueba así obtenida pues está en juego
la propia noción de proceso justo o equitativo (debido proceso)”52
e. Nexo causal debilitado: En definición de Gonzales Cussac, esta excepción opera allí
donde, aunque establecida una relación causal, la imputación objetiva- o conexión de
antijuricidad- se quiebra por la actuación voluntaria de alguien. Así, señala que en los
supuestos de confesiones precedidas de intervenciones declaradas nulas; sin embargo,
para que aquellas sean admitidas, han de estar informadas previamente de la declaración
de nulidad de las anteriores diligencias, así como que ha de ser prestada libre y
voluntariamente, esto es, sin presiones55.
52
MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. Ob. Cit., p. 65.
53
SAN MARTIN CASTRO. Breves apuntes en torno a la garantía constitucional de la inadmisión de la
prueba prohibida en el proceso penal”. En: Proceso & JUSTICIA, N, 4, Lima, 2003, p. 64.
54
GÁLVEZ MUÑOZ, Luis. La ineficacia de la prueba obtenida con violación de derechos fundamentales.
Navarra, Aranzandi, 2003, p. 125-126.
55
GONZÁLEZ CUSSAC. José. La conexión de antijuridicidad en la prueba prohibida. Gaceta Penal &
Procesal Penal. Tomo I. Gaceta Jurídica, Lima, 2009, p. 230.
42
la relación causal entre la actuación primigenia y la posterior no se ha roto, pero esta
atenuada, justamente por l acción voluntaria e informada del imputado.
Graficamos lo dicho en líneas supra con el siguiente ejemplo que nos propone
Castillo Gutiérrez57, a propósito del caso Wong Sun. “A” es detenido ilegalmente por la
Policía, e imputa en su declaración a “B”. Tras ello, la policía detiene a “B”, incauta droga
en el registro de su domicilio, y este inculta a “C”, este concurre voluntariamente ante la
policía y se declara culpable. En el proceso, “A” logra excluir la evidencia de la droga
secuestra a “B”, alegando que deriva directamente de su previa detención ilegal. Sin
embargo, la demanda de “C” para que su confesión fuera también anulada no prospero:
fue declarada como un hecho que interrumpió la cadena causal. Subrayar que, aunque la
declaración de culpabilidad de “C” fue voluntaria y espontánea, al no haber sido
informado previamente de la nulidad de la detención y en consecuencia del registro y
aprehensión de drogas, no debió considerarse como válida.
En nuestro país, en el caso del ex presidente Alberto Fujimori, aceptó esta tesis.
Así, en su fundamento 148, a la luz de esta excepción, dicho tribunal señalo que:
56
NEYRA FLORES, José. Manual del nuevo proceso penal & de litigación oral. IDEMSA. Lima, 2010,
p. 684.
57
CASTILLO GUTIERREZ, Luciano. Ob. Cit., p. 62.
43
uno de los intervinientes en la escena de la entrevista-personal de SIN, con
la obvia autorización y conocimiento del entrevistado y entrevistador, más
aún si la entrevista se produjo en la sede de esa institución -fue quien grabo
lo acontecido. Más allá de cualquier defecto del video -concretamente la
edición “cuestionable” de su contenido para configurar un documento
fílmico especifico acorde con un reportaje de actualidad -se ha producido
un supuesto muy claro de “atenuación del vínculo” pues el entrevistador
afirmo la realidad de conversaciones previas y la intervención anticipada
de Montesinos Torres, quien le transmitía consejos o le daba indicaciones
al general EP Picón Alcalde sobre cómo debía declarar”58.
f. Teoría del riesgo: Esta teoría propone que la prueba obtenida no lesiona derechos
fundamentales, toda vez que no hay afectación importante al secreto de las
comunicaciones por ser un acto que realiza un participante de la comunicación.
Sánchez Córdova nos señala que esta teoría se entiende cuando dos personas se
comunican y una le expresa o cuenta a la otra una actividad delictuosa o relacionada con
el delito, de manera que asume el riesgo que su interlocutor lo delate, por ejemplo: Un
policía graba a una persona sin saberlo su interlocutor, mientras los dos hablan de cómo
se va a llevar a cabo un delito. Sobre la base de esta intervención a las comunicaciones se
realizan detenciones y se encuentran los efectos del delito”. En el presente caso, no hay
violación al derecho a la intimidad del emitente por cuanto el interlocutor es titular del
derecho a las comunicaciones y el emitente asumió su propio riesgo al confiar una
actividad prohibido a su interlocutor, de manera que asume el riesgo que su interlocutor
lo delate. En el presente caso, no hay violación al derecho a la intimidad del emitente por
cuanto el interlocutor es titular del derecho a las comunicaciones y el emitente asumió su
propio riesgo al confiar una actividad prohibida a su interlocutor59.
58
Sala Penal Especial. Sentencia recaída en el Expediente A.V. 19-2001 de fecha 07 de abril de 2009. Caso
Alberto Fujimori por los delitos de secuestro, lesiones y asesinato en agravio de Luis Alberto León Borja
y Otros.
59
SÁNCHEZ CÓRDOVA, Juan. La prueba prohibida. En: Actualidad Jurídica. Tomo 183, Gaceta Jurídica,
Lima, febrero de 2009, p. 134.
44
afecta ni al derecho a la intimidad personal, ni al relativo la protección del secreto
de las comunicaciones, de manera que en caso alguno puede concluirse la ilicitud
de tales instrumentos y por ello su pérdida de valor probatorio”60.
“La supuesta indefensión de sus derechos (del acusado), provino más bien de su
actuación ilícita que permitió ser grabado por su coparticipe Vladimiro
Montesinos Torres (…). Por lo que es el y no al Estado al que corresponde asumir
tal indefensión, bajo el principio doctrinario del vinere contra factum propium (no
se puede actuar contra los hechos propios). En tal orden de ideas, la incautación
por parte del Estado del video y su ofrecimiento como medio de prueba en la
presente causa, no resulta atentatorio a los derechos constitucionales del citado
acusado, (…) deviene improcedente lo sostenido por el acusado de haberse
violado sus derechos fundamentales al a intimidad o privacidad (to right of the
privacy).
60
ASENCIO MELLADO, José María y UGAZ SANCHEZ-MORENO, José Carlos. Prueba ilícita y lucha
anticorrupción (el caso del allanamiento y secuestro de los “vladivideos”). Grijley, Lima, 2008, p. 683.
61
Corte Superior de Justicia de Lima. Sentencia recaída en el Expediente 017-2001, Sala Penal Especial
“B” de fecha 09 de julio de 2003.
45
valoración especial el contenido público o particular de esta conversación, y el efecto de
trascendencia social que esto significa. Con todo, señala que:
62
Corte Superior de Justicia de Lima. Sentencia recaída en el Expediente 017-2001, Sala Penal Especial
“B” de fecha 09 de julio de 2003.
46
realizada por agentes extraños al proceso de comunicación entre los interlocutores
válidamente constituidos, sino por uno de los que participó de ella. Veamos:
47
indica dónde se encuentra el producto del delito, que viene a ser regularmente incautado.
O el caso de interceptación telefónica clandestina, por medio de la cual la policía descubre
un testimonio de hecho que, en declaración regularmente prestada, incrimina al acusado63.
Así, en palabras de Parra Quijano:
“La llamada doctrina del “fruto del árbol venenoso o envenenado” tuvo su
origen en los Estados Unidos de Norteamérica. Allí recibe el nombre de
fruit of the poisonous tree o, más simplemente, fruit doctrine. Su origen se
remonta al caso Silverthorne Lumber Co Vs. United States (1920) en el
que la Corte estadounidense decidió que el Estado no podía intimidar a una
persona para que entregara documentación cuya existencia había sido
descubierta por la policía a través de un allanamiento ilegal.
Posteriormente, en el caso Nardone Vs. United States (1939), ese tribunal
hizo uso por primera vez de la expresión “fruto del árbol venenoso”, al
resolver que no solo debía excluirse como prueba en contra de un
procesado grabaciones de sus conversaciones efectuadas sin orden
judicial, sino igualmente otras evidencias a las que se había llegado
aprovechando la información que surgía de tales grabaciones. Para casos
posteriores de aplicación de esta doctrina, pueden verse, entre otros, el caso
Wong Sun Vs. United States (1963): exclusión como prueba de dichos
testigos y de objetos a los que se llegó como consecuencia de un
allanamiento y arresto ilegal; caso Brown Vs. Illinois (1975): exclusión de
una confesión prestada por una persona arbitrariamente detenida, caso
Davis Vs. Missisippi (1969): exclusión de huellas dactilares tomadas de
63
TALAVERA ELGUERA. Ob. Cit., p. 234-235.
64
PARRA QUIJANO, Jairo. Pruebas ilícitas. En: Revista Iut et Veritas. Año VIII, 14, Lima, junio de 1997,
p. 39.
65
TALAVERA ELGUERA. Ob. Cit., p. 235-236.
48
una persona detenida ilegalmente, aun cuando correspondían con las
halladas en la escena del crimen”.
Como vemos, son dos los postulados conceptuales que, en apariencia, asumen una
sinonimia según lo allí expuesto, cuando lo cierto es que ambos parten de infracciones
distintas. En el primer caso, estamos en estricto frente a la ineficacia de la prueba por
violación de los derechos fundamentales; mientras que en las segunda no existe tal lesión,
por cuanto aquí la lesión es producida a una norma de rango adjetivo, de legalidad
procesa. En una la consecuencia directa será la exclusión, mientas que en la otra,
dependiendo de su magnitud, el vicio podrá ser subsanado o convalidado.
66
Nos basaremos, en parte, en los casos planteados por CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. Ob. Cit.,
157-180
67
Sentencia del Tribunal Constitucional recaído en el Expediente 02053-2003-HC/TC
49
tiene como fin enervar el valor jurídico de aquellas revelaciones o
exposiciones alcanzadas mediante cualquiera de las formas de agresión
anteriormente señaladas. El funcionario estatal que emplee la violencia
injustificada incurre en la comisión de ilícito justiciable penalmente”68.
68
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente 2333-2014-HC/TC
69
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente 1058-2004-AA-TC
50
“En efecto, conforme lo establece el artículo 2, inciso 10), de nuestra
norma fundamental, toda persona tiene derecho a que sus comunicaciones
y documentos privados sean adecuadamente protegidos, así como a que las
mismas y los instrumentos que las contienen, no puedan ser abiertas,
incautadas, interceptadas o intervenidas sino mediante mandamiento
motivado del juez y con las garantías previstas en la ley. Aunque,
ciertamente, puede alegarse que la fuente o el soporte de determinadas
comunicaciones y documentos le pertenecen a la empresa o la entidad
donde labora, ello no significa que la misma pueda arrogarse en forma
exclusiva y excluyente la titularidad de tales comunicaciones y
documentos, pues con ello evidentemente se estaría distorsionando el
esquema de los atributos de la persona, como si estos pudiesen de alguna
forma verse enervados por mantenerse una relación de trabajo”.
“En efecto, conforme lo establece la última parte del artículo 2, inciso 10),
de la Constitución, los documentos privados obtenidos con violaciones de
los preceptos anteriormente señalados, no tienen efecto legal. Ello, de
momento, supone que por la forma como se han recabado los mensajes que
han sido utilizados en el cuestionado proceso administrativo, su valor
probatorio carece de todo efecto jurídico, siendo, por lo tanto, nulo el acto
de despido en el que dicho proceso ha culminado. Se trata, pues, en el
fondo, de garantizar que los medios de prueba ilícitamente obtenidos no
51
permitan desnaturalizar los derechos de la persona ni, mucho menos, y
como es evidente, que generen efectos en su perjuicio”. No con razón
Antonio Pérez Luño, citando a J. Ruiz Jiménez, dice: “Si la intimidad es
un valor fundamental de ser hombre, uno de sus bienes básicos, no cabe
duda de que ha de reflejarse en la existencia colectiva como un derecho
natural o fundamental, que el ordenamiento debe proteger contra cualquier
violación por parte de los demás hombres, y más aun de las instituciones
o comunidades que estos forman””70.
Uno de los casos más emblemáticos acerca de esta problemática sin duda alguna
estuvo representado en el caso Quimper Herrera, conocida por en el etiquetamiento
mediático como “Los Petroaudios”71. Se trató igualmente de resolver un caso producto
de una intervención al secreto e inviolabilidad de las comunicaciones.
70
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente 1058-2004-AA-TC, fundamento 18.
71
Sentencia del Tribunal Constitucional recaído en el Expediente 655-2010-PHC-TC
52
“(…) la prueba prohibida es un derecho fundamental que no se encuentra
expresamente contemplado en la Constitución, que garantiza a todas las
personas que el medio probatorio obtenido con vulneración de algún
derecho fundamental sea excluida en cualquier clase de procedimiento o
proceso para decidir la situación jurídica de una persona, o que prohíbe
que este tipo de prueba sea utilizada o valorada para decidir la situación
jurídica de una persona. En este sentido, debe destacarse que la
admisibilidad del medio probatorio en cualquier clase de procedimiento o
proceso no se encuentra únicamente supeditada a su utilidad y pertinencia,
sino también a su licitud”72.
72
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente 655-2010-PHC-TC, fundamento 17.
73
De igual manera, nos basaremos en los casos planteados por CASTILLO GUTIÉRREZ, Luciano. Ob.
Cit., 181-210
53
“(…) En el caso de autos, se aprecia que los registros domiciliarios
efectuados en los domicilio de las encausadas (…) han sido realizados con
clara afectación del derecho constitucional a la inviolabilidad del
domicilio, pues estos no revistieron las formalidades de ley, -inmediatez y
flagrancia- por ende, el material incautado y decomisado a las encausadas
no puede ser valorado convenientemente, por ello es que resulta correcta
la decisión del Tribunal a quo respecto a la absolución de Pilar Sulena
Montenegro Soria al no existir otro elemento de prueba que la vincule con
el grave delito imputado”.
74
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente 03691-2009-PHC/TC
54
c. La intervención urgente sancionada para los casos e flagrancia se justifica
constitucionalmente respecto de los delitos de consumación instantánea,
pues en los delitos permanentes no se configuraría, en principio, la
situación de urgencia que impida recabar la autorización judicial
correspondiente. Por consiguiente, en los delitos de tenencia de armas,
drogas, contrabando y otros, cuya posesión continuada se indica como
almacenada la interior de un domicilio, se requerirá la previa autorización
judicial; pues, aun cuando puedan presentarse de manera concurrente los
requisitos de la flagrancia delictiva, en los delitos permanentes se presenta
el decaimiento del supuesto de la extrema urgencia.
d. Una llamada telefónica de una tercera persona que denuncia la posesión
de objetos o elementos ilícitos en el interior de un domicilio no puede
comportar el conocimiento fundado, directo e inmediato de la realización
del hecho punible (que se viene realizando o que se acaba de realizar
instantes antes) que habilite a la autoridad pública a prescindir del
mandado judicial correspondiente pretextando la configuración de la
situación delictiva de la flagrancia”.
Años más tarde, la Corte Suprema de Justicia volvió nuevamente a conocer debido
a una sentencia decretada por la Sala Penal Nacional contra otros procesados a quienes
se les reservó el juicio respecto a quienes afrontaron el primer caso. Fue conocido en los
albores jurídicos como el “Polo II”.
De la misma forma como ocurrió con el primer caso, la Sala Penal Nacional
absolvió a los acusados bajo la teoría de la regla de la exclusión, posteriormente declarada
nula por la Corte Suprema. En esencia, los fundamentos, desde la perspectiva de Espinoza
Goyena75, ciertamente diferentes respectos a los fundamentos del primer caso, fueron los
siguientes:
75
ESPINOZA GOYENA, Julio. La prueba prohibida en la jurisprudencia nacional. En:
http://190.12.76.211/alertainformativa/index.php?contenido&com=contenido&id=10899.
55
- Se utilizó la “teoría de la ponderación de intereses en conflicto”, así como la
“teoría del nexo causal atenuado” a efectos de darle valor a la prueba obtenida
ilícitamente. Así, se estableció lo siguiente:
76
Corte Suprema de Justicia de la República. Recurso de Nulidad 426-200514 de fecha
diecinueve de julio de dos mil siete.
56
- Se estableció que todo el material incautado y decomisado eran medios de prueba
excepcionalmente validos por existir una justificación razonable y compatible con
las circunstancias particulares del caso. Con el propósito de generar en el lector
una mayor comprensión sobre el particular, vemos necesario transcribir el
extracto de este fundamento décimo. Cito:
57
con el atentado terrorista en el Centro Comercial “El Polo”, contando con
la anuencia y presencia del representarte del Ministerio Publico y por la
urgencia del caso, en función a los signos evidentes o percepción sensorial
de su vinculación delictiva en función al seguimiento efectuado,
decidieron ingresar a su vivienda, oportunidad en que fueron atendidos por
la acusada Anaya Nalvarte quien por registrar una orden de captura (por
delito de traición a la patria) fue aprehendida; que en el registro
domiciliario se halló evidencia pertinente y relevante, entre otros, ropa de
Meza, Majino, diversa documentación de claro contenido y vinculación
terrorista y un costal con nitrato de amonio, que convertido de anfo se
utiliza en acciones de sabotaje o estragos; que si se asume la concepción o
“teoría de la ponderación de los intereses en conflicto”, es de puntualizar
como sustento inicial de esa línea teórica que ante un incumplimiento de
un requisito de producción de un elemento probatorio -ausencia de
flagrancia delictiva en el caso de un allanamiento o entrada y registro- no
necesariamente sigue una prohibición de valoración, pues en esos casos,
sin perjuicio de reconocer que en la generalidad de los mismos la regla de
exclusión tendrá plena operatividad, es de tener en cuenta, de un lado, el
peso de la infracción de procedimiento incurrida -en este caso, la
inviolabilidad domiciliaria-, su importancia paro la esfera jurídicamente
protegida del afectado y la consideración de que la verdad no debe ser
investigada a cualquier precio, cuanto, por otro lado, los intereses de una
efectiva persecución penal -que no merme la confianza ciudadana en el
proceso penal y la propia justicia-, de suerte que en casos singularmente
graves y excepcionales es posible reconocer validez de valoración de una
fuente de prueba obtenida en esas circunstancias cuando, a final de
cuentas, la vulneración denunciada, en el caso concreto, importe una
afectación de menor entidad frente a la gravedad del delito objeto de
acreditación -su propia dimensión como consecuencia del estrago
generado- y, en especial, al as circunstancias que determinaron su
obtención, en la que la noción de urgencia o inevitabilidad y el
comportamiento y niveles de seguridad adoptados por la autoridad
legítima para la consecución de la evidencia será determinante; que, en el
presente caso, a posteriori, no solo se tiene el concurso del Ministerio
58
Publico -que concede garantía de limpieza en el acto de intervención
domiciliara-, sino que con anterioridad los factores que determinaron la
incursión domiciliaria – lugar y tiempo de ejecución- y, en especial, las
diligencias de seguimiento previo y lo ya obtenido en la propia
investigación hacen aplicable la doctrina del denominado “caso probable”
plasmada, por ejemplo, en la sentencia recaída en el asunto Souza contra
Estados Unidos resuelto por la Suprema Corte de Estados Unidos (mil
novecientos ochenta y cuatro), en cuya virtud se atenúa la regla de
exclusión cuando una prueba se obtenga sin orden judicial siempre que se
acredite que en el momento de registro ya existían indicios suficientes para
que el juez la hubiera emitido de haberla solicitado; que esto último ocurrió
en el presente caso, pues estando acreditado que uno de los lugares que
visitaba el acusado Meza Majino era la vivienda e la acusada Anaya
Nalvarte, ubicada en la avenida Rimacpampa sin número sector cuarto B
Asentamiento Humano Balnearios – Ventanilla -quien por lo demás tenía
una requisitoria por delito de Traición a la Patria-, era muy probable que
en dicho predio se albergaría a dirigentes, cuadros y militantes de la
organización terrorista e Sendero Luminoso o bienes delictivos vinculados
a la misma: que es así que por lo relevante de la investigación en curso -el
momento culminante y decisivo de la actuación policial fiscal-, la
gravedad del delito cometido y el tiempo o momento del propio acto e
intervención que es trascendental en atención a que caída la noche, había
pocos efectivos policiales en ese momento y el lugar estaba relativamente
aislado, incluso la propia encausada menciono que con motivo de su
detención y de sus gritos advirtió que sus vecinos se acercaron al lugar
(véase fojas siete mil treinta y siete) decidieron intervenir simultáneamente
a ambos acusados -con una diferencia de treinta minutos-, y evitar de este
modo que la acusada Anaya Nalvarte sea avisada de la intervención
policial de su conviviente el acusado Meza Majino, y que huyera o
desapareciera evidencias comprometedoras: que justamente por la
oportuna intervención policial garantizada con la presencia del
representante del Ministerio Publico y en presencia de dos de sus vecinos
(Inocente Melchor Gregorio y Elba Ceferina Abanto Cotrina) es que se
descubrió un cumulo de evidencias señalados en el acta de fojas
59
cuatrocientos noventa del expediente acumulado y que la vinculan no solo
con el acusado Meza Majino, sino con el delito de terrorismo y
específicamente con el atentado al Centro Comercial “El Polo” (en el acta
de fojas quinientos sesenta y nueve se verifico que en el croquis encontrado
en la viviendo del a acusada Anaya Nalvarte figura como objetivo
principal el Banco de Crédito del Centro Comercial “El Polo”); que, por
lo tanto, el objeto con de los allanamientos propósitos domiciliario no ha
sido tiene desproporcionado legítimos perseguidos, justificación razonable
y fue compatible con las circunstancias particulares del caso, por lo que no
se está frente a una prueba de valoración prohibida por existir una
excepción razonable que la permite: que, en ese sentido, esta fuente de
prueba es jurídicamente admisible y debe ser incorporada al proceso como
un medio de prueba excepcionalmente valido; en consecuencia, debe
efectuarse un nuevo juicio oral al respecto (…)”.
En otro caso, que en apariencia tiene respuestas que chocan entre sí, la Corte
Suprema de Justicia de la República77, de un lado, realiza un análisis acerca de los
escenarios de ilicitud en una orden de allanamiento y registro domiciliario; y del otro, sin
embargo, rescata las pruebas obtenidas a partir de este acto ilícito, calificándolas como
válidas, bajo el argumento de la inminencia de perpetrarse un delito las pruebas que se
obtengan del allanamiento. Señalamos de modo concreto el argumento:
77
Sala Penal Permanente de la Corte Suprema. Recurso de Nulidad 1912-2004, Lima, 13 de octubre del
dos mil cuatro
60
el allanamiento se produjo mediando fundado peligro de la inminente
perpetración de un delito grava; que, en tal virtud, la mencionada incursión
y la subsecuente ocupación de drogas, de dos balanzas de precisión y de
otros documentos incautados, al no vulnerar el derecho fundamental de
inviolabilidad de domicilio protegido por los artículos dos, numeral nueve
de la Constitución -que prohíbe el acceso a un domicilio salvo que media
autorización judicial o de la persona que la habito que se esté ante un
supuesto de flagrancia delictiva o de muy grave peligro de perpetración de
un delito -son definitivamente legítimas, de suerte que las fuentes de
prueba aseguradoras conservan pleno valor probatorio (…).
Es conocido que una de las máximas razones que motivaron la creación del
Código Procesal Penal de 2004 fue la adopción y regulación de otro tipo de audiencias
autónomas a las del juzgamiento oral. Estas, conocidas como audiencias previas al juicio
oral, que se presentan con expresión y rostro propio durante la etapa de investigación
preparatoria, tienen por especial propósito controlar el exceso en la conducción de la
investigación a cargo del representante del Ministerio Público, cuanto a lesiones cuanto
a garantías lesionadas producto de ella.
61
El Acuerdo Plenario 04-2010-CJ/116 intitulado: Audiencia de tutela:
Fundamentos jurídicos, establece precisamente la posibilidad de acudir ante un Juez de
Investigación Preparatoria ante una situación descrita anteriormente, de manera que será
a través de esta audiencia en donde, oído los argumentos de exclusión como acto de
investigación en el marco de una investigación preparatoria por parte de la defensa; y
seguramente de su licitud de valoración a cargo del Fiscal, la autoridad judicial resolverá
dicha situación; excluyéndola o permitiendo su conocimiento.
78
Corte Suprema de Justicia de la República. Acuerdo Plenario 04-2010-CJ/116 intitulado: “Audiencia de
tutela: Fundamentos jurídicos.
62
Si bien la audiencia de tutela de derechos constituye el mecanismo apto para
excluir evidencia, cierto es también, que ante una derrota en ella, por defecto, es posible
plantear, por su manifiesta ilicitud, la exclusión de la prueba dentro del control de
admisibilidad probatorio que realiza el Juez de Investigación Preparatoria en el marco de
una audiencia de control sustancia de la acusación, o bien, por último, solicitar su
inutilización de valoración en juicio oral. Son dos los momentos, entonces, en donde es
posible impulsar la exclusión de prueba prohibida, y uno para impulsar su inutilización.
63
CAPÍTULO III
Apuntes sobre la etapa de juzgamiento y la actuación probatoria en dicha etapa
Frank Robert Almanza Altamirano79
3.1. Introducción
Es tal vez el principio más importante que establece el NCPP para el juzgamiento, lo
reconoce expresamente el Título Preliminar y el artículo 356º del mismo NCPP. Consiste
en la facultad de control de la actividad procesal de la contraparte o parte adversa,
mediante la articulación de oposiciones que generan incidentes sobre diversas cuestiones
de actuación probatoria. La articulación de este principio es medular y activo en todo el
proceso penal acusatorio, pero especialmente se manifiesta en la etapa de juzgamiento
ante la producción probatoria, bajo la premisa de la confrontación. El juzgamiento es un
escenario donde se lleva información al Juez, utilizando para ello las fuentes de prueba
(testigos, peritos, documentos y objetos); dichas fuentes de prueba son traídas por las
partes, pero la información que proporcionan no será de calidad, si se omite la
contradicción, que es un control de calidad de la información.
79
Fiscal Superior Penal De Lima. Profesor en la Academia de la Magistratura, Universidad San Martín
de Porres y ESAN.
64
confirme sus proposiciones fácticas de su Teoría del Caso. El contrainterrogatorio, las
objeciones, etc., son manifestaciones del principio de contradicción.
Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral, público y contradictorio… Las
partes intervendrán en el proceso con iguales posibilidades de ejercer las
facultades y derechos previstos en la constitución en este Código. Los jueces
65
preservaran el principio de igualdad procesal, debiendo allanar todos los
obstáculos que impidan o dificulten su vigencia.
Se deben reconocer a las partes los mismos medios de ataque y defensa; es decir, idénticas
posibilidades y cargas de alegación, prueba e impugnación.
Este principio está amparado en el artículo 139º, inciso 14, de la Carta Política del Estado:
“(…) no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso”, por otro lado,
toda persona será informada inmediatamente a través de forma oral y escrito de las causas
o razones de su detención y tiene derecho a comunicarse personalmente con un defensor
de su elección y a ser asesorada por este, desde que es citada o detenida por cualquier
autoridad.
En este mismo orden de ideas, el artículo IX del Título Preliminar del nuevo ordenamiento
adjetivo señala que: “Toda persona tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le
informe de sus derechos, a que se le comunique de inmediato y detalladamente la
imputación formula en su contra y a ser asistida por un abogado defensor de su elección
o, en su caso, por un abogado de oficio, desde que es citada o detenida por la autoridad”.
Con ello, el sistema procesal garantiza el derecho a contar con un abogado defensor, un
letrado, que ejerza la defensa técnica, asimismo, el Servicio Nacional de la Defensa de
Oficio, a cargo del Ministerio de Justicia, proveerá la defensa gratuita a todos aquellos
que dentro del proceso penal, por sus escasos recursos no puedan designar abogado
defensor de su elección, o cuando resulte indispensable el nombramiento de un abogado
defensor de oficio para garantizar la legalidad de una diligencia y el debido proceso.
66
internacionales, el inciso 2 del artículo I del Título Preliminar y el artículo 356º del NCPP
en donde se señala: “(…) rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación
y la contradicción en la actuación probatoria (…)”.
Este principio se instituye como uno de vital importancia. Es una forma de control de la
sociedad en la etapa de juzgamiento, ello no quiere decir que en las audiencias previas,
se instituye la publicidad, consiste en garantizar el acceso a la sociedad, al ciudadano el
poder presenciar el desarrollo del debate y en consecuencia de controlar la actividad de
las autoridades que administran justicia, siendo así, una garantía para el imputado que se
ve violentado por el ius puniendi estatal.
1. El juicio oral será público. No obstante ello, el juzgado mediante auto especialmente
motivado podrá resolver, aún de oficio, que el acto oral se realice total o parcialmente
en privado, en los siguientes casos:
67
d) Cuando esté previsto en una norma específica.
4. Los juicios sobre funcionarios públicos, delitos de prensa y los que se refieran a
derechos fundamentales garantizados por la Constitución son siempre públicos.
5. La sentencia será siempre pública, excepto en los casos en que el interés de menores
de edad exija lo contrario.
68
ininterrumpidas hasta su conclusión. Si no fuere posible realizar el debate en un solo día,
este continuará durante los días consecutivos que fueran necesarios hasta su conclusión.
- Por razones de enfermedad del Juez, del Fiscal, del imputado o su defensor.
La suspensión del juicio oral no podrá exceder de ocho días hábiles, superado el
impedimento, la audiencia continuará, previa citación por el medio más rápido, al día
siguiente, siempre que este no dure más del plazo fijado inicialmente. Cuando la
suspensión dure más de ese plazo, se producirá la interrupción del debate y se dejará sin
efecto el juicio, sin perjuicio de señalarse nueva fecha para su realización.
Por otro lado, si en la misma localidad se halla enfermo un testigo o un perito cuyo
examen se considera de trascendental importancia, el Juzgado puede suspender la
audiencia para constituirse en su domicilio o centro de salud, y examinarlo. A esta
declaración concurrirán el Juzgado y las partes. Las declaraciones, en esos casos, se
tomarán literalmente, sin perjuicio de filmarse o grabarse. De ser posible, el Juzgado
utilizará el método de videoconferencia.
Por otro lado, el nuevo código adjetivo, en su artículo 356º, es el escenario apropiado para
la contraposición legítima y transparente de la pretensión punitiva del Ministerio Público
y la pretensión de defensa o libertaria del imputado y su patrocinador, ámbito, además,
en que estos sujetos procesales actúan la prueba pertinente para producir información de
calidad que, valorada por el tercero imparcial, esto es, por el órgano jurisdiccional,
69
constituido por los juzgados penales unipersonales o colegiados (artículos V.1 del TP y
28 del NCPP); soporte el fallo de absolución o condena, puesto que toda sentencia habrá
de sustentarse solo en lo actuado en juicio, bajo estricta inmediación.
Se debe realizar sobre la base de una acusación que le corresponde al Ministerio Público
sustentar, bajo el principio de contradicción en la actuación probatoria, es la etapa estelar
porque en ella se va a producir la prueba y definir la controversia jurídica, las Teorías del
Caso en disputa van a converger, estas dos tesis que se enfrentan serán absueltas mediante
la convicción, a través de la sentencia.
El modelo procesal penal peruano del Código del 2004 señala que el juicio oral es la etapa
principal del sistema acusatorio; sin embargo, tal como lo reconocen agudamente
Mauricio DUCE y Andrés BAYTELMAN, lo paradójico es que en estos sistemas de
enjuiciamiento criminal el porcentaje de casos que van a juicio oral es menor en relación
a los ingresos en el propio sistema y que responden más bien a una orientación y objetivo
en el diseño, esto es que menos casos lleguen a juicio oral81.
La oralidad es el medio idóneo para articular, otros principios propios del juzgamiento,
así toda comunicación deberá ser oral, la audiencia se realiza oralmente, pero se
documenta en acta. El acta contendrá una síntesis de lo actuado en ella y será firmada por
el juez o juez presidente y el secretario. Los jueces, el fiscal y la defensa de las partes
pueden hacer constar las observaciones al acta que estimen convenientes. Asimismo, la
audiencia podrá registrarse mediante un medio técnico, que como ha venido haciéndose
en los distritos que han entrado en vigencia el NCPP, podrá ser la grabación de voz o la
grabación en video y voz. El acta y, en su caso, la grabación en soporte técnico,
80
BAYTELMAN A. Andrés, y J. Mauricio DUCE. Óp. cit., p. IV y ss.
81
Ibídem, pp. 6 y ss.
70
demostrarán el modo como se desarrolló el juicio, la observancia de las formalidades
previstas para él, las personas que han intervenido y los actos que se llevaron a cabo.
El juez penal o el juez presidente del juzgado colegiado dirigirán el juicio y ordenará los
actos necesarios para su desarrollo. Le corresponde garantizar el ejercicio pleno de la
acusación y de la defensa de las partes. Está facultado para impedir que las alegaciones
se desvíen hacia aspectos impertinentes o inadmisibles, sin coartar el razonable ejercicio
de la acusación y de la defensa. También lo está para limitar el uso de la palabra a las
partes y a sus abogados, fijando límites igualitarios para todos ellos, de acuerdo a la
naturaleza y complejidad del caso, o para interrumpir a quien hace uso manifiestamente
abusivo de su facultad, se instituye el poder de corrección disciplinaria que detenta el
juez, asimismo, el poder disciplinario permite al Juez mantener el orden y el respeto en
la Sala de Audiencias, así como disponer la expulsión de aquel que perturbe el desarrollo
del juicio, y mandar detener hasta por veinticuatro horas a quien amenace o agreda a los
jueces o a cualquiera de las partes, sus abogados y los demás intervinientes en la causa,
o impida la continuidad del juzgamiento, sin perjuicio de las acciones penales a que
hubiere lugar. En el caso de que un acusado testigo o perito se retire o aleje de la
audiencia, sin permiso del Juez o del Juez presidente, se dispondrá que sea traído a la
misma por la fuerza pública.
La audiencia solo podrá instalarse con la presencia obligatoria del Juez Penal o, en su
caso, de los jueces que integran el juzgado penal colegiado, del fiscal, asimismo,
verificará la correcta citación a las partes, así como la efectiva concurrencia de los testigos
y peritos emplazados. La inasistencia de las demás partes y de los órganos de prueba
71
citados no impide la instalación de la audiencia. Hay que señalar, que la audiencia no
podrá realizarse sin la presencia del acusado y de su defensor.
Instalada la audiencia, el Juez enunciará el número del proceso, la finalidad específica del
juicio, el nombre y los demás datos completos de identidad personal del acusado, su
situación jurídica, el delito objeto de acusación y el nombre del agraviado.
Terminada la exposición de la Teoría del Caso de las partes, mediante el alegato inicial,
el juez informará al acusado de sus derechos y le indicará que es libre de manifestarse
sobre la acusación o de no declarar sobre los hechos. El acusado en cualquier estado del
juicio podrá solicitar ser oído, con el fin de ampliar, aclarar o complementar sus
afirmaciones o declarar si anteriormente se hubiera abstenido. Asimismo, el acusado en
todo momento podrá comunicarse con su defensor, sin que por ello se paralice la
audiencia, derecho que no podrá ejercer durante su declaración o antes de responder a las
preguntas que se le formulen.
72
aplicación de la pena y/o a la fijación de la reparación civil, y determinará los medios de
prueba que deberán actuarse. https://myslide.es/documents/codigo-procesal-penal-
peru.html
Si son varios los imputados y solamente algunos de ellos, admiten los cargos, con respecto
a estos últimos se aplicará la conformidad y se expedirá sentencia, continuando el proceso
respecto a los no conformados.
Las partes pueden ofrecer nuevos medios de prueba. Solo se admitirán aquellos que las
partes han tenido conocimiento con posterioridad a la audiencia de control de la
acusación. Excepcionalmente, las partes podrán reiterar el ofrecimiento de medios de
prueba inadmitidos en la audiencia de control, para lo cual se requiere especial
argumentación de las partes. El Juez decidirá en ese mismo acto, previo traslado del
pedido a las demás partes, la resolución que dispone la admisión o no de los medios de
prueba no es impugnable.
Por otro lado, el fiscal, podrá introducir un escrito de acusación complementaria, podrá
ampliar la misma, mediante la inclusión de un hecho nuevo o una nueva circunstancia
que no haya sido mencionada en su oportunidad, que modifica la calificación legal o
integra un delito continuado. En tal caso, el Fiscal deberá advertir la variación de la
calificación jurídica, todo ello lo deberá sustentar oralmente.
73
del imputado y se informará a las partes que tienen derecho a pedir la suspensión del
74
juicio para ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa. La suspensión no superará el
plazo de cinco días.
Como lo advierte el artículo 375º del NCPP, en cuanto al orden de la actuación probatoria:
Artículo 375º
75
Si el imputado acepta ser examinado, deberá aportar libre y oralmente relatos,
aclaraciones y explicaciones sobre su caso, las preguntas deberán ser orientadas a aclarar
las circunstancias del caso y demás elementos necesarios para la medición de la pena y
de la reparación civil, las interrogantes deberán ser directas, claras, pertinentes y útiles,
así no se admiten preguntas repetidas sobre aquello que el imputado ya hubiere declarado,
salvo la evidente necesidad de una respuesta aclaratoria.
Por otro lado, el juez declarará, de oficio o a solicitud de parte, inadmisible las preguntas
prohibidas, asimismo, en este punto y colegido con el anterior párrafo se entiende que si
bien es cierto el Código manifiesta que no se permiten preguntas del tipo sugestivo, por
interpretación el contraexamen se estructura, con este tipo de preguntas, por ello, en este
escenario de litigación estas preguntas deben ser permitidas y no ser objetables.
El examen de los testigos se sujeta —en lo pertinente— a las mismas reglas del
interrogatorio del acusado. Corresponde, en primer lugar, el interrogatorio de la parte que
ha ofrecido la prueba, realizando un examen directo y luego las demás partes, utilizando
el contraexamen, los testigos no podrán comunicarse entre sí antes de ser examinados ni
deberán ver, oír o ser informados de lo que ocurriere en la sala de audiencia.
82
Las técnicas de litigación oral son la articulación apropiada en este escenario tan particular, como el
juicio oral, en donde la actividad de las partes es sumamente estratégica. QUIÑONES VARGAS, Héctor,
Las técnicas de litigación oral en el proceso penal salvadoreño. Un análisis crítico del sistema oral en
el proceso penal salvadoreño desde una perspectiva acusatoria adversativa, DPK Consulting USAID,
Consejo Nacional de la Judicatura, El Salvador, 2003.
76
contraexaminando) o impertinentes, y procurará que el examen se conduzca sin presiones
indebidas y sin ofender la dignidad de las personas.
El examen de los peritos se inicia con la exposición breve del contenido y conclusiones
del dictamen pericial. Si es necesario se ordenará la lectura del dictamen pericial, se les
pedirá que expliquen las operaciones periciales que han realizado, y serán interrogados
por las partes en el orden que establezca el juez, comenzando por quien propuso la prueba
y luego los restantes.
La prueba documental para que sea actuada en la etapa de juzgamiento, deberá ser
introducida al debate mediante la lectura, entre las pruebas documentales que contempla
el Código tenemos:
83
Bajo los alcances de las técnicas de litigación oral se imprime la premisa de que la prueba no habla
sola, sino a través de los litigantes. La mejor forma de producir la mayor cantidad de información de
calidad es a través de los interrogatorios (examen directo y contraexamen). En este sentido,
BAYTELMAN A. Andrés y J. Mauricio DUCE. Óp. cit., pp. 12 y ss.
77
c) Los informes o dictámenes periciales, así como las actas de examen y debate pericial
actuadas con la concurrencia o el debido emplazamiento de las partes, siempre que
el perito no hubiese podido concurrir al juicio por fallecimiento, enfermedad,
ausencia del lugar de su residencia, desconocimiento de su paradero o por causas
independientes de la voluntad de las partes. También se dará lectura a los dictámenes
producidos por comisión, exhorto o informe.
78
evidencia y las proposiciones fácticas, que hayan sido probadas, para solventar la tesis de
culpabilidad o solventar la tesis de inocencia, según sea el caso.
Asimismo, como bien sabemos, la comunicación entre las partes es oral, respetando el
principio de oralidad, es por ello que no podrán leerse escritos, solo notas de ayuda
memoria, o el empleo de medios gráficos, o audiovisuales, como por ejemplo, las
diapositivas para una mejor ilustración al juez, esto último no muy practicado por
nuestros abogados, si en otras latitudes geográficas, como la americana.
Después de los alegatos de cierre y la defensa material del imputado, los jueces pasarán,
de inmediato y sin interrupción, a deliberar en sesión secreta, la cual no podrá extenderse
más de dos días, ni podrá suspenderse por más de tres días en caso de enfermedad del
juez o de alguno de los jueces del Juzgado Colegiado.
En los procesos complejos el plazo es el doble en todos los casos previstos en el párrafo
anterior, asimismo, transcurrido el plazo sin que se produzca el fallo, se quebrará el juicio
y deberá realizarse nuevamente pero con otro juez unipersonal o colegiado según sea el
caso.
79
El juzgador deberá utilizar únicamente para la deliberación pruebas que hayan sido
actuadas en el juicio oral, deberá examinarlas individualmente y luego conjuntamente
con las demás, para llegar a convicción, la valoración probatoria respetará las reglas de
la sana crítica, especialmente conforme a los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicos.
Usualmente, se leerá tan solo su parte dispositiva por el director de debates o por el mismo
juez unipersonal, y los fundamentos que motivaron la decisión expuesta en la parte
dispositiva que no será otra cosa que el fallo, absolviendo o condenando. Posteriormente,
en este mismo acto, se anunciará el día y la hora para la lectura integral de la sentencia,
la que deberá llevarse a cabo en el plazo máximo de los ocho días posteriores al
pronunciamiento de la parte dispositiva ante quienes comparezcan.
80
3.15. Conclusiones referentes a la etapa de juzgamiento
- Fase esencial del proceso común.
- Escenario de la prueba.
- La imparcialidad del Juez Penal.
- La publicidad y su herramienta idónea: la oralidad.
- La oralidad y su empleo mediante las técnicas de litigación.
- El juzgamiento como escenario natural del Juez.
- La tarea del Juez no es actuar pruebas sino valorar el resultado de la que actúen los
otros sujetos procesales.
- Preguntas del Juez y pruebas dispuestas de oficio: excepcionalidad de las mismas.
81
CAPÍTULO IV
La valoración de la prueba
José Antonio Neyra Flores*
Una vez concluida la fase del juicio oral destinada a la actuación probatoria84, se
da inicio a la etapa de valoración de la prueba, considerada por algunos autores como el
momento culminante del desarrollo procesal.85
Es con el devenir de los años y con el esfuerzo realizado por diversos juristas a la
largo de la historia que se ha podido ahondar cada vez más en esta categoría, y al día de
hoy podemos hablar de una Teoría de la prueba -desde una vista mucho más general- y
en específico de la importancia de la valoración probatoria.
*
Juez de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema del Poder Judicial, Doctor en Derecho, Profesor
del curso de Derecho Procesal Penal en el Pre y Posgrado de la Universidad San Martín de Porres. Autor
de las obras Tratado de derecho procesal penal, Tomo I y II, Idemsa, Lima, 2015; y, Manual del nuevo
proceso penal & Litigación oral, Idemsa, Lima, 2010.
84
FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración racional de la prueba. Ed. Marcial Pons. Madrid. 2007. p.
41-47, se distingue tres momentos fundamentales en la toma de decisiones del juicio oral, los cuales son
independientes, sucesivos pero que se interrelacionan para lograr un cometido, obtener una decisión
judicial. Estos momentos son: a) la conformación del conjunto de elementos del juicio oral, b) la
valoración de estos elementos, c) la adopción de la decisión judicial.
85
JAUCHEN, Eduardo. Tratado de la prueba en materia penal. Tomo II. Rubinzal-Culzoni Editores.
Buenos Aires. 2012. p. 715.
86
NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Marcial Pons. Madrid. 2010, p. 374.
82
desarrollo en sus libros de Derecho procesal Penal, pero que claramente no lo han
desarrollado.
Tal como menciona Montero Aroca, la valoración de la prueba es uno de los temas
relativos a la actividad probatoria que más se ha cuestionado y sobre los que más
inexactitudes se han dicho.87 Es por ello que existen diversas perspectivas conceptuales,
como las siguientes:
Finalmente, citaremos a Xavier Abel Lluch, quien nos señala que: "la valoración
de la prueba consiste en determinar la eficacia, tasada o libre, de la información obtenida
con la interpretación"92
87
MONTERO AROCA, Juan. Proceso Penal y Libertad: Ensayo Polémico sobre el nuevo proceso penal.
Editorial Thomson - Civitas. Pamplona. 2008. p. 436.
88
JAUCHEN, Eduardo. Óp. Cit. 715.
89
NIEVA FENOLL, Jordi. Óp. cit., p. 34
90
DEVIS ECHEANDIA, Hernando. Compendio de la Prueba Judicial. Tomo I. Rubinzal-Culzoni
Editores. Buenos Aires, 2006. p. 16.
91
TARUFFO, Michele. La prueba. Marcial Pons. Madrid, 2008. p. 132.
92
ABEL LLUCH, Xavier. Diez tesis sobre la valoración de la prueba, dos propuestas de la lege ferenda y
un decálogo sobre motivación. En: Derecho probatorio y la decisión judicial. Sello Editorial Universidad
de Medellín, 2016. p. 45.
83
Para tal objetivo tendremos en cuenta lo propuesto por el autor Ferrer Beltrán, quien en
su libro Valoración racional de la prueba judicial propone que existen tres momentos en
la actividad probatoria judicial, los cuales son: 1°) La conformación del conjunto de
elementos del juicio oral, 2°) La valoración de estos elementos, y, 3°) La adopción de la
decisión judicial.
93
ORÉ GUARDIA, Arsenio. Manual Derecho Procesal Penal: La prueba en el proceso penal. Tomo III.
Editorial Reforma. Lima, 2015. p. 72 - 116.
94
SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal - Lecciones. INPECPP Fondo Editorial,
CENALES Fondo Editorial. Lima. 2015. p 571 - 574.
95
NEYRA FLORES, José. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo II. Idemsa. Lima, 2015. p. 235 -
237.
84
doctrinario interpretando las disposiciones de nuestro Código Procesal Penal, y el autor
de referencia realiza un desarrollo netamente dogmático, en síntesis, al comparar los
aportes de los autores en el tema, puede que existan diferencias respecto de la
denominación o agrupación de las fases de la actividad probatoria pero sustancialmente
se refieren a lo mismo.
96
ABEL LLUCH, Xavier. Derecho Probatorio. Bosh. España, 2012. p. 464.
97
HERNÁNDEZ MIRANDA, Edith. La prueba en el Código Procesal Penal de 2004. Gaceta Jurídica.
Lima, 2012. p. 27.
98
Al respecto, véase, para adicionales referencias: FERRER BELTRÁN, Jordi. Op. Cit. GIMENO, Vicente.
Derecho Procesal Penal. 2° Edición. Editorial Thomson - Civitas. Pamplona, 2015.
99
CHAIA, Rubén. La prueba en el proceso penal. Editorial Hammurabi. Buenos Aires, 2010. p. 117 - 133.
84
realizadas por el juez sobre los elementos de prueba, las cuales le llevarían a
concluir la confirmación o no de los hechos imputados.100
Es así que surgen las ideas de limitar o reglamentar estándares que aplicarían los
jueces para la valoración probatoria, primera respuesta adoptada por la necesidad en la
que se veían de mejorar, qué se debe atender, bajo qué directrices o procedimientos debe
sujetarse para así adoptar un sistema de valoración que convenga a su ordenamiento.
100
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan. El Comité de Derechos humanos, la casación penal española y el
razonamiento probatorio. Editorial Thomson - Civitas. Madrid, 2004. p. 109.
101
NIEVA FENOLL, Jordi. Óp. Cit., p. 37 - 40.
85
Apoyaremos lo expuesto por Rubén Chaia, cuando señala que los distintos
sistemas de valoración de la prueba son producto de la diferencia de criterios entre jueces
y dogmáticos, que responden a la época, el grado de desarrollo de la sociedad, la
conformación del sistema de persecución penal, y el diseño de la política criminal de
estado.102 Cabe puntualizar que dentro de esos criterios de la época y el grado de
desarrollo, es necesario observar el nivel de aporte o avances entre las problemáticas
planteadas por los juristas y las posibles soluciones o motivación de los jueces en el
producto de su actividad jurisdiccional, las sentencias.
102
CHAIA, Rubén. La prueba en el proceso penal. Hammurabi. Buenos Aires, 2010. p. 135.
103
Citado por ORÉ ARSENIO, Arsenio. Óp. Cit. 105.
104
ORÉ ARSENIO, Arsenio. Óp. Cit. 105.
86
opera en tres sentidos: 1) Limitación de los medios, 2) Se implanta el procedimiento a
seguir, y 3) Establece el valor de cada prueba presentada al proceso.105
Como señala Varela106 el sistema de prueba tasada, fue impuesto como una
reacción contra fallos descalificatorios debido a la arbitrariedad y la discrecionalidad
absoluta de los jueces en tales decisiones. Siendo esto así, se tienen registros a través de
la época romana hasta la edad moderna que el ímpetu de restringir la libre valoración del
juez mediante leyes fue en aumento, pero también es de notar que el sistema de tarifa
legal nunca se llegó a extinguir por completo, prueba de ello es que en algunos
ordenamientos existen rezagos de pruebas de valoración tasada como en Italia, Portugal,
Grecia, España, Suecia, Finlandia e incluso Alemania, tarifas legales que van desde
declaraciones, prueba documentales, documentos privados, públicos, la confesión y el
juramento107.
Es necesario acotar que al ser - el sistema de tarifa legal - una respuesta reactiva a
la primera forma de valoración probatoria también llega a tener excesos de similar
magnitud que el sistema al cual se contraponía los cuales también serán mencionados y
desarrollados en el presente apartado.
En principio no es muy común encontrar autores que alaben las 'grandes ventajas'
del sistema de tarifa legal ya que la mayoría se concentra en resaltar la deformación que
significó este sistema para la actividad jurisdiccional del juez al momento de valorar las
pruebas.
Según Serra Domínguez las leyes que regulan la tarifa legal de valoración
probatoria recogen criterios condensados a través de los años, y más que un limitador de
105
CHAIA, Ruben. Óp. Cit., p. 140.
106
VARELA, Casimiro. Valoración de la prueba. 2° Reimpresión, 2° Edición. Buenos Aires. 2012. p.154.;
En el mismo sentido puede verse NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Óp. Cit. p. 46.;
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan. Valoración de la prueba, motivación y control en el proceso penal.
Tirant lo Blanch. Valencia, 1994. p. 36-37.
107
Para un mayor entendimiento y detalle de los países que aún mantienen el sistema de prueba tasada en
sus ordenamientos revisar NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Óp. Cit., p. 52 - 65.
87
su función pretende ser una ayuda para el juzgador.108 Partiendo de esta premisa Xavier
Abel Lluch anota los siguientes puntos que corresponden a varios autores citados en su
obra:
Finalmente en palabras de Arsenio Oré, ''lo cierto es que al final dicho sistema de
tarifa legal, no hace otra cosa que sustraer los elevados criterios subjetivistas de la propia
actividad de valoración que muchas veces, se puede confundir con actos de
arbitrariedad."111
108
SERRA DOMÍNGUEZ, Manuel. Comentarios al código civil y las compilaciones. Tomo XVI. 2°
Edición. EDERSA. Madrid, 1981. p. 19. Citado por ABEL LLUCH, Xavier. Óp. Cit. p. 467.
109
COLOMER HERÁNDEZ, Ignacio. La motivación de las sentencias: sus exigencias constitucionales y
legales. Valencia: Editorial Tirant lo Blanch, 2003. p. 207. Citado por ABEL LLUCH, Xavier. Óp. Cit.
469.
110
CABAÑAS GARCÍA, Juan. La valoración de las pruebas y su control en el proceso civil. Trivium.
Madrid, 1992. p. 94.
111
ORÉ GUARDIA, Arsenio. Óp. Cit. p. 106.
88
En principio, consideramos que el sistema de tarifa legal fue desplazado porque
la realidad de la aplicación de justicia no era tan favorable o concordante con la correcta
-excesos- debido a que los jueces al verse atados de manos por las rigurosas leyes de
estándar de la prueba concluían por dictar sentencias absolutorias del proceso en lugar
de pronunciamientos sobre el fondo.
2) En relación al juez Devis Echandia113 y otros autores concuerdan que este sistema
encarceló su conciencia convirtiéndolo en un pleno recepcionador de las pruebas
para darles un valor que - aunque él no lo crea así- ha sido establecido por ley,
es decir aunque se contraponga a su razonamiento lógico.
112
CHAIA, Rubén. Óp. Cit., p. 141.
113
DEVIS ECHANDIA, Hernesto. Teoría general de la prueba judicial. Tomo I. Temis. Bogotá, 2002. p.
94.
89
4) Así mismo, Gascón Abellán114 y otros señalan que la aplicación de este sistema
desfigura el objetivo del proceso cognoscitivo: la búsqueda de la verdad, es decir
que lo restringe a la búsqueda de una verdad legal.
En síntesis podemos alegar que el sistema de valoración legal o tarifa legal se creó
con un buen fin -en aquél entonces- ya que, pretendía orientar la actividad del juez116 al
valorar las pruebas presentadas en el proceso, significó que el legislador -un ente ajeno al
proceso en particular- fije reglas que predeterminaban el valor de las pruebas y así evitar
que el juez base sus decisiones en arbitrios o meras subjetividades.
Es válido pensar que este sistema nació como una característica innata a los
primeros juicios en la historia, ya que, esos tenían como premisa que el conciliador -el
juez- determine sobre los alegatos -y pruebas- presentados por las partes -parte que acusa
y parte acusada- mediante su propio análisis que alegato generó mayor convicción en él,
condenando al culpable o dando a cada quién lo que le pertenecía.
114
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. 2° Edición. Ed. Marcial Pons. Madrid, 2004.
p. 157.
115
TARUFFO, Michele. La prueba, artículos y conferencias. Metropolitana. Santiago de Chile, 2009.
p.100.
116
NIEVA FENOLL, Jordi. Óp. Cit., p. 49.
90
En el sistema de libre valoración el juez forma su convicción sobre las pruebas
presentadas en el proceso sin sujetarse a ninguna ley que predetermine el valor que le
debe dar a las pruebas. Se conocen dos formas de libre valoración: íntima convicción y
sana crítica.
Para Arsenio Oré Guardia "el juez deja de ser un autómata de la ley y se convierte
en un aperador con amplios márgenes de discrecionalidad para valorar las pruebas según
las reglas de la sana crítica"118
Es decir, que en la vigencia de este sistema la ley no establece ninguna regla para
orientar al juez en su actividad de valorar las pruebas. El juez de manera deliberada puede
convencerse, según su íntima convicción, de la existencia o no de los hechos objeto del
proceso, valorando las pruebas presentadas según su leal entender.
Asimismo, de lo dicho por los autores citados otra característica es que al juez - a
diferencia del sistema de tarifa legal- no se le exige la motivación de sus decisiones
judiciales, es decir, se le desligaría de cualquier criterio racional de valoración119 en donde
la decisión de las pruebas es el producto de una actividad no razonada -irracional- del
juez motivada por su discrecionalidad y subjetividad lo cual en palabras de Taruffo,
significó una involución de la forma de como concebir la valoración de las pruebas.120
117
CHAIA, Rubén. Óp. Cit., p. 142.
118
ORÉ GUARDIA, Arsenio. Óp. Cit. p. 107.
119
TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad: El juez y la construcción de los hechos. Traducido por
Daniela Accatino, Ed. Marcial Pons. Madrid, 2010. p. 185.
120
Ibídem, p. 185.
91
Las dificultades no solo radicaban en la absoluta intimidad121 que le era dotada al
juez para valorar las pruebas, ni la falta de motivación exigible, sino también que al
otorgarle estas facultades al tribunal a quo se imposibilita al Tribunal de segundo
instancia pronunciarse sobre la actividad valorativa que desempeñaban estos órganos
judiciales.122
Por derivar de la libre convicción claro está que la característica básica de este
sistema es que el juez no está atado a ninguna ley que preestablezca el valor que debe
asignar a las pruebas en el proceso, pero no quiere decir que se encuentre desvinculado
de las reglas de la razón.127
121
ANDRÉS IBÁNEZ, Perfecto. Acerca de la motivación de los hechos en la sentencia penal. En Doxa,
Cuadernos de Filosofía de Derecho, n° 12, 1992. p.156
122
FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Ed. Iustel. Madrid, 2005, p. 235.
123
BACIGALUPO ZAPATER, Enrique. Presunción de inocencia, in dubio pro reo y recurso de casación.
En: Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. Tomo XLI. Fasc. II, 1988. p. 375.
124
IGARTUA SALAVERRIA, Juan. Óp. Cit., p. 33.
125
En ese sentido, SENTIS MELLEDO. La prueba. 1978; CHAIA, Rubén. La prueba en el proceso penal.
126
Véase, MANZINI, CALAMANDREI, CAFFERATA NORES, JAUCHEN, entre otros.
127
TARUFFO, Michele. La prueba, artículos y conferencias. Metropolitana. Santiago de Chile, 2009. p.
102.
92
las pruebas se ejercerá según criterios que garanticen el control racional de la misma."128
Lo cual significa que el juez está obligado a fundar sus decisiones en reglas de la sana
crítica racional para lograr una decisión intersubjetivamente válida y justificable.129
Estas máximas de experiencia deben ser pertinentes y vigentes, ya que, por el paso
del tiempo al ser propia de una determinada época no estará vigente al momento de su
uso.
128
TARUFFO, Michele, IBAÑEZ, Perfecto, CANDAU, Alfonso. Consideraciones sobre la prueba
judicial. 2° Edición. Fundación Coloquio Jurídico Europeo. Madrid, 2010. p. 23.
129
TARUFFO, Michele. Óp. Cit. 23.
130
GONZALES LAGIER, Daniel. Argumentación y prueba judicial. En: Estudios sobre la prueba. México
D.F.: Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México, 2006, p. 111 y 112.
131
CHAIA, Rubén. Óp. Cit., p. 153
132
STEIN, Friedrich. El conocimiento privado del juez. Traducido por: De la Oliva A. Centro de Estudios
Ramón Areces. Madrid, 1990. p. 22.
133
MIXÁN MÁSS, Florencio. Cuestiones epistemológicas de la investigación y de la prueba. 2° impresión.
BLG Ediciones. Trujillo, 2006. p. 232.
93
b. Reglas de la lógica
Respecto de las reglas de la lógica, la jurisprudencia se refieren a ellas en apenas
dos palabras o cortas frases en las que son mencionadas ligeramente, pero no se
especifica ni se motiva a qué reglas exactamente se refieren y cuales han hecho uso al
momento de valorar.
Cabe resaltar que las reglas de la lógica formal se entienden como una operación
silogística, es decir, una situación en la que se tienen dos premisas y una conclusión,
y, donde la primera premisa es la regla por excelencia a la cual la segunda premisa,
que son los hechos, se subsumirá para devenir en una conclusión formal. Y todos
aquellos razonamientos que no obedezcan este razonamiento lógico serán falacias y
devendrán en contradicciones o absurdos lógicos.134
Couture afirma que las reglas de la lógica implican el respeto de ciertos principios
básicos, los cuales resultan aplicables al proceso:
a) El principio de identidad, en cuya virtud una cosa solo puede ser igual a sí
misma.
b) El principio de contradicción, en razón del cual una cosa no puede ser explicada
por dos proposiciones contrarias entre sí. Es decir que: "la misma cosa no puede
ser y no ser a la vez, y bajo el mismo respecto".
c) El principio de razón suficiente, que señala que las cosas existen y son
conocidas por una causa capaz de justificar su existencia. Este es el principio en
donde se complementan las reglas de la lógica y las reglas de la experiencia. La
ley de la razón suficiente se formula así: para considerar que una proposición es
completamente cierta, ha de ser demostrada; es decir, han de conocerse
suficientes fundamentos en virtud de los cuales dicha proposición se tiene por
verdadera.
134
CERDA SAN MARTIN, Rodrigo. El nuevo proceso penal: Constitucionalización, principios y
racionalidad probatoria. Grijley. Lima, 2011. p. 272.
94
d) El principio del tercio excluido, mediante el cual si una cosa únicamente puede
ser explicada dentro de una de dos proposiciones alternativas, su causa no puede
residir en una tercera proposición ajena a las dos precedentes. Este principio es
similar al de contradicción; enseña que entre dos proposiciones contradictorias,
necesariamente una es verdadera y la otra es falsa, y que ambas no pueden ser
verdaderas y falsas a la vez.
135
BOURDIEU, Pierre. El oficio de científico: Ciencia de la ciencia y reflexibilidad. Ed. Anagrama.
Barcelona, 2003.
136
COLOMA CORREA, Rodrigo y AGUERO SAN JUAN, Claudio. Lógica, ciencia y experiencia en la
valoración de la prueba. En: Revista Chilena de Derecho. Vol. 41 N° 2, 2014. pp. 673-703.
95
testimonio. De lo cual podemos entender, siguiendo a la autora Carmen Vázquez que
la prueba pericial –y científica- generalizando resulta ser un testimonio, prueba que se
actuará conforme a las reglas establecidas para la categoría en la que se encuentra.137
Siendo esto así, los conocimientos científicos sirven como elemento para
confirmar los enunciados sobre los hechos en función a su validez científica, y del
grado de atendibilidad que les corresponde en el ámbito científico. En este sentido, el
caso Daubert vs. Merrel Down hace precisiones realmente importantes que permiten
orientar a los jueces para atender la exclusión o admisión de medios de prueba
científicos.
El precedente Daubert, fue elaborada por la Corte Suprema de los Estados Unidos
para flexibilizar la “Doctrina Frye” , incorporando más criterios o guías que puede
utilizar el Juez para decidir la admisión de una prueba científica, no necesariamente en
conjunto, ni de forma exclusiva. Este caso fue relacionado al fármaco Bendectin
ampliamente prescrito para aliviar las náuseas matutinas. Los demandantes alegaron
que la droga causó defectos de nacimiento en su primogénito. El Tribunal señaló que
existía una gran cantidad de evidencia epidemiológica que sugería que no hay relación
entre el uso del fármaco por parte de una gestante y los defectos de nacimiento del
feto. Los peritos de parte contrarrestaron tal argumento con otros tipos de datos,
incluidos estudios en animales e investigaciones in vitro, concluyendo que la droga
había causado defectos de nacimiento en los fetos. La decisión final del Tribunal fue
que al existir gran cantidad de evidencia en contra de los estudios presentados por la
parte, ese dictamen no era suficiente para plantear un juicio ordinario.
Este caso apunta los criterios que el juez debe atender para excluir o admitir los
medios de prueba científicos, lo que claramente marca un estándar probatorio para
tales medios:138
137
VÁZQUEZ ROJAS, Carmen. De la prueba científica a la prueba judicial. Ed. Marcial Pons. Madrid,
2015. P. 44-46.
138
MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. La prueba en el proceso penal acusatorio. Ed. Jurista Editores.
Lima, 2012. p. 143.
96
b) El porcentaje de error conocido o potencial, así como el cumplimiento de los
estándares correspondientes a la prueba empleada. Es necesario que la
técnica misma advierta el porcentaje de error en el que se puede incurrir, negar
esto haría a simple vista del trabajo científico una teoría inconsistente, ya que,
nada es certero al 100%.
139
VÁZQUEZ ROJAS, Carmen. Óp. Cit., P. 137.
97
En el presente caso la prueba pericial no cumplió el nivel de prueba exigido por
el estándar probatorio importado (Caso Daubert) lo cual no es condición suficiente
para poder enervar los otros medios de prueba testimoniales en el caso, ya que, el
tribunal consideró a esta prueba con un grado de cuestionamiento alto en el caso.
“ (..) en los últimos años los constantes avances científicos y técnicos han tenido
un profundo impacto en el ámbito de la prueba. La dactiloscopia, la balística,
la patología, entre otros, son ejemplos de esta proyección de los conocimientos
científicos en el campo de la investigación criminal. En esa línea, la explicación
de la evidencia científica en el ámbito del proceso contribuye al
98
esclarecimiento de los hechos y sirve como fundamento para un
pronunciamiento condenatorio o absolutorio.”
"La valoración de la prueba cuenta con dos fases en las que el juez debe tener en
cuenta criterios distintos: (i) La primera fase de la valoración es meramente un
control de legalidad sobre la existencia o no de actividad probatoria lícita (juicio
de valorabilidad), y en caso de su existencia, si ésta tiene un sentido incriminatorio.
(ii) La segunda fase es ya de la valoración en sentido estricto, cuyo objeto es
determinar tanto si existen elementos de prueba de cargo o incriminatorio y, luego,
si tal prueba existente es suficiente o no para condenar."
140
SAN MARTÍN CASTRO, César. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Óp. Cit., p. 591.
99
Es necesario recalcar que la valoración de las pruebas mediante la sana crítica
es un proyecto que se encuentra a medio camino, ya que es necesario institucionalizar
el sistema y delimitar a qué se refiere –en específico- el artículo 158 del NCPP y que
esas palabras, es decir, las reglas que integran la sana critica, no sea una frase repetida
que utilicen los juzgadores para justificar sus decisiones, incurriendo en las mismas
falencias del anterior sistema. Por lo tanto, es necesario seguir apostando por terminar
de entender o establecer criterios que orienten al juzgador, en nuestra jurisprudencia.
De acuerdo al art. 139 inc. 5 de la Constitución Política del Perú todas las
resoluciones judiciales deberán ser motivadas de manera escrita en todas las instancias.
Siendo ello así, la valoración de las pruebas, proceso, a partir del cual el órgano
jurisdiccional toma la decisión de absolver o condenar a una persona, no es indiferente a
esta obligación.
De la misma manera, señalo que la necesidad que las resoluciones judiciales sean
motivadas es un principio que informa el ejercicio de la función jurisdiccional y, al mismo
tiempo, un derecho constitucional de los justiciables, porque mediante la motivación, por
141
ATIENZA, Manuel. Tras la justicia. Ariel Derecho, 1997, p. 31.
100
un lado, se garantiza que la impartición de justicia se lleve a cabo de conformidad con la
Constitución y las leyes y por otro lado, que los justiciables puedan ejercer de manera
efectiva su derecho de defensa.
En otro estudio, Taruffo señalo que “así como no puede hablarse de decisión justa
(o justificada) si falta una determinación verdadera de los hechos de la causa, del mismo
modo no se puede hablar de una decisión motivada si el juez no indica específicamente,
y mediante argumentos racionalmente articulados, las bases cognoscitivas, los criterios
de valoración de la prueba y el juicio final que deriva de esta valoración. La falta de una
adecuada motivación de estos aspectos esenciales en la decisión no implica solamente un
ejercicio arbitrario del poder por parte el juez, sino que implica también la violación de
una de las garantías fundamentales de la administración de justicia”144.
En el Exp. No 728 – 2008 – PHC/ TC, Lima, Giuliana Llamoja Hilares, el Tribunal
Constitucional estableció, en relación al derecho a la debida motivación, que el examen
acerca de si una resolución judicial ha violado o no el derecho a la debida motivación,
debe partir de los propios fundamentos expuestos en la resolución cuestionada, de tal
forma que las demás piezas procesales o medios probatorios del proceso en cuestión solo
142
NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 197.
143
TARUFFO, Michele. Consideraciones sobre prueba y motivación. En Consideraciones sobre la prueba
judicial de Michele Taruffo, Perfecto Andrés Ibáñez y Alfonso CandauPeréz, 2o ed., Fundación Coloquio
Jurídico Europeo Madrid, Madrid, 2010, pp. 37 y 38.
144
TARUFFO, Michele. Algunos comentarios sobre la valoración de la prueba, p. 92. Consulta: 05 de
enero de 2018. Véase en http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc2j6v2.
101
pueden ser evaluados para contrastar las razones expuestas, más no pueden ser objeto de
una nueva evaluación o análisis.
En ese sentido, el legislador en el Libro Cuarto del Código Procesal Penal del Perú
reguló “La Impugnación”, estableciendo cinco medios impugnatorios: recurso de
reposición, apelación, casación y queja y la acción de revisión. A lo largo de cuarenta y
un artículos, se previó los requisitos para su admisión y el procedimiento a seguir en cada
uno de los medios impugnatorios señalados.
145
SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Lecciones, INPECCP, Lima, 2015, p. 596.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Exp. No 02964 – 2011 – PHC/TC – Arequipa, Mauricio Ponce
146
Núñez.
102
otra superior, con el objeto de evitar errores judiciales y asegurar la aplicación correcta y
uniforme del derecho”147.
147
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal penal, 2o ed., Civitas, 2015, p. 864.
148
BERDICHEVSKY, Adrián. Reposición y apelación en Los recursos en el procedimiento penal de Julio
Maier, Alberto Bovino y Fernando Díaz (compiladores), 2o ed., Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004,
p. 122.
149
AYÁN, Manuel. Recurso de apelación en Medios de impugnación en el proceso penal Manuel N. Ayán
(coordinador), Alveroni Ediciones, Córdoba, 2007, p. 48.
150
NEYRA FLORES, José Antonio. Tratado de derecho procesal penal, Tomo I, Idemsa, Lima, 2015, p.
601.
151
Ibídem, p. 855.
103
Respecto del último punto, César San Martín152 señala que existen dos motivos a
través de los cuales se puede impugnar la valoración de la prueba en un recurso de
apelación:
i. Impugnar la lógica del razonamiento: Este es un motivo que puede ser
interpuesto cuando la valoración de la prueba no se guío por criterios lógicos, de
constatarse ello la Sala de Apelaciones está facultado para reinterpretar todo el
resultado probatorio.
ii. Impugnar la propia motivación: Se podría invocar cuando en primera instancia
las razones que llevaron a optar por una determinada conclusión es inexistente o
deficiente.
Nuestro CPP en el art. 422, habilita a que las partes puedan ofrecer prueba nueva,
en tres supuestos:
152
SAN MARTÍN CASTRO, César. Óp. Cit., pp. 596 al 597.
104
conforme al art. 425 del CPP, la Sala Penal de Apelaciones solo podrá valorar de manera
independiente la prueba pericial, documental, preconstituida y la anticipada.
105
o Colegiado es quien debe otorgarles un determinado valor probatorio; por lo que si el
Colegiado Superior no tiene ante sí un testigo (prueba personal) no podrá otorgarle un
valor probatorio distinto sin la actuación de otros que las cuestionen.
Aun siendo cierto que no se puede cambiar el valor asignado a las pruebas
personas en primera instancia, en la Casación No 05 - 2007, Huaura, la Sala Penal
Permanente de la Corte Suprema, con fecha 11 de octubre de 2007, estableció que con
arreglo al principio de inmediación y oralidad se reduce el criterio fiscalizador del tribunal
de apelación pero no se elimina.
Señala que en la valoración, se pueden identificar dos zonas una opaca y otra
abierta. La zona opaca, representado por los datos expresados por los testigos
estrechamente ligados a la inmediación, tales como, el lenguaje, la capacidad narrativa,
expresividad de sus manifestaciones, precisiones en su discurso y otros, no son
susceptibles de supervisión y control en apelación. Mientras que las zonas abiertas sí
pueden ser controladas por el tribunal de apelación, en tanto se tratan de aspectos
relativos a la estructura racional del propio contenido prueba, ajenos a la percepción
sensorial del juzgador de primera instancia, serán evaluados a través de las reglas de la
lógica, la experiencia y los conocimientos científicos.
106
Por último, en relación a este tópico, contamos con una jurisprudencia vinculante
reciente en la que la Sala Penal Permanente, en la Casación No 96 - 2014, Tacna, de fecha
20 de abril de 2016, reconociendo que es posible realizar un control más no una
revaloración de la prueba personal actuada en primera instancia, señalo que en el sistema
de valoración la sana critica, la prueba personal debe valorarse, en función no de las
emociones del declarante, sino del testimonio del mismo, de tal forma que se deberá
analizar:
Asimismo, la falta de coherencia entre una declaración y otra deberá ser analizada
y valorada cuando estas versiones son apreciadas con manifiesto error o la apreciación
infringe las reglas de la lógica, ciencia y máximas de la experiencia, de otra forma se
estaría revalorando la prueba y no realizando un control de la valoración.
153
RODRÍGUEZ VÁZQUEZ, Miguel Ángel. La casación y el derecho a recurrir en el sistema acusatorio.
Serie: Juicios Orales, No 12, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma
de México, México, 2013, p. 18.
107
Su origen inmediato se encuentra en Francia, surgió como una consecuencia de la
concepción positivista y la moderna noción de la división de poderes instaurada por la
Revolución francesa. En sus inicios este recurso fue concebido, como el mecanismo que
tenía el Poder Legislativo para evitar que los jueces del Antiguo Régimen se opusieran a
sus designios, incumpliendo las leyes que promulgaron154.
Actualmente, el recurso de casación, regulado en los art. 427 al 436 del CPP, es
concebido como un medio impugnatorio extraordinario que produce efectos devolutivos,
y de acuerdo al caso será extensivo. En dicho recurso se somete a conocimiento del
Tribunal Supremo, a través de unos motivos tasados, sentencias y autos definitivos que
fueron dictados por órganos colegiados con la finalidad de alcanzar la anulación de la
resolución recurrida, en virtud, de la existencia de un vicio en la aplicación o
interpretación de las normas de derecho procesal o material, que le sean aplicables al
caso156.
154
ASENCIO MELLADO, José María. El recurso de casación en El rol de las Altas Cortes y el derecho a
la impugnación. Ponencias del Quinto Seminario Internacional de Derecho Procesal: Proceso y
constitución. Giovanni Priori Posada (coordinador). Palestra, Lima, 2015, p. 479.
155
ASENCIO MELLADO, José María. Óp. Cit., p. 481.
156
GIMENO SENDRA, Vicente. Óp. Cit., p. 910.
108
v. Apartamiento de la doctrina jurisprudencial establecida por la Corte Suprema o el
Tribunal Constitucional.
Sin perjuicio de lo anterior, Nieva Fenoll159, nos da cuenta de los supuestos en los
que existe la posibilidad que el tribunal de casación analice la valoración de las pruebas:
a) Cuando el juez haya pasado por alto la aplicación de una norma de prueba legal.
b) Cuando el juez sobrepase los límites de lo razonable en la valoración probatoria,
de tal forma, que ninguna de sus conclusiones están sustentadas en ninguna lógica
racional.
c) Cuando hay una inadecuada aplicación de la regla de la carga de la prueba, esto
es, el juez no ha valorado el material probatorio y adelantándose ha declarado que
la prueba era insuficiente.
157
BARBERÁ DE RISO, María Cristina. Recurso de casación en Medios de impugnación en el proceso
penal Manuel N. Ayán (coordinador), Alveroni Ediciones, Córdoba, 2007, p. 120.
158
LÓPEZ IÑIGUEZ, María Gabriela. El recurso de casación penal: vicios formales en Los recursos en el
procedimiento penal de Julio Maier, Alberto Bovino y Fernando Diaz (compiladores), 2o ed., Editores del
Puerto, Buenos Aires, 2004, p. 138.
159
NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, pp. 355 y 356.
109
motivación de la decisión en el plano fáctico y en la interpretación de las normas legales,
ha rebasado los límites impuestos por la sana critica racional160.
Por otro lado, preciso que para determinar si la prueba omitida es decisiva, se
acude al método de la supresión hipotética: la prueba será decisiva y su validez afectara
de manera fundamental a la motivación cuando – si mentalmente se la repusiera – las
conclusiones hubieran sido necesariamente distintas. Es decir, aun admitiendo
hipotéticamente la prueba omitida, no se anularía el sentido de la decisión final adoptada
en la sentencia, pues no es capaz de desvirtuar el mérito de los otros elementos de
convicción utilizados por los Jueces de Apelación de acuerdo a la sana crítica racional.
La Sala Penal de la Corte Suprema asevera que admitir que toda omisión de
valoración de la prueba legal introducida en el debate provoca per se la invalidación de
la sentencia por falta de motivación, sería recoger un rígido y trivial formalismo para
anular procesos sobre la base de pruebas que no son sustanciales.
160
SAN MARTÍN CASTRO, César. Recurso de apelación y casación humana en Teoría de la
impugnación, Karina Vilela Carbajal (coordinadora), I Jornada de Derecho Procesal - Universidad de Piura,
Palestra, Lima, 2009, p. 33.
161
ALVA MONGE, P. y SÁNCHEZ TORRES, A. Las casaciones penales en el Perú. T. I, Jurista Editores,
Lima, 2015, pp. 578 – 580.
110
Siguiendo el mismo razonamiento la Corte Suprema, en la Casación No 73- 2010
Moquegua, de fecha 14 de abril del 2011, emitida por la Sala Penal Permanente. En un
caso en el que la Sala Superior valoro la declaración de la menor agraviada sin tener en
cuenta que esta había sido excluida del acervo probatorio en primera instancia, resolvió,
utilizando el método de la supresión hipotética, que la valoración de dicho medio de
prueba no ocasiona vicio en la sentencia de vista ya que dicha valoración no fue esencial
ni decisiva para resolver el caso judicial a favor del imputado ni enervaba las demás
pruebas de cargo e indicios que se verificaron en su contra.
111
apreciación probatoria trascendente, sino que pretende prolongar la discusión planteada
ante los jueces, convirtiendo su demanda en un alegato de instancia”162.
162
MORENO RIVERA, Luis Gustavo. La casación penal. Teoría y práctica bajo la nueva orientación
constitucional. Ediciones Nueva Jurídica, Bogotá, 2013, p. 287.
163
ABEL LLUCH, Xavier. Derecho probatorio. José María Bosch Editor e Instituto e probática y derecho
probatorio, España, 2012, p. 526.
164
FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. La valoración de pruebas personales y el estándar de la duda
razonable, pp. 1 y 2. Consulta: 20 de enero de 2018. Véase https://www.uv.es/cefd/15/fernandez.pdf.
112
adelante. Luego, en posteriores ejecutorias se señaló que la duda razonable constituye uno
de los pilares sobre los que descansa el proceso penal en un Estado Constitucional de
Derecho, y como tal se verifica que cuando en el proceso se actúen pruebas, “tanto de
cargo como de descargo, que llevan al Juzgador a una oscuridad que le impide arribar a
la certeza, debido a que ambas partes procesales (acusadora y acusada) han aportado
elementos a favor de sus posiciones”165.
165
DELGADO ALATA, Dante Gustavo. Duda razonable y estándar de prueba penal apuntes
introductorios. Revista Postgrado Scientiarvm, Vol. 2, No 01, enero de 2016, pp. 9 y 10. Consulta: 20 de
enero de 2018. Véase en http://www.scientiarvm.org/cache/archivos/PDF_856493720.pdf.
166
RIVERA MORALES, Rodrigo. La prueba: Un análisis racional y práctico. Marcial Pons, Madrid,
2011, p. 311.
167
REYES MOLINA, Sebastián. Presunción de inocencia y estándar de prueba en el proceso penal:
Reflexiones sobre el caso chileno. Revista de Derecho, Universidad Austral de Chile, Vol. XXV, Nº 02,
Diciembre, 2012, páginas 229 al 247. Consulta: 20 de enero 2018. Véase en
https://scielo.conicyt.cl/pdf/revider/v25n2/art10.pdf.
113
actividad probatoria y su relación con el derecho a la presunción de inocencia se atienden
a dos cuestiones, primero, a que existan actuaciones procesales destinadas a obtener el
convencimiento judicial acerca de la verdad o falsedad de los hechos segundo, dicho
convencimiento solo puede obtenerse en presencia de verdaderos actos de prueba, esto es
legítimo, y finalmente advierte que no solo es necesario que hayan actos de pruebas
legítimos sino que estás deberán ser suficientes para obtener el convencimiento
judicial168.
Taruffo manifiesta que el estándar de prueba de más allá de toda duda razonable,
está construida sobre una razón moral antes que jurídica, puesto que busca evitar que una
persona siendo inocente sea declarada culpable, por lo tanto, para condenar la
demostración de culpabilidad del acusado deberá ser de grado muy elevado, casi
equivalente a la certeza170. Lo cual si entendemos en cuenta que los hechos tratados en
un proceso son pasados pues no es posible.
A su vez, Ferrer Beltrán se ha pronunciado aseverando que aun cuando este admita
que se produzcan dudas siempre que no sean razonables, la falta de razonabilidad de la
duda, o de los criterios para establecer que eso sea así hace que se vuelva un estándar con
una vaguedad extrema puesto que no indican el umbral o nivel de suficiencia de la prueba
que sea intersubjetivamente controlable171.
Por las críticas expuestas pasaremos a comentar las propuestas que existen en
torno al estándar probatorio formulados a partir de una concepción racional de la prueba,
168
FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Iustel, Madrid, 2005, pp. 141 –
142.
169
PARRA QUIJANO, Jairo. Manual de derecho probatorio, 18 o ed., Librería Ediciones del Profesional
LTDA, Medellín, 2011, p. 837.
170
TARUFFO, Michele. La prueba. Traducción de Laura Manríquez y Jordi Ferrer Beltrán. Marcial Pons,
Madrid, 2008, pp. 273 y 274.
171
FERRER BELTRÁN, Jordi. Motivación y racionalidad de la prueba. Grijley y Castillo Alva y
Abogados, Lima, 2016, p. 223.
114
en los cuales tenemos a los teóricos Taruffo, Larry Laudan, Gascón Abellán y Ferrer
Beltrán.
Michelle Taruffo nos dice que los estándares de prueba pueden ser entendidos
como el conjunto de directrices - aunque generales y flexibles – que buscan regir la
valoración de la prueba en el contexto de la decisión final sobre los hechos en litigio172.
Por otro lado, para Marina Gascón Abellán173 el estándar de prueba serán aquellos
criterios que indican cuando se ha conseguido la prueba de un hecho, es decir, cuando
está justificado aceptar como verdadera la hipótesis que describe el hecho. Y partiendo
de que ello ocurre cuando el grado de probabilidad o certeza alcanzado por esa hipótesis
se considere suficiente, la construcción de estándares de prueba, a los que ella denomina
SP, deberá determinar dos cosas:
172
TARUFFO, Michele. La prueba. Óp. cit. p. 137.
173
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Sobre la posibilidad de formular estándares de prueba objetivos. Doxa,
Cuadernos de filosofía del derecho, No 28, 2005, p. 129. Consulta: 24 de enero de 2018. Véase en
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/10005/1/Doxa_28_10.pdf.
174
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba, 2o ed.,
Marcial Pons, Madrid, 2004, p. 161 y ss.
175
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Sobre la posibilidad de formular estándares de prueba objetivos. Óp.
cit. p. 132.
115
En relación a este modelo coincidimos con las críticas esbozadas por Gascón176 y
Taruffo177 en cuanto que no es viable, en tanto que resultan insuficiente para dar cuenta
de la prueba en los procesos judiciales y que podrían resultar razonable solo en casos muy
particulares en los que concurran condiciones específicas de validez del cálculo
estadístico y de su aplicación en el caso en concreto.
176
Ibídem. p. 132.
177
TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad, Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 247 y 248.
178
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba.Óp. cit. p.
173.
179
SCHUM, David. Los fundamentos probatorios del razonamiento probabilístico. Traducción de Orión
Vargas, Orión Vargas, Bogotá, 2016, p.83.
180
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba.Óp. cit. p.
179.
181
TARUFFO, Michele. La prueba. Óp. cit. p. 248.
116
Para observar el grado de confirmación deberá observarse que, primero, la
hipótesis debe justificarse, ello se harán en función de las pruebas disponibles y su mayor
probabilidad en relación a las otras hipótesis; empero, aún justificadas no se debe olvidar,
como vimos que lo anoto Schum, que el estatus epistémico de una hipótesis es solo la
probabilidad, por ende, no es infalible, deberá estar sujeta a una revisión si surgen nuevas
pruebas que hagan improbable la hipótesis fáctica elegida182.
El autor, reconoce que aun con ese estándar es posible cometer errores, ya que
siempre será posible formular una nueva hipótesis alternativa compatible con la inocencia
que al momento de decidir no la imaginamos, lo cual sería pues un reflejo del carácter
inseguro del razonamiento inductivo184.
182
GASCÓN ABELLÁN, Marina. Los hechos en el derecho. Bases argumentales de la prueba.Óp. cit. p.
179.
183
FERRER BELTRÁN, Jordi. Óp. cit., p. 218.
184
FERRER BELTRÁN, Jordi. Óp. cit., p.236.
117
Para terminar con el tópico de estándar de prueba y valoración de la prueba,
desarrollaremos algunos aportes críticos que hiciera Larry Laudan. Para este autor el
estándar de prueba tiene por función principal el distribuir errores de conformidad con un
consenso informado sobre los costes o daños respectivos de los falsos positivos y los
falsos negativos, entiende a los primeros como las absoluciones equivocadas y a los
segundos como las condenas erróneas185.
5. 6. Recomendaciones finales
185
LAUDAN, Larry. Por qué las reglas procesales asimétricas hacen imposible calcular un estándar de
prueba racionalmente justificado. Traducción de Pedro Haddad. En Debatiendo con Taruffo. Jordi Ferrer
Beltrán y Carmen Vázquez (coeditores), Marcial Pons, Madrid, 2016, p. 343 y ss.
118
a. Es de vital importancia que los jueces a la hora de emitir sus sentencias motiven
las razones por las que valoro en uno u otro sentido los medios actuados en el
juicio oral, ello en virtud de la exigencia establecida por nuestra Constitución y
porque en un Estado democrático es preciso que se tenga un control sobre los
poderes que ejerce cualquier autoridad.
b. Evitar la insuficiente, inadecuada o aparente motivación puesto que violara la
motivación suficiente y producirá la interposición de medios impugnatorios tales
como el recurso de apelación y casación.
c. Los operadores jurídicos tengan en cuenta, las formulaciones de estándar de
prueba realizadas a partir de las concepciones racionales de la prueba.
d. Compartir las propuestas realizadas por Jordi Nieva Fenoll para realizar una
adecuada valoración de la prueba, sobre la formación de los jueces en materia
probatoria y la imparcialidad que debe primar en la valoración de la prueba186.
e. La formación de los jueces en materia probatoria se debe mejorar, priorizando
justamente la enseñanza en la valoración de la prueba. Se debe enfocar en dos
bloques, el primero, en la averiguación de los hechos, el juez debe ser capaz de
organizar los hechos que vaya extrayendo de los medios de prueba y en especial
de la prueba pericial, para eso deberá explicarse al juez la manera de trabajar de
los peritos; el segundo, la credibilidad, esto significa que el juez debe aprender a
valorar la credibilidad que resulte de cada medio de prueba, resultando importante
que el juez conozca temas como la piscología del testimonio, la credibilidad del
dictamen pericial, la credibilidad de los documentos, etc.
f. Los jueces deben asegurar al máximo la imparcialidad judicial. Nieva señala que
la imparcialidad es una garantía fundamental del proceso, puesto que su más
mínima pérdida condicionara el resultado probatorio.
g. El juez será imparcial cuando se halle “fuera por completo, real y
aparencialmente, de los intereses de las partes y del propio proceso en sí mismo
considerado. Que no le mueva otro impulso que realizar la justicia”.
Se considera que la parcialidad influye más decisivamente en el momento de la
valoración de las pruebas, que se puede afirmar que “sin imparcialidad no es
posible la valoración de la prueba”.
186
NIEVA FENOLL, Jordi. La valoración de la prueba. Óp. Cit. pp. 151 – 208.
119
h. Un juez honesto deberá ser consciente de esas situaciones y tratara de evitarla,
asimismo las partes deberán estar atentas para controlar si se encuentran frente a
un supuesto de parcialidad y recusar al juez y en caso no funcionase interponer
algún recurso.
120
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