El Esopete Ystoriado y Las Teorías Sobre La Fábula
El Esopete Ystoriado y Las Teorías Sobre La Fábula
El Esopete Ystoriado y Las Teorías Sobre La Fábula
Julio-diciembre
2011 (55-73)
El Esopete ystoriado
y las teorías sobre la fábula
Hugo O. Bizzarri
This paper recounts the traits of the fable, from its Greek origins and its
revival by Roman authors —who wrote the first theoretical thoughts on
the genre—, to its insertion in the exemplum. It comments on the persis-
tence and spread of the Aesop-style fable and several Aesopic signs used
by the Middle-Age fabulists, the indoctrinating purpose of these stories and
their distinct reflexive nature, which distinguishes them from other ‘short’
genres. After outlining the origin of the fable, its aim and importance, in
addition to its possible oriental influences, the author deals with Esopete
ystoriado (a late 15th Century Castilian translation of the work by Heinrich
Steinhöwels), which includes fables by Aesop and by later authors, as well
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as Planudes’ “La vida de Esopo” [“The Life of Aesop”]. Aside from adding
a new fable to the Latin/German original, the Castilian author makes a re-
markable original contribution: the very definition of the fable genre.
Hugo O. Bizzarri
Université de Fribourg
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de Esopo incorporadas a la tradición de la Disciplina clericalis
o a la del Calila e Dimna.2 Todo esto muestra que los caminos
de la fábula han sido muchos y variados. Y naturalmente, no hay
que dejar de lado que es solo una manifestación (y no la única
literaria) del estrecho contacto que el hombre medieval tuvo con
el mundo animal: bestiarios, metáforas y comparaciones, la tra-
dición bíblica, todo conforma el amplio campo de la tradición
animalística medieval y su representación.3
Hay, sin embargo, algo que singulariza a la fábula entre las
formas breves que se difundieron en la Edad Media (prover-
bios, sentencias, colecciones de enigmas, exempla en general,
etc.): la fábula es el único género que reflexiona sobre sí mis-
mo. Y es este también uno de los aportes más importantes del
Esopete ystoriado.
Las referencias que los fabulistas hacen a su propia obra y a
las formas literarias que emplean se enraízan con la tradición
latina del género y no con la griega. Fue Fedro quien incluyó en
cada uno de los cinco libros de sus fábulas pequeños prólogos
que reflexionaban sobre su métier. Es posible que los libros
en que dividió su colección pertenezcan a momentos diferen-
tes. En el primero se advierte su temor a las críticas de sus ad-
versarios, tal vez por experimentar con un género que no era
popular: “Calumnari si quis autem uoluerit, / quod arbores lo-
2
Sobre la fábula esópica en España, véase Felix Lecoy, Recherches sur le Li-
bro de buen amor de Juan Ruiz, Arciprête de Hita; Dorothy Hite Cloybourne y
Chauncey Edgar Finch, “The Fables of Aesop in Libro de buen amor of Juan Ruiz”;
Ian Michael, “The Function of the Popular Tale in the Libro de buen amor de Juan
Ruiz”; Francisco Rodríguez Adrados, “Aportaciones al estudio de las fuentes de las
fábulas del Arcipreste”; María Jesús Lacarra, “El Libro de buen amor, ejemplario
de fábulas a lo profano”; Rafael Beltrán, “Cuentos populares del Libro de buen amor
en la tradición oral moderna, I (las fábulas): pérdidas, pervivencias y ¿recuperacio-
nes?”. Hay que considerar también los múltiples trabajos que Margarita Morreale ha
dedicado a las fábulas esópicas del Arcipreste de Hita.
3
Sobre esta tradición véase Robert Delort, Les animaux ont une histoire; Le
monde animal et ses répresentations au Moyen Âge, xi e-xv e siècle; Hugo O. Bizzarri,
“Bestiarios y mundo animal”.
Para estas alturas, la primera mitad del siglo xii, Pedro Al-
fonso no tenía necesidad de señalar qué era una fábula. Por
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Cito por J. Ulrich, “Die Übersetzung des Distischen des Pseudo-Cato von Jean
de Paris”, 4-69. Véase el clásico trabajo de E. Ruhe, Untersuchungen zu den altfran-
zösischen Übersetzungen der Disticha Catonis.
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A pesar de que Klaus Grumüller sostenga que la convivencia de ejemplos y
fábulas en las mismas colecciones borró sus especificidades. Vid. Klaus Grumüller,
“Fabel, Exempel, Allegorese”, 58-76.
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La bibliografía sobre este autor es vasta, pero remitimos a los trabajos de John
Tolan, Petrus Alfonsi and His Medieval Readers; María Jesús Lacarra (ed.), Disci-
plina clericalis; María Jesús Lacarra, Pedro Alfonso; María Jesús Lacarra (coord.),
Estudios sobre Pedro Alfonso de Huesca.
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Steinhöwels Äsop, Hermann Oesterley (ed.); Heinrich Steinhöwels, Aesopus:
Vita et Fabulae. Sobre este texto, véase el estudio de Gerd Dicke, Heinrich Steinhö-
wels ‘Esopus’ und seine Fortsetzer. Untersuchungen zu einem Bucherfolg der Frü-
druckzeit.
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Según ha determinado Dieter Beyerle, “Der spanische Äsop des 15. Jahrhun-
derts”, 312-338.
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Según señalan Victoria Burrus y Harriet Goldberg, Esopete ystoriado (Toulouse
1488), 163.
14
Cotarelo (ed.), La vida del Ysopet con sus fabulas hystoriadas, VI-VII; Vine,
“Around the Earliest Spanish Version of Aesop’s Fables”, 97-118.
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El texto alemán dice: “[…] uß latin von doctore Hainrico Stainhöwel schlecht
und verstentlich getütschet, nit wort uß wort, sundere sin uß sin, um merer lütrung
wegen des textes oft mit wenig zugelegten oder abgebrochen worten gezogen”
(Steinhöwels Äsop, 4).
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El texto de Steinhöwels dice: “Darumb wiße, daz die poeten den namen fabel
von dem lateinischen wort fando habent genommen, daz ist ze tütsch reden, wann
fabel synt nit geschechene ding, sonder allain mit worten erdichte, und sint dar-
umb erdacht worden, daz man durch erdichte wort der unvernünftigen tier under
in selber ain ynbildung des wesens und sitten der menschlichen würde erkennet”
(Steinhöwels Äsop, 5).
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Para un panorama de la fábula (y del exemplum) en la tradición retórica, remito
al grueso libro de Peter von Moos, Geschichte als Topik. Das rhetorische Exemplum
von der Antike zur Neuzeit und die ‘historiae’ im ‘Policraticus’ Johanns von Salis-
bury.
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Es lo que Vladimir Propp (Morphologie du conte, 55 y ss.) definió como “obje-
to mágico puesto a disposición del héroe” (función F).
Referencias
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